Znrevista Superman

January 4, 2018 | Author: abrahamfai | Category: Superman, Superheroes, Batman, Pop Culture, Wonder Woman
Share Embed Donate


Short Description

Download Znrevista Superman...

Description

NOVIEMBRE 2013

ESPECIAL SUPERMAN 75 años de historias del Hombre de Acero en las viñetas y la gran pantalla

EDITOR Y MAQUETADOR RAÚL LÓPEZ

COORDINADORES PEDRO MONJE

LA REVISTA!

ance use weddings separate. Ask too matter formed county wicket oppose talent.

JORDI T. PARDO MARIANO ABRACH IVAN RIVAS JAVIER AGRAFOJO

COLABORADORES ENRIC RÍOS

En los catorce años de vida de nuestra web Zona Negativa, una de las frases más repetidas ante un artículo extenso era: “Esto debería publicarse en papel para que estuviese siempre disponible.” Y tenían razón, aunque las ventajas que aporta internet son muchas, no es menos cierto que ese inmenso trabajo que realiza el redactor, todas esas horas invertidas terminan siendo absorbidas a lo ancho de la red por el alto volumen de textos que venimos publicando a lo largo de la semana.

Con esto en mente, y como el que siente que ha llegado el momento de zanjar una deuda que viene de hace tiempo ha llegado el momento de recopilar esos artículos y darles un formato más perdurable para que estén fácilmente accesible para redactores y lectores.

MARCOS MARTÍN RAÚL SILVESTRE SERGIO ROBLA

De momento hemos optado por recopilar a modo de monográfico el especial que le dedicamos a Superman con motivo de su 75 aniversario, y en 2014 os esperan muchas sorpresas que me permitireis mantengamos en suspense.

ALEJANDRO UGARTONDO ALBERTO BENAVENTE

AGRADECIMIENTOS Si algo tenemos claro en Zona Negativa es que por encima de todo, somos una gran familia, y que sin el trabajo que realiza el redactor de actualidad, o el reseñista o el crítico de Cine el proyecto no sería el mismo. Es por eso, que en este momento tan especial nos queremos acordar de aquellos que forman parte hoy del equipo: Toni, David, Alberto, Daniel, Luis Javier, Ivan, Enrique, Juan, Jordi, Javier, Samuel, Izan, Eneko y Sergio, obviamente, también de aquellos del equipo que han participado de forma más activa en este proyecto y que aparecen arriba. No sería justo en este momento no acordarse de vosotros lectores que nos seguís fielmente y nos animais a mejorar día a día, esto va también por vosotros. Y por útlimo pero no menos importante, por aquellos que fueron miembros de este proyecto, sin ellos tampoco habría sido posible recorrer este camino.

WWW.ZONANEGATIVA.COM CONTACTO: [email protected] ZONA NEGATIVA LA REVISTA. SUPERMAN (Noviembre - 2013)

¡ZONA NEGATIVA,

ESPECIAL

Todas las imágenes incluidas en esta publicacion son © de sus respectivos autores o editoriales, y se utilizan únicamente a título informativo e ilustrativo de los textos.

Este no deja de ser un paso lógico más en nuestra evolución como proyecto y esperamos que os haga tanta ilusión descubrirlo, disfrutarlo, como a nosotros nos ha hecho ir trabajando en silencio en los últimos meses sin que se viesen los resultados hasta hoy. No quiero terminar este breve texto de presentación sin dar las gracias a cuantos forman la familia ZN, a los redactores que han pasado, a los que están, a los que se han convertidos en algunos de mis más grandes amigos, sabéis que esto va por vosotros y sin vuestro trabajo diario hoy no estaría escribiendo estas líneas. Por último, pero no menos importante, quiero dar las gracias a nuestras parejas, nuestros hijos, que entienden que esta es nuestra pasión y que siempre están ahí apoyándonos a pesar de las muchas horas dedicadas. Va por ellos también. RAÚL LÓPEZ

                     contenido 05 SHOWCASE : SUPERMAN #1 Los años cincuenta del Hombre de Acero supusieron el debut de La Legión de Super-Héroes, Supergirl, Brainiac, Metallo, Krypto y muchos otros.

09 ADVENTURES OF SUPERMAN, DE JOSE LUIS

pág. 12

GARCÍA-LÓPEZ

José Luis García-López firmó algunos de sus mejores trabajos en la cabecera de Superman a finales de los años setenta.

12 KINGDOM COME

Mark waid y Alex Ross firmaron en esta obra uno de los OtrosMundos más prestigiosos de DC Comics con Superman como protagonista.

19 SUPERMAN : LEGADO

pág. 32

El primero de los muchos orígenes de Superman en el presente siglo fue de la mano de Mark Waid y Leinil Francis Yu.

pág. 43

pág. 64

23 SUPERMAN : IDENTIDAD SECRETA

Kurt Busiek analiza en un relato lleno de nostalgia qué ocurriría si existiese realmente un Clark Kent en nuestra Tierra.

26 SUPERMAN : LA CAÍDA DE CAMELOT

Kurt Busiek y Carlos Pacheco presentan un relato del Hombre de Acero en el que deberá aprender a aceptar sus dos herencias.

29 SUPERMAN : ORÍGENES Geoff Johns y Gary Frank conjugan en el penúltimo origen oficial de Superman múltiples

pág. 55

elementos de la mitología del héroe.

NOVIEMBRE 2013 

3

RESEÑA

                     contenido 32 BATMAN / SUPERMAN Reseña del primer número de la nueva serie regular co-protagonizada por los dos iconos de DC Comics a cargo de Greg Pak y Jae Lee.

35 SUPERMAN : EL HOMBRE DE ACERO

page 2

pág. 39

Reseña del primer número de la nueva maxiserie de Scott Snyder y Jim Lee, ambientada en el Nuevo Universo DC.

39 SUPERMAN / WONDER WOMAN

Dos leyendas como Superman y Wonder Woman comparten algo más que cabecera en esta nueva serie de Charles Soule y Tony Daniel.

43 UN SUPERHÉROE DE CINE

Repaso a la trayectoria del Hombre de Acero en las pantallas grande y pequeña a lo largo de

page 12

su dilatada historia, llena de luces y sombras.

pág. 60

page 18

55 SUPERMAN : LA PELÍCULA Richard Donner y Christopher Reeve marcaron a toda una generación haciÉndonos creer que el hombre sí puede volar con su versión de Superman.

60 EL HOMBRE DE ACERO A tiempo del 75º aniversario, Zack Snyder y David Goyer reinventan a Superman desde cero dando un papel relevante al mundo y herencia kryptoniana del personaje.

pág. 23

64 SUPERMAN EN EL CÓMIC

Análisis de los autores y de las sagas que han dado forma a los 75 años de historia del superhéroe más grande de todos.

pág. 09 page 24

4 

page 10

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

pág. 19

RESEÑA

SHOWCASE: SUPERMAN 1 La nostalgia es tan poderosa como un puñetazo del Hombre de Acero

E

n el noveno arte, como en cualquier otro ámbito de la cultura, suele ocurrir que la inundación de las novedades mes tras mes, acaba por esconder más y más el rico pasado del medio. No sólo eso, sino que implantan en el colectivo una forma de dibujar y de contar las historias que acaba por hacerse norma. Y ver o leer cómics que no cumplen esas normas se le puede hacer muy cuesta arriba al lector medio. Por lo general, los estándares que hayan dominado nuestras lecturas entre los 10 y los 20 años serán los que busquemos en otros cómics. Es ley de vida. Pero llega un punto en la vida de cada lector en que algo hace “clic”

y se nos ocurre echar la vista hacia atrás. Y siendo Superman el superhéroe más longevo de la historia hay mucho material para echar la vista atrás. El problema es que en general las políticas de reediciones de las editoriales suelen remontarse a las décadas más cercanas, dejando décadas enteras generalmente olvidadas. Por suerte, DC Comics empezó a remediarlo a partir de los años 90 con sus Archives. Con un formato de lujo y en tapa dura se presentaban las primeras historias de sus superhéroes más reconocibles a razón de unos 20 números por tomo pero a un elevado precio dado el formato elegido. Sin embargo, unos años después de que comenzara el nuevo siglo la editorial decidió dar un salto en el tiempo y en el formato con sus Showcase Presents. El formato elegido tenía un único objetivo: leer lo más posible al mínimo precio. Así, ya centrándonos en Superman, su primer volumen alcanzaba las 560 páginas al irrisorio precio de 9,99 dólares. Eso sí, en blanco y negro. Pero no es algo que pueda impedir el disfrute de estos cómics. Ésta línea Showcase eligió en

ARRIBA Los últimos años de la década de los 50 fueron clave para ampliar la mitología del Hombre de Acero con personajes que permanecen hasta nuestros días.

NOVIEMBRE 2013 

5

RESEÑA

otros casos como punto de partida la década de los 60, y sin embargo con Superman decidieron comenzar en 1958, fecha que sin duda no fue elegida al azar. En ese año, tanto las temáticas como los autores implicados en su desarrollo venían siendo los mismos que años anteriores, así que estos dos últimos años de la década son perfectamente representativos de la misma. No sólo eso, sino que ésta época fue especialmente prolífica a la que hora de añadir personajes y localizaciones a la mitología de Superman que siguen vigentes a día de hoy, como veremos más adelante. Y es que todos conocemos la coletilla “Superman creado por Jerry Siegel y Joe Shuster” que aparece en cualquier cómic del héroe de Krypton, pero si realmente hubiera que

acreditar todos los guionistas y dibujantes que han contribuido en cualquier tipo de aventura la historia sería infinita. Un superhéroe con tantos años a sus espaldas como Superman tiende a generar en los aficionados disensiones en cuanto a qué época o qué autores crearon al Superman definitivo. Lo cual es una batalla fútil dado que muchos de ellos aportaron historias imperecederas y mil veces referenciadas. Y los años 50 fueron, pese a lo que pudiera parecer, una época dorada para el hijo de Jor-El. La imaginación desbordada puede que creara situaciones más allá del ridículo en Batman, pero el carácter fantástico de Superman hace que el tipo de temática tratada en la época sea más factible y disfrutable leída en el siglo XXI. Ni los viajes en el tiempo, ni los extraterrestres ni la magia

van a asustarnos a estas alturas. Si abrimos la mente, nos daremos cuenta de que cada uno de los 29 números…o mejor dicho las 50 historias que componen este tomo son tan buenas historias como cualquier otra. El número de historias referido tiene que ver con el formato que por entonces tenía Superman, que se componía de tres historias de 8 a 10 páginas. LOS GUIONISTAS Los dos arquitectos principales de esta época fueron Otto Binder y Jerry Coleman. El primero era ya un veterano a finales de los años 50, habiendo trabajado más de una década en Fawcett Comics con la familia Marvel. Allí, junto a C.C. Beck, creador del Capitán Marvel, ayudó a desarrollar personajes tales

IZQUIERDA Portada de Curt Swan para Superman #123, primera prueba para la creación de Supergirl. DEBAJO También Curt Swan dibujaría la primera aparición de la llave gigante con que se abría la Fortaleza de la Soledad (Action Comics #241)

6 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

RESEÑA

como Mary Marvel o Black Adam. El estilo de Binder era sin duda el más arriesgado de todos los que podemos ver en este volumen, ya que tendía a historias más fantásticas y de ciencia ficción. En esa constante búsqueda por sorprender al lector, su estilo podía crear historias absurdas de pocas páginas que no dejarían ninguna huella o, por otra parte, algunas en las que nacieron personajes importantes hasta el día de hoy: La Legión de los SuperHéroes, la Zona Fantasma, Brainiac, Supergirl, Metallo, Krypto…todos ellos nacieron de la imaginación de Otto Binder. Podría parecer sin leerla que está época era inmovilista, pero es todo lo contrario, en pocas etapas se ha desarrollado tanto la mitología de Superman como en ésta. La historia de la presentación Brainiac, por ejemplo, es simplemente perfecta. En esta historia conocemos la afición del villano por encoger y embotellar ciudades, siendo una de ellas de Krypton (aunque todavía no tenía el nombre de Kandor). Superman resulta también encogido y gracias a la ayuda de un científico de la ciudad embotellada logra recuperar su tamaño para rescatar la ciudad de las manos de Brainiac. Sin embargo, de esta manera el científico y la ciudad entera sacrificaban su última oportunidad de recuperar su tamaño original. Al finalizar la historia, Superman se la llevaría a su Fortaleza soñando en poder devolverles a su ser algún día y poder vivir con ellos. Lo dicho, perfecto. Aunque un detalle, el aspecto del villano se lo debemos a Curt Swan, que se encargaba generalmente de las portadas y cuyos diseños no tenían por qué coincidir con los del interior del cómic. Allí Al Plastino utilizó un Brainiac con cabeza agrandada y sin sus característicos

conectores cerebrales. Jerry Coleman es el segundo guionista que más historias atesora en este volumen de Showcase Presents, y su estilo se distancia generalmente bastante del de Binder. Aunque también tiene su propia inventiva y así lo demuestra en La super-llave del Fuerte Superman. Coleman construye la Fortaleza de la Soledad (ya llamada así en el interior del tebeo), situada en el ártico tal y como la conocimos en décadas siguientes. En esta historia se nos hace un recorrido por los extraños experimentos que Superman lleva a cabo en su interior, así como por las extrañas criaturas traídas de mundos lejanos. Es difícil no leer esta historia y acordarse del trabajo de Grant Morrison en All-Star Superman. El escocés siempre ha mostrado una gran admiración por la Edad de Plata y así lo ha demostrado en sus acercamientos tanto a Superman como a Batman. Pero Coleman, como decía, suele optar por entornos más terrenales y enfoques más sentimentales. Los títulos de algunas de sus historias lo dicen todo: El supersueño de Lois Lane, Las dos caras de Superman, Cuando no había Clark Kent o El fantasma de Lois Lane. Otra de las características de los guiones de Coleman es el misterio que impregna a muchas de sus historias, en las que se desarrolla un enigma que acabará siendo resuelto en la última página gracias al ingenio de Superman. Es decir, mientras Otto Binder desarrollaba plenamente los superpoderes de Kal-El, Jerry Coleman prefería mostrarnos su lado más cerebral. De hecho, Binder le atribuía poderes que hoy en día ha perdido, como la capacidad de atravesar la “barrera

del tiempo” y viajar por él como por el espacio. Capacidad que adoptaría Richard Donner 20 años después para una escena de “Superman, la película”. Pero Binder llegaba más lejos aún, cuando en Superman #127, en el que se presentaba a Titano el Super-Simio, nuestro héroe mandaba al mono a la época prehistórica con un super lanzamiento. Tras ello, se aseguraba de haber acertado mirando con su visión telescópica a aquella era. También contribuye de forma significativa en estos números el mítico nombre de Bill Finger. Co-creador de Batman en 1939, en estas páginas el guionista impregna un estilo más sobrio y contenido, pero a la vez ágil y moderno. Destaca especialmente una historia de Superman #129, La chica del pasado de Superman, donde se nos cuenta cómo en sus años de universidad Clark se enamora de una joven paralítica llamada Lori Lemaris a la que pediría en matrimonio. Ella acabaría descubriendo su identidad de Superman y revelándole que en realidad era una sirena de Atlantis en una misión en la superficie, y que debía volver para jamás regresar. Contrasta el buen retrato que hace aquí Finger de la figura femenina con el que hacen sus compañeros de Lois Lane, cuya única misión en la vida parece ser que Superman se case con ella. LOS DIBUJANTES Cuando en 1948 Jerry Siegel y Joe Shuster abandonaron National Comics por su disputa por los derechos de Superman, el nuevo editor de las colecciones del personaje, Mort Weisinger, trajo a varios artistas que marcarían el estilo de estas colecciones durante al menos dos décadas. Los

NOVIEMBRE 2013 

7

RESEÑA

DERECHA Superman despidiéndose para siempre de Lori Lemaris, la sirena con quién tuvo un amor fugaz

tres elegidos serían Wayne Boring, Al Plastino y Curt Swan. Fue idea de Boring reducir la cabeza de Superman en relación al tronco, algo que no hacía con Clark Kent. Eso hacía que las diferencias entre las dos identidades fueran mayores, pero también implantó un estilo del que fue difícil deshacerse. Al Plastino realizaba un dibujo bastante clónico al de Boring y entre ambos se repartían el 90% de los números de Action Comics y Superman, así que cualquier imagen que veáis de la época seguro que será de alguno de ellos. Si no se trata de una portada, claro, ya que ése era por aquel entonces el cometido de Curt Swan. Antes de que le llegara la oportunidad de convertirse en el nuevo estándar de dibujo durante los años 60, Swan ya demostraba mes tras mes su estilo con portadas en las que generalmente deja en mal lugar a los artistas interiores, cambiando diseños para mejor y representando figuras más estilizadas y creíbles. Sin duda el artista que más se desmarca del resto en este tomo es Kurt Schaffenberg. A este joven dibujante lo trajo Otto Binder un año antes y pronto demostró que podía aportar cosas nuevas. No sólo eran sus personajes mucho más expresivos, sino que su magnífica representación de Lois Lane le valió el puesto de dibujante regular de Superman’s Girl Friend, Lois Lane durante los primeros diez años de vida de la serie. Curiosamente, tanto Swan como Schaffenberg acabarían trabajando a mediados de los 80 con Alan Moore en ¿Qué le pasó al hombre del mañana?, buena muestra de que ambos tenían futuros prometedores. IVAN RIVAS.

8 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Guión: Otto Binder, Jerry Coleman, Bill Finger, Robert Bernstein, Alvin Schwartz. Lápices: Wayne Boring, Al Plastino, Dick Sprang, Kurt Schaffenberger, Curt Swan, Jim Mooney. Tinta: Stan Kaye. Portada: Curt Swan. Contiene: Action Comics #241-257, Superman vol.1 #122-133. Formato: Tapa blanda, 560 páginas. Blanco y negro. Fecha original de publicación: Junio 1958 – noviembre 1959. Precio: $9,99

RESEÑA

Adventures of Superman de Jose Luis García-López

Genio y figura, García-López redefinió la figura del Superman moderno.

S

i existe una imagen icónica de Superman, no es la de John Byrne, o la de Curt Swan, que también, pero menos. Me explico. Desde tiempos inmemoriales deambulan por ahí infinidad de camisetas, tazas y demás objetos de mercadería, ilustrados por uno de los artistas menos considerados de la industria. Uno de sus mejores dibujantes, quien lleva lustros sentado a la silla, pero con unas pocas obras de auténtico renombre en su haber, es el creador de esas imágenes, que pueblan incluso las calles con muchachos luciendo camisetas con ese Flash sonriente, ese Batman que parece sacado de algún tebeo de los setenta, o ese Superman

anacrónico ya, por desgracia, de musculatura perfecta y mandíbula apolínea. Así que todos hemos disfrutado de sus imágenes –cualquiera que haya visto un capítulo de The Big Bang Theory habrá sido testigo del uso de DC de sus icónicas ilustraciones, ya que muchos elementos de merchandising aparecidos en la serie llevan su firma-. Pero, por supuesto, escarbando más atrás, los criados bajo el influjo de las action figures de Kenner, aquellos Super Powers que lamentablemente fueron ganados en éxito, que no en calidad, por los Secret Wars de Mattel y Marvel, venían acompañadas de ilustraciones míticas de García-López, definiendo el diseño de los personajes de una manera que imperó en los ochenta hasta la revolución –algunos dirían que involución- estética de los noventa, con el rediseño de casi todos los uniformes superheróicos de la casa. No en vano, durante años el dibujante hispano argentino estuvo vinculado a DC como creador de las guías de estilo de la compañía, sentando el patrón estético de sus personajes. Con lo que ganamos en estampas

ARRIBA Ilustración promocional de García-López, convertido esos años en imagen de la editorial para muchos productos derivados.

NOVIEMBRE 2013 

9

RESEÑA

hermosas, pero perdimos a un dibujante que bien pudiera haberse dedicado a obras de mayor calado. La figura de José Luis GarcíaLópez es una suerte de deidad en la sombra, reverenciada por gran cantidad de profesionales del gremio, con una pequeña horda de seguidores, pero siempre dentro de unos parámetros de culto minoritario. Y es que las cualidades de García-López son innegables. Con un estilo clásico, deudor y a la altura de John Buscema o Joe Kubert, su trazo es tan reconocible como el de los recién citados. No importa que

la mayor parte de los guiones que haya dibujado estén a años luz por debajo de su capacidad como narrador. Da igual si dibuja historias de corte medieval como si llena las viñetas de pistolas de rayos y naves espaciales. García-López tiene esa cualidad de los grandes dibujantes de los setenta que bebieron con tremendo respeto el trabajo de Alex Raymond o Hal Foster, pendientes de la correcta composición de la página, así como de la perfecta ejecución de las formas. Pero GarcíaLópez, hijo de su tiempo, se permitió ir un paso más allá, adoptando modos nacidos en los sesenta,

DERECHA Página de José Luis García López, con el Superman icónico que todo el mundo reconoce

con perspectivas más forzadas y personajes cuya coreografía de movimientos, aún siendo descrita al milímetro, busca la expresividad a través de ligeros trucos aberrantes. Esta mezcla entre clasicismo de academia y arrebato expresionista velado, da pie a páginas de una belleza innegable, sofocante, donde la minucia en el trabajo recibe la recompensa de viñetas que se pueden admirar por horas. En el momento en el que GarcíaLópez cayó en Superman, ya llevaba un par de décadas perfeccionando sus lápices a través de la Editorial Columba en Argentina, donde vivió y creció tras marcharse de España c u a n d o e r a u n i n f a n t e . Tr a s e l salto al mercado norteamericano y tras años de entintar y realizar proyectos de poca envergadura, su nombre empezó a sonar gracias a su labor para Jonah Hex, que le puso en el punto de mira de la DC, de modo que empezó a saltar por colecciones como Detective Comics, Adventure Comics o Brave and the Bold. Los episodios incluidos en esta antología corresponden a esta etapa de su carrera abarcando una franja que va desde 1975 hasta 1981. Estos números fueron suficientes para crear una imagen icónica de Superman, que incluso hoy persiste no sólo en la retina del aficionado, sino en el pensamiento visual del planeta. Su hombre de acero, tan estilizado como hercúleo, tan limpio como definido, de intensa mandíbula cuadrada y rizo clavado, se alza en el panteón de representaciones gráficas del personaje como un axioma imposible de rebatir. Aparte de bellas páginas, ¿qué encontramos en este volumen? Pues al hijo de Krypton víctima de la

10 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

RESEÑA

psicotronía habitual que padecieron sus páginas casi desde su concepción. Bien es sabido que el de Smalville nunca ha sido, según los autores, un personaje fácil de escribir. Sus tremendas capacidades, así como su cerrado universo, llevan al eterno problema de enfrentarle a amenazas a la altura. Esto dio pie a que la invasión alienígena en todas sus formas se convirtiese en leit motiv de un buen puñado de historias, arrostrando al de la capa roja a todo tipo de seres extraterrestres y amenazas ultraterrenas. Esto da pie a relatos de fantaciencia tremendamente variopintos, donde se entremezclan estereotipos tan naif como alienígenas beligerantes con pinta de duendes paramilitares, con otros conceptos de ciencia pura y ciencia ficción hard, donde Superman es capaz de transportar planetas enteros a través de agujeros

de gusano en mitad del cosmos o donde las dimensiones alternativas en planos vibracionales distintos al nuestro son teorías asimiladas por el lector con la misma ligereza que por los personajes que las padecen. Son por tanto estas, historias que deben ser leídas con sana perspectiva. Mejor no la de la nostalgia, sino entendidas como explosiones imaginativas, que aún ridículas y ciertamente obsoletas, permiten el disfrute por su insólita personalidad y por su descarada subversividad ante parámetros lógicos. Vamos, como lo que hace ahora Grant Morrison, pero eliminando las ínfulas metafísicas y las lecciones de para-ciencia de mercadillo. Y que conste que adoro al escocés. Como si esto hubiera sido un preámbulo a su trabajo en las guías de estilo, gran cantidad de personajes del Universo DC

pre-Crisis deambulan por las páginas de este volumen. Tanto es así, que la mitad de sus episodios forman parte del título DC Comics Presents, una colección de team ups de Superman con otros héroes del panteón deceíta. Así, GarcíaLópez nos regala su visión de tipos como Flash, Robin o Deadman, potenciando las cualidades de ciencia ficción de personajes afines al space opera, como Adam Strange o a la ciencia ficción del disparate como Metal Men o Firestorm. RAUL SILVESTRE.

DEBAJO Portada alternativa de Jose Luis García-López

Guión: Gerry Conway, Martin Pasko, David Michelinie, Denny O´Neil, Len Wein, Elliot S. Maggin. Lápices: José Luis García López Tinta: Bob Oksner, Frank Springer, Dan Adkins, José Luis García López, Steve Mitchell, Joe Giella, Dick Giordano. Color: Jerry Serpe, Glynis Wein, Adrienne Roy. Portada: José Luis García López Contiene: Superman #249, 301, 302, 307-309, 347, DC Comics Presents #1-4, 17 y All New Collector´s Edition C-54; Formato: tomo de 360 páginas, editado en cartoné con sobrecubiertas con solapas. Fecha original de publicación: 1976-1981. Precio: $39,99

NOVIEMBRE 2013 

11

RESEÑA

KINGDOM COME La obra cumbre de Mark Waid y Alex Ross en la que se muestra un futuro del Universo DC que ningún héroe querría vivirr. ¿Será el regreso de Superman y Wonder Woman la única posibilidad de salvación?

L

a década de los 90 es conocida por el nacimiento de la editorial Image y la aparición de un grupo de autores, con Rob Liefeld a la cabeza, que con su trabajo revolucionaron la industria del comic book americano. Su éxito se caracterizó por ofrecer ilustraciones espectaculares, mucho músculo, más violencia de lo habitual pero relegando el argumento a un segundo plano. El resultado fue una explosión de ventas inicial tan espectacular como lo fue el fracaso posterior de este tipo de negocio. El refrán de “mucho ruido y pocas nueces” se pudo aplicar a multitud de títulos y publicaciones que a finales de esa década provocaron una crisis, tanto de valores como de mercado, en el cómic mainstream de EEUU.

12 

Sin embargo, no todos los autores se vieron contagiados por la vorágine del papel satinado con cuerpos megadesarrollados, pistolones y cartucheras. En 1993 Alex Ross consideró que el tratamiento que muchos de los superhéroes de la Edad de Oro y Plata del cómic estaban recibiendo no era el más digno, e intuyó que el final de aquella moda iba a ser bastante dramático. La manera que tuvo de expresar su opinión ante la perversión que estaban sufriendo los héroes de DC Comics y toda aquella ola de nuevos personajes ultraviolentos se materializó en un guión para una serie limitada. En colaboración con Mark Waid, otro autor enamorado de los personajes de las primeras Edades del comic book, fueron moldeando y desarrollando la idea original. Finalmente, en 1996, bajo el sello de OtrosMundoss, DC Comics publicó Kingdom Come en una limitada de cuatro números. “Ved, os muestro un misterio. No todos hemos de dormir, pero todos hemos de cambiar.”

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA Portada de Alex Ross para la recopilación en edición Absolute de Kingdom Come

RESEÑA

ARGUMENTO El universo alternativo que nos presentan Ross y Waid es la supuesta evolución del espíritu noventero en el medio superheroico. Un mundo donde la Liga de la Justicia se ha retirado impotente ante el empuje de las nuevas generaciones de metahumanos que no tienen escrúpulos a la hora de solventar los problemas, aunque sea con sangre. La población, que al principio acepta y apoya a los nuevos justicieros, asiste a la perversión de los valores que antaño encarnaban los superhéroes. En una década ven cómo los que se consideraban salvadores del mundo actúan como pendencieros sin escrúpulos que incluso luchan entre sí y sin valorar

las consecuencias de sus actos. Esta falta de ética y autocontrol pr ovoca un desastr e de dim ensiones nucleares que acaba con la vida de un millón de habitantes. Es el momento en el que las viejas glorias superheroicas deciden tomar cartas en el asunto, impartir justicia y pararle los pies a los m etahum anos ir r esponsables. Y así ocurre, Superman y los suyos actúan de manera eficaz e inexorable pero al mismo tiempo cometen un gran error: ellos mismos hacen de jueces, jurado y verdugos de los culpables sin contar con aquellos a los que una vez prometieron proteger, el ciudadano de a pie. Los héroes actúan de manera tan autoritaria que los villanos clásicos como Lex Luthor, Vandal Savage,

Catwoman y otros, organizados bajo el nombre de Frente de Liberación de la Humanidad, ven la oportunidad perfecta para terminar de una vez por todas con el predominio de los héroes y sin el rechazo de la ciudananía. La trama se desarrolla de tal manera que todo conduce a una inevitable confrontación de trágicas consecuencias entre los diferentes bandos a los que no podemos definir ¿Quién es el héroe y quién el villano? Un final que, por cierto, ya estaba predestinado. Para analizar con mayor detenimiento los entresijos de Kingdom Come hay que matizar quién conforma esas facciones enfrentadas. Por tanto, repartiremos a los protagonistas en distintos grupos para entender mejor su comportamiento.

IZQUIERDA El Superman de Alex Ross DEBAJO Escena de Kingdom Come con Norman McCay ante El Espectro

NOVIEMBRE 2013 

13

RESEÑA

VENGA A NOSOTROS TU REINO

LOS DIOSES

Toda la obra de Kingdom Come, desde el título hasta la composición de la trama, está rodeada de una atmósfera religiosa, más concretamente basada en el libro del Apocalipsis. Los pasajes bíblicos y las imágenes proféticas que aparecen en diferentes momentos de la historia nos advierten del carácter catastrófico en los que se van a desarrollar los acontecimientos. Importantes para entender este concepto apocalíptico son tres personajes que aparecen a lo largo de la miniserie.

“Y vi a los siete ángeles que estaban frente a dios…

El primero es Wesley Dodds, el que fuera Sandman, quien tiene unas visiones proféticas de lo que podrá ocurrir si nadie pone remedio a la caótica situación a la que se ve abocada la humanidad. El segundo es el Espectro, la encarnación de la ira de dios que se presenta en la Tierra porque pronto tendrá que castigar a alguien por cometer un grave mal, pero para ello necesita a un agente que juzgue y sentencie. Es aquí donde tenemos que hablar de Norman McCay, un pastor protestante en horas bajas que atiende las plegarias de Dodds antes de su muerte heredando sus visiones. Dodds será los ojos del lector a lo largo de la historia de Kingdom Come y quien a la postre, y sin desearlo, sea el juez elegido por el Espectro para que dictamine sentencia sobre el destino de la humanidad. En un mundo donde los designios de la humanidad están en manos de los superhéroes del pasado, del futuro y los villanos, un simple mortal se encargará de valorar quien es el culpable del aciago destino que le espera al planeta. No es un dios quien juzga a los mortales, es justo lo contrario, un mortal que camina entre seres superiores para administrar justicia.

14 

Y otro ángel llegó y se posó en el altar, y tenía un incensiario de oro… Y el ángel tomó el incensiario y llenó de fuego del altar… Y los siete ángeles se prepararon para hacer su llamado…” El trasfondo divino de la trama sitúa a la par a los superhéroes con entidades no terrenales, capaces de hacer lo mejor y lo peor por la humanidad. En Kingdom Come las visiones de Dodds y McCay que se aprecian a lo largo del cómic muestran un futuro aciago e inevitable por el que alguien debe responder. Por tanto, toda la historia se envuelve en una atmósfera mística y de carácter religioso que le otorgan suma relevancia como pocas veces ha ocurrido. Si son los superhéroes los que provocarán el armagedón que se vaticina, entonces ellos deben tener un protagonismo esencial para entender las causas de ese trágico destino. Los dioses en esta obra son los héroes del pasado, aquellos que aún se les recuerda pero que la memoria comienza a borrar (De hecho un camarero disfrazado de Linterna Verde dice que él podría pasar por un buen Flecha Verde, un ejemplo de cómo la sociedad va olvidando quién es quién). El accidente nuclear provocado por los metahumanos, con Magog a la cabeza, fuerza el regreso de los superhéroes retirados. Sin embargo, estos no retornan bajo una misma bandera. Superman lidera a un grupo compuesto por héroes como Wonder Woman, Linterna Verde, Flash,

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Power Woman y Hawkman, entre otros, cuya intención es arrestar y reformar a los metahumanos rebeldes. Mientras que Batman, Flecha Verde, Blue Beetle y Canario Negro forman una facción que ya lleva tiempo trabajando por mejorar la situación y que no quieren seguir el ejemplo de Superman. Pero ¿Por qué estas diferencias? Superman y los suyos llevan tiempo alejados del contacto con la humanidad. Tras la muerte de Lois Lane, Clark decidió retirarse a su Fortaleza de la Soledad y olvidarse del resto del mundo; Wonder Woman hizo de embajadora de la paz, pero falló en su cometido y ha perdido su condición de princesa de Themyscira; Green Lantern vive en una fortaleza espacial esmeralda, preocupado más de las amenazas exteriores que de las terrestres; Hawkman ha optado por proteger la naturaleza de aquellos que la destruyen y Flash se dedica a vigilar Keystone City, pero se ha convertido en la viva encarnación de la velocidad y nadie puede reparar en su presencia… En definitiva, el grupo liderado por Superman ha perdido parte de la empatía con el resto de los humanos y aunque sus intenciones son buenas, no comprenden las necesidades del resto de los mortales. Superman intenta convencer a los metahumanos hablándoles de verdad y justicia, pero se trata de su verdad y de su justicia. Aquellos que no comulgan con su palabra son encerrados en un gulag en mitad de Kansas sin previo juicio. Él cree estar luchando por los intereses humanos pero en ningún momento se ha detenido a preguntarles qué es lo que desean. Sus planes de mejorar la situación mundial son tan ambiciosos que se olvida de consultar a quien habita el planeta. Además, los consejos que le da Wonder Woman no son los más adecuados. Ella, que ha perdido su condición

RESEÑA de embajadora de la paz, tal vez no sea la más adecuada para aconsejar a Superman sobre cómo lidiar con los metahumanos peligrosos. Su punto de vista es más marcial de lo que solía ser e incluso Kal-El se da cuenta de que tal vez ese no sea el rumbo a seguir. Por otro lado, los héroes agrupados bajo el liderazgo de Batman prefieren tomar un curso de acción diferente. Bruce Wayne, que no se ha retirado de sus funciones como el resto de la Liga de la Justicia, quiere lidiar con el problema de los metahumanos contando con el resto de las autoridades mundiales y de paso controlar al Frente de Liberación de la Humanidad. Él sabe que los villanos no se quedarán impasibles ante el enfrentamiento entre superhéroes y opta por infiltrarse engañosamente entre sus filas para conocer mejor sus intenciones. Los aliados de Batman son algunos de los componentes de la Liga de la Justicia que no siguen la doctrina de Superman y los hijos de aquellos que se retiraron años atrás, la juventud rebelde. Aunque esta facción es más terrenal y parece estar más vinculada a las necesidades humanas, su radicalismo, orgullo e intransigencia a pedir ayuda del resto de los superhéroes no les permite evitar el Apocalipsis. Es Superman quien en el cuarto número de la miniserie se acerca a Batman para buscar una colaboración mutua y evitar un final catastrófico. Separados no podrán conseguir nada, pero juntos, con el poder de unos y el ingenio de otros, tal vez logren sortear la situación.

que haya un mal encarnado en un grupo o ser, sino que más bien son las acciones conjuntas de diversos agentes las que desencadenan el Armagedón. Claro que, si tuviésemos que otorgar colores entre blanco y negro a los diferentes bandos que componen la obra, pues tal vez nos encontraríamos ante un amplio espectro de grises. Posiblemente Lex Luthor y su FLH sean la organización que mejor podamos definir como villanos. Aparte de su historial como enemigos de los superhéroes, ellos no están muy equivocados al pensar que los metahumanos son más un problema que una solución para la sociedad. Sin embargo, ellos intentan aprovechar el caos creado en el enfrentamiento entre los superhéroes para prender la mecha del desastre apocalíptico. Las fichas sobre el tablero las han dispuesto los propios superhéroes dejando a su libre albedrío a los metahumanos y luego creando el gulag, el FLH sólo tiene que poner al rey en jaque para desencadenar el infierno en la Tierra. Con el Capitán Marvel bajo su dominio, Luthor planta en su cerebro la idea de que todo el mal que está pasando la humanidad es debido a los superhéroes y por tanto su erradicación es el único remedio para que cesen los problemas. Los villanos nunca lo han tenido tan fácil, con uno de sus mayores rivales entre sus filas dispuesto a liderar una revuelta entre los metahumanos encerrados en el gulag para enfrentarse a sus carceleros. ¿No están en pleno derecho a rebelarse aquellos que han sido sentenciados sin haber recibido un juicio antes?

LOS DEMONIOS “Os digo hermanos que la sangre y la carne no heredarán el reino de dios”. En Kingdom Come no encontramos a un antagonista definido que los héroes deban derrotar. Tampoco podemos decir

Ahora que menciono a Billy Batson, él es otra de las consecuencias de todo lo que se ha hecho mal en el universo preapocalíptico creado por Ross y Waid. Es la encarnación del poder de Superman en un cuerpo humano y mortal y por tanto es como si viésemos las dos facciones de

los héroes en un hombre. La desidia, el abandono y la falta de moral que subyace en la sociedad de Kingdom Come afectaron por igual al Capitán Marvel, incluso más. Si los humanos se fueron olvidando de los superhéroes, estos últimos también se olvidaron de uno de los suyos. Sólo Luthor fue quien mostró interés en él, pero para un propósito egoísta: acabar con el predominio superheroico. El villano tenía la herramienta, las malas decisiones de humanos y superhéroes en conjunto la pusieron en funcionamiento. El otro grupo al que podríamos denominar antagonista es de los metahumanos. Aunque son casi innumerables los personajes que aparecen en Kingdom Come, el máximo representante de esta facción es Magog. Alex Ross quiso encarnar todo lo malo de los años 90 en una figura y tomó como referencia al Cable de Rob Liefeld; tuerto de un ojo, con armas enormes, cartucheras y el yelmo de otra de sus creaciones, Estrella Rota. El nombre hace referencia a una figura bíblica que está relacionada con el Apocalipsis, lo que viene a ser una premonición de lo que ocurrirá en el cómic. Magog fue quien mató al Joker en represalia por los asesinatos del Daily Planet. Fue juzgado por ello y declarado inocente, lo que dio pie al retiro de la Liga de la Justicia y a la nueva era de metahumanos sin escrúpulos. Una vez sucede el accidente nuclear de Texas, él es el foco de todas las críticas y el objetivo número uno de Superman para empezar con la reeducación de la última generación de superhéroes. No obstante, Magog se encarga de recordarle al propio Superman que él existe porque el público aceptó su forma de actuar y el Hombre de Acero no quiso cambiar, sino darle la

NOVIEMBRE 2013 

15

RESEÑA espalda a todos y dejar que el mundo fuera a peor. “Por tu culpa el mundo cambió y tú no quisiste cambiar, así que me eligieron, eligieron al hombre que mataba sobre el que no mataba y ahora ellos están muertos.” Magog se siente responsable de sus actos e intenta redimirse, pero también carga la culpa en aquellos que alentaron su comportamiento, tanto a la población con ansias de venganza y sangre como a los superhéroes que prefirieron mirar hacia otro lado. Él fue la figura elegida para rellenar el hueco que Superman y el resto de la Liga de la Justicia no supieron ni quisieron llenar cuando fue necesario. Esto es tanto una crítica de los superhéroes (y sus editoriales) que no supieron adaptarse a los años 90 como a los lectores que se vieron atraídos por el cómic violento de aquella década. Como anécdota hay que añadir que el diseño y el desarrollo de Magog tuvo tanto trabajo que lo que debía ser la encarnación de lo

que los autores rechazaban, finalmente se convirtió en un personaje al que le cogieron especial cariño. LA REDENCIÓN Waid declaró en su momento que “la redención es la fuerza conductora de la serie” y es básicamente la moraleja de Kingdome Come. No se trata de una lucha del bien contra mal, sino de asumir lo que cada uno ha hecho mal y corregirlo, por tanto se trata más de la lucha contra uno mismo. En este cómic son muchos los que tienen que revisar sus actos: los humanos, los superhéroes, los metahumanos… Superman, que es el hilo conductor de la miniserie, es quien se da cuenta de que el comportamiento habitual de él y los suyos no va a solucionar los problemas a los que se asoma el planeta. Debe ser mediante la reflexión y la colaboración mutua de los arriba implicados lo que de por finalizado el Apocalipsis, es decir, crear un nuevo paradigma. Sin embargo, todo cambio o nacimiento viene precedido de una muerte. Aquí son varias las

DEBAJO El enfrentamiento de Superman y Shazam uno de los momentos cumbres de Kingdom Come

16 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

muertes que llevan a ese cambio de mentalidad global y al nacimiento de un nuevo Superman: Lois Lane, el millón de habitantes de Kansas, los superhéroes y por puesto Shazam. Él, una vez más, es la encarnación de la pérdida por parte de todos los bandos implicados: Billy Batson es la herramienta de los villanos, pero también es un humano y un superhéroe. Al final el Espectro no imparte ningún castigo porque todos ya han sufrido y perdido lo suficiente y definitivamente han aprendido la lección. Los superhéroes deben adaptarse a los nuevos tiempos, pero nunca sin abandonar su moral. La historia de Kingdom Come muestra una humanización de los dioses, que tienen defectos y se equivocan, que no son infalibles. Se trata de una cura de humildad y de concienciación por parte de los héroes de DC que finalmente terminan aprendiendo de sus errores. EL EPÍLOGO En la edición de coleccionista de la miniserie se incluyó un epílogo en el que Superman y Wonder Woman, ahora

RESEÑA

casados, se reunen en el restaurante Planeta Krypton para comunicarle a Batman que esperan un hijo. Pero más allá de darle la buena nueva, Diana también quiere que el Caballero Oscuro sea el padrino de la criatura para que les ayude en la educación del que posiblemente será el ser más poderoso de la Tierra. Tanto Wonder Woman como Superman creen que necesitan de la catadura moral de un mortal como Wayne para que enseñe a su futura hija lo que a ellos no se les ocurriría. Así, en este epílogo comprobamos que de todos los errores que se cometieron durante Kingdom Come, los superhéroes han aprendido la lección y de nuevo tanto seres inmortales como humanos colaboran por el bien común. Si el Apocalipsis terminaba con la muerte de Billy Batson y otros tantos metahumanos, el nuevo mundo vendrá acompañado de nuevos héroes. PERSONAJES Y REFERENCIAS Ross y Waid crearon una historia muy crítica con los superhéroes del momento, pero sólo quien lo hace desde el cariño lo consigue sin que sea un ataque frontal, desmedido y sin moraleja. Podemos decir sin lugar a dudas que ambos autores son unos enamorados de los personajes de los primeros años de DC (y demás compañías de comienzos y mediados del siglo XX) y no quisieron dejar pasar la oportunidad de expresar todo ese respeto y amor en este cómic. Aunque Kingdom Come está situado en un universo paralelo y futuro, los autores incluyeron toda una pléyade de personajes nuevos y clásicos adaptados a la historia que enumerarlos sería una tortura para quien suscribe este artículo. Es como si ambos autores quisieran construir ese futuro alternativo de DC con el pasado, sin olvidar nunca los orígenes. El resultado no pudo ser más

acertado y espectacular; entre la inclusión de personajes semi-desconocidos, nuevos diseños, clásicos del pasado, personajes de otras editoriales (incluida Marvel), de series de TV, películas y el arte de Ross, el despliegue visual e histórico es digno de repasar y admirar una y otra vez. Para aquellos a los que les guste deleitarse en los detalles de las viñetas, Kingdom Come es la Biblia de las referencias al comic book americano. Estas son algunas de las más curiosas: - En una pared aparece pintada la frase “Who watches the Watchmen?” (¿Quién vigila a los vigilantes?), la famosa frase de la obra de Alan Moore. - En una vitrina de objetos vintage aparece un ejemplar de Under the Hood, el libro escrito por Hollis Mason, el primer Búho Nocturno de Watchmen. - Superman está acompañado en la Fortaleza de la Soledad por un perro, un caballo, un gato y un mono, clara alusión a los súper animales Krypto, Comet, Streaky y Beppo. - La cantante Björk aparece dos veces en la miniserie: en un cartel de la ciudad y observando sonriente el regreso de Superman.

esta vez sin la colaboración de Ross y sin la misma repercusión que la obra original. Y años más tarde, este último autor quiso darle un final cerrado a la obra y de paso aclarar algunos detalles relacionados con la matanza del Joker en el Daily Planet y su muerte a manos de Magog. Esta historia tuvo lugar en el One Shot JSA Kingdom Come Special “Superman” y Justice Society of America Vol.2 #22 (Febrero de 2009). Pero aparte de la conclusión definitiva de Kingdom Come, la miniserie también sirvió de inspiración para incorporar algunos de sus personajes, o sus rediseños, en la serie de la JSA, aunque algunos de ellos ya lo habían hecho con anterioridad: Lightning (hija de Black Lightning), Magog, Jakeem Thunder, Tomcat (hijo de Wildcat), Judomaster y Cyclone (nieta de la Tornado Rojo original) han sido algunos de ellos. Y evidentemente, todo éxito comercial siempre viene acompañado de sus productos derivados, y Kingdom Come no ha sido una excepción. Sin olvidar tampoco las interpretaciones cinematográficas que los fans de la obra han realizado al respecto. EL SUPERMAN DE KINGDOM COME

- Phil Sheldon, el protagonista de la serie limitada Marvels, forma parte del grupo de periodistas que entrevistan a la Liga de la Justicia en su regreso. EL LEGADO El éxito de Kingdom Come fue tal que, aun siendo una historia de un OtrosMundos (aunque más tarde DC aclaró que los acontecimientos de la obra tuvieron lugar en Tierra-22, el universo de origen de la Legion de Superhéroes), mucho de lo que allí sucedió tuvo repercusiones en el universo DC posterior. En 1999 Waid escribió una secuela de la obra, The Kingdom, pero

Como suele ocurrir en todos los OtrosMundoss, los héroes protagonistas son presentados con rasgos diferentes a sus contrapartidas más habituales. En el caso de Kingdom Come tenemos a un Clark Kent ya entrado en años, con unas canas que definen claramente esa veteranía. Tal vez la muerte de Lois Lane haya contribuido a esa vejez física, y es que a menudo un trauma severo afecta físicamente a algunas personas y no sería descabellado pensar que Superman haya pasado por lo mismo. Al menos él mantiene su luto y expresa su sentir llevando esa

NOVIEMBRE 2013 

17

RESEÑA

nueva S en el pecho con fondo negro. Además, debemos agregar que su prolongada exposición al sol a lo largo de su vida lo ha convertido en un ser mucho más poderoso (si cabe) e incluso inmune a la kryptonita. Todo este desarrollo de poder en Superman lo convierte en un individuo invulnerable pero se contrapone con su erosión de las habilidades sociales. Este superhéroe dolido y decepcionado ha preferido dejar de lado a la humanidad y retirarse a la soledad de su Fortaleza, acompañado solamente de sus mascotas. Tanto tiempo alejado del contacto humano lo ha convertido casi por completo en un extraterrestre que no entiende las necesidades humanas. Como ya he mencionado anteriormente, cuando Superman regresa a la vida pública, toda decisión que toma lo hace sin valorar las consecuencias y cada paso que da acerca más a la humanidad al Apocalipsis. Por tanto, tenemos como protagonista de la historia a un superhombre que a pesar de realizar acciones heroicas, cada una de ellas y en su conjunto repercuten para mal en la humanidad. Podemos decir que es la antítesis de lo que estamos acostumbrados a ver en las páginas de un cómic de superhéroes. Sólo al final, cuando el pastor McCay le revela a Superman de las posibles consecuencias de un enfrentamiento entre metahumanos, Clark se da cuenta de que no pueden seguir comportándose como lo han hecho desde el regreso de la Liga de la Justicia. Por primera vez desde hace mucho tiempo escucha a un mortal (en contraposición con los consejos erróneos de Diana) y decide hacer caso a sus palabras. Superman comienza aquí una reconciliación con la humanidad, pero antes de completarla debe pasar por una nueva redención en compañía del resto de metahumanos, ver como cientos de los suyos perecen ante sus ojos por su incapacidad a enfrentarse a los problemas desde el principio sin atender a otras opiniones, como por ejemplo la de Batman.

ARRIBA Kal-El reúne a su equipo antes de la gran batalla final

Guión: Mark Waid, Alex Ross Lápices: Alex Ross Tinta: Alex Ross Color: Alex Ross Portada: Alex Ross Contiene: Kingdom Come #1-4 Formato: tomo recopilatorio (Absolute) de 344 págs. Fecha original de publicación USA: 1996.

Una nueva etapa comienza en la vida de Superman, y tanto en el epílogo de Kingdom Come como en las páginas finales de los números de la JSA en las que él aparece, el ciclo de vida y muerte se repetirá una y otra vez, aprendiendo siempre en cada una de ellas. MARCOS MARTIN.

18 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Fecha publicación España: 2007 Editorial: Planeta de Agostini. Precio: 30,00€

RESEÑA

SUPERMAN:LEGADO Mark Waid redefine al Hombre de Acero de principios del siglo XXI.

L

o bueno de los cómics es que si la historia te atrapa y te seduce, da igual que no forme parte de una continuidad específica, o que fuera escrita hace unas cuantas décadas y pueda parecer fuera de tiempo. Las grandes historias están ahí para disfrutarlas en cualquier momento y hacer que veamos con otros ojos, o tal vez por primera vez, a esos personajes que a la postre se convierten en nuestros favoritos. Superman: Legado es la historia del origen de Superman. Sí, “una más” podrá pensar alguno que otro, y puede que no sea la más original en cuanto a la trama porque ya se sabe, es una versión publicada en 2003 de

lo que todos ya sabemos: génesis y aparición del primer superhéroe en la Tierra. Pero entonces ¿qué tiene de interesante esta obra? Personalmente el interés radica en cómo se cuenta quién es Superman, el por qué de sus motivaciones mientras asistimos al viaje interior del ARRIBA mayor superhéroe de todos los tiempos. El caracter icónico Porque, aunque Superman sea un extraterrestre, siempre se le ha visto como un humano (muy poderoso) más. De hecho, su nombre así lo indica pero a Mark Waid le intrigaba qué se le tenía que pasar a Kal-El por la cabeza cuando dejase la adolescencia y se adentrara en el mundo de los adultos. Un chico muy poderoso, aunque lejos de su tierra natal y separado trágicamente de sus padres biológicos, en un mundo donde aparentemente es igual al resto de la gente pero que sabe conscientemente que en realidad es bastante diferente. Por tanto, el interés de Waid se centró en construir una historia alrededor de la identidad de Kal-El/ Clark Kent/Superman.

e inspirador de Superman queda patente a lo largo de toda la obra de Mark Waid.

DERECHA Muestras del trabajo del excelente dibujante Leinil Francis Yu.

NOVIEMBRE 2013 

19

RESEÑA

LOS PADRES No hay duda de que el papel de los padres supone una base importante en el desarrollo de un hijo, y por tanto Waid consideró que la presencia de los progenitores de Kal-El/Clark debía ser fundamental en la historia. La primera pareja de padres, Jor-El y Lara, son representados casi de la manera clásica y original; ambos preocupados por el devenir de su hijo en un mundo, Krypton, sentenciado a muerte. Sin embargo, resulta interesante que esta pareja de personajes se muestra con los roles ligeramente cambiados. Si bien a menudo es la madre la más reticente a abandonar a un hijo, en esta historia es Jor-El quien se muestra dubitativo a la hora de lanzar a su hijo al espacio en una cápsula hacia un

destino incierto. Es Lara entonces quien saca el coraje para convencer a su marido de que las posibilidades de supervivencia de Kal-El están lejos de Krypton. Además, no olvidan de incorporar una especie de tableta en la que se narra la historia de su civilización, para que su hijo conozca en el futuro sus orígenes. No obstante, veremos que este comportamiento no es único en los padres biológicos, sino que también se aprecia y se desarrolla aún más en sus padres adoptivos.

le impide ir más allá. Su profesión lo sitúa en África para cubrir un conflicto entre dos tribus en la que una intenta dominar a la otra mediante la extorsión, la violencia y acabar con su identidad. Es en mitad de esta guerra que nuestro héroe, gracias a Kobe Asuru, el líder de la tribu oprimida, se conoce mejor así mismo y decide cambiar el rumbo de su vida. Y es aquí donde entra la otra pareja de padres, los adoptivos Kent. Ambos se muestran casi de la misma manera que Jor-El y Lana, aunque en este caso Martha es la especialista en tecnología ya que ella es quien mejor se maneja con el ordenador e internet. Cuando Clark les cuenta que quiere cambiar el curso de su vida y dedicarse a ayudar a los demás embutido en unos ropajes heredados de su familia original, Martha le muestra todo su apoyo mientras que Jonathan es más reticente. Él lo ha tratado y criado como un hijo y ahora quiere seguir el legado de una familia que por algún motivo lo tuvo que abandonar. Su padre terrestre comienza a verlo como “el otro”. Pero Clark no pretende sustituir su parte humana por la kryptoniana, sino combinarlas, pero para ello necesita una doble identidad, una privada en Metrópolis y casi intrascendente, el disfraz con el que oculta tras unas gafas, traje y timidez extrema al verdadero héroe. Otra como personaje público al servicio de la humanidad, sin máscaras y con su emblema familiar, la gran S, por bandera. Existe una tercera identidad, aunque deberíamos hablar de la primera, que utiliza en Smallville donde se muestra tal y como ha sido criado por sus padres, el Superman sin disfraz. La idea de Clark no es segregar o rechazar una parte de sí mismo, es construir una persona a partir de su origen kryptoniano y su cultura humana.

Clark no tiene definida su identidad. Sabe que atesora un gran poder del que puede sacar provecho, pero cada vez que lo ha mostrado, aquellos que le rodean le miran desconcertados ante lo que una vez fue conocido y ya no lo es. No ven a Clark, ven a alguien desconocido, extraño. Aquí Waid hace uso del recurso que Philip Wylie utilizó para Gladiator, el que se considera el primer superhéroe; el hombre con poderes como figura incomprendida y rechazada por la sociedad. Así que Clark se dedica a trabajar como periodista para asistir a los acontecimientos pero no influir en ellos. Su miedo al rechazo

20 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

RESEÑA

Aunque esto pueda parecer una mezcla confusa de identidades, en realidad es una traslación casi literal de la definición que algunos autores tienen sobre la identidad, que “se comporta como algo relativo, como un núcleo plástico capaz de modificarse a lo largo de la vida y el desarrollo, lo que permitiría al ser humano tener la capacidad de comportante de formas diferentes según el contexto en el que deba actuar“. CLARK REPORTERO Esa doble identidad que quiere construir Kal-El en Metrópolis se basa en opuestos. Si Superman es determinado, valiente, poderoso y seguro de sí mismo, el Clark Kent que vive en la ciudad debe ser todo lo contrario: inseguro, débil, tímido, con un perfil tan bajo que nadie repare en él y descubra quien es en realidad. Es más, para reforzar esta imagen se le añade como contrapunto a un personaje con carácter como es Lois Lane. Ella es la periodista más importante del Daily Planet y al contrario de lo que suele ocurrir con muchos personajes femeninos, es de armas tomar. No acepta un no por respuesta y no duda en enfrentarse al peligro si la noticia merece el riesgo. El papel de personaje débil y casi vilipendiado es interpretado por Jimmy Olsen y también por el propio Clark Kent, quien se haya cómodo bajo ese perfil. Por tanto, tenemos de nuevo un caso de roles invertidos, la mujer es el personaje dominante mientras que los hombres son los subordinados de apariencia inocente. LEX LUTHOR, EL NO SUPERMAN La identidad de Superman en Legado también se basa en dualidades y

contraposiciones y para presentar al villano por excelencia del primer superhombre Waid no cambia de estrategia. Lex Luthor tiene los mismos orígenes que Clark, el pueblo de Smallville, pero quienes una vez fueron grandes amigos cambiaron el rumbo de sus vidas para convertirse en lo opuesto del otro. Kent recibía el apoyo y cariño de su humilde familia a la vez que era uno más de la comunidad estudiantil de su pueblo. Sin embargo, Lex era el hijo de un millonario poco preocupado por su hijo y cuya carencia de afecto era sustituida por dinero y bienes materiales. Además, el joven Luthor era la mente más brillante de todo el instituto, pero también el bicho raro del que todos se mofaban, todos menos Clark ¿Por qué? Porque tal vez ambos eran “el otro”, Lex el friki paranoico, Clark el alien. Pero la vida de adultos ha cambiado a ambos. Lex ya no recuerda al Clark de Smallville y mientras éste se ha convertido en un millonario y reconocido ciudadano de Metrópolis, Clark es nuevo en la ciudad y un completo desconocido. Pero nuestro héroe sabe que Lex es un ególatra que hará lo que sea para acabar con su incómoda presencia y evitar que se convierta en el nuevo salvador de la ciudad. Ese puesto le corresponde a Luthor y no a un extraño, a un “alien”. Por tanto, Luthor se propone presentar al nuevo héroe como una amenaza para la ciudad; no por lo que haga, sino por lo que es, un desconocido de otro planeta que se hace pasar por humano: “Not one of us” (No es de los nuestros) dice un titular del Daily Planet, lo que resume en pocas palabras cómo la maniobra de Lex surte efecto. Porque ¿qué puede ser más siniestro que alguien que se parece a nosotros pero que en realidad no lo es? Lo familiar que se vuelve extraño. Esto nos recuerda al pensamiento que se fomentó durante la Guerra Fría en los Estados Unidos; cualquier ciudadano podía ser

un comunista, porque físicamente no son diferentes, pero su forma de actuar y de pensar sí y por tanto alguien debía identificarlos para combatirlos. Es Luthor quien realiza esa función. Él señala, el resto teme y rechaza. Es en el binomio Lex/ Clark donde encontramos dos nuevos ejemplos de inversión de roles. En el primero se nos muestra al villano como una figura reconocida en su sociedad, una identidad secretamente trabaja para lograr sus oscuros propósitos. Pero Superman es visto por los habitantes de Metrópolis como un extranjero de confusas intenciones, aunque su propósito real no sea más que ayudar con los dones que su naturaleza le ha otorgado. El villano maniobra desde lo alto de su rascacielos tras las puertas de su oficina sin que nadie repare en su presencia física, mientras que el héroe muestra su verdadero yo abiertamente a la luz del día, ofreciendo su mano a quien necesite ayuda. El segundo ejemplo de inversión es de tipo espacial. Tal como mencioné anteriormente, durante su adolescencia Clark es un miembro intregado de la comunidad de Smallville, mientras que Lex es una especie de paria que sufre un alejamiento de la sociedad autoimpuesto. Pero una vez el joven Kent se traslada a Metrópolis los papeles se invierten; su presencia en el Daily Planet pasa casi inadvertida y sus compañeros a menudo le dan de lado. Sin embargo, Lex es una figura respetable y de notable éxito. Todos saben quién es y lo consideran toda una personalidad en la ciudad. Sólo cuando la gente de Metrópolis observa las acciones de Superman valora su esfuerzo. Lo curioso de la historia es que los ciudadanos son engañados y al mismo tiempo se dan cuenta de ello gracias a la prensa, que televisa los actos heroicos de Superman frente a una falsa invasión kryptoniana. La población no sigue sus propios juicios

NOVIEMBRE 2013 

21

RESEÑA DERECHA En este nuevo origen de Superman no podían faltar los imprescindibles Lois Lane y Jimmy Olsen

de valor ante lo que está ocurriendo en la ciudad para tomar una decisión, ha de confiar en lo que ve en la pantalla para posicionarse. Es entonces cuando Luthor fracasa en su intento de poner a Superman frente a los humanos usando su cultura alienígena como arma. “La verdadera amenaza viene del intento de robar nuestra identidad” dice la hermana de Kobe Asuru en el primer número de Superman: Legado, una frase que resultará profética para el devenir de la miniserie. Los ciudadanos de Metrópolis aceptan a Superman cuando valoran sus acciones y no su naturaleza.

quién le hizo como hombre. Cuando el individuo se conoce a sí mismo y tiene clara su meta no hay obstáculo que se le interponga. MARCOS MARTIN.

EL LEGADO La historia que se cuenta en Legado es una de la búsqueda del yo, en la que Kal-El/Clark no sólo lucha contra sus enemigos sino también contra sí mismo, y esto es casi literal, por encontrar su lugar en este mundo. El héroe siempre es un elemento subversivo en la sociedad por la que combate y siempre hay quien se interpone en su camino para hacérselo más difícil. La singularidad de Superman es que es un kryptoniano adoptado por la civilización terrestre y por tanto su rechazo comienza desde su llegada a la Tierra ¿Por qué ocultan los Kent su verdadero origen? Por miedo a que sea un niño rechazado por la sociedad o perseguido por su gobierno. Los sucesos posteriores así lo confirman, sobre todo cuando se producen las primeras apariciones públicas de Superman. La tarea del héroe, por tanto, es superar este trance y salir triunfante, tal como ocurre. Superman derrota a los falsos kryptonianos y a Luthor para finalmente descubrir su verdadero yo y quién le dio la vida, pero nunca sin olvidar

22 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Guión: Mark Waid Lápices: Leinil Francis Yu Tinta: Gerry Alanguilan Color: Dave McCaig Portada: Leinil Francis Yu Contiene: Superman: Birthright #1-12 USA Formato: tomo recopilatorio de 304 págs. Fecha original de publicación USA: 2003-2004. Fecha publicación: 2006 Editorial: Planeta de Agostini. Precio: 16,95€

RESEÑA

SUPERMAN:IDENTIDAD SECRETA Kurt Busiek y Stuart Immonen relatan una historia alternativa dirigida directamente al corazón del aficionado.

E

l veterano guionista estadounidense Kurt Busiek, responsable de obras como Marvels, Las Historias Jamás Contadas de Spider-man o Astro City, siempre recuerda con gran impacto la presentación en sociedad de Superboy Prime en 1985 en la publicación DC Comics Presents #87, una obra realizada por Elliot S! Maggin y Curt Swan y ligada al “crossover de crossovers” hilado por Marv Wolfman y George Pérez en Crisis en Tierras Infinitas. Este primer contacto con el personaje se convirtió en fascinación para Kurt Busiek degenerando esta posteriormente en el germen de una idea reiterativa y obsesiva que se acabaría traduciendo casi veinte años después en Superman: Identidad

Secreta. El Clark Kent alternativo de Elliot S! Maggin y Curt Swan había nacido en un universo paralelo dónde no existían superhéroes, los personajes del Universo DC eran verdaderamente ficciones y fantasías de cómic, como en nuestro mundo, aunque pronto los superpoderes de Kal-El despertarían y le ayudarían a unirse a la batalla definitiva para preservar el multiverso de la destrucción y muerte que representaba la amenaza del Antimonitor. La desaparición de su planeta de origen acabaría teniendo en su carácter cambios dramáticos convirtiéndose en sucesivas apariciones en uno de los más terribles supervillanos del Universo DC capaz, literalmente, de alterar la realidad a puñetazos como se descubrió en 2005 durante el evento Crisis Infinita.

ARRIBA Detalle de portada de Superman: Identidad Secreta por Stuart Immonen

DERECHA Clark Kent descubre sus asombrosos poderes

Por su parte, en 2004, Kurt Busiek y Stuart Immonen, nos ofrecían su ya comentada y presente Superman: Identidad Secreta, un OtrosMundos con el cual el popular guionista conseguía cumplir su sueño, contar su propia historia de Superman, una que había perseguido durante años y habría de poner todo su interés en la iconicidad y el poder referencial del primer

NOVIEMBRE 2013 

23

RESEÑA

superhéroe. El primer punto a destacar de Superman: Identidad Secreta sería la situación de su historia, emplazada en nuestro propio mundo, como en la realidad original de Superboy Prime los superhéroes en este relato sólo son un producto fantástico de los cómics y las películas de Hollywood. Pero, en este caso, Kurt Busiek y Stuart Immonen llevan este concepto hasta sus últimas consecuencias, reinterpretándolo y adaptándolo en un curioso e interesante juego de reflejos enfocado sobre la mitología de El Hombre de Acero. El protagonista del relato resulta ser el primogénito de los Kent, una familia normal y corriente de un pequeño pueblo de Kansas, bautizado con sorna por sus propios padres como Clark Kent, un chico que acaba siendo objeto de mofa por parte de sus compañeros de clase y conocidos debido a su simpático nombre. La habitación Clark Kent esta llena de muñecos, posters,

24 

camisetas y todo tipo de merchandising de Superman porque su familia y amigos siempre han encontrado curioso y divertido que se llame igual que uno de los más grande personajes de ficción de la historia. Pero, por supuesto, para Clark Kent la cosa no tiene nada de divertida, aunque todo cambiará cuando en plena adolescencia se despierten en Clark Kent unos asombrosos y sobrenaturales superpoderes comparables a los del mismo Superman, descubriendo tener muchísimo más en común con el mítico superhéroe de lo que él nunca habría pensado. Desde ese momento Clark Kent tendrá que lidiar con los problemas que supondrá su nueva condición, la de haberse convertido en el único y verdadero superhéroe del mundo, y habrá de sobrellevar la necesidad de guardar un secreto tan grande como él mismo

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

mientras busca las respuestas a su origen e intenta lidiar con un mundo que no puede ni debe conocerle. De esta manera, a la hora de abordar un mito como el de Superman, uno de los más importantes y destacados símbolos e iconos nacidos de la cultura pop del siglo XX, Kurt Busiek lo hace a su inimitable manera, apostando aquí por una sorprendente verosimilitud y realismo fantástico, desbordante de magia y emotividad a partes iguales, para adentrarse al mismo corazón de su historia y desde ahí hasta sus mismas entrañas. Este Superman: Identidad Secreta posiblemente sea la obra más personal e íntima de Kurt Busiek, eludiendo en ella la acción superheroica tradicional del género para suplantarla por una épica terrenal y mucho menos convencional, entregándose a la profunda humanidad y psicología con la que

RESEÑA

acaba dotando al relato y a sus mismos personajes y sirviéndose su autor de un enfoque y apariencia realmente llamativa e inesperada. En Superman: Identidad Secreta tenemos un cómic que nos habla de Superman, pero no se centra en el personaje que todos hemos conocido alguna vez ni en el más cercano al gran público pero, sin embargo, hay pocas obras como esta que consigan adentrarse y retener con tanta fuerza la misma esencia y espíritu de El Hombre de Acero. El trabajo realizado por Kurt Busiek y Stuart Immonen en esta historia se traduce en casi un estado de emoción pura, ese sueño y deseo tan humano de poder volar, ese que Christopher Reeve consiguió hacernos creer posible a finales de los años setenta, se vuelve a materializar y hacer más real que nunca en Superman: Identidad Secreta. Esto es posible debido al apego del relato por su perspectiva realista, la cual afronta con una naturalidad y sencillez que no resulta incompatible con su tremenda y desbordante fuerza narrativa. No encontraréis los clichés o tópicos habituales en Superman: Identidad Secreta, más allá de los que se entrelazan con la misma fundación del mito de Superman, porque no resulta este un relato superheroico al uso, no intenta contarnos la enésima batalla entre héroes y villanos. Por el contrario, la obra de Kurt Busiek y Stuart Immonen podría ser el cómic que más se ha acercado, junto al insalvable Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons, a la máxima tan reiterativamente buscada por el género superheroico de hacer creíble y verosímil un mundo real en el que puedan existir los superhéroes. Esto liga con otras aproximaciones de Kurt Busiek al género superheroico, como las mencionadas Marvels o Astro City, pero en Superman: Identidad

Secreta la apuesta fantástica, no menos maravillosa, si resulta más terrenal y humana tratando temas paralelos a esta como la capacidad de inspiración de las figuras heroicas respecto a la sociedad o el miedo, habitualmente traducido en odio, del mundo y las personas hacía lo desconocido e inexplicable. Esta interpretación de Superman, optimista y positiva en términos generales, nos habla de nuestra humanidad, nos habla de la familia, los sueños y esperanzas, nos habla de cosas muy terrenales y cercanas con las que resulta imposible no identificarnos pese a la premisa fantástica que da pie a la trama y la sobrevuela de punta a punta. En realidad, curiosamente, esta visión de El Hombre de Acero construida por Kurt Busiek parece tener un perfil muy deudor de la filosofía de la vieja escuela Marvel Comics, por ello no fomenta tanto la exaltación de la épica superheroica clásica de DC Comics como la del mismo personaje, este Clark Kent, como el Peter Parker creado por Stan Lee y Steve Dikto en los años sesenta, refleja la ambigüedad y dualidad de un superhombre, un prodigio, capaz de poseer un increíble poder que al mismo tiempo resulta para él una gran bendición y un duro peso. En el apartado gráfico, encargándose de los lápices, un excelso Stuart Immonen en uno de los mejores trabajos de su carrera, asumiendo tareas de dibujante, colorista y entintador, todas ellas de manera excelente, consiguiendo hacerse uno con el guión de Kurt Busiek y demostrando sus grandes dotes como narrador. De esta manera, el atractivo trazo sucio e indefinido del dibujante canadiense, capaz de otorgar una dimensionalidad y realismo extra al conjunto de la obra, acaba revestido con un color y un entintado lleno de matices, dominando los grises y las sombras hasta darles vida y creando un retablo expresivo y elegante a partes iguales.

Por lo tanto, la comparsa perfecta para el sentido y emotivo relato en cuatro partes hilvanado por Kurt Busiek, una lectura dada a las interpretaciones, las revisitaciones y relecturas, una obra espectacular en su planteamiento y puesta en escena e impresionante en las distancias cortas porque no cabe en ella más categoría que la de obra maestra. Esto convierte a Superman: Identidad Secreta de Kurt Busiek y Stuart Immonen en una lectura totalmente recomendable, no sólo para el seguidores incondicionales del personaje, sino también para los aficionados al cómic, entusiastas del género superheroico o no, empaticen más o menos con El Hombre de Acero, porque cuando vuelvan la primera página eso no importará, se verán irremisiblemente atrapados por la humana y cálida inmortalidad de un mito. JORDI T. PARDO.

Guión: Kurt Busiek Lápices: Stuart Immonen Tinta: Stuart Immonen Color: Stuart Immonen Portada: Stuart Immonen Contiene: Superman: Secret Identity #1-3 USA Formato: Libro rustica 208 págs a color. Fecha original de publicación USA: 2004. Fecha publicación: 2013 Editorial: ECC Ediciones. Precio: 19,95€

NOVIEMBRE 2013 

25

RESEÑA

LA CAÍDA DE CAMELOT Kurt Busiek y Carlos Pacheco se reunen una vez más para ofrecer su visión del primer superhéroe de la historia.

¿Qué pasaría si la mayor amenaza para la humanidad fuese la presencia de Superman en la Tierra? ¿Sería Superman capaz de abandonar la Tierra para garantizar su futuro? Estas serán las cuestiones que Superman deberá responder en esta epopeya épica escrita por Kurt Busiek y fantásticamente dibujada por Carlos Pacheco. En 2006, las colecciones del Hombre de Acero sufrieron una renovación importante con la incorporación de nuevos equipos creativos que incluían a Geoff Johns y Kurt Busiek en los guiones. Tras una saga escrita a cuatro manos por ambos guionistas, Busiek se quedó en solitario al frente de la serie

26 

Superman y contó con un nuevo dibujante estrella: Carlos Pacheco quien escogió trabajar con Busiek, con quien ya había trabajado en Avengers Forever (Marvel) y Arrowsmith (Image). Este dúo artístico decidió embarcar a Superman en una épica saga en la que la mayor amenaza para el futuro de la humanidad era el propio Superman y su injerencia en los asuntos de la Tierra. La historia nos presenta a Arión de Atlantis, un mago inmortal que tiene una visión en la que la humanidad desaparece víctima de una terrible amenaza cuya existencia se debe a la continuada presencia de extraterrestres, y en especial de Superman, en la Tierra. Para evitar tal futuro, Arión viaja en el tiempo hasta Metrópolis para advertir a Superman de dicho destino y le invita a abandonar la Tierra para que la humanidad pueda enfrentarse por si misma a las amenazas futuras, independientemente del sufrimiento que estas causen. Arión no se limita a advertir a Superman y le plantea un ultimátum, o abandona la Tierra para siempre o él

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA El contemplativo Superman de Carlos Pacheco en un detalle de portada de La Caída de Camelot

RESEÑA

mismo usará su magia para convertirlo en su esclavo y lo utilizará para acabar con todos los alienígenas que residan en la Tierra. Uno de los elementos fundamentales en la mitología de Superman es su herencia alienígena y el grado de influencia que un ser con su poder pueda tener sobre el devenir de la humanidad. Este es un tema tratado en multitud de historias de Superman, con mayor o menor acierto, siendo la más reciente la vista en la película Hombre de Acero. En el caso de La Caída de Camelot el dilema no reside tanto en el hecho de aceptar su herencia kryptoniana DERECHA El terrible e imponente Superman de Carlos Pacheco

o su herencia humana, sino al hecho de que seres ultrapoderosos como Superman se dediquen a salvar a la humanidad de sus enemigos impidiendo que ésta afronte sus propias batallas y evolucione hasta alcanzar un nivel que le permita garantizar su propia seguridad sin necesidad de elementos extraños que lo hagan por ella. Es una premisa interesante que lamentablemente Busiek no explora a fondo y que en última instancia queda reducida a un discurso sobre la voluntad de lucha y superación de los humanos. Paradójicamente, el guionista pone este discurso en boca de Superman, un alienígena que representa todo lo

contrario aunque podría entenderse que es su herencia humana la que le hace adoptar esta posición. Kurt Busiek es un buen guionista que sabe trabajar bien tanto elaborando tramas complejas como desarrollando personajes y algo de ambas cosas hay en esta extensa saga de 10 números. El problema de La Caída de Camelot es que la historia principal, la del enfrentamiento entre Superman y Arión se alarga excesivamente y se ve interrumpida por tramas secundarias que despistan de la historia principal. Episodios como el de los Nuevos Dioses o todo el subargumento dedicado al Sujeto 17, aportan poco al conflicto planteado por Arión ya que sólo sirven para ilustrar el efecto que los alienígenas tienen sobre la humanidad, algo que se podría haber hecho de forma menos forzada usando otros personajes como el Detective Marciano o los Green Laterns. Esto no quiere decir que el guión de Busiek no tenga grandes momentos, que los hay, como todo el segmento dedicado a describir el mundo apocalíptico que Arión quiere evitar, pero el conjunto resulta excesivamente alargado y la historia se hubiera beneficiado con un par de capítulos menos. En la edición española este hecho queda mitigado por haber sido recopilada en tomo, pero en la edición americana se notó más debido a cruces con otras series que alargaron la resolución de la historia hasta los 15 números. Si el trabajo de Busiek tiene algún pero, el de Pacheco es impecable durante toda la saga. El gaditano realiza uno de los mejores trabajos de su carrera en una exhibición de talento y buen gusto. El Superman de Pacheco es elegante y majestuoso y destila poder en todas sus NOVIEMBRE 2013 

27

RESEÑA

apariciones. El dibujante consigue trasmitir a la perfección la épica que impregna todo el relato, gracias a viñetas de gran impacto visual y composiciones de página que enfatizan el carácter heroico de los personajes. En este sentido, destacan los pasajes situados en ese futuro apocalíptico dominado por Khyber donde la crudeza del entorno y de los enfrentamientos sobrecogen más gracias al dibujo de Pacheco. Habida cuenta del gran número de personajes y criaturas que aparecen a lo largo de los 10 números que componen la saga, hay que reconocer que Pacheco sale airoso representando a todos ellos, desde los componentes de la Liga de la

Justicia, hasta los miembros de la JSA, pasando por lo Nuevos Dioses y una colección de monstruos de inspiración Lovecraftiana que aparecen a lo largo del relato, lo que demuestra que este dibujante, en plena forma, es un artista ideal para grandes eventos. A pesar de estos méritos, siento especial debilidad por las escenas más cotidianas que dibuja Pacheco, y su interpretaciones tanto de Lois Lane como de Lana Lang me parecen estupendas y me encanta ese plano de Superman y Lois bailando por los aires para celebrar su aniversario, lleno de elegancia y calidez.

es el entintado de Jesús Merino, sin duda el mejor complemento para los lápices del gaditano. Con las tintas de Merino, el dibujo de Pacheco gana en nivel de detalle y en fluidez de trazo, sobre todo en las figuras humanas. Estamos ante una buena historia de Superman cargada de épica y espectacularidad que resulta demasiado extensa para lo que al final acaba contando, pero que está perfectamente dibujada por un equipo artístico en estado de gracia que demuestra cómo debería ser un gran cómic de superhéroes del siglo XXI. ALEJANDRO UGARTONDO

Una parte fundamental del excelente resultado final del dibujo de Pacheco

DEBAJO Detalle de portada par Superman: La Caída de Camelot de Carlos Pacheco y Jesús Merino

Guión: Kurt Busiek Lápices: Carlos Pacheco Tinta: Jesus Merino Color: Lee Loughridge, Dave Stewart, Alex Sinclair Portada: Carlos Pacheco Contiene: Superman #654-658, 662-664, 667, Superman Annual 13 USA Formato: Libro cartoné, 256 págs. a color. Fecha original de publicación USA: 2006-2007. Fecha publicación: 2012 Editorial: ECC Ediciones. Precio: 24,95

28 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

RESEÑA

SUPERMAN:ORÍGENES

El penúltimo origen oficial de Superman corrió a cargo de Geoff Johns y Gary Frank, quienes ofrecieron una completa y nostálgica retrospectiva de la vida del Hombre de Acero.

E

n el mundo de los superhéroes hay una norma no escrita que dicta que cada cierto tiempo el origen de los personajes debe ser actualizado para encajar con la continuidad en curso de cada universo superheroico particular y, sobre todo, para adecuarse a los gustos y tendencias de los lectores más jóvenes. Con 75 años a sus espaldas, Superman es uno de los personajes que más veces ha visto revisado y actualizado su origen. La última de estas revisiones antes del reboot de DC data del 2009 y sus encargados fueron el guionista Geoff Johns y el dibujante Gary Frank.

Toda historia encargada de explicar el origen de Superman juega con una serie de elementos más o menos fijos que se asumen como fundamentales para comprender a un personaje con una trayectoria tan larga como ésta. Así, la destrucción de Krypton y la llegada a la Tierra como niño, su infancia en Kansas y el paso a Metrópolis en la edad adulta y su encuentro allí con Lois Lane son partes invariables que aparecen siempre cuando se trata el pasado de Superman y de su alter ego Clark Kent. Lo que varía de una versión a otra son detalles que ayudan a ajustar el personaje a la continuidad (algo que en DC no suele durar más de 10 años) y el enfoque que quiera darle el autor de turno. En este caso concreto Geoff Johns apostó por una aproximación que pretendía humanizar al personaje y hacerlo más próximo a los lectores de las nuevas generaciones que habían conocido al personaje a través de otros medios como el cine o la televisión.

ARRIBA Ilustración de Gary Frank para Superman: Orígenes de Geoff Johns

NOVIEMBRE 2013 

29

RESEÑA

A diferencia del origen narrado por John Byrne, que estaba más inspirado por los cómics clásicos del personaje, Geoff Johns se inspira en el Superman cinematográfico para crear su origen del Hombre de Acero. No es de extrañar que Geoff Johns realizara una aproximación tan cinematográfica al personaje y su entorno habida cuenta de su pasado como colaborador de Richard Donner, director de la película de Superman de 1979. Así a lo largo de los seis números de la serie limitada podemos encontrar multitud de referencias a la película y alguna escena directamente sacada de dicho film como la de la primera aparición pública de Superman rescatando a Lois Lane de la caída de

un edificio con helicóptero incluido. Esta deuda con la película no se limita a la labor del guionista, sino que Gary Frank, quien realiza un trabajo excelente en toda la obra, contribuye a ello con una caracterización de Clark Kent clavada a la de Christopher Reeve. Además de las referencias a la película de 1979, también podemos encontrar otras como la que el guionista hace a la serie televisiva protagonizada por George Reeves, con la pose de Superman en la primera foto que le hace Jimmy Olsen, o el hecho de Clark y Lex Luthor fueran compañeros de instituto en Smallville como se vio en la serie homónima. La aproximación cinematográfica de

DEBAJO Imágenes de Superman: Orígenes con lápices de Gary Frank

30 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Johns no se limita al uso de elementos provenientes de otros medios, sino que la forma de encarar la historia y los elementos que maneja también están hechos desde un enfoque cinematográfico. Se puede ver este origen como lo que podría ser el guión para una película jamás filmada de Superman, con elementos muy asequibles para todos los públicos. El ritmo de la historia va aumentando a medida que avanza la serie desde la presentación de Clark de niño hasta el enfrentamiento final contra Metallo, hay mucho desarrollo de personajes y la interacción entre ellos está bien trabajada, las escenas de acción aunque son espectaculares están bastante contenidas y los villanos utilizados (Luthor,

RESEÑA

Metallo, Parásito) están asentados en el entorno de los personajes principales y tienen un origen mundano, evitando referencias a elementos cósmicos y alienígenas y, salvo por una excepción, apenas hay referencias a otros personajes del universo DC. Esto no quiere decir que el trabajo de Johns se aleje de la esencia del personaje, al revés, yo creo que el resultado es una buena amalgama de los elementos que han hecho reconocible a Superman presentada de forma que sea disfrutable por el conjunto de lectores más amplio posible. El único punto de esta historia que se aleja de la perspectiva cinematográfica del personaje es el capítulo dedicado a explicar el primer contacto entre un Clark Kent adolescente y la Legión de Superhéroes del siglo XXX. En este capítulo Johns deja salir su lado más fanboy y devuelve a la continuidad oficial a Superboy, la Legión e incluso a Krypto. Aunque la relación de esta obra con otros medios no acaba en el hecho de haber aprovechado elementos propuestos en cine o televisión sino que

podemos observar también un intercambio en sentido opuesto. La relación laboral de Johns con el guionista David S. Goyer parece haber tenido cierta influencia en la reciente película dedicada al Hombre de Acero (escrita por Goyer) ya que en ella podemos encontrar escenas calcadas directamente de la historia de Johns, como la emotiva conversación entre Clark y su padre adoptivo cuando el primero descubre su origen kryptoniano, u otras que parecen inspiradas por algunos pasajes de esta historia como las de Superman enfrentándose a soldados del ejército USA. Estos no son más que algunos ejemplos de cómo la influencia mutua entre diferentes medios sirve para seguir enriqueciendo la visión de un personaje que ya forma parte del acervo cultural de varias generaciones. ALEJANDRO UGARTONDO

ARRIBA Poster con las portadas de Gary Frank para Superman: Orígenes

Guión: Geoff Johns Lápices: Gary Frank Color: Brad Anderson Portada: Gary Frank Contiene: Superman: Secret Origin #1-6 USA Formato: Libro cartoné, 224 págs. a color. Fecha original de publicación USA: 2010-2011. Fecha publicación: 2013 Editorial: ECC Ediciones. Precio: 7,95€

NOVIEMBRE 2013 

31

RESEÑA

BATMAN/SUPERMAN La nueva cabecera regular de Greg Pak y Jae Lee narra el primer encuentro de Superman y Batman en el Nuevo Universo DC. Otra vez.

D

esde la refundación del Universo DC hemos visto nacer decenas de series que han explorado cada rincón de ese vasto mundo. Y es que las aventuras compartidas de los dos superhéroes más reconocibles del mundo han existido prácticamente en todas y cada una de las épocas que han compartido. La llegada de Batman a los kioscos tuvo casi tanto impacto en los lectores como la de su predecesor, así que un cómic con ambos protagonistas no tardaría en salir. En la primavera de 1941 nacía la serie World’s Best Comics, que por un problema de derechos cambiaría el título en su segunda entrega, llegando así el icónico World’s Finest (Los mejores del mundo). Aunque podríamos llamarlo el primer team-up

32 

de la historia de los superhéroes, también andaba por allí el recién nacido Robin, así que casi podría decirse que aquello fue la semilla de la Liga de la Justicia de América, que tardaría todavía lustros en llegar. La cabecera, con cadencias desde cuatrimestrales hasta mensuales, alcanzaría las 323 entregas cerrando en 1986. Ya entrados en el siglo XXI, la serie Superman/ Batman tomaría el relevo con 87 números en 8 años, cerrando justo con el advenimiento de los Nuevos 52. En este renacimiento de tan insigne cabecera, y pese a la celebración del 75º Aniversario de Superman, Batman ocupa el primer lugar en el título por primera vez. Esto se debe, como no, a que en la actualidad el murciélago goza de unas ventas mucho más saneadas. De hecho, no será muy complicado que las dos series que debutaban en Junio de 2013 (ésta y Superman Unchained) superen en ventas durante un tiempo a Superman y Action Comics. El guionista Greg Pak es una de las pocas nuevas incorporaciones en DC Comics que no ofrece dudas en cuanto a su trabajo, y ha entrado fuerte haciéndose con dos cabeceras de Superman: Action

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA La nueva cabecera regular de Greg Pak y el artista Jae Lee narra el primer encuentro de Superman y Batman en el Nuevo Universo DC

RESEÑA

Comics y ésta. Durante sus años en Marvel siempre ha regalado al lector un nivel de entretenimiento muy alto, como demuestra su larga y exitosa etapa al frente de las aventuras de Hulk. Planet Hulk y World War Hulk quedarán seguro en el imaginario como unas de las mejores sagas del gigante esmeralda. Y para acompañarle tiene a un dibujante de altos vuelos. Jae Lee, al que todavía se le echa de menos en La Torre Oscura de Stephen King, y que viene de hacer la miniserie Antes de Watchmen: Ozymandias. Habiendo debutado en junio de 2013 Superman Unchained y Batman/ Superman, se observan ciertos paralelismos entre ambas series, y no me refiero sólo al apellido de sus dibujantes. Ambos guionistas acumulan éxitos a sus espaldas y ambos han topado con un dibujante con más gancho aún, con un estilo

muy marcado y para el cual deben adaptar su guión. Ambos cómics son emitentemente visuales, Jae Lee y Jim Lee tienen un gran poder en la historia, y de hecho el primero atesora más splash-pages que el segundo. Sin embargo, la diferencia entre ambas series es que Greg Pak ha sabido manejar mejor lo que tenía entre manos. Prácticamente con un veinte por ciento del texto utilizado por Snyder, Pak define estupendamente a sus dos personajes y sus identidades secretas. Como Frank Miller tan bien solía enseñarnos, más valen cuatro palabras bien escogidas, que cuarenta que no digan nada. Y así hace Pak, eligiendo cada palabra con mimo y dejando respirar a las preciosas ilustraciones de Jae Lee. El primer encuentro entre Bruce Wayne y Clark Kent, está tan bien escogido y tan bien narrado que casi

parece fácil hacerlo. En un parque, mientras varios niños están dando una paliza a otro musulmán, Bruce observa impertérrito, esperando a que la victima responda. Cuando éste está a punto de hacerlo aparece Clark Kent para separarlos. En este momento, tanto por lo que hemos visto como por lo que “oímos” dentro de la cabeza de cada uno de ellos, cualquier lector se hace una idea de los ideales y la personalidad de los personajes. Da igual que sepas o no quienes son, en dos páginas Pak te lo ha mostrado. Igual de interesante es el encuentro entre sus álter ego. Esto hace olvidar rápidamente esa cosa rara de la continuidad, ya que nos dijeron que Batman y Superman se habían conocido en Justice League #1. Utilizando la estrategia comentada, el guionista intercala pensamientos de uno con los del otro. De esta manera persigue y consigue dos objetivos.

DEBAJO Página interior de Jae Lee para Batman / Superman

NOVIEMBRE 2013 

33

RESEÑA

Uno, saber qué piensa uno del otro y como esperan enfrentarse a esa “amenaza”. Y dos, mostrarnos como cada uno ofrece respuestas distintas ante un mismo problema. Y de este problema, poco sabemos aún ya que el guionista pretende dejar al lector tan confuso como a los protagonistas. Como ya podía adivinarse por la portada del número 2, estos aún jóvenes Batman y Superman cruzarán caminos con sus equivalentes de Tierra 2. Estos últimos murieron en el primer número de la serie de James Robinson, pero esta historia suponemos que se situará antes de aquello. Tanto este encuentro como el enemigo a batir, aún desconocido, son de carácter sobrenatural, bien escogido por Greg Pak ya que es un ámbito en el que ninguno de los héroes se desenvuelve a gusto. En cuanto al dibujo, hay que empezar (otra vez) dando una colleja a DC Comics. Y es que para sorpresa del lector, y sin previo aviso por parte de la editorial, este número cuenta con la participación de un segundo dibujante, Ben Oliver, que se encarga de las últimas seis páginas. Oliver no deja espacio para ninguna queja respecto a su trabajo, que es muy realista y casa bien con el estilo de la serie. Además su entrada se produce al mismo tiempo que un cambio de registro dentro de la historia, así que no choca tanto el cambio. Sin embargo, es difícil no pensar en cómo de titular es Jae Lee en la serie si ya en el primer número le ayuda otro dibujante. Es cierto que esta historia tiene cinco páginas más de lo habitual, pero esperemos que Lee, pese a ser más lento que otros, pueda ofrecer una buena proporción de los siguientes números y que no acabe sólo en un cincuenta por ciento como

34 

le acabó pasando a J.H. Williams III en Batwoman. Por otra parte, el trabajo de Lee tampoco deja queja alguna. El que le conozca ya sabe como es y el que no, las páginas de la previa dan buena muestra de su arte. Detallista en muchos aspectos, parco en fondos, estático en ocasiones y espectacular en muchas otras. Dada la cantidad de series con dibujantes muy de estilo DC y con poca personalidad, es un gusto poder tener a alguien que puede ofrecer algo distinto. En sus 19 páginas ofrece múltiples soluciones para componer una página, dando en cada momento lo que le pide la historia. Aquí una splash-page, aquí viñetas horizontales de estilo cinematográfico, aquí una intrincada colección de viñetas…mostrando además un buen diseño de personajes. Para Bruce, dado el tiempo en el que se sitúa la historia, la chaqueta militar heredada del Año Uno de Miller. Para Clark, ese peinado relamido a lo Christopher Reeve (aunque con un vestuario más propio del Nuevo Universo DC). Ben Oliver también deja buen sabor de boca en el enfrentamiento que le toca desarrollar en sus páginas. Si él va a ser el sustituto de Lee cuando a éste le ahoguen las fechas de entrega, creo que la calidad sigue asegurada. Siguiendo con la comparación con Scott Snyder y su nueva serie, Greg Pak aquí si ha sabido plantear una historia distinta (a la par que extraña) y de la que el lector se queda con ganas de saber mucho más. En poco espacio ofrece un interesante avance de lo que puede ser la relación entre Batman y Superman, nunca antes explorada de forma tan acertada en los Nuevos 52. Esta serie promete ser digna heredera de la antes comentada World’s Finest y

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

hace honor a la historia de los dos personajes. La entrada de Pak en DC Comics se produce así por la puerta grande, y ya estamos deseando leer su llegada a Action Comics. La peor noticia de la serie para los lectores es sin duda su precio, que se fijará en los 3,99$ en su edición americana, con el número de páginas estándar, y que junto a Superman Unchained serán las primeras en romper una barrera antes inamovible. Esperemos que esto no sea la punta de lanza de una subida de precios generalizada, porque ya es lo que le faltaba a la compañía para crear más polémica entre su público. IVÁN RIVAS.

Guión: Greg Pak Lápices: Jae Lee, Ben Oliver Color: June Chung, Daniel Brown Portada: Jae Lee Contiene: Batman/Superman 1, Batman 19-20 (complementos) Formato: Grapa, 48 páginas Fecha original de publicación USA: junio 2013. Fecha publicación: Noviembre 2013 Editorial: ECC Ediciones. Precio: 3,5€

RESEÑA

SUPERMAN: EL HOMBRE DE ACERO Scott Snyder y Jim Lee unen sus esfuerzos para lanzar una nueva serie del Hombre de Acero en pleno Nuevo Universo DC..

J

unio de 1938, fecha de portada de Action Comics #1. Debuta en el mundo del cómic el primer superhéroe gracias a Jerry Siegel y Joe Shuster. Junio de 2013. Setenta y cinco años después el héroe que maravilló antaño a millones de lectores está más vivo que nunca. No sólo salen al mercado otros dos nuevos números 1 con Superman en su portada, sino que se estrena en cines de todo el mundo El Hombre de Acero, película de imagen real llamada a marcar otra época dorada del kryptoniano en el cine como ya hicieran Richard Donner y Christopher Reeve en 1978. No se puede decir que la editorial no haya puesto toda la carne

en el asador para la ocasión: un número uno unos días antes del gran estreno de la película, su guionista superventas y su dibujante estrella. Esta serie, salvo catástrofe de antoja como uno de los grandes blockbusters de los próximos meses y competirá en lo más alto con el Batman del propio Scott Snyder y de Greg Capullo, la serie más potente y estable del mercado estadounidense. Antes de entrar más profundamente en el cómic, me gustaría atender a ciertos detalles. Considero que los detalles son muy importantes, máxime teniendo en cuenta la relevancia de la serie y que ésta fue anunciada hace ocho meses. Es decir, se supone que todas las partes han tenido tiempo para máximo de sus capacidades. Empecemos por las portadas. Como pudimos ver hace unos días, DC Comics sacará ocho portadas alternativas centradas en diferentes épocas de Superman y dibujadas por gente de la talla de Bruce Timm, Jose Luis García López o Neal Adams. No sólo

ARRIBA El guionista Scott Snyder y el dibujante Jim Lee unen fuerzas para darnos su visión de Superman

NOVIEMBRE 2013 

35

RESEÑA

eso, sino que se ha cuidado al detalle el diseño y la tipografía propias de cada época. Es decir, todo un detalle que honra como es debido los años de historia que ha vivido Superman. Hasta ahí todo bien. Hasta que nos fijamos en el logotipo de la serie. El primer detalle que no alcanzo a comprender es que si la palabra Unchained ya se ha diseñado para portadas variantes con el típico efecto 3D que ha caracterizado el logo de la serie durante toda su vida… ¿por qué no se le aplica en la portada principal? No hacerlo da un aspecto chapucero, en mi opinión. Detalles, detalles. Como muchos ya

aventurábamos en su momento, el nuevo diseño del traje de Superman con un estilo tan propio de Jim Lee haría que pronto se vieran muchas versiones distintas del mismo. Pero que Jim Lee incumpla su propio diseño ya es el colmo. ¿Qué pasó con la S en relieve? ¿Qué le pasa a ese cinturón que parece un hilillo? Sin contar con que, claro está, la armadura no parece una armadura, sino un traje normal con demasiadas rayas. Sigamos con el dibujante y esos detalles. Es un detalle por parte de DC ofrecer algo innovador para un lanzamiento tan especial. Y en este caso se trata de un póster

DERECHA Portada alternativa de Jose Luis García-López

36 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

desplegable que hace las veces de dos viñetas enormes. No lo es tanto castigar al comprador con un sobrecoste de dos dólares, y más si el tan cacareado poster no ofrece nada destacable. Posiblemente se trate de las dos viñetas más grandes de Superman en sus 75 años de historia… ¿y de verdad a Jim Lee no se le ocurrió nada mejor para aprovechar la ocasión? ¿De verdad? No soy yo de los mayores detractores de Jim Lee. Creo que él y sus colaboradores habituales (Scott Williams de entintador y Alex Sinclair de colorista) son capaces de ofrecer experiencias visuales satisfactorias. Su Silencio junto a Jeph Loeb estará lleno de agujeros de guión del tamaño del Gran Cañon, pero allí el dibujante exprimió al máximo sus virtudes. Tampoco Brian Azzarello estuvo muy inspirado en la saga Por el mañana, pero otra vez Lee hizo un buen trabajo. Hablando siempre dentro de sus propias limitaciones, claro, que tiene también muchas. Sin embargo, es ver aquel primer número con Azzarello (Superman #204, junio 2004) y compararlo con éste para comprobar que algo se ha perdido en el camino. Y hablando de guionistas… ¿Qué hay de Scott Snyder? Pues antes de hablar de su trabajo de forma más detallada, habría que atender al patrón que puede observarse tanto en las sagas mencionadas como en otras más recientes en DC como la de la Liga de la Justicia junto a Geoff Johns. Grandes guionistas con otros trabajos ampliamente venerados pero que junto a Jim Lee no son capaces de ofrecer lo mismo. Sin duda es el peor rasgo de este dibujante: encorseta a los guionistas. O quizá los guionistas no sepan explotar las cualidades del dibujante sin olvidarse de ofrecer

RESEÑA

algo distinto. O quizá no les dejen. Sea como fuere, el caso de Scott Snyder es bastante similar al de los anteriores. El actual guionista de Batman, The Wake y American Vampire ya demostró que podía cambiar su registro sustancialmente cuando se produjo su paso de Detective Comics a la serie que hace junto a Greg Capullo, pero Superman obviamente necesita un tratamiento muy distinto al que hasta ahora ha distinguido a Snyder en DC Comics. ¿Y lo ha logrado? Sí, nos encontramos ante un tebeo de Superman sin lugar a dudas, pero Snyder lo ha conseguido a costa de desprenderse de lo mejor de sí y enfatizar lo peor. Uno de esos puntos negativos del guionista que ya he comentado en alguna ocasión es la excesiva verborrea de sus personajes. Pero verborrea mal entendida. No

hablamos de ésa que podemos ver en algunas películas de Quentin Tarantino ni de ésa por la que tantas críticas ha recibido Brian Michael Bendis. Las anteriores humanizan a los personajes y logran acelerar el ritmo de cada secuencia. Las de Snyder aportan poca información y convierten en poco creíbles ciertas secuencias. Así ocurre en la secuencia inicial, en la que Superman y dos astronautas no paran de hablar mientras caen a La Tierra desde el espacio. Si acaso Superman tiene el poder de hablar por la radio de los astronautas, nadie nos ha informado de ello. Así ocurre en alguna otra secuencia menor, en la que Snyder satura los diálogos hasta hacerlos aburridos. Mejor le hubiera ido centrándose en los hechos y dejando lo poco importante y lo anecdótico en el cajón. Porque no haciéndolo, Snyder nos

presenta este número como si cualquier fuera cualquier otro. Bien podría ser el Action Comics #568 o el Superman #245 aquí no hay nada que sorprenda a un lector que, no os quepa duda, será el lector de siempre. De hecho, el propio guionista parece aceptar el hecho de que nadie que vea El hombre de acero va a comprar su cómic, porque no hace ningún esfuerzo por captar la atención de un neófito o de alguien poco versado en la historia de Superman. No me entendáis mal, estoy en desacuerdo con iniciativas como la del Nick Furia negro del Universo Marvel o la adaptación del uniforme de Ojo de Halcón a los requisitos que impone Disney, pero hay un camino intermedio. Recuerdo ahora iniciativas tan exitosas como Batman: The 10-Cent Adventure de Greg Rucka. Allí si veíamos un plan bien orquestado para captar nuevo público. Un cómic de 22 páginas a 10 céntimos que no sólo introducía al lector en la mitología de Batman, sino que ofrecía un guión sólido y un final

DEBAJO Escena de Superman: El Hombre de Acero de Scott Snyder y Jim Lee

NOVIEMBRE 2013 

37

RESEÑA DERECHA El Superman de Jim Lee en plena acción

potente para lectores asiduos. En su lugar, aquí tenemos un cómic de cinco dólares con un guión que no ofrece nada nuevo y que se imbrica demasiado en el Nuevo Universo DC, dejando al lector la responsabilidad de conocer ciertos hechos sucedidos en los Nuevos 52. Lex Luthor está en la cárcel… ¿por qué? Clark ya no trabaja en el Daily Planet…¿y eso? Son muchos interrogantes que podrían no importar si la historia ofreciera algo más en qué pensar al lector. Si ponemos a tope nuestro suspensómetro de la incredulidad, este primer número de Superman Desencadenado puede ser divertido. Pero cuando el guionista es Scott Snyder hay que subir el listón. Porque sabemos que es capaz de hacerlo mucho mejor. Si fuera Scott Lobdell ni me molestaría, pero Snyder no ha sabido captar mi atención demasiado en esto número. Corrijo, si lo ha hecho, pero para mal con algunos puntos en el guión que no comprendo. Si una estación espacial cae a la Tierra… ¿por qué la mejor solución es partirla por la mitad? De hecho, que los astronautas caigan de la nave parece consecuencia de esto, a falta de una explicación mejor. En cuanto a la amenaza presentada, es creíble y seguro que hará sudar tinta a Kal-El, pero es una solución muy manida para aquellos que hemos leído cientos de historias de Superman. Sabíamos que Jim Lee no aportaría nada nuevo al personaje, pero de Scott Snyder esperaba algo más. Quizá el guionista lo que pretende es tejer una historia de largo recorrido, pero me temo que si no acelera pronto su público se acabará yendo igual de rápido que el de la Justice League de Geoff Johns. Se lleva un aprobado raspado porque quiero ver que ofrece la segunda entrega, pero sinceramente, tengo en la estantería decenas de cómics de Superman mejores que éste y no le voy a dar

38 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

mucha cancha a una serie que ni sorprende ni emociona. IVAN RIVAS.

Guión: Scott Snyder Lápices: Jim Lee, Dustin Nguyen Tinta: Scott Williams Color: Alex Sinclair, John Kalisz Portada: Jim Lee Contiene: Superman Unchained #1 Formato: Grapa Fecha original de publicación USA: 2013. Fecha publicación: Noviembre 2013 Editorial: ECC Ediciones. Precio: 2,50€

RESEÑA

SUPERMAN / WONDER WOMAN Charles Soule, nuevo valor en alza en DC Comics, se enfrenta al reto de escribir la primera serie que protagoniza la pareja más famosa del momento.

E

n el número 12 de la Liga de la Justicia, entre bombo y platillos de toda la prensa (incluida la generalista) Geoff Johns haría que Superman y Wonder Woman se dieran su primer beso en este Nuevo Universo DC. Nada que no hubiera ocurrido en otras épocas, pero ya se sabe que la maquinaria publicitaria ha ido creciendo de manera inversamente proporcional al número de lectores. Desde que eso ocurriera hace un año, aunque haya existido voluntad por parte de la editorial de explorar esta relación como en Young Romance: A new 52 Valentine’s Day Special, parece que el resto de guionistas implicados en las vidas de ambos protagonistas

no han tenido muchas ganas de hablar del tema. Con tres series mensuales en solitario y una compartida con Batman, las apariciones de la amazona han sido escasas y sin mucha relevancia. Si acaso ha sido Scott Lobdell el que ha utilizado en algún punto la relación, enfrentando incluso a Superman con Orion (ahora convertido en secundario de la serie de Diana) De Wonder Woman ya ni hablemos, donde Brian Azzarello ya ha dejado claro sin morderse la lengua que al kryptoniano no lo quiere ver ni de lejos. Así pues el más interesado en hacer avanzar esa historia ha sido Geoff Johns, celestino de la pareja, que ha sabido sacar gancho al tema en forma de reticencias por parte de Batman y del Gobierno de Estados Unidos. El miedo a lo que pudiera suceder en una relación entre dos de los seres más poderosos de la Tierra es, de hecho, uno de los motivos que llevaron a la creación de la Liga de la Justicia de América, el grupo orquestado por Amanda Waller, Steve Trevor y ese extraño ente conocido como A.R.G.U.S.

ARRIBA Así lucía la portada desplegable que realizó Tony Daniel para el primer número.

NOVIEMBRE 2013 

39

RESEÑA

Así pues, para explorar más profundamente la relación entre Clark y Diana y lo que pueden dar de sí como compañeros de armas, llega Superman / Wonder Woman. La p rim e r a s e r i e reg u l ar qu e co mparten los miembros más poderosos de la Trinidad deceíta cuenta con los guiones de Charles Soule. El guionista, que aterrizó hace 6 meses en DC Comics para tomar el relevo de Scott Snyder en La cosa del Pantano, se ha convertido en muy poco tiempo en uno de los más solicitados del mainstream americano y ya cuenta con varias series en DC y Marvel Comics, aparte

de sus proyectos de autor en editoriales independientes. Y el mes pasado, bajo el marco que ofrecía el Mes de los Villanos, probó su valía escribiendo 3 de las mejores historias (Black Hand, Arcane y Lex Luthor) de las 52 ofrecidas, sino las mejores. Es decir, en principio Soule debería ofrecer garantías, pero con casos más recientes como el de Snyder en Superman Unchained, es sabido que en estos casos cuenta mucho también qué es lo que quiera ofrecer la editorial a los lectores. A Soule le acompaña Tony Daniel. El dibujante es uno de esos casos en los que sus ventas son inversamente

DERECHA Clark y Diana, surcando los cielos antes de su primera aventura

40 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

proporcionales a sus críticas. De hecho, en la encuesta que realizamos en Enero en el artículo dedicado a los mejores dibujantes de DC Comics, Daniel sólo recibió 4 votos de entre 1.054. Un glorioso 0,38%. Es decir, para muchos lectores, incluido el que escribe, nos encontramos ante una división de opiniones ya antes de abrir el tebeo . Y al terminarlo pudiera pasar algo parecido, porque aún reconociendo que Charles Soule ha sabido sacar más chicha a Tony Daniel de lo que creíamos, no puede sino quedar la sensación de que podría haberlo exprimido más aún. Así que, con esa extraña dicotomía entre ponerlo un aprobado raspado o un sobresaliente, lo leemos un par de veces más ya aceptando lo que tenemos entre manos. Y así, nos encontramos, para empezar con una buena caracterización de los personajes. Desde luego esto no es una escena alargada de la Liga de la Justicia sin los demás miembros de por medio. No, el guionista sienta las bases en este número para poder ir haciendo honor en los siguientes a la estupenda portada de Tony Daniel. Esa portada triple en la que vemos a todos los personajes más relevantesen las vidas de ambos protagonistasal parecer no será sólo una bonita composición.. Soule aprovecha aquí tanto la situación laboral en la que Scott Lobdell dejó a Clark en Superman (con su salida del Daily Planet a lo Jerry Maguire); como la caracterización de la Amazona que realiza Brian Azzarello en Wonder Woman. Es sabido que durante tiempo la Wonder Woman de su serie no parecía la misma jugar que se juntaba con los demás héroes en la Liga de la Justicia. Quizá durante Trinity War, curiosamente cuando

RESEÑA

tenía que compartir espacio con decenas de personajes, fue cuando más vimos el carácter que Azzarello ha intentado inculcarle a la amazona en sus dos años en la serie. Es decir, por suerte para la serie, ninguno de los miembros de la pareja parece que tendrá más importancia que el otro. Algo bueno para Wonder Woman, ya que así podremos tener una ración más mensual sobre ella y una visión distinta a la de su propia serie. Con Superman eso no es muy necesario, ya que ésta será la sexta

serie en la que aparecerá mes tras mes. Y siendo un éxito Superman Unchained, parece que el mercado estadounidense está dispuesto a acoger más aventuras del Hombre de Acero. La distribución de páginas entre ambos en este primer número está, de hecho, totalmente equilibrada.Una página dedicada a Clark, otra a Diana, otra compartida…está claro que la pareja comparte en gananciales su serie. Y hablando de distribución, Charles Soule ha sabido jugar con ella bastante bien. La historia, contada de forma lineal

DEBAJO En la serie serán de vital importancia los secundarios habituales de Metrópolis y Themyscira

sería la siguiente: durante una cita entre Clark y Diana reciben un aviso de una extraña y poderosa tormenta en Noruega; allí se encuentran con un enemigo inesperado. Contado así suena soso, pero Soule juega bien con los tiempos, fusionando dos escenas bien distintas al final que llegan más al lector así que por separado. Nada nuevo, pero si algo con lo que el guionista juega estupendamente. Así lo hace también con la “cita” entre la pareja, que es sin duda una de las mejores escenas del cómic, cuando Diana le dice a Clark que el poder no sirve para nada si no se entrena y soltándole la frase que encabeza esta reseña. Y de ahí viene esa desazón que comentaba antes, del hecho de que la acción de come el 66% del cómic, y que no es precisamente lo que más gusta de este cómic. No todo el mundo ha de conocer que hacen los personajes en otras series, y aunque Soule eso lo maneja de forma razonable dando datos aquí y allá intercalas entre las conversaciones, seguramente el cómic habría ganado puntos restándole 2 o 3 páginas a la acción. Pero claro, es el problema que siempre conlleva trabajar con un dibujante de estas características. Creo que no es necesario dedicarle una página completa a Superman atravesando un avión, como tampoco lo es dedicarle otra a Wonder Woman recibiendo un golpe dos páginas después. Y si bien es justo dedicarle una doble splash-page a la presentación del villano, ésta se hace menos espectacular si viene precedida de otra. Obviamente todo comprador querrá acción cuando compre este cómic, pero proporcionar buena acción tampoco es fácil,

NOVIEMBRE 2013 

41

RESEÑA

DERECHA Los protagonistas vistos por Tony Daniel en la portada de su cuarta entrega.

hay que coreografiarla bien y planificarla mejor aún, y en Superman / Wonder Woman todo lo bien que debiera…hasta la penúltima página donde Daniel de verdad hace un gran trabajo con el buen final de Soule. Los lápices de Daniel son los que son, no han de sorprender ni positiva ni negativamente a nadie que ya le conozca porque ofrece lo de siempre. Se agradecen ciertos esfuerzos en las expresiones faciales, aunque a veces quedan estropeados por caras que podrían ser de maniquíes o de rayas cuyo único objetivo es disimular el poco tacto del dibujante. Pero en definitiva, el dibujante hace un trabajo correcto y no estropea el cómic, pero como muchas escenas están escritas “para él”, ocurre como con Jim Lee, que uno se pregunta qué sería del cómic dibujado por otro. Este primer número es un comienzo prometedor, y teniendo en cuenta que tampoco Charles Soule empezó a toda potencia en La Cosa del Pantano, cabe esperar que en unos meses tengamos una serie de la que merezca hablar que podamos destacar sobre el resto. Todavía no lo es, pero podría serlo. IVAN RIVAS.

42 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Guión: Charles Soule Dibujo: Tony Daniel Entintado: Matt Banning Color: Tomeu Morey Portada: Tony Daniel Editorial: DC Comics Formato: Grapa, 24 páginas Precio: 3,99 $

CINE

IZQUIERDA El Superman de Christopher Reeve sigue siendo para muchos el único Hombre de Acero

C

ontinuamos la historia de El Hombre de Acero haciendo hincapié en su faceta cinematográfica, desde los seriales de los años cuarenta hasta los tiempos presentes con la última producción de Zack Snyder, en la que conoceremos o nos reencontraremos con figuras clave, o no tanto, en la andadura del primer superhéroe como George Reeves, Richard Donner y Christopher Reeve, el productor Jon Peters o incluso Jerry Seinfeld. Por otro lado, resulta difícil centrar nuestro discurso exclusivamente en el cine, sobre todo para un personaje cuya creación bebió tanto de otros medios como la radio, las tiras de prensa y, posteriormente, la televisión y la animación. Ahora, seguimos nuestro vuelo, para adentrarnos en la magia del cine y descubrir cómo Superman se acabó convirtiendo en el padre de todo un género cinematográfico.

UN SUPERHÉROE DE CINE Creerás que un hombre puede volar NOVIEMBRE 2013 

43

CINE

¿Es un serial? ¿Es una película? ¡Es Superman! 1938 - 1978 El icono universal representado hoy en día por Superman, “el abuelo de todos los superhéroes” como lo califica el guionista Mark Waid en un ensayo suyo publicado en la obra Los superhéroes y la filosofía de Tom Morris y Matt Morris, se ha forjado a lo largo de las décadas perdurando aferrado, contra toda tendencia y moda, a las entrañas de nuestra cultura popular. La inmortal e imperecedera creación de Jerry Siegel y Joe Schuster, alumbrada en 1938 en las páginas de Action Comics #1, ha sido siempre una pionera, marcando propiamente la génesis del género superheroico, el cual a su vez definiría el futuro y devenir del mismo cómic como medio. Por lo tanto, parece lógico fuese también Superman, cuarenta años después de su creación, el

44 

elegido para marcar “el kilometro 0 del género superheroico” en el mundo del celuloide, como lo califican Iñigo de Prada y Sara G. Rodríguez en su libro El Viaje del Superhéroe, con el director Richard Donner como maestro de ceremonias y con Christopher Reeve encarnando al increíble e invulnerable Hombre de Acero. Pero la relación de Superman con el cine es mucho más antigua, directa e íntima de lo que se podría pensar, se encuentra en su misma esencia, y Jerry Siegel y Joe Schuster reconocerían la gran influencia de un también prematuro lenguaje cinematográfico en la definición y gestación de su personaje. “Éramos grandes fanáticos del cine y nos inspiramos mucho en los actores y actrices que veíamos”, comentaba al respecto Joe Schuster en 1983, «Jerry creó todos los nombres [...] En cuanto a Clark Kent, combinó los nombres de Clark Gable y Kent Taylor. Y Metrópolis, la ciudad que era su base de operaciones, viene de la película de Fritz Lang“. Por otro lado, como veremos de la mano de Javier Agrafojo en el artículo incluido en este mismo volumen: El Hombre de Acero y los cómics, “el ágil actor Douglas Fairbanks, popular por sus protagonistas en La marca del Zorro (F. Niblo, 1920), Robin de los Bosques (A. Dwan, 1922) o El ladrón de Bagdad (R. Walsh, 1924), prestó su apostura al nuevo héroe, mientras que su tímido alter ego -la doble personalidad fue incorporada

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA George Reeves (1914-1959) el Hombre de Acero televisivo de la década de los cincuenta en Las Aventuras de Superman

CINE

rápidamente- recordaría a Harold Lloyd, por quien Joe Shuster sentía afinidad” siendo este una auténtica inspiración estilística para el autor a la hora de dibujar y retratar al personaje. En definitiva, la misma narrativa de las primeras historias del personaje estaba fuertemente influenciada por la magia del cine, intentando trasladar y replicar la cadencia cinematográfica en sus viñetas. Es imposible saber hasta que punto esta simbiosis primigenia entre cine y cómic repercutió de una manera u otra en el posterior éxito de Superman, un personaje, por otro lado, cuya longeva vitalidad y capacidad de supervivencia han servido para transformarlo en un “paradigma multimedia” protagonista de tiras de prensa, cómics, libros, seriales radiofónicos y televisivos, series y películas

de animación, largometrajes y videojuegos. En el presente artículo, como ya hemos explicado en la introducción, intentaremos hacer una aproximación a todos estos mundos pero centrándonos, no obstante, en la relación de Superman con el cine, para dejar campos como la animación o la televisión para esas otras futuras publicaciones ya comentadas. Es importante por ello comenzar hablando de las primeras tiras de prensa del personaje, las cuales serían el primer motor de la popularidad de Superman y las que permitirían el venidero e inmediato interés de otros medios por conocer y narrar sus aventuras. En estas tiras de prensa, publicadas por McClure Syndicate desde 1939, Jerry Siegel y Joe Shuster citaron por primera vez el planeta natal de Superman, el misterioso y asombroso Krypton,

y sirvieron para hacer debutar a personajes como Lex Luthor y Mr Mxyzptlk. La publicación de las tiras de prensa se haría de forma intermitente hasta 1966 participando en ella artistas como Wayne Boring o el mítico Curt Swan. Entrados los años cuarenta, la fama de Superman llegaría a las ondas de radio con el serial The Adventures of Superman, una dramatización y adaptación de la cadena Mutual Network que se mantendría con sorprendente éxito en antena durante más de diez años hasta que finalmente la televisión, por entonces aún más una curiosidad que una alternativa real, empezaba a tomar muchas más fuerza e importancia en los hogares medios estadounidenses. El show radiofónico de Mutual Network, el cual contaba con la impresionante voz del actor Bud Collyer para encarnar al Hombre de Acero,

IZQUIERDA Boceto de Superman de Joe Shuster DEBAJO El guionista Jerry Siegel y el dibujante Joe Shuster posando como su mítico personaje

NOVIEMBRE 2013 

45

CINE

ayudaría a ampliar sustancialmente la mitología de los cómics incorporando a ella elementos clave como la kriptonita o personajes como Perry White y Jimmy Olsen. La popularidad de este serial sería aprovechada por George Lowther, guionista del programa, para publicar en 1942 la novela The Adventures of Superman, apareciendo en ella por primera, por ejemplo, el nombre kriptoniano de Kal-El asociado al pasado y origen de Superman. Por otro lado, Bud Collyer colaboraría también con su voz en la producción de una serie de hasta diecisiete cortos animados para cine, entre 1941 y 1943, distribuidos por Paramount Pictures y realizados por los Estudios Fleischer, propiedad de Max Fleischer, el creador de Betty Boop, y posteriormente, después de la quiebra de estos, por los Estudios Famous, en mano de directores como Seymour Kneitel, Dan Gordon e Isidore Sparber y compartiendo Superman estrellato con Popeye el Marino, Casper o La Pequeña Lulú. El primer capítulo de esta serie llegaría a estar nominado en 1941 al Premio Oscar al Mejor Corto de Animación y, en conjunto, el trabajo de los precursores Estudios Fleischer resultaría una influencia reconocida por importantes autores posteriores como Frank Miller o Bruce Timm. El siguiente paso importante en la historia de Superman lo daría en 1948 el productor y director Sam Katzman en colaboración con Columbia Pictures produciendo un serial cinematográfico de imagen real de quince episodios de nombre homónimo al de su protagonista, dirigidos por Spencer Bennet y Thomas Carry y protagonizados

46 

por el estadounidense Kirk Alyn. Este actor y cantante de Broadway comenta en sus memorias A Job for Superman cómo cuando le ofrecieron el papel creyó que todo se trataba de un truco publicitario porque le parecía imposible e inviable trasladar al personaje en una producción de ese tipo. Pero el serial sería un nuevo éxito, Superman seguía siendo por entonces un buen reclamo y se acabaría incluso rodando en 1951 una secuela titulada Atom Man Vs. Superman con los mismos responsables e incorporándose al reparto Lyle Talbot en el rol del villano Lex Luthor. No obstante, la fama de Kirk Alyn, el primer actor en interpretar íntegramente a Superman, no sería en nada comparable a la que alcanzaría el tristemente malogrado George Reeves, el heredero de la capa en la película de 1951 Superman and the Mole Men, producida por Barney A. Sarecky, distribuida por Lippert Pictures Inc. y dirigida por Lee Sholen, conocido por trabajos previos en Tarzan’s Magic Fountain (1949) y Tarzan and the Slave Girl (1950) o en la televisiva The Adventures of Long John Silver (1956).

de National Comics, llegaría en la segunda temporada de la serie para sustituir en la producción a Robert J. Maxwell y Bernard Luber con el objetivo de lograr una mayor fidelidad y sintonía respecto a los cómics originales. De esta manera, The Adventures of Superman, emtitada entre 1952 y 1958, acabaría sellando el destino de George Reeves, un actor que ya no podría desprenderse del personaje en vida y lo encumbraría en la muerte, nunca volvió a conseguir un papel en un Hollywood que lo había encasillado fatalmente, provocando en última instancia su depresión y aparente suicidio. No obstante, hay bastantes voces discordantes sobre esto último, las cuales consideran la muerte de George Reeves un posible asesinato, el primer sospechoso del cual sería Eddie Mannix, un alto cargo de la Metro Goldwyn Mayer con cuya mujer George Reeves había tenido una relación. Teorías fundamentadas o no, George Reeves ya era leyenda.

Este film serviría como plataforma y piloto para la primera serie de televisión del personaje, con el original título The Adventures of Superman, la cual se mantendría en pantalla durante seis temporadas y ciento cuatro entregas, cincuenta y dos de ellas a color, y con un patrocinador de la talla de Kellogg´s. Los episodios de The Adventures of Superman serían dirigidos por Tommas Carr o George Blair pero también repetiría Lee Sholem e incluso se animaría el mismo George Reeves en algunas entregas de la última temporada. Por otro lado, Fredric Whitney Ellsworth, dibujante, escritor y editor

En los siguientes años, Superman desaparecería de la escena, coincidiendo con la caída de interés del público por las publicaciones superheroicas, aunque Fredric Whitney Ellsworth volvería a intentar reflotar el barco en 1961 con una nueva serie de televisión, The Adventures of Superboy, con Johnny Rockwell como protagonista, pero sólo se llegó a rodar un piloto de la misma y el proyecto quedaría defi ni ti v am ente apar c ado. El personaje había debutado en 1945 en More Fun Comics #101 y había conseguido su propia serie

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

CINE

en 1949 en los años setenta pero no era su momento, el cómic de superhéroes se encontraba justo en un importante resurgir, Marvel Comics apadrinaría la llamada Edad de Plata del cómic superheroico, haciéndose la editorial de Martin Goodman con una cuota de mercado cada vez mayor, y la reacción de DC Comics no se produciría hasta la llegada a sus filas de nuevos talentos como Neal Adams o Dennis O´Neil. No obstante, independientemente de su trayectoria en el mundo del cómic, Superman mantuvo intacta su enorme popularidad, se había convertido en un símbolo más de las bonanzas del american way of life, resurgido con fuerza después de la Segunda Guerra Mundial, y esto podría explicar como el personaje pudo en 1966 convertirse en el protagonista y reclamo de un musical de Broadway. Esta inesperada adaptación dirigida por Harold Princes llevaba por título It’s a Bird… It’s a Plane… It’s Superman, había sido escrita por

David Nowman y Robert Benton, la música compuesta por Charles Strouse -más conocido por otra adaptación musical de cómic como sería Annie-, con Lee Ada ayudando en las letras y mientras los principales roles principales recaían en Bob Holiday y Patricia Marand. El éxito de este musical sería esquivo, pese a las buenas críticas recibidas, aunque en décadas posteriores sería revivido en varias ocasiones y versionado, como en 1975 siendo adaptado en un especial de televisión por la cadena ABC con David Wilson y Lesley Ann Warren en los papeles principales. Pero, volviendo a 1966, ese mismo año también comenzaría a emitirse una nueva serie animada de televisión producida por Filmation para la cadena CBS, bajo el ya recurrente título de The New Adventures of Superman, y sometida a la dirección de Hal Sutherland, director de producción de He-man and the Masters of the Universe. La serie contaría de nuevo con el ya veterano Bud Collyer para poner la voz al Hombre

de Acero. El proyecto sería asesorado por el Editor de los títulos de Superman, Mort Weisinger, contando en un principio también con un espacio dedicado a The Adventures of Superboy, finalmente cancelado por su excesiva violencia, y se mantendría en el aire durante cuatro temporadas, hasta 1970, para tomar el relevo en 1973 la cadena ABC con la serie Super Friends animada por Hanna-Barbera. En esta adaptación de La Liga de la Justicia la voz de Superman sería interpretada por Danny Dark debido al fallecimiento en 1969 de Bud Collyer, quien se había convertido a lo largo de los años, el que había convertido a lo largo de los años en una de las grandes figuras asociadas a la historia del personaje como reconocería DC Comics en 1985, durante su 50º Aniversario, incluyendo al famoso actor y radiodifusor en un especial como una de las cincuenta personalidades que habían ayudado a hacer grande a la editorial. Por supuesto, en esa lista privilegiada también figuraba por méritos propios el actor Christopher Reeve,

IZQUIERDA El musical de Broadway de Harol Princes It’s a bird… It’s a plane… It’s Superman!

NOVIEMBRE 2013 

47

CINE

el mítico Superman de Richard Donner de 1978, el Hombre de Acero hecho carne y hueso, la persona que nos hizo creer que un hombre podía verdaderamente volar y la película que marcaría en los setenta un antes y un después para el personaje, para el cine y para el género superheroico.

1978 - 1988

Eastwood o Steve McQueen. Pero Richard Donner confió en un joven y casi desconocido Christopher Reeve y la jugada le salió perfecta. “Nadie podí­a haber interpretado el papel de la manera en la que lo hizo”, comentaba el director en una entrevista fechada en 2011 y concedida al portal virtual Hero Complex de Los Angeles Times, “creo que a estas alturas es imposible encontrar a alguien que lo haga de la misma forma que él. Sea quien sea, quien venga tendrá que hacerlo de una forma distinta”.

El Superman de Richard Donner y Christopher Reeve, un proyecto largamente esperado, vendría a conmemorar de la mejor manera posible los primeros cuarenta años de vida del Hombre de Acero. La película se convertiría inmedidamente en un clásico y en un éxito si n p a l i a t i v o s d e l a é p o ca , 5 5 millones de presupuesto invertidos se traducirían en una recaudación en taquilla de 300 millones de dólares, desatando todo un fenómeno respaldado por crítica y público. La interpretación superheroica de Richard Donner, condecorada con el Premio Oscar a los Mejores Efectos Especiales, narraba los orígenes de Superman, la destrucción de Krypton, la llegada de Kal-El a la Tierra siendo acogido por sus padres adoptivos, su faceta como reportero del Daily Planet y su primer enfrentamiento con el malvado y maquiavélico Lex Luthor. En el reparto, brillando con luz propia, Christopher Reeve, encarnando al timorato y torpe Clark Kent y a su superpoderoso álter ego Superman, papel para el que se habían barajado anteriormente sorprendentes nombres como Muhammad Ali, Dustin Hoffman, Al Pacino, James Caan, Clint

El reparto lo completaban Margot Kidder, como el interés romántico del héroe Lois Lane, Marlon Brando como Jor-El, Gene Hackman como Lex Luthor, Jackie Cooper como Perry White y Marc McClure como Jimmy Olsen a los que habría que añadir el cameo de Kirk Alyn y Noel Neiil que habían interpretado a Superman y Lois Lane de los seriales de los años cuarenta. En términos generales, la adaptación resultaba bastante fiel a los cómics originales, rescata la misma esencia del personaje para el cine, Christopher Reeve comentaría al respecto, como se hacen eco en la web Fortaleza de la Soledad recuperando el extracto de unas declaraciones del actor al diario Lewiston Evening Journal, que la película se había hecho con mucho cariño y que eran conscientes de que las producciones de la época debían “tener emoción, sorpresas y ambiente para sacar a la gente del entretenimiento blando de la televisión”. En parte, el éxito de la película debe su mérito a un guión en el que había colaborado Mario Puzo y también un Tom Mankiewicz que tenía claro que la clave era la verosimilitud porque debían “convencer a la audiencia de que un tipo puede volar”. No obstante,la mirada de Richard Donner, un auténtico aficionado al

¡Este es un trabajo… para Christopher Reeve!

48 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

personaje, haría la parte más importante, demostrando lo acertada que había sido su contratación por encima de la de cineastas como Guy Hamilton, director de algunas películas de James Bond, o Steven Spielberg que finalmente preferiría filmar Encuentros en la Tercera Fase (1977). Pero pese al buen sabor de boca, la revista Variety la calificaría como “una maravillosa, divertida y absurdamente apasionante fantasía”, el camino no había sido nada fácil, la visión de Richard Donner y su obsesión meticulosa demostrada en el rodaje provocaría no pocos conflictos con sus productores Ilya Salkind y su padre Alexander Salkind. Estos habían adquirido los derechos de Superman a Time Warner/DC Comics en 1973 con la intención de convertirlo en una saga parecida a la de James Bond y siguiendo la estela marcada en 1977 por La Guerra de las Galaxias de George Lucas cuyos avances en los efectos especiales les habían acabado por convencer de la viabilidad y futuro de su proyecto. Las secuelas de Superman, con Christopher Reeve pero sin Richard Donner, se sucederían en los siguientes años, Superman II (1980), Superman III (1983) y la catastrófica Superman IV: En busca de la paz (1987). Los directores asociados a estas, Richard Lester y Sidney J. Furie, serían incapaces de superar la calidad y expectativas de la película original, aún manteniendo en ellas idéntico reparto, exceptuando casos como el de Marlon Brando, y con la misma fanfarria superheroica compuesta por John Williams, una melodía inconfundible y mítica convertida en un elemento indisoluble

CINE

del mito de Superman. En 1980 se estrenaría Superman II, un periodo de tiempo breve se podría pensar si no fuese porque Richard Donner había rodado la mayoría del metraje simultáneamente a su trabajo en la primera película, pero entre medias las comentadas diferencias creativas entre el director estadounidense y los productores de la saga se acrecentarían h a s t a fo r z a r e l de sp i do y l a salida del proyecto del primero. El sustituto elegido sería el mencionado Richard Lester, hombre de confianza de Ilya Salkind y Alexander Salkind con los que ya había trabajado en Los cuatro mosqueteros (1974), el cual descartaría finalmente la mayoría de material que Richard Donner había filmado y preparado de cara a la secuela aprovechando sólo un 30% del mismo. En Superman II se incrementaría el tono de comedia de la película original enhebrando una historia que trataba el conflicto de Superman con el General Zod, un personaje creado por Robert Bernstein y George Papp en 1961 en las páginas de Adventure Comics #283, aunque de escasa repercusión en la mitología del personaje hasta la interpretación de Terence Stamp en esta película la cual, con un presupuesto muy parecido a su primera parte, sólo recaudaría 108 millones de dólares aunque Ilya Salkind y Alexander Salkind seguirían confiando en su valiosa franquicia. El metraje perdido de Richard Donner sería recuperado por Warner Bros. veintiocho años

después, una decisión en la que tendría mucho que ver la presión realizada por los aficionados en internet y las redes sociales, y coincidiría con el estreno en 2006 de la malograda Superman Returns de Bryan Singer, película a su vez que devolvía al personaje a la gran pantalla después de veinte años de ausencia y en plena revolución del género superheroico a nivel cinematográfico. El resultado sería una nueva versión de Superman II, conocida como Superman II: The Richard Donner Cut, para la que se recuperó el guión original planteado por Richard Donner y Tom Mankiewickz a finales de los años setenta y se realizó un nuevo montaje de la película con el material conservado. En esos precisos momentos Richard Donner, prácticamente retirado de su faceta como director de cine, aunque como productor había sido partícipe del éxito de los X-Men de Bryan Singer, se encontraba guionizando junto a su discípulo Geoff Johns y el dibujante Adam Kubert algunos números de la mítica cabecera Action Comics dedicada al Hombre de Acero al que el mismo director reconoce deber su carrera. La historia podría haber sido otra pero Superman seguiría en 1983 su vuelo cinematográfico con Richard Lester en Superman III, en una historia en la que Richard Pryor se uniría al reparto para acabar de definir la parodia en la que se había transformado y degenerado la saga. El malestar de Margot Kidder con los productores a raíz del despido de Richard Donner se tradujo en su casi ausencia de la trama de la película y las amenazas en un principio pensadas para hacer frente a Superman, Brainiac y Mr. Mxyzptlk,

se acabaron cayendo del guión, el público, por su parte, respondió con una recaudación menguante y muy alejada de las anteriores cifras de la antaño prometedora franquicia. Mientras, Supergirl intentó tomar el relevo, la película de Kara Zor-El se estrenaría en 1984, con Helen Slater como protagonista, secundada por Faye Dunaway, Peter O’Toole, Hart Bochner, Mia Farrow y Marc McClure. El personaje debería haber sido presentado en Superman III pero al final, como en otras cuestiones, la producción acabó tomando otro rumbo, y las aventuras de Supergirl, en las que Christopher Reeve finalmente no apareció con su cameo previamente acordado, pillaron al público desprevenido y poco receptivo. Este spin-off dirigido por Jeannot Szwarc, distribuido en este caso por Tri Star Pictures, sería un fracaso absoluto, con un presupuesto de 35 millones de dólares apenas recaudaría 14, lo cual hizo descartar de inmediato cualquier tipo de secuela o continuación posible sobre la prima de Superman. Parecía que la saga de Superman había llegado a un callejón sin salida, Christopher Reeve se negaría a participar en ninguna otra secuela, aunque el cambio de productores, pasando los derechos a manos de Menahem Golan y Yoram Globus, resultando en una asociación entre la productora de serie B Cannon Films y Warner Bros., y una correspondiente propuesta de aumento de sueldo para el actor sirvieron para tantearle para este nuevo proyecto al que volverían Gene Hackman, Marc McClure y Margot Kidder. Finalmente, Christopher Reeve volvería a vestir la capa, convencido después de acceder los productores a darle derecho a voto en el guión de la película y recibir financiación para

NOVIEMBRE 2013 

49

CINE

su proyecto personal Street Smart (1987) que llevaría a cabo junto al cineasta Jerry Schatzberg y el actor Morgan Freeman. La silla de director para esta nueva secuela sería ofrecida a Richard Donner, pero este rechazó la oferta con buen criterio en favor de Arma Letal (1897), por lo tanto, el honor acabó recayendo en el canadiense Sidney J. Furie. La película resultante, estrenada en 1987, sería una cinta de escaso presupuesto, involutiva en cuanto a efectos especiales, la vapuleada Superman IV: En busca de la paz, la debacle cinematográfica final del personaje que habría de suponer un auténtico e ineludible final de era. Las pretensiones de rodar una quinta entrega, la cual habría sido dirigida por Albert Pyun, se convirtieron en una verdadera quimera ante la posterior quiebra de Cannon Films y el regreso de los derechos del personaje a las manos de Ilya

50 

Salkind y Alexander Salkind los cuales escarmentados de experiencias anteriores centrarían a partir de entonces sus esfuerzos en la pequeña pantalla. ¿Qué le SUCEDIÓ al Hombre del Mañana? 1988 - 2013 Los tiempos se habían vuelto más oscuros a finales de los ochenta, no había lugar para la fantasía superheroica pura y dura, era el momento de héroes como Batman de Tim Burton cuyo estrenó en 1989 sería el comienzo de un fenómeno comparable en éxito y repersución al que había protaginizado hacía más de una década el Superman de Richard Donner. Por desgracia, Superman desaparecería del panorama cinematográfico durante los años noventa, pese a verse asociado en un sinfín rumores y proyectos, con multitud de nombres asociados a ellos, incluso algunos en una fase de trabajo y pre-producción bastante avanzada, pero reiteradamente cancelados o aparcados por sus productores. Mientras tanto, en televisión se estrenaría en 1988 la serie de imagen real Superboy, renombrado en su tercera temporada como The Adventures of Superboy, una producción de Ilya Salkind y Alexander

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA Este mismo año hemos podido ver en las salas de cine El Hombre de Acero de Zack Snyder con Henry Cavill poniendo cara a Superman

CINE

Salkind para la cadena CBS en la cual colaborarían autores como Mike Carlin, Andrew Helfer, Denny O’Neil o J. M. DeMatteis. En la primera temporada el rol de Superboy sería interpretado por el actor John Haymes Newton y a partir de ahí, hasta el final de la serie en 1992, este sería sustituido por Gerard Christopher, más del agrado y beneplácito de los responsables de la serie. Curiosamente, The Adventures of Superboy se empezó a producir durante el 50º Aniversario de la creación de Superman por parte de Jerry Siegel y Joe Schuster pero también, paradójicamente, después de haber borrado DC Comics a Superboy de la continuidad del Hombre de Acero con el reinicio de la destacada etapa de John Byrne. La misma cadena CBS en 1988

había estrenado, paralelamente, una nueva serie animada de Superman, siendo sus responsables Warner Bros y Ruby-Spears Productions, creadores de Scooby-Doo y Alvin y las Ardillas. El resultado sería una serie de una única temporada de trece episodios, inspirada en los cómics del mencionado relanzamiento de John Byrne, y en la cual colaborarían autores como Marv Wolfman y Gil Kane. Por otro lado, en 1993 Warner Bros. no descartaban el futuro del personaje en el cine, su objetivo era aprovechar el éxito y controversia que había generado un año antes en los cómics La Muerte de Superman llevada a cabo por el equipo creativo formado por Dan Jurgens, Roger Stern, Louise Simonson, Jerry Ordway y Karl Kesel, por lo que los directivos del estudio confiaron en el productor Jon Peters, responsable del Batman de Tim Burton, para

IZQUIERDA Imagen promocional de la serie de televisión Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman (1993) con Dean Cain y Teri Hatcher en los roles principales

llevar a cabo un proyecto capaz de relanzar al personaje y adaptar su mitología a los nuevos tiempos. El experimento sería conocido como Superman Reborn, un guión en el que trabajarían Jonathan Lemkin y Gregory Poirier, tomando a Brainiac y Doomsday como villanos principales, pero Warner Bros. no quedó contenta con él y siguiendo el consejo del director y guionista Kevin Smith decidieron aparcarlo. Mientras tanto, en televisión, la cadena ABC tomaba el relevo en 1993 con Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman, una serie de cuatro temporadas protagonizada por Dean Cain y Teri Hatcher y desarrollada por Deborah Joy LeVine, la cual sería conocida como “la mujer que revivió a Superman” por conseguir volver a generar interés en el público por el personaje, con una historia en la que el romance y el drama se impondrían definitivamente a la ficción superheroica. El personaje volvía a llamar la atención del gran público pero su regreso cinematográfico continuaba paralizado, Kevin Smith trabajaría en el guión de la conocida como Superman Lives mientras intentaba complacer las absurdas demandas del productor Jon Peters, el cual había ordenado cambiar el tradicional traje de Superman por uno negro y plateado o prescindir de su habilidad de vuelo. El guión de Kevin Smith pasó el filtro de Jon Peters pero con la asignación de Tim Burton como director, y con la fecha de estreno fijada por Warner Bros. para 1998, el cineasta mandó reescribir y cambiar el libreto a Wesley Strick. El proyecto, con el siempre entregado Nicolas Cage asociado para interpretar el rol de Superman, con la pre-producción NOVIEMBRE 2013 

51

CINE

en un estado muy avanzado, sería finalmente cancelado debido a las diferencias creativas y disputas entre Tim Burton y el conflictivo Jon Peters. Por lo tanto, los plazos no se cumplieron, tanto Tim Burton como Nicolas Cage se desvincularon del proyecto y la lista de propuestas fallidas para las películas de Superman seguía creciendo. El único estreno relacionado con el personaje que podría verse en 1998 serían una serie de sketches publicitarios de American Express presentados en la Super Bowl de ese mismo año, protagonizados por el Hombre de Acero, animado para la ocasión al estilo Curt Swan, y un declarado fanático de Superman, el actor y humorista Jerry Seinfeld. En lo sucesivo, cinematográficamente hablando, se asociarían al relanzamiento de Superman directores tan dispares, aunque siempre con un perfil destinado al cine de evasión, como Brett Ratner, Martin Campbell o Michael Bay pero ninguno de ellos acabaría por cuajar, a lo que había que añadir la facilidad con la cual Jon Peters fulminaba libretos y quemaba guionistas rechazando propuestas realizadas por William Wisher Jr. o el escritor Alex Ford. Pero una nueva circunstancia habría de llevar Warner Bros a reinterpretar el regreso de Superman a la gran pantalla: el fracaso comercial y artístico en 1997 del Batman & Robin de Joel Schumacher. La saga iniciada por el Batman de Tim Burton se había ido desinflando en manos del director de Jóvenes Ocultos (1987) y Un día de furia (1993), la fórmula estaba totalmente agotada, ni siquiera el público se sentiría atraido por un mediático reparto encabezado por George Clooney, Chris O’Donnell y el

52 

veterano Arnold Schwarzenegger. De esta manera, se pensó en la posibilidad de matar dos pájaros de un tiro, Batman Vs. Superman parecía ser una posibilidad, el guionista Paul Attanasio y Andrew Kevin Walker realizaron los primeros borradores del guión y el director McG sería contratado para filmarla. Posteriormente, se hablaría de una película rodada por Wolfgang Petersen y escrita por el guionista Akiva Goldsman, pero nunca más se volvió a saber de ella y Warner Bros. en adelante se centraría en el reinicio de la franquicia de Batman relegando nuevamente a Superman al olvido por una larga temporada. En realidad la mejor versión de Superman en los años noventa se vería en la serie animada Superman: The Animated Series, emitida entre 1996 y 2000 en The WB Television Network, un total de cuatro temporadas desarrolladas por el equipo creativo formado por Alan Burnett, Paul Dini y Bruce Timm. Esta producción era la heredera de Batman: The Animated Series, creada a principios de los noventa por el mismo Bruce Timm y Eric Radomski, y resultaba también un homenaje a los míticos cortos animados de los años cuarenta de los Estudios Fleischer. El éxito de Superman: The Animated Series se trasladaría a los cómics, DC Comics comenzaría a publicar la cabecera Superman Adventures, la cual sobreviviría al final de la serie de televisión, siguiendo el estilo y espíritu de las animaciones de Bruce Timm y compañía y con autores como Paul Dini, Mark Ev a nie r, D e v in Gr a y s on, M a r k Millar o Ty Templeton implicados en ella. El cambio de siglo se presentaría

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA Póster promocional de la tercera temporada de Smallville.

ARRIBA Pó ster promocional de Smallville la serie de televisión protagonizada por Tom Welling

CINE

con una nueva serie de imagen real, Smallville, en la tradición iniciada en los noventa con el Superboy de Cannon Films y Lois y Clark: Las nuevas aventuras de Superman de Deborah Joy LeVine. En el caso de Smallville, como su propio nombre anticipa, encontramos la historia de los orígenes extendidos de Clark Kent, Superman se encuentra en casi todo momento fuera de la ecuación aún jugando con su mitología, personajes y referencias. La acción superheroica de Smallville pasaba a un segundo plano, centrándose la trama en las relaciones entre personajes, el romance, el drama y la comedia. Esto no sería impedimento para que Smallville se convirtiese en la serie de imagen real más longeva asociada al mito de Superman hasta la fecha, con un total de diez temporadas emitidas entre 2001 y 2011 en The WB Television Network, el show estaba protagonizado por Tom Welling al que le acompañaba un reparto lleno de caras jóvenes como Erica Durance, Allison Mack, Aaron Ashmon, Kristin Kreuk y Michael Rosenbaum. El éxito de Smallville seguramente sería un acicate para Warner Bros. a la hora de intentar devolver al Hombre de Acero a la gran pantalla, descartando Batman Vs. Superman y propuestas anteriores, por lo que los estudios se pusieron en contacto con el director y guionista J.J. Abrams para plantear el reinicio de la saga. La propuesta original resultante sería una trilogía que tendría por título Superman FlyBy y cuyos esbozos de guión planteaban un cambio radical en los mismos orígenes del personaje. El proyecto volvió a estar asociado a Brett Ratner y McG aunque finalmente el elegido para desarrollarlo

ARRIBA El Superman interpretado por Brandon Routh era claro heredero de su sucesor en el puesto, el ya por entonces fallecido Christopher Reeve.

sería Bryan Singer que ya había demostrando su solvencia al encargarse de las películas de los X-Men. Respaldado por Warner Bros. Bryan Singer optaría por un nuevo planteamiento alejado de Superman FlyBy y, posiblemente, más ambicioso e inabarcable. Con un guión escrito por Michael Dougherty y Dan Harris, el director de Sospechosos Habituales (1995), tenía como objetivo retomar la continuidad original de las películas de Richard Donner y Christopher Reeve. De esta manera, Superman Returns se estrenaba en 2006, continuando allí dónde había quedado la historia de Superman II, descartando las secuelas posteriores, y sirviendo de homenaje póstumo a Christopher Reeve tristemente fallecido en 2004 a la temprana edad de cincuenta y dos años. En el reparto, Brandon Routh se hacía con el mítico doble

papel de Clark Kent y Superman, mientras Kate Bosworth encarnaría a Lois Lane y Kevin Spacey hacía lo propio con Lex Luthor intentando mimetizarse con la interpretación de Gene Hackman al mismo tiempo que se recuperaban imágenes de archivo del Jor-El de Marlon Brando. La película fue un éxito de taquilla recaudando más de 391 millones de dólares, la octava película más taquilla de 2006, por debajo de X-Men 3: La Decisión Final de Brett Ratner, pero con un presupuesto por encima de los 270 millones apenas generó beneficios y la Warner Bros. la considero un fracaso cancelando su secuela. Las críticas de Superman Returns tampoco

NOVIEMBRE 2013 

53

CINE

fueron muy entusiastas, resaltando que Bryan Singer se había recreado demasiado en su metáfora cristiana y en su excesivo apego a la fidelidad del Superman de Richard Donner pero sin conseguir encontrar el camino para su Hombre de Acero. El golpe haría caer de nuevo al personaje en el ostracismo cinematográfico, desapareciendo de la pantalla grande durante otros trece años, hasta el presente año 2013 en el cual Warner Bros. conmemora el 75º Aniversario de Superman con el estreno de El Hombre de Acero de Zack Snyder. Previamente, en 2011, se habló de incluir a Superman en una película a mayor gloria de La Liga de la Justicia, el experimento se llamaría Justice League: Mortal y estaría dirigido por George Miller, con un casting formado por Superman (D.J. Cotrona), Batman (Armie Hammer), Wonder Woman (Megan Gale), Aquaman (Santiago Cabrera) y Flash (Adam Brody).

Whedon y esta nueva encarnación del primer superhéroe de la historia está destinada a hacer frente y lidiar con todo ello. Este Superman, actualizado a los tiempos y sensibilidades modernas, con el rostro de Henry Cavill, al que secunda un reparto de lujo, Amy Adams, Michael Shannon, Kevin Costner, Laurence Fishburne, Diane Lane y Russell Crowe, promete mucha introspección y épica, una fórmula que esperemos haga creer a las nuevas generaciones que un hombre puede volar. DEBAJO Imagen de Henry Cavill en El Hombre de Acero (2013) de Zack Snyder una película que generó opiniones muy encontradas.

Pero, finalmente, Warner Bros. se desentendió del proyecto y volvió a mirar hacía el final de la trilogía de Christopher Nolan con Batman y m á s d e r e o j o a l futu ro d e e l Hombre del Mañana. Precisamente, Christopher Nolan ejerce como asesor y productor de la nueva película de Superman, El Hombre de Acero cuenta con guión de David S. Goyer y con Zack Snyder en la dirección. La apuesta vuelve a ser arriesgada, posiblemente más que nunca, porque El Hombre de Acero supone no ya una nueva oportunidad para Superman en el cine sino también para el futuro y devenir de los personajes de Warner Bros./DC Comics en el medio. No se puede obviar como las reglas del género superheroico han cambiado desde el éxito de Los Vengadores de Joss

54 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

CINE

IZQUIERDA Christopher Reeve hubo de sudar en el gimnasio para conseguir esta magnífica pinta

T

odo el mundo tiene recuerdos de su primera vez en el cine. O al menos, de aquella primera vez que fuera consciente de estar en una sala. Mi primer recuerdo sin embargo, no es mío, sino la idealización de algo contado por un familiar, ese tío que me llevó a ver Superman II (1980) siendo yo un infante precoz, pero lo suficientemente pequeño como para no recordar semejante hazaña. Debía tener unos tres años. Aún así, me porté bien. La pantalla, según me contaron, me mantuvo absorto. Y lo que allí se contaba tuvo que tener un efecto inmediato y perenne en aquella cabecita que aún se estaba formando. Tanto es así, que según mi tío, que en paz descanse por cierto, tras la proyección, me pasé dos horas con los brazos levantados, simulando la posición de vuelo de Superman, recorriendo las calles de La Laguna como si flotara sobre ellas. Y de seguro que en mi

SUPERMAN, LA PELÍCULA Richard Donner llevó a la gran pantalla al superhéroe más grande de todos los tiempos y Christopher Reeve nos hizo soñar despiertos con que podíamos volar NOVIEMBRE 2013 

55

CINE

pensamiento así era. El efecto, por tanto, fue fulminante. El hechizo había cuajado. Mi tío no sabía la caja de Pandora que acababa de abrir. O sí lo sabía y quizá lo hizo adrede. Lo cierto es que aquella película creó la necesidad de continuar las aventuras de aquel tipo de la capa roja de la manera que fuese. Esa es la razón por la que no recuerdo cual fue el primer tebeo que tuve en mis manos, pues aprendí a leer con ellos. Superman II tuvo la culpa. Fue la raíz de una pasión por dos medios –el cine y el cómic- que marcan a fuego la vida de millones de personas y que en mi caso tuvo un mismo origen. Con el tiempo, ambas pasiones fueron convirtiéndose en obsesiones, llegándome a gastar toda la paga primero y el sueldo después en novelas gráficas, cintas de VHS, bandas sonoras, entradas de cine y más tebeos. Y fue Superman II también el origen de un amor por un personaje con el que,

56 

como los amores más longevos, he pasado por rachas y picos en función de la edad. Tanto es así, que durante la adolescencia mis gustos torcieron más hacia el de Gotham –eran los 80, la explosión de Frank Miller y Alan Moore, ¡los cómics parecía que maduraban a la vez que uno mismo!- y Superman sería disfrutado de uvas a peras, con San John Byrne por delante. Pero ha sido entrar en la madurez –si a esta vida de asalariado que cae y salta de paro en paro se le puede llamar edad adulta-, cuando mi interés por Superman ha aumentado en detrimento del de Batman. De pronto, las historias más oscuras han ido perdiendo el brillo para mí frente a la imaginativa parafernalia de ciencia ficción que evoca el de Krypton. Y es que con Superman siempre tengo la impresión de que Mxyzptlk. La publicación de las tiras de prensa se haría de forma intermitente hasta 1966 participando en ella artistas como Wayne Boring o el mítico Curt Swan. Entrados los años cuarenta, la fama de Superman llegaría a las ondas de radio con el serial The Adventures of Superman, una dramatización y adaptación de la cadena Mutual Network que se mantendría con sorprendente éxito en antena durante más de diez años hasta que finalmente la televisión, por entonces aún más una curiosidad que una alternativa real, empezaba a tomar muchas más fuerza e importancia en los hogares medios estadounidenses. El show radiofónico de Mutual Network, el cual contaba con la

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA Reeve bordó el superhéroe en todas sus facetas: desde el apocado Clark Kent al indestructible Hombre de Acero.

CINE

impresionante voz del actor Bud Collyer para encarnar al Hombre de Acero, ayudaría a ampliar sustancialmente la mitología de los cómics incorporando a ella elementos clave como la kriptonita o personajes como Perry White y Jimmy Olsen. Pero vuelvo, que me voy por las ramas. Superman. 1977. 1981. Richard Donner. El segundo recuerdo vívido de esta versión canónica del personaje –la que más ha calado en el imaginario colectivo en toda su trayectoria, no cabe duda, y con permiso de George Reeves-, fue la emisión en TVE de la primera película, momento que me pilló más mayorcito y con el que pude disfrutar al fin del film predecesor. Y aquello fue otro shock. Un shock que a día de hoy –han pasado más de

treinta años, señores- sigue surtiendo efecto en según qué secuencias. Sobretodo en aquellas relativas a Krypton o esas donde el excelente reparto da lo mejor de sí mismo, transformando unos personajes de dos dimensiones en personalidades de carne y hueso, donde la química entre Lois y Clark es tan palpable como trágica supone la muerte de Pa Kent. El Superman de Richard Donner fue una revolución, eso es de todos sabido, ya no sólo por la calidad de sus efectos visuales, sino fundamentalmente por tratar un tema infantil –los tebeos norteamericanos eran para niños, o aquello era la norma en la opinión públicacon un respeto y una seriedad adulta, siempre dentro de un concepto válido para todos los públicos. Aquello era el albor del cine de los ochenta, el cine familiar que invadió las multisalas y que hizo recuperar

económicamente las arcas hollywoodienses después de una década de obras maestras que apenas dejaban dividendos. Superman arrasó por tanto, pero lo hizo con gusto y elegancia, con estrellas de primer orden en su reparto. Si impensable nos parecía en los 2000 que se hiciera un trilogía seria sobre Batman, más loco era pensar en los setenta que Marlon Brando o Gene Hackman actuasen en una cinta sobre un personaje en mallas y que lo iban a hacer con la perspectiva interpretativa de quien afronta un clásico shakesperiano, con un cheque abundante como aliciente, eso sí. El diseño de producción de John Barry, la poderosa paleta del director de fotografía Geoffrey Unsworth y por supuesto la s em pi ter na banda s onor a de John Williams fueron pilares para

DEBAJO Marlon Brando impartiendo justicia como Jor-El en un Krypton con los días contados

NOVIEMBRE 2013 

57

CINE

crear un edificio cuya enjundia fue orquestada por un Richard Donner en estado de gracia. Pero los iconos se crean con personas que prestan su cuerpo. Así que el acierto tremendo llegó con el nombre de Christopher Reeve, cuya silueta quedará vinculada con el personaje hasta que éste desaparezca del imaginario colectivo. Christopher Reeve encarnó a Superman de una manera tan efectiva que influyó en la visión global del héroe, al representar de manera ensoñadora las cualidades más bondadosas del personaje, sin convertirlo en una parodia. Por primera vez, ser un caballero y tratar de hacer lo correcto, sin resquicios morales o egoísmos supuestamente realistas, resultó atractivo. El Superman de Christopher Reeve fue inmenso, no por sus poderes, de innegable capacidad para maravillar, desde luego, si no por su porte y prestancia, que más que tratar de identificarlo con el público, trataba de mostrarlo como un icono al que intentar asemejarse, como un ideal hecho carne. Para humanidades, ya estaba el tímido y torpe Kent, cuya representación bajo la piel de Christopher Reeve supuso otro gran acierto. Por primera vez, el juego del álter ego resultaba verosímil, gracias a las cualidades interpretativas de un tipo que con arquear la espalda y tartamudear lograba hacernos creer que Kent y Kal-El no eran la misma persona. Un triunfo en toda regla. Ojalá que no sea irrepetible. Esta dualidad adquirió mayor importancia incluso en la secuela, donde al despojar al héroe de sus poderes, la debilidad física subsiguiente era retratada desde un punto de vista algo exagerado, pero igualmente efectivo. Lástima que la película no

58 

esté a la altura a nivel visual de su predecesora. Luego llegaron la tercera y la cuarta parte, sendas decepciones, que se sumieron en el olvido bajo la implacable y arrogante capa del caballero oscuro. Un jovencísimo Tim Burton tuvo la fortuna de rodar el primer Batman, cuyo paso por las retinas del público creó una impresión que perduró hasta que Christopher Nolan se lo merendó, para bien o para mal, que sus detractores también tiene. Diez años más tarde, el de superhéroes se convirtió en un subgénero por derecho propio con la proyección del primer X-Men de Bryan Singer hasta la culminación de Los Vengadores de Joss Whedon, trece años después. Superman regresó a su vez durante ese tiempo, como todos saben, pero ese retorno fue tan torpe que la película ha sido olvidada. Y esperemos que El Hombre de Acero de Zack Snyder la borre del recuerdo por completo. Papeletas no le faltan. Pero volvamos al Superman de Richard Donner. ¿Cómo se crea entonces una película que esté a la altura del mito? Pues optando por cimentar las bases del personaje. Veamos, unas dosis de ciencia ficción, gramos de épica, savoir faire técnico a la altura del personaje, interpretaciones estudiadas, aventura familiar y una sintonía pegadiza. Parece sencillo, pero no lo es, pues el noventa por ciento de los blockbusters tratan de encontrar la seguridad de esta fórmula tan esquiva. ¿Por qué sigue funcionando el Superman de Richard Donner a día de hoy? Y es que aún lo hace, a pesar de la evolución estética y visual que de manera natural ha sufrido el cine comercial desde su estreno hasta hoy. Lo hace, a pesar de su ingenuidad narrativa, donde los villanos no dan miedo y las

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

amenazas pocas veces llegan a ser verosímiles. Mario Puzo tuvo algo que ver con aquello, desde luego. Pero es en el tono narrativo, en el pulso del relato, donde Superman triunfa. Eso es debido al talento de Donner, quien se dejó la salud, literalmente, en llevar a buen término la película. Además, hicieron brillar la cinta a través de la diferenciación sutil del sabor de cada acto. El prólogo en Krypton, perturbador, con una estética y un ritmo deudores incluso de Stanley Kubrick, pero fascinantes en su particularidad, pues no ha habido una representación tan original de un planeta alienígena desde ese momento. El primer acto en sí, la infancia de Clark, es una épica norteamericana en toda regla, con esos maizales en atardecer, con sus vastísimos planos generales, donde se fragua el carácter del héroe y se presenta su peculiaridad, convirtiéndolo en el hombre más solo del mundo, como solo y único se siente el espectador en su butaca. El segundo acto cambia de rumbo y lo hace de manera salvaje. Pero eso no supone un problema, más bien al contrario. Clark Kent llega a Metrópolis y con él, todo brilla, la película arde con la esperanza del caballero andante por antonomasia, del Hércules definitivo, de ese ángel guardián que sobrevuela la ciudad pendiente de nuestro bienestar. Y es aquí donde el film es más fiel que nunca al espíritu del personaje, pues ese candor, esa ingenuidad que desprende Christopher Reeve bajo el atuendo de la gran S, es un compendio de los rasgos definitorios del personaje a lo largo de su vida en viñetas.

CINE

La pureza, la sencillez, la algarabía de hacer lo correcto, con educación. Sí, aunque parezca un boy scout. Pero es que bajo la piel del malogrado actor, todo eso funciona. Y cuando lo vemos aparecer, queremos que lo haga. Bravo a Christopher Reeve y Richard Donner por ello, pues supieron ver al icono como un in d i vi d u o cu ya mera p rese n cia implica una mejora frente al entorno, el bienhechor por antonomasia y sin vergüenza por serlo. Aplausos. Es entonces cuando entiendes que cualquiera pueda enamorarse de semejante individuo. Y más si Richard Donner tiene la visión de contarnos la maravilla que supone el kryptoniano para el ciudadano de a pie desde la perspectiva alucinada de una Lois Lane que cae rendida ante él. El tema de amor de John Williams, una de los más hermosas melodías románticas jamás escritas para una película, tiene mucho que ver para que la magia cinematográfica funcione. A pesar de que a veces, Margot Kidder no esté a la altura, excediéndose en ese toque excéntrico en el que envuelve a su personaje.

exceso grandilocuente y ausente de lógica –qué lógica le puedes pedir a un tipo que vuela, habrán pensado al escribirla-, diluye la eficacia de un guión que fue reescrito durante el rodaje y previo al estreno a petición de los productores. Que Richard Donner fue despedido después de haber rodado gran cantidad de metraje para la secuela es conocido por todos. Y este final impuesto, pensado para su secuela, tuvo que ver en este desagradable proceso. Como el lector atento puede atisbar, esta reseña está preñada de nostalgia, enemiga acérrima de una mirada imparcial para analizar un filme. Pero, como soy espectador, de gustos vehementes, antes que crítico, mis filias están por encima de mis aptitudes para la fría lógica. Así que disculpen si les parece poco profesional, pero a esta cabecita le resulta casi imposible hablar de una película, que como puede

verse, me ha marcado de manera tan poderosa. Una obra maestra en toda regla, en definitiva, pues marcó un antes y un después y que sirvió como guía para crear un género específico dentro del fantástico. Pero como cualquier filme comercial, no deja de ser deudora de su época. Una mirada moderna y poco dada a la nostalgia podría dejarla en peor lugar. En el cine, treinta y cinco años son demasiados para una imagen canónica. Es hora de un cambio de rumbo cinematográfico, de modo que Zack Snyder y Christopher Nolan son unos valientes por atreverse a contar de nuevo lo mismo, desde una perspectiva actual. Más con semejante mastodonte popular con quién se le va a comparar. Tan sólo espero que El Hombre de Acero esté a la altura del mito. Si crea nuevos lectores, si el hechizo funciona en los chavales como lo hizo conmigo, tendremos Superman para rato. ¡Que las tiendas de cómics no pueden vivir sólo de treintañeros, señores! RAÚL SILVESTRE

DEBAJO El oscarizado Gene Hackman bordó al histriónico Lex Luthor pre-crisis

Lo que nos lleva a destacar los d e s a c i e r t o s de l a ci nta , q u e no todo es oro bajo la capa de Richard Donner y Mario Puzo. Los villanos están descoloridos, poco definidos. Son aún demasiado hijos del papel que los vio nacer. Y si bien dentro de la lógica del film resultan coherentes, hacen cojear a la trama de un mcguffin potente, de un antagonista a la altura, a pesar de la graciosa interpretación de Gene H a c k m a n . L a re so l u ci ó n , e n

NOVIEMBRE 2013 

59

CINE

IZQUIERDA Un Superman más oscuro para tiempos menos optimistas

Q

ue el mito de Superman está arraigado al imaginario colectivo es un hecho. Que lleva tantos años de tebeos y adaptaciones que cada uno se ha hecho su imagen perfecta del personaje, y que por supuesto estas no paran de enfrentarse unas con otras, es casi un dogma. Esto es así con Clark Kent tanto o más que el mismo Batman, personaje que ha mutado con las décadas de manera salvaje. Así que es poco comprensible que muchos se rasguen las vestiduras ante esta reinterpretación del personaje. Como tal adaptación, se toma sus licencias. Unas serán aplaudidas por unos y vilipendiadas por otros. Era de esperar. Como eran de esperar las reacciones viscerales de algunos espectadores ante lo que llegan a considerar afrentas y aberraciones hacia y del personaje. Pero es que a veces parece que, a pesar del supuesto bagaje visual del espectador medio, muchos se sorprendan

EL HOMBRE DE ACERO Henry Cavill representa a un Superman acorde a los nuevos tiempos en la superproducción de Zack Snyder, con doble ración de puñetazos y muchos kryptonianos NOVIEMBRE 2013 

60

CINE

con lo que se encuentran tras pagar la entrada. El Hombre de Acero es una película dirigida por Snyder, guionizada por Goyer y producida por Nolan, creada por el rebufo y bajo la estela de la trilogía El Caballero Oscuro de los mismos productores y guionistas. ¿Acaso no se esperaban el giro hacia los grises? ¿Pensaban de veras que esto iba a ser un acercamiento luminoso y jovial al personaje? ¡Si hasta la fotografía es tan oscura que el traje del héroe parece negro! Para bien y para mal, que de ambos hay, El Hombre de Acero es hija de sus padres, de sus responsables directos. Y la firma de aquellos tres se esparce por el metraje de una película cuyo mayor defecto, ideologías aparte, es su necesidad de contar demasiado y no desarrollar casi nada. Como viene siendo común a las películas de orígenes de personaje, que se ven lastradas por establecer universos y personajes. La película de Snyder peca de esto, no cabe duda, pero

sufre además de un traspiés abrupto en su ritmo narrativo, que crea no tres actos, como suele ser habitual, sino dos partes muy distintas, hiladas a bofetadas. Y nunca mejor dicho. Aún así, ¿por qué es valiente El Hombre de Acero? Porque toma decisiones arriesgadas para con el mito. No me refiero a detalles del tipo si este personaje diría esto o si en el cómic sería así o asá. Me refiero a que convierte a los personajes al antojo de la historia que cuenta. Y ahí es poco respetuosa con la fuente adaptada. El ejemplo más claro no es el propio Superman, que también, sino sobre todo, sus dos progenitores. El caso más flagrante es con Pa Kent, cuya motivación y actos son bien distintos al canon. Es un mentor, desde luego, e influye al hijo, pero no de la manera que las distintas encarnaciones del personaje nos han mostrado hasta ahora. Pero eso no quita que sea perfectamente coherente con la trama y que funcione en la dicotomía paternal que fuerza el guión.

ARRIBA Jonathan Kent y su peculiar ética ha sido uno de los aspectos más controvertidos del film

Este nuevo acercamiento a los orígenes de Superman, como era de esperar por parte de sus adaptadores, es una visión sesgada del mito. El héroe no es tal durante la película. Sólo vemos su semilla. Y esta vez han procurado que cometa errores, que no sea un personaje adulto con una moralidad intachable. De hecho, Kal El

NOVIEMBRE 2013 

61

CINE

en el film de Snyder no deja de ser un adolescente que no acaba de definirse, pero que encuentra el camino para hacerlo en cuanto entiende de donde viene y toma la decisión de ser esa mezcla de ambos mundos que su padre biológico le pide en un momento de la trama. No os alarméis, que no esto no es un spoiler. Esto provoca que todos los errores que como héroe comete a lo largo del metraje resulten coherentes o cuanto menos, perdonables. Es decir, Goyer y compañía han decidido humanizar al personaje no a través de la ternura, la candidez y la rectitud moral de la eterna primera película de Donner, sino a través de la duda y del error, de la alienación y la extrañeza. Es decir, Snyder no muestra un Superman como símbolo de lo que pudiéramos aspirar a ser, como suele ser

habitual en los encarnaciones pretéritas del personaje, sino que lo convierte en alguien cercano, alguien que aspira a algo mejor, pero que aún está lejos de conseguirlo. Y que sufrirá para llegar a esa meta. Lo que escocerá a muchos, no cabe duda, pero es esta una de las decisiones más valientes del film, pues condicionará el tono de la trama hasta las entrañas. Esto da pie a otro de los aciertos del film: la perspectiva alienígena. Uno de los detonantes más importantes de la película es la noción extraterrestre de su personaje. Gran cantidad de las decisiones que se toman en el desarrollo de la misma deambulan por el significado de la naturaleza alien del personaje y de cómo afecta o afectará a su entorno. Y si lo extranjero da miedo, lo extraterrestre aterra. De tal modo, Superman comienza siendo un enemigo y tendrá que ganarse

DEBAJO Zod y compañía llegan a la Tierra para hacer estragos

62 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

su humanidad de cara a la galería, ya que en un principio, el de Krypton no es mostrado como un salvador, sino como una rareza, alguien distinto y por lo tanto, peligroso. De ese modo, Snyder cuida muy mucho de crear escenas que picotean sobre esa idea, que promueven cierto rechazo y que muestran los poderes no como una bendición sino todo lo contrario. Todo lo anterior hay que enfundarlo en un traje de blockbuster de acción que deje contento a todos en mayor o menor medida. Para eso, Warner ha tirado la casa por la ventana y cada céntimo gastado en actores, efectos especiales y diseño de producción en todas sus categorías luce como se le pide a una superproducción en el siglo XXI. Que guste o no, es otro cantar. El que suscribe la reseña no puede estar más encantado con la película a nivel visual. Desde el traje del héroe hasta los

CINE

diseños de naves y artilugios, desde las escenas de épica americana a lo Malick hasta las secuencias de acción dignas de un Michael Bay puesto de speed. Nada luce demasiado original, nada, quizá salvo la tecnología kryptoniana, lo que es de agradecer hasta cierto punto, ya que la película apenas tiene respiro. Casi todas las secuencias hilan como un tren de alta velocidad sin paradas, logrando que las dos horas y media pasen como un suspiro. Es decir, bajando a las catacumbas de la opinión sobre una película, ésta, entretiene. mucho. incluso emociona. Los actores, por lo general dentro de un tono interpretativo alejado de la contención, cumplen con creces y conocen en qué producto se encuentran. Desde la sutileza de ese dubitativo Costner como Jonathan Kent hasta el exceso de

un teatrero Michael Shannon como Zod, pasando por la chispa y la inteligencia de una Amy Adams cuya mirada llena de matices a una Lois Lane que nunca fue tan intrépida. Henry Cavill, quien no deja de tener el peso de la película sobre sus hombros cumple, sobradamente, creando un Kent circunspecto y retraído, al tiempo que un Superman recio e incluso emotivo. Su porte imponente es el más cercano hasta ahora al superhombre de los tebeos, lo que es de agradecer entre tanta versión tirillas del personaje. Sin duda, él es uno de los aciertos del film, con una presencia que llena la pantalla y que llenará las carpetas de las –y los- adolescentes que se acerquen a verle. Otro de los logros es el poderoso score de Hans Zimmer, otro de los actos valientes de la cinta, pues se aleja de fanfarrias románticas y, contagiado por el estilo

musical que el propio compositor ha impuesto en el cine comercial de este nuevo siglo, crea una partitura de enorme fuerza, sustentada en la percusión, con un matiz de rock industrial y un leit motiv sugerente, basado en compases que se reiteran hasta llegar a un crescendo épico de enorme intensidad. Unos temas con cierto deje mesiánico y esperanzador, que no dejan de potenciar el mensaje de fe –cristiana o noque impregna la cinta. Pero ya se sabe que no estar de acuerdo con la idea no quita para saber disfrutar de la estética que la promueve. Aunque se corra el riesgo de contagiarse. RAÚL SILVESTRE DEBAJO El nuevo Jor-El es un científico de armas tomar.

NOVIEMBRE 2013 

63

ARTÍCULO

E

s posible que, al empezar a leer, estés oyendo una fanfarria en tu cabeza. La compuso John Williams en 1978 para la primera película del Hombre de Acero. Tal vez hayas pensado fugazmente “Es un pájaro, es un avión…” como en el musical de Broadway. O te haya bailado en la memoria un trozo de mineral verde que se ha convertido en sinónimo de “Talón de Aquiles” desde su presentación en el show radiofónico. Tal vez, entre ilusionado y escéptico, aguardes el estreno del blockbuster del verano, luego de quemar las pestañas viendo unos trailers prometedores. O evoques una figura roja y azul que, desde su modesto púlpito de papel, volvió ilimitada tu infancia. Algún irónico pensará que, en efecto, un texto como este es un trabajo para…

SUPERMAN EN EL CÓMIC 75 años de viñetas del hombre de acero. 64 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARTÍCULO

No sé qué preciso recuerdo despierta en ti. Pero estamos dispuestos a asegurar que no hay nadie que lea esta revista que no conozca a Superman.

influyente y, sin duda, el más estudiado y analizado tanto dentro como fuera del medio. Si hay una mitología del Siglo XX, Superman es su Zeus, su Rey Arturo. Su capacidad de fascinación, como su fuerza física, parece inagotable.

Entre películas, series de televisión, muñecos y cómics hemos aprendido a reconocer la capa roja y la S en el pecho. Nombres como Clark Kent, Lois Lane, Lex Luthor o Daily Planet nos resultan familiares. Por descontado, en una publicación como esta el grado de exigencia es mayor.

Y, sin embargo, sus comienzos fueron de lo más humildes.

Algunos (no muchos) habrán leído historietas de todas las décadas del personaje y podrán citar al menos diez, veinte, treinta nombres -al margen de sus creadores- relacionados con su devenir. Claro que 75 años de publicación constante, con infinidad de apariciones en cualquier medio reproducible, dan para mucho. Es el padre de los superhéroes, el género de moda durante, al menos, el próximo mes, el más

ARRIBA Ilustración de Joe Shuster para la novela Adventures of Superman (1942) de George Lowter.

En el siguiente artículo recorreremos la apasionante historia de Superman en los cómics, un especial construido a cuatro manos por Javier Agrafojo y Enrique Ríos, con el soporte documental rescatado por Jordi T. Pardo de los archivos de Zona Negativa.

EL NACIMIENTO DE UN MITO En 1933 dos adolescentes residentes en Cleveland (Ohio), el estadounidense Jerry Siegel (1914-1996) y el canadiense Joe Shuster (1914-1992), compartían su afición por el cómic, el cine de aventuras y la naciente industria del pulp, donde se refugiaban nuevos géneros como la Ciencia Ficción, de la que ambos eran apasionados. Con 19 años, decidieron emplear sus energías creando sus propios personajes e historias y publicándolos en un fanzine, llamado, precisamente, Science Fiction. Una de esas aventuras precoces llevaba el profético

NOVIEMBRE 2013 

65

ARTÍCULO

título El reinado del Superhombre (The reign of the Superman). Este “Superman” poco tenía que ver con el personaje que su nombre evoca hoy. Se trataba de un villano calvo con poderes telepáticos más parecido a Lex Luthor que al futuro Clark Kent. La experiencia encendió una chispa en la imaginación de ambos jóvenes. Descartada la idea inicial, reescribieron el personaje para convertirlo en un campeón de los oprimidos. El ágil actor Douglas Fairbanks, popular por sus protagonistas en La marca

del Zorro (F. Niblo, 1920), Robin de los Bosques (A. Dwan, 1922) o El ladrón de Bagdad (R. Walsh, 1924), prestó su apostura al nuevo héroe, mientras que su tímido alter ego (la doble personalidad fue incorporada rápidamente) recordaría a Harold Lloyd, por quien Shuster sentía afinidad. Siegel lo llamó Clark Kent en homenaje a Clark Gable y Kent Taylor, dos de sus intérpretes favoritos. Su colorida indumentaria heroica, a medio camino entre las mallas del circo y los atuendos futuristas vistos en las portadas de las revistas pulp o en las dominicales de Flash Gordon (Alex Raymond, DEBAJO El Superman de Jerry Siegel y Joe Shuster fue una construcción que fue creciendo, poco a poco, con el tiempo hasta convertirse en el personaje que hoy conocemos

66 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

1934), fue añadiendo y refinando elementos incluso después de su primera aparición pública, con la intención de que fuera lo más llamativa posible. Aunque en algún momento Siegel se planteó que Clark fuera el hijo del último hombre en la Tierra que viajaba al pasado (nuestro presente), pronto se descartó en favor de referentes mitológicos (Hércules) y, por supuesto, bíblicos (Sansón). Poco a poco, las piezas iban encajando. Gladiador, novela de Philip Wylie aparecida en 1930, sirvió como fuente de inspiración para nutrir a Clark de habilidades sobrehumanas y explicaciones pseudo-científicas sobre ellas, así como John Carter de Marte, la creación de Edgar Rice Burroughs (autor también de Tarzan), lo que, a la postre, sugirió su procedencia extraterrestre. Una vez presentado en sociedad, los estudiosos no tardaron en indicar las similitudes biográficas con Moisés e incluso Jesucristo, interpretando como una metáfora las raíces alienígenas.

ARTÍCULO

Este Superman primitivo no era ni un boy scout ni una simpática figura paterna, sino un cruzado feroz contra la injusticia. Siegel y Shuster, ambos judíos, eran hijos de padres inmigrantes y habían sufrido en sus carnes la pobreza y la marginación derivada de la Gran Depresión. Sus textos y sus trazos se alimentaban de la frustración de la vida diaria. En palabras del escritor Mark Waid, devoto del personaje, “Superman no era sólo una fantasía de poder; quizá era la ficción más pura de América, ya que había surgido de la rabia emocional de dos niños que buscaban un vengador personal”. Mientras mimaban a su criatura, Siegel y Shuster empezaron a colaborar con la futura DC Comics en 1936, creando personajes como Dr. Occult, Slam Bradley, Federal Men, Spy o Radio Squad para el emergente mercado del comic book. Este formato había nacido para reimprimir tiras de prensa de los personajes más populares (Flash Gordon, Popeye), pero su éxito urgía a la creación de producto original. Trataron de vender a su superhombre, infructuosamente. Quienes recibían el material, preparado para tiras de prensa, lo juzgaron crudo e inmaduro. Señalaban otro problema: ¿Quién iba a identificarse con un tipo prácticamente invencible? En verdad, el estilo de Shuster carecía de toda sofisticación. Nervioso y de línea descuidada, tendente a la caricatura (su modelo era el Wash Tubbs de Roy Crane), tampoco estaba dotado para la iluminación o la perspectiva y mucho menos para el detalle. A su favor diremos que las figuras, aunque toscas, resultan dinámicas. También acierta a retratar a Superman como un tipo de cuidado, lo que no es poco mérito si tenemos en cuenta que es un forzudo que se pasea por ahí con los calzoncillos por fuera. Tal

vez el secreto es que lo mueve como si fuera un acróbata, justificando así su atuendo de circo. La mezcla con la visceralidad de los textos de Siegel da un cóctel explosivo, no apto para todos los paladares. Se necesitaba una nueva sensibilidad. Entonces, en 1938, por una de esas carambolas del destino, M.C. Gaines, del Mc Clure Syndicate, examina en su despacho la propuesta que le ha pasado el editor Sheldon Mayer, cuando el presidente de DC, Harry Donnenfeld, telefonea preguntando por material no publicado para elaborar una nueva revista. A Donnenfeld le hace gracia el pintoresco personaje de Siegel y Shuster y decide dedicarle la portada. Las tiras son remontadas para encajar en el formato escogido. Superman es vendido por $130. En abril de 1938 (aunque con fecha de portada Junio de 1938), el Action Comics #1 llegó a los kioscos norteamericanos.

ARRIBA Boceto del Superman de Joe Shuster en acción”

LOS PRIMEROS AÑOS Hoy día, cuando la ilusión cibernética nos lleva a cuestionar qué es realidad y qué simulacro, es difícil hacerse a la idea del impacto que supuso en 1938 la aparición de Superman. El lector actual encuentra, además, otro obstáculo a menudo insalvable. Las historias en sí pueden localizarse, pero no hay siquiera un conato de análisis o contextualización que las ponga en valor, de suerte que, aparte de la curiosidad histórica de leer la primera aparición del personaje, o de algunos de sus villanos, como Luthor, se prefiere pasar directamente a los más coloristas años 50. Craso error. No se puede entender lo que significa Superman sin estudiar, al menos, sus tres primeros años. Veamos los motivos.

DEBAJO Uno de los primeros bocetos del Hombre de Acero de Jerry Siegel y Joe Shuster

NOVIEMBRE 2013 

67

ARTÍCULO Desde su primera aparición en Action Comics #1, las letras “Superman” se proyectaban dando volumen al título, tradición que ha llegado intacta hasta nuestros días. La primera página establece los orígenes y habilidades del personaje. Nos lo sabemos, ¿no? Kal-El (el futuro Superman) es el único superviviente del planeta Krypton, que llega a la Tierra en un cohete enviado por su padre Jor-El, es recogido por Jonathan y Martha Kent, quienes lo llaman Clark y lo crían como hijo suyo en Smalville (Kansas), y, al crecer, desarrolla una fuerza inaudita, es capaz de volar y ver a través de los objetos y nada puede dañarlo. Pues no del todo. El planeta y el científico que lanza el niño al espacio son anónimos. Al llegar a la Tierra es recogido por un motorista que lo deja en un orfanato. No asoman los Kent por lado alguno (su primera aparición data de la reedición revisada de este número publicada en Superman #1; lo veremos). Clark crece atendido por médicos y cuidadores, que se asombran de sus hazañas, como levantar sillones por encima de su cabeza. En la juventud descubre los poderes que le caracterizarán en esta primera época: saltar grandes edificios, levantar pesos espectaculares, correr mas rápido que un tren expreso y una piel impenetrable, sólo vulnerable a “un proyectil ardiente”, sea lo que sea eso. A continuación, un par de viñetas de cientifismo pulp trataba de justificar estas maravillas con la socorrida comparación con hormigas y saltamontes, extraída de la citada novela de Wylie. La decisión de usar sus habilidades para el Bien le llega por ciencia infusa (recordemos: no están los Kent). Es curioso como en esta primera página no hay dicotomía entre Clark y Superman (no se dice, por ejemplo, “la fuerza de Superman”, sino “la fuerza de Clark”).

inscrita en un triángulo amarillo, capa sin emblema (que aparece y desaparece misteriosamente), mallas muy oscuras, sin las botas rojas, lo que, sorprendentemente, lo emparenta con el diseño para la nueva película Man of Steel (Z. Snyder, 2013), irá cambiando número a número. Las botas de Superman se regularizan a partir de Action Comics #5, aunque dudan a veces entre el amarillo y su definitivo color rojo. El símbolo en la capa no se normaliza hasta la intervención de Fred Ray y Jack Burnley, contratados por Shuster como asistentes en 1939 para afrontar la cada vez mayor carga de trabajo. Tal vez la inspiración en Douglas Fairbanks explique la fisonomía de este primer Superman, de espaldas anchas, torso amplio, cuello de toro, manos grandes, abdomen plano y brazos y piernas proporcionados, sin las exageraciones anatómicas que generaciones de ilustradores endogámicos han originado (la más evidente: la reducción del tamaño de la cabeza en relación al tronco para sugerir mayor envergadura, rémora que inició Wayne Boring a finales de los 40). También el traje parece, en efecto,

Clark trabaja como periodista en el Daily Star, futuro Daily Planet, donde conoce a Lois Lane, cronista de sociedad. A estas alturas, el único punto en común entre ellos es este y que ninguno de los dos fuma, a despecho del dominio del vicio en el Hollywood dorado (alguna vez parece verse a Clark con una pipa (Action Comics #21), pero en Action Comics #48 desmiente este hábito). Lois es una mujer independiente, obstinada, con un ramalazo cruel. “Me paso el día escribiendo historias lacrimógenas. No me hagas escribir otra ahora”, contesta a Clark cuando le pregunta por qué no acepta salir con él. Aparte de otros desprecios, en Action Comics #5 le engaña para cubrir una noticia que le habían asignado a él, poniéndole en apuros.

DEBAJO Trazos de Joe Shuster intentando definir a Superman

Este primer uniforme, con la S roja

68 

unas mallas y no pintado sobre la piel. Estamos en una época previa a que los músculos se marquen hasta en la chaqueta del frac o los pantalones de pinzas.

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARTÍCULO

Clark es despedido y, además de tener que rescatarla en circunstancias similares a las vistas en Superman I (R. Donner, 1978), debe luego recuperar su puesto. El Daily Star pasa a su denominación definitiva durante la ausencia de ambos como corresponsales en Europa (Action Comics #22 y #23), por lo que se entiende que es la misma empresa que, o bien cambia de marca comercial, o bien es absorbida por un conglomerado más poderoso. Lois suele cargar con el sambenito (merecido casi siempre) de “damisela en peligro”, “reportera metomentodo” o “novia eterna”. Es, sin embargo, una pieza capital de las aventuras del Hombre de Acero, el personaje más importante de la tira después del propio Superman. Y, como también Clark, no siempre se comporta de la misma forma. Lo primero que debemos señalar es que se trata de una serie de acción; los personajes apenas están esbozados para cumplir con su papel. Por tanto, Lois, pero también Clark, carecen de profundidad psicológica. En un sentido estricto, ni siquiera se les podría llamar personajes, pues no representan a “personas”, sino actitudes éticas o roles profesionales y sociales. Esto es aún más claro en el caso de los oponentes. En Action Comics #1, el corrupto congresista Barrows aglutina las características asociadas a este “tipo” en períodos de escasez: descarada obesidad, sonrisa satisfecha, trajes caros, ademanes de opulencia como las manos sujetándose las solapas de la chaqueta, etc. En su habla no hay rastros de personalidad, sino de su misión: “La Ley será aprobada antes de que se den cuenta de las implicaciones reales. Antes de que puedan tomar medidas reales para remediarlo, nuestro país estará enfrentado a Europa.” A lo que

70 

el compinche responde: “¡Genial! Se lo agradeceremos financieramente.” El compinche responde a esos rasgos de tebeo que nadie confundiría jamás con los de un sujeto honrado. Si bien Superman es descrito como “un portento físico, una maravilla mental”, en esta primera etapa de la serie las proezas físicas serán, con mucho, más destacadas que las intelectuales. En una época en que ni el cine explotaba apenas este exhibicionismo sobrehumano, Siegel y Shuster se recrean con la mayor rotundidad y esmero posibles: la salvación de una condenada a muerte allanando el domicilio del gobernador supone una carrera de obstáculos y “trampas”, un cuchillo se rompe contra la impenetrable piel de Superman durante la zurra a un maltratador, un coche vuela por los aires mientras el Hombre de Acero se sacude de encima a unos gangsters y libera a Lois, etc. Los estímulos cinematográficos planean por toda la tira, no sólo en la narración sino en la iconografía. Tras rescatar a la reportera de ese secuestro con intenciones poco claras, la composición imita maneras del género de terror, con Superman inclinándose sombrío sobre Lois, que retrocede y se lleva las manos a la cara con gesto estupefacto. Repárese en el detalle del tirante que se desliza por el hombro. Esta viñeta ha sido abundantemente reproducida e imitada. La presentación del héroe consta de 98 viñetas exactas, incluyendo el anuncio final de que Superman aparecerá cada mes en la revista, una imagen icónica del Hombre de Acero rompiendo unas cadenas que será versionada hasta la saciedad, de Neal Adams a Jim Lee. No es que me haya dedicado a contarlas. Hasta tal punto estaba concienciado Shuster de que el comic-book no tenía por qué ser el formato definitivo (el proyecto, como se ha dicho, buscó la aprobación de los Syndicates de prensa) que numeraba cada uno de los paneles, por si luego

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

hubiera que remontarlos. Mantendrá esta práctica durante los dos primeros años de la serie, hasta Action Comics#24 (excepción hecha del #23). El Hombre de Acero no volverá a protagonizar la portada hasta el #7 y no se adueñará de ella definitivamente hasta el #19. Dice la leyenda que cuando los propietarios se dieron cuenta de que vendían más ejemplares si lo mostraban. Sin embargo, esta tesis fue desmontada por el especialista Michael Uslan, quien tuvo acceso a los archivos de DC y a las cifras de venta de la época, observando una aceptación parecida entre el público, con independencia del protagonista de la cubierta. Probablemente, Superman tomara el control de Action Comics coincidiendo con el éxito de su propia cabecera, que, a pesar de empezar con reediciones de Action Comics y de las tiras de prensa, obtuvo ventas muy superiores. La historia de Action Comics #1 acaba abruptamente, en lo que ahora llamaríamos un cliffhanger, con Superman cayendo al vacío al no alcanzar de un salto el edificio próximo (recordemos que aún no podía volar). El efecto no es premeditado. Deriva de fraccionar las páginas originales y adaptarlas al formato de publicación. Tras resolver esta situación, en Action Comics #2 Lois y Clark dejan la ciudad (no recibirá el nombre de Metrópolis hasta Action Comics #40, por influencia de la película dirigida por Fritz Lang) para cubrir la guerra en San Monte, encargo que ya le habían dado a Clark en el número anterior, pero que, por motivos inexplicables, había decidido dejar aparcado para visitar Washington y acechar al corrupto Barrows. Siegel, en una pirueta sin red, relaciona ambos extremos: resulta que Barrows ha sido sobornado por un tal Emil Norvell, fabricante de armas, que se está achinando vendiendo munición en el citado país. Nada más sencillo para Superman que entrar en la guarida del traficante, superar a sus gorilas armados y sugestionarlo para que lo acompañe con un suave movimiento y estas palabras: “¿Ves que fácilmente doblo esta

ARTÍCULO

barra de hierro con las manos? Podría ser tu cuello. Así que, por última vez, ¿vas a venir conmigo?”. Sospecho que a nadie extrañará que el tío líe el petate y se ponga en manos de Superman. Así acabará en San Monte, vestido de soldado, oyendo silbar las balas a su alrededor y jurando no volver a producir nada más fuerte que un petardo. Mientras, Lois ha sido engañada por una Mata Hari que andaba por ahí y queda sentenciada a morir fusilada. Superman llega a tiempo de salvarla y terminar con la guerra secuestrando a los generales responsables y obligándoles a que resuelvan sus diferencias cara a cara. Llegados a este punto lo esencial es que la tira tiene ya los elementos básicos con que desarrollarse. A partir de aquí, Siegel y Shuster explorarán el nuevo formato, con relatos principalmente autoconclusivos. Estos primeros números exudan un marcado tinte social, con tramas simples y directas donde se denuncia el abuso por parte de los poderosos. Superman no repara en subterfugios y amenazas como las descritas para darle al magnate corrupto o al gangster irredento una dosis de su propia medicina. En Action Comics #3, por ejemplo, un minero inválido por un accidente que se podría haber evitado con las medidas de seguridad adecuadas será el detonante para que Clark decida impartir justicia a su modo: encerrando al propietario (¡y a sus invitados!) en el subterráneo sin acondicionar, hasta que promete enmendarse. Parecidas tácticas desplegará en Action Comics #12, destrozando coches de segunda mano o asustando a los infractores de tráfico para evitar la alta mortandad en accidentes viales (por cierto que la última viñeta anuncia el lanzamiento de un nuevo personaje: un tal Batman en Detective Comics #27); o en Action Comics #16, amenazando de

muerte a los propietarios de casinos ilegales para que abandonen la ciudad. El citado Mark Waid, escritor de Superman: Legado, lo describió así: “Fuese quien fuese el de la capa roja, no era un superpoli. Era un superanarquista”. Quizá el más emblemático ejemplo de esta rabia justiciera (al menos, uno de los más logrados artísticamente) sea Action Comics #10, con fecha de portada Marzo de 1939. En la cubierta, el Último Hijo de Krypton abate un avión de un puñetazo, pero esta imagen no aparece en el interior. La historia se abre con media página que reproduce la cubierta de Superman #1, adaptada al formato apaisado, a menor tamaño y contextualizada con edificios, aunque tampoco tiene demasiado que ver con lo que sigue: una denuncia del maltrato a presos a manos de un sádico alcaide. Son varios los puntos de interés, empezando por la incorporación definitiva de la cuadrícula simétrica de cuatro filas y dos columnas, del agrado del editor Vin Sullivan. La sugerencia de las ocho viñetas por página venía cumpliéndose más o menos desde el primer número, con pocas excepciones, pero los paneles variaban de tamaño y disposición. La férrea cuadrícula de viñetas idénticas en 2×4 asomó por vez primera en Action Comics #7, donde Superman se prestaba a actuar ante el público para salvar el negocio de un honrado empresario del circo amenazado por un gangster, pero no fue hasta este capítulo que adquiriría carta de naturaleza. Se prolongará, entrega tras entrega, hasta la sustitución de Shuster por Jack Burnley en Action Comics #28. Rara vez se rompería la monotonía con una panorámica que uniera dos viñetas, respetando, en todo caso, la simetría de la página. Como decía, este es un buen ejemplo de lo que ofrecía Superman en esta primera época: cien viñetas distribuidas en trece páginas, la primera de ellas con una portadilla de media página donde se recordaban las habilidades del héroe y una última viñeta

donde se instaba a seguir sus peripecias en el siguiente ejemplar. Un inspirado Shuster logra que se “lea” la acción casi sin necesidad de diálogos y textos de apoyo. La influencia cinematográfica es notabilísima. La página once, por ejemplo, está dedicada íntegramente al rescate de un preso fugado atrapado en arenas movedizas, con un cronometraje ciertamente eficaz. Tengamos en cuenta que se produce años antes de los experimentos de Eisner en este sentido (más de un año antes de la creación de The Spirit). Sin embargo, las carencias de Shuster en fondos y perspectivas, hacen que su narrativa sea más bien televisiva que auténticamente cinematográfica (falta profundidad de campo; los encuadres, aunque eficaces, son meramente descriptivos, predominio de planos medios y primeros planos, etc.) Los elementos argumentales típicos de este primer estadio se refinan también: Kent finge ser un tipo medroso, pero, al mismo tiempo, demuestra ser un tenaz periodista, que se gana el respeto de su jefe y de sus compañeros. El alcaide es un sádico sin escrúpulos, pero también astuto y ladino, que engaña a sus superiores y amedrenta a sus subordinados. Superman prescinde de las mallas para pasar por un preso común y desenmascarar la injusticia (acude a ellas sin que le vean o para vengarse del alcaide, una vez obtenidas pruebas fotográficas que acaben con su carrera). Hay un punto oscuro: solo vemos a Lois en una viñeta, echando pestes de Clark. La periodista había confesado en Action Comics #9 su interés por Superman (ya se habían amartelado entre viñetas en Action Comics #5: “¡Vaya beso!”, dice él; “¡Un super-beso para un super-hombre!”, dice ella) y habrán de pasar algunos números hasta que Clark insista en su asedio (vuelven a trabajar juntos en Action Comics #22, pero la química de

NOVIEMBRE 2013 

71

ARTÍCULO

la pareja no empezará a funcionar hasta Action Comicss #27, adaptándose a las pautas del serial radiofónico). Siegel y Shuster descargan al personaje de compromisos tremebundos en episodios de corte más ligero o abiertamente humorístico. Pueden citarse Action Comics #4, donde Clark suplanta a un jugador de fútbol americano (también se hará pasar por boxeador en Superman #2; en esta época era muy aficionado a disfrazarse); o Action Comics #6, donde un tipo finge ser el representante del Hombre de Acero y, curiosamente, no engaña a Lois, más perspicaz aquí que con su compañero de oficina. EL ORIGEN DE SUPERMAN En la primavera de 1939 Superman obtiene una nueva serie llamada como él mismo. La cabecera homónima empieza con reediciones de material publicado previamente en Action Comics o en las tiras de prensa. Superman #1, por ejemplo, reedita Action Comics #1-4. Se trata de una publicación trimestral de 64 páginas íntegramente dedicada al Hombre de Acero, incluyendo curiosidades como cartas firmadas por Clark Kent (Superman #5), relatos en prosa o artículos sobre los creadores del personaje (Superman #1). Un anuncio en Superman #4 nos muestra seis publicaciones de la editorial en aquella época: Action Comics, donde podíamos encontrar a Superman; Adventure Comics, con The Sandman; Detective Comics, con The Batman; All-American Comics, con Ultra-Man; More Fun Comics, con The Spectre; y Flash Comics, con Flash. Más las secciones habituales de chistes, hechos increíbles, etc. Sin embargo, la reedición de Action Comics #1 incluida en este primer número está retocada y ampliada: cuenta con 18 páginas frente a las 13 del original, del que elimina una y añade seis. Esta

72 

revisión constituye el origen canónico del primer Hombre de Acero, sobre el que se edificarán todas las versiones posteriores. En ella, vemos el planeta Krypton explotando mientras el cohete espacial que lleva al futuro Superman surca el espacio. A su aterrizaje lo encuentra el matrimonio Kent, pero, considerándolo abandonado, lo dejan en un orfanato (tal vez para no descartar la imagen del niño asombrando a sus cuidadores con su fuerza, aunque la viñeta está redibujada). Al poco, los Kent regresan y lo adoptan, para alegría del responsable de la institución. El motorista anónimo de la versión anterior (también presente en las tiras de prensa) ha desaparecido, igual que se esfumará el orfanato en futuras revisiones. En la última viñeta de la primera página, el joven Clark atiende a los consejos de Papá Kent (“Escúchame, Clark. Tienes que esconder esa gran fuerza a los demás o se asustarán de ti.”) y Mamá Kent (“Pero cuando llegue el momento deberás usarla para ayudar a la humanidad.”). Este puede ser el consejo más raro dado nunca por unos padres a su hijo. Y, sin embargo, está en la base de las identidades secretas que proliferan en el género de los superhéroes, a veces sostenidas por justificaciones aún más peregrinas. El caso es que Clark sigue creciendo y sus poderes con él. Más o menos lo mismo que la vez anterior: saltar edificios, correr más rápido que un tren, levantar grandes pesos (un coche); se añade una escena donde un médico se desespera rompiendo jeringuillas al no poder hacer mella en su piel impenetrable. Y llegamos al final de esta segunda página, cuando, ante la tumba de sus padres (Sí, chicos. Habéis leído bien. ¡Como un Batman cualquiera!-) Clark decide poner sus grandes poderes al servicio de la humanidad vistiendo su colorido atuendo. Esta vez se prescinde de las explicaciones sobre sus habilidades. Ni comparaciones con insectos, ni gravedad ni nada.

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

DEBAJO Portada de una de los primeros números de Superman

DEBAJO La postura clásica de Superman reflejado en una de las primeras portadas protagonizadas por el personaje

ARTÍCULO

Las siguientes cuatro páginas nos ponen en antecedentes del caso presentado en Action Comics #1. Si recordamos, en el citado tebeo Superman llevaba en brazos a una mujer atada y amordazada a la mansión del Gobernador. Se nos dice que es una asesina y que, en su lugar, está a punto de ser ejecutada una mujer inocente. En estas páginas vemos cómo Clark la descubre y la captura. Encuentra la pista al acudir a la prisión para cubrir un artículo e impedir un linchamiento. Este hombre también es inocente y le revela el nombre de la verdadera criminal. La noticia le vale el ingreso en el Daily Star. El resto no varía respecto al Action Comics #1. Las aventuras de esta época no son tan autocontenidas, ajenas al paso del tiempo o respetuosas con el status quo como suele aducirse. En Action Comics #8, un episodio extraño a nuestra sensibilidad actual, Superman destroza un barrio de los suburbios para obligar al gobierno a reconstruirlo. Pretende acabar así con la pobreza que alienta el crimen y la delincuencia juvenil. Entre tanto, rescata de manos de la policía a varios chicuelos descarriados pillados in fraganti en varios hurtos. Sus intenciones serán todo lo nobles que se quiera, pero, razonablemente, el Comisario Burke expide una orden de busca y captura contra él. Esta será una de las primeras tramas que trascenderá la proeza episódica para generar un cambio de marco. Mientras en Action Comics #1 el gobernador se congratulaba en una reunión de que un personaje de la fuerza y arrojo de Superman estuviera del lado del bien, a partir de este ejemplar Superman será perseguido por las fuerzas del orden. En el siguiente capítulo, Action Comics #9, el detective Reilly, de Chicago (llamado 100% Reilly porque siempre encuentra a su hombre), es encargado de su captura (Obviamente, al final del

ARRIBA Imagen mítica de Joe Shuster homenajeada e interpretada por muchos autores posteriores

episodio ha pasado a ser 99% Reilly). Este episodio muestra también la variedad de registros de Siegel, aportando elementos cómicos para el lucimiento de su compañero en personajes caricaturescos como Mortimer Snoop. Esta tirantez con los representantes de la ley, ejemplificada en tipos como el Sargento Casey, siempre dispuesto a dudar de las intenciones del Hombre del Mañana, se mantendrá intermitentemente hasta el cambio de dirección auspiciado por la compañía aprovechando la llamada a filas de Siegel en 1943. Otras tímidas relaciones de este tipo pueden verse en Action Comics #11, donde se produce la primera aparición de la visión de rayos-X y el superoído, habituales desde entonces en el repertorio del kryptoniano. En este ejemplar, la Maravilla de Metrópolis investiga el suicidio de un accionista que ha sido timado por dos especuladores sin escrúpulos. En el proceso de arruinarlos, se hace con un millón de dólares (¡de

1939!). Pese a ello, no cambia su forma de vida. Sigue trabajando en el Daily Star y combatiendo las injusticias como Superman. En Action Comics #15, un tebeo que encadena situaciones de humor cercanas al slapstick, se desprenderá de él por una buena causa. También Lex Luthor será presentado en un díptico repartido entre Action Comics #22 y #23. En realidad, su jeta no asoma hasta el capítulo 23, pero es el responsable en la sombra de los sucesos que se inician antes, con un trasunto de invasión de Polonia. Aparece el genio del mal con abundante pelo pelirrojo (detalle que mantendrían en Superman, el film), conspirando en la sombra para llevar la guerra a todas las naciones del mundo. Por lo visto, un error en las tiras de prensa le hizo perder la cabellera. En esta primera época muchos de los antagonistas de Superman son calvos. Como hemos visto, el propio Superman,

NOVIEMBRE 2013 

73

ARTÍCULO

en su primitiva concepción como villano, empezó de esa guisa. Pero, sin duda, la aportación más relevante en esta fase temprana es la saga del Ultra Humanita. El Ultra Humanita es presentado en Action Comics #13, en el curso de una investigación para detener a una banda criminal llamada la Liga de Protección de Taxis. Se trata del primer villano auténtico que pisa la serie: un Mad Doctor calvo y en silla de ruedas con delirios de dominación mundial, que emplea sus ingenios para obtener riqueza y poder, en la órbita del futuro Luthor; muy lejos del gigantesco gorila albino con que renacería en JLA #195-197 (1981), ya en Tierra 2. El Ultra Humanita no duda en matar cruelmente y él mismo parece morir en un accidente de avión provocado por Superman. Pero su cadáver no aparece entre los restos. El inicio de una tradición de malos-Houdini que siempre escapan a la muerte. No tardaremos en saber de él. Concretamente en el siguiente número: Action Comics #14. Investigando un derrumbe sospechoso en el Metro, Superman se topa con la Star Company, una empresa tapadera de la organización criminal del Ultra Humanita, quien trata de matar al Hombre de Acero con aviesas trampas. Superman desarticula la organización, pero no logra atrapar a su cabecilla, quien jura la pronta eliminación del héroe en la última viñeta del número.

muerte del científico loco. Sin embargo, en Action Comics #20, en un giro inhabitual para la época (y aún ahora) su organización criminal se hace con su cerebro y lo trasplanta en el cuerpo de una joven estrella de Hollywood, Dolores Winters, situación familiar para quienes hayan leído la espléndida La Edad de Oro, de James Robinson y Paul Smith. Superman lo reconoce por el brillo diabólico de sus ojos y debe detenerlo usando nuevas habilidades como el superaliento. Dolores Winters se despedirá de la serie en Action Comics #21, fracasando en su intento de apoderarse de los secretos de la fisión atómica, aunque como sabemos, el Ultra Humanita aún dará que hablar. La denuncia social mantiene su peso específico: Action Comics #24 alerta de los peligros del juego en un nuevo caso de “falso culpable”; en Action Comics #26 Lois y Clark desenmascaran a un curandero estafador, en una historia dedicada a recaudar fondos contra la parálisis infantil; la pareja resuelve con éxito situaciones de maltrato a niños (Superman #2, Action Comics #27) o de corrupción institucional (Action Comics#37, donde Clark se convierte circunstancialmente en comisario de policía); también hay tiempo para la

El Ultra Humanita reaparece en Action Comics #17, saboteando barcos a troche y moche. Tampoco esta vez es capturado. En Action Comics #19 está detrás de la “plaga púrpura”, una especie de superviruela que diezma la población de la ciudad. Superman lo localiza cuando sus secuaces tratan de eliminar al único investigador capaz de encontrar una cura. El enfrentamiento acaba con la aparente

74 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

propaganda bélica enfrentándose a saboteadores y quintacolumnistas (Action Comics #36, #41), además de portadas dedicadas al esfuerzo bélico. Es de reseñar que sólo en dos páginas publicadas en la revista Look en 1943 se implicara Superman en la II Guerra Mundial: en ellas, el Hombre de Acero capturaba a Hitler y a Stalin para que fueran juzgados por crímenes contra la Humanidad. Los malos con habilidades especiales son cada vez más corrientes. Además de los mencionados Ultra Humanita (que no regresará hasta los años 70 en Superman Family, cuando los comics de la Golden Age se conviertan en Tierra 2) y Luthor (de vuelta en Superman #4, primavera de 1940), se presentan criminales con poderes hipnóticos como Medini (Action Comics #25) o Harold Morton (Action Comics #38), encapuchados como El Arquero (Superman #13) o La Máscara DEBAJO El Superman de Jerry Siegel y Joe Shuster sobrevuela la ciudad de Metrópolis

ARTÍCULO

(Action Comics#46, con el interesante Ed Dobrotka), en tramas que parecen de Scooby Doo, se acusa la influencia de Batman con los extravagantes Bromista (Action Comics #51, #57) o Juguetero (Action Comics #64, ya sin el concurso de Siegel) y, por supuesto, otra remesa de científicos locos como Zolar (Action Comics #30), Rompecabezas (Action Comics #49) o Búho Nocturno (Action Comics #53). Mención especial merece El Fantasma (Action Comics #39, con Leo Nowak a los lápices), un ingeniero científico que adquiere poderes por la exposición a la radioactividad, casi 20 años antes de que Stan Lee popularizara esta clase de accidentes. Mr. Mxyztplk no aparecerá hasta 1944, en Superman #30, obra de Jerry Siegel y John Sikela, con la tira cada vez más entregada a elementos fantásticos o paródicos, como las intervenciones de Susie, la sobrina de Lois (Action Comics #59). Antes, sin embargo, debemos retroceder al verano de 1940 y repasar una de las mejores -y más desconocidas- etapas del personaje.

pose clásica de Superman rompiendo las cadenas, como un Sansón de circo. El circo como tal aparecía por primera vez en Action Comics #7. En este, el primer número en manos de Jack Burnley, Lois y Clark vuelven bajo la carpa para investigar a un ladrón forzudo que resulta ser el payaso, descontento por haber perdido antaño el hercúleo rol. Burnley convierte un argumento no especialmente emocionante en unas páginas dignas de leerse y admirarse, aún cuando apenas se separa del patrón Shuster. En Action Comics #29 nos ofrece la primera Splash-Page inicial de la serie en una portadilla que avanza el contenido. Este recurso ya lo había probado Shuster

en Slam Bradley, pero a los editores no les gustaba y lo evitó en Superman. También se observa un trabajo más cuidado en las letras del título, más definidas. Mientras, Siegel se atreve a avanzar en la relación entre Lois y Clark con una nueva cita. Burnley es más aficionado que Shuster a las viñetas panorámicas, de las que obtiene grandes resultados gracias a sus composiciones estudiadas. Su Superman se acerca más al vuelo que al salto, aunque sus poderes siguen sin ser modificados. Los rostros son más definidos, particularmente los de los personajes de DEBAJO Jack Burnley, uno de los mejores asistentes contratados por Shuster, brindó su conocimiento anatómico a Superman

Action Comics #28, con fecha de portada Septiembre de 1940, supone el primer número dibujado íntegramente por Jack Burnley, colaborador habitual de Shuster desde el arranque de las tiras de prensa un año antes, en enero de 1939. Burnley, que había comenzado como ilustrador para la sección de deportes de King Features Syndicate, es recordado sobre todo por ser el primer artista distinto de sus creadores que dibujó con éxito a Superman y a Batman (cubierta de New York World’s Fair 1940, más tarde World’s Finest) y por su gran trabajo en Adventure Comics con el personaje de Starman (Ted Knight), con guiones de Gardner Fox. Action Comics #1 acababa con la

NOVIEMBRE 2013 

75

ARTÍCULO

nueva creación; embellece los rasgos del elenco clásico, o sea, Lois y Clark, pero sin perder las señas de identidad proporcionadas por su creador gráfico (quien seguía en funciones de supervisor), incluyendo esa dureza característica en el rostro de Superman, sin embargo atemperada, menos ruda y varonil; lo mismo hace con Lois, quien conserva el molde básico de sus facciones, inspiradas en Joanna Carter, la esposa de Siegel, y en la reportera Torchy Blane -una especie de Hildy Johnson (Luna Nueva, 1940)-, pero más armónicas, al uso de Dale Arden (Flash Gordon) o Diana Palmer (The Phantom), con un toque más hollywoodiense, si se quiere. Las figuras se estilizan, manteniendo los patrones esenciales instaurados por Shuster. Burnley es muy superior técnicamente, sus personajes se mueven con más gracia, sus perspectivas sorprenden por su elegancia y la narración se agiliza. Por el contrario, carece de la tensión de Shuster. Tal vez por ello los guiones de Siegel se relajan, abandonan la revancha y la denuncia explícita y se acercan a la investigación y a la comedia. Estos

76 

asuntos, lo hemos visto, estaban presentes en la tira, pero con Shuster era un humor crispado, vengativo, y unas indagaciones a fuerza bruta, algo que también se apreciaba en sus otras creaciones con Siegel, como Slam Bradley. Burnley aporta un delicioso toque sofisticado, a lo Historias de Filadelfia (G. Cuckor, 1940) o Al servicio de las damas (G. LaCava, 1936). Fondos más trabajados, expresiones más conseguidas, menos ceñudas, más naturales, lo que favorece a los personajes sin disfraz. El cada vez mayor protagonismo de Lois también la convierte en víctima más a menudo: aquí es atada y amordazada en la mejor tradición Wonder Woman. La trama no es gran cosa. Una investigación sobre pólizas de seguros de ancianas que mueren sospechosamente. Action Comics #30, con fecha de portada Noviembre de 1940, se abre con una bella imagen inicial de Superman en el aire, casi (salvo la S) como la estampa más reconocible del personaje. Extrañas esferas de energía vaporizan a las personas que se exponen a ellas, dejando solo una sombra tras de sí. Un nuevo archivillano: Zolar, quien controla el clima y el mecanismo de las esferas desintegradoras. ¡No matan a Superman, pero le dejan inconsciente! Reparemos en el detalle de que Lois Lane y Laura Vogel, las dos mujeres de la historia, conducen sus propios vehículos. Nuevas referencias a Flash Gordon y al pulp con las estratonaves. No se sabe si por seguir a su mentor, Burnley también olvida a veces dibujar la S en el pecho de Superman, como en la página 12. Final sorpresa, como el anterior.

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA Jerry Siegel y Joe Shuster con algunos bocetos de su inmortal personaje

ARTÍCULO

Action Comics #31 ofrece un nuevo caso misterioso: los habitantes del pueblo de Brentville caen víctimas del sueño en una trama de espías. Llama la atención las malas artes de Clark, quien empieza a portarse deshonestamente con Lois, pinzándole un nervio para desmayarla y que no descubra su identidad secreta. Más interesante es el Action Comics #32, de Enero de 1941, donde comprobamos que a veces la S del pecho sigue inscrita en el triángulo original, pero otras ya se convierte en el famoso pentágono, menos perfecto, sí, pero cerca del diseño definitivo (que Byrne definiría, tantos años después, como dos peces nadando enfrentados). Mientras, el arte de Burnley es cada vez más

espléndido. Siegel regresa a las mafias del juego, asunto que repetirá en los primeros años de la tira. Aquí, en enero de 1941, ya tenemos el uso de paneles verticales para dar sensación de caída (piénsese en Gwen Stacy y el Puente de Brooklyn; The Amazing Spider-Man #121), con Superman rescatando a un suicida (menos dramático que el inmortal panel de Gil Kane… ¡pero 30 años antes!) Burnley sigue aprovechando las viñetas panorámicas con excelentes resultados. Siegel sigue extrayendo nuevos poderes a Superman. En este caso, Lois le descubre cambiando a Clark, pero antes un bebedizo le ha arrebatado la memoria y el sentido, dejándola como una autómata. Los médicos dicen que no pueden sacarla de su

estupor y recomiendan ingresarla en un asilo. Clark la mira fijamente y arregla su mente con superhipnosis. Además, empiezan las proezas científicas de Clark con la invención del Krypto-Raygun, capaz de tomar fotos, revelarlas y proyectarlas en segundos. Años después contará con su propio laboratorio en la Fortaleza de la Soledad. Otro punto remarcable es la visión menos crítica de los funcionarios públicos, hasta el momento con una larga lista a las espaldas de senadores, policías y alcaldes corruptos. Action Comics #33 insiste en esta nueva confianza en el género humano al declarar Clark que “Se puede tener millones sin perder el corazón”, postura no muy frecuente en la serie hasta el momento. Este ejemplar destaca por unas bellas

IZQUIERDA Portada de Action Comics Nº 31 en la que Superman se veía dentro de una trama de espionaje. DEBAJO Portada de Action Comics Nº 33 en la que todavía encontramos a un Superman de cierta ambigüedad moral

NOVIEMBRE 2013 

77

ARTÍCULO

imágenes acuáticas, como anticipándose a la psicodelia, en el atentado contra Lois y posterior rescate. Clark sigue usando extraños métodos para dejar a Lois inconsciente y que no descubra sus cambios a Superman. Lejos, desde luego, de una moral que hoy consideremos aceptable. Tampoco tiene reparos en interponer una viga en la trayectoria de una bala que, de rebote, acaba matando al villano de un tiro en la cabeza. En Action Comics #34, último número del gran Jack Burnley, Superman rescata a la heredera de unas minas del siniestro complot urdido por su tío y otro socio para apoderarse de su patrimonio. Siegel aprovecha la facilidad de su colaborador para dibujar mujeres hermosas. La marcha de Burnley baja el nivel de la tira, cada vez más sometida al arbitrio editorial. Quedan buenas historias y elementos por introducir, como la mítica viñeta de Clark abriéndose la camisa para mostrar el traje debajo (Action Comics #35) o la versión más perdurable del símbolo del pecho con la S inscrita en el pentágono y borrando los bordes de contacto entre las líneas rectas y curvas (Action Comics #41, portada de Fred Ray), pero personajes y situaciones empiezan a adquirir un carácter amable y acomodaticio. Anécdotas, humor y ligereza se enseñorean de la revista: Superman trata de encauzar a una rica heredera en Action Comics #40, desarticula una banda de gangsters que se querían aprovechar de un pobre troglodita descongelado en Action Comics#44 o, en compañía de Lois, aconseja a un precoz jugador de béisbol para que entre en la liga profesional en Action Comics#50. Pese a ello, aún le oiremos decir cosas como “No puedo dejarte morir así cuando te está esperando la silla eléctrica.” (AC#43) o “No me gusta la cara de ese granuja. Quizá

78 

debería cambiársela… ¡con mis puños!” (AC#59). Pocos años más tarde, como recordaba Alan Moore, si Superman era grosero con alguien el lector sabía que estaba bajo el influjo de la kryptonita o de alguna villanía por descubrir.

su captura, desembocando en el primer número abiertamente humorístico de la serie. En esta primera época la relación del superhéroe con los poderes públicos en general, y la policía en particular, es, como poco, problemática.

Acabada la II Guerra Mundial, la situación se tornará cada vez más difícil para Siegel y Shuster, molestos por las injerencias editoriales y unas condiciones económicas leoninas. La editorial los despedirá en 1947, aprovechando el conflicto por la autoría de Superboy.

Queda demostrado que esta etapa acumula aciertos indudables que luego otros se han atribuido impunemente. Y no olvido que había mucha gente cimentando la leyenda de Superman: desde los propio colaboradores contratados por Siegel y Shuster hasta el show de radio, los dibujos de los Fleischer o el libro escrito por George Lowther. Sólo digo que en primera línea estaban Jerry Siegel y Joe Shuster haciendo avanzar a su personaje.

La creación de los dos amigos de Cleveland se ha convertido en uno de los personajes de ficción más reconocidos del mundo. Action Comics#1, al igual que Superman#1, es una de las portadas más homenajeadas de la historia del medio. Pese a ello, este Superman primitivo no ha gozado, en general, de buena prensa. Se le achaca su actitud infantil, fiando en la fuerza y ofreciendo soluciones sencillas a problemas complejos. En verdad, es así. Cuando el superhéroe acaba con un conflicto bélico obligando a que los líderes de ambos bandos en liza se den la mano o cuando alecciona a un empresario minero sobre medidas de seguridad encerrándolo en su propia mina podemos cuestionar tal ingenuidad. A menudo se implica en situaciones curiosas para un superhéroe, como aquella vez que suplanta a un jugador de fútbol americano para dejar en evidencia las malas prácticas de un entrenador. Otras veces resulta incluso aberrante, como cuando se dedica a demoler un barrio de infraviviendas esperando que así el Gobierno se vea obligado a darles casas nuevas, lo que ya de por sí parece cuestionable… ¡Pero es que lo hace para erradicar la delincuencia juvenil, pensando que, gracias a sus esfuerzos, los chavales crecerán en mejores condiciones! No es extraño que la policía decrete

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Sin embargo, por si aún no les he convencido, voy a escribir, a continuación, una sólo línea: Superman, el film ¿Se han parado a pensar de dónde salen muchas de esas situaciones tan celebradas? La destrucción de Krypton (tiras de prensa entre 16 y 28 de enero de 1939), la peluca pelirroja de Luthor, guiño a las primeras apariciones del personaje; el propio plan de Luthor con misiles. El dique que cede, el coche atrapado de Lois, el tren que ha de pasar por un puente que se derrumba. La propia relación con Lois, tirante, sin jueguecitos de identidad secreta. El navío en la comisaría (Action Comics #66); el policía que casi muere -muere en la película- en el Metro persiguiendo a la organización criminal (Action Comics #14), etc. Algún escéptico protestará tras esta hipótesis, porque La Zona Fantasma, Zod, la Fortaleza de la Soledad o la

ARTÍCULO

propia kryptonita poco tienen que ver con Siegel y Shuster. Y yo respondo: Así parece… si pensamos que los tipos de Hollywood (en este caso el novelista Mario Puzo y los guionistas David&Leslie Newman, Robert Benton y Tom Mankiewicz) despreciaban el material original. No es así. O no en este caso. Porque, como todo el mundo sabe, los productores proyectaron filmar Superman I y II como una sola película para abaratar costes. De ahí que en la primera parte se introduzcan elementos (casualmente, los citados) que se van a desarrollar en la segunda parte. Y esto es así porque Superman I se inspira en la primera etapa del personaje, mientras que la segunda entra, precisamente, en la era Weisinger. Veámoslo:

la citada pág.2 de Superman #1 y en la pag.1 de Action Comics #1, entre otros.

El prólogo del Daily Planet (antes de los créditos) es un sentido homenaje a Action Comics #1, incluyendo la contextualización en la Gran Depresión en que unánimemente coincidimos quienes citamos los orígenes del Hombre de Acero (desde Mark Waid a quienes sólo lo conocen de la Wikipedia).

Ya en el film de Richard Lester pasa al revés y son los elementos del primitivo Superman los que están en franca minoría (p.ej: el controvertido superbeso del final remite al superhipnotismo de Action Comics #33, publicado en 1941). La homogenización fue tan inteligente que no chirría lo más mínimo, tal vez por la impronta mesiánica, mucho más presente que en el tebeo, y por la gran caracterización del llorado Christopher Reeve.

La parte de Krypton y Jor-El nació en las tiras de prensa (Siegel y Shuster habían establecido incluso el consejo de sabios), aunque está enriquecida con apuntes de la era Weisinger (Zod, La Zona Fantasma), para uniformar las versiones y preparar los motivos de la segunda entrega (todo esto, hasta que Clark es recogido por los Kent, bebe de la reformulación del origen en Superman #53, entre otros). Sin embargo, a partir de ser acogido por sus padres adoptivos, recuperamos a Siegel y Shuster, donde Clark (y esto es importante) no ha sido nunca Superboy y se convierte en Superman al morir sus padres y llegar a la edad adulta, como se ha mencionado al analizar Superman #1. Tan es así que la escena del joven Clark adelantando a un tren expreso puede verse tal cual en

Como ya he apuntado, las situaciones de Siegel y Shuster se encadenan hasta el “viaje en el tiempo”, este sí, característico de la era Weisinger. Las siguientes escenas introducen los elementos típicos de esa época: Lois apunta que Clark nunca está a la vez que Superman (en la segunda parte trata de comprobar su hipótesis, trama característica de los 50); Luthor es entregado a las autoridades, que saludan a Superman como un aliado (cosa que hasta entonces no se ha producido; en la segunda parte ayudará en la reconstrucción de la Casa Blanca, demostrando que ya está plenamente institucionalizado).

¿Por qué, entonces, esta etapa es tan poco conocida y apreciada? Quizá porque el conflicto entre los creadores y la compañía propietaria del personaje ha tenido un efecto paradójico: de un lado, Siegel y Shuster son reconocidos y acreditados, pero de otro se les ningunea esparciendo el insidioso rumor de que no eran verdaderos talentos, sino “unos chavales que tuvieron suerte”. O quizá porque la rabia justiciera y la ideología que subyace en las historias primitivas no armoniza con el Superman “amigo de los niños” que monopoliza el merchandising. O quizá porque muchos pretendidos expertos no han leído estos cómics y, si lo han hecho, los han apartado por alguna de las

razones anteriores. Siegel y Shuster poco disfrutaron de la fama planetaria de su personaje. Tras ser despedidos por National Allied Publications, precursora de DC Comics, por interponer una demanda sobre los derechos de Superboy (que ganaron) ambos amigos trabajaron en la tira de prensa Funnyman, que no cosechó el éxito esperado. Shuster publicó ilustraciones picantes (bajo seudónimo) para sobrevivir hasta que sus problemas de visión le apartaron definitivamente del tablero de dibujo. Siegel, por su parte, volvió a escribir para DC en 1959. Con motivo de la filmación de la película Superman DC aprobó la concesión de una pensión vitalicia y la inclusión de sus nombres acompañando al Hombre de Acero. Sirva este modesto epígrafe de agradecimiento a Jerry Siegel y Joe Shuster, esos chavales que hicieron realidad su sueño y, de rebote, el de millones de niños.

LA SUPERFAMILIA La posguerra cambió la sociedad norteamericana. El esfuerzo bélico había reactivado la economía. La victoria en Alemania y Japón convirtió a EE.UU. en superpotencia, autoproclamándose paladín de la libertad en el mundo. La vuelta de los soldados y la creciente prosperidad aletargó la denuncia social y propició una regresión en los roles de género. Superman ya había iniciado este camino mucho antes, con el cambio de década. La decisión editorial de alejarlo del conflicto bélico, al contrario que otros destacados héroes del momento (El Capitán América, sin ir más lejos, propinaba un derechazo a Hitler en la cubierta

NOVIEMBRE 2013 

79

ARTÍCULO

de su primer número), le había relegado a la retaguardia, por mucho que publicitara los bonos de guerra en cada número y de vez en cuando (muy de vez en cuando) cayera en la obsesión norteamericana por los espías y saboteadores afincados en su territorio, preludiando La Caza de Brujas del senador McCarthy. A medida que entraban otras manos, el Hombre de Acero se refinaba, en cierta forma. Pero también se volvió más amanerado y previsible, aparcando el furor justiciero de sus orígenes. Esta pérdida de crudeza, alentada por las altas instancias, se compensó modificando el escenario. El universo original de Superman, haciendo honor a sus raíces pulp, era esencialmente el nuestro. Las reglas eran las mismas y, si se infringían, había que justificarlo,

aunque fuera en tópicos endebles como la comparación con los insectos o el cajón de sastre que supone el Mad Doctor. Poco a poco, se volvieron las tornas y Clark pasó a vivir en un mundo de fantasía donde cualquier cosa podía pasar y, con frecuencia, pasaba. Los paralelismos con nuestras vidas y experiencias se convirtieron en tópicos inmutables, cuando no directamente exógenos (es decir: el lector los proyectaba sobre un personaje que, cada vez más, era una cáscara arquetípica), para sentirse participe de la evasión fantástica. Esta ya era una tendencia en los primeros guiones de Siegel, como hemos visto; pero había otras, acaso más importantes (al menos, para su autor). El cambio de marco las elimina y convierte el ingenio, entendido como prueba, (a la manera de un concurso donde, tras la victoria, vuelves a la casilla de salida) en el principal motor de las historias.

ARRIBA La carrera del dibujante Joe Shuster no siempre fue fácil e incluso se vería trabajando para el mercado del cómic erótico.

El lector de hoy en seguida se dará cuenta del problema. Si el personaje permanece estático y su entorno es sólo modificable durante el tiempo que dura el capítulo sólo hay una forma de mantener el interés de las tramas: la constante introducción de elementos vistosos que, aunque realicen siempre la misma

NOVIEMBRE 2013 

81

ARTÍCULO

función, atraigan por su novedad. Y es lo que se hizo. Villanos como U-Ban, Kizo y Mala, los tres superhombres de Krypton (Superman #65, julio de 1950), el extraterrestre Brainiac (Action Comics #242, Julio de 1958), el clon imperfecto Bizarro (Superboy #68, 1958), el gigantesco simio Titano (Superman #127, Febrero de 1959), Metallo y su corazón de kryptonita (Action Comics #252, Mayo de 1959), el General Zod (Adventure Comics #283) o la explicación del odio implacable de Luthor hacia el Hombre de Acero mediante lo que ahora llamaríamos “retrocontinuidad” (Adventure Comics #271), así como distintas combinaciones de enemigos para derrotar al Hombre de Acero (por ejemplo: Luthor, Mr. Mxyztplk y el Bromista en Action Comics #151); pero también aliados como Supergirl o Krypto, viejos intereses románticos como Lori Lemaris (Superman #129, estupendo tebeo de Bill Finger y Wayne Boring),

conceptos como la Zona Fantasma o la ciudad en miniatura de Kandor, la introducción de la kryptonita (trasplantada del serial radiofónico) y sus múltiples derivaciones, diversos seres mitológicos o mágicos, las famosas historias imaginarias, viajes en el espacio y en el tiempo (lo que permitió conocer mejor los fundamentos del planeta Krypton). Cualquier cosa que pudiera ser imaginada cabía en Superman. Esta es una de las épocas más míticas del personaje y suele referirse como la era Weisinger. Mort Weisinger (19151978) empezó a trabajar en National Periodicals (futura DC) en marzo de 1941. Para entonces el superhombre creado por Siegel y Shuster participaba en la fundacional Action Comics, en Superman y compartía World’s Finest con Batman, aunque sus caminos sólo se cruzaban en las portadas y no en las historietas (los cómics ya habían establecido que compartían un mismo hábitat -por ejemplo,

DEBAJO En la década de los ‘50 la familia Superman se expandiría considerablemente con míticos personajes como Supergirl o la Legión de Super-héroes.

82 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

en Superman #20, donde Bruce Wayne y Dick Grayson aparecían en la misma viñeta que el Hombre de Acero- pero habría que esperar al show radiofónico para que arrancase la tradición de aventuras conjuntas). Weisinger venía del mundo de la ciencia ficción que habían admirado Siegel y Shuster. Junto a su amigo Julius Schwarz, había fundado Solar Sales, una agencia de representación literaria que le permitió tratar a respetados escritores del ramo (entonces jóvenes promesas) como Alfred Bester, Edmond Hamilton, Ray Bradbury, Otto Binder, etc. Muchos de ellos colaborarían con él escribiendo o sugiriendo argumentos para Superman y otros personajes de la compañía. El primer objetivo de Weisinger fue consolidar la popularidad del Hombre de Acero y añadir nuevos personajes disfrazados que explotaran el filón del superhéroe, como Aquaman, Green Arrow o Johnny Quick, que presentará en More

ARTÍCULO

Fun Comics #73. En esta fase temprana la compañía empezó a presionar a Siegel y Shuster para que moderasen la violencia de Superman y embellecieran a Lois Lane, a quien los editores no consideraban suficientemente atractiva. Weisinger fue llamado a filas y no regresó hasta 1946. Al año siguiente despidió a los creadores de la gallina de los huevos de oro y empezó a organizar las cosas a su manera. En 1945 se había presentado Superboy en More Fun Comics #101, de la que pasará a Adventure Comics y finalmente a su propia cabecera en 1949. La compañera platónica del Hombre de Acero se independizará en Superman’s Girlfriend Lois Lane (1958), al igual que había hecho otro miembro famoso del Daily Planet en Superman’s Pal Jimmy Olsen (1954), gracias a la popularidad alcanzada en televisión. Aunque mantenían el mismo tono ligero y fantasioso, había diferencias entre ellas: Superboy no era más que Superman de joven, reubicado en Smallville, donde vivía con sus padres Jonathan y Martha Kent. Lana Lang sustituía a Lois Lane como interés (es un decir) amoroso. Más allá de ello, sus aventuras eran en su mayoría intercambiables con su contrapartida adulta. En su momento nadie advirtió la incongruencia inherente a la jugada, sobre todo en cuanto los personajes presentados en una serie pasaban a la otra incluso “retroactivamente”, como Luthor o Batman. La colección de la reportera más dicharachera del Daily Planet se basaba principalmente en los esfuerzos de Lois por “cazar” a Superman, bien con el matrimonio, bien desvelando su identidad secreta. El Hombre de Acero se pasaba la mitad del tiempo salvándola de un peligro y la otra mitad entorpeciendo sus investigaciones. Es lo que en la época se entendía como una serie “para chicas”.

Hoy día es recordada, sobre todo, por el buen hacer de Kurt Schaffenberger, quien retrataba a una Lois Lane muy hermosa. Jimmy Olsen, por su lado, es como una Ley de Murphy andante. Allí por donde pasa, todo lo que puede ir mal, va mal. Y eso, en los años 50, podían ser muchas, pero muchas cosas. Tan asumido lo tiene que va con un reloj de señales para avisar de cuando Superman debe sacarle las castañas del fuego. Vamos, el precedente (elevado a la enésima potencia) del Rick Jones de la Marvel. Jack Kirby y el Cuarto Mundo lo rescataron de la ingenua mediocridad que lo hubiera condenado a una nota a pie de página. SUPERGIRL Este es un concepto que se baraja muy temprano en la serie, probablemente por la influencia de Mary Marvel y el éxito de Superboy (quien ya se encontró con una chica así denominada, sin ninguna relación con la futura Kara Zor-El, en Superboy #5, fechado en NoviembreDiciembre de 1949). Las aventuras del joven Clark, además de ser motivo de disputa interminable entre Siegel y Shuster y la editorial, tuvieron un éxito fulminante, y demostraron que el mercado simpatizaba con la idea de expandir la franquicia con más seres superpoderosos derivados del icono principal. El test definitivo se produjo en Superman #123 (agosto de 1958), a cargo de Otto Binder, Dick Sprang y Stan Kaye. Jimmy Olsen frotaba un artefacto mágico y pedía una superchica para su amigo Superman en la historia titulada La muchacha de acero (The girl of steel). Tampoco debemos olvidar que su amigo Batman ya había tropezado con una primera versión de Batwoman en 1956. Con fecha de portada Mayo de 1959,

la auténtica y genuina prima venida de Krypton hizo su aparición en Action Comics #252, obra de Otto Binder y Al Plastino. Es una historia de ocho páginas donde todo parece ir a supervelocidad. Supergirl llega a la tierra en un cohete, Superman la encuentra, ella le cuenta su historia (que incluye como aprendió inglés y fabricó su supertraje), descubren que son primos y él la mete en un orfanato mientras aprende a usar sus poderes. Ya sé: la parte del orfanato jamás se entendió. Kara adoptó el nombre de Linda Lee, continuando con el chiste de la doble L en los personajes de la tira, especialmente los femeninos. Desde entonces, la doncella de acero se convirtió en el arma secreta de su primo y compartió muchas aventuras con él. También vivió sus propias peripecias (de complemento en Action Comics) y fue integrándose en el universo del kryptoniano, lo que significaba visitas a Superboy (¡ejem!), la Legión de Superhéroes y los colegas de Gotham, especialmente Batgirl. Como curiosidad, Binder parece olvidar que, a estas alturas, Superman ya no es el único superviviente del planeta Krypton, como erróneamente insiste varias veces a lo largo del relato. En Action Comics #285 (1962) Superman la presentó a sus conciudadanos, que la recibieron con entusiasmo. Kara obtendría colección propia, de breve duración. El escritor Marv Wolfman bromeó con que la mejor historia que había protagonizado era, mucho después, la de su propia muerte, en Crisis en Tierras Infinitas. No es del todo una boutade, pues es cierto que sus hazañas solían ser de perfil bajo, como demuestra que apenas contase con enemigos propios de envergadura. Sin embargo, ha participado en muchas de las mejores historias de su primo (por ejemplo: La muerte de Superman en Superman #141, donde

NOVIEMBRE 2013 

83

ARTÍCULO tomaba el relevo del Hombre de Acero, asesinado por Luthor) y es parte imprescindible de su leyenda. Tal es así que en 1984 protagonizó su película homónima, por desgracia tan espantosa que todo el mundo ha olvidado que también estaba Jimmy Olsen, expandiendo la franquicia cinematográfica unos 25 años antes que el Nick Furia de Iron Man en la competencia. La Superchica de Krypton sirvió también a los estudiosos del personaje como “justificación” de la heterosexualidad del héroe, según señala Umberto Eco perspicazmente en su influyente Apocalípticos e Integrados. A este respecto conviene señalar que el Hombre de Acero no prima la compañía de los congéneres de su propio sexo (y menos efebos), como es el caso de Batman o Green Arrow (o el Capitán América de la competencia), desactivando las acusaciones del psiquiatra Fredric Wherthan y su insidioso libro La seducción del inocente. Es triste, sin embargo, relegar a un personaje como este a simple excusa para mentes bien pensantes. Supergirl fue hija de su tiempo. Una “mujercita” bondadosa, ajena (como Superboy) a la conflictividad de la adolescencia y respetuosa con el patriarcado. Muy diferente sería la Kara de Tierra 2, creada en los ’70, y que adoptaría el nombre de Power Girl. Pero esa, como suele decirse, es otra historia.

club de superhéroes que lo había tomado como inspiración. Un inicio modesto para un equipo que llegó a tener más de treinta miembros pululando por ahí, cada uno de un planeta distinto (o casi), y un grupo de sustitutos. Para Otto Binder y Al Plastino era una historia más de sorpresa tras sorpresa que empezaba con unos jovencitos sabiendo la identidad de Clark, seguía con un viaje en el tiempo y varias pruebas para Superboy y acababa con el kryptoniano como socio. El éxito les hizo volver y, casi sin darnos cuenta, habían constituido su propio universo. La Legión es un grupo paradójico e irreproducible (por mucho que Chris Claremont y Dave Cockrum quisieran homenajearla en la Guardia Imperial Shi’ar de la Patrulla-X). Procede de la rama de la ciencia ficción optimista tipo Star Trek, aunque sus filas están llenas de tragedias. Como dueños y señores del siglo XXX, su escenario era coherente, rico e inspirador. Al no ser exactamente una franquicia, sino un producto derivado, las situaciones eran modificables y sorprendentes, incluyendo el fallecimiento de integrantes cuando aún esto no era una moda. La dependencia de Superboy le traería importantes problemas en los ’80, cuando el personaje fue borrado de la continuidad. El grupo está radicado en la Tierra,

LA LEGIÓN DE SUPERHÉROES Superboy descubrió a su insospechada franquicia del siglo XXX en Adventure Comics #247 (Abril de 1958), con la visita de Saturn Girl, Cosmic Boy y Lightning Lad a la Smallville del siglo XX. Los tres se burlaban de Superboy llamándolo por su identidad secreta antes de descubrirse como viajeros del tiempo de un

84 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

patrocinado por el mecenas R.J. Brande, padre del legionario Camaleón. Todos sus miembros deben de poseer una habilidad propia, distinta a las del resto (pese a lo cual, varios integrantes tienen poderes similares o iguales a Superman: Superboy, Supergirl, Mon-El, Ultra-Boy, etc.). Sus socios pueden volar gracias a un anillo antigravitatorio inventado por Brainiac 5. El villano Darkseid debe mucho de su popularidad actual a que Paul Levitz y Keith Giffen lo recuperaran del olvido en La Saga de la Gran Oscuridad, considerada una de las mejores aventuras del grupo. Los años 50 popularizaron una curiosa forma de narración: las historias imaginarias (¿acaso no lo son todas?, como diría Alan Moore). Estos relatos cuentan cómo podrían ser las cosas si las cosas no fueran como son. Este recurso supone una velada admisión de esquizofrenia editorial, aceptando no poder hacer cambios para no espantar a DEBAJO Las historias imaginarias favorecieron relatos sorprendentes donde los personajes podían cambiar y morir

ARTÍCULO

IZQUIERDA Los duelos entre Flash y Superman por averiguar quien es más rápido han sido una tradición muy celebrada por los aficionados

los lectores al mismo tiempo que los hacemos “como si no los hubiéramos hecho”. Es indudable que hay gente muy ingeniosa por el mundo. El artificio, en definitiva, permite imaginar situaciones que la necesidad de seguir explotando la gallina de los huevos de oro no consentiría jamás. Especialmente el fin (por cualquier motivo) de la carrera del héroe. Hay decenas de historias imaginarias. La asombrosa historia de SupermanRojo y Superman-Azul (Superman #162, 1963), obra de Leo Dorfman, Curt Swan y George Klein, es una de las más populares y completas. Consta de tres partes: Los gemelos titánicos; El rayo anti-maldad; y El fin de la carrera de Superman (la distribución en capítulos también era corriente en la época). El último hijo de Krypton, el gran héroe de la humanidad, ha fracasado siempre en tres tareas esenciales: desactivar los efectos de la

perjudicial kryptonita, devolver su tamaño original a la ciudad de Kandor y acabar con la delincuencia y la maldad en el mundo (Triste es que no le preocupe el hambre; será un reformado Luthor quien erradique la enfermedad con un suero). De modo que el Consejo de Kandor le da un ultimátum: o resuelve estos problemas antes de seis meses o probará suerte en su papel otro de los kryptonianos de la ciudad robada por Brainiac. Consternado, Superman decide recurrir a un aparato de su invención, compuesto por todas las variedades de kryptonita conocidas, fabricado para disparar su cociente intelectual. Supergirl le advierte de los riesgos, pues no ha sido probado antes, pero el Hombre del Mañana está decidido. La máquina, en efecto, multiplica por diez su inteligencia; también propicia una vicisitud inesperada: crea un clon absolutamente idéntico, comprometido asimismo con la noble misión. Ambos se distinguen solo por el color de sus uniformes (de aquí el título). Con sus potentes cerebros aplicados al unísono logran superar todas las dificultades y

vivir felices. El maquiavélico guion de Dorfman está calculado para satisfacer varios aspectos de los mitos de Superman, como la dualidad de afectos Lois/Lana (sin elegir realmente: un Superman para cada una, sin que ninguna proteste) o la capacidad del superhéroe para alterar decisivamente el mundo que le rodea. A este respecto, una observación: si bien la eliminación de la kryptonita o restituir el tamaño original de Kandor no plantea dilemas éticos (aunque, a otros efectos, puedan ser problemáticos), el uso de una máquina de ondas para erradicar la “maldad” de los cerebros humanos, como si de un gigantesco e indoloro método Ludovico se tratara, debería causar lícita alarma en cualquier ente pensante. Ni siquiera vamos a entrar en debates sobre la naturaleza del Bien y del Mal, ni en las consecuencias que tendría en el libre albedrío, radicalmente mermado (sino extinguido) por tal inaudita intromisión. Solo repararemos en que, por muy elevados que sean sus fines e ideales, Superman no está haciendo otra

NOVIEMBRE 2013 

85

ARTÍCULO

cosa que lo que combatía en Action Comics #52, donde un artefacto de rayos mentales doblegaba la voluntad de la población de Metrópolis y le impedía resistirse a las órdenes dadas por un tirano. El superhombre, inmune a la receta, lo derrocaba. Veinte años después es Superman quien aprieta el botón del invento, tras cerciorarse previamente de que toda partícula de kryptonita ha sido eliminada del cosmos. Escalofriante, ¿verdad? No me extraña que Batman duerma con su anillo de kryptonita. Debe de haber leído esta historia. Bromas aparte, Dorfman trufa obsesivamente cada esquina del tebeo con referencias a la historia del personaje, desde sus villanos principales (Brainiac, Luthor, Mr. Mxyzptlk) a sus compañeros de trabajo (Lois, Perry, Jimmy), la civilización de Atlantis donde vive Lori Lemaris, sus aliados Supergirl, Krypto y el resto de kryptonianos (por fin libres para iniciar un Nuevo Krypton), la Legión de Superhéroes (que será el nuevo hogar de Kara)… Ni siquiera se resiste a echar una pullita a Fidel Castro y a la carrera armamentística soviética, como quien no quiere la cosa. También se permite ironizar con la calvicie de Luthor (a la vez que pierde su maldad recupera el cabello). La narración es ágil, incluso vivaz, un punto autoconsciente (como esos Supermanes echándose a suertes con quien se va a casar cada uno). No es descabellado aventurar que Moore la tomara como modelo para su aún más ambiciosa (y mejor) ¿Qué le sucedió al Hombre del Mañana? Los mundos de las historias imaginarias acabarían conformando sus propias dimensiones, susceptibles de volver a ser visitadas, incluso por la continuidad oficial (siguiendo el ejemplo de Tierra 2, concebida para explicar duplicidades de héroes como Flash o Green Lantern y

86 

que sirvió también para corregir anacronismos en Superman o Wonder Woman en los 70). Durante el reinado Weisinger dio sus primeros pasos el hombre que más veces ha dibujado a la Maravilla de Metrópolis y uno de los principales responsables de su imagen más iconográfica: Curt Swan. La primera historia que ilustró del personaje fue Superman #51 (1948). Entonces el canon lo impartía Wayne Boring, contratado por el propio Shuster como ayudante de su estudio en 1941, e independizado más tarde, antes ya de que DC decidiera prescindir de los creadores del superhombre. Otros artistas seguían su estela, como Al Plastino, Dick Sprang o el propio Curt Swan, homogeneizados por las tintas de Stan Kaye. El estilo de Wayne Boring se distanció notablemente de la escuela Shuster (Paul Cassidy, Sam Citrom, Fred Ray, Ed Dobrotka, John Sikela o, el más talentoso de todos, Hardin “Jack” Burnley). A la rudeza, la chulería, la actitud desafiante y el físico de “hombre de acción” (en un sentido “Conan”, para entendernos), Boring opuso una figura paternal, caracterizada por la amabilidad de los gestos y una línea algo rechoncha, con un tronco desproporcionadamente ancho y monolítico, que le hacía parecer envarado y no acechante, como el superhombre primitivo de Shuster. Este nuevo diseño se amoldaba a las historias familiares e imaginativas de este período hasta el punto de que no pueden entenderse las unas sin el otro. Swan, poco a poco, va liberando su estilo. Su Superman obtiene más definición muscular, sus movimientos resultan más gráciles y dinámicos. Por el contrario, el héroe se ve cada vez más adulto, más cerca de los cuarenta que de los treinta, con aspecto de saludable hombre de familia y no de ágil action hero. Swan será el modelo para los grandes renovadores de la imagen del Hombre de Acero, como Neal Adams, José Luis García-López e incluso John

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Byrne o Jerry Ordway. Su narrativa es clara y fluida, aunque estandarizada. Su sencillez y eficacia para las expresiones sólo tenía un punto débil: dependía demasiado del entintador. Las historietas de la era Weisinger eran desenfadadas e imaginativas; también un poco ingenuas, por lo que el cambio de mentalidad de mediados de los 60 y principios de los 70 las perjudicó. Reforzaban la idea de un mundo idílico que, sin darse cuenta, se alejó de sus lectores. Esto, en cierta forma, resultaba inevitable. Como observó Umberto Eco, en el ya citado Apocalípticos e Integrados: “El personaje mitológico de los cómics se halla actualmente en esta singular situación: debe ser un arquetipo, la suma y compendio de determinadas aspiraciones colectivas, y por tanto debe inmovilizarse en una fijeza emblemática que lo haga fácilmente reconocible (y es lo que ocurre en la figura de Superman); pero por el hecho de ser comercializado en el ámbito de una producción “novelesca” por un público consumidor de “novelas”, debe estar sometido a un desarrollo que es característico, como hemos indicado, del personaje de novela.” La tensión subrayada en el análisis de Eco, publicado originalmente en 1965, encaja como un guante con el reinado Weisinger, quien ya dio sus primeros golpes de mano a principios de los cuarenta, limando las asperezas del carácter de “héroe de la clase trabajadora” de Superman, derivándolo primero hacia el humor (con toques de comedia a lo “guerra de sexos”, aspecto recuperado mucho más tarde por la teleserie Lois&Clark, en lo que entonces se vio como una influencia de Luz de luna) y en seguida hacia la farsa y la fantasía más desaforada, combatiendo el éxito del Capitán Marvel en los ‘40, cuando llegó a superarlo brevemente en ventas. Es así como el cruzado

ARTÍCULO

social se convierte poco a poco en el bondadoso boy-scout integrado en el sistema, cómplice con la prosperidad de los ’50 que liga la satisfacción individual a la propiedad privada y el american way of life, ahogando cualquier disonancia en el caldo de la diversión desprejuiciada. No es casual que la serie se llene de marcianos y de criminales de opereta, ni que el cada vez más presente Krypton no invite a reflexionar sobre la integración y la identidad. Ni siquiera será el mejor colocado cuando estos asuntos empiecen a salpicar las páginas de los cómics a mediados de los 60. Los apuntes de Eco sobre el carácter esencialmente iterativo de esta clase de relatos son muy valiosas, al igual que sus conclusiones sobre la función estabilizadora y adormecedora que subyace en sus esquemas narrativos. Sin embargo, pueden inducir a error a quien crea que sólo son aplicables a estas historietas, erróneamente clasificadas como exentas de “continuidad” (y no, no me voy a meter ahora en la polémica: que cada uno la entienda como quiera). La lectura atenta de este material revelará detalles cruzados que cimentan lo que sostengo y que pasan desapercibidos en la aproximación episódica. Eco los obvia porque -aunque de interés para el erudito o el fan- carecen de relevancia al objeto del estudio. A lo que nos interesa, el semiótico no niega que las aventuras hayan pasado (o sea, que se acumulen) sino que, en realidad, no importa porque no tienen un peso específico en la evolución del personaje. No es más que información redundante. ¿Qué más da que Superman y Luthor se hayan enfrentado diez o mil veces? De ahí que extrapole sus conclusiones al resto de superhéroes, porque, sin entrar en detalles o excepciones, la serialización lleva exactamente a lo que indica: que cada suceso sea menos relevante

(aún) que el pasado. Y este es un problema que sigue sin ser resuelto (insisto: con carácter general) en la ficción superheroica que Superman inauguró. CREERÁS QUE UN HOMBRE PUEDE VOLAR Hasta 1978 Superman era, junto a Mickey Mouse, el personaje más popular del tebeo norteamericano. A partir del estreno de la película de Richard Donner, se convirtió en uno de los diez personajes de ficción más reconocidos en todo el mundo. Desde finales de los 60, con la llegada de artistas como Neal Adams o José Luis García López y la definitiva maduración de Curt Swan, la imagen del kryptoniano se había revisado y modernizado, volviéndose permeable a las nuevas corrientes del mainstream USA gracias a la nueva sensibilidad del editor Julius Schwartz (1915-2004) y a la necesidad de periclitar la agotada fórmula Weisinger. Schwartz había renovado años antes a varios de los héroes clásicos de la compañía, particularmente Flash (con Barry Allen bajo la máscara), lo que se considera el pistoletazo de salida de la Edad de Plata. Schwartz se movía entre dos fuerzas antagónicas. De un lado, la continuidad con el poderoso legado Weisinger, de quien había sido amigo y colaborador. De otro, los nuevos aires que pedían un Superman menos divino, más apegado a los mortales, dispuesto a aceptar los cambios producidos en los gustos de la masa consumidora, particularmente los chavales atraídos por el enfoque dramático de los tebeos Marvel. La era Schwartz nos regaló un puñado de buenas historias, algunas de las mejores del personaje. El editor, sin embargo, fracasó en acercar a Superman a este nuevo público. Schwartz cometió un error de enfoque, quizá explicable sabiendo su filiación

ARRIBA Superman empezó compartiendo Action Comics con otros personajes como Zatara o Congo Bill

ARRIBA Los juegos alrededor de la identidad secreta de Clark fueron una constante de la época Weisinger

NOVIEMBRE 2013 

87

ARTÍCULO

DEBAJO Curt Swan trabajó a conciencia la expresividad del Hombre de Acero. Su versión es una de las más reconocibles y admiradas.

weisingeriana. El problema de Superman no residía en su grado de “superpoder”, como creyeron -de buena fe- gente como Denny O’Neil o Marv Wolfman. A fin de cuentas, esto es una cuestión subjetiva: ¿mover un planeta está bien, pero no dos? ¿cruzar el mundo en una hora está bien, pero no en un minuto? Evidentemente, era algo que había que abordar, pero más por la arbitrariedad en la adquisición de habilidades (y sí, claro, en la exageración) que por las capacidades en sí mismas. El quid de la cuestión radicaba en que había que implicar a Clark en su propia vida y, por ende, en la del lector. “Humanizar” al Hombre de Acero quitándole el superaliento o haciendo que se moviera a la velocidad del sonido en vez de a la velocidad de la luz era una iniciativa destinada al fracaso desde su mismo planteamiento. ¿De qué servía,

88 

por ejemplo, reducir a la mitad los poderes de Superman si seguía mirando por encima del hombro a quienes lo rodeaban? ¿De qué servía introducir al magnate Morgan Edge y convertir a Clark en presentador de una cadena de noticias -esto parece, simplemente, un disparate contra su identidad secreta- si el estudio de televisión no significaba para él más que el viejo trastero del Planet? ¿De qué servía cambiar a Lois Lane por Lana Lang si la relación seguía siendo, a todos los efectos, la misma? Había que lograr que las cosas le importasen, verlo en situaciones que el lector pudiera identificar. A fin de cuentas, el Superman de Christopher Reeve es casi un Dios, ¿no? Pero un Dios a quien desgarra la pérdida de Lois o que no tiene reparo en desviar un poco de su tiempo en bajar de un árbol el gato de una niña. No es el Dr. Manhattan inmerso en sus experimentos cuánticos, ajeno a las cuitas humanas, como magistralmente narraron Moore y Gibbons en Watchmen.

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

En este sentido, la famosa saga conocida como Kryptonita… nunca más (Superman #233-238,240-242), obra de Dennis O’Neil, Curt Swan y Murphy Anderson (con portadas del gran Neal Adams), yerra el tiro. Su (loable) preocupación por hacer comprensibles los márgenes en que se mueve Superman, pensando que así prescinden de su faceta “divina”, chocan de frente con el gran problema: no hay motivación ni interés personal alguno. Sólo nos empuja saber qué poder va a perder en la próxima aventura o cómo se las ingeniará para derrotar a su siguiente enemigo. Exactamente igual que antes. Compárese con la crisis emocional que llevó a Peter Parker a tirar su traje arácnido en el cubo de la basura (The Amazing Spider-Man #50) y veremos que las intenciones de O’Neil se desploman como un castillo de naipes con la más leve brisa.

ARTÍCULO

Leídas hoy, resultan más conmovedoras El milagroso retorno de Jonathan Kent y su continuación El mundo secreto de Jonathan Kent (Action Comics #507508, Mayo-Junio de 1980), obra de Cary Bates, Curt Swan y Murphy Anderson, donde Clark -gracias a una pirueta cósmica de esas tan queridas en los tebeos- puede volver a pasar unos días con su padre fallecido años ha; o Si Superman no existiera (Action Comics #554), obra de Marv Wolfman y Gil Kane, parábola del impacto de la imaginación en nuestras vidas en forma de homenaje a los creadores de la leyenda, Jerry Siegel y Joe Shuster. O Superman: ¿amigo o enemigo? (Action Comics #551), obra del mismo equipo artístico, donde asistimos a un día en la vida del superhéroe mucho antes de que Busiek hiciera lo mismo en Astro City y fuera más elogiado… ¡En fin! Ya ven por donde voy. Pocas de las innovaciones de este período han resistido el paso del tiempo. Steve Lombard (importado del Curly de Action Comics #7), Morgan Edge y su imperio multimedia, el romance con Lana, Vartox, Terra-Man… no creo que estén entre los momentos favoritos de nadie. En cambio, de nuevo Wolfman, con el concurso de Gil Kane, remodeló al clásico Brainiac verde en un engendro mecánico sobrecogedor.

Para entender la relación e importancia de este autor en la historia de El Hombre de Acero os ponemos previamente en antecedentes: “Corría el año 1982, las Crisis en Tierras Infinitas aún no se atisbaban en el horizonte. Superman era un personaje que gozaba de la salud de dos superproducciones cinematográficas estrenadas con éxito y una tercera por llegar. Un icono indiscutible, pero que tampoco disfrutaba de unas ventas tremendas. Sin dudas morales o cambios de peinado. Sin muertes y resurrecciones absurdas o reboots torpes. Todo lo anterior era válido y la continuidad era respetada sin caer como una losa en la narrativa. El lector habitual de tebeos era niño o adolescente y como tal se le trataba. Había un pozo de ingenuidad, un regusto naíf en las tramas. Y esto a Superman le sentaba de perlas. Porque es un mito arraigado en blancos y negros, en el Bien y el Mal, donde la bondad y lo que debe hacerse son sus consignas de acción”. Esto último sería perfectamente comprendido por un guionista como Marv Wolfman cuyo “aterrizaje en DC Comics

no pudo ser más exitoso. No en vano, de su pluma surgió el clásico que es hoy Teen Titans, logrando altísimas ventas y críticas muy favorables” y, en el caso de Superman, este autor fue capaz de entender “la naturaleza del kriptoniano. Pero aún mejor comprendió quién iba a encargarse del dibujo”, el gran Gil Kane, resultando todo “en un ejercicio de arqueología y sapiencia deceíta por parte de sus autores”. De hecho, la aportación de Gil Kane suple cualquier carencia argumental, si como tal se puede considerar la sencillez de unos guiones nada enrevesados, tendentes a la ciencia-ficción más disparatada y concebidos para entretener sin grandes aspavientos mentales. Las habilidades de Gil Kane para el dibujo fueron prodigiosas, más que por su capacidad narrativa, que está fuera de toda duda y que incluso nos ofrecía páginas de muy curioso viñeteado, Kane destaca por su capacidad para el espectáculo. Para

DEBAJO Julius Schwartz sucedió a Weisinger como editor de los títulos de Superman

En 1997 Gil Kane fue incluido en el Salón de la Fama del Cómic de Will Eisner y en el Salón de la Fama de Jack Kirby. Merecido reconocimiento para un autor que había dado lo mejor de sí mismo al cómic de superhéroes desde la década de los años cuarenta, siendo uno de los abanderados de la Edad de Plata del cómic estadounidense en los años setenta siendo conocido por sus trabajos en Green Lantern, The Amazing Spiderman, Action Comics o Superman.

NOVIEMBRE 2013 

89

ARTÍCULO

el espectáculo y la belleza. No en vano, sus splash pages son tremendas, enormes, estirando las posibilidades de la perspectiva casi tanto como Jack Kirby, pero con un trazo más dulce, más redondo. Esto hace que sus secuencias de acción sean antológicas, duras, dinámicas, con golpes que sacan a los personajes de las viñetas, con cuerpos llevados a la extenuación estética, pero con las riendas de la verosimilitud bien agarradas. Y es que su Superman resulta más majestuoso que nunca. Gil Kane conoce cómo potenciar el arriesgado esteticismo del personaje, sacando el mejor partido de su figura hercúlea, haciéndole danzar por las viñetas en posturas de cuidada composición, pero logrando mantenerse siempre dentro de los límites de lo plausible. Así, su capa siempre ondea aprovechando las cinética de los movimientos, sus brazos se congelan en la pose adecuada, como el atleta mejor retratado en plena proeza física, y su rostro resulta icónico, como una mezcla del en aquel momento popularísimo Christopher Reeve y el respeto al trabajo de Curt Swan. Marv Wolfman sería también un hombre importante en el reseteo de las aventuras de Superman en los años 80, aunque sus conceptos estuvieran por encima de los resultados. Al mismo tiempo, cabeceras como Superman Family (que integraba historias de Supergirl, Lois Lane, Jimmy Olsen y demás personajes del universo del kryptoniano… incluyendo a Mr. y Ms. Superman) o DC presents (team-up de Superman con otros superhéroes de la compañía) mantenían viva la llama del Superman “clásico”, con imaginativas historias sobre su vida privada o paseos por

cualquier rincón del Universo DC. Estas historias son, por lo general, muy entretenidas. ¿Quién no recuerda a Clark disfrazándose de pájaro gigante para evitar que un loro repita “Clark Kent es Superman”? ¿O a Superman y Batman haciendo piña para combatir a un hombre-lobo kryptoniano? En definitiva, Schwartz tuvo más éxito en actualizar la fórmula Weisinger, del gusto de los viejos fans, que en atraer nuevos lectores a rebufo del film. La editorial se daba cuenta de ello y decidió adoptar medidas drásticas. Pero, antes, en las postrimerías de su reinado, Schwartz se lo jugó todo a una carta. Y triunfó. Los relatos más celebrados de este período son, sin duda, los escritos por Alan Moore. En Para el hombre que lo tiene todo (Superman Annual #11), dibujado por Dave Gibbons (el mismo equipo de Watchmen) el escritor británico homenajea esa tradición de historias en que Superman regresaba a su mundo de origen, en particular aquella donde asiste a lo que hubiera pasado si no hubiera llegado a explotar (por ejemplo: Superman #132, donde Batman y Robin acuden a la Fortaleza de la Soledad con un regalo que permitirá al kryptoniano, gracias a una máquina, averiguar cómo se hubiera desarrollado su vida en Krypton. ¿Les suena?) Moore cambia la verosimilitud de la premisa y las implicaciones. Mientras en los relatos que le sirven de modelo la pesquisa siempre lleva a soluciones consoladoras (en el ejemplo citado, se habría convertido también en Superman en su mundo natal), en Para el hombre que lo tiene todo, el héroe debe elegir entre la ilusión (cómoda, pero falsa) y la realidad (dolorosa, pero verdadera) en una disyuntiva que anticipa películas como Matrix (Wachowski, 1999) y que refuerza la concepción heroica del personaje, a la vez que indaga en sus

fortalezas y debilidades específicas. La humanización, por tanto, procede de los conceptos de pérdida y sacrificio, con los que cualquier lector está familiarizado, y no de diluir sus habilidades. Pero, indudablemente, el empeño más ambicioso fue el díptico ¿Qué le sucedió al Hombre del Mañana? (repartido entre Superman #423 y Action Comics #583), acompañado de los dibujantes Curt Swan, George Perez y Kurt Schaffenberger, en lo que supone, al tiempo, despedida y recapitulación del personaje. Esa fue siempre la intención, de ahí que la primera opción de Schwartz fuese Jerry Siegel, quien declinó el ofrecimiento. Moore aborda el relato con idénticas intenciones y referentes (en este caso, la inspiración en la mentada La asombrosa historia de Superman-Rojo y Superman-Azul, entre otras), poniendo en juego su capacidad colosal para el detalle y la sinécdoque. En un futuro indeterminado Superman ha desaparecido. En el aniversario de su último avistamiento un periodista del Daily Planet decide entrevistar a la antigua reportera Lois Lane, ahora Lois Elliot, para obtener una perspectiva única de aquellos días. Superman había vuelto del espacio y, de pronto, todas las cosas empiezan a ir mal. Bizarro se vuelve un asesino y se suicida. El juguetero se alía con El Bromista y revelan su identidad secreta ante los espectadores de la cadena donde trabaja; habían torturado y asesinado a Pete Ross para descubrirla. El Planet es atacado por un ejército de Metallos y Superman se lleva a sus seres queridos a la Fortaleza de la Soledad para poder protegerlos. Luthor y Brainiac se convierten en una única mente y preparan su asalto reclutando a viejos enemigos del Hombre de Acero. Mientras, Superman y Krypto reciben la visita de la Legión de Superhéroes, incluida Supergirl, que viene a hacerle un regalo en estos tiempos difíciles. Kara ha muerto en esa línea temporal, pero ella no lo sabe y Clark

NOVIEMBRE 2013 

91

ARTÍCULO

mucho, las limitaciones de este humilde ensayo. Baste decir que su rigor y profundidad la convierten en una de las obras indispensables del género. LOS AMIGOS DEL SUPERHOMBRE

ARRIBA Marv Wolfman y Gil Kane redefinieron al Brainiac clásico, que acabaría convertido en un horror tecnológico

no puede decírselo. La situación se vuelve cada vez más comprometida. La alianza de supervillanos sitia la Fortaleza de la Soledad, por lo que sus compañeros superhéroes no pueden auxiliarle. Jimmy y Lana adquieren superpoderes y salen a combatirlos, pero son asesinados. Krypto muere al degollar al Hombre de Kryptonita. Superman descubre entonces que todo ha sido orquestado por Mr. Mxyzptlk, aburrido de sus bromas, que ahora quiere destruir al Hombre de Acero. Superman usa el proyector que envía a la Zona Fantasma mientras el geniecillo intenta escapar y lo mata. Desolado por haber roto su juramento de jamás quitar una vida, Superman entra en la cámara de la kryptonita dorada y desaparece. Pasan los años. Metrópolis da por muerto a su campeón, pero ¿es así? Aunque conceptualmente hermosa, en especial para los amantes del Hombre de Acero, lo mejor de la historia (como siempre en Moore) no radica en lo que cuenta, sino en cómo lo cuenta, en los recursos desplegados para hacernos llegar su visión. Por desgracia, el análisis formal excedería, con

92 

Las primeras colaboraciones del Último Hijo de Krypton con otros compañeros de profesión fueron relativamente tempranas y dentro del paraguas de National Periodicals, antigua DC Comics. En 1940 compartió portada con Batman (en New York World’s Fair, embrión del futuro World’s Finest) un año después se acercó a saludar a los miembros de la JSA (All Star Comics #7). Poco a poco fue tropezando con todos los héroes de la casa y, a finales de los 50, ingresó en la Liga de la Justicia de America con el resto de pesos pesados, de Wonder Woman a Linterna Verde, pasando por Flash, Canario Negro, Flecha Verde o Aquaman. A mediados de los 70 obtuvo su propia serie de team-ups, DC Presents, distinta a la que compartía con el Hombre Murciélago desde los años 40. Convengamos en que esto es lo habitual en propiedades de ficción tan endogámicas como los superhéroes, incluso antes de la plaga de los crossovers y la manía del universo compartido como último reclamo comercial para el adicto. No obstante, forzoso es reconocer la implicación de algunos héroes en el desarrollo del kryptoniano, más allá del concurso circunstancial de una aventura concreta. Superman es uno de los vértices de la trinidad deceíta, junto a Batman y Wonder Woman. Cualquier aficionado sabe que son los únicos personajes que llevan publicándose ininterrumpidamente desde la llamada Edad de Oro de los cómics (los años 40), logro de por sí notable. Los tres representan parámetros en parte idénticos, en parte opuestos y complementarios. Batman, creado en 1939 por Bob Kane, es el único superhéroe que puede disputarle la supremacía a Superman. Si Superman es el día, Batman es la noche. No crean que de esta comparación tan tópica sale el cruzado de la capa bien librado, porque mientras el Sol inspira vigor y masculinidad, la Luna representa la muerte y la feminidad… lo que tal vez explique muchas de las insidias tradicionalmente asociadas al Hombre Murciélago. En todo caso, podemos afirmar que son distintos y complementarios y que los tiempos recientes le han sentado mejor a Bruce que a Clark. Parte

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARTÍCULO

del problema viene de una concepción introducida sibilinamente por Frank Miller en El regreso del Señor de la Noche y de la que desde entonces no se ha podido rescatar al Hombre de Acero: Clark defiende el sistema mientras que Bruce lo infringe para impartir justicia. Se han vuelto las tornas y ahora es Batman quien defiende lo que Superman en sus inicios y viceversa. Superman y Batman son personajes tan extremos, tan “puros”, que, en cierta forma, son el mismo o, por mejor decir, las dos caras de la misma moneda. Su propia resemblanza los delata. Sus físicos son virtualmente

idénticos. Quienes buscan diferenciarlos acuden con frecuencia a semejanzas con actores, pues sus rasgos específicos son incómodamente iguales. Al mismo tiempo, como sostenía el filósofo Tom Morris en el libro Los superhéroes y la filosofía, Superman intenta ser humano, sin serlo, mientras que Batman, siéndolo, intenta trascender su condición. En ese punto medio ambos superhéroes se entienden mejor que el resto de colegas. Con todo, esta exploración es bastante reciente, en términos de un personaje que cumple tres cuartos de siglo. Abarca los últimos 25 o 30 años. Antes de que los superhéroes tuvieran neuras, además de poderes, nadie se preocupaba de eso.

Se escogía a Superman o a Batman en función del grado de fantasía que estabas dispuesto a aceptar. ¿Cuántas veces hemos oído cosas como “Batman, en el fondo, es humano” o “Superman me hace soñar con un mundo mejor”? Y, tras capas y capas de historias, esta sigue siendo la diferencia primordial. Se trata de creer en el hombre o en la divinidad. Wonder Woman, sin embargo, es harina de otro costal. La Mujer Maravilla fue la respuesta en 1941 del psicólogo William Moulton Marston al exceso de testosterona de los cómics de preguerra. Así pues, nació conscientemente como modelo de identificación para las lectoras de tebeos. Pasemos por alto ciertos detalles como las acusaciones de sadomasoquismo o

IZQUIERDA Alan Moore escribió la historia definitiva de Krypton en “Para el hombre que lo tiene todo” (Superman Annual#11) DEBAJO Cuando su creador, Jerry Siegel, rechazó escribir el broche final al Superman clásico, Julius Schwartz acudió al guionista del momento: Alan Moore.

NOVIEMBRE 2013 

93

ARTÍCULO

lesbianismo y centrémonos en lo importante: no hay superheroína que se le acerque siquiera en difusión y trascendencia a lo largo de los años. Vale que hay quien la confunde con un clon femenino de Superman, centrándose en coincidencias curiosas como que ambos se enmascaran en su vida civil y hasta coinciden en las gafas. Pero Wonder Woman es un personaje mucho más contradictorio. Educada como guerrera en la Isla Paraíso de las amazonas, a menudo se la considera mensajera de la paz en nuestro mundo. Sus raíces mitológicas tampoco facilitan las cosas, sobre todo porque estos cuentos crueles de dioses y mortales se adaptan mal a la mentalidad burguesa del consumidor masivo, de ahí que sean expurgados y terminen convirtiéndose en tipos con toga salidos de un peplum. En sus primeros años la relación entre Superman y Wonder Woman carecía de la menor trascendencia. Si sus diálogos los asignáramos, un poner, a Flash y Green Lantern nadie notaría la diferencia. Pero, al igual que Batman, en los últimos 25 o 30 años la cosa ha variado sustancialmente hasta el punto de que no son pocos los autores que la conciben como la pareja natural del Hombre de Acero, no sólo por sus características similares en cuanto a modelos de perfección humana y resistencia sin límites sino por sus orígenes semejantes. Ambos son “desplazados” de su mundo original. Sólo Diana puede entender lo que Clark siente viviendo en un mundo que no es el suyo, porque a ella también le pasa… aunque ella siempre puede volver a Isla Paraíso, siquiera de visita.

Hulk, Los 4 Fantásticos, Gen 13 o Savage Dragon, cinematográficos como Alien o Terminator, procedentes del pulp como Tarzan, de los dibujos animados como Bugs Bunny o incluso de los muñecos como He-Man y los Masters del Universo. Sin embargo hay tres que, por su relevancia, detallaremos un poco más. El primer encuentro entre los emblemas de las dos grandes compañías de cómic USA se produjo en 1978 tras arduas negociaciones entre ambas partes. Superman y Spider-Man se enfrentaban a Lex Luthor y al Doctor Octopus a lo largo y ancho del globo. Ross Andru firmó unas páginas tan brillantes que durante años se usaron las splash-pages donde concentraba los poderes y vicisitudes de los héroes como introducción

ARRIBA El villano definitivo de Superman fue quien menos sospecharía el lector, gracias a los talentos de Moore y Swan

DERECHA El Último Hijo de Krypton habrá de tomar una decisión trascendental frente a un amenazador Mr. Mxyzptlk

De resultas de su popularidad, Superman se ha encontrado con virtualmente cualquier personaje creado antes de 1986, incluidos los de compañías rivales como

94 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARTÍCULO

a los personajes. No vamos a cargar contra las debilidades del guion porque, al final, esto es lo que es: una fiesta de los aficionados. Siguiendo el modelo anterior, con su mismo guionista (Gerry Conway) pero con la participación del soberbio artista José Luis García-López, Superman se reunió con la Mujer Maravilla en un especial ubicado en los tiempos de la II Guerra Mundial. Superman vs. Wonder Woman, publicado en All new collectors’ edition C-54 (1978), es junto al Superman vs. Spider-Man, al Superman vs. Muhammad Ali o al Batman vs. Hulk, un ejemplo excelso de este subtipo de “héroe contra héroe”. Los cuatro ejemplos citados apuestan por el gran formato para hacer justicia a estos “choques de titanes” y acaso es por lo que son recordados: por la espectacularidad de sus páginas, específicamente diseñadas para satisfacer a los seguidores de cada uno de los protagonistas. En este caso, el gran José Luis García López sería el encargado de convertir una débil excusa argumental (alrededor de una célula terrorista nazi oculta en USA, patrocinada por el Baron BlitzKrieg) en una pieza memorable. Superman vs. Mohammad Ali es la cima del arte de Neal Adams. Solo por esto ya deberían levantarse y salir corriendo a leerlo. Superman Vs. Muhammad Ali (1978) de Denny O´Neil y Neal Adams En los años setenta, tuvimos una época en la que cualquier lector podía encontrarse con verdaderas extravagancias difícilmente repetibles en el panorama del cómic mainstream estadounidense moderno. Por entonces, era completamente normal encontrar publicaciones protagonizadas por ídolos musicales

como Kiss o Alice Cooper, igual que lo sería la llegada de personajes clásicos de la literatura de terror como el Drácula de Bram Stoker a las páginas de los cómics marvelitas mientras en DC Comics el Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle vivía nuevas aventuras junto a Batman, su aprendiz más aventajado, y se ponían en marcha los primeros crossovers superheroicos entre editoriales, como el ya mítico Superman vs. The Amazing Spider-man de Gerry Conway y Ross Andru, un precedente a tener en cuenta cuando se habla del Superman Vs. Muhammad Ali de Denny O´Neil y Neal Adams.

rivales de renombre como George Foreman y Joe Frazier. Este peculiar personaje, inspirado por el éxito de ese Superman Vs. The Amazing Spider-man, promocionado como The Battle of the Century y en el que también habían colaborado el mismo Neal Adams y John Romita Sr., había sabido ver la posibilidad de seguir rentabilizando la fama de Muhammad Ali más allá de los cuadriláteros, pues no podía haber mejor reclamo publicitario que la de ver al héroe del pueblo enfrentado a un verdadero Hombre de Acero.

En aquellos años Muhammad Ali, nacido como Cassius Clay antes de su conversión al Islam, era una leyenda viva del deporte y una figura destacable del show business estadounidense, “el Superman negro”, como así lo llamaría el grupo británico Johnny Wakelin And The Kinshasa Band en la canción que dedicarían al popular boxeador en 1974 y que llevaba por título Black Superman. Por su lado, “el auténtico Superman”, se había convertido en todo un cuarentón, la creación inmortal de Jerry Siegel y Joe Shuster había madurado y estaba a punto de convertirse en todo un icono cinematográfico, volando de las viñetas de los cómics al glamour de Hollywood, todo a consecuencia del inminente estreno de la película dirigida por Richard Donner y protagonizada por el fallecido Christopher Reeve.

En este cómic tenemos una premisa muy simple, cuando Rat’Lar, el líder de una belicosa raza extraterrestre llamada Scrubb y originaria del planeta Bodace, declara a la humanidad una especie peligrosa y destructiva que debe perecer para salvaguardar la integridad del universo. Pero, para evitar la confrontación bélica Rat’Lar propone a la Tierra que escojan a su campeón para enfrentarse y medir sus fuerzas al invicto guerrero Hun-ya, sólo si este es derrotado en un combate en igualdad de condiciones los Scrubb desistirán de sus intenciones y renunciarán a la guerra. Dos son los únicos pretendientes que aceptan el desafío, el altruista y luchador por la libertades Superman y el ególatra campeón de los pesos pesados Muhammad Ali que están dispuestos a enfrentarse en un combate previo para dilucidar quién de ellos debe batirse para representar a la Tierra y liberarla de su fatídico destino.

La magia del cómic haría que estos dos personajes acabasen por encontrarse en las páginas del citado Superman Vs. Muhammad Ali de Denny O´Neil y Neal Adams, un proyecto en el que tuvo mucho que ver una figura como Don King, el famoso y extravagante promotor pugilístico que “tenía el corazón de un estafador y la imaginación de un visionario”, organizador de algunos de los combates más recordados de Muhammad Ali contra

Esta obra se ha convertido, contra pronóstico, en un clásico de culto, “un cómic marcado por la acción y por las constantes vueltas de tuerca pero, sobre todo, por la espectacular narrativa gráfica desplegada por uno

NOVIEMBRE 2013 

95

ARTÍCULO

de los grandes artistas del cómic superheroico estadounidense que resulta todo un uppercut directo a la creatividad. Este aspecto convierte a Superman Vs. Muhammad Ali en todo un clásico, en un cómic referencial, son los lápices de Neal Adams los que consiguen esconder las debilidades argumentales de una historia marcada por una sarta de tópicos recurrentes del género superheroico y convertir el resultado final en un potente gancho visual muy difícil de olvidar. NUEVO PUNTO DE PARTIDA Y llegó un día en que Superman arrastraba tanta historia tras de sí que ni siquiera sus superpoderes le permitían sobrellevarla. No era un problema exclusivamente suyo. La compañía que lo albergaba, y que había crecido a su sombra (con la ayudita de Batman, Wonder Woman y compañía), había acusado el golpe de

96 

la competencia (léase Marvel: Spider-Man, Hulk y demás), creada en la década de los 60, más joven y dinámica para adaptarse a los gustos del público. El Hombre de Acero seguía siendo, con mucho, el más popular de todos, como sus cuatro películas y un spin-off (Supergirl) certifican, pero en 1986 ya hacía años que sus series se habían acomodado fuera del top 10 de ventas. Así que aprovechando una maniobra de mayor calado (se pretendía resetear y dar cohesión a un universo ficcional que llevaba funcionando casi 50 años), Clark Kent y amigos empezaron de cero tras la macrosaga Crisis en Tierras Infinitas, con modificaciones importantes que los acercaran al aficionado a los cómics, cada vez menos el lector ocasional y más el coleccionista propiciado por el “Mercado Directo”. La tarea recayó en un artista consagrado: John Byrne, célebre por sus trabajos en la compañía rival revitalizando la Patrulla-X y Los 4 Fantásticos, entre otros. Byrne salió airoso del reto. Entregó una notable reinvención del personaje (y su mundo), con abundantes aciertos que perduraron durante años. La potencia de su versión enmascaró también ciertos deslices, a veces no tan insignificantes como parecieron en un primer momento. Pero el saldo fue indiscutiblemente positivo. A día de hoy sigue siendo uno de los

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA Una espectacular batalla entre héroes coreografiada por José Luis García López

ARTÍCULO

mejores trabajos del autor. Aunque Byrne es célebre en el fandom por amoldarse a la historia previa del personaje, en realidad lo que hace es justo lo contrario: escoge las cuatro cosas que le convencen y las aglutina bajo un propósito claro, una visión, podríamos llamarlo, que suele coincidir con una búsqueda de la “esencia” o el “impulso” creativo original, según él lo entiende. Su estilo era tan popular, sus narraciones tan directas y entretenidas, que hasta los fans más irredentos de la continuidad le perdonaban que ignorase o desdijese extensas etapas o autores. Pero en Superman era un poco diferente. Se prescindía de la continuidad, sí, con todas las posibilidades que eso abría para cohesionar las distintas interpretaciones del mito. Pero también había un nutrido grupo de fans (quizá el mayor del mundo en su categoría) que tenían su propia visión de las andanzas del

kryptoniano. Resumiendo: parafrasear la etapa de Lee y Kirby en Los 4 Fantásticos no daba mayores problemas; existe unanimidad sobre quién representó más adecuadamente las aventuras del cuarteto. Sin embargo, en el caso de Superman, ¿cuál elegir? A lo largo de sus casi cinco décadas de existencia no había una visión unívoca del Hombre de Acero; algunas eran incluso antitéticas. Byrne tiró por la más unánimemente alabada en esas fechas (y aún hoy): el Superman interpretado por Christopher Reeve. El autor creía que “el error que DC ha cometido frecuentemente es hacer que personajes únicos dejen de serlo. En Superman, estoy luchando con uñas y dientes para que él siga siendo único. A veces parecía que los miembros del Consejo Científico habían sido los únicos que murieron en Krypton, y que todos los demás sobrevivieron y llegaron a la Tierra: Supergirl, Krypto, los criminales de la Zona Fantasma, los habitantes

de Kandor… ”. En efecto, a fines de los 60 casi parecía que sólo habían muerto Jor-El y Lara, y aún a estos los visitaba con frecuencia en sueños, viajes en el tiempo o historias imaginarias. Así que Byrne dice: fuera todo eso. Empecemos de cero, recuperemos el personaje original. Solo que tampoco es el personaje original. Cualquier parecido con el duro camorrista de Siegel y Shuster es mera coincidencia. Su Lois Lane puede estar más cerca de aquella mordaz reportera de sociedad, pero, a la vez, tan lejos como podía estar una trabajadora en los años 40 de una en los años 80. Nada en la lectura de su miniserie Man of Steel sugiere que Byrne haya leído más que el Action Comics #1 (vale, Lois llega con una exclusiva que Clark ya tiene en imprenta en Action Comics #36, como en el Man of Steel #2, pero temo que es hilar demasiado fino). Y, personalmente, estoy seguro que se empapó de la historia del

DEBAJO Neil Adams bordó este choque de gigantes en el especial Superman vs. Muhammad Ali

NOVIEMBRE 2013 

97

ARTÍCULO

personaje con auténtica fruición, con la desesperación maníaca de esos fans que quieren reflejar en cada viñeta sus lecturas preferidas. Aunque lo que sale es la versión Byrne de lo que mejoraría del film de Richard Donner. El autor admite que no pudo usar los diseños del Krypton fílmico por problemas de copyright. Los enmascara convincentemente, incluyendo robots de sus primeras experiencias en el mundo del comic. Vemos a Clark jugando al rugby. ¿Por qué no? A Byrne no debió gustarle ver al joven Clark hecho un pasmarote y se dice: si hago que desarrolle poco a poco sus poderes no tiene por qué ser deshonesto. Como a continuación explica los poderes de Clark y ya nunca más le vemos jugar, así parece… si no caemos en la cuenta de que está narrado en flash-back. Cuando jugaba ese partido que hemos visto ya se sabía invulnerable, veía a través de los objetos e incluso había sobrevolado Smallville. Pero bueno, su padre le enseña el cohete donde le encontraron, toma conciencia de que no es como los demás, que viene de otro planeta y le entra una crisis de identidad. ¿Por qué te complicas la vida, Byrne? Esta “búsqueda de las raíces” ha sido una de las contribuciones perdurables al mito hasta el punto de que ya hay bastante gente del mundillo que se preocupa por ello. Ya no sirven las escuetas sentencias de antaño de “Haz el bien sin mirar a quien”. Hasta los 80 si, de pronto, te notabas un superpoder parecía lo más natural ponerse un uniforme y salir por la ventana. Al poco ya podías estar saludándote con un colega o machacando a un supervillano. Hoy día, antes que nada, hay que encontrarse a uno mismo. Byrne lo resuelve magníficamente: cuatro páginas, unos recortes de periódico y Clark está de vuelta. Lo que sigue es la

98 

versión de Byrne del rescate de Lois y el helicóptero. Y la confección del traje. Esta es, para mí, una de sus mejores aportaciones. Clark y sus padres se ponen a charlar y deciden lo de la capa y las mallas. Es tan sencillo y ridículo a la vez que estoy seguro que algo así es lo que ocurriría si esto de los superhéroes fuera posible. Nada de que el traje te aparezca ya hecho y a lucirlo, como en la peli. Hay que currárselo. Sam Raimi tomó buena nota y puso a Peter Parker a dibujar hasta que encontró el diseño definitivo en Spider-Man (2002). Además, Byrne cierra el número con una de las mejores imágenes de Superman de todos los tiempos. Entintada por Dick Giordano, que no es quien mejor entiende sus lápices, pero que aquí debió de trabajar durante una semana. El diseño del cómic está muy cuidado, con unas portadas características: el famoso símbolo, el título, un personaje a cuerpo entero a la derecha y una secuencia a la izquierda que indica el contenido del cómic.

ARRIBA Man of Steel#1 aupó a Superman a lo más alto de las listas de venta.

¿Por qué conviene entretenerse tanto en el análisis del primer número? Porque toda su etapa es exactamente así. Una idea brillante, al lado de un “¿Por qué te complicas la vida, Byrne?” y de pronto una imagen que te deja clavado. Superman vuelve a ser joven y poderoso, con el punto pícaro y sexy del Sr. Reeve. A medida que avanza en la serie le vemos más rígido, en lugar de más suelto, pero siempre a un buen nivel. Probablemente, es su último gran trabajo como dibujante. En cuanto a los argumentos, conservar a los Kent, fusionando a Superboy con su contrapartida adulta es algo tan brillante que sorprende que a nadie se le hubiera ocurrido con anterioridad. Probablemente tenga relación con los problemas de copyright del joven de acero. Es decir: no empleamos a Superboy, pero sí sus secundarios y entorno. En Man of Steel

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

DEBAJO Byrne recuperó la majestuosidad de la maravilla de Metrópolis.

ARTÍCULO

#6 nos mostró a la mejor Lana Lang desde… Bueno, a la mejor Lana Lang. Lo hizo, además, con mucha inteligencia, para evitar cualquier idea de competencia con Lois antes de que la reportera estuviera asentada como personaje, sabiendo que en las primeras entregas no iba a ser la típica novia del héroe y el lector masculino podría inclinarse por la pelirroja. Los elementos vigentes de Superboy (recordemos, eliminado de la continuidad como tal) humanizan definitivamente al personaje. En Metrópolis es un superhombre o un sagaz reportero, pero al llegar a Smallville se toma un pastel de carne y se levanta por la noche a

beber un vaso de leche. Esta estrategia beneficia a la “faceta” Clark de la dualidad, al establecer, asimismo, otra dualidad (tan humana) entre la vida personal y profesional. Es un hallazgo muy inteligente, poco aprovechado en los cómics, al que se le sacó bastante jugo en la serie Lois&Clark, protagonizada por Teri Hatcher y Dean Cain. Si recordamos, al estar con sus padres no tiene que fingir ser alguien que no es (lo que tradicionalmente se asocia con “Clark”), pero tampoco es “Superman”, el héroe. Es algo entremedias, donde reside su autenticidad. Byrne se apresura a establecer los principales personajes en los roles en que los va a necesitar: Lois, Lana, Perry,

Jimmy, Luthor, Batman, etc. Para ello necesita el paso del tiempo. Y aquí acierta de nuevo. Sin ser exhaustivo, sabemos que entre la exclusiva de Superman que le vale el puesto en el Planet y el encuentro con Luthor ha pasado año y medio. Para la mentalidad del lector actual será algo así como un desperdicio de tiempo de aventuras, pero esa sensibilidad para tomarse el tiempo (y la molestia) de presentar las situaciones redunda en beneficio de la miniserie. Gracias a ese espacio “sugerido”, rellenamos los huecos más satisfactoriamente que con la agonía goteante de los datos entre aventuras. Byrne toma especial cuidado en

DEBAJO Superman llega a los 50 años en inmejorable forma.

NOVIEMBRE 2013 

99

ARTÍCULO

IZQUIERDA Una decisión polémica propició la marcha de Byrne de las series que había relanzado.

que entendamos los motivos de Lex Luthor. Este aspecto lo retomaré más adelante. El aspecto más endeble de esta presentación (y posteriormente de la serie) es la escasa entidad de los nuevos villanos, gente como Urraca (y luego Bloodsport, Rampage, un inválido que le roba la mente a Superman, etc.). Otra preocupación del Sr. Byrne tampoco convence: los superpoderes se han visto reducidos, vale, pero orquesta alrededor de ellos un montón de alambicadas suposiciones que lo único que hacen es que caigamos en la cuenta de lo ridículo del planteamiento. Como cuando afirma no estar seguro del peso de un objeto (una pesa) porque se fía de su tamaño, sin caer en la cuenta que establecer ese precedente (es decir, la falta de sensibilidad para con su propia fuerza) es una puerta abierta al desastre. Lo mismo con lo de la barba superdura. Se queda tan ancho diciendo que el pelo de Clark es, como él mismo, prácticamente indestructible y por eso necesita usar su visión calorífica para afeitarse. El problema (del que el propio Byrne se dio cuenta luego en Next Men) es que si estableces esto puede haber

100 

heridas serias si alguien te coge del brazo o te tira del pelo. Quizá Clark debiera someterse a una depilación intensiva si no quiere lesionar a los que le rodean. Pero hubo decisiones que no parecían para tanto y luego dieron más problemas que hechas a propósito para crearlos: me refiero a las posturas sobre Supergirl y la Legión de Superhéroes. Con la segunda, el peor obstáculo, contrariamente a lo que se dice, no fue la desaparición de Superboy: se podría argüir que fue el “nuevo” Clark quien vivió aquellas aventuras. No iba a dar más problemas de continuidad que la Liga de la Justicia, por ejemplo. Lo del universo de bolsillo, excepto el nombre, tampoco era mala idea, como concepto. Pero pasaba que si nunca habían viajado en el tiempo, que todo era un engaño del villano de turno que los dirigía como parte de su plan maestro, entonces te cargabas la Legión. Porque el grupito había reincidido más veces que Los Vengadores y Los 4 Fantásticos juntos. Era como decir, para que nos entendamos, que Batman había corrido las mismas aventuras que recordábamos, excepto que jamás se había enfrentado al Joker. Un despropósito de los gordos. Tan serio fue que la colección ya no levantó cabeza, salvo excepciones puntuales.

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Supergirl, por su parte, nunca debió ser borrada de la continuidad. Si no querías que fuera kryptoniana, por aquello de hacer único a Clark, pues te inventas otra procedencia. A efectos prácticos, igual que teníamos ya al Detective Marciano, podías buscar otro planeta. Pero lo del protoplasma fue un error. Creed a Peter David, que escribió una estupenda serie sobre el personaje… quitándose de encima, en el primer número, esa tontería de excusa. Pero es que el colmo ya fue que, en cambio, mantuvieron a Power Girl. Un sin sentido que originó sus propios dislates. Pero retomemos a Lex Luthor. Pocos habrá que nieguen que el villano salió ganando con el tratamiento de Byrne. Convertido en magnate sin escrúpulos, una especie de Kingpin pero sin su mala prensa, se planteó como un genio en la sombra. Rehuiría el enfrentamiento directo con el Hombre de Acero pero dejaría en el aire la sospecha de que había sido él. Un enemigo que estaría siempre maquinando destruirte, porque está en su naturaleza, porque no puede tolerar que alguien quede por encima de él. Obsesivo, ególatra, pero poderoso, porque, en cierta forma, con dinero o amenazas, logra que todo el mundo trabaje a su favor. Un enemigo al que nunca se había enfrentado Superman y para el que su gran fuerza no sirve de

ARTÍCULO

nada. La idea procedía de Marv Wolfman. Wolfman había trabajado en el Hombre de Acero antes del reinicio, en una recomendable etapa con Gil Kane, y había estado pensando cómo afrontar esa oportunidad única que se presentaba. El concepto le vino en una reunión con Frank Miller y Steve Gerber y en seguida se la comunicó a Byrne, cuando supo que sería el encargado del relanzamiento. Pero algo pasó por el camino. Porque Luthor se convirtió en parte fundamental de las series de Byrne y Wolfman tuvo que desarrollar otras tramas (como el terrorismo procedente de Qurac) y otros personajes (como la periodista Cat Grant, Gangbuster, el profesor Hamilton o la familia de Perry White). Y en un año estaba fuera de la serie. Se alegaron discrepancias por el rumbo editorial y mi sospecha recae en el tratamiento de Luthor. El renovado Superman inspira sueños de un mundo mejor y más justo, mientras que el nuevo y taimado Luthor es la sombra de nuestros fracasos diarios y nuestras frustraciones más íntimas. Uno de los relatos más celebrados de este período (y uno de los favoritos de su autor) se encuentra en el complemento de Superman #9 (Septiembre de 1987), cuya historia principal tenía al Joker de visita en Metrópolis. En él no aparece el Hombre de Acero. El protagonista es su némesis, Lex Luthor, quien se entretiene quebrando las vidas de gente sencilla (una camarera, en este caso). Byrne hizo un magnífico trabajo de secuenciación y timing en apenas siete páginas. La vesania del carácter ha sido elogiada. El crítico Miguel G. Saavedra afirmó que “en toda la historia del personaje nadie había conseguido plasmar la maldad y la crueldad de Lex Luthor de una manera tan definitiva”. Y bien puede ser cierto, aunque hayamos

102 

de admitir que, en términos de auténtica perversidad, sea bastante ingenua. En mi opinión, funciona a un nivel distinto: revela el punto débil de Superman una vez alejado de los preceptos de Siegel y Shuster. El primitivo justiciero no habría tenido el menor reparo en coger a Luthor y darle una tunda, destruir su imperio o lo que fuera (véase Action Comics #11, por ejemplo) para proteger a un inocente. El boy scout de hoy, de paseo por las nubes, ignora lo que pasa a pie de calle. El tiempo que quiera puede seguir Luthor con su jueguecito pues, mientras no pretenda conquistar el mundo (o sea: interferir con el Sistema), está completamente a salvo de Superman. Y esto es descorazonador. DC insistiría en este enfoque con otro estupendo tebeo La biografía no autorizada de Lex Luthor, obra de James Hudnall y Eduardo Barreto, que demuestra la impotencia del Hombre de Acero, atado a las leyes del hombre como a unas cadenas de kryptonita. Byrne no sabe ser sutil. De la reunión entre Miller, Gerber y Wolfman deduzco que la noción barajada para el nuevo Luthor se acerca a la que Miller utilizó para Kingpin en Daredevil Born Again. Es la que parece plantearse. Un ser maquiavélico que te vuela la casa y deja el traje de superhéroe a la vista para que sepas que ha sido él aunque (hasta ese momento) te tenía contra las cuerdas porque no sabes de dónde vienen los golpes. Pero Luthor es casi lo contrario. Se pasa sus intervenciones presumiendo de lo que va a hacer, porque no va a dejar pruebas y, si las deja, para eso tiene a sus abogados. No es un tipo calculador y paciente, capaz de esperar meses para comprobar una información que le han pasado en un sobre. Es el tipo que cuando le da esa información una computadora la destruye y despide a quien la compró (Superman #2; El secreto revelado). Y así, cuanto más sabemos de él, menos amenazador resulta. Acaba convertido, de nuevo, en un malo de tebeo, aunque haya sustituido las

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

armaduras chillonas por una malvada corporación. La etapa Byrne, al incluir los números de Action Comics (convertidos en el nuevo DC presents), se hace variada y amena, aunque leída en su conjunto tampoco parece que progrese en una dirección definida. Consta, en su mayoría, de episodios autoconclusivos o en dos partes. Hizo algún remake, como la historia de Lori Lemaris (basada en Superman #129), escribió un prestigio (Los ladrones de la Tierra, con Curt Swan) y también miniseries (como Mundo de Krypton, Mundo de Smalville, etc.). De vez en cuando se suelta con alguna de las suyas, como el capítulo del vídeo erótico con Big Barda con la excusa de una manipulación mental, pero le queda bastante impostado. Más gracia hace que “un beso que parecía que” se daba con Wonder Woman en un sueño hiciera correr ríos de tinta y fundamentara un cruce con la colección de la amazona, entonces en las capaces manos de George Perez. Los crossovers ya hacían de las suyas. Con Legends se aplicaron y quedó una historia bastante maja, pero de Millenium en adelante no hay por donde cogerlo. Como Byrne es admirador de la Doom Patrol clásica, organizó un encuentro aprovechando a Metallo. Wolfman, por su parte, no dio en el blanco. Su tratamiento de los secundarios en Adventures of Superman trabajaba a largo plazo, y la prueba es que le sobrevivió, pero sus argumentos eran convencionales y aburridos y, encima, se metió en camisas de once varas con lo de Quark, de implicaciones políticas que siempre estorban. Está claro que no estaba a gusto. En cambio, el dibujante Jerry Ordway sería uno de los artistas firmemente asociados al discurrir del Hombre de Acero en el pasado siglo.

ARTÍCULO

Byrne se metió en problemas con la reintroducción de Supergirl. Quiso jugar a Alan Moore, pero que Superman rompiera su juramento no sentó aquí tan bien como entonces. Al ser criticado públicamente por la directiva de DC, decidió levantar el vuelo. Le sucedió su amigo Roger Stern. Es una pena que no trabajaran juntos, porque este guionista le habría venido muy bien a Byrne para dar coherencia y desarrollo a muchas de sus ideas. De hecho, fue lo que hizo al llegar. EL SUPERSQUAD Como queriendo contradecir la tesis de Umberto Eco, probablemente sin conocerla, el editor Mike Carlin se propuso trabajar con Superman como nunca antes se había hecho ni (probablemente) se hará: convirtió las cabeceras del kryptoniano en una única serie semanal donde los argumentos pasaban de un creativo a otro y volvían al primero hasta, finalmente, resolverse: y digo bien, porque en aquella época parecía que se resolvían. Es decir: avanzaban. En diez años las biografías del personaje y sus secundarios evolucionaron como no lo habían hecho en los previos 50 años. Sin necesidad de historias imaginarias. Sin perder la coherencia ni el rumbo marcado por la reinvención del personaje a manos de Byrne y Wolfman. Evidentemente, se reincorporaban elementos de la vieja escuela (como distintas kryptonitas), pero se conservaba el tono y la causalidad de lo narrado, sin estridencias. El nuevo equipo, formado por Roger Stern, Kerry Gammill, Jerry Ordway y, al poco, George Perez y Dan Jurgens, entre otros, cogió el testigo de la última (y polémica) saga de Byrne en la serie y llevó a Superman al espacio para

encontrarse a sí mismo y a algún que otro villano aún no introducido en continuidad, como Mongul y su Mundo Guerra, además de desarrollar a la Supergirl/Matrix (que, tras varios intentos, lograría serie propia comandada por un inspirado Peter David). También le tocó arreglar el desaguisado de Byrne con Brainiac, devolviéndole el rango temible que antaño ostentara. Sin conseguirlo del todo, darían pasos de gigante. Luthor seguía siendo un elemento recurrente, pero empezó a dar síntomas de desgaste, por lo que empezaron a jugar con él. Desarrolló un cáncer por la radiación de la kryptonita, que llevaba las 24 horas del día en un anillo. La relación con Batman progresó, con Wonder Woman se enfrió y con el resto era prácticamente inexistente, salvo el peaje de los eventos editoriales anuales. El nuevo equipo se esforzó concienzudamente por recuperar las raíces kryptonianas, empezando por la Fortaleza de la Soledad. La serie se convirtió en un folletín entretenidísimo donde no paraban de salir y entrar gente alrededor del superhéroe. El dibujo había perdido con la marcha de Byrne. Perez no le dedicó el mismo empeño que a su Wonder Woman y las tintas de Breed Breding tampoco ayudaban. El resto cumplía eficazmente, pero son tebeos que se leen ávidamente sin que las ilustraciones llamen la atención.

muerte. Pero no necesariamente por ese orden. PREPARÁNDOSE PARA MORIR 1992, año de la muerte de Superman (1993 si atendemos a fecha de portada). Tal como hemos comentado anteriormente, las colecciones de Superman de aquella época estaban interrelacionadas entre ellas de tal manera que a efectos prácticos se estaba publicando una única colección de cadencia casi semanal. Sin embargo, las diferencias entre un título y otro eran variadas y evidentes. Para descubrir la configuración de estas cabeceras nos debemos remontar a un año antes, pues en julio de 1991 salió a la venta el primer ejemplar de la cuarta serie regular

DEBAJO El Superman de Wolfman y Ordway también brindó buenos momentos a los aficionados.

Síntoma de que las cosas estaban cambiando, Superman se embarcó en un viaje por el tiempo, donde volvería a encontrarse con la Legión de Superhéroes, al poco de revelar a Lois su verdadera identidad (Action Comics #662), como parte de un plan estudiado cuidadosamente para llevarlo en una dirección… que se truncó por causas ajenas al SuperSquad. En el futuro tendríamos una boda y una

NOVIEMBRE 2013 

103

ARTÍCULO

del Hombre de Acero, Superman The Man of Steel, la cual no solo permitió que se vendiesen casi una cincuentena de cuadernos al año, sino que también evidenció las diferencias entre títulos. La cabecera más puntera y, por tanto, la que más atención recibía por parte de DC Comics (y de los lectores, las ventas nunca fueron a la par entre las cuatro series) era Superman (a secas). En julio de 1991, ésta estaba escrita y dibujada por varias personas, pero a partir del mes siguiente el título perteneció casi en su totalidad a Dan Jurgens, quien acostumbraba a estar acompañado de Brett Breeding. Este último se ocupaba de los acabados y así Jurgens podía visitar de tanto en tanto alguna de las otras colecciones del Último Hijo de Krypton u ocuparse de algún evento importante… En 1991, Jurgens era la cabeza más visible del Super Squad, pero tras la Muerte de Superman, el artista se convirtió en el referente indiscutible de la época. Cualquier imagen utilizada en otros medios o en merchandising solía estar firmada por Jurgens, un efecto que ahora mismo se repite con la figura de Jim Lee, al que podemos ver en bandejas, relojes, camisetas, etc. La recién llegada era Superman: The Man of Steel y contaba con Louise Simonson a los guiones y Jon Bogdanove a los lápices. Era la menos comercial de las cuatro, a pesar de tener una numeración mucho más accesible. Ya hablaremos de ello más adelante, pero esta época se centró en la parte más humana del Hombre de Acero y en las relaciones personales entre los personajes. Simonson incluso fue más lejos y metió Superman: The Man of Steel dentro del ámbito de la denuncia social. Por ejemplo, en su

104 

primer ejemplar, Superman salva un gato de un árbol y se lo da a su propietario, un niño huérfano (y de color) que vive en un orfanato. Este pequeño se llama Keith y lo volveremos a ver una y otra vez porque cumple la función de aleccionar sobre un problema que incumbe a nuestra sociedad. El título más clásico siempre ha sido Action Comics, y en aquellos años estuvo escrito por Roger Stern, quién se acompañó de un elenco de dibujantes entre los que destacaba gente como Jackson Guice o Bob McLeod.

Por su parte, The Adventures of Superman estaba escrita por Jerry Ordway y dibujada por Tom Grummett. Tanto una como la otra no tenían un carácter diferenciador tan claro como Superman: The Man of Steel y parecían seguir las pautas de la que por entonces era la reina: Superman. Por este motivo (y algún otro más), a pesar de que el sistema creativo era igualitario y en él participaban todos los miembros del Super Squad a través de varias reuniones a lo largo del año, casi siempre se relaciona el Hombre de Acero de los años 90 a Dan Jurgens.

DEBAJO Byrne dejó al personaje asentado y en las capaces manos del editor Mike Carlin y su escuadrón de colaboradores.

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARTÍCULO

Dicho esto, expliquemos cuál fue el camino a La Muerte de Superman. Todo se inició unos meses antes, cuando Superman se prometió a Lois Lane y le reveló su identidad secreta. En 1991, la feliz pareja tenía sus más y sus menos y en el núm. 59 de Superman (septiembre, 1991) estuvieron hablando muy seriamente sobre sus problemas. Incluso surgió la palabra ruptura… Sin embargo, una maravillosa cita hizo que Lois estuviese más segura que nunca de su amor por el Hombre de Acero. ¿Veis la conexión con la muerte? ¿No? Pues la tiene, pero es imposible de ver. Los meses se sucedieron y las colecciones continuaron con su tónica. Cada una se centraba en 3 ó 4 subtramas que las dotaba de continuidad y las diferenciaba de las otras. A veces incluían aventuras independientes que cualquier lector podía saltarse y otras veces introducían a Superman en una saga más o menos importante para aumentar las ventas de las cabeceras. En noviembre de 1991 (siempre según fechas de portadas) utilizaron este recurso con Blackout, una saga de 5 números en la que el Hombre de Acero pierde la memoria y casi se casa con la nativa de una isla tropical (una de esas con dinosaurios). Evidentemente, Lois detiene la boda. Aunque nos hemos saltado un hecho vital para entender al Superman de la época… En Action Comics #670 (octubre, 1991) volvió Lex Luthor. Bueno, no, su hijo.. Un tal Lex Luthor II. Bah, que no, que volvió Lex Luthor porque metió su cerebro en un cuerpo clonado – y evidentemente mejorado – y se hizo pasar por su descendiente para autoheredarse. Y esto tendrá unas repercusiones terribles… Ciudadanos de Metrópolis, preparad las palas, que igual tenéis que cavar vuestras propias tumbas…

1992 se inició con una nueva cita de Lois Lane y Clark Kent en Superman: The Man of Steel #7. El romanticismo campaba a sus anchas… y nosotros no nos dábamos cuenta de lo que eso iba a significar. Después llegaron varios ejemplares centrados en la navidad (sí, regalos, citas y cenas familiares) y ya en Action Comics #674 se inició la saga del año (de la primera mitad del año, más bien), titulada Panic en the Sky. Durante dos meses, las series del Super Squad nos narraron el enésimo ataque de Brainiac, y esta vez vino acompañado por una Supergirl controlada mentalmente. Casi todos los héroes del planeta se unieron para detener la invasión. Lo más relevante de esta saga es que es el perfecto ejemplo de un sistema que pasará factura a Superman en el futuro, y es que Panic in the Sky es una saga puramente comercial. Las subtramas se detuvieron momentáneamente y lo único que presenciamos fueron interminables batallas. Y eso es algo negativo para los tebeos de Superman de la época porque los nuevos lectores no tuvieron oportunidad de ver la verdadera grandeza de los tebeos del Super Squad. Claro que si tienes menos de diez años seguramente te interesa más ver juntos a Batman, Superman y Nightwing que leer sobre los problemas amorosos de Jimmy Olsen, los amagos de cierre del Daily Planet o la última pelea entre Lois y su padre…

ARRIBA Louise Simonson y Jon Bogdanove firmarían la nueva cabecera de Superman: Man of Steel.

Action Comics #677 (mayo, 1992) nos mostró a Supergirl enamorada de Lex Luthor (es que el clon era una copia MUY mejorada) y se inició una disputa que se mantendría hasta que se estrenase la colección de la Chica de Acero. Como era

NOVIEMBRE 2013 

105

ARTÍCULO

de esperar, Superman no aprobaba la relación (no, no se fiaba de Lex y eso que la copia era MUY MUY mejorada y tenía melena… Clark siempre ha sido un desconfiado). Afortunadamente, en Action Comics #678 (junio, 1992), nosotros descubrimos la verdad sobre Luthor. Los personajes de cómic aún tardarían muchos episodios en descubrir la charada. Otra característica de la época es que Superman acostumbraba a aparecer de tanto en tanto con personajes de moda de la época. Es fácil adivinar quién reinaba los comentarios de los fans simplemente mirando quién era el afortunado en compartir una aventura con el Último Hijo de Krypton. Por ejemplo, en Superman #68 (junio, 1992), Deathstroke y Superman se vieron las caras en una historia que continuó en la cabecera del mercenario. Superman: The Man of Steel

#14 y Superman #70, ambos de agosto, contaron con la presencia de Robin en una historieta llena de vampiros. Tanto Deathstroke como Tim Drake eran los sabores del momento. La siguiente gran saga fue The Blaze/ Satanus War. Abarcó 5 cuadernos entre agosto y septiembre de 1992 y nos explicó el descenso a los infiernos de Superman. Una entidad llamada Kismet lo trajo de vuelta a la Tierra… Y justamente a ese ser lo veremos más adelante, cuando Superman haya… ¡muerto! ¿se estaba preparando ya la verdadera gran saga del año? Efectivamente. Los tebeos que continuaron fueron de relleno, pero en algún caso llegaron a ser más destacables que los anteriores… Por ejemplo, Superman: The Man of Steel #16 y Superman #72 se volvieron a cruzar pero esta vez fue para denunciar la violencia de género. Citemos el interior: “La estaba pegando y ella lo defendió. Tiene

DEBAJO La famosa viñeta triple donde pierde la vida el superhéroe

106 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

miedo, por supuesto. A veces, cuando una mujer deja a un marido maltratador, él la ataca con violencia letal. Pero Andrea tiene miedo de más que la reacción de Gary. Podría haberla llevado a un refugio… al menos sé de uno que aceptan niños… pero, ¿después qué? ¿Encontrará un lugar en el que vivir? ¿Ganará suficiente para mantener a sus hijos? Sin una dirección ni siquiera puede acceder a las prestaciones sociales. Y así ella se queda con él, y puede morir. Ella no dejará que Superman la ayude, pero quizás esta vez Clark Kent puede tener éxito donde Superman falló“. Este diálogo interior de Simonson nos muestra por dónde iban los tiros y la grandeza de esta era. No creo que se vuelva a publicar un tebeo así en muchísimo tiempo. No os digo cómo acaba, pero la experiencia que vive Clark lo puede cambiar más que el enésimo ataque de Luthor. Tras este interludio de denuncia social,

ARTÍCULO

ha llegado el momento de explicar el asunto de la muerte. Los tebeos del Hombre de Acero de 1991 y 1992 nos muestran a un hombre enamorado, que hace planes de futuro con su prometida. Cada vez vemos que la pareja funciona mejor y más armónicamente… Y eso es así porque querían casarlos a finales de año y explicar una historia en la que el Universo DC tendría que sobrevivir sin la presencia de Superman (ei, que el chico también se merece una luna de miel). Todo estaba preparado para el gran acontecimiento, pero… los planes se truncaron cuando se estrenó la serie de televisión Lois y Clark, las nuevas aventuras de Superman. ¿Por qué? Porque ésta iba a tratar también el tema de la boda y los chicos de los cómics tuvieron que detener sus planes. No podían casarlo antes porque eso sería negativo para la serie de televisión. De manera que tenían una plan que acababa con Superman casado y una saga en la que se exploraba el mundo sin el Hombre de Acero. ¿Qué podían hacer? ¿Echar por tierra todo lo que habían planeado? Alguien dijo en broma que podían matarlo… Y esa broma le costó la vida a Superman. SUPERMAN, MUERTO Y RESUCITADO Superman murió, y nada volvió a ser lo mismo. Es curioso porque cuando saltó la noticia todo el mundo se conmocionó, los fans de Clark lloraron su muerte, la gente se amontonó en las tiendas de cómics para comprar el ejemplar en el que Superman sucumbía ante Doomsday. Hasta las televisiones y los periódicos se hacían eco de la noticia. Estábamos ante algo grande. Y 20 años después podemos decir sin ningún tipo de duda de que no éramos conscientes de cuán grande era ese algo. Era inmenso. Superman no solo murió, cambió el mundo o, al menos, la

industria del cómic. Razonemos esa afirmación por partes. La muerte de Superman es el equivalente contemporáneo a la caja de Pandora. Superman murió, y todos los héroes le emularon, de manera que los años 90 se convirtieron en un tétrico campo de batalla en el que la muerte y los grandes acontecimientos estaban a la vuelta de la esquina. No te podías llamar héroe si no habías mordido el polvo. Y eso supuso un desgaste de la industria del cómic que casi acaba con el noveno arte (en EE.UU.). Los grandes eventos, las portadas alternativas, la llegada de Image, etc. Todos esos elementos muchos de los cuales están intrínsecamente ligados con La muerte de Superman supusieron la aparición de personas que no compraban cómics para leerlos sino para hacer negocio con ellos, de manera que los tebeos aumentaron de ventas, pero de una manera ficticia. Se creó una burbuja comiquera. Aunque tampoco podemos culpar únicamente a Superman. Como ya hemos comentado, los chicos de Image y otros “éxitos” de la época también tiene su parte de culpa. Sin embargo, La muerte de Superman no fue negativa. Superman murió, pero resucitó y trajo consigo a personajes y acontecimientos que marcaron al Universo DC hasta Flashpoint. La mitología del Hombre de Acero se vio afectada de una manera muy positiva por la vuelta del Hombre de Acero.¿Quién se iba a imaginar que 3 de los 4 falsos supermanes iban a dar tanto juego? Y lo mejor de todo es que trajo una nueva era de grandeza para las colecciones del Hombre de Acero porque el Super Squad supo aprovechar al máximo la situación. No solo eso, siguió manteniendo el buen trabajo de antaño con todas las subtramas y elementos que convertían a Superman en el personaje más humano de DC Comics…

ARRIBA La nueva Supergirl, plenamente integrada en las series de la Maravilla de Metrópolis, se enamora de un remozado Lex Luthor

NOVIEMBRE 2013 

107

ARTÍCULO ¿por qué casi nadie se acuerda de eso? Ahora hablemos de La muerte de Superman propiamente dicha. La saga se inició en Superman: The Man of Steel #18 (que fue el prólogo) y finalizó en Superman #75. Fueron 8 cuadernos que acapararon todas las series del Último hijo de Krypton (y como extra, también el #69 de Justice League of America, que por aquel entonces estaba guionizada y dibujada por Dan Jurgens). Y… ¿qué es lo que vimos? Un ser extremadamente poderoso aparece en la Tierra, la Liga de la Justicia intenta detenerlo pero no lo consigue. Superman y su enigmático enemigo, Doomsday, luchan hasta que los dos mueren. A medida que avanza la historia, la lucha se hace más encarnizada, las subtramas se pierden… Todo se centra en una batalla que incluso utiliza un recurso inusual. Superman #75 solo incluye páginas de una viñeta. Su antecesor, de dos. El antecesor del antecesor, de tres… En definitiva, La muerte de Superman es un producto que consigue su propósito de una manera muy acertada. Es emotivo y atrayente, pero, no nos engañemos, no es más que una encarnizada lucha.

llegó al límite. Jonathan Kent, el padre de Clark, sufrió un infarto. Parecía que Superman no iba a ser el único en “disfrutar” de su propio funeral. Tranquilos, que solo fue un susto. En el siguiente capítulo, correspondiente a Adventures of Superman #500 (junio, 1993), Jonathan viaja al reino de los muertos y rescata el alma de su hijo con un poco de ayuda de Kismet. Así abre las puertas a una inminente resurrección que hará que corran ríos de tinta… ¡y de sangre! Y es que ese mismo cuaderno sirvió como presentación para 4 héroes que supuestamente eran

DERECHA Se presenta Doomsday, diseñado por Dan Jurgens

Lo realmente bueno empieza en el funeral. Esa es la historia que realmente querían contar, la de cómo el mundo se enfrenta a un mundo sin Superman. De manera que el Funeral abarcó ocho cuadernos de las cabeceras del Hombre de Acero y en ellos vimos retratados a todos los secundarios. Supimos qué pensaban realmente sobre Clark, y los vimos sufrir. Seguramente muchos sufrimos junto a alguno de ellos. Fue un contraste muy grande respecto a la anterior saga y seguramente espantó a los nuevos lectores porque mucho de lo que allí sucedía no se podía apreciar o entender si no te había leído los tebeos de Superman al menos desde el estreno de Superman: The Man of Steel. Por lo que respecta al nivel de emotividad, Superman #77

108 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Superman resurrecto… Adventures of Superman #500 supuso el pistoletazo de salida para una saga que titularon El reinado de los superhombres. Veamos colección por colección qué acaeció: - Action Comics #687, escrito por Roger Stern y dibujado por Jackson Guice y Denis Rodier, nos muestra la aparición de un Superman físicamente idéntico al anterior. Tal como se lo presenta en la edición de Zinco:

ARTÍCULO “él afirma ser El Último Hijo de Krypton y, en efecto, su naturaleza parece más kryptoniana que humana. Frío y distante en la superfície, este Superman guarda muchas emociones en su interior. Y no duda en imponer su propio sentido de la justicia, ¡aunque ello signifique tener que cobrarse vidas humanas!“. Estamos ante el retorno de alguien, pero no del Hombre de Acero. El Superman kryptoniano era en realidad El Erradicador, un aparato que Superman recuperó años ha en su periplo espacial y que le provocó graves problemas cuando lo trajo a la Tierra. Curiosamente, en su debut parecía el canditato a Superman más lógico porque apareció como si fuese un ser de energía y vimos cómo se metía dentro del cuerpo de Superman.

El Erradicador volvió a las páginas del hombre de acero en la historia que sirvió de presentación a su cuarta colección: Superman The Man of Steel núm. 1 (julio 1991) y que continuó en los números de aquel mes del resto de sus series. Esta historia se puede considerar una secuela directa de la saga del Hombre de Krypton y explica el retorno del aparato, pero con una nueva forma humanoide compuesta de energía. Las metas del Erradicador volvían a ser las mismas, aunque esta vez apuntó más alto e intentó transformar El Sol en una estrella roja similar a la que bañaba de luz a Krypton. Superman detuvo sus planes con ayuda del Prof. Hamilton y, otra vez, el Erradicador

desapareció de una manera aparentemente definitiva. Su siguiente retorno se dio en una de las sagas más recordadas de los años noventa: La muerte de Superman. - Superman: The Man of Steel #22, con guion de Louise Simonson y dibujos de Jon Bogdanove, presentó a un Superman negro vestido en una armadura de acero y armado con un martillo gigante. Cito la edición de Zinco de nuevo: “John Henry Irons, alias ‘Iron John’, era un experto en armamento que había

DEBAJO El combate que hizo temblar a Metrópolis… y los aficionados de todo el mundo

Este aparato, recuperado durante el exilo espacial de Superman, ya empezó a apuntar maneras al modificar la estructura genética de Jimmy Olsen. En aquellos episodios, correspondientes a Adventures of Superman núm. 458 y 459 (septiembre y octubre 1989) y publicados en el Coleccionable Las aventuras de Superman núm. 29 y 30, el hombre de acero se vio obligado a abandonarlo en La Antártica. Las consecuencias fueron del todo inesperadas: en el siguiente número de Adventures of Superman (Coleccionable Las aventuras de Superman núm. 31), el Erradicador creó la Fortaleza de la soledad. Estos incidentes fueron los primeros indicativos del poder de este invento. No obstante, no lo vimos en todo su esplendor hasta la saga del Hombre de Krypton, en la que trató de transformar La Tierra en Krypton, empezando por su último superviviente: Superman. Evidentemente, nuestro héroe venció al final de la historia, dando con una solución aparentemente definitiva. Sin embargo, lo que realmente consiguió fue posponer el problema.

NOVIEMBRE 2013 

109

ARTÍCULO

IZQUIERDA El brutal Doomsday fue creado con el exclusivo propósito de matar a Superman

trabajado para el gobierno hasta que descubrió la tragedia de la guerra. Sepultado durante el dramático combate de Superman y Juicio Final, debería haber muerto… pero no lo hizo. John Henry siente que ha sido ‘inspirado’ por el espíritu del Hombre de Acero. ¿Podría ser así?“.

embargo, no llegó a tiempo. Tras la muerte del hombre de acero adoptó una identidad superheroica y la propia Lois Lane llegó a plantearse si el alma de su futuro marido se encontraba en el cuerpo de John Henry. No era el caso, y ambos héroes se aliaron tras la vuelta de Superman.

John Henry Irons se presentó en el clásico Adventures of Superman núm. 500 (junio 1993). Su exitosa carrera como diseñador de armas causó la muerte de tanta gente inocente que su conciencia le obligó a huir a Metrópolis después de fingir su propia muerte. Consiguió una nueva identidad y trabajo en la construcción, y estuvo a punto de perder la vida intentando salvar un compañero. Superman lo socorrió y sus palabras le inspiraron tanto que creó una armadura de acero para ayudarlo en su lucha contra Doomsday. Sin

La importancia de Acero en el universo DC es incalculable. Es un reputado inventor que ha creado multitud de objetos imprescindibles tanto para Superman como para la Liga de la Justicia, grupo del cual fue miembro durante un tiempo. Murió en la saga Nuestros mundos en guerra, pero fue resucitado inmediatamente por Darkseid para que pudiese hacerse cargo de una armadura, la Protectora entrópica, que sería clave en la resolución de la guerra. Se retiró a consecuencia de los daños sufridos por ésta y le sucedió Natasha Irons, su sobrina y aprendiz.

110 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

Acero siempre ha sido un personaje muy popular. Disfrutó de serie propia desde febrero de 1994 hasta su cierre en el núm. 52 (julio 1998), con guiones de Louise Simonson, co-creadora del personaje junto a Jon Bogdanove, y, posteriormente, de Christopher Priest. Además, disfrutó de una película de imagen real en 1997 protagonizada por el conocido jugador de baloncesto, Shaquille O’Neal. - Superman #78, escrito y dibujado por Dan Jurgens con acabados de Bret Breeding, es la reaparición de un personaje, un ser monstruoso que en la edición de Zinco describieron así: “reconstruido con partes metálicas que cubren la mitad de su cuerpo, el Superman Ciborg guarda todos los recuerdos de Clark Kent ¡y su código genético coincide con el del Hombre de Acero! Él se proclama a sí mismo un Superman equipado para el futuro y sus hechos corroboran tal aseveración“. lo parece pero no es Superman, es alguien con quien el Hombre

ARTÍCULO

de Acero se encontró en el pasado y que ahora vuelve para vengarse. Hank Henshaw apareció por primera vez en Adventures of Superman #465 (Abril, 1990), en una historia que era un claro homenaje a un famoso cuarteto de La Casa de las Ideas: los 4 Fantásticos. En aquella aventura, 4 cosmonautas tuvieron un accidente tras ser afectados por una radiación cósmica. Al volver a la Tierra, todos poseían poderes, pero… sus mutaciones ( o lo extraño de su situación, que provocó el suicidio de alguno de ellos) llevaron a la muerte a 3 de ellos. Henkshaw sobrevivió porque adquirió la habilidad de traspasar su conciencia a objetos inanimados. Se creó una especie de nave a partir de la matriz que trajo a Superman y se dedicó a explorar el espacio, hasta que descubrió que el Hombre de Acero seguramente había causado las radiaciones que lo habían convertido en un monstruo al lanzar el Erradicar al Sol. Entonces volvió con una venganza, y Coast City fue historia. Tras su retorno, se ha convertido en un supervillano recurrente, tanto en las cabeceras del Hombre de Acero como las de Green Lantern. Es lógico, su origen espacial hace que sea ideal para historietas espaciales y, además, Green Lantern sí tiene que vengarse por algo… - Adventures of Superman #501, con escritos de Karl Kesel e ilustraciones de Tom Grummett, es otro clásico instantáneo en el que se presenta a un joven con poderes muy similares a los del Hombre de Acero: “él es un adolescente superpoderoso, aparentemente un clon fugado del Proyecto Cadmus. A sus dieciséis años, el joven Superman parece determinado a hacerse una reputación como el nuevo héroe de Metrópolis. Sin embargo, para ello

tendrá que aprender antes a controlar sus nuevos poderes… y superar sus problemas de amnesia“. Superboy… Recién salido del tubo era un joven repelente, con una mala actitud, una ropa desastrosa y un peinado del que es mejor no hablar. Era impertinente y no muy inteligente. Y además se juntaba con malas compañías. Pero eso en los 90 molaba, y llegó a hacerse con su propia serie regular. Allí el chico se fue encontrando a sí mismo, viviendo una aventura tras otra; e incluso pasó a formar parte del elenco de Young Justice. A medida que se sucedieron los años, vimos cómo el chico crecía y se convertía en casi adulto. Un punto de inflexión llegó cuando descubrió que era hijo de Superman y… ¡Lex Luthor! (Para que luego digan que los hombres no podemos tener hijos sin ayuda de las mujeres). Lo descubrió cuando ya formaba parte de los Jóvenes Titanes, y ese dato le acarreó más que problemas, pues Luthor lo controló mentalmente para que atacase a sus compañeros. Superboy murió en Crisis infinita. La muerte le sentó bien porque antes de ella estaba retraído y apartado del mundo (se veía a sí mismo un peligro). Pero tras resucitar, Superboy creció como personaje. Incluso disfrutó de una muy interesante andadura a cargo de Jeff Lemire, pero claro… con Flashpoint ha vuelto a empezar… Ya tenemos a los 4 Supermanes. ¿Qué pasó después? Durante tres meses, cada uno de estos pretendientes a Superman protagonizaron las colecciones del Hombre de Acero y vivieron sus propias aventuras. A veces se intentaba convencer a la gente de que tal Superhombre era el verdadero, en otras ocasiones eso era imposible (Que no, Superboy, que no cuela). Sin embargo, pronto se descubrió el pastel. En Superman #80. El Superman Ciborg muestra su verdadera naturaleza y… ¡Destruye Coast City! Como lo leéis.

Destruye Coast City, matando a millones de personas de una sola tacada. Eso supondrá un punto de inflexión en los mitos de Green Lantern, pues Hal Jordan intentará reconstruir la ciudad a costa de la eliminación del resto del cuerpo de Green Lanterns. Y ese es precisamente el inicio de una saga que continúa hoy en día. Si Superman no hubiese muerto, Hal Jordan no habría enloquecido, Kyle Rayner no existiría, Hal Jordan no se habría convertido en Parallax ni habría muerto salvando el mundo… Así que quizás la franquicia de los Linterna Verde no existiría tal como la conocemos. Claro que nunca sabremos qué habría sucedido. Quizás Green Lantern hubiese caído en ventas hasta desaparer… o quizás tendríamos 18 colecciones de los Lanterns en vez de 4 ó 5. El verdadero regreso de Superman se dio en el #690 de Action Comics. Fueron solo unas viñetas, pero pudimos comprobar que Clark seguía vivo y que se dirigía a la batalla vestido con un traje de batalla kryproniano. ¿Por qué? Porque había perdido los poderes… La muerte no le había sentado muy bien. Y eso da pie a una fórmula creativa que se perpetuará durante años… Y es que a partir de La muerte de Superman, todas las sagas siguen un esquema de causa-efecto, o lo que es lo mismo, una saga o acontecimiento importante siempre dará pie a otro. Por ejemplo, si Superman ha perdido los poderes, los recuperará pero eso causará que se convierta en un monstruo deforme que dará pie a una nueva saga. Las historietas derivadas a veces servían de cierre y otras veces no. Por eso siempre nos tenemos que remontar al pasado cuando hablamos de los tebeos de los 90. Es muy difícil encontrar un punto de inflexión claro. Pues bien, Superman volvió con el

NOVIEMBRE 2013 

111

ARTÍCULO

pelo largo y con pistolas (era los 90), se enfrentó a Mongul y al Superman Ciborg y entre todos los vencieron. De manera que el #505 de Adventures of Superman es el primer ejemplar de la vuelta a la normalidad. Y Lois y Superman lo celebran por todo lo alto con un tórrido beso en el cielo. Ese mismo mes, Clark regresa con una historia más o menos creíble… Así que volvemos al mismo sistema narrativo de antes, pero con una pequeña diferencia: ahora los pretendientes a Superman también son secundarios. De repente, el Hombre de Acero ha ampliado su galería con 3 héroes que podrían llegar a hacerle sombra. Por cierto, que con tanta destrucción de Coast City hemos olvidado deciros cómo resucitó Superman. En Action Comics #687, el ser de energía (que es el Erradicador) no se metió en el cuerpo de Clark sino que lo llevó a la Fortaleza de la Soledad y lo metió dentro de una cámara regenerativa. El cuerpo se curó (se podría decir que Superman no había muerto físicamente) y efectivamente Jonathan Kent vivió esa aventura en el reino de los muertos en la que salvó el alma de Clark. Así que con un cuerpo y un alma se obtiene una resurrección. Continuemos con el culebrón. tras unos episodios más o menos tranquilos en los que aparecieron enemigos poco importantes, el equipo creativo sufrió cambios en el dibujo. Grummett fue sustituido por varios artistas (pero no se fue muy lejos, fue a parar a la colección de Superboy), e Immonen firmó algunos ejemplares de Superman. Aunque es una aparición eventual, es importante dada la solera del artista y porque posteriormente se ocupará de los lápices de Adventures of Superman, además de la macrosaga La noche final y muchas más cosas que vendrían luego. Marzo de 1994 supuso la reaparición de Bizarro en una saga que juntó de nuevo las 4 cabeceras. Y al

112 

mes siguiente se inició dos aventuras, una en la que la recuperación de los poderes de Superman lo habían convertido en un monstruo… y otra en la que Luthor estaba al borde la muerte por culpa de una enfermedad degenerativa que sólo afectaba a los clones, lo cual nos lleva a… Action Comics #700 (junio, 1994). Un ejemplar tan especial merece una celebración por todo lo alto y el listón era casi inalcanzable tras matar a Superman, así que decidieron sorprender a todos destruyendo Metrópolis. ¿Cómo? Lex Luthor estaba al borde de la muerte y no podía aceptar que había perdido su eterna batalla contra el Hombre de Acero, así que decidió que no moriría solo: se llevaría su ciudad con él. La voló. Fin de la historia. Más o menos… Metrópolis sí fue destruida, pero Luthor no murió, fue encarcelado. La situación era tan complicada que para reconstruir Metrópolis recurrieron a la magia en una historia que posiblemente sea la más insatisfactoria de aquella época. Vayamos a un punto más positivo. Crisis en tierras infinitas supuso un reinicio para el Universo DC, pero fue un relanzamiento a medias que dejó en el tintero varios agujeros que en algún momento debían resolverse. Con el paso del tiempo, esas incongruencias fueron a más, de manera que en DC Comics se les ocurrió que era el momento de hacer algo para solucionarlo. Contactaron con Dan Jurgens y le dieron su propia gran saga, que se fue a llamar Hora Zero. En septiembre de 1994, Hora Zero nos presentó a la plana mayor del Universo DC enfrentándose a villanos temporales y, sobre todo, a Parallax, quien quería rehacer el universo para que Coast City volviese a existir. Los héroes vencieron, pero el Universo sufrió ligeras modificaciones. La saga en sí es entretenida y sin pretensiones, pero recibió ciertas críticas porque

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

no solucionó el problema de las incongruencias (más bien fue al revés). Sin embargo, los cruces con Hora Cero nos ofrecieron historias ciertamente interesantes. Por ejemplo, en Superman The Man of Steel #37, el Hombre de Acero se encontró con diversas versiones de Batman… y Bogdanove desplegó todos sus recursos artísticos emulando el estilo de dibujo de gente tan dispar como Neal Adams o Frank Miller. De hecho, mucha gente empezó a tomar en serio a Bogdanove tras ese ejemplar, pues este artista tiene un estilo de dibujo muy personal pero algo brusco y poco elegante, en definitiva, nada comercial. Ese cuaderno supuso un discurso artístico que solo puede hacer un grande, así que las discusiones sobre el estilo de Bogdanove quedaron finiquitadas. En el resto de cruces, entre otras cosas, revisitamos Krypton y conocimos a Alpha Centurión, un héroe alternativo que después volvería para colaborar con nuestro kryptoniano preferido. En octubre de 1994, DC sacó números 0 de todas sus colecciones, para explicar los nuevos orígenes de los héroes, pero el de Superman no había sufrido modificaciones, así que optaron por hablar del pasado de Clark y, de paso, presentaron a un nuevo enemigo: Conducto. Éste sera la némesis de Clark en la próxima gran saga: La muerte de Clark Kent… Pero para saber qué sucede nos debemos esperar unos meses, mientras tanto volvimos a la sucesión de historias más o menos interesantes entre las que destaca el enigma de… ¿el cadáver de Superman? Sí, se encontró otro cadáver del Último HIjo de Krypton y la investigación mantuvo la intriga hasta que se descubrió el causante de todo… ¡Brainiac! Ahora sí, ha llegado la hora de hablar de

ARTÍCULO

IZQUIERDA Sólo puede quedar uno...

La muerte de Clark Kent. Se inicio conmemorando Superman #100 y trata de algo que en algún momento tenía que suceder: Conducto descubre que Clark y Superman son la misma persona y decide matar a sus amigos uno a uno o, al menos, lo intenta. Para salvar a su familia, Clark decide que tanto él como sus padres han de pasar por muertos. Al final todo se soluciona y esta vez sí se vuelve al status quo. JUICIOS Y ENLACES DEFINITIVOS Julio de 1995 marca un nuevo ciclo en las aventuras de Superman, pero lo hace siguiendo la tónica habitual, con historias con marcado carácter de culebrón y aventuras entretenidas y sin pretensiones. Sin embargo, hay un cambio muy importante y es que se estrena una quinta colección titulada Man of Tomorrow. ¿No eran suficiente 4? Pues no, porque 4 por 12 hacen 48 y eso significa que hay 4 semanas que se quedan sin su ración regular de Superman. De ahí que se publicase una quinta cabecera que debía aparecer únicamente 4 veces al año. Su debut estuvo escrito por Roger Stern y dibujado por Tom Grummett y Brett Breeding, y presentó el retorno de Lex Luthor, pero ahora con un nuevo cuerpo (y ya van 3). El cómo se descubrirá más adelante. Otro hecho importante de este ejemplar es que hace aparición Erica Alexandra del Portenza, más conocida como La Condesa, y es una aristócrata que prácticamente ha comprado LexCorp. La cuestión es que todo lo que se puede decir de los tebeos de los siguientes años ya se ha dicho. Se trata de una

NOVIEMBRE 2013 

113

ARTÍCULO

etapa muy continuista. Lo mejor será ir saltando de saga a saga para que sepáis qué fue lo más relevante sucedido en los últimos años del Super Squad: - Noviembre de 1995 a enero de 1996: el juicio de Superman. Esta saga comprende Superman The Man of Steel #50, #51 y #52 Superman #106, #107 y #108, Adventures of Superman #529, #530 y #531, Man of Tomorrow #3 y Action Comics #716 y #717. Una raza alienígena secuestra a Superman para someterle a Juicio porque lo consideran responsable de la destrucción de Krypton. Al menos eso decían al principio, después se descubrió que los kryptonianos murieron porque no podían escapar del planeta sin morir (algo que ya se sabía desde la primera aparición del Erradicador) y ese defecto genético, por llamarlo de alguna manera, lo creó un antecesor de Clark. De ahí que lo juzguen, porque esa raza considera que los pecados pasan de generación a generación. Clark no se queda conforme cuando lo declaran culpable, y sus amigos vienen a rescatarlo. Curiosamente, a mitad de esta saga aparecieron los cruces con Underworld, una historia (esta vez propia del Universo DC) en la que Neron concedía deseos a los villanos a cambio de sus almas y algunos favores. Es justamente así cómo Luthor recobró la salud. - Action Comics #720 (abril, 1996): febrero fue un mes de team-ups. Marzo presentó historias cortas y sin importancia, pero abril marcó un cambio de tendencia cuando Lois Lane mandó a paseo a Superman. Lois es una mujer autosuficiente que no se ve como la novia sumisa del héroe, no quiere que sea él quien lleve la voz cantante y tampoco acepta que la abandone a cada momento. Necesita más atención, así que simplemente corta con Clark. Y esto traerá más que cola, no solo porque será el eje central de la colecciones de Superman de los siguientes

114 

meses, sino porque es el paso previo al enlace, pero no como pensamos. Ah, y hablando de bodas… En Man of Tomorrow #3 (julio, 1996), Lex y La Condesa se casan. Evidentemente es un engaño de Lex para recuperar su empresa, pero aún tardaremos unos números en descubrirlo. - Superman #115 (septiembre, 1996): Las desavenencias se acrecientan. Lois marcha de la ciudad porque pide el puesto de corresponsal extranjera. Con Lois fuera del mapa, las cabeceras de Superman se vuelven más superheroicas que nunca, en muchas ocasiones prescindibles. Coincide que Dan Jurgens relanza los Jóvenes Titanes y tampoco emplea todas sus energías en el Hombre de Acero. Lo interesante llega más tarde. - Noviembre de 1996: los cuadernos de aquel mes (Superman #117, Adventures of Superman #540, Action Comics #727 y The Man of Steel #62) forman parte de la gran saga del año: La noche final. Aquella épica historia fue ideada por Karl Kesel y dibujada por Stuart Immonen (otro ejemplo de pluriempleo que afecta a una cabecera regular del Hombre de Acero) y se convirtió en un gran éxito al narrar una situación inusual: el mundo se sume en la oscuridad cuando un enemigo espacial se dispone a devorar el Sol. Los héroes hacen todo lo posible para detenerlo, pero solo el sacrificio de Parallax salva la situación. Un mundo sin Sol es particularmente pernicioso para Superman, quien toma sus poderes del astro. Los cruces de las colecciones del Super Squad no llegan al nivel de calidad de la historia central, pero cumplen su cometido. Y, lo más importante… marcan a Superman para los años venideros porque… Pierde sus poderes. Y sí, eso tiene unas repercusiones que no supimos ver. - Diciembre de 1996: el mes de la boda, pero… un momento. ¿Lois y Clark no habían cortado y Lois se había ido del país? Efectivamente. Con la boda repetimos el

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

mismo problema que con la muerte de Superman. Mientras la serie de televisión exploraba la cercanía del enlace, los chicos de los cómics hicieron lo contrario y separaron a los enamorados. Eso implicó que cuando llegó el momento de que Lois y Clark se uniesen para siempre en la pequeña pantalla, en DC Comics se encontraban en pijama. Tuvieron que arreglar la boda de un día para otro… Así que en Superman #118, Lois vive una aventura que le abre los ojos y decide que ha llegado el momento de casarse con SU Hombre de Acero (y mientras, Clark estaba tonteando con Lori Lemaris). El siguiente ejemplar corresponde al especial de la boda, llamado Superman The Wedding Album, y posiblemente nos encontramos ante uno de los enlaces más precipitados de todos los tiempos. En menos de 100 páginas, Lois y Clark deben hacer las paces, mandar a paseo a Lori, preparar la ceremonia y casarse…ante sus amigos y la gente de DC Comics, quienes también aparecen en las viñetas de la boda. Evidentemente, las cabeceras del mes nos explican la accidentada luna de miel. - Enero de 1997. Tras una boda express, una vuelta a la normalidad aún más rápida. Superman #119, Adventures of Superman #542 Action Comics #729 y The Man of Steel #64 se unieron baja una saga que se dio a conocer como Power Struggle. Era una cuestión de tiempo, Superman perdió los poderes en La noche final, pues bien tendría que recuperarlos. Clark se somete a todo tipo de experimentos, sin resultado alguno, hasta que los Nuevos Dioses lo envían al Sol. ¿Resultado? Todo vuelve a la normalidad. Bueno, eso pensábamos…

ARTÍCULO

- Tras una etapa tranquila con episodios bastante entretenidos y acertados (por cierto, no lo hemos mencionado anteriormente, pero David Michelinie es el guionista de Action Comics desde hace unos meses), llegó abril y presenciamos un cambio radical en los poderes de Superman ya que la resolución de Power Struggle tendría consecuencias… Pero antes de hablar de las consecuencias es el momento de citar una serie que se estrenó por aquella época: la de Supergirl. Tras Crisis en Tierras Infinitas se decidió que sólo podía haber un superviviente de Krypton: Superman. Esto dejaba a la chica de acero fuera de lugar y John Byrne tuvo que recuperarla a partir de una “masa de protomateria” que nada tenía que ver con la prima de Superman original (Adventures of Superman #444, septiembre 1988). La “masa” pululó por el Universo DC hasta que consiguió nueva serie a manos de Peter David (Supergirl #1, septiembre 1996). Y entonces, nació la leyenda.

Peter David fusionó el engendro de Byrne con Linda Danvers, una aficionada al ocultismo con un pasado muy oscuro por el que debería pagar Supergirl. Esa dualidad permitió a Peter David introducir temas tan complejos como la religión y la homosexualidad a la vez que amenizó al lector con luchas superheroicas. En definitiva, creó una serie adulta pero entretenida, que fue cancelada en su mejor momento, convirtiendo Supergirl en una serie de culto. Sus fans pedían su vuelta, pero en DC prefirieron probar con nuevas chicas de acero que no acababan de cuajar. Hasta que llegó Jeph Loeb y volvió a la base original pre-crisis. - Superman #123 (mayo, 1997): tras los crecientes problemas con sus poderes, Superman se ha convertido en una amenaza. Sin embargo, el profesor Hamilton encuentra la solución en forma de traje de contención. Así empieza una nueva era para el Hombre de Acero (ahora eléctrico), gracias al cambio más sustancial de los últimos años: nuevos poderes, nuevos colores de piel, nuevo traje, nuevo todo. Eso sí, a pesar del

cambio, las aventuras siguieron la misma tónica de antaño: la famosa mezcla entre culebrón y superhéroes. El resto del año fue interesante, pero los autores exploraron la situación y no se enzarzaron en grandes sagas. El cambio más relevante quizá sea que Immonen pasó a ocuparse de los guiones y dibujos de Action Comics, mientras Kesel se encargaba de Adventures. - 1998 prácticamente se estrenó con el nacimiento de Lena, la hija de Lex Luthor, en Superman #131. La madre, La Condesa, ya había cumplido con su cometido y no tardaría en desaparecer. Mientras tanto, Superman continuaba su periplo eléctrico hasta que las cosas se complicaron en el especial Superman Red/Superman Blue (febrero, 1998). Unos 9 meses después del gran cambio, los chicos del Super Squad dieron una vuelta de tuerca a los mitos del Hombre de Acero y lo dividieron en dos, un Superman eléctrico azul y otro rojo. Y todo porque el Superman Ciborg lo metió en una máquina para desintegrarlo y consiguió el efecto contrario… Evidentemente, DEBAJO Y al final pasaron por el altar para decir “Sí, quiero”

NOVIEMBRE 2013 

115

ARTÍCULO

la premia era interesante y dio bastante juego. Al menos nos encontramos con situaciones y aventuras muy diferentes de las habituales (y los chistes sobre Lois y los tríos estaban a la orden del día). Sin embargo, esto no podía durar eternamente, y el final llegó en dos pasos. Primero en forma de macrosaga que se repartió en los siguientes ejemplares de abril y mayo: The Man of Steel #78 y #79, Aquaman #43, Challengers of the Unknown #15, Superman #134 y #135, Supergirl #20, The Teen Titans #19, Adventures of Superman #557, Steel #50, Action Comics #744. La historia se dio a conocer como Behold! The Millennium Giants! y supuso la aparición de tres gigantes dispuestos a destruir el mundo. Y poco más, Behold! The Millennium Giants! es la típica saga tipo Panic in the Sky: muchos invitados, mucho peligro pero poco contenido. Y el segundo final llegó con… - Superman Forever (junio, 1998): tras un año eléctrico, Superman volvió a ser el mismo de siempre como consecuencia de la forma en que venció a los Millennium Giants. Tal como dice Superman “no estoy seguro de cómo ha sucedido“. Así que no busquemos explicaciones, Superman regresa a su traje, a su vida, y perdemos la vis cómica de los últimos meses. Sin embargo, no perdemos el interés por el personale. Los tebeos de junio, julio y agosto (Superman #135 a #137, Adventures of Superman #558 a #560, Action Comics #745 a #747 y The Man of Steel #80 a #82) exploran versiones alternativas de Superman e incluso parte de su historia… Y todo esto porque alguien está jugando con la realidad. Se trata una etapa nostálgica en la que Bogdanove vuelve a hacer uso de sus recusos y nos regala alguna que otra maravilla, y los demás le van a la zaga… Desgraciadamente, esta etapa finaliza en octubre con la típica batalla

116 

Superman-villano de turno. - En octubre salió a la venta el especial Superman: Save the Planet!. Como podéis suponer, Planet hace referencia al periódico y no al planeta.En esta historia, Luthor es el propietario del diario y ejecuta su maldad cerrándolo. En los siguientes meses, los chicos del Planet harán de todo para que renazca mientras Superman se obsesiona cada vez más con su labor. Llega a tales extremos que intenta salva a la Tierra en su totalidad, y como la gente no se lo agradece apropiadamente, al final acaba haciendo cosas muy raras. Por ejemplo, en marzo de 1999 sale a la venta el especial Supermen of

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARRIBA Peter David firmó uno de sus mejores trabajos con la Doncella de Acero

ARTÍCULO

America en el que Superman funda su propio grupo. En The Man of Steel #87 (marzo, 1999), Superboy, Supergirl y Acero dan la espalda a Superman, ergo en Superman #143, el Hombre de Acero crea una armada de robots. La confrontación Superman contra el mundo se complica cada vez más, hasta que llega su conclusión en… Superman King of the World (junio, 1999). El título lo dice todo, Superman se erige Rey del Mundo. Al final se descubre que hay un malo detrás de todo esto. Plas, plas, problema solucionado. Se evidencia que el Super Squad ha visto mejores tiempos… - De junio a noviembre de 1999 se publican los últimos ejemplares del Super

Squad. Algunos son entretenidos, otros son olvidables. Sea como sea, no sucede nada especialmente reseñable excepto que Superman #150 es el último de Dan Jurgens…y The Man of Tomorrow #15, fue el último de la quinta cabecera. Se acaba una época que ha dado grandes momentos y alegrías a los seguidores del Hombre de ACero, y desgraciadamente los autores no se despiden por la puerta grande. EL SUPERSQUAD QUE NO FUE 1999, el mundo se estaba preparando DEBAJO Los poderes de Superman se volvieron locos y llegaron a dividirlo

para el inminente colapso por el efecto 2000, y mientras tanto, Superman se preparaba para una nueva era por culpa del tradicional descenso en las ventas que había supuesto la última etapa del Super Squad de los 90. La gente ya estaba un poco cansada del antiguo sistema… Sin embargo, lo que por aquel entonces parecía una buena idea (cambiar los equipos creativos), con el tiempo se tornó en una equivocación. ¿En qué me baso para decir esto? Cuando el Super Squad se marchó, tanto Batman como Superman eran dos franquicias punteras, con 4 ó 5 colecciones regulares y alguna derivada (2 en el caso de Superman, alguna más en el caso del Caballero Oscuro, pero eso también se explica porque la familia de Bruce es más amplia). Antes de Flashpoint, Batman mantuvo constantemente el número de colecciones, e incluso las incrementó, pero Superman las fue perdiendo hasta llegar a la mínima expresión; un hecho que también se ha mantenido tras el relanzamiento del nUDC. ¿Cuáles son los factores que hacen que Batman mantenga su popularidad y Superman no? Si tuviésemos que buscar a un único culpable, yo apuntaría a la accesibilidad. Desde Crisis en tierras infinitas hasta la despedida del Super Squad, las colecciones del Hombre de Acero explicaron una historia que continuaba semana a semana, de una cabecera a otra, era difícil meterse de repente porque las tramas y substramas siempre estaban abiertas, pero una vez entendías el culebrón, las cabeceras ofrecían diversión a raudales. Con la entrada del nuevo “Super Squad” se produjo el efecto nostalgia, que consiste en que algunos de los autores allí implicados (y podemos apuntar directamente al más importante de todos ellos) eran enamorados del Hombre de Acero de otras eras y decidieron recuperar elementos de antaño. El

NOVIEMBRE 2013 

117

ARTÍCULO

problema es que cada vez que se incorporaba algo, se daba una patada a la historia de Superman, de manera que se llegó a un punto en el que era imposible saber cuál era el verdadero origen del Último Hijo de Krypton. Y la publicación de dos maxiseries narrando el origen, poco distanciadas en el tiempo, no hizo más que incrementar el problema.

relacionadas como antes, pero tampoco tenían una personalidad que las diferenciase tanto las unas de las otras como las de Batman. Aunque tampoco faltaron los cruces entre colecciones, sobre todo al inicio. Digamos que al empezar se intentó mantener el espíritu del Super Squad, pero éste se fue perdiendo con el tiempo.

interesantes… y comerciales. Hay que avisar que éste no es el Loeb de Superman para todas las estaciones. Es el Loeb palomitero. Lo más imporatnte de su debut (Superman #151) es el retorno del Daily Planet y la llegada del hijo de Mongul, quien entrenará a Superman para prepararlo para la inminente llegada de un enemigo capaz de destruir el planeta.

Sobre el relanzamiento de 1999. También fue bastante extraño. Grandes autores como Grant Morrison presentaron sus propuestas, pero DC Comics optó por contratar a guionistas de menos peso (suponemos que para mantener un control más férreo sobre el personaje) y Superman pasó a estar formado por un nuevo Super Squad que, en realidad, no era tal. Las colecciones llegaron a un punto extraño porque no estaban tan

Ahora veamos cuál era el Super Squad que no fue tal… Las colecciones en diciembre de 1999 estuvieron capitaneadas por Superman, escrita por Jeph Loeb y dibujada por Mike McKone. Loeb se convertirá en el principal arquitecto del Hombre de Acero de la época y será el responsable de la recuperación de personajes tan importantes como Krypto, Supergirl y tantos otros. Su cabecera será la que haga las propuestas más

Adventures os Superman #573 está firmado por el único superviviente del Super Squad: Stuart Immonen. En los guiones le acompaña Mark Millar, pero esta situación durará poco ya que los sustituirá un nuevo guionista a partir del #579: J. M. DeMatteis. En los dibujos se sucederán los cambios, pero el #573 inicial está firmado por Steve Epting. Y justo en este debut vemos… más de lo mismo. No se aporta mucha información respecto a Superman #151.

DEBAJO El ahora reputado Stuart Immonen también aportó su granito de arena a la leyenda de Superman

NOVIEMBRE 2013 

119

ARTÍCULO

The Man of Steel es seguramente la más perjudicada de todas, no porque los sustitutos no merezcan la pena (Mark Schultz a los guiones y Doug Mahnke a los lápices) sino porque la labor de Simonson y Bogdanove era la que otorgaba de más humanismo al serial en cómic del Hombre de Acero. Tras su marcha, tuvimos que decir adiós a todas esas subtramas que quizas no fuesen ni comerciales ni del gusto de todo el mundo, pero sí ponían a esas colecciones en otro nivel. El debut de Schultz es una historia típica superheroica, pero al final se descubre que Acero ahora forma parte del cuerpo de policías de Metrópolis. Finalmente, Action Comics #760 está firmado por Joe Kelly y Germán García. El baile de dibujantes también será la norma, pero Kelly nos ofrecerá aventuras insustanciales y algo más entretenidas que las de las otras cabeceras… No siempre, claro. Antes se me olvidó decir que el hecho de que se perdiese paulatinamente la conexión entre series facilitó la caída en ventas de algunas de ellas, pues antes el lector prácticamente estaba obligado a comprar las 4, y ahora podía elegir cuál seguir. El pez pequeño no iba a sobrevivir mucho en el mar de ventas. Y ahora, como en apartados anteriores, hagamos un recorrido por los diferentes acontecimientos que marcaron esta época: - Action Comics #761 (enero, 2000): primera incongruencia (ya en el segundo mes). Esta historia dio bastante de que hablar en su día ya que Superman y Wonder Woman acabaron combatiendo con los dioses nórdicos en una batalla que duró 100 años. Cuando volvieron a la Tierra, había pasado un tiempo ínfimo en comparación. ¿Resultado? Clark y

120 

Lois llevan menos de un año casados pero Kent ya ha pasado un siglo entero junto a Wonder Woman (con quién tuvo escarceos en el pasado y los tendrá en la etapa post Flashpoint) y vuelve como si no hubiese sucedido nada. 100 años después hasta Superman se comportaría de alguna manera diferente, y más si los ha compartido con Wonder Woman. - Superman #153 (febrero, 2000): El hombre de Acero y Mongul hijo se enfrentan a Imperiex, quien desea destruir la Tierra y en el futuro será pieza clave de Nuestros mundos en guerra. - Superman Y2K (febrero, 2000) y Superman #154, Adventures os Superman #576, The Man of Steel #98 y Action Comics #763 (febrero, 2000): coincidiendo con la llegada del año 2000 (recordemos que las fechas que ponemos son las de portada, pero los cómics salen dos meses antes), Superman vivió su particular efecto 2000 con la llegada de un nuevo y remozado Brainiac. Este es uno de los puntos álgidos de las colecciones, pues lo que se presentó era ciertamente interesante. Brainiac intentó sustituir Metrópolis por una ciudad creada por él, y los vecinos de Clark Kent finalmente obtuvieron una ciudad reconstruida con tecnología futurística, de manera que los años que siguen, Metrópolis fue literalmente la Ciudad del Mañana. Con eso se cambiaron los edificios y el estilo de las aventuras de Superman de una manera entretenida y respetuosa con el pasado. Y también vimos hasta dónde podía llegar la maldad de Luthor, pues éste intercambió su hija Lena por el control de la ciudad. - The Man of Steel #100 (mayo, 2000): Metrópolis no fue la única en actualizarse. Superman consiguió una nueva Fortaleza de la Soledad, esta vez con forma de bola y un interior mucho más grande que el exterior.

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

- Junio y julio de 2000 trajeron el primer gran cruce desde Y2K. Primero se juntaron Adventures of Superman #579, The Man of Steel #101 y Action Comics #766 en una aventura titulada The search for Lois en la que Superman buscaba por todas partes a su mujer, secuestrada, y sufría un envenamiento por kryptonita. Después, en Superman #158, Adventures os Superman #580, The Man of Steel #102 y Action Comics #767, vimos cómo el Hombre de Acero luchaba contra la muerte en Critical Condition. Y, aunque parezca increíble, Superman no murió. Por supuesto, dada la condición de Clark, lo que vimos fue una sucesión de héroes invitados… - Septiembre y octubre de 2000 volvió a juntar todas las colecciones en una DEBAJO Desde el reboot de 1986, Superman y Wonder Woman han mantenido una relación muy especial, como muestra el controvertido Action Comics#761

ARTÍCULO

saga que también cuenta como un punto álgido de la nueva etapa: Emperador Joker. En Superman #160, Adventures os Superman #582, The Man of Steel #104, Action Comics #769 y Emperor Joker #1, descubrimos un Universo DC bizarro y extraño en el que nada es como lo recordamos. ¿El motivo? El Joker se hizo con los poderes de Mr. Mxyzptlk y cambió el universo a su antojo. Dado el buen humor de este personaje, las aventuras que nos encontramos eran tan estrafalarias como divertidas. Al mes siguiente, en Superman #161, Adventures os Superman #583, The Man of Steel #105, Action Comics #770, todo volvió a la normalidad, aunque algunos personajes creados expresamente para la saga también acabarían en el Universo DC tradicional. - Superman #164 (enero, 2001) acabó con una página en la que se descubría que Lex Luthor había ganado las elecciones presidenciales. Después, en Superman: Lex 2000 se analizó el nuevo status quo del personaje. Otra vez nos encontramos con una buena idea que daría mucho de sí. Era raro ver a Lex presidiendo después de haber intentado destruir Metrópolis, pero tiene toda la lógica del mundo dado el carácter manipulador del personaje. Por supuesto, Superman no se erigió como presidente del club de fans de Lex Luthor y se pasó unos cuantos meses intentado echarlo de la presidencia.

hecho, está tan bien valorada que llegó a tener su propia versión animada en Superman vs. The Elite. Este ejemplar nos narra la creación de un grupo que lucha contra terroristas y otras amenazas de una manera cruel y violenta. Así que volvemos al eterno dilema sobre si se ha de matar o no a los criminales. Ya sabemos de qué lado está Superman. - Superman #167, Adventures os Superman #589, The Man of Steel #111, Action Comics #776 (abril, 2001): una saga titulada Return to Krypton. ¿Hace falta decir más? Sí, al final no sabremos qué Krypton es el verdadero, pero tenemos a Krypto (el perro) de vuelta. - Superman #170 (julio, 2001): Superman y Mongul se pelean, Krypto salva a Lois Lane de Mongul y… ¿cuál es su recompensa? Superman lo abandona. Peor aún, lo abandona en la Fortaleza de la

Soledad dejándolo al cuidado de sus robots. Es decir, lo deja en un sitio que ha sido destruido en más de una ocasión y al cuidado de robots que tienen la tendencia de volverse locos y matar a todo el mundo. ¿Hace falta decir que estamos ante otra incongruencia? El retorno de Krypto parecía buena idea en un principio, pero tras comprobar que daba más problemas que otra cosa, optaron por deshacerse de él en una historia que justifica ese abandono de la misma manera que un “padre” justifica dejar al perro en el bosque al irse de vacaciones. La lectura puede parecer entretenida, pero la moraleja de la historia es nefasta y pone en muy mal lugar a todos los implicados. - De agosto a octubre de 2001, todas las cabeceras del Hombre de Acero se convirtieron en la base de una

DEBAJO El príncipe payaso del crimen une fuerzas con el duendecillo de la quinta dimensión en Emperor Joker.

- Superman #166 (marzo, 2001): tras una buena idea, viene una mala. En este ejemplar, Jor-El “visita” a Clark y le dice que todo lo que conoce sobre Krypton es falso. Y así se inicia la recuperación del Krypton pre-crisis. - Action Comics #775 (marzo, 2001): posiblemente la historia más recordada (y mejor valorada) de Joe Kelly. De

NOVIEMBRE 2013 

121

ARTÍCULO saga titulada “Our Worlds at War” que se propagó por todo el Universo DC. Hubo especiales temáticos, cruces en otras colecciones, etc. Sobre todo nos encontramos con muchas batallas y enemigos espaciales. La saga en sí fue un poco caótica pero gozó de bastante popularidad, en especial en los cruces ya que el resto de personajes se encontraron en unas situaciones ciertamente inusuales. En el caso de Superman… No tanto… Todo es un poco más de lo mismo. Lo mejor de todo, sin duda alguna, es el papel de Luthor. Durante unos episodios se convierte en un verdadero héroe y casi consigue que nos olvidemos de su malvada personalidad. Incluso recupera a su hija…

dicho antes, y lo repito, a partir de ahora – y como nunca antes – cada colección debe luchar por sí misma. Al haber menos cruces, hay menos hechos relevantes y proliferan las historias reflexivas. Volvamos a enumerar los hechos más importantes. - Adventures of Superman #600 (marzo, 2002): especial aniversario que no ofrece una historia interesante pero poco más. - Superman #178 (marzo, 2002): Loeb tiene otra buena idea y hace que Lex Luthor descubra la verdadera identidad de Superman. - Superman #183: Clark Kent es despedido del Planet.

LA PÉRDIDA DEL SÍMBOLO Con la llegada del 2002 sucedió un hecho inusual, y es que las portadas perdieron la doble numeración que había llevado hasta ahora… (Las cabeceras llevaban la numeración tradicional de la serie, pero en la portada se incluía un símbolo de Superman en el que se indicaba una segunda numeración que marcaba el año y el número de episodio según ese año). La desaparición era toda una declaración de intenciones que quería decir lo siguiente: no más interconexión entre series. Por supuesto, dada la relevancia del hecho, era el momento ideal para un relanzamiento. Pero no hubo tal. Superman #177 seguía con Loeb (ahora con lápices de Ed McGuinness), Adventures of Superman cotinuaba con Joe Casey (quién se había hecho con el poder de la colección unos meses atrás) y ahora lápices de Derec Aucoin. En Action Comics #786 nos volvemos a encontrar a Joe Kelly (ahora con Pascual Ferry), de manera que el único cambio importante se da en The Man of Steel, que pasa a estar escrita por un tal Geoff Johns (con lápices de Todd Nauck). Ya lo hemos

122 

- Septiembre 2002: primer cruce de esta era. En Superman #184, Adventures os Superman #602, The Man of Steel #128 y Action Comics #793, revisitamos la saga Return to Krypton con Return to Krypton II. Lo que se dijo de la primera se puede repetir de la segunda, así que hablemos de otro hecho importante. Jeph Loeb ya no escribe Superman, su sustituto es Geoff Johns. Y Schultz vuelve a The Man of Steel. - Noviembre y diciembre de 2002 reunieron las 4 series en la saga que titularon Ending Battle. Las cosas se ponen muy difíciles para Superman e incluso se enfrenta a la muerte “ficticia” de Lois, pero al final de todo vence otra vez e incluso consigue un pequeño regalo: alguien borra de la memoria de Luthor la identidad de Superman. VIDA DESPUÉS DE THE MAN OF STEEL Marzo de 2003 marcó otro punto de inflexión con la publicación del #134 de The Man of Steel. Superman pasó a tener solo 3 series regulares… Eso dio pie a un semi relanzamiento, ese mismo mes, con la publicación de Superman the 10 c

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

adventure, un episodio firmado por Steven T. Seagle y dibujado por Scott McDaniel, que nos presenta un “nuevo” enfoque para las aventuras del Hombre de Acero ideado por los chicos que pasarán a ocuparse de Superman a partir del #190. El resto de series mantienen a Kelly y Casey y el habitual baile de dibujantes. Este relanzamiento en sí no deja de ser curioso porque se sustituye a los autores más comerciales del Hombre de Acero (Loeb y Johns) por alquien que demostró su maestría principalmente en series Vertigo. Adiós a la comercialidad… ¿hola a la calidad? Pues ya sabemos cómo son estas cosas, Superman no es Sandman: Mystery Theatre. Seagle escribe al mismo nivel de Kelly y Casey, con lo que obtenemos una etapa incluso más convencional que la anterior. No hay grandes momentos ni fuegos de artificio. Además, se da una vuelta de tuerca a todo el asunto de Supergirl añadiendo otra. De hecho, esta etapa dio tan malos resultados que el Hombre de Acero tuvo un nuevo relanzamiento (y esta vez en toda regla) en menos de un año. Pero antes de eso, se publicó una cuarta colección completamente independiente de la que os hablaré ahora… ¿Es la cuarta cabecera de Clark Kent? No, es la 3 y 1/2, porque hablamos de Superman/Batman… Jeph Loeb y Ed McGuineess volvieron a la mitología kryptoniana con el #1 de Superman/Batman en octubre de 2003. En aquel primer arco, Luthor perdió la presidencia de los Estados Unidos al ser finalmente desenmascarado. A partir de ese momento, dijimos adiós para siempre al Luthor inteligente y maquiavélico y vimos a una copia defectuosa de sí mismo

ARTÍCULO

obsesionada con vestirse en trajes de batallas. Superman/Batman se compone de números unitarios y sagas, al principio bastante relevantes y luego no tanto. Os enumero los de Loeb: - #7, Protege: núm. unitario por Loeb y Jae Lee. Team-up de Superboy y Robin. - #8 a #13, Supergirl from Krypton: Loeb recupera a la Supergirl de toda la vida con dibujos del malogrado Michael Turner. Es una saga muy importante ya que la leyenda de la nueva Supergirl empieza aquí. - #14 a #18, Absolute Power: con dibujos de Carlos Pacheco, el Universo DC ha sido modificado y ahora Superman y Batman son los reyes del mundo. - #19, The Girl of Steel: con dibujos de Ian Churchill, sirve de presentación para la nueva serie de Kara. - #20 a #25, With a Vengeance!: McGuinnes vuelve para la última saga de Loeb. - #26: es un especial en el que se homenajea a Sam Loeb, el hijo de Jeph que murió muy joven por culpa de una enfermedad terminal. La historia principal está escrita por Sam y dibujada por los mejores artistas del medio; y también hay una historia secundaria escrita por el padre y dibujada por Tim Sale que también homenajea a Sam.

Scott Kolins (#66 y #67), Paul Levitz (#72 a #75), Judd Winick (#76), Josh Williamson (#77), Joe Kelley (#78), Chris Roberson (#79 y #80), Cullen Bunn (#81 a 84) y Joshua Hale Fialkov (#85 a #87). También se publicaron 5 anuales. LOS SUCESIVOS RELANZAMIENTOS Después del fiasco Seagle, en DC Comics decidieron relanzar al Hombre de Acero ofreciendo de una vez y por todas, colecciones independientes que sí tenían personalidad propia e iban cada una por su cuenta. Recurrieron a grandes autores, pero antes, en marzo de 2004, las tres cabeceras que continuaban en

pie se unieron para narrar una historia escrita por Dan Abnett y Andy Lanning y dibujada por Karl Kerschl que suponía la introducción de Majestic en el Universo DC. Los dos meses siguientes, Michael Turner y Joe Kelly tomaron las riendas de los guiones y Talent Cadwell, los lápices para narrar una historia autoconclusiva en 6 partes. Gracias a esto, dieron algo de margen para que los nuevos autores se hiciesen con sus colecciones. El nuevo relanzamiento fue el que sigue: - Action Comics #814 a #825: escrito por Chuck Austen y dibujado por Ivan Reis. Por aquel entonces, Austen era el hombre de moda pero era tan amado como odiado.

DERECHA Una nueva serie reúne a los dos pesos pesados de la editorial. Portada del difunto Michael Turner.

A partir de aquí, varios guionistas tomaron las riendas pero sus aventuras no tienen la importancia de las de Loeb, ya que no afectaban al status quo. Simplemente era historias generalmente buenas y entretenidas. Los sucesores de Loeb fueron: Mark Verheiden (#27 a #36), Alan Burnett (#37 a #42), Dan Abnett y Andy Lanning (#43, #58 y #59), Michael Green (#44 a #57 y #60 a #63). Joe Casey (#64 y #68 a #71),

NOVIEMBRE 2013 

123

ARTÍCULO

Todo el mundo parecía que lo criticaba, pero a la hora de la verdad las ventas le acompañaban. No es raro que lo eligiesen para escribir la cabecera más clásica de Superman. Sus detractores podían criticarle, pero en esta ocasión estuvo a la altura de las circunstancias y nos trajo a Gog de Kingdom Come, entre muchas otras cosas. A partir de un descanso de tres números, Reis se mantuvo a los lápices en toda la andadura. Austen no llegó al final y dejó el #824 y #825 a cargo de J. D. Finn. - Adventures of Superman #627 a #638: en aquella época había varios arquitectos en el Universo DC y Greg Rucka era uno de ellos (se encargaría de esta cabecera, la de Wonder Woman y de cuadernos de las grandes sagas de entonces). Adventures of Superman era su serie y Matthew Clark fue su acompañante en casi toda la andadura. Renato Guedes lo sustituyó en los dos últimos episodios. La etapa de Rucka se caracterizó por ser la más humana de las tres y su punto culminante es la presentación de una Lois moribunda tras recibir una bala en el estómago.

que se haría incluso más evidente en lo que sigue, y es que volvieron a repetir la misma jugada, pero con otros autores, a mediados del 2005. En junio, Judd Winick e Ian Churchill se encargaron de todas las cabeceras del Hombre de Acero en una saga que juntó a Superman con el Capitán

- Superman #217 a #225: tras un periplo escrito por Azzarello y Lee, los sustitutos fueron Mark Verheiden y Ed Benes. Hay que reconocer que aquellos

DEBAJO El Superman que todos esparabamos y no llegó a ser.

- Superman #204 a #215: y llegamos a la joya de la corona. Jeph Loeb y Jim Lee habían convertido Batman en la serie del momento con su famosa saga Silencio. Los chicos de DC Comics decidieron repetir la jugada juntando a Brian Azzarello y Jim Lee y… No lo lograron del todo. Azzarello es famoso por sus series de autor en Vertigo. Lee lo es por sus espectaculares dibujos de carácter comercial. Juntar comercialidad y seriedad en un mismo cuaderno puede resultar en cualquier cosa… Y en este caso no sabríamos describir lo que leímos. Sea como sea, la serie vendió (y mucho). Este primer relanzamiento fue un éxito, aunque se volvió a evidenciar la distancia en las ventas de las series, algo

124 

Marvel. Después, relanzamiento al canto:

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

ARTÍCULO

episodios fueron divertidos, sobre todo porque estaban enmarcados dentro de todos los cruces con las sagas que llevaban a Crisis infinita, pero… reconozcámoslo, Verheiden no es Azzarello (ni siquiera en sus malos momentos). - Action Comics #827 a #835: La etapa más controvertida. Gail Simone escribe, John Byrne dibuja. Ella despunta y ya es una reputada guionista, él está en uno de sus peores momentos (pero se recuperará). Fueron unos episodios divertidos pero con movidas que ahora mismo es mejor olvidar. Por supuesto, lo dicho en Superman se aplica aquí también: ¡¡¡Crisis infinita!!! - Adventures of Superman #640 a #649: Greg Rucka fue el único superviviente del anterior relanzamiento, y ahora está acompañado por Karl Kerschl. Evidentemente, volvemos a tener Crisis infinita por ahí, pero… sucedió algo inaudito que causaría conmoción. El #649 fue el último número de esta cabeceras de Superman, así que por mucho relanzamiento, las ventas habían bajado tanto que una colección histórica mordió el polvo. No hay dos sin tres, y en el caso de Superman no hay dos sin 825. Tras estos dos relanzamientos oficiales vino un tercero causado por toda la movida de Crisis Infinita, y es que en esta saga se dejó que entre un tebeo y otro se hiciese un salto de un año. En el caso de Superman, su excusa fue un año de inactividad al perder los poderes (vaya, eso que nunca le pasa). La cuestión es que esta iniciativa, que se dio a llamar One Year Later, fracasó porque creó un punto ideal para empezar a leer los tebeos… ¡o para dejarlos para siempre! Tras unas subidas de ventas iniciales, la mayoría de las cabeceras pasaron a vender menos que antes. Y Superman, con su casi recién cancelada tercera serie, necesitaba un incremento en sus ventas como las rosas necesitan agua.

El relanzamiento en sí fue incluso más raro, porque Kurt Busiek y Geoff Johns escribieron al alimón una historia de 8 partes, que evidentemente se alternaba entre Superman y Action Comics, que estuvo dibujada por Peter Woods y tomó como título Up, Up, and Away!. Y otra cosa bizarra (de esas que ahuyentan a los compradores). Superman continuó con el número 650. Un momento, ¿el anterior no era el #225? Así es, pero en DC dieron la numeración de Adventures a Superman, que a efectos prácticos es lo mismo que cancelar Superman y cambiar el título de Adventures. Por supuesto, en Up, Up, and Away! descubrimos cómo el Hombre de Acero recobra sus poderes. Los tres meses siguientes, Kurt Busiek se hizo con ambas cabeceras (Aunque en Action estuvo acompañado por Fabian Nicieza). En Superman el dibujante fue Carlos Pacheco y en Action continuó Woods. Ya en diciembre, Johns volvió a Superman, pero junto a Richard Donner y Adam Kubert. En aquella clásica historia de 5 episodios (Action Comics #844 a #846 y #851, y Annual #11) titulada Last Son Clark y Lois adoptaban al hijo de Ursa y el General Zod, con la consiguiente desavenencia con los padres adoptivos. La pauta Busiek-Johns se alargó unos meses. Solo eran dos colecciones, pero ofrecían material mucho más interesante del que se había publicado en años. Eso – y una nueva política editorial de publicar colecciones tipo Leyendas de Batman en todas las franquicias – propició la aparición de una nueva cabecera titulada Superman Confidential en enero de 2007. El resultado no fue el esperado, y la serie se canceló tras 14 números. Y eso que se inició con un arco de 5 capítulos escrito por Darwyn Cooke y dibujado por Tim Sale.

Volvamos a las colecciones regulares… Gary Frank se unió a Johns en Action Comics #858 (diciembre, 2007) y ambos reimaginaron la Legión de Superhéroes. Por su parte, Busiek experimentó cierto baile de artistas, hasta que finalmente fue sustituido por James Robinson (con lápices de Renato Guedes) a partir del #677. Y aquí empieza lo que se podría llamar un nuevo relanzamiento o, al menos, se asientan las bases para ello. La cuestión es que Johns reinventó Brainiac, y a consecuencia del enésimo ataque del alienígena, el Último Hijo de Krypton ganó 100.000 compañeros kryptonianos que camparon durante meses a sus anchas por la Tierra. Es más, Jonathan Kent falleció en el #870 de Action Comics… En diciembre de 2008 se publicó un especial titulado Superman: New Krypton en el que se dio el pistoletazo de salida a una saga que abarcaría las dos cabeceras del Hombre de Acero más la de Supergirl y que se prolongó hasta julio de 2010. Incluso se recuperó la doble numeración, porque las colecciones volvían a estar entrelazadas, como antaño. Y se trataron muchos temas… Los kryptonianos formaron su propio planeta en el Sistema Solar, Supergirl pudo visitar a sus padres biológicos, se estudió una posible guerra entre Nuevo Krypton y la Tierra… En definitiva, se volvió a la técnica de culebrón, pero desde una perspectiva más kryptoniana que humana. ¿Cómo acabó todo? Con el regreso del status quo. Pista: murió muuuucha gente, todo ello en la miniserie titulada War of the Supermen. Después de una etapa tan intensa, hubo un nuevo relanzamiento o cambio de equipos creativos. Ejem. A partir de Superman #700 (agosto, 2010) J. Michael Straczynski inició una saga que inicialmente iba a ser de 12 números – y que ni siquiera finalizó por sí solo – que se llamó Grounded. ¿El agumento? Superman se va a dar una vuelta caminando. Action Comics pasó a manos de Paul Cornell, quién sí nos

NOVIEMBRE 2013 

125

ARTÍCULO

ofreció episodios más amenos, sobre todo gracias a su enfoque centrado en Lex Luthor, el villano por antonomasia del Hombre de Acero.

DEBAJO Grant Morrison y Rags Morales se encargaron del relanzamiento de Superman tras los sucesos de Flashpoint

En octubre de 2011, con Superman #714 y Action Comics #904, vivimos el fin de una era. Ambas colecciones se cancelaron para volver al mes siguiente en un nuevo… ¡Sí! ¡Relanzamiento! La historia ya la conocemos todos. Flashpoint cambió todo el Universo DC, entonces todas las colecciones empezaron desde su número 1. Superman volvió a tener dos, Action Comics y Superman. Una estuvo capitaneada por Grant Morrison y la otra por George Pérez, pero Pérez la abandonó y empezó un baile de dibujantes y guionistas que recién ahora parece haberse estabilizado. Y aunque ninguna ha funcionado a plena satisfacción de la compañía, DC aprovecha ahora el 75º Aniversario de su criatura para concederle tres nuevas cabeceras: Man of Steel, escrita por Scott Snyder (guionista de moda gracias a Batman) y dibujada por el superventas Jim Lee; Batman/Superman (heredera de World’s Finest), capitaneada por Greg Pak, con Jae Lee a los lápices; y Superman/Wonder Woman, donde Charles Soule, otro valor en alza, tendrá la oportunidad de explorar el polémico noviazgo entre Clark y Diana. ¿Logrará el kryptoniano, por fin, recuperar la gloria perdida o la verá volar, como tantas veces, fuera de su alcance? La decisión corresponde al lector. Sea como fuere, el tipo de la capa se ha asegurado ya su lugar en la historia, un dorado pináculo que muy pocos personajes de ficción sueñan siquiera con alcanzar. JAVIER AGRAFOJO, ENRIC RIOS, JORDI T. PARDO

126 

Z O N A N E G AT I VA - E S P E C I A L S U P E R M A N 2 0 1 3

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF