Zeusy Dionis Ios

December 8, 2017 | Author: Constanzaid | Category: Hades, Jason, Dionysus, Odysseus, Zeus
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Descripción: Dioses griegos...

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ZEUS (JÚPITER ROMANOS)

Zeus era hijo de los titanes Cronos y Rea, y fue el dios supremo de los griegos, que vivía en el monte Olimpo al noreste de Grecia. Allí moraba con su esposa Hera y los otros diez dioses mayores. Homero a menudo le llama «el que acumula nubes». Regía y explotaba todas las fuerzas de los cielos, la lluvia, la nieve, el granizo y la tormenta. A él se asocian criaturas como el águila, el ave de presa que reinaba en los cielos y con cuya forma raptó y forzó a Ganímede. Su árbol sagrado era el roble. Su arma favorita era el rayo, con el que destruía a todos sus enemigos. También llevaba el aegis o capa de piel de cabra sobre sus hombros, que le servía como escudo, al igual que a su hija Atenea (ver Atenea). Zeus anunciaba su llegada extendiendo la capa y oscureciendo los cielos. Además de ser el dios de los cielos, era el padre de todos los dioses y los hombres, título honorario, ya que, aunque su descendencia fue numerosa, no todos los dioses eran hijos suyos, ni había sido el creador de la humanidad. En este papel garantizaba el gobierno de los nobles y protegía la vida de la familia, asegurándose de que hombres y dioses mantuvieran los valores no escritos de las leyes divinas que nadie podía romper. Había una ley sagrada de hospitalidad hacia el viajero y cualquiera que la violase sería severamente castigado. Cualquiera que jurase en falso o atacase o matase a alguien suplicando en el altar de un templo perdería el favor de los dioses. Zeus podía castigar a todos los transgresores. Tántalo, que ofreció a los dioses la carne de su propio hijo Pelops, tuvo que soportar el castigo eterno en el Tártaro, la parte más oscura del Averno (ver Tántalo). Las Danaides, que habían violado las leyes sagradas del matrimonio al matar a sus maridos en la noche de bodas, y el villano Sísifo, que incluso burló a la muerte (ver Danaides, Las y Sísifo), se encontraron con el mismo destino. Ni siquiera los dioses podían mediar en los principios básicos de la vida y la muerte. Cuando Asclepio, dios de la medicina, consiguió resucitar a un muerto, Zeus lo condenó a morir. El titán Prometeo, que luchaba por los derechos de la humanidad, quedó expuesto a una horrorosa tortura, ya que había desvelado su gran secreto, el fuego, a la humanidad. Zeus es retratado como una figura imponente y majestuosa con abundantes cabellos y una barba larga mientras vigila a los dioses del Olimpo haciendo de paterfamilias. Los otros dioses tenían sus propios intereses, pero siempre era el análisis de Zeus el que se convertía en ley. Las reuniones en el Olimpo no eran para discutir, sino para anunciar sus decisiones. Si quería avisar a los mortales, lo hacía a través de señales como el vuelo del águila y los rayos. A veces enviaba a los mensajeros del Olimpo, Iris o Hermes, a la tierra para dar instrucciones. Zeus era el más joven de los hijos de Cronos y Rea, aunque Homero pensaba que fue el mayor. Sus hermanos eran Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón. Todos ellos habían sido devorados por su padre al venir al mundo, pues sabía que sería destronado por uno de ellos. Al nacer Zeus, Rea le dio a su marido una piedra envuelta en unos pañales, mientras el bebé era llevado a Creta para que Amaltea cuidase de él en el monte Ida o Dicte (ver Amaltea). Los residentes de Arcadia creían que Zeus había nacido allí, pero los cretenses mantenían que su lugar de nacimiento era una cueva de la isla. Cuando creció, el dios hizo que su padre vomitase a sus hermanos, con la ayuda de la oceánide Metis, personificación de la sabiduría. Tras la Guerra de los Titanes, los dioses se convirtieron en dueños del mundo, gracias a la victoria en la que Zeus se quedó con los cielos, Hades con el averno y Poseidón con las aguas. Zeus quedó por encima de ellos, por ser el líder de la revuelta. Zeus estaba casado con Hera, su hermana y diosa protectora del matrimonio, pero nunca le fue fiel. Sus hijos fueron Ares, Eileitia y Hebe. Se cree que Hefesto también era hijo suyo, pero Hesiodo creía que sólo era hijo de Hera. Zeus tuvo más descendencia con ninfas, mortales y otras diosas. Hera se convirtió en su séptima esposa, según la versión de Hesiodo. La primera fue Metis, que no le dio descendencia, ya que Gaya y Urano le habían anunciado que su hijo lo destronaría, por lo que Zeus devoró a Metis y de su cabeza nació después la diosa Atenea (ver Atenea). La segunda esposa habría sido Temis, personificación de la ley, con la que tuvo a las Fates (ver Moiras, Las). La tercera fue Eurinome, la oceánide con la que tuvo a las Cariátides o Gracias. Con su hermana Deméter tuvo a Perséfone, raptada después por su hermano Hades (ver Perséfone). Mnemosine o «Memoria» fue su quinta esposa, con quien tuvo a las musas. Después tuvo a Apolo y a Artemisa con Leto, tras la cual llegaría Hera. La esposa siempre fue muy celosa y la lujuria de Zeus le daba la razón. Así, sedujo a la princesa Dánae, encerrada en la torre de bronce, con una lluvia de oro (ver Dánae y Perseo), raptó a la princesa fenicia Europa en forma de toro (ver Europa) y visitó a Leda, con la que tuvo a Helena y uno de los Dioscuros, en forma de cisne (ver Leda). Hera castigó a muchas de sus doncellas y a los descendientes de su marido. A Semele, madre de Dioniso, le dijo que debería pedirle al dios que se apareciese en su forma divina y no mortal, lo cual provocó que se abrasara al mirarle (ver Semele). Alcmene y su hijo Heracles sufrieron la persecución de Hera (ver Alcmene y Heracles), momento en que el dios, enfurecido, suspendió a su mujer por las muñecas con yunques en los tobillos. El intento de Hera, ayudada por Atenea y Poseidón, de encadenar a Zeus y destronarle indica cuál era el estado de su relación. El plan falló gracias a la intervención de Tetis y el gigante Briareo (ver Tetis). Durante la Guerra de Troya, Hera permitió que su esposo diese pasos en falso para que los griegos, sus protegidos, ganasen. Incluso llamó a Hipnos para que le ayudase, prometiéndole la mano de una de las Cariátides (ver Hypnos). Estas historias muestran que el poder de Zeus no era completo, pues él mismo estaba a merced de los caprichos de las Fates o diosas del destino. Por eso, a veces se resignaba a ver morir a los mortales a los que quería. Pero hay versiones que nos hacen creer que era el dios el que lo decidía todo (ver Moiras, Las). El culto a Zeus empezó pronto en el mundo griego, con un santuario en Dodona (Epiro). Del roble sagrado que hacía de oráculo predecía el futuro de los hombres sacudiendo las hojas. Sus intenciones podían leerse en los rayos y en el vuelo de las águilas. Olimpia, que no el Olimpo, era uno de los centros de adoración de Zeus, siendo el lugar donde se celebraban los Juegos Olímpicos cada cuatro años en su honor. Allí se le erigió un templo, con la famosa estatua esculpida por Fidias que con sus 12 m de altura fue considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo. Júpiter, el equivalente romano de Zeus, era el dios del cielo y de la meteorología. Su templo más conocido está en la colina Capitolina, mirando hacia el foro romano.

DIONISO (BACO ROMANOS)

Dioniso, hijo de Zeus y Semele, es el famoso dios del vino, sobre todo si lo tomamos en la forma de Baco, aunque su significación en la cultura griega es mayor. Como dios de la vegetación y del éxtasis, Dioniso fue uno de los dioses más importantes del panteón durante el periodo Helenístico (325-30 a.C.) Dioniso era originalmente adorado en Tracia y en Frigia, donde cumpliría la misma función que Deméter. Hasta más tarde no empezó a introducirse su figura en la mitología griega. En la obra de Homero, que vivió sobre el 800 a.C, todavía se le trata como un dios menor, aunque posteriormente su culto es de los más exaltados. Sus principales discípulas, las Ménades («locas») o Bacantes, eran famosas por el fervor de su devoción. Con giros frenéticos alcanzaban el éxtasis vestidas con pieles de ciervo, mientras vagaban con antorchas y cayados llamados thyrus que estaban rematados con madera de pino y envueltos en hiedras y viñas. Incluso a veces devoraban animales vivos. Dioniso fue concebido por Zeus y Semele, hija de Cadmo, fundador de Tebas. Zeus le hizo el amor en forma humana, pero después de sufrir el engaño de la celosa Hera, la joven quiso ver al dios en su forma verdadera. Zeus sabía las terribles consecuencias que acceder a su deseo podía conllevar, pero no se negó a ello. Cuando Semele vio a Zeus en todo su esplendor quedó abrasada (ver Semele), pudiendo el dios salvar a Dioniso del vientre de su madre justo a tiempo. Hizo una hendidura en su pierna e insertó al pequeño dios en ella. De esta manera nació Dioniso poco tiempo después. Ino, hermana de Semelé, se apiadó de él y lo cuidó un tiempo (ver Ino). Dioniso fue criado por las ninfas y por Sileno, un anciano robusto que montaba en un burro o tenía que apoyarse en los sátiros muy a menudo, dado su estado de embriaguez. Pese a estar borracho con mucha frecuencia, Sileno era un hombre sabio con el don de profetizar el futuro. El anciano fue parte del séquito del dios cuando ya era adulto. El resto lo formaban las ninfas, los sátiros y las Ménades. Los sátiros siempre han sido representados con pezuñas y cuernos, e incluso Dioniso tuvo aspecto de animal durante un tiempo. Cuando Hera le impuso condiciones de vida complicadas, Zeus -quizá Hermes- le transformó en una cabra y le puso a salvo con las ninfas en el monte Nysa. Según otras versiones, fue en esta montaña donde Dioniso descubrió el secreto del vino y de la viticultura que luego extendió por todo el mundo. Hay otras versiones sobre el nacimiento y los primeros años de Dioniso, que aseguran que el muchacho era hijo de Deméter o de Perséfone, lo cual indicaría su papel en ciertos misterios y ritos religiosos para iniciados. En este caso, Zeus debería haber tomado la forma de una serpiente. Después de la muerte de Dioniso a manos de los titanes según las órdenes de Hera, Zeus le dio su corazón a Semele para que se lo comiese, tras lo cual nació de nuevo y empezó la historia de Zeus y la joven. Uno de los epítetos que se le dedica al dios es el de «dos veces nacido», lo que se explicaría también por haber sido concebido en el vientre de Semele y haber nacido de la pierna de Zeus. Como recién llegado entre los dioses, Dioniso no fue muy bien recibido. Hera le odiaba, pero otros dudaban de su divinidad. Licurgo, rey de los Edones, intentó matarle, pero Tetis, la diosa del mar se apiadó de él y dejó ciego a Licurgo. Penteo, rey de Tebas, lugar donde nació Dioniso, no le reconocía como divinidad. Dioniso llegó entonces a la ciudad disfrazado de joven apuesto acompañado de las Ménades y Penteo le mandó a prisión. Pero las cadenas que le sujetaban se cayeron y las puertas de la cárcel se abrieron para el dios, que le dijo a Penteo que las Ménades y las tebanas representarían orgías espectaculares en el monte Cithaeron (Citerión) bajo su encantamiento, lo que despertó la curiosidad de Penteo. Para poder ser testigo de tales excesos debería disfrazarse de mujer y esconderse en lo alto de un árbol, donde fue descubierto por las Ménades que, en pleno éxtasis, creyeron ver un Icón y, siguiendo a Agave, su madre y una de las Ménades más fanáticas le bajaron del árbol y le destrozaron. Agave volvió en sí después y enterró a su hijo, tras lo cual se exilió junto a sus padres, Cadmo y Armonía. Esta historia encierra parte del miedo y de la aversión que muchos aristócratas griegos adoradores de los viejos dioses del Olimpo sentían por el nuevo dios y sus discípulas enloquecidas. En diversas ciudades se narraban historias de gente que, debido a su fanática adoración de Dioniso, se había vuelto loca y sufría ataques peligrosos. Es exactamente lo que les sucedió a las hijas del rey Midas. Dioniso le dio a la humanidad el vino, regalo que provocó diversas reacciones. Según el mito ateniense, había instruido en la viticultura a ícaro y a su hija Erígone. Pero cuando sus vecinos se emborracharon temieron que se les estuviese envenenando y mataron a ícaro. Erígone se suicidó al ver lo que le había ocurrido a su padre y, como resultado, Dioniso castigó con la locura a los atenienses, provocando que muchas mujeres se ahorcasen como había hecho Erígone. Cuando los atenienses fueron conscientes de la injusticia cometida, decidieron celebrar un festival en honor de las dos víctimas colgando retratos en los árboles. En Aetolia (Etolia), Dioniso fue muy bien recibido. El rey Eneo, cuyo nombre se parece a la palabra oinos, que significa «vino» en griego, le ofreció a su esposa Altea. De su unión nació Deianeira, futura madre de Heracles. Dioniso, agradecido, le regaló al rey el don de la viticultura. Dioniso se casó con Ariadna, hija del rey cretense Minos, que había ayudado antes a Teseo a acabar con el Minotauro. Según algunas versiones, Ariadna había quedado abandonada en la isla de Naxos al marcharse Teseo, con el que había huido de Creta, y Dioniso se apiadó de ella. Otras versiones cuentan que Dioniso la reclamó como esposa y Teseo tuvo que hacer el camino de regreso a Atenas en solitario (ver Ariadna y Teseo). El culto a Dioniso se extendió gradualmente por toda Grecia y más allá, pues sus túnicas frigias y su carácter exuberante recordaban a todo lo foráneo. Durante los meses de invierno en Atenas se celebraban diversos festivales por Dioniso, siendo los más famosos el Major Dionysia y el Minor Dionysia. La Anthesteria, celebración de febrero, era un festival floral en el que se consumía el vino nuevo y se traía a Dioniso en un barco carrus navalis para los romanos. Este es el origen de la fiesta de carnaval que precede a la Cuaresma en el cristianismo y que retiene elementos de la locura de las Ménades. Durante los festivales dionisíacos de marzo había comedias, tragedias y juegos de sátiros en el teatro de Dioniso situado al pie de la Acrópolis. La tragedia -del término griego tragoidia que significa «canción de cabra»- se desarrolló a partir de canciones y bailes que representaban los granjeros disfrazados de cabras. Así, el culto a Dioniso dio origen a un género literario que se lee y se representa no sólo en su formato original, sino que se ha ido modernizando hasta llegar a ser lo que es hoy día con las tragedias de los autores contemporáneos. Con todo el énfasis de la embriaguez y el éxtasis, Dioniso representaba un aspecto peculiar de la civilización griega que contrastaba con la personificación sensible, intelectual, artística y controlada del dios Apolo. Dioniso también era adorado en Delfos, centro del culto a Apolo. En invierno, cuando éste salía para morar con una tribu que vivía en el Norte helado, se celebraban las festividades dionisíacas. En primavera, con el regreso de Apolo, Dioniso moría para renacer al año siguiente. El Orfismo, en el que se asocia a Orfeo con Dioniso, fue el comienzo de la adoración de este último, que se desarrolló en el refinamiento teológico del culto que emergió en Grecia alrededor del siglo vi a.C. Al principio los sacerdotes de Dioniso persiguieron a los practicantes de este culto, pero finalmente el Orfismo se mezcló con el culto dionisíaco (ver Orpheus). Baco, el dios romano del vino, era representado sobre los sarcófagos durante el Imperio Romano como figura salvadora que surge entre los muertos y promete la vida eterna. Cuando el cristianismo sustituyó a los viejos dioses, la figura del dios del vino se vio reemplazada por otro personaje victorioso frente a la muerte que era Jesucristo. Muchos otros ritos «satánicos» posteriores, en los que los participantes llegan a un estado de éxtasis a través del alcohol y las drogas, mantienen semejanzas con los ritos dionisíacos y bacanales en los que el dios se aparecía a sus discípulos en forma de cabra.

MITOLOGÍA EN LA LITERATURA GRIEGA La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su acervo cultural. Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles. La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total. EL LAUREL DE DAFNE Apolo, dios de la música, se enamoró de una Ninfa (Diosa menor) llamada Dafne, pero esta huía de él, así es que se inició una persecución que originó que cuando Apolo consiguió tocarla, esta se transformó en un Laurel. Existen versiones que afirman que lo que sucedió fue que la madre de Dafne (Gea, la Madre Tierra) lo que hizo fue llevársela a Creta y dejar en su lugar el laurelero. En definitiva, Apolo se fue decepcionado llevándose unas hojas de laurel de recuerdo. LAS CUATRO ESTACIONES (PERSÉFONE) Deméter, diosa de la naturaleza, tenía una hija llamada Perséfone. Hades, el Dios del Tártaro (Infierno) se enamoró de ella y le pidió a Zeus, su padre, que se la diese en matrimonio. Zeus evadió el tema para evitarse complicaciones y Hades decidió raptarla. Deméter entristeció y se secaron todos los campos y empezó una dura búsqueda hasta que el dios Helio (Sol), que todo lo ve, le confirmó que Hades la había raptado. Deméter llamó entonces a Zeus para que obligase a Hades a devolverla, pero Perséfone sólo podía salir del infierno si no había comido ningún alimento y ella ya había comido unas semillas de granada, por lo tanto debería volver cada cierto tiempo al Tártaro. Deméter tendrá a su lado medio año a Perséfone y otro medio año estará con su esposo Hades. Así, cuando llega del Tártaro Deméter es feliz y todo vuelve a florecer y cuando se va entristece y todo se seca. MIRADA ATRÁS (PÉRDIDA DE EURÍDICE) Orfeo, el músico más famoso del mundo, era el esposo de Eurídice. Un día, Eurídice se hallaba con Aristeo quien trató de violarla y ésta huyó pero tropezó con una serpiente que la picó y la mató. Orfeo descendió al Tártaro y con la lira que le había regalado Apolo por su buen cantar ablandó el corazón de Hades que permitió que se llevase a Eurídice al exterior a Esa mirada fue la que le dejó en el cambio de que él no mirase atrás hasta que no saliese al sol. Tártaro a Eurídice. Orfeo, feliz, se llevó a su esposa pero un poco antes de salir a la superficie miró atrás y ella volvió para siempre al Inframundo. ENCADENADA (ANDRÓMEDA) Casiopea, reina de Etiopía, había presumido de ser ella y su hija Andrómeda más bellas que las Nereidas (Personificación de las olas del mar, eran parte del cortejo de Poseidón, dios del mar). Poseidón se enfadó por ser tan presuntuosa y obligó a Cefeo y a su esposa Casiopea a que dejasen encadenada a su hija Andrómeda, desnuda y con joyas, a merced de un monstruo marino que la devoraría. Perseo, cabalgando por el aire con su caballo alado Pegaso, vio a Andrómeda y se enamoró de ella. Bajó a la playa a hablar con Cefeo y Casiopea para pedir su mano si la libraba del monstruo marino. Los padres aceptaron de mala gana. Perseo luchó con el monstruo marino con Pegaso, lo mató y usó la cabeza de la Medusa (que convertía en piedra a quien la miraba y que había conseguido cortar Perseo anteriormente) para petrificar al animal y convertirlo en coral.

Después desató a Andrómeda y fue feliz a contraer el prometido matrimonio. Pero Casiopea se negó porque ya le había prometido su mano al príncipe Agenor. Perseo luchó contra él y su séquito y después de matar a muchos se vio obligado a usar la cabeza de la Medusa y petrificó a los que quedaban. Andrómeda se casó felizmente con Perseo.

LA APOTEOSIS DE HÉRCULES ("LA GLORIA DE HERA") El oráculo dijo que Heracles (o Hércules en Roma) solo moriría a manos de un muerto. Heracles en su segundo trabajo tuvo que matar a la Hidra de Lerna, que tenía un veneno que abrasaba lo que tocaba y mataba a quién lo tenía en contacto con él. El lo puso en sus flechas y así vencía con facilidad a todos sus enemigos, que morían en el preciso instante en que la punta de la flecha entraba en contacto con su sangre. Un buen día, estando Heracles con su segunda mujer, Deyanira, a punto de cruzar el río Eveno, se encontró con un centauro llamado Neso, que engañó a Heracles diciéndole que él era el barquero autorizado para cruzarlo y que debía llevar a Deyanira a la otra orilla. Heracles se confió y la dejó a su lado, y él decidió cruzarlo a nado mientras Neso raptaba a Deyanira. Al verlo, Heracles tomó su arco y disparó una flecha envenenada que hirió de muerte a Neso. Neso sabía lo mujeriego que era Heracles y engañó a Deyanira diciéndole que su sangre untada en una camisa lo haría fiel de por vida. Deyanira se apresuró a tomar un poco de la sangre del centauro. Años después, en una guerra, Heracles consiguió como botín a la princesa Yole y quiso que viviesen Deyanira y ella juntas en casa. Deyanira, harta de sus infidelidades, decidió untar en una camisa nueva la sangre de Neso y enviársela cuando Heracles iba a ofrecerle a Zeus unos toros en acción de gracias por la victoria. Deyanira descubrió el engaño de Neso y prometió suicidarse si mataba a Heracles. Pero ya era tarde, e veneno de la camisa se extendió por todo el cuerpo de heracles abrasándole la carne y si intentaba quitársela le arrancaba la carne dejando los huesos al aire. Así es que decidió que le quemasen vivo en una pira, para que su parte inmortal subiese al Olimpo con su padre Zeus. Deyanira se enteró de su muerte y se suicidó. Desde entonces la parte mortal de Heracles está en el Tártaro y la parte inmortal en el Olimpo con los Dioses. Desde entonces Heracles es un dios más. LA MANZANA DE LA DISCORDIA (JUICIO DE PARIS) La Nereida Tetis decidió casarse con Peleo, uno de los mortales más nobles. A la boda asistieron todos los dioses salvo Eris (La diosa de la discordia) y esta hizo aparecer en medio del banquete una manzana con la leyenda "Para la más bella", así se la disputaban las tres diosas más bellas: Hera, Atenea y Afrodita. Zeus ordenó a Hermes que llevase la manzana al mortal más sabio, un pastor troyano llamado París. El no quería juzgarlas, pues las tres eran bellas y debía repartir el premio, pero Zeus le impuso que se la diese solo a una. Así es que comenzó el juicio . París preguntó cuáles eran las reglas, Zeus le dijo que las impusiese él. Así, pidió que se desnudasen y pasasen una por una. Hera (Reina de todos los dioses, al estar casada con Zeus), le mostró sus encantos y le prometió ser el señor de toda Asia y ser el hombre más rico del mundo. París no se dejó sobornar. Atenea (Diosa de la sabiduría y del buen arte de la guerra) fue la segunda, se quitó su yelmo y también mostró sus encantos. Le prometió darle los más sabios conocimientos del arte de la guerra y ser el hombre más sabio y bello de la tierra. París le replicó que era un pastor y no un guerrero. Afrodita (Diosa del amor) fue la tercera, se quitó todas sus ropas incluido su ceñidor (cinturón mágico que hacía que todos se enamorasen de ella) y fue sensual y tierna hacia él. Le prometió el amor de la mujer más bella sobre la faz de la tierra, Helena, hija de Zeus y esposa del rey Menelao. París accedió a darle la manzana a Afrodita y ella preparó el encuentro entre París y Helena. Ella se enamoró al instante de París y ambos marcharon a Troya donde se casaron. Pero Atenea y Hera estaban descontentas con el juicio y decidieron frustrar el trato de Afrodita y prepararon una guerra de todos los griegos contra Troya. La única guerra por una mujer.

EN BUSCA DEL VELLOCINO DE ORO (LOS ARGONAUTAS) El reino de Yolco fue usurpado por Pelias y obligó al legítimo heredero, Jasón, a que fuese en busca del ánima de Frixo que había huido con el Vellocino (piel de oveja) de oro (pues era el símbolo del reino de Yolco). Su perdida había hecho caer al reino en una maldición y nunca volvería a prosperar sin el Vellocino. Pelias se aprovecho para matar dos pájaros de un tiro, pues quería deshacerse además de Jasón que, según un oráculo, acabaría con su vida. Jasón buscó la ayuda de todos los héroes griegos del momento (Heracles, Orfeo, Meleagro, los gemelos Cástor y Pollux, Polifemo, Atalanta... y así hasta unos 50) y se embarcaron en la nave Argo, protegidos por la diosa Atenea, en busca de la Cólquide (en el Mar Negro). Se sucederían una serie de aventuras y de riesgos: Primero fueron agasajados por unas mujeres que habían matado a sus maridos por infidelidad y tenían sed de hombres. De no ser por Heracles se hubieran quedado allí por siempre. Luego fueron atacados por gigantes de seis manos. Más tarde, por un ejército que los tomó como piratas. Luego Hilas fue secuestrado por unas ninfas. Pollux se enfrentó en un combate de boxeo con el rey Ámico. Posteriormente expulsaron a las harpías del reino de Salmidiesos... Al final, llegaron a la Cólquide, pero el rey Eetes se negó a dárselos. Atenea recurrió a Afrodita que decidió enamorar a la hija de Eetes (Medea) con Jasón. Así Eetes se vio obligado a ofrecerles una oportunidad, una dura prueba: Domar dos toros que respiraban fuego, y con ellos labrar el terreno más grande del reino y plantar en él dientes de serpiente que generaban temibles guerreros. Con la astucia de Medea, Jasón lo lograría, pero Eetes se negó a entregar el Vellocino, así que a hurtadillas, Medea acompañó a Jasón al Vellocino, que estaba vigilado por un dragón que Medea conseguiría dormir. La vuelta no fue más sencilla. El hermanastro de Medea los persiguió por el mar, pero los argonautas conseguirían matarlo. Luego las sirenas intentaron seducirlos, pero Orfeo con su lira acalló sus cantos. Después un temporal arrojó la nave al desierto de África, allí murieron algunos de los héroes por las serpientes hasta que Tritón (el hijo de Poseidón) les indicó el camino de vuelta. Luego en Creta fueron atacados por un monstruo al que Medea mataría con su astucia. Al final regresaron a Yolco. Durante ese tiempo se había dado por muertos a los Argonautas y Pelias aprovechó para asesinar a los familiares de Jasón. Al llegar los Argonautas, se enteraron de lo sucedido y estaban dispuestos a una guerra, pero Medea volvió a usar su ingenio y se hizo pasar por sacerdotisa de Atenea que venía a rejuvenecer a Pelias y simuló que rejuvenecía una vieja oveja descuartizándola y poniendo otra en su lugar. El viejo Pelias accedió a ser descuartizado. De esta manera el trono sería recuperado. Jasón dejaría el trono en favor de Acasto (compañero del viaje e hijo de Pelias) y volvería a la Cólquide pues Medea era la única heredera del reino.

DEL PLATO A LA BOCA SE PIERDE LA SOPA Cuenta la leyenda que Anceo, el timonel del Argo, después de la búsqueda del Vellocino regresó a su tierra, en Tegea. Antes de partir había sembrado unas viñas, pero un adivino le advirtió que jamás bebería de su vino. Su mayordomo le informó cuando llegó que ya se habían cosechado las primeras uvas y tenía vino. Entonces llamó al adivino para que le viese beber de su vino. Este, cuando Anceo tenía su boca en el vaso, le respondió "Del plato a la boca se pierde la sopa". En ese preciso momento un sirviente apareció afirmando que un jabalí estaba destrozando los viñedos. Anceo salió corriendo a matar al jabalí, pero fue el jabalí quien acabaría matándolo. No se debe tentar al destino. EL TALÓN DE AQUILES Cuando Aquiles era niño, Tetis, su madre, lo sumergió en el río Estigia para hacerlo inmortal. Pero no se mojó todo su cuerpo, pues Tetis debía sujetarlo por algún lado, y lo hizo con dos dedos en el talón. De esta manera, el único punto vulnerable de Aquiles era su talón. Años después, durante la guerra de Troya, Apolo se enemistó con él por su arrogancia cuando consiguió matar al guerrero troyano Héctor. De esta manera, en plena batalla, Apolo dirigió el arco de París de tal modo que apuntase a su talón. La flecha daría en su punto débil y acabaría muriendo. EL ENIGMA DE ESFINGE Tebas (la griega, no la de Egipto) se encontraba asolada por la Esfinge (mujer con cuerpo de león, cola de serpiente y alas). La Esfinge proponía un enigma a los tebanos, quienes no sabían responder, y ésta devoraba a uno de ellos cada día. El regente, Creonte, propuso dar como premio la mano de su hermana, la reina Yocasta, a quien supiese resolver el enigma. Edipo apareció un buen día y escuchó el enigma: "¿Qué ser tenía cuatro, tres y dos patas y cuantas más tenía más débil era?" Edipo afirmó que era el hombre, pues cuando tiene cuatro es un bebe a gatas, cuando tiene tres es un anciano con bastón, y cuando tiene dos es un hombre adulto. Yocasta resultaría ser su madre, pues fue abandonado al nacer.

NADIE Y EL CÍCLOPE De vuelta a Ítaca tras la guerra de Troya, Odiseo (o Ulises) tuvo una serie de aventuras que forman "La Odisea", de entre ellas, la de Polifemo. Cuenta la leyenda que Odiseo desembarcó con sus soldados en una isla en la que había una multitud de cuevas, dentro había rebaños de ovejas. Odiseo decidió entrar en una cueva y matar unas ovejas para alimentarse. Entonces llegó el dueño de ellas, un gigante que tenía un solo ojo en la frente, era el cíclope Polifemo. Descubrió a los guerreros, se enfadó y mató a dos para cenar. A la mañana siguiente volvió a hacer lo mismo con otros dos guerreros para desayunar. Odiseo pensó una estratagema, y con una estaca de olivo fabricó una lanza. De vuelta por la noche, Odiseo le ofreció vino y le dijo que se llamaba Nadie. Polifemo se bebió el vino alegremente. Como Polifemo solo bebía leche, el alcohol le hizo más efecto. Polifemo se emborrachó y cayó dormido. Entonces Odiseo tomó la lanza y se la clavó fuertemente en el ojo. Se despertó con un gran dolor, se arrancó la lanza y gritó fuertemente "Estoy ciego y sufro terriblemente... y Nadie ha sido". Sus hermanos los cíclopes acudieron a ver lo que pasaba y dijeron "Pobre infeliz", porque si decía que nadie se lo había hecho, era seguro que tenía unas fiebres delirantes. Se fueron cada uno a su cueva enfadados. Polifemo cerró la puerta de la cueva para evitar que se escapasen los guerreros. A la mañana siguiente abrió la puerta para que sus ovejas fuesen a pastar, pero iba tocando una por una las ovejas para evitar que huyesen los guerreros. Odiseo ideó un plan, ir debajo de las ovejas. Así pudieron escapar.

EL MITO DE HADES, SEÑOR DEL INFRAMUNDO En la mitología griega, Hades (el „invisible‟), el dios del inframundo, era un hijo de los Titanes Cronos y Rea. Tenía tres hermanas mayores, Hestia, Deméter y Hera, así como dos hermanos menores, Poseidón y Zeus. Juntos constituían la mitad de los dioses olímpicos. Tras hacerse adulto, Zeus logró obligar a su padre a que regurgitase a sus hermanos. Tras ser liberados, los seis jóvenes dioses, junto con los aliados que fueron capaces de lograr, desafiaron el poder de sus padres y tíos en la Titanomaquia, una guerra divina. Zeus, Poseidón y Hades recibieron armas de los tres Cíclopes como ayuda para la guerra: Zeus una lanza de truenos, Poseidón un tridente y Hades un casco que proporcionaba invisibilidad al que lo llevase. En la noche anterior a la primera batalla Hades se puso su casco y, siendo invisible, se infiltró en el campamento de los Titanes y destruyó sus armas. La guerra duró diez años y terminó con la victoria de los jóvenes. Tras esta victoria Hades y sus dos hermanos menores, Poseidón y Zeus, echaron a suertes los reinos a gobernar. Zeus se quedó con el cielo, Poseidón con los mares y Hades recibió el inframundo, el reino invisible al que los muertos van tras dejar el mundo, así como todas las cosas bajo tierra. Hades obtuvo su consorte definitiva, Perséfone, mediante artimañas, en una historia que conectaba los antiguos misterios eleusinos con el panteón olímpico. En muchos de los tratados de mitología griega no se afirma que Hades y Perséfone tuvieran descendencia. Sin embargo, en otros se dice que son los padres de las Erinias: Tisífone, Megera y Alecto. A pesar de las connotaciones modernas de la muerte como «maldad», Hades tenía en realidad un carácter más altruista en la mitología. A menudo se le retrataba más como pasivo que como malvado: su papel era a menudo mantener un relativo equilibrio. Hades reinaba sobre los muertos, con la ayuda de demonios sobre los que tenía completa autoridad. Prohibió estrictamente a sus súbditos abandonar sus dominios y se enfurecía bastante cuando alguien intentaba abandonarlos o si alguien intentaba robarle alguna de sus presas. Aparte de Heracles, las únicas personas vivas que se aventuraron en el Inframundo fueron todas héroes: Odiseo, Eneas (acompañado por la Sibila), Orfeo, Teseo y Psique.

EROS Y PSIQUE

Cuenta la historia que hace mucho tiempo existió un rey y una reina que tenían tres hijas. La menor, Psique, de tan deslumbrante belleza que era adorada por los humanos como una reencarnación de la diosa Afrodita. La diosa, celosa de la belleza de la mortal Psique, pues los hombres estaban abandonando sus altares para adorar en su lugar a una simple mujer, ordenó a su hijo Eros que intercediera para hacer que la joven se enamorase del hombre más horrendo y vil que pudiera existir. Por su parte, la belleza no había traído a Psique felicidad alguna. Los hombres la idolatraban de mil maneras, pero ninguno osaba acercársele ni pedir su mano. Los preocupados padres consultaron al Oráculo de Apolo para determinar qué le depararía el destino a su hija. Lejos de encontrar consuelo, el Oráculo predijo que Psique se casaría en la cumbre de la montaña con un monstruo de otro mundo. Psique aceptó amargamente su destino, y obedeciendo al Oráculo, sus padres la llevaron hasta la cima de la montaña seguidos por una larga procesión, donde la abandonaron en llanto para enfrentar a una muerte segura. Así la encontró el Céfiro (viento del Oeste), quien la elevó por sobre las montañas hasta depositarla en un valle colmado de flores. Al despertar, Psique se internó en el bosque cercano siguiendo el sonido del agua. Lo que encontró fue un hermoso palacio, de indescriptible lujo y belleza, y voces sin cuerpo susurrando que el palacio le pertenecía y que todos estaban allí para servirla. Esa noche, mientras yacía en la oscuridad de su nueva alcoba, un desconocido la visitó para hacerla su esposa. Su voz era suave y amable, pero él no se dejaba ver a la luz del día, lo cual despertaba la curiosidad de Psique que deseaba conocer su rostro. la belleza no había traído a Psique felicidad alguna Con el paso del tiempo Psique comenzó a sentir desasosiego, y sufría por sentirse sola. Extrañaba a sus hermanas, a quienes no veía desde hace tiempo y esto le causaba tristeza. Imploró entonces a su esposo que le permitiera recibir la visita de sus hermanas, pero éste le advirtió que ellas tratarían de incitar su curiosidad y la alentarían a intentar develar la identidad de su marido. Él le advertía una y otra vez que no se dejara persuadir por sus hipócritas hermanas, ya que el día en que ella viera su cara no lo volvería a ver y sería el día en que acabaría su felicidad. Finalmente, Eros cedió ante las intensas y apasionadas súplicas de Psique y pidió al viento Céfiro que acercara a las hermanas al palacio. Éstas, ante la visión de tanto lujo y belleza, ardieron de celos y envidia ante la buena fortuna que había tocado a su hermana. Secretamente, cada una de ellas comenzó a desmerecer lo que a ellas mismas les había tocado en suerte, sus ancianos maridos, sus mezquinas riquezas. Se fueron del palacio planeando cómo castigar a su hermana y en su retorno, la convencieron de que su marido era una enorme y monstruosa serpiente que esperaba al acecho para devorarla. Le sugirieron un detallado plan de acción, que se basaba en esperar que el sueño venciera a su marido para luego acercarse a él con una lámpara y un puñal y cortar su cabeza de serpiente. Le contó que él mismo desobedeció las órdenes de su propia madre al enamorarse de ella, pero que ya todo estaba arruinado. Y así desplegó sus alas y se fue. Esa misma noche, Psique esperó a que su marido se durmiera junto a ella y encendió su lámpara para observarlo. A quien vio fue al más hermoso de los dioses, el mismísimo Eros. El cuchillo cayó de sus manos y mientras observaba extasiada esa imagen gloriosa, una gota de aceite proveniente de la lámpara cayó en el hombro de Eros. Éste despertó y librándose del abrazo y los lamentos de Psique, expresó su decepción por la traición de Psique a su amor. Le contó que él mismo desobedeció las órdenes de su propia madre al enamorarse de ella, pero que ya todo estaba arruinado. Y así desplegó sus alas y se fue. Psique comienza entonces una búsqueda desesperada por encontrar a Eros que culmina en su llegada al templo de Afrodita. Ésta, llena de ira y deseos de venganza, rasga las vestiduras de Psique y le encomienda tareas imposibles como clasificar miríadas de semillas distintas. Psique recibe ayuda de distintos dioses y fuerzas de la naturaleza que hacen posible que complete estos desafíos. Afrodita entonces inventa un nuevo castigo para Psique: ella debería internarse en mundo subterráneo en busca de Perséfone, reina de los infiernos, para rogarle que le diera un poco de su belleza dentro de un cofre. Sorteando varias dificultades, Psique cumple con la tarea y comienza su viaje de vuelta hacia la luz. En el camino, cae presa nuevamente de la curiosidad. Atraída por el deseo de agradarle más a su amado adornándose de belleza divina, abre el cofre e inmediatamente cae en un sueño mórbido. Mientras tanto Eros, recién recuperado de su herida, sale en búsqueda de su amada esposa para despertarla de su sueño. Luego se dirige a visitar a Zeus para rogar al Dios que tuviera compasión de Psique y la hiciera inmortal para que pudiera vivir con él en los cielos. Zeus se compadeció de Eros y apaciguó a Afrodita diciéndole que éste sería un casamiento digno de su hijo. Así es que ordenó el casamiento de Eros y Psique, que duraría para siempre. Según Apuleyo, la hija nacida de ambos llevaría el nombre “Hedoné”, que significa Placer.

ÍNDICE  Homero  LA ODISEA  Narradores  Organización secuencial  Código apreciativo  Intertextualidad  Registros del habla  Estilo directo e indirecto  Planos narrativos  Mundo mostrado: espacios  Personajes  Relaciones texto-contexto  Género literario ANEXO: APUNTES COMPLEMENTARIOS  En otras palabras: ¿De qué trata la Odisea?  Análisis de la Odisea  Datos históricos: Homero

ESTUDIO DE LA EPOPEYA LA ODISEA ¿Qué es la Odisea? La Odisea es una epopeya dramática que cuenta las peripecias del héroe Odiseo, quien después de combatir en Troya al lado de los aqueos, intenta regresar a su hogar en Ítaca salvando los obstáculos puestos en su camino por el furioso dios Poseidón, para finalmente, después de muchos años de ausencia forzada, darse a conocer a su esposa Penélope mediante una serie de pruebas y asesinando a los viles pretendientes de ésta. Odisea es un término derivado del vocablo griego Odyssey, que significa “el relato de Odiseo”. Con el paso de los siglos, la palabra se ha convertido en sinónimo del viaje difícil, de la empresa riesgosa. Compuesta hacia finales del siglo VIII a.C., y transcrita en la Atenas del siglo VI a.C., es, junto a la Ilíada, la obra fundacional de la literatura occidental. Con más de dos mil quinientos años de antigüedad, su lectura sigue siendo hoy de mayor interés por sus aventuras cargadas de fantasía, el retrato de caracteres humanos finalmente logrado y la descripción de la sociedad griega de fines del imperio micénico. Ha sido tan honda su huella en nuestra cultura que el más osado de los novelistas modernos, el irlandés James Joyce, se inspiró en ella para escribir la compleja novela Ulises, poniendo de relieve la inmensa deuda de la novela como género literario como La Odisea. La Odisea está compuesta por 24 cantos o rapsodias, división que parece ser antiquísima, como a menudo lo prueban los finales y comienzos de los cantos, repartidos con perfecto equilibrio en seis grandes motivos dramáticos, hecho que revela el elevado nivel de elaboración formal y de conciencia narrativa del poema. Los seis bloques dramáticos son: 1. La Telemaquia, Telemaquiada o Viaje de Telémaco en busca de su padre Odiseo (Canto I a V) 2. Las aventuras de Odiseo, narradas en tercera parte, desde su liberación por Calipso, en Ogigia, hasta su recibimiento en el palacio de Alcínoo, rey de los feacios (cantos I a VIII) 3. Las aventuras de Odiseo narradas en primera persona por el propio Odiseo durante su estancia en Esqueria (Cantos IX a XII) 4. La llegada de Odiseo a Ítaca, junto al porquero Eumeo (Cantos XIII a XVI) 5. Odiseo entre los pretendientes, presentado bajo la figura de un mendigo (Cantos XVII a XX) 6. Matanza de los pretendientes y sus consecuencias (cantos XXI a XXIV) La trama desnuda del poema, en que un héroe retorna a su hogar después de muchos años de ausencia, transformado por las penurias, es un tema que se repite en diferentes lugares y culturas. Dentro de la épica griega, se inscribe en el tema de los nostoi o regresos de los héroes aqueos de Troya. Así, la Odisea es el nostos de Odiseo. Sin embargo, desde el siglo XIX ha habido quienes pretender ver en la Odisea un embalaje mecánico y débil de diferentes poemas de distinto autor. Son sobre todo objeto de discusión la Telemaquia, las aventuras en primera persona (Cantos IX a XI) y el canto XXIV, además de otros fragmentos en los que se ha creído ver algunas incongruencias menores. En un asunto como este es difícil llegar a conclusiones definitivas. Conviene, eso sí, recordar que la Odisea fue épica

oral antes que pieza de escritura, esto es, texto, y la trascripción a la que el lector moderno tiene acceso es el resultado de dos o tres siglos de tradición oral más veintiséis de tradición escrita. Lo asombroso está en poder saltar en el tiempo casi tres mil años y observar cómo fue la vida de los hombres, reconociendo los orígenes de una cultura de la que somos depositarios. Resumen argumentativo La Odisea arranca donde termina el argumento de la Ilíada. Odiseo, rey de Ítaca, decide regresar a su tierra una vez ha concluido la guerra de Troya, pero la voluntad adversa del dios Poseidón (deidad marina) lo obliga a viajar indefinidamente durante años por lejanos, peligrosos y extraños sitios. En su palacio en Ítaca, entre tanto, un gran número de pretendientes que están convencidos de que el héroe en esos veinte años de ausencia debe ya haber encontrado la muerte, trata de ganarse la voluntad de Penélope, esposa de Odiseo, para quedarse con las riquezas y poder de éste. La mujer, símbolo perfecto de la fidelidad conyugal, consigue mantenerlos a distancia sin llegar a comprometerse con ninguno de ellos, dilatando su decisión de casarse con alguno mediante astutos subterfugios. Sin embargo, los pretendientes amenazaban con dilapidar la fortuna de Odiseo mientras Penélope no se decida a aceptar algunos de ellos por esposo. Por esa época Odiseo se encuentra retenido en una lejana isla por una ninfa de nombre Calipso, que enamorada del héroe pretende que éste se convierta en su compañero para siempre. Viendo que tras siete años de retención Odiseo aún anhela volver a su patria, la ninfa, conmovida por la tristeza del hombre que ama y forzada por las órdenes de Zeus, decide dejarlo en libertad. Odiseo se hace a la mar en una balsa que él mismo construye, con la cual consigue llegar a la tierra de los feacios, donde Nausícaa, hija del rey Alcínoo, lo rescata del naufragio de su débil embarcación y lo conduce al palacio real, donde es atendido como un dios. A sus generosos huéspedes Odiseo narra todas las aventuras que ha vivido desde que comenzó su interminable viaje por los mares. Por él mismo sabemos, pues, que acosados él y sus hombres por el cíclope Polifemo, que pretendía devorarlos paulatinamente a todos, se vieron obligados a cegarlo para poder escapar, desatando así la furia del dios Poseidón, donde padre del cíclope, que arroja contra los hombres de Odiseo la más terribles tormentas marinas, las cuales los conducen cada vez más lejos de Ítaca. En aquel fantástico recorrido conoce a la envenenadora y maga Circe, que convierte en cerdos a todos sus hombres; viaja hasta el Hades (el país de los muertos) para consultar con el difunto adivino Tiresias la suerte que su destino le ha deparado; relata el modo cómo evitó que en alta mar el nefasto y dulce canto de las sirenas acabara por su perdición; refiere el increíble episodio humanamente insalvable de los monstruos Escila y Caribdis, el modo como supo superar esos escollos, y la imprudencia de sus compañeros que atraen para sí la desgracia cuando comen las vacas del Sol. Los feacios ayudan en todo lo posible al héroe para que pueda retornar a su hogar. Una vez en Ítaca, disfrazado de mendigo, Odiseo es secundado por su hijo Telémaco parra acabar con todos los pretendientes de su esposa en una memorable matanza. (Ver otro resumen en “En otras palabras” en Anexo)

NARRADORES (Marco teórico) El narrador es el encargado de contar o narrar los acontecimientos en una obra literaria. El narrador es una entidad dentro de la historia, diferente del autor (persona física) que la crea. Tipos de narradores Omnisciente (N > P) Es cuando el narrador sabe más que los personajes, es como si fuera un dios. Ej. “Únicamente la hija de Alcínoo lo esperó tranquila y sin temor alguno, pues así lo dispuso Atenea.” Testigo (N < P) Es cuando el narrador sabe menos que los personajes, es como un testigo de lo que ve u oye. Ej. “Apenas se hubieron sentado por orden en sillas y sillones, los heraldos diéronles aguamanos, las esclavas amontonaron el pan en los canastillos, los mancebos coronaron de bebidas las cráteras, y todos los comensales echaron mano a las viandas que les habían servido.” Protagonista (N = P) Es cuando el narrador sabe igual que los personajes. Es el que cuenta su propia historia (primera persona, singular o

plural). Ej. “¡Alcínoo! Piensa otra cosa, pues no soy semejante ni en un cuerpo ni en natural a los inmortales que poseen el anchuroso cielo, sino a los mortales hombres: puedo equipararme por mis penas a los varones de quienes sepáis que han soportado más desgracias y contaría males aún mayores que los suyos…”

RESUMEN RAPSÓDICO (O DE CANTOS) RAPSODIA I El poeta invoca a la musa para que empiece el relato del héroe que estuvo peregrinando por largo tiempo después de la destrucción de Troya. Durante el concilio de los dioses con la ausencia de Poseidón, quien ha perseguido a Odiseo durante muchos años. El cual está detenido en la isla de Calipso. Atenea habla en favor de que Odiseo regrese a su hogar. Zeus y los demás dioses están de acuerdo. Atenea disfrazada del rey Mentes desciende a Itaca para arengar a Telémaco, hijo de Odiseo, a que vaya a buscar a su padre. Su casa está llena de los pretendientes de su madre, Penélope, quien ha retrasado la decisión de volverse a casar. Telémaco le explica a Atenea en la figura de Mentes, que los pretendientes destruyen su casa y sus posesiones. Mentes predice el regreso de Odiseo y le dice que actúe como un hombre y que presente su caso a la asamblea. Penélope oye desde lo alto de la casa una canción que la entristece y baja a pedirle al bardo Femio que deje de cantar. Telémaco aprovecha la ocasión para reafirmarse a sí mismo y le dice a su madre que suba a sus habitaciones y le deje esos asuntos a él pues tiene el mando de la casa. RAPSODIA II Telémaco convoca a la asamblea, siendo la primera vez que se hace desde la partida de Odiseo veinte años atrás; les pide a los pretendientes que dejen de desperdiciar sus bienes y demanda que se vayan de su palacio. A lo que Antínoo y Eurímaco le responden con burlas y desprecio, que Penélope podría resolverlo si escoge un nuevo marido. Haliterses les vaticina el regreso de Odiseo y la matanza que de ellos hará. En el ágora no le proporcionan el barco a Telémaco para ir en busca de noticias sobre su padre, por le que le pide ayuda a Atenea, quien en su disfraz de Mentor, viejo amigo de su padre y responsable del cuidado de sus propiedades, le consigue prestado el barco y a una tripulación. Telémaco parte a hurtadillas y de noche. RAPSODIA III La siguiente mañana, Telémaco y Mentor llegan a Pilos e invitados por Néstor, participan en una hecatombe para Poseidón. El rey Néstor les relata el regreso de otros héroes desde Troya y la muerte de Agamemón, pero no tiene información específica de Odiseo. Les sugiere que vayan a Esparta a hablar con Menelao, quien acaba de regresar de largos viajes. Atenea se desaparece milagrosamente. Impresionado que un joven esté escoltado por una diosa, Néstor arregla que su hijo Pisístrato acompañe a Telémaco a Esparta. RAPSODIA IV Telémaco y Pisístrato son hospedados por el rey Menelao y la reina Helena, quienes les relatan sus experiencias con Odiseo de la guerra troyana. Al siguiente día, Menelao les cuenta como el dios Proteo, el viejo del mar, le reveló que Odiseo era cautivo de Calipso. Mientras tanto, en Itaca, los pretendientes se dan cuenta que Telémaco zarpó y hacen planes para emboscarlo y matarlo cuando regrese. Penélope se postra de terror al enterarse de estos planes, pero Atenea la calma a través de un sueño. RAPSODIA V En un segundo concilio de los dioses, Atenea insiste en ayudar a Odiseo. Zeus le pide a Hermes que le diga a la ninfa Calipso que lo libere, y vaticina que en veinte días llegará con los feacios quienes lo ayudarán a llegar a Itaca. Calipso le dice a Hermes que los dioses le tienen envidia pero asegura que hará lo que Zeus le pide y ayuda a Odiseo a construir una balsa, le da víveres y lo aconseja. Después de navegar dieciocho días Odiseo ve tierra pero Poseidón lo ve a él en la balsa y provoca una tormenta que la destruye. Ino Leucotea, ninfa marina, le da un velo inmortal para que ayude a Odiseo a llegar a tierra lo que logra después de dos días en el mar. Finalmente, llega a la costa de Esqueria, donde cansado y maltrecho, se cubre con hojas y cae dormido bajo árboles de olivo y acebuche. RAPSODIA VI En un sueño, Atenea visita a la princesa Nausícaa, hija de Alcínoo, rey de Esqueria, y urgiéndola a tener sus responsabilidades como mujer en edad de casarse. Al despertar, Nausícaa le pide a su padre un carro con mulas

para ir a lavar la ropa al río. Mientras ella y sus esclavas descansaban y jugaban a la pelota, Odiseo se despertó y le pidió ayuda a la princesa. Nausícaa impresionada por su forma de hablar, le da alimento y ropas, y le dice que la siga hacia la casa del rey y cómo pedirle a su madre, la reina, hospitalidad. Le indica un bosque consagrado a Atenea a las afueras de la ciudad donde puede descansar. Odiseo aprovecha la ocasión para rogarle a la diosa que lo reciban y lo ayuden a llegar a su patria. RAPSODIA VII Atenea disfrazada de una feacia, conduce a Odiseo al palacio del rey Alcínoo. Odiseo solicita la compasión de la reina Arete quien nota que lleva puestos ropas que hizo ella misma y le pide una explicación de su viaje y de como llegó a Esqueria. Odiseo les relata su cautiverio en la isla de Calipso, su reciente liberación, la tormenta y la ayuda de Nausícaa. El rey Alcínoo se impresiona del relato y del hombre que lo cuenta y le ofrece a Odiseo la mano de su hija o en si lo prefiere, la ayuda para llegar a su patria. Los feacios todavía no saben el nombre de Odiseo. RAPSODIA VIII Al día siguiente, Alcínoo ordena una fiesta y la celebración de juegos en honor a su huésped. Laodamante provoca a Odiseo y cuando éste se enoja, les gana en el lanzamiento de disco. En el banquete el aedo Demódoco canta una historia cómica sobre los amoríos ilícitos de Ares y Afrodita, esposa de Hefesto. Los feacios le dan muchos regalos a Odiseo y Nausícaa le ruega que nunca se olvide de que fue ella la que lo salvó. En el festín, Odiseo le solicita a Demódoco que cante sobre el caballo de Troya. Cuando Alcínoo ve que Odiseo esta llorando pide que el aedo deje de cantar pues lo que canta a lo mejor no es grato para todos. Solicita a Odiseo a decir quién es y cuáles son sus desventuras. RAPSODIA IX Odiseo revela su identidad y empieza a contar sus tres años de odisea, empezando desde la caída de Troya hasta que llegó a la isla de Calipso. Navegando desde Troya en doce barcos, llegó a Ismaro, donde saquearon la ciudad de los cícones. Después llegaron al país de los lotófagos, y algunos hombres cayeron en la tentación y comieron loto, con lo cual ya no querían regresar a los barcos y tuvieron que ser obligados. De ahí fueron a la isla de los cíclopes. Odiseo les pidió a sus compañeros que lo esperaran en los barcos mientras él iba junto con doce de sus mejores hombres a ver si les ofrecerían hospitalidad. Polifemo, el gigante de un solo ojo, hijo de Poseidón, los encerró y se comió a varios, lo que hizo que Odiseo lo engañara y al escapar lo dejara ciego. Polifemo imploró a Poseidón, su padre, la venganza. RAPSODIA X Invitados por un mes en la isla de Eolia, el rey de los vientos, Eolo Hipótada, le regala a Odiseo todos los vientos dentro de una bolsa excepto el que los puede llevar a Itaca. Mientras duerme, los hombres revisan la bolsa pensando en los tesoros que podría tener y liberan todos los vientos. Llegan a la isla de los lestrigones, gigantes antropófagos quienes matan y se comen a la tripulación de once barcos. Odiseo y sus hombres huyen a la isla Eea, donde fueron algunos hombres hechizados por Circe, hija del Sol, que los convierte en cerdos. Ayudado por una hierbas mágicas dadas por Hermes, Odiseo logra oponerse a Circe y libera a sus compañeros. Al cumplirse un año, Odiseo le pide a Circe que lo deje partir y lo ayude a llegar a su patria. A lo que Circe responde que primero deben de ir a la morada de Hades para consultar el alma del tebano Tiresias, adivino ciego y lo instruye para llegar sin tropiezos a la morada. Cuando Odiseo manda a su tripulación a hacer lo que dice la hechicera, Elpénor, el más joven de todos se resbala y muere. RAPSODIA XI Al llegar a las puertas de Hades, Odiseo invoca a los espíritus de los muertos. El primero que aparece es Elpénor que le suplica a Odiseo que lo entierre y lo queme. El adivino Tiresias le predice su porvenir a Odiseo. Después la madre de Odiseo, Anticlea, que había muerto esperando el regreso de su hijo a Itaca. Enviadas por Perséfone, esposas e hijas de héroes quienes le contaron quienes eran. Se interrumpe el relato y la reina Arete solicita se le den obsequios a Odiseo. El rey Alcínoo le pide le siga contando las hazañas, y Odiseo cuenta como se le acercó Agamemnón y le relató su muerte, dándole consejos para que a él no le suceda lo mismo. Aquileo le pregunta sobre su hijo Neoptólemo y sobre Peleo. También vio la imagen del fornido Heracles, ya que él se encuentra con los dioses. RAPSODIA XII Odiseo regresó a Eea e hizo lo que le pidió el alma de Elpénor. Circe le dice como manejar los problemas que se le van a presentar. Cuando van a pasar cerca de las sirenas, les tapa los oídos con cera a la tripulación para que no

oigan su canto y él mismo se amarra al mástil. Después de que huyeron de Caribdis y de Escila, llegaron a la isla del Sol. Odiseo trató de que sus hombres obedecieran lo que Circe había dicho pero no le hicieron caso y mientras Odiseo dormía se comieron a las vacas prohibidas. Huyen de la isla pero Zeus los castiga desatando una tormenta que hace que el barco se hunda. Odiseo es el único que se salva y llega a la isla de Ogigia, donde Calipso lo retiene siete años.

RAPSODIA XIII Al día siguiente, Alcínoo le da todos los presentes a Odiseo y se despide de él y de los hombres que lo van a llevar a Itaca. Vencido por el sueño, los feacios lo bajan del barco junto con los regalos y lo dejan en la playa. Cuando Odiseo se despierta, no reconoce su tierra. Atenea disfrazada de un joven pastor le explica a Odiseo donde está, después se da a conocer y lo ayuda a esconder los tesoros recibidos. Lo transforma en un viejo mendigo para que nadie lo reconozca y pueda planear como deshacerse de los pretendientes. RAPSODIA XIV Odiseo va a las porquerizas a buscar a Eumeo, de quien recibe hospitalidad e información de cómo está la situación local. Sin darse a conocer, Odiseo disfrazado de mendigo, inventa la historia de que es cretense y le dice que Odiseo va a regresar. El duerme en las porquerizas, mientras que Eumeo se va a dormir con los puercos al monte. RAPSODIA XV Mientras tanto en Lacedemonia, Atenea se le aparece en un sueño a Telémaco y le dice que debe de regresar de inmediato a Itaca, también le advierte de la emboscada de los pretendientes que desean su muerte. El y Pisístrato se despiden de Menelao y de Helena, quienes le dan regalos. Se dirigen a Pilos donde Telémaco se despide de Pisístrato y sin acercarse a Néstor para que éste no lo retenga, sube en su embarcación para dirigirse a Itaca. En el momento de embarcar acoge al adivino Teoclímeno, que le pide ayuda para huir. Mientras Odiseo y Eumeo se platican historias, Telémaco sortea la emboscada y al llegar a Itaca sigue los consejos dados por Atenea y se dirige a la porqueriza. RAPSODIA XVI Telémaco llega con Eumeo y le pide avise a su madre de la llegada. Cuando Eumeo se va, Odiseo se transforma en él mismo y le dice a Telémaco que él es su padre. Sólo ellos dos sabrán la verdad y prevén lo que van a hacer para derrotar a los pretendientes, quienes están atónitos de que haya fracasado su plan. Penelopea los increpa sobre el querer dar muerte a su hijo. Eumeo cuando regresa a la porqueriza, les informa que vio llegar una velera llena de hombres. RAPSODIA XVII A la siguiente mañana, Telémaco regresa al palacio y le cuenta a Penélope lo que le dijo Menelao. Teoclímeno profetiza que Odiseo vive. Mientras va hacia la ciudad, su cabrero lo insulta y le da una patada. El único que lo reconoce al llegar en su fiel perro Argos, que haciendo un último esfuerzo le mueve la cola justo antes de morir. Durante el banquete de los pretendientes, Odiseo se pasea entre ellos solicitando su caridad. Antínoo lo desprecia pero lo defiende Penélope, que le solicita, a través de Eumeo, le cuente si sabe algo de su esposo. RAPSODIA XVIII Iro, mendigo que andaba por todo el pueblo, resiente que Odiseo se encuentre en el palacio, y lo provoca a una pelea. Para mantener su oculta identidad, Odiseo trata de no llamar la atención y gana la pelea. Penélope le dice a su hijo que no debe dejar que los pretendientes traten así al huésped y a ellos les solicita le entreguen los regalos que le corresponden. Melanto, esclava de la casa que mantiene amores con uno de los pretendientes, zahiere a Odiseo quien se enoja. Eurímaco también lo provoca pero Telémaco lo reprende. RAPSODIA XIX Padre e hijo esconden todas las armas que estaban en la sala. Odiseo habla con Penélope y le cuenta historias ficticias. Penélope le exige una prueba de que conoció a Odiseo y éste le relata cómo era el manto que traía y quién era su heraldo. La reina ordena a Euriclea que le lave los pies, lo que la nana hace y así ve una cicatriz que a Odiseo le hizo una jabalí cuando era pequeño. Ella lo reconoce, por lo que Odiseo le pide guarde el secreto. Penélope le cuenta un sueño que tuvo y entre ellos dos discuten su significado. Penélope decide hacer una contienda entre los

pretendientes y él que gane, se casará con ella. RAPSODIA XX Sin poder dormir, Odiseo le solicita a Atenea su ayuda para matar a los pretendientes. Penélope le ruega a Artemis, morir para no sufrir más. Melantio, el cabrero, increpa a Odiseo. Y Filetio, el boyero, lo trata bien pero los pretendientes vuelven a insultarlo. Teoclímeno, el adivino, presiente una desgracia y les advierte pero los pretendientes se ríen de él. RAPSODIA XXI Penélope les explica a los pretendientes que el que pueda armar, tensar y disparar una flecha entre el centro de doce hachas, será el que gane la contienda y se casará con él. Telémaco trata de hacerlo pero una señal de Odiseo lo detiene. Los pretendientes intentan armar el arco y ninguno lo logra. Odiseo se identifica con Eumeo y Filetio, les dice que deben de cerrar las puertas a una señal suya. Los pretendientes se molestan cuando ven que el mendigo quiere tensar el arco pues dicen los humillaría si él pudiese hacerlo y se llegara a saber. Mientras Odiseo arma el arco, les hace una seña a sus fieles y éstos cierran las puertas y Euriclea encierra a las mujeres. Odiseo dispara la flecha que pasa por los arcos. Los pretendientes tienen miedo. Telémaco, a una señal de su padre, se sitúa junta a él. RAPSODIA XXII Odiseo se despoja de sus andrajos y le dispara una flecha a Antínoo que cae muerto. Odiseo les dice a los pretendientes quién es él y Eurímaco, le contesta que le asiste la razón, que los deje vivir y que cada pretendiente le devolverá veinte bueyes, bronce y oro para resarcir lo que ellos devoraron. Odiseo lo mata. Telémaco va por armas para los cuatro y se desata la batalla. Melantio llega a donde están las armas y se las da a doce pretendientes, cuando va por más, es capturado por Eumeo y Filetio quienes lo castigan. Todos los pretendientes son asesinados, excepto Femio, el aedo, y Medonte, el heraldo. Odiseo le pide a Euriclea, le diga quienes de las mujeres eran traidoras y le pide que las traiga para limpiar y llevarse los cadáveres. Doce fueron ahorcadas y Melantio fue mutilado hasta que murió. La casa fue purificada con azufre. RAPSODIA XXIII Euriclea despierta a Penélope para informarle que el mendigo era en realidad su esposo y que ya había matado a los pretendientes. Ella no lo cree y se muestra con mucha precaución ante Odiseo. El dice el como fabricó su lecho nupcial y ella ya le cree. Odiseo manda que se toque música y que dancen las esclavas para que la gente que pase por ahí crea que celebran una fiesta. Solos en la noche, Odiseo le relata sus aventuras y le dice que debe cumplir con la profecía que le había hecho Tiresias cuando fue a la morada de Hades. A la mañana siguiente, acompañado de su hijo y los pastores va a buscar a su padre Laertes. RAPSODIA XXIV Hades guía a las almas de los pretendientes a las puertas de Hades, donde éstos le relatan su suerte a Agamenón y Aquiles. Mientras tanto, Odiseo va a casa de Laertes y lo encuentra triste y empobrecido. La noticia de la matanza se ha propagado y el padre de Antínoo llega a buscar venganza. Empieza una nueva batalla. Laertes mata a Eupites. Atenea y Zeus, ayudan a hacer una tregua y hacen que haya un convenio de paz.

CÓDIGO APRECIATIVO El narrador asume una posición de defensa de los valores de la época, principalmente del honor: no importa si para restablecer la honra hay que asesinar. Todo está permitido por la areté fue ultrajada y debe ser resarcida, aún con sangre. No existe súplica que valga, ni perdón merecido. El narrador plantea el asunto como defensa propia. Hasta los dioses toman partido, a favor del héroe. INTERTEXTUALIDAD Puede tomar como rasgo de intertextualidad la Ilíada, por ser el antecedente, por lo tanto se mencionan tanto espacios como personajes y acontecimientos de esa obra.

REGISTROS DEL HABLA

La Odisea utiliza básicamente el lenguaje culto para justificar la aristocracia. ESTILOS El estilo directo se refiere a la forma directa en que el narrador expone los acontecimientos. Ej. “Toma, Cíclope, bebe vino, ya que comiste carne humana, a fin de que sepas qué bebida se guardaba en nuestro buque”. El estilo indirecto se refiere a la forma en que el narrador aborda los acontecimientos. El narrador dice lo que el personaje dijo pensó. Ej. “…Atenea tomó la palabra para recordar a todos los reunidos las desventuras que sufría Odiseo en la gruta d Calipso”. (En la Odisea, por lo general el personaje introduce de manera directa las expresiones) PLANOS NARRATIVOS Hay dos líneas de acción: una referida a Telémaco y otra que narra lo que acontece a Odiseo. En la oscilación secuencial entre un campo de acción y otro, y la inserción de la mirada retrospectiva que perturba el orden lineal de la historia, lo que constituye un comienzo es donde se encontraba la clave de la obra: crea resortes dramáticos que mantienen al lector a la expectativa e interesados en el devenir de los acontecimientos. MUNDO MOSTRADO (Espacios) Espacio físico. La obra en estudio tiene diversos campos de acción, para lo cual se anota la posible ruta de Odiseo, en el sentido de que estuvo en esos lugares, en el orden correspondiente. 1. Troya 2. Ismaro (País de los cicones) 3. País de los lotófagos. 4. Isla de los cíclopes 5. Isla de Eolo 6. Lestrigonia 7. Eea, la isla de Circe 8. Hades, país de los muertos. 9. Isla de las sirenas 10. Escollos de Escila y Caribdis 11. Trinaquia (rebaño de Helios) 12. Ogigia, isla de Calipso 13. Esqueria 14. Ítaca 15. Esparta.

La representación del espacio en la Odisea ayuda a definir a los personajes, como es común que ocurra en las obras épicas. El escenario es el espacio vital en el que se ubican las acciones narradas. Así, el regreso de Odiseo a Ítaca tiene al mar Mediterráneo como telón de fondo, siendo justamente en esta relación del héroe con las fuerzas de la naturaleza, específicamente, en el caso de Odiseo, con el medio marítimo, que se realiza el aprendizaje del héroe. Las peripecias de Odiseo están enmarcadas por espacios ilimitados que simbolizan su avidez de conocimiento y su vocación vagabunda. Sin embargo, a veces se ve obligado a entrar en antros, grutas, cavernas, hasta el punto de descender hasta los mismos infiernos, pues las tinieblas representan el misterio, noción y etapa obligada en el aprendizaje que alberga en sí todo el significado del triunfo sobre la muerte y del definitivo reconocimiento de la naturaleza sobrehumana del héroe. El espacio que envuelve a Telémaco intercala los grandes motivos naturales (el mar y las llanuras del Peloponeso) con los ambientes cortesanos donde el joven príncipe perfecciona su educación. En cambio, Penélope, Circe, Calipso, Helena, Euriclea y las demás mujeres, con la excepción de Nausícaa, cuya belleza es presentada en medio de la naturaleza, pertenecen a espacios cerrados, lo que permite conocer la posición subordinada al hogar que la sociedad griega le concedía al sexo femenino. La acción de la Odisea culmina en un espacio cerrado, la sala de los banquetes en el palacio de Ítaca, donde tiene lugar la matanza. Odiseo ha atravesado el espacio abierto de un confín al otro lado del mundo conocido en su época, para cerrar su hogar, el cual ha quedado abierto con su partida, contaminándose con la maldad de los pretendientes. La venganza sólo puede darse en el estrecho círculo de los dominios del héroe.

Espacio educativo. En su obra La República, Platón cuenta que en su época era bien difundida la creencia de que Homero había sido el educador de toda Grecia. Lo cierto es que en la antigua Grecia el arte no había establecido diferencias entre sus propósitos éticos y estéticos. Los cantos relativos al viaje de Telémaco constituyen ejemplos concretos de las intenciones formativas o pedagógicas de Homero. Orestes encarna el modelo de comportamiento con que Atenea pretende aleccionar a Telémaco. Son sus sabios consejos lo que inducen al joven a madurar, asumiendo los compromisos que por su linaje le corresponden. Al llegar a Esparta Telémaco ya se ha convertido en todo un hombre; sus razonamientos impresionan favorablemente a un juez estricto, Menelao, el general más poderoso de cuantos sobrevivieron en la Guerra de Troya, y los regalos suntuosos que le hace el rey de Esparta son un símbolo de su llegada a la edad adulta. Espacio político. La Odisea muestra en lo político el paso del estado ciclópeo, carente de leyes a la sumisión sistemática a normas y al régimen patriarcal, así como el tránsito de la monarquía a la aristocracia, por ejemplo el rey reacio Alcínoo, a pesar de ser rey legítimo por herencia, sólo tiene en el ágora la “presidencia de honor”, él es el treceavo de los reyes aristocráticos que poseen gran poder económico y social.

Espacio ético. La obra homérica contiene muchos de los valores de la sociedad griega de entonces y dan evidencia de una profunda comprensión de las dimensiones cósmica y trágica del dilema humano. Los héroes homéricos se rigieron por el concepto de areté, ideal de excelencia que comprenden las excelencias físicas, espirituales e intelectuales, a las que debían apegarse si querían conservar su honor, la nobleza y la gloria. Debían cultivar y desplegar fuerza, valor, destreza guerrera, capacidad, elocuencia y cierta sabiduría. Odiseo demuestra estas cualidades y, como la obra se desarrolla en tiempos de paz, la inteligencia, la paciencia, la prudencia, sagacidad e ingenio son las que le permiten el éxito de su empresa. El deber obliga al héroe a cumplir con su estado de líder. Ellos tenían la obligación ante el pueblo; se debían más al pueblo que a sí mismos. El que faltaba a su deber pierde el honor. Por eso, la nobleza o el aristos exigía probar sus méritos personales para permanecer en la nobleza. Dentro de la ética homérica, la venganza es la búsqueda del equilibrio perdido por la cólera o el deshonor. Es justa y correcta para recuperar el honor. Por eso se da la venganza en contra de los usurpadores pretendientes. Los valores éticos cubre siete aspectos: a. Areté. Es el más alto valor humano; ideal de perfección constante buscado por los héroes. b. Agatós. Poseer la bondad, la verdad y la belleza interiores. c. Sofrosine. Es la moderación. Todo con medida. Odiseo es fiel exponente de este valor ético. d. Deber. Obligar al héroe a cumplir con su estado de líder. e. Cólera. Es un derecho del líder, del héroe. f. Venganza. Es la búsqueda del equilibrio perdido. Es obligatoria dentro de ética homérica. g. Magnanimidad. Es el perdón en la victoria; cuando se debe ser capaz de perdonar hasta lo imperdonable. Espacio religioso. La vida de la Grecia antigua, así como la cultura, no puede entenderse si conocer su religión. En la época cretense era de signo naturalista, pero pronto se convirtió, gracias al flujo egipcio, en religión antropomórfica. Los dioses, que por su origen eran locales, acabaron por hacerse nacionales, dando lugar a una religión panhelénica y politeísta, apoyada en un intrincado mundo de mitos y leyendas que nos han sido transmitidos en parte por Hesíodo en su Teogonía (obra que trata del origen de los dioses). Los dioses griegos eran muy semejantes a los hombres, con sus mismos defectos y pasiones, pero inmortales. Vivían en el monte Olimpo, la más alta montaña de Grecia, y se alimentaban con néctar y ambrosía. Invisibles a los mortales, intervienen constantemente en sus vidas, transformados en humanos, animales, ideas o fantasías, sueños o elementos naturales. No son dos mundos superpuestos: es un mundo mucho más amplio y vivo que el nuestro, que gravitaba en torno de los relatos escuchados a los mayores, en la noche, junto al fuego protector. En estas sesiones los individuos indagaban el sentido de la vida y la muerte. El arte del aedo o rapsoda encuentra en su raíz más profunda en el oficio del sacerdote, brujo o chamán. Sería interminable dar una relación de todos los dioses de la mitología griega. Son fundamentalmente cuatro los que intervienen activamente en la acción de la Odisea: Zeus, el padre de los dioses, encarnación del poder y la fuerza, amo del rayo, cuya suprema majestad era simbolizada por el águila; Atenea, la diosa de la inteligencia, patrona de Atenas, simbolizada por la lechuza y el olivo, portadora de la égida; Poseidón, dios del mar, armado de tridente, y Hermes, dios del comercio y los ladrones, de la elocuencia y los viajes, mensajero del Olimpo, cuyos atributos eran las alas y el caduceo.

Espacio jurídico. Conservan el estado jurídico originario de Jonia que conlleva a la cultura noble y la vida en comunidad, donde las decisiones se toman en el ágora. La comunidad de Ítaca se rige, en ausencia del rey, por medio de una asamblea del pueblo, dirigida por los nobles; y la ciudad de los feacios es la fiel pintura de una ciudad jónica bajo el dominio de un rey apoyado por otros 12 reyes. PERSONAJES Alcínoo: Rey de los feacios, esposo de Arete y padre de Nausícaa. Antínoo: Principal pretendiente de Penélope. Tiene una personalidad desequilibrada, según expresa el mismo Homero. Es hipócrita, taimado y cruel. Este hombre extremadamente sensual, consume los días en la búsqueda desenfrenada de placeres viles. La muerte lo sorprende borracho y embrutecido. Él es el modelo ejemplar o arquetipo que representa a todos los pretendientes. Apolo: Dios de la luz, la poesía y la música. Arete: Esposa y sobrina de Alcínoo, madre de Nausícaa y soberana de los feacios. Atenea: Diosa de la sabiduría, las ciencias y las artes. Nació del cerebro de Zeus completamente armada. Atenea es la personificación de la inteligencia y el espíritu, la diosa de brillantes ojos cumple en la obra un papel decisivo, en su calidad de protectora de Odiseo y Telémaco. Por un lado, demuestra ser la única presencia femenina que está a la altura de las virtudes del héroe, con quien mantiene una relación de camaradería y complicidad, como acaso solamente en nuestros días cabe esperar de la relación entre hombre y mujer. No es un secreto para nadie que Odiseo es su favorito, pues hasta sus astutos halagos, con los que intenta en ocasiones engañarla, y sus mentiras, cuentan con la humorística aprobación de la diosa. Su actitud hacia Telémaco es protectora, pero no paternalista. Se diría que tiene gran conciencia pedagógica, pues los sabios consejos y los ejemplos tomados de la vida misma, convierten a Telémaco en hombre con rapidez y eficacia. No son discursos fríos y abstractos los que dirige al joven príncipe; como los verdaderos maestros, enseña una pasión, transmite su inquietud. Inquietud que se transluce, por ejemplo, cuando la víspera de la venganza, se muestra ansiosa por iniciar el combate; pasión que se expresa en forma cabal cuando, majestuosamente instalada sobre la viga del salón en medio de la refriega desatada con la cabezas de Medusa, que los hace enloquecer de espanto y los metamorfosea en estatuas de fría piedra. Y sin embargo, es ella la encargada de visitarnos, por el dios de los dioses, Zeus, de conquistar la paz para Ítaca. Calipso. Ninfa del mar, hija de Atlante. Caribdis: Monstruo marino sorbedor del agua cuyos remolinos arrastraban las embarcaciones. Circe: Maga que habita la isla de Eea. Tiene grandes poderes para transformar a las personas en animales. Eolo: Dios de los vientos. Escila: Monstruo de seis cabezas que devoraba a los marinos que pasaban cerca de su gruta en el mar. Eumeo: Porquerizo de Odiseo, uno de los pocos que permanecieron fieles al rey. Euriclea: Esclava y nodriza de Odiseo, primero, y de Telémaco después. Heracles o Hércules: Semidiós de extraordinaria fuerza y gran valor, habita con los inmortales. Méntor: Amigo de Odiseo, regente de Ítaca durante la ausencia del reyNausícaa: Hija de Alcínoo y Arete. Néstor: Rey de Pilos, amigo y compañero de Odiseo. Odiseo: El protagonista de la epopeya, es quizá el héroe más grande y humano de la épica griega. Hombre de mediana edad, a su regreso a Ítaca debe tener unos 45 años, como mínimo, y está en el apogeo de su existencia. En primer término, Atenea lo ha dotado con la gracia que otorga la belleza física. El largo viaje lo acaba de hacer un hombre distinto no solo en relación consigo mismo, sino comparado con los demás caudillos aqueos vencedores de Troya. Ya no es únicamente el maestro de la palabra por excelencia, virtud que lo hiciera famoso desde aquellos tiempos de la guerra. Ha dado un gigantesco salto en el espacio y tiempo, mostrando el camino nuevo a todo su pueblo, encarando la muerte, el luto y toda suerte de desgracias, con la esperanza de regresar a la simple vida hogareña. Palas: Epíteto de Atenea, cuyo significado se desconoce. Penélope: Esposa de Odiseo y madre de Telémaco, símbolo de la fidelidad conyugal, la paciencia y el ingenio. Para la reina de Ítaca la vida no ha sido color de rosa. Poco disfrutó su juventud. Casada muy joven con Odiseo, su hijo era una criatura cuando su esposo marchó a la Guerra de Troya. Penélope ha pasado veinte años encerrada en sus reales aposentos, rodeada por una multitud de esclavas –no todas leales-, llorando la ausencia del héroe y esquivando a los importunos que pretenden casarla de nuevo. Su fidelidad conyugal tiene mucho de terquedad: anclada en su pena, ha terminado por volverse escéptica y pesimista. Mantenida en la ignorancia del regreso de Odiseo y marginada del proceso de venganza, no atina a comprender los vertiginosos acontecimientos que se suceden en el palacio, los rumores y predicciones, el cambio radical del su hijo Telémaco. Dedicó poner punto final a la inestabilidad de tantos años, cediendo al fin a las pretensiones de sus huéspedes. Íntimamente está dispuesta a dejarse morir una vez que el desposorio se realice, con tal que la calma reine de nuevo en la heredad de Telémaco. Su escepticismo es una coraza que ha vestido para no crearse falsas

ilusiones, para protegerse del dolor. Por eso duda en reconocer a Odiseo. Es tan grande su sorpresa al enterarse de todo, que las palabras le faltan para expresar sentimientos que han sido reprimidos por tantos y tantos años. Una humilde felicidad la embarga, aunque deba conocer de nuevo a su esposo, a quien su peregrinar ha convertido en un extraño. Pisístrato: Hijo de Néstor, acompañante de Telémaco. Polifemo: Uno de los cíclopes, hijo de Poseidón. Tenía un solo ojo en mitad de la frente. Sirenas: Monstruos con cuerpo de pájaro y cabeza de mujer. Poseían una voz seductora y devoraban a cuantos llegaban a su isla. Telémaco: Hijo de Odiseo y Penélope. Es el hijo que todos quisieran engendrar. Creció en medio de festines de los pretendientes, sin tener clara conciencia de que eran enemigos naturales suyos ni de que llegarían a fraguar un complot contra su vida. Con todo, no necesita más que un leve impulso exterior –la visita de Atenea/Méntor en la Rapsodia I- para que despierte en él la íntima y necesaria disposición hacia la iniciativa y la acción. Sin avisar siquiera a su madre, pues sabe que ella solo lo frenaría con sus temores, emprende su viaje tras fracasar ante la Asamblea en su intento de conseguir algún apoyo para sacar a los pretendientes de su casa. Por primera vez en su vida abandona la casa paterna para salir al gran mundo de las cortes aqueas. Es un muchacho campesino que de pronto descubre los beneficios de su alta cuna y educación, azorado y sorprendido por el reconocimiento y las atenciones de que es objeto en Pilos y Esparta. Es entonces cuando en su espíritu comienza a tomar forma el proyecto de venganza. La imagen ejemplar del padre perdido y el ejemplo esclarecedor de Orestes, son factores capitales de su transformación en adulto. Al final de la obra, Telémaco espera inquieto la señal convenido de Odiseo, con su lanza al alcance de la mano. Ya no hay inseguridad en sus ademanes. En su actitud tensa, reconcentrada, brilla el odio con toda su intensidad. Se muestra severo con Penélope, pues no comprende por qué precipitó ella los acontecimientos convocando al concurso de tiro al arco. En el combate se distingue por su bravura; a la hora de impartir justicia es implacable, como lo ilustra el ahorcamiento de las esclavas. Tiresias: Adivino tebano, único mortal que conservó la memoria en el Hades. Zeus: Jefe del cuarto panteón griego, hijo de Cronos y Rea. Dios del cielo, el rayo, etc. Conoce el futuro y a veces los revela a los mortales.

Relación Texto contexto histórico y social Al llegar al año 1.000 a.J.C., comenzamos a encontrar datos que nos explican la vida y hechos de los pueblos helénicos. Así sabemos que los primeros en ocupar la Península fueron los helenos; a los que Homero llama aqueos. Una vez terminada su emigración, se establecieron en Grecia, se civilizaron rápidamente, en contacto con los egeocretenses, más cultos que ellos. Pero más tarde, una vez terminada victoriosamente la guerra contra Troya y desarrollada extraordinariamente su civilización, la hegemonía de los aqueos acabó con la invasión del otro pueblo helénico: los dorios, más fuertes y belicosos que los aqueos. Cuando se tranquiliza el panorama, quizá por el quebrado relieve de Grecia, los estados suelen reducirse a una sola ciudad: la ciudad estado. A medida que la población crece en un marco tan reducido, se presenta la necesidad de emigrar. Pero no de emigrar a otra nación, sino de fundar colonias en las costas de Asia Menor, del Mar Negro, de Italia y del Mediterráneo. Pero en la Antigüedad, las ciudades estado estaban sobre los mares Egeo, Jónico y la Península del Peleponeso. Las más notables fueron: Atenas, Esparta (Loconia o Lacedemonia), Corinto, Creta, Mecenas, Ítaca. Así cada ciudad, cada región, tenía su jefe o su rey. Ulises era el rey en la isla de Ítaca; y así cada islita, cada pueblo, mandó a sus hombres y a sus naves a luchar bajo las órdenes del rey de reyes, Agamenón, en la famosa guerra que nos relata la Ilíada. Posteriormente cada rey aqueo regresó a su patria, en sus cóncavas naves, repletas de botín de guerra después de saquear la ciudad de Illión (Troya), algunos tuvieron un final muy trágico, como Agamenón quien al regresar encontró a su esposa Clitemnestra con un amante –Egisto- y, posteriormente, la muerte a manos de ambos. Sus hijos, Orestes y Electra, con su esposa Helena a Lacedemonia. Pro el último gran héroe, el cerebro de la estrategia para la toma de la ciudad de Troya, era esperado por los dioses en un desafío que nos narra en la epopeya la Odisea.

GÉNERO LITERARIO: ÉPICA (EPOPEYA) Epopeya es un poema extenso del género épico. Se diferencia de otros poemas épicos por su mayor extensión y por la grandeza del tema, el cual debe trascender las circunstancias del argumento y ofrecer valores que tengan una repercusión universal. Así, la versificación de la épica se caracteriza por una métrica grave que realza la elegancia del idioma y da brillo al tema (los griegos usaban el hexámetro). El héroe de la epopeya tipificaba las virtudes de su pueblo; era un modelo a imitar por su inteligencia, valor, bondad, sentido de justicia, etc. Llegaba a alcanzar estatura sobrehumana, a través de la inclusión en el poema de elementos mágico-religiosos que reforzaban su imagen mítica. Incluso en epopeyas donde predomina una visión realista, hay elementos de este tipo. En otras el elemento fantástico

se acentúa. De acuerdo con algunos preceptistas, las epopeyas se dividen en cuatro tipos: popular (como el Cantar del Mío Cid); culta (como La Araucana); religiosa (como La Mesíada); heroicoburlesca (como Gatomaquia). En el caso de la Odisea, es una epopeya que narra las fantásticas e innumerables aventuras de Ulises (Odisseus), rey de Ítaca. Épica griega: características a. La obra literaria inicia con una invocación a seres divinos (Musas) que le inspiran la creación del poeta. b. Se expone la proposición: breve anuncio del asunto o tema de la obra. c. Intervención de los dioses y seres mitológicos: algunos son aliados y otros adversarios de los personajes. Seres mitológicos como el cíclope o las sirenas. d. Uso de epítetos para caracterizar a dioses o a personajes. “Atenea, la deidad de ojos de lechuza”. Padre Nuestro, Crónica, el más excelso de los que imperan! e. Uso de detalles. Se resalta por ejemplo el origen de los personajes (procedencia familiar y de lugar). f. Objetividad. No se expone ningún comentario personal del autor. g. Uso de lenguaje erudito. Para mostrar la educación aristocrática de la época. h. Uso del diálogo. Expresa la objetividad de las palabras del personaje. NOTAS: La épica y la narrativa 1. El término épica no es equivalente a narrativa. De hecho se hizo equivalente en la historia en la teorización de los géneros. La novela y la narrativa no habían sido incluidos como géneros mayores en el esquema aristotélico, así que a partir del Renacimiento se trata de hacer un hueco al género a través de la epopeya hasta configurar lo que más adelante se llamaría tríada genérica: lírica, épica y drama. 2. El carácter épico tiene como característica principal la exaltación del héroe y sus vicisitudes. De ahí que se pueda rastrear características de ese lenguaje ciertamente hiperbólico en la narración de partidos de fútbol o en el cine bélico y también que en el lenguaje se pueda hablar del carácter épico de una aventura. La narrativa moderna se caracteriza por poner en solfa precisamente la idea del héroe para ir desposeyéndole de sus características a la vez que lanza novelas en que la descripción de las andanzas de un protagonista es menos importante que la descripción de una época, de una situación histórica, etc.

ANEXOS – APUNTES COMPLEMENTARIOS En otras palabras, ¿DE QUÉ TRATA LA ODISEA? Al igual que LA ILIADA, según Los 333 libros más famosos del mundo, LA ODISEA se compone de veinticuatro libros o cantos. Esta obra narra las fantásticas e innumerables aventuras de Ulises (Odisseus), rey de Ítaca, retenido en la isla Ogigia por la sensual y hermosa diosa Calipso, durante siete años. Al partir de Ítaca veinte años atrás para participar en la guerra de Troya, Odiseo había dejado a su esposa Penélope, y a Telémaco, el hijo recién nacido, quienes al no tener noticias suyas sufrían profundamente. Los dioses del Olimpo acuerdan mandar a Hermes (Mercurio) a la isla donde Calipso retiene a Odiseo, para ordenarle que lo libere. Asimismo Atenea (Minerva) se dirige a Ítaca y pide a Telémaco que expulse del palacio real a los príncipes pretendientes de su madre y embarque en busca de su padre. Telémaco discute con los príncipes que, reunidos en un festín, consumían las riquezas de Odiseo, esperanzados en disuadir a Penélope para reemplazar al esposo que todos creían muerto. Telémaco consigue una nave de velas y parte en secreto con veinte hombres a visitar a Menelao, quien le informa que su padre está cautivo en Calipso. Mientras, Calipso cumpliendo las órdenes de Júpiter, ayuda a Odiseo con una gran balsa de velas para partir de regreso a su país. Éste naufraga en altamar, y gracias a la ayuda de la ninfa Leucotea nada hasta la isla de los feacios, donde se entrevista con el rey Alcínoo, a quien le refiere su historia y le suplica que lo ayude a regresar a su patria. El rey ordena a cincuenta remeros construir una nave. Por la noche acuden reyes, príncipes e importantes personalidades, y Ulises (Odiseo) los impresiona contándoles la infinidad de contratiempos que sufriera en los largos años de ausencia de su patria. Terminado el relato, Alcínoo y el resto de los participantes le desean buena suerte y lo colman de valiosos presentes. Al llegar a Ítaca, Atenea (Minerva) le ayuda a esconder el tesoro, y lo convierte en un anciano mendigo para de esa forma poder destruir a los pérfidos pretendientes de Penélope. También le aconseja visitar a Eumeo, quien le pondrá al corriente de todo cuanto acontece. En tanto, Atenea se le presenta a Telémaco y le pide que regrese. Telémaco se encamina a la casa de Eumeo donde halla al viejo mendigo (Odiseo). Éste le revela su verdadera identidad y luego de emotivos momentos, ambos planean cómo deshacerse de los odiosos pretendientes. Eumeo y Odiseo penetran en el palacio. Y pueden ver de cerca todos los excesos de los pretendientes. Cuando estos se marchan, Odiseo penetra en la recámara de Penélope, quien le cuenta todo lo acaecido y cuánto sufre la muerte de su amado esposo. Le relata cómo había burlado a sus pretendientes con el pretexto de terminar

antes de contraer nuevas nupcias, un sudario para Laertes (padre de Odiseo); tela que tejía de noche y destejía de día. Expresa su angustia por tener que cumplir la promesa, al ser delatada por esclavos infieles. El anciano asegura a Penélope que su marido pronto vendrá. Al día siguiente, Penélope, guiada por Minerva, se presenta ante los pretendientes con el arco de Odiseo y promete casarse con quien pase la flecha a través de los anillos. Ninguno logra siquiera tensar el arco. El mendigo pide que le permitan hacerlo, a lo que Penélope le responde que si lo consigue le obsequiará ropas y armas. Telémaco, sabiamente, pide a Penélope que se retire. Después de realizar dicha proeza, Odiseo le hace señas a su hijo y, junto a Eumeo y a Filetio, arremeten contra los pretendientes, sorprendidos al ver aparecer ante ellos a Odiseo, despojado de sus harapos. Penélope no quiere creer lo que la fiel nodriza le cuenta, y una vez frente a Odiseo, desconfía de que sea en realidad su esposo. Sólo después de ofrecerle detalles de cómo construyó la cama de oro, marfil y plata, se percata de que está en presencia de su amado. Entre ambos, se produce una emotiva escena y, luego, se retiran a descansar. El último canto refiere la llega de las almas de los pretendientes hasta el Orco. Por último, Odiseo visita a Laertes, y en Ítaca reina la paz por mandato de la diosa Atenea.

EN OTRAS PALABRAS.... LA ODISEAEl primer punto es pues, el asunto o idea central alrededor de la cual gira toda la obra. En el caso particular de la Odisea hemos observado la existencia de una estructura triple; por lo tanto es preciso asociar las tres ideas en una sola. Partiendo de la Telemaquia, es indudable que su asunto o tema es el viaje del joven príncipe de Ítaca para obtener noticias de su padre. Sin embargo, esta idea resulta demasiado particular y es tan solo el punto de partida para el argumento de la historia. Podemos buscar más en el fondo una idea primaria, por ejemplo: el amor filial; pero este sentimiento, así expresado no nos dice nada, por lo cual podemos seguir aclarando el pensamiento. Telémaco, arrastra grandes riesgos, incluso el de morir a manos de los pretendientes, con tal de saber cuál ha sido la suerte de Odiseo; así pues, podemos completar esta noción diciendo que se trata de cómo el amor filial da la fuerza y el valor necesarios para enfrentara a los peligros con tal de obtener el equilibrio y la estabilidad de la familia. La segunda parte nos habla de las peripecias de Odiseo en su intento de volver a su patria, su mujer y su hijo, desafiando con su inteligencia y venciendo los obstáculos que los dioses le ponen. En este caso podemos decir que el asunto es: la astucia y la inteligencia, puestas al servicio de una causa noble, superan los escollos y crean sus propias circunstancias para llegar a su fin. Para juzgar la tercera parte, es preciso colocarnos en el mundo mental y moral de la época homérica; así nos será posible comprender por qué los mismos dioses apoyan una venganza. En efecto, en aquellos tiempos no existía un concepto de legalidad semejante al que hoy tenemos. La justicia era impartida por los reyes según su capacidad de comprender las flaquezas humanas, y muy a menudo, a falta de una legislación, la venganza era una forma de hacer justicia por su propia mano. De ahí que, Odisea siendo rey y sin tener las leyes ni el aparato judicial necesarios para juzgar los desmanes de los pretendientes, la satisfacción de los agravios sufridos tomada por la propia mano del rey fuese considerada por los mismos dioses como un acto lícito. Considerando estos hechos, podremos concluir diciendo que el tercer tema o asunto es el feliz resultado de emplear la sagacidad para hacer justicia. Al llegar a este punto nos encontramos con tres ideas principales o asuntos para una sola obra; por lo tanto, debemos intentar unificarlas: el amor filial, la inteligencia y la astucia aliados por la magnanimidad de sus fines a favor de la unificación familiar y la concordia popular, logran instaurar la justicia. Esta parece ser una aceptable solución al problema de encontrar el tema o el asunto de la Odisea. El segundo punto por considerar es el ambiente o lugar donde se desarrollan los hechos. Ya desde las páginas iniciales quedó señalada la carencia de detalles con los cuales pudiésemos precisar el sitio de referencia, pero no debemos considerar esto como una deficiencia del poema, sino el resultado lógico de una forma particular de ver la vida y de una concepción del mundo. Algunos autores señalan y hacen especial hincapié en la importancia de la acción principalmente del combate, en las epopeyas griegas, llegando a establecer algo así como una filosofía de la lucha, y por ello las descripciones se vuelcan en los hechos más que en los lugares. Pero, a pesar de todo, es posible localizar pasajes donde se visualiza objetivamente el paraje o el recinto de las hazañas y sucesos. Estos ambientes, aun cuando en ocasiones aparezcan seres sobrenaturales, se nos presentan como una realidad, quizá en ocasiones demasiado idealizada, pero de cualquier manera sugieren veracidad. Han resultado tan reales para algunos críticos que han llegado a identificar los lugares del relato con islas y costas convertidas hoy en sitios turísticos. No faltan tampoco, quienes aseguren la vida real de los personajes, atendiéndose al verismo de estas descripciones. Desde la primera rapsodia, el poeta se preocupa por definirnos un aspecto fundamental del joven héroe: si congoja por la ausencia del padre, su tristeza por la falta de un jefe para su pueblo y la ira ante su impotencia para evitar el dispendio hecho por los pretendientes, como lo atestiguan sus palabras a Palas Atenea cuando ésta se le aparece bajo la forma de Mentes.

La preocupación filial está pues, centrada en la certidumbre de la muerte de Odiseo, el único capaz de hacer que los dilapidadores de su fortuna prefirieran “tener los pies ligeros a ser ricos”, en caso de verlo retornar a Ítaca. Y si ésta es la actitud hacia el padre a quien no conoce, no es diferente el respeto que le merece Penélope, su madre. Otro de los rasgos de Telémaco es la prudencia y el valor heredados de su ilustre progenitor. A pesar de estar solo y enfrente de numerosos pretendientes, que se verían favorecidos con su muerte, se encara a ellos, encabezados por Antínoo, amenazándolos al invocar a las Parcas. Casi en cada intervención del joven príncipe aparecen rasgos de su carácter. Aun las más insignificantes circunstancias sirven de apoyo para ir definiendo su personalidad. Al llegar a Pilos, pregunta a Palas Atenea la forma de comportarse frente a Néstor, el rey. DATOS DOCUMENTALES / HISTÓRICOS Homero (Esmirna 725 a.C.): Nada seguro se sabe sobre su vida. Muchas ciudades se disputaron el honor de ser su patria. Existe una tradición que le supone ciego, pero este detalle es puramente legendario. Fue jonio, es probable que naciera en Esmirna, viviera en Quíos y muriera en Ios. Heródoto supone que vivió hacia 850 a. J.C.; nadie ha rebatido esta fecha. Se le considera autor de la Ilíada y de la Odisea, que suman, entre las dos, 27.800 versos. Los himnos homéricos y la Batracomiomaquia, que también le fueron atribuidos, son posteriores. La gloria de Homero fue inmensa. Ningún poeta ha sido objeto de una admiración tan constante y tan ferviente. La cuestión de la autoría: Quizá la hipótesis más verosímil y equilibrada sea la de suponer que existió realmente, hacia el siglo IX, un poeta creador o refundidor que dio forma literaria y unidad a unos relatos, orales y probablemente también escritos, que circulaban por Grecia desde hacía siglos. Los elementos básicos de estos relatos vienen, pues, dados por una tradición, pero parece advertirse la mano de un poeta individual que da cuerpo a este conglomerado. Este poeta del siglo IX debió ser conocido con el nombre de Homero, pudo ser ciego -éste es el significado de su nombre en griego-, pues los ciegos solían dedicarse al oficio de aeda, y quizá natural de Esmirna (lugar donde se funden los dialectos eolio y jónico, lo cual explicaría las características de la lengua homérica). Homero. Por J.Jex Martin: Poeta épico, autor de los dos más antiguos monumentos de la literatura griega, la Ilíada y la Odisea. Nada se sabe sobre su vida: tanto su nombre, la fecha y lugar de nacimiento, como su propia existencia, han sido objeto de disputa desde la más lejana antigüedad. Su nombre, que en griego significa [en griego moderno] rehén, quizá sólo sea un sobrenombre. De cualquier forma, se ha situado su existencia entre 1200 y 600 a.de J.C., aunque muchos eruditos estén ahora de acuerdo en que vivió en la segunda mitad del siglo VIII, alrededor de 725700 a.de J.C. En la antigüedad, no menos de doce ciudades reclamaban haber sido su cuna, pero es la isla de Quíos, en la costa de Asia Menor, la que sigue aún hoy siendo la favorita. En el siglo II a.de J.C. había varios investigadores que sostenían que había habido dos Homeros, uno el que había escrito la Ilíada, y otro, el autor de la Odisea. Estas opiniones estuvieron en el inicio de la famosa "cuestión homérica". Eruditos de los siglos XVIII y XIX creen que Homero o sus múltiples equivalentes vivieron antes de que se hubiera inventado la escritura y que el poeta o poetas habrían tenido que componer oralmente, e inventar poemas sólo en estrofas cortas que les permitieran un rápida memorización. Desde luego, la tradición oral de poemas no se ha perdido, como lo atestiguan los poetas iletrados que se encuentra aún en Yugoslavia y Chipre, capaces de componer poemas bien estructurados y tan largos como los 12000 versos de la Odisea. La temática de Homero es la Guerra de Troya, que tuvo lugar a finales del siglo XIII o comienzos del XII a.de J.C., y que hoy se considera un acontecimiento histórico y no un mito. Que Homero conociera o no este remoto período de la primitiva civilización micénica, explica mejor la tradición oral de la poesía épica. Sin embargo, a pesar de la oscuridad que rodea el período existencial de Homero, y a sus métodos poéticos, nada mitiga su fama. Los antiguos griegos le llaman simplemente "El Poeta" y le miraban con la más alta reverencia, y los siglos posteriores han seguido haciendo lo mismo, a pesar de que hayan existido algunos quisquillosos detractores.

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