Witold Kula- Teoría económica del sistema feudal

April 9, 2017 | Author: Otoniel Lopez Ortiz | Category: N/A
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Traducción de ESTANISLAO J. ZEMBRZUSKI

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Teoría económica del sistema · feudal/ , por/

Witold ~ula

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esparia a rgennna

szglo vezntzuno editores, sa AV. CERRO DEL AGUA 248. MEXICO 20. D.F.

s1¡jo llt'mtzww deesparw editores, St1 CALLE PLAZA 5. MADRID - 33, ESPAIinámica

a corto plazo

El cálculo económico de la empresa f-eudal

Afirmaciones tales como: "Cada época tiene sus propias leyes económicas" o "Para investigar una realidad diferente hacen fal ta instrumentos de investigación también diferentes" se repiten con frecuencia, pero generalmente sin reflexionar mucho sobre su contenido exacto. No obstante, estos enunciados son realmente justos y el haberlos subestimado ha dado origen a muchos errores de la ciencia. Enormes dificultades, si bien a menudo uno no se percata de ellas, surgen ante todo en el análisis del funcionamiento económico de la empresa feudall. El análisis de la empresa debería, en principio, proporcionarnos respuestas a dos preguntas: 1) ¿cuáles son los resultados objetivos de la actividad de la empresa, o sea si los productos elaborados por ella representan mayor valor que la suma de los bienes empleados en su producción? 2) ¿cuáles son los motivos y la orientación de la actividad del sujeto económico observado (y por lo tanto, probablemente, de sujetos análogos)? En este sentido, el análisis de la empresa es un método que puede y debe aplicar· se a cualquier sistema económico investigado. En cambio no se puede -según veremos a continuación- aplicar al análisis de la empresa feudal métodos elaborados para el análisis de la empresa capitalista. Los métodos de análisis de la empresa capitalista fu.eron utili1 Acerca de la aplicabilidad del concepto de "empresa" a la época pre capitalista, cf. W. Kula, Problemy í metody historíí gospodarczej [Problemas y métodos de la historia económica], cap. "Míkroanaliza 1".

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CAPITULO TERCERO

zados en el análisis de empresas no capitalistas en múltiples ocasiones, tanto en Polonia como en otros países, tanto con referencia al material histórico como en lo que respecta a países contemporáneos económicamente atrasados. Pero el efecto fue siempre un reductio ad absurdum. Para explicar este punto veamos los datos del balance económico de una propiedad señorial mediana en el sur de Polonia, que comprendía tres haciendas, en los años 1786-1798 (en zlotys: 1 zloty = 30 gr:osz 1 .

Ingresos en efectivo Egresos en efectivo Ganancia en efectivo Prestaciones personales (corveas) Otras prestaciones de los campesinos Suma de las prestaciones de los campesinos Valor de la propiedad Ganancia en metálico en % del valor Tasa de monetización* 1 uoty gastado reporta una ganancia anual de Gastos en efectivo del señor Aporte de las prestaciones personales Suma de los costos de producción (mínimo) Ingresos en efectivo del señor Pérdidas

13 826,20 3 988,14 9 838,06 12 703,10

7 388,27 3 354,22 4 034,05 7 223 18

6 980,03 4 373,06 2 606,27 4180,24

3 533,04

1290,24

330,15

16 236,14 160 000,-

8 514,12

4 511,09 61000,-

6,2% 24%

2,5 zl 3 988,14

32%

-

4,3% 51%

1,2 zl 3 354,22

0,6 zl 4 373,06

12 703,10

7 223,18

4180,24

16 691,24 13 826,20 2 065,04

10 578,10 7 388,27 3189,13

~~80,03

8 554,1573,27

* Relación porcentual entre los gastos en dinero y suma: gastos en efectivo + valor de las prestaciones personales. 1 R. Zubyk, Gospodarstwo folwarczne z koócem XVill w. (Economía de la hacienda señorial a fines del s. XVIII], en Studia z historii spotecznej i gospodarczej poswiecone pro{. dr. Franciszkowi Bujakowi, Lwów, 1931, pp. 227-261.

ll i N AMICA A CORTO PLAZO

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Como vemos, esta "empresa" es rentable y en alto grado. l~s rentable como quiera que analicemos el cálculo. Las dos reservas señoriales cuyo precio de compra conocemos, reportan anualmente más del 5%, y si se agrega las prestaciones de los campesinos en especie y en metálico, más del 7%. En el curso del año, cada zloty gastado reporta casi 1,5 zloty, o sea el 50% de los gastos corrientes en metálico. El capital circulante es relativamente reducido' (11 .716 zlotys 12 btrosz al año, ¡en tanto que dos de las tres reservas costaron . 221 000 zlotys! ) pero produce anualmente una ganancia neta de 16 479 zl. 8 gr. Agreguemos que los gastos en metálico en consumo personal de la familia del propietario son ínfimos, ya que ascienden apenas a 1 948 zl. 2 gr por añal . Pero la situación se presenta de modo totalmente distinto si la miramos desde el punto de vista del campesino. Las cargas anuales del campesino representan casi el doble de la ganancia anual neta del señor. ¡Así que los campesinos pierden mucho más de lo que gana el señor! ¡¿Qué ocurre con el resto? ! Calculando el costo social de producción de aquellas tres 1 El problema de la función del dinero en el consumo corriente de la pequeña y mediana nobleza terrateniente fue objeto de una disputa entre Ko rzon y Smoleñski. Este último impugnó la generalización de Korzon de que "la hacienda alimentaba y vest ía (al noble) prácticamente sin gastos en metálico". En apoyo de su crítica, Smoleitski cita datos de las cuentas do mésticas de la familia de Tomasz l:.fcki, señor de Unistawice, aldea de una veintena de hogares campesinos en la comarca de Wt oct awek, de 1792 a 1795. Tratándose de una familia numerosa, se gastó allí durante los tres años 14 200 zlotys en metálico. Por cuanto esta suma incluye 4 300 zlotys pagados por concepto de provisión a las hermanas, el resultado es de 3 300 zlotys por año destinados al consumo. Desgraciadamente, Smoleñski no cita los gastos en detalle, indicando solamente que en el año 1793 fueron gastados 438 zlotys 27 grosz en "mesa y otras necesidades vitales", y 2 861 zlotys 3 grosz en vestimenta, remuneración de los criados, impuestos y útiles de traba jo. Puesto que los impuestos y los útiles difícilmente pueden considerarse como gastos de consumo, los datos de S moleñski no son muy concluyentes. (W. Smoleñski, "Z dziejów we wn~trznych Polski za króla Stanisl awa Augusta" 1De la historia interna de Polonia durante el reinado de Estanislao Augusto], en Pisma Histo· ryczne. [Escritos históricos) t. l, Cracovia 1901, pp. 22·29, publicados por primera vez en " Ateneum" en los. años 1883 , 1884 y 1887). Korzon cita nsimismo, siguiendo a J. S. Dembowski (O podatkowaniu [De los impues· tos), Cracovia, 1 791) los gastos medi os de un noble que vive en la ciudad

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CAPITULO TERCERO

reservas según reglas capitalistas, habría que incluir al menos los gastos del señor destinados a la producción y el valor del trabajo aportado por los campesinos. El total asciende a 35 824 zl. 4 gr, mientras que el ingreso total monetario representa sólo 28 195 zl. 20 gr. Es cierto que la propiedad dejaba también una ganancia no monetaria, sobre todo en forma de consumo propio del señor y su familia, pero por otra parte no hemos incluido en los costos diversas inversiones no monetarias realizadas tanto por ·el señor como -sobre todo- por los campesinos. ~

sin mujer ni hijos y cuya entrada es de 500 zloty. Estos gastos anualmente se distribuían al parecer, como sigue: Carne: bueyes, terneros, aves Cerveza Vinos, café, azúcar, especias Sebo Ropa blanca, vestimenta, calzado Tabaco Lavandera, cocinero, criado, cochP.ro Total

418 zl. 48 zl . 4 7 5 zl. 174 zl . 1 0 3 2 zl . 84 zl. 1 672 zl. 3 895 zl.

22,5 gr. 6

gr.

28,5 gr.

(T. Korzon , Wewn~trz ne dzieje [Historia interna de Bolonia durante el reinado de Estanislao Augusto], T . IJ. p. 104 ). Los gastos que casi siempre se efectúan en metálico, independientemente de que uno viva en la ciudad o en el campo, o sea vinos, especias, tabaco, ropa y calzado, representan aquí apenas 1 591 zl. 6 gr . (un 40% del total), pero el que vive en el campo seguramente consume menos artículos de esta clase. Cuando se vive en la ciudad, el gasto que resulta ruinoso es la remuneración de los criados (un 43% del total), cosa que en el campo no entraña generalmente gastos en metálico. Finalmente, Jarosz Kutasinski (de la obra de F . S. Jezierski), dice de un pequeño noble de Pocllasie que éste "habiendo comprado hierro, herramientas agrícolas, zapatos y sal, estaba libre de todo gasto domésti co" (Jarosza Kutasinskiego herbu D\!boróg, szlachcica tukowskiego uwagi nad stanem nieszlachekim w Polszcze, 1790, 1Observaciones de Jarosz Kutasi:ñski del linaje de D',fuoróg, noble de la región de I:..uków, sobre el estado no nobiliario en Polonia! , en F. S. Jezierzki, Wybór Pism [Obras escogidas} , ed. Z. Skwarczynski, Varsovia, 1952, p. 87). De los gastos de con· sumo propiamente dichos queda aquí solamente el calzado y la sal. Es cierto que el autor quiere pintar el cuadro de una explotación rural primitiva de un pequeño noble de provincias. El carácter "natural" de la economía de la hacienda señorial llama la atención a cada paso. Cuando leemos las "instrucciones" o la correspon-

lii N AMlCA A CO RTO PLAZO

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Desde el punto de vista del señor, la propiedad es muy renta ble, ya que deja más de 16 4 79 zr 8 gr de ganancia neta (dec imos "más de", ya que nQ podemos determinar la ma gnitud de los beneficios monetarios). Pero de incluirse el costo del trabajo campesino utilizado en la producción, el balance arrojará una pérdida anual de 7 618 zt 14 gr, que en realidad es mayor aún, sólo que no estamos en condiciones de determinar el valor de las inversiones no monetarias (por ej. la conservación de los útiles de trabajo y del ganado en las explotaciones campesinas). Por último si incluimos el valor de las otras prestaciones de los campesinos (aparte del trabajo), la pérdida anual alcanzará 12 782 zi 27 gr. No obstante, la "empresa" funciona durante años y no llega a que brar ni mucho menos. Su propietario lleva una vida lujosa y no limita sus gastos monetarios. Su caja rebosa de caudales (anualmente ingresan en ella 16 478 zl 8 gr de ganancia neta en metálico, mientras que sus gastos en metálico con fines de consumo alcanzan apenas 1 948 zl 2 gr). Tampoco nada indica que la propiedad se vaya desvalorizan do' · Naturalmente , no puede desc artarse la pauperización de las explotaciones campesinas obre la cual callan las fuentes- pero con seguridad son más frecuentes los casos en que esto no ocurre. El señor puede vende ncia de la época con cernie nte a las cuestiones económi cas , en todas partes tropezamos con esta regla suprema de la bue na administración de los bienes: evitar los gastos en metáli co. Cuando se leen los inventarios, se Liene a veces la impres ión de que se t rata. de una verdadera obsesión, al ' o ta rse con qué minuciosidad son registrados hast a los goznes aherrumbrados o "algo daii.ados" de las puertas (W. Kula, Sz kice o m anufakturach 1Ensayos sobre las m ;onufactura.s], pp. 70-71 ). "Cada objeto po r el que hay que pagar en m e t álico -dice Ba ranowski refiriéndose a la nobleza , si bien es cierto q ue se trat a de una rebrión pobre como es la de Podlasie en el siglo XVI- cobra un valor especial ; los nobles no tienen reparos en entablar un pl eito y hasta en ape lar al re y, por e jemplo, a causa de dos hachas o de un vest ido de paño rojo" (l. ·T. Baranowski, Podlasie w przeded niu Unii Lubelskiej 1 La región Podlasie e n vísperas de la Uni ón de Lublin 1 en Pt-zeglad Historyczny, VII, pp. 53-54). 1 Po 1· casualidc d conocemos la h isto ria. ul terior de la familia del propietar io; de las mem orias de su hijo, que se ha n conservado , sabe m os que éste llegó a ser un hombre bastante aca ud alado . M_ Smarzewski, Pamielrlill, 1809-1831 [Memorias, 1809-18311, Wroclaw 191)2, p . VIII, 21, 130 .

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C A!'I'l'l ' LU

T~: HCERU

der su propiedad en cua"lquicr momento y el precio que reciba por ella dependerá únicamente del juego de la oferta y la demanda de propiedades rurales en el memento dado. Buscando índices adecuados al caráder específico de la empresa analizada hemos aplicado, come¡ se ve, algunos coeficientes "inusitados": 1) calculamos la relación gastos monetarios con fines productivos -ganancia monelaria neta, en otras palabras, calculamos cuánta ganancia anual neta reporta un zl oty gastado con fines productivos; 2) calculamos aquello que hemos llamado "tasa de monetización de la producción", o sea el índice que ha de mostrarnos la importancia de los gastos productivos en metálic o dentro del conjunto de los gastos productivos, y al no poder calcularlo co n toda exactitud consideramos como aproximación verosímil la relación entre los gastos monetarios y la suma de éstos más el valor de las prestaciones personales . El primero de estos índices es relativamente verídico, puesto que la contabilidad de Jos nobles - despreocupada en materia de inversiones no monetarias-- registra escrupulosamente los ingresos y egresos monetarios. El segundo de estos índices es con toda seguridad exagerado, puesto que conocemos con suficiente exactitud los gastos monetarios, mientras que los gastos productivos globales eran seguramente mayores que la suma de los gastos en metálico y del valor del trabajo aportado por los campesinos. Pero dado que los gastos no monetarios aparte del trabajo existían en cada reserva, este coeficiente conserva su valor informativo. Cabe recalcar que los datos presentados sugieren que existe una relación inversa no sólo entre el grado de monetización del proceso de producción y la rentabilidad monetaria (cosa nada extraña ya que se desprende del supuesto mismo) sino que también entre el grado de monetización y la rentabilidad en general. El coeficiente de monetizaciófl de la producción es del 51~:,

111 NAMICA A CORTO PLAZO

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,.n iVIoczerady , mientras que en Izdebki sólo del 24 %, pero un 1.loty invertido en la producci ón rinde en lzdebki 2,5 zl de l''mancía neta, mientras que en Moczerady sólo 0,6 zl, y la utili dad que produce el capital invertido en la compra de la hac·ie nda representa un 6 ,2 % en Izdebki, mientras que en Moczerady sólo un 4,3%. Esta importante cuestión exige, por supuesto, una verificación basada en un material más amplio 1 • Pero volvamos al problema de la rentabilidad de la empresa. l ~n el ejemplo citado, la empresa investigada resultó altamente rentable cuando tomamos en cuenta sólo el aspecto monetario, y claramente deficitaria cuando incluimos en el cálculo una estimación de los costos no monetarios. Este resultado lo podemos considerar tí pi co .:o. Semejantes resultados los obtendremos casi siempre cuando analicemos una empresa feudal. Este problema, en apariencia relativo a la técnica de investigación, en realidad es mucho más am plio y alude a cuestiones teóricas fundamen ta les. Por un lado, atañe a todo tipo de empresa cuya actividad no se basa en el trabajo asalariado3; por el otro lado, remite a una cuestión de carácter esencial: al cálculo económico y a la racionalidad de las decisiones económicas en sistemas que no se basan en ei libre juego del mercado. 1 Las cifras citadas impli can que al ca bo d e t: uat ro aü os aproximadaf!lcnte , el propietar io pocl ía t:o mprar un a cuarta ha cienda de l mismo valor que 1vloczerady. ¿Era réalmente as í? ¿Qué ocurriría si todos Jos propie· t.arios de hac iend as medí · nas p udiese n extender s us propiedades a un ril · rn o semejante') Incluso si e xcluimos a los que era n eliminados a causa de las catástr ofes y catacli s mos, qu e no eran raros ni much o menos, los prec io s de la tiena de berían de aumentar rá pidamente. Por desgraci a , nuestro conocimien to de la fluc t uac ió n de los prec ios de la tierra en la anl igt1a Polonia es sumamente limita do . .! A concl us iones análo gas llegó PuczyÍlsk i, quien inves tigó la historia de estas mismas haci e ndas du ra nte las tres déca das siguientes. B. Puczyñs ki , "G os pod a rstwu fo lwarczn e z pocz. X I X w . na po dsta w ie ks iw i wc h unkowej . marzewskich z l\lo cz.erad. 1798-1 828 " 1 La h ac ienda señorial a p rin ci pios d el siglo XIX, en base a l li bro de cuentas de los Smarzewsk i de l'vloczera dy , 1798-1 R28 1. Rocznilli dziejów . de una vidriería constituirá el único modo económicamente fundado, y de cualquier manera rentable, de utilizar aquella madera. Razonando en simples términos de oferta y demanda a escala de la economía nacional, es perfectamente posible una situat; ÍÓn en la cual la oferta sea superior a la demanda en el conjunto de la economía, mientras en el sector comercializado ocurra lo contrario: la demanda sea superior a la oferta. Traduciéndolo al lenguaje gráfico: 11 dicional

"'-&?2aLLL.LL.I.'---------' Oferta

~""' """"''-"-"-L.LLA----''

Demanda

La parte rayada representa la oferta y la demanda por el mel,'cado.

Con toda seguridad, es así que se presenta a fines del siglo

XVIII el problema del factor más importante de la producción, o sea la mano de obra. Por una parte, tenemos numerosos ejemplos de desperdicio de la mano de obra campesina en la economía latifundista, por otra, los precios de la mano de obra libre alcanzan en el mercado un nivel relativamente alto 1 • Pues1 Rutkowski afirma que los elevados precios de la mano de obra asala· ri ada limitaron su empleo en las ha\!i en das de Ucrunia occidental; Zabko·Polopowicz analiza un fenóm eno análogo en las tierras li t uanas (J. 11utkowski , Studia z dz iejów w.~i polskiej X VJ-XVJI.I w. 1Estudios sobre la historia del campo polaco, siglos XVI-XVIII], ed. W. Kula, Varsovia,

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to que la abrumadora mayoría de los brazos existentes en el país están ligados por la servidumbre, en el mercado del trabajo aparece una parte proporcionalmente insignificante de la mano de obra; comparada con ella, la reducida demanda del trabajo asalariado viene a ser relativamente considerable. Y si ahora evaluamos toda la mano de obra empleada en la reserva según los altos precios del mercado, llegaremos forzosamente a la con . clusión de que la reserva era deficitaria y no podría subsistir sin la servidumbre. Al parecer, situaciones análogas se producían muy a menudo también con respecto a muchos otros factores económicos. La evaluación monetaria -a precios del mercado- de aquellos elementos que integran el proceso de producción sin pasar por el mercado, o de los frutos de la producción que no van a parar al mercado, se apoya en varios supuestos que pecan a ojos vistas por falta de realismo: 1) se supone la existencia de un precio de mercado relativamente uniforme para cada uno de estos elementos, con la mano de obra en primer lugar; 2) se supone que todos los elementos y todas las categorías de la mano de obra poseen un valor económico y un precio que permite medir este valor; 3) se supone que el "empresario", organizador de la actividad económica y propietario de los medios de producción, tiene siempre la posibilidad de elegir entre vender el artículo dado en el mercado a precio corriente y utilizar este artículo en el proceso de producción. Además, la 1956, p. 124; Zabko-Potopowic-.;;, Praca najemnn i najemnik w rolnictwie w Wielkim Ksii=.o \o 10io bOtodoo.,¡ool

'~r"::":~""'o.

Si.Jao>t"'or

.........,....,o~>ooj..,..,,.

__

-ol)lo•-•I N AMlCA A Cl) l tTO P LAZO

i\ii os mejores

i\ños peores

Cosecha

Precio

Producto

5,8 5,8 4,6 2,2 2,u 2,8

40,2 49,0 75 ,5 120,0 85,4 70,0

233,16 284,20 347,30 264,00 222,04 196,00

1592 1593 1603 1604 1597 1616

En consecuencia, durante los años peores tenemos:

un rendimiento medio igual a 2,5 granos de cereal por grano sembrado, un precio medio igual a 91.,6; y durante los años mejores: un rendimiento medio igual a 5,4 granos de cereal por grano sembrado, un precio medio igual a 54,9. Para tornar concluyente la comparación debemos referir ahora a una base común estas magnitudes. Si suponemos 100 las magnitudes correspondientes al año peor medio, las magnitudes correspondientes para el año mejor medio serán: rendimiento igual a 216 precio igual a 60 producto igual a 129,6 con lo que el prodúcto del rendimiento multiplicado por el precio es superior en 114 al que tenemos en el año peor medio. Pero de este modo confrontamos el rendimiento y el precio, y no la masa de mercancías y el precio. Para acercarse a la realidad, admitamos por lo tanto que de la cosecha total corresponde sustraer un grano para la siembra del año siguie nte, y otro para el autoconsumo l. Por ello sustraemos de cada cosecha dos granos para acercarnos a las oscilaciones de 1 Este procedimiento n o es arbit rario. De esta manera procedieron los inspectores al evaluar el ingreso de la hacienda de Mlawa en 1777. Cf. Lus lracje Plockie, p. 130.

126

CAPlTULO TERCERO

la masa de mercancía, las cuales, como sabemos, son mucho más violentas que las oscilaciones de la cosecha. Vemos entonces que: en los años peores se destina a formar parte de la ma
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