Wallerstein, Immanuel. Historia y Dilemas de Los Movimientos Antisistémicos PDF

July 28, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download Wallerstein, Immanuel. Historia y Dilemas de Los Movimientos Antisistémicos PDF...

Description

 

Capítulo i. H is istori toria a y dil dilem em as de llos os m ovi ovim m ient ientos os   antisistémicos 27 E l n a ci m i e n tto o de los m ovimientos s   antisistém antisi stém icos y sus debates estratégi estratégicos cos   en los añ os de 1789 a 1945 Desde sus primeros años, la economía-m undo capi capital talis ista, ta, que 11111 cion a desde des de p or lo m en os h ac e c inco siglos, ha pro voc ado ad o sie siem m pre fuer! fuer! 1■ . resistencias por parte de los trabajadores, y ello ba jo forma s diversas: diversas: n  vu  v u e lta lt a s c a m p e sin si n a s, m o tin ti n es de h a m b re, re , m o v im ie ien n tos to s m es esiá ián n ic ico o s, e ¡11 cluso diversas formas del bandidismo social. Pero es hacia el siglo XIX que, po r prim era vez, se han h an con stituido m ovim iento s antisistémico an tisistémicos, s, |> líri lí ricos, cos, organ izados y du rables, lo que h a sido una n otable creación social, social, a la cual no obstante y durante mucho tiempo, se le ha dado muy poca atención, atenci ón, además de no hab erla analizado tampoco suficient suficientemente. emente. Esta creación de un instrumento del cambio social, si bien se lia revelado como algo muy eficaz, ha conocido al mismo tiempo ciertos límites. Y es esta realidad contradictoria, doble, la que puede explicar el curioso fenó m eno que se desarrolló desp ués de 1945. En efect efecto, o, niie niien n tras que du ran te este pe riod o de la la se gun da p osg uerr a estos m ovim iicc 11 tos parecían estar más fuertes q ue nunca, es en esta m isma época cuan do se han m anifest anifestado ado las dudas más grandes respecto respecto de su capacidad capacidad para alcanzar sus propios objetivos, paradoja aparente que resultaba de las p resio ne s co ntra dicto rias nac idas tanto de la e structu ra coin\niiliu .i in intern ternacio acional nal fa favo vorab rab le, qu quee les pe rm itiese itie se en cont co ntra rarr aliad os ' 1111 r I,i: i:,, i', i',i; i;111¡ira la victoria, y este a xio m a ha ssido ido la bas e de la estr e strate ate gia de tod os I ■movim ientos de cierta imp ortan cia a partir de es esta ta,, fecha. Algun os di1nn, inclus incluso, o, que esta lección fue de m asiado bie n com prendida. Naturalmente este principio no fue admitido de entrada sin diseusión. Muy por el contrario, entre 1848 y la insurrección obrera si•uirnle, •uir nle, la de lla a Com una de París en 1871, la discusión fue in tensa y se l n' n'II. o izó, izó, de un lado , en el d eba te en tre los m arx istas y lo s an arq uis tas en el seno de la Prim era Internacional, fun da da en 1864, y de otra par le le.. entre los marxistas y los proud hon ianos. I’ara los los proudh onian os, la salida co nsistía en salirse y ubicars e fuera del circulo de las relaciones de la producción capitalista, y para los ¡1narquista s el objetivo era la dest destrucc rucc ión de l Esta do, en tanto que qu e base de I*>tl< tlel sistema; sistem a; ttales ales era n los verd ve rd ad er eros os m ed edios ios de re realizar alizar,, se gú n ellos, los objetivos de la clase obrera. Por su lado, los marxistas juzgaban que dicho ret retir iro o sería una estrat estrategia egia destinada al fracaso, fracaso, y de ningu na manera .i .ilg lgo o progresista; y en cuanto a la la destru cción del E stado, ella no sería tan láci lácill de cum plir com o lo creía nl os anarqu istas. En lugar de estas dos vías, lo que los marxistas proponían era más bien una empresa metódica de conq uista del poder del Estado, apoy ándo se en el poten cial revolucion ario t le aquellos que “no tienen n ada q ue perder, m ás que sus cad ena s”, es de cir la cl la clase ase del proletariado industrial industrial. . P ello oniend el acento sobre del la organ i zación colect colectiva, iva, despreciaban tod o aqu queo parecía derivar indivi dualismo, no obstante, sin rechazar la moral del trabajo; aunque conciItie Itiendo ndo que esta últim a d ebería de ser aplicada, específicame nte, sólo por aquellos que estaban dispuestos a emplearla al servicio del bien común. I-as estrategias proudhonianas y anarquistas eran consideradas no sola mente como ineficaces, sino también como posiciones que fácilmente se prestaban a derivar en una vida de bohemio, a degenerar en comporta mientos similares o próximos a los del lumpenproletariado, o dicho de »>t ra ma nera, a com po portam rtam iento s irresp on sab les y políticam po líticam ent entee dud osos. Por el contrari contrario, o, pa ra los m arxistas, el camb io social d ebería ser el resulta do final de esfuerzo esfuerzo s rigurosos y conscientes.

 

linmanuel Wallerstein

4

Tam bién es necesario considerar considerar que la la C omu na de Parí Paríss fue desd

mucho s puntos de vista un acontecimiento acontecimiento sorprendente, po rque ella n nació de un a emp resa m etódica y consciente, sino m ás bien de un a si sittu;: ción política particular: particular: la de la derrota de Fra ncia en la guerra de 1870, e contra de Alemania. Alemania. Es claro que la Com una sería destrui destruida da y m asacrad por un a fuerza armada, d erivada de una alianza de llas as clases clases dom inante francesa y alemana. Pero no es menos cierto que esa Comuna nos habí dado la prueb a de la la ca pacidad de las las clases obreras para organ izarse rápi rápi da y a decuad am ente en el contexto de una situación revolucionaria, moví lizando en torno de ella un amplio apoyo de las masas, y mostrándos como particularmente particularmente apta para la creación creación y la inventividad social social..  Y sú b it itam am en te, te , ella el la h a d a d o ta t a m b ié ién n u n se sen n tid ti d o co con n cr cret eto o al co conc ncep ep to de “dictadura del proletariado” (un sentido pasajero, evidentemente concepto destinado, destinado, a partir de ese momento, a tener una m uy larga larga vid? vid?  Y es así as í q u e en 1872 18 72,, los lo s m arxi ar xist sta a s ve v e n c e rán rá n d ef efin init itiv iva a m en te en el se n o d la Internacional sobre los los an arquistas bakuninistas, aunque la Intern ado nal misma, que ha reunido en su seno a un co njunto de movimientos má  bie  b ien n d ébile éb iles, s, se a p agar ag ará á c u at atro ro a ñ os de desp spu u és és,, al igu ig u a l qu e v a r ios io s de eso es o movimientos débiles. Entonces, en el periodo siguiente, y en sustituciói de esta Primera Internacional, en la mayor parte de los países de Europ; Occid ental se organ izarán pa rtidos ob reros sólidos y m etódicos, lo mis un que poderoso s sindicatos. sindicatos. Y ambos, estos partidos y estos sindicatos, sindicatos, se rán los que constituyan la base de la Segund Seg und a Internacional. De este modo , entre 1870 y 191 1914, 4, y com o el debate sobre la orga nización política había sido ya resuelto, las discusiones se centraroi sobre tres tipos de problemas nuevos.

1. no En uno la mayo parte de los eu ropeos, o desde ese mentó sinor dos tipos de Estados organización de la hub clase obrera, demo ui lado sindicatos, y del otro partidos socialistas; ambos reclutaban su; adhe rentes en los m ismos secto res, su personal dirigente se sobre sobrepon!; pon!; a veces, pero eso no impedía que se mantuvieran como organizacione: distintas y dentro de campos de acción diferentes. Los sindicato: actuaban en el seno de los lugares de trabajo, y sobre todo dentro de campo de la “economía”, luchando por arrancar a los patrones capita listas lo que los obreros consideraban como sus propios derechos. Su: m edios de a cción eran, de un lado la huelga, la la presión sob re llos os patro nes por medio de la interru interru pció n de la produc ción, y del otro otro las negó

ciacion es, directas o po r la interm ediación de las autoridades políticas Por su lado, los partidos socialistas actuaban en el cuadro de la es tructura estatal y del dominio “político”, luchando por arrancar aquello ;

 

.

I•

. los socialdem ócratas y los c om unistas, un a vez en el poder, han pues lo en prim er luga r la exige ncia de su prop ia sobrev ivencia, p or encima «I-l

H i s tto o r i a y d i l eem m a s d e l o s m o v i m i e n t o s a n t iiss i sstt é m i c o s

iliteratas que debían apoyar las luchas de esas “minorías”. Aunque una  v  vez ez.. ll lleg egad ados os al po d er er,, h a n se g u ido id o el m is ism m o ca m ino in o q u e h hee m o s m e n c io n a do antes: antes: ciertos pequeñ os m ejoram ientos inici iniciales ales]] por lo que se refie refiere re a la políti política ca de inmigración, de la lucha en co ntra de los “ab uso s” poli policíacos, cíacos, s, vale la pena agreg ar la em presa m ism a de Go rbach ov, la qu e n ece sitará sit ará d dee un cierto cierto ti tiem em po p ara de splegar todos sus efectos, sin q ue podamos por ahora saber si ella ella perm itirá itirá de una m ane ra durable, la ins ins lauración lauraci ón de una verdad era vida p olítica olítica pública. pública. Por su parte, los movimientos antisistémicos del tercer mundo tienen un tipo totalmente diverso de preocupaciones. Lo que ellos han puesto en cuestión, cuestión, p or encim a de todo, todo, es la asim ilación c ultural a los  va  v a lo re s “ u n iv e r s a l is t a s ” d e l O c c id e n te , r a s g o q u e se e n c u e n tr a p r e s e n te, según ellos, en los movimientos de liberación nacional que han logrado llegar al poder. Y es posible que esta característica hubiese sido aceptada, si esos movimientos hubiesen sido capaces de presentar un  ba  b a la n c e s a t is f a c to r io d e lo g r o s y c o n q u is t a s s o c ia le s , p e r o e s te n o h a sido para nada el caso. La miseria, la subordinación a las políticas

 

Im m a n u e l W a l l e rs t e i n

 

/

neocoloniales, la emergencia de nuevas capas de privilegiados, son to-

dos elementos que conducen a dudar de las premisas de estos movimientos históricos, e incluso de los más “radicales”.  Y es m u y g ra n d e el n ú m e ro d e esto es toss n u e vo s m o v im ien ie n to s de l ttee rc rcer er mundo, que han revestido una forma religiosa, con los “integrismos” o “fundam entalismos” mú lti ltiples ples del Isla Islam, m, pero tam bién del budismo , de dell hinduismo , del judaism o, d el cri cristi stianismo, anismo, y todos ellos ellos desplegando po líticas tic as que son profun dam ente am biguas. Ciertamente, en América Lati Latina, na, la Teología de la Liberación se presenta hoy como abiertamente antisistémica. Pero en Irán, por ejemplo, o en otras partes, el Jom einismo parece osc ilar violentam ente entre cier ciertos tos ttem em as an tisist tisistém ém icos y o tros que son muy explícitamente reaccionarios. Es muy posible, no obstante, que esta form a religi religiosa osa sea pronto trascendida por esos m ovimientos, al verse colapsada por sus propias contradicciones, contradicciones, como en su m om ento ffue ue trascendida tam tam bién la form a de la Revolución Cultural China por ese mismo motivo. Tam bién hem os vi visto sto fl florecer orecer numerosos m ovimient ovimientos os com unitarios, tanto por ejemplo en Brasil como en la India. En todo caso, y más all allá á de esta vari variedad edad de formas, los esfuerzos po r construi construirr nuevos géneros y nuevos tipos de movimientos dentro del tercer mundo, está destinada a continuar, continuar, y es prob able que esos m ovim ientos sigan creándose, por lo lo m eno s en parte, en torno de est estee tem a del rechazo del “un i ve  v e r s a l is m o ” o c c id e n ta l, i n c lu y e n d o a v vee c e s t a m b ié n a su p r o p ia v e r s ió n marxista. En total, en mu y poco tiemp o, y esencialmen te después de llos os años sesenta, sesent a, en lugar de tres ttipos ipos de m ovimientos antisi antisistémicos stémicos tenemo s ahora seis, que incluyen a los los tres ti tipos pos antiguo s, m ás llos os nuevos m ovimientos sociales en Occidente, los movimientos antiburocráticos en el Este, y los movimientos en contra de la occidentalización en el tercer mu ndo. Cada unos de estos m ovim ientos es mu y crí críti tico co respect respecto o de los otros cinco, pero continúa habiendo ciertos temas comunes a los tres tipos de movimientos antiguos, y otros que son compartidos por los tress ti tre tipos pos de m ovim ientos nuevos. Tam bién los m ovim ientos antiguos han respondido a llas as crí críti ticas cas formuladas en contra de ellos por parte de los nuevos movimientos, cada uno dentro de su propia zona de influencia. Así, los socialdemó cratas crat as han po stulado que las exigenci exigencias as de los nuevos m ovimientos sociales son poco razonables y que corren el riesgo de amenazar las conquistas de una luch a de más de un sigl siglo, o, den tro del ámbito de lo soci social. al. Los com unistas han acusado tam bién a los movim ientos antiburocráticos, de am ena zar lla a estab ili ilidad dad d el Estado, y de poner en peligro todo el

 

H i s tto o r i a y d i llee m a s d e l o oss m o v i m i e n t o s a n t iiss i s ttéé m i c o s

iub ubut utee m mun un di dial al e n c on tra de l sist em a c ap ita list a. P or su la d o , lo loss na cionalistas del tercer mundo ya en el poder, han acusado a esos movi-

mientos en contra de lla mientos a o cciden talización , de de sab otear las po sibili sibilida da des de transformación económica, y de llevar a cabo una acción que sólo sól o puede desem bocar en el estancam estancam iento de la sociedad.  Y e sto st o n o es t o d o , p o r q u e c a d a u n o d e e s o s n u e v o s m o v i m ie n t o s muy crítico crítico en relación relación a los los otros dos tipos de n uevo s m ovim ientos, es

los decir, que generalmente son más acusados delos unaintereses suerte de provincianismo, de no ocuparse que de particulares de su

es

i i'spect 'spectiva iva zona de influencia. Y cada uno de estos nuevo s ti tipos, pos, es igualmente muy crítico respecto de los dos tipos antiguos que actúan fuera de su su zona, acusándolos de no ser au ténticam ente antisist antisistém ém icos, y de Imscar nego ciar con el grup o en el po de r en su área resp ectiva, en luga r (le darle darle apoyo a los nuevo s com bates an tisistém tisistém icos. Y finalm finalm ente, cada Iipo antiguo es mu y crít crítico ico de los nuevo s m ovim iento s fuera d e su zona, porque ellos no han adoptado su propio método para combatir al tipo mil ig iguo uo de m ovimiento que se en cuentra ubicado en su respe ctiva zon zona. a. Kn resum en, con estos seis tipos de m ovim ientos, se tiene la im pre sión de asistir cada a una suerte guerra de todos todos, en argu donde no obstante, uno de los losdeadversarios parececontra tene r de su su llado ado m entos más o menos convincentes... Pero también existen ciertos trazos comunes, en cada uno de estos dos grupos de movimientos, constituido cada uno por una tríada. Por lo que corresponde al grupo de los antiguos movimientos, hemos  vis  v isto to y a q u e e llo ll o s t ie n e n e n c o m ú n l a e s t r a t e g i a f u n d a d a e n e l o b je t iv o de la conquista del poder del Estado, antes que nada y por encima de l (id ido, o, y luego, luego, la tran sform ación social com o un a co nsec uen cia ulterior de esa esa conq uista del poder. Y ya hem os visto visto tam bién que esta estrategi gia a logró condu cir a ci ciertas ertas ref reform orm as, sin sin duda, pero que m ás ad elant elantee condujo claros clar  A h osiempre r a b ie n ,tam es pbién r e c isaa m e nos t e impasses. el r e c h a z o d e e s t a e s t r a t e g ia lo q u e constituye el trazo común de los “nuevos” movimientos, expresado en algunos como un ci cierto erto escepticismo, escepticismo, y en otros como u na deneg ación explícita explícit a de toda legitim legitim idad y toda eficacia de esta estr estrategia. ategia. De ma i ic icra ra que cua ndo los “antigu os” mo vim ientos d em anda n qu e se les deje más tiempo para extende r su acci acción, ón, a todo lo largo y ancho del plane ta, para que los los prob lem as actuales pu ed an ser realm ente resue ltos, los los nuev os” m ovim ientos les respo nde n gritando: gritando: ¡Y ¡Ya a Basta! Porqu e estos nuevos movimientos no quieren ya seguir sacrificando el presente en aras del futuro. Es necesaria entonces una nueva estrategia, dado que la antigua ha fracasado. Pero justamente los “nuevos” movimientos,  

I m m a n u e l W a ll ll e err s tte e in in

 

7.1

hasta este momento, no han logrado elaborar aún esta nueva estrategi gia, a, de un a m anera clara y convincente. convincente.  Y es a q u í qu e r e s id e la “ c r is is ” d dee los lo s m o v im ie n t o s a n ti tiss i s té m ic o s , en el hecho de que en el lugar de la estrategia de los “antiguos” movi-

mientos, cuyos logros se han revelado finalmente como bastante equí  vo  v o c o s, lo s “ n u e v o s ” m o v i m ie n to s n o h a n p o d i d o to d a v ía i n v e n t a r u n a estrategia alternativa viable, y en consecuencia, han sido hasta hoy incapaces de m ovili ovilizar zar un apoyo de masas organizado y durable durable.. ¿Es posible avizorar la resolución de esta crisis? Al respecto, debemos hacer notar un dato positivo: el hecho de que 1968 y sus diversas consecuencias, han tenido un efecto hasta cierto punto purificador sobre todos los movimientos. Antes de esta fecha de 1968, se vivía entre esos movim ientos una atmósfe atmósfera ra de violentas denuncias m utuas, y de guerra guerrass fratricidas, tanto en los antiguos co como mo en los nuevos. P Pero ero después de 1968, la rigidez rigidez ideológica de llos os dog matism os, antiguo s o nuevos, de los unos y de los los otros, ha sido quebrada. Para los antiguos, a parti partirr de lla a du ra crít crítica ica de los nuevos, y para los nu evos, por sus pro pios fracasos. De tal suerte, suerte, se abrió abri ó un espacio para la reflexión sin anatemas. Por eso en los los años ochen tas, hem os asistido a las prim eras discu siones serias entre estos movimientos, constatando que la arrogancia de cada u no de ell ellos os había ba jado de nivel — —sin sin que eso quiera decir que todas las las descon fianzas han des apare cido— , en la medida en que ttodos odos el ellos los rretornan etornan h acia ssu u heren cia común. Y se ent entiende iende que esta heren cia consiste, en el rechazo de todas las injusticias d el sis sistem tem a existente, de la econom íam un do ca pitali pitalista, sta, y que eso hace que cada uno de el ellos los  s logg a n   de la Revolución Francesa: Liintente realizar plenamente el  slo  be  b e r t a d , Ig u a ld a d , F r a te r n id a d . Ciertamente estas consignas han sido comprendidas, frecuentemente, en un sentido demasiado estrecho, pero finalmente los movimientos que las han invocado han tenido un gran apoyo popular, y lo han tenido porque eran antisistémicos. medida en que ellos ell os han dejadoellos de ser antisistémicos, hanPorque p erdidoensulalegit legitimid imid ad, haciendo nacer y suscitando de inmediato la oposición en contra de ellos. Lo que nos m uestra en qué d irección irección es necesario que avancemos: primero, hacia la creación creación de u na familia de movim ientos antis antisist istémicos, émicos, en el seno de la cual habrá lug ar para ca da un o de los se seis is ti tipos pos existente existentes. s. Esta fam ilia deberá ser una especie de coalición, que no rrepose epose para nada sobre una cen tralización fuerte, llo o que im plicaría fatalmente la hege m onía de un cierto tipo de m ovim iento sobre los restantes. 1)e otro lado, cada uno de esos seis tipos de mo vim iento in incluye cluye en su seno a personas o a el elemen emen

 



7 1

H i s t o r iiaa y d i lem l em as d e l os o s m o v i m i en t o s an t i s is is t ém i co s

I

que todos los gobiernos revolucionarios, uno después de otro, han ido descubriendo la en orme ca ntidad de cosas que su su Estado individual no podía hacer, aún cuando d etentara ese famoso m onopo lio lio de la violencia legítima. Porque todos esos revolucionarios en el poder, se han enfrentado a los los lím lím ites im im pue stos “desde afue ra”, o dicho de otra otra m anera, a las presiones político militares de los otros Estados, sea directamente pero también indirectamente, es decir, de las presiones reales de las otras fuerzas que trascienden a ssus us fronteras. Y tam bién se han han  vis  v is to c o n f r o n t a d o s a lo s lí lím m it e s im p u e s t o s “ d e s d e a d e n t r o ” : a lo s in t e reses privados y colectivos de los cuadros del régimen, que proseguían en la búsqueda de sus propios fines, al someterse, de grado o por la

fuerza, a la lógica lógica m ás globa l del sistem sistem a m und ial del cual ellos ellos seguían siendo parte; pero también, a los intereses de otras clases, las que incl cluso uso cuand o no hab ía otros otros partidos fuera del único parti partido do go berna nte te,, en contraban las vías y los m edios para ex presarse y para lograr presionar en contra de esos Estados. Pero entonces, y si más allá de su importancia, la conquista del poder del E stado no pu ede ser la la clave de todo ¿cuále ¿cuáless son los objetivos objetivos a mediano plazo que pued en fijarse fijarse los actuales actuales m ovimientos antisi antisistéstémicos? Pod ríamo s com enzar por reconocer que existen otros otros lugares y otros espacios de poder, distintos al Estado, aún cuando este ocupa un espacio y un lugar de gran dimensión. Por ejemplo, el control de los recurso s econó m icos, es otro de esos espacios. Despu és, como nos lo h ha a recordado siempre G ram sci, sci, existe el el dom inio inio de las instituciones instituciones culturales, adem ás de todo un conjunto de estructuras institucionales institucionales no estatales: como la prensa, la escuela, la asistencia pública, los sindicatos, las asociaciones. También, y más allá del poder central, existe el poder de las colectividades locales. Así que si tenemos en cuenta este aspecto aspect o difuso difuso del pod er concreto, entonces verem os que la la conquista conquista del poder po r parte de la fam il ilia ia de estos m ovimientos antisis antisistémicos, témicos, implica mucho más que esa sola conquista del poder del Estado. Esta conquista, si bien no es secundaria en importancia, puede ser tal vez una co nqu ista posterior en cuan to a la sucesión cronológica. cronológica. Y es po si ble  b le q u e , a d if ifee r e n c ia d e lo q u e h a b ía m o s c r e íd o , se a m á s b ie n la con co n quista de todo el resto de los espacios el que sea la clave clave del con trol del del Estado, y no a la inversa. inversa. En cualquier caso, caso, nuestra estrategia debe rep osar sobre una vi sión sión globa l, más allá allá de la solidaridad internacional puram ente verbal verbal que fue vigente hasta hoy, visión global que construya realmente una política en escala mu ndial que sea efectivamen te puesta en práctica por todos los m ovim ientos antisistémicos. antisistémicos. E sta es una tarea que queda aún aún

 

7f>

H i s to to r i a y d il i l e m a s d e lo l o s m o v i m i e n to t o s a n t is i s i st st é m i c o s

por const por construi ruir, r, pero es quizá un a con dición ne cesaria de la nuev a e strate tegia gia,, porque ho y hace falta una acción efec tiva en la dimen sión de una política polít ica realmen te m und ial. i  A p a r ti r d e a h o r a , u n d i á lo g o s e h a e s t a b le c i d o y a e n t r e lo s m o  vim  v im ie n t o s , y n o e s a b s u r d o p e n s a r q u e e s e d i á lo g o d e s e m b o c a r á e n u n nuevo acuerdo, concerniente a la cuestión de la estrategia. Se trata menos de un “nuevo punto de partida” que de un análisis crítico de las experiencias experiencias pasadas y de las las d errotas presentes, para lograr p reservar las conquistas ya alcanzadas dentro de las luchas del periodo 18501950, 1850 1950, y para agreg arles a el ellas las una do sis imp ortante de llas as nu e vass p e r s p e c ti v a s d e riv  va ri v a d a s de la lass e x p e r ie n c ia s p o s t e r i o r e s a 19 4 5 . Q u iz izá á

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF