Vopel Klaus w Disfrutar de La Vida

February 2, 2017 | Author: yvargascaro3465 | Category: N/A
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Klaus W. Vopel

Viajes coi la ¡magín! para optín

J

EDITORIAL CCS

KLAUS W. VOPEL

DISFRUTAR DE LA VIDA

m

Viajes con la imaginación para optimistas

EDITORIAL CCS

Título original: Lustam Leben. Phantasiereisén für Optimisten O 2004 Iskopress, Salzhausen Traductora: Alicia Valero Martín

Introducción

Todos nosotros estamos ávidos de historias. Las historias ordenan nuestros deseos, nuestros sentimientos y metas, nuestra actitud ante la vida, el cuerpo, ante lo espiritual y lo proí.ino, ante el bien y el mal. Las historias nos ponen ante hombres a los que podemos imitar, admirar o despreciar. Algunas de ellas, sobre todo las primeras que escuchamos en la vida, influyen en nosotros hasta tal punto que, sin saberlo, escribimos el guión de nuestra vida inspirándonos en ellas. Página w»b da EDITORIAL CC8: www.edltorlalccs.com

© Klaus W. Vopel © 2005. EDITORIAL CCS, Alcalá, 166/28028 MADRID Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos (www, cedro, ora) vela por el respeto de los citados derechos.

ISBN: 84-8316-951-7 Depósito legal: M-48300-2005 Fotocomposición: M&A, Becerril de la Sierra (Madrid) Imprime: Gráficas Blonde, S.L. (Madrid)

Asistimos hoy al renacer de formas literarias antiguas, como los mitos y los cuentos. También la ciencia ficción y las «historias edificantes», ya espiritual, ya psicoterapéuticamente, se encuentran entre ellas. Creo que este interés no es una mera predilección del movimiento New Age. Más bien revela la conciencia de que necesitamos nuevos mitos para vivir en un mundo que cambia sin cesar, pues muchos de los mitos clásicos han dejado de ser aptos para señalarnos el camino. Y, por fortuna, podemos decir que muchos de nosotros nos hemos hecho más críticos con respecto a la mitología tradicional, desde llias hasta la Guerra de las Galaxias. ¿Qué es lo que hace tan problemática a la antigua mitología? La mitología antigua cultiva los elementos que articulan la vieja cultura patriarcal, es decir, una concepción piramidal del mundo, 5

cuya cúspide coronan dioses o autoridades masculinas, y en la que funcionan los mecanismos psicosociales correspondientes a esta estructura: castigos, miedo, sufrimiento. De ahí que debamos dar la bienvenida al hecho de que cada vez más personas renieguen de esta ideología que tanta injusticia y violencia ha traído consigo. Es una buena señal que muchos de nosotros nos hallemos a la búsqueda de nuevas mitologías, mitologías en las que los valores centrales sean otros: cooperación, empatia y una espiritualidad Jo suficientemente amplia como para incluir nuestro cuerpo, como la que describe el teólogo dominico Matthew Fox en su escrito All the Way Home. A Cuide to Sensual, Prophctic Spirituality'. Los viajes con la imaginación que presenta este libro constituyen una contribución a esta nueva mitología cooperativa. Son historias breves, a veces algo más largas, que ofrecen a los participantes un mundo de vivencias que les permita sustituir los viejos y disfuncionales guiones por experimentos creativos rebosantes de nuevas de ganas de vivir.

1 . U N A NUEVA DEFINICIÓN DE LA CREATIVIDAD

Oímos decir hoy continuamente que debemos reinventarlo casi todo: nuestras empresas, nuestras escuelas, nuestra espiritualidad, incluso nuestra sexualidad. Pero para reinventar nuestras instituciones y valores fundamentales tenemos que reinventar también nuestra creatividad. La definición tradicional de creatividad corresponde a la ideología patriarcal de los viejos tiempos, pues atribuye la creatividad a una élite artística o tecnológica, pero no a nosotros, simples mortales. Esta limitada definición de creatividad casaba con

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Matthew Fox, All the Way Home. A Cuide to Sensual, Prophetic Spirituality, Bear and Company, Santa Fe, 1981.

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una sociedad en la que los hombres dominaban a las mujeres, y en la que una élite de varones lo dominaba todo. Pero esto carece de sentido en una sociedad orientada hacia la cooperación. Sabemos que nuestra supervivencia depende de la movilización de nuestras fuerzas creativas. La nueva concepción de la creatividad parte de la base de que todo hombre tiene talentos creativos que pueden ser estimulados u obstaculizados. Y, sobre todo, que pueden desplegarse en cualquier contexto de la vida, y no sólo en el laboratorio del científico o en el estudio del artista. Hace tiempo que el arte ha descubierto la magia de lo cotidiano, y sabemos por experiencia propia que os la creatividad normal y corriente la que, aplicada día a día, puede dar sentido y dignidad a nuestra vida. Aún más importantes son las nuevas metas de la creatividad. Al igual que Daniel Goleman habla de «inteligencia emocional», podemos hablar hoy de una creatividad social, que se expresa en instituciones nuevas y más humanas, nuevos valores, nuevos mitos y estímulos para nuestra evolución social. Riane Eisler2 llama la atención sobre el hecho de que los antiguos iconos y mitos muestran, sobre todo, muerte, castigos y sufrimientos, ofreciendo, en cambio, muy pocas imágenes o historias del nacimiento, la sexualidad y el placer. Las viejas imágenes e historias patriarcales siguen conformando la fantasía de los controladores culturales que forman parte de la jerarquía académica, religiosa, económica, pedagógica y psicoterapéutica. De ahí que de entre los más grandes retos creativos de nuestra época se halle acabar con la idealización del dolor, la dominación y el castigo, desarrollando nuevas imágenes, nuevos mitos. El teólo-

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Riane Eisler, Sacred Pleasure. Sex, Myth and the Politics oí the Body, Harper, San Francisco, 1996.

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go Watthew Fox, arriba mencionado, se expresa al respecto con toda claridad: «... an eschatological time demands our living in harmony with our sensuousness, for the alternative to a sensual spirituality is more of what we have: more repression and with it more oppression... Repression produces boredom in oneself and oppression of others»3. En este sentido son los viajes con la imaginación pequeños materiales para una nueva mitología. Al pedir a nuestros participantes al comienzo de una fantasía que «vayan a un lugar tranquilo y se sumerjan en su interioridad», queremos apelar con ello a su fuerza creativa. Y cuando les invitamos a respirar profundamente, cuando les animamos a disfrutar del milagro de su cuerpo y de la riqueza de sus percepciones sensoriales, cuando les invitamos explícitamente a amar su propio cuerpo, estamos dando pasos importantes. Nos sumamos con ello al creativo grupo de chamanes modernos, psicoterapeutas y, en general, a los muchos hombres y mujeres que (inicien realizar una política de colaboración, de amor y de disfrute de la vida.

2 . REINVENTAR EL A M O R

Debemos hoy también liberar al amor de todo lo que lo contamina, de la crueldad y el pesimismo que lo ha manchado durante los milenios que ha durado la historia del patriarcado. La redefinición del amor en términos de simpatía, renuncia a la violencia y curación y recibe hoy en día su mayor impulso por parte de individuos aislados, de valerosos miembros de la comunidad médica, antropológica, psicológica y de movimientos de liberación.

Así, en el campo de la medicina alternativa hallamos hoy multitud de libros que hablan del poder curativo del amor. Representando a todos los demás, deseo mencionar a Dean Ornish4, de la Facultad de Medicina de Yale, quien ha trabajado durante años con sus pacientes, enfermos del corazón cuya vida estaba amenazada por el estrechamiento de los vasos coronarios. Por regla general estas enfermedades se tratan con dilatación o con bypass. Dean Ornish, siguiendo su intuición, invitó a estos hombres y mujeres gravemente enfermos a participar en un grupo de autoayuda; estaba convencido de que el apoyo del grupo ayudaría a aquellas personas. Y al poco se confirmó cuan atinada era su intuición y su esperanza. Una vez que los pacientes hubieron salido de su aislamiento anímico y de la soledad a él asociada, pudieron comen/ar a llevar otro estilo de vida, sus corazones comenzaron literalmente a funcionar, en sentido anímico y médico, también sin intervenciones quirúrgicas. En esta línea, otros estudios muestran que la conducta amable y servicial es buena para nuestra salud. El doctor Dean Edell habla a este respecto de «Helper's High». La conducta altruista libera endorfinas que hacen que nos sintamos bien y reducen las enfermedades ocasionadas por el estrés, como el dolor de cabeza5. Una nueva manera de entender el amor ha inspirado también el trabajo de una serie de terapeutas de la familia, como, por ejemplo, Mary Pipher6 o Betty Cárter7. Esta última muestra que, en esencia, el origen de la mayoría de nuestros problemas de pareja procede de la diferencia de poder entre el hombre y la mujer. Sólo si uno está dispuesto a abrirse amorosamente podrá nacer esa intimidad que

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Dean Ornish, Reversing Heart Disease, Random House, Nueva York, 1990. Dean Edell, «To Your Health», en Edell Health Letter, abril, 1991, p. 2. 6 Mary Pipher, The Shelter of Each Other. Rebuilding Our Families, Putnam, Nueva York, 1996. 7 Betty Cárter, Love, Honor and Negotiate. Making Your Marriage Work, Pocket Books, Nueva York, 1996. 5

Matthew Fox, op. cit.

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tan ardientemente desean miles de hombres y mujeres. Cada vez son más los hombres que se esfuerzan, de un modo consciente y decidido, por aprender cómo deben amar. Para aprender una nueva gramática del amor muchos acuden a terapias, a grupos de autoayuda o a workshops que tienen como meta desarrollar las habilidades de la«inteligencia emocional»: escucha activa, autoestima y, sobre todo, empatia. Es esperanzador que crezca la conciencia entre los pedagogos de que también han de hacerse cargo de aquella dimensión de la inteligencia que queda excluida del currículo tradicional: sensibilidad para con los demás, autoconocimiento, intuición, imaginación y amor al propio cuerpo. Daniel Coleman habla a este respecto con mucho acierto de ¡a «Emotional Literacy» que nuestros hijos han de adquirir. Y en este sentido vamos a entender los doce capítulos que componen este libro como un nuevo currículo en el que se pone en juego una nueva concepción del amor, del amor a nosotros mismos, del amor al prójimo, a la naturaleza, a nuestros cuerpos; en contra del ensalzamiento del sufrimiento y del dolor, a favor de una espiritualidad del placer.

3. M I N I - M I T O S PARA UNA NUEVA CULTURA DE LA VIVENCIA

Lo ideal es que hagamos en grupo nuestros viajes con la imaginación, para poder intercambiar después opiniones sobre lo que hemos vivido y los nuevos pensamientos y posibilidades que nos han inspirado. Dar a los demás acceso a nuestros sentimientos íntimos es una extraordinaria receta contra el aislamiento moderno. Sabemos desde hace tiempo que los viajes con la imaginación pueden relajarnos profundamente, a nosotros mismos y a nuestros participantes, que rebajan el estrés, hacen que respiremos mejor, mejo-

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ran la circulación sanguínea, generan en el cerebro hondas alfa y pueden promover la integración de ambos hemisferios. Todos estos son fenómenos conocidos que con razón se consideran terapéuticamente valiosos. Pero la razón por la cual tantos hombres consideran indispensable viajar con la imaginación es más profunda. Podemos, por ejemplo, experimentar que «curamos» nuestro cuerpo, vivir todas las maravillosas posibilidades de nuestro cuerpo y comprender que los límites conceptuales entre cuerpo, espíritu y corazón no son más que barreras artificiales que nosotros tenemos que «curar», es decir, romper. < Hace mucho que aprendimos que el placer y el gozo oslan relacionados con el narcisismo y el egoísmo o egocentrismo. I lomos oído decir que el placer de uno significa el dolor del otro, listos son componentes tóxicos de una ideología autoritaria. La difamación del placer y del cuerpo debían disponer a mujeres y hombres a subordinarse sin resistencia a padres, sacerdotes, profesores, militares y gobernantes de todo tipo. Estas asociaciones deben cambiar. Sólo podemos sentir placer y gozo cuando somos conscientes, sensibles, cuando hay presencia de ánimo. La empatia requiere presencia y apertura sensitiva, pues sólo gracias a ellas podemos imaginarnos lo que otro hombre puede sentir. De ahí que el título de este libro, Disfrutar de la vida, sea también un programa. Sólo redescubriendo nuestra fuerza vital, nuestra plenitud, podremos renunciar a explotar a los demás, a someterlos y a ejercer violencia física o psicológica contra ellos. El largo debate con la codependencia y las familias disfuncionales llega una y otra vez a esta conclusión. Los viajes con la imaginación de este libro giran nuestra atención hacia las posibilidades positivas de nuestra existencia. Sabemos, desde luego, que nosotros mismos y nuestros participantes tendremos que seguir luchando contra el sufrimiento y las dificulta11

des, pero estas «pequeñas historias» abrirán una puerta al futuro. En cada una de ellas somos el protagonista, que ha de experimentar que su curación no se efectuará a través de la violencia y el dolor, sino a través del amor y del placer. Y en este orden de cosas me parece adecuado hablar de VIAJES con la imaginación. Al denominarlos así subrayamos el hecho de que, gracias a ellos, emprendemos un viaje que nos acerca a la curación de nuestro espíritu, nuestra sensualidad, nuestra socialidad. Basta echar una ojeada a los muchos problemas irresueltos de nuestra época para darnos cuenta de que habrá de ser un viaje largo e incierto. Pero estoy firmemente convencido de que merece la pena, de ahí el subtítulo: «Viajes con la imaginación para optimistas». Klaus W. Vopel

Consejos prácticos

1. CREAR UNA ATMÓSFERA ADECUADA Asegúrese de que los viajes con la imaginación se lleven a cabo en un lugar que cumpla los requisitos adecuados. Cierre puertas y ventanas para que no lleguen ruidos del exterior. La iluminación debe ser tenue, para que sus participantes se relajen mejor. Si no puede regular usted mismo la luz de la habitación, acuérdese de llevar una pequeña lámpara, lo suficientemente potente para que usted pueda leer el texto. Es también importante que la temperatura sea la adecuada, pues, si hace frío, a los participantes les será difícil relajarse y entregarse a su fantasía. Los participantes podrán seguir mejor a su imaginación si están sentados o cómodamente tumbados. Si desean estar sentados, lo más apropiado serán sillas firmes con respaldos elevados. Debe ayudarles a que se sienten rectos, apoyando la espalda en el respaldo. Los pies deben pisar con toda la suela del zapato el suelo, las rodillas ligeramente abiertas. Piernas y muslos han de formar un ángulo recto. En ningún caso se cruzarán las rodillas. Puede explicarle a los participantes que su columna vertebral funciona a la manera de un pararrayos. Deben estar derechos para que la energía fluya libremente desde la cabeza a la planta de los pies. Si las sillas tienen reposabrazos, los brazos deben descansar en ellos, si no sobre los muslos, o relajados en el regazo.

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Lo más cómodo es tumbarse en el suelo. Por ello es muy aconsejable que el suelo de la estancia esté cubierto de alfombras. Una pequeña almohada puede contribuir a que se sientan a gusto. Si sus participantes desean tumbarse, los brazos han de estar sobre el suelo, ya sea en paralelo con el cuerpo, ya un poco más abiertos. Ocúpese de que sus participantes no crucen una pierna sobre la otra mientras estén tumbados, tampoco deben cruzar los brazos sobre el pecho: esta postura dificulta la respiración profunda y la percepción clara de los sentimientos. Sus participantes deben llevar ropas cómodas, informales. Puede animarles a que se quiten los zapatos, las gafas y las joyas, para que se sientan libres y sueltos. Puede ocurrir que comience un viaje en las mejores circunstancias y, de repente, lleguen a la habitación ruidos o voces altas. En ese caso lo mejor es que usted, como guía del viaje, integre los ruidos molestos en su camino, diciendo, por ejemplo: «Nota como los ruidos del ascensor te ayudan a relajarte cada vez más. Cada vez que oigas el ascensor permítete dar un paso más hacia tu interior...». O diga sencillamente: «Si los ruidos distraen tu atención, vuelve a girarla hacia el sonido de mi voz...».

2. LA PREPARACIÓN DEL GRUPO

Compruebe qué hora del día es la más adecuada para el viaje con la fantasía que haya elegido. Los viajes más intensos suelen salir mejor en las horas de la tarde. Cada viaje cuenta con una introducción destinada a la relajación, peroa menudo es bueno que sus participantes disfruten antes de un espacio de tiempo en total tranquilidad, de 10 a 20 minutos. Durante ese tiempo usted puede poner música suave y pedirles que se preparen para viajar con la imaginación.

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Si trabaja con un grupo todavía no familiarizado con estos viajes, diga a sus miembros que en cualquier momento pueden abrir los ojos y abandonar el viaje si no se sienten bien. Adviértales de que, al principio, puede hacérseles difícil alguna imagen. También puede ocurrir que algunos participantes dejen de escuchar su voz en algún punto concreto y fantaseen por su cuenta, para después, quizá, dirigir de nuevo su atención al guía. Acláreles que esto os completamente normal y que, por regla general, el inconsciente se ocupa de adaptar a cada individuo los ejercicios para sacar el máximo provecho de ellos. Una vez que sepan esto ya no se reprocharán a sí mismos no haber prestado la suficiente atención.

3. RELAJACIÓN

La vía más directa hacia la relajación consiste en controlar la respiración. En la vida diaria no respiramos profundamente, especialmente cuando padecemos estrés o ansiedad. Pero si nos proponemos respirar profundamente, experimentaremos cómo, poco a poco, nos abandonan las preocupaciones, sintiéndonos tranquilos y liberados. Cuanto más profundo sea el estado de relajación que alcancemos tanto más lentos serán los latidos del corazón y pausada la respiración. Los signos que nos advierten de que nos estamos relajando son múltiples: al principio nuestros párpados están tensos, después se quedan inmóviles. Es posible que comencemos a sentir calor, quizá también un hormigueo en las manos y los pies. Cuando estamos profundamente relajados perdemos a menudo el sentido de la orientación espacial, y nuestra percepción del tiempo cambia: podemos tener la sensación de que han pasado horas, siendo así que, sin embargo, sólo han pasado unos pocos minutos del tiempo objetivo y mensurable. También cambia la percepción de nuestro cuerpo. Muchas personas se sienten, o bien ligeras como una pluma, como si flotaran, o bien blandas y pesadas, como si se hundie-

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ran en la cálida arena de la playa. La sensación de ligereza o de gravedad es un buen síntoma de que nuestro cuerpo se halla profundamente relajado. Al final de cada viaje se dan instrucciones para regresar al estado normal de conciencia; con todo, tras el viaje, algunos participantes se sentirán aturdidos, cansados o todavía no bien orientados. Cuanto más corta sea la fase de orientación tanto más probable será que esto ocurra. Procure, pues, hablar muy despacio en los compases finales del viaje, y espere siempre algunos minutos antes de comenzar con las valoraciones. Los participantes deben tener tiempo suficiente para recomponerse interiormente, pasear por la habitación o acercarse a la ventana para tomar el aire.

4 . REGISTRO Y TEMPO DE LA VOZ

Comience con un volumen de voz con el que todos los participantes puedan oírle sin dificultad. Su voz puede ir haciéndose más suave y baja según vaya pasando el tiempo. Hable con fluidez, sin interrupciones, en un tono relajado y amable; puede incluso ser algo monótono, pero no susurre. Cuando el viaje con la imaginación haya acabado, usted podrá retomar su modo normal de expresarse y, quizá, hablar más alto. Esto ayudará a los participantes a regresar, a prestarle atención. Si el grupo con el que trabaja es grande, puede ser aconsejable acordar previamente con los participantes que le hagan una señal con la mano cuando deseen que usted hable más alto. Los que peor oigan deben sentarse o tumbarse lo más cerca posible de usted. La cadencia de la voz es de suma importancia. Hable despacio, pero no tanto como para peder a sus participantes. El tiempo debe ser, al comienzo, próximo al de la vida cotidiana, para ir haciéndose cada vez más pausado según vayan relajándose los participantes.

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A menudo tendrá usted que hacer pausas, sobre todo en los lugares señalados con puntos suspensivos, al final de cada párrafo, y, sobre todo, donde señalemos expresamente que se haga. Es importante que esté siempre pendiente del grupo. Su lenguaje corporal le dará elocuentes indicaciones acerca de cómo debe usted seguir. En ocasiones tendrá que repetir un pasaje si se observa que los participantes quizá ya no le siguen, y también introducir modificaciones, hablar más deprisa o más despacio, para sincronizar con el grupo.

5. VALORACIÓN

Es a menudo muy recomendable que, a continuación, se hable en el grupo sobre lo que cada cual ha experimentado durante el viaje. No se trata de llevar a cabo un análisis psicológico. Todos deben tener la oportunidad de poner en común sus asociaciones e impresiones como si acabaran de asistir a una representación teatral. Como guía tendrá usted, por lo general, poco que hacer en esta fase. Debe respetar cada comentario, cada contribución, especialmente cuando algún participante tenga una reacción negativa. Estos comentarios pueden ayudarles a desarrollar un sentido de respeto por lo que procede de su inconsciente, además de poner de manifiesto cuan variado y diverso puede ser lo que cada individuo experimenta durante uno y el mismo viaje.

6. U N A ACTITUD PERMISIVA

Deje claro que en sus viajes los participantes sólo deben hacer lo que se sientan a gusto haciendo. Cada cual debe poder desatender propuestas libremente, modificar imágenes o incluso interrumpir la visualización en el momento en que no se sienta bien. Insista

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en que nuestro inconsciente nos protege y que cualquiera y en cualquier momento puede regresar al estado de conciencia normal cuando lo crea oportuno. Algunos viajes contienen indicaciones explícitas de cómo pueden los participantes desarrollar más adelante por sí mismos alguna imagen. Señale al grupo, sin embargo, que es necesario elegir un momento y un lugar tranquilos para ello: las visualizaciones pueden ser peligrosas si se realizan mientras se conduce o se manejan máquinas que requieran de nosotros toda nuestra atención. Estos viajes con la imaginación dan a sus participantes la oportunidad de profundizar en sí mismos. No han sido concebidos como sustitutos de la ayuda profesional que requieran los participantes con serios problemas personales o de salud.

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— Capítulo 1

RELAJACIÓN

MI REFUGIO

I

OBJETIVOS Este viaje utiliza la técnica de la relajación progresiva, asociándola con la imagen del descenso y la llegada a un lugar seguro. Los participantes nerviosos o angustiados pueden aprender con él a sentir su propio cuerpo, a recogerse interiormente y recuperar las fuerzas.

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INSTRUCCIONES

La relajación es un proceso espiritual. Puedes comon/ar cerrando los ojos... Pero al principio te ayudará hacer algo con tu cuerpo. Quizá baste con que gires un poco los hombros. Esto te reporta una agradable sensación de relajación... (20 segundos.) Deja que esta agradable sensación de relajación fluya hacia tus antebrazos, hacia tus codos, hasta llegar a los brazos, las muñecas, los dedos, de modo que te sientas bien, relajado; desde tu mano derecha hasta tu brazo derecho... pasando por los hombros... hasta tu brazo izquierdo y tu mano izquierda... (15 segundos.) Esta agradable sensación de relajación fluye ahora de tus hombros hacia tu pecho, hacia tu tripa, hacia tus caderas. Pasa por las rodillas y llega a tus piernas, a tus tobillos, a los dedos de los pies... (15 segundos.) Ahora deja que la agradable sensación de relajación suba por los hombros a la nuca, déjala fluir por tu cabeza hasta que se extienda por toda ella la agradable sensación de relajación... (15 segundos.) Ahora puedes coger aire profundamente; al expulsarlo te relajas profundamente... (15 segundos.) Imagina que estás en la quinta planta de un edificio muy bonito. El edificio tiene la virtud de ayudarte a sentirte

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un él cada vez más relajado, más profundamente relajado: al bajar una planta notas que te sientes el doble de relajado que en la anterior. En este edificio hay tres maneras de bajar: Hay un ascensor con un blando sillón en el que puedes sentarte cómodamente. Hay además una gran escalera mecánica y, sobre ella, una cómoda silla que puedes utilizar mientras te deslizas, planta por planta, hacia abajo. Y hay una ancha escalera, cuyos escalones están cubiertos por una gruesa moqueta que amortigua tus pasos mientras bajas por la luminosa escalera y disfrutas de los bellos cuadros que cuelgan de las paredes. Por la ventana ves que fuera hace un día magnífico. Al bajar por el edificio notas que el sentimiento de paz y sosiego crece, que puedes redoblarlo bajando un piso más... Has llegado a la cuarta planta. Y puedes seguir bajando y llegar a la tercera. Notas cómo te relajas cada vez más... (15 segundos.)

Sigues bajando, y al llegar a la segunda planta te has relajado todavía más... (15 segundos.) Y finalmente llegas a la primera planta, y después a la planta baja, donde te sientes extraordinariamente bien... (15 segundos.) Sales del edificio y te encuentras en un lugar increíblemente bonito, en el lugar en el que siempre has querido estar, y que puedes cambiar en cualquier momento que lo desees. Aquí encuentras todo tipo de cosas, pero sólo aquellas que deseas, y también éstas puedes modificarlas cómo y cuándo te plazca. Hay personas contigo, pero sólo aquellas que deseas tener a tu lado, y también puedes cambiarlas, cuanto te apetezca, si lo deseas. También puedes estar solo si es lo más grato para ti en ese momento. Disfruta de tu refugio, completamente privado, en el que te sientes tan seguro y alegre. Sólo te pertenece a ti. Voy a permanecer en silencio durante un minuto, para que tengas tiempo de disfrutarlo... (1 minuto.) Ahora ya sabes dónde está tu refugio, y cómo puedes llegar hasta él. Puedes ir a él en cualquier momento, siempre que quieras... (1 minuto.) Y cuando ahora dirijas de nuevo tu atención hacia mí, te sentirás a gusto y como nuevo. Cuando cuente hasta tres, despertarás y te sentirás muy bien. Uno... dos... tres...

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LA ALFOMBRA VOLADORA

OBJETIVOS De vez en cuando necesitamos disfrutar de unas «pequeñas vacaciones» para dejar atrás todo lo que nos preocupa y agota. Cuando regresamos, recuperados, rejuvenecidos, volvemos a tener energía para retomar nuestras tareas cotidianas.

\ £

INSTRUCCIONES

Os invito a hacer un viaje con la imaginación. Podéis dejar atrás durante un rato todas vuestras preocupaciones y deberes, y viajar con vuestra imaginación tan lejos como deseéis. Cuando regreséis a vuestra vida cotidiana tendréis nuevas fuerzas para llevar a buen término todo lo que tengáis que hacer. Podéis emprender este viaje solos, sin mi ayuda, en cualquier momento que sintáis la necesidad de hacer una pausa reconstituyente. Túmbate en el suelo. Separa ligeramente las piernas, de modo que las puntas de tus pies caigan, inclinadas, hacia fuera. Deja que tus manos descansen sobre el suelo, separadas más o menos medio metro del cuerpo, y con las palmas hacia arriba. Procura que tu espalda, desde las caderas hasta la cabeza, forme una línea recta: así te será más fácil relajarte. Ahora puedes comenzar a respirar despacio y muy profundamente. Deja que el aire entre hasta muy dentro y, después, expulsa todo el aire usado. Nota cómo te sostiene el suelo... Y con cada nueva inspiración te sientes cada vez más relajado, notas que un sentimiento de paz y sosiego te envuelve como una manta suave y muy agradable. Te relajas cada vez más, y sabes que en cualquier momento puedes regresar a tu estado normal de conciencia con sólo abrir los ojos.

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Pero quizá quieras imaginar que te envuelve una maravillosa luz blanca que te protege y beneficia. En ella puedes sentirte cada vez más relajado, cada vez más ligero, tan ligero como una pluma, quizá más. Quizá te sientas como un precioso globo, tan ligero, que puedes flotar y elevarte suavemente hacia arriba. Puede ser más agradable si te imaginas que estás tumbado sobre una alfombra voladora en la que te elevas, cada vez más y más alto. No hay nada que temer, porque la luz blanca te protege. Te sientes tan ligero que flotas, y puedes elevarte, cada vez más arriba. Atraviesas el techo de esta habitación, el tejado, y sigues subiendo, hacia el cielo, por encima de nosotros. Si te apetece puedes mirar hacia abajo; reconoces la casa en la que estamos y las cosas que hay en los alrededores, que se hacen cada vez más y más pequeñas, mientras te adentras en el cielo azul en tu alfombra voladora... (1 minuto.) Asciendes en tu alfombra voladora, muy suavemente, hacia arriba, hasta que llegas a las nubes. Ahora atraviesas flotando una nube, y te rodea una densa y blanca niebla. Al salir de la nube llegan a tu cara los rayos del sol, a todo tu cuerpo. Cada célula de tu cuerpo respira el aire cálido y dorado que te rejuvenece, te vivifica y cura... (15 segundos.) Ahora has ascendido tanto que la Tierra se ha convertido en una maravillosa bola azul que despide una luz de color coral. Nuca habías visto la Tierra desde este ángulo, y quizá te preguntes qué pasaría si también observaras todas tus preocupaciones y problemas desde este inusitado ángulo... (30 segundos.) Es hora de que vayas regresando. Nota cómo desciendes suavemente en tu alfombra voladora hacia la Tierra que tienes frente a ti. De nuevo te introduces en una maravillosa nube, y sigues bajando, cada vez más. Ya puedes distinguir las copas de los árboles y los tejados de las casas. Quizá sientas una especie de gratitud ante el hecho de que puedas gratificarte a ti mismo con una excursión tan agradable. Sigues bajando y sabes que cuando llegues al suelo, al lugar en el que has comenzado tu viaje, retomarás tus obligaciones y tareas con renovadas fuerzas y paz interior. Inspira profundamente, siente tu cuerpo y nota que ahora te sientes mejor, porque te has permitido hacer una pausa tan agradable. Desperézate y estírate un poco, abre los ojos; ya estás aquí, reconfortado y despierto. 24

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:

LA NUBE



OBJETIVOS

Utilizamos la sencilla representación de una nube para ayudar a los participantes a relajarse rápida y eficazmente.

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INSTRUCCIONES

Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Respira profundamente tres veces. Y ahora imagínate que una cálida nube flota en el centro de tu cuerpo. Las partes de tu cuerpo que la nube toca comienzan a ablandarse y reciben el calor de la nube. Haz que la nube, lentamente, se vaya haciendo cada vez más grande, y que entre en contacto, una tras otra, con todas las partes de tu cuerpo, para que puedas sentir por todas partes su calor y te sientas cada vez más suelto, más calmado... Y este agradable estado de relajación se asocia con la sensación de que recuperas la fuerza. Una vez que tu nube te envuelva por completo, comienza a notar cómo tu cuerpo se hace cada vez más liviano; te da la sensación de que comienzas a flotar sin ninguna dificultad y, suavemente, empiezas a elevarte hacia el cielo azul... Protegido y sostenido por tu nube puedes viajar a un lugar maravilloso en el que te sientes completamente seguro. Y en ese lugar puedes experimentar todo aquello que te sienta bien... (60 segundos.) Y ahora deja que tu nube te traiga de nuevo aquí. Trae hasta aquí el sosiego y la relajación. Te estiras, te desperezas un poco, abres los ojos. Diriges tu atención a esta habitación, reanimado y despierto.

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SONREÍR HACIA DENTR

OBJETIVOS Este viaje con la imaginación reporta a los participantes una sensación de armonía interior y felicidad. Las imágenes que en él Se utilizan hunden sus raíces en la meditación Zen.

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INSTRUCCIONES

Os invito a hacer un viaje con la imaginación que os ayudará a sentiros felices. Después podréis hacer este viaje por vuestra cuenta, p 0 r las noches, cuando os vayáis a la cama, para dormiros más fácilmente o por las mañanas, para comenzar con optimismo el día. Si queréis también podéis enseñar este viaje a vuestros familiares y amigos. Y ahora puedes tumbarte en el suelo y dejar que tu cuerpo adquiera despacio, muy despacio, la postura que le resulte más cómoda... LCK pies descansan separados el uno del otro y los brazos se separan del cuerpo. Cuando hayas cerrado los ojos podrás notar cómo el suelo te sujeta. Ahora descansas sobre el suelo, de modo que tu cuerpo se relaja profundamente. Tómate un poco de tiempo para prestar atención a todas las partes de tu cuerpo, desde la cabeza a los pies... Descubre qué partes están todavía tensas y ayúdalas a relajarse. Puedes imaginar que al exhalar el aire envías a esas zonas tensas un agradable calor... Y ahora puedes acordarte del momento en el que alguien, quizá una persona que no conoces, te dirigió una sonrisa amable, y lo bien que te sentiste gracias a ella... Puedes imaginar que una sonrisa ejerce una fuerza positiva, estimulante. Piensa ahora en algún acontecimiento que te haga sentir bien. Q u i zá tienes en mente la escena del encuentro con una persona a la que

quieres, y este momento te hace feliz. Observa cómo la presencia de esta persona te hace sonreír... Te percatas de que tus labios sonríen y te das cuenta de que una cálida energía está asociada a esa sonrisa., igual que cuando prendes una cerilla para encender una vela. Nota cómo la sonrisa irradia una luz alegre, cálida... y cómo suaviza los músculos que rodean tu boca e infunde calor a tu rostro... Haz que tu sonrisa fluya hacia el interior de tu boca, diluyendo la tensión de la musculatura de tu mandíbula. Deja que recorra tu lengua hasta su punta. Deja que toda la boca se llene del calor y la claridad de tu sonrisa. Recuerda de nuevo algo que te ponga una sonrisa en los labios. Deja que la fuerza de tu sonrisa fluya primero hacia tu ojo izquierdo, luego hacia el derecho... Ahora fluye hacia tu oreja izquierda... y después hacia la derecha. Quizá experimentas la sonrisa como una especio do calor, quiza la., sonrisa suene de un modo muy especial... Ahora puedes imaginar que la sonrisa pasa a la laringe, y que le la tragas despacio, con cuidado, de modo que calienta lu pecho y tu tripa... Llevas tu sonrisa también al corazón y, desde allí, comienza a circular por tus venas, hormiguea por tu cuerpo y te renueva... Deja que la luz de tu sonrisa penetre también en los pulmones. Tómate tiempo hasta que sientas la fuerza de tu sonrisa en cada uno de tus pulmones... Envíala al pulmón derecho, luego al izquierdo... Y ahora envías la luz y el calor de tu sonrisa hacia abajo, hacia todos los órganos de la tripa, que trabajan día y noche para ti y pueden necesitar algo de mimo y cuidado... Ahora sonríe hacia los grandes huesos de tu cuerpo... y ahora hacia los pequeños, y hacia cada vértebra de tu espalda... Deja que la luz de tu sonrisa interior resplandezca por todo tu cuerpo, hasta alcanzar todos los rincones de tu cuerpo, todas sus células... hasta que cada una de las células de tu cuerpo se remuevan y palpiten con la energía que les confiere tu sonrisa... (30 segundos.) Deja que la fuerza de tu sonrisa ilumine todo tu cuerpo y tu cabeza. Deja que fluya por las sinuosidades de tu cerebro. Envía su calor a to-

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das las viejas heridas, a todas las negruras emocionales que requieran curación... La luz de tu sonrisa disuelve la ansiedad y las preocupaciones; en ella crece la comprensión y el perdón...

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CIELO Y TIERRA

Haz que la fuerza de tu sonrisa sobrepase los límites de tu cuerpo, haz que teja a tu alrededor un manto protector con su luz pura, de un blanco luminoso... Y date el gusto de quedarte un rato así, tumbado y envuelto por esa luz blanca y pura. Disfruta de este momento, en el que sólo percibes la luz y el amor. Disfruta de la fuerza curativa que tiene la luz, hacia dentro y hacia fuera. Deja que (a luz irradie también hacia fuera, hacia todas las cosas y los seres vivos del planeta. Quizá sientas gratitud por poder estar conectado con el mundo que te rodea de esta manera. Y quizá encuentres palabras propias que expresen esa gratitud... (30 segundos.)

OBJETIVOS Este es un estupendo ejercicio de respiración, ya clásico, que nos ayuda a concentrarnos en el presente. Gracias a él podremos mirar los estados de irritación momentáneos, pero también las preocupaciones serias, desde un estado de equilibrio interior. Abrimos también una puerta a nuestra creatividad, de modo que nos será más fácil averiguar qué es lo que debemos hacer.

Y mientras te preparas para dirigir tu atención hacia aquí, yo también te envío amor y prosperidad. Que la luz ilumine todos tus pasos, hoy y mañana, que te dé seguridad y vaya contigo a todas partes, también cuando vienes hacia aquí y comienzas a desperezarte y estirarte para estar de nuevo en esta habitación, recuperado y despierto.

Cuando familiarice a los participantes con este ejercicio procure que estén sentados cerca de una ventana y, si es posible, haga el ejercicio al aire libre.

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INSTRUCCIONES

Deseo familiarizaros con un ejercicio de respiración especialmente bueno. Siempre que os sintáis agitados o lacerados por las tormentas de la vida podréis recurrir a este ejercicio y recuperar en poco tiempo la paz interior y las fuerzas. Poned vuestra silla cerca de la ventana, de modo que podáis mirar hacia el exterior. Sentaos rectos, con los pies bien pegados al suelo. Moveos un poco y buscad la postura que os resulte realmente cómoda... (30 segundos.) Ya podéis cerrar los ojos... Ahora comienza a respirar profundamente. Deja que el aire llegue hasta tu tripa, nota cómo se ensancha tu tripa y cómo, después, se relaja al soltar el aire... Sigue haciendo esto durante un rato y siente lo bien que puedes relajarte de esta manera, concentrándote en tu cuerpo, que respira lenta y profundamente para ti... 28

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Es una buena ocasión para respirar y concentrarse. Ahora puedes aprender un nuevo modo de respirar. Podemos darle un nombre: la respiración que une el cielo y la tierra. Puedes imaginar que, al inspirar, metes dentro de ti la energía del cielo y de la tierra a la vez. Empecemos por aspirar la energía del cielo. Tómate un momento para concentrarte en la energía del sol que está sobre tu cabeza. Si no ves el sol no importa, no importa que, al hacer el ejercicio, sea de día o de noche... Al inspirar, imagina que introduces en ti la energía de ahí arriba y la llevas hasta el corazón. Y cuando expulses el aire, hazlo con sensación de amplitud, como si el aire que expulsas llegara a los confines del universo... Intenta respirar así varias veces... (30 segundos.) Ahora puedes comenzar a respirar la energía de la tierra. Date tiempo de nuevo para sentir bajo tus pies la energía de la tierra o para imaginártela... Al inspirar, aspira la energía de la tierra, a través de las plantas de tus pies, y súbela hasta tu corazón. Y al soltar el aire, vuelve a sentir la amplitud de tu soplo, como si tu respiración llegara a los confines del universo... Intenta respirar así varias veces... (30 segundos.) Y ahora prueba a respirarlo todo, el cielo y la tierra, que se unen en tu respiración. Al inspirar bajas hacia ti la energía del cielo y, a la par, elevas la de la tierra... Deja que se encuentren y unan en tu corazón. Al espirar llenas de nuevo la amplitud del universo. Haz esto durante un rato, hasta que notes que vas familiarizándote con este modo de respirar... (1-2 minutos.) Abre ahora los ojos y mira la naturaleza. Observa el cielo y la tierra mientras continúas con el ejercicio. Deja que tu respiración te una completamente al presente y nota cómo ella te une con el universo entero al estar tan calmado y concentrado en el presente... (1 minuto.) Y puedes utilizar este modo de respirar siempre que necesites paz y equilibrio interior. Desperézate, estírate un poco y dirige de nuevo, lentamente, a tu ritmo, la atención hacia el grupo.

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HACER ACOPIO DE ENERGÍAS

OBJETIVOS Además de tener un efecto relajante, este es un excelente ejercicio que reporta vitalidad y salud. Si la habitación es lo suficientemente grande, puede dejar a la elección de los participantes si desean estar sentados, de pie o pasear por la habitación.

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INSTRUCCIONES

Quizá quieras mover al principio un poco tu cuerpo. Después puedes intentar adquirir la postura que te sea más cómoda, de pie o sentado. Quizá te apetezca inclinarte con mucha suavidad hacia delante y hacia atrás, con los ojos cerrados, hasta que descubras dónde está el centro de gravedad de tu cuerpo. Y ahora puedes relajar los ojos e inspirar muy profundamente... expulsa el aire hasta el final... Otra vez, inspiras despacio, progresivamente... expulsas todo el aire usado que puedas... Y cuando lo vuelvas a hacer, puedes imaginarte esta vez que en esta habitación hay una reserva de energía curativa de la que puedes aspirar un poco... Quizá veas al hacerlo diminutos puntos de colores que brillan... o una niebla de algún color... o quizá oigas también un suave zumbido, como si la energía curativa que respiras danzara en el interior de tu cuerpo... o quizá notes, sencillamente, cómo toda esa energía penetra en tu interior... Y al expulsar el aire puedes sentir cómo toda esa energía se reparte por todo tu cuerpo, hasta por sus más pequeños rincones... desde las pun-

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I.is de lus dedos hasta las puntas de tus pies... Quizá sientas cómo esa delicada y hormigueante energía recorre todo tu cuerpo... Otra vez... respira profundamente... Al expulsar el aire haces que la energía fluya por todo tu cuerpo... Experimenta cada vez con mayor claridad cómo esa delicada energía danza por todo tu cuerpo... por todas partes... de la cabeza a los pies... E inspira de nuevo... Y al soltar el aire puedes notar cómo la energía se dirige a algún lugar que, quizá, esté tenso, u oscuro, o pesado... cómo la energía es atraída por un lugar de tu cuerpo que quizá esté bloqueado... o incómodo, o tenso... Puedes notar cómo la energía envuelve dulcemente estos lugares... y los hace más blandos... y los relaja... masajeando suavemente los músculos y dilatando los vasos sanguíneos...

Muy ligero, pero también fuerte y resistente si estás muy atento y sigues conscientemente la energía que circula por todo tu cuerpo. Al percibirte a ti mismo puedes notar lo bien que te sienta... Y quizá experimentes un sentimiento de gratitud por disponer de un modo tan sencillo de renovar y reconstituir tu cuerpo y tu espíritu siempre que quieras. En lo más profundo sabes que ahora te encuentras mejor... Ahora puedes dirigir tu atención de nuevo hacia nosotros; desperezarte, estirarte... Puedes abrir los ojos y estar de nuevo aquí, fortalecido y despierto.

Y ahora sientes cómo estos puntos tensos de tu cuerpo se ponen en movimiento, como un molino al que la corriente pone en funcionamiento, al principio muy despacio, después más rápidamente y con mayor facilidad... Y cada nueva inspiración los ayuda a relajarse cada vez más, los invita a funcionar libremente... De nuevo respiras la energía al coger el aire... Esta vez puedes emitir un sonido al expulsarlo... alto o bajo, agudo o grave, salga como salga, emitirlo sienta bien... Y el sonido colma todo tu cuerpo, vibra, resuena en tu interior, y puedes sentir su fuerza, una fuerza capaz de aflojar, de debilitar todos los malos sentimientos que guardas en tu cuerpo. Nota cómo los dolores, el cansancio y las tensiones comienzan a cambiar, a moverse. Y, de nuevo... inspira profundamente, despacio, abre la boca y emite de nuevo un sonido, esta vez algo más alto o más bajo... así como mejor te siente, y observa cómo resuena en todo tu cuerpo... Observa cómo el sonido libera tu energía. Otra vez... Coge de nuevo, profundamente, el aire reconstituyente... Deja que tu mandíbula caiga, relajada; abre tu garganta y deja salir un sonido grave y enérgico... o suave, dulce y agudo, el sonido que mejor se adapte a ti... Y siente cómo resuena en todo tu cuerpo, y lo bien que te sienta, y c ó m o te da nuevas fuerzas... desde la cabeza a los pies. Todo esto es sencillo y eficaz, como cuando recargas una batería... Y puedes darte cuenta de que ahora te sientes diferente por dentro... 32

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LIBERAR TENSIONES

OBJETIVOS Junto a sus virtudes relajantes, este ejercicio también puede utilizarse para identificar bloqueos energéticos y descubrir las tensiones espirituales o anímicas que los desencadenan.

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INSTRUCCIONES

Busca un lugar tranquilo en la habitación y ponte cómodo, ya sea sentado o tumbado. Cierra ahora los ojos. Concéntrate en tu respiración, inspirando por la nariz y expulsando el aire por la boca. Cada vez que inspires di «uno» en silencio... No es necesario que te propongas relajarte. Deja, sin más, que la relajación llegue a su ritmo.

Si el sol ha derretido todas las tensiones que estaban dispuestas a derretirse, puedes permitir que sus rayos disuelvan también las tensiones espirituales que, quizá, también halles en ti... Deja que también ellas fluyan hacia fuera, de modo que tanto tu espíritu como tu cuerpo queden limpios y libres de ellas... (1 minuto.) Ahora imagina que te conviertes en algún tipo de agua. ¿Eres un arroyo, un río, un estanque, una fuente? Descubre dónde está esa agua y lo que hay a su alrededor. Fíjate sobre todo en el color, la profundidad y la claridad del agua, y en la forma que tiene de moverse... (1 minuto-) Y ahora plantéate estas dos preguntas: ¿Qué puede decirme esta imagen acerca de mi energía y mi forma de relacionarme con ella? ¿Qué puedo aprender de esta imagen? (30 segundos.) Cuando hayas respondido a las preguntas, dirige de nuevo tu atención hacia tu respiración. Desperézate, estírate y abre los ojos. Coge una hoja y describe qué has experimentado en este viaje con la imaginación. Toma nota de dónde estaba bloqueada tu energía y de cómo se desbloqueó. Anota también en qué tipo de agua te has visto reflejado, y lo que esta imagen te ha enseñado sobre tu energía y sobre el modo en que la usas... (5 minutos.)

Si te pasan ¡deas por la cabeza, puedes constatar amablemente su presencia y permitir que se vayan. Cira de nuevo tu atención hacia tu respiración y hacia la palabra «uno» que la acompaña. Sigue haciendo esto durante un rato... (3 minutos.) Ahora puedes explorar tu cuerpo y notar que algunos puntos están todavía en tensión. Cuando halles una tensión imagínate que estuviera hecha de hielo. Percibe el lugar en el que está asentada y siéntela. Entonces imagina que estás sentado o tumbado bajo el calor del sol, que hace que el hielo de tu tensión se derrita. Se transforma en un cálido líquido que fluye por todo tu cuerpo y, después, sale por los poros de tu piel y gotea en el suelo. Observa las cualidades del líquido, su color, su espesor y la rapidez con la que se mueve. Averigua si quedan lugares en tu cuerpo en los que el hielo no se derrite sin más al calor del sol... (1 minuto.)

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Capítulo 2

NUESTROS VÍNCULOS CON LA NATURALEZA

Con este bello viaje con la imaginación los participantes podrán aprender de la naturaleza. Mientras caminan por las montañas podrán recordar en qué consiste la vida: el camino que recorremos en ella es a veces peligroso y, sin embargo, podemos superar los peligros si estamos atentos y dispuestos a aprender.

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INSTRUCCIONES

Os invito a hacer una viaje con la imaginación. Comienza en una maravillosa pradera en un precioso día de principios de otoño. Es uno de estos días en los creemos que el verano ya ha pasado y que sólo nos esperan días grises y lluviosos. Y, de repente, tenemos un día soleado y espléndido. Siéntate cómodamente, cierra los ojos y déjate sorprender por lo que el día pueda depararte... Imagina que el cielo muestra ese azul intenso que sólo puede verse en esta clase de días. El sol brilla y te calienta benévolo. Un aire suave mueve las hojas de los árboles y hace que la hierba emita un ligero murmullo. A tu alrededor los olores son intensos y todo es muy prometedor. Al final de la pradera puedes ver un pequeño bosquecillo; te sorprende la diversidad de tonos de verde que te muestran los árboles: verde claro, verde oscuro, verde grisáceo y verde azulado; el verde de la manzana aún no madura, el verde de las aceitunas. Aquí y allá se dejan ver ya los purpúreos, dorados signos del otoño. Te diriges lentamente hacia el bosquecillo, pero antes de llegar a él descubres, sorprendido, que entre tú y el bosquecillo corre un riachuelo. No podías verlo porque la hierba de la pradera está muy alta.

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Ahora miras a tu alrededor y descubres un pequeño puente, formado por unas cuantas piedras, o el tronco de un árbol caído, por el que puedes pasar al otro lado del riachuelo. Y cuando alcanzas la otra orilla te das cuenta de que en ese lado del riachuelo vas a vivir algo completamente diferente, aunque no puedas explicarlo muy bien. Notas que la curiosidad se agita en tu interior y que te apetece desvelar el secreto. Comienzas a caminar hacia el bosquecilio. Los rayos del sol pasan a través de las ramas de los árboles, sobre el suelo puedes ver bellos juegos de luces y sombras. Ves por todas partes florecillas del bosque entre troncos de árboles cubiertos de musgo y enormes heléchos. De vez en cuando una ardilla cruza el camino y se oye cantar a los pájaros en los árboles. Disfrutas de tan alegre y tranquilo paraje, continúas avanzando y te sientes fortalecido por la tranquilidad que se respira en este lugar. Rasado un tiempo notas que el sendero cambia. Se ha estrechado un poco y comienza a subir. Por un momento piensas que lo mejor sería regresar. Pero, por alguna razón, decides continuar andando por el estrecho sendero. Al seguir por él notas que ahora el camino ha cambiado mucho. Se ha hecho muy empinado. Y el ramaje de los árboles se espesa sobre tu cabeza, de modo que ya no puedes ver el cielo. Cuanto más avanzas más se empina el sendero y más espeso se vuelve el ramaje. Te das cuenta asustado de que te hallas en un bosque muy espeso y que trepas por un camino difícil. Pero por alguna razón sigues avanzando. El sendero se hace cada vez más y más empinado, más difícil de subir. A veces no puedes seguirlo con la mirada. Grandes rocas dificultan el paso. Unas veces tus pies resbalan, y otras veces se hunden en los lugares donde la tierra está blanda, y parece como si las zarzas desearan retenerte. En ocasiones tienes que saltar por encima del tronco de árboles caídos, y poco a poco se apodera de ti el cansancio, estás tan cansado que te preguntas: «¿Por qué hago esto? Tengo que volver». Y, con todo, sigues adelante. Pasado un tiempo el sendero, inesperadamente, comienza a cambiar. El paso se hace más fácil, ya no está tan empinado y dejas de ver árboles. En su lugar te rodea ahora una espesa niebla gris y ya no sabes dónde estás, ni hacia dónde te diriges. Y te vuelves a decir a ti mismo: «Tengo que regresar». Pero sigues hacia de40

lante. Y aunque la niebla es tan espesa reconoces el camino y puedes ver dónde pones el pie. Poder reconocer tus pasos te da seguridad. Sigues avanzando, pero tardas mucho, mucho tiempo en recorrer esta parte del camino. Y, de repente, en un abrir y cerrar de ojos, la densa niebla se ha disipado y te das cuenta de que estás arriba, en la maravillosa pradera que se extiende sobre una montaña. El sol brilla ahí arriba y el cielo muestra un azul intenso. Miras hacia atrás y descubres que acabas de atravesar una enorme nube, una de esas nubes de tormenta. Aquí y allá, muy abajo, puedes ver las copas de los árboles, y el bosquecilio, y una plateada banda, que es el riachuelo, y la preciosa pradera verde en la que comenzó la caminata. Y ahora miras al frente. Te das cuenta de que puedes ver más lejos de lo que habías visto hasta ahora, muy lejos, hasl.i el horizonte. Y desde aquí arriba todo tiene un aspecto muy distinta Puedes ver que allá abajo hay muchos, muchísimos caminos, y que todos llevan a algún sitio. Unos conducen a pequeñas ciudades, otros a pequeños pueblecitos, y algunos conectan los caminos entre sí. Todos llevan a algún sitio. Y te da la sensación de que esto te infunde seguridad. Es difícil expresar lo que sientes con palabras, pero esta sensación es importante para ti. Al mirar a tu alrededor encuentras una piedra suavemente calentada por el sol y te sientas en ella. Te tomas algo de tiempo para apropiarte de esta experiencia y mirar en torno tuyo... (20 segundos.) Poco a poco te vas dando cuenta de que el sol se va a poner y de que ha llegado el momento de volver. También te das cuenta de que tu paso será seguro, porque tienes cuidado al avanzar, porque miras por dónde pisas y te apoyas en las ramas de los árboles, que tienden sus brazos hacia ti. Sabes que puedes avanzar con confianza, porque ya conoces el camino, tienes experiencia, y has alcanzado la meta aun cuando no sabías muy bien a dónde te llevaba el camino, aunque el camino era difícil. Y ahora sabes a dónde quieres ir y que llegarás. Y por eso comienzas a bajar por el camino, despacio, con cuidado, atraviesas de nuevo la niebla, pasas otra vez por el camino escarpado, andas bajo el espeso bosque. Algunas veces tropiezas, otras resbalas, pe-

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ro te sientes capaz de recuperar siempre de nuevo el equilibrio, hasta que, finalmente, llegas al bosquecillo cuya paz y belleza compensan todos tus esfuerzos. Ahora debes cruzar el riachuelo y ya has regresado a la verde pradera que ya conoces. En ella puedes descansar por un momento, respirar profundamente; después te desperezas, te estiras y abres los ojos. Y ahora regresas a esta habitación, te sientes despejado y como nuevo.

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EL MAR

OBJETIVOS En este viaje los participantes podrán relajarse mienius dan un paseo imaginario por la playa. Oirán las olas y disfrutaran de una preciosa puesta de sol.

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INSTRUCCIONES

Sentaos cómodamente y cerrad los ojos. I'i estad atención a las partes de vuestro cuerpo que todavía no se hallen en una postura cómoda y buscadla, moviéndoos un poco, hasta que estéis realmente cómodos. Respira profundamente unas cuantas veces, coge el aire por la nariz, rétenlo un momento y expúlsalo lentamente también por la nariz. Con cada nueva respiración sientes que te relajas cada vez más... (30 segundos.) A continuación quiero invitarte a dar un agradable paseo por la playa. Imagina que es un bonito día de verano. Es por la tarde y has decidido pasear por la orilla del mar. El sol todavía brilla y calienta intensamente. El cielo está despejado, no se ve una nube. La arena que pisas resplandece bajo los rayos del sol y calienta tus pies. Escuchas el palmoteo de las olas que avanzan hasta la orilla, y el suave murmullo del agua cuando se retiran de nuevo al mar. Mientras paseas por la orilla del mar sientes que un viento cálido acaricia tu cara. Se oye a lo lejos el graznido de las gaviotas, las miras y ves cómo vuelan sobre el agua y, de vez en cuando, sea lanzan al mar para coger a su presa. Ahora te apetece hacer un alto en el camino. Te sientas en una pequeña duna y observas el mar, cómo rompen las olas y cómo sube el agua

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corriendo por la orilla, todo ello en el regular ritmo del mar. Cada ola rompe en la playa, corre por la arena hacia ti y deja tras de sí una blanca espuma cuando se retira de nuevo al mar; y en seguida la sustituye una nueva ola, que corre por la arena hacia ti... viene... y se va... viene y se va. Y con cada nueva ola te sientes más relajado, más tranquilo, más alegre. Miras ahora hacia el horizonte y ves que el sol se está poniendo lentamente. Cuanto más se mete en el mar, más tranquilo y relajado te sientes. El cielo adquiere colores muy intensos en la puesta de sol: rojo... naranja... amarillo... y púrpura... Miras el sol, que se va ocultando, cada vez más abajo. Y las olas rompiéndose, el fresco e intenso olor del aire del mar, el sabor de la sal en tus labios, el graznido de las gaviotas y el viento que calienta tu cuerpo: todo es tan tranquilizador, tan agradable, tan pacífico. Coges un puñado de arena y la dejas caer despacio, muy despacio. En un momento voy a empezar a contar. Cuando llegue a tres abrirás los ojos, y te sentirás bien, despierto y recuperado. Uno... dos... tres...

EL SOL

OBJETIVOS Aquí utilizamos la imagen de la salida del sol para relajar el cuerpo y ensanchar e iluminar el espíritu.

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INSTRUCCIONES

Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Kespir.i piolundamente tres veces... Imagina que estás en la playa por la mañana lenipr.ino. El ni,ir está en calma, y su superficie está tan lisa como un espejo; las últimas estrellas se apagan lentamente... Sientes el aire fresco y puro sobre tu cara... Miras el agua tranquila y el cielo oscuro... Percibes el silencio que reina antes de la salida del sol, comienza un día repleto de posibilidades... La oscuridad se desvanece lentamente, comienzan a aparecer los colores del día. Sobre el horizonte el cielo adopta primero una tonalidad roja, después dorada... Entonces te alcanzan los primeros rayos del sol y ves cómo el sol va saliendo del agua. Ahora el sol forma un semicírculo de luz sobre el horizonte, y puedes ver cómo su imagen reflejada en el agua forma un sendero dorado que une tu posición con el corazón del sol. La temperatura del agua es agradable, y por eso te entran ganas de meterte en el mar. Das unos cuantos pasos, te metes en el agua y comienzas a nadar hacia la luz dorada, hacia el sol. Sientes que el agua dorada te acaricia y envuelve, y puedes deslizarte sin esfuerzo por el agua, que te sostiene con facilidad... (15 segundos.)

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Cuanto más avanzas en la dirección del sol menos notas que estás en el agua, y la luz del sol gana cada vez más presencia a tu alrededor. Sientes que la benéfica luz dorada te envuelve, penetra en tu cuerpo, te da calor y te renueva. Deja ahora que tu cuerpo se bañe en la poderosa luz del sol. Deja que el calor del sol penetre también en tus sentimientos. Deja que la claridad de la luz penetre también en tus pensamientos... (15 segundos.)

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Y cuando hayas tomado tanto sol como puedas necesitar en este momento, nada lentamente de nuevo hacia la orilla... (15 segundos.) Quédate con esta sensación de calor y claridad, de luz y fuerza cuando te despereces y estires. Dirige de nuevo tu atención hacia la habitación y abre los ojos.

LAS ESTRELLAS

OBJETIVOS Este es un estupendo viaje para todos aquellos que se sientan trabados o encerrados de alguna forma. Podrán disfn.il.ir de un sentimiento de amplitud, de ensanchamiento, y de la sens.u ion de esl.tr interiormente conectados con el cosmos.

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INSTRUCCIONES

Siéntate cómodamente y respira profundamente, ("ierra los ojos y deja que tu cuerpo se relaje. Imagina que cada niit-.< ulo de tu cuerpo se relaja, desde la cabeza a los dedos de los pies. < )l>serva lo agradable que puede ser esta sensación cuando notas que el suelo te sujeta, de manera que puedes relajarte, dejarte llevar. Inspira y espira. Fíjate en cómo respiras, observa el ritmo de tu respiración. Date el placer de respirar más profundamente, cada vez más a gusto... Percibe los sonidos que llegan a tu oído y deja que vayan pasando lentamente a un segundo plano... Al soltar el aire expulsa también todas las tensiones, todo el estrés que haya en tu cuerpo y en tu pensamiento... Y deja también que se relajen los músculos de tu cara, también los músculos que sostienen tu barbilla. Si abres un poco la boca podrás relajarte aún mejor y notar cómo la relajación fluye también hacia tus sienes, hacia tus ojos, hacia tu frente. Te sumerges cada más profundamente en ese estado de relajación que tanto bien te hace... (15 segundos.) Y quizá notes cómo tus brazos se vuelven pesados, agradablemente pesados y relajados. Quizá sientas un ligero hormigueo en las puntas de los dedos y experimentes una sensación de calor en tus manos. Eso

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es bueno... Nota lo bueno que es acercarte cada vez más a la frontera entre la vigilia y el sueño. Y ahora deseo invitarte a hacer un viaje con la imaginación por la amplitud del cielo nocturno. Presta atención a tu cuerpo, cada parte de tu cuerpo se siente pequeña y estrecha. Al respirar notas que todas ellas comienzan a participar de esta apertura. Nota cómo te abres, cómo tu cuerpo se va ensanchando. Imagina que por encima de ti se abre la bóveda celeste de una agradable y despejada noche. Te hallas en medio de la naturaleza, muy lejos de las luces eléctricas. La noche es clara y tranquila, y en el cielo brillan las estrellas, las constelaciones que conoces y todas aquellas a las que ahora mismo prestas atención por primera vez, observándolas atentamente. Date cuenta de dónde estás... de cuál es la estación del año... Estás completamente solo, pero te sientes seguro y tranquilo... rodeado por la quietud de la noche. Tú también estás muy quieto, y mientras observas la amplitud del cielo vas abriéndote cada vez más para acoger en tu interior la belleza de esta imagen. Observas los luminosos diamantes que cubren el cielo. Algunas estrellas brillan mucho... otras emiten una suave luz... y hay algunas que desde la tierra son casi imperceptibles... Y te hacen pensar en la infinidad de estrellas que no podemos ver a simple vista por hallarse tan lejos, en el universo infinito...

Ahora tu mirada descansa, tu vista ya no se dirige a nada en concreto, pero en ti penetra la impresión del amplio cielo nocturno, y sientes cómo tú mismo te ensanchas, cómo la infinitud del cielo actúa sobre ti y penetra en tu interior. Con cada nueva inspiración puedes introducir en ti ese sosiego, esa amplitud... Notas cómo tus propios límites se disuelven por un tiempo mientras dejas que la vastedad del cielo se su merja en tu interior. En este momento sientes que eres una parle de la infinitud del universo, amplio como el cielo y palpitante como la l u / de las estrellas... (15 segundos.) Puedes guardar cuidadosamente este benéfico sentimiento cuando estés preparado para girar de nuevo tu atención hacia aquí. Tráete contigo esa sensación: apertura... amplitud... relajación... y la capacidad de experimentar el cielo en la tierra. Estírate un poco; abre los ojos, a tu ritmo, y estás aquí de nuevo, agradablemente reconfortado y despierto.

Recorre el cielo con la mirada y fíjate bien en lo que ves mientras vas de un horizonte al otro. Quizá te apetezca descubrir algunas constelaciones... (15 segundos.) Y van apareciendo nuevas estrellas al borde de tu campo visual. Desearías observarlas mejor, pero se sustraen repentinamente a tu mirada. Tu mirada sigue vagando por el cielo... Y de pronto te sorprende una estrella fugaz que cruza el cielo, resplandeciente... Antes de que puedas verla bien ya ha desaparecido y de ella sólo te queda el recuerdo... un recuerdo que de repente está ahí... que nunca olvidarás... (15 segundos.) Ahora diriges de nuevo tu mirada a las estrellas titilantes... a las estrellas que emiten una luz homogénea... a las que aparecen y desaparecen de tu vista.

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EL PLANETA AZUL

Este viaje con la imaginación permite a los que lo hacen participar de la fuerza vital del universo y de la belleza de la naturaleza.

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INSTRUCCIONES

Túmbate en el suelo y fíjate en las partes de tu cuerpo que están en contacto con él. Imagina que estás ahí fuera, en algún lugar de la tierra, tumbado en una hermosa pradera y en una cálida playa... Elige el lugar en el que te sea más agradable el contacto de tu espalda con la tierra...

Deja también que tu cabeza descanse sobre el suelo, cómodamente sostenida por la tierra... Todo tu cuerpo, toda tu existencia es amorosamente sostenida, soportada por la tierra... Deja que tu respiración encuentre su ritmo... Nota cómo tu tripa sube y baja, completamente por sí misma... Percibe los latidos de tu corazón, el ritmo constante de tu corazón, que hace circular tu sangre, insuflándote energía siempre nueva... Dirige de nuevo tu atención a la tierra bajo tu cuerpo. Imagina que también la energía de la tierra fluye y palpita... fluye y palpita como el latido de un corazón... Si quieres puedes imaginar que el latido del corazón de la tierra está unido con el tuyo, y que ambos laten al mismo ritmo... revitalizando, fortaleciendo, con firmeza... Puedes pensar que este es el ritmo de la vida, tu arraigo, tu conexión con la creación. Y siempre que percibas los latidos de tu corazón podrás regresar a este lugar y notar que estás unido a la tierra, a la vida, concentrado y seguro, ligado a la fuerza misma de la vida.

Si quieres puedes imaginar que te hallas sobre una liviana manta de lana. Imagina que está bajo tu cuerpo, dando a tu cuerpo una sensación de protección y calor.

Ahora imagina que un suave viento te acaricia, quizá es un viento fresco, como el de una mañana de verano. Inspira su frescor. Experimenta su frescura, pura, calmante, sobre tu rostro. Nota cómo esta suave brisa elimina las tensiones de tu cara... del contorno de los ojos... del contorno de la boca... alrededor de las orejas...

Presta atención a los puntos en los que tu cuerpo toca el suelo y deja que se vuelvan pesados. Deja que cada parte de tu cuerpo se suelte completamente, porque estás en los fuertes y seguros brazos de la tierra...

Sigue respirando el fresco y calmante aire de la mañana y recuerda que en cualquier momento puedes recuperar esta sensación de bienestar, este sentimiento de recogimiento con sólo regresar a este lugar y respirar profundamente.

Date el gusto de respirar profundamente y, al expulsar el aire, saca de ti todas las tensiones, todo el desasosiego...

Ahora imagina cómo sería poder unirte a esa brisa matutina y comenzar a flotar suavemente, ligero, hacia arriba... flotas suavemente, libre, por encima de la hierba, las flores, los campos, los árboles... te elevas, cada vez más alto, más ligero, hacia el cielo.

Nota cómo tus pies y tus talones descansan pesadamente sobre el suelo... cómo la tierra sostiene tus pantorrillas y tus rodillas... Nota cómo tus muslos, tu trasero y tu espalda se hunden en el suelo, amorosamente recogidos por la tierra... Nota cómo cada vértebra de tu columna toca pesada, relajada, el suelo... Suelta también los antebrazos... los codos... los brazos... las muñecas... y las manos. Deja que se vuelvan pesados, bien apoyados sobre el suelo debajo de ti.

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Si quieres puedes acompañar a esta suave brisa, unirte a ella, subir, cada vez más alto, hasta que veas la Tierra debajo de ti, sostenido, llevado por la suave brisa de la mañana. Puedes ver la Tierra debajo de ti desde una perspectiva completamente nueva; es un planeta azul, maravilloso...

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Puedes ver los océanos y los grandes bosques... los desiertos y las montañas... y las nubes por encima de ellos. Mientras observas todo esto los detalles se pierden y se convierten en manchas de colores... un azul profundo, sereno... un verde intenso... un marrón profundo... un rojo incandescente... y un blanco muy puro... Los colores van cambiando y se mezclan los unos con los otros. Observa las luces, y las sombras, y el baile de la luz y los colores... Y fíjate en lo que sientes al ver todo esto. Atiende a los sentimientos que hay en tu corazón. Imagina que puedes ver un fino rayo de luz que une tu corazón con la Tierra. Te une con el planeta y con todos los seres vivos de la Tierra. A través de ese rayo de luz penetran en tu interior todos esos colores, y esas luces, llenándote de claridad, y te sientes conectado a todo ello, unido a todo ello... Toda tu existencia se abre a esta cálida luz. Mientras la luz se hace cada vez más clara en tu interior observa que la luz rodea a la Tierra como un aura. Y el aura se expande, hasta que la luz llega también a ti y te envuelve. Puedes bañarte en esa nube de luz, y notas que la luz de tu interior es inseparable de la luz de la Tierra. La luz de tu corazón es también la luz del planeta que está debajo de ti, y poco a poco se expande toda la luz, hasta llegar a las más lejanas estrellas del universo. Deja que todo quede envuelto por la luz y experimenta cómo la luz te une a todo: a la Tierra, al Sol, a la Luna, a las estrellas... Mientras sigues flotando disfrutas de este estado de conciencia, de la unión con todo... Puedes recordar que te es posible sentirte unido a tod o con sólo quererlo, si deseas darte a ti mismo ese placer. Si ya estás preparado, gira de nuevo tu atención hacia aquí, hasta que percibas de nuevo el contacto de (u espalda con el suelo, hasta que notes cómo sostiene tus piernas, tus brazos y tu cabeza. Puedes comenzar a desperezarte, a estirarte. Abre los ojos, a tu ritmo. De nuevo estás aquí, reconfortado y despierto. Respira hasta estar completamente despejado, y tráete la experiencia que has vivido a este lugar de la Tierra.

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UN PEQUEÑO MUNDO

OBJETIVOS Este viaje con la imaginación introduce a los participantes en el microcosmos de un estanque. Podrás experimentar cuan saludable y reconfortante es introducirse en una pequeña parte de la naluraleza. Compartiendo durante un día y una noche la vida de algún animal cuyo hogar es el pequeño estanque, podrán aproximarse al serrelo de la vida.

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INSTRUCCIONES

Deseo invitaros a disfrutar de una experiencia muy especial. Podéis relajaros y descubrir las sorpresas que la naluraleza os guarda. Ponte cómodo, sentado o tumbado en el suelo... Cierra los ojos y concéntrate en tu cuerpo... Siente tu cuerpo, de la cabeza a los pies, y observa con tu ojo interior cada una de sus partes... Presta atención a cómo sientes cada una de las partes de tu cuerpo y a las señales que puedan enviarte... Atiende también a las partes que están en silencio...' No tienes que hacer nada... Sólo presta amablemente atención a tu cuerpo... Sin introducir modificaciones, presta atención a tu respiración. Sigue sencillamente el aire que entra por tu nariz y baja hasta tus pulmones; y luego vuelve a salir, incorporándose al aire que te rodea. Sólo sigue el movimiento del aire del mundo, que nos da a todos la vida... Ahora date el placer de respirar profundamente. Coge el aire por la nariz, llena con él, despacio, ambos pulmones... Retén el aire un instante... y expúlsalo hasta el final... ¿Puedes imaginar que expulsas también las tensiones y el cansancio al sacar el aire?... Sigue el movimiento de tu respiración. Deja que encuentre el ritmo más idóneo para ti, en el que más a gusto te encuentres. Quizá desees fijarte en lo agradable que

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es, y decirte en voz baja: «Me gusta respirar. Es un placer poder respirar libremente».

animal. Nota que las alas, las aletas o las patas de ese animal se convierten en las tuyas propias.

La próxima vez que cojas aire, haz que dure más tiempo, que tu respiración sea un poco más profunda. Expulsa el aire un poco más despacio y más a fondo. Sigue haciendo esto hasta que notes que respiras profundamente, hasta el final...

Si eres un insecto puedes ver en todas direcciones y no sólo lo que tienes delante. Si te has convertido en un mamífero tu sentido del olfato se habrá agudizado, los olores son más intensos y, en general, puedes oír mucho mejor que antes.

Ahora abandona tu respiración a sí misma. Deja que todos tus pensamientos vayan a un lugar en el que también puedan encontrar paz. Deja que se vaya formando en ti la imagen de un sereno estanque de aguas tranquilas. Observa cómo el agua refleja el cielo azul... Fíjate en lo lisa que está la superficie del agua... Alrededor del estanque puedes ver un pequeño bosque, en sus orillas crece hierba verde y pequeños arbustos. En sus aguas nadan las grandes hojas de los nenúfares, los juncos y las cañas se yerguen sobre el agua. Con cada nueva inspiración te adentras cada vez más a este plácido lugar, flotas en perfecto sosiego sobre este pequeño mundo al igual que una blanca nube flota en el cielo.

Date tiempo. Tu percepción del tiempo es también ahora completamente diferente. Puedes permitirte vivir un día en el cuerpo de ese animal.

Observa este mundo desde diversas perspectivas. Quizá te apetezca observarlo desde el agua, tal y como lo vería una rana sentada en un nenúfar... Quizá quieras verlo desde los árboles, como si fueras una ardilla... Quizá te resulte más interesante verlo desde el cielo y ver el estanque con los ojos de un azor. Fíjate poco a poco en que el estanque y sus alrededores se hallan llenos de vida. Escucha el zumbido de los insectos y el canto de los pájaros... escucha el susurro de las hojas y las ramas movidas por el viento... Huele el aroma de las flores y de la hierba que crece alrededor del lago... Y en todas partes descubres grandes y pequeños animales. ¿Sientes curiosidad por conocer estos seres vivos que algunos pueblos han considerado nuestros parientes? Quizá veas a un castor nadando sobre el agua. Quizá veas a un pez que salta por encima del agua para cazar a un insecto. Quizá descubras sobre los juncos el nido de algún pájaro. Date un poco de tiempo para conocer mejor el estanque y los seres vivos que viven aquí. Deja que tu curiosidad se centre en alguno de estos animales. Observa al animal y prepárate para transformarte después en ese animal... (30 segundos.) Cuando hayas encontrado al animal al que te sientes más próximo, comienza a mirar el mundo con sus ojos. Comienza a moverte como ese

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Si has elegido a un depredador, entonces sé ese animal, activo por la noche y a la caza de alimento. Imagina cómo te arrastras, nadas, corres o brincas. Investiga tu territorio... Ve a la búsqueda de alimento, juega... (1 minuto.) Ahora puedes conocer cómo es la vida del animal cuando no está activo. Descansas o duermes... ¿Qué es lo que más le gusla de la vida de ese animal?... (30 segundos.) Paulatinamente vuelves a ser tú mismo, con !w íi¿>ur.) humana estás en la orilla del estanque. Aplica todos lus sentidos para percibir lo que te rodea lo más detalladamente que puedas... /Qué te apetece hacer? ¿Pasear? ¿Meterte en el agua y nadar? ¿Descansar y relajarte? Haz sencillamente algo que te apetezca, y disfruta de la vida... (30 segundos.) Poco a poco tienes que poner fin a tu visita al estanque. Mira de nuevo a tu alrededor. Mira de nuevo al animal en el que te has convertido... Dile adiós y despídete también de este lugar. Siente de nuevo el suelo bajo tu espalda o la silla en la que te sientas. Sé consciente de cuan variados son los modos en que estás unido a la tierra, sin la cual tu vida no sería posible. Permanece conectado con la energía de la tierra, vivificado por el aire que todos respiramos y calentado por el sol que brilla sobre nosotros. Presta de nuevo atención a tu respiración, respira profundamente algunas veces más. Quizá sientas la necesitad de estirarte un poco mientras respiras. Dirige tu atención de nuevo hacia esta habitación, y abre despacio, tranquilamente, los ojos, para estar de nuevo aquí, despierto y reconfortado.

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Capítulo 3 — —

DISFRUTAR DE LOS SENTIDOS

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EL JARDÍN ÁRABE

OBJETIVOS Este viaje con la imaginación ayudará a los participantes a agudizar su gusto, su olfato y su tacto. Las imágenes empicadas constituyen una estupenda y agradable ocasión para relajarse y hacer, a la par, acopio de energías. Estimula su curiosidad por el mundo que les rodea y para los atractivos de otros hombres. Al terminar se sentirán más libres, más vivos, más llenos.

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INSTRUCCIONES Poneos cómodos, sentados en la silla o tumbados en el suelo...

Ahora cierra los ojos y junta el pulgar y el dedo índice de cada mano... Respira profundamente, hasta el fondo de la tripa, y retén el aire 5 segundos... dejándolo después escapar también en 5 segundos. Así está bien... Ahora date el gusto de respirar así cinco veces... Te sienta bien... respirar lenta y profundamente. Y ahora puedes separar los dedos y volver a respirar del modo que te sea más natural. Puedes relajarte un poco más... y al sacar el aire se van con él las tensiones, las preocupaciones del día. Ve hacia tu interior, a un lugar cómodo y seguro. Hay, desde luego, distintas maneras de relajarse. Lo importante no es qué camino escojas para relajarte un poco más, ni siquiera tienes que saber que te relajas. Y todo lo que oigas ahora y después puedes también desatenderlo, o modificarlo a tu gusto, de modo que saques de ello el mayor rendimiento posible. Busca el camino que mejor se ajuste a ti para soltar tus músculos, o deja que tu respiración tranquilice y apacigüe tu ánimo...

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Imagina que tienes la suerte de visitar un jardín árabe. Estás en el medio de ese jardín iluminado por un sol rojizo situado muy cerca del horizonte. Pronto se pone el sol y comienzas a andar por el jardín. Las hojas de los árboles son de un verde muy vivo y resplandecen bajo la luz de la luna. Te das cuenta de que es un jardín enorme. Pronto será media noche, hace una noche deliciosa, es verano. Sobre ti se alza una luna plateada, el cielo está despejado y repleto de estrellas resplandecientes. Sopla un viento suave y cálido. Oyes el susurro de las hojas de los árboles acariciadas por la suave brisa. Andas por un camino estrecho bordeado por naranjos. Sus frutos ya están maduros y resplandecen bajo la luz de la luna, un luminoso naranja sobre el verde oscuro de las hojas. Los frutos cuelgan pesados de las ramas. Algunos ya han caído y están en el suelo, y el dulce olor de las naranjas impregna el aire, por todas partes. Te entran ganas de coger una naranja. Percibe la rugosidad de la piel de la naranja antes de empezar a pelarla. Toca la húmeda y blanda pulpa de la naranja. Y ahora prueba un gajo, nota cómo su dulce jugo salpica tu boca... Sigues andando hasta que llegas a un cruce. Tomas el camino que tuerce a la derecha y te hallas ahora en un camino bordeado de limoneros. Coge un limón y pélalo. Huele el fresco aroma que sube por tu nariz mientras pelas el limón. Y ahora pruébalo. Deja que el ácido jugo recorra tu lengua. Notas cómo tu boca se contrae y que a ella fluye la saliva mientras estalla su pulpa en tu boca.

fresca brisa de la noche acaricia tu piel húmeda y tiritas, se te pone la piel de gallina... Y ahora hueles a humo. Sigues el olor. Te encuentras en un bosquecillo y de diriges a él. Ante ti arde una hoguera de ramas y hojas secas. Huele como si fuera una fogata de otoño. El aire sabe a otoño. Te tumbas sobre una cama de hojas secas y calientes... Desde abajo llega a tu nariz el olor de la tierra, desde arriba cae la luz de las estrellas. Cierras los ojos y te sumerges en un agradable sueño, en el sueño de una noche de verano... (1 minuto.) Por la mañana te despierta un sol resplandeciente. Oyes a lo lejos las voces de los pastores que llevan a los animales a pastar. Comienzas a estirarte, a desperezarte. Te sientes lleno de fuerzas y tienes ganas de vivir este día. Trae aquí ese senlimienlo positivo, y también el intenso placer que puedes experimentar cuando tus sentidos se abren, atentos a toda la belleza que el mundo les ofrece. Y ahora abre los ojos, y de nuevo estás aquí, re< ii|¡erado y despierto.

Sigues andando y llegas a una gran escalera de mármol que brilla a la luz de la luna. Comienzas a bajar por sus peldaños, y cuanto más subes tanto más relajado te sientes. Al llegar al final de la escalera te hallas en un estado de profunda relajación. Te encuentras al final de la escalera. Frente a ti hay un gran estanque de mármol. Alrededor del estanque florecen rosas rojas, blancas y amarillas, que resplandecen, aterciopeladas, a la luz de la luna. Las hojas y las flores se hallan cubiertas por gotas de rocío. Las rosas emanan un olor intenso, embriagador, que te adormila... Comienzas a quitarte la ropa... te metes en el agua y te deslizas por el agua fresca del estanque... Ves que sobre el agua flotan muchos nenúfares... Ponte de espaldas, hazte el muerto y deja que el agua de rosas te lleve... Miras el cielo estrellado sobre ti... Ahora sales del agua. La

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EN EL MEDITERRÁNEO

OBJETIVOS Los participantes de este viaje con la imaginación tendrán la oportunidad de intensificar sus experiencias sensoriales. Utilizaremos imágenes asociadas a las vacaciones.

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INSTRUCCIONES

Siéntate cómodamente, o túmbate en el suelo si lo prefieres. Busca la postura que te sea más cómoda, moviéndote un poco hasta que tu cuerpo se apoye por completo en la silla o en el suelo. Intenta que la cabeza, la nuca y la columna vertebral formen una línea recta. Y ahora inspira una vez muy profundamente... tan profundamente como puedas... hasta el fondo de la tripa... y después expulsa todo el aire, hasta el final... Y otra vez; inspiras... Intenta esta vez enviar la cálida energía del aire inspirado a todos aquellos lugares de tu cuerpo que estén tensos, o cansados, o que duelan un poco... Y al expulsar el aire deja que se vayan con él todas las tensiones de tu cuerpo... Puedes notar cómo tu respiración llega a los puntos de tu cuerpo que están tensos o duros... calentándolos, soltándolos, ablandándolos... y se lleva también todas las tensiones cuando expulsas el aire... de manera que te puedes sentir cada vez más a gusto, más seguro, y observar el benéfico efecto que tiene la respiración sobre ti... suelto, ligero... amablemente distanciado. Si te vienen a la mente pensamientos perturbadores puedes expulsarlos también al soltar el aire... hasta que tu espíritu quede vacío por un mo-

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mentó, quizá sólo por una fracción de segundo, en un lugar tranquilo en el que puedas disfrutar del silencio. Y también todos los sentimientos que quizá agitan tu corazón... también están ahí, puedes constatar su existencia... y después expulsarlos amablemente al espirar, de manera que también tu n>r«i/ón encuentre sosiego, tranquilidad, como un lago cuya superficie es tan lisa como la de un espejo... Y ahora deseo invitarte a hacer un viaje que te llevará con la imaginación a algún lugar de la costa mediterránea... Imagina que caminas por un bosque de grandes pinos... Es un espléndido día de verano... El cielo es de un azul radiante... Nota el calor del sol sobre tu rostro... Escucha el murmullo del viento al correr por las largas agujas de los pinos... Los arrendajos vuelan de rama en rama y lanzan sus agudos y sonoros graznidos... Estira la mano y coge de la rama una aguja... Rómpela en dos... Observa cómo una gota del jugo de la aguja se queda en tu mano. Huele la gota de su jugo, aromática, resinosa... Y ahora pon tu lengua sobre la gota, prueba el amargo aroma de los pinos... Llegas al final del bosque y entras en un huerto de manzanos. Mira las manzanas, de un rojo radiante a la luz del sol sobre el follaje verde oscuro... Coge una manzana. Saca una navaja de bolsillo y corta la manzana en dos partes. Húmedos fragmentos de su pulpa resplandecen sobre el metal de la hoja de la navaja... Huele el suave aroma que exhala la manzana... Y ahora pon tu lengua sobre uno de los trozos de la fruta y prueba su dulce jugo... Llegas ahora a un paraje en el que crecen limoneros... por todas partes resplandece el amarillo de los limones sobre hojas de un verde esmeralda... Coge un limón y pélalo... Huele el fresco y ácido aroma de las cascaras... muerde el limón que has pelado... Notas que el fresco jugo salpica toda tu boca... cómo se contrae tu boca... cómo comienza a fluir tu saliva al tragar el ácido jugo del limón... Y sigues andando... Sales del huerto de limoneros y llegas a una bonita y amplia playa de arena. Hasta donde alcanza tu vista se abre ante ti un agua color tur-

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quesa que centellea bajo el sol. El aire huele a sal... y si te pasas la lengua por los labios puedes gustar la sal marina que arrastra el viento... Ahora paseas por la arena, seca y caliente. Dirígete a la orilla y descálzate, de pie sobre la arena, húmeda y fresca... Nota cómo cede a veces la arena bajo tus pies cuando una ola los baña... Sal ahora de la orilla y sube hacia la zona seca de la playa. Quítate la ropa y túmbate sobre la arena caliente... Una suave brisa cargada de millones de granos de arena sopla sobre tu cuerpo; pronto te hallas cubierto de arena. Siente el ligero y cálido manto de arena sobre tu cuerpo... Nota cómo va aumentando el peso de la arena que se va acumulando sobre tu cuerpo, seca, densa... Te sientes muy seguro en tu lecho de arena que tiene exactamente la temperatura en la que mejor te sientes... Ahora mira cómo el sol se pone. El cielo se tiñe, primero, de un naranja intenso, que sobre el horizonte se convierte en un rojo fuego. El sol se hunde en el agua y te envuelve un cielo crepuscular, de un violenta intenso... Miras hacia el cielo nocturno... y ves innumerables estrellas brillando sobre ti... Todavía hueles el aire salado del mar... Escuchas el relajante sonido de las olas rompiendo en la playa... y te fascina el refulgir de las estrellas... Notas como si comenzaras a flotar muy suavemente hacia arriba, cada vez más alto, más lejos de la Tierra, para unirte con el universo... (15 segundos.) No sabes cuánto tiempo llevas tumbado en la playa al darte cuenta de que la arena y el aire se van enfriando. Te desperezas, te estiras, te sacudes la arena y vuelves a vestirte. Regresas reconfortado a la pequeña pensión en la que pasas estos días. Por las chimeneas de las casas sale un fino humo azul. Te esperan para cenar... Tráete todos las agradables sensaciones que te ha deparado este día en el Mediterráneo. Desperézate, estírate un poco; respira una vez más profundamente y abre los ojos. Y de nuevo estás aquí, despejado y como nuevo.

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LA ISLA ENCANTADA

OBJETIVOS En este bonito viaje con la imaginación modificaremos un importante elemento de la realidad. Vamos a ¡x-dir res carrerilla y, cuando estás en el aire, aprietas las rodillas < ontia el pe< ho y cíes, haciendo la bomba, en el agua, que salpica muy alio. Ahora nada hasta el pontón, súbete en< inia de el y ponte sobre el trampolín. Percibes el grueso revestimiento de sisal l>.i|o lus pies. Dirígete al extremo del trampolín. Nota como la tabla IM\< ul.i, elástica, bajo tus pies, y comienza .1 \allai sobre ella, < ,ul\ ve/ in.r. alio. Ahora elévate, con todo tu fuer/a, en el aire, y apiicta tus pinnas contra tu pecho, metiendo la cabe/a nitie las piernas. 111 el aiie cambias de postura y te tiras de cabeza al aj'.ua. Nada hacia la orilla y túmbate al sol, sobro las cálidas rocas. Siente todo tu cuerpo, siente lo vivo que estás, lo fuerte que eres. Levántate y mira de nuevo al agua. Al fondo del estanque puedes ver, algo confusamente, un pequeño cofre. Te entra curiosidad y te tiras de nuevo al agua para llegar buceando hasta el objeto. Lo sacas a la superficie y regresas a la orilla. Abre el cofre y deja que su contenido te sorprenda. Date un poco de tiempo para investigar tu hallazgo. ¿Qué podrías hacer con él?... (1 minuto.) Ahora puedes volver a tener la edad que tienes. Tráete las agradables sensaciones que has tenido, y, si quieres, también lo que has encontrado. Desperézate, estírate un poco y abre los ojos. Estás de nuevo aquí, restablecido y despierto.

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SUPERAR EL AGOTAMIENTO

OBJETIVOS La mayoría de los hombres pasan por períodos depresivos. Sienten que su energía está bloqueada. Se sienten agotados e inapetentes. Cuando nos sentimos deprimidos tenemos dificultades para distinguir nuestros sentimientos. Y como los sentimientos son energía, también nos falta ese ímpetu. También experimentamos como una carencia de energía emocional y física los estados depresivos más suaves. Este viaje con la imaginación podrá ayudar a los participantes a liberar las energías bloqueadas, sobre todo en aquellas depresiones que no son muy severas. Puede liberarnos de la desesperanza y del odio a nosotros mismos, y suavizar la angustia ante la vida.

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INSTRUCCIONES

Deseo invitaros a hacer un viaje con la imaginación en el tendréis la oportunidad de conectaros de nuevo con vuestra energía interior. Siéntate cómodamente; procura que tu cabeza, cuello y columna vertebral formen una línea recta. Cierra los ojos y respira profundamente unas cuantas veces, tan profundamente como puedas... Envía la cálida energía de tu aliento a todos los lugares de tu cuerpo que notes cansados, o tensos, y expulsa al soltar el aire todas las sensaciones de tensión y malestar que encuentres en t i . . . Nota cómo tu aliento se dirige a todos los lugares de tu cuerpo que están en tensión... cómo te suelta, te relaja, te ablanda... y cómo absorbe todas tus tensiones para llevárselas y que salgan de ti... de manera quete puedes sentir cada vez más seguro, más cómodo, más relajado y a gusto, sintiendo lo bien que te sienta respirar... 122

Ahora imagina algún lugar en el que te sientas tranquilo y seguro, puede ser un lugar real, también uno que te hayas inventado; un lugar que ya conoces o al que siempre te hubiera gustado ir... Y ahora aviva las impresiones que tienes de ese lugar. Mira a tu alrededor... Investiga con tus ojos lo que te rodea... Disfruta de los colores que ves... Mira a izquierda y derecha... Presta atención a lo que oyes... sea lo que fuere lo que oyes... El viento, el agua... Los pájaros u otros animales... o la mezcla de muchos ruidos... Deja sencillamente que tus oídos disfruten de la peculiar música de ese lugar. Y nota también cómo es el suelo sobre el que estás sentado o tumbado... puede que sea un suelo cubierto de agujas de pino, de hierba, de arena... Quizá estés sentado en un agradable sillón, o sobre piedras calentadas por el sol... Líjate en cómo es el aire y en cómo toca tu piel... fresco y seco... húmedo y oloroso... Quizá estés dentro de un lugar, quizá estés al aire libre... Quizá percibas un delicado aroma en el aire que acaricia tu cara... Dale la oportunidad de disfrutar del modo en que la atmósfera de ese lugar actúa sobre tu piel.... Ahora puedes centrarte en los olores de ese lugar... el olor de las llores... el del aire salado del mar... el dulce aroma de la pradera o el áspero olor del moho en el bosque... Te sientes como en casa en este lugar, cada vez más, y te sientes agradecido por poder estar aquí... Y de repente percibes como una vibración. Parece haber algo en el aire que despierta tu curiosidad; estás expectante, y tienes la sensación de que va a ocurrir ahora mismo algo muy bonito. Estás cada vez más seguro de que vas a vivir algo interesante, quizá notes que el aire es algo más caliente, y que vibra suavemente a tu alrededor... Encima de ti flota, muy suavemente, hacia abajo, una bola de luz clara, y forma una especie de carpa de energía vibrante que te rodea y protege. Todo lo que esa luz toca, se ilumina, irradia colores refrescantes,-como si fuera nuevo... Notas cómo el aire que te rodea está cargado eléctricamente. Te asombra esta repentina belleza y sientes cómo la vibrante energía de la luz fluye por tu cabeza, cómo brilla en tu cabeza, en tu cuello...

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cómo calienta tus hombros, de manera que todo tu cuerpo se ablanda, se suelta y ensancha. Poco a poco la luz penetra también en tu pecho y fluye hacia tu corazón, eliminando sus pesares. Notas cómo la luz masajea suavemente los pesares de tu corazón, aliviándote, liberándote y abriéndote. Y la luz recorre tu columna vertebral, llenando tu espalda y tu tripa. Penetra por todos los tejidos de tu cuerpo, calentando y vivificando cada uno de tus órganos. Ahora sientes ese vibrante calor en tu cansada tripa, que se llena, poco a poco, de la energía de la luz. Y esa luz mágica hace maravillas en tu cuerpo. Se mueve como si dispusiera de una misteriosa sabiduría por todos aquellos secretos lugares de tu cuerpo que han acumulado dolor y decepción, penetra en el interior de los pesares. Nota cómo estos lugares se relajan, se vuelven más claros al respirar hacia ellos. Notas cómo recuperas poco a poco tu fuerza... Y poco a poco te das cuenta de que no estás solo... de que una misteriosa presencia te rodea, seres amables y dulces que sólo pueden ser tus aliados, que te saludan y sonríen en la suave claridad de esta luz... Y puede ser que algunos de estos seres te sean conocidos, puede que otros no lo sean, pero todos ellos te dan calor con su sanadora presencia. Y uno de esos seres se acerca, despacio, hacia ti, te mira a los ojos y toca tu pecho con delicadeza, de modo que puedes notar cómo penetra en el interior de tu corazón una corriente de benéfica energía... grandes ondas de fuerza vital... Y es como si el hielo que rodea tu corazón se derritiera, como si la densa niebla de fastidio se volatilizase mientras sientes los potentes latidos de tu corazón... Y con cada nueva respiración puedes notar cómo recuperas la fuerza que antes tenías, cómo comienza a latir en las profundidades de tu ser, enviando un sentimiento de fuerza y firmeza a cada faceta de tu vida. Y te das cuenta de que los ojos que te miran ven lo mismo que tú ves, que estás en camino de curarte, que te acuerdas de tu fuerza, de tu vivacidad, de que la notas en lo más profundo de tu ser...

rar entra en ti la belleza de la palpitante luz... Te deshaces de la pena, de la desesperación, cuando espiras, y aspiras la alegría y la esperanza. Puedes espirar el dolor y el disgusto, y saber que te va mejor, porque tu corazón se ensancha, se abre de nuevo por completo... Escuchas una voz que dice: «Siempre estamos aquí. Tú mismo vas y vienes... Pero puedes llamarnos en cualquier momento, y entonces nosotros iremos para ayudarte a curarte, para recordarte quién eres en realidad». Y ese ser te da un puñado de luz, brillante, palpitante, para que lo guardes y utilices cuando te haga falta... Y ese ser te mira a los ojos de nuevo, como un buen amigo, y se despide con un gesto. Ahora puedes ver cómo la luz se repliega lentamente hasta desaparecer completamente. Pero tú sabes que puedes hacerla venir siempre que quieras. Puedes volver a verte en ese lugar seguro y en su hermoso entorno. Quizá son ahora los colores de tu entorno más claros... los sonidos más nítidos... y el aire más vivo... Quizá sientas que ha ocurrido algo importante, que ha tenido lugar un cambio significativo cuyos efectos notarás colabore o no tu conciencia en ello... Y quizá veas ahora con claridad que siempre que sientas ganas de continuar con esta tarea curativa podrás volver a este lugar, a la luz y al grupo de aliados míticos que has encontrado en él, igual que lo has hecho ahora... Tráete contigo ese sentimiento de esperanza. Desperézate, estírate un poco y respira una vez más profundamente... Puedes abrir los ojos y encontrarte de nuevo en esta habitación, fortalecido y despierto.

Ahora sabes, lo sabes de todo corazón... con todo tu ser... que estás en camino de curarte, que seguirás curándote, que los pesares se aligerarán y que la niebla de la desesperanza es expulsada por esa luz clara y palpitante... Todos los lugares agarrotados por los malos sentimientos se distienden... Al espirar expulsas el cansancio y la pena... y al inspi-

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ENERGÍA ERÓTICA

OBJETIVOS El siguiente viaje con la imaginación trabaja de nuevo con alucinaciones negativas. El agua no tendrá sonido ni olor. Este truco nos permite vivificar e intensificar otras impresiones sensoriales. Además damos a los participantes un bello y atractivo compañero para que fluya su energía erótica. La energía erótica es la fuerza de la vida, que nos da alas para llevar a cabo nuestros proyectos.

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INSTRUCCIONES

Siéntate cómodamente, túmbate si te apetece más. Cierra los ojos. Respira profundamente tres veces... Imagina que unos buenos amigos te han dejado su casa de vacaciones para que pases el fin de semana. Estás en una isla tropical, es de noche. Estás en la cocina y miras dentro de la pila, en la que están los platos de la cena. Del grifo cae una gota tras otra sobre una gran sartén. No puedes oír el ruido que hacen. Una gota, otra gota, otra gota... Intentas oler el agua que se ha acumulado en la sartén y te das cuenta de que el agua tampoco tiene olor. Sobre la encimera, al lado de la pila, hay una cafetera con una jarra de café caliente. Intentas oler el café, pero no tiene olor. Echas el café en una taza y bebes a sorbos la bebida caliente, pero no puedes oír ningún sonido. Saborea el amargo sabor del café... Ahora bajas tres peldaños y te encuentras en el comedor que está un poco más abajo. Una de las paredes está toda ella acristalada, y deja entrar la luz azul de la noche. Te tumbas en un sofá cubierto de seda blanca. La luz azul de la noche brilla sobre la seda. Miras hacia el cielo oscuro y poco a poco distingues la silueta de las palmeras y de los montes.

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De repente te encuentras tumbado sobre una balsa llevada por un río de fuerte corriente. De vez en cuando atraviesas rápidos en los que el agua blanca forma espuma. Nota el agua bajo tu cuerpo, siente que el agua helada moja tu cuerpo frío, mojado, un hormigueo lo recorre. Pero no puedes oír el río, el agua es muda. A ambos lados del río se elevan altas palmeras y pinos solitarios... Ahora la balsa llega a la orilla y andas por un delgado camino que se abre en un bosque de pinos. En un lecho formado por las agujas de los pinos distingues una figura tapada con unas sábanas de rayas rojas y blancas. Puedes desear que sea un hombre joven o una mujer joven. El hombre (o la mujer) joven aparta las sábanas y puedes ver una preciosa figura desnuda. Sientes en este instante una intensa atracción erótica hacia él (o ella), ves cómo sus ojos te sonríen, dándote a entender que la atracción es recíproca. Él (o ella) te coge de la mano amorosamente y camina contigo por el bosque... El bosque está lleno de flores, orquídeas, lilas. El camino hace un giro y te encuentras en un valle repleto de bellísimos narcisos. Aspira su dulce aroma. En medio del valle hay un pequeño río. Quítate la ropa y entra en el agua hasta que te llegue a la barbilla... Sientes bajo tus pies la fina arena del río. Ves ahora en l.i milla preciosas flores violeta, directamente ante tus ojos... Sal del agua y camina por un pequeño bosque de sauces. Camina a través de ellos. Ahora llegas a un enorme campo de tulipanes rojos, amarillos y blancos que brillan bajo el sol. Hay por todas partes pequeños molinos de viento cuyas hojas son movidas por el viento. Arriba, sobre el cielo azul claro, flota una vaporosa nube. Parece un enorme castillo en los aires... Y ahora comienza a llover, es una lluvia de finas gotas que no hacen ningún ruido. Sientes la lluvia cálida y húmeda sobre tu piel. Pero no puedes olería. El sol sigue brillando en el cielo y se forma un enorme arco iris que enmarca el castillo del aire. Estáis juntos, mano sobre mano, bajo la lluvia, bajo el sol, y miráis el luminoso arco iris del cielo. Este instante es tan perfecto que te sientes plenamente feliz, no necesitas nada más. Y puedes traerte contigo este sentimiento cuando regre-

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ses, ahora, a esta habitación. Di adiós a tu acompañante, podrás volver a verle si lo deseas. Y ahora desperézate y estírate un poco, respira profundamente una vez más y abre los ojos, despejado, reconfortado.

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Capítulo 7

RECURSOS INTERIORES

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EL TESORO EN EL LAGO

OBJETIVOS Si queremos disfrutar de la vida es importante que no interpretemos nuestros papeles de hombre o mujer, padre o madre, etc., con demasiada rigidez. La frescura de nuestra personalidad depende en gran medida de que pensemos con flexibilidad, de que permitamos que se modifiquen nuestras actitudes ante la vida y evitemos que nuestra conducta se guíe por directrices férreas. Haremos bien si desarrollamos esa virtud que el médico inglés I tlward de Bono llamó «lógica acuosa», una actitud creativa y dinámica ante l,i pcrson.tlidad propia y los acontecimientos y azares de la vida. En este viaje con la imagina! mu animamos a los p.titit ¡paules a que sientan curiosidad por dcs< ubín < nales son sus ie< IIISOS interiores, sus talentos y potencialidades, así t orno poi las sorpresas que la vida puede ofrecerles.

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INSTRUCCIONES

Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Haz que tus pies se apoyen con toda la planta en el suelo y deja que tus manos descansen cómodamente en tu regazo, con las palmas de las manos hacia arriba. Respira profundamente tres veces... Cuando ahora vuelvas a respirar nota que al coger el aire tus costillas se arquean hacia fuera, y cómo tu tripa se hincha. Después de inspirar expulsa el aire muy lentamente... Nota cómo el aire que respiras es algo más fresco que el que expulsas. Y quizá también puedas notar que tu cuerpo se agranda cuando coges aire, y se hace algo más pequeño al soltarlo... Ahora puedes abandonar tu respiración a sí misma y hacer algo por tu cabeza. Deja que tus párpados reposen, inmóviles, sobre tus ojos; reía-

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ja tu frente y tu barbilla. Si se te pasa algún pensamiento por la cabeza, reconoce amablemente su presencia y deja que se vaya... Ahora puedes dejar que aparezca en tu mente una imagen; una imagen que procede del fondo de tu espíritu y te muestre paseando por el campo en un caluroso y soleado día. El entorno del lugar es inusitadamente hermoso... Tienes un resplandeciente diamante, engastado en un anillo. Te han regalado ese anillo porque te protege y otorga poderes extraordinarios. Con su ayuda puedes llevar a cabo planes que sin él te sería imposible realizar. Llevas el anillo en la mano izquierda o derecha. Te está muy bien. Quizá hayas creído hasta ahora que este tipo de anillos sólo existían en los cuentos... quizá te sientas algo inseguro con el anillo, no sabes si un anillo tan extraordinario casa contigo, de manera que te tomas algo de tiempo para habituarte a tu preciosa posesión... Mira cómo resplandece la luz del sol sobre el diamante tallado... lo mueves para ver cómo se refleja la luz del sol por sus diversos lados... Andas por un pequeño camino y observas con curiosidad todo lo que te rodea. Estás abierto a todo lo que se pueda oír, de vez en cuando llega hasta ti un agradable aroma que te es familiar... Ahora ves una gran extensión de agua y te diriges, lentamente, hacia ella. En la orilla hay un gran bote hinchable en cuyo fondo, poco profundo, puedes ver un remo. Subes al bote, lo desamarras y remas tranquilamente hacia el agua, hasta que notas que el sol se encuentra exactamente encima de tu cabeza. Dejas el remo en el bote y te das cuenta de lo tranquila que está el agua. Casi no corre el viento, de modo que el bote no se mueve de donde está. Te entran ganas de tumbarte en el suelo de la canoa, te sientes muy a gusto y protegido en la almohada hinchable que te acoge. Notas cómo el fondo del bote es suavemente calentado por el agua, y que el agua parece respirar al ondularse tan suavemente... Tienes la sensación de estar en una cama de agua: por debajo te calienta el agua y por encima el sol dorado... Con los ojos cerrados disfrutas de este sentimiento de paz y sosiego. Puedes sentir que todas las tensiones, los dolores, el cansancio y el malestar de tu cuerpo van desapareciendo... y que también tu espíritu se halla en calma. Miedos, preocupaciones y problemas del día a día

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pasan a ocupar un segundo plano y, pasado un rato, ni siquiera percibes la canoa sobre la que estás. Te sientes fusionado con el entorno, que no hay ya barrera alguna entre tu cuerpo y el agua. Tienes la sensación de flotar en el agua, y te sientes muy liviano... No sabes cuánto tiempo has pasado en el agua, pero te da la sensación de que llevas ahí varias horas que te han reconfortado intensamente, de un modo especial... (1 minuto.) Ahora tienes la sensación de despertar de un sueño por el que has sabido que debajo de ti, (ni el agua, hay un tesoro escondido que te pertenece. Te enderezas y miras por el borde del bote hacia el agua... Quizá puedas distinguir ya algo ahí abajo, quizá no ves nada todavía, pero notas que tu corazón comienza a latir... Haces una pequeña pausa para mirar si todavía llevas iu anillo de diamantes en la mano... y ahora déjate caer al agua y sumeigete, linceando hacia el fondo, para encontrar tu tesoro. Nota < ó desde el agua se oyen los sonidos de un modo diferente a cómo '.e oyen íuei.i del agua... Bucea un poco a través de ese mundo subm.uino, explótalo. ¿Cómo es?... ¿Cómo te sientes en él?... ¿Qué puedes ver?. ,,< ,>ue puedes notar en tu piel, qué se ofrece al tacto de tus manos?... lómale liempo para encontrar tu tesoro. Quizá se halle, bien visible, en el fondo del agua, quizá esté parcialmente escondido en la arena, o enlre las algas, quizá al principio sólo puedas ver un cabo suello al que est.i alado en algún lugar tu tesoro... Recuerda que puedes utilizar lu anillo en el caso de que fuera necesario. Si ya has encontrado tu lesoro puedes decidir si deseas inspeccionarlo allí o si, por el contrario, prefieres subirlo al bote para poder después llevarlo a la orilla... Si quieres dejar tu tesoro en el agua, haz caso a este impulso y considera las razones por las cuales deseas dejarlo allí. Si quieres llevártelo, súbelo hasta la superficie y déjalo en el bote. Utiliza tu anillo mágico si es necesario... Pregúntate qué cambios puede introducir en tu vida tu tesoro, y qué puedes hacer con él. Si aún quieres conservarlo, regresa a la orilla y observa cómo te sientes... (1 minuto.) Has alcanzado de nuevo la orilla en el bote. Amárrala bien y baja a tierra. Mira de nuevo a tu alrededor, para poder regresar a este lugar

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cuando lo desees. Puede que tengas la sensación de que en este lugar hay más tesoros escondidos para ti. Ahora puedes dirigir tu atención de nuevo a esta habitación. Trae contigo, sobre todo, la satisfacción que sientes por saberte dispuesto a ir a la busca de tesoros escondidos.



Desperézate, estírate un poco, respira profundamente una vez más. De nuevo estás aquí, recuperado y despierto.

LA MONTAÑA MÁGICA

OBJETIVOS Es bueno que nos demos cuenta y repitamos a menudo a nosotros mismos que la fuerza, el apoyo, la estabilidad y la seguridad no proceden del exterior, ni de otros hombres, sino de nuestro interior, de nosotros mismos. También es importante que aprendamos a descargarnos de algunos problemas, para ocuparnos de ellos cuando haya llegado el momento. Y es especialmente importante que dejemos abierta una puerta a nuestro inconsciente, para que podamos oíi los importantes mensajes que nos envía, y que necesítame >\ paia no quedamos estancados, para estar en movimiento y poder almuUi u'tus c ail.i v>/ nuevos. Is común que olvidemos con facilidad estas sencillas s.

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INSTRUCCIONES

Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Respira tres veces profundamente... Basta un estado de ligera relajación para empezar a hacer este viaje con la imaginación si, en su transcurso, te vas sintiendo cada vez más suelto, más atento y más abierto. Imagina que comienzas a andar de nuevo por una hermosa pradera verde desde la que, quizá, ya has emprendido alguna otra vez interesantes aventuras. También hoy puedes ver el pequeño río escondido tras la alta hierba de la pradera. Otros días has tenido ganas de investigar los parajes en los que nace el río, pero hoy sigues la bajada del río... Te pones sin más a andar por el camino que sigue la orilla del río.

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Puedes ver los cambios que afectan al pequeño río en su curso. A veces es un delgado y profundo riachuelo similar al que podías ver en la pradera, otras se ensancha y tiene poco fondo, y el sol parpadea sobre las pequeñas olas. Ahí el agua es tan clara que puedes ver con toda claridad las piedras del fondo. Pasado un rato el río comienza a hacerse cada vez más estrecho, profundo y serpenteante, y puedes ver cómo se forman aquí o allá remolinos, de manera que puedes hacerte una idea de la fuerza que se esconde bajo la calmada superficie del riachuelo. En algunos lugares los árboles crecen tan cerca de la orilla que sus ramas impiden el paso de los rayos del sol. Las raíces de los árboles atraviesan el camino, de modo que tienes que prestar mucha atención a los pasos que das para no tropezarte y caer. Esos lugares son frescos y oscuros, y en ellos uno se siente solo y aislado. Algunos de estos sombreados trechos son bastante largos. Por suerte la luz del camino se hace cada vez más clara, de manera que puedes mirar hacia arriba y ver el amable cielo azul, resplandeciendo entre las ramas de los árboles. Los árboles dejan muchos claros, permitiendo que caigan los rayos del sol sobre el camino que, a su vez, se hace más liso y recto. Y te da la impresión de que ahora que el agua se acerca a su meta corre más deprisa. Llegas pronto a un lugar en el que el riachuelo desemboca en una gran masa de agua, en un lago, quizá en una especie de fiordo. No te es fácil apreciarlo. Lo único que puedas ver es que aquí el agua se expande en muchas direcciones. Este es un bonito lugar. Hay en él una pequeña playa. No puedes ver a nadie y, sin embargo, aquí te sientes como en casa. Oyes cómo se rompen las olas en la orilla, y puede que oigas también el graznido de alguna ave acuática, o cómo salpican el agua los peces que saltan del agua para cazar un insecto y vuelven a caer en ella. Quizá te apetezca quitarte los zapatos y los calcetines, para sentir bajo tus pies la gravilla del suelo, y entre tus dedos la cálida arena. Andas por la arena, recorriendo la orilla de la playa, estás absorto y como sumido en un sueño... Y tras un giro de la orilla descubresque ahí la arena se ha acabado. Una enorme roca entra casi en el agua, de manera que la playa se

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ha convertido en un delgado caminito de gravilla que recorre el pie de la roca. Te quitas de nuevo los zapatos y andas por el fino camino... te apoyas con una mano en la pared de la roca para no perder el equilibrio. En la enorme roca brillan cristales rojos y dorados. Está caliente y es muy firme, y tienes la sensación de que algo de la fuerza de los cristales fluye a través de tu mano en tu interior. Se trata, naturalmente, de una montaña mágica, ya que, tras bordear la piedra, descubres una puerta a sus pies, sólo abierta por una ranura. Lleno de curiosidad abres la puerta y entras. Te hallas en una gran cueva que parece un enorme hall. De nuevo no parece haber nadie ahí, y, de nuevo, te sientes como en casa. Es un lugar precioso, como una enorme catedral en cuyas paredes brillan con luz indecisa los cristales de la roca. Te das cuenta de que una de las paredes está formada por una superficie lisa y pulida de granito rosáceo repleta de < omparlimentos cerrados por puertas de latón dorado. De algún modo sabes que esos cajones están ahí para ti, destinados a que descargues en ellos todas las preocupaciones, penas y pesares que lias Ira ido hasia aquí. Y eso es lo que haces: puedes utilizar tantos cajones < orno desee-. Puedes cerrarlos con cuidado y guardarte la llave en el bolsillo, o quizá colgártela con una cinta del cuello. Puedes senlnir ahora mucho más ligero tras liberarte del peso de tus penas. Puedes seguir investigando el gran hall en el que estás... y, al poco, ene uenlras un pequeño portal tras el cual comienza un pasillo. Y aunque es la primera vez que estás-en este lugar sabes intuitivamente varias cosas: sabes que puedes recorrer ese pasillo sin correr ningún peligro. Pero en ti nace un sentimiento muy peculiar y sabes que van a pasar muchas cosas. Ahora avanzas por el pasillo. Tienes un extraño sentimiento, pero sabes que no te va a pasar nada. Tienes la impresión de haber estado ya en ese pasillo, aunque no puedes recordarlo. La temperatura es agradablemente cálida, pero el aire huele a frescor, la luz es tenue y, sin embargo, ves perfectamente. Para algunos el pasillo será corto y recto, para otros largo y sinuoso, pero, en cualquier caso, conduce a una sala especialmente bonita. La sala parece llena de luz del sol. Sabes que un hueco en el interior de una montaña no puede brillar con esa claridad y, sin embargo, ves que 137

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así es. En algún punto de la sala ves a una persona, o un objeto, que tiene un mensaje para ti. Puede ser un hombre, o una mujer, a quien ya conoces; pero también puede ser que creas no haberle visto jamás. No tiene por qué ser un ser humano. Quizá has encontrado un libro, o una foto, o una carta, puede que oigas algo en la radio o en la televisión, puede ser algún recuerdo en un viejo arcón; incluso puede que encuentres un pequeño animal doméstico, o un juguete... alguien o algo que tiene un mensaje que darte. Y ese mensaje puede expresarse en palabras muy claras, pero es más probable que sea más bien un sentimiento, o una intuición sobre la que más tarde podrás pensar: «De alguna manera intuí esto o lo otro». O quizá descubras la relación entre dos cosas que nunca antes habías visto conectadas. O quizá sientas en lo más profundo de tu ser que algo ha cambiado, que ha comenzado algo en ti que necesitará algo de tiempo para desarrollarse. Puedes ahora pasar un rato en esa sala, y yo me quedaré mientras tanto en silencio, para que encuentres el mensaje que va dirigido a ti y disfrutes del precioso lugar en el que estás... (1-2 minutos.) Así está bien. Ha llegado ahora el momento de que abandones este lugar, pero sabes que podrás regresar a él siempre que quieras, porque ese lugar te pertenece, está en tu interior. Regresa por el pasillo al hall de la entrada. Puedes coger alguna de las cosas que has dejado en los cajones antes de irte si quieres. Pero sabes que, sea corno fuere, esos cajones son realmente seguros. Sales por la puerta hacia fuera. Déjala entreabierta por si deseas regresar en otra ocasión. Regresa a la playa por el delgado camino que bordea la roca, apoyándote de nuevo en la pared de piedra y percibiendo de nuevo la fuerza, el apoyo, la estabilidad y seguridad que procede de ellas. Llegas a la amplia playa y regresas por el camino que recorre la orilla del río a la pradera. Ahora desperézate, estírate un poco y respira profundamente una vez más. Ahora estás de nuevo aquí, recuperado y despierto.

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EL JARDÍN DE GÁNDOR

OBJETIVOS En este viaje con la imaginación los participantes también podrán recibir importantes mensajes. Lo interesante en él es que empleamos una triple perspectiva temporal. El primer mensaje se sitúa en el presente, el segundo hunde sus raíces en la infancia, y el tercero les es inspirado por el futuro. Esta combinación de diversas perspectivas vitales puede ayudar a los participantes a poner bajo una nueva luz su situación actual.

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INSTRUCCIONES

Siéntate cómodamente y cierra los ojos. Procura que tu cabeza, tu cuello y tu columna vertebral formen una línea recta. Respira profundamente tres veces y dirige tu atención hacia el interior de tu ser. Imagina que te hallas de nuevo en tu pradera, de la que tantos caminos parten, caminos que conducen a muy distintos parajes. Escoge hoy el pequeño camino que, a la derecha, se dirige al precioso bosquecillo de altas hayas y esbeltos abedules, de grandes pinos de original silueta y familiares abetos de color verde oscuro... Haz que sea un precioso y cálido día de verano, en el que los olores del bosque lleguen a tu nariz con toda su intensidad: resina aromática, amargo musgo, y el suave aroma de las hojas de los abedules... De repente llegas a una montañita de arena recientemente levantada y, en uno de los lados, ves una puerta de madera entreabierta. Sientes curiosidad y miras dentro del montículo. Ves un túnel de paredes estables y firmes. Hay un poco de luz en el túnel. Parece venir del final del túnel, que se mete, inclinado, en la tierra.

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Decides averiguar qué hay al otro lado del túnel. Te das cuenta de que en el túnel puedes estar de pie sin problemas, y que el suelo es muy llano, de modo que puedes atravesarlo sin sentirte inseguro. Avanzas lentamente por el túnel que te adentra cada vez más en la tierra. Cuanto más avanzas, más clara es la luz hacia la que te diriges. De repente se acaba el túnel y te hallas en un bonito jardín, muy bien iluminado por claraboyas abiertas artificialmente. Por ellas entra la dorada luz del sol, cayendo sobre los arbustos, la hierba y un pequeño estanque. Escuchas a tu espalda una divertida e inocente sonrisa y, al darte la vuelta, ves a un enano que te saluda amistosamente. Te enteras de que el enano se llama Candor y que este delicioso jardín es suyo. Gándor te dice que se alegra de tenerte como invitado. Puedes pasear por donde quieras y explorar el lugar. Lo primero en que te fijas es en un bello y pequeño estanque rodeado de lirios violetas y amarillos, y por bonitas rocas de reflejos plateados. La superficie del agua es tan lisa como la de un espejo, y refleja los rayos del sol que caen desde allí lejos, por los tragaluces, sobre el agua inmóvil. Te sientes como en casa junto al bonito estanque, que, de alguna manera, es como si ya conocieras. Ves tu imagen reflejada en el agua. Al principio percibes sólo confusamente tu silueta, pero cada vez ves la imagen con más nitidez.

fuerzas. Ves que el niño te invita con un gesto a que te acerques. Te agachas para saludar al niño. El niño pone confiadamente la mano en tu hombro y te susurra algo al oído. Te cuenta algo sobre ti mismo que ya habías olvidado. Y, claro está, el mensaje se refiere a algo relativo a tu infancia, algo que debes recordar para poder disfrutar mejor de tu vida presente. Dale tiempo para escuchar al niño, y deja que penetre en ti el sonido de su voz... (1 minuto.) Ahora miraos a los ojos antes de que el niño regrese a sus juegos. Presta atención a cómo le sientes ahora antes de seguir paseando por el caminito del jardín... Ahora llegas a una pequeña y bonita pradera en la que tres mariposas revolotean por el aire. Sabes que están cantando una canción que habla de la felicidad... Cantan sobre el secreto de la felicidad... Detienes tus pasos para escucharlas (luíanle un rato. Al ver la facilidad con la que revolotean por la pradera le vuelves nostálgico. Te llama la atención la capacidad que lienen de sorprenderle. Parecen poder hacer a cada momento lo contrario de lo que hacían un segundo antes. Piensas por un instante en cómo seiía tu vid.i si pudieras hacer a menudo lo contrario de lo que normalmente ha< es... (t() •et'undos.)

Para tu sorpresa te das cuenta de que tu imagen no te refleja cómo eres realmente, sino cómo te gustaría ser. También esta figura te resulta de alguna manera familiar, hasta el punto de que te sorprende lo natural que te resulta que tu reflejo comience a hablarte. Te dice algo sobre ti mismo, algo importante. Date tiempo para escuchar el mensaje que tiene para ti... Puede que lo entiendas inmediatamente, porque ya habías pensado tú algo parecido, pero también puede que su mensaje contenga algo nuevo para ti, algo de lo que no habías sido hasta ahora consciente... Quizá sea un mensaje tan abstrusoque sólo más adelante puedas entenderlo. Sea como fuere, escúchalo bien para poder sacar partido de él más tarde... (1 minuto.)

Casi has llegado al final de tu < .miino < liando
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