Volviendo a Carlos Fonseca Amador - Recopilación Documental

June 6, 2019 | Author: Ferro Ferrobla | Category: Sandinista National Liberation Front, Nicaragua, Guerrilla Warfare, Military Strategy, Política
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Bitácora de un Nicaragüense Pedro José Madrigal Reyes

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Bitácora de un Nicaragüense Pedro José Madrigal Reyes

Índice

Prólogo

pág.01

Carta al Tirano Somoza

pág.02

La lucha por la transformación de Nicaragua

pág.04

Breve análisis de la lucha popular nicaragüense contra la dictadura de Somoza

pág.14

Desde la cárcel, yo acuso a la dictadura

pág.27

Esta es la verdad

pág.33

Carta a los padres de Francisco Moreno

pág.35

Mensaje del Frente Sandinista de Liberación Nacional a los estudiantes revolucionarios

pág.37

Yanqui Johnson: Go home

pág.53

Juramos cobrar implacable venganza por la sangre de Julio Buitrago, Marco Rivera, Aníbal Castillo y Alesio Blandón

pág.55

Nicaragua hora cero

pág.57

Mensaje al pueblo de Nicaragua

pág.74

Análisis de la carta testamento de Rigoberto López Pérez

pág.78

Crónica secreta: Augusto César Sandino ante sus verdugos

pág.89

¿Qué es un sandinista?

pág.101

Síntesis de algunos problemas actuales

pág.103

Notas sobre la montaña y algunos otros temas

pág.123

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Prólogo Esta recopilación documental es en sí misma un viaje a través del pensamiento del Comandante en Jefe Carlos Fonseca Amador. A través de sus líneas se puede comprender la evolución de su pensamiento hasta alcanzar el Marxismo Leninismo desde el Sandinismo. Ese proceso de autodescubrimiento vivido por el comandante sólo puede ser entendido desde el estudio y rescate de las tradición ‘revolucionaria’ del pueblo nicaragüense, condensada en la lucha antiimperialista del ‘General de Hombres Libres’, entremezclado con el pensamiento científico característico de la dialéctica Marxista que se dejó sentir en la Patria Grande desde ese salto cualitativo que significó y significa la Revolución Cubana. El FSLN se desarrolló en una realidad económico-político y cultural adversa; de hecho, el FSLN convertido en vanguardia tubo que conducir ya no solo la interpretación de la lucha antiimperialista, antisomocista y por la liberación, sino que debió de construir un núcleo político que sirviera de base -una vez conquistado el poder- para una revolución proletaria emancipadora comprendida desde el Materialismo Dialéctico. En ese sentido, el Frente sandinista, bajo la dirigencia de Carlos Fonseca Amador, no solo ‘descubrió’ las teorías más avanzadas de las luchas proletarias, sino que además tubo que introducirlo dentro del panorama político de un pueblo condenado al analfabetismo y secuestrado culturalmente. Hasta ese momento, el Marxismo estaba reducido a pequeñas agrupaciones políticas cuya base estaba dentro de la pequeña burguesía, una suerte de pseudo-marxismo esnobista, derivado de la ausencia de una masa proletaria subproducto de la economía cuasi feudal imperante del momento... El desarrollo del pensamiento de Carlos Fonseca Amador se dio en un momento en el que el pueblo nicaragüense, la lucha que este desarrollaba, requería de la unidad de todas las fuerzas anti-somocistas; claro está, que ello no implicó que todas esas fuerzas tuvieran una concepción ‘progresista’ del proceso; incluso, parte de esas fuerzas procedían de los sectores reaccionarios –oligarquía burguesía-. He allí la explicación del porque el comandante se concentró en la búsqueda de la unidad dentro de ese objetivo –anti-somocismo-, pero hegemonizado y conducido ideológicamente por la vanguardia revolucionaria… Nótese que en sus últimos documentos ya intuye que hay un proceso de fraccionamiento de las fuerzas revolucionarias que concluiría con la aparición de las tendencias… ¡COMANDANTE EN JEFE CARLOS FONSECA AMADOR! ¡PRESENTE, PRESENTE, PRESENTE! Pedro José Madrigal Reyes Militante del FSLN Marxista Leninista 1

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CARTA AL TIRANO SOMOZA Managua, 21 de mayo de 1958 General Anastasio Somoza Managua General: Hace varios meses le escribí a usted una carta en la que le reclamaba unos libros que varios militares habían sacado del lugar en que yo vivía en León. En esa carta yo le decía que los libros no le servirían de nada al gobierno, mientras que para mí significaban el fruto de toda una vida juvenil. A las varias semanas recibí gran parte de los libros. Para ser sincero he de decirle que me sorprendió la comprensión que usted mostró hacia mi carta. Esta carta tiene una intención semejante a la que me he referido anteriormente. El día que llegué a Managua procedente de Moscú la Oficina de Seguridad me despojó de varios objetos que más adelante enumeraré. Cuando en la Oficina me dijeron que dichos objetos nunca retornarían a mis manos, ocurrió algo que a mí me ha parecido sumamente chistoso. La escena ocurrió así: Un militar dirigiéndose a mí exclama: -Todas estas cosas que traes jamás te las devolveremos. Entonces le respondí yo: -Cómo no. Todas esas cosas volverán a mis manos. -¡Nada! -respondió a su vez el militar con un tono enérgico. Yo repliqué nuevamente en voz baja, diciendo: -Si usted no me devuelve mis cosas, al salir libre, yo le escribiré al general Somoza reclamándoselas. Estoy seguro que él me las devolverá, porque él es más inteligente que usted. -¡Está diciendo que usted es bruto! -dijo alguien dirigiéndose al militar. -¡Ah! ¡Sí! -exclamó entonces el militar pegando fuertes puñetazos en mi mandíbula, que me hicieron caer al suelo. Y yo invadido por el capricho continuaba exclamando: -El general Somoza es más inteligente que usted. El general Somoza es más inteligente que usted. El general Somoza es más inteligente que usted. 2

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Y los puñetazos continuaban. Lo que me parece chistoso es que yo haya sufrido por sostener que usted es más inteligente que cierto subalterno suyo. No he querido darle el nombre del militar porque no me hubiera gustado que el chiste se transformara en chisme. General Somoza: Deseo que me sean devueltos los objetos siguientes que me decomisaron: Una cámara fotográfica, Un juego de lápiz y pluma, Poema pedagógico por Antón Makarenko (libro) Zoia y Shura (libro) Reportaje al pie del patíbulo por Julius Fucik (libro). Me decomisaron otros objetos que no tengo sumo interés en recuperarlos. Hace varias semanas miré al teniente Silva y cuando le reclamé los objetos mencionados me dio a entender que solamente usted podía decidir esa cuestión. Cuando le reclamé los libros que me fueron sacados de León yo le decía a usted que yo esperaba que el general Somoza atendiera mi reclamo, porque la inteligencia nunca puede inducir a ocasionar malestares sin ningún fin práctico. Deseo repetirle nuevamente en esta carta ese concepto. Usted todavía es joven para recordar bien lo que a un muchacho como yo le sirve una cámara fotográfica. Y en cuanto a los libros le puedo asegurar que no contienen planes peligrosos. Son libros cargados de poesía, de cariño a los niños, a la humanidad. Una vez más quiero repetirle que creo en que la inteligencia del general Somoza no lo va a inducir a no satisfacer el reclamo de un joven. Creo que la inteligencia del general Somoza lo detiene para no causar inútiles resentimientos. La contestación a mi carta puede enviarla a la siguiente dirección: Carlos Fonseca, Barrio Laborío, Matagalpa. Le envío un ejemplar del librito* -Se refiere al libro ‘Un nicaragüense en Moscú’- que escribí relatando mi viaje. Atte. Carlos Fonseca Amador

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LA LUCHA POR LA TRANSFORMACIÓN DE NICARAGUA Tomado de una copia mecanográfica encontrada en el Archivo de la OSN (Oficina de Seguridad Nacional) de la dictadura militar somocista. Data de 1960. Carlos Fonseca Amador La lucha contra la dictadura encabezada por la familia Somoza es una lucha por lograr la transformación de Nicaragua. Esto equivale a decir que nos proponemos liquidar el sistema económico y político que impera en nuestro país para sustituirlo por un sistema nuevo y superior. La estructura semicolonial y feudal La estructura económica en que se apoya la dictadura es de tipo semicolonial y semifeudal. Nuestro país forma parte del mundo oprimido por el imperialismo cuya capital se encuentra en Washington. La producción de Nicaragua en su mayor parte se encuentra orientada a satisfacer las demandas del mercado exterior y sufrimos lo que es conocido con el nombre de monocultivismo, o sea que la mayor parte de la producción está constituida por una escasa variedad de artículos. Por otro lado, importamos del exterior la mayor parte de los artículos manufacturados que consumimos. Las mejores tierras de nuestro país se encuentran en manos de la oligarquía latifundista. El rasgo feudal de la sociedad nicaragüense presenta un relieve todavía más pronunciado que en muchos países de América Latina si observamos que las mismas personas que controlan el aparato dictatorial estatal son las que a su vez controlan la vida económica. Y ya sabemos que en el medioevo precisamente el rey era también el primer latifundista. La dictadura somocista, a la vez que sirve de instrumento del sistema económico que pintamos atrás, funciona como agencia del Departamento de Estado norteamericano en Nicaragua. El ejército creado por los invasores La principal fuerza de la dictadura es la Guardia Nacional, es decir el ejército que fue creado por los invasores norteamericanos, quienes al ser obligados a desocupar el país por la lucha de los patriotas sandinistas, dejaron como jefe de ese ejército traidor al vagabundo Anastasio Somoza García Ocupando esa odiosa posición, para demostrar que era razonable la confianza que tenían en él los invasores, organizó el asesinato de numerosos patriotas y principalmente el de Augusto César Sandino, el prócer más brillante en la historia de Nicaragua. Esto 4

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ocurrió el 21 de febrero de 1934. Somoza siempre contó con el respaldo de los piratas yanquis y el día que murió a consecuencia de los balazos justicieros que le disparó el héroe Rigoberto López Pérez, los norteamericanos derramaron lágrimas de pesar. Con el país en esas condiciones han sido las amplias masas del pueblo las que han soportado los mayores sufrimientos. La miseria y el hambre, el analfabetismo y la persecución se han concentrado en las espaldas de los hombres sencillos del pueblo. Nuestros campesinos solamente penas conocen en la vida que llevan. La clase obrera de Nicaragua sufre una pavorosa desocupación crónica. Diariamente quedan empobrecidos a media calle multitud de comerciantes medios. Los estudiantes que proclaman su amor a la libertad han pagado con la vida ese delito. En el ejército, o sea la Guardia Nacional, son ascendidos preferentemente y ocupan las mejores posiciones los más serviles y criminales. La masa mayoritaria Podemos llegar ya a la conclusión de que es el pueblo, la masa mayoritaria, la más sufrida la que posee mayor interés en el país porque se lleve a efecto una transformación, o sea que se realice una revolución que, por decirlo, invierta y vuelva al revés todos los órdenes de la vida en Nicaragua. De tal manera que los dominadores se conviertan en dominados y los dominados en dominadores. La lucha opositora dominada por fuerzas derechistas Pero en el proceso histórico de nuestra Patria bajo el dominio de la dictadura somocista, ha ocurrido el fenómeno que consiste en que la lucha opositora ha estado dominada por fuerzas derechistas cuyo Estado Mayor ha sido el Partido Conservador. Este partido está controlado por una camarilla que representa los intereses de los grandes ricos conservadores, millonarios comerciantes, empresarios o latifundistas. Estos ricos han soñado con el poder en sus manos solamente para sustituir a los Somoza en el primer lugar como millonarios. El punto fundamental está en que el Partido Conservador no representa intereses inconciliables con la dictadura. En gran medida la camarilla infames enemigos empleando como principal método la lucha armada. Solamente el pueblo alzado en armas es capaz de liquidar a la dictadura somocista. La necesidad de sostener la lucha armada ha sido acogida en Nicaragua después del triunfo de la revolución cubana, aunque se han cometido toda una serie de errores que han acarreado dolorosos fracasos. En este trabajo señalaremos algunas características de nuestra lucha que pensamos deben tenerse presente para echar adelante una acción exitosa. Es urgente que superemos el aventurerismo y la desesperación, teniendo el cuidado al hacer esta advertencia de que también valoramos la importancia que tiene la audacia y la rapidez al accionar. O sea que el peligro del aventurerismo no debe ser tomado como pretexto para caminar a paso de tortuga. 5

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Al planificar la guerra del pueblo contra la dictadura, en primer lugar debemos partir del hecho real de nuestra inferioridad material con respecto a las fuerzas somocistas. Por consiguiente nuestra estrategia, es decir la línea general de la guerra es de uno contra diez. Es la guerra de guerrillas del pueblo contra la Guardia Nacional; es la continuación de la lucha que contra ese mismo ejército y contra los invasores yanquis sostuvo el gran patriota Sandino con su Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. Los campesinos: base del ejército revolucionario La principal base popular del Ejército Revolucionario la constituyen los campesinos, por lo cual en esencia nuestra guerra tiene que ser una guerra agraria, una guerra por el rescate a favor de los campesinos medios y pobres de las tierras que los grandes hacendados les han arrebatado con maña y fuerza. El soldado revolucionario se ganará la confianza del campesinado dándole pruebas de sinceridad y honradez porque esto es más convincente que la más ardorosa proclama. El Ejército Defensor del Pueblo debe estar identificado con las calamidades de la vida del campesino. El ciudadano acostumbrado a la vida de la ciudad debe marchar al campo solamente si posee ciertos conocimientos o aptitudes que lo hagan indispensable. La lucha guerrillera en el campo es tremendamente penosa. Durante mucho tiempo se lleva una vida errante y es que precisamente la movilidad es una de las ventajas que lleva el guerrillero sobre las fuerzas dictatoriales. Batista sospechaba, según lo declaró cierta vez, que los barbudos poseían ciertas armas secretas que les permitían pelear con éxito. Fidel Castro confirmó la sospecha declarando que realmente sus fuerzas poseían armas secretas y seguidamente las señaló tocándose las piernas, y exclamando: "nuestras armas secretas son las piernas". Si la estrategia es de uno contra diez, la táctica o sea la línea a seguir en cada batalla es de diez contra uno. Las fuerzas guerrilleras solamente deben pelear cuando previamente pueda calcularse que la batalla será victoriosa y que será de provecho para la continuación de la guerra. Es indudable que la cantidad y calidad de las armas tienen importancia en el éxito de la guerra, pero es conveniente no exagerar esta verdad. Debemos recordar que al finalizar la guerra del pueblo de Cuba contra la oprobiosa tiranía de Batista, éste poseía mayores y mejores armas que los rebeldes y sin embargo fue derrotado. Eso ocurrió así porque lo fundamental es la elevada moral del soldado del pueblo. Otras formas de lucha La lucha armada sin el auxilio de otras formas de lucha no puede conducirnos a la victoria. Hemos dicho antes que la lucha legal en nuestro país no puede ser el 6

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principal medio para derrocar la dictadura. Es preciso que no extrememos el significado de esta tesis porque sería peligroso para el éxito de la lucha armada negarse absolutamente a aprovechar las pocas puertas legales para dar salida, con las lógicas limitaciones, a la mayor cantidad de denuncias sobre los problemas soportados por el pueblo. Las puertas legales, por estrechas que sean, deben ocuparse para ligarse con el pueblo. Empleando el cerebro tenemos que encontrar la manera de poder hablar legalmente siendo leales a los principios revolucionarios, manteniendo la distancia con los oportunistas y los traidores. La actividad clandestina es auxiliar importante de la lucha armada. Esta actividad organiza los mítines relámpagos, la pinta de paredes, la volante subversiva, etcétera. Podemos incluir en esta actividad la radio clandestina que en contacto directo con los combatientes tiene la posibilidad de comunicar la verdad al pueblo, propagar la noticia de los crímenes que la dictadura pretende mantener ocultos, refutar las mentiras propagadas por la propaganda dictatorial. La participación del pueblo en la lucha tendrá su mayor expresión en la huelga general de brazos caídos, en el momento en que las fuerzas del Ejército Revolucionario hayan adquirido el desarrollo que permite asestar severos golpes a la Guardia Nacional, que le acarrearán una profunda desmoralización. La lucha del pueblo se lleva a cabo de una manera en que el Ejército Defensor del Pueblo ocupa la posición de vanguardia. Sin el auxilio de las otras formas de lucha puede ocurrir que aun alcanzándose algún progreso serio en la actividad militar, la lucha en general sufra un estancamiento. La historia de Nicaragua ofrece ejemplos formidables, siendo el principal de ellos la lucha de los patriotas sandinistas contra los invasores yanquis y contra los nicaragüenses traidores. Ocurrió que, dado el momento histórico que vivía tanto Nicaragua como el resto de América Latina, los diversos sectores del pueblo carecían de la madurez suficiente para comprender la responsabilidad que les cabía en la lucha antiimperialista y la pelea se centró en las montañas dando maravilloso resultado la táctica guerrillera. Y aunque los sandinistas dieron un magnífico ejemplo de patriotismo y sentaron un brillante precedente, no lograron tomar el poder. El aventurerismo El aventurerismo conduce al inútil derramamiento de sangre; se caracteriza porque es la decisión de combatir sin tener claridad sobre el desarrollo que la lucha habrá de tener en el futuro y entonces resulta que las dificultades que el aventurero no previó lo sorprenden sin la preparación para superarlas. Por lo tanto es fundamental tener entendido el desarrollo de la lucha armada, las diversas fases que la integran. Por supuesto que no debe ni pensarse en que los guerrilleros podrán en los primeros días o semanas obtener las victorias que los arriben al poder. En la primera fase se propondrá el objetivo de mantenerse, de conservarse la fuerza inicial. En la segunda fase deberá consolidarse lo que se ha ganado en la primera. En la tercera fase, lograda la fuerza necesaria, se encamina el Ejército Defensor del Pueblo a derrotar definitivamente la 7

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dictadura, acompañando las acciones militares de la huelga general que impide que se frustre la lucha por las maniobras de los enemigos del pueblo. La defensiva estratégica Podemos también dividir en dos fases la estrategia militar de los revolucionarios. La primera fase es la defensiva estratégica, esto quiere decir que en la primera fase, dada la debilidad material de las fuerzas revolucionarias, no puede existir el propósito de lograr la victoria definitiva, sino solamente el de defender lo que se tiene y alcanzar un progreso limitado. Pero si esta fase es defensiva en el sentido estratégico o sea que es defensiva su línea general, no acontece así en el sentido táctico o sea en el sentido de conducir cada batalla porque nuestras fuerzas, para vencer con mayor facilidad, deben poseer la iniciativa o lo que es lo mismo llevar la ofensiva en cada batalla. La segunda fase es la ofensiva estratégica y se propone el tener la fuerza material y moral suficiente para derrotar definitivamente a la dictadura tomando en cuenta los elementos que hemos dejado expuestos en el curso del presente trabajo. Para alcanzar la victoria en la guerra es natural que la valentía sea indispensable, pero comprendamos que no es suficiente. Más bien, la valentía es suficiente para decidirse a participar en un combate. Y participar en el combate no es el último fin del soldado. Hace falta lo fundamental que es alcanzar la victoria. Ya en esto entra en juego algo más que la valentía y es el empleo del cerebro, el empleo de los cinco sentidos que posee el hombre, que iluminan el campo de batalla y nos enseñan en qué puntos es más débil el enemigo, en qué puntos es inferior materialmente con relación a nosotros. Nadie en el mundo debe tomar más en cuenta la realidad como el soldado revolucionario. Porque está corriendo peligro la vida de seres humanos de calidad moral ejemplar y porque del éxito de éstos en la lucha depende el cambio de la dolorosa suerte del pueblo nicaragüense que durante siglos y siglos solamente penas ha conocido en la vida. Tomar en cuenta la realidad significa subordinar nuestra conducta a esa realidad y no a nuestros deseos caprichosos. Es fundamental escuchar la voz de la realidad. Ella nos dirá que ciertas batallas victoriosas pueden traer la derrota de la guerra y que por consiguiente cuando nos preparemos para una batalla debemos vincular ésta con el futuro de la guerra. En la guerra de 1926 las fuerzas conservadoras, al lograr la victoria en Chinandega sobre los liberales comandados por Parajón, quedaron profundamente averiadas para poder enfrentarse a las fuerzas constitucionalistas que procedían de la Costa Atlántica. El abastecimiento secreto Para que nosotros tengamos la iniciativa necesitamos conocer el terreno, contar con una vigilancia eficiente incluyendo el servicio secreto de abastecimiento. Estos elementos nos preparan contra los ataques sorpresivos que son el principal enemigo de nuestra iniciativa. Si conocemos los pasos de las fuerzas 8

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somocistas, huiremos hacia otros puntos si somos inferiores materialmente o si los medios con que contamos hemos de utilizarlos en acciones planificadas. Pero no podremos huir y seremos aplastados, aunque conozcamos el terreno, si no tenemos nada para comer. El terrorismo Es de suma importancia referirse a nuestra posición frente al terrorismo, ya que en nuestro país la actividad de esa clase ha alcanzado cierto desarrollo y hasta hoy no hemos visto una explicación ajustada a la razón en la prensa nacional. Somos decididos opositores al terror de bombas y sabotajes aislados como base en la lucha contra la dictadura. Es completamente equivocado creer que la zozobra producida por las bombas liquidará la dictadura. El terror como sistema solamente lo emplean las fuerzas reaccionarias. Y tan cierto es que el terror no conduce a la victoria que si así fuera la dictadura vencería porque cuenta con los mejores medios para implantarlo. Sin embargo, sabemos que la dictadura está condenada a ser derrotada como ha acontecido en parte de los países de la tierra. La bomba y el sabotaje pueden emplearse para auxiliar una específica acción armada. Pero aún entonces debe tenerse sumo cuidado para impedir que resulten víctimas inocentes. En una palabra, las bombas y el sabotaje deben emplearse cuando sea indispensable en la obtención de una victoria armada. Ciertos terroristas hablan de quebrar la economía desplegando sabotajes en los centros de trabajo. En realidad estos elementos son simples charlatanes, que no hablan con seriedad o conocen superficialmente nada más, los principios políticos revolucionarios. La economía de Nicaragua por esencia es una economía en quiebra, que sufre crisis permanente. Esa es la característica de la economía semicolonial y semifeudal. Y precisamente nuestra lucha es por liquidar el instrumento político de esa economía y desarrollar un sistema que se caracterice por el auge en la producción. En una palabra la economía de Nicaragua no necesita de bombas y de sabotaje para llegar a la quiebra, porque como lo dejamos dicho tal rasgo es su esencia. La calidad contra la cantidad La calidad es una categoría que merece primera atención. La lucha revolucionaria del pueblo es la lucha de la calidad contra la cantidad. La razón es calidad y la ametralladora es cantidad. No es el fusil revolucionario el que vence sino su brillante razón. Los organizadores y dirigentes revolucionarios no deben aceptar en las filas a todo el que manifiesta voluntad de acompañarlos sino solamente al que ofrezca cualidades humanas especiales. El guerrillero es un soldado escogido. El ejército guerrillero es por definición un ejército poco numeroso y eso al fin de cuentas le da la ventaja de ocultarse con facilidad y tal ventaja es una que lo caracteriza. La moralidad revolucionaria 9

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La moral revolucionaria vence a la inmoralidad dictatorial. El Ejército Defensor del Pueblo no se propone exterminar físicamente a los componentes de la Guardia Nacional. El guerrillero solamente dispara a la hora del combate. El guerrillero respeta la vida de los prisioneros somocistas y solamente los ajusticia cuando son responsables de horrendos crímenes. El guerrillero no saquea ni roba y aun a los prisioneros les respeta sus bienes, su dinero, su reloj. El guerrillero considera que una gran proporción de los componentes de la Guardia Nacional son hombres desorientados que ignoran los elevados propósitos de los revolucionarios. El Ejército Defensor del Pueblo les ofrece a los prisioneros la oportunidad de ver la realidad revolucionaria y en la primera ocasión les da libertad. Cuando regrese a la Guardia inevitablemente narrará su experiencia y mostrará a sus compañeros que sus bienes no se los tocaron. En las guerras revolucionarias de otros pueblos se ha visto incluso que enemigos capturados por segunda vez han sido libertados nuevamente. Llega un momento en que el conocimiento de estos ejemplos se ha extendido en las filas de la Guardia y el soldado termina por no tener odio a los revolucionarios y no son pocos los que deciden pasarse a las filas populares. Por el contrario, el Estado Mayor de la Guardia está dominado por la inmoralidad; ellos se saben malvados y creen que ésa debe ser la posición del hombre ante la vida. Ellos no respetan por sistema la vida del prisionero revolucionario. Ahí están los ejemplos de Manuel Díaz y Sotelo y los mártires de "El Dorado": Eduardo Medina, Héctor Zelaya, Enrique Albizú, José Matey y Tomás Palacios. La camarilla somocista que controla la Guardia Nacional es consciente de que defiende los intereses de los opresores del pueblo nicaragüense. Para ellos el mal es su razón de ser. Excepcionalmente se encuentran en posiciones responsables de la Guardia hombres interesados o deseosos de hacer bien; pero éstos a la larga terminan por desertar y ocupar un lugar en las columnas del pueblo. La unidad La unidad juega un papel decisivo en el triunfo. En Nicaragua mucho se ha hablado de la unidad, tal vez hasta demasiado en relación con lo que se ha hecho. Con frecuencia los nicaragüenses hemos jugado a la unidad. Un punto tan fundamental debe ser abordado con la mayor seriedad y profundidad. En primer lugar debemos referirnos a la médula de la unidad y que nosotros la miramos en orientar la actividad de fuerzas diversas hacia un objetivo determinado. Por consiguiente no se trata de escoger un presidente o un secretario general, craso error en que abundantemente hemos caído. Si no se logra la unidad en la acción no se está logrando la unidad que se necesita. A menudo observamos que ciertos revolucionarios se oponen a algunos elementos como compañeros en la unidad, poniendo como argumento que se trata de elementos que en el futuro traicionarán y que no son completamente revolucionarios. Esto tiene una buena dosis de sectarismo. 10

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Porque sencillamente si en el presente no son traidores no hay razón para que nos adelantemos a romper o distanciarnos de ellos. Es necesario que al hacer la unidad nos preocupemos por garantizarle a la lucha sus objetivos revolucionarios. La garantía para que la lucha no pierda su orientación revolucionaria depende de que la dirección de las fuerzas antisomocistas esté en manos revolucionarias. Señalemos entonces el camino que conduce a la dirección de la lucha y comprendamos que no es el de proclamarlo día y noche a los cuatro vientos. La lucha la dirige aquella fuerza que le propina a las fuerzas de la dictadura los más severos golpes. Y la fuerza que conquistará esa gloria será la que cuente con el respaldo del campesinado, respaldo que solamente podrá lograrse practicando una línea agraria de entregar la tierra. Antes hemos apuntado que la dictadura somocista no ha sido derrocada por el dominio que ha ejercido en la oposición el ala derechista que controla el Partido Conservador. El derrocamiento de la dictadura estará cercano, el día en que las fuerzas revolucionarias la golpeen duramente y se coloquen por tal motivo en la dirección de la oposición. El sectarismo El sectarismo es el principal enemigo de la unidad. Debemos de tener el cuidado de saber distinguir entre las diversas fuerzas políticas del país, los elementos que coinciden con nuestras aspiraciones, aunque esa coincidencia sea mínima. El sectario se empeña en ver solamente lo que diferencia y lo que separa. Es muy importante comprender que en las filas del Partido Conservador hay representativos del pueblo que si son convencidos mediante una paciente explicación pueden acompañarnos en la lucha. Lo mismo ocurre dentro del gobierno, la Guardia y dentro de otras instituciones nacionales. Hay que estar claro de que no se precisa sustentar determinada ideología, filosofía o creencia para ser partidario de la transformación radical del sistema económico y político que impera en Nicaragua. La transformación de Nicaragua no es cuestión de ideología sino cuestión de amar a nuestro pueblo y ansiar fervorosamente su mejoramiento. Debemos de creer en la calidad revolucionaria del conservador que rompa con la dirección de su partido para decidirse por enmontañarse para combatir en la guerra agraria, diferenciándola del charlatán que hablando hasta por los codos de la transformación del país no coopera con la acción en la lucha. Es necesario para que progrese la unidad que sepamos separar al dirigente traidor del hombre desorientado. A los vacilantes debemos atraerlos a fin de impedir que se decidan por apoyar la dictadura. El centro de nuestros ataques debe ser la familia Somoza y su grupo voraz y sanguinario. Debemos reunir los esfuerzos necesarios, con audacia y paciencia, para aislar el centro de nuestros ataques. Debemos aprovechar a todos los elementos que en el momento puedan contribuir con algún aporte. La conveniencia de expresar los objetivos revolucionarios

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Tiene interés referirse a la conveniencia de expresar los objetivos revolucionarios que se propone la lucha ya que algunos sectores hablan en sentido contrario. En primer lugar debemos distinguir dos clases de elementos que sustentan tal posición. Por un lado se encuentran aquellos que en verdad tienen propósitos reaccionarios y esa es la sencilla razón que los empuja a oponerse a declarar los objetivos revolucionarios. Pero por otro lado están los que de buena fe piensan que conviene ocultar los propósitos revolucionarios, que con ello se favorece a la revolución. La experiencia nos da pruebas para rebatir este punto de vista. Citemos el caso de la invasión que estuvo bajo el control de la camarilla derechista de la oposición y que tenía como figura principal a Pedro Joaquín Chamorro. Vemos claramente que esa fuerza fue derrotada, aunque no presentaron un programa revolucionario y más bien contaba con el respaldo de las fuerzas proyanquis del interior y del exterior del país. Esto quiere decir que la victoria no depende del ocultamiento del programa revolucionario. Para que triunfe la lucha contra la dictadura somocista se hace indispensable el apoyo del pueblo, lo cual es prácticamente imposible de lograr si ocultamos nuestros anhelos a favor del campesino y por el cumplimiento de una Reforma Agraria Revolucionaria. La jactancia izquierdista Al plantear la tesis anterior conviene tener presente que si bien es conveniente manifestar nuestra decisión de transformar el sistema económico y social de Nicaragua, también nos acarrearía un gran perjuicio caer en la ostentación o en la jactancia revolucionaria izquierdista. Nosotros no debemos insistir solamente en machacar el carácter precolonial o profeudal del régimen, sino que con la mayor fuerza debemos denunciar la serie de vicios del régimen como el empleo de parientes, el ascenso de los incapaces, los robos, etcétera. Si el ocultamiento del programa revolucionario es una expresión de derechismo, la ostentación exhibicionista representa el izquierdismo infantil. La juventud Hablemos ahora del papel que le toca desempeñar a la juventud del pueblo nicaragüense en esta etapa histórica que vivimos hoy. Con el mayor énfasis hemos dejado planteado el carácter popular de las fuerzas políticas que han de formar el Ejército Defensor del Pueblo. Estamos convencidos que ese planteamiento no da una idea completa de las fuerzas que deben colocarse a la cabeza de la lucha. Esa responsabilidad histórica, esa obligación de las fuerzas políticas que reflejan los intereses de las diversas capas del pueblo ha existido siempre. Pero esas capas no han sido capaces de asumir a la altura de las circunstancias esa exigencia histórica. Durante muchos años la clase media urbana de Nicaragua no ha sido capaz de independizarse de los viejos partidos políticos liberal y conservador y a lo más que ha llegado es a constituir minúsculos grupos que 12

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muchas veces han llegado al ridículo de no contar ni con las personas suficientes para componer una reducida directiva nacional. Ya no digamos que han carecido de organismos en los diversos departamentos en que se divide el país. La generación de 1944 En Nicaragua existe la situación de que las viejas generaciones de las capas progresistas no fueron capaces en su juventud de alcanzar desarrollo y madurez política. La generación de 1944 que actualmente anda cerca de los cuarenta años de edad, a pesar de la combatividad de que dio muestras, no continuó su desarrollo y la generalidad de sus miembros más destacados o han sido absorbidos por los viejos partidos o no militan en ninguno. La generación de 1926 La generación de 1926 es la que en la historia de Nicaragua ha dado mejores demostraciones de combatividad y de allí fue que surgió Sandino y su glorioso Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. El movimiento político nacional encabezado por ese ejército es el movimiento más poderoso que ha surgido en la historia del país para enfrentarse a los partidos liberal y conservador. La limitada experiencia de los pueblos de América Latina en la lucha contra el imperialismo yanqui, el también limitado desarrollo ideológico revolucionario de la época y unidos estos dos elementos a la sanguinaria represión que culminó con el asesinato de Augusto César Sandino, impidieron que progresara en Nicaragua una fuerza política representativa de los intereses populares. La generación que está iniciando su vida revolucionaria es la que históricamente carga con la responsabilidad de superar los errores y las deficiencias manifestadas por las generaciones pasadas. La juventud presenta cualidades naturales para cumplir con rapidez una tarea histórica. Nuestra generación, la que recientemente ha iniciado su vida revolucionaria, ha dado pruebas de poseer una elevada combatividad, superior a la generación de 1944. Este último año de lucha hemos sufrido dolorosas pérdidas. Ahí está "El Chaparral", el "23 de Julio", "El Dorado", etcétera. Alcanzaremos la victoria si somos capaces de prepararnos para dirigir con sabiduría la lucha. Esa sabiduría podremos adquirirla si sabemos aprender. Es preciso que tomemos en serio la responsabilidad que la historia ha depositado en nuestras manos. Hemos demostrado combatividad, pero nos hace falta sabiduría. Debemos aprender en cada minuto. Al acostarnos debemos soñar con la Nueva Nicaragua. Tenemos que ser humildes y superar la tontería de la vanidad. Debemos ser conscientes de nuestros defectos, practicar la autocrítica. El pueblo es franco y más el pueblo de Nicaragua y si pretendemos compartir sus anhelos debemos ser francos como él. Todos los días debemos estudiar nuestra experiencia y también la experiencia de otros pueblos hermanos. Todos 13

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los días debemos estar en contacto con nuestra realidad y con los problemas de nuestro pueblo. Nuestra generación En gran medida a nuestra generación le está tocando iniciar una lucha revolucionaria que desde el asesinato del gran Sandino permaneció aproximadamente estancada. Nosotros podemos triunfar. Estamos luchando en una época que presenta varios rasgos nuevos positivos. Somos la generación de la revolución cubana, la generación fidelista. Las fuerzas antiimperialistas de todos los continentes se encuentran a la ofensiva y suman victoria tras victoria. El imperialismo está agonizando en todo el mundo. La opresión de los pueblos débiles se está convirtiendo definitivamente en cosa del pasado. Nuestra generación presenta cualidades neutrales para poder cumplir con las exigencias de la lucha revolucionaria. Nuestra generación puede educarse en el espíritu revolucionario y lo puede asimilar con rapidez porque no posee los hábitos de las generaciones que nos preceden y que conservadurizan, es decir que están acomodadas a sus viejos hábitos, a los hábitos que la condujeron al fracaso histórico. Somos los descendientes de Sandino, los que estábamos muy niños o no habíamos nacido cuando vilmente lo asesinaron. Ahora hemos crecido y ya somos hombres. Luchemos como él luchó, sinceramente, sin escatimar sacrificios, para que su sueño en una Patria Libre y en un pueblo feliz se haga realidad.

BREVE ANÁLISIS DE LA LUCHA POPULAR NICARAGÜENSE CONTRA LA DICTADURA DE SOMOZA Carlos Fonseca Amador y Silvio Mayorga Marzo de 1960 Definición y origen de la dictadura somocista El pueblo de Nicaragua sufre una de esas dictaduras típicas de los países oprimidos de América Latina, con régimen económico semifeudal y semicolonial. Sin embargo, la dictadura somocista reviste determinadas manifestaciones, que no son bien conocidas, y que es necesario señalar ante los demás pueblos a fin de fortalecer la solidaridad a favor de quienes luchan heroicamente dentro de Nicaragua por alcanzar una vida digna y feliz. 14

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El principal instrumento que sirve a la dictadura para su sostenimiento es la Guardia Nacional, o sea las fuerzas armadas. Puede afirmarse que la historia de la dictadura es la historia de la Guardia Nacional, la cual fue creada por los marines que en 1926 invadieron una vez más el suelo nicaragüense. El primer traidor nacional que se prestó para ocupar el puesto de jefe de la Guardia fue Anastasio Somoza García, ascenso que coloca en sus garras la parte más importante del poder y que le permite llevar a la práctica, el 21 de febrero de 1934, la infame orden de los amos extranjeros y reaccionarios nacionales, que consistía en asesinar al gran patriota jefe del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, general Augusto César Sandino, junto con una multitud de sus gloriosos compañeros. Asesinando a estos patriotas, el "traidor recién alquilado" Anastasio Somoza demuestra a los enemigos del pueblo ser una garantía para dirigir la opresión de la martirizada Nicaragua. Los métodos criminales adoptados por Somoza para consolidar su poder contaron con el aplauso de los dirigentes del Partido Conservador, tienda política de la oligarquía feudal, como lo demuestra el hecho de que durante la celebración de un banquete en la ciudad de Granada poco después de la terrible noche del 21 de febrero, varios dirigentes conservadores servilmente aplaudieron la confesión que sin la menor vergüenza hiciera Somoza sobre su responsabilidad en el asesinato de los patriotas sandinistas. Por otra parte, es importante observar que el partido político al que Somoza pertenece es el Partido Liberal o sea la otra fuerza tradicional de la nueva burguesía nacional. Para comprender algunas de las razones que propician el implantamiento de la dictadura somocista en la década del 30, sombría en toda la tierra, tiene interés recordar que sufría el mundo entero la ofensiva fascista. Debido a esto, la instauración del somocismo en Nicaragua formó parte del plan fascista internacional de implantar gobiernos basados en la fuerza reaccionaria. No constituyó una casualidad que durante cierto tiempo Somoza exhibiera ostentosamente en su despacho fotografías de las funestas figuras de Hitler, Mussolini e Hirohito, autografiadas. Precipitadamente las retiró a raíz del ataque japonés a Pearl Harbor. Principales objetivos de la dictadura Somoza La permanencia de los Somoza en el poder ha tenido, entre otros objetivos, el de servir de centro de conspiración contra regímenes del Caribe legítimamente constituidos, que en mayor o menor grado han manifestado voluntad de proteger los derechos de sus respectivos pueblos. El mercenario Carlos Castillo Armas contó con aviones somocistas para derrocar al régimen de Árbenz que lesionaba los intereses de la United Fruit Company y demás sectores antiguatemaltecos. El gobierno de Figueres, en Costa Rica, que en cierto momento hizo reclamos a los monopolios, fue agredido por Somoza en 1955. Lo 15

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mismo ha ocurrido contra Villeda Morales en Honduras. El pueblo cubano fue masacrado por Batista con la ayuda de tanques que Somoza le facilitó. La familia Somoza ha ultrajado la memoria de nuestro primer poeta nacional, Rubén Darío, cuyo nombre lleva la principal condecoración del gobierno, al otorgársela a las peores gentes de América y del mundo, entre las cuales se encuentra el siniestro Pedro Estrada. Un rasgo diferente de la opresión que padecen los compatriotas de Sandino consiste en la cuestión dinástica, ya que al ser ajusticiado Somoza el 21 de septiembre de 1956 por la voluntad heroica de Rigoberto López, fue impuesto en la presidencia del gobierno el hijo mayor, Luis Somoza. Se sabe que tal sustitución dinástica contó con el respaldo del embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Mr. Thomas A. Whelan. La herencia del poder en Nicaragua significa una violación de nuevo tipo en América al derecho de nuestros pueblos a ser libres e independientes. En Nicaragua se encuentra establecida una dinastía que es incompatible con los principios más elementales de una república. Para formarse una idea clara de que bajo la presidencia de Luis Somoza, desde 1956, actuando como jefe de la Guardia Nacional su hermano Anastasio, no se han operado cambios fundamentales en las condiciones de dominación contra todo el pueblo, pondremos de relieve que continúan haciendo su antojo en el gobierno los antiguos colaboradores de la dictadura y que se mantienen los instrumentos represivos como la Guardia Nacional y la Seguridad Nacional. El 2 de febrero de 1957 es celebrada una farsa electoral más, de la que resulta Luis Somoza facultado para ser presidente hasta 1963. Los lectores verán con claridad el valor de esas elecciones si tienen en cuenta que el día anterior, primero de febrero, fue suspendido el estado de sitio que había sido decretado el 21 de septiembre del año anterior. Y ya se sabe muy bien cuáles son las libertades que se pueden gozar en esas condiciones. Esas son las "elecciones libres" que aprendió a celebrar Luis en la escuela de su padre. Anteriormente quedó señalado el servicio de tipo político que la dictadura presta a los intereses extranjeros en el área del Caribe. Ahora debe destacarse que la economía del país ha sido mantenida en una aguda situación semifeudal y semicolonial, que se manifiesta especialmente porque la parte fundamental de la producción del país está orientada hacia los mercados extranjeros y sobre todo hacia Estados Unidos. Porque la mayor parte de los productos importados la forman artículos manufacturados. Hay un fenómeno que demuestra con transparencia el carácter semifeudal de la economía; nos referimos al hecho de que el primer terrateniente y el primer rico del país es la familia Somoza. Y es bien sabido que una de las características del feudalismo es que el jefe del estado es también el primer terrateniente. Con toda una base como la que hemos dejado expuesta, el pueblo de Nicaragua, y en grado máximo su campesino, ha sido reducido a soportar una vida llena de las peores privaciones, entre las cuales se encuentran la desocupación, los bajos salarios, el analfabetismo, enfermedades, etcétera. Los nicaragüenses pasan 16

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todos los días al borde de la muerte. Más del cincuenta por ciento de las personas que mueren son niños menores de cuatro años. No hay madre pobre en Nicaragua que no haya sufrido, por lo menos, el fallecimiento de un niño. Son extraordinariamente duras las penalidades que torturan a los trabajadores de los minerales de oro, plata y cobre poseídos por las compañías extranjeras. En esos infernales sitios solamente es ley la voluntad de los gerentes, a cuyas órdenes la dictadura pone a los peores verdugos. Condiciones existentes al iniciarse la dictadura Durante la existencia de la dictadura, el pueblo nicaragüense no ha permanecido con los brazos cruzados y son muy diversos los esfuerzos realizados para lograr una nueva vida. A continuación apuntaremos los grandes rasgos de la lucha que se ha sostenido. Debe comenzarse por decir que al asumir Somoza el poder, la masacre de los sandinistas produjo conmoción popular. Desgraciadamente, ese profundo descontento no fue debidamente canalizado porque se carecía de un instrumento cívico de lucha adecuado, lo cual también ocurrió en la acción del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional del general Sandino y eso puede ayudar a explicar una de las razones que impidieron el triunfo definitivo de los anhelos patrióticos. Es evidente que Sandino se había convertido en la cimera personalidad del país. Y su existencia constituiría un obstáculo para la realización de los perniciosos planes preparados por los intereses extranjeros. Al iniciarse la dictadura, el reclamo más sentido por las más amplias capas nacionales era el castigo para los asesinos de los heroicos patriotas. Al contar Somoza con el apoyo del tradicional Partido Liberal para sostenerse quedaba fuera formalmente del poder gubernamental el Partido Conservador, que por haber propiciado anteriormente la intervención extranjera carecía totalmente de autoridad moral para levantar la bandera de la defensa de la Patria. La falta de instrumento cívico organizado a la altura de 1960 es un problema que todavía no ha sido debidamente solucionado en Nicaragua. Ya esa grave falla existía al insurgir el auge democrático de América Latina que acompañó a la Segunda Guerra Mundial. Esta situación fue aprovechada por el Partido Conservador reaccionario, para aparecer ante el pueblo como enemigo de un régimen opresor. Este auge culmina en 1944 y un sector estudiantil de la juventud intenta organizarse independientemente de las viejas fuerzas políticas cómplices disidentes de Somoza y juntos constituyen el Partido Liberal Independiente, que en la práctica no tiene diferencias ideológicas sustanciales comparado con el Partido Conservador. Para ese entonces alcanza cierto desarrollo el movimiento obrero, pero no lo suficiente como para colocarse a la vanguardia de la lucha contra la dictadura, actividad que es dominada por los partidos Conservador y Liberal Independiente. Hemos expresado que estos partidos carecían de contenido revolucionario y no levantaban en sus actividades la bandera de las reivindicaciones populares, limitándose a proclamar solamente el 17

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derrocamiento de los Somoza. A pesar de esto, el pueblo manifestó su gran deseo de lucha, saliendo en repetidas ocasiones a las calles a demostrar sus sentimientos antidictadura. Los desfiles de miles y miles de ciudadanos que para esa época se verificaron en casi todas las ciudades de Nicaragua, habrán de pasar a la historia de nuestro pueblo como la prueba más evidente de la justa aspiración a una vida diferente y mejor. Se llegó el año 1947, en que fue celebrada una elección en que participó como candidato de los partidos mencionados el doctor Enoc Aguado, como abanderado de la oposición; y como candidato de la dictadura el doctor Leonardo Argüello, siendo impuesto el triunfo de éste de una manera fraudulenta. Al tomar posesión de la presidencia el doctor Argüello indicó que no se encontraba dispuesto a servir de títere de Somoza y a los 26 días es incruentamente derrocado. Al sufrir el fraude Aguado y las organizaciones que lo apoyaron, no se preocuparon por movilizar al pueblo que se sintió indignado por la imposición dictatorial y se decidió Aguado a viajar a Estados Unidos para poner su queja en forma sollozante al Departamento de Estado. Aparición y fracaso de UNAP Un poco después de estos acontecimientos, se integra el organismo UNAP (Unión Nacional de Acción Popular) que intenta agrupar a los elementos opositores que no logran satisfacer sus inquietudes dentro de los partidos tradicionales. Pero la realidad es que este grupo tampoco logra liberarse de los métodos de actividad propios de los partidos reaccionarios y no puede ligarse a las capas más sufridas del pueblo para ponerlas en acción en la lucha por la democracia. El representante del Partido Conservador, Carlos Cuadra Pasos, exministro del traidor Adolfo Díaz, suscribe en 1948 un pacto con Somoza. En el año 1939, también había suscrito otro pacto el mismo Partido Conservador. En 1950 dicho Partido Conservador concierta un nuevo pacto, que lo firman su jefe Emiliano Chamorro y el dictador. El desarrollo de los instrumentos revolucionarios se encuentra dificultado en ese tiempo, en una gran medida, debido a la ofensiva antidemocrática que por esos años asolaba al mundo y a América. Este último pacto permite a Somoza continuar en la presidencia del país ya que los conservadores admiten su derrota en las elecciones amañadas, a las que asistieron llevando de candidato al latifundista Emilio Chamorro Renard. En la celebración de esta farsa electoral merece expresarse con énfasis la elevada conducta del pueblo nicaragüense que se negó a emitir su voto. Esta abstención del pueblo surgió espontáneamente, sin que tuvieran gran influencia los elementos democráticos que existían en el país. Este fenómeno constituye una valiosa prueba de la sabiduría del pueblo nicaragüense que extrajo de la farsa de 1947 la lección cuyo contenido es que la presencia de los Somoza 18

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apoyados en la Guardia Nacional es sinónimo de fraude electoral con la complicidad del Partido Conservador. El organismo UNAP llega a ser dominado por elementos cercanos a la extrema derecha que no encuentran en el Partido Conservador las condiciones que desean. Entonces los de izquierda se apartan y organizan el Partido Renovación Nacional en 1953, que hasta ahora no ha logrado crecer, debido en gran parte a que no ha sabido ligarse al pueblo, a las amplias masas de nicaragüenses de la ciudad y del campo que padecen igual que las más explotadas del mundo, una vida de miseria y de terror. Dicho partido jamás ha logrado contar con organismos en los diversos departamentos ni con prensa y propaganda efectivas, a pesar de que han existido en el país ciertas posibilidades de desarrollar alguna lucha legal. Tales grupos, nuevos realmente, no han alcanzado el carácter de partidos tomando el término en todo su sentido político, y no han sabido descubrir métodos de trabajo diferentes y antagónicos a los de las fuerzas conservadoras. Somoza es ajusticiado En 1956 Somoza intentó cubrir los formalismos para continuar en el poder y el mismo día que su Partido Liberal lo había postulado candidato para un nuevo período de seis años, fue ajusticiado con cinco certeros balazos del patriota Rigoberto López Pérez, quien pereció a manos de los esbirros guardaespaldas del tirano. Esta acción heroica de Rigoberto no ha sido hasta ahora debidamente analizada y nosotros diremos algo al respecto. Debe reconocerse que el heroísmo de Rigoberto fue positivo, entre otras consecuencias porque impidió que el tirano huyera sin castigo al ser derrocado su régimen, en la forma que ha ocurrido con Pérez Jiménez de Venezuela y Batista de Cuba. Aunque también se tiene que admitir que el heroísmo individual no logró extirpar la dictadura, ya que se produjo una sustitución dinástica al ocupar la jefatura del estado Luis Somoza, hijo mayor del ajusticiado. Es que el derrocamiento de la opresión que sufren los nicaragüenses no puede ser el producto de determinada acción individual, sino la acción de las mayorías populares movilizadas; y el sacrificio personal es indudable que puede jugar un formidable papel si se liga a las amplias masas de nicaragüenses. Para encontrar una explicación al gesto desesperado del héroe Rigoberto, hay que observar que, al tiempo de realizarse la acción, la lucha con la dictadura continuaba dominada por las fuerzas derechistas liberoconservadoras y que todavía no existía una verdadera lucha activa de masas debido en gran parte a que no había sido posible desarrollar los ansiados instrumentos políticos revolucionarios. Este último hecho sirve para encontrar explicación también a la circunstancia de no haberse sabido canalizar el júbilo que prendió en el pueblo al contemplar hecho realidad el ajusticiamiento del odiado tirano. Los primeros meses de gobierno de Luis Somoza en 1956 sirvieron para convencer al pueblo nicaragüense y a la opinión internacional de que se mantendrían vivos los métodos que caracterizaron a la dictadura del viejo Somoza. En efecto, durante esos meses fue implantado un estado de sitio, al 19

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amparo del cual millares de inocentes fueron detenidos, abundando las torturas y perpetrándose asesinatos atroces contra Luis Armando Morales Palacios, Jorge Rivas Montes, Bonifacio Miranda y el poeta Ramón Orozco. Venezuela produce esperanza a los nicaragüenses La victoria del pueblo venezolano el 23 de enero de 1958 contra la dictadura de Pérez Jiménez y Pedro Estrada, produjo entusiasmo y esperanza en el pueblo nicaragüense y especialmente entre la juventud que, representada por los estudiantes, demostró en 1958 el puesto de primera línea que está ocupando en los combates por la transformación de Nicaragua. Los estudiantes nicaragüenses lograron conocer el valor que tuvo en la lucha del pueblo venezolano la resolución de los estudiantes, dignos descendientes de El Libertador. La unidad venezolana de la clandestinidad antitiranía tuvo eco resonante en Nicaragua y sobre todo entre la juventud. Sin un apoyo serio de los partidos y grupos opositores, el Centro Universitario de la Universidad Nacional de Nicaragua (Unión Nacional de Estudiantes Universitarios) logra celebrar, en julio de 1958, asambleas patrióticas en las que los estudiantes manifiestan sus sentimientos hondamente nacionalistas repudiando la resolución servil de la Junta Universitaria de otorgar a Millón Eisenhower el título de doctor honoris causa. Tal otorgamiento solamente podría verificarse en el recinto de la universidad y Mr. Eisenhower no acudió, temiendo las demostraciones del patriotismo universitario inspirado en la gran lucha que sostuvo Sandino a la cabeza del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. En octubre del mismo año el estudiantado realiza jornadas que sirven para fortalecer la conciencia revolucionaria. Se convoca a un paro universitario de protesta contra el peligro que corrían las vidas de presos políticos encarcelados a raíz del ajusticiamiento de Somoza. Inmediatamente Luis Somoza aceptó entrevistarse con una comisión de estudiantes acompañados por el rector de la Universidad para discutir la situación de los prisioneros. Durante la entrevista el dictador amenazó declarando las mayores insolencias, tales como la de "haber sido educado para ser presidente de la república y que no estaba metido en las almas de los guardias para impedir que se les fueran balazos que llegaran hasta las cabezas de los estudiantes cuando anduvieran en manifestaciones". Ante tales amenazas el Centro Universitario organizó un nuevo paro general de protesta durante el cual fue acompañado por los estudiantes de secundaria. Estas acciones estudiantiles repercutieron en la conciencia de todo el pueblo. El triunfo del pueblo cubano da nueva esperanza a Nicaragua Al decidirse favorablemente el primero de enero de 1959 los titánicos esfuerzos del pueblo de Cuba, el Centro Universitario lanzó un pronunciamiento saludando la nueva vida que iluminaba a la isla y hacía recordar las eternas 20

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palabras del gran poeta Rubén Darío, nicaragüense y universal: "Oh Cuba, eres bella, y hacen bien tus hijos en luchar por verte libre". La victoria cubana, al igual que la venezolana, fue tomada como propia por el pueblo de Nicaragua. Para marzo de 1959 se logra integrar Juventud Democrática Nicaragüense, suceso que debe ser recogido como el primer esfuerzo de diversas capas de la juventud -estudiantes y de otras agrupaciones- para independizarse políticamente y jugar su rol histórico. Muy pronto consigue agrupar en sus filas a valiosos elementos de nuestra juventud. Las condiciones que exige JDN para aceptar a los jóvenes en su seno son honestidad y antisomocismo, expresando así su carácter amplio. Los partidos políticos existentes un poco antes de salir a la luz pública JDN, se habían agrupado en la Unión Nacional Opositora, UNO. Los partidos que compusieron la UNO fueron: el Partido Conservador Tradicionalista, el Partido Liberal Independiente, el Partido Movilización Republicana, el Partido Renovación Nacional y el Partido Social Cristiano. En párrafos anteriores hemos definido el carácter de los partidos Conservador, Liberal Independiente y Renovación Nacional. Más adelante hablaremos de los otros grupos, que como se verá, revisten características semejantes a las de los nuevos grupos que en ocasiones anteriores intentaron surgir. Apuntemos que los derechistas de UNAP, renunciando a su organización, tomaron la decisión de incorporarse al Partido Conservador, estructurando el ala denominada Juventud Conservadora Democrática Cristiana, dirigida por Reinaldo Antonio Téfel, hijo de banqueros; Emilio Álvarez Montalván, íntimamente ligado a la oligarquía conservadora, y Luis Cardenal, de la misma condición. Juventud Democrática Nicaragüense señaló fraternalmente los profundos defectos que penetraban la UNO y que hacían imposible el logro de canalizar la voluntad combativa de Nicaragua. La debilidad orgánica de los partidos que componían la UNO y su débil combatividad no atraían a la juventud. La nueva organización juvenil desplegó una gran actividad, inició la campaña de llenar las paredes de las ciudades con leyendas contra la dictadura y encabezó en Managua las primeras manifestaciones de importancia celebradas en 1959. La forma en que creció Juventud Democrática alarmó a los sabuesos del régimen, que desataron sobre ella una violenta represión en todo el país. Por haber nacido recientemente a la lucha contra la dinastía, JDN no estaba en condiciones de resistir la represión que le impidió consolidar su organización. Sin embargo, cumplió una importante labor, al señalar que para canalizar el entusiasmo de nuestro pueblo debíamos tener pocas ilusiones en los partidos existentes y desarrollar un nuevo instrumento. Las fallas organizativas no logró superarlas la UNO, y así ocurrió en junio de 1959 la invasión llamada de Olama y Los Mollejones, encabezada por Pedro Joaquín Chamorro, Luis Cardenal y Reynaldo Téfel. La lucha armada en Nicaragua requiere inusitados sacrificios que solamente se pueden soportar 21

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siendo dueños los combatientes de una alta moral, nacida del profundo interés en el derrocamiento de la tiranía, la transformación de la miserable y horrorosa vida que flagela a nuestros amados compatriotas. Tales elementos no podían darse en las personas mencionadas, ligadas a las fuerzas económicas que han compartido en considerable proporción con la dictadura la explotación del pueblo. El "Frente Interno de la Resistencia", creación espontánea del pueblo Y aunque los dirigentes derechistas que dominan la oposición no realizan esfuerzos respetables para que en la lucha participe el pueblo, éste espontáneamente integra grupos que concretan actividades de propaganda, sabotaje, finanzas. Los militantes más conscientes de estos grupos se aglutinan bajo la denominación de Frente Interno de la Resistencia. El FIR naciente es brutalmente reprimido, lo cual reduce su nivel organizativo y su nivel político general. Los integrantes de JDN se incorporan al FIR y los estudiantes le prestan todo su apoyo. A comienzos de 1960 se ha logrado recuperar considerablemente el FIR y existen inmensas posibilidades para desarrollarlo y lograr que desempeñe un papel de primer orden en el desenlace del proceso antisomocista. Entre las labores que deberá desplegar el FIR distingamos las siguientes: realizar un trabajo de orientación en el pueblo acerca de los objetivos de la lucha y de los métodos que deban emplear para llegar al éxito. Difundir entre el pueblo la propaganda revolucionaria. Mantener y elevar el espíritu de lucha en las ciudades a través de acciones de sabotaje, etcétera. A nuestro juicio la más importante tarea general del FIR es impulsar la creación de las condiciones para la realización de la huelga popular de brazos caídos al momento de ser derrumbados los Somoza, a fin de impedir cualquier maniobra tendente a mediatizar la Revolución. El Frente Interno de la Resistencia deberá desempeñar el importantísimo papel de convertirse en el primer auxiliar del Ejército Defensor del Pueblo Nicaragüense. 24 de junio y 23 de julio, jornadas gloriosas de los estudiantes y la juventud En "El Chaparral" perecieron nueve heroicos jóvenes, estando entre ellos los estudiantes Manuel Baldizón, Enrique Morales Palacios, Antonio Barboza y Marcelo Fernández. Esta tragedia aconteció el 24 de junio de 1959 y allí quedó demostrado con muerte y sangre que es la juventud con el espíritu embebido de amor al pueblo y a la patria la que está dispuesta a hacerse cargo de la lucha. 22

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Debemos decir que los defectos y debilidades padecidos por el sector más avanzado de la oposición hicieron posible que la columna armada, apoyada por éste, llegara a ser jefeada por un individuo como Rafael Somarriba, cuya incapacidad revolucionaria y militar facilitó el criminal ataque llevado a cabo por el Ejército de Honduras con el auxilio de la misión militar norteamericana en dicho país y por recomendación de la Organización de Estados Americanos, OEA. Si acaso no bastara "El Chaparral" para sostener que la juventud ha de ser el corazón en la liberación del pueblo, nuevos estudiantes fueron masacrados por los asesinos uniformados el 23 de julio en las calles de la tradicionalmente gallarda ciudad de León, sede de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua. Sobre los dirigentes traidores del Partido Conservador Después de los fracasos bélicos financiados por los dirigentes del Partido Conservador, éstos se han plegado a la pequeña patraña electorera sostenida por los Somoza, para solucionar la crisis política por que atraviesa Nicaragua, y que no merece ningún crédito en el pueblo. El hecho de que los conservadores se pasen con gran facilidad del campo de la lucha armada a una posición que equivale a un pacto tácito con la dictadura, como es la concurrencia a comicios, se explica por la semejanza que presentan en muchos aspectos los intereses económicos de los Somoza y su camarilla y los de los dirigentes del Partido Conservador. Un ligero análisis del Partido Conservador nos revela que ha sido un partido reaccionario durante su historia de más de cien años y que sus dirigentes tienen intereses contrarios a los de su base, pues son en su casi totalidad grandes latifundistas e importadores, que guardan semejanza con los feudales somocistas. Ahora bien, a través del caudillismo de sus líderes, especialmente de Emiliano Chamorro, a cuyo nombre van ligadas infames traiciones a nuestra Patria, lograron atraer a una considerable parte de elementos de la pequeña burguesía y del campesinado, siendo más débil su influencia en los medios obreros. Es de señalar que los últimos fracasos armados del Partido Conservador le han restado considerablemente su influencia en sus elementos populares. La contradicción que a nuestro juicio ha llevado a los conservadores a tratar de derrocar a los Somoza, ha sido la ambición de los dirigentes conservadores de sustituirlos en su calidad de primeros terratenientes y primeros ricos del país. Ante el fracaso evidente de los dirigentes conservadores de dominar la lucha armada contra la dictadura y ante el temor de que iniciada ésta se desarrollen las fuerzas revolucionarias del pueblo, es lógico que se refugien en una nueva componenda igual a las otras muchas, con el beneplácito e instigación de la embajada yanqui en Managua. La historia de Nicaragua señala en repetidas ocasiones esta intervención del Departamento de Estado de Washington en las conspiraciones fraguadas en contra del pueblo y la soberanía nacional.

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Los dirigentes conservadores oscurecen más su negra hoja de traiciones cuando enfocan la existencia del sanguinario ejército de la dictadura. Sostienen los líderes conservadores que la Guardia Nacional, creada por los invasores norteamericanos para defender sus espurios intereses, se formó para mantener la paz y la estabilidad democrática. Esta aseveración tremendamente traidora hace deducir que en caso de que los conservadores llegaran al poder, se opondrían a la transformación del ejército y lo continuarían utilizando para salvaguardar sus cuantiosos intereses contrarios a los del sufrido pueblo nicaragüense. Del seno del Partido Conservador han salido infames traidores y traficantes de nuestra soberanía, como Adolfo Díaz, quien sigue al servicio de las peores causas en su calidad actualmente de espía de Rafael Leónidas Trujillo. Emiliano Chamorro, quien fue el firmante del oprobioso tratado canalera Chamorro-Bryan, náusea de América. En la actualidad los jefes del conservatismo han evidenciado nuevamente su abyecto servilismo al formar filas junto con los más asquerosos detractores de la gloriosa revolución cubana. El Partido Conservador se ha situado en el campo de los enemigos de la revolución nicaragüense, lo que aumenta cada vez más su desprestigio y disminuye hasta casi liquidarla su influencia en el pueblo. Acerca de los otros grupos políticos Atrás señalamos que la Unión Nacional Opositora, UNO, estuvo constituida por el Partido Conservador Tradicionalista, Partido Liberal Independiente, Partido Movilización Republicana, Partido Renovación Nacional y Partido Social Cristiano. La UNO estuvo controlada por el Partido Conservador. Atrás también hemos expresado el carácter de varias de las agrupaciones enumeradas. A continuación diremos unas cuantas palabras sobre las otras. El Partido Social Cristiano Nicaragüense, formado en 1957, nace debido principalmente al esfuerzo de nicaragüenses que retornaban al país procedente de naciones en que los partidos de esa ideología se estaban desarrollando. Este partido, ante la posición ultrarreaccionaria del Partido Conservador y la abulia del PLI, adopta una posición más avanzada que ambos. Además, la honestidad y buena fe de sus fundadores les diferencia mucho de los corrompidos directivos del Partido Conservador. En el plano de la acción, pese a que algunos de sus líderes desplieguen actividades en un grado apreciable, la carencia de métodos adecuados les impide ligarse al pueblo. Aunque actualmente tiene reducida influencia en las masas, podría crecer en el futuro, porque se ha pronunciado a favor de la lucha armada y además se muestra partidario de una transformación profunda en la situación política, económica y social del país. El Partido Movilización Republicana es un nuevo intento de un sector de la clase media para forjar su instrumento político de lucha; sin embargo, tampoco logra realizar su objetivo. El PMR adopta una posición antiimperialista en sus planteamientos teóricos, propugna por la reforma agraria, por la libertad política para todos los partidos, por la transformación del ejército. En la práctica 24

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la actividad vacilante de algunos de sus principales dirigentes le dificulta asumir una línea de lucha completamente consecuente con las aspiraciones del pueblo de derrocar la dictadura. También encontramos en este grupo la clásica falla de no ligarse al pueblo, salvo al sector estudiantil, donde tiene favorable acogida en cantidades relativamente minoritarias. En agosto de 1959 se agudiza la lucha interna de la UNO, que se planteaba entre casi todos sus integrantes y el Partido Conservador, basada en que éste toma toda una serie de decisiones sin consultarles. Y ocurre que, excluyendo al Partido Conservador, las demás agrupaciones constituyen lo que dio en llamarse Bloque de Acción Democrática Unitaria, ADU, que significa la desaparición de la UNO. Este Bloque acogió un programa con muchas demandas revolucionarias, aunque todavía no existe una completa claridad sobre la táctica que habrá de adoptar en la lucha contra la dinastía. En los métodos de trabajo de ADU se observan todavía los remanentes de aquellos métodos que le imprimió a la UNO el Partido Conservador, métodos que esencialmente se caracterizan en no saber ligarse al pueblo, a los campesinos, a los obreros, a los industriales, a la clase media, en la lucha por una Nueva Nicaragua. Los elementos democráticos tendrán que realizar todos los esfuerzos posibles para impedir que ADU sea dominado por los agentes de la reacción, partidarios de la componenda electoral. Por supuesto que esto de ninguna manera puede consistir en que se renuncie a auxiliar al máximo las reformas legales de lucha a favor de las reivindicaciones del pueblo. La lucha revolucionaria, para culminar victoriosamente, necesita poseer una extraordinaria flexibilidad, pero esto no quiere decir que el aprovechamiento de las formas legales de lucha pueda llegar al extremo traidor de apoyar la farsa electoral. La lucha legal tanto del Bloque de ADU como de otras organizaciones populares deberá servir de auxilio a la lucha clandestina del Frente Interno de la Resistencia y a la lucha armada del Ejército Defensor del Pueblo Nicaragüense. Conclusiones Después de analizar brevemente la lucha popular nicaragüense contra la dictadura somocista, extraeremos algunas conclusiones importantes. La salida electorera no es más que una hipócrita farsa y, dadas las condiciones de existencia de la dictadura, fundamentalmente semejantes a las que se presentaban en vida del viejo Somoza (carácter de la Guardia Nacional y presencia activa en el gobierno de los antiguos personeros veteranos en fraudes), sería igual a las otras estratagemas comiciales en los últimos veintiséis años. El Partido Conservador y alguno que otro elemento vacilante junto a los Somoza, son traidores a Nicaragua, pues nadie como los conservadores sabe mejor que las patrañas electorales en nuestro país no han tenido otro objetivo que afianzar la tiranía.

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La insurrección popular armada es la médula de la lucha contra la dictadura. La lucha, de acuerdo con las circunstancias geográficas de nuestro país y de la gran fuerza material del ejército de la dictadura, tendrá que ser de tipo guerrillero, tipo que tantas victorias produjo al glorioso general Augusto César Sandino, cuando combatía en las Segovias contra la infantería de marina de Estados Unidos de Norteamérica. La lucha sandinista en definitiva demostró que nuestro pueblo puede librar victoriosas batallas contra enemigos muy poderosos materialmente. Es evidente que deberán ser superadas toda una serie de deficiencias de tipo político y militar que en las acciones del último intenso año se han padecido. Este es un asunto que merece estudio especial. Hay un problema que se debe señalar aquí y es que la unidad es necesariamente fundamental para el progreso de la insurrección. Sobre la unidad hay que aclarar muchos puntos para que se llegue al convencimiento de que no es una cuestión formal y pasiva, sino todo lo contrario un factor vivo, esencialmente dinámico. Incluso podemos decir que la unidad sin acción no es unidad, sino grotesca caricatura de la unidad. En su lucha, el Ejercito Defensor del Pueblo Nicaragüense deberá contar con el auxilio del Frente Interno de la Resistencia. El FIR deberá instruir al pueblo, en forma clandestina, acerca de los objetivos de la lucha. El FIR deberá emplear métodos clandestinos y secretos de lucha, al margen de las leyes reaccionarias de la dictadura. A través de todo lo expuesto en el presente trabajo, puede verse que no han estado en capacidad los partidos para movilizar al pueblo. Al mismo tiempo sobresale la forma espontánea como brotaron los primeros núcleos del FIR. La aparición del FIR como materialización del histórico anhelo de disponer de un instrumento revolucionario de lucha, es sumamente alentadora .Es innegable que el papel del FIR será el de convertirse en el primer auxiliar del Ejército Defensor del Pueblo Nicaragüense. La importancia del FIR es grandísima aun en el caso de que la guerra contra la dictadura no fuese demasiado prolongada. La lucha será larga, hasta lograr el control político de la totalidad del país. En ese lapso el FIR preparará las condiciones para que pueda declararse la huelga popular de brazos caídos, que será el golpe final y definitivo que marcará el derrumbe del aparato de la dictadura. La huelga, al mismo tiempo, liquidará toda maniobra tendente a mediatizar la revolución y permitirá que el poder sea asumido por el Ejército Revolucionario, que vendrá a ser, como dijera el patriota de la independencia cubana Antonio Maceo, "el pueblo uniformado". Anteriormente ya quedo expresado el importante papel que puede jugar en el conjunto de la lucha revolucionaria la actividad legal de determinadas organizaciones y personalidades. La juventud del pueblo nicaragüense siente y comprende que es la más vinculada al triunfo de la lucha contra la dictadura. Siente que lo que se decide en esta contienda es el futuro de Nicaragua y que el futuro pertenece a la juventud. Es por eso que la juventud nicaragüense, que ansia un porvenir de libertad y progreso, combatirá a la dictadura sin regatear sacrificios ni 26

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esfuerzos. En estos momentos la juventud nicaragüense funde sus anhelos en el lema glorioso de Augusto César Sandino: ¡Libertad o muerte!

DESDE LA CARCEL, YO ACUSO A LA DICTADURA Carlos Fonseca Amador Prisión de "La Aviación" Managua 8 de Julio de 1964 En el interrogatorio a que me sometieron los miembros de la Oficina de Seguridad me acumulan entre otros cargos los dos siguientes: Un plan para atentar contra la vida del Jefe-Director de la G.N., Anastasio Somoza D. Dos. El asalto al Banco de América. Respecto al primer cargo yo niego totalmente toda culpa de mi parte, y en cambio puedo acusar a Anastasio Somoza D., a Luis Somoza D. y demás miembros de la familia que encabeza la opresión, así como también a los políticos y militares que les sirven de cómplices, yo los puedo acusar, digo, no de tener simples planes para atentar contra la vida de ciudadanos limpios, sino de ejecutar en forma sistemática asesinatos contra patriotas y personas dignas. Mi circunstancia de prisionero y la prisa que exige la clandestinidad en que estoy escribiendo, me impide elaborar una lista más o menos completa de tales asesinatos; sin embargo, voy a citar a lo menos algunos ejemplos: Los asesinatos de campesinos y otras personas de Chinandega en 1963. El asesinato en 1963 en el rio Bocay de mis queridos compañeros los estudiantes Jorge Navarro, Francisco Buitrago y Modesto Duarte y los jóvenes Mauricio Córdoba e Iván Sánchez Arguello. El asesinato en el rio Coco de los también queridos compañeros míos Faustino Ruiz y Boanerges Santamaría. El asesinato en la ciudad de León en 1962 del joven Carlos Najar. El asesinato en 1961 de varios obreros revolucionarios en el rio San Juan. El asesinato en 1961 en la ciudad hondureña de Choluteca del veterano sandinista Heriberto Reyes. El asesinato en Febrero de 1961 de los patriotas Julio Alonso, Enrique Montoya y Octavio Vílchez y del estudiante Jesús López y de varios patriotas mas. El asesinato en el Dorado en Febrero de 1960 de los estudiantes Eduardo Medina, Víctor Arbizú, Tomas Palacios y del salvadoreño Fabricio Paz y varios patriotas mas. 27

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El asesinato en 1960 de los jóvenes Ajax Delgado y Julio Oscar Romero. El asesinato de Carlos Hasslam en 1959; el asesinato de los expedicionarios de Olama y los Mollejones, los patriotas Antonio Gutiérrez, Víctor Rivas Gómez, Napoleón Ubilla Baca y los costarricenses Segura y Sony Boy en Julio de 1959; el asesinato de Manuel Díaz y Sotelo y varios compañeros mas. El asesinato de los prisioneros Luis Armando Morales Palacios, Jorge Rivas Montes, Ramón Orozco y Bonifacio Miranda en Septiembre de 1956. Al asesinato de Adolfo y Luis Báez Bone, Opstaciano Morazán, Pablo Leal, Agustín Alfaro y muchos patriotas mas en Abril de 1954. El asesinato del estudiante Uriel Sotomayor en la ciudad de León. El asesinato del campesino Aquileo Castillo junto a muchos campesinos y ciudadanos más en la Cuesta del Coyol en 1948. El asesinato del veterano sandinista Juan Gregorio Colindres aproximadamente en el año 1948. El asesinato de los patriotas Rito Jiménez Prado y Luis Scot. Y por fin, hacia atrás, en los primeros días de la tiranía, en Febrero de 1934, el tenebroso asesinato de Augusto Cesar Sandino, Juan Pablo Umanzor y Francisco Estrada y centenares de sandinistas de Wiwillí para adentro. Siendo el que esto escribe acusado de planes imaginarios y siendo mis acusadores culpables de este rosario de crímenes, yo creo que son esos acusadores y no yo quienes merecen ser severamente castigados. Propongo al Centro Universitario y a las organizaciones patrióticas de Nicaragua entablar un juicio contra A. Somoza D., Luis Somoza D. y demás miembros de la familia opresora y sus cómplices militares y políticos a fin de que no quede impune sino que sea castigado tanto crimen perpetrado. Aceleremos la llegada de la ansiada hora en que las víctimas sean los acusadores y los victimarios los acusados. De esta manera respondo ante uno de los cargos que me acumulan. Dije que otro de los cargos que se me acumula es el asalto al Banco de América. Igual que ante el cargo anterior que me lanza el gobierno somocista niego toda culpa de mi parte. Pero no se va a detener aquí no mas mi respuesta. Yo acuso a Anastasio Somoza D., a Luis Somoza D. y demás miembros de la familia opresora, yo acuso a sus cómplices militares y políticos no de realizar un asaltito contra un banco millonario. Mi acusación es mucho más seria. Yo acuso a los cabecillas del gobierno somocista de asaltar a lo largo de treinta años al sufrido pueblo de Nicaragua para acumular, no la ridícula suma de cincuenta mil córdobas, sino sumas fabulosas que suman, más bien a varios millares de millones de córdobas; dicho para que lo entienda la gente sencilla, sumas que se escriben con siete números o cifras. ¿De dónde han salido los barcos de la Mamenic? Del asalto al pueblo. 28

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¿De dónde han salido los aviones de "La Nica"? Del asalto de la familia Somoza al pueblo. ¿De dónde han salido los trescientos latifundios? Del asalto al pueblo. ¿De dónde han salido "Montelimar" y "La Fundadora"? Del asalto al pueblo. ¿De dónde han salido las diez mil casas? Del asalto al pueblo. ¿De dónde han salido los millones de dólares depositados en los bancos yanquis y suizos? Del asalto de la familia Somoza al pueblo de Nicaragua. ¿De dónde han salido los latifundios de Camilo González? Del asalto al pueblo de los cómplices somocistas. ¿De dónde saco hacienda el coautor del asesinato de Sandino el tahúr Federico Davison Blanco? Del asalto al pueblo de los cómplices somocistas. Aun en el caso de que yo fuera culpable del asalto al Banco de América, no creo que sea el gobierno somocista, gobierno de asaltantes, el autorizado para acusarme a mí. Otro asalto contra el pueblo que es sumario denunciar es el que perpetran las Gold Mining compañías sobre el oro y demás minerales de nuestro suelo. El último año, o sea el año de 1963, marco un descenso la explotación yanqui sobre nuestros minerales comparada con la explotación de épocas pasadas. Pues bien aun con tal descenso la explotación alcanzo valor de cerca de cien millones de córdobas; ya podemos calcular a cuantos millares de millones de córdobas asciende el valor del asalto yanqui a nuestros minerales perpetrado sin interrupción por más de 50 años. Como consecuencia del asalto al Banco de América, ningún campesino ha perdido la tierra, ningún obrero ha terminado desocupado, ningún niño ha dejado de ir a la escuela, ningún comerciante o industrial ha quedado en la ruina. En cambio, el asalto de la familia Somoza y sus cómplices, ha tenido pavorosas consecuencias para Nicaragua. Lo mismo puedo decir del asalto yanqui. Tales asaltos, en dos palabras, han sentado la base para que se sustente un régimen oprobioso que ha convertido en un infierno la vida del pueblo nicaragüense. Propongo al Centro Universitario y a las demás organizaciones patrióticas y populares de Nicaragua entablar un juicio contra Anastasio Somoza D., Luis Somoza D. y demás miembros de la familia opresora, contra sus cómplices militares y políticos; este juicio por asalto al pueblo nicaragüense debe culminar con la devolución al pueblo de los bienes saqueados y con el castigo apropiado en la persona de los voraces asaltantes. Siendo el que esto escribe acusado por un asalto de ínfima importancia y siendo mis acusadores culpables de asaltar todo un imperio producto del trabajo del 29

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pueblo, yo creo que son mis acusadores y no yo quienes merecen ser severamente castigados. Sustento una amplia ideología revolucionaria A mí no me extraña que los órganos de propaganda somocista, tal como el diario "Novedades", tuerzan y retuerzan el modo de pensar de las personas que como yo formamos parte de la oposición. Doloroso me resulta a mí el tuerce y retuerce de las opiniones de los elementos opositores cuando parte precisamente de un órgano anti-somocista como el diario "La Prensa". Es un reflejo de la división, de la lamentable división, que cunde en las filas opositoras. Tuve la amarga experiencia de contemplar el placer con que varios miembros de la Oficina de Seguridad, la oficina de espionaje somocista, comentaba las disputas entre marxistas y socialcristianos. El diario "La Prensa" desde hace tiempo ha secundado la propaganda en que se me describe como militante comunista y como adicto al Marxismo Leninismo, y esto es falso. Porque yo no soy Marxista Leninista, y esto no es de ahora. La clandestinidad y la persecución me han impedido salirle al paso a una serie de infundios. En estos momentos también estoy impedido de hacerlo. Pero he resuelto desafiar cualquier amenaza para decir la verdad. La muerte no anda lejos de mí y si llegara hasta mis huesos no quiero que encubra tanta mentira. Por eso hablo ahora. Por medio de un amigo mío en el año 1961 hice llegar desde Tegucigalpa al Dr. Pedro J. Chamorro una carta motivada por una polémica que este último sostuvo con el liberal opositor Dr. Enrique Espinoza Sotomayor. Esa carta fue leída por el Dr. Pedro J. Chamorro. En esa carta yo expresaba mi pensamiento revolucionario, anti-imperialista y popular. Un pretexto que se ha utilizado para atribuirme un pensamiento Marxista dogmatico es mi folleto "Un Nicaragüense en Moscú", escrito con motivo del viaje que hice al mundo socialista en 1957. Es absurdo el pretexto. Reconocer determinados aciertos del régimen soviético no es argumento serio para considerar comunista a una persona. Pero hay algo más todavía. En el folleto mencionado sostengo con todas sus letras que la propiedad privada debe jugar un papel importante en el progreso de Nicaragua. Al dejar claro que existe una distancia entre el comunismo y mi modo de pensar no quiero decir que me he encasillado en otro dogma. Yo creo que el revolucionario nicaragüense debe abrazar una doctrina que conduzca en forma victoriosa al pueblo de Nicaragua hacia la liberación. En mi pensamiento acojo la medula popular de las distintas ideologías; del marxismo, del liberalismo, del socialcristianismo. La interpretación marxista de los problemas sociales, su severidad con los ricos, es utilizable aunque de manera parcial. Alguna justeza debe tener el marxismo para que haya sido capaz de ganarse la confianza de gruesas masas de millones de seres humanos en una parte del mundo. Alguna justeza deber tener el 30

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marxismo cuando ha habido numerosos hombres que han ofrendado su vida defendiendo sus principios. La interpretación liberal de los fenómenos políticos, su defensa del individuo, es posible de utilizar para impulsar la militancia de los ricos en contra del gobierno somocista y en favor de un cambio revolucionario. Una característica de la composición de las fuerzas descontentas con el régimen inoperante en Nicaragua es que incluye a un sector importante de las clases ricas. Pero es un sector que asume en la oposición una actitud contemplativa, peor que vacilante. Esa actitud por demasiado tiempo ha dominado a la oposición y esto ha tenido consecuencias desastrosas. La interpretación liberal de los fenómenos fue el resultado de un proceso histórico que en el caso de Nicaragua aun tiene cierta vigencia. En cuanto a la doctrina social-cristiana, también considero que debemos extraerle su medula popular. Si logramos levantar un movimiento popular que funda lo compatible de las distintas ideologías podremos impedir que se adueñen de la doctrina social-cristiana quienes miran un cambio social con el ceño fruncido; si tomamos en cuenta la doctrina social-cristiana, en igual plano que el marxismo y que el liberalismo y que cualquier otra ideología, estaremos impidiendo que resuciten las moribundas fuerzas contrarrevolucionarias. Cuando recuerdo las jornadas que libramos juntos en el movimiento estudiantil, un compañero liberal como Denis Martínez, un compañero socialcristiano como Manolo Morales y un radical como yo, es que cobra vida en mi la posibilidad de formular una ideología revolucionaria nacional. Esa formulación tiene que ser obra de todos. Pero no debemos sentarnos a cruzarnos de brazos para divagar mientras el pueblo de Nicaragua marcha sin rumbo, expuestos a las acechanzas de los enemigos de todos lados. Creo que el deber es actuar. Pero sin organización no puede haber acción. No quiero hablar en el desierto. Quiero hablar a quienes me conocen, a quienes me pueden escuchar. Estas personas no son otras que los jóvenes de mi generación. Para ellas hablo. Hablo para los jóvenes de mi abatida pero no vencida generación. La generación de Jorge Navarro, Francisco Buitrago y Modesto Duarte. La generación de Eduardo Medina, Víctor Arbizú, Tomas Palacios y Héctor Zelaya. Es la generación del 23 de Julio. Los heroicos veteranos sandinistas Raudales y Heriberto esperaron que nuestra generación creciera y fuera joven para mezclar su sangre con nuestra sangre. No nos detengamos a medio camino. Pero si permanecemos separados corremos el peligro de extraviarnos. Juntémonos. Formemos el partido de nuestra generación, el Partido Sandinista. Este partido no debe formarse para entretenerse en querellas dentro de la oposición.

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El Fórum Político me causo un instante de tristeza, a mi que solo conozco la alegría de combatir. El Fórum mostro que la vieja generación con sus errores pretenden arrastrar a nuestra generación. Digo que el partido Sandinista no debe de entretenerse en querellas con otros sectores, incluyendo los representantes de la vieja generación. No hablo de que debemos olvidarlo todo. Creo que debemos criticar sin odio y con espíritu constructivo los errores que han cometido conservadores, liberales, comunistas y demás integrantes de la oposición. Esa discusión fraternal tiene necesariamente que culminar en un victorioso movimiento popular unido. Naturalmente que el Partido Sandinista, el partido de la nueva generación, no será con meras palabras que habrá de demostrar que tiene la razón. Nuestra razón será nuestra fuerza dentro del pueblo, dentro de las masas juveniles del pueblo. Esto no lo lograremos desperdiciando el tiempo en charlas vacías los sábados y domingos. Es cuestión de trabajar minuto a minuto, día a día, sin descanso ni tregua, en defensa del pueblo. Algunas conquistas podemos lograrlas ya o pronto antes del triunfo. Esto es vital. En las luchas por los intereses diarios las masas adquieren conciencia. Hagamos esfuerzos por atraernos a la lucha a las más extensas capas de la población, comenzando por supuesto con los obreros, campesinos y estudiantes, pero llegando también a cierto sector de los ricos. La posición del movimiento revolucionario ante los ricos depende más de estos que del movimiento. Esto se ajusta a un proverbio salomónico que dice: "el que cierra su oído al clamor del pobre también clamara y no será oído". O sea que si ante el clamor de los pobres que sufren en Nicaragua los ricos no oyen, cuando estos clamen tampoco los pobres oirán y viceversa, si ante el clamor de los pobres de Nicaragua los ricos oyen, cuando estos clamen, los pobres oirán. Creo que debemos profundizar en el estudio de la experiencia sandinista y de los documentos del gran héroe, lo cual servirá para guiarnos más certeramente en la lucha patriótica. No quiero terminar este mensaje sin dejar constancia de mi reconocimiento a la firmeza del compañero sandinista el ex-mexicano Víctor Manuel Tirado, que junto conmigo sufre prisión. Si el imperialismo yanqui tiene ante el gobierno una misión militar que encabeza el Coronel Murray, también los pueblos de América Latina tienen una misión revolucionaria que encabeza el compañero Tirado. Mi saludo de hermano a los militantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (F.S.L.N.), gloriosa fuerza precursora del renacimiento patriótico del pueblo de Nicaragua. A formar con entusiasmo el Partido Sandinista. El partido de la bandera roja y negra. Un partido con un himno que diga como Sandino: "Nosotros marchamos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte; y si morimos nuestra causa segura viviendo, otros nos seguirán". ¡Patria Libre o Morir! 32

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ESTA ES LA VERDAD Carlos Fonseca Amador Manifiesto del 21 de septiembre de 1964 Cárcel "La Aviación" Archivo del IES El gobierno somocista ha lanzado un calumnioso comunicado. En éste se acusa a varios hermanos de lucha junto conmigo de planear absurdos actos de terrorismo. Tal calumniosa acusación lo que en verdad viene a revelar son los tenebrosos planes del propio gobierno somocista. El gobierno somocista planea el recrudecimiento de la represión contra el movimiento popular que encabeza el combate por la liberación de la Patria. Hoy más que nunca el pueblo de Nicaragua se niega a cruzar los brazos ante la opresión y se dispone a reclamar valerosamente sus derechos. El profundo descontento de las masas populares, de los explotados y oprimidos en Nicaragua, es totalmente justo, ya que el gobierno se empecina en negarse a darle solución a los dolorosos problemas que padece el país. Cada día que viene el pueblo lucha con mayor fe, y ya se vislumbra el futuro cercano en que la lucha popular ha de adquirir vastas proporciones. Ante tal situación, el gobierno inventa con desesperación los pretextos, como lo demuestra el comunicado que estamos condenando, que pretenden justificar la represión, encarcelamiento y asesinato de los defensores del pueblo. No es la primera vez que el gobierno somocista recurre a estas historietas. Igual cosa ocurrió con motivo del movimiento del 4 de abril de 1954, que culminó con el asesinato por parte del gobierno de numerosos patriotas. En esta ocasión el gobierno difundió una tremenda mentira que consistía en vincular a los revolucionarios con submarinos rusos navegando en el Océano Pacífico. Atribuyéndonos planes de fuego y sangre, el gobierno somocista sueña con lanzar al pueblo contra nosotros. Pero esto es un sueño vano. Porque el pueblo de Nicaragua sabe muy bien por experiencia quiénes son los sanguinarios y quiénes los patriotas; el pueblo sabe quiénes son los culpables de que los campesinos de Tempis que mueran de hambre; sabe quiénes son los culpables del asesinato de inocentes en Posoltega; sabe quiénes son los culpables de que el oro de nuestros minerales lo saqueen en las Companies yanquis; el pueblo sabe quiénes son los culpables del robo de millones de córdobas del presupuesto del gobierno; sabe quiénes son los culpables de que la Universidad Nacional cuente solamente con un miserable presupuesto; sabe quiénes son los culpables de que la mayor parte de niños no puedan asistir a la escuela, de que ni un solo niño pueda aprobar la primaria en el campo, de que la mayor y mejor tierra esté en manos de unos pocos millonarios, especialmente millonarios somocistas; el pueblo sabe quiénes son los culpables de que Nicaragua esté en la triste condición de colonia del imperialismo yanqui. 33

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El pueblo sabe que esos culpables no son otros más que la familia Somoza y sus cómplices políticos y militares. El pueblo sabe que por el contrario los revolucionarios sandinistas somos combatientes que anhelamos la felicidad de todo el pueblo. En esta senda hemos derramado nuestra propia sangre y hermanos nuestros han ofrendado heroicamente la vida. No niego y más bien declaro con justo orgullo que en el pasado hemos empuñado las armas para combatir al régimen somocista. Pero cuando tal hemos hecho no ha sido con el objeto de practicar el terrorismo y efectuar atentados personales. Hemos empuñado las armas para combatir limpiamente, de la misma manera que lo hizo el pueblo contra el gobierno opresor de 1926. En su comunicado calumnioso el gobierno afirma que planeábamos terminar con la vida de miembros de la oposición, incluyendo dirigentes marxistas, además de incendiar diarios conservadores. El propósito de este invento no es otro que el de llevar la división a las filas del movimiento opositor. Es que el gobierno tiembla ante la unidad de la oposición y del pueblo. El gobierno sabe que en el curso de la historia de Nicaragua, la división ha favorecido a los enemigos del pueblo y la unidad los ha perjudicado. Precisamente el día 12 de este patriótico mes de septiembre se conmemora la unidad que, en el año 1856, concertó a todo el pueblo, incluyendo los dirigentes liberales y conservadores, para combatir al esclavista yanqui William Walker, su falange y a los nicaragüenses traidores. La lucha popular terminó victoriosa. Walker y sus millones de mercenarios fueron derrotados. La unidad dio su fruto. Es cierto que nosotros criticamos los errores cometidos en la lucha nacional por los dirigentes conservadores, comunistas y de otras tendencias. Pero nuestra crítica es fraternal, con ánimo de aprender de la experiencia, con espíritu de superar las dificultades y resolver los problemas. Una meta nuestra es la unidad de todas las fuerzas antisomocistas y populares con base en puntos comunes, por limitados que sean. En su comunicado calumnioso dice el gobierno somocista que los revolucionarios sandinistas obedecemos planes de Cuba y que hemos sido entrenados en Cuba para luchar en Nicaragua. Siempre lejos de la verdad el gobierno somocista. La Revolución Cubana lleva casi seis años de haber triunfado. Aunque nosotros somos jóvenes, mucho antes del triunfo cubano comenzamos nuestra lucha contra el gobierno somocista. Siendo el suscrito Carlos Fonseca estudiante de secundaria en Matagalpa, participó en 1952 en la huelga estudiantil en que participaban como estudiantes universitarios Tomás Borge y Silvio Mayorga, exigiendo retirar del recinto de la universidad un medallón que representaba a Somoza. Con motivo de la acción de Rigoberto López en septiembre de 1956, los tres hermanos de lucha mencionados sufrieron prisión juntos. Para el tiempo de estos dos sucesos el nombre de Fidel Castro era desconocido dentro de Nicaragua. Era un tiempo en que Fidel Castro ni siquiera estaba combatiendo contra la tiranía de Batista en la Sierra Maestra. 34

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Es pues cierto que para combatir al régimen somocista sólo somos impulsados por el amor que le profesamos a nuestra Patria y no por órdenes del extranjero. Con relación al entrenamiento en Cuba también digo que es falso. No voy a negar que estamos debidamente entrenados para combatir al régimen somocista. Pero nuestro entrenamiento no se ha efectuado fuera de las fronteras de Nicaragua sino dentro del territorio nacional. Entrenamiento que ha consistido en no perder de vista ninguna injusticia, en reclamar libertad, en venerar a Sandino y demás héroes nacionales, en sufrir opresión, explotación y tortura. Este entrenamiento nos ha capacitado para combatir a los enemigos del pueblo de Nicaragua. Es fácil ver que son miles y miles los nicaragüenses que han recibido ese entrenamiento. ¡Que sepa el gobierno que él mismo es quien se ha encargado de entrenar a los combatientes que habrán de derrotarlo! ¡Los combatientes sandinistas sostenemos que no es Fidel Castro sino el régimen somocista el que con su feroz política antipopular nos ha entrenado para pelear en defensa de la libertad! Dice el gobierno que los planes terroristas de nosotros tienen semejanza con los planes terroristas descubiertos en Panamá. ¿Pero es esto la semejanza entre Panamá y Nicaragua? La verdadera semejanza consiste en que los imperialistas yanquis que masacraron a la juventud panameña en la Zona del Canal son los mismos que arman a la tiranía somocista para masacrar a la juventud nicaragüense. Esta es la verdad. ¡Patria libre o morir!

CARTA A LOS PADRES DE FRANCISCO MORENO Algún lugar de Nicaragua 19 de marzo de 1967 Dr. José Moreno Dra. Estela de Moreno Managua. Estimada doña Estela Estimado maestro:

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Quiero dirigirles unas líneas que tal vez lleven un poco de aliento a sus corazones angustiados de congoja. El martirio de Francisco y de los demás compañeros y todos los campesinos explotados, no ha sucedido en vano. Fueron el precio que se dio de pago para que la justicia llegue a florecer. Nuestras vidas en el campo -a Francisco y los demás compañeros- nos permitió palpar en mayor medida los tormentos que sufre el pueblo. Trabajadores en particular del pueblo campesino. La vida en el campo nos permitió contemplar la misma dimensión de nuestra razón. Nuestras manos estrecharon las manos de los campesinos pobres, exprimidos por los latifundistas. Vimos agonizar y morir de hambre a los niños. Estuvimos al lado del pobre quien no sólo jamás ha ido a una escuela sino que jamás ha visto con sus ojos una escuela. Tenía Francisco la pureza de alma de un santo. Los cristianos primitivos, limpios de espíritu y entregados al bien, lo hubieran considerado como a uno de los suyos. ¿Y por qué combatientes con el coraje de Francisco han sido derrotados por los mercenarios de la GN? La respuesta es que en Nicaragua se vienen dando los primeros pasos, en la marcha hacia la liberación. Y en los primeros tiempos el movimiento es frágil y tierno, un escritor lo ha comparado con el raquítico niño campesino. Después de la inmolación de Augusto César Sandino, durante muchos años los políticos ambiciosos y algunos de aspiraciones más bien, que se hacían pasar como defensores del pueblo, aniquilaron la lucha patriótica. Esos políticos llevaron a cabo una oposición tan cerrada, que les permitió convertirse en millonarios. Todos los opositores no han sido más que impostores. Y por culpa de los impostores nosotros nos hemos visto obligados a darle nacimiento a la verdadera rebelión. El futuro es nuestro, el futuro pertenece a la Patria, a la justicia. La sangre que Francisco Moreno donó, ha de ser premiada. El hermano combatiente Francisco Moreno fue un modelo de generosidad y heroísmo. El vivió en un hogar laborioso donde personalmente nada le hacía falta. Renuncia a esas comodidades y se lanza a una vida de peligros, desafiando a los desalmados que son amos y señores de Nicaragua. Francisco toma esa decisión porque sabe que el combate frontal es la única vía que conduce a la liberación, a la victoria de la justicia. Hay compañeros que han tomado el camino de la lucha porque han sufrido en carne propia los abusos del sistema capitalista. Quizás yo mismo me cuento entre estos compañeros -y aunque estos compañeros tienen en este sentido un mérito menor que el de Francisco-, porque Francisco no se lanza al combate porque él era víctima de la injusticia, sino porque los pobres de Nicaragua, a quienes amaba como hermanos, sufren humillaciones y explotación. Recuerdo a Francisco en los primeros días que estuvo en la montaña. En esos días las largas jornadas golpearon sus pies y se le abrieron llagas. Pero él no 36

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gimió. Se sobrepuso, dominó los fangos y pasados los primeros días sus piernas se endurecieron y se convirtieron en las piernas de un caminante. Dice el apóstol José Martí: "La sangre de los buenos no se derrama en vano". La vida que a mí me queda, no me pertenece a mí mismo, pertenece a los hermanos que han caído, al ideal que hemos abrazado. No piensen Uds. que al transcurrir algunos meses en silencio, hemos arriado nuestra bandera rojinegra. El repliegue es solamente acumulación de nuevas energías para marchar de nuevo al combate. A Francisco y demás compañeros de la montaña el enemigo no los encontró arrodillados. Combatieron mientras pudieron empuñar el arma redentora. Mis compañeros y yo sabemos ser dignos hermanos del gran héroe Francisco Moreno. Estas palabras las escribo dándoles a Uds. un fuerte abrazo de solidaridad. ¡Patria Libre O Morir! Carlos Fonseca

MENSAJE DEL FRENTE SANDINISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL A LOS ESTUDIANTES REVOLUCIONARIOS Carlos Fonseca Amador Dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN Algún lugar de Nicaragua 15 de abril de 1968 Queridos hermanos: En nombre de la Dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, dirijo esta carta a los estudiantes revolucionarios de Nicaragua. Este mensaje va dirigido tanto a los estudiantes que cursan estudios universitarios, como a los estudiantes de nivel medio. Va dirigido este mensaje tanto a las mujeres como a los hombres que siendo estudiantes sustentan ideales revolucionarios. Nómina de los estudiantes mártires En estas líneas nos proponemos poner en relieve la alta misión que corresponde desempeñar a los estudiantes en el combate por labrar la liberación de 37

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Nicaragua, por forjar una patria en la que solamente haya sitio para la justicia. Liberación, justicia: dos palabras que encarnan el ideal de la revolución popular, obrera y campesina, por el cual han ofrendado heroicamente la vida no pocos patriotas nicaragüenses. Entre estos patriotas se cuentan los siguientes Casimiro Sotelo, Francisco Moreno, Silvio Mayorga, Fausto García, Otto Casco, René Carrión, Roberto Amaya, Jorge Navarro, Modesto Duarte, Francisco Buitrago. A esta lista de estudiantes mártires militantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional, debemos agregar el nombre del joven catedrático doctor Danilo Rosales Argüello. Otros estudiantes caídos en el curso de la última década, en el combate por la defensa de la dignidad, son los siguientes Mauricio Martínez, Erick Ramírez, José Rubí, Sergio Saldaña, Marcelo Fernández, Julio Oscar Romero, Ajax Delgado, Jesús Mendoza, Manuel Baldizón, Antonio Barbosa, Víctor Arbizú, Eduardo Medina, Héctor Zelaya. Estos estudiantes mártires constituyen un luminoso ejemplo para los estudiantes revolucionarios que se proponen continuar llenos de coraje el combate a favor de un cambio radical del sistema capitalista, sistema de explotación y opresión, que domina el suelo de Nicaragua y de casi toda América Latina. La derrota y la herencia pacifiquera Al redactar este documento nuestra organización acaba de pasar por una experiencia muy dura. En la montaña y en Managua y en otras ciudades del país, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, ha sufrido fuertes golpes. Las dificultades con que ha tropezado el movimiento armado revolucionario para desarrollarse en Nicaragua, forman parte de un proceso que se ha manifestado en diversos puntos de América Latina. Estas son una consecuencia del debilitamiento provocado al movimiento revolucionario proletario por la política oportunista seguida por los falsos marxistas. Tal política oportunista, de renuncia a la lucha armada para conquistar el poder, acaparó la dirección del movimiento revolucionario por varios decenios y le imprimió métodos de trabajo pacifiqueros. El lastre de dichos métodos de trabajo han vuelto inevitables los fracasos en la etapa inicial del movimiento insurreccional que surge en América Latina, a raíz del triunfo de la patriótica revolución cubana. La conspiración revolucionaria continúa

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Al tiempo que nos hacemos cargo de la realidad de los golpes que ha sufrido el movimiento armado revolucionario en Nicaragua, es necesario que enfoquemos otro ángulo de la situación que atravesamos. Este ángulo se refiere a determinados progresos que ha logrado la organización insurreccional. A pesar de la astronómica superioridad material, el enemigo ha estado lejos de aniquilar nuestra organización. Por primera vez en Nicaragua, después de producirse serias derrotas, la organización revolucionaria se encuentra en condiciones de continuar sin interrupción el trabajo conspirativo, con miras a reanudar la acción reivindicadora. Otro de los progresos realizados se refiere a la consolidación de la autoridad moral del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, ante el pueblo nicaragüense, ante los sectores más honestos, ante la juventud. Con nuestra decisión hemos confirmado una vez más que somos la fuerza política que tiene mayor ansia por la transformación de Nicaragua, por el establecimiento de un régimen revolucionario. Los próceres de la primera independencia sufrieron fracasos La comprensión de los progresos alcanzados es un requisito esencial para tener confianza en el éxito del cumplimiento de las tareas que tenemos por delante. El revolucionario tiene espíritu con temple de acero, y no se amilana ante los fracasos que se producen en el transcurso de la lucha, y particularmente en la etapa inicial. Pero es necesario que al mismo tiempo que extraemos lecciones de los fracasos sufridos, sepamos valorar los lados favorables que presenta la situación actual. Debe contribuir a mantener inquebrantable nuestra fe en la victoria de los ideales, el recuerdo de la experiencia que vivieron los forjadores de la emancipación de América Latina del yugo colonial ibérico. Durante varios años, los próceres de la primera independencia sólo conocieron fracasos. Esos años de fracasos les permitieron adquirir experiencias y conquistar el respeto y el apoyo de los oprimidos, lo cual les sirvió de base para llegar a emprender los combates necesarios en los que derrotaron al amo extranjero. De igual manera, el desarrollo del movimiento guerrillero que encabezó Augusto César Sandino, estuvo precedido por las derrotas de los combates de Ocotal y El Jícaro. Las dos caras de la posición estudiantil En la germinación de la lucha armada que se ha gestado en el curso de los últimos diez años, han ocupado un lugar destacado los combatientes de procedencia estudiantil. Pero esto no quiere decir de ninguna manera que el movimiento estudiantil se haya encontrado a la altura de las exigencias del movimiento revolucionario. Se ha presentado la situación de que mientras los combatientes estudiantiles han dado lo máximo de sí mismos, y hasta ofrendado la vida, no se ha exigido con el debido vigor al conjunto de estudiantes revolucionarios, aportar la cuota de sacrificios que le corresponde en la jornada 39

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por implantar la justicia en tierra nicaragüense. Es decir, que mientras los estudiantes guerrilleros han derramado su sangre, en lo esencial los estudiantes revolucionarios que han permanecido en las aulas se han cruzado de brazos. Hay un ejemplo que dibuja con nitidez el problema que acabamos de formular. Ante la caída de Silvio Mayorga y demás compañeros en la montaña de Pancasán y de Casimiro Sotelo y demás compañeros en la ciudad, la solidaridad del movimiento estudiantil organizado se ha reducido a lanzar simples proclamitas de pésame. Los estudiantes no se han concentrado en asambleas fraternales, no han proclamado en las calles su identificación con los nobles ideales de los combatientes del pueblo. Y es necesario decir con énfasis que la causa de esta situación no es la indiferencia de los estudiantes ante los anhelos de los combatientes. La verdad es que la mayoría de los estudiantes, al igual que las vastas masas del pueblo, aprueban la rebeldía de los combatientes. En el origen de la inactividad estudiantil debe ponerse de relieve la indisciplina política de los estudiantes revolucionarios y la penetración capitalista en las dos universidades del país. Otro ejemplo plantea el mismo problema. Y fue la inactividad del movimiento estudiantil ante la inmolación del comandante Ernesto Che Guevara. Y esto no fue tampoco producto de la insensibilidad estudiantil. Porque el ejemplo del Che Guevara causa profundo respeto y admiración entre la juventud estudiantil. La causa reside en la indisciplina revolucionaria, en la penetración capitalista. Superar el abandono de las demandas estudiantiles La inactividad que hemos apuntado no se refleja únicamente ante las obligaciones de evidente carácter nacional y revolucionario. Y ocurre que la educación del país sufre tremendos problemas, quedando la mayoría de los niños fuera de la escuela, se limita el ingreso en determinadas facultades universitarias; ocurre, en fin, que el gobierno mutila el presupuesto universitario negándose a financiar la construcción de las edificaciones necesarias. Mientras tanto el movimiento estudiantil, incluyendo el sector revolucionario, se cruza de brazos. La superación de ese cruzamiento de brazos del movimiento estudiantil y de su sector revolucionario, es un punto decisivo en el fortalecimiento de la batalla por transformar el nefasto sistema político y social que domina en Nicaragua. Esta superación ha de ser posible en la medida en que el movimiento estudiantil de Nicaragua se mantenga fiel a la línea de los estudiantes que no han escatimado sacrificios personales para cumplir con el deber de defender al pueblo. El movimiento estudiantil nicaragüense ha escrito páginas brillantes que permiten confiar en que sabrá ser leal al pueblo. Fecha cimera es el 23 de julio de 1959, día en que las fuerzas de la GN masacraron una manifestación estudiantil. Ese día quedó plenamente demostrado que los verdugos del pueblo cuentan a los estudiantes entre sus mayores enemigos. Concepción oscurantista de la universidad 40

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Nuestra exigencia de una resuelta militancia revolucionaria de los estudiantes es naturalmente repudiada por los ideólogos demócrata-capitalistas, que por cierto son más capitalistas que demócratas. En el documento titulado "Plan de Desarrollo" publicado por la Universidad Nacional de Nicaragua, se emiten concepciones oscurantistas como las siguientes: "Coexistir pacíficamente es hoy un problema primario, que significa vivir en proximidad sin destruirse; es entenderse, dialogar, transigir, respetarse mutuamente". Tales conceptos pretenden llevarse no solamente a la universidad en sí, sino también al movimiento estudiantil. Consideran la lucha, el reclamo resuelto, como algo que rebaja la alta función de la universidad. Y hablan de coexistir no solamente con la oligarquía capitalista nacional, sino también con el imperio yanqui. Los autores de esas concepciones, oponen antagónicamente la cultura al combate. Y osan negar que la base de la cultura sea una plena liberación nacional. La concepción reaccionaria que hemos transcrito, pone en evidencia que el extravío que se manifiesta en el movimiento estudiantil y en la universidad, no es un fenómeno inconsciente y espontáneo, sino que obedece a planes concretos de quienes sirven al sistema capitalista desde la autoridad universitaria. La acción de los estudiantes revolucionarios debe ir acompañada de una clara explicación de las razones que obligan a practicar la militancia revolucionaria. La pretensión retrógrada de aislar a los estudiantes del desafío histórico a favor de la transformación de la sociedad caduca, ha llevado a aplicar las teorías pedagógicas de Life, revista yanqui que de universitaria tiene muy poco. Según esta revista, los programas educacionales, independientemente de la sólida formación científica de los estudiantes, deben ocupar el mayor tiempo posible de los estudiantes. El objeto de esto es impedir que el alumno disponga de tiempo para participar en la lucha popular. Los estudiantes deben ser hoy los abanderados del pueblo Nuestros hermanos estudiantes han de tener en cuenta que el país que habitan se llama Nicaragua. En este país la inmensa mayoría de la población vive en las tinieblas del analfabetismo. Las personas que arriban a la enseñanza media y universitaria tienen que considerarse como privilegiadas. Este sector minoritario de la población que tiene acceso a la enseñanza media y superior, no puede dar la espalda a las oprimidas mayorías populares. Los jóvenes con instrucción cuentan con mayor facilidad para conocer la causa de los problemas que padece la nación. Es decir, que la instrucción es condición que multiplica el deber que tienen los jóvenes estudiantes para militar en el combate popular. Por su contacto con la cultura, representan el sector de la población con mayor volumen, que cuenta con más posibilidades de estar en contacto con las ideas que explican certeramente la raíz de los problemas sociales. Razón histórica de la decisión estudiantil 41

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Los estudiantes revolucionarios deben tener una clara conciencia de la razón que coloca al sector popular, del cual forman parte, en las primeras filas de la batalla por la transformación de la sociedad. Debido a su joven edad los estudiantes son personas en cuyos espíritus no han penetrado muy hondo las mentiras y los vicios engendrados por la corrompida sociedad capitalista. Los estudiantes representan hoy el sector popular que con más dificultades se enajena al régimen capitalista dominante. Esto explica en gran medida el papel relevante que desempeña siempre, en los grandes acontecimientos revolucionarios de la historia, la población joven. Se ha llegado a decir que los tiranos, enemigos del pueblo, cuando la lucha revolucionaria toma fuerza, llevan a considerar un delito el solo hecho de ser joven. Hay que decir también que es inevitable la relación entre la política y la fuerza estudiantil. Quienes se oponen a que los estudiantes estén al lado del pueblo, hablan de que los estudiantes no deben participar en política. Pero hablan con hipocresía y no se proponen de verdad separar a los estudiantes de la política. La verdadera intención que abrigan es poner a los estudiantes al servicio de la peor política que es la política reaccionaria. Estas palabras están confirmadas en el acto celebrado el 14 de septiembre de 1967, fecha en que millares de estudiantes de secundaria fueron obligados a desfilar para escuchar a Anastasio Somoza D. leyendo uno de sus grotescos discursos. La importancia del papel que deben desempeñar los estudiantes en el proceso histórico actual, es un fenómeno que se da en la generalidad de los países de Asia, África y América Latina. Encima de esta realidad, en Nicaragua se presentan determinados rasgos particulares que vuelven más necesaria la militancia estudiantil. En nuestro país existe un proletariado industrial muy joven, que todavía se encuentra desorganizado sindicalmente en su abrumadora mayoría, lo cual, en la actualidad, limita su capacidad de lucha. Así mismo, el movimiento campesino con reivindicaciones clasistas, data de los años recientes. Por razón de un proceso dialéctico, es el sector del pueblo constituido por los estudiantes el que con mayor entusiasmo acoge en la primera etapa los ideales revolucionarios. Durante cierto periodo, los estudiantes deben ser la fuerza que ha de encabezar la lucha popular. Fraternidad del estudiante con el obrero y el campesino El enunciado anterior no niega, sino que condiciona, el papel que deben desempeñar el sector obrero y el sector campesino. Los estudiantes revolucionarios, estudiantes de conciencia proletaria, deben vincularse a la clase obrera y a la clase campesina. Esta vinculación debe incluir la investigación minuciosa de los problemas que padecen estos sectores. Se hace preciso que el estudiante revolucionario acuda a la fábrica y al barrio, a la comarca y al latifundio. La investigación es primordial para proceder a la movilización de las masas populares contra sus enemigos. La experiencia universal de los pueblos, tanto tradicional como moderna, demuestra hasta la saciedad el papel medular que debe ocupar el movimiento 42

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guerrillero de la montaña. Sin embargo, conviene poner en su debido relieve el papel que corresponde a las ciudades. En Guerra de guerrillas, un método, afirma Ernesto Che Guevara "Las fuerzas urbanas, dirigidas desde el estado mayor del ejército del pueblo, pueden realizar acciones de incalculable importancia". Estas palabras tienen un interés especial para los revolucionarios nicaragüenses. En Nicaragua, al desarrollarse la organización guerrillera rural, las fuerzas políticas de la oposición identificadas con el capitalismo (Partido Conservador, Partido Social Cristiano), no permanecerán inmóviles. Ante el crecimiento del movimiento revolucionario proletario echaran a andar sus maniobras. Incalculable importancia de la fuerza urbana En efecto, ante el auge político que originara el movimiento guerrillero, las fuerzas políticas capitalistas con influencia en ciertos sectores del pueblo, pretenderán un cambio a base de componendas, un cambio del solo nombre de Somoza en el aparato estatal, pero conservando en lo fundamental intacto el poder económico de la clase capitalista nacional y extranjera Esta maniobra tiene que ser, naturalmente, combatida por los revolucionarios. El cumplimiento de esta tarea forma parte de la incalculable importancia de las acciones de las fuerzas urbanas. Y siendo débil en la actualidad la organización del sector proletario de la ciudad, se acentúa mucho más el papel que debe desempeñar el sector estudiantil. En el citado documento de la Universidad Nacional, "Plan de desarrollo", se dice también lo siguiente: "Vincular a la universidad con los planes de desarrollo". O sea, que los profesores de ideología capitalista, al mismo tiempo que pretenden alejar a la universidad y a los estudiantes de la lucha política declaran que la universidad debe vincularse a planes de desarrollo. Para definir el significado real de esta declaración, es necesario explicar que en la expresión citada anteriormente se entiende por planes de desarrollo los planes elaborados por el imperialismo yanqui y sus agentes del gobierno de Nicaragua. Ya sabemos a qué situación han conducido al país tales planes. Con esa experiencia, es más apropiado calificar a esos planes de desarrollo como planes de atraso y de miseria. El progreso de Nicaragua, el desarrollo de su economía, la liquidación de la pavorosa miseria, al igual que en toda América Latina, no podrán alcanzarse sino bajo un nuevo sistema, un sistema de plena liberación nacional. Y mientras la universidad y los estudiantes no participen en la lucha por la liberación, es absurdo e hipócrita hablar de una legítima vinculación al desarrollo. Utilizar también los medios académicos Al hablar de la participación de la universidad y los estudiantes en el combate por una nueva Nicaragua, no sugerimos únicamente el deber de emplear medios que movilicen a la multitud estudiantil y popular. Pensamos también en la utilización de medios estrictamente académicos, tales como la publicación de 43

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materiales que estudien a fondo los problemas nacionales, debates abordando los mismos problemas, seminarios en el mismo sentido, etcétera. Se dice con insistencia que la Universidad Nacional ha dejado de ser provinciana para transformarse en una universidad moderna. Es bueno decir que esto no es cierto y que el progreso de una universidad no se subordina al empleo de novísimas nomenclaturas para denominar una burocracia. La universidad será moderna en la misma proporción en que recoja las experiencias de vinculación de la cultura con el ansia por la revolución social. Combatir y extirpar la penetración capitalista en la enseñanza y en la universidad Ante la penetración capitalista -con frecuencia utilizando el disfraz social cristiano- en la enseñanza, en el movimiento estudiantil y en la universidad, los estudiantes revolucionarios tienen que adoptar una línea firme. Los rectores de las universidades de Nicaragua sostienen que la meta de éstas es la formación de un hombre culto. A este planteamiento debe contestarse que existe una meta superior: la formación de un patriota, de un ser humano consciente de poner sus conocimientos al servicio de la patria, al servicio de la humanidad. Deberían recordar los señores rectores que en la corte de los déspotas que agobian a Nicaragua abundan los funcionarios cultos, cuya mentalidad antipatriótica se originó en una buena medida en la educación reaccionaria que recibieron al cursar sus estudios. La universidad como presa del imperialismo Urge prestar atención a las componendas de los dirigentes de las universidades del país. Por un lado se niegan las autoridades a reclamar enérgicamente al Estado el presupuesto necesario. Y al no entregar el Estado tal presupuesto, entonces la universidad se convierte en presa de las instituciones controladas por Estados Unidos. Las autoridades universitarias y ciertas entidades capitalistas como el INDE (Instituto Nicaragüense de Desarrollo), INPRHU (Instituto Nicaragüense de Promoción Humana), saben que es inevitable la inquietud estudiantil hacia los problemas populares. En vista de esta realidad han concebido desviar esa inquietud hacia labores inocuas. Un ejemplo de esta maniobra es la organización de campañas estudiantiles para alfabetizar a algunas personas del pueblo. No decimos que sea malo que los estudiantes alfabeticen por sí mismos a algunas personas. Lo que sostenemos es que resulta una trampa que los estudiantes orienten fundamentalmente su inquietud social hacia labores como la que estamos citando. Porque es absurdo que los estudiantes resuelvan los principales problemas del pueblo utilizando medios propios. Mientras el Estado no tome en sus manos la solución del problema del analfabetismo, éste continuará envolviendo en sus redes a la gran mayoría del pueblo. La actitud de 44

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los estudiantes ante el analfabetismo fundamentalmente debe consistir en exigir al gobierno la dedicación del presupuesto pertinente para resolver el problema. Turbio plan para desviar la inquietud estudiantil Dentro de la línea desviacionista anterior, se ha dado realizar rifas de premios de doscientos córdobas, para dedicar estas pequeñas cantidades a aumentar el presupuesto de la Universidad Nacional, que necesita de muchos millones de córdobas. Conocemos de la reacción que han tenido algunos estudiantes revolucionarios ante estas rifas. Cierto estudiante criticó el trabajo de las rifas. Hasta aquí estuvo correcta su posición. Pero anduvo mal al no ofrecer una actitud práctica que permitiera movilizar a los estudiantes en la empresa de lograr el aumento del presupuesto universitario por parte del Estado. Otro estudiante revolucionario, polemizando con el anterior, mantuvo la posición de que era indispensable utilizar medios modestos para desarrollar la inquietud estudiantil. Hasta aquí era correcta la última posición. Pero se equivocaba al aprobar el sistema de las rifas. Porque es correcto que en caso de necesidad los estudiantes acudan a medios modestos, pero siempre las metas que se deben trazar han de ser grandiosas. Claro está que no es correcto criticar las rifas y al mismo tiempo cruzarse de brazos ante la necesidad de obtener un presupuesto mayor para la universidad. Lo correcto debe ser reunir a los estudiantes, editar materiales explicando la hostilidad del gobierno hacia la universidad, buscar el apoyo del pueblo para lograr un aumento tanto del presupuesto de la universidad como de la enseñanza en general. O sea que la meta de la actividad estudiantil no puede consistir en pequeñas rifas. Esta táctica envuelve la idea errónea de que los estudiantes mismos pueden resolver el problema de aumentar el presupuesto de la universidad. Queremos que se fije la atención en la campaña para reclamar el aumento del presupuesto estatal para la enseñanza. No se puede incurrir de nuevo en el error que se cometió hace algunos años. Ese error se caracterizo por limitar el reclamo al dos por ciento del presupuesto gubernamental para dedicarlo a la universidad. Un reclamo así excluía el aumento del presupuesto dedicado para resolver la gravísima crisis de la enseñanza primaria, media y técnica. Una nueva campaña debe tomaren cuenta por consiguiente, las demandas de la enseñanza en general y no detenerse únicamente en los reclamos de índole universitaria, para no convertir la universidad en una elite privilegiada. La posición estudiantil obedece a un proceso En este mensaje se ha explicado sin titubear el cruzamiento de brazos en que se postran actualmente los estudiantes revoluciónanos ante los problemas nacionales, incluyendo los problemas de la enseñanza A la vez hemos mencionado con orgullo los nombres de los estudiantes que se han puesto en pie de guerra a favor de la patria oprimida. La heroica decisión de estos estudiantes 45

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representa un paso hacia adelante si tenemos en cuenta la actitud que prevaleció hasta el año 1958. Hasta ese año, por lo general los estudiantes se limitaron a adoptar una posición que excluía exponer la vida en defensa de un ideal. La heroica actitud de determinados estudiantes representa ese progreso al que nos referimos. Es decir, que debemos ver el cuadro general de la actitud de los estudiantes revoluciónanos en la actualidad, teniendo en cuenta lo positivo y lo negativo. Año 1956: primera célula marxista estudiantil La actitud que denominamos cruzamiento de brazos de los estudiantes revolucionarios que no han tenido la oportunidad de empuñar las armas, en una considerable medida se origina en los hábitos heredados de los largos años en que no existió la mínima conciencia revolucionaria en el movimiento estudiantil Muchos ignoran que la primera vez que se organizó una célula marxista, que estuvo compuesta por tres estudiantes, fue en el año 1956. Durante muchos años, en el movimiento estudiantil nicaragüense no hubo ni nociones de los métodos revolucionarios modernos. Esta situación del movimiento estudiantil corría pareja con la situación del movimiento político general del país. Después del asesinato de Augusto César Sandino, o lo que es lo mismo, desde la implantación del régimen somocista, durante más de veinte años la lucha popular de Nicaragua estuvo bajo la exclusiva dirección de políticos que representan una posición capitalista. Estos políticos, por lo general titulándose conservadores, a veces titulándose liberales, llevaron al fracaso la lucha popular, paralizaron la acción de las masas obreras y campesinas, paralizaron a todas las personas dignas y volvieron impotente al pueblo. Los métodos de acción política de estos elementos, sus tendencias a las pláticas por arriba, despreciando el combate popular por reivindicaciones sociales y revolucionarias, penetraron al movimiento estudiantil. El movimiento estudiantil de 1944 no rompió con las camarillas tradicionales Una experiencia de la situación que predominó en el movimiento estudiantil a lo largo de los primeros veinte años de régimen somocista, la constituyen los acontecimientos del año 1944. En esa ocasión, los estudiantes expresaron en las calles su repudio al régimen somocista. Pero es preciso destacar un rasgo que caracterizó a la acción estudiantil de esos tiempos. El rasgo consiste en que el movimiento estudiantil no logró romper con las camarillas políticas tradicionales y en lo fundamental, la acción estudiantil se desplegó bajo el signo de los anticuados objetivos liberaloides. La acción estudiantil de 1944 careció de calor social. La debilidad de las jornadas de 1944, que por cierto no estuvieron encabezadas por los individuos que con más frecuencia suelen hoy recordarlas, se prolongó por muchos años más. De modo que se llega al año 1953, señalándose en ese 46

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tiempo como lo más representativo de la actividad estudiantil, cierto grupo cuyo fin declarado es contemplar los problemas nacionales desde un Olimpo intelectual, renunciando a la lucha resuelta por la liquidación de tales problemas. Es desde 1956, o más exactamente desde 1958, que surge el movimiento estudiantil con claridad revolucionaria, que comprende que el remedio de los males de la universidad está ligado indisolublemente a todos los males que proceden del caduco sistema social que rige en el país. Alcemos los ideales de Marx y Sandino, los ideales de Camilo Torres y el Che Guevara Uno de los defectos que padece el movimiento estudiantil revolucionario de Nicaragua, es la vacilación para alzar un programa revolucionario, que proclame sin rodeos los ideales de los grandes revolucionarios de la historia: Carlos Marx y Augusto César Sandino, Camilo Torres y Ernesto Che Guevara. Esta vacilación procede de la influencia que ha ejercido en la lucha contemporánea nacional el sector opositor comprometido con la clase capitalista. En honor a la verdad, aun nuestra organización revolucionaria ha llegado a padecer tal influencia, lo cual en determinado momento, nos ha llevado a titubear para asimilar un pensamiento revolucionario inequívocamente radical. La actitud actual de los estudiantes revolucionarios probablemente está relacionada con la actitud que nuestra propia organización mantuvo a este respecto en un momento que ya ha sido superado. Las medias tintas desorientan al pueblo de Nicaragua La experiencia nacional demuestra que el movimiento revolucionario debe disponer de su propia organización, de su propia táctica, de su propio programa. De acuerdo con la realidad de Nicaragua, se vuelve urgentísimo que el movimiento revolucionario esté preparado para enfrentarse a las celadas que inevitablemente llevarán a cabo los representantes de la clase capitalista que todavía influyen en ciertos sectores del pueblo. En tal enfrentamiento, no podemos menospreciar el rol que le corresponde al programa revolucionario. Nuestro pueblo, que durante un tiempo prolongado continuará adoleciendo de un bajo nivel político, se verá confundido si le hablamos con medias tintas. Por consiguiente, es necesario que declaremos sin muchas vueltas que ansiamos poner fin a la sociedad dividida en explotadores y explotados, a la sociedad dividida en opresores y oprimidos. Declaremos que nuestro magno propósito es devolver a obreros y campesinos, a todos los trabajadores, las riquezas que mediante la violencia les fueron arrebatadas. La independencia nacional, la derrota del imperialismo extranjero, son requisitos para la edificación de un mundo nuevo, pictórico de felicidad. En la búsqueda de esta nueva vida, nos guían los nobles principios de Carlos Marx. 47

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La historia moderna demuestra que los principios marxistas son la brújula de los más resueltos defensores de los humildes, de los humillados, de los seres humanos sojuzgados. Pasó la época de los politiqueros disfrazados de marxistas El sacrificio de Ernesto Che Guevara, identificado con los ideales marxistas, ha venido a enseñar que la época de los conformistas que se disfrazaban de marxistas pertenece al pasado. El marxismo ya es la ideología de los más ardientes defensores del hombre latinoamericano. Ya es hora de que la mente de los revolucionarios nicaragüenses comparta el ideal marxista de liberación proletaria. La convicción marxista no excluye el respeto hacia las creencias religiosas de la población nicaragüense. Los revolucionarios marxistas continúan y robustecen las tradiciones de defensa de los humildes que tienen entre sus principales precursores históricos a los primitivos cristianos, muchos de los cuales, lo mismo que los revolucionarios de hoy, dieron generosamente la vida para que un día los pobres tuvieran justicia. Esta verdad fue comprendida por el sacerdote Camilo Torres, quien heroicamente expuso y entregó su vida empuñando el fusil guerrillero al lado de los defensores de los explotados de Colombia. El jefe proletario Farabundo Martí, compañero de Sandino Hay personas cegadas por los prejuicios que pretenden negar la preocupación que tuvo Augusto César Sandino por soldar la batalla por la independencia nacional con la batalla por alcanzar una sociedad sin clases enemigas. La verdad es que en los documentos suscritos por Sandino palpita la simpatía por una revolución social. Entre los íntimos compañeros de armas de Sandino, se contó al dirigente del proletariado salvadoreño Agustín Farabundo Martí, quien llegó a ser comandante supremo del ejército rojo que encabezó la frustrada insurrección popular del año 1932 en El Salvador. Enarbolar un programa revolucionario radical es una garantía para el desarrollo de una fuerza independiente que se diferencie con nitidez de los partidos políticos capitalistas. Con un programa de sello revolucionario, marxista, será imposible que las acciones revolucionarias se las atribuya el pueblo a los sectores políticos capitalistas de la oposición que cuentan con una maquinaria de propaganda a favor de sus propios fines. Insurrección armada y revolución social

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Existe el peligro de que la insurrección armada no signifique necesariamente una revolución, una transformación del sistema social que prevalece en el país. Por lo tanto, estamos en la obligación de imprimirle a la insurrección nicaragüense un hondo contenido revolucionario, de radical cambio social. En la historia contemporánea por la liberación nacional, se han dado casos en que las insurrecciones han resultado victoriosas pero no se han establecido sistemas revolucionarios, no ha triunfado la revolución proletaria. Un caso muy conocido es el de Indonesia, país que con las armas en la mano expulsó a los colonizadores holandeses. Sin embargo, después de triunfar la insurrección, se conservó en considerable proporción la explotación privada del trabajo humano. El sector capitalista se mantuvo al acecho hasta convertir el país en una neocolonial norteamericana. La lucha popular nicaragüense, para alcanzar la victoria revolucionaria, debe tener en cuenta la experiencia que ofrece el movimiento contemporáneo de liberación nacional. Esta experiencia es especialmente fecunda en cuanto a la posición dirigente que en el devenir de la lucha debe alcanzar la clase proletaria. La conciliación social cristiana es hipocresía capitalista Un programa revolucionario debe quitar la máscara a la demagogia socialcristiana, que ante la despiadada lucha de la clase capitalista contra la clase proletaria, pretende alcanzar la conciliación de las clases sociales. La experiencia histórica, alcanzada por los pueblos del mundo al costo de heroicos sacrificios, enseña que no puede haber paz entre ricos y pobres, entre millonarios y trabajadores. La experiencia histórica enseña que no puede haber más situaciones que las siguientes: o los ricos explotan a los pobres, o los pobres se liberan eliminando los privilegios de los millonarios. Hermanos estudiantes revolucionarios: a lo largo del presente mensaje hemos expuesto los deberes que les competen a ustedes. Reclamamos de ustedes el cumplimiento de esos deberes patrióticos. En la negligencia demostrada por los estudiantes revolucionarios en el cumplimiento de sus obligaciones, corresponde cierta culpa a la dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN. Esta culpa consiste en que la dirección no ha sido lo suficientemente exigente con los compañeros estudiantes revolucionarios. Ha habido en la dirección demasiada complacencia, demasiada tolerancia, ante la indisciplina de los compañeros a quienes se ha supuesto imbuidos de conciencia revolucionaria. Esta complacencia debe llegar a su final. A cada estudiante se le debe colocar en el lugar que merece. El estudiante que lleva en su mente la convicción revolucionaria y no se conduce en la práctica de acuerdo con esa convicción, no debe ser considerado como revolucionario sino como cómplice del enemigo. Quienes se sacrifican exigen sacrificios

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La complacencia ante la indisciplina de muchos compañeros estudiantes la ha manifestado también la dirección del FSLN ante militantes de otras procedencias. Y al hablar de uno de los mayores errores que han originado la imposibilidad del éxito total hasta hoy, debemos mencionar esa complacencia. Este error no ha de continuar. Quienes dan lo máximo de sí mismos en aras de la liberación nacional, quienes ofrendan a la patria humillada todo lo que tienen y hasta la vida, tienen pleno derecho a exigir sacrificios a quienes declaran que aman a la patria, que profesan ideales revolucionarios. La complacencia ante la indisciplina, la inconstancia para impartir instrucciones acerca del trabajo, la debilidad de no sancionar los errores graves, todo ello conduce a debilitar el movimiento, a restarle fuerzas a la organización revolucionaria, lo cual dificulta mucho más la victoria en el combate, forzosamente desigual. Una disciplina severa, las constantes instrucciones, la intransigencia ante los graves errores, deben conducir a éxitos importantes para el movimiento revolucionario. Es precisa la iniciativa de los propios estudiantes Hemos apuntado la necesidad de que la dirección del FSLN imparta instrucciones a los estudiantes revolucionarios. Este enunciado debe ser combatido con la debida iniciativa de parte de los estudiantes revolucionarios. Estos poseen suficiente capacidad para resolver por sí mismos una serie de problemas que no se les plantean diariamente. Nuestros compañeros deben tener presente que quizá el sector estudiantil sea el sector del pueblo de Nicaragua que, en este momento, cuente con una experiencia política más rica. Lucha con fusil y lucha de masas Muchas veces la lucha de masas en las aulas y en las calles no representa los mismos peligros que el combate en las trincheras con las armas en la mano. Los compañeros que en determinados momentos van a ligarse a la muchedumbre popular sin empuñar el fusil deben cumplir ese deber sin perder de vista que la lucha no termina en la arenga y el panfleto; y que llegará el momento en que tales compañeros ocuparán su puesto en la trinchera. Hacemos esta explicación porque deseamos aprovechar las ventajas de los medios de lucha sin fusil; y queremos desechar sus desventajas, como es la ilusión de hacerse la idea de que el fusil guerrillero no es imprescindible. Y dentro de nuestra estrategia, las masas populares sin fusil son derrotadas, así como derrotado es el fusil sin masas. El camino de la victoria tiene que ser un fortalecimiento paralelo de lucha de masas y lucha de fusil. No se trata de organizar primeramente a las masas y postergar la lucha armada. Planteamos una aproximación en el tiempo, lo más breve posible de la lucha armada y lograr que lucha de masas y lucha armada sigan un curso dialéctico. Los estudiantes de enseñanza media 50

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Este mensaje, como queda expresado al comienzo, va dirigido a los diversos sectores de estudiantes revolucionarios, incluyendo a los estudiantes de enseñanza media. Es evidente que la procedencia social de cada estudiante individualmente es un factor muy importante en la decisión de cada estudiante para rebelarse contra el sistema reaccionario vigente. Sucede que entre los estudiantes de secundaria la procedencia de los sectores populares explotados es mucho mayor que entre los estudiantes universitarios. Forman inmensa mayoría los estudiantes de secundaria que se ven obligados por los obstáculos económicos a abandonar los estudios. Los estudiantes de secundaria pasan de 20’000 y los universitarios son aproximadamente 5’000. O sea que los estudiantes de secundaria constituyen la vasta mayoría de los estudiantes del país, lo que lógicamente les da una mayor importancia. Por otro lado, mientras los estudiantes universitarios se encuentran concentrados en León y Managua, más alguna cantidad en Jinotepe, los estudiantes de secundaria se encuentran distribuidos por la mayoría de las cabeceras departamentales del país. Estas condiciones permiten que sus acciones tengan repercusión en una amplia proporción del territorio y de la población del país. Por último señalemos que la movilización de los estudiantes de secundaria garantiza el futuro revolucionario del movimiento estudiantil universitario. Quienes logren ingresar en el futuro a la universidad irán dotados de una determinada educación política. Por lo general en Nicaragua los estudiantes inician su actividad política hasta que ingresan a la universidad, lo cual explica en parte muchas de las debilidades que están por superarse en el movimiento estudiantil universitario. Rescatar la universidad para el pueblo Uno de los reclamos a la acción estudiantil que se desprenden de este mensaje es la obligación de rescatar la universidad para el pueblo. La universidad se sostiene con el sudor del pueblo trabajador. La cultura proviene del trabajo milenario de los pueblos. De manera que el legítimo dueño de la universidad es el pueblo. La auténtica autonomía, dentro de las condiciones de la sociedad capitalista, abre la posibilidad a la participación del pueblo en la orientación de la universidad. La autonomía en Nicaragua es una farsa. Con mil artimañas el gobierno reaccionario y despótico impone su insolencia en la universidad. Y para empeorar la situación hay profesores, que pasando por demócratas, llegan a afirmar: "Constituye abuso cuando la autonomía se interpreta en un sentido mágico como intangibilidad física de los edificios o personas -el tabú de los recintos sagrados-". Estas palabras aparecen en el citado documento de la Universidad Nacional de Nicaragua "Plan de desarrollo 1966-1967". Tales palabras, creemos, patentizan la injerencia en la universidad por parte de la fuerza bruta del estado reaccionario.

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El cumplimiento de todas las tareas que hemos sugerido ha de ser posible solamente si el movimiento estudiantil trabaja con ahínco día a día. Esto es lo mismo que darle fin a los hábitos electoreros, que se remiten a imprimirle alguna actividad al movimiento estudiantil únicamente cuando están próximas las elecciones estudiantiles. Mientras, durante la mayor parte del tiempo se suspende la actividad. El objeto, la razón de ser del movimiento estudiantil revolucionario, no puede consistir exclusivamente en obtener posiciones en las directivas estudiantiles. En nombre de la habilidad para ganar fuerzas en las elecciones estudiantiles se ha llegado a renunciar a las demandas revolucionarias, a la ligazón con la amplia masa. Para ostentar el glorioso nombre de revolucionario y defender dignamente al pueblo, esas aberraciones deben desaparecer. Una vez más, invoco los nombres de los sagrados mártires del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, los nombres de nuestros estudiantes mártires. En nombre de ellos reclamo a los estudiantes revolucionarios, hombres y mujeres, de enseñanza media y universitaria, para que cumplan fielmente sus deberes patrióticos, sus deberes revolucionarios. ¡Patria Libre O Morir! Nota final ante el asesinato de David Tejada Al redactarse el anterior mensaje, no estaba claro el final que había tenido el estudiante David Tejada, militante del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, y presidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho de la Universidad Centroamericana, UCA. A la hora de imprimir este mensaje, es cosa confirmada que el profesor José María Zelaya, secretario de Anastasio Somoza D., insultó a David Tejada. Después de esto, David fue sometido a bárbaras torturas y asesinado por el mayor GN Oscar Morales, ayudante y amigo íntimo de Anastasio Somoza D. No satisfechos los verdugos con este infame asesinato, arrojaron el cadáver de David a las fauces humeantes del volcán Santiago. No hay duda de que los estudiantes participaron del pesar que cubrió a todo el pueblo de Nicaragua con motivo del asesinato de David. Pero es necesario decir que fue un pesar contemplativo, que no se manifestó en acciones concretas de repudio al régimen y a los esbirros que le sirven. De manera que al asesinato de Silvio Mayorga, Danilo Rosales, Otto Casco, Casimiro Sotelo y demás compañeros martirizados, se ha venido a sumar el escalofriante asesinato de David Tejada. Mientras tanto, en el movimiento estudiantil se ha prolongado esa actitud contemplativa, de cruzamiento de brazos, de no lanzar siquiera una piedra como demostración de repugnancia hacia el abominable sistema político, económico y social que priva en Nicaragua. La actitud del movimiento estudiantil ante el asesinato de David Tejada viene a confirmar aún más la razón de las críticas que se plantean en nuestro mensaje. 52

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El pueblo de Nicaragua -estudiantes, campesinos, obreros y demás personas honestas- sabrá ponerse en pie de combate para forjar la revolución. En nuestra crítica no hay una sola brizna de derrotismo, de incredulidad en la definitiva victoria del pueblo. Nuestra crítica es constructiva y esto es necesario para encontrar el camino de la lucha victoriosa. En realidad, durante muchos años padecimos las llagas políticas que apuntamos, y ni siquiera sabíamos que las padecíamos. Menos todavía que buscáramos y encontráramos la medicina para darle un rumbo victorioso a la lucha. Ahora que comenzamos a tener conciencia de los errores y de los defectos será más posible tener mayores aciertos en el trabajo revolucionario. En el curso de los años recientes se han inmolado los camaradas de combate que con íntima emoción hemos mencionado en el mensaje que publicamos ahora. Estos compañeros han sido dignos del tiempo en que nos toca vivir y palpitar. Es la época del Vietnam indomable, del sublime Che Guevara. Los mártires de Nicaragua caen teniendo fe en que el pueblo de Nicaragua estudiantes, campesinos, obreros y demás personas honestas- sabrá levantarse en rebeldía contra el sistema imperante. Y el pueblo de Nicaragua sabrá ser fiel a la fe y esperanza de sus mártires y héroes inmortales. Concluimos esta nota reproduciendo un párrafo del documento que publicó el FSLN ante el asesinato de David: "El cuerpo martirizado de David Tejada yace en las entrañas del volcán Santiago. Las tumbas de todos los mártires nicaragüenses deben también convertirse en volcanes, volcanes que lanzarán el fuego que reducirá a cenizas el crimen, el latrocinio, el pillaje. Volcanes que lanzarán la luz que iluminará el advenimiento del ansiado nuevo día pictórico de justicia".

YANQUI JOHNSON: GO HOME Carlos Fonseca Amador Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN Algún lugar de Nicaragua 5 de julio de 1968 Yanqui Johnson: En Nicaragua nació y luchó Augusto César Sandino. Yanqui Johnson: En Nicaragua nació y luchó Pedro Altamirano. Go home Johnson chacal de Vietnam. Go home amo de Somoza, la Guardia Nacional, Agüero y Chamorro. Go home Johnson amo de Somoza y demás títeres de Centroamérica. Hermanos nicaragüenses: 53

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Lyndon B. Johnson, cabecilla del imperio del dólar, que sume en la miseria y el dolor a muchísimos pueblos de África, Asia y América Latina, pondrá en los próximos días sus ensangrentadas plantas en Nicaragua y demás países de Centroamérica. Tanto Johnson como sus títeres se proponen multiplicar el saqueo y tortura de los pueblos de Centroamérica. Rasgo principal de la grave crisis económica que abarca a Centroamérica en la llamada integración económica. Tal integración no es otra cosa que el dominio por parte de los tiburones de Wall Street de la economía de Centroamérica. El pueblo de Nicaragua y los demás pueblos de Centro América saben por cruel experiencia que la inversión yanqui en nuestra economía no conduce al progreso sino a la miseria y el dolor. Eso lo saben bien los obreros agrícolas de las plantaciones bananeras de la United Fruit Company. Eso lo saben bien los trabajadores mineros de las explotaciones en Nicaragua de la Gold Mining Company. Malditos sean todos estos monstruos cuya mayor delicia es despojar al trabajador del producto de su honrado sudor. El machete de Augusto César Sandino y Pedro Altamirano se alzará de nuevo sobre las cabezas de los monstruos que torturan al pueblo humillado. Que los grandes explotadores no clamen clemencia cuando el pueblo se tome venganza y se haga justicia. A Nicaragua y Centro América le cabe la gloria de ser precursora en la historia universal de la batalla contra el imperio yanqui. Ya en 1854, hace 114 años, un barco de guerra de Estados Unidos bombardeó y redujo a cenizas el puerto nicaragüense de San Juan del Norte. Un poco después, en 1855, millares de filibusteros yanquis encabezados por William Walker intervienen en Nicaragua. Entre las fechorías de Walker se cuenta haber decretado la esclavitud para los nicaragüenses. Nicaragua con respaldo de Centroamérica opuso heroica resistencia. Posteriormente, se han ido sucediendo toda un larga serie de acciones agresivas por parte de Estados Unidos contra Nicaragua, frente a las cuales los patriotas nicaragüenses se han levantado en armas. En la lucha de hoy, Centroamérica sabrá ser digna de la gloria de ayer. Hoy que Johnson se atreve a hundir más su hocico en Nicaragua y toda Centroamérica, el sector capitalista de la oposición encabezado por los políticos conservadores, Pedro Joaquín Chamorro y Fernando Agüero, le dirige súplicas serviles. Ahora vemos con mayor claridad que Somoza, Chamorro y Agüero son zorros del mismo piñal capitalista y neocolonial. A su vez los falsos revolucionarios que hojean los libros revolucionarios sin realizar las acciones correspondientes, forman parte de la recua cómplice de la tragedia que sufre la nación. Fácil es apoyar una causa justa cuya victoria está a las puertas. Más no es ese el instante que vive en la actualidad Nicaragua, Centroamérica y América Latina. La nueva jornada ha de ser prolongada y apenas estamos en los comienzos. Son 54

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terribles las vicisitudes que nos tiene reservadas la lucha en el porvenir. Sin embargo, nunca como en las primeras batallas por la liberación, cuando la victoria final está lejísima, es más honroso ponerse en pie de guerra. Sepa el yanqui Johnson que los patriotas revolucionarios de América Latina han sostenido ya la más difícil de las batallas, cual es la primera batalla. Gloria eterna a nuestros héroes caídos en esta primera batalla. Gloria eterna al comandante Ernesto Che Guevara, al sacerdote Camilo Torres, a Luis Augusto Turcios, Fabricio Ojeda, Luis de la Puente Uceda. Gloria eterna a los militantes de nuestra organización, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, caídos en la primera batalla: Roberto Amaya, René Carrión, Otto Casco, Rigoberto Cruz, Fermín Díaz, Selim Shible, Ernesto Fernández, Oscar Flores, Silvio Mayorga, Hugo Medina, Elías Moncada, Francisco Moreno, Edmundo Pérez, Danilo Rosales, Casimiro Sotelo, David Tejada, Carlos Tinoco, Francisco Buitrago, Mauricio Córdoba, Modesto Duarte, Jorge Navarro, Faustino Ruiz, Boanerges Santamaría e Iván Sánchez. Sepa Johnson que el imperio del dólar se quiebra bajo los golpes de los pueblos que se atreven a combatir y cuya cúspide es el indómito Vietnam. ¡Patria Libre o Morir!

JURAMOS COBRAR IMPLACABLE VENGANZA POR LA SANGRE DE JULIO BUITRAGO, MARCO RIVERA, ANÍBAL CASTILLO Y ALESIO BLANDÓN Carlos Fonseca Amador Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN 15 de agosto de 1969 Hermanos nicaragüenses: La tarde del 15 de julio, en la ciudad de Managua, durante varias horas, un puñado de patriotas se enfrentó con sencillas armas guerrilleras, contra centenares de esbirros de la Guardia Nacional, GN, apoyados éstos además por tanques y aviones. El enemigo sufrió una cantidad de bajas considerablemente superiores a las que oficialmente ha admitido. Raras veces se dio en la historia tanto heroísmo desafiando semejante superioridad material. Cierto número de patriotas, con el valeroso apoyo del pueblo de los barrios "Delicias del Volga" y "Santo Domingo", combatiendo, escapó de la brutal agresión. En tales combates ofrendaron heroicamente sus generosas vidas, Julio Buitrago, miembro de la dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, y los militantes, Marco Rivera, Aníbal Castrillo y Alesio Blandón. En honor a los altísimos méritos de estos patriotas, la dirección del FSLN decide otorgarle póstumamente nuestra máxima condecoración: Héroe Sandinista. 55

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El empleo por parte de la Guardia Nacional, GN, de una monstruosa superioridad material, sólo demuestra que es terrible el pánico de los enemigos del pueblo de Nicaragua. Nuestros camaradas ya habían expirado y todavía el enemigo temblaba de pánico. No es por otra razón que la Guardia Nacional, GN, se negó a entregar los cadáveres de nuestros héroes. Los abominables verdugos pretenden siempre un funeral de soledad para los héroes inmolados. Es el funeral que pretendieron con Augusto César Sandino y Ernesto Che Guevara. ¡Vano empeño del cobarde enemigo! Porque el pueblo todo de Nicaragua obreros, campesinos, estudiantes y demás personas honestas- se propone ofrecer a los héroes caídos el más digno homenaje, como es cobrar implacable venganza a los verdugos y llevar a la victoria el ideal de liberación nacional y de emancipación social. El pueblo entero se propone desafiar victoriosamente la muerte, las torturas y las prisiones, que como jamás, pesan en estos momentos sobre Nicaragua, tanto en la ciudad como en el campo. Entre estas personas asesinadas se encuentran Manuel Herrera y René Barrantes, dos estudiantes ametrallados participando en un acto de pacífica solidaridad. Estos legendarios combates fueron sostenidos en vísperas del décimo aniversario del 23 de julio de 1959, fecha en que la juventud de Nicaragua fue martirizada por el fuego criminal de la Guardia Nacional, GN. Ese 23 de julio, confirmó una vez más el angustioso martirio del pueblo y de la juventud de Nicaragua. Diez años después ha acontecido el 15 de julio, cuando ha quedado confirmado que este pueblo mártir, que esta juventud mártir, resolvió ser pueblo héroe, juventud héroe, enfrentando al fuego de los infames verdugos, el fuego de la revolución popular. Los verdugos del pueblo cuentan con gran material, bien sabemos que la planta venenosa de la Loma de Tiscapa, tiene su raíz en el Pentágono yanqui de Washington. Sabemos que el enemigo dispone de medios técnicos que hasta le permiten explorar y conquistar la luna. Mas los revolucionarios abrigamos la convicción de que aun si el imperio yanqui fuese capaz de conquistar muchas estrellas del firmamento, no podrá nunca conquistar la más luminosa de cuantas estrellas fulguran en el universo: el corazón de todos los pueblos de la tierra dispuestos a combatir contra el imperio del dólar en aras de la libertad. Centro de esta estrella libertaria es el indomable pedazo de tierra que se llama Vietnam. Por mucho que lo pretenda disimular el sector capitalista (conservador), de la oposición, se ha hecho notoria su ubicación en la misma trinchera de los verdugos. El falso opositor Pedro J. Chamorro, con motivo de los combates del 15 de julio, ha hablado de "represión espectacular y tremenda". Es decir, que no condena el crimen, sino la forma de cometer el crimen. El cinismo y la hipocresía de Pedro J. Chamorro son compartidos por los falsos defensores del pueblo, como Fernando Agüero, Ramiro Sacasa, Francisco Laínez Matamoros. Se ha llegado al extremo de absolver de sus horrendos crímenes a la Guardia Nacional, GN. Es evidente que los politiqueros traman un siniestro engaño al pueblo. ¡Alerta pueblo! El Nerón de Tiscapa Anastasio Somoza Debayle, no debe ser sustituido por un nuevo Nerón. Después de Nerón Somoza, la Revolución Popular Sandinista. Tal es la aspiración del movimiento 56

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guerrillero nicaragüense que en repetidas jornadas ha empuñado el fusil inspirado por el ideal justiciero de Carlos Marx, Augusto César Sandino y Ernesto Che Guevara, ideal de liberación nacional y socialismo, ideal de soberanía, tierra y trabajo, ideal de justicia y libertad. Pero el pueblo nicaragüense, cerrando sus oídos a las viles calumnias que propala el enemigo contra los guerrilleros, debe multiplicar las acciones combativas. La victoria es posible, pero no es fácil. El camino guerrillero es largo y áspero, muy largo, muy áspero. Combates tras combates son precisos para establecer el poder sandinista popular. Implacable venganza clama la sangre de Julio Buitrago, Marco Rivera, Aníbal Castrillo, Alesio Blandón. ¡¡Juramos cobrar implacable venganza!! ¡Patria Libre o Morir!

NICARAGUA HORA CERO Escrito a finales de 1969 y editado clandestinamente en mimeógrafo. Se transcribe de la edición de la Secretaría Nacional de Propaganda y Educación Política del FSLN. Managua, 1980, 38 pp. Carlos Fonseca Amador Situación económica El pueblo de Nicaragua sufre el sojuzgamiento de una camarilla reaccionaria impuesta por el imperialismo yanqui prácticamente desde 1932, año en que Anastasio Somoza G., fue designado jefe director de la llamada Guardia Nacional (GN), cargo que en las anteriores ocasiones había sido ocupado por oficiales yanquis. Esa camarilla ha reducido a Nicaragua a la condición de una neocolonia, a la cual explotan los monopolios yanquis y la clase capitalista del país. La crisis económica que ha venido sufriendo el país se ha agudizado actualmente. En los años inmediatamente anteriores a 1966 la economía nacional creció a una tasa anual del ocho por ciento. En cambio, en los años de 1966 y 1967, descendió a 3.1 y 4.6, respectivamente. La producción del algodón, que desde el año 1950 había venido logrando un cierto crecimiento, en el futuro es poco lo que podrá aumentar. Por una parte, se presenta una saturación del mercado capitalista exterior abastecido por la producción nacional, y por otra, surge la competencia de la fibra artificial. De hecho la cosecha correspondiente a la siembra del año 1968 ha sufrido un serio descenso en los precios ofrecidos por el mercado capitalista exterior. Esto último ha inducido al gobierno del país 57

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a establecer relaciones comerciales con algunos países socialistas, en los cuales será colocada una parte de la cosecha de algodón. Este cultivo comprende el veintiséis por ciento de la tierra sembrada en Nicaragua. En cuanto al café, que es el segundo producto de exportación, existe ya una superproducción, que no puede ser colocada en el mercado capitalista. Respecto al azúcar, fuentes oficiales afirman que es improbable que el ritmo de expansión de dicho producto pueda detenerse en el futuro inmediato. La explotación de minerales como el oro y el cobre, que se encuentra directamente en manos de inversionistas extranjeros, paga al fisco sumas ridículas por concepto de impuestos. Paralelamente ha continuado en aumento la entrega de las riquezas nacionales a los monopolios yanquis. En 1967, por ejemplo, fue puesta en vigor una ley que convierte a la compañía yanqui Magnavox, compañía especializada en la explotación de bosques, en amo absoluto sobre un millón de hectáreas del territorio nacional. Al mismo tiempo, la camarilla gobernante maneja los fondos de los bancos estatales como si fueran fondos personales, mientras los vicios y el contrabando alcanzan dimensiones superlativas. La familia Somoza, que al asumir el poder disponía de recursos económicos muy limitados, ha obtenido un vasto feudo, cuyos dominios rebasan las fronteras de Nicaragua y se extienden a los demás países de Centroamérica. En Nicaragua prevalece, además, una injusta distribución de la tierra. Informes estadísticos correspondientes al año 1952 señalan que unos pocos propietarios controlan el cincuenta y cinco por ciento de la superficie total de las fincas particulares. Nicaragua ofrece condiciones excepcionales para el desarrollo de la ganadería. Sin embargo, ha descendido el consumo de productos derivados del ganado y el aumento de las exportaciones, en buena medida ha dependido de la venta al exterior de hembras que hubieran contribuido al aumento de la cantidad de animales. Las ventajas que ofrecen a los grupos exportadores el cultivo de productos para el mercado extremo, y en este caso la siembra del algodón, ha provocado que el cultivo de los productos alimenticios se efectúe en las peores tierras, lo que al mismo tiempo ha obligado a la importación para atender este importante renglón. Nicaragua está entre los países que han resultado más perjudicados por la llamada integración económica centroamericana. Es sabido que tal integración no ha sido más que un plan para multiplicar el sometimiento económico de Centroamérica a los monopolios yanquis. Este escandaloso hecho ha alcanzado tal magnitud que voceros del propio régimen nicaragüense se han visto en el compromiso de declarar públicamente que las industrias establecidas como resultado de la integración no favorecen el desarrollo económico nacional. En Nicaragua, al igual que en los demás países de Centroamérica, no existe producción de petróleo. Sin embargo, se ha afirmado que si existieran posibilidades de explotar el petróleo en Centroamérica, los monopolios yanquis 58

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tienen interés en ocultarlo con el objeto de mantenerlo como reserva en caso de que se establecieran gobiernos revolucionarios en países donde actualmente saquean el petróleo. Aunque el sector capitalista gubernamental representa la parte dominante dentro del conjunto de la clase capitalista del país, debe señalarse que en la explotación del pueblo de Nicaragua también interviene el sector capitalista que se denomina á sí mismo opositor. Muchas veces gobernantes y "opositores" explotan conjuntamente importantes renglones de la economía nacional, como en los casos del azúcar, la leche, la prensa, la banca, las licoreras, etcétera. El sistema económico que refleja los puntos que se han señalado hace víctimas de la explotación y la opresión a las restantes clases que componen el pueblo de Nicaragua. La pésima alimentación de las clases trabajadoras ha provocado numerosas muertes por hambre. En 1964 se supo que centenares de campesinos de la comarca El Tempis que, en el departamento de Matagalpa, habían perecido a consecuencia del hambre. En diversas comarcas del norte del país es muy frecuente el padecimiento de bocio. En la comarca de Malacaguas se han presentado casos de demencia colectiva, provocados por la pésima alimentación; ceguera nocturna, originada por deficiencias de vitamina A y de proteínas, se padece en comarcas del municipio de Darío. Hace pocos años el resultado de los exámenes realizados en una escuela ubicada en Las Jinotepes, comarca situada cerca de la capital del país, indicó que la totalidad de los doscientos alumnos padecían tuberculosis. Solamente el 1.1 % de la población nicaragüense ha cursado la escuela primaria. Un cincuenta por ciento de la población no ha aprobado ningún grado de enseñanza. La proporción de alumnos que abandonan la escuela en el primer grado o repiten cursos es elevadísima (setenta y tres por ciento). Asciende a sólo un veintiuno por ciento la proporción de la población estudiantil procedente del sector de la sociedad con niveles de ingreso inferior o igual al promedio del país. De doscientos mil jóvenes de catorce a diecinueve años de edad apenas llegan a veinte mil los que realizan estudios de bachillerato, educación comercial, vocacional y agrícola. La mortalidad infantil alcanza niveles pavorosos en Nicaragua. Más del cincuenta por ciento de las defunciones que ocurren en el país corresponde a personas menores de catorce años. De cada mil niños que nacen, mueren ciento dos. De cada diez muertos, seis se deben a enfermedades infecciosas, es decir, enfermedades curables. El coeficiente de reacciones positivas de malaria comprobado en recientes investigaciones oficiales es 9.28%, mientras que en Costa Rica es de 0.96% y en Panamá de 4.98%. Nicaragua, víctima durante más de un siglo de la agresión yanqui Para comprender la situación política actual de Nicaragua, es necesario tener en cuenta determinados rasgos que se han manifestado a través de la historia 59

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nacional. Nicaragua es un país que ha sufrido a lo largo de más de cuatro siglos la agresión y opresión extranjeras. Nicaragua afrontó junto con el resto de países de América Latina el dominio de la península ibérica. También sufrió en una región del territorio situado en la costa del Atlántico la dominación británica, que se prolongó ciento cincuenta años, hasta 1893. Nicaragua al mismo tiempo se cuenta entre las primeras víctimas de la política agresiva de Estados Unidos. Poco después de ser proclamada por el gobierno de Estados Unidos la llamada doctrina Monroe en 1823, Nicaragua fue escogida como blanco de la rapacidad yanqui. En la década del 30 del siglo pasado, representantes del gobierno de Washington recorrieron Nicaragua con el propósito de obtener información para preparar los planes de intromisión en el país. A continuación se enumera una parte de los actos agresivos yanquis que ha padecido Nicaragua: 1850 Los gobiernos de Inglaterra y Estados Unidos suscriben el llamado tratado Clayton-Bulwer, por medio del cual dichas potencias, sin tomar en cuenta al gobierno de Nicaragua, deciden arbitrariamente compartir el derecho a construir una vía interoceánica en Nicaragua. 1854 En el mes de junio de ese año un barco de guerra de Estados Unidos, capitaneado por un marino de apellido Hollins, bombardea y reduce a cenizas el puerto nicaragüense de San Juan del Norte. 1855 Varios millares de filibusteros norteamericanos, encabezados por William Walker, intervienen en Nicaragua. Walker se proclama presidente de Nicaragua y es reconocido como tal por el gobierno yanqui de Franklin Pierce. Entre otras salvajes medidas decreta la esclavitud. El pueblo de Nicaragua, con el respaldo de los demás pueblos de Centroamérica, empuña las armas y logra expulsar a los intervencionistas. 1870 El titular de Relaciones Exteriores del gobierno de Nicaragua, doctor Tomás Ayón, dirige patrióticas notas al representante del gobierno de Estados Unidos, en las cuales protesta contra la intromisión de ese país en los asuntos internos de Nicaragua y exige la reparación de los daños materiales causados por el bombardeo de 1854, así como el cumplimiento de compromisos fiscales del millonario inversionista Cornelius Vanderbilt. 1893 Lewis Hanke, representante del gobierno de Estados Unidos, fracasa al pretender mediar a favor del sector reaccionario, contra el cual se produce una resuelta rebelión popular. 1907 Naves de guerra del gobierno de Estados Unidos ocupan las aguas del Golfo de Fonseca. 1909 El gobierno de Nicaragua, de orientación nacionalista, fusila a dos norteamericanos, de apellidos Cannon y Groce, respectivamente, culpables de 60

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participar en acciones armadas contra el gobierno de Nicaragua. El gobierno de Estados Unidos, por intermedio del secretario de estado de Estados Unidos, dirige una nota, conocida con el nombre de "Nota Knox", al gobierno de Nicaragua, en la cual declara abiertamente el derecho de intervenir en los asuntos internos de Nicaragua. 1910 Barcos de guerra de Estados Unidos intervienen a favor de los conservadores que se rebelan contra el gobierno de Nicaragua. En esa forma Estados Unidos impone un gobierno entreguista en Nicaragua. 1912 El país es ocupado por millares de infantes de marina de Estados Unidos. Se prolonga durante varios meses la resistencia armada contra la ocupación yanqui, al final de la cual muere con las armas en la mano el jefe patriota Benjamín Zeledón. 1914 Emiliano Chamorro, embajador del gobierno conservador en Estados Unidos, suscribe con Bryan, secretario de estado de Estados Unidos, el oprobioso tratado canalero conocido con el nombre de Chamorro-Bryan. 1927 José María Moncada, representante de la burguesía liberal y jefe militar del ejército popular que se ha enfrentado al gobierno impuesto por la intervención norteamericana, perpetra una traición y entra en arreglos con el representante del Departamento de Estado, Henry L. Stimpson, quien años más tarde llegó a ocupar la secretaría de guerra en el gobierno de Truman. Durante su permanencia en ese cargo, se produce el bárbaro bombardeo atómico sobre Hiroshima y Nagasaki. Augusto César Sandino, jefe de una columna del Ejército Popular, desconoce los arreglos de Moncada y se alza en armas contra la ocupación norteamericana y los traidores que la apoyan. El Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, encabezado por Sandino, sostiene más de quinientos encuentros contra las fuerzas de ocupación. A los ocupantes yanquis les resulta imposible derrotar militarmente a los patriotas de Nicaragua, pero antes de abandonar el país a comienzos del año 1933, dejan organizada la fuerza reaccionaria denominada Guardia Nacional. 1934 El 21 de febrero de ese año. Augusto César Sandino cae asesinado. Anastasio Somoza G., jefe director de la Guardia Nacional, ordena la ejecución de este crimen después de recibir instrucciones del embajador yanqui Arthur Bliss Lane. El asesinato se produce en los días en que Augusto César Sandino y sus compañeros se preparaban para combatir contra el rumbo antipopular que llevaba el país. A fin de disipar las afirmaciones calumniosas en el sentido de que no le interesaba la paz, y tras recibir garantías de que su vida sería respetada, Sandino había decidido participar en conversaciones. 1936 Somoza derroca al presidente constitucional del país con la aprobación del gobierno de Estados Unidos. 1947 Somoza derroca al presidente constitucional del país contando nuevamente con la aprobación del gobierno de Estados Unidos.

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1960 La flota norteamericana que surca el Mar Caribe es movilizada para proteger a los gobiernos de Guatemala y Nicaragua, que enfrentan un creciente descontento popular. Nicaragua: base de agresión yanqui Junto con el saqueo de las riquezas nacionales, el imperialismo estadounidense se ha propuesto disponer a su antojo de la posición geográfica de Nicaragua y utilizar el país como base de agresión contra varios pueblos de América Latina. Se encuentra en vigencia el tratado canalero Chamorro-Bryan, que prácticamente convierte a Estados Unidos en dueño de Nicaragua. Tal tratado autoriza al gobierno de Washington a construir bases militares en Nicaragua y le otorga también el derecho de construir un canal interoceánico a través del país. A continuación se señalan distintos hechos que demuestran cómo Nicaragua desempeña el papel de base de agresiones imperialistas contra otros pueblos de América Latina y especialmente contra los países de la cuenca del Mar Caribe. 1948 El gobierno de Somoza interviene con su fuerza armada en el territorio de Costa Rica, donde se desarrolla una contienda armada que culmina en la persecución del movimiento obrero de ese país. 1954 El gobierno de Somoza apoya a los mercenarios de Guatemala que se lanzan contra el gobierno democrático de Jacobo Arbenz. 1955 El gobierno de Somoza interviene militarmente en Costa Rica. 1961 De Puerto Cabezas, Nicaragua, parte la invasión mercenaria que es derrotada en Playa Girón por la Cuba revolucionaria. 1965 Tropas de la Guardia Nacional forman parte de las fuerzas extranjeras que encabezadas por los infantes de marina de Estados Unidos, ocupan el territorio de la República Dominicana. En el mismo año de 1965, mercenarios contrarrevolucionarios que son capturados en Cuba declaran que han desembarcado procedentes de campos de entrenamiento ubicados en territorio nicaragüense. 1966 René Schick, presidente nominal de Nicaragua, en viaje por Estados Unidos declara que el territorio de Nicaragua puede servir de base a fuerzas destinadas a agredir militarmente a Cuba. 1967 Anastasio Somoza Debayle da a conocer su decisión de enviar miembros de la Guardia Nacional a participar en la agresión a Vietnam. 1968 Se afirma que agentes de Somoza toman parte en el derrocamiento del gobierno de Arnulfo Arias, quien a pesar de su entreguismo, aparentemente no dio satisfacción a todas las exigencias del gobierno estadounidense. 62

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Tradición de rebeldía Un rasgo notable en la historia de Nicaragua, en particular en la etapa que se inicia con la independencia de la dominación española en 1821, es el empleo de la violencia en el relevo de las distintas fuerzas políticas, representantes de las clases explotadoras, que se han disputado la hegemonía del poder. Los cambios pacíficos entre los distintos bandos de las clases dominantes, un tanto frecuentes en otros países de América Latina, en Nicaragua no han tenido lugar. Esa experiencia tradicional predispone al pueblo de Nicaragua contra las farsas electorales y a favor de la lucha armada. No hay duda, pues, que el pueblo de Nicaragua cuenta con una rica tradición de rebeldía. Es cierto que muchas veces el pueblo de Nicaragua ha tomado las armas para combatir determinada forma de opresión, en movimientos encabezados por individuos, que por ningún concepto podían conducir a un cambio revolucionario progresivo. Lo anterior representa otro rasgo del pueblo nicaragüense en el curso de su historia. Este rasgo se refiere a la falta de una profunda conciencia revolucionaria. El oscurantismo ideológico heredado de la época colonial ha continuado pesando decisivamente para impedir que el pueblo marche con plena conciencia a los combates por el cambio social. Es indiscutible que el pueblo de Nicaragua a lo largo de su historia ha sostenido numerosas batallas en que ha dado muestras de coraje. Pero ha marchado a esas luchas más bien por instinto que por conciencia. Quizás resulte oportuno repetir en el caso de Nicaragua las mismas palabras que Marx escribió en relación con España. Al respecto, Marx apuntó que el pueblo español había sido tradicionalmente un pueblo rebelde, pero no un pueblo revolucionario. Las condiciones nacionales e internacionales que prevalecen en la hora actual permiten que hoy sea posible que por lo menos un sector del pueblo de Nicaragua inicie la lucha armada, consciente de que se trata, no de lograr simplemente un cambio de hombres en el poder, sino un cambio de sistema, el derrocamiento de las clases explotadoras y la victoria de las clases explotadas. Origen y prolongación del régimen actual No es posible analizar las condiciones que han permitido a la camarilla gobernante mantenerse en el poder durante más de tres décadas, sin detenerse a estudiar la situación del país al instalarse este régimen, así como la situación que se ha ido desarrollando a lo largo de más de treinta años.. Desde 1926 hasta 1936 el pueblo de Nicaragua vivió uno de los períodos más intensos de su historia. Más de 20’000 muertos produjo la lucha armada, mediante la cual el pueblo buscó un cambio. Fue una lucha que se inició contra el gobierno conservador impuesto por los norteamericanos, pasó por la resistencia sandinista y concluyó con el golpe militar de Anastasio Somoza a Juan B. Sacasa. 63

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La lucha se desarrolló sin existir un proletariado industrial. La incipiente burguesía traicionó al pueblo nicaragüense y se entregó a la intervención yanqui. La burguesía no pudo ser relevada de inmediato de la vanguardia de la lucha popular por un proletariado revolucionario. La resistencia sandinista, que se convirtió en la heroica vanguardia del pueblo, presentaba una composición casi absolutamente campesina y precisamente en este detalle reside la gloria y la tragedia de aquel movimiento revolucionario. Fue una gloria para el pueblo de Nicaragua que la clase más humilde respondiera por el mancillado honor de la patria y al mismo tiempo fue una tragedia porque se trataba de un campesinado sin nivel político alguno. Además, hubo jefes de importantes columnas guerrilleras que no conocían una letra. Esto condujo a que una vez asesinado Sandino su movimiento no pudiera tener continuidad. La prolongada lucha armada, que finalizó en traición y frustración, provocó un agotamiento de la fuerza popular. El sector encabezado por Anastasio Somoza logró la hegemonía sobre el Partido Liberal tradicional mientras la oposición al gobierno de Somoza pasaba a ser dominada por el Partido Conservador tradicional, fuerza política reaccionaria profundamente debilitada debido a que en los años 30 estaba fresca en la memoria del pueblo la entrega, por parte de ese partido, a los intervencionistas yanquis. Un factor importante que contribuyó también seriamente a interrumpir la lucha antiimperialista fue la situación que se originó al estallar la Segunda Guerra Mundial, la cual concentró el foco de la reacción mundial en Europa y Asia. El imperialismo yanqui, enemigo tradicional del pueblo de Nicaragua, se convirtió en un aliado del frente mundial antifascista. La falta de una dirección revolucionaria en Nicaragua impidió que esta realidad fuera interpretada correctamente, y Somoza se aprovechó de la situación para consolidar el dominio de su camarilla. Surgimiento del viejo sector marxista Durante largos años, la influencia del sector marxista en la oposición al régimen de Somoza fue extremadamente débil. La oposición antisomocista estuvo bajo la hegemonía casi total del sector conservador, fuerza política representante de los intereses de un sector de la clase capitalista. Una de las causas que contribuyó a la debilidad del sector marxista se originó en las condiciones en que fue constituido el Partido Socialista Nicaragüense (organización comunista tradicional de Nicaragua). Esa organización nació en junio de 1944, cuando aún no había concluido la Segunda Guerra Mundial y en una época en que estaba en pleno vigor la tesis de Earl Browder, secretario del Partido Comunista de Estados Unidos, quien propugnó la conciliación con la clase capitalista y con el imperialismo norteamericano en América Latina. En aquellos años, el movimiento obrero nicaragüense estaba integrado básicamente por artesanos y esto fue una base para incurrir en desviaciones antiobreras. Paralelamente, la dirección misma del Partido Socialista era de origen artesanal y no de raíces proletarias, como demagógicamente se afirma en 64

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el Partido Socialista Nicaragüense. Se trataba de una dirección que padecía de un bajísimo nivel ideológico. Durante muchos años, en Nicaragua el intelectual revolucionario fue una rara excepción. Los intelectuales radicales y librepensadores de los años de la intervención armada de Estados Unidos, que como clase representaban a la burguesía que terminó claudicando, no pudieron ser relevados por intelectuales identificados con la clase obrera, en virtud de las razones expuestas anteriormente. En consecuencia, en Nicaragua el movimiento intelectual pasó a ser el monopolio de un elemento católico, que durante un período llegó incluso a identificarse abiertamente con el fascismo. De ese modo, permaneció cerrada para el movimiento revolucionario la puerta del pensamiento. El Partido Socialista Nicaragüense nació en un mitin cuyo objetivo era proclamar el apoyo al gobierno de Somoza. Esto aconteció el 3 de julio de 1944 en el gimnasio de Managua y para ser rigurosamente objetivos es necesario explicar este gravísimo error, no como producto de la simple mala fe de los dirigentes, sino tomando en cuenta los factores que lo propiciaron. La dirección marxista no guardo la debida serenidad ante la hegemonía que el sector conservador tenía sobre el movimiento antisomocista; no supo distinguir entre la justeza de la oposición antisomocista y las maniobras del sector conservador. Una vez que Somoza utilizó a su favor al sector pseudomarxista, desató una persecución contra el movimiento obrero que, debido a las condiciones de comodidad en que había nacido, no supo defenderse con la firmeza propia de los revolucionarios. Paralelamente a lo anterior, el sector capitalista de la oposición (Partido Conservador, sector liberal opositor) practicaba todo tipo de componendas con el régimen somocista. Papel de la lucha y victorias revolucionarias del pueblo de Cuba El período que va desde el asesinato de Sandino, en 1934, hasta el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, tuvo como característica principal la interrupción de la tradicional lucha armada como táctica sistemática para combatir al régimen imperante. Otra característica principal fue el dominio casi total que el sector conservador ejerció sobre la oposición antisomocista. Tal situación, que se prolongó durante veinticinco años, fue la que precedió a la nueva etapa originada con la lucha armada del pueblo cubano y su victoriosa revolución. En ese largo período pacifiquero hubo escasas excepciones, pero casi siempre se trató de golpes de mano encabezados por el sector conservador, a espaldas y contra el pueblo. En abril de 1954 se frustró un golpe armado, que si bien estaba bajo la hegemonía conservadora, contó con elementos que tenían inclinación revolucionaria. La actitud de estos elementos revolucionarios, así como la acción del patriota Rigoberto López Pérez, quien dio su vida al ajusticiar el 21 de 65

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septiembre de 1956 a Anastasio Somoza G., deben juzgarse como hechos precursores de la etapa insurreccional que se desarrolló pocos años después. La rebelión del pueblo cubano influyó aún antes de culminar victoriosamente. Así se ve que ya, en octubre de 1958, se produjo la acción guerrillera en que pereció su jefe, el veterano sandinista Ramón Raudales. Posteriormente se fue registrando toda una serie de acciones armadas contra el gobierno reaccionario de Nicaragua, entre las cuales figuran las siguientes: En las montañas de Jalapa, Ramón Raudales, en octubre de 1958; "El Chaparral", en junio de 1959; en Estelí, Manuel Díaz y Sotelo, en agosto de 1959; en las montañas de Matagalpa, Carlos Haslam, en la segunda mitad de 1959; en Yumale, Heriberto Reyes, en diciembre de 1959; Las Trojes y El Dorado, en los primeros meses de 1960; Orosí, frontera sur, en la segunda mitad de 1959; en Río San Juan, frontera sur, Luis Morales, en enero de 1960; Río Poteca, frontera norte, enero de 1961; Río Bijao, noviembre de 1962; Río Coco y Río Bocay, en el año de 1963; choque de campesinos con autoridades locales en 1965, en la comarca Uluse, Matagalpa; acciones económicas contra bancos en el año de 1966; acciones en Managua, el 22 de enero de 1967; incursiones en Pancasán, en 1966 y 1967; acción económica bancaria en Managua y ciertos ajusticiamientos en algunos sitios del campo, en 1963; combate con la Guardia Nacional en Yaosca, Matagalpa, en febrero de 1969. En algunas oportunidades, especialmente en los primeros meses de la nueva etapa, en la dirección de estas acciones influyeron elementos ligados a los partidos capitalistas tradicionales. Pero por lo general estos intentos han revelado de manera creciente la decisión del sector revolucionario de empuñar las armas para lograr la liberación del país. El período de gestación de la lucha armada revolucionaria actual se ha prolongado casi diez años y esta prolongación se explica claramente por las características que se han expresado sobre el movimiento revolucionario. Surgimiento de la organización armada revolucionaria Especialmente en los primeros años de la nueva etapa, la dirección revolucionaria se vio precisada a tomar las armas contando con jefes que muchas veces carecían de la convicción política adecuada para dirigir la lucha por la liberación nacional. Al desarrollarse el proceso, tales jefes han sido relevados por compañeros que poseen una convicción profunda y una decisión inquebrantable para defender al pueblo con las armas en la mano. Otro hecho muy sobresaliente en los primeros tiempos de la nueva etapa fue la falta de una adecuada organización revolucionaria vinculada a las grandes masas populares y en especial a las masas campesinas. En cuanto a la composición de lo que podríamos llamar grupos revolucionarios, deben señalarse que eran de extracción artesanal y obrera con un bajísimo nivel político e ideológico. En ese tiempo eran una excepción los militantes revolucionarios de procedencia estudiantil universitaria. En distintas acciones 66

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caían estudiantes, pero cada grupo en sí carecía del conjunto adecuado que pudiera llevarlo a constituir parte muy importante en la asimilación de las experiencias que se adquirían. Los grupos revolucionarios carecían de cuadros idóneos para resolver los difíciles problemas que la situación planteaba. Un aspecto digno de tomarse en cuenta en relación con el trabajo que se ha desarrollado en el curso de la última década es que no se ha sabido combinar el trabajo conspirativo con el trabajo entre las masas populares. Por lo general solamente se le ha dado importancia al trabajo conspirativo, aunque después del fracaso del Río Bocay, en 1963, y del Río Coco, entre 1964 y 1966, se incurrió en el error de interrumpir el trabajo insurreccional para prestar atención al trabajo entre las masas. Debe señalarse que durante algún tiempo, más exactamente desde 1962 hacia atrás, las distintas acciones armadas obedecían cada una a un grupo distinto. Es decir, que reflejaban la plena anarquía que padecía el sector revolucionario insurreccional. El Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, marcó la superación de ese problema, ya que dotó a tal sector de su instrumento político y militar. Desde 1959 hasta 1962, entre los componentes del FSLN se mantuvo la ilusión de que era posible lograr un cambio en la línea pacifiquera de la dirección del Partido Socialista Nicaragüense. Es en el año de 1962 en que prácticamente se disipa tal ilusión al constituirse el Frente Sandinista, una agrupación independiente, aunque durante algún tiempo más se mantendrá la idea de que era posible llegar a determinada unidad con la dirección del Partido Socialista, cosa que la realidad se ha encargado de refutar. El movimiento que culminó en Río Coco y Río Bocay fue la primera acción preparada por un grupo revolucionario más o menos homogéneo. Este primer intento fue como un tanteo del sector revolucionario. Esta primera derrota empujó a una posición que revistió ribetes reformistas. Es cierto que no se renunciaba a la lucha armada y continuaba la convicción de que esta forma de lucha era la que iba a decidir el desenlace de la revolución nicaragüense. Pero la realidad fue que se interrumpió por algún tiempo el trabajo práctico para continuar la preparación de la lucha armada. Es cierto también que después de la derrota de 1963 nuestro movimiento resultó seriamente quebrantado, pero no se supo encontrar la manera adecuada de superar la crisis interna que se presentó. Un factor que sin duda influyó en la desviación fue que nuestra derrota armada coincidió con un descenso en el movimiento antisomocista de Nicaragua. En 1963, se interrumpió el ascenso político que se había iniciado con la lucha y victoria del pueblo de Cuba. La base del descenso consistió en que la camarilla somocista realizó con éxito la maniobra de celebrar en febrero de 1963 una farsa electoral para imponer al monigote René Schick. De todas maneras, aunque se presentara ese descenso en la situación general, la dirección del FSLN no comprendió debidamente que esto no significaba más que un fenómeno parcial, ya que en lo fundamental el rumbo del movimiento revolucionario era de progreso y de tránsito hacia la maduración. 67

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Era correcto que en ese período se pasara a un trabajo de recuperación de la organización insurreccional y a acumular nuevas fuerzas para reanudar la lucha armada, pero naturalmente esta meta exigía una continuación ininterrumpida de una serie de tareas de tipo insurreccional: acumulación de recursos materiales, adiestramiento de combatientes, realización de ciertos golpes armados propios de la fase estratégica defensiva, etcétera. Esta desviación en la táctica se expresó también en la ideología que adoptaba el Frente Sandinista. Aunque se levantaba una bandera antiimperialista y de emancipación de las clases explotadas, se vaciló en presentar una ideología claramente Marxista Leninista. A esta vacilación contribuyó la actitud que el sector Marxista Leninista tradicional había sostenido habitualmente en la lucha popular nicaragüense. Como ha quedado referido, tal sector en la práctica le ha hecho abiertamente el juego a la camarilla somocista. Tal factor, unido al atraso ideológico que había prevalecido en el sector revolucionario del país, condujo a vacilar en la adopción de una ideología que en el plano nacional estaba vinculada a la componenda. Puede decirse que hizo falta perspicacia para entender en esos momentos que bastaba únicamente que transcurriera cierto tiempo para que la juventud y el pueblo de Nicaragua comenzaran a distinguir entre los falsos marxistas y los verdaderos marxistas. Por consiguiente, en los años 1964 y 1965, se puso prácticamente todo el acento en el trabajo abierto que incluía el trabajo legal entre las masas. Se realizaron tareas clandestinas sobre todo en el campo, pero el acento principal del trabajo en el curso de ese tiempo fue legal. La realidad demostró que el trabajo legal realizado de esa manera no sirvió para acumular fuerzas y que fue mínimo el progreso que se realizó. No puede ocultarse tampoco que ese trabajo legal a través del hoy desaparecido grupo Movilización Republicana, del movimiento estudiantil y del movimiento campesino, adoleció de falta de disciplina, audacia y organización. También debe llegarse a la conclusión de que el trabajo revolucionario (ya sea público,' legal o clandestino), no puede ser impulsado aceleradamente si se carece de una fuerza armada revolucionaria. La carencia de esta fuerza es la que determinó la extremada limitación del trabajo legal realizado en los años 1964 y 1965. Nuestra experiencia demuestra que la fuerza armada revolucionaria (urbana y rural) es el motor del movimiento revolucionario de Nicaragua. La lucha armada es la única que puede inspirar al combatiente revolucionario en Nicaragua a cumplir las tareas que la dirección revolucionaria decida, ya sean armadas o de otra calidad revolucionaria. En el paréntesis entre los años 1964 y 1965 se desarrolló un importante contacto con el sector campesino. En comarcas situadas en rumbos opuestos de la región norte del país se establecieron permanentemente compañeros de extracción urbana y se realizaron viajes para conocer de cerca problemas campesinos y organizar en el campo la lucha revolucionaria. Debe decirse, sin embargo, que no se aprovechó en toda su dimensión el amplio contacto que se estableció con los campesinos. En el campo se celebraron algunas reuniones campesinas de 68

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masas, se enviaron algunas delegaciones campesinas a la ciudad a denunciar los problemas del campo y los campesinos se mantuvieron en algunas tierras desafiando la violencia de los latifundistas. Sin embargo, no se mantuvo el ritmo acelerado de la movilización campesina. El contacto se conservó sobre determinados puntos y no se extendió a otros lugares en los cuales los campesinos padecen terribles condiciones de vida y de trabajo. Además, si las pocas marchas campesinas sobre las ciudades se hubieran organizado con métodos más audaces, habría participado un número mucho mayor de campesinos, al tiempo que se pondría en acción a un número más amplio de lugares. En varios lugares se prolongó por demasiado tiempo el contacto individual con ciertos campesinos sin proceder a la movilización de la masa campesina. Las invasiones de tierra por los campesinos que habían sido despojados casi no se realizaron. En el desprecio de las posibilidades que se presentaron jugó un papel decisivo la falta de cuadros dirigentes dotados del desarrollo adecuado y la decisión necesaria para organizar la lucha de las masas populares. Careciendo de campamentos guerrilleros se tomaba imposible impartir adiestramiento a los cuadros para organizar la lucha de los diversos sectores del pueblo nicaragüense. El movimiento armado de Pancasán En el curso del año 1966 se dan pasos prácticos para reanudar la acción armada. Ese año el Frente Sandinista tiene conciencia de la desviación en que había incurrido a raíz de los golpes de 1963 y procede a la preparación de la base guerrillera de Pancasán. Aunque esta preparación constituyó un progreso en cuanto a labor organizativa en comparación con el movimiento armado del FSLN en 1963, respecto a táctica política y militar no representó un progreso serio. Fue un notable progreso de organización porque no fue ya la habitual preparación del movimiento armado en un país vecino, en el cual se presenta la circunstancia de la lejanía de la observación del enemigo principal, sino que fue la preparación de un movimiento armado en montañas situadas en el propio centro del país. Una causa importantísima que impidió el éxito del movimiento de Pancasán fue el método equivocado que se siguió para hacer participar en la lucha al sector campesino. La forma que se utilizó fue la de reclutar un número de campesinos para que formaran parte de la columna regular. Es decir, que estos campesinos fueron mezclados en su totalidad con los combatientes obreros y estudiantes, o sea los combatientes de procedencia urbana. Los militantes de procedencia urbana generalmente poseían una conciencia revolucionaria más elevada que la del conjunto de campesinos, que se desmoralizaban ante las primeras dificultades con que nos tropezamos: escasez de abastecimientos, ciertas marchas lentas y los primeros rumores de presencia de soldados enemigos por los caminos vecinos. Esto obligó a la Dirección a dar 69

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de baja a la mayoría de los campesinos, aunque hubo honrosas excepciones de campesinos que se negaron firmemente a aceptar la baja y que son un ejemplo de las posibilidades combativas de este sector. Por otro lado, no se encontró la forma de hacer participar, en la primera etapa de la guerra revolucionaria que se preparaba, a los campesinos de comarcas situadas a algunas jornadas de distancia y con los cuales previamente se había establecido contacto organizándolos en la lucha por la tierra y por otras reivindicaciones. Algunos de los campesinos que llegaron a formar parte temporalmente de la guerrilla habían sido trasladados desde sus comarcas hacia los campamentos. Cuando ya era un hecho la interrupción del movimiento guerrillero en Pancasán, se ha venido a saber que algunos de los campesinos que desertaron de la guerrilla, una vez que llegaron a sus comarcas, tomaron parte en asaltos armados a comisariatos o establecimientos comerciales rurales, lo mismo que en el ajusticiamiento de algunos conocidos delatores. Esto indica que algunos de los campesinos que se desmoralizaron, en buena medida sufrieron esa crisis porque no estaban organizados de la manera más apropiada, que probablemente hubiera sido la de una guerrilla irregular en lugar de una guerrilla regular. La experiencia conduce a reflexionar acerca de la posibilidad de organizar paralelamente la guerrilla irregular al lado de la guerrilla regular. No omitimos señalar que la importancia del trabajo entre los campesinos, podemos medirla mejor actualmente gracias a nuestra propia experiencia, y no sólo apoyamos en la que suministran otros movimientos guerrilleros de América Latina. Otro aspecto que debe ponerse de relieve es el que se refiere a la insuficiente cantidad de cuadros para atender todas las tareas que exigía la preparación del trabajo, no solamente en la ciudad y el campo sino aún fuera del país. La dirección del Frente Sandinista toleró por demasiado tiempo el sectarismo que impidió promover la cantidad suficiente de nuevos cuadros, procedentes del sector obrero desarrollado políticamente y del sector universitario. Se deseaba alcanzar con desesperación metas excesivamente grandes, sin que se aprovechara siempre cada día para la realización de tareas adecuadas. No se vinculó el trabajo insurreccional a la lucha popular general, especialmente a la lucha campesina, estudiantil, obrera. Estuvo bien que el Frente pusiera el acento principal en el trabajo insurreccional, pero fue un error abandonar otras formas revolucionarias de lucha. La táctica sectaria pesó demasiado y fue la que decidió la marcha del trabajo en el curso de la preparación del movimiento de la montaña. El elemento que contribuyó a frenar la iniciativa que hubiera servido para resolver muchos problemas fue el resabio individualista que en muchas ocasiones manifestaron los compañeros de la dirección, en distintas ocasiones se mezclaron problemas individuales con problemas políticos. Esto llevaba decididamente, quizás, a quitarle debida seriedad a determinadas iniciativas. En cuanto a la promoción de cuadros para atender las diversas tareas constituyó un error confiar en que podían trabajar entre las masas, por ejemplo entre las 70

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masas estudiantiles, compañeros que no habían experimentado las privaciones de la vida guerrillera. En nuestra organización desde hace varios años hay conciencia del lastre que lleva encima el movimiento revolucionario de Nicaragua, como resultado de la actitud de los partidos capitalistas, que durante muchos años se arrogaron la dirección de la oposición antisomocista. Sin embargo, a la hora de establecer la guerrilla en la montaña, no se reflexionó debidamente en que las tareas que exigía la ciudad no podían ser atendidas por militantes que, dadas las condiciones del momento, no contaban con la firmeza y la disciplina necesarias. En vista de esto, los compañeros que estaban al frente del trabajo de la resistencia urbana contaron con la colaboración práctica de un reducidísimo número de militantes. La situación de la resistencia urbana se agudizó con la actitud sectaria del elemento que tenía esta responsabilidad. El trabajo organizado de masas (estudiantil, campesino, obrero) se paralizó. Por un lado, se carecía de la cantidad de cuadros necesarios para atender tal trabajo, por otro, se menospreciaba la importancia que esta actividad podía desempeñar en el curso del desarrollo de la lucha armada. Esta debilidad provocó que cuando se registrara la caída de compañeros en la montaña y en la ciudad, no surgiera una consecuente solidaridad por parte de todos los miembros del Frente. En la ciudad se plantearon acciones violentas únicamente de tipo individual y no se trazó una política tendente al empleo de la violencia con la participación de las masas populares en la ciudad, cosa que es posible principalmente en Managua, capital del país, que cuenta con más de trescientos mil habitantes. En las condiciones de Nicaragua, al igual que en la generalidad de países de América Latina, el centro de la acción de la guerra revolucionaria tiene que ser el campo. Sin embargo, también posee particular importancia el papel que debe desempeñar la ciudad, ya que en la primera etapa de la guerra, la ciudad tiene que suministrar al campo los cuadros más desarrollados, a fin de que dirijan la organización del destacamento político y militar. Por lo general, los elementos revolucionarios procedentes de la ciudad tienen mayor facilidad para desarrollarse en la primera etapa. Tales elementos comprenden el sector revolucionario de los obreros, estudiantes y cierta capa de la pequeña burguesía. Hay que prestar atención a los hábitos que los partidos capitalistas y sus acólitos, a través de su política electorera, han impuesto a la masa popular. Estos partidos han condicionado a amplios sectores del pueblo para que participen en el bullicio electorero. Esta circunstancia debe tenerse en cuenta para entender cabalmente la razón por la cual muchos sectores del pueblo, a pesar de simpatizar con la lucha armada revolucionaria, no pueden demostrar con acciones tal simpatía. Esto lleva a considerar la necesidad de adiestrar debidamente a un amplio número de personas del pueblo para que se encuentren en capacidad material de apoyar la lucha armada. Buscar al pueblo no es suficiente, hace falta adiestrarlo para que participe en la guerra revolucionaria. Algunas tareas actuales 71

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Desde hace algunos meses se ha restablecido el trabajo en el campo. El FSLN está desarrollando paralelamente el trabajo de tipo político y el trabajo de tipo militar, que tienen como objetivo la reorganización de la lucha guerrillera. En el campo ya se encuentra en marcha un estudio de los problemas campesinos y esta investigación ha requerido que los militantes permanezcan varias semanas en las zonas rurales. En este trabajo político participan militantes de procedencia urbana (obreros y estudiantes). Se ha dicho que la montaña (la base guerrillera) proletariza y estamos de acuerdo con este enunciado, pero puede agregarse, de acuerdo con lo que enseña nuestra experiencia, que el campo, el contacto político con los campesinos, también proletariza. El militante urbano en contacto con el campo en general, incluidas las zonas donde no está organizada una base guerrillera, vive la miseria que padecen los campesinos y palpa sus deseos de lucha. Un fenómeno que se registra después del movimiento de Pancasán es la multiplicación en el país, de la autoridad política del Frente Sandinista de Liberación Nacional sobre amplios sectores de las masas populares. Hoy el Frente Sandinista puede reclamar, y la obtiene, una cooperación de la población mucho mayor que en el pasado. Incluso debe decirse que si no se cuenta con una cooperación mayor de la que en la práctica se recibe es debido a que faltan cuadros adecuados para reclamar este tipo de ayuda y también porque los cuadros activos actualmente no se movilizan con la debida sistematización. Simultáneamente, se están encontrando nuevos métodos para que en las condiciones de clandestinidad en que actuamos (en un país pequeño con ciudades pequeñas) logremos la colaboración práctica de nuevos sectores del pueblo. Esto nos ha de conducir a no depender exclusivamente de los viejos militantes y colaboradores (estos últimos en una gran proporción "teñidos"). Por otra parte, se ha restablecido la organización de escuadras preparadas para actuar en la ciudad y se han realizado acciones de recuperación. Estamos actualmente en plan de realizar acciones en concordancia con el período de restablecimiento que aún atravesamos. El Frente Sandinista de Liberación Nacional considera que en la actualidad y durante un cierto tiempo se atravesará en Nicaragua por una etapa en que una fuerza política radical va adquiriendo su fisonomía. Por consiguiente, en el momento actual se hace necesario que planteemos con gran énfasis que nuestro magno objetivo es la revolución socialista, una revolución que se propone derrotar al imperialismo yanqui, a sus agentes locales, a los falsos opositores y a los falsos revolucionarios. Esta propaganda, con el respaldo consecuente de la acción armada, permitirá al Frente ganarse el apoyo de un sector de las masas populares que sea consciente de toda la profundidad de la lucha que realizamos. La fuerza que representan los partidos capitalistas por la influencia que todavía ejercen en la oposición, es necesario que se tenga en cuenta para trazar la estrategia del movimiento revolucionario. Hay que estar alerta contra el peligro de que la insurrección revolucionaria sirva de escalera a la fuerza reaccionaria de oposición al régimen somocista. La meta del movimiento revolucionario es 72

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doble. Por un lado, derrocar a la camarilla criminal y traidora que durante largos años usurpa el poder y, por otro, impedir que la fuerza capitalista de la oposición, de probada sumisión al imperialismo yanqui, aproveche la situación que desencadena la lucha guerrillera, y atrape el control del poder. En la tarea de salirles al paso a las fuerzas capitalistas traidoras ha de desempeñar un papel singular una fuerza revolucionaria, política y militar con arraigo en un amplio sector del pueblo. Tal arraigo depende de la capacidad que se tenga para extirpar de ese sector la influencia liberal y conservadora. De acuerdo con la actitud que asuma el conjunto del pueblo ante los viejos partidos que hoy tienen una dirección capitalista, determinaremos la política a seguir más adelante respecto a esos partidos. En cuanto a la situación del Partido Socialista Nicaragüense, puede afirmarse que los cambios que ha habido en la dirección de esa organización política son únicamente de forma. La antigua dirección se hace ilusiones respecto al sector conservador y clama por la construcción de un frente político en que estos contumaces agentes del imperialismo ocupen su lugar. La llamada nueva dirección justifica actualmente haber patrocinado la farsa electoral de 1967 apoyando la candidatura pseudo-opositora del político conservador Fernando Agüero. Igual que la vieja dirección, la llamada "nueva dirección" no cesa de hablar de lucha armada, mientras en la práctica concentra sus energías en el trabajo leguleyesco. Los planteamientos anteriores no están en contradicción con la posibilidad de desarrollar cierta unidad del sector antisomocista en general. Pero se trata de una unidad por la base, con los sectores más honestos de las diversas tendencias antisomocistas. Esto se posibilita aún más en razón del aumento del prestigio del Frente Sandinista de Liberación Nacional y del creciente desprestigio que se suma al fraccionamiento de la dirección de los partidos capitalistas y similares. El Frente Sandinista de Liberación Nacional comprende todo lo duro que es el camino guerrillero. Pero no está dispuesto a retroceder. Sabemos que nos enfrentamos a una sanguinaria fuerza armada reaccionaria como la Guardia Nacional, la feroz GN, que conserva intactas las prácticas de crueldad que le inculcaron sus creadores, los infantes de marina de Estados Unidos. Bombardeos de aldeas, degollamientos de niños, violación de mujeres, incendio de chozas con campesinos en su interior, la mutilación como tortura, esas fueron las asignaturas que los profesores norteamericanos de civilización impartieron a la GN en el período de la resistencia guerrillera (1927-1932) que encabezó Augusto César Sandino. La frustración que siguió al período de la resistencia sandinista no ha de repetirse hoy. Ahora los tiempos son otros. Los días actuales no son como aquellos en que Sandino y sus hermanos guerrilleros se batían solitarios contra el imperio yanqui. Hoy los revolucionarios de todos los países sojuzgados se lanzan o se preparan para librar la batalla contra el imperio del dólar. Cúspide de esa batalla es el indómito Vietnam, que con su ejemplo de heroísmo rechaza la agresión de las ‘bestias rubias’.

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El ejemplo combativo de nuestros hermanos caídos nos lleva hacia adelante. Es el ejemplo de Casimiro Sotelo, Danilo Rosales, Jorge Navarro, Francisco Buitrago, Silvio Mayorga, Otto Casco, Modesto Duarte, Roberto Amaya, Edmundo Pérez, Hugo Medina, René Camón, Rigoberto Cruz (Pablo Úbeda), Fermín Díaz, Selim Shible, Ernesto Fernández, Oscar Flores, Felipe Gaitán, Fausto García, Elias Moncada, Francisco Moreno, Carlos Reyna, David Tejada, Carlos Tinoco, Francisco Córdoba, Faustino Ruiz, Boanerges Santamaría, Iván Sánchez. Cumpliremos fielmente nuestro juramento: "Ante la imagen de Augusto César Sandino y Ernesto Che Guevara, ante el recuerdo de los héroes y mártires de Nicaragua, América Latina y la Humanidad entera, ante la historia. Pongo mi mano sobre la bandera roja y negra que significa 'Patria Libre o Morir', y juro defender con las armas en la mano el decoro nacional y combatir por la redención de los oprimidos y explotados de Nicaragua y del mundo. Si cumplo este juramento, la liberación de Nicaragua y de todos los pueblos será un premio; si traiciono este juramento, la muerte oprobiosa y la ignominia serán mi castigo".

MENSAJE AL PUEBLO DE NICARAGUA Escrito y difundido mediante volante en los últimos días de Octubre de 1970, después de haber sido liberado de la cárcel en Costa Rica; tomado del diario Barricada, Managua, 12 de Noviembre, 1980. Texto cotejado con transmisión radial del mismo, leído por Carlos Fonseca. Carlos Fonseca Amador Hermanos nicaragüenses: Junto con mis compañeros Humberto Ortega y Rufo Marín, nicaragüenses ambos, y el costarricense Plutarco Hernández, todos miembros del Frente Sandinista, hemos sido rescatados de la prisión mediante la acción armada de una unidad internacionalista de combate. En la acción, que como es sabido, estuvo encabezada por el estudiante nicaragüense Carlos Agüero, entre los combatientes de diversa nacionalidad participaron varios revolucionarios de nacionalidad costarricense. En nombre de todos, va dirigido el presente mensaje. Al romper las rejas de la prisión nos encontramos en condiciones de retornar a la trinchera guerrillera a fin de combatir contra la oprobiosa tiranía que padece el pueblo de Nicaragua. Al señalar el éxito de la acción de rescate, debemos destacar el relevante papel que le corresponde a la campaña internacional de 74

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solidaridad que se desarrollo desde diversos países durante el tiempo que se prolongo la prisión exigiendo nuestra libertad. Debemos mencionar los mensajes que enviaron el filósofo Jean Paul Sartre y otros intelectuales franceses, así como el escritor peruano Esteban Pavletich y diversas organizaciones populares del Perú. Asimismo, desplegaron una intensa actividad el movimiento estudiantil y popular de Nicaragua. Para todos, nuestra gratitud. No podemos dejar de expresar nuestro reconocimiento a los amplios sectores del pueblo de Costa Rica que, mostrándonos generosa comprensión, se negaron rotundamente a secundar los planes de la extrema derecha tendiente a provocar una hostilidad que impidiera el transito del vehículo que nos condujo del recinto de la prisión hacia el aeropuerto. Los días que permanecemos en el exterior los aprovechamos conociendo las experiencias revolucionarias de otros pueblos, lo cual ha de contribuir a que atendamos de mejor manera las tareas del Frente Sandinista. En estos días también promovemos la solidaridad con los demás pueblos hacia el combate guerrillero nicaragüense. Conscientes somos que atrás quedo definitivamente aquella época en que los patriotas nicaragüenses del siglo pasado y de las primeras décadas del siglo XX tuvieron que rebelarse en la soledad y el aislamiento. Dolorosos, muy dolorosos son los sacrificios que los sandinistas ofrendan en la nueva gesta guerrillera que se alza en el suelo nicaragüense, pero esta a la vista que estos sacrificios no son en vano y ya se mecen las primeras espigas. Inspirados por el heroísmo de los sandinistas son crecientes los sectores populares que desafiando el terror de la Guardia Nacional se alzan en reclamo de los derechos pisoteados, prueba de lo anterior es el firme reclamo de todos los maestros del país exigiendo mejores condiciones de trabajo, así como la solución del problema de la educación que sufre el país. El Frente Sandinista, a la cabeza de las masas populares de Nicaragua, se sacrifica no para alcanzar una mezquina migaja para el pueblo, sino para lograr una radical transformación social y nacional; no solamente estamos contra los cuarenta años de tiranía libero-conservador somocista, nuestra aspiración es más profunda, estamos contra cuatro siglos y medio de agresiones extranjeras, de las cuales más de un siglo corresponden a agresiones yanquis. Recordemos que en 1848 se registra el primer tratado entre los gobiernos de Nicaragua con los Estados Unidos lesionando los intereses de Nicaragua, y en 1854 y 1855 se registran las primeras agresiones armadas de Estados Unidos contra Nicaragua. Desde entonces hasta hoy, se repite sin interrupción una larga serie de actos agresivos de todo orden. Con toda razón el Frente Sandinista incluye en su programa el reclamo de indemnización a los Estados Unidos por todos los daños materiales ocasionados a Nicaragua a lo largo de más de un siglo. Contra las clases explotadoras, contra las incesantes agresiones yanquis, el pueblo de Nicaragua se ha alzado múltiples veces, paralelamente, a lo largo del pasado histórico se han repetido las frustraciones y las traiciones. Ante el desarrollo de la nueva gesta guerrillera, los traidores de siempre, los enemigos de siempre del pueblo, preparan una traición mas, una frustración mas, pero en esta hora de rebeldía luminosa que vive Nicaragua, los traidores 75

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serán definitivamente vencidos; en esta hora las masas populares de Nicaragua con sus propios instrumentos político-guerrilleros, el Frente Sandinista. Esta es la respuesta a la imposición de los Partidos Liberal y Conservador, instrumentos de la oligarquía vende-patria de Nicaragua. Sean cuales sean las diferencias entre los nicaragüenses, cada uno tiene lugar en las filas del Frente Sandinista; tal característica es compatible con la posición de vanguardia del sector que se identifica con la clase obrera y la clase campesina y que se guía en la acción con la filosofía del socialismo científico. Es fundamental en el Frente Sandinista la unidad entre los verdaderos revolucionarios y los verdaderos cristianos, es la unidad que forjaron fusil en mano de la América oprimida, el Comandante Ernesto Che Guevara y el sacerdote Camilo Torres. Todo esto justifica nuestro llamamiento a formar por los diversos rumbos del campo, la montaña y la ciudad nicaragüense, distintos Comités Sandinistas Clandestinos capaces de ponerse al frente de la lucha social político-guerrillera. En cada barrio, fábrica, centro de estudio, oficina, templo, debe formarse un Comité Sandinista Clandestino. En cada comarca rural, hacienda, centro minero, debe formarse un Comité Sandinista Clandestino. La nueva gesta guerrillera que florece en Nicaragua parte desde 1958 bajo la inspiración del heroico combate que sostuvieron en las sierras y llanos de Cuba los guerrilleros encabezados por Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, por consiguiente podemos proclamar con orgullo que fue Nicaragua la tierra que primero que nadie siguió el generoso ejemplo de la heroica Cuba. En Octubre de 1958 pues, combate en Nicaragua la guerrilla encabezada por un veterano sandinista, el patriarcal Ramón Raudales, quien ofrenda su vida combatiendo valerosamente. Año tras año, desde 1958, se han venido repitiendo acciones guerrilleras en la ciudad y la montaña hasta ascender hoy a más de un centenar. He aquí los nombres de algunos de los sitios en que se han producido estas acciones. Boer, El Rosario, El Redentor, La Hermita, Posoltega, Waslala, Zinica, Las Delicias, Centroamerica, Yaosca, Buenos Aires, Santo Domingo, Rota, Yucul, Pancasán, Kirraguas, Bluff, Ayaspal, Bocaycito, Rio Coco, Raiti, San Esquipulas, Bijao Sur, Rio San Juan, Poteca, El Dorado, Yamale, Chachagon, Pueblo Nuevo, El Chaparral, Yaule, Quilalí, Las Bayas. Forjar un instrumento revolucionario, consolidar bases guerrilleras, tenía que ser un proceso particularmente duro en Nicaragua, entre 1934, año de la ‘crucifixión’ de Augusto Cesar Sandino, y mediados de 1958, la lucha popular de Nicaragua sufrió un atrofiamiento del que debía ser necesariamente difícil salir. Ese atrofiamiento lo provoco la imposición yanqui, la componenda entre los partidos de la oligarquía liberal y conservadora, el oscurantismo ideológico, la ferocidad de la Guardia Nacional. Es necesario recordar los más recientes casos de la bestialidad de la Guardia Nacional. Descubierta la casa en que se ocultaba el sandinista Julio Buitrago en la ciudad de Managua, la Guardia Nacional lanza más de 200 hombres armados apoyados con tanques y aviones, Julio Buitrago se niega a rendirse y resiste durante dos horas hasta disparar el último cartucho, hasta que es reducida a escombros la casa atacada. Eso sucedió el 15 de Julio de 1969. El mismo día se produce un ataque parecido contra tres compañeros que son descubiertos en una casa ubicada en el Barrio Santo Domingo de Managua. Un ataque de similares proporciones es lanzado contra la casa en que se oculta el joven poeta Leonel Rugama y dos compañeros mas, el 15 de Enero de 1970 en el Barrio el Redentor de Managua, y el 3 de Abril de 1970 solamente faltan los 76

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tanques para que se produzca un ataque idéntico contra la guerrillera Luisa Amanda Espinoza y el obrero Enrique Lorente en La Ermita en la ciudad de León. Recordemos el asesinato del sandinista David Tejada, triturado a culatazos hasta saltarle los ojos por el mayor Oscar Morales, ayudante del Jefe de Gobierno Anastasio Somoza hijo, siendo arrojado el cadáver al cráter del Volcán Santiago. Recordemos las decenas de campesinos asesinados en las montañas del Norte de Nicaragua, inclusive arrojándolos por los aires desde helicópteros. Recordemos los tormentos a que son sometidos los campesinos en los campos de concentración de la montaña, así como los prisioneros en las mazmorras de la ciudad, sin excluir las violaciones a las jóvenes universitarias militantes. Es la Guardia Nacional creada a su imagen y semejanza por los agresores yanquis. Esa es la Guardia Nacional sin las excelsas virtudes que le pretenden encontrar los aristocráticos príncipes herederos libero-conservadores que encabezan la pseudo-oposición, perversos demagogos a quienes algún día el pueblo de Nicaragua llamara a cuentas. Este mensaje lo dirigimos a todos los nicaragüenses, tanto a los que padecen dentro del territorio nicaragüense, como a los que integran la Nicaragua errante, que peregrinan por los caminos de América y aun del mundo. La amargura de dejar la tierra natal, tornada inhóspita por la opresión, es rasgo esencial en el drama nicaragüense. Me dirijo a los trabajadores nicaragüenses que laboran en las plantaciones de Centroamérica de la United Fruit Company, a los que laboran en las explotaciones petroleras de los países del Caribe. Me dirijo a los nicaragüenses que laboran en las fabricas de las urbes de la guarida yanqui, a los que estudian en las universidades de distintos países, donde quiera que esté el nicaragüense puede cumplir con el deber de forjar un destino libre para la patria. Si es motivo de tristeza saber que por siglos nuestra tierra nicaragüense sufre opresión inhóspita, debe ser motivo de alegría continuar el porfiado combate de las sucesivas generaciones populares que nos han precedido. Nicaragüenses errantes, caminemos hacia el combate Hemos hablado atrás de la agresión yanqui de 1855, la encabezo el filibustero William Walker. Nicaragua con el respaldo de Centroamérica creyó haber vencido a Walker, es lo cierto que posteriormente se produjeron nuevas agresiones yanquis y si bien el pueblo de Nicaragua resistió de nuevo, como en la colosal rebelión guerrillera que encabezo Augusto Cesar Sandino, he aquí que ha quedado en vigencia el decreto implantando la esclavitud que emitió el yanqui William Walker a raíz de la agresión de 1855. Es esclavo el campesino de Jinotega, que por su trabajo diario recibe muchas veces solamente maíz con sal; el niño del campo de Matagalpa que por hambre se le hincha el rostro; el colector de algodón en Chinandega con su salud, su vida expuesta por el uso irracional que hace el latifundista del insecticida; es esclavo el campesino despojado en Pueblo Nuevo Sur; el habitante del caluroso Acahualinca que traga agua con excremento; el minero de la Costa Atlántica cuyos pulmones son arrebatados por la Gold Mining Company; es esclava la prostituta explotada por el comandante militar mas próximo al burdel; es esclavo el campesino de las comarcas de Ciudad Darío que no puede contemplar las estrellas a causa de la ceguera nocturna provocada por la deficiencia de 77

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proteínas; el estudiante que no puede continuar preparándose porque carece de recursos económicos; el obrero despedido de la fábrica porque oso decir una palabra en son de queja por el pésimo salario; el sacerdote justo amenazado por el obispo; el raterillo que sufre prisión mientras los millonarios malversadores controlan el aparato gubernamental. Y al imperialismo y a sus lacayos no les basta convertir a la fecunda tierra nicaragüense en infierno del pueblo, sino que la convierten en base de agresión contra Cuba, el pueblo hermano que quebró el yugo para siempre. Solamente con el fuego guerrillero podremos romper las cadenas de esclavos, solamente con el fuego guerrillero haremos de Nicaragua el lecho de un pueblo libre y el hermano leal de los demás pueblos. ¡Patria Libre o Morir!

ANÁLISIS DE LA CARTA TESTAMENTO DE RIGOBERTO LÓPEZ PÉREZ Separata especial de la revista "Casa de las Américas", La Habana, 1972. Carlos Fonseca Amador 28 de Junio de 1972 1 ¿Quién es Rigoberto López Pérez? Es un nicaragüense. ¿Quién es el nicaragüense Rigoberto López Pérez? Es el héroe y poeta de veintiséis años que dio su vida para ajusticiar en 1956, al sicario que a sueldo de la embajada norteamericana, crucifico a Augusto Cesar Sandino. Puede considerarse a Rigoberto López Pérez como un desconocido. Sin embargo existen opiniones acerca de él de insignes personalidades políticas: por ejemplo, el señor presidente Dwight Eisenhower, lo llamo "asesino" de un "amigo" de los Estados Unidos. 2 El acto justiciero de Rigoberto no es el resultado de una decisión instantánea en el momento supremo. Se trata de una decisión meditada, vital. En 1955, el tirano hizo un viaje por varios países. Hay referencias de que desde entonces ya Rigoberto tenia resuelto el ajusticiamiento. El 14 de Septiembre de 1956, cumplía un siglo la victoriosa batalla que digno labriegos nicaragüenses, combatiendo incluso con piedras, obtuvieron sobre los filibusteros encabezados por el esclavista William Walker. El tirano tuvo el cinismo de preparar un acto oficial de conmemoración, al que asistió. Rigoberto se acerco al lugar para realizar su decisión, pero la situación operativa no fue propicia. 3 78

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Rigoberto López Pérez ajusticia al tirano frente a la misma banda de facinerosos que lo custodian. Rigoberto, como lo tenía decidido, desafía la muerte y cae. Calificar a una acción de tal calibre, es asunto que ha movido la atención de pensadores en siglos pasados. "Rarísimos" es el termino que acuña para este tipo de atentado el florentino del siglo XVI autor de "El Príncipe". 4 Quizá la carta -verdadero testamento- que días antes de su acción, dirigió a su madre, permita conocer a Rigoberto López Pérez. 5 Veamos el marco político en que se encuadra la acción realizada por el héroe nicaragüense la noche del 21 de Septiembre de 1956. Por aquel tiempo todavía se prolonga sobre la tierra nicaragüense la tiniebla, que durante más de dos décadas cayo a raíz de la conclusión de la resistencia guerrillera y el atroz asesinato de Augusto Cesar Sandino. Aunque bajo esa tiniebla siempre hubo solitarios rebeldes de la estirpe de Rigoberto, que soñaban con una patria libre, lo cierto es que la lucha popular, con la participación de las mismas masas explotadas y oprimidos, llego a sufrir una absoluta atrofia. Entiéndase que no es una inclinación al epíteto declarar que hace falta apelar al sustantivo catástrofe para denominar el drama nicaragüense al perpetrarse aquel crimen. Catástrofe es el termino que define la situación en que es sumida Nicaragua, que en el siglo XX es el país que ha sufrido el mayor número de víctimas en la América Latina, a raíz de las intervenciones armadas norteamericanas. 6 Distintas circunstancias se confabulan para que las ideas marxistas se difundan muy tarde en Nicaragua. El país nunca recibió la inmigración de obreros europeos portadores de las ideas revolucionarias modernas; la clase obrera tomo cuerpo muy lentamente, a causa de la atrasadísima economía ganadera y cafetalera (en 1956 es muy reciente la introducción del único cultivo moderno, el algodón, mientras la caña de azúcar y su procesamiento no ocupan un lugar preponderante en la economía local); la importantísima concentración de trabajadores mineros, gime olvidada en las lejanías de la selva atlántica; a todo esto, agréguese que la discriminación cultural no podía llegar a mayor extremo. Todas las puertas, pues estuvieron cerradas para la penetración de la teoría revolucionaria científica. Las ideas marxistas comienzan por fin a penetrar solamente a consecuencia de la victoria de la Revolución cubana, que asesta una derrota definitiva al imperialismo yanqui y procede a construir la sociedad socialista, hazañas alcanzadas por primera vez en el ámbito latinoamericano. Las dos rebasadas décadas nicaragüenses que sucedieron al 21 de febrero de 1934 ideológicamente están caracterizadas por títulos como Carta de relación de un conquistador del siglo a la majestad primera del imperio, Doña Isabel la Católica, reina perene en el recuerdo, que mereció de los jueces culturales del gobierno de España el premio Francisco Franco. 7 Cercado por las tinieblas, ¿qué destellos guían los pasos de Rigoberto? después de muchos años de estar en el silencio, el tema de Sandino es tratado por primera vez por Alemán Bolaños, un nicaragüense exilado que logra elaborar un libro cuyo merito es la recopilación de algunos documentos del guerrillero. 79

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Aunque al respecto no poseemos por ahora datos concretos, es fácil presumir la avidez con que Rigoberto leyó el libro, para oír la voz de Sandino. ¿Otro destello? "La sangre de los buenos no se derrama en vano", mandato martiano que alzo la generación cubana del centenario de José Martí (es conocidísima la opinión sobre su papel como autor intelectual del asalto al cuartel Moncada) así como otras referencias a Martí, son difundidas en Centroamérica entre 1953 y 1956 a través de la revista cubana Bohemia, independientemente de los fines mercantiles y demagógicos del magnate propietario de dicha revista, e independientemente, incluso de la tergiversación a que se sometía el pensamiento del gran precursor de la teoría interpretativa de los problemas del colonizado. En la caverna centroamericana de esos años, sin ninguna literatura revolucionaria local, las líneas martianas, perdidas en medio de los legajos frívolos, son leídos en la revista cubana por las personas de espíritu inquieto, no pudiendo ser Rigoberto la excepción. Las circunstancias en que se redactan estas notas impiden agotar las indagaciones del caso. ¿Cómo no asociar al héroe nicaragüense con los expedicionarios del Granma? Mientras Rigoberto lanza su rayo fulminante el 21 de Septiembre de 1956, aquellos combatientes encabezados por Fidel Castro y Ernesto Guevara están afanados en la preparación de lo que fue legendaria expedición. 8 Rigoberto es el representante de la huérfana generación nicaragüense que creció inmediatamente después del asesinato de Sandino. Es la crítica situación de la lucha la que lo empuja a su acción. Dice en su testamento: y en vista de que todos los esfuerzos han sido inútiles. Y más adelante: he decidido. 9 Tomando en cuenta las circunstancias generales del momento, puede justificarse, y no solo explicarse, el método de acción adoptado por Rigoberto. En el país no existe ni organización, ni dirección, ni conciencias revolucionarias. Insistimos en decir que está intacta la consecuencia de la catástrofe desatada por más de un siglo de intervenciones armadas norteamericanas. En 1956, la lucidez que da la vergüenza permite a Rigoberto prestarle atención al hecho más notorio: ha sobrevivido por más de veinte años, asesinando, saqueando, traficando la soberanía, Anastasio Somoza. Decimos que Rigoberto es un digno descendiente de Sandino, y de inmediato se pensara que estamos recurriendo a gastadas figuras expresivas. En realidad, lo que hacemos es repetir las mismas palabras con que la inventiva popular nicaragüense identifico en el primer momento al todavía desconocido ajusticiador del tirano. "Fue el hijo de Sandino", es el susurro popular con que se lo identifica. 10 Si se define al guerrillero como el combatiente armado que se enfrenta, disponiendo de una abrumadora inferioridad material, en defensa de la justicia, Rigoberto es un guerrillero. El, con su revólver 38, desafía un poder apoyado en miles de fusiles, ametralladoras, tanques, cañones, aviones y apoyado, en fin, 80

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por el más poderoso imperio capitalista. A partir de la acción de Rigoberto, año tras año, se vienen repitiendo en Nicaragua acciones guerrilleras que pasan del centenar, larga marcha no adecuadamente conocida, tal vez por el confinamiento geográfico del istmo nicaragüense. En la tenaz marcha, entre los gloriosos caídos, mencionemos al poeta Leonel Rugama; en un poema suyo habla de Rigoberto: Rigoberto López Pérez. Jugó hasta las seis de la tarde y cuando se fue limpiando la cara con un pañuelo y las muchachas le hablaron para que continuara jugando el dijo: "tengo que ir a hacer un volado". Solo dos años después de 1956, empuñan de nuevo el fusil guerrillero superviviente veterano del ejército de Sandino, encabezado por el anciano Ramón Raudales, patriarca de blanca barba que cae abatido en su querida montaña segoviana. Y cinco años más tarde de la acción del 21 de septiembre, se integra la fuerza revolucionaria que procede a denominarse Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que conquista con las armas la vanguardia del combate popular de Nicaragua. 11 Rigoberto López Pérez, héroe y poeta, se convierte en gran precursor e iniciador de un movimiento cultural revolucionario que ha proseguido. Así quedan atrás las décadas previas a la acción de 1956, saturadas por una cofradía intelectual de espaldas, e incluso hostil, al pueblo. Es increíble la cuantía del desastre que la catástrofe trajo a la creación espiritual en Nicaragua; baste decir que aunque se ha publicado un copioso número de documentos de Augusto Cesar Sandino, hay indicios de la enorme cantidad de correspondencia inédita que se encuentra dispersa, oculta, desconocida o perdida. Incluso en esto entra el origen de la hoy generalizada incomprensión del aporte positivo del nicaragüense Rubén Darío. Hasta el conocimiento de un contemporáneo como Rigoberto López Pérez se ha encontrado en la línea que estamos describiendo. En suma, se mantiene la validez de la observación de José Martí, quien refiriéndose a los países de Centroamérica, apuntaba: "¿Que es lo que ocurre en esos países misteriosos tan poco conocidos y tan dignos de serlo?" En la subestimación del lugar de Rigoberto en el proceso nicaragüense actual, han entrado también ciertos factores: la concentración en la actividad revolucionaria práctica, que obligo a postergar la tarea ideológica, lo mismo que la necesidad estratégica de educar a la nueva generación en el espíritu de la lucha colectiva. 12 En la carta que escribe a su madre, es evidente que Rigoberto no tiene pretensiones literarias o ideológicas. Es la sencilla carta de un hijo atento. Sin embargo, expresa, breve y portentosamente, el espíritu que lo lleva a dar su vida a la patria. Este testamento, que constituye un auténtico monumento ético, solo se había publicado con motivo de algún modestísimo acto de aniversario. Es incuestionable que prolongar la subestimación de Rigoberto, partiendo de la correcta concepción de que el protagonista fundamental de la historia está 81

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representado por las masas populares, conlleva una estéril posición dogmatica, opuesta a juzgar a los individuos históricos teniendo en cuenta el tiempo y el espacio en que les corresponde actuar. 13 Ya se ha esbozado un trazo de la situación de Nicaragua en 1956. Cabe ahora hacerse la siguiente pregunta: ¿Era más optimista el cuadro general de la América Latina? A esto puede responderse que, si bien en Nicaragua se da el más abyecto neo-colonialismo, por toda la América se extiende, a la vez, el sojuzgamiento reaccionario, y la resistencia popular es incipiente. Castillo Armas, Trujillo, Pérez Jiménez, Magloire, Stroessner, Aramburu, Figueres, Batista, Somoza: tales son los arquetipos de la reacción que pululan por la época, con el agravante de que todavía los pseudodemócratas despiertan ilusiones. 1956. Hace solamente dos años que, en Guatemala, próxima a Nicaragua, los mercenarios del imperio del dólar han echado al suelo una efímera pero real esperanza popular. Así, el flujo revolucionario de la segunda posguerra mundial, expresado en el ensanchamiento del campo socialista y en los golpes del movimiento de liberación nacional en Asia y África, está solo en vísperas de hacer un tardío arribo al Continente de Bolívar y Martí, Túpac Amaru y Sandino. A lo sumo, la América Latina en 1956 está en la víspera de un nuevo tiempo. Precisamente, al tronar la descarga nocturna de Rigoberto, en septiembre de 1956, Fidel Castro y Ernesto Che Guevara, están afanados en los preparativos que desembocaran en la inaugural Sierra Maestra. 14 No sabemos si el Comandante Che Guevara conoció la carta de Rigoberto; solamente sabemos que una columna guerrillera nicaragüense que conto con la solidaridad del Che, la "Columna Rigoberto López Pérez, sufrió en junio de 1959, denominado El Chaparral, un ataque combinado de fuerzas de Nicaragua y Honduras. Nicaragüenses que participaron en la columna citada, recuerdan el mensaje de saludo que les envió el Che, adjunto al cual iba, entre otras cosas, un ejemplar mimeografiado de Guerra de guerrillas, trabajo entonces inédito. 15 Nos proponemos hablar de las palabras que escribió Rigoberto. Cierto incidente reviste de interés mencionar a la persona que le enseño a leer y escribir; resulta que con motivo de la acción de Rigoberto, entre los millares de personas que fueron blanco de la represión, se encontró Quintana, anciano maestro de enseñanza elemental; fue encarcelado por el "delito" de haber enseñado a leer y escribir a Rigoberto. Se recuerda que a pesar del terror, el anciano Maestro Quintana, en su celda, decía de su distinguido exalumno: "Era un buen muchacho". 16 Alguien que cultivo la amistad con la señora Soledad López, madre de Rigoberto, recuerda su sonrisa feliz, al mostrar, en León, el texto de la carta, envuelto amorosamente en papel celofán, luego de trasladarlo desde una casa amiga, en la que lo guardaban secretamente. Así se cumple aquel íntimo deseo de Rigoberto: Si usted 82

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toma las cosas como yo lo deseo le digo que me sentiré feliz. (Antes de seguir adelante, pedimos que se nos excuse por las repeticiones de citas del testamento, en razón del múltiple significado de distintas expresiones contenida en el.) 17 Convencido de que su conducta produce satisfacción al comunicarse con su madre no se propone precisamente consolarla: Si tomas las cosas con serenidad y con la idea absoluta de que he cumplido con mi más alto deber de nicaragüense, le estaré muy agradecido. También le dice: Así es que nada de tristeza. 18 Del texto se desprende que su decisión fue absolutamente libre y voluntaria. Si alguna influencia externa a su persona existió, fue para impedir que actuara: aunque mis compañeros no querían aceptarlo. Temiendo el resultado adverso, las personas más cercanas a él intentan impedirle que actúe. Es obvio que este elemento eleva el merito del héroe. 19 No debe confundirse un acto individual con un acto individualista. No individualista, sino individual, es el acto de Rigoberto, íngrimo, solitario sobre los escombros de la catástrofe neocolonial. Opuesto al individualismo declara: mis compañeros. No es Rigoberto el extraviado rebelde del país que repudia a la facción política de turno para confiar en la facción que solo formalmente esta fuera del poder: Que Nicaragua vuelva a ser (o lo sea por primera vez) una patria libre, sin afrentas y sin manchas. 83

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Hay que subrayar la expresión (o sea por primera vez). Ello tiene para los nicaragüenses una trascendencia revolucionaria extraordinaria. Esa posición, antes de Rigoberto López Pérez, solamente la había asumido un nicaragüense: Augusto Cesar Sandino. Esa actitud de Rigoberto marca la reanudación de la senda de Sandino. Esto se entiende mejor si se recuerda que la política nicaragüense, desde el rompimiento del yugo colonial español, en 1821, había sido sin interrupción monopolio de las dos facciones de la oligarquía: liberales y conservadores. Son conocidos los cuarentaicinco años en que predomina la dinastía Somoza; debe recordarse que en el curso del siglo que precedió a esta última, se impuso el dominio de otras dinastías de la oligarquía. La colosal gesta de los guerrilleros conducidos por Sandino representa la única experiencia en la tradición histórica nacional de repudio frontal a las dos facciones citadas. 21 Llama fuertemente la atención que el mayor antisomocista no haga alusión directa al tirano en su testamento. Él prefiere referirse a la tiranía. En el escenario político nicaragüense, esta forma de hablar tiene una honda profundidad espiritual; ya que sobre el infortunado pueblo de Nicaragua pende entonces, como sigue pendiendo después, la amenaza de un somocismo sin Somoza. Para ello está la reserva de oligarcas pseudo-opositores, tan allegados a la embajada norteamericana o a la Sociedad Interamericana de Prensa. Quizá se diga que solo la discreción conspirativa es que omite la referencia directa al tirano. Esto se desvirtúa al expresar que su acción es: para tratar de lograr que Nicaragua vuelva a ser (o lo sea por primera vez) una patria libre, sin afrentas y sin manchas Y después el principio del fin de esa tiranía 22 El rebelde nicaragüense tampoco es un iluso que sueña que una sola acción bastara para que advenga la victoria. Valga decir que poseía una profunda noción del alargamiento del combate, o de su prolongación como más comúnmente se dice: El tratar de ser Yo el que inicie el principio del fin de esa tiranía. ¿No emerge con estas palabras el guerrillero nicaragüense de 1956 como el contemporáneo de Ernesto Che Guevara? El Che, como esperaba de si Rigoberto, es artífice precisamente de el principio del fin.

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Deja sentado Rigoberto que solamente se propone darle inicio al derribamiento de la tiranía. Da por sobrentendido que a su acción deben seguir repetidas batallas para desembocar en el final definitivo. Pero su realismo llega aun a más. En el habla nicaragüense, "tratar" significa intentar algo que no necesariamente será logrado; de modo que Rigoberto duda incluso de poder alcanzar el inicio referido. Esta humildad en la meta inmediata de su decisión es modelo para el militante revolucionario dedicado al combate largo. De lo que si el está plenamente seguro es de su decisión, y enfáticamente expresa: he decidido. 23 ¿Los redentores de la antigüedad no claman como un sacrificio dar la vida por la humanidad? Por el contrario este redentor del siglo XX, al ascender a la cumbre ética, niega rotundamente que su muerte signifique un sacrificio: Lo mío no ha sido un sacrificio sino un deber que espero haber cumplido. Y mas adelante: Así es que nada de tristeza, que el deber que se cumple con la patria es la mayor satisfacción que debe llevarse un hombre de bien como yo he tratado de serlo. 24 Rigoberto no es un suicida; el no busca la muerte, aunque, claro está, tampoco la rehúye: Si dios quiere que Perezca en mi intento Tales palabras sugieren, fundamentalmente, de su amor a la vida y de ningún modo pueden utilizarse para encasillar a este revolucionario con pensamiento característico de días iniciales. Su alegría de vivir se evidencia en fulgurantes términos: "patria libre", "deber", "feliz", "nada de tristeza". Las últimas palabras se compaginan con los hechos de Rigoberto aquel 21 de septiembre. Horas antes del fulminante combate a muerte que sabe que va a sostener, Rigoberto López Pérez juguetea en una calle de su barrio, haciendo de árbitro de unos niños que se divierten con la pelota. 25 Parte sustancial del testamento es dedicado a indicar que le: le sean entregados C$ 1,000 85

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a la señorita Dina Andrade para que termine sus estudios, ya que posiblemente los tenga que abandonar por falta de recursos. Para explicar su preocupación señala: como usted sabe, yo siempre he vivido en casa de la familia Andrade que han sido muy buenos conmigo durante tanto tiempo. Ante la precaria situación material que le espera a su madre, le dice: que nos conoce muy bien a todos nosotros, ha quedado encargado, lo mismo que los demás paisanos residentes en este país, de ayudarla en todo lo que usted necesite. Velar por su madre, manifestar gratitud a sus amigos, pobres como él, son deberes humanos que le preocupan a Rigoberto en una proporción apenas un poco menos que el deber de tratar. Por modestia no emplea el vocabulario "luchar"; "tratar" de iniciar el principio del fin. 26 Solo aparentemente es que la carta es suscrita desde la ciudad de San Salvador, El Salvador, lugar en el que esta exilado: San Salvador, Septiembre 4 de 1956. y más adelante: lo que yo he hecho es un deber Luego: lo mío no ha sido un sacrificio sino un deber que espero haber cumplido. Y después: he cumplido 86

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con mi mas alto deber de nicaragüense. Y termina: Su hijo que siempre la quiso mucho, Rigoberto. No son las palabras de lo que convencionalmente se denomina ser viviente: realmente son palabras escritas por Rigoberto, desde el incognito sepulcro que comparte con Augusto Cesar Sandino, que comparte con los mártires caídos en Nicaragua año tras año, cuyos cuerpos ocultos por los verdugos jamás aparecen. 27 Con orgullo revolucionario y proletario decimos que Rigoberto es un inconfundible representante de los explotados. El tiene que apelar a los esfuerzos de compañeros para la atención de su madre, o verse obligado a acudir a una compañía de seguros. El es el periodista pobre que supo de la explotación. Su familia habita en León una vivienda pobre en el Barrio El Calvario, ubicado como se dice en León, "después de los rieles", o sea mas allá de la vía férrea, punto a partir del cual se extienden los barrios habitados por los trabajadores. Hemos de insistir en la ética de Rigoberto. Pero no existe una ética abstracta. Rigoberto es un inclaudicable militante de la ética de los explotados. 28 En el testamento de este valiente, no hay el menor asomo de bravuconada, ni siquiera escribe una sola vez el término "valentía". Y si fue grande su valentía, mas grande es su afán de cumplir con el deber. Rigoberto López Pérez es eso, un gigante ético; es el hombre justo, cumplidor del deber. "Deber", palabra que compendia la ética, aparece escrita por lo menos cinco veces en este sobrio testamento; "deber" es la palabra medular en el testamento, el carácter y la obra de Rigoberto López Pérez. 29 Llama la atención su abstención de expresar que su ejemplo habrá de ser continuado; seguramente le pareció superfluo exigir el cumplimiento del deber, lo que para él era solo fuente de dulce deleite. 30 Desafiando las corrientes exclusivamente partidarias del análisis político gélido, a riesgo de la censura que peyorativamente hablara del heroísmo "tropical", puede sostenerse que ninguna epístola evangélica o carta de deberes, que ningún decálogo del héroe o tratado de la virtud, contiene mayor caudal ético que las palabras, respaldadas con toda su sangre, que dirige Rigoberto López Pérez a su madre. 32 Se ha procedido a darle una estructura grafica heterodoxa a esta edición de la carta -testamento, reproduciendo naturalmente, el texto con absoluta fidelidad. 87

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La estructura que se le da ahora, no tiene propiamente pretensión poemática, sino el propósito de facilitar al lector la atención sobre cada frase o palabra, y aun sobre cada silaba, de un texto rubricado con heroísmo. Anexo Carta-testamento de Rigoberto López Pérez a su madre San Salvador, Septiembre 4 de 1956 Señora Soledad López León, Nicaragua Mí querida madre: Aunque usted nunca lo ha sabido, yo siempre he andado tomando parte en todo lo que se refiere a atacar al régimen funesto de nuestra patria y en vista de que todos los esfuerzos han sido inútiles para tratar de lograr que Nicaragua vuelva a ser (o sea por primera vez) una patria libre, sin afrenta y sin mancha, he decidido aunque mis compañeros no querían aceptarlo, el tratar de ser yo el que inicie el principio del fin de esa tiranía. Si dios quiere que Perezca en mi intento, no quiero que se culpe a nadie absolutamente, pues todo ha sido decisión mía. El Doctor Gerardo Godoy, que nos conoce muy bien a todos nosotros, ha quedado encargado, lo mismo que los demás paisanos residentes en ese país, de ayudarla en todo lo que usted necesita. Como antes le había contado, hace algún tiempo tome una póliza de vida por 10 mil colones con doble indemnización, o sean C 20 mil. Gerardo dará todas las vueltas para que ese dinero le sea entregado a usted, ya que esta a su nombre. Hay una salvedad en esto: Como usted sabe yo siempre he vivido en casa de la familia y quiero que de dicho dinero le sean entregado C 1,000 a la señorita Dina Andrade para que termine sus estudios, ya que posiblemente los tenga que abandonar por falta de recursos. Con Miriam Andrade de Rivera, hermana de ella y comadre mía, puede usted entenderse, ya que usted deberá viajar a esta ciudad (San Salvador) en donde terminados los trámites legales, le entregaran el valor de dicha póliza. Como le dije anteriormente Gerardo y demás compañeros le darán todas las vueltas para el cobro de la mencionada póliza. Espero que tomará todas esas cosas con calma y que debe pensar que lo que yo he hecho es un deber que cualquier nicaragüense que de veras quiera a su patria debía haber llevado a cabo hace mucho tiempo. Lo mío no ha sido un sacrificio sino un deber que espero haber cumplido. Si usted toma las cosas como yo las deseo, le digo que me sentiré feliz. Así que nada de tristeza que el deber que se cumple con la patria es la mayor satisfacción que debe llevarse un hombre de bien como yo he tratado de serlo. Si toma las cosas con serenidad y con la idea absoluta de que he cumplido con mi más alto deber de nicaragüense, le estaré muy agradecido. Su hijo que siempre la quiso mucho, (Firma) Rigoberto 88

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CRÓNICA SECRETA: AUGUSTO CÉSAR SANDINO ANTE SUS VERDUGOS Carlos Fonseca Amador Casa de las Américas, Nro. 87 La Habana, 1974 I. Héroe guerrillero, héroe de la paz con honor Lindante con la inmolación Una de las páginas más anubladas por la ausencia de un análisis exhaustivo de esta experiencia, es la que se refiere a las discusiones de paz que tienen lugar durante algunos meses entre Sandino y el gobierno de Sacasa-Somoza, y que culminan con el genocidio cuya primera víctima es el inmortal patriota. Los comentarios, más que análisis propiamente, en uno u otro lugar, en una u otra fecha, más adivinando que fundándose en documentos específicos, insisten en señalar "exceso de confianza", "ingenuidad", etcétera, departe del héroe, en la fase de las discusiones. Pareciera que a los autores de esos comentarios les bastara con estar persuadidos del gran mérito de Sandino como jefe guerrillero, y que consideran sobrante buscarle a héroe tan glorioso competencia política. De la observación atenta de documentos esenciales, resulta la conclusión inequívoca de que Sandino no confió para nada en la contraparte, con la que le correspondió discutir, en los meses inmediatos siguientes a la expulsión de los ocupantes armados norteamericanos. Es necesario grabarse bien las distintas expresiones de Sandino, respecto a los peligros que sabe perfectamente que corre, al discutir con elementos que en el pasado han sido cómplices de la intervención armada de los Estados Unidos. En el curso de los meses de las discusiones, en los que se ve obligado a viajar a Managua, Sandino declara una y otra vez: "Estoy consciente de los peligros que me rodearán (...) "Haremos la paz (...) Por ese ideal he venido, desafiando los riesgos y haciendo cara a los rencores y odios de la guardia." (2) "Temo un atentado de ella (3) contra nosotros". De estas expresiones da fe Salvador Calderón R. En cierta carta, Sandino expresa: "no desconozco los peligros que mi vida puede correr en mi travesía por el interior de la República". (4) En la propia correspondencia del siniestro embajador norteamericano en Managua, Arthur Bliss Lane, se da el dato de que se sabe que Sandino expresó con anticipación lo 'innecesario' de realizar el viaje que concluye con su muerte." (5) Una vez demostrado que lo de "confianza" e "ingenuidad" de Sandino es sólo producto de improvisados comentarios, y que, por el contrario, él sabía a plenitud los peligros que corría al bajar de la montaña, cabe preguntarse ¿por qué razón baja Sandino a Managua cuando sabe que este lugar está tan preñado de peligros? El paso de Sandino es imposible justificarlo si no se tiene en cuenta eso que llaman condiciones objetivas y subjetivas, tanto nacionales como internacionales en el propio tiempo de las discusiones. A lo menos debe quedar claro que en el país, si bien las masas poseen en ese momento una viva tradición 89

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antiyanqui, todavía no ha sido extirpada la influencia de las facciones liberal y conservadora, controladas sus dirigencias por elementos reaccionarios. En ese marco, la reacción antipopular propala, principalmente a través de la prensa, una ola de calumnias y murmuraciones en el sentido de que Sandino nunca ha sido patriota, que la intervención armada norteamericana fue solo pretexto para que él cometiera todo tipo de delitos, y que no es más que un partidario de la guerra por la guerra misma. (6) Incluso en todo el curso de las discusiones, los elementos más reaccionarios se oponen a su realización, pretendiendo no restringir para nada la persecución antisandinista. De modo que, hasta cierto punto, las discusiones fueron una conquista del reclamo popular. Al viajar Sandino a Managua, apelaba a un recurso peligrosísimo, pero esa era la única manera de desenmascarar los infundios que pretendían dibujar un grotesco fantasma belicista, sordo a los sufrimientos ocasionados por la secular violencia local, acentuados con la recrudecida intervención imperialista. Anónimo (7) escuchó decir a Sandino: "Yo de un momento a otro muero. No cumplieron los compromisos del arreglo de paz. Nos están asesinando a nuestros hermanos en todas partes. Voy para Managua: o arreglo esta situación, o muero; pero esto no es de quedarse con los brazos cruzados". Tanto Salvatierra como Calderón R. cuentan que el jefe patriótico rechazó enérgicamente sus propuestas para abandonar el país. (8) Está visto, pues, que cuando Sandino fue a Managua, adoptó una actitud lindante con la inmolación, dura exigencia del momento preciso (1933-34) a la que no dio la espalda, fiel a su costumbre de cumplir con el deber. El gesto del héroe nicaragüense no se comprende si además no se precisa la situación en el exterior. Insistimos en especificar 1933-34. En proceso de recuperación de las consecuencias de la crisis capitalista de 1929, la potencia norteamericana -que durante varios lustros ha enfrentado la insurgencia de los pueblos del Caribe, con Nicaragua a la vanguardia- pasa a retocar su rostro ante la América Latina con un colorete que denomina Política del Buen Vecino. El retoque tiene su culminación en la reunión panamericana de Montevideo en diciembre de 1933. Lo que importa recalcar es que la política exterior norteamericana que estrena la administración Franklin D. Roosevelt, coloca a los Estados Unidos como un peligro secundario, mientras en la realidad se acentúa aceleradamente la conversión de la Alemania nazi y el Japón militarista en los centros mayores de la reacción mundial. Este cuadro no facilita en modo alguno que la atención de las fuerzas populares del exterior ponga sus ojos en la remota Nicaragua, ya desocupada militarmente por interventores. Antes hemos aludido a las dudas expresadas por Lombardo Toledano (9) y precisamente ello tiene lugar en el curso del año 1933. Que lo que decimos nada tiene de conjetura lo confirma precisamente la reacción instantánea en el exterior al conocerse el asesinato de Sandino. La imaginación lleva después, hoy, a pensar que al momento todo fue en la América Latina condena del crimen. Es cierto que no faltan actitudes de protesta, según reza algún cintillo de prensa de la época. "Enérgico telegrama envían los estudiantes mexicanos a Sacasa". Al mismo tiempo, no son excepción posiciones como la de alguna "liga antiimperialista", mera caricatura ultrasecreta, que ante el asesinato de Sandino se le ocurre condenarlo por supuesta "traición de 1930". (10) 90

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¿Cómo no descubrir en la línea que prevalece en la América Latina ante la resistencia de Sandino en su última fase un antecedente de ese engendro conciliador del vocero de la aristocracia obrera norteamericana llamado Earl Browder? (11) Derrotada la reacción fascista en la Segunda Guerra Mundial, ello impulsará a un nuevo auge en la lucha antiimperialista y pasará la potencia yanqui a ser justamente blanco de la lucha popular por los cuatro puntos cardinales del globo. Y el Sandino que, ya asesinado, se mantuvo por un periodo en el recuerdo de los dignos campesinos nicaragüenses que lo acompañaron de victoria en victoria, pasa a convertirse en símbolo del secular combate latinoamericano antiyanqui. Paz con honor Ante la inminente retirada de la marinería norteamericana, el líder guerrillero no está dispuesto a esperar los acontecimientos durmiendo sobre los laureles. Ya quedó apuntado lo imposible que se volvió establecer en el territorio liberado por los patriotas un gobierno provisional. Sandino adopta una actitud realista, y recoge el clamor popular que exige paz y negociaciones con el ejército guerrillero. Como ha quedado explicado, los altibajos de las relaciones con las fuerzas populares del exterior de Nicaragua nunca mermaron el espíritu internacionalista del invicto nicaragüense. Habiendo llegado incluso a cesar toda comunicación con elementos de otros países, a la hora de entablar discusiones no estará absorbido por un incoloro localismo. Y entre las primeras condiciones que formula está la de que el gobierno del país adhiere a una política de "no intervención en los negocios internos de ninguna de las repúblicas indohispánicas" (12). La lucha nacional de toda latitud fue motivo de su atención y puede darse el ejemplo de su respeto por el combate del pueblo de Polonia; precisamente, el crimen del 21 de febrero de 1934 impidió la celebración de una entrevista amistosa pendiente entre Sandino y un representante de Polonia a solicitud de éste último. (13) Jamás concibe que la sola desocupación militar por los Estados Unidos garantice la plena independencia, e invariablemente, desde el primero hasta el último día de las discusiones, se propone completar la victoria militar, procediendo a "restaurar también nuestra independencia política y económica". El propósito es alcanzar una paz con honor: "las bases de paz propuestas (...) compatibles con nuestro Honor Nacional"; una paz con dignidad: "la paz que dignifica y no la del esclavo" (14). El factor local que más evidencia la negativa de los elementos dominantes en el gobierno a fortalecer la independencia del país, se remite a la conservación de la estructura que la intervención norteamericana ha impuesto al ejército gubernamental Guardia Nacional. Así lo denuncia Sandino. Por ello fue que hasta el último instante se negó a acceder a desarmarse total de las filas guerrilleras que exigían los elementos más reaccionarios. Mientras pululan en Nicaragua, en las facciones conservadoras y liberal, los caciques políticos que cargan con la mancha de haberse sumado a la intervención, Augusto César Sandino, fraternizando con las masas populares al viajar a Managua, y permaneciendo fiel a sus principios de siempre, 91

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contrarresta el cúmulo de calumnias que le lanzan, hasta que se convierte prácticamente en el centro de atención de la abrumadora mayoría de la nación (15). Pero la dialéctica histórica había resuelto que su misión fuera demostrar la capacidad de lucha de cada porción de la América Latina, y para ejemplo el diminuto paraje nicaragüense. Vencer en la guerra y por primera vez, más allá de la guerra: en la conquista y defensa del poder popular, en la construcción de una nueva sociedad, será posible después de una vuelta histórica en Cuba, una isla cercana a Nicaragua. La embajada norteamericana y el 21 de Febrero Al tramar el asesinato de Sandino, la embajada norteamericana, con Mathew B. Hanna primero, y Arthur Bliss Lanne después, se propuso cometer un crimen perfecto, y evitar dejar la marca de toda huella. Ahora estamos en tiempos de la Política del Buen Vecino, y hace falta no repetir lo de Lane con Madero y Pino Suárez, o lo de Wise con Charlemgane Peralte (16), en el pasado tiempo del big stick. Sin embargo, sabido es que no hay crimen perfecto: allí están indelebles las huellas de mano yanqui. Antes de emprender el retorno ignominioso, la embajada impone la estructura que le dicta su capricho colonizador al ejército que los intervencionistas han creado: la Guardia Nacional. De ante mano saben ellos hacia dónde será empujada una fuerza armada en la que, si bien son muchos los que esperan la primera oportunidad para pasarse a la trinchera patriótica, quienes predominan en su dirección son elementos depravados que tienen su paradigma en Anastasio Somoza García, devenido jefe director de dicho ejército por el beneplácito de Mr. y Mrs. Hanna. Los obvios cálculos de la embajada resultan fundados; los peores elementos de la Guardia Nacional en el curso de las discusiones violan el armisticio, lo mismo que los compromisos contraídos por el gobierno, cometiendo distintos atropellos (17) que, gradualmente, convertirán a la fuerza armada oficial, y más concretamente a su jefe director, en la dueña del poder, encima del veleidoso Juan B. Sacasa, jefe nominal del gobierno. Cada embajador mantendrá un vínculo estrecho con Somoza García, lo que no significa otra cosa que el visto bueno a las fechorías que comete. Al observarse la correspondencia del embajador, se ve el trazo de mensajes secretos con Washington en los días inmediatos anteriores al 21 de febrero de 1934; 16 de enero, 5 y 16 de febrero, son días en los que explícitamente se admite en la recopilación: "no impreso", es decir, que Arthur Bliss Lane se comunicó secretamente con su Departamento de Estado. Por lo que se refiere al propio 21 de febrero, incluyendo el comienzo de la noche, el norteamericano se mantendrá en contacto directo con Somoza García. En la taimada correspondencia diplomática de Bliss Lane, éste confiesa que en algún momento le expresó a Somoza que en cuanto a Sandino "no se precipitase" (18), lo que es una confesión paladina de la orden del crimen transmitida a Somoza, al que, además, se le exige, según el tono de las palabras citadas, ser oportuno. 92

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La gratitud yanqui ante el sicario, por supuesto, no se hace esperar, y después del 21 de febrero la embajada renuncia a todo disimulo, para irse del lado de Somoza con motivo de la acentuación de las rivalidades entre el último y el tornadizo jefe nominal de gobierno, Juan B. Sacasa (19). Hechos como la "gratitud" que el real almirante George J. Meyers, comandante del Escuadrón de Servicio Español, expresa a Somoza García en agosto de 1936, se convertirán en una rutina en las relaciones entre el Imperio y el lacayo, incluso hasta que Rigoberto López Pérez, un "sandinista" (esto último según la expresión del vástago A. Somoza Debayle), ajusticia al sicario. En efecto, a raíz de la acción de López Pérez el 21 de septiembre de 1956, Dwight Eisenhower expresa: "La nación y yo personalmente lamentamos la muerte del presidente Somoza, ocurrida como resultado del cobarde ataque de un asesino"; por su lado, John Foster Dulles, como secretario de Estado norteamericano, agrega: "su amistad (la de Somoza) constantemente demostrada para los Estados Unidos, nunca será olvidada" (20) Herederos los vástagos de la purulencia del progenitor, serán, por consiguiente, legatarios del favor norteamericano, y en 1972, en Filadelfia, le dirán en inglés a Anastasio Somoza Debayle: "soldado de honor, un diplomático de renombre universal, un estadista sin paralelo, un campeón de la superación humana" (21) Crimen en la mesa de discusiones En la extendida versión del crimen, aparece a menudo la frase, "engaño a Sandino". Viéndolo bien, tal enfoque, aunque sea involuntariamente, sólo contribuye a disminuir -no nos cansamos de repetirlo- la infamia del crimen; vileza inconmensurablemente mayor que el "engaño" fue la que se cometió contra Sandino: los devotos del dios dólar siempre se propusieron en el curso de las discusiones, la bárbara traición, aunque Sandino lúcidamente nunca se ilusionó en un desenlace distinto, según lo hemos dejado demostrado. Véanse algunas de las muestras que dan idea de los especímenes que incubó la colonización yanqui en Nicaragua, especímenes que por cierto ya traían la pasta del coloniaje europeo desaparecido en el siglo XIX. La traición del antisandinismo, sobra reiterarlo, contrasta con el cumplimiento de la palabra empeñada, y hay que decirlo así de Sandino y de los guerrilleros sandinistas. En la primera fase de las discusiones, los delegados del gobierno, previas garantías otorgadas por Sandino, arriban a la montaña siendo escrupulosamente respetados. De la recta conducta de los guerrilleros en los meses de las discusiones deja nota el veraz Calderón Ramírez. Resulta, pues, que en este capítulo la auténtica civilización relumbró en la selva, mientras la más abyecta barbarie oscureció el 21 de febrero la ciudad de Managua. Hablando diáfanamente: el 21 de febrero se traduce en crimen en la mesa de discusiones.

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Apuntemos dispersos momentos de A. Somoza G. en el curso de las discusiones. El 31 de marzo de 1933 finge interés por la paz ante Sofonías Salvatierra, y por la paz incluso brinda. Otra vez posa ante las cámaras abrazando a Sandino. En vísperas de la Guardia Nacional, dirigida por Somoza G., publica un texto en que habla de "protección segura" a Sandino, agregando: "Nuestro honor de militares lo garantiza". (22) Cuando está por realizarse el viaje, se sabe que Somoza G. se ha ofrecido ir "con gusto" a Jinotega, y desde ahí, "hacerle compañía a Sandino, y hacer patente las garantías en el arribo a Managua. ¿Harán falta comentarios? (23) Todavía se precisa distinguir la índole definitivamente clasista del crimen de Managua. Por lo general sólo se ve el asesinato del patriota que es el guerrillero Sandino, pero no se ve el asesinato del representante de los explotados y humillados que es también el obrero Sandino. El nicaragüense que alguna vez ha visto de cerca, en función, la fatua arrogancia del oligarca leonés-granadino (24), debe imaginarse la rabia que embargaría a los dueños de Tiscapa por obra y gracia de Washington, trajeados de etiqueta, teniendo que vérselas en las discusiones con el mestizo Sandino vistiendo su indumentaria de guerrillero rural y convertido en el símbolo viviente de la dignidad nacional. (25). Merece transcribirse cierta imagen que da idea fija de una y otra clase social contendiente en las aludidas discusiones. Por un lado, al saberse la aproximación de los delegados del gobierno al campamento patriótico en la montaña, los espera de pie, en la misma puerta, con sencillez, el digno Augusto César Sandino, jefe supremo del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua. Por su parte, al viajar el patriota a Managua, al llegar a la Casa Presidencial, Juan B. Sacasa, presidente por su connivencia con los Estados Unidos, se hace esperar, petulante, por diez minutos, para recibir al guerrillero. (26) El plebeyo y el oligarca dan, el cada caso, su medida. De los últimos instantes de Sandino, se dispone de fuentes harto limitadas. Las personas vinculadas al guerrillero dan cuenta sólo hasta el momento de producirse el asalto en que Sandino y los suyos son capturados. Aunque no haría falta, Salvatierra y Calderón dan prueba de la dignidad del héroe en ese instante: "¿por qué semejante atropello? Hecha la paz, todos somos hermanos, mi único afán propende al resurgimiento de Nicaragua por medio del trabajo, y en los años pasados he luchado por la libertad de nuestra patria". (27) Entre el asalto y la consumación final del crimen transcurre aproximadamente una hora, lapso del que únicamente han dejado relatos incompletísimos individuos que por orden de Somoza G. estuvieron vinculados al crimen. Poco conocido es el que hizo en los días del crimen Camilo González, sempiterno asociado a Somoza G. y que expresa "Sandino se portó como todo un hombre en el momento de la prueba". (28) Más conocido es el relato de Abelardo Cuadra, primero miembro de la Guardia Nacional, y después rebelado contra Somoza G. Un punto que debe destacarse es la participación de sólo dieciséis miembros de la Guardia Nacional en la reunión que precedió al crimen, y que fue convocada por Somoza; Cuadra, uno de los participantes, confirma por sí mismo que no todos los dieciséis convocados respaldaban la infame traición. Esto refleja que 94

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tan grave responsabilidad histórica pesa esencialmente sobre una perversa minoría. Cómplices Si conocida es la culpa de Somoza, totalmente oculta ha permanecido la buena dosis que les corresponde a elementos relevantes de las facciones liberal y conservadora. No se trata aquí solamente de cómo se mantuvieron en el bando antisandinista, sino, además, de cómo primero acomodaron la situación que facilitó perpetrar el crimen y permitió después el encubrimiento, con amnistía y todo, del verdugo y su gavilla, a partir de lo cual Somoza asalta el poder y se perpetúa en éste. El liberal Juan B. Sacasa le tolera a Somoza, formalmente subalterno, altanerías que tienen que desembocar en la noche de febrero (29). Lo que pasa esa noche, según se ve, no cuenta con la intervención directa de J. B. Sacasa, pero ocurridos los hechos, éste mantiene a Somoza en el Ejército, y adopta con él, durante más de dos años, medidas que moverían a hilaridad, si no siguiera a ello una catástrofe que ya acumula cuarenta años. Con anticipación al 21, a su vez, el conservador Emiliano Chamorro quedará convertido en íntimo de Somoza G., siendo los votos de su facción decisivos para la sacrosanta amnistía que deja en la impunidad a los verdugos; a escasos treinta días de la matanza, todavía goteando sangre de Sandino, las manos de Arthur Bills Lane son estrechadas por Emiliano Chamorro. Crisanto Sacasa, como delegado de la facción liberal, se había comprometido, con su firma ante Sandino, a velar por la independencia de Nicaragua; próximo el golpe de junio de 1936, con el que desaparecerá del gobierno todo rival de Somoza, Crisanto Sacasa abandona a Juan B. Sacasa, con quien estuvo vinculado primero, para apoyar al jefe director, y para mucho tiempo. (30) II.- Del 21 de febrero a la reanudación de la resistencia organizada. Imposición y prolongación de la tiranía Reflexiónese y se entenderá lo infantil de la extendida divagación sobre medidas que debió tomar Sandino para sobrevivir a las patrañas del gobierno SacasaSomoza. La reflexión llevará a comprender que el jefe guerrillero, como ser humano, estaba expuesto a pasar por esa ley que impone la naturaleza: la muerte. Es evidente que también pudo haber muerto en otras circunstancias. Reducida así a su lógica posibilidad la desaparición de Sandino, legando una prestigiosa causa, se llega a problema pertinente: ¿por qué resulta aniquilada en la fase que sigue al 21 de febrero la fuerza armada popular organizada?, ¿saldrían a flote condiciones generales, cualitativamente distintas en la etapa precedente, que al mismo Sandino, en caso de haber sobrevivido, le hubieren hecho muy difícil o imposible emprender de inmediato una lucha ascendente? No hay que pasar por alto que en esta dificilísima fase surte efecto negativo la 95

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dirección unipersonal que, pese a sus inclinaciones naturales, debió asumir el jefe guerrillero, dado el predominio de la actividad de contenido bélico; de modo que no pudo progresar el esfuerzo de constituir en el curso de la contienda un organismo colectivo de dirección que llegó a denominar Junta Suprema. (31) Es fundamental señalar la desventaja que ofrecía la atrasadísima economía del país, apoyada principalmente en una tradicional ganadería extensiva y un cultivo paralizante como el café, independientemente de las circunstancias vinculadas a este grano que desempeñaron en cierta fase el papel que ya dejamos señalado; los rublos mencionados ofrecían una desventaja clave a un fatigado movimiento que había pasado por siete años consecutivos de ardua guerra: no ofrecían voluminosas concentraciones de asalariados permanentes e incluso de asalariados temporales. Pasemos a lo que se refiere a la concentración de los trabajadores mineros y agrícolas en las explotaciones norteamericanas de la selva atlántica. La lucha que debía continuarse, con el precedente bélico conocido, indiscutiblemente requería, para su desarrollo, de la utilización de formas políticas y reivindicativas, implicando ello la disposición de militantes, que el proceso específico no estuvo en condiciones de formar. Ese tipo de militante, en lo que se refiere al litoral del Pacífico y algunos puntos del centro del país, después del 21 de febrero, apenas se formó en una cantidad de ínfima significación, teniendo consecuencia la extrema insipiencia del proletariado en esta región. De modo que la mínima difusión de las ideas revolucionarias en algún núcleo popular del Pacífico, en el que el analfabetismo no es total, no condujo tampoco, en su caso, a preparar el militante y activista necesario a la masa del Atlántico, con la característica social ya apuntada, pero sumida en un espeso analfabetismo. En conclusión, se operó un retroceso en la integración nacional de la lucha popular. El balance hostil de las condiciones a la vida, después del 21 de febrero, se ve agravado con el bestial terror desatado en el país, y particularmente en la zona norte y atlántica de Nicaragua. Acto seguido a la matanza de Managua, se perpetró un verdadero genocidio, con el agregado de que por largos años permanecería el total misterio; será más de diez años después que aparecerá en el conocido libro del ex redactor de la revista Time, William Krem, que después de la noche del 21, sólo en la localidad de Wiwillí, se asesinaron trescientos "hombres, mujeres y niños". Anónimo añade: "Despedazados por la metralla de los traidores, y comidos de zopilotes y perros". En un escrito testimonial, un veterano militante nicaragüense se refiere a matanzas hechas por las fuerzas represivas en Matagalpa, uno solo de los dieciséis departamentos del país, y señala treinta y nueve hechos, varios de ellos represiones colectivas. (32) Aunque la resistencia nicaragüense jamás cesó, y año tras año, sin excepción, a lo largo de la prolongada tiranía, se suceden valerosas acciones, en la fase inmediata al 21 de febrero no se logra restablecer, ni de lejos, el nivel organizativo de los años de la última rebelión antiimperialista. Tal balance eleva todavía más el mérito de quienes prologan su reto en la montaña. Pasan varios años después de la noche del 21, y en "el terrible desamparo de las bananas" (33) se enfrentan y caen bajo fuego enemigo destacados veteranos del ejército guerrillero. Durante una prolongada fase, no se recupera la fuerza popular organizada, sí, pero Augusto César Sandino permanece como héroe nacional 96

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clandestino, no por más secreto menos hondo en el corazón del nicaragüense oprimido. Hacia el restablecimiento del destacamento popular organizado Como se deduce de lo dicho, durante una larga etapa (1934-56) las acciones de la resistencia carecen de cohesión y de carácter organizado, después (1956-74) las acciones vienen a intensificarse, con vistas a restablecer el destacamento orgánico capaz de darle su lugar a cada oprimido, a cada explotado, a cada patriota, en el combate liberador. El auge inmediato que origina en la lucha del mundo oprimido la derrota del fascismo en la Segunda Guerra Mundial, no logra, en la América Latina, sacudir el dominio imperialista, aunque en Centro América se dio la mayor esperanza, que resultó efímera al ser aplastada la Guatemala de 1954, que levantó la mano contra la United Fruit Company. Los monopolios logran multiplicar sus inversiones en la América Latina, y prolongar el saqueo de nuestros pueblos. Nicaragua no podía escapar a ese fenómeno, convirtiéndose, en un grado mayor que antes, en proveedor de productos agropecuarios: café, algodón, carne, banano, azúcar, tabaco, sin que cese la extracción de minerales. Aparece una industria que no tiene en su control ni la apariencia mixta que muestra en otras regiones, sino que se da una virtual exclusividad en su explotación por el capital norteamericano. Aumenta la pauperización en Nicaragua, acarreada por el reforzamiento del control de la producción por el gran capital, lo que implica la multiplicación de la masa de trabajadores asalariados que crecientemente desempeñarán el ya sabido papel histórico de sepultureros del régimen de explotación. Fuera de la América Latina en la década que sigue al final de la guerra mundial, el imperialismo sufre golpes contundentes en la Europa Oriental, en Asia, en África. Pasada esa primera década, en la América Latina tiene su gestación el nuevo combate por la libertad que logrará desenmascarar la demagogia, pseudodemocrática. Se generan los nuevos destacamentos que deciden su primera victoria definitiva: Cuba. La América Latina entra a formar parte activa del movimiento mundial antiimperialista, en el que poco antes han descollado Argelia y Vietnam. El ejemplo de las luchas lejanas se vuelve inocultable, y no es una casualidad que Rigoberto López, el héroe nicaragüense de 1956, dedicara versos fraternos al Chipre rebelde contra el colonialismo. Nicaragua se cuenta entre los primeros lugares que, en la nueva batalla, oponen el arma popular al régimen reaccionario. El heroísmo de abril de 1954, expresado en los ejemplos señeros de Optaciano Morazán, Luis Morales Palacios, Adolfo Báez Bone y Luis Gabuardi, entre otros, todavía no intenta romper la hegemonía política de las facciones reaccionarias tradicionales; pero en 1956, con Rigoberto López, se reanuda el camino hacia el restablecimiento de un genuino destacamento popular. Desde entonces, como ya se indicó, no habrá año en que cese de emerger el arma nicaragüense resuelta a conquistar la libertad. La victoria final no se produce de inmediato; el enemigo no es la 97

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camarilla reaccionaria local, la que pudo ser derrotada mil veces con las sucesivas acciones emprendidas. Se trata de enfrentar al enemigo de más de un siglo: el imperio del dólar. En noviembre de 1960, desde Mayport, puerto norteamericano de Florida, es movilizado el portaviones Shangri-la que conduce setenta aviones y cinco cazas submarinos contra Nicaragua (34). En diciembre de 1972, a raíz del terremoto de Managua y con el pretexto de socorro, desembarcan contingentes de marines que determinan la continuación de la camarilla reaccionaria en el poder. En 1973, la prensa de Nicaragua publica como información rutinaria los escándalos callejeros provocados por marines norteamericanos (35). Ya se ha dado cuenta de las intrigas yanquis contra otros pueblos ejercidas desde Nicaragua. Un hecho es ostensible: al pueblo nicaragüense le corresponde luchar contra un régimen colonial especial, cuyo origen se encuentra en cada una de las intervenciones perpetradas durante más de ciento cincuenta años, desde la promulgación misma de la llamada Doctrina Monroe. El régimen colonial que pesa sobre Nicaragua es más siniestro todavía que el definido por leyes internacionales, porque se trata de una situación colonial de facto, aunque hay algún acuerdo con la parte norteamericana cuya vigencia se prolonga hasta hoy (36). Este régimen colonial especial no le concede menos atribuciones al imperio de las que disfruta, por ejemplo, en la zona del Canal de Panamá o en Puerto Rico. Silenciosamente, modestamente, los revolucionarios nicaragüenses, las nuevas generaciones sandinistas, vienen corriendo, de año en año el camino insurreccional. Los revolucionarios, en muchos casos cayendo en combate en la ciudad o la montaña, no se interesaron en dejar el recuerdo de una fotografía portando el arma guerrillera, pero dejaron el más auténtico testimonio: el ejemplo de su cesión. A lo largo del Continente se extiende el combate y, sin excepción, en cada país ha rescatado el arma popular. La victoria definitiva no es fácil, y como ayer Augusto César Sandino, caen hoy el Che, Camilo Torres, Allende, Turcios Lima, Caamaño; en esa ruta cae una pléyade de guerrilleros nicaragüenses, desde Rigoberto López hasta Ricardo Morales y Oscar Turcios. La tarea es factible, pero dura: forjar los nuevos combatientes, fortalecer las filas, acumular experiencias, enfrentar las aviesas maniobras enemigas; labor colosal por la que es preciso ofrendar un alto precio. En Nicaragua llega la hora en que se multiplica la acción de los obreros, los campesinos, los pobre todos. Los nicaragüenses, honestos, sin faltar sacerdotes, intelectuales y de otras procedencias, integran las filas resueltas a colocar a Nicaragua al lado de los pueblos que han conquistado la libertad, resueltos, como lo expresan las nuevas generaciones nicaragüenses, a llevar a culminación la revolución popular sandinista. Aunque es poco lo que queda por hacerse, se siente como nunca en la historia el crujir de los cimientos del dominio imperialista en América Latina, en África, en el mundo entero. Es la "explosión proletaria" con que soñó Augusto César Sandino. Mientras Cuba, con su clase obrera en la vanguardia, aparece como el bastión inexpugnable, en otros puntos del Continente surgen experiencias que se 98

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enmarcan en el camino hacia la extirpación de toda forma de explotación, hacia un mundo en que "cada hombre sea hermano y no lobo" (37). Notas: 1) Fragmento de un trabajo inédito acerca de la resistencia patriótica nicaragüense que encabezó Augusto César Sandino. 2) Salvador Calderón R.: Últimos días de Sandino, México, D.F. Ediciones Botas, 1934, p.52-7. 3) Se refiere a la Guardia Nacional. 4) Anastasio Somoza G.: El verdadero Sandino o el calvario de las Segovias. Managua. Editorial Robelo, 1936, p. 536. 5) Inquietud política en Nicaragua. Traducción de documentos del Departamento de Estado de Washington. León, Nicaragua, Editorial El Centroamericano. (817 00/7934, telegrama de A. Bliss L. al secretario de Estado, 9 de febrero de 1934, p.2). 6) La Prensa, Managua, n. 2180, 18 de febrero de 1944. 7) Anónimo es la designación para evitar represalias, de un verdadero sandinista sobreviviente. 8) S. Calderón R.: ob.cit.; Sofonías Salvatierra: Sandino o la tragedia de un pueblo. Madrid, 1934, p. 231. 9) En carta de 3 de junio de 1933, Escolástico Lara le informa a Sandino que Vicente Lombardo Toledano le había expresado días atrás: "que el general Sandino DEFINA MEJOR SU ACTITUD DESPUES DE LA PAZ, porque en el mundo americano se duda, y esto no conviene a los intereses generales ni a Sandino en particular. La prensa propala tres cargos que en síntesis son: 1) Que el general Sandino ESTA INTIMAMENTE IDENTIFICADO CON EL DOCTOR SACASA, y que no hará lo que disponga. 2) Que los norteamericanos lo han mantenido y siguen sosteniéndolo. 3) Que los conservadores son aliados de él. 4) Que su papel está terminado, no teniendo ninguna fuerza". J. A. Somoza G.: ob. cit. p. 502. 10) Xavier Campos Ponde. Los yanquis y Sandino, México D.F. Ediciones XCP, 1962, p. 125-6. 11) Dirigente del PC de los Estados Unidos, expulsado en 1964 por su posición pseudo-marxista. 12) A. Somoza G.: ob. cit., p. 421. 13) S. Calderón R.: ob. cit. p. 135-6 99

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14) S. Salvatierra: ob. cit., p. 125. 15) Idem, p. 297. 16) Jefe insurreccional antiyanqui de Haití asesinado por los intervencionistas yanquis; Juan Bosch: De Cristóbal Colón a Fidel Castro. Madrid, Alfaguara, 1970, p. 663. 17) Sofonías Salvatierra: ob. cit. p. 225. 18) Inquietud política en Nicaragua. 817 00/7946; telegrama del ministro en Nicaragua (Lane) al secretario de Estado. Managua, febrero 23. 1934, medianoche (recibido febrero 24-4:40 .M.) p. 16-7 19) Idem, p.23-4 y 33. 20) Cable de Associated Press procedente de Washington, del 29 de septiembre de 1956. 21) Novedades, Managua, 16 de junio de 1972. 22) A. Somoza G.: ob. cit. p. 549-50 23) S. Salvatierra: ob. cit. p. 233. 24) Anastasio Somoza García proviene de la localidad de San Marcos, en épocas pasadas dentro de la jurisdicción de Granada; en los años escolares, se matricula en centros de enseñanza de la propia ciudad de Granada. De sus vínculos con el elemento conservador oligárquico habla el apoyo que da en su momento a la candidatura de Emiliano Chamorro, según lo afirma Ramón Romero (R. Romero: Somoza asesino de Sandino. México. Ediciones Patria y Libertad -1959). El padre de Somoza García, Anastasio, figuró en la facción conservadora, siendo miembro de la representación de ésta que apoyó la promulgación del tratado Chamorro-Bryan. Somoza proviene de familia propietaria de cultivos de café. Su matrimonio con Salvadora Debayle Sacasa, procedente de la oligarquía de León, viene a representar la fusión de la atrofiada burguesía nicaragüense con la oligarquía tradicional. Somoza G., evita corres riesgos en la guerra 1926-27está entre los primeros, por su inglés de gánster italo-norteamericano (según la observación de W. Krem) en aproximarse a los ocupantes norteamericanos, no descartándose que hiciera labor de informante secreto de éstos. Con menos prestigio que cualquiera de las figuras de la facción liberal, los norteamericanos ven en él al individuo apropiado para asegurarse el control del país, y lo imponen como jefe director de la Guardia Nacional. 25) S. Salvatierra: ob. cit. p. 267. 26) A. Somoza G.: ob. cit. p. 448 27) S. Calderón R.: ob. cit. p. 153. 100

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28) X. Campos P.: ob. cit. p. 213. 29) A. Somoza G.: ob. cit. p. 563. 30) Alejandro Cole Chamorro: Desde Sandino hasta Somoza: Nicaragua, 1971, p. 196. 31) Gregorio Selser: Sandino general de hombres libres. La Habana, Imprenta Nacional de Cuba, 1960, tomo I, p. 276. 32) Antonio Rodríguez: Represión en Matagalpa. Manuscrito. 33) Nicolás Guillén: Obra poética (1920-1958). La Habana, Instituto Cubano del Libro. t. II, P. 347. 34) Hoy. La Habana, 18 de noviembre de 1960. 35) La Prensa. Managua, 19 de noviembre de 1973. 36) El ejército gubernamental conserva en 1974 la estructura que se deriva del convenio impuesto por el embajador Mathew B. Hanna el 5 de noviembre de 1932, y que fue denunciado como antipatriótico por Sandino.

¿QUÉ ES UN SANDINISTA? Extraído del diario sandinista Barricada, Sábado 8 de Noviembre de 1980. Texto publicado originalmente mediante volante clandestino, en 1975, selección de Carlos Gallo Carlos Fonseca amador 1 EL revolucionario Sandinista debe evitar la simple "frase revolucionaria", tenemos que acompañar esto con una profunda identificación con los principios revolucionarios. 2 El Sandinista sabe vincular la teoría revolucionaria con la práctica concreta en la que actúa, estrecha vinculación con las masas populares, asimilación de la experiencia que se desprende de la práctica de nuestra fuerza combativa. 3 El Sandinista debe tener un auténtico espíritu crítico, ya que tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad, entendiéndose que una crítica mal entendida que 101

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expone la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario. 4 Un Sandinista posee, ante todo, modestia revolucionaria. Esta es una cualidad que tiene más importancia de lo que a primera vista puede parecer. La modestia facilita, quizá en muchos casos decisivamente, la vida colectiva, la actividad de un conjunto de personas. 5 La conciencia colectiva, la conciencia de que es la energía de un conjunto de hombres lo que integra la vanguardia, es imprescindible en el espíritu militante. Ese espíritu colectivista, que lo sustenta la modestia, debe convertirse en una pasión en el militante Revolucionario. 6 El Revolucionario nunca olvida el título que ostentan los combatientes Sandinistas: HERMANO. Esto tampoco es opuesto al empleo de la energía y el rigor, tan necesario en la vida dura clandestina y guerrillera. De lo que se trata es de ser enérgico y riguroso sin olvidar el respeto, la sinceridad, la fraternidad. 7 El militante Sandinista, en cualquier lugar que este, debe estar relacionado en alguna medida con la vida del Pueblo Trabajador. 8 El Sandinista sabe que la corrección ideológica no vale nada sin una consecuente conducta practica, pero una conducta practica positiva es insuficiente si no está acompañada de una definición ideológica revolucionaria. 9 El Sandinista sabe que solo vinculación intensa con los trabajadores contribuye a su verdadera educación politica. 10 El Sandinista practica una política de paciencia y serenidad, evitando que esta se convierta en una política de indulgencia. Ser paciente sin ser indulgente, sin pasar por alto las distintas violaciones a los principios. 11 El revolucionario Sandinista no puede proponerse solamente enseñar a las masas populares, sino que al mismo tiempo debe aprender y saber ser discípulo de las masas populares. Que todos sus pasos lleven la marca del carácter de nuestro pueblo. 12 Hay cuestiones que molestan en lo personal, pero nuestra obligación es subordinarlo todo a los intereses de la causa Sandinista, a los intereses del subyugado pueblo nicaragüense, a los intereses de los explotados y oprimidos de Nicaragua. 102

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13 El Sandinista sabe ayudarle a sus compañeros a que reconozcan sus fallas, sus debilidades. Pero debe entender que un Sandinista no va a ser comprensivo por tácticas, por simple conveniencia, sino porque así lo exigen los principios revolucionarios. 14 El Sandinista sabe vincular las opiniones de las personas a las prácticas de estas, como concuerdan lo que hablan con lo que han hecho. Demostrar perfeccionismo en el papel es fácil, demostrarlo en la práctica es difícil. 15 Un revolucionario sabe que este donde este, siempre que luche por la humanidad, estará cumpliendo con su deber. 16 Un Sandinista no es desmedido ni en el pesimismo ni en el optimismo. 17 El Sandinista sabe que si alguna vez es necesario calificar, se deben emplear los términos más objetivos e imparciales. Sin caer en epítetos. Calificar, pero no para responder al insulto con insulto, sino para poner de relieve nuestra serenidad.

SÍNTESIS DE ALGUNOS PROBLEMAS ACTUALES Carlos Fonseca Amador 3 de noviembre de 1975 Introducción En las presentes líneas, nos proponemos expresar de manera sintética, nuestra opinión en relación a algunos de los problemas que en la actualidad tiene ante sí nuestra organización, el Frente Sandinista. Nuestra superioridad moral Es conveniente prestar mayor atención aún, a una de las particularidades de la situación concreta en que nos corresponde combatir. Esto se refiere a la descomunal superioridad moral que nos favorece, a la descomunal superioridad de la justeza de la causa que nos toca defender. Es de sobra conocido que en toda sociedad dividida en clases se da una lucha en que la razón está de parte de los explotados, mientras que los explotadores carecen de ella. Sin embargo, la evidencia de tal razón varía de una situación a otra Compárense por ejemplo los casos de Suecia, Venezuela, Perú, con el de Nicaragua. En el cuadro de tal 103

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diferencia entre la causa que nos toca defender a nosotros y la que le toca defender a la fuerza enemiga, se presenta el contraste entre la alta combatividad de nuestro destacamento y la putrefacción de la fuerza somocista. Es tal superioridad la que explica que el enemigo, pese a que ha utilizado todos los medios de que ha dispuesto, no ha podido liquidar la fuerza popular en el curso de más de 40 años de represión, igualmente, ha sido incapaz de detener el crecimiento de la fuerza popular con las persecuciones que se intensifican año tras año desde 1956 hasta el año actual, y que han tenido particular relieve en Yaule, El Chaparral, El Dorado, Río Poteca, Río San Juan, Río Coco, Río Bocay, Pancasán, Zinica, Boca de Piedra, Las Delicias del Volga, barrio El Redentor, Nandaime, El Sauce, etcétera. Hay que remitirse a esta superioridad moral, probada hasta la reiteración previamente, para comprender cómo el 27 de diciembre de 1974, una escuadra de doce hombres precariamente armados, reduce a la impotencia al enemigo somocista que dispone de gran poder económico y de un poder militar que incluye miles de hombres, cañones, tanques, aviones, etcétera. Es la particular superioridad moral que nos favorece, lo que explica que en el exterior círculos políticos hostiles a la lucha armada revolucionaria en otros lugares, no rechacen de plano o muestren cierto grado de aprobación a la lucha que sostiene el Frente Sandinista. En tal sentido ha sido la actitud de órganos de prensa como El Día de México, The New York Times, La Nación de Costa Rica, algún periódico gubernamental de Guatemala. Por supuesto que no estamos olvidando la demagogia que se da en esas actitudes, que por otro lado se manifiestan sólo en determinados momentos y no de manera permanente. Lo que se quiere decir con todo esto, es el interés de tener presente siempre en nuestra actividad, en la debida medida, la especial superioridad de la causa de Sandino sobre la causa de Somoza. Con lo dicho queda claro el aislamiento de Somoza en el panorama de las fuerzas internacionales. Naturalmente que hay que distinguir que no ocurre lo mismo con relación a la oposición o pseudo-oposición burguesa, a lo que tiene que contribuir la demostración por nuestra parte de los nexos de tal sector con la camarilla de Somoza, especialmente el enriquecimiento que han alcanzado bajo el dominio del régimen somocista. Más adelante volveremos de nuevo con relación al punto presente. Radical y radicalismo A todos los militantes de la organización, plenamente identificados con las tradiciones del Frente Sandinista, nos preocupa la necesidad de la más completa materialización de los factores que habrán de garantizar que nuestro destacamento esté en condiciones de conducir el proceso hacia la más profunda transformación de la sociedad nicaragüense. No hace falta explicar lo justo de esta inquietud de la militancia. Sin embargo, hace falta aclarar y superar toda una serie de contusiones que están vinculadas a esta inquietud. En primer lugar es preciso señalar que es unánime el deseo de que nuestro destacamento sea un destacamento radical estricta disciplina, audacia en la acción, primordial la defensa de los más explotados. Empero, debemos encontrar la diferencia esencial entre lo radical y el radicalismo, siendo este último solamente una mera caricatura de lo primero. El recto estilo radical, al mismo tiempo que aspira a 104

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los máximos objetivos, sabe combinar esto con el cumplimiento de toda una serie de tareas inmediatas. Por su lado el radicalismo, que es estéril como método, se inclina solo por lo máximo, renunciando a la actividad intermedia, que muchas veces es ineludible para alcanzar lo máximo; de modo que si se renuncia como regla a lo intermedio, lo que ocurre es que tampoco se llega a lo máximo. Viene al caso hacer alusión a la infinidad de ejemplos que demuestran que el radicalismo conduce al conservadurismo, la explicación no es complicada el cúmulo de ilusiones infundadas, son necesariamente desvirtuadas por la realidad, por la práctica, de modo que de un aparente superoptimismo se pasa a un real pesimismo. La "frase revolucionaria" Declamar el nombre del socialismo y el título de las más conocidas teorías revolucionarias, no garantizan la profundidad de las transformaciones que nos proponemos. En una palabra la fraseología revolucionaria no garantiza la profundidad del cambio, y más bien al contrario, puede dificultarlo y hasta impedirlo, al implicar toda una vía equivocada. Podemos encontrar palabras en nuestro vocabulario histórico tradicional y en la propia riqueza del idioma, para dar la imagen del carácter radical de nuestro proceso, sin necesidad de apelar a los más conocidos clisés. A veces se afirma, para justificar la ostentación de las frases revolucionarias, que la experiencia cubana no permite ya sorprender al imperialismo. A esto hay que responder que tal premisa no autoriza para provocar al enemigo. Esta misma respuesta va implícita en los ejemplos de Vietnam del Sur, Laos, Cambodia, e incluso también en Corea del Sur. En tales lugares se abstienen de declarar su vinculación a una teoría determinada, y lo mismo con relación al objetivo socialista. Esto no se opone a que se utilice un lenguaje para dirigirnos a la militancia de vanguardia, y otro para dirigirnos a las amplias masas populares. Este asunto tiene que ver también con la necesidad de medir en su adecuada proporción toda una serie de prejuicios reaccionarios que el enemigo está en condiciones de inculcar al pueblo. Debemos perfeccionar un estilo propio para agudizar de acuerdo a las condiciones concretas del país la lucha de los explotados contra los explotadores, de los obreros contra la burguesía. Es conveniente reflexionar con relación a la inmensa carga socialista que contiene la denuncia del enriquecimiento ilícito de la familia Somoza, lo mismo que el mayor enriquecimiento de la pseudo-oposicion burguesa al amparo del régimen somocista. Se da el caso que a nosotros no nos corresponde descubrir las leyes universales que conducen a la transformación de la sociedad capitalista en una sociedad de hombres libres; nuestro modesto papel es el de aplicar esas leyes ya descubiertas a la situación de nuestro país. ¿Quiere decir esto que han sido erróneas las referencias que se han hecho en el pasado a la teoría marxista y la mención del término socialismo? NO, no ha sido erróneo, ya que en toda una fase ha sido necesario educar a promociones de militantes en el espíritu de las ideas proletarias, lo que garantiza una tradición de ese tipo en el tiempo que queda por delante. Aunque hay que señalar también, que en la medida en que lo ha permitido la madurez de los cuadros, el Frente Sandinista siempre se preocupó por buscar un estilo propio para dirigir a las masas en la lucha por el cambio revolucionario. Podemos agregar a lo expresado en el presente punto, 105

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que lo importante no es declamar frases de los grandes revolucionarios universales, sino aplicar en la realidad con creatividad sus enseñanzas. En todo caso esos revolucionarios no han legado meras frases, sino toda una acción creadora. Es útil conocer detalladamente el peligro que ha significado el radicalismo y lo necesario que ha sido derrotarlo en las grandes experiencias históricas. En los primeros meses que siguieron al triunfo de la Revolución de Octubre los social-revolucionarios o eseristas estuvieron al lado de los bolcheviques, hasta que tuvieron que ser excluidos e incluso perseguidos por caer en posiciones "izquierdistas" que incluyeron el asesinato del embajador alemán Mirbach ante Rusia, por su parte en China hubo elementos que plantearon el ajusticiamiento de Chiang Kai-shek cuando fue capturado por dos de sus generales poco meses después de concluida la Gran Marcha, mientras la dirección del Partido prefirió ayudar a rescatarlo porque ello servía a la lucha contra los invasores japoneses, (y qué dirían los partidarios de la frase "revolucionaria" al ver que los vietnamitas al emprender la lucha contra Francia en agosto de 1945, incluían en la unidad de fuerzas a elementos como el principal títere utilizado por los japoneses. No queremos terminar el presente punto sin referirnos a la conveniencia de buscar en los representativos de la cultura nacional del pasado, las expresiones patrióticas y contra la explotación, y difundir con amplitud tales citas. Esas referencias sí prestigian el lenguaje más radical. Penetración antipopular En la fase actual es más evidente que nunca el estrepitoso fracaso del enemigo en el propósito de destruir al Frente Sandinista. Este progreso en el desarrollo de nuestra fuerza nos obliga a prestarle atención a otros peligros que se presentan. Al mismo tiempo que el enemigo no descansará en el afán de reprimirnos, en mayor medida que antes hará uso de la astucia. Y al decir esto último no nos referimos propiamente a las medidas que ha de tomar Somoza, sino el conjunto de la clase enemiga, incluido el propio imperialismo. No se necesita mucha perspicacia para adivinar que el enemigo tratará de penetrar la organización, nuestras filas mismas, a través de personas que pueden hacerse pasar por sandinistas, para más adelante provocar escisiones mediante grupos de sandinistas "democráticos". Indicios de tal posibilidad y peligro se ve en la pose del señor P.J. Chamorro, quien en su oficina se atreve a ostentar la imagen de Sandino. Nos estamos, pues, refiriendo a un peligro proveniente de la margen derecha del proceso. Este peligro exige el mayor rigor en el reclutamiento de nuevos miembros, teniendo en cuenta de manera estricta la procedencia social, es decir que provengan de las clases explotadas. Cualquiera diría que nos estamos refiriendo a un lugar demasiado común en los elementos de la organización revolucionaria; pero ocurre que a veces se habla de que basta con tomar en cuenta en la persona su disposición de participar en la lucha, y que no tiene por qué valorarse si la persona procede de uno u otro sector social. En este aspecto, así como en muchos otros, tenemos que aprender humildemente, y dejar a un lado la pretensión de inventar, de las ricas experiencias mundiales que estamos obligados a conocer aunque sea de manera rudimentaria, de no ser posible un conocimiento mayor. Al mismo tiempo que debe velarse porque en las filas del Frente Sandinista predominen los miembros provenientes del 106

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pueblo explotado, hay que considerar una seria asimilación de los principios revolucionarios que guían nuestra actividad. Al señalar que debemos evitar la simple "frase revolucionaria", tenemos que acompañar esto de una profunda identificación con los principios revolucionarios. Es natural que esta asimilación sí a mayor en las personas que desde edad temprana se vinculan a la lucha, lo que permite que su personalidad se forme en el molde de los principios revolucionarios. Con esto se indica la importancia que tiene en las condiciones de nuestro país la joven edad de quienes ingresan a la organización. Todo esto que estamos diciendo nos permite considerar la cuestión de no preocuparnos solamente por la simple penetración de vulgares delatores en las filas, sino también de ejercer vigilancia ante el peligro de la infiltración ideológica o de tipo político. Esto también hace ver la importancia de no descuidar nunca la educación política de miembros, simpatizantes, colaboradores y afiliados. No importa que muchas veces tal educación sea demasiado elemental. Lo más grave es que se den situaciones en que no exista ningún tipo de educación política. Esta educación contribuirá en mucho a salirle al paso con éxito a las maniobras divisionistas que no será extraño que el enemigo ponga en práctica. El pseudo-radicalismo Por otro lado desde la margen izquierda del proceso nos amenaza como peligro el "radicalismo", del cual ya hemos hablado algo. Igual que en toda una serie de actitudes erróneas, no debemos de cerrar los ojos ante la parte positiva, por ínfima que ésta sea, encubierta bajo tales actitudes erróneas. En el caso del radicalismo hay que reconocer que en cierta medida refleja el celo por cuidar el ritmo de índole revolucionaria del proceso. Pero ocurre que tal ritmo se pretende sostener con medidas fáciles, que excluyen el trabajo paciente, la vinculación con las masas populares, la selección de las mejores personas inmersas y dispersas en el seno de la multitud. A quien comete errores hay que ayudarlo a superarse; en este sentido al que incurre en la desviación radicalista hay que reconocerle la dosis de preocupación a favor del contenido revolucionario del proceso, pero al mismo tiempo orientarlo respecto a las medidas que más eficazmente contribuirán a garantizar el auténtico contenido revolucionario del proceso: combinación de la teoría revolucionaria con la práctica concreta en que actuamos; estrecha vinculación con las masas populares; asimilación de la experiencia que se desprende de la práctica de nuestra fuerza combativa; crítica constructiva que permite la superación de las debilidades y errores; mayor esfuerzo en el conocimiento de los problemas nacionales, locales y parciales; homogeneidad ideológica en las filas de nuestro destacamento. Todo permitirá comprender que la garantía del contenido del proceso no depende de un hecho o de una frase aislada, es decir que no se puede de un tajo resolver este importante problema de la actividad revolucionaria. Ante la pseudo-oposición burguesa No es difícil observar el cuidado que en su actividad habitual ha tenido el Frente Sandinista para salirle al paso al peligro que representa en la situación del país 107

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la pseudo-oposición burguesa. Este cuidado se manifiesta en el contenido de los documentos que se exigió publicar al enemigo con motivo del combate del 27 de diciembre. Es evidente que en el futuro inmediato se hará necesario tomar medidas para desenmascarar a tal sector político. Esto no quiere decir que se debe hacer tabla rasa del cuidado que se ha tenido en el pasado. Es necesario que tengamos en cuenta las opiniones que sustenta nuestro pueblo, a fin de canalizarlas en todo lo positivo que sea posible. Esto exige que ataquemos con plena razón, o sea que nos informemos de la mayor manera factible, a fin de que se comprenda mejor toda la razón que nos asiste, prefiriendo los datos convincentes sobre los calificativos subjetivos. Debe dársele un énfasis relevante al mayor enriquecimiento que han alcanzado bajo el régimen de Somoza, y además de esto los vínculos directos con negocios de Somoza o con el gobierno. Dar cifras respecto al monto del capital del individuo de que se trata, para la época de los primeros años del régimen de Somoza, y dar la cifra del monto actual de tal capital Piénsese cómo quedarían con una denuncia así elementos como Ramiro Sacasa, Alfredo Pellas, Pedro J Chamorro, Carlos J Solórzano, Ernesto Chamorro, Eduardo Chamorro Coronel, etcétera. Al mismo tiempo puede ser ridiculizada la vida política de estos elementos. El libro Mi rebelión de Luis Cardenal tiene párrafos relativos a la conducta de P J Chamorro, Reynaldo Téfel y otros, con motivo de los sucesos de Los Mollejones en 1959, que no podría escribirlos mejor ni el más intransigente crítico de esos señores. Deberían ser reproducidos literalmente en nuestra propaganda en el momento más oportuno. Hay que tener en cuenta que debemos de disponer de medios para que tal propaganda cause un verdadero impacto en la población. Se trata de avanzar aún más en la liquidación de la influencia de la casta política tradicional. También se hace necesario demostrar con cifras, nombres, lugares, etcétera, los nexos de esos elementos con el imperialismo, nos referimos a los nexos políticos y económicos. Ante la intervención imperialista De la misma manera, nuestra organización en su pasado ha tenido cuidado en lo que se refiere a buscar el enfrentamiento tísico con las fuerzas norteamericanas en el país. Por supuesto que no ha sido una cuestión de evadir tal responsabilidad. Por una razón de sensatez elemental, se ha tenido en cuenta por nuestra parte la excesiva limitación de nuestra fuerza, lo que contribuiría a dificultar grandemente una lucha exitosa. Además se ha tenido en cuenta que la desocupación oficial del país por las fuerzas norteamericanas militares, constituye una conquista histórica de nuestro pueblo a raíz de la resistencia emprendida por el ejército popular de Sandino a la cabeza de la nación. La cuidadosa actitud del Frente Sandinista debe ser tenida muy en cuenta para demostrar que no practicamos un antiimperialismo ciego, sino un antiimperialismo responsable, fiel continuador de la actitud adoptada por nuestros antepasados. En efecto, no ha sido un afán belicista lo que ha determinado las resistencias antiyanquis de 1855 a 1857, de 1909 a 1910, de 1912 y de 1926 a 1933. Ha sido el empecinamiento norteamericano lo que ha obligado a nuestro pueblo patriótico a emprender la lucha armada. Hay que recordar que estuvo en manos de nuestra organización la suerte de un jefe de la misión militar norteamericana, pero nosotros no nos dejamos arrastrar por la simple 108

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oportunidad tísica, tomando correctamente en cuenta de manera principal la situación política. También hay que recordar las medidas que se contemplaron cuando se expusieron algunas ideas en el tiempo previo al combate del 27 de diciembre. No se ha tratado de temor al imperialismo, sino de la preocupación de hacer ver a las masas y a la opinión pública la alta responsabilidad en los métodos de lucha del Frente Sandinista. Seguramente en la nueva fase que está en desarrollo será necesario golpear directamente contra los intereses norteamericanos en Nicaragua. Esta a la vista la creciente intervención yanqui en el país, aunque eso no quiere decir que necesariamente llegarán al desembarco masivo de tropas, pero tampoco puede descartarse esa posibilidad. Por otro lado nosotros tampoco podemos estar esperando que se dé tal desembarco masivo, para proceder a actuar. El objetivo nuestro no es sólo impedir tal intervención, sino también frenarlo, y en todo caso hacer fracasar los fines que se propone tal intervención. Todo esto no quiere decir que debemos olvidar el cuidado, la reflexión con que el Frente Sandinista ha contemplado el enfrentamiento directo con el elemento yanqui. De modo que es necesario no escatimar los medios que permitan no sólo hacer ver que tenemos razón, sino que se vea en la mayor proporción posible la razón que nos asiste. La copiosa experiencia nacional antiyanqui ofrece ejemplos tanto en lo negativo como en lo positivo. No queremos dejar de señalar cierto aspecto poco conocido relativo al fusilamiento de los norteamericanos Cannon y Groce en 1909 en las postrimerías del gobierno de Zelaya. Todos sentimos legítimo orgullo al ver la energía con que las autoridades nacionales, en un paréntesis de patriotismo, responden por la hollada soberanía nacional. Sin embargo es poco conocido el debate que surgió en los círculos antiimperialistas del país en relación a la corrección con que Zelaya tomó medidas contra la recrudecida intervención yanqui en Nicaragua. Se sabe por lo menos de un documento suscrito en 1924 por Escolástico Lara, que después se identificó con la lucha de Sandino, y otras personas de espíritu patriótico y de origen popular. En tal documento, al mismo tiempo que se condena la intervención yanqui, se expresa desacuerdo con la forma en que fueron fusilados Cannon y Groce, señalándose que esto fue precipitado por parte de Zelaya, y que hubiera sido más ventajoso mantenerlos prisioneros por más tiempo, con lo que se hubiera encontrado en mejor posición para exigir el cese de la intervención en el país y al mismo tiempo denunciar ante la opinión pública de Estados Unidos y demás países, la agresión norteamericana. Como es sabido, el fusilamiento de los norteamericanos mencionados fue utilizado como pretexto por el gobierno norteamericano para multiplicar la intervención en Nicaragua. Consideramos de mucho interés detenerse a pensar en el problema que plantea el documento de Lara y demás, a que hacemos referencia. Terror revolucionario Otro rasgo que se ha dado en forma pronunciada en la actividad pasada del Frente Sandinista, es el cuidado con que se ha practicado el terror individual contra el enemigo. Ha predominado la preocupación por desarrollar la fuerza colectiva capaz de enfrentarse al principal instrumento represivo del enemigo la Guardia Nacional. Es útil detenerse a pensar el papel positivo que ha desempeñado esta línea en el desarrollo de la vinculación con las masas y la 109

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organización de éstas. Con lo que se ha expresado no se niega el papel que el terror revolucionario ha desempeñado en la montaña, especialmente en la tase más reciente. Esto reflejaría que se ha hecho un uso flexible de tal terror, tomando en cuenta la diferencia de condiciones que se presentan en la montaña en comparación con el campo y la ciudad. A la hora de volverse necesario extender el terror revolucionario a otros puntos del país es importante no dejar a un lado la tradición de cuidado con que por lo general se ha abordado esta faceta de la acción sandinista. Es importantísimo poner en primer plano la conveniencia política, en qué medida la acción de que se trata contribuirá al desarrollo fundamental de nuestra lucha. También es conveniente no perder de vista los antecedentes de terror revolucionario con la participación determinante de las masas populares, tal como ha acontecido en la montaña y en Lomas de Panecillo, en este último caso con la movilización de la comunidad de Subtiava. Insistimos en la importancia de ajusticiar con criterio político, ya que en muchos casos determinados elementos enemigos por sus fechorías merecen la muerte, pero el interés general del movimiento no permite hacer realidad tal muerte. Es importante alimentar la atmósfera que permite sentir que son las masas populares mismas las que de manera creciente se alzan contra la tiranía y que por consiguiente no se trata de la conjura de un grupo de personas. En lo que se trata de ajusticiamientos, igual que en otras esferas de nuestra actividad, tenemos que evitar la simple imitación de las experiencias de otros países Como siempre, es imprescindible nuestra situación concreta, y nuestros intereses concretos. Los éxitos militares Es conocida la expresión de los grandes clásicos de la teoría y la acción revolucionaria en relación al papel decisivo que desempeñan los "éxitos" armados, aunque sean pequeños y escasos, a la hora de la ofensiva hacia la toma del poder. Ellos se refieren a la importancia de tales combates para minar la moral bélica del enemigo. Este enunciado, que muchas veces pronunciamos en lo literal, quizás se vuelva más comprensible que nunca con los acontecimientos que se han vivido en el curso de 1975. Tal vez no esté de más observar la relación que tienen con la moral los llamados rumores que circulan de boca en boca entre la gente del pueblo, y que tanta preocupación causan entre los magnates de prensa que se hacen pasar por opositores. Tales rumores en cierta medida reflejan el estado de ánimo de las masas con relación al progreso del combate revolucionario. Hemos hecho alusión a "éxitos pequeños y escasos". A este respecto recordemos que el ejército comandado por Sandino expulsa a los intervencionistas yanquis contando con una fuerza material inferior a la del enemigo. Otro ejemplo sería la situación de las fuerzas populares cubanas en vísperas de la victoria sobre el régimen de Batista, siendo la fuerza material de este abrumadoramente superior a la de las primeras. Esto que estamos diciendo lógicamente no tiene que conducir a restarle importancia total a la proporción de los golpes que es posible asestar, y tampoco debe conducir a restarle importancia a la labor de alcanzar la mayor fuerza material posible, aunque no se pueda alcanzar el nivel de fuerza del enemigo.

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Sobre el grupo socialista Uno de los problemas que se nos ha presentado en la situación de nuestro país es la relación con el grupo del Partido Socialista. En comparación con la situación que se ha dado en otros países latinoamericanos, en los que incluso las cosas han terminado increíblemente, formándose corrientes prochinas y prosoviéticas, en Nicaragua nosotros le hemos dado justamente a este asunto un papel secundario. Viendo las cosas objetivamente es lo cierto que el grupo socialista como fuerza local es extremadamente débil. Viendo las cosas desde otra perspectiva, a veces pensamos que la solidaridad del campo socialista con nuestro proceso depende de nuestra relación con dicho grupo. En esta oportunidad deseamos expresar que cuando pensamos así incurrimos en una equivocación. Y para fundar esta rectificación traemos a colación los casos que se han presentado en Argelia, Egipto y Cambodia, en la relación de los movimientos de liberación nacional con los grupos comunistas ortodoxos locales. No es malo tampoco recordar la política de la revolución cubana en la etapa previa a su abierta declaración de identificación con el Marxismo Leninismo. Hay que comprender que una innecesaria vinculación con el grupo socialista local sólo coadyuvaría a alimentar la imagen de una excesiva vinculación nuestra con el campo socialista. En política es imprescindible trazar lineamientos de acuerdo con la realidad concreta, y buscarle hábilmente el lado ventajoso a cada factor. Ciertamente la debilidad característica del grupo socialista no ha contribuido a facilitar la incorporación de las masas explotadas a la lucha revolucionaria. Sin embargo, tal debilidad podemos transformarla en ventaja que sirva para fortalecer la imagen de la raíz nacional y tradicional del movimiento. Ya corren rumores en los círculos de la chismografía política de que no somos verdadero partido obrero, que no le damos la debida importancia a la teoría marxista. ¿Por qué no decir que estos rumores no deben disgustarnos demasiado? Esta política que sugerimos al respecto a la dirección dominante en el grupo socialista, no se opondría a atraer en forma individual a los elementos más honestos y combativos, mediante el uso por nuestra parte de la persuasión. Quizás no se deba descartar la necesidad de difundir, por lo menos al nivel de la militancia socialista o de parte de ella, algún caso que se descubra con todos sus detalles de soborno de la patronal a algún elemento sindical pseudo-socialista. Y señalamos en este caso una difusión estrictamente limitada, porque no sabemos hasta qué punto una difusión más extensa puede originar cierto estado de opinión que quizás se volvería contra nuestro propio movimiento. En nuestra política hacia el sector dominante en la dirección del grupo socialista, es conveniente no perder de vista la perspectiva de que nuestra fuerza se convierta en la organización revolucionaria única del país, un seno indicio de la posibilidad que estamos indicando es esa actitud que ya ha sido puesta de relieve en documentos sandinistas, en el sentido de que la masa sindical con dirigencia controlada por los socialistas sigue a éstos en la actividad reivindicativa inmediata, pero en lo político respalda al Frente Sandinsta. Por último señalemos en el presente punto que con la misma discreción que hemos indicado anteriormente, y con fines no de polémica sino de persuasión, se pueden dar a conocer a ciertos militantes socialistas hechos comprobados de la violación, por su dirección, de los principios proletarios. 111

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La intervención del CONDECA Hace falta seguir con atención la intensificación de los contactos entre los elementos de las altas esferas gobernantes de los países centroamericanos. Los últimos cuatro contactos a nivel de jefes de estado se han realizado en un lapso menor de un año. No hace falta mucha perspicacia para ver que estos contactos se intensifican a medida que se agudiza la situación política en Nicaragua y en otros lugares de Centro América. Tengamos presente que la coordinación de las fuerzas reaccionarias de la región se ha institucionalizado, en violación de las respectivas constituciones nacionales, en el llamado CONDECA. Cuando entre nosotros se hace referencia al peligro de la intervención imperialista extranjera, por lo general hablamos solamente de la parte militar. Puede tener interés, tener en mente la combinación que puede darse con maniobras políticas. La relevancia que se le viene dando a los contactos de jefes de estado centroamericanos, podría estar asociada a la maniobra de crear una instancia política, que en determinado momento, de acuerdo con el Departamento de Estado norteamericano, decida intervenir en la situación interna de cualquiera de nuestros países, pero especialmente en la situación interna de Nicaragua. ¿Cómo no pensar que las clases dominantes de Centro América tienen que anticiparse a tomar medidas para controlar las consecuencias que a nivel regional debe tener el inminente derrocamiento de Somoza? Estas medidas se acentúan a causa del papel preponderante que está desempeñando en ese inminente derrocamiento, una fuerza revolucionaria radical como es el Frente Sandinista. En relación a la combinación de medidas militares y políticas habrá que contemplar el peligro de intervención de una fuerza armada centroamericana reaccionaria, más que con fines combatientes, y aquí viene la parte política, con el objeto de "supervigilar" una farsa electoral. Que esto no es pura especulación lo indica el antecedente de República Dominicana en 1966 con elecciones supervigiladas por la OEA (por cierto que entre los integrantes del personal de supervigilancia se contó el señor P. J. Chamorro), dado el deterioro de la OEA, a la reacción le podría bastar con la utilización del CONDECA. Tampoco está fuera de lugar citar la supervigilancia, así era que la denominaban, de las farsas electorales para el tiempo de la resistencia del ejército de Sandino. No puede pasarse por alto la demanda planteada con gran estruendo por la pseudo-oposición burguesa para la farsa electoral de 1963, en el sentido de que interviniera en el país la OEA. Esta demanda ha sido temporalmente callada, aunque hay que observar que ni por demagogia han hecho renuncia de tal demanda, lo que sugiere que se ha tratado solamente de un silencio temporal, pero que la tal demanda se ha mantenido latente. Podría verse también que una forma de aparentar cierta evolución del intervencionismo de la pseudo-oposición burguesa es sustituir la petición de la participación de la OEA por la participación de los "hermanos" centroamericanos. Un síntoma del papel del CONDECA se refleja en la urgente reunión que fue celebrada en la ciudad de Managua, poco después de los sucesos del 27 de diciembre de 1974. Cae por su peso la necesidad de establecer una buena relación política con las fuerzas progresistas de estos países. Quizás nunca como ahora ha surgido la necesidad de esta relación. Al mismo tiempo que se fortalece la solidaridad, hay que cuidarse del sectarismo, de manera que sea posible desarrollar un movimiento que no de la imagen de simple 112

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vinculación entre los varios grupos revolucionarios de nuestros países, sino que se vea la disposición de unidad de las amplias masas explotadas y patrióticas de nuestros pueblos. La vinculación entre los grupos radicales de estos países, debe evitar toda ostentación, y alcanzar un contacto vivo, real, dinámico, efectivo. Aunque deben apreciarse los esfuerzos que se han hecho para atender este problema, si se examina objetivamente esta cuestión y se le da la creciente, muy creciente importancia que tiene, se verá lo necesario de prestarle una mayor atención. A la par de la solución de las tareas conspirativas y logísticas, debe prestársele una mejor atención a las labores políticas propiamente dichas. Nuestra unidad interna Resultaría fructífero detenerse a reflexionar, con relación a la utilidad que de por sí ha traído al progreso del Frente Sandinista la unidad, que en lo fundamental ha predominado en la ya larga actividad que se ha desplegado desde el momento de la fundación. Con esta afirmación no se pretende ocultar la necesaria discusión interna que ha acompañado nuestra actividad, pero que al revés de otras experiencias no ha degenerado en estériles escisiones. Esta unidad ha permitido una concentración de las energías, lo que ha facilitado quizás decisivamente el progreso del movimiento, hasta convertirse cada vez en mayor grado en la primera fuerza política del país. Es necesario velar por la continuación y desarrollo de esta tradición unitaria, que es motivo de orgullo de los combatientes sandinistas. Persuasión y no polémica Naturalmente que la unidad no es opuesta a la existencia de un auténtico espíritu crítico en nuestras filas, por el contrario, tal espíritu de crítica constructiva le da consistencia mayor a la unidad y contribuye a su fortalecimiento y continuidad. Hay que entender que una crítica mal entendida que expone a la unidad, pierde su sentido revolucionario y adquiere un carácter reaccionario. Es conveniente desarrollar el estilo de persuasión y no de polémica en nuestra forma de emprender la crítica. Darle énfasis a los propios puntos de vista no exige necesariamente adoptar una postura polémica. Tal vez ayude a respaldar esto que decimos, recordar que resulta anacrónica la extrema vehemencia que se dio en la discusión entre marxistas y bakuninistas, o entre bolcheviques y mencheviques, esa vehemencia extrema resultó justificada en una época en que se estaban descubriendo por primera vez las leyes que rigen el tránsito de la sociedad capitalista a la sociedad sin clases. A nosotros nos corresponde en nuestro espacio histórico poner en práctica, aplicar tales leyes ya descubiertas. A veces sin faltar la buena fe se puede caer en la imitación del polemismo de los primeros revolucionarios, incluso esto es menos difícil que la búsqueda para acertar en la solución de los problemas generales. Por otra parte los excesos polemistas no pueden distraer energías que podrían rendir mayor provecho al atender toda una cantidad de problemas pendientes. En la discusión interna cada uno debería tener presente que lo que conviene a los intereses del movimiento, de la clase y de la nación, es convencer y no vencer a 113

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la otra parte. Estas son palabras que otros han dicho con motivo de otras situaciones, pero que nosotros pensamos que vienen al caso en lo que estamos apuntando. La persuasión exige tener en cuenta la dosis de razón, por ínfima, por pequeñita que sea, en la opinión que cada uno expresa. Centralismo y democracia Como es evidente, los métodos clandestinos predominan en la actividad del Frente Sandinista. Se hace necesario que los métodos clandestinos no limiten excesivamente la vida política de la organización. Es necesario cuidar de la recepción de las inquietudes políticas de los organismos y militantes. Sin descuidar nunca la necesaria compartimentación, sin descuidar la estricta discreción exigida por la acción conspirativa, apartando los detalles que tal compartimentación no permite que sean conocidos, es conveniente se extracten los puntos que reflejen la inquietud política de organismos y militantes. Lo que se quiere decir es que la clandestinidad no se convierta en causa que limite hasta extremos dañinos la vida política de la organización. Tiene también que quedar claro que en aras de una constructiva vida política, tampoco se debe caer en otro extremo dañino como es el ultra-democratismo. Ni ultracentralismo, ni ultrademocratismo. La guía tiene que ser el centralismo democrático, aunque las condiciones en que actúa el Frente Sandinista exigen no descuidar para nada el necesario centralismo. Si bien en este punto especialmente le cabe una responsabilidad particular a la Dirección Nacional, hay que darle su lugar a la que le toca a los militantes y organismos intermedios y de base que integran nuestra organización. Teoría y dogmatismo Una cosa que cualquiera entiende es el determinado progreso que en cuanto a lo ideológico se registra dentro del Frente Sandinista. Sobra decir lo necesario que resulta para el éxito de los fines que se propone nuestro destacamento, que ese progreso ideológico no se detenga. Al mismo tiempo debemos velar porque los progresos teóricos estén vinculados a nuestra práctica local concreta, ya que de lo contrario se cae en un estéril dogmatismo. En este sentido puede ayudaren mucho la modestísima tradición teórica de nuestra organización: en ella la teoría en lo fundamental ha ido ligada a la propia práctica del movimiento. Tenemos que cuidarnos del palabrerío pseudo-marxista, que suele dar apariencias de Marxismo, pero que en el fondo es sólo materialismo económico; una falsificación del Marxismo. El materialismo económico únicamente le concede importancia a los hechos económicos, como generadores de los hechos políticos. A este respecto estaría bien recordar la aclaración de Engels en una carta a F. Mehring en la que señala que en una primera etapa de la difusión del Marxismo, se hizo útil para contrarrestar las concepciones idealistas tradicionales, darle un énfasis unilateral a los hechos económicos, y que una repetición mecánica de esto impedía la correcta aplicación de la teoría revolucionaria. 114

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Particularidad de los destacamentos A veces se habla acerca del grado en que la estructura de nuestro destacamento se ajusta a los modelos clásicos de destacamentos revolucionarios. En esta cuestión hay que decir que posiblemente no haya caso de destacamento, en las revoluciones triunfantes, que en su crecimiento sea igual a otro. De la misma manera que cada proceso revolucionario tiene sus particularidades, éstas se extienden también al caso de cada destacamento. Según vienen sucediendo las cosas en Nicaragua, el Frente Sandinista se convierte en un destacamento de vanguardia; pero también en algo más que un destacamento de vanguardia, al cumplir también las veces de destacamento de todo el pueblo, o sea un movimiento nacional. Tal vez sea apropiado calificar a nuestro destacamento de proletario-popular. Debemos tener presente el extremo atraso político heredado, la proximidad de nuestro país a la metrópoli imperialista, el tradicional intervencionismo del imperialismo en el área del Caribe en la que nos corresponde combatir, la lejanía de la casi totalidad del campo socialista y de las áreas más definitivamente liberadas del dominio imperialista; también no hay que descartar la posibilidad de que se centroamericanice la lucha. Por supuesto, que preocupados por evitar las desviaciones hacia los lados más opuestos, tampoco podemos cerrar los ojos ante los aspectos de otros destacamentos revolucionarios, que tienen vigencia en el país. Sandino y Farabundo Martí El inagotable caudal patriótico y revolucionario de la lucha de Sandino, no facilita a veces extraer las ricas lecciones propiamente políticas que ella contiene. En esta oportunidad deseamos hacer mención a la forma en que Sandino se refería a diferencias que surgieron, evitando la diatriba y el polemismo verbal. Nos basta con referirnos a las palabras con que en 1933 dio respuesta cuando se le preguntó sobre lo que había motivado la separación entre él y el comunista salvadoreño Agustín Farabundo Martí; Sandino no atacó ni mucho menos a A.F. Martí, su respuesta fue así: "Nos separamos colmados de tristeza y en la mayor armonía, como dos hermanos que se quieren pero no pueden comprenderse". Las experiencias legadas Insistimos en lo ya expresado acerca de nuestro papel de aplicar modestamente las ricas experiencias de los explotados de los demás países que han derribado los sistemas de opresión en cada caso. Precisamente uno de los privilegios que nos favorecen, es el rico caudal de experiencias que nos toca heredar, lo que incluye la victoria cubana, la experiencia más próxima a nuestro medio histórico. En esta labor es importantísimo saber sintetizar las más diversas inquietudes que surgen entre nuestros cuadros y militantes, tratando más de combinar tales inquietudes que de oponerlas unas contra otras. 115

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Modestia revolucionaria La modestia revolucionaria ha tenido ejemplos relevantes entre los combatientes que han pasado por nuestras filas. Se trata de una cualidad que tiene más importancia de la que a primera vista puede parecer. La modestia facilita, quizás en muchos casos decisivamente, la vida colectiva, la actividad de un conjunto de personas. Precisamente la conciencia colectivista, la conciencia de que es la energía de un conjunto de hombres lo que integra la vanguardia, es imprescindible en el espíritu militante. Ese espíritu colectivista, que lo sustenta la modestia, debe convertirse en una pasión en el militante revolucionario. La modestia frena la ostentación de los méritos propios y no impide reconocer los méritos ajenos, lo que contribuye grandemente a la fraternal comprensión entre los militantes. Sinceridad En un documento elaborado recientemente por la organización se señala la sinceridad como una de las cualidades que deben desarrollarse en el militante sandinista. Hay que convencerse de que la referencia a esa cualidad no tiene estrechas miras moralizadoras, independientemente de que el revolucionario debe sustentar una moral nueva, superior. La sinceridad ejerce una función importante en la atención oportuna a los problemas que siempre debe enfrentar el movimiento. Es necesario fortalecer la práctica entre los militantes de referirse a los problemas que les preocupan, sin esperar a que se den todas las condiciones que hagan más fácil expresar las opiniones de que se trata. Hay que recordar que la sinceridad no se opone al fraternal respeto que debe regir las relaciones entre los combatientes sandinistas. Es constructivo que cada cuadro y cada militante recuerde el papel de estos factores en la labor que han debido realizar. No dudamos que esto ayudara a estimar estas cualidades en su justa dimensión. No podemos soñar en que sea posible eliminar totalmente los casos de actitudes bruscas, opuestas a la fraternidad, opuestas al respeto y la sinceridad. Ante tales casos, estamos obligados a conservar la serenidad, y a buscar en la brusquedad que se dé, lo justo que haya aunque sea poco, y separarlo de lo que sea maleza o basura. Es educativo recordar con detenimiento el título que ostentan los combatientes sandinistas: hermano Todo esto tampoco es opuesto al empleo de la energía y el rigor, tan necesarios en la dura vida clandestina y guerrillera. De lo que se trata es de ser enérgicos y rigurosos sin olvidar el respeto, la sinceridad, la fraternidad. Rendimiento de cuadros Aquí deseamos tratar el punto de la necesidad de mejorar las condiciones que permitan un rendimiento aún mayor de nuestros cuadros. A este respecto tenemos en cuenta normas aplicadas en otras experiencias revolucionarias:

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a) Conocimiento de la actividad productiva; esto evita situaciones en las que el militante sólo aporta en función del conocimiento físico, por decirlo así, de las personas, dándose el caso de militantes que no rinden de acuerdo al sector productivo al que están estrechamente vinculados como trabajadores explotados; todo esto sin incurrir en una contraposición, sino logrando una combinación entre el trabajo conspirativo y militar con el trabajo político; b) Compenetrarse de los intereses concretos del sector popular al que se está vinculado, o sea que no es suficiente con saber que el sector popular de que se trata es explotado y oprimido en general, sino conocer detalles fundamentales de la situación particular; c) Asimilar la experiencia de que son portadoras las propias masas a las que el cuadro está vinculado; la vanguardia revolucionaria no puede proponerse solamente enseñar a las masas populares, sino que al mismo tiempo debe aprender y saber ser discípulo de las masas populares (puede recordarse que los soviets, poder local de los explotados rusos, no fueron una invención de la vanguardia, sino creación de los mismos explotados, creación que la vanguardia supo valorar para luego generalizarla), esto permite que las formas de lucha y organización no aparezcan enteramente como una invención artificial de la vanguardia, sino que lleven la marca del carácter de nuestro pueblo; d) Conocer el estado de ánimo de las masas, esto, igual que los otros puntos señalados, exige la utilización de cuestionarios, o sea preguntas elaboradas, que nos faciliten una comunicación política con la gente del pueblo que atendemos directamente, cuando se habla de cuestionarios, aparte de que pueden ser escritos, también pueden ser memorizados y aplicados verbalmente, también hay que estar atentos a las palabras y hechos espontáneos de las masas. Los puntos que en este apartado se han señalado, a la vez que pueden ser utilizados a nivel local, regional y zonal, pueden tener utilidad a nivel nacional. Sobre el tirano No es extraño que entre los sandinistas surjan interrogantes acerca del papel que puede desempeñar el plan que pongamos en práctica con relación a la persona del tirano. A Somoza D. Nadie podrá estar en desacuerdo respecto a que la presencia de un tirano abominable en un extremo difícil de igualar en otra latitud, constituye una de las particularidades de la situación en que nos toca combatir. En esta ocasión deseamos referirnos a matices, que hasta donde nosotros sabemos, no son mencionados cuando se emiten opiniones sobre esta cuestión. Hace falta no simplificar el problema opinando si debe ser ajusticiado o no conviene que sea ajusticiado el tirano. En la experiencia cubana el repudio al tirano desempeñó un papel importante en la movilización de las masas populares. Se sabe que en las vísperas de la victoria definitiva del pueblo cubano, se realizaron entrevistas entre altos oficiales en servicio activo en el ejército enemigo y la dirección de la lucha revolucionaria, en tales entrevistas una de las exigencias de los revolucionarios fue la de que no se permitiera la fuga de Batista, a la vez que de momento se aceptaba la participación de 117

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militares antibatistianos en la dirección del nuevo gobierno que se establecería. Pero ocurrió que los militares que se prestaron para derrocar a Batista, accedieron a la fuga de éste, con lo que escapaba impune de los crímenes de que era culpable. Este hecho negativo fue transformado en positivo por la dirección revolucionaria, al considerarlo justamente como traición a los compromisos contraídos, esto facilitó excluir a los militares de la dirección del nuevo gobierno que se estableció, lo que ayudó a la liquidación del viejo ejército reaccionario. En una ocasión fue preguntado por nosotros un cuadro de la revolución cubana, respecto al efecto que hubiera tenido que los militares, no permitiendo la fuga de Batista, lo hubieran juzgado sumariamente ante las masas en La Habana, para ejecutarlo, en nuestra opinión esto pudo ser condición para que los militares a última hora ganaran determinada autoridad ante el pueblo. La respuesta del cuadro revolucionario cubano fue que un hecho tal "nos hubiera puesto difícil" la situación. Es fácil de imaginarse que el imperialismo ha analizado en sus altas esferas los momentos en que se verificó el desplome del poder reaccionario en Cuba. Llama la atención, que es después de esa experiencia cubana, que el imperialismo se asocia al asesinato de Trujillo en 1961 y al del tirano sudvietnamita Ngo Dim Diem en 1963. ¿Consideraría el imperialismo que tales ajusticiamientos, asimilando la experiencia cubana, garantizarían su triunfo? En Vietnam sólo logró postergar su derrota un poco más de diez años, en República Dominicana han sucedido largos años de crisis, y después de casi quince años, aunque el movimiento revolucionario se ha fatigado bastante, no termina de consolidarse el régimen reaccionario postTrujillo. Al escribir estas líneas, nos inclinamos por valorar la conveniencia de plantear desde ya abiertamente ante las masas la justeza de la eliminación de la persona de Somoza. Aunque no le demos un lugar prioritario, quizás no hay que descartar la posibilidad de que miembros de nuestra organización la realicen. En caso de que el enemigo de clase se nos anticipe, pretendiendo llevar a cabo una maniobra para frustrar el proceso, en contra de su voluntad ello podría contribuir a radicalizar a las masas, además de que nosotros no debemos de conformarnos con el solo ajusticiamiento del tirano una vez que tomemos el poder, sino que debemos plantearnos el ajusticiamiento de los más selectos cómplices de delitos, o sea no una represión de la masa de delincuentes, sino de los más culpables de la camarilla dirigente. Hay que pensar en que se trata no sólo de un hecho de justicia, sino de un hecho tal vez indispensable en la radicalización de las más amplias masas populares. No podríamos pasar por alto la posibilidad de dar la misión del ajusticiamiento del tirano a elementos del ejército enemigo que accedan a actuar de acuerdo con nosotros. De ejecutarse la acción esto nos permitiría canalizar a favor de nuestra causa ese hecho que obviamente ejercería influencia en amplias masas. De no darse el ajusticiamiento, y producirse la fuga, esto originaría una situación con algunos rasgos comunes a la que se dio en Cuba, aunque está lejos de nuestra posición establecer paralelos mecánicamente. Es en favor de la claridad que nos expresamos en estos términos. Justicia y clemencia

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Le atribuimos un importante interés a que le pongamos énfasis a nuestro propósito de ajusticiar al grupo de verdugos que hoy por hoy tienen la mayor culpa de delitos contra el pueblo, al mismo tiempo que planteamos clemencia hacia los que desde ahora cambien de conducta. Es útil prestar atención a que Somoza pretende asociar al mayor número posible de individuos a los crímenes que perpetra, elemento que está presente en las repetidas represiones urbanas en las que ha lanzado cientos de sus mercenarios apoyados por tanques y aviones: 15 de julio, El Redentor, La Ermita (León), Nandaime. Si el tirano se propone ampliar su base de cómplices, por nuestro lado debemos reducirla. Esto nos ayuda a aislarlo. Tenemos que ver claro que clemencia no significa impunidad necesariamente. En todo esto entra en juego la flexibilidad, esa norma que ayuda a ver en una serie de situaciones, matices que rebasan la alternativa blanco-negro. Descomposición en las filas del enemigo Una labor que amerita la creciente atención de nuestra parte es la descomposición en las filas del ejército enemigo. La experiencia que se está dando en Portugal, si bien es la más actual, no es la primera que se produce, aunque ayuda a calcular la cuantía de posibilidad que ofrece la labor de descomposición en las filas de los ejércitos reaccionarios. Así es que en determinado grado, tal descomposición jugó su papel en el proceso revolucionario de Rusia, China, Vietnam, e incluso Cuba. Precisamente uno de los aspectos quizás menos conocidos, pero no por ello carente de importancia, es la relevancia que los revolucionarios cubanos le dieron al tratamiento político de las filas del ejército enemigo; al mismo tiempo tenían el cuidado de no hacerse desmesuradas ilusiones en dicho ejército. Referencias a este aspecto pueden verse en el documento La historia me absolverá de 1953, en las negociaciones con oficiales del ejército batistiano a finales de 1958 (esto lo mencionamos en el fragmento "Sobre el tirano" del presente texto). Tradición revolucionaria nacional En la educación política de nuestra militancia y de nuestro pueblo, tenemos que utilizar en una medida todavía mayor que en el pasado, los textos revolucionarios que representativos de nuestro pueblo han emitido en el curso de nuestra tradición histórica. Todo lo positivo que encontraremos en tales textos debemos difundirlo. Incluso es posible recuperar determinado lenguaje del pasado que tiene sorprendente vigencia. Por ejemplo J. S. Zelaya denominaba "falsa república" a la república dominada por la "oligarquía". No contribuye a fortalecer la imagen nacional del movimiento la repetición excesiva de lemas revolucionarios procedentes del exterior, cuando en nuestra tradición se dan expresiones con igual significación que pueden ser utilizadas como lemas. Es cosa confirmada que en la resistencia patriótica de 1912 la consigna principal fue "Muera el imperialismo"; aparte de que Zelaya en 1909 condenó en ocasiones memorables al "imperialismo" (es varios años después, a partir de 1916, que el conocido libro de Lenin populariza este término). Es bastante 119

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elocuente el hecho de que un catedrático de la universidad africana de Senegal haya publicado en años recientes un trabajo titulado La negritud en la obra de Rubén Darío. Ahí se logra extractar el interés de Darío por los pueblos y la cultura negros. Por su lado los revolucionarios nicaragüenses pueden decirse que todavía no se han decidido por encontrar la médula patriótica y popular en la obra y vida de Darío. Desde los tiempos de la lucha contra Walker hasta los años de lucha contra la tiranía somocista, aparecieron toda una serie de textos que requieren ser seleccionados y editados en un volumen, cuya difusión contribuiría a sostener la confianza en la capacidad de lucha por la liberación nacional y social. Frente clandestino de masas Aquí nos proponemos hacer mención de una idea que ya ha dado motivo de atención por parte de un estimado compañero sandinista. Se trata de la necesidad de desarrollar un frente político clandestino a nivel de base popular, que permita la integración a la lucha de una serie de personas con inquietud revolucionaria, pero que no llenan los requisitos estrictos que exige la militancia en el Frente Sandinista. Esto ayudaría a no subestimar a cierto sector progresista que se dé dentro de UDEL, o dentro de sectores que todavía no se han desprendido totalmente de los grupos políticos tradicionales. Es posible que ayude a comprender esta idea recordar que los soviets, por ejemplo, no eran una organización partidista, sino de masas, que por supuesto terminó bajo la hegemonía bolchevique. En tal frente, a la vez que participarían militantes nuestros, se podrían ubicar especies como: Unión Conservadora Popular, Unión Liberal Revolucionaria, las que estarían dirigidas por personas un tanto cercanas al Frente Sandinista. Hay que tomar en cuenta que el proceso de total liquidación de los partidos o fracciones políticas tradicionales, exigirá todavía determinado tiempo. En la misma idea de integrar de la manera más amplia posible a las masas, además de la categoría de militante, colaborador y simpatizante, habría que establecer la de afiliado, que sería un elemento con actividad muy esporádica, que incluso alguna sola vez haya tenido alguna colaboración práctica, la que en muchos casos podría consistir únicamente en ofrecer una participación que difícilmente se materializaría. Así tal vez se ayudaría a que miles y miles se sientan más integrados al Frente Sandinista. A esos afiliados hasta se les podría dotar de un carné que estarán obligados a mantener oculto, carné que también haría las veces de bono, por el cual darían determinada cantidad de dinero Sería un aporte con más significación política que financiera, aunque en algunos casos podría tener interés en este último sentido. Labor en países vecinos Aunque la necesidad de agilizar con energías mucho mayores la labor en los países vecinos ya ha quedado envuelta en uno de los apartados de este texto, ahora le dedicamos un espacio especial, con la sola intención de poner en ello 120

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un énfasis grande. Las propias necesidades logísticas de la montaña entendemos que justifican que tenga su propia vía de comunicación. Rehenes El mismo compañero a que aludí en el fragmento "Frente clandestino de masas", se refería a la necesidad de hacer prisioneros temporalmente, aunque sea por corto tiempo, a determinados representantes máximos de los grupos económicos oligárquicos, con fines exclusivamente políticos y clasistas, o sea excluyendo demandas para resolver problemas financieros nuestros. Se trataría de obtener información, con tales prisioneros, acerca de las ganancias que obtienen bajo el sistema, acerca de sus vínculos con el tirano y con el imperialismo, y poder hacer las denuncias del caso. También se podrían hacer demandas de tipo laboral o agrario Sin olvidar nunca el estilo de evitar la violencia innecesaria, tal como quedó patente en la acción del 27 de diciembre. Trato a microgrupos La labor de persuasión que en otro punto señalamos para el tratamiento a determinados elementos del grupo socialista, podría tenerse en cuenta para el tratamiento a cierto elemento confundido en los microgrupos pseudoizquierdistas. El principio de no subestimar a nadie es una regla de oro en el logro de la más completa unidad. Sin pretender restarle méritos al trabajo de reclutamiento emprendido en los últimos tiempos, no sería malo pensar sobre cuántos elementos no han podido ser atraídos hacia nuestras filas, por alguna limitación de nuestro trabajo. Esto exige que reparemos esa limitación nuestra. La política de persuasión por nuestra parte se funda en la infinidad de razones que tenemos a nuestro favor. Pero estas razones no caen todas por su peso, no se hacen evidentes en su totalidad a muchas personas, aunque éstas tengan inquietud revolucionaria. Nuestros cuadros y militantes tienen que cuidarse de no olvidar muchas de esas razones en ningún momento, y ello nos ayudará a ser más persuasivos. Por supuesto que no deseamos hacer el ridículo de pretender encontrar una fórmula que permita hacer militante a cualquiera. Nuestra preocupación es la de no perder influencia, por un desperdicio de paciencia. Se trata de no olvidar aquello de que "cuando se nos agote la paciencia, buscaremos más paciencia". Por otro lado, si bien esos microgrupos como tales nada positivo realizan, es mucho el daño que pueden hacer, al convertirse en carne de provocación en determinados momentos críticos del accidentado proceso revolucionario. Guerrillas de periferia Un logro notable en el progreso general de la labor, es la penetración en el campo propiamente dicho, al margen del trabajo tradicional en la montaña. Creemos que la experiencia alcanzada en el campo, puede permitir comprender 121

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mejor el interés de la organización de unidades guerrilleras en las áreas rurales periféricas a ciertas localidades urbanas. Toda una gama de experiencias revolucionarias enseñan la inmensa importancia de este tipo de guerrilla. Es un tipo de organización que presenta serias dificultades, pero con el nivel alcanzado por nuestro proceso es posible vencerlas. Claro está que tiene un lugar esencial el tipo de terreno que exista. Aunque hay que recordar que ciertos terrenos que no son aprovechables en la estación seca, lo son en la estación lluviosa porque crece el monte. En estas unidades es fundamental una composición casi total de elementos origínanos del propio lugar, que nacidos o criados ahí mismo, conocen el terreno como la palma de la mano. Pueden ser unidades a nivel de escuadras, lo que garantizaría más la agilidad y la secretividad. Partiendo de lo sencillo a lo complicado, se podría comenzar con acciones como la colocación de ejemplares de nuestra bandera, la bandera rojinegra en lugares visibles desde poblaciones o desde carreteras (por cierto que la colocación de tal bandera por los puntos más opuestos del país es un recurso propagandístico que hace falta extender, la mayoría analfabeta no le entiende a un papel, pero conoce los colores). El combatiente de la guerrilla periférica, requiere una disciplina rigurosa, permitida por la tradicional combatividad del Frente Sandinista. Es posible que se dificulte en los inicios de la organización de algunas escuadras, su estabilidad, pero la misma marcha indicara cómo continuar hacia adelante. Un trabajo discontinuo momentáneamente, al menos permitirá foguear, curtir a algunos elementos que más adelante podrían reincorporarse. Decimos esto último para evitar un perfeccionismo paralizante. En nuestro país, en cuya región norte hay montañas que ofrecen ventajas difíciles de superar en cualquier lugar de la tierra, se nos hace difícil por esto mismo valorar lo aprovechable de otras áreas rurales para la guerra de guerrillas. Preguntémonos por un momento cómo desearían los revolucionarios uruguayos, por ejemplo, disponer en su país de llanuras, de las zonas de ínfimo o mediano encubrimiento que se dan en el litoral pacífico de Nicaragua. En la montaña Es conveniente contemplar la posibilidad de combinar la utilización militar y política de la montaña. Por ejemplo se podría contemplar la entrevista con determinados elementos influyentes por breve tiempo. Eso no implica que tal gente pueda observar toda una serie de recursos de que disponemos. También se puede meditar sobre la posibilidad de realizar algunas reuniones nacionales de tipo político, económico, cultural, gremial que no interesa ocultar, sino por el contrario, dar a conocer a la opinión pública. Esto exigiría la multiplicación de las rutas de penetración para no estropear el trabajo logístico y conspirativo. Naturalmente que esto no debe precipitarse. La idea que queremos dejar expresada consiste en prevenir contra la utilización unilateral de la montaña. Antiimperialismo y campo socialista

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A lo dicho en el fragmento "Sobre el grupo socialista" sobre lo que pesa decisivamente en el respaldo del campo socialista, no podemos dejar de agregar que es el contenido antiimperialista de nuestra lucha. Por otro lado nuestra organización puede sostener con discreción desde ya relaciones con los países socialistas, no descuidando la discreción, de manera que con anticipación haya conocimiento de la seriedad revolucionaria de nuestro movimiento. Incluso tal relación permite, sin caer en diatribas, dar a conocer nuestra opinión sobre cuestiones que no aprobamos, sin hacer públicas tales diferencias por nuestra parte. Amplitud en países del exterior En la promoción de la solidaridad en el exteriores conveniente que no reduzcamos los contactos a la relación con sólo determinado sector político, sino multiplicar tales contactos, en la medida que lo permite la casi unanimidad en el repudio a Somoza. Si no somos vigilantes en este aspecto, corremos el riesgo de convertirnos en una frase más del fraseologismo revolucionario del exterior. Una adecuada atención a este punto será posible si reflexionamos sobre la extraordinaria importancia que tendrá la solidaridad al acentuarse las maniobras imperialistas.

NOTAS SOBRE LA MONTAÑA Y ALGUNOS OTROS TEMAS Carlos Fonseca Amador Algún lugar de la cordillera segoviana 8 de octubre de 1976 1. En las presentes notas se hará referencia a algunos aspectos de la lucha que ha sostenido y sostiene el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN. Estas notas se elaboran mediando dos circunstancias: Por un lado la agudización, a veces hasta en extremo crítica, por hallarle respuesta a toda una serie de problemas; por otro lado, el que escribe ha tenido la oportunidad en el curso del corriente año de tener determinado conocimiento de la práctica existente en la ciudad y la montaña, no de oídas, sino a través del conocimiento directo. 2. Estas notas se preparan en la intemperie de la montaña, lo que obliga en una medida mayor a expresar lo que se considera más urgente, aprovechando la que consideramos pronta oportunidad de comunicarnos con algunos de nuestros hermanos. A pesar de todo, trataremos de referirnos con el máximo cuidado que nos es posible en relación a las cuestiones que pueden ser motivo de diferencia de opiniones. No se trata de apelar a la "diplomacia", palabra esta última a la que se refiere peyorativamente cierto compañero. Pocas alusiones conocemos de cierta apreciación que hace el Che Guevara al tratar el proceso que entre el llano (ciudad) y la montaña tuvo lugar en el período insurreccional de Cuba; decía él que se dieron discrepancias dentro de la armonía. Naturalmente que no se trata 123

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de una armonía "diplomática", tenemos que señalar nosotros. Es decir que se trata de una armonía real y no artificial. Hay que tener presente que esa armonía sin que necesariamente se rompa, registra distintos grados, situación en que la militancia y los responsables de distinto nivel tienen que cuidar el espíritu unitario. Según lo enseñan grandes experiencias de otros pueblos, la unidad de un movimiento revolucionario tiene la fuente de su vida en la igualdad fundamental de intereses que hace acto de presencia entre los millares y millares de trabajadores asalariados y desposeídos en una sociedad. Se está hablando de la igualdad de intereses de quienes integran la clase obrera. 3. De modo que hacemos lo posible por emplear un lenguaje persuasivo y fraternal, teniendo el cuidado al mismo tiempo de mantenernos fieles a la objetividad, renunciando al empleo de calificativos, ya que estos últimos muchas veces sólo contribuyen a agravar los problemas, en lugar de ser cuotas para resolverlos. Con sinceridad y no con modestia de mentira expresamos la convicción de que las ideas que aquí se señalan, estamos lejos de considerarlas sin ninguna sombra, y ojalá que otros hermanos le presten atención para contribuir al desarrollo de tales ideas. 4. El espíritu proletario, el estilo obrero obliga a observar con tristeza el yerro que comete el hermano, y con alegría los méritos que puede lucir. Sería tan infantil ver lo anterior como que se trata de una vulgar receta que obliga a derramar una lágrima cuando el hermano se desvía, y pelar los dientes cuando el hermano va bien. El asunto presenta su complejidad. A veces es fácil atenerse a las normas señaladas, a veces es difícil. Y entre una y otra circunstancia media toda una serie de grados. Lamentablemente el revolucionario nicaragüense, o lo que es lo mismo el sandinista, arrastra al lado de una copiosa herencia heroica, una herencia de atraso político verdaderamente propias de la época de las cavernas, a lo que más adelante dedicaremos algunas notas. Es este atraso un factor que contribuye a desembocar en el menosprecio del imprescindible lugar que debe ocupar la política revolucionaria. Nada raro es que incluso con colosal ligereza se llegue a oponer los conceptos guerra y política. Eso nada menos echa al olvido la más que centenaria definición: "La guerra es la continuación de la política por otros medios". Así podemos también declarar que la guerra revolucionaria es la continuación de la política revolucionaria. El atraso heredado nos lleva a subestimar lo político; a la vez la subestimación de lo político nos dificulta superar plenamente o en la medida necesaria el atraso heredado. Está a la vista un círculo vicioso que confiamos habremos de romper, y que, tenemos la obligación de romper. 5. La relación entre guerra y política adquiere relieves formidables en la experiencia histórica nacional. Estimamos que la hazaña militar de la gesta que comandó Augusto César Sandino es insuperable. Queremos decir que cualquiera que sea la dimensión de los logros militares de la jornada bélica actual, siempre estarán por debajo de la dimensión alcanzada por la gesta de Sandino. "¿Y cómo fue posible que hazaña tan grande se limitara a expulsar al invasor sin alcanzar la definitiva liberación del país?" Toda respuesta tiene que incluir las limitaciones políticas impuestas por el tiempo y el espacio específicos en que tuvo lugar aquella situación; tiempo: 1928 a 1934, espacio: Nicaragua. Deseamos dejar claro que al hablar así no incurrimos en la posición de restarles valor a los grandes méritos políticos que también tuvo la lucha de Sandino. Lo 124

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que pasó fue que se presentó, especialmente en la fase final de la lucha, un panorama general sumamente complicado, al que no fue posible encontrarle salida, pese a los rasgos políticos positivos del destacamento de Sandino. Esperamos no se vea en lo que decimos contradicción alguna. Entiéndase bien que al hablar de limitaciones en lo político, no se está hablando de ausencia. Pensamos algo más: y es que la lucha de Sandino tiene el mérito de haber exprimido al máximo las condiciones concretas de la situación que se le presentó. Podría decirse que en su conjunto la situación en que se realiza la lucha revolucionaria nicaragüense de hoy es más ventajosa que la que se dio en los tiempos de Sandino. No se trata de hacer paralelos y comparaciones mecánicas y absurdas. Pero ya se ha alcanzado un logro o está a punto de ser alcanzado el logro que se remita a forjar un destacamento popular políticomilitar indestructible, capacitado para llevar la lucha hasta sus últimas consecuencias. Partir de la victoria militar a la victoria política que consistirá en el establecimiento del poder popular sandinista. El logro mencionado anteriormente, junto a otros más ha sido alcanzado en la lucha actual. Definitivamente está por quedar atrás la tiniebla histórica en que los dos partidos históricos tradicionales tenían atrapadas en sus redes a las vastas masas populares, pero nuestro destacamento, el Frente Sandinista, arrastra determinadas debilidades que, de no ser superadas, harán imposible conservar y fortalecer la posición de vanguardia combativa. 6. No conviene tomar como una verdad barata aquello de lo justo que es el orgullo sandinista, popular, proletario ante los logros alcanzados. Y crítica constructiva, fraternal, responsable ante las debilidades que se arrastran. Desmedidos, ni en el pesimismo, ni en el optimismo. Por su importancia ponemos esto en nota aparte. Lo que decimos es ingrediente de la madurez revolucionaria. Al hablar de lo maduro, se está haciendo la diferencia no sólo ante lo inmaduro, sino también ante lo podrido, siendo esto último a las claras peor que lo anterior. 7. Entre las condiciones favorables nuevas que se hacen presentes en el escenario en que le corresponde luchar en los años actuales al Frente Sandinista, está la posibilidad del acceso a la rica experiencia práctica y teórica que se desprende del combate de los pueblos contra el imperialismo y el capitalismo. Este acceso a tal experiencia en ningún momento debe confundirse con el diversionismo ideológico, fenómeno que consiste en una supuesta difusión de las doctrinas revolucionarias, siendo en realidad una máscara que oculta el propósito reaccionario de separar a los revolucionarios de la práctica viviente, para llevarlos al cadavérico verbalismo. Sin embargo, la justa vigilancia ante ese diversionismo puede a su vez degenerar en la actitud que le niega toda importancia, incluso a un elemental conocimiento de la experiencia revolucionaria de los pueblos y del proletariado internacional. En este sentido resultaría positivo verificar más el conocimiento que nuestros cuadros poseen de los aspectos más relevantes de las grandes experiencias revolucionarias históricas. 8. Hablamos de conocer determinadas experiencias de los pueblos hermanos. No podemos tomar a la ligera el peligro de ignorar esa experiencia, y lo más grave, no saber aprovecharlas. Esa ignorancia nos expone a cometer inclusive 125

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errores ante problemas elementales, ya no digamos ante problemas más profundos. 9. La necesidad de conocer las experiencias que indicamos parece un asunto demasiado sabido para estarlo recordando. Pero estamos en Nicaragua, un país en el que es a la altura de las décadas del 60 y del 70 del siglo XX, cuando por primera vez se inicia cierta difusión de los principios revolucionarios científicos, algo distinto a la posesión por algunas poquísimas manos de algún libro Marxista. Hay ejemplos que denotan el atraso político heredado. Es un atraso vinculado al sistema socio-económico arcaico en extremo. En lo tradicional más que la explotación económica por parte de los agresores yanquis, ocupó un lugar preferente la opresión encaminada a convertir a Nicaragua en mera pieza del engranaje estratégico norteamericano. Prevaleció secularmente una ganadería totalmente primitiva, que culminaba en la exportación del ganado en pie (es sólo a las puertas de los años 60 que por primera vez el país exporta carne como derivación de la ganadería). Al atraso originado por la ganadería agreguemos el que tiene su raíz en las plantaciones tradicionales de café, cultivo que hizo por mucho tiempo de paralizante de la vida social nicaragüense. Todo esto, repetimos, sucede en un país que se llama Nicaragua. Alguna vez dijo el Che que antes de la victoria revolucionaria cubana, América Latina era el continente olvidado. ¿Y Nicaragua? No podemos menos que decir que Nicaragua bajo Somoza se convirtió en el más olvidado de los olvidados. Apuntemos el papel desempeñado por el curso seguido desde la Primera Guerra Mundial y pasando por la entreguerra, la Segunda Guerra Mundial, y la postguerra, por Estados Unidos en el cuadro de la situación internacional. El aislamiento y soledad que particularmente en los años 40 y 50 sufren Nicaragua y su drama, están pues en relación con la secuela del antifascismo ficticio de las capas gobernantes norteamericanas en la segunda guerra. 10. Pasemos a los ejemplos que demuestran el cavernario atraso heredado, previniendo para que no se tome esto como anécdota superficial. Supuestamente el grupo del Partido Socialista Nicaragüense se funda en 1944, declarándose vinculado a los demás partidos comunistas. En 1957 nos tocó constatar personalmente que en la Unión Soviética los responsables de las relaciones internacionales no habían podido enterarse de la existencia de dicho grupo. Por lo demás, en un acto público celebrado en 1964 se constató que entre los conocimientos del principal dirigente del PSN no se incluía el dominio del contenido del Manifiesto Comunista de Marx y Engels. Para el año de 1957 no existe en el país un solo sector obrero organizado sindicalmente bajo la orientación del PSN o de algún elemento revolucionario independiente. En Nicaragua se arriba a la década de los 60 sin contar en la universidad con un solo catedrático con formación marxista (sabemos de países como Ecuador donde incluso había catedráticos autores de manuales socialistas). Este atraso no era exclusivo del sector político vinculado a la clase obrera. Hay que darle importancia al hecho de que la pequeña burguesía nunca fue capaz de romper con los caducos partidos tradicionales y crear un movimiento político independiente, siquiera fuera para la actividad pacífica entre las masas populares (la debilidad del Partido Liberal Independiente es una confirmación de esto).

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En el país no fue posible la promoción en la primera etapa del régimen somocista de políticos con cierta formación moderna, incluso en el exilio, comparable por ejemplo a Juan Bosch de la República Dominicana, esto por mencionar una situación comúnmente comparada a la de Nicaragua, tal es la tiranía trujillista (a lo lejos se ve en el desarrollo de algunos aspectos del proceso político dominicano, sobre todo comparado con Nicaragua, la vinculación con una economía azucarera de exportación un tanto dinámica). La orfandad de cultura política en el círculo intelectual es característica, y ha sido unilateralmente literaria. Un extremo por citar un ejemplo es el de José Coronel Urtecho, quien en cierto escrito apunta como una actividad radical de cierto escritor nicaragüense la relación que tuvo con el "sindicalista" norteamericano Samuel Gompers; Coronel no sabe que Gompers fue un testaferro de la clase capitalista yanqui en el movimiento obrero de Estados Unidos. 11. Hay que quedar en que el nivel político local que en los años 60 heredó el Frente Sandinista es de un extremo máximo. En Honduras, Ecuador, Haití, Paraguay, surgen paralelamente ciertas expresiones que demuestran la ventaja que le llevaban a Nicaragua. Como se ve, los mencionados países con frecuencia son citados entre los más rezagados de América Latina. El resultado sería igual si la comparación se diera con alguna comunidad africana o asiática azotada por el colonialismo; en tal comarca aparecerían referencias de algún destello de vinculación con las ideas modernas, que estuvo ausente en Nicaragua, al correr la tiniebla que parte desde el asesinato de Sandino y llega hasta la divisoria de las décadas del 50 y del 60, en que acontecen las primeras acciones revolucionarias precursoras de la aparición irreversible del Frente Sandinista. 12. Naturalmente que el atraso apuntado, en ningún momento debe confundirse con una aridez para el fortalecimiento del movimiento revolucionario. Con todo y atraso emerge cada día con más fuerza el Frente Sandinista como la primera fuerza política popular y proletaria de Nicaragua. Paradójicamente el atraso político a la postre canalizó cierto aspecto positivo del militante sandinista: la inclinación a la vinculación viva y práctica con el combate, con la acción. No hubo en Nicaragua terreno abonado para el polemismo estéril, que al fin de cuentas se traduce en un plagio de polémicas ardorosas que fueron razonables en otros contextos históricos; no hubo lugar para jugar infantilmente de bolchevique y menchevique, de trotskista y estalinista. Tardíamente están apareciendo en el país embriones de este juego, pero éste no tiene un origen nicaragüense, "nica" digamos, y habrá que anotar el papel que en la raíz de este embrión desempeña el turismo político que conduce a la importación mecánica de hábitos propios de otras parcelas latinoamericanas. 13. Pese a las debilidades y errores que arrastramos, tenemos que decir que el balance logrado en 20 años de reanudación de la decisión de luchar con las armas a partir del 21 de septiembre de 1956, es positivo; que es positivo el balance de la labor que durante 15 años ha realizado el Frente Sandinista. Es imposible simplificar todo un proceso, pero en aras de la claridad y la brevedad contestamos la siguiente pregunta: ¿Qué manifiesta mejor que nada el balance positivo alcanzado? Lo manifiesta el acero que tocamos en el militante clandestino urbano y en el militante de la guerrilla rural. Los grandes 127

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revolucionarios han dicho que una revolución vale por su capacidad para difundirse. Y en Nicaragua, a partir del reclutamiento de la primera choza campesina y de la primera casa urbana de seguridad en 1961, ha sido posible levantar una columna de combatientes de acero, que son el pavor de los rufianes adueñados de Nicaragua, y la única esperanza de un pueblo sumido largamente en el dolor. 14. ¿Es suficiente logro el acero del militante combativo forjado? No. Debemos responder de manera más completa a la pregunta de lo que es posible hacer y de los medios a utilizar, a partir de la organización ya forjada. Si no respondemos a esta pregunta se corre el riesgo de que el acero se herrumbre, lo que es igual a lo que expresa cierto compañero en el sentido de que un lugar de vanguardia ganado está expuesto a perderse, de no dársele solución a los nuevos problemas que salen a luz en el camino histórico. Por otra parte cometen un gran error consigo mismo los hermanos que consideran que por el mismo hecho de hacerse toda una cantidad de preguntas, tienen las respectivas respuestas. Queremos decir que esos hermanos se engañan a sí mismos. 15. No es negativo, es más bien positivo que surja toda una variedad de opiniones respecto a la solución a darse a los problemas. Esto no es nuevo y se ha dado tanto en otras luchas revolucionarias victoriosas como en procesos históricos que datan desde la antigüedad. Desde el mismo texto de la Ilíada se ven las discrepancias que surgen dentro de un mismo bando combatiente; por cierto que en ese relato se narra el papel que combatientes envejecidos pueden desempeñar a favor de la armonía en el seno del propio bando. 16. Un aspecto no debidamente conocido del proceso insurreccional cubano es la discusión muy aguda que se dio nada menos que hasta julio de 1958 respecto al papel que debía desempeñar la acción armada en la montaña. Ocurre que la deslumbrante victoria de enero de 1959 muchas veces no facilita la visibilidad del camino precedente recorrido. Pero observando este aspecto pueden estudiarse los documentos de Fidel Castro alusivos a la época, lo mismo que las referencias del Che. Es más bien en procesos históricos de menor alcance que las revoluciones obreras y anticoloniales contemporáneas, en las que las escisiones y diferencias han tenido finales trágicos. Guardando respecto a cada situación la debida distancia, recordemos que Emiliano Zapata y Francisco Villa son asesinados cuando sus destacamentos populares han sido desplazados y la burguesía está en proceso de consolidar su hegemonía. Hoy rendimos tributo a Bolívar y Céspedes, pero hay que recordar que al morir Bolívar ha sido despojado de toda autoridad; por su parte Céspedes, a quien se le titula Padre de la Patria en Cuba, cae bajo fuego español cuando ya llevaba algún tiempo de ser destituido de la presidencia de la República en Armas que él y los que lo acompañaron fundó. Agotando las últimas posibilidades para forjar la unidad de Centro América cae el hondureño Francisco Morazán. Claro está que no todos los ejemplos de la historia presocialista tienen un saldo totalmente negativo. En muchas situaciones de los siglos sucesivos fue posible alcanzar logros que aunque limitados, sumados representan el aporte positivo legado por la historia humana. 128

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17. A propósito del interés sobre determinado conocimiento de las experiencias más relevantes del pasado, habrá que tener presente el interés con que Marx estudiaba la Revolución Francesa de 1789 y años inmediatos, lo mismo que Lenin la Comuna de París en 1871. 18. Respecto a la seriedad con que debemos hallarle respuesta a los problemas actuales, y al peligro de que se herrumbre el acero forjado hay que recordar que el destacamento de Sandino después de 1934 se herrumbró. Los sobrevivientes sandinistas que pudieron dar en el curso de los años más negros posteriores a 1934, muestras de rebeldía, incluso participando en la fundación del Frente Sandinista, son sólo muestras del destacamento extinguido. 19. A veces se pretende restarle importancia a la alta decisión de combate forjada día a día por el Frente Sandinista desde su fundación. Claro está que no fue posible evitar una cantidad de errores, unos dialécticamente inevitables, otros probablemente evitables y por fin otros más definitivamente evitables. Pero hay que recordar que el oprimido nicaragüense a partir de 1934, y durante casi un cuarto de siglo había sido reducido a la impotencia por sus dominadores. Con relación al papel de los años precursores e iniciales enseña mucho el corto artículo que escribe Lenin sobre las primeras generaciones de revolucionarios rusos, de las primeras décadas de la segunda mitad del siglo XIX. El artículo en su título lleva el nombre de Herzen, el representativo revolucionario a quien está dedicado el escrito. En Rusia el marxismo desempeñó su papel en la modernización de la lucha revolucionaria Pero no todo fue producto de los libros. En Rusia hubo bolcheviques después porque primero hubo marvidniks, y en Nicaragua habrá revolucionarios porque hubo Frente Sandinista (y habrá Frente Sandinista, tenemos que decir con énfasis). Del mismo modo, hubo Granma y Sierra Maestra porque hubo Cuartel Moncada un 26 de julio. 20. ¿Cómo negar que el Frente Sandinista tal cual es, con sus luces y sus sombras, se convierte en el centro de atracción de la vida política nacional? Y se trata de un destacamento que no se ha sectarizado y puede dar cabida a distintos sectores populares, y que tampoco se ha abierto en exceso como para negar el predominio que le corresponde en la unidad popular a la alianza obrero-campesina. Este logro no se puede apreciar lo suficiente si no se ve la perspectiva histórica nacional. En otros países latinoamericanos no constituye ninguna novedad la aparición de una organización revolucionaria capaz de atraer a las masas explotadas. En Nicaragua sí se trata de un verdadero acontecimiento. El principal intento precedente es el movimiento patriótico que comandó Sandino, pero que se truncó después de su muerte Antes, y aún mucho antes de Sandino, lo mismo que en los años más inmediatos a su muerte, nos encontramos con una tremenda dispersión, hasta lo caótico de las masas explotadas. Nos referimos a la dispersión política, en cuyo origen desempeña un peso determinante la proliferación tradicional en la ciudad y en el campo de la (a la vez dispersarte) pequeña y hasta mínima producción de subsistencia. En el periodo 1910 a 1928 se observan vinculaciones con el sector político conservador de elementos que terminan adoptando una postura progresista, como el caso de Salvador Calderón Ramírez Habrá que examinar la vinculación del general Luis Mena enfrentado de último con Emiliano Chamorro, la vinculación decimos que aquél tuvo con la capa popular arrastrada por el 129

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partido conservador. Dentro de las fuerzas de Zelaya lo mismo que en la oposición, aunque sea en diferentes grados, se presentan quienes se vinculan al sector popular. El radical Mariano Bárrelo no estuvo ausente de la prisión en el gobierno originado en 1893. A Enrique Guzmán se le ha pretendido tener como un converso hacia el bando conservador, más bien puede tratarse de un rebelde permanente Liberal cuando dominan los conservadores antes de 1893, vinculado al sector conservador después que arribaron los liberales al poder después de 1893 La dispersión no tiene interrupción y se remonta hasta los años de las insurrecciones antioligárquicas que encabezó el patriota Cleto Ordóñez. 21. Sintetizando cierto ángulo de la vinculación de las masas populares hacia los partidos tradicionales dominantes podemos afirmar que más que liberales y conservadores lo que ha habido son antiliberales y anticonservadores. El explotado liberal más que esto ha sido un anticonservador, el explotado que se titula conservador, más que esto ha sido un antiliberal Ambas frustraciones conducen al sandinismo, síntesis de lo más fecundo de la experiencia popular nicaragüense, tanto tradicional como presente. Lo que estamos diciendo lo confirma la experiencia del contacto del militante sandinista en la ciudad y la montaña. 22. Al hablar de las limitaciones que debe superar nuestro destacamento, naturalmente que no se incluye una precaria atracción sobre las masas, lo mismo que vacilaciones entre quienes ocupan un lugar en la trinchera, sea esta urbana o rural. Hay atracción sobre las masas. Hay decisión de hierro para el combate. Pero esto hay que verlo con más detenimiento, y encontramos lagunas que sería fatal ignorar. Sabemos de campesinos de filas, que tienen noticias de la guerrilla, que creen en la justeza de la causa que defienden, pero no saben nada de la designación de nuestra organización. Hay otros que cooperan, pero nos tienen por algo así como conservadores de izquierda, y mezclan su simpatía por los combatientes con ilusiones en los políticos tradicionales de la oposición burguesa. Estos ejemplos ponen a la vista el peligro de que la oposición burguesa pueda canalizar con hábil demagogia la inquietud originada por una guerrilla que llegue a sufrir cierto estancamiento, peligro potencial ante el cual no podemos hacernos de la vista gorda. 23. Vemos la referencia a la necesidad de que el centro de gravedad de nuestra actividad resida en la montaña. Hay que tomar en cuenta que se está opinando acerca de la ubicación de tal centro, en un país que lleva 20 años de sucesivas acciones armadas, en un movimiento que por 15 años consecutivos ha mantenido el afán de forjar un movimiento revolucionario y la lucha armada revolucionaria. En lo esencial la necesidad de ubicación de ese centro de gravedad en la montaña ha sido una meta a alcanzar por parte de nuestro destacamento, al que le cabe actuar en un país cuya economía tiene su base principal en el campo, siendo además rural la mayoría de la población. La localización que en distintos momentos ha tenido el centro principal de nuestra labor, es un tema que no siempre es objeto en el presente de nuestra atención. Prestemos atención: La etapa expresada en los nombres de Río Patuca, Río Coco, Río Bocay, Caratera, sugiere la ubicación del centro referido propiamente en la montaña. Pero la adversidad llega hasta el revés general. Continúa después de aquellos hechos en la mente del destacamento el propósito de contar con una fuerza en la montaña. Pero la materialización de una línea revolucionaria no 130

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obedece sólo a los deseos de los militantes, sino que pesan las condiciones ajenas a la voluntad de los hombres. Y sucede que desde 1963 (octubre) hasta 1966 (diciembre), el centro se desplaza hacia el área urbana, lo que está reflejado con nitidez porque en tal área se establece la cantidad fundamental de nuestros cuadros. Lo anterior no niega la labor que simultáneamente realizaron en el campo algunos cuadros, incluso el éxito momentáneo que se alcanzó en vincularse a sectores masivos campesinos y movilizarlos. Inclusive podría causar sorpresa en algunos señalar que las movilizaciones masivas en el campo, sobre todo en 1964, son las únicas que ha sido posible realizar en el trayecto del camino recorrido. Antes y después se han dado éxitos en nuestra labor en el campo, pero éstos han consistido más que todo en consolidar puntos de apoyo entre campesinos seleccionados, lo que de ninguna manera debe confundirse con la movilización de millares de campesinos. 24. Pancasán significa un verdadero restablecimiento del centro de trabajo al área rural. Lo que tampoco debe de interpretarse como una renuncia a la labor urbana, aunque algunas tareas no pasaron del plan o del solo paso inicial. De nuevo determinado revés. Aquí se vuelve oportuno revelar un aspecto que no ha sido debidamente recordado. La bajada de Pancasán no se produce de buena gana. Y esperamos que no se vea detrás de estas palabras alguna necia vanidad. Hay campesinos, por si hiciera falta algún testimonio más, que recuerdan con detalle la forma en que fue forzoso bajar. Hay algo más. De momento se tuvo la firme intención de retornar a la montaña a la mayor brevedad posible. En septiembre de 1967, en el inmediato octubre, se produce en el ámbito latinoamericano, y aún del tercer mundo, un hecho hasta cierto punto culminante: La caída del Che. Hay que considerar que semejante hecho estuvo precedido del adverso final de De la Puente Uceda, Camilo Torres, Fabricio Ojeda, Turcios Lima. Hoy creemos constatar que estos hechos, aunque significaban ejemplos que fortalecían la decisión de perseverar en la lucha hasta vencer o morir, tuvieron su parte en la aparición de cierta inclinación de exagerar las dificultades, ya de por sí de no escasa dimensión, para emprender la lucha armada popular. Claro está que las relevantes caídas citadas, aparecen a la par de otros factores que también desempeñan su papel. Es cierto que fue posible restablecer pronto el contacto estrecho con algunos núcleos campesinos resueltos a respaldar firmemente la lucha armada, restablecimiento que tiene lugar en 1968. Pero el retorno de una cantidad mayoritaria de cuadros a la montaña tarda en ocurrir, y sólo se realiza de manera quizás excesivamente paulatina. La ubicación de toda una cantidad de cuadros representativos (aunque algunos tengan este carácter sólo por muy breve tiempo) es bastante conocida, como para que sea necesario entrar ahora en detalles. Nos estamos refiriendo al período 1967 (octubre) a 1976 (octubre). 25. Después de ocurrir los reveses de varios países que ya mencionamos, se producen acontecimientos que también, según creemos constatarlo hoy, se han hecho presentes detrás de nuestra labor. Señalamos la larguísima prolongación de la agresión a Vietnam y la respectiva resistencia. De manera mayor entre quienes pudieron ser testigos de esa guerra desde su inicio en 1959, al remontarse ella hasta la entrada de la década del 70, parecían estar ante un 131

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hecho bélico interminable. Es cierto que los agresores no alcanzaban la victoria, pero la victoria popular tampoco llegaba. Podemos decir que llegamos a habituarnos tanto a esa guerra, que pese a la convicción de que algún día vencerían los vietnamitas, la victoria de 1975 no dejó de ser sorprendente. Y aquí hay que señalar que si en general los imperialistas fueron derrotados, no conviene cerrar los ojos ante cierto éxito parcial que se concreta en provocar algún freno a una lucha armada antiimperialista generalizada en los tres continentes más oprimidos, y que proyectó la imagen de ser muy creciente en la hoy casi olvidada Conferencia Tricontinental de 1966. Con más proximidad a nuestra geografía ocurren en América Latina distintos hechos, que vinieron a colocarse por encima de la acción armada revolucionaria. En 1968 tiene efecto un golpe militar en el Perú que da pasos tendentes a cierta transformación social. En 1970 se produce la victoria de la izquierda chilena a través de la vía electoral. En 1971 el gobierno militar de Panamá hace pronunciamientos antiimperialistas. ¿Cómo no darnos cuenta de que estos hechos se encargan de no multiplicar la confianza en la importancia del papel decisivo de la montaña en nuestro proceso? Entendemos bien que en el conjunto de nuestro destacamento, incluso entre los cuadros fijados en la ciudad y en el exterior, se mantiene la confianza de la posibilidad exitosa de la montaña. Pero hay que convenir que esa confianza tiene sus graduaciones, y que se requiere un grado máximo de ella, para volcar hacia la montaña el centro de gravedad de nuestra actividad. 26. 1968 y 1969 son años que se refieren a cierta acción de alguna unidad en la montaña, con composición exclusivamente campesina. En la ciudad la actividad tiende a la recuperación de fuerzas materiales y humanas para estar en condiciones de continuar la batalla. Se reanuda cierta actividad estudiantil organizada, se planifica, e incluso se realiza algún modesto reinicio de la proyección de nuestro trabajo hacia punto de partida con dirección a sectores explotados de la ciudad y del campo. Recuperación en la sucursal bancaria Buenos Aires, difusión de hojas de reclamos en fábricas Gadala María y entre los trabajadores de comunicaciones, contacto con algunas comarcas de Estelí y Granada, reclutamiento de activistas entre los estudiantes de las entidades universitarias de Managua y León, son algunas referencias de la labor con asiento fuera de la montaña, y que se dispense si por culpa de la memoria se omite la mención de algunos ejemplos más meritorios. 27. Los sucesos que se resumen en la acción de Zinica de febrero de 1970, representan el primer intento serio de vuelta a la montaña, y parte desde finales de 1969. Son intentos que no concluyen con éxito, y es hasta 1971 que se inicia la estabilidad en el trabajo organizativo de la montaña de un núcleo de cuadros. Por supuesto que no se trata de una fácil estabilidad, e incluso hay que hablar del elemento inestable que formó parte del núcleo, pero que no determinó su actividad. 28. La situación que sigue a Pancasán después de 1967 presenta algunos rasgos que deben colocarse junto a los otros que hemos anotado. En 1967 se acelera la componenda de la dirigencia burguesa opositora con el grupo gobernante. Esto permite que se haga sentir en una medida mayor la presencia del Frente Sandinista en la vida política nacional. Acontece un doble hecho: Se confirma hasta la saciedad incluso con rasgos sangrientos (22 de enero), la disposición 132

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conciliadora de la dirigencia burguesa-oligárquica; se reafirma la decisión del Frente Sandinista de empuñar resueltamente las armas contra la tiranía. 29. La elevación del lugar del Frente Sandinista en la vida nacional, a la par de otros factores que en parte se han mencionado en estas notas, está acompañada de la aproximación a nuestras filas de elementos de procedencia pequeñoburguesa. Tiene su lado positivo la ampliación de la base social a la que llega la influencia de nuestro destacamento. Pero también tenemos que abrir los ojos respecto a la pequeña burguesía que arrastra consigo sus hábitos liberaloides e individualistas, y hay que relacionar con esto toda una serie de dificultades que se introducen en el debate necesario para esclarecer los agudos problemas que se presentan en el camino. Cada vez que es posible hacer alusión a toda una cantidad de hechos desagradables en nuestra vida orgánica interna, tanto en el exterior como en el interior del país, lo mismo que en la ciudad y la montaña, no es posible encontrar una explicación satisfactoria si no se trae a la mente el papel de los hábitos pequeñoburgueses. Pero la referencia hay que hacerla primordialmente sobre tales hábitos, más que sobre las personas que los arrastran, sin que esto tampoco llegue al extremo de evadir las responsabilidades individuales. 30. Desde mediados de 1971 hasta mediados de 1974 tiene lugar en la montaña la actividad de los núcleos preguerrilleros que alcanzan el objetivo de adaptar a la vida de la montaña a cuadros de procedencia urbana y que crean las condiciones para la consolidación de núcleos campesinos combatientes con alguna estabilidad, a la vez que se impulsa toda una red clandestina de abastecedores e informantes, dentro de algunos sectores campesinos. Es necesario precisar la etapa en que nuestros núcleos guerrilleros pasan por la prueba del fuego enemigo. El ajusticiamiento del delator Higinio Martínez puede considerarse como el rompimiento de las hostilidades abiertas con el enemigo. Esto ocurre el 30 de mayo de 1974. A partir de entonces se da la transición entre la actividad organizativa clandestina y una situación de guerra. 31. Es innegable que en lo fundamental el enemigo ha lanzado la parte principal de sus recursos bélicos contra la montaña. Por primera vez en los 20 años que lleva el proceso se plantea la lucha armada revolucionaria, por primera vez se convierte en realidad una continuidad que ya puede, a la altura de octubre de 1976, calificarse de prolongada. Continuidad no significa ausencia de reveses. Pero sin duda los éxitos por hoy sobrepasan los reveses. La idea de que la montaña es el terreno más favorable para la guerra pasa de ser un proyecto para convertirse cada día en una realidad. 32. Con frecuencia hablamos de las tradiciones combativas del pueblo nicaragüense. Mas la guerrilla descubre que esa tradición es más viva en el campo y la montaña que en la ciudad. El campesino está en menor grado expuesto a la penetración ideológica actual, que el enemigo desata a través de los medios de comunicación, lo mismo que empleando otros recursos. Sin que necesariamente sea negativo, Sandino en la ciudad representa un hecho pasado. En el campo y sobre todo en la montaña Sandino es un hecho en gran medida del presente. Es impresionante la familiaridad con que el campesino y el montañés mencionan a Sandino. El joven campesino repite con respeto el relato de sus mayores, trocándose en forma positiva la unidad familiar que reclama 133

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con desesperación el cultivo de la tierra con fines de subsistencia. Lo que decimos en ningún instante debe interpretarse como una aberración que pretende regatearle a la clase obrera el lugar que le corresponde como clase conductora de la revolución. Porque las virtudes revolucionarias del campesino de nuestras comarcas y montañas, están condenadas al letargo de no estar presente el guerrillero obrero procedente de las grandes explotaciones capitalistas del país, sin excluir el estudiante de extracción proletaria o debidamente proletarizado. El recuerdo campesino hacia Sandino es algo que sale de lo lírico para revestirse de interés bélico. La autoridad ganada por la guerrilla de Sandino se convierte en un terreno abonado que todavía hoy puede canalizar nuestro destacamento. Por supuesto que es fácil imaginar la situación que en este aspecto se presentaba en la montaña hace 20 ó 30 años, cuando era más reciente la escenificación de la resistencia concluida en 1934. Pero el rico caudal aunque referido a lo que venimos diciendo tiene que haberse menguado, todavía conserva según vemos apreciables reservas. Está relacionado con lo que venimos diciendo la reanudación de una tradicional mentalidad de guerra. Surgimiento, a veces en mayor grado, a veces en menor grado, de la opinión de que "si ven gentes o huellas no hay que informar a nadie". El poder somocista local entra en crisis. Aunque no faltan los delatores depravados, no podemos restarle importancia a los numerosos integrantes de ese poder que ante la prolongación de la guerrilla pasan a ver en menos la eficacia del ejército enemigo "ya la guardia no pudo acabar con la guerrilla" Otra situación que se da como parte de la aguda mentalidad de guerra, propia de la población campesina, es que las acciones armadas que se emprenden en el campo de batalla rural, mantienen su actualidad por mayor tiempo de lo que ocurre entre la población urbana ante los hechos bélicos de la ciudad Lo que decimos está relacionado con el aislamiento de la dispersa población campesina Otra vez un hecho negativo lo torna positivo el proceso revolucionario [... ] [...] La montaña puede hacer posible la formación acelerada de cierta cantidad de cuadros y militantes. Esta formación tiene que estar respaldada por cursillos que permitan una formación dirigida, y que no sólo sean la práctica y la espontaneidad las que permitan la capacitación de nuestros cuadros. La montaña ofrece la ventaja de que la dureza material pone a prueba en cosa de días la calidad humana y revolucionaria del combatiente, cosa que en la ciudad requiere un tiempo mucho más largo. Además la montaña permite consolidar la calidad revolucionaria y moral de quienes la tienen. Hay que recordar que los cursillos que se impartieron en el Pacífico fueron posibles en una etapa en que el enemigo subestimaba nuestra actividad, por otro lado recordemos que fue en una etapa en que distintas circunstancias se sucedieron para que descendiera el sitio que le correspondía a la labor de la montaña. Es necesario desarrollar la experiencia de aquellos cursillos, presentándose la posibilidad de combinar la preparación militar con la preparación política, lo que puede hacerse realidad al permitir la montaña un empleo mayor del tiempo en el aprendizaje. Estamos seguros que en el correr de un tiempo relativamente breve es posible recuperar el rezago de que se adolece en cuanto a la instrucción política y militar de nuevos cuadros y militantes. Por otro lado los cuadros formados de esta manera tendrán la oportunidad de apreciar directamente la situación de la montaña, y al retornar fuera de ésta le darán un respaldo en mayor medida 134

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33. Se plantea el tipo de acciones a continuarse y a realizarse en la montaña. Hay unanimidad respecto a la importancia respecto a las acciones de hostigamiento contra la Guardia Nacional. Hablar de esto pareciera que es tocar algo que está bien sabido. Contrario a esto quisiéramos recordar que en la etapa de Pancasán surgieron opiniones que señalaban que el hostigamiento era una especie de conservadurismo guerrillero o vacilación guerrillera, y que sólo el aniquilamiento era propio para una guerrilla revolucionaria. En la práctica viene a suceder que el aniquilamiento requiere mayores recursos que los disponibles, entonces se posterga la acción, y se cae de hecho en una prolongada pasividad, que sí significa un verdadero conservadurismo. Claro está que esto último no es el caso de ahora, cuando aparece una convicción ligada a la enorme importancia del hostigamiento. El hostigamiento causa bajas materiales muy limitadas al adversario, pero de tener continuidad es incalculable el efecto moral que puede causar. Esto facilitará las condiciones para ir al aniquilamiento con una correlación más ventajosa. Hay que tomar también en cuenta que la realización de vanos hostigamientos permite poner a prueba las aptitudes de los distintos combatientes, lo que facilitará su mejor ubicación en acciones posteriores. El hostigamiento facilita garantizar un mínimo de bajas nuestras en una etapa en que la experiencia propiamente combativa es reducida. Los golpes a los miembros de la Guardia repercutirán en los elementos paramilitares, como decir los jueces de mesta, respecto al papel del ajusticiamiento de éstos y demás delatores, se considera que debe seguirse un criterio de selección, ya que el ataque a elementos de menor cuantía se traduce en la desventajosa hostilidad en que incurren vanos de los familiares que sobreviven. 34. Hemos hecho referencia al papel de los combatientes obreros, procedentes de las grandes explotaciones capitalistas del país, en los destacamentos de la montaña. En esto no sobra insistir. Un obrero trasladado a la montaña definitivamente se convierte en un peligro para el régimen somocista y su sistema, en un peligro mucho mayor que la huelga económica que puedan realizar cientos de obreros en un centro de trabajo, y apartando ironías, pese a la importancia que tiene la movilización reivindicativa de los obreros. Además se da la situación de que por las raíces rurales de nuestra población laboriosa, casi siempre el obrero tiene alguna experiencia en la vida del campo, lo que se plasma en un entrenamiento tan natural que le permite adaptarse mejor a las necesidades de la vida propia de la montaña. La joven edad, rondando los 20 años se manifiesta casi como una condición, ya que facilita que el combatiente termine de definir su carácter y personalidad al calor del combate y la adversidad intensos que se presentan en la montaña. La práctica de algún deporte es cuestión que facilita ver el tipo de agilidad del elemento; por cierto que la práctica deportiva, que puede mover a risa si se lee esto con descuido, es un punto que poco se menciona, pero que el Che aborda en su conocido libro sobre la guerrilla. 35. Hace falta ver con la debida preocupación, incluso con alarma la ausencia en la unidad de la montaña de lo que podríamos llamar la representación de los explotados de varias zonas del país, lo mismo que de varios sectores productivos con masa explotada hasta los tuétanos. Los responsables de la ciudad y la montaña conocen esto al detalle, y por esto, así como por exigirlo la discreción 135

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conspirativa, no es posible entrar ahora en pormenores. Esto tiene un paliativo, y es promover combatientes en la zona y sectores conocidos, lo importante es no despistarnos con relación a las necesidades prioritarias. 36. Vamos a decir algo sobre la cuestión de la relación partido-guerrilla. Hay que comenzar por recordar que Debray, quien es el primero en referirse a esta cuestión, posteriormente ha señalado que aquella posición ha sido por su parte objeto de modificaciones. De todas maneras sigue planteada la necesidad de la acción revolucionaria sin lo que podríamos llamar una inflación partidaria. Todo verdadero partido revolucionario ha surgido del combate, y si Cuba puede ser el caso con el que estemos, y no siempre, más familiarizados, no quiere decir eso que se trate del primer caso. En Rusia, en Vietnam, en China, en Corea, en Argelia, el partido también surgió del combate. Toda simplificación es una equivocación. La vida rara vez ofrece las cosas con demasiada simpleza. Hay que recordar la serie de fases sucesivas que se dan en todo fenómeno. No olvidemos que no estamos dando el primer paso y que llevamos veinte, o cuando menos quince años de caminar. Sin duda que hablar hoy por hoy de un partido, es poner los pies en Retrogrado, o en Yenán, o en el teatro Carlos Marx de La Habana en 1975. No es pues poner los pies en Subtiava o en Waslala. Pero no confundamos la parte con el todo, y si no es realidad un partido con comité central y congresos, periódicos, revistas teóricas, sí son necesarias algunas tareas de partido: Estudio, en especial en las zonas de combate, de los problemas nacionales en un grado mayor del registrado hasta hoy; una mayor combinación del estudio militar con el estudio político; vinculación con las masas explotadas, se encuentren donde se encuentren, en función de la guerra revolucionaria; prevenirnos con relación al divisionismo ideológico; elevar el trabajo político sin daño en ningún momento del trabajo militar; fortalecer la comunicación de contenido político en los niveles en que se dan limitaciones, producto de cierto espontaneísmo; tomar medidas para darle lugar a las distintas aptitudes de la lucha, etcétera. ¿No es razonable decir que sería tal vez prematuro, y además ostentoso llamarle partido a la armazón que cumple la suma de las modestas tareas apuntadas?

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