violencia homicida

December 11, 2018 | Author: Carlos Trelles Guerra García | Category: Violence, Communism, Conflict (Process), State (Polity), Peru
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violencia homicida...

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UNIVERSIDAD PARTICULAR DE CHICLAYO FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS MONOGRAFÍA: VIOLENCIA HOMICIDA CURSO

: CRIMINOLOGÍA

DOCENTE

: MA MARCO ENRIQUEZ AS ASALDE

ALUM ALUMNO NOS S

: Yu Yulian liana a Jud Judit it  !a" !a"#a #a$$ Ga% Ga%a" a""a "a&& Ya%il'tt a%il'tt Ni(a%a Ni(a %a Ya%)u*+& a%)u*+& ,illia% J'$-$ C./'( S.n0'(& J1$+ A"%and1 Ru2i1 Ru2i1 M1nd"a#3n

CICLO

: I!& CHICLAYO – 2013

4/a"#a$#a%a""a5#%ail&01%

INTRODUCCIÓN

Si el homicidio se examinara como una epidemia, sin duda sería considerada entre las más grave y letal que enfrenta el planeta. 1

En América Latina, las lesiones intencionales han pasado a ocupar uno de los primeros lugares en lo que respecta a morilidad y mortalidad. La magnitud del pro prole lema ma no solo solo se refl refle! e!a a en los los homic homicid idio ioss "exp "expre resi si#n #n de la viol violen enci cia a extrema, en la medida en que atenta contra el derecho fundamental a la vida" sino tamién en otras formas menos visiles de violencia, como la intrafamiliar  contra los ni$os, !#venes, mu!eres y ancianos. Esta causa de muerte, considerada como indicador clave del fen#meno de violencia en nuestro país, tuvo un ascenso exponencial en la década de los %& y '& cuando se enfrentaros las hordas terroristas y las fuer(as policiales y militares de nuestro país) y, en la actualidad con el narcoterrorismo y sicario existe existente nte en nuestr nuestra a socied sociedad ad.. Luego Luego de esta esta situac situaci#n i#n,, se ha dado dado una reducci#n, conservando de todas formas índices considerales de violencia.

CAPÍTULO I: LA VIOLENCIA HOMICIDA 1.1 La definición de la vilencia *iolencia es un término que ha sido difícil de definir, pues en la práctica se utili(a para significar una gran variedad de situaciones, y por esta ra(#n se han producido muchas confusiones y controversias. Entre las muchas maneras posiles de definir la violencia, una de las más aceptadas para el sector de la 2

En América Latina, las lesiones intencionales han pasado a ocupar uno de los primeros lugares en lo que respecta a morilidad y mortalidad. La magnitud del pro prole lema ma no solo solo se refl refle! e!a a en los los homic homicid idio ioss "exp "expre resi si#n #n de la viol violen enci cia a extrema, en la medida en que atenta contra el derecho fundamental a la vida" sino tamién en otras formas menos visiles de violencia, como la intrafamiliar  contra los ni$os, !#venes, mu!eres y ancianos. Esta causa de muerte, considerada como indicador clave del fen#meno de violencia en nuestro país, tuvo un ascenso exponencial en la década de los %& y '& cuando se enfrentaros las hordas terroristas y las fuer(as policiales y militares de nuestro país) y, en la actualidad con el narcoterrorismo y sicario existe existente nte en nuestr nuestra a socied sociedad ad.. Luego Luego de esta esta situac situaci#n i#n,, se ha dado dado una reducci#n, conservando de todas formas índices considerales de violencia.

CAPÍTULO I: LA VIOLENCIA HOMICIDA 1.1 La definición de la vilencia *iolencia es un término que ha sido difícil de definir, pues en la práctica se utili(a para significar una gran variedad de situaciones, y por esta ra(#n se han producido muchas confusiones y controversias. Entre las muchas maneras posiles de definir la violencia, una de las más aceptadas para el sector de la 2

salud es la que la +S define como- El uso intencional de la fuer(a o el poder  físico, de hecho o como amena(a, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas proailidades de causar lesiones, muerte, da$os psicol#gicos, trastornos del desarrollo o privaciones/. El concepto restringido/ de violencia, hace referencia al uso intencionado de la fuer(a física en contra de un seme!ante con el prop#sito de herir, ausar, roar, humillar, dominar, ultra!ar, torturar, destruir o causar la muerte/. En este orden de ideas restringiendo la definici#n solamente a los alcances de la investigaci#n podemos decir que nos referimos a violencia, o me!or a violencia homicida, solamente en los casos en que esta ha logrado causar la muerte de la víctima.  Ahora ien, más allá de esta aclaraci#n, nos parece pertinente ahondar en la conceptuali(aci#n de la violencia, pues es indispensale teniendo en cuenta que pretendemos profundi(ar en las relaciones de ésta, con otras dinámicas dent dentro ro del del proc proces eso o de conf config igur urac aci# i#n n soci socio" o"es espa paci cial al de los los arr arrios ios que que presentan mayores índices de violencia homicida. 0n primer elemento para la discusi#n aparece en la ora El estado de pa( y la evoluci#n de la violencia, mocionada por elgado en su estudio La 1eografia do Atrito, en la cual se sugiere una tipología en clases de violencia, de acuerdo con su mayor o menor grado de visiilidad, serian estas- las violencias visiles 2de dos tipos colectivo e institucional3, las invisiles 2de dos tipos estructural y cultural3 y la violencia social, como una situaci#n intermedia , una violencia parcialmente visile/ 4ara el 5entro 6nternacional de 6nvestigaci#n e informaci#n para la 4a( 256643 la viol violen enci cia a colec colectiv tiva, a, serí sería a el tipo tipo que que se prod produc uce e cuan cuando do la soci socied edad ad colectivamente, o por medio de grupos significativamente importante participa activa y declaradamente de la violencia directa. El caso extremo seria la guerra. La violencia institucional o estatal seria aquella e!ercida por las instituciones legítimas para el uso de la fuer(a, cuando en la práctica de sus prerrogativas, impiden la reali(aci#n de las potencialidades individuales. Esta se diferenciaría

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de la violencia estructural por su menor grado de astracci#n, y en ese sentido, por la posiilidad de ser atriuida a alguna instituci#n en particular. La violencia estructural se manifiesta como un poder desigual sore la distriuci#n y utili(aci#n de los recursos. En un sentido más amplio, la formula general que estaría por detrás de la violencia estructural seria la desigualdad. La violencia cultural seria el tipo de violencia e!ercido por un su!eto reconocido 2individual o colectivo3, caracteri(ado por la utili(aci#n de la diferencia para inferiori(ar, y de la asimilaci#n para desconocer la identidad del otro. Este tipo de violencia se llevaría a cao por medio de mecanismos de discriminaci#n, inclusive ocurriendo contra individuos o grupos. En esta estarían incluidas las violencias originadas en las diferencias de género y en la discriminaci#n a grupos étnicos. 4or 7ltimo los autores identifican un 7ltimo tipo de violencia, la individual. Su característica fundamental sería el hecho de tener origen social y de manifestarse de un modo interpersonal. 6ncl7yase aquí los llamados fen#menos de seguridad civil, tales como las violencias an#nimas, domesticas o contra la familia, que implican violencia directa en este tipo estarían incluidos tanto los fen#menos de violencia no organi(ada, actualmente más visiles, como los asociados a violencia com7n y otros menos visiles como la violencia organi(ada. 0n e!emplo de esto serian los hechos relacionados con el narcotráfico/ relacionados con la claridad en la utili(aci#n del término violencia

Esta definici#n es importante porque vincula la intenci#n con la comisi#n del acto mismo, independientemente de las consecuencias que se producen. Se excluyen de la definici#n los incidentes no intencionales que pueden causar  lesiones, como son los accidentes. Es un avance importante en esta definici#n la inclusi#n de la palara poder, además de la frase uso intencional de la fuer(a física/, que amplía la naturale(a del acto violento a otros que son el resultado de una relaci#n de poder, incluidas las amena(as y la intimidaci#n "incluye el descuido, aandono 4

y todos los tipos de maltrato físico, sexual y psíquico" que no siempre ocasionan lesiones, invalide( o muerte, pero que tamién pueden tener graves consecuencias psíquicas y sociales.

1.! La cla"ificación de la vilencia En 8''9, la Asamlea undial de la Salud, pidi# a la +S que elaorara una tipología para caracteri(ar los diferentes tipos de violencia y los vínculos entre ellos. En la actualidad, hay pocas clasificaciones taxon#micas de la violencia, y ninguna es lo suficientemente completa, algunas de las más utili(adas son resumidas a continuaci#n-

1.!.1 #e$%n el a&'( del ac' vilen' El 6nforme undial sore *iolencia y Salud divide a la violencia en tres grandes categorías- a3 violencia dirigida contra uno mismo o auto infringida) 3interpersonal, dividida en dos sucategorías- intrafamiliar  2entre los miemros de la familia o compa$eros íntimos3 y comunitaria 2entre individuos no relacionados entre sí y que pueden conocerse o no3) y c3 colectiva, definida como el uso instrumental de la violencia por  personas que se identifican a sí mismas como miemros de un grupo frente a otro grupo o con!unto de individuos, con o!eto de lograr  o!etivos políticos, econ#micos o sociales.

1.!.! #e$%n la na'&(ale)a del ac' vilen' :e acuerdo con la naturale(a del acto, la violencia puede ser de cuatro tiposa3 ;ísica- 0so intencional de fuer(a física con el potencial riesgo de causar muerte, inhailidad, lesi#n o da$o. 3 Sexual- Acto sexual que una persona en relaci#n de poder y por  medio de la fuer(a física, coerci#n o intimidaci#n psicol#gica, oliga a otra persona a e!ecutar contra su voluntad.

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c3 4síquica- a$os, así•

*iolencia alta- ?8&.&



*iolencia media- @,& a '.'



*iolencia a!a- 8.& a =.'



*iolencia muy a!a- &.''

1.* Tan,2a de la vilencia 0no de los mayores ostáculos tanto para el diagn#stico de la violencia en las ciudades sore todo, para la adecuada formulaci#n de políticas, lo constituye la tendencia a agrupar a!o un mismo r#tulo fen#menos que difieren sustancialmente tanto en términos de su gravedad, de sus consecuencias, como de los actores involucrados y de los escenarios en donde ocurren. Bo es extra$o, por e!emplo, encontrar definiciones de violencia tan amplias "por  e!emplo las conductas de individuos que intenten, amenacen o infli!an da$o físico u de otro tipo/ que permiten coi!ar a!o un mismo paraguas fen#menos verdaderamente dispares. Aun limitándose a las situaciones extremas, de violencia homicida, la variedad y comple!idad de los casos reales es tal que hacen difícil estalecer causas comunes o patrones generales de comportamiento. Algunos e!emplos pueden servir de apoyo a la afirmaci#n anterior5AS+ 8 " Entonces, 6gnacio, uno de los homres que !ugaa te!o, se acerc# y coloc# un disco de rancheras. 4ero Cosé, a quien llaman El Begro se puso furioso porque le camiaron la m7sica y en seguida irrumpi# en gritos contra 6gnacio, que le respondi# palaras vulgares. El Begro saco un rev#lver y dispar# varias veces. 6gnacio alcan(# a quitarse pero a Culia la alcan(aron dos de las alas, una de ellas en el pecho. uri# enseguida . 8

5AS+ = " La muerte del soldado Alexánder 5arre$o fue un caso fortuito. Esa noche sus asesinos, enviados por Adela, uscaan a 5arlos 1arcía para a!ustarle cuentas. Lo perseguían desde que Adela, una mu!er se$alada como expendedora de gas, les pag# para asesinarlo. La ra(#n- la determinaci#n de 1arcía de aandonarla. +curri# a las D-> de la noche en la transversal D% Bo 8"D en el arrio El Socorro del sector  de Fennedy. El soldado 5arre$o, que prestaa servicio militar y se encontraa go(ando de una licencia de die( días, recii# tres impactos de ala en la cae(a/ 5AS+ @ " A las > de la ma$ana, los comandos policiales se aproximaron a la cárcel a cumplir la orden del 4residente de la Gep7lica- entrar y trasladar a los caecillas que lideran una guerra a muerte entre HparasH y guerrilleros y a un criminal que venía dirigiendo desde prisi#n el cartel de la extorsi#n. Además, decomisar todo el armamento en poder de los reos. 4ero los internos llamaron desde sus celulares a sus mu!eres y les ordenaron dirigirse a las afueras del penal, en compa$ía de sus hi!os. Las mu!eres llegaron y terminaron enfrentadas a pu$os con agentes antimotines. +tras acostadas sore la vía para cortar el paso de las tanquetas policiales. I otras más, encaramadas sore los muros y las mallas tratando de alcan(ar el interior de la cárcel. I los ni$os utili(ados como escudos humanos por  sus madres para hacer frente a los gases lacrim#genos de la 4olicía.  Adentro, se escuchaan explosiones, ráfagas de ametralladoras y arengas de los reos que lideraan, vía celular, un levantamiento carcelario/ Si algo queda claro de los casos anteriores es que son radicalmente distintos tanto en términos de las circunstancias que llevaron al homicidio, como de las motivaciones de los actores que participaron en el incidente, como de las eventuales medidas que se pueden tomar para evitar que se vuelvan a dar casos similares. Bo es fácil la respuesta a interrogantes muy simples que surgen de la lectura de estos casosJKué haría podido hacerse para evitar que ocurrieran JA quien le correspondía hacer algo Es ra(onale argumentar que cada uno de estos casos requiere tanto de una teoría diferente para su adecuada comprensi#n y explicaci#n, como 9

de un tratamiento distinto a nivel de las políticas de respuesta, o de prevenci#n. *ale la pena por lo tanto un esfuer(o por separar la amplia gama de manifestaciones de violencia para proceder a una agregaci#n más mane!ale y apropiada para la discusi#n y el dise$o de las políticas.

1.*.1 Vilencia i,+&l"iva La primera clasificaci#n que resulta pertinente para el diagn#stico de la violencia está asada no tanto en la naturale(a del acto violento como, de alguna manera, en las motivaciones del agresor. Spierenurg 28''93 propone caracteri(ar los incidentes de violencia de acuerdo con su posici#n en dos e!es relacionados. El primer e!e estaría constituido en un extremo por la violencia impulsiva en contraposici#n a la violencia planeada o racional situada en el otro extremo. El segundo e!e tendría que ver

con la violencia expresiva o ritual en oposici#n a la

violencia instrumental. MLa violencia ritual se enmarca en un contexto social en d#nde el honor y la valentía física están altamente valorados y relacionados. El extremo opuesto es la violencia que se usa con el fin de otener algoM. 5omo la manifestaci#n ásica, y para muchos analistas primordial, de la violencia impulsiva, se menciona con frecuencia el fen#meno del maltrato al interior del hogar, y en particular aquel e!ercido contra las mu!eres y los ni$os. En una revisi#n relativamente exhaustiva de la literatura disponile sore violencia contra la mu!er, Flevens 28''%3 propone tres grandes categorías de teorías- las macroestructurales "feministas y culturales" que atriuyen la violencia a la inequidad entre géneros, a la cultura patriarcal, al cumplimiento de roles estereotipados o a la cultura de la violencia) las intrapersonales en las cuales se asocia el fen#meno con rasgos específicos del individuo agresor tales como su personalidad, su psicopatología, el aprendi(a!e social y los prolemas cognoscitivos) por  7ltimo, las interpersonales en las cuales se explica la violencia como el resultado de la interacci#n entre ciertos tipos de personas en ciertas circunstancias y en determinados contextos.

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La idea general de las teorías macro"estructurales que le asignan un papel predominante a los factores sociales y culturales es que, desde temprana edad, los individuos son sociali(ados en sus respectivos roles sexuales, lo que contriuye a perpetuar las condiciones originales de desigualdad entre los géneros, el machismo, los sistemas patriarcales y en general, todas aquellas instituciones que determinan un desequilirio de poder entre los homres y las mu!eres, una de cuyas manifestaciones extremas sería, precisamente, la violencia doméstica. 5onviene se$alar que en este tipo de teorías no se hace un esfuer(o por  separar analíticamente los casos de homicidio de las agresiones no letales. 4arecería que implícitamente se supone que los primeros son simplemente ataques con una mayor intensidad.

1.*.! Vilencia i,+&l"iva f&e(a del 3$a(: la" (i4a" La mayoría de los homicidios 2cerca del %&N3 hacen parte de una violencia cotidiana entre ciudadanos, no directamente relacionada con organi(aciones criminalesM. MEs indiscutile que el mayor prolema que nuestro país es el alto nivel de violencia con que muchos haitantes resuelven sus conflictos cotidianos, ante la asoluta indiferencia por parte del resto de la sociedadM. 5omo se desprende de las afirmaciones anteriores, una de las categorías de la violencia que en la capital, y en general en el país y  América Latina, ha reciido más atenci#n en términos de prevenci#n es la violencia impulsiva por fuera del hogar- la de las ri$as, disputas o altercados que, en el ar o en la calle, se salen de las manos y terminan con lesiones, que pueden resultar fatales. 0n punto que se dee destacar, en los estudios o programas que se$alan su importancia, es la carencia de una teoría satisfactoria para dar cuenta de este tipo de incidentes violentos. En algunos traa!os, se considera que la violencia impulsiva es ásicamente una categoría residual- se trata de la violencia que no es racional o instrumental. :e esta consideraci#n se deriva, sin mayor !ustificaci#n adicional, la recomendaci#n que con este tipo de violencia no son eficaces la represi#n o el castigo sino que se dee uscar la prevenci#n. 11

;uera de esta distinci#n, clara, con la violencia instrumental, se tienden a favorecer para la violencia impulsiva las explicaciones de tipo cultural. Se considera que las influencias culturales pueden tener su origen en las desfavorales condiciones sociales y econ#micas. En otras ocasiones se plantea, para estas tendencias culturales hacia la violencia, unas profundas raíces hist#ricas. Es interesante anotar que, en distintos lugares, y para diferentes épocas, tal tipo de explicaci#n ha sido relativamente com7n. Lo que se considera un estudio clásico sore el homicidio urano en los Estados 0nidos fue reali(ado a finales de los a$os cincuenta por el soci#logo arvin Oolfgang a partir del análisis de los archivos del departamento de 4olicía de ;iladelfia. Oolfang encontr# que, de los 9& casos que pudo clasificar en 8= categorías, la mayor frecuencia, el @DN, correspondía a un altercado de origen trivial) un insulto, una lasfemia, un empu!#n/. Estudios posteriores reali(ados en otras ciudades norteamericanas llegaron a la misma conclusi#n- este tipo de ri$as constituían la variedad más corriente de homicidio.  A finales de los sesenta, en su Staff Geport on 5rimes of *iolence, la comisi#n encargada por el presidente Lyndon Cohnson concluía que los altercados aparecen como la principal fuer(a motivadora tanto aquí como en estudios previos. Las ra(ones ostensiles para los desacuerdos son usualmente triviales, lo que indica que muchos homicidios son actos espontáneos de pasi#n, y no el producto de la determinaci#n de matar/. 0n siglo antes, tamién en ;iladelfia, la situaci#n parecía similar. :e acuerdo con un historiador, el homicidio modal en el siglo P6P en esta ciudad era el resultado de una reyerta o ri$a que empe(aa en un sal#n y alcan(aa un clímax en la calle. La eida era un elemento importante de la cultura de la ciudad, y de manera preponderante entre los sugrupos entre los cuales ocurrían la mayor parte de las muertes. *arios siglos atrás, al otro lado del Atlántico, en +xford durante el siglo P6*, en opini#n de otro historiador, del análisis de los casos !udiciales queda la arumadora impresi#n de que la mayoría de los homicidios no fueron premeditados sino, por el contrario, espontáneos, surgieron en el momento/. 12

Son tres los aspectos que vale la pena destacar de las referencias anteriores. 0no, que todas estas opiniones acerca de la importancia relativa de la violencia impulsiva y cotidiana, del homicidio que no tenía sentido, de la violencia aladí, están asadas en un examen de los expedientes !udiciales. :os, relacionado con el anterior, que en ninguno de los estudios se hace referencia a la posiilidad de que las tasas de homicidio fueran excepcionalmente altas y que, además, el grueso de los homicidios se quedaron por fuera de la acci#n de la !usticia. y hay otros países como Estados 0nidos que tiene D,D homicidios. En todo caso, la correlaci#n más evidente es que en los países ricos Q no expuestos a guerra Q las tasas de suicidio son más altas que de homicidio. :ato importante- América Latina es la regi#n con violencia homicida más alta del mundo. El patr#n varía de acuerdo a las características de los países- un primer grupo que está por dea!o de la tasa promedio mundial 2%,%3- 0ruguay, 5osta Gica,  Argentina, 5hile y 4araguay. 0n segundo grupo por encima del promedio mundial- Bicaragua, Ecuador, Gep7lica :ominicana, 4anamá y 4er7. 0n  tercer grupo que está en el intervalo entre duplicar y triplicar el promedio mundial- Trasil y éxico. Esta clasificaci#n concluye con un cuarto grupo que tienen tasas que van más de =9,> homicidios por cada 8&& mil- 5olomia, *ene(uela, Uonduras, El Salvador, 1uatemala. *ene(uela super# la tasa de homicidios de 5olomia en el =&&D.

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La diferencia entre las tasas de homicidios entre los países está asociada a los niveles de urani(aci#n del país y los niveles de pore(a en sus hogares. Se requiere de las dos variales explicativas- un alto grado de polaci#n viviendo en ciudades 2urani(aci#n3 y un alto porcenta!e de la polaci#n en condici#n de pore(a. Los casos de Trasil, éxico, 5olomia y *ene(uela concuerdan con este patr#n. Trice$o Le#n 2=&&%3 estalece que si en uno de los países s#lo se halla presente una de las dos variales y la otra está ausente, no se encuentran niveles altos de violencia homicida- 4araguay y Tolivia son países con una polaci#n con altos índices de pore(a que sin emargo no tienen un grado de urani(aci#n predominante. Sus tasas de homicidio son a!as y ligeramente por encima del promedio, respectivamente. Las víctimas de la violencia homicida en América Latina son principalmente homres, !#venes y pores. En once países de América Latina los homicidios son la primera causa de muerte entre los !#venes de entre 8 y => a$os de edad. La explicaci#n que encuentra el autor citado 2=&&%- 8883 es- Bo es la pore(a, sino la desigualdad social, lo que genera más violencia. Bo son los países más pores 2Uaití, Tolivia3, ni las provincias o estados más pores de los países 2no es el nordeste rasile$o, ni los estados más pores de *ene(uela3 los que tienen más violencia. La violencia ocurre mayoritariamente en los países y las ciudades donde se concentran la pore(a y la rique(a- en SXo 4aulo, Gío de Caneiro y 5aracas) en éxico, Trasil, 5olomia y *ene(uela/.

!./ Vilencia &(5ana en el Pe(% 4artamos de una afirmaci#n- los seres humanos llevamos en nuestras emociones y conductas el potencial de e!ercer violencia sore otros y uno mismo. Asimismo, en las sociedades con patrones sistémicos generadores de violencia, aumentan consideralemente las situaciones de violencia que en aquellas en que la estructura social minimi(a su ocurrencia. Cap#n y *ene(uela 31

son sociedades en las que la violencia homicida tiene porcenta!es muy diferentes 2&.9 y = respectivamente3. En contraste, el prolema de Cap#n no es tanto la violencia homicida sino principalmente la violencia dirigida hacia si mismo, el suicidio. En 4er7 tenemos amos en proporciones significativa- la tasa de homicidios sorepasa los 88 homicidios 2cV8&& mil3 y la de suicidios es menor a >. En amos casos las tasas son crecientes desde el =&&= 2+S, =&&=3. JKué factores están contriuyendo a que la violencia se vaya incrementando En el 4er7 merecen un énfasis especial algunos factores•

Somos una sociedad en situaci#n de post" conflicto armado interno. Bo deemos olvidar que las condiciones estructurales y sistémicas de la relaci#n Estado"ciudadanía que produ!eron el estallido de violencia socio"política se han modificado poco sin que los 1oiernos de turno hayan reali(ado una profunda reforma de las instituciones del Estado.



La violencia socio"política ahora puesta en escena en la protesta social amientalista, es un riesgo permanente.



La triada maligna del espacio p7lico- auso del poder, corrupci#n e impunidad go(a todavía de excelente salud. Es el caso del control de armas, JKué autoridad o policía no sae que pistolas y rev#lveres de todo calire se pueden comprar en el ercado de Las alvinas sin necesidad de licencia Y y no pasa nadaZ



En menos de >& a$os hemos pasado de ser una sociedad predominantemente

rural

a

otra

urana

sin

una

mínima

planificaci#n. Tuena parte de esa polaci#n fue for(ada a despla(arse a los asentamientos humanos de las periferias de las ciudades principales a causa de la violencia socio"política y la pore(a extrema) uena parte de las familias despla(adas han dislocado la continuidad de sus tradiciones e identidad a costa de una rutal aculturaci#n que repite los vie!os patrones de discriminaci#n y exclusi#n por ra(a, género y clase social. 32



Los !#venes son un grupo en riesgo. La recha generacional entre padres e hi!os se ha ensanchado por ra(ones tales como- referentes culturales distintos, padres de procedencia rural, muchas veces quechua"halantes, hi!os citadinos sin conexi#n con tradiciones familiares) padres traa!adores, pero ausentes, hi!os sin mayor  orientaci#n y supervisi#n) padres con experiencias traumáticas por  violencia política, hi!os desconociendo sus historias familiares y uscando identidades de guerra/ en las pandillas y arras ravas) hogares con carencias ásicas de agua, desag[e, alimentaci#n, salud, transporte)

una

pésima

educaci#n

p7lica)

un

mercado

sin

oportunidades para aquel que desarroll# capacidades profesionales o técnicas, pero que carece de un entorno social influyente. I un gran etcétera/ que empaqueta las m7ltiples causas y correlaciones de por  qué los grupos en mayor riesgo de cometer homicidio o suicidio son los adolescentes y !#venes adultos. •

 Alrededor de un @&N de la polaci#n no cree en la democracia y prefiere regimenes autoritarios. 0n >>N de encuestados afirm# que votaría por  un político corrupto si es que hace ora. Son las estadísticas de un puelo acostumrado a un Estado urocrático, inefica(, corrupto y organi(ado para la repartici#n de rique(as para una ínfima minoría, el mismo puelo que para susistir ha tenido que uscar formas alternativas de ganarse la vida a pesar de los goiernos. +rden y mano dura/ 2+":3 es la cara oficial de 5orrupci#n y transgresi#n/ 25"
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