Vicente Sabido - Amor

August 5, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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 AM  A M O R 

 

V I C E N T E S A BI D O

 A M O R  [ Antología poética ]  Selec ción y prólogo de

o sé  J ulio u lio C abanillas  a banillas   J osé

R E N A C I M I E N T O S E V I L L A •  M M X I I I

 

Diseño de cubierta: Marie-Christine del Castillo

Este libro se publica gracias a la ayuda del Departamento de Literatura Española de la Universidad de Granada  © Vicente Sabido Rivero © Edición: José Julio Cabanilla Caba nillass © 󰀲󰀰󰀱󐀳. Editorial Renacimiento Depósito Legal: SE 󰀱󰀵󰀷󰀵-󰀲󰀰󰀱󐀳  ISBN: 󰀹󰀷󰀸-󰀸󰀴-󰀸󰀴󰀷󰀲-󰀷󰀹󰀴-󰀱 Impreso en España Españ a ISBN eBook: 󰀹󰀷󰀸-󰀸󰀴-󰀸󰀴󰀷󰀲-󰀸󰀵󰀱-󰀱 󰀹󰀷󰀸-󰀸󰀴-󰀸󰀴󰀷󰀲-󰀸󰀵󰀱-󰀱 Printed in Spain

 

PRÓLOGO

 

C

󰁯󰁮󰁯󰁣󰃭 a Vicente Sabido en 󐀱󐀹󐀷󐀵, en Granada. Él estudiaba en la Facultad y yo era un bachiller que empezaba a leer sus primeros libros de poemas, y ya barruntaba el tirón y el sortilegio de la poesía. Vicente Sabidoo había ganado el premio Federico García Lorca para bid pa ra Estudiantes de la Universidad de Granada, con su primer libro, Aria . Era un libro menudito, de cubierta con colores verdes. En la contracubierta, aparecía la foto de un autor joven, con gran mostacho y pelo muy rizado. Tenía en las manos un libro de García Pavón, titulado Cuentos republicanos . Obsérvese el adjetivo. Para mí, que que recién estrenaba pantalon panta lones es largos la rgos y aún olía a plumier y goma de borrar, borrar, descubrir un u n poeta vivo v ivo era asunto muy raro. Lo normal es que los poetas estén muertos –qué narices– o muy bien retratados en los libros de Anaya. ¿Qué hacía un poeta deambulando dea mbulando por el Zacatín? Mis primeras conversaciones de poesía, como 󰀹

 

algo personal y vvivo, ivo, fueron con él. Me habl hablóó de los poetas del 󐀲󐀷 y de La ierra Baldía  de  de Eliot; me prestó ese libro haciéndome comentarios muy jugosos. Todavía no sé cómo pagárselo. Vicente Sabido ha publicado los siguientes poemarios: Aria  (Universidad  (Universidad de Granad Gra nada, a, 󐀱󐀹󐀷󐀵 󐀱󐀹󐀷󐀵),), Décadas y Mitos (Universidad de Granada, 󐀱󐀹󐀷󐀷), Sylva (Diputación de Granada, Colección «Genil», 󐀱󐀹󐀸󐀱),  Adagio para una Diosa Muerta (Editora Regional de Extremadura, Mérida, 󐀱󐀹󐀸󐀸) y  Aunque es de noche (Renacimiento, Sevilla, 󐀱󐀹󐀹󐀴). 󐀱󐀹󐀹󐀴). Entre la lass recopilaciones destacaré destac aré Los cuarenta  principales. Antología poética (󰀱󰀹󰀷 󰀱󰀹󰀷󰀵󰀵-󰀱󰀹󰀹 󰀱󰀹󰀹󰀴) 󰀴), publicado por la Diputación Dip utación de Granada, en 󐀱󐀹󐀹󐀹, 󐀱󐀹󐀹󐀹, en la Colección «Maillot Amarillo». Leyendo Le yendo despacio despacio todos su libros, libros, para hacer hac er esta aanntología, me doy cuenta de la unidad de tono y voz que sostiene toda la poesía poe sía de Vicente Vicente Sabido. Sabido. La misma voz grave, de cello y desgarro, que encontré, de adolescente, en esos versos, me vuelve a conmover ahora, años después. La buena poesía no envejece. Esto puede ser una frase manida o una evidencia inaudita. La voz que sostiene estos versos va entre dos extremos ex tremos emotivos muy alejados, que sin embargo conviven con 󰀱󰀰

 

pasmosa facilidad: la desolación existencial más desalentadora len tadora y un amor con nombr nombree y apellidos apel lidos y rostro de mujer. Entre estas dos orillas, aparecen en las dudosas aguas del tiempo los antepasados, los mayores y el chiquillo de pelo ensortijado. A la vista de estos registros emocionales y también del estilo preciso y envolvente a la vez, las influencias formativas en Vicente Sabido son Eliot, Antonio Machado y los hombres del 󐀹󐀸. Vicente Sabidoo ha apren Sabid aprendido dido de E Eliot liot la enumeración caótica; de  Antonio Machado, la mágica angu angustia stia de la infancia y el tiempo; de los hombres del 󐀹󐀸 la observación certera en la descripción y el amor por el individuo anónimo en la gran cuadro de la historia. De Antonio Colinas y la estirpe romántica, la sensación sen sación envolven envolvente te del misterio. mis terio. Una de estas influencias, la de Eliot, da un carácter muy singular singula r a la obra de Sabi Sabido. do. Se trata de uno de esos maestros literarios con quien uno aprende a conocerse a sí mismo y el mundo en el que vive. No pensemos que eso es una novedad muy vanguardista o rompedora en nuestra historia literaria. Luis Cernuda, en sus versos de exiliado, ya introduce a Eliot en su obra y abre paso a otros poetas poeta s que han venido detrás. José María Valverde Valverde y Claudio Rodríguez tradujeron a Eliot y otros poetas 󰀱󰀱

 

de la generación del 󐀵󐀰 leyeron al nobel inglés. En los setenta y ochenta, cuando España se va europeizando, algunos poetas siguen la estela de Eliot: Fernando Ortiz y Emilio Barón, sólo por citar dos en quienes esa huella es patente y que además han reflexionado en prosa sobre la obra y transcendencia del escritor inglés. Pero todo esto no pasa de ser un rato de pa palique lique erudito. Una Una fuente, literaria o no, es aallí llí donde br brotan otan agua a guass nuevas y en donde nos refrescamos y asomamos. Como he contado, Vicente me prestó un libro de Eliot, autor al que conocía muy bien. bien. Además, sabía ing inglés, lés, cosa ra rara ra en aquella época donde todos estudiábamos francés en el instituto. La influencia de Eliot es vertebrante en su obra porque porque afecta aall fondo fondo y la forma. La L a desolación de La ierra Baldía  eliotiana  eliotiana tiene que ver con la desolació desolaciónn de Sabido, con el mismo yermo de las almas huecas. De la visión de un mundo roto y fragmentado nace la enumeración caótica: el mismo caos, el mismo sin sentido y la misma desolació de solaciónn en el fondo y en la forma. Creo que eso es lo esencial. Pero hay otros aspectos de Eliot que también están est án en los versos de Vicente Vicente Sabido Sabido:: el us usoo del correlato objetivo, del monólogo dramático y una revisión muy muy crítica de la modernidad. 󰀱󰀲

 

Vicente Sabido empezó a escribir cuando los novísimos atronaban con todos sus fuegos de artificio. ar tificio. Hoy, Hoy, en buena parte, son fuegos fatuos. Vicente Sabido tiene algún poema histórico en su obra, pero no es fruto de petulante paleografía sino de la viva emoción que nos depara el acontecer humano. Los versos de nuestro poeta van en la falucha del tiempo. No queda otra en poesía. Tiempo,, desolación y amor Tiempo a mor,, ¿qué má máss podemos pe pedirle dirle a un poeta? poe ta? Sólo que acierte a modularlos modula rlos en primera perpersona y en voz propia. Eso es lo que encontrará el lector de estos versos.  J  J󰁯󰁳󰃩 󰁯󰁳󰃩 J  J󰁵󰁬󰁩󰁯 󰁵󰁬󰁩󰁯 C 󰁡󰁢  󰁡󰁢󰁡󰁮 󰁡󰁮󰁩󰁬󰁬 󰁩󰁬󰁬󰁡󰁳 󰁡󰁳

󰀱󐀳

 

 V E R S O S D E A M O R 

 

SYLVA  A Blanca  Blan ca 

 A 

󰁮󰁤󰁡󰁢󰁡 󰁳 por las ca 󰁮󰁤󰁡󰁢󰁡󰁳 calles lles del oto otoño ño calladas cal ladas de humedad humedad y el amarillo concierto de los árboles te amaba. Te amaba el cielo gris y los tejados umbrosos y los pájaros humildes y el viento oscuro y fresco de los bosques. Te amaban las vaguadas, vag uadas, las la s colinas sangrientas sangrien tas de amapolas.

 Y en Mérida te amaban los blancos capiteles, la sonrisa  marmórea de los dioses mutilados. mutilados. Te amaban las cigüeñas vergonzosas y hasta los lapiceros que mordías. (Lento espigaba el trigo. Lenta el agua buscaba las raíces. 󰀱󰀷

 

Lenta la yerba crece. Lento L ento el hom hombre bre echa la hoz. Y trilla. Y lento amasa su pan pa n con llanto lla nto y fuego). fuego). (El tiempo t iempo no perdo perdona  na  ni a la roca más firme ni a la rosa  más tierna.   El tiempo quiebra los cielos cielos más azules y las aguas ag uas más tersas.  agrieta dulces Como un cáncer sueños, da al olvido palabrass de pasión, gestos hero palabra heroicos icos)). Perdida en el invierno. Perdida entre la lluvia fresquísima de enero. Subiendo por el frío. Subiendo por la pena. Subiendo Subi endo por el llanto lla nto y por el gozo con tanta certidumbre.  A ndabas por las cal  Andabas c alles les entornadas entornadas donde la madreselva trepa 󰀱󰀸

 

las altas a ltas tapi tapias as blancas.  Andabass los pasillos soñolientos  Andaba soñolientos del Instituto viejo, con tu risa cristal, entre los muros cargados de expedientes y pintadas ingenuas sobre el sexo y el gobiern gobierno. o. (Andabas por los ojos de tu madre marcándole el camino, como un faro en medio de la niebla). (La tarde es de tormenta. Las nubes montañosas descargan su coraje por los campos.  Agreste  Ag reste sinfonía detrás de los vitrales.   Yo recuerdo los góticos pináculos de Burgos, en tanto la gramola toca graves cantigas alfonsinas).  Andaba s por las playas de septiembre:  Andabas almendros, sal y conchas. Conocías el vuelo de los pájaros marinos, 󰀱󰀹

 

las caras de la arena, los dibujos efímeros del agua entre las peñas.  Aprendiste los himnos de las olas ola s cantando jubilosas a la muerte. Gaviotas, arrendotes. Conocías la bóveda nocturna estrella a estrella y les dabas mil nombres misteriosos, helados, cristalinos, ya polvo en la memoria. (Inventa nuevos cielos. (Inventa Inventa nuevos mares. No te canses, amada, de enseñarme como a un niño las voces del silencio en un jardín desierto, la caricia profunda del crepúsculo, la música pequeña de las lilas). Ni siquiera sabemos qué es la vida, para qué preocuparnos del detalle: las curvas cur vas de la rosa, el vvuelo uelo tibio tibio de una paloma blanca, blanca, y el azar a zar que trajo hasta mis ojos tu mirada. 󰀲󰀰

 

 Y yo con mis costumbres, costu mbres, al margen de tus cosas, al margen de tu cine y tus zapatos, al margen de tu blusa y tu sonrisa, tu tos y tus muñecas, tu pena, tus blue-jeans y tus amigas.  Y yo perdiendo perdiendo el tiempo entre los polinomios polinomios y los Beatles, Be atles, entre la bicicleta bicicleta y los Urales, las Tablas de la Ley y las estampas. Pensar que en dos m minut inutos os hubiera compartido tus paisajes, tus sueños, tu rutina. Que estabas a un suspiro de mis ojos, a un paso de mi aliento.   Y que quedaba aún tanto ta nto hasta el encuentro. Tú, lejana, subiendo por el pozo de los años, oscuro y resbaloso. Subiendo Sub iendo por mis día díass sin saberlo. saberlo. 󰀲󰀱

 

Pasando de la rosa hasta la página más gris de la gramática, pasando del latín al tocadiscos, al chicle y Julio Verne. Subiendo Subi endo por llos os siglos y las la s simas sima s hasta tocar mis labios. Pensar que por tus huellas andaba sin saberlo saberlo.. Pensar que respiraba donde donde el aaire ire guardaba tu latido. Pensar que tantas veces he tocado el hueco de tu cuerpo. cuerp o. Pensar que he compartido tanto abril a un paso de tus ojos. Pensar que te soñaba desde niño y estábamos despiertos y tan cerca. He dado tantas vueltas para llegar a ti. Me he desviado por tanto falso atajo que es milagro tenerte entre mis brazos.   Cuántos Cuántos días 󰀲󰀲

 

brillantes como espejos. Cuántas noches de asfixia asfix ia y alquitrán. Mi corazón lento len to sangraba. sang raba. Y bajo el cielo helado,, solitario, yo buscá helado buscándo ndote. te. Buscándote en los chopos de plata y en los charcos del invierno. Buscando entre las hojas tu dulce piel sedeña. Buscándot Buscá ndote, e, perdido, como un loco persigue la razón en su delirio. Perdido en el neón y las películas. Perdido en los caminos cotidianos. Perdido entre los libros, y las conversaciones y las copas. Inútil entre inútiles inútiles sin ti. Cadáver entre muertos sin tu vida.  A mor,, dime el secreto  Amor designio de las cosas.   Po Porr qué el tiempo nos ciega, tiende trampas, 󰀲󐀳

 

nos pierde en laberintos.  Amor,, por qué la vida   Amor no es buena con c on nosotros, nos aprieta  el alma hasta ha sta el gemid gemidoo   y se alimen ali menta  ta  con lágrimas de sangre. Viniste como un sol amigo a migo y ttibi ibio, o, como un caudal de rosas, como un viento de Sandro Botticelli, como una sinfonía  de flautas de madera y mandolinas. Te adoro en tus pupila pupilas, s, en ttus us cejas c ejas arqueadas arqu eadas y sumisas. su misas. Cómo fulge la frente blanca y dulce en la cascada castaña de tu pelo. Cómo vuela tu risa por mi pecho. Cómo tiembla mi voz enamorada  cuando chocan mis ojos con tus ojos. Déjame, amor mío, en este instante, en este instante instante azul agaz a gazaparme aparme 󰀲󰀴

 

pequeño entre tus brazos, pequeño entre entre tus tu s labios y decirte: escucha mi m i silencio. silencio. Escucha mi silencio y mi alegría. (El mundo es nuestro lecho y nuestra casa. Despierta, amor. Despunta una mañana de campos de algodón tímido y albo. Da cuerda a la ilusión. Volvamos al princip principio io a ca cada da instante. in stante. No es tarde para nada. Nunca es tarde. No tengas miedo nunca.   Ven.   Escucha).

󰀲󰀵

 

EL ROSTRO DEL AMOR  A MOR   A Luis Alberto Alber to de Cuenca  Cuen ca 

 Y  en  en esta lucha a vida entrelazados vagamos sangre a sangre por la historia  ajena al interés que nos tomamos los dos en comprenderla. Unidos por la piel y la memoria  como dos locos cuerdos, niña, amiga. Qué suave suavidad había soñado. soñado. Qué dura se volvió al primer encuentro. Qué fuerte fortaleza no pensaba  que habría de hacerme falta al seducirte. El rostro del amor cobra su forma  igual que una figura sobre el lienzo.  Y no puedo seguir porque la escena  no ha dado a su final, amor, amiga. 󰀲󐀶

 

BALL ADA D BA DEL EL AMOR PER PER DIDO  A Álvaro Álvar o Salvador  Salvad or 

«Y el Amor, que, después de serlo todo, es nada». M󰁡󰁮󰁵􀁥󰁬 M󰁡󰁣󰁨󰁡󰁤󰁯

P󰁯󰁲󰁱󰁵􀁥 sabes qué tristes son las tardes de este abril, qué tristes son los trinos, quéé tristes las sonrisas, qu los niños, las muchachas, este abril porque porq ue el amor se fue f ue y sin paradero pa radero… … Porque sabes que nadie es tan feliz como pregonan los discos del momento, la prensa, prensa, las películas, profeta pro fetas, s, soñadores y filósofos, en este abril tan rosa y tan cereza, en este abril sin mitos que ocupen los lugares donde el amor estuvo. 󰀲󰀷

 

Porque sabes que nada sabes, nada. Que toda tu sapiencia  son unas letras grises que el tiempo va borrando. Porque sabes que aquí estuvo el e l amor.  Y que se ha ido. ido.

󰀲󰀸

 

 AN  A N T E U N R E T R AT ATO O OVA OVALL  A Rafael Rafae l Guillé Guillénn

M󰁩󰁳􀁴􀁥󰁲 󰁩󰁳􀁴􀁥󰁲󰁩󰁯 󰁩󰁯 del del cabello que refleja un cielo amortajado de noviembre. Misterio de unos ojos verdeplata, aún libres de dolor y desencanto desenca nto.. Misterio de unos años marchitados, al margen ma rgen de mi vida para siempre. siempre.

󰀲󰀹

 

CHA NSON D’A D’A MOUR   A Josefina Cadena Ca denass Marín

O 󰁪󰁯󰁳 verdes. verdes. LLaa luz del velador temblaba en tu sonrisa robada a Botticelli. Ojos verdes. Qué triste se me antoja el tiempo que has vivido tan lejos de mi vida. Ojos verdes. Otoño calmo y ancho. Llamando a mi silencio, tu más tierno silencio.

󐀳󰀰

 

ROSA DE AGOSTO  A José Rafael Gonzá G onzález lez Arenas  Are nas 

G󰁵󰃡󰁲󰁤󰁡􀁴􀁥 en los bolsillos del olvido la torpe lengua, el corazón cansado de tanto desamor, de tanta cháchara.  Y siente siente cómo la tarde suda  tiempo, colillas, luz, cocktails , helados.  Y mira  sin atención –por qué– este desfile acrílico amarillo amari llo,, verde ver de y azul (las chicas del parchís). 󐀳󰀱

 

 Y no lances los dados –para qué– en la jugada próxima  e imbécil de la vida.  Y chocan contra unos ojos garzos tu indol indolencia, encia, tu luego, tu tal vez.  Y nace un mar m ar de ffuego uego y aventura aventura..

󐀳󰀲

 

MUCHACHA MUCHAC HA DE NIEB NIEBLL A   A Margarita Margarit a Sabido

P󰁯󰁲 qué qué ca caminos minos o estelas, qué azar te trajo hasta mí, muchacha de niebla. Qué sendas de música, música, qué ca calladas lladas soledades, qué torrentes, torrentes, qué luz nublada de noviembre te trajo hasta este instante. Qué lágrimas, qué sollozos, qué júbilos tuvieron que ocurrir para tenerte. Qué flores, que ruinas, qué cenizas lentamente len tamente juntaron nuestras manos. m anos. Qué años, qué segundos, dulce niña de niebla.

󐀳󐀳

 

L A NOCHE OSCUR OSCUR ECIÓ L ABIOS Y ROSAS  A José Luna Borge 

L 󰁡 noche oscureció labios y rosas. La noche acarició labios y rosas. La noche vino fiel a nuestra cita. Sonaba tu sonrisa en la negrura. Sonaba tu sonrisa sobre el llanto lla nto del viento y las cascadas en lo oscuro. Un órgano barroco, un clavicémbalo tremaba en mi interio interiorr y respondían las fibras de tu sangre a mis adagios. Las uvas del otoño, las jarales, el cielo acharolado, la hojarasc hojarasca  a  del parto vegetal eran el ámbito

󐀳󰀴

 

mullido del amor. Y puse un beso en la fresa partida de tu boca  que dulce se rindió. r indió. Pensé: Pensé: supieras quién es el que te abraza y te susurra  requiebros requiebr os encendidos. Si pudieras llegar a tocar fondo en el misterio del triste vagabundo que acaricias, que está muriendo a chorros y no puede morirse de una vez porque tu existes. Sentí tu corazón dentro del mío latir a mi compás. Y juré al cielo luchar hasta morir por merecerte.

󐀳󰀵

 

UN VIAJE DE NOVIOS 󰀨󰀱󰀹󰀷󰀸󰀩  A Ricardo Ricard o Yepes Stork 

C󰁯󰁭󰁯 una perla glauca, Sofía a la luz cadenciosa del otoño otoño.. Un pueblo redimido de las alienaciones burguesas picaba los picados billetes de tranvía, robaba en los supermercados, compraba mis blue-jeans , tu blusa, tu pulsera…   Y sin embargo me turba tu belleza al a l recordarte. recordarte. Contradicciones subjetivas Contradicciones objetiva objetivass Et O ces voix d’enfants d ’enfants chantant chantant dans la coupole!

󐀳󐀶

 

 A lexis, Vilislova,  Alexis, Vili slova, mazorcas, vino blanco, el fluir del Maritza. Dónde estaréis, amigos de una tarde. Me turba tu belleza al recordarte. Contradicciones subjetivas Contradicciones objetiva objetivass Rosas rojas (¿del pueblo?) por ti corté en Bulgaria.

󐀳󰀷

 

D IME, VIENTO AM AR ILLO  A Ángel Esteban Esteba n

V 󰁩􀁥󰁮􀁥󰁳 󰁩􀁥󰁮􀁥󰁳 de acariciar las frondas, frondas, vienes de sorprender sorprender la dulce desnudez de las muchachas, vienes de lejos, vienes del sol, del mar, de los desiertos, vienes a despejar mi hipocondría. Dime el azul profundo de su voz. Dime el silencio quieto de sus manos. Dime el aroma fresco de su risa. Dime el color radiante de sus días. Tú que sin prisa cruzas praderas encendidas, altas torres. Tú que sin pausa doras los roquedales húmedos, las sendas: 󐀳󰀸

 

Dime el color profundo de su risa. Dime el aroma quieto de sus manos. Dime el silencio fresco de su voz. Dime el azul radiante de sus días. Dile que me desangro, dile que me falta el aliento sin su aliento. Dile que sin sus labios no soy nada. Dile mi desamparo sin su cuerpo. Dime el silencio azul de su sonrisa. Dime el radiante aroma de sus días. Dime el color profundo, profundo, la quietud… Dime, Viento Amarillo.

󐀳󰀹

 

 AUSS E N C I A   AU «¿En qué ayer, en qué patios de Cartago cae también ta mbién esta lluvia?».  J󰁯󰁲󰁧􀁥 L󰁵󰁩󰁳 L󰁵 󰁩󰁳 B󰁯󰁲󰁧􀁥󰁳 B󰁯󰁲󰁧 􀁥󰁳

I  A Gregorio Gregor io González Gonz ález Perla Pe rlado do

cadencia de la lluvia  llorar comolauna vieja melodía  E󰁳󰁣󰁵󰁣󰁨󰁯 de jazz  y  y de cristales. Noviembre, y amanece nuboso en los tejados, en el yermo del alma. Es muy temprano.  Y desde las ventanas ventana s de mis ojos –que alegres te adivinan en las cosas, los cielos, las praderas de abril o de diciembre–, me pierdo pierdo en la neblina del pai paisaje, saje, los años, las distancias, 󰀴󰀰

 

que nunca –amor es fuerte como la muerte–, amiga, de ti me separaron. Que bien conozco el sitio tan pró próximo ximo y lejano donde mi corazón reposa  Reposa en la esmeralda  dormida de tu vista, reposa en el tranquilo remanso de tu vientre. Reposa en las callej ca llejas as pequeñas y doradas de aquella primavera granadina  (Blanquita gateaba. Un disco viejo de José Feliciano cantaba Los molinos de tu espíritu) que sé que volverá, que siempre vuelven las cosas, las la s quer queridas idas cosas de cada día, la lluvia de Cartago. 󰀴󰀱

 

II  A Carlos Carlo s María Domínguez Domín guez Cadena Ca denas s 

C 󰁡󰁮󰁣󰁩󰃳󰁮, dile a mi amada  amad a  que nada sé, que pierdo idiotamente el tiempo templando melodía melodíass sin ritmo ni n i sentido. Que nada espero, nada, excepto a ella: la única verdad en la que creo.

III  A Aurora Juárez Juá rez Blanque Bl anquer  r 

O󰁨 lluvia, amiga fiel, lleva estos versos contigo, donde vayas, da igual: igua l: ella los sabe desde la eternidad. Sigue mojando su pelo adol adolescente. escente. 󰀴󰀲

 

  Sigue ca cantando ntando perpetuamente joven la balada  de aquel mohín travieso de sus catorce años. Sigue cantando, sigue sobre las lomas verdes, sobre el mar, m ar, sobre los cementerios cementerios de chata chatarra, rra, los niños, las violetas, las muchachas, sobre los corazones solitarios.

󰀴󐀳

 

INERMEZZO INER MEZZO FINALE CON BRIO   A José Julio Cabanillas  Cabanil las 

 A 󰁨󰁯󰁲󰁡 󰁨󰁯󰁲󰁡 que es de noche y la batalla de amor ha dado paso a una u na dulce contemplació contemplaciónn sin gritos ni susurros –mis labios en tu pelo y nuestras almas varadas en una playa imposible, en un lugar secreto sobre un sol apagado–, ahora es el momento, el único momento –pues no ha de repetirse– de acariciar la luz de tu ternura y de decirte:  Amor, amor, si yo pudiera, si yo quisiera acaso, si quisieras. Si yo, mi amor, en fin, al fin, o para nada, o para todo, amor. Si estoy cantando al borde del lamento, 󰀴󰀴

 

al filo de la dicha. Si yo quisiera, amor. Si tú pudieras…

Hay una luz luz lej lejana, ana, en las calzadas ca lzadas úúltimas, ltimas, donde don de el mundo se acaba, ac aba, y tibias bocanadas de silencio llegann a mí, me envuelven, nos envuelven llega en un abrazo leve de lluvia leve y dicha  (nada más extraño ex traño que el sabor terrible de la dicha) en esta noche eterna que ya no espera el alba. No sé lo que me digo. di go. Ni me importa saberlo. Dame otra la vez la mano. No me dejes ya nunca. Sigue, camina, corre, corre, cae hacia el fondo sin fondo. Cae ya sin miedo. Cae conmigo en lento vuelo vertiginoso y dicha  a donde tú bien sabes: a ese profundo Sur donde nacimos, a donde regresamos,  habita el olvido… donde  habita  A l Sur,  Al Sur, al Sur, al Sur, Sur, al tierno Sur de Nunca! 󰀴󰀵

 

 V E R S O S D E L A N I Ñ E Z

 

DATOS PARA UNA BIOGRAFÍA   A Víctor Botas 

 A 

󰁮􀁴􀁥 󰁳 de yo nacer el mundo existe. 󰁮􀁴􀁥󰁳 Sesudos manuscritos, ma nuscritos, viejas viejas torres así lo testimonian.   Necesario debí de serle al mundo pues existo.

Cegados de ilusiones y neblina  mis hondos hondos ojos pardos, camino –senda – senda os oscura– cura– en un oscuro rincón arrinconado en la negrura. Mitad de media vida si, con suerte, llegara a la centena. Mi patria es la guitarra, mi sustento cantar unas canciones en voz queda. 󰀴󰀹

 

DEL TIEMPO VIEJ V IEJO O  A Manuel Paulino Paulin o Gómez Castillo Ca stillo

 A 󰁱󰁵􀁥󰁬󰁬󰁡󰁳 󰁱󰁵􀁥󰁬󰁬󰁡󰁳 noches tibias los grillos de cristal, las temblorosas temblorosas esquilas, el aroma pequeño del jazmín, ahogaban con su música  el rumoroso vals de las constelaciones.  Y las abuelas negras neg ras en sus sillitas viej v iejas as hablando de los muertos, las cosechas… Los niños en la plaza  juegan al a l escondite. Verano lentamente inunda, lame, aquieta…

󰀵󰀰

 

Bajo la enredadera hay un clamor de risas. Mis padres. Tía Maruja. Limón. Agosto. Cal. Somos dichosos. Dónde desagua el tiempo. Di. Decidme.

󰀵󰀱

 

 A U N A N I Ñ A PEL PE L I R R O J A   A mi hermana herm ana Lola  Lol a 

L 󰁡 plaza. plaza . El torreón. Un viento aletargado se enreda en las almenas.  Avispa  A vispass en la fuente de bronce. bronce. Y el laurel parece fuego verde en esta siesta. (Una niña  de pelo rojo rojo y ra ralo lo con un ce cesto sto de dulces y tabaco en mi memoria pequeña, dulce y agria se detiene) detiene).. Hay un olor a cuero, a polvo, polvo, a claridad. cl aridad. Un perro duerme duerme bajo la piedra heráldica. Oh pueblos de Castilla. 󰀵󰀲

 

(No tengo qué pedirte ni ofrecerte: un beso, una palabra, pa labra, unas mon monedas, edas, un soplo de frescura) fre scura).. Mil vencejos como venablos negros por el cielo azul tirante y limpio. (Dime quién tus ojos a la vida abrió de golpe). Detrás de los cristales gesticulan encajes, manos albas… (Dime quién te trajo a este dolor y a mi recuerdo).

󰀵󐀳

 

CA NCIÓN NCIÓN A UNA MUCHA MUCHACHA CHA LOC LOCA  A   A Jesús Beades  Bead es 

S󰁯󰁰󰁬󰁡󰁢 󰁯󰁰󰁬󰁡󰁢󰁡󰁮 󰁡󰁮 otro otross vient vientos. os.   La hojarasca  hojarasca  crujió bajo mis pies al acercarme al borde de sus trenzas y su sueño. Como si nadie hub hubiese, iese, lejana la mirada y la sonrisa, el cielo es Dios por dentro repetía.  Yoo no supe seguir.  Y segui r.   Es Dios por dentro.

󰀵󰀴

 

 AM  A M A N E C E R 󰀨󰀱 󰀨󰀱󰀹󰀵 󰀹󰀵󐀶󐀶 󰀩  A Andrés André s Neuman y Erika 

D􀁥󰁬 sueño alal sueño voy. voy. Los Lo s al almacenes macenes oscuros del invierno huelen a pimentón y lento aceite. Un carro en la memoria o en las piedras va a la labor, quedo, tranquilo. En el luciente hogar hogar la leche humea  y el sol tímido trepa frescas tapias. El día se llevó los negros chopos de la noche pequeña. Soy niño. Soy feliz. Feliz me espera  mi heroico caballito de madera.

󰀵󰀵

 

R ECUER DO INFANTIL INFAN TIL 󰀨󰀱󰀹󰀵 󰀨󰀱󰀹󰀵󰀸󰀸󰀩  A mis abuelos abuel os paternos pater nos Greg Gregorio orio y Josefa 

L󰁩󰁢󰁲󰁯 de pastas verdes, con grandes hojas y selvas y en tus ojos oscuros, abuela, se refleja  el ruido de la calle.  Y el patio al que regreso con lágrimas furtivas. El patio con arriates y mimosas plantadas en bocoyes. El patio, el patizuelo que a mí se me antojaba en las felices siestas profu pro funda, nda, verde fronda, más que la de tus t us libros. Qué densa soledad aquellas tardes el tiempo me ofrecía. Que mágicas andanzas andanz as tras los perros, los gatos y las latas. Que oscuro microcosmos de grandeza  los viejos torreones, las campanas. 󰀵󐀶

 

(Tras la persiana verde, abuela, tu universo (Tras de espejos y de encajes) Espacio de la dicha que no ha de regresar pues sólo en mí existía. Dónde estará. No logro adivinarlo cansado de mirar   sin inocencia.

󰀵󰀷

 

LA ESCUELA   A la señorita señor ita Mari Carmen Car men y Ángel Ch Chimeno imeno

Q 󰁵󰃩 󰁵󰃩 tiempo aquél. Recuerda.  A maneceress limpios.  Amanecere  Abajo, tras las tapias, umbría de choperas. Sobre el prado lejana la montaña, silueta  azul contra el azul del cielo.   Solo y lento El sol pasito a paso. Palmo a palmo el sol, viejo navío, a la pendiente vence. Monte Monte aarriba  rriba  vence al reventadero. Luego esparce mil hebras oromiel por las campiñas ardientes y melifluas.   Desvalido de todos, la sonrisa  perdida en el flequillo, pelo ingenuo, 󰀵󰀸

 

los libros, los tirantes.   El pasillo se aboca aboc a al pat patizuelo. izuelo. Un Un vidrio roto detrás de la corti cortina na (era (era cretona  o fieltro, di, mamá…). Qué tiempo aquél. Vosotros, los padres de los padres, erais grandes. Vivíais sin calor ca lor,, sin ilusiones. Qué fácil perdonaros. Eran años tan hoscos. Oh Dios mío. Qué fácil disculparos discu lparos.. Las bancas ba ncas se alinean desprovistas. No queda nadie ya. Donde tú ahora: a hora: Eugenio, Pedro Pedro Luis, Lu is, A Alfonso, lfonso, Mer Merche. che.  Adóndee fue a lati  Adónd latirr vuestra vues tra presencia.  Adóndee os han lllevado.  Adónd levado. PPor or qu quéé el tiempo mató nuestra amistad, nuestra inocencia.

󰀵󰀹

 

FERIA   A mi padre 

O󰁩󰁧󰁯 girar gir ar el mundo mundo,, con los ojos cerrados en la noche de septiembre mientras la brisa tibia entre las hojas susurra mil cancio ca nciones nes que no entiendo entiendo..  Y quiero recordar, recordar, y nnoo lo logro, logro, un nombre o un paisaje en la lejana  distancia de los años. Canta un grillo y al fondo el alboro a lboroto to del ferial. Un aire de fritanga y caramelo y polvo blanquecino ha penetrado por la abierta ventana. Y, de repente, como un milagro alegre de Cantiga  la mente se ha encendido: el vagabundo vagabu ndo del viejo acordeó ac ordeón, n, sentado, toca. 󐀶󰀰

 

MÉRIDA, 󰀱󰀹󐀶󰀰  A Manuel Domínguez Domín guez Merino Mer ino

L 󰁡 calle ca lle que da al río. El viejo puente puente romano y medieval. La fortaleza  romano fortalez a  de almenas carcomidas c arcomidas por la yedra. La frescura del pozo. Dos ancianas ruinosas bajo el sol magnificente. El alto caserón de los geranios. Las cuatro de la tarde en un reloj parado. Los coches oficiales con banderas rojas y gualdas ondeando en el bochorno. Los niños removiendo la basura.  Aquella gitanita con tracoma. Maldita piel de toro. Maldita.

󐀶󰀱

 

CA NTO SO SOLA LA R   A Antonio Colina C olinas s 

 Y 󰁯 tornasoleo los jara jarales, les, asusto asus to a la trucha amante ama nte de la piedra, renuevo corazones desprendidos de su savia. Yo relumbro en vuestros ojos despiertos y salvajes, mozas y verracos forjados en granito. Yo azuzo las bestias de la casinoche, zureo a las palomas que posan en las vaguadas, desgrano el trigo como con maldades. Yo desnudo campas y casares, acaricio el basalto curvado en arquetas, me asiento en los pobres relojes del puebluco, alimento el polvo ilusionado en la escalera.  Yo me hundo entre surcos y tejados,  Yo tejados, en las al almenas menas picadass de tu barrio, cada barr io, en los los tiestos de lata que la yerbaluisa cimera. Por mí florecen el enebro y el canto de la calle.  Yoo me esta  Y estanco nco en los ojos de los puentes, puentes, yo deshago amoríos de nubes, trepo sin malicia ma licia por los aguaduchos, beso chorros de yedra en donde nace eell mundo. mundo. 󐀶󰀲

 

Encontradme en las lanas de los perros, allá donde terminan las encinas, resbalando cariñoso los oteros, encauzado en callejas c allejas angu angustiosas, stiosas, enjoyand enjoyandoo las albas que me permita la niebla. Sé cómo el calor se apaga en la flor algodonosa. Sé cernirme sobre alcores de sandías. Sé escurrirme por las rendijas del orbe y encontrar mi reposo entre unas manos albas. He apagado la mirada frutal de las muchachas. He dorado al gato y al pimiento. He surcado las calles silenciosas. He jugado al escondite con las crestas frugales del arroyo. Saben de mí la oreja y la sombrilla sombrilla,, la miel que se aburre en orzas. Saben de mí el niño mediañero en su cunaza y el estudiante empanado en la buharda.  Yo,  Y o, el Sol.

󐀶󐀳

 

R EGRE EG RE SO AL SUR  S UR   A Rafael Rafa el Juárez 

P󰁲󰁩󰁭󰁡󰁶􀁥󰁲󰁡 es el aire, las callejas, los jazmines nocturnos, una niña dormida en los balcones, el crujir de un ciprés. Sentado en una banca carcomida, cercado de heliotropos heliotropos y hojuelas de cerezo que tamizan las luces en suavísimos morados, mis ojos se detienen en la araña, en la pequeña hormiga, en el albero que estofa de oro viejo los caminos. Oh tierno Sur de entonces. entonces. Sobre el ramaje pasa  un resto de algodón. Abril lluvioso 󐀶󰀴

 

dio a mayo el florecer la vida invicta. No muerta, muerta, aaletargada. letargada.  A l corazón reseco  Al rese co se opone por rechazo el vivo verdecer húmedo y fresco: los chopos, los alerces, este tiempo.  Y rueda el universo, u niverso, y gira como el huso volteado vol teado entre unos dedos virginales. virgi nales. El mundo no está muerto. Eso es men mentira. tira. Sólo el alma envejece. Casi en el centro un pozo dispara al cielo esbelto su espadaña de la que pende, herrumbre, una polea oscura.  Yo pienso, leo,  Yo leo, recuerdo los años transcurridos por sorpresa  en el sepia vetusto de unas fotos. 󐀶󰀵

 

 Y rueda el universo. u niverso.  Y gira como el huso volteado entre unos dedos virginales. El mundo no está muerto. Eso es men mentira. tira. Sólo el alma envejece.

󐀶󐀶

 

 V E R S O S D E T I E M P O A D E N T RO

 

ES PENOSO EL OFICIO DE ESCR ESCR IBIR EN TINIEBLA  TINIEBL A   A Miguel Ángel Lama  La ma 

E

󰁳 penoso el oficio de escribir en tiniebla. ti niebla. Es ingrato, creedme. Lass sombras sin contorn La contornos os de los seres que amamos algún día  irrumpen a través de los cristales pidiendo su papel en el poema. En tanto ta nto qque ue los versos que buscamos busca mos dormitan do rmitan en barrancas barra ncas de agonía  y el juego de aflorarlos no compensa  las noches de aguacero y somnolencia, que el tedio los recubre con sus dedos y son sangre vertida gota a cántaros. En fardos fa rdos se amontonan amontonan paisajes pais ajes inven inventados, tados, cielos verdes, geranios olo olorosos, rosos, astrolab ast rolabios ios de abuelos navegantes, mil mi l ficciones 󐀶󰀹

 

que cobran realidad en el poema  salvadas de la nada, exactamente al modo de las cosas subsistentes. Redacto estas canciones en tiniebla. Es penoso el oficio oficio.. Que el tedio las recubre con sus dedos y son sangre vertida gota a cántaros.

󰀷󰀰

 

 AN  A N T E PA PASS A D O S  A Antonio Vélez 

L󰁬􀁥󰁧󰁡󰁲󰁯󰁮 de muy lejos. Hartazgo de camino sembrado de esperanza. Hicieron sus cabañas, sepulcros sepulc ros y alcazabas alcaz abas con cánones exóticos. Dejaban tras de sí paisajes más bravíos, recuerdo sin raigambre. Eran escoria, ripio, sin tiempo ni ventura. Vinieron. Se quedaron. Vinieron. Están. Somos nosotros. 󰀷󰀱

 

UN CAZ ADO ADOR  R  Circa  󐀴󐀰󐀰󐀰  󐀴󐀰󐀰󐀰 a.d.C.  A Juan Castro Cast ro Sosa 

N􀁥󰁧󰁲󰁡 cae la lluvia  sobre los campos negros, sobre el oscuro miedo de unos ojos cerrados. En la vaguada truena  un rayo amoratado   y el aullido del lobo centellea  famélico,, amarillo famélico amaril lo.. Famélico, amarillo Famélico, a marillo y oscuro, el hombre estrecha  contra su corazón helado un hacha de diorita.

󰀷󰀲

 

UN L EGIONAR EGIONAR IO 󐀵 a.d.C.  A Lola Martínez Martí nez Oje Ojeda  da 

C󰁯󰁮 los ojos cansados mira morir el sol tras las colinas, mira la primavera  caliente ca liente y olorosa  olorosa  que no esperaba ya. Mira las golondrinas volar, volar. Y entre las hojas del emparrado siente bullir la vida  breve de las avispas.  Ya sin pesar  Ya pesa r, y ca casi si alegre, Va remembrando luces y penumbras: las noches densas de marcha por los feroces bosques de Lusitania, los altos mediodías, el rugido del sol en los escudos, el bronce, los piojos, el hedor 󰀷󐀳

 

de las ciénagas, la frescura  de aquella niña griega.  Ya casi ciego,  Ya moja en el vino amargo su impaciencia. Una moneda guarda para el tránsito del río Leteo hacia la Vida.

󰀷󰀴

 

ABELLA DEFIXIONUM 󰀨TABLI 󰀨T ABLILLA LLA FUNER AR IA󰀩 󐀱󐀲󐀴 d.d.C.  A Ignacio Ignaci o Llamas  Llama s 

T󰁯󰁤󰁯󰁳 preguntan por ti, Priscila. Preguntan Pr eguntan la escalera, el atrio, el pajarillo, pajari llo, todos, todos Priscila, te reclaman: los geranios pequeños, los macizos de fucsias y de rosas, el arcón de los lienzos, las ajorcas cerámicas… Todos lloran, sienten el huecote de tu risa, la canción de tus tobillos finos.   Y qué hará  sin tu latir agosto   Y qué será  de las campiñas secas sin tu aliento. 󰀷󰀵

 

Qué será de tu esposo, de tu joven esposo, del infausto esposo que te arrojó al Guadiana.

󰀷󐀶

 

BANQUETE 󐀱󐀴󰀶 d.d. C.  A José María Álvarez Álva rez Martín Martínez  ez 

E󰁮 el abúlico triclinio desembocan desembocan pichones con pimienta y miel, ciruelas rellenas de esturión, lenguas de fenicópteros, cigüeñas a la menta (qué asesinada ase sinada Primavera). Primavera). Hermosos esclavos iberos filtran el vino tibio de la crátera y un danzarín andrógino inicia el curvo cur vo vals de los delfines. Mientras el sol destella  en los saleros de vidrio y en las copas de electro y oro, mientras

󰀷󰀷

 

 A nnio y Helena ensayan  Annio entre manchas mancha s de vómito, vómito, en el suelo, suelo, una destartalada destar talada escena esc ena de amor. amor.

󰀷󰀸

 

LOS CONQUIST CONQUISTA A DORES DORE S 󐀱󐀵󰀳󐀷   A Luis García Montero Mont ero

D􀁥󰁪󰁡󰁲󰁯󰁮 sus paisajes de piedra. Malvendier Ma lvendieron on la yunta y el arado en busca de esperanza esperanza.. De vino y de ilusión sembraron los senderos. s enderos. (El vien v iento to de la muerte tras ellos, sigiloso sigi loso)). Hablaban de Eldorado, de cielos en la tierra, de mares de esmeralda, del poder y la gloria.  A llá les esperaban  Allá esperaba n fiebres y encomenderos, 󰀷󰀹

 

sang re y sudor, sangre sudor, impuestos: i mpuestos: un lugar en la Historia.

󰀸󰀰

 

UN ILUSTRA IL USTRA DO 󐀱󐀷󐀵󐀹  A José Luis García Martín Mar tín

E󰁬 cuadro representa  a un hombre alto y cano de mejillas alegres y ojos garzos. Viste un gabán de paño y hay una luz de plata en su sonrisa  pacífica y antigua. ¿Qué días, qué veladas tristezas, qué silencios dorados entre los lentos lentos libros, los ingenios i ngenios de física recreativa? (Tu tiempo es nuestro tiempo: la violeta  que acabo de encontrar entre tus páginas nostálgica y dichosa). En Versalles, en Viena, en Aranjuez, arañass de cristal y ventana araña ventanales, les, 󰀸󰀱

 

pelucas, minués, juegos de naipes, hebillas, porcelanas, broches, cintas, espejos relucientes: relucientes: nunca he visto un brillo más oscuro. No surcaste los mares. No esclavizaste esclaviza ste hermanos. De tu gris existencia  nos quedan quedan unas páginas de luz sobre tanta tiniebla.

󰀸󰀲

 

ESPAÑ ESP AÑA A SIGLO X X 󰀨FR AGMENTO GMEN TO󰀩󰀩  A Jesús García Garcí a Cald Calderón erón

󐀱󐀹󐀰󐀱: D󰁯󰁮 Francisco Largo Caballero estucando un tabique allá por Lavapiés. 󐀱󐀹󐀰󐀸: Don Indalecio Prieto viendo crecer las ma 󐀱󐀹󐀰󐀸: mazorcas zorcas en un vallín vallí n de Mieres. Mieres. 󐀱󐀹󐀱󐀲: Don Antonio Machado paseando a su tuberculosita por las estepas de Soria. 󐀱󐀹󐀱󐀹: Don Manuel Azaña traduciendo Te Bible in Spain  junto a una torre mudéjar  junto mudéjar.. 󐀱󐀹󐀲󐀵: Don Miguel Primo de Rivera escanciando montilla en la noche pegajosa. 󐀱󐀹󰀳󐀰: Don Gregorio Sabido, pan y tocino en un descanso de la yunta. 󰀸󐀳

 

󐀱󐀹󰀳󰀶:: Don Mig 󐀱󐀹󰀳󰀶 Miguel uel de Unamuno viendo una luna de sangre sangre en un u n ba balcón lcón sobre el T Tormes. ormes.

󰀸󰀴

 

󰀱󰀹󰀴󰀰  A Álvaro Álvar o Valver Valverde  de 

E󰁮􀁴󰁯󰁮󰁣􀁥󰁳 las veigas  entre  entre niebla, las vacas con carbunco, carbunco, el hórreo verdinegro y las panochas bajo los cielos gasas. O tal vez llanuras de molinos incendiados, meses de polvo y mosto, senderos de herradura adormecid adormecidos os que huellan el arriero y las urracas. Entonces el pan duro y las cebollas podridas, el quinqué de queroseno apagando las noches, las viejas enlutadas y la polio, la taba, la peonza, aquellos dulces de Pascua. 󰀸󰀵

 

Pues naciste en un tiempo memorable de llanto, vino tinto y gabardinas sobre un millón mi llón de muertos recién muertos.

󰀸󐀶

 

INTRAHISTORIA   A Eloy Sánchez Sán chez Rosillo Rosil lo

E󰁬 hongo de Hiroshima. El ENIAC , con sus 󐀱󰀶.󐀰󐀰󐀰 lámparas de vacío. La fulgurante Guerra de los Seis Días. El Voyager  planeando  planeando sobre Júpiter. La caída del Muro de Berlín.  Y gira y gira el tiempo como una campana c ampana enloquecida: enloquecida: años, años, años hacia atrás.   Y se detiene en España. Castilla. C astilla. Era del Señor Señor de 󐀱󰀳󐀷󰀶: «Doy fee de los averes de la defuncta   Antonia Huete: Huete: una sillica, un crucifixo, una tinaxa de agua». 󰀸󰀷

 

 ALL U C I N ACI  A AC I Ó N E N M É R I DA   A Sacri Pizar Pi zarro ro

E󰁳󰁣󰁵󰁣󰁨󰁡, como siempre es ya de noche. Agosto del 󐀵󰀶. Las esquinas azules del verano pasan fugaces, pasan los rostros y los gestos familiares. Alfonso Guerrero, Pepe Frutos, Sacri Pizarro, Pizarro, A Amalia… malia… Paseo con los muertos. Muertos al aire delestán estío,loslascines terrazass terraza con blancos veladores de esta profunda infancia  que, ahora, agosto agos to del 󐀹󐀱, se alza en el recuerdo o en el sueño sueño.. Tú pasas 󰀸󰀸

 

por estas mismas calles el año 󐀲󐀱󐀰󐀰. Admiras la torre de la iglesia  con un suspiro gótico. (No sé cómo será  el mundo en el que vivas, aunque me lo lo ima imagino gino tan triste como éste, –en esta e sta noch nochee oscura  en que paseas conmigo que estoy econmigo, stoy muerto y que te hablo–). Mira  los rostros rostros fa familiares, miliares, los gestos gestos familiares fami liares que no conoceré, como no he conocido (ni tampoco) carastúendurecidas end urecidasesas de mis tatarabuelos.  Am igo del futuro:  Amigo futu ro: anduve donde donde andas. andas .  Yoo tuve una estatura  Y es tatura,, 󰀸󰀹

 

un porte, una mirada  tal vez com comoo la tuya. Inútil que me busques.  Yoo sigo estando  Y esta ndo aquí aquí igual que tú estarás. He muerto. Como tú. Como tus nietos. Como la torre torre y las campanas ca mpanas que doblan doblan o repican por por mí, por todos. Esasti,campanas góticas que ahora duermen, sueñan. 󐀱󐀹󐀰󐀲. Verano del 󐀹󐀰 o del 󐀹󐀱 o del 󰀳󐀵󐀰󐀰. ¿En dónd e est estamos? amos? ¿Somos solo dónde un sueño de Dios?

󰀹󰀰

 

L A CA NCIÓ NCIÓN N DEL OLV OLV IDO  A Sultana Sultan a Wahnón Wahnón

S􀁥 apagaron las negras puertas de cuarterones. Se pudrieron los goznes, las aldabas. Cayeron los balaustres y altos muros sobre el umbral cansado.  Y la mansión es sombra, es rojo polvo, polvo, es nnada. ada.  Aquél a quien amabas.  Aquél a quien odiabas.  Adónd  Adónde e fueron. Dónd Dóndee laten sus sombras. Nos iremos. Nos iremos como si nunca  hubiésemos venido. 󰀹󰀱

 

No seremos ni polvo, polvo, ni piltra piltrafa, fa, ni óxido. óxido. No seremos ni un nombre nombre perdido en los regist registros ros que ya nadie consulta.  A lgún rincón oscuro.  Algún  Algún  A lgún retazo retaz o de empedrado.  Algún  A lgún cascote. cas cote. Algún Alg ún vidrio: ¿Cantarán nuestra historia que ya a nadie interesa? ¿Cantarán amory nuestro más profundo que el cielo? ¿Cantaran nuestro nuestra risa aburrimiento, los años de dolor que ya a nadie interesan?

󰀹󰀲

 

HERE, IN GRANADA GR ANADA  A Ángel García Gar cía López 

 del bandoneón en la calle Zacatín B LUES  LUES  del aquella tarde azu aquella azull y la lág lágrima rima inmensa  de un antiguo pesar que era sólootras la lluvia  de algunas ta rdes. tard es. Nieve rosada del Veleta  aquella aqu ella tarde azu azull y la lág lágrima rima inmensa  de un antiguo pesar: sólo la música  a Kreutzer de Beethoven.  Y yo no sé, las grúas gr úas que elevan eleva n nuevas casas ca sas para la l a soledad, el sol nublado, nublado, acaso un u n breve haiku, acaso el recuerdo difuso de una infancia violeta y poco más que decir o que dar al olvido. 󰀹󐀳

 

En este tiempo muerto, entre dos estaciones que se ignoran, ig noran, esperar no sé que. Del rosa    al rosa  voy, aquí, en Granada .

󰀹󰀴

 

R AIN AND EARS   󰀨LLUV 󰀨LL UV IA Y L ÁGRIM AS󰀩 AS 󰀩  A Daniel Barre B arredo do

 Y  tú,  tú, querido Alberto, que un día yo envidié por evadirte de casa de los viejos en busca la dichas, por las playas calientes, calient es,de andaluzas, andaluza contéstame qué se hizo de tu orgullo: si Torre de Babel perpetuamente confusa y rutilant r utilantee o apenas el llorar ceñido al cuenco pequeño pequ eño de las palma palmas. s. Gozabas de visiones sociomíticas: hembrajes hemb rajes en furor f uror quemando rímel a Diana Cazado Caz adora ra y A Afrodita frodita indistintamente.

󰀹󰀵

 

Cuando en las horas muertas soñamos submarinos amarillos ¿pensabas en amar en la tristeza tristez que hurgabas en tu oadentro? adentro ?, a ¿pensabas en azules singladuras donde arropar tu ilusa hipocondría?  A hora que  Ahora que lo pienso pienso (detrás de los crista cristales les lluvia y lla llanto nto)) yla endulza mis oídosdel sesenta, música inefable a ti te lo pregunto: adónde fue tu orgullo.  A ti, querido querido Alberto, A lberto, con dos palmos de tierra sobre el gesto.

󰀹󐀶

 

GUÍA PAR PAR A INICIA INICIA DOS  A Fernando Ferna ndo Ortiz  Or tiz 

H􀁥 de revelaros un secreto: hay  en Granada sitios, lugares donde el tiempo se remansa  como el agua en losdepozos. Por ejemp ejemplo, lo, Plaza las Pasiegas donde don de el alto a lto frontispicio frontispicio de la ccatedral atedral da sombra a algún mendigo; calle de Niños Luchando; recoleta  Plaza de San Nicolás, con acacias y la Alhambra soberbia recortándose contra el azulCarrera  o el pálido lechoso de la Luna; del Darro donde el tiempo discurre embovedado.  Y en mi corazón, coraz ón, tantos años ya en la recta  final de soledad. 󰀹󰀷

 

 A D O N A N T O N I O M AC ACH H A DO  A Ángeles Ángele s Mora y Juan Carlos Carlo s Rodríg Rodríguez  uez 

P󰁯󰁲 la glorieta pasan humanos y vehículos de un tiempo a un porvenir que ya es oscuro aún antes a ntes de afrontarlo. Quisiera ser un cardo, un lirio, un arrecife, un vaso de agua aguardien rdiente te en mesa tosca, un verso en labios niños, un almendro. Que a veces tan tros cruellaelamargura  ser consciente, mascar en losesadentros aden amarg ura  del mundo y su mentira, el latigazo que a ti te cercenó, que nos cercena  cabeza y corazón.   En el baldío nacemos y morimos. Nuestros dedos 󰀹󰀸

 

dibujan los contornos, miembros, senos de dioses derrocados.

󰀹󰀹

 

LEY ENDO A UN ROMÁ ROMÁNTICO NTICO IN INGLÉS GLÉS  A Antonio Mazuecos  Maz uecos 

O󰁨 noche, qué suave bajaste la ladera. Qué brillantes pusiste los arroyos y brocales de los pozos. Oh noche melodiosa de estrellas y susurros. Oh noche, pues ahora a hora toda la casa es como un claroquédate, de luna, vela conmigo, bésame lenta y dulce: no me dejes a solas con el dolor del mundo. Porque la casa está como un claro de luna 󰀱󰀰󰀰

 

y los objetos cantan en quietud un himno de alegría: quédate, lenta, lenta, ttú, ú, oscuro adagio, tú… Pues el dolor antiguo parece aletargado, parece que se ha ido para no volver nunca.

󰀱󰀰󰀱

 

E IN ARCA DIA  A mis abuelos abuel os maternos mater nos José y Olivia  Olivi a 

 Y 󰁯 no era nada más (ni nada menos) que un niño. Yo tuve un Paraíso del cual fui expulsado y al que no podré regresar nunca. Estaba situado a pocos kilómetros de Mérida y a abuelos. la orilla Una del cauce Guadiana. la huerta de mis casita del de un piso conEra vigas de madera pintadas de azul y paredes blanqueadas. Un pañuelo de tierra sembrado de hortalizas y árboles frutales. Una minúscula pradera donde siempre pacía un ternero. Un cañaveral bravío y un regato claro con el lecho de arena blanca sembrado de guijas negras. Los árbolesvegetal de lasdenso orillasy juntaban copas formando un túnel sombrío. sus En las tranquilas siestas de agosto, mientras los campesinos descansaban, yo me aventuraba por el misterioso pasadizo. El agua apenas alcanzaba los dos palmos y su fresca tibieza llenaba de dulzura mis exploraciones. Por instantes penetraba en la noche, pero yo no tenía miedo. En los alisos cerca󰀱󰀰󰀲

 

nos zumbaban las chicharras. Un mirlo solitario trinaba entre los álamos. Arañas transparentes y caballitos del diablo raudos del agua. Unen fuerte aroma rozaban de hinojos subíaladesuperficie los bancales. Agosto, Extremadura, era un estanque de luz solar.  Años más tard tarde, e, al leer leer a Virgilio, Virgilio, a Garcilaso, a Fray Fray Luis o a San Juan de la Cruz, he revivido la soledad sonora, la música callada, la espesura de los verdes sauces, el agua man mansa, crista lina.. poetas Y hhee comprobado compr obado que qun ueiinsoborna los ttópicos ópicossobreesa,el pura, sobr pa paisaje isajecris detalina estos encerraban nsobornable fondo de verdad. Una mañana, a la luz del alba, cuando me encaminaba al arroyuelo amigo, mis ojos descubrieron el sangriento zaleo de un corderillo destrozado por el lobo. Entonces supe nunca podría regresar. Que, allá en el Paraíso, estabaque desde siempre esperándome la muerte.

󰀱󰀰󐀳

 

NIRVANA   A Joaquín Carlos Carl os Camacho Cama cho

D󰁯󰁲󰁡󰁤󰁡 sobremesa del otoño en el albergue viejo. Un libro junto muerto. al fuego rememora  algún instante Escuchas los susurros de las hojas en el silenci si lencioo seco.  Alegría  A legría de chopos amarillos ama rillos y jóvenes cerezos. Un cuco canta afuera, tan lejano como si fuese un sueño.  Y la luz es de miel, como aquel día  de tu mejor recuerdo. 󰀱󰀰󰀴

 

En el fondo del bosque centenario dormitan los misterios. Pasado y porvenir en el olvido. Es el presente. Eterno. No somos. Es el mundo. Y eso basta. Después ya nada espero. La lentamente un tarde imposible cielo. desvanece

󰀱󰀰󰀵

 

CA BINA TELEFÓNICA  TELEFÓNICA   A Miguel d’Or d ’Ors s 

E󰁳􀁴󰁡 cabina gris bajo el cielo gris de un año gris. (Aquí llamo a mi amor, a un taxi, a…  Y me refugio, gris, bajo la lluvia antigua) antig ua).. Esta cabina gris supone el Universo, la caudalosa historia. Implica las Cruz Implica Cruzadas adas y sin ella nunca Constantinopla fuera tomada por los turcos, nunca los bajeles de la Armada A rmada Invencible Invencible hubieran abandonado la quietud lisboeta. Esta cabina gris bajo el cielo gris de un año gris supone el nacimiento de Gautama, de Cristo, de Prokofiev, de Hitler, Hitler, de Alej A lejandro, andro, de Ferna Fernanda  nda  Rodríguez. Sin ella ni las rocas 󰀱󰀰󐀶

 

más firmes, ni los sueños más sueños, ni salmónus contra corriente, ni el el salto CodexdelCalixtinus  Calixtin , ni el llanto lla nto de los sauces aanteaye nteayerr, ni aquella llave rota, ni n i aquel postigo abierto, ni todo lo contrario. Por ella, el otoñal adagio de lascaer hojas el lago, y el rápido del en hacha en la garganta  de Núñez de Balboa  (aún brilla en sus pupilas el Pacífico).  Y el rumor del castaño ca staño bajo el foehn.  Y el gozquecillo gozquecil lo aplastado en el asfa asfalto lto..  Y las manos ma nos de Blanca tecleando un minuetto. Sin ti ni los cornflakes  de  de Roderick Murphy. Ni la V-󰀲 abatiendo las hayas de Hampstead. Ni el buenos días de pasado mañana. Ni las trovas de Juan Ruiz a la Gloriosa, a las furcias. Ni el si mayor de Bach coronando la fuga. 󰀱󰀰󰀷

 

 A ti, cabina gris, gri s, mi sa salvadora. lvadora.  A ti mi verso gris gri s y necesario. necesa rio.

󰀱󰀰󰀸

 

CA NCI NCIÓN ÓN D DE E CUNA   A Blanquita Blan quita Sabido Sabid o

P 󰁡󰁲  󰁡󰁲󰁡󰁡 ti las la s avenidas del sueño, sin pprincipi rincipioo ni fin. Las avenidas avenidas largas, con farol farolas as ciegas y charcos de cieno donde los perros husmean. Para ti los sangrientos crepúsculos de agosto. Las alboradas blancas. Los fuegos f uegos de la tie tierra. rra. La lluvia, vieja amiga, en los vitrales. Para ti los jardines marinos, los cementerios marinos, borrascas y galernas. Para ti los quietos mediodías, botellas en el polvo. Para ti los himnos de la niebla, las voces del pasado, la alegría  de los arroyos niños. 󰀱󰀰󰀹

 

Para ti todos los cuentos, cantos, ca ntos, mitos.

󰀱󰀱󰀰

 

QUÉ QUEDA POR DECIR SI TODO TODO E ESS UNO  A mi madre  madr e 

P󰁯󰁲󰁱󰁵􀁥 mi corazón late al unísono de tantos corazones que a lo largo del año y los lugares se me cruzan, qué anhelo compartir con cadancio. uno su pena, su esperanza, su cansanci cansa o. Está el temor contado. Están contados los pelos y señales. Pena y gozo contados a medida de los cuerpos. Contada Con tada hasta la ang angustia, ustia, la alegría, los golpes de la aguja las esferas. Contados el latido y laensonrisa, la lágrima, el calor, la amanecida. Un solo desamor mora en el mundo. Una sola caricia. Un beso solo. Un llanto a flor de piel. Una ternura. 󰀱󰀱󰀱

 

Un solo caminar por muchas sendas. Qué queda por decir si todo es uno. u no.

󰀱󰀱󰀲

 

 ADA  A DAG G I O PA PAR R A U N A D I O S A M U E R TA   A Santiago Santia go Castelo Caste lo  En Mérida, septiembre, 󐀱󐀹󐀷󐀸

O􀁴󰁯󰃱󰁯 era un estanque de luz dorada y vieja. Era un abrazo seco de viento y hojarasca. Era un paisaje blanco de fustes derrocados cantando sin palabras por una diosa muerta. Era roja la luna. Eran las noches tibias. Eran los hombres gritos de amor o desengaño. desenga ño. Era la tierra vino, sudor y sed, sarmientos cantando sin palabras por una diosa muerta. Entonces al mundo. la tristeza miróse en vine el espejo de misEntonces ojos antiguos. Era redondo redondo el mundo como una inmensa pena. Era una flor el tiempo, huidiza y delicada. Pronto crecí. Veía Pronto Veía mi miss ojos ag agranda randarse rse en las profundas pozas del río encadenado. 󰀱󰀱󐀳

 

Las hondas aguas negras, al a l pie pie de las murallas cantaban sin palabras por una diosa muerta. Guadiana sólo enseña su música y leyendas a los que en sus orillas crecieron y jugaban. Él es el que se marcha y el que siemp siempre re se queda cantando sin palabras por una diosa muerta. Guadiana, dime tú: ¿Es cierto que ella vive al de mi nuestrocomo brevenunca paso? ¿Esmargen cierto que ellavida, gira,degloriosa en un lugar sin tiempo, más allá de los soles? ¿Y donde aquí hay ruina, allí la arquitectura dorada y blanca ofrece su cuerpo de alabastro a un aire enamorado que teje en sus columnas fantásticos tapices de estrellas intangibles? ¿Y acaso aca so es que no cambia c ambia si cambia ca mbia su apariencia, si su sonrisa blanca es hoy gesto de muerte, si sólo huesos blancos hoy tristes nos ofrece donde la blanca carne lucía su hermosura? 󰀱󰀱󰀴

 

¿Y entre los capiteles vencidos y los fustes hay un latir de sangre, de risa agazapada? agaz apada? ¿Y tras dedelosunandrajos graníticos, persiste el ritmo aliento carnal, fresco, oloroso? ¿La pálida hermosura de un arco gris, herido de inviernos, sin ternura, veranos infernales, es un reflejo débil del Arco que, por siempre, reposa en el silencio silencio,, inmóvil, in móvil, perdurabl perdurable? e? Inmóvil, perdurable, tal vez ella pervive detrás de este paisaje de piedras derruidas, rotos anfiteatros, vasijas mutiladas, naumaquias sin trirremes, sin velas ni guerreros. Guadiana, como tú yo me marché. Y regreso. Siem Siempre pre estoy regresa ndo¿Dormida junto junto a la ohermosa virgen rgen dormida entre regresando los valles. muerta?vi Calla: Tú no tienes derecho a rom romper per el hechizo. hech izo. Morimos los humanos. Ella nos sobrevive y exhibe una ruina que es nuestra, sólo nuestra. 󰀱󰀱󰀵

 

Sólo la imagen rota que nuestros ojos rot rotos os vislumbran en la niebla de un tiempo sin raíces. ¿Muerta o dormida? Calla. ¿Muerta Ca lla. Tú no tienes derecho a perturbar ni un aire, ni un ri rizo, zo, ni un suspiro suspiro..  Y aún menos el hechizo secreto de una un a diosa que nos sonríe, hermosa, más allá de la muerte.

󰀱󰀱󐀶

 

PROCEDENCIA PR OCEDENCIA DE LOS POEMAS POEM AS

 A R I A  AR (Universidad de Granada, 󐀱󐀹󐀷󐀵)

Canto Solar DÉCA DAS Y MIOS DÉCADAS (Universidad de Granada, 󐀱󐀹󐀷󐀷)

 A don Antonio Antonio Machado  Antepasados Canción a una muchacha loca  Datos para una biografía  El rostro del amor Es penoso el oficio de escribir en tiniebla  La escuela e scuela (titul (titulado ado «󐀱 «󐀱󐀹󰀶󐀰» 󐀹󰀶󐀰» en Décadas y Mitos ) Qué queda por decir si todo es uno Rain and ears (lluvia y lágrimas) Regreso al sur 󰀱󰀱󰀷

 

SYLVA  (Diputación de Granada, Granad a, 󐀱󐀹󐀸󐀱)

󐀱󐀹󐀴󐀰  A una niña ni ña pelirroja   Adagio  Adag io para una ddiosa iosa muerta   Ante un retrato retr ato oval Cabina telefónica  Balada del amor perdido Canción de cuna  Chanson d’amour  Del tiempo viejo Feria  Sylva   A DAGI  ADA GIO O PAR PA R A U NA DIO DI O S A MU MUER ERA A 󰀨Editora Regional de Extremadura, 󐀱󐀹󐀸󐀸)

Banquete Los conquistadores abella Defixionum (Tablilla funeraria) Un cazador Un ilustrado Un legionario 󰀱󰀱󰀸

 

 AU NQU  AUNQ U E E S DE NOCH NO CHE E (Editorial Renacimiento, 󐀱󐀹󐀹󐀴)

 A lucinaciónn en Mérida ((󐀱󐀹  Alucinació 󐀱󐀹󐀵󰀶) 󐀵󰀶)  Amanecer  A manecer (󐀱󐀹󐀵󰀶) (󐀱󐀹󐀵󰀶)  Ausencia (I, II, III) Dime, viento amarillo  XX  X  (Fragmento España siglo X  (Fra gmento)) Guía para Iniciados Here, in Granada  Intermezzo finale con brio Intrahistoria  La canción del olvido La noche oscureció labios y rosas Leyendo a un romántico inglés Mérida, 󐀱󐀹󰀶󐀰

Muchacha de niebla  Nirvanaa (ti Nirvan (titulado tulado «otoño» «otoño» en Aunque es de noche ) Recuerdo infantil in fantil (󐀱󐀹󐀵󐀸 (󐀱󐀹󐀵󐀸)) Rosa de agosto Un viaje de novios (󐀱󐀹󐀷󐀸)

󰀱󰀱󰀹

 

LA LLUVIA DE CARAGO (Editora Regional de Extremadura, Ext remadura, 󐀲󐀰󐀰󰀶).

Et in Arcadia 

Un inciso inciso fina final:l: Sylva , que da título a un poema y a un poemario, es vocablo que el Diccionario de Autoridades   (Tomo Sexto, Madrid, 󐀱󐀷󰀳󐀹) define de la siguiente manera: «En la Poesía es la composición métric métrica, a, que sale como de un golpe, y de un impulso del furor poético…».

󰀱󰀲󰀰

 

ÍNDICE

 

 

Cabanill as . . . . . . . . 􀀷 P󰁲󰃳󰁬󰁯󰁧󰁯 de José Julio Cabanillas  VER SOS D DE E AMOR 

Sylva . . . . . . . . . . . . El rostro del amor. . . . . . . Balada del amor perdido . . . .  Ante un retrato ret rato oval . . . . . . Chanson d’amo d ’amour  ur  . . . . . . . Rosa de agosto . . . . . . . . Muchacha de niebla . . . . . . La noche oscureció labios y rosas . Un viaje de novios (􀀱􀀹􀀷􀀸) . . . . Dime, viento amarillo . . . . .  Ausencia . . . . . . . . . . Intermezzo finale con brio . . . .

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􀀱􀀷 􀀲􀀶 􀀲􀀷 􀀲􀀹 􀀳􀀰 􀀳􀀱 􀀳􀀳 􀀳􀀴 􀀳􀀶 􀀳􀀸 􀀴􀀰 􀀴􀀴

 

VER SOS D DE E LA NIÑEZ

Datos para una biografía . . . . . . . . . . . 􀀴􀀹 Del tiempo viejo . . . . .  A una niña ni ña pelirroja pelir roja . . . . Canción a una muchacha loca  Amanecer  Am anecer (􀀱􀀹 (􀀱􀀹􀀵􀀶) . . . . . Recuerdo infantil (􀀱􀀹􀀵􀀸) . . La escuela . . . . . . . . Feria . . . . . . . . . . Mérida, 􀀱􀀹􀀶􀀰 . . . . . . Canto solar . . . . . . . Regreso al Sur . . . . . .

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􀀵􀀰 􀀵􀀲 􀀵􀀴 􀀵􀀵 􀀵􀀶 􀀵􀀸 􀀶􀀰 􀀶􀀱 􀀶􀀲 􀀶􀀴

VER SOS D DE E TIEMPO A DENTRO

Es penoso el oficio de escribir en tiniebla . . . . . 􀀶􀀹  Antepasados  Antepa sados . . . . . . . . . . . . . . . . 􀀷􀀱 Un cazador . . . . . . . . . . . . . . . . 􀀷􀀲 Un legionario . . . . . . . . . . abella Defixionum (Tablilla funeraria) Banquete . . . . . . . . . . . . Los conquistadores . . . . . . . . Un ilustrado . . . . . . . . . . . España siglo X X (fragmento) . . . . 􀀱􀀹􀀴􀀰 . . . . . . . . . . . . .

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􀀷􀀳 􀀷􀀵 􀀷􀀷 􀀷􀀹 􀀸􀀱 􀀸􀀳 􀀸􀀵

 

Intra historia . . . . . . . . . . . . . . . . 􀀸􀀷  Alucinación  A lucinación en Mérida . . . . . . . . . . . . 􀀸􀀸 La canincióGranada  n del olv.ido. .. .. .. .. .. Here, Rain and tears  (L  (Lluvia y lágrimas). Guía para iniciados . . . . . .  A don Antonio Machado . . . . Leyendo a un romántico inglés. . Et in Arcadia   . . . . . . . . Nir vana . . . . . . . . . . Cabina telefónica . . . . . . . Canción de cuna . . . . . . . Qué queda por decir si todo es uno  Adagio  Ada gio para par a una diosa dios a muerta . .

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􀀹􀀱 .. 􀀹􀀳 . 􀀹􀀵 . 􀀹􀀷 . 􀀹􀀸 . 􀀱􀀰􀀰 . 􀀱􀀰􀀲 . 􀀱􀀰􀀴

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Procedencia de los poemas . . . . . . . . . . 􀀱􀀱􀀷

 

󰁁mor , antología poética de V󰁩󰁣􀁥󰁮􀁴􀁥 V󰁩󰁣􀁥󰁮􀁴􀁥 S󰁡󰁢󰁩󰁤󰁯, S󰁡 󰁢󰁩󰁤󰁯, salió de la imprenta i mprenta el 󐀱 de agosto de 󐀲󐀰󐀱󰀳

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