V.i Geo. - Cebrian Abellan_ Aurelio

April 28, 2019 | Author: mildv | Category: Geography, Landscape, Space, Ciencia, Sociedad
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Oposiciones Geografía e Historia. Editorial Mad. Tomo 1...

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Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria

Geografía e Historia Temario Volumen I Geografía Física, Humana y Regional

Aurelio Cebrián Abellán

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Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria

Geografía e Historia Temario Volumen I Geografía Física, Humana y Regional

Coordinación: Isabel García Lucas TRIVIUM. Centro de Oposiciones de Murcia

Aurelio Cebrián Abellán Profesor Titular de Análisis Geográfico Regional (Universidad de Murcia). Autor de veinte libros y de 150 publicaciones (capítulos de libros, artículos, comunicaciones a congresos, ponencias, etc.). Profesor invitado en las universidades Rafael Landívar (Centroamérica), Universidade Regional do Noroeste do Río Grande do Sul (Brasil), Universidad Nacional de Misiones (Argentina), Universidad de Columbia (Paraguay), Universidad Mayor de San Simón (Bolivia), Centro de Estudios Superiores Universitarios de la Universidad de Cochabamba (Bolivia), Universidad Andina Simón Bolivar (Bolivia), Universidad San Martín de Porres (Perú), Universidad de Utrecht (Holanda), Universidad de Toulouse (Francia), Universidad Mohamed Ben Abdellah (Marruecos), Universidade de Santa Cruz do Sul (Brasil).

© Editorial MAD, S.L. © El autor. Segunda edición, septiembre 2007. Depósito Legal: SE-3790-2007 (I) (650 páginas) Derechos de edición reservados a favor de EDITORIAL MAD, S.L. Prohibida la reproducción total o parcial sin permiso escrito del editor. IMPRESO EN ESPAÑA. Diseño Portada: EDITORIAL MAD, S.L. Edita: EDITORIAL MAD, S.L. Plg. Merka, c/B. Nave 1. 41500 ALCALÁ DE GUADAÍRA (Sevilla). Telf.: +34 902 452 900. WEB: www.mad.es ISBN-13: 978-84-665-7941-4. ISBN-10: 84-665-7941-9. ISBN-13 obra completa: 978-84-665-0942-8. ISBN-10 obra completa: 84-665-0942-9.

Presentación El libro que tiene en las manos corresponde al temario de Oposiciones para el Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria de la especialidad de Geografía e Historia que Editorial MAD pone a disposición de quienes aspiren a conseguir una preparación que garantice, en la medida de lo posible, su éxito en las oposiciones. Los temas aquí desarrollados son los correspondientes a Geografía Física, Humana y Regional. A la hora de escribir el temario de oposiciones el criterio básico ha residido en redactar cada tema con la finalidad de que el opositor no tenga necesidad de dispersarse en otras obras de consulta, es decir, que encuentre en el propio temario el material que necesita. La premura con que casi siempre se estudia una oposición exige que toda la materia se muestre de forma clara, al mismo tiempo que sistemáticamente expuesta, conjugando todo con un nivel de comprensión que no requiera del opositor un doble esfuerzo: entender el tema y entender al redactor del mismo. Siempre he optado por lo primero. Por lo demás, y aunque no siempre es sencillo tratándose de Geografía, he procurado no verter opiniones personales, entre otras razones para que no calen y sean expuestas por el opositor, sobre todo en cuestiones controvertidas (sin ir más lejos las referidas a epistemología). Disponer de un temario completo, contrastado y renovado, otorga al futuro profesor de Geografía e Historia la garantía de contar con un material que le ahorre múltiples esfuerzos y que le asegure una razonable preparación. Mi experiencia durante bastantes años en la preparación de opositores me ha permitido comprobar, habiendo tenido alumnos de todas las Comunidades Autónomas, que, por lo general, aproximadamente entre una cuarta y una tercera parte de los temas son “nuevos” (en su contenido), para los recién licenciados y también para muchos doctorados, una proporción que se eleva en los licenciados en Historia del Arte, al no haber cursado los aspectos fundamentales de esos temas durante su formación como alumnos en las diferentes universidades. Por eso este temario incorpora no sólo el material (y de forma abundante) necesario para la comprensión de cada tema, sino muchos otros datos que posibiliten la comprensión de los mismos. Estimo que es preferible que los datos y las explicaciones sobreabunden a que escaseen, pues el opositor siempre podrá “recortar” o sintetizar lo que estime más relevante. Los resultados obtenidos durante bastantes años por muchos de nuestros alumnos en diferentes convocatorias y en tribunales de oposición de las diferentes Comunidades Autónomas nos animan a seguir con estos textos. Espero que con estos temas el opositor pueda superar el ejercicio teórico. Es el principal deseo que guía a todos los que queremos contribuir a esta tarea. Francisco de Asís Veas Arteseros TRIVIUM. Centro de Oposiciones de Murcia.

Índice Tema 1. La concepción del espacio geográfico. Corrientes actuales del pensamiento geográfico ......................................................................................................

11

Tema 2. Metodología del trabajo geográfico. Técnicas de trabajo..........................

45

Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta. La interacción de factores ecogeográficos.....................................................................................................

77

Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas. El tiempo y el clima como condicionantes de las actividades humanas.......................................................................................

111

Tema 5. La acción humana sobre el medio. Problemática actual ............................

143

Tema 6. La población mundial: modelos demográficos y desigualdades espaciales

177

Tema 7. El espacio rural. Actividades agrarias: situación y perspectivas en España y en el mundo.............................................................................................................

207

Tema 8. El espacio y la actividad industrial. Materias primas y fuentes de energía

241

Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas ........................

275

Tema 10. El proceso de urbanización en el planeta. Repercusiones ambientales y socioeconómicas........................................................................................................

307

Tema 11. Los países de la Unión Europea: aspectos físicos, sociales y económicos...............................................................................................................................

339

Tema 12. China: sociedad y economía .....................................................................

375

Tema 13. Japón y el área del Pacífico: desarrollo industrial y comercial ................

405

Tema 14. África: territorio y sociedades. África Mediterránea y África Subsahariana: contrastes físicos, socioeconómicos y culturales ..............................................

437

Tema 15. Canadá y Estados Unidos: aspectos físicos y humanos ..........................

471

Tema 16. Los países iberoamericanos: problemática económica y social .............

501

Tema 17. La Península Ibérica: relieve, clima y vegetación. Diversidad regional de la España peninsular e insular ...................................................................................

533

Tema 18. La actual ordenación territorial del Estado español. Raíces históricas....

573

Tema 19. La población española. Comportamiento demográfico. Fenómenos migratorios ..........................................................................................................................

609

Tema 1 La acción humana sobre el medio. Problemática actual

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO 2.1. El objeto de la disciplina 2.2. La tipología espacial 2.3. El espacio geográfico evolucionado. Espacio y cambio global 3. EL ANÁLISIS ESPACIAL 3.1. Principios y métodos 3.2. El estudio y la tipología espacial 3.2.1. Principios y ramas geográficas 3.2.2. La concepción del espacio regional 3.2.3. Los espacios centrales: la región urbana 3.2.4. De la región sistémica a la concepción marxista 3.3. La tipología de espacios regionales 4. LAS 4.1. 4.2. 4.3.

CORRIENTES ACTUALES DEL PENSAMIENTO GEOGRÁFICO La construcción de la ciencia geográfica Los antecedentes clave Las modernas renovaciones 4.3.1. La Geografía cuantitativa y el positivismo lógico 4.3.2. Las reacciones al cuantitativismo y positivismo lógico 4.3.3. La Geografía espacio-temporal 4.3.4. La Geografía de la percepción y del comportamiento 4.3.5. La corriente humanística-historicista 4.3.6. Las geografías radicales 4.3.7. La Geografía Política 4.3.8. El realismo y el postmodernismo

BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN Humboldt y Ritter convirtieron a la ciencia en explicativa al aplicar unos principios metodológicos. Humboldt relacionó a los paisajes con las actividades humanas, y en su obra El cosmos (1845) asentó los argumentos de la Geografía Moderna con el paso de la descripción aislada al análisis evolutivo desde dos principios: –

La causalidad (que busca las razones de los fenómenos subrayando las interconexiones entre ellos y su distribución sobre el espacio).



La comparación (que establece la relación entre los fenómenos pasados y los observados, el encadenamiento secuencial de los acontecimientos geográficos).

Ritter (1822) indicaría que en el espacio se compaginan Naturaleza e Historia, y establecería la correlación entre el medio natural y las sociedades. Y entre ambos aportarían la síntesis geográfica. Posteriormente, Richthofen definiría a la Geografía como la ciencia encargada del estudio de la superficie terrestre y de los fenómenos que la caracterizan. Había consenso en que el objeto formal era el paisaje, el espacio, y para abordarlo se establecieron unos principios metodológicos (localización, universalización, conexión y evolución), comunes a otras ciencias, sólo que aplicados a la superficie terrestre. A este paso contribuyeron decisivamente: Hettner (discípulo de Richthofen) al afirmar que la Geografía es la ciencia del estudio de espacios concretos; Hartshorne (1959), para quien es la ciencia de la diferenciación espacial (regional); Orlando Ribeiro, al señalar que la entidad observable es el paisaje, pero la analizable es la región, etc. Por tanto, la región (para la escuela francesa) o el paisaje (para la alemana) es el objeto de estudio geográfico. Pero en los años sesenta los economistas introducen el término análisis regional, con el que se entra en una etapa de estudio multidisciplinar del espacio. No obstante, la Geografía sigue viéndolo como un conjunto, en sus combinaciones espaciales, pues como indican East y Wooldridge el espacio no es otra cosa que el resultado de la combinación de elementos o factores físicos, biológicos y humanos. Los factores (causas) actúan sobre los elementos afirmándolos, eliminándolos..., y a la Geografía compete analizar esas circunstancias, llegando a la síntesis y al estudio de los paisajes naturales (sólo afectados por elementos físicos y biológicos) y culturales (humanos), estos últimos con fórmulas diferentes, derivadas de la proliferación de corrientes geográficas recientemente experimentadas. Para el resto de las ciencias queda el estudio de los fenómenos aislados. El objeto de la disciplina, el espacio, ha estado presente en sus fases evolutivas: la larga etapa dominada por las ideas individuales de los grandes pensadores; la intermedia (a partir de finales del siglo XVIII), dirigida por las sociedades geográficas; y la reciente (a GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

partir del siglo XIX), controlada por las directrices de los departamentos universitarios y de los centros nacionales de investigación. El punto de convergencia ha sido la superficie de la tierra, la relación de la población con el medio, cuyo estudio ha sido enfocado desde análisis espaciales, ecológicos o regionales. Pero en las últimas décadas se han producido bruscos cambios paradigmáticos, que van desde el movimiento positivista lógico (esencialmente normativo), desarrollado a mediados de la década de los años cincuenta, hacia una visión más fenomenológica, que desde los años setenta admite la validez intuitiva. De esos paradigmas han derivado nuevas visiones, casi todas con la pretensión de dotar a la ciencia de utilidad práctica, de dar repuestas a los problemas sociales, territoriales, ambientales, organizativos del espacio, etc.

2. LA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO 2.1. El objeto de la disciplina La Geografía, de ciencia del dónde pasó a ser la ciencia de la cartografía, si bien el enfoque regional o corológico (dónde y cómo) continuaba estableciendo las relaciones en el espacio, apoyándose en un método descriptivo. Desde el Renacimiento se investigan los fenómenos que se dan en la superficie terrestre y los porqués de su emplazamiento, si bien el gran impulso llegaría con la Revolución Industrial y el surgimiento de los nacionalismos, con una ciencia geográfica apoyada por el Poder, que le reclamaba información sobre el espacio, dejando de lado a la Geografía General. Pero habría que esperar desde la década de los años cuarenta hasta los años ochenta de la pasada centuria para que se experimentara una clara evolución, ahora explicada por la búsqueda de métodos más precisos. Será en la década de los años sesenta cuando se busque la síntesis operando empíricamente, rechazando a la ciencia global. De ahí surgirá la autonomía de sus ramas, para Hartshorne incoherentes unas con otras (porque cada cual dispone de su objeto y de su método), pero confundiéndolas incluso con la Geografía. Como resultado de esta evolución, indica Paul Claval que se carece de paradigma general en una ciencia que integra a todos los mundos posibles dentro de la superficie terrestre (como han señalado desde Richthofen hasta Cholley, Otremba…). Para Bertrand el objeto de estudio es la conjunción en el paisaje del potencial biológico y el uso antrópico, que Cholley calificará en equilibrio inestable. Entre tanto, para Hettner, las ramas de la Geografía son las partes de un todo, mientras para Philiponeau, la ramificación de la Geografía supone una formación parcial, la incapacidad de abordar el objeto geográfico, pues de lo que se trata es de no olvidar ni perder el sentido general del objeto geográfico. Hartshorne indica que ha habido un error de apreciación, porque a la especialización no se llega reduciendo el campo de acción geográfico. En suma, que la Geografía debe continuar siendo la ciencia que analiza a la naturaleza de los lugares y las regiones (Unwin), la que se centra en la relación entre el hombre y su medio, entre lugar y espacio (Nir), la que dispone de la región como núcleo central. Pero también el centro de encuentro de los intereses y saberes específicos.

2.2. La tipología espacial El espacio geográfico es diferenciado debido a sus antecedentes y cambios continuos. Para analizarlo se hace uso de la descripción que, contrariamente a lo que induce a pensar el término, no sólo describe sino que valora, clasifica y ordena sus elementos. En la 14

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

valoración resulta clave la contemplación de la herencia histórica, porque todo cambio se alimenta a partir de una evolución en la que se han sucedido interacciones no simétricas ni en el tiempo ni en los efectos (incluidas las modificaciones que introduce el hombre), marcada por ciclos y anomalías. Aún así, un espacio puede gozar de homogeneidad, externa o interna, por lo que cualquier porción terrestre puede pertenecer a varios espacios. De ahí que sea necesaria la escala (clasificar las montañas por altura, los climas por precipitaciones, los países por niveles de desarrollo...). La escala general para los conjuntos espaciales es la de los isoesquemas (zona, dominio, provincia, región, comarca, distrito, manzana, y parcela), y sobre ellos la cartografía es quien permite la esquematización y localización. De las diferenciaciones surgen los tipos de espacios: –

Naturales. Los no humanizados (cada vez menos y más reducidos).



Modificados. Pueden ser una transición hacia los ordenados al experimentar la huella de la actividad humana.



Ordenados. Son el reflejo de actuaciones meditadas y conscientes para que determinadas sociedades extraigan beneficios, lo que implica acondicionamientos continuados, que dependen de las técnicas y de la evolución de las sociedades actuantes.

En los dos últimos la diferencia estriba en que las velocidades y ritmos son diferentes según las sociedades, los recursos (una llanura permite la mecanización) y los obstáculos naturales (una vertiente exige terrazas). De ahí derivan valorizaciones y desvalorizaciones, porque cada medio ofrece diferentes posibilidades, que exigen adaptaciones. Pero, como indicó Vidal de la Blache, el determinismo no es absoluto, y por ello en los medios manejables los paisajes cada vez son menos naturales. Sin embargo, el espacio geográfico es algo más, porque cada grupo humano tiene una percepción diferente del territorio que ocupa, cambiante incluso según las épocas. El espacio acondicionado es la consecuencia de cada civilización (definida por el equilibrio entre población y recursos disponibles), y está dividido en rural y urbanizado, a veces con fronteras difusas, y regional: –

El rural es el ámbito de las actividades agropecuarias y forestales, del descanso y del recreo (en las sociedades avanzadas), y su fisonomía se ajusta a los climas, topografía y técnicas de trabajo. Comprende al espacio cultivado, que se define por su parcelación, trama infraestructural, hábitat, funciones complementarias, etc.



El urbano es el de desarrollo de las ciudades (que le permite penetrar en los espacios rurales), el que concentra el hábitat en una superficie limitada, está equipado, dispone de actividades altamente productivas, es permeable a las transformaciones, rige al entorno rural, se desarrolla exponencialmente, se emplaza en lugares privilegiados (la posición explica la localización de las ciudades, y a veces las funciones y el crecimiento), es diverso, refleja mejor que el rural a la sociedad que lo hizo y desarrolla (los barrios la composición social, las industrias su dedicación preferente, las áreas urbanas los contrastes de riqueza y la clasificación socio profesional...), la población es móvil, se renueva incluso con ciudades de su misma red urbana, y se apropia de la plusvalía del campo.



El regional, una porción organizada e inscrita en un conjunto mayor, lo que permite hablar de regiones urbanas, homogéneas, económicas, naturales, etc. Para Labasse las regiones viven gracias a su centro (la ciudad que las organiza), y para Perroux es el territorio configurado por un conjunto de unidades motrices, el arrastrado por un polo, nudo o centro.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Se trata, por tanto, de espacios organizados, entendiendo por organización el acondicionamiento efectuado para atender a las necesidades de una sociedad. Pero a cada tipo de sociedad corresponde una forma de organización, de lo que se infiere la existencia de tipos de espacios: –

Recorridos, pero no organizados.



Acondicionados por sociedades no desarrolladas (la utilización del espacio es el reflejo de cada grupo que lo ocupa).



Acondicionados por sociedades no urbanas (con desarticulaciones urbanas y territoriales, yuxtaposiciones de formas y ritmos de vida, heterogeneidades y polarizaciones medianamente jerarquizadas...).



Acondicionados por y en sociedades industrializadas (con redes diversificadas y complementarias, articulación de actividades localizadas, adscripción a conjuntos más amplios y abiertos...).

La Nueva Geografía no ofrece un cambio sustancial en la concepción del espacio geográfico, aunque los geógrafos cuantitativos proponen un conocimiento orientado al futuro, un móvil utilitario, desde un tratamiento del espacio diferente, mediante: –

Métodos cuantitativos, con los cuales todos los elementos y sus interrelaciones en el espacio pueden ser analizados con la correlación de variables que permiten formular una explicación generalizada del espacio.



La teoría sistémica y la modelística. La articulación de los datos aportará las tendencias de las formas espaciales, como demostraron los modelos de Von Thünen y Christaller. Así las propuestas obtenidas permiten elaborar diagnósticos sobre el espacio.

La mayoría de los trabajos realizados con la marca de cuantitativos se expresan en forma matemática, aunque padecen de una escasa relación con teorías o modelos, ya que han prestado poca atención a las hipótesis y leyes. De ahí que la Geografía cuantitativa disponga de una concepción del espacio poco satisfactoria, pues ha separado al espacio y al hombre, y hasta, como indica Folke, ha olvidado que la organización social es un todo. Aún así la vía cuantitativa ha influido en los estudios espaciales de dos formas: –

Con la introducción de las técnicas estadísticas, que mejoraron las descripciones tradicionales.



Con el espacialismo, que logró clarificar determinadas cuestiones formales de la organización espacial.

Pero ha sido muy parca su contribución teórica al conocimiento del espacio. Desde la Geografía crítica hay una oposición, tanto a las visiones tradicionales del espacio como a las neopositivistas o cuantitativistas, al asumir el contenido político del conocimiento científico (como hizo el enfoque anarquista propuesto por Kropotkin y Reclus). Lacoste presenta la dicotomía del saber geográfico en el plano político y académico, y desde las revistas Antipode y Hérodote se propone una renovación teórica y práctica sobre el espacio. El enfoque alcanza su cumbre en los años setenta, basándose en las propuestas de Dresch, en la Geografía Activa de Pierre George, Lacoste, Kayser, etc., todos opuestos a la Geografía aplicada y defensores de la denuncia de las realidades espaciales injustas. Para esta corriente el espacio pasa a ser la base social y su organización (reflejo de la actividad económica). Incluso algunos, como Pierre George, intentaron abandonar 16

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

definitivamente la visión paisajística del espacio. Pero este tipo de Geografía no rompía con el análisis geográfico tradicional ni desarrollaba una metodología. La Geografía Humana también ha participado recientemente en el intento de clarificar el concepto espacial, aunque el marco geográfico que aborda está determinado por el carácter histórico. Así, el espacio visible no es producto del trabajo, sino que el trabajo es producto del espacio geográfico, con un buen exponente en Milton Santos, para quien la unidad de análisis espacial es el Estado.

2.3. El espacio geográfico evolucionado. Espacio y cambio global El espacio como producto social puede entenderse como: –

Heterogéneo, en el que existen relaciones marcadas por las desigualdades. Se trata de un espacio dinámico en el que tienen importancia las relaciones existentes, y que responde a los principios de totalidad, jerarquización, diferenciación, finalidad, es decir, a los fundamentales en la definición de los sistemas.



Resultado de las relaciones sociales. El espacio no es neutro, y por ello es posible analizar la vinculación entre las desigualdades sociales y los contrastes espaciales, el efecto de determinados agentes sociales en la organización espacial, etc.



Resultado de la actividad económica. Las interrelaciones entre la actividad económica y el espacio constituyen el objeto esencial de la Geografía Económica (espacio como fuente de recursos, como obstáculo a los desplazamientos, o como soporte físico de las actividades), y los efectos derivados del desarrollo desigual en el proceso histórico marcan la profunda división entre los espacios desarrollados y subdesarrollados.



Resultado o condicionante de las estructuras políticas imperantes. Ahora tiene importancia el papel de la planificación.

El primer geógrafo preocupado por el concepto de espacio social fue David Harvey (1973), tras abandonar el positivismo, que lo define por la complejidad, heterogeneidad y discontinuidad, asumiendo una fuerte carga de valor simbólico y la influencia sobre el comportamiento. Los cambios en el espacio pueden asociarse a las profundas transformaciones en los procesos de acumulación de capital, ahora más flexibles, frente al fordismo presente hasta los años setenta. Dentro de este nuevo concepto del espacio resaltan los planteamientos de Milton Santos, al considerarlo como un conjunto de formas representativas de las relaciones sociales del pasado y del presente. Para este autor el espacio humanizado se presenta como parte de un sistema-mundo, y por tanto afectado por intensos procesos de globalización. Es la derivación de la introducción en el sistema mundo de todos los lugares y de todos los individuos a través de un único espacio técnico-científico-informacional, sujeto a intensos flujos a diferentes niveles, intensidades y escalas, que determinan una globalización perversa. El espacio pasará a ser una realidad relacional (cosas y relaciones condicionadas), y la estructura espacial aparecerá modificada por los procesos de la mundialización (la naturaleza se transforma en su totalidad en una forma productiva, y aparecen diferencias de integración y participación).

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Ni el espacio ni el tiempo se modifican aisladamente, sino uno con otro, de modo que se entiende el concepto de tiempo como una variable geográfica desde el momento en que sólo a través del tiempo es posible hallar sistemas espaciales. En suma, que el espacio no es otra cosa que el resultado de una acumulación desigual de tiempos. Y si tiempo es igual a espacio se recupera para el análisis geográfico el pensamiento de Einstein, para quien espacio y tiempo eran simultáneos y equivalentes. De esta forma, si todo lo que existe articula al presente, al pasado y al futuro se necesitan los enfoques espacio-temporales en los estudios geográficos, ya que es posible empirizar al tiempo por medio de técnicas apropiadas. Pero hay muchos factores más que permiten explicar los profundos cambios que experimenta el espacio. Así la denominada Tercera Revolución Industrial incorpora la información y una alteración del sistema productivo. Con ellas se rompe con la organización fordista, se pasa a una producción flexible, y se llega a una economía internacional. En esta etapa las nuevas tecnologías crean un nuevo espacio de producción capaz de transformar rápidamente las regiones y las ciudades, puesto que se basan en la conexión con centros de investigación, la proximidad a emplazamientos estratégicos, la ausencia o escasa tradición sindical, la disposición de capital de riesgo, y en una buena red de comunicaciones y transportes. Se trata de unas premisas que inciden claramente en la división territorial de los procesos, en la descentralización metropolitana, en la individualización de los espacios, etc., de tal manera que unos espacios se revalorizan mientras otros pierden primacía. Además, la automatización de las técnicas productivas aporta nuevos elementos: suprime puestos laborales, presiona sobre la clase trabajadora hasta forzarle a abandonar la representatividad sindical, exige el incremento de la cualificación, difunde el trabajo en precario, genera esferas sociales diferenciadas, confirma la creación de las ciudades globales, etc. Todo ello indica que la tecnología se transforma en un producto de la reestructuración del capitalismo, que altera al modelo territorial. Pero no acaba ahí la contribución, porque la información y la tecnología desbordan a las fronteras y dispersan la producción en el espacio, generando nuevas formas de centralización y de regulación de los lugares de producción, alumbrando el dominio de unos espacios y ciudades privilegiadas, las que ejercen el influjo en la organización espacial. Aquí la contribución de la Geografía en la redefinición de espacios sería clave, aunque para Milton Santos continúa siendo una ciencia viuda de espacio, por mucho que se autodefina como ciencia espacial. Ahora, para comprender el espacio es preciso abordar las nuevas interrelaciones, la inserción en la globalización, un proceso no uniforme, que afecta de diferente forma a los espacios, y hasta dispone de representaciones diferenciadas, la económica (un mundo sin fronteras), la cultural (un modo de vida occidental) y la política (un dominio de las transnacionales). Así pues, no todas las regiones se insertan del mismo modo y en el mismo momento en la globalización, si bien es cierto que se produce una homogeneización muy sesgada, que incluso incrementa la desigualdad existente. Ahora el espacio se comprime, porque la localización geográfica ya no importa como en el pasado, y con ello se genera un desarrollo desigual, que implica otra desigualdad geográfica. Es evidente que el economicismo impuesto por la globalización se olvida del espacio, cuando el desarrollo se da precisamente en el espacio, y cuando las desigualdades espaciales hay que buscarlas en las interacciones económicas, políticas y culturales. El estudio de las externalidades sobre el espacio ha encontrado su reflejo en el análisis del espacio urbano, con las aportaciones de la Geografía de la Percepción, con sus mapas mentales. El enfoque humanista intenta comprender el mundo vivido, y con él aparece una preocupación por el paso del espacio al lugar a través de los lazos que unen al hombre al mismo. Hay seis sentidos del lugar: 18

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 1. La concepción del espacio geográfico



Social (orientado a las relaciones sociales).



Apático (no se manifiesta interés por ningún lugar).



Instrumental (el lugar es significativo en la medida que proporciona oportunidades).



Nostálgico (responde a una situación del pasado).



Plataforma (es significativo por su propia existencia).



Arraigo (por el sentido de pertenencia a un lugar).

Lo cierto es que los intensos procesos de globalización constituyen un nuevo paradigma para la comprensión de los diferentes aspectos de la realidad espacial. Se está ya en un proceso de formación de espacios de redes, constituidos por infraestructuras materiales y flujos inmateriales de información y capital, donde prima la mejora de la conectividad de los espacios centrales frente a otros periféricos, y que determina la aparición de regiones ganadoras frente a otras perdedoras. No obstante, el espacio de la mundialización determina, a su vez, que estos mismos espacios se vuelvan singulares y específicos, de tal modo que cada lugar es distinto al resto, aunque también unido al resto por los modos de acumulación universales. Además, esta mundialización tiene acusados efectos ambientales, globales y locales, ya que la tecnología permite con mayor intensidad captar y manipular las energías, crear materias, intervenir en los procesos naturales, y producir, manejar y transferir informaciones. Todo ello determina tres tipos de transformaciones sobre el medio: –

Sobreexplotación de la productividad natural, por encima de la capacidad de regeneración.



Exceso en la generación de residuos biodegradables, superior a la capacidad de reciclado de la naturaleza.



Creciente presencia de residuos ajenos a un sistema natural que no puede eliminar, con manifestaciones evidentes en los ciclos hidrológico (alteraciones de las reservas de agua dulce, transformaciones en las estructuras de los acuíferos...), bioatmosférico (alteraciones del ozono y aparición del efecto invernadero), y edáfico (aceleración en los procesos de desertificación, pérdidas de fertilidad...).

Y la constatación de estos problemas está generando un incremento en la preocupación por los problemas ecológicos, el equilibrio entre crecimiento económico e intereses ecológicos, que afecta tanto a los espacios desarrollados como a los subdesarrollados (aunque con desigual intensidad y problemática), y urbanos y rurales. Probablemente el mejor exponente de la globalización de los espacios se encuentre en la cibernética, ya que los ordenadores, como herramientas, han configurado una red global (la World Wide Web). Y con ellas se está ante un nuevo concepto de espacio, el ciberespacio, definido como una enorme red de comunicaciones entre ordenadores. En la era de la información en este ciberespacio no existen fronteras, pues se ha generado un espacio donde la información fluye libremente, porque Internet no pertenece a nadie. El ciberespacio es un espacio, y hasta un espacio vivido, aunque la navegación por la red conduce a la pérdida del sentido del lugar, lo que vendría a indicar que no existen los lugares dentro de la red. El ciberespacio (su idea principal es la red) está anclado en el geoespacio, lo que implica que para la existencia de la red deben estar primero los lugares, aunque la realidad también señala que éstos son tales precisamente porque están en la red. El progreso es de tal magnitud y celeridad que en el atlas del ciberespacio se refleja el diferente nivel de desarrollo de los países, puesto que la mayor parte del tráfico de la red se corresponde con flujos dentro y entre las principales metrópolis, al igual que dentro y entre los principales GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

países, con una acusada polarización de los flujos. Así, la casi eliminación de las distancias en las redes telemáticas ha llevado a que muchos se inclinen ya por el dominio del tiempo sobre el espacio, oponiéndose a la unicidad tiempo-espacio de Milton Santos. Hasta Harvey habla de la aniquilación del espacio desde el tiempo, mientras para Santos no existe la desterritorialización, porque el cambio en el espacio no significa no estar en el espacio.

3. EL ANÁLISIS ESPACIAL 3.1. Principios y métodos La definición de un espacio o paisaje exige la aplicación de cuatro principios: –

Localización. Es el punto de partida, introducido por Mackinder al plantearse que las primeras respuestas a todo estudio geográfico son dónde (el cartografiado) y por qué (las razones o causas).



Universalización o comparación. La aportación procede de Vidal de la Blache, pero fue desarrollada por su discípulo De Martonne al señalar que el estudio geográfico de un fenómeno supone plantearse la posibilidad de que se dé en otros puntos de la Tierra. La comparación permitirá establecer las analogías y una mejor caracterización de los espacios al generalizar los principios que los definen. Cuanto más repetido sea el fenómeno tanto más generalizable y geográfico resulta. De ese modo lo geográfico es el espacio definido por las formas y los fenómenos repetibles en distinto grado, lo que permite el establecimiento de principios desde el estudio comparado. Blanchard llegaría a afirmar que la comparación es la auténtica razón de ser de la Geografía.



Conexión o coordinación. Los fenómenos geográficos no suelen darse aislados, y por ello han de extraerse las conexiones mutuas entre los hechos. Ratzel desarrollaría este principio, pero de manera equívoca al considerar al hombre como sujeto pasivo y sometido a dichas combinaciones de fenómenos que se dan en el medio (determinismo geográfico).



Evolución o dinamismo. Todo espacio terrestre es resultado de los cambios experimentados con el tiempo, un principio aplicable a los estudios físicos, no obstante la lentitud de los cambios, y a los espacios humanizados a pesar, ahora, de la rapidez de los mismos. De ese modo los fenómenos actuales también están reflejados evolutivamente sobre un espacio. Sauer indicaría que todo estudio geográfico requiere de una dimensión cronológica.

Definido un espacio a través de sus principios, para muchos autores los problemas claves se articulan en torno al método, condicionado por dos aspectos: el estudio de la diferenciación del espacio en la superficie terrestre, y el correspondiente a las relaciones hombre-medio. Se trata de problemas que han sido abordados desde posiciones diferentes (positivista y antipositivista, o también naturalista e historicista), aunque han interferido cuestiones epistemológicas: el equilibrio entre la Geografía como disciplina regional (o corografía) y sistemática, su posición como ciencia, y la conceptualización de las relaciones entre el hombre y el medio. Y prácticamente a ninguna de ellas se le ha encontrado una solución aceptada por todos. Hasta los años cincuenta el paradigma imperante fue el regionalista, momento en que nació una corriente crítica, centrada en decidir entre la disyuntiva de si la Geografía se ocupaba de lo exclusivo o de lo general, y en la diferencia 20

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

entre descripción y explicación. Dicha corriente derivó hacia planteamientos como el de Schmithüsen, que argumentó cuatro categorías de razonamiento básico para el estudio geográfico del espacio: –

Total-general (implica una comprensión holística de los fenómenos).



Parcial-general (supone un estudio de las partes como tales para llegar a conclusiones generales).



Parcial-especial (relacionado con la comprensión de fenómenos individuales o idiográficos).



Total-especial (intenta comprender las características particulares de las unidades complejas, como los paisajes o regiones).

Y si bien es cierto que ninguna otra disciplina se interesa por la superficie de la Tierra y sus diferentes partes (por la asociación de los fenómenos en el espacio, por las variaciones de las distribuciones espaciales de los fenómenos, así como por las relaciones del medio natural con el hombre, y la individualización y análisis de las regiones) se continúa teorizando en relación con el objeto, el paso previo al método. Para Milton Santos el espacio geográfico es la naturaleza alterada o modificada por la acción humana a través de su trabajo, un espacio social o humano contenido, a su vez, en distintos tipos de espacios, cuyos análisis ya son propios de las disciplinas particulares. El espacio geográfico pasa a ser una construcción social del pasado y del presente, y aparece como un hecho social, por lo cual puede ser interpretado como: –

Factor social. El espacio primado se retroalimenta en sus funciones, y el marginal o apartado se mantiene distanciado de las innovaciones.



Instancia social. El espacio es un hecho social que se impone a todos los miembros de la sociedad, sin imponerse a la sociedad.

La forma de abordar este objeto ha sido una de las cuestiones recurrentes en la Geografía, la discusión entre si debe de ser una ciencia: –

Idiográfica (preocupada por lo único y singular, por los hechos o acontecimientos, por las condiciones circunstanciales en el tiempo y el espacio).



Nomotética (preocupada por lo constante y permanente, tratando de descubrir leyes de la naturaleza).

Tanto Hettner como Hartshorne, a mediados del siglo pasado, hacían una distinción entre Geografía sistemática (dedicada a formular generalizaciones empíricas o leyes) y el estudio de lo único en Geografía Regional (por medio del cual se comprueban las generalizaciones). Schaeffer (1953) instó al estudio de la Geografía sistemática, y Haggett (1965) planteó una base nomotética, ya con procesos en la investigación (localización-modelo geográfico-explicación). Pese a todo, son muy numerosos los autores que han considerado a la Geografía Regional como el centro de la materia, entendiendo a la Geografía sistemática como el área en la que se formulan leyes, y a la Regional como el campo en que dichas leyes se comprueban empíricamente. La culminación de la Geografía Regional viene a ser, por tanto, la verificación de las leyes geográficas y la presentación de una síntesis de los fenómenos físicos y humanos dentro de un área o región. Desempeñar correctamente este papel ha sido, sin embargo, difícil, tanto que, de hecho, la investigación se ha limitado durante mucho tiempo a las ramas sistemáticas. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Con todo, en la Geografía de las últimas décadas han aparecido intentos de reinterpretación. Johnston apuesta por promover a la Geografía dentro de la planificación, identificando como núcleo a la naturaleza de las regiones o lugares. Entrikin dirige su interés hacia el concepto específico de lugar. Stoddart propone como objetos la localización, posición, distancia y área, cuya conjunción puede ayudar a demostrar el carácter distintivo del lugar. El interés por esta temática se puede apreciar desde: las corrientes histórico-hermenéuticas (que han intentado comprender el significado humano del paisaje), los planteamientos marxistas (que han prestado atención a las relaciones entre naturaleza y sociedad), y una tercera corriente que intenta interpretar las relaciones entre el hombre y el medio a través del concepto de territorialidad. Por tanto, los términos espacio, paisaje o región son polisémicos y, como consecuencia son variados los criterios de caracterización: –

Intuitivos, los basados en el estudio real, de campo. Sarre identificó a la región con el área de extensión de un paisaje, uniendo al paisaje geográfico y a la región geográfica, aunque ello sólo es posible en regiones homogéneas, algo que sucede muy rara vez, pues lo más frecuente es que existan regiones geográficas o espacios integrados en otros más amplios y heterogéneos, y cuyo nexo de unión pueda ser, por ejemplo, una ciudad; entonces se estará hablando de un espacio organizado, que alumbra a una región funcional.



Cuantitativos, sustentados en métodos que ayudan a clarificar la compleja realidad geográfica de un espacio. Se trata de expresar numéricamente a los fenómenos que caracterizan a un espacio (elementos climáticos, económicos...) mediante criterios analíticos (indican la naturaleza de los vínculos entre fenómenos) y sintéticos (señalan las intensidades de dichas relaciones).

3.2. El estudio y la tipología espacial 3.2.1. Principios y ramas geográficas Conocer los factores y principios que regulan a un paisaje corresponde a la Geografía General, y averiguar sus combinaciones sobre un espacio compete a la Geografía Regional. Como se puede deducir, se trata de dos modos de contemplar a una misma realidad. La Geografía General se ocupa de los estudios aislados a escala general, y de cada uno de los factores y sus combinaciones e interferencias; y a partir de ahí crea los principios que regulan las variedades espaciales. La Geografía Regional analiza las combinaciones que tipifican a las diversas porciones de la superficie terrestre. Y para ello debe partir de los principios de la Geografía General (mientras ésta se sustenta en las aportaciones particulares de la Regional para establecer sus principios). Por tanto, la Geografía General se ocupa de las regularidades y de las leyes que rigen la superficie terrestre, y la Regional aplica esos principios a espacios concretos. Para estudiar las específicas combinaciones de los fenómenos en el espacio hay otras dos ramas de la Geografía: –

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Geografía Física, que se ocupa de los fenómenos naturales, y estudia la génesis de los paisajes a través de la Climatología (el clima es un elemento y factor del espacio), la Hidrología (también las aguas), la Geomorfología (y el relieve), y la Biogeografía (de igual modo los seres vivos), esta última subdividida en GeoboPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

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tánica (estudia la vegetación), Zoogeografía (vida animal) y Edafogeografía (los suelos). Para la Geografía Física el espacio es una porción de la superficie terrestre (epigeosfera) caracterizada por la interactuación de subsistemas (abiótico, biótico y antrópico) que se modifican o evolucionan en bloque. Se trata de un ámbito definido por: la globalización (es un todo), la interactuación de subsistemas (de componentes de distinta naturaleza dependientes entre sí), la dinamización (entradas y salidas de energía y materia), la espacialización (todo se da en una escala espacial); y la temporalización (todo evoluciona). –

Geografía Humana, que estudia las colectividades humanas, sus modificaciones sobre el paisaje y la actividad que generan sobre los espacios hasta transformarlos de naturales en culturales. Sus objetos de estudio son: el hombre-habitante (distribución y dinamismo, que estudia la Geografía de la Población), las modificaciones sobre el paisaje natural (agricultura y sus variantes, que estudia la Geografía Agraria), los factores de localización (industria y sus derivaciones, que estudia la Geografía Industrial), los asentamientos (las ciudades y sus relaciones, que estudia la Geografía Urbana), la organización (actividades, que estudia la Geografía de las Comunicaciones), y la actividad económica (de variables múltiples y de las que se ocupa la Geografía Económica).

Ante tal variedad de ramas para estudiar un mismo objeto, el espacio, Stoddart defiende que la tarea del geógrafo debe ser la de identificar problemas específicamente geográficos (no de historia, economía, geomorfología o sociología), y tratar las cuestiones referidas al hombre y al ambiente dentro de las regiones. Milton Santos hace un planteamiento más pragmático, abogando por una mayor atención al espacio, entendido como un producto social en el que participan objetos geográficos, naturales y sociales, y la sociedad en movimiento. Para Haggett (1965) la localización, las relaciones entre los seres humanos y el medio, y las regiones como subdivisiones distintivas son el objeto, al que se puede añadir el paisaje (tanto natural como cultural), mientras la síntesis se realiza en la región, de la que se ocupa la Geografía Regional.

3.2.2. La concepción del espacio regional De la aproximación ecológica a las relaciones entre el hombre y la naturaleza ha derivado el interés espacial, aunque a muchos geógrafos les ha preocupado más la resultante de esas relaciones, la construcción del espacio, el nacimiento de las culturas diferenciadas, el espacio cultural; y a otros tantos las formas de ocupación, los sistemas derivados de la apropiación del espacio, y las organizaciones creadas. En la tradición francesa, la emanada de Vidal de la Blache, se plasma la integración del hombre como elemento y agente activo, como constructor de paisajes. Sin embargo, para Hettner la región era el paisaje complejo, una idea retomada por Harsthorne, y reflejada en lo que posteriormente sería la escuela de Ciencia Regional de Chicago. La propuesta regional se convirtió en la razón de la perdurabilidad científica de la Geografía, que aunaba el interés por el conocimiento general y particular, lo que permitió el mantenimiento corológico (con estudios interrelacionados, físicos y humanos de los espacios). En ello tuvieron que ver las delimitaciones estatales, que ceñían los datos estadísticos a espacios concretos. Y frente a la región geográfica surgía otra más economicista, la de los fundamentos nodales, polos o programas, la del área urbana o región urbana. Al fin la región, al margen de que haya padecido de numerosas interpretaciones, es un espacio a interpretar y deslindar, un fragmento del espacio diferente a otros, una construcción GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

intelectual y un ente real al mismo tiempo, de tal modo que puede hablarse hasta de regiones inventadas (una construcción mental en razón de los objetivos buscados por el investigador) y reales (las geográficas). Conforma una realidad a escalas, organizada, abierta y caracterizada por las conexiones verticales y horizontales, internas y externas. Pero bien entendido que la regionalización está en función del objetivo marcado para el estudio del espacio, como también de los criterios seguidos, etc.; de ahí que una misma región pueda ser natural, cultural, económica, etc., porque a partir de los años sesenta los conceptos de jerarquía, intensidad de flujos, densidad de relaciones, etc., pasan a ser básicos. De manera que tanto la región como el método para abordarla están condicionados por el objetivo buscado.

3.2.3. Los espacios centrales: la región urbana La génesis de esta fórmula surge con el crecimiento continuado de las ciudades y el papel preponderante de las funciones y papeles que desarrolla la ciudad. La región urbana parte de la geográfica, aunque requiere de un centro organizador y de la integración en un conjunto más amplio, donde la ciudad desempeña su función. Y es el desarrollo de los transportes y de las comunicaciones quienes aportan nuevos conceptos de región, con una connotación cada vez más funcional. Por tanto, sólo será aplicable a las regiones con determinado grado de urbanización. Las contribuciones de Cabot sobre las estructuras urbanas, las de Rochefort sobre las funciones de las ciudades, las de Labasse sobre las atracciones de las capitales, etc., recibían ya influjos del campo económico, de la escuela de Ciencia Regional, y específicamente de la distribución de los servicios sobre el territorio, de los flujos, de las jerarquías, etc. Las aportaciones de Mackinder con su concepto de nodalidad, las de Christäller y Lösch con sus modelos reticulares y áreas de influencia de los centros de mercado, etc., llegan a la capacidad de organización del territorio. Es así como se acaba en la región nodal, gravitacional, diferenciada en sus diferencias, como aparece en Geografía el concepto de centralidad (la región como unidad espacial desde las funciones concentradas en un espacio urbano, y ejercidas desde las infraestructuras). Los flujos abarcarán a un territorio, lo que implicará una jerarquía de ciudades, una red urbana, cuya clave organizativa se encontrará en las infraestructuras. Ahora bien, como indicará Kayser, no toda ciudad llegará a constituir una región funcional, especialmente cuando aparecen las ciudades ínsulas, desligadas del entorno territorial. De modo que sólo la ciudad polarizante es la generadora de la región, mientras las demás son intermediarias, distribuidoras, dinamizadoras, pero no centralizadoras. Incluso para que sea polarizadora debe de arrastrar una carga histórica y hasta la inserción en un conjunto más amplio. Para Hauser se consolida, así, el concepto de región como área donde se ejerce la acción de un centro urbano, que para Gottmann es la región viva, la dominada por la ciudad, para Pierre George la zona de influencia de una ciudad metrópoli, para Juillard la región fundida con el espacio organizado por una ciudad, y para Labasse la región sujeta a los influjos invisibles.

3.2.4. De la región sistémica a la concepción marxista El método de abordar a la región recibiría el impulso de la Teoría General de Sistemas, en la que el espacio constituye un sistema complejo y en equilibrio, con subsistemas interconectados, con relaciones verticales y horizontales y relaciones externas. La escuela 24

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

francesa del grupo de Reclús, encabezada por Brunet, realiza en la década de los noventa el desarrollo de un sistema mundial, y junto con los positivistas enfatiza en los procesos, estructuras, conexiones, huyendo del método de superposición regional clásico. La región sistémica se presenta, así, como dinámica y en proceso constante de reorganización espacial, basada en la retroalimentación, la entropía (todo sistema cerrado se mantiene en equilibrio inestable), y el reequilibrio (en interacción con otros subsistemas, pero con tendencia a la búsqueda de la estabilidad). Y, además, la aplicación de la teoría sistémica permite la formulación de leyes generales, las definidoras de un sistema regional. Para Auriac se da un vuelco a la región clásica, con un sistema que introduce el concepto de dinamismo, desde el equilibrio hacia otro equilibrio diferente, aunque el paso de una estructura a otra pueda ser debido a la propia desorganización interna del sistema, a las múltiples combinaciones entre factores y elementos (que llegan a desestabilizarlo, y hasta a transmitir las consecuencias a los sistemas anexos). Por tanto, lo que define a una región no es su composición estructural permanente, sino su actividad y desarrollo, de modo que la diferenciación regional ha de ser establecida a partir de la confrontación de ritmos dinámicos, más o menos directamente influidos por factores incidentes desde regiones próximas. La región no es sólo sinónimo de extensión, sino un área organizada, una estructura caracterizada por las relaciones entre sus componentes (aunque la cohesión entre ellos disminuya con la dimensión superficial). Y todo ello no es identificable con homogeneidad, dada la existencia de regiones heterogéneas y, sin embargo, funcionales. La Teoría General de Sistemas define, por tanto, la región como un compuesto integrado, lo que implica un sentido de globalidad que supone tres procesos: delimitar el sistema, definir sus componentes, y establecer las pertinentes interacciones. Esta orientación hace surgir a la Geografía Sistémica, que prima el análisis de los procesos que definen a los espacios interdependientes. Desde una visión diferente, la corriente de inspiración marxista incorporaba la dimensión espacial al valorar la importancia del espacio en el desarrollo social, especialmente en el sistema capitalista. Para Gilbert la región es una organización espacial de los procesos sociales asociados a un modo de producción. El espacio pasa a ser un reflejo de los intereses socioeconómicos, cuyas funciones se determinan por los usos. Para Lung la periodización del espacio se basa en la plusvalía, de tal modo que a una plusvalía absoluta, basada en el dominio del trabajo, corresponden los espacios polarizados. Otros autores, como Lipietz definen las formas avanzadas de capitalismo por el desdoblamiento geográfico, tanto del proceso del trabajo como de la valorización del capital, con una fase monopolista (que establece la distribución espacial del trabajo) y otra de transportes y centros de mercado.

3.3. La tipología de espacios regionales La región geográfica parte del edificio humanístico instaurado como reacción al positivismo naturalista, y está definida por la interrelación entre los hechos físicos y humanos que han configurado un paisaje, un espacio construido, limitado e individualizado, una región natural humanizada caracterizada por la organización de los recursos debido a la acción del hombre. La región funcional arranca a mediados del siglo XX, con la Geografía Teorética o Nueva Geografía, con Schaeffer, con la concepción de un espacio individualizado, dominado por las funciones, y alrededor de un núcleo aglutinador, la ciudad (de ahí que se hable de región funcional o económica). La Geografía Sistémica concibe al territorio como un sistema abierto integrado por elementos interdependientes, vinculado a otros espacios periféricos, en evolución continua, etc. La región económica (agrícola, industrial…) GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

se inscribe en divisiones territoriales uniformes, si bien la realidad indica la existencia de territorios contiguos con diferente grado de desarrollo. Y para corregir los desequilibrios surge la región plan, que es posible abordarla desde ciertas magnitudes (población activa, densidad de comunicaciones, flujos migratorios, etc.), desde las cuales se trazan las líneas que delimitan las áreas específicas de cada región económica. Por tanto, habrá muchos tipos de regiones y de espacios, porque variada es también la superficie terrestre y complejas las relaciones entre los fenómenos que coinciden en un espacio. Entre las regiones resaltan cuatro: –

Naturales, definidas por sus componentes naturales que, combinados, le aportan uniformidad e individualidad, es decir, equilibrio homogéneo hacia fuera y heterogéneo hacia dentro.



Administrativas o políticas, las delimitaciones que servían de marcos regionales sobre los cuales versaban las descripciones y representaciones en los albores de la ciencia geográfica. La región histórica refleja una realidad regional, es una forma de organización espacial. Para Sauer la Geografía es una ciencia genética, si bien Harsthorne niega el historicismo espacial. El mayor uso de las regiones históricas procede de las reivindicaciones culturales y políticas, de las denominadas deudas pendientes. Por tanto, el valor actual de la región histórica dependerá del contenido que se le asigne al concepto.



Humanas. Son divisiones territoriales definidas por variables macroeconómicas que les confieren comportamientos individualizados, y que permiten no sólo definir sino establecer equilibrios y desequilibrios.



Funcionales. La unidad la confieren los flujos (comerciales o de servicios) que se establecen entre una unidad y un espacio, de tal manera que derivan jerarquizaciones, que al quedar establecidas en un punto alumbran a una región nodal o polarizada.

Pero también es posible distinguir otra tipología no ceñida a sus caracteres físicos o humanos, sino a su organización y evolución: –

Homogéneas, con parámetros constantes, si bien la alteración de alguno puede incidir sobre toda la región.



Polarizadas, con nodos funcionales interrelacionados.



Planificadas, ordenadas y transformadas. Para Hauser la región planificada o económica se entiende como un mercado regional determinado por las relaciones entre los hombres con los de otros territorios, por la territorialización de las actividades.

Por tanto, una región puede ser identificada por un rasgo predominante, y así es posible hablar de regiones naturales, litológicas o bioclimáticas, y también de otras que presentan la huella del esfuerzo humano, variante que presentará una amplia tipología de espacios heterogéneos, cuya coherencia le será proporcionada por alguna de sus funciones. Así la región ha pasado a tener una concepción muy flexible, un concepto intuitivo que permite disponer de divisiones territoriales para ser estudiadas atendiendo a criterios diversos. Y en cada región habrá de darse prioridad al análisis de sus estructuras dominantes, las que justifiquen su organización. Pero en su análisis si algo denota es interdisciplinariedad, bajo el influjo de la denominada Nueva Geografía Regional o Geografía Regional Reconstituida, centrado en la Geografía Territorial, definida por la organización y regionalización, la economía política regional y 26

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

la vinculación al desarrollo local y territorial, planteamientos que para Juillard son inducidos por las presiones civiles, por la dinámica de algunos territorios y por el nacimiento de nuevos modelos organizativos, como ha ocurrido en la UE de dos formas: con la reordenación de territorios y con la especialización (con las políticas de convergencia y la atención preferente a las regiones desfavorecidas).

4. LAS CORRIENTES ACTUALES DEL PENSAMIENTO GEOGRÁFICO 4.1. La construcción de la ciencia geográfica No es lineal y acumulativa, no es el resultado de contribuciones específicas de autores determinados dentro de un tiempo concreto, sino la consecuencia de contribuciones colectivas, dispersas en el tiempo, no exentas de fracturas, evoluciones y hasta involuciones. Y de esa secuencia han derivado errores, como la confusión de la historia de la Geografía con la correspondiente de la Cartografía o de la misma secuencia de los descubrimientos, una falsa apreciación que ha proporcionado a la ciencia geográfica la imagen de un cajón de sastre en el que tienen cabida todos los conocimientos relacionados con el espacio terrestre. No ha sido la construcción de la ciencia geográfica una parcela de la ciencia en la que han dominado los padres fundadores. Para un grupo de autores será en Alemania, durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando se defina realmente una Geografía moderna, cuando se crea el proyecto de un campo específico de conocimientos geográficos, con la distinción entre saber y práctica. Es cierto que se le ha concedido notable importancia a la etapa clásica de la Geografía, pero, los momentos posteriores son los de gran desarrollo, con la Geografía moderna, tras la Segunda Guerra Mundial, con un marcado acento anglosajón. Para otros autores (desde Paul Claval hasta Vilá Valentí), ha dominado la oposición entre una etapa clásica y otra moderna o de la nueva Geografía. El año 1945 es para Johnston el momento en que se produce esa división entre clasicismo y modernismo geográfico, concretamente en los ámbitos anglosajones, y en relación estrecha con las filosofías del positivismo lógico y el racionalismo crítico. En suma, que resulta todavía complejo abordar la cuestión evolutiva, si bien hay más consenso al adjudicar el nacimiento de la Geografía moderna a la explicación, como indica Foucault. La Geografía contemporánea es la que domina en el viejo mundo en el momento de difusión del positivismo y evolucionismo, del materialismo. El surgimiento del neopositivismo, entre las décadas de los años treinta y cincuenta del siglo pasado, impone la vuelta atrás, hacia el naturalismo positivista, con la aplicación e imposición de las fórmulas físicas a la Geografía humana, y con la correspondiente vuelta hacia la previsión, en vez de la explicación. Con el neopositivismo o cuantitativismo se llega a la desvalorización de la ciencia regional, para Schaeffer una actitud a-histórica, que duraría poco, porque hacia mediados de los años sesenta se inicia la revisión del neopositivismo con el desarrollo de las corrientes existencialistas, plasmadas en la Geografía de la Percepción, que vuelven a poner de manifiesto a la geografía humanística, unida en el tiempo al desarrollo de las teorías marxistas, que permiten su difusión. Por tanto, en su evolución, esta ciencia ha seguido los derroteros de otras próximas, como la Geología o la Economía, aunque las corrientes positivista, historicista, neopositivista, humanista y marxista únicamente han dominado a una parte de la comunidad de geóGEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

grafos. Pero sobre esta cuestión tampoco hay consenso: Preston James indica que hasta mediados del siglo pasado se impusieron sólo tres paradigmas (exploratorio, ambientalista y regional); Johnston señala que han sido otros (la ciencia espacial, la vertiente behaviorista y la radical-estructural); Stoddart ni siquiera habla de paradigmas; Kuhn alude a fases (la de ciencia normal y la de ciencia anormal, definida esta última por la dificultad de la elección de presupuestos no científicos a la hora de elegir los paradigmas); Harvey indica que será el planeamiento y las nuevas exigencias sociales, así como los cambios internos en el mismo pensamiento científico (tras el influjo de Popper y el Círculo de Viena, que impulsará la reacción antipositivista al abordar las pocas aportaciones del cuantitativismo, seguida de las críticas desde la Escuela de Frankfurt, desde principios de la década de los sesenta, con Adorno y las coetáneas reflexiones marxistas); etc. Lo cierto es que al cuantitativismo se le califica de abstracto y de poco significativo, al no haber dado respuesta a los problemas reales, unido al descubrimiento por los estadounidenses de las imperfecciones de su sistema social, al que se olvidaba. Con todo, puede hablarse de cuatro grandes corrientes actuales: –

Geografía Clásica. Prosiguen los estudios regionales tradicionales, aunque con algunas novedades que intentan adaptarlos a las modernas necesidades, como la tendencia a los aspectos más relevantes del estudio espacial (mientras el resto se presenta como complementario), y la intensificación de los estudios monográficos regionales.



Nueva Geografía o Geografía Cuantitativa. Su objeto es formular hipótesis, leyes y teorías que demuestren científicamente las realidades de los diferentes espacios terrestres. En contra de esos postulados Harsthorne ha incidido en que cada espacio es irrepetible, y que no pueden formularse teorías generales válidas para unos lugares que son únicos. Schaeffer llega a señalar también que a las regiones únicamente cabe aplicarles teorías enmarcadas dentro del excepcionalismo. Pero, en contrapartida, los cientifistas siguen alegando que se debe partir del método científico, es decir, plantear el problema, formular las hipótesis pertinentes, cuantificar los fenómenos y clasificarlos, y demostrar o rebatir las hipótesis para establecer las leyes probabilísticas.



Geografía Ecológica. El desarrollo de la Ecología dentro de las Ciencias Biológicas ha conllevado la extensión de estudios a la Ecología Humana (que Troll ya había cultivado en sus análisis ecológicos de los paisajes).



Geografía Aplicada. La rama que se ocupa de los problemas de ordenación y ordenado de los espacios, donde prima el criterio espacial y no el sectorial de otras ciencias. Esta será la principal contribución para ayudar a las instituciones a programar los desarrollos espaciales, lo que obliga a que deba ser la más sintética de todas las variantes geográficas.

Cabe mencionar la rapidez con que han ido aportando cada cual sus contribuciones al avance geográfico, aun a pesar de ciertos antagonismos entre ellas. Para algunos autores ha sido, precisamente, la dialéctica interna de la ciencia geográfica quien la ha sacado del inmovilismo, porque desde los defensores del positivismo, humanismo, radicalismo, cuantitativismo, hasta las más modernas formas de concepción de la ciencia, han contribuido a los notables avances en método y técnicas, a hacer más útil a la ciencia del espacio. Con todo el notable desarrollo general en los últimos años no ha quedado exento de dificultades y debilidades. Hoy no se trata tanto de analizar las acciones antrópicas, sino las fórmulas de planeamiento para organizar el territorio, porque la acción humana sobre el medio es sólo una parte de lo analizable, pero no exclusiva. En realidad, de lo que debe tratarse es 28

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

de organizar y encauzar las actuaciones previsibles, de hacer Geografía Aplicada. Y en ello muchas Geografías no han respondido a las expectativas por razones variadas, pero especialmente por la competencia de otras disciplinas que han ido minando el protagonismo geográfico, hasta llegar a la escasez de un campo de acción predeterminado. Incluso se ha abusado de la aplicación de leyes generales a lo que son particularidades de los territorios o de sus relaciones internas, de unas pautas que no han explicado suficientemente la pluralidad de los hechos territoriales y de sus complejidades internas. Y también hay cada vez más una cierta tendencia a considerar que tampoco ha existido en esta ciencia una secuencia regular y ordenada, sino más bien un desarrollo impuesto por corrientes procedentes de otras ciencias. Como consecuencia la Geografía ha pasado al uso obligado de una amalgama de métodos, que incluso ha conllevado disgregación, cuando para Boulding debería haber creado la Geografía-método, con formas y modelos propios. Y no acaban aquí las contrariedades y confusiones, porque si bien es cierto que los conceptos geográficos son esencialmente eurocéntricos, también lo es que para un núcleo compartido de estudio, el espacio, en muchos casos sólo se comparten los instrumentos de estudio.

4.2. Los antecedentes clave Las primeras formas de la Geografía fueron fisiográficas, descriptivas, de acopio de datos y alguna teorización geofísica. Ya Herodoto (siglo V a. C.) puso en relación el medio con los grupos humanos. Entre los siglos II y I a C las conquistas romanas forzaron una mínima especialización geográfica, con Cartografía y Corografía como especialidades relevantes. Incluso Estrabón (con el que concluye el periplo corográfico) indicó que el análisis cosmográfico debía de ser previo al estudio de los fenómenos del ecumene. Los aportes más representativos comienzan en el siglo I a. C., con Posidonio y sus estudios sobre la separación de tierras y mares, la oblicuidad del eje terrestre..., que contienen las primeras conexiones entre los fenómenos. Por su parte, los fenicios se volcaron en las descripciones itinerarias y en las guías náuticas, que incluían descripciones de los espacios terrestres. La Geografía medieval arrastra la decadencia general de la sociedad, y sólo los árabes, con su tolerancia científica, recuperaron la ciencia clásica y relanzaron la astronomía, manteniendo la Geografía Descriptiva. El Renacimiento inicia la recuperación del humanismo clásico. Y la revolución científica relanza la cartografía a la luz de los nuevos descubrimientos de tierras, la Geografía astronómica, y los fenómenos climáticos. El influjo de Ptolomeo es claro, si bien el gran renovador será Varenio, con su Geografía General, que trataría a esta ciencia con un método científico. Con él nace la Geografía moderna, al unificarla bajo un solo paradigma (de la Física), las regularidades, añadiendo fórmulas muy avanzadas que no permitieron progresar, y presentando las diferencias entre Geografía General y Geografía Regional, y entre Geografía física y humana. El siglo XVIII es el periodo crítico para la Geografía por la tendencia a la especialización y a su fraccionamiento. Aun así Kant sentaría las bases filosóficas, al señalar que sólo se debía ocupar de los fenómenos espaciales, de los que debía ofrecer visiones sistemáticas, y al introducir el uso de las analogías entre los fenómenos en vez de las regularidades. Estas ideas calarían más tarde en Humboldt, para quien la naturaleza es un ser vivo, una entidad dotada de vida interna que es preciso explicar en sus relaciones; desentramar, en suma, el paisaje integrado. Rompió así con la línea de pensamiento que consideraba a la naturaleza como algo estático e inamovible, y estableció una triple división (fisiográfica, descripción de la naturaleza; historia geológica de la Tierra; y geonosia, o relaciones existentes en el GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

mundo de la naturaleza). Y también harían lo propio en Ritter, el fundador del método comparativo en Geografía Regional, cuyo objetivo consistió en explicar las relaciones entre el medio y la vida del hombre, pero prestando especial atención a los procesos históricos. Es desde comienzos del siglo XIX cuando se produjo la institucionalización de la disciplina, con la notable contribución de las Reales Sociedades Geográficas, apoyadas por las políticas imperialistas, que vieron en la Geografía una herramienta útil. Pero como reacción a esta oficialización surgieron posturas anarquistas, como las defendidas por Elisée Reclus y Kropotkin, que prestaron atención al enfoque social. Y a finales de la centuria las posturas darwinistas, con una fuerte influencia del positivismo y evolucionismo, apoyadas en una ciencia que perseguía el encadenamiento de los hechos y leyes. Pero la secuencia no fue tan simple. Ritter, el inicial defensor del posibilismo (el medio no determina las actividades humanas), renunciaba a la búsqueda de leyes generales, y se volcaba en el estudio regional, en las regiones como espacios únicos, singulares e irrepetibles. Entre los principales seguidores destacó Vidal de la Blache (defensor de una visión unitaria de los aspectos físicos y humanos en la síntesis regional), y Brunhes, Barrows o Sauer. Así, la función de la Geografía fue elaborar síntesis, y las monografías regionales pasaron a ser el principal motivo de investigación, con una metodología estandarizada. Especial influjo tuvo también en la Geografía, en las primeras décadas del siglo XX, la ecología humana, y especialmente los trabajos surgidos en la Escuela de Chicago (Park, Burgess, MacKenzie), que proponían unas relaciones sociales sustentadas en la competencia, con la ciudad como ámbito de investigación. Así pues, la Geografía contemporánea está muy influida por las teorías evolucionistas de Darwin, del cambio gradual, las de totalidad adelantadas por Humboldt, las del determinismo causal, etc. La tensión entre naturalistas y antinaturalistas estaba servida, la disyuntiva entre juzgar y apreciar, entre las metodologías de las ciencias racionales y experimentales, y, junto a ello, las aportaciones de otras ciencias permitirían, por ejemplo, que: –

Davis consolidara la teoría positivista de la evolución, con sus avances sobre los ciclos erosivos en el espacio sometido al influjo climático, con modelos cíclicos.



Koppen y Rusell clasificaran los climas.



Weber introdujera su teoría de la localización industrial (1909).



Christaller hiciera lo propio con la de los lugares centrales (1933).



Von Thünen aportara su modelo de la localización de las actividades económicas distribuidas equilibradamente sobre el espacio.

Pero con ellas pervivieron las aportaciones historicistas, sustentadas en la noción de unicidad y en el protagonismo del hombre en la naturaleza, apoyadas en las vías abiertas por Ritter, Ratzel, Vidal de la Blache..., rebatiendo al determinismo, que daría lugar a la individualización del espacio geográfico. Demangeon (1942) y Sorre (1943) se encargarían de formular los conceptos generales, mientras Cholley redefiniría el objeto geográfico hacia los términos de combinación, complejidad y convergencia. A pesar de todo, una característica de la Geografía contemporánea ha sido la indeterminación metodológica, la inconsistencia de los fundamentos de la disciplina (de ahí la división extrema en ramas), con tendencias posibilistas y deterministas no muy alejadas entre sí (salvo las locacionistas), una clara oposición entre naturalistas e historicistas, y una confrontación entre evolucionistas y actualistas (repartidos entre los anteriores). Finalmente, lo menos conseguido ha sido la profundización en los paradigmas de la conexión, lo más genuino de la Geografía. Sólo a partir de mediados del siglo pasado se da una profunda 30

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

renovación teórica y metodológica, el periodo que ha marcado de forma más intensa a los caracteres actuales de la disciplina, aunque ha derivado en distintas corrientes e interpretaciones del espacio.

4.3. Las modernas renovaciones De principios a mediados de la pasada centuria el objetivo se centró en la construcción de una especialización, y desde entonces ha sido la unidad de la ciencia, a menudo sustentada en la Teoría General de Sistemas (1968) para interpretar los paisajes y espacios en términos de sistemas abiertos, ya que dicha teoría proporciona la posibilidad de aplicar la unicidad aprovechando la aplicación de los principios y métodos de las ciencias naturales a las sociales, lo que ha permitido un cierto sistemismo de las diferentes corrientes de pensamiento. Sin embargo, puede hablarse de una cierta crisis de la Geografía al avanzar hacia un paradigma unitario y hasta confuso, que arranca del ataque de Schaeffer contra el paradigma de la Geografía tradicional, al considerar que los fenómenos en sí mismos son objeto de otras ciencias, pues no interesan tanto ellos como su distribución en un espacio, y las relaciones espaciales. Pero este será únicamente el punto de partida de las controversias venideras.

4.3.1. La Geografía cuantitativa y el positivismo lógico En la década de los años sesenta se produce la revolución cuantitativa o teorética, centrada en la cuantificación, ya que detrás de todo fenómeno existe un orden que permite explicarlo. Por ello los fenómenos o hechos aislados no conducen a nada, y sólo los procesos generales encierran las características del orden. De ahí que esta Geografía se centre en descubrir leyes generales sustentadas en criterios estadísticos, aprovechando los instrumentos de interpretación, como las computadoras. Arranca de las universidades de Washington, Iowa, Columbia y Chicago, para irradiarse a países del ámbito anglosajón. Logró afincarse en la Geografía Económica, ligada a las innovaciones de la Economía y de la Geomorfología (Strahler), para unirse a otras más generales con Chorley (1975). Y de la difusión se encargaron revistas como Economic Geography. Dirigió sus esfuerzos hacia los problemas socioeconómicos: jerarquías urbanas, localizaciones industriales, poblamiento, redes de comunicación, etc., por una razón simple, porque a través de los modelos explicativos se podía dirigir la planificación de los espacios. Entre dichos modelos resaltan dos: –

Los descriptivos, de base empírica, formulados inductivamente desde la observación de hechos seleccionados.



Los normativos, a partir de deducciones teóricas.

El resultado estaba apoyado en las matemáticas y en la informática, con el recurso a simulaciones. El positivismo quiso imponer la unidad de la ciencia a través de leyes generales, lo que implicaba también un cierto rechazo hacia los planteamientos historicistas y regionalistas. Por ello, la mayor parte de los estudios se orientaron a la realidad social, incorporando conceptos de la Física y de la Biología (como el de ecosistema). Designó, en principio, al Círculo de Viena (ahí surge en la década de los años veinte, en torno a Moritz Schlick), y desde ahí se impuso una concepción científica que conllevará también la neutralidad de GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

la ciencia, el método deductivo en investigación (con posterior influjo de Popper), y la búsqueda de las realidades objetivas a través de un sistema neutral de fórmulas. Se trataba de un regreso a las concepciones nomotéticas, que encontraron apoyaturas filosóficas en los trabajos de la escuela de Ecología Humana de Chicago, en los de Von Thünen, Christaller, y en la Teoría General de Sistemas de Bertalanffy. Entre las razones esgrimidas para justificar el resurgimiento de la Geografía positivista hay tres: –

El deseo de establecer la disciplina sobre unos cimientos rigurosos.



La incorporación de los conceptos y métodos de otras ciencias.



El objetivo de crear leyes y teorías que proporcionasen explicaciones y predicciones.

Ante lo que se consideraba la crisis del paradigma regional, en los años cincuenta nació una disciplina nueva y revitalizada, que encontró su unidad en un tipo concreto de metodología y no en una temática específica. Ahora, el énfasis en la teoría de Popper conducirá a la generalización de los métodos deductivos. Especialmente importante fue la obra de Haggett (1965), que llevó a un debate dentro de la materia. Y las ideas de Kühn sobre los cambios de paradigmas en el mundo de la ciencia fueron aplicadas a dicho debate (1962). Chorley y Haggett propusieron que se adoptara un nuevo paradigma basado en modelos, cuya elaboración constituyó la meta de la investigación geográfica, una tarea que implicaba la ayuda de los métodos cuantitativos y el uso de la informática. Se trataba de definir un modelo, una representación idealizada y simplificada de la realidad que intentara aclarar determinadas características (el concepto de modelo es amplio, aunque para Chorley y Haggett es una teoría, una ley, una hipótesis o una idea estructurada). Y la evolución de estas ideas fue rápida, porque en la posguerra mundial las universidades formaban a profesionales que organizaran una economía cada vez más compleja. De ahí que los geógrafos no tardaran en adoptar esos métodos para mejorar el estado de su ciencia (Ackerman animaba a los estudiantes a concentrar su atención en la Geografía sistemática y la cuantificación). Durante las décadas de los cincuenta y sesenta los intereses se centraron en torno al espacio y a la elaboración de teorías apoyadas en la Escuela de Chicago, que tuvieron sus principales artífices en Garrison, Ullman, Dacey, Berry, Murril y Bunge (los antecedentes teóricos hay que remontarlos a Christaller, Von Thünen, Lösch y Weber). Cobró gran importancia la labor de William L. Garrison (Universidad de Washington), interesado por la teoría económica de la localización basada en métodos matemáticos. Pero Johnston indica la presencia de cuatro escuelas en EEUU: Washington, como principal centro innovador, Winsconsin, Iowa y la vinculada a la escuela de Física Social en las universidades de Princenton y Pennsylvania. El siguiente gran empuje se produjo en Gran Bretaña, de la mano de Chorley, Dacey o Kennedy, entre otros, con la aplicación del enfoque de sistemas. Pero los mayores progresos en la consecución de unas bases filosóficas y metodológicas unificadoras de la escuela cuantitativa se dieron en los años sesenta gracias a los geógrafos británicos Peter Haggett, Richard Chorley y David Harvey. En esta vorágine cuantitativista los geógrafos se detuvieron en descubrir las leyes generales que explican la distribución espacial, y en temas específicos: los sistemas y jerarquías urbanas, los factores de localización industrial, los estudios de difusión, la accesibilidad de áreas de mercado, los patrones en la utilización del suelo, y las pautas de poblamiento y las redes de comunicación. Como síntesis la Geografía Cuantitativa encuentra su apoyatura filosófica e ideológica en: el positivismo lógico o neopositivismo (con los antecedentes en el Grupo de Viena, con Bergmann), la Escuela de Ecología Humana de Chicago (con los trabajos de Von Thünen), el Proyecto de Física Social de Stewart, la Teoría General de Sistemas, de Bertalanffy, 32

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

y en la creación de la Asociación de Ciencia Regional (Losch, Isard). Sus protagonistas más relevantes fueron: Schaeffer, Bunge, Chorley, Hagget, Harvey, las Universidades de Washington (Garrison, Berry, Morrill), Wisconsin (Robinson), Iowa (McCarthy, Scheidegger, Strahler, Schumm, Bagnold, Leopold Luna…), y desde una visión espacial se considera que el funcionamiento de una región está regido por leyes, con aportaciones esenciales para obtenerlas: el empleo de nuevas técnicas y métodos (estadística, representación gráfica); la noción de proceso (especialmente en Geografía Física); etc. Entre las críticas contra el positivismo se encuentran: el fracaso en la implantación de unas teorías capaces de explicar las características humanas o físicas de la superficie terrestre; la irrelevancia de las investigaciones llevadas a cabo; y la incapacidad de los métodos cuantitativos para ofrecer explicaciones a los problemas sociales, económicos y ambientales del momento (finales de los sesenta y década de los setenta).

4.3.2. Las reacciones al cuantitativismo y positivismo lógico La revolución cuantitativa no se llevó a cabo sin oposición y críticas. Así, Broek planteaba la existencia de más cosas de las que pueden ser confiadas a un ordenador; Stamp señalaba que existían muchos campos en los que la cuantificación podría entorpecer más que ayudar al progreso; y Sack sostenía que espacio, tiempo y materia eran inseparables, y que los procesos que han dejado vestigios históricos y los que representan transformaciones deben ser tenidos en cuenta, cuando las leyes de la geometría son estáticas, o lo que es decir, no están en relación con el tiempo. Otra de las críticas recibidas fue que las leyes y modelos eran insuficientes para estudiar a los individuos y la condición humana. Además, la base teórica está destinada a mostrar los patrones que se darían si la realidad fuese racional. Adicionalmente se afirmaba la escasa efectividad de la planificación, y se consideraba inaceptable la disfunción entre la enorme capacidad productiva y el desarrollo tecnológico de los países desarrollados en relación con el desigual reparto de los beneficios, la degradación de la vida en las ciudades, las malas condiciones de trabajo, o el deterioro de la biosfera. La Nueva Geografía fracasó en el desarrollo de teorías que explicasen esos hechos, una incapacidad de la metodológica para ofrecer soluciones que llevó a algunos geógrafos a contemplar críticamente su filosofía de base. Además, el desarrollo teórico positivista en Geografía no fue vivido por la mayoría de los geógrafos como una revolución, lo que unido a todo lo anterior justificaba que los seguidores de la teoría locacional cambiaran de parecer al darse cuenta de que el hombre que toma decisiones dotado de una capacidad de predicción perfecta no existía, y hasta muchos dirigieron la mirada hacia los enfoques filosóficos del humanismo, volviendo a recuperarse el enfoque histórico. El reconocer que todas las formas de existencia humana tienen una expresión temporal y otra espacial obligó a geógrafos como Soja, Olsson y Sack a abandonar el espacio físico como concepto organizador exclusivo de su disciplina. Pese a todo el positivismo ha seguido creciendo debido al desarrollo de la enseñanza superior, a la expansión económica (que ha satisfecho el deseo de incorporar equipos costosos), y en la Geografía Física (porque produce resultados útiles). Pero resulta inapropiado calificar tanto de positivista como de neopositivista a la mayor parte de la producción geográfica adscrita a esta corriente, y hasta es pretencioso calificarla de contrarrevolucionaria. Incluso más: parte de esa producción se aleja de la geografía cuantitativa pura. Para Johnston ha padecido de exceso de aplicación de juicios objetivos, y la mayoría de los trabajos reúnen acopio y tratamiento de datos numéricos, con escasa relación con modelos o teorías, alejados de los planteamientos dogmáticos de Bunge, Hagget, Adams, Gould, etc. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Para Taylor más bien se ha ido aplicando un empirismo lógico. Para Boulding no ha sido una corriente contrarrevolucionaria, aunque ha abusado de las técnicas duras (como ocurre en los trabajos de Ebdon, Gregory, Johnson, Norcliffe, Silk, Smith, Taylor, Yeates, etc.), de la significación basada en la relación entre los datos y la hipótesis (lo que lleva a admitir la hipótesis de investigación), hecho que conlleva la admisión del comportamiento de los datos en lugar de las técnicas apropiadas. De modo que el objetivo no consistirá tanto en la interpretación de los resultados como en la obtención de los mismos, secuencia en la que ha faltado el análisis exploratorio de los datos, lo que para Bennet indica la necesidad de reformular los enfoques cuantitativos en lugar de aplicar técnicas, como ocurrió en la década de los años ochenta. Así, la Geografía cuantitativa es, ante todo, un conjunto de instrumentos y no una ciencia en sí misma, aunque con un lenguaje lógico capaz de describir al espacio. Contrariamente, para otros muchos autores ciertas técnicas de análisis estadístico han contribuido a comprender el comportamiento del espacio.

4.3.3. La Geografía espacio-temporal Una de las opciones nacidas desde la Geografía cuantitativa fue la Geografía del Tiempo, desarrollada por Hägerstrand (1953) y sus discípulos, planteada como una alternativa a la comprensión del comportamiento humano. Para Massey (1991) el tiempo incluye distancia, lugar y especificidad, y para McDowell y Masse (1984) la articulación entre lo global y lo local (y con ello lo local y regional recobran el interés). Entre sus objetivos entraba el reincorporar el tiempo y el espacio como líneas de acción humanas, y realizar una crítica, no tanto al movimiento cuantitativo como a importantes aspectos de la investigación en las ciencias sociales. De forma sintética proporciona un lenguaje gráfico para el desarrollo de su modelo espacio-temporal aplicable a la cartografía de la conducta espacial, a la vez que se acerca a los referentes del comportamiento individual. Se considera, además, que el tiempo y el espacio son recursos escasos, y que su distribución constituye la base de las realidades sociales. El modelo propuesto ha sido empleado en el estudio de la producción económica, el mercado laboral, la organización espacio-temporal de las sociedades preindustriales, el funcionamiento y transformación de hábitat humanos, la vida cotidiana en las unidades domésticas, y los sistemas de transporte en relación con la movilidad-accesibilidad de las industrias. Y sus características se pueden resumir en: proponer un enfoque contextual en el análisis de las actividades individuales; el objetivo real son los condicionantes para la actividad potencial de los individuos; pretender una constante conexión entre los niveles micro y macro de investigación social; y presentar restricciones o limitaciones de capacidad, acoplamiento y autoridad. Como síntesis, los sistemas sociales se producen en el tiempo-espacio, lo que representa una nueva concepción de la región. Como aportaciones esenciales resaltan: la reacción al dominio de los intereses espaciales dentro de la ciencia geográfica de los años sesenta; y la importancia dada a la Historia como factor que condiciona la vida de las sociedades en un espacio. Pero tampoco el movimiento estuvo exento de críticas (las relaciones con el fisicalismo y el individualismo, y la representación conductista del positivismo lógico).

4.3.4. La Geografía de la percepción y del comportamiento Surgió también como una crítica desde dentro del cuantitativismo a partir del desengaño sufrido con las teorías basadas en el concepto de hombre económico. Como alternativa algunos geógrafos trataron de mejorar la capacidad explicativa y de predicción recurriendo a los estudios de la percepción y del comportamiento humano. Así, desde comienzos de 34

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

los años sesenta se generalizaron los análisis de la percepción subjetiva de la realidad, justificados en el hecho de que los individuos poseen una visión sesgada de acuerdo con sus valores culturales, sus experiencias o aspiraciones. Se intensificó el interés por la dimensión psicológica, con especial incidencia del trabajo de Lynch (1969) en el urbanismo, la investigación de los riesgos naturales y los paisajes y su uso. Los antecedentes del movimiento se remontan, por un lado, a la psicología de Gestalt, a los trabajos de Lowenthal y de Kelly, y, por otro, a los de Granö y su discípulo Edgar Kant, emprendedores del planteamiento conductista. A finales de los años cincuenta y durante los sesenta fueron recuperados por Burton, Kates y White con trabajos relacionados con la toma de decisiones ante los riesgos naturales, porque es más importante representar la percepción personal de quien toma las decisiones que describir las condiciones físicas y económicas de un entorno (se considera que la toma decisiones se guiará por las propias percepciones y no por los factores ambientales). Pero también con estudios sobre la migración, la evaluación del paisaje, los mapas mentales, etc., cuya meta era destacar la contribución de la percepción humana en la formación de una imagen del medio real, siendo ésta, y no el medio objetivo, quien influirá en el comportamiento del hombre. La idea de los trabajos sobre el comportamiento humano pretendía alejarse de la deshumanización geográfica asociada a otros modelos teóricos de la misma época. Y también porque la realidad puede ser percibida de forma diferente por distintas personas, porque es el propio hombre quien decide su comportamiento en función de la percepción que posee del medio a través de la información que el sistema de valores de cada cual disponga, y que será capaz de condicionar su comportamiento. En suma, que resalta la dimensión psicológica, y la imagen que del espacio tenga cada persona se convierte en tema de investigación. Se trataba de resaltar la dimensión subjetiva, y de poner en tela de juicio los estudios sustentados exclusivamente en datos estadísticos. Pero los resultados tenían poco valor en la explicación de la actividad geográfica, pues no existe prueba empírica que sustente la relación directa entre la percepción ambiental y el comportamiento. El problema es que se carecía de cimientos sólidos (a pesar de la apoyatura filosófica en la psicología de Gestalt, en las teorías de Lowenthal, y en la de los constructos de Nelly). Sus protagonistas más relevantes fueron los citados, más Downs y Stea. Entre sus aportaciones resaltan: la contribución a destruir el mito del hombre económico gestado en el positivismo lógico, y la búsqueda más realista de los factores que determinan la toma de decisiones ambientales. Pero padeció críticas, como la carencia de cimientos teóricos, la dependencia de las teorías psicológicas, y unos estudios únicamente centrados en el medio urbano, con fórmulas interdisciplinarias. A pesar de todo para Burton (1963) es una contribución tan significativa como la revolución cuantitativa, porque abrió paso a la interdisciplinariedad. Si fue Lowenthal quien llevó a la Geografía al contacto con la Psicología, los trabajos de Lewin y Tolman resaltaron el influjo de las imágenes mentales del medio como resultado del aprendizaje. La imagen es para el geógrafo el filtro entre el hombre y el medio, y su objetivo es analizarla y compararla con el mundo real. Pero son diferentes las concepciones grupales e individuales. Para el grupo hay hechos reales que se aceptan como universales, mientras para el individuo los más conocidos son los del grupo al que pertenece, aunque también recibe información de otros espacios grupales alejados, dando lugar a la conformación de mapas mentales a partir de estereotipos derivados de informaciones incompletas o fragmentarias. Para Lynch la mente organiza al ámbito urbano seleccionando elementos (sendas, bordes, distritos, modos, hitos), una teoría que ha permitido aplicaciones en la remodelación de los centros urbanos degradados. Ahora bien, la uniformidad a que están siendo sometidas las ciudades debilita las percepciones de los paisajes urbanos. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Es posible rastrear antecedentes en Humboldt, en la Geografía cultural, en el concepto de conciencia regional de Vidal de la Blache, en los trabajos de Sorre, Brunhes, etc. Pero los pilares arrancan de Boulding y Lynch. Y hasta para algunos autores la corriente se incluye en el paradigma cuantitativo, porque acepta algunos de sus supuestos básicos. Así el Análisis Factorial es una técnica concordante con el concepto de mapa mental, que parte de la matriz de datos de un número de casos y de las correlaciones existentes entre las variables. El resultado se expresa en factores, siempre en menor número que el de aquéllas. Es así como se reduce el número de interrelacionadas, y aparecen las supervariables. Las técnicas de Análisis de Superficies de Tendencia también se adecuan al mapa mental, porque permiten transformar a una información puntual en un mapa de isolíneas, las isoperceptas. Asimismo, los supuestos en los que se basa el modelo de Componentes Principales no mantienen ninguna relación entre sí, pero siempre es posible convertir a la matriz de correlaciones conseguida en otra diferente (técnica de rotación de los ejes). Sin embargo, los métodos están sometidos a crítica desde distintas vertientes geográficas, debido a las insuficiencias teóricas y a las conclusiones que se pueden derivar de la relación entre la imagen y la conducta espacial del hombre.

4.3.5. La corriente humanística-historicista Con la revolución cuantitativa se somete a crítica a la ortodoxia existente, y el paradigma de Kuhn introduce la crítica a los geógrafos cuantitativos, que alumbrará un positivismo humanista-reformista (Smith, Morill), el idealismo (Guelke), la fenomenología (Fu Tuan, Buttimer), el anarco-marxismo, y muchas alternativas más, una razón que introdujo a la Geografía muy tarde en la ordenación del territorio. Es una reacción basada en la experiencia humana y en los comportamientos, y por ello los conceptos clave son los de lugar (un espacio vivido) y paisaje. Para Smith (1979), Ley y Samuels (1978) la Geografía humanística debía de proporcionar las tecnologías de diseño social, las respuestas a la demanda de la sociedad tecnológica ante la incapacidad del positivismo lógico. Para ello algunos autores, como Fu Tuan, partieron del concepto de territorialidad animal, ampliado a criterios emotivos y simbólicos hasta alumbrar el espacio cultural, aunque era preciso incorporar aspectos complementarios a la racionalidad. Es la consecuencia del apoyo en las filosofías fenomenológica y existencial, en los escritos de Marx, y en los neomarxistas de Marcuse. El postulado es la experiencia, una visión antropocéntrica del espacio, y el lugar ha de ser comprendido (para lo que resulta idónea la encuesta y la observación participativa). El término humanismo (basado en la corriente conductista o behaviorista) no es nuevo, pues ya aparecía con Sauer en los años veinte, aunque su difusión no llega hasta los setenta a través de geógrafos vinculados a las universidades de Toronto, Vancouver y Massachusetts. Se trata de una concepción que pretende desligar a los geógrafos del uso de métodos de las ciencias naturales. El lugar ha sido caracterizado por Sack como un contexto de interacción entre la naturaleza y el hombre, como agente activo. A través de este concepto se incorpora la dimensión temporal, superando el a-historicismo. Como señala Johnston, la condición humana sólo puede ser mostrada a través del intento humanista, pues las impresiones, actitudes y las relaciones subjetivas con los lugares (el sentido del lugar) no pueden ser evidenciadas mediante una investigación positiva. Por tanto, el humanismo proponía reflexionar sobre los fenómenos geográficos con el objeto de lograr una mejor comprensión del hombre y de su condición, tanto que Entrikin considera que la corriente humanística dedica su interés a los aspectos del hombre que son marcadamente humanos (significado, valor, metas e intenciones). Otro aspecto fundamental es el de mundo vivido, un conjunto de hechos y valores que constituyen la experiencia 36

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

cotidiana de cada persona. Unwin hace una clasificación de los estudios humanistas sustentada en tres puntos principales: crítica al positivismo lógico, reconducción al complejo mundo de la subjetividad humana, y búsqueda de la comprensión. Pues bien, con esos planteamientos, los geógrafos de los años setenta adoptaron perspectivas humanistas diferentes inspiradas en corrientes filosóficas: –

El existencialismo, que se caracteriza por su rechazo a las filosofías académicas bien definidas, y propone un regreso al mundo concreto del ser como fuente de conciencia. Es un cuerpo formal de conocimientos que tiene una base fundada en la experiencia (conceptos como espacio, paisaje, ciudad y región tienen un significado porque los referimos a nuestra experiencia directa). Al centrar la atención en la existencia humana tiene que reconocer su temporalidad, y su historicidad. Entre los principales protagonistas destacan Entrikin y Samuels.



La fenomenología, que no consigue distinguir entre los elementos de la existencia humana expuestos a una interpretación subjetiva y los que no lo están. A diferencia del idealismo, los fenomenólogos defienden la inexistencia de un mundo objetivo independiente de la experiencia humana, porque todo conocimiento procede de la experiencia del mundo y no puede ser independiente de él. Y ponen el acento en el análisis e interpretación del conocimiento, en particular del conocimiento consciente. Buttimer, que institucionalizó la perspectiva fenomenológica, la definió como un modo de reflexión sobre la experiencia consciente. Y la corriente se esfuerza por adaptar conceptos como el de mundo vivido, con dos caracteres distintos: el físico (espacio-tiempo) y el social (intersubjetividad). Y Entrikin (1976) la plantea como un método que utiliza dos vías de análisis, con un grado de subjetivismo evidente: *

La autotrasposición imaginativa, en la que el investigador se imagina ocupando el lugar del investigado.

*

El encuentro cooperativo y la exploración, en la que participan el investigador y el investigado para analizar el mundo vivido del primero.

Uno de los fenomenólogos más conocidos, Fu Tuan, afirma que la Geografía es el espejo del hombre (conocer el mundo es conocerse a sí mismo). De acuerdo con ello el estudio de los paisajes es el de la esencia de las sociedades que los moldearon. Así, el modelo para los geógrafos regionalistas de tendencia humanista es conseguir una síntesis de lo objetivo y lo subjetivo. –

El idealismo, que ha dedicado su atención a contemplar la realidad a través de la construcción del mundo en la mente humana. Los idealistas dejan aparte los aspectos emocionales y psicológicos de la conducta humana, al considerar que no se puede reinterpretar la vida emocional de otras personas. El interés surgió entre los geógrafos históricos de Canadá, como Guelke, y, como tendencia, se afirma que la actividad de la mente es el fundamento de la existencia humana y del conocimiento. Pero dentro de las posturas internas, metafísica y epistemológica, es la última la que más ha incidido en la Geografía, planteando que no existe un mundo real que pueda conocerse independientemente de la mente. En los años ochenta se publicaron varios trabajos que pretendían crear una Geografía realmente humanista. Dentro de la Geografía Histórica y de la Geografía Social aparecieron los más relevantes, como los de Ley (dedicados a analizar cómo las personas entienden la vida humana) y Jackson (sobre la raza y el racismo).

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Pero la falta de acuerdo sobre la metodología resultó ser uno de los mayores inconvenientes, así como la imposibilidad de realizar generalizaciones y la incapacidad de dar cuenta de la realidad objetiva del mundo. Desde la corriente positivista se ha considerado imposible que las investigaciones humanísticas basadas en experiencias individuales puedan superar la fase descriptiva. De forma sintética el humanismo-historicismo se apoya en el existencialismo de Sartre, en la fenomenología de Husserl y Schutz, en el idealismo de Collingwood, en el pragmatismo de Pierce, y en la hermenéutica de Habermas. Entre sus protagonistas resaltan: Fu Tuan, Relph, Mercer, Powell (fenomenología), Entrikin y Samuels (existencialismo), Guelke y Harris (idealismo), Butimer, Fremont, y Berque. Pretende dar respuesta a por qué los seres humanos son creadores de lugares, mientras el lugar es la porción de espacio con carga simbólica y afectiva, y la región un espacio vivido. Entre las aportaciones se encuentra la importancia concedida a la experiencia individual en la interpretación del lugar.

4.3.6. Las geografías radicales Las ideas aportadas por el perceptivismo fueron retomadas por las revistas norteamericana Antipode (la geografía radical nace en EEUU a finales de los años setenta), francesa Hérodote y alemana Roter Globus, que se encargaron de difundir una nueva visión. En parte es una geografía de izquierdas, desde el momento en que introduce nuevos campos de estudio y análisis, como la pobreza, el hambre, la contaminación, la marginación social... Lógicamente el espacio es considerado como un producto social, como una dimensión de las sociedades, si bien más adelante se vuelca el énfasis en la heterogeneidad y en la diferencia. Pero surge, al tiempo, una notable preocupación por cuestiones epistemológicas y de objetivos, aunque serán relevantes siempre y cuando sean socialmente significativos. Desde ahora interesa la crítica hacia los modelos precedentes de organización del espacio, y la meta se centra en la necesidad de otros que aporten mayores ventajas para las sociedades. Por ello se incorpora la teoría marxista como marco teórico, rechazando incorporar los conceptos o teorías procedentes del campo natural. Lo cierto es que a finales de la década de los sesenta, y sobre todo en los años setenta, se entra en una nueva etapa de la Geografía, definida más como una ideología conectada con la teoría marxista que como una ciencia. A partir de 1972 aparecen trabajos con un enfoque holístico, que persiguen una ciencia social unificada a través del método del materialismo dialéctico, un planteamiento que abrió un debate en torno a la existencia de una verdadera teoría del espacio en la obra de Marx, defendida por Claval (1972) y el Grupo de Burdeos, mientras que otro colectivo encabezado por Yves Lacoste (1977) abogaba por su existencia. Lo significativo es que los geógrafos que deseaban desafiar a los cimientos de la sociedad capitalista recurrieron a las tradiciones radicales de la teoría social y política. Uno de los aspectos clave de la Geografía Radical ha sido su filiación al modo de razonamiento dialéctico, que permitirá descubrir la verdadera articulación dinámica de lo natural y de lo socio-histórico a partir de sus propias normas o leyes. Entre los factores que justifican el desarrollo de estos planteamientos destacan dos: el incremento de la desigualdad dentro de los Estados capitalistas, y entre éstos y los países pobres; y la rápida expansión de los medios de comunicación, que transmiten la información de unos espacios a otros. En este contexto, la alternativa radical ofrece dos premisas fundamentales: no existe la ciencia objetiva, libre de juicios de valor y políticamente neutra, pues todas las ciencias, y especialmente las sociales, cumplen algún propósito político; y la ciencia convencional está al servicio del sistema social imperante. 38

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

La influencia de la corriente marxista en la Geografía ha sido metodológica, y se ha manifestado en cuatro áreas de estudio: en Geografía Histórica, en el contexto urbano, en los desequilibrios industriales asociados a la reestructuración industrial, y en los estudios sobre el Tercer Mundo. Y los trabajos tienen en común el interés por los conflictos de clases, por los modos de producción, y por encontrar leyes determinadas históricamente. Entre los principales defensores están Harvey, Bunge, Massey, Gilbert, Smith o Urry. Menos comprometida con la ideología marxista está la corriente estructuralista, que llega a la Geografía desde la Sociología urbana francesa. Es la postura defendida por Harvey (1972), que aboga por un nuevo paradigma para el pensamiento geográfico social, entendido como el conjunto que considera las interrelaciones entre los procesos sociales, el medio físico y las relaciones espaciales. Pero Soja critica la dimensión a-espacial de la teoría social, y plantea que las relaciones de producción son simultáneamente sociales, históricas y espaciales. El estructuralismo ofrecía a los geógrafos otra fuente de ideas con la que contrarrestar al empirismo positivista (a diferencia de los sistemas, las estructuras no pueden tocarse ni medirse, pero se da por sentado que son reales), especialmente desde el marxismo estructural de Althusser, el más significativo en Geografía. El interés por el individuo dentro de la sociedad es también básico para la Geografía del Bienestar, que se desarrolló como una rama aparte durante los años sesenta. Knox afirmaba que un objetivo fundamental era cartografiar las variaciones sociales y económicas de la calidad de vida. La diferencia esencial está en que mientras esta Geografía trabaja, en principio, dentro del marco de la Economía y del sistema social existente la Radical (más reciente) aboga tanto por una teoría como por una práctica revolucionaria. Delimitado el problema no renuncia a las técnicas de los cuantitativistas, aunque Smith abogó por introducir esta corriente dentro del paradigma humanístico, supuesto que el objetivo último era mejorar la situación de las sociedades humanas. De modo que la Geografía Radical se sustenta en la filosofía de Hegel, en el marxismo, y en el marxismo estructural de Althuser y Piaget. Entre sus más renombrados miembros están Harvey, Bunge, Gilbert, Smith, Urry, y las revistas Antípode y Hérodote. Entre sus aportaciones se encuentran el nuevo enfoque dado a los estudios sobre el mundo del subdesarrollo y los espacios marginales. Pero entre las críticas recibidas ha estado el excesivo énfasis mecanicista, en el que el papel del hombre es nulo. Los neopositivistas, por su parte, le achacan su concepción historicista y el haberse centrado en la crítica teórica y filosófica.

4.3.7. La Geografía Política Ratzel fue el gran introductor de esta línea a través de su concepto del espacio vital, considerando a un Estado como un organismo vivo, cuya competencia con otros Estados iría enfocada a la conquista de ese espacio vital. Luego Mahan introdujo la teoría del control de los mares como la clave del poder territorial. Y Mackinder se refirió a las áreas pivote, las zonas que facilitarían la conquista de espacios más amplios. Pero Alemania instrumentalizó el espacio vital para justificar su expansionismo, y la consiguiente derrota del Tercer Reich supondría el lógico rechazo a la Geopolítica. Más recientemente Lacoste, en su obra La geografía, un arma para la guerra, vuelve a subrayar el valor estratégico de la Geografía. Y actualmente aparecen dos corrientes principales, que abordan: –

Los problemas ligados a la territorialidad, ya que las sociedades modifican los espacios sobre los que se desarrollan, utilizando parámetros como raza, cultura, creencia, etc., hasta conformar un espíritu nacional, que aportará determinadas fórmulas organizativas, estudiadas por la Geopolítica de la Administración.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



La vía supranacional, con la organización internacional y las relaciones interestatales, y los procesos de internacionalización del comercio, capitales, comunicaciones, e influjo multinacional.

La última es la de más desarrollo, porque de los interdependientes poderes del Norte y de sus decisiones conjuntas depende la dinámica mundial, un claro exponente del proceso de globalización de la economía, definido por unas compañías transnacionales convertidas en canales de transferencia, antes en poder de los países, la especialización regional del trabajo (propiciada por la facilidad de las comunicaciones.), la construcción de ámbitos supranacionales (al mismo tiempo una necesidad y una consecuencia de la nueva realidad internacional), y por la consolidación de macro agrupaciones (la Organización Mundial del Comercio, la Unión Europea, la Esfera Asia-Pacífico, etc.). Todos esos rasgos conforman el escenario idóneo para que las propuestas de liberalización mundial se encaminen hacia objetivos más ambiciosos, que relanzarán a los favorecidos y relegarán más a los marginados del mundo, una orientación mantenida por Milton Santos con sus teorías del cambio global, por geógrafos de la escuela francesa y por los economistas anglosajones adscritos a las corrientes internacionalistas.

4.3.8. El realismo y el postmodernismo Desde finales de los años setenta muchos geógrafos recurrieron a las interpretaciones estructuralistas, al realismo, y desde finales de los años ochenta al postmodernismo. El realismo surge como reacción a las posturas anteriores, y pretende alcanzar una metateoría global que integre a la diversidad filosófica de los últimos años. Admite la existencia de un mundo real independiente de la percepción humana, y puede contemplarse como una forma de unificar las críticas al positivismo (desde posturas marxistas, humanistas...). El término se apoya en dos procedimientos metodológicos, coincidentes con otras tantas necesidades: la de identificar cómo ocurre algo, y la de establecer la extensión de un fenómeno determinado. Para Bhaskar una de las principales ventajas es la capacidad potencial de englobar a las ciencias naturales y sociales. Y las obras de Sayer, Gregory, Allen, Lovering y Thrift han tenido un gran calado por sus implicaciones prácticas. Por su parte, el postmodernismo alienta una disposición mental que permita interpretar los cambios, e implica una deconstrucción respecto a las influencias previas, en la que se plantea que los códigos de la mente humana deben eliminarse para poder construirlos desde cero. El significado central que se le atribuye es el de desmontar el edificio sobre el que se apoya el pensamiento moderno, huyendo de los sistemas de pensamiento totalizadores, y defendiendo la pluralidad y la diversidad de posiciones. Se basa en el rechazo de la gran teoría y en el deseo de crear un nuevo entorno intelectual y físico para la existencia humana. En definitiva, supone el reconocimiento de la subjetividad, la reivindicación de la diversidad en las relaciones y experiencias humanas. Pero se muestra como el fin de las verdades absolutas, de las ideologías y dicotomías tradicionales entre las escuelas geográficas, dedicando sus esfuerzos a la deconstrucción a través de la crítica a las ideologías y métodos existentes. Entiende la realidad como un sistema dinámico y complejo, con procesos y escalas globales y locales, en relación dialéctica e interdependiente, que determinan las características de cada espacio. Así en los estudios geográficos se presenta la singularidad y la pluralidad, utilizando principios y métodos de las distintas corrientes geográficas. Dentro de las alternativas propuestas por el postmodernismo suele incluirse a la Geografía del Género, entroncada con las corrientes ideológicas feministas. Iniciados los trabajos a comienzos de los años ochenta, esta corriente supone una reinterpretación de la 40

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

Geografía, que asume como idea básica que el espacio no es neutro desde la perspectiva del género. Por ello se hace necesario incorporar a las diferencias territoriales las diferencias sociales entre los hombres y las mujeres. La Geografía feminista o del género se define como el lugar de encuentro entre el género y sus variaciones espaciales. En cuanto a las diferencias entre una y otra la Geografía feminista es la que incorpora las aportaciones teóricas del feminismo a la explicación e interpretación de los hechos geográficos. Pero Geografía y feminismo se han dado la espalda; mientras la Geografía ha ignorado al género como variable social, el feminismo ha olvidado el componente territorial y espacial del género. Entre las corrientes internas hay básicamente tres líneas: la reestructuración productiva, el empleo femenino y el cambio regional; las diferencias espaciales en la construcción social del género; y la mujer, el medio y el desarrollo. Lo evidente es que hay dos tipos de Geografías postmodernas: la de las reorganizaciones experimentadas en los últimos años en la formulación espacial de los procesos sociales, y la que ha abordado la consideración de otros desarrollos planteando la forma de acceso al conocimiento. Ambos pertenecen a una ola de cambio, la postmodernidad, que se alimenta de la crisis (en el terreno socioeconómico con la gran subida de los precios de los crudos en 1973, y la revolución social previa de mayo de 1968), para Aglietta y Lipietz expresiones del deterioro del sistema fordista. En efecto, la crisis del fordismo fue de acumulación, de subproducción y consumo, con una economía sumida en deudas empresariales, estatales e internacionales. Sólo el avance de las nuevas tecnologías logró que las empresas redujeran sus costes, diversificaran sus inversiones y adaptaran la producción a la inestabilidad de la demanda, pero a costa de la generalización de la subcontratación y de la crisis fiscal del Estado, que disparó el paro. La hegemonía de la economía estadounidense pasó a ser sustituida por la de las multinacionales (también estadounidenses). Y todo concluyó en el postfordismo o globalización, con un mercado único de capitales, que ha conllevado la reconversión de las ciudades, el debilitamiento de los Estados nacionales y el creciente protagonismo de las regiones y de las localidades. Además, mediante el conocimiento se produce lo desconocido, y la postmodernidad científica conduce a la trascendencia de la dualidad materia-conciencia. De ahí que Dear aluda a la desmembración de la Geografía como disciplina, con el incesante desdoblamiento en especialidades que ya poco tienen en común. Y tanto más cuando a este panorama se incorporan las denominadas geografías disidentes o alternativas, que para Short sólo son otras formas de escribir acerca de la Tierra. Son geografías postmodernas y radicales, basadas en la crítica y la contestación, que nacen en el ámbito anglosajón, en revistas como Environment and Planning, Society and Space y Area. Castree indica que son resultado del alto grado de sofisticación teórica de la ciencia social occidental, lo que ha permitido a la revista Annals of American Geographers llegar a combinaciones de la cuestión de clase y género con la poscolonial, defendiendo los intereses de las diferentes clases, culturas, mujeres, de los oprimidos, etc. Se propone, incluso, la incorporación del término Geografía Crítica a partir de la celebración del I Congreso Internacional de Geografía Crítica (Vancouver, 1997), cuando en realidad es sinónimo de geografía de izquierdas, aunque la pretensión se centra en agrupar a otras secciones nuevas de la ciencia (antirracistas, posestructurales, poscoloniales, culturales…), que procedentes del mundo anglosajón quieren representar una ruptura con las propuestas temáticas hegemónicas, incorporando a sectores sociales para pensar el espacio en otras escalas. Reivindican que el conocimiento verdadero es el producido para y con los sectores populares a partir de las categorías marxistas, lo que permite crear un tercer espacio, entre el activismo y el pensamiento académico, que Maxey (1999) califica de activismo reflexivo, y cuyo ámbito de aplicación será cualquier aspecto de la vida cotidiana. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Su raíz en el humanismo y el radicalismo ha permitido explotar la vía del trabajo de campo frente a la sofisticación técnica tradicional, donde Peet (2001) ve el subsiguiente nacimiento de otras vías (geografías del miedo, de la sexualidad, de los discapacitados, de los niños, de la exclusión, de la salud, de los jóvenes, etc.). De manera que, en gran medida, la innovación reside en la vuelta a las teorías de Smith y Harvey sobre el desarrollo desigual, también construido en espacios periféricos, pero estudiado desde los países centrales. Y en retomar las preocupaciones sociales siguiendo la línea existente en la década de los años setenta, pero desde una postura crítica, desde un compromiso político que busca la dignificación de los sectores más desfavorecidos.

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Tema 1. La concepción del espacio geográfico

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

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Tema 2 Metodología del trabajo geográfico. Técnicas de trabajo

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LOS 2.1. 2.2. 2.3. 2.4. 2.5. 2.6. 2.7. 2.8.

MÉTODOS GEOGRÁFICOS Parámetros, fuentes y método Los modelos descriptivos y explicativos La información geográfica. Enfoques metodológicos El método para las estructuras y sistemas espaciales El método en la Ordenación del Territorio El método y los problemas del análisis regional Las delimitaciones, escalas y representaciones El resultado: la nueva y múltiple Geografía Regional

3. LAS 3.1. 3.2. 3.3.

TÉCNICAS GEOGRÁFICAS La conjunción entre conceptos e información Técnicas matemáticas Técnicas instrumentales 3.3.1. En Geografía Física 3.3.2. En Geografía Humana 3.3.3. En Geografía Regional

BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN El estudio geográfico implica pasos medidos, análisis específicos y resultados sintéticos, una secuencia que conlleva el abordaje de las relaciones espaciales y de la organización del espacio, y el análisis de la complejidad e interdependencia de los fenómenos. En la práctica supone interconectar para buscar aplicaciones, desde la comparación, pues llega a ser tan vital el tema estudiado como el método aplicado. La explicación debe de ser enfocada como la respuesta al porqué y al cómo, las dos incógnitas que siempre plantea la Geografía. En la investigación, según el objetivo, se pueden aplicar métodos probabilísticos o estadísticos, y dos tipos de modelos: –

Descriptivos (observación, clasificación, representación).



Explicativos (causales, temporales, funcionales, sistémicos).

Y con ellos se pueden formulan las hipótesis a confirmar, mientras la información puede provenir de fuentes estadísticas, cartográficas, imágenes de satélite, fotografía aérea..., y que una vez elaborada puede ser interpretada mediante múltiples técnicas, y, sólo cuando proceda, mediante sistemas de información geográfica. Los conceptos que se desarrollan en Geografía son de dos tipos: –

Los aplicados dentro de la Geografía tras haber demostrado su utilidad en otras disciplinas.



Los tomados directamente de otras ciencias.

Así se explica que se hayan usado algunos económicos como fundamento de teorías geográficas (teoría de los lugares centrales), postulados psicológicos y sociológicos (muy integrados en la teoría geográfica), de la Física (específicamente en la Geografía Física, la disciplina geográfica que más se sustenta en teorías de otras ciencias), etc. Y hay tres tipos de conceptos geográficos: –

Los referidos a la explicación y descripción de fenómenos.



Las reglas de procedimiento para la investigación.



Los que forman conjuntos de postulados, y que permiten desarrollar ciertas teorías.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

2. LOS MÉTODOS GEOGRÁFICOS 2.1. Parámetros, fuentes y método La Geografía es pluridisciplinaridad y debe de ser utilidad, razones por las cuales en la investigación geográfica se debe funcionar atendiendo a tres parámetros: –

Dimensión, porque el mundo cognoscible cada vez es más amplio.



Rigor, porque cada vez hay más maneras de apreciarlo. Más que los métodos lo que debe ser exacto es el razonamiento, porque la creación científica procede de él; lo demás son instrumentos que permiten completarla.



Estructura, o acomodo interno sobre el qué trabajar.

Dichos parámetros han existido siempre, bajo denominaciones como observación, interpretación, etc., y deben centrarse en los cuatro principios fundamentales de la Geografía científica: –

Causalidad, común a todas las ciencias, e instaurada en la Geografía por Humboldt.



Geografía General o de comparación, existente desde las contribuciones de Ritter y Vidal de la Blache, y que constituye el alma de la Geografía.



Extensión, interpretado por Ratzel, y que impone la idea espacial en todos los fenómenos estudiados.



Conexión, desarrollado por Brunhes, e incuestionable en Geografía.

Pero la tendencia a la abstracción puede conducir a errores, y quien los evita es el conocimiento del espacio que se va a analizar. Por ello inicialmente se debe de aplicar un método de análisis simple: observación y descripción, comparación de datos, formulación de hipótesis, y conclusiones finales con proyección hacia el futuro. Para ello la elaboración geográfica requiere de unos pasos: –

Diseño del proyecto.



Elección del tema o identificación de un problema (con sus problemas internos, a los que se atiende con las preguntas cómo y por qué).



Organización (recogida de datos, selección de la información, etc.).



Realización (técnicas de análisis adecuadas, tratamiento de datos...).



Síntesis de la combinación de elementos sobre el espacio.



Conclusiones (con la comprobación de hipótesis y realce de los resultados más significativos).

El cómo estudiar los fenómenos se refiere a la actividad de describir y explicar, mientras el qué estudiar concierne a los objetivos o acontecimientos sobre los que se ha de aplicar la descripción y explicación. Sin embargo, nunca ha de olvidarse que descripción y explicación han de ser, en esencia, la misma cosa, la explicación. El método se ocupa de la coherencia interna de las deducciones, aunque debe adecuarse también al objetivo, puesto que la Geografía sin objetivo es estéril. Así conduce a 48

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

una teoría. La explicación es la reducción de un resultado inesperado a otro esperado, y se elabora mediante tres formas, tres enfoques que no se excluyen mutuamente: –

Deductivo-predictivo. Se asume que una ley es universal, y se postulan unas condiciones para mostrar que ellas y la ley dan por resultado el fenómeno explicado.



Relacional. Trata de conectar el fenómeno a explicar con otros ya analizados.



Analógico. Todo fenómeno inesperado puede ser reconocido y explicado por analogía de algo no explicado.

Los geógrafos han estado siempre abiertos a las metodologías y actitudes metodológicas de sus disciplinas anexas, especialmente a las influencias de las Ciencias Naturales, Sociales y de la Historia. Así, en las Ciencias Naturales se hace uso de tres aspectos diferentes, en parte asumidos por la Geografía: el contexto del descubrimiento (donde prima la intuición), la puesta en juego de procedimientos diferentes, y un cuerpo lógico de conclusiones. Para la explicación se siguen dos rutas: –

La inducción (supone partir de hechos particulares hacia las verdades universales).



La deducción (ahora de la premisa universal apriorística a las explicaciones de los fenómenos específicos).

Las explicaciones históricas son, en los enunciados, sintácticamente iguales a las Ciencias Naturales, si bien los historiadores se ocupan menos del establecimiento de leyes generales. Ya Weber mantenía que cualquier investigación de un fenómeno social dependía de los valores del investigador y de lo investigado. Pero buena parte de los geógrafos consideran que la Geografía es un tipo de ciencia, y esa especificidad no permite que sus preguntas puedan ser contestadas únicamente mediante el empleo riguroso del método científico, que en Geografía presenta límites. Y a falta de un método genuino hay leyes que se amoldan al pretendido excepcionalismo de la Geografía, si bien la resistencia a elaborar métodos deriva de la carencia de teorías propias, que, a su vez, es resultado de la escasa maduración matemática de los geógrafos. De ello se infiere que las existentes son leyes de cobertura, prestadas por otras ciencias y, por tanto, más desarrolladas que las propias. Por ello, y para muchos, la Geografía está sobrada de datos y de técnicas importadas, y corta de teorías. Como síntesis del proceso de ósmosis con otras ciencias las explicaciones geográficas son de los siguientes tipos: –

Descripción cognoscitiva, que incluye la recogida, ordenación y clasificación de elementos, lo que no conlleva aparejada teoría alguna.



Análisis morfométrico, que permite analizar formas y estructuras que alumbran predicciones útiles, pero con técnicas importadas.



Análisis causal, que entra en la noción de causa y efecto, pero de uso moderado en la explicación geográfica.



Explicación temporal, que esclarece hechos a la luz de las leyes que rigen sus orígenes y desarrollos, y que permite una comprensión de los procesos temporales, a veces contestada.



Análisis funcional, un marco de explicación alternativo que estudia los fenómenos desde su papel en las organizaciones en que se inscriben.



Análisis de sistemas, que describe toda estructura en su complejidad, muy utilizado en Geografía.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Todos son marcos explicativos, ideas sobre las que teorizar, que sirven para analizar el amplio campo del espacio, para Hagget reducido por los geógrafos a cuatro grandes temas: –

La diferenciación espacial (sintetizando conocimientos sobre la región).



El paisaje (con atención al medio físico).



El hombre y su entorno.



La distribución espacial (los fenómenos sobre la superficie terrestre).

Ninguno de los cuatro se excluye mutuamente, pero tampoco comprenden a toda la labor geográfica. Por ello se buscan modelos que los completen y los correlacionen, los descriptivos y explicativos.

2.2. Los modelos descriptivos y explicativos Para Harvey y Pierre George los modelos en Geografía son una representación de las teorías, y en las ciencias donde la teoría no está bien desarrollada (como ocurre en la Geografía) el uso de modelos apriorísticos se convierte en inevitable. También los modelos de probabilidad se han desarrollado, porque componen un cálculo abstracto y permiten la representación de los problemas geográficos. No obstante, el resultado es que a falta de una teoría geográfica los modelos únicamente ofrecen predicciones objetivas, pero nunca exactas. Ocurre, además, que sin una teoría no es posible la explicación de los fenómenos geográficos, y, en contrapartida, está comúnmente aceptado que las especulaciones constituyen uno de los motivos esenciales a la hora de construir una teoría geográfica. Pero el principal objeto ha sido la forma de la explicación en Geografía, para lo cual se han formulado algunas leyes que ni siquiera han respetado los principios de la explicación científica. E incluso si la Geografía es la ciencia del espacio su tratamiento metodológico a menudo ha tenido poca relación con la naturaleza del espacio. Por ello su medida es compleja, porque un espacio teórico, absoluto, isotrópico y constante es una situación que no se da. Luego, si el concepto de espacio es específico de la Geografía, la interpretación del espacio-distancia continúa siendo una deficiencia. Con esa carga arrastrada las geometrías formales permiten modelos de cálculo apriorístico, muy solventes para el estudio de cuestiones geográficas. Otra posibilidad consiste en la aplicación de la teoría de las probabilidades, porque resulta relativamente fácil representar problemas en términos probabilísticos. La inferencia estadística es el método más empleado, y aunque existen tests apropiados ninguno es efectivo. De ahí que los problemas que se continúan suscitando se refieran a:

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Especificar hipótesis geográficas para que sea posible la inferencia.



Una población geográfica especificada, ya que constituye la base del muestreo.



Definir el procedimiento de muestreo, ya que las muestras deben ser representativas de la población.



Conseguir el test apropiado, que debe ser compatible con los procedimientos a utilizar.



Derivar inferencias, que atañen a la población de números y no a la del problema medido. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

2.3. La información geográfica. Enfoques metodológicos En el pensamiento geográfico han convivido enfoques diferentes: –

El físico.



El corológico o regional (la diferenciación del espacio geográfico).



El paisajístico (la diferenciación natural y humana).



El espacial (la localización y distribución de fenómenos y la organización del espacio geográfico).



El ecológico (los efectos espaciales sobre el medio).



El social (con las resultantes culturales de la relación entre el hombre y el medio).

Pero la Geografía es la ciencia de la síntesis, del espacio geográfico, del paisaje, regional, etc., desde la aplicación de unos principios (localización, distribución, generalización, actividad, causalidad y conexión). El análisis regional combina resultados previos hasta llegar a la síntesis regional, el objeto original de la Geografía. Pero la evolución del espacio necesita de diagnosis territoriales, del estudio de los agentes implicados en dicha evolución, de los factores múltiples que la propician (jurídicos, políticos, etc.). Es así como se llega a la diferenciación de las áreas, saliendo del objetivo único, la región irrepetible. Y el análisis sistémico es quien ha permitido descubrir a los elementos y a su posición en el sistema, las relaciones que dan lugar a la estructura del mismo, la forma, el proceso, etc. Y la aplicación de técnicas (índice de primacía, de centralidad, de influencia, de dispersión, etc.) es quien colabora a llegar al análisis espacial, que ya aborda las variaciones de localización y distribución. Pero, partiendo de la premisa de que el espacio está integrado por componentes naturales y humanos interrelacionados, y de que hay elementos valorables y perceptibles, caben desde los enfoques analíticos hasta los intuitivos. De ahí que haya otros modos de análisis del espacio, y así, se puede abordar desde un sentido global, desde los métodos del historicismo, posibilismo, regionales, paisajísticos, etc., o bien contemplando al espacio como tal, desde la organización, distribuciones, transformaciones, etc. (cuantitavismo, deductivismo…). Asimismo, desde las vivencias (desde la Geografía de la Percepción), desde el subjetivismo (el humanismo), como un espacio de uso y consumo, como construcción (desde las perspectivas radical, marxista, crítica…), desde el análisis paisajístico (porque el tiempo y los cambios pueden ser perfectamente analizados, como el potencial ecológico y el uso antrópico), etc. Todas esas modalidades han estado presentes en los estudios geográficos, y para desarrollarlas se ha recurrido a los modelos: –

Icónicos (que representan las propiedades a escala en mapas, fotografías aéreas…).



Analógicos (una propiedad por medio de otra, como un río en un mapa).



Simbólicos (con la realidad mediante símbolos).

Y también a las escalas, puras o combinadas: –

La nominal (que establece las relaciones de igualdad y desigualdad).



La ordinal (como la anterior, más la escala mayor y menor).



La de intervalos (a las precedentes añade las diferencias y las distancias).



De razón (permite medir en las distancias desde el cero al absoluto).

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

En las escalas los mapas son representaciones de la realidad (que pueden ser transformados en SIG –Sistemas de Información Geográfica–), aunque hay otras formas de medición en las que se trabaja con mapas a diferentes escalas, y que se establecen según el objeto de estudio geográfico: en los estudios del paisaje (zona, dominio, geotopo…), en los climáticos (zona, dominio, clima regional, local, microclima…), en los geomorfológicos (el dominio estructural, la cuenca fluvial de primer orden, de segundo orden, etc., la vertiente, las mesoformas…), en los de vegetación (la zona, el dominio, el distrito, la tesela…), y en los socioeconómicos (la zona, la región, la comarca, el municipio, el distrito…). Para la obtención de los datos cabe el recurso a las fuentes primarias (observación y encuestas) y secundarias (mapas, estadísticas, publicaciones…), y a los documentos: de observación (mapas, planos, fotografías…), de explicación (históricos, estructurales…), y de medición (estadísticas). Pueden ser recogidos desde la observación y desde las muestras aleatorias o sistemáticas (a intervalos), e interpretados gráficamente de distintas formas (diagramas, histogramas, frecuencias, escalas…), con aplicación estadística para buscar las regularidades (distribuciones, tendencias, tasas, índices…). Los enfoques metodológicos para el uso de las técnicas geográficas son básicamente dos: –

Definir la información desde el problema para formular las hipótesis.



Desde el problema formular las hipótesis, las que conducen a determinar el tipo de información necesaria.

De esos enfoques derivan las técnicas, que son específicas de cada rama geográfica: –

En Geografía Física se hará uso de los análisis de mapas (geológicos, geomorfológicos, etc.), de elementos y factores del clima, de módulos hidrológicos, de sedimentología con análisis granulométricos y morfométricos, de morfometría de cuencas de drenaje, etc., que conducen a la planificación física.



En Geografía Humana se utilizarán las tasas, los índices de primacía y centralidad, los de dispersión, los de redes de transporte (como el de conectividad, accesibilidad, etc.), los de lugares centrales, de localización, los diagramas de sectores, los cocientes de localización, los índices de diversificación, los análisis de correlación, los coeficientes de concentración, los índices de semejanza, etc.



En Geografía Regional la conjunción de los anteriores y las técnicas que permitan abordar los marcos políticos, técnicos, etc., en la planificación y ordenación territorial.

2.4. El método para las estructuras y sistemas espaciales Para algunos autores pueden distinguirse cuatro tipos de regiones: homogéneas o formales, funcionales (nodales, orgánicas o polarizadas), planificadas, y campos homogéneos. Y todas se caracterizan por unos rasgos genéricos: localización, extensión y distribución, globalidad, homogeneidad y continuidad espacial, dinamismo, complejidad, interrelación y causalidad. Para abordar su estudio se ha recorrido un largo camino, pues desde el enfoque clásico de representaciones se llegó al intermedio, con técnicas comunes (coeficientes de correlación y teoría de conjuntos), hasta acabar en los años setenta en el taxonométrico, con uso de análisis multivariados, y resalte del Análisis Factorial, más la incorporación posterior de los Coeficientes de Correlación y Métodos de Agrupamiento (nuclear, nodal, dis52

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

tancia funcional, análisis de discriminantes múltiples, etc.). De modo que una aportación clave, tanto en los planteamientos metodológicos como instrumentales, ha sido el enfoque sistémico, definido por tres aspectos: –

Los principios filosóficos, que en la Geografía adquieren postulados científicos.



La técnica del Análisis Factorial, como dominante.



La orientación a la planificación, mediante los modelos de simulación.

Sin embargo, para Reif (1978) no se ha desarrollado la dinámica de sistemas, cuando para el enfoque sistémico la región es un conjunto vivo, que permite la síntesis. Para otros, incluso, el estudio de los sistemas es la clave del análisis geográfico, un planteamiento mediante el cual la Geografía Regional se adapta a la Teoría de Sistemas. Pero Pinchemel (1984) indica que se mantienen las discrepancias en lo referente al método (inductivo o deductivo) y a las técnicas (cuantitativas o cualitativas). Y mientras la Teoría General de Sistemas introduce nuevas metodologías para analizar las partes del todo geográfico, la Ordenación del Territorio hace lo propio con las correspondientes para el control del espacio. Ello ha conducido a ciertos autores, como Chamussy (1984), a inclinarse por el estudio exclusivo de los aspectos que sean válidos para el análisis del sistema. De ello se deduce que la Geografía Regional clásica debe incorporar a nuevos elementos del entorno. Un sistema es un complejo de elementos que goza de un comportamiento inducido por las relaciones internas y externas, que tiende a alcanzar su estabilidad, y que se organiza en tres niveles (ecológico, social y técnico) en interacción. Al configurar un complejo dispone de componentes: elementos, atributos, propiedades, entorno, estructura, comportamiento, etc. Y debido a esa complejidad una de las mejores herramientas de estudio es el Análisis Factorial, idónea porque permite: –

Abordar las complicaciones de las realidades geográficas.



La objetividad, precisión e imágenes de la realidad geográfica.



El análisis de las variables heterogéneas, reduciendo los datos al sintetizar las observaciones sin perder información.



Descubrir las estructuras latentes u ocultas.



La construcción de modelos visuales.



Clasificar y ordenar las variables y sus interrelaciones.



Explicar la llegada a determinadas hipótesis.

Pero no resulta fácil casar sistemas y estructuras regionales con el concepto de región porque la estructura espacial concebida como sistémica es compleja. Los elementos son las unidades espaciales y las variables permiten considerar el entorno, mientras el sistema debe de estar en interacción con dicho entorno (abierto, aunque también puede ser cerrado). No obstante, la complejidad no acaba al definir sus componentes y rasgos, porque se plantea un problema adicional, la delimitación de las fronteras, al que se debe añadir el correspondiente a la codificación de las variables cualitativas. Para solventarlos el Análisis Factorial es, nuevamente, el instrumento encargado de individualizar los distintos espacios y sus estructuras por sus características singulares. La estructura del sistema se define por la articulación de sus elementos, y se representa mediante el Diagrama Causal o por el Diagrama de Forrester. Para Isnard (1978) desde la perspectiva del espacio es esencial, porque el espacio geográfico se configura por estructuras espaciales creadas desde las interrelaciones de sus componentes. Si la región es un sistema abierto (con estructura, GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

elementos, propiedades y relaciones), es en el estudio de las estructuras donde reside la clave del análisis regional, y en el que la Teoría de Sistemas favorece la acción integradora del trabajo. Así pues, hay características estructurales que son clave para el análisis del espacio: –

Las relaciones internas (causales o correlativas), con interacciones entre los elementos, conocidas como redes de comunicación.



La complejidad, un rasgo de la organización espacial, que puede ser interrumpida cuando se altera la retroalimentación.



La especialización o jerarquía.



La diferenciación.



La estructura vertical (porque ningún sistema se desarrolla indefinidamente).



La economía.



El orden.



Los objetivos (orientados a las funciones a cumplir por el sistema).



El dinamismo (las regiones están en adaptación permanente por incidencia interna o externa).



La retroalimentación (negativa o positiva).



La autorregulación (para que los cambios en el entorno no desborden la capacidad del sistema).



La información (con respuestas a cada entrada).



La integración (el sistema es un todo).



La irreversibilidad.



El equifinalismo (la capacidad de los sistemas para alcanzar un mismo estado final).



El rechazo (para enfrentarse a factores o elementos ajenos).



La reconstrucción (para crear nuevos sistemas).



El valor óptimo (para que cada elemento cumpla una función).

Berry, desde la Teoría Sistémica, concilió con sus Campos Generales a las regiones homogéneas y a las funcionales, si bien persistió el problema de las discontinuidades espaciales. Para sus seguidores todo depende de la finalidad a conseguir, aunque en las regiones homogéneas se complementan el enfoque clásico (regiones homogéneas puras) y el sistémico. Los estructuralistas, entre tanto, abogan por las regiones uniformes, si bien resulta ardua la tarea de delimitar la homogeneidad (que puede ser externa o interna), porque incluso la región homogénea da lugar a las regiones paisajísticas, y las uniformes a las funcionales. Lo evidente es que mientras en el enfoque clásico se abordaba a la región-comarca, con estudios más descriptivos, en el sistémico se indica que dichas regiones-comarcas no son homogéneas en sus estructuras internas, y como solución de compromiso se intenta adaptarlas al concepto clásico de homogeneidad. Por tanto, para Openshaw (1981) la continuidad en el espacio debe existir, como también en su interior las unidades espaciales menores, y hasta ha sido posible demostrarla haciendo uso de las matrices de vecindad y 54

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

de los agrupamientos nucleares o nodales. El objetivo es definir a los núcleos básicos de una región para agrupar a los demás según su relación con aquéllos, aunque la técnica resulta compleja. Por lo que afecta a los límites regionales la cuestión radica en que no deben suponer una frontera. Y la escala también debe ser elegida debido a la diversidad de niveles espaciales estudiados.

2.5. El método en la Ordenación del Territorio La Ordenación del Territorio tiene por objetivo encauzar los fenómenos de forma intencionada, el control de la acción del hombre sobre el espacio. Para ello está la ciencia Regional, considerada por muchos como un cuerpo cerrado por su énfasis en la modelización basada en el método experimental. Y ello es debido al evidente desarrollo que han adquirido los modelos empíricos, que incluyen a las variables subjetivas desde hipótesis restrictivas de partida, capaces de definir el nivel de desarrollo económico de determinados espacios. Así pueden establecerse las relaciones entre los componentes simulando a la realidad, como hace la Teoría General de Sistemas. Pero aún es complejo predecir valores, porque la realidad es cambiante y múltiples las posibilidades de combinación entre los componentes, cuando el reto es predecir, una meta que es abordada desde la pluridisciplinariedad. La realidad territorial, el medio físico transformado por el hombre, es un proceso no cíclico que debe ser estudiado evitando la vertiente positiva (lo que es el espacio) o normativa (lo que debe ser), y volcándose en la explicación de los fenómenos sobre el espacio, el objetivo de la Geografía. Pero en la Ordenación del Territorio se carece de un método de investigación idóneo, y tan poco sugerente resulta aplicar los procedentes de otras ciencias como describir o agorar desde procedimientos errados. La Geografía Regional debe volcarse en su objetivo, en la síntesis espacial, con el objeto de proporcionar a otras ciencias del territorio lo que, precisamente, dejan de lado, porque no es su objetivo. Se debe de tender, por tanto, hacia una visión metodológica intermedia entre la inducción empírica contrastable y el establecimiento de paradigmas apriorísticos, aunque partiendo de la premisa de que son preponderantes los modelos matemáticos, que son válidos para describir la realidad, pero no tanto para predecir. Puestas así las cosas, cada aspecto a analizar requerirá de un modelo, y la evaluación de la problemática territorial dependerá de lo que se estime como alejamiento de la situación óptima de lo estudiado. En realidad se trata de aplicaciones de instrumentos para imponer criterios de planificación, y con ello el objetivismo puede perderse en el camino de la investigación, tanto más cuando suelen ser dos los marcos de referencia básicos para la planificación territorial: –

El político, al que compete desde la definición de los objetivos hasta la decisión de aplicarlos, condicionado incluso a las prioridades y los recursos.



El técnico, que padece deficiencias de método particular para variables difícilmente cuantificables, que pueden serlo aunque perdiendo información.

Aún con esas premisas la necesidad de la ordenación territorial deriva de una doble vía: –

La existencia de externalidades en el momento de intentar un desarrollo territorial equilibrado, sostenible, justo desde el punto de vista social.



Una acción territorial, que es un cometido importante del sector público, y un hecho que se ha reforzado a partir de la década de los años ochenta, apoyado en las fórmulas del desarrollo sostenible.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Adicionalmente se está produciendo, también, un cambio gradual en las políticas de ordenación del territorio hacia planteamientos más liberales, convirtiendo a la ordenación en una acción desde tres concepciones, como: –

Planificación física a escala regional o subregional, con una finalidad esencialmente coordinadora.



Planificación económica y social, que incorpora las preocupaciones de las políticas de desarrollo regional. Corregir los desequilibrios se convierte en uno de sus objetivos prioritarios.



Desarrollo territorial, que busca una superación de las dos visiones precedentes, incorporando nuevas dimensiones sociales y ambientales.

Entre los objetivos básicos de la ordenación del territorio entran: el desarrollo socioeconómico territorialmente equilibrado, la mejora de la calidad de vida, la gestión responsable de los recursos naturales y culturales y la protección del medio, y la utilización racional del territorio. Además, la acción territorial pretende el establecimiento de la coordinación entre las políticas sectoriales y entre la diversidad de Administraciones públicas para conseguir el mencionado desarrollo equilibrado. Y como objetivos concretos resaltan: –

Identificar, diagnosticar y evaluar recursos y potencialidades de desarrollo.



Potenciar, mejorar y equilibrar el sistema urbano.



Articular e integrar los territorios a diversas escalas.



Establecer la localización más adecuada de las infraestructuras, equipamientos y servicios.



Distribuir de forma equilibrada los usos y las actividades en el territorio.



Prevenir riesgos y catástrofes.



Proteger la naturaleza y el patrimonio histórico y cultural.



Contribuir a reforzar las identidades colectivas, conjuntando al tiempo la cohesión social.

La ordenación territorial es necesaria porque, como indica Scheid (1996), hay tres cuestiones de relevancia territorial que la lógica del mercado no puede resolver, que también se convierten en objetivos: –

Las decisiones sobre la localización de las actividades económicas, que no conducen a una distribución geográfica de los usos del suelo y de las actividades óptimas para los intereses generales.



La existencia de ciertos bienes colectivos que urgen de gestiones eficaces, para los cuales no es posible establecer precios de mercado.



Las decisiones de los agentes económicos que generan elementos externos o costes territoriales, manifestados en impactos negativos que difícilmente se pueden traducir a términos monetarios.

De manera que, por una parte, la política de ordenación del territorio debe transfomarse en el instrumento de los poderes públicos para solventar lo que escapa a la lógica del mercado, pero, por otra, el desarrollo sostenible demanda nuevas adecuaciones del territorio a las también nuevas necesidades humanas, entre otras razones debido a que la teoría del desarrollo sostenible concibe el territorio como un factor y un agente esencial del desarrollo. 56

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

Y, además, las políticas de desarrollo y las estrategias territoriales deben considerar las especificidades territoriales, de tal modo que la reconversión de las estructuras locales es un pilar esencial de las estrategias de desarrollo regional para impulsar los modelos de desarrollo locales. Así, el desarrollo territorial debe entenderse como un proceso de crecimiento económico y de cambio estructural, una secuencia en la que se dan cuatro dimensiones: económica, sociocultural, político-administrativa y territorial. Por ello las acciones de desarrollo deben de ser analizadas en términos de ordenación del territorio, de manera que para actuar localmente sea preciso pensar globalmente. Así, una de las singularidades del desarrollo territorial está en la territorialización de las iniciativas y proyectos. Es entendible que las estrategias de desarrollo deban perseguir una lectura actualizada de la problemática territorial, y un proyecto que convierta en colectiva la construcción del territorio futuro. Un esquema de desarrollo territorial debería buscar los fines siguientes: la cohesión económica y social, el desarrollo sostenible, la competitividad equilibrada de los territorios, la superación de los estrangulamientos económicos, sociales o infraestructurales, y la preparación del territorio para afrontar los retos futuros. Incluso esos fines pueden resumirse en tres: equilibrio, protección y desarrollo. Y para lograrlos hay que atender a las tres esferas de actividad correspondientes a otros tantos objetivos: un sistema urbano equilibrado y policéntrico, la igualdad de acceso a las infraestructuras y al conocimiento, y la gestión prudente del patrimonio natural y cultural. Por tanto, para que la Geografía pueda intervenir en el proceso de ordenación del territorio es preciso incidir en las interacciones, como componente esencial de la dimensión territorial, y en el hecho de que los territorios se construyen. Y la contribución geográfica debe ser efectiva y rápida por un conjunto de razones: las exigencias de los cambios tecnológicos; el influjo de la globalización económica; la necesidad de cohesionar las políticas sectoriales e institucionales; el papel creciente de las entidades locales y regionales; la existencia de problemas territoriales de naturaleza transregional; el incremento de las desigualdades entre las regiones; y las nuevas pautas de localización de las actividades y usos del territorio. Para ello la Planificación Integral es clave en la elaboración de diagnósticos, con una metodología que sigue las pautas siguientes: –

Condicionantes externos, lo que sucede o ha sucedido en el ámbito de estudio.



Factores a valorar con miras al diagnóstico integral. Se trata de abordar el conjunto de elementos existentes en el territorio y los procesos que se desarrollan. La tecnología utilizada es la que aúna el estilo de desarrollo o patrón tecnológico, mientras las actuaciones deben articularse en torno a tres ejes: la orientación de los procesos I+D (Investigación + Desarrollo), la selección de técnicas en función del modelo de desarrollo regional elegido, y la previsión y control de los efectos negativos colaterales.



El inventario de recursos y la elaboración de indicadores, desde la homogeneización y depuración de datos, la operatividad, la inserción de los sistemas de información geográfica, el análisis y la valoración de datos, etc.



La información estadística y documental, dirigida a la detección de las áreas conflictivas, a facilitar las medidas de carácter preventivo, y a reforzar la dimensión territorial y ambiental.

En el contexto de la Planificación Integral se distinguen fases: creación de una base de datos, diagnóstico y ordenación del territorio, análisis de la dualidad medio físico y antrópico, priorización de las actividades, y prognosis. Pero se da el binomio planificación terriGEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

torial-conservación del medio, donde la Evaluación de Impacto Ambiental y los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales son los elementos de desarrollo, aunque se detecta siempre la falta de una Planificación Integral a escala nacional, que fuerza a buscar formas de intervención sobre el territorio. Un aspecto básico en la ordenación territorial es la comarcalización, más acorde con los sistemas de clasificación destinados a la planificación y ordenación del territorio. La comarca no es un ente abstracto sino real, apoyado en un marco territorial concreto, si bien es preciso atenerse a unos principios a la hora de intentar una comarcalización: una base de agrupamiento, una propiedad compartida, y una característica diferencial. Pero no se ha tratado de un camino fácil, pues hasta la década de los años treinta las comarcas se basaron en las propiedades de los elementos objeto de clasificación. Luego se consideraron las relaciones entre los elementos. Y más tarde se adoptó la clasificación. A la hora de comarcalizar es preciso atenerse a los principios de la clasificación: –

Toda clasificación ha de establecerse de acuerdo con un fin específico.



Las clasificaciones no son absolutas.



Las características diferenciadoras han de ser propiedades de los objetos clasificados.



La división ha de ser exhaustiva.



La característica diferenciadora, o principio de división, ha de ser esencial para la finalidad pretendida.

Pero el hecho más llamativo es que en la Ordenación del Territorio la actuación ha pasado a manos de los arquitectos e ingenieros, que se han arrogado las reflexiones teóricas sobre el territorio, y de los economistas, que han actuado sobre el planeamiento teórico y práctico. La razón se encuentra en las insuficiencias formativas de geógrafos, que aún así puede intervenir de forma múltiple en la ordenación y planificación territorial:

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La planificación territorial, en la elaboración de Planes Generales de Ordenación Urbana y Metropolitana, Planes Comarcales de Montaña, Planes regionales o sectoriales...



El urbanismo, en la elaboración de figuras de planeamiento, estudios complementarios, etc., así como en la información urbanística, y hasta en la ejecución de ciertas figuras de planeamiento. Y en los estudios urbanos en la programación y planificación de los servicios y políticas urbanas, con la plasmación de los problemas en planes urbanísticos o bien socioeconómicos.



La planificación y gestión de los servicios, desde la delimitación de las áreas funcionales y la selección de las modalidades para la prestación de los servicios.



La planificación de las inversiones públicas, sobre todo las correspondientes a las entidades gestadas con rasgo supramunicipal, con análisis del reequilibrio territorial y del impacto ambiental, y en los planes mixtos entre las administraciones, con los estudios de déficit y prioridad, previos a cualquier tipo de dotación o subvención.



La localización de actividades, para proponer ubicaciones por medio de modelos relativos a disponibilidad, accesibilidad, mercado, equipamiento, etc.



La delimitación de los espacios funcionales, para fijar la prestación de los servicios ajustados al lugar o territorio a que se destinan, recurriendo a los indicadores que delimiten las demarcaciones. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 2. Metodología del trabajo geográfico



La salud pública, para estudios de epidemiología, planificación hospitalaria, prestación de servicios sanitarios en áreas especiales, etc.



Los análisis de impacto ambiental, obligados cuando se realizan grandes infraestructuras, y para aportar alternativas que respeten al medio, tanto físico como humanizado.



La gestión ambiental, en la delimitación de espacios naturales, generación de planes de gestión, estudios sobre polución, planes estratégicos de residuos urbanos, etc.



Los riesgos naturales, para prevenir y analizar la incidencia sobre las actividades humanas.



La protección civil, proporcionando respuestas a las instituciones sobre los impactos o riesgos, naturales o inducidos.



La actividad turística, en los análisis de incidencia y protección ambiental derivada de la actividad social, y en el diseño de lugares y rutas.



Los análisis agrarios, como cambios de usos del suelo, aprovechamientos en áreas marginales, pluriactividad agraria, difusión de métodos y técnicas, etc.



La planificación estadística, en censos y padrones y su incidencia territorial.



Los estudios demográficos y de población, que deben abordar la prospectiva.



Las delimitaciones territoriales, como agregaciones o segregaciones municipales, con análisis de cambios, y en gestión y amejoramiento de términos, y demarcaciones funcionales o administrativas, con la adecuación de las existentes a las nuevas realidades.

2.6. El método y los problemas del análisis regional La región es un modelo conceptual, pero también empírico, un espacio definido, que desde la síntesis permite llegar a las pautas generales de ordenación y funcionamiento. Desde el análisis parcial se puede acabar en la interpretación global, mientras que los estudios sectoriales permiten la experimentación para llegar a los factores que explican los hechos globales. Ahora bien, ha sido el desdoblamiento entre lo general y lo regional quien ha conducido a la construcción teórica y empírica de los espacios concretos, con una Geografía Regional que sigue constituyendo el mejor método de comprobación y experimentación de las teorías y de las leyes generales. Pero de ahí han derivado también las críticas, porque la ciencia regional geográfica no ha sido capaz de elaborar síntesis y leyes generales aplicadas al espacio. Se ha dedicado más bien a individualizar, a olvidar el propósito de Ritter de la unidad terrestre, orientación que para Grillotti Di Giacomo (1991) se ha constituido en una aportación, al haber diferenciado los espacios, resaltando sus particularidades frente al proceso homogeneizador que introduce recientemente la universalización o mundialización. Así el conocimiento de lo particular ha contribuido a la exaltación de lo singular y diverso frente a la uniformización que introducen los efectos económicos del moderno capitalismo. Y en ello el análisis regional, al no evolucionar hacia la síntesis espacial, como hubiera sido más deseable, también contribuye con un papel social diferente. La región ha pasado por la concepción de un espacio modificado por el hombre hasta el impulsado por una ciudad, y el paisaje desde la explicación morfológica hasta la estructural, para llegar a la cultural. Para ello se ha recurrido a fuentes cuantitativas y cualitativas. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Pero ha faltado el debate crítico y se han reproducido los vicios pasados, tanto que sólo desde los años ochenta se ha generado una sistematización de las aportaciones y conocimientos de la Geografía Regional, cuando se trabaja sobre el paradigma regional, con visiones funcionalistas. Se ha producido una renovación metodológica, con nuevas formas de entenderla, especialmente relativizando a la región, a los espacios fuertes, al factor de organización, al plan histórico, etc. Por tanto, los temas no son nuevos, pero la revisión ha contribuido a nuevas formas de interpretación de los fenómenos espaciales, y muy especialmente a los métodos y técnicas de trabajo. El medio físico es indispensable, aunque se ha pasado desde la región natural hasta nuevos matices, si bien es cierto que la Teoría General de Sistemas ha introducido la unidad natural, diferente de la unidad física del medio. La mejor contribución ha sido la ciencia del paisaje, sobre todo desde Alemania, al introducir una diferenciación que ha conducido a la nítida separación entre región natural y región humana. Lo cierto es que la naturaleza ya sólo es el marco, del cual interesan los elementos que inciden en la organización territorial. Con los estudios de planificación territorial el medio es clave para evaluar los problemas que obstaculizan o permiten el desarrollo. El medio es considerado como un recurso, lo cual representa una notable repercusión metodológica. En el medio hay elementos clave, simbólicos, en lo personal y en lo colectivo, y lo percibido pasa a objeto de estudio y de valoración. En el espacio el medio es considerado como valor, como elemento significante del territorio. Pero el análisis sistémico une a espacio y tiempo, como elementos dinámicos, en formas y procesos, una unión caracterizada por el hecho de que el espacio busca su reequilibrio, tanto en funciones como en evoluciones. De ahí que se aporte otra visión adicional a la clásica, la interacción. Sistematismo más teoría social indican que el tiempo y el espacio actúan en y sobre las relaciones sociales. De ahí que la planificación territorial requiera del análisis de las mentalidades colectivas, de otro lado tratadas con diversos enfoques en ramificaciones distintas de la tradición geográfica: Tipo de Geografía

Geografía clásica

Geografía neopositivista

Geografía radical

Geografía comportamental

Principales espacios estudiados

Espacio físico

Espacio geoeconómico

Espacios materiales históricos

Espacio vivido

Principales temas de estudio

Relaciones entre medio físico y humano

Geo-métrica de las localizaciones económicas

Incorporación de la dimensión temporal

Tiempo corto en su componente histórica

Tiempo medido en términos de ciclos

Espacio percibido y Informes sociales y juegos comportamiento de espaciales los individuos Tiempo de reproducción de las clases sociales: estudio de los procesos en el tiempo

Tiempo psicológico: evolución de las mentalidades

2.7. Las delimitaciones, escalas y representaciones El problema ha resultado siempre la delimitación del objeto, pues los criterios de demarcación varían según las concepciones desde las que se aborde la región, a lo que se adiciona la falta de consenso sobre las escalas. En ocasiones han aparecido superposiciones en las delimitaciones, físicas y culturales (muy en relación con el historicismo), y en otras ha prevalecido la función administrativa, delimitando regiones por límites preexisten60

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

tes de organización. Pero cuando la región pasa a ser un espacio organizado por una ciudad los contornos se desdibujan por el influjo de la urbe y por la extensión de los flujos que de ella parten y en ella confluyen. La delimitación regional ya pasa a presupuestos teóricos diferentes, ajustada al dinamismo, a las interrelaciones, a las escalas de análisis territorial. Y el análisis sistémico diferencia al territorio y extrae la relación entre las escalas espaciales, las interrelaciones, las jerarquías, los procesos, las inestabilidades, etc., es decir, que regionaliza, diferencia al territorio, lo relaciona vertical y horizontalmente, aunque para Cundari (1990) conduce a la imposibilidad de relacionar a territorios. Los marxistas (encabezados por Yves Lacoste) han negado la existencia de la escala regional, y han optado por definir al espacio como único, pero con dinámicas espaciales singulares, las escalas óptimas para abordar la articulación espacial. Para otros el espacio es nacional e internacional, desestimando el nivel intermedio, el regional. En otra línea, Pierre George parte de la nación, pero llega a la región. Desde la Teoría de Sistemas Auriac (1986) niega a la región, porque las decisiones externas, las verticales, son superiores a las internas campo-ciudad o ciudad-ciudad. Otras visiones indican que las infraestructuras son las encargadas de ordenar al territorio. Y para autores como Pingaud sólo existen los espacios de reserva, los olvidados y los incorporados. De modo que se insiste más en el análisis territorial que en el regional, lo que ha forzado a la búsqueda de escalas apropiadas. Para los perceptivistas la escala altera la visión de las relaciones hombre medio, aunque otras veces la resolución de la escala es empírica, sobre todo desde los trabajos de ordenación territorial. En las representaciones el mapa muestra la configuración de un territorio. Los mapas clásicos se basaban en la información de la realidad conseguida empíricamente, del trabajo de campo, o de la medición de variables con datos cuantitativos. Pero con la introducción del subjetivismo se puso en cuestión el valor de la representación de la realidad. Y surge una amplia tipología de mapas que representan al espacio relativo y al abstracto, y en este último los datos se transforman en imágenes geométricas, y se extinguen las distancias, las superficies, los paisajes. Desde la escuela sistémica francesa se irradió la fórmula de los coremas, o representaciones esquemáticas de los factores integrantes de un espacio, desde los cuales se llega a la regionalización. Disponen de un valor explicativo y sintético, y son capaces de expresar las combinaciones regionales. A pesar de todo han padecido críticas por su simplicidad y abstracción, su lenguaje complejo y el subjetivismo latente, y para autores como Dolfus, Giblin o Sivignon por asemejarse más que a mapas a metáforas que sólo alteran la realidad. Luego se incorpora la representación de las relaciones entre los hombres y los lugares, que conduce a los mapas mentales cognitivos (el conocimiento desde las informaciones) y preferenciales (las aspiraciones de los individuos). La dimensión temporal es introducida por la cronogeografía, la representación desde abajo, que puede traducirse en estructuras de lugares (vías, valles, nodos, montañas…) y valores simbólicos. Pero también el tiempo ha acabado en los mapas espacio-temporales, útiles para comprobar los desequilibrios regionales, siempre con referencia a un indicador, y cuando se maneja gran cantidad de fuentes históricas o cuando el tiempo analizado es muy amplio.

2.8. El resultado: la nueva y múltiple Geografía Regional La nueva corriente regional trata de demostrar la singularidad dentro de la generalidad. Para autores como Gilbert (1988) aparecerán tres escuelas: –

La apoyada en la Economía política, que interpreta a las regiones como respuestas al proceso capitalista general.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



La de la Geografía cultural, con resalte de los rasgos distintivos de la región.



La social, que aborda la región como un medio donde se dan las interacciones sociales.

Todas disponen de convergencias, como la perdurabilidad de la diversidad, las relaciones sociales en la región como definidoras de estructuras, la afiliación regional a las secuencias históricas específicas, la imposibilidad de separar a la región de los agentes que la transforman, etc. En parte es una vuelta a la región como proceso, y por ello ya despierta interés aplicada a los pequeños espacios, porque lo local deja su impronta en lo general, y porque este resurgir se enmarca en la crisis de la modernidad. Los geógrafos vuelven al territorio concreto, a identificar en él a los problemas geográficos, a especificar los problemas.

3. LAS TÉCNICAS GEOGRÁFICAS 3.1. La conjunción entre conceptos e información La investigación es un proceso de construcción de conocimiento, que aplicado a la Geografía para Giddens se plasma en que las formas espaciales son siempre formas sociales. Lo esencial es generar conocimientos rebasando el nivel epistemológico, centrándose en la discusión de los criterios metodológicos para la construcción de conocimientos, porque sólo se puede hacer análisis epistemológico desde un proceso de investigación. Pero toda investigación se inscribe dentro de una opción epistemológica, lo que implica una decisión no sólo teórica, sino también político-ideológica. Autores como Bourdieu (1986) y Besse (1996) parten de que todo trabajo de investigación se inscribe en opciones epistemológicas, mientras para otros, como Saltalamacchia (1992) son las opciones epistemológicas las que presuponen cierta coherencia entre el conocimiento y la perspectiva del conocimiento. Existe el ya antiguo consenso de que es preciso diseñar un proceso de investigación. Preguntarse qué es hacer ciencia no es sólo interrogarse sobre la eficacia y el rigor formal de las teorías y de los métodos, porque es también examinar las teorías y los métodos en su aplicación. La unidad entre teoría, método y técnica aparece determinada por el paradigma que orienta el proceso de delimitación y construcción teórica del objeto de conocimiento. Así, los conceptos ordenadores tienen una función de búsqueda de relaciones posibles, y su articulación permite traducirlos en indicadores empíricos, cuya función es el descubrimiento de nuevas relaciones entre los conceptos. Esta operación supone aproximarse a la realidad, y ello significa que únicamente a través de ella se pueden construir otros conceptos, mientras que el dato siempre es construido y adquiere sentido en razón del problema de investigación. La búsqueda de las relaciones posibles entre los conceptos se dará a partir de la problematización de los mismos, pues (como señaló Popper) la ciencia no puede reducirse a lo perceptual y sensorial, y (como indicó Piaget) tampoco la percepción es innata. Lo empírico es considerado como resultado de la relación entre el sujeto y lo real, y el dato es un componente de la realidad. En síntesis, que durante el proceso de investigación se produce una tensión entre la teoría que solicita determinados datos, la propia subjetividad del investigador, y la realidad que existe independientemente del proceso de investigación. Así pues, un objeto de investigación no puede ser definido y construido sino en función de una problemática teórica, 62

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

pues el objeto se construye con las preguntas que se le formulen a lo real. La epistemología tendría, de ese modo, una función delimitadora de espacios problemáticos, y la teoría pretendería articularlos a través de los conceptos ordenadores. Por tanto, el dato es una construcción del investigador para la comprensión de lo real, mientras la epistemología ordena lo real. En el proceso el investigador está ante la constitución de las hipótesis que van a permitir la reconstrucción de lo real. Y la producción de conocimientos se inicia cuando la parte de la teoría seleccionada da acceso a la que ha sido recortada, sin olvidar que los datos sociales son intencionados, que están determinados estructuralmente. Los supuestos teóricos aluden a las condiciones que deben de cumplir los datos previamente a la aplicación de ciertos modelos estadísticos, como los métodos multivariantes reductivos (Componentes Principales, Análisis Factorial, Análisis de la Varianza, Análisis de Regresión…). Los supuestos paramétricos son la normalidad, la independencia y la igualdad de varianzas. Y sólo el cumplimiento de estos condicionantes permite que los modelos estadísticos tengan carácter inferencial. Las técnicas de Análisis Exploratorio de datos comprenden un estudio descriptivo y un análisis inferencial. El Análisis Exploratorio proporciona herramientas que permiten analizar la validez de los supuestos paramétricos. El Análisis de Normalidad resulta de difícil ejecución, pues es preciso ordenar los datos de menor a mayor. Y los Contrastes de Asimetría y Curtosis son necesarios, porque en ocasiones la desviación de la condición de normalidad se debe a un exceso de asimetría, o bien a otro de curtosis en la distribución de los datos. Un camino usado para conseguir la simetría de la distribución de una variable se basa en aplicarle una transformación, comprimiendo la escala de la medida de la variable para valores pequeños y expandiéndola para valores altos. Así pues, epistemológicamente son cuestionables los métodos y las técnicas que intervienen en el trabajo de campo, mientras que los procesos de construcción de los datos se encuentran sometidos a desafíos epistemológicos y metodológicos similares. Pero la cuestión reside en que si por algo resalta la información geográfica es por su variedad, por lo cual deben seguirse dos procesos: la recogida en razón de lo necesitado, y la formulación de la hipótesis de distribución espacial. Sólo después se constata la hipótesis en trabajo de campo, y de no resultar confirmada se procede a la formulación de otra nueva y a su verificación. Y así sucesivamente hasta conseguirlo. El problema de los datos se resuelve con los dos tipos de fuentes: –

En las primarias la observación ha de ser sistemática, significativa y cuantificable, y luego los datos serán ordenados y clasificados para facilitar un mejor manejo y tratamiento.



En las secundarias los mapas, las estadísticas, anuarios, censos... proporcionan la información necesaria, lo que no excluye que, a veces, sea necesario completarla con las fuentes primarias.

Y en la recogida de información ha de recurrirse, en ocasiones, a observaciones parciales o muestras. Entre los métodos más usados suelen encontrarse el muestreo aleatorio (que elimina sesgos), el lineal aleatorio, el de áreas, por agrupamiento (que ahorra mucho tiempo y costes), el lineal sistemático, el sistemático de superficies, el estratificado, etc. La información estadística, proporcionada por organismos internacionales, nacionales, privados, etc., es la más frecuentemente utilizada. La información cartográfica permite representaciones tanto cuantitativas como cualitativas, pero requiere de la generalización, si bien el detalle de lo representado debe resaltar. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

También de la esquematización, lo que implica la eliminación de los pequeños detalles. La representación se ejecuta mediante símbolos que deben ser figurativos y precisos, y que puede ser en forma de: –

Pictogramas, los encargados de reproducir la forma del objeto a representar.



Ideogramas, que representan una idea.



Signos convencionales, a los que se da significado del hecho representado.



Símbolos proporcionales, como los anteriores, aunque su valor es proporcional al hecho.

Pueden ser representados los fenómenos puntuales mediante símbolos, tramas, etc. También los lineales, y hasta la unión de espacios mediante isolíneas (curvas de nivel, isohipsas, isotermas, isocronas...). Asimismo los zonales mediante tramas figurativas o simbólicas. Un mapa debe, además, disponer de expresividad (información relevante), fácil lectura (simbología variada) y precisión (reproducción fiel). Los mapas pueden ser topográficos (para localizar hechos geográficos en el espacio y precisar su emplazamiento mediante coordenadas), y temáticos (acopian información sobre un hecho geográfico, y de ahí que la tipología casi se corresponda con la temática de la Geografía). Los topográficos se clasifican en mapas de gran escala (1:10.000) y mayores (1:5.000 y 1:2.000), muy idóneos para los estudios urbanos al reflejar un buen número de detalles. Los de mediana escala (1:25.000 y 1:50.000) son de gran precisión, y se dividen en hojas. Los de pequeña escala (1:100.000 y 1:200.000) son divulgativos. Los corográficos, o de muy pequeña escala (1:500.000 y 1:1.000.000) únicamente sirven como referencia. Los mapas topográficos son útiles por representar los caracteres físicos del territorio, y porque recogen las unidades administrativas, las redes de comunicaciones, la ocupación del suelo, la toponimia... Los de menor escala son muy útiles en ordenación del territorio y urbanismo, y desde la escala 1:100.000 para la realización de síntesis regionales; y los de 1:1.000.000 para las nacionales. Entre los mapas temáticos la división se establece en: analíticos (representan un solo fenómeno o hecho geográfico) y sintéticos (más complejos y explicativos al establecer relaciones entre hechos o fenómenos, como los de usos del suelo, bioecológicos...). Unos y otros suelen ser estáticos, ya que reflejan el hecho en un momento dado; cuando contienen modificaciones se convierten en dinámicos. Pero también pueden ser cualitativos o cuantitativos (éstos representan los valores numéricos con puntos, coropletas o isopletas). Otro tipo de instrumento y de técnica consiste en el uso de imágenes de satélite o fotografía aérea (la altura de captación en ambos casos está relacionada con la escala de lo representado). Las imágenes de satélite constituyen una representación conseguida a través de sensores que recogen radiaciones plasmadas en espectros o bandas. A partir de la información de la fotografía aérea se pueden conseguir mapas topográficos, monotemáticos (distribución forestal, asentamientos rurales...), temáticos simples (como los edafológicos) e integrados (ecológicos y de planificación). Pero también datos estadísticos (número de parcelas, de caseríos...) y evoluciones de fenómenos (comparando fotografías de distintos momentos). Sirve para dos propósitos: reconocimiento (o estudio preliminar) e ilustración. Las imágenes de satélite (que componen una técnica auxiliar) disponen de un tratamiento similar a las precedentes, si bien lo ideal es hacer uso conjunto con la fotografía aérea y el mapa topográfico. La ventaja es que proporciona una gran riqueza de detalles y características macroespaciales. Ambas dan la visión de los hechos reales sobre territorios amplios y variados (biogeografía, paisajes rurales, urbanos, morfología...), con una perspectiva integral. 64

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

Los Sistemas de Información Geográfica se destinan al tratamiento lógico y automático de la información, y son especialmente útiles para los estudios de planificación territorial y de cartografía. Permiten hacer uso de información temática (usos del suelo...) y espacial (emplazamiento, lineal o superficial), y su eficacia se sustenta en los programas específicos que dejen procesar y extraer la mayor cantidad posible de información sintetizada. Además, posibilitan el manejo de volúmenes muy importantes de datos, combinarlos, procesar informaciones, realizar análisis estadísticos, representaciones gráficas... Por último, la inserción de conceptos e información en un proyecto geográfico incluye las técnicas, que pueden ser matemáticas e instrumentales.

3.2. Técnicas matemáticas Se han desarrollado dos tipos de modelos: descriptivos y explicativos. Los modelos descriptivos son básicamente dos: –

Observación. Constituye un método apriorístico, la construcción de imágenes formalizadas fruto de la visualización y aplicación del razonamiento y experiencia. La función de las técnicas de observación es seleccionar y ordenar la información, aunque no distinguir entre búsqueda de datos y estructuración de los mismos constituye uno de los aspectos más problemáticos del método a emplear. La definición será el procedimiento por el que se obtienen los símbolos que permitan representar el concepto definido. Y hay modelos de medida, los escalares: *

La escala nominal, que no lleva a cabo manipulaciones matemáticas y sólo identifica.

*

La ordinal, la que clasifica por orden de magnitud el fenómeno estudiado.

*

La de intervalos y relaciones, que mide las distancias entre dos fenómenos o hechos dentro de una escala.

*

La multidimensional, que mide los atributos, con múltiples dimensiones de grados (utilidad, motivación, etc.).

Con todo, cualquier medición está sujeta a error debido a cuatro causas: el error del observador (por incapacidad de los sentidos), el error instrumental (por sesgo de los aparatos), el error ambiental (por influjo de las condiciones del entorno, bien sobre el observador o sobre el instrumento o hecho observado), y por los cambios del observador durante la observación. Así, en muchos aspectos geográficos los métodos de medición dejan que desear, lo que no obsta para que puedan ser clasificados de dos formas diferentes: *

Desde arriba, lo que supone dividir un conjunto universal con procedimientos lógicos. Las clasificaciones nomotéticas presentan un conjunto único de rasgos, y definen la pertenencia de un elemento al grupo.

*

Desde abajo, más realista, con un proceso inductivo en el que se examinan los fenómenos buscando las regularidades e interrelaciones relevantes. Este sistema se define por numeración.

El Análisis de Componentes Principales domina (junto al Factorial) la clasificación cuantitativa en Geografía, pero equivale a clasificar sin teoría. El Análisis Factorial,

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

por el contrario, supone hacerlo con teoría. El Análisis Discriminante, por su parte, ofrece unas reglas que permiten cometer el menor número de errores similares. –

Representación. La representación tradicional es el mapa, un instrumento complejo y, al mismo tiempo, un sistema simbólico. Pero también existen las representaciones matemáticas (generalizadas y específicas), como los mapas de tendencia. Asimismo los gráficos (lineales, lineales múltiples, lineales compuestos, de banderola, lineales semilogarítmicos y logarítmicos, de dispersión, histogramas de frecuencias, de frecuencias acumuladas, la curva de Lorenz, de coordenadas polares, diagramas de barras y triangular, etc.). Entre la representación cartográfica se encuentra la temática y la asistida por ordenador, que incluyen el cálculo previo de símbolos proporcionales. Pueden realizarse mapas de distribución superficial cualitativa (corocromáticos, coroesquemáticos, y numéricos o de letras), estadísticos o cuantitativos (coropléticos, de puntos, con diagramas independientes, de anamorfosis geográficas –cuando las superficies de las zonas representadas no son proporcionales a la realidad sino a la magnitud del fenómeno representado–, etc.).

Por su parte, entre los modelos explicativos resaltan esencialmente los cuatro siguientes:

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Los causales, que asocian un determinado suceso con un resultado concreto. El problema reside en identificar al conjunto de sucesos elegidos para estudio con otro conjunto de sucesos. Es un modelo básico de investigación, porque la noción de causa-efecto proporciona gran alcance para el estudio de problemas geográficos (relaciones regulares, sistemas dinámicos...).



Los temporales, tipos de explicación que intentan establecer relaciones remontándose en el tiempo, por lo que no son excesivamente rigurosos. Hay dos tipos básicos de explicaciones temporales: *

Las genéticas o históricas (que ofrecen enfoques y explicaciones muy útiles al recurrir al origen del acontecimiento o hecho).

*

Las evolucionistas o desarrollistas (que intentan explicar un suceso mediante los que lo preceden).



Los funcionales, muy comunes en los análisis geográficos, y cuyo valor estriba en la importancia que conceden a la interrelación.



El sistémico, que define a conjuntos de elementos que se distinguen por un atributo, a las relaciones entre los atributos, y a las de éstos y al entorno (todo lo que existe). Un sistema se compone de elementos y de nexos entre ellos, pero encastrados en sistemas que se comportan mediante entradas y salidas. Por ello sólo se puede investigar la estructura y funcionamiento de los sistemas cuando son conocidos sus límites, porque un sistema puede ser abierto (interaccionado con el medio) y cerrado (sin interacción). Y hay tipos de sistemas: *

Homoestáticos, los que mantienen constante un entorno operativo frente a las fluctuaciones externas, y que muestran una vuelta al estado de equilibrio después de una alteración.

*

De adaptación, los que descansan en mecanismos de retroalimentación.

*

Dinámicos, en los que la retroalimentación permite que se identifiquen nuevos estados.

*

Controlados, en los que se da un cierto control sobre las entradas o influjos externos. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

Por tanto, los problemas geográficos no se resuelven únicamente con la selección de una metodología de trabajo coherente, porque para la explicación se necesitan leyes adecuadas, que deben ser razonables respecto a los datos, y coherentes entre sí. Y siempre se debe partir de una correcta identificación del campo o conjunto de campos a estudiar.

3.3. Técnicas instrumentales 3.3.1. En Geografía Física Sobresalen la lectura de mapas, confección de índices... y la representación gráfica de las variables geográficas. Sin ánimo de exhaustividad resaltan las que se relacionan. Las distancias lineales, a partir de coordenadas geográficas, pero que requieren de transformación en medidas lineales. En el estudio de elementos climáticos inciden los factores intrínsecos (latitud y estacionalidad, distribución de tierras y mares, topografía, y nubosidad) y los extrínsecos (masas de aire y corrientes marinas). Los diagramas rectangulares representan las temperaturas medias diarias, mensuales, anuales. Los mapas de isolíneas (isotermas) la distribución espacial de las temperaturas. Las isotacas unen puntos de la misma velocidad media del viento, las isoyetas unen puntos de igual precipitación, las isonefas de igual nubosidad, etc. Los regímenes térmicos y pluviométricos se representan en diagramas, y la síntesis atmosférica se plasma en mapas del tiempo: de superficie (contienen los principales individuos isobáricos por medio de isobaras) y de altura (las superficies de presión representadas por isohipsas, y también incluyen isotermas). Cuando se opera con clasificaciones climáticas se ha de recurrir a la aplicación e interpretación de índices y al desarrollo de representaciones gráficas. Entre los índices más usados se encuentran los térmicos, hídricos y de evapotranspiración. Las representaciones gráficas más usuales son los diagramas climáticos e histogramas, mientras los climodiagramas representan los valores de temperatura y lluvia en un sistema de coordenadas referidos a un periodo de tiempo. El estudio de la vegetación es vital porque refleja las condiciones ambientales de un territorio. Se debe partir de los mapas de vegetación y su posterior correlación con los topográficos, edáficos, climáticos... Los de vegetación pueden ser de vegetación natural y de natural potencial, y su análisis permite la interpretación de las distribuciones vegetales sobre el espacio y el manto vegetal teórico en relación con las condiciones, dejando contrastar evoluciones paisajísticas y de especies. El análisis de cuencas de drenaje y regímenes fluviales incluye técnicas muy variadas. El primero conlleva la hidromorfometría (estudio cuantitativo de las redes hidrográficas, propiedades geométricas, y superficies de erosión fluvial). También cabe adscribir a los regímenes fluviales en categorías. La base de buena parte de los estudios se encuentra en la interpretación cartográfica que hace uso de los mapas base (o bosquejo informativo), clave, de gran escala o de pequeña escala, temáticos, etc. Uno de los básicos es el topográfico nacional, que precisa un análisis específico. La cuestión reside en no estudiarlo todo, sino lo geográficamente relevante en función del objetivo buscado, y desde luego no perderse en lo que no esté en dicho mapa. Nunca se deberá concluir un análisis topográfico sin una visión sintética (la Geografía es la ciencia de la síntesis espacial). Han de contemplarse unos principios esenciales: –

Buscar las líneas generales del trazado de la red hidrográfica, que proporcionarán la idea de dónde se encuentran las formas del relieve, las deprimidas y las cul-

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

minantes. Se trata de dar una visión de conjunto a la hoja y descubrir sus rasgos dominantes. –

Realizar tres pasos: clasificar, comparar y jerarquizar los elementos representados en la hoja.



Habrán de analizarse los rasgos físicos, los humanos y los regionales, sin perder nunca de vista que los últimos, los regionales, aportarán la visión sintética, la geográfica.

Los pasos secuenciales a seguir en el análisis del mapa topográfico nacional son los siguientes: –

Estudio físico del medio, que debe aportar la pauta que defina al área, comarca... y que debe conllevar: *

El emplazamiento del espacio analizado, siempre con referencia a las grandes unidades morfológicas que lo enmarcan. Primero es necesario, y además revela orden y sistema, dos claves de la Geografía.

*

Los aspectos morfológicos, haciendo uso de definiciones topográficas simples, las que no prejuzgan ni génesis ni análisis complejos (como meseta, valle...). Se trata sólo de un análisis general, de definir las formas del relieve y su distribución.

*

Los bioclimáticos, sin olvidar que en el mapa sólo aparece la vegetación y que, por tanto, el clima ha de ser deducido de forma indirecta, a través de aquélla. Se contemplarán las solanas, las umbrías, la toponimia (a veces muy expresiva), y la extensión y tipo de vegetación. Precisamente ésta proporcionará indirectamente los rasgos climáticos generales.

*

La hidrografía, con el tratamiento de la densidad de la red, del tipo (arborescente, en bayoneta...), el colector principal, etc.

Los estudios de las formas estructurales y de modelado suelen sustentarse en los bloques diagrama (croquis), que pueden ser: pictóricos, geométricos y a escala (a partir de un mapa topográfico). Suelen incorporar a la estructura geológica, por lo que ofrecen la doble visión de la forma y composición del relieve. Su interpretación implica: análisis topográfico (formas predominantes, altitudes, red hidrográfica, y vegetación), análisis estructural (con el desentramado de la litología, disposición, estratigrafía, tectónica, etc.), las estructuras litológicas (formas del modelado y relieves resultantes), y el análisis de la erosión, de la red hidrográfica, y de las formas erosivas.

3.3.2. En Geografía Humana Las siguientes técnicas también son usadas en Geografía Regional, aunque es en Geografía Humana donde más proliferan. El estudio de la Geografía de la Población es eminentemente práctico y sustentado en fuentes estadísticas, análisis de distribución, evaluación de la movilidad natural, de la estructura, de los movimientos migratorios, y la resultante final, el crecimiento de la población y su proceso. En la distribución se aplican métodos estadísticos como el del centro de gravedad y el ponderado, porcentajes, índices de disimilaridad (porcentajes de superficie y población de un lugar con respecto a un conjunto), y desviación típica de las distancias (midiendo la distancia entre los núcleos a considerar y el centro de gravedad ponderado). Se consiguen mapas de localización (un 68

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

paso previo para establecer las relaciones entre los hechos), de concentración y dispersión, y de evolución. Los de localización pueden ser, a su vez, de coropletas (dan una imagen gráfica y simplificada de la distribución), de puntos (proporciona las discontinuidades), de densidades por el sistema de cuadrícula (una derivación del anterior, y que no indica precisión pero sí claridad), y de análisis potencial (aplica la teoría de la gravitación), etc. Pero también se obtienen cartogramas, cuando se hace abstracción de la exactitud topográfica para dar relevancia a los datos. En el movimiento natural y la estructura de la población se procede con el cálculo de tasas (relación por cociente entre un flujo y un estoc o entre flujos). Cuando el denominador es un estoc y el numerador un flujo será una tasa bruta; cuando se refieren a subconjuntos de población son tasas específicas; y cuando por relación de cociente se conectan dos estoc se consiguen proporciones. Las estructuras por edad y actividad se representan en el diagrama triangular. Las pirámides de población integran la estructura por edad y sexo, más aspectos añadidos (población activa, rural-urbana...), y su forma permite deducciones precisas: triangular (indica la existencia de una alta natalidad con mortalidad notable, con crecimiento, progresión y expansión de la población representada); ojival (señala una baja mortalidad y natalidad en descenso, y presenta poblaciones estables y estacionarias); y en tulipa (indica baja mortalidad y muy baja natalidad, e implica a las poblaciones regresivas). En Geografía Agraria el estudio de los elementos y factores puede ser realizado de forma aislada o conjunta a partir de las fuentes estadísticas, cartográficas, el catastro de rústica (especialmente el gráfico y el parcelario, que incluye parcelas, polígonos catastrales, subparcelas...), y la fotografía aérea (con el doble proceso de fotoidentificación y fotointerpretación). Los elementos a analizar son el hábitat, la estructura parcelaria, la forma y tamaño, límites, cultivos (anuales o herbáceos, plurianuales, arbustivos, arbóreos), secano y regadío..., y su relación con los factores del medio (relieve, clima, vegetación). El catastro es una pieza clave, ya que incluye características físicas diversas: geométricas (situación del lugar, forma, linderos y capacidad superficial); agronómicas (calificación o aprovechamiento de las parcelas –regadío, con herbáceos, arbóreos o arbustivos, y secano con igual secuencia, tierras incultas y otros aprovechamientos– y tipos y modos –aguas elevadas, especies de cultivo...–); y clasificatorias (con intensidades productivas). Pero también inserta otras características: jurídicas (cargas y gravámenes, posesiones de la propiedad), fiscales (impuestos y exenciones) y económicas (valoración unitaria y parcelaria). El análisis del hábitat incluye la distribución espacial y la tipología. Para la primera el estudio del hábitat disperso implica hacer uso de los índices de Demangeon, Colas y Bernard; el concentrado de los de Lebeau y Roberts, como más representativos. Los estudios de los diferentes tipos y sistemas de cultivo implican el uso de índices, como los de superficie y rendimiento de Engass (para las medidas de intensidad y mejoras agrarias) y el de Wever (para clasificar a los paisajes). La teoría de localización de actividad de Von Thünen sirve para verificar postulados. Un paisaje agrario debe ser analizado a través de sus elementos: ager (estructura, forma, tamaño, límites y tipos de cultivos –anuales, arbustivos y arbóreos, regadío y secano–); saltus (permanente o temporal); hábitat (concentrado y disperso con sus funciones); y red viaria (densidad y tipos). En Geografía Industrial hace falta contemplar variables como la empresa, el establecimiento industrial, el tipo de empresa (familiar, cooperativa, etc.), el tamaño (por trabajadores o superficie), el subsector productivo (textil, mecánico, etc.), la tecnología... Luego se ha de abordar el sistema económico, el nivel de desarrollo del lugar, el dominio de los monopolios, la polarización industrial, las nuevas ramas, la reconversión, la tecnología punta, la automatización, la descentralización productiva... Todo ello convierte al análisis industrial GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

en cada vez más complejo por la gran cantidad de factores intervinientes, y por tanto los estudios de estructuras industriales incluyen a la diversificación, lo que se consigue con los índices de Gibbs y Martin, que comparan el empleo por ramas. El grado de concentración de la producción es representado en la curva de Lorenz (una frecuencia acumulativa). El triángulo de Weber considera a tres factores básicos de la localización industrial (materia prima, fuente de energía y mercado), y consiste en emplazar a la actividad en el lugar de coste mínimo para el transporte de los tres factores (de la materia prima, de la fuente energética y del producto elaborado al mercado). Las líneas isodapanas unirán puntos de igual coste mediante curvas cerradas, con un punto central de coste mínimo. El problema es que el coste de transporte no suele ser proporcional a la distancia. En la Geografía de los Servicios la complejidad de análisis crece tanto por la multiplicación de las actividades que engloban como por su cada vez mayor interconexión. Pero la cuantificación de las actividades terciarias dentro de una economía se continúa analizando según su participación en el PIB (con una convención expresada en porcentaje: más del 50% corresponde a países desarrollados y menos del 30% a subdesarrollados) o del número de activos absorbidos en relación con los activos laborales. El comercio exterior pone en relación su volumen con la renta nacional, y para analizarlo están los coeficientes de exportación y comercial. El comercio exterior per cápita resulta de dividir la renta nacional por los habitantes de un país (pero requiere de múltiples ajustes). El transporte interesa no sólo por costes sino por su organización, porque de ella dependen las relaciones espaciales. Las interconexiones de redes se analizan creando redes abstractas, mediante grafos (que permiten analizar las propiedades de una red de transporte), o redes topológicas. Grafos y redes consideran a las rutas y los nudos (vértices o nodos). Uno de los índices más relevantes es el que relaciona la longitud de la red con el número de poblaciones. La conectividad no considera la distancia (analiza la capacidad de comunicación de los puntos del trazado a través del mínimo recorrido), sino la facilidad o no de la conexión; así el grado de conectividad es otro indicador del desarrollo. El turismo puede ser clasificado en funcional, social, espacial, temporal, etc., y puede ser analizado desde la perspectiva de la demanda: volumen de la demanda, aspectos demandados, etc. Pero la mayor parte de los análisis afectan a la localización, densidad turística, infraestructura turística, flujos turísticos... Una de las tasas más útiles es la de función turística, que relaciona el número de camas disponibles para el turismo (o pernoctaciones) en un lugar y la población estable de ese lugar. Pero cuando se decide intervenir en el territorio turístico se han de contemplar las singularidades, escalas e instrumentos. Así, las actuaciones de planificación requieren de la concreción de la escala de trabajo, del papel del territorio como argumento de la oferta turística (con la evaluación de potencialidades y recursos, límites en los procesos de transformación, tipología de oferta turística...), la complejidad funcional del producto turístico y de agentes que intervienen, etc. Y son básicos los instrumentos de planificación, como los documentos de planeamiento urbanístico, los de servicios inherentes a la actividad turística, los planes de aprovechamiento de recursos, etc. La planificación estratégica ya implica la definición de un modelo territorial, la concentración selectiva de los esfuerzos públicos, la realización de las actividades impulsoras y de demostración, la consecución de un clima participativo, etc., y una secuenciación determinada: análisis, evaluación y diagnóstico, formulación de políticas, formulación de estrategias, programación y ejecución. En la fase de análisis se debe evaluar: las características del medio físico y urbano, los recursos turísticos disponibles, el control y la propiedad del suelo, los equipamientos turísticos, los atractivos turísticos, la capacidad de las infraestructuras, la demanda existente y potencial, la posición relativa del destino turístico, etc. En la de formulación se incluirá: la localización de los equipamientos, sus dimensiones, y 70

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

el diseño de las actuaciones a desarrollar. La acción estratégica incluirá: las actuaciones de carácter demostrativo e incentivador, la elaboración de las orientaciones estratégicas, un documento de partida, la gestión de los productos turísticos, un modelo de reorganización estratégica que vincule al turismo con la calidad de vida de los residentes, etc. Y en la inserción de la actividad en la escala regional: la definición de objetivos, la delimitación de las unidades específicas, el análisis de los aspectos socio-turísticos, ambientales y territoriales, la definición de los criterios para la ordenación de los espacios turísticos, etc. En la fase ambiental ya se impone la evaluación de impacto ambiental, la capacidad de carga (el número máximo de personas que pueden visitar al tiempo un lugar turístico sin dañar el medio y sin reducir la calidad de la experiencia de los visitantes, y que puede ser física, económica y social), las auditorías ambientales, la evaluación del potencial de recursos, la delimitación de capacidades, etc. En Geografía Urbana se estudia la ciudad, y especialmente su morfología, funcionalidad y transformaciones. El fenómeno metropolitano analiza flujos migratorios campociudad, el crecimiento de la ciudad central, la irradiación de las funciones urbanas, los enclaves metropolitanos, la descentralización de funciones, etc. El análisis de los movimientos pendulares incluye la distinción entre el lugar de residencia y el de trabajo, y debe de insertar el volumen de población total (urbana y territorial), el de empleo por áreas, y los flujos laborales hacia el centro urbano. El estudio de sistemas interurbanos o sistemas de ciudades incluye el análisis de las áreas de influencia (unión social y económica del territorio a la ciudad), y métodos analíticos (delimitación mediante el sistema de encuestas de los núcleos a donde van los habitantes de un territorio a cubrir sus necesidades) y sintéticos (un modelo teórico de relación, el de gravedad). Los estudios de jerarquía urbana incluyen a la clasificación de las ciudades de acuerdo a su capacidad organizativa del territorio, que puede ser de gradación continua (regla tamaño-rango) o por niveles. Clasificados los núcleos se puede establecer la red urbana, que puede ser equilibrada (países desarrollados) o difusa (subdesarrollados). Resulta al final relativamente útil comparar la distribución urbana con el modelo teórico de Christaller (porque es ideal). En lo que afecta a los modelos de organización territorial pueden aparecer: pueblo agrícola, ciudad central, ciudad-comarca, metropolitano (con mercado de trabajo y consumo diario, y con residencias, trabajos, y comercio y ocio distribuidos por el espacio dominado por la ciudad). La organización del espacio circundante se establece mediante isolíneas (igual número de servicios satisfechos desde cada ciudad), que disminuyen con el alejamiento al núcleo urbano. Un estudio urbano implica pasos medidos: –

Estructura urbana (con identificación de los elementos básicos, como el espacio residencial, industrial, usos terciarios del suelo; de las vías de transporte, como ferrocarril, autopistas, carreteras, aeropuerto, etc.; delimitación del centro de la ciudad; y relación de los usos del suelo respecto al centro y vías de transporte).



Morfología de las unidades resultantes de la estructura urbana: centro, elementos (espacio residencial, industrial, otros) y vías de transporte.



Factores condicionantes: físicos y materiales (relieve, ríos, carreteras...), políticos (planificación...), económicos (propiedad...), sociales, etc.



Proceso de crecimiento urbano.

Y, por último, los pasos secuenciales a seguir en el análisis del mapa topográfico nacional son los siguientes: –

Estudio del medio transformado, que supone abordar el hábitat, los usos del suelo, su relación con el relieve, la relación de las áreas de cultivo con la

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

disposición hidrográfica, el reparto del hábitat respecto a las unidades del relieve... En suma, analizar: *

El hábitat rural, lo que implica comprobar su estructura (orden abierto, pueblocalle, aldeas, casares...), descubrir el dominante, estudiar su emplazamiento en relación con la morfoestructura...

*

La red de comunicaciones, con su orden (red nacional, caminos...) y localización del centro neurálgico en la hoja.

*

La distribución del parcelario (incluida su dimensión, cultivos...).

*

El hábitat urbano, su papel como centro comarcal.

*

Relacionar todos los fenómenos humanos para dar una visión de conjunto y extraer las conclusiones más relevantes.

2.3.3. En Geografía Regional Los años ochenta se caracterizaron por un resurgimiento de la Geografía Regional, que comienza a concebir los estudios regionales como un elemento necesario para la teorización social de la estructura espacial. Es la citada Geografía Regional reconstruida, que sitúa a los estudios regionales a la vanguardia conceptual de la contribución de la disciplina a las ciencias sociales. Los estudios metodológicos de la Geografía Regional reconstruida ya valoran la interpretación conceptual, porque la tradicional no ha proporcionado las bases conceptuales de la descripción. Ahora la preocupación social pasa al concepto, si bien resta el encaje y desarrollo conceptual de la preocupación social por el espacio. Pero la falta de un cuerpo teórico en la Geografía Regional ha obligado a que los herederos de la Nueva Geografía Regional dirijan su atención hacia la Economía Regional. Ahora se debe valorar la Geografía como ciencia social de los territorios, lograr una aproximación interactiva entre los factores sociales y los naturales, e incidir en que la identidad geográfica debe pasar por la creación de un método que interprete y valore al espacio desde perspectivas tridimensionales (geosistema, territorio y paisaje), porque el espacio es un sistema complejo formado por los subsistemas social y natural, muy interrelacionados. En contrapartida existe un amplio espectro de técnicas estadísticas, algunas de las cuales han resultado muy adecuadas para la modelización, como ha ocurrido con las variables categóricas. De ahí que los estudios regionales suelan requerir de gran variedad de variables, con numerosas interrelaciones, mientras la escasez de datos regionales puede ir poco a poco solventándose desde el desarrollo que está alcanzando la estadística cualitativa. Pero uno de los problemas que suele presentarse en los estudios regionales es la carencia de modelizaciones teóricas que indiquen las variables a utilizar, las que proporcionarán el rendimiento estadístico real, aunque usualmente se recurre a elegir variables que luego aportarán información redundante. Las técnicas útiles son básicamente dos: el método de Componentes Principales y el Análisis de Factores, que buscan la reducción de la dimensión de las matrices de datos, generalmente desorbitadas. Dichas técnicas suelen resultar de utilidad manifiesta en la determinación de tipologías en regiones. El método de Componentes Principales aporta criterios objetivos para reducir el número de variables, y sintetiza a la información contenida en la matriz sustituyendo a las variables por otras nuevas, menores en cantidad y que permiten abordar el problema planteado, los componentes principales. La primera componente principal se determina por la combina72

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

ción lineal de las variables iniciales que explique la máxima varianza, y es la mejor síntesis posible de los datos. La segunda debe de explicar la mayor varianza posible no explicada por la primera, de forma que las dos contengan información común. Pero lo usual es que al reducir el número de variables se pierda información, para lo cual se deben elegir cuatro componentes principales, de modo que se puede conservar la mayor parte de la información con un número reducido de variables, que a su vez permite un mejor manejo de los datos. Es un procedimiento usado en la construcción de indicadores regionales. El Análisis de Factores tiene como objetivo único transformar un problema en otro menor, y su meta es explicar por medio de factores lo que tienen de común las variables manejadas. Pero el modelo no tendrá una solución única, y el método consta de dos procesos: la determinación de una solución inicial, y la rotación de la misma. Para el primero se usan técnicas de componentes principales, que tienen ventajas al proporcionar factores de importancia decreciente respecto a los anteriores, de manera que los primeros contendrán la mayor capacidad explicativa. El método idóneo es la regresión, el criterio con el que se mide la capacidad explicativa es el de la correlación máxima entre la variable a explicar y la combinación lineal de regresores. Se hace uso de dos generalizaciones de esta técnica: los modelos econométricos multiecuacionales y la correlación canónica. Esta última establece relaciones entre dos conjuntos distintos de variables, y la relación entre ambos se sintetiza en forma de pares de variables (canónicas). Otro problema planteado en el estudio regional es la agrupación y clasificación de los elementos, que debe asociar un conjunto de unidades en clases. Como técnica resalta el Análisis Discriminante, que clasifica por el número de grupos prefijado y proporciona un retrato del elemento típico de cada una de las clases. En el Análisis de Conglomerados las clases se van diseñando según se construyen, una técnica mucho más simple, y que para aplicarla requiere solo de la información aportada por los propios elementos a clasificar. Los elementos se clasifican en cada clase según estén más próximos entre sí. Y otra cuestión atañe a las variables cualitativas, que requieren de asignaciones numéricas, con problemas graves que obligan a redefinir el modelo. Puede decirse que los modelos econométricos regionales se plantean como multiecuacionales, pero sobre una falta de modelización teórica que deberá de ser suplida con hipótesis que deben marcar etapas: información previa, especificación de las ecuaciones ajustadas, estimación estadística de los parámetros, contraste de los resultados, y predicción, como objetivo último. De todas las hipótesis previas resalta la del modelo unirregional, en el que se considera a la región con un conjunto de variables relacionadas en su interior, aunque olvida a las relaciones sistémicas con las otras regiones. Por ello es preferible buscar soluciones intermedias, las que adopten orientaciones regionales-nacionales-interregionales, si bien vuelve a aparecer el problema de la cantidad inmanejable de datos. Los modelos regionales permiten evaluar los efectos de las políticas, aunque el proceso es complejo cuando, como suele ocurrir, los objetivos regionales no coincidan con los nacionales, o cuando se dé la incidencia de efectos externos negativos.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

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Tema 2. Metodología del trabajo geográfico

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Tema 3 La diversidad del medio geográfico en el planeta. La interacción de factores ecogeográficos

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LA DIVERSIDAD DEL MEDIO ATENDIENDO A SUS COMPONENTES FÍSICOS 2.1. Por la composición de materiales 2.2. Por la forma de las estructuras: plegadas y falladas 2.3. Por la actuación de los agentes climáticos 2.4. Por el sistema erosivo 2.4.1. En paisajes de interfluvio 2.4.2. En paisajes de vertiente 2.4.3. En paisajes de cuenca fluvial 2.4.4. Los paisajes litorales 3. LA VARIEDAD DE MEDIOS GEOGRÁFICOS 3.1. Los medios glaciares 3.2. Los medios periglaciares 3.3. Los medios áridos 3.4. Los medios húmedos 3.5. Los medios templados 4. LA CONJUNCIÓN DE FACTORES ZONALES Y AZONALES COMO CAUSA DE LA DISTRIBUCIÓN DE MEDIOS Y BIOCENOSIS 5. LA DIVERSIDAD DE FACTORES EN ZONAS BIOCLIMÁTICAS 5.1. El concepto de bioclima 5.2. Las variantes bioclimáticas 5.3. Los contrastes y biocenosis extratropicales 5.4. Los contrastes y biocenosis intertropicales 5.5. Los contrastes y biocenosis áridas 6. DIVERSIDAD DE FACTORES AZONALES E INTERACCIONES GEOGRÁFICAS 6.1. La azonalidad y sus rasgos 6.2. Las interacciones geográficas BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN Un espacio no constituye en sí mismo un medio, sino que forma parte de un complejo natural con dos elementos complementarios, el aire y el agua, en el que la atmósfera (encargada de transmitir el calor y la luz del sol a la superficie terrestre) será la matriz de los fenómenos, mientras el agua será el elemento portador de la vida (junto al aire, y transportadas por él, las aguas alumbran el ciclo de la vida con las cadenas tróficas). Así, la vegetación quedará sometida al permanente influjo de los regímenes térmicos e higrométricos. Pero la atmósfera también es agente de transportes múltiples: gases, vestigios orgánicos... Es la responsable del reparto desigual de masas de aire con diferentes presiones, de los vientos... En suma que las biocenosis dependen de la atmósfera en primer lugar, y luego se conectan a los factores físicos y químicos del suelo (contenido de agua, calcio, socio...). Así, las plantas se distribuyen según el gradiente de humedad (según su higrofilia), su necesidad o no de calcio (calcícolas o calcífugas), de sodio (halófitas)... Por último, en una biocenosis entran en juego las relaciones entre seres vivos, y en ellas resaltan cada vez más los influjos antropozoógenos, ya que el hombre ha pasado a configurar un factor ecológico decisivo al contribuir fuertemente en la distribución o alteración de las especies (la acción humana degrada o implanta comunidades vegetales, como las ruderales o las mezcladas con cultivos, las nitrófilas que sin ser cultivos viven a expensas de los lugares nitrogenados o amoniacados...). De ese modo, puede decirse que la evolución de los paisajes depende de la atmósfera y del agua que ella aporta. Así, en las zonas tropicales la temperatura del agua siempre es superior a 5º, lo que permite la actividad continuada de las raíces. Cuando se da estación seca o sequía acusada la humedad decae y su actividad se reduce.

2. LA DIVERSIDAD DEL MEDIO ATENDIENDO A SUS COMPONENTES FÍSICOS 2.1. Por la composición de materiales Una roca es una porción terrestre que sólo presenta una homogeneidad relativa al estar compuesta por varios minerales, en forma cristalina o amorfa, presentándose cada componente en forma propia o en derrubios. El mineral dispone siempre de una composiGEOGRAFÍA E HISTORIA

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ción determinada, mientras la roca es una asociación no fija de compuestos. Las rocas se pueden presentar sólidas (caliza, granito...) o bien líquidas (petróleo). Como múltiple es la tipología resultante diverso será el tipo de medios a que da lugar. Así pueden ser: –

Sedimentarios, paisajes que proceden de la destrucción de otros tipos de rocas (importadas) o de combinaciones químicas (vegetal, como la hulla, o animal como las coralinas). Son los medios detríticos, que según su origen pueden ser: continentales, lacustres (turba), lagunares y marinos (neríticos, depositados cerca de la costa y a poca profundidad; batiales, hasta 2.000 m.); y abisales, en fosas profundas a más de 2.000). Pero los paisajes serán también diferentes atendiendo al tipo de roca sedimentaria. Así podrán encontrarse de: *

Conglomerados (cantos, bloques, con brechas de fragmentos angulosos y pudingas –con formas redondeadas producto de la acción erosiva–).

*

Areniscas, con rocas resistentes luego fracturadas por la acción del hielo.

Si la roca sedimentaria es caliza dará lugar a un relieve cárstico creado por disolución al ser carbonatos cálcicos, y por tanto solubles; también a calizos biohémicos, con la aparición en mares cálidos, y de aguas limpias de medios coralinos; asimismo, aparecerán calizos orgánicos (procedentes de caparazones de animales marinos), travertínicos...; y hasta calizos alóctonos, formados a partir de la destrucción de rocas calcáreas (encriníticos, formados por esqueletos animales; olíticos, en relación con las calizas recifales; dolomíticos, con mezcla de magnesio; etc.). El relieve cárstico alumbrará cañones sobre plataformas calcáreas, lapiaces (hendiduras por acción de la arroyada), simas (embudos a partir de fisuras que se ensanchan y agrandan por disolución), dolinas (depresiones en forma ovalada), uvalas (depresiones de contornos sinuosos y producto de la unión de dolinas), poljés (llanuras cársticas con fondos rellenos de tierra de descalcificación y muy fértiles), etc. –

Cristalinos, con la doble variante de holocristalinos, de composición muy diferente, con granito, feldespato, cuarzo y mica y textura contrastada (aplitas, granudas...); y metamórficos o con roquedo recristalizado y ubicados en los grandes macizos. Se trata de rocas enfriadas en profundidad, lo que ha permitido cristalizaciones perfectas. Pero presentan las variantes plutónica y metamórfica, que aportan relieves alomados o convexos. Los medios cristalinos más relevantes son: *

De formas deleznables, con arenas y arcillas fácilmente erosionables.

*

De vertientes con amontonamientos.

*

De aristas dentadas, con rocas poco permeables.

*

De panes de azúcar, o domos lisos.

Los paisajes de rocas plutónicas son los graníticos, que también pueden presentarse en forma de rocas blandas (por la abundancia de biotitas en forma de láminas y fácilmente deleznables; por la pequeña proporción de cuarzo que les hace menos resistentes; o por la abundancia de granos gruesos, más fácilmente atacables por los agentes erosivos). Pero la forma más típica es la descomposición en bolas, que además suele darse en todo tipo de climas. Dentro de los paisajes metamórficos resaltan los pizarrosos, en disposición laminar; los esquísticos, menos resistentes a la acción erosiva; y los gneisicos, con presencia de cuarzo en los esquistos que da lugar a relieves en bolas, parecidos a los graníticos. 80

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Puede decirse que los relieves característicos, y por tanto los más extendidos, son los graníticos, arcillosos y calizos; pero también abundan los volcánicos (que al margen de materiales aportan relieves). –

Los graníticos están integrados por rocas duras pero sensibles a la descomposición; y son impermeables, lo que hace que la circulación de las aguas sea superficial. Sin embargo, en las planicies adquieren formas redondeadas porque el granito es sensible a la descomposición química, especialmente las micas y feldespatos (transforman a la roca en arena). Otra acción del agua se ejerce a través de las diaclasas o fisuras por donde percola; estas diaclasas dibujan mallas ortogonales, lo que indica que la descomposición será mayor en los climas húmedos; micas y feldespatos serán desmantelados y aparecerán los caos de bolas o berrocales. Cuando la red ortogonal sea curva surgirán los panes de azúcar.



Arcillosos, de rocas impermeables y blandas que al encontrarse desprovistas de vegetación alumbrarán los abarrancamientos, tras ser afectadas por la erosión fluvial.



Calcáreos, de rocas duras y permeables que aportan gargantas, valles..., generalmente por disolución química. En las áreas frías y de alta montaña la disolución de la caliza es muy activa, porque estas aguas absorben gas carbónico en gran cantidad. Pero también en las cálidas la disolución es rápida porque las aguas tibias son muy agresivas ante la caliza.



Volcánicos, o de roquedo microlítico (cristalizado en forma de microcristales alargados), con aspecto diferente en la conformación de relieves. Los paisajes son derivados, debido a la presencia de magmas o materiales fundidos en la superficie. Cinco son los tipos básicos de actividad volcánica, y cada uno aporta una fisonomía diferente: hawaiano (con derrames fluidos), estromboliano (con proyección de bloques), vulcaniano (con lavas porosas), peleano (cenizas y bloques), y manifestacioens volcánicas póstumas (fumarolas, fuentes termales...). Casi todos alumbran formas de construcción: *

Puras (coladas, superficies continuas, domos y agujas).

*

De escorias (conos simples y campos de escorias).

*

De conglomerados (producto de sulfataras, eruptivos, de mezclas sedimentarias...).

*

Asimismo, otras destructivas (cráteres y calderas) y de excavación (espigones, diques...).

Este tipo de relieves se extiende a lo largo del Cinturón de Fuego del Pacífico, que comprende el círculo circumpacífico (Aleutianas, Alaska, Rocosas, Sierras Madres −se abre hasta las Antillas−, Hawai, Nueva Zelanda, Filipinas, y Japón). Pero también en el área mediterránea y transasiática (Atlas, Tirreno, Egeo, Cáucaso y parte de Centroeuropa −Alemania−). Otro sector comprende la dorsal atlántica (Ártico, Islandia, Irlanda, Azores y Canarias). Y un último abarca África Oriental y Oriente Medio (Líbano, Arabia, Etiopía y Gran Fosa del Kilimanjaro). Pero también atendiendo a la estructuración de dichos materiales en zócalos o cubetas los paisajes geográficos serán diferenciados: –

Zócalos, o estructuras de materiales antiguos arrasados por la erosión, fácilmente fracturables y dislocables por su dureza. Presentan la doble variante de escudos (basculados y fallados), y macizos (que pueden ser plegados). Los zócalos conti-

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nentales, por su parte, son grandes plataformas graníticas fracturadas por la poca elasticidad de las rocas (escudo canadiense, escandinavo, siberiano, chino); pero también se extienden por las áreas tropicales y ecuatoriales (casi toda África, Arabia, Asia Meridional, Brasil, Australia). –

Cubetas, o cuencas de grandes dimensiones sobre las que se han depositado sedimentos. Tienen lugar por hundimiento del zócalo, y en su interior los sedimentos se estructuran en capas horizontales inclinadas (en cuestas). El sistema de erosión en las cuestas es lento en los climas templados y rápido en los periglaciares (compresión-dilatación por las temperaturas) e intertropicales (reacciones químicas).

2.2. Por la forma de las estructuras: plegadas y falladas La variedad de paisajes se ve matizada con la presencia de cadenas montañosas. Al margen de su génesis todo relieve plegado depende del tipo de plegamiento, por lo que aparecen estructuras plegadas simples y complejas: –

Las simples presentan sinclinales y anticlinales, pero su evolución viene determinada por la erosión diferencial; destruida la capa dura los agentes erosivos atacan a la blanda lo que puede, por desarrollo, llevar al arrasamiento o planización.



Las complejas, a su vez alumbran medios de montaña bien diferenciados: de pliegues regulares (porque los materiales son elásticos, como en el Jura, Atlas...); potentes pero poco regulares (Apeninos); de incorporación del zócalo a la cordillera (cadenas asiáticas); de mantos corridos (Chablais); de cabalgamiento; ascenso de rocas desde el fondo de geosinclinales (los batolistos alpinos); etc.

Pero también la acción del plegamiento incide en la variedad de medios. Así puede hablarse de los: –

Plegados, con varios tipos, pero entre los que resaltan los jurásicos (conformes con la estructura, con anticlinales en forma de bóvedas y sinclinales en forma de valles). Hay variantes (al margen del Jura que les da nombre) como los Alpes de Provenza y los medios plegados alóctonos (con pliegues inclinados y tumbados en la dirección del empuje, y especialmente los Apalachenses, con crestas paralelas de rocas duras separadas por depresiones).



Fallados, debidos no al plegamiento pero sí derivados de él, ya que la fracturación de las rocas procede de tensiones que también han plegado, si bien la dureza de los materiales ha originado fracturas. Se presentan con desnivel o sin desnivel tectónico, y a su vez con fallas conformes, inversas, normales, contrarias, escalonadas... Luego los agentes erosivos intervienen nivelando; pero si la resistencia de las rocas es distinta la zona más blanda será erosionada creando un nuevo escarpe de falla.

Los tipos de montañas resultantes de los relieves plegados se encuentran ligados al sistema de erosión, que a su vez viene determinado por el relieve y la latitud. Pueden distinguirse los siguientes medios montañosos: –

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Templado, con relieves sometidos a la acción de la arroyada y el deshielo, lo que se traduce en fuertes contrastes por la notable resistencia de las rocas a dichos agentes. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

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Polar, con relieves enterrados bajo el hielo, sujeto a la acción de la crioclastia.



Escandinavo, con erosión glaciar que alumbra cumbres poco resaltadas y valles profundos, a menudo invadidos por el mar (fiordos).



Altoalpino (Alpes, Himalaya), con tres límites: altas cumbres (polar), valles (escandinavo) y zonas externas (templado).



Semiárido (Sahara, Arabia), con montañas aisladas sin valles y entre extensas llanuras.



Tropical, con macizos de pendientes muy empinadas (panes de azúcar), separados por los grandes valles.

2.3. Por la actuación de los agentes climáticos Los elementos climáticos (temperatura, humedad, presión y vientos) se combinan con tres factores, latitud, continentalidad y altitud. Unos y otros arrojarán los tipos de climas, que a su vez catalogarán a los diferentes medios geográficos del mundo. La temperatura se determina por la latitud, el influjo del mar o tierra, y la altitud. Disminuirá con el aumento de la latitud, y viceversa; pero esa variación es justo la mitad en el hemisferio austral por la simple razón de la menor cantidad de tierras emergidas, y consiguiente mayor influjo marítimo. La continentalidad aumentará con la distancia a las costas (propiciará mayores amplitudes o variaciones térmicas). Por último, la altitud incide haciendo disminuir las temperaturas, si bien es preciso mencionar la incidencia negativa de las inversiones térmicas, como gran alteración a esta norma. Todas esas combinaciones actuarán de diferente forma sobre los relieves aportando formas de modelado dispares. La humedad y la pluviosidad están influidas por la latitud, continentalidad y altitud. La latitud es quien condiciona el esquema de la circulación general atmosférica, de tal modo que las máximas aportaciones se darán sobre el ecuador. Disminuirán en el cinturón subtropical de altas presiones, y se incrementarán en latitudes medias como consecuencia del influjo del frente polar. Así la mayor o menor cantidad de agua incidirá sobre las formas de erosión y el consiguiente aspecto paisajístico. La continentalidad incide con máximas aportaciones en las fachadas occidentales de los continentes. Y la altitud por medio de la precipitación orográfica, provocada por el ascenso de aire en las laderas de barlovento. Por último, la presión de los vientos. Al margen de las grandes masas de aire con origen en la circulación general atmosférica, resaltarán los vientos locales (que suelen ser de carácter térmico), o las brisas térmicas (ahora en zonas litorales). Normalmente se deben estos fenómenos a recalentamientos sobre un suelo cálido, y que al ascender el aire rápidamente deja un hueco que será ocupado por otros más fríos y pesados.

2.4. Por el sistema erosivo La combinación de sustrato y forma del relieve expuesta a los factores climáticos aporta los sistemas erosivos siguientes. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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2.4.1. En paisajes de interfluvio Los interfluvios, o extensiones de terreno emplazados entre cauces, ocupan la mayor parte del relieve terrestre y, por ello, están sujetos a procesos erosivos de meteorización, transporte y formación de vertientes o sedimentación. 1. La meteorización es la alteración de los materiales como consecuencia de la intervención de los agentes erosivos externos, y puede seguir un proceso de: –



Disgregación de las rocas a partir de procesos mecánicos, que tienen su origen en las diaclasas a través de las cuales se facilita la desintegración de las rocas, siendo el hielo el principal agente erosivo (gelifracción). Otro es la variación térmica, ya que los cambios bruscos de temperatura también actúan dislocando a los componentes mineralógicos de la roca. La disgregación (por hielo o temperaturas) se lleva a cabo mediante cuatro métodos: *

Fragmentación en bloques (calizas, granitos, dolomías...).

*

Gelifracción (que aporta los mantos de derrubios).

*

Descamación (o descascarillado en placas sobre rocas cristalinas).

*

Desmenuzamiento de rocas (también cristalinas, pero en granos).

Disolución, por el agua y que puede darse en superficie (pluvial) y en profundidad (subterránea). Se lleva a cabo en dos procesos: *

Disolución propiamente dicha (cuando las moléculas del mineral se hallan disueltas en agua).

*

Coloidal (cuando las moléculas del mineral disuelto se presentan unidas formando agregados que no sobrepasan las dos micras de diámetro).

En cualquier caso, el agua cargada de sustancias en disolución es el complejo absorbente, mientras el traslado de esas sustancias en partículas hacia el interior del suelo es el proceso de lavado. –

Alteración química, que se da sobre los silicatos, los componentes más comunes de las rocas, y que conduce esencialmente a la formación de arcillas. La arcilla es un silicato de aluminio de estructura laminar existente en gran cantidad de rocas, por lo que muchas son alterables por la acción mecánica. Cuando es afectada por el agua se transforma en plástica, lo que le permite deslizarse por las vertientes. Tanto los procesos mecánicos como químicos se convierten en el origen de la regolita, manto de derrubios fundamental del suelo.

2. Transporte. La ablación de los materiales erosionados supone un desplazamiento de los mismos, el transporte, que será efectuado por los agentes de la dinámica externa, y entre ellos: la gravedad, el agua (arroyamiento, escorrentía, disolución, rodamiento, deslizamiento...), el viento (erosión areolar), el hielo (con desplazamiento laterales o frontales), las corrientes marinas... Hay formas muy claras del relieve debidas al transporte, como las dunas. 3. Sedimentación, o depósito de los materiales transportados, con formas de acumulación debidas sólo a este fenómeno (mantos de derrubios, taludes, cordones litorales...). Puede ser química (el agua cargada de arcilla puede evaporar con lo que 84

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el mineral se incorpora al suelo sólo por procedimiento químico). Sin embargo, la sedimentación es un proceso sobre el que actuarán otros agentes erosivos construyendo nuevos paisajes y medios a través del transporte y nuevas sedimentaciones. Significar igualmente que la composición litológica interviene en los procesos erosivos por medio de la mayor o menor resistencia de las rocas. Así aparecerán relieves: –

Estructurales, los que tienen relación directa con la arquitectura del relieve (es sinónimo de tectónica y se refiere a la disposición de los materiales debida sólo a las fuerzas constructivas).



Diferenciales, los que debido a la distinta dureza de los materiales que los componen permiten o impiden que la erosión actúe a distinta velocidad en rocas de dureza diferente.

2.4.2. En paisajes de vertiente Los derrubios erosionados discurren por vertientes según el tipo o componente de éstas: –

Cuando es rocosa los movimientos de materiales (sobre los que ha actuado previamente el hielo a través de las diaclasas) son bruscos y rápidos dando lugar a amontonamientos de bloques.



Cuando es blanda los movimientos son lentos y llevados a cabo por la arroyada (concentrada, creando bad-land, y difusa, ahora regatos), y por la solifluxión (o descenso de materiales en forma de barro en terrenos arcillosos, que dan lugar a depósitos de materiales finos). Pero también hay deslizamientos en seco, que alumbran terrazas.

2.4.3. En paisajes de cuenca fluvial Hay una multiplicidad enorme de tipos de cuencas fluviales, tantas como relieves, cauces y superficies puedan darse. Una cuenca fluvial es la porción de territorio que vierte sus aguas hacia un cauce, y suele encontrarse separada de otra por alineaciones montañosas; además está surcada por un curso. Cuando la potencia bruta del río implantado es alta erosiona, arranca, y transporta materiales (la carga) en disolución, suspensión, rodamiento... Pero el tamaño de los materiales cargados crece con la velocidad del agua y también con la densidad (a mayor carga mayor densidad). Un curso fluvial está integrado por el lecho mayor (el área susceptible de inundación), el aparente (el determinado por las orillas, y que no tiene porqué estar ocupado por agua), y el canal de estiaje (ocupa sólo una parte del lecho aparente). Pero un curso o torrente que dispone de régimen fluvial esporádico actúa más intensamente cuando se emplaza en lugares rocosos derrubiables, cuando su pendiente es fuerte, cuando los contrastes pluviométricos son notables... Pero la acción de los ríos se apoya también en la formación de dos grandes procesos erosivos: –

Trazado de capturas, cuando un curso capta a otro o es captado.



Meandrizando, o creando variaciones de cauce que se apartan de la dirección del principal para volver a él tras describir una curva. Se encuentran tanto en aguas mansas como rápidas.

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2.4.4. Los paisajes litorales Las zonas litorales son de las más activas de la Tierra en lo que se refiere a erosión y deposición de materiales, supuesto que las olas forman desde plataformas litorales hasta acantilados. Pero también pueden construir islas de barrera (arenosas), y hasta los corales pueden aportar islas especiales (cálcicas). Entre los factores definidores se encuentran los cambios del nivel del mar y la acción misma de las olas (activos), ambos productores de erosión y acumulación. Pero también incide el tipo de roca (pasivo). Por lo que se refiere a los factores activos cabe mencionar los siguientes: –

Los cambios en el nivel del mar. Entre ellos la subida postglaciar de la última glaciación, hace unos 6.000 años. En contrapartida hoy muchas costas se encuentran en la situación contraria, la sumersión.



La acción de las olas. Las olas rompientes son provocadas por el viento; cuando la cresta de la ola rompe la energía arrastrada (proporcionada por el viento) es la que erosiona, transporta y deposita. En latitudes medias la acumulación es preponderante en verano y la erosión en invierno (es la estación tormentosa y la energía acumulada amplia, con oleaje más fuerte).

Entre los factores pasivos resaltan significativamente los tres siguientes: –

Inclinación de la plataforma litoral. En las pendientes empinadas las olas rompen muy cerca de la costa porque la profundidad es notable, por lo cual su energía se concentra en sectores muy limitados; en las suaves rompen lejos y actúan más por deposición de materiales, formando bancos de arena sumergidos que pueden llegar a constituir islotes arenosos.



Topografía de la región interior. Una subida marina sobre llanuras costeras originan líneas litorales rectas; cuando se produzca sobre colinas perpendiculares al litoral formará bahías.



El tipo de roca litoral. Al margen de la mayor o menor resistencia ofrecida los paisajes más llamativos construidos son las formaciones coralinas en los litorales tropicales. Entre ellos los atolones de coral, lejos de los litorales continentales, y que son barreras de arrecifes que encierran lagunas (desde unos cientos de metros a 25 km) sin isla central, y generalmente asociados a picos volcánicos.

Las líneas litorales pueden ser clasificadas bien atendiendo a su genética o bien a su fisonomía:

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Desde el aspecto genético puede afirmarse que el mar ha subido en los últimos 18.000 años unos 140 m, lo que significa que la mayoría de las costas deben disponer de litorales y contornos sumergidos.



Desde la variante fisonómica o descriptiva las costas pueden ser diversas atendiendo a su perfil vertical o bien al contorno litoral regular (aunque pueden presentar bahías y albuferas, e ir asociadas a litorales acantilados y no acantilados), o irregular (con gran cantidad de bahías, que además pueden ser largas, estrechas, en forma de cono, las rías, estuarios estrechos...). En todo caso pueden ser acantiladas (más de 1,5 m de altura y composición de roca consolidada) y no acantiladas. Por regla general, los litorales acantilados van asociados a tierras interiores altas. Los no acantilados suelen estar ahora relacionados con taludes continentales suaves y tierras interiores bajas, y en ellos predomina la deposición marina en forma de playas e islotes arenosos. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

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3. LA VARIEDAD DE MEDIOS GEOGRÁFICOS 3.1. Los medios glaciares Son producto de la acción del hielo y ocupan una extensión de 15 millones de km2, con la mayor parte emplazados en la Antártida y Groenlandia. Cuando el hielo se concentra en grandes espesores la masa helada del fondo se comporta como un material plástico que al moverse desliza al hielo por las pendientes. Pero su formación se da tanto en altas latitudes (casquetes e inlandsis) como en altas altitudes (glaciares de valle), siempre que la cantidad de nieve caída sea superior a la fundida. Se pueden distinguir los siguientes medios glaciares: –

Inlandsis, o extensiones de hielo con espesores superiores a los dos kilómetros que se desplazan con gran lentitud. En verano las temperaturas ascienden ligeramente y se produce el deshielo de la capa más superficial; las aguas de fusión circulan entonces a gran velocidad excavando gargantas en el hielo (bedières), que suelen desaparecer en pozos y circular en profundidad.



Casquetes locales, de menor extensión aunque su comportamiento es similar.



Glaciares de circo, que suelen quedar encerrados en valles de altura por encima del límite de las nieves perpetuas. Lo normal es que la masa de hielo se encuentre comprimida por paredes rocosas. En su extremo inferior aparecen las morrenas, o conjunto de materiales arrastrados por el hielo.



Glaciares de valle, en zonas de alta montaña y alimentados por lenguas glaciares.



Glaciares marinos. A finales del verano polar el mar comienza a helarse en superficie por agrupación de pequeños cristales (slush), que a su vez forman placas (pancake-ice), que soldadas forman la banquisa o mar helado.

Las formas glaciares más generales pueden ceñirse a las cuatro siguientes: –

Circo. Constituye una depresión en semicírculo sita entre paredes rocosas, si bien es posible distinguir dos tipos: *

Nichos acoplados al flanco rocoso, de pequeño tamaño y ocupados por lagos.

*

Circos escalonados, de superiores dimensiones y composición más complicada, y además rellenos de hielo.

Un paisaje o medio glaciar dominado por circos suele dar lugar a valles en artesa, con una concavidad muy suave, y limitados por paredes cortadas. E incluso suelen aparecer con bastante frecuencia valles suspendidos que drenan aguas hacia el curso principal emplazado en el fondo de valle, en forma de artesa. –



Valle glaciar, que es resultado de la acción de una lengua glaciar, con valles en forma de: *

U, o valles en artesa con flancos abruptos y fondo plano.

*

V, debidos a la erosión fluvial tras la fusión de los hielos, o bien a la actuación de torrentes subglaciares.

Llanuras y plataformas glaciares. Suelen ser suaves (fjell) y encontrarse surcadas por valles, aunque lo normal es que predominen las formas derivadas de procesos erosivos (se plasman en rocas aborregadas por acción del hielo), y de

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mecanismos de acumulación (deben diferenciarse según el depósito de materiales se realice en el fondo, drumlin, o colinas muy suaves con dimensiones variables, y morrenas, o manto de materiales irregulares en los márgenes). –

Frente glaciar. Está compuesto por morrenas terminales caracterizadas por caos de materiales angulosos arrastrados por los hielos. Pero en los glaciares pequeños aparecen materiales finos (sandur), fácilmente erosionables por el hielo y hasta por los gélidos vientos de altura; configuran loess, materiales más típicos de los relieves y paisajes periglaciares.

La erosión en los medios glaciares es compleja. La nieve precipita en forma de cristales dentados y separados entre sí por espacios vacíos ocupados por el aire. El peso de la nieve acumulada ejerce una presión que modifica a los cristales dentados transformándolos en compactos (facilitada por las bajas temperaturas). Así, la nieve se transforma en hielo. Pero todavía quedan los espacios vacíos, que sólo desaparecerán con el tiempo, cuando las compactaciones sean completas. Formado el hielo su desplazamiento es mayor por el centro de las lenguas glaciares y en dirección al mar (la atracción del vacío aumenta la velocidad). El desplazamiento puede calcularse entre los 0,05 y 7 km/año, si bien aumenta o disminuye en función tanto del vacío como del espesor del hielo (y que sea más viscoso, plástico, con mayor o menor carga de materiales...). En movimiento el hielo erosiona arrancando las rocas diaclasadas y luego actuando sobre el lecho (bien detectable en medios glaciares antiguos): –

Por pulimento (roce del hielo contra la roca, que da lugar a acanaladuras en el fondo y laterales, las estrías).



Por modelado (redondeando salientes y moldeando formas).

El hielo, por último, acumula materiales erosionados en forma de morrenas de fondo (triturados y de diferente tamaño), y de superficie (con materiales gruesos). En general los materiales se encuentran muy poco desgastados, e incluso disponen de múltiples aristas, luego redondeadas por pulimentación o rodamiento; suelen dar lugar a amontonamientos o caos en las terminales de valles.

3.2. Los medios periglaciares Se enmarcan en las periferias de los medios glaciares, lo que no significa que no se puedan localizar en otras partes terrestres. Es el tipo de relieve afectado por el proceso hielo-deshielo, cuya mayor intensidad se da en las vertientes de pendiente fuerte y desprovistas de vegetación. Se extiende sobre la sexta parte de las tierras emergidas y se distribuye sobre: –

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Altas altitudes, especialmente en la pradera alpina donde gran parte del año la temperatura media es inferior a cero grados y el ciclo hielo-deshielo es diario por encima de los 5.000 m. Además, es preciso establecer la diferenciación entre cara norte y sur de las cadenas montañosas: *

En la sur el proceso es más destructor debido a que es más intenso y regular, casi diario.

*

En la norte la menor irradiación hace que los hielos permanezcan más y la actuación del proceso erosivo sea menor. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

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Altas latitudes, con dos tipos: *

Polar continental, como en el caso siberiano, donde la amplitud térmica anual es mayor que la diaria, lo que propicia que el subsuelo se mantenga permanentemente helado.

*

Polar oceánico, como el ejemplo islandés, donde el invierno es menos riguroso y la humedad constante. Así, el hielo dura casi todo el año, pero su acción no es intensa y el subsuelo permanentemente helado no suele darse.

El sistema erosivo periglaciar se caracteriza porque el hielo actúa a través de los siguientes mecanismos: –

Sobre suelo y rocas. El agua transformada en hielo aumenta de volumen (un 9%), lo que propiciará (cuando esté insertada en las diaclasas) el rompimiento de las rocas, que a su vez dependerá de la textura de las mismas y de su porosidad. Pero también actúa segregando las deleznables, las de grano fino; el agua se hiela en las capas subsuperficiales del suelo provocando su hinchamiento y la elevación; asimismo, la no helada asciende por capilaridad hacia la superficie en forma de pequeños hilos, que al helarse forman minicolumnas capaces de remover suelos (pipkrake), que erosionan haciendo migrar los granos depositados en superficie.



Por deshielo y fusión de nieves. Con el aumento de temperaturas el deshielo transforma a los suelos en pastosos, lo que permite que sean fácilmente desplazables por las aguas de fusión en forma de barro líquido. En vertientes fuertes puede ocasionar la solifluxión o coladas de barro, o bien el creeping (debido a la soltura de los granos despegados por el hielo). Al tiempo, el deshielo puede dejar paso a la actuación de la arroyada sobre un suelo deshelado y frágil; y a la del viento, ya que en altas latitudes dominan vendavales capaces de arrastrar suelos desecados y crear hasta dunas de roca blanda y nieve (depósitos nivoeólicos), y sobre todo loess (depósitos de materiales finos).

El suelo característico a que da lugar el sistema periglaciar es el permafrost, con la capa subsuperficial helada, y sobre el cual se forman cuñas o pingos (de hasta 10 m de profundidad) y domos (a veces de más de 50 m de altura). En las llanuras pueden aparecer: –

Suelos poligonales, sobre terrenos muy distintos y que se presentan en forma de pentágono, desde centímetros hasta varios metros. Suelen deberse a la sustitución de aguas superficiales por otras más profundas, intercambio que provoca estas formas regulares (no tienen nada que ver con las formas regulares que se dan en suelos desecados).



Campos de barro, o yuxtaposiciones de grumos de barro fijados por líquenes y con altura de hasta 20 cm, pero que progresan rápidamente en extensión.



Campos de piedra, constituidos por derrubios procedentes de rocas gelivadas y que forman caos de bloques angulosos.



Enlosado nival, o superficie de piedra plana constituida por materiales de distinto tamaño. Al acoplarse sobre terrenos empapados de agua adquieren una disposición planimétrica, que suele perderse por actuación del hielo (hinchamiento y desplazamiento derivado).



Césped almohadillado, constituido por pequeños montículos que pueden romperse y hacer deslizar a los materiales interiores; suelen tardar cuatro y hasta cinco años en formarse, pero pueden desaparecer de forma muy rápida.

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También hay relieves y paisajes modelados en vertientes. Entre ellos resaltan: –

Aludes, que dan lugar a la formación de corredores en las vertientes similares a los canales de desagüe.



Paisajes crioclásticos, derivados de la gelifracción a gran escala y acumulados en fondo de pendientes. Pueden ser derrubios de gravedad, ordenados (en pendientes de menos de 30º), y coladas de bloques (en pendiente mínimas).



Paisajes de solifluxión, que incluyen la presencia de suelos estriados (suelos poligonales en pendiente), y coladas de barro.

3.3. Los medios áridos El principal agente de erosión es el viento, que actúa de dos maneras diferentes: –

Deflación, o barrido de los materiales finos, como las arenas. La fuerza del viento no podrá con los de mayor tamaño, que permanecerán en el sitio formando grandes extensiones empedradas (reg).



Corrosión, o erosión realizada por un viento cargado de materiales (cuarzos) sobre las rocas. Este procedimiento es mucho más activo cuanto más próximo al suelo ya que es donde más carga de materiales hay en suspensión. A su vez la corrosión interviene por medio de los siguientes mecanismos: *

Surcando arcillas, que son cortadas en forma alargada.

*

Diferencialmente, corroyendo materiales de las rocas deleznables y pulimentando a las duras.

*

Modelando, no en formas redondeadas (como por rodamiento) sino en aristas.

Pero el viento también actúa por disgregación mecánica, muy intensa donde la vegetación está ausente y donde los cambios de temperatura son frecuentes, que ahora por el fenómeno compresión-dilatación provocan el estallido de la roca, sobre todo cuando sobre ella existe humedad ambiental. Es particularmente intensa sobre sales y rocas esquistosas de coloración negra, y se da fundamentalmente en: –

Los límites semiáridos.



En las rocas no sujetas a desmenuzamiento.



En las cumbres, donde además de humedad hay heladas frecuentes.



En la parte rocosa situada al norte.



En las proximidades de mantos freáticos poco profundos.

Además, las sales se incrustan en las cavidades y poros rocosos, y son enormemente activas en el caso de producirse humedad o lluvia esporádica. Por otro lado, la arroyada (nula en los desiertos absolutos) goza de gran importancia en las áreas subdesérticas, y es tanto más activa cuanto menor sea la cantidad de vegetación. Las lluvias son esporádicas y suelen caer de forma torrencial; cuando ello se produce suele aparecer un doble fenómeno: la arroyada difusa, y la crecida de los uad (cursos esporádicos y espasmódicos de zonas muy áridas).

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Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta

Pero el viento, además de erosionar, transporta y deposita. El transporte sigue el siguiente proceso: todo grano movido tiende por gravedad a caer verticalmente, si bien es frenado por la resistencia del aire; de ahí la diferencia entre saltación y reptación. La saltación es el rebote de los granos en su choque contra el suelo, mientras el arrastre superficial tras la saltación es la reptación. El resultado son las acumulaciones de arenas, que pueden ser de tres tipos: llanuras de arenas, acumulaciones amorfas, y campos de dunas. El paisaje más típico es el de campos de dunas, que tiene su origen en la abundancia de arena y que evoluciona según la intensidad de los vientos. Cuando hay vientos dominantes se forman dunas de conjunción, en una sola dirección. Pero también las dunas pueden ser activas o vivas (las que cambian de lugar) e inactivas o fijas (cuando la vegetación impide su desplazamiento). Entre las variantes de dunas más conocidas se encuentran: –

La barjana, que se presenta aislada y con dos caras, la de barlovento (con pendiente suave) y la de sotavento (muy acusada).



Las transversales, que tienen sus crestas en ángulo recto con la dirección del viento.



Las costeras, ubicadas en las playas y originadas por los vientos dominantes martierra. Son curvadas en forma de herradura y tienen sentido parabólico en ocasiones. Suelen formarse unidas.



Las parabólicas, cuando la arena es retenida por arbustos y se acumula en alineaciones de escasa altura. No tienen pendientes fuertes y suelen permanecer inmóviles, aunque a veces se movilicen en la dirección del viento. Se dan en llanuras áridas.



Las dunas en horquilla, son parabólicas y estabilizadas por la vegetación. Suelen disponer de escasa altura.



Las longitudinales, formadas en llanuras desérticas donde hay escasez de arena si bien los vientos son intensos en una dirección dominante. Suelen tener muy poca altura, aunque pueden alcanzar kilómetros de longitud.



Las barras de arena, o alineaciones largas orientadas longitudinalmente en la dirección del viento. No constituyen dunas propiamente dichas puesto que se extienden en la dirección del viento a partir de un obstáculo.



Los seif, o alineación arenosa cuya cresta sigue una sucesión de picos y entrantes que pueden alcanzar decenas de metros de altura y hasta kilómetros de longitud.



Las dunas piramidales, o de base estrellada. Cada punta de la estrella constituye un radio que finaliza en el centro de la duna, un centro que puede superar fácilmente los 100 m de altura. Su característica fundamental es su fijeza.

En función de los caracteres citados en una zona desértica o subdesértica pueden darse los siguientes tipos de paisajes: –

Montaña, con aspecto desnudo, sin manto vegetal, y hasta sin suelo. La roca dura aflora directamente al exterior, pulimentada y con color negruzco.



Montaña estructural, compuesta por areniscas o calizas; son las hamadas. Pero esta denominación se aplica también a toda meseta desértica o serie sedimentaria de formación continental en área desértica.



Campos de dunas, con una amplia gama y diversificación de formas, y buena parte móviles.

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Fech-fech, coincidente con las orillas y bordes de lagunas saladas, que al desecarse dan lugar a paisajes con placas de sales.



Reg, con un tipo de suelo formado por cantos fruto de la deflación. Los hay de cantos angulosos, de materiales limados, de arenas gruesas, etc.

Pero también comunes tanto a las áreas desérticas como subdesérticas son: –

Los glacis, o pendientes longitudinales muy suaves que se instalan sobre rocas blandas.



Las pedillanuras, extensiones de menor inclinación que los glacis y cobertera débil de materiales.



Los inselberg, o montes islas, que pueden alcanzar hasta los 500 m, y que se inscriben tanto en glacis como en pedillanuras.

Tanto inselberg como pedillanuras se encuentran muy bien conservados, lo que presupone que los relieves desérticos y subdesérticos se encuentran bastante bloqueados en su evolución.

3.4. Los medios húmedos A causa de la abundancia de agua y de las temperaturas uniformemente elevadas es la actuación química quien define a los medios húmedos. Los componentes de la roca que pueden ser disueltos desaparecen por lixiviado aportando los suelos latosoles, muy cargados de hidróxidos de hierro y aluminio (los componentes no solubles), mientras el resto son introducidos por percolado hacia el interior del suelo o bien arrastrados por las aguas hacia los cursos fluviales. Son las grandes concentraciones de minerales no solubles las encargadas de formar las denominadas corazas lateríticas, en cuya constitución también interviene la vegetación al hacer uso de otros minerales y de la materia orgánica y dejar a estos en superficie. Además, la corrosión de las rocas es intensa ya que se dan las condiciones de abundancia de agua, humedad y temperatura. Luego interviene la escorrentía, debido a la cantidad y regularidad de agua disponible. Por ello en las llanuras se forman meandros y grandes cursos fluviales con alta carga de materiales en disolución y suspensión. En las áreas montañosas los desprendimientos por ablandado de la roca son frecuentes. Cuando aparece estación seca los suelos son los latosoles amarillentos, muy lixiviados por la cantidad de agua en la época de lluvias. Pero la instalación de redes hidrográficas arroja cursos fluctuantes en su caudal de acuerdo con las estaciones. Al margen de la formación de zonas de inundación, luego transformadas en barrizal (y posteriormente por desecación en áreas con suelos frágiles y con figuras geométricas), el elemento erosivo fundamental continúa siendo la acción química, seguida de la arroyada.

3.5. Los medios templados En los climas subtropicales húmedos se presenta una pronunciada continentalidad. Aún así los suelos de estas regiones son los rojo-amarillos fuertemente lixiviados, y que se 92

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relacionan con los latosoles de las zonas tropicales (ecuatoriales). Son ricos en óxidos de hierro y aluminio pero pobres en nutrientes vegetales. En los climas marítimos de costa occidental se combina la uniformidad térmica con un régimen mediterráneo, lo que provoca que la lixiviación se encuentre acentuada en los podzoles, que son de naturaleza ácida. Como las temperaturas son bajas la actividad bacteriana es poca y los depósitos de humus son potentes. Así, los ácidos de la vegetación reaccionan con los del suelo y alumbran bases de calcio y sodio que se traducen en suelos podzólicos grises y pardos, donde la lixiviación es el sistema erosivo. En los climas mediterráneos, o subtropicales con verano seco, los suelos dominantes son los pardo rojizos y terras rosas, que son menos lixiviados y están más sujetos a la acción de la arroyada, creadora de bad-land y cárcavas. En los ámbitos desérticos y esteparios de latitudes medias, que ocupan amplia extensión (sobre todo las segundas), la continentalidad se deja notar en exceso con evaporación que a veces sobrepasa a la precipitación, con lo que dominan los suelos secos, muy expuestos a la arroyada de aguaceros locales y a la formación de barrancos. Son los suelos pardos claros o grises, que presentan exceso de carbonato cálcico y que forman costras duras (caliche). En los climas continentales húmedos las variaciones térmicas son notables y el máximo de precipitaciones es estival con dominio de masas polares continentales en invierno. Predominan los suelos podzólicos grises y pardos moderadamente lixiviados; pero también los fuertemente lixiviados, deficitarios en calcio, potasio y magnesio, y que además son ácidos. En las zonas más secas aparecen los chernozem, oscuros, con abundante calcio y potasio, y poco lixiviados. Puede decirse que el agente erosivo esencial de estos ámbitos de la zona templada varía en razón de la cantidad de agua, si bien es coincidente con su actuación centrada en el mayor o menor lavado de los suelos. En altura dominará la acción de los hielos.

4. LA CONJUNCIÓN DE FACTORES ZONALES Y AZONALES COMO CAUSA DE LA DISTRIBUCIÓN DE MEDIOS Y BIOCENOSIS La interacción de factores ecogeográficos alcanza su máximo exponente en la distribución y reparto de la vida y establecimiento de ecumenes y biotopos. De acuerdo con la extensión de las áreas y su configuración se pueden distinguir cuatro tipos: –

Cosmopolitas. Se aplica el término a las que abarcan grandes porciones de la superficie terrestre. Los ejemplos más comunes se encuentran en las plantas acuáticas, las que tienen como medio de vida un agua cuya composición es bastante homogénea en todos los lugares del mundo. También los animales y vegetales relacionados con el hombre (ortigas, moscas...).



Circunterrestres. Se extienden alrededor de límites latitudinales precisos; así, la circumboreal (pingüinos, líquenes...).



Disjuntas. Son las discontinuas debidas al fraccionamiento de un área en principio unificada. Es el caso de las migraciones animales que les hacen residir en lugares

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distintos según las épocas estacionales, emplazamientos que mantienen condiciones del medio bastante análogas a veces. –

Endémicas. Se encuentran muy localizadas en un territorio definido. Es el caso de determinados enclaves, como el de la vegetación macaronésica en el archipiélago canario.

Pero la actual distribución de los seres vivos es resultado tanto de factores internos o propios como externos del medio en que viven: 1. Factores internos. Son tres esenciales: –

La capacidad de propagación. La expansión de una especie depende de su capacidad reproductora y de su diseminación en el espacio. La primera varía enormemente de unas a otras (en los vegetales la producción de semillas puede llegar desde la unidad a las 12.000 de las orquídeas). La diseminación, a su vez, puede efectuarse de distintas formas: activa (propia de los animales y hasta de algunas plantas que por el estallido de sus frutos son capaces de situar las semillas en lugares alejados); y pasiva (cuando un agente externo se encarga de transportar las semillas). Según el agente de transporte se distinguen cuatro formas de diseminación pasiva: *

Anemocoría. Es la efectuada por el viento (insectos, bacterias, algas, esporas vegetales, etc.).

*

Zoocoría. Es la realizada por animales.

*

Hidrocoría. La ejecutada por el agua.

*

Antropocoría. Es un tipo normalmente de dispersión voluntaria efectuada por el hombre por medio de especies cultivadas, animales domésticos; pero también puede ser involuntaria (parásitos, roedores, etc.).



La amplitud ecológica. Cada especie puede vivir solamente entre dos valores límite de cada uno de los distintos factores del medio (climáticos, edáficos...); así, cuanto mayor sea la distancia entre dichos límites más fácil será su acomodación a las condiciones del medio, y tanto más amplios espacios podrá abarcar.



El potencial evolutivo. Las especies evolucionan constantemente ya que su constitución genética está sujeta a las variaciones de los distintos fenómenos que intervienen en un medio concreto. Dicho medio ejercerá un papel selectivo al permitir el desarrollo de los individuos mejor adaptados. Pero las variaciones genéticas y la selección impuesta por el medio conducirán, a su vez, a la constitución de nuevos tipos (de una especie pueden derivar subespecies adaptadas a ámbitos particulares).

2. Factores externos. Son los que se oponen al crecimiento de áreas con seres vivos. Son los siguientes:

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Geográficos. Relieves altos y océanos impiden o reducen la diseminación.



Climáticos. Los altibajos térmicos o pluviométricos cumplen la misma función.



Edáficos. La presencia de sustratos incompatibles con las necesidades de las plantas condicionarán no sólo su distribución sino la derivada animal.



Bióticos. La aparición de parásitos o depredadores, e incluso del propio hombre, limita la difusión e implantación de especies. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

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Pero la distribución de los seres vivos es también resultado de factores pasados; desde las regresiones y transgresiones marinas hasta los cambios climáticos de las glaciaciones (y actuales incluso) han modificado y modifican condiciones ecológicas. Así, los periodos glaciares del cuaternario permitieron la expansión de especies boreales (sauces, abedules, renos...), mientras en los interglaciares se produjeron movimientos inversos. Como resultado de todo lo antedicho, en la actualidad el planeta se encuentra dividido en cinco grandes áreas terrestres faunísticas y vegetales, separadas por zonas de transición de extensión muy variable. Son las siguientes: –

Holártica, o boreal.



Neotropical, o americana.



Africano-malgache, o etiópica.



Asiático-pacífica, o indomalaya y polinésica.



Antártico-australiana.

En cada una dominan especies animales diferenciadas, a su vez condicionadas por las formaciones vegetales. Una formación vegetal está compuesta por elementos predominantes y herbazal, de tal modo que cada conjunto o comunidad vegetal podrá albergar animales propios. A las comunidades de seres vivos (animales y vegetales) que comparten unas mismas condiciones de vida se les denomina biocenosis. Si las comunidades vegetales condicionan la vida animal el análisis biocenótico debe comenzar precisamente por aquí. Las principales son las tres siguientes: –





Arbóreas. Son las que disponen de una talla superior a los diez metros. Entre ellas resaltan los bosques: *

Caducifolio. Se da en los climas templados o tropicales secos (haya, olmo...).

*

Perennifolio. Propio de los climas ecuatoriales o subtropicales húmedos.

*

Esclerófilo. Se ubica en los climas mediterráneos, y se caracteriza por los hojas perennes y coriáceas (encina).

*

Resinoso. Se da en climas subpolares o alpinos, con formaciones mixtas de hoja perenne (abeto) o caduca (alerce).

Arbustivas. Son las que disponen de talla entre dos y diez metros, e incluyen las matas entre 25 cm y dos metros. Los tipos son: *

Landa. Se da en climas templados oceánicos, con formaciones densas de brezos, aliagas, retamas...

*

Garriga. Es original de los climas mediterráneos y se caracteriza por la vegetación esparcida de romeros, tomillos... conjuntados con carrascas y encinas.

*

Maquis. También de clima mediterráneo y constituido por formaciones muy densas de madroños y monte bajo.

Herbazal. Son praderas emplazadas sobre climas variables y con formaciones de césped alto. Los tipos son: *

Estepa. Se da en climas continentales o semiáridos, y está constituida por vegetación esparcida de gramíneas xerófilas.

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*

Sabana. Es de clima tropical (si bien las hay extratropicales, como las pampas), y una formación densa de hierbas altas mantenida normalmente por incendios periódicos.

*

Turbera. Se da en climas muy húmedos, sobre suelos orgánicos y saturados de agua.

*

Tundra. Corresponde a climas alpinos y polares, y es una mezcla de césped con sauces y abedules enanos.

Por lo que concierne a las asociaciones animales resulta extremadamente complejo realizar clasificaciones por cuatro razones básicas: –

La diversidad, porque mientras las especies vegetales no superan las 300.000 los insectos sobrepasan el medio millón.



La movilidad, referida tanto a cambios espaciales (migraciones) como temporales (larvas acuáticas que pasan a insectos terrestres o aéreos).



Las oscilaciones, especialmente de las poblaciones, que derivan de los cambios climáticos.



La sensibilidad, ahora de determinadas poblaciones a la actuación de parásitos u otras especies animales.

Lo cierto es que en una biocenosis se dan formas de interacción manifestadas en fenómenos de competencia y de dependencia. Los primeros corresponden a la lucha por el espacio, luz, agua... Los segundos se traducen en relaciones entre seres, que pueden ser de comensalismo, de simbiosis en beneficio recíproco, de parasitismo o explotación alimentaria de unos organismos por otros, y de predación o consumo de una especie por otra. Estas interacciones mantienen el equilibrio de la biocenosis y desarrollan las cadenas alimentarias, en las que se distinguen tres tipos de organismos: –

Productores, los que utilizan la energía que proporciona la luz (las plantas) y elaboran materia viva a partir del medio mineral.



Consumidores, los que se alimentan de otros seres vivos, y que se dividen en consumidores: * De primer grado (herbívoros). * De segundo grado (carnívoros que se alimentan de herbívoros). * De tercer grado (carnívoros que se alimentan de carnívoros).



Descomponedores, como las bacterias, hongos... que se alimentan de restos orgánicos y proporcionan el retorno de la materia orgánica a su lugar de procedencia, el mundo mineral.

El equilibrio resultante de estas interacciones en una biocenosis conduce a la creación de un modelo de organización superior, el ecosistema, ahora constituido por el conjunto de flora, fauna, clima y suelo. Pero biocenosis y ecosistema no constituyen conjuntos estáticos sino en evolución continua derivada del propio desarrollo de las comunidades vegetales, hasta constituir series o conjuntos que se suceden y que reciben el nombre de la especie más representativa. La evolución vegetativa se realiza paralelamente con la zoocenosis y elementos del suelo. Pero a veces la vegetación puede presentar una evolución regresiva derivada de una degradación del suelo o clima, o bien por factores exógenos (talas, pastoreo...). En todo caso, esa evolución paralela deriva de las influencias recíprocas e interactivas, que pueden ser tan estrechas que en ocasiones no se puede determinar si es el 96

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Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta

medio quien condiciona a la biocenosis o a la inversa. De ahí que sea complejo definir la actuación de los principales factores ecogeográficos, los denominados factores externos: topográficos, climáticos, edáficos y bióticos. –

Topográficos. En ocasiones se requieren determinadas condiciones topográficas para el desarrollo de ciertas comunidades vegetales. Así, las de áreas pantanosas suelen instalarse en turberas, valles glaciares, concavidades donde se acumule el agua de lluvia...



Climáticos. Se reducen esencialmente a dos, temperaturas y precipitaciones; pero también inciden considerablemente la luz y el viento. Con referencia a las temperaturas la zona de vegetación constituida en paralelo al ecuador se debe a las variaciones latitudinales del factor térmico y se modificará de acuerdo con su situación continental u oceánica. En regiones montañosas aparecerán también variaciones térmicas debido a la disminución de la temperatura con la altura, lo que originará pisos de vegetación. También la orientación de los relieves va a proporcionar la existencia de formaciones vegetales diferentes en solanas y umbrías. La luz, a través de su intensidad es quien condiciona la actividad fotosintética, y en consecuencia el mismo crecimiento de las plantas; a través de su duración también controlará la floración vegetal. De acuerdo a su intensidad permitirá la existencia de especies heliófilas (necesitadas de luz), y esciófilas (ahora de sombra); las primeras se desarrollan en landas, garrigas y en general en espacios abiertos; y las segundas bien en umbrías, bien en estratos inferiores de comunidades arbóreas. Las precipitaciones actúan en razón tanto de la cantidad como de la distribución anual. Por tanto, hay que tener en cuenta el balance hídrico, la diferencia entre aportes y pérdidas de agua por evaporación. Y además dicho balance queda en extrema dependencia de tres factores: topografía, suelo y la misma vegetación. Lo cierto es que será excedentario en regiones húmedas y deficitario en áridas. De este modo en sectores húmedos se implantarán las especies higrófilas, que viven en condiciones de humedad próximas a la saturación (juncos, cañas...); y en áreas secas las xerófilas. Entre unas y otras es donde aparecen la mayoría de las plantas, las mesófilas. La nieve, como parte integrante de la precipitación, es un factor ecológico trascendente tanto por la reserva de agua que representa como por su papel preservador de las plantas (al impedir que se hielen tras descensos bruscos de temperaturas). En contrapartida, puede convertirse en un factor de deterioro cuando su duración sobre las plantas es muy prolongada, bien impidiendo la transpiración o bien ejerciendo un peso excesivo. En todo caso hay plantas que en gran medida dependen de este fenómeno meteorológico (musgos, líquenes...); son las quinionófilas. El viento condiciona la disposición de las plantas; así los vendavales les dan formas postradas, en almohadilla, y a las ramas arbóreas estructura de bandera (porque sólo crecen en la dirección marcada por el viento); y hasta impiden la aparición de árboles en áreas litorales, donde además de fuertes soplan constantemente.



Edáficos. El contenido de agua en el suelo también condiciona los tipos de plantas según su higrofilia o xerofilia. El contenido de calcio desarrolla a las especies calcícolas y evita a las calcífugas; el de sodio permite el desarrollo de las halófilas; etc.



Bióticos. Resalta la actuación humana bien repoblando, restaurando suelos... Otra forma consiste en la introducción de vegetales ruderales (en caminos, escombreras, etc.). Se trata de plantas que viven en un suelo distinto al que les corresponde, nitrogenado (de ahí que se les denomine nitrófilas).

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Así pues, es claro que una biocenosis se define por un clima, que a su vez proporciona una vegetación específica. La conjunción climática y vegetativa será la que dé lugar a la aparición de las dos grandes biocenosis: extratropicales (subpolares, zonas templadas, templadas-cálidas y áridas) e intertropicales (tropicales y ecuatoriales). A modo de recapitulación puede sostenerse lo siguiente. La biosfera es un subsistema del sistema tierra, abierto y que funciona en razón de la cantidad de energía recibida procedente del sol. En él los organismos se organizan; los vegetales extraen del suelo sus necesidades y revierten al mismo parte de materia y generan nuevo suelo; es una situación de biostasia que tiene unos límites que los seres vivos no pueden rebasar porque no es factible un desarrollo ilimitado. Pero ese equilibrio o clímax es sólo relativo porque se producen desajustes, ante los cuales los seres vivos responden buscando nuevamente el equilibrio; es el equilibrio dinámico. Los más graves y cercanos son los que provoca el hombre y que casi siempre son regresivos; es la diferencia entre equilibrio biostático y desajuste rápido o rexistasia. Lo cierto es que las biocenosis más complejas tienden a ser más estables; pero cualquier alteración del equilibrio dinámico que rebase ciertos umbrales dimensionales puede acarrear la imposibilidad de recuperación del equilibrio dinámico. Y la acción del hombre es quien introduce equilibrios con niveles de organización menores. Así el hombre produce microclimas, actúa lesivamente sobre muchos seres vivos, destruye suelos... y todo se traduce en la aparición de ecosistemas de niveles inferiores. Crea agrosistemas que producen máximos, eliminando las especies que mantenían el equilibrio biocénico y originando el desajuste de los equilibrios dinámicos naturales. Se funciona contracorriente porque la Biosfera se apoya en flujos cíclicos; así en el suelo intervienen fuerzas meteóricas y biológicas, las primeras permitiendo la utilización por las plantas, y las segundas instalando procesos colonizadores y constructores. El proceso conlleva equilibrio dinámico, transformador y enriquecedor de la comunidad biótica, que se mantiene por el equilibrio existente entre oferta y demanda. Pero ese equilibrio, el umbral de tolerancia de la Naturaleza, es cada vez más alterado por el desarrollo tecnológico, con la introducción de abonos químicos, herbicidas... que se incorporan a los ciclos biogeoquímicos. Y además los agrosistemas son cada vez más simples y por ello se alejan de lo natural.

5. LA DIVERSIDAD DE FACTORES EN ZONAS BIOCLIMÁTICAS 5.1. El concepto de bioclima Una zona bioclimática se refiere al área de la superficie terrestre homogénea en alguno de sus caracteres y que suele delimitarse por paralelos. Se trata, pues, de cinturones de carácter latitudinal, a diferencia de las regiones que son porciones también homogéneas pero superficialmente más reducidas y sin relación alguna con los paralelos. Puede hablarse así de las zonas tropicales, de sabana, taiga, desérticas... En la zona tropical la homogeneidad se encuentra en el clima, y especialmente en las temperaturas elevadas. En la sabana y taiga en un determinado paisaje vegetal para cada una. En los desiertos reside en un fenómeno complejo, la aridez. En el área monzónica, por el contrario, cabe hablar de región por su ubicación en el Sureste de Asia, en el dominio del monzón. Y tampoco puede hablarse de clima templado oceánico porque no se prolonga 98

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Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta

longitudinalmente sino en sentido de los meridianos; es más propio hablar de regiones oceánicas. Climas y bioclimas monzónicos y templados son fenómenos catalogados como azonales. De ese modo, zonal es aquel fenómeno de claro componente paralelo. Azonal será el factor o elemento independiente del medio bioclimático de una determinada zona; así, el abarrancamiento producido por la arroyada (debido a la acción del agua por ausencia de cobertera vegetal), el relieve volcánico... Puede afirmarse que zonal es el fenómeno que se adscribe a una zona determinada, o una serie de fenómenos que se organizan zonalmente (por ello se da una zonación de paisajes vegetales, de la que deriva otra zoológica...). El concepto de zona tiene una génesis climática, pero la división climática del planeta resulta a su vez de la combinación de una serie de factores zonales y azonales: –

Los zonales son de carácter cósmico, y derivan de la acción del sol y de los movimientos de traslación de la Tierra (a esos dos caracteres se encuentra vinculada la organización zonal).



Los azonales son ahora de carácter geográfico, y entre ellos resaltan la distribución de océanos y mares, la continentalidad y el relieve (los elementos que modifican los esquemas zonales).

La actuación de los factores zonales puede ser descrita de la siguiente forma: 1. La radiación que llega a la Tierra es variable por la propia forma esférica del planeta, por su movimiento alrededor del sol, por la inclinación del eje terrestre, y por la posición de la Tierra con respecto al sol en las distintas épocas del año. De ese modo la insolación provoca la diferenciación zonal y hasta el ritmo estacional, si bien queda subordinado a la primera (las estaciones varían según las latitudes). Todo ello significa que la radiación se distribuye desigualmente: –

En el espacio, porque del ecuador a los polos las temperaturas disminuyen regularmente.



En el tiempo, según las estaciones térmicas.

Dichas desigualdades derivan del denominado balance radiactivo a ambos lados del paralelo 35º. Entre ambos y el ecuador se inscriben las zonas intertropicales y subtropicales, donde la altura del sol sobre el horizonte varía escasamente, de lo que resulta un balance excedentario y una enorme banda cálida paralela a ambos lados del Ecuador. Sin embargo, más allá de dichos paralelos, en las latitudes medias y altas, la Tierra emite más calor del que recibe, con lo cual el balance radiactivo es deficitario con la resultante de climas templados y fríos. 2. La presiones, vientos, frentes y corrientes marinas. El desigual calentamiento de la Tierra genera movimientos diferentes en los distintos fluidos (vientos y aguas), lo que a su vez provoca diferencias de densidad según latitud. Y esos movimientos tienden a restablecer el equilibrio entre regiones frías y cálidas. En las primeras el aire denso se dirige hacia las cálidas mientras las aguas más frías bajan a los fondos oceánicos. En las segundas el aire caliente y ligero asciende mientras las aguas templadas y ligeras suben a la superficie. De este modo se producen intercambios entre zonas frías y cálidas, tanto en altura atmosférica como en superficies marinas. Por ello se da una organización zonal fundada en: –

Presiones, con centros de altas y bajas, los motores de la dinámica general atmosférica.

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Vientos, con regímenes atmosféricos de flujo zonal.



Frentes, con superficies que separan anticiclones y borrascas.

3. La humedad, que deriva de dos hechos: –

La estabilidad anticiclónica, provocada por las altas presiones (altas latitudes y zonas subtropicales) y que tiende a la aridez.



La inestabilidad ciclónica, derivada de las borrascas que se dan en latitudes medias (a lo largo del Frente Polar, que separa las masas tropicales de las polares) y que propician abundantes lluvias.

5.2. Las variantes bioclimáticas A partir de estos hechos puede establecerse una zonación térmica determinada por el balance radiactivo: –

Polares (Ártica y Antártica) por encima de los 66º, con casquetes de hielo originados por la larga duración de la noche polar (puede durar seis meses). El sol aparece a la altura del horizonte pero no calienta debido a la oblicuidad de sus rayos. La consecuencia es muy bajas temperaturas.



Intertropical, entre los trópicos, y por tanto, a ambos lados del ecuador. El sol alcanza su vertical dos veces al año, si bien el calor es uniformemente elevado y los climas resultantes uniformemente cálidos. Los únicos contrastes son debidos a las lluvias, que a su vez dependen del balance anual en latitud de las bandas de presiones y vientos.



Templadas, sitas entre las anteriores (polar y tropical) y con dos bandas, la boreal y austral, limitadas por los trópicos y los círculos polares. Los rayos solares no llegan en perpendicular, a lo que se une la desigualdad de duración entre días y noches. Así el calentamiento es variable lo que se traduce en la aparición de estaciones térmicas. Sin embargo, la zonación aparentemente no es específica sino más bien resultado de un encuadramiento entre dos zonas puras (las precedentes), el resultado de la combinación de masas frías polares y cálidas tropicales.

5.3. Los contrastes y biocenosis extratropicales En el Hemisferio Norte se extienden entre los 30º y 80º sobre amplias masas continentales de Eurasia y América del Norte, mientras en el Hemisferio Sur comprenden sólo Tasmania y Nueva Zelanda, más allá de los 35º, más los conos sur de África y América y el continente antártico (que por sus condiciones extremas es abiótico). Estas zonas están sometidas a un ritmo térmico caracterizado por estaciones frías y cálidas, por cuya intensidad de Norte a Sur se pueden distinguir:

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Una zona polar y otra subpolar (templada-fría), de inviernos muy rigurosos y cortos estíos.



Una zona templada de inviernos y veranos moderados.



Una zona templada-cálida, con inviernos suaves y veranos calurosos. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

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Además, existen otros contrastes derivados de la proximidad o lejanía de las masas oceánicas. En el hemisferio boreal resaltan las zonas siguientes: –

Polar y subpolar. En primer lugar la tundra se extiende desde las proximidades del polo norte hasta los 50º-70º, zona dominada por las criptógamas (musgos, líquenes y hongos) y herbáceas y arbustos cuanto más al Sur. El poblamiento animal es pobre en especies y sólo superviven los de gruesas pieles o amplias capas adiposas; e incluso no se desarrolla la hibernación debido a la presencia de suelos permanentemente helados. Además, la existencia de vegetación sólo durante una época del año altera el ritmo animal obligando a los vertebrados a migrar (unos en busca de pastos y otros de los herbívoros). Algunos buscan su alimento en el mar. Tras la tundra aparece la taiga, donde las temperaturas son más módicas y la humedad más elevada, con suelos podsoles definidos por el proceso hielo-deshielo, que aún así permite el desarrollo de coníferas y un sotobosque de musgos, líquenes y helechos. La fauna invertebrada ya practica la hibernación; pero también buen número de carnívoros y roedores. En el verano es cuando aparecen los insectos.



Templada. Es el dominio de las caducifolias, entre los 40º y 55º, donde las temperaturas son módicas en invierno y cálidas en verano y las precipitaciones elevadas. Los bosques mixtos se enmarcan en los interiores continentales. La fauna se somete al ritmo de las estaciones y a la periodicidad de la vegetación. En invierno las aves emigran a zonas cálidas, y su hueco es ocupado por las especies migrantes de las zonas subpolares. La caída de las hojas proporciona la hibernación de reptiles y roedores, e incluso de infinidad de especies de insectos. La fauna es abundante y más prolija que la boreal, aunque su mayor actividad no se desarrolla en el bosque sino donde éste conecta con los llanos o claros. En las latitudes medias domina la aestisilva, especialmente en las fachadas occidentales de los continentes, y en circunstancias concretas la ericifructiceta (estepa). Y si el continente dispone de gran masa (Eurasia) pueden degradarse hasta las formaciones semidesérticas o desérticas. Las formaciones desbordan las bandas zonales de latitudes medias. Las dominantes son las de bosque oceánico o bosque de zona templada (que salvo en Chile sólo aparece en el hemisferio norte). El bosque oceánico es un reducto ya que se presenta muy regenerado, con especies replantadas rentables. Resaltan los robles, hayas, olmos, chopos, arces, sauces, tilos, castaños, alisos, nogales... con sotobosque de espinos, zarzales, brezos... El aporte de materia orgánica desempeña un alto papel en la regeneración del suelo y en el consiguiente mantenimiento del bosque templado. Las respuestas animales son peculiares, especialmente al clima. Puede decirse, por tanto, que las variantes de la zona templada son las siguientes: *

Templada-cálida. Se extiende entre los 30º y 40º y su característica es disponer de varios meses con temperaturas superiores a los 20º. Además, la cantidad y distribución de lluvias potencian la vegetación. Pero pueden distinguirse las variantes: •

Mediterránea, en el ámbito meridional de la fachada occidental de Europa y costa de California. Los inviernos son templados y los veranos cálidos. Es la sequedad de los estíos quien impone la vegetación xerofítica, con raíces profundas para captar agua y hojas pequeñas para evitar la evaporación. Domina el sotobosque y el chaparral (con la distinción entre maquis y garriga).

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



*

Subtropical húmeda, con ausencia de periodo seco en verano, y emplazada en las fachadas orientales de África. La vegetación sigue ritmos intermedios entre la zona templada e intertropical. En general se trata de un bosque de caducifolias.

Estepas. En el Hemisferio Norte están en los interiores continentales, donde los inviernos son crudos y los veranos tórridos, y además las precipitaciones raramente superan los 500 mm. Son formaciones herbáceas con gramíneas xerofíticas. En el norte resaltan las de Eurasia e interior estadounidense. La fauna es migratoria y agrupada en grandes rebaños (bisontes), nubes (langosta), bandadas (garzas, grullas...), etc. como medio de defensa ante depredadores. Se define por su gran movilidad y ligereza.

En el hemisferio austral se extienden las zonas extratropicales sobre masas continentales reducidas o islas, lo que indica que los contrastes estacionales son poco marcados y las comunidades resultantes homogéneas. Como nota distintiva la escasez de arbolado y el dominio del arbusto y el herbazal, debido esencialmente a la presencia constante del fuerte viento oceánico. Resaltan las siguientes variantes: –

Polar y subpolar. El bloque antártico es un desierto helado que permite la vida a las algas (sólo la atemperación litoral desarrolla la vida acuática). La subpolar está representada en algunas islas, donde aparece la tundra de líquenes con algunos crustáceos.



Templada. Se extiende sobre los 45º. En Nueva Zelanda aparecen bosques mixtos y abundancia de helechos, mientras los de hoja caduca sólo están en los Andes. Sus variantes son las dos siguientes: *

Templada-cálida. Cubre importantes extensiones en el sur de América y África, Australia y Nueva Zelanda. El clima subtropical húmedo de Nueva Zelanda da lugar a bosques perennifolios; en el resto de lugares será mixto y con sotobosque. El subtropical seco aporta vegetación del tipo mediterráneo en Australia y África del Sur.

*

Estepa. Está presente en Nueva Zelanda y Australia, pero con aspecto de sabanas por la presencia de eucaliptos. En el Sur americano el herbazal alumbra las pampas, sabanas extratropicales donde las precipitaciones superan los 600 mm. En el sur de África están las estepas de altura, los veld.

5.4. Los contrastes y biocenosis intertropicales Entre los desiertos y el Ecuador se da un cambio climático reflejado en un alza de las temperaturas y reducción de la oscilación térmica; pero también en la subida de las precipitaciones y su reparto regular a lo largo del año. Además, la duración de días y noches es homogénea. Todos estos factores favorecen el desarrollo de una exuberante flora y fauna, más rica en especies y número que en ninguna otra parte de la Tierra. El área tropical se encuentra representada en todos los continentes al cubrir gran parte de América Central, América del Sur, África, La India, Sureste de Asia, Indonesia y parte de Australia. Pero las zonas intertropicales pueden dividirse en:

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Tropical con estación seca.



Ecuatorial. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta

La tropical se define por la lluvia concentrada en una estación, cuando se produce la eclosión vegetal y la aparición rápida del herbazal. Alumbrará especies tropófilas (cambiantes). Se distinguen: –

La estepa espinosa, en los límites externos de los desiertos, con matorral discontinuo y árboles en forma de sombrilla. También los cactus adquieren importancia.



Matorral espinoso, donde la lluvia alcanza los 800 mm, y adquiere forma de monte bajo (el más representativo es la caatinga brasileña).



Bosque tropical seco y monzónico. El primero ocupa las zonas que reciben entre 1.000 y 1.500 mm, y está formado por árboles caducos de hasta 20 m de altura; el sotobosque está integrado por arbustos, mientras el estrato herbáceo es pobre. El bosque monzónico (azonal) se debe al fenómeno de los vientos que soplan de forma alterna hacia mar o tierra; se emplaza en La India, Madagascar... Cuando las lluvias alcanzan los ocho meses la diversidad de floresta y su talla aumentan (hasta 40 m), y el sotobosque se compone de densa vegetación. La pluvisilva al alejarse del ecuador pierde sus caracteres, lo que permite el surgimiento de la hiemisilva o bosque tropical de hoja caduca (entre los 15º y 20º). Ahora hay un estrato superior de árboles no continuos y con corto número de especies; y otro inferior con árboles de menor porte y espinosas. Los bosques aquí son polimórficos, y hasta facilitan la formación estacional de sabana (que brota en la estación de lluvias y se agosta en la seca). Pero sólo las especies mejor dotadas dan carácter a este bosque. En las orillas de los ríos aparecerán los bosques galería. La fauna de vertebrados es más amplia mientras disminuye la edafofauna. Cuando no es debido al clima sino al empobrecimiento del suelo cambian las concidiones y surge la hiemifruticeta o matorral, con el mejor ejemplo en la caatinga brasileña, la costa pacífica mexicana, Chaco, Somalia... Se trata de conjuntos arbustivos densos y espinosos (de ahí que también se les denomine cerrados). En el suelo dominan las gramíneas duras y no hay una formación animal específica. Asimismo, acomodado al ritmo estacional surge en otros lugares un tapiz herbáceo, las sabanas, que en su interior dejan a los denominados bosques parque; ahora se trata de gramíneas vivaces altas que compiten con los arbustos por el espacio, y se trata de una adaptación tanto al suelo como al agua. Domina la riqueza cuantitativa y cualitativa de especies vertebradas, con gran proporción de consumidores secundarios. En el centro y Oeste de los continentes la sabana herbácea es sustituida por la arbustiva, la siccideserta, franja de transición a las formaciones desérticas, con claras adaptaciones a medios ya áridos. El número de especies es bajo y numéricamente el mundo animal es reducido. Hacia los interiores continentales la especialización se agudiza con sistemas radiculares de captación profunda y fabricación de reservas de agua en las plantas, mientras los mamíferos modifican sus hábitos hasta transformarlos en nocturnos.

La banda ecuatorial, por su parte, es más homogénea porque las temperaturas son elevadas y constantes y la oscilación térmica anual muy baja (dos grados); y las precipitaciones son muy altas y regulares. Pero se pueden distinguir dos tipos de bosque: –

Ombrófilo (o higrófilo), con perennifolias.



Mesófilo, menos húmedo y semicaduco puesto que puede perder o no las hojas en razón del agua disponible.

En general los bosques ecuatoriales disponen de una cubierta arbórea muy tupida y alta debido a la saturación de humedad. La fauna posee gran cantidad de alimento, y se distribuye según pisos arbóreos, mientras en superficie es muy reducida. La densidad arbórea no GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

es el único rasgo distintivo ya que la diversidad de especies se puede llegar a medir en millares, mientras la de especies de flora suele alcanzar las decenas de miles. Es la pluvisilva, competitiva por la luz y el espacio, lo que se plasma en adaptaciones a nichos ecológicos. La masa de vegetación está constituida por plantas planifolias, con diferencia entre las hojas de sol y sombra, e incluso entre la forma para facilitar el escurrido del agua. Es hasta frecuente la caulifloria (flores y frutos sobre el tronco). Pero la mayor parte de la energía se transforma en soportes leñosos, mientras la materia muerta constituye la fuente de alimentación de la microfauna edáfica. Los órdenes reptilianos están bien representados. El mundo de los vertebrados es notable más por la variedad que por la cantidad. Tanto en vegetales como animales no hay especies dominantes sino individuos aislados que sobreviven por adaptación (a la luz, alimento, a suelos con pobreza de componentes inorgánicos...). Como variantes específicas aparecen el bioema ecuatorial de la pluvifruticeta, en las costas bajas, arenosas, fangosas o coralinas bañadas por corrientes cálidas; son los manglares, con muy reducido número de especies, y con las variantes de costa occidental (muy pobre) y oriental (rica en especies). Se trata de una vegetación azonal que llega hasta espacios tropicales (hasta los 30º) y que se caracteriza por la maraña leñosa, adaptación salina y la presencia de raíces profundas para fijarse al suelo y sortear así el influjo de las mareas. Es el dominio de los crustáceos, y es pobre hasta la fauna alada. Pero también surgen bioemas subecuatoriales y tropicales de transición, cuya distribución ya no es zonal. Las lauráceas se encuentran desde el ecuador hasta los 50º, en las latitudes medias, bien adaptadas a situaciones transicionales, y con especies de cortejo acompañantes, también adaptadas a la altitud u otros factores geográficos. El alto grado de azonalidad impide que dispongan de faunas concretas. Asimismo, los de transición a las latitudes medias, la durisilva, formaciones bien arbóreas (durisilva propiamente dicha) o arbustivas (durifructiceta). La primera está integrada por formaciones perennifolias con gruesas protecciones y que a veces se presentan en bosques monoespecíficos (pináceas), que permiten el desarrollo de tapiz herbáceo; un ejemplo representativo es el bosque mediterráneo, con presencia de vertebrados, comunidades reptilianas y fauna avícola profusa. La segunda es subarbustiva y de origen antrópico (es el bioema desertizado), con alguna especie vegetal adaptada y animal correspondiente; es el maquis y la garriga.

5.5. Los contrastes y biocenosis áridas Las regiones áridas son las definidas tanto por la escasez de lluvias como por la amplitud térmica, circunstancias que conjuntadas reducen el desarrollo de animales y plantas. Pueden distinguirse tres tipos: –

Semiáridas, con precipitaciones inferiores a los 500 mm.



Áridas, ahora inferiores a los 250.



Hiperáridas, donde pueden darse años seguidos sin agua.

Las áridas e hiperáridas ocupan amplias extensiones en las zonas tropicales y subtropicales. Son resultado de la acción de los vientos alisios secos que soplan de forma permanente de las altas presiones subtropicales a las bajas presiones ecuatoriales. En el hemisferio boreal los desiertos se extienden por la casi totalidad del norte africano, cercano Oriente y penetran hasta Pakistán, China y Mongolia. En América del Norte cubren el norte de México y sur de EE UU. En el austral abarcan gran parte de Australia, África del Sur y en Suramérica el Norte de Chile y Perú. 104

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Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta

La flora de estos desiertos se caracteriza por la pobreza de especies y el endemismo, así como por las diversas adaptaciones: –

De aparato subterráneo, con raíces profundas y extendidas para captar agua.



De aparato aéreo, con ramas reducidas, hojas pequeñas y coriáceas, tejidos carnosos... al objeto de retener agua.

Pero el agua no es abundante y por ello las plantas eligen localizaciones: –

Las dunas son colonizadas por plantas de raíces muy profundas.



Las pendientes desnudas por arbustos de raíces duras que les permiten fijarse en las rocas.



Los canchales y pedregales por gramíneas muy distanciadas unas de otras.



Las depresiones y cubetas por subarbustos.



Los fondos de valle por bosques claros y matorral alto.



Los bosques galería sólo rodean a ríos y regatos.

En las regiones hiperáridas las nieblas permiten el desarrollo de vegetación específica y aislada. También lo hacen las capas freáticas elevadas, que alumbran oasis. Con referencia a la fauna tanto las condiciones del clima como la falta de vegetación imponen una selección muy severa. De todos modos la fauna desértica se define mejor por la cantidad que por la diversidad de especies. Pero sobre todo por su adaptación al medio, que puede ser incluso muy variada: –

Al calor, con pieles muy claras y actividad esencialmente nocturna o crepuscular, y sobre todo estivación (estado latente durante la estación más cálida).



A las pérdidas de agua, con reducción de la transpiración, orina, evaporación respiratoria...



A la falta de agua y alimento. Por ello los mamíferos se emplazan próximos a fuentes o acuíferos, y transforman su régimen alimentario en omnívoro (a semejanza de lo que también hace la fauna ártica).

6. DIVERSIDAD DE FACTORES AZONALES E INTERACCIONES GEOGRÁFICAS 6.1. La azonalidad y sus rasgos Al margen de los factores zonales, derivados de la dinámica general atmosférica, los azonales indican que la organización zonal es también un hecho geográfico que se ve modificado en razón del influjo latitudinal y longitudinal. De ahí que intervengan también junto a la zonalidad factores como la desigual distribución de muchos caracteres (la yuxtaposición de continentes y océanos en el hemisferio boreal provoca variaciones térmicas a lo largo de un mismo paralelo). Puede decirse que en la Tierra actúan junto a los factores cósmicos otros geográficos que alteran a los primeros. De forma individualizada son los siguientes.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



Yuxposición de tierras y mares. Este factor geográfico puede reforzar la disposición zonal, como ocurre en el Polo Sur, donde la presencia antártica agudiza los rigores climáticos. Los mares y océanos representan una gran reserva de vapor de agua, y en cuyas superficies tiene lugar una fuerte evaporación con traslado de humedad hacia las masas continentales. De ahí que los continentes sometidos al influjo oceánico disfruten de precipitaciones abundantes al quedar sujetos a la exposición directa y a la incidencia de los vientos. Sin embargo, algunos mares y océanos son contiguos a regiones áridas (Sahara Occidental), por lo que no solventan la escasez de agua; incluso se dará el caso de que la proximidad al mar pueda agudizar la condición de sequedad (la costa de Namibia es más árida que el interior). Con todo, las aguas marinas ejercen un papel regulador de las temperaturas plasmado en la suavidad de los inviernos y en los débiles contrastes estacionales.



La continentalidad se encarga de contrarrestar el influjo oceánico puesto que implica, de entrada, una reducción de las precipitaciones y un incremento de las amplitudes térmicas. También incide en los sistemas de presiones dando lugar a bajas en verano y altas en invierno (si bien se tratará de altas y bajas térmicas). El resultado es la presencia de fenómenos azonales, con el de mayor magnitud en el monzón del sureste asiático que impone claras anomalías en la zonalidad de los vientos.



Altitud y relieve. El frío provocado por la altitud influye profundamente sobre las temperaturas haciéndolas descender con la altura. Además se dan los contrastes térmicos de exposición. De esta forma las laderas orientadas al norte son umbrías y frías, mientras las volcadas al sur son las solanas. El relieve provoca acentuaciones de las lluvias y notables disimetrías según las vertientes, hasta tal punto que algunas montañas dan lugar a disposiciones en los grandes flujos atmosféricos. Pero el aumento de la precipitación en altitud tiene lugar hasta un óptimo, por encima del cual rápidamente se impone la sequedad. Puede decirse, por tanto, que la alta montaña es en general poco lluviosa. Sin embargo, los grandes relieves de la Tierra acentúan o modifican la zonalidad, y alteran clima y vegetación. Así en Eurasia las cordilleras en sentido de los paralelos agudizan los rasgos zonales, mientras en América la disposición meridiana determina la distinción entre zonalidad y conjuntos climáticos (algo parecido ocurre con las altas mesetas del oriente africano).



La desigual distribución de tierras, océanos y relieves. Puede sostenerse que la zonalidad se acentúa cuando esos tres elementos geográficos tienen disposición de los paralelos; en cambio se atenúa cuando es contraria. La disposición y masa diferente de mares y continentes entre ambos hemisferios hacen que las divergencias sean notables. Pero las masas oceánicas tienden a uniformizar los caracteres térmicos, mientras las continentales son muy sensibles a cualquier modificación física de la atmósfera y constituyen factores de diferenciación y contrastes.

6.2. Las interacciones geográficas Cada medio configura un sistema de interacciones en el cual las partes integrantes son entre sí solidarias; es decir, que los factores y elementos del paisaje guardan muy estrecha relación con el clima. Así, dentro de un paisaje se dan relaciones de causa-efecto entre el clima y la vegetación los suelos, la hidrografía, la morfoestructura... En definitiva, que un determinado clima proporciona una fisonomía particular a las regiones sobre las que actúa.

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Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta

Pero adicionalmente existen relaciones entre los elementos que componen un paisaje, que pueden ser: –

Lineales, en un sólo sentido, cuando un elemento influye en otro pero no al contrario.



De causa-efecto, cuando los elementos se influyen mutuamente. Son las más normales. Así, un suelo influye en la vegetación asentada, pero ésta a su vez modifica el suelo al aportarle materia orgánica.

Las relaciones entre el clima y los restantes elementos del paisaje pueden ser centradas de la siguiente forma: –

Clima y vegetación. Las plantas se encuentran muy sometidas al clima, más que los animales, al no disponer de temperatura propia porque la suya es la del medio que les rodea en cada momento climático; por ello se adaptan regulando sus necesidades térmicas con las de humedad. Pero también a la inversa; es decir, la vegetación influye en el clima. Un clima regional puede encontrarse dividido a su vez en climas locales, que no serán iguales sobre bosques o praderas.



Clima e hidrografía. Su acción sobre la hidrografía suele ser tan eficaz como la ejercida sobre la vegetación o los suelos. E incluso más, ya que las aguas continentales proceden de la lluvia. No es, sin embargo, directa sino que deriva de la combinación con el relieve (mayor o menor pendiente), la naturaleza de las rocas (mayor o menor permeabilidad), etc.



Clima y suelos. La dependencia de la vegetación respecto al clima puede ser indirecta porque entre el clima y la planta se interpone el suelo, originado por la propia vegetación o el mismo tipo climático. El suelo es la parte superior degradada y descompuesta de las rocas a la que se adicionan organismos vegetales muertos y descompuestos que forman el humus. Por tanto, tiene dos componentes, el mineral y el orgánico. El primero procede de la fracturación mecánica de las rocas y posterior arrastre ejercido por los agentes erosivos, en los que el clima es pieza clave. El suelo, pues, procede de la roca madre y se asienta sobre ella, pero los factores que lo generan dependen del clima (hasta la actuación bacteriana está condicionada por el tipo climático). De ese modo, la evolución de los suelos está muy estrechamente ligada a las condiciones climáticas, por lo cual la distribución de los tipos de suelo corresponde a grandes rasgos con la de zonas climáticas (de tal forma que suelos y vegetación se encuentran en equilibrio). Sin embargo, factores climáticos locales introducen modificaciones y establecen nuevos equilibrios focales.



Clima y relieve. El clima es el principal responsable de la escultura del relieve al provocar los procesos de erosión y acumulación de materiales previamente erosionados. Igual que existe una zonalidad de los paisajes vegetales existe otra de modelados, pero también diversos sistemas de erosión en relación con los diferentes tipos de climas. Así, sobre un determinado volumen de materia prima rocosa actuará un sistema erosivo según el clima: alteración química, disgregación mecánica... Pero además a cada clima le corresponde una vegetación que influirá en el modelado de forma indirecta, dependiendo de sus adaptaciones. Así, la trama radial o en retícula de las raíces sujetará los granos al suelo dificultando la acción de la arroyada; cuando sea escasa o discontinua la acción de dichas aguas será más intensa.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

El clima favorece la acción de los agentes erosivos y de transporte y contribuye con ello a crear relieves, y entre ellos los siguientes:



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*

Glaciar. El hielo es el agente climático de actuación en la montaña, cuya huella se encuentra ampliamente difundida en muchas alineaciones desde las glaciaciones cuaternarias.

*

Periglaciar. La actuación del hielo se desarrolla durante algunos periodos anuales y se localiza alrededor de las altas cumbres, siempre por debajo del nivel de las nieves perpetuas. El agente erosivo esencial es la gelivación, o estallido de las rocas por la alternancia rítmica del proceso hielo-deshielo.

*

Oceánico. La cobertura de árboles caducifolios típica de estos sectores impone que la erosión mecánica se vea muy amortiguada. Pero la abundancia de lluvias unida a la suavidad térmica también hacen que el predominio erosivo quede en poder de la alteración química de las rocas.

*

Continental. Ahora son las heladas y la arroyada derivada del deshielo. A su vez derivan de los contrastes térmicos provocados por la escasez de influjos directos oceánicos.

*

Mediterráneo. Se debe a la presencia de una cobertera vegetal discontinua y a la caída a veces muy brusca de precipitaciones en forma de chaparrones violentos. Así se facilita mucho la acción de la arroyada y la formación de cárcavas y bad-land.

*

Árido interior o costero. Aquí desempeña un papel primordial la erosión eólica, si bien la acción de la arroyada puede transformar relieves en horas, y de forma más intensa que la actuación regular del viento.

*

Subdesértico. Es la variante denominada borde del desierto, un sistema morfogenético en el que la acción esencial sobre el modelado la suele ejercer la arroyada.

*

Pluvial intenso costero. El agente erosivo principal es la disolución, que actúa intensamente debido a la existencia de elementos climáticos propicios, como las temperaturas constantemente elevadas y precipitaciones muy abundantes.

Clima y modelado. El clima es un agente creador de modelados, bien a partir de la erosión eólica, del proceso hielo-deshielo, de la dilatación-compresión de las rocas por medio de los contrastes térmicos, con el lavado de suelos ejercido por las aguas de lluvia... Pero la acción climática particular que sea también estará condicionada por la actuación o no de la cobertera vegetal existente.

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Tema 3. La diversidad del medio geográfico en el planeta

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Tema 4 Climas y zonas bioclimáticas. El tiempo y el clima como condicionantes de las actividades humanas

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LOS CLIMAS EN EL MUNDO 2.1. Elementos y factores del clima 2.2. Tipos climáticos zonales 3. LA ZONA INTERTROPICAL 3.1. Caracteres generales 3.2. Clima ecuatorial 3.3. Climas tropicales 3.4. Variedad biogeográfica 3.5. La variante descubierta: las sabanas 3.6. La variante despejada: los desiertos 4. LAS ZONAS DE CLIMAS TEMPLADOS 4.1. Caracteres y tipos climáticos 4.2. Los rasgos biogeográficos 5. LAS ZONAS FRÍAS Y POLARES 6. LOS CLIMAS DE ALTURA 7. EL TIEMPO Y CLIMA COMO CONDICIONANTES DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS 7.1. El tiempo y el clima: repercusiones 7.2. Adversidades naturales y fenómenos violentos: los tifones 7.3. Fenómenos regulares: los monzones BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN La combinación de elementos y factores del clima aporta variantes climáticas muy diversas, y tanto más complejas cuando se conjuntan con los geográficos. Es decir, que los climas son el resultado de la interacción de factores cósmicos, que aportan las zonas climáticas, y de geográficos, que modifican a los climas zonales y alumbran los azonales. Entre los zonales se encuentran los tropicales, muy influidos por los océanos, con las variantes ecuatorial e intertropical (a su vez con estación seca y sequedad prolongada, sabanas y desiertos respectivamente). También los de latitudes medias, marcados por el contraste entre océanos y continentes, que complican la estructura zonal (y con los matices azonales templado-oceánico y continental, más los particulares occidental y oriental de continentes). Asimismo, los de zonas frías (antártica y boreal), con fundamento cósmico. Y los de altura, ahora explicados por condicionamientos geográficos. Dichas bandas zonales y sus particularidades azonales condicionan a las actividades del hombre a través de sus elementos y factores dominantes, que aportan niveles de confort o disconfort climático. Temperaturas, humedad, viento, presión proporcionan unos márgenes climáticos que permiten el desarrollo de actividades o las limitan. Así repercuten en la agricultura, tanto los climáticos como los meteorológicos; en las actividades industriales, si bien en menor medida; en el turismo, de diferente forma según las modalidades recreativas existentes; en los transportes, esencialmente en los terrestres y marítimos; en la misma salud humana, unas veces favoreciéndola y otras perjudicándola; y en actividades diversas (construcción, alimentación). Puede decirse que hay climas benignos y hostiles, y fenómenos provechosos (como los monzones, de los que depende la alimentación de buena parte de la humanidad), y otros adversos (con el mejor ejemplo en los tifones, que también afectan a muy significativos contingentes demográficos del mundo).

2. LOS CLIMAS EN EL MUNDO 2.1. Elementos y factores del clima Los elementos climáticos son la temperatura, humedad, presión y vientos, que se combinan con tres factores, latitud, continentalidad y altitud. Unos y otros arrojarán los tipos de climas. La temperatura se determina por la latitud, influjo del mar o tierra y altitud. Disminuirá con el aumento de la latitud, y viceversa; pero esa variación es justo la mitad en el hemisGEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ferio austral por la menor cantidad de tierras emergidas y consiguiente mayor influjo marítimo. La continentalidad aumentará con la distancia a las costas, que a su vez propiciará mayores amplitudes o variaciones térmicas. Por último, la altitud incide haciendo disminuir las temperaturas (si bien es preciso mencionar la incidencia negativa de las inversiones térmicas, como gran alteración a esta norma). La humedad y la pluviosidad están influidas por la latitud, continentalidad y altitud. La latitud es quien condiciona el esquema de la circulación general atmosférica, de tal modo que las máximas aportaciones se darán sobre el Ecuador. Disminuirán en el cinturón subtropical de altas presiones, y se incrementarán en latitudes medias como consecuencia del influjo del frente polar. La continentalidad incide con máximas aportaciones en las fachadas occidentales de los continentes. Y la altitud por medio de la precipitación orográfica, provocada por el ascenso de aire en las laderas de barlovento. Por último, la presión de los vientos. Al margen de las grandes masas de aire con origen en la circulación general atmosférica, resaltarán los vientos locales, que suelen ser de carácter térmico, o las brisas térmicas, ahora en zonas litorales. Normalmente se deben estos fenómenos a recalentamientos del aire sobre un suelo cálido, que al ascender rápidamente deja un hueco que será ocupado por otros más fríos y pesados. Así los climas no son uniformes sino muy variados. Atendiendo a la presión hay conformados los siguientes cinturones: –

Subtropicales, de altas presiones, con: *

Un cinturón en el Hemisferio Norte, que en verano consta de dos células, una sobre el Pacífico y otra sobre el Atlántico.

*

Otro sobre el Hemisferio Sur, que tanto en invierno como verano contiene varias células de altas presiones.



Vaguada ecuatorial, con presión ligeramente inferior a 770 mm, debida al contraste con las altas presiones que le rodean.



Depresiones de latitudes medias, debidas ahora al contraste con las altas circundantes (cinturón subtropical) y bajas (depresiones subárticas).



Bajas presiones subárticas, que en el Norte no se hallan bien definidas.



Bajas subantárticas, bien definidas debido a la gran extensión de los océanos meridionales.



Altas presiones polares, cuya presión en muchas ocasiones suele descender bruscamente hacia el exterior.

Utilizando el factor viento hay zonas donde algunos son dominantes:

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Cinturón de vientos alisios, al Norte y Sur del Ecuador, desde los 5 a los 30º, zonas de altas presiones con vientos constantes y regulares. Al Norte soplan hacia el Suroeste, y al Sur la procedencia es Sureste.



La vaguada ecuatorial de bajas presiones, derivada del aire caliente y humedad del aire (incidencia muy directa de los rayos del sol), con lluvias constantes y zona de vientos en calma entre los 5º Norte y Sur del Ecuador.



Vientos del Oeste en latitudes medias, entre los 30 y 60º Norte y Sur. Proceden de las altas presiones subtropicales que se dirigen hacia el Norte; su contacto con los ciclones polares aporta tiempo lluvioso. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas



Vientos del Este, predominantes en las latitudes polares, secos y muy fríos debido al contacto con masas de hielo.

Cuando el criterio es masas de aire pueden ser continentales o marítimas: –

Polar marítima, de componente húmedo, fresca en invierno y tibia en verano.



Polar continental, formada ahora sobre masas terrestres, con aire seco, frío en invierno y tibio en verano.



Tropical marítimo, formada sobre océanos y, por tanto, húmeda y cálida.



Tropical continental, generadas sobre extensiones de tierra aunque su condición tropical les convierte en cálidas y secas.

Cuando el criterio usado es el de los frentes pueden distinguirse entre fríos y cálidos. Los factores del clima antedichos están, por tanto, ligados al movimiento aparente del sol, a la distribución de tierras y mares, a la latitud (desequilibrio de radiación), a la dinámica de la circulación general atmosférica en altura y transporte horizontal, a la rotación terrestre, etc. En conjunto, dicha dinámica se caracteriza por un predominio del flujo del Oeste en latitudes polares y templadas (con la excepción de las capas bajas polares). Las altas presiones subtropicales (a través de alisios y contralisios) aseguran los intercambios de vientos y temperaturas, dominando en las bajas latitudes. La síntesis climática es: –

Ecuatorial, hasta los 10º latitud Norte y Sur, como derivación de la incidencia directa de los rayos del sol, intensa insolación y duración casi idéntica entre días y noches.



Tropical, desde los 10 a los 25º en ambos hemisferios, con carácter estacional (dos estaciones), con insolación fuerte pero incisión de los rayos solares más inclinadamente.



Subtropical, entre los 25 y 35º, sector de transición con estaciones más marcadas e insolación menos intensa.



Latitudes medias, entre los 35 y 55º, con contrastes estacionales notables (cuatro estaciones) y diferencias marcadas en la duración de días y noches.



Subárticas, entre los 55 y 60º, transicionales entre latitudes medias y árticas.



Árticas, entre los 60 y 75º, con enormes variaciones entre el día y la noche y contrastes térmicos y estacionales muy intensos.



Polares, más allá de los 75º, con un régimen solar de seis meses de día y otros tantos de noche, con los máximos contrastes térmicos y la menor captación de energía solar del planeta. Además, el enfriamiento de las masas de aire es máximo y continuo.

La temperatura además es producto del calor latente (el mantenido o reflejado por la Tierra). La resultante es la media anual, que es diferente en tierras y mares. En los continentes la temperatura es máxima en el solsticio de verano (21 de junio y 22 de diciembre en los hemisferios Norte y Sur respectivamente), mientras en los mares las máximas se registran un mes después, si bien las variaciones anuales de las aguas marinas son inferiores. Al tiempo, las temperaturas descienden con la altura (inversión térmica). Si el factor analizado es la precipitación (cantidad de vapor de agua contenida en la atmósfera, que aumenta con la temperatura), puede deducirse que es la resultante de la condensación cuando desciende la temperatura. Y puede producirse por saturación de huGEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

medad en el aire, convección, efecto de barrera orográfica, y por origen ciclónico o frontal (donde la componente de las masas de aire es esencial). Como resultado de la imbricación de los factores o elementos mencionados del clima es posible realizar una clasificación climática, si bien es cierto que atendiendo a los dos elementos principales, temperaturas y lluvias. Una de las más usadas en la de Köppen, que introduce el fenómeno térmico de la vegetación: –

Tropicales, con temperatura media superior a 18º en todos los meses y precipitación superior a la evaporación.



Secos, donde la evaporación excede a la precipitación.



Templados o mesotérmicos, donde el mes más frío presenta temperatura inferior a 18º y superior a -3º, con presencia de verano e invierno.



Microtérmicos o de nieve, con el mes más frío inferior a -3º y el más cálido superior a 10º.



De hielo, con la temperatura del mes más cálido muy baja y sin verano.

La subclasificación existente derivada de estos grupos climáticos atiende a la cantidad de agua disponible: –

Estepa, clima semiárido con precipitación anual entre 350 y 750 mm.



Desértico, árido y con lluvias inferiores a 250 mm.



Húmedo, sin estación seca y precipitación regularmente repartida a lo largo de todos los meses del año.



De estación seca en invierno.



De estación seca en verano.



De bosque lluvioso.

La combinación de estos grupos da lugar a los siguientes climas: selva tropical (Af), sabana tropical (Aw), estepa (Bs), desértico (Bw), lluvioso templado con invierno seco (Cw), lluvioso templado y húmedo (Cf), lluvioso templado con verano seco (Cs), frío y húmedo (Df), frío y húmedo con invierno seco (Dw), tundra (Et), y de hielos perpetuos (Ef). Las regiones climáticas derivadas de temperatura y precipitación deben coincidir con regiones vegetales, con paisajes condicionados por las precipitaciones (bosque, herbazal y desierto) y otros tantos por las temperaturas (selva, sabana y estepa).

2.2. Tipos climáticos zonales La combinación de los factores mencionados arroja la siguiente clasificación climática estandarizada: –

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Tropicales. Quedan definidos por la isoterma de 18º y ocupan la ancha faja desde el Ecuador a los Trópicos. La gran extensión marina en esas latitudes es quien contribuye a mantener la uniformidad climática, que se encuentra bajo la acción de los alisios del Noreste y Sureste, coincidentes en la zona ecuatorial. Conforme la distancia aumente con respecto al Ecuador los contrastes serán más acusados, con la aparición de la estacionalidad y los contrastes paisajísticos, desde el bosque claro, a la sabana con herbazal, y hasta los desérticos. Pero en el punto de referencia ecuatorial las temperaturas son uniformemente altas y muy constantes, alrededor PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

de 27º. La lluvia y humedad están, asimismo, uniformemente distribuidas a lo largo del año. Y es la región de las calmas o vientos muy ligeros, derivados ahora de la también uniformidad de las temperaturas, que aportan gradientes muy reducidos. Es precisamente dicha regularidad térmica la que da lugar al surgimiento de brisas de mar y de tierra, derivadas de las propiedades físicas diferentes y confrontadas de mares y tierras. Las lluvias además de fuertes son constantes, hasta 2000 mm y más (5000). Los continuos calor y humedad aportan una vegetación típica, la de bosques densos con gradación en altura. –

Templados. Puede diferenciarse el tiempo y clima europeo y norteamericano como esenciales, porque es reducida la superficie en el hemisferio Sur. En Europa dominan el Ciclón de Islandia y el Anticiclón de las Azores. También el Anticiclón de Siberia. Pero las masas de aire marítimo penetran bastante hacia el interior, con cambios graduales hacia los climas continentales. De ahí que alcancen extensión los bosques caducifolios y tierra adentro la pradera. En Norteamérica Las Rocosas paran a los vientos del Oeste, mientras que las masas polares y tropicales no encuentran obstáculo alguno, con lo que las condiciones climáticas llegan incluso a extremas. De ahí la extensión que tienen las praderas y la reducción de la floresta caducifolia al extremo oriental. En ambos continentes aparece una variante mediterránea, de explicación latitudinal, ya que entre los 40º y 60º incide la corriente oceánica del Kuro-Sivo, con origen en Japón pero que llega hasta estas costas por los vientos del Oeste. En Europa esta variante proporciona un clima de veranos cálidos y secos (controlados por el anticiclón subtropical) e inviernos suaves y sólo relativamente húmedos (cuando se retira dicho anticiclón las temperaturas del mar aún son relativamente altas). Variantes, a su vez, mediterráneas son el semiárido del Suroeste en EE UU (explicado tanto por el efecto barrera de Las Rocosas como por los vientos secos procedentes del anticiclón subtropical del oriente del Pacífico cuando se retira hacia el Ecuador); y el semiárido del Sureste ibérico (explicado tanto por el efecto abrigo de las Béticas como por los vientos secos procedentes del interior peninsular o África). En cualquiera de las dos variantes citadas la vegetación xerofítica será la dominante.



Fríos, polares y subpolares. Al margen de los gélidos climas polares puros el tipo marítimo se encuentra en las costas de Alaska, Islandia y Noruega septentrional y en las zonas colindantes de Rusia; aquí los veranos son fríos y los veranos sólo un poco más suaves, mientras las precipitaciones son muy escasas (los frentes en muchas ocasiones están ocluidos en estos sectores). Los climas fríos de interior presentan inviernos muchos más rigurosos, pero lluvias inferiores que hacen helar a los permafrost. El paisaje de tundra con musgos y líquenes será el dominante, que hacia el sur irá dando paso a las coníferas enanas hasta enlazar con la gran taiga.

3. LA ZONA INTERTROPICAL 3.1. Caracteres generales Su denominación procede del griego trepo (alejarse de), que significa distanciarse del Ecuador. Se emplaza entre el Trópico de Cáncer y el de Capricornio, y abarca un total de 46º (23º aproximadamente entre cada trópico y el Ecuador). La mayor parte de la superficie está ocupada por océanos (43%), por lo que goza de temperaturas siempre elevadas (pero con regímenes térmicos complejos) y ambientes permanentemente húmedos aunque GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

contrastados (hasta el punto que integra a regiones áridas). Así, lo tropical puede definirse como lo cálido todo el año y húmedo cuando menos una parte. De ese modo no todas las regiones intertropicales son tropicales. Serán tropicales las intertropicales lluviosas que permitan cultivos sin regadío. Los desiertos se deben a la aridez y por ello disponen de caracteres específicos, si bien son subtropicales. Además, debido a otros factores (cósmicos o geográficos, zonales o azonales) la zona tropical no ocupa toda el área intertropical porque han de ser excluidos los sectores desérticos. Esta zona terrestre presenta además dos caracteres: –

Recibe tres quintas partes de las aguas de lluvia del mundo.



Compone un medio coercitivo al frenar el desenvolvimiento humano.

Y de forma individualizada presenta dos grandes conjuntos intertropicales bien diferenciados: –

Continental, el conjunto más amplio, marcado por la continentalidad climática si bien los contrastes (térmicos y pluviométricos) no son acusados.



Marítimo, muy variado y diversificado en sus paisajes debido al influjo oceánico.

Los rasgos climáticos de la zona tropical se concentran en el calor, que explica la alta evaporación, y la humedad. Por lo que se refiere a las temperaturas son uniformemente elevadas (por encima de los 22º) y la amplitud térmica es baja (10º, y en el Ecuador 2º). El calor deriva de un doble almacenamiento, el solar y el de la radiación terrestre (alta debido al papel aislante de la constante nubosidad). Es decir, que la zona tropical posee varias características: –

Recibe mucha energía radiactiva y muy rica.



La reflejada por la Tierra queda contenida bajo la capa nubosa.



La refracción es baja porque la floresta la absorbe, como también la muy amplia masa oceánica.

Todo ello propicia balances térmicos excedentarios, si bien diferentes sobre continentes u océanos. Sobre los primeros incide la extensión, y de ahí que el África boreal sea más cálida. Sobre las aguas la situación es inversa porque su temperatura es inferior a la atmosférica. En todo caso las regiones tropicales australes son más cálidas que las boreales, y las fachadas orientales de los continentes también son más cálidas. De otro lado la amplitud diaria es mayor que la anual. Por lo que afecta a la humedad es posible distinguir de acuerdo a la latitud entre: –

Latitudes ecuatoriales, con lluvias abundantes todo el año y promedios elevados.



Norte y Sur del Ecuador, con disminución progresiva de los promedios anuales.

El régimen de lluvias se amplia cuando el sol alcanza su cenit (lluvias cenitales), lo que depende de la latitud:

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En la ecuatorial llueve todo el año y los máximos son cenitales (abril y septiembre), con dos mínimos (diciembre y julio).



En las tropicales se da la diferenciación entre estaciones secas y lluviosas: *

Cuando el sol está en el cenit impera la lluviosa.

*

El alejamiento del Ecuador impone la coincidencia de duración entre una estación lluviosa y otra seca.

*

En los Trópicos predomina la seca (que propicia la aparición de los desiertos). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

Así, pues, los contrastes son aportados por las lluvias y no por las temperaturas. De ese modo dos son las estaciones: –

La lluviosa. Las precipitaciones son abundantes y regulares lo que acelera el ritmo vegetal, desborda la red hidrográfica e intensifica la actividad humana (plantíos).



La seca, con casi nulas precipitaciones, calor elevado por ausencia de capa nubosa, red fluvial con aguas bajas, y detención de la actividad humana (salvo la recogida de las cosechas a su inicio).

Todo depende de la estación lluviosa, y a su vez del desarrollo de dos principios: –

La cantidad máxima de agua en la atmósfera, que dependerá de la temperatura.



La humedad relativa del aire.

Pero también de las causas desencadenantes de las lluvias tropicales, que se centran en: –

La advención, o desplazamiento horizontal de las masas de aire extratropicales frías, que provocan la condensación del aire húmedo tropical.



La convección térmica, o movimiento ascendente del aire calentado tras su prolongado contacto con la superficie terrestre. Para ello se requiere que el aire húmedo sea abundante y que el suelo esté muy calentado (por ello se dará en las sabanas, donde más despejado está de vegetación y donde el calor solar incide más directamente).

– –

El ascenso sobre montañas de aire húmedo, que condensará al perder temperatura. El ascenso de la convergencia dinámica debido al encuentro de flujos atmosféricos opuestos.

Por último, cabe aludir a las perturbaciones, situaciones atmosféricas caracterizadas por vientos violentos y precipitaciones, que nacen en las ondulaciones de los frentes y que provocan cambios de tiempo. Se dan dos tipos principales: – Las endógenas, que nacen en los Trópicos, en el Frente Intertropical, y pueden ser: perturbaciones tropicales, depresiones tropicales, tempestades tropicales, y ciclones o tifones tropicales. – Las exógenas, originadas fuera del intertrópico, que aportan cambios térmicos.

3.2. Clima ecuatorial Se emplaza en las más bajas latitudes y es un clima cálido y húmedo con temperatura elevada y constante a lo largo del año, de tal modo que la media ronda los 25º (debido a la casi idéntica duración del día y la noche y a la fuerte radiación solar). La amplitud térmica rara vez logra superar los cinco grados. No hay meses secos si bien existen los máximos cenitales, y se pueden alcanzar los 5.000 mm. La precipitación viene provocada por los fenómenos de convección, e incluso es posible la existencia de algún periodo seco, si bien su intensidad es muy variable. La explicación de esta anómala situación viene dada por el paso del sol por su cenit, o bien por el movimiento estacional de la vaguada ecuatorial; una tercera razón (probablemente la mejor explicativa) es la incidencia que sobre los centros de acción ejerce el sustrato geográfico. Luego, con el alejamiento ecuatorial dichos periodos de sequía se van dilatando hasta arrojar la presencia de climas tropicales secos y húmedos. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

3.3. Climas tropicales Se encuentran más allá de la zona ecuatorial y presentan tres variantes: –

Tropical continental, con marcada estación seca. En el interior de los continentes los alisios son vientos secos y dan lugar al contraste estacional, con una estación lluviosa y otra seca de menor duración. Tras la temporada de aguas la tierra se encuentra saturada, pero los alisios pronto se encargan de desecar ese exceso. Esa estación es la aprovechada para realizar las quemas y ganar terreno al bosque. En cuanto a la temperatura, el aire seco la hace elevarse más que en la zona ecuatorial y llega hasta los 30º. La estación de lluvias suele anunciarse por medio de los tornados, y finaliza de igual modo. Son fenómenos violentos y repentinos que se forman durante la noche y afectan a áreas muy localizadas. En la estación húmeda aparece un calor sofocante tanto durante el día como durante la noche. Pero la duración de las lluvias decrece con el ascenso latitudinal, aunque en general la cantidad de agua suele oscilar entre los 500 y 1.200 mm.



Tropical marítimo, sin estación seca. Su régimen de precipitaciones es análogo al ecuatorial pero con mínimos más acusados. La temperatura también presenta similitudes con las típicas ecuatoriales. En esta zona climática es donde se producen los huracanes, tifones, ciclones o tormentas tropicales que se dan en razón de dos condiciones:



*

Aire quieto, que permite incluso calentamiento de sus capas bajas, lo que provocará la inestabilidad.

*

Suficiente alejamiento del Ecuador que permitirá escapar a la atracción de la denominada chimenea ecuatorial.

Desértico. Será tal aquel clima que no disfrute de más de 250 mm de precipitación anual. Los climas tropicales degeneran en desiertos en sus bordes más externos, mientras los mediterráneos también lo hacen en sus bordes más bajos; pero también los templados de costas orientales en su parte más occidental, y los de costas occidentales hacia el Este. Así, en casi todos los tipos desérticos se observa una degeneración tendente al desierto, dando lugar a áreas transicionales caracterizadas siempre por bajas precipitaciones. Sin embargo, los más extensos se encuentran en las márgenes tropicales, en latitudes bajas donde coinciden alisios y westerlies (Sahara, Australia, Kalahari, Atacama). Son los desiertos de los alisios secos; pero otros son de barrera. Atendiendo a la temperatura se diferencian dos tipos de desiertos: *

Calientes sin estación fría, con oscilación térmica no superior a 30º. Resalta el Sahara, el desierto de Australia, los desiertos mexicanos... muy influidos por los alisios.

*

Fríos y con estación fría, con oscilación muy superior a los 30º. Ahora despuntan los de América del Norte y la Patagonia, bien definidos por dos caracteres: encontrarse encerrados, e intensidad acusada de las condiciones anticiclónicas de invierno.

Sólo las plantas más xerófilas viven en ellos, con amplias raíces y poca extensión de hoja para evitar la evapotranspiración. Asimismo, disponen de fuertes corazas que les protegen de las oscilaciones térmicas, ya que se puede pasar de los -20º a los 50º con regularidad.

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

3.4. Variedad biogeográfica Bajo el Ecuador todos los rasgos climáticos hacen que la asimilación clorofílica se produzca en condiciones óptimas, mientras la alta luminosidad facilita la fotosíntesis. En esa abundancia de la vida indicen varios factores, y entre ellos: la estabilidad climática mantenida, la adaptación al calor (especialmente de la floresta), la diversidad y mezcla de especies, el aumento de la talla. En general, los espacios vegetales son forestales, con árboles higrófilos (adaptados al medio húmedo pero que compiten por la luz), y semixerófilos conforme se produce el alejamiento de las bajas latitudes (soportan meses de sequedad reforzándose con cortezas gruesas y perdiendo las hojas para evitar evapotranspiraciones excesivas). Los bosques intertropicales se clasifican en: –

Ecológicos o zonales, que están en equilibrio con el medio.



Topográficos, que derivan de condiciones locales.



Bióticos, son secundarios debido a intervenciones humanas.

La floresta intertropical se encuentra en equilibrio con el clima dominante, y puede ser: 1. Ombrófila. Está integrada por especies higrófilas ya que exigen precipitaciones medias de 1.500 mm y no soportan más de dos meses secos (pero el bosque tropieza con la pobreza de los suelos). Se trata del bosque ecuatorial emplazado sobre dicha zona bioclimática (Amazonía, África Occidental y Central e Insulindia). Sus rasgos principales son: densidad, heterogeneidad, estratificación en pisos, y crecimiento continuado. Sus raíces son superficiales; lo que exige la presencia de contrafuertes en su base para fijarse al suelo; son las raíces zanco, que también sirven de aparato respiratorio en las zonas encharcadas. El piso inferior de arbustos está poco desarrollado a causa de la penumbra imperante. Las plantas crecen sin periodo de reposo y la renovación de hojas es continua. Y la variedad es notoria con lianas, epífitas, parásitas, semperparásitas, saprófitas. Las lianas son trepadoras; las epífitas viven sobre otras y no están enraizadas sobre el suelo; las saprófitas son descomponedoras de suelos orgánicos; etc. Lo esencial es la variedad de formas intermedias. 2. Mesófila o mixta. Se desarrolla en condiciones de mediana humedad y con floresta mixta (caduca y perenne). Se trata de una degradación ombrófila como consecuencia del alejamiento del Ecuador y de la aparición de estaciones. Ahora el sotobosque es denso por la mayor disponibilidad de luz, y convierte a la selva en impenetrable. Se trata de un bosque tropófilo, afectado por continuos cambios, porque la vegetación a lo largo de un mismo año pasa por diferentes fases de vitalidad y latencia, como consecuencia de la adaptación a condiciones de alternancia; por ello su fisonomía es híbrida. 3. Caducifolia o seca. Se da en sectores con menos de 1.000 mm y con estación seca de un mínimo de cuatro meses y un máximo de siete. Se trata, por tanto, de otra formación tropófila con las siguientes características: –

Los árboles son semixerofíticos.



La cubierta forestal es menos densa y el sotobosque está muy desarrollado.



El enraizamiento es más profundo pero la composición florística es menos variada.

Asimismo, se pueden diferenciar varios tipos: bosque claro, bosques polimórficos de espinosas, y caatinga (tallos esponjosos). GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Con respecto al ecosistema del bosque ombrófilo viene condicionado por dos factores: la ausencia de hierba y de luz en el suelo; sin embargo, la abundancia de vegetación permite la presencia animal. Las condiciones ecológicas se modifican desde abajo hasta los estratos superiores en función de tres parámetros: insolación, frondosidad y cantidad de alimento. Por estos motivos, dicho bosque sólo consta de un estrato superior (superpoblado con especies heliófilas) y otro a nivel de suelo (poco poblado). El estrato superior está conformado por fauna arborícola adaptada a la altura con la escasez de peso y la ausencia de migraciones. Otras adaptaciones son más puntuales (dedos oponibles, órganos adherentes, colas en espiral, desarrollo de las extremidades anteriores, membranas en los dedos...). El estrato inferior viene definido por la penumbra y el silencio, que junto a la impenetrabilidad sólo permiten vivir algunos grandes mamíferos y pequeños carnívoros. Puede decirse que la biomasa animal es baja, sobre todo cuando se pone en relación con la vegetal y la enorme cantidad de alimento disponible.

3.5. La variante descubierta: las sabanas Ocupan mayor extensión que los espacios forestales y se definen como tapices herbáceos continuos y cerrados. Se trata de formaciones mixtas de: –



Herbáceas, con dos variantes: *

Gramíneas, en ocasiones rizomatosas, con rizomas o tallos subterráneos (raíces y yemas). Ello explica la enorme facilidad con la que este tapiz herbáceo se extiende colonizando amplios espacios.

*

Ciperáceas, extendidas por lugares húmedos y con herbazal adaptado a terrenos encharcados.

Leñosas, desde arbustos hasta árboles medios. Son plantas xerófilas y se caracterizan por tener el tronco retorcido y nudoso para evitar la evaporación (para ello también disponen de hojas espinosas). Se dividen en dos grandes grupos: *

Géneros propios de la sabana (baobad, salvertía).

*

Géneros procedentes de bosques próximos mesófilos y secos.

Puede hablarse al menos de cuatro tipos fisonómicos de sabanas según su vegetación: –

Herbácea, carente de arbustos y árboles.



Arbustiva, con herbazal, leñosas y arbustos.



Arbórea, con herbazal y leñosas altas.



Forestal, con diversidad de árboles conjuntados con tapiz herbáceo.

La sabana no es otra cosa que una adaptación de la vegetación a las variaciones de disponibilidad de agua. De ahí que la latencia constituya una de las mejores formas adaptativas, ya que las gramíneas son la pieza fundamental de su paisaje. Puede hablarse incluso de otra clasificación atendiendo al origen de las sabanas: –

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Primarias, con tres variedades: climáticas, edáficas y heredadas. Las últimas son las más reales porque sólo se instalan en aquellas áreas donde el suelo tropical es desfavorable al bosque, es decir en los excesivamente secos, arenosos y permeables.

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas



Antropógenas, debidas a la acción humana y que presentan islotes forestales residuales de incendios o talas.

Con referencia al ecosistema de las sabanas el medio natural abierto permite los desplazamientos y mayor densidad y riqueza en especies y número. Puede hablarse así de varios rasgos: –

La fauna es fundamentalmente terrestre debido a que el alimento principal es el herbazal.



La biomasa es muy notable debido al peso y talla de la fauna.



La movilidad deviene de la excedentariedad que obliga a migraciones.



Resalta la presencia de una cadena trófica bien estructurada, con: *

Herbívoros con número y variedad de especies, cada una de las cuales tiene su nivel alimentario a distinta altura.

*

Insectívoros y carnívoros con especies generalmente corredoras y adaptadas a la distribución de sus presas.

*

Carroñeros, cuya importancia radica en constituir el último escalón de la cadena trófica.

*

Coprófagos, encargados de la descomposición del suelo (fauna bacteriana).

La fauna vive en un equilibrio complejo que incluso varía con las estaciones. Así, la seca empuja a los herbívoros hacia zonas húmedas, y la lluviosa les obliga a salir a zonas abiertas. En cualquier caso, las migraciones de herbívoros llevan aparejadas las de carnívoros.

3.6. La variante despejada: los desiertos Son las regiones definidas por la aridez, tanto por escasez de lluvias como por altas temperaturas que provocan excesiva evaporación. Es decir, son las áreas donde se combinan sequedad y calor. La sequedad deriva de unas bajas y muy irregulares precipitaciones, generalmente muy espaciadas en el tiempo y en forma rápida o violenta que impide la absorción por la tierra. De ello deriva la imposibilidad de generación continua de la vegetación y de escorrentía permanente. Dicha aridez se puede clasificar en tres conjuntos: –

Semiaridez, con formaciones esteparias y plantas esparcidas en manchas. A esta categoría pertenecen los bordes de los desiertos, e incluso los sectores mediterráneos más extremos.



Aridez propiamente dicha, cuando la vegetación eclosiona en momentos específicos, tras las lluvias irregulares. De ahí que la vegetación ya sea muy reducida y pobre.



Hiperaridez, cuando no llueve a lo largo del año, e incluso durante varios años. La vegetación es casi inexistente y sólo se emplazará donde existan mantos freáticos superficiales.

En los desiertos tropicales llueve por regla general por debajo de los 200 mm, que además evaporan muy rápidamente. La sequedad deviene de la presencia de altas presiones, de alisios continentales secos y cálidos, conjuntados con la también presencia de corrienGEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

tes oceánicas frías circulando por las fachadas occidentales de los continentes, que al no evaporar agudizan la sequedad interior. Los vientos secos proceden de los anillos subtropicales de altas presiones, uno sobre cada uno de los trópicos, agudizados por las citadas corrientes oceánicas frías a occidente (así a oriente de los continentes no hay desiertos). De ese modo puede hablarse de desiertos tropicales definidos: –

Amplios: Sahara y Arabia-Golfo Pérsico.



Norteamérica: California, Colorado, y Gran Cuenca.



Iberoamérica: Perú y Atacama.



África del Sur: Namibia y Kalahari.



Australia centro-occidental.

Debido a la existencia de amplitudes térmicas superiores siempre a los 25º y a la presencia de heladas nocturnas los suelos son esqueléticos, salitrosos y hasta ausentes. De ahí que las plantas presenten ciclos vegetativos cortos y semillas resistentes; otras disponen de interiores carnosos con reservas de agua; y unas últimas se defienden de la evaporación con sus hojas pequeñas y coriáceas. El tapiz es discontinuo, y la vida animal reducida. Las redes hidrográficas son desorganizadas y anárquicas, embrionarias e inconexas. En muchas ocasiones la presencia de cuencas cerradas propicia el endorreismo. Las adaptaciones vegetales son las más significativas. Y entre ellas la xeromorfia, suculencia, más la presencia de epífitas, y la modificación del ciclo vegetativo (plantas efímeras):

124



La xeromorfia es la adaptación a la escasez de agua, que sirve de materia prima para el metabolismo celular. Si la disponibilidad es muy baja y encima el aire circundante seco la transpiración puede desecar a la planta. Para evitarlo la savia transforma sus almidones en azúcares; y además los estomas se cierran. De las dos formas se evita la transpiración, pero también se para el metabolismo y en consecuencia el crecimiento de la planta. De ahí que con este mecanismo de defensa se consigan dos objetivos: de un lado, se reduce la necesidad de agua, y de otro la corta talla exigirá menos agua a lo largo de la vida vegetal.



La suculencia permite la supervivencia con reservas de agua acumuladas a través de raíces muy profundas que permiten captar aguas rápidamente infiltradas. Por medio de tejidos carnosos bien en el tallo o bien en las hojas se consigue retener esas reservas, producto de una síntesis a partir de la oxidación de azúcares. Ello impone la presencia de una red de fibras que ejercen de esqueleto, y el cierre de los estomas durante las horas de máximo calor ambiental, lo que a su vez anula la función clorofílica. Con todo es una adaptación a las áreas desérticas y subdesérticas, pero no a las zonas hiperáridas.



Las plantas epífitas son capaces de vivir de la humedad atmosférica. Carecen de raíces y viven del rocío o niebla, y hasta de vapor de agua.



Las plantas efímeras, aquellas capaces de desarrollar un vivaz ciclo vegetativo, de hasta dos o tres días, fructificar y morir rápidamente. Algunas no llegan a sobrepasar la decena de días de vida. Se trata de una adaptación extrema, que nada tiene que ver con las precedentes y sí más con una capacidad reproductora centrada en unas semillas muy deshidratadas y protegidas con barnices, al margen de una larga duración de latencia (a veces hasta medio siglo).

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

Cabe hablar, por tanto, de varios tipos de desiertos, si bien en su configuración lo normal es que intervengan diversos factores: –

Zonales, en latitudes tropicales y subtropicales. Se deben a subsidencias dinámicas de la atmósfera, a las altas presiones tropicales, que alumbran los desiertos más extensos del planeta (es preciso significar que el sahariano es a la vez zonal y costero).



Costeros, en fachadas occidentales de continentes y debidos a la presencia de corrientes oceánicas frías.



Continentales, por alejamiento del influjo oceánico. Suelen emplazarse en zonas templadas interiores.



De barrera orográfica, debidos al efecto foëhn, y entre ellos resaltan los interiores norteamericanos.

4. LAS ZONAS DE CLIMAS TEMPLADOS 4.1. Caracteres y tipos climáticos Aquí se produce una circulación zonal regular, si bien sobre océanos y continentes se organiza un sistema más complejo de circulación celular. Sin embargo la introducción de factores puramente geográficos, como el contraste entre superficies continentales y oceánicas, complica el esquema zonal. La causa fundamental de esa alteración zonal reside en los contrastes térmicos estacionales. Las altas presiones se mantienen bastante sobre los océanos, mientras en invierno los anticiclones fríos recubren los interiores continentales. Y estas modificaciones estacionales afectan en mayor medida al Hemisferio Norte debido al mayor volumen de tierras emergidas. De otro lado, en invierno los flujos húmedos oceánicos entran en contacto con los secos y fríos en las fachadas orientales de los continentes, dando lugar a la creación de frentes y a la aparición de lluvias abundantes. Por el contrario, cuando ese contacto se produce en las fachadas occidentales los efectos se traducen en fuertes vientos que impedirán el desarrollo de la vegetación arbórea. Pero también los movimientos meridianos de las perturbaciones del Frente Polar desempeñan un papel climático clave. Esas borrascas son las que propician precipitaciones en estaciones intermedias. En razón de todos estos criterios de circulación zonal pueden distinguirse cuatro dominios bioclimáticos en la zona templada: –

Europa Occidental y ámbito mediterráneo. Se trata de una fachada occidental templada y, por tanto, sujeta al influjo de los vientos húmedos del Oeste. Por ello, la amplitud térmica anual aumentará hacia el interior continental. El mediterráneo disfrutará de veranos secos y de estaciones intermedias muy claras.



Interior de Eurasia. De Oeste a Este los climas serán cada vez más continentales, con fuertes amplitudes térmicas y sequedad cada vez más aguda. Aquí pueden distinguirse una gran variedad de subclimas: polaco, ruso, siberiano, danubiano, ucraniano...

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



Asia oriental. En Siberia los inviernos son los más duros de toda la zona templada, mientras en el Sur de China son más atemperados y casi subtropicales.



Tierras templadas de América. Son espacios climáticamente muy disimétricos; en la porción occidental debido al efecto barrera ejercido por las Rocosas, mientras en la oriental son más septentrionales por la forma continental. En cualquier caso dominan los climas fríos en invierno y las lluvias se reparten según ciclos estacionales.

Los citados medios bioclimáticos pueden quedar concentrados en dos grandes áreas climáticas: –

Templada-oceánica. Es una región climática porque es un clima azonal. Cubre las regiones costeras e islas sometidas a los vientos templados del Oeste; por este motivo sólo abarcará la zona costera norteamericana, mientras en Europa penetra más hacia el interior por la ausencia de relieves costeros. En el Hemisferio Sur se emplaza únicamente en las costas de Chile y Nueva Zelanda. El régimen térmico es atenuado por la proximidad del océano; y el pluviométrico viene regido por las depresiones que llegan a las costas y que tienen origen en el Frente Polar. Pero estas regiones disponen de suelos poco fértiles debido a los continuos lavados por las aguas de lluvia que arrastran hacia horizontes profundos a los elementos minerales. En esas condiciones la vegetación es de hoja caduca con sotobosque de helecho. Puede decirse que el bosque oceánico se define por su gran talla y escasa densidad.



Continental. Debe su existencia al ensanchamiento longitudinal del continente norteamericano y surasiático, ensanchamiento que no aparece en el Hemisferio Sur, donde las masas continentales son demasiados estrechas. El régimen térmico opone claramente el verano a invierno y se caracteriza por la gran amplitud anual; el invierno además es largo, mientras el verano disfruta de temperaturas elevadas. El régimen pluviométrico viene definido por precipitaciones mediocres, nivosas en invierno. El total anual es bajo, e incluso disminuye hacia el interior de los continentes. En consecuencia el paisaje vegetal es el bosque templado continental o taiga, también denominado bosque boreal porque no se da en el Hemisferio Sur. Está formado por coníferas espaciadas dentro de un bosque homogéneo asentado sobre suelos helados en profundidad y no aptos para el herbazal. En el sector meridional aparece la pradera templada asentada sobre suelos negros. Por la más baja latitud los veranos son más cálidos, lo que permite el desarrollo del herbazal que bordea el Sur de la taiga, el corazón de EE UU y las Pampas (sabanas extratropicales). Se desarrolla muy rápidamente en primavera aprovechando el calentamiento oriental y se deseca también rápidamente en otoño. El suelo propio de la pradera es la tierra negra, con abundancia de humus procedente de la descomposición del herbazal. Al Sur de la pradera su degradación dará lugar a la aparición de la estepa.

Así pues, en la distribución de los paisajes vegetales de la zona templada resalta el contraste entre hemisferios. En latitudes medias del Hemisferio Sur es esencialmente oceánico, con flora original aunque las formaciones vegetales no cubran extensiones considerables. En el Hemisferio Norte las tierras son más extensas y el clima presenta mayor diversidad, con regiones incluso muy alejadas del influjo oceánico; por ello la disposición vegetal es muy simple con una franja ancha de bosques limitada al Norte por la tundra y al Sur por la estepa. Sin embargo, esa disposición hemisférica queda alterada con la pre126

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

sencia oceánica, que a su vez establece la diferencia entre fachadas orientales (con mayor mezcla florística debido a la mayor penetración del influjo) y occidentales (con variantes latitudinales como la mediterránea). Dos variedades de climas templados (regiones climáticas porque son debidas a factores geográficos) son los: –



Climas templado-cálidos de costas occidentales. Se emplazan en la zona que separa los alisios de los vientos de latitudes medias, y son por tanto climas de transición con influencias tropicales de los alisios y vientos del Oeste. Se identifican con los climas subtropicales, con influencia de los alisisos en verano y de los westerlies en invierno. El más característico es el clima mediterráneo, que presenta los siguientes rasgos: *

Lluvias en invierno y sequedad ambiental en verano.

*

Veranos cálidos e inviernos suaves (más de 6º).

*

Fuerte insolación, especialmente en verano.

*

A finales del verano y principios del otoño el descenso de calor y las inversiones térmicas ocasionan las nieblas.

*

Las precipitaciones oscilan entre 400 y 500 mm, siendo más abundantes en las zonas costeras que en las continentales.

*

La estación de lluvias coincide con la más fría y la sequedad de gran parte del año impone la presencia de plantas xerófilas, si bien predominan también arbustos de hoja perenne. El tipo característico es la garriga (arbustos de poca altura) y el maquis (monte bajo).

*

Es un tipo climático que se da en la cuenca mediterránea y costas de California, chilena, occidental surafricana, y suroccidental australiana.

Climas templados cálidos de costas orientales. Se emplazan en la misma área que los precedentes (aunque en costa opuesta) por lo que tienen veranos cálidos e inviernos templados, y difieren en la cantidad de precipitación y en su distribución. En las costas orientales de los continentes los alisios vienen del mar cargados de humedad, y por tanto, proporcionan veranos lluviosos. En cambio, los westerlies, que proceden del interior continental, vienen desecados y sólo aportan escasas lluvias durante el invierno. Sus rasgos son: *

Inviernos suaves con medias superiores a 10º, pero con frecuentes heladas en zonas interiores.

*

Veranos calurosos que superan con frecuencia los 30º.

*

En invierno la lluvia es de carácter ciclónico mientras en verano es orográfica.

*

Predomina la vegetación forestal de hoja ancha y perenne, pero también los bosques de coníferas y herbazal. Este tipo de clima se da preferentemente en: costas orientales de Australia, Argentina, Uruguay, Brasil meridional, África del Sur y Golfo de México.

*

Una variante es el subtipo monzónico (región climática), que debido a la influencia continental dispone de un invierno frío y de estaciones diferenciadas. Además, la lluvia cae preferentemente en verano, una estación más marcada que en las costas orientales. Se extiende por China del Sur, La India y algún sector más del Asia meridional. Es el ambiente propicio para el desarrollo de tifones.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

4.2. Los rasgos biogeográficos La relevancia vegetal la ostentan los bosques, que pueden ser agrupados en tipos, cada uno de los cuales guarda sólo equilibrios relativos debido a los medios climáticos y edáficos particulares. Son los siguientes: –

Coníferas. Componen las masas forestales más extensas del planeta y se caracterizan por su homogeneidad florística con número de géneros y especies poco elevado. El aspecto del bosque no es muy diferente en invierno y verano, porque se trata de perennifolias capaces de resistir los crudos inviernos de las altas latitudes por medio de hojas en forma de aguja que cierran los estomas para anular la transpiración en invierno. El sotobosque es muy reducido por varias razones, y entre ellas porque el manto superficial del suelo está mal descompuesto y el humus es muy ácido.



Caducifolias. La formación típica de las zonas templadas, que presenta aspectos diferentes según estaciones. Ahora los árboles se adaptan perdiendo las hojas en invierno y cerrando estomas en los días calurosos de verano. El número de especies es reducido, mientras la abundancia del sotobosque depende de la densidad de la floresta.



Perennifolias. Se dan en las regiones de verano seco, con un bosque de escasas especies y con adaptaciones xerofíticas para limitar la transpiración. Se emplazan en los climas mediterráneos de montaña.



Mixta de costa oriental. Ahora la variedad de especies es la norma (especialmente en el sureste asiático), y la frondosidad es su rasgo más sobresaliente.

Complementarias a los bosques están las formaciones bajas enclavadas donde no prosperan aquéllos. Entre ellas resaltan:

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La pradera. Con ausencia de arbolado y dominio del herbazal. Unas son climáticas, otras edáficas, y hasta hay unas terceras antrópicas. Están formadas por gramíneas de muy pocos géneros y ciclo vegetativo corto. Cuando las lluvias superan los 500 mm pueden alcanzar gran talla; cuando son reducidas su porte es muy escaso.



Landas y prados oceánicos. En las regiones costeras de clima oceánico dominan las formaciones bajas: *

Landas. Se asientan sobre suelos ácidos y están compuestas por arbustos adaptados a climas nubosos y fuertes vientos marítimos. Por ello cierran sus estomas, para evitar que el aire seque sus reservas de agua.

*

Prados. Son formaciones de gramíneas bajas y discontinuas en el espacio.



Formaciones mediterráneas, del tipo maquis, garriga y jaral. Su dominio depende de que el suelo sea calcáreo o bien silíceo, y de la mayor o menor humedad sobre el mismo.



Tundra. Adaptada al clima polar. Se trata de formaciones muy rastreras y enjutas (musgos y líquenes), pegadas al suelo, para evitar el barrido de los fuertes vientos helados.



Formaciones bajas de alta montaña. Las bajas temperaturas de las cumbres, la duración de la nieve, los contrastes térmicos, y la violencia del viento hacen que surjan los pisos alpino (las leñosas escasean y se implantan las herbáceas, que se desarrollan vivazmente debido a la luminosidad ambiental), y nival (con vegetación discontinua de líquenes y algas). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

Como en el Hemisferio Sur las tierras emergidas no son extensas la vegetación se reduce a los archipiélagos y extremos meridionales de los continentes. Aquí no aparecen los fuertes contrastes térmicos de los interiores continentales, pero sí los pluviométricos entre fachadas orientales y occidentales. Con todo la unidad florística es notable debido a que suelen representar a especies migradas desde el Hemisferio Norte.

5. LAS ZONAS FRÍAS Y POLARES En los márgenes de las zonas frías es posible encontrar desde regiones de hielos perpetuos hasta otras de verano mediocre (como la tundra). En el primer caso se trata de inlandsis y banquisas, y en el segundo del dominio bioclimático frío. Cabe hacer una precisión; si bien las banquisas no constituyen un medio biótico propiamente dicho es preciso su análisis para entender su influjo sobre otros medios, ya que sobre ellas se forman las masas de aire polares que luego descienden en latitud para incidir sobre las zonas templadas. –

Los inlandsis. Sumando los existentes en ambos polos la extensión ocupada alcanza los 15 millones de km2, o lo que es decir, una vez y media la extensión del continente europeo. Esta superficie contiene un volumen de hielo de 25 millones de km3, y el de los dos inlandsis principales (Antártida y Groenlandia) el 99% del existente sobre el planeta. Se pueden diferenciar dos tipos: *

Plataformas glaciares, con nieve, hielo y aire helado como elementos distintivos. El espesor del hielo alcanza en la Antártida casi los dos kilómetros, si bien la altura sobre el mar roza los dos kilómetros y medio. En Groenlandia alcanza los cuatro kilómetros. En ambos casos el hielo superficial es más frío que el interior porque refleja las alteraciones ambientales (entre -20º y -60º). Por debajo de los diez metros la temperatura ronda los cero grados debido al influjo geotérmico de la Tierra. La superficie del hielo no es uniforme; en superficie hay nieve helada, bajo la cual aparece nieve cristalizada con aire aprisionado y más compacta. Las condiciones anticiclónicas son muy frías, lo que propicia muy débiles precipitaciones, que a su vez aclaran el lento movimiento de los hielos. El clima es muy seco y frío (-30º en Groenlandia y -55º en la Antártida, si bien se pueden superar estos valores). La alta latitud, la pérdida de calor por refracción y la altitud acarrean las advenciones del aire. También en la Antártida los fortísimos vientos gélidos por el continuado contacto con masas de hielo continentales pueden alcanzar los 360 km/hora; cuando llegan al mar impactan violentamente contra la superficie provocando grandes crestas y convirtiendo a los mares antárticos en los más tempestuosos del mundo. Además, la escasa nieve caída no funde, incorporándose así al casquete helado y haciéndole crecer de forma continuada. El clima antártico se explica por tres factores: aguas oceánicas muy frías, variaciones estacionales de la cubierta marina helada, y de la continental. Fruto de los contrastes en la altiplanicie se reduce la velocidad de los vientos; pero en la costa es constantemente muy alta, y en especial cuando dominan las bajas presiones. Además, el límite de la banquisa en el hemisferio austral alcanza los 50º de latitud y el de iceberg llega a desbordar los 40º. Pero la hostilidad ambiental no es sinónimo de ausencia biótica porque se catalogan unas 340 clases diferentes de plantas, y en la región subantártica una treintena de plantas con flores. La altiplanicie central es el medio más inhóspito del planeta, con

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

lo cual el casquete es estéril (salvo las comunidades criptoendolíticas, que se desarrollan en fisuras de las rocas). En el área subantártica el influjo oceánico permite la variedad y adaptaciones perennes (pervivencia largo tiempo sin oxígeno, superenfriamiento para evitar la congelación). La vida animal se reduce a microbios y pequeños invertebrados. Los insectos son escasos (67 especies) y parasitarios. Así, las cadenas alimentarias son bien simples, y centradas básicamente en la costa donde proliferan especies mixtas (terrestres y marítimas) y abundan las aves. Puede hablarse, por tanto, de tres ecosistemas: oasis de hielo, lagos geotermales, y plataformas heladas (que cubren cerca de millón y medio de km2).



*

Márgenes glaciares, con pendientes que dirigen los hielos hacia el mar a una velocidad de entre 500 y 1.200 m/año, y que proporcionan el abastecimiento de iceberg al océano. El clima es muy perturbado aunque las temperaturas ahora son algo más suaves, pudiendo superar los ocho y diez grados, si bien el inlandsis marginal antártico es más crudo. No obstante aparecen vientos del interior, muy fríos, violentos y frecuentes, que hacen que la sensación térmica sea de frío muy intenso. Las precipitaciones son muy mediocres. Cuando el suelo está desprovisto de hielo la tundra es quien se asienta, con vegetación que suele ocupar sectores aislados, donde haya algo de suelo. Por ello sólo subsisten animales acuáticos y aves, los únicos que pueden encontrar su alimento en el mar. Con todo, Groenlandia sí dispone de mayor riqueza biótica.

*

Banquisas. Cuando el agua del mar se hiela gran cantidad de especies animales encuentran bajo esa capa su sustento. Pero puede hablarse de banquisas estacionarias (el mar se deshiela en verano), y permanentes. Asimismo de dos tipos locacionales: •

La ártica, a remolque de las perturbaciones atlánticas y de las altas presiones invernales. Alcanza una extensión de 100.000 km2.



La Antártica, que reposa sobre el mar más agitado del mundo lo que la ciñe a áreas muy próximas al continente.

El dominio climático frío es hostil a la vida. Además el vasto dominio de la tundra septentrional no está representado al Sur. Se observa, no obstante, una cierta similitud en la ausencia de zonalidad climática en los dos polos. La división climática no se hace según la latitud; al Norte el contacto de los márgenes árticos con las aguas atlánticas dulcifica algo las aguas. Al Sur es más difícil. En todo caso se trata de clima inhóspito y muy riguroso al Este debido a la presencia de corrientes frías, pero el mes más cálido alcanzará los 10º mientras el más gélido los -50º. Al Norte la enjuta tundra será aprovechada por renos y caribús que durante la noche polar migran hacia la taiga. Por el contrario, la vida marina sí es variada.

6. LOS CLIMAS DE ALTURA Una variante climática azonal es la de montaña, porque la altura aparece en cualquier parte del mundo. Sin embargo, es en la zona templada, por más poblada, donde más repercusión tiene este tipo climático. Presenta gran variedad de tipos, con calor en las vertientes expuestas al sol y frío en las contrarias; pero también con más agua en las alturas y en las vertientes expuestas a los vientos. En las cadenas montañosas más altas la presión desciende hasta dos quintas partes de la normal; y se da la presencia de aire enrarecido y disminución de la temperatura. 130

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

La mayor parte de los vientos proceden del efecto foëhn que proporciona lluvias en las laderas expuestas. Pero el limpio aire de las montañas absorbe pocas radiaciones solares, por lo que es abundante la presencia de rayos infrarrojos y ultravioletas. Ello aporta altas temperaturas, a no ser por la continua circulación de vientos de altura que provocan continuos cambios térmicos. Parte del vapor de agua se concentra en las capas bajas dando como resultado aire seco por encima de los 2.000 m; pero la distribución de lluvia es muy compleja. Los puntos más elevados tienen mayores precipitaciones debido al efecto foëhn. El límite de las nieves perpetuas resulta de la exposición a los vientos, de la orientación respecto al sol, y de otros factores como la latitud o la misma altitud. En las áreas de máxima precipitación surge el bosque de coníferas en las zonas más altas, y el de hoja caduca en las más bajas. Entre el bosque y el área de nieve es donde se instala la pradera de altura. Pueden distinguirse tres tipos climáticos de montaña: –

El alpino, en la zona templada-fría. Es más extremado en las vertientes orientales, las más lejanas al influjo del mar y al efecto barrera orográfica. Por tanto, en esa dirección decrecen las lluvias y aumenta la oscilación térmica.



El andino, en latitudes tropicales. Aquí la orientación tiene menos importancia, pero la oscilación diurna es mayor, sobre todo a partir de los 3.000 a 4.000 m (Puna), donde el frío es ya glaciar.



El tibetano, en zonas áridas interiores. Presenta inviernos muy rigurosos de -40 ºC y fuertes vientos. Es un clima continental de altura que aporta rasgos muy contrastados, y se convierte en el clima de montaña más inhóspito, junto al andino en altura.

7. EL TIEMPO Y CLIMA COMO CONDICIONANTES DE LAS ACTIVIDADES HUMANAS 7.1. El tiempo y el clima: repercusiones Tiempo es el estado de la atmósfera en un momento dado y lugar determinado, mientras clima es la sucesión de tipos de tiempo. La conjunción definirá los tipos de clima, que a su vez condicionarán y explicarán las biocenosis y las adaptaciones antrópicas. Entre los elementos y factores del clima es preciso mencionar: – La temperatura. En las zonas intertropicales supera los 20º y en las ecuatoriales los 25º; por el contrario en las templadas el margen fluctúa entre los 20º y los -10º. En las zonas frías el disconfort térmico queda situado entre los 5º y -15º al Norte y -20º y más en la Antártida. Sin embargo, en los sectores costeros las temperaturas se ven suavizadas o agudizadas en razón del discurrir de corrientes oceánicas frías o cálidas. En las zonas extratropicales en verano se da larga insolación con incremento térmico, mientras en invierno la reducción de los días hace descender las temperaturas. Por el contrario, en las intertropicales son uniformemente cálidas. Sin embargo, las temperaturas están influidas por la latitud, época estacional, proximidad o lejanía a los océanos, nubosidad y la altitud. Y para el desarrollo de la vida habrá de tenerse presente siempre la amplitud térmica. La razón es múltiple: GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

*

Las temperaturas regulan la vida vegetal, porque la fijación de carbono en las plantas se incrementa con las cálidas y se retrae con las frías (latencia).

*

Las bajas temperaturas provocan las migraciones animales hacia latitudes más suaves, y dificultan las comunicaciones humanas.

*

Los contrastes térmicos acusados facilitan la actuación de mecanismos erosivos.

*

Las muy altas temperaturas provocan estiajes que interrumpen regadíos, mientras las muy bajas congelan cursos fluviales y hasta mares impidiendo las comunicaciones.



La humedad. Los aires cálidos mantienen más vapor de agua que los fríos. Se distinguen entre polares (marítimos y continentales), con tiempos fríos, desapacibles y húmedos; y tropicales (continentales y marítimos), secos o húmedos pero estables. Así, pues, la humedad viene condicionada por la latitud. Y en razón de la cantidad de agua y su distribución a lo largo del año los límites para la vida son claros; en latitudes elevadas y cercanas al mar la humedad será alta y favorecedora; pero la lejanía del mar impone el descenso y condiciones más duras para el desarrollo biótico. Por el contrario, en bajas latitudes la mayor evaporación y lluvia provoca la eclosión de la vida, que se reduce con el descenso pluviométrico desde el Ecuador a los Trópicos.



La presión. El aire ejerce presión sobre la superficie terrestre: cuando es alta produce anticiclones (cálidos o fríos pero estables), y cuando es baja depresiones (inestables y ventosas). Los anticiclones además son secos, con lo cual las inferencias para la vida son claras, tanto más cuando hay áreas anticiclónicas y depresivas.



El viento. A mayor presión (muy juntas las isobaras) mayor será la velocidad, que sopla paralelamente a las isobaras (viento geostrófico) y que se encarga de mezclar masas de aire. Dispone de flujos divergentes (horizontales) y verticales. Pero, también, hay vientos locales (de montaña y valle, topográficos, y brisas terrestres). Los esenciales son los cinturones globales de viento, y entre ellos: *

Los alisios, o vientos tropicales del Este, que soplan sobre la mitad del globo y son notables en su constancia y dirección (si bien más fuertes en invierno). Los dos sistemas de vientos alisios (Norte y Sur) coinciden en el Frente de Convergencia Intertropical.

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Ecuatoriales del Oeste. No son fuertes pero generan los monzones.

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Vientos del Oeste en latitudes medias. Son más variables en dirección e intensidad y menos constantes en el Hemisferio Norte.

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Polares del Este. Se forman sobre anticiclones de altas latitudes y descienden muy fríos hacia latitudes más bajas.

Existen unos márgenes climáticos en los que la vida humana se desarrolla de forma óptima y permite un notable desarrollo. Es lo que se llama confort climático; sobrepasar dichos límites supone automáticamente un disconfort, que ha de ser corregido con respuestas artificiales y tecnológicas, desde el momento que el hombre necesitará crear las condiciones necesarias para recuperar el confort climático. Un elemento fundamental de dicho confort será la humedad: la relativa del 75% permitirá alcanzarlo a los 21º; pero conforme las condiciones sean más secas la temperatura deberá ir aumentando hasta conseguir el mismo confort. La velocidad del viento también será clave, ya que suele aumentar la sensación térmica de frío: a igualdad de temperatura en dos zonas la velocidad mayor en una 132

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

de ellas hará incrementar ahí la sensación de frío. Así pues, los umbrales de confort son los que definen y explican la distribución de la población mundial (unidos a otras razones, ahora históricas, religiosas, sociológicas, económicas, etc.). Los fenómenos meteorológicos citados inciden y condicionan a las actividades económicas y humanas de muy diversas formas: A) En la actividad agraria, cada zona bioclimática impone aprovechamientos determinados, aunque la capacidad tecnológica permita cada vez más superar los condicionantes climáticos: –

En las zonas frías las bajas temperaturas limitan el crecimiento vegetativo de los cultivos y el desarrollo agrario es mínimo.



En las desérticas se presenta el grave inconveniente de la aridez, aunque grandes obras de regadío ya han permitido el auge de cultivos adaptados (la sequía provoca necesidades hídricas, que sólo pueden ser satisfechas con aportes artificiales de agua).



En las húmedas el terreno mojado no puede recibir tareas agrícolas (salvo algunos cultivos, como el arroz), mientras se requiere tiempo seco para la recolección de las cosecha.

Otros condicionamientos son meteorológicos (los tipos de tiempo no impiden el cultivo, aunque inciden muy directamente sobre la cantidad de las cosechas). Así las heladas, granizadas, sequías... de hecho pueden ocasionar desde paralización del ciclo vegetativo, congelación de la planta, desmembramiento de los cultivos... y en general, desde pérdidas parciales hasta la imposibilidad de obtener cosecha. –

Las inundaciones intervienen por la sobreabundancia de un agua caída en muy breve espacio de tiempo, que suele provocar la destrucción de cultivos, bien por arrasamiento, bien por putrefacción de las raíces por asfixia. Mientras parte de la zona intertropical padece la escasez de agua y la vegetación y cultivos han de adaptarse a unos mínimos pluviométricos mediante la xeroficidad, el área bioclimática mediterránea es propicia a padecer inundaciones, casi siempre ligadas al fenómeno de las gotas frías. Pero, estos acontecimientos de sobreabundancia pluviométrica son, también, muy característicos de las regiones tropicales y monzónicas; los monzones pueden provocar desbordamientos de los ríos e inundaciones en La India, su periferia y el sureste asiático, con la consiguiente destrucción del sistema ricícola y las hambrunas derivadas, especialmente en Bangla Desh. En zonas templadas las famosas nubes negras son una amenaza. Se desarrollan en cumulonimbos a partir de convulsiones atmosféricas o desequilibrios del aire. Pueden ser orográficas, convectivas, frontales y costeras. Las de efectos más rápidos para la agricultura devienen de las convectivas, formadas en verano por la intensa irradiación de calor del suelo; de ahí a un fuerte desarrollo, pequeña extensión, precipitación intensa, acompañamiento de vientos, incorporación de granizada, etc. La ventaja es el aporte de aguas y la desventaja la arroyada consecuente.



Los granizos también intervienen. Es un meteoro de fuerte aleatoriedad espacial pero capaz de incidir en muy extensas áreas de la Tierra. Se trata de una precipitación que llega al suelo en forma sólida y amorfa, y está integrada por núcleos de nieve envueltos en hielo; el pedrisco lo está por trozos de hielo de

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

hasta diez veces más tamaño y con granizos soldados entre sí. La incidencia negativa de ambos sobre la agricultura dependerá del tamaño del granizo y de la velocidad de caída; además las granizadas suelen presentarse en primavera y verano, cuando las plantas están desarrolladas y los daños pueden ser irremediables; sin embargo, cuando caen en la etapa del nacimiento puede producirse el rebrote. De todos modos es perjudicial para el arbolado al romper los brotes, y para las leguminosas al principio del desarrollo. El choque del granizo contra el tejido vegetal provoca desde lesiones, por las que actuarán luego gérmenes que desarrollarán enfermedades, a la muerte directa de la planta (los cereales durante la etapa de espigado). El paso de las denominadas nubes negras es conocido por sus efectos como lotería del infierno. –

Las heladas provocadas por el anormal descenso de las temperaturas en la época de máximo desarrollo vegetativo de las plantas, que pueden suponer su interrupción y la pérdida o disminución de las cosechas. Son especialmente incisivas en las regiones mediterráneas, donde el desarrollo vegetativo suele ser temprano, y donde las plantas no se encuentran muy adaptadas a este meteoro. Las heladas de irradiación son provocadas por aire frío y seco, y se dan en noches largas, despejadas y de viento en calma; las tardías de marzo y abril provocan el chamuscado de los brotes, con pérdidas para la viña, leguminosas y frutales. La topografía desempeña un papel esencial en las heladas, ya que el aire frío y seco es pesado y acaba depositándose en el fondo de valles, creando bolsadas frías de efectos muy nocivos para arbustos y cultivos. El enfriamiento del suelo es más rápido que el de la savia, y éste más rápido que el del aire; de ese modo se produce un fuerte desequilibrio entre la transpiración y absorción de la planta; el agua que no puede salir de la planta se congela y da lugar al marchitado. Como meteoros protectores funcionan el viento y las nubes, si bien su actuación es compleja porque se presentan cuando menos dos tipos de helada: provocadas por una invasión de aire ártico o polar, olas de fríos que matan directamente a los brotes (por eso se les denomina heladas negras); y por enfriamiento del suelo y órganos vegetales en noches claras y despejadas, y que suelen ir acompañadas de escarcha (por ello se les conoce como heladas blancas). En cualquier caso son menos perjudiciales en invierno, cuando la vegetación se encuentra en estado latente, e incluso suelen ser hasta beneficiosas para los cereales (paran el crecimiento y el cereal responde con mayor enraizamiento). La respuesta contra las heladas puede ser múltiple: poda alta, poda tardía, riegos nocturnos (la capacidad calorífica del agua evita que el aire más próximo al suelo se enfríe, si bien el viento puede acelerar la helada), producción de nubes artificiales de humo que incrementan la temperatura del aire, etc. Las nieblas de irradiación derivan de un aire frío y muy húmedo que se condensa cuando el suelo está muy frío por la noche. Estas nieblas mojan el suelo (por eso se denominan lloronas) y las plantas, y suelen ser beneficiosas; pero cuando la temperatura baja de los cero grados y sopla el viento las gotas de nieblas se hielan sobre las plantas y el peso puede afectar negativamente a las hojas. Las nieblas suelen proceder de nubes a ras de suelo (de irradiación) o pasajeras (advención). En cualquier caso depositan sus gotas sobre la vegetación y el suelo, y proporcionan un alto de nivel de captación de agua por las plantas. El rocío presenta distintas variantes (descendente, ascendente, de exudación de las plantas) y se dan a las horas de temperatura mínima en la madrugada. Sólo se deposita en la cara superior de las hojas, y a muy baja al-

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

tura; el único problema que plantea es la helada de las finas gotas depositadas. Rocíos, escarchas y nieblas son beneficiosas para la agricultura por su aporte de humedad, especialmente en regiones con temperatura alta durante el día y fuentes de humedad próximas (áreas mediterráneas), una humedad que por la noche, al bajar la temperatura, condensa y se deposita. Sin embargo, el rocío impide la recolección y empacado de cosechas, y en primavera hace proliferar esporas, bacterias y gérmenes. Por su parte, la nieve (al margen de su aporte pluviométrico) impide la formación de rocío, y los suelos nevados limitan la radiación terrestre y protegen de la helada. –

Las lluvias como reserva hidrológica. La evaporación es el primer proceso que sigue el agua en el ciclo hidrológico; la precipitación la devuelve a la superficie terrestre, aunque en su mayor parte retorna hacia el mar (otra porción se integrará en depósitos subterráneos, una más quedará inmovilizada en forma de hielo, otra será absorbida por las plantas y luego devuelta a la atmósfera). En cualquier caso el ciclo es continuo, y en él se recibe agua, pero también se pierde hasta tres cuartas partes (la tendencia al equilibrio es la pauta general). Entre los 40º N y S la evaporación supera a la precipitación (salvo en la franja 10º N y S), especialmente en la estación seca, cuando se alcanza el punto de agotamiento de reservas de humedad en el suelo, para recuperarse en la húmeda (en concreto en la zona templada). Por ello, la hidrología se ocupa de analizar la cantidad de agua almacenada a partir de las unidades de precipitación por unidad de tiempo, con lo que puede estimarse la variación de depósitos existentes. Sin embargo, las precipitaciones sobre regiones donde el hielo es estable hace falta contar con el factor temperatura, ya que las potenciales reservas siempre irán con retraso temporal. Cuando los cursos circulen por valles la creciente de primavera ha de ser contemplada, ya que a las aguas de deshielo han de adicionarse las de precipitación. Luego ha de valorarse el fenómeno de la evaporación en pantanos y la derivada de la propia vegetación, pérdidas que han de ser tenidas en cuenta a la hora de establecer reservas disponibles.



El viento incide en razón tanto de su dirección como de su velocidad, y puede ser: en calma (hasta 8 km/h), débil (8-16), moderado (16-30), fuerte (40-60), violento (60-90), y huracanado (más de 90). Y es útil conocerlo para desarrollar tareas agrícolas como el riego por aspersión y aventado. En zonas llanas el máximo se alcanza al medio día y en las montañas por la noche. El viento introduce un papel benefactor para la agricultura: renovando el aire y favoreciendo la transpiración de las plantas; transportando polen; aumentando la dureza de los troncos; evitando las heladas nocturnas y barriendo a las nieblas; ayudando al secado de las plantas antes de la recogida; etc. Pero, también, acarrea efectos perjudiciales: deseca y endurece a los suelos; encama a los cereales; deforma a los árboles; los vientos fríos desecan a los brotes y los cálidos deshidratan a las plantas; transporta las semillas de hierbas nocivas; arrastra las capas fértiles del suelo; etc. La solución a parte de estos inconvenientes se encuentra en la construcción de pantallas cortavientos, especialmente de arbolado para que ejerzan de barrera protectora ante los vientos dominantes; sobre llanuras lo aconsejable es estructurar bandas en forma de tablero de ajedrez (y ha de hacerse con floresta de raíces profundas y poco extensas; así soportarán bien las envestidas y no captarán recursos del suelo a las plantas de cultivo).

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De forma genérica puede decirse que el clima ha de ser abordado en función del tipo de cultivo, por lo que es preciso controlar: la cantidad de calor que reciben las plantas, y la de lluvia aprovechada por los cultivos; pero también en razón de las adversidades climáticas referidas al ciclo vegetativo. El relieve será contemplado tanto por su exposición como por la pendiente, ya que cuanto mayor sea menor será la retención de agua. El suelo será adecuado para la agricultura cuando esté compuesto por granos de diferente tamaño, lo que posibilitará la retención de agua; igualmente la proporción de nitratos, potasa, calcio. Lluvias y temperaturas son críticas para el desarrollo de las plantas, y la propia naturaleza indica las zonas de aptitud de cultivos; así, la presencia de pinares señala aumento de lluvia y decrecimiento de temperaturas; las estepas de hierba alta temperatura suficiente y escasez de agua; etc. B) En las actividades industriales el influjo del tiempo y clima suele ser mínimo. Las innovaciones y adecuaciones tecnológicas, unidas a la facilidad del transporte, han permitido el desarrollo industrial en zonas frías, como la siberiana, el gran alto horno de las zonas frías septentrionales. El mayor problema afecta a las industrias forestales en tiempos de sequedad y calor que pueden concluir en la aparición de incendios. Cuando en el bosque aumenta la temperatura, desciende la humedad y se incrementa la velocidad del viento la consecuencia inmediata es una evaporación alta que disminuye la humedad de la hojarasca, con lo que el peligro de fuego se incrementa. Incluso cuando estas condiciones se dan y aparece una tormenta con carga eléctrica el fuego puede darse a partir de un fenómeno meteorológico, el rayo, que puede ser detectado mediante el estudio de la temperatura en las capas superiores del aire; el mayor peligro está en los denominados rayos secos, sin acompañamiento de lluvia, que pueden ser combatidos mediante el procedimiento de siembra de nubes. Pero iniciado el fuego todo dependerá de dos factores adicionales, el viento como factor propagador, y la topografía, tanto como factor retardador del control como irradiador cuando se dé en un valle, ya que ascenderá por las laderas siguiendo el efecto tiro de chimenea. En otras actividades el tiempo incide facilitando o disolviendo la contaminación industrial y urbana. Las bases nocivas contenidas en el aire (óxido de carbono, anhídrido sulfúrico, ácido sulfúrico, óxido de nitrógeno, fluoruros, gases radiactivos) son las culpables de la contaminación. En condiciones de estabilidad del aire la concentración aumenta, y se estancan cuando se dan las inversiones térmicas (debidas a la irradiación nocturna), especialmente nocivas para la salud cuando la carga contaminante es alta (es la típica de los fondos de valle industrializados). Pero cuando la estabilidad anticiclónica es notable la contaminación puede estabilizarse en el aire; este es el caso de las altas presiones marítimas polares, causantes de las nieblas en zonas industriales, y dañinas porque mezclan aire puro con contaminado. Asimismo, cuando aparece un anticiclón frío sobre áreas montañosas con valles industrializados. También las aguas tibias frente a costas industrializadas, especialmente cuando el aire tropical marítimo circula sobre una corriente oceánica fría, que lo vuelve estable en las fachadas occidentales de continentes. C) En la actividad turística. El intervalo entre 16º y 22º es el óptimo para el desarrollo turístico y deportivo, mientras que las temperaturas superiores a los 30º ya desaconsejan las prácticas deportivas. Por el contrario, inferiores a los cero grados permitirán el desarrollo de prácticas deportivas invernales. Pero se presentan variantes: –

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La situación desfavorable abarca a las latitudes templadas y frías del hemisferio Norte (en las últimas por la fuerte incidencia del invierno boreal). Otro foco contrario aparece en las regiones ecuatoriales, donde el elevado grado de huPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

medad es negativo para la atracción turística. Por último, en las zonas de alta montaña, como ocurre en los páramos andinos, donde el descenso de la cantidad de oxígeno en el aire como consecuencia de la altitud hace muy difíciles las adaptaciones (con la salvedad de la alta montaña, apta para la práctica de deportes de invierno). –

Áreas de atracción turística son las intertropicales. Es máxima en las zonas costeras, donde la inexistencia de estación fría y un óptimo térmico posibilitan la recepción turística durante buena parte del año. Entre los climas templados el mediterráneo es el turístico por antonomasia; la razón es su estación seca en verano, que además coincide con el período vacacional masivo en los países avanzados, lo que genera una conexión entre demanda turística y oferta climáticamente óptima. Por su parte, el ámbito atlántico se define por un factor climático neutro en lo que a explotación de turismo afecta.

D) En el transporte la incidencia climática es cada vez menos relevante. Como mucho unas condiciones adversas pueden representar alteraciones momentáneas en las transacciones, o bien pérdidas económicas coyunturales. Pero, frente a ello, la respuesta tecnológica es cada vez más eficaz, con complejos sistemas de radar y navegación capaces de buscar vías alternativas o prevenir y posibilitar tiempos de espera. Así, es posible hablar hoy de la utilización de pistas aeroportuarias heladas, banquisa polar, etc. Sin embargo, es preciso aludir al efecto negativo todavía muy adverso de las nieblas y nevadas. Con todo, la necesidad en la aviación es el conocimiento del tiempo en el lugar de destino y de las condiciones de visibilidad; aún así aterrizajes en condiciones contrarias son viables debido al avance de los métodos electrónicos e instrumentos sofisticados de radar. Queda todavía inconclusa la superación de las denominadas turbulencias en aire claro, que afectan principalmente a la aviación a reacción de alta velocidad, que interfieren tanto a la comodidad de vuelo como a la propia estructura del aparato. La razón se encuentra en la conjunción de muy alta velocidad y vientos de altura fuertes. Con respecto al transporte terrestre la nieve, el hielo y el viento impiden o mediatizan el tráfico por carretera. También, la nieve perturba horarios y hasta tráficos regulares de trenes. Pero, son las superficies heladas las que más inciden sobre el tráfico de ferrocarriles que se mueven con energía eléctrica; y la acción del hielo al ejercer un peso excesivo sobre los hilos conductores (el problema se soluciona haciendo pasar más corriente de la normal para deshacer el hielo). Incide asimismo el tiempo sobre la navegación marítima, si bien el establecimiento de rutas de vientos favorables ha clarificado la seguridad. Las rutas óptimas se establecen a partir de las previsiones a largo plazo de los vientos, oleajes y corrientes. Pero, existen desde rutas individuales hasta generales. La elección de unas u otras depende del tamaño y tipo de barco, y de la búsqueda de mínimos tiempos o máxima seguridad de desplazamiento. Para la elección se han de tener presentes las posibilidades de comportamiento del buque. De ese modo, las individuales deben revisarse diariamente, mientras las rutas climátológicas son más a medio plazo. Estas últimas se elaboran a partir de las condiciones climatológicas medias del mar. El problema reside en las galernas y vientos fuertes, asociados a gradientes fuertes de presión, más características de las latitudes medias superiores en los dos hemisferios (a excepción de los ciclones tropicales), como también los temporales durante la etapa más fría, especialmente en la zona occidental de los océanos. De igual modo, el hielo marino representa otro inconveniente a la navegación, aunque no sólo el depositado sobre el mar sino el que puede formarse sobre la GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

cubierta (espuma acumulada y congelada, por lo que no hace falta ni lluvia), que por peso puede modificar la estabilidad de los buques. El riesgo de existencia de hielo existirá siempre, cuando la temperatura del aire descienda por debajo de la de congelación de agua marina y el viento levante espuma. Así, una acumulación de 8 cm/hora es muy peligrosa, y tanto más cuando el viento proceda de costado. Cuando se produce el engelamiento las posibilidades son varias, y casi todas con graves repercusiones económicas: virar hacia aguas más cálidas, recubrir la maquinaria auxiliar, las tuberías de agua deben ser rellenadas con agua del mar, etc. Otro peligro deriva de los mares helados y de los icebergs. Los mares helados se forman cuando aparecen cristales de hielo alargados, las tortas de hielo, que al aumentar de espesor forman los témpanos, ya con varios metros de espesor, que a su vez pueden alumbrar los amontonamientos (paquetes o crestas de hielos). Sin embargo, los problemáticos son los icebergs, procedentes de hielos continentales, de los glaciares, pero que constituyen auténticas montañas de hielo flotante. De ellos sólo aparece en superficie la décima parte de su volumen; el problema deriva del gran número de rutas marítimas existentes en el Atlántico Norte, zona de irradiación de icebergs, si bien son más frecuentes en el hemisferio Sur (aunque es una zona menos frecuentada). E) En la salud humana. El hombre puede decirse que se encuentra adaptado al clima (si bien las afecciones respiratorias aparecen con la llegada de los fríos). Ha debido amoldarse a los periodos de tensión, frío y calor, sequedad y humedad, unas alteraciones y tensiones que se dan preferentemente en las zonas templadas, lo que ha propiciado el arraigo de una teoría que defiende el progreso humano rápido en esas zonas para hacer frente a las adversidades y contrastes climáticos. Por el contrario, dichas tensiones son inferiores en otras zonas, lo que para algunos teóricos es muestra de una menor necesidad de adecuación humana y de menor avance técnico. Uno de los problemas deriva de la velocidad del viento, ya que por cada kilómetro de avance la temperatura desciende 0,34º. Es lo que se denomina sensación térmica de frío en condiciones no frías. Con temperaturas elevadas todo depende de la humedad ambiental; con el calor y humedad altas el cuerpo pierde el exceso de calor mediante la transpiración. De ahí las dificultades humanas de adaptación a climas diferentes. Frente al calor se reacciona con vestimentas claras que absorben menor cantidad de radiación solar. Frente al frío los almidones disminuyen la ventilación. Frente al viento la ropa seca es la adecuada, pero provoca pérdida de calor del cuerpo, que ha de ser recuperada con alimentación adecuada. F) En otras actividades humanas. Entre ellas la construcción, que no puede realizarse en tiempos lluviosos, ventosos o de fríos rigurosos. La navegación a vela requiere vientos moderados. La niebla, lluvia, viento o hielo impiden la práctica de determinados deportes. También, las heladas o sequías rigurosas incrementan el precio de los productos del campo.

7.2. Adversidades naturales y fenómenos violentos: los tifones Penínsulas y sectores insulares del sureste asiático se ven invadidos regularmente por ciclones tropicales más o menos violentos, los tifones, que provocan enormes daños sobre el paisaje y las economías. En bajas latitudes la fachada costera está bañada por 138

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

mares cálidos que favorecen su formación. Se originan en océanos tropicales, a partir de perturbaciones ciclónicas nacidas en la Zona de Convergencia Intertropical, tanto tifones, supertifones y tempestades tropicales, en función de la potencia de sus vientos. Toda ciclogénesis exige una alimentación energética que procede del calor latente y evaporación abundante de mares cálidos, que aportan energía térmica a la atmósfera. El vapor de agua se eleva sobre una atmósfera inestable creando el fenómeno de la chimenea convectiva. Un torbellino ciclónico se origina a partir de fenómenos extratropicales que provocan anomalías en los vientos capaces de crear células cerradas, que pueden llegar a ser embrión de los tifones. Pero, una rotación rápida del aire alrededor de un eje vertical no es posible si la fuerza de Coriolis no adquiere un valor suficientemente elevado, que además es proporcional a la latitud. En bajas latitudes (Malasia, Indonesia, Vietnam, Tailandia, Filipinas) los mares cálidos disponen de una reserva de energía considerable y con posibilidades de configuración tifónica muy elevadas. Una vez formado un tifón sólo dos circunstancias pueden calmar su poder destructor y precipitar su declive: el encuentro con aguas superficiales menos cálidas, que reduzcan su alimentación energética, y su contacto con montañas o masas continentales, que le priven de su alimentación ahora de vapor de agua. Pero el sector más expuesto, probablemente del mundo, se encuentre entre las Islas Marianas, Luzón y Taiwán, el Mar de Filipinas, con una media de entre tres y cuatro anuales. En el resto del sureste asiático la cifra desciende a la mitad. La actividad ciclónica es máxima de octubre a julio, siendo sus efectos especialmente incisivos en regiones litorales e islas, particularmente vulnerables a vientos violentos y lluvias desmesuradas. Los efectos destructores son proporcionales a su fuerza, y su impronta se deja notar en tierras de cultivo en pendiente, no sólo por el arrastre de aguas de escorrentía sino por la presión ejercida por el aire sobre los cultivos (un viento de 120 km/hora proporciona una presión de 125 kg/m2). Pero sus efectos sobre el mar son más espectaculares al incidir directamente sobre las comunidades pesqueras. Puede decirse que los tifones constituyen un peligro inseparable de Asia del Sureste. Las poblaciones los padecen con cierto fatalismo, como un mal necesario. De un lado, destruyen y obligan a desembolsos de reconstrucción; pero, de otro, aportan aguas indispensables para una buena cosecha en muchos casos. Cuando las aguas llegan puntuales y regulares incluso son considerados por algunos pueblos como un don de la providencia, porque permiten la supervivencia; pero cuando se retrasan como un designio capaz de castigar actitudes no correctas.

7.3. Fenómenos regulares: los monzones Por posición latitudinal a La India le correspondería un clima árido, al formar parte del conjunto desértico tropical. Sin embargo, diversos factores influyen para que la continuidad de los desiertos saharianos, árabes y persas se vean interrumpidos. Especialmente la topografía con el efecto del arco himaláyico, que incide para la creación de factores atmosféricos nuevos con alternancia de altas y bajas presiones que condicionan el normal desarrollo del mecanismo monzónico (en árabe, estación). Durante el invierno las altas presiones cubren toda Asia central mientras sobre el océano se instalan las bajas presiones. Entre ambas masas se establece una circulación de vientos secos y frescos procedentes de tierra adentro, por lo que la estación invernal será GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

seca. A partir de marzo las temperaturas comienzan a subir y las lluvias a hacer su aparición, hasta llegar al verano cuando la situación se invierte y desde el océano soplan vientos cálidos y húmedos aportando los monzones lluviosos (recuérdese que se está hablando de región climática del monzón). La elevación de los Himalayas divide al Jet Stream en dos ramas, situadas a ambos lados de la cordillera, lo que permitirá diferenciar dos estaciones: –

El monzón seco del Noreste, desde enero a junio, cuando los vientos soplan desde el continente hacia las bajas presiones ecuatoriales. Serán secos y sólo aportarán precipitaciones al Sur del país tras humedecerse atravesando el mar. El largo período de sequía se divide en una estación fría, que llega hasta marzo, y otra cálida desde ese momento y hasta la llegada del monzón lluvioso. Ahora la escarcha cubre las llanuras y la humedad es muy baja, alcanzándose el mínimo de precipitaciones a comienzos de esta etapa, si bien al Norte se consigue antes por el influjo de los vientos procedentes de Irán que acceden al Decán bordeando el Himalaya y provocando nevadas. Con el avance de esta semiestación el calor se vuelve intenso, de tal modo que a partir de marzo las cosechas pueden ser recolectadas. A medida que la estación real avanza los vientos húmedos aún sin lluvias hacen su aparición. No obstante, depresiones debidas a corrientes ascendentes arrojan agua muy beneficiosa para cultivos comerciales. En mayo comienzan a surgir las lluvias pequeñas del monzón o lluvias de las flores.



El monzón lluvioso del Suroeste, desde finales de mayo hasta diciembre, cuando la rama Sur del Jet Stream desborda el Himalaya dejando espacio para que avancen hacia el Norte las bajas presiones ecuatoriales, que descenderán en altitud conforme se acerquen a los vientos secos de la llanura Indo-Gangética. Por tanto, éste será el monzón vital. Aporta nueve décimas partes del agua de lluvia en casi toda la península. Afecta a la meseta entre abril y octubre, cuando se produce un efecto similar al recurrente entre las brisas marinas y terrestres. El monzón sopla desde el Índico y llega al suroeste donde se ramifica en dos secciones: una provoca intensas lluvias en las costas occidentales, y otra cruza la costa oriental para girar hacia el Oeste, en dirección a las llanuras septentrionales, al chocar contra la barrera himaláyica. Su importancia económica es trascendente porque se estima que la mitad de la producción cerealista sale del monzón, independientemente de los recursos que aporta para el regadío durante la etapa del monzón de invierno. Suele aparecer con una regularidad asombrosa, el día 3 de junio, si bien serán los meses de julio y agosto los de máxima extensión y lluvias generalizadas. La lluvia no es, sin embargo, continua. Durante las seis primeras semanas cae agua durante tres días de forma muy abundante en el Punjab, y luego se alternan sequías con chubascos. Igual acontece en el Sur. Algunas regiones del interior no gozan de lluvias tan siquiera en verano, sino es por depresiones espasmódicas procedentes del Golfo de Bengala. La temperatura disminuye en esta estación, por lo que es conocido como el monzón de invernada, si bien la carga de humedad ambiental propicia un tiempo plomizo. El agua depositada permitirá un ciclo de crecimiento rápido, de tal manera que maíz y arroz podrán ser sembrados y recolectados en dos meses.

Desde finales de septiembre la intensidad de las lluvias disminuye, pero las aguas estancadas propician el desarrollo de epidemias. En octubre se cuelan los tifones, de efectos 140

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Tema 4. Climas y zonas bioclimáticas

desastrosos, y a medida que el monzón se retira es reemplazado por un régimen de vientos continentales atraídos por las bajas presiones del Sur. Los del noroeste barren la llanura Indogangética aportando días claros, e instaurando lentamente el monzón seco. Las lluvias están sujetas a una gran irregularidad interanual, de tal modo que el éxito de las cosechas no está asegurado si el monzón húmedo no llega a tiempo o se retira pronto, existiendo una relación estrecha entre las nieves tardías himaláyicas y un monzón deficiente. Cuando esta circunstancia se confirma dominarán los vientos secos del norte que obstaculizan la ola lluviosa. Pero, también, existen otras relaciones de mayor amplitud geográfica; cuando las lluvias son abundantes, entre marzo y abril, en la costa africana el monzón lluvioso hindú se debilita. También, cuando hay una anómala abundancia de icebergs al sur del Indico. Estas relaciones ponen al descubierto la amplitud del mecanismo monzónico, la complejidad de los factores que lo definen, y su irregularidad. En la hidrografía es la estacionalidad monzónica quien establece el régimen hídrico, ya que todos los cursos alcanzan el caudal máximo coincidiendo con el monzón lluvioso. Debido a la importancia económica que representa la red hidrográfica en este país pueden establecerse tres tipos: –

Ríos himaláyicos, Indo, Ganges y Brahmaputra con su cabecera en las altas mesetas tibetanas a unos 5.000 m. Ello les proporciona fuerte poder erosivo, tanto más complejo cuando a su alimentación nival se añade la pluvial procedente de los aportes monzónicos. Son cursos irregulares, inestables y causantes de fuertes adversidades; pero su papel económico se sobrepone a los factores contrarios. El Ganges dispone de un caudal medio de 14.000 m3, pero en las crecidas se acerca a los 80.000, que le permiten en su desembocadura, junto al Brahmaputra, formar el mayor delta del mundo. El Indo es más regular por las fuertes pérdidas de agua al atravesar la zona desértica pakistaní.



Ríos cortos del Oeste, con la cabecera en los Gattes Occidentales sometidos a fuertes caudales de procedencia pluvial y notable poder devastador.



Grandes ríos interiores, que desembocan mayoritariamente en el Golfo de Bengala. Debido al basculamiento del escudo pueden hacerlo en grandes formaciones deltáicas de gran fertilidad agrícola. Son menos caudalosos, lo que proporciona una mejor regulación de sus aguas y ocasiona menos desastres por desbordamientos.

Con respecto a la vegetación las intensivas roturaciones y el pastoreo han degradado en exceso los biotopos originales. Aún así, es posible distinguir dos formaciones influidas por los monzones: –

Tropicales húmedas, con selva ombrófila y pisos vegetales. Se localizan en las zonas más regularmente influidas por los monzones.



Tropicales de estación seca, en las áreas de monzón alternante estacional con bosques caducifolios. Dominan el sándalo y teco.

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BIBLIOGRAFÍA Austin Miller, A. (1971) El clima y su influencia en el hombre, los animales y las plantas. Ediciones Omega S.A, Barcelona. Barry, R. y Chorley, R. (1978) Atmósfera, tiempo y clima. Ed. Omega, Barcelona. Bolos, Mª de (1992) Manual de ciencia del paisaje. Teoría, métodos y aplicaciones. Ed. Masson, Barcelona. Breuer, G. (1983) La modificación del tiempo. Ed. Alhambra, Madrid. Cebrián Abellán, A. (1996) Estructura regional-globalidad mundial (Vol. II y III). Universidad de Murcia-Asociación Española de Ciencia Regional. Murcia. Donn, W. (1978) Meteorología. Ed. Reverté, S.A, Barcelona. Longley, R. (1970) Tratado ilustrado de meteorología. S.A. Editorial Bell, Buenos Aires. Martín Vide, J. y Olcina Cantos, J. (1996) Tiempos y climas mundiales. Ed. Oikos-Tau, Barcelona. Mather, J.R. (1991) Climatology: fundamentals and applications. McGraw-Hill, New York. Ministerio de Agricultura (1978) Diez temas sobre el clima. Ministerio de Agricultura, Madrid. Toharia Cortes, M. (1985) Tiempo y clima. Ed. Salvat, Navarra. Pagney, P. (1982) Les climats de la Terre. Oikos-Tau, Barcelona. Walter, H. (1977) Zonas de vegetación y clima. Ed. Omega, Barcelona.

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Tema 5 La acción humana sobre el medio. Problemática actual

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. LAS AGRESIONES AL MEDIO Y LA PROBLEMÁTICA ACTUAL 3. LOS RIESGOS Y LA ACCIÓN HUMANA SOBRE EL MEDIO 3.1. Los tipos de riesgos 3.2. La acción humana sobre el medio 3.2.1. La desertificación 3.2.2. La contaminación agraria difusa y sus efectos 3.2.2.1. Los productos fitosanitarios 3.2.2.2. Los productos fertilizantes 3.2.3. La contaminación industrial 3.2.3.1. Los productos contaminantes 3.2.3.2. La contaminación atmosférica 3.2.4. La contaminación de aguas 3.2.5. Otros tipos de contaminación ambiental 4. LOS 4.1. 4.3. 4.4.

PROBLEMAS AMBIENTALES EN EL MUNDO Los efectos del desarrollismo Los problemas ambientales por áreas geográficas La problemática en España

5. EL ECODESARROLLO COMO ALTERNATIVA BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN El medio es un sistema en equilibrio, una combinación entre factores bióticos y abióticos, aunque ese equilibrio está cada vez más modificado por la intervención antrópica, debido a que el hombre dispone de una capacidad creciente de transformación de todo lo que le rodea. En la evolución histórica del hombre se distinguen dos etapas: una ecológica, muy larga, y otra geográfica, más corta y rápida, que alumbra a los problemas ambientales, que se desarrolla con toda su violencia destructiva en estos últimos momentos. Con el Renacimiento una interpretación judeo-cristiana inicia un proceso de secularización, transformando el temor a Dios en el temor al hombre y a sus actos contra la Naturaleza, que pueden conllevar la destrucción de la vida, y coincidir así con los dictámenes divinos (y hasta humanos, apoyados en la idea hobesiana de que el hombre es un lobo para el hombre). Con la Revolución Industrial se inicia la carrera destructiva del medio. Pero será con el avance del fenómeno industrial, con un consumo y una presión demográfica que se adelantan a la planificación, cuando se afecte a la capa de ozono, a los cambios climáticos, a la desertización, a la supervivencia de las especies, etc.; y esa imparable degradación del medio ha dado lugar a una triple preocupación: –

Social, de movimientos ecologistas que presionan sobre gobiernos y empresas y promueven el desarrollo de una conciencia colectiva sustentada en la educación ambiental, en la sensibilización sobre la calidad de vida. Se desarrollan desde que los satélites artificiales muestran los desastres que el hombre genera en la Naturaleza, y a sí mismo. La corriente conservacionista (cada vez más fuerte y reflejada en movimientos ecologistas y partidos verdes), presenta dos vertientes: los más radicales proponen el crecimiento cero mediante la reducción de los productos industriales y su sustitución por otros naturales; y los más moderados, que intentan integrar el desarrollo industrial en la preservación del medio a través del ecodesarrollo, racionalizando el manejo de los recursos y el espacio por medio de tecnologías adecuadas, reciclando productos de desecho, etc.



Política, con la toma de postura y gestión cada vez más directa de las cuestiones ambientales por parte de organismos públicos y para-públicos (Conferencia de Estocolmo, ONGs...). Ahora la internacionalización también afecta a los problemas ambientales, y se considera que determinados modelos de desarrollo, despilfarradores o depredadores, son incompatibles con el modo de sentir de las sociedades avanzadas.



Económica, con una producción más notable de artículos no dañinos al medio, al objeto de conjugar el desarrollo industrial y la conservación del medio.

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Las dos últimas preocupaciones son resultado de la primera: en el caso político para captar sectores sociales determinados; y en el económico para colocar productos en el mercado con el marchamo de respetuosos con el medio, y en el trasfondo también para hacerse con sectores definidos de consumidores. Pero todas tratan de hacer frente a las formas de alteración humanas sobre el medio, a la agricultura con sus innovaciones químicas, a la industria con sus emisiones venenosas, a las ciudades con sus masivas contribuciones incontroladas, etc., unas acciones humanas que afectan a casi todo: aguas marinas y fluviales, atmósfera, suelos, vida vegetal y animal, etc. Y esas agresiones han generado alternativas: sociales (productivistas frente a conservacionistas), políticas (variantes del capitalismo que deben contemplar a partidos verdes), educacionales (conservadores frente a alternativos), y económicas (poco interventoras en el Norte y que ni se plantean en el Sur). Y presiones plasmadas en convenios, acuerdos, conferencias internacionales... de resultados relativos.

2. LAS AGRESIONES AL MEDIO Y LA PROBLEMÁTICA ACTUAL El capital terrestre está integrado por un sistema formado por varias capas: –

La atmósfera. Contiene a la troposfera (que alberga a casi todo el aire de la atmósfera) y la estratosfera (con el ozono, que filtra a la radiación ultravioleta, permitiendo la existencia de la vida).



La hidrosfera. La capa de agua líquida, superficial y subterránea, y sólida (hielo y nieve).



La litosfera. Formada por la corteza terrestre y parte del manto superior, y que alberga a los combustibles fósiles y a las rocas, así como a los nutrientes para el suelo y la vida vegetal.



La ecosfera o biosfera. Es el área de los ecosistemas, formada por la atmósfera, la hidrosfera, la litosfera y la biosfera, donde la vida depende de tres factores interconectados: *

El flujo de energía que se trasmite del sol a las plantas, de éstas a los animales a través de las cadenas tróficas, y desde los seres vivos pasa de nuevo al ambiente, donde se dispersa en forma de calor.

*

El ciclo de la materia descrito por los nutrientes.

*

La gravedad, que permite retener a la atmósfera y favorece el movimiento de los nutrientes en el ciclo de la materia.

Pero el crecimiento acelerado de la población y del modelo de desarrollo ha alterado el capital terrestre, lo ha disminuido y degradado, ha modificado el flujo de la energía y los ciclos de la materia, de manera que el problema ambiental es una consecuencia de una superpoblación que conlleva la demanda excesiva de alimentos, tierra, agua y energía en relación con la cantidad de recursos naturales disponibles. Por ese exceso los recursos naturales se degradan rápidamente, con lo que el nivel de vida de la población desciende aún más, lo que, a su vez, fuerza a incrementar las demandas al medio, y, además, está relacionado con la desigual distribución de los recursos, pues los países desarrollados, con 1.200 millones de habitantes (el 22% de la población mundial) acaparan el 88% de los recursos naturales, mientras que el resto del mundo, con 4.300 millones consume el 12% de los recursos, precisamente donde la población crece a un ritmo muy superior y exige más recursos. 146

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Tema 5. La acción humana sobre el medio

En 1992, en la Cumbre de la Tierra (Río de Janeiro) se evidenció que en la pasada generación el medio había cambiado más rápidamente que en cualquier otro momento en la historia, con los mejores reflejos de la mutación en la contaminación (entendida como todo cambio indeseable en las características del aire, agua o suelo, que afecta negativamente a todos los seres vivos del planeta) y en el abuso de los recursos, renovables y no renovables. Ambas innovaciones han ido alterando a las poblaciones animales y vegetales, a las características de los biotopos, y cuando estas alteraciones suponen riesgos para los ecosistemas o para la vida es cuando se habla de problemas ambientales, que pueden ser: –

Globales, los que afectan a todo el planeta (cambio climático global, destrucción de la capa de ozono, pérdida de biodiversidad, contaminación de los océanos, escasez y mal uso del agua, pérdida y degradación de suelos agrícolas y forestales, y desertificación).



De grandes áreas geográficas (selvas tropicales, desiertos, regiones, países, etc.).



Locales (inundaciones periódicas en los valles fluviales, vertidos industriales, etc.).

La contaminación se produce por adiciones de sustancias al aire, agua, suelo…, amenazando a la capacidad de supervivencia de los seres vivos. Tres factores determinan la peligrosidad de un contaminante: la composición química, la concentración (la cantidad por unidad de volumen de agua, aire o suelo), y la persistencia (permanencia en el medio). Entre tanto, los recursos no renovables aparecen en cantidades fijas, y son los combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural) y otros energéticos, las rocas (arcillas, calizas, gravas), los minerales metálicos (hierro, aluminio, cobre, estaño), los no metálicos (sal, yeso, fosfatos) y el suelo. Algunos pueden ser reciclados o reutilizados y reprocesados en nuevos productos, pero otros no (carbón, petróleo y gas natural), y se consideran económicamente agotados cuando los gastos de localización, extracción, transporte y procesamiento superan a los beneficios de su comercialización. Los recursos renovables son los que pueden ser recuperados o sustituidos por medio de procesos naturales (el agua, el aire…), y entre ellos resalta la diversidad biológica: genética (variedad en los genes de los individuos de una determinada especie), de especies (variedad de especies existentes en los distintos ecosistemas) y ecológica (variedad de ecosistemas donde interaccionan los seres vivos). Y pueden destruirse, degradarse o reducirse cuando se utilizan o consumen a un ritmo superior al que se producen. Del resultado de la contaminación y del abuso en los recursos la Agencia de Protección Ambiental de EE UU señala los principales problemas ambientales según su riesgo ecológico: –

Riesgo ambiental muy alto: cambio climático, agujero de la capa de ozono, disminución de la biodiversidad, y pérdida de suelos y desertificación.



Riesgo ambiental alto: derrames de petróleo, contaminación del agua subterránea, lluvia ácida en aguas superficiales, y contaminación térmica.



Riesgo ambiental medio: deposiciones ácidas, pesticidas, vertidos tóxicos en el aire, y vertidos tóxicos en el agua.



Riesgo alto para la salud: contaminación en interiores, isótopos radiactivos, exposición a productos químicos, y contaminación de aguas para consumo humano.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Esta misma Agencia señala también los problemas básicos del mundo:

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El aumento de las emanaciones de dióxido de carbono (CO2). Las investigaciones indican que el CO2 atmosférico ha permanecido estable durante siglos, en unas 260 partes por millón, y que en el último siglo ha ascendido a 350, como derivación del uso de combustibles fósiles. Y ese aumento genera un aumento de la temperatura terrestre a través del efecto invernadero. El CO2 atmosférico impide el enfriamiento de la Tierra, absorbiendo las radiaciones emitidas, pero como el calor escapado es menor la temperatura de la Tierra aumenta. Desde mediados del siglo XIX hasta hoy se ha producido un aumento en la temperatura global de 1 oC, pero las estimaciones van de 2 a 6 ºC para mediados de la presente centuria, un calentamiento de la atmósfera que acelerará la fusión de los casquetes polares, hará subir el nivel de los mares un metro, cambiará el clima, alterará la vegetación natural, etc.



La destrucción de la capa de ozono. El ozono atmosférico forma una capa a unos 40 kilómetros de altura que protege al planeta de los rayos ultravioleta (UV). En la década de los años setenta se comprobó que la actividad humana estaba incidiendo sobre el espesor de la capa, y en 1985 se descubrió un gran agujero sobre la Antártica, y que la capa estaba afectada por clorofluocarbonos (CFC). Se constató que el cloro CFC descompone la molécula de ozono, y así la capa se estrecha exponiendo a la vida a un exceso de radiación UV, que puede producir cáncer de piel y cataratas, reducir la respuesta del sistema inmunológico, interferir en el proceso de fotosíntesis de las plantas y afectar al crecimiento del fitoplancton oceánico. Y el problema es tanto más grave cuando los CFCs permanecen en la atmósfera más de un siglo, por lo que la destrucción de la capa de ozono continuará siendo una amenaza durante muchas décadas.



El aumento de las deposiciones ácidas. La precipitación ácida también va asociada al uso de los combustibles fósiles, a la emisión de dióxidos de azufre y óxidos de nitrógeno por las centrales térmicas y los vehículos de motor. Estos productos interactúan con la luz solar y la humedad atmosférica, generando ácidos sulfúrico y nítrico, que transportados por la circulación general vuelven a tierra arrastrados en forma de lluvia ácida, que corroe los metales, desgasta los monumentos de piedra, mata la vegetación y acidifica las aguas superficiales y suelos.



El abuso de pesticidas y sustancias tóxicas. El uso extensivo de pesticidas sintéticos derivados de los hidrocarburos clorados ha tenido efectos desastrosos para el medio, ya que son muy resistentes a la degradación biológica. Una vez volatilizados contaminan a gran distancia de las regiones agrícolas, son ingeridos por los herbívoros, penetran a través de la piel de organismos acuáticos, y se concentran al pasar de los herbívoros a los carnívoros, interfieren en el metabolismo del calcio de las aves, etc. Los DDTs están disminuyendo en el mundo desarrollado, aunque no ocurre lo mismo en los países subdesarrollados, y los bifenilos policlorados (PCB), de uso industrial, también han acabado afectando al medio de forma similar a los pesticidas y con la misma secuencia. El grupo de las dioxinas o dibenzo-para-dioxinas, que se encuentran en conservantes para la madera, papel y herbicidas, también es de los más tóxicos. Pero existen otros productos químicos sintéticos que han sido asociados a defectos congénitos humanos, abortos y enfermedades orgánicas.



La destrucción de tierras vírgenes y bosques tropicales. La demanda de energía ha impuesto la necesidad de explotar hidrocarburos de las regiones árticas, y los bosques tropicales del sureste de Asia y cuenca del Amazonas están siendo destruidos para obtener madera, suelo para pastos y cultivos (se ha llegado a estiPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 5. La acción humana sobre el medio

mar que las masas forestales están siendo destruidas a un ritmo de 20 ha/minuto, y más de 200.000 km2 al año), una deforestación que podría llevar a la extinción de hasta 750.000 especies vegetales. –

La erosión del suelo. En la actualidad ya hay degradadas entre la quinta y la tercera parte de las tierras de cultivo del mundo. En el amplio sector subdesarrollado la necesidad de alimentos ha forzado al cultivo en laderas con pendiente (traducido en alta erosión), mientras en el mundo desarrollado el abandono de tierras de cultivo reduce la capacidad de conservación de la humedad de los suelos, con una derivada erosión rápida.



La escasez de agua potable. Las poblaciones en expansión requieren de sistemas de irrigación y de agua para las industrias, con lo que se agotan los mantos acuíferos subterráneos y se provoca la penetración del agua salada, mientras, tierra adentro, las rocas porosas y los sedimentos se compactan al perder el agua, ocasionando hundimientos de la superficie. Pero también se experimenta un descenso en la calidad y disponibilidad del agua, ya que en muchas regiones las reservas están contaminadas con productos químicos tóxicos y nitratos, tanto que casi tres cuartas partes de la población rural del mundo y una quinta parte de la urbana carecen de acceso directo a aguas no contaminadas, mientras las enfermedades transmitidas por el agua afectan a un tercio de la humanidad.



Los residuos nucleares. Aunque las pruebas nucleares atmosféricas han sido prohibidas las centrales nucleares liberan residuos radiactivos en el agua y a la atmósfera. Y a ello se añaden dos problemas: *

Los accidentes nucleares, que liberan enormes cantidades de radiación al medio (como el de Chernobil, Ucrania, en 1986).

*

El almacenamiento de residuos, que conservan su carácter tóxico de setecientos a un millón de años.

3. LOS RIESGOS Y LA ACCIÓN HUMANA SOBRE EL MEDIO 3.1. Los tipos de riesgos Los problemas ambientales están relacionados con una dinámica propia del medio natural (procesos abióticos y bióticos), reflejada en factores biológicos, geológicos y climáticos. Surgen así los riesgos ambientales normales, aislados o combinados, que conforman una amenaza para el hombre cuando se convierten en riesgos naturales, entendiendo por tales una situación de peligro derivada de los mecanismos naturales. Los riesgos naturales son múltiples y pueden ser clasificados, según su origen, en: –

Biológicos. Cada vez están más controlados en todos los países desarrollados, pero inciden sobre los subdesarrollados (langosta, procesionaria, etc.).



Geológicos. Resaltan los terremotos y el vulcanismo, y los deslizamientos y desprendimientos.



Climáticos. Centran su amenaza en la capacidad destructiva de varios elementos atmosféricos (las olas de frío y calor, los vendavales, las tormentas con inundación y las sequías).

GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

BIOLÓGICOS

GEOLÓGICOS

CLIMÁTICOS

ENFERMEDADES Y PLAGAS

SISMICIDAD, VULCANISMO, DESLIZAMIENTOS Y DESPRENDIMIENTOS

OLAS DE FRÍO Y CALOR, VENDAVALES, TORMENTAS Y SEQUÍAS

Pero el verdadero riesgo aparece cuando los actos humanos sobrepasan el umbral de cambio que puede tolerar un medio natural determinado, creándose las situaciones de peligro más duradero, derivadas de los riesgos inducidos o negligentes y de los tecnológicos. Los riesgos por negligencia se deben a la falta de previsión, aunque la explicación suele ser económica, con lo que dejan de ser negligentes para transformarse en intencionados. Son múltiples, pero resaltan: –

La desertificación. Deriva de aprovechamientos y prácticas agrícolas inadecuadas (por desconocimiento o búsqueda de rendimientos rápidos), sobrepastoreo, abandono de cultivos (hasta auspiciados por la PAC), etc.



Los incendios forestales. Las explicaciones son variadas y difíciles de atajar por las implicaciones económicas.



Las inundaciones. De nuevo hay una razón económica, la ocupación integral del espacio sin contemplar a los inconvenientes. Suelen ser provocadas por asentamientos agrícolas o urbanos, ya heredados pero indebidos, en planicies aluviales, o bien recientes, en áreas invadidas por instalaciones inadecuadas.



Los cambios en la dinámica fluvial y litoral. El motivo también es económico, con actuaciones no ajustadas a los requerimientos del medio, como la construcción de infraestructuras de retención de aguas, la extracción de áridos, la remoción y aporte artificial de arena a sectores de costa, el vertido de estériles mineros, etc.

Los riesgos tecnológicos aparecen cuando el hombre confía demasiado en la tecnología y ésta le falla, con lo cual son negligentes, ahora por exceso de confianza. NEGLIGENTES

DESERTIFICACIÓN, INCENDIOS FORESTALES, INUNDACIONES, Y CAMBIOS EN LA DINÁMICA FLUVIAL Y LITORAL

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TECNOLÓGICOS

POR ACCIÓN (infraestructuras deficientes) Y POR OMISIÓN (riesgos también negligentes, por carencia de infraestructuras o desatención)

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 5. La acción humana sobre el medio

Por tanto, el verdadero riesgo es el generado de forma consciente (aunque la actuación sea una inconsciencia), por acción u omisión. Así, por acción pueden realizarse infraestructuras inadecuadas o imperfectas, aunque por omisión (aún disponiendo de la tecnología) se pueden explicar la mayoría de las situaciones de riesgo. De ese modo la omisión pasa a ser incluso más grave que el desarrollo de las actuaciones deficientes, pues por descuido, inadvertencia o falta de celo (generalmente hay razones económicas detrás de todo ello) se explica en gran medida la deficiente calidad de las aguas, el agotamiento de los recursos hídricos, la degradación de los suelos, la profusión de los vertidos sólidos y líquidos, la polución atmosférica, el exceso de ruido, la devaluación de los espacios rurales y litorales, etc., con el resultado de pérdida de la biodiversidad.

3.2. La acción humana sobre el medio 3.2.1. La desertificación Los cambios en el medio pueden obedecer a dos tipos de procesos: naturales, muy lentos y a veces reversibles (la degradación natural no desertiza a corto plazo); y artificiales, muy rápidos y que aceleran los procesos evolutivos. La erosión natural modela de forma ininterrumpida (se llega a medir en millones de años), mientras la desertificación es un proceso artificial, resultado de la acción del hombre (en muchas ocasiones irreversible), inmediato, que provoca una carrera contrarreloj en la transformación, e incide de forma más agresiva contra el suelo, el medio más frágil por su dificultad intrínseca de regeneración. La biodiversidad dispone de una increíble riqueza, probablemente superior a los cuatro millones de especies, de las que más de la mitad se adscriben a zonas tropicales húmedas. Pero mediante quemas y explotaciones abusivas del bosque se desprotege al suelo de la acción de la lluvia, con lo que se modifica tanto su balance hídrico como el de las cuencas hidrográficas. En lugares lluviosos no sólo sube el nivel freático al desaparecer el consumo vegetal, sino que la ausencia del paraguas protector que proporciona la floresta hace que el agua ascienda por capilaridad subiendo consigo las sales, y una vez evaporado el medio de transporte se depositan y forman corazas, o bien saturan al suelo ahogando las posibilidades de desarrollo vegetal. De modo que hasta en las zonas húmedas la privación de vida vegetal favorece la erosión. Además, también se actúa sobre el medio cambiando las plantas originarias por otras ajenas a las condiciones de suelo, clima, etc., para introducir especies rentables, de rápido crecimiento, con lo que se agotan antes las reservas de un suelo en equilibrio con la vegetación natural. Otras veces se dejan residuos tras la explotación, que pueden impermeabilizar el suelo propiciando una escorrentía más rápida y erosiva. Y, además, los artilugios agrícolas más novedosos y potentes voltean el suelo hasta dejar en superficie a los horizontes profundos, y a la inversa. La erosión hídrica es la consecuencia más inmediata tras la actividad del hombre. La lluvia es un agente de remoción del suelo, pero la escorrentía se multiplica cuando el caudal pasa de laminar a turbulento, en mayor grado cuanto menor sea la protección de que disponga el suelo. Cuando ocurre lo segundo será mayor el arrastre de los materiales superficiales, la pérdida de suelo arable y la disminución de la fertilidad. Y la degradación de suelos se traduce en una disminución del espesor, en la reducción de la materia orgánica, en impermeabilización, y en compactación, que en conjunto aportan unas pérdidas de 10 millones/ha/año (casi el 1% de la superficie cultivada en el mundo), lo que representará la asombrosa cifra de una cuarta parte de reducción de la superficie cultivada solamente en un cuarto de siglo. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Es evidente que la acción más continuada corresponde a los factores naturales, que se encargan de frenar o desarrollar el proceso erosivo: –

El clima (en las regiones áridas y semiáridas por la irregularidad del agua caída, desde grandes sequías a grandes tormentas, hasta la alta evapotranspiración, y en las húmedas por el lavado).



La materia (si es silícea un suelo pardo pasa a podzol, si es caliza a rendsina, etc.).



La vegetación (unas especies acidifican el suelo, otras modifican su estructura... y su degradación transforma a los paisajes).



La pendiente (a mayor inclinación mayor arrastre y viceversa).



La permeabilidad (propicia desde percolación hasta encharcamientos, con sus reflejos en el desarrollo o deterioro vegetal).

Pero no es menos evidente que el hombre modifica más rápidamente a través de las siguientes actuaciones: –

Deforestación. Por tala, sustitución de especies, etc. La resultante inmediata es la modificación de perfiles de los suelos.



Sobrepastoreo. Especialmente en áreas frágiles de países subdesarrollados, que necesitan producción a toda costa, lo que explica que soporten una carga de animales por unidad de superficie tres veces superior a la correspondiente a las regiones más avanzadas. Y no sólo se trata de consumo de cubierta vegetal, sino de otras manifestaciones indirectas (compactación de suelos, desmenuzamientos...).



Sobreexplotación. Bien por demanda del mercado o por la búsqueda de rentabilidad de las inversiones. En todo caso la intensidad de cultivos disminuye el equilibrio del suelo (que puede ser devuelta dejando residuos vegetales).



Eliminación de materia orgánica. Debido a la erradicación del humus por arrasamiento de la cobertera vegetal que lo proporciona.



Salinización. Generalmente por implantar regadíos en áreas no apropiadas (las aguas salinizan o sodifican a los suelos; en zonas subáridas al arrastrar sales disueltas y ascender por capilaridad forman costras...).



Hidromorfismo. Los excesos de riego encharcan a los suelos no permeables, y otras veces ahogan a las plantas no higrófilas.



Lavado. Con arrastre o percolación de los nutrientes depositados en los horizontes superiores, especialmente en las regiones húmedas. En concreto los más móviles son las bases.



Contaminación. Lo normal es que se desarrolle a través de pesticidas, herbicidas, biocidas, etc. Una vez depositados en el suelo pasan a los vegetales, y desde ellos se expanden al resto de la cadena trófica. Los elementos que mayores alteraciones y problemas generan son los radiactivos.

Las alternativas a estas mutaciones negativas se centran en la repoblación arbórea adaptada, la mejora de la rotación de cultivos, el depósito de residuos agrícolas, los lavados desalinizadores, etc. Pero es un problema no tanto de correcciones como de actitudes, porque las explotaciones racionales únicamente requieren de actuaciones mínimas.

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PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 5. La acción humana sobre el medio

3.2.2. La contaminación agraria difusa y sus efectos Es la que aparece en lugares diferentes y lejanos de los focos de emisión, y se centra en dos productos concretos (fitosanitarios y fertilizantes), cuya acción contaminante sobre atmósfera, suelo, y agua incidirá negativamente sobre los seres vivos. El suelo, el más frágil de todos los elementos afectados, responderá de tres formas: filtrando, almacenando o transportando. Pero se verán afectados: –

El contenido de materia orgánica, que absorberá componentes contaminantes, y a menor contenido orgánico habrá mayores posibilidades de contaminación difusa.



El contenido de arcilla, que proporcionará mayor o menor permeabilidad. Si dicho contenido es alto la permeabilidad será baja y los contaminantes pueden ser transportados por otros agentes erosivos, incrementando la contaminación difusa. Si es bajo pasarán a los recursos hídricos del suelo.



Manejo del suelo. Un suelo labrado es más susceptible de contaminación, porque los contaminantes arrastrados por la lluvia (tanto más si el agua es de riego, que suele llevar incorporados a los productos fertilizantes o fitosanitarios) llegan antes a los horizontes inferiores, debido a la porosidad proporcionada por el reblandecimiento.

3.2.2.1. Los productos fitosanitarios Se destinan a combatir plagas y enfermedades de cultivos, y su difusión arranca del siglo XIX, cuando se descubrieron las propiedades del sulfato de cobre contra las plagas de la vid. Luego, y con otras aplicaciones, se desarrollarán compuestos de cromo, níquel, zinc, mercurio, etc. Pero es hacia 1940 cuando se irradia el DDT, de claras propiedades insecticidas. Desde entonces se disparan los descubrimientos múltiples (fungicidas, insecticidas, herbicidas...). Y hoy tres cuartas partes del rendimiento agrícola proceden de la aplicación de la tecnología agrícola (el resto del aumento de las tierras cultivadas), con especial mención a las aportaciones fitosanitarias, cuyo problema radica en dos hechos: –

El uso inadecuado por agricultores no suficientemente preparados o advertidos de las consecuencias negativas.



Su venta masiva, porque son elaborados por compañías multinacionales que invierten tan cuantiosas sumas que sólo pueden ser recuperadas con ventas estandarizadas.

3.2.2.2. Los productos fertilizantes Comienzan a ser utilizados a partir del siglo XVII, pero se difunden a finales del XIX con el ácido fosfórico, mientras a principios del XX se irradian los fertilizantes potásicos y nitrogenados. El fósforo y nitrógeno tienen especial incidencia en la contaminación agraria difusa porque aportan elementos pesados, como plomo y cadmio, y porque favorecen el desarrollo de algas en aguas excesivamente nitrogenadas y fosforizadas, que demandan un oxígeno que faltará para la vida acuática. Sin embargo, los usos agrarios los emplean de forma racional, no tanto por un mejor conocimiento de uso como por su elevado coste.

GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

3.2.3. La contaminación industrial 3.2.3.1. Los productos contaminantes Los agentes más contaminantes, que se distribuyen sobre suelos, atmósfera, etc., son los siguientes: –

Dióxido de carbono. Deriva de las combustiones industriales y calefacciones domésticas, y su efecto más inmediato es el recalentamiento de la Tierra.



Monóxido de carbono. Sale de las combustiones incompletas de los vehículos de motor, y sus consecuencias pueden alcanzar a la estratosfera.



Dióxido de sulfuro. Se contiene en los humos de combustión más o menos completa, y sus derivaciones nocivas se manifiestan en la lluvia ácida, mal de la piedra, enfermedades pulmonares, etc.



Óxido de nitrógeno. Lo emiten las combustiones de la aviación, industrias, fertilizantes, incendios..., y afecta también al aparato respiratorio.



Fosfatos. Se encuentran en los detergentes y fertilizantes, y afectan esencialmente a la contaminación de aguas superficiales.



Mercurio. Deriva de las actuaciones de lavado en minas, emisiones de centrales de energía eléctrica, fabricación de pasta de papel, etc. Perjudica a las aguas marinas y se cuela en la cadena trófica, alterando el sistema nervioso.



Plomo. Sale de las industrias químicas y de los plaguicidas y afecta especialmente a las aguas. Su potencia repercute en el funcionamiento celular.



Petróleo. Su origen está en el refinado de los crudos, en los vertidos desde los buques transportadores, y en los escapes y emisiones de los oleoductos o pozos de extracción. Afecta a casi todo tipo de vida (plancton marino, vegetación, fauna avícola...).



DDT y plaguicidas. Arrancan de la actividad industrial, aunque su aplicación es agropecuaria, y perjudican tanto a suelos como vegetales y aguas. Algunos son productos cancerígenos.



Radiación. Sale de la fabricación de la energía atómica y de los mecanismos de propulsión nuclear (instrumentos médicos, científicos, submarinos...), y sus repercusiones pueden alcanzar hasta las alteraciones genéticas.

3.2.3.2. La contaminación atmosférica Consiste en la adición de componentes extraños al aire (partículas y gases) que alteran su composición natural y, por derivación, el funcionamiento de cualquier elemento del medio, causando efectos nocivos para los seres vivos. Los focos de emisión derivan de la combustión urbano-industrial. En la industria se asiste a la concentración de los focos emisores en áreas muy concretas, lo que propicia que la atmósfera adquiera unas características críticas cuando se dan las condiciones desfavorables. Y esa polución ha seguido un fuerte crecimiento desde los años sesenta debido al auge de las emisiones primarias, y por su reacción química en la atmósfera, que ha dado lugar a la creación de contaminaciones secundarias indirectas. Los productos más contaminantes son: el dióxido de azufre (un 154

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Tema 5. La acción humana sobre el medio

gas sulfuroso que reacciona ante la humedad), el gas carbónico, el monóxido de carbono, y el óxido de nitrógeno (tanto más importante, cuanto mayor sea el parque de vehículos, y de ahí que las áreas urbanas más afectadas sean las mayores). De su emisión derivan consecuencias negativas, sobre todo cuando se producen los cambios de vientos o las inversiones térmicas. El viento dispersa a los agentes contaminantes y los transporta a distancia, pero los efectos son múltiples: los directos sobre las personas (bronquitis, asma, enfisema...), que incluso a escala local producen muertes por causa respiratoria; y los ocasionados sobre el medio, como la lluvia ácida, cuando el ácido sulfúrico y los nitróxidos disueltos en la atmósfera en su descenso producen reacciones sobre los edificios históricos (mal de la piedra, por sulfatación de las calizas) o de extensas masas forestales (el pino es muy sensible, como también al flúor), bien por acción directa sobre las hojas o bien por acidificación del suelo. Todo dependerá de la acción de los agentes sobre el aire y de su cantidad, y por ello es posible distinguir cuatro índices de pureza del aire, cuatro niveles: I (no hay efecto directo), II (efectos negativos sobre la vegetación, irritación de órganos, reducción de la visibilidad, etc.), III (ataque a las condiciones fisiológicas, como el flúor, que produce trastornos digestivos, el molibdeno, que genera anemia, etc.) y IV (enfermedades agudas, muertes prematuras, etc.). Asimismo, se dan cambios climáticos (a veces mínimos, pero con repercusiones notables) en relación con la emisión de ciertos contaminantes. La destrucción de la capa de ozono está en clara relación con la emisión a la atmósfera de CFCs, productos químicos sintéticos que forman parte de los mecanismos cotidianos, como frigoríficos, pulverizadores, disolventes, etc. No poseen toxicidad directa en las capas bajas de la atmósfera, pero cuando ascienden a las más altas se ven sometidos a la acción de los rayos UVA (que disocian sus partículas liberando átomos de cloro, y creando oxígeno molecular, que ataca al ozono). Y se genera el efecto invernadero, cuando el dióxido de carbono, el gas invernadero por antonomasia (cuyo volumen representa el 0,3% del aire) se incrementa de forma artificial (una cuarta parte más del que corresponde), con lo cual la captación atmosférica de calor es superior a la normal.

3.2.4. La contaminación de aguas El agua está contaminada cuando su estado natural se modifica en sus propiedades físicas, químicas o biológicas. En estado puro la cantidad de agua en el planeta es constante (pero desigualmente repartida), y su papel es vital por su contribución directa a la vida y por ejercer el ciclo hidrológico. Pero su análisis hay que establecerlo en dos frentes: consumocantidad, con una creciente absorción urbana, agrícola, industrial y hasta individual (500 litros/persona/día); y calidad-contaminación, con problemas crecientes en el descenso de la primera y el aumento de la segunda. El grado en que está afectada la composición natural se mide por la Demanda Biológica de Oxígeno (DBO), la cantidad de oxígeno que necesitan las bacterias para descomponer a las sustancias orgánicas en cinco días a 20 ºC. Si la concentración de sustancias alterantes se incrementa el oxígeno se agota, y hará desaparecer a las bacterias aerobias (las que autodepuran el agua), mientras favorecerá la proliferación de las anaerobias (las encargadas de descomponerla). Los focos contaminantes serán la agricultura, las actividades industriales, y las emisiones urbanas (e incluso los residuos naturales orgánicos o inorgánicos). –

La agricultura, que actúa por medio de los agrotóxicos, que tras un proceso de lixiviación del suelo posibilitan que los nitratos, fosfatos o sulfatos desencadenen procesos de eutrofización y contaminación.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



La industria, que a través de sus vertidos constituye la mayor fuente de contaminación de residuos químicos y metales pesados (cadmio, mercurio...). De forma indirecta también actúa al arrojar componentes a la atmósfera, que a través de la lluvia pronto se integrarán en el ciclo hidrológico.



Las ciudades, que aportan componentes contaminantes por medio de las redes de alcantarillado y materiales de vertido directo (basuras). La filtración de esas aguas contaminadas o de los residuos afectados por la lluvia hará que las percolaciones actúen sobre los recursos del subsuelo, salinizando a los acuíferos o incorporando de forma directa elementos más nocivos.

La contaminación marina es diferente (aunque los agentes sean parecidos), porque los océanos disponen de una alta capacidad de autodepuración. Los vertidos directos proceden de los desastres petroleros o del lavado de los grandes buques en alta mar, con un petróleo que actúa directamente al impedir la evaporación de las aguas contaminadas. También aportan elementos nocivos las centrales térmicas o nucleares, que al deshacerse de las aguas calientes de desecho alteran los elementos bióticos del agua natural, y los animales se convierten en transmisores de esa contaminación. Los productos más contaminantes serán: –

Nitratos, que pueden producir oxidación de la hemoglobina en la sangre.



Fluoruros, que desarrollan las caries y las manchas amarillas en los dientes.



Arsénico, mercurio, plomo, cadmio, plaguicidas, hidrocarburos y detergentes.



Elementos radiactivos (que incorporan los efectos más graves para la salud).

3.2.5. Otros tipos de contaminación ambiental Puede aludirse a las contaminaciones por desechos urbanos, a los elementos radiactivos, a la contaminación añadida por componentes químicos, y a la acústica, industrial y urbana. –

Contaminación por desechos urbanos. Los residuos domésticos crecen parejos al rápido auge urbano en países desarrollados y a la urbanización compulsiva en los subdesarrollados. Y pueden constatarse las siguientes máximas: a mayor nivel de las sociedades aparece un mayor consumo y cantidad de residuos generados; y a menor nivel de absorción consumista decrecen las posibilidades de control de los desechos urbanos. En las regiones avanzadas el proceso conjunto de crecimiento de las ciudades y de bienes de consumo desde mediados del siglo pasado ha llegado a doblar el volumen de los residuos sólidos por habitante, con un ritmo de crecimiento del 5% anual. Pero el problema reside tanto en la cantidad como en las características químicas o biológicas de los desechos, y hasta en el origen del residuo. En general, la mitad de los generados por una persona no son reciclables, y cuando se depositan en lugares específicos transfieren sus propiedades nocivas al suelo (y de ahí a los acuíferos subsuperficiales) y sirven de hábitat a especies nocivas para el hombre. Como alternativa está su transformación, cuando menos en parte, en abonos orgánicos, aunque siempre resulta más barata su acumulación.



Contaminación radiactiva. Deriva del uso de sustancias radiactivas, naturales o artificiales, aunque normalmente se debe a un aumento de la radiación natural por introducción artificial hasta superar los límites a los cuales las especies están naturalmente adaptadas. Tiene dos fuentes principales: *

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Experimentos nucleares. Generalmente han tenido lugar en la atmósfera, las aguas marinas y hasta bajo tierra, y suelen generar un aumento de la temperaPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 5. La acción humana sobre el medio

tura, al margen de dejar partículas flotantes en la atmósfera, distribuidas a puntos lejanos, y que al ser depositadas seguirán un doble proceso: contaminarán directamente el suelo, y su posterior arrastre por las aguas hacia horizontes más profundos hará lo propio con los caudales subterráneos. *

Usos industriales. Un buen ejemplo son los derivados del enfriamiento de los reactores nucleares, que pueden pasar directamente al agua utilizada para este fin. El mayor problema lo plantean los cementerios nucleares, que hasta hace poco eran los fondos marinos. En la actualidad se ha optado por crear y acotar áreas específicas en lugares de baja presión demográfica, y por enterrarlos bajo control.

Los elementos más contaminantes son: el uranio y el plutonio residuales, los productos de fisión (estroncio, cesio...), y los de activación (como el sodio). Su forma de actuación indirecta es la más grave, cuando pasan a la cadena trófica. Sus efectos se miden en mrem, y por encima de un cierto límite (el superior aceptable por persona y año es de 0,5) ya se está expuesto a las consecuencias directas (leucemia, afectaciones a la piel y ojos...), e indirectas (la transmisión genética). Este tipo de contaminación actúa reduciendo de forma irreversible la biodiversidad y atacando a los órganos sensibles de los seres vivos (enfermedades oncológicas en el hombre). –

Contaminación por añadidos químicos. Su actuación suele ser directa, porque su origen se encuentra en los elementos químicos que las industrias introducen en los alimentos para potenciar sabores, colores, olores, duración, etc. El medio de transmisión, los alimentos, tiene su trascendencia, porque deriva a veces de manipulaciones fraudulentas, como ocurre con: los destilados clandestinos (plomo en las bebidas), los estabilizadores de espuma en las cervezas (cobalto), los zumos enlatados (estaño procedente del envase), y los aditivos adulterados con colorantes sintéticos (que actúan directamente sobre el hígado, dilatándolo, y los riñones) o edulcorantes artificiales (que actúan sobre la piel y riñones) contenidos en los zumos para endulzar.



Contaminación acústica. Es un fenómeno antiguo que explica, por ejemplo, la legislación suiza del siglo XV. El sonido contamina cuando su potencia supera los 50 decibelios (los efectos suelen ser irreversibles cuando se superan los 140), con efectos graves sobre las personas expuestas directamente durante prolongados espacios de tiempo. Sus repercusiones han sido profusamente analizadas, y se ha constatado que son directas, acumulativas y de consistencia a largo plazo. Y se reflejan en derivaciones psicológicas (nerviosismo, fatiga e irritabilidad) y físicas (pérdida de audición, aceleración del ritmo cardíaco...).

4. LOS PROBLEMAS AMBIENTALES EN EL MUNDO 4.1. Los efectos del desarrollismo La gran crisis económica de los años setenta hizo sentir efectos sociales diferentes, pero también las transformaciones socioeconómicas y demográficas experimentadas por el capitalismo avanzado y el Estado del Bienestar han provocado cambios críticos en las concepciones de la sociedad. El keynesianismo ya supuso un corte con el economicismo GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

neoclásico, y representó el marco teórico para la aplicación durante décadas de las políticas intervencionistas de los países capitalistas. Se trataba de armonizar las condiciones sociales con las económicas, pero sin reparar en otras cosas. Así, el Estado del Bienestar se construyó basándose en la erradicación del subconsumo social y consolidando los consumos improductivos. Se buscaba el reequilibrio del sistema productivo y la estimulación de la demanda (que se plasmó en el mayor crecimiento económico conocido en la historia de la humanidad), presidida por la lógica de la ganancia y del mercado. Se logra la consolidación de la sociedad opulenta, cuando la semiautomatización y cibernetización consiguen superar el consumo disciplinado e imponer la cultura del consumo, difundida por los medios de comunicación. La producción en masa es la encargada de estandarizar el consumo, ideológicamente apoyado en la teoría de que era la forma de integración total del individuo en la sociedad. Es el modelo fordista, que difunde el consumo, pero desarticula los modos de vida y crea la cultura de los consumidores. Ahora se trata del disfrute y de la demostración de la opulencia, de la compra y el desecho, de la satisfacción del deseo y de la retracción de la necesidad; y ante tal situación, determinados sectores de la sociedad reaccionaron contra la cultura del hombre alienado y consumista, a favor de los valores post materiales no satisfechos por el mercado. Surge así la dialéctica entre los materialistas y los partidarios de la defensa de valores éticos (desde los derechos civiles a la conservación de la naturaleza), y se crea una cultura a la contra de la sociedad masa, mercantilista, y del crecimiento sin límites. Es la respuesta a una etapa de cambios y de agresiones sin límites al medio, y, desde luego, con afectaciones al equilibrio natural no conocidas hasta entonces. En los años ochenta las crisis económicas siguen apretando a las sociedades avanzadas, que responden con una austeridad de la que se benefician los capitales fuertes (sociedades, entidades financieras...). Es el momento de la especulación y de la reconversión tecnológica, de la conformación de una economía postindustrial basada en una especialización flexible destinada a atender necesidades específicas. El fordismo queda superado en los países avanzados al desplazarse la cadena productiva a las regiones semiperiféricas (a los países subdesarrollados), que ofrecen salarios módicos, mercados para absorber productos en masa y materias primas abundantes. Es el momento de mayor cantidad de agresiones al medio en sectores hasta entonces tocados de manera tangencial. Los rescoldos contestatarios de los años setenta y los emanados de los ochenta, ahora interesados en la defensa de los logros conseguidos, se traducen en movimientos sociales defensivos (denominados movimientos problema), que abogan por la resolución de cuestiones concretas (pacifismo, ecologismo...). Se consolidan así, y poco a poco, movimientos de presión que logran ir introduciendo sus ideas en las instituciones nacionales e internacionales. Se distinguen, por tanto, dos etapas bien marcadas en el proceso de alteración ambiental de las últimas tres décadas:

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En los años setenta, cuando se consolida una cultura productivista y consumista que exige gran cantidad de recursos a un medio que se ve alterado de manera imparable, y en todas las regiones del mundo. Se trata de una cultura que no repara en los inconvenientes.



Desde los años ochenta, cuando surge otra cultura de respuesta, más selectiva en el consumo y más preocupada por la calidad de vida, pero que sólo ha logrado un cierto control en las agresiones a los medios naturales circundantes al mundo desarrollado, y conseguido que esas amenazas reales a la naturaleza se hayan desplazado a las áreas tropicales y ecuatoriales.

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Tema 5. La acción humana sobre el medio

En suma, los cambios de la sociedad industrial a la postindustrial han irradiado geográficamente los ataques al medio, sin que haya sido excesivamente trascendente la mutación en los hábitos de consumo, y con el agravante de que las alteraciones cada vez se ejecutan sobre áreas más extensas y frágiles. De manera que las modernas sociedades han llegado a la conclusión de que es necesario conjugar el desarrollo y el ambiente natural fundidos en el concepto de desarrollo económico viable. Se trata de evitar el progreso aparejado al despilfarro de fuentes y de recursos, con sus repercusiones irreversibles sobre el medio, y el dispar desarrollo, que ha propiciado la enorme desigualdad entre los mundos avanzado y desfasado. Pero, hay, también, dos factores que inciden en este desarrollo desigual: –

El incremento de la población, que no ocupa más espacio y que tiene mayor cantidad de necesidades (materias primas, transportes...), y que además se distribuye irregularmente, con mayor influjo negativo sobre el medio donde la población esté más concentrada, tanto en su vertiente ocupadora como en la más peligrosa, su actitud devastadora (desechos, saturaciones productivas...).



La debilidad de ciertas legislaciones, de las que derivan notables costes económicos como sociales. Así: los desembolsos en prevención de la contaminación y en investigación para contención de agentes contaminantes; las repercusiones de esos gastos sobre las sociedades, que han de mantenerlos a través de los impuestos; y las enfermedades y gastos preventivos, médicos, farmacéuticos, pérdidas laborales, etc.

La resultante de una sociedad consumista y mercantilista es un empobrecimiento del medio y del mismo hombre, con mayor incidencia en el bloque de los países subdesarrollados, porque las jóvenes naciones han sido sometidas a un espolio sistemático de sus recursos por parte de las más avanzadas del mundo, tanto más incisivo cuando se complementa con la ausencia de prevenciones y legislaciones protectoras. En estos países todo se ha sacrificado en aras del Estado del Bienestar de otros. Para el desarrollo económico viable hay un flujo constante y en el mismo sentido, tierrahombre. La Tierra proporciona productos abundantes que el hombre sólo devuelve en forma de desperdicios o de calor, aunque la diferencia con otros tiempos pasados es que hoy esos productos son finitos y que el hombre devuelve contaminantes en proporción superior a los que el medio puede asimilar. La conclusión es doble: el agotamiento de recursos, y un claro y agudo efecto nocivo de vuelta al hombre, de forma directa o indirecta. Cada vez hay más recursos limitados en su fuente de origen, justo cuando se difunde más el número ilimitado de consumidores, como derivación de una triple confluencia: el número creciente de la población, la producción en masa, y el abaratamiento de los productos finales. Por ello es necesaria la actuación sobre algunos recursos: –

El agua, un recurso cada vez más escaso, pues su consumo se evalúa en 3.500 km3/año, regular pero con altibajos (mucha de la demanda es estacional), cuando la cantidad accesible en cursos estables sólo asciende a 7.000 km3/año. Ello indica que el crecimiento demográfico deberá poner fin, por necesidad, al consumo ilimitado, y racionalizar el consumo real, que desperdicia una cantidad muy elevada. La solución se encuentra en el desarrollo de programas de presas capaces de retener mayor cantidad de agua, hasta conseguir el equilibrio entre volumen disponible y necesidades requeridas. Pero, a veces, dichas obras conllevan riesgos (la presa sobre las gargantas del Yang Tsé Kiang, en China, que al margen de los desalojos obligados de millones de personas ha implicado la pérdida de parajes singulares), y no puede anteponerse la necesidad al efecto sobre el medio. Ha de mencionarse, igualmente, que el volumen de agua contaminada es equivalente al de consumida.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

De modo que entre las cantidades consumida, la desperdiciada y la contaminada las perspectivas no son favorables para los países acuciados por unos altos crecimientos demográficos y unas escasas capacidades inversoras. En general, y contando con todos los avances técnicos, es posible exigir al medio el doble de la demanda actual de agua, pero sobrepasar más allá los límites hidrológicos supondría causar unos daños irreversibles al medio y otros incalculables a las sociedades (como los obligados racionamientos).

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Los bosques, con sólo 1.500 millones de hectáreas de arbolados inalterados, pero con ejemplos dramáticos en EE UU (que ha perdido en los últimos años la tercera parte de sus reservas boscosas), China (con más de tres cuartas partes), y en los bosques tropicales en general, más ricos pero más inestables que los de zona templada, donde ya falta la mitad de la capa forestal que los cubría hace bien poco tiempo (17.000 ha/año de pérdidas). Los motivos para esta devastadora deforestación son diferentes según zonas y países, aunque detrás suelen estar las empresas transnacionales madereras y papeleras, que actúan sobre los bosques tropicales, a los que transmiten un futuro incierto porque: la tasa de deforestación crece exponencialmente; las causas que la agudizan se incrementan por el simple auge de la demanda y la rentabilidad explotadora; y los efectos más incisivos se plasman sobre los bosques de maderas más valiosas, los que disponen de mayor diversidad biológica. Luego, el efecto de la lluvia ácida también deja su impronta en los bosques templados y fríos, como ocurre en los europeos y de la taiga. Pero, en todo caso, los efectos de la deforestación son muy a largo plazo, porque con la pérdida de especies deriva la de suelos, aguas, hábitat, etc.



Recursos no renovables. La industrialización e innovaciones tecnológicas, unidas al consumo masivo, son elementos explicativos del incremento reciente en setenta veces de la demanda de recursos energéticos (hoy tres cuartas partes de la energía comercial deriva de los recursos fósiles). El problema no es únicamente el incremento del consumo, sino la consideración de los combustibles fósiles como recursos renovables, ya que el auge de la demanda coincide con la difusión de los yacimientos. Es decir, que suele darse un equilibrio entre la demanda creciente y los recursos disponibles, cuando son limitados. La salida se encuentra en el uso de las fuentes renovables, en el empleo de la eficiencia energética –una de las mejores es la radiación solar, ya que el sol vierte a la Tierra unas ochenta veces más energía que la usada por el hombre a través de los combustibles fósiles–, y en las energías eólica, hidroeléctrica, geotérmica, etc.



Recursos materiales. Hay recursos de los que salen materiales que no se transforman tras su uso (cemento, plástico, cristal, etc.), cuando es factible la aplicación de tratamientos especiales para su recuperación, como el triturado. Y estos materiales se asimilan diez veces más en los países desarrollados que en los subdesarrollados, aunque hoy se utilizan más de dos mil millones de toneladas de minerales no combustibles, lo que implica un volumen altísimo de escorias y de contaminantes diversos en el proceso de transformación. La alternativa se encuentra en el reciclado y en el consumo racional.



Deterioros a partir de sumideros y residuos. La actuación institucional es irregular, con progresos puntuales. Con carácter generalizado, pero relativo (sólo en países desarrollados, y en diferente medida), se ha actuado sobre las depuraciones de las aguas residuales urbanas, las emisiones industriales a la atmósfera... Pero a medida que se actúa crece el número de empresas y la dimensión de las ciudades, con lo cual la situación se mantiene (aunque se ha controlado la emisión de metaPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 5. La acción humana sobre el medio

les pesados en la combustión de los vehículos en la Unión Europea, EE UU, Japón y Australia, el número de vehículos se ha multiplicado, con lo cual se ha reducido la proporción de metales pesados en la atmósfera pero ha crecido su volumen). Peor panorama se presenta con los residuos nucleares, que no se hacen inocuos en la naturaleza. Y, también, entre los de mayor riesgo directo se encuentran los productos químicos sintetizados, con el problema de encontrar organismos capaces de desintegrarlos, y el adicional de su cantidad (más de 65.000 conocidos, que generan un millón de toneladas de residuos al año, en gran medida tóxicos). Y ello cuando la atmósfera no tiene tanta capacidad de regeneración (aunque es ayudada por los mares que absorben la mitad del dióxido de carbono emitido por el hombre), de lo que derivan procesos de desequilibrio, lentos pero imparables: la modificación territorial de las lluvias; la irregularidad en su reparto (desde períodos muy secos hasta otros lluviosos, pero en distinta época a la normal, con sus efectos sobre los cultivos, producciones y sociedades); y los cambios en el discurrir de las corrientes oceánicas (con sus efectos sobre la mayor o menor evaporación).

4.3. Los problemas ambientales por áreas geográficas –

Áreas frías. Resaltará la contaminación de suelos y aguas en Siberia y Alaska, en ambos casos por extracciones petroleras. Pero el problema esencial se encuentra en dos fenómenos: *

El efecto invernadero. La continua emisión de anhídrido carbónico, metano y CFCs (clorofluocarbonados) acelera el efecto y la difusión de los CFCs hace que la temperatura media atmosférica se incremente de forma continuada, calor sobrante que las corrientes atmosféricas transportan en todas direcciones, pero preferentemente hacia los polos. En ese contexto de calentamiento la Antártida desempeña un papel primordial como reserva de agua capaz de regular los niveles marinos, que irán subiendo como consecuencia del deshielo.

*

El agujero en la capa de ozono. Su descenso en los polos coincide con el aumento de los CFCs residuales en la atmósfera polar. Y es más alto sobre el continente antártico que en cualquier otra atmósfera del mundo, porque allí se dan características atmosféricas únicas. Durante la larga noche del invierno antártico el marcado gradiente de temperaturas, que se desarrolla entre las latitudes altas y bajas de la Tierra, tiende a generar un cinturón estable de vientos occidentales que alcanzan estas latitudes, sellando la atmósfera antártica y haciendo que el aire permanezca frío y estable. El frío extremo conduce a la formación de nubes estratosféricas que ejercen un efecto fundamental en la eliminación del ozono. Pero el agujero creado es difícil de llenar en verano, y un aire escaso de ozono en la Antártida tiene el efecto de diluir a la atmósfera del hemisferio sur, tanto más cuando en latitudes más allá de los 60º Sur el ozono ha sufrido una disminución notable. Y ello se convierte en peligroso porque el mantenimiento de la capa de ozono en niveles estables es vital, pues es la única sustancia atmosférica que absorbe a los rayos ultravioletas. Se calcula que por cada uno por ciento de reducción de ozono en la atmósfera se produce un aumento del dos por ciento en la radiación ultravioleta, con las consecuencias directas derivadas sobre el ADN, más otras indirectas (gestación de melanomas, desarrollo de cataratas ópticas...). Y unos últimos efectos se refieren al clima, porque el calentamiento derivado contribuye a reforzar el efecto invernadero.

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Áreas avanzadas: *

En la UE se detecta el avance de la franja subdesértica meridional, como también la progresión deforestadora (significativa en la cuenca mediterránea). La primera circunstancia tiene explicación zonal, mientras la última se presenta como una mezcla de intereses económicos. Asimismo, se está produciendo un empobrecimiento de los suelos por abandono de cultivos, auspiciados por las instituciones comunitarias para evitar excedentes productivos. La fórmula para paliar el problema se ha encontrado en las repoblaciones forestales con especies autóctonas, mientras en áreas de montaña la acción va dirigida a preservar el patrimonio natural. Por lo demás, aparecen los problemas típicos de las áreas desarrolladas, con fuerte contaminación atmosférica en las ciudades industriales y de aguas en las áreas mediterráneas y bálticas. Y el exceso de consumo de agua, con las pertinentes consecuencias sobre el medio, y otras sociales y políticas añadidas, como bien muestra la denominada guerra del agua entre algunas comunidades autónomas españolas.

*

En Norteamérica la sobreexplotación de las praderas ha transformado a amplias áreas en irrecuperables, mientras el abandono de cultivos (por idénticas razones a las comunitarias) ha propiciado la erosión. Además, el sobreconsumo de agua ha conllevado el descenso de los niveles freáticos, con las consecuencias derivadas sobre el regadío. A ello se unen la contaminación atmosférica, el ruido y la degradación paisajística, especialmente llamativas en las megalópolis del Oeste y Noreste. Y a este problema no es posible todavía ponerle remedio por razones económicas: las transnacionales contaminantes son a la vez fabricantes de los productos descontaminantes. Se forma así un círculo cerrado que implica que cuanto mayor sea la contaminación existente mayor será la venta de productos para atajarla.

*

Japón padece un territorio agreste, que explica la extensión alcanzada por las superficies forestales, hasta lograr una de las proporciones más altas del mundo. Tras la II Guerra Mundial sólo el gusto y el refinamiento de esta sociedad han sido capaces de explicar la política masiva de repoblaciones, aunque se trata de una vegetación compensatoria, sobrepuesta a las formaciones originarias, y que ha protegido a los recursos hídricos. Con todo, resaltan los efectos desfavorables típicos de la contaminación atmosférica derivada del desarrollismo.

*

En Australia el medio es hostil, con las áreas más aptas sobre explotadas, pero es la difusión ganadera la causante del empobrecimiento de los suelos y biotopos, por lo cual las áreas mejor preservadas son las de altura. En Nueva Zelanda son los pastos de alto rendimiento quienes empobrecen a los suelos, mientras las masas forestales disminuyen por la necesidad de pastizales.

Áreas subdesarrolladas: *

En Iberoamérica resalta la degradación del medio por la irracionalidad en la explotación de los recursos y la alta presión humana sobre los espacios litorales. En contrapartida, se han conservado las tierras interiores, si bien es elevada la agresión a la selva amazónica, debido a la política adversa de conquista y asentamientos, y la efectuada en áreas tropicales, con explicación en la masa humana existente y en la instalación de las transnacionales, que operan maximizando beneficios y practicando las actividades de desnatado y expolio.

*

En Próximo Oriente la agresión al subsuelo se explica por la sobreexplotación de los recursos energéticos, y su manipulación en superficie (tratamiento, emPROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 5. La acción humana sobre el medio

barque, elaboración...), con altas emisiones de gases a la atmósfera. También incide el factor zonal de la irradiación desértica. En los sectores de regadío será la salinización de suelos. *

En la Unión India serán dos los elementos: la creciente presión humana sobre el espacio, que ha reducido el medio natural, hoy identificado con áreas protegidas o de montaña; y la particular incidencia de las lluvias, que se explica por la oscilación anual de un monzón que provoca irregularidades en los aportes, reflejadas en las crecidas de los cursos fluviales y en la distinta intensidad de arrastre, y en el uso masivo de fertilizantes, arrastrados por las aguas del monzón hasta contaminar los ríos. Por lo demás, las industrias altamente contaminantes (propias, pero también de multinacionales extranjeras) vierten a los cursos fluviales, a unas aguas que serán aprovechadas para un regadío cada vez más afectado por la polución.

*

La antigua URSS padece problemas en las tierras de Turania, con intenso regadío algodonero que ha ocasionado el descenso de nivel de dos mares cerrados, Aral y Caspio. Al Norte, en Siberia, los desastres ecológicos derivados de la explotación petrolera incontrolada. En la estepa cerealista se les exige a los suelos más de lo que se les aporta. De igual modo, es genérica la contaminación de aguas y atmósfera en las grandes ciudades industriales, como consecuencia de la política de industrialización forzada auspiciada tradicionalmente por el socialismo, con impresionantes complejos siderometalúrgicos y petroquímicos, desfasados tecnológicamente.

*

En China oriental ya casi no existen los biotopos originarios debido a la fuerte transformación antrópica, y en lugar de frondosas hay bosques de cultivo, con eucaliptos y álamos destinados a la industria maderera. Para poner remedio a la deforestación se introdujo la política de La Gran Muralla Verde, con el trazado de franjas de arbolado de centenares de metros de anchura, y algunas de ellas con seis mil kilómetros de longitud. Se trataba de frenar a los vientos y de evitar el arrastre de los suelos; pero su éxito ha sido muy relativo. Como consecuencia es uno de los países más deforestados del mundo y con más altos niveles de desertificación, porque se cultivan incluso terrazas en fisuras verticales. A ello cabría añadir los efectos de la contaminación de los regadíos por adición de fertilizantes, la correspondiente a las ciudades (que están experimentando un crecimiento vertiginoso como derivación de la fuerte emigración rural), la industrial (por razones parecidas a las rusas), así como las alteraciones ecológicas aportadas por las grandes infraestructuras hidráulicas.

*

En el Sureste asiático las tierras se encuentran arrasadas por la acción pluvial de los climas tropicales, con suelos muy lixiviados y frágiles, aprovechados para los bosques de cultivo, que no alteran el equilibrio pero desgastan más a los suelos. El problema está en los cogan, un pasto arraigado y muy difícil de erradicar, que los empobrece muy rápidamente. Luego, las formas primitivas de cultivo con quemas, la tremenda presión sobre el espacio de valle, y la incidencia negativa de los cultivos de plantación sobre un medio muy frágil. Asimismo, las derivaciones de la explotación irracional de los recursos del subsuelo, la llegada de las industrias negras japonesas (que aprovechando la debilidad de las legislaciones ambientales generan una alta contaminación atmosférica y de aguas), etc. Pero también la incidencia de los tifones y ciclones, que arrastran pendientes y colmatan cuencas, frente a los cuales algunas infraestructuras de contención no han sido las adecuadas.

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*

En África intervienen los factores zonales, que han irradiado el desierto debido a la irregularidad de funcionamiento del Frente de Convergencia Intertropical, y otros antrópicos, como el largo aprovechamiento del área de pastoreo en el Sahel, o la intervención de las transnacionales madereras en las selvas. Además, la amplitud de recursos ha introducido los países negros, con actividades extractivas altamente contaminantes financiadas por el capital occidental, e instaladas cerca de las materias primas. Como atenuante se encuentra la limitación pecuaria, pero como agravante la alta presión humana sobre el espacio litoral. En sectores tropicales la preservación del suelo se ha conseguido introduciendo cultivos de alto porte vegetal.

4.4. La problemática en España El primer problema afecta al agua disponible, pues los regadíos generan 600.000 empleos, las ciudades e industrias demandan cantidades constantemente crecientes, la actividad turística incrementa la población residente con demandas estacionales muy elevadas, la energía hidráulica aporta la cuarta parte de los recursos energéticos, el 60% de la producción agrícola procede del regadío, la cuarta parte de la población ha padecido o padece restricciones, y las confrontaciones por el uso pueden incluso agravarse. De solventar esos problemas se ocupa La directiva marco de aguas, la encargada de definir la política de aguas en la UE, que trata de: evitar la degradación por los vertidos, promocionar el uso sostenible, hacer frente a las inundaciones, paliar los efectos de las sequías, y equilibrar la extracción de aguas subterráneas con las recargas. Complementariamente el Plan Hidrológico Nacional (PHN) plantea acciones de preservación, conservación, y reutilización, pero son los Planes Hidrológicos de Cuenca quienes contemplan a las infraestructuras dirigidas a la reutilización, regeneración de hábitat hídricos y regularización de caudales, y donde se contienen las propuestas de trasvases entre cuencas. La calidad es la otra vertiente del problema, pues la correspondiente a las superficiales está ya muy afectada por el exceso de nutrientes y de microcontaminantes que las eutrofizan. En aguas subterráneas la salinización es el primer problema de los acuíferos, sobre todo en la región mediterránea debido a extracciones abusivas destinadas a la agricultura intensiva, que permiten la intrusión de las aguas marinas, con altas proporciones de cloruros que dejan a las aguas inservibles. Y siendo graves ambos hechos es más acuciante la contaminación sobre las aguas superficiales por fertilizantes y vertidos, urbanos e industriales. La peor parte se la han llevado las áreas de agricultura intensiva del sureste, pero también las de ganadería intensiva, especialmente porcina (Navarra, Cantabria y Cataluña), debido al alto poder contaminante de los nitratos y amoniacos que aportan los purines. Existen en España más de 300.000 puntos emisores (47.000 ilegales) de vertidos urbanos e industriales sobre las aguas, lo que significa que unos dieciséis millones de españoles son responsables de la contaminación de los cauces. La industria lo es de la mitad de la contaminación del agua superficial, debido a un descontrol palpable (sólo la décima parte de los vertidos dispone de autorización), situación que no mejora con los vertidos urbanos (el problema es grave al considerar que las aguas subterráneas abastecen a un tercio de la población española y atienden a la cuarta parte de las necesidades agrarias). Otro problema concierne a la extinción o situación casi irrecuperable de muchas áreas hídricas del país. La fuerte presión económica ha permitido las desecaciones, una práctica tradicional, y como corolario la extensión original de lagos y lagunas ha sido reducida en un 60%, mientras los humedales salvados se enfrentan a deterioros por aprovechamiento 164

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Tema 5. La acción humana sobre el medio

hidroeléctrico o salinero, vertidos contaminantes, detracción de aguas para uso agrícola, urbanización incontrolada, introducción de especies piscícolas nuevas con fines económicos, etc. No es de extrañar que la extensión originaria de la lámina hídrica haya pasado a un vestigio. Entre los humedales de interior, los sistemas de montaña (unas 2.300 ha) y los cársticos (900 ha) son los mejor conservados, aunque no puede decirse lo mismo de los humedales del litoral (sólo han restado 5.200 ha). Para frenar el problema se promulgó la Ley de Protección de Zonas Húmedas (1990), que transforma a estas áreas hídricas en propiedad pública, y las somete a protección especial. El estado de degradación de los suelos es preocupante por: –

Deforestación con talas o quemas, roturación de tierras marginales, y despoblamiento de las áreas de montaña (el abandono de pastizales y de cultivos en sectores abancalados empobrece al horizonte superficial por la falta de aportes orgánicos o inorgánicos, y puede ser arrastrado por la falta de mantenimiento).



Prácticas agrícolas y ganaderas inadecuadas (un excesivo laboreo o sobrepastoreo, la utilización de maquinaria pesada, el abuso de fertilizantes o productos fitosanitarios, etc., modifica las propiedades físicas y químicas del suelo, haciéndolo más vulnerable a la erosión y contaminándolo).



Expansión e intensificación de los regadíos (el excesivo lavado es el causante del empobrecimiento, independientemente de que el suelo pueda ser contaminado cuando el agua utilizada sea de baja calidad).

En la contaminación el incremento de fertilizantes y productos fitosanitarios es la causa principal, a la que ha contribuido la extensión del regadío (se ha pasado de 1,4 millones de hectáreas en 1940 a 3,3 en la actualidad), cuyas aguas, portadoras de esos componentes, son responsables de la contaminación agraria difusa, que ya amenaza al 62% de la superficie agrícola total. Crecen igualmente los residuos ganaderos, cuya repercusión ambiental varía en razón de la concentración y el tamaño de las explotaciones de bovino y porcino. Y la erosión con pérdida de suelos afecta a las tierras mediterráneas y semiáridas, con 13 millones de hectáreas que padecen erosión grave (con pérdida de 100 t/ha/año, equivalentes a un espesor de 6 a 7 milímetros), y 14 millones más con erosión importante o moderada (con pérdidas de 50 a 100 t/ha/año). El resultado es que 67 millones de toneladas de suelo son arrastradas anualmente hacia el mar y a los embalses (con su consiguiente aterramiento). La erosión es de tal calibre que un 44% de la superficie nacional padece degradación física, en niveles de alto a muy alto, y el resto mantiene el riesgo de desertificación. En la explicación aparecen unos incendios forestales que han quintuplicado las superficies quemadas desde los años setenta. La degradación de los espacios urbanos y de sus entornos deriva de los vertidos sólidos y de las contaminaciones atmosférica y acústica. El nivel alcanzado se explica porque desde los años sesenta el crecimiento urbano e industrial ha sido espectacular en la mayor parte de las regiones, y de ello ha derivado la necesidad de satisfacer exigencias: de suelo urbanizable, de abastecimiento de agua y energía, de redes de comunicación y de saneamiento, de sistemas de transporte, etc. Todo ello ha planteado problemas ambientales nuevos: pérdida de espacios naturales y agrarios por cambios de uso del suelo, de calidad del agua y del aire por contaminación, generación exponencial de residuos que es necesario eliminar, etc. En vertidos sólidos la situación es la siguiente: –

El foco emisor urbano ha subido. A mediados de los años noventa se generaba el doble de residuos sólidos (urbanos e industriales, pero dominados por los primeros) que una década antes. Pero sólo se recupera un 5% y menos de la quinta parte de los desechos orgánicos se reciclan en compos. Con todo, los progresos son

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notables tras la aplicación de la Ley de Recogida y Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos (1975), que ha aportado un descenso de los vertidos ilegales, y de la recogida selectiva de papel y cartón (ya se recicla la tercera parte del consumido), vidrio (la cantidad reutilizada se ha triplicado en muy poco tiempo) y plástico (hay progresos, pero más lentos de lo esperado). –

El foco emisor industrial ha crecido casi un 40% desde 1980, con más del 65% de vertidos incontrolados. No obstante ha habido progresos con la Ley Básica sobre Residuos Tóxicos y Peligrosos (1986) y con el Plan Nacional de Residuos Industriales (1989), que se ocupan del control de esos residuos.

En contaminación atmosférica la situación es: –

En el foco emisor urbano las calefacciones aportan la tercera parte de las emisiones de las ciudades a la atmósfera debido al empleo de carbón o gasóleo. La combustión de motores de vehículos acapara casi todas las emisiones de plomo, y más de la mitad de los derivados contaminantes de los hidrocarburos.



El foco emisor industrial complica el panorama urbano cuando las actividades están en el interior de las ciudades, en puertos o extrarradios, tanto que a veces superan con creces a los dos agentes urbanos citados.

Los principales contaminantes lanzados por estos agentes al aire son: –

Partículas sólidas y líquidas en suspensión. Son de tamaño muy pequeño o microscópico y suelen estar formadas por bacterias, carbón, hongos, polen, sulfatos, cloruros, etc.



Compuestos orgánicos o hidrocarburos. Su origen se encuentra en las industrias petroleras, en los escapes de los vehículos, etc.



Óxidos de carbono. Tanto el monóxido de carbono como el anhídrido carbónico son emitidos por los motores de combustión interna.



Compuestos halogenados y sus derivados. La combustión de carbón mineral (calefacciones, industrias...) deriva en la generación de ácidos clorhídrico y fluorhídrico, altamente corrosivos.

La legislación española y comunitaria para el control de la contaminación atmosférica emana de la Ley de Protección del Ambiente Atmosférico (1972), del Plan de Optimización de Redes de Vigilancia de la Contaminación Atmosférica (1989), de la Red de Vigilancia de la Contaminación Atmosférica de Fondo, hasta llegar al Inventario Corine-Aire. Pero se ha mostrado insuficiente. La contaminación acústica ha convertido a España en el país más ruidoso de Europa y en el segundo del mundo (sólo superado por Japón), porque la Administración ha adaptado tarde las exigencias comunitarias, mientras las Ordenanzas Municipales sólo existen en la tercera parte de los municipios. La degradación de espacios litorales es elevada, porque en la costa y sus cercanías se localiza la tercera parte de la población, que se triplica en verano. Y a ello se une la demanda de la red de puertos. Todo ello ha densificado las redes de comunicación terrestres, las canalizaciones, los emisarios submarinos, etc., hechos que explican la degradación del litoral en las últimas décadas. Y la política de ordenación ha sido también deficiente. La Ley de Costas (1969) sólo actuó sobre los bienes marítimos de dominio público, y la vigente (1989) no interviene en el espacio litoral de una forma integral. Pero el Plan de Costas ha beneficiado a los ámbitos mediterráneo y canario. Con todo, se ha heredado un crecimiento anárquico de la urbanización costera, de consecuencias muy graves: inadecuaciones de 166

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Tema 5. La acción humana sobre el medio

uso del suelo, pésima integración de muchas actuaciones en el paisaje, descenso de los espacios libres, proliferación de los vertidos, pérdida de patrimonio natural, agresivos modelos de implantación urbana y de infraestructuras, etc. Los resultados son: –

La alteración de la dinámica erosiva litoral. Las regulaciones fluviales y las obras de ingeniería en el mar han favorecido la erosión en unos lugares, y la acumulación en otros. Y la multiplicación de embalses ha contribuido a retener unos sedimentos necesarios para las playas cercanas a las desembocaduras fluviales. Como consecuencia la línea de costa padece ya una regresión del 17%, prácticamente irrecuperable.



Los efectos expansivos de la agricultura intensiva. Resulta decisiva en la degradación del litoral mediterráneo, en el meridional atlántico y en las islas. La difusión del cultivo bajo plástico, de acolchados, de riego por goteo y la ampliación del regadío han difundido los impactos ambientales y visuales. Los más agudos afectan a los recursos hídricos, a la artificialización del campo (nuevos paisajes de plástico, degradación de laderas, etc.), y a las emisiones residuales contaminantes.



La desnaturalización de las playas y la regresión del litoral. El turismo es el responsable de la intensidad en el proceso urbanizador del litoral de playa, un 40% del cual está urbanizado o declarado como urbanizable. Y las divisas del turismo tienen su contrapartida en la transformación del ecosistema de playa.



La contaminación de las aguas marinas. Desde nuestras ciudades se vierten al mar 489 millones de m3 de residuos, de los que un 40% no reciben tratamiento. La salida se encuentra en las actuaciones del Plan Nacional de Saneamiento y Depuración de Aguas (1995-2005), que ha conseguido una paulatina reducción en las emisiones.

Como resultado de todo el proceso descrito devienen las alteraciones de los ecosistemas, cuando nuestro país resalta por la riqueza de su biodiversidad (más de 8.000 especies de plantas vasculares, entre 50.000 y 60.000 especies de invertebrados, 118 de mamíferos, 368 de aves, 56 de reptiles, 68 de peces de agua dulce, etc.). Aquí se albergan tres cuartas partes de las aves europeas y viven el 79% de los mamíferos continentales. Animales y plantas singulares se plasman en más de cien hábitat de interés comunitario (la mitad de los europeos) y más de 600 especies protegidas. Ello es posible porque los ecosistemas vitales han sido protegidos con más de un centenar de parques naturales, una docena de parques nacionales, y más de medio millar de figuras de protección (reservas naturales, parajes naturales, paisajes protegidos, monumentos naturales, y otras figuras). En conjunto, hay preservadas 3,5 millones de hectáreas, casi el 7% del territorio nacional, con la colaboración indirecta de la UNESCO, que desde 1977 ha declarado 16 Reservas de la Biosfera, con más de un millón de hectáreas protegidas (el 2% de la superficie nacional). Pero la protección de espacios singulares y las adhesiones a tratados y convenios no han sido suficientes, porque crece el número de especies amenazadas (1.263, la sexta parte en peligro de extinción). Con todo, las ZEPAS (Zonas de Especial Protección para las Aves) se incorporan a la Red Natura de forma automática, y los nuevos espacios que se adicionarán a muy corto plazo ampliarán el territorio protegido del 7% al 15%.

5. EL ECODESARROLLO COMO ALTERNATIVA Los primeros movimientos ecologistas parten de EE UU, donde los problemas de la contaminación se dejaban sentir con especial virulencia como derivación del potencial industrial adquirido durante la etapa posterior a la II Guerra Mundial, cuando, como país triunfante y abastecedor del resto de potencias involucradas en el conflicto tuvo la obligaGEOGRAFÍA E HISTORIA

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ción de atender a las necesidades de medio mundo. Y más tarde incidió otra concienciación social paralela: los efectos sobre las personas de las armas químicas utilizadas por su ejército durante la guerra de Vietnam. Pero el año 1968 significó un cambio de actitudes en las sociedades más avanzadas del mundo con respecto al medio, cuando los movimientos pacifistas (procedentes de la contracultura estadounidense, una derivación de la cultura dominante) y las corrientes de pensamiento difundidas por Russell y Marcuse introdujeron nuevas mentalidades, que, más tarde, quedarían reflejadas en los Informes del Club de Roma. Buena parte de las nuevas ideas fue recogida por científicos británicos en el Manifiesto para la supervivencia, que abogaba por minimizar los riesgos sobre el medio por la acción incontrolada del hombre, con el resultado de la destrucción o alteración de los procesos ecológicos y el agotamiento de los recursos no renovables. En el fondo se estaba cuestionando a una sociedad consumista, a un modelo no deseable. En 1972 se celebró la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, que atendía a dos frentes: la conservación del medio, y la lucha contra la contaminación. Se llamó la atención a los gobiernos sobre los problemas ambientales, se repudiaron las pruebas nucleares, se decidió vigilar la situación de la atmósfera, etc. Pero los resultados fueron más bien escasos, porque pronto surgieron las contradicciones entre las naciones industrializadas y las dependientes de recursos primarios, aunque sirvió para difundir al desarrollo sostenible. Y el primer Informe del Club de Roma (Los límites del crecimiento) expuso las bases del problema y propuso el crecimiento cero. En el segundo (La humanidad entre la encrucijada) planteó soluciones a escala regional, mientras en el tercero identificó los problemas ambientales. En conjunto lograron institucionalizar el problema ambiental, haciéndolo extensible a escala planetaria. El final de la década de los ochenta fue testigo del interés por el mantenimiento de los ecosistemas, y de la búsqueda de instrumentos técnica y financieramente eficaces, debate que sirvió para alumbrar la Estrategia mundial sobre biodiversidad, el Convenio sobre conservación de la biodiversidad biológica, y la Agenda 21. Entre todos contribuyeron al desarrollo de fórmulas, aunque restaron por establecer las medidas que llevaran a progresos significativos. Así las conferencias mundiales sobre el medio universalizaron la toma de conciencia sobre los problemas ambientales, y a su través las Naciones Unidas establecieron planes de conservación en diferentes áreas del mundo, y de ellas derivaron las conferencias sectoriales, aunque su aportación real ha sido discutida. La de Río (1992) introdujo varios convenios y, sobre todo, la Agenda 21 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo, 1992), que defraudó en sus expectativas al no ser firmado unánimemente el de biodiversidad, no aprobar un código ético para evitar el colapso en la explotación de los recursos naturales y en la gestión de los residuos y desechos, no establecer ni metas ni plazos, no conseguir los medios financieros necesarios, y no alcanzar acuerdos sobre la protección de los bosques. Pero estableció la biodiversidad como componente clave del desarrollo sostenible, y planteó actuaciones no vinculantes sobre cuestiones sociales, económicas y ambientales. La Agenda fue concebida como un amplio plan de trabajo, de ámbito mundial (en torno a medidas nacionales y a la cooperación internacional sobre desarrollo sostenible y protección ambiental hasta bien entrado el siglo XXI), con dos dimensiones socioeconómicas:

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Combatir la pobreza, cambiar pautas de consumo, mejorar la salud humana, y la búsqueda del desarrollo sostenible.



La conservación y gestión efectiva de los recursos (proteger la atmósfera; combatir la deforestación, desertización y sequía; la protección de las áreas de montaña; la conservación de la diversidad biológica; la protección y gestión de los océanos y agua dulce; el empleo más seguro de los productos químicos tóxicos; y la gestión de los residuos peligrosos –esencialmente los radiactivos– y aguas residuales. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 5. La acción humana sobre el medio

Por su parte, la Estrategia mundial sobre biodiversidad sostiene que sólo se detendrá la pérdida de ecosistemas cuando sea posible utilizar los recursos biológicos de manera justa a escala local, nacional e internacional, y que son los Estados quienes tendrán que explotar el medio, valorando sus recursos y protegiéndolos. Va más allá de la conservación al introducir cuestiones relativas al comercio, el uso del agua, los métodos de preservación de ecosistemas, etc., y establece vínculos entre y dentro de las naciones, indicando que la gestión de la biodiversidad supone un cuádruple esfuerzo: biológico, social, económico, y político. Sus propuestas se centran en: catalizar la cooperación internacional; intentar la reforma de las políticas nacionales mediante pautas generales; introducir al sector privado en la gestión de la biodiversidad; y establecer un sistema de incentivos para la conservación del medio a escala local, fortaleciendo la situación de los espacios protegidos y la capacidad para conservar las especies en hábitat naturales, y aumentar el aprecio sobre los valores de la biodiversidad. Pero también fortalecer el papel que desempeñan en la meta del desarrollo sostenible los grupos principales: mujeres, infancia y jóvenes; los pueblos indígenas; las ONGs; las autoridades locales; los trabajadores y sindicatos; y los científicos, técnicos, agricultores... Por último contempla los medios para la puesta en práctica: financiación, transferencia tecnológica, etc. Con todo su problema es ser gubernamental y no vinculante, y quizá por ello quedan pendientes desde su entrada en vigor (1993) muchas cuestiones graves: –

Las colecciones ex-situ ya existentes. Se trata de los materiales en poder de grandes empresas o Estados que han quedado fuera del reparto de costes-beneficios entonces acordado. De estas colecciones sólo se beneficiarán los países avanzados (quienes las lograron con anterioridad a 1993, y que son significativas en materiales orgánicos e inorgánicos de larga vida), mientras los productores han quedado fuera de los beneficios, aunque se hayan beneficiado de los costes.



Los mecanismos de financiación. Se creyó conveniente establecer un fondo propio, aunque pronto el G7-8 (el auténtico ejecutivo económico mundial) transfirió esa posibilidad al Banco Mundial.



La transferencia tecnológica del Norte al Sur. Se trata de un reto muy difícil de conseguir cuando el sector privado no está sujeto a controles gubernamentales.



La bioseguridad. En el trasfondo sólo se enmarca una doble corriente: los países avanzados no quieren desprenderse de sus adelantos para aprovechar íntegramente los recursos del medio; y los atrasados quieren participar de unos mecanismos que desconocen, al margen de sus posibilidades inversoras.

La conclusión más obvia es el logro de una sociedad sostenible, que no altere los procesos ecológicos, que sea preventiva y conservadora, y que equilibre las condiciones de explotación con las necesidades de las sociedades desarrolladas (pues condicionan el desarrollo de las más atrasadas). El objetivo central es respetar el equilibrio de la biosfera reduciendo actividades contaminantes, aplicando una tecnología no agresiva con el medio, y reciclando y devolviendo productos no dañinos al medio. Y ello sólo puede conseguirse mediante nuevas alternativas energéticas (solar, eléctrica...), y generando una conciencia ambiental, asumiendo unos principios: –

El hombre no tiene el derecho de destruir el medio, porque las consecuencias revertirán rápidamente sobre el propio hombre.



Superar la visión económica del desarrollo a costa del medio y de cualquier precio, e introducir la de progreso-calidad de vida, que incluye la conservación de los recursos naturales.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



El futuro depende de la conservación del medio, porque de él proceden la mayor parte de los recursos. Para ello se convierten en imprescindibles mecanismos coactivos, educativos, de modificación de los hábitos consumistas, de transformación de los modos de vida, etc.

Entre las estrategias más relevantes y lógicas para conseguir esos principios se encuentran: –

Las agrarias. Con nuevas técnicas que permitan una producción creciente sin alterar el equilibrio de la biodiversidad: el riego por goteo (que permite ahorro de agua y evita la salinización masiva de los suelos), el retorno al cultivo múltiple frente al abuso del monocultivo (que evita las adaptaciones de las plagas y malas hierbas y evita a los pesticidas), y la potenciación de los cultivos de montaña (que actúan eficazmente contra la erosión).



Las energéticas. Con un menor consumo de combustibles minerales se reducirá la contaminación, sustituidos por unas energías alternativas con menor grado de agresividad ambiental.



Las industriales. Han de conseguir cuatro objetivos: menor consumo de materias primas, reducción de las emisiones contaminantes a la atmósfera, optimización del consumo energético, y menor generación de residuos. Para ello se requiere un proceso industrial integrado, que incluya el reciclaje de residuos (que también depende de los hábitos de consumo) y la actuación legal sobre las industrias contaminantes o despilfarradoras de materias primas.

Las encargadas de llevar a la práctica esas estrategias son las organizaciones internacionales: –

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Dentro de las Naciones Unidas: *

Agencias especializadas: UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), OMS (Organización Mundial de la Salud), OIT (Organización Internacional del Trabajo), OMM (Organización Meteorológica Mundial), OMI (Organización Marítima Internacional), y ONUDI (Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial).

*

Comisiones económicas regionales: CEPE (de las Naciones Unidas para Europa), CEPAL (para América Latina), CESAP (para Asia y el Pacífico), CEPA (para África), y CEPAO (para Asia Occidental).

*

Organismos y programas: OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) y PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente).



Organismos intergubernamentales fuera del sistema de las Naciones Unidas: CE (Consejo de Europa), UE (Unión Europea) y OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos).



Organizaciones internacionales no gubernamentales: UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales), WWF (Fondo Mundial para la Vida Silvestre), FEEA (Fundación Europea para la Educación Ambiental en el Medio Rural y Urbano), FPNE (Fondo Patrimonio Natural Europeo), GREENPEACE, etc.

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Tema 5. La acción humana sobre el medio

Estos organismos e instituciones son también los que deben forzar el cumplimiento real de convenios y tratados, y adoptar los informes. Entre ellos resaltan los siguientes: –

Los programas intergubernamentales sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la UNESCO (1970), destinados al análisis de sistemas ecológicos y su exposición a la actividad humana (en cada país existe un Comité Nacional del MAB): ecosistemas forestales tropicales y subtropicales; gestión de la tierra en paisajes forestales mediterráneos y templados; pastoreo en sabana, pradera y tundra; regadío en zonas áridas y semiáridas; recursos de agua en zonas costeras; impactos humanos en ecosistemas montanos; ecología y uso racional de sistemas insulares; material genético en zonas naturales; gestión de plagas en ecosistemas terrestres y acuáticos; efectos ecológicos de las obras de ingeniería; ecosistemas urbanizados e industrializados; demografía y sus repercusiones ambientales; calidad ambiental; y efectos ecológicos de la contaminación.



La Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano (1972), el acto internacional que más huella ha dejado en las políticas ambientales de todo el planeta. De ella salió la Declaración de Estocolmo, que establece metas globales y principios inspiradores de políticas ambientales.



La Carta de los Suelos, del Consejo de Europa (1972), que los declara como bien esencial y frágil, e indica la necesidad de protección, inventariado, uso racional y planificación.



La Declaración sobre las políticas de medio ambiente de carácter anticipativo de la OCEDE (1979), que se decanta por la integración de las políticas ambientales con las económicas para detectar las problemáticas de forma precoz, adoptar los instrumentos económicos, adecuar los modelos urbanos, agilizar las decisiones, establecer los controles de calidad, promover la educación ambiental, y desarrollar la cooperación interinstitucional e interestatal.



La Estrategia Mundial para la Conservación (1980), elaborada por la UINC, PNUMA, WWF, FAO y UNESCO, que intenta armonizar el desarrollo y la conservación de los recursos. En el trasfondo se encuentran las ideas de mantenimiento de los sistemas vitales, la diversidad genética y el aprovechamiento sostenido de los ecosistemas. Entre sus principios básicos están: el desarrollo sostenible, el mantenimiento del patrimonio biológico, el uso limitado de recursos renovables, el desarrollo de las tecnologías limpias, etc.



La sustentabilidad, una estrategia para el cuidado del planeta (1991), que desarrolla la Estrategia Mundial para la Conservación, ahora pensada para la década de los noventa. Se apoya en el desarrollo sostenible, pero incorpora estrategias de población y economía. Ya introduce la problemática del agujero de la capa de ozono, la lluvia ácida, los desequilibrios Norte-Sur, etc.



Nuestro Futuro Común, el Informe Brundtland (1992), presentado en la Cumbre de la Tierra o Cumbre de Río de Janeiro, que muestra la interconexión entre las realidades ambiental y socioeconómica, y señala la necesidad de reconducir los parámetros de las políticas económicas actuales con el objetivo de conseguir el desarrollo sostenible.



La Primera Revolución Global (Informe del Club de Roma, 1992), que contiene la idea de una política internacional en la reducción de emisiones de dióxido de carbono para evitar el sobrecalentamiento de la Tierra, y posibilitar la reforestación y el desarrollo de formas de energía alternativas.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional







Tratados Internacionales sobre el Medio Ambiente. Se sustentan en la adopción de acuerdos multilaterales sometidos al Derecho Internacional Público e incorporados al ordenamiento jurídico internacional. Entre ellos resaltan: *

El convenio sobre Conservación de la Fauna y Flora en estado natural (Londres, 1933).

*

El convenio sobre Regulación de la pesca de la ballena (Washington, 1956), no adoptado por Japón.

*

La convención sobre el Control de seguridad en materia de energía nuclear (París, 1957).

*

El tratado de Prohibición de Pruebas Nucleares en la Atmósfera, el Espacio Ultraterrestre y Bajo el Agua (Moscú, 1963).

*

La convención sobre Protección del patrimonio mundial, cultural y natural (París, 1972).

*

El convenio sobre Prevención de la contaminación del mar por vertido de desechos y otras materias (Londres, México D.F, Moscú y Washington, 1972).

*

El convenio para la Protección del Mediterráneo contra la contaminación (Barcelona, 1976).

*

El convenio para la Prevención de la contaminación marina provocada por vertidos desde buques y aeronaves (Oslo, 1983).

*

El convenio para la Protección de la capa de ozono (Viena, 1985).

*

El convenio sobre Cooperación, preparación y lucha contra la contaminación por hidrocarburos (Londres, 1990).

*

El Tratado Antártico (Washington, 1959 y su Protocolo sobre la protección del Medio Ambiente, Madrid, 1991).

*

El convenio marco de las Naciones Unidas sobre El cambio climático (Nueva York, 1992).

*

El convenio sobre La diversidad biológica (París, 1992).

Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD), o Conferencia de Río, de la que han salido de inicio o reforzados: *

La Declaración de Río sobre el medio ambiente y el desarrollo.

*

El Programa 21 (programa para aplicar una política ambiental mundial).

*

El convenio marco de las Naciones Unidas sobre El cambio climático.

*

El convenio sobre La diversidad biológica.

La Conferencia Mundial sobre el Cambio Climático (Buenos Aires, 1998) que intentó frenar la emisión de gases contaminantes a la atmósfera y que acabó con un mínimo acuerdo entre países pobres y ricos para reducir las emisiones de dióxido de carbono un 5,5% (con respecto a 1990) hasta el año 2012. Pero sólo unos pocos países ratificaron los acuerdos previos de la Conferencia de Kyoto (1997). La disputa surge cuando los países más desfasados se niegan a ratificar los acuerdos, ante lo que EE UU (el primer contaminador mundial) reacciona de igual modo. Ante tal panorama la I Conferencia Cumbre sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, 1992) determinó las reformas ambientales necesarias a largo plazo. En la II Cumbre (Nueva York, 1997) se comprobó la ineficacia de la anterior,

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Tema 5. La acción humana sobre el medio

sobre todo en lo referido a emisiones de CO2. Y no se llegó a un acuerdo en las reducciones de estos gases en un 15% para el año 2010 con relación al nivel de 1990. Para reducir la degradación ambiental la idea del crecimiento continuado debe de abrir paso a un uso más racional del medio. Y la respuesta ante el cambio climático se ha materializado en dos instrumentos jurídicos, la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992, pero entró en vigor en 1994), y el Protocolo de Kyoto (1997), que dota de contenido a una Convención ratificada por 186 países, con el objetivo de estabilizar las concentraciones de gases invernadero en la atmósfera. –

La política ambiental en la Unión Europea. Los denominados Programas de Acción sobre el medio, que comienzan en 1972, han logrado imponer la internacionalización de los costes ambientales (quien contamina paga) y hacer partícipes a los ciudadanos en el diseño y gestión de determinadas políticas ambientales. Han involucrado a instituciones no gubernamentales en la Oficina Europea del Medio Ambiente, con el respaldo de la Comisión Europea. Prioritariamente se ocupan de: tratamiento de residuos (reciclaje, recuperación y reutilización); agricultura, con el fomento de la biológica u orgánica, mantenimiento de cultivos leñosos en las zonas sujetas a erosión, disminución de la carga ganadera sobre territorios frágiles, etc.; lucha contra la contaminación atmosférica y de aguas, seguridad nuclear, energía, etc.; y conservación de flora y fauna (Red Natura 2000). Con el Acta Única ya se dispone de base legal, pues el art. 130 R (Tratado de Maastricht) se centra en: la conservación y mejora de la calidad de vida y del ambiente (protección a la salud de las personas, y uso racional de recursos y medidas ambientales), la adopción de medidas preventivas y armonizadoras entre los Estados miembros, y la cooperación con terceros países mediante acuerdos. El art. 130 S encarga al Consejo la elaboración de las disposiciones y medidas para el desarrollo y ejecución de la política ambiental de la Unión mediante instrumentos legislativos, operativos y financieros. *

Entre los legislativos hay un amplio conjunto de directivas, reglamentos y decisiones.

*

Entre los operativos están los Programas de Ejecución e Investigación y la Agencia Europea del Medio Ambiente (incorporan los preceptos del desarrollo sostenible emanados de la Conferencia de Río, y consideran prioritarios a los sectores de industria, energía, transporte, agricultura y turismo, y para su desarrollo se asume la subsidiariedad).

*

Entre los financieros se encuentran: el Fondo de Cohesión Social, los Fondos Estructurales (FEDER, FSE y FEOGA), el Banco Europeo de Inversiones, los Fondos de Cohesión y fondos específicos de los programas de ejecución e investigación.

La Unión también dispone de programas específicos (ejecución e Investigación): ALPENER (para el fomento de energías renovables y limitación de las emisiones de dióxido de carbono), LIFE (para restablecimiento de hábitats y biotopos originarios), ENVIREG (con Fondos Estructurales que ayudan a los programas ambientales en regiones desfasadas de la Unión), EPOCH (instrumento financiero para la prevención de desastres naturales e investigación climatológica), MATERIAS PRIMAS Y RECICLADO (con varios subtipos, materias primas primarias, reciclado de metales no férreos, etc.), MAST (para ciencia y tecnología marinas), MEDSPA (para el medio mediterráneo), NORDSPA (para zonas costeras de Irlanda, Mar del Norte, Báltico y Noroeste Atlántico), PROGRAMA DE RESIDUOS RADIACTIVOS (para el análisis de almacenamiento de los mismos), y STEP (para la protección del medio). GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

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Tema 5. La acción humana sobre el medio

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Tema 6 La población mundial: modelos demográficos y desigualdades espaciales

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Y MODELOS DEMOGRÁFICOS: LA CONJUNCIÓN DE CICLOS EN EL DE BAJA FECUNDIDAD 2.1. El nuevo orden demográfico en los países desarrollados: la desnatalidad 2.1.1. La estructura por sexo y edad, fecundidad y natalidad 2.1.2. Evolución y variaciones de la mortalidad y la esperanza de vida 2.1.3. El crecimiento natural 2.1.4. Las migraciones 2.2. El nuevo orden demográfico en los países atrasados: la baja fecundidad 2.2.1. La estructura por sexo y edad, fecundidad y natalidad 2.2.2. Evolución y variaciones de la mortalidad y de la esperanza de vida 2.2.3. El crecimiento natural 2.2.4. Las migraciones 3. LAS DESIGUALDADES DERIVADAS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL 3.1. Causas y determinantes 3.2. Focos de poblamiento y vacíos demográficos BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN Resulta complejo hacerse con ideas específicas sobre los distintos rasgos que definen a la población mundial, entre otras razones porque de censos precisos, actualizados y fiables sólo se dispone en los países avanzados, mientras suelen ser hasta tendenciosos en los desfasados (inflan o rebajan las cifras en función de la percepción de ayudas al desarrollo, a veces únicamente contemplan a determinados segmentos sociales y excluyen a comunidades esparcidas, hay registradas determinadas áreas de un país...). En los países avanzados el error censal no suele ir más allá del 1%, pero en los desfasados puede alcanzar veinte veces más, antecedentes que únicamente permiten disponer de aproximaciones mundiales, que parten de estimaciones. De ahí que al hablar de población mundial sólo pueda hacerse a partir de una cifra global, que buena parte de las instituciones fijan en unos 6.300 millones de personas, con nueve décimas partes emplazadas en el hemisferio Norte. Por regiones un 61% se concentra en Asia, menos del 14% en América y África respectivamente, un 11,5% en Europa, y un 0,5% en Oceanía. Con respecto al crecimiento la reducción relativa es un hecho: a comienzos de los años sesenta la población mundial crecía a un ritmo del 2,4% mientras que a finales del siglo había bajado al 1,2, aunque en valores absolutos represente un centenar de millones de personas al año. Pero ese auge esconde diferencias: –

En las regiones desfasadas crece a un ritmo medio del 1,5%, si bien en África y mundo árabe lo hace por encima del 2 e incluso del 2,5%.



En la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que incluye a los países más avanzados del mundo) es inferior al 0,1%.

En la secuencia temporal es el periodo comprendido entre 1930 y 1960 el que marca el retraimiento de las áreas avanzadas, y el despegue de Asia-África, el que señala el paso a la etapa actual. Pero resalta una inversión notable: mientras en las regiones desarrolladas el máximo crecimiento se dio en la fase de industrialización, en las desfasadas se da en sectores y hasta en periodos de bajo crecimiento económico, y la resultante del proceso también será doble: –

En las regiones dependientes el incremento de la natalidad retrae el desarrollo, pues las necesidades demográficas van por encima de la previsión.



En las avanzadas el envejecimiento introduce consecuencias económicas: *

La población ocupada debe de realizar más esfuerzos para atender a un mayor volumen de población dependiente. Así, el parecido es notable con las áreas

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

desfasadas, aunque allí la población inactiva en auge procede de las estructuras poblacionales más jóvenes. *

Se incrementa el gasto de requerimientos sociales a cubrir por los Estados del Bienestar, que repercute en mayores impuestos y gravámenes sobre los activos.

*

El desarrollo equilibra las tasas de mortalidad y natalidad, las contrae (a las primeras con los avances técnicos, y dilata la esperanza de vida, y a las segundas como derivación de la tendencia a mejores cotas de bienestar social). Se llega a estimar que la reducción de la natalidad es la respuesta a evaluaciones de costes y rendimientos (los costes son superiores porque los hijos no contribuyen al mantenimiento familiar como en las sociedades desfasadas, mientras los gastos educativos y de todo tipo son infinitamente superiores). Los hijos son considerados como bienes de consumo superior, pues aquí prima el rendimiento creciente del capital humano (en las regiones desfasadas los hijos son mano de obra necesaria o factor de seguridad en la vejez). La contraposición entre ambos modelos es simple: en el mundo desarrollado aparecen familias pequeñas (pero con gran capital humano), y grandes en el subdesarrollado (con escaso capital humano).

Respecto a las migraciones algunos datos son relevantes: –

Las del siglo XIX fueron económicas, internas, internacionales y transcontinentales, porque la población huía de la tierra para encontrar nuevas oportunidades en la industria o bien en los servicios.



En las áreas más desfasadas han sido, y son, una válvula de escape a la presión demográfica.



Los emigrantes han servido de fuente de reactivación económica en los puntos de destino, por su contribución directa al desarrollo, y de origen, por las divisas introducidas.



Las grandes migraciones se estancan en los tiempos recientes como derivación tanto de las crisis económicas como de las leyes restrictivas en los lugares de destino. El sistema funciona al contrario en el resto de regiones.

Los rasgos de la población activa también son diferentes por regiones y sistemas económicos:

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La involucrada en el proceso productivo es muy superior en las regiones desfasadas, con un 66% de media, mientras en las avanzadas está unos nueve puntos por debajo. Esa diferencia no puede ser extrapolada a rentabilidades, lo que explica las distancias económicas entre ambas.



En las regiones avanzadas se ha producido un proceso de feminización de las tasas de actividad como derivación del control voluntario de la natalidad y la incorporación de la mujer al mercado laboral. Y en las desfasadas una feminización del campo, que nada tiene que ver con las planificaciones familiares.



La estabilidad de las poblaciones (por descenso de la natalidad, mortalidad, y estancamiento del crecimiento natural) se traduce en un equilibrio entre las expectativas empresariales y el crecimiento de las poblaciones. La inestabilidad opera al contrario en las regiones desfasadas.

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Tema 6. La población mundial

2. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Y MODELOS DEMOGRÁFICOS: LA CONJUNCIÓN DE CICLOS EN EL DE BAJA FECUNDIDAD Los datos históricos no son precisamente exactos, y menos cuanto más se retrocede en el tiempo. Aun así se estima que al inicio de la era cristiana la población mundial contaba con unos 250 millones de habitantes, que lograría doblarse en 1650. A partir de finales del siglo XVIII ya se dispone de datos más fiables debido a la instauración de los censos nacionales, aunque todavía en la pasada década de los años setenta la ONU barajaba estimaciones (unos 4.300 millones), que en muchos casos prolonga hasta la actualidad, sobre todo para los países subdesarrollados. Lo cierto es que en la secuencia histórica aparecen fases bien definidas: 1. Estacionaria, de 1750 a 1810 (con alta mortalidad y natalidad, con un promedio de ocho hijos por familia). 2. Expansión temprana, de 1810 a 1870 (con alta natalidad mantenida y bajada drástica de la mortalidad, con un notable aumento del total de población, matrimonios tardíos, superpoblación de las áreas rurales y emigración a otros países), 3. Expansión tardía, de 1870 a 1930 (con caída vertiginosa de la natalidad, mantenimiento de la baja mortalidad, lento cambio en la estructura por edades, descenso del sector agrícola y auge urbanizador). 4. Estacionaria baja, de 1930 a 1975 (con fluctuación de las tasas de natalidad, mortalidad baja, dominio de las pequeñas familias, incremento de la vejez, continuidad del proceso urbanizador…). 5. Estacionaria baja agudizada por la baja fecundidad, de 1975 a la actualidad (acompañada de hiperurbanización y migraciones en los países menos desarrollados, y de mayor desurbanización y envejecimiento en los avanzados). Es en la fase de expansión temprana cuando se inicia el despegue de la población mundial, que sigue en la siguiente de expansión tardía, para volverse estacionaria en la última. En dicha transición demográfica los procesos concatenados de industrialización y urbanización han sido los factores decisivos, y ello ha permitido que en los dos últimos siglos la población haya crecido de forma sostenida, pero con aceleración en la segunda mitad de la última centuria, en esencia debido al empuje de los países menos avanzados. Sin embargo en la etapa más reciente el proceso ha venido seguido de una marcada desaceleración actual. Para un buen número de autores los modelos demográficos son más simples, ya que se definen por la presencia de determinadas etapas y la disfunción Norte-Sur: –

Regiones avanzadas, que han pasado por tres modelos: *

Régimen demográfico antiguo, con natalidad muy elevada (en torno al 40 por mil) y mortalidad igualmente alta (también en torno al 40 por mil, y con especial incidencia de la infantil). Se sustentaba en una estructura socioeconómica predominantemente agraria.

*

Régimen demográfico de transición. Con descenso de la natalidad (en torno al 20 por mil) y sobre todo de la mortalidad (situada ya alrededor del 15 por mil). Se realiza con el trasvase a la sociedad industrial, y se caracteriza por el

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notable control de la natalidad y la disminución progresiva de la mortalidad, especialmente de la infantil, debido a razones científicas y alimentarias. *



Régimen demográfico moderno. Con natalidad baja (por debajo del 15 por mil) y mortalidad muy reducida (menos del 10 por mil). Ahora la estructura socioeconómica es urbana e industrial, interviene la planificación familiar, y se reduce a mínimos la mortalidad, porque la alimentación, además de suficiente, es más equilibrada, y la contribución científica progresa aceleradamente.

Regiones desfasadas. Han pasado únicamente por dos modelos: *

Régimen demográfico antiguo. Con las mismas características y causas que en las regiones avanzadas.

*

Régimen de explosión demográfica. Se caracteriza por una elevada natalidad (mantenida en tasas similares a las del régimen demográfico antiguo) y un descenso notable de la mortalidad (incluso en ocasiones similar al de la fase del régimen demográfico moderno en regiones avanzadas). La gran afinidad con la etapa antigua es que no hay disimilitudes, porque se mantienen las estructuras socioeconómicas agrarias. La diferencia es que mejora la alimentación y la contribución científica para reducir la mortalidad. La resultante es un crecimiento desmedido de la población.

La evidencia indica que el crecimiento se ha disparado, pues del 0,3% a finales del siglo XVII se pasó al 1% a principios del XX, al 2% rebasado el ecuador de esta centuria, para decaer ligeramente a finales de los ochenta, cuando se cifraba en el 1,7%, y levemente desde entonces (al 1,6%). En efecto, si a finales de los años sesenta la velocidad de crecimiento se cifraba en el 2,06% en la actualidad ha caído a una tasa que puede ser calificada de controlada, aunque con ritmos regionales dispares, pues en los países avanzados está próxima o es de cero y en los atrasados alcanza desde el 1 al 2,3%. Pero en cifras reales se ha pasado de 50 millones de personas/año a los 90-100 actuales. Además, desde 1975 la población ha crecido un 60%, el mejor indicador para algunos autores de la explosión demográfica, si bien frente a esa eclosión una porción de la humanidad se estanca. La gran dificultad a escala mundial es pronosticar cuál va a ser la futura evolución de la fecundidad, pues los cálculos son más fáciles para la mortalidad, que en los países avanzados aumentará ligeramente como consecuencia del envejecimiento demográfico, mientras en los desfasados el proceso a la baja continuará con ritmos parecidos o bien algo más intensos a los producidos en los últimos años. Hoy las cifras calculadas no sólo sobrepasarán los 6.300 millones de personas, sino que van acompañadas de otro hecho significativo, la progresiva concentración de los habitantes del planeta en los países subdesarrollados (en 1980 el 75% y actualmente el 81%). Ello significa que la progresión y congestión de seres humanos en el mundo atrasado originará profundas modificaciones sociales, políticas y económicas, que cada vez serán más intensas. En contrapartida, las proyecciones consideran inapreciables, en cualquier área, los influjos ejercidos por la inmigración en el crecimiento demográfico. En el mundo avanzado el continente europeo tiende hacia el denominado invierno demográfico. Con más de 700 millones de habitantes el modelo se encuentra estancado, envejecido e instalado en la segunda transición demográfica, definida por una caída de la fecundidad, que no asegura el reemplazamiento generacional, y una prolongación de la esperanza de vida, que agudiza el envejecimiento. La citada implosión o entropía demográfica sólo la palia relativamente la inmigración. En Europa Occidental, los países mediterráneos, por su parte, muestran los índices de fecundidad más bajos del continente y el envejeci182

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 6. La población mundial

miento más rápido. Sin embargo en Europa Oriental, incluida Rusia, el modelo está definido por un retroceso de la esperanza de vida y por un incremento de las tasas de mortalidad infantil, debido al desmantelamiento del sistema sanitario comunista. Pero, en conjunto, el nuevo problema europeo es inmigratorio (heterogéneo, continental y extracontinental). En Norteamérica aparecen semejanzas notables con Europa Occidental, pero también diferencias en la mortalidad (debido a la presencia de un notable tercer mundo interior) y en la fecundidad, ligadas a la fuerte inmigración (generalmente ilegal). En Australia y Nueva Zelanda el parecido es mayor con Norteamérica. En Japón se ha culminado ya la transición demográfica, con un grado de envejecimiento alto y el problema de la superpoblación. Y en los dragones asiáticos (Hong Kong, Singapur, Taiwán, Corea…) el modelo se acerca al japonés, con una transición demográfica finalizada en los años noventa, y caracterizada por el control de la natalidad. En el mundo subdesarrollado Iberoamérica se convierte en el paradigma de los desequilibrios sociodemográficos, instalada en el tramo final de la segunda fase de la transición demográfica, como derivación de la caída de la fecundidad y de la fuerte emigración. La tasa de mortalidad infantil se encuentra controlada, y la de mortalidad ha caído desde los años ochenta (hechos que no se aprecian en la misma medida en Centroamérica y los Andes), con la resultante de un crecimiento notable. No obstante, el control no se da en el fuerte proceso urbanizador, con la consecuencia de la exclusión social al alza. Con todo, presenta un nivel específico, diferente, dentro del mundo desfasado, incluso próximo al avanzado. En China el índice de fecundidad se encuentra por debajo del nivel de reemplazamiento generacional debido a la política natalista, hecho que conduce al envejecimiento paulatino. Luego, la urbanización progresa a un ritmo del 4% anual, explicada por el fuerte éxodo rural, y caracterizada por un desorden que está propiciando fuertes desequilibrios territoriales. En Asia meridional la India dispone de un crecimiento exponencial, que dentro de medio siglo le hará alcanzar los 2.000 millones de habitantes, a pesar de haber experimentado una drástica transformación demográfica reciente que le ha permitido superar la primera etapa de transición. Pero el peso del mundo rural no favorece precisamente el cambio demográfico. La periferia de la India dispone de altas tasas de fecundidad y de mortalidad, que le sitúan en una fase del proceso de modernización demográfica. Y el sureste asiático ha acelerado su proceso de transición demográfica, con el descenso de las tasas de fecundidad y del crecimiento vegetativo, una modernización que no va bien acompasada con la económica. En los países islámicos aún despuntan unos altos índices de mortalidad materno-infantil, y las altas tasas de fecundidad y de crecimiento vegetativo (también explicado por el descenso de la mortalidad). Así la estructura demográfica es progresiva y rejuvenecida (incluso con el descenso reciente de la fecundidad). Otros rasgos definitorios son el proceso galopante de la urbanización y los elementos distintivos de la cultura islámica, con el reforzamiento de la familia sobre el individuo, la importancia de la familia numerosa (4 hijos por mujer), etc. Son los países del Asia Central los que presentan el mayor proceso de modernización demográfica. En África subsahariana se da el paroxismo demográfico. Con unos 700 millones de habitantes la hiperurbanización, el éxodo rural, las migraciones intra y extra continentales, la pobreza, los fuertes desequilibrios rurales y urbanos, etc., hunden las posibilidades de desarrollo y propician la espiral de explosión demográfica, cuando la agricultura no asegura las necesidades alimentarias y la subnutrición es generalizada. Sus elevadas y estables tasas de fecundidad y el lento descenso de las de mortalidad han generado un crecimiento GEOGRAFÍA E HISTORIA

183

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

natural que ronda el 2,5% y unas estructuras demográficas muy rejuvenecidas, unidas a una corta esperanza de vida (por debajo de los 50 años), altos valores de mortalidad infantil, etc. Y junto a ello el creciente grado de urbanización (ahora sobre el 40%). Es precisamente en los países subdesarrollados donde se experimenta la mayor reducción de las tasas de crecimiento, por las correspondientes de fecundidad y, en algunos casos (como en África subsahariana) por el incremento de las tasas de mortalidad epidémicas. Esta desaceleración se enmarca en la Teoría de la Transición Demográfica, dentro de la cual los países avanzados han llegado a la Postransición Demográfica, mientras los atrasados se encuentran en plena fase de transición. Así pues, no se está realmente en una fase de explosión demográfica sino de cambio demográfico, definido por la desaceleración demográfica en los más atrasados y la implosión demográfica, o envejecimiento, en los avanzados. Y a esta transición demográfica va ligada la transición epidemiológica, o sanitaria, que define a un proceso de cambio desde la mortalidad transmisible, típica de las sociedades desfasadas, a la crónica y degenerativa, ahora de las sociedades avanzadas. Pero la variedad de esos hechos es notable según las distintas áreas terrestres. Así, otras regiones (África, Sureste de Asia, Iberoamérica y China) se encuentran en la segunda fase de la transición epidemiológica; Europa Oriental y los países ex soviéticos en la tercera; y los más avanzados en la cuarta. Y ello permite comprobar la relación estrecha entre el desarrollo económico y la transición epidemiológica (así ocurre con la aparición de enfermedades erradicadas y de otras nuevas). Por tanto, en este principio de milenio se entra en la denominada segunda transición demográfica, en un nuevo orden demográfico marcado por las notables transformaciones poblacionales y territoriales. Arranca a mediados de los años setenta, coincidiendo con la crisis energética y económica, se refuerza en la década siguiente y se agudiza en la pasada con la aceleración de la globalización. Afecta básicamente al mundo avanzado, aunque se generaliza, con la desnatalidad y el envejecimiento como rasgos distintivos. Ello explica también el repunte de las migraciones internacionales y el mayor peso del sector terciario en la población activa. Además, se difunden las clases medias y las mujeres se incorporan masivamente al mercado laboral. En suma, que el nuevo proceso se define por: la caída de la fecundidad, el envejecimiento, los desequilibrios territoriales, un nuevo marco de la actividad económica, y la inmigración extranjera. Y todo ello traerá consigo cambios de calado, en las vidas social, económica y política (vivienda, cultura, ocio, pensiones, etc.). Pero también se agudizarán la urbanización galopante en los países subdesarrollados, las desigualdades, etc. Por tanto, si la demografía posterior a 1950 ha estado marcada por cuatro rupturas (baby boom de la postguerra, explosión demográfica del mundo subdesarrollado desde esa fecha, la desnatalidad de Occidente o baby bust, y la caída de la fecundidad general) hoy puede hablarse de un solo modelo universal, el de la baja fecundidad, acompañado de hiperurbanización y migraciones en los países menos desarrollados, y de desurbanización y envejecimiento en los avanzados. Incidimos en el hecho de que las consecuencias del nuevo orden demográfico serán variadas. En el mundo avanzado con el auge de lo informal y de la multiplicidad, las guerras generacionales en lo laboral, la escasa cohesión social, etc., y en el desfasado con las deficiencias sociales, demográficas, sanitarias, etc. Estas circunstancias implicarán una peligrosa relación entre la población y los recursos, y un fuerte desequilibrio entre el contingente humano y las disponibilidades. Se agudizarán y complicarán las desigualdades alimentarias, crecerán las corrientes migratorias desde el Sur hacia el Norte, será obligado el control del crecimiento demográfico, las explosiones demográficas incidirán más fuertemente sobre las crisis económicas, aumentarán las expectativas de crecimiento 184

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 6. La población mundial

demográfico por el rejuvenecimiento de las poblaciones, descenderán los niveles de vida, las afectaciones al medio serán más intensas, etc. Y tanto más cuando se calcula que en el año 2025 se alcanzarán los 8.000 millones de habitantes, y cuando a finales del siglo XXI la población podría alcanzar los 31.000 millones, ya con más del 90% viviendo en el mundo de los desfases.

2.1. El nuevo orden demográfico en los países desarrollados: la desnatalidad 2.1.1. La estructura por sexo y edad, fecundidad y natalidad La proporción por sexos en la población mundial se encuentra bastante igualada, si bien el dominio corresponde a las mujeres. La desigualdad, que se inicia en el mismo momento del nacimiento, es superior para los hombres (105 por cada 100 mujeres), para luego equipararse e invertirse conforme avanza la edad (la esperanza de vida para las mujeres es superior en unos tres años como media mundial, que se incrementa en el ámbito desarrollado). De modo que la diferencia de mortalidad es favorable para las mujeres, aunque también es alta la general debido a que las poblaciones están envejecidas. Y la composición por sexos de los movimientos migratorios indica que afectan más a los varones, más móviles (si bien en los de corta distancia dominan las corrientes migratorias femeninas). Sin embargo, esa generalidad ha de ser matizada, porque las oportunidades laborales proporcionadas por la industria, y sobre todo por el sector terciario, han favorecido la emigración de las mujeres (se habla incluso del terciario feminizado). En los países avanzados dominan las poblaciones maduras y escasamente dinámicas, con lo cual la tendencia a la dificultad del reemplazamiento generacional y al envejecimiento es la norma, de lo que derivan incrementos notables de las tasas de dependencia. Se enmarcan en los regímenes demográficos modernos, con cinco veces más población anciana (14% en Europa Occidental) que en las poblaciones jóvenes (3%), mientras los jóvenes representan menos de la tercera parte de la estructura social. Sin embargo, aquí sí aparecen fuertes contrastes derivados de los propios niveles de desarrollo: –

A niveles económicos bajos corresponden crecimientos de población más altos y menor envejecimiento.



A niveles altos toca un descenso de las tasas de la fecundidad y un incremento de la esperanza de vida, con el consecuente envejecimiento.



En las áreas urbanas se acumulan los contingentes de activos procedentes del campo, que mantienen unas dinámicas de crecimiento superiores y reducen el envejecimiento urbano. Al contrario, la salida de jóvenes del campo aminora la fecundidad y agudiza el envejecimiento.



En el interior de las urbes se dan también dos fuertes contrastes: *

Centros históricos (con escaso suelo urbanizable y caro) envejecidos.

*

Extrarradios industriales (con suelo más barato y vivienda más asequible), ocupados por inmigrantes o jóvenes urbanos, más dinámicos demográficamente y, por tanto, más rejuvenecidos.

GEOGRAFÍA E HISTORIA

185

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

El índice sintético de las diferencias en la fecundidad entre los países desfasados y avanzados se explica por sí solo, porque los primeros triplican los valores de los segundos. Se aprecia, pues, que el descenso general desde mediados del siglo pasado es de un tercio, bajo y casi mantenido desde 1980 en los países desarrollados, y casi el doble en los desfasados, aunque con notable caída desde hace un cuarto de siglo. ÍNDICE SINTÉTICO DE FECUNDIDADa Años

Países desfasados

Países avanzados

Diferencia

1950-55

6,1

2,8

3,3

1960-65

6,0

2,7

3,3

1970-75

5,4

2,1

3,3

1980-85

4,2

1,8

2,4

1990-95

3,5

1,7

1,8

1990-95

3,4

1,7

1,7

1995-00

3,1

1,6

1,5

2000-05

2,9

1,6

1,3

2005-10

2,8

1,6

1,2

b

a:

número de niños que una mujer trae al mundo, como media, a lo largo de su vida, suponiendo que durante la misma se mantengan constantes los índices de fecundidad por grupo de edad observados en el periodo estudiado.

b:

proyección.

La tasa bruta de natalidad general oscila en torno al 21 por mil, pero con disparidades muy acusadas entre países. Las tasas brutas de natalidad y fecundidad en los países desarrollados se caracterizan por ser reducidas y relativamente uniformes. Los índices más bajos corresponden a Europa central y Japón, son algo mayores en EE UU, Canadá y Australia, y claramente más altos en países como Argentina o Irlanda. Por lo que afecta a los factores de la fecundidad son biológicos y sociales:

186



Los biológicos (que ejercen un influjo poco relevante sobre la distribución planetaria de la fecundidad) disponen de una ley válida para los países avanzados, que permite comprobar cómo las sociedades, a medida que evolucionan económicamente, van experimentando una reducción progresiva (y hasta peligrosa actualmente) de sus tasas de fecundidad y de natalidad. La reducción de la mortalidad infantil ha influido en el descenso de la natalidad en las sociedades avanzadas, y hasta la posibilidad familiar de conservar a los hijos concebidos ha actuado como causa reductora de la fecundidad; y más a medida que los gastos originados por el mantenimiento y la educación se han ido incrementando (la ya aludida diferencia entre costes y beneficios).



Los sociales (que incluyen los sociológicos, culturales...). Hay que tener en cuenta los progresos que coadyuvan a explicar el descenso de la fecundidad: la emancipación de la mujer, la edad más tardía al contraer matrimonio, o la mayor frecuencia de solteros en ambos sexos. Con respecto a la edad, la media de acceso al matrimonio suele ser mucho más elevada que en las regiones desfasadas. Factor de dePROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 6. La población mundial

cisiva influencia es el nivel de instrucción, porque existe una relación evidente entre la importancia y la duración de los estudios (sobre todo los de la mujer) y el nivel de fecundidad, en el sentido de que cuanto más elevados son aquéllos menor es esta última. El desarrollo de la educación actúa de diferentes maneras, y especialmente al favorecer la reducción de la mortalidad infantil, debilitar la costumbre de casar tan jóvenes a las mujeres, e incorporar el uso de métodos de regulación de la natalidad. Pero el grado de religiosidad también incide, ya que todas las grandes creencias monoteístas mantienen una actitud favorable a la natalidad. Atendiendo a este criterio puede establecerse una diferencia entre los países con mayoría católica o protestante: *

En los primeros la natalidad es más alta debido a la actitud de la Iglesia, contraria al uso de cualquier procedimiento artificial de control.

*

En los segundos es claramente inferior, como consecuencia de la posición más tolerante de las otras iglesias cristianas.

En lo que corresponde a la evolución reciente de la natalidad se mantuvo elevada en todas partes hasta entrado el siglo XIX (si bien los excedentes demográficos eran reducidos periódicamente, debido a las crisis de supermortalidad accidental). El descenso de la fecundidad y, consiguientemente, de la natalidad se produjo en momentos diferentes según los países. El declive se inició en Francia durante el primer tercio del siglo pasado, y en el transcurso de dicha centuria fue ganando a los países de Europa Occidental y Central, a los norteamericanos, y al continente australiano. Esta tendencia a la baja se interrumpió para muchas áreas en la década de los treinta; es el proceso conocido como baby boom, cuya tendencia a la disminución se intensificó a partir de los años sesenta. En la actualidad el índice bruto de natalidad está cercano a 10. ÍNDICE BRUTO DE NATALIDADa

a:

Años

Países desfasados

Países avanzados

Diferencia

1970-80

34,4

15,6

18,8

1981-90

31,0

14,2

16,8

1991-95

27,8

12,4

15,4

1996-00

25,5

11,3

14,2

2001-05

23,8

10,9

12,9

2006-10

22,5

10,7

11,8

por mil habitantes. División de la Población de la Secretaría de la ONU. World Population Prospective: the 2000 Revision.

2.1.2. Evolución y variaciones de la mortalidad y la esperanza de vida Desde el siglo XVIII se arrastra la disminución de las tasas de mortalidad, que afecta en primer lugar a las clases más pudientes en los países más avanzados, del norte de Europa. En la centuria siguiente el retroceso va extendiéndose por el resto de Europa y América del Norte, y desde comienzos del XX ya afecta a Japón, Rusia europea y la Sudamérica blanca, GEOGRAFÍA E HISTORIA

187

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

hasta llegar incluso a otras áreas del subdesarrollo. Lo curioso es que en el siglo XX la mayoría de los progresos, y en casi todos los lugares, se dan después de la Segunda Guerra Mundial, con un retroceso de la mortalidad que continúa produciéndose, aunque la esperanza de vida aumenta en las naciones desarrolladas y la tasa de mortalidad ha empezado a crecer debido al envejecimiento de la población. En el mundo avanzado son bajas, con variaciones muy reducidas, y descensos poco apreciables por las razones aludidas, mientras la distancia desfavorable, ahora, se incrementa con el mundo desfasado. Entre las causas dominan las endógenas (afecciones cardíacas o cancerígenas), a las que se añaden las exógenas (con incidencia de los accidentes de circulación). Son las famosas tres CES mortíferas: cáncer, corazón y carretera. ÍNDICE BRUTO DE MORTALIDADa

a:

Años

Países desfasados

Países avanzados

Diferencia

1970-80

11,9

9,5

2,4

1981-90

10,1

9,7

0,4

1991-95

9,3

10,2

-0,9

1996-00

8,9

10,1

-1,2

2001-05

8,8

10,2

-1,4

2006-10

8,7

10,4

-1,7

por mil habitantes.

Otro indicador muy válido es la mortalidad infantil, que ya presenta notables diferencias entre el mundo avanzado y el desfasado. En el primero se ha reducido en un tercio desde los años setenta, y con el rasgo distintivo de unas diferencias casi nueve veces inferiores con respecto al mundo desfasado. MORTALIDAD INFANTIL a

a:

Años

Países desfasados

Países avanzados

Diferencia

1970-80

105,5

19,9

85,6

1981-90

82,3

13,8

68,5

1991-95

70,8

10,1

60,7

1996-00

66,8

8,2

58,6

2001-05

60,9

7,5

53,4

2006-10

55,4

7,1

48,3

número de fallecimientos de niños menores de un año por cada mil niños que nacieron vivos.

Con referencia a la esperanza de vida ha subido en un quinquenio en las últimas tres décadas, y parece haberse llegado a un cierto estancamiento al alcanzar límites altos. Primero progresó por los avances materiales derivados de la organización social, sobre los que incidieron los progresos científicos. En los años treinta era de 60 años, hacia los setenta se alcanzaban los 72, mientras se agudizaban las diferencias entre sexos (siempre favorablemente para el femenino), y desde entonces progresa el envejecimiento hasta incidir 188

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 6. La población mundial

sobre las tasas de mortalidad. Se trata de un hecho que, unido al descenso de la natalidad, explica la tendencia o consecución del crecimiento cero o negativo. En las regiones ex socialistas es comparable, aunque menor en promedio, en la prolongación europea hasta los Urales. En Europa Oriental dicha esperanza disminuye ligeramente de norte a sur, pero en Asia los valores son algo superiores. Puede decirse, incluso, que la adscripción a los sistemas socioeconómicos capitalista y socialista no ha influido excesivamente en la evolución de la esperanza de vida y de la mortalidad. ESPERANZA DE VIDA a

a:

Años

Países desfasados

Países avanzados

Diferencia

1970-80

55,8

71,9

-16,1

1981-90

58,4

73,4

-15,0

1991-95

61,5

74,0

-12,5

1996-00

62,5

74,8

-12,3

2001-05

63,4

75,8

-12,4

2006-10

64,3

76,6

-12,3

número de años que vivirá de media un niño nacido durante el periodo indicado, suponiendo que los índices de mortalidad permanezcan invariables durante toda su vida con relación al periodo de nacimiento.

2.1.3. El crecimiento natural De forma sucinta las regiones avanzadas se han ajustado a la secuencia de las tres etapas en el desarrollo del crecimiento demográfico: modelo antiguo, de transición (con reducción previa de la mortalidad, antes que la correspondiente a fecundidad) y evolucionado o moderno. Y sólo con diferencias de tiempo entre un modelo y otro. Primero eliminaron las mortandades epidémicas, luego las ordinarias e infantiles, para reducir la fecundidad y llegar al envejecimiento. Es el resultado directo de la existencia de un modelo de transición demográfica larga (75 a 150 años) que caracteriza a los países europeos, que la han desarrollado desde 1815 hasta el ajuste final hacia 1970, con las modificaciones posteriores introducidas por la desnatalidad. ÍNDICE DE CRECIMIENTO NATURAL a

a:

Años

Países desfasados

Países avanzados

Diferencia

1970-80

2,25

0,61

1,64

1981-90

2,09

0,46

1,63

1991-95

1,85

0,22

1,63

1996-00

1,66

0,12

1,54

2001-05

1,50

0,07

1,43

2006-10

1,38

0,03

1,35

por cien habitantes

GEOGRAFÍA E HISTORIA

189

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

El índice de crecimiento natural se ha reducido drásticamente, partiendo de índices muy bajos, cuatro veces inferiores a los del mundo desfasado. Ello ha implicado la tendencia al temido crecimiento cero, que podría alcanzarse de forma generalizada a partir de 2010, y explicada por la caída de unos niveles de fecundidad que plantean la ya existente dificultad de renovación generacional. Los crecimientos no rebasan el 0,07% anual, con el valor más alto en Norteamérica (0,59) y los más bajos, negativos, en el continente europeo (-0,18). Dichos valores se adscriben al sistema demográfico neocapitalista, integrado por EEUU y Canadá, Europa Occidental, y Japón, más Australia y Nueva Zelanda, donde se encuentran las poblaciones mejor organizadas y de más alto nivel general. En la evolución de los regímenes demográficos en las regiones capitalistas despunta el ejemplo de Europa, que se caracterizó por un lento crecimiento derivado de las altas mortalidades generales, otras concentradas en la infancia, etc. Será con la revolución industrial cuando se incorporen las mejoras sociales, alimentarias, higiénicas... y como consecuencia descienda la mortalidad y comience el incremento de la población; además, se impone el modelo urbano que, a su vez, moderniza a las sociedades. En adelante, disminuye la natalidad y se controla la mortalidad, convergiendo ambas tasas; sin embargo, la crisis de los años treinta comprime la de natalidad y reduce el número de hijos por familia, que alcanza un mínimo histórico. La resultante será de crecimientos pequeños e incluso de estancamientos demográficos. Después de la Segunda Guerra Mundial aumenta la natalidad, como derivación de una eclosión económica generalizada y, entre tanto, la mortalidad sigue descendiendo, especialmente la infantil. Como resultado, el tiempo incorpora el proceso de envejecimiento de las poblaciones, un fuerte estancamiento demográfico, y hasta recesiones en algunos países.

2.1.4. Las migraciones Las migraciones libres transoceánicas tuvieron su etapa de apogeo entre mediados del siglo XIX y el primer tercio del XX, con la salida de Europa hacia ultramar de unos cincuenta millones de personas, que se dirigieron fundamentalmente hacia EE UU y Canadá, Iberoamérica y Oceanía. En origen la causa se encontraba en la ruina del artesanado, el excedente de mano de obra en la agricultura, y la reducción en el precio de los transportes. La emigración fue así un fenómeno de masas que se desarrolló libremente, sin trabas ni disposiciones que limitasen la corriente entre los países de origen y de destino. La etapa de decadencia, entre las dos guerras mundiales, fue debida a tres factores: las dificultades derivadas de ambos conflictos, la crisis económica intensa que acontece en torno a los años treinta, y la política restrictiva y selectiva de emigrantes que impusieron muchos de los países receptores, con la más clara en EE UU (con sus famosas leyes de cuotas), y otras restrictivas también emprendidas por antiguos dominios británicos, como Australia (que hasta se irradió a los países de Iberoamérica). En efecto, las naciones nuevas y ocupadas no necesitaban ya de aquella inmigración masiva y sin cualificar que caracterizó a la corriente en el siglo XIX y comienzos del XX; y menos en un momento de crisis económica que estaba afectando a todos sus sectores de actividad. La Segunda Guerra Mundial no hizo más que agravar esta situación. Son sustituidas por las de trabajadores poco o nada cualificados, que se desarrollan a media distancia, y que adquieren un notable incremento desde mediados de la pasada centuria, con un desarrollo fundamental en Europa. Sin embargo, aún suelen afectar a trabajadores de grado medio o bien a los cualificados, que desde algunos países avanzados se desplazan a las naciones en proceso de desarrollo. Las realizadas entre países o regiones relativamente próximas tienen origen y destino casi siempre dentro de un continente. 190

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 6. La población mundial

Precisamente la vecindad o proximidad hacen que esté presente el espíritu de retorno. En todos los continentes hay movimientos de este tipo, aunque el escenario más importante ha sido Europa, donde se han desarrollado con gran intensidad entre mediados del siglo y la primera gran crisis económica de 1973, que ya los redujo considerablemente. Incluso otras corrientes se pueden efectuar entre países de parecido nivel económico, y hasta desde los desarrollados a otros de menos nivel (como ocurre con los obreros o técnicos europeos instalados en el Golfo Pérsico, Argelia...), y que beneficiaron a: –

Los focos de origen, porque la salida de trabajadores alivió el paro y además se recogieron las remesas de dinero que enviaron los emigrantes.



Los focos de destino, que dispusieron de una mano de obra abundante y barata sin haber tenido que soportar gastos de educación.

La emigración de los trabajadores de media o de alta cualificación que se dirige desde los países industrializados a los desfasados se inicia en los años sesenta, en el marco de las cooperaciones técnicas y culturales. Las áreas expulsoras son variadas, pero entre las receptoras África se convirtió durante mucho tiempo en el principal foco, seguida de Iberoamérica. Las migraciones interiores, estacionales y temporales, son de carácter laboral y están integradas por agricultores, con destino principal en las ciudades, en la actualidad extendidas, aunque tuvieron su detonante en el mundo avanzado. Las definitivas o de larga duración están igualmente difundidas: del campo a la ciudad (que han definido dos procesos paralelos fundamentales del mundo contemporáneo, el éxodo rural y la urbanización), entre áreas urbanas (entre las pequeñas ciudades y las grandes, o entre las de servicios e industriales) y desde las ciudades a las áreas rurales intermedias (se trata de un proceso de descentralización urbana que caracteriza al no menos decisivo de la suburbanización). Pero son los otros tipos de movimientos internos (la suburbanización y las migraciones interurbanas) quienes adquieren una notable intensidad en casi todos los países, especialmente en los más avanzados, donde las tasas de movilidad interna llegan a alcanzar o superar a las de muchas naciones desfasadas. El caso más significativo tal vez sea EE UU, donde el índice de movilidad interior se establece en torno al 70 por mil. Un tipo especial de migración interna es la que se produce como consecuencia de la jubilación, que concentra a un número creciente de retirados en determinadas áreas especialmente privilegiadas por sus condiciones climáticas o paisajísticas. Pero la movilidad interurbana es hoy más importante que la generada entre el campo y la ciudad, pues dispone de unos rasgos que implican notables consecuencias generales: edad, con predominio de adultos jóvenes; sexo, con bastante equilibrio; estado civil, con un ligero predominio de los casados; y actividad, con dominio de los trabajadores de los sectores secundario y terciario. En lo que afecta a los movimientos habituales de población es preciso diferenciar dos tipos: –

Los relacionados con el trabajo, vinculados a todos los sectores económicos, y especialmente relevantes en las áreas avanzadas. Son conocidas con nombres diversos, entre los que resaltan los de movimientos pendulares u oscilaciones demográficas. En cualquier caso son: centrípetos (desde la periferia de las ciudades a las áreas centrales) y centrífugos (en sentido contrario, y menos frecuentes). Esta movilidad ha ido creciendo en los países desarrollados a partir de la Segunda Guerra Mundial, y las causas que la originan son variadas: de carácter laboral, debido a las mayores facilidades para encontrar vivienda; ecológicas (vinculadas al deseo de vivir en áreas no afectadas por los inconvenientes de los sectores cen-

GEOGRAFÍA E HISTORIA

191

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

trales de la ciudad); etc. Lo cierto es que el creciente proceso de suburbanización hace irreversible a estas migraciones, con áreas interiores de los núcleos urbanos (especialmente las centrales) que se vacían porque la población va a vivir a la periferia, cercana o lejana, aunque siga trabajando en la ciudad. –

Los ligados al ocio, que incluyen a los desplazamientos de fin de semana y a los de períodos vacacionales, también ligados a las regiones desarrolladas. Se dan masivamente en los países avanzados, donde el turismo de vacaciones se ha convertido en un fenómeno habitual, e incluyen: la doble residencia, aunque afecte sólo a las clases más acomodadas de la población; y el turismo de masas, preferentemente estival, con descenso del influjo de las distancias a medida que se internacionaliza el turismo.

Puede decirse que estos movimientos habituales constituyen fenómenos no sólo consolidados sino que afectan a un importante sector de población. Y la razón es simple: el grado de urbanización es elevado, y a medida que aumentan los porcentajes de población urbana y el tamaño de las ciudades crece lo hacen también las personas que realizan movimientos diarios entre su lugar de residencia y de trabajo. Luego se encuentra la generalización de las migraciones ligadas al ocio, que se realizan a una distancia cada vez mayor. Por tanto, dentro de las regiones avanzadas la movilidad europea se ha reducido, con especial grado la de medias y largas distancias, una circunstancia que acontece porque el mercado es cada vez más abierto y flexible. Se dan, pues, dos fenómenos: las poblaciones son más estables geográficamente, y la volatilidad de las actividades laborales es más inestable. Sin embargo, incide muy poco este hecho puesto que la búsqueda de trabajo se realiza en el mismo lugar, debido a que la oferta tampoco es amplia y a que, en ocasiones, las coberturas de desempleo se acaban y es preciso recurrir a los familiares. Por ello, la opción elegida ha sido mayoritariamente el inmovilismo. Además, el acceso a una propiedad cara también limita las salidas a media y larga distancia, pero multiplica a las cortas, que compensan las migraciones propiamente dichas, y amplía el proceso de periurbanización. Así pues: –

La movilidad intrarregional aumenta, de tipo laboral y mayoritariamente diaria.



La interregional disminuye.



La intracomunitaria es débil, a pesar de las facilidades de movimiento (aunque notablemente incrementada con la ampliación de la UE).

En Norteamérica la situación es diferente porque, de entrada, es el primer foco de inmigración del mundo, y porque los contingentes recibidos representan anualmente la mitad del crecimiento natural. Tradicionalmente la inmigración se repartía por igual entre los iberoamericanos y los asiáticos, pero en la actualidad dominan claramente los primeros (los europeos se han reducido a valores que algunos años son hasta testimoniales). El gran foco de atracción es doble, California y el Sur. Pero el gran movimiento es interno, con las redistribuciones geográficas de la población. De las migraciones Sur-Norte internas y de las recepciones externas europeas se ha pasado a los flujos internos Noreste-Oeste, unidos a la recepción de otros externos (básicamente iberoamericanos) en el Oeste. Actualmente se producen incluso modificaciones, puesto que el encarecimiento de los costes en California desplaza contingentes hacia Arizona y Nevada, mientras en el Este se confirman los de Nueva York a Nueva Jersey, por las mismas razones. Y aún más, pierde población la megalópolis del Noroeste y se beneficia Florida (si bien se trata de personas jubiladas, lo que convierte al Estado en uno de los más envejecidos de la Unión). Con todo, el fenómeno migratorio interno no acaba ahí, porque cada año se mueve la cuarta parte de la población dentro del mismo condado, lo que implica una altísima movilidad a corta distancia. 192

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Tema 6. La población mundial

2.2. El nuevo orden demográfico en los países atrasados: la baja fecundidad 2.2.1. La estructura por sexo y edad, fecundidad y natalidad En las regiones desfasadas el dominio en la proporción de sexos corresponde a los hombres por dos razones básicas: –

Al tratarse de poblaciones jóvenes se da una mayor cantidad de nacimientos, controlados por la ratio favorables a los varones.



Las madres tienen una cantidad notable de hijos, lo que conlleva un desgaste biológico, con dos derivaciones: el descenso de su esperanza de vida, y una sobremortalidad en el parto y el puerperio, debido a las condiciones sanitarias precarias.

Se parte de poblaciones jóvenes y muy dinámicas, con lo que el rejuvenecimiento es continuo. Los flujos migratorios campo-ciudad incrementan la juventud de las áreas urbanas, pero no la reducen notablemente en el campo porque son muchos los jóvenes que quedan en él. Así, la fecundidad elevada se extiende en las áreas rurales y urbanas. Tampoco existen agudos contrastes entre las regiones (e incluso no se detectan en exceso los intraurbanos), porque las poblaciones jóvenes se emplazan en la periferia del desarrollo, y en los dos regímenes capitalista y ex socialista, donde hace un cuarto de siglo la población joven alcanzaba a la tercera parte, para luego subir. La excepción es China (por la imposición de la política del hijo único) y parte del Asia Septentrional (Corea del Sur y Taiwán, por la relación con el mundo capitalista avanzado, que les ha permitido disponer de sociedades con tasas de envejecimiento que doblan a las plenamente subdesarrolladas). Esta situación general representa un freno al desarrollo, ante la cantidad de consumidores en las sociedades y ante la incapacidad económica de los Estados para realizar las inversiones necesarias para atender a las denominadas necesidades de las nuevas bocas. Y la situación se complica más cuando las poblaciones activas son no sólo inferiores a las correspondientes a los países desarrollados, sino menos rentables por su inferior cualificación. Las tasas brutas de natalidad y fecundidad en los países desfasados se caracterizan por unos índices que van de elevados a muy elevados (las cifras más altas son las del continente africano): –

Los de fecundidad muy alta están integrados en África Occidental, Oriental y Septentrional.



Los de fecundidad un poco menos fuerte se localizan preferentemente en África del Sur y Central.



El continente asiático se define también por una elevada fecundidad, aunque los valores no son tan espectaculares como los africanos. Los mayores índices corresponden a los países de Oriente Medio.



Por último, los iberoamericanos presentan situaciones dispares: *

Los índices más altos corresponden a la América Central continental.

*

Las cifras bajan en los países andinos.

*

Y todavía descienden más en los países de la fachada oriental de la zona tropical.

Los intermedios, entre los del grupo precedente y los plenamente desarrollados, incluyen a China, y algunos países del Caribe y de Asia Oriental. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Por lo que afecta a los factores de la fecundidad la reducción se realiza sin un progreso económico paralelo y significativo. Las tasas de mortalidad infantil siguen siendo altas, los niveles de educación bajos, y las aspiraciones materiales menores, hechos que favorecen el mantenimiento de un grado de fecundidad mayor. De manera que los factores de fecundidad en los países desfasados presentan una situación bien diferente a los del mundo desarrollado, sobre todo los sociales. Con respecto a la edad de acceso al matrimonio hay casos de una gran precocidad, como ocurre en los países musulmanes, donde la mayoría de las mujeres entre quince y diecinueve años ya se han casado. En otras situaciones este retraso se llega a imponer de manera más o menos forzada, como ha ocurrido y ocurre en China. Con referencia al celibato es rara la presencia de muchos solteros (con la excepción de China, también debido a connotaciones sociales). Y en las acusadas diferencias del nivel educativo entre el mundo desarrollado y subdesarrollado reside uno de los factores más influyentes para explicar sus distintas tasas de fecundidad. La evolución reciente de la natalidad indica que se mantiene todavía muy alta, en la fase de explosión de los nacimientos, con reducción de un tercio desde la década de los setenta, especialmente en los países asiáticos e iberoamericanos. La tendencia a la disminución se intensifica a partir de los años noventa, con un índice por debajo de 30, y especialmente la proyección futura señala que ya bajará de 20. Con todo, actualmente, como mínimo los indicadores doblan a los correspondientes al mundo avanzado.

2.2.2. Evolución y variaciones de la mortalidad y de la esperanza de vida A escala planetaria la disminución es mayor en los países desfasados, porque en los avanzados lleva controlada más tiempo. Las causas de esta recesión han sido fundamentalmente tres: –

Los progresos médicos, que han desempeñado siempre un papel relevante (vacunaciones, desarrollo de la cirugía, antibióticos, éxitos de la medicina preventiva, etc.).



La mejora de la alimentación (si bien aún se padece subalimentación).



La elevación del nivel cultural, plasmado en la posibilidad de la difusión de medidas de higiene pública, que también han contribuido muy decisivamente.

La tasa media está en cifras aún elevadas (el doble que las del mundo avanzado), con índices más fuertes y contrastados y notables disparidades (en China se dispone de la mayor ratio del mundo de médicos por habitante, lo que ha repercutido en un efectivo control de la mortalidad, mientras en los países más pobres dicho control queda muy lejano). Entre las causas dominan todavía las exógenas (infecciones, problemas alimentarios...) y las enfermedades digestivas y respiratorias, explicativas de la sobremortalidad infantil. Los índices de mortalidad infantil correspondientes a los años setenta eran cuatro veces superiores a la media del mundo avanzado, y desde entonces continúan siendo ocho veces superiores (aún habiéndose reducido internamente a la mitad). Con referencia a la esperanza de vida, en los años setenta era dieciséis años menor a la correspondiente al mundo avanzado, y aunque desde entonces dicha esperanza se incrementará hasta una década las diferencias son muy notorias todavía, pues se mantienen sobre la docena de años. Puede decirse que desde mediados del siglo pasado la mortalidad desciende a un ritmo rápido, pero que la esperanza de vida aún se mantiene 194

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Tema 6. La población mundial

bastante baja. África (concretamente la subsahariana) es la región peor colocada con unos 48 años, seguida de Asia Meridional, Próximo Oriente y el resto asiático con unos 67. En contrapartida los datos correspondientes a Iberoamérica son cada vez más parecidos a los de las regiones avanzadas, debido a la estructura de edades de las poblaciones (mucho más explicativas que el control mismo de la mortalidad, no suficientemente efectivo). El descenso de la mortalidad infantil en todas estas regiones ha sido muy inferior a las avanzadas, lo que permite adscribirlas a los regímenes demográficos antiguos.

2.2.3. El crecimiento natural Las regiones desfasadas se encuentran todavía en el estadio intermedio, en el modelo de transición propiamente dicho, porque la reducción de las mortandades es más reciente, y porque los niveles de fecundidad se mantienen muy elevados. Las razones son: –

Estos factores funcionan de manera bastante independiente respecto al desarrollo económico.



Es mayor el retraso en la contención de los índices de natalidad.



Como derivación de los dos rasgos anteriores, el crecimiento demográfico es, cuando menos, cuatro veces superior al correspondiente a las regiones avanzadas. Se está, por tanto, lejos de conseguir el modelo demográfico evolucionado o moderno.

Es el resultado de un modelo de transición demográfica corta (40 a 80 años), con arranques lentos, pero precoces (hacia 1920), e incapacidad para terminar la fase hasta hoy. De ahí se deduce una inestabilidad de los problemas de la población por áreas, regiones o países: –

Países con problemática intermedia, que casi duplicarán su población en los próximos 30 (la media mundial) y 45 años (México, Indonesia, India, Brasil...).



Los que lo harán en las dos décadas venideras (Iraq, Irán, Siria, Níger...).



Quiénes lo conseguirán a más largo plazo, entre 40 y 65 años (China, Tailandia, Sri Lanka...).

Se parte de un valor de 2,25% en los años setenta, y desde entonces no ha parado de descender, con un hito clave en el primer quinquenio de los noventa. Pero esos logros hay que contrastarlos con las diferencias mantenidas respecto al mundo desarrollado, pues en la actualidad los índices son una vez y media superiores, cuando las condiciones económicas son muy inferiores. Ahora el mantenimiento y heterogeneidad de la tasa de fecundidad caracteriza a estas regiones (en muchos países africanos y otros del Asia Anterior se llegan a rebasar los seis hijos por mujer). Como resultado, para una parte de estas regiones el crecimiento natural se sitúa entre el 1,5 y 2,2%. Y aún más, los países que disponen de una demografía explosiva (más del 2%) son la tercera parte de los existentes en el mundo. En algunas regiones a mitad de camino entre desarrollo y subdesarrollo (las menos) los auges están entre el 0,5 y 1,5%. Se adscriben mayoritariamente al sistema demográfico que fue socialista, emplazado en la actual Rusia y su órbita, Europa Oriental, China (en transición), Asia Oriental, y sectores desgajados repartidos por otros continentes. Aquí se encuentran las sociedades sujetas a un modelo de transición, con el ejemplo más representativo en la antigua URSS. Desde principios de siglo la evolución demográfica se distancia de la correspondiente al mundo capitalista, y rebasado el ecuador de la centuria ya registran tasas de crecimiento del 1%, típicas de las regiones capitalistas. Las causas son GEOGRAFÍA E HISTORIA

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las mismas, los niveles modernos en las tasas de mortalidad y natalidad. Desde entonces siguen a la baja las de natalidad, como derivación del incremento de la edad al matrimonio (aunque menor que en las regiones capitalistas). Más recientemente la fecundidad y la natalidad se han mantenido estables, ligeramente superiores a las regiones neocapitalistas. En la Europa Oriental, en el último cuarto de siglo, las similitudes generales respecto a Europa Occidental son bastantes palpables, es decir típicas de las poblaciones modernas. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, su dinámica fue diferente; así, no experimentaron la explosión demográfica de los años sesenta sino que, incluso, redujeron su fecundidad y natalidad. Luego se iniciaría un proceso de recuperación que, desde entonces, ha ido por delante de la dinámica de los países occidentales. Las propiamente subdesarrolladas, con el 1,5% o más, quedan supeditadas al sistema demográfico desfasado, en el que se incluyen Iberoamérica, África, y porciones de Asia, áreas donde se enmarcan las sociedades adscritas al modelo demográfico más antiguo. El crecimiento más alto del mundo se padece en el África subsahariana, dentro de la décima parte de la población mundial; y es muy alto el centroamericano y caribeño, si bien aquí el problema no es la cantidad de población, sino el reducido espacio útil disponible; y en Asia Meridional, donde la situación es compleja, porque alberga a una cuarta parte de la población mundial.

2.2.4. Las migraciones Resaltan las forzadas, generalmente ligadas a hechos anormales (guerras, revoluciones, persecuciones...), que originan dos categorías de movimientos migratorios y de emigrantes: –

Los desplazados, que son expulsados de su lugar de origen o residencia como consecuencia de acontecimientos de carácter político (resaltan las transferencias de población que se realizan mediante acuerdos entre países, y que pueden consistir en intercambios de población y repatriación de minorías –regresos forzados al país de origen de personas que, por diferentes causas, residen fuera de él–).



Los refugiados (que abandonan voluntariamente su país cuando su libertad personal o sus condiciones genéricas de existencia no están garantizadas –se prolongan hasta hoy, aunque han tenido el escenario principal en Asia–).

Las migraciones libres suelen tener detrás unas motivaciones económicas. Las transoceánicas se han revitalizado extraordinariamente (especialmente hacia Europa y EE UU), y suelen afectar a trabajadores no cualificados o altamente cualificados, con su mejor exponente en la fuga de cerebros, identificada con la emigración de científicos, técnicos, médicos, ingenieros, profesionales de las artes y las letras, o personas de un elevado nivel de cualificación que emigran hacia las naciones más industrializadas al no encontrar en los países de origen los empleos o la remuneración adecuada a su capacitación. Desde mediados del siglo pasado parten desde los países africanos, asiáticos o iberoamericanos, donde dejan un hueco social y económico muy considerable. En la actualidad se habla de una etapa de reanudación migratoria, aunque ya no se trata de migraciones masivas ni de carácter espontáneo, sino rígidamente controladas por los países de acogida y sometidas a una gran selectividad. Por ello, predominan los obreros y profesionales con un nivel de cualificación elevado. EE UU, la UE, Canadá, Australia... continúan siendo los focos de atracción, aunque los países europeos, los antiguos suministradores de emigrantes, participan cada vez menos al ser sustituidos por los asiáticos, africanos e iberoamericanos. El gran cambio es que ya no sale tanta población de las regiones avanzadas, y sí más de las desfasadas. 196

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Tema 6. La población mundial

Por su parte, los movimientos de trabajadores a corta o media distancia se explican por las desigualdades del desarrollo económico. Están integradas por trabajadores con escasa o nula cualificación, por quienes no tienen en sus países de origen las oportunidades de empleo o la remuneración adecuada a su trabajo. Se trata, por tanto, de adultos jóvenes, en edad activa, y predominantemente varones, que desempeñan en los lugares de destino los oficios más duros, peligrosos y peor remunerados, las ocupaciones que los trabajadores nativos del país de acogida no quieren realizar porque se han promocionado. Los más numerosos se realizan entre los países mediterráneos norteafricanos y los comunitarios más avanzados (aquí se incluye el flujo de emigrantes actual de magrebíes a España, Italia...), entre países o regiones relativamente próximas. En Asia es Japón quien recibe a los trabajadores coreanos; en Iberoamérica, Argentina recoge a los emigrantes paraguayos; en África la República de Sudáfrica absorbe a los obreros de los países del entorno; y en América son los EE UU quienes atraen a los trabajadores mexicanos, caribeños y centroamericanos. En lo que afecta a las migraciones interiores pueden ser definitivas o de larga duración. Resaltan las operadas entre las áreas rurales y otras nuevas, determinadas por la puesta en explotación de un espacio, generalmente pionero, de colonización. Pero también las del campo a la ciudad, que han aportado el proceso de suburbanización. Las estacionales o temporales (características de las sociedades agrarias), se han restringido considerablemente, aunque tienen mucha más importancia que en el mundo industrializado. Unas veces están originadas por las labores agrícolas, que demandan en determinadas épocas del año una gran cantidad de mano de obra suplementaria, y otras por ciertos trabajos urbanos que tienen también sus períodos punta (construcción, comercio...). Ambos tipos de migraciones cíclicas se encuentran en todo el bloque subdesarrollado, debido a los desequilibrios económicos entre unas regiones y otras, unas desigualdades especialmente notables en países con fachada litoral y sometidos a la colonización, que se caracterizan por unas intensas corrientes desde el interior rural y superpoblado a las ciudades costeras creadas en la época colonial, muy dinámicas comparativamente con el resto territorial. Pero el éxodo rural no sólo reviste mayor intensidad que en el mundo desarrollado, sino que es el de más amplitud, una consecuencia del retraso en su iniciación. La resultante es que estos emigrantes se acumulan en la periferia de las ciudades dando lugar a los barrios depauperados. Por el contrario, los movimientos centro-periferia en las ciudades y los interurbanos tienen menos intensidad, al ser procesos que acaban de empezar. En general, el tipo más característico de emigrante en estos países tiene unos rasgos diferentes a los señalados para el mundo avanzado, porque se trata de personas jóvenes, fundamentalmente varones, en su mayoría solteros, y agricultores. En lo que afecta a los movimientos habituales de población se identifican con los laborales, muy conectados con las actividades primarias, y con variantes: la agricultura, que les aporta una doble característica, ser diarios y a corta distancia; y la ganadería, cuando no es sedentaria, que origina dos tipos de desplazamientos que se realizan a mayores distancias y durante más tiempo, la trashumancia y el nomadismo. El resto de movimientos habituales son más esporádicos, y hasta excepcionales en el mundo subdesarrollado, si bien los desplazamientos diarios de trabajadores en torno a las ciudades comienzan a asentarse, aunque bajo unas fórmulas todavía incipientes y hasta rudimentarias. En el análisis de las áreas desfasadas merece la pena desentramar algunos ejemplos: –

En África cabe aludir a la explosión urbana y al éxodo rural, a las migraciones internas. Casi tres cuartas partes de la población es rural, pero con una estrecha conexión entre la vida rural y la urbana, si bien en la actualidad la urbanización es

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siete veces mayor que a mediados de siglo. Capitales y puertos han servido de foco de atracción, con un crecimiento demográfico y urbano estrechamente ligados. Es decir, que el crecimiento urbano está más estrechamente ligado al vegetativo que a las corrientes inmigratorias, sin quedar éstas exentas. En el África Subsahariana es la miseria quien se encarga de enviar gente a las ciudades, que, a su vez, ejercen el denominado efecto escaparate (las corrientes intensas llaman a otras corrientes nuevas). Lo cierto es que en todo el continente la movilidad es mayor cuanto más próxima a las ciudades, aunque hay diferencias según las culturas, como también ocurre con las migraciones a larga distancia. En todo caso las intraafricanas son siempre superiores a las exteriores; suelen dominar las estacionales agrícolas en dirección a las grandes plantaciones dedicadas a la obtención de productos para la exportación; y luego las que se dirigen en dirección a las ciudades medias, que reciben mayores contingentes que las grandes urbes. El rasgo distintivo es que no se respetan las fronteras, porque las comunidades siguen los caminos de sus espacios étnicos o culturales; es decir, son intraafricanas, pero internacionales. Así, Costa de Marfil, Sudáfrica y Nigeria acogen a más de un millón anual de trabajadores de sus entornos. Pero también por África está repartido el mayor número de refugiados del mundo (unos ocho millones de personas), como derivación de la multiconflictividad existente. De ahí derivan los éxodos y hasta las repatriaciones injustas, que de migraciones forzadas pasan a impuestas. Y también se encuentra la vertiente exterior, hacia Europa Occidental o el Próximo Oriente, que tiene una faceta económica, y que se ha disparado en los últimos años, especialmente la norteafricana hacia la UE.

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En China la apertura ha liberalizado al campo, hecho que ha modificado a las relaciones agro-urbe y costa-interior. Las áreas liberalizadas son muy dinámicas y están ejerciendo un notable papel de esponja sobre el resto; de ahí deriva la reactivación violenta de la urbanización y el masivo éxodo rural, que está intentado ser reconducido mediante la transferencia rural hacia las ciudades pequeñas e intermedias. En los últimos años la tasa de urbanización ha crecido, del 20% en 1960 a cerca del 40% en la actualidad. Pero lo llamativo no es el porcentaje, sino el tipo de crecimiento, que procede básicamente de las incorporaciones rurales. Además, queda una población flotante que migra temporalmente a las ciudades, y que oscila, según los años, entre 100 y 150 millones de personas. Se trata de una emigración salvaje que escapa a todo tipo de controles y que desplaza, incluso, a los inmigrantes no temporales al arrebatarles empleos, debido a los más bajos salarios percibidos por los temporeros. Es la denominada oleada de trabajadores populares, que suelen afincarse en las ciudades durante unos seis meses al año (incorporando la suburbanización con población flotante, haciendo subir su tasa de urbanización hasta el 50%), pero que no forman parte de la población urbana al seguir inscritos en los puntos de partida, y a los que dinamizan con los salarios percibidos.



En el mundo árabe el crecimiento urbano es más tranquilo porque comenzó antes, si bien las corrientes internas son fuertes en los países que se han incorporado tarde a las mutaciones económicas modernas. El auge de las grandes ciudades es más lento, con emergencia de las medianas y pequeñas, lo que indica que se trata de movimientos internos y cercanos. Ello significa que las ciudades, en general, crecen más por su dinámica interna que por las recepciones rurales. Pero la gran vertiente se ha correspondido con las migraciones internacionales en Oriente Medio y África del Norte, con flujos turcos y magrebíes que se han dirigido hacia Europa, y más recientemente hacia el Golfo Pérsico, que ha recibido contingentes más PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 6. La población mundial

diversificados (del norte del Próximo Oriente, del este asiático y del norte africano). Es claramente una inmigración de economía de renta, muy sometida a los efectos fluctuantes derivados de acontecimientos estratégicos o del propio precio de los crudos. Y, con el tiempo, se ha ido convirtiendo cada vez más en una inmigración menos musulmana y más diversificada, más masculinizada. En cualquier caso, suele dar lugar a choques culturales muy notables. –

En Iberoamérica son fuertes las corrientes campo-ciudad, y se ha producido el trasvase de la inmigración a la emigración. Centroamérica y los Andes no contaron casi nunca con aportaciones significativas de la inmigración, mientras el Sur con las aportaciones europeas. Hoy las numerosas salidas suelen ser ilegales, y destinadas a EE UU (más recientemente a España), con personas de baja cualificación, que buscan los trabajos agrarios o urbanos no deseados por la población de origen. Luego se adiciona otro flujo de refugiados políticos, tampoco desdeñable. Pero incluso han crecido los intercambios entre los propios países iberoamericanos, bien por motivos políticos (guatemaltecos en México, colombianos en Venezuela...) o bien laborales (argentinos en Venezuela, brasileños en Argentina...). Las migraciones transoceánicas son cuantitativamente poco numerosas todavía, pero sostenidas (antillanos a Europa, ecuatorianos a España…), y encuentran explicación doble: la depauperación de las economías locales, y el propio crecimiento natural.

3. LAS DESIGUALDADES DERIVADAS DE LA DISTRIBUCIÓN ESPACIAL 3.1. Causas y determinantes Cuatro son los caracteres que definen la distribución de la población mundial, y entre todos hacen que ese reparto sea extraordinariamente complejo: desigualdad, disparidad, irregularidad y discontinuidad. De todos ellos conjuntados se deriva la constatada oposición entre: –

El peso demográfico del Viejo Mundo (90% de la población mundial) frente a los reducidos efectivos del Nuevo.



La importancia que, en conjunto, adquiere la gran masa continental euroasiática (en la que vive casi tres cuartas partes de la humanidad), frente al resto de continentes.

Es decir, que entre los 20º y 60º Norte, en la zona templada y sus márgenes (desde ligeramente por debajo del Trópico de Cáncer hasta el límite meridional de Groenlandia), se emplaza cuatro quintas partes de la humanidad. Pero no acaba ahí la disparidad, porque incluso dentro de las zonas ocupadas se aprecia la notable diferencia de poblamiento entre los sectores costeros, interiores y elevados. De ese modo puede decirse incluso que: –

La inmensa mayoría de las poblaciones se concentra por debajo de los 500 metros de altitud, y preferentemente en zonas periféricas de los continentes, en las áreas costeras.



En algunos casos los interiores no son otra cosa que vacíos demográficos.

Y para explicar las diversidades de poblamiento entran en juego los denominados determinantes geográficos, el ensamblaje entre las civilizaciones y los espacios, el engarce entre los GEOGRAFÍA E HISTORIA

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niveles de desarrollo y las posibilidades que ofrece el medio (así, a mayor desarrollo de una sociedad son superiores las posibilidades de intercambios y más alta la diversificación económica, con menor dependencia del medio, y a la inversa). Cabe hablar de dos variantes: 1. Las limitaciones físicas, que presentan dos facetas: –

Las climáticas, a su vez, con dos variantes: *

*



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El frío (o hielo), que explica los grandes vacíos demográficos. •

En altas latitudes los suelos semihelados o helados no permiten los cultivos, y las actividades se reducen a la caza o pesca, o más rentablemente a la explotación reciente de los recursos del subsuelo. Las adversas condiciones climáticas explican el poblamiento sobre el espacio en forma de manchas.



En altitudes a veces se reproducen las características de las altas latitudes, si bien el límite de la altura aprovechable varía según las zonas climáticas (entre los 3.000 y 4.000 metros en el trópico y sobre los 200 en las montañas atlánticas). Por encima de las máximas citadas incluso los pastizales se reducen, sustituidos por los neveros. Por último, en las grandes cordilleras interiores continentales las poblaciones se asientan en los valles resguardados de los flujos septentrionales (como ocurre en las interiores de Asia). Lo cierto es que la altura combinada con el clima empuja a las poblaciones a las áreas bajas (donde vive la mitad de la población mundial, por debajo de los 200 metros).

Calor y humedad conjuntados, que desarrollan endemias que empujan a las poblaciones hacia las áreas altas o bien hacia los sectores deltaicos o tierras aluviales. Se está aludiendo a los denominados desiertos verdes, como la Amazonía o las selvas ecuatoriales africanas. Pero también, por contraste, existen los desiertos blancos, ahora derivados del calor aislado, de la aridez subtropical (Sahara, Sirio, Arábigo, Gibson y Victoria en Australia, Gobi en Mongolia...); es el déficit de precipitaciones la causa explicativa de los vacíos humanos. Pero también hay diferencias; así, por razones culturales e históricas los desiertos del viejo mundo están más poblados que los de los nuevos países; y actividades poco rentables como el pastoreo nómada o seminómada, el regadío en oasis, el tráfico de mercancías... explican las débiles densidades humanas.

Otros determinantes del medio son variados: *

La continentalidad, con sus agudos contrastes térmicos y la reducción de las precipitaciones no permite un correcto aprovechamiento del suelo, circunstancia que vuelca a las sociedades a las proximidades costeras, donde la atemperación que introduce la cercanía del mar y la potencial mayor humedad, así como la disponibilidad de agua (los cursos fluviales por gravedad buscan las áreas costeras hasta desaguar al mar) explican que la cuarta parte de la humanidad viva a menos de cincuenta kilómetros de distancia del mar. Al margen aparece otro hecho explicativo, la facilidad de comercio y la relación exterior por esta vía marítima, históricamente esencial.

*

La topografía, con sus pendientes más o menos agudas y la exposición o no a las corrientes atmosféricas húmedas, que arrastra a las poblaciones PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 6. La población mundial

hacia las áreas planas o lluviosas. Con todo, la ganadería ha representado siempre la alternativa de vida, hoy decadente o sustituida por el turismo en las regiones avanzadas, lo que explica la existencia de montañas bajas pero vaciadas (como los Pirineos). Por el contrario, en áreas desfasadas sirve de vía de escape a los ecúmenes más repulsivos (las montañas argelinas han estado superpobladas históricamente por ser la alternativa al desierto). Con respecto a las llanuras cabe hacer matizaciones, porque pueden ser rentables y estar muy desprovistas de población, como ocurre en las praderas interiores estadounidenses y canadienses, uno de los graneros de la humanidad, con densidades en algunos casos testimoniales. La mecanización y la consiguiente escasa demanda de mano de obra explican esta aparente anomalía. En otros casos se encuentran más ocupadas no sólo por su papel productor, sino por su emplazamiento geográfico que les hace ejercer de nudo de comunicaciones, como acontece con la llanura mesopotámica. 2. Los factores humanos. A escala local pueden incidir favorablemente en el poblamiento las modificaciones rápidas (urbanización, éxodo rural, reconversiones industriales, establecimientos de un aeropuerto o estación de ferrocarril...). Pero a escala amplia los territorios ocupados se densifican más, y los vaciados perviven como tales o se despueblan más. Así: –

En las áreas rurales (dominantes en sectores desfasados) se amplía el espacio conforme la presión humana crece sobre el medio (sólo cabe ganar terreno a ecúmenes vírgenes, lo que explica en parte el proceso de deforestación).



En las áreas industriales se consolida el fenómeno urbano y se dinamiza el sector terciario que, a su vez, aclaran los movimientos migratorios campo-ciudad, y hasta ciudad-ciudad. Nacen aquí los procesos de periurbanización, pero también en las áreas desfasadas por razones diferentes (no es el desarrollo ni la atracción industrial, sino la expulsión del campo por la presión humana sobre unas tierras que no pueden responder a las necesidades exigidas). En todo caso, el proceso conduce a la misma meta, a una urbanización elevada que despuebla el campo. La situación es doble, porque en el mundo desarrollado la producción agraria es alta, pero representa un porcentaje mínimo en su PIB; por el contrario, en el mundo subdesarrollado representa mucho, porque se vive del campo, mientras la población sale de él para amalgamarse en un sector terciario escasamente rentable y en un secundario testimonial y hasta desarticulado. Es la diferencia entre la urbanización en el Norte y la suburbanización y el precarismo urbano en el Sur.

3.2. Focos de poblamiento y vacíos demográficos A la vista de estos factores y de su incidencia los grandes focos del poblamiento humano son: –

Asia Oriental, costera e insular, con la cuarta parte de la humanidad en muy poco espacio terrestre, concentrada especialmente en la China útil (la mitad oriental) y Japón. La novedad es que es muy desigual en rasgos demográficos, porque corresponde a dos esferas de distinto componente político-económico (socialismo modificado-subdesarrollo-emergencia, y neocapitalismo avanzado, respectivamente).

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Asia Meridional, con algo menos de la cuarta parte de la humanidad, pero concentrada en la mitad de espacio que la precedente. Aquí resaltan las esferas subdesarrolladas y los gigantes demográficos: India (con 1.065 millones), Indonesia (el país musulmán más grande del mundo, con 220 millones), Bangladesh (con 147) y Pakistán (154). Se trata de un contingente, superior a los 1.500 millones de personas, afectado por graves problemas derivados de su adscripción a una de las áreas con menor renta per cápita del mundo.



Frontera oriental de EE UU-Canadá, con escasísima superficie sobre la mundial y poco más del 5% de la población. La gran diferencia con las anteriores es que se trata de la sociedad más avanzada del mundo, postindustrial.



Europa y la Rusia Europea, que sobre el 5% de la superficie mundial asienta a algo más de la décima parte de la población mundial. Aquí no sólo se trata de sociedades avanzadas (en menor grado la segunda), sino bien distribuidas sobre el territorio (salvo alguna congestión, como la del noroeste europeo, superada por el nivel de desarrollo).

En contraposición a estos focos densos aparecen otros grandes espacios poco poblados o desprovistos de población. Son los denominados vacíos demográficos, que abarcan a la cuarta parte de las tierras emergidas, mientras albergan a contingentes testimoniales de la población mundial. Entre ellos resaltan: –

Las regiones periféricas, tanto por su posición geográfica con referencia al resto, como por sus climas repulsivos. Son las proximidades de las áreas polares de ambos hemisferios, que con una extensión algo inferior a la cuarta parte de la superficie mundial albergan a algo más del 0,01% del contingente mundial. En el Norte se trata de sociedades residuales, algunas todavía nómadas, o de pequeños grupos al cuidado de bases militares o explotaciones mineras o petrolíferas. El vacío es todavía mayor en la Antártida, ya que salvo las misiones científicas o militares no existe ningún grupo de población permanente.



Las zonas desérticas, periféricas por sus climas crudos, con menos del 1/70 de la población mundial, cuando su extensión abarca la octava parte del planeta. Albergan a poblaciones marginales y desfasadas, que habitan preferentemente en los márgenes áridos, porque en el interior de los auténticos desiertos la población es prácticamente nula. Quedan todavía grupos de pastores nómadas que recorren estas áreas con sus rebaños, aunque los gobiernos de los países donde se emplazan intentan su sedentarización. Pequeñas concentraciones están ligadas a la explotación de recursos minerales o petroleros (caso llamativo son las márgenes del Golfo Pérsico).



Las zonas próximas al Ecuador, donde las difíciles condiciones del medio (calor y humedad) determinan la debilidad de la ocupación humana, explicada por la baja rentabilidad agropecuaria debida a la fragilidad de los suelos.



Las áreas de montaña. Si en total los vacíos demográficos representan más de la cuarta parte de las tierras emergidas y sólo permiten vivir a un dos por ciento de la humanidad, en ellos se encuentran las áreas elevadas, en la mayoría de las ocasiones con ocupaciones testimoniales. Sin embargo, en otros casos la montaña es el gran foco poblacional, como ocurre con la Cordillera Andina (es la respuesta a los climas y suelos hostiles circundantes).

Puede decirse, por tanto, que las concentraciones humanas vienen explicadas por las condiciones ambientales favorables y por la presencia de recursos abundantes. Así, los 202

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Tema 6. La población mundial

cuatro estados o macrorregiones con mayores contingentes del mundo (China, la Unión India, la UE y EE UU, por este orden) absorben a casi la mitad de la población del mundo. No es por azar: llanuras extensas y productivas, amplias áreas de costa que favorecen la construcción de establecimientos portuarios y la extracción de recursos del mar, montañas o escudos con recursos ambientales o mineralógicos, cursos fluviales regulares y amplios que permiten el regadío, etc., son las razones de tan altas concentraciones. A grandes rasgos, con referencia a la relación población-espacio-recursos puede sostenerse lo siguiente: –



Que los grandes Estados en regiones avanzadas o semiavanzadas no padecen ni padecerán problemas de sobrepoblamiento, porque sus poblaciones aparentemente están bien repartidas, hay recursos abundantes, y se encuentran en una situación de tendencia al estancamiento demográfico. Así: *

Europa es el continente que, en relación con su superficie, más carga demográfica alberga. Pero en las áreas de mayor concentración los recursos son altos. Entre tanto, las más dinámicas demográficamente son las que menos carga padecen (caso del sector mediterráneo, balcánico, oriental...).

*

La antigua URSS es gigantesca en extensión, pero es en el cuadrante nororiental, la Rusia Europea, donde se registra la mayor concentración (tres cuartas partes de la población sobre la cuarta parte del territorio nacional). Es ahí donde están los mayores recursos explotados, y donde la tendencia demográfica se ajusta a valores bajos. Por el contrario, en la inmensa mayoría del territorio (tres cuartas partes) el dinamismo es alto pero la presión baja (una cuarta parte de la población total), con lo que las posibilidades de expansión demográfica son altas.

*

En América del Norte la concentración es alta en el nororiente, pero el dinamismo demográfico está controlado y se compagina con recursos altos. Las posibilidades de expansión son notables en todo el subcontinente, tanto por la extensión de tierras disponibles como por la sociedad que las ocupa y los recursos disponibles.

*

En Australia y Nueva Zelanda, con sociedades avanzadas y una dinámica baja, la disponibilidad de tierras es alta, pero el rendimiento bajo. De todos modos se está hablando de unos contingentes testimoniales en el global mundial.

Otros grandes Estados y regiones (incluso pequeños países) desfasadas padecerán problemas de superpoblamiento, agotamiento de los recursos, alta presión sobre el medio, etc. Las razones son variadas: superficies nacionales a veces reducidas, alto crecimiento de las poblaciones, un punto de partida con altos contingentes demográficos, y las notables concentraciones o su mal reparto (sólo mencionar que la congestión es alta en el Asia oriental y baja en la occidental). Una aproximación a la problemática de estas áreas indica: *

En Asia suroccidental la presión es baja, la concentración litoral, el grado de urbanismo creciente y elevado, y los recursos notables. Los grandes problemas no son precisamente demográficos.

*

En la India la congestión es litoral y fluvial, sobre los ámbitos más rentables, donde se practican auténticos expolios a los recursos, cuando los medios son la base para sustentar el exponencial crecimiento de la población. Además, el interior no es rentable. Las perspectivas de sobrepresión ambiental son muy altas y las consecuencias derivadas graves, porque afectarán casi a la sexta parte de la humanidad.

GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

*

En Asia suroriental los contrastes son muy elevados. No hay grandes concentraciones en la península de Indochina (e incluso hasta densidades bajas y vacíos demográficos), salvo en los sectores deltaicos y de costa. Aquí la estabilidad socioeconómica va progresando lentamente y los problemas no se plantean a corto plazo. No ocurre lo mismo en los archipiélagos, donde si bien es cierto que los recursos son abundantes (petróleo y gas natural en Indonesia y Malasia...) las poblaciones son amplias (con el mejor ejemplo en Indonesia) y con crecimiento muy alto. De todos modos las posibilidades de ocupación de espacios aún son relativas.

*

En Sudamérica y el Caribe viven unos 550 millones de personas, pero las densidades son bajas y los vacíos demográficos extensos. Los problemas se plantean en las congestionadas costas (por encima del paralelo 40º), y muy especialmente en los sectores con peor punto de partida por su masa demográfica y su reducido espacio. Es el caso de los ámbitos insulares del Golfo de México y de Centroamérica, donde los recursos son escasos y el desfase social notable.

*

En África viven más de 850 millones de personas, emplazadas sobre las costas y con los vacíos demográficos en el interior (zonas húmedas y secas). Pero hay dos sectores bien diferenciados: •

Un Norte más volcado al mundo del desarrollo por sus relaciones, y con potencialidades. Su crecimiento demográfico es alto y las derivaciones se plantean a medio plazo.



Un sector subsahariano, problemático, altamente poblado (por encima de los 700 millones), muy dinámico demográficamente, amalgamado en las costas y en los espacios próximos, con una notable carencia de recursos interesantes, y conflictivo en lo social. Sus problemas no son de superpoblamiento, sino de sobrepresión sobre unos recursos limitados. De ahí que sean de muy corto plazo.

A la vista de los datos precedentes se observa que las disparidades son muy acusadas, y que, además, hay que poner en relación con el crecimiento de la población y las disponibilidades territoriales existentes. En todo caso los contrastes van desde los más de mil habitantes por kilómetro cuadrado en Bangladesh hasta los menos de diez en Rusia, pasando por gran número de situaciones intermedias. De todos modos hay trece que sobrepasan los 100, y seis los 200 hab./km2. Puede afirmarse lo siguiente: –

Asia se caracteriza por las gigantescas concentraciones de población, porque allí están seis de los diez estados con más de cien millones de habitantes.



Europa es el otro foco de concentración de población mundial, con reparto más homogéneo, si bien la ocupación es intensa en Europa Occidental.



América, África y Oceanía son los continentes poco poblados.

Y además es preciso hacer mención al cómo se distribuye la población. Así, la asociación entre los componentes urbanización-ruralidad es amplia:

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En Australia el 85% de la población es urbana y la densidad de 2 hab./km2.



En Asia del Sureste el 75% vive en el campo, con 150 hab./km2 de media.



En Europa la tasa de urbanización supera el 80%, pero dominan las ciudades pequeñas y medianas, con poblamiento rural y urbano entrelazado. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 6. La población mundial



En EE UU los contrastes se dan entre megalópolis y conurbaciones, con un campo semidespoblado.



En África subsahariana el urbanismo se reduce a mínimos (39%) y el ruralismo se difunde en pequeñas comunidades.



En Iberoamérica las tasas de urbanización ya sobrepasan el 75% (con las excepciones de la Cordillera y Centroamérica), y las ciudades son costeras (grandes y medianas), mientras las pequeñas y rurales son más interiores.

El cuadro siguiente indica cómo el crecimiento urbano en las áreas desfasadas multiplica por tres el correspondiente a las avanzadas, con África a la cabeza (especialmente la oriental), seguida de Asia, y muy alejada Oceanía. El mundo avanzado se emplaza por debajo del 1%. Con referencia al auge rural seis áreas regionales ya padecen porcentajes negativos, todas americanas o europeas, con la única excepción de Asia oriental. De todos modos la diferencia entre las dos grandes agrupaciones mundiales se cifra en un punto favorable para las desfasadas. AUGE URBANO Y RURALª Regiones África – Norte – Oriental – Central – Austral – Occidental Asia – Oriental – Meridional – Sureste – Occidental América del Norte Iberoamérica y Caribe Caribe Centroamérica América del Sur Europa-Rusia – Europa Septentrional – Europa Occidental – Europa Oriental – Europa Meridional Oceanía MUNDO Países Avanzados Países Desfasados a:

Crecimiento urbano % 4,9

Crecimiento rural % 2,0

3,9 6,4 5,1 3,5 5,3 4,2 4,3 4,0 4,1 4,1 1,0 2,6 2,3 2,9 2,6 0,7 0,4 0,4 1,0 1,0 1,4 3,0 0,8 4,2

1,3 2,4 1,9 0,8 2,1 0,5 -0,9 1,6 1,0 0,3 0,0 0,0 0,0 0,7 -0,4 -1,0 -0,5 -1,0 -1,1 -1,2 1,2 0,6 -0,3 0,7

ONU. Estimaciones para las décadas de los años ochenta y noventa.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

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Tema 7 El espacio rural. Actividades agrarias: situación y perspectivas en España y en el mundo

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. EL ESPACIO RURAL Y SUS FACTORES 2.1. El espacio rural-agrario 2.2. El hábitat rural-agrario 2.3. El paisaje agrario 2.4. Los factores condicionantes del espacio agrario 3. LAS FORMAS Y SISTEMAS AGRARIOS 3.1. Los sistemas tradicionales 3.1.1. Las primitivas 3.1.2. Las formas tradicionales transformadas 3.2. Las formas intensivas, especulativas o capitalistas 3.2.1. La agricultura de plantación 3.2.2. Las agriculturas evolucionadas 3.2.2.1. En la Europa comunitaria 3.2.2.2. En Norteamérica 3.3. Las agriculturas socialistas 3.3.1. Las agriculturas ex soviética y oriental europea 3.3.2. La agricultura tradicional y moderna en China 3.3.3. Otras agriculturas socialistas 4. MODERNAS IMPLICACIONES DE LAS ACTIVIDADES AGRARIAS EN EL MUNDO 5. EL SECTOR AGRARIO ESPAÑOL: SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS 5.1. Rasgos distintivos de la agricultura española 5.2. Los paisajes agrarios. Tipificación del hábitat y despoblamiento rural 5.3 La ganadería y sus mutaciones 5.4. Modernización, capitalización, incidencia de la PAC y perspectivas BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN El estudio de los paisajes agrarios es abordado por la Geografía Agraria, que analiza los resultados de la explotación sobre el paisaje (forma de los campos, rotación de cultivos, estructura de la propiedad...), por la Geografía Agrícola, que relaciona la producción con las técnicas de cultivo (explotación del maíz en regadío, producción del cereal extensivo...), y por la Geografía Rural, que estudia los fenómenos del campo en su conjunto, incluso la incidencia de la proximidad de las ciudades. Pero cualquiera de ellas debe partir de los elementos que configuran un paisaje agrario, entre los que resaltan: clima, relieve y suelo, sistema de cultivo, tipo de cultivo, ganadería, estructura social, paisaje rural, hábitat y demografía agraria, etc. El clima ha de ser analizado en función del tipo de cultivo, y es preciso, por tanto, controlar la cantidad de calor que reciben las plantas, la cantidad de lluvia aprovechada por los cultivos, y las adversidades climáticas que les afectan (heladas, sequías, granizadas...); pero siempre irán referidas al ciclo vegetativo. El relieve a través de las consecuencias que origina en el clima, con la altitud (cada 180 metros de ascenso la temperatura desciende un grado), la exposición (cultivos sobre laderas resguardadas del viento o en umbría), la pendiente (con la menor retención de agua para cultivos), el tipo de roca (que aportará un tipo de suelo diferente para distintos tipos de plantas), etc. El suelo requiere de un análisis profundo, porque dependerá de su adecuación o no al tipo de cultivo. Desde el ámbito agrario, cuando está compuesto por granos de diferente tamaño posibilitará la retención de agua; por el contrario, cuando sea de grano fino absorberá agua rápidamente pero la perderá con igual rapidez, y cuando sea de grano grueso tendrá escasa capacidad de retención. Es esencial su composición química, y en especial la proporción que tenga de nitratos, potasa, calcio... así como el hecho de que disponga o no de cultivo, porque desprovisto resultará más erosionable que otro cultivado, en el que las raíces le proporcionarán una cierta cohesión. Los sistemas de cultivo son las asociaciones de plantas en explotación. Por regla general un sistema suele estar basado en la rotación de cultivos, bien haciendo uso de la barbechera o alternando cultivos sucesivos (un año cebada, otro centeno, uno más de trigo, otro de avena...). Normalmente lleva aparejado la vinculación ganadera para aprovechar las rastrojeras; pero puede ser extensivo (cuando el rendimiento por cultivo es débil pero la mano de obra baja) e intensivo (cuando por unidad es alto y la mano de obra abundante). El tipo de cultivo se refiere al destino que tiene un campo explotado, y puede disponer de tipos de consumo (trigo, vid, frutas...) y de pienso (centeno, forrajes, maíz...). Y la ganadería interviene en un paisaje agrario por sus relaciones con el sistema de producción (gastos GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

y beneficios), y con el tipo de producción (se trata de obtener el destino de la ganadería, para trabajo o carne, aunque suele ser un complemento de la explotación agraria). La estructura social atañe a la distribución o reparto de la propiedad, que aportará la pista sobre la concentración de la misma. De igual modo, resulta útil conocer si el propietario reside en la explotación; de no hacerlo se puede lograr el índice de absentismo. Y se debe alcanzar la relación entre explotación directa y aparcería. No obstante, el concepto de propiedad es relativo desde el momento que en muchos países la tierra pertenece al Estado y hasta es explotada de forma conjunta. En otros, como ocurre en el África negra, incluso pertenece al jefe de tribu o bien al clan. Pero la Geografía Rural debe centrarse en la dinámica socioeconómica y en las estructuras espaciales creadas por las sociedades. El paisaje rural es el resultado de la ordenación de la tierra en explotación. El principal elemento de esa ordenación es la parcela, y otros son las terrazas de cultivo, los caballones o surcos, etc. El ager es el terreno cultivado, mientras el saltus los eriales, pastos, baldíos, etc. La silva se refiere al bosque, y el hortus a los terrenos de regadío hortícolas o frutícolas. El hábitat concierne a la incidencia de la vivienda en la explotación, por lo que puede hablarse de hábitat concentrado y disperso. Y la demografía agraria se convierte en imprescindible para analizar la cantidad de mano de obra disponible. De ese modo una fuerte presión demográfica sobre el campo llevará implícita una intensificación de los cultivos. En contrapartida, un descenso de la población rural no tiene por qué conllevar una mengua productiva, porque también el campo produce para conseguir excedentes, y los modernos métodos de mecanización lo permiten. Como corolario, las sociedades agrarias tradicionales han sido muy afectadas por cambios técnicos y de inserción en los circuitos comerciales, mientras que las de mercado han conocido una rápida transformación de sus estructuras agrarias, y las sociales experimentan mutaciones radicales.

2. EL ESPACIO RURAL Y SUS FACTORES 2.1. El espacio rural-agrario Es aquel marco geográfico donde se desarrollan actividades agrarias, ganaderas y de hábitat. Como rasgo distintivo en los países industrializados la extensión dedicada al cultivo se ha visto reducida, pero se han incrementado la producción e inversión. El espacio agrario representa la porción más importante del espacio rural, y comprende tanto los espacios agrícolas, como los pecuarios. Por tanto, el espacio agrario y el agrícola no son sinónimos, porque el segundo concede más resalte a la agronomía, a las técnicas de cultivo, y se centra en los resultados conseguidos por determinados productos, mientras el agrario se vuelca en los resultados de la explotación sobre el paisaje. El desequilibrio entre países subdesarrollados y desarrollados se agudiza en el terreno rural, porque en estos últimos se dan los mayores excedentes agrarios, debido a la mayor aplicación tecnológica, investigación, mecanización (resultados agronómicos), mientras que en los primeros falta la mayor parte de estas incorporaciones, y persisten problemas físicos profundos (sequías, monzones, etc.). Así pues, el espacio explotado (ager) es el terreno agrícola cultivado que dispone de un entramado parcelario. La parcela es la unidad de cultivo, cuya forma cambia con las características del terreno en que se enclava, y se definirá por su forma, tamaño y límites. 210

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Tema 7. El espacio rural

El tamaño puede depender del tipo de cultivo, de la forma colonizadora, y de la evolución histórica de la sociedad correspondiente. Por ello podrá hablarse de latifundios y de minifundios. En todo caso el tamaño de la parcela dispone de dos manifestaciones: superficie y rentabilidad. Con referencia a la forma las parcelas pueden ser: alargadas sobre ejes longitudinales (carreteras, caminos...) y con aspectos tanto rectangulares como irregulares; y centradas, con disposiciones semicirculares más o menos regulares (circulares, pentagonales...). La mayor regularidad aparecerá en los países nuevos, donde no existían repartos previos ni presión sobre el suelo, o bien en sectores llanos donde el medio permite las formas geométricas más simples. Puede hablarse de longueros y de dehesas. Atendiendo a los límites o separaciones puede aludirse a la presencia de campos abiertos (openfield) sometidos a cultivos definidos (permanentes o estacionales), y campos cerrados (bocages). Y la abertura o cierre deriva de razones funcionales (dedicación ganadera o agrícola), tradicionales (necesidad de cercados para delimitar las propiedades), la presión sobre el suelo (carga histórica de las transmisiones hereditarias), las técnicas (el invernadero es un campo cerrado), etc. Un tipo intermedio es el abancalado en terrazas, difundido en valles medios y laderas. Atendiendo al tipo de cultivo la variedad de ager es notable. Puede ser de secano, regadío, anual, secano-leñoso, permanente, agrícola-natural, bosque, etc. El medio será el que determine el cultivo, y especialmente el clima. Los cultivos anuales pueden ser herbáceos (típicos en las praderas o estepas de los continentes), leguminosos, hortícolas y forrajeros. Los arbustivos pueden ser frutales, leñosos industriales (vid), de plantación (girasol, algodón...). Los arbóreos pueden ser de hueso, carnosos, secos, de pepita, etc. Cuando se introduce el riego aparecen las variantes de huerta, vega, y técnicas (riego por aspersión, goteo...). Y si únicamente hay cultivos de secano la variedad dependerá del producto y del lugar, pues hay diferencias entre los mediterráneos, los de interior continental, los templados-oceánicos, etc. Si lo analizado es el espacio natural (saltus) se trata de la parte no cultivada. Del monte bajo se extrae leña, flores para esencias, etc., y el pastizal tiene aprovechamiento ganadero. Pero hay saltus permanente (aguas interiores, tierras cristalinas, altas, turbosas...), que ocupa casi la cuarta parte de las tierras emergidas, y temporal, con monte bajo, pradera, etc., que no participa en el cultivo, pero que puede ser cultivado (representa casi la mitad de la tierra mundial). Dentro de este último se encuentra el bosque clímax, que puede ser maderable (casi la quinta parte de la superficie mundial) y abierto (la décima parte de la superficie mundial) y que sirve para explotación ganadera. También el matorral o monte bajo, una degradación del bosque, con tipologías: garriga, maquis, jaral, estepa armada (con espinosas), caatinga, bush, etc. Y la pradera natural, el gran pastizal, que ocupa la cuarta parte de la superficie del mundo, y que en gran medida es seminatural debido a la acción deforestadora del hombre. Se trata de un pastizal y no de un prado, ya que no reúne la condición de ser siempre verde; en todo caso podría hablarse de un prado seco sobre los espacios llanos continentales.

2.2. El hábitat rural-agrario Se refiere a los asentamientos humanos de las sociedades agrarias, a las edificaciones, porque los pueblos y viviendas forman parte del paisaje rural y no del agrario. Por tanto, forman parte del hábitat rural la casa de campo, y las aldeas o agrupaciones de casas. La casa de campo cumple la función del desarrollo de la actividad agraria, y hasta la define. Puede ser analizada desde una perspectiva morfológica, que traduce las necesidades para GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

las que ha sido concebida, y se adapta al medio, a las condiciones físicas utilizando materiales del entorno y a las climáticas con su forma de construcción en el tipo de cubierta. Por ello su tipología es variada: de madera, en áreas de saltus forestal; de piedra, en el saltus rocoso; de argamasa, en saltus o ager calizo; de adobe, en ager donde abunda la arcilla y la paja; de piel curtida, en praderas y pastizales donde escasean todos los materiales menos los derivados animales; híbridas, en lugares no definidos donde preponderan varios materiales a la vez (granito y madera, cáñamo y palma...). El tipo de cubierta responde a las necesidades climáticas y se caracteriza por la inclinación; puede ser plana, a una vertiente, a dos aguas, a cuatro aguas, cónica, cilíndrica, etc. Las planas tienen por función recoger agua, las inclinadas evacuarlas rápidamente o evitar la acumulación de nieve, cuyo peso acabaría por hundirla, etc. Pero también puede ser analizada atendiendo a su función, ya que el plano responde a la función con que fue concebida, y presenta dos variantes: la casa bloque, con fusión de todas las estancias (vivienda, establos, silos...), y puede ser a ras de suelo, con dependencias únicas (donde conviven hombres y animales) o múltiples; y en altura, adaptada a las montañas o regiones muy lluviosas, a fin de evitar la humedad a las cosechas (una variante es la casa torre, ahora en sectores mediterráneos o europeos atlánticos). Otra variante de plano es la casa disociada, con varios edificios y patio interior, con dependencias múltiples, y correspondiente a la mezcla de explotación agropecuaria. En muchos casos las dependencias aparecen aisladas al objeto de separar la ganadería de la vivienda, como ocurre en los grandes ranchos o explotaciones coloniales. También cabe hablar de la especialización de la vivienda, que puede ser agrícola (con predominio de silos y cocheras), ganadera (con dominio de establos y silos de pienso), agropecuaria (con simultaneidad de las especializaciones precedentes). La residencia se adapta a los condicionamientos, tanto del medio como históricos, económicos, tipo de labor (aparcería, propiedad...). Las agrupaciones de casas son consecuencia de un entorno (cultivos, modelo económico...) que impone un hábitat disperso, sobre el que han incidido movimientos centrípetos derivados de las dimensiones de la explotación, posibilidades de transporte... que permiten una cierta concentración. Cuando esa agrupación es muy amplia se pasa al pueblo, que ya diversifica sus funciones. Los tipos de agrupamientos son: el caserío, conjunto de pocas viviendas emplazadas en un determinado lugar por razones físicas (elevación, fuente...) o de explotación (concentración de familias trabajando para un mismo propietario); la aldea, con mayor número de viviendas (incluso hasta quince), concentradas por parecidos motivos pero sobre grandes propiedades de varios titulares; el pequeño pueblo, con hasta treinta viviendas y dedicación agropecuaria, que suele ser residuo de un pueblo antiguo más relevante. Las formas dependen de la dimensión y del medio, pero pueden ser alargadas, apiñadas, radiales, etc.

2.3. El paisaje agrario Ager, saltus y hábitat se encuentra interrelacionados, si bien el tercero es consecuencia de los anteriores. Se puede hablar así de los siguientes tipos de paisajes agrarios: exclusivos, predominantes de saltus, y mixtos. Pero también aparecen calveros (cultivos en el interior del saltus), paisajes promiscuos (con mezcla confusa de cultivos) y definidos (con cultivos diferenciados). Por sus límites las fronteras de los cultivos atienden a factores, desde naturales (altitud, exposición, pendiente...) a humanos (seto, muro, pantalla de árboles...). Y hasta puede ser estable u oscilante. Y por la forma rectilínea, festoneada, etc. El paisaje agrario incluye redes de comunicación que sirven para la realización de las tareas agrícolas, y las hay imbricadas (que incluyen desde los caminos rurales que permi212

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Tema 7. El espacio rural

ten llegar a la explotación concreta, las vías pecuarias que posibilitan los desplazamientos de ganados, los caminos que conectan explotaciones entre sí y con las carreteras), hasta generales (que permiten la salida de los productos a las ciudades, etc.). Pero las variantes son múltiples; así en los países donde se han efectuado procesos de colonización la red es completa, densa y adaptada a los procesos de mecanización incorporados, como también ocurre en las grandes haciendas coloniales o latifundios occidentales; en los de agricultura libre las deficiencias suelen ser la pauta dominante. Por su parte, las vías pecuarias tienen trazados y destinos definidos para permitir desplazamientos que requieren la preservación de los cultivos limítrofes; de ahí su anchura, pero también su jerarquía, con cañadas (unen pastos de estío con los de invernada), veredas (vías para la trashumancia), y cordeles (para el paso local de ganados).

2.4. Los factores condicionantes del espacio agrario Entre los factores que intervienen en el espacio rural resaltan los físicos y humanos, desarrollados a escala local, regional o zonal. Pero también puede hablarse de la incidencia de factores bióticos y abióticos, que son permanentes o elegidos, y culturales, si bien esta última categoría dispone de un sentido más ecológico que económico. Entre los físicos resaltan el clima y relieve, así como sus interactuaciones: –

El clima es el más complejo por las condiciones bióticas que proporciona, calor y humedad, e incide a través de la frecuencia de las precipitaciones, oscilaciones térmicas, etc. Influye a través del balance energético, la duración de la estación de lluvias y las alteraciones de las condiciones termohídricas, rasgos diferentes en los climas intertropicales, desérticos, subtropicales, templados, fríos, polares y de alta montaña, donde los diferentes elementos del clima aportan biomas característicos. Con todo, los sistemas agrarios sólo acaparan la décima parte de las tierras emergidas porque la temperatura establece márgenes en la actividad vegetativa; en invierno el ciclo vegetativo se ve alterado, y las plantas han de adaptarse a esta exigencia. La cantidad de luz también influye, así como el agua y la evapotranspiración. La rentabilidad agraria depende de la energía captada por el sistema de cultivo, convirtiendo al balance energético en modificador de la biomasa natural. Pero la productividad depende también del flujo de nutrientes, de la intensidad de la energía y de la eficacia de la transformación energética en biomasa. De ese modo la técnica desempeña un papel esencial incorporando energía a escala micro espacial.



El relieve puede ser denominado protofactor ya que, a veces, interviene a través de las modificaciones climáticas, como el descenso de la temperatura con la altura. Pero también, a través de la inclinación de las vertientes hasta aportar los abancalamientos como método de adecuación de cultivos, y disposición de las mismas (solana o umbría), ya que en el hemisferio norte las umbrías no son aconsejables por la escasa insolación y mantenimiento de las heladas, y justo al contrario en el hemisferio austral. También incide por medio de la erosión, que es una resultante climática, pero que contribuye a la desertización de los suelos por medio de la intensidad de las lluvias, acción del viento, de la escorrentía, etc.

Factores derivados son el componente edáfico y la cobertera vegetal existente. El suelo, por medio de sus componentes más importantes, como el espesor de la capa edáfica (son inapropiados los regosoles, litosoles y ranker), textura (arenoso o de grano grueso, limoso y arcilloso), estructura (disposición de los horizontes), y porosidad (elemento clave para la aireación y básico GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

para el mantenimiento de la actividad biológica). Por su parte, la cobertera vegetal es un producto climático pero, también, un factor climático, ya que puede alumbrar microclimas; en todo caso se trata de un factor degradado, porque en buena parte de las ocasiones se corresponde con mantos vegetales sobrepuestos a los naturales. Aún así es orientador, ya que muestra las adecuaciones vegetales y su correspondencia con la vocación de los suelos. Entre los factores humanos despuntan las actuaciones sobre corrección de suelos, fertilización, regadío, tecnificación, etc., que transforman al medio, y contribuyen al cambio de la bioesfera en noosfera, o esfera de la inteligencia humana desarrollada sobre el espacio. Pero también actúa el hombre a través de la presión demográfica. No debe olvidarse que el paisaje agrario nace por aumento de la densidad, por una presión sobre el espacio motivada por la necesidad. Así, a todo aumento de la densidad humana sigue otro de agrarización. De ese modo puede establecerse la existencia de tres influjos de la densidad sobre el paisaje agrario: –

Las organizaciones nucleares, con bajas densidades debido a la baja humanización de los espacios, que forma un sistema no jerarquizado de pequeños núcleos dispersos.



Las nodales, con centros de poblamiento articulados de forma reticular, con lugares centrales y redes de transporte; se trata de una organización con rangos, con existencia de comunicaciones entre ellos.



Las polarizadas, discontinuas como derivación de la desigual utilización del espacio; son fruto del desarrollo desequilibrado entre los núcleos, que provoca una polarización en torno a un núcleo principal.

Pero el tipo de poblamiento también incide. En los países pobres el incremento constante de la población acarrea problemas alimentarios, mientras en los ricos la mejora de los rendimientos acarrea problemas de comercialización, al margen de despoblación y envejecimiento de la población rural. En los primeros la población activa empleada llega a alcanzar las tres cuartas partes. Además, en el mundo desfasado el aumento de pequeños agricultores y de braceros deriva en tensión social. En los segundos la tecnología ha provocado excedentes de mano de obra, y la consecuente emigración. El panorama se complica porque ha de contarse también con los factores socio-jurídicos, fruto de la historia. La propiedad se puede dividir en pública o colectiva, y privada o individual. La primera tuvo su primera expresión en las comunas socialistas, y la privada en la propiedad pública (al dividirse entre los señores y herederos provocó la individualización). Hay diferentes tipos de propiedades: bienes de propios (pertenecientes a una institución pública), de comunes (al colectivo de vecinos), del Estado, proindiviso (conjunta de varias personas), de sociedades, etc. También fragmentadas y concentradas. Entre el propietario y quien la trabaja se establece un régimen de tenencia, y si ambas figuras coinciden el régimen es directo; si no es así se conoce como indirecto (arrendamiento, aparcería). La capitalización del campo se impone, porque la actividad agraria es económica y modificadora. El regadío, la mecanización, la corrección de suelos, la fertilización, etc., también transforman a los paisajes. Se trata de corregir factores físicos mediante procedimientos también físicos, que buscan incrementar los rendimientos productivos. El regadío introduce, al tiempo, notables modificaciones, ya que altera al ciclo hidrológico del sistema biótico (incrementa la evapotranspiración, modifica la escorrentía superficial, impermeabiliza la porosidad del suelo, acrecienta el papel compactador o desintegrador del suelo, altera la calidad del agua al introducirle componentes fertilizantes, saliniza determinados suelos, etc.). Pero también permite la introducción de nuevas especies rentables que cambian la faz del paisaje agrario, y la presencia de una agricultura intensiva que dinamiza a los secto214

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Tema 7. El espacio rural

res agrarios. Por su parte, la mecanización hace lo propio con la organización de los cultivos mediante rotaciones y la intensificación de las labores. Pero, también, en las actividades pecuarias posibilita el desarrollo de la estabulación, con incremento de los rendimientos. Otra innovación es que exige poca mano de obra, con la inmediata traducción sobre los paisajes agrarios de éxodos rurales por los excedentes de mano de obra.

3. LAS FORMAS Y SISTEMAS AGRARIOS Puede hablarse de dos grandes tipos de formas agrícolas, las tradicionales y las evolucionadas, y en ellas se han dado desde las recolecciones silvestres, los cultivos continuados por acumulación de trabajo, hasta los intensivos en rotación o científicos. El esfuerzo se ha dedicado a la obtención de una variada gama de productos, desde los básicos alimentarios hasta los cultivos ganaderos e industriales. Sin embargo, las formas tradicionales encubren gran cantidad de variantes y situaciones.

3.1. Los sistemas tradicionales De ellos dependen más de 1.500 millones de personas, que explotan unos 350 millones de hectáreas (unos diez millones son campos temporales, y con 75 millones de hectáreas de bosque devastadas anualmente para cultivos). La presión demográfica explica la entidad y el incremento superficial que tiene en la actualidad, aunque exige gran cantidad de esfuerzo y proporciona débiles rendimientos comparativos con los sistemas evolucionados. La demanda ha aportado dos soluciones: el abandono de los terrenos menos rentables (con su transformación en eriales) y la intensificación del regadío. Luego, las Revoluciones Verdes se han ido encargando de introducir novedades técnicas y jurídicas, aunque el objetivo es cubrir las cada vez más altas necesidades de una población creciente, de lo que se ocupa una fuerza de trabajo que representa dos tercios de la existente en el mundo. El resultado es un incremento de las producciones agrarias, que suele correr a cargo de explotaciones tecnificadas y empresariales. Y la tecnificación expulsa a esa mano de obra excedentaria, con lo que se clarifica el problema en el campo pero se complica en las ciudades. Con todo, el nuevo capitalismo y el auge demográfico presionan sobre las explotaciones, lo que hace disminuir la disponibilidad de tierra per cápita. Pero atraso técnico y presión sobre el suelo presentan caras muy diferentes en los diversos lugares del planeta.

3.1.1. Las formas primitivas En casi todos los lugares se han fundado en el bosque, que en la zona templada ha proporcionado gran cantidad de frutos, bien directos o bien en harinas, materias grasas, bebidas, productos para transformación (como el corcho, resinas...), raíces para consumo humano, hojas para animales, etc. En la ecuatorial y subtropical permanece más arraigada la recolección, porque la selva sirve como refugio a comunidades desfasadas. Frutos, tubérculos, yemas, pulpas, fibras... sirven para alimentar y como complementos curativos. En las regiones secas se recogen tubérculos, dátiles, papayas, savias, bayas…, cáñamos y espartos para textiles y utensilios, breas y gomas, etc. En casi todas las latitudes la cosecha de gramíneas es recolectada, dada la profusión de variedades de granos, que ha alumbrado su conversión en cultivo al representar la primera forma de explotación sistemática del mundo vegetal. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Tras los recolectores se encuentran los nómadas con desplazamiento del ganado en busca de pastos, si bien pastoreo y caza a menudo van asociados. El tipo de ganado desplazado es diversificado (caprino, lanar, renos, camellos...), y los movimientos pueden ser a cortas o largas distancias. En el interior de los desiertos se da el desplazamiento irregular, mientras los estacionales están en relación con las lluvias, con largos recorridos en busca de contrastes climáticos, y que conllevan el correspondiente de la tribu; y en la montaña, ya que el frío invernal obliga a buscar los valles o el llano. En todo caso, el nomadismo se encuentra en retroceso, por imposiciones políticas que impiden desplazamientos transfronterizos, por implantación de políticas sedentarizadoras (con modelos individuales y colectivos), y por su reemplazamiento por el seminomadismo (dispone de las variantes desértica, esteparia y de desplazamientos cortos). Una alternativa es la trashumancia mediterránea, que intenta aprovechar los pastizales de las estaciones contrastadas; en verano se asciende a la montaña buscando prados frescos, y en invierno se desciende a las llanuras huyendo del frío de altura. Presenta las variantes directa (de llanura a montaña y viceversa) e inversa (que afecta a los bovinos). Otra forma tradicional es el cultivo itinerante, que implica un trabajo voluntario, generalmente asociado a la vida pastoril. El lavado de los suelos ecuatoriales, la desnitrificación en los templados, y la falta de agua en los secos forzaban a las migraciones. Así la itinerancia corresponde a un cierto nivel de civilización, que incluso impuso variantes. Una de ellas se corresponde con el desmonte y cultivo sobre cenizas, tradicionalmente europeo, pero también de zonas selváticas. Labores muy superficiales y el abono de las cenizas hacen rendir poco y agotan los nutrientes rápidamente. Pero también en las sabanas se ha de recurrir a la quema del herbazal para fertilizar el suelo. En todos los casos se trata de cultivos fugitivos, apoyados en la migración agrícola. El retroceso de la agricultura itinerante (que no vuelve al mismo lugar) o cíclica (retorna periódicamente) es un hecho al constatarse el descenso de la superficie dedicada, pero ha aumentado el número de personas que dependen de ella (250 millones). Y sólo pervive donde las comunidades y densidades humanas son bajas, porque se trata de sistemas despilfarradores de suelos. Las técnicas son muy elementales y los instrumentos rudimentarios. Se trata primero de seleccionar el terreno, talar los árboles (o quemar), sembrar policultivo (maíz, mandioca, ñame, mijo...), practicar alguna escarda y las cosechas escalonadas. El paisaje que resulta es muy difuso, la dimensión de las tierras explotadas varía mucho (depende de la presión demográfica y de las posibilidades del terreno, pero oscila entre una y dos hectáreas por familia), etc. Incluso todavía suele ir asociada a la caza y a la recolección, y dispone de alternativas: reducir el barbecho al no poder ampliar la superficie de cultivo, con lo que se rompen equilibrios ecológicos; y recibir ayudas técnicas para adoptar cultivos apropiados, con lo que se convierte en sedentaria. Ejemplos en la zona más extendida, la tropical húmeda, no faltan: conucos venezolanos (con extensiones de 1 a 5 hectáreas y agricultura temporal de secano), milpas maiceros (la tierra puede durar cultivada más de quince años), los ray y mir vietnamitas (se adaptan a las condiciones naturales y no introducen desertización), el sistema de rozas africano, etc.

3.1.2. Las formas tradicionales transformadas Resaltan dos modalidades esenciales, forzadas por la presión demográfica: las agriculturas sedentarias tradicionales de secano y las intensivas de regadío. Pero se ha de contemplar la importancia del autoconsumo para catalogar el nivel de subsistencia alcanzado por el tipo de actividad desarrollada. Si el total de la producción es consumido por el productor es subsistencia; de vender una parte se trata de subsistencia parcial; y de vender la mitad aún puede ser considerada actividad de subsistencia (cuando supera 216

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Tema 7. El espacio rural

esos valores ya se está hablando de agricultura de mercado). Los rasgos de este modelo agrario sedentario pero desfasado son: empleo de fuerza animal o humana, autoconsumo y autoabastecimiento, predominio de cultivos destinados a víveres, y práctica mayoritaria en sociedades desfasadas. Los cultivos sedentarios con barbechos constituyen el paso más decisivo al establecimiento de poblaciones agrarias fijas. Se desarrollan muy ampliamente en el mundo tropical, y ya se trata de una agricultura preintensiva, que en África sigue siendo colectivista, mientras en Iberoamérica se ha capitalizado hurtando terreno a los minifundistas. Pero en todos lados deriva también de la escasez de tierras disponibles. Va ganando terreno a los sistemas extensivos tradicionales, los de campos temporales, pero sobre desequilibradas estructuras de la propiedad y notables incapacidades productivas. Por el contrario, el arrozal de regadío intensivo permite la alimentación a dos mil millones de personas en el continente asiático. Una variante de agricultura tradicional es la sedentaria africana, donde se complementa la ganadería con la agricultura, que recibe los abonos y desarrolla rotaciones de cultivos de acuerdo a la calidad de los suelos, y con un sistema individualista de explotación de policultivo, con distribución en círculos, hortícolas los próximos a la vivienda y los más alejados los que requieren menor requerimiento de tareas manuales. Es una agricultura de subsistencia complementada con palma de aceite y ganadería testimonial, con múltiples variantes. Mayor importancia tiene la agricultura de subsistencia asiática de arrozal. El riego permite el aprovechamiento continuo de la tierra, con hasta tres cosechas obtenidas al cabo del año. Así los rendimientos son altos, lo que a su vez explica las altas densidades en el campo. Sin embargo, las técnicas son elementales, aunque se usan las aguas por medio de complejos sistemas de diques, se rectifican colinas con el trazado de terrazas, y se aprovechan todas las tierras de valle. Exige mano de obra abundante, porque la dedicación es alta (desde el plantel, trasplante, riego, adecuación de fangos en las tierras, arado y nivelación de suelos, despejado de canales, etc.). Pero hay que distinguir entre arrozal extensivo (sobre llanuras inundables, con baja presión sobre el suelo y aprovechamiento de aguas de lluvia, y que es capaz de conseguir dos cosechas anuales), y el intensivo (que hace uso de aguas fluviales, se emplaza sobre fondos de valle o terrazas aprovechando complejos sistemas hidráulicos, y que en determinados lugares merced a la implantación de semillas de crecimiento rápido –hasta en tres meses se ha logrado acortar su ciclo vegetativo– puede ofrecer tres cosechas al año). Los rendimientos difieren según la intensidad del cultivo (en Corea unos 6.000 kg./ha, en China 5.000, en Indonesia 4.000...), y de la tecnología utilizada (en el Mekong se usan los tractores en explotaciones superiores a 4 hectáreas). La agricultura tradicional de subsistencia también perdura en sistemas agrarios como el openfield, bocage y en los diversificados mediterráneos, donde agricultura y ganadería son complementarias. En el openfield domina la pequeña propiedad y excesiva parcelación, con la combinación de lo individual y comunal organizado en tres anillos alrededor de los núcleos poblados: uno concéntrico en torno al poblamiento de explotación intensiva (hortalizas, forrajes...), otro excéntrico, de campos abiertos y producción cerealista, y un tercero de saltus usado como pastizal, aprovisionador de leña y explotación comunal. Es una organización típica de las economías agropecuarias. En el bocage las parcelas son cerradas, con una parte de la producción destinada a autoconsumo y otra al mercado, y no existe la explotación comunal. Pero también ganadería y agricultura se complementan. En los paisajes diversificados mediterráneos hay sistemas originales, ya que las difíciles condiciones ambientales imponen cultivos adaptados, cereales y arbustivos, mientras la montaña permite la explotación ganadera. Es una agricultura de subsistencia, con ganadería trashumante, tanto más arcaica cuanto más aparezca la montaña, el latifundio y los cultivos intensivos de huerta. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

3.2. Las formas intensivas, especulativas o capitalistas 3.2.1. La agricultura de plantación Configura una modalidad dedicada a cultivos alimentarios o industriales, con alto empleo de mano de obra, pero capitalista por el destino de productos a la exportación. Presenta dos modalidades, la plantación y la pequeña plantación campesina (que generalmente trabaja y produce para la grande). Pero una plantación es una gran explotación tropical con mano de obra asalariada en condiciones de trabajo más industrial que agrícola. Dispone, pues, de las siguientes características: especialización de cultivos por zonas, técnicas de recolección racionales, unidades cooperativas, mano de obra especializada, producción masiva, y fuertes inversiones. Se emplaza en países de colonización y dedica sus productos a la exportación, y presenta la variante de cultivos bajo contrato, con campesinos que producen para la gran plantación. La tierra controlada por la plantación suele ser mucho más extensa que la cultivada (la marginal es la entregada a los trabajadores para cultivos de subsistencia), se dedica a monocultivos, y capitaliza la explotación con la construcción, incluso de infraestructuras básicas. Su orientación es especulativa, porque suele dedicarse a la explotación de los cultivos más demandados en los mercados mundiales. Pero hoy pierde peso, desde el momento en que medianos y pequeños propietarios trabajan para ellas, lo que les evita la realización de grandes inversiones, y en que se han ido transformando en intermediarias del agro-negocio. En Iberoamérica se implantaron como frentes pioneros de colonización y las amplias propiedades derivaron de las concesiones de tierras durante el periodo colonial. Con los ferrocarriles fueron avanzando hacia tierras interiores, disponiendo de trabajadores inmigrados o de indígenas, a los que se concedían parcelas para el cultivo de subsistencia. Se han dedicado a cultivos específicos como el café, banano, etc. Y las grandes haciendas son evoluciones de las tradicionales plantaciones de café, que hoy combinan cultivo con ganadería. Se ha tratado de evitar la dependencia de un solo cultivo, debido a unos precios controlados desde el exterior, y muy sometidos a fuertes fluctuaciones. Se han mecanizado, e introducido forrajes, fertilizantes químicos, ganadería asociada, etc. Es, pues, un fenómeno que combina lo tradicional (el uso de mano de obra abundante) y moderno, y es típico todavía de las fronteras agrícolas (especialmente en Brasil). En el resto de continentes atrasados su expansión fue más tardía, y su orientación es más diversificada. En África el influjo europeo alumbró dos tipos de plantadores, indígenas (que combinan el cultivo comercial con el de subsistencia) y el exportador. Luego hay diversidad por regiones; así en Liberia la dedicación es al caucho, en Zaire a palmera de aceite, etc. En Asia la diversidad es mayor por la abundancia de mano de obra, bajos salarios y abundancia de puertos exportadores. Aquí aparecen las variedades: estates bajas, plantaciones de sociedades emplazadas en valles de baja altitud; las estates medias, propiedad de chinos; y los smallholdings, en llanuras litorales, propiedad de chinos y malayos. En general se trata de una agricultura tradicional muy transformada, que ha ido diversificando cultivos e industrializando los mecanismos de explotación. Actualmente se dedican a productos de uso industrial (látex, fibras vegetales...) y a otros de consumo directo humano (banano, cítricos...) o que implican manipulación industrial (caña de azúcar, cacao, grasas vegetales, té, café, tabaco...). En conjunto contribuyen con la quinta parte del comercio mundial de productos agropecuarios. Pero mientras algunas progresan (algodoneras, tabaqueras, plantaciones de hevea...) otras se estancan (fibras tradicionales como el yute, sisal...), la mejor prueba de que están a expensas del comercio 218

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Tema 7. El espacio rural

mundial. Progresan más las dedicadas a cultivos de consumo humano, tanto por incremento de la población mundial, como por el ascenso del nivel de vida en los países desarrollados, los principales compradores. Entre ellas resaltan las frutícolas, azucareras, licoreras..., y las explotadoras de productos estimulantes (café, té, tabaco...), las más tecnificadas porque suelen exigir transformaciones industriales. Y la plantación campesina va ganando terreno a la gran plantación, mientras ésta resiste en los cultivos que exigen grandes infraestructuras de acondicionamiento (hevea, banano...). La gran plantación retrocede sustituida por las empresas agrarias capitalizadas individuales (para quienes trabajan los pequeños campesinos), y por las pequeñas plantaciones campesinas (que hacen uso del trabajo familiar).

3.2.2. Las agriculturas evolucionadas En los países industrializados domina la agricultura de mercado, sobre todo en la zona templada donde se alcanzan las mejores condiciones climáticas para su desarrollo; y a ello se han adicionado los medios técnicos necesarios. Con ello se ha incrementado la rentabilidad y se ha transferido mano de obra excedentaria a otros sectores económicos. Y estas agriculturas capitalistas combinan la explotación de cultivos con la ganadería, puesto que sus objetivos son comerciales. Las ventajas se identifican con la variedad de productos, la alta rentabilidad, la producción a escala y tecnológica, etc. La producción se adecua a las necesidades del mercado en calidad y variedad de productos. Se trata de modelos agrarios en los que se combinan formas tradicionales y especulativas, que conjuntadas alumbran la superproductividad, con la introducción de especies de alto rendimiento, la intensa mecanización, los modernos sistemas de rotación de cultivos, la preparación técnica de los agricultores... De ahí los excedentes acumulados en algunos lugares (en Europa vino, cereales, derivados lácteos, carne...). Ello permite también la existencia de cabañas ganaderas estabuladas, altamente productivas. La renovación puede catalogarse de revolución, ya que no sólo ha incidido en la producción, sino que ha tenido repercusiones sociales en el campo, pero también financieras, económicas, etc. Así, frente al descenso de los activos se han incrementado los rendimientos, y ha subido la renta media por agricultor. Sin embargo, estas agriculturas también padecen subproductividad en algunos artículos, y de ahí que instituciones, nacionales o supranacionales, intervengan subvencionando a los cultivos deficitarios (y sancionando a los excedentarios). Y también se irradian las actividades agrarias altamente especulativas, las tecnológicas, entre las que es preciso mencionar los cultivos hidropónicos, sobre suelos artificiales, como ocurre con el de flores ornamentales; el cultivo en turba, en los países nórdicos; el enarenado, consistente en superponer a una capa de estiércol otra de arena, lo que permite la obtención de tres cosechas al año debido a la conservación de la humedad del suelo; el cultivo bajo plástico, que crea las condiciones microclimáticas para la obtención de un producto fuera de temporada; el cultivo por goteo, que no requiere mucha mano de obra, es aplicable a cualquier tipo de terreno, y su objetivo es el aprovechamiento integral de los recursos hídricos; etc.

3.2.2.1. En la Europa comunitaria Es muy compleja porque existe la especialización regional, y porque pervive la herencia del pasado (cultivos, formas de propiedad...), con el contraste entre openfield y bocage y la trilogía agraria mediterránea. Pero todos han conocido transformaciones drásticas en las últimas décadas por imposición de las condiciones del mercado. Han experimentado una reciente revolución agraria, con éxodo rural y nuevas formas y explotaciones, con el papel GEOGRAFÍA E HISTORIA

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director de la PAC (Política Agraria Común). Se ha desencadenado un enorme éxodo rural que ha hecho casi desaparecer las explotaciones reducidas (que a su vez ha expandido el papel de las ciudades, al desaparecer muchos servicios básicos en las áreas rurales). Se ha envejecido el campo, ha descendido el número de jornaleros, se han mecanizado y tecnificado las explotaciones, han crecido de tamaño por concentraciones parcelarias, se han difundido los abonos químicos, los fertilizantes, herbicidas y pesticidas, etc. Todo ello ha favorecido la integración de la agricultura en el mercado, si bien su contribución al PIB comunitario sigue siendo muy baja, y en descenso. Un modelo altamente productivo es el de la agricultura intensiva, con uno de los mejores ejemplos mundiales en los pólders holandeses, uno de los exponentes de la transformación. Se trata de un suelo fabricado o rectificado, altamente productivo a pesar del dominio de la pequeña propiedad, porque son altos los niveles formativos de los agricultores, por el dominio cooperativista, por la notable inversión de capital, y por la elección de cultivos de alta demanda. Luego la aplicación de métodos científicos a la explotación ganadera, como la rígida selección de razas, complementa la rentabilidad elevada. Dominan, pues, sectores de praderas en regiones bajas, conquistadas al mar, cultivos extensivos en pólders modernos, hortícolas en los cinturones urbanos, y una ganadería seleccionada y estabulada de enorme rentabilidad. Es una actividad agropecuaria resultado de un esfuerzo organizado, con un campesino tradicional sustituido por otro moderno y preparado que se traduce en un nivel notable de eficacia. La PAC, que surge como un conflicto de intereses entre productores y consumidores, y entre países miembros, como una política aislada del resto de la política económica. El conflicto de intereses es entre los países del Norte y los mediterráneos, y del cual salieron unos principios (unicidad de mercado, preferencia comunitaria y solidaridad financiera) encargados de construir la Europa Verde. Y logros (modernización de la agricultura, incremento de los rendimientos y de la productividad, y la creación de una agricultura muy eficaz), y contradicciones (elevados excedentes, protección a los precios, consolidación de zonas menos favorecidas –que disfrutan de ayudas al ganado, a inversiones colectivas, a modernización de explotaciones, a actividades complementarias...–, el incumplimiento del principio de preferencia comunitaria, etc.). Como estructuras resultantes aparece una agricultura políticamente sostenida con precios altos; e incluso con dos agriculturas, una familiar de tamaño insuficiente y otra regionalmente especializada. La familiar pone de manifiesto la importancia que todavía tienen las pequeñas y medianas explotaciones; se trata, por tanto, de una agricultura, intensiva y tecnificada, pero con dimensiones insuficientes y abundancia de explotaciones marginales y agricultores envejecidos. Se debe reducir el número y aumentar el tamaño para obtener no sólo mayor rentabilidad, sino mejores niveles de vida en el campo. Además, crece la agricultura a tiempo parcial y se consolida la gran explotación, que domina junto con la de tipo medio. Pero ello impide que la familiar pueda competir con las otras, y hace que se vea relegada en el proceso renovador. Y además también crece el arrendamiento. Con referencia a la especialización regional, las regiones de más peso agrario sobre el VAB total en su economía son las mediterráneas, que frente a la cantidad de gente que vive en el campo da lugar a fuertes desajustes económicos. Domina la producción ganadera, una actividad industrializada y capitalizada. En agricultura los cereales, con elevados rendimientos en la Europa continental y más bajos en la mediterránea. Frutas y hortalizas son cultivos especializados, como también el viñedo. Así la Unión Europea se ha transformado en una gran potencia agropecuaria, pero esa posición no va acompañada de estructuras agrarias competitivas y precios no intervenidos. Todo pasa por redimensionalizar las explotaciones y acabar con los fuertes excedentes de población agraria existente en algunos países, un panorama complicado con la entrada de nuevos miembros. 220

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Tema 7. El espacio rural

3.2.2.2. En Norteamérica En EE UU y Canadá se padecen menos contrastes, sustituidos por una agricultura especulativa que parte del racional sistema de distribución de la tierra, inserta un elevado consumo de productos industriales, y alcanza un alto nivel de dependencia del mercado mundial. Por ello sólo introduce los productos más rentables, tanto la tradicional que ha evolucionado a comercial, como la comercial propiamente dicha. Es una agricultura industrial muy evolucionada, que acapara poca mano de obra, muy sujeta a la (PAA) Política Agraria Americana. Dispone de paisajes agrícolas diferenciados. A oriente dominan las pequeñas y medianas explotaciones destinadas a atender las necesidades de las ciudades, mientras hacia en el sur e interior las grandes extensiones se orientan al mercado mundial. Por una parte el rang canadiense, implantado por los franceses, sigue una disposición del parcelario (en longueras) paralelo a vías de comunicación. Y el sistema township domina en el oriente de EE UU, con cuadrados de 6 millas de lado, con 36 secciones de una milla cuadrada (259 hectáreas). Hacia el interior el parcelario se ajustó a la rentabilidad del suelo, y ya en las montañas y piedemontes orientales se impuso el ranching para ganadería extensiva, con una milla cuadrada por cabeza de ganado, y sin geometrización debido a la imposición del relieve. El colapso de 1929 forzó a la reducción de explotaciones, con lo que aumentó la superficie media de las que se mantuvieron, lo que a su vez permitió la rápida y rentable mecanización del campo. En ellas la producción ganadera siempre tuvo gran relevancia, mientras los belts especializados en cultivos concretos se van diversificando por imposición del mercado mundial. En el interior subsiste el dry farming, agricultura de secano extensiva, con barbecho, debido a la amplia disponibilidad de tierras y a lo relativamente barato de su explotación; pero la pérdida de suelos ha introducido técnicas como el laboreo siguiendo las curvas de nivel o bien el establecimiento de pantallas de arbolado, que en ocasiones transforman un openfield en bocage. Se trata de una agricultura científica, con adaptación de la maquinaria a los cultivos e integración en la industria, con uso masivo de fertilizantes, herbicidas, etc. La estabulación y la reducción de tierras de cultivo han traído un fenómeno contradictorio, pues mientras se han reducido extensiones de cultivo de secano y ranchos ganaderos se ha incrementado la producción final, la mejor prueba de que la rentabilidad deriva de los medios utilizados. Domina todavía la explotación familiar (96% de las totales), si bien un papel esencial lo desempeñan las sociedades, que ya generan la cuarta parte de la renta agrícola. La explotación media dispone de unas 170 hectáreas, aún insuficiente para elevar la renta de los agricultores. La concentración de propiedades es un hecho en el Oeste, en los ranchos, donde las multinacionales han creado auténticos imperios pecuarios o agrarios. La investigación agronómica y zootécnica son no sólo complementos, sino necesidades del sistema productivo, así como las cooperativas en la prestación de servicios. Hoy se trata de una agricultura de producción industrial, con empresas capitalizadas que buscan tipos estándar de productos, producción masiva, técnicas de organización, y usos de tecnología sofisticada como la informática aplicada a la agricultura. Luego se asocia a firmas comerciales, lo que implica la existencia de agricultores que trabajan para grandes firmas o cadenas alimentarias. De ahí que el control de la agricultura esté en las grandes ciudades, en los consejos de administración de grandes transnacionales. Además, el Estado subvenciona a la agricultura, financia las grandes obras hidráulicas, realiza préstamos a bajos intereses, garantiza precios mínimos, etc. Como resultante, la agricultura tradicional ha sido devorada por la comercial especulativa, por la superproducción exigida y por la integración con la industria. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

La PAA se sustenta en cuatro principios: protección al agricultor, adaptación de la producción a las demandas y coyunturas del mercado mundial, penetración en mercados exteriores, y uso de la producción como herramienta. Superado el colapso de finales de los treinta la PAA entra en una etapa de proteccionismo interior y conquista de los mercados mundiales; para ello subvencionó a los agricultores, sostuvo los precios, consiguió excedentes agroalimentarios y forzó la retirada de tierras poco productivas. Desde la gran crisis económica de 1973 entra en otra faceta, que hace uso de los recursos agroalimentarios como arma alimentaria, que luego ha desembocado en guerras comerciales con la Unión Europea. En esta segunda fase ha mantenido altos los niveles de protección mediante subvenciones indirectas, y ha acumulado producciones, hecho que obligó a la retirada de nuevas tierras de cultivo. Actualmente rige la especialización en climas aptos, y el mejor reflejo se encuentra en los grandes cinturones del medio-Este, especializados en cultivos forrajeros, derivados lácteos, soja, maíz, tabaco, algodón, cacahuete, belt mixtos, etc. Y también en las regiones de cultivos hortofrutícolas, haciendo uso de diversos sistemas de regadío. Pero el principal defecto de esta política es la acumulación productiva, lo que motiva unos niveles de protección y subvención muy superiores a los europeos. Se trata de una agricultura compleja, subvencionada, de grandes unidades, explotación familiar y empresarial, mecanizada, inserta en redes de comercialización, e industrializada, y en suma centrada en grandes inversiones en sectores hortofrutícolas y ganadería industrial.

3.3. Las agriculturas socialistas La extinción de la propiedad privada introdujo una nueva organización de las explotaciones en cooperativas, un modelo soviético que luego se irradió a su órbita (si bien también se han aplicado parcialmente en otros modelos capitalistas, como el israelí, el mexicano, el argelino...). El ex soviético incluso coincide con el especulativo americano en la geometrización del espacio agrario, si bien sus factores socioeconómicos son radicalmente diferentes. De todos modos los resultados de los sistemas agrarios socialistas han sido muy dispares según los lugares donde han sido aplicados; así, en la ex URSS la agricultura fue secundaria en la economía mientras adquirió primer plano en China. Luego, la caída del sistema socialista durante la década de los ochenta ha logrado introducir profundas modificaciones en las estructuras y hasta en los paisajes agrarios, con el mejor exponente en la nueva China, donde incluso el empresariado ha hecho su aparición.

3.3.1. Las agriculturas ex soviética y oriental europea A diferencia de la agricultura científica capitalista la soviética contó con altas densidades de población, y el arraigo en sistemas tradicionales de explotación. Con anterioridad a la revolución el sistema era análogo al europeo, con openfield y pequeña propiedad frente a grandes latifundios. Pero la revolución introdujo la redistribución de la tierra, con unas primeras organizaciones agrarias, los kog (asociaciones para la realización de trabajos comunales), artel (colectividades de productores), y comunas (organizaciones con bienes grupales). Se repartieron los grandes latifundios, y proliferó el minifundio, con lo que se estancó la producción. Sin embargo, pronto se comunalizó la tierra, en una fase de colectivización emprendida en 1928, con la organización de la producción en dos tipos de cooperativas: los koljoses, aldeas de gran tamaño administradas por un consejo, donde todo era colectivo con la excepción de la vivienda individual rodeada del un huerto de explotación individual (el dior, con menos de 0,50 hectáreas), el realmente encargado de mantener 222

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Tema 7. El espacio rural

buena parte de la producción; y los sovjoses, resultantes de la fusión de varios koljoses o de su transformación tras la Segunda Guerra Mundial, granjas estatales con funcionamiento empresarial, de enorme extensión y monocultivos, que permitían la mecanización y la especialización. La célula básica del koljós era la brigada, de área agrícola o tecnológica, la primera encargada de los cultivos y aprovechamientos y la segunda especializada en un sector concreto, ganadero, fruticultura... Contaba con servicios, y era más una empresa que una explotación, ya que disponía de las MTS (Estaciones de Máquinas y Tractores). Pero después de la Segunda Guerra Mundial las MTS fueron reconcentradas, al tiempo que se incrementó el tamaño. En koljós y sovjós el hábitat era concentrado debido a la fórmula cooperativista de explotación, con la excepción del norte de la URSS; la razón era que los gobiernos socialistas suprimieron las ayudas a los agricultores individuales forzándoles al abandono con el objeto de incorporarles a los centros establecidos. Las viviendas carecían de los servicios típicos de las explotaciones, porque esos menesteres correspondían a los centros de explotación. Puede decirse, por tanto, que las líneas socialistas en la ex URSS potenciaron con el tiempo a los sovjós en perjuicio de los koljós, una política o fórmula que luego se irradió a su órbita socialista, e incluso a China. En los países socialistas europeos se han seguido las directrices soviéticas, pero con tres fases de aplicación: una de planificación oportunista, hasta el final de la Segunda Guerra Mundial; otra de colectivización acelerada, con planes quinquenales y fundada en la actividad industrial, que duraría hasta mediados de los años cincuenta; y una última de reequilibrio, y ya de más largo plazo. Pero casi todas fueron implantadas más suavemente, si bien pueden distinguirse tres tipos de evolución: –

Países con colectivización casi total (Bulgaria, Hungría, República Democrática Alemana). Se desarrolló rápidamente con el tipo koljós, si bien en Hungría los colonos llegaron a conservar derechos individuales.



De colectivización suprimida, como en Polonia y Yugoslavia, donde llegó a instaurarse la conjunción de explotaciones individuales y cooperativas.



Con sector comunitario preponderante en las llanuras e individual, menos representativo en las montañas (Rumania y Checoslovaquia).

Los objetivos del modelo soviético irradiado fueron: colectivización, elevación del nivel técnico, organización de la producción, y equiparación a los medios de producción industrial. Se trataba de multiplicar los aspectos de la empresa productiva, incorporar grandes superficies y medios técnicos (químicos), desarrollar la especialización, y concentrar a la producción. Para ello se partía de dificultades, como la gran cantidad de mano de obra en el campo, la herencia histórica de ineptitud productiva, y hasta la hostilidad del medio. Para solventarlas se eliminó la propiedad latifundista y el absentismo, se crearon empresas de trabajo colectivo con el objeto de incrementar la productividad, el Estado se convirtió en protector de la agricultura, y se planificó tanto la producción como los precios. Primero se modificaron las relaciones de producción con reformas agrarias, con una colectivización que representó la desaparición de las desigualdades sociales en el campo y la posibilidad de tecnificar, salvando el arrastre de descapitalización existente con anterioridad. Sin embargo, la tecnificación nunca alcanzó los niveles de las economías capitalistas, como tampoco los resultados derivados. La planificación agraria, que partía de bases de racionalización, no logró los rendimientos esperados. Pero sí consiguió grandes infraestructuras, aunque el mayor rendimiento siempre correspondió a la iniciativa individual. Por ello, desde muy pronto (década de los años cincuenGEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ta) se intentó enderezar el rumbo por medio de la supresión de las MTS, un mayor relajamiento en el control de los koljós, la conquista de tierras vírgenes, etc. En los sesenta se habló del renacimiento de la agricultura debido a la duplicación de inversiones en el campo, reconversión y renovación de la maquinaria, y fijación de salarios garantizados a los empleados (a imitación de lo existente en los sovjós). Se llevó a cabo un proceso de integración y especialización que aportó un modelo pseudoindustrial, que tampoco generó los resultados esperados. De ahí que en los años ochenta las estrategias se dirigieran a la concesión de estímulos a los agricultores, con lo que se inició una de las últimas fases de reorganización; se aumentó la extensión de los lotes de explotación individual, y tierras de koljós y sovjós se arrendaron a familias, se alquilaron tierras a agricultores particulares, medios de producción... pero ya con periodos largos para estimular las inversiones. La propiedad continuó siendo colectiva, pero en la práctica los agricultores decidían cómo y qué se cultivaba. Es decir, que nació la agricultura familiar. Se ha tratado de cubrir las necesidades propias y del entorno socialista, pero las masivas importaciones son el mejor reflejo del fracaso político, que ha alumbrado estructuras agrarias anquilosadas y fuertes contradicciones (con alto desarrollo de algunos sectores y regiones y atraso en otras, pero también ha aportado la ganadería industrial). No ha sido fácil desmontar la infraestructura creada, y de ahí que pervivan todavía las grandes empresas agrarias estatales. Pero los koljós son muy autónomos, y sus dimensiones (unas 6.500 ha) menores a las de los sovjós (17.500), si bien los emplazados en mejores tierras han sido más extensos, mejor mecanizados y con mayor cantidad de parcelas entregadas a las familias. El poblamiento rural ha continuado muy jerarquizado, con 5.500 personas en los centros de distrito y sólo 200 en las brigadas, e incluso con cuatro niveles de poblamiento (centros de distrito, centros-sedes del soviet rural, dirección de koljós y sovjós en pueblos, y las sedes de las brigadas en aldeas), más las agrociudades, un intento de concentración en grandes cooperativas estatales.

3.3.2. La agricultura tradicional y moderna en China El modelo chino presenta caracteres diferenciadores, como las fuertes densidades y el sistema profuso y esencial de regadío destinado a la producción ricícola, necesario para alimentar a la sexta parte de la humanidad. El socialismo chino redistribuyó las tierras para luego ser decomisadas e integradas en comunas, grandes explotaciones que asociaban cultivo, transformación y comercialización. En una comuna la explotación se organizaba asignando parcelas a un grupo de trabajadores para su explotación temporal (el grupo formaba una unidad de trabajo denominada equipo); y el área compuesta por varias porciones trabajadas por otros tantos equipos ya podía disponer de maquinaria y edificios de explotación (estas áreas formaban unidades de trabajo denominadas brigadas); y varias áreas daban lugar a un núcleo de organización y administración, la comuna, que no era ni una organización estática ni uniforme en todo el territorio de China. Pero todas las comunas tenían en común la posesión colectiva de la tierra, la disposición de fábricas, escuelas y centros sanitarios, y estar divididas en brigadas y equipos de producción. En los años sesenta se llevó a cabo una Revolución Verde que mecanizó parte del campo y difundió nuevas técnicas y mecanismos. Pero a finales de los años setenta Deng Xiaoping procedió a la descolectivización del campo, a la liberalización de las fuerzas productivas, que introdujo disfuncionalidades, pero disparó la producción del campo. Nació el sistema de responsabilidad que ha difundido a la agricultura familiar, irradiando los contratos de trabajo, aumento de los lotes individuales, venta libre de los productos obtenidos, etc. En la práctica todo se ha ido limitando hasta la extinción de las comunas, brigadas y equipos, 224

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Tema 7. El espacio rural

lo que ha traído consigo el desequilibrio en el campo, su empresarialización, el excedente de mano de obra, el abandono estatal a las infraestructuras (que cada vez van siendo más disfuncionales), el retroceso de la superficie regada, la pugna por el agua entre los agricultores, la caída de los precios de los productos en los mercados libres por exceso de oferta, etc. Pero ha subido el nivel de vida de los agricultores y la producción ha aumentado, hasta el punto que China se ha convertido en exportadora de algunos productos agroalimentarios. Puede decirse que la política china se ha caracterizado por la flexibilidad, pero ha incorporado también técnicas, ampliación de superficies cultivadas, y adaptación de los sistemas de explotación al tipo de célula organizativa y a la inversa. El progreso agropecuario es indudable, pero desajustado, pues requiere de grandes producciones de derivados animales y ajustar las nuevas estructuras agrarias a las necesidades presentes. Así, transferir la propiedad a los agricultores sustituyendo el sistema de arrendamientos y alquileres (similar al ex soviético), para capitalizar el campo, y ejercer control sobre los recursos básicos, como el agua, esencial en un país donde domina la agricultura tradicional intensiva ricícola.

3.3.3. Otras agriculturas socialistas En países no socialistas se han introducido variantes llamativas, entre las cuales resaltan las explotaciones colectivas en Israel, que se compaginan con las privadas. Pueden ser de cuatro tipos, si bien luego se afilian y dependen de los partidos políticos (Trabajadores Unificados, Partido Laborista de Israel, y Mapai): –

Kibbutz, centros de explotación donde todo es de todos, incluso la administración desarrollada por la asamblea de los miembros.



Moshav Shitufi, que a diferencia de los anteriores los miembros son asalariados.



Moshav Oudim, grandes cooperativas integradas por campesinos que trabajan explotaciones individuales siendo el beneficio y los instrumentos de trabajo privados.



Maabaroth, cooperativas generalmente orientadas al monocultivo cerealista, y cuya finalidad es fijar a la población inmigrante.

Es un sistema híbrido que ha aportado excelentes resultados, con el mejor en la autosuficiencia productiva, que ha convertido a este país en el único del Próximo Oriente capaz de atender a sus necesidades y permitirse exportaciones en buen número de productos. La introducción de este sistema deriva de varias necesidades: colocar a las corrientes de judíos inmigrados, muchos de los cuales vienen de países de la antigua esfera socialista, sin conocer otros sistemas agrarios, lo que explica el relanzamiento que han tenido estas fórmulas cooperativistas; y la aplicación de la moderna tecnología de que dispone, como único país desarrollado de la región (es en estas unidades agrícolas donde pueden implantarse innovaciones debido a su emplazamiento en zonas áridas, como los cultivos higropónicos, enarenados....).

4. MODERNAS IMPLICACIONES DE LAS ACTIVIDADES AGRARIAS EN EL MUNDO En los países desarrollados la agricultura decrece en el producto interior bruto y en el empleo, mientras se incrementa su productividad y la acumulación de excedentes. Pero proporciona al desarrollo económico cinco elementos clave, entre los que por áreas (incluiGEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

das las subdesarrolladas) cabe establecer matices. Primeramente al ser alto el crecimiento demográfico en los países desfasados se ve estimulada la demanda de productos agrarios, si bien la imposibilidad de cubrirlos opera negativamente en la subida de los precios. En segundo lugar proporciona exportaciones cada vez más diversificadas. Luego, transfiere fuerza de trabajo a los sectores no agrarios, que en el mundo del subdesarrollo parece ilimitada. Asimismo, la agricultura compone la principal fuente de capital para el crecimiento industrial. Y por último es un mercado para la industria, de tal modo que una agricultura pobre puede dificultar fácilmente el desarrollo industrial (se necesita incrementar los ingresos netos de los agricultores si se desea que la población rural ejerza como estímulo para la producción industrial). Además, la agricultura moderna ha introducido también tres novedades: –

La variación del peso relativo de las compras y ventas, adquiriendo los que permiten incrementar la producción y la productividad. Hoy la tierra ha dejado de ser un factor limitativo (incluso en los países desarrollados decrece la utilización para fines agrarios, mientras crece para usos no agrarios). Se han sustituido compras en función de las variaciones en sus precios e incorporado técnica, capital y conocimientos que se compran fuera de la agricultura, son producto de la investigación, y se utilizan a corto plazo.



Se incrementa como resultado la productividad, que se atribuye al cambio técnico (mejora biológica de las variedades de cultivos, de los nutrientes, de las técnicas de plantación, de nuevos cultivos ajustados al mercado...).



Se ha insertado en la trama productiva y vinculado a otros sectores económicos (hoy la agricultura se relaciona con los demandantes finales a través de la industria agroalimentaria, y por ello el agricultor debe de funcionar como un empresario en la búsqueda de productos y actuaciones competitivas).

Pero los recursos agrarios están desigualmente distribuidos en el mundo, y el empleo de la tecnología también es dispar. El desarrollo agrario sigue, así, líneas divergentes en aplicaciones múltiples (tecnología mecánica, biológica...). Por ello puede hablarse de tipologías agrarias: –

Países de colonización más reciente, donde prima el recurso tierra, con productividad alta del factor trabajo, pero baja de la tierra por unidad de superficie. Sus expectativas productivas son elevadas.



Países de Asia Oriental y algunos iberoamericanos y hasta africanos, con escasez de tierra y abundancia de trabajo, hechos que imponen productividad alta de la primera y baja del segundo, con lo que las expectativas son medias.



Países con equilibrada dotación de recursos, entre los que se encuentran los europeos y norteamericanos, con buenas perspectivas.

En los países más avanzados es donde se están consiguiendo las rentabilidades más elevadas debido a la alta capacidad de sustitución de unos factores declinantes por otros pujantes. La clave del crecimiento agrario se encuentra en la alteración de la función de producción hacia la tendencia a largo plazo de la dotación de factores. Por contra, en los subdesarrollados trabajo y tierra rinden poco, y las intervenciones públicas (subvenciones, políticas de precios...) alteran los precios de los factores y distorsionan la asignación de recursos (por ejemplo, mecanizando pronto una agricultura que luego se resiente de la retirada de subvenciones). De ahí derivan inadecuaciones y carencias de sustitución de factores; son estrategias a corto plazo y, por tanto, muy sensibles a mutaciones negativas. 226

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Tema 7. El espacio rural

Hoy la agricultura mundial padece la existencia de unidades de producción pequeñas, lo que se traduce en ingresos reducidos por explotador. También las diferencias alimentarias son enormes entre las distintas partes del mundo. Y por último los niveles de inserción en el mercado son desde altos a nulos, según el lugar del planeta que se analice. Lo grave es que todas esas disparidades se dan en la ocupación humana más universal y base de otras actividades económicas; entre ellas sólo sale beneficiada la agricultura que ha sido capaz de concentrar el capital, la de los países desarrollados. Mientras, en los subdesarrollados las agriculturas se muestran cada vez más ineficaces a la hora de cubrir las necesidades agroalimentarias de sus poblaciones, con la excepción china. Por el contrario, los países del Norte acumulan excedentes que llevan a guerras comerciales entre los grandes, la UE y EE UU. El cambio es sustancial, porque hasta mediados de siglo era al contrario, los desarrollados dependían en buena medida de importaciones agrarias procedentes de sus antiguas colonias en el Sur. Y esa mutación es favorable para el Norte pero muy negativa para el Sur, porque se ha llegado a una situación de hambre acusada en muchos lugares. La relación entre producción y disponibilidad calórica es muy disfuncional en las áreas subdesarrolladas, de lo que se deduce que los contrastes espaciales entre producción y uso de alimentos es uno de los rasgos de la agricultura reciente. Las disparidades productivas limitan el equilibrio alimentario mundial, por lo que puede hablarse de países excedentarios, como EE UU y Canadá (principales productores mundiales de dos productos básicos como trigo y maíz, y con más de la mitad de los excedentes mundiales de estos productos), los comunitarios, más Argentina y Australia (y hasta Brasil, con excedentes de oleaginosas). Pero también de deficitarios, estructurales o coyunturales; entre los primeros resaltan casi todos los subdesarrollados, pero especialmente la ex URSS (con sus mantenidas importaciones de cereales), y entre los segundos casi todos los asiáticos (que dependiendo de las malas cosechas verifican entre ellos intercambios de arroz). Por ello, y al margen de productividades, la evidencia es un subconsumo alimentario humano, especialmente grave en los países subdesarrollados, y que afectando a amplios contingentes de población lo hace con especial virulencia sobre las poblaciones jóvenes, luego plasmadas en inaptitudes laborales. Esta situación es grave en África y Asia, donde, además, se agudiza en términos absolutos. El comercio mundial de productos agroalimentarios está dominado por los países ricos, que intercambian entre ellos, dedican cada vez mayores superficies y producciones a consumo ganadero, y disponen de más de dos terceras partes de las exportaciones mundiales de estos recursos (con la excepción de bebidas y productos tropicales), lo que representa un muy fuerte desequilibrio para el Sur. Un comercio, por lo demás, con precios en poder de quienes lo ejecutan, los países ricos. La producción de semillas y aceites tropicales sigue siendo fundamental en el mundo del subdesarrollo, pero sin controlar su comercio. Y el comercio mundial está dominado por los cereales (trigo, arroz y maíz, por ese orden). De modo que la producción esencial del Sur (semillas, aceites y arroz) y el consumo en el Sur (trigo, maíz, arroz) están controlados desde y por el Norte. Lo grave de la situación es que los poderosos del Norte se han convertido no sólo en productores masivos, sino en controladores de los precios, mientras los sometidos del Sur han pasado a compradores y dependientes de las oscilaciones de unos costes puestos en el Norte. En el comercio de productos pecuarios los países subdesarrollados sólo contribuyen con la décima parte del mundial de los productos cárnicos, con otro abrumador dominio de los desarrollados. Y en otros productos agrícolas (cítricos, vino, tabaco...) también la producción corresponde a los países del Norte (mediterráneos), mientras la mitad del tabaco mundial sale del Sur, si bien su comercio y manufactura está en manos de compañías transnacionales (generalmente estadounidenses). GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

Como resultado, las perspectivas del mercado agrario mundial no son nada favorables para el Sur, porque las exportaciones de cereales, oleaginosas y derivados animales afianzarán a los actuales detentadores de dicho comercio, mientras los compradores agudizarán sus necesidades, compaginadas con las dificultades de pago. Sin embargo, muchos países subdesarrollados experimentan progresos que les permitirán ser menos dependientes de los vendedores. Pero la única ventaja actual para el Sur es el mantenimiento o incluso caída de los precios de productos agroalimentarios básicos, debido a que muchos están intervenidos en los países productores. No obstante, la contrapartida negativa viene inmediatamente: para asegurar rendimientos y regularidad de abastecimiento los ricos están insertando a sus agriculturas en cadenas alimentarias y concentrando empresas, que a su vez se están haciendo con porcentajes cada vez más elevados del comercio mundial de productos básicos. Se trata de la integración cada vez más intensa entre comercio minorista y mayorista, de la especulación agrícola al alza, reflejada en su sistema más perfecto, que cada vez perjudica más al Sur. Puede decirse, por tanto, que la agricultura no es explicable sin el comercio internacional, pero tampoco sin la incidencia de la Organización Mundial del Comercio. En la ronda de Uruguay (del antecesor de la OMC, el GATT, el Sistema General de Aranceles Aduaneros y Comercio) se optó por la reducción de medidas protectoras para el sector agrícola y a la exportación, que favorecieron mucho más al Norte. Y a pesar de los acuerdos los países desarrollados mantienen un sector agropecuario protegido, al objeto de salvaguardar las rentas de los agricultores (ya que se trata de agriculturas fuertemente excedentarias), lo que refleja una crisis de la agricultura moderna (con una estadounidense dependiente del mercado mundial y otra europea occidental más compleja, heterogénea, fragmentada y con mayores problemas de población activa). En el Sur la política agraria manifiesta no sólo afectaciones externas, sino tendencias contrarias, puesto que de una parte se ha favorecido a la producción interna para evitar unas compras que la deuda externa no facilitaba, pero compaginadas con la imposibilidad de frenar el fuerte éxodo rural; y de otro las Revoluciones Verdes se han mostrado como armas de doble filo, porque han incrementado rentabilidades pero agudizado las desigualdades entre los campesinos. Por ello se tiende ahora a la búsqueda de acciones equilibradas orientadas al desarrollo sostenible endógeno. Otro problema de futuro de la agricultura alude a su inserción en la etapa postindustrial, con la carga que representa la introducción de nuevos usos del suelo agrario y las crecientes interrelaciones con la vida urbana. La exurbanización está colocando a altos contingentes de población urbana en el campo, con las consecuentes modificaciones de fisonomía y actividades. Las áreas periurbanas mutan el campo, lo urbanizan y hasta lo industrializan en su orientación productiva. Pero la primera transformación comienza por la propia agricultura, que debe intensificarse, cuando no desaparece como derivación directa de la especulación del suelo. Y también se transforma en agricultura a tiempo parcial, especialmente en los entornos de las ciudades industriales. Pero las mutaciones agrarias derivan esencialmente de la demanda de suelo industrial, del emplazamiento de grandes superficies comerciales, servicios y complementos del automóvil, y por la fuerte solicitud de suelo por la función residencial, la que más espacio consume. De todo ello deriva un cambio social, con la instalación de las clases medias en las áreas periurbanas. Los más perjudicados son los espacios rurales con determinadas características ecológicas favorables, con el fenómeno de expansión de las residencias secundarias que no deja de crecer, alumbrando en algunos lugares un urbanismo rural salvaje. No deja de ser un fenómeno del turismo urbano en el campo y transformador de paisaje, modos de vida y trabajo rural. Otro cambio afecta al influjo del turismo rural, un fenómeno de carácter interno en casi todos los países. Es complejo porque está integrado por gran cantidad de formas, y se establece sobre espacios determinados (pueblos, case228

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Tema 7. El espacio rural

ríos, bosques, superficies de agua, espacios agrícolas, montaña...). En cualquiera de esas modalidades los flujos tienden al alza, y en algunos casos a la saturación. Puede decirse que este turismo genera empleo al margen de las actividades rurales, pero también degrada los modos de vida agrarios. Otro fenómeno que altera las formas rurales es la vuelta de los denominados neorrurales, como los jubilados, los que se instalan en segundas residencias y las transforman en primera, los empleados de las industrias emplazadas en sectores rurales, etc. Una situación cuando menos curiosa se produce con la instalación de jubilados, que agudiza el envejecimiento del campo. Por su parte, la industrialización de las áreas rurales constituye uno de los principales agentes de cambio estructural en países desarrollados, porque diversifica las actividades y rompe el binomio rural-agrario existente por tradición en el campo. Revitaliza económicamente a las regiones rurales, pero a costa de exigencias y aportaciones al campo muy diferentes a sus necesidades, al introducir y consolidar la pluriactividad del espacio rural y minimizar sus costes de explotación en espacios periféricos (tanto por suelo más barato como por abundancia de mano de obra femenina, menos problemática y también más económica). El problema más grave se da cuando la industria se instala de manera difusa o espontánea en áreas periurbanas. Lo cierto es que las áreas rurales están incrementando su capacidad para atraer inversiones empresariales, si bien en función de condiciones territoriales y geográficas. Es decir, que se suelen aprovechar las ventajas comparativas de cada territorio y de cada espacio rural, lo que explica la existencia de áreas rurales en declive y de otras nuevas. A pesar de todo el espacio agrícola se mantiene; hoy sólo representa la décima parte de las tierras emergidas (unos 1.500 millones de hectáreas), si bien aumentan un veinte por ciento más al introducir las tierras dedicadas a pastizal. Y otro tanto puede decirse al incluir a una tercera parte del planeta con superficies boscosas explotadas. El conjunto agro-rural sube así de forma sustancial, y sigue reflejando en conjunto el esfuerzo humano para transformar ámbitos diversos y abastecerse. Frente a este espacio, relativamente poco habitado en el primer mundo, aparece otro reducido y muy poblado, el mundo urbano, que reclama al primero como área de expansión. Pero se encuentra con un ambiente modificado por las técnicas agrarias y de explotación en general, alterado por la acción del hombre. Se produce, así, la disfunción entre un hábitat urbano exigente en producciones del campo y, al tiempo, demandante de un medio expansivo para la ciudad, de un ámbito recreativo y cuidado. Exigencia de un lado y necesidad de otro han ido forzando al establecimiento de políticas que intentan frenar la deforestación (que en zonas tropicales lleva un ritmo imparable y que en sectores mediterráneos ha alcanzado máximos), que en valores absolutos supera los 200.000 km2/año. De igual modo se exige poner freno al proceso desertificador, propiciado por las aguas de escorrentía, erosión eólica, sobrepastoreo, salinización, laboreos en pendiente, etc. Y es la existencia de extensas zonas despobladas y desmontadas de vegetación la que ha propiciado el avance desertizador y del desierto. Se demanda, igualmente, un control más efectivo y racional sobre el uso de componentes químicos, que aportan resultantes negativas sobre aguas y suelos. Todos los factores citados, junto a otros múltiples, inciden sobre el deterioro ecológico, lo que implica que el desarrollo rural debe de pasar por la renovación agrícola, por la conjunción entre la producción y el respeto al medio ecológico. Las superficies regadas en el mundo han crecido en las últimas tres décadas un tercio, si bien en bastantes países se está produciendo una recesión como consecuencia de la pérdida de suelos fértiles al introducir agua, donde es nociva por la fragilidad de los componentes mineralógicos. Ello representa una descapitalización y dilapidación de un recurso imprescindible, el suelo. La conclusión es que no se debe ir contra la vocación agraria de las tierras, ni imponer unas GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

pautas productivas demasiado exigentes a suelos que no pueden proporcionarlas. Y esta ha sido una de las pautas seguidas por las Revoluciones Verdes, cuya orientación debe ser modificada en los países subdesarrollados. Puede hablarse, por tanto, de tres problemas de la agricultura en el mundo: –

La destrucción o afectación del recurso esencial, el suelo.



La intrusión urbana en el campo, con los cambios de modos y dedicación de usos de tierras que introduce.



El factor humano, que se marcha del campo para encontrar nuevas oportunidades en el mundo urbanizado.

Se impone que toda política transformadora del campo disponga de unos diseños o evaluaciones de impacto ambiental, o análisis de la acción humana prevista y sus previsibles resultados. La idea es integrar los intereses económicos (rentabilidad), ecológicos (conservación) y sociales (perdurabilidad en el campo), pues el olvido de cualquiera de ellos repercutirá en los otros. Así, resulta imprescindible extender los abancalamientos en terrazas, laboreos siguiendo las curvas de nivel, cultivos en fajas combinando especies vivaces y anuales, introducir pantallas de arbolado, mantener el rastrojo, incidir en las repoblaciones forestales, difundir la agricultura ecológica o biológica, etc.

5. EL SECTOR AGRARIO ESPAÑOL: SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS En la Edad Media el dominio del latifundio no era capaz de generar excedentes, y eran coincidentes con un minifundio escasamente productivo, con la resultante del jornalerismo agrario. Durante el siglo XVIII los reformistas ilustrados fracasaron en sus reformas por la oposición de los propietarios. En el XIX el problema se agravó con las desamortizaciones, con el traspaso de la propiedad a la burguesía, que mantuvo pautas de los terratenientes. A principios del siglo XX desciende ya la población activa, y durante la Segunda República se intenta la reforma agraria, que fracasó con la derrota republicana en la Guerra Civil. En el franquismo se da un impulso a la producción con los Planes de Desarrollo y se racionalizan las explotaciones con la concentración parcelaria, pero acompañados esos avances con el éxodo rural. Y en las últimas décadas el sector agropecuario ha perdido su protagonismo, con directrices marcadas por la PAC y los acuerdos de la OMC, con tres efectos esenciales: –

El descenso de la población activa.



La reconversión de las estructuras agro-ganaderas (tamaño de las explotaciones, mecanización, nuevos cultivos, concentraciones parcelarias, mejora de comunicaciones y suministros, etc.) para hacerlas competitivas en los mercados



La diversificación de funciones y usos del suelo, con incorporación de actividades de ocio, industriales y de servicios, con el resultado de otros agrosistemas y paisajes agrarios.

5.1. Rasgos distintivos de la agricultura española El medio físico (especialmente los suelos) no ofrece grandes facilidades al desarrollo agrario, salvo en el ámbito mediterráneo, por lo demás bastante difundido. Y el clima no 230

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Tema 7. El espacio rural

acompaña en exceso: crudo en el interior con heladas y sequías, lluvias a veces torrenciales en la costa, reparto muy desigual de las precipitaciones, etc. En contrapartida se dispone de muchas horas de luz, de la cercanía al gran mercado europeo, de abundante mano de obra, de variedad de cultivos, etc. Además, por razones históricas la agricultura se ha caracterizado por el abundante empleo de mano de obra. Por ello, el gran rasgo distintivo de los últimos años ha sido el asombroso descenso de los activos agrarios, por encima de la media comunitaria, y que arrastra un declive antiguo. Desde los años sesenta el campo español ha sufrido fuertes movimientos migratorios, bien hacia Europa o hacia las grandes ciudades, con el consiguiente descenso de activos, despoblamiento y envejecimiento rural. Ello ha obligado a la instauración de algunas políticas de ajuste, como las jubilaciones anticipadas y reagrupaciones de propiedades en manos de activos más jóvenes, con un campo que desde los años ochenta inicia un proceso de rejuvenecimiento, una realidad debida a la falta de expectativas en otros sectores productivos, y no al despegue imparable de la agricultura. Asimismo, se arrastra la agudización de las grandes disparidades en disposición de superficie cultivada por regiones, muy poca en las industriales y hasta la tercera parte de la total en las grandes regiones tradicionales. En conjunto, el 40% del territorio nacional está cultivado (unas 42 millones de hectáreas), con un 66% en secano y sólo la décima en regadío. Del primero nueve décimas partes se orientan a cereal, mientras el segundo presenta un destino maicero. En el litoral mediterráneo, vid, olivar, almendro, cítricos y productos de huerta alcanzan los mejores rendimientos del país, y conforman una de las principales fuentes de exportaciones al conjunto europeo, mientras la meseta sufre los condicionamientos más agresivos, con bajos rendimientos y las más altas cotas de despoblamiento rural. España es todavía importadora neta de muchos productos, en especial trigo y maíz. Como resultante, aún siendo un país agrario, se continúa comprando más de lo que se vende. La diferencia entre la fuerte dedicación agraria y la dependencia externa se explica (al margen de los condicionamientos físicos), entre otras razones, porque el índice de tecnificación aún es bajo, como también ocurre con el tamaño de las explotaciones (más de la mitad tienen menos de 5 hectáreas.). Además, porque en el Norte domina todavía el minifundio, mientras al Sur los grandes latifundios. Pero el mayor desajuste es general, ya que el 0,8% de los propietarios poseen más de la mitad de la superficie cultivada (unos 21 millones de hectáreas, mientras el 52,5% de los propietarios sólo poseen el 10,5% de la tierra). Junto a ello el régimen de tenencia también indica que el arrendamiento se ocupa de la explotación de más de siete millones de hectáreas (28%), y la aparcería de cerca de un millón (3%). En total son 1,7 millones de explotaciones agrarias, con dominio de las de reducidas dimensiones. Estos desequilibrios se ha pretendido compensarlos con políticas agrarias que han intensificado y modernizado infraestructuras y que pretenden equilibrar la estructura de la propiedad (la concentración de tierras arranca de principios de los años cincuenta, y se realizó con mayor profundidad en el centro peninsular). Hoy con ayuda de las políticas comunitarias se han mejorado las explotaciones agrarias mediante la creación de estructuras industriales paralelas, centros de comercialización, mejora de las infraestructuras, etc. Significar, asimismo, que se ha producido un cambio en los gustos de consumo de los españoles que ha logrado mutar a la estructura rural, con una explotación ganadera que crece frente al estancamiento o retroceso de la producción agrícola. Con todo, el incremento de la renta agraria en más de la mitad se ha realizado a costa de reducir en más de dos millones y medio de agricultores la excesiva carga de activos que ha mantenido el campo (y que aún padece). Por regiones la estructura productiva es la siguiente: –

La tercera parte de la producción se emplaza en el Sur y Levante, con un fuerte incremento del peso agrario de la región valenciana.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



La amplia meseta sólo contribuye con la tercera parte.



El notable sector nororiental lo hace con menos de la cuarta parte.



Al resto del país corresponde la mínima aportación restante.

De forma condensada los rasgos recientes más relevantes de la agricultura española pueden ser centrados en los siguientes:

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Una disminución en la contribución al PIB, que ha pasado de la cuarta parte a mediados del siglo pasado a menos de un 5%, debido al incremento del sector industrial y al aletargamiento del agrario.



La fuerte disminución de la población activa, tras la entrada en la Comunidad Europea. Hoy ocupa a menos de novecientas mil personas (5,6% de la población activa), sobre la que pende un alto índice de envejecimiento.



La población agraria se ha abierto a nuevas orientaciones productivas, a la introducción de nueva tecnología, y a las nuevas reformas agrarias. Aparece una nueva mentalidad productiva como derivación de unos activos jóvenes que comienzan a manejar novedosas pautas con las ayudas de los fondos comunitarios; es decir, modernas actividades se ajustan a la aplicación de los objetivos comunitarios.



Una reducción de las exportaciones, con tres cuartas partes menos que en los años sesenta, pero con un incremento en el valor de las ventas como consecuencia de la mejora y diversificación productiva.



Una mayor rentabilidad al reducirse la mano de obra empleada y subir la aplicación tecnológica. Como resultado ha crecido la renta agraria, y más todavía los rendimientos por producto, año y superficie.



Los datos más relevantes están alejados de los obtenidos en el resto europeo occidental. La producción comunitaria ha crecido por encima de la media peninsular, a pesar de que la disminución de efectivos agrarios en el campo español ha sido superior a la conseguida por el europeo.



El espacio agrario nacional aún cuenta con exceso de parcelas extremas, mientras se requiere el incremento de las estándar medias, que no se ha conseguido a pesar del abandono millonario de activos agrarios. Ello significa que se continúa arrastrando el viejo problema de la desigualdad social en el campo. Por tanto, el incremento de beneficios sólo hay que buscarlo en factores colaterales (ayudas comunitarias, mecanización, empleo generalizado de fertilizantes, aplicaciones de la investigación, etc.).



A escala territorial los desajustes todavía son muy relevantes. En la depresión del Ebro el despoblamiento, degradación del medio y la excesiva parcelación de la propiedad son los rasgos más notables; un panorama dotado de escasas perspectivas, incluso para un cereal que es excedentario en la UE. En el área mediterránea son mejores debido a la alta demanda de sus productos en el mercado continental, la diversificación productiva, y la alta rentabilidad conseguida; sin embargo, la competencia hortícola y frutícola de los países árabes, con mejores precios, y la cada vez mayor escasez de agua, se convierten en factores cada vez más adversos. En Andalucía la gran propiedad es la carga más difícil, junto a unos productos excedentarios como aceite y vino, y la excesiva carga de activos en el campo. En la meseta los rasgos no difieren excesivamente de los correspondientes al valle del Ebro.

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Tema 7. El espacio rural



La inserción en Europa de la agricultura española le ha beneficiado al quedar inmersa dentro de las regiones prioritarias para la ayuda comunitaria a través de programas, infraestructuras y modernización agraria. Pero los efectos han sido muy distintos por regiones y sectores. Y la ganadería no ha salido muy beneficiada debido a las cuotas productivas impuestas por los grandes países productores del cinturón lácteo noreuropeo. Se ha tenido que sacrificar cantidad en beneficio de la calidad. En agricultura los excedentes han debido ser cambiados por otros productos, como ha ocurrido con el vino que también ha sacrificado cantidad por calidad. La producción hortícola ha tenido mejores perspectivas, porque los productos aún son competitivos en Europa.

5.2. Los paisajes agrarios. Tipificación del hábitat y despoblamiento rural La conjunción de factores agroecológicos e históricos alumbran los siguientes tipos paisajísticos agrarios: –

Secanos mediterráneos, que abarcan a casi trece millones de hectáreas, con una pérdida cercana a los dos millones desde 1965, en paralelo con la ganada por el regadío y fruticultura. La mitad del secano está ocupada por cereales, con la cebada como principal cultivo (que dobla la superficie ocupada por el trigo), invirtiendo el tradicional dominio triguero. Algo parecido ha ocurrido entre las tierras de leguminosas y cultivos industriales. El secano se distribuye entre la cuenca del Duero, Castilla-La Mancha, y depresiones del Ebro y Guadalquivir.



Secanos leñosos mediterráneos (olivar y viñedo). Los dos cultivos forman parte de sistemas complejos asociados con otros aprovechamientos, como la dehesa o el almendro. El olivar se concentra más que el viñedo, con Andalucía acaparando la mitad de la superficie nacional (Jaén a su vez la mitad de la regional, y la cuarta parte del total español). Domina el monocultivo, con rendimientos de hasta 2.000 kg/ha, de un olivar asentado sobre minifundio y latifundio (más de la mitad en explotaciones inferiores a 20 hectáreas). Es un sector que se ha modernizado con mecanización de recogida y abonado químico, lo que unido a las subvenciones comunitarias ha permitido que se asista a un proceso de reocupación de tierras; pero en la actualidad se ve sometido a la crisis derivada de las cuotas productivas y del cambio de la ayuda al consumo por otra a la producción, perjudicial para el sector. El viñedo, por su parte, se encuentra regionalmente muy repartido y ocupando más de 1,3 millones de hectáreas. Desde 1980 experimenta una fuerte recesión (casi medio millón de hectáreas), como derivación de las subvenciones comunitarias para arranque de cepas. No es rentable porque se concentra en pequeñas explotaciones de propietarios-jornaleros (más de la mitad de la extensión en propiedades menores de 20 hectáreas), lo que impide tecnificaciones notables (si bien los rendimientos por hectárea se han incrementado en un tercio desde 1985, pero con valores alejados de los países del entorno). Sus perspectivas quedan a expensas de los excedentes comunitarios y de la política restrictiva seguida por la UE, lo que implica el incremento de arranque de cepas productoras de vino de baja calidad.



Las dehesas occidentales, pastizales en explotaciones de gran tamaño de orientación ganadera y subsidiariamente forestal. Los mejores ejemplos están en Extremadura, con asentamiento sobre estructuras latifundistas. La dehesa española

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

entró en crisis desde los años setenta, cuando de una orientación casi exclusiva porcina y ovina ha pasado a bovina; con todo aún hoy la mitad del rendimiento lo proporciona la ganadería, pero con el complemento de la caza o la repoblación forestal. El rendimiento cárnico por hectárea y la rentabilidad se han doblado en los últimos años. –

Los paisajes rurales de montaña. Hoy aún puede hablarse de la presencia de agriculturas montañesas tradicionales y de evolución reciente. En estos paisajes han resaltado aspectos como el dominio de lo público, lo comunal y lo colectivo; también fondos de valle ocupados por agricultura y vertientes de praderas o bosque; y por encima del piso forestal prados de altura. Hoy el dominio de la propiedad pública le permite intervenir en repoblaciones y construcciones para reservas hídricas, mientras el despoblamiento motivado por actividades poco rentables ha encontrado sustituto en el turismo recreativo y rural y en las políticas de protección ambiental. Como resultado las actividades pecuaria, forestal y agricultura de autoconsumo se han reducido.



Los sistemas agrarios de regadío. Hay unos tres millones y medio de hectáreas regadas (15% de la superficie cultivada), cuyo aporte alcanza el 60% de la producción final agrícola. El añadido artificial de agua (un 15% subterránea) sobre excelentes condiciones agroclimáticas proporciona una gran diversidad productiva y paisajística. Los regadíos tradicionales (como los levantinos) alcanzan 1,2 millones de hectáreas, y los de iniciativa estatal (sobre grandes vegas y poblados de colonización) otra superficie similar; el resto son de iniciativa privada (con uso de la aspersión con aguas subterráneas y gestión de las Comisarías de Aguas). La mayor proporción del regadío es extensivo (60%), mientras poco más de la décima parte se dedica a horticultura y forrajes, respectivamente, y porcentajes menores a fruticultura. Puede hablarse de los siguientes paisajes:



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*

Regadíos suratlánticos y canarios, de orientación hortofrutícola intensiva, difusión de invernaderos, con graves problemas de salinización de suelos, y orientación al mercado nacional e internacional. Dispone de dos subsistemas: fruticultura subtropical, mediterránea, temprana e intensiva al aire libre; y horticultura precoz bajo plástico. Se han desarrollado los cultivos del tomate de invierno, pimiento, melón, etc.

*

Regadíos hortofrutícolas de valles interiores, microfundista y de riego tradicional, con alta productividad y cada vez más volcados al mercado exterior.

*

Regadíos extensivos cerealistas, forrajeros e industriales del interior, el sistema dominante orientado a granos-pienso, cultivos industriales (remolacha, girasol...) adaptados a los contrastes térmicos, y forrajeros (alfalfa, berza...). Su extensión ha sido espectacular, si bien en muchos lugares la sobreexplotación de acuíferos es un hecho que impone limitaciones de extracción.

Sistemas agrarios atlánticos-húmedos. Se trata del dominio de la pradera natural sobre relieves quebrados, con explotación minifundista familiar, poblamiento en aldea o caserío, régimen de policultivo en continua recesión sustituido por ganadería (especialización bovina en raza frisona, y específicamente lechera), e integración ganadera en la industria. Pero la crisis industrial ha hecho crecer el número de microganaderos (12 cabezas por explotación). Hoy su problema se identifica con la superación de las cuotas productivas impuestas por la UE, con la consiguiente amenaza de sanciones anuales. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 7. El espacio rural

Por lo que se refiere a la tipificación del hábitat las entidades singulares más pequeñas sólo cubren la tercera parte de las totales (con extensiones medias de explotación de 36 hectáreas), de las que Galicia y Asturias acogen casi a la mitad. El conjunto de entidades submunicipales rurales ha decrecido desde 1981 en casi tres mil unidades, mientras suben las densidades en los núcleos superiores a 5.000 habitantes, lo que es indicativo de un proceso de concentración de la población. Es decir, que se ha producido un acusado abandono de las entidades rurales más pequeñas (las menores de 100 habitantes, especialmente en las dos Comunidades citadas), mientras se da una estabilización o crecimiento de las semirrurales y un alza notable de las urbanas. Es el resultado más directo de que en el sistema de la población de España se haya alcanzado un nivel de concentración del 200% a lo largo del siglo XX para todo el sistema de hábitat español. Entre 1955 y 1965 la España agraria se convierte en urbana por medio de un proceso violento, ya que a principios de los años sesenta las entidades con menos de 2.000 habitantes perdían unos cien al año. Pero es paralelo al de desagrarización de la actividad productiva y económica, aunque parte de la España rural se urbaniza en Europa. Hoy un sector de la población rural se caracteriza por el aumento de la movilidad espacial, mientras la España rural es regresiva, envejecida y masculinizada. Pero, poco a poco, se ha convertido en móvil, en sedentaria nómada, con notables movimientos pendulares que ya no fuerzan a la emigración; y, al tiempo, se reciben retornos de jubilados o hijos del pueblo (tres cuartas partes) y nuevos residentes (la cuarta parte restante). Pero en las Comunidades del norte sigue el éxodo rural; en Castilla-León el envejecimiento y masculinización hipotecan el futuro desarrollo; por el contrario, en el litoral mediterráneo el medio rural absorbe contingentes (nueva agricultura, turismo...); en Madrid se produce la contraurbanización en los núcleos rurales más cercanos; y en el interior restante nacional salen los jóvenes del campo y se reciben emigrantes urbanos mayores. Por último, de estos paisajes deriva una superficie agraria útil de 18,5 millones de hectáreas para cultivos, otros 7 de prados y pastizales, mientras hasta los 42 millones existentes el resto es de terreno forestal. Sobre la superficie de cultivo 6,7 millones de hectáreas están dedicadas a cereales (18,1 millones de toneladas métricas de producción), 0,4 a hortalizas (12,8 millones de tm), 1,3 a frutales y cítricos (19,8 millones de tm), 2,4 a olivar y 1,2 a vid. De ahí deriva una producción superior a los quince mil millones de euros, que sumada al sector ganadero alcanza casi los veintisiete mil millones. Sin embargo, la rentabilidad no es superior debido a dos problemas fundamentales: –

La estructura comercial, definida por la escasez de canales y encarecimiento de los productos por el exceso de intermediación, con excesivos productos exportados en bruto y pérdida de valor añadido. Los mercados están en manos de empresas distribuidoras vinculadas a grandes superficies comerciales de capital extranjero.



La dispersión de las industrias agrarias y su heterogeneidad, con la convivencia de grandes multinacionales con empresas artesanales y cooperativas, pero con el dominio del minifundismo empresarial, que impide hacer frente a la competencia.

5.3. La ganadería y sus mutaciones La cantidad y calidad de los pastos han condicionado el desarrollo ganadero, sobre todo para el bovino, concentrado en la montaña y cornisa septentrional. La ganadería se adapta a pastos pobres, y de ahí que aporte el 40% del total de la producción agroganadera. Y ello contando con los cambios introducidos por la PAC, pero también de los alimentarios, con la GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

derivación del incremento en el consumo de carne, que es consecuencia del nuevo modo de producción ganadera. Pero mientras ha crecido la cabaña ovina y porcina ha descendido la de vacas de leche. Las áreas de la ganadería española son cuatro: –

De especialización ganadera, la España húmeda, con predominio de bovino y orientación láctea.



De ganadería intensiva muy evolucionada y especializada, orientada a la demanda de los grandes centros urbanos, con porcino y aves.



De ganadería extensiva, dedicada a la producción de carne ovina y porcina y derivados lácteos, esencialmente en el interior.



Insular, de abastecimiento interno.

5.4. Modernización, capitalización, incidencia de la PAC y perspectivas A partir de 1960 entra en crisis la agricultura tradicional y se incorpora a otro modelo que consume bienes intermedios de fuera del sector y elabora los productos agrarios. Hoy sostiene la demanda de otras actividades industriales y de servicios y abastece a una potente industria agroalimentaria, que se ha convertido en un sector clave de la economía (es el más importante de la industria manufacturera española, con casi la décima parte media entre empleo y contribución al valor añadido total). La mayor demanda de alimentos y la reducción del factor trabajo en el campo, unidos a la dotación de usos han sido las claves del cambio. Y todo ha redundado en la intensificación agrícola, pero a costa de: –

El incremento de las tasas de desempleo en el campo y de unas resultantes fuertemente subvencionadas (que exceden una cuarta parte del valor añadido por el sector agrario, que le convierte en un sector asistido y dependiente del apoyo público).



El crecimiento general de la agricultura a tiempo parcial.



La desaparición de casi la cuarta parte de las explotaciones (más de medio millón) y el incremento en sólo 3 hectáreas de la explotación media (aunque sólo ocupan la cuarta parte de la superficie agraria útil), si bien las más pequeñas (menos de 5 hectáreas) se han mantenido estables.

Todo ello confluye en la idea de que el sector agrario ha pasado de productivo a asistido, cuando en realidad debería pasar de asistido a reconvertido. Y la PAC impone limitaciones en la oferta, y cambia del apoyo a la modernización al cheque compensatorio, lo que acarrea el desconcierto entre los agricultores. La resultante es que la modernización se ha quedado a medio camino. Luego, el fuerte aumento de la competencia agroalimentaria exterior, los altos tipos de interés que han dificultado la mecanización y transformación de explotaciones, los bandazos en la política productiva, el consumo interno largamente contenido, el fuerte éxodo rural padecido, etc., no han facilitado el afianzamiento de una nueva agricultura. Con todo, hoy la renta agraria se recupera con la reforma de la PAC (por las subvenciones), con el descenso de los tipos de interés que facilita las exportaciones, y con el alza de los precios por un conjunto de malas cosechas. Los excedentes de vinos, oleaginosas y derivados ganaderos en la Unión han obligado al reajuste, unido a las aportaciones del FEOGA (Fondo Europeo de Orientación y Garantía Agrícola) y del FEDER (Fondo Europeo 236

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Tema 7. El espacio rural

de Desarrollo Regional), destinados a la mejora de las estructuras agrarias. La PAC tiende a lograr una situación de equilibrio entre los países miembros, y de ellos con el resto del mundo a través de la OMC, con liberalización de los mercados. Para ello se ha establecido las OCMs (Organizaciones Comunes de Mercado) de los productos agrarios. Y la Agenda 2000 establece las líneas hasta 2006, contemplando las ampliaciones de la Unión. Con esos antecedentes se detecta la consolidación de una agricultura dual española: –

Una tiende hacia la concentración de la producción en pocas explotaciones altamente productivas, especializadas y subvencionadas.



Otra es de mayoría de explotaciones familiares, sobre las que prima cada vez más la actividad a tiempo parcial y la diversificación de cultivos.

Pero las rentas agrarias siguen dependiendo de los apoyos públicos no vinculados a la producción; y los efectos estructurales de la PAC se detectan en exceso, tanto en las cuotas lecheras como en las ayudas directas a los cultivos herbáceos extensivos, las primas al ganado ovino, etc. La agricultura no puede continuar siendo la base material del medio rural, porque depende en exceso de una potente industria agroalimentaria que elige a sus proveedores ya en cualquier parte del mundo. Pero en adelante la situación será otra. La revisión intermedia de la PAC de 2003 consagra la disociación, progresivamente aplicada en todos los sectores agrícolas, introduciendo la generalización de la condicionalidad de las ayudas a criterios no productivos. A partir de 2005 las ayudas a los cultivos herbáceos, el arroz, la fécula de patata, las semillas, las leguminosas de consumo humano, los forrajes desecados, el vacuno de carne, el ovino y el caprino, y las ayudas regionalizadas, pasan a ser disociadas de la producción. Y la superficie elegible para la disociación incluye a todas las hectáreas de uso agrario, excepto a las afectadas a cultivos permanentes. Por tanto se marca un punto de inflexión para la PAC, esbozando un nuevo modelo de apoyo sobre la base de dos nuevos instrumentos (la disociación y la modulación obligatoria). Se llega, así, a la disolución de una política agrícola y a la consolidación de otra orientada hacia la competitividad de los productos en los mercados internacionales, y que introduce la desterritorialización agrícola. Y ello porque se ha optado por un modelo fundado en una agricultura competitiva y de calidad, de alto valor añadido, esencialmente por dos motivos: está destinada a unos mercados agrarios cada vez más abiertos y globales, y la ampliación de la UE repercute negativamente sobre la PAC, tal como ésta ha sido concebida hasta ahora, y, en consecuencia, afecta a los recursos percibidos por las actuales regiones. De ahí que la ampliación conllevara la necesidad de redefinir las políticas futuras (Consejo Europeo de Berlín, 1999), que abordó las perspectivas financieras para el periodo 2000-2006, reduciendo los fondos al nivel de 1992. Esa intervención estructural incidirá en un menor crecimiento económico español, y en el futuro del sector agrario en general. Como derivación, el Consejo Europeo de Bruselas de 2002 estableció la cantidad nominal de gasto para los mercados agrícolas y pagos directos para cada uno de los años, desde 2007 a 2013, basada en un crecimiento anual del 1%, lo que implica una reducción en el gasto de la PAC. Es decir, nada es seguro, ni la neutralidad presupuestaria de 2002, ni el montante de la modulación, ni siquiera España ha decidido cómo aplicar la PAC revisada. Sin embargo, sí es posible avanzar que en España la nueva vía representará una incidencia clara, pues dispone de un 19,5% de la SAU comunitaria, de un 15,4% de los ocupados agrarios, y percibe un 14,7% del FEOGA-Garantía y/o de las ayudas directas. Y afectará especialmente al gran número de regiones españolas de Objetivo 1 (785) y al 16,8% de su territorio en zonas rurales de Objetivo 5b. Y con respecto al reparto de los fondos por países, se fundará en la población (lo que favorece a España), y estará modulado por el PIB, la tasa de desempleo (que también favorecerá) y la de empleo. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

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Tema 7. El espacio rural

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

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Tema 8 El espacio y la actividad industrial. Materias primas y fuentes de energía

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. ACTIVIDAD INDUSTRIAL Y SISTEMA DE LOCALIZACIÓN INDUSTRIAL 2.1. Las actividades industriales 2.2. El sistema de localización industrial 2.2.1. Las teorías económico-espaciales 2.2.2. El sistema de localización espacial 3. LOS FACTORES DE PRODUCCIÓN 4. FACTORES DE RELACIÓN, ECONOMÍAS DE AGLOMERACIÓN, GLOBALIZACIÓN Y DESINDUSTRIALIZACIÓN 4.1. Factores de relación y aglomeración 4.2. Cambios estructurales: globalización y desindustrialización 5. LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL EN EL MUNDO 5.1. Áreas desarrolladas 5.2. Áreas ex socialistas 5.3. Áreas desfasadas 6. MATERIAS PRIMAS Y FUENTES DE ENERGÍA 6.1. Minerales: recursos y usos 6.1.1. Minerales metálicos 6.1.2. Minerales no metálicos 6.2. Fuentes de energía: tipología y usos 6.2.1. El carbón 6.2.2. El petróleo 6.2.3. Gas natural 6.2.4. Otras energías 6.2.5. Energías renovables BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN La Geografía Industrial tiene por objeto el análisis de la ordenación interna de los lugares industriales, su función y su repercusión sobre otros aspectos económicos; también los territorios industriales resultantes de la concentración o dispersión, la estructura industrial por áreas, y las relaciones e influencia de los factores sobre la industria y de ésta sobre aquéllos. Define a un espacio industrial como una construcción voluntaria, reglamentada y planificada, en desarrollo continuo (reconversión, ampliación, sustitución), con interconexiones interindustriales y con el mercado y focos de gestión. Puede ser de dos tipos: vertical (básica y de transformación –de equipamientos y consumo respectivamente–), y según peso (pesada, semiligera y ligera). En lo que afecta a su localización hay teorías diversas. Weber indica que se buscará el máximo beneficio con un coste mínimo, y el punto óptimo será el de coste mínimo. Para Isard y Green-Hut se habrá de contemplar el coste de transferencia (movimiento, almacenaje, seguros), más las variables sociales (gustos, preferencias). Lo cierto es que en su emplazamiento incidirán factores físicos como la topografía y clima, las materias primas y fuentes de energía, la mano de obra, el mercado... También económicos, como el capital, transporte, información e investigación, mercado de consumo, la actuación estatal, valor del suelo... Igualmente, factores humanos, como el trabajo y los elementos psicológicos. Asimismo, los de aglomeración, los que están al margen del proceso evolutivo (red de servicios, aumento de la demanda). Y los nuevos factores de aglomeración (aumento de la capacidad de carga del transporte, reducción de los precios por transporte al aumentar la cantidad, movilidad de la mano de obra). Hoy la actividad industrial se caracteriza por la incorporación tecnológica, nuevos métodos de trabajo y gestión, planificación de los métodos comerciales, concentración vertical (en una misma empresa están todos los estadios productivos), horizontal (diversificación de empresas) y global (holding y multinacionales), y por relaciones de complementariedad y jerarquía. Para el desarrollo industrial son básicos los minerales metálicos y no metálicos (los primeros con recirculación en la economía). El hierro es el mineral más importante, seguido de la bauxita. En su explotación prima la gran escala en manos de grandes transnacionales. Los metálicos no presentan problemas de abastecimiento, mientras que el consumo y la producción general se encuentran centrados en el Hemisferio Norte, el gran foco industrial del planeta. Por su parte, la energía presenta formas variadas, renovables y no renovables, y conforma una de las claves del desarrollo con fuerte desarrollo de las denominadas nuevas fuentes. Determinadas fuentes han visto reducido su consumo comparativo mientras las nuevas energías crecen, si bien los intereses económicos de las actividades tradicionales hipotecan aún su desarrollo; en otros casos la contestación social se ha interpuesto, como ha ocurrido con las energías nucleares. Con todo las denominadas fuentes alternativas constituyen el recurso energético del futuro. GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

2. ACTIVIDAD INDUSTRIAL Y SISTEMA DE LOCALIZACIÓN INDUSTRIAL La industria es la transformación de una materia prima en un producto de uso e incluye los mecanismos que proporcionen productos en masa. Aún coexisten dos formas distintas de actividad industrial: –

Artesanal, un sistema tradicional de trabajo industrial sustentado en sencillos mecanismos de elaboración que dan lugar a producciones limitadas en cantidad. Se emplazan prioritariamente en países subdesarrollados y se definen por su dispersión en el espacio, agrupación en barrios o calles, pervivencia en niveles culturales bajos (lo que impide la asimilación de nuevas técnicas), escaso nivel adquisitivo de las clases sociales a que se dirige... También se da en países industrializados, donde a menudo incluso está sostenida por grandes empresas.



Industria propiamente dicha, que utiliza energía mecánica y produce a gran escala artículos diversificados.

La industria moderna se caracteriza por una serie de factores propios, entre los que resaltan:

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La técnica. Implica que cada actividad se encuentre localizada cerca de la materia prima o de un factor o elemento esencial para la transformación, y requerirá procesos específicos de elaboración (la fabricación de aluminio se emplazará cerca de donde exista abundante agua), un panorama mutado por la revolución de los transportes.



La organización. Concierne a la distribución de actividades: órganos de gestión, administración, servicios...



Intercambios. Toda industria depende de un circuito comercial al comprar productos en bruto que destina al mercado una vez transformados. Este proceso de compra-transformación-venta es el puntal de la industria; de ahí, la importancia de sus órganos de gestión y organización.



El capital. Está en relación directa con su independencia o adscripción a grupos de empresas. Sea de una u otra forma, uno de los factores esenciales del desarrollo industrial es su grado de integración financiera, de su autonomía o no de otras industrias o grupos de industrias.



La mano de obra, en dos sentidos: cantidad y cualificación profesional. Generalmente a mayor entidad y mejor situación de una industria corresponde una mejor cualificación. Pero es preciso distinguir el tipo de industria porque algunas emplean mano de obra específica (la siderúrgica mano de obra masculina, la textil femenina).



El grado de ocupación. Se refiere a la incidencia pobladora de una industria sobre un espacio, lo que depende del tipo de actividad; de forma negativa influyen las hidroeléctricas, tecnificadas y que requieren muy poca mano de obra; por el contrario, la metalúrgica requiere abundante mano de obra y sus actividades derivadas suelen incidir muy favorablemente sobre los espacios circundantes.



La evolución industrial. La actividad que requiera notable mano de obra cualificada y disponga de capital por su pertenencia a potentes sociedades industriales será estable. La escasa competitividad o solvencia financiera pueden provocar una evolución decreciente. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 8. Espacio y actividad industrial

La última gran revolución industrial ha afectado a los países más desarrollados y ha venido caracterizada por cinco hechos: empleo masivo de hierro y acero, uso de fuentes energéticas diversas, avance de la ciencia mecánica, división de funciones en un trabajo desarrollado en cadena, y facilidad de medios de transporte. Se ha basado en: –

Medios mecánicos que permiten la elaboración en masa de artículos ya conocidos o de otros semejantes que les sustituyen, más perfectos y producidos a gran escala, lo que trae consigo la disminución de los costes de elaboración y el abaratamiento de los productos en el mercado.



La invención de elementos (plásticos, reacción...).



El auge de las fuentes de energía, fundamentalmente la electricidad y la propulsión.

Las materias primas se han incrementado lo que ha contribuido al aumento de la producción; el auge de extracción se ha debido a tres circunstancias: –

Explotación de reservas en países industrializados.



Importación masiva de los países subdesarrollados.



Creación de materias primas nuevas con origen en la propia industria (derivados del reciclaje).

Pero la estructura industrial se encuentra condicionada por la actividad comercial, e íntimamente ligada al capital bancario y a controles de compañías multinacionales.

2.1. Las actividades industriales Un establecimiento es una unidad concreta de fabricación, y una empresa una unidad financiera de producción. La industria minorista produce en talleres bajo fórmulas de baja escala y la industria propiamente dicha aporta fábricas, variedad y producción para el mercado. Pero existen criterios para la clasificación de las industrias en razón de los factores que la definen. La diversa tipología puede agruparse en tres tipos industriales: –

De base, cuyos productos son la materia prima de otras industrias. Resaltan las extractivas, siderurgia y química.



De bienes de consumo, las que aprovechan las materias primas de la industria de base (minerales o agrícolas) y se orientan a la fabricación de productos destinados directamente al consumo. Entre ellas resaltan: *

Alimentarias. Derivan directamente del sector agrario y no sólo atañen a la transformación de productos del campo, sino a industrias conserveras, refrigeradoras... Su máximo desarrollo se ha experimentado en EE UU y la UE.

*

Textiles, que han ido sustituyendo productos tradicionales por fibras artificiales o sintéticas.

*

Metalurgia de transformación y construcciones mecánicas. La primera se ubica cerca de la industria siderúrgica (son las construcciones que requieren consumo de acero, como el material ferroviario); las segundas cerca de la metalurgia de transformación (automóviles, aeronaves).

*

Químicas altamente especializadas, y localizadas en EE UU, Alemania, Japón...; se orientan a artículos costosos como los productos farmacéuticos.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional



Transportes, a los que además de servicios se considera actividad industrial (aún no llevando implícita transformación de materias primas). Su papel es tal que permiten medir el desarrollo económico de un país.

Otras clasificaciones hablan de industria artesana, doméstica y fabril. La fabril incluye producción especializada con actividades pesadas (metalurgia y siderurgia) y ligeras, a su vez divididas en alimentarias (conserveras, repostería, bebidas), textiles (que requieren materias primas asequibles, abundancia de agua blanda, energía suficiente, medios de comunicación adecuados, mercados accesibles) y curtidos, gráficas y editoras, bienes para el hogar, y construcción. Por actividades el análisis es el siguiente. Entre las mecánicas cabe resaltar el papel desempeñado por la industria textil, hoy dedicada a la obtención de derivados de las fibras artificiales o químicas. El algodón sigue siendo la principal fibra natural, masivamente obtenido en EE UU (la quinta parte del conseguido en el mundo, si bien exporta casi la mitad de su producción), la ex URSS, China, La India, Brasil, México, Egipto... Le sigue la lana, esencialmente obtenida en EE UU y la ex URSS. Entre las textiles tradicionales resalta su irradiación por el mundo debido a los grandes mercados interiores y notable y sostenida demanda. Entre las nuevas textiles las derivadas de fibras químicas, de superior producción. En las artificiales resaltan el rayón y las derivadas de la celulosa; las sintéticas (crylor, orlon, nylon), ahora de la petroquímica; y las químicas (neumáticos, lencería). Disfrutan de la ventaja de unos precios competitivos y la apoyatura en materias primas abundantes derivadas de la celulosa, hulla y petróleo; pero requieren notable infraestructura técnica, lo que explica que los primeros productores sean EE UU, Japón y la UE. Las industrias químicas se definen por la concentración geográfica y financiera, y suelen sustentarse en materias primas como los fosfatos, petróleo, celulosa... Por los productos obtenidos se clasifican en: amoniacales, ácidas, caucheras, carburantes, disolventes, plásticas... En razón de las posibilidades de transporte se ubican junto a los yacimientos o bien en el lugar de descarga de la materia prima, junto a los puertos. Las más especializadas se emplazan en las proximidades de las grandes ciudades (cosmética, farmacia). Las industrias pesadas también se definen por la concentración financiera y geográfica. La primera por la necesidad de recursos, lo que a su vez aclara que suelan ser empresas nacionales. La geográfica implica la existencia de siderurgia junto a la fuente de energía, cerca del mineral de hierro, o bien en los puertos donde llega el mineral o el recurso energético. Una variante es la industria pesada del aluminio. La metalurgia hace uso de acero, aluminio, aleaciones... con larga presencia en ámbitos urbanos o periurbanos, cerca de la mano de obra o del mercado, pero más recientemente las dificultades contaminantes, la presión social, la creciente mecanización... han motivado su dispersión geográfica. Hace uso y elabora bienes de equipo, de consumo y de investigación. Como básicas resaltan las industrias automovilística y la de comunicaciones.

2.2. El sistema de localización industrial Para explicar la localización industrial surgieron cuatro corrientes teóricas: mínimo coste (Weber), área de mercado (Lösch), interdependencia locacional (Hotelling) y los modelos integrados (Smith, Isard y Greenhut). Se han añadido otras que introducen factores subjetivos e irracionales (Rochefort, Pred). La Teoría General de Sistemas señala (Berry) que sistema industrial y localización industrial son dos realidades dependientes. La teoría de la

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Tema 8. Espacio y actividad industrial

información indica que la iniciativa individual en la toma de decisiones es un nuevo marco de interpretación locacional. Puede hablarse de grandes formulaciones teóricas: –

La teoría normativa, funcionalista al dar relevancia a la racionalidad y objetividad, con defensores en Weber (mínimo coste), Fetter (optimización de la demanda), Hotelling (interdependencia espacial), Lösch, Greenhut e Isard (mínimo coste e interdependencia espacial integrados).



La comportamental, basada en el comportamiento (Simon, March y Pred), y con el empresario subordinado al entorno.



La de las estrategias de las grandes organizaciones empresariales internacionales, públicas o privadas. De ahí que la localización industrial sea cada vez menos pura y que las organizaciones influyan sobre el entorno.



La ecotecnológica, sustentada en la competitividad, innovación, calidad ambiental... Es la fusión de objetivos estratégicos y redes internacionales de localizaciones.

Entre los geógrafos, Renner (siguiendo a Weber) indicó que si los componentes están yuxtapuestos la localización industrial está predeterminada, mientras que si están aislados y separados la industria se localizará en el lugar más accesible para el factor más costoso. Aportó la teoría de la simbiosis industrial, que podía ser disyuntiva (cuando la localización próxima para dos industrias representa ventajas para ambas), y conjuntiva (cuando dos industrias diferentes se emplazan próximas por disponer de conexiones orgánicas), y que sería clave para la explicación de las economías de aglomeración y concentraciones industriales. Para Alexander y Murphy el papel del mercado urbano es una clave de la localización industrial. Para Rawstron hay restricciones: –

Física, cuando una industria utiliza recursos dispersos.



Económica, porque toda fábrica depende de los costes de trabajo, materias primas, suelo, mercado y capital. La suma será el coste de localización de los que derivarán los márgenes espaciales de beneficio.



Tecnológica, en razón de la dependencia de innovaciones.

Smith desarrolló la teoría espacial del coste-beneficio, muy en relación con la del mínimo coste. De ahí que el emplazamiento ideal sea el que proporcione máximo beneficio. Su aportación da mayor flexibilidad que las teorías optimalistas al introducir las líneas de costes isopléticos (considerando a los factores humanos y personales), que unen puntos de costes iguales (y que pueden ser usadas de modo similar a las isodapanas de Weber). De ahí partió la teoría de Pred con su método comportamental (origen de la escuela behaviorista), al indicar que el hombre actúa con conocimientos imperfectos y sólo puede conseguir emplazamientos satisfactorios o subóptimos, pero no óptimos; el hombre se mueve entre probabilidades y juega con elementos aleatorios, lo que contraviene las teorías de los modelos económicos normativos. Una buena gestión puede reducir costes y paliar los de localización, lo que permite el uso de esta teoría. Hooder, Berry, Hurst y Smith introdujeron la Teoría General de Sistemas; y Lloyd y Dicken actualizaron otras neoclásicas con la curva de isogasto (curva de costes de una combinación de factores), que añade las decisiones del empresario en los costes y riesgos de emplazamiento; es decir, compone un modelo unitario en el que se integran decisiones del empresario y factores de producción.

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2.2.1. Las teorías económico-espaciales Sus principios están relacionados con la Teoría Económica General. Un primer grupo está integrado por los defensores del Mínimo Coste, con Hoover, Palander, Weber. Otro defiende el análisis de las áreas de mercado, el acceso al mayor número de consumidores (Hoover, Palander, Lösch). Un tercero está encabezado por Hotelling, con la interdependencia locacional. Un último está tutelado por Greenhut, Isard y Smith, los defensores de la teoría del coste-beneficio. La distribución industrial puede o no ajustarse a la teoría de la localización de Weber, que parte de cuatro principios: una llanura isotrópica, un país homogéneo en todos sus ámbitos; abundancia de materias primas, pero muy localizadas; mano de obra abundante, pero en lugares concretos; y un transporte que varía en relación con el peso de la mercancía y la distancia recorrida; así, el coste irá aumentando con el trayecto y el peso. Partiendo de esta hipótesis la industria se localiza de acuerdo a: – El coste de transporte. Lo normal es que las industrias hagan uso de dos materias primas, que además suelen perder peso en el proceso de elaboración. Su ubicación seguirá entonces un proceso de triángulo donde el punto óptimo de localización estará situado a mitad de camino de los dos yacimientos y cerca del mercado. – Costes de mano de obra. Se introduce aquí el concepto de isodapana, o conjunto de líneas que unen puntos de iguales costes de transporte. Pero una materia prima tiene una pérdida de la mitad de su volumen. Conocida la relación transporte-pérdida de materia prima-distancia se pueden analizar los costes de la mano de obra en la industria. Se concluye que las industrias atraídas hacia localizaciones con bajos costes de mano de obra tienden a concentrarse, como también las dependientes de medios de transporte conjuntos. Se llega así a las economías de aglomeración y deglomeración. Las de escala aumentan el volumen de su producción, y las de aglomeración se benefician de la localización asociada al compartir servicios especializados. Para localizar a las economías de aglomeración hizo uso de las isodapanas y del coeficiente de manufactura (resultado de dividir el valor añadido entre el cociente del peso del producto y el precio de las materias primas); a mayor cociente mayor será la tendencia a la aglomeración de la industria. Pero hay dos críticas: el mercado no presenta una competencia perfecta, y los costes de transporte no varían proporcionalmente con la distancia. Hoover fue un teórico del mínimo coste que aportó la idea de que en determinado medio de transporte los costes aumentan menos que proporcionalmente a la distancia al intervenir la capacidad de carga; de ahí deriva que las fábricas estarán mejor ubicadas al final o principio de trayecto y no en lugares intermedios (así se explican las aglomeraciones en terminales). Los analistas de las áreas de mercado fueron seguidores y perfeccionadores de las teorías weberianas; indicaron que los compradores están dispersos y distorsionan el emplazamiento ideal del mercado weberiano. Lösch, Fetter y Palander fueron los representantes más solventes. Para Palander el precio de los productos es el indicador esencial, y el área de mercado será una línea que una puntos con iguales precios de los productos (isotanta). El mercado no será un punto. Pero la competencia es imperfecta por lo que pueden argumentarse las mismas críticas que al modelo weberiano. Para Lösch el principal factor de localización es el tamaño del área de mercado; introduce un área hexagonal (base de la teoría de Christaller) con el mayor número de compradores por vendedor y mínimos costes 248

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de transporte y máximos de beneficios. Pero no consideró la desigual distribución de los factores de producción, por lo que el modelo sólo es válido para industrias con productos estandarizados. Puede decirse que la escuela weberiana se vuelca en determinar el mínimo coste pero se desentiende de la demanda mientras que los analistas del mercado se apoyan en la concentración de la demanda y se desentienden del resto de factores. De ese modo el ideal se encuentra en la complementación de ambas corrientes. La teoría de la interdependencia locacional, encabezada por Hottelling, señala que el emplazamiento de una industria es interdependiente, y ello le permite alejarse del mercado cuando la demanda es elástica. No contempla el coste de los factores y no resuelve qué ocurre cuando la demanda es inelástica, pero tiene en cuenta las decisiones del empresario en un mercado imperfecto. Otras teorías muestran preferencia por las relaciones ambientales. El modelo de Isard es weberiano, pero introduce la sustitución de los factores en función de sus precios. Transforma el modelo hexagonal de Lösch en otro más real, con densidades de demanda mayores en las proximidades de las concentraciones superiores. Integra la escala local (micro) en la general (macro), que juntas subrayan la aglomeración alrededor del nodo más accesible. Greenhut inserta el papel de la toma de decisiones y los contactos personales en las empresas pequeñas; anticipa el behaviorismo y explica con factores subjetivos localizaciones que no interpreta la teoría económica. Más que soluciones óptimas se trata de decidir la localización satisfactoria. Moses plasma la teoría de la producción. El punto de máximo beneficio coincide con el de mínimo coste; pero toda combinación productiva hace que la localización sea subóptima. Para Townroe las decisiones de localización son de inversión; de ahí que intervenga decisivamente la estrategia de la empresa, mucho más que el factor espacial que pasa a secundario, a un factor más.

2.2.2. El sistema de localización espacial Una industria es un sistema integrado por agentes que funcionan juntos y comprende los siguientes elementos: –



Una unidad de producción, una actividad fabril capaz de transformar materias primas, por medios mecánicos o químicos, en otros productos más valiosos con la incorporación de un valor añadido. Las actividades que se consideran industrias pueden ser clasificadas en: *

De extracción y primera transformación, las premanufactureras, que pueden o no dar paso a las de transformación más compleja; y las verdaderamente industriales, con procesos tecnológicos avanzados.

*

Actividades o personal que intervienen en el proceso de fabricación, entre el que aparece el ocupado en el terciario (directivos, investigadores).

*

Derivadas de la industria propiamente dicha: distribución, transporte... que pueden ser realizadas por la misma empresa. Se trata de actuaciones ligadas a la industria más que industriales.

En todo sistema industrial se dan dos tipos de relaciones: organizativas y técnico-económicas. Las primeras se refieren a la estructura funcional u orgánica de las empresas, al proceso de toma de decisiones y transmisión de las mismas. Se trata de las relaciones existentes entre cada unidad, y entre ellas y el sistema económico y social. Las técnico-económicas son ligazones tecnológicas y de otros tipos entre las distintas unidades de producción.

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El sistema industrial es una estructura conectada con el exterior por tres tipos de relaciones: influjos externos (que afectan a las decisiones empresariales), positivos (al permitir avances), y negativos (contaminación, etc.).

Un sistema industrial es complejo y responde a necesidades de quien planifica. El emplazamiento dependerá de la percepción que se tenga del medio, información disponible, y del contexto cultural y social. También de la cantidad y calidad del suelo disponible, accesibilidad y distancia al punto de consumo o suministro, valor del suelo, y de la tecnología disponible. Asimismo, intervienen factores correctores como la racionalidad (análisis de las ventajas de ubicación) y aleatoriedad (definirá a la pequeña empresa, guiada más por razones coyunturales). Pero una empresa suele adscribirse a tres categorías: individual, donde priman los criterios de localización, especialmente en las primeras fases del capitalismo cuando el Estado intervenía poco y las necesidades de capital eran reducidas; la sociedad anónima, agente principal en la era capitalista moderna que obliga a la concentración del capital; y las derivadas de políticas de desarrollo regional tras la intervención del Estado. En todos los casos los empresarios suelen atenerse a criterios de rentabilidad para elegir ubicaciones; es decir, prima el componente de racionalidad. También existen flujos que conectan a los sistemas industriales con otros sistemas: ligazones económicas (con el económico), institucionales (a través de la política económica), culturales y tecnológicos. Otros son flujos interindustriales o internos del sistema industrial, que pueden ser: verticales (pueden conducir a la integración de empresas); diagonales (contactos entre ellas); laterales (con industrias diferentes que participan en procesos comunes); y de servicios comunes (suministros o ventas). Respecto a los componentes funcionales del espacio industrial hay que considerar las ventajas y desventajas que ocasiona la diversificación industrial. Ésta proporciona estabilidad y disminuye las posibilidades de colapso industrial general; permite un uso más completo de la mano de obra; incrementa las relaciones intrarregionales, contribuyendo a la integración espacial; favorece el cambio tecnológico y hace crecer la movilidad social y ocupacional; y reduce los contactos campo-ciudad, aunque favorece la homogeneidad económica espacial. Por su parte un subsistema local, también complejo, será una aglomeración de fábricas de los siguientes tipos: –

Industrias dispersas, derivadas de la transformación de actividades artesanales, con dificultades para el transporte de energía y materias primas, y por ello emplazadas cerca de yacimientos. En la actualidad otros factores han intervenido, como bajo precio del suelo, mano de obra barata, y facilidad de comunicaciones, que han favorecido la dispersión. Las actividades que tienden a disgregarse son las semiartesanales, alimentarias, minería...



Concentraciones industriales, que a su vez pueden ser: *

Espontáneas, en focos industriales, aglomeraciones portuarias (importan materias primas y exportan productos acabados, ejerciendo incluso de creadoras de industrias por osmosis), núcleos ferroviarios, etc.

*

Concentraciones simples planificadas, con variantes: •

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Polos de desarrollo creados por los gobiernos para estimular el crecimiento industrial de regiones periféricas aplicando políticas de desarrollo regional. Hay polos litorales basados en industrias de base, e interiores ligados a ciudades de tamaño considerable (pueden ser industriales o de servicios). PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 8. Espacio y actividad industrial



*



Un nuevo modelo son los parques tecnológicos o tecnópolis, centros de empresas innovadoras de tecnología punta, emplazados cerca de aeropuertos, centros universitarios o de investigación.

Concentraciones compuestas, que son asentamientos industriales de mayor tamaño, con los ejes industriales como modelos más característicos. En las conurbaciones se dan aglomeraciones de este tipo al unirse focos industriales próximos. En los ejes litorales, uno o más puertos o ciudades marítimas no portuarias pueden atraerse formando conexiones industriales. Un eje de desarrollo es un fenómeno de crecimiento lineal a partir de varios polos industriales.

Complejos industriales. Se trata de asentamientos fabriles que necesitan determinada dimensión en el número y tamaño de establecimientos, valor de la producción, volumen de capital invertido y mano de obra empleada, diversificación industrial, etc.; y que todo se localice en un espacio restringido. Se pueden clasificar en complejos portuarios y urbanos (de base hullera), y menos frecuentes (hidroeléctricos, petroquímicos, y mixtos).

En todos o casi todos los elementos descritos intervienen factores de racionalidad y aleatoriedad. Los estudios empíricos no muestran la aleatoriedad. Alchian y Tiebout mostraron el comportamiento adoptive, o de irracionalidad aparente basado en la supervivencia del más fuerte porque toda decisión empresarial tiene lugar en un medio económico competitivo. Y el adaptative, racionalizado en la localización espacial y amoldado a las ventajas de los factores de localización. Para Aydalot lo normal es la elección de factores sociales (clima laboral, cualificación). Pero también intervienen las decisiones del empresario; Hamilton distingue tres tipos de empresarios: individual, S.A y sector público, con actuaciones mixtas y de interconexión para reducir riesgos e incertidumbres. El tipo de empresario hace variar la decisión de localización (en las decisiones públicas intervienen conveniencias políticas). Todo depende de qué, por qué y para qué se quiere localizar. En ocasiones las motivaciones, arraigo, herencia... del empresario influyen sobremanera. Para Hurst, Hugget, Meyer... la información y las motivaciones del empresario son claves de la localización industrial. Raras veces los empresarios tienen la información necesaria ya que depende de la distancia (se difumina con la misma), de la fuente, de la posesión indirecta... Y luego intervienen los comportamientos del empresario y su capacidad de actuar a veces hasta por obediencia. Así lo que es decisión satisfactoria en un lugar puede no serlo en otro (decisiones de tipo familiar-empresarial).

3. LOS FACTORES DE PRODUCCIÓN La distinción entre industrias pesadas (las que ofrecen productos de un valor bajo en relación con su peso) y diferenciadas (consiguen artículos de alto valor en relación con aquél) permite obtener una distribución de la industria condicionada por los siguientes factores: –

Fijación de la actividad según la riqueza de los yacimientos que la abastecen. Para que una industria extractiva sea rentable es preciso que el yacimiento disponga de mineral de calidad, abundante...; pero también que se encuentre a cielo abierto, cerca de la costa... Las actividades derivadas serán metalurgia y siderurgia.

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Las industrias pesadas que exclusivamente operan con una única materia prima son las más fijas al aproximarse y mantenerse con un sólo mineral o recurso energético; el caso más representativo es el de las actividades dependientes del carbón de coque, encargado de atraer a otras como las químicas, que aprovechan subproductos derivados.



Las industrias pesadas que lo hacen con distintos productos o materiales básicos dependen del transporte para su abastecimiento, pero se relacionan con cuatro hechos: *

La fragilidad de las materias primas. Cuando un subproducto es fácilmente rompible lo normal es que se fabrique en el lugar de uso.

*

El peso del producto. Cuando en su elaboración intervienen varias materias primas lo lógico es ubicar la industria en las proximidades del material más pesado a fin de abaratar costes de transporte. Pero, esta regla en muchas ocasiones no se ajusta, como ocurre con la metalurgia estadounidense que suele emplazarse en sectores litorales debido a las masivas importaciones de algunos minerales; por tanto obedecen a la proximidad de los puntos de desembarque. En Gran Bretaña e Italia resulta a veces más rentable emplazar siderurgia y metalurgia en puntos de destino.

*

Los factores sociológicos, entre los que resalta el poblamiento encargado de proporcionar la mano de obra (región estadounidense y canadiense de Los Grandes Lagos). En sectores de Inglaterra ha sido la mano de obra la encargada de fijar a determinadas industrias.

*

Los factores políticos, como ha ocurrido en las democracias populares donde las ubicaciones industriales han sido determinadas por las autoridades (la siderurgia de la Alemania Oriental se emplazó por razones de abastecimiento de mineral soviético).



La localización de actividades en función de la energía usada. La producción de aluminio es la industria tipo para el emplazamiento junto a instalaciones hidroeléctricas.



El mantenimiento y situación dependen a su vez de otros factores adicionales. Resaltan las causas financieras, ya que se requieren grandes capitales para mantener potentes industrias siderúrgicas y metalúrgicas.

Para la mayor parte de los autores los factores de producción son fundamentalmente: materias primas, energía, mano de obra, capital, tecnología, mercado y espacio. Todos, o en parte, suelen influir en la decisión de localización industrial, porque en función del coste las empresas se emplazarán donde sea más bajo. Sin embargo, el influjo de cada uno será diferente según el tipo de industria. Y además las materias primas y energía se encuentran muy desigualmente distribuidas y, por tanto, su incidencia dependerá de su contribución proporcional al producto final, y del coste y facilidades de transporte. Una materia prima puede ser el material sobre el que la empresa realiza una operación productiva; su poder de atracción de un recurso dependerá de: la pérdida de peso durante el transporte o elaboración; la relación valor-unidad de peso, que aproxima o aleja del punto de procesado; la abundancia o escasez, y la posibilidad de sustitutos; la naturaleza del material (una relación baja de peso-volumen atraerá a la industria hacia la materia prima, y a la inversa); y la divisibilidad del componente primario (de ser alta la industria se colocará junto al mercado). Todos estos caracteres son aplicables a industrias que tratan grandes cantidades de materias primas: pesadas, agroalimentarias y de primera transformación. De 252

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Tema 8. Espacio y actividad industrial

gran importancia son los recursos de origen mineral o energético, que requieren grandes inversiones. Y para asegurar la rentabilidad se deben contemplar los siguientes factores: evaluación cuantitativa del depósito, calidad del mineral, condiciones de explotación, nivel tecnológico, accesibilidad, disponibilidad de mano de obra, facilidad de acceso al mercado, interés político, e incluso clima. La mano de obra, como tercer factor de producción, condiciona a través de la calidad, cantidad y coste. No obstante, se está produciendo una sustitución del empleo fabril por la tecnología, que irradia el desempleo en el sector secundario y hace decaer su influjo sobre la actividad industrial. Los factores que definen la organización del mercado de trabajo son: –

Aumento continuado de la productividad debido a la constante aplicación tecnológica.



Descenso de la demanda por la estabilización demográfica en áreas desarrolladas, que provoca cierres empresariales.



Competencia de mano de obra, que repercute negativamente sobre los salarios en áreas desfasadas.

También, conviene aludir a los parámetros del factor trabajo que intervienen en la localización empresarial: –

La necesidad de mano de obra, que variará según el tipo de industria. Las grandes urbes disponen de posición ventajosa por oferta laboral y diversificación de la misma.



Cualificación. Las industrias avanzadas lo contemplarán más que las menos sofisticadas (elegirán cantidad).



El coste, que permite establecer una clasificación de actividades (Dezert): industrias con fuerte empleo y salarios elevados, con fuerte empleo y bajos salarios, con empleo medio y salarios elevados, poco empleo y salarios elevados, y empleo y salarios medios. Sin embargo, el coste no dejará de estar relacionado con la conflictividad laboral y el empleo sumergido o mano de obra doméstica a tiempo parcial.

El capital, como cuarto factor industrial, debe ser contemplado en su doble vertiente: fijo, en forma de activos contables como maquinaria, edificios, etc.; y circulante, desde los instrumentos legales hasta el dinero. Donde existe mayor acumulación de capital es más probable que se produzca superior inversión industrial; pero desde la crisis de 1973, se tiende a la concentración de la propiedad y a la búsqueda de economías de escala como mecanismo de defensa contra la incidencia de las crisis sucesivas registradas desde entonces. El de desconcentración, tampoco queda exento; se pretende centrar las actividades en grandes ciudades buscando la proximidad a servicios financieros y centros de decisión política. El resultado es la separación de centros de decisión y producción. El papel de la tecnología también incide notablemente. Es el proceso de invención inducida con el propósito de generar nuevos conocimientos técnicos y mayor y mejor productividad. Dependerá de la inversión en investigación, y tiende a concentrarse en grandes áreas urbanas en cuyas periferias se ubican actividades industriales especializadas. El mercado como factor de localización actúa a través de su orientación. El de bienes de producción y el de consumo son factores decisivos de emplazamiento para las industrias más dependientes de la tecnología. Y tanto más cuando en la actualidad los cambios tecnológicos, de los transportes, distribución y fácil desplazamiento de la población, y difusión de las ventas, han reforzado la orientación de las industrias hacia el mercado. Es frecuente GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

que las industrias se localicen junto al mercado cuando se den las siguientes características: el producto aumente de peso en el proceso de fabricación, se trate de productos perecederos, la materia prima sea simple y homogénea, el producto sea barato y voluminoso, existan lazos técnicos con otras empresas, el mercado sea de gran escala... Tampoco conviene olvidar como factor adicional al espacio. Las industrias se ubican junto a ejes de transporte. Así, las zonas con redes densas de transporte confieren mayor accesibilidad, que aumenta en torno a las aglomeraciones. Ello explica las proximidades industriales a los centros y nodos ferroviarios, carreteras y otros ejes privilegiados (puertos y aeropuertos). El papel del ferrocarril hoy está ceñido a los transportes a grandes distancias para evitar costes de carga-descarga y almacenaje. El de las carreteras es vital en distancias medias y cortas, y para productos semielaborados o materias primas de poco peso. Por su parte, los puertos marítimos han desarrollado las mayores aglomeraciones industriales del mundo. Los aeropuertos están ligados a actividades de tecnología avanzada que requieren transportes de productos poco pesados y frágiles.

4. FACTORES DE RELACIÓN, ECONOMÍAS DE AGLOMERACIÓN, GLOBALIZACIÓN Y DESINDUSTRIALIZACIÓN 4.1. Factores de relación y aglomeración Las industrias es raro que aparezcan aisladas y muy frecuente que se encuentren integradas en complejos industriales. En cualquier caso de la organización, origen y complejidad de la actividad derivan los siguientes tipos industriales:

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Dispersos. Se trata de industrias ligadas a fuentes de energía antiguas y que dependen de una ciudad en sus intercambios. Son rentables porque los salarios son más bajos; pero también inestables porque la dispersión encarece los transportes. Su difusión surge a partir de 1914 cuando se comenzó a generalizar el transporte de electricidad rentable a cortas distancias. En la actualidad se encuentran amenazadas porque dicho transporte se ha generalizado y encarecido a largas distancias, por lo que aún se ven forzadas a emplazarse en lugares donde dicha alimentación sea abundante y barata.



Agrupación de metrópolis industriales. Cuando hay ciudades próximas y con fuertes densidades de población se permiten las agrupaciones de fábricas tradicionales renovadas y con uso de mano de obra cualificada. Se trata de fábricas que elaboran productos caros y utilizan la electricidad; de ellas viven comarcas y ciudades.



Centralizados en una sola metrópoli. Es un tipo de concentración parecida a la precedente aunque difiere en la diversificación de productos y fuentes energéticas (con actividades concentradas en suburbios industriales).



Concentraciones de industrias portuarias, con ventajas: *

Recepción de materias primas importadas en grandes cantidades y a precio muy ventajoso.

*

Gozar de industrias diversificadas, desde la transformación del mineral en metal hasta su tratamiento para la obtención de productos derivados. PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 8. Espacio y actividad industrial



Complejos supeditados a la extracción de materias primas. No todas las extracciones dan lugar a industrias (petrolíferas), pero las transformadoras sí surgen en el lugar (férricas). Resaltan: *

Regiones extractivas coloniales con industria de primera transformación. Se corresponden con aquellas áreas muy alejadas que requieren la transformación del mineral a metal y la exportación de éste en bruto debido a las pérdidas en escorias.

*

Regiones extractivas en países no coloniales. Las industrias nuevas son las menos diversificadas mientras ocurre lo contrario con las antiguas renovadas. Específicamente las regiones hulleras o ferríferas han dado lugar a grandes complejos de industrias siderúrgicas o cualesquiera otras de transformación, e incluso de industrias diferenciadas.

La relación entre factores de producción, mercado y espacio económico genera economías de aglomeración. Son las que tienden a relacionarse con centros financieros, de servicios, flujos comerciales, etc. Suelen considerarse dos tipos de integración: horizontal (acuerdo de una industria con otra que elabora el mismo producto a fin de obtener ventajas de escala) y vertical (incrementando y concentrando el número de operaciones en un mismo lugar). La proximidad a las grandes ciudades se debe a los siguientes factores: innovación (centrada allí en mayor medida), expansión industrial local, y atracción ejercida sobre empresas industriales de otras regiones. Se tratará de economías de escala interna. Pero aparecen tipos de economías externas: –

De localización, que surgen de la concentración de fábricas de actividad similar en un área geográfica restringida, lo que genera ventajas que una sola industria sería incapaz de crear. Entre ellas, la reputación adquirida por un bien producido, creación de un soporte de mano de obra especializada, servicios locales adaptados a las necesidades particulares de la industria...



De urbanización, que derivan de la localización de una industria en una ciudad grande, con ventajas como un más fácil acceso a los mercados regionales, mano de obra más amplia, diversificada y dinámica, y que las ciudades mayores ofrezcan más servicios e infraestructuras.



De transporte o de transferencia, que devienen de la proximidad de las empresas para la compra y venta de una a otras contando con referencia fiel del coste de transporte de bienes, materiales y comunicación de informaciones.

Las empresas contemplarán también los medios de acogida. Así, se han demostrado tradicionales correlaciones como las siguientes. Los medios manufactureros se han correspondido con dinamismo industrial, alto nivel de vida de la población, iniciativa empresarial demostrada, dotaciones educativas, tradición artesanal, y protección pública a la industrialización. Y los medios de negocios se instalan en grandes metrópolis y puertos marítimos, lugares predilectos para las multinacionales o industrias punteras en tecnología. La concentración puede ser debida a influencias positivas (instalaciones en gran escala, investigación más desarrollo), o negativas (creación de monopolios, cárteles). La concentración de plantas en gran escala deriva de la especialización del trabajo o de la misma naturaleza indivisible de los factores de producción; de ahí que la concentración en una planta reduzca los costes. Cuando la producción se reparte en varias plantas se explica por el empleo y producción especializados. La investigación y desarrollo se emplazan primero en plantas piloto, especialmente en las firmas grandes. Y la cartelización trata de evitar competencias. De esta secuencia se infiere que en economías capitalistas es inevitable el GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

fenómeno de la concentración empresarial e industrial, si bien el impacto de los diversos factores sobre la concentración industrial no ha sido uniforme en toda la industria. Pero cada vez más la actividad de aglomeración se define por la movilidad de los factores de producción y la geográfica. La tecnología permite la movilidad de las unidades de producción, que a su vez propicia la disociación espacial de las unidades de la empresa (centros de decisión, unidades de producción y de investigación). Las empresas transnacionales constituyen el último eslabón organizativo en la evolución de las actividades industriales. Hoy son actores esenciales de la actividad económica tras haber salido fortalecidas de las crisis económicas e industriales recientes. Disponen de una dirección centralizada y distribución de plantas de producción en diferentes partes del mundo; las decisiones obedecen a estrategias comunes y su objetivo es emplazarse en distintos mercados a un mismo tiempo, aprovechando una tecnología que les permite elaborar con buena calidad y a menores costes que otras empresas nacionales de cualquier sector; la información se convierte en uno de los factores clave actuales de su desarrollo productivo. Realizan fuertes inversiones en investigación y desarrollo buscando tecnología exclusiva que luego transfieren a sus filiales. Disponen de un poderío económico que les permite sacar a flote a empresas locales-filiales. Además, la propiedad suele estar en manos de accionistas mientras la organización y gestión está acaparada por profesionales. Otra tendencia es a la diversificación de riesgos, con la mirada puesta en la obtención de crecimiento ininterrumpido en sustitución de las inversiones de riesgo; todo se centra en abrir mercados con productos que puedan superar a los existentes o con introducción de otros nuevos. Se clasifican en: –

Etnocéntricas, con centralización de las funciones en las sedes nodriza y organizaciones en el exterior muy simples.



Policéntricas, con gran capacidad de maniobra por parte de unas filiales que se encargan de controlar sus ámbitos territoriales bajo las directrices de la gran empresa.



Geocéntricas, con filiales que funcionan como auténticas multinacionales, pero supeditadas a la sede madre.

Puede decirse que la nacionalidad ya no es un factor de ubicación ni identificación empresarial porque se trata de actividades industriales y empresariales de carácter global.

4.2. Cambios estructurales: globalización y desindustrialización Entre los cambios estructurales que han mutado a la industria cabe mencionar la formación bruta de capital, la innovación científica, el papel del empresariado, y las transformaciones institucionales. Se ha tratado de una revolución gradual, en oleadas denominadas por Schumpeter de destrucción creadora, las típicas del crecimiento capitalista. Se ha llegado a la actual industria a través de cuatro etapas: la ligada al vapor (Gran Bretaña), a la electricidad y al motor (EE UU), la apoyada en la electrónica y bienes de consumo (tras la II Guerra Mundial), y la de la informatización (la más reciente). La industrialización es el rasgo más relevante del crecimiento económico moderno, con un crecimiento industrial que se sustenta en factores de demanda, oferta y comercio exterior; pero con esta evolución se ha alterado la ventaja comparativa de los países. Hoy la industria permite el mantenimiento de economías de escala y éste la convierte en agente del cambio técnico. 256

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Tema 8. Espacio y actividad industrial

Se han producido cambios sectoriales significativos con auge de la industria manufacturera y de actividades infraestructurales (construcción, electricidad, transportes y comunicaciones). Se ha entrado en una etapa de madurez con el declive de la industria en los PIB. Se trata de un movimiento de largo alcance que se inicia en los años setenta debido al encarecimiento de las materias primas (desde el petróleo hasta el factor trabajo) hasta la aparición de nuevos competidores en el mercado mundial que ofrecen productos de calidad y elaborados a bajo precio. Ello forzó a la readecuación de las estructuras productivas en los viejos países industrializados. Surgen nuevas actividades motoras y un conjunto de resultantes derivado del cambio estructural, entre las que cabe mencionar los siguientes: –

Agrupación de actividades por sus requerimientos de tecnología en el proceso productivo. Se trata de una concentración de la actividad tecnológica efectuada por los países que disfrutan de una especialización industrial.



Factores determinantes de la demanda, de tal modo que su variación provoca transformaciones en la oferta al objeto de satisfacerla; ello trae consigo cambios en la importancia de las actividades económicas.



Aportación de las variaciones de la demanda al cambio técnico. La industria intensiva en tecnología incrementa su peso tanto por demanda interna como exportaciones. La resultante es el declive de las industrias de bajo crecimiento, por lo que la capacidad tecnológica y de difusión es la clave de los procesos de reindustrialización.

Además, la industria se globaliza, lo que incide en dimensiones como la inversión, tecnología, comercialización, financiación... Así, la tecnología es más rentable a escala global; la inversión extranjera se efectúa a través de participaciones empresariales en otros países; y las alianzas, fusiones y acuerdos técnicos son fórmulas de desarrollo industrial. La globalización abre paso a la sociedad de los servicios, con un declive industrial que ya se nota en países tradicionalmente industriales como EE UU y Gran Bretaña. Se percibe en la caída del empleo industrial, especialmente desde 1973, y en la participación manufacturera decreciente en el PIB. Pero la industria en buena parte de los países desarrollados mantiene un papel muy relevante porque la tradicional se ha reconvertido. Lo cierto es que cada vez requiere menos empleo para obtener mayor productividad, y además reúne otras características: –

Los países más desarrollados disponen de una industria muy competitiva que les convierte en exportadores en sectores de intensidad tecnológica.



Producir más con menos empleo no es sinónimo de desindustrialización sino de una industrialización como causa del bienestar de las sociedades desarrolladas.



Se ha producido la externacionalización del trabajo en las empresas (en países subdesarrollados o a domicilio).



El progreso de muchos servicios queda a expensas de las demandas industriales.



El peso de la industria en las exportaciones y demandas internas supera a su participación real en los PIB.

5. LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL EN EL MUNDO 5.1. Áreas desarrolladas En Europa ha existido una clara relación entre yacimientos de carbón, mineral y actividad industrial; pero tras la II Guerra Mundial las industrias de nueva creación se han ido escondiendo GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

en el interior de los países o abriéndose a los puertos. En Europa Oriental los yacimientos todavía localizan a las grandes actividades industriales debido a la importancia que el socialismo ha concedido a las industrias de base. En la UE muchos filones han dejado de ser rentables, y las nuevas necesidades y competidores mundiales han configurado una región industrial alterada que ve sumidos en crisis sus sectores punteros. Aún así el sector todavía absorbe un tercio de los activos y aporta otro tanto al PNB. Por emplazamiento la gran industria pesada se ubica desde el Canal de la Mancha siguiendo el eje Alsacia-Lorena-Selva Negra (ampliándose hasta la Silesia polaca). En un segundo círculo ya hay núcleos dispersos instalados básicamente en los puertos; la incorporación del petróleo y su importación ha obligado a su instalación en las proximidades del desembarque. Aparecen cuatro grandes áreas industriales: –

Extractivas, vinculadas a las grandes cuencas hulleras septentrionales, como el Sarre, Sajonia, Bohemia, Silesia, Ruhr, Mosa. La crisis de los setenta ha cerrado una parte.



Portuarias, en el Noroeste, al amparo de las adquisiciones de crudos. El sector más importante se emplaza en Rotterdam, aunque son representativos los ejemplos de Amberes, Londres, Hamburgo, Bremen, Marsella, Bilbao...



Dispersas, orientadas a tecnología avanzada. Su dinámica actual parece transformarlas muy rápidamente en la alternativa a los grandes focos industriales precedentes.



Urbanas, al amparo de la demanda de las grandes ciudades con un conjunto de actividades muy diversificadas. Se trata de bienes de consumo finales que les dan una fuerte dinámica, y modifican la trama urbana con polígonos industriales.

En Norteamérica es preciso mencionar tres rasgos: –

Expansión de las grandes empresas. Entre cincuenta transnacionales controlan la mitad de la producción; es un sistema basado en la asociación de empresas hasta configurar trust, holding y procesos de inversión interindustrial (empresas de un sector penetran en otros).



Creciente investigación, con tres veces mayor cantidad de inversiones que sus homólogas europeas.



Intervención del Estado, que garantiza riesgos, financia empresas estratégicas y se convierte en primer consumidor.

La localización industrial vendrá definida por una evolución histórica favorable que la ha concentrado en el Noreste. Pero las guerras mantenidas en el Pacífico han dinamizado la costa californiana y desarrollado espectacularmente las energías alternativas. De esta evolución derivan cinco regiones industriales: California y costa del Golfo (nuevas industrias), Noreste (con industrias tradicionales estancadas), rurales (agroalimentarias e industrialización incipiente), Pacífico Norte (industria militar), y llanuras centrales (en retroceso). Grandes distritos industriales serán Baltimore - Filadelfia - Harrisburg; también Pittsburgh - Toledo y Erie; y Chicago - Milwaukee. Esta región dispone del 60% de la capacidad de fabricación norteamericana. En el Sur la revolución se está desarrollando; aún así, la mitad de los textiles salen de la zona. En el Oeste despunta la industria de defensa; su desarrollo deriva de las necesidades bélicas durante la II Guerra Mundial y un amplio mercado. El crecimiento industrial canadiense está ligado al de EE UU. El valle del San Lorenzo y la península de Ontario forman el corazón industrial, colindante con las grandes áreas metropolitanas del Norte estadounidense. Allí está la herradura dorada, donde se localizan las industrias diversificadas. 258

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 8. Espacio y actividad industrial

De Japón lo que primero llama la atención es su enorme capacidad productiva y de penetración en los mercados mundiales. Su modelo de desarrollo se encuentra en permanente estado de modificación industrial. El pueblo japonés ha funcionado con una cooperación muy estrecha entre mano de obra y capital, y con trabajo e intensidad de producción. La estrategia es: importar materias primas, trabajarlas y exportarlas. El masivo éxodo rural aportó el denominado frente de crecimiento en el litoral, sustentado en una impresionante base industrial, de tal modo que será el sector secundario el que organice la trama nacional. El centro litoral pacífico de Honshu concentra más del 60% del empleo y la producción, en los grandes focos de Tokyo, Nagoya, Osaka, Kyoto... Tras la Segunda Guerra Mundial, los avances tecnológicos eran entregados por el Estado a las empresas privadas, lo que permitió una alta tecnificación general. Se estableció la política de ventaja comparativa: cada industria debía producir los artículos para los que estuviera mejor dotada en términos de recursos, mano de obra, capital y tecnología. Hoy obtiene la décima parte del producto mundial y se sitúa como tercera potencia mundial productora y exportadora. La industria se encuentra en la base del desarrollo, con innovación tecnológica continua y costes laborales rentables. Hoy se intenta promover el desarrollo de áreas atrasadas mediante las industrias de alta tecnología, con las Tecnópolis. Se trata de la concentración de investigación más desarrollo en áreas limitadas, mediante la fusión de intervenciones de iniciativa local, empresas y universidades. Son medio centenar los sectores avanzados a promover, comprendidos en los macrosectores de electrónica, mecatrónica, biotecnología y nuevos materiales. El poder industrial es de tal calibre que algunos países ya son sucursales japonesas (desde Australia a Indonesia).

5.2. Áreas ex socialistas En la ex URSS los espacios industriales componen un elemento clave para la organización territorial. Desde la colectivización comienzan a generarse nuevos principios de localización, y un decidido apoyo a las industrias pesadas, que significó un acercamiento de las actividades a los yacimientos para ahorrar costes de transporte. Al tiempo, las dedicadas a productos de consumo directo se irán localizando en las proximidades de los grandes centros urbanos. Se llegó así al modelo de los combinats o complejos industriales sujetos a rígidos controles de jerarquización y especialización. También puede sostenerse que la industrialización rápida trastocó la distribución tradicional con un paulatino desplazamiento hacia el interior, al objeto de ocupar nuevos territorios y aprovechar yacimientos vírgenes. Aún así, los contrastes Este-Oeste se mantienen todavía al continuar dominando la concentración de la mayor parte de las actividades en el cuadrante noroccidental. Asimismo, aprovechando el poder de atracción de Moscú ha surgido un área industrializada a pesar de la escasez de recursos; en Ucrania, con amplia disponibilidad de recursos siderometalúrgicos, se ha desarrollado la mecánica; en el Volga Medio, con impresionantes recursos hidroeléctricos y petroleros y las facilidades de comunicación, se han consolidado las petroquímicas y derivadas del aluminio; los Urales, tras Moscú y Ucrania, constituyen la tercera región industrial más productiva, con una importantísima actividad de base, fertilizantes, maderera y química; por último, en Siberia la importancia radica más en los recursos potenciales que en lo conseguido. Las actividades han estado fuertemente controladas por el poder central, que ha practicado tal lealtad ideológica al marxismo que ha anulado la lógica del sentido productivo. El resultado es un desfase con respecto a Occidente, como reflejo de un modelo que no ha ofrecido los resultados prometidos.

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

En China desde la subida del maoísmo al poder se establece una política de industrialización rápida sustentada en el modelo soviético, con fuertes inversiones en la industria de base porque la URSS proporcionó la ayuda técnica. A finales de los cincuenta se vio obligada a modificar su estrategia. Se potencia la industrialización interior para evitar desequilibrios con la costa, y se abaratan las actividades acercando las industrias a las materias primas. Pero esta política fracasó rotundamente. El petróleo pasa a ser la actividad más desarrollada, con los mejores yacimientos en Manchuria, la región más industrializada, donde los japoneses invirtieron cuantiosos fondos que los chinos han sabido aprovechar. Pero hoy la renta per cápita industrial es insignificante; de ahí que la apertura fuera una necesidad. El desfase entre industrias ligeras y pesadas comenzó a corregirse en 1978 con el relanzamiento de las últimas. Se optó también por modificar el sistema de gestión; ahora la empresa industrial conserva parte de sus beneficios para dedicarlos a ampliar la producción, y para fabricar bienes sobrantes dedicados al mercado. Se ha desarrollado el sistema de puertas abiertas aplicado en las Zonas Económicas Especiales, áreas costeras escogidas para que se instale el capital extranjero junto al nacional. Pero junto a la dinamización del sector también ha agudizado y potenciado los desequilibrios regionales. El Sureste de Asia compone una región puente con el bloque Occidental. En la ASEAN el capital exterior ha conllevado fuertes distorsiones tanto regionales como sectoriales, pues la mayor parte de los fondos han ido a actividades muy concretas y emplazadas en áreas urbanas. Desde los años setenta se ha producido un cambio radical; la razón se encuentra en las inversiones japonesas, que han incluido el área en su Zona de Coprosperidad. En los últimos años se consolida en la zona el denominado triángulo de oro asiático, que arrancando en Malasia sube hasta China, y que está asumiendo el modelo de desarrollo japonés que ha implantado aquí el modelo de deslocalización industrial.

5.3. Áreas desfasadas En Iberoamérica el férreo control estadounidense ha impuesto su ley: el capital extranjero ha tratado a la región como una colonia. La salida de materias primas impide la industrialización interna, mientras las industrias básicas en manos foráneas aletargan la inversión. Las hipotecas al desarrollo industrial tienen dos frentes básicos: la tutela exterior y los antagonismos internos. Las actividades extractivas continúan dominando, mientras el resto no controlado por el capital foráneo se intenta dinamizar acudiendo a agrupaciones nacionales. En el continente africano las fuentes energéticas son reducidas, pero amplias las mineralógicas. La parquedad de actividades industriales es la norma, de tal modo que aporta sólo el 2% a la producción mundial, igual contribución que la verificada por Hong Kong. Uno de los objetivos es crear una moderna actividad minera, y por extensión industrial. El mineral de hierro es muy abundante, el cobre posee una riqueza superior a la media mundial, la bauxita cuenta con reservas aún no evaluadas, los minerales preciosos son abundantes, y los elementos radiactivos muy sustanciales. Pero la industria sólo da empleo a la décima parte de la población y su aportación al PNB continental no alcanza la cuarta parte. Y esas contribuciones proceden de actividades del sector agroalimentario. Las tradicionales perviven en África tropical; las tradicionales y modernas en el Magreb y Golfo de Guinea; las dependientes del exterior en Egipto, Zimbabwe...; y las más complejas en Suráfrica. En el Próximo Oriente se contiene la cuarta parte de las reservas petroleras mundiales, cuyas exportaciones han permitido la inversión en actividades ligadas a su explotación. Pero se da una clara limitación de otras materias primas para sostener industrias pesadas. Los 260

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Tema 8. Espacio y actividad industrial

países cuentan con graves deficiencias: la tecnología de explotación y transformación es importada, los altibajos productivos se explican tanto por la demanda mundial, como por conflictividad interna, la industria se encuentra desarticulada... Las extractivas representan el 90% de la producción industrial y ocupan una parte insignificante de activos. Pero lo más relevante es que se ha producido un desplazamiento industrial desde el Mediterráneo al Golfo Pérsico. El balance industrializador no es favorable, hasta sostenerse que el proceso es un lujo pagado por los petrodólares. Por último, en La Unión India los grandes esfuerzos tradicionales se centraron en la industria textil y extractiva, en este último caso por la abundancia y diversificación de recursos, que también le ha permitido desarrollar un notable impulso industrial reciente, aunque no capaz de lograr la autosuficiencia. Dispone de actividad diversificada y un fuerte sector de base, aunque las industrias de transformación semiartesanal de productos agrícolas son las dominantes. Resaltan por su importancia las extractivas, caracterizadas por la fragmentación en pequeñas unidades técnicamente insuficientes y marginales.

6. MATERIAS PRIMAS Y FUENTES DE ENERGÍA 6.1. Minerales: recursos y usos Son minerales las sustancias terrestres de composición química concreta, sólidas cristalinas (las sales), orgánicas (hidrocarburos), y no sólidas (mercurio). Están clasificados en metálicos (hierro, aluminio, estaño, mercurio, oro), no metálicos (nitrogenados, fosfatados), energéticos (carbón, petróleo, gas), y hasta el agua, el más abundante de los minerales. Con referencia a su extracción hay dos tipos de minas, subterráneas y canteras. En las primeras el procedimiento es el excavado de galerías horizontales a través de las que se extrae el mineral con el fragmentado de la veta mediante taladro; y de frente longitudinal, más adecuada para depósitos profundos, como ocurre en las minas europeas (pero en Suráfrica el oro se extrae a tres kilómetros y medio de profundidad). La minería a cielo abierto se caracteriza por la extracción de capas superpuestas (sobrecarga), con máquinas rozadoras y excavadoras o mediante línea de arrastre; cuando los minerales son duros se procede a la voladura, y luego se extrae mediante el procedimiento de terrazas (cobre), en el que las carreteras suben en espiral hasta la superficie. La minería aluvial se usa para conseguir estaño y oro; las menas son arrastradas por el agua tras el dragado de un curso. La minería de compresión sirve para obtener elementos como el azufre, que se extrae mediante sondas de tubos concéntricos; por uno se inyecta vapor de agua a presión para fundir el azufre; por otro aire comprimido para elevar el fundido, que asciende por el tercer tubo (hoy, sin embargo gran cantidad de azufre se obtiene de la extracción de gas natural). Otros minerales se logran por procedimientos químicos, como la sal a partir de estanques poco profundos tras la evaporación del agua marina. El cloruro magnésico se extrae de las canteras de sal haciendo reaccionar al agua con cal, y el magnesio se deposita por precipitación. La minería no se considera un generador directo de ingresos en el mundo económico, sobre todo comparativamente con el resto de actividades. Son esenciales para el desarrollo industrial dos tipos de minerales: –

Metálicos, con el hierro y sus aleaciones (manganeso, cromita, níquel, molibdeno, cobalto y vanadio), los de base (cobre, plomo, zinc y estaño), los ligeros (aluminio, manganeso y titanio), los preciosos (oro, plata y platino), y los raros (uranio, radio y berilio).

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No metálicos, ahora con buena cantidad de variantes: de construcción (calizas, arena y grava, y materiales de cemento), químicos (sulfuro y sal), fertilizantes (roca fosfatada, potasio y nitratos), cerámica (arcilla y feldespato), refractarios (arcilla y magnesio), abrasivos (arenisca y diamantes industriales), aislantes (asbestos y micas), pigmentos y rellenos (arcilla, diatomita y barita), y piedras preciosas y gemas (diamantes y amatista).

6.1.1. Minerales metálicos Disponen de un cierto grado de recirculación dentro de la economía porque se trata de bienes de producción usados en las manufacturas y hasta en la agricultura. El incremento de su uso se debe esencialmente a tres factores conjuntados: el auge en los países industrializados, la difusión de los sistemas industriales, y la demanda derivada del incremento de la población mundial. Todos han forzado al aumento de las compras por parte de los países industrializados a quienes no los consumen en exceso, los subdesarrollados. Los grandes controladores de ese comercio son EE UU, Canadá, la UE, Japón, Australia, Rusia y la República de Suráfrica, mientras entre los vendedores más relevantes se encuentran Brasil, Chile, México, Perú, Venezuela, Malasia, Indonesia y la República de Suráfrica. El rendimiento de un yacimiento depende de varios factores: el tipo de mineral, su accesibilidad, la cercanía o lejanía a los centros industriales, la calidad, profundidad, el valor de la mena, y costes de transporte. Además, los recursos metalíferos son más escasos que los no metalíferos y sus precios suelen ser más altos. Hierro, aluminio y cobre son los que más profusamente se utilizan en la producción de materiales. Y, también, los emplazados en sectores cristalinos, como zinc, cobre, cromo, etc. Por lo que se refiere al uso de los metales se puede aproximar el siguiente: aluminio, para construcción de conductores, aviones, buques, automóviles, chapados; cromo, para cromados y acero inoxidable; cobre, para conductores, aleaciones (latón y bronce), monedas, fontanería; oro, como fuente de valor y para la fabricación en joyería y algún uso electrodoméstico; hierro, para estructuras y máquinas; plomo, para pilas, protección radiológica, cubiertas y tejados...; magnesio, para aleaciones de baja densidad para la aviación y máquinas; mercurio, para explosivos, instrumental científico, odontología; níquel, para chapados, aleaciones de acero, motores de turbina de gas, monedas; platino, para catalizadores en procesos químicos y gases de escape de vehículos; plata, para joyería, emulsiones fotográficas; estaño, para chapados, aleaciones (bronce y peltre); wolframio, para filamentos de lámparas eléctricas, aleaciones de acero, herramientas cortantes; uranio, para alimentación de centrales nucleares; zinc, para aleaciones (latón), acero galvanizado, etc. El hierro es el metal más importante porque alcanza las nueve décimas partes de todos los consumidos en el mundo. Es el segundo más abundante y la materia básica de la siderurgia. Es un metal dúctil, maleable y tenaz, que le ha permitido a determinados países situarlo como clave de su desarrollo (ex URSS, EE UU, Brasil, UE). Para que su explotación sea rentable debe contener un mínimo de la cuarta parte de metal. Se obtiene por fundición a partir de su paso por altos hornos, que es una materia prima de la que saldrá hierro colado o acero. El hierro colado es moldeable, mientras el acero es hierro colado al que se ha reducido la proporción de carbono mediante la inyección de oxígeno puro. El acero se consigue en forma de planchas fundidas, en láminas, barras o tiras y vigas, y puede ser puro o en forma de aleaciones según el uso industrial al que vaya destinado; los de alto contenido en carbono son más resistentes, y se endurecen por calentamiento y enfriamiento rápido con agua; el acero templado requiere una segunda cocción y enfriado 262

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Tema 8. Espacio y actividad industrial

a temperatura ambiente. El combinado con níquel es de los más resistentes y se usa para herramientas que han de resistir esfuerzos; los mezclados con manganeso sirven para excavadoras y taladradoras; los aleados con cromo son los aceros inoxidables. La siderurgia constituye la primera etapa de la metalurgia y consiste en la fabricación de hierro y acero, de la que derivan los palastros (productos planos), perfilados (viguetas, raíles) y trefilerías (cables, tuberías). Esa producción sale esencialmente de tres grandes potencias tradicionales, EE UU, Rusia y Japón, y de cinco medias (Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia y China). Dicha elaboración está en manos de poderosas sociedades privadas o estatales que concentran siderurgias cerca del mineral, del carbón, usado como combustible, o en los sectores portuarios por donde entra alguno de ellos. Una de las siderurgias más significativas es la del aluminio. La bauxita domina en los países tropicales con Australia como primer exportador, seguido de Jamaica, Malasia, Indonesia, Guinea, Guayana y Surinam; la alúmina constituye la primera transformación, pero el mineral encierra sílice y óxidos de hierro más el óxido de aluminio; es una variedad de material ferralítico que permite ser extraído a cielo abierto. La producción consume gran cantidad de electricidad porque es la hidrólisis quien convierte a la alúmina en aluminio; eso explica que se concentre en países productores de electricidad a bajo coste, como Canadá y Noruega; pero los grandes monopolios están en EE UU y Japón. El cobre constituye una de las fuentes esenciales de las industrias siderúrgicas tanto estadounidense como rusa, que a la vez son los primeros productores del mundo respectivamente; otros países africanos (Zambia, Zaire) e iberoamericanos (Perú, Chile) exportan a Japón y Gran Bretaña. La metalurgia diferenciada hace uso del acero, cobre, aluminio, aleaciones... Recientemente experimenta el proceso de desconcentración geográfica con emplazamientos en áreas periurbanas, como también el de automatización, que le permite fabricar bienes de equipo (buques, maquinaria agrícola), de consumo (televisores, automóviles), y de investigación; pero también se caracteriza por la concentración financiera, especialmente la horizontal, que le permite la absorción de empresas pequeñas. Tras hierro y aluminio se encuentran los denominados metales menores: cromo, manganeso, magnesio, titanio, molibdeno, tungsteno, vanadio... usados en pequeñas proporciones para las aleaciones de acero. El cromo es muy utilizado para aleaciones de aceros inoxidables; pero junto con el manganeso se encuentran muy localizados (República de Suráfrica, ex URSS, Turquía, Brasil, Gabón). El magnesio es el metal más ligero conocido y de los mejor distribuidos por la superficie terrestre. Cabe hablar de los minerales metálicos escasos: cobre, plomo, níquel, uranio, estaño... pero vitales para el desarrollo industrial y tecnológico (comunicaciones, aeronáutica, electricidad). El cobre es el mejor conductor de electricidad y posee capacidad de aleación con numerosos elementos; se encuentra ampliamente distribuido (EE UU, Andes, Urales, y sectores africanos), pero sus reservas ya son escasas. Plomo y zinc son piezas básicas para la industria del automóvil; pero la alta demanda ha mermado los recursos, si bien son aún importantes productores EE UU, Australia y Canadá (también Perú, y parte de la ex Yugoslavia). El estaño se emplea para revestimientos al cobre y aluminio, en la industria química, soldaduras, fundición con aleaciones; aún quedan reservas disponibles en Australia, Iberoamérica y África, si bien los principales productores son asiáticos (Malasia, Indonesia, Tailandia, China, ex URSS). El mercurio puede formar amalgamas con oro, plata y plomo, con múltiples aplicaciones industriales (pilas eléctricas, dorados); las reservas no son amplias en los dos principales productores, España e Italia, junto con la ex URSS, aunque el principal consumidor es EE UU. El níquel es un metal de compleja elaboración, muy resistente y empleado para revestimientos de piezas metálicas (niquelados); disfruta aún de buenas perspectivas en los yacimientos existentes en Canadá, la ex URSS y Francia. El molibdeno es un muy duro metal empleado como aleación en aceros; tres cuartas partes de su producción se concentra en una trilogía de GEOGRAFÍA E HISTORIA

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países (EE UU, Canadá y Chile). Entre los metales preciosos resalta el oro, cuya producción ha experimentado notables cambios, con el primer productor en Suráfrica, seguido de la ex URSS y Canadá. La plata es un metal conductible y aleado con el cobre conserva sus propiedades, pero también disfruta de alto consumo en la industria fotográfica y química; de Iberoamérica sale la cuarta parte de la obtenida en el mundo (México y Perú), y el resto de EE UU y Canadá y la ex URSS. La tendencia es a la consecución de extracciones a gran escala porque ello representa una reducción de costes de mano de obra por unidad de producción, aunque sea a costa de salarios altos. Así se explica la condensación de la explotación de minerales metálicos en manos de grandes compañías transnacionales, o mixtas con capital repartido entre país productor subdesarrollado y capital exterior privado procedente de un país industrializado (o consorcio entre países). Queda la expectativa futura de la explotación a escala en lechos marinos. Lo cierto es que hoy las reservas de minerales metálicos están muy repartidas por el mundo y las nuevas técnicas de explotación están aportando perspectivas favorables, como el uso de electromagnetómetros por aire con excelentes resultados en el descubrimiento de yacimientos (especialmente de níquel, plomo, barita). Pero el gran problema deriva de cuestiones políticas, puesto que los países industrializados no quieren depender de los subdesarrollados e inestables porque cualquier convulsión puede acarrear el cierre de aprovisionamientos, y el colapso de actividades industriales con cadenas de manufacturas dependientes; no pueden quedar a expensas de circunstancias coyunturas puntuales sobrevenidas. Esta es la razón del mantenimiento en muchos países avanzados de focos mineros abiertos aún a costa de su baja rentabilidad, y por medio de cuotas, tarifas, subsidios... Se trata de disponer de reservas estratégicas.

6.1.2. Minerales no metálicos Se clasifican según sus aplicaciones: fertilizantes, abrasivos y materiales de construcción. Los fertilizantes están integrados por los nitrogenados (con EE UU y la ex URSS como acaparadores de casi la mitad de la producción mundial), fosfatados (con los mismos productores más países norteafricanos, como Marruecos), y potásicos (concentrados en Norteamérica, con la cuarta parte de la producción total). Los abrasivos son esenciales para la tecnología moderna (pulido de aleaciones metálicas duras); resaltan los diamantes, con los máximos productores en África del Sur, Congo y Ghana. Los minerales no metálicos y voluminosos están condenados a consumos locales (a excepción de los valiosos, como las piedras preciosas). Luego, la demanda tiende a no ser elástica con respecto al precio; es decir, que la subida de los precios no tiene el efecto de reducir las compras. Aparentemente no hay problemas de abastecimiento, e incluso para cuando alguno comience a faltar ya existen sustitutos, como ocurre con los fertilizantes (el problema se plantea con los diamantes como abrasivos). La exploración sísmica ha dado buenos resultados en el descubrimiento de algunos minerales (sulfuros). Algunos como nitrógeno, calcio, potasio, cal, azufre... se encuentran difundidos. Como resultado de emplazamientos, explotación y consumos existe todavía un cierto equilibrio entre EE UU y la ex URSS, mientras la UE y Japón padecen mayor vulnerabilidad por su dependencia de importaciones.

6.2. Fuentes de energía: tipología y usos La energía se presenta en forma mecánica, eléctrica, electromagnética, química, nuclear y térmica. Y en relación con su uso puede distinguirse entre primaria (la almacenada), 264

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intermedia (transformadora de los recursos energéticos en energía utilizable) y final. De la primaria sólo carbón, petróleo, energía hidráulica, gas natural y energía nuclear tienen significado económico. Entre la final las gasolinas, gasóleos, fuel, gas manufacturado, y coque superan el 95% de la consumida en el mundo. Pero, las fuentes de energía pueden ser renovables (procedentes del espacio) y no renovables (almacenadas en la tierra, finitas e irregulares en su distribución). Las renovables son: hidráulica, eólica, solar, geotérmica, del mar (olas, corrientes, mareas); y las no renovables: petróleo, gas natural, carbón, uranio, los hidrocarburos no tradicionales (arenas asfálticas, pizarras bituminosas), combustibles nucleares (como el torio), y no nucleares (como el deuterio). Por su grado de densidad pueden ser clasificadas en muy densas (fusión termonuclear, con uranio), densas (con combustibles fósiles), medianamente densas (madera, geotérmica, mareas y corrientes oceánicas), y poco densas (solar, eólica, térmica de los mares). El consumo de dichas energías ha pasado por ciclos. Desde mediados de siglo hasta hoy se ha reducido a la mitad el consumo de carbón, se ha incrementado una décima parte el de petróleo, se ha doblado el de gas natural y casi triplicado el de electricidad. Ello se debe a la aparición de demandas específicas, las mayores eficiencias demostradas por los combustibles que han prosperado, la comodidad en la sustitución, la limpieza de algunas fuentes (como la electricidad), y los movimientos de los precios que hacen a unos recursos más interesantes que otros. Ello ocurre en países desarrollados, los acaparadores del 90% del consumo mundial de energía (tres cuartas partes de la población sólo consume la cuarta parte de la energía mundial). Pero hoy la organización energética afecta a la del espacio porque existe una atomización geográfica de recursos clave como el petróleo. Las fuentes energéticas componen una de las claves del desarrollo porque los usos mecánicos han crecido paralelamente al crecimiento demográfico y las continuas revoluciones industriales. La evolución ha sido compleja: tradicionalmente las industrias consumidoras de energía se emplazaron junto a los yacimientos de carbón; con la llegada del petróleo comenzó la desvinculación y el inicio de un elemento típico del capitalismo, la división internacional del trabajo. Con la innovación tecnológica se relacionan las energías eléctrica, nuclear y el gas natural, si bien la mayor conexión entre alta tecnología y producción energética afecta a las energías renovables. La mayor parte de las actividades hoy necesitan energía, lo que implica que a mayor desarrollo exista mayor consumo energético y concentración espacial. El mayor consumo per cápita se da en Norteamérica, con casi el doble del existente en Europa, Japón y la ex URSS. Por actividades las de base son las más consumidoras, a las que se unen las mecanizadas y manufactureras. Pero el grado de desarrollo condiciona también no sólo la demanda, sino el tipo y estructura del consumo energético, incluso con descensos en los países más avanzados. Lo cierto es que el consumo mundial de petróleo entre la primera gran crisis de 1973 y finales los años noventa se ha incrementado en un tercio, casi se ha doblado el de carbón y energía hidroeléctrica, y se ha multiplicado por diez el derivado de la energía nuclear. En la OCDE el petróleo es la principal fuente de energía, si bien ha descendido ligeramente su consumo; el carbón ha crecido representando la cuarta parte; el gas aporta la quinta parte; y la electricidad (aún habiendo crecido un tercio) sólo alcanza el 6,5%. Ello representa una estructura energética más equilibrada que en el mundo del subdesarrollo, que se centra en recursos no renovables. Puede decirse que la energía de bajo coste es la usada en las sociedades industriales. Hoy la más extendida es la eléctrica si bien el petróleo constituye el combustible más usado para la fabricación energética. La industria se aleja del carbón por dos razones: el bajo coste de un petróleo que hasta hace un cuarto de siglo resultaba barato y abundante, y por la presencia de los adelantos de transporte en superpetroleros. Y ello se ha conseguido a GEOGRAFÍA E HISTORIA

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costa de una extrema dependencia de algunos países industrializados de los productores, y de superar las agudas crisis manifestadas desde 1973 como derivación de las fuertes subidas de precios una vez que los productores fueron dueños de sus recursos; desde entonces las subidas han sido imparables hasta 1998, cuando se registra una caída sustancial, con precios similares a los de hace tres lustros.

6.2.1. El carbón Es una roca intensamente explotada en Europa Occidental (una de las bases de la Revolución Industrial), EE UU (en la cordillera de los Apalaches) y la ex URSS (Ucrania), y de la que existen cuantiosas reservas en China septentrional, Las Rocosas y Siberia. Hay tres clases: antracita, hulla y lignito; pero cuanto más antiguo posee mayor cantidad de carbono y más poder calorífico (por ello, la turba tiene una utilización muy restringida). La antracita disfruta de la menor cantidad de impurezas y el mayor poder calorífico, y su uso es muy amplio en centrales termoeléctricas. Puede ser empleado el carbón en estado natural o bien destilado y coquificado, mediante la liberación del gas e impurezas, lo que le permite gran cantidad de aplicaciones industriales. Su extracción la desarrollan grandes sociedades privadas o estatales (como ocurre en los países ex socialistas y en algunos capitalistas). El mayor productor es EE UU, seguido de la ex URSS y China, y productores medios como Polonia, Australia, República de Suráfrica, La Unión India... Su utilización se extendió como consecuencia de la facilidad de los transportes por ferrocarril, sobre todo en la denominada edad de oro del carbón, entre mediados del XIX y finales de la II Guerra Mundial, si bien se centró en un reducido número de países (EE UU, Gran Bretaña, Bélgica, Francia y Alemania). Luego, decayó como consecuencia del crac de 1929, que afectó a las estructuras productivas; se recuperaría ligeramente hasta finales de los cuarenta, para alcanzar los mínimos en la década de los setenta al ser sustituido masivamente por el petróleo. Decae en Europa porque su extracción es en profundidad y cara, mientras se mantiene en EE UU por ser conseguido a cielo abierto. En los años setenta a la cabeza se encontraban EE UU, la ex URSS y China, donde se recuperó como derivación de la crisis del petróleo y cuyo consumo se ha centrado en la producción termoeléctrica. Pero el ocaso se prolonga en Europa Occidental. Hoy China pasa a la cabeza de la producción mundial, seguida de EE UU, la ex URSS y la República de Suráfrica. Actualmente los altos hornos han sido reparados para el consumo de fuelóleo, con lo que se han reducido las necesidades de coquificados; el carbón se ha visto sumido en otra crisis, si bien los aumentos productivos se deben a la incorporación de nuevos productores como Colombia, Australia, las dos Coreas, India... Hoy los máximos consumos se dan en Asia y América del Norte, pero la mayor parte de la producción es absorbida por los productores, con la excepción de Australia, el principal exportador. El primer comprador ha pasado a ser Japón, seguido de la UE (la baja rentabilidad y la existencia de otro carbón importado más barato desde la República de Suráfrica o Polonia han conducido al cierre y reconversión de sectores y valles carboníferos). Entre las reconversiones se encuentra la reorientación de la hulla a la fabricación de amoniacos, benzoles, alquitranes, colorantes, abonos... En países necesitados las reservas abundantes como las de EE.UU (líder mundial en su producción y a precios módicos) explican que haya sido tradicionalmente un gran exportador y consumidor (sigue siendo muy utilizado para la fabricación de energía eléctrica). Desde una perspectiva geográfica los recursos del carbón presentan una ventaja respecto a los hidrocarburos, la regularidad y racionalidad de su distribución, porque se emplaza cerca de las áreas de consumo, y con la mayor parte de las reservas localizadas en 266

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los consumidores (China, la ex URSS y EE UU). Se dedica a la generación de electricidad que mantendrá su consumo, mientras caerá drásticamente el orientado a necesidades domésticas. Además, la normativa ambiental presiona sobre las emisiones de óxidos, azufre, nitrógeno... Y, sobre todo, los precios de explotación, que no suelen ser competitivos con respecto a otros combustibles fósiles.

6.2.2. El petróleo El petróleo bruto es una mezcla de hidrocarburos gaseosos, líquidos y sólidos, formada por carbono e hidrógeno asociados en proporciones variables; pero, también, contiene agua, calcio, silicio, hierro, níquel... Su origen es orgánico, un lodo (sapropel) que evoluciona hasta el protopetróleo, que hidrogenado pasa a petróleo. Para su obtención cabe distinguir dos tipos de yacimientos: primarios, con el petróleo en el lugar de formación; y secundarios, hasta donde ha migrado desde su lugar de conformación. Pueden encontrarse a gran profundidad (incluso a más de cuatro kilómetros), y en plataformas marinas (off shore). Su consumo se disparó por la demanda de los automóviles, atendido por grandes compañías transnacionales (Standard Oil, Texaco, Mobil Oil). Hoy la producción está controlada en su tercera parte por los miembros de la OPEP; y la ex URSS , con cerca de la quinta parte. La producción se ha quintuplicado desde mediados de siglo, con los máximos en 1980, y aumentada muy significativamente en África y Asia, mientras se ha reducido con la imposición de cuotas en el interior de EE UU (que dispone de más de 700.000 pozos en explotación). Sin embargo, Norteamérica ha multiplicado su producción debido al aumento en Canadá y México; y Sudamérica debido ahora a la contribución de Venezuela y Colombia. Europa registra el salto cuantitativo más importante tras el descubrimiento de los yacimientos británicos y noruegos. La producción está repartida por buena parte del mundo, pero concentrada en unos pocos países; son más de cincuenta los productores. Oriente Medio y el Norte de África concentran la tercera parte de la producción mundial. Hoy los cinco sectores productores del mundo son Norteamérica, con grandes inversiones en el Suroeste y Alaska, al tiempo que EE UU se convierte en uno de los principales compradores del mundo; la ex URSS , que tras abastecer su consumo interno ha dedicado los excedentes a satisfacer la demanda de sus países satélites; Venezuela y México, donde es masivamente destinado a la exportación; los países del Golfo Pérsico y norteafricanos, con aproximadamente la mitad de las reservas mundiales, y que han convertido a Arabia Saudí en el primer exportador mundial al hacerse con las ventas que los iraquíes e iraníes no pueden atender por imposición de las Naciones Unidas, y a Nigeria. Hoy la tercera parte del transporte marítimo mundial mueve crudos, lo que representa el principal flete internacional. El número de petroleros ha descendido pero ha aumentado la capacidad de los que quedan, con auge espectacular de los superpetroleros que superan las 250.000 Tm de carga. Las principales áreas exportadoras son Próximo Oriente y la ex URSS, más China e Iberoamérica, que concentran casi tres cuartas partes del crudo vendido en el mundo. Con el refinado y la síntesis se obtienen tres grupos de productos: carburantes ligeros (gases licuados, gasolinas, naftas), medios (kerosenos y gasóleos) y pesados (asfaltos y fuelóleos). Los ligeros son los de más alta demanda; pero se ha registrado una caída en la capacidad productora mundial que sólo se recupera desde mediados de los ochenta. Hoy la capacidad de refino es superior a la de producción mundial de petróleo, pero está localizada en los países consumidores tanto por razones económicas, como estratégicas. Se GEOGRAFÍA E HISTORIA

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ha detectado un fuerte incremento en los miembros de la OPEP (aunque sólo son capaces de consumir el 5% de lo que refinan). Actualmente las gasolinas y gasóleos representan la mitad (y por mitad), el mayor consumo de derivados del petróleo; el fuelóleo sólo alcanza la quinta parte. La razón es variada: incremento de la motorización, especialización industrial... Pero los usos del petróleo tras el refinado son múltiples: metano, keroseno, gasoil, aceites industriales... La petroquímica proporciona carburantes y fuel para las centrales térmicas; pero también colorantes, pinturas, plásticos... El impacto de las crisis petroleras ha sido notable, sobre todo cuando se comprobó que en 1973 los países del Próximo Oriente atendían más de la mitad de las necesidades occidentales. Entonces era un recurso tres veces más barato que el carbón, y además presentaba la ventaja de encontrarse pegado a las costas con las facilidades exportadoras consecuentes, y contaba con el hecho de que las compañías occidentales operaban bajo el régimen de concesión pagando cánones e impuestos por las extracciones. Pero la OPEP nace pronto, en 1960, y fue progresivamente incorporando miembros que a principios de los setenta ya no están de acuerdo con las masivas extracciones a precios baratos. Los más radicales, Argelia, Libia e Iraq, lo nacionalizan (situación que se mezcla con la guerra del Kippour); ello hace que los precios comiencen a multiplicarse (a finales del 73 y principios del 74, en sólo cuatro meses, se multiplicaron por cuatro); y hasta 1978 se volvieron a doblar, pero ya sobre precios elevados. Los países industrializados se vieron obligados a contraer la demanda, a lo que se unió un valor débil del dólar. Sólo a mediados de los ochenta los precios se recuperan, pero ya con oscilaciones, para volver a caer a finales de los noventa. En ellos ha tenido mucho que ver el descubrimiento y extracción de petróleo en otras partes del mundo (China, Sureste de Asia, Gran Bretaña, Noruega), junto al incremento de la producción en la ex URSS , México, Venezuela... Desde entonces las subidas son continuas. Todo coincidió con la sustitución de las grandes compañías transnacionales por otras estatales, e incluso por convenios entre productores y compradores; la razón se encontró en la incapacidad de las primeras para asegurar abastecimientos en épocas de crisis. Ahora estas compañías han diversificado sus actividades volcándose hacia otros recursos energéticos, como la energía nuclear, o bien se han pasado a la industria química. Por fin, el impacto del conflicto del Golfo ha sido muy moderado porque Arabia Saudí se ha ocupado de incrementar la producción, y porque muchos países occidentales tenían reservas.

6.2.3. Gas natural Va unido a la producción petrolera y es una fuente energética y materia prima para abonos químicos (azufre) o productos de síntesis (caucho). Es una mezcla de hidrocarburos saturados gaseosos (metano, etano, propano, butano), líquidos (pentano, hexano), y otros componentes (gas carbónico, hidrógeno sulfurado). El elemento fundamental es el metano, y puede hallarse bajo dos formas diferentes: como gas libre (tres cuartas partes de los yacimientos mundiales), y asociado generalmente al petróleo (la cuarta parte restante). Se encuentra, como el petróleo al que va asociado, en terrenos sedimentarios, si bien el transporte es más complicado porque se ha de proceder del gasificado al licuado, y en el lugar de destino nuevamente a la gasificación. Es una fuente más limpia que el petróleo o el carbón, lo que ha representado un incremento de su consumo (una cuarta parte de la energía consumida en el mundo). EE UU y Canadá han sido los incorporadores a un consumo estandarizado. La Unión Soviética tras la II Guerra Mundial también intensificó notablemente su producción y consumo. A Europa Occidental llega a partir de los años sesenta, porque eran más tradicionales los 268

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gases derivados de la coquería y hulla. Asociado al petróleo aparece en abundancia en las extracciones británicas y holandesas, de donde sale la mitad del gas consumido en la UE; pero Alemania, Italia y Francia se han convertido en consumidores de su propia producción, mientras Argelia y Libia son los principales abastecedores. Hoy es la tercera fuente energética tras el petróleo y carbón respectivamente. Desde mediados de siglo su producción se ha multiplicado por diez, lo que constituye una de las principales novedades del panorama energético mundial, a lo que ha contribuido decisivamente una mayor estabilidad de los precios, en comparación con el petróleo, y también el mantenimiento de la producción en Norteamérica (de donde ha salido la mitad de la mundial). El mejor dato de la estandarización de su consumo se encuentra en que desde la mitad del siglo la representación de EE UU ha bajado desde el 93% a la mitad, una diferencia porcentual que ha sido ocupada bien por la extracción o consumo en la ex URSS y Europa occidental, por el desarrollo de los gasoductos y por el alto consumo urbano-industrial. En los países subdesarrollados el despegue ha sido mucho más modesto porque se depende más del petróleo y del carbón, y sólo se ha dinamizado la extracción para exportación especialmente en México, Venezuela, China e Indonesia. Hoy el principal productor es Rusia, aprovechando sus yacimientos siberianos, seguido de EE UU y la UE (estos últimos junto a Japón son los principales importadores mundiales). Otros productores esenciales son los países norteafricanos exportadores de petróleo y Nigeria, a los que se unen Argentina y Venezuela. Es la principal fuente energética en Holanda, la ex URSS..., y se prefiere al petróleo en Kuwait, Bahrein... En los industrializados se reparte el consumo entre industria y actividades domésticas, mientras en los desfasados se dedica a la industria casi con exclusividad. Las reservas mundiales son muy parecidas a las de crudos, con las mayores en la ex URSS, mientras en EE UU han descendido, si bien son muy notables las de Canadá lo que asegura el consumo norteamericano en general. Con todo, las mayores hasta hoy conocidas están en países del Tercer Mundo (México, Nigeria, Libia, Argelia). El problema reside en que el transporte es caro, lo que no impide que sea una de las fuentes energéticas con más futuro ya que reúne la doble condición de materia prima y recurso energético; y además es una energía más limpia que otras tradicionales. Las reservas y yacimientos están más diversificados que las del petróleo, lo que le permite disponer también de mejores posibilidades. A ello se une el ser una fuente energética más barata y que experimenta pocos sobresaltos en los precios, de más calidad y más versátil que el petróleo. La cuestión futura es solventar el reemplazamiento de las redes de gas manufacturado por las de gas natural, muy costosas en países industrializados.

6.2.4. Otras energías La alternativa más usual ha consistido en la obtención de energía a partir de plantas de fabricación y almacenamiento desde la fuerza del agua. La hidroeléctrica no es contaminante y no requiere consumos de combustibles; pero queda sujeta a la topografía e hidrología, con lo cual sus emplazamientos presentan el aditamento adicional de la rentabilidad según distancias a que ha de ser transportada la energía conseguida. Así pasa a fundamentar el equilibrio entre coste de producción y de transporte. Por ello se aprovechan las grandes infraestructuras hidroeléctricas para otros usos, como la extensión de regadíos. Las mayores infraestructuras y consumo se emplazan en los países desarrollados, lo que unido a las carestía de transporte hacen que en contadas ocasiones se den intercambios de esta modalidad energética. Además, se trata de una energía difícilmente almacenable, por lo que se produce para un consumo sujeto a variabilidad (temperatura ambiente, periodos vacacionales). GEOGRAFÍA E HISTORIA

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En contrapartida se trata de una energía difícilmente agotable y no contaminante. Se obtiene por diferentes métodos: centrales de caída, en los tramos altos de los ríos; de hiperembalse, sobre caudales importantes; de fluyente, en tramos medios y caudales regulares; de presa, aprovechando valles estrechos, fuertes desniveles...; y de bombeo, con dos embalses situados a diferente altura (uno superior para atender mayores demandas). Con todo sólo contribuye al 6% de la demanda energética mundial, pero ha multiplicado por tres la producción y el consumo desde mediados de siglo. Hoy se da la paradoja de que países subdesarrollados se han puesto a la cabeza mundial de esta producción, como China, La India y Brasil, tres gigantes demográficos con alto consumo y escasa capacidad para la obtención masiva de energía por otros procedimientos. Estos tres son los encargados de haber subido la capacidad productora mundial en los países subdesarrollados a poco más del 60%. En los ochenta el primer productor mundial era Canadá seguido de EE UU, y luego la ex URSS y Brasil, cuatro de los países más extensos del planeta; de ello se deduce que la extensión es un factor clave; pero también la topografía ha hecho que países como Japón, Francia, Italia, España, Noruega, Austria... se hayan convertido en productores significativos. Hoy se detecta el descenso productivo en los países mediterráneos frente al incremento en los nórdicos europeos. Otros subdesarrollados han visto crecer espectacularmente su producción (Venezuela, Colombia, Zambia, Zaire); pero en general los potenciales están aquí poco desarrollados debido a la escasa demanda interna y casi nulas posibilidades de exportación. El país con más alta productividad relativa es Noruega, con el 99% de la energía consumida procedente de hidroelectricidad, seguida de Brasil con el 93%. En Suecia y Canadá representa la mitad; en el resto de países aproximadamente la cuarta parte o menos. Puede decirse que los mejor equipados son los nórdicos europeos, donde se dispone de uno de los mayores consumos del mundo y de una de las energías más limpias. La primera crisis petrolera de 1973 trajo como consecuencia la búsqueda de energías alternativas, que ya en los sesenta habían despuntado. Fue el caso de la nuclear, que de experimental pasaba a la etapa comercial. Pero los altos costes de obtención energética unidos a los problemas ambientales y a la salud humana derivados, y la contestación consecuente de sectores sociales, pusieron en entredicho esta fórmula de salida a la crisis energética. Luego se añadía en todo el mundo desarrollado la dificultad de encontrar uranio y plutonio, componentes que además tenían usos diferentes (armas nucleares) y larga vida radiactiva, con los inconvenientes derivados para los desechos. Constituye una fuente de energía primaria que se incorpora al consumo a mediados del siglo pasado sólo en los países de mayor desarrollo por su exigencia técnica. La reacción nuclear libera calor que se usa para generar vapor de agua, y éste para crear electricidad mediante equipos eléctricos. Se consigue en tres tipos de centrales nucleares: de uranio natural, con instalaciones de grandes dimensiones; de uranio enriquecido, las más irradiadas; y las de neutrones rápidos, con reactores reproductores y con alta rentabilidad (ahora hacen uso de plutonio). La productividad demostrada frente a la inseguridad del abastecimiento petrolero en los setenta es la causa del espectacular despegue en los países fuertemente industrializados; a la cabeza se sitúa EE UU, cuyas transnacionales dominan el comercio mundial de los minerales radiactivos; luego Francia, la ex URSS, Japón, Alemania, Canadá, Suecia, Gran Bretaña, España... En el mundo del subdesarrollo resaltan La India, Corea del Sur, la República de Suráfrica y Argentina. En todo este despegue también ha influido que los aprovisionadores de minerales radiactivos disponen de regímenes políticos más seguros que el resto de exportadores de crudos o gas. Y se trata de una energía en principio no contaminante sobre la que ha 270

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Tema 8. Espacio y actividad industrial

intervenido decisivamente el Estado del Bienestar, aportando medios científicos y técnicos (tanto con fines civiles como militares), y sobre todo como organizador de la política energética general. Ello le ha permitido individualizar a la industria nuclear, que incluso en la UE dispone de una organización específica, la EURATOM. Con todo, desde mediados de los setenta, conoce una caída espectacular debido al reforzamiento de los grupos sociales de oposición (tanto ecologistas, medios de comunicación como partidos políticos) a esta fuente energética. De ahí que en los países desarrollados sólo contribuya ligeramente por encima de la décima parte en la satisfacción de las necesidades energéticas (sólo un 5% de la mundial), si bien en algunos constituye la principal fuente de aprovisionamiento (Alemania, Francia, Bélgica, Suecia). Puede decirse que los problemas económicos, técnicos y, sobre todo, de opinión pública han ido haciendo decaer a este tipo de producción energética. La opinión de la sociedad industrializada ha contado incluso en exceso porque en algunos países llegó a solicitar consultas, cuyos resultados forzaron a los gobiernos a cerrar las centrales menos seguras o más obsoletas. En otros el cierre tras accidentes ha sido pauta (la ex URSS). Luego se ha añadido la dialéctica social sobre los desechos de combustibles nucleares. También el rechazo al uso militar, que perjudica al civil por la oposición de sectores sociales a todo empleo de elementos radiactivos. En algunos casos se ha conseguido incluso la paralización de centrales nucleares, y hasta la reforma de la política energética nuclear. En ello han tenido mucho que ver accidentes (Harrisburg en EE UU, Chernobyl en la ex URSS); pero, también, se da el hecho contraproducente de que otras porciones sociales sean partidarias por considerar que es una fuente energética poco contaminante y respetuosa con el medio. Todo confluye en un futuro incierto, porque se dependerá de los progresos técnicos para asegurar la fiabilidad de los reactores, de los costes de tratamiento de los minerales radiactivos, de la evolución de sus precios (e incluso de otros combustibles fósiles), de las reservas, y hasta de la opinión de sectores sociales (Austria se ha visto obligada a cerrar su programa nuclear).

6.2.5. Energías renovables El consumo actual se basa en energías no renovables, que no pueden ser satisfechas por los no productores del Tercer Mundo y resultan gravosas para los países industrializados. Sin embargo, representan unas posibilidades menos ligadas a dependencias externas. Todo ello impone para un futuro el desarrollo de la tecnología enfocada a la búsqueda de medios energéticos menos contaminantes y más justos en la distribución del equilibrio de la producción energética mundial. Son la opción energética del futuro, si bien hoy sólo alcanzan la quinta parte del consumo mundial de energía (incluida la hidráulica). Las fuentes de energías no renovables se encuentran bien distribuidas por el mundo, pero afectan de manera diferente a los países; son discontinuas y las interrupciones son frecuentes (solar, eólica). Pueden ser clasificadas de la siguiente forma: tributarias del agua, de los rayos solares, de la tierra, del viento, y de la biomasa (aún importante en el mundo subdesarrollado, incluso con costosos procedimientos como los utilizados en La India y Brasil). Sus perspectivas son alentadoras conforme avance el progreso técnico porque son recursos indefinidos e inagotables, y sobre todo cuando las sociedades industrializadas son cada vez más partidarias del consumo energético no contaminante. Pero aunque el recurso sea infinito las obras para su transformación son todavía muy costosas y las técnicas empleadas necesitan alcanzar cotas superiores de madurez y rentabilidad. Una variante es la energía eléctrica geotérmica, aprovechando vapores que son llevados a las turbinas para que activen generadores productores de energía. Sin embargo no GEOGRAFÍA E HISTORIA

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son tantos los países que disponen de vapores subterráneos para operar comercialmente, aunque algunos han alcanzado alto nivel de dotación (Japón, Islandia, costa occidental de EE UU). A unos diez kilómetros de profundidad el potencial energético supera el contenido en las reservas de combustibles fósiles en todo el mundo. Se obtiene introduciendo agua a temperatura ambiente hacia el interior de la Tierra y su posterior transformación en vapor permitirá el accionado de turbinas. El aprovechamiento del calor de los océanos es otra posibilidad, ya que estos reciben tres cuartas partes de la energía que llega al planeta. Con el agua cálida del mar se calienta amoniaco, y con su vapor se accionan turbinas, mientras las aguas frías de profundidad sirven para el condensado del vapor. Pero es una energía cara debido a que los sistemas de obtención no han alcanzado el desarrollo técnico necesario. Y además se concentra en sectores determinados, en los mares cálidos tropicales y ecuatoriales, donde menos recursos técnicos existen en los países que los disfrutan. Una variante adicional al uso de aguas marinas consiste en el aprovechamiento de las mareas y olas; se trata de hacer uso de una energía mecánica inagotable. Sin embargo quedan por solventar dos dificultades: que las instalaciones puedan hacer frente a la fuerza del mar, y que los materiales salven la corrosión de las aguas marinas. La gran alternativa del futuro se encuentra en la energía solar, porque ni es cara, es perpetua y está libre de contaminación. Puede ser de tres tipos: directa, difusa (por reflexión de la atmósfera, tierra y nubes), y reflejada (la procedente del albedo). El uso más común es para calefacción y agua caliente a partir de células fotovoltaicas. El gran problema es que la radiación captada por la superficie terrestre se distribuye de manera muy desigual. También la generada por el viento, que a partir del uso de generadores convierte su fuerza en electricidad. Pero no todas las regiones de la Tierra disfrutan de vientos con la suficiente potencia para implantar un sistema de explotación comercial. El progreso ha sido espectacular en la UE, con Dinamarca como primer productor y Holanda en segundo lugar. Al margen del consumo doméstico se ha difundido su uso en abastecimiento a trabajos agrícolas que requieren electricidad no concentrada, como alumbrado de granjas, riego de baja potencia... Otra alternativa más consiste en el uso de la biomasa como fuente energética, esencialmente los denominados cultivos energéticos, residuos forestales, agrícolas leñosos y no leñosos, urbanos, biodegradables... De ahí pueden salir alcoholes, carbones vegetales, gasógenos... Para un futuro no muy lejano se encuentra la perspectiva de emplazar estaciones solares satélites encargadas de interceptar la energía solar y transmitirla a la Tierra. Hasta entonces el potencial de energías renovables es enorme, si bien no existen canales de comercialización adecuados y la producción coincide con un consumo cercano. Entre todas la energía solar parece ser que lleva bastante ventaja. Pero todo dependerá del empuje de las políticas energéticas de los países desarrollados y de la Agencia Internacional de la Energía, porque será en su seno donde se producirán los avances técnicos necesarios, unos avances e implantaciones de energías renovables que exigen sus sociedades y que demanda el propio planeta, pues de lo contrario los combustibles fósiles abrirán más al agujero en la capa de ozono y agudizarán el efecto invernadero. En adelante las políticas energéticas se deben vincular cada vez más a una relación más respetuosa con el medio y el ahorro; pero quedan por solventar los poderosísimos intereses coincidentes en la actualidad entre las industrias extractoras de recursos y fuentes energéticas más tradicionales.

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Tema 8. Espacio y actividad industrial

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Tema 9 Las actividades terciarias en las economías desarrolladas

Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

ÍNDICE SISTEMÁTICO 1. INTRODUCCIÓN 2. EL SECTOR TERCIARIO Y LOS SERVICIOS. CLASIFICACIÓN DE ACTIVIDADES 2.1. Sector terciario y servicios 2.2. Clasificación de actividades 3. ACTIVIDADES TERCIARIAS BÁSICAS 3.1. Transporte 3.2. Comercio 3.2.1. El comercio interior: tipología y cambios 3.2.2. El comercio exterior: incidencia de la globalización 3.3. Las actividades administrativas: públicas y privadas 3.3.1. Públicas 3.3.2. Privadas 3.3.3. El ejemplo de la salud 3.4. Servicios colectivos y servicios a las empresas 3.4.1. Servicios colectivos 3.4.2. Servicios a las empresas 3.4.3. Servicios financieros 4. LA ESTRECHA RELACIÓN ENTRE COMERCIO Y TRANSPORTES: DE LAS REDES ESPECÍFICAS A LA RED MUNDIAL 5. OCIO Y TURISMO: UN SUBSECTOR CLAVE 5.1. El turismo: tipología y significado 5.2. Su aportación como fuente económica 5.3. Repercusiones: consumo de espacio e impacto sobre el territorio BIBLIOGRAFÍA

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1. INTRODUCCIÓN El sector servicios aparece con la administración y el ejército de las primeras organizaciones estatales, mientras el comercio dará vida a las primeras clases sociales que viven del sector. Con el mundo helénico se consolida la actividad comercial y con el romano se implanta la administración, el ejército y las comunicaciones. Con el tránsito al Renacimiento aparecen nuevas actividades como la banca y se dinamizan otras como el comercio y la cultura. A partir del siglo XVII y sobre todo durante el XVIII la potenciación del secundario revitaliza a las actividades terciarias complementarias. Y con el proceso de industrialización del XIX se afianza ya definitivamente un sector terciario con formas complejas de comercio internacional y surgimiento de variadas profesiones. En el XX la expansión urbanizadora y desarrollo industrial dan el empuje definitivo a un sector que se transforma en clave del desarrollo en los países avanzados del mundo (encuadra a casi dos tercios de la población activa y además aporta una proporción similar al PIB). Algunas actividades del terciario no han sido consideradas por el socialismo y capitalismo como generadoras de bienes en el sector. Cabe distinguir entre servicios públicos y privados, pero con la particularidad de un intervencionismo cada vez más agobiante del sector público en la prestación de servicios debido a la presión social. Luego existen servicios de interés general (energía, mercados financieros) poco atractivos por su rentabilidad, por lo que también competen al Estado. Pero en ambos casos el aporte del terciario a las economías nacionales es cada vez más relevante, sobre todo en las desarrolladas, que se dividen en: –

Hiperindustrializadas (más de 10.000 $ hb/año y un 60% de contribución terciaria al PNB).



Industrializadas (más de 5.000 y 45% de contribución entre secundario y terciario).

En ellas las actividades terciarias son aquéllas que no producen bienes, y se caracterizan por su: heterogeneidad, inmaterialidad (seguros, transportes), producción-consumo directos, alto empleo femenino, elevadas cotas a tiempo parcial y sumergido, y gran dispersión en el tamaño empresarial. Lo cierto es que el terciario agrupa a las actividades que no producen bienes materiales en forma directa y satisfacen una necesidad de la población. La variedad es enorme porque incluye cualquier profesión que escapa al marco agrícola o industrial. Pero también es posible diferenciarlo por áreas de desarrollo: –

Un terciario parasitario, típico de las sociedades del Tercer Mundo.



Otro elemental, que no requiere cualificación.



Y un último cuaternario, que incluye a la investigación, decisión, etc.

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En países avanzados cada vez es más dominante y un claro estímulo al consumo, facilitando el incremento de la producción. Evoluciona con el desarrollo de los países y su transformación refleja tres aspectos del progreso: –

Construcción de la infraestructura material, que impulsa el desarrollo de la industria.



Aumento de los intercambios, de relaciones de negocio y de la organización financiera. Responde a la elevación del nivel de vida y a las mayores exigencias de la población.



Expansión de los servicios públicos, que traduce un esfuerzo creciente del Estado en favor de la organización general de un país y del bienestar social.

Constituye un sector clave en la sociedad actual de consumo que ha llegado al conflicto entre la productividad sin límites y la necesidad de dar salida a la misma. Publicidad, marketing, nuevos sistemas de distribución y venta, modernas necesidades, avance de las tecnologías... han confluido en la producción de necesidades de masas como derivación de novedosos estilos de vida. El ciudadano se ha transformado en consumidor (en Occidente se habla tanto de los derechos del consumidor como de los del hombre), y la era de la opulencia ha introducido modificaciones en la producción y demanda de servicios. Es el mito del bienestar al alcance de todos o casi todos, la etapa del desarrollo de la intermediación. Es la estandarización del escenario de lo cotidiano, de los hogares análogos, de los ocios programados, de la diversidad de los créditos y formas de pago... En suma de la uniformización de hábitos y consumos, del imperio de lo efímero, de la obsolescencia continua, del tiempo libre... Todo conjuntado introduce demandas, modificaciones e intervenciones públicas y privadas cada vez más intensas hasta transformar al terciario en sector vital del desarrollo. Las explicaciones modernas al peso creciente de los servicios se sustentan en la mayor elasticidad de su demanda, su menor productividad. Los servicios hoy tienen carácter inmaterial, es simultánea la producción y el consumo, se producen para clientes específicos, y son intensivos en trabajo y menos utilizadores de consumos intermedios. Se clasifican por el tipo de servicio prestado, por su novedad, por su orientación (de mercado y no destinados a la venta), por su productividad (personales, impersonales). Y han crecido porque ha cambiado su modo de provisión, el empleo en ellos es más estable (debido también al mayor número de autoempleo), crecen las instituciones prestadoras sin ánimo de lucro, sobre ellos inciden menos las recesiones económicas, suelen disfrutar de un reducido nivel de sindicación... Pero, sobre todo, porque se desregularizan los mercados y se internacionalizan determinados servicios clave (financieros, servicios a las empresas).

2. EL SECTOR TERCIARIO Y LOS SERVICIOS. CLASIFICACIÓN DE ACTIVIDADES 2.1. Sector terciario y servicios Tradicionalmente los servicios se han incluido en el sector terciario, aún englobando un alto número de actividades muy heterogéneas. Para que una actividad sea calificada como servicio debe ser intangible o inmaterial y un acto de intermediación entre producción y 278

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Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas

consumo. Además resulta que las empresas de servicios son más dispersas que las industriales, es mayor su tamaño empresarial, más alta la mano de obra femenina y abundante el empleo a tiempo parcial. Una de las clasificaciones más ajustadas para ordenar a los servicios distingue entre los servicios a los productores y a la demanda familiar. Pero el término servicio es polisémico y posee tres acepciones: –

Ocupaciones en los servicios.



Rama de actividad que no se dedica a la manufactura.



Y un tipo concreto de consumo final.

Los servicios crecen por el aumento del consumo, la desindustrialización de las economías desarrolladas, y la demanda de empleos especializados. De ahí que su auge permita hablar hoy de sector servicios en vez de sector terciario, porque el término servicios alude a las actividades terciarias, pero desempeñadas en todos los sectores económicos. También se alude a la sociedad de los servicios o postindustrial porque engendra nuevos servicios. El impacto de las innovaciones tecnológicas ha sido clave porque ha incidido en la productividad y ésta ha necesitado de los servicios más ampliamente, que han sido consumidos vorazmente por la sociedad de masas. Pero también ha influido la fortaleza del sector público, la crisis del Estado del Bienestar, la expansión del comercio internacional... Se ha creado una sociedad de los servicios que los ha transformado en predominantes en la economía. No obstante, hay notas negativas: no han cubierto las expectativas de pleno empleo, y han irradiado el superconsumo perjudicando al ahorro. Lo cierto es que los servicios se han convertido en actividades axiales, dominantes en la economía actual, y convertidores del territorio en mero soporte pasivo cuando se desmarcan del proceso productivo. Los servicios están integrados por: –

Elementos, unos pertenecientes a la empresa (organización interna, personal de contacto), y otros al mercado (clientes). Los servicios conectan a ambos.



Relaciones, que pueden ser primarias (entre la empresa y el cliente) y secundarias (entre clientes).

El espacio de los servicios es el lugar donde se desarrollan y consta de: –

Soporte físico (un centro de investigación...).



Organización (grandes corporaciones, instituciones, empresas).



Los impactos o cambios inducidos por el influjo de los servicios (desarrollo de otras actividades).



Relaciones, que pueden ser de competencia o solidaridad entre servicios (uso conjunto de estaciones difusoras de comunicaciones).

La cobertura del mercado se realiza a través de redes o unidades de producción, que pueden ser de tres tipos: –

Empresas locales especializadas.



Grandes establecimientos con amplia gama de servicios y área de atracción dilatada.



Combinaciones de los anteriores, con múltiples servicios en gran número de localizaciones (supermercados).

GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

2.2. Clasificación de actividades La ONU clasifica a las terciarias en cuatro categorías: –

Comercio al por mayor y menor, restaurantes, hoteles y reparaciones.



Transporte, almacenamiento y comunicación.



Servicios financieros, seguros, bienes inmuebles y servicios a las empresas.



Servicios comunales, sociales y personales: saneamiento y limpieza, ocio y cultura, servicios domésticos y personales, sanidad y servicios sociales, organizaciones privadas no lucrativas, administración pública y defensa.

Para algunos autores la clasificación es más minuciosa (Sanguin), con cuatro subsectores: –

Terciario, con distribución de bienes visibles (comercio al por mayor y menor).



Cuaternario, que presta servicio a los servicios y a los demás sectores.



Sextenario, que proporciona los enlaces con otros sectores (ideas, dinero, tecnología).



Septenario, que rige a los demás (investigación, planificación, ordenación, y administración).

Para Rochefort la clasificación atiende a la estructura de la empresa (de la que salen actividades de dirección y de servicios) y a que sea pública o privada (con finalidades diferentes). Luego la existencia dual de servicios destinados a las empresas y a la población, situación que se complica cuando aquéllas son públicas y atienden al consumo directo de ésta. Pero es evidente la contraposición entre servicios privados o de mercado (atienden a las fuerzas del mercado y responden a rentabilidad económica) y públicos (sometidos al control administrativo y no responden a rentabilidades iniciales). Para Browning y Singelman los tipos de servicios son: –

A las empresas: bancos y servicios financieros, seguros, actividades inmobiliarias y fiduciarias, asesoría jurídica, tratamiento de datos y diversas.



De distribución: transporte y almacenamiento, comunicaciones, correos y comercio minorista.



Sociales: médicos y hospitalarios, educación, administración pública, servicios sociales y profesionales diversos.



Personales: domésticos, hostelería, restauración, reparación, belleza y ocio y cultura.

Para la CEAT (Communauté d´Études pour l´Aménagement du Territoire) hay cuatro clases de actividad económica:

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Fabricación, o actividades transformadoras de materia.



Circulación, o intermediación.



Distribución, que pone los bienes en el lugar de consumo.



Regulación, que mantiene y modifica el sistema, y que puede ser pública, privada, nacional, supranacional o internacional.

PROFESORES DE ENSEÑANZA SECUNDARIA

Tema 9. Las actividades terciarias en las economías desarrolladas

Otras clasificaciones aluden a distintos criterios, según: –

Destino (demanda de las empresas o de los particulares).



Propiedad (pública o privada).



Movilidad (desplazamientos largos o cortos).



Urgencia en la prestación.

Lo cierto es que los servicios se relacionan con el grado de desarrollo de un país y sus modos organizativos y de prestación derivan y dependen también del sistema político y del aludido grado de desarrollo. En las naciones avanzadas han prosperado excepcionalmente tanto en el empleo como en el valor añadido total de la producción, si bien comercio y transporte se estabilizan frente el extraordinario progreso que experimentan los servicios a las empresas y los comunitarios. Y todos están en permanente reestructuración.

3. ACTIVIDADES TERCIARIAS BÁSICAS Pueden ser condensadas en cuatro: transporte, comercio, actividades administrativas, y servicios a las empresas. Pero resaltan, especialmente por su significado algunas que merecen un estudio detallado: la comunicación y el ocio y recreación.

3.1. Transporte Toda producción es incompleta hasta que el bien conseguido no queda en manos del consumidor; por ello la especialización depende del transporte, y éste a su vez del coste, la velocidad, la carga y el embalaje. El coste depende también de cuatro factores: distancia, velocidad, embalaje y medio adoptado. De ahí que se recurra tradicionalmente a los caminos más baratos, que no tienen porqué ser los más cortos. El uso de las vías depende del coste de transporte y éste de: la distancia a recorrer, los medios, los obstáculos y la naturaleza de la mercancía. La rentabilidad del transporte vendrá dada por: la ininterrupción sobre grandes distancias, el tamaño de la empresa transportadora, el uso de vías directas, y el transporte de carga en dos direcciones. Pero cuando se esté hablando de mercancías perecederas el factor tiempo ha de ser introducido, circunstancia que también se extrapola al movimiento de pasajeros por razones de funcionalidad. De ahí que la rapidez imponga mejoras continuadas. El transporte incluye la mercancía transportada, el material fijo o infraestructura, y la capacidad técnica. Lo normal es que haga uso de redes, que se caracterizan por: –

Definir la articulación de un territorio y su especialización funcional así como su sistema urbano.



Su origen se encuentra en el desarrollo industrial, pero hoy constituyen un factor clave de su deslocalización.



La diversidad de infraestructuras, con amplio desarrollo de la aviación y movilidad por carretera.

Pero toda red requiere un análisis doble: el grado de comunicación y el tipo de mercancía. En el primero las medidas de conexión permiten determinarlo entre los vértices de GEOGRAFÍA E HISTORIA

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Volumen I. Geografía Física, Humana y Regional

una red, para lo que existe buen número de índices. El de conexión máxima sólo tiene en cuenta el número de vértices de la red. El alfa (o índice de Kansky) muestra la complejidad de la red a través del cálculo del número de rutas alternativas. El beta (también de Kansky) señala que al aumentar el número de aristas se eleva la conectividad entre los vértices. El eta señala la relación entre la longitud real de la red y el número de vértices. El iota representa el cociente entre la longitud de la red y los vértices estimados según las funciones que desempeñan. Todos se fundamentan en el número de vértices y de aristas de la red, con independencia del tipo de estructura que ésta configure. Las medidas de accesibilidad y centralidad permiten conocer la jerarquía de los vértices de la red; en ellas se usa el índice de Shimbel, que constituye la adición de las distancias entre cada vértice y todos los demás (la suma arroja el grado de dispersión). La centralidad media de la red viene determinada por el cociente entre el valor de Shimbel y el número total de vértices de la red menos uno. Esa centralidad media puede calcularse para cada vértice y su resultado permite representar las líneas de isoaccesibilidad. Todo lo aludido confluye en la teoría de grafos que sirve para detectar las insuficiencias de las redes sobre un territorio. Con las correcciones pertinentes se mejora la localización de los servicios y equipamientos. El análisis de redes de mercancías se mide a través de tres índices básicos. El Índice Ajustado de Especialización hace que la especialización de un puerto en el movimiento de determinada mercancía no dependa del volumen movido de la misma, sino de lo que éste signifique dado el tamaño del puerto; es decir, se basa en lo que representa el movimiento de una mercancía sobre el tráfico total en el puerto, y por lo que se mueve en un conjunto de puertos del que se excluye el de estudio. Con ello, se consigue la especialización de las mercancías en los puertos y su relación con la estructura económica de la zona. De ahí derivan cinco niveles de especialización: primero (>50), segundo (entre 50 y 20), tercero (entre 19 y 10), cuarto (entre 9 y 5) y quinto (
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