Ventajas para las esposas que tienen esposo feminizado.docx

January 27, 2021 | Author: Anonymous | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download Ventajas para las esposas que tienen esposo feminizado.docx...

Description

Ventajas para las esposas que tienen esposo feminizado 1. El siempre te envidiara por la ropa que usas. 2. A el nunca le molestara el tiempo que te tomes para hacer tus compras. 3. Podes duplicar tu vestuario si el es del mismo talle que vos. 4. Nunca tendras que preocuparte del engano con otra mujer. El es la otra mujer!! 5. Tendras siempre una amiga para ir a hacer compras y salir. 6. El nunca se opondra a hacer de maniqui mientras vos hilvanas el dobladillo de un vestido. 7. Nunca te pedira hacer un trio con una mujer, siempre y cuando le prestes tu lenceria.. 8. El sera comprensivo sobre tu fastidio por la depilacion. 9. Siempre sera cuidadoso con tu ropa interior al desnudarte. 10. Si necesitas una determinada bombacha para ese nuevo vestidito que compraste, seguramente el tendra la ideal, y gustoso te la prestara. 11. Un hombre mas un vestido da como resultado un buen cocinero. 12. El sabra apreciar un perfume y te dara una opinion honesta. 13. Podes probar los nuevos tonos de lapiz labial en el. 14. Tendra buen gusto para comprar cositas para la casa. 15. Te encontraras siempre con el asiento del inodoro bajo. 16. Tendras mas opciones a la hora de hacerle un regalo. 17. El entiende perfectamente que lo mejor para una chica cuando esta bajoneada es comprarse ropa. 18. Podes llevarlo al salon de belleza con vos y se sentara tranquilo a esperar, sin quejarse. 19. Nunca se queja por salir a extender tu ropa interior para secarse. 20. El no solo hara compras con vos, sino que hasta te comprara ropita! 21. El sabe tratar delicadamente la ropa cuando lava o plancha. 22. El raso y el encaje predominaran en tu placard.. 23. El entiende la importancia de comprar cosmeticos de calidad. 24. Vos sabes que siempre tendras alguna prenda alternativa en casos de apuro. 25. Tambien podes pedirle prestado su bijouterie y maquillaje. 26. El entiende por que hay que comprar tantos pares de medias. 27. El nunca pretendera que te prepares para salir en menos de 15 minutos. 28. Le podes preguntar que tal te queda una prenda, y sabes que tendras una respuesta inteligente. 29. No se la pasara todos los dias mirando futbol. 30. El sabe perfectamente que hay que caminar despacio cuando se esta usando tacos altos. 31. El sabe detectar defectos de maquillaje mejor que cualquier a persona. 32. Es como convivir con tu cosmetologa. 33. El ama ir a hacer compras con vos y mirarte mientras te probas ropa. 34. El sabe tratar a una mujer con cuidado, sensibilidad y suavidad. 35. El es a la vez una amiga, pero que no te criticara a tus espaldas. 36. Tendras siempre con quien hablar cosas de mujeres. 37. Si siempre tuviste fantasias bisexuales, podes comenzar a experimentar con el. 38. Regalale un lindo uniforme de mucamita y tendras asegurada la limpieza de la casa.

Dominación femenina ¿Por qué convertirse en Ama? La respuesta es tan obvia: ser Ama es ser tu misma La dominación Femenina ofrece a un Ama toda una cornucopia de deleites. (Los hombres sumisos también disfrutan, aunque haya momentos de la escena en que no parezcan hacerlo.) Pero, ¿por qué una mujer disfruta obligando a su amado marido a llevar el humillante disfraz de un corsé, tacones altos, y bragas de volantes afeminadas? ¿Qué es lo que haría que un hombre, a menudo un profesional poderoso y bien pagado, se someta alegremente a una severa azotaina mientras esta vestido de esa guisa? ¿Qué es lo que hace tan divertido practicar juegos de poder?. Las razones caen, por lo general, en tres categorías. Primero, la emoción de escapar a un mundo de fantasía. Segundo, el puro deleite sensual de los disfraces, el riesgo y la estimulación física. Tercero, la felicidad de compartir con otro ser humano la intimidad y la confianza más hondas posibles. La emoción de la Fantasía. A veces necesitas escapar de tu papel de adulto responsable, trabajador obediente, o abnegado miembro de familia. Cuando más estresante sea ese papel, más necesitas escapar de las limitaciones de la vida diaria. Pero el escape que proporciona una vida rica en fantasía puede ser constructivo y extraordinariamente satisfactorio. En lugar de dañar el cuerpo, la liberación sexual le ayuda. En lugar de reprimir las necesidades de tu verdadero yo, la fantasía te permite expresar y realizar tus necesidades más profundas, y, en el proceso, la fantasía crea una realidad nueva, más fuerte. Un Yo nuevo y poderoso. La práctica de la Dominación Femenina permite al Ama expresar su poder, la parte fuerte y controladora de sí misma que puede resultar inaceptable en el trabajo o en la comunidad. Cuando asumes el papel de Ama, Con su vestimenta, comportamiento, forma de hablar y rituales correspondientes, puede sentir como si te convirtieras en alguna otra. Durante el proceso encontrarás que se te permite decir y hacer cosas estrictamente prohibidas en la vida ordinaria. Paradójicamente esa otra eres tú misma, solo es una parte de ti misma a la que ordinariamente no le dejas hablar. La transformación es absolutamente liberadora. Dejar salir a tu poderoso y malvado yo interno es un cura más que segura para el estrés. Que tus órdenes se obedezcan, se venere tu feminidad y hasta tus más leves deseos se traten como órdenes urgentes es extremadamente excitante. Aprenderás a deleitarte con las malignas emociones del poder: Forzar a un hombre a estar atado e indefenso, ordenarle actuar como tu criada, exigirle horas de servicio oral a sus serviciales boca y lengua. La aplicación del castigo como juego se convierte en una experiencia emocionante, porque tus golpes (que él merece y desea) no solo producirán la gratificante evidencia de tu poder en forma de lágrimas, gritos y carrillos de las partes bajas enrojecidas, también provocarán un cambio en el comportamiento de tu pareja.

Un placer práctico, pero que no debe desdeñarse, es el servicio doméstico que una Ama juiciosa puede obtener de su sumiso. Si tienes una criada feminizada, puede muy bien ocurrir que tus días de labores domésticas se hayan terminado, porque para él es un placer servir. Cocinar, limpiar la casa, lavar (especialmente el lavado a mano delicado), todo puede llegar a ser parte de su satisfacción sexual y evidencia de tu poder creciente. Un Yo nuevo y privado de poder Pero, ¿qué placer encuentra el hombre en su papel vergonzoso y frecuentemente doloroso? Él también tiene una sombra, un yo que no puede conocerse o expresarse en la vida normal. Los chicos no pueden llorar, ni llevar ropa con volantes, o ser pasivos; tiene que ser fuertes callado, machotes. Su papel como criada feminizada o escolar bien azotado o bebé con pañales, le permite expresar emociones prohibidas y llevar ropa tabú. Si simplemente desea, abierta y sinceramente, rendir su voluntad a una mujer, esa necesidad, tan intensa e innegable como la sed, puede finalmente saciarse en el terreno de la escena. Los placeres del sumiso son el polo opuesto (y por ello estrechamente semejantes) a los placeres del Ama. Es una obviedad que todas las polaridades expresan los extremos opuestos de un mismo principio o idea. Como el yin y el yang, la luz y la oscuridad, el hombre sumiso y la mujer dominante se necesitan el uno a la otra para completarse. Incluso el Ama más severa obtiene placer no solo en forzar la sumisión de su esclavo, sino también en satisfacer sus fantasías. Asimismo el esclavo más servil disfruta no solo rindiéndose al poder se su Ama, sino también complaciendo sus propios deseos ocultos. Nada podría ser más natural Convertirse en Dómina es una forma de aprovechar nuestra fortaleza femenina innata. Realmente toda mujer, tanto si se convierte en madre como si no, para tener hijos debe experimentar la transformación en autoridad femenina para convertirse en adulta y en su propia Ama de verdad. Placeres sensuales Aparte de las satisfacciones psicológicas esbozadas más arriba, hay placeres físicos exclusivos de las relaciones de Dominación/sumisión. El papel del Ama es, a la vez, exigente y satisfactorio sexualmente. El papel de sumiso (tanto si es de criada, esclavo, niño de escuela) puede llevar a un hombre hasta los límites de su cáscara en una verdadera y profunda liberación. Estimulación intensa. El sumiso disfruta de la Dominación Femenina porque sienta bien. Su principal recompensa es un placer erótico de una naturaleza excepcionalmente intensa y prolongada. Algunos de los componentes de ese placer pueden no parecer demasiado agradables (azotainas, enemas o pañales, adoración del pie, tortura de la polla y lo huevos) pero son placenteros, en arte porque son tan intensos, en parte porque dan lugar a un dejarse ir psicológico que capacita al hombre para alcanzar un espléndido orgasmo (si su Ama lo permite).

Tal vez el principal placer sensual sea el menos explicable para aquellos que nunca han jugado a este juego. La estimulación intensa puede parecerse al dolor, pero no es (primariamente) dolor. La profunda estimulación muscular que produce una azotaina, manual o con paleta, el sentido de compresión dentro de un corsé de encaje prieto o un dispositivo de castidad masculino cerrado, la sensación insoportable de ser poseído que proviene de la penetración anal, las sensaciones, menores pero todavía intensas, de arrancar el vello púbico, pellizcar los pezones, o pinchar el glande del hombre: todas son estimulaciones intensas. Bajo su influencia el hombre se olvida de sí mismo y sus procuraciones, convirtiéndose en nada más que un juguete sexual para una tirana todopoderosa. Su mente no puede desviarse hacia el trabajo o el dinero o ninguna otra consideración mundana. Le bombardean las sensaciones, algunas dolorosas, algunas placenteras, algunas mixtas, todas intensas. La restricción incluso la restricción forzada, incrementa la satisfacción sexual masculina. Demasiados hombres, buscado la inmediata aliteración, se apresuran el os juegos preliminares y en el coito, frustrando a sus parejas y regateándose placer a sí mismos. Bajo la tutela de una Ama tales hombres aprenden que su satisfacción sexual debe retrasarse hasta que la señora haya tenido su hartazgo de placer. Una Dómina hábil prolongará la excitación sexual del hombre, prohibiendo y animando simultáneamente, y , de ese modo, le ofrecerá el regalo de la verdadera liberación. La Dómina también disfrutara con la estimulación prolongada. Me refiero a la sagrada y antigua práctica del cunnilingus. Poca mujeres pueden conseguir lo bastante de esta actividad exquisita, mientras que los hombre sumisos la encuentra el acto supremo de adoración. La libertad de sentir. Paradójicamente mucha gente encuentra que la Dominación y sumisión son fantasías liberadoras. El sumiso necesita sentir que no es culpable por disfrutar de estas cosas; no solo su cruel Ama le obliga a ponerse estas bragas de volantes o adoptar esa humillantes situación de servilismo, también le “castiga” por su trasgresión. La liberación del sumiso a menudo incluye lágrimas. Durante el juego de Dominación muchos sumisos resuelven otras tensiones de sus vidas. Algunos hombres no pueden llorar excepto en el contexto del juego. Otros necesitan expresar otras emociones tabú: miedo, ira, rebelión, arrepentimiento, o indefensión. Después de su arrebato prohibido el Ama le castiga y luego le ofrece perdón y consuelo. Los sumisos, especialmente los que están en posiciones de extraordinaria responsabilidad, también buscan un respiro de la tensión de la constante toma de decisiones. Es un alivio que le digan a uno que hacer y como hacerlo, tener los castigos por los errores tan claros y por ello tan inmediatos. La vida real nunca está bien coreografiada o no es tan satisfactoria. Seda y encajes y cuero prohibidos. Otra atracción más de la Dominación femenina es la oportunidad de llevar ropas diferentes. Los disfraces, como los uniformes, transforman e identifican a quienes lo llevan. Muchos sumisos disfrutan vistiéndose con ropa de mujer. La vestimenta femenina es la ruptura definitiva con los estándares de la sociedad para la virilidad: profundamente vergonzoso, por que todo hombre es incitado a despreciar lo afeminado, incluso también irresistiblemente erótico.

Compartir intimidad y confianza. Sin confianza una relación saludable de Dominación/sumisión es imposible. Para empezar solo la confianza permite a los miembros de la pareja discutir sus fantasías, mucho menos exteriorizarlas en gran detalle. Especialmente si la fantasía supone servidumbre, ataduras, humillación o dolor (y ¿qué fantasías de sumisión no lo hacen?), es necesaria la confianza más profunda posible para hacer que la relación funcione a largo plazo. Al entregarle su cuerpo a su Ama, un sumiso está diciendo “confío completamente en ti”. Pero ¿qué supone esa confianza? En primer lugar, el Ama es responsable de conocer y respetar los límites de su pareja. Si se queda demasiado lejos, dentro de ellos, él puede sentirse frustrado, defraudado e insatisfecho. Si cruza los límites demasiado, puede resultar herido, emocional o físicamente. No obstante, una vez que la confianza se ha establecido, es una de las grandes fuentes de alegría en una relación.

1. Disciplina y castigo La disciplina es un modo de vida que se basa en la corrección encaminada al logro de una meta positiva. El castigo es una sentencia por incumplimiento. El atleta que trata de conseguir un record lleva una vida disciplinada y hace sacrificios para entrenarse y conseguir sus metas. En la Dominación Femenina, el sumiso es disciplinado por la Mujer para que llegue a ser mejor como hombre y como sumiso de ella. El sumiso es disciplinado para ser corregido y que así mejore en su actitud. Una sesión semanal de disciplina es lo apropiado para que la Mujer pueda evaluar el comportamiento del sumiso en base a las metas y obligaciones que le hayan sido asignadas. Se le corrige mediante la disciplina para que su comportamiento mejore y que esté correctamente entrenado para servir mejor a la Mujer Dominante. Un castigo es una sentencia por la violación de una norma que la Mujer Dominante ha promulgado. El sumiso ha violado, con conocimiento de causa, una de las órdenes de su Reina y es castigado merecidamente por su ilegal comportamiento. Un ejemplo sería si, pongamos por caso, la Mujer Dominante ha prohibido al sumiso masturbarse. Si viola una orden que conocía, debería ser castigado para que aprenda la lección y pague una pena justa por su infracción. En cambio, el sumiso es disciplinado con regularidad independientemente que haya desobedecido las órdenes o no. El propósito de la disciplina es ser educado por la Mujer Dominante. Una práctica de Dominación Femenina como azotar con un látigo o azotar en las nalgas con cualquier instrumento puede ser tanto una disciplina como un castigo. Es el propósito y el grado de severidad lo que variará dependiendo que sea una práctica que se haga para educar o como respuesta a una infracción. Un castigo siempre será más severo que una disciplina. La disciplina es buena y puede hacer que el sumiso llegue a la zona de sumisión gracias a la cariñosa, pero al mismo tiempo autoritaria, mano de la Mujer Dominante. La disciplina es necesaria para que la Mujer Dominante eduque correctamente al sumiso.

Un sumiso que no sea disciplinado con regularidad es usualmente desobediente y llega a convertirse en egoísta y perezoso. Por naturaleza, los hombres necesitan ser disciplinados por la Mujer. Cuanto más disciplinado sea el hombre, menos necesidad tendrá de ser castigado pues será más obediente. El castigo es malo y no tiene jamás la intención de ser sumisamente satisfactorio. Su intención es la de castigar los errores de tal forma que no vuelvan a ocurrir. Un castigo es también un acto de amor pero cuyo propósito es reprimir la desobediencia. Los términos disciplina y castigo son fácilmente intercambiables y se suelen utilizar para referirnos indistintamente a ambos conceptos. Sin embargo, la terminología no es tan importante como el propósito de la corrección:  Si es para entrenar, educar, guiar la conducta y alterar comportamientos y actitudes del sumiso, entonces es Disciplina.  Si es para reprobar, penalizar y regañar al sumiso por una desobediencia, entonces es Castigo.

2. La castidad en la dominación femenina En primer lugar su componente psicológico de denegación, es decir que se produce no por voluntad del sumiso sino por voluntad de su Ama. Y en segundo lugar porque esta excitación viene acompañada con la provocación y mantenimiento de dicho estado por nuestra parte a través del juego erótico cotidiano que realizamos mientras nuestro sumiso permanece en dicha situación. Por lo tanto, es la combinación de estos dos componentes la que diferencia y justifica la castidad en la D/s. Es de sobra conocido que el hombre sufre un bajón en su dedicación y en su devoción después de haber eyaculado tanto en una relación de pareja corriente como en la de dominación-. Si muestro sumiso eyacula frecuentemente se convertirá en un servidor descuidado y poco atento; o dicho de otra manera, para poder obtener de él un servicio de la calidad que nos merecemos, tendremos que doblar nuestros esfuerzos. Sin embargo, si a nuestro sumiso se le mantiene excitado por el método de la castidad, estará siempre mucho más deseoso por servirnos y adorarnos como nos merecemos, porque su dependencia de nosotras se incrementa notablemente. Dominación femenina y castidad del varón van íntimamente unidos, pero la castidad no constituye un objetivo en sí misma, sino que la utilizamos como un medio para conseguir nuestro fin último que es: mantener la excitación del hombre para que esté más centrado en nosotras y más ansioso por servirnos. Hay que tener en cuenta que la ausencia de eyaculación no tiene necesariamente que producir este efecto de excitación. De hecho son muchos los varones y hembras que pueden pasar sin ella durante largos periodos y no por ello están siempre excitados. El fin último de la Castidad dentro de la D/s es conseguir un estado de “excitación permanente” y para que se produzca este, dos son las diferencias fundamentales que la identifican sobre cualquier otra forma de castidad cotidiana. En primer lugar su componente psicológico de denegación, es decir que se produce no por voluntad del sumiso sino por voluntad de su Ama. Y en segundo lugar porque esta excitación viene acompañada con la provocación y mantenimiento de dicho estado por nuestra parte a través del juego erótico cotidiano que realizamos mientras nuestro sumiso permanece en dicha situación. Por lo tanto, es la combinación de estos dos componentes la que diferencia y justifica la castidad en la D/s. Es de sobra conocido que el hombre sufre un bajón en su dedicación y en su devoción después de haber eyaculado -tanto en una relación de pareja corriente como en la de dominación-. Si muestro

sumiso eyacula frecuentemente se convertirá en un servidor descuidado y poco atento; o dicho de otra manera, para poder obtener de él un servicio de la calidad que nos merecemos, tendremos que doblar nuestros esfuerzos. Sin embargo, si a nuestro sumiso se le mantiene excitado por el método de la castidad, estará siempre mucho más deseoso por servirnos y adorarnos como nos merecemos, porque su dependencia de nosotras se incrementa notablemente. Como en todo, no podemos pensar que la cosa es blanco o negro, es cuestión de grados, pero parece estar más allá de cualquier discusión que el grado de adoración del sumiso por su Ama se ve notable y cotidianamente intensificado a causa del binomio abstinencia/excitación. Puede decirse que la castidad, así entendida, constituye una herramienta básica a la hora de conseguir tanto el más perfecto servicio posible por parte del sumiso, como la mutua satisfacción de las dos partes que forman la relación de dominación femenina. Una herramienta al servicio de la mujer. El acierto y la elección de esta práctica en la relación de dominación viene avalada además por una característica mayoritaria en la mayoría de nosotras: la facilidad del orgasmo clitoridiano frente a la menor frecuencia del vaginal. El hecho de que la mayoría de nosotras alcancemos con más frecuencia, o exclusivamente el orgasmo mediante la excitación del clítoris, lleva irremediablemente hacia la práctica de la castidad de nuestro sumiso, ya que en el plano sexual mejora notablemente nuestro nivel de satisfacción así como el de su atención personal. Me explicare mejor........ Nuestro sumiso tiene manos, labios y lengua para complacernos a nuestro gusto y con la frecuencia que deseamos, por lo que su pene pierde la importancia y el protagonismo del que disfrutaba en la relación anterior, pasando a un segundo plano y con mucha frecuencia a un plano casi simbólico para la sexualidad femenina. Y puesto que la dominación femenina implica que la sexualidad de la pareja tiene como objetivo fundamental nuestro placer, La castidad del varón es la consecuencia lógica de este proceso porque donde mayoritariamente encontramos las mujeres el placer es en el masaje clitoridiano. La prueba de que esto es así, la encontramos en que esta situación está muy extendida entre las parejas que practicamos la dominación femenina. Somos muchas las mujeres que adiestramos a nuestros sumisos para que perfeccionen su capacidad de complacernos oralmente. Una buena práctica en el sexo oral requiere de tiempo, es necesario que nuestro sumiso se adapte y reconozca cada uno de nuestros estados de excitación para que sus movimientos nos sean placenteros y ajustados a cada momento, por lo que nuestra labor de enseñanza en los primeros meses debe de ser concienzuda y continuada. Disponer de un sumiso bien entrenado, es una meta a alcanzar por cualquier mujer Dominante. La mayoría de nuestros encuentros sexuales tienen en el sexo oral una de nuestras principales fuentes de placer y como quiera que a medida que se adquiere práctica las sensaciones son mayores, se podría decir que el sexo oral “engancha”. Un sumiso bien adiestrado en las artes del sexo oral es capaz de encender y saciar completamente nuestros deseos amatorios más ardientes, con tantos orgasmos como nosotras deseemos, con lo que se podría decir que quedamos fuera de combate.... Totalmente relajadas. ¿Actuarías entonces contra tus fuerzas por el mero hecho de complacerle a él?. Por duro que parezca para ellos, la respuesta es No. Rotundamente No. Al menos en esos primeros momentos posteriores al agotamiento, después seguramente harás lo que te plazca. Por lo tanto también la consecuencia lógica de que después de una agotadora sesión de sexo oral, decidamos que nuestro sumiso quede en la abstinencia, es totalmente justificable. Beneficios evidentes: La practica y el tiempo se encarga de poner las cosas en su sitio. Los beneficios tanto para nosotras como para ellos no se hacen esperar: Desde un plano psicológico, nuestra posición de Dominación se incrementa notablemente cada vez que hacemos uso de nuestro poder de decidir sobre su orgasmo. Si tenemos en cuenta el entorno escénico en el cual se produce la denegación del orgasmo de nuestro sometido, generalmente corresponde a momentos de máxima excitación por ambas partes. Y esto también nos lleva a una conclusión muy clara. "Nos prepara para llegar a sentir placer de nuestro dominio". Superada la fase inicial y una vez alcanzado el estadio de Dominación suficiente ya no nos causa ningún tipo de problema de carácter sentimental o psicológico su denegación. Si bien es verdad que alcanzar este punto requiere tiempo, ya que nuestra decisión tiene que estar libre de cualquier tipo de prejuicio y de duda interna sobre la conveniencia o no de nuestra decisión. Siguiendo la misma línea también observaremos, que cuando decidimos denegar el orgasmo experimentamos un aumento en nuestra excitación, ya que en esos momentos de excitación sexual tal decisión nos identifica si cabe aun más en nuestro papel de Dominantes, de tal forma que con mucha frecuencia la denegación del orgasmo de nuestra pareja viene acompañada de nuestro propio orgasmo. Con lo que alimentamos la espiral Dominio-Placer. "Generar esta espiral es fundamental para nosotras". Dado que esta situación se repite cada vez más durante nuestras relaciones sexuales, llegamos a sentir verdadero placer no por el hecho de denegarlo, si no por el hecho de sentir y saborear con total normalidad nuestra posición de Poder. Llegar a sentir placer de nuestra posición de poder, es una meta irrenunciable para cualquier Dominante. "Sin el sentimiento de poder no puede desarrollarse la dominación". Mientras no sintamos en nuestro interior esa posición no seremos capaces de trasmitir ese sentimiento y eso es fundamental para el desarrollo de la relación.

¿Qué pasa con el coito tradicional?. La practica del coito tradicional (el varón como parte activa) es abandonada por prácticamente la totalidad de mujeres Dominantes. La razón fundamental, como decíamos, estriba en que la penetración no constituye el único componente importante de nuestro disfrute sexual. Por eso, la penetración pasa a un segundo plano entre nuestras preferencias, con lo que estamos actuando directamente sobre la usual fijación de los hombres con su pene y su eyaculación.... poco a poco esta actitud dará sus frutos y de esta manera conseguimos colocar en un lugar secundario un aspecto al que los hombres conceden tanta importancia. "Doblegar el subconsciente del varón hacia el abandono del papel de dominio que su pene representa, no es fácil, especialmente en aquellos varones donde la sumisión no formaba parte de su forma de ser sexual". Durante los comienzos en la D/s se hace aun más necesario si cabe demostraciones de poder continuadas aunque graduales como la que nos ocupa hasta que nuestro sumiso sea capaz de saborear su condición. Las nuevas practicantes de la Dominación deben entender que este proceso es uno de los más costosos por los que pasará su sumiso hasta que consiga su estabilidad y su identidad, excepto en aquellos casos de parejas donde la Dominación femenina se ha adoptado por motivos de dudosa conveniencia y en la que se intenta suplir por parte de la mujer una falta de entendimiento y amor por un dominio irresponsable y carente de preparación. Ahora bien, también somos muchas las que sí tenemos orgasmos vaginales, y que no queremos renunciar a la penetración, o algunas que aún no teniéndolos disfrutan también de ella. En este caso, resulta obvio que si la sexualidad está destinada al placer de la mujer, deben buscarse maneras de mantener la excitación del varón sin renunciar al placer que indudablemente nos provoca la penetración. Generalmente este tipo de penetración dominante, suele diferenciarse de la clásica en que el sumiso penetra a su Ama a petición de ella y de la forma y manera en que ella desea. "El control por nuestra parte de la penetración incrementa nuestro placer". Ya que no tendremos que sufrir más la inexperiencia de nuestro compañero ni las posturas inadecuadas ni los cambios de ritmo a destiempo ni tantas y tantas cosas que hacen que generalmente la penetración termine con el orgasmo del hombre pero no con el nuestro. Por lo tanto la castidad no es fruto del capricho del Ama, tampoco es un castigo como algunos no iniciados quieren verlo. La castidad es tan necesaria para poder avanzar en una relación D/s, como lo es el combustible para un vehículo, sin excitación no hay juego erótico, y esta forma de vida requiere de las dos cosas para su funcionamiento. Descúbrele el sabor agridulce de la sumisión. Una vez que dispongas del control absoluto de la penetración, habrás avanzado hacia un nuevo estadio donde el sumiso siempre permanece al servicio de tu placer, su miembro no es más que un instrumento a tu servicio y así debe de entenderlo el sumiso, ningún movimiento debe de escapar a tu voluntad. Generalmente conseguirás tu placer mediante la combinación de la masturbación y el control de los movimientos del pene de tu sumiso con arreglo a tu estado de excitación.

En este aspecto, es de reseñar, la coincidencia entre muchas de nosotras a las que no nos gusta prescindir de la penetración, el hecho de que disfrutamos con el contacto de nuestra vagina con el pene, pero no solemos disfrutar del bombeo descontrolado del varón. Es por eso que durante la nueva etapa, Las penetraciones se suelen limitar a un mero acto de disfrute del pene masculino como lo podría ser de un vibrador. Llegados a este punto tenemos muy clara la diferencia entre Penetración y eyaculación; los dos actos no van unidos en absoluto lo único que tienen en común es que los dos son decisión nuestra, podemos disfrutar enteramente de la penetración durante todo el tiempo que nos plazca. Si el sumiso, durante la penetración notase en algún momento que llega al punto de excitación o de no retorno, deberá solicitarnos permiso para parar con el fin de no eyacular sin nuestro permiso. Esta forma de Dominación femenina con penetración es una de las más cuestionadas por los sumisos no iniciados, ya que es con mucho por su pureza y dureza una de las pruebas en las que se requiere mayor control mental y físico, pero si se llega a dominar la situación, también es uno de los actos de dominación donde más se fortalece nuestra posición y la sumisión del hombre. "Con el tiempo nuestro sumiso aprenderá que el acto sexual ya no lo controla él, que está bajo nuestro dominio y control, su única misión es proporcionarnos el máximo placer.... de todo esto, él debe aprender a sacar su propio placer... dale tiempo". Por mi experiencia personal puedo decir que es una de las practicas que más afectuosamente recomiendo, porque además de todos los beneficios que he enumerado para nosotras, es una de las formas donde nuestro sumiso más disfruta de su condición, tengamos en cuenta que en esos momentos su pene esta recibiendo de forma directa nuestros estímulos vaginales y su instinto animal tiende a bombear para su satisfacción,

Situación que tendrá que aprender a reprimir. (de nuevo el binomio "represión / placer = más sumisión") El choque mental entre la represión de sus instintos mientras siente el placer de la penetración, provocará en él irremediablemente un fuerte conflicto interno con el consiguiente avance hacia su verdadera sumisión. "Lo que en un principio era represión, lo convertirá en placer por servirte, y quedará enteramente bajo tu voluntad" Inicialmente no puedo decir que nuestro sumiso lo pasará bien, pero pasados unos meses, aprenderá a disfrutar enormemente de este estadio de excitación/represión que caracteriza a los sumisos y que dispara su sumisión hasta alcanzar su verdadera identidad. Debemos contemplar este proceso educativo como un mal necesario para que nuestro sumiso alcance su mayoría de edad, es decir para que nuestro sumiso encuentre su verdadero placer en este tipo de relación y la personalidad que necesitaba encontrar. "Conseguir que nuestro sumiso disfrute junto a nosotras de nuestro placer y hacerle sentir las convulsiones de nuestra vagina durante nuestro orgasmo es una de nuestras armas más potentes de dominación". Por este camino va otra de las técnicas puras de dominación consistente en ordenar a nuestro sumiso que nos penetre justo antes de que alcancemos el orgasmo, aprovechando ese placer de la penetración para incrementar aun más nuestra excitación y provocarnos un mayor orgasmo. La sensación que nos aporta esta técnica es altamente satisfactoria por la carga de Dominación que lleva implícita, ya que el sumiso en este caso solo se limita a cumplir órdenes y a sentir en su propia carne como disfrutamos con su penetración. "Centrarnos en nuestro propio placer, nos afirma como dominantes". Por dura que parezca esta técnica, satisface a las dos partes, porque mediante la penetración de su pene, nosotras conseguimos aumentar con fuerza el orgasmo, es decir que utilizamos su pene para nuestra satisfacción y esos detalles se valoran mucho,.... "Sentirse útil para su Ama es una obsesión en todos ellos. Si además siente que es utilizado para nuestro placer, le ayudará a sentirse realizado". Por lo tanto y volviendo al enunciado del principio, la imposición de la castidad nada tiene que ver con los deseos de un Ama caprichosa e irresponsable, sino más bien al contrario, la castidad no es más que la consecuencia lógica y el punto de llegada -con parada obligatoria- en todo proceso de Dominación. Por lo tanto podría decirte que una vez que hayas llegado a este punto recréate en él durante un tiempo no determinado (diferente en cada pareja), debes tomarte el tiempo necesario para que esta actitud arraigue en ti y en tu sumiso, tranquila que con el tiempo, se convertirá en la base y punto de partida hacia una nueva evolución dentro de la D/s ya que las voluntades e identidades de los dos se van alimentando día a día con esta práctica. "No se puede avanzar sin que antes tengas el dominio de la situación". Sobre el cuándo y el cómo permitir la eyaculación: Mi consejo personal es que los orgasmos del varón deben espaciarse lo más posible. Una eyaculación cada una o dos semanas parece más que suficiente para mantener limpias las tuberías del aparato genital masculino (con la edad puede incrementarse el período de abstinencia). Para los profanos en la materia les recuerdo que la castidad no significa la ausencia de sexualidad, más bien al contrario la castidad es capaz de conseguir el “estado permanente de excitación” y en este estado, la sexualidad del sumiso estará presente en cualquier momento del día. Los pensamientos eróticos brotan con mayor facilidad y en general el estado anímico mejora. "El secreto del juego es provocar y provocar" Debes jugar con tu sumiso provocándole un mayor grado en su excitación, a la vez que dispones de él cuando te place para satisfacer sus deseos de sumisión encendidos y provocados por esa situación, creando así un bucle sin fin que solo terminará con la decisión por tu parte de autorizarle la eyaculación. De esta forma la eyaculación pasa a ser altamente apreciada por él, a la vez que sus orgasmos se intensifican por el simple hecho de ser enormemente deseados. Su agradecimiento hacia nuestra decisión se hace evidente por el simple hecho de que es una práctica corriente el que un sumiso de las gracias a su Ama por tal decisión, cabe notar aquí la diferencia entre un “gracias” protocolario impuesto por su Ama y las palabras sinceras pronunciadas por nuestro sumiso bien adiestrado. Para mí son una de las frases que más me hacen sentir bien, su significado traspasa el simple agradecimiento por liberarle de esa carga. Significan su total dedicación a mí y la prueba de su amor. Si la denegación del orgasmo en un acto claro de Dominación, también su autorización debe serlo. Entonces, ¿cuándo y cómo eyaculará nuestro sumiso?. El cuándo está claro: cuándo nosotras lo consideremos conveniente, bien porque creamos que conviene desatascar sus tuberías para la buena conservación de la próstata, bien porque, por cualquier razón, consideremos que es el momento. En el cómo pueden producirse muchas variantes. Pero hay una consideración que compartimos buena parte de las dominantes: conviene que el varón sumiso eyacule de una forma que ponga de manifiesto su posición subordinada, además, y si es posible, que resulte divertida para nosotras. Cuando la mujer no está interesada en la penetración, la eyaculación del sumiso se produce por vía de la masturbación, normalmente realizada por él mismo, aunque hay algunas de nosotras a las que les complace “ordeñar” a su sumiso personalmente, quizá porque les parece que es una buena manera de explicitar su dominio. De todas formas, hay una práctica casi generalizada entre las parejas cuya relación se basa en la dominación femenina: "Nuestro sumiso debe tener absolutamente prohibida su masturbación sin nuestro permiso explícito". Hasta aquí todo está perfecto, pero el gran problema que se nos presenta a la hora de decidir si permitimos la eyaculación o no, se encuentra en que la eyaculación viene acompañada de una disminución evidente de su deseo sexual. Desde mis comienzos en este estilo de vida, siempre temí no equivocarme a la hora de tomar la decisión de la eyaculación, temores como el de la frecuencia me asaltaban constantemente, pues la diferencia entre un sumiso excitado y un sumiso en el “día después “ es altamente notoria. "Por lo tanto el problema no está tanto en la frecuencia en la que nuestro sumiso disfruta de su eyaculación sino en cuanto al comportamiento del sumiso en el

“día después”. “el día después” La necesidad de corregir el comportamiento de nuestro sumiso provocado por la eyaculación y su posterior falta de excitación es necesaria para nosotras. Su eyaculación debe ir seguida de medidas que contribuyan a proporcionarle el estímulo adicional para recuperarlo. Debemos convertir por nuestra parte, su eyaculación en un acto de Dominación. Si es por masturbación, Partiremos de una premisa básica: el varón debe masturbarse siempre delante de nosotras y por indicación nuestra, no permitas jamás que lo haga solo o a escondidas. "Acentúa tu dominación obligándole a hacerlo en una postura altamente sumisa". Una buena opción puede ser que le ordenes masturbarse (después de que tu ya hayas quedado completamente satisfecha) en el suelo a cuatro patas o de rodillas, mientras en silencio te adora. Puede también depender de la situación: parece más humillante que se tenga que masturbar delante de ti mientras realizas otra actividad que tenga poca relación con la sexualidad: ver la televisión, leer o estar haciendo algo en tu ordenador. Y desde luego mucho más humillante si a la presencia tuya se suma la de otra mujer. Otra técnica consistiría en ordenar a tu sumiso que se masturbe en el momento en el que menos se lo espera, esta técnica tiene el efecto de hacer entender a tu sumiso que se le ordena masturbarse con el fin de que disponga de una eyaculación necesaria para su organismo, pero fuera de todo contexto sexual. Esta técnica es ideal cuando mantienes a tu sumiso con su miembro enjaulado. Libérale de la jaula (cinturón de castidad) y cuando haya terminado vuelve a encerrarle, le harás entender claramente que tus motivos no han sido otros que los de mantenerle sano. Se puede también incrementar su excitación, y hacerle eyacular mientras frota su pene en el exterior de tu vagina o en otra parte de tu cuerpo y luego obligarle a lamerlo hasta dejarlo bien limpio. Esta técnica es recomendable en fantasías donde el sumiso adopta el papel de animal de compañía. Otra técnica similar lo constituye el que acude al tradicional fetichismo canino de los hombres, haciendo lo mismo en tus botas o zapatos de tacón, tal y como lo haría un perrito. Otro aspecto interesante a tener en cuenta es la posibilidad de asociar la eyaculación al disciplina miento de nuestro sumiso: La disciplina que requiere tu sumiso será mejor recibida si este siente placer al recibirla (hablamos de disciplina no de castigos), por lo tanto y después de un periodo de abstinencia, el sumiso está totalmente receptivo hacia cualquier tipo de estimulación y ni que decir tiene que estará predispuesto a unir mentalmente el placer con las enseñanzas que puedas impartirle durante su masturbación. Una buena combinación es hacerle "llegar" mientras que le das ligeros azotes (inicialmente), pellizcos en los pezones, mordiscos etc. a la vez que le asignas órdenes o tareas a mejorar. Otra opción consistiría en aprovechar para autorizar su eyaculación en esas sesiones donde decides dedicarle unos momentos a satisfacer sus fantasías. Si tu sumiso es amante de la feminización, sería válida la opción con determinada vestimenta, y con un estilo no machista, es decir, prescindiendo de las formas habituales en los varones de abrazar su miembro con la mano. Deberia masturbarse por frotación de su pene, como si de una vagina se tratara. Pero si volvemos al terreno de la humillación, una posibilidad es obligarle a masturbase mientras la mujer le proporciona (si esta práctica le complace) una lluvia dorada. Y quizá una de las mejores formas de poner al sumiso en su lugar es obligarle a eyacular mientras su ama le sodomiza por detrás con el arnés-consolador. Las posibilidades son múltiples, y estos pocos ejemplos solo deben servirte para estimular tu imaginación de dominante, a la hora de construir las prácticas que mejor se adecuen a la personalidad de tu sumiso y al objetivo que persigues. Si lo único que buscas es que tu sometido expulse su semen por creerlo necesario por motivos de salud, acude a una práctica sustitutoria de la eyaculación mediante el masaje prostático, que a la vez será altamente placentera para el sumiso: El método consiste en masajear o excitar la próstata: Introduciendo un dedo por el ano de tu sumiso, le masajearas la próstata y conseguirás que expulse el semen. La sensación que experimente tu sumiso por el masaje y expulsión de sus semen le será placentera, pero sin embargo no le producirá el bajón del orgasmo tradicional.... esta técnica le dejará sus energías intactas.

Eyaculación por coito llegue como llegue, nuestro sumiso perderá intensidad en su sumisión después de la eyaculación. Y esa pérdida se prolongará durante un tiempo, que naturalmente dependerá y mucho de la edad de nuestro sumiso y de su constitución. "Resulta obligado contemplar un refuerzo extra tras el orgasmo" Para que nuestro sumiso recupere y renueve con la mayor rapidez posible sus deseos incondicionales por servirnos, aquí tienes algunas ideas: Ese bajón al que me refiero se palia en cierto grado si el sumiso ha eyaculado de forma totalmente controlada por nosotras, en el último momento y por decirlo de alguna forma, cuando ya había perdido

toda esperanza de que se le autorizara a eyacular. La humillación le recuerda su posición y su dependencia de la dominante y contribuye, por consiguiente, a mantenerle en su sitio. "cuando tu sumiso eyacula por medio del coito, sin haberse producido ninguna circunstancia potente que le haya recordado que su papel en la vida es servirte, deberás imponerle un refuerzo a posteriori que haga patente su sumisión". Se tratará, en suma, de intensificar tus comportamientos habituales destinados a mantener a tu sumiso en su posición, y dependerán, por lo tanto, del estilo de dominación que tu hayas impuesto... es decir: Si acostumbras a disciplinarle físicamente, quizá deberías pensar en que una sesión de disciplina debería seguir siempre a su eyaculación. Si tu dominación la explicitas e impones de forma más verbal que física, deberías potenciar en ese momento tu comportamiento dominante, recurriendo, a un incremento de la humillación verbal hasta el máximo nivel. Si el dominio se concreta por medio de la prescripción de tareas o trabajos de cualquier tipo, este es el momento de ponerle rápidamente a trabajar. No hace falta pensar en grandes cosas, se trata de reforzar la dominación en sus términos habituales, para que el sumiso recupere la intensidad de su dedicación y, sobre todo, vuelva a centrarse lo más rápidamente posible en el servicio a su dueña. "Su eyaculación no ha sido más que su "momento de gloria", -aunque fugaz-, rápidamente debe volver a estar a tu servicio". El trabajo de la dominante. Pese a lo dicho, algunas mujeres piensan que un auténtico sumiso debe estimularse a sí mismo para mantener la energía que le permite sostener con intensidad la dedicación a su ama; que ese es su trabajo, no el de ellas. Desde el punto de vista de la dominación, parece difícil cuestionar esta postura; pero la dominación femenina como estilo de vida no es exclusivamente dominación, sino también relación. Y en una relación entre dos personas parece obligado contemplar las necesidades de las dos personas que la conforman. Cierto que eso debe hacerse desde la posición que provoca el intercambio de poder que caracteriza a la dominación, esto es, una relación claramente desigual por la preeminencia que se concede por ambas partes a las necesidades y deseos de la mujer. Pero no podemos olvidar que, por mucha que sea la dominación, un ama debe tener presente también las necesidades de su sumiso y colaborar a nutrirlas. Claro que esta situación nos conduce a una pregunta que resulta bastante habitual: ¿debe asumir la dominante un trabajo arduo y continuo para recuperar la energía de su sumiso o, dicho de otra forma, para mantenerle excitado? ¿No estaríamos asistiendo así, en realidad, al dominio indirecto del sumiso sobre la mujer a la que tendría que servir? Obviamente, la contestación a estas preguntas va mucho más allá del espacio exclusivo de la práctica de la castidad a la que se dedica este artículo, pero parece obligado contestarla, siquiera mínimamente. La buena práctica de la castidad requiere tanto del refuerzo de la sumisión tras la eyaculación del varón, como de una continuidad en mantener su excitación para que la abstinencia se convierta en un acicate para el buen servicio hacia quien le domina. Así que el posible conflicto que a algunas les podrían crear preguntas como las anteriores, bien podría resolverse por la combinación de las características tanto de la dominación como de la relación: una dominante debe colaborar al mantenimiento de la relación y, por lo tanto, a las necesidades de su sumiso, pero sin olvidar que es el sumiso quien está dedicado a servirla a ella y no al revés. ¿Cómo hacerlo? Parece que debe buscarse una solución que no obligue a la dominante a un trabajo excesivo, que pudiera indicar que el intercambio de poder se hubiera invertido. Se trata de colaborar a mantener al sumiso excitado o a recuperar esa excitación tras la eyaculación con un esfuerzo y una dedicación que no pueden ser muy grandes. Es decir, se trata de recurrir a pequeños recordatorios o pequeñas intensificaciones de la dominación, que resulten cómodamente asumibles para el Ama y no le supongan mucho esfuerzo o, incluso, tiempo. Esas pequeñas cosas pueden ser de muchos tipos, pero en realidad dependerán de las prácticas y del estilo que haya impuesto la dominante en la cotidianidad de la pareja. Pongamos algunos ejemplos para que se entienda: El orgasmo del sumiso siempre será visto por este como un premio que le concede su ama. Por el contrario su denegación no deberá verse como un castigo sino como una prueba más en su educación, como el cumplimiento del deseo de su ama. Después de un polvo, a la mujer podría apetecerle dormirse mientras le proporcionan un suave masaje en la espalda o tan sólo caricias; pero ya ha puesto a trabajar a su sumiso para ella (y puede ser un buen rato si tarda en dormirse), le está recordando para lo que está, cuál es su posición y centrando su atención en ella, sin necesidad de tener que dedicarse a trabajar para él. Se pueden asumir otras soluciones sin que apenas obliguen a la dominante a “dedicarse” a su sumiso. Por ejemplo, apoyando su cabeza entre el vientre y la vulva de tal forma que alcance a poder besarla y dejarle en esa posición el tiempo que se considere necesario, mientras nosotras nos relajamos. Cada beso significará un “gracias” por haberle dejado eyacular. En el caso de que sean habituales prácticas más físicas en la relación, puede bastar con colocarle unas pinzas en los pezones para recordarle lo que pretendemos recordarle y estimular su sumisión. De nuevo, los ejemplos simplemente sirven para evidenciar que las posibilidades son múltiples y que deben enmarcarse en el comportamiento habitual de cada pareja que practica la dominación femenina; además, no deben suponer una carga de trabajo para la dominante que contradijera la realidad de que es el sumiso quien tiene que trabajar para ella. El placer y la sumisión del varón. Ya hemos repetido una obviedad: en la dominación femenina la sexualidad debe concentrarse en el placer de la dominante. Pero, como sabemos, esto no significa que el hombre no obtenga el suyo, sino simplemente que lo obtiene como resultado colateral, aunque intenso, del placer que le proporciona a su ama. ¿Qué le ocurre al varón sumiso obligado a la abstinencia? Pues que se ve obligado a renunciar a un breve momento por el que todo hombre suspira, a cambio de mantener un más alto estadio de excitación de forma bastante permanente. No hay más que preguntarles a los hombres obligados a practicar la castidad para comprobar que su placer se incrementa. Y esto es tan claro que son numerosos los ejemplos en los que muchos de ellos suspiran por esta forma de dominación, incluso aunque no la estén practicando, bien porque su dueña no lo haya considerado oportuno, bien porque no la tengan (puede comprobarse en las páginas

que circulan por Internet sobre la castidad). Como en muchos aspectos de la vida, una renuncia constituye la base sobre la que se asienta el éxito posterior; en este caso, la posposición del momento culminante del placer, que supone la eyaculación para los varones, revierte en la intensificación del tiempo durante el cual se disfruta del placer, entre otras cosas, porque también el hombre disfruta de las consecuencias positivas de evitar la relajación o el bajón que se produce tras su orgasmo. Pero el placer del varón no queda ahí, porque en la dominación femenina su goce se alimenta también del servicio a su ama. El auténtico sumiso obtiene un innegable placer cuando sirve a su dueña, y ese placer se incrementa en función de su excitación, y esa excitación crece significativamente por medio de la práctica de la castidad. En consecuencia, la necesidad de elevar el nivel de excitación tras el orgasmo revierte en el mutuo beneficio de las dos partes de la relación, que no es otro que potenciar la dominación femenina y el intercambio de poder que conlleva.

Jaula de Castidad para el sumiso

3. La feminización La fantasía de la feminización es más habitual de lo que a muchos podría parecerles,… sobre esta fantasía existen muchos bulos y malentendidos pero lo cierto es que como fantasía es una de las más excitantes por la carga psicológica que conlleva. Nada tiene que ver esta fantasía con una falta de hombría. Genéricamente obedece al deseo transgresor del individuo y a los sentimientos de humillación mediante su transformación en objeto de deseo de su Señora. También cabe señalar que no tiene nada que ver con ningún proceso de feminización hormonal ni con que el individuo desarrolle atributos femeninos como los pechos….. nada de nada, se trata de una fantasía solamente circunscrita al ámbito de juego sexual y en la que el individuo solo es transformado en mujer durante las escenas del juego….. Todo termina ahí. Así pues, teniendo claro de qué hablamos y de que no, será más fácil la lectura y comprensión de esta técnica de Dominación Femenina y de sus bondades. Los sumisos con fantasías de feminización desarrollan una fuerte actitud de servicio hacia su Señora, de tal forma que están dispuestos a convertirse en perfectas señoritas de compañía totalmente entregadas a ti y a tus caprichos. Generalmente este tipo de juego también va aparejado, con el servilismo, el préstamo Como cualquier fantasía de Dominio / sumisión es muy importante que el sumiso tenga una predisposición previa hacia este tipo de fantasías, ya que de lo contrario o bien requeriría de una buena preparación del Ama a la hora de imponer su deseo o lo más seguro es que el juego resulte poco creíble e incluso aburrido para tu sumiso. En mi caso y a pesar de que es una de mis fantasías preferidas, solo acepto feminizar a mi sumiso si este previamente desea ser feminizado. “Nadie entiende mejor a una mujer que otra mujer”

La frase anterior bien podría resumir la esencia de este juego, lograr la feminidad con sus formas y maneras puede convertirse en una forma de conseguir una máxima complicidad del sumiso con su Señora. La complicidad que muchas de nosotras desarrollamos con individuos del mismo genero es un objetivo a obtener por parte del sumiso, convertirse en nuestra mejor amiga, en nuestra mejor sirvienta o nuestra mejor golfa es objetivo prioritario para ellos. Desarrollan tanto este deseo que inevitablemente se vuelven celosas cuando saben que su Ama además de ella también dispone de otros sementales para su placer. Estos celos solo hay una forma para reprimirlos y es mediante el castigo físico, en el que se le recuerda cual es su condición y para que ha sido entrenada. Los Celos son una injerencia intolerable del sumiso en la vida privada del Ama y deberás estar muy atenta para reprimirlos a la menor sospecha de su existencia. Si lo dicho anteriormente, es por lo general la forma en la que los sumisos ven esta fantasía, para nosotras las Dominantes y en mi caso en particular, el argumento que a mí más me agrada es la visión de la feminización como un modo de castigar y controlar la sexualidad masculina para transformarla simbólica y corporalmente en femenina. Con esto consigo un doble efecto. Por una parte la única oportunidad que tiene el sumiso de acercarse a mi es mediante el abandono de las actitudes machistas, el refinamiento de sus gestos y sobretodo el aprendizaje de los gustos y las formas con las que obtengo placer. Por otra, el argumento de carácter Dominante que me motiva radica en el hecho de que su sexualidad masculina debe ser castigada para que su proceso de feminización culmine. Siguiendo con este argumento de juego te diré que reprimir la sexualidad masculina me da mucho juego ya que cualquier hombre excitado “levanta bandera” inmediatamente. Argumentos para este tipo de juegos hay muchos, y cada una de nosotras debe desarrollar el que más se acople a su personalidad cualquiera de ellos es bueno si las dos partes implicadas se sienten cómodas en su papel,….. Es muy importante esta última apreciación ya que de lo contrario, si alguna de las partes no está cómoda en su papel, el juego no será más que una pantomima sin sentido alguno. El machismo está tan arraigado en la sociedad, que incluso, el sumiso conserva ciertos vestigios de machismo dentro de su mente. Por ejemplo, para muchos hombres la feminización es una forma de ser humillado (pero siendo sumiso, le gusta) Sin embargo, esto podría tener un doble significado (y creo que lo tiene), el cual consiste en que al feminizarse, el hombre pasa a un estado inferior como mujer. Lo cual expresa esa

concepción machista. Histórica y socialmente la mujer siempre ha sido considerada “el sexo débil”, o inferior. Así que un hombre que se feminiza, está aceptando el nivel inferior de la mujer. Existen antecedentes que lo expresan claramente, como la famosa “disciplina de las enaguas”, en la que se obligaba a os niños (hombres) que presentaban conducta agresiva, violenta o mucha desobediencia, y sólo se les levantaba el castigo, hasta que se corrigiera el problema. Sin embargo, creo que las mujeres dominantes, debemos tener cuidado, y no tolerar esta práctica machista, de ver la feminización como un castigo, sino todo lo contrario. Para un verdadero sumiso, que entiende y aprecia la importancia de su mujer, sabe que vestirse como tal (y tratar de asemejársele) es el máximo de los privilegios que puede tener. Ya habíamos mencionado que para un hombre, el privilegio más grande es servir a una mujer, pero poder ser una de nosotras (más bien, intentar serlo), es un privilegio aún mayor, claro, sin perder su condición de sumiso.

En mi situación, a mi esclavo le encanta ser feminizado, de tal forma que sólo lo feminizo como premio, o simplemente si se me da la gana. Recuerdo que fue muy divertida la primera feminización que le hice a mi sumiso. Cabe destacar, que no es lo mismo “feminizar” que “disfrazar”. Las primeras veces que un sumiso se pone bragas y tacones, sólo se disfraza. Para poder “feminizarse”, es decir, hacerse femenino, no basta con vestirse como mujer, por ello aquél famoso refrán: “el hábito no hace al monje”, así que los tacones no hacen a la mujer. Un sumiso se “feminiza” sólo hasta que se comporta, actúa, y hasta piensa como una mujer. Claro que vestirse de mujer ayuda. Lleva bastante tiempo para que un sumiso aprenda a feminizarse verdaderamente, y la Dueña tiene un papel muy importante en este proceso, es todo un entrenamiento físico y psicológico. Físico por cuestiones cómo caminar con tacones, moverse y actuar como mujer, y en el aspecto psicológico, a enseñarle a pensar cómo mujer, que en realidad jamás lo logrará ni siquiera a un 60%, porque nunca dejará de ser hombre. Otro aspecto importante de la feminización, es que el sumiso, al feminizarse, lo más adecuado a mi parecer, es que sea también, en su versión femenina, un ente inferior. Lo único que se me ocurre que puede ser un esclavo como mujer, es una golfa. En el caso de mi esclavo, lleva un gran avance, ya disfruta tener relaciones con otro hombre, para él es un gran progreso, ya que es “heterosexual”, y jamás le había gustado estar con otro hombre, pero lo hacía para complacerme, porque sabe que me divierto bastante al verlo. Al principio me reía mucho porque le decía: “si lo piensas bien, no estás haciendo nada *homosexual*, al feminizarte, te conviertes en mujer, y entonces, al tener sexo con un hombre, como tienes el rol de mujer, en realidad es una relación *heterosexual*”, y psicológicamente así funciona. Le costó algo de trabajo acostumbrarse, y algunos castigos, pero lo logró. Los diferentes niveles en el juego de la feminización son muy evidentes, desde la mera curiosidad hasta los que tienen verdadera vocación de mujer. Desde el punto de vista de la Dominación Femenina, la feminización del sumiso es práctica habitual en muchas de nosotras. No siempre es posible conseguirlo, ya que se requiere en principio de una voluntad decidida por parte de nuestro compañero de juegos. Se puede hablar de que un hombre esta feminizado (en los juegos de intimidad) cuando ya ha conseguido psicológicamente sentirse mujer. Es común que esta feminización este asociada en la mente del sumiso a la de mujer objeto sexual, a la de ser usada y abusada sin otra consideración que estar al servicio de su dueña. La mezcla de hombre y mujer es algo realmente explosivo, y soy de las que digo que si no existiese habría que crearla, un cuerpo de hombre con todas sus virtudes y una mente de mujer con todas sus maneras. Crean un nuevo y maravilloso juguete con el que desarrollar mil y una fantasías a cada cual más perversa. 13 Pasos para feminizar a tu marido

1º Paso – Cámbiale su vestuario “La ropa hace al hombre”, y así que el primer paso es dejar de lado sus ropas masculinas. Esto es importante para establecer en su mente que este es el cambio. Su vestuario debe ser nuevamente equipado con ropa de mujer. Elige tejidos usados por las mujeres, como encajes, seda y satén con volantes y cintas. Evita el algodón o cualquier recuerdo de su guardarropa masculino. Envolver su cuerpo con tejidos femeninos muestra lo bien que se siente en su piel. Inícialo inmediatamente con la ropa interior. Bragas y sujetador son una necesidad. Vístelo con faldas en casa. Nada debe interponerse entre las prendas ahora, excepto sus bragas para ti. Lo que lleva a bajo debe ser lo más delicado y la lencería más femenina posible.

4. La Ama utilizando el Arnes Como Ponerse y utilizar un Strap-on - “Una guía de utilización para la mujer” “El arnés como eje principal de la fantasía” Sacada de la creencia popular muy extendida entre los hombres de que las mujeres obtenemos nuestro orgasmo mediante la penetración, cualquier fémina que se precie debe ser penetrada para tener una sexualidad completa. Esto evidentemente no es así, nuestro placer sexual no radica en la vagina si no en el clítoris, evidentemente la sensación de la penetración es placentera en la medida que se estimula a la vez el clítoris pero como cualquier juego de Dominio, necesita de un buen argumento y la idea de que toda fémina que se precie debe ser penetrada será la culminación ideal para nuestra fantasía. Ahora y con estas pautas orientativas que os he dado, ya sois vosotras las que a través de vuestra imaginación y de vuestros recursos deberéis montaros la sesión según vuestros gustos y preferencias, porque seguramente si conocéis bien a vuestro sumiso tendréis argumentos igual de validos que los que yo he apuntado y que serán capaces de llevaros a los dos a tener una relación satisfactoria. Bien, antes de comenzar la guía, muchas mujeres se estarán preguntando – “¿Y esto que es lo que ha mi me reporta exactamente y él porque?”

Usar un arnés es un acto agresivo y dominante. En casi toda la historia de la sexualidad femenina es de una pasividad física y de sumisión. Así que cuando las mujeres pueden considerar la idea de usar un arnés con un strapon, generalmente no suele tener ningún precedente. Supongo que la mejor manera de explicarlo es el uso de un arnés es un gran gusto. Al principio, no esta segura si realmente lo quieres intentar, e incluso cuando lo haces no estas realmente segura si te gusta o no – sin embargo, después de empezar en un corto tiempo no quieres parar ¿Por qué no abres la mente? Realmente puedes disfrutar de ello. Al atar una correa con una polla enorme, puedes descubrir un conjunto de nueva personalidad erótica que te espera para jugar. En primer lugar, hay razones físicas, que como mujer se puede disfrutar con un consolador- como el roce de sus genitales, pueden ser muy estimulantes. Sin embargo, uno de los más excitantes y placeres inesperados de la utilización de un arnés es el poder psicológico y de control. Para una mujer es un potente, agresivo y acto dominante. Sé esta rompiendo barreras, y te introduces en el cuerpo del otro. Un hombre se vuelve vulnerable, tanto físico como emocionalmente. Se trata de un último acto de sumisión y entrega total en la que esta sexualmente dominado y penetrado. Básicamente, a él se lo están follando – es una sensación que es extraña para los hombres y el precedente del conjunto de las relaciones sexuales masculinas y femeninas. Así que con esto en mente, a las chicas, con cada golpe, les recuerda que las historia esta cambiando- que las mujeres puedan gozar y disfrutar de todas las emociones y la energía asociada. Yo personalmente suelo pavoneándome y me encanta cuando llevo un enorme falo que me siento tan caliente y tan grande amarrado y listo para mi sumiso. Para mí es un gran cambio el tener un hombre inclinado sobre la mesa de la cocina, con los pantalones abajo alrededor de sus tobillos. Es tan maravillosamente vulnerable. Que placer!. Permítame aseguraros que las chicas en su vida sexual pueden tomar una dinámica completamente nueva. Por lo tanto, para los hombres por el temor de que puede venir un pené de silicona que se te entra dentro de tus entrañas y piensa ¿va a doler?. Ciertamente pasan un montón de miedo asociados con cualquier tipo de juego anal. Por lo tanto, ¿es doloroso para el receptor?. Bueno, con la relajación, el deseo, la paciencia, la comunicación, y la lubricación – no debe hacer en absoluto nada de daño. De hecho, el ano y el recto están llenos de terminaciones nerviosas sensibles, que cuando se estimula a través de la penetración pueden ser extremadamente placenteros e incluso orgásmico. La fisiología Nuestros pasajes de la espalda, o para ser más precisos en el culo puede ser uno de nuestra zona más sensual erógenos, pero es muy ha menudo temido, olvidado o dejado sin explorar. Bueno, sí, el culo no fue diseñado para follar. Por la tanto, es recordar que es muy delicado. El culo no tiene lubricación natural, ya que a diferencia de la vagina no hay glándulas de lubricación, por lo que habrá que tener cuidado y lubricarlo. El ano es la abertura pequeña, arrugada controlada por dos anillos musculares, un esfínter externo e interno. Esta apertura lleva a la canal anal y recto. Las paredes del canal anal formar parte de tejido similar al del clítoris y él pene, se convierte engordando el aumento del flujo sanguíneo durante la excitación. Rico en vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas del tejido del conducto anal es increíblemente sensible y receptivo al

tacto y a la estimulación. Si esta relajado se estira y amplia, en un proceso lento. Al penetrar analmente a un hombre, el consolador sin darse cuenta estimulara la glándula prostática. La glándula prostática se encuentra más allá del canal anal y hacia el ombligo. Esta glándula produce él liquido seminal que transporta los espermatozoides al pené para la eyaculación. La próstata su función es liberar el fluido, lo que podría explicar él por que muchos hombres encuentra una sensación increíblemente agradable cuando se les estimula. También se puede estimular con el dedo, por lo general solo se puede encontrar cuando un hombre esta realmente caliente o antes de que le esta a punto de venir (orgasmo). Solo se tiene que colocar uno o dos dedos en su ano mientras se masturban. Muévelos hacia su pené hasta que encuentras una pelota suave bastante grande y carnosa, que en parte se puede tocar sola, esta es la glándula de la próstata, que se debe frotar suavemente con movimientos circules. (Esto siempre que las mujeres no les molesten introducir los dedos en el ano buscándola) Lo que necesitas: Guates de látex Un lubricante de buena calidad (y mucho) El arnés Y unos condones Aspectos prácticos Tratar con un apretado ano o virgen – si estas realmente teniendo problemas con aguiero un poco apretado que apenas no puedes poner tu polla, te sugiero un programa de entrenamiento. Instruye a la pareja a llevar un pequeño tapón (acostumbrador) o durante un periodo determinado cada semana. Poco a poco aumentara tanto el tamaño del ano y el periodo de tiempo que se usa con cuidado hasta que el músculo anal se relaje. Un día me fui de compras con uno de mis esclavos y juntos compramos una hermosa rosa de silicio (acostumbrador). Le icé ponérselo unas 4 horas a la semana, después de tres meses, le reduje a 2 horas. Ahora tiene un hermoso culito siempre dispuesto a atender mis necesidades. Aunque no soy un gran amante del nitrato de amilo, una pequeña cantidad se le administra al receptor inmediatamente antes de la penetración y dilata los vasos sanguíneos y por lo tanto relajos los músculos del ano y ayuda a abrirse. También puede comprar un numero de otros juguetes anales que tanto te van ayudar como a erotizar y relajar su pasaje anal. Tal como vibradores que son excelentes para estimular la glándula de la próstata. Algunos hombres son muy aprensivos acerca de tener el culo follado, ten la confianza con la lubricación y la paciencia el ano se extiende fácilmente, es bastante sorprendente de lo que se puede abrir. Estés segura de que después siempre se cierra adecuadamente. Obviamente, con una parte tan potencialmente desordenada del cuerpo es esencial que el intento de sumisión para asegurase de que vacía sus intestinos antes de involucrarse en el sexo anal. En primer lugar tiene un paso agradable el volver limpio es mucho más atractivo para su pareja y hará que todo el proceso sea menos complicado, pero también hará que la experiencia se sienten más cómodos una vez que el dildo esta dentro de él. Para que sea realmente seguro de que puede sugerir que tu pareja que se haga un enema o darle tu misma al menos una hora antes de la sesión.

En realidad como empezar: 1Prepárate. Ponte el arnés. Yo prefiero usarlo sobre una falda o en ropa interior, me gusta la sensación del roce en mi monte de venos a través de ello, de lo contrario puede ser demasiado roce. Sugiero que lo mas practico es usarla polla antes para averiguar como te sientes mas cómoda. También me gusta rellenar el conjunto de mis ingles con papel de cocina. Bueno, ya sé que no es muy sexy, pero me da la confianza para empujar lejos sin tener que sentir que me podría causar problemas. Cuando te pones el arnés, déjalo un poco flojo para empezar, ya que tendrás que ajustarlo para entrar y obtener el Angulo recto. Solo una vez que esta dentro lo puedes apretar. 2 – obtén el fondo preparado. El uso de un guante, previene un accidente de la apertura. Coloca algo de lubricante y poco a poco introduce un dedo en el ano, es probable que se abra y se contraiga o apriete alrededor de tu dedo. Una vez que tu dedo esta en el interior espera hasta que se sienta todo el músculo del esfínter relajarse, en un primer momento se puede apretar. Se siente muy caliente y húmedo para el donante. Introduce lentamente otro dedo y obtén todo el canal bien lubricado, relajado y abierto. 3 – Conseguir que el sumiso coloque del condón sobre el pene y que lubrique bien. Con el uso de un guante de látex, introducido con los dedos en el interior del agujero del culo para encontrar el Angulo de la abertura y empuja la polla dentro poco a poca mientras se retira el dedo. El sumiso tiene que aceptar por completo y quieren lo que esta a punto de pasarles. Esto se debe a que es esencial que se trate de relajar y abrir su esfínter anal, el músculo en la apertura del pasaje anal. Él siente el consolador empujando contra el músculo debe de tratar de abrir y empujar hacia abajo y volver a él. 4- Puesta en marcha. Ir con cuidado y lentamente permite que el pene llene completamente el ano, que el esclavo se relaje durante unos minutos una vez que este dentro, en algún momento continuara lento y suavemente con pequeños movimientos. Recuerda que esta zona es muy sensible incluso a los movimientos más simples. Nunca fuerces la polla a entrar y si le duele demasiado para de inmediato. Poco a poco se le van dando empujones mas duros y más rápidos básicamente trabaja a un ritmo que sea cómodo para ti. (Aquí es donde comienzas a tener a los hombres excitados, y cuando te das cuenta que de lo agotador que es – por el otro lado es un buen ejercicio para los músculos de las piernas. 5 – Acabando. Retira lentamente, cuando hayas terminado. Un pequeño truco par evitar lió, es que si te pusiste un guante, tira del condón del arnés, de dentro hacia fuera. A continuación, quiétate el guante al revés. Lo que garantía cualquier lió quede bien aislado- lo envuelves bien y a la basura. El destinatario si lo desea, puede ir al baños después, esto es normal. Ángulo de entrada – para encontrar el ángulo de entrada en el ano, varia en fusión de cada persona y depende de la posición como lo estas jodiendo fisiológicamente hablando, el recto y el canal anal se inclina hacia delante ligeramente hacia el ombligo, luego da una vuelta hacia el cocxis. Recuerda que una mala experiencia se puede echar a perder una exploración mas profunda, por lo que siempre es mejor tomarlo con calma, para empezar. Ten en cuenta que puede tomar algún tiempo para penetrar completamente a tu pareja. Con el fin de lograr más números de sesiones comienza con pequeños accesorios. No hay que esperar a que el enorme falo de 9 pulgadas entre en un culo virgen en la primera sesión. Una vez que él pené este en el interior ten en cuenta que tienes acceso a los genitales del, esto significa que se puede hacer una paja o jugar mientras lo estas jodiendo. Yo por ejemplo si bien me estoy triando a mi hombre por la espalda me encanta coger su polla y apretarla duro o incluso masturbarlo hasta que el no pueda mas, mientras lo estoy enculando.

Posiciones: 1- Perrito. Para los principiantes o cualquier persona sin un complicado equipo, me permito sugerirte la posición del perrito. Coloca a tu pareja de cuatro patas contigo de rodillas detrás o apoyada sobre su espalda. Recuerda de colocar algo blando en el suelo para proteger tus rodillas. 2- Permanente. Otra buena posición y simple. Solo dobla a tu pareja sobre una mesa o similar y follalo estando tu de pie 3- El misionero. La más difícil, sobre todo conseguir que el consolador entre en el lugar correcto. Colócate sobre sus espaldas y de rodillas entre sus piernas abiertas, levanta las piernas con sus brazos. Personalmente, me encanto poner a los chicos así, ya que puedo ver su cara, mientras me lo follo. También creo que es una verdadera inversión de roles. Cuanta con una intimidad que no se puede lograr cuando estas de espaldas.

4- Estilo cómodo. Comprar un columpio. Que tu pareja se ponga dentro de él y ha jugar – horas de diversión garantizada sin esfuerzo. 5- Chicos on top. Aquí te tumbas y ha él le haces que se ponga en cuclillas y que se mueva abajo y arriba 6- Cuchara. Ambos os encontráis de lado en la misma dirección. Ofrece un excelente acceso a ambos genitales Consejos para comprar La compra de un arnés Este articulo esta pensado básicamente para las mujeres que quieren usar el arnés – consolador analmente en sus parejas masculinas. Este consejo es, para ese uso. El culo, a diferencia de la vagina, puede ser bastante más complicado, incluso necesita un montón de preparación. Así que solo considera el uso de un arnés completamente de caucho de modo que pueda ser debidamente lavado después. La correa y os complementos por lo general forman parte del arnés alrededor de la ingle con una especie de anillo donde se puede poner diferentes consoladores de varios tamaños. También están disponibles de una sola pieza donde esta permanentemente el consolador unido al arnés. Para los principiantes yo recomendaría comprar un arnés que se puedan intercambiar varios consoladores, de modo que puedas comenzar con uno pequeño, para poder trabajar mejor el ano. También puedes obtener consoladores de mano y correas que se adhieren a la rodilla, lo que permitirá un mayor juego. Lubricantes El culo realmente necesita invertir una buena cantidad de lubricante de agua con base de silicio. KY Jelly es una basura, después de un minuto se seca. Para probar un lubricante solo tienes que frotar una pequeña cantidad entre tus dedos un minuto o dos y ver como queda de resbaladizo. Uno de los mejores lubricantes es Wet Platinum, que es el lubricante más resbaladizo de mas larga y duradera que he encontrado. Su única desventaja es que tan bueno que después lleva mucho tiempo en lavarlo, así que entre contacto y contacto ten cuidado. Así que por practicidad te recomiendo el gel Elbow Grease, que tiene todo lo resbaladizo pero es de fácil limpiar. También hay una excelente sonda que se llama Glide y es seda liquida. Guantes Yo recomiendo comprar una caja de guantes de látex, ya que puedes coger de las cargas. Una vez que este todo, solo los tienes que quitar tirando de ellos de adentro a fuera, y los echas directamente a un contenedor, de esta manera el lío no llega a ninguna parte. No intentes reutilizar o lavarlos, una vez que tus manos se han mojado de sudor son casi imposibles de ponértelos de nuevo. Ellos se pueden comprar en cualquier farmacia en cajas pequeñas, medias o grandes. Para ser más eficaces los guantes deberían ser del tamaño correcto y que queden firmes en tus manos. Si eres alérgico al látex, puedes comprar también guantes de vinilo o si quieres limpiarte las manso y utilizar sin nada pero lubricadas Consideración de seguridad para el juego anal. Siempre usa un condón en cada consolador (a menos que sea para su uso personal solamente. Absolutamente nunca pongas cualquier cosa usada analmente en una vagina. Mantén los juguetes absolutamente limpios.

Bueno por haber utilizado el Strap-on, probablemente no te va a cambiar tu vida...... Pero es una zona nueva, excitante y erótica para explorar, y tal vez hasta para descubrir algo nuevo acerca de ti. Así que vamos Chicas, animo! - Ama Sidonia Von Bo.

5. Culminar la dominacion femenina El disfrutar el sexo con otro hombre por parte de la mujer es la culminación del proceso de dominación femenina. Como la mayoría de las mujeres dominantes, una vez que descubrí mi naturaleza dominante, no había retorno y seguí con eso. Estos últimos 17 años han sido los mejores de mi vida, especialmente en el área de mi sexualidad. Solo una mujer dominante que descubre y desata su energía dominante es capaz de experimentar el sexo en este plano superior. Yo pensaba que tenía buenos orgasmos pero una vez que descubrí la dominación femenina y la supremacía femenina, el sexo y los orgasmos se movieron a un nuevo mundo de intensidad y placer. ¿Por que poner los cuernos? La respuesta políticamente correcta acerca de los cuernos seria "Yo solo le pongo los cuernos a mi marido porque quiero llevarlo a él más profundamente en su sumisión ante mi" o “Solo le pongo los cuernos a mi marido por que el también lo disfruta. Si él no lo disfruta, entonces no lo haré." Ambas respuestas comunes son correctas. Disfruto tener sexo con otros hombres. Amo a mi esposo y lo incluyo en los cuernos porque quiero que él sea humillado, quiero llevarlo a una sumisión más profunda hacia mí, y siento que es su deber de esposo en un matrimonio de supremacía femenina. Poner los cuernos es una parte importante de lo que creo y de quien soy. No es solo un juego de D/s sino que es una declaración y un estilo de vida. Me gusta provocar a mi marido con esto. Me gusta hacer que mi marido me prepare para mis citas. Me gusta salir a mis citas. Me gusta conocer y experimentar a un hombre. Me encanta lo que le hace a mi esposo como hombre sumiso. No se conoce el poder y el control sobre un hombre hasta que le has puesto los cuernos, especialmente si incorporas negación de orgasmos junto a los cuernos. Mi esposo usa un aparato de castidad la mayoría del tiempo así que estoy segura de que no se ha portado mal a mis espaldas. Tenemos tres, el CB6000, el tubo de castidad y el acceso denegado. Yo se los cambio para variar pero el parece estar más cómodo con el acceso negado. El CB6000 es el mejor para viajar. ¿Es difícil para el estar frustrado y negado? Esto lo hace ser mas sumiso ante mí, así que el adora ese aspecto pero ningún hombre disfruta verdaderamente ser provocado y negado todo el tiempo. Bueno, mentalmente si pero sexualmente y físicamente no. Su incomodidad y frustración acrecienta mi excitación sexual y mi plenitud sexual. ¿Con quién le pongo los cuernos a mi esposo? Esta es la parte más importante del proceso de los cuernos. Básicamente, lo hagoi con un hombre a quien me siento muy atraída porque, ¿qué gracia tiene en cornear a tu esposo con un hombre que el apruebe? Me gusta salir con hombres guapos y jóvenes. Así que busco un hombre a quien me sienta atraída y que me excite sexualmente. Nunca he corneado a mi esposo con un hombre cualquiera. Siempre lo he corneado con hombres que encuentro muy sexys y a quien deseo. Quiero un hombre que sea más joven que mi esposo, más musculoso que mí esposo y si es posible, con pene más grande que mí esposo. Si le vas a poner los cuernos a tu marido, ¿por qué hacerlo con un hombre pequeño con pene chico? Hazlo con un semental con pene de semental. Hazlo con un hombre con el que tú quieras tener sexo. ¿Dónde encuentro a mis amantes? permítanme empezar diciendo donde no los encuentro. Nunca salgo con hombres del trabajo. Nunca seduzco a un hombre en un bar. Nunca salgo con amigos o compañeros de mi esposo. Nunca finjas ser soltera cuando hables con un hombre. Siempre se honesta acerca de tu estado civil. La mayoría de los hombres que he encontrado en los años recientes ha sido a través de mi grupo de dominación femenina en Internet. Tengo un anuncio personal en Alt.com y obtengo muchas respuestas pero si el hombre no sigue mis instrucciones en el correo electrónico, no le respondo. Pido una foto y el tiene que ser sumiso que crea en la dominación femenina. Cuando respondo, pregunto cosas muy directas. Yo digo antes

que nada que estoy felizmente casada pero que estoy buscando un amante. Quiero que sea sumiso pero no pasivo. Quiero que mi esposo sea pasivo no mi amante. Le pido al hombre que me de su nombre correcto, edad, fecha de nacimiento, ocupación, estatura, peso, constitución física, y la medida de su pene desde la base hasta la punta, y su historia sexual. He encontrado dos muy buenos amantes a través de Alt.com pero debes ser muy paciente y debes tener un proceso de selección. ¿Por cuánto tiempo salgo con uno de mis amantes? Casi siempre hasta que me canso de ellos. Me aseguro de que el sepa, antes que nada, que esta relación solo será temporal debido a que soy casada. Soy honesta con él. Le digo que lo encuentro muy sexy y atractivo pero que mi meta es usarlo para mi propio placer. Ahora déjenme describirles una cita típica y unos cuernos típicos. La mayoría de los esposos disfrutan preparando a su mujer para una cita y el mío no es la excepción, eso es fantástico tu esposo y llevarlo al subespacio de sumisión. Sin las actividades pre-cita, seria más difícil para el esposo. Mi rutina pre-cita varia. Puedo permitirle a el bañarme si tenemos tiempo, él puede ayudarme a escoger mi ropa y ayudarme a vestirme. Siempre informo a mi marido la hora en que pienso regresar a casa. Si me voy a tardar más, le llamo para informarle. Si siento que quiero sexo con mi acompañante, lo hago permanecer en el carro cuando me lleva a casa para poder preparar a mi esposo. Entro a la casa y le ordeno a mi esposo adoptar la posición sumisa y le informo mi deseo de llevar a mi acompañante a la cama conmigo. Lo que hago con mi esposo depende de mi ánimo. Generalmente hago que mi esposo esté presente en la recamara con nosotros. Puedo amarrarlo y hacerlo que nos vea. Si hago esto, le prohíbo a mi esposo hablar y le prohíbo a mi amante hacer contacto visual con mi esposo. Mi esposo debe ver a otro hombre follándome. Yo usualmente hago mucho contacto visual con mi esposo mientras esto sucede. Al terminar, mi amante se va. Casi siempre hago que mi esposo me limpie con su lengua y lo hago adorar mi cuerpo. También podría azotarlo o incluso usar mi pene de plástico. He tenido también sexo en la casa de mi amante y en estos casos, llamo a mi esposo por teléfono y le digo lo que voy a hacer. Incluso lo he hecho escuchar por teléfono mientras mi amante y yo tenemos sexo. Tengo una profesión y un esposo que atender. El amante es para mi placer. Dos relaciones a tiempo completo consumen mucho tiempo. Lo hice una vez y nunca lo volveré a hacer y no lo recomiendo. Yo tengo citas para divertirme, para tener buen sexo y para expresar mi liberación femenina. No estoy buscando otra relación de largo plazo, ya la tengo con mi esposo. Una es suficiente. Creo que es importante que la mujer se de cuenta que tiene el derecho y la autoridad sobre su marido para ponerle los cuernos si ella así lo decide. Es un verdadero acto de sumisión que el marido se entregue a la autoridad y a liberación de su mujer de esta manera; incluso en el caso de que ella no tenga la intención o el deseo de consumar el acto propiamente dicho, pues no por ello deja de ser una cierta póliza de seguro que recordar con periodicidad al marido su pensamiento de hacerlo si así lo decide.

Inicio del FemDom Soy una mujer separada de 52 años, tengo un buen trabajo y no paso apreturas, además, después de la separación me quedó un buen piso para mí sola. Estuve casada 24 años. En los últimos años el matrimonio no iba muy bien, aunque tampoco muy mal. Hace unos cuatro años, mi marido me contó que uno de los problemas de nuestra relación era que, aunque nunca se había atrevido a decírmelo, a él le hubiera gustado que yo mandara y el obedeciera. Cuando me lo contó me quedé de una pieza, no sabía ni lo que quería decir. El me dijo que si lo intentábamos nuestro matrimonio mejoraría, y me dio a leer algunos textos. Pero a mí todo me parecía extrañísimo. Intenté pensar en lo que quería, pero no pude. A los dos años, me dijo que se había enamorado de otra mujer (una compañera del trabajo que tenía catorce años menos que él). Total, que acabamos separados. No sé si estaba muy enamorada de él, aunque siempre creí que algo sí, quizás por costumbre, porque no se me ocurría otra posibilidad después de 24 años de matrimonio. La separación me tuvo un año hecha polvo. Sin embargo, después de ese año me fui tranquilizando y acostumbrando a estar sola. Fue entonces cuando volví a recordar el asunto de la dominación femenina que me había planteado. Volví a ver aquellos textos y comencé a buscar cosas por

Internet, pero como no sé más que castellano, tampoco encontré mucho, aunque sí algunas cosas. Comencé a pensar que quizá debería haberle hecho caso y haberlo intentado. Pero ahora lo pensaba porque estaba furiosa contra él, porque pensaba que podría haberle dado su merecido. Pero a medida que leía y pensaba más en ello, me iba olvidando de eso y me iba interesando más la dominación femenina. Hace seis meses, buscando otra vez en Internet encontré su página, que ha sido para mí una bendición. En estos seis meses, lo he leído todo y mi opinión de la dominación femenina ha cambiado. Ahora pienso que así es como me gustaría estar con un hombre. Y me gusta pensar en lo que podría hacer con un hombre sumiso a mi servicio. Me gusta y me excita, y pienso que tendría que intentarlo. Por eso me han gustado tanto los escritos de las mujeres que consiguen estar con hombres más jóvenes que ellas. Sin embargo, hasta ahora todo son pensamientos en mi cabeza, pero no me atrevo. Me apetece mucho, pero todavía no sé cómo hacerlo. Pero es raro el día en que no pienso en ello. La razón fundamental por la que no me atrevo es mi edad y la falta de experiencia. Nunca he tenido relaciones sexuales con otro hombre que no fuera mi marido. Y a los 52 años me da vergüenza pensar en intentar conquistar a un hombre. Más aún porque en mis fantasías me gustaría tener una historia con alguien más joven. Para los hombres es más fácil, muchos tienen historias con mujeres más jóvenes, pero para las mujeres es mucho más difícil. Además, yo no soy una mujer de esas que los hombres se quedan mirando, no soy fea, pero tampoco muy guapa. Me parece difícil que me atreva a ponerme una ropa llamativa (de cuero como dicen muchos textos), porque esa ropa les sienta bien a las jóvenes, pero a mi edad no es lo mismo. Por eso les escribo, para ver si pueden aconsejarme algo que me ayude a ser un poco más optimista. Me podrían decir que haga como han hecho otras mujeres, pero me falta experiencia y seguramente valentía. Pero si les escribo es porque a pesar de no atreverme lo estoy deseando. Creo que es la idea que más tiempo tengo en la cabeza desde hace meses. Lo que más quiero es conquistar a un sumiso, tenerle a mi servicio y mantener con él una relación de dominación femenina. Espero que me puedan decir algo. Un cordial saludo de Ángela.

DominacionFemenina.net (Ana Serantes): Efectivamente, tenemos algo para usted: buenas noticias. Y como son unas cuantas, tendremos que extendernos un poco, lo que seguro que no le molestará. Comencemos por el asunto de la edad. Tiene usted toda la razón en que resulta más fácil para los hombres encontrar parejas más jóvenes. Así es, y así ha sido durante mucho tiempo. ¿Por qué? Se dice a menudo que es una cuestión biológica; no creemos que esa sea, ni mucho menos, la razón fundamental. Donde encontramos esa explicación es en el hecho de que los hombres han detentado el poder durante siglos, y han conformado la sociedad y las costumbres a su conveniencia. Pero es que, además, el poder en sí mismo atrae, entre otras cosas, porque las personas que han obtenido poder (en cualquier ámbito) suelen ser más interesantes, inteligentes y atrevidas que quienes carecen de el, y sus vidas también más interesantes. Por otra parte, ese poder, cuando no viene por herencia, se consigue en la mayor parte de los casos por un esfuerzo continuado que requiere tiempo. Es decir, la mayoría de los hombres que alcanzan ese poder lo hacen ya en la madurez, cuando no en la vejez. Así que no debe extrañarnos que haya habido muchas mujeres jóvenes que se sintieran realmente atraídas por los maduros hombres de éxito. Sin embargo, Ángela, esto está cambiando, a gran velocidad, y lo está haciendo ya. Aunque sean pocas, ya no son una excepción las mujeres que se relacionan con hombres bastante más jóvenes. Y comienzan a hacerlo, como es lógico, las mujeres que disfrutan de una posición poderosa a los ojos de los hombres (y ese poder es ya real en una minoría significativa de mujeres). En lo va de año, hemos sabido que Demi Moore, Sharon Stone y Geena Davis, por ejemplo, conviven con hombres que tienen entre quince y veinte años menos que ellas. Claro, dirá, con esos cuerpos y esas cuentas corrientes. Cierto, pero es que estamos hablando de Hollywood, del espejo en el que se mira el mundo. Y esos ejemplos no son más que la punta del iceberg. El fenómeno se

extiende con rapidez y más allá de lo creemos. ¿Por qué? Pues por parecida razón a la que explicábamos en relación con los hombres: son cada vez más las mujeres que tienen poder y que lo ejercen con plena conciencia, constituyéndose, por lo tanto, en un auténtico foco de atracción también para hombres notablemente más jóvenes que ellas. Pero una de las buenas noticias, Ángela, es que donde esa situación está más extendida es en el ámbito de la dominación femenina. Es lógico, porque es aquí donde las mujeres son más plenamente conscientes de su poder. Y donde pueden disponer de él incluso aunque no disfruten de un notable poder social, porque han aprendido que ese poder sobre los hombres se lo proporciona su propia sexualidad. En esta revista hemos publicado ya algunos ejemplos, pero aparecerán muchos más con el tiempo, porque las relaciones de mujeres con hombres más jóvenes se están incrementando de forma llamativa entre quienes practican la dominación femenina. Además, no deja de constituir, en realidad, una vuelta a la normalidad, porque los hombres alcanzan su plenitud sexual apenas traspasada la frontera de la veintena, mientras que las mujeres lo hacen después de haber dejado atrás la treintena (nos referimos al goce y al deseo sexual, no a la capacidad reproductiva). Ese poder que irradia la mujer dominante se hace visible para la gran mayoría de los varones sumisos. Así se explica el crecimiento constante de estas parejas de mujeres maduras y hombres jóvenes. Si tiene alguna duda de lo que le decimos, no tiene más que acudir a los listados en que los sumisos se ofrecen a mujeres dominantes. Entre esos anuncios, encontrará unos cuantos en que un joven sumiso especifica que no importa la edad de la dominante que busca, o marca un abanico de edades que sobrepasa la propia en bastantes años. Además, podemos asegurarle que muchos que no realizan indicación alguna estarían más que dispuestos a entregarse a mujeres dominantes mayores que ellos. Si no fuera por la dominación (y dominación femenina se produce en la mayoría de los casos de las mujeres con poder aunque no sea explícita), este fenómeno parecería contradecir una evidencia: los hombres son seres visualmente orientados por lo que se refiere a la sexualidad. Es así, y se ha dicho en muchas ocasiones, que los hombres se orientan en el terreno sexual por el sentido de la vista, mientras que las mujeres lo hacen más por el del oído. Ahora bien, en este terreno concreto podría parecer que la noticia que tenemos para usted no puede ser más que una mala noticia. Es decir, que tendría razón al pensar que, ateniéndonos a la vista, sus posibilidades de éxito son mínimas frente a las mujeres más jóvenes. Porque no puede negarse, como dice, que les sientan mejor las ropas, de cualquier tipo, y que sus cuerpos denotan una lozanía con la que resulta difícil competir. No obstante, la cosa no es tan evidente. Hasta el punto, Ángela, de que, por mucho que le sorprenda, también en este terreno le traemos buenas noticias. Son varias las razones que explican lo que puede parecerle una contradicción, pero que no lo es. En primer lugar, aunque los varones sumisos estén orientados visualmente, no es el físico lo único que ven. “Ven” la energía erótica que irradia una mujer dominante, y créanos, difícilmente pueden resistirse a ella. Aunque le extrañe, el hombre que conoce su naturaleza sumisa valora en gran parte de las ocasiones esa energía dominante por encima de la propia imagen física. Y el resplandor de esa energía está mucho más relacionado con la afirmación del carácter dominante de la mujer que con la edad. En segundo lugar, la orientación visual de los varones en su sexualidad tiene una peculiaridad que no se produce de la misma forma entre las mujeres: el fetichismo. A los hombres, además de las mujeres, les subyugan los fetiches con los que se adornan. Que esos fetiches sean construcciones masculinas no resta un ápice al poder que las mujeres pueden obtener con su utilización. Es seguro, Ángela, que su cuerpo no es como el de una mujer mucho más joven, pero esa diferencia se difumina notablemente a los ojos del varón sumiso si usted utiliza los fetiches que el hombre pone a su disposición. La visión que el sumiso tenga de usted se transforma por la mera utilización de unos zapatos de tacón o unas botas, una minifalda o un corpiño. No hace falta más, no hace falta siquiera blandir un látigo (que también podría hacerlo) para que el sumiso se derrita frente a usted aunque sea bastantes años más joven. Entendemos sus dudas con respecto al hecho de vestirse de ese modo, pero esas dudas afectan exclusivamente al territorio público no al privado. En su casa, y frente a un sumiso, puede usted ponerse lo que quiera, y le aseguramos que ningún hombre la encontrará ridícula; todo lo contrario, soberbia. En privado, no tenga vergüenza, porque tiene el éxito asegurado, si se convence de que le ayuda en el sometimiento del sumiso (y así será) reálcese como mejor le parezca, y utilice los fetiches del varón sumiso para someterle. Ahora bien, la vestimenta no es más que un complemento. Como le decíamos, el varón sumiso queda prácticamente indefenso ante una mujer que irradie energía dominante. Y el principal componente de esa energía no reside ni en la vestimenta ni en los fetiches, sino en la actitud y el comportamiento de la mujer dominante. Basta con la palabra para situar al sumiso donde quiere: suspirando por usted y dispuesto a

entregarse hasta donde le quiera llevar. Y no nos referimos a la utilización de ningún lenguaje especial, simplemente, a la seguridad y la contundencia con la que se expresan los deseos y los requerimientos de la dominante, que bien puede hacerse en voz tan baja como dulce. Esa seguridad, que muestra con claridad lo que la mujer quiere y lo que exige, constituye el arma más poderosa de la que dispone la mujer dominante. Y también aquí podemos decir que esa característica no depende de la edad. Existe otro factor que juega también a su favor, y que también podría comprobar en los anuncios de las personas que buscan una relación de dominación femenina: la muy superior cantidad de sumisos con respecto a las mujeres dominantes. Podría ser que muchos sumisos prefirieran a alguien más joven, pero, Ángela, usted tiene una ventaja fundamental: ha descubierto su naturaleza y dominante y está dispuesta a ejercerla. Y son mayoría los hombres sumisos que darían lo que fuera por encontrar una mujer a la que entregarse, porque no abundan. Podemos garantizarle que el número de sumisos jóvenes que estarían deseosos de encontrar una mujer como usted a la que someterse es importante. Otra cosa es que no cualquiera de ellos le conviniera, porque una relación de pareja no se alimenta exclusivamente de la dominación. Así que aunque no le digamos que le va resultar fácil y rápido encontrar al sumiso que le conviene, tendrá que estar de acuerdo en que es una buena noticia que haya donde elegir. Es cierto que esta situación es provisional, que según más mujeres vayan descubriendo su naturaleza dominante y comprobando las ventajas que obtienen al ejercerla, esta desigualdad entre el número de hombres sumisos y el de mujeres dominantes irá mitigándose. La evolución de la sociedad ya da muestras de esa tendencia; pero no se preocupe, usted va a disfrutar de esa ventaja. La comprobación de que las buenas noticias son reales puede hacerse acudiendo a los estudios sobre la sexualidad masculina, que indican que la atracción que sienten los hombres jóvenes hacia las mujeres maduras es bastante generalizada en algunos momentos de su vida. Esta atracción está claramente ligada a su naturaleza sumisa, y sería más generalizada si no fuera por las constricciones que impone el marco social. Pero esa atracción, e incluso fantasía, está aún más extendida entre los hombres que han tenido la valentía y la visión suficiente para asumir su condición sumisa. Por eso hay quien opina, como Elise Sutton, que en las próximas generaciones se extenderá la costumbre de que muchos jóvenes se inicien en la sexualidad de la experta y sabia mano de una mujer madura y dominante. ¿De quién mejor aprender, y quien mejor para enseñar a un joven inmaduro cómo complacer y servir a la mujer como se merece? Como le anunciábamos, nos hemos extendido bastante más de lo que prevemos hacerlo en nuestra sección de preguntas. Pero creemos que el tema es importante y afecta directamente a muchas mujeres. Ahora bien, nos dirá que lo que hemos trazado es un marco general, y quizá que ahora qué hace con ese marco. Bien, es cierto, pero esperamos que le sirva de ayuda, porque es completamente diferente pensar que la situación objetiva dificulta la consecución de sus deseos a que los facilite. Y esperamos haber sido lo suficientemente convincentes para que esté de acuerdo en que eran buenas noticias. Su principal arma (y es de calibre) es su convicción de que lo que quiere es establecer una relación basada en la dominación femenina. Ángela, tiene usted mucho camino ganado. ¿Cómo dar el paso? Es usted la que conoce su situación y el entorno en el que se desarrolla, así que desde esta revista no podemos proporcionarle una receta. No obstante, si podemos aconsejarle, sobre todo, que lo importante es su actitud, su manera de dirigirse a los hombres y de comportarse con ellos. Cultive la seguridad y la confianza en sus posibilidades, porque es real. Comience a observar a los hombres que pudieran atraerla con la nueva perspectiva de la dominación. Hágalo en su vida cotidiana, y esté atenta a las oportunidades, que se presentarán. Puede acudir también a los anuncios de publicaciones o de Internet, aunque en ese caso le recomendamos paciencia y precaución. No acepte una cita sin más, primero exija una correspondencia por correo electrónico suficientemente prolongada como para comprobar si se trata de un hombre que realmente le interesa y pudiera atraerla, después pase a las conversaciones telefónicas para continuar el proceso y, sólo en último lugar, acepte una cita (y la primera convóquela siempre en un lugar público). De todas formas, y como suele ocurrir, el hombre que busca bien puede encontrarse cerca de usted, en su vida social, laboral o entre sus propias amistades. Le deseamos suerte, y estamos seguros de que la tendrá, porque parece que ya tiene claro lo que quiere. Pero queremos terminar insistiendo en que su principal herramienta siempre será la seguridad y la autoridad con la que se relacione con los hombres. Hágalo dejando claro que usted es esa mujer superior por la que suspira cualquier hombre, y comprobará que sus 52 años no son un problema.

La fantasía de que tu sumiso sepa que tu puedes tener sexo con otro hombre cuando quiera, es una herramienta que si recomiendo utilizar en cualquier relación de dominación femenina, porque la amenaza de hacerlo tiene su aquel aunque no llegue a concretarse. Simplemente con la amenaza, con la fantasía, se consigue una cierta intensidad, se trae a la superficie el peligro, la posibilidad de la humillación, de los celos. Jugar con esta posibilidad nos permite gozar de sus ventajas, aunque sea en menor grado, pero sin correr los riesgos que conlleva su práctica real. Vamos, que me encanta provocar a mi chico en la cama con la amenaza de meter a otro en ella y, con la amenaza de que quizá tuviera que limitarse a ser mi doméstico servidor porque le sustituiría por otro en la actividad sexual. Y la excitación de mi chico en esos momentos es más que suficiente para comprobar cómo le afecta el juego. Y le afecta porque, aunque sea un juego, siempre queda la intranquilidad de que pudiera convertirse en realidad, incluso aunque sea con mujeres que nunca lo hagan la posibilidad está ahí.

Progresión ¿La progresión en una relación de dominación femenina significa que las actividades se hagan más intensas? Quizá, pero no necesariamente. El crecimiento puede tener lugar a muchos niveles y de muchas maneras. Lo que es intenso para una pareja puede ser suave para otra, dependiendo de su sexualidad y de sus necesidades emocionales y sexuales. Yo diría que un hombre que es reacio a hacer las tareas domésticas para su mujer al principio de una relación de dominación femenina, pero que ahora está bien dispuesto, es un hombre que ha experimentado un crecimiento. Quizá algunas actividades intensas de D&S ayudaron a ese crecimiento, o quizá se produjo una transformación en su corazón por la revelación del valor o la autoridad de una mujer. Una vez más, cada persona es única y cada viaje es distinto. Parece que su pregunta iguala la servidumbre a un punto de partida, que lleva a interacciones de dominación femenina más avanzadas. Usted no afirma esto en su pregunta, pero permítame hacer esta suposición. Usted cree que un hombre que hoy hace las tareas domésticas y sirve domésticamente a su mujer se aburrirá, a menos que la dominación de su mujer se haga más avanzada. Me atrevería a adivinar que usted ha mirado las historias de mi sitio web y que se imagina que quizá la castidad masculina o la disciplina mediante el castigo corporal son necesarias para mantener al hombre concentrado. Esto podría llevar a otras actividades en las que la mujer ejerciera más poder, quizá la infidelidad. No puedo descartar su premisa, porqué muchas parejas progresan por esta vía: a medida que aumenta el poder de una mujer y que el hombre le cede más áreas de su vida, es natural que deseen experimentar cosas nuevas y explorar nuevos niveles. A medida que se construye la confianza y crece la intimidad, se abren las puertas a nuevas posibilidades. Sin embargo, es un error asumir que debe seguirse cierto camino, porqué cada pareja es diferente. Hay parejas que pensarán que una lluvia dorada es lo más salvaje que pueden imaginar y cuando la han experimentado pueden pensar que han ampliado sus límites más allá de lo que nunca se hubieran atrevido a imaginar. Pero otra pareja puede pensar que una lluvia dorada es algo suave, así que la experiencia no tendrá el mismo efecto ni llevará al mismo nivel de intercambio de poder. Para algunas parejas, una azotaina es un juego avanzado. Para otras, la infidelidad es el sumum. Las actividades no son lo que importa, lo que importa es el intercambio de poder mental. El hombre que se rinda a la mujer es el que experimentará la satisfacción de su sumisión. Para algunos hombres ser un sirviente doméstico es el sumum, porqué han sometido sus corazones a servir a su mujer. Ninguna actividad de D&S podría igualar la intensidad de hacer las tareas domésticas, los recados, o de administrar un masaje, porqué la sumisión es una condición del corazón. Hay una progresión y es necesario que haya una progresión, o si no la relación se enranciará. Sin embargo, esta progresión variará de pareja a pareja. La mujer necesita crecer en su dominación, como el hombre necesita crecer en su sumisión. Las actividades de D&S pueden ayudar a este crecimiento, pero crecemos mental, emocional y espiritualmente. Lo que importa es lo que pasa en el interior de nuestra naturaleza. Lo externo variará, y algunas personas valorarán estos aspectos externos como salvajes, suaves, viciosos, sosos o, quizá, incluso pervertidos, pero la base es que el valor de cualquier actividad de D&S depende de la valoración que la pareja le conceda. La D&S no es como una droga que el cuerpo necesita cada vez más fuerte para lograr la misma clase de “subidón”. Puede haber gente desequilibrada, que no tiene los pies en la tierra en sus relaciones de D&S, para los que la D&S puede convertirse en una forma de adicción sexual. Pero esto puede ocurrir con cualquier forma de sexualidad. Hay gente adicta al coito, que se va la cama con cualquiera y que está insatisfecha

emocionalmente debido a su adicción al sexo. Hay gente que es adicta a la pornografía, que no puede conectar con una relación real porqué la realidad nunca puede igualar a la fantasía. Hay muchas formas de adicción sexual y la D&S no es inmune a esto. Pero son excepciones. Cuando se practica dentro de una relación amorosa y comprometida, la D&S puede ser una forma de sexualidad muy sana, especialmente si es dentro de un estilo de vida de dominación femenina. La D&S requiere confianza, y la confianza se logra y se construye a través de una intimidad auténtica. La dominación y la sumisión no se pueden falsear por mucho tiempo. Cuando este intercambio de poder es auténtico, satisface a las dos partes. Cuando se satisface un apetito, este puede hacerse más acuciante para experimentar crecimiento. La D&S es más bien como nuestra necesidad de comer: estamos hambrientos, comemos, quedamos satisfechos, pero volvemos a tener hambre porque nuestros cuerpos lo necesitan para vivir y crecer. Por eso la dominación femenina es una forma de vida; es una progresión hacia adelante y un viaje hacia delante. Los que dejan de crecer son los que se privan en esta área de sus vidas y la ponen en peligro de muerte. El deseo de sumisión del hombre no desaparecerá, así que lo que morirá será la intimidad de la relación. La aventura puede morir, la intimidad puede morir, pero el deseo masculino de ser dominado por una mujer no morirá; canalizará su apetito en otra dirección. Les digo a las mujeres que si sus relaciones de dominación dejan de crecer, pueden estar seguras de que sus maridos buscarán otras vías, ya sea en sitios de dominación femenina de internet, o en revistas o DVDs de dominación femenina, o incluso con una dómina profesional. Es correcto darse respiros en este estilo de vida y, realmente, podemos disfrutar de nuestros nuevos niveles de crecimiento durante largos periodos de tiempo, pero en algún momento habrá la necesidad de volver a crecer. Este crecimiento variará de una pareja a otra, no hay formulas ni planes mágicos. Deben ser sinceros de corazón y estar deseosos de compartir y experimentar el uno con el otro. No existe substituto para la comunicación y la honestidad y, para todos los hombres, no hay sustituto al desarrollo de un corazón de sirviente. No importa cuánto se experimente con los artefactos más avanzados, los fundamentos para servir a una mujer nunca cambiarán. Esto es lo que siempre proporcionará la más profunda satisfacción de la naturaleza sumisa del hombre. Así que, volviendo al punto central de su pregunta, un hombre puede estar satisfecho y feliz simplemente sirviendo a una mujer. Deriva de su corazón y de su actitud. Usted puede estar deseando juegos más avanzados de D&S, pero cuando se de cuenta de la revelación del valor y la autoridad de las mujeres, su naturaleza sumisa verá que todas las formas de servir (dentro y fuera del dormitorio) son satisfactorias. Quizá usted todavía no ha llegado a este punto, pero llegará con el crecimiento si sigue comprometido con el servicio a su mujer.

Normas para mi sumiso

“REGLAMENTO DE ORDENES GENERALES IMPUESTAS POR LA AMA".

La Ama puede modificarlas aquí cuando quiera Las órdenes del Ama, que por su naturaleza tengan vocación de permanencia, serán recogidas en el "Reglamento de Órdenes Generales", Por ser órdenes del Ama, tendrán como único destinatario al esclavo REGLAS Regla 1.- Afeitado del cuerpo: El sumiso deberá mantener permanentemente afeitado y muy bien arreglados los genitales. OBJETIVO: Es un elemento simbólico que refuerza la sumisión al tener en cuenta el sumiso que está cumpliendo una orden de la Ama Regla 2.- 24 horas de sumisión: El día determinado por la Ama para la sesión grande, el sumiso ejercerá su rol las 24 horas de este día. Todo el tiempo estará atento al cumplimiento de las órdenes de la Ama, sin restricción alguna. OBJETIVO: Reforzar la actitud dominante de la Ama y la posición sumisa del esclavo Regla 3.- Castidad del sumiso: El sumiso solo puede eyacular y tener orgasmo cuando, donde, como y en las condiciones que la Ama lo disponga. El resto del tiempo debe guardar castidad. OBJETIVO: Dominación femenina y castidad van íntimamente unidas, la Ama la utiliza como un medio para mantener la excitación del hombre para que este más centrado en la Ama y más ansioso por servirla. En primer lugar su componente psicológico de denegación, es decir, que se produce no por voluntad del sumiso sino por voluntad de la Ama Regla 4.- Feminización del sumiso: El sumiso deberá ponerse los panty y prendas femeninas que la Ama indique, desde el inicio del día en que el sumiso lo sea por (24h) continuas, (los viernes) o cuando la Ama le comunique que habrá sesión – OBJETIVO: Con esto, el sumiso avanza en su papel. Es un elemento positivo, que se complementa con el hecho de que una Ama también deje asomar su lado masculino ... en desarrollo...

"REGLAMENTO DE NORMAS COMPLEMENTARIAS". Dichas normas deberán ser cumplidas por Ama y esclavo, aun cuando ella podrá modificarlas. El conjunto de estas normas constituirá el "Reglamento de Normas Complementarias". El esclavo se encargará de mantener al día el Reglamento, facilitando al Ama, cuanto antes, su versión actualizada. El esclavo incorporará en el Reglamento la norma, su modificación, derogación o rehabilitación, a partir del momento en que sea formulada por el Ama. El redactado que le dé el esclavo únicamente tendrá carácter de propuesta, incorporándose en definitiva el que el Ama decida. REGLAS Regla 1.- Relación. Se establece entre los otorgantes una relación interpersonal, sexual y consensuada de dominación femenina y sumisión masculina. Regla 2.- Identidad. Conforme a la naturaleza de la relación, la parte femenina de la misma ostentará permanentemente la posición dominante. Consecuentemente, a la parte masculina le corresponde permanentemente la posición sumisa. Regla 3.- Objeto de la relación.El objeto de la relación es el desarrollo fáctico de las respectivas tendencias y deseos sexuales complementarios de dominación y sumisión, poniendo en práctica las fantasías sexuales convergentes o compatibles de Ama y esclavo. Regla 4.- Finalidad de la relación. La finalidad de la relación y su desarrollo viene constituida por la excitación y satisfacción sexuales de Ama y esclavo. La satisfacción sexual del Ama es fin esencial de la relación. El derecho del Ama a la satisfacción sexual incluye la facultad de alcanzar el orgasmo siempre que lo desee. El derecho del esclavo a dicha satisfacción no incluye el orgasmo, que será dispensado o permitido por el Ama cuándo y cómo así ella autorice. Regla 5. Actos relacionales. La relación se materializa, en las sucesivas comunicaciones y sesiones que mantengan Ama y esclavo. Tales como mensajes (teléfono, correo electrónico, chat, carta) y los encuentros personales (sesiones) en los que Ama y esclavo asumen sus respectivas posiciones de dominación y sumisión. Regla 6.- Iniciativa. La iniciativa de la relación corresponde al Ama. El esclavo, sin embargo, podrá emitir su opinión y efectuar sugerencias dentro de una “sumisión activa”. Esta facultad no podrá ser ejercida en forma que interfiera una actuación concreta del Ama. La iniciativa del esclavo en actos concretos podrá ser libremente aceptada o rechazada.

Regla 7.- Principios básicos de la relación. La relación se regirá por los principios básicos que a continuación se formulan. Principio de higiene, Principio de salud, Principio de discreción, Principio de diversión, Principio de estanqueidad, Principio de exclusividad.- El esclavo no podrá mantener relación sexual alguna (real o virtual con ninguna otra persona hombre o mujer, sin orden o autorización expresa del Ama. El Ama por su parte no se encuentra sujeta a esta exclusividad y si podrá tener relación sexual con otras personas cuando ella desee Regla 8.- Principios esenciales de las actuaciones. Las actuaciones de Ama y esclavo se inspirarán íntegra y permanentemente en los principios esenciales que a continuación se formulan. Principio de femineidad.- Se reconoce y afirma que la mujer es la persona completa, siendo por ello superior. El hombre, deberá sufrir la reeducación a su masculinidad y de lo masculino, en la medida en que no se acomoden o no se ordenen al mejor servicio de la mujer. Principio de donación.- El Ama es el bien gratuito del esclavo. El esclavo mantendrá una actitud de agradecimiento constante de los dones que recibe de su Ama, Regla 9.- Dominación. El Ama detenta un derecho de pertenencia, sobre el esclavo, integrado por un universo de facultades de uso, disfrute y disposición sobre su cuerpo y persona. El esclavo la obedecerá siempre, cumpliendo toda orden, con prontitud, precisión y buen grado. El Ama tiene la libre facultad de castigar a su esclavo y podrá ser infligido por el Ama en cualquier momento, lugar y forma Regla 10.- Humillación. La humillación del esclavo constituye el signo externo permanente de la dominación del Ama y la sumisión del esclavo, mostrando la presencia constante de los principios esenciales de femineidad, excelencia y donación. La humillación del esclavo constituye el máximo acercamiento posible a su propia realidad.. Regla 11.- Servicio Pertenece al núcleo fundamental de la relación la exigencia y obtención por el Ama de toda clase de servicios del esclavo. En particular, aquellos servicios que por su propia naturaleza o por el modo de su prestación, conduzcan a la realización de las tendencias dominantes del Ama y al placer sexual en todas sus formas, mas las que de ella se derivan como: Servidumbre doméstica.-. El hecho de que en gran medida persista en la sociedad la identificación de estas tareas en la condición femenina, su realización por el esclavo es especialmente indicada como plasmación del principio de femineidad y su consecuencia reeducativa de la masculinidad. Mayordomía personal.- Se compone de todo tipo de servicios destinados al cuidado, comodidad y bienestar del cuerpo del Ama, así como al alivio y ayuda en aquellas funciones en que no puede ser sustituida Esclavitud sexual.- Se compone, positivamente, de todo tipo de servicios destinados a la obtención por parte del Ama de la máxima excitación y placer sexual que ésta desee y de los que es substancialmente acreedora. No existe para el esclavo actividad más digna que participar de alguna forma en el placer sexual de su Ama, personalmente o con participación de otras personas obedeciendo órdenes de ella. Regla 12.- Dolor físico. El Ama no necesita ni justificar ni motivar la provocación de dolor físico en el esclavo, aun cuando podrá hacerlo, si así lo desea, como aplicación de un castigo, medida preventiva o correctiva, simplemente por diversión o por el placer del desarrollo de sus tendencias dominantes. Regla 13.- Pies y culo. El esclavo mantendrá una estrecha, íntima, habitual y fetichista relación con los pies y el culo del Ama, constituyendo permanentes objetos de su pleitesía, dedicación, devoción, adoración y referencia, que se harán extensivas a las prendas y objetos del Ama a ellos destinados. Lamer o chupar los pies o el culo del Ama, será siempre un premio a la fidelidad y buen comportamiento del esclavo, dispensado graciosamente por su Ama. Regla 14.- Emisiones corporales. Cualquier emisión de lluvia dorada del Ama, sin excepción, es para su esclavo manifestación tangible de la excelencia de ella y don preciado para él. El esclavo, con total naturalidad, mantendrá con dichas emisiones una relación frecuente, íntima y devota. Regla 15.- Tratamientos específicos. El esclavo podrá ser tratado por su Ama de formas específicas asimiladas a seres animados o inanimados: Tratamiento como mueble u objeto.- Tales como mesita, asiento, perchero, puf, wc, cenicero, basurero, objeto decorativo. Tratamiento como animal.- Destacan el tratamiento de perro y de caballo, con el uso del correaje, la postura a cuatro patas. Tratamiento feminizante.- Contradiciendo la condición masculina del esclavo o algunos de sus atributos concretos, la feminización de su aspecto, comportamiento, actitudes o quehaceres, puede resultar, en manos del Ama, genuina forma de aplicar el principio esencial de feminización lo cual es básico para el desarrollo de los roles.

Regla 16.- Limitaciones corporales. El Ama podrá, en todo o en parte, limitar materialmente las posibilidades de movilidad o sensorialidad corporal del esclavo, provocando en éste la sensación real de dependencia, impotencia e indefensión. Regla 17.- Normas complementarias. El Ama podrá dictar libremente normas complementarias, que desarrollen, sin vulnerarlas, las presentes Reglas. Dichas normas deberán ser cumplidas por Ama y esclavo, aun cuando ella podrá modificarlas, derogarlas o rehabilitarlas con total libertad de tiempo y circunstancia. Regla 18.- Ordenes generales. Las órdenes del Ama, que por su naturaleza tengan vocación de permanencia, serán recogidas en el "Reglamento de Ordenes Generales". Regla 19.- Participación de terceras personas. El principio de discreción únicamente podrá tener las excepciones recogidas en la presente Regla. El Ama podrá explicar a terceros su relación de dominación con el esclavo, siempre y cuando no revele dato alguno sobre la identidad del mismo, ni se posibilite de ninguna forma su identificación. El esclavo carece absolutamente de este derecho, salvo autorización expresa de su Ama. El Ama podrá imponer la presencia de terceras personas en la relación, con la funcionalidad o posiciones que ella indique. No obstante, será requisito imprescindible la aceptación por parte del esclavo de la persona concreta, su función o posición en la relación y la aceptación expresa de estas normas por la misma en la medida en que les sean aplicables y en cualquier caso los principios contenidos en las Reglas 7 y 8. La intervención, cualesquiera que sea su forma, de alguna persona del sexo masculino, exigirá, previamente, la definición consensuada de las relaciones a mantener entre dicha persona y el esclavo. Regla 20.- Claves de seguridad. Cuando el esclavo no esté en disposición de soportar o ejecutar una situación o actuación, podrá utilizar las palabras de seguridad que al efecto aprobará el Ama al inicio de la relación. El Ama podrá modificarlas cuando desee. La palabra clave es un mensaje del esclavo a su Ama, para que ésta suspenda o permita suspender lo que se está haciendo en aquel momento, sin que ninguno de ambos tenga que abandonar sus respectivas posiciones de dominio y sumisión, ni se vea truncada la continuidad de la sesión. Existirán dos palabras clave, una de carácter relativo y otra de carácter absoluto. La palabra de carácter relativo únicamente pretende la suspensión momentánea de la actuación. La palabra de carácter absoluto tiene como objetivo interrumpir inmediata y totalmente lo que se está haciendo, pasándose a otra cosa. Regla 21.Cada semana se realizara una sesión grande de Dominación femenina el día que la Ama Ana indique. Y cada que la sesión comienza el sumiso llevará puesto su collar, como símbolo de su posición Regla 22.Fetichismo del sumiso: El sumiso es fetichista a ciertas prendas de la Ama como: zapatos altos, botas, vestuario de dominante, su ropa interior. Por lo cual la Ama los usara y aplicara Regla 23.Ama y esclavo podrán dar por finalizada la relación en cualquier momento, con solo comunicárselo al otro y expresarle la causa de la ruptura.

CONVENIO DE RELACION DE DOMINACION Y SUMISION Se encuentran reunidos en ........................., el día ........ de ................ de ............., ....... (nombre de ella)........... y ..........(nombre de él)............., ambos mayores de edad y con capacidad para comprometerse, y MANIFIESTAN:

Que .............. (ella) .............. tiene tendencias sexuales de dominación. Que .......... (él) ............., tiene las tendencias sexuales complementarias de sumisión. Que ............. (ella)................ y .........(él).............. Desean desarrollar conjunta y recíprocamente dichas tendencias, haciendo realidad sus respectivas fantasías sexuales convergentes o compatibles, estableciendo entre ambos una relación de dominación femenina y la correlativa sumisión masculina.

Que .......... (ella)................... y ................(él)..............., que en adelante serán denominados respectivamente como „Ama‟ y „esclavo‟, se prometen mutua y formalmente cumplir el presente Convenio, sometiendo libre y espontáneamente la referida relación a las siguientes: REGLAS Regla 1.- Relación. Se establece entre los otorgantes una relación interpersonal, sexual y consensuada de dominación femenina y sumisión masculina. La relación se regirá por las presentes Reglas, que no podrán ser modificadas sin la aquiescencia de ambos otorgantes. Las referencias al sexo y a la sexualidad se efectúan en su más amplia acepción, comprendiendo todo aquello que produzca un movimiento tal carácter, cualquiera que sea su contenido e intensidad, rechazándose especialmente su identificación exclusiva con la sexualidad genital. Dentro de esta amplia comprensión de la sexualidad, se entiende preeminentemente incluida cualquier pulsión sexual derivada del ejercicio de la dominación de una persona por otra y del ejercicio de la sumisión correspondiente. Regla 2.- Identidad. Conforme a la naturaleza de la relación, la parte femenina de la misma ostentará permanentemente la posición dominante. Consecuentemente, a la parte masculina le corresponde permanentemente la posición sumisa. Ella es „Ama‟ para su esclavo; él es „esclavo‟ para su Ama. Las denominaciones de „Ama‟ y „esclavo‟ se usarán en estas Reglas y en las demás normas que sean aplicables. También se emplearán por los otorgantes en todas sus relaciones, salvo que el Ama disponga otra cosa de forma u ocasional o la discreción así lo aconseje coyunturalmente. Regla 3.- Objeto de la relación.El objeto de la relación es el desarrollo fáctico de las respectivas tendencias sexuales complementarias de dominación y sumisión, poniendo en práctica las fantasías sexuales convergentes o compatibles de Ama y esclavo. Son fantasías convergentes aquellas que son semejantemente compartidas por Ama y esclavo, cada cual desde sus respectivas condiciones. Son fantasías compatibles aquellas pertenecientes únicamente a uno solo de los dos, pero que no provoca rechazo en el otro. Los criterios de convergencia y la compatibilidad se consideran respetados por cualquier actuación del Ama que se acomode a las presentes Reglas. Asimismo, se considerarán que los respetan todos aquellos actos del esclavo que sean inducidos o aceptados expresa o tácitamente por el Ama. Regla 4.- Finalidad de la relación. La finalidad de la relación y su desarrollo viene constituida por la excitación y satisfacción sexuales de Ama y esclavo. La satisfacción sexual del Ama es fin esencial de la relación, pudiendo realizar ella o hacer realizar al esclavo cuantos actos estén directamente dirigidos a su obtención. La satisfacción sexual de esclavo tiene carácter meramente de fin accesorio, entendiéndose suficientemente obtenida mediante el desarrollo de la propia sumisión, sin perjuicio de la voluntad específica del Ama al respecto en cada momento.

El derecho del Ama a la satisfacción sexual incluye la facultad de alcanzar el orgasmo siempre que lo desee. El derecho del esclavo a dicha satisfacción no incluye el orgasmo, que será dispensado o permitido por el Ama cuándo y cómo así ella autorice. Regla 5. Actos relacionales. La relación se materializa, genéricamente, en las sucesivas comunicaciones y sesiones que mantengan Ama y esclavo. Se entienden por tales, respectivamente, aquellos mensajes (teléfono, correo electrónico, carta) y encuentros (personales, chat) en los que Ama y esclavo asumen sus respectivas posiciones de dominación y sumisión. Específicamente, toda comunicación o sesión comprenderá el acto o conjunto de actos concretos protagonizados por el Ama y su esclavo. Ocasionalmente, el Ama podrá, cuando así lo desee, efectuar comunicaciones y mantener encuentros, o algún acto o conjunto de actos concretos, sin asumir explícitamente su posición de dominio. El esclavo jamás podrá abandonar su condición sumisa, salvo orden expresa en tal sentido del Ama, quien libremente fijará el inicio, el final y el tono o nivel de la liberación; en ningún caso, la liberación autoriza al esclavo a desobedecer la orden del Ama relativa a volver a su posición de sumisión explícita. Regla 6.- Iniciativa. La iniciativa de la relación corresponde al Ama. El esclavo, sin embargo, podrá emitir su opinión y efectuar sugerencias dentro de una “sumisión activa”. Esta facultad no podrá ser ejercida en forma que interfiera una actuación concreta del Ama, cuestione una orden suya o demore su cumplimiento. En el supuesto que una situación o actuación le resulte al esclavo muy difícil de soportar o ejecutar, lo pondrá en conocimiento inmediato del Ama con el debido respeto y humildad, propios de su posición sumisa, que no abanderará en ningún momento. Ella decidirá al respecto lo que estime conveniente, sin perjuicio de la utilización por el esclavo de los mecanismos de seguridad que se establecen en la Regla 20. La iniciativa del esclavo en actos concretos podrá ser libremente aceptada, rechazada, ignorada, o reprimida por el Ama. Toda comunicación compartida o sesión tendrá lugar, se iniciará y finalizará cuando el Ama así lo disponga, dentro de sus posibilidades reales y las del esclavo. Regla 7.- Principios básicos de la relación. La relación se regirá por los principios básicos que a continuación se formulan. Su obligatoriedad alcanza a la relación en sí misma y a cada una de sus comunicaciones, sesiones y actuaciones concretas. Principio de higiene.- Seguimiento de las elementales pautas de higiene admitidos en nuestra sociedad, basadas en criterios médicos, sin caer en prevenciones derivadas en meras reacciones de repugnancia. Principio de salud.- Máximo respeto a la salud e integridad física y psíquica de Ama y esclavo, evitando directamente todo aquello que atente o pueda atentar contra ellas, produciendo cualquier daño o contagio de enfermedades. Se adoptarán las medidas preventivas oportunas, con total independencia de la mutua confianza que Ama y esclavo se mantengan a sus recíprocas afirmaciones. Principio de discreción.- Mantenimiento estricto de una total imposibilidad de que ninguna persona ajena a la relación pueda conocer de su existencia, así como la de ninguna comunicación, encuentro o acto concreto, salvo las excepciones recogidas en la Regla 19. Habrá especial cuidado en no dejar rastro, marca o señal alguna en el cuerpo, vestido y pertenencias de Ama y esclavo.

Principio de gratificación.- En cuanto al Ama, la relación en sí misma, y cada una de sus materializaciones, ha de resultar siempre plenamente de su agrado. En relación al esclavo, únicamente ha de darse este requisito en cuanto a la relación en sí Principio de diversión.- La relación ha de ser, con total seriedad, una actividad lúdica y divertida para ambos. No se trata de crearse cargas, problemas o complicaciones. Principio de seguridad.- Rigurosa seguridad sexual. Principio de estanqueidad.- Separación minuciosa de cualquier ámbito personal, social y profesional tanto del Ama como del esclavo, de tal manera que la relación no afecte ni pueda afectar negativamente ninguno de estos ámbitos. Principio de gratuidad.- La relación no generará ningún tipo de flujo económico entre Ama y esclavo, sin perjuicio de los costes de la propia relación y las dádivas y tributos del esclavo a su Ama que se consideren moderadamente adecuados como símbolo material suficiente de su sumisión. Principio de exclusividad.- El esclavo no podrá mantener relación sexual alguna (real, virtual con ninguna otra persona, salvo con su propia pareja preexistente, sin autorización expresa del Ama. El Ama por su parte no se encuentra sujeta a exclusividad alguna. Principio de amistad.- Las actuaciones de Ama y esclavo en todo momento se regirán por la buena fe y la confianza mutua, propias de las relaciones amistosas. Regla 8.- Principios esenciales de las actuaciones. Las actuaciones de Ama y esclavo se inspirarán íntegra y permanentemente en los principios esenciales que a continuación se formulan. Principio de femineidad.- Se reconoce y afirma que la mujer es la persona completa, siendo por ello superior. La feminidad y todo lo femenino encarnan los auténticos y supremos valores y aspectos de la persona: intelectual, emocional, sexual, cultural, estético. El hombre, deberá sufrir la reeducación a su masculinidad y de lo masculino, en la medida en que no se acomoden a los valores que la feminidad entraña o no se ordenen al mejor servicio de la mujer. Principio de excelencia.- El Ama es la encarnación y representación, para el esclavo, de la mujer y la feminidad en su más alto grado de excelencia. El esclavo, frente a ella Cualquier aspecto de la persona del Ama o elemento de su cuerpo o que de él provenga, participan del mismo grado de excelencia que la propia persona del Ama frente al esclavo. Asimismo, dicha excelencia se extiende a todo objeto perteneciente al Ama y destinado al servicio exclusivo de su persona. Se establece una estrecha, íntima y habitual vinculación entre las facultades y órganos de esclavo Principio de donación.- El Ama es el bien gratuito del esclavo. Su mera presencia y toda actuación de ella, sea del signo que sea, es para el esclavo la concesión gratuita del más alto don para él. El esclavo mantendrá una actitud de agradecimiento constante de los dones que recibe de su Ama, expresándoselo así en la medida y forma que su Ama consienta o desee. Regla 9.- Dominación. El Ama detenta un derecho de pertenencia, atípico y singular, sobre el esclavo, integrado por un universo de facultades de uso, disfrute y disposición sobre su persona. En este sentido y medida, el esclavo tiene su persona alienada en favor de su Ama. La voluntad del Ama, libremente concebida y expresada, ostentando el Ama la exclusiva potestad de mando. El esclavo la obedecerá siempre, cumpliendo toda orden, expresa o tácita, general o concreta, con prontitud, precisión y buen grado. El Ama tiene la libre facultad de castigar a su esclavo. El castigo puede ser físico o moral y podrá ser infligido por el Ama en cualquier momento, lugar y forma, sin aviso ni motivación. La excelsitud del Ama y la condición del esclavo son razón sobrada de cualquier castigo. El castigo es un don preeminente del Ama para su esclavo.

El Ama posee, por derecho propio, el poder libérrimo de provocar el dolor físico, y cualquier tipo de malestar, en el cuerpo del esclavo. Este poder es el signo visible más expresivo del derecho de pertenencia que ostenta el Ama sobre la persona de su esclavo. En el marco que configuran estas Reglas, las facultades del Ama no tienen ninguna limitación, rigiéndose únicamente por su propia voluntad, deseo o mero capricho. El ámbito de actuación del esclavo, por el contrario, está limitado al estricto cumplimiento de la voluntad de su Ama. Dadas las facultades del Ama, a ella corresponde primordialmente la responsabilidad en el cumplimiento de las disposiciones contenidas en estas Reglas, particularmente velando por la aplicación de los Principios básicos y los Principios esenciales formulados más arriba. Especialmente, tendrá cuidado de la persona del esclavo, su salud e integridad física, psíquica y social. Regla 10.- Humillación. La humillación del esclavo constituye el signo externo permanente de la dominación del Ama y la sumisión del esclavo, mostrando plásticamente la presencia constante de los principios esenciales de femineidad, excelencia y donación. La humillación del esclavo constituye el máximo acercamiento posible a su propia realidad, al desarrollo de su auténtica personalidad, por lo que, en este sentido, puede hablarse de un cierto „derecho‟ del esclavo a la misma. Con independencia de los actos concretos destinados a provocar la humillación explícita del esclavo. La humillación del esclavo tiene carácter integral, alcanzando totalmente a su persona en sí misma considerada e implicando todos sus aspectos mentales, corporales y sociales. Son inherentes a la psicología del esclavo los sentimientos de ridículo y vergüenza ante su Ama, quien también los estimulará mediante el uso acompañativo y regodeante de la expresión insultante, burlesca o sarcástica. Regla 11.- Servicio. Pertenece al núcleo fundamental de la relación la exigencia y obtención por el Ama de toda clase de servicios del esclavo. En particular, aquellos servicios que por su propia naturaleza o por el modo de su prestación, conduzcan a la realización de las tendencias dominantes del Ama y al placer sexual en todas sus formas y gradaciones que de ello deriva. La prestación de determinados tipos de servicios puede ser agrupada e identificada mediante fórmulas habituales en las relaciones de este tipo. Servidumbre doméstica.- Se compone de todos aquellos servicios necesarios para el funcionamiento normal de una vivienda y sus habitantes. El hecho de que en gran medida persista en la sociedad la identificación de estas tareas con la condición femenina, su realización por el esclavo es especialmente indicada como plasmación del principio de femineidad y su consecuencia reeducativa de la masculinidad. Mayodormia personal.- Se compone de todo tipo de servicios destinados al cuidado, comodidad y bienestar del cuerpo del Ama, así como al alivio y ayuda en aquellas funciones en que no puede ser sustituida. Participa también del principio de femineidad análogamente a la servidumbre doméstica, siendo modulado con el principio de excelencia. Esclavitud sexual.- Se compone, positivamente, de todo tipo de servicios destinados a la obtención por parte del Ama de la máxima excitación y placer sexual que ésta desee y de los que es substancialmente acreedora. Desde un punto de vista negativo, se insertan también aquí, las facultades de control del Ama sobre la sexualidad del esclavo. Ambos aspectos, positivo y negativo, alunísonamente conjugados por la voluntad del Ama, expresan de forma preeminente los citados principios esenciales. El de femineidad, porque el placer de la mujer constituye la única razón necesaria del encuentro sexual. El de excelencia, ya que la plenitud del placer del Ama es la única exigible. Y el

de donación, porque, de una parte, no existe para el esclavo actividad más digna que participar de alguna forma en el placer sexual de su Ama; y, por otra, no hay don más preciado para él que el que la plenitud de su placer sexual sea por ella provocada. Regla 12.- Dolor físico. El Ama no necesita ni justificar ni motivar la provocación de dolor físico en el esclavo, aun cuando podrá hacerlo, si así lo desea, como aplicación de un castigo, medida preventiva o correctiva, simplemente por diversión o por el placer del desarrollo de sus tendencias dominantes. El dolor físico es don especialísimo del Ama a su esclavo, exigiendo el concreto agradecimiento de éste. Por su condición humillante, el esclavo es naturalmente acreedor de su sufrimiento. El Ama podrá recabar la colaboración, auxilio y concurso de su esclavo en la provocación del dolor. El dolor físico podrá infligirse mediante cualesquiera instrumentos idóneos, siempre que no dejen señal duradera. El Ama tendrá en cuenta en la tortura del esclavo sus límites de resistencia. Regla 13.- Pies y culo. El esclavo mantendrá una estrecha, íntima, habitual y fetichista relación con los pies y el culo del Ama, constituyendo permanentes objetos de su pleitesía, dedicación, devoción, adoración y referencia, que se harán extensivas a las prendas y objetos del Ama a ellos destinados. El esclavo puede también ser considerado como esclavo de los pies y el culo de su Ama. El esclavo se empeñará en ello con todo ahínco, poniendo a su servicio todas sus facultades y sentidos, especialmente aquellos órganos de su cuerpo considerados más altos o nobles. Al tratarse de partes del cuerpo especialmente expuestas a la suciedad, su limpieza, higiene y cuidado será misión principal del esclavo, sin más limitación que las derivadas de los principios básicos de higiene y salud. Lamer o chupar los pies o el culo del Ama, será siempre un premio a la fidelidad y buen comportamiento del esclavo, dispensado graciosamente por su Ama. Los pies y el culo del esclavo, como contrapunto, estarán siempre expuestos a ser objeto de especial maltrato, tortura y mortificación. Regla 14.- Emisiones corporales. Cualquier emisión corporal del Ama, sin excepción, es para su esclavo manifestación tangible de la excelencia de ella y don preciado para él El esclavo, con total naturalidad, mantendrá con dichas emisiones una relación frecuente, íntima y devota, con las únicas limitaciones derivadas de la higiene y la salud. En esta medida pondrá al servicio del Ama, su boca, lengua, manos y, en general, todo su cuerpo. El esclavo auxiliará a su Ama de todas las formas posibles a la realización de cualesquiera necesidades fisiológicas y a su higiene posterior. Regla 15.- Tratamientos específicos. El esclavo podrá ser tratado por su Ama de formas específicas asimiladas a seres animados o inanimados, exigiendo de aquél un comportamiento acorde con dicho tratamiento. A continuación se indican algunos, sin intención de exhaustividad. Tratamiento como mueble u objeto.- Tales como mesita, asiento, perchero, puf, wc, cenicero, basurero, objeto decorativo. Tratamiento como animal.- Destacan el tratamiento de perro y de caballo, con el uso del correaje, la postura a cuatro patas, la actitud expectante a su dueña, la imposibilidad de utilizar las manos ni para alimentarse, la postura de los genitales masculinos, la exposición del culo y los comportamientos

típicos de éstos con relación a la persona humana: animal de compañía, juego y lamedor el primero, y animal de tiro y cabalgadura el segundo. Tratamiento feminizante.- Contradiciendo la condición masculina del esclavo o algunos de sus atributos concretos, la feminización de su aspecto, comportamiento, actitudes o quehaceres, puede resultar, en manos del Ama, genuina forma de aplicar el principio esencial de feminización y humillación de su masculinidad. Regla 16.- Limitaciones corporales. El Ama podrá, en todo o en parte, limitar materialmente las posibilidades de movilidad o sensorialidad corporal del esclavo, provocando en éste la sensación real de dependencia, impotencia e indefensión. Su finalidad puede ser punitiva, humillante, lúdica o por el puro placer en la dominación y regodeo en el propio poder del Ama. Los instrumentos utilizados pueden también causar dolor. El Ama evitará las señales corporales duraderas, la inmovilidad o la incomunicación sensorial absolutas Regla 17.- Normas complementarias. El Ama podrá dictar libremente normas complementarias, que desarrollen, sin vulnerarlas, las presentes Reglas. Dichas normas deberán ser cumplidas por Ama y esclavo, aun cuando ella podrá modificarlas, derogarlas o rehabilitarlas con total libertad de tiempo y circunstancia. El conjunto de estas normas constituirá el "Reglamento de Normas Complementarias". El esclavo se encargará de mantener al día el Reglamento, facilitando al Ama, cuanto antes, su versión actualizada, que recogerá, debidamente numeradas, las normas y la fecha en que cada una de las mismas fue dictada; al final de las normas vigentes se recogerán las derogadas o modificadas, para facilitar su recuerdo o rehabilitación. El esclavo incorporará en el Reglamento la norma, su modificación, derogación o rehabilitación, tan pronto tenga ocasión para ello, a partir del momento en que sea formulada por el Ama, sin que sea necesario que ésta haya de advertir de su carácter y la obligatoriedad de la inclusión. El redactado que le dé el esclavo únicamente tendrá carácter de propuesta, incorporándose en definitiva el que el Ama decida. Regla 18.- Ordenes generales. Las órdenes del Ama, que por su naturaleza tengan vocación de permanencia, serán recogidas en el "Reglamento de Ordenes Generales". Por ser en definitiva órdenes del Ama, tendrán como único destinatario al esclavo, vinculando únicamente a éste, sin que el Ama se encuentre sujeta ni condicionada por ellas en ningún momento ni circunstancia, y sin que su contradicción por ella precise su previa modificación o derogación. El Ama podrá modificarlas, derogarlas o rehabilitarlas con total libertad de tiempo y circunstancia. El mantenimiento de este Reglamento se regirá por idénticas normas que las contenidas en la Regla 17, puntos 4 y 5. Regla 19.- Participación de terceras personas. El principio de discreción únicamente podrá tener las excepciones recogidas en la presente Regla. El Ama podrá explicar a terceros su relación de dominación con el esclavo, siempre y cuando no revele dato alguno sobre la identidad del mismo, ni se posibilite de ninguna forma su identificación. El esclavo carece absolutamente de este derecho, salvo autorización expresa de su Ama. El Ama podrá imponer la presencia de terceras personas en la relación, con la funcionalidad o posiciones que ella indique. No obstante, será requisito imprescindible la aceptación por parte del

esclavo de la persona concreta, su función o posición en la relación y la aceptación expresa de estas normas por la misma en la medida en que les sean aplicables y en cualquier caso los principios contenidos en las Reglas 7 y 8. La intervención, cualesquiera que sea su forma, de alguna persona del sexo masculino, exigirá, previamente, la definición consensuada y reglada de las relaciones a mantener entre dicha persona y el esclavo. El Ama podrá imponer al esclavo la trascendencia de la relación en los canales de chat, en la forma que estime adecuada, sin poner en peligro el anominato. Regla 20.- Claves de seguridad. Cuando el esclavo no esté en disposición de soportar o ejecutar una situación o actuación, podrá ulitizar las palabras de seguridad que al efecto aprobará el Ama al inicio de la relación, antes de efectuar ninguna actuación concreta, y que se recogerán en Anexo a este Convenio. El Ama podrá modificarlas cuando desee. La palabra clave es un mensaje del esclavo a su Ama, para que ésta suspenda o permita suspender lo que se está haciendo en aquel momento, sin que ninguno de ambos tenga que abandonar sus respectivas posiciones de dominio y sumisión, ni se vea truncada la prosecución de la sesión. El Ama siempre acogerá el mensaje, suspendiendo o permitiendo la suspensión solicitada. Existirán dos palabras clave, una de carácter relativo y otra de carácter absoluto. La palabra de carácter relativo únicamente pretende la suspensión para modificar alguno de los aspectos de la situación o actuación. Tras su pronunciamento y efecto suspensivo, el esclavo le indicará al Ama, sumisamente y con la humildad que exige haberla contrariado, el aspecto o aspectos que suplica sean variados. La palabra de carácter absoluto tiene como objetivo interrumpir inmediata y totalmente lo que se está haciendo, pasándose a otra cosa. El Ama podrá, si lo desea, tras la suspensión, requerir del esclavo las explicitaciones oportunas en aquél mismo instante o en otro momento posterior, quien las dará sumisamente, con precisión y la humildad y compunción propias de haber contrariado gravemente a su Ama. Sin perjuicio de las facultades suspensivas que tiene el esclavo, mediante el empleo de las palabras clave, el Ama podrá castigar su uso en la forma y medida que mejor le plazca. En caso de que el esclavo vaya a ser privado físicamente de la posibilidad de pronunciar las palabras clave, éstas serán sustituidas por el Ama mediante signos que el esclavo vaya a poder efectuar. Regla 21.- Suspensión de la relación. El Ama podrá suspender la relación cuando lo desee, sin necesidad de causa alguna ajena a su voluntad, con solo comunicárselo así al esclavo. La suspensión impuesta por el Ama no comportará la manumisión del esclavo, ni total ni parcialmente. No obstante, el esclavo podrá entender tácitamente dada la manumisión total si no se reanuda la relación normal con el Ama en el transcurso de dos meses. El esclavo carece de esta facultad, precisando siempre tener una causa ajena a su voluntad, que deberá comunicar a su Ama. La suspensión provocada por el esclavo, dejará en libertad al Ama para dar por extinguida la relación cuando desee. Durante la suspensión, el presente Convenio se mantendrá en vigor, en todos sus términos. Regla 22.- Eximición de la relación. Ama y esclavo podrán dar por finalizada la relación en cualquier momento, con solo comunicárselo al otro y expresarle la causa de la ruptura.

La extinción comportará la resolución integral del presente Convenio, salvo la obligatoriedad de los principios básicos de discreción, estanqueidad y amistad. Y, para que conste, y en señal de conformidad y compromiso, firman Ama y esclavo el presente contrato por duplicado en el lugar y el día indicados más arriba.

Firmas:

AMA Y SEÑORA

SUMISO

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF