Vega, Carlos - Panorama de la música popular argentina

October 19, 2017 | Author: sonmexicano | Category: Folklore, Science, Estate (Law), Truth, Knowledge
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VEGA

CARLOS

(

U:FE DE LA SECCrON DE MUSlCOLOOiA DEL MUSEO ARG.ENTINO DE C1ENCIAS NATURALES

TECNICO DE FOLKLORE DEL INSTITUTO DE LITERATURA

ARGENTINA DE LA FACULTAD DE FILOSOFfA Y LETRAS DE BUENOS AIRES

PANORAMA DE LA

MUSICA POPULAR

ARGENTINA

CON UN ENSA YO SOBRE LA CIENCIA DEL FOLKLORE 150 MELODlAS, 8 LAMINAS Y 6 MAPAS I1ustraciones de

AURORA DE PIETRO

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ED ITO R I ALL 0 SAD A, S. A.

BUENOS AIRES

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Qucda hecho el deposito que

pc.viene la ley num. 11.723

Copyright by Editorial Losada. S. A.

Buenos Aires, I 944

AL PROFESOR

MARTIN DOELLO JURADO AL DOCTOR

RICARDO ROJAS

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Impreso en fa Argentina

Printed iTt Argentinll

Acabado de imprimir eI dia 4 de febrcro Imprenta

Lopez

Peru

de 1944

666-Buenos

Aires

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PREFACIO

E5te libra apnslOna un panorama cuya extension parecia iereductible. Anticipo de una obm mayor (1), tiene todos los inconvenientes Ij las ventajas de la brevedad. Insuficieme para quienes desean agotar el tema, sobreabunda para los que piden informacion sumaria. Claro para los expertos, exigini atencion a los estudiantes; y acaso mis expresiones no resulten siempre adewadas por haber querido pensar a un tiempo en' ambos. Confieso dificultades. Mas que la tarea de economizar pagi­ nas Ij ejemplos sin perjudicar la claridad, en procura del volu­ tr.'en previsto, ha absorbido mi cUldado el deseo de aUanar los nuevas conceptos en que apoyo el enfoque historico y el meto­ do de analisis Ij clasificacion musicales que he propuesto y em­ pleo. Pude haber abordado esta obra con el viejo criterio deta­ llista y descriptivo (cada melodia seguida de emocionado ornamento litecario); pude haber echado negligente mana a las cuatra afirmaciones tradicionales de los origenes africano, in­ dio, religioso y popular hispanico, con la generacion espontanea f} la influencia geografica por anadidura y, con esta explicacion -que nunca explico nada a nadie pera que a muchos di6 satis­ (1) LA MUSICA POPULAR ARGENTINA: tomo [, INTRODUCCI6N (en preparaci6n); tomo II, FRASEOLOGfA, (1941). Esta obra, que edita el Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofia y Letras, con­ tendra el estudio de nuestras formas coreogrrificas, musicales y poeticas, y la historia y el origen de las especies sudamericanas, can unas dos mil melo­ dias populares recogidas par el autor. El presente panorama resume el tomo que tratara de los cancioneros americanos.

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CARLOS

VEGA PREFACIO

faxion obesa- haberme arrellanooo en espera de los elogios que siempre han obtenido quienes hacen propio el pensamiento publico; pero el lector se habrfa quedado una vez may, a traves de nuevo libro -p'a'Stor de disper'sionel modo y manera que lo especificamente folkl6rico,

parejas con ella desde el comienzo, Ie quitaron eficacia. Para los folkloristas, el patrimonio popular era una masa eter­ na; estaba quieta en los dominios del pueblo desde muchi­ simos siglos atras. Cada uno, a partir de Thoms, observo, sin embargo, que las cosas populares empezaban a desapa­ recer. T odos die ron en la misma idea a 10 largo de cien anos; siempre 10 popular estaba empezando a desapa'tecer. Y todos atribuyeron a su propio tiempo un especial poder des­ tructor desconocido antes. Segun eso, poco 0 nada debi6 quedar en el terreno folklorico; y no ocurre tal cosa.

En realidad, el caudal folkl6rico ha ido mermando en lodas las epocas, en las anteriores y en las posteriores al nacimiento de nuestra ciencia, pero como siempre tenemos lIIaterial de estudio, resulta indispensable reconocer que el ambiente popular -como la pileta de natacion- recibe por 1m lado 10 que pierde por otro. Y as! es. La campana, asient~ principal de los hechos folkloricos, esta acogiendo perma­ Ilcntemente nuevas cosas que Ie Began de las ciudades; cada cosa sustituye a la que antes satisfacia la misma necesidad, si 1a necesidad no fue creada por la cosa, y de este modo, ;~ana 10 que pierde. por 10 menos. Sin embargo, si el ritmo del descenso sigue aumentando como en las ultimas decadas. 1'5 probable que disminuya la antigiiedad de 10 folklorico ('x urbano; pero se incorporara 10 primitivo al ambiente popular. Hay un momento en que los bienes que han descendido conservan su vigencia en las ciudades. Hemos hablado de csta categoria de bienes comunes, ya populares, todavia ur­ hanos. no folkloricos atm. Cuando en las ciudades mismas hayan sido reemplazados, eliminados. seran supervivencias, cs decir. hechos folkloric os tipicos. si triunfan en el proceso de seleccion. Lo folkl6rico esta renovandose siempre; por eso los hechos desaparecen y el folklore subsiste. "Las aguas pasan pero el rio queda". La creencia en una marcha paralela de 10 "popular" y 10 .. culto", merece abandono. Hay y ha habido siempre cstrecha relacion entre ambos ambientes. y esta relacion im­ plica una idea general acerca del origen de los hechos folk­ loricos, en nada semejante, por cierto. a la tradicionaL Ya sabcmos que en el ambiente popular hay supervivencias entre muchas otras cosas. T odas fueron alguna vez superiores, desde que existe la contraposicion aristocracia-pueblo, pa­ tricios-plebeyos, nobles-villanos. etc., 0, aproximadamente, desde otro angulo, la contraposicion ciudad-campana; y, en epocas mas remotas, desde que se produce la simple contraposicion de patrimonios (uno superior 0 mas presti­ giosoque el otro), determinada por convivencia 0 sojuz­ gamiento. El escollo de una generalizacion es que la natu­

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como disponibilidad en usufructo. Debemos insistir, pues, en que no todo 10 popular es folklorico. En el ambiente popular hay, ademas, bienes menores que en el mismo momenta pertenecen tambien a los grupos superiores; esto es, bienes comunes, como ciertas modas, instrumentos -tijeras, horquillas, cuchillos-, aparatos, bai­ les, etc. Y hallamos tambien en el ambiente inferior bienes propios de estratos profundos que nunca estuvieron en rela­ cion de dependenciacultural con el superior que los estudia. como las boleadoras, el poncho, etc., (10 etnogrilfico). Por fin. entre todos esos hechos encontramos los verdade­ ramente folkloric os, las supervivencias, bienes que antes per­ tenecieron a los grupos superiores y que subsisten en el am­ biente popular; y con ellas las neouivencias, productos de mezcla, evolucion, involucion y recreacion de los grupos inieriores. La Ciencia del folklore observa tados los bienes populares, pero aprovecha principal y especial mente las su­ pervivencias, que hablan de 10 pasado al folklorista.

Fur! ayer no mas ia que hOt} estd marchito. No importfl que un caudal fl (ltro 8uceda Pues como t!l tiempo frente a 10 infinito Las aguas pasan pew el rio queda. HORACIa REGA MOLINA.

DINAMfCA DEL FOLKLORE. Vieja es la idea de antigiie­ dad en la ciencia del Folklore; pero otras que corrieron

CARLOS

VEGA

LA CIENCIA DEL FOLKLORE

raleza y Ia relaci6n de los ambientes no han sido siempre , identicas. Por dos procesos principales 11egan los hechos a la si­ tuaci6n folkl6rica. Uno, de inmediata observaci6n actual, es el tninsito di­ recto de pequenos bienes urbanos al ambiente rural, por entre las grandes instituciones comunes, dentro de un paci­ fico orden -digamos- "nacional". El pueblo espera las novedades del superior para imitarlas; y esta adopci6n me­ nuda diaria, casi jubilosa para los j6venes, exenta de ru­ mor. se percibe luego en UIia melancoHa de ancianos extra­ fiados. Superior e inferior, cada uno en su puesto y fun­ ci6n; el hormigueo del comercio sube con los productos de la tierra, baja con los poductos de los hombres. Mien­ tras, los bienes que descienden y arraigan, van alcanzando la situaci6n folkl6rica por el simple abandono que de elIos hace el mismo grupo superior que antes les di6 prestigio y fuerza de expansi6n. Personal y directamente, por una serie de compro,ba­ ciones que se me dieron sin buscarlas cuando hice la histo­ ria de cada baile, llegue a la conclusion de que las cfases populares imiwn' a {as clu.
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