Valor para vivir los valores

March 20, 2017 | Author: valegrajales | Category: N/A
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Libro con una introducción sobre el papel de los valores en la formación ética y sobre la importanc...

Description

Valor para vivir los valores

Valor para vivir los valores Cómo formar a los hijos con un sólido sentido ético

JORGEYARCE

GRUPO EDITORIAL

norma Bogotá, Barcelona, Buenos Aires, Caracas, Guatemala, Lima, México, Panamá, Quito, San José, San Juan, Santiago de Chile, Santo Domingo

Yarce. Jorge Valor para vivir los valores I Jorge Yarce. Bogocl : Grupo Editorial Norma. 2004. 280 p. ; 23 cm. ISBN 958-04-7856-2 1. 1. Valores (Educación) 2. &ito 3. Ética - Ensefianza 1. Tít. 370.114 al 19 ed. AHU5615 CEP-Banco de la República-Biblioteca Luis Angel Arango

Copyrigbt ID 2004 por Jorge Yarce Copyrigbt ID 2004 para todo el mundo por Editorial Norma S.A Apartado A�reo 53550. Bogocl. Colombia www.norma.com

Reservados todos los derecbos. Prohibida la reproducción total o parcial de este libro. por cualquier medio. sin permiso escrito de la Editorial.

Impreso por Imprelibros S.A. Impreso en Colombia - Printed in Colombia Edición. OIga Martín Asesoría editorial. Fredy Ordófiez Dirección de

arte.

María Clara Salazar

Diagrarnación. Andrea Rincón

ISBN 958-04-7856-2

mi padres y hermanos, que fueron para mí la primera escuela de valores. A

Contenido

Introducci6n Vivir los valores: Una tarea apasionante

........

....... ....... 1

1 Los valores están en crisis......................................... 5

"Todo depende de ... " ............................................... 9 "Lo bueno para mí y lo bueno para ti" ....................... 10 Decir "no", una manera de afirmar .. ... ........... ......... 1 1 .

Cumplimiento

=

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"cumplo y miento" ..... ........... . .. 13 .

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Raíces amenazadas ........... ................................. . ... 14 .

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Las cuentas de la naturaleza ....................................... 16

La procesi6n va por dentro ....................... ...... ...... 18 .

Y todos tan tranquilos ...... . .. .. . . ..

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. .. .. . 19

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"Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente" .. . 20 .

Claves del capitulo 2 Vivir los valores

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Para estar en forma ..... .. ....... . .. ... . .

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Una pérdida indolora . . .. . .. .. .. ...... .

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........ ... ....... 26

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A punta de cincel y martillo .. ..... .. .. . .

22

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...... 28

. . . . . 29 ..

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VI

Wllor para vivir los valores ------

Está en juego algo importante 30 . "Héroes" para no Imitar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 ...................................

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.

"Y¡o

no naCI para esto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 ,

No es tan difícil

,,

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36

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Un esfuerzo constante y renovado

Claves del capítulo

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39

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3 El dinamismo de los principios,

los valores y las virtudes

Pero, ¿qué es un principio? Una historia antigua

.....

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41

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.42

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¿y, en definitiva, cuáles son los principios primordiales?

................

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No se confunda: los principios son distintos de los valores

..................

Una gran diversidad de valores El dinamismo de los valores

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Para todos los gustos

Claves del capítulo ..

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Los valores éticos son los primordiales . . . . La virtud y el arraigo de los valores

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... . 5 2 .

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4 ¿Para qué sirven?, ¿romo se enseñan y

se aprenden? ......................................................... 59

¿Para qué sirven? ........................................................60 Pero, ¿cómo hacerlos realidad? ...................................62 Y, ¿cuál es la mejor manera de enseñar valores? ..........63 Un sistema de vasos comunicantes .............................64

Contenido -------

Su fuerza práctica

Las motivaciones, resortes de los valores

Un contagio bueno

La

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Claves del capitulo

5

65

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familia, primera escuela de valores

Los ámbitos básicos Un papel necesario Un faro encendido

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....................................................

78

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De lo transitorio a lo permanente

79

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¡Pongámonos de acuerdo en lo fundamental!

76 77

....................................................

No hay nada irremediable

75

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El carácter: primer propósito de la educación en la familia

Valores para la calidad de vida El poder de la familia unida

Claves del capitulo

.........................

85 86

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La laboriosidad

>-

El orden

>-

La responsabilidad

>-

El respeto

>-

La sinceridad

>-

La generosidad

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La justicia

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6 Algunos valores básicos en la familia

>-

84

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Cada familia es un "metro de patria"

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� La fortaleza

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89 89 93 97

10 1 105 1 10 1 14 117

Vl1

W¡lor para vivir los valores

Vlll -------

� La :un.istad � La alegría

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� La austeridad �Lafe

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121. 128 131 134

7 Cómo desarrollar los valores en la familia .............. 139

Cómo se enseñan los valores en la familia Una recomendación y una estrategia Los valores. en relación con la edad

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Consideraciones para tener en cuenta

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Un ambiente propicio para la formación de valores

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"La cantidad" no reemplaza "la calidad" Desde la familia hacia la sociedad

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Claves del capítulo .................................................... 154 8 En qué consiste una educaci6n en valores .............. 157

Algo más que desarrollar la inteligencia Descentralizar la mente y el corazón

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Un proyecto de vida con dimensión social .

No al conformismo

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El futuro puede y debe ser distinto

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... .... ........ 159

"Técnicamente" educado pero deshonesto . Educación y calidad personal .. . .

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....... ..... .. ...... 165 .

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Claves del capítulo .................................................... 166 9 Algunos valores básicos en la educaci6n................ . 169 �

La libertad

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� La autenticidad .

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. . . . . .... 169 .

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Contenido -------

� La audacia ........ ..... .......... ... . .. .... ... . . ....... . . 176 .

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� La prudencia . .. ... ... . . . . .. .... ......... ........... 179 .

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� El optimismo . ... .. .................. ....... ... ...... . . . . . 181 .

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� La humildad . .... ..... ....... . .... ...... ... ........... 184 ..

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� El patriotismo . . ... ...

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. .. ... . .. .. ........... .... 187

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� La lealtad .... . . . . ... . .. . ..... .. ........ . ..... ... 191 ..

� La paz . .. ... .

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... ...... . . .. . . .. ... .. .............. 194

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� La constancia ....... ............ ......... ................... . . . . . 197 .

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� La voluntad .... ...... ........ ...... ........ ........ ... ... . .... 202 .

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� El carácter .............. . . .... . ...... . . ............ . .... . . . . , .... . . . . 206 10 Cómo construir valores en la educación

..............

211

Primer paso: proceso de interiorización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 Segundo paso: proyección y práctica interpersonal . ....................... ................ . . . . . . . . . . . . . . 217 Tercer paso: aprendizaje permanente ........ .... . . . . . . . . . . . 220 Cuarto paso: crear una cultura institucional de vivencia de los valores . ............... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225 El papel de los líderes multiplicadores de valores . . . . . . 230 Una labor dinámica . . . . . ... . . . .......... .... .... ..... . . . . . . . . . . . . . . . 231 Todos ponen, todos ganan . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . ... . . . . . . . . . . . . . . . 232 Inspiración y pasión . . . . . . . . . ... . . . . . . . .... . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . 233 Ejemplo gráfico para el trabajo sobre valores . . . . . . . . . . 234 .

Epílogo

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Léxico de valores Bibliografía

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INTRODUCCIÓN

Vivir los valores: Una tarea apasIonante .

D

ifícil encontrar una tarea tan apasionante como la de hablar de valores y tratar de explicar lo que realmente

son, la importancia que tienen en la familia y cómo se pue­ den practicar en ella y en las instituciones educativas. No se trata de una simple moda, sino de una necesidad social que exige respuestas muy concretas. Una tarea nada fácil. Después de varios afios de trabajar en el tema decidimos exponerlo en esta obra, que recoge las experiencias que he­ mos tenido con públicos de muy diferentes latitudes, países y sectores sociales. Esto es, tal vez, lo que más nos ha enri­ quecido y lo que nos ha permitido poner por escrito esta pro­ puesta, para que el tema de los valores no se quede como algo abstracto e intemporal, que muy pocos quieren abordar para llevarlo a la vida cotidiana porque no saben cómo hacerlo. Hemos intentado, entonces, sentar unas bases concep­ tuales, lo más daras y sencillas posibles, sin pretender elabo­ rar una teoría muy compleja o sofisticada. Y creemos, since­ ramente, que su lectura ayudará a esclarecer incógnitas comunes: si los valores son ideales o reales, cómo se diferen­ cian de los principios, qué tienen que ver con la virtud, si son innatos o se aprenden. Es decir, casi todo lo que las per­ sonas desean saber sobre los valores. Por otra parte, no nos cabe duda de que los valores siguen vivos en nuestra socie­ dad, como tampoco de que son necesarios para lograr la ca­ lidad de vida en las personas y en la familia. Si los valores se viven primero individualmente, es mucho más fácil que se practiquen después en la educación y en los grupos sociales. Lo que nos preocupa a todos es cómo hacerlos realidad y cómo proyectarlos a los demás.

4

Valor para vivir los valores ------

Para facilitar la aplicación concreta de todo lo anterior, escogimos doce valores básicos en la familia y luego explica­ mos cómo desarrollarlos en ella. Algo semejante hicimos con la educación: escogimos otros doce valores (que valen tanto en el ámbito familiar como en el educativo, al igual que los primeros doce) y luego explicamos la metodología para de­ sarrollar o "construir" estos valores en la educación. Por últi­ mo, incluimos un léxico o "bolsa de valores" para facilitar el trabajo de quienes estén interesados en utilizarlo en su hogar o en su centro educativo, a través de seminarios o talleres. Aspiramos que este libro, dirigido especial pero no ex­ clusivamente a los padres de familia y a los educadores, sea para ellos una obra fácil y agradable de leer y, sobre todo, una herramienta eficaz para utilizar en su tarea diaria de for­ mar personas con un sólido sentido ético, una tarea que siem­ pre será apasionante e indispensable para la sociedad. Para concluir estas líneas, queremos expresar un agrade­ cimiento especial a Carlos Bernal Quintero, quien colaboró especialmente en la preparación del manuscrito y en su revi­ sión, aportando su valiosa experiencia en el campo del desa­ rrollo humano y como educador y padre de familia. Este agradecimiento también se hace extensivo a todas las demás personas que de una u otra manera han hecho posible que este libro salga a la luz pública, de modo particular a la Edi­ torial Norma y en ella a Adriana Delgado, Fredy Ordóñez y OIga Martín.

1

Los valores estan en crISIS "

A pesar del progreso y del bienestar de la sociedad actual, .l'l.existe una fuente de malestar que hace que ese progre­ so no sea del todo satisfactorio: "La crisis de los valores". ¿Qué queremos decir exactamente con esta expresión? Mos­ trémoslo con un ejemplo: o

Lafamilia Ramlrez es unafamilia común y corrien­

te. Laura, la hija mayor, de 23 años, ha sido invitada a trabajar en un reality show. Sus padres, que conocen bien las experiencias por las que pasan las chicas que intn-vienen en eseripo deprogramas, no están muy con­ tentos de que su hija acepte esa propuesta. Sin embargo, la situación económica que atraviesa lafamilia lospone a pensar en e/dinero que ella podrla recibir en caso de ganarse elpremio, una suma que seria la solución a sus problemas económicos. El papá de Laura prefiere que

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l-álor para vivir los valores ------

ella no se preste para ese tipo de programa, asl la situa­ ción económica siga siendo grave, mientras que la mamá es delparecer contrario.

O

Los dilemas éticos son frecuentes en el seno de las fami­ lias. Frente al que acabamos de exponer, es posible que la balanza se incline por el "no", pero lo cieno es que cada va. se inclina más por el "sí", y ésta es una de las maneras como se presenta la crisis de valores. Los valores, que antes lleva­ ban inmediatamente a rechazar este tipo de propuesta (a decir "no"), parecen haber cambiado; sin embargo, ¿no será que esos valores se han desvinculado de cienos principios éticos elementales, tales como el buen componamiento, la digni­ dad y la decencia?

La crisis de valores se manifiesta por el clima de permisi­ vidad moral en el que parecen estar bien algunas conductas que antes eran reprobables desde el punto de vista ético. En cierto modo, nos acostumbramos "a pensar como vivimos y no a vivir como pensamos". Se han perdido los puntos de referencia; por ejemplo, por creer que la comunicación fa­ miliar consiste en un diálogo de iguales, se pierde el respeto a los padres y, así, el diálogo se conviene en un enfrenta­ miento y en desobediencia. Los padres, en muchos casos, no pueden ser considerados como iguales porque dejarían de cumplir su misión. O

Juan Carlos cuenta que en su casa estd prohibida la

palabra "papd " o "mamá ': Alll se emplea el término

Los va/ores están en crisis -------

"amigazo " para referirse al padre. A raiz de esto, las relaciones estdn sometidas a vaivenes extremos: si lo que dice el «amigazo " le gusta a Juan Carlos y estd de acuer­ do con él las cosas van bien; pero si el «amigazo " trata de imponerse respecto a la inconveniencia de ciertas amistades, el «amigazo " se estd volviendo intransigente (aunque sólo esté actuando como elpadre que ejerce su autoridad en bien de los hijos).

O

Es indudable que los valores "respeto" y "autoridad" han sufrido cambios, pero si esos cambios no están liga­ dos a los principios que les dan validez fundamental (la autoridad, por ejemplo, como el principio que vincula a una persona con otra para ayudarle a crecer y a lograr sus objetivos) , entonces no se trata simplemente de un cam­ bio en los valores sino de una crisis de los mismos, es decir, de una separación entre el valor y el principio que lo sustenta. O

Gonzalo es profesor en una universidad desde hace

20 años. En una reunión de profesores con el rector,

Gonzalo cuenta que lleva todo ese tiempo explicando la materia de la misma manera, con el mismo contenido y los mismos apuntes, y que asi «le ha ido muy bien': Asom­ brado, el rector anticipa unas excusas por lo foerte de esta afirmación y le dice: «Usted estd muerto:' lo único que hace falta es enterrarlo: ¿No cree que el saber y el modo de enseñar hayan cambiado en estos 20 añosr "

O

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l-álor para vivir los valores

8

Desde el punto de vista ético, ¿será correcta la conducta de Gonzalo? Si la examinamos, descubriremos un compor­ tamiento que quizás no tenga las consecuencias del caso de Laura; sin embargo, aunque sea �enos grave a la luz de los principios y los valores éticos, su actuación de todas maneras deja mucho que desear, pues refleja mediocridad y pasivi­ dad, al olvidarse de valores como la iniciativa, el crecimiento y el compromiso. Una ética personal inconsistente, sin bases sólidas, lle­ va a que la gente haga cosas malas creyendo que son buenas y a pensar, actuar o dejar hacer a los demás porque -se esgrime como una justificación- "lo que no está expresa­ mente prohibido por las normas, se puede hacer". Entonces surgen conductas ambiguas y conflictos de intereses mal resueltos; por ejemplo, el caso de la artista famosa que roba ropa interior en el centro comercial y que, después de ser condenada a pagar una multa, la vende en una subasta pública para donar el dinero recaudado a una obra de beneficencia; los muchachos de familias ricas que roban en el supermercado; los empleados de una fábrica que sacan materias primas, o los de un comercio que se guardan parte del dinero que reciben en efectivo; quienes manejan licitaciones en entidades oficiales o privadas y so­ licitan un pago para favorecer a determinada firma propo­ nente; el jovencito que se queda con las vueltas de una com­ pra que le encargaron en la casa, o el guardia de tráfico que acepta sobornos y permite ,así el incumplimiento de las normas, etc.

Los va/ores están en crisis ------

"Todo depende de...

"

El relativismo transforma poco a poco los valores en con­ ductas moralmente sospechosas pero socialmente aceptadas; por ejemplo, hay quienes son considerados por los demás como "tontos" si no aprovechan la ocasión de hacerse ricos dejando a un lado los "prejuicios morales" (ser honrado, aca­ bar bien las cosas, esmerarse en prestar

un

buen servicio,

evitar el despilfarro del dinero, obedecer a los padres y a los profesores) . Es frecuente escuchar que el juicio moral sobre estas si­ tuaciones depende del punto de vista desde el cual se obser­ ven. Surge entonces la idea de que las cosas son relativas y de que nadie puede ser juez en causa ajena, a pesar de tratarse de asuntos más o menos evidentes. "Todo depende de . . . " es la frase usual para respaldar acciones que contravienen la éti­ ca. Si la cajera del supermercado le entrega a alguien más dinero en las vueltas del que debía darle, hay quien piensa que "ése es su problema por contar mal el dinero". o

Mario estudia Administración en la universidad y

para poder aprobar el semestre necesita sacar una nota excelente en economla, materia en la que va malpor sus frecuentes ausencias. Decide, entonces, pagar a un pro­ fesional sin empleo para que elabore el trabajo que el profesor ha puesto y que definirá la calificación final y de este modo asegurar su aprobación de la materia.

O

En casos como el de Mario, no faltará quien considere su

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�lor para vivir los valores -------

conducta como algo común y corriente. Acostumbrarnos a esto forma parte del clima de permisividad y de tolerancia ilimitada al que nos hemos referido antes. Mario hace algo éticamente reprochable, pero piensa que simplemente se trata de que el fin (pasar la materia) justifica el medio empleado (pagarle a alguien) . Incluso, no falta la persona a quien la conducta de Mario le parezca correcta y responsable, porque piensa que les está evitando a sus padres el costo de tener que pagar la repetición del semestre.

"Lo bueno para mí y lo bueno para ti" Este relativismo lleva a pensar que da lo mismo una u otra orientación moral y que todas las decisiones éticas son re­ lativas a las diferentes personas y culturas. Algo que para mí es bueno, para otro puede ser malo, o al revés. Y no hay por qué empefíarse en que uno de los dos tenga la razón. Lo que ocurre -argumentan algunos- es que unas personas defienden unos principios éticos que son válidos para to­ dos pero que, a la hora de la verdad, si uno no está de acuer­ do con que esos principios existen en alguna circunstancia específica, entonces la conducta no tiene por qué estar re­ gida por esos principios. Lo máximo que se admite es una "ética de mínimos" (conformada por principios que se modelan según mi conveniencia) , es decir, algunas reglas convencionales como para que no impere la "ley de la sel­ va', que tienen el fin de aparentar que vivimos en una so­ ciedad civilizada.

Los va/ores están en crisis

El relativismo es una de las causas de la actual crisis de valores, pues deteriora la honestidad, la lealtad, la veracidad y la justicia; los hace parecer como ideales inalcanzables, que sólo se pueden esperar de personas con una formación muy especial. o

Jaimeprepara sus últimos exdmenes de Derecho, con

miras a obtener una beca para elpostgrado que le exige un promedio de calificaciones muy alto. Antes de esos exdmenes, Carlos lo llama para decirle que un grupo de estudiantes ha conseguido las preguntas pagdndole un dinero al asistente académico encargado de custodiar los cuestionarios. Hay que reunir el dinero entre todos los interesados. Jaimepaga su parte, presenta los exdme­ nes y obtiene las mejores notas y con ello la beca para el postgrado en el extranjero. Jaimey Carlos discuten sobre el tema, expresan sus dudas y deciden plantedrselas al padre del primero, que es magistrado de un tribunal. Los dos muchachos dicen que eso ya pasó y no pueden volver el tiempo atrds. El padre piensa lo contrario e insta a su hijo a dar a conocer a las autoridades acadé­ micas el hecho.

O

Decir "no", una manera de afirmar No todas las crisis de valores se expresan a través de conduc­ tas negativas, es decir, a través de acciones contrarias a la ética; también se manifiesta en el contraste entre quienes se

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Valor para vivir los valores -------

niegan a aceptar el relativismo en su comportamiento (es decir, guiarse moralmente por lo que hacen o dejan de hacer los demás) y las personas que los censuran por esto. Hay quienes deciden fumar marihuana o consumir cocaína por­ que todos los del grupo en el que se encuentran lo están haciendo, pero en ese mismo grupo hay quienes tienen la valentía de permanecer sin imitar las conductas reprobables de sus compañeros aunque sean considerados como unos "

"

_C . aguarlestas

Hay muchas personas que saben decir "no" a ciertas pro­ puestas, porque sus convicciones les dicen que no está bien aceptarlas y que les harían daño a los demás. y a sí mismas, aunque otros, en un clima generalizado de cobardía moral, las tachen de mojigatas o de moralistas. Hacen lo que deben hacer de acuerdo con principios que consideran inmodi­ ficables porque están apoyados en leyes naturales propias del ser humano, que pueden coincidir o no con convicciones religiosas. Estos principios tienen validez para todas las per­ sonas, no s610 para quienes simplemente "creen" en ellos, sino también para los que los deducen del orden establecido por Dios en el mundo. Es mucho más fácil, hoy en día, decir "sí" para no correr el riesgo de verse excluido del grupo al que se cree pertene­ cer, que decir "no" y ser víctima de alguna censura. A lo lar­ go de la historia, el derrumbe de las civilizaciones ha empe­ zado siempre con un "sí" a determinadas ideas o costumbres; basta recordar la manera en que el nazismo comenzó su lar­ go genocidio, para el cual esgrimían razones supuestamente

Los valores están en crisis

científicas y al cual las personas fueron incapaces de decir "no" a tiempo. .

Cumplimiento

=

"cumplo y miento"

Asimismo, encontramos otras maneras, más sutiles, en las· que se manifiesta esta crisis. Por ejemplo, cuando una perso­ na abandona progresivamente la vivencia de alguno de los valores. Cuando alguien se considera suficientemente res­ ponsable porque se limita a cumplir con las mismas tareas, puede estar perdiendo iniciativa y creatividad, puede decirse incluso que su cumplimiento es un "cumplo y miento". Así surgen antivalores como la pereza, la negligencia, la medio­ cridad, la desidia. Otro de los factores que agudizan la crisis de valores es el predominio del consumismo y del utilitarismo como "filo­ sofía de vida"; es bueno o valioso lo que resulte útil para mí, lo que me convenga en determinado momento. Lo mismo sucede con los placeres: lo que impide que haga las cosas a mi gusto y para mi propia satisfacción deja de tener interés para mí; el esfuerzo y el sacrificio, como caminos para la vida valiosa, pasan a un segundo plano. Sucede entonces que en lugar de que la persona actúe siguiendo unas pautas de conducta, que podemos denomi­ nar principios éticos básicos, o según determinados valores arraigados cultural y socialmente, adapta los principios a su modo de ver y entender la vida; construye una "ética de bol­ sillo" para sus necesidades particulares, que determina lo que

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Válor para vivir los valores ---

--

es bueno o malo según su conveniencia, de modo que los deberes frente a los demás pierden obligatoriedad y se en­ cuentran siempre justificaciones para no cumplirlos. o

Lucia es una señora que tiene que ir al banco con

mucha frecuencia, pero siempre llega con mucho afán, por sus ocupaciones en la casa, y se las arregla para sal­ tarse la fila para ser atendida antes que los demás, que llevan ahi tiempo esperando. Vive muy contenta de su habilidad para lograrlo, pues considera que salir rápi­ damente de sus gestiones en el banco le permite cumplir a cabalidad con sus deberes de ama de casa.

O

Raíces amenazadas La crisis de valores conduce a que los antivalores ocupen finalmente el lugar correspondiente a los valores. Así como la raíz del árbol es amenazada por una serie de alimafías y de mala tierra que se le adhiere haciendo que se tuerza o que se seque, el cultivo de los antivalores se convierte en algo habi­ tual e inconsciente. La persona actúa de este modo creyendo que no está obrando mal; es desordenada o prepotente sin darse cuenta de ello porque incorporó esos antivalores a su conducta. O

En una reunión con sus siete hijos, Daniel se da

cuenta de que es percibido por ellos como una persona prepotente y autoritaria. En la noche, pregunta a Ali-

Los va/ores están en crisis

15

cia, su esposa: .. .. o y

al ... y CI> .. .. o y

.s

HÁBITOS

AcruACON RESPONSABLE

3

-

-

2

..

-

AcruACION IIlRESPONSABLE

consciente

4

1

NO CONOCE EL VALOR

inconsciente

El primer cuadrante indica la situación del individuo: no conoce el valor o no se ha dado cuenta de que le hace falta practicarlo. La gráfica nos dice que este comportamiento es inconsciente, pero corresponde a una actuación incorrecta.

Cómo construir valores en la educación -------

El segundo cuadrante nos muestra que el individuo ya conoce la importancia de ese valor, pero sigue sin llevarlo a la práctica. En este caso, decimos que es un componamien­ to consciente que sigue siendo incorrecto. El tercer cuadrante indica cómo la persona llega a adop­ tar un componamiento correcto mediante las acciones prácticas del valor y a través de un aprendizaje constante, adoptando así una conducta consciente. No obstante, esta conducta todavía puede reducirse a acciones aisladas que no corresponden a una actitud permanente. Por último, el cuano cuadrante muestra la dimensión máxima de la interiorización del valor, en la que el individuo practica el valor de manera constante y permanente, convir­ tiéndolo en una actitud inconsciente, pues adquiere el hábi­ to del valor, lo que llamamos vinud.

3. Decisi6n, acci6n y hábito

La única manera de avanzar es lograr que la decisión tomada sea permanente y que yo me comprometa con todas las ac­ ciones en las que interviene el valor que elegí adquirir cons­ cientemente, de manera que llegue a hacerlo pane de mi conducta en tal grado que brote de mí sin proponérmelo.

La conciencia y la libenad son esenciales a este proceso, y cuando se logra el hábito o la repetición estable de los mis­ mos actos, éstas permanecen implícitas, inherentes a la con­ ducta. Sería absurdo pensar que lo que se logra consciente y libremente se vaya a convenir en algo mecánico o automáti­ co que conlleve la pérdida de la libertad. Además de la liber-

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tad y la conciencia, en el proceso de formación de valores están involucrados la inteligencia, la voluntad, el sentimien­ to y las aptitudes de la persona. De la decisión debo pasar a las acciones concretas, de un modo explícito y consciente, pues antes adoptaba de, mane­ ra inconsciente, una actitud negativa frente al valor. 4. Direcci6n del proceso

La dirección general de este proceso se puede describir así: El conocimiento de cada valor � Acciones conscientes � Hábitos (incorporación del valor a la vida) . Puedo conocer un valor (tenerlo en mente o, incluso, desearlo), pero mientras no lo lleve a la práctica se trata de una simple información inconsciente. Mi obrar no es toda­ vía valioso, si no logro integrarlo conscientemente a mi con­ ducta y crear hábitos con los cuales ésta se estabilice y viva el valor sin buscarlo deliberadamente. 5 . Proceso de incorporaci6n vital

El proceso de incorporación vital del valor, cuya culmina­ ción es el ejercicio de lo que se denomina virtud (hábito subjetivo y operativo estable de realizar el bien en un deter­ minado aspecto) , tiene diferentes intensidades dependiendo del valor en cuestión. Hablar del dinero como valor no es lo mismo que hablar de la lealtad como hábito subjetivo. Una persona con valores es una persona competente en su traba­ jo y en sus relaciones. Por extensión, podemos decir que una

Cómo construir valores en la educación -------

institución educativa, como conjunto humano, también re­ fleja valores que no son necesariamente la suma de los valo­ res de las personas, pues el fin común es mucho más que la suma de los fines individuales.

Segundo paso: proyecci6n y práctica interpersonal La idea esencial es tener plena conciencia de que practicar los valores es un asunto personal e intransferible, pues nadie los puede vivir por mí. Éstos requieren el ejercicio indivi­ dual y el compromiso específico de cada uno. Vivirlos en todos y cada uno de los ámbitos en los que me desenvuelvo es la única manera de que exista coherencia en mi conducta. Uno de los problemas más frecuentes se revela al obser­ var que hay gente que vive determinados valores en su traba­ jo pero en el hogar o en la vida social cambia de valores o practica los antivalores correspondientes. Por ejemplo, no se puede ser sincero en el centro educativo y, al mismo tiempo, no serlo en la familia. Así, se produce una impostura que me perjudica más a mí que a los demás.

1. La constancia como hilo conductor

La práctica de los valores necesita de un valor en especial para lograr su incorporación: "la constancia" . Ésta nos per­ mite trabajar con ánimo firme y estable, sin que nos desvie­ mos de nuestros propósitos. En la vida diaria, se demuestra si la aspiración de vivir los valores se convierte en algo real,

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en un modo de actuar. Sin la práctica voluntaria, libre y cons­ tante no es posible construir ningún valor ni comunicarlo

a

los demás.

2. Que se note en el día a día Practicar valores es demostrar, en e! día a día, que se piensa, se estudia y se trabaj a por ellos, y que esto conforma un esti­ lo de vida. En la práctica, hay valores que se reconocen como parte de la institución (por ejemplo, la lealtad de sus miem­ bros) ; sin embargo, éstos pueden verse disminuidos por otros hábitos, como e! chisme. Éstos son los antivalores, que tam­ bién son hábitos operativos pero no conducen a la práctica de! valor o a su encarnación en forma de virtud, sino a su contrario: e! vicio. Y esto exige un proceso de "desapren­ dizaje", que debe tener la misma fuerza de! aprendizaje pero en busca de! desarraigo de los antivalores, para abrir paso a los valores correspondientes. El primer paso, e! de información, conocimiento e inte­ riorización de los valores, no es suficiente. Hace falta pasar de la acción personal a la interpersonal, que no es simple­ mente hacer cosas o prestar servicios sino hacerlos parte de sí y brindarlos a los demás.

3. Laproyecci6n a los otros La práctica auténtica de los valores es aquélla que genera un

mejoramiento en los frutos de mi actividad y que, conse­ cuentemente, me mejora a mí mismo y a los otros. Por eso podemos afirmar que al hacernos mejores, mejoraremos todo lo que hacemos y ayudaremos a mejorar a los demás.

Cómo construir valores en la educación -------

La conjunción adecuada y jerarquizada de los valores que practicamos confiere unidad y coherencia a la conducta, lo que se opone a la falta de compromiso y de identidad que revela una persona que es contradictoria en sus valores, o que los cambia según sus caprichos y sus estados de ánimo. En la familia y en la educación, puede idearse un sistema de reconocimiento de valores que permita estimular a quienes se esfuerzan en acrecentarlos y en comunicarlos a través del ejemplo a los demás. 4.

Compartirlos interpersonalmente

Lo anterior implica un cuestionamiento constante sobre los valores que son más necesarios para desarrollar en cada ám­ bito de la vida. Y la ventaja de la educación es que ofrece a los estudiantes diferentes ámbitos y ocasiones para fortalecer los valores. En el aula, hay unas actividades que requieren atención, concentración, interés y participación en muy di­ versas formas. Pero si tenemos en cuenta los ratos de descan­ so, de deporte y de actividades complementarias u opciona­ les, incluidas las de tipo social, encontramos también innumerables oportunidades para practicar los valores. Los profesores, como buenos observadores del compor­ tamiento de los alumnos, tienen muchas ocasiones para acon­ sejarlos sobre los hábitos que deben desaprender y sobre los que deben procurar arraigar. Nadie mejor que ellos, dentro del centro escolar, para hacer un seguimiento de cómo com­ parten, conviven e interactúan permanentemente con sus compañeros.

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5. Responsabilidad de todos

La construcción de valores se fundamenta en la conducta de las personas, que son las primeras beneficiadas y las únicas responsables de que los valores operen efectivamente. Por eso, hay que empezar por uno mismo: conocimiento, con­ ciencia, decisión, acción, hábito, propósito, constancia y di­ ligencia para mantener el propósito a lo largo del tiempo, comprobando los resultados en la conducta y en la percep­ ción que los demás tienen de ella. Es importante confrontar la visión que yo tengo de mí mismo con la que los de más tienen de mí; esto no significa que yo deba ser como los demás quieren que sea, solamente es un modo de alejar la posibilidad de que haya una gran distancia entre lo que soy y la manera como creo que me comporto. Si alguien tiene los medios y la oportunidad para ver cómo se viven los valores es el educador, por la cantidad de horas en las que convive con los alumnos. Y puede ocurrir que éste cumpla muy bien su tarea en cuanto a la transmi­ sión de conocimientos, pero si no es igual o más vigoroso en cuanto a la formación integral de los alumnos, no los hará capaces de afrontar con éxito su proyecto de vida. Pre­ cisamente, procurar que ellos elaboren su propio proyecto de vida, por el que van a impulsar la vivencia de los valores, es un modo de lograr que los practiquen.

Tercer paso: aprendizaje permanente Hoy en día, predomina el reto constante de la innovación y

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la creatividad. Pero para generar nuevos conocimientos hay que desarrollar el potencial de las personas: su propia inteli­ gencia y su capacidad emocional, de modo que conozca más, piense más, ensaye nuevas posibilidades, rompa viejos paradigmas y se atreva a mirar las cosas desde otros puntos de vista. En las organizaciones inteligentes, la gente está apren­ diendo continuamente a hacer, a aprender y a emprender, en busca de la excelencia. Lo más importante es que entre todos logremos multiplicar el capital intelectual, o capital humano. 1.

Fomentar el afán constante de aprender y desaprender

El desarrollo de valores es una de las metas más ambiciosas del aprendizaje, porque acompaña los grandes temas que preocupan a la familia, la educación y la sociedad. Por ejem­ plo, el trabajo en equipo, uno de los pilares para constituir redes de contribución y colaboración, no es posible sin aper­ tura y disponibilidad y sin el compromiso y la identificación con unos objetivos comunes. Si miramos los antivalores que dificultan el trabajo en equipo (individualismo, aislamiento, prepotencia, entre otros) , nos damos cuenta de la importan­ cia de fomentar los valores que lo hacen posible (coopera­ ción, disponibilidad, humildad, entre otros) . El medio educativo es, esencialmente, un espacio de en­ señanza y aprendizaje, pero corre el riesgo de caer en tareas rutinarias. Para contrarrestarlo, el uso de la metodología in-

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formática alienta la formación de equipos de trabajo con bases comunes de datos, a las que las diferentes áreas educativas aportan su propio fondo de conocimientos y de experiencia. Además, la puesta en marcha de cursos vinuales refuerza la coordinación entre los profesores de las distintas disciplinas. Creencias del estilo de "Yo hago lo que está mandado y me despreocupo de los demás" o "Yo siempre he hecho las cosas de la misma manera y no veo por qué innovar ahora", son costumbres que sirven de freno para no crear y no te­ ner espíritu de iniciativa. Estas falsas creencias proliferan y se convierten en normas frías, sin vida, que constituyen una evasión del valor o una j ustificación de la ausencia de virtudes en las personas. El primer paso para dejarlas a un lado resulta de un cambio de actitud, del afán de aprender que me obliga a salirme de los conocimientos repetitivos y de los antivalores como la desmotivación y la insatisfac­ ción. 2. Hacer que sea mayor la tasa de aprendizaje

que la de cambio S. García y S . Dolan

(La dirección por valores) aseguran que

el cambio de cultura supone ante todo un cambio de valo­ res. y agregan que: " Si la tasa de aprendizaje es mayor que la

tasa de cambio, está asegurado el éxito de adaptación de la empresa a nuevas situaciones". En nuestro caso, la institu­ ción educativa, que responde a las expectativas de nuevos conocimientos, es nuestra empresa. Por eso, conviene que nos dediquemos a la tarea de construir valores en ella. El

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aprendizaje continuo de valores se aplica antes que nada a mejorar a las personas. Y para esto, conviene mirar las rela­ ciones de las personas con su entorno ambiental (pues hace­ mos parte de un ecosistema) , para examinar el papel de la tecnología o los efectos perversos que ésta pueda producir. Es muy recomendable también tener siempre muy claro el propósito colectivo, lo que se quiere, lo que se ha hecho, así como la visión de futuro y las estrategias que se van a em­ plear. Sin esa visión, el aprendizaje puede carecer de contex­ to o de perspectiva y, por tanto, de realismo. Los centros educativos están siguiendo cada vez más la tendencia de la planeación estratégica y de la educación por competencias, que pretende formar personas con capacida­ des, habilidades y valores de acuerdo con perfiles profesio­ nales que exigen requerimientos muy precisos.

3. Desarrollar procesos colectivos y personales

de aprendizaje Siguiendo a Peter Senge, el trabajo en equipo del aprendiza­ je organizativo nos lleva, por un lado, a compartir la visión y los modelos mentales, es decir, a tener una concepción siste­ mática (la organización como un todo interrelacionado) y, por otro, a fomentar el autodominio.

Las personas que tienen un alto dominio de sí mismas (entendido como la "disciplina de clarificar y profundizar continuamente en nuestra visión personal, de focalizar nues­ tras energías, de desarrollar la paciencia y de ver la realidad objetivamente") viven en continuo aprendizaje, pero hay

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procesos más personales todavía como aprender a ser (obrar, amar) , aprender a hacer (trabajar, jugar) , aprender a apren­ der, aprender a emprender (administrar, dirigir, liderar) y aprender a convivir.

4. Utilizar alguna herramienta de diagnóstico

para evaluar el aprendizaje Para estos efectos, es útil emplear alguna herramienta de diag­ nóstico que evalúe nuestro nivel de aprendizaje de valores. Así, se descubren mejor los factores de riesgo (en el caso de los antivalores) o los factores de refuerw (en el caso de los valores) . Una vez realizadas las mediciones estadísticas, lo importante es ofrecerle la oportunidad de cambiar a quienes presentan factores de riesgo. Todos los seres humanos tene­ mos un potencial casi ilimitado de desarrollo personal. Por eso, se puede motivar a las personas a mejorar, a cambiar de rumbo en algunas actitudes y adoptar una disciplina de tra­ bajo que equilibre todas sus actividades.

5 . Aprendizaje de valores a través de líderes Otro de los medios para construir valores es el adiestramien­ to de "líderes multiplicadores o constructores de valores" que dirijan su acción a núcleos pequeños, dentro de los cuales también surjan otros líderes que prolonguen el proceso has­ ta llegar a todos los niveles. Es un proceso que se toma su tiempo y que exige la pro­ gresiva maduración de quienes asumen ese liderazgo. De nin­ guna manera pueden esperarse resultados de la noche a la

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mañana o en períodos muy cortos, por intensivos que sean los medios, así como sucede con toda evolución natural.

Cuarto paso: crear una cultura institucional de vivencia de los valores Nadie pone en duda que hay que cambiar el mundo. La pregunta es si vamos a esperar a que el mundo nos cambie o nos vamos a anticipar a él. 1.

Base de una cultura de cambio y cambio de cultura

Hay instituciones que cambian su imagen, pero su cultura sigue amarrada a los viejos paradigmas. El cambio verdadero implica toda una "reingeniería" : nuevas estructuras adminis­ trativas y técnicas, nuevos procesos, nuevas estrategias y, so­ bre todo, un nuevo modo de ver la organización y su entor­ no, basado en los valores humanos.

La palabra 'cultura' comparte su origen con la palabra cul­ tivo, es decir, limpiar la tierra, arar y sembrar. Las empresas, hasta hace unos 30 o 40 años, pensaban muy poco en el desa­ rrollo del talento humano y mucho menos en su proyección social. Lo que no ocurría con la educación, que siempre ha buscado cohesionar mejor su cultura, su visión de la persona, del trabajo docente y de la formación de los alumnos.

2. El papel del liderazgo El papel del liderazgo en este proceso es evidente. Tanto en

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el ámbito directivo como en el de los profesores y los alum­ nos que son multiplicadores de valores, pues actúa como le­ gitimador del proceso. Los valores definidos institucionalmente (mejor si son pocos pero contundentes) , sumados a los de cada persona, son los que dan cohesión a todas las tareas y crean la imagen que impulsa a la gente hacia la meta que se busca alcanzar. El liderazgo ayuda a consolidar la cultura haciendo que los valores revelen la coherencia entre lo que se quiere ser y lo que realmente se hace para lograrlo, de modo que se fona­ lezca el compromiso y el sentido de pertenencia, generando orgullo por lo que se hace, pero no con prepotencia sino con humildad. Se trata de fonalecer una cultura corporativa en la que se sabe lo que se quiere y cómo hacerlo, no como una moda pasajera sino como un estilo de vida que va penetran­ do poco a poco en el modo de pensar y de actuar de todos los involucrados. El estilo de vida vincula la actividad con la reflexión que lo sustenta, y así evita que se dé una "producción" educativa desenfrenada y sin control, preocupada más por hacer que por ser, por tener que por dar y servir. Y en este trabajo pro­ ductivo y formativo participan todos los miembros de la co­ munidad escolar, sin excepciones: padres de familia, profe­ sores, alumnos y todo su personal.

3. Desarrollar el capital intelectual En las personas y en las organizaciones existe un capital que no figura en los libros y que no es fácil de cuantificar porque

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es inmaterial o intangible, no lo podemos ver y tocar como a los billetes. Ese capital se refiere a lo que cada uno sabe de su vida, su experiencia profesional, su inteligencia, sus senti­ mientos, sus emociones, sus relaciones, etc. El término 'capital intelectual' está relacionado muy es­ trechamente con el de las 'organizaciones inteligentes' , por­ que en éstas se da prioridad al conocimiento y al aprendizaje permanente, en una doble dirección: afán de aprender y afán de enseñar, es decir, de comunicar lo que se sabe y la expe­ riencia que se tiene. Sin los valores, el capital intelectual quedaría reducido a unas cuantas habilidades o a un saber hacer cosas rutina­ riamente. Sería un capital que se agotaría progresivamente o que se quedaría estancado y no produciría dividendos. Los valores dan soporte y sentido al capital intelectual. Por eso es tan importante trabajar por ellos, construirlos, aprender a vivirlos y procurar incorporarlos a la vida. En la medida en que vivamos los valores, se incrementará nuestro capital intelectual. Lo mismo pasará si aprendemos a hacer mejor las cosas, si sabemos cómo hacerlas de una manera más eficaz, si nos especializamos, si seguimos cre­ ciendo interiormente, si nos hacemos más maduros. El mejor capital es tener "gente valiosa' que procure in­ crementar sus valores cada día e irradiarlos en su entorno. La construcción de valores busca hacer cada vez más rentable y operativo ese capital que, por intangible que sea, tiene un influjo poderoso en la organización. Esto, que puede parecer tan normal en las empresas hoy, tal vez no sea un lenguaj e

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muy común en las instituciones educativas. Pero dado que ellas están en contacto permanente con el desarrollo intelec­ tual y el aprendizaje, pueden aportar mucho a esta noción de capital intelectual, o capital humano. 4. Aumento del rendimiento como fruto

de la práctica constante de valores Convertir los valores en una ventaja exige aprovechar al máxi­ mo la inteligencia (tanto racional como emocional) de todos los integrantes de una institución escolar. Compartir la vi­ sión y los valores es un motor de progreso que impulsa un mayor rendimiento académico y formativo, una mayor cali­ dad de vida, unas mejores relaciones sociales y mayor efi­ ciencia y efectividad en el manejo del tiempo y en la comu­ nicación. Es lógico que, por ejemplo, si las directivas escolares se dedican menos a controlar y a ejercer presión sobre los su­ bordinados y más bien se proponen estimular la autonomía y la autogestión, todos dispondrán de más tiempo para la creatividad y el análisis; lo mismo sucede con los profesores en relación con los alumnos, si les enseñan a pensar por sí mismos, a interesarse por la ciencia, a ser creativos. No existe una única manera correcta de hacer las cosas. La gente con valores como la iniciativa, la innovación, la inquietud y la audacia no se contenta con la rutina de siem­ pre y se las ingenia para aprender más, para enseñar mejor, para servir con calidad. La experiencia demuestra que si la gente se siente mejor tratada (respeto), valorada (auto estima)

Cómo construir valores en la educación -------

y estimulada (reconocimiento) , en un clima positivo (con­ fianza) , en fin, con mayores opciones de crecer personalmen­ te, su rendimiento mejora notablemente. 5. Motivación y satisfacción

La construcción de valores, como ya se dijo, requiere de un plan global que contemple diferentes estrategias, entre las cuales están las herramientas de diagnóstico o muestreo es­ tadístico y un proceso de entrenamiento o acompañamiento individual y colectivo. La motivación es definitiva para crear y renovar una cultura institucional que tenga como base los valores, por­ que lleva a mejorar el sentido del trabajo, a comprender el significado de la tarea dentro del conjunto del que hace parte, a realizarnos como personas haciendo algo que se proyecte a los demás. La persona motivada no sólo hace lo que le toca, sino todo lo necesario para que la organización progrese, porque se siente bien recompensada por su es­ fuerzo. Hay valores que refuerzan las motivaciones externas, o extrínsecas, a mi trabajo (las calificaciones, el salario, las pres­ taciones) ; otros tienen que ver con los motivos internos, o intrínsecos (la autoestima, el aprendizaje, el crecimiento per­ sonal) y otros, distintos a los anteriores, que trascienden, pues tienen que ver con lo que proyectamos en los demás (la amis­ tad, el servicio, la solidaridad) . Los valores, pues, amplían nuestras expectativas y nos llevan a trabajar más allá del cumplimiento de nuestra tarea.

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Se convierten en fuente de vida y de creación de futuro. Nos ayudan a expandirnos, a superar las situaciones difíciles. Si en la institución escolar existe una política permanente de promoverlos, de formar "multiplicadores" de valores que ar­ ticulen las diferentes áreas, éstos serán accesibles a todos y podrán arraigarse en todos.

El papel de los líderes multiplicadores

de valores Los multiplicadores de valores (directivos, profesores, pa­ dres o estudiantes) tienen como tarea favorecer el aprendi­ zaje organizativo, a ejercer el liderazgo que les ayuda a otras personas a descubrir y vivir un determinado valor. Como la vivencia de valores es una experiencia continua y que exige un permanente seguimiento, es necesario contar con personas, como los multiplicadores, que la apoyen y la motiven. Además, el multiplicador procura mejorar el ambiente de trabajo y, por lo tanto, la vida de las personas y de la comunidad; impulsa, entre la gente que lo rodea, el liderazgo, la capacidad y la responsabilidad de influir positivamente en otros, orientándolos y apoyándolos para que realicen sus objetivos personales y corporativos. Por lo demás, este pro­ ceso requiere tiempo, no se puede improvisar, razón por la cual quienes sean multiplicadores de valores deben tener paciencia y perseverancia en su tarea.

Cómo construir valores en la educación ----

Una labor dinámica Por supuesto que promover la vivencia de los valores en la colectividad es inseparable de' promover la práctica de los propios valores personales. Lo ideal es que los valores perso­ nales refuercen los institucionales, y viceversa, de manera que los valores que se vivan en un ámbito no se contradigan, sino que más bien potencien los valores que se viven en el otro ámbito. El multiplicador de valores es un guía y, ante todo, una persona que actúa lo mejor que puede, de una manera íntegra, y esto no excluye que pueda equivocarse y tener dudas de su tarea. Su labor es dinámica y debe estar en constante alerta, porque las circunstancias cambian y, asimismo, las personas cambian según estas circunstancias. Su actividad está enfo­ cada a que entre todos aprendan a apoyarse en el desarrollo de los valores. Es decir, "todos deben constituirse en maes­ tros de lo que significa vivir valores". No excluye a nadie, aunque se trate de personas que, por encarnar algún antivalor, puedan ser factores de riesgo para los demás. En lugar de excluirlos, les presta más atención y les hace ver que no tie­ nen un problema sino la clara oportunidad de cambiar para bien de todos. Para asegurarse de que otras personas participen y se con­ viertan en verdaderos "maestros" en la vivencia de los valo­ res, el líder multiplicador debe permitirles que las reuniones sean manejadas y conducidas por ellos, prestándoles su apo­ yo y dirección. Debe ser transparente y sincero en su actua­ ción y generoso en la transmisión de su saber y su experien-

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cia, además de dedicar a los otros el tiempo necesario que le permita llegar lejos en su tarea a través de otras personas. Es necesario lograr un sentido de equipo y de pertenen­

cia, de modo que todos trabajen con los mismos objetivos desde el comienzo y se busque la complementariedad, o sinergia, de los esfuerzos. La labor de equipo requiere es­ fuerzo, pulir aristas, ajustarse al modo de ser de los demás, ceder en determinadas cosas y convivir con un espíritu positivo.

Todos ponen, todos ganan El líder multiplicador de valores disfruta de aprender y de enseñar. Así, una de sus cualidades más importantes consiste en aprender con los otros y de los otros. Los compañeros que aprenden juntos, ganan juntos. Hay una fórmula de éxito en la vida, que se resume en la simple relación "todos ponen, todos ganan". La amistad y el compañerismo son las herra­ mientas claves. El papel del constructor es el de un compa­ ñero de aprendizaje que propone una alianza basada en la reciprocidad, la ayuda mutua y el respeto. La comunicación de la verdad ha de ser una permanente preocupación del líder multiplicador porque sabe que, en primer lugar, es una dimensión humana básica para el en­ tendimiento entre las personas y, segundo, porque permite encontrar mejores formas de aprendizaje de los valores. Por eso, pone especial énfasis en la manera como sus mensajes les llegan a sus compañeros de trabajo y busca generar credi-

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bilidad Y confianza a través de acciones consistentes e idó­ neas. La confianza es un valor que garantiza que haya mejo­ res niveles de comunicación, de respeto y de aporte. Crear y mantener confianza es el mayor de los retos de un construc­ tor y de su grupo. La credibilidad hace posible la fe en el proyecto que se está haciendo y, a su vez, en quienes lo diri­ gen o facilitan, además de promover la lealtad hacia ellos y hacia sus objetivos.

Inspiración y pasión Cuando nos sentimos inspirados, incitados, ennoblecidos, hemos visitado el reino mágico de la pasión. Y de ese reino regresamos siempre renovados, revitalizados y tal vez un poco desconcertados por haber descubierto talentos insospecha­ dos. Cuando un líder multiplicador nos enseña el camino hacia ese reino, se descubre un nuevo sentido del compañe­ nsmo. Además de ser personal, difícil, llena de sorpresas y a ve­ ces de incomprensiones, la labor del constructor de valores también tiene su "lado oscuro", porque en ocasiones puede ser frustrante. Hay gente que, a pesar de todos los esfuerzos y la dedicación que ponen en su empeño, no responde ade­ cuadamente y eso produce desaliento y cansancio. Pero no se debe olvidar que todos estamos igualmente capacitados, es

decir, que nada n
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