USO Y MANEJO DEL CIE 10

September 7, 2017 | Author: César Augusto Gonzales Quiñones | Category: Diagnostic And Statistical Manual Of Mental Disorders, Medical Diagnosis, Public Health, Health Care, Health Sciences
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Descripción: La información que se recopiló en esta monografía está relacionada con una de las herramientas diseñadas de...

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2015 USO Y MANEJO DEL CIE 10

GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de Lira

Diagnóstico e Informe Psicológico

USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra

CLASIFICACIÓN INTERNACIONAL DE ENFERMEDADES DÉCIMA VERSIÓN

[CIE 10] Monografía de recopilación

GONZALES QUIÑONES, César Augusto VERGARAY ESTRADA, Flor de Lira del Pilar

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD Escuela Académico Profesional de Psicología

Diagnóstico e Informe Psicológico

Lima, Perú. 2015

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra

DEDICATORIA:

A Dios, por darnos la oportunidad de estudiar esta hermosa carrera, por fortalecer nuestros corazones e iluminar nuestras mentes durante todo el periodo de la elaboración de esta monografía y el curso. A nuestro profesor, por su gran apoyo y motivación para la culminación de nuestros estudios profesionales y para la elaboración y elaboración de esta tarea

AGRADECIMIENTO: A las personas cuyos consejos metodológicos hicieron posible la elaboración de este trabajo. A los compañeros, integrantes de éste equipo que tiene las ganas y la conciencia de lo hermosos que es ésta carrera, y desean llevarla con altura y aportar al conocimiento.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra INDICE Pag.

PORTADA

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INTRODUCCION

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JUSTIFICACIÓN

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OBJETIVOS

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CUERPO CAPITULO I

TIPOS DE DIAGNÓSTICO

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CAPITULO II

CONSECUENCIAS Y PROBLEMAS DE UN MAL DIAGNÓSTICO

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CAPITULO III

HERRAMIENTAS PARA UN DIAGNÓSTICO PSICOLÓGICO ADECUADO

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CAPÍTULO IV

MODALIDAD DE USO DEL CIE 10

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CAPITULO V

PRINCIPALES ENFERMEDADES MENTALES QUE SEÑALA EL CIE 10

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CONCLUSIONES

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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INTRODUCCIÓN Estamos cursando el séptimo ciclo de la carrera de psicología, en el cual estamos llevando el curso denominado “Diagnóstico e Informe Psicológico”, bajo la tutoría del Ps. Párraga Allca, Lizardo; quien dejó como actividad la elaboración de un trabajo monográfico con fines de investigar acerca del uso y manejo del CIE 10, para realizar un diagnóstico adecuado. Para la elaboración de esta monografía, se recurrió a diversas fuentes, comenzando por las palabras que el asesor Párraga (2015) manifiesta en la presentación docente del curso mencionado, donde señala que «El diagnóstico es una parte importante dentro de la evaluación psicológica que necesita toda nuestra atención con el objetivo de abordar adecuadamente posible tratamientos o procesos terapéuticos». Así mismo, se consultó y plasmó información en buscadores científicos como Ebsco, Hynary, Google académico. La información que se recopiló en esta monografía está relacionada con una de las herramientas diseñadas desde sus principios, para el diagnóstico, estamos hablando del CIE 10, que no es, sino una clasificación de enfermedades la cual puede definirse como un sistema de categorías a las que se asignan entidades morbosas de conformidad con criterios establecidos. La décima revisión de la clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud, es la más reciente de una serie que se formalizó en 1893 como clasificación de Bertillon o lista internacional de causas de defunción. Éste trabajo, está estructurado en cinco capítulos: en el primero, se tocan temas relacionados con los tipos de diagnóstico que existe en el medio derivados de las diferentes carreras asociadas a las salud; en el segundo, se trata sobre las consecuencias y problemas de un diagnóstico erróneo, y se profundiza sobre la importancia que tiene los procesos, pasos y herramientas para realizar un buen diagnóstico; en el tercer capítulo, se tocan temas relacionados con las Herramientas que se dispone para elaborar un buen diagnóstico; en el cuarto capítulo, se toca temas relacionados con el CIE 10, específicamente como herramienta de diagnóstico, aquí se mencionan el uso y la forma adecuada de utilizar esta herramienta; y finalmente, en el último capítulo se profundiza sobre las principales enfermedades mentales que señala el CIE 10.

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JUSTIFICACIÓN

Un diagnóstico puede ser vital en muchos aspectos; y es que un diagnóstico nos ayuda a comprender cualquier situación, la importancia de la misma, como debemos actuar y las posibles consecuencias. Si bien es cierto que podemos realizar un diagnóstico en muchos ámbitos, y estos, nos permiten saber a qué tipo de enfermedad o patología nos enfrentamos, y por tanto, nos ayudará a saber a qué tipo de tratamiento debemos recurrir para someter al paciente. Con la información recopilada en ésta monografía, se tienen datos tangibles y valiosos, cuya utilidad ha de ser significativa ya que dicha información, brinda facilidad para el uso y manejo de una herramienta muy valiosa como es el CI 10 cuya finalidad es dar un diagnóstico más acertado respaldado por el rigor científico.

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OBJETIVOS

Objetivo General Obtener información sobre la modalidad de uso y manejo de la décima edición de la Clasificación internacional de enfermedades (CIE 10), con la finalidad de realizar un diagnóstico adecuado.

Objetivos específicos 1.

Describir los tipos de diagnóstico que existe en nuestro medio.

2.

Identificar las consecuencias y problemas que contrae el realizar un mal diagnóstico, así como la importancia de las herramientas válidas y fiables para dicho fin.

3.

Describir las herramientas existentes para un diagnóstico adecuado.

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CAPÍTULO I TIPOS DE DIAGNÓSTICO

1.1. El diagnóstico Diagnóstico, es una palabra, cuyo origen etimológico radica en el griego, en la unión de tres vocablos de dicha lengua: por el prefijo diag «a través de», la palabra gnosis «conocimiento», el sufijo tico «relativo a» (Real Academia Española, 2014). En términos generales, se refiere el resultado de un análisis que se realiza para determinar cualquier situación; esta determinación se realiza sobre la base de datos y hechos recogidos y ordenados sistemáticamente, que permiten juzgar mejor qué es lo que está pasando (Rodríguez, 2005).

1.2. Tipos de diagnóstico 1.2.1. Según disciplina científica más frecuente. ● En medicina: Son 10 los diferentes tipos de diagnóstico que hay dentro de esta disciplina (Laín, 2014) 

El diagnóstico médico o propedéutica clínica: Identifica una enfermedad, entidad nosológica, síndrome o cualquier estado patológico o de salud (el "estado de salud").



El diagnóstico diferencial: Identifica una determinada enfermedad, entidad nosológica, síndrome, o cualquier estado patológico o de salud mediante la exclusión de otras posibles causas que presenten un cuadro clínico semejante al que el paciente padece.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra  El diagnóstico por imagen: Conjunto de técnicas y procesos usados para crear imágenes del cuerpo humano, o partes de él, con propósitos clínicos (procedimientos médicos que buscan revelar, diagnosticar o examinar enfermedades) o para la ciencia médica (incluyendo el estudio de la anatomía normal y función). 

El diagnóstico precoz: Programa de detección precoz epidemiológico de salud pública, de aplicación sistemática o universal, para detectar en una población determinada y asintomática, una enfermedad grave, con el objetivo de disminuir la tasa de mortalidad asociada.



El diagnóstico de embarazo: Técnica usada para la búsqueda de los signos hipotéticos que permiten confirmar un embarazo.



El diagnóstico genético preimplantacional (DGP): Estudio del ADN de embriones humanos para seleccionar los que cumplen determinadas características o eliminar los que portan algún tipo de defecto congénito.



El diagnóstico del cáncer de pulmón se plantea ante datos clínicos y cuando en un estudio radiológico se detecta alguna anormalidad pulmonar.



El diagnóstico del cáncer de mama para hacerlo con certeza requiere el examen microscópico de una muestra del tejido mamario sospechoso (biopsia).



En el diagnóstico del cáncer de próstata, si algunos síntomas o los resultados de las pruebas de detección precoz como el Antígeno prostático específico o el tacto rectal plantean la posibilidad de un cáncer de próstata, es obligatorio realizar otras pruebas para decidir si la enfermedad está presente.



El diagnóstico no invasivo es una prueba prenatal para detectar anomalías cromosómicas con una sensibilidad próxima al 100 % y está basada en el análisis del ADN fetal en la sangre de la madre. Esta técnica se ha puesto a punto con las trisomías de los cromosomas 13, 18 y 21 y no supone ningún riesgo para la madre ni para el feto.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra ● En enfermería: El diagnóstico enfermero constituye la segunda etapa del proceso de enfermería, donde se analizan los datos acerca del paciente para identificar los problemas que constituirán (Bates et al, 2012).

● En psicología clínica: El diagnóstico se enmarca dentro de la evaluación psicológica, y supone el reconocimiento de una enfermedad o un trastorno mental o emocional o conductual a partir de la observación de sus signos y síntomas (Aliño & Miyar, 2008).

● En educación: El diagnóstico pedagógico a través de la evaluación diagnóstica, no estudia la conducta del sujeto, sino el estado de desarrollo personal y el potencial de aprendizaje, para fundamentar las intervenciones educativas más convenientes (Fernández, Álvarez, Ocio, Rayo & Sepúlveda, 2009).

1.2.2. Según la modalidad. Arboix, Diaz, Perez & Álvarez (2006), señalan la siguiente clasificación, según la modalidad del diagnóstico. ● Diagnóstico genérico: Determinar si el sujeto está o no enfermo. Pueden plantearse problemas de enjuiciamiento, pues hay que contar con una posible simulación y con las neurosis e histerias, que constituyen verdaderas enfermedades. ● Diagnóstico nosológico: Es la determinación específica de la enfermedad. ● Diagnóstico etiológico: Determina las causas de la enfermedad; es esencial para el total de muchas enfermedades y para el tratamiento. ● Diagnóstico patogenético: Consigna los mecanismos que producen la enfermedad por la acción de las causas y la reacción orgánica. ● Diagnóstico lesional, anatómico o topográfico: Es la localización e identificación de las lesiones en los diferentes órganos y tejidos.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra ● Diagnóstico sintomático: Tiene por objeto identificar la enfermedad mediante los síntomas. Generalmente un síntoma aislado no da una indicación precisa de la enfermedad, puesto que puede ser propio de muchas de ellas. ● Diagnóstico sindrómico y funcional: Los síndromes son conjuntos de signos y síntomas con un desarrollo común; p. ej., el síndrome ictérico (piel amarilla, orinas encendidas, heces decoloradas, etc.). Aunque en algunas ocasiones no se puede avanzar más, permite un d. patogenético parcial, pero que posibilite un tratamiento funcional. ● Diagnóstico individual o clínico: Es el total emitido a partir del contraste de todos los antes mencionados y de las condiciones personales del enfermo. Todos estos factores determinan cualitativa y cuantitativamente el cuadro clínico, de manera que éste puede ser diferente aun cuando la entidad morbosa sea la misma. A esto se refiere la máxima «no hay enfermedades, sino enfermo. ● Diagnóstico diferencial: Conocimiento al que se arriba después de la evaluación crítica comparativa de sus manifestaciones más comunes con las de otras enfermedades. ● Diagnostico presuntivo: Es aquel que el profesional considera posible basándose en los datos obtenidos en la anamnesis y el examen físico. ● Diagnóstico de certeza: Es el diagnostico confirmado a través de la interpretación y análisis de métodos complementarios.

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CAPÍTULO II CONSECUENCIAS Y PROBLEMAS DE UN MAL DIAGNÓSTICO

El diagnóstico, es un acto que debe darse con excelencia, recurriendo a una observación fidedigna, una inteligencia deductiva y un decidido sesgo hacia el beneficio del paciente. Y, como todo proceso científico, posee una dimensión epistemológica, en otras palabras, de búsqueda de la verdad. No obstante, es un acto propio realizado por seres humanos, y muchas veces usado en ciencias cuyas variables de medición no son exactas, por tal motivo, debe incardinar en todas sus manifestaciones un claro compromiso ético. (Rodríguez, 2005) El diagnóstico tiene, un elemento terapéutico, y debe ser aplicado como tal. Cuando el profesional establece una relación con su paciente, todo valor, incluyendo la verdad, queda subordinado al beneficio del enfermo. Esta idea tan simple constituye la esencia de la ética general y la del diagnóstico en particular. Por lo tanto, podemos afirmar que quien anteponga la fría realidad objetiva de los datos al principio terapéutico tal vez pueda ser un buen investigador, pero nunca será un buen profesional.(Márquez, 2010) Cuando una persona visita a una profesional, espera que los síntomas que presenta, den lugar a un diagnóstico correcto que conduzca a un tratamiento exitoso y a la recuperación. Los profesionales de la salud tienen la responsabilidad de brindar un estándar de atención que promueva el bienestar del paciente. Por desgracia, esto no siempre sucede, y la negligencia de los médicos causa diagnósticos erróneos que le generan al paciente nuevos problemas de salud.

2.1. Tipos de diagnósticos erróneos En algunas ocasiones, se hace un diagnóstico completamente equivocado al basarse en síntomas que pueden ser similares a la condición profesional real de la disciplina determinada del cual una persona hace el diagnóstico. En estos casos, dicho profesional

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra puede haber realizado un examen inadecuado y haber hecho un diagnóstico basándose en los resultados negligentes. Esto puede ocasionar que el profesional establezca procedimientos de intervención para el supuesto diagnóstico, de manera innecesaria y errónea y, ocasiona que el verdadero problema no sea debidamente tratado. Tanto en el caso de un diagnóstico equivocado como en el de las condiciones secundarias no detectadas, el paciente puede correr riesgo de tener reacciones dañinas a los tratamientos e intervenciones incorrectas y la situación de la salud no tratada puede producir un mayor deterioro de la salud e incluso la muerte. (Cernadas, 2001) Otro tipo de error, es el diagnóstico tardío, y ocurre cuando se pasa por alto un indicador como consecuencia de una revisión negligente, lo cual da lugar a que la situación de salud del empeore antes de ser detectada. Esto puede conducir a un crecimiento de la enfermedad y a un método de tratamiento más complejo una vez que la verdadera situación de estado de salud del paciente es detectada. No tratar ciertas enfermedades puede traer como consecuencia el homicidio culposo del paciente.

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CAPÍTULO III HERRAMIENTAS PARA UN DIAGNÓSTICO PSICOLÓGICO ADECUADO

Los trastornos mentales y del comportamiento son uno de los mayores problemas de Salud Mental Pública. Son frecuentes en las distintas sociedades y culturas; crean un alto nivel de discapacidad y de sufrimiento a las personas que los padecen y una considerable aflicción a nivel de amigos y familiares. Mientras la mayoría de las sociedades demuestran simpatía y un cierto nivel de asistencia a los que padecen discapacidad física, las actitudes hacia los enfermos mentales suponen demasiadas veces estigma y rechazo. La preocupación de la OMS y las sociedades psiquiátricas en el sentido de mejorar el diagnóstico y la clasificación de los trastornos mentales han motivado que las bases conceptuales de las clasificaciones actuales hayan evolucionado notablemente respecto a las de hace unas décadas. Cuando se elaboraron las primeras clasificaciones de enfermedades, hace más de un siglo, su utilidad era exclusivamente administrativa y de obtención de datos para fines estadísticos. Sin embargo, las clasificaciones actuales pretenden además de cubrir este objetivo, ayudar a que la investigación clínica, epidemiológica y de utilización de servicios se realice con unos criterios uniformes, así como dar recomendaciones en la práctica clínica respecto a los elementos semiológicos a tener en cuenta para realizar el diagnóstico. Fruto de todo este esfuerzo son el DSM-IV, la CIE-10, los glosarios de términos, la Escala de Evaluación Clínica en Neuropsiquiatría (SCAN) etc. (López, 1996)

3.1. Sistemas de clasificación Las dos grandes asociaciones en materia de salud mental (la Asociación Psiquiátrica Americana -APA- y la Organización Mundial de la Salud -OMS-) han ofertado sistemas de clasificación internacionales, con validez legal y científica reconocida. (López, 1996)

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra El capítulo de los trastornos mentales aparece por primera vez cuando la OMS publica la sexta edición de la CIE. A lo largo de los años el Comité de estadística de la APA junto a otros grupos de trabajo ha ido desarrollando y revisando la clasificación y, lo más importante, incorporando criterios de diagnóstico. Así nace el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM MD), como una variante de la CIE 6, que se publicó en 1952. En la actualidad este sistema clasificatorio va por su cuarta edición (DSM-IV). La OMS ha desarrollado la Clasificación Internacional de las Enfermedades y de los Problemas de Salud Relacionados, CIE-10 Revisión. (Aliño & Miyar, 2008b) El capítulo V de ambas clasificaciones es el fruto de un trabajo riguroso llevado a cabo por profesionales de todo el mundo tratando de obtener un amplio consenso. Esto ha sido muy útil para aumentar la congruencia y reducir las diferencias entre ambas clasificaciones. Aunque no se duda de la compatibilidad de los códigos y los términos del DSM-IV, la CIE9-MC y la CIE-10, es cierto que existen diferencias. La CIE-10 (OMS, 1992) y el DSM-IV TR (APA, 1994, 2000) son dos sistemas clasificatorios ampliamente establecidos y utilizados en el ámbito internacional para el diagnóstico de los trastornos mentales de la edad adulta y también de la niñez y adolescencia. En la literatura norteamericana publicada parece que, en general, se supone que el DSM-IV (que utiliza la CIE-9) representa el “estándar de facto” teniendo carácter normativo. Por su parte, la CIE-10, que es el “sistema europeo” sigue las tradiciones específicas de la psiquiatría europea y tiene, más bien, carácter orientativo. En todo caso, ambos sistemas son multiaxiales, es decir, se organizan considerando varios ejes (aspectos o facetas de la realidad clínica), constando de 5 ejes el DSM y de 3 la CIE-10. Por otra parte ambas clasificaciones persiguen proporcionar criterios diagnósticos para aumentar la fiabilidad de los juicios clínicos.

3.1.1. El DSM El DSM, en su primera versión, al igual que la CIE, surge de la necesidad de confeccionar una clasificación de trastornos mentales consensuada, debido al escaso acuerdo tanto en los contenidos que debería incluir como en el método de conformación por parte de los psiquiatras y psicólogos. (Picho, Aliño & Miyar, 1995) Es un instrumento realizado a partir de datos empíricos y con una metodología descriptiva, con el objetivo de mejorar la comunicación entre clínicos de diferentes orientaciones, y

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra entre clínicos en general e investigadores. Todo esto no tiene la pretensión de explicar las diversas patologías, ni de proponer líneas de tratamiento farmacológico o psicoterapéutico, como tampoco de adscribirse a una teoría o corriente específica dentro de la psicología o psiquiatría. Una diferencia paradigmática reside en el requisito del DSM de que el paciente afectado debe estar limitado por los síntomas, criterio éste que no aparece en la CIE-10. (American Psychiatric Association, 2003) El sistema DSM V se centra, en general, en principios más psicopatológicos, mientras que los capítulos de la CIE-10 están estructurados a partir de la patogenia. El DSM-IV propone una descripción del funcionamiento actual del paciente a través de 5 ejes con el objeto de contar con un panorama general de diferentes ámbitos de funcionamiento: - Eje I: se describen los trastornos psiquiátricos principales o sintomatología presente, si no configura ningún trastorno, y que pueden ser objeto de atención clínica (por ejemplo: trastorno depresivo, demencia, dependencia de sustancias, esquizofrenia, etc). - Eje II: se especifica si hay algún trastorno de personalidad de base, algún trastorno del desarrollo, o retraso mental (por ejemplo: trastorno de personalidad límite, trastorno autista, retraso mental moderado, etc). - Eje III: se especifican afecciones médicas que presente el paciente. La enfermedad física puede ser causa, consecuencia o no estar relacionada con el trastorno mental. - Eje IV: se describen tensiones psicosociales y ambientales en la vida del paciente que contribuyen, de manera significativa, al desarrollo o exacerbación del problema actual (desempleo, problemas conyugales, duelo, etc). - Eje V: se evalúa el funcionamiento global del paciente (psicológico, social y ocupacional), facilita el diseño del plan terapéutico y ayuda a evaluar los resultados.

3.1.2. El CIE 10 La CIE-10 define a la enfermedad excluyendo todo aquello que, aunque conlleva un riesgo o vulnerabilidad para padecer un trastorno, no es en sí mismo un trastorno. Por otro lado, excluye de la definición de enfermedad la discapacidad que produce ya que considera que ésta depende del soporte social y las características ambientales que varían de un país a otro

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra (Schulte, Marut & Riedesser, 2005). De los 21 capítulos de la CIE-10, el capítulo V sobre trastornos mentales y del comportamiento salió a la luz en 1992 en su versión definitiva. Este instrumento fue el fruto de un amplio consenso de los profesionales de la psiquiatría de todo el mundo realizado bajo los auspicios de la OMS (Ruiz et al, 2002). Características de los 3 ejes de la CIE-10 (Ives et al, 2012): - Eje I: Diagnósticos clínicos. Engloba toda la patología, psiquiátrica, médica en general y de la personalidad. No hace distinción entre psiquiatría con el resto de la medicina y la asistencia psiquiátrica con el resto de la asistencia sanitaria. - Eje II: Discapacitación social. Valora cuatro áreas de funcionamiento social (personal, familiar, laboral, social amplia). Hay una relación inversa entre la discapacitación y la calidad de vida. - Eje III: Factores ambientales y relativos al estilo de vida que hacen referencia a la enfermedad. Abarca tanto circunstancias del pasado como del momento actual. A diferencia del DSM-IV no codifica el grado de estrés. Es un eje de mucha importancia para la salud pública que permite identificar circunstancias que son susceptibles de programas de prevención primaria, secundaria o terciaria.

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CAPITULO IV MODALIDAD DE USO DEL CIE 10 En éste capítulo, se abordará sobre el uso preciso y consistente de la CIE, que depende de la aplicación correcta de sus volúmenes importantes, así, López (1996), señala lo siguiente:

4.1. Utilización del volumen 1. El Volumen 1 de la CIE incluye la clasificación propiamente dicha. En él se presentan los códigos de tres caracteres (categorías), y los códigos de cuatro caracteres (subcategorías). En las categorías y subcategorías se asignan los diagnósticos, facilitando su ordenamiento y conteo para propósitos estadísticos. Este volumen provee a quienes utilizan estadísticas, una definición del contenido de las categorías, subcategorías e ítems de las listas de tabulación utilizadas para elaborar cuadros estadísticos. La mayoría de los usos estadísticos rutinarios de la CIE implica la selección de una afección única a partir de un certificado o un registro en el cual se han señalado más de una. Las reglas para esta selección en relación con la mortalidad y la morbilidad se presentan en la Sección 4 de este Volumen. En la Sección 2.4 se presenta una descripción detallada de la lista tabular.

4.1.1. Uso de la lista tabular de inclusiones y subcategorías de cuatro caracteres ● Términos de inclusión Dentro de las rúbricas de tres y cuatro caracteres, generalmente están listados otros términos diagnósticos. Estos se conocen como “términos de inclusión” y se añaden debajo del título, como ejemplo de la información diagnóstica que debe clasificarse en aquella rúbrica. Tales términos pueden referirse a afecciones diferentes o ser sinónimos. No constituyen una subclasificación de la rúbrica.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra Los términos de inclusión son listados principalmente como una guía del contenido de las rúbricas. Muchos de los ítems listados se relacionan con términos importantes o comunes que pertenecen a la rúbrica. Otros son afecciones o sitios anatómicos limítrofes, incluidos para distinguir los límites entre una subcategoría y otra. Las listas de términos de inclusión de ninguna manera son exhaustivas, ya que hay nombres alternativos de entidades diagnósticas listados en el Índice alfabético, al cual siempre se debe acudir antes de codificar una determinada información diagnóstica. A veces es necesario leer los términos de inclusión junto con los títulos. Esto generalmente ocurre cuando los términos de inclusión son listas de sitios anatómicos o de productos farmacéuticos, donde las palabras apropiadas del título (p. ej., “tumor maligno de . . .”, “traumatismo en . . .”, “envenenamiento por . . .”) necesitan ser comprendidas. En las notas denominadas “Incluye”, que siguen inmediatamente al título de un capítulo, grupo o categoría, se encuentran las descripciones diagnósticas generales comunes a un grupo de categorías o a todas las subcategorías de una categoría de tres caracteres.

● Términos de exclusión Algunas rúbricas incluyen listas de afecciones precedidas por la palabra “Excluye”. Estos son términos que, aunque el título de las rúbricas podría sugerir que pudieran clasificarse en ellas, en realidad se clasifican en otra parte. Un ejemplo de esto es la categoría A46 Erisipela, de la cual se excluye la erisipela postparto o puerperal. Al lado de cada término excluido se señala entre paréntesis la categoría o subcategoría a la cual se asigna ese término. Cuando las exclusiones se refieren a un rango de categorías o a todas las subcategorías dentro de una categoría de tres caracteres, la nota de “exclusión” aparece inmediatamente debajo del título correspondiente a ese capítulo, grupo o categoría.

● Descripciones de glosarios Además de los términos de inclusión y exclusión, el Capítulo V, Trastornos mentales y del comportamiento, incluye un glosario para describir el contenido de las rúbricas. Este recurso se utiliza porque la terminología de los trastornos mentales varía mucho, particularmente entre países diferentes, y un mismo nombre se puede utilizar para

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra describir afecciones muy diferentes. El glosario no debe ser utilizado por los codificadores. En otras partes de la CIE aparecen tipos similares de definiciones, por ejemplo, en los Capítulos XX y XXI para clarificar el contenido de una rúbrica.

4.1.2. Dos códigos para algunas afecciones ● El sistema de “daga y asterisco” (o “cruz y asterisco”) La CIE-9 introdujo un sistema, que continuó en la CIE-10, en el cual hay dos códigos para aquellos diagnósticos que incluyen información sobre una enfermedad básica generalizada y sobre la manifestación de esa enfermedad en un órgano o en una localización en particular que por sí misma es un problema clínico. El código primario corresponde a la enfermedad básica y está señalado por una “daga” (o cruz) (†); el código adicional para la manifestación o localización se marca con un asterisco (*). Esta convención se adoptó porque la codificación única de la enfermedad básica a menudo era insatisfactoria para elaborar estadísticas relacionadas con especialidades en particular, donde se deseaba clasificar la afección en el capítulo correspondiente a la manifestación, cuando esta era la razón para la atención médica. Aunque el sistema de daga y asterisco permite clasificaciones alternativas para la presentación de estadísticas, es un principio de la CIE que el código de daga es el código primario y debe ser utilizado siempre. Se debe proveer la utilización del código de asterisco, además del código de daga, si también se requiere el método alternativo de presentación de la información. El código de asterisco nunca debe utilizarse aisladamente en el proceso de codificación. Las estadísticas basadas en los códigos de daga satisfacen los requerimientos de clasificación tradicional para presentar la información de mortalidad y morbilidad y de otros aspectos de la atención médica. Los códigos de asterisco aparecen como categorías de tres caracteres. Existen categorías separadas para las mismas afecciones que ocurren cuando una enfermedad en particular no se especifica como la causa básica. Por ejemplo, las categorías G20 y G21 se utilizan para formas de parkinsonismo que no son manifestaciones de otras enfermedades señaladas en otra parte, mientras que la categoría G22* se utiliza para “parkinsonismo en enfermedades clasificadas en otra parte”. En las categorías de asterisco se señala al

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra lado el código de daga correspondiente. Por ejemplo, en el caso de “parkinsonismo sifilítico”, que se codifica en G22*, se indica al lado el código de daga A52.1†. Algunos códigos de daga aparecen en categorías de daga especiales. Sin embargo, lo más frecuente es que el código de daga usado para diagnósticos de elementos dobles (daga y asterisco) y los códigos no marcados (de afecciones de elemento único) puedan derivarse de la misma categoría o subcategoría. Las áreas de la clasificación en las cuales funciona el sistema de daga y asterisco son limitadas; existen 83 categorías especiales de asterisco en toda la clasificación, que están listadas al comienzo de los capítulos a los cuales pertenecen. Las rúbricas donde aparece un término marcado por una daga pueden tener una de las tres modalidades siguientes: (i) Si la daga y el asterisco alternativo aparecen juntos en el encabezamiento de la rúbrica, todos los términos de esa rúbrica pueden ser codificados con doble código y todos tienen el mismo código alternativo; p. ej.: A17.0† Meningitis tuberculosa (G01*) Leptomeningitis tuberculosa Tuberculosis de meninges (cerebral) (espinal) (ii) Si la daga aparece en el encabezamiento de la rúbrica pero allí no aparece el asterisco alternativo, todos los términos clasificables en esa rúbrica pueden ser objeto de clasificación doble pero con diferentes códigos alternativos (los cuales se listan para cada uno de ellos); p. ej.: A18.1† Tuberculosis del aparato genitourinario Enfermedad inflamatoria pélvica femenina tuberculosa (N74.1*) Tuberculosis (de, del, de la): • Cuello del útero (N74.0*) • Órganos genitales masculinos (N51.–*) • Riñón (N29.1*) • Uréter (N29.1*) • Vejiga (N33.0*)

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra (iii) Si no aparecen ni la daga ni el asterisco alternativo en el título, la rúbrica en sí no está sujeta a la clasificación doble, pero algunos de sus términos de inclusión pueden estarlo; si así fuera, estos términos estarán señalados con la daga y sus códigos alternativos; p. ej.: A54.8 Otras infecciones gonocócicas:

● Otras codificaciones dobles opcionales Existen algunas situaciones, diferentes de las que aparecen en el sistema de daga y asterisco, que permiten doble código de la CIE para describir en forma completa una afección en particular. La nota en la lista tabular, “utilice código adicional, si desea”, identifica muchas de estas situaciones. Los códigos adicionales pueden ser utilizados solamente en tabulaciones especiales. Tales casos son los siguientes: (i)

En infecciones locales, clasificables en los capítulos destinados a los “sistemas del cuerpo”, se pueden agregar códigos del Capítulo I para identificar el organismo infectante, cuando esta información no aparece en el título de la rúbrica. La clasificación provee un grupo de categorías (B95–B97) para este propósito, al final del Capítulo I.

(ii)

En tumores con actividad funcional, al código del Capítulo II se puede agregar el código apropiado del Capítulo IV, para indicar el tipo de actividad funcional.

(iii) En tumores, el código morfológico que se encuentra a partir de la página 1117 del Volumen 1, aunque no es parte del cuerpo principal de la CIE, puede añadirse al código del Capítulo II para indicar el tipo morfológico del tumor. (iv) En afecciones clasificables en F00 a F09 (Trastornos mentales orgánicos, incluidos los trastornos sintomáticos), en el Capítulo V, se puede agregar un código de otro capítulo para identificar la causa, p. ej. la enfermedad básica, traumatismo u otra lesión del cerebro.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 (v)

Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra Cuando una afección es ocasionada por un agente tóxico, se puede agregar un código del Capítulo XX para identificar tal agente.

(vi) En traumatismos, envenenamientos y otros efectos adversos, cuando se pueden utilizar dos códigos, uno del Capítulo XIX que describe la naturaleza de la lesión y otro del Capítulo XX donde se describe la causa de la lesión, la decisión sobre cuál de los dos códigos debe ser considerado como adicional depende del propósito para el cual se recogió la información (ver la introducción al Capítulo XX, pág. 957 del Volumen 1).

4.1.2. Convenciones utilizadas en la lista tabular Cuando se señalan los términos de inclusión y de exclusión, la CIE utiliza algunas convenciones especiales relacionadas con el uso de paréntesis, corchetes, dos puntos, llaves, abreviatura “SAI”, la frase “no clasificado(a) en otra parte” (NCOP), y la palabra “y” en los títulos. Estas deben ser entendidas de manera muy clara por los codificadores o por cualquier otra persona que desee interpretar las estadísticas basadas en la CIE.

● Paréntesis ( ) Los paréntesis se utilizan en el Volumen 1 en cuatro situaciones importantes: (a)

Para encerrar palabras complementarias, que pueden hallarse a continuación de un término diagnóstico sin afectar el código que corresponde a las palabras que están fuera de los paréntesis. Por ejemplo, en I10, donde el término de inclusión, Hipertensión (arterial) (benigna) (esencial) (maligna) (primaria) (sistémica), significa que el código I10 es para el término “Hipertensión”, bien sea que aparezca solo o seguido por cualquiera de las palabras o combinación de las palabras que aparecen entre paréntesis.

(b)

Para encerrar el código al cual se refiere el término de exclusión. Por ejemplo, H01.0 Blefaritis Excluye: blefaroconjuntivitis (H10.5)

(c)

En el caso de los títulos de los grupos para señalar las categorías que incluye cada uno de ellos.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 (d)

Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra El último de los usos de los paréntesis fue incorporado a partir de la Novena Revisión y se relaciona con el sistema de daga y asterisco. El paréntesis se utiliza para encerrar el código de daga en una categoría de asterisco o el asterisco después de una categoría de daga.

● Corchetes [ ] Los corchetes se utilizan: (a)

Para encerrar sinónimos, palabras alternativas o frases explicativas; por ejemplo, A30 Lepra [enfermedad de Hansen]

(b)

Para referirse a notas previas; por ejemplo, C00.8 Lesión de sitios contiguos del labio [Ver nota 5, páginas 172 y 173]

(c)

Para referirse a un conjunto de subdivisiones de cuarto carácter, previamente establecido, común a un grupo de categorías; por ejemplo, K27 Úlcera péptica, de sitio no especificado [Ver arriba para las subdivisiones]

● Dos puntos : Los dos puntos se utilizan para listar términos de inclusión y exclusión si las palabras que los preceden no son términos completos que permitan asignar una rúbrica. Esos términos requieren una o más palabras que lo modifican o califican, indentadas debajo de ellos, antes de ser asignados a esas rúbricas. Por ejemplo, en la categoría K36, “Otros tipos de apendicitis”, el diagnóstico “apendicitis” debe ser clasificado en esa rúbrica solamente si está calificado por las palabras “crónica” o “recurrente”. ● Llave } La llave se utiliza para listar términos de inclusión y exclusión que indican que las palabras que preceden o siguen a esa llave no son términos completos. Cualquiera de los términos que aparecen antes de la llave deben ser calificados por uno o más de los términos que lo siguen. Por ejemplo:

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra ● “SAI” Las letras SAI son una abreviatura de las palabras latinas sine alter indicatio, que significan “sin otra indicación”, lo cual implica “no especificado” o “no calificado”. Algunas veces un término no especificado está, sin embargo, clasificado en una rúbrica que existe para afecciones de tipo más específico. Esto se hace porque, en terminología médica, la forma más común de una afección a menudo se conoce con el nombre de la afección propiamente tal y solamente se especifican los tipos menos comunes. Por ejemplo, “estenosis mitral”, se utiliza comúnmente para indicar “estenosis mitral reumática”. Estas presunciones deben tomarse en cuenta para evitar una clasificación incorrecta. La inspección minuciosa de los términos de inclusión revelará dónde se ha hecho una presunción de causas; los codificadores deben ser cuidadosos para no codificar un término como “no especificado” a menos que sea claro que no hay información disponible que permita una asignación más particular en otra parte. Igualmente, cuando se interpretan estadísticas basadas en la CIE, algunas afecciones asignadas a una categoría aparentemente especificada, no fueron realmente tan especificadas en el registro que fue codificado. Cuando se comparan tendencias en el tiempo y se interpretan las estadísticas, es importante tener en cuenta que las presunciones pueden cambiar de una revisión de la CIE a otra. Por ejemplo, antes de la Octava Revisión, un aneurisma no especificado de la aorta se presumía que era debido a sífilis.

● “No clasificado en otra parte” Las palabras “no clasificado(a) en otra parte” (que pueden ser abreviadas con las letras NCOP), cuando se utilizan en el título de una categoría de tres caracteres, sirven como una advertencia de que algunas variantes especificadas de la afección listada pueden aparecer en otras partes de la clasificación. Por ejemplo: J16 Neumonía debida a otros microorganismos infecciosos, no clasificados en otra parte Esta categoría incluye J16.0, Neumonía debida a clamidias, y J16.8, Neumonía debida a otros microorganismos infecciosos especificados. Muchas otras categorías se presentan en el Capítulo X (por ejemplo, J10–J15) y en otros capítulos (por ejemplo, P23.– Neumonía congénita) para neumonías debidas a organismos infecciosos especificados. J18 Neumonía, organismo no especificado, sirve para ubicar neumonías para las cuales el agente infeccioso no ha sido establecido.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra ● “Y” en los títulos “Y” en los títulos significa “y/o”. Por ejemplo, en la rúbrica A18.0, Tuberculosis de huesos y articulaciones, deben clasificarse los casos de “tuberculosis de los huesos”, “tuberculosis de las articulaciones” y “tuberculosis de los huesos y articulaciones”.

● Punto y guión .– En algunos casos, el cuarto carácter del código de una subcategoría está reemplazado por un guión, p. ej.: G03 Meningitis debida a otras causas y a las no especificadas Excluye: Meningoencefalitis (G04.–) Esto indica al codificador que existe un cuarto carácter y debe ser buscado en la categoría apropiada. Esta convención se usa tanto en la Lista tabular como en el Índice alfabético.

4.1.3. Categorías con características comunes Para el control de calidad es útil introducir controles programados dentro del sistema de computación. Los siguientes grupos de categorías se proveen como una base para tales controles de la consistencia interna, y están agrupados de acuerdo con la característica especial que las une.

● Categorías de asterisco Las siguientes categorías de asterisco no deben utilizarse solas; siempre deben usarse en adición al código de daga: D63*, D77*, E35*, E90*, F00*, F02*, GO1*, GO2*, G05*, GO7*, G13*, G22*, G26*, G32*, G46*, G53*, G55*, G59*, G63*, G73*, G94*, G99*, H03*, H06*, H13*, H19*, H22*, H28*, H32*, H36*, H42*, H45*, H48*, H58*, H62*, H67*, H75*, H82*, H94*, I32*, I39*, I41*, I43*, I52*, I68*, I79*, I98*, J17*, J91*, J99*, K23*, K67*, K77*, K87*, K93*, L14*, L45*, L54*, L62*, L86*, L99*, M01*, M03*, M07*, M09*, M14*, M36*, M49*, M63*, M68*, M73*, M82*, M90*, N08*, N16*, N22*, N29*, N33*, N37*, N51*, N74*, N77*, P75*.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra ● Categorías limitadas a un sexo Las siguientes categorías sólo son aplicables al sexo masculino: B26.0, C60–C63, D07.4–D07.6, D17.6, D29.–, D40.–, E29.–, E89.5, F52.4, I86.1, L29.1, N40–N51, Q53-Q55, R86, S31.2–S31.3, Z12.5.

Las siguientes categorías sólo son aplicables al sexo femenino: A34, B37.3, C51–C58, C79.6, D06.–, D07.0–D07.3, D25–D28, D39.–, E28.–, E89.4, F52.5, F53.–, I86.3, L29.2, L70.5, M80.0–M80.1, M81.0–M81.1, M83.0, N70–N98, N99.2–N99.3, O00–O99, P54.6, Q50–Q52, R87, S31.4, S37.4–S37.6, T19.2–T19.3, T83.3, Y76.–, Z01.4, Z12.4, Z30.1, Z30.3, Z30.5, Z31.1, Z31.2, Z32–Z36, Z39.-, Z43.7, Z87.5, Z97.5.

En la sección 4.2.5 se dan orientaciones para el manejo de inconsistencias entre afecciones y sexo. ● Categorías para secuelas Las siguientes categorías se proveen para secuelas de afecciones que ya no están en fase activa: B90–B94, E64.–, E68, G09, I69.–, O97, T90–T98, Y85–Y89. En la sección 4.2.4 y en la página 108 se encuentran las orientaciones para codificar las secuelas tanto en el caso de la mortalidad como de la morbilidad. ● Trastornos postprocedimiento Las siguientes categorías no pueden utilizarse para codificar la causa básica de muerte. En la página 109 se encuentran las orientaciones para su uso en la morbilidad. E89.–, G97.–, H59.–, H95.–, I97.–, J95.–, K91.–, M96.–, N99.–. 4.2. Utilización del volumen 3. La introducción al Volumen 3, Índice alfabético de la CIE-10, ofrece las instrucciones acerca de cómo utilizarlo. Estas instrucciones deben ser estudiadas cuidadosamente antes de comenzar a codificar. A continuación se ofrece una breve descripción de la estructura y utilización del índice.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra 4.2.1. Organización del Índice alfabético El Volumen 3 se divide en tres secciones de la manera siguiente: • La Sección I incluye todos los términos clasificables en los Capítulos I a XIX y en el Capítulo XXI, excepto medicamentos y otros productos químicos. • La Sección II es el índice de las causas externas de morbilidad y mortalidad, y incluye todos los términos clasificables en el Capítulo XX, excepto medicamentos y otros productos químicos. • La Sección III incluye la Tabla de medicamentos y productos químicos, que incluye los códigos para el envenenamiento y los efectos adversos de los medicamentos y productos químicos clasificables en el Capítulo XIX, y los códigos del Capítulo XX que indican si el envenenamiento fue accidental, deliberado (autoinfligido) o indeterminado, o un efecto adverso de una sustancia apropiada administrada correctamente.

4.2.2. Estructura El Índice incluye “términos principales” ubicados a la izquierda de la columna, y debajo de estos términos se indican otras palabras (modificadoras o calificadoras) indentadas en diferentes niveles. En la Sección I, estos modificadores o calificadores generalmente son variedades, lugares o circunstancias que afectan la codificación; en la Sección II, ellos indican diferentes tipos de accidentes o sucesos, vehículos involucrados, etc. Los modificadores que no afectan la codificación aparecen entre paréntesis al lado del término.

4.2.3. Códigos Los códigos que siguen después de los términos principales se refieren a las categorías y subcategorías en las cuales deben clasificarse los términos. Si el código tiene solamente tres caracteres, puede presumirse que la categoría no ha sido subdividida. Cuando la categoría tiene subdivisiones, el código señalado en el Índice proporcionará el cuarto carácter en la mayoría de los casos. Un guión en la cuarta posición (p. ej. O03.–) significa que la categoría ha sido subdividida y que el cuarto carácter puede encontrarse en la lista tabular del Volumen 1. Si el sistema de daga y asterisco es aplicable al término, aparecen ambos códigos.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra 4.2.4. Convenciones ● Paréntesis Los paréntesis se utilizan en el Índice de la misma manera que en el Volumen 1, es decir para encerrar palabras complementarias que no modifican la codificación.

● “NCOP” La abreviatura NCOP (no clasificado en otra parte) indica que existen variantes especificadas de la afección mencionada que están clasificadas en otra parte, y que, cuando sea apropiado, se debe buscar en el Índice un término más preciso.

● Referencias cruzadas Las referencias cruzadas se utilizan para evitar duplicación innecesaria de términos en el Índice. Con la palabra “ver” se orienta al codificador a referirse a otro término; “ver también” dirige al codificador a buscar en otra parte del Índice si el término que está codificando incluye otra información que no se encuentra debajo del término al cual se agrega “ver también”.

4.3. Orientaciones básicas para la codificación. El Índice alfabético incluye muchos términos que no están incluidos en el Volumen 1, y la codificación exige que se consulte tanto el Índice como la Lista tabular antes de asignar el código correspondiente. Antes de intentar codificar, es necesario que los codificadores conozcan los principios de la clasificación y de la codificación y hayan hecho ejercicios prácticos en forma exhaustiva. A continuación se presenta una guía sencilla para ayudar al usuario ocasional de la CIE. 1.

Identifique el tipo de información que va a codificar y busque en la sección apropiada del Índice alfabético. (Si la información corresponde a una enfermedad o traumatismo u otra afección clasificable en los Capítulos I–XIX o XXI, consulte la Sección I del Índice. Si la información es la causa de un traumatismo u otro evento clasificable en el Capítulo XX, consulte la Sección II.)

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 2.

Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra Localice el término principal. Para las enfermedades y traumatismos, por lo general este es un nombre para el estado patológico. Sin embargo, algunas afecciones expresadas en forma de adjetivos o epónimos se incluyen en el Índice como términos principales.

3.

Lea y oriéntese por las notas que aparecen debajo del término principal.

4.

Lea todos los términos encerrados entre paréntesis después del término principal (estos términos no afectan la selección del código). Lea también todos los términos indentados debajo del término principal (estos términos pueden afectar la selección del código), hasta que todas las palabras contenidas en la expresión diagnóstica hayan sido tomadas en cuenta.

5.

Siga cuidadosamente cualquier referencia cruzada (“ver” y “ver también”) que se encuentre en el Índice.

6.

Diríjase luego a la Lista tabular del Volumen 1 para verificar si el código seleccionado es realmente el que corresponde. Observe que cuando un código de tres caracteres aparece en el Índice seguido por un guión en la cuarta posición, eso significa que hay un cuarto carácter que debe ser buscado en el Volumen 1. Otras subdivisiones que pueden usarse (en posiciones de quinto o sexto carácter) no están en el Índice y, si se utilizan, deben buscarse en el Volumen 1.

7.

Oriéntese por todos los términos de inclusión o exclusión que estén debajo del código seleccionado o en el título del capítulo, del grupo o de la categoría.

8.

Asigne el código

En la Sección 4 de este volumen se dan orientaciones particulares para seleccionar la causa o afección que se codifica y para codificar la causa seleccionada.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra

CAPITULO V PRINCIPALES ENFERMEDADES MENTALES QUE SEÑALA EL CIE 10 Con el fin de poder unificar criterios, se ha llegado a una Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE, ICD en inglés), promovido por la OMS, hoy el CIE-10. 5.1. Capítulo V (Trastornos Mentales y del Comportamiento) de la CIE 10. En la 10ma revisión de la CIE se produjeron cambios substanciales en el Capítulo V con respecto a la clasificación anterior. Entre éstos: Se aumentó considerablemente el número de categorías disponibles para la clasificación, a partir de un sistema de clasificación alfanumérico de códigos de una letra, seguida de dos números, que completan el nivel de tres caracteres. De este modo, de treinta categorías de tres números, el capítulo V pasó a cien categorías que no se utilizan todas para permitir la introducción de cambios sin necesidad de rediseñar el sistema entero. Las categorías principales van desde el F00 hasta el F99 y describen los diferentes trastornos mentales agrupados a partir de criterios muy prácticos, en el que poco o nada han tenido que ver criterios etiológicos, evolutivos o pronósticos. "El término trastorno se usa a lo largo de la clasificación para evitar los problemas que plantea el utilizar otros conceptos tales como enfermedad o padecimiento. Aunque trastorno no es un término preciso, se usa para señalar la presencia de un comportamiento o de un grupo de síntomas identificables en la práctica clínica, que en la mayoría de los casos se acompañan de malestar o interfieren con la actividad del individuo". (OMS, 1992, pág.26). Como se desprende de esta definición, el principio ordenador utilizado para clasificar es esencialmente el de las manifestaciones clínicas del paciente. Las categorías principales aparecen agrupadas del siguiente modo: F00 -F09.

Trastornos mentales orgánicos, incluidos los sintomáticos.

F10 -F19.

Trastornos mentales y del comportamiento debidos al uso de sustancias psicotropas.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 F20 - F29.

Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra Esquizofrenia, trastorno esquizotípico y trastornos de ideas delirantes.

F30 -F39.

Trastornos del humor (afectivos).

F40-F49.

Trastornos neuróticos, secundarios a situaciones estresantes y somatomorfos.

F50- F59.

Trastornos del comportamiento asociados a disfunciones fisiológicas.

F60-F69.

Trastornos de la personalidad y del comportamiento del adulto.

F70 -F79.

Retraso Mental.

F80 - F89.

Trastornos del desarrollo psicológico.

F90-F98.

Trastornos del comportamiento y de las emociones de comienzo habitual en la infancia y adolescencia.

F99.

Trastornos mentales sin especificación.

Esta clasificación tiene 10 categorías de dos caracteres ( de F0 a F9) y 100 categorías principales de tres caracteres, a diferencia de las solo 30 ( 290 a 319)que tenía la CIE-9. Dentro de cada grupo, identificados por los tres primeros caracteres, se encuentran incluidos los diferentes trastornos mentales. Por ejemplo, en el grupo F30 - F39 (Trastornos del humor), el F30 corresponde al Episodio Maníaco, el F31 al Trastorno Bipolar y así sucesivamente hasta reflejar todos los trastornos del grupo en cuestión que se haya decidido codificar. Los dos últimos códigos de cada grupo se reservan para codificar otros trastornos similares del propio grupo no codificados y para cuando no se logra un diagnóstico suficientemente especificado. Así, en el grupo de los Trastornos del Humor los trastornos codificados llegan hasta el F34 (Trastornos del Humor Persistentes), quedando libres las codificaciones F35.F36, F37, siendo entonces el F38 "Otros trastornos del humor" y el F39 "Trastornos del humor sin especificación. El 4to carácter describe las subcategorias o formas clínicas de cada trastorno. Por ej. F20.0: Esquizofrenia Paranoide, F20.1: Esquizofrenia hebefrénica, F20.6: Esquizofrenia Simple etc.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra El 5to y 6to caracteres se utilizan para lograr una mayor especificación del diagnóstico, por ej. en el grupo F10- F19 se utiliza para indicar, en la intoxicación aguda por una sustancia psicoactiva, si el paciente presenta alguna complicación. Por ej. F10.03, en este caso, el dígito tres (5to carácter) indica: con delirium. O sea, intoxicación aguda por aicohol con delirium En el grupo F20 - F29 para precisar la forma de evolución. Por ejemplo, F20.03. Esquizofrenia paranoide con defecto estable, y así en los distintos grupos.

5.2. Versiones del capítulo V de la CIE 10 El capítulo V de la CIE 10 ha sido publicado en diferentes versiones de acuerdo a las necesidades de su aplicación. Una versión, posiblemente la más utilizada, es la destinada a la clínica general, a la docencia y a fines administrativos, que contiene las descripciones clínicas y pautas para el diagnóstico de cada uno de los trastornos codificados (véase OMS, 1992). En esta versión, cada trastorno se acompaña de la descripción de sus características clínicas así como de las características secundarias, que aunque menos específicas, son igualmente importantes para el diagnóstico Luego aparecen las pautas para el diagnóstico. Se relacionan aquí los síntomas, en la cantidad y en la especificidad que se requiere para un diagnóstico posible de cada trastorno. En algunos casos, además, se presenta antes, la descripción clínica y pautas comunes a determinados grupos de trastornos. Un diagnóstico "seguro" es aquel que satisface los requisitos exigidos en las pautas para el diagnóstico. Por ejemplo, para un diagnóstico de amnesia disociativa (F44.0) se requiere satisfacer las dos pautas siguientes: a)

La presencia de amnesia parcial o completa, para hechos recientes de naturaleza transitoria o estresante.

b)

La ausencia de un trastorno orgánico cerebral, intoxicación o fatiga excesiva.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra En no pocas ocasiones no pueden satisfacerse todas las pautas requeridas para un diagnóstico seguro. Sin embargo, corresponde al especialista decidir, por otros indicadores adicionales (edad, sexo, forma de comienzo, personalidad premórbida etc., o por las características generales que el paciente presenta) si es posible hacer un diagnóstico provisional. Otra versión," Los Criterios Diagnósticos de Investigación", está destinada para la investigación clínica y se utiliza conjuntamente con los criterios específicos para los diagnósticos contenidos en las "Descripciones clínicas y pautas para el diagnóstico" (véase Otra versión," Los Criterios Diagnósticos de Investigación", está destinada para la investigación clínica y se utiliza conjuntamente con los criterios específicos para los diagnósticos contenidos en las "Descripciones clínicas y pautas para el diagnóstico" (véase OMS, 1994). Finalmente, el glosario de la CIE 10 es mucho más corto que los dos anteriores y es adecuado para la utilización por codificadores y administrativos.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra

CONCLUSIONES

La modalidad y uso correcto del capítulo V de la CIE-10 demanda un detenido estudio de los párrafos de introducción y explicación adicionales situados al inicio de varias de las categorías de la clasificación. Esto es especialmente importante en la categoría de Trastornos psicóticos agudos y transitorios (F23) y en la sección de Trastornos del humor o afectivos (F30-39). Las grandes dificultades que hay para la descripción y clasificación de éstas categorías, vienen ya desde hace mucho tiempo, por lo tanto se ha puesto un especial énfasis en aclarar la forma en que han sido enfocados estos problemas. Cada trastorno que se muestra en el CIE 10, está al lado de la descripción de sus características clínicas principales, así como de las particularidades secundarias. A continuación aparecen unas «pautas para el diagnóstico». Por lo general, indican el número y los síntomas específicos que suelen requerirse para un diagnóstico fiable. Aun mismo, en la redacción de dichos síntomas se ha mantenido relativamente un grado de flexibilidad de cara a las decisiones diagnósticas, para que la clasificación pueda ser usada en diversas situaciones clínicas, en las que deben tomarse decisiones diagnósticas antes de que el cuadro clínico haya podido ser totalmente aclarado o cuando la información es aún incompleta. A veces, se proporciona la descripción clínica y pautas para el diagnóstico de algunos grupos de trastornos, además de aquellas específicas de cada trastorno aislado dentro del grupo. Cuando los requerimientos exigidos en las pautas para el diagnóstico se cumplan de forma evidente, el diagnóstico puede ser formulado como "valido y confiable". Sin embargo, es necesario registrar el diagnóstico a pesar de que las pautas no se satisfagan totalmente. El clínico debe decidir en qué circunstancias es preciso recoger diagnósticos que ofrecen grados menores de confianza (tales como "provisional" si se espera que aparezca más información o "probable" si la obtención posterior de dicha información es muy improbable) en los casos en los que no se satisfagan en su totalidad las pautas propuestas. Las definiciones sobre la duración de los síntomas están asimismo pensadas más como pautas generales, que como requisitos estrictos. El clínico debería utilizar su propio criterio sobre la conveniencia de escoger un diagnóstico, aunque la duración de un síntoma determinado sea ligeramente mayor o menor de lo requerido.

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USO Y MANEJO DEL CIE 10 Diagnóstico e Informe Psicológico GONZALES QUIÑONES, César Augusto & VERGARAY ESTRADA, Flor de LIra REFERENCIAS BILIOGRÁFICAS

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