URGENCIAS PSIQUIATRICAS

March 21, 2019 | Author: Jose Luis | Category: Suicide, Depression (Mood), Anxiety, Schizophrenia, Substance Dependence
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URGENCIAS PSIQUIATRICAS...

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CAPÍTULO 26

URGENCIAS PSIQUIÁTRICAS Elard SÁNCHEZ

CONCEPTO Se define la urgencia psiquiátrica como la situación en la que el trastorno del pensamiento, del afecto o de la conducta son en tal grado disrruptivos, que el paciente mismo, la familia o la sociedad, consideran que requiere atención inmediata. Pueden presentarse en condiciones que: a. Son manifestaciones de una alteración psicológica aguda (ansiedad, pánico, depresión, trastornos de adaptación). b. Implican riesgo de daño personal o interpersonal (agresión suicidio, homicidio). c. Evidencian un comportamiento profundamente desorganizado (psicosis, delirio).

ELEMENTOS DE LA URGENCIA PSIQUIÁTRICA En la aproximación a la urgencia psiquiátrica debe considerarse cuatro elementos: a) El paciente, con su cuadro clínico, que requerirá de estudio cuidadoso, exámenes pertinentes y el tratamiento necesario. b) El ambiente humano circundante, que debe ser evaluado en su influencia para la acción procedente. c) El ambiente físico, que debe ser examinado por el médico para identificar peligros o facilidades potenciales. d) El médico que, como experto, habrá de resolver la urgencia. Su competencia profesional y personalidad jugarán un papel decisivo.

CUIDADOS Y TIPOS DE INTERVENCIÓN EN LAS URGENCIAS

PSIQUIÁTRICAS Hay, esquemáticamente, cuatro tipos de intervención en el abordaje y tratamiento de urgencias psiquiátricas: a) Intervención verbal: la comunicación es primordial. Con las transacciones explícitas, la ganancia siempre es alta y los riesgos menores. La comunicación debe ser directa, comprensiva, persuasiva y firme. b) Intervención farmacológica: referida al empleo adecuado, seguro y  juicioso de los psicofármacos que, en la actualidad, constituyen recurso de privilegio técnico en el tratamiento. Así, es indispensable el conocimiento cabal de la psicofarmacología. c. Intervención física: implica restricción por la fuerza humana o contención mecánica. Será necesaria en algunos casos para proteger al paciente mismo o a los demás. El médico comandará con seguridad las acciones evitando involucrarse personalmente en actos de fuerza; la experiencia demuestra que cuando los pacientes se restablecen suelen agradecer el habérseles cuidado. d. Solicitud de ayuda: que deberá ser hecha sin demora, cuando la situación lo requiera, al especialista o a las entidades que en casos singulares deben intervenir.

EVALUACIÓN DE LA URGENCIA PSIQUIÁTRICA La aproximación al paciente en urgencia psiquiátrica es, en principio, similar a la de cualquier urgencia médica. En el curso de la intervención la entrevista tomará la dirección que la información y los hallazgos le indiquen para establecer el diagnóstico. La entrevista y el examen se adecuarán, lógicamente, a las circunstancias. Si, por definición, la urgencia demanda intervención pronta, hay que ser, sin embargo, cuidadosos y conservadores ante la sospecha de un cuadro orgánico; igualmente, en algunas urgencias de etiología psicológica es pertinente obtener toda la información posible, pues podría tomarse difícil su consecución ulterior. El médico debe realizar una rápida evaluación mental y proceder al examen físico, recordando que muchas enfermedades orgánicas ti enen una expresión psicológica. Siempre considerará seriamente las ideas e intentos de suicidio u homicidio, así como los riesgos de agresión. Si la información ofrecida por el paciente no fuera digna de crédito o hubiere imposibilidad de obtenerla directamente, se recurrirá a los familiares o

acompañantes. En la evaluación debe ponerse especial énfasis en lo siguiente:

1. HISTORIA CLÍNICA - Referencia detallada de la queja principal - Cambios recientes en el curso de su vida (especialmente enfermedades físicas y pérdidas). - Niveles de ajuste anteriores a la urgencia. - Uso de drogas. - Historia anterior de enfermedades médicas psiquiátricas y respuesta al tratamiento. - Historia familiar. - Historia personal.

2. EXAMEN MENTAL Debe realizarse de forma tan completa como sea posible, siguiendo las pautas señaladas en el capítulo 2.

3. EXAMEN FÍSICO En los casos difíciles, debe ser realizado con la inmediatez que la situación de urgencia demande.

4. SOLICITUD DE EXÁMENES AUXILIARES PERTINENTES

5. DISPOSICIONES Y TRATAMIENTO De acuerdo a las disquisiciones clínicas y al diagnóstico presuntivo.

URGENCIAS PSIQUIÁTRICAS PRIORITARIAS

1. EL PACIENTE SUICIDA Las ideas, la amenaza y el intento de suicidio son causa importante de urgencia psiquiátrica. Farberow clasifica los pacientes suicidas en cuatro grupos: - Los que conciben el suicidio como el paso a una vida mejor. - Los que cometen el suicidio como consecuencia de psicosis asociada a alucinaciones. - Aquellos que cometen el suicidio como venganza contra una persona amada. - Aquellos de edad avanzada para quienes el suicidio es una liberación. Se considera que hay una relación entre suicidio o intentos de suicidio y enfermedades de diferente tipo. Factores importantes incluyen alcoholismo, abuso de drogas, depresión, esquizofrenia, trastornos de pánico, situaciones vitales agudas o de gran tensión. En cuadros orgánicos con conducta proclive al suicidio se citan los pacientes afectos de enfermedades crónicas, así como aquellos que están en diálisis renal. Se han elaborado diversas escalas para evaluar el riesgo de suicidio. Mencionaremos una que considera, en orden decreciente de gravedad, los siguientes factores: - Amenaza continua de muerte - Psicosis - Depresión acentuada - Alcoholismo - Intentos anteriores - Psicosis previas - Notas suicidas - Método violento - Enfermedad crónica - Cirugía reciente o parto

- Pérdida grave reciente - Dependencia a drogas - Hipocondría - Edad por encima de 45 años (sexo masculino) - Homosexualidad - Depresión leve - Aislamiento social - Desajuste económico - Ruina económica - Ausencia de ganancia secundaria aparente En la evaluación del paciente sospechoso de riesgo suicida debe preguntársele, en forma directa, si desearía que todo terminara. Si la respuesta es afirmativa, el médico deberá decidir si libera al paciente para seguirlo en control ambulatorio o si indica su internamiento. No todos los pacientes con ideación suicida deben hospitalizarse. La determinación dependerá de algunas consideraciones, por ejemplo: si se presenta como pensamiento obsesivo, se le tranquilizará; si el intento fue manipulatorio o si manifiesta arrepentimiento, podrá ser enviado a consulta externa psiquiátrica. Por el contrario, deben hospitalizarse los pacientes que hayan hecho un intento suicida serio; los que no muestran arrepentimiento; los que tienen intensos sentimientos de culpa y expresan que estarían mejor muertos; los ancianos con enfermedad crónica; los pacientes con alucinosis alcohólica; los esquizofrénicos con alucinaciones auditivas que les ordenan matarse. El médico, en los casos de alto riesgo, no debe asumir sólo la responsabilidad, debe compartirla con los familiares y, en el hospital, con el equipo asistencial. Es obvio señalar que hay intentos suicidas que deben recibir la atención médica y cuidados generales, según sea el caso, como detener el sangrado, proveer respiración con oxígeno, mantener las vías aéreas permeables, etc. Y si el intento se ejecutó con sustancias tóxicas o hay intoxicación por medicamentos deberán efectuarse los procedimientos correspondientes. El paciente con ideación o intento suicida necesita ayuda, cuidado y simpatía. No debe formularse críticas ni juicios sobre su estado. La actitud del médico debe, siempre, transmitir esperanza. (Ver capítulo 20: 5.5.)

DEPRESIÓN Los trastornos depresivos adquieren el rango de urgencia psiquiátrica por el peligro de suicidio. Son indicadores de riesgo las siguientes características clínicas: inicio relativamente abrupto, insomnio terminal, inquietud, pérdida de los intereses, disminución del apetito, mengua de la libido, sentimientos de desesperanza, retracción social progresiva, emergencia de delusiones de culpa y pensamiento de minusvalía, impresión de que lo vivido ha sido un fracaso y que no hay porvenir. En tales casos, se impone el internamiento, los cuidados de enfermería solícitos y la medicación antidepresiva que puede ser acompañada inicialmente de ansiolíticos. El electrochock es la terapéutica de elección en casos de alto riesgo suicida. El paciente deprimido puede intentar el suicidio en cualquiera de los estadios de la depresión. Ya no debe pensarse que será mayor el riesgo cuando aquella se está resolviendo. En los trastornos distímicos (depresión neurótica), si bien el riesgo de suicidio es mucho menor que en la depresión mayor, no deja de ser una posibilidad.

3. ANSIEDAD Y PÁNICO La ansiedad es una de las manifestaciones psiquiátricas más frecuentes. En la ansiedad o angustia se vive fundamentalmente una amenaza a los sistemas de seguridad personal. Es un estado afectivo sumamente desagradable e intolerable. El cortejo sintomático y signológico de la ansiedad se caracteriza por: torturante sentimiento vital de opresión, desasosiego y tensión nerviosa, impresión de estar a merced de amenazas imprecisas, expresión facial característica, manifestaciones neurovegetativas, tales como: midriasis, palidez facial, sudores profusos, taquicardia, taquipnea, diarrea, sequedad de boca, disminución del apetito, insomnio, hipertensión e hipoglucemia. A lo expuesto, se agregan otros síntomas como tensión muscular, cefalea, polaquiuria, etc. (Ver capítulos de Semiología y de Trastornos de Angustia). Los ataques de pánico, caracterizados por episodios breves de ansiedad intensa, surgen súbitamente, alcanzan su máximo rápidamente y no están asociados a situaciones amenazantes de la vida ni agotamiento físico o estímulo fóbico. Se acompañan de un acentuado temor a morir, a volverse loco o a perder la razón, junto a una sensación de falta de aire o asfixia y predominio de síntomas vegetativos de gran intensidad. Pueden estar asociados a agorafobia y superponerse a los demás trastornos de ansiedad como la ansiedad generalizada, la ansiedad situacional o a los trastornos obsesivo-compulsivos. (Ver capítulos respectivos). Es importante, desde el punto de vista del diagnóstico diferencial, tener en

cuenta que una serie de enfermedades orgánicas cursan con ansiedad: - Angina de pecho - Cafeinismo - Delirio - Crisis epilépticas parciales complejas - Hipoglucemia - Hipoxia - Intoxicación por drogas psicoestimulantes - Embolia pulmonar - Taquicardia paroxística - Tirotoxicosis Después de excluidas las causas orgánicas citadas, hay que tratar de resolver la situación de ansiedad o pánico. Hay que establecer una buena relación emocional con el paciente, escucharlo y reasegurarlo. Realizados los exámenes físicos y si los resultados son negativos, debe mostrársele que se trata de un problema psíquico y no orgánico; hay que evitar fraseos como que "no tiene nada" o que son "cosas de su imaginación". Hay que ser cautos y evitar afirmar que el trastorno no se repetirá. Debe señalársele que su condición requiere y tiene tratamiento. Se prescribirán ansiolíticos: Diazepan (Diazepam o Valium) 10 mg. V.O., o de ser necesario, por V.I. sin dilución, y muy lentamente para evitar el riesgo de depresión y paro respiratorio; Lorazepam (Ativan) 1-2 mg V.O.; Alprazolam (Xanax) 0.5-1 mg V.O. Las dosis pueden ser repetidas una hora después, hasta amenguar los síntomas o producir sedacción. En los ataques de pánico se indica alprazolam (Xanax) 0.5-1 mg V.O. 3-4 veces al día para alcanzar una dosis óptima de 6 mgr. Puede administrarse Diazepan (Diazepam, Valium, etc.) 10 mgr. V.O. o I.V. En el trastorno de pánico el tratamiento de largo plazo se hace con alprazolam, antidepresivos (clorimipramina, Anafranil) o con inhibidores de la monoaminoxidasa. En caso de tendencia grave al suicidio deberá internarse al paciente. La ansiedad, cuyo sustrato tenga una enfermedad orgánica, deberá tener en cuenta la etiología respectiva. Sólo con mucho cuidado se indicarán benzodiacepínicos (Ver capítulo 28 de Psicofarmacología).

4. TRASTORNOS DISOCIATIVOS (Estado de fuga psicógena) Como un tipo de los trastornos de disociación el paciente puede sufrir una fuga súbita e inesperada del hogar o del trabajo y adoptar una nueva identidad. Hay alteración de la conciencia con perplejidad y aturdimiento, además de amnesia para recordar los acontecimientos ocurridos en tal estado. La etiología es psicógena (Ver capítulo 12 de T. Disociativos). La recuperación del estado es generalmente rápida y completa. La psicoterapia de apoyo y la modificación ambiental tienen cabida. En algunos casos se puede emplear el narcoanálisis. 5. TRASTORNOS DE CONVERSIÓN (Trastorno disociativo motor) Conocida anteriormente como Neurosis Conversiva se caracteriza por pérdida o alteración del funcionamiento físico que compromete los órganos bajo control neurológico, sensorial o motor. Es expresión de un conflicto o necesidad psicológica y no tiene base orgánica. El narcoanálisis puede aclarar el origen de los síntomas. El tratamiento de fondo empleará diversos tipos de psicoterapia (Ver capítulo 27 de Psicoterapia de Apoyo).

6. TRASTORNOS DE ADAPTACIÓN Caracterizados por reacciones de desajuste a los problemas que se confronta en la vida diaria (problemas situacionales interpersonales, ruptura de una relación afectiva, estrés del ejecutivo, incremento de responsabilidades). Se manifiesta por ansiedad, depresión o trastorno del comportamiento. Se exterioriza desesperanza, llanto, incapacidad para resolver la situación, insomnio y fatiga. Se tratará con la técnica de intervención en crisis, clarificando los factores precipitantes, estableciendo una buena relación y dando apoyo; de ser necesario, se indicarán ansiolíticos: Diazepan (Diazepan o Valium) 5-10 mg V.O. 1 a 3 veces al día; si hay inquietud marcada, se dará al paciente Diazepan 10 mg I.V. y, de haber síntomas depresivos, se prescribirá antidepresivos. (Ver Capítulo 28 Psicofarmacología).

7. AGITACIÓN, VIOLENCIA Agitación es la actividad motora exagerada, desorganizada, asociada a exaltación y excitabilidad mental. Se presenta en los cuadros psicóticos, trastornos no-psicóticos y en trastornos mentales orgánicos. Es también, parte constitutiva de los cuadros de agresión o violencia.

Violencia o agresión, es la acción espontánea o reactiva que descarga estímulos nocivos o dañinos sobre otros organismos o el propio. La agitación psicomotriz puede presentarse como sintomatología grave de diversos trastornos: de adaptación, angustia intensa, pánico, esquizofrenia, manía, orgánico cerebrales y otros. Hay una serie de causas médicas que pueden producir síntomas de agitación: - Tóxicas: Drogas simpaticomiméticas, digitalismo, cafeinismo, psicoestimulantes - Abstinencia del alcohol o drogas hipnosedantes. - Metabólicas: Hiper o hipotiroidismo, hipoglicemia, síndrome carcinoide, etc. - Cardiovasculares: Angina, infarto, arritmias. En el abordaje al paciente violento o agudamente agitado, el médico tendrá calma, dominará su propio temor, no rechazará al paciente ni lo ridicularizará. Si éste es altamente violento deberá protegerle así como al personal auxiliar, de posibles daños. En los casos de pacientes violentos con ideas homicidas orientadas a alguna persona en particular, es necesario hacérselo saber a ésta última. En la violencia de grado extremo hay que sedar al paciente: Diazepan (Diazepan o Valium) 10-20 mg I.V. lenta, o Haloperidol (Haldol) 5-10 mg I.M. que se repetirá a los 30-60 minutos, de ser necesario, hasta aliviar los síntomas o producir sedación. Las dosis serán, de preferencia, bajas y repetidas para evitar la sobremedicación. Supervisión adecuada de los signos vitales es indispensable. En tirotoxicosis con ansiedad o agitación psicomotriz debe evitarse el empleo de haloperidol, especialmente por vía parenteral.

8. PSICOSIS AGUDAS Se trata de un diagnóstico sindrómico. El paciente presenta agitación, hiperactividad autonómica, alucinaciones y delusiones. Pueden presentarse en la manía, esquizofrenia, trastornos esquizofreniformes, psicosis por anfetamina y una serie de enfermedades médicas y neurológicas que pueden semejar los trastornos psiquiátricos mayores. Las indicaciones terapéuticas son similares a las empleadas en casos de agitación y violencia.

9. MANÍA Nos referimos a la fase de manía del trastorno bipolar en la que se presenta

euforia, elación, exaltación de las tendencias instintivas, verborrea, fuga de ideas y agitación. Debe indicarse Diazepan (Diazepám o Valium) 10-20 mg I.V. lento; o cloropromazina (Largactil) 25-50 mg I.M. cada 4, 6 u 8 horas; o Haloperidol (Haldol) 5-10 mg cada 6 horas. El tratamiento de fondo será con haloperidol, cloropromazina, tioproperacina o carbonato de litio. Los pacientes deben ser internados y se aconsejará a la familia tomar las providencias necesarias por la posibilidad de dispendios económicos.

10. ESQUIZOFRENIA En esta psicosis hay perturbación de la personalidad, trastornos delusivos del pensamiento (de autoreferencia, persecusión, daño, etc.) alteraciones de la percepción (alucinaciones) con ausencia de conciencia de enfermedad. Pueden desarrollar agitación o agresión. El médico que atienda la urgencia debe conversar con el paciente, convencerlo que acepte la medicación y la hospitalización. La actitud será sobria, realista y firme. Para la sedación se utiliza diazepam (Diazepán o Valium), cloropromazina (Largactil) o haloperidol (Haldol), en la misma forma indicada para la manía. En los casos que lo requieran, mientras que la medicación surta efecto, puede, transitoriamente y para evitar que el paciente se dañe o dañe a otros, recurrirse a la restricción física. El tratamiento de fondo consistirá en la indicación de cloropromazina, haloperidol o trifluoperazina (Ver capítulos 12 y 28).

11. ESQUIZOFRENIA CATATÓNICA Tipo de esquizofrenia que puede generar urgencias psiquiátricas tanto en sus manifestaciones de estupor como de agitación. Tanto en uno como en la otra debe indicarse neurolépticos o terapia electroconvulsiva. Tales situaciones requieren de hospitalización obligada.

12. DELIRIO Síndrome que se manifiesta por anublamiento de conciencia, con disminución del contacto con el entorno, desorientación cronopsíquica, alteraciones perceptivas (ilusiones y alucinaciones) y, a menudo, agitación. El delirio puede presentarse como consecuencia de diversas causas médicas como: - Tóxicas: Uso de drogas: anticolinérgicas, hipnosedantes, digitálicas,

cimetidina, glucocorticoides y otras. Abuso de drogas: alcohol, anfetamina, inhalación de sustancias volátiles. - Síndrome de abstinencia: Alcohol, hipnosedantes. - Endocrinopatías: Hipo o hipertiroidismo y otras. - Metabólicas: Uremia, pancreatitis, hipoglicemia, encefalopatía hepática, deficiencias vitamínicas de la serie B y ácido nicotínico y otras. - Neurológicas: De diversa índole. El tratamiento ideal será el etiológico. Sólo de ser muy necesario se empleará haloperidol (Haldol) 1-2 mg V.O. 2 a 3 veces al día, diazepam, a las dosis recomendadas, o trifluoperazina (Stelazine) 1 mg I.M.

13. DEMENCIA Estos pacientes pueden tornarse agitados o agresivos en situaciones diversas. La medicación debe ser cuidadosamente administrada, de preferencia en dosis bajas; está proscrita la indicación de barbitúricos por provocar confusión y depresión. Debe utilizarse Haloperidol, Diazepan o Tioridazina (Meleril). (Ver capítulos 10 y 28).

14. ALCOHOLISMO Se presentan diferentes matices en la urgencia psiquiátrica debidas al alcoholismo. El alcohólico inveterado sufre de trastornos crónicos hepáticos, cerebrales y cardiovasculares y, por las deficiencias nutricionales agregadas, suele ser proclive a las infecciones. Puede mostrar además, anormalidades de conducta debidas a psicosis asociada, hipoglicemia, y hemorragia subaracnoidea. En todos estos casos debe considerarse la necesidad de hospitalización. a). En la Embriaguez Patológica, hay conducta compulsiva, furiosa, desorganizada. Debe sedarse al paciente y, de ser necesario, indicar restricción física transitoria. b) En el Delirium Tremens, los cuidados deben administrarse en hospital general. Se atenderán las carencias nutritivas y las posibles complicaciones (neumónicas y cardiovasculares). De requerirse psicofármacos debe utilizarse la clorpromazina (Largactil) 100 mg V.O. 3-4 veces al día o tioridazina (Meleril) a la misma dosis. Dar Tiamina 100 mg. IM y, luego, 100 mg V.O. t.i.d.* *·Resulta muy útil el uso de Lorazepan, 2 mg. V.O. c/2 hrs. Hasta que ceda el cuadro. Más de 12 mg.

Por día es rara vez necesario. (Nota del Editor).

c) En la Alucinosis Alcohólica , por el riesgo de suicidio u homicidio, debe internarse al paciente en una institución psiquiátrica. Se utilizará neurolépticos (Ver capítulo 21 de Alcoholismo).

15. SITUACIONES DE CRISIS EMOCIONAL H. Rotondo, siguiendo a C. Caplan, indica que las crisis emocionales denotan breves desequilibrios psicológicos que ocurren, ocasionalmente, cuando una persona se enfrenta a problemas que están más allá de su capacidad de comprensión y resolución. Este autor resume las intervenciones necesarias para resolver tales situaciones del siguiente modo: a) Explorar activamente la situación actual por la que atravieza el individuo para identificar el o los sucesos precipitantes y focalizar el problema emocional básico inmediato, identificando a las personas significativas implicadas. b) Considerar situaciones análogas del pasado y formularse para sí la dinámica de la situación actual. a) Formular al paciente su problema, tan cuidadosamente como sea posible. La integración cognoscitiva puede promover el retorno a un estado previo de equilibrio con incremento de la habilidad de comprensión y disminución de la angustia y de otros síntomas. - Revisar con el paciente sus logros o avances en resolver la crisis presente. - Evitar comprometerse en discusiones prolongadas de problemas crónicos. - Indicar las modificaciones ambientales, orientación de régimen de vida y otros que puedan atenuar un estrés similar ulterior. - Aceptar que el paciente, en muchos casos, no requiere o no desea ayuda profesional ulterior.

16. REACCIONES A LAS FENOTIAZINAS Los neurolépticos provocan una serie de efectos secundarios: extrapiramidales, distonías con espasmo de torsión del cuello, trismus, crisis óculo-céfalo-gíricas, acatisia y taquicinesia, ansiedad y excitación. Se corrigen con la administración de trihexifenidil (Artane) 2 mg V.O. o 5 biperideno (Akinetón) 2 mg V.O. ó 5 mg I.M. o prometazina (Fenergán) 25 mg I.M. Ulteriormente, habrá de indicarse las correcciones de dosis necesarias agregando, de ser necesario, la medicación antiparkin-soniana citada, al

esquema terapéutico regular.

LECTURAS RECOMENDADAS

1. DOUGLAS, A., RUND-JEFFERY, C., HUTZLER. Psiquiátrica en casos de urgencia. México, Edit. LIMUSA S.A. de C.V., 1991. 2. KERCHER, Eugene y MOORE, Gregory (Editores). Aspectos Psiquiátricos de la Medicina de Urgencia de Norteamérica. Vol. 1, Mc. Graw-HillInteramericana de España, 1991. 3. FAUMAN BEVERLY, J. "Other Psychiatric emeregencies". In: KAPLAN, M. F. y SADOCK, B. J. (Editores). Comprehensive Textbook of Psychiatry VI (Sexta Edición). Baltimore, Willians & Wilkins, 1995. 4. GOLDMAN, Beth & LEVY, Roland. " Emergency Psychiatry" In: GOLDMAN, Howard. Review of General Psychiatry. Ed. Appleton & Lange, 1995. 5. JANICAK, P. G., DAVIS, J. M., PRESKORN S. H. & A y d. F.J. Jr. Principles and Practice of Psychopharmacotherapy. Baltimore, Williams & Wilkins, 1993. 6. JOBE, Thomas & Winer Yecma. "Paciente violento". En: FLAHERTY, Joseph, DAVIS,John & PHILIPS, Yanick. Psiquiatría: diagnóstico y tratamiento. Segunda edición. Porto Alegre, Artes Médicas, 1995. 7. KAPLAN, Harold y SADOCK, Benjamin. Manual de Psiquiatría de Urgencias, Editorial Médica Panamericana, 1996. 8. ROY, Alec. "Suicide". In: KAPLAN, M, F. & SADOCK, B. J. (Editores) Comprehen-sive textbook of Psychiatry VI. Sexta edición. Baltimore, Willians & Wilkins, 1995.

CAPÍTULO 26: PRUEBA DE CONOCIMIENTOS URGENCIAS PSIQUIÁTRICAS

1. La urgencia psiquiátrica puede presentarse en condiciones que:

( ) Señalan alteraciones psicológicas agudas. ( ) Implican riesgo de daño personal o interpersonal. ( ) Evidencian un comportamiento profundamente desorganizado. ( ) Son válidas las dos primeras. ( ) Todas son válidas. 2. Una de las intervenciones no corresponde al manejo de la urgencia psiquiátrica: ( ) Verbal. ( ) Farmacológica. ( ) Física. ( ) Rehabilitativa. ( ) Solicitud de ayuda. 3. No es factor contributorio al suicidio: ( ) Alcoholismo. ( ) Disociación. ( ) Depresión. ( ) Esquizofrenia. ( ) Abuso de drogas. 4. Es tratamiento de elección en casos de alto riesgo suicida: ( ) Ansiolíticas. ( ) Litio. ( ) Antidepresivo. ( ) Electrochoque. ( ) Antipsicóticos. 5. Los ataques de pánico se caracterizan por:

( ) Ser episodios breves de intensa ansiedad. ( ) Acentuar el temor a morir o volverse loco. ( ) Ceden fácilmente mediante la reaseguración verbal. ( ) Son válidas las dos primeras. ( ) Son válidas la segunda y tercera. 6. En los trastornos disociativos: ( ) Hay recuperación parcial. ( ) Hay recuperación total. ( ) La etiología es psíquica. ( ) Son válidas las dos primeras. ( ) Son válidas la segunda y la tercera.

7. La agitación psicomotora puede presentarse en los siguientes trastornos, menos en: ( ) Esquizofrenia. ( ) Manía. ( ) T. Orgánico cerebral. ( ) Fobias. ( ) Epilepsia. 8. En la violencia de grado extremo se debe dar el siguiente tratamiento: ( ) Diazepam 10-20 mg IV lento. ( ) Haloperidol 5-10 mg IM repetible. ( ) Amitriptilina 100 mg, oral, cada 4 hrs. ( ) Son válidas las dos primeras. ( ) Todas son válidas.

9. En la esquizofrenia catatónica debe indicarse de preferencia: ( ) Fluoxetina 20-40 mg. ( ) Moclobemida 300-600 mg. ( ) Electrochoque. ( ) Psicoterapia cognitiva. ( ) Litio 900-1200 mg. 10. En el Delirium Tremens no debe usarse ( ) Clorpromazina. ( ) Tioridazina. ( ) Barbitúricos. ( ) Haloperidol. ( ) Trifluoperazina.

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