Una y Otra Vez: La Vida en La Experiencia de Cada Día - Leonel Grimal Salazar

August 12, 2017 | Author: Libros Catolicos | Category: Love, Christmas, God, Prayer, Faith
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Descripción: Una y Otra Vez: La Vida en La Experiencia de Cada Día - Leonel Grimal Salazar...

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UNA Y OTRA VEZ

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Leonel Grimaldo Salazar UNA Y OTRA VEZ La vida en la experiencia de cada día

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Prólogo “La vida es un camino en el que nos encontramos con los otros. Si nos colaboramos en ese recorrido vamos a llegar más fácil y con mayor seguridad al final”. Y sin duda es éste el espíritu que me empuja a desear compartir con todos los lectores las historias siguientes… No son sólo historias, son experiencias de vida, son motivos para que podamos fortalecer nuestro diario caminar y desean ser luces que iluminen el camino de aquellas personas que buscan orientación y apoyo. Durante mucho tiempo, no sólo meses sino años, incluso, he ido recibiendo y coleccionando un sinnúmero de mensajes. Agradezco la colaboración de quienes los compartieron conmigo, pues con el fin de animar mis momentos difíciles. Ahora deseo compartir con otros la riqueza y la sabiduría de estos escritos. Quienes me hayan ofrecido alguna vez su consejo y su ayuda, sabrán que su esfuerzo no fue en vano. Sin lugar a dudas est recopilación contribuirá en la búsqueda que todos hacemos de la fidelidad.

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Amor y amistad A

LOS AMIGOS

No puedo darte soluciones para todos los problemas de tu vida, no tengo respuestas para tus dudas o temores, pero puedo escucharte y compartirlos contigo. No puedo evitar que tropieces. Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas. Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos. Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz. No juzgo las decisiones que tomas en la vida, me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides. No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar, pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer. No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parte el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo. No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser. Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo. JORGE LUIS BORGES Para reflexionar: ¿Dejas en libertad a tus amigos para que puedan ser ellos mismos? ¿Apoyas desinteresadamente las decisiones de tus amigos? ¿Permites que los demás sean artífices de su propio aprendizaje?

AMOR

PURO

Éramos la única familia en el restaurante con un niño. Yo senté a Daniel en una silla para niños y me di cuenta que todos estaban tranquilos comiendo y charlando. De repente, Daniel pegó un grito con ansia y dijo: –¡Hola amigo! –golpeando la mesa con sus gorditas manos. Sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su boca mostraba la falta de dientes en su encía. Con mucho regocijo él se reía y se retorcía. Yo miré 5

alrededor y vi la razón de su regocijo. Era un hombre andrajoso, con un abrigo en su hombro, sucio, grasoso y roto. Sus pantalones eran anchos y con el cierre abierto hasta la mitad, sus dedos se asomaban a través de lo que fueron unos zapatos, su camisa estaba sucia y su cabello no había recibido una peinilla por largo tiempo. Sus patillas eran cortas y muy poquitas y su nariz tenía tantas venitas que parecía un mapa. Estábamos un poco lejos de él para saber si olía, pero seguro que olía mal. Sus manos comenzaron a menearse para saludar: –¡Hola bebito! ¿Cómo estás muchachón? –le dijo el hombre a Daniel. –Mi esposa y yo nos miramos: ¿qué hacemos? Daniel continuó riéndose y contestó: –¡Hola, hola amigo! Todos, en el restaurante, nos miraron y luego miraron al pordiosero. El viejo sucio estaba incomodando a nues​tro hermoso hijo. Nos trajeron nuestra comida y el hombre comenzó a hablarle a nuestro hijo como un bebé. Nadie creía que era simpático lo que el hombre estaba haciendo. Obviamente él estaba borracho. Mi esposa y yo estábamos avergonzados. Comimos en silencio. Menos Daniel que estaba súper inquieto y mostrando todo su repertorio al pordiosero, quien le contestaba con sus niñadas. Finalmente, terminamos de comer y nos dirigimos hacia la puerta. Mi esposa fue a pagar la cuenta y le dije que nos encontraríamos en el estacionamiento. El viejo se encontraba muy cerca de la puerta de salida. –Dios mío: ayúdame a salir de aquí antes de que este loco le hable a Daniel –dije orando, mientras caminaba cerca al hombre–. Le di un poco la espalda tratando de salir sin respirar ni un poquito del aire que él pudiera estar res​pirando. Mientras yo hacía esto, Daniel se volvió rápidamente en dirección hacia donde estaba el viejo y puso sus brazos en posición de “cárgame”. Antes de que yo se lo impi​die​ra, Daniel se abalanzó desde mis brazos hacia los brazos del hombre. Rápidamente el muy oloroso viejo y el joven niño consumaron su relación amorosa. Daniel, en un acto de total confianza, amor y sumisión, recargó su cabeza sobre el hombro del pordiosero. El hombre cerró sus ojos y pude ver lágrimas corriendo por sus mejillas. Sus viejas y maltratadas manos llenas de cicatrices, dolor y duro trabajo, suave, muy suavemente, acariciaban la espalda de Daniel. Nunca dos seres se habían amado tan profundamente en tan poco tiempo. Yo me detuve aterrado. El viejo hombre se meció con Daniel en sus brazos por un momento, luego abrió sus ojos y me miró directamente a los míos. Me dijo en voz fuerte y segura: –Usted cuide a este niño. De alguna manera le contesté: 6

–Así lo haré –con un inmenso nudo en mi garganta–. Él separó a Daniel de su pecho, lentamente, como si tuviera un dolor. Recibí a mi niño, y el viejo hombre me dijo: –Dios le bendiga, señor. Usted me ha dado un hermoso re​galo. No pude decir más que un entrecortado: –¡Gracias! Con Daniel en mis brazos, caminé rápidamente hacia el carro. Mi esposa se preguntaba por qué estaba llorando y sosteniendo a Daniel tan apretadamente. Y por qué yo estaba diciendo: –¡Dios mío, Dios mío, perdóname! Yo acababa de presenciar el amor de Cristo a través de la inocencia de un pequeño niño que no vio pecado, que no hizo ningún juicio. Un niño que vio un alma. Y unos padres que vieron un montón de ropa sucia. Yo fui un cristiano ciego, cargando un niño que no lo era. Yo sentí que Dios me estuvo preguntando: –¿Estás dispuesto a compartir tu hijo por un momento, cuando Él compartió a su Hijo por toda la eternidad? Para reflexionar: ¿Somos capaces de dar muestras de amor sincero a los demás? ¿La mayor parte del tiempo tenemos comportamientos como los de Daniel o como el de sus papás? ¿Recordamos algún acontecimiento similar a nivel personal o cercano?

CREO

EN TI, AMIGO

Creo en ti amigo: Si tu sonrisa es como un rayo de luz que alegra mi exis​tencia. Si tus ojos brillan de alegría al encontrarnos. Si compartes mis lágrimas y sabes llorar con los que lloran. Si tu mano está abierta para dar y tu voluntad es gene​rosa para ayudar. Si tus palabras son sinceras y expresan lo que siente tu corazón. Si sabes comprender bondadosamente mis debilidades y me defiendes cuando me calumnian. Si tienes valor para corregirme amablemente. Si sabes orar por mí, y brindarme buen ejemplo. 7

Si tu amistad me lleva a amar más a DIOS y a tratar mejor a los demás. Si no te avergüenzas de ser mi amigo en las horas tristes y amargas. Para reflexionar: ¿Eres capaz de ser un verdadero amigo? ¿Recuerda algunos acontecimientos en los que te has sentido amado sinceramente por alguien. ¿Te avergüenzas de los demás cuando se equivocan?

DI:

TE AMO

Después de varios años de matrimonio descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer. En realidad había sido idea de mi esposa. –Tú sabes que la amas –me dijo un día, tomándome por sorpresa–. La vida es muy corta, dedícale tiempo. –Pero yo te amo a ti –protesté. –Lo sé. Pero también la amas a ella. La otra mujer a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi madre, viuda desde hace unos años, pero las exigencias de mi trabajo y mis hijos hacían que sólo la visitara ocasionalmente. Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine. –¿Qué te ocurre? ¿Estás bien? –me preguntó. Mi madre es el tipo de mujer para quien una llamada tarde en la noche o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias. –Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo, –le respondí–. ¡Los dos solitos! ¿Qué opinas? Reflexionó sobre ello un momento. –Me gustaría muchísimo –dijo. Ese viernes, mientras conducía para recogerla después de mi trabajo, me encontraba nervioso. Era el nerviosismo que antecede una cita... y ¡por Dios, cuando llegué a su casa, vi que ella también estaba muy emocionada! Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo puesto. Se había rizado el pelo y usaba el vestido con el que celebró su último aniversario de bodas. Su rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel. –Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo y se mos​traron muy emocionadas –me comentó mientras su​bía a mi auto. No podrán esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada. Fuimos a un restaurante no muy elegante, pero sí muy acogedor. Mi madre se 8

aferró a mi brazo como si fuera “La Primera Dama de la Nación”. Cuando nos sentamos tuve que leerle el menú. Sus ojos sólo veían grandes figuras. Cuando iba por la mitad de las entradas, levanté la vista. Mi mamá estaba sentada al otro lado de la mesa y sólo me miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios. –Era yo quien te leía el menú cuando eras pequeño, ¿recuerdas? –Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolverte el favor –respondí. Durante la cena tuvimos una agradable conversación. Nada extraordinario. Sólo ponernos al día uno con la vi​da del otro. Hablamos tanto que nos perdimos el cine. –Saldré contigo otra vez, pero sólo si me dejas invitar, –dijo mi madre cuando la llevé a su casa. Asentí. La besé, la abracé. –¿Cómo estuvo la cita? –quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche. –Muy agradable, gracias, mucho más de lo que imaginé –le contesté. Días más tarde mi madre murió de un infarto. Todo fue tan rápido que no pude hacer nada. Al poco tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos cenado mi madre y yo, y una nota que decía: –La cena está pagada por anticipado. Estaba casi segura que no podría estar allí. Pero igual pagué para dos: para ti y tu esposa. Jamás podrás entender lo que aquella noche significó para mí. ¡Te amo! En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo “TE AMO” y de darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen. Para reflexionar: ¿Eres capaz de sacarle tiempo a los demás? ¿Con frecuencia le haces notar a tus seres queridos lo importantes que son para ti? ¿Si algún ser querido muriera en cinco minutos, te sentirías tranquilo porque fuiste capaz de decirle TE AMO?

EL ÁNGEL Y EL AMIGO Un ángel no nos escoge, Dios nos lo asigna. Un amigo nos toma de la mano y nos acerca a Dios. Un ángel tiene la obligación de cuidarnos. Un amigo nos cuida por amor. Un ángel te ayuda evitando que tengas problemas. Un amigo te ayuda a resolverlos. Un ángel te ve sufrir sin poderte abrazar. Un amigo te abraza porque no te quiere ver sufrir. 9

Un ángel te ve sonreír y observa tus alegrías. Un amigo te hace sonreír y te hace parte de sus alegrías. Un ángel sabe cuándo necesitas que alguien te escuche. Un amigo te escucha, sin decirte lo que necesitas. Un ángel, en realidad, es parte de tus sueños. Un amigo comparte y lucha para que tus sueños sean una realidad. Un ángel siempre está contigo ahí; no sabe extrañarnos. Un amigo, cuando no está contigo, no sólo te extraña, también piensa en ti. Un ángel vela tu sueño. Un amigo sueña contigo. Un ángel aplaude tus triunfos. Un amigo te ayuda para que triunfes. Un ángel se preocupa cuando estás mal. Un amigo se desvive porque estés bien. Un ángel recibe una oración tuya. Un amigo hace una oración por ti. Un ángel te ayuda a sobrevivir. Un amigo vive por ti. Para un ángel eres una misión que cumplir. Para un amigo es la oportunidad de conocer lo más hermoso que hay en la vida: “El amor y la amistad”. Un ángel quisiera ser tu amigo. Un amigo, sin proponérselo, también es tu ángel. Para reflexionar: ¿Eres capaz de soñar con tus amigos? ¿Crees que los demás sí te consideran su amigo por la manera de ser tú con ellos? Recuerda que un amigo no es el que da cosas, sino el que comparte la vida.

EL CIELO Y EL INFIERNO Un hombre, su caballo y su perro iban por una carrete​ra. Cuando pasaban cerca de un árbol enorme cayó un rayo y los tres murieron fulminados. Pero el hombre no se dio cuenta de que ya había abandonado este mundo, y prosiguió su camino con sus dos animales (a veces los muertos tardan un cierto tiempo antes de ser conscientes de su nueva condición...). La carretera era muy larga y colina arriba. El sol era muy intenso y ellos estaban sudados y sedientos. En una curva del camino vieron un magnifico portal de mármol, que conducía a una plaza pavimentada con adoquines de oro. El caminante se dirigió al hombre que custodiaba la entrada y entabló con él el siguiente diálogo: –Buenos días. –Buenos días –respondió el guardián. –¿Cómo se llama este lugar tan bonito? 10

–Esto es el cielo. –¡Qué bien que hayamos llegado al cielo, porque estamos sedientos! –Usted puede entrar y beber tanta agua como quiera. Y el guardián señaló la fuente. –Pero mi caballo y mi perro también tienen sed... –Lo siento mucho –dijo el guardián– pero aquí no se permite la entrada a los animales. El hombre se levantó con gran disgusto, puesto que tenía muchísima sed, pero no pensaba beber solo. Dio las gracias al guardián y siguió adelante. Después de caminar un buen rato cuesta arriba, ya exhaustos los tres, llegaron a otro sitio, cuya entrada estaba marcada por una puerta vieja que daba a un camino de tierra rodeado de árboles. A la sombra de uno de los árboles había un hombre echado, con la cabeza cubierta por un sombrero. Posiblemente dormía. –Buenos días –dijo el caminante–. El hombre respondió con un gesto de la cabeza. –Tenemos mucha sed, mi caballo, mi perro y yo. –Hay una fuente entre aquellas rocas –dijo el hombre indicando el lugar–. Pueden beber toda el agua que quieran. El hombre, el caballo y el perro fueron a la fuente y calmaron su sed. El caminante volvió atrás para dar las gracias al hombre. –Pueden volver siempre que quie​ran –le respondió éste. –A propósito, ¿cómo se llama este lugar? –preguntó el hombre. –CIELO. –¿El cielo? –¿Sí? –¡Pero si el guardián del portal de mármol me ha dicho que aquello era el cielo! –Aquello no era el cielo. Era el infierno –contestó el guardián. El caminante quedó perplejo. –¡Deberá prohibir que utilicen su nombre! ¡Esta información falsa debe provocar grandes confusiones! –advirtió el hombre. –¡De ninguna manera! –increpó el hombre–. En realidad, nos hacen un gran favor, porque allí se quedan todos los que son capaces de abandonar a sus mejores amigos... PAULO COELHO Para reflexionar: Jamás abandones a tus verdaderos amigos aunque ello te produzca 11

inconvenientes personales. Si ellos han estado dándote su amor y compañía has contraído una deuda: “No abandonarlos nunca”. Porque: hacer un amigo es una gracia… Tener un amigo es un don… Conservar un amigo es una virtud… ser un amigo es un honor.

EL COCODRILO,

LA MAMÁ Y EL NIÑO

En un día caluroso de verano en el sur de la Florida, un niño decidió ir a nadar en la laguna detrás de su casa. Salió corriendo por la puerta trasera, se tiró al agua y comenzó a nadar feliz sin darse cuenta de que un cocodrilo se le acercaba. Su mamá, desde la casa, lo miraba por la ventana, y vio con horror lo que sucedía. Enseguida corrió, hacia su hijo gritándole lo más fuerte que podía. Oyéndole, el niño se alarmó y se dirigió nadando hacia su mamá. Pero fue demasiado tarde. Desde el muelle la mamá agarró al niño por sus brazos justo cuando el cocodrilo le agarraba sus piernitas. La mujer jalaba, con toda la fuerza de su corazón. El cocodrilo era más fuerte, pero la mamá era mucho más apasionada y su amor no la abandonaba. Un señor que escuchó los gritos se apresuró hacia el lugar con una pistola y mató al cocodrilo. El niño sobrevivió y, aunque sus piernas sufrieron bastante, aún pudo llegar a caminar tiempo después. Cuando superó el trauma, un periodista le preguntó al niño si le quería enseñar las cicatrices de sus pies. Levantó la colcha y se las mostró. Pero entonces, con gran orgullo, se remangó las mangas y señalando hacia las cicatrices en sus brazos le dijo: –Pero las que usted debe ver son éstas. Eran las marcas de las uñas de su mamá que habían presionado con fuerza. “Las tengo porque mamá no me soltó y me salvó la vida”. Para reflexionar: ¿Sientes un amor tan grande por alguien como para dar la vida por él? Recuerda algún o algunos casos en que hayas estado dispuesto a “todo” por amor. ¿Tienes cicatrices por amor?

EL CONEJO Y EL PERRO Un señor le compró un conejo a sus hijos. Los hijos del vecino, le pidieron una mascota al padre. El hombre compró un cachorro de pastor alemán. 12

El vecino exclamó: –¡Pero él se comerá a mi conejo! –De ninguna manera, mi pastor es cachorro. Crecerán juntos, serán amigos. Yo entiendo mucho de animales. No habrá problemas. Y, parece que el dueño del perro tenía razón. Juntos crecieron y amigos se hicieron. Era normal ver al conejo en el patio del perro y al revés. Los niños, felices observaban cómo ambos vivían en armonía. Un viernes, el dueño del conejo fue a pasar un fin de semana en la playa con su familia. El domingo, a la tardecita, el dueño del perro y su familia tomaban una merienda, cuan​do entra el pastor alemán a la cocina. Traía al conejo entre los dientes, sucio de sangre y tierra... muerto. Casi matan al perro de tanto agredirlo. Decía el hombre: –El vecino tenía razón, ¿y ahora? La primera reacción fue pegarle al perro, desterrar al animal como castigo. En unas horas los vecinos iban a llegar. –¿Qué hacemos? –todos se miraban. El perro, llorando afuera, lamía sus heridas. –¿Pensaron en los niños y en su dolor? No se sabe exactamente de quién fue la idea, pero dijeron: –¡Vamos a bañar al conejo, dejarlo bien limpiecito, después lo secamos con el secador y lo ponemos en su casita en el patio! Como el conejo no estaba en muy mal estado, así lo hicieron. Hasta perfume le pusieron al animalito. –Quedó lindo, “parecía vivo” –decían los niños. Y allá lo pusieron, con las piernitas cruzadas, como si estuviese durmiendo. Luego, al llegar los vecinos se sintieron los gritos de los niños. ¡Lo descubrieron! No pasaron ni cinco minutos hasta cuando el dueño del conejo vino a tocar a la puerta. Blanco, asustado. Parecía que había visto un fantasma. –¿Qué pasó? ¿Qué cara es ésa? –El conejo... el conejo... –¿El conejo qué? ¿Qué tiene el conejo? –¡Murió! –¿Murió? –¡Murió el viernes! –¿El viernes? –¡Fue, antes de que viajáramos, los niños lo enterraron en el fondo del patio! La historia termina aquí. Lo que ocurrió después no importa. Ni nadie lo sabe. El 13

gran personaje de esta historia es el perro. Imagínense al pobrecito, desde el viernes, buscando en vano por su amigo de la infancia. Después de mucho olfatear, descubrió el cuerpo enterrado. ¿Qué hace él? Probablemente con el corazón partido, desentierra al amigo y va a mostrárselo a sus dueños, imaginando poder resucitarlo. El hombre tiene la tendencia a juzgar anticipadamente los acontecimientos sin verificar lo que ocurrió realmente. Para reflexionar: Recuerda algún caso donde hayas juzgado anticipadamente a alguien. Recuerda ahora, cómo te has sentido cuando alguien te ha juzgado sin esperar tu explicación. ¿Te has comportado alguna vez como la pareja del perro y el conejo?

EL NIÑO DE

LAS LÁGRIMAS DE ORO

Dice el cuento que en aquellos años maravillosos, en un bello pueblecito había una hermosa familia, la cual era dueña de muchas propiedades y ganado, donde el patrón, dueño casi de toda la comarca, daba trabajo a todo el pueblo y ayudaba a los más necesitados; pero en un caso particular, ayudaba a una familia muy necesitada. De dicha familia formaba parte un pequeño niño que estaba paralítico, el cual adoraba al rico hacendado por su buen corazón. Con ellos el patrón era más compasivo y les regalaba cuanta cosa se le atravesara pensando que podría hacer feliz con ello al enfermito niño. En la misma época se levantó en armas un famoso general que tenía más grande la inteligencia y la soberbia que el cuerpo. Dicho general se fue apoderando de todas las regiones por donde pasaba para formar en dichos sitios los campamentos para sus ejércitos. Un día difícil, el general y sus ejércitos llegaron a la comarca y a las haciendas del buen señor y, al igual que plagas, se apoderaron y vulneraron el feliz lugar. El buen hacendado jamás fue partícipe de la violencia o las causas guerrilleras que sólo dejan más rencor que beneficios, y con merecida razón no quiso conceder, lo que con tanto esfuerzo había cosechado, a aquellos haraganes armados: sus terrenos, cosechas y haciendas. En consecuencia, el general tomó aquella valiente posición del hacendado como un insulto y encarceló a aquella formidable familia, con lo que la comarca quedó desolada, despojada y triste. Con el buen hombre encarcelado la población quedó pobre, sin trabajo y además sin los medios necesarios para sostener a sus familias. Pero nuestro pequeño amiguito, al no ver a su grandioso amigo, enfermó más de lo que ya estaba y lloraba mucho por la ausencia de su benefactor. Dada la tristeza del pequeño y sus lágrimas, su padre tomó el estropeado 14

carretón, lo enganchó a la vieja mula y partió de su casa con todo y familia pensando que con ello el pequeño lograría olvidar a su benefactor amigo y su salud mejoraría. A pocas leguas del trayecto se encontraron al general que venía de campaña. Quien obviamente les detuvo en el camino. Acto seguido el general preguntó: –¿Hacia donde se dirigen? –Vamos de paseo, señor –le contestó el afligido padre. –Vaya, vaya; –sonrió el general… –de paseo y con toda una casa andante, no mi amigo; soy general precisamente porque nadie me puede engaña. Y dio la inmediata orden de detenerles y encarcelarles por tratar de huir. El viejo carretón fue conducido a un lugar muy diferente al que el padre del pequeño deseaba para que sanara, fue a parar al campamento del ejército donde les despojaron de lo poco y todo lo que tenían, incluso la silla improvisada del enfermo niño, dejándolo en los brazos de su padre, a quien se le salían las lágrimas de ver las penurias en que se encontraba ahora su familia. De pronto, el general dio la orden de sacar a los reos para su conteo y entre las filas, el pequeño niño vio a un hombre golpeado y ensangrentado. Gritándole de inmediato a su papá: –¡Papá, papá, el patrón, el patrón! –Hijo cállate por favor, cállate. –No –dijo el general–; déjelo, ¿quién es el patrón muchachito? –El señor alto, el señor alto, señor general. Respondió el pequeño. Inmediatamente trajeron a la presencia del general al desvanecido exbeneficiario de la comarca y el niño se puso feliz al verlo. Preguntó el general: –¿Por qué te ve con tanto cariño este pequeño? –Pregúntele al niño, contestó aquel hombre. El golpe que no se hizo esperar derrumbó al ya maltra​ta​do hombre. El niño empezó nuevamente a llorar pidien​do que no le golpearan. Enfadado el general gritó: –Cállate escuincle –le dijo, espantando al pequeñín–, el cual rom​pió a llorar. –No golpee a mi amigo, señor general, el patrón es muy bueno. El general enfadado levantó la mano tratando de abofetear al niño, pero el padre del pequeño tomó en el descuido a un soldado, quitándole de la mano la espada y se la puso en la garganta al general. –¿Sabe, general?, sólo Dios puede tocar a mi familia y a usted no le veo aureola, además sus lagrimitas valen más que el oro, de ese tipo de oro que jamás habrá en sus arcas. 15

De inmediato los soldados tratan de desarmar al padre que por su familia sacó el león que llevaba dentro y el general ordenó dejarlo en paz porque nunca había visto tanto valor en un hombre aun con tanta desventaja. –Vete en paz con tu familia y devuelvan todo lo que les quitaron. –No papá, si nos vamos, dejaremos solo a mi amigo y él está muy enfermo; debemos quedarnos a cuidarle, por favor papá, el también nos quiere mucho, no podemos irnos y dejarlo. Aquí lo tratan muy mal. El papá voltea a ver al general, quien le dice al niño: –No llores pequeño esas lagrimitas por poco me dejan sin cuello y no he logrado tanta lealtad en mis súbditos como la tuya con este ricachón. Dejen libre al amigo de este pequeño con toda su familia, parece que nuestra causa no es la del pueblo, así que inmediatamente nos marcharemos. –No cabe duda amiguito –dijo el acaudalado–, viví estos meses en la pesadumbre y creía que Dios tendría que bajar a ayudarme para salir de ese calvario, pero me envió a un angelito que me ha salvado con sus lágrimas, tus lágrimas de oro. Desde ese día volvió la calma y la prosperidad a la comarca y el hacendado y el pequeño aún se reúnen. Para reflexionar: ¿Tratas a los demás con amor? ¿Qué siembras en la vida de los demás? ¿Eres fiel al amor que te dan tus semejantes?

LA

AMISTAD ES...

Una mano que siempre sostiene la tuya estés donde estés sin que importe la cercanía o la distancia. Un amigo siempre está ahí, siempre atento. Un amigo es una sensación de eternidad en el corazón. Un amigo es la única puerta que siempre está abierta. Un amigo es alguien a quien puedes darle tu llave. Un amigo es una de las cosas más bellas que puedes tener y una de las mejores que puedes ser. Para reflexionar: El hombre no puede vivir aislado. Recuerda que cada compañero de jornada es un amigo que te ayuda y a quien tú también debes ayudar. La cooperación existe entre todas las cosas creadas. Procura también tú cooperar con todo y con todos en beneficio de la tierra que te acoge 16

bondadosamente permitiendo tu desarrollo. Ayuda siempre y no te desanimes jamás.

LECCIONES

DE AMOR

En mi primer día de labores como profesor adjunto de pedagogía en la universidad, entré en el aula sintiéndome preso de una terrible angustia. Un frío silencio fue la respuesta de la clase atestada, a mi tímida sonrisa y breve saludo. Revisé un momento mis anotaciones e inicié, balbuciente, mi disertación. Nadie parecía hacer​me el menor caso. En ese momento advertí la presencia, en la quinta fila, de una joven de porte tranquilo, vestida de blanco, de piel bronceada, ojos vivaces color castaño y cabellera dorada. Su animado semblante y sonrisa cordial me alentaron a seguir adelante. Atenta a mi exposición, ella asentía con la cabeza o con un “sí”, y tomaba notas. Proyectaba la reconfortante sensación de interés cuando yo trataba de transmitir de manera tan insegura. Empecé a dirigirme a ella, y recobré la confianza y el entusiasmo. Minutos después, me atreví a pasar la mirada por toda el aula. Los demás estudiantes habían empezado a atender y tomaban notas. Aquella extraordinaria muchacha me había sacado del aprieto. Al terminar la lección revisé la lista en busca de su nombre, se llamaba Laura. En las siguientes semanas leí sus trabajos. Redactaba con creatividad, sensibilidad y fino sentido del humor. Yo había pedido a mis discípulos que pasaran a verme a mi oficina durante el semestre escolar y aguardaba con especial interés a Laura. Deseaba decirle cómo me había salvado aquel día y alentarla a que desarrollara sus cua​lidades de persona considerada y perspicaz. Pero jamás se presentó. Unas cinco semanas después de iniciado el semestre, se ausentó durante dos semanas. Pregunté la causa de su ausencia a los estudiantes que se sentaban cerca de ella y me sorprendió enterarme de que ni siquiera sabían su nombre. Recordé la aguda observación de Albert Schweitzer: “Estamos todos tan juntos, y sin embargo, todos estamos muriendo de soledad...”. Fui a ver a la directora administrativa de la sección de mujeres. En cuanto mencioné el nombre de Laura, la dama se sobresaltó y exclamó: –Oh, lo siento mucho; supuse que usted estaba enterado. Laura se había suicidado. Ella tenía apenas veintidós años. El don divino de su individualidad se había perdido para siempre. Llamé por teléfono a sus padres. La ternura con que su madre se refirió a ella me indicó que la habían amado, pero era obvio para mí que ella no se había sentido amada. –¿Qué estamos haciendo? –pregunté a un colega–. Nos ocu​pamos demasiado en enseñar cosas. ¿De qué sirvió ha​ber enseñado a Laura a leer, escribir, hacer cuentas, si jamás le inculcamos lo que realmente necesitaba aprender? No le enseñamos a vivir jubilosamente, a apreciarse justamente, y a tener conciencia 17

de su propia dignidad. Quise ayudar a quienes necesitan sentirse amados. Daría un curso acerca del amor. Me pasé varios meses buscando en libros algo que pudiera servirme, pero fue poco lo que hallé. Casi todos los textos trataban el tema con un enfoque sexual o romántico. Era escaso lo que había sobre el amor en general. Sin embargo, consideré que si yo actuaba como facilitador, mis discípulos y yo podríamos enseñarnos mutuamente a aprender juntos. Llamé al curso “Lecciones de amor”. Propuse a mis alumnos que se puede aprender a amar en cualquier momento de la vida, si estamos dispuestos a dedicarle el tiempo, la energía y la práctica necesarios. Pocos faltaban a una sola sesión de “Lecciones de amor”. Los participantes tenían que apretarse unos junto a otros a medida que llevaban consigo a sus padres, hermanos, amigos, cónyuges e incluso abuelos. Una de las prime​ras cosas que intenté aclarar fue la importancia del contacto físico: “¿Cuántos de nosotros hemos abrazado fuertemente en la última semana a alguien que no fuera el novio, la novia o a su cónyuge?”. Pocos levantaban la mano. Una estudiante afirmó: –Siempre temo que se interpreten mal mis intenciones. –La risa nerviosa que cundió me reveló que muchos compartían éste punto de vista. Me siento afortunado de haber crecido en el seno de una familia en que nos abrazábamos mucho. Yo asocio los abrazos con un género de amor más universal. Pero si tú temes que te interpreten mal, comunícale tus sentimientos a quien estás abrazando. Para aquellos que realmente se sientan molestos si los abrazan, bastará un fuerte apretón de ambas manos para satisfacer su necesidad de caricias. Iniciamos la costumbre de abrazarnos unos a otros al final de cada sesión. Con el tiempo, los abrazos se convirtieron en forma habitual de saludo en la universidad, entre los alumnos de mi curso. Jamás concluíamos una sesión sin un plan para compartir amor. Cierta ocasión, decidimos expresar gratitud a nuestros padres, lo cual suscitó reacciones memorables: para uno de los estudian​tes, excelente jugador del equipo de fútbol de la universidad, la tarea resultó en especial incómoda. Sentía un gran amor, pero era incapaz de expresarlo. Tuvo que armarse de gran valor y determinación para ir a la sala de su hogar, hacer que su padre se pusiera de pie y darle un fuerte abrazo. Le dijo: –Te quiero, papá –y lo besó–. Al hombre se le llenaron los ojos de lágrimas y musitó: –Lo sé, hijo. Yo también te quiero. Para reflexionar: ¿Te amas a tí mismo? 18

¿Le has dicho a tus seres queridos que los amas? Si no lo has hecho decídete hoy mismo a hacerlo, no esperes a que esa persona muera para demostrarle cuánto la amas. Ahora es el tiempo, mañana puede ser tarde.

AMIGO... Un día, cuando era estudiante de secundaria, vi a un com​pa​ñero de mi clase caminando de regreso a su casa. Se llamaba Kyle. Iba cargando todos sus libros y pensé: ¿Por qué se estará llevando a su casa todos los libros el vier​nes? ¡Debe ser un “nerd”! Yo ya tenía planes para todo el fin de semana: fiestas y un partido de fútbol con mis amigos el sábado por la tarde, así que me encogí de hombros y seguí mi camino. Mientras caminaba, ví a un montón de chicos corriendo hacia él, cuando lo alcanzaron, le tiraron todos sus libros y le hicieron una zancadilla que lo tiró al suelo. Vi que sus anteojos vola​ron y cayeron en el pasto como a tres metros de él. Miró hacia arriba y pude ver una tremenda tristeza en sus ojos. Mi corazón se estremeció, así que corrí hacia él mientras gateaba buscando sus anteojos. Vi lágrimas en sus ojos. Le acerqué a sus manos sus anteojos y le dije: –¡Esos chicos son unos tarados, no deberían hacer esto! Me miró y me dijo: –¡Hola, gracias! Había una gran sonrisa en su cara; una de esas sonrisas que mostra​ban verdadera gratitud. Lo ayude con sus libros. Vivía cerca de mi casa. Le pregunté por qué no lo había visto antes y me contó que se acababa de cambiar de una escuela privada. Yo nunca había conocido a alguien que fuera a una escuela privada. Caminamos hasta su casa. Lo ayudé con sus libros; parecía un buen chico. Le pregunté si quería jugar al fútbol el sábado, conmigo y mis amigos, y aceptó. Estuvimos juntos todo el fin de semana. Mientras más conocía a Kyle, mejor nos caía, tanto a mí como a mis amigos. Llegó el lunes por la mañana y ahí estaba Kyle con aquella enorme pila de libros de nuevo. Me paré y le dije: –Hola, vas a sacar buenos músculos si cargas todos esos libros todos los días. Se rió y me dio la mitad para que le ayudara. Durante los siguientes cuatro años, Kyle y yo nos convertimos en los mejores amigos. Cuando ya estábamos por terminar la secundaria, Kyle decidió ir a la Universidad de Georgetown y yo a la de Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, que la distancia no sería un problema. Él estudiaría medicina y yo administración, con una beca de fútbol. Kyle fue el orador de nuestra generación. Yo lo cargaba todo el tiempo diciendo que era un “nerd”. Llegó el gran día de la graduación. Él preparó el discurso. Yo estaba feliz de no ser el que tenía que hablar. Kyle se veía 19

realmente bien. Era una de esas personas que realmente se había encontrado a sí mismo durante la secundaria, había mejorado en todos los aspectos y se veía bien con sus anteojos. ¡Tenía más citas con chicas que yo y todas lo adoraban! ¡Caramba! Algunas veces hasta me sentía celoso... Hoy era uno de esos días. Pude ver que él estaba nervioso por el discurso, así que le di una palmadita en la espalda y le dije: –Vas a ver que estarás genial, amigo. Me miró con una de esas miradas (realmente de agradecimiento) y me sonrió. –Gracias –me dijo–. Limpió su garganta y comenzó su discurso: –La gradua​ción es un buen momen​to para dar gracias a todos aquellos que nos han ayudado a través de estos años difíciles: tus padres, tus maestros, tus hermanos, quizá algún entrenador... pero principalmente a tus amigos. Yo estoy aquí para decirles a ustedes, que ser amigo de alguien es el mejor regalo que podemos dar y recibir, y a propósito, les voy a contar una historia. Yo miraba a mi amigo incrédulo, cuan​do comenzó a contar la historia del primer día que nos conocimos. Aquel fin de semana él tenía planeado suicidarse. Habló de cómo limpió su armario y por qué llevaba todos sus libros con él, para que su mamá no tuviera que ir después a recogerlos a la escuela. Me miraba fijamente y me sonreía. –Afortunadamente fui salvado. Mi amigo me salvó de hacer algo irreme​diable. Yo escuchaba con asombro cómo este apuesto y popular chico contaba a todos ese momento de debilidad. Sus padres también me miraban y me sonreían con esa misma sonrisa de gratitud. Recién en ese momento me di cuenta de lo profundo de sus palabras: “Nunca subestimes el poder de tus acciones: con un pequeño gesto, puedes cambiar la vida de otra persona, para bien o para mal”. Para reflexionar: ¿Alguna vez has presenciado una situación como la de los jóvenes que tiran los libros de Kyle? ¿Qué has hecho para remediar la situación? ¿Te contentas con pensar y actuar como lo hace la mayoría?

ESTABA

SEGURO DE QUE VENDRÍAS

–Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo –dijo un soldado a su teniente. –Permiso denegado –replicó el oficial– no quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto. El soldado, no hizo caso a la prohibición, salió y una hora más tarde regresó gravemente herido, transportando el cadáver de su amigo. El oficial estaba 20

furioso: –¡Ya le dije yo que había muerto! Dígame: ¿Merecía la pena ir allá para traer un cadáver? Y él soldado, moribundo, respondió: –¡Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: ¡Estaba seguro de que vendrías! Para reflexionar: ¿Has sido capaz de enfrentar la autoridad por defender a alguien? ¿Te has sentido feliz de ayudar a otra persona? Recuerda que un amigo es aquel que llega cuando todo el mundo se ha ido.

AMIGO… Amigo, trátame con pureza: No me catalogues, no soy un objeto. No me etiquetes, no soy mercadería. No me juzgues, no soy tu reo. No me acuses, no eres mi fiscal. No me condenes, no eres mi juez. No me enmarques, no soy espejo ni cuadro. No me definas, soy un misterio. No me minimices, soy más complejo de lo que crees. No me divulgues, no soy un producto o una cosa. No me vulgarices, soy alguien muy especial. No me apuntes, no soy un blanco de tiro. No me idolatres, no soy un ídolo. No me calumnies, tengo el derecho a la verdad de los hechos. No me difames, tengo el derecho de ser quien soy. No me esquematices, soy más libre de lo que te imaginas. No creas demasiado en mí, soy falible. No dudes siempre de mí, soy más verdad que error. Recuerda siempre que: Soy gente como tú. 21

Soy humano como tú. Soy limitado como tú. Soy hijo de Dios como lo eres tú. Trátame como gente y como hermano y serás para mí aquello que no lograste ver en mi persona: ¡Un amigo de verdad! Para reflexionar: ¿Has visto y tratado a los demás respetando su libertad que tienen de ser ellos mismos? ¿Te encanta que tus amigos te envuelvan y manipulen tu vida? ¿Has conocido experiencias donde se manipule la amistad?

NAVIDAD

ES…

Navidad no es una fecha histórica para recordar. Es un presente que hay que vivir: Cuando decides amar a los que te rodean, ese día es Navidad. Cuando decides dar un paso de reconciliación con el que te ha ofendido, ese día es Navidad. Cuando te encuentras con alguien que te pide ayuda y lo socorres, ese día es Navidad. Cuando te tomas el tiempo para charlar con los que están solos, ese día es Navidad. Cuando comprendes que los rencores pueden ser transformados a través del perdón, ese día es Navidad. Cuando te desprendes aun de lo que necesitas, para dar a los que tienen menos, ese día es Navidad. Cuando renuncias al materialismo y al consumismo, ese día es Navidad. Cuando eliges vivir en la alegría y la esperanza, ese día es Navidad. Para reflexionar: ¿Vivo la Navidad como una fecha más de la vida? ¿Comparto la Navidad como si fuera algo separado de los demás días del año? Recuerda que la Navidad no es una fecha, debe ser cada día de la vida.

SEIS

REGLAS DEL AMOR

1. Cuando dos personas se aman, no importa la distancia ni importa la edad. 22

2. Si dos personas quieren estar juntas, lo único que importa es el amor que se tienen. 3. No incluyas a otra persona para olvidarte de la o el que amas. 4. No rompas con la persona que amas sólo porque otra persona proteste de que ustedes dos están juntos. 5. Bajo ninguna circunstancia te dejes utilizar. 6. Si amas a una persona díselo, no importa la respuesta; creo que no hay nada que perder al hacerlo. Para reflexionar: ¿Eres consciente del amor por ti mismo y por otras personas? ¿Eres capaz de enfrentarte a otros por defender ese amor? Recuerda que el amor es un don de Dios, Él es amor.

SOBRAN LAS

PALABRAS

Queda tan sólo una profunda reflexión sobre esos “gran​des maestros” que son los niños y la reconfortante sensación de que el ser humano tiene aspectos que le en​grandecen y le hacen trascender... Nunca sabes qué es lo que va a decir o a hacer un niño, es sorprendente: 1. Al autor y orador Leo Buscaglia se le solicitó una vez que fuera parte del jurado en un concurso. El propósito del concurso era encontrar al niño más cariñoso. El ganador fue un niño de 4 años cuyo vecino era un ancia​no a quien recientemente le había fallecido su esposa. El niño al ver al hombre llorar, fue al patio de la casa del viejito, se subió a su regazo y se sentó. Cuando su mamá le preguntó qué le había dicho al vecino, el pequeño niño le contestó: –Nada; sólo le ayudé a llorar. 2. La maestra Debbie Moon de Primer grado estaba discutiendo con sus alumnos la pintura de un grupo familiar. Había un niño en la pintura que tenía el cabello de color diferente al del resto de los miembros de la familia. Uno de los niños del grupo sugirió que el niño de la pintura era adoptado y una niña compañera del grupo le dijo: –Yo sé todo de adopciones por que yo soy adoptada. –¿Qué significa ser adoptado? –preguntó otro niño. –Significa –dijo la niña– que tú creces en el corazón de tu mamá en lugar de crecer en su vientre. 3. Una niña de 4 años con su pediatra. Mientras el doctor revisaba los oídos de la niña, le preguntó: –¿Crees que me encontraré al pájaro Abelardo ahí dentro? La niña permaneció 23

en silencio. En seguida el doctor tomó la paleta para la lengua y revisó su garganta. El doctor le preguntó de nuevo: –¿Crees que me encontraré al monstruo galletero ahí dentro? –de nuevo la niña no contestó nada. El doctor puso el estetoscopio en el pecho de la niña. Mientras escuchaba su corazón le preguntó: –¿Crees que escucharé a Barney ahí dentro? –Oh no! –contestó la niña– ¡Dios está en mi corazón. Barney esta pintado en mis pantys! 4. Una vez conducía hacia mi casa desde el trabajo y me detuve para ver un juego de béisbol de las pequeñas ligas que había en un parque cercano a mi casa. Cuando me estaba sentando en la banca de la línea de primera base, le pregunté a uno de los niños cuál era el marcador. –Estamos abajo 4 a 0 –contestó con una sonrisa. –¿En serio? –le dije–. Tengo que admitir que no pareces muy desanimado. –¿Desanimado? –dijo el niño con una cara de confusión– ¿Por qué estar desanimado? Aún no hemos tenido turno al bate. 5. Siempre que estoy decepcionada de mi vida, me detengo a pensar en el pequeño Jamie Scott. Jamie estaba intentando conseguir una parte en una obra en la escuela. Su mamá me dijo que el niño había puesto su corazón en ello, aun así ella temía que no sería elegido. El día que las partes de la obra fueron repartidas, yo estuve en la escuela. Jamie salió corriendo con gran emoción y los ojos brillantes de orgullo. –Adivina qué mamá –gritó, y dijo las palabras que permanecerán como una lección para mí–: he sido elegido para aplaudir y animar. 6. Una “lección para el corazón” es mi hija de 10 años, Sara, quien nació sin un músculo de uno de sus pies, para lo cual usa un aparato todo el tiempo. Un hermoso día de primavera llegó de la escuela y me dijo que había competido en las carreras de los eventos deportivos de la escuela. Debido al soporte de su pierna empecé a pensar rápidamente en algo qué decirle para darle valor y animar a mi Sara, cosas que pudiera decir acerca de no dejar que esto la desanimara, pero antes de que yo pudiera decir algo ella dijo: –¡Papi... gané dos de las carreras. ¡No podía creerlo! Y después dijo: –Tuve ventaja. –Ahhh, lo sabía. 24

Pensé que debieron de haberla dejado correr a la cabeza, primero que los demás. Pero una vez más, antes de que yo pudiera decir una palabra, ella dijo: –Papi, no me dejaron correr primero que los demás. Mi ventaja fue tener que trotar más fuerte que los demás. 7. Un testigo de Nueva York en un frío día de diciembre: Un niño de 10 años estaba frente a una tienda de zapatos en el camino, descalzo, apuntando a través de la vitrina y temblando de frío. Una señora se acercó al niño y le dijo: –Mi pequeño amigo, ¿qué estás mirando con tanto interés en la ventana de una zapatería? –Le estaba pidiendo a Dios que me diera un par de zapatos –fue la respuesta del niño. La señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda, le pidió al empleado que le diera media docena de pares de calcetines para el niño. Preguntó si podría darle un recipiente con agua y una toalla. El empleado rápidamente le trajo lo que pidió. Ella se llevó al niño a la parte trasera de la tienda, se quitó los guantes, le lavó los pies al niño y se los secó con la toalla. Para entonces el empleado llegó con los calcetines. La señora le puso un par de los calcetines y le compró un par de zapatos. Juntó el resto de los calcetines y se los dio al niño, lo acarició en la cabeza y le dijo: –¡Espero, pequeño amigo, que te sientas más cómodo ahora! Mientras ella daba la vuelta para irse, el niño la alcanzó de la mano y mirándola con lágrimas en los ojos le preguntó: –¿Es usted la esposa de Dios? Para reflexionar: ¿Eres capaz de ver las cosas con la sencillez de un niño? ¿Te detienes a ver los pequeños detalles de la vida cada día? ¿Acepto los comentarios y enseñanzas de los niños?

UN SUEÑO DE

NAVIDAD

El otro día a escondidas escuché una conversación entre María y José. Era María la que hablaba. –José, tuve un sueño. No lo entiendo realmente, pero creo que era sobre la celebración del cumpleaños de nuestro hijo. Sí, era sobre eso. La gente se estuvo preparando durante varias semanas. Habían decorado la casa y estaban comprando ropa nueva. Iban y volvían a los almacenes comprando regalos muy lindos. Sin embargo, aunque parezca extraño, los regalos no eran para nuestro 25

hijo. Los empacaron en papeles muy bonitos, los amarraron con moños muy hermosos y luego los colocaron en un árbol. Sí, un árbol en medio de la casa. El árbol también estaba decorado. Las ramas adornadas con bolas y guirnaldas. Había una silueta encima del árbol. Parecía un ángel. ¡Todo era muy bonito! Todos gozaban y sonreían. La gente estaba emocionada con los regalos. Se abrazaron unos a otros. Pero, ¿sabes José?, no había nada para nuestro hijo. Me pregunto si siquiera lo conocían. Nadie mencionaba su nombre. ¿No te parece muy curioso que se hagan tantos preparativos para celebrar el cumpleaños de alguien que no se conoce?... Yo tenía, incluso, la extraña impresión de que nuestro hijo los hubiera molestado si hubiese venido a la fiesta. Todo era tan bonito; todos estaban tan contentos, pero yo tenía ganas de llorar. Es muy triste para Jesús no ser invitado a la celebración de su propio cumpleaños. Menos mal que sólo fue un sueño. Sería terrible si esa fuera la realidad. No escuché lo que respondió José. Me retiré discretamente. Sentí la necesidad de reflexionar sobre la manera como yo preparo la celebración de la Navidad. Es tan fácil olvidar lo esencial... Para reflexionar: ¿Has pensado alguna vez en la manera como las personas más necesitadas celebran una Navidad? ¿Has tratado de compartir y alegrar la vida de alguien? ¿Has reflexionado en la manera como la sociedad de consumo y las diversas clases sociales celebran la Navidad?

VIVIR Y AMAR Vivir es llegar a donde todo comienza, amar es ir a donde nada termina. Vive como si fuera temprano. Reflexiona como si fuera tarde. Siente lo que dices con cariño. Di lo que piensas con esperanza. Piensa lo que haces con fe. Haz lo que debes con amor. La vida revela la verdad. La verdad nos ilumina el camino. El camino nos conduce a amar. El amor nos hace vivir.

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La razón del amar la encontramos viviendo. El sentido de vivir lo encontramos amando. Para reflexionar: ¿Si tu muerte fuera hoy cómo estarías en AMOR? ¿Vives cada día con sentido de agradecimiento? ¿Eres capaz de experimentar el amor a diario?

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Dios SÓLO DIOS Sólo Dios puede dar la fe; pero tú puedes dar testimonio. Sólo Dios puede dar la esperanza; pero tú puedes transmitirles confianza a tus hermanos. Sólo Dios puede dar amor; pero tú puedes enseñar a amar a los demás. Sólo Dios puede dar la paz; pero tú puedes promover la armonía. Sólo Dios puede dar la fuerza; pero tú puedes sostener al desfallecido. Sólo Dios es el camino; pero tú puedes mostrárselo a los demás. Sólo Dios es la luz; pero tú puedes alumbrarle el camino a tus semejantes. Sólo Dios es la vida; pero tú puedes devolverle a muchos el deseo de vivir. Sólo Dios puede hacer lo que parece imposible; pero tú puedes hacer lo que es posible. Sólo Dios se basta a sí mismo; pero Él prefiere contar contigo. Para reflexionar: A veces le dejamos todo a Dios, sin recordar que Dios nos acompaña pero quiere que nosotros construyamos la vida que queremos vivir. Si Él construyera nuestra vida le diríamos que no nos permite ser libres.

CARTA

DE

DIOS

Eres un ser humano, eres un milagro y eres fuerte, capaz, inteligente y lleno de dones y talentos. Entusiásmate con ello. Reconócete, encuéntrate, acéptate, anímate y piensa que desde este momento puedes cambiar tu vida si te lo propones y te llenas de entusiasmo y sobre todo si te das cuenta de toda la felicidad que pue​des conseguir con sólo desearlo. Eres mi creación más grande. ¡Eres mi milagro! No temas, comienza una nueva vida. No te lamentes nunca. No te quejes. No te atormentes. No te deprimas. ¿Cómo puedes temer si eres mi milagro? Estás dotado de poderes desconocidos para todas las criaturas del universo. ¡Eres único! Nadie es igual a ti. Sólo en ti está aceptar el camino de la felicidad y enfrentarlo y seguir siempre adelante hasta el fin, simplemente porque eres libre. En ti está el poder de no atarte a las cosas. Las cosas no hacen la felicidad. Te hice perfecto para que aprovecharas tu capacidad y no para que te destruyeras con las tonterías. 28

Te di el poder de pensar. Te di el poder de imaginar. Te di el poder de amar. Te di el poder de curar. Te di el poder de determinar. Te di el poder de planificar. Te di el poder de reír. Te di el poder de hablar. Te di el poder de orar.... Y te situé por encima de los ángeles, cuando te di el poder de elección. Te di el poder de elegir tu propio destino, usando tu voluntad. ¿Qué has hecho de esas tremendas fuerzas que te di? ¡No importa! De hoy en adelante olvida tu pasado usando sabiamente ese poder de elección. Elige amar en lugar de odiar. Elige reír en lugar de llorar. Elige crear en lugar de destruir. Elige alabar en lugar de criticar. Elige perseverar en lugar de renunciar. Elige actuar en lugar de aplazar. Elige crecer en lugar de consumirte. Elige vivir en lugar de morir. Elige bendecir en lugar de blasfemar. Y aprende a sentir mi presencia, en cada acto de tu vida. Crece cada día un poco más en el optimismo y la esperanza. Deja atrás los miedos y los sentimientos de derro​ta. Yo estoy a tu lado. Llámame, búscame, acuérdate de mí. Vivo en ti desde siempre y siempre te estoy esperando para amarte. Si has de venir hacia mi algún día... ¡Que sea en este momento! Cada instante que vivas sin mí, es un instante que pierdes de paz. ¡Trata de volverte niño, simple, inocente, generoso, con capacidad de asombro y capacidad para convertirte ante la maravilla de sentirte humano. Porque puedes conocer mi amor, puedes sentir una lágrima, puedes comprender el dolor... ¡No te olvides que eres el milagro! Que te quiero feliz, con misericordia, con piedad, para que este mundo que transites pueda acostumbrarse a reír, siempre que tú... Aprendas a reír... Eres mi milagro, entonces usa tus dones y cambia tu medio ambiente, contagiando esperanza y optimismo, sin temor, porque... yo estoy a tu lado. Atentamente, Dios. Para reflexionar: 29

¿Te sientes como un milagro del amor de Dios? ¿El miedo es el que maneja tu vida o la maneja tu fortaleza y sabiduría? ¿Sientes a los demás como partícipes del mismo milagro de amor?

CONEXIÓN CON LA

GUÍA INTERIOR

Así que has tratado de comunicarte con Dios, y Él ¿no escucha? ¿No has pensado que tal vez seas tú quien no está dispuesto a oír su voz? Hace largo tiempo, los nativos americanos observaron cómo los blancos rezaban a su Dios. Notaron que ellos rezaban y rezaban, pedían y pedían lo que querían, pero nunca hacían silencio para escuchar la respuesta. Aún si estás dispuesto a escuchar, ¿cómo escuchas? y ¿qué es lo que oyes? Desde mi punto de vista, la conexión con la guía interna sólo puede lograrse desde el convencimiento de que no estamos separados de Dios, y que, la sensación de estar separados de Él, es sólo una ilusión. Porque todo lo que vemos en el mundo externo está íntimamente conectado con el mundo interno que llamamos “nosotros”. Las percepciones de nuestros sentidos, nuestros sueños, visiones, sentimientos, emociones, intuiciones, y literalmente todo lo que es generado dentro de nosotros está íntimamente interconectado con el mundo de las estre​llas, los planetas y la vida diaria. Yo he encontrado que esta interrelación va más allá de los conceptos e ideas que la ciencia ha usado para tratar de explicarnos lo que Dios es, y nuestra relación con Él. La ciencia solamente cree en lo que puede percibir y saber directamente, y desde luego existen relaciones que no se pueden evaluar en esta forma. Lo que sí sé, es que existen limitaciones para comunicarse con Dios por medio de palabras, porque ellas no tienen una correlación vibratoria más allá de este universo. La conexión con la guía interna comienza con la fe y con la creencia de que esa conexión es posible. Para mí, esta relación comenzó desarrollándose muy lentamente. Porque en el pasado, cada vez que lograba conectarme, yo mis​mo me encargaba de cerrar la comunicación. ¡Tal vez por miedo a lo desconocido! Pero, con el transcurrir del tiem​po, comencé a ver que el mundo manifiesto estaba vivo y consciente. No solamente los seres vivos dentro de él te​nían vida, sino que todo estaba vivo, hasta las rocas y las nu​bes. Cada vez que lograba una conexión, podía verificar esto un poco más. Y en la medida en que mi creencia se for​ta​lecía, pude percibir que el mundo secreto de Dios me abría sus puertas. ¡AHORA SÉ!, más allá de toda duda, que Dios está vivo dentro de mí y alrededor de mí, y que SOMOS UNO. Sé, sin importar lo que ocurra, que siempre seré Uno con Dios, y que siempre estaré vivo. Tal vez en formas que ahora no comprendo, 30

pero siempre estaré vivo y consciente, y siempre seré Uno con Dios. A nivel de las creencias existe el mundo de la separación, y de acuerdo con esta perspectiva tienes que tener mucho cuidado, porque la vida es peligrosa. Pero en el mundo de la unidad no hay nada que temer. ¿Cuál de las dos posibilidades escoges para ti? Si eres Uno con Dios, entonces confía en ti mismo, y deja de preocuparte por la vida, que ella cuidará de sí misma. Eres completo y perfecto en este mismo momento, y espero que algún día lo descubras. ¿De verdad crees que cabe dentro de lo posible que tu Creador Padre/Madre pueda abandonart​e? DRUNVALO MELCHIZEDEK Para reflexionar: ¿Te sientes Uno con Dios? ¿Qué cosas o situaciones pueden hacer que no te puedas comunicar con Dios?

CONVERSACIÓN CON DIOS HOMBRE: Padre nuestro que estás en los cielos... DIOS: Sí, aquí estoy. HOMBRE: Por favor... no me interrumpa. ¡Estoy rezando! DIOS: ¡Pero tú me llamaste! HOMBRE: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy rezando... Padre nuestro que estás en los cielos... DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente. HOMBRE: ¿Cómo? DIOS: ¡Me llamaste! Tú dijiste: Padre nuestro que estás en los cielos. Estoy aquí. ¿En qué te puedo ayudar? HOMBRE: Pero no quise decir eso. Estoy rezando. Rezo el padrenuestro todos los días, me siento bien rezando así. Es como cumplir con un deber. Y no me siento bien hasta cumplirlo. DIOS: Pero ¿cómo puedes decir Padre nuestro sin pensar que todos son tus hermanos?, ¿cómo puedes decir que estás en los cielos, si no sabes que el cielo es paz, que el cielo es amor a todos?... HOMBRE: Es que realmente no había pensado en eso. DIOS: Pero... prosigue tu oración. HOMBRE: Santificado sea tu nombre... DIOS: ¡Espera ahí! ¿Qué quieres decir con eso?

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HOMBRE: Quiero decir... quiero decir... lo que significa. ¿Cómo lo voy a saber? Es parte de la oración. ¡Sólo eso! DIOS: Santificado significa digno de respeto, santo, sagrado. HOMBRE: Ahora entendí. Pero nunca había pensado en el sentido de la palabra SANTIFICADO. “Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo...”. DIOS: ¿Estás hablando en serio? HOMBRE: ¡Claro! ¿Por qué no? DIOS: ¿Y qué haces tú para que eso suceda? HOMBRE: ¿Cómo qué hago? ¡Nada! Es que es parte de la oración; hablando de eso... sería bueno que el Señor tuviera un control de todo lo que acontece en el cielo y en la tierra también. DIOS: ¿Tengo control sobre ti? HOMBRE: Bueno... ¡Yo voy a la iglesia! DIOS: ¡No fue eso lo que te pregunté! ¿Qué tal el modo en que tratas a tus hermanos, la forma en que gastas tu dinero, el mucho tiempo que das a la televisión, las propagandas por las que corres detrás, y el poco tiempo que me dedicas a mí? HOMBRE: Por favor, ¡para de criticar! DIOS: Disculpa. Pensé que estabas pidiendo que se haga mi voluntad. Si eso fuera a suceder... ¿Qué hacer con aquellos que rezan y aceptan mi voluntad, el frío, el calor, la lluvia, la naturaleza, la comunidad?... HOMBRE: Es cierto, tienes razón. Nunca acepto tu vo​lun​tad, pues reclamo por todo. Si mandas lluvia, pido sol, si mandas sol me quejo del calor, si mandas frío, continúo reclamando; pido salud, pero no cuido de ella, dejo de alimentarme o como mucho. DIOS: Excelente que reconozcas todo eso. Vamos a trabajar juntos tú y yo. Vamos a tener victorias y derrotas. Me está gustando mucho tu nueva actitud. HOMBRE: Oye Señor, preciso terminar ahora, esta oración está demorando mucho más de lo acostum​brado. Continúo... “el pan nuestro de cada día dánoslo hoy”... DIOS: ¡Para ahí! ¿Me estás pidiendo pan material? No sólo de pan vive el hombre sino también de mi Palabra. Cuando me pidas el pan, acuérdate de aquellos que no lo tienen. ¡Puedes pedirme lo que quieras, deja que me vea como un Padre amoroso! Estoy interesado en la última parte de tu oración, continúa... HOMBRE: “Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden...”. 32

DIOS: ¿Y tu hermano despreciado? HOMBRE: ¿Ves? Oye Señor, él me criticó muchas veces y no era verdad lo que decía. Ahora no consigo perdonarlo. Necesito vengarme. DIOS: Pero... ¿y tu oración? ¿Qué quieres decir con tu oración? Tú me llamaste y estoy aquí, quiero que salgas de aquí transformado, me gusta que seas honesto. ¡Pero no es bueno cargar con el peso de la ira dentro de ti! ¿Entiendes? HOMBRE: Entiendo que me sentiría mejor si me vengara. DIOS: ¡No! Te vas a sentir peor. La venganza no es buena como parece. Piensa en la tristeza que me causarías, pien​sa en tu tristeza ahora. Yo puedo cambiar todo para ti. Basta que tú lo quieras. HOMBRE: ¿Puedes? ¿Pero cómo? DIOS: Perdona a tu hermano, y yo te perdonaré a ti y te aliviaré. HOMBRE: Pero, Señor... no puedo perdonarlo. DIOS: ¡Entonces, no me pidas perdón tampoco! HOMBRE: ¡Estás acertado! Pero sólo quería vengarme, quiero la paz, Señor. ¡Está bien, está bien: perdono a todos, pero ayúdame Señor! Muéstrame el camino a seguir. DIOS: Esto que pides es maravilloso, estoy muy feliz contigo. Y tú... ¿Cómo te estás sintiendo? HOMBRE: ¡Bien, muy bien! A decir verdad, nunca me había sentido así. Es muy bueno hablar con Dios. DIOS: Ahora terminemos la oración... prosigue... HOMBRE: “No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal...”. DIOS: Excelente, voy a hacer justamente eso, pero no te pongas en situaciones donde puedas ser tentado. HOMBRE: Y ahora... ¿Qué quieres decir con eso? DIOS: Deja de andar en compañía de personas que te llevan a participar de cosas sucias, secretas. Abandona la maldad, el odio. Todo eso te lleva al camino errado. No uses todo eso como salida de emergencia. HOMBRE: ¡No te entiendo! DIOS: ¡Claro que entiendes! Has hecho conmigo eso varias veces. Vas por el camino equivocado y luego corres a pedirme socorro. HOMBRE: Tengo mucha vergüenza, perdóname Señor. DIOS: ¡Claro que te perdono! Siempre perdono a quien está dispuesto a perdonar también. Pero cuando me vuelvas a llamar acuérdate de nuestra conversación, medita cada palabra que dices. Termina tu oración. 33

HOMBRE: ¿Terminar? Ah, sí, “¡AMÉN!”. DIOS: ¿Y qué quiere decir “Amén”? HOMBRE: No lo sé. Es el final de la oración. DIOS: Debes decir AMÉN cuando aceptas todo lo que quiero, cuando concuerdas con mi voluntad, cuando sigues mis mandamientos, porque AMÉN quiere decir ASÍ SEA, estoy de acuerdo con todo lo que oré. HOMBRE: Señor, gracias por enseñarme esta oración, y ahora gracias también por hacérmela entender. DIOS: Yo amo a todos mis hijos, pero amo más a aquellos que quieren salir del error, a aquellos que quieren ser libres del pecado. ¡Te bendigo, y permanece en mi paz! HOMBRE: ¡Gracias, Señor! ¡Estoy muy feliz de saber que eres mi amigo! Para reflexionar: Cuando rezas, ¿te sientes en oración o sólo repites? ¿Le pides de corazón al Señor que te ayude a ser mejor cada día? Recuerda que orar es comunicarse amigablemente con aquel que sabemos que nos ama.

DIOS

NO SE EQUIVOCA

Hace mucho tiempo, en un reino distante, su monarca no creía en la bondad de Dios. Tenía, sin embargo, un súbdito que siempre le recordaba acerca de esa verdad. En todas las situaciones decía: –Rey mío, no se desanime, porque todo lo que Dios hace es perfecto. ¡Él nunca se equivoca! Un día el rey salió a cazar junto con su súbdito, y una fiera de la jungla lo atacó. El súbdito consiguió matar al animal, pero no pudo evitar que Su Majestad perdiese el dedo meñique de la mano derecha. El rey, furioso por lo que había ocurrido, y sin mostrar agradecimiento por los esfuerzos de su siervo para salvarle la vida, le preguntó a éste: –Y ahora, ¿qué me dices? ¿Dios es bueno? Si Dios fuera bueno yo no hubiera sido atacado, y no hubiera perdido mi dedo. El siervo respondió: –Rey mío, a pesar de todas esas cosas, solamente puedo decirle que Dios es bueno, y que quizá eso, perder un dedo, sea para su bien. Todo lo que Dios hace es perfecto. ¡Él nunca se equivoca! El rey, indignado con la respuesta del súbdito, mandó que fuese llevado preso a 34

la celda más oscura y más fétida del calabozo. Después de algún tiempo, el rey salió nuevamente a cazar, y fue atacado; esta vez, por una tribu de indios que vivían en la selva. Estos indios eran temidos por todos, pues se sabía que hacían sacrificios humanos para sus dioses. Inmediatamente después que capturaron al rey, comenzaron a preparar, llenos de júbilo, el ritual del sacrificio. Cuando ya tenían todo listo, y el rey estaba delante del altar, el sacerdote indígena, al examinar a la víctima, observó furioso: –¡Este hombre no puede ser sacrificado, pues es defectuoso! ¡Le falta un dedo! Luego, el rey fue liberado. Al volver al palacio, muy alegre y aliviado, liberó a su súbdito y pidió que fuera a su presencia. Al ver a su siervo, le abrazó afectuosamente, diciendo: –Querido siervo, ¡Dios fue realmente bueno conmigo! Tú debes haberte enterado de que escapé justamente porque no tenía uno de mis dedos. Pero ahora tengo una gran duda en mi corazón: si Dios es tan bueno, ¿por qué permitió que estuvieses preso, que tanto lo defendiste? El siervo sonrió, y dijo: –Rey mío, si yo hubiera estado con usted en esa cacería, seguramente habría sido sacrificado en su lugar, ya que no me falta ningún dedo! Para reflexionar: ¿Eres capaz de ver el amor de Dios en lo que te sucede a diario? ¿Sientes a Dios cercano a ti o lejano? ¿Cómo compartes la imagen amorosa de Dios con los demás?

DIOS

NUNCA...

La voluntad de Dios nunca te llevará donde la gracia de Dios no te pueda sostener, donde los brazos de Dios no te puedan cargar, donde las riquezas de Dios no puedan satisfacer tus necesidades, donde el poder de Dios no pueda proveerte. La voluntad de Dios nunca te llevará, donde el Espíritu de Dios no pueda trabajar en ti, donde la sabiduría de Dios no te pueda enseñar, donde el ejército de Dios no pueda protegerte, donde las manos de Dios no puedan moldearte. La voluntad de Dios nunca te llevará, donde el corazón de Dios no pueda envolverte, donde la misericordia de Dios no pueda sostenerte, donde la paz de Dios no pue​da calmar tus miedos, donde la autoridad de Dios no pueda regirte... La voluntad de Dios nunca te llevará, donde el consuelo de Dios no pueda secar tus lágrimas, donde la Palabra de Dios no pueda alimentarte, donde los milagros 35

de Dios no se hagan para ti, donde la omnipresencia de Dios no pueda encontrarte. Para reflexionar: ¿Cómo le dirías a alguien en necesidad que Dios lo ama? ¿Cómo compartes el amor de Dios con una familia que ha perdido a su único hijo? ¿Cómo le puedes mostrar el rostro paterno de Dios a un niño cuyo padre es violento y agresivo?

DIOS

TODAVÍA HABLA

Un joven de vida espiritual fue a una reunión de estu​dio de la Biblia en la residencia de un matrimonio amigo. Era jueves en la noche. El matrimonio dividió el estudio entre oír a Dios y obedecer la Palabra del Señor. El joven que​ría saber si “Dios aún habla con las personas”. Después del estudio, salió a tomarse un café con los amigos que estaban en la reunión y siguieron discutiendo sobre el tema de esa noche. De formas diversas hablaron de cómo Dios había conducido sus vidas de maneras tan dife​rentes. Eran aproximadamente las 10:00 de la noche cuando el joven se despidió de todos y se dirigió a su casa. Sentado en su automóvil, comenzó a pedir: –Dios, si aún hablas con las personas, habla conmigo. Yo te escucharé. Haré todo para obedecerte. Mientras conducía por la avenida principal de la ciudad, tuvo un pensamiento muy extraño, como si una voz hablase dentro de su cabeza: –Para y compra un litro de leche. Él movió su cabeza y dijo en alto: –Dios, ¿eres tú, Señor? No obtuvo respues​ta y continuó dirigiéndose para su casa. Sin embargo, nuevamente, surgió el pensamiento: compra un litro de leche. El joven pensó en el pasaje de la Biblia que habla de Samuel y cómo él no reconoció la voz de Dios, y cómo Dios habló con Samuel: –¡Muy bien, Dios! En caso de que seas el Señor, voy a comprar la leche. Esto no parece ser una prueba de obediencia muy difícil. Total, yo también podré usar la leche –se dijo. Así que paró, compró la leche y reinició su camino a casa. Cuando pasaba por la séptima avenida, nuevamente sintió la voz: “Gira en aquella calle”. Esto es una locura, pensó y pasó de largo el retorno. Nuevamente sintió que debería haber girado en la séptima avenida. En el siguiente retorno, él giró y se dirigió por la 36

séptima avenida. Medio bromeando, dijo en voz alta: –Muy bien, Dios. Lo haré. Siguió avanzando por algunas cuadras cuando de repente sintió que debía parar. Se detuvo y miró a su alrededor. Era un área mixta comercial y residencial. No era la mejor área, pero tampoco era la peor de la vecindad. Los establecimientos estaban cerrados y la mayoría de las casas estaban a oscuras, como si las personas ya se hubiesen ido a dormir, excepto una del otro lado de la calle y que estaba cerca. Nuevamente, sintió algo: –Ve y dale la leche a las personas que están en aquella casa del otro lado de la calle. El joven miró la casa. Comenzó a abrir la puerta del coche, pero se volvió a sen​tar: –¡Señor, esto es una locura!, ¿cómo puedo ir a una casa extraña en medio de la noche? Una vez más, sintió que debería ir a dar la leche. Finalmente, abrió la puerta del coche: –Muy bien, Dios, si eres el Señor, iré y entregaré la leche a aquellas personas. Si el Señor quiere que yo parezca un loco, muy bien. Yo quiero ser obediente. Pienso que esto va a contar para algo; sin embargo, si ellos no res​pon​den inmediatamente, me iré en el mismo acto –pen​só. Atravesó la calle y toco la campanilla. Pudo oír un barullo viniendo desde dentro, parecido al llanto de una criatura. La voz de un hombre sonó alto: –¿Quién está ahí? ¿Qué quiere? La puerta se abrió antes que el joven pudiese huir. De pie, estaba un hombre vestido de jeans y camiseta. Tenía un olor extraño y no parecía feliz de ver a un desconocido de pie en la puerta de su casa. –¿Qué pasa? El joven le entregó la botella de leche. –Compré esto para ustedes. El hombre tomó la leche y corrió adentro hablando alto. Después, una mujer pasó por el corredor cargando la leche en dirección a la cocina. El hombre la siguio, sosteniendo en brazos una criatura que lloraba. Lágrimas corrían por el rostro del hombre y luego comenzó a hablar, medio sollozando: –Nosotros oramos. Tenemos muchas cuentas que pagar este mes y nuestro dinero se había acabado. No teníamos más leche para nuestro bebé. Apenas oré le pedí a Dios que me mostrase una manera de conseguir leche. Su esposa gritó desde la cocina: 37

–Pedí a Dios que me mandara un ángel con un poco... ¿Usted es un ángel? El joven tomó su cartera y sacó todo el dinero que había en ella y lo puso en las manos del hombre. Se dio media vuelta y se fue a su vehículo, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas. Experimentó que Dios todavía responde los pedidos de los justos. Para reflexionar: ¿Has escuchado alguna vez la voz de Dios? ¿Has conocido otro caso parecido? ¿Cómo actuaste cuando escuchaste la voz de Dios?

¿DÓNDE

ESTÁ

DIOS?

Al llegar del trabajo mi hijo me abraza y luego me pregunta serio: –Papá, ¿dónde está Dios? Después de reflexionar unos segundos contesté: Hoy escuché su voz en mis compañeros de trabajo, en ustedes, mi familia; esta mañana, en el médico que me atendió en la clínica. Hoy disfruté su compañía cuando una persona me hizo un gran favor y se interesó en mis proyectos. Hoy percibí su presencia en un picaflor que cruzó por mi ventana. Hoy Dios se hizo presente, acordándome dónde había guardado mi tarjeta de estacionamiento. Hoy su calor, su luz se hizo presente en una magnífica puesta de sol. Bajando por una colina en mi auto, pude ver esa magnífica escena del ojo de Dios ya enrojecido de tanto velar por nosotros, escondiéndose entre las nubes, y diciéndome “hasta luego”. Desapareciendo poco a poco, y dejándose ir entre el aire y el agua del inmenso mar. El cielo se ilumina​ba por sus rayos naranja, entrelazados entre las nubes, y acariciando los verdes montes de este hermoso lugar. Es impresionante ver cómo a veces oscurece más temprano, cómo Dios nos regala el día y la noche, y esconde su ojo rojizo que parece lavarse en el mar con agua purificadora, para aparecer tan blanco y esplendoroso en la luna. ¡Oh!, maravilloso Señor... ¡Qué poderoso eres, que no descansas un solo instante! Siempre velas por nosotros, y jamás nos dejas en tinieblas. Porque aun el ciego tiene la dicha de tener luz en tu presencia. Hijo mío: Dios está en todas partes. Para reflexionar:

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¿Eres capaz de ver a Dios en sus obras? ¿Puedes ver a Dios en tu propia vida? ¿Eres consciente de que Dios habla a través de los acontecimientos diarios?

¿DÓNDE ESTABA DIOS “LAS TORRES”?

CUANDO

Muchas veces hemos escuchado la pregunta... “¿En dónde estaba Dios cuando las torres de New York y el Pentágono fueron atacados?”. Bueno, pues yo si sé donde estaba Dios esa mañana del 11 de Septiembre de 2001. ¡Dios estaba muy, pero muy ocupado! • Él estaba tratando de desanimar a varias personas para que no tomaran ninguno de esos vuelos. Entre los cua​tro aviones, pudo haber más de 1.000 pasajeros, pero “casualmente” sólo abordaron el avión 266. • Dios estaba ocupado dándoles a los pasajeros de los 4 aviones, la habilidad para mantenerse en calma. Ninguno de los familiares de los pasajeros que llamaron, ha dicho que hubo una sola llamada de terror, o que se escucharon gritos en el ambiente. En uno de los aviones incluso, Dios estaba dándole valor a algunos pasajeros para que pelearan contra los terroristas. • Dios estaba muy ocupado esa mañana tratando de crear obstáculos para que muchos de los empleados del World Trade Center no llegaran a su trabajo ese día. Solamente cerca de 20.000 personas estaban en las torres cuando el primer avión chocó. En estas torres trabajaban más de 50.000 empleados, y menos del 15% fueron víctimas fatales; esto en sí, es un milagro. Muchos de los empleados del World Trade Center les dijeron a los reporteros que se les hizo tarde para ir a trabajar y que muchos de ellos tuvieron contratiempos con “el tráfico”. • Dios estaba muy ocupado esa mañana sosteniendo 2 edificios de 110 pisos, para que la tercera parte de los trabajadores pudieran salir. Fue increíble ver que las torres no cayeran hacia los lados cuando los aviones impactaron. Y cuando cayeron las torres, cayeron hacia adentro evitando aplastar millares de personas y edificios más. • Una vez que los edificios cayeron, Dios estaba muy ocupado recogiendo las almas de sus hijos entre aproximadamente 6.000 personas de las que estuvieron listas para irse con Él. Además, se encontraba asegurándole a sus familiares que lo peor había pasado y que Él cuidaría de sus hijos en su nuevo hogar. • Dios estaba muy ocupado llorando por los 19 que tenían tanto odio en su 39

corazón y que utilizaban su nombre para disfrazar ese odio. Dios estaba triste vien​do como esos 19 no conocieron el verdadero amor que solamente puede provenir de Él. • Dios estaba muy ocupado esa mañana sembrando el deseo de servir a muchos de sus hijos, los cuales están bien entrenados para ayudar en casos de desastres. A muchos tantos que aunque no tenían el entrenamiento, Dios los estaba capacitando para ayudar a las víctimas en varias áreas, donando sangre, contribuyendo monetaria​mente o quizá consolando a algún sobreviviente en su dolor o en tantas cosas que quizá no nos enteraremos jamás. • Dios estaba muy ocupado mandando un Espíritu de hermandad y unidad a sus hijos a través de, no sólo una nación, sino del mundo entero. • Estaba muy ocupado llorando y consolando a 20 millones de afganos que durante tantos años han padecido ese terror sin que al mundo le preocupara. Han su​frido hambre, humillaciones, torturas, mientras no​so​tros ni sabíamos que existían, pues a veces las cosas sólo nos importan si tienen que ver con nosotros. Pero lo más hermoso es saber que Él aún no ha terminado. El aún sostiene a los seres queridos de los familiares desaparecidos confortándolos diariamente y recordándoles que Él todavía está con ellos. Él continúa con nosotros y nos recuerda que sigue esperando que le hablemos y que confiemos en Él pues su mayor ocupación es que creamos y vivamos de acuerdo con lo que Él nos enseña. Así que cuando alguien te pregunte: “¿En dónde estaba Dios el 11 de septiembre?”, puedes contestarle... estaba como siempre, muy ocupado “EN TODAS PARTES”. Aporte de: Mariella Bustamante Torres. Para reflexionar: ¿Eres capaz de hacer esta misma lectura cuando ocurren catástrofes a tu alrededor? ¿Puedes darte cuenta que todo podría ser peor si Dios no te acompañara? ¿Te habrás acostumbrado a “echarle la culpa” a Dios de lo que te sucede?

EL BORDADO DE DIOS Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando. Observaba el trabajo de mi mamá desde una posición más baja que de donde ella estaba sentada, así que siempre me quejaba diciéndole que desde mi punto de vista lo que estaba haciendo se veía confuso. Ella me sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía: 40

–Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde mi posición. Me preguntaba por qué usaba algunos hilos de colores oscuros y por qué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba. Unos minutos más tarde escuchaba la voz de mi mamá diciéndome: –Hijo, ven y siéntate en mi regazo. Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y me emocionaba al ver la hermosa flor o el bello atardecer en el bordado. No podía creerlo, desde abajo todo se veía tan confuso. Entonces mi mamá me decía: –Hijo mío, desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba. Había un diseño, sólo lo estaba siguiendo. Ahora míralo desde mi posición y sabrás lo que estaba haciendo. Aporte de: Thelma Peláez de Lam. Para reflexionar: Muchas veces, a lo largo de los años, he mirado al cielo y he dicho: “Padre, ¿qué estás haciendo?”. Él responde: “Estoy bordando tu vida”. Entonces yo le replico: “Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿por qué no son mas brillantes?”. Y Dios parece decirme: “Mi niño, ocúpate de tu trabajo... y yo haciendo el mío, un día te traeré al cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces entenderás...”.

EL HOMBRE

ATEO

Un hombre ateo se dirigió al campo para convencer a todos los habitantes del pueblo sobre la no existencia de Dios, mientras compartía sus teorías con la gente y argumentaba sobre quién le podía probar que Dios exis​tía, un anciano se acercó y le pidió una naranja, la cual con toda paciencia peló, y sin prisa alguna se la comió entera, cuando finalizó preguntó al hombre ateo: –¿Señor, podría usted decirnos a mí y a toda la gente del pueblo, cómo estaba la naranja que acabo de comer​me, estaba dulce o estaba amarga? El ateo, se sonrió sarcásticamente y dijo: –Anciano, cómo pretende usted que yo le diga a usted cómo estaba la naranja que usted se comió si dulce o amarga, si no fui yo quien se la comió. El anciano le respondió: –Pues verá usted, asimismo es Dios; no se puede decir nada acerca de Él si no lo ha probado. Para reflexionar: 41

¿Puedes recordar alguna historia o suceso parecido? ¿Has sentido a Dios? ¿Lo que manifiestas de Dios es lo que has sentido o lo que has aprendido de otros?

EL JUEZ Un juez iba a liberar a un preso de la cárcel, por lo que hizo pasar a uno por uno a una “entrevista” con él para ver quién merecía ser liberado. Al preguntar al primero por qué estaba allí, éste dijo: –Estoy aquí porque me calumniaron y me acusaron injustamente. Llamó al segundo y éste contestó: –Estoy aquí porque dicen que robé, pero es mentira. De esta forma fueron pasando todos los presos y se de​cla​raban inocentes. Hasta que llegó el último quien di​jo: –Estoy aquí porque maté un hombre. Hirió a mi familia y perdí el control y por eso lo maté. Pero hoy me doy cuenta de que lo que hice estuvo mal y estoy muy arrepentido. El juez se levantó y dijo: –Voy a liberar a este último preso. Todos se quedaron perplejos y dijeron. –¿Pero por qué lo va liberar a él? El juez contestó: –El castigo es para los que esconden su falta. La miseri​cor​dia para los que reconocen su falta y se arrepienten. Para reflexionar: ¿Cómo habrías actuado si hubieras sido el juez? ¿Si hubieras sido el preso, qué respuesta habrías dado? ¿Qué respuesta le das a Dios en tu vida?

EL MEJOR MÉDICO CIRUJANO Un famoso escritor fue invitado una vez por un renombrado médico cirujano a contemplar una difícil operación que iba a realizar. Mientras el cirujano llevaba a cabo los preparativos necesarios para la operación, parecía confiado, pero un poco nervioso. Luego, emprendiendo el camino hacia el quirófano, se detuvo un momento e inclinó la cabeza (mientras oraba en su interior). Más tarde, durante la operación, sus manos se veían sin nervios, se veían tranquilas. 42

Mucho tiempo después, el escritor expresó su sorpresa de que un médico cirujano orase. Dijo: –Yo creía que un médico cirujano confiaba en su propia capacidad. El médico cirujano le contestó: –Un médico cirujano es solamente un hombre. No puede hacer milagros por sí mismo. Estoy seguro de que la ciencia no hubiera avanzado tanto, si no fuera por algo más fuerte que el solo hombre. Me siento tan cerca de Dios cuando estoy operando, que no sé dónde cesa mi habilidad y comienza la de Él. Oración: Ayúdame, Señor Ayúdame, Señor Ayúdame, Señor Ayúdame, Señor Para reflexionar:

de de de de

mi vida, a que no sea en vano mi paso por este mundo. mis días, a que no sea un castigo para mi prójimo. mis horas, a que no esté atado a mi propio yo. mi alma, a que no esté ausente allí donde me necesitan.

¿Eres capaz de leer a Dios en tus acciones? ¿Te enorgulleces de tus habilidades como si las hicieras por ti mismo? ¿Agradeces a Dios por las habilidades de los demás?

EL PODER DE

LA ORACIÓN

Una mujer pobremente vestida, con un rostro que reflejaba derrota, entró a una tienda. La mujer se acercó al dueño de la tienda y de la manera más humilde, le preguntó si podía llevarse algunas cosas a crédito. Con voz suave le explicó que su esposo estaba muy enfermo y que no podía trabajar; tenía siete niños y necesitaban comida. El dueño le gritó y le pidió que abandonara su tienda. Conociendo la necesidad que estaba pasando su familia la mujer continuó: –¡Por favor, señor! Lo pagaré tan pronto como pueda. El dueño le dijo que no podía darle crédito ya que no tenía una cuenta de crédito en su tienda. De pie, cerca del mostrador se encontraba un cliente que escuchó la conversación entre el dueño de la tienda y la mujer. El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda que él se haría cargo de lo que la mujer necesitara para su familia. El dueño, de una manera muy tosca, preguntó a la mujer: –¿Tiene usted una lista de compras? La mujer dijo: –Sí, señor. –Está bien –dijo el dueño– ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, se 43

lo daré yo en comestibles. La mujer titubeó por un momento y cabizbaja, buscó en su cartera un pedazo de papel y escribió algo en él. Puso el pedazo de papel, cabizbaja aún, en la ba​lan​za. Los ojos del dueño y el cliente se llenaron de asombro cuando la balanza se fue hasta lo más bajo y se quedó así. El dueño entonces, sin dejar de mirar la balanza y de mala gana, dijo: –¡No lo puedo creer! El cliente sonrió y el dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la balanza. La balanza no se movió por lo que continuó poniendo más y más comestibles hasta que no aguantó más. El dueño se quedó allí parado con gran disgusto. Finalmente, tomó el pedazo de papel y lo miró con mucho más asombro... No era una lista de compras, era una oración que decía: –Querido Señor, tú conoces mis necesidades y yo voy a dejar esto en tus manos. El dueño de la tienda le dio los comestibles que había reu​nido y se quedó allí en silencio. La mujer le agradeció y abandonó su tienda. El cliente le entregó un billete de cincuenta dólares al dueño y le dijo: –Valió cada centavo de este billete. Para reflexionar: ¿Te has comportado alguna vez como el tendero? ¿Has tenido corazón misericordioso para ayudar como lo hizo el cliente? ¿Recuerdas en tu vida alguna situación similar?

EL REINO DE DIOS

ACTÚA

Thomas Keating, monje cisterciense americano, cuenta en su obra ‘the Kingdom God is Like...’, que en California, una persona con una práctica de oración contemplativa acti​va y muy continua, experimentó una tragedia terrible: su único hijo, un joven que acababa de terminar sus estudios en la universidad y contaba con todas las pro​mesas de un futuro brillante, fue asesinado, sin ningún motivo, por un disparo de un psicópata, un hombre que sólo quería matar a alguien por el puro placer de ejercer un poder absoluto sobre él. El asesino fue encar​celado y condenado. La madre estaba anonadada por el absurdo asesinato de su hijo. Se preguntaba: –¿Por qué no pudo Dios hacer algo para impedirlo?, ¿es un castigo por mis pecados?, ¿me ama Dios realmen​te? Para ella la tragedia era un mal absoluto, una corrupción monumental. Después 44

de orar mucho, decidió escribir a ese hombre y decirle que lo perdonaba. Duran​te un año no recibió ninguna respuesta. Finalmente, reci​bió una carta prosaica en la que el asesino le daba las gracias por la misiva, pero sin el menor signo de remordimiento. Ella le contestó preguntándole si estaría dis​puesto a verla. De nuevo tuvo que esperar casi otro año. Finalmente, le llegó una respuesta positiva. Fue a la prisión y se encontró con el asesino de su hijo. Él de​dicó casi todo el tiempo a describir, absolutamente inexpresivo, la horrible infancia que había sufrido: ha​bía sido un hijo no querido, víctima permanente de abu​sos físicos extremos. Como consecuencia, se había vuel​to totalmente antisocial y narcisista. En un momento de la conversación confesó: –No te puedes imaginar el gozo inmenso que sentí cuan​do estuve en pie sobre tu hijo y me di cuenta de que lo había matado. Fue su momento de poder último. Por primera vez el sen​tido de su propia valía, sistemáticamente aplastada en toda su experiencia de vida previa, lo inundó hasta lle​varlo al punto del triunfo extático. La madre se mantuvo firme. Su perdón era impertur​bable y así se lo manifestó. Con la ayuda de Dios, esta mujer estaba siendo ca​paz de perdonar a quien le había causado el mayor do​lor de toda su vida. Más tarde, los guar​dianes pudieron escribir: –Este hombre ha comenzado a cambiar. Muestra un poco más de cortesía y consideración hacia los otros pre​sos. La mujer se sintió movida a permanecer en contacto con el prisionero. Se ofreció a retornar. La respuesta inmediata que recibió fue enérgica: –Por favor, no vuelvas de nuevo. Tengo miedo. Si sigues viniendo tendré que enfrentarme al dolor insoportable de mi infancia. Su conducta antisocial le había permitido mantener la negación absoluta de un pasado, que era demasiado doloroso como para hacerle frente. Pero ella volvió. Al final de la segunda entrevista, le dio un abrazo. En la última entrevista notó, al darle un abrazo de despedida, una lágrima minúscula en los ojos del prisionero. Realmente ella se había hecho su madre y él su hijo. Para reflexionar: ¿Está presente Dios en este acontecimiento? ¿Quién puede juzgar al hombre que cometió tal crimen? Es evidente que Dios actuaba en esta historia. El cambio de un hombre de corazón de piedra a un ser capaz de derramar una lágrima tiene que hacer que toda la creación vibre con gozo y admiración por el poder del reino y del amor de Dios.

EN BICICLETA

CON

DIOS 45

Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. Era como un presidente, reconocía su foto cuan​do la veía, pero realmente no lo conocía. Pero lue​go reconocí a mi “Poder Superior”; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear. No sé cuándo sucedió, no me di cuenta cuándo fue, que Él sugirió que cambiáramos lugares, lo que sí se es que mi vida no ha sido la misma desde entonces. Mi vida con Dios es muy emocionante. Cuando yo tenía el control, sabía a donde iba. Era un tanto aburrido, pero predecible. Era la distancia más corta entre dos puntos. Pero cuando Él tomó el liderazgo, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes, velocidades increíbles. Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, Él sólo me decía: –¡Pedalea! Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba: –¿Adónde me llevas? Él sólo sonreía y no me contestaba, así que comencé a confiar en Él. Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía “estoy asustado”, Él se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano. Él me llevó a conocer gente con dones, dones de sanidad y aceptación, de gozo. Ellos me die​ron esos dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje, de Dios y mío. Y allá íbamos otra vez. Él me dijo: –Comparte estos dones, ofrécelos a la gente, son sobrepeso, mucho peso extra. Y así lo hice. Encontré que en el dar yo recibía y mi carga era ligera. No confié mucho en Él al principio, en darle el control de mi vida. Pensé que la echaría a perder, pero Él conocía cosas que yo no sabía acerca de andar en bici..., secretos. Él sabía cómo doblar para dar vueltas cerradas, brincar para librar obstáculos llenos de piedras, incluso volar para evitar horribles caminos. Ahora estoy aprendiendo a callar y, a pedalear por los más extraños lugares. Estoy aprendiendo a disfrutar del paisaje y de la suave brisa en mi cara y sobre todo, de la increíble y deliciosa compañía de mi Dios. Y cuando estoy seguro de que ya no puedo más, Él sólo sonríe y me dice: –¡Pedalea! Para reflexionar: ¿Has puesto tu confianza en Dios? ¿Qué situaciones te pueden ayudar para desconfiar de Dios? ¿Qué persona puede ayudarte a fortalecer la confianza en Dios? 46

ÉSE

ES

DIOS

Hemos aprendido a volar como los pájaros y a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir juntos como hermanos (MARTIN L. KING). ¿Alguna vez te has sentado por allí y de repente sientes deseos de hacer algo agradable por alguien a quien le tienes cariño?... ÉSE ES DIOS que te habla a través del Espíritu Santo. ¿Alguna vez te has sentido derrotado y nadie parece estar alrededor tuyo para hablarte?... ÉSE ES DIOS, Él quiere hablar contigo. ¿Alguna vez has estado pensando en alguien a quien amas y no has visto por largo tiempo y la próxima cosa que pasa es verlo o recibir una llamada de esa persona?... ÉSE ES DIOS, no existe la coincidencia. ¿Alguna vez has recibido algo maravilloso que ni siquiera pediste?... ÉSE ES DIOS, que conoce los secretos de tu corazón. ¿Alguna vez has estado en una situación problemática y no tenías indicios de cómo se iba a resolver y de pronto todo queda resuelto sin darte cuenta?... ÉSE ES DIOS, que toma nuestros problemas en sus manos y les da solución. ¿Alguna vez has sentido una inmensa tristeza en el alma y al día siguiente la tristeza ha pasado?... ÉSE ES DIOS, que te dio un abrazo de consuelo y te dijo palabras dulces. ¿Alguna vez te has sentido tan cansado de todo, al grado de querer morir y de pronto, un día sientes que tienes la suficiente fuerza para continuar?… ÉSE ES DIOS, que te cargó en sus brazos para darte descanso. ¿Alguna vez has sentido que tienes tantos problemas y las cosas ya se están saliendo de su cauce y de pronto un día todo está resuelto?... ÉSE ES DIOS, que tomó todas las cosas y las puso en su lugar. Todo es tan sencillo como... PONERSE EN MANOS DE DIOS. Para reflexionar: ¿Has conocido a alguien que confíe plenamente en Dios? ¿Cómo muestras a los demás que pueden confiar en Dios?

ESTOY AGRADECIDO CON DIOS Estoy agradecido con Dios... • Por mi hijo/a, que no limpia su cuarto, pero está vien​do la tele, porque significa que está seguro en casa y no en las calles. • Por los descuentos en mi sueldo, porque significa que estoy trabajando. 47

• Por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, porque significa que estuve rodeado de seres queridos. • Por las ropas que me quedan un poco ajustadas, porque significa que tengo suficiente para comer. • Por mi sombra que me ve trabajar, porque significa que pudo salir al sol. • Por el césped que tengo que cortar, ventanas que necesito limpiar y cañerías que arreglar, porque significa que tengo una casa. • Por las quejas que escucho acerca del gobierno, porque significa que tenemos libertad de expresión. • Por el lugar para estacionar que encuentro al final del estacionamiento, porque significa que tengo auto. • Por la señora que está detrás de mí en la iglesia y que desentona al cantar, porque significa que puedo oír. • Por la cantidad que tengo que lavar y planchar, porque significa que tengo ropa que vestir. • Por el cansancio y los dolores musculares al final del día, porque significa que fui capaz de trabajar duro. • Por el despertador que suena temprano todas las mañanas, porque ¡significa que estoy vivo! • por esto y mucho más estoy agradecido con Dios. Para reflexionar: ¿Te has tomado el tiempo suficiente para agradecer a Dios por lo que tienes? ¿Crees que eres afortunado en medio de quienes te rodean? ¿Has intentado compartirle esta realidad a otros?

GRACIAS, SEÑOR Gracias, Señor, por mi lengua que puede pronunciar tu santo nombre y enseñar a conocerlo. Gracias, Señor, por los favores recibidos y por los muchos milagros con que salpicas mi vida a cada momento. Gracias, Señor, por las cosas que, al faltarme, he aprendido a valorar. Gracias, Señor, por el sustento de todos los días y por la fe de todos los momentos. Gracias, Señor, por el dolor de las injusticias recibidas, por las humillaciones y por todo lo que, al herirme, he aprendido a meditar en tu presencia. 48

Gracias, Señor, por el milagro de todo mi ser, por escoger tu imagen como modelo para crearme y porque, desde que te conocí, estás dispuesto para mí, siempre que te busco. Gracias, Señor, por el día que despido con serenidad y el nuevo día que recibo con esperanza. Gracias, Señor, por los esfuerzos realizados y los logros alcanzados. Gracias por tantos beneficios. Gracias, Señor, por los gratos momentos, los nuevos conocimientos y tantas experiencias felices. Gracias, Señor, por los errores de los que he aprendido algo y por los golpes que me han hecho madurar. Gracias, Señor, por el tesoro del hogar, el regalo de los amigos y el apoyo de tantas personas. Gracias, Señor, por la fe que me ilumina, la esperanza que me mueve y el amor que me da felicidad. Gracias Señor, por ser mi luz, mi amor y mi esperanza. Para reflexionar: ¿Aprovecho mis momentos de soledad para agradecer a Dios? ¿Te consideras agradecido? ¿Crees que si fuéramos agradecidos todo sería distinto?

HABLA DIOS Me senté en la mejor de mis estrellas y pensé en ti, sólo en ti, porque, ¿sabes?: te amo, y por eso hice un mundo, donde pudieras estar, hasta que llegara el momento en que vivieras junto a mí. En ese mundo puse la belleza en una flor, puse tierra y semillas para que pudieras comer, puse el cielo y le di el día y la noche; en el día puse un sol para que sintieras el calor de mi amor, y en la noche puse la frescura para que la sintieras sin ver; puse la oscuridad y en ella la luna y las estrellas para que supieras que en la penumbra hay belleza, que la belleza no sólo se ve, sino que también se siente y que hice las estrellas para ti. Puse un mar, en ese mundo puse animales, todos diferentes de forma y color para que los pudieras distinguir, también pensé en ellos y les di un lugar para vivir. Pensé que te aburrirías si todo fuera del mismo color, por lo que a las plantas les di el verde, al día el azul, a la noche el negro, a las estrellas su brillo y hasta a tus ojos les di color. Permití el mal para que pudieras conocer el bien, puse en tu corazón bondad, amor y también perdón. Pensé que no podrías estar solo, e hice 49

a una mujer, para que hubiera un cuerpo que diera vida y mandé muchos como tú; también pensé que no me entenderías, por lo que te di inteligencia. Estaba yo feliz, pero luego vi que no sabías pensar y ¿sabes?: sentí decepción cuando creíste que yo no existía, que todo tenía una explicación científica, y la tiene, por​que la puse para que pudieras entenderme con ma​yor facilidad. Y como te amo, de vez en cuando o muy se​guido te mando un problema, que es un regalo que te doy para que aprendas a crecer, y aun así, dudas de mí. Todo el tiempo pienso en ti, y todos los días mando una señal especialmente para ti, y aunque te di ojos te veo ciego, y en el mundo que te regalé sembraste semillas, pero no para comer, sembraste el odio, el egoísmo, la frialdad y las dejaste crecer, y te pedí que las cortaras y no me hiciste caso, porque vives tu mundo material. Y como te haces sordo a mi voz, decidí escribirte esta carta para recordarte que te amo, y si me has hecho daño, te perdono, yo también siento, y sabes, te pido que me recibas en tu corazón, y que encuentres en mí consuelo, paz y tranquilidad. Acércate a mí, no necesito decirte quién soy. Tú ya lo sabes. Para reflexionar: ¿Eres capaz de leer la acción de Dios en los acontecimientos diarios? ¿Recuerdas algún momento en que hayas sentido plenamente la acción de Dios? ¿Recuerdas algún momento en que los demás hayan visto a Dios y tú no?

LA

ORACIÓN DE UNA NIÑA

Fue una oración de pocas palabras, pronunciada en una circunstancia especial. Una oración que tocó a las puertas del cielo y conmovió el trono de Dios. Fue la oración de una niña de siete años llamada Tricia Reese, de Houston, Texas. Tricia, mientras jugaba bajo la lluvia, había sido arrastrada por las aguas torrenciales y había caído en una boca de tormenta de sesenta centímetros de diámetro, y había ido a parar a una tubería de desagüe. Allí elevó su plegaria: –Señor, envía a alguien que me salve. Y se quedó tranquila. Doce horas más tarde, cuando ya todos la creían muerta, fue rescatada, sana y salva. Para reflexionar: ¿Te has encontrado en una situación de vida o muerte? ¿Por qué recurrimos más a la oración cuando estamos mal? ¿Crees que podríamos hacer de nuestra vida una completa oración? 50

LA

PEQUEÑA INTELIGENTE

Un día, una niña de 6 años estaba en su salón de clases. La maestra iba a explicar la evolución a los niños. Entonces le preguntó a un niño: MAESTRA: Tommy, ¿ves ese árbol allá fuera? TOMMY: Sí. MAESTRA: Tommy, ¿ves la grama afuera? TOMMY: Sí. MAESTRA: Ve afuera, mira hacia arriba y dime si puedes ver el cielo. TOMMY: Muy bien –volvió al cabo de unos minutos. Sí, vi el cielo. MAESTRA: ¿Viste a Dios? TOMMY: No. MAESTRA: Ese es mi punto. No podemos ver a Dios porque no está ahí. Él no existe. Una pequeña niña pidió permiso para hacerle unas preguntas al niño. La maestra aceptó y la niñita preguntó: NIÑITA: Tommy, ¿ves ese árbol allá fuera? TOMMY: Sí. NIÑITA: Tommy, ¿ves la grama afuera? TOMMY: Síííííííííííííí... –Cansado de todas esas preguntas. NIÑITA: ¿Ves el cielo? TOMMY: Sííííííííííííííííííííííííííííí....... NIÑITA: Tommy, ¿ves a la maestra? TOMMY: Si... NIÑITA: ¿Ves su cerebro? TOMMY: No. NIÑITA: Entonces, según lo que hemos aprendido hoy con la maestra, ¡ella no tiene cerebro! Para reflexionar: ¿Esperas ver hechos para creer en Dios? ¿A qué se debe que algunas personas duden de la existencia de Dios? ¿Cómo hablarías de Dios a un escéptico?

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LA

ROCA

Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios. El Señor le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas. El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas... y ésta no se movía. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano. Como el hombre empezó a sentirse frustrado, Satanás decidió el juego trayendo pensamientos a su mente: –Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido. Le dio al hombre la impresión que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión. Satanás le dijo: –¿Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible? Sólo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente. El hombre pensó en poner en práctica esto pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: –Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aun así, no he podido mover la roca ni un milímetro. ¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? El Señor le respondió con compasión: –Querido hijo mío, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar contra la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar. Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras. A pesar de la adversidad has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez. Cierto, no has movido la roca, pero tu mi​sión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mí. Eso lo has conseguido. Ahora, querido amigo, yo moveré la roca. Para reflexionar: Cuando todo parezca ir mal... sólo ¡EMPUJA! Cuando estés agotado por el trabajo... sólo ¡EMPUJA! Cuando la gente no se comporte de la manera que te parece que debería... sólo 52

¡EMPUJA! Cuando no tienes más dinero para pagar tus cuentas... sólo ¡EMPUJA! Cuando la gente simplemente no te comprenda... sólo ¡EMPUJA! Cuando te sientas agotado y sin fuerzas... sólo ¡EMPUJA!

LAS

DOS CAJAS

Soñé que tenía dos cajas en mis manos que Dios me había dado: una era negra y la otra dorada. Me dijo: –Pon tus penas en la caja negra, y tus alegrías en la dorada. Hice lo que me había dicho y guardaba en cada caja según Dios me lo había indicado. Noté que la caja dorada se hacía cada vez más pesada y la negra seguía tan ligera como antes. Con curiosidad abrí la caja negra para averiguar el porqué, y me di cuenta que tenía un gran agujero en el fondo, por lo que todas mis penas se habían ido. Se lo mostré entonces a Dios y le pregunté dónde estaban mis penas. Él sonrió y me dijo: –Hijo mío, yo las tengo. Le pregunté entonces: –Señor, ¿entonces, por qué me diste dos cajas? ¿Por qué la dorada y por qué la negra con el agujero? El Señor me respondió: –Hijo mío, la dorada es para que cuentes todas las bendiciones que te doy, y la negra es para que dejes ir tus problemas y penas y no los cargues siempre. Para reflexionar: ¿Te has dado cuenta cómo están tus dos cajas? ¿Eres conciente de que la caja dorada pesa más? ¿A quién le regalarías esas dos cajas?

MEMO DE DIOS PARA: MI QUERIDO(A) HIJO(A) Por favor recuerda que no necesito tu ayuda. Si enfrentas una situación que no puedes manejar, no intentes resolverla. Te pido amablemente que la coloques en la bandeja: “Algo que sólo Dios puede 53

hacer”. Me encargaré del asunto en mi tiempo, no en el tuyo. Una vez que hayas depositado tu problema en dicha bandeja no te aferres más a él o pretendas retirarlo de allí. El aferrarte o retirar tu problema, sólo hará que se retrase la solución del mismo. Si se tratara de una situación que tú consideras que pue​des manejar por ti mismo, te pido no obstante, que por favor lo consultes conmigo en oración, para que puedas asegurarte que tomarás la decisión adecuada. Debido a que yo no duermo nunca, ni me adormezco jamás, no hay razón por la cual tengas que perder tu sueño en la madrugada a causa de las preocupaciones. Descansa en mí. Si deseas contactarme, estoy a la distancia de una oración. Además considera lo siguiente: sé feliz con lo que tienes. Si encuentras difícil dormir por las noches, recuerda a las familias desamparadas que no tienen un lecho donde dormir. Si te encuentras atorado en el tráfico, no desesperes. Hay gente en este mundo para quienes tan sólo manejar es un privilegio. ¿Has tenido un mal día en el trabajo? Piensa en aquellos que están por años sin poder conseguir uno. ¿Estás descorazonado(a) por una relación sentimental deteriorada? Piensa en aquellos que no saben lo que es amar y que jamás han sido amados. ¿Te entristeces porque se termina el fin de semana? Pien​sa en la mujer con vestidos raídos, que trabaja 18 horas al día lavando ropa ajena, para poder alimentar a sus hijos. ¿Se dañó tu vehículo en medio de la carretera y lejos de toda ayuda posible? Piensa en los parapléjicos que con el mayor gusto tomarían tu lugar para caminar la distancia necesaria. ¿Has notado que te aparecen nuevas canas? Piensa en los enfermos de cáncer bajo quimioterapia, que desearían tener tu cabello. Has llegado a los 40 y has enfrentado una terrible pérdida y te preguntas: ¿cuál es el propósito de esta prueba?... Sé agradecido. Existieron muchos que no vivieron hasta esa edad para averiguarlo. ¿Te encuentras en un momento de la vida en el que eres objeto de la amargura, ignorancia, pequeñez o envidia de la gente? ¡Recuerda, las cosas podrían ser peores! Tú podrías ser uno de ellos. Para reflexionar: Ante un problema ¿mantienes la calma o te desesperas? ¿Cómo compartes el amor de Dios con otros? 54

MILAGROS Un joven le pedía a Dios que, si realmente existía, se apareciera delande de él. Se aparece entonces el Señor en forma de niño. Este joven, aún incrédulo le pide un milagro. Dios entonces se dirige a un parque y le muestra un árbol y le dice: –Ahí está tu milagro. El joven soltó una carcajada y le dijo que eso era un simple árbol. El niño le miró y le dijo: –Pues quisiera verte a ti hacer uno. Para reflexionar: ¿Eres capaz de ver los milagros que te rodean a diario? ¿Puedes definir qué es un milagro? ¿Cómo darías motivos para vivir a alguien que quiere suicidarse?

PASTEL DE DIOS A veces nos preguntamos, ¿qué hice para tener que su​frir esto?, o ¿por qué tenía que hacerme esto Dios? ¡Aquí hay una explicación maravillosa! Una hija le cuenta a su madre que todo le sale mal, está reprobando álgebra, su novio cortó con ella y su mejor amiga se está cambiando de ciudad. Mientras ella habla, su mamá prepara un pastel y le pregunta: si quie​re comer algo, y la hija dice: –Claro mamá, me encanta tu pastel. –Ten, tómate este aceite –le ofrece su madre. –PUF –dice la hija. –¿Que tal un par de huevos crudos? –¡Qué asco, mamá! –¿Entonces, quieres algo de harina?, o ¿qué tal bicarbonato? –¡Mamá, todo eso es asqueroso! A lo cual la madre responde: –Sí, todas esas cosas parecen feas por sí solas. ¡Pero cuando las unes de la manera adecuada, hacen un pastel maravillosamente delicioso! Para reflexionar: Así trabaja DIOS. Muchas veces nos preguntamos por qué nos permite pasar por 55

tiempos tan malos y difíciles. Pero Dios sabe que cuando pone todas estas cosas en su orden, ¡siempre trabajan para bien! ¡Sólo tenemos que confiar en Él y, tarde o temprano, estas cosas harán algo maravilloso! Dios te manda flores cada primavera y un amanecer cada mañana. Cuando quieres hablar... Él te escucha. Puede vivir en cualquier lugar del universo y escogió tu corazón.

PÍDELE

A

DIOS

Una vez, un grupo de tres hombres se perdió en la montaña, y había solamente una fruta para alimentarlos a los tres, quienes casi desfallecían de hambre. Se les apareció entonces Dios y les dijo que probaría su sabi​duría y que dependiendo de lo que mostraran les salvaría. Les preguntó entonces Dios qué podían pedirle para arreglar aquel problema y que todos se alimentaran. El primero dijo: –Pues aparece más comida. Dios contestó: –Es una respuesta sin sabiduría, pues no se debe pedir a Dios que aparezca mágicamente la solución a los problemas sino trabajar con lo que se tiene. Dijo el segundo: –Entonces, haz que la fruta crezca para que sea suficiente. A lo que Dios contestó: –¡No! la solución no es pedir siempre la multiplicación de lo que se tiene para arreglar el problema, pues el ser humano nunca queda satisfecho y por tanto, nunca será suficiente. El tercero dijo entonces: –Mi buen Dios, aunque tene​mos hambre y somos orgullosos, haz que nosotros seamos pequeños para que la fruta nos alcance. Dios dijo: –Has contestado bien, pues cuando el hombre se hace humilde y se empequeñece delante de mis ojos, verá la prosperidad. Para reflexionar: ¿Has puesto a prueba tu sabiduría en alguna ocasión? Ante la situación narrada, ¿tú cómo hubieras actuado? ¿Por qué el hombre piensa a veces cosas contradictorias?

UN PADRE,

SU HIJO Y UNA SUBASTA 56

Un hombre rico y su hijo tenían gran pasión por el arte. Tenían de todo en su colección: desde Picasso hasta Rafael. Muy a menudo, se sentaban juntos a admirar las grandes obras de arte, desgraciadamente, el hijo fue a la guerra. Fue muy valiente y murió en la batalla mientras rescataba a otro soldado. El padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de su único hijo. Un mes más tarde, justo antes de la navidad, alguien tocó a la puerta. Un joven con un gran paquete en sus manos dijo al padre: –Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo dio la vida. Él salvó muchas vidas ese día, me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala le atravesó el pecho, muriendo así ins​tantáneamente. Él habla​ba muy a menudo de usted y de su amor por el arte. El muchacho extendió los brazos para entregar el paquete: –Yo sé que esto no es mucho. Yo no soy un gran artista, pero creo que a su hijo le hubiera gustado que usted recibiera esto. El padre abrió el paquete. Era un retrato de su hijo, pintado por el joven soldado. Él contempló con profunda admiración la manera en que el soldado había capturado la personalidad de su hijo en la pintura. El padre estaba tan atraído por la expresión de los ojos de su hijo que los suyos se arrasaron de lágrimas. Le agradeció al joven soldado y ofreció pagarle por el cuadro. –Oh, no Señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por mí. Es un regalo. El padre colgó el retrato arriba de la repisa de su chimenea. Cada vez que los visitantes e invitados llegaban a su casa, les mostraba el retrato de su hijo antes de mostrar su famosa galería. El hombre murió unos meses más tarde y se anunció una subasta con todas las pinturas que poseía. Mucha gente importante e influyente acudió con gran​des expectativas de hacerse con un famoso cuadro de la colección. Sobre la plataforma estaba el retrato del hijo. El subastador golpeó su mazo para dar inicio a la subasta. –Empezaremos los remates con este retrato del hijo, quién ofrece por este retrato? Hubo un gran silencio. Entonces una voz del fondo de la habitación grito: –Queremos ver las pinturas famosas, olvídese de esa. Sin embargo el subastador persistió: –¿Alguien ofrece algo por esta pintura? ¿$100? ¿$200? Otra voz gritó con enojo: No venimos por esa pintura, venimos por los Van G​oghs, los Rembrandts. Vamos a las ofertas de verdad. Pero aun así el subastador continuaba su labor: –El hijo, el hijo, ¿quién se lleva el hijo? 57

Finalmente una voz se oyó desde atrás, el viejo jardinero del padre y del hijo. Siendo un hombre muy pobre, era lo único que podía ofrecer. –Tenemos $10. ¿Quién da $20? –grito el subastador. La multitud se estaba enojando mucho. No querían la pintura de “el hijo”. Querían las que representaban una valiosa inversión para sus propias colecciones. El subastador golpeó por fin el mazo: –Va una, van dos, VENDIDA por $10. –¡Empecemos con la colección! –gritó uno. El subastador soltó su mazo y dijo: –Lo siento mucho, damas y caba​lleros, pero la subasta llegó a su final. –¿Pero, y las pin​turas? –dijeron los interesados. –Lo siento –contes​tó el subastador– cuando me llamaron para conducir esta subasta, se me dijo de un secreto estipulado en el tes​​ta​mento del dueño. Yo no tenía permitido revelar esta estipulación hasta este preciso momento. Solamen​te la pintura de “el hijo” sería subastada. Aquel que la aceptara heredaría absolutamente todas las posesiones de este hombre, incluyendo las famosas pinturas. El hom​bre que aceptó quedarse con “el hijo” se queda con “TODO”. Para reflexionar: ¿Conoces algún caso parecido? ¿Ves en esta historia la acción de Dios, por qué a veces no le hacemos caso? ¿Por qué a veces menospreciamos lo más valioso?

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La familia DESDE

MI CRUZ

Escribo desde mi cruz a tu soledad: A ti, que tantas veces me miraste sin verme y me oíste sin escucharme. A ti, que tantas veces prometiste seguirme de cerca y sin saber por qué te distanciaste de las huellas que dejé en el mundo para que no te perdieras. A ti, que no siempre crees que estoy contigo, que me buscas sin hallarme y a veces pierdes la fe en encontrarme. A ti, que a veces piensas que soy un recuerdo y no comprendes que estoy vivo. Yo soy el principio y el fin, soy el camino para no desviarte, la verdad para que no te equivoques y la vida para no morir. Mi tema preferido es el amor, ha sido mi razón de vivir y de morir. Yo fui libre hasta el fin, tuve un ideal claro y lo defendí con mi sangre para salvarte. Fui maestro y servidor, soy sensible a la amistad y hace tiempo que espero que me regales la tuya. Nadie como yo conoce tu alma, tus pensamientos, tu proceder, y sé muy bien lo que vales. Sé que quizá tu vida te parezca pobre a los ojos del mundo, pero yo sé que tienes mucho para dar, y estoy seguro que dentro de tu corazón hay un tesoro escondido; conócete a ti mismo y me harás un lugar a mí. Si supieras cuánto hace que golpeo las puertas de tu corazón y no recibo respuesta. A veces también me due​le que me ignores y me condenes como Pilatos, otras que me niegues como Pedro y que otras tantas me traiciones como Judas. Y hoy, te pido paciencia para tus padres, amor para tu pareja, responsabilidad para con tus hijos, tolerancia para los ancianos, comprensión para todos tus hermanos, compasión para el que sufre, servicio para todos. Quisiera no volver a verte egoísta, orgulloso, rebelde, disconforme, pesimista. Desearía que tu vida fuera alegre, siempre joven y cristiana. Cada vez que aflojas, búscame y me encontrarás; cada vez que te sientas cansado, háblame, cuéntame. Cada vez que creas que no sirves para nada no te deprimas, no te creas poca cosa, no olvides que yo necesité de un asno para entrar en Jerusalén y necesito de tu pequeñez para entrar en el alma de tu prójimo. Cada vez que te sientas solo en el camino, no olvides que estoy contigo. No te canses de pedirme que yo no me cansaré de darte; no te canses de 59

seguirme que yo no me cansaré de acompañarte, nunca te dejaré solo. Aquí a tu lado me tienes, estoy para ayudarte. Te quiero mucho, tu amigo: Jesús. Para reflexionar: ¿Has sentido el abrazo de Jesús? ¿Has compartido la experiencia de Dios con alguien? ¿Has hecho conciencia de lo que otros manifiestan al escuchar hablar sobre Jesús?

BIENES

INVISIBLES

Tomás es un chico de siete años que vive con su mamá, una pobre costurera, en un solo cuarto, en una pequeña ciudad del norte de Escocia. La víspera de navidad, en su cama, el chico espera, ansioso, la venida de Papá Noel. Según la costumbre de su país, ha colocado en la chimenea una gran media de lana, esperando encontrarla, a la mañana siguiente, llena de regalos. Pero su mamá sabe que no habrá regalos de navidad para Tomás por su falta de dinero. Para evitar su desilusión, le explica que hay bienes visibles, que se compran con dinero, y bienes invisibles, que no se compran, ni se venden, ni se ven, pero que lo hacen a uno muy feliz: como el cariño de la mamá, por ejemplo. Al día siguiente, Tomás despierta, corre a la chimenea y ve su media vacía. La recoge con emoción y alegría y se la muestra a su mamá: –¡Está llena de bienes invisibles! –le dice, y se le ve feliz. Por la tarde va Tomás al salón parroquial donde se reú​nen los chicos, cada cual mostrando orgulloso su regalo. –¿Y a ti, Tomás, qué te ha traído papá Noel? –le preguntan. Tomás muestra feliz su media vacía: –¡A mí me ha traído bienes invisibles! –contesta. Los chicos se ríen de él. Entre ellos, Federico, un niño consentido quien tiene el mejor regalo pero no es feliz. Por envidia, sus compañeros le hacen burla porque su lindo auto a pedal no tiene marcha atrás y enfurecido destruye el valioso juguete. El papá de Federico se aflige y se pregunta cómo podría darle gusto a su hijo. En eso ve a Tomás sentado en un rincón, feliz con su media vacía. Le pregunta: –¿Qué te ha traído papá noel? –A mí, bienes invisibles –contesta Tomás, ante la sorpresa del papá de Federico, y le explica que no se ven, ni se compran, ni se venden, como el cariño de una mamá. 60

El papá de Federico comprendió. Los muchos regalos visibles y vistosos no habían logrado la felicidad de su hijo. Tomás había descubierto, gracias a su mamá, el camino a la felicidad. Para reflexionar: ¿Qué le estamos enseñando a nuestros hijos? ¿Crees que estamos preparando a las nuevas generaciones para que perciban el valor de lo que no se ve? ¿Somos felices o crees que nos falta algo para serlo?

DIARIO DE

UN PADRE

Con cariño... para los que somos padres y para los que algún día lo serán... Era una mañana como cualquier otra. Yo, como siempre, me hallaba de mal humor. Te regañé porque te estabas tardando demasiado en desayunar, te grité porque no parabas de jugar con los cubiertos y te reprendí porque masticabas con la boca abierta. Comenzaste a refunfuñar y entonces derramaste la leche sobre tu ropa. Furioso te levanté por el cabello y te empujé violentamente para que fueras a cambiarte de inmediato. Camino a la escuela no hablaste. Sentado en el asiento del auto llevabas la mirada perdida. Te despediste de mí tímidamente y yo sólo te advertí que no te portaras mal. Por la tarde, cuando regresé a casa después de un día de mucho trabajo, te encontré jugando en el jardín. Llevabas puestos tus pantalones nuevos y estabas sucio y mojado. Frente a tus amiguitos te dije que debías cuidar la ropa y los zapatos; que parecía no interesarte mucho el sacrificio de tus padres para vestirte. Te hice entrar a la casa para que te cambiaras de ropa y mientras marchabas delante de mí, te indiqué que caminaras erguido. Más tarde continuaste haciendo ruido y corriendo por toda la casa. A la hora de cenar arrojé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie furioso porque no parabas de jugar. Con un golpe sobre la mesa grité que no soportaba más ese escándalo y subí a mi cuarto. Al poco rato mi ira comenzó a apagarse. Me di cuenta de que había exagerado mi postura y tuve el deseo de bajar para darte una caricia, pero no pude. ¿Cómo podía un padre, después de hacer tal escena de indignación, mostrarse sumiso y arrepentido? Luego escuché unos golpecitos en la puerta. –¡Adelante! ... –dije– adivinando que eras tú. Abriste muy despacio y te detuviste indeciso en el umbral de la habitación. Te miré con seriedad y pregunté: –¿Te vas a dormir? ... ¿Vienes a despedirte? –no contestaste. Caminaste lentamente con tus pequeños pasitos y sin que me lo esperara, aceleraste tu andar para echarte en mis brazos cariñosamente. Te abracé... y con un nudo en la garganta percibí la ligereza de tu delgado cuerpecito. Tus manitas rodearon 61

fuertemente mi cuello y me diste un beso suavemente en la mejilla. Sentí que mi alma se quebrantaba. –Hasta mañana papito –me dijiste. –¿Qué es lo que estaba haciendo?, ¿por qué me desespe​raba tan fácilmente? Me había acostumbrado a tratarte como a una persona adulta, a exigirte como si fueras igual a mí y ciertamente no eras igual. Tú tenías unas cualidades de las que yo carecía: eras legítimo, puro, bueno y sobre todo, sabías demostrar amor. ¿Por qué me costaba tanto trabajo?, ¿por qué tenía el hábito de estar siempre enojado?, ¿qué es lo que me estaba aburriendo? Yo también fui niño. ¿Cuándo fue que comencé a contaminarme? Después de un rato entré a tu habitación y encendí con cuidado una lámpara. Dormías profundamente. Tu hermoso rostro estaba ruborizado, tu boca entreabierta, tu frente húmeda, tu aspecto indefenso como el de un bebé. Me incliné para rozar con mis labios tu mejilla, respiré tu aroma limpio y dulce. No pude contener el sollozo y cerré los ojos. Una de mis lágrimas cayó en tu piel. No te inmutaste. Me puse de rodillas y te pedí perdón en silencio. Te cubrí cuidadosamente con las cobijas y salí de la habitación. Para reflexionar: A mi hijo: Si Dios me escucha y te permite vivir muchos años, algún día comprenderás que los padres no somos perfectos. Ruego al Señor que me deje mostrarte que, pese a todos mis errores, te amo más que a mi vida.

CARTA

DE UN BEBÉ

Hola mami, ¿cómo estás? Yo, muy bien, gracias a Dios hace apenas unos días me concebiste en tu vientre. La verdad, no te puedo explicar lo contento que estoy de saber que tú vas a ser mi mamá; otra cosa que también me llena de orgullo es saber con cuánto amor fui concebido... ¡Todo parece indicar que voy a ser el niño más feliz del mundo! Mami, ha pasado ya un mes desde mi concepción, y ya em​piezo a ver que mi cuerpecito se empieza a formar, digo, no estoy tan bonito como tú, pero dame una oportunidad. ¡Estoy muy feliz! Pero hay algo que me tiene un poco preocupado... Últimamente me he dado cuenta de que hay algo en tu cabecita que no me deja dormir, pero bueno, ya se te pasará, no te apures. Mami, ya pasaron dos meses y medio y la verdad estoy feliz con mis nuevas manitos y de veras que tengo ganas de utilizarlas para jugar. Mamita, dime qué te pasa, ¿por qué lloras tanto todas las noches? ¿Por qué cuando papi y tú se ven, se gritan tanto? ¿Ya no me quieren? Voy a hacer lo posible para que me quieran. 62

Han pasado ya 3 meses; mami, te noto muy deprimida, no entiendo qué pasa, estoy muy confundido. Hoy en la mañana fuimos con el doctor y te hizo una cita para mañana. No entiendo, yo me siento muy bien... ¿acaso te sientes mal, mamita? Mami, ya es de día, ¿a dónde vamos? ¿Qué pasa, mami? ¿por qué lloras? No llores, si no va a pasar nada... Oye, mami, no te acuestes, apenas son las 2 de la tarde, es muy temprano para irse a la cama; además, no tengo nada de sueño, quiero seguir jugando con mis manitas. ¡Ay, ah! ¿Qué hace ese tubito en mi casita? ¿Debe ser un juguete nuevo? ¡Oigan! ¿Por qué están succionando mi casa? ¡Mami! ¡Esperen! ¡Esa es mi manito! Señor, ¿por qué me la arrancan? ¿No ven que me duele? ¡Ah! ¡Mami defiéndeme! ¡Mamá... ayúdame! ¿No ves que todavía estoy muy chiquito y no me puedo defender? Mami, ¡mi piernita, me la están arrancando! Por favor, diles que ya no sigan, te lo juro que ya me voy a portar bien, ya no te vuelvo a patear. ¿Cómo es posible que un ser humano me pueda hacer esto? Va a ver cuando sea grande y fuer... ah... te. Mami, ya no puedo más, me ay... mami... mami... ayúdame... Mami, han pasado ya 17 años desde aquel día, y yo desde aquí observo cómo todavía te duele esa decisión que tomaste. Por favor, ya no llores, recuerda que te quiero mucho y aquí te estoy esperando con muchos abrazos y besos. Te quiere mucho. Tu bebé. Para reflexionar: ¿Antes de abortar, alguien se habrá puesto a pensar en lo que sentiría la criatura próxima a morir? ¿Conoces a alguien que haya abortado? ¿Sabes lo que siente una mujer después de haber abortado?

CUANDO LAS

HERIDAS NO SANAN

El mayor regalo que Mari deseaba, era un perro guía, ya que escuchaba por medio televisivo que se educaba a los caninos para ayudar a los niños con ceguera; incluso para protegerlos contra agresiones. Mari tenía apenas seis añitos y su ceguera fue provocada por la explosión de la olla a presión que expulsó los vapores y líquidos hacia los ojos de la niña, quemándoselos. Doña Mari tenía desde esa horrenda ocasión el corazón partido y una horrible adicción al alcohol. A raíz del suceso, la madre de Mari se había separado de su esposo y la niña en aquella ocasión del accidente no tenía mucho por qué estar feliz; y además del accidente, la niña cumplía sus 4 años, el día del inicio de su ceguera. Un buen día apareció el papá de la nena con un perro en la puerta, era un perro 63

guía y doña Mari se enojó diciéndole que era suficiente tener que cuidar de la niña y que no necesitaba de la ayuda de ningún animal para salir adelante. La niña, que escuchaba, le dijo: –Mamá yo no seré una carga para nadie y menos para ti o para papá. –Hijita, estás ciega por mi culpa –repitió muchas veces la señora. Hasta que la niña la interrumpió: –¡No, mamita, creo que la mayor desgracia que me pudo haber pasado es haber perdido el hogar en que fui muy feliz y es lo más bello que he visto y si volviera a ver me dolería aún más no ver que papá ya no nos abraza o que tú te quedas tirada en el piso por tanto beber alcohol. Yo perdería más partes de mi cuerpo para que tú, papá y yo estuviéramos juntos y fuéramos tan felices como cuando veía. ¿Por qué te duele más a ti que yo sea ciega? ¿Por qué se separaron tú y papá, si soy yo quien no ve y los necesita? Mamá, ¿por qué no perdí sólo la vista? ¿Por qué los perdí a ustedes también? Meses después la tecnología y la ciencia le dieron a Mari una nueva esperanza para volver a ver y sus papás se reconciliaron y cada domingo van a la iglesia a dar gracias a Dios porque la pequeña tiene a su familia unida y posiblemente, la niña pueda recuperar la vista y así su completa felicidad. Para reflexionar: Al tomar una decisión, ¿los padres piensan en sus hijos o piensan en ellos? ¿Cómo puede sentirse un hijo cuando sus padres se separan? ¡Recuerda dar gracia a Dios cada día por la familia que te ha regalado!

EL SIGNIFICADO DE

LA PALABRA FAMILIA

Tropecé con un extraño que pasaba y le dije: –perdón. Él contestó: –Discúlpeme, no lo ví. Fuimos muy educados, seguimos nuestro camino y nos despedimos. Pero en casa es otra historia, tratamos de cualquier modo a quienes comparten nuestro techo. Cuando estaba cocinando, mi hijo se encontraba muy cerca de mí. Al voltear casi le pego. –¡Quítate! –le grité. Él se retiró confundido sin que yo notara lo duro que le hablé. Al acostarme, Dios me dijo suavemente: –Trataste al extraño cortesmente, pero abusaste del niño que amas. Ve a la cocina y encontrarás unas flores en el piso, cerca de la puerta. Son las flores que cortó y te trajo. Rosas amarillas. Estaba calladito para darte la sorpresa y no viste 64

las lágrimas que llenaron sus ojos. Me sentí miserable y empecé a llorar. Suavemente me acerqué y me arrodillé junto a su cama y le dije: –Des​pierta, pequeño, despierta. ¿Son éstas las flores que cortaste para mí? Él sonrió y dijo: –Las encontré junto al árbol. Las tomé porque son bonitas como tú: Le respondí. –Hijo, siento mucho lo que hice. No te debí gritar. El contestó: –Está bien mami. Yo te quiero de todos modos. –Yo también te quiero y me gustan las flores, especialmente las rosas amarillas... –¿Sabes lo que significa Familia en Inglés?... F ....... Father A ...... And M ..... Mother I ....... I L ...... Love Y ...... You ¡Padre y madre yo los amo!... Para reflexionar: ¿Eres consciente de hacer parte de una familia? ¿Qué puedes aportar para hacer más feliz la vida de mi familia? ¿Has pedido disculpas a un hijo cuando me te has equivocado?

METÁFORA

DEL ÁRBOL

Hace mucho tiempo existía un enorme árbol de manzanas. Un pequeño niño lo amaba mucho y todos los días jugaba alrededor de él. Trepaba al árbol hasta el tope y éste le daba sombra. Él amaba al árbol y el árbol amaba al niño. Pasó el tiempo y el pequeño niño creció y nunca más volvió a jugar alrededor del enorme árbol. Un día, el muchacho regreso al árbol y escuchó que el árbol le dijo triste: –¿Vienes a jugar conmigo? Pero el muchacho contestó: 65

–Ya no soy el niño de antes que jugaba alrededor de enormes árboles. Lo que ahora quie​ro son juguetes y necesito dinero para comprarlos. –Lo siento... –dijo el árbol, pero no tengo dinero... te sugiero que tomes todas mis manzanas y las vendas, de esta manera obtendrás el dinero para tus juguetes. El muchacho se sintió muy feliz. Tomó todas las manzanas y obtuvo el dinero y el árbol volvió a ser feliz. Pero el muchacho nunca volvió después de obtener el dinero y el árbol volvió a estar triste. Tiempo después, el muchacho regresó y el árbol se puso feliz y le preguntó: –¿Vienes a jugar conmigo? –No tengo tiempo para jugar. Debo trabajar para mi familia. Necesito una casa para compartir con mi esposa e hijos. ¿Puedes ayudarme? –Lo siento, pero no tengo una casa, sin embargo,... puedes cortar mis ramas y construir tu casa. El joven cortó todas las ramas del árbol y esto hizo feliz nuevamente al árbol, pero el joven nunca más volvió desde esa vez y el árbol volvió a estar triste y solitario. Cierto día de un cálido verano, el hombre regresó y el árbol estaba encantado. –¿Vienes a jugar conmigo? –le preguntó el árbol. El hombre contestó: –Estoy triste y volviéndome viejo. Quiero un bote para navegar y descansar. ¿Puedes darme uno? El árbol contestó: –Usa mi tronco para que puedas cons​truir uno y así puedas navegar y ser feliz. El hombre cortó el tronco y construyó su bote. Luego se fue a navegar por un largo tiempo. Finalmente regresó después de muchos años y el árbol le dijo: –Lo siento mucho, pero ya no tengo nada que darte ni siquiera manzanas. El hombre replicó: –No tengo dientes para morder, ni fuerza para escalar... Ahora ya estoy viejo. Entonces el árbol con lágrimas en sus ojos le dijo: –Realmente no puedo darte nada... la única cosa que me queda son mis raíces muertas. Y el hombre contestó: –Yo no necesito mucho ahora, sólo un lugar para descansar. Estoy tan cansado después de tantos años. 66

–Bueno, las viejas raíces de un árbol son el mejor lugar para recostarse y descansar. Ven siéntate conmigo y descansa. El hombre se sentó junto al árbol y éste feliz y agradecido, le sonrió. Para reflexionar: Ésta puede ser la historia de cada uno de nosotros. El árbol son nuestros padres. Cuando somos niños, los amamos y jugamos con papá y mamá... Cuando crecemos los dejamos...Sólo regresamos a ellos cuando los necesitamos o estamos en problemas... No importa lo que sea, ellos siempre están allí para darnos todo lo que puedan y hacernos felices. Tú puedes pensar que el muchacho es cruel con el árbol, pero es así como nosotros tratamos a veces a nuestros padres... Valoremos a nuestros padres mientras los tengamos a nuestro lado y si ya no están, que la llama de su amor viva por siempre en tu corazón y su recuerdo te fortalezca en los días de cansancio...

MI

MADRE FUE LO

SUFICIENTEMENTE MALA... Algún día cuando mis hijos sean lo suficientemente grandes para entender la lógica que motiva a los padres, les diré: – Te amé lo suficiente para preguntarte a dónde ibas, con quién y a qué hora regresarías a casa. – Te amé lo suficiente para insistir en que ahorraras dinero para comprarte una bicicleta, aunque nosotros, tus padres, pudiéramos comprártela. – Te amé lo suficiente para callarme y dejarte descubrir que tu nuevo mejor amigo era un patán. – Te amé lo suficiente para fastidiarte y estar encima de ti durante dos horas mientras arreglabas tu cuarto, un trabajo que me hubiese tomado a mí sólo quince minutos. – Te amé lo suficiente como para dejarte ver mi ira y mi desilusión con lágrimas en los ojos. Los niños deben entender que los padres no son perfectos. – Te amé lo suficiente como para dejar que asumieras la responsabilidad de tus acciones, aunque los castigos eran tan duros que rompían mi corazón. – Pero, sobre todo, te amé lo suficiente como para decirte ¡no!, aunque sabía que me ibas a odiar por ello; esas fueron las batallas más difíciles para mí. Pero estoy contenta, dieron resultado, porque las gané y porque, al final, también las ganaste tú. Algún día cuando tus hijos sean suficientemente grandes para entender la lógica 67

que motiva a los padres, tú les dirás: ¿Tu mamá es mala? Yo sé que la mía sí. ¡Ella sí que lo era! Era la mamá más malvada que había en todo el mundo. Cuando otros niños desayunaban caramelos, ella nos hacía comer cereal, tostadas y tomar leche. Cuando otros niños almorzaban con gaseosa y galletas, teníamos que comer carne, verduras y huevos. También nos preparaba cenas diferentes a las de otros niños. Mi mamá insistía en saber dónde estábamos todo el tiempo, parecíamos convictos en prisión. Ella tenía que saber quiénes eran nuestros amigos y lo que hacíamos con ellos. Nos da pena admitirlo pero rompió las leyes del trabajo de menores, ya que nos hacía trabajar. Teníamos que lavar los platos, ayudar a sacar la basura, darle de comer al perro, arreglar nuestro cuarto y toda clase de trabajos forzosos. Ella insistía en que dijéramos la verdad y nada más que la verdad. Cuando llegamos a la pubertad, te juro que ella podía leer nuestras mentes. Era desesperante vivir con ella, estaba pendiente de que nos cepilláramos los dientes, de que nos bañáramos, de que estudiáramos. “¿Ya hiciste las tareas fulanito?”... ¡Qué fastidio! A veces hasta pensé en irme de la casa... Se ponía furiosa si nos veía sin zapatos... ¡qué vida la que me hacía vivir mi propia madre! La vida era difícil. Ella no dejaba que nuestros amigos tocaran la bocina del auto al llegar a buscarnos a nuestra casa; debían llegar a la puerta donde ella pudiera conocerlos y saludarlos. Mientras otros amigos y amigas podían tener novios o novias a los doce o trece años, nosotros tuvimos que esperar a los dieciséis. Por nuestra mamá, nos perdimos de muchas experiencias: nunca probamos drogas, nunca estuvimos presos, ni fuimos vándalos, ni odiados por los vecinos, y todo por su culpa. Ahora estamos solos en nuestra casa, somos simplemente adultos bien educados, honestos, responsables. Y estamos haciendo lo mejor que podemos para ser padres malvados, tal como lo fue mi mamá. Ya sabemos todo lo que está mal en este mundo; y ¿saben por qué?... Creo que debió haber mayor cantidad de mamás tan malvadas como la mía. Para reflexionar: ¿Consideras a tu mamá y a tu papá como “malos”? ¿Qué les debes a tus padres? ¿Valoras a tus padres y lo que ellos te dan?

MI

MAMÁ NO TIENE NOVIO

De visita en casa de mis tíos, me divierte ver a mi prima, la grande, prepararse cuando espera a su novio; toda contenta se peina, perfuma y pinta los labios, se viste muy guapa y corre de un lado a otro de la casa, arre​glando todo con detalle para que su “amor” no encuentre defecto alguno en el entorno. Entonces 68

llega el novio oliendo a mucha loción y cuando se miran ¡uff!, parece que flotan en el aire. Se abrazan con ternura y ella le ofrece algo de tomar junto con las galletas que le preparó durante la tarde. Además, él celebra todo lo que ella le prepara para cenar con esmero. Luego se sientan a platicar tontería y media por horas, después de lograr que los niños desaparezcamos de la sala; se escuchan el uno al otro sin perder detalle ni soltarse sus manos, hasta que al novio no le queda más remedio que despedirse cuando mi tío empieza a rondar con la almohada bajo el brazo. Al día siguiente, le pregunto a mamá: –Mamá, ¿quién es tu novio?, y me contesta muy sonriente que su novio es mi papá. –No, mamá, en serio... –pero ella insiste. –¿Cómo va a ser mi papá tu novio? En primer lugar, él nunca llega con un ramo de flores, ni chocolates; sí, le da un regalo a mamá en su cumpleaños y navidad, pero nunca he visto que el novio de mi prima se presente con una licuadora o dinero para que se compre algo. Además, mamá no pone cara de Blanca Nieves, cuando papá llega del trabajo, ni él sonríe como príncipe azul cuando la mira. Mamá no corre a arreglarse el peinado, ni a pintarse los labios cuando suena el timbre de la puerta y apenas voltea a verlo para decir: “Hola”, porque está revisando las tareas. El saludo de mi papá, en vez de “hola mi vida” es “hola, qué día” y de inmediato se pone en las peores fachas para estar cómodo. En lugar de: “¿Qué quieres de cenar?”, mi mamá le pregunta temerosa. ¿Qué quieres cenar? Y cuando creo que papá le va a decir “qué bonita te ves hoy”, le pregunta “¿no viste dónde quedó el control de la tele?”. Los novios se dicen cosas románticas como “¡cuánto te amo!”, en vez de “¿fuiste al banco?”. Mi prima y su novio no pueden dejar de mirarse. Cuando mamá pasa delante de papá, él inclina la cabeza para no perder detalle de lo que hay en la tele. A veces, papá le da un abrazo sorpresa a mamá, pero ella tiene que zafarse, porque siempre está a las carreras. Además, mis papás sólo se dan la mano cuando en misa el padre dice: “Dense fraternalmente la paz”. Yo creo que ella me dice que son novios, pues para que yo no me entere de que cortaron “cuando se casaron”. La verdad es que mi mamá no tiene novio y mi papá no tiene novia. ¡Queee aburridooo! SÓLO: ¡SON ESPOSOS! Para reflexionar: ¿Tus papás sí se aman? ¿Cómo les podrías colaborar a tus padres para fortalecer su amor? Recuerda: vive como si fuera temprano, reflexiona como si fuera tarde y ama como nunca jamás…

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NUESTRA

MADRE

Cuando viniste a este mundo, ella te sostuvo en sus brazos. Tú se lo agradeciste gritando. Cuando tenías un año, ella te alimentaba y te bañaba. Tú se lo agradeciste llorando la noche entera. Cuando tenías 2 años, ella te enseñó a caminar. Tú se lo agradeciste huyendo de ella cuando te llamaba. Cuando tenías 3 años, ella te hacía todas las comidas con amor. Tú se lo agradeciste tirando el plato al piso. Cuando tenías 4 años, ella te dio unos lápices de colores. Tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor. Cuando tenías 5 años, ella te vestía para las ocasiones especiales. Tú se lo agradeciste tirándote por la pila de barro más cercana. Cuando tenías 6 años, ella te llevaba a la escuela. Tú se lo agradeciste gritándole: ¡NO VOY A IR! Cuando tenías 7 años, ella te regaló una pelota. Tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino. Cuando tenías 8 años, ella te trajo un helado. Tú se lo agradeciste derramándoselo sobre su falda. Cuando tenías 9 años, ella te pagó unas clases de piano. Tú se lo agradeciste no practicando. Cuando tenías 10 años, ella te llevaba con el auto a todas partes del gimnasio, al partido de fútbol, a las fiestas de cumpleaños, a otras fiestas. Tú se lo agradeciste cuando salías del coche y nunca mirabas atrás. Cuando tenías 11 años, ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una película. Tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila. Cuando tenías 12 años, ella te aconsejó que no miraras ciertos programas. Tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa. Cuando tenías 13 años, ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda. Tú se lo agradeciste diciéndole que ella no tenía gusto. Cuando tenías 14, ella te pagó un mes de vacaciones en el campamento de verano. Tú se lo agradeciste olvidándote de escribirle una carta. Cuando tenías 15, ella venía de trabajar y quería darte un abrazo. Tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación. Cuando tenías 16, ella te enseñó cómo manejar su coche. Tú se lo agradeciste 70

usándoselo todas las veces que podías. Cuando tenías 17 años, ella esperaba una llamada importante. Tú se lo agradeciste hablando por teléfono toda la noche. Cuando tenías 18, ella lloró en la fiesta de tu gradua​ción de la escuela. Tú se lo agradeciste estando en fiestas hasta el amanecer. Cuando tenías 19 años, ella te pagó la cuota de la universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas. Tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así no te sentirías avergonzado ante tus amigos. Cuando tenías 20, ella te preguntó si estabas saliendo con alguien. Tú se lo agradeciste diciéndole: “A ti no te importa eso” . Cuando tenías 21, ella te sugirió algunas carreras para tu futuro. Tú se lo agradeciste diciéndole: “No quiero ser como tú”. Cuando tenías 22, ella te abrazó en la fiesta de gradua​ción de la universidad. Tú se lo agradeciste preguntándole si te podía pagar un viaje a Europa. Cuando tenías 23, ella te dio algunos muebles para tu primer apartamento. Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos. Cuando tenías 24, ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el futuro. Tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste “¡cállate!”. Cuando tenías 27, ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo. Tú se lo agradeciste mudándote al otro lado del país. Cuando tenías 30, ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé. Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora. Cuando tenías 40, ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu papá. Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado. Cuando tenías 50, ella se enfermó y necesitó que la cuidaras. Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos. De repente, un día, ella silenciosamente murió. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno. Para reflexionar: Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que llamamos mamá, aunque algunos no la puedan llamar así abiertamente. No hay sustituto para ella. Alegra cada momento. Aunque, a veces, ella no parezca la mejor de las amigas, –quizás no coincida con tu forma de pensar–, ¡es tu madre! Ella estará allí para ayudarte con tus dolores, tus penas y tus frustraciones. Pregúntate a ti mismo: ¿has separado tiempo para estar con ella, para escuchar 71

sus quejas sobre el trabajo en la cocina, su cansancio? Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto. Una vez que se vaya de este mundo, solamente te quedarán sus recuerdos llenos de cariño.

PLEGARIA

DE LOS ESPOSOS

Señor: Haz de nuestro hogar un sitio de tu amor. Que no haya injuria porque tú nos das comprensión. Que no haya amargura porque tú nos bendices. Que no haya egoísmo porque tú nos alientas. Que no haya rencor porque tú das el perdón. Que no haya abandono porque tú estás con nosotros. Que sepamos marchar hacia ti en nuestro diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentres con más amor de esposos. Haz, Señor, de nuestros hijos lo que tú anhelas. Ayúdanos a orientarlos y educarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el consuelo mutuo. Que hagamos del amor un motivo para amarte más. Que demos lo mejor de nosotros para ser felices en el hogar. Que, cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro, nos concedas el hallarnos unidos para siempre en ti. Para reflexionar: Oremos junto a nuestros padres, demos gracias a Dios por ellos... Por sus cualidades y defectos, por lo que son, no por lo que podrían ser.

REGRÉSAME

MIS MANITAS

Una familia se había comprado un auto nuevo, 0 km. Hermoso, desde todo punto de vista, el tapizado, el co​lor... todo. El padre amaba ese auto, su esfuerzo estaba allí. Salieron él, su esposa y el pequeño, de tan sólo 3 años; llegaron a una estación de servicio y los padres se bajaron del auto, dejando al niño adentro. El niño encontró un marcador y comenzó a escribir en todo aquel tapizado, con un gran entusiasmo. Después de un rato regresó la pareja, el padre 72

entró en cólera al ver su “hermoso tapizado” todo rayado, comenzó a golpear al niño en sus manos con mucha fuerza... hasta que tuvieron que alejarlo de él. El niño quedó gravemente herido y tuvieron que llevarlo y hospitalizarlo. Horas después sonó el teléfono en casa de la familia, la llamada fue atendida por el padre: los llamaban del hospital, era necesario que se presentaran, se habían complicado las cosas. El padre se presentó y le notificaron que habían tenido que amputarle las manos al niño, ya que no había otra opción posible. El pobre hombre entró a la habitación envuelto en lágrimas... el niño le dice sonriente... ¡Hola, papi... ya aprendí la lección... no lo voy a hacer más, papi... ¡pero por favor devuélveme mis manitas! El padre salió de aquella habitación y se suicidó... Para reflexionar: Como padre, ¿de qué manera castigas a tus hijos? ¿Crees que ciertos castigos están ajustados a la situación? ¿Qué harías en la situación de la historia?

YO QUERÍA

NACER

Un niño que estaba en el cielo junto con otros niños, transbordó un avión con destino al mundo. Este niño ansioso por nacer, por venir a la tierra y amar a sus padres, un día se encontró en el mismo vuelo a un niño que sufría mucho, porque no quería nacer. Entonces el niño entusiasmado y ansioso por nacer le pregunta al niño triste: –¿Por qué estás tan triste? El niño triste le responde: –Es que no quiero nacer, porque voy a nacer en una familia pobre, voy a sufrir mucho y voy a padecer hambre y prefiero quedarme aquí a cambio de irme a sufrir allá. Y el niño entusiasmado por nacer lo alienta y le dice: –No te preocupes, yo voy a nacer en una familia con mucho dinero y de buena posición y cuando nazca me voy a hacer tu amigo para ayudarte y le voy a decir a mis papitos que te ayudemos. Pero ya no estés triste, que tus papás ansían tu llegada. Entonces el niño triste se pone contento con la espe​ranza que el niño entusiasmado le dio. Más tarde, el niño entusiasmado se encuentra a un niño de piel negra llorando y le pregunta: –¿Por qué lloras? 73

Y el niño le contesta: –Porque mi papá nos va a abandonar a mi mamita y a mí. –Pero ¿por qué? –pregunta el niño entusiasmado. Entonces, el niño de piel negra le contesta: –Porque mis papitos son de piel blanca y yo voy a nacer negro. Y cuan​do mi papi me vea golpeará a mi mamita porque le acusa de haberle sido infiel y yo voy a ser muy infeliz. –No te preocupes –le dice el niño entusiasmado. “Mira, yo voy a nacer en una familia de buena posición, mis papitos van a tener mucho dinero, además ellos me van a querer mucho y todo lo que yo les pida me lo darán y lo que les voy a pedir es que los ayudemos a que hagan una investigación y prueba de sangre para que tu papito se dé cuenta de que tú eres de él y que tu mamita nunca lo engañó. Entonces el niño de piel negra se quedó muy contento al ver que había encontrado solución para que no sufrie​ran él y su mamá. Más tarde, el niño entusiasmado, andando por el avión, encuentra a otro niño decepcionado y cansado de sufrir y llorar. El niño ansioso y entusiasmado le pregunta: –¿Qué te sucede, por qué estás tan afligido? Entonces el tercer niño le responde: –Es que no quiero nacer. –Pero, ¿por qué? –pregunta el niño entusiasmado. Y el niño afligido responde: –Es que al momento de nacer mi mamita morirá, ya que será muy difícil el parto y escogerán entre la vida de mi mamita y la mía. Ella decidirá por mi vida y morirá y será un gran dolor para mi papito. Y por la desesperación y el gran dolor de su muerte él se suicidará y yo iré a parar a un lugar donde llevan a los niños desamparados y no voy a poder estar con mis papitos y es por eso que no quiero nacer todavía. Entonces el niño entusiasmado le dice: –No te preocupes. Cuando yo nazca voy a tener mucho dinero y mis papitos serán tan buenos que les voy a pedir que ayudemos a tu papá para salir adelante y para que comprenda que Dios se llevó a tu mamita para que no sufrie​ra y en cambio te dejó a ti para hacerle compañía. Tu papá saldrá adelante y te va a querer tanto como me van a querer a mí. Entonces el niño afligido ahora esperaba con ansias su llegada al mundo para tener un amigo tan especial como él. 74

Cuando llegó la hora de la partida para venir al mundo, “el piloto” encargado de enviar a los niños a su destino, empezó a llamarlos y el primero que fue al mundo fue el niño de piel negra, entonces el niño entusiasmado le grita antes de nacer: –No te preocupes que allá nos veremos y recuerda que te quiero. El segundo en partir hacia el mundo fue el niño que nacería pobre, quien iba contento porque tenía una esperanza y la promesa del niño entusiasmado. El tercer niño fue aquel a quien se le moriría su madre, pero su actitud era positiva ya que el niño entusiasmado iba a ayudar a su papito a reponerse pronto del dolor. Después de haber mandado a los tres niños, el piloto cerró las puertas del avión. Entonces, el niño entusiasmado gritó: –¡Espere, Señor, falto yo, falto yo! Yo también quiero ir al mundo para decirle a mi papito cuánto lo amo y agradecerle a mi mamita todo el amor que me dará cuando yo nazca y para que vean que soy tan bonito como ellos...! ¡Espere señor... falto yo!... Entonces hubo un gran silencio... Y el piloto le res​pondió: –Lo siento, pero hoy tus padres decidieron no tenerte. –Pero es que yo tenía tantas ilusiones de conocer a mis papitos y que vieran lo chiquito que soy, y que soy parte de ellos. Además, quería ayudar a mis amigos, porque no quiero que sufran, es que yo... quería nacer... Luego se oyó un suspiro de Dios y se alcanzó a escuchar: –¿Cómo los padres pueden terminar con las ilusiones de los hijos, cuando es el regalo más hermoso que les doy para complementar sus vidas? Para reflexionar: Recuerda que eres un milagro. En lugar de que tú nacieras, pudo haberse fecundado otro de los muchos espermatozoides que tuvieron la misma posibilidad; del mismo modo, cada ser que nacerá es un milagro... Nuestra vida es una lotería... Y nos la hemos ganado.

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Persona CÓMO CONQUISTAR AL HOMBRE

DE TU VIDA

Si quieres conquistar al hombre de tu vida y no al macho, debes tener en cuenta, entre otros, los siguientes aspectos: 01. No necesitas exhibir tu cuerpo para conquistarlo y menos para enamorarlo. 02. La buena presentación y el arreglo discreto son suficientes. 03. La vulgaridad en el vestir es propia de otra clase de mujeres. 04. No te hagas esclava de las modas y menos de aquellas que te vulgarizan o te presentan como un objeto de placer. 05. La belleza interior atrae al hombre y dura para toda la vida. La del cuerpo se acaba. 06. Tu cuerpo es un templo del Espíritu Santo. Respétalo como tal. 07. Los hombres buscan mujeres recatadas y virtuosas para que sean sus esposas y las madres de sus hijos. 08. Si sólo tienes tu cuerpo para conquistar al hombre, eres una mujer vacía. 09. El respeto hacia tu persona lo consigues si te respetas a ti misma. 10. El pudor es para el amor como la piel para el cuer​po. 11. Es importante tener buenas maneras al hablar, obrar o compartir con los demás. 12. Cuando conquistas con el cuerpo, buscas al macho, no al hombre. 13. Por encima de tu belleza física debe existir tu feminidad, tu pureza, tu espiritualidad... 14. No entregues tu cuerpo sin la bendición de Dios y menos por dinero. Para reflexionar: ¿Conoces mujeres que se respetan a sí mismas? ¿Conoces mujeres que usan su cuerpo como “arma” para conseguir lo que quieren? ¿Con qué clase de mujeres te identificas?

CÓMO ENAMORAR A

UNA MUJER

Recuerda que una mujer virtuosa te podría estar buscando para ser tu perfecto complemento. Si quieres conquistar a la mujer, debes tener en cuenta, entre otros, los 76

siguientes pensamientos: 01. Mirarla siempre respetuosamente. Mirarla como a un ser humano no como un objeto de placer. 02. Amarla no solamente con palabras sino, sobre todo, con hechos. 03. Darte a ella de todo y no a medias. 04. Tener con ella halagos verbales respetuosos y since​ros. 05. Tener para ella detalles románticos: flores, serenatas, atenciones... 06. Resaltar en ella su belleza interior, su inteligencia, sus valores... 07. Admirar sus virtudes y respetarle su modo de ser y de pensar. 08. Hacer pequeños sacrificios para demostrarle tu amor. 09. Ser coherente con tu manera de pensar, sentir y actuar. 10. Tener siempre una buena presentación personal y un lenguaje adecuado. 11. Ayudarla en su crecimiento personal y profesional. 12. Demostrarle siempre que tú no eres un “don Juan” ni un vicioso. 13. Luchar juntos por la verdadera felicidad. 14. Orar juntos para que Dios les muestre si son el uno para el otro. Para reflexionar: ¿Te consideras del grupo de varones que respeta a la mujer? ¿Crees que las mujeres que han compartido contigo son felices? Al tratar con una mujer, recuerda que fue una la que te trajo al mundo.

¿CUÁNTAS “NO”?

COSAS HAS AGUANTADO POR NO DECIR

El establecer límites se deriva directamente del equili​brio de nuestro poder. Cuando lo sabemos manejar, sa​bemos elegir tanto situaciones como gente que nos ha​cen sentir bien, de igual modo, desechamos gente o situa​ciones que nos lastiman. El principal factor que influye en el reconocimiento de nuestro poder es la auto​esti​ma. Cuando aceptamos cosas que nos dañan, hay baja autoestima de nuestra parte, por ejemplo: a. Cuando aceptamos maltrato, humillación o falta de res​peto. b. Cuando aceptamos un trabajo que no llena nuestras expectativas o necesidades tanto económicas como de realización personal. c. Cuando buscamos la aceptación de los demás temiendo que al negarnos a 77

algo la gente dejará de querernos o de aceptarnos en el grupo social. El decir no cuando queremos hacerlo es nuestro derecho y nuestra libertad y si decidimos hacerlo, debe ser de la manera más directa posible, no requerimos de largas explicaciones o pretextos, nuestra verdad es suficiente para expresar un “sí” o un “no” de manera directa. Por ejemplo, cuando decimos “dile que no estoy” o “no puedo ir al cine porque me llegaron visitas”, cuan​do en realidad no vas porque estás cansado, lo único que haces es crear un círculo vicioso de mentira del que difícil​mente podrás salir. Con esto estás violando tu propio có​di​go ético-moral que sabe perfectamente que el mentir no es la vía para defenderte. Un caso más delicado aún resulta cuando te dices a ti mismo cosas del tipo: “El lunes me pongo a dieta”, “mañana empiezo con mi rutina de ejercicios”, sabien​do que no vas a cumplir. Fácilmente puedes romper tu promesa, total ¡nadie te escuchó prometerlo! Al fin y al cabo ¡no vales lo suficiente como para cumplirte una promesa a ti mismo! ¡Puedes traicionarte sin que esto le importe a nadie! Esto es falta de autoestima. ¿No vales lo suficiente como para merecer tu propia verdad? Si tú eres una persona que no estableces límites, analiza tu físico, ¿sufres de afecciones estomacales?, ¿vesícula? ó ¿hígado? Todos estos órganos se relacionan con la capacidad de hacernos valer a nosotros mismos por medio de nuestro propio poder. Si hay dolor en alguna de estas zonas ¡es tiempo de delimitar! Pero no nos confundamos, el poder no es para transgredir los límites de los demás con el fin de defender los nuestros, no es para aniquilar a quien se cruza en nuestro camino. Cuando hacemos buen uso de nuestro poder comprendemos que todo ser tiene un espacio de realización en este mundo y nadie tiene derecho de obli​gar a nadie a realizar cosas en contra de su voluntad. ¿Cómo reconocer cuando es momento de decir no? Cuan​do el hacer algo te haga sentir mal, ya sea enojo, triste​za, desagrado, etc. Si la sola idea de hacer lo que no deseas produce una sensación negativa en tu cuerpo (en el estómago, en el pecho, etc.) es que ese “algo” no debe ser aceptado por ti. Recuerda que también tu cuer​po tiene su propio lenguaje y te alerta de cualquier peli​gro. Aceptar lo que no deseas es una opción y es tu decisión; aprender a delimitar es tu derecho y tu liber​tad. Para reflexionar: ¿Te sientes feliz como eres? ¿Te has dicho mentiras a ti mismo(a)? ¿Te has creído tus propias mentiras?

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¿DÓNDE

ESCONDIERON LA FELICIDAD?

Un poco antes de que la humanidad existiera, se reunie​ron varios duendes para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: –Debemos quitarles algo, pero, ¿qué les quitamos? Después de mucho pensar uno dijo: –¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar. Propuso el primero: –Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo. A lo que inmediatamente repuso otro: –No, recuerda que tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está. Luego propuso otro: –Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar. Y otro contestó: –No, recuerda que tienen curiosidad, alguna vez alguien construirá algún aparato para poder bajar y entonces la encontrará. Uno más dijo: –Escondámosla en un planeta lejano a la tierra. Y le dijeron: –No, recuerda que tienen inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad. El último de ellos era un duende que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás duendes. Analizó cada una de ellas y entonces dijo: –Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren. Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: –¿Dónde? El duende respondió: –La esconderemos dentro de ellos mismos, así estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán. Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo. 79

Para reflexionar: ¿Eres consciente de que la felicidad está contigo siempre? ¿Por qué crees que hemos aprendido a buscar la felicidad afuera y no dentro de nosotros? ¿Cómo puedes ayudar a otro a descubrir que la felicidad está demasiado cerca para buscarla fuera?

ES

MEJOR PERDONAR

Piensa en el tiempo y en la energía que podrías ganar con tan sólo un poquito de perdón. Estar frustrado, disgustado o enojado consume tu valioso tiempo y ener​gía, tus pensamientos y tus acciones. Claro que hay situaciones dignas de enojo. Pero ¿estás de acuerdo en ceder siquiera un poquito de ti mismo en esas cosas pequeñas e insignificantes, sin ninguna importancia? Piensa en tu valioso tiempo, ¡cuánto podrías ahorrarte perdonando, a quien hizo algo para enojarte! Perdonando antes de haber mostrado siquiera un poco de enojo, el asunto morirá allí y podrás moverte con rapidez hacia otro tema. Espera lo mejor de quienes te rodean y lo más probable es que lo obtengas. Sin embargo, cuando alguien no satisface tus expectativas, no agraves el problema permitiéndole consumir tu tiempo y energía. Busca una manera de perdonar y olvidar rápidamente. Cuantas más pequeñeces puedas perdonar, más cosas realmente importantes podrás lograr. Para reflexionar: ¿Has sentido la alegría de que alguien te perdone? ¿Has sido capaz de ofrecer perdón a alguien? ¿Crees que si perdonaras el mundo sería diferente?

UNA

HISTORIA DE COMPRENSIÓN

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía: Cachorritos en venta. Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y pronto un niñito apareció en la tienda preguntando: –¿Cuál es el precio de los perritos? El dueño contestó: –Entre $30 y $50. El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas: –Sólo tengo $2.37... ¿Puedo verlos?

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El hombre sonrió y silbó. De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niñito inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba. –¿Qué le pasa a ese perrito? –preguntó. El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el vete​ri​nario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida. El niñito se emocionó mucho y exclamó: –¡Ése es el perrito que yo quiero comprar! Y el hombre replicó: –No, tú no vas a comprar ese cachorro, si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo. Y el niñito se disgustó, y mirando directo a los ojos del hombre le dijo: –Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis $2.37 ahora y 50 centavos cada mes hasta que lo haya pagado completo. El hombre contestó: –Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. Él nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos. El niñito se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo: –Bueno, yo no pue​do correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda. El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y se sintió en evidencia... sonrió y dijo: –Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú. Para reflexionar: En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente. Un verdadero amigo es aquél que llega cuando el resto del mundo se ha ido.

HISTORIA

DE SALVACIÓN

Cuenta la historia que había una vez un pescador muy creyente, total y firmemente convencido de que Dios lo salvaría de cualquier peligro y que lo llevaría hasta el cielo algún día. Una vez, mar adentro con muchos compañeros 81

pescadores como él, hubo una terrible tormenta que ocasionó que las lanchas de todos sus compañe​ros se volcaran, quedando todos en el agua a expensas de la mar y de las grandes olas que se elevaban. Instintivamente, nuestro amigo el pescador, oró a Dios para que lo salvara de tan inminente peligro, diciéndole en su oración que tenía mucha fe en que lo iba a salvar. Tiempo después se apareció una lancha que empezó a auxiliar a muchos pescadores, de igual forma le tendie​ron la mano pero el pescador se negó a subir a la lancha diciendo que Dios lo iba a salvar. Al ver su negativa la lancha se alejó y el pescador siguió orando para que Dios lo salvara. Tiempo después llegó otra lancha que de igual forma quiso ayudar al pescador, quien nuevamente se negó a subir diciendo que su fe era muy grande y que Dios lo iba a salvar. Por último se aproximó otra lancha para auxiliarlo y de nueva cuenta el pescador no subió puesto que confiaba ciegamente en que Dios lo iba a salvar. Total, al final de cuentas el pescador murió ahogado. Su alma se elevó al cielo y en cuanto estuvo en la presencia de Dios fue y le dijo: –Señor, toda mi vida tuve tanta fe en que me ibas a salvar y mira ¡me ahogué confiando en tu ayuda! Dios, en su infinita misericordia y amor, le contestó: –Hijo mío, te envié 3 lanchas en tu ayuda y no te quisiste subir a ninguna. Para reflexionar: ¿Cómo esperas la ayuda de Dios? ¿Conoces algún caso similar? ¿Te has comportado alguna vez como este pescador?

IMPORTA

LA FELICIDAD

Sin importar la cultura, la religión, las creencias y las clases sociales, lo único que llena el corazón humano es el AMOR y sólo se tiene amor en el corazón cuando amamos... siempre hay por quién vivir y a quién amar… ¡Es lo que mueve la vida! Toda persona busca el ambiente en el que quiere hallar su felicidad, unos escogen la vida de soltería, en compañía de amistades y familiares, otros buscan su felicidad al lado de una pareja en la que pueden apoyarse y formar un núcleo familiar; otros escogen la vida de acuerdo con su religión. Sin embargo, en cada uno de los ambientes la base es amar, compartir y dar lo mejor de nosotros. La vida es corta y debemos aprovecharla al máximo, debemos amar a todas las personas que nos rodean, pero orientados a nuestra felicidad, a sentirnos bien con lo que hacemos, con quienes compartimos directamente, con lo que somos. Ahora bien, es bueno hacernos estas preguntas: ¿Cómo me sueño?, ¿cuál es la meta de mi felicidad?, ¿voy rumbo a ella? ¿Estoy satisfecho con lo que hago y con lo que soy? ¿Me gustaría cambiar? ¿Si sigo el camino que tengo 82

actualmente, cómo seré en 10 años?, ¿seré feliz? No todos podemos hacer lo mismo, ni vivir en el mismo lugar, ni tener las mismas creencias, simplemente porque nos complementamos y entre todos construimos la vida. En cualquier parte del mundo y en cual​quier ambiente podemos dar lo mejor de nosotros, amar y ser felices. Para reflexionar: ¿Estás sembrando semillas para tu felicidad? ¿Crees que quienes te rodean son felices? ¿Cómo puedes ayudar a que alguien encuentre la felicidad?

LA

MUJER…

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La La La La La La La La La La La La La La La La La La La La La La La

no quiere una mirada, quiere una sonrisa. no quiere compañía, quiere presencia. no quiere llanto, quiere comprensión. quiere, lo que es más sencillo, otorgar el amor. no busca una mano, busca tacto. no busca momentos, espera acontecimientos. no busca tu risa, espera tu alegría. ofrece su sensibilidad, su pasión y amor. no desea un cuerpo, desea un abrazo. no desea halagos, desea sinceridad. no desea unos labios, desea un beso. no desea ser persona, desea ser mujer. no espera tu tiempo, espera tiempo contigo. no espera pasión, espera romance. no espera sexo, espera amor. no espera belleza, espera que la hagan sentir bella. es mujer, no la trates como a un hombre. es mujer, es sentimental y afectiva. es mujer, no es cuerpo, es corazón. no eres tú, no la trates como esperas que te traten. no es para convencer, es para amar. no es para conocer, es para entender. no es lo que tú crees, ella es mucho más. 83

* La * La * La * La * La Para

mujer no es mujer no es mujer no es mujer no es mujer no es reflexionar:

un rostro, es un todo. difícil, es misteriosa. tacto, es caricia. la espina, es la rosa. para poseer, es para respetar y amar.

Las diferencias entre varones y mujeres no pueden llevarnos a ver a los demás como parte de un juego que hay que usar y luego dejar; somos hijos de Dios, diferentes pero complementarios.

LA

PARTE MÁS IMPORTANTE DEL CUERPO

Un día mi madre me preguntó cuál era la parte más importante del cuerpo. A través de los años trataría de buscar la respuesta correcta. Cuando era más joven, pensé que el sonido era muy importante para nosotros. Por eso dije: –Mis oídos, Mamá. Ella dijo: –No. Muchas personas son sordas y se arreglan perfectamente. Pero sigue pensando, te preguntaré de nuevo. Varios años pasaron antes de que ella lo hiciera. Desde aquella primera vez, yo había creído encontrar la respuesta correcta. Y es así que le dije: –Mamá, la vista es muy importante para todos, entonces deben ser nuestros ojos. Ella me miró y me dijo: –Estás aprendiendo rápida​mente. Pero la respuesta no es correcta porque hay muchas personas que son ciegas, y salen adelante aun sin sus ojos. Continué pensando cuál era la solución. A través de los años, mi madre me preguntó un par de veces más, y ante mis respuestas la suya era: –No. Pero estás poniéndote más inteligente con los años, pronto acertarás. Hace dos años, mi abuelo murió. Todos estábamos dolidos. Lloramos. Incluso mi padre lloró. Recuerdo esto so​bre todo porque fue la segunda vez que lo vi llorar. Mi madre me miraba cuando fue el momento de dar el adiós final al abuelo. Entonces me preguntó: –¿No sabes todavía cuál es la parte más importante del cuerpo, hija? Me asusté cuando me preguntó justo en ese momento. Yo siempre había creído que ese era un juego entre ella y yo. Pero ella vio la confusión en mi cara y me dijo: 84

–Esta pregunta es muy importante. Para cada res​puesta que me diste en el pasado, te dije que estabas equi​vocado y te he dicho por qué. Pero hoy es el día en que necesitas saberlo. Ella me miraba como sólo una ma​dre puede hacerlo. Vi sus ojos llenos de lágrimas, y la abracé. Fue entonces cuando apoyada en mí, me dijo: –Hija: la parte del cuerpo más importante es tu hombro. Le pregunté: –¿Es porque sostiene mi cabeza? Y ella respondió: –No. Es porque puede sostener la cabeza de un ser amado o de un amigo cuando llora. Todos necesitamos un hombro para llorar algún día en la vida, hija mía. Yo sólo espero que tengas amor y amigos, y así siempre tendrás un hombro donde llorar cuando lo necesites, como yo ahora necesito el tuyo. Para reflexionar: ¿Si te preguntaran a ti sobre la parte más importante del cuerpo, qué responderías? ¿Crees que has usado “tu parte más importante” del cuerpo? ¿Crees que existe otra parte más importante del cuerpo?

LA

VANIDAD HUMANA

Se cuenta de Don Pedro II, emperador del Brasil, que, compadecido de ver tantos pobres enfermos que anda​ban tirados por las calles o morían abandonados en míseras casuchas, se hizo el propósito de levantar en Río de Janeiro un gran hospital para poder dar cabida a todo necesitado: para esto acudió a los buenos sentimientos de su pueblo. Pero el pueblo no respondió al llamamiento como él esperaba y los ricos se hicieron de oído sordo. ¿Qué hizo entonces el monarca? Conociendo los deseos de los ricos plebeyos en acceder a un título nobiliario, mandó proclamar un pregón en el cuál se decía que todos los que aportaran una cantidad considerable de dinero, para fines benéficos, serían condecorados por el Emperador con títulos nobiliarios de marqueses, duques y condes según fuese la cantidad del donativo. Además, todos los oferentes serían homenajeados con una gran placa de mármol en el frontispicio del nuevo hospital de beneficencia. Pronto se llenó la lista y levantar el hospital fue cosa de poco tiempo. El día de su inauguración, fue grande la expectativa por ver la gran placa de mármol cubier​ta en terciopelo rojo, colocada en la parte central del fron​tispicio. Cuando Don Pedro develó la placa, todo el pueblo pudo leer estas palabras en letras de oro: “Vanitas Humana, miseriae humanae”, que traducido del latín sig​nifica: “La 85

vanidad humana a la miseria humana”. Don Pedro II le dio una gran lección de humildad a su pue​blo cuan​do colocó esa placa en el Hospital de Río de Janeiro. Para reflexionar: ¿Qué hubieras hecho tú para recoger el dinero? ¿Qué hubieras escrito en la placa? ¿Conoces alguna historia similar?

LAS

MUJERES

Las mujeres tienen una fuerza que a los hombres asombra: Ellas cargan niños, penas y cosas pesadas, sin embargo, tienen espacio para la felicidad, el amor y la alegría. Ellas sonríen cuando quieren gritar, cantan cuando quie​ren llorar, lloran cuando están contentas y ríen cuando están nerviosas. Las mujeres esperan una llamada por teléfono de su pareja avisándoles que todo está bien y diciéndoles que las extrañan. Las mujeres tienen cualidades especiales: se ofrecen para causas buenas, son voluntarias en hospitales y llevan comida a los necesitados. Ellas trabajan como niñeras, amas de casa, abogadas y solucionan disputas entre niños y vecinos. Usan trajes, vaqueros, uniformes y minifaldas. Las mujeres recorren largos caminos para conseguir la mejor escuela para sus hijos y la mejor atención para la salud de su familia. Ellas no aceptan un “NO” como respuesta cuando están convencidas de que hay una solución. Las mujeres escriben una carta de amor a su pareja y saben perdonar. Son inteligentes y saben de su poder, sin embargo, saben usar su lado suave cuando quieren conseguir algo. Las mujeres se alegran o lloran cuando se enteran de un nacimiento o un matrimonio. Saben de un abrazo, un beso y un te amo. Pueden sanar un corazón roto. Una mujer puede lograr que una mañana, una tarde o una noche romántica sean inolvidables. Las mujeres vienen en todos los tamaños, colores y formas; viven en casas, cuartos y cabañas. Ellas corren, manejan, caminan o usan el e-mail. 86

El corazón de una mujer es lo que hace girar el mundo. Todo lo que ellas quieren es un abrazo, un beso, una caricia, una llamada. Las mujeres tienen mucho qué decir y mucho para dar. La belleza de la mujer no está en la ropa que lleve, la figura que tenga o la forma en que se peine. La belleza de una mujer debe verse en sus ojos, porque son la puerta a su corazón, el lugar donde el amor reside en su alma. La belleza de la mujer está en su entrega amorosa y en el cuidado que ella le da a su amado cuando está enfermo o cuando le prepara una taza de te en las noches de invierno. La belleza de una mujer, con el paso de lo años, crece hasta el infinito. Para reflexionar: ¿Por qué crees que existe el maltrato a la mujer? ¿Estás de acuerdo con lo que se dice de la mujer en esta reflexión? ¿Crees que la sociedad y la historia son injustas con la mujer?

LO QUE

DIOS PIENSA DE LAS MUJERES

Cuando creé los cielos y la tierra, les hablé de existir. Cuando creé al hombre, lo formé y soplé vida en su ser. Pero a ti, mujer, te formé después de haber soplado el aliento de vida al hombre porque tu interior es muy delicado. Permití que un profundo sueño se apoderara de él para poder crearte paciente y perfectamente. El hombre fue puesto a dormir para que no interfiriera con la creatividad. Te formé de un hueso. Elegí el hueso que protege la vida del hombre. Elegí la costilla, que protege su corazón e interior y lo yergue y apoya, como tú debes hacer. Te formé a partir de este hueso. Te moldeé. Te formé bella y perfectamente. Tus características son como las de la costilla, fuerte, pero delicada y frágil. Provees protección para el órgano más delicado del hombre, su corazón. Su corazón es el centro de su ser, su interior contiene el aliento de vida. La caja formada por la costilla se quebrará antes de permitir que se dañe el corazón. No vienes de sus pies, para estar por debajo de él. No fuiste tomada de su cabeza, para estar por encima de él. Fuiste tomada de su costado, para estar a su lado y ser mantenida muy cerca de él. Eres mi ángel perfecto. Eres mi pequeña niña preciosa. Has crecido para ser una espléndida mujer de excelencia, y mis ojos se llenan de lágrimas cuando veo las virtudes de tu corazón. Tus ojos, no los cambies. Tus labios, ¡qué adorables cuando dicen una plegaria! Tu nariz, tan perfecta. Tus manos, de tacto tan suave. He acariciado tu cara en tu sueño 87

más profundo; he mantenido tu corazón cerca del mío. Adán caminó conmigo en el frío del día y aún estaba solitario. Él no pudo verme o tocarme, sólo pudo sentirme. Así que todo lo que quise que Adán compartiera y experimentara conmigo, lo puse en ti. Mi bendición, mi fortaleza, mi pureza, mi amor, mi protección y apoyo. Así que: Hombre, trata bien a la mujer. Ámala y respétala. Al herirla me hieres a mí. Lo que haces a ella me lo haces a mí. Al maltratarla sólo dañas tu propio corazón, el corazón de tu padre y el de su padre. Mujer: apoya al hombre. En humildad, muéstrale el poder de la emoción, que te he dado. Suavemente muéstrale tu fortaleza. Para reflexionar: ¿Crees que este deseo de Dios se cumple? ¿Crees que el ser humano ha sido infiel a este deseo de Dios? Al tratar a una mujer recuerda que es la criatura más bella de la creación de Dios.

CARENCIA * Carencia de amor; porque sólo quiero a los que acepto, cuando debo querer a todos. * Carencia de raciocinio; porque sólo entiendo lo que me conviene, aunque la razón no me pertenezca. * Carencia de comunicación; porque creo que sólo lo mío es importante, cuando hay tanto que escuchar. * Carencia de visión; porque sólo le presto atención a lo bello, aun sabiendo que todo tiene su lado hermoso. * Carencia de fe; porque todo lo quiero al instante y fácilmente pierda la esperanza. * Carencia en mi desarrollo integral; porque me aferro sólo a lo que tengo, aun sabiendo que desprendiéndome de todo estoy en la ruta hacia la grandeza. * Carencia de convicciones, porque me avergüenza que sepan que tengo fe, aun sabiendo que cada vez que me lo dicen, me llenan de energía Divina y de vida. * Señor, ayúdame a superar mis carencias. Para reflexionar: ¿Eres consciente de tus carencias? ¿Cómo crees que podrías mejorar? ¿Cómo compartirías este mensaje con aquellos que ostentan cierto poder?

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NO CAMBIES

TU NATURALEZA

Un maestro oriental que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua. Pero, cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó. Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: –Perdone, ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua, lo picará? El maestro respondió: –La naturaleza del alacrán es picar, pero eso no va a cambiar la mía, que es ayudar. Y, entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida. Para reflexionar: No cambies tu naturaleza. Si alguien te hace daño sólo toma precauciones. Algunos persiguen la felicidad, otros la crean. Cuando la vida te presente mil razones para llorar, demuéstrale que tienes mil y una razones por las cuales sonreír.

NO TENGAS

MIEDO

No tengas miedo de estar solo, de mirarte interiormente y de encontrarte en tu silencio. Ten miedo de ser un solitario, aislado de tus hermanos, desconfiado, sin amigos y sin comunicación. Nunca temas decir la verdad, o expresar con claridad lo que sientes y afirmar aquello que has visto o has oído. Teme más bien, engañarte a ti mismo, convencerte de la mentira o colocar máscaras en tu rostro. Sé tú mismo en donde estés, aceptando a los otros como son. Vive con intensidad y dinamismo. Rompe tus murallas y levántate, y la vida será para ti un canto, y cada día será una fiesta. Para reflexionar: ¿Crees que vives con intensidad cada momento de tu vida? ¿Por qué tratamos de “engañarnos” a nosotros mismos? ¿Conoces a alguien que viva sometido al qué dirán y por ello no es libre? 89

¿QUÉ

ES UN MUJERÓN?

Un hombre preguntó a otro: –¿Para ti qué es un mujerón? Inmediatamente empezó a hablar de las medidas corporales, del color de los ojos y de lo demás..., le dijo que un mujerón tenía que ser una rubia o morena (despampanante) de 1.80 mt., de cuerpo perfecto y sonrisa colgate. Mujerones, dentro de ese concepto, no existen muchas: Cindy Crawford, Claudia Schifer, Linda Evangelista, Naomi Campbell, Vera Fischer, Malu Mader, Leticia Spiller, Adriane Galisteu, Lumas y Brunas, ¿alguien me falta? –Y bien –añadió el hombre– y para ti, ¿qué es un mujerón? –Pues mira –contestó– fíjate bien y descubrirás que hay una en cada esquina: • Mujerón es aquella que toma dos autobuses para ir a su trabajo y dos más para regresar, y cuando llega a su casa, encuentra el cesto lleno de ropa para lavar, la tarea de los niños para revisar y una familia hambrienta para alimentar. • Mujerón es aquella que va por la madrugada a hacer cola para garantizar la inscripción de sus hijos en el colegio y aquella jubilada que pasa horas parada haciendo cola en un banco para cobrar una pensión insultante. • Mujerón es la empresaria que administra decenas de funciones de lunes a viernes y una familia todos los días de la semana. • Mujerón es quien regresa del supermercado cargando varias bolsas después de haber pesquisado precios y hacer malabarismos con el presupuesto. • Mujerón es aquella que se depila, se pone cremas, se maquilla, hace dieta, se ejercita, usa tacones, se arregla el cabello y se perfuma, sin tener ninguna invitación para ser portada de revista. • Mujerón es quien lleva los hijos a la escuela y los va a buscar, los lleva a las clases de natación y los busca, los lleva a la cama, les cuenta historias, reza con ellos, les da un beso y apaga la luz. • Mujerón es aquella madre de un adolescente que no duerme mientras éste no llega sano y salvo a casa y que bien temprano por la mañana ya está levantada, calentando la leche y haciendo el café. • Mujerón es quien enseña a cambio de un salario míni​mo, es quien hace servicios voluntarios, es quien anda en la vendimia, es quien siembra, es quien opera pa​cien​tes, es quien lava ropa para otros, es quien pone la mesa, ha​ce la sopa y en las tardes trabaja detrás de un mostrador. • Mujerón es quien sabe dónde está cada cosa, lo que cada hijo siente y cuál es el mejor remedio para la acidez, para los deditos magullados y para las 90

pesadillas. Crawford’s, Schifer’s, Evangelista’s, Campbell’s, Agui​lera’s, Luma’s, Bruna’s, Luana’s y Sheila’s: todas lindas hasta morir... PERO... ¡Más mujerón, es quien mata un león por día! Para reflexionar: ¿Qué sucedería en la vida humana sin la presencia de la mujer? ¿Por qué se clasifica a la mujer por lo que “se ve” y no por lo “que es”? ¿A qué se debe el “uso” de la figura femenina como comercio?

SIGUE

EL RASTRO A TU PENSAMIENTO

Existe un aspecto clave cuando se trata de decidir el camino que seguirás en tu vida, algo que separa al que puede tomar el control de la existencia de aquel que no está en condiciones de hacerlo. Ese aspecto fundamental es el control que puedas tener sobre tus pensamientos, un tema al cual no se le da habitualmente mucha importancia. Tener el comando de lo que piensas es indispensable por varios motivos, pero dos de ellos son de especial importancia: estar en condiciones de elegir cuáles emociones quieres tener, lo que te da la posibilidad de la estabilidad emocional, y poder llevar adelante tu trabajo de un modo productivo que te permita alcanzar la realización personal. La estabilidad emocional es la característica que te permite no estar a merced de las emociones, y no, como a veces se suele entender, la ausencia de emociones. Consiste en tener las emociones que tú quieres tener y no tener aquellas que no quieres. Las emociones surgen de los pensamientos, aunque a veces tan rápidamente que no nos damos cuenta. Por ejemplo, el pensamiento de algo querido que has perdido es lo que te causa dolor emocional. Una demostración bastante absurda te dará la comprobación de esto que digo. Supongamos que has roto relaciones con una persona que querías mucho; ahora, cada vez que piensas en esa persona, el corazón se te estruja de dolor. El problema es que no puedes dejar de pensar en ella. ¿Qué pasaría si, por efectos de un golpe en la cabeza u otra causa parecida, tuvieras una pérdida de la memoria? El resultado es que no sufrirías más, al menos por ese motivo. Esto te demuestra que es el pensamiento de esa persona lo que te da la oportunidad de manifes​tar tu dolor. Si crees que no puedes dejar de pensar en alguien, estás equivocado. Puedes hacerlo si quieres; si no quieres, no lo harás aunque digas a todo el mundo que tu mayor anhelo es olvidar. Lo que pasa es que muchas veces no queremos 91

olvidar, por varios motivos que sería largo considerar ahora. Uno de los mayores inconvenientes que afronta la persona que quiere emprender la senda de la superación personal, es el de ser sincera consigo misma. El cerebro humano, esa máquina maravillosa, nos brinda posibilidades asombrosas que no son percibidas por la mayoría de la gente. Una de esas posibilidades es la de engañarnos a nosotros mismos, lo cual a primera vista parece imposible. Lo que ocurre es que nuestra mente está formada por va​rias partes: el inconsciente, el subconsciente y el cons​ciente. En la terminología vulgar, la usada por la gente que no es especialista, se toman subconsciente e inconsciente como sinónimo, pero no lo son. Cuando se escucha decir: “Yo, inconscientemente, siempre lo supe”, a lo que se está aludiendo es al subconsciente, o sea lo que está por debajo de la conciencia. Nuestra conciencia puede engañarse, podemos evitar ver lo que no queremos ver y pensar que todo es color de rosa. Hay, sin embargo, una parte de nosotros mismos que sabe cuál es la verdad, que ve todo lo que no desearíamos ver. La persona que quiere crecer tiene que amar, antes que a nada, a la verdad, aunque ésta sea dolorosa. Nada puede crecer saludablemente si no está basado en la verdad: la mentira tiene patas cortas, nunca llega muy lejos. Para poder, entonces, manejar tus emociones y no estar manejado por ellas, lo primero que tienes que hacer es aclarar qué es lo que quieres, qué pensamientos quieres tener y cuáles prefieres evitar. Luego, a través del control de tus pensamientos, podrás tener la anhelada tranquilidad espiritual y disfrutar de las emociones placenteras a las que tengas derecho. Lo mismo se aplica para tener la posibilidad de realizar alguna tarea provechosa en tu vida. Cualquier objetivo de importancia que te fijes necesitará bastante tiempo para ser llevado a cabo y la única manera de llegar a buen fin es mediante la concentración en las metas que te has propuesto alcanzar. La capacidad de concentrarse en lo que se está haciendo, evitando que pensamientos inoportunos distraigan tu atención, es una de las claves para la realización de las grandes obras, como lo puedes apreciar leyendo la biografía de cualquier personalidad excepcional. Una patología identificada por los psicólogos, que hace imposible la concentración, es el desorden de déficit de atención. La persona que sufre esta enfermedad mental no puede fijar su atención en una tarea el tiempo suficiente como para terminarla. Como persona normal, no afectada por esta dolencia, tú puedes aumentar tu capacidad de concentración mediante el entrenamiento adecuado y así estar en condiciones de llegar a conseguir los objetivos que has elegido para tu vida. Para reflexionar: ¿Qué necesitas para ser emocionalmente estable? 92

¿Has sido educado para ser tú mismo? ¿Eres capaz de concentrarte en tu meta hasta alcanzarla?

REALMENTE

SOMOS EL MILAGRO DE

DIOS

Tú, que eres un ser humano, eres mi milagro. Eres fuerte, capaz, inteligente y lleno de dones y talentos. Examina tus dones y talentos y entusiásmate con e​llos. Encuéntrate. Cáptate. Anímate. Piensa que, desde este momento, puedes cambiar tu vida para bien si te propones y te llenas de entusiasmo y, sobre todo, si te das cuenta de toda la felicidad que puedes conseguir con sólo desearla. Eres mi creación más grande. Eres mi milagro. No temas comenzar una vida nueva. No te quejes. No te deprimas. No te atormentes. ¿Cómo puedes temer si eres mi milagro? Estás dotado de poderes desconocidos para todas las criaturas del universo. Eres único. Nada es igual a ti. Te hice perfecto. Sólo en ti está el aceptar el camino de la felicidad, transitarlo y seguirlo siempre hasta el fin. Simplemente porque eres mi milagro. Te hice libre. En ti está el poder de no atarte a las cosas que no hacen la felicidad. Te hice perfecto a fin de que aprovecharas tu capacidad y no para que la destru​yeras haciendo tonterías. Te di el poder de pensar. Te di el poder de amar. Te di el poder de determinar. Te di el poder de reír. Te di el poder de imaginar. Te di el poder de crear. Te di el poder de planificar. Te di el poder de rezar. Y te coloqué prácticamente por encima de los ángeles cuando te di el poder de elección. Te di el dominio de elegir tu propio destino usando tu voluntad. Aprende a sentir mi presencia en cada acto de tu vida. Crece cada día un poco más en el optimismo y en la esperanza. Deja los sentimientos de derrota. Yo estoy a tu lado siempre. Y siempre te estoy esperando para amarte. Trata de volverte niño, simple, inocente, generoso, dador con capacidad de asombro y capacidad de conmoverte ante la maravilla de sentirte humano porque puedes conocer mi amor, puedes sentir una lágrima, puedes comprender el dolor. No olvides que eres mi milagro. Que te quiero feliz con misericordia, con piedad para que en este mundo, que transitas, puedas acostumbrarte a reír, siempre que tú aprendas a reír. Y, si eres mi milagro, entonces usa tus dones y cambia tu medio ambiente contagiándolo de esperanza y optimismo, sin temor, porque yo estoy siempre a tu lado. Si has de venir a mí un día, que sea hoy, en este momento. Cada instante que vivas sin mí es un instante infinito que te pierdes de paz. DIOS. Para reflexionar: ¿Eres consciente del poder que tienes? 93

¿Crees que eres tan poderoso como crees? ¿Dónde radica el poder del hombre?

TU MEJOR CARA No eres responsable de la cara que tienes, eres responsable de la cara que pones. Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pue​blo, había una casa abandonada. Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subir las escaleras se topó con una puerta semiabier​ta; lentamente entró al cuarto. Para su sorpresa, encontró que dentro de ese cuarto había 1000 perritos más observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los 1000 perritos hicieron lo mismo. Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los 1000 perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo: “¡Qué lugar tan agradable! ¡Voy a venir más seguido a visitarlo!”. Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio, pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros 1000 perritos del cuarto se sintió amena​zado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir; obviamente vio cómo los 1000 perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros 1000 perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto, pensó: “¡Qué lugar tan horrible es éste! ¡Nunca volveré a entrar allí!”. En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: “La casa de los 1000 espejos”. Para reflexionar: ¿En alguna ocasión te has sentido como alguno de los dos perritos? Hagamos el esfuerzo por poner nuestra mejor cara cada día.

UN CIEGO CON LUZ Hace miles de años, un hombre caminaba por las calles oscuras de una ciudad de Oriente con una lámpara de aceite encendida. La ciudad se tornaba muy, muy oscura en noches sin luna como aquélla. De pronto encuentra un amigo, quien lo reconoce y le dice: –¿Qué haces, amigo ciego, con una lámpara en la mano?, si tú no ves? 94

–Es que yo no llevo la lámpara para ver mi camino, conozco de memoria la oscuridad de estas calles; llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí... Para reflexionar: Cada uno puede alumbrar el camino para sí o para que sea visto por otros, aunque aparentemente no lo necesiten... No es fácil alumbrar el camino de otros... Muchas veces en lugar de alumbrar, oscurecemos el camino de los demás... ¿Cómo?: a través del desaliento, la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento, el no escuchar. Todos pasamos por situaciones difíciles o sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestra vida. Irradiemos esperanza cuando alguien desesperado, intente encontrar sostén en nosotros.

CRECEMOS Cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe. Cuando aceptamos la realidad y tenemos el aplomo de vivirla. Cuando aceptamos su destino, pero tenemos la voluntad de trabajar para cambiarlo. Cuando asimilamos lo que dejamos, construimos lo que tenemos por delante y proyectamos lo que puede ser el porvenir. Cuando nos superamos, nos valoramos, y sabemos dar frutos. Cuando abrimos camino dejando huellas, asimilamos, experiencias, y sembramos raíces. Cuando nos imponemos metas, sin importarnos comentarios, ni prejuicios. Cuando damos ejemplo sin que nos importen burlas, ni desdenes, cuando cumplimos con nuestra labor, sin que nos importe los otros pareceres. Cuando tenemos un carácter fuerte, sostenido por formación, sensible por temperamento, y humano por nacimiento. Cuando enfrentamos el invierno aunque perdamos las hojas, cuando recogemos flores aunque tengan espinas y marcamos el camino aunque se levante el polvo. Cuando ayudamos a nuestros semejantes y damos a la vida más de lo que recibimos. Cuando echamos raíces para no retroceder, cuando nos defendemos como águila para no dejar de volar, cuando nos clavamos como ancla e iluminamos como estrella. 95

Entonces... ¡¡¡CRECEMOS!!! Para reflexionar: ¿Crees que has crecido lo suficiente en la vida? ¿Has sabido aprovechar las oportunidades de la vida para crecer? Recuerda que nadie te obliga a crecer, lo haces tú desde tu libertad.

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Los demás EL MECÁNICO Una vez iba un hombre en su automóvil por una larga y muy solitaria carretera cuando de pronto, su auto comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, trató de averiguar que era lo que tenía. Pensaba que pronto podría encontrar la razón de la falla pues hacía muchos años que conducía ese automóvil, sin embargo, después de mucho rato se dio cuenta de que no encontraba el daño del motor. En ese momento apareció otro carro, del cual bajó un hombre y le ofreció ayuda. El dueño del primer auto dijo: –Mira, éste es mi auto de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú sin ser el dueño puedas hacer algo. El otro hombre insistió con una cierta sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo: –Bueno, haz el intento pero no creo que puedas pues éste es mi auto. El segundo hombre echó manos a la obra y en pocos minutos encontró el daño que tenía el auto y lo pudo arrancar. El primer hombre quedó atónito y preguntó: –¿Como pudiste arreglar el auto si es mi auto? El segundo hombre contestó: –Verás, mi nombre es Felix Wankel... ¡yo inventé el motor rotatorio que usa tu auto! Para reflexionar: ¿Le has dado a los demás el puesto que se merecen? ¿Consideras oportunas las ayudas de los demás? ¿Te has encontrado ante una situación similar?

EL RATÓN Y LA

RATONERA

Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y a su esposa abriendo un paquete… Pensó, luego, qué tipo de comida podía haber allí... Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera (trampa para ratones). Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: –¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa! La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo: –Discúlpeme señor ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, pero no me perjudica en nada, no me incomoda. El ratón fue hasta el cordero y le dice: 97

–¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera! –Discúlpeme señor ratón, pero no hay nada que yo pueda hacer, solamente pedir por usted. Quédese tranquilo que será recordado en mis oraciones. El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la ésta le dijo: –¿Pero acaso, estoy en peligro? Pienso que no –dijo la vaca. Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido, para encarar a la ratonera del granjero. Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una cobra venenosa. La cobra picó a la mujer. El granjero la llevó inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre. Todo el mundo sabe que para alimentar a alguien con fiebre, nada mejor que una sopa. El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mató el cordero. La mujer no mejoró y acabó muriendo. El granjero entonces vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral. Para reflexionar: La próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que como no es tuyo, no le prestas atención... piénsalo dos veces. El que no vive para servir, no sirve para vivir.

EL TAZÓN DE

MADERA

El viejo se fue a vivir con su hijo, su nuera y su nieto de 4 años. Se mudó de su casa, estaba solo y deseaba compartir sus últimos días con ellos. Los años no pasaron en balde y ya las manos le temblaban, la vista era torpe y los pasos no eran tan fuertes como hacía unos años. Toda la familia comía en la misma mesa, pero las manos temblorosas y la vista enferma del abuelito hacían que alimentarse fuera un asunto difícil, los guisantes caían de su cuchara al suelo y cuando intentaba tomar el vaso, era muy fácil que se le derramara la leche sobre el mantel. El hijo y su esposa se cansaron de la situación: –Tene​mos que hacer algo con el abuelo –dijo el hijo. –Ya he tenido suficiente y estoy muy harto de esta situación, derrama la leche; hace ruidos al comer y tira la comida al suelo, es hasta un mal ejemplo para el niño. 98

–Así fue como el matrimonio decidió poner una pequeña mesa en una esquina del comedor, pasaban los días y el abuelo comía solo en su mesita, mientras el resto de la familia disfrutaba la hora de comer en la mesa grande. Como ya había roto varios platos, su comida era servida en un tazón de madera; de vez en cuando los esposos miraban hacia donde estaba el abuelo y podían ver una lágrima en sus ojos mientras estaba allí sentado comiendo solo. Sin embargo, las únicas palabras que la pareja le dirigía, eran fríos llamados de atención cada vez que dejaba caer el tenedor o la comida o hacía ruidos al sorber la sopa. El niño de 4 años observaba todo en silencio. Una tarde antes de la cena, el papá observó que su hijo estaba jugando con trozos de madera en el suelo... y le preguntó suavemente: –¿Hijo; que estás haciendo? Con la misma dulzura, el niño contestó: –¡Ah!, estoy haciendo un tazón para ti y otro para mi mamá para que cuando yo crezca, ustedes coman en ellos. Sonrió y siguió con su tarea. Las palabras del pequeño golpearon a sus padres de tal forma que quedaron sin habla. Las lágrimas brotaron de sus mejillas, y aunque ninguna palabra se dijo al respecto, ambos sabían lo que tenían que hacer. Esa tarde el esposo tomó gentilmente la mano del abuelo y lo guió de vuelta a la mesa de la familia. Por el resto de sus días ocupó un lugar en la mesa de ellos y por alguna razón, ni el esposo ni la esposa, parecían molestarse más cada vez que el tenedor se le caía, la leche se derramaba o se ensuciaba el mantel. Para reflexionar: ¿Por qué a veces somos tan superficiales? ¿Por qué crees que los hijos tendemos a alejar a nuestros padres? ¿Por qué crees que el abuelo no dijo nada?

LA

MANSIÓN ETERNA

Un día una señora falleció y llegó al cielo junto a las miles de personas que diariamente mueren, estaba haciendo fila para saber cuál sería su destino eterno. De pronto, apareció san Pedro y les dijo: –Vénganse conmigo y les mostraré en qué barrio está la casa que le corresponde a cada uno, ello dependerá de la cantidad de amor que cada cual haya ofrecido en la tierra a los demás, aquí la única cuota inicial que se recibe para su habitación eterna es la caridad y el buen trabajo que hayan dado en la tierra. Y los fue guiando por barrios de lujo, como ella jamás pensó que pudie​ran existir. 99

Llegaron a un barrio hecho todo de oro, casas de oro, puertas doradas, paredes y techos de oro, ¡una maravilla!, y san Pedro exclamó: –Aquí todos los que gastaron mucho dinero en ayuda a los necesitados, los que die​ron su vida por amor a los demás. Y fueron entrando todos los generosos: los que partieron el pan con el hambriento, los que regalaron sus vestidos a los pobres, consolaron a los presos y visitaron enfermos. La señora quiso entrar, pero un ángel la detuvo al tiempo que le decía: –Perdóneme, pero usted en la tierra no dio ni migajas a los demás, jamás dio nada que en verdad costara ni en tiempo ni en dinero, ni tampoco en vestido. Este barrio es solamente para los de corazón generoso. Y no la dejó entrar. Pasaron luego a otro barrio de la eternidad, todas las casas estaban construidas en marfil, todo blancura y ele​gancia nunca vista. La señora se apresuró a entrar en tan hermoso barrio pero un ángel guardián la tomó del brazo y le dijo: –Me da pena señora pero este barrio es solamente para aquellos que tuvieron un trato limpio y sincero con los demás; usted era una persona cruel con los otros, dura, criticona y hasta grosera en su trato. Y mientras los demás estaban gozosos en tomar posesión de sus lujosas casas, la pobre mujer se quedaba afuera mirando con envidia a aquellos que habían sido afortunados. Ella no pudo entrar, le faltaba la cuota inicial: haber tratado bien a los demás. Siguieron luego a un tercer barrio, todo era del más puro cristal, todo brillante y hermoso; la señora corrió a tomar posesión de una de aquellas maravillas pero el ángel portero la detuvo y le dijo muy serio: –En su pasaporte dice que usted no se interesó, ni poco ni mucho por instruir a los demás y nunca se preocupó porque las personas con las que usted vivía se volvieran mejores, así que no hay casa para usted, le falta la cuota inicial de haber colaborado para que otros se instru​yeran en las cosas del Señor. Entristecida, la pobre mujer veía que entraban miles de personas muy alegres a tomar pose​sión de su casa, mientras ella, con un numeroso grupo de egoístas, era llevada, cuesta abajo hacia un barrio verdaderamente feo y asqueroso, todas las habitaciones estaban construidas de desechos; el único material que se había utilizado para la construcción de aquellas casas eran objetos extraídos de la basura. Las lechuzas sobrevolaban por ahí, ratones moraban en aquel lugar, ella se tapó la nariz porque la fetidez era insoportable y quiso salir huyendo. No obstante, el guardián del barrio le dijo muy seriamente: –Una de estas casas será tu habitación, ven a tomar posesión de ella. La mujer gritó angustiada que no, que eso era horrible, que jamás sería capaz de vivir en semejante montón de basura y el ángel le respondió: 100

–Señora, esto es lo único que hemos podido construir con la cuota inicial que usted envió desde la tierra, las habitaciones de la eternidad las hace​m​os con los materiales que las personas mandan desde el mundo, usted cada día solamente enviaba egoísmo, malos tratos a los demás, murmuraciones, críticas, palabras hirientes, odios, tacañería y envidia, ¿que más hubiésemos podido construirle? ¡Usted misma nos mandó el material para construirle su mansión! La mujer empezó a llorar y a decir que ella no quería vivir ahí, y de pronto, al hacer un esfuerzo para zafarse de las manos de quien quería hacerle vivir en semejante casa, dio un salto... ¡y se despertó! Tenía la almohada empapada en lágrimas; sin embargo, aquella pesadilla le sirvió de examen de conciencia y desde entonces empezó a cambiar su vida, y a cambiar el material que enviaba como cuota inicial para la cons​-t​rucción de su casa eterna. Para reflexionar: ¿Qué brindas a los que te rodean en el día a día? ¿Cómo es tu relación con los demás? ¿Crees que con lo que das a diario tienes la “cuota inicial”?

LA

MILLA EXTRA

Era una noche tormentosa, un hombre de edad y su esposa entraron a un pequeño hotel en Filadelfia en busca de hospedaje. El hombre de la recepción, con amabilidad, les dijo: –Hay 3 convenciones en la ciudad y lamentablemen​te todas las habitaciones de nuestro hotel y de los alrededores están ocupados. Pero... no puedo enviarlos afuera con semejante lluvia. Si ustedes aceptan la incomodidad, puedo ofrecerles mi propio cuarto. No se preocupen por mí, pasaré la noche en un sillón de la oficina. A la mañana siguiente, mientras pagaba la factura, el cliente le dijo al empleado: –Usted es el tipo de persona que yo pondría como gerente si tuviera un hotel. Algún día le devolveré el favor que nos hizo. Algunos años después el empleado del hotel estaba recibiendo la invitación de visitar Nueva York con todos los gastos pagos. El anciano lo llevó a la 5ª Avenida y la calle 34 donde le señaló un imponente edificio de piedra rojiza y le dijo: –Usted será el gerente de este hotel. Mi nombre es William Waldorf Astor y usted será el primer gerente del Hotel Waldorf Astoria. Goerge Boldt nunca soñó que su vida estaba cambiando para siempre cuan​do hizo “su milla extra” al ceder a Waldorf Astor su propio cuarto en aquella noche tormentosa. 101

Para reflexionar: ¿Con qué frecuencia sueles colaborar sin medida? ¿En alguna ocasión te ha sucedido algo parecido a lo que ocurre en la historia? ¿Has tenido la oportunidad de “pagar” a alguien una colaboración?

LA

ROSA ROJA

Había una vez una rosa roja muy bella... se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Descubrió que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: –Está bien, si así lo quieres. Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces: –Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó? La rosa contestó: –Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual. El sapo sólo contestó: –Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín. Para reflexionar: ¿Te has creído alguna vez más que los otros? ¿Te has sentido autosuficiente? ¿Has sufrido porque otros nos han alejado de su lado?

LA

SERPIENTE Y LA LUCIÉRNAGA

Cuenta la leyenda que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir; huyó un día, y ella no desistía, dos días y nada... en el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente: –¿Puedo hacerte tres preguntas? –No acostumbro a dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar. 102

–¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? –No. –¿Te hice algún mal? –No –Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo? –Porque no soporto verte brillar... Para reflexionar: ¿Te has sentido mal por el éxito de otra persona? ¿Te has sentido perseguido por alguien cuando has logrado algo? ¿Por qué crees que aparece la envidia?

LA

SONRISA

Una sonrisa no cuesta nada y vale mucho. Enriquece a quienes la reciben sin empobrecer a quienes la dan. Dura sólo un instante y perdura en el recuerdo eternamente. Nadie es demasiado rico para prescindir de ella, ni demasiado pobre para no merecerla. Lleva la felicidad a todos y a todas partes. Es símbolo de amistad, de buena voluntad. Es aliento para los desanimados, reposo para los cansados, consuelo para los tristes, rayo de sol para los amar​gados y resurrección para los desesperados. No puede ni comprarse, ni prestarse, ni robarse, pues no tiene valor hasta el momento en que se da. Y si alguna vez tropiezas con alguien que no sabe dar una sonrisa, sé generoso, dale la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de una sonrisa como el que no sabe sonreír. Cuando tú naciste todos sonreían, sólo tú llorabas; vive de tal manera que cuando mueras, todos lloren, y sólo tú rías. Para reflexionar: ¿Recuerdas a alguien que te haya alegrado el día con una sonrisa? ¿Recuerdas a alguien a quien le hayas alegrado el día con una sonrisa? Ponte de tarea alegrarle la vida con una sonrisa a dos personas al día.

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LAS

MANOS QUE DAN

Casi no la había visto. Era una señora anciana con el auto varado en el camino. El día estaba frío, lluvioso y gris. Alberto se pudo dar cuenta de que la anciana necesitaba ayuda. Estacionó su vetusto Pontiac delante del Mercedes de la señora, aún estaba tosiendo cuando se le acercó. Aunque esbozaba una sonrisa nerviosa, se dio cuenta que ella estaba preocupada. Nadie se había detenido desde hacía más de una hora, cuando se detuvo en aquella transitada carretera. Realmente, para la anciana, ese hombre que se aproximaba no tenía muy buen aspecto, podría tratarse de un delincuente. Pero no había nada que hacer, estaba a su merced. Se veía pobre y hambriento. Alberto pudo percibir cómo se sentía. Su rostro reflejaba cierto temor. Así que se adelantó a tomar la iniciativa en el diálogo: –Aquí vengo para ayudarla, señora. Entre a su vehículo que estará así protegida del clima. Mi nombre es Alberto. Gracias a Dios sólo se trataba de un neumático bajo, pero para la anciana se trataba de una situación difícil. Alberto se metió bajo el carro buscando un lugar donde poner el gato y en la maniobra se lastimó varias veces los nudillos. Estaba apretando las últimas tuercas, cuando la señora bajó la ventana y comenzó a dialogar con él. Le contó de dónde venía, que tan sólo estaba de paso por allí y que no sabía como agradecerle. Alberto sonreía mientras cerraba el baúl guardando las herramientas. Ella le preguntó cuánto le debía, pues cualquier suma sería correcta dadas las circunstancias, pues pensaba las cosas terribles que le hubiesen pasado de no contar con la gentileza de Alberto. Él no había pensado en dinero. Esto no se trataba de ningún trabajo para él. Ayudar a alguien en necesidad era la mejor forma de pagar por las veces que a él, a su vez, lo habían ayudado cuando se encontró en situaciones similares. Alberto estaba acostumbrado a vivir así. Le dijo a la anciana que si quería pagarle, la mejor manera de hacerlo sería que la próxima vez que viera a alguien en necesidad y estuviera a su alcance el poder asistirlo, lo hiciera de manera desinteresada y entonces... “tan sólo piense en mí”, agregó, despidiéndose. Alberto esperó hasta que el auto se fuera. Había sido un día frío, gris y depresivo, pero se sintió bien en terminarlo de esa forma, éstas eran las cosas que más satisfacción le traían. Entró en su coche y se fue. Unos kilómetros más adelante la señora divisó una pequeña cafetería. Pensó que sería bueno quitarse el frío con una taza de café caliente antes de continuar el último tramo de su viaje. Se trataba de un pequeño lugar un poco desvencijado. Por fuera había dos bombas viejas de combustible que no se habían usado en años. Al entrar, se fijó en la escena interior. La caja registradora se parecía a aquellas de cuerda que había usado en su juventud. Una cortés camarera se le 104

acercó y le extendió una toalla de papel para que se secara el cabello, mojado por la lluvia. Tenía un rostro agradable con una hermosa sonrisa. Aquel tipo de sonrisa que no se borra aunque estuviera muchas horas de pie. La anciana notó que la camarera estaría de ocho meses de embarazo. Y sin embargo, esto no le hacía cambiar su simpática actitud. Pensó en cómo, gente que tiene tan poco, pueda ser tan generosa con los extraños. Entonces se acordó de Alberto. Luego de terminar su café caliente y su comida, le alcanzó a la camarera el precio de la cuenta con un billete de 100 dólares. Cuando la muchacha regresó con el cambio constató que la señora se había ido. Pretendió alcanzarla. Al correr hacía la puerta vio en la mesa algo escrito en una servilleta de papel, al lado de otros cuatro billetes de 100 dólares. Los ojos se le llenaron de lágrimas cuando leyó la nota: “No me debes nada, yo estuve una vez como tú estás. Alguien me ayudó como hoy te estoy ayudando a ti. Si quieres pagarme, esto es lo que puedes hacer: no dejes de asistir y ser bendición a otros como hoy lo hago contigo. Continúa dando de tu amor y no permitas que esta cadena de bendiciones se rompa”. Aunque había mesas que limpiar y azucareras que llenar, aquél día se le fue volando. Esa noche, ya en su casa, mientras la camarera entraba sigilosamente en su cama, para no despertar a su agotado esposo que debía levantarse muy temprano, pensó en lo que la anciana había hecho con ella... ¿Cómo conocería las necesidades que tenía con su esposo, y los problemas económicos que estaban pasando, máxime ahora con la llegada del bebé? Era consciente de cuán preocupado estaba su esposo por todo esto. Se acercó suavemente hacía él, para no despertarlo, mientras lo besaba tiernamente, y le susurró al oído: –Todo va a estar bien, te amo... Alberto. Para reflexionar: ¿Te has encontrado en una situación similar? ¿Has ayudado a alguien desinteresadamente? ¿Eres parte de la cadena de bendiciones o has hecho que se rompa?

LIEBRE

O TIGRE

Había una vez un joven que se encontraba muy decepcionado. Todos estaban ya muy fríos de corazón. Su amargura absoluta era por la forma tan inhumana en que se comportaban todas las personas. Al parecer, ya a nadie le importaba nadie. Un día, dando un paseo por el monte, vio sorprendido que una pequeña liebre le llevaba comida a un enorme tigre mal herido, el cual no podía valerse por sí mismo. Le impresionó tanto al ver este hecho, que regresó al siguiente día para ver si el comportamiento de la liebre era casual o habitual. Con enorme 105

sorpresa pudo comprobar que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Pasaron los días y la escena se repitió de un modo idéntico, hasta que el tigre recuperó las fuerzas y pudo buscar la comida por su propia cuenta. Admirado por la solidaridad y cooperación entre los animales, se dijo: –No todo está perdido. Si los animales, que son inferio​res a nosotros, son capaces de ayudarse de este modo, mucho más lo haremos las personas. Y decidió hacer la experiencia: se tiró al suelo, simulando que estaba herido, y se puso a esperar que pasara alguien y le ayudara. Pasaron las horas. Llegó la noche y nadie se acercó en su ayuda. Estuvo así durante todo el otro día. Ya se iba a levantar, mucho más decepcionado que cuando comenzó su experimento, con la convicción de que la humanidad no tenía el menor remedio. Sintió dentro de sí todo el desespero del hambriento, la soledad del enfermo, la tristeza del abandono. Su corazón estaba devastado. Sí. Casi no sentía deseo de levantarse. Entonces allí, en ese instante, oyó... oyó con claridad una hermosa voz, muy dentro de él que le dijo: –Si quieres encontrar a tus semejantes, si quieres sentir que todo ha valido la pena, si quieres seguir creyendo en la humanidad, para encontrar a tus semejantes como hermanos, deja de hacerte con ellos tigre y simplemente sé la liebre. Para reflexionar: ¿Te has querido sentir como la liebre o como el tigre? ¿Qué es más fácil: ser tigre o ser liebre? Recuerda que tienes la oportunidad de elegir ahora. ¡Hazlo!

LO QUE

NO USAS

San Basilio, el grande, escribió hace unos 15 siglos unas ideas para hacernos estremecer. Decía: El pan que no comes, es el pan del hambriento; el vestido colgado en tu armario, es el vestido del que está desnudo; los zapatos que no te pones, son los zapatos del que está descalzo; el dinero que tienes guardado bajo llave, es el dinero de los pobres; las obras de caridad que no haces, son tantas injusticias que tú cometes. Para reflexionar: ¿Has visto en tu armario cuantas cosas no usas? ¿Prefieres guardar tus cosas hasta que se deterioren antes que dárselas a alguien que las puede utilizar? 106

NO SE

ALEJEN

Un día un maestro preguntó a sus alumnos lo siguiente: –¿Por qué las personas se gritan cuando están enojadas? Los hombres pensaron unos momentos: Porque perdemos la calma –dijo uno– por eso gritamos. –Pero, ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? –preguntó el maestro– ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿Por qué gritas a una persona cuando estás enojado? Los chicos dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a su profesor. Finalmente él explicó: –Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán que gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia. Luego, el maestro les preguntó: –¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran? Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente, ¿por qué? Sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. Cuando se enamoran más aún, ¿qué sucede? No hablan, sólo susurran y se acercan más en su amor. Finalmente, no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo. Así es cuando dos personas se aman. –Así es que –dijo el profesor– cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso. Para reflexionar: ¿En tu vida diaria has colocado distancias? ¿Puedes recordar momentos en los que has acortado esa distancia? Cada uno puede elegir entre poner distancias o acercarse cada vez más.

RUT MIRÓ EN SU BUZÓN DE

CORREO

Ruth miró en su buzón del correo, pero sólo había una carta. La tomó y la miró antes de abrirla, pero luego la miró con más cuidado. No había sello ni marcas del correo. Solamente su nombre y dirección. Leyó la carta: 107

Querida Ruth: “Estaré en tu vecindario el sábado en la tarde y pasaré a visitarte. Con amor, Jesús”. Sus manos temblaban cuando puso la carta sobre la mesa. –¿Por qué querrá venir a visitarme el Señor? No soy nadie en especial, no tengo nada que ofrecerle... Pensando en eso, Ruth recordó el vacío reinante en los estantes de su cocina. –¡Ay! No, no tengo nada para ofre​cerle. Tendré que ir a comprar algo. Bueno, compraré algo de pan y alguna otra cosa. Se echó un abrigo encima y se apresuró a salir. Una hogaza de pan francés, media libra de pavo y un cartón de leche... Y Ruth se quedó con solamente doce centavos que le deberían durar hasta el lunes. Aun así se sintió bien camino a casa, con sus humildes ingredien​tes bajo el brazo. –Oiga, señora: ¿nos puede ayudar, señora?. Ruth estaba tan absorta pensando en la cena que no vio la dos figuras que estaban de pie en el pasillo. Un hombre y una mujer. Los dos vestidos con poco más que harapos. –Mire, señora, no tengo empleo, usted sabe, y mi mujer y yo hemos estado viviendo allá afuera en la calle y, bueno, está haciendo frío y nos está dando hambre, y bueno, si usted nos puede ayudar, señora, estaríamos muy agradecidos... Ruth los miró con más cuidado. Pensó que ellos podrían obtener algún empleo si realmente quisieran... –Señor, quisiera ayudar, pero yo misma soy una mujer pobre. Todo lo que tengo son unas rebanadas y pan, pero tengo un huésped importante para esta noche y planeaba servirle eso a Él. –Sí, bueno, sí señora, entiendo. Gracias de todos modos. El hombre puso su brazo alrededor de los hombros de la mujer y se dirigieron a la salida. A medida que los veía saliendo, Ruth sintió un latido familiar en su corazón. –¡Señor, espere! La pareja se detuvo y volteó a medida que Ruth corría hacia ellos y los alcanzaba en la calle. –Mire: ¿por qué no toma esta comida? Algo se me ocurrirá para servir a mi Invitado... –y extendió la mano con la bolsa de víveres. – ¡Gracias, señora, muchas gracias! – Sí, ¡gracias!, –dijo la mujer– y Ruth pudo notar que estaba temblando de frío. – ¿Sabe?, tengo otro abrigo en casa. Tome éste, –Ruth desabotonó su abrigo y lo deslizó sobre los hombros de la mujer. Y sonriendo volteó y regresó camino a 108

casa... sin su abrigo y sin nada qué servir a su invitado. –¡Gracias, señora, muchas gracias! Ruth estaba tiritando cuando llegó a la entrada. Ahora no tenía nada para ofrecerle al Señor. Buscó rápidamen​te la llave en la cartera. Mientras lo hacía notó que había otra carta en el buzón. –¿Qué raro? El cartero no viene dos veces en un día. Tomó el sobre y lo abrió: Querida Ruth: “¡Qué bueno fue volverte a ver! Gracias por la deliciosa cena, y gracias también por el hermoso abrigo. Con amor, Jesús”. El aire todavía estaba frío, pero aún sin su abrigo, Ruth no lo notó. Para reflexionar: ¿Haces algún juicio cuando alguien te solicita ayuda? ¿Cuando das, esperas recibir algo a cambio? Sólo Dios ve el corazón del hombre; los humanos sólo vemos lo de afuera.

TIRO AL BLANCO Una joven chica llamada Sally, relata una experiencia que tuvo en una de sus clases, dada por su profesor, el Dr. Smith. Al Dr. Smith lo conocían por sus lecciones objetivas. Un día particular, Sally llegó a sus clases y sabía que iba a ser un día de diversión. En la pared estaba un blanco grande, y en una mesa próxima estaban muchos dardos... El Dr. Smith les dijo a los estudiantes que dibujaran la foto de una persona que no les gustara, o de alguien que los hubiera puesto furiosos, y él les dejaría tirar los dardos a esa foto. La amiga de Sally dibujó una foto de una muchacha que le había robado a su novio. Otra amiga dibujó la foto de su hermanito. Sally dibujó una foto de un amigo anterior, poniendo muchos detalles en su dibujo, hasta le dibujó las espinillas de la cara. Sally estuvo satisfecha con el efecto que ella había alcanzado. Se alineó en la fila para tirar los dardos. Algunos de los estudiantes lanzaron sus dardos con tal fuerza que sus blancos fueron rasgados. Sally miraba adelante en espera de su turno, y entonces se llenó de decepción cuando el Dr. Smith, debido a límites de tiempo, pidió que los estudiantes volvieran a sus asientos. Cuando se sentó con el pensamiento de que estaba muy enojada porque ella no tuvo la ocasión de lanzar ningún dardo al blanco, el Dr. Smith comenzó a quitar los blancos de la pared. Por debajo del blanco estaba una foto de Jesús. Un silencio cayó sobre el cuarto mientras que cada estudiante vio la desmantelada foto de Jesús; los agujeros y las marcas dentadas cubrieron su cara, y sus ojos fueron perforados. El Dr. Smith dijo 109

solamente estas palabras... –Si a uno de tus semejantes le haces daño, me lo haces a mí (Mt 25, 40). No había necesidad de otras palabras; las lágrimas llenaron los ojos de los estudiantes, centrados solamente en el cuadro de Cristo. Para reflexionar: ¿Puedes recordar a cuántas personas has deseado tirarle dardos? Con insultar a otros y desear lo peor para ellos, ¿te sientes de verdad mejor? ¿Te gustaría que lo hicieran contigo?

UN ÁNGEL Había una vez una niñita sentada en un parque. Todos pasaban por su lado y nunca nadie se detenía a preguntarle qué le ocurría. Vestida con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequeña niña se quedaba sentada mirando a todo el mundo pasar. Ella nunca trató de hablar, no dijo una sola palabra. Muchas personas pasaron pero nadie se detuvo. Al día siguiente yo decidí volver al parque a ver si la pequeña niña estaba ahí. Sí, ¡ahí estaba! en el mismo lugar del día anterior. Con la misma mirada de tristeza en sus ojos. Me dirigí hacia ella. Al acercarme noté que en su espalda había una joroba. Ella me miró con una tristeza tan profunda que me rompió el alma. Me senté a su lado y sonriendo le dije: –Hola. La pequeña me miró sorprendida y con una voz muy baja respondió a mi saludo. Hablamos hasta que los últimos rayos de sol desaparecieron. Cuando sólo quedábamos nosotros dos y todo era oscuridad alrededor, le pregunté por qué estaba tan triste. La pequeña me miró y con lágrimas en sus ojos me dijo: –Porque soy diferente. Yo le respondí con una sonrisa: Lo eres. Y ella dijo aún mas triste: –Lo sé. Yo le contesté: –Pequeña, ser diferente no es malo. Tú me recuerdas a un ángel dulce e inocente. Ella me miró... se sonrió y por primera vez sus ojos brillaron con la luz de la alegría. Despacio ella se levantó y me dijo: –¿Es cierto lo que acabas de decir? 110

Yo le respondí: –Eres como un pequeño ángel guardián enviado para proteger a todos los que caminan por aquí. Ella movió su cabeza afirmativamente y sonrió. Ante mis ojos algo maravilloso ocurrió. Su joroba se abrió y dos hermosas alas salieron de allí. Ella me miró sonriente y me dijo: –Yo soy tu ángel guardián. No sabía qué decir. Ella me dijo: –Por primera vez pensaste en alguien más. Mi misión está cumplida. Yo me levanté y le pregunté por qué nadie le había ayudado. Ella me miró y sonriendo me dijo: –Tú eres la única persona que podía verme. Y ante mis ojos desapareció. Después de ese encuentro mi vida cambió notablemente. Para reflexionar: ¿Has encontrado alguna vez a “tu ángel”? ¿He sido ángel guardián para alguien? Trata de ver “más allá” de lo que percibes a simple vista.

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Autoestima VAS

MUY A PRISA

Cierta vez, un conductor se desplazaba por una autopista a una velocidad excesivamente alta, cuando de repente, justo después de una curva, aparece un hombre parado en medio de la vía, haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante. El conductor, sorprendido y a la vez asustado, tocó insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino. Pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de pare con sus brazos. “Debe estar loco”, se dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de atropellar a aquel hombre. Muy enojado, se desmontó del carro y, estrellando la puerta con violencia, se dirigió hacia el hombre y le dijo: –¿Acaso no tiene ojos? ¿No ve lo peligrosa que es esta carretera y se atraviesa en ella como si nada? ¿Está usted loco? –No, señor, no estoy loco –le contestó el individuo–. Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva acaba de desplomarse y sabía que, si no hacía algo, usted, en este momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya. –Perdóneme, señor, y muchas gracias –le respondió el otro. Para reflexionar: ¿Has intentado hacer algo heroico por otra persona? ¿Alguien ha hecho algo heroico por ti? Hay cosas que deben decidirse en fracciones de segundos y de ello puede depender la vida de alguien.

COSAS

QUE, TE PUEDO ASEGURAR, ESTÁN SUCEDIENDO

AHORA MISMO 01. Alguien está muy orgulloso de ti. 02. Hay alguien que está pensando en ti. 03. Alguien está preocupado por ti. 04. Alguien te extraña. 05. Probablemente alguien necesita hablar contigo. 06. Alguien quisiera estar contigo. 07. Alguien espera que no estés en problemas. 112

08. Alguien te está muy agradecido por el apoyo que le has dado. 09. A alguien le gustaría estrechar tu mano. 10. Alguien espera que todo resulte bien. 11. Alguien te necesita para ser feliz. 12. Alguien quiere demostrarte cuán importante eres. 13. Hay alguien celebrando todos tus triunfos. 14. Alguien quiere darte un obsequio. 15. Alguien está convencido de que tú eres un regalo. 16. Es probable que alguien esté celoso por el resto de tus amistades. 17. Alguien quiere acariciarte. 18. Alguien desea decirte “te quiero”. 19. Alguien admira tu fortaleza. 20. Hay alguien que está pensando en ti mientras sonríe. 21. Alguien quiere ser tu hombro para llorar. 22. A alguien le gustaría salir contigo y tener un montón de diversión. 23. Alguien considera que el mundo eres tú. 24. Alguien quisiera hacer cualquier cosa por ti. 25. Existe alguien que intenta protegerte. 26. Alguien necesita que lo perdones. 27. Quizá alguien se pregunta dónde estarás en este momento, qué estarás haciendo. 28. Alguien quiere decir simplemente “gracias por estar allí”. 29. Alguien está recordándote y deseando que tú estuvieras con él. 30. Ahora mismo, alguien le pide a Dios por ti. 31. Alguien necesita saber que tu cariño es incondicional. 32. Alguien valora tus consejos, recomendaciones o advertencias. 33. De seguro hay alguien que te cuida y está pendiente de ti. 34. Alguien quisiera compartir sus sueños contigo. 35. Posiblemente alguien quisiera estrecharte entre sus brazos. 36. Igualmente alguien te quiere para que lo estreches entre tus brazos. 37. Alguien te necesita como tú lo necesitas también. 38. Alguien desearía detener el tiempo por ti. 39. Alguien pide a Dios por tu amistad y cariño. 40. Existe alguien que no puede esperar para verte. 113

41. Alguien te quiere por lo que eres. 42. Alguien adora la manera en que le haces sentir. 43. Existe quien quisiera significar algo para ti. 44. A alguien le afecta todo lo que hagas. 45. Alguien está complacido de que seas su amigo. 46. A alguien le gustaría ser tu amigo. 47. Alguien pasó toda la noche en vela, sólo pensando en ti. 48. Alguien está viviendo sólo porque tú existes. 49. Alguien está deseando que lo comprendas. 50. Alguien quiere encontrarte para conocerte mejor. 51. A alguien le gustaría estar cerca de ti ahora. 52. Alguien extraña tus regaños, tu ayuda. 53. Alguien tiene confianza en ti. 54. Alguien sabe que tú vales la pena. 55. Alguien necesita tu apoyo. 56. Tal vez alguien está esperando una llamada tuya. 57. Alguien te considera más que un amigo, aunque tú no lo creas así. 58. Seguro hay alguien que ahora está llorando por ti. 59. Alguien escucha una canción que le hace recordarte. 60. Alguien necesita que le envíes este mensaje. Para reflexionar: ¿Te has sentido solo en el mundo? ¿A veces crees que no vales nada para nadie? ¿Te has puesto a pensar en las posibilidades que te ha dado Dios?

COSAS

QUE PUEDEN PASAR...

Aunque me tapo los oídos con la almohada y grito de rabia cuando suena el despertador... Gracias a Dios que puedo oír... Hay muchos que son sordos. Aunque cierro los ojos cuando, al despertar, el sol se mete en mi habitación... Gracias a Dios que puedo ver... Hay muchos ciegos. Aunque me pesa levantarme y pararme de la cama... Gracias a Dios que tengo fuerzas para hacerlo... Hay muchos postrados que no pueden. Aunque me enojo cuando no encuentro mis cosas en su lugar porque los niños hicieron un desorden... Gracias a Dios que tengo familia... Hay muchos solitarios. 114

Aunque la comida no estuvo buena y el desayuno fue peor... Gracias a Dios que tengo alimentos... Hay muchos con hambre. Aunque mi trabajo en ocasiones sea monótono y rutina​rio... Gracias a Dios que tengo ocupación... Hay muchos desempleados. Aunque no estoy conforme con la vida, peleo conmigo mismo y tengo muchos motivos para quejarme... Gracias a Dios por la vida. Aunque el dinero no me alcance para zapatos nuevos... Gracias Padre nuestro, pues tengo pies... Hay muchos que no tienen. Cuando veo mis manos maltratadas por el trabajo, y mi bajo salario... Gracias Señor, pues tengo manos... Algunos no tienen manos. Cuando me quejo del pago de servicios y veo que no me alcanza el dinero... Gracias Padre de los cielos... Hay muchos hermanos que carecen de todo. Gracias Padre celestial por el aire que respiro, porque sigo respirando... Muchos han dejado de hacerlo hoy. Son tantas las cosas que tengo que agradecerte... Por cada día que me permites despertar a la vida. Para reflexionar: A veces nos dedicamos a ver lo negativo de nuestra vida y se nos olvida ver los milagros que en ella existen.

CRECER ES

OPCIONAL

El primer día de clase nuestro profesor se presentó a los alumnos y nos desafió a que nos presentásemos a alguien que no conociésemos todavía. Me quedé de pie para mirar alrededor, cuando una mano suave tocó mi hombro. Miré para atrás y vi una pequeña señora, viejita y arrugada, sonriéndome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser. Dijo: –Oye, chico. Mi nombre es Luisa. Tengo ochenta y siete años de edad... ¿Puedo darte un abrazo? Me reí y respondí: –¡Claro que puede!... –y ella me dio un gigantesco apretón. –¿Por qué está usted en la facultad en tan tierna e inocente edad?, –pregunté. Respondió juguetona: –Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener una casa llena de hijos y entonces jubilarme y viajar. –Está bromeando –le dije–. Yo estaba curioso por saber qué la había motivado a entrar en este desafío con su edad, y ella dijo: 115

–Siempre soñé con tener estudios universitarios, ¡y ahora estoy teniendo la oportunidad! Después de clase caminamos hasta el edificio de la unión de estudiantes, y dividimos un pastel de chocola​te. Nos hicimos amigos instantáneamente. Todos los días en los siguientes tres meses teníamos clase juntos y hablábamos sin parar. Yo quedaba siempre extasiado oyendo aquella “máquina del tiempo” compartir su experiencia y sabiduría conmigo. En el curso de un año, Luisa se volvió un icono en el campus universitario y hacía amigos fácilmente dondequiera que iba. Adoraba vestirse bien y se reflejaba en la atención que le daban los otros estudiantes. Estaba disfrutando la vida... Al fin del semestre invitamos a Luisa a hablar en nuestro banquete de fútbol. Fue presentada y se aproximó al podio. Cuando comenzó a leer su charla preparada, dejó caer tres de las cinco hojas al suelo. Frustrada y un poco incómoda, tomó el micrófono y dijo simplemente: –Discúlpenme, ¡estoy tan nerviosa! ... Nunca conseguiré colocar mis papeles en orden de nuevo, así que déjen​me apenas hablar a ustedes sobre aquello que sé. Mientras reíamos, ella despejó su garganta y comenzó: –No dejamos de jugar porque envejecemos, envejecemos porque dejamos de jugar. Existen solamente cuatro secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito: se necesita reír y encontrar humor en cada día. Se necesita tener un sueño, pues cuando se pierden, uno muere... ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan! Hay una enorme diferencia entre envejecer y crecer... Si usted tiene diecinueve años de edad y se queda tirado en la cama por un año entero, sin hacer nada productivo, terminará con veinte años... Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año y no hago cosa alguna, quedaré con ochenta y ocho años... Cualquiera consigue quedar más viejo. Eso no exige talento ni habilidad... La idea es crecer a través de la vida y encontrar siempre oportunidad en la novedad. Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer. Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen “remordimientos”. Al fin de ese año, Luisa terminó el último año de la facultad que comenzó tantos años atrás. Una semana después de recibirse, Luisa murió tranquilamente durante el sueño. Más de dos mil alumnos de la facultad fueron a su funeral en tributo a la maravillosa mujer que enseñó, a través del ejemplo, que “nunca es demasiado tarde para ser todo aquello que uno puede probablemente ser”. Para reflexionar: Envejecer es obligatorio. Crecer es opcional.

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CUANDO EL CIELO ESTÉ

GRIS

Acuérdate cuando lo viste profundamente azul. Cuando sientas frío: piensa en un sol radiante que ya te ha calentado. Cuando sufras una derrota: acuérdate de tus triunfos y de tus logros. Cuando necesites amor: revive tus experiencias de afecto y ternura. Acuérdate de lo que has vivido y de lo que has dado con alegría. Recuerda los regalos que te han hecho, los besos que te han dado, los paisajes que has disfrutado y las risas que de ti han emanado. Si esto has tenido, lo podrás volver a tener y lo que has logrado, lo podrás volver a ganar. Alégrate por lo bueno que tienes y por lo de los demás; desecha los recuerdos tristes y dolorosos, no te lastimes más. Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad. Recorre tu vida y detente en donde haya bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez. Visualiza aquel atardecer que te emocionó. Revive esa caricia espontánea que se te dio. Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido, piensa y vive el bien. Allá en tu mente están guardadas todas las imágenes y solo tú decides cuáles has de volver a mirar. Un día como cualquier otro y así, un día como cual​quier otro, decidí triunfar. Decidí no esperar a las oportunidades, sino yo mismo buscarlas. Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar la solución. Decidí ver cada desierto, como la oportunidad de encontrar un oasis. Decidí ver cada noche, como un misterio a resolver. Decidí ver cada día, como una nueva oportunidad de ser feliz. Aquel día descubrí que mi único rival, no eran más que mis propias debilidades. Y que en ellas, está la única y mejor forma de superarnos. Aquel día dejé de temer a perder, y empecé a temer no ganar. Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir. Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener es tener el derecho de llamar a alguien “amigo”. Aprendí que de nada sirve ser luz, si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad. 117

Por eso, desde aquel día, ya no duermo para descansar. Ahora duermo simplemente para soñar. No pierdas la esperanza, sobre todo, en los tiempos difíciles. Para reflexionar: Aprendamos a ver lo hermoso de cada día. El miedo mata los sueños del hombre pues no le permite dar los pasos que debe dar por temor a equivocarse. Y si no se decide a caminar ya está equivocado.

EL MALABARISTA

EN EL SEMÁFORO

Aquel día me desperté con mucha flojera y renegando. Con trabajo pude deshacerme de las cobijas. Me dirigí al baño arrastrando los pies mientras maldecía el tener que levantarme de la cama sin poder quedarme en ella todo el día. Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente. Tal pereza me dominaba, que por no meter el pan en el tostador, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella. ¿Por qué tener que trabajar? ¡Esa sí era una verdadera maldición! Salí de mi casa en dirección a la oficina en mi vehículo con asientos de piel y calefacción, observando en el camino el pavimento humedecido por la lluvia, mientras refunfuñaba porque estaba lloviendo, igual que lo hacía cuando había sol, nubes, viento, gente... El semáforo marcó el alto. De pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo que parecía un bulto. Por curiosidad abrí más mis ojos somnolientos y pude descubrir que era un joven montado en un pequeño carro de madera. Aquel hombre no tenía piernas y le faltaba un brazo. Sin embargo, con su mano izquierda lograba conducir el pequeño vehículo y manejar con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía malabares. Las ventanillas de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista, el cual mostraba un pequeño letrero sobre el pecho. Cuando se acercó a mi auto pude leerlo: “Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano paralítico”. Con su mano izquierda señaló hacia la banqueta y ahí pude ver a su hermano, sentado en una silla de ruedas colocada frente a un atril que sostenía un lienzo, en el cual estaba pintando algo con un pincel que manejaba con su boca. El malabarista, al ver el asombro de mi cara, me dijo: –¿Verdad que mi hermano es un artista?, por eso escribió esa frase sobre el respaldo de su silla. Entonces leí la frase que decía: “Gracias Señor por los dones que nos das. 118

Contigo no nos falta nada”. Recibí un fuerte golpe en mi interior mientras este hombre se retiraba. Y así como el semáforo de la calle pasó del color rojo al verde, mi “semáforo” interior también cambió desde aquel día. Nunca más me volví a dejar paralizar por la luz roja de la pereza, ni volví a renegar por lo que no aceptaba. Ahora trato de mantener la luz verde y realizar mis trabajos y actividades con renovada energía. Ante aquellos jóvenes de la calle, aquel día descubrí que yo era el paralítico. Desde aquel mismo día, nunca he dejado de agradecer. Cada día lo bendigo por haberme enseñado a decir: “Gracias Señor por los dones que me das. Contigo no me falta nada”. Para reflexionar: ¿Te has quejado sobre la vida que tienes? Si deseas agradecer lo que tienes, sólo dedica unos minutos al día para darte cuenta que existen personas más necesitadas que tú y que sin embargo salen adelante.

EL ZAPATERO RICO Un día bajó el Señor a la tierra en forma de mendigo y se acercó a la casa de un zapatero pobre y le dijo: –Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy cansado. Aunque no tengo ni una sola moneda, quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando. El zapatero le respondió: –¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado que todo el mundo venga a pedir y nadie venga a dar! El Señor le contestó: –Yo puedo darte lo que tú quieras. El zapatero le preguntó: –¿Dinero incluso? El Señor le respondió: Yo puedo darte 10 millones de dólares a cambio de tus piernas. El zapatero le dijo: –¿Para qué quiero yo 10 millones de dólares si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente? Entonces el Señor replicó: –Está bien; te podría dar 100 millones de dólares, a cambio de tus brazos. 119

El zapatero le contestó: –¿Para qué quiero yo 100 millo​nes de dólares, si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos? Entonces el Señor le dijo: –En ese caso, yo te puedo dar 1.000 millones de dólares a cambio de tus ojos. El zapatero respondió, asustado: –¿Para qué me sirven 1.000 millones de dólares, si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean? Entonces el Señor le dijo: –Ah, hermano mío. Ya ves qué fortuna tienes y no te das cuenta. Para reflexionar: ¿Crees que no vales nada? ¿Si tuvieras que colocarle precio a tu cuerpo, cuál sería tu precio? ¿Por qué crees que a veces actuamos de esta manera?

¿USTED

ES RICA, SEÑORA?

Los vi apelotonados junto a mi puerta. Eran dos niños con abrigos gastados y raídos. –¿Tiene diarios viejos, señora? Yo estaba muy ocupada. Iba a decirles que no, pero les miré los pies. Calzaban sandalias muy livianas, empapadas por el agua. –Pasen. Les voy a preparar una taza de chocolate caliente. No hubo ninguna conversación. Las sandalias mojadas dejaron marcas en el piso de mi hogar. Les serví chocolate y tostadas con mermelada, para que pudieran resistir el frío exterior. Luego volví al interior de mi casa para seguir haciendo los oficios domésticos. De pronto me llamó la atención el silencio que reinaba en la cocina. Asomé la cabeza. La niña tenía la taza vacía en las manos y la estaba observando. El niño me preguntó, con voz inexpresiva: –¿Usted es rica, señora? –¿Que si soy rica? ¡No, Dios mío! –exclamé, echando un vistazo a mis muebles viejos y desgastados por el uso. La niña dejó la taza en el platito, con mucho cuidado y dijo: –Pero sus tazas hacen juego con los platos. 120

Su voz sonaba a vejez, a un hambre que no estaba en el estómago. Luego se marcharon, apretando sus atados de papeles para protegerse del frío. No me habían dado las gracias. No hacía falta. Me habían dado algo mucho mejor. ¡Sencillas tazas de loza azul, pero con platitos haciendo juego! Probé las papas. Estofado con papas, un techo que me protegía y un marido con empleo seguro. Esas cosas también hacían juego. Organicé los sillones y limpié la cocina. En el piso se veían aún las huellas lodosas de esas pequeñas sandalias. Las dejé allí; quiero volver a verlas, por si alguna vez olvido lo rica que soy. Para reflexionar: ¿Eres consciente de tus riquezas? ¿Crees que tienes algo que podrías compartir con otra persona? ¿Serías capaz de compartir con alguien algo que ames mucho?

HOY ME

VI POR PRIMERA VEZ

Hoy me detuve en el espejo de mi baño y vi a una mujer mayor, sin sueños... con la rutina de toda la vida y me di cuenta que me levanté 15 minutos más temprano que nunca. Me había olvidado, de la época en que, fugazmente, despertaba y me animaba diciéndome que ese día sería mejor que el anterior. No recuerdo cuándo cambió eso. Por despertar atrasada, desesperada por el tiempo, por los pendientes, empecé a no ir a los salones de belleza con la misma frecuencia porque el dinero lo ocupaba para otra “buena actividad familiar”. No tengo más de 35 años y me siento como de 90 años. Desesperada porque no he realizado muchas cosas, pero esas cosas ya no son los SUEÑOS de antes. Hoy que desperté 15 minutos antes de mi vieja rutina, recordé que mi esposo tuvo una reunión de compañeros, se fue y ni me avisó, hoy recordé que mi hijo de 5 años no me obedece y el de 10 dice que soy ridícula porque no soy HOMBRE como él y la niña de 2 años sólo me llama cuan​do necesita algo. Estoy segura de que todos saben que los amo pero... ¿cómo me pueden valorar si YO NO LO HE HECHO? Por eso, hoy y a partir de hoy seré PRIMERO YO, y lo quiero compartir con ustedes. Levántense 15 minutos antes, mírense en el espejo y díganse a sí mismas a quién ven, ¿les gusta esa mujer o desean ser otra? Nunca es tarde, tarde sería si mueren. Ese hoy fue hace 2 años y las cosas cambiaron mucho, pero no fue fácil, por supuesto que no. Me costó levantarme temprano para cepillarme el cabello bien y arreglarme para trabajar; renuncié a mi trabajo de 15 años (aún lo extraño) y empecé a ir al gimnasio. Los primeros meses fue un fracaso, pero luego bajé de peso, cambié mi forma de vestir y hasta mi esposo asombrado me invitó un día 121

a una cena para preguntar si nuestro matrimonio continuaba o tenía otro amor, le dije sin pensar: “Sí, tengo otro amor que me llena completamente y ese amor soy YO”. Y bueno, qué más les puedo decir, soy otra porque ahora PRIMERO soy YO. Nos pasa que de pronto un día miramos de reojo una vidriera y vemos una imagen reflejada que no es la nuestra. Sucede que al mirarnos apuradas todas las mañanas reconocemos que ya no somos las mismas y añoramos a esa mujer que perdía horas preciosas inventando un nuevo peinado, o que soportaba una crema en el cabello y lo envolvía en una toalla para que luego tuvie​ra un brillo destacable... Máscaras que nos hacían lucir espléndidas, maquillajes intensos que nos mostraban a una mujer sensual y atractiva, escotes, pantalones ceñidos, tacones que endurecían nuestras piernas al andar... Un día nos encontramos recordando a aquella mujer y sentimos que la fuimos sepultando lentamente. Presen​ciamos su lenta agonía y no hicimos nada para revivirla. La pareja, la familia, los niños... el gato, el perro, el canario... la casa, las compras, el trabajo... el auto, la limpieza, las camas bien tendidas, el orden... Y allí debajo una mujer que grita: ¡¡¡socorro!!!; que se mueve con amor, con sensibilidad, con vocación, pero que dejó lentamente que todo la supere y se quedó ahí, en ese lugar viendo pasar la vida de los otros y se olvidó de sí misma. Tenemos que revivir a esa mujer y hacer que diga: ¡¡Presente!!, todos los días. Primero yo, y eso no significa que soy egoísta... Primero yo, y eso importa. Intentemos recuperar a esa mujer bella que nos hacía sentir seguras, desterremos las culpas y si el desayuno, el almuerzo, la merienda o la cena se demoran un poquito porque estamos poniéndonos lindas pensemos que ese cuidado de nosotras mismas, esa dedicación, ese amor, serán la medicina mágica que hará que nuestra autoestima crezca. Si nuestra autoestima no está bien, nada está bien en nuestra vida, y por ello dejamos que otros nos desvaloricen o nos desprecien. Primero yo... Mi vida es una piedra preciosa, soy la única que puede hacer que se destaque su brillo o dejar que se apague para siempre. Para reflexionar: ¿Cuántas veces te has detenido a observar cómo eres? ¿Crees que te amas y te cuidas lo suficiente? ¿Crees que cuidarte y preocuparte por ti es muestras de egoísmo?

PABLO Pablo, con el rostro abatido de pensar, se reúne con su amiga Laura en un bar a tomar un café. Deprimido, descarga en ella sus angustias que el trabajo, que el dinero, que la relación con su chica, que su vocación. Todo parece estar mal en 122

su vida. Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de 50 y le dijo: –¿Quieres el billete? Pablo, un poco confundido al principio, le contestó: –Claro Laura, son 50, ¿quién no los querrá? Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola. Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle: –¿Y ahora, lo quieres también? Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50? Claro que lo cogeré si me lo das. Laura desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado: –¿Lo sigues queriendo? –Mira, Laura, sigo sin entender a dónde vas, pero es un billete de 50, y mientras no lo rompas, conserva su valor. –Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido... Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado. Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro. Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó: –Toma, guárdalo, para que te acuer​des de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de 50 para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite. Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta. Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta. Para reflexionar: ¿Cuántas veces dudamos de nuestro propio valor, de que realmente merecemos más y que podemos conseguir aquello que nos proponemos? Claro que no basta con el solo propósito... Se requiere acción y existen muchos caminos.

POR LO QUE

IGNORAS

Hola Señor, soy yo ¿me recuerdas? Estoy seguro de que sí. Siempre te he agradecido por lo que me has dado y porque me has respondido cuando te lo he pedido, pero hoy quiero agradecerte por las peticiones que “ignoras”... Así es, aunque suene extraño, quiero agradecerte por no hacer caso de esas peticiones absurdas que muchas ve​ces en momentos tristes o de angustias en mi vida he he​cho. 123

Gracias por no darme el dinero extra que me hubiera quitado la paz. Gracias por no darme ese trabajo lejano que me hubiera alejado de mi familia. Gracias por no darme fortunas ni fama que me hubie​ran hecho insensible y frío. Gracias por no darme el conocimiento que me hubiera hecho pensar que no te necesitaba. Gracias, Señor, pues no me das lo que no es bueno para mí, no me das aquello con lo que me puedo lastimar o ale​jarme de ti, aunque en el momento me haya enojado. Ahora te doy gracias, pues no me das lo que no me es útil. Gracias, Señor, por lo que “ignoras”. Para reflexionar: ¿Cuántas cosas crees que podemos añadir a la lista? ¿Es posible que Dios “ignore” ciertas cosas nuestras? ¿Nos hemos sentido, en algún momento, “ignorados” por Dios?

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La vida RECUERDA… Cuando la vida no te sea fácil, recuerda siempre esto: Que sepas, en tu corazón, que hay otros que nunca te olvidan. Que siempre encuentres un arco iris después de una tormenta. Que celebres las cosas maravillosas que hay en ti. Y, cuando llegue mañana, que puedas comenzar de nuevo. Que recuerdes cuántas sonrisas pueden llenar un día. Que creas que tus anhelos serán una realidad. Que encuentres tiempo para apreciar la vida y tiempo para compartir tu belleza espiritual. Que veas tu presente como un regalo, y tu futuro como otro más. Que agregues una página dorada al diario de cada nuevo día, y que puedas convertir “la felicidad eterna en eterna felicidad”. Sigue siempre sembrando las semillas de tus sueños. Porque, si sigues creyendo en ellos, tus sueños seguirán tratando de florecer en ti. Para reflexionar: La vida es un camino para recorrer. En ese camino encontramos situaciones difíciles, pero muchísimos momentos de gran felicidad. Recordemos esos momentos felices y nuestra vida cambiará.

AHORA

QUE ESTOY VIVO

Prefiero que compartas conmigo unos pocos minutos ahora que estoy vivo. Y no una noche entera cuando yo muera. Prefiero que estreches suavemente mi mano ahora que estoy vivo. Y no que apoyes tu cuerpo sobre mi cadáver cuando yo muera. Prefiero que me regales una sola flor ahora que estoy vivo. Y no que envíes un hermoso ramo cuando yo mue​ra. Prefiero que hagas una breve llamada ahora que estoy vivo. Y no que emprendas un inesperado viaje cuando yo muera. Prefiero que elevemos al cielo una corta oración ahora que estoy vivo. Y no una misa cantada cuando yo muera. 125

Prefiero escuchar un solo acorde de guitarra ahora que estoy vivo. Y no una conmovedora serenata cuando yo mue​ra. Prefiero disfrutar de los más mínimos detalles ahora que estoy vivo. Y no de grandes manifestaciones cuando yo muera. Para reflexionar: Muchas veces no somos capaces de demostrar nuestro amor a los demás mientras viven, esperamos a que mueran y en ese momento sí, junto al ataúd, o en el cementerio, lloramos y nos preguntamos ¿por qué? Y seguimos lamentándonos; pero pocas veces sabemos aprovechar la vida para decirle a quienes nos rodean que son importantes para nosotros y por eso los amamos.

HE

APRENDIDO

• He aprendido... que cuando te amarras a tu amargura, la felicidad anclará en otro muelle. • He aprendido... que desearía haberle dicho a mi padre que lo quiero, una vez más, antes de que falleciera. • He aprendido... que la mejor aula de aprendizaje está a los pies de una persona mayor. • He aprendido... que cuando estás enamorado, se no​ta. • He aprendido... que cuando sólo una persona me dice, “tú me alegraste el día”, me alegra el día. • He aprendido... que un bebé que se duerme en tus brazos genera el más profundo sentimiento de paz. • He aprendido... que ser bondadoso es más importante que tener la razón. • He aprendido... que nunca debemos rechazar el regalo de un niño. • He aprendido... que yo siempre puedo rezar por otro cuando no tengo la fuerzas para ayudarlo de otra manera. • He aprendido... que la vida es como un rollo de papel; mientras más se acerca a su fin, más rápido se aca​ba. • He aprendido... que deberíamos estar contentos porque Dios no nos dio todo lo que pedimos. • He aprendido... que el dinero no compra amor. • He aprendido... que las pequeñas cosas de todos los días hacen la vida tan espectacular. • He aprendido... que bajo la coraza más dura hay alguien que quiere ser apreciado y amado. • He aprendido... que el Señor no lo hizo todo en un día. ¿Qué me hace pensar 126

que yo puedo? • He aprendido... que ignorar la realidad no la cambia. • He aprendido... que cuando planeas vengarte de alguien, estás dejando que esa persona continúe hirién​do​te. • He aprendido... que el amor y no el tiempo cierra todas las heridas. • He aprendido... que la forma más fácil de crecer como persona es rodearme de gente más capaz que yo. • He aprendido... que todos con los que te encuentras se merecen que los recibas con una sonrisa. • He aprendido... que no hay nada más dulce que dormir con un bebé y sentir su aliento en tus mejillas • He aprendido... que nadie es perfecto hasta que te ena​moras de esa persona. • He aprendido... que la vida es dura pero yo soy más du​ro. • He aprendido... que las oportunidades nunca se pierden; alguien tomará la que dejaste pasar. • He aprendido... que debemos mantener nuestras palabras tiernas, porque mañana tal vez debamos masticarlas. • He aprendido... que una sonrisa es una forma muy barata de mejorar la presencia. • He aprendido... que no puedo decidir cómo me siento, pero sí puedo decidir qué voy a hacer al respecto. • He aprendido... que mientras menos tiempo tengo disponible, más cosas termino. Para reflexionar: ¿Cuántas cosas más hemos aprendido? La vida es un aprendizaje permanente... No la desperdiciemos.

COSAS Puedes Puedes Puedes Puedes Puedes Puedes

QUE NO SE COMPRAN

comprarte comprarte comprarte comprarte comprarte comprarte

una casa, pero no un hogar. una cama, pero no tener un sueño tranquilo. un reloj, pero no te dará el tiempo. un libro, pero no conocimiento o lo que necesitas aprender. una posición, pero no te servirá para conseguir respeto. medicinas y pagar la consulta al médico, pero no la salud.

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Puedes comprarte sangre, pero no vida. Puedes comprarte sexo, pero no amor. Para reflexionar: ¿Crees que tus sueños se pueden comprar?

CÓMO PERMANECER SIEMPRE

JOVEN

01. Desaparece de tu mente todos los números no esenciales, esto incluye tu edad, peso y altura. 02. Mantén sólo amigos alegres, los cascarrabias te detienen, si realmente necesitas uno, probablemente tengas un miembro de tu familia que pueda llenar esa necesidad. 03. Continúa aprendiendo, aprende más sobre el computador, manualidades, jardinería, o lo que sea, nunca dejes tu cerebro ocioso. 04. Disfruta las cosas simples; cuando tus hijos son pequeños, son pocos los lujos que te puedes dar. Cuando están en la universidad, son menos todavía los lujos que te puedas dar. Cuando se han ido y estás retirado/a, por lo general, son poquísimos los lujos que te puedes dar. POR ESO... 05. Ríe mucho, largo y tendido, ríe hasta que se te vaya el aliento, y ríe tanto que la gente te pueda encontrar fácilmente en cualquier lugar distinguiendo tu risa. 06. Llora cuando haya que llorar... recuerda y sigue ade​lante. La única persona que estará con nosotros toda nuestra vida, seremos nosotros mismos. 07. Rodéate de lo que quieres, ya sea de tu familia, mascotas, recuerdos, música, plantas, pasatiempos, o lo que sea. “Tu casa” es “tu refugio”. 08. Cuida tu salud, si es buena, consérvala; si es inestable, mejórala. Y si está mas allá de cualquier mejora, pide ayuda. 09. No tengas episodios de culpa... lo que pasó, ya está en el pasado. No te arrepientas de nada, aprende de la experiencia y sigue adelante. 10. Dile a las personas que amas, que las amas, en todo momento y oportunidad. Recuerda siempre, que la vida no se mide por el número de respiros que damos, sino por los momentos que nos quitan el aliento. Para reflexionar: ¡¡¡Recuerda que cada minuto de enojo son sesenta segundos perdidos de felicidad!!!

CÓMO TEMPLAR EL ACERO... 128

Durante muchos años un herrero trabajó con ahínco, practicó la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada parecía andar bien en su vida; al contrario, sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día. Una tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su difícil situación, le comentó: –Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado. El herrero no respondió enseguida, él ya había pensando en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y terminó por encontrar la explicación que buscaba. He aquí lo que dijo el herrero: –En este taller yo recibo el acero aún sin trabajar, y debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tú cómo se hace esto? –Primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo, enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo más pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada, luego la sumerjo en un balde de agua fría, y el taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta, una sola vez no es suficiente. El herrero hizo una larga pausa, y siguió: –A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras. En ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformará en una buena hoja de espada y entonces, simplemente lo dejo en la montaña de hierro viejo que ves a la entrada de mi herrería. Hizo otra pausa más, y el herrero terminó: –Sé que Dios me está colocando en el fuego de las aflicciones (Za 13, 7-9). Para reflexionar: La espera es una forma de resistencia. Es un acto silencioso de reafirmación. En lo que somos, en lo que sentimos, en lo que esperamos. El tiempo no es un enemigo: es un compañero de viaje.

CONSEJOS

PARA VIVIR BIEN

Persigue metas posibles de alcanzar. Siempre sonríe espontánea y genuinamente. 129

Comparte con los demás. Ayuda a los necesitados. Mantén tu espíritu joven. Relaciónate con ricos, pobres, bonitos y feos. Sobre todo, ¡mantén la calma! Usa tu humor para aliviar tu estrés. Perdona los errores de tus amigos. Ten algunos amigos en quienes confiar, que estén a tu lado cuando necesites ayuda. Coopera y consigue las mejores recompensas. Valoriza cada momento con quien amas. Mantén en alto tu confianza y autoestima. Respeta las diferencias. Y comprende que el “dinero no es todo”. Para reflexionar: Sin duda, no podremos vivir felices en el aislamiento; por ello es necesario rodearnos de buenas amistades... ¡En comunidad todo es más fácil!

EL MEJOR DÍA

DE TU VIDA

No te detengas en lo malo que has hecho; camina en lo bueno que puedes hacer. No te culpes por lo que hiciste, más bien decídete a cambiar. No te mires con tus ojos, contémplate con la mirada de quien amas. No pienses en lo largo que es el camino de tu transformación, sino en cada paso que puedes dar para ser lo que quieres ser. No confíes en tus propias fuerzas; pon tu vida en manos de Dios. No trates que otros cambien; sé tú el responsable de tu propia vida y trata de cambiar tú. Deja que el amor te toque y no te defiendas de él. Sólo contempla la meta y no veas qué tan difícil es alcanzarla. Vive cada día. Aprovecha el pasado para bien y deja que el futuro llegue a su tiempo. No sufras por lo que viene, recuerda que “cada día tiene su propia finalidad. 130

Busca alguien con quien compartir tus luchas por la li​bertad; una persona que te entienda, te apoye y te acompañe en ella. Si reaccionas ante toda provocación, trata de responder en lugar de reaccionar. Si tu felicidad y tu vida dependen de otra persona, des​préndete de ella y ámala, sin pedirle nada a cambio. Aprende a mirarte con amor y respeto. Vive sirviendo y amando. Que éste sea el mejor día de tu vida. Para reflexionar: El pasado no lo podremos cambiar por más que queramos; el futuro, por más fuerza que hagamos, no lo podemos vivir todavía; sólo tenemos el presente para ser felices. ¡Vivamos el presente como nuestro único y real tesoro!

ENSÉÑAME

A ENVEJECER

Señor, enséñame a envejecer. Convénceme de que no son injustos conmigo los que me quitan responsabilidad, los que no piden mi opi​nión, los que llaman a otro para que ocupe mi puesto. Quítame el orgullo de mi experiencia pasada; quítame el sentimiento de creerme indispensable, que en este gradual desapego de las cosas yo sólo vea la ley del tiempo, y considere este relevo en los trabajos como manifestación interesante de la vida, que se releva bajo el impulso de tu providencia. Pero ayúdame, Señor, para que todavía sea útil a los demás, contribuyendo con mi optimismo y oración a la alegría y entusiasmo de los que ahora tienen la responsabilidad; viviendo en contacto humilde y sereno con el mundo que cambia, sin lamentarme por el pasado que ya se fue; aceptando mi salida de los campos de actividad, como acepto con naturalidad la puesta del sol. Finalmente, te pido que me perdones si sólo en esta hora caigo en la cuenta de ¡cuánto me has amado!, y concédeme que mire con mucha gratitud hacia el destino feliz que me tienes preparado y hacia el cual me orientaste en el primer momento de mi vida. Para reflexionar: A veces no vivimos bien el presente por miedo al futuro, pero sin duda cuando ese futuro sea nuestro presente tampoco lo viviremos bien porque no aprovechamos el que en ese momento será nuestro pasado. Dios, ayúdanos a envejecer con la certeza de sabernos amados por ti.

FUERZA

Y CORAJE 131

Es necesario tener fuerza para ser firme, pero es necesario coraje para ser gentil. Es necesario tener fuerza para defenderse, pero es nece​sario coraje para batallar. Es necesario tener fuerza para ganar una guerra, pero es necesario coraje para rendirse. Es necesario tener fuerza para estar correcto, pero es necesario coraje para tener duda. Es necesario tener fuerza para superar los obstáculos, pero es necesario coraje para mantener el equilibrio. Es necesario tener fuerza para sentir el dolor de un amigo, pero es necesario coraje para reconocer las propias debilidades. Es necesario tener fuerza para esconder los propios males, pero es necesario coraje para demostrarlos. Es necesario tener fuerza para soportar el conflicto, pero es necesario coraje para hacerlo cesar. Es necesario tener fuerza para estar solo, pero es necesario coraje para pedir apoyo. Es necesario tener fuerza para amar, pero es necesario coraje para ser amado. Es necesario tener fuerza para sobrevivir, pero es nece​sario coraje para vivir. Si sientes que te faltan la fuerza y el coraje, ¡quiera Dios que el mundo pueda abrazarte hoy con su calor y amor! Para reflexionar: ¿Tienes la fuerza y el coraje para ser feliz?

LA

EXPERIENCIA DE LA VIDA

Aprovecha lo que la vida te ofrece para llegar alto, llegar lejos... para llegar a Dios. Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces. Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo. Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega al puerto sin remar muchas veces. Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar. Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad. Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas. Nadie recoge cosechas sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y 132

abonar mucha tierra. Nadie reconoce la oportunidad hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir. Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas ve​ces que perseguía un imposible. Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de Dios. Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo, ni se hace hombre sin sentir a Dios. Nadie encuentra el pozo de DIOS hasta caminar por la sed del desierto. Nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de DIOS. Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone. Si sacas todo lo que tienes y estás con DIOS... ¡Vas a llegar! Del Libro “Abriendo las puertas de tu interior”, de Eileen Caddy Para reflexionar: ¿Eres consciente de que para abrir puertas necesitas cerrar otras? ¿Quieres llegar al final del camino sin haberlo recorrido? ¿Cómo te sientes cuando las cosas no te salen como lo habías planeado?

LA

HISTORIA DE

PEPE

PEPE era el tipo de persona que te encantaría ser. Siempre estaba de buen humor y siempre tenía algo positivo que decir. Cuando alguien le preguntaba cómo le iba, él respondía: –Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo... Era un gerente único porque tenía varias meseras que lo habían seguido de restaurante en restaurante. La razón por la que las meseras seguían a PEPE era por su actitud. Él era un motivador natural: si un empleado tenía un mal día..., PEPE estaba ahí para decirle al empleado cómo ver el lado positivo de la situación. Ver este estilo realmente me causó curiosidad, así que un día fui a buscar a PEPE y le pregunté: –No lo entiendo... no es posible ser una persona positiva todo el tiempo, ¿cómo lo haces?... PEPE respondió: –Cada mañana me despierto y me digo a mí mismo: PEPE, tienes dos opciones hoy: puedes escoger estar de buen humor... o puedes escoger estar de mal humor. Escojo estar de buen humor. Cada vez que sucede algo malo..., puedo 133

escoger entre ser una víctima o aprender de ello, escojo aprender de ello. Cada vez que alguien viene a mí para quejarse, puedo aceptar su queja... o puedo señalarle el lado positivo de la vida; escojo el lado positivo de la vida. –Sí, claro, pero no es tan fácil –protesté... –Sí lo es... –dijo PEPE. –Todo en la vida es cuestión de elecciones... Cuando quitas todo lo demás, cada situación es una elección. Tú eliges cómo reaccionas ante cada situación, tú eliges cómo la gente afectará tu estado de ánimo; tú eliges estar de buen humor o de mal humor. En resumen, TÚ ELIGES CÓMO VIVIR LA VIDA. Reflexioné en lo que PEPE me dijo... Poco tiempo después, dejé la industria hotelera para iniciar mi propio negocio. Perdimos contacto, pero con frecuencia pensaba en PEPE, cuando tenía que hacer una elección en la vida, en vez de reaccionar contra ella. Varios años más tarde, me enteré de que PEPE hizo algo que nunca debe hacerse en un negocio de restaurante, dejó la puerta de atrás abierta... y una mañana fue asaltado por tres ladrones armados. Mientras trataba de abrir la caja fuerte, su mano temblando por el nervio​sismo, resbaló de la combinación. Los asaltantes sintie​ron pánico y le dispararon. Con mucha suerte, PEPE fue encontrado relativamente pronto y llevado de emergencia a una clínica. Después de ocho horas de cirugía y semanas de terapia intensiva, PEPE fue dado de alta, aún con fragmentos de bala en su cuerpo. Me encontré con PEPE seis meses después del accidente y cuando le pregunté cómo estaba, me respondió: –Si pudiera estar mejor, tendría un gemelo. Le pregunté: ¿qué paso por su mente en el momento del asalto? Contestó: –Lo primero que vino a mi mente fue que debí haber cerrado con llave la puerta de atrás. Cuando estaba tirado en el piso, recordé... que tenía dos opciones: podía elegir vivir o podía elegir morir. Elegí vivir. –¿No sentiste miedo? –Le pregunté...PEPE continúo: –Los médicos fueron geniales. No dejaban de decirme que iba a estar bien; pero cuando me llevaron al quirófano y vi las expresiones en las caras de los médicos y enfermeras, realmente me asusté. Podía leer en sus ojos: es hombre muerto. Supe entonces que debía tomar una decisión. –¿Qué hiciste? –pregunté. –Bueno, uno de los médicos me preguntó si era alérgico a algo; respiran​do profundo, grité: –¡Sí, a las balas! Mientras reían, les dije: Estoy escogiendo vivir, opérenme como si estuviera vivo, no muerto. PEPE vivió por la maestría de los médicos, pero sobre todo... por su asombrosa 134

actitud. Aprendió que cada día tenemos la elección de vivir plenamente, la ACTITUD, al final, lo es todo. Para reflexionar: ¿Qué habrías hecho en una situación similar? ¿Qué te falta para tener la motivación de vida de PEPE? ¿Recuerdas a alguien que se haya alejado de ti mejor de lo que llegó?

LA

MARIPOSA

Un hombre encontró un capullo de una mariposa y se lo llevó a casa para poder ver cuando ésta saliera del capullo. Un día vio que había un pequeño orificio y entonces se sentó a observar por varias horas que la mariposa luchaba por hacerlo más grande para poder salir. El hombre vio que forcejeaba duramente para poder pasar su cuerpo a través del pequeño agujero, hasta que llegó un momento en el que pareció haber cesado de forcejear, pues aparentemente no regresaba en su intento, pareció que se había atascado. Entonces el hombre, se compadeció y, decidió ayudar a la mariposa. Con una pequeña tijera cortó al lado del agujero para hacerlo más grande y ahí fue que por fin la mariposa pudo salir del capullo. Sin embargo, al salir la mariposa tenía el cuerpo muy hinchado y unas alas pequeñas y dobladas. El hombre continúo observando, pues esperaba que en cualquier instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir lo hinchado que estaba. Ninguna de las dos situaciones se dió. La mariposa solamente podía arrastrarse en círculos con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas... Nunca pudo llegar a volar. Lo que el hombre en su bondad y apuro no entendió, fue que la restricción de la apertura del capullo y la lucha requerida por la mariposa para salir por el diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas, para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar. La libertad y la realización individual sólo se alcanzan después de una ardua lucha. Al privar a la mariposa de la lucha,se le privó de su salud y con ello de su realización. Para reflexionar: ¿En qué te pareces a la mariposa? ¿En alguna ocasión te has comportado como aquel hombre que quiso ayudar a la mariposa? Recuerda que es más valioso lo que más cuesta conseguir. 135

LA

MEJOR CUENTA DE BANCO

La pequeña, bien perfumada y orgullosa anciana de 85 años, completamente vestida como cada mañana a las 8 en punto, con su cabello arreglado a la moda y el maquillaje perfectamente aplicado, aunque es legalmente ciega, se muda hoy a un asilo. Su esposo de 90 años murió recientemente, lo que motivó la mudanza. Después de muchas horas de esperar pacientemente en el recibidor del asilo, sonrió dulcemente cuando se le dijo que su cuarto estaba listo. Mientras se desplazaba con su andadera hacia el elevador, le di una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las cortinas que colgaban de su ventana. –Me encanta… –afirmó con el entusiasmo de un niño de 8 años al que le acaban de entregar una nueva mascota. –Señora, Jones, no ha visto el cuarto... –Eso no importa –respondió–. La felicidad es algo que decides con el tiempo. Si me gusta o no mi cuarto no depende de cómo estén arreglados los muebles, ni de qué color sean las cortinas. Depende de cómo arregle mi mente. Ya decidí que me gusta... Es una decisión que hago cada mañana cuando me levanto. Tengo la elección, puedo pasar el día en la cama repasando la dificultad que tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan, o salir de la cama y estar agradecida por las partes que sí funcionan. –respondió con una sonrisa y, continuó: –Cada día es un regalo, y mientras se abran mis ojos, me enfocaré en el nuevo día y en los recuerdos felices que he almacenado... sólo por esta vez en mi vida. La vejez es como una cuenta de banco... tú retiras de ella lo que has depositado. Así que mi consejo sería que deposites una gran cantidad de felicidad en la cuenta de tu memoria. Recuerda las 5 simples reglas para ser feliz: 1. Libera tu corazón del odio. 2. Libera tu mente de preocupaciones. 3. Vive sencillamente. 4. Da más. 5. Espera menos. Para reflexionar: Si te haces un examen con estas “5 reglas” ¿cómo te encuentras? 136

¿Cómo te ves en tu ancianidad? ¿Estás construyendo ahora lo que esperas para tu ancianidad?

LA

MONEDA DE COBRE

Cierta vez una niña encontró en el césped donde jugaba una pequeña moneda de cobre de un centavo de valor. No le pertenecía, por cierto, pero de igual manera la levantó. Desde ese momento en adelante, decidió que siempre caminaría con la cabeza baja y con los ojos pegados al piso en busca de más tesoros. Durante el resto de su vida, ella había coleccionado 500 moneditas de un centavo, 75 monedas de cinco centavos, 22 monedas de diez centavos, 14 monedas de veinticinco centavos y 1 solo billete de un dólar; totalizando 15 dólares, 45 centavos ($ 15.45). Mientras ella juntaba moneditas que no representaban ningún esfuerzo de su parte, ella sacrificó otras cosas de valor mucho mayor. Ella perdió el privilegio de observar el esplendor glorioso de miles de puestas de sol, el brillo de las estrellas en alguna de esas bellísimas noches de cielo claro, el vuelo de las majestuosas águilas y el colorido de las aves en lo alto de los árboles. Las sonrisas de sus amigos a los que no veía por su obsesión de andar con la cabeza agachada en busca de más monedas de cobre. Por cierto, perdió mucho más de lo que encontró. Para reflexionar: Vive la vida al máximo, recuerda que sólo nos toca un viaje por persona.

LA

COPA DE LA VIDA

La vida es una copa plena de felicidad, pero nunca se te da llena. Se te da un sorbito de vez en cuando, un sorbito que tienes que ir llenando gota a gota todos los días, para sobrevivir. No te la pases agitando tus desgracias, pronosticando tragedias imaginarias, asustado por posibles males que a lo mejor no llegan nunca. Nacemos para luchar por la felicidad... casi para crearla, para hacerla a pesar de la tristeza, de los desencantos, de los errores, de las malas jugadas y de los irremediables imprevistos. La felicidad no se va buscando en bienes y placeres. Se actúa bien y ella sola se nos va presentando. La felicidad no es estar añorando y extrañando todo lo que nos falta sino estar contentos con todo lo que tenemos. No vendas tu felicidad... ¡Regálala! No busques para ella fórmulas sencillas ni baratas... Cuesta trabajo, son caros los ingredientes: compartir lo que tienes, 137

amar sin exigencias, perdonar sin cicatrices, aceptar sin perfecciones, agradecer lo que te dan y no rendirte nunca. El conjunto tiene que armonizar: del panal, un poquito de miel; del mar un poquito de sal; de la vida un toquecito de optimismo; de la imaginación, algo de sueño; del dolor, algo de raíz y de la fe algo de roca. No somos felices porque no sabemos cómo llenar nuestra copa, porque no sabemos dar a la vida un máximo de calidad y rendimiento, porque miramos al mundo como un esclavo, al camino empedrado como un imposible, a la mala suerte como una sombra que nos persigue, ¡al ideal como algo inalcanzable! No olvides que la más linda manera de ser feliz es ocuparse de que otros lo sean. Da mucho de ti mismo y la felicidad llegará SOLA. Para reflexionar: ¿Has querido comprar la felicidad? ¿Has deseado ser feliz de una vez por todas? ¿Con tu vida actual, estás construyendo tu felicidad?

LA

VIDA ES…

La vida es una larga escalera que a veces con tropiezos, debemos subir. Pero siempre hay descansos para meditar, para evaluar lo alcanzado y tomar aliento, para subir el siguiente esca​lón. Nada se obtiene de la noche a la mañana, todo se cons​tru​ye día a día. No se trata de realizar esfuerzos gigantes. Con la ayuda del Todopoderoso, con empeño y pequeñas disciplinas cotidianas, podemos llegar tan lejos como deseamos. Ante todo debemos mirar hacia adelante sin prevenciones. De cada error debemos sacar una enseñanza. Lo mejor es poner la frente en alto para dejar atrás la adversidad y con optimismo mirar hacia el futuro. Debemos valorar y agradecer a Dios tantas cosas valiosas que tenemos, no tanto en lo material, pues puede ser pasajero, más importante son nuestros valores espirituales, nuestras almas generosas, la familia que conformamos y nuestros cinco sentidos para poder trabajar. Miremos pues, cuántos caminos nos quedan por recorrer y cuántas metas tenemos aún por alcanzar. Para reflexionar: ¿Recuerdas con claridad tus metas en la vida? ¿Crees que estás trabajando para llevarlas a cabo? 138

¿Crees que el futuro será más difícil que el pasado o el presente?

LAS

COSAS NO SON SIEMPRE LO QUE PARECEN

Dos ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy adinerada. La familia era ruda y no quiso permitirle a los ángeles que se quedaran en la habitación de huéspedes de la mansión. En vez de ser así, les dieron un espacio pequeño en el frío sótano de la casa. A medida que ellos preparaban sus camas en el duro piso, el ángel más viejo vio un hueco en la pared y lo reparó. Cuando el ángel más joven preguntó ¿por qué?, el ángel más viejo le respondió: –Las cosas no siempre son lo que parecen. La siguiente noche, el par de ángeles vino a descansar en la casa de un señor y una señora, muy pobres, pero el señor y su esposa eran muy hospitalarios. Después de compartir la poca comida que la familia pobre tenía, la pareja le permitió a los ángeles que durmieran en su cama donde ellos podrían tener una buena noche de descanso. Cuando amaneció, al siguiente día, los ángeles encontraron bañados en lágrimas al señor y a su esposa. La única vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en el campo. El ángel más joven estaba furioso y preguntó al ángel más viejo: –¿Cómo pudiste permitir que esto pasara? El primer hombre lo tenía todo, sin embargo, tú lo ayudaste; el ángel más joven le acusaba; la segunda familia tenía muy poco, pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú permitiste que la vaca muriera. –Las cosas no siempre son lo que parecen –le replicó el ángel más viejo. Cuan​do estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared. Debido a que el propietario estaba tan obsesio​nado por la riqueza y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría. Luego, anoche, mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. Las cosas no siempre son lo que parecen. Para reflexionar: ¿Te has dejado engañar por las apariencias alguna vez? ¿Puedes descubrir fácilmente lo que Dios trata de decirnos en situaciones difíciles?

LLENANDO EL CÁNTARO 139

Cuentan que una vez un hombre envió a su joven hijo a llenar un cántaro al río, y le dijo que volviera lo antes posible. El joven obedeció y fue hacia el río mientras su padre le observaba desde lejos. Entonces, éste vio a su hijo poniendo el cántaro debajo de una cascada, y la fuerza del agua fue tal y la cantidad tan grande que el líquido no logró entrar al recipiente, pues su cuello era demasiado delgado. Cuando el hijo llegó con el cántaro, le mostró cómo el cuello del mismo había sido roto por el fuerte y constante golpear del agua. Además, este hecho provocó que el agua llegara turbia y sucia. El padre preguntó entonces: –¿Por qué simplemente, no sumergiste el cántaro en el río? ¿No veías que el agua de la cascada era demasiada para el cuello del cántaro? El hijo contestó: –Sí, pero es que quería llenarlo lo más rápido posible. Para reflexionar: Muchas veces, en nuestras vidas, tratamos de abarcar muchas metas de una manera desordenada y un tiempo inadecuado, el que nos dicta nuestra ansiedad. Dios conoce nuestra capacidad, y sabe que si hacemos las cosas como nosotros queremos, podemos hacernos daño, pues no estamos capacitados para hacerlo en ese momento, por eso logramos las cosas a medias y el agua que conseguimos no es pura ni cristalina, sino turbia. Queremos tener todo “ya”, y en el proceso muchas veces nos lastimamos por no dejar que Dios nos sumerja poco a poco en la corriente calmada del río.

LOS

TRES FILTROS

–Oye maestro –le dijo el discípulo– un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia. –¡ESCUCHA! –lo interrumpe el sabio–. ¿Ya hiciste pa​sar por los tres filtros lo que vas a contarme? –¿Los tres filtros? –Sí. El primero es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? –No. Lo oí comentar a unos vecinos. –Al menos lo habrás hecho pasar por el segundo filtro, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien? –No. En realidad no. Al contrario… –¡Ah, vaya! El último filtro es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta? 140

–A decir verdad, no. –Entonces –le dijo el sabio, sonriendo– si no es verdad, ni bueno, ni necesario, no me lo cuentes y sepultémoslo en el olvido. Para reflexionar: ¿Aplicas los “tres filtros” cuando vas a decir algo? ¿Con qué finalidad cuentas algo que escuchaste o que te contaron? ¿Qué falta o qué sobra en aquellos que se “especializan” en “llevar cuentos”?

PAPÁ,

SÓLO BEBÍ UN REFRESCO

Papá, fui a una fiesta y recordé lo que me dijiste, que no bebiera, así que bebí refresco. Realmente me sentía orgullosa por dentro. Papá, no bebí y manejé, aunque los otros dijeron que debería beber otra cosa. Sé que hice lo correcto. Cuando entré en mi automóvil, yo supe que llegaría a casa en un solo pedalazo, debido a la manera que me criaste, tan responsable y dulcemente, empecé a alejarme en mi carro, pero cuando llegué al camino otro automóvil no me vio y me pegó como una carga. Cuando estaba allí en el pavimento, oía al policía decir que el otro tipo estaba ebrio y ahora soy yo quien paga su irresponsabilidad. Estoy acostada aquí, muriendo, deseo que llegues aquí pronto. ¿Cómo podría pasarme esto a mi, papá? Mi vida acaba de estallar como un globo. Hay sangre alrededor de mí y la mayoría es mía. Yo oigo que el médico dice, que me moriré en poco tiempo, sólo quería decirte algo: ¡Te juro que no bebí! Eran los otros, papá. Los otros no pensaron. El ebrio probablemente estaba en la misma fiesta en la que yo estaba. La única diferencia es que él bebió y yo no. ¿Por qué estropear mi vida entera? Estoy sintiendo dolores punzantes ahora, dolores igual que un cuchillo. El tipo que me chocó está caminando, y yo pienso que no es justo, estoy aquí muriendo y todo lo que él puede hacer es mirar. Dile a mis hermanas que no lloren, dile a mamá que sea valiente. Y cuando me vaya al cielo pongan: “La niña de papá”, en mi tumba. Alguien le debería haber dicho que no bebiera y manejara. Si sólo alguien le hubiera dicho, yo todavía estaría viva. Mi respiración está recortándose, papá. Me estoy asustando mucho. Por favor no lloren por mí, papi. Cuando tú me necesites, siempre estaré allí. Tengo una última pregunta papá, antes de decir adiós. No bebí y manejé, así que... ¿por qué soy yo quien muere? Alguien debería haber dicho a aquel chico que está mal beber y conducir... Tal vez si sus padres se lo hubieran dicho yo ahora estaría viva... Mi respiración se está debilitando, mamá, y empiezo a sentir miedo... Estos son mis últimos momentos y me siento tan desesperada... Me gustaría que me pudieras abrazar, mamá, mientras estoy estirada, aquí, muriendo. Me gustaría poder decirte que te quiero, mamá... Por eso... 141

Te quiero, y adiós... Estas palabras fueron escritas por un reportero que presenció el accidente. La joven, mientras moría, iba diciendo estas palabras y el periodista anotaba... Para reflexionar: Cuántas cosas suceden por imprudencia personal o de otros... No siempre ocurren accidentes por nuestra culpa y de todo eso los papás tienen temor. Por ello a veces son duros con sus hijos... Si éstos supieran lo que sus papás conocen les obedecerían fácilmente.

RESENTIMIENTO Y PERDÓN La sola enunciación de la palabra perdón, provoca grandes reacciones: ¿cómo puedo perdonarlo después de lo que me hizo? ¿perdonarla? ¡Estás loco, ella no se lo merece! Tales respuestas provienen de una interpretación tradicional de lo que significa el perdón, una interpretación que impide utilizarlo como herramienta para la efectividad y el crecimiento. El primer paso para establecer el perdón como competencia práctica de las personas y los grupos es redefinir su significado. Perdonar no es absolver un comportamiento negativo e inapropiado, sea éste de uno mismo o de algún otro. Perdonar no significa aprobar o condenar el comportamiento que ha causado sufrimiento. No excluye emprender acciones para modificar la situación, protegerse o resarcirse del daño. Uno puede perdonar al deudor moroso, e igualmente iniciarle un juicio para gestionar la cobranza. Perdonar no es fingir que todo está bien cuando uno siente que no lo está... Sólo se puede dar un perdón genuino si se presta atención a las emociones. La máscara de una sonrisa y las frases: “no te preocupes, está todo bien”, son la antítesis del perdón. Perdonar no es asumir una actitud de superioridad o santidad. Si uno perdona a alguien porque se cree mejor que él o se compadece de su estupidez, ha confundido el perdón con arrogancia. Perdonar no significa que uno pueda o deba cambiar su comportamiento. Uno puede perdonar a un empleado que no está haciendo el trabajo a satisfacción y al mismo tiempo llamarle la atención. Perdonar no requiere que uno se comunique directamen​te con las personas a quienes ha perdonado. Uno no tiene que ir a declararles personalmente “yo te perdono”. No obstante, esa acción puede ser parte del proceso. Perdonar no es hacerle un favor al otro. Uno no perdona por generosidad o caridad; lo hace como un acto de integridad consigo mismo, como una manera de cerrar un pasado doloroso, para que no condicione el futuro. 142

Perdonar no exige que uno continúe en vínculo con el otro. Perdonar no equivale a volver a establecer rela​cio​nes. Uno puede perdonar a un antiguo socio, por ejem​plo, sin intención alguna de hacer otros negocios con él. El perdón no es un premio que uno le da al otro cuando demuestra que se lo “merece”. Tampoco es un incentivo para que el otro se comporte como uno quiere. El verdadero perdón no tiene nada que ver con el merecimiento del otro. ¿Qué es el perdón? Perdonar es la elección consciente de abandonar el resentimiento. Es la decisión de integrar el dolor del pasado como aprendizaje para el futuro. Es el compromiso de vivir el 100% en el presente, con la mente y el corazón abiertos, libre de la inercia del enfado no procesado. (Tomado de: KOFMAN, Fredy. Metamanagement, tomo 2, capítulo 18). Para reflexionar: Estar resentido es como empuñar una brasa ardiente con la intención de arrojársela a otro, en tanto que uno mismo se quema con ella (RO BIN C A SA RJIA N).

TÉRMINOS

MATEMÁTICOS

Tuve una discusión con un profesor de matemáticas quien nos estaba enseñando relaciones inversas y todo eso. No podía explicarle con términos matemáticos o “lógicos” la importancia de la fe en nuestra vida; a este hombre se le debía hablar en la forma en que él estaba acostumbrado o si no, simplemente no ponía atención. Me dijo que estaría dispuesto a escucharme hablar de la fe si lograba hacer una analogía matemática (o algo así) que demostrara la importancia de la fe. Por este motivo y después de pensarlo un momento le dije: –Pues verá usted don Luis Mario, el tamaño de los problemas en la vida, es inversamente proporcional al tamaño de su fe. Así, mientras mayor sea su fe menores serán sus problemas, y mientras menor sea su fe más grandes serán sus problemas. Lo pensó un momento y entonces me escuchó. Para reflexionar: Muchas veces pedimos al Señor que nos hable en una forma lógica y que nosotros entendamos. ¿Acaso será que buscamos un pretexto para ignorar a Dios?

TRES

PENSAMIENTOS

143

Las excusas constituyen el más seguro y confiable cami​no al fracaso. Ya sea que te encuentres ofreciéndolas o acep​tándolas, representan una clara señal de alerta en cuan​to a que estás equivocando el rumbo. Mientras que las acciones bien pensadas son la moneda de la efectivi​dad, las excusas son las de la futilidad. Cada contratiempo tiene un porqué. Cada error tiene un motivo. Pue​des aceptar esas razones y aprender algo positivo de ellas, o puedes convertirlas en excusas y así, permitir que te derroten. Cada excusa es una pequeña derrota y pue​den acumularse muy rápidamente. La mejor estrate​gia es evitarlas. Explícate a ti mismo, pero no busques ex​cusas. Escucha la razón, pero no aceptes excusas. Expe​ri​men​ta una vida sin excusas. Tu propia efectividad y la de quienes te rodean se incrementará vertiginosamen​te. No pienses que abandonando la vida podrás resolver tu dificultad. Al contrario, la vas a complicar mucho más. ¡No seas cobarde! Enfrenta la lucha, pues todos esperan de ti el coraje para luchar hasta el fin. No huyas del campo de batalla justamente en la hora en que el combate se torna más duro. ¡Sé valiente! No huyas de las responsabilidades que asumiste. Cuando encuentres tinieblas ante ti no las maldigas. Al contrario, trata de encender una luz. Cuando alguien se equivoca, no lo condenes ni lo ataques. Enciende una pequeña luz delante de él con tu ejemplo. No existe nada mejor para ayudar a los otros que mantener nuestra luz prendida. Nuestro ejemplo servirá de farol para guiar al prójimo y mostrarle el camino. Para reflexionar: ¿Por qué crees que somos propensos a ofrecer disculpas? ¿Cuál crees que sea la finalidad de la disculpa? ¿Cómo crees que es una persona que continuamente ofrece disculpas?

TÚ ERES

EL CONDUCTOR

Es un viernes en la noche y estás conduciendo tu auto. (¿Qué tipo de auto conduces?). (¡TÚ ERES EL CONDUCTOR!). Sólo puedes tener en el auto, contigo, a otras CUATRO personas. (¿Quiénes están en el auto con​tigo?). Mientras conduces, tú y tus amigos deciden oír algo de música. (¿Qué canción están escuchando?). Enton​ces, ahí estás con tus amigos oyendo la música mientras conduces. De pronto, otro conductor los cho​ca por atrás. Estás volando por la carretera fuera de con​trol. Golpeas un andén y el auto se resbala, da una vuelta y va a parar a un lado de la carretera. Tú te quedas ahí llorando porque sientes mucho dolor. No oyes nada más que el silencio. Silencio. Silencio. Silencio. Tratas de gritarles a tus amigos, pero el dolor y el miedo no te dejan hablar. Permaneces ahí por cerca de 2 minutos, pero para ti parecen por lo menos 60. Al fin oyes algo. Es​cuchas la ambulancia, nunca te sentiste tan aliviado. Y permaneces ahí, bajo el auto, pensando en tu familia, ami​gos, colegio, 144

las navidades pasadas, viejos amigos, anti​guos amores. Empiezas a rezar por los otros que esta​ban en el auto contigo. Los paramédicos te sacan del auto, te ponen en una camilla y te suben a la ambulancia. No ves nada ni oyes nada... estás solo. No logras ver a los demás que estaban en el auto contigo. Mientras te llevan al hospital rezas y piensas en ti “¿voy a morir?”. ¿Dónde están mis amigos? ¿Están bien? ¿Qué me va a pasar...? ¿Lograste sobrevivir? ¿Qué pasó con los amigos que iban en el auto contigo? Pues, todos ellos murieron. Todos los que iban en el auto murieron. Todos se han ido. Nunca los verás de nuevo. Y tú... Tampoco lo lograste. Estás sólo imaginando... ¿verdad? ¿Pero qué si hubiera sido real? ¿Qué sería de ti si realmente te hubiera pasado? Piénsalo... Ese auto fue el ÚLTIMO en el que estuviste con tus amigos. Esas personas fueron las ÚLTIMAS que viste. Elegiste la gente que te acompañaría en el auto con cuidado... ¿O desearías que alguien más hubiera estado en ese auto? La canción que oían fue la ÚLTIMA que oíste. ¿Te gustaría haber tenido la oportunidad de decirles a todos que los querías? ¿Te gustaría haberle dicho a tus padres por última vez cuánto los amabas? ¿Te gustaría haber podido besar a tu novio/a una última vez? ¿Te gustaría haber podido abrazar a tus amigos una última vez? ¿Te gustaría tener la oportunidad de hacer todas esas cosas? Todavía la tienes. Para reflexionar: Recuerda: “Vive cada día al máximo y cuando alguien diga que te quiere, date cuenta del gran significado de eso y dilo sólo cuando lo sientas”.

EL TESORO DEL LABRADOR Un labrador oyó un ruido bajo la rueda del rastrillo de su arado. Miró con curiosidad y descubrió desenterrado un cofre lleno de monedas de oro. ¡Qué suerte! Lo tomó y lo enterró profundamente en su jardín. “¿Qué hacer con eso?”, se preguntó. Se imaginó todo lo que podría comprar y decidió... cualquier cosa, finalmente para resolverse. Este cofre lleno de monedas de oro sería su seguridad en caso de una dura temporada. Y tal seguridad cambió su carácter: de precavido llegó a ser relajado, de gruñón pa​só a ser agradable y eliminó su intolerancia, de hecho, vislumbró una vida hermosa y feliz, sabiendo que aun​que llegaran tiempos duros, podría hacerles fren​te. Sus últimas horas llegaron y antes de morir, reu​nió a sus hijos y les reveló su secreto. Murió instantes después. Al día siguiente, sus hijos cavaron en el lugar indicado, encontraron el cofre, pero ¡qué sorpresa, estaba VACÍO! Pues las monedas habían sido robadas al labrador desde hacía más de 10 años. 145

¿Qué es entonces lo interesante de esta historia? Es descubrir que no fue la riqueza material lo que le dio segu​ri​dad y felicidad al labrador, sino la IDEA de que tal ri​queza y felicidad existían. Fue el cambio de actitud ante la vida lo que le permitió vivir tranquilo y sin preocupaciones. Para reflexionar: ¿Qué idea tienes de riqueza? ¿Si fuera tu último minuto, qué consejo le darías a quienes te rodean?

146

El tiempo ANTIGUO

CONSEJO CHINO

Había una vez un campesino chino, pobre pero sabio, que trabajaba la tierra duramente con su hijo. Un día el hijo le dijo: –¡Padre, qué desgracia! Se nos ha ido el caballo. –¿Por qué le llamas desgracia? –respondió el padre–. Veremos lo que trae el tiempo... A los pocos días el caballo regresó, acompañado de otro caballo. –¡Padre, qué suerte! –exclamó esta vez el muchacho–. Nuestro caballo ha traído otro caballo. –¿Por qué le llamas suerte? –repuso el padre–. Veamos qué nos trae el tiempo. En unos cuantos días más, el muchacho quiso montar el caballo nuevo, y éste, no acostumbrado al jinete, se encabritó y lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna. –¡Padre, qué desgracia! –exclamó ahora el muchacho–. ¡Me he quebrado la pierna! Y el padre, retomando su experiencia y sabiduría, sentenció: –¿Por qué le llamas desgracia?, ¡veamos lo que trae el tiempo! El muchacho no se convencía de la situación, sino que gimoteaba en su cama. Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra. Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna entablillada, lo dejaron y siguieron de largo. El joven comprendió entonces que nunca hay que dar ni la desgracia ni la fortuna como absolutas, sino que siempre hay que darle tiempo al tiempo, para ver si algo trae buenas o malas consecuencias. Para reflexionar: ¿ Alguna vez has sentido que una experiencia que parecía negatica se convirtió en un hecho positivo? Aprende a esperar con paciencia.

COMPARTE

TU TIEMPO

Para darte cuenta del valor de un año: pregúntale a un estudiante que ha fallado 147

en un examen final. Para darte cuenta del valor de un mes: pregúntale a una madre que ha dado a luz un bebé prematuro. Para darte cuenta del valor de una semana: pregúntale al editor de un diario semanal. Para darte cuenta del valor de una hora: pregúntale a los novios que esperan para verse. Para darte cuenta del valor de un minuto: pregúntale a una persona que ha perdido el tren, el autobús ó el avión. Para darte cuenta del valor de un segundo: pregúntale a una persona que ha sobrevivido de un accidente. Para darte cuenta del valor de una milésima de segundo: pregúntale a la persona que ha ganado una medalla de plata en las olimpiadas. El tiempo no espera para ninguno. Atesora cada momento que tengas. Lo atesorarás más cuando puedas compartirlo con alguien especial. Para reflexionar: ¿Cómo utilizas tu tiempo? ¿Cuántos años de vida has perdido? ¿Te has dedicado a contabilizar el tiempo que inviertes en compartir con los demás?

COSAS

QUE NO SE RECUPERAN...

Existen cinco cosas en la vida que no se recuperan: 1. Una piedra después de haber sido lanzada. 2. Una palabra, después de haber sido proferida. 3. Una oportunidad, después de haberse perdido. 4. El tiempo, después de haber pasado. 5. El amor por el que NO se luchó. Para reflexionar: No olvides que hay cosas que nunca podrás recuperar, aunque quieras hacerlo. Trata de vivir de tal manera que nunca te arrepientas de haber hecho o dicho algo, o de no haber hecho o dicho algo.

EL TIEMPO NO PERDONA Querido amigo: 148

Te escribo porque tengo necesidad de decirte algunas cosas de mi vida que me pesan profundamente y que solamente tú puedes comprender. Aunque duele confesar mi verdad, ha llegado el momento de confiártelas. No había tenido tiempo para hacerlo antes. Amigo, no he tenido tiempo para escucharte y mucho menos para merecer tu amistad; pero la verdad, siempre consideré que contigo no iba a poder hacer negocios. Tu gran ideal me parecía intrascendente, sentía que iba a perder mi tiempo sin sentido. Sé que me buscaste más de una vez, que tenías necesidades para expresar y esperabas mi comprensión, mi atención y mi consuelo, pero la verdad, el tiempo lo dediqué solamente a aquellos que me dejaron dinero. Ahora entiendo, qué importante es tener amigos en la virtud y no solamente socios en la utilidad. Ahora sé que la amistad es un sólo corazón que late en los cuerpos y que es la expresión sublime del amor. Te confieso que me siento solo, he comprendido que únicamente lo barato se compra con dinero, y que un amor sincero no tiene precio. No tuve tiempo para mis padres, aquellos ancianos que dieron la vida por mí, aquel hombre que puso todo su esfuerzo para forjar en mí un ser de provecho, y aquella mujer que tejió mi alma con su virtud y paciencia, que cuidó de mí hasta el fin de sus días y que siempre me concedió su comprensión y perdón. ¡Pero cómo fastidiaban con sus achaques de viejos, y quién iba a tener tiempo de involucrarse en sus eternas conversaciones y anécdotas repetidas mil veces, viviendo siempre en el pasado. ¡Recuerdo cómo hacían suyas mis derrotas y mis alegrías! Ahora que soy padre, comprendo que el amor es en esencia paciencia y capacidad de entender. ¡Cuánto he frenado! Pude haberles dado un poco más de mi tiempo para mitigar su soledad. No tuve tiempo para estar cerca de mi hermano, lo andaba buscando en medio de rencillas y diferencias, fuimos concebidos en el mismo vientre y las mismas caricias curaron nuestras heridas. Sé que me necesitaba pero nunca lo conquisté como amigo, pudimos haber sido el equipo perfecto. No tuve tiempo para amar a mi pareja. No tuve tiempo para darle la felicidad que buscaba cuando se unió a mí. ¡Cuántas humillaciones y desprecios sufrió por requerir un poco de tiempo en compensación! Ahora sé, que su silencio lo dejé sin compañía, que era parte de la aventura que le negué por falta de tiempo. No he tenido tiempo para amar a mis hijos, estuve siem​pre tan atareado con cosas tan importantes como el trabajo diario y tantas ocupaciones. Les debo las caricias, mi compañía, el patear un balón y la sonrisa sin afán. No tuve tiempo para verlos crecer, pues yo justificaba mi ausencia por su bien. ¡Tenía tanto trabajo, que olvi​dé contarles lo que hacía! ¿Pero qué sabía de ellos?, ¿qué ocurría en su realidad? ¡Qué equivocado estaba! Me preocupé por darles todo lo necesario, pero olvidé for​jarles un corazón lleno de amor y fortaleza ante la vida. Recuerdo sus caritas de niños y sus miradas intrigadas con lo que hacía, pero 149

creían que yo no tenía tiempo para cursilerías. De adolescentes los marginé, y me negué a comprender su despertar, a encontrar un desti​no alto y noble y a apoyarlos en su realización. No tuve más que críticas y sermones, que únicamente me aleja​ron de ellos. Ahora me pregunto: ¿qué calidad de hijos he formado? No tuve tiempo para amar ni nación, tierra a la que pertenezco, tierra que todos los días me entre​gó sus frutos, lugar de mi trabajo y realizaciones, ori​gen de mis hijos y de mi hogar. Sólo me serví de ella, ence​rrándome en mi bienestar; no comprendiendo el esfuer​zo que hicieron mis antepasados ni la sangre que tan​tos valientes derramaron para ofrendarme la libertad. Ahora comprendo que nuestro hogar es donde nuestro origen ha germinado, ese espacio que tenemos el compromiso de mejorar. ¡Cuántas injusticias a mi alrededor, cuántas necesidades de los marginados y campesinos con manos encallecidas que ven sus esperanzas en mi trabajo! Pero yo, solamente he tenido tiempo para mí. Después de todo lo que ha pasado; reflexiono. Mi país aunque no sea el mejor del mundo, puede convertirse en un paraíso soñado. Y ahora que ha pasado el tiempo, pido perdón... a mi amigo querido, que me vino a buscar, a mis padres, entrañables e incomprendidos, a mi hermano, tantas veces olvidado, a mi pareja, parte de un sueño, a mis hijos, parte de mi ser, a mi nación, tierra desgarrada. Me arrepiento amigo, porque no tuve tiempo para amar. Quisiera tener tu presencia cerca de mi alma ahora que me he decidido a vivir. Te prometo amigo: hoy será el primer día del resto de mi vida, y me concentraré en amar y en servir. Y a ti mi Dios, te pido, ahora que cono​ces mis secretos, que me des un poco de tu tiempo para que me contagies de la alegría de estar vivo, que nos hagas comprender que el tiempo no perdona y que es nuestra vida lo que podemos ofrecer a los seres que amamos y que nos aman. Señor: no permitas que sea demasiado tarde para aprender a amar. Para reflexionar: Vive de tal manera el presente que en tu futuro no tengas que lamentarte por algo que hiciste o dejaste de hacer. Aprovecha el tiempo del presente para ser feliz.

LA

EDAD DE LOS PROBLEMAS

En cada etapa de nuestra vida podemos vivir los proble​mas dramáticamente. Un problema a los 5 años puede ser que mamá no te compre un chicle. Un problema a los 9 años puede ser que se te “pinche” la pelota. Un problema a los 15 años puede ser reprobar un examen. Un problema a los 20 años puede ser que el muchacho o la muchacha que te guste, no guste de ti. 150

Un problema a los 30 años puede ser la gripa de tu bebé. Un problema a los 40 años puede ser quedarte sin trabajo. Un problema a los 60 años puede ser tener a los hijos lejos. Un problema a los 80 años puede ser una enfermedad. Sin embargo, ¿qué tamaño tienen esos problemas si los miras a la distancia? Algunos casi desaparecen. ¿Hacía falta preocuparse tanto? ¿Hacía falta quedarse sin dormir? ¿Hacía falta hacerlos tan importantes? ¿Cómo hubiera sido un comportamiento más efectivo? La preocupación no vacía el mañana de problemas. Vacía el hoy de su fuerza. Observa con cuidado los grandes problemas, pues disfrazan las grandes oportunidades. La palabra problema no sólo tiene una connotación negativa sino que hace referencia a algo que ocurre y está afuera de nosotros. Pareciera que no tenemos nada que ver con ellos. Simplemente suceden. Sin embargo, otra mirada podría ser verlos desde nuestra posición de responsabilidad: ¿qué hice yo para que se “pinchara” la pelota?, ¿qué hice yo para reprobar el examen? ¿Qué puedo hacer yo para atraer al muchacho? O ¿porqué interpreto lo sucedido de una manera negativa? Cuando volvemos la mirada sobre los hechos pasados, descubrimos que el “problema” deja de vivir afuera para pasar a existir en nuestra interpretación. Ver lo que te sucede como un problema es sólo ver una parte de lo que te pasa. La otra parte sería poder ver la posibilidad que se te revela, y el desafío de encontrar el aprendizaje en esta oportunidad. Al cambiar nuestra mirada se abren para nosotros nuevas posibilidades: un hecho que interpretamos como algo negativo puede convertirse en una experiencia aleccionadora. Es nuestra decisión anquilosarnos en el pasado y llenar nos de dolor o superar los sucesos y avanzar. Para reflexionar: La felicidad no es la ausencia de problemas sino la habilidad para salir adelante con ellos. Podemos ver alguna relación entre la forma de interpretar los problemas y la manera de lograr objetivos: El perdedor se siente parte del problema. El ganador siente que es parte de la solución. El perdedor ve un problema en cada solución. El ganador ve una solución en cada problema.

TODAVÍA

NO ES TIEMPO

151

Se cuenta que en Inglaterra había una pareja que gustaba de visitar las pequeñas tiendas del centro de Londres. Al entrar en una de ellas se quedaron prendados de una hermosa tacita. –¿Me permite ver esa taza? –preguntó la señora– ¡nunca he visto nada tan fino! En las manos de la señora, la taza comenzó a contar su historia: –Usted debe saber que yo no siempre he sido la taza que usted está sosteniendo. Hace mucho tiempo yo era sólo un poco de barro. Pero un artesano me tomó entre sus manos y me fue dando forma. Llegó el momento en que me desesperé y le grité: –Por favor, ya déjeme en paz...! Pero mi amo sólo me sonrió y me dijo: –Aguanta un poco más, todavía no es tiempo. Después me puso en un horno. ¡Nunca había sentido tan​to calor! Toqué a la puerta del horno y a través de la ventanilla pude leer los labios de mi amo que me de​cían: –Aguanta un poco más, todavía no es tiempo. Cuando al fin abrió la puerta, mi artesano me puso en un estante. Pero, apenas me había refrescado, me comenzó a raspar, a lijar. No sé cómo no acabó conmigo. Me daba vueltas, me miraba de arriba a abajo. Por último me aplicó meticulosamente varias pinturas... Sentía que me ahogaba... –¡Por favor déjeme en paz! –le gritaba a mi artesano–; pero el sólo me decía: –Aguanta un poco más, todavía no es tiempo. Al fin, cuando pensé que había terminado aquello, me metió en otro horno, mucho más caliente que el primero. Ahora sí pensé que terminaba con mi vida. Le rogué y le imploré a mi artesano que me respetara, que me sacara, que si se había vuelto loco. Grité, lloré; pero mi artesano sólo me decía: –Aguanta un poco más, todavía no es tiempo. Me pregunté entonces si había esperanza... si lograría sobrevivir aquellos tratos y abandonos. Pero por alguna razón aguanté todo aquello. Fue entonces que se abrió la puerta y mi artesano me tomó cariñosamente y me llevó a un lugar muy diferente. Era precioso. Allí todas las tazas eran maravillosas, verdaderas obras de arte, res​plandecían como sólo ocurre en los sueños. No pasó mucho tiempo cuando descubrí que estaba en una fina tienda y ante mí había un espejo. Una de esas maravillas era yo. ¡No podía creerlo! ¡Esa no podía ser yo! Mi artesano entonces me dijo: –¡Yo sé que sufriste al ser moldeada por mis manos, mira tu hermosa figura. Sé que pasaste terribles calores, pero ahora observa tu sólida consistencia, sé que sufriste con las raspadas y pulidas, pero mira ahora la finura de tu presencia... La 152

pintura te provocaba náuseas pero contempla ahora tu hermosura. ¿Si te hubiera dejado como estabas qué sentirías? ¡Ahora eres una obra terminada! ¡Lo que imaginé cuando te comencé a formar! Para reflexionar: – El tiempo va modelando nuestra vida. Los esfuerzos de cada día y el tiempo se convierten en la única arma para construir y compartir la felicidad que todos buscamos.

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El éxito A

ESO...

A eso de caer y de volver a levantarte, de fracasar y volver a comenzar, de seguir un camino y tener que torcerlo, de encontrar el dolor y tener que afrontarlo. A eso no le llames adversidad... Llámalo SABIDURíA. A eso de sentir la mano de Dios y saberte impotente, de fijarte una meta y tener que seguir otra, de huir de una prueba y tener que encararla, de emprender un vuelo y tener que recortarlo. A eso de aspirar y no poder, de querer y no saber, de avanzar y no llegar... A eso no lo llames castigo... Llámalo ENSEÑANZA. A eso de pasar juntos días grises y días radiantes, días felices y días tristes, días de soledad y días de compañía... A eso no lo llames rutina... Llámalo EXPERIENCIA. A eso que tus ojos miren y tus oídos oigan, y tu cerebro funcione, y tus manos trabajen, y tu alma aspire, y tu sensibilidad sienta y tu corazón ame... NO LO LLAMES PODER HUMANO... A ESO LLÁMALO ¡MILAGRO DIVINO! Para reflexionar: No llamemos suerte al éxito que se ha ido construyendo en la vida. La suerte no lleva esfuerzo, el éxito implica la misma vida.

APRENDAMOS

DE OTROS...

Deje que le cuente la historia de una vida real, de un hombre que: Fracasó en los negocios a los 31 años. Fue derrotado a los 32 como candidato para unas legis​la​ti​vas. Volvió a fracasar en los negocios a los 34 años. Sobrellevó la muerte de su amada a los 35. Sufrió un colapso nervioso a los 36 años. Perdió en unas elecciones a los 38. No consiguió ser elegido congresista a los 43. No consiguió ser elegido congresista a los 46. No consiguió ser elegido congresista a los 48. No consiguió ser elegido senador a los 55. A los 56 fracasó en el intento de ser vicepresidente. 154

De nuevo fue derrotado y no salió senador a los 58. Fue elegido presidente de los Estados Unidos a los 60. Ese hombre era Abraham Lincoln. ¿Habría llegado a presidente si hubiese considerado como fracasos sus derrotas electorales? Probablemente no. Tomado de: ROBBINS , Antony. Poder sin limites. Grijalbo editores, Barcelona, 1987. Para reflexionar: Piensa si cuando “fracasas”, te permites experimentar tales fracasos como oportunidades de aprendizaje y mejoramiento en tu vida o lo tomas como una derrota.

CUANDO TODO QUEDA

PARA MAÑANA

Cuando te encuentres en la situación de tener que afron​tar un cambio en tu vida, surgirá inevitablemente el temor a dejar atrás lo conocido y a tener que internarte en un terreno nuevo, en el cual las experiencias anterio​res ya no tienen validez. Tendrás que encontrar nuevas formas de respuesta para reemplazar aquellas a las que estabas acostumbrado. En esos momentos, es natural que sientas la tentación de dejar las cosas como están y así evitar por completo los peligros y las complicaciones de lo desconocido. Los pretextos que elegimos para no tener que enfrentarnos a nuevas situaciones, pueden variar mucho según nuestras circunstancias personales, pero aparecen, fundamentalmente, para convencernos de que es mejor dejar que todo siga igual y de que es preciso abandonar las ideas extravagantes de cambiar las cosas. Según cuál sea la situación en que ahora te encuentres: si eres joven o viejo, soltero o casado, con hijos o sin ellos, estudiante o no, puedes fácilmente encontrar razones por las cuales no deberías apartarte del camino que llevaste hasta este momento. El tema de la edad se presta fácilmente para dilatar la acción. Puedes argüir que eres demasiado joven o, por el contrario, que ya eres muy viejo para hacer tal o cual cosa. También hay cosas que los casados no deberían hacer o que no son convenientes para los solteros, para la gente que tiene hijos o para la que no los tiene. Con un poco de ingenio siempre puedes encontrar un motivo para dejar de hacer algo que te llevaría fuera del terreno seguro de lo ya conocido y experimentado. En asuntos tan complejos como los referentes a la vida humana, en los cuales nada es del todo blanco o negro, siempre hay puntos a favor y en contra de algo, y ellos son los que te pueden servir para justificar tu decisión ante tu propio tribunal interior. Una manera hábil de no hacer algo y al mismo tiempo quedar bien con uno mismo, es simplemente posponer​lo, dejarlo para más adelante. Ese tribunal interior del que he hablado es una parte de ti mismo que te conoce mejor que 155

nadie y es el que juzga todos tus actos. El que seas tú mismo el que te está juzgando no impide que trates de engañarlo como podrías hacerlo con otra persona y de convencerlo de que, en realidad, no es que tengas miedo de hacer algo, sino de que lo estás postergando en espera de una mejor ocasión. Cuando eres un estudiante, puedes decir que para hacer ciertas cosas es mejor esperar a que termines tus estudios. Si ya estás trabajando, puedes esperar a que llegue el momento de la jubilación. Si estás soltero, tal vez sea mejor hacerlo cuando te cases, y si ya estás casado, cuando lleguen los hijos. Tener hijos pequeños es un buen motivo para esperar a que crezcan; siempre es posible encontrar algo que nos indique que sería más conveniente dejar para más adelante aquel cambio que habíamos pensado. De una manera u otra, ya sea que descartes totalmente cual​quier cambio o que dejes de hacerlo hasta que aparezca una mejor oportunidad, deberías evaluar detalladamente si lo que estás eligiendo hacer es realmente dictado por la voz de la razón o lo es, en cambio, por la voz del miedo. Si has pensado profundamente en lo que vas a hacer y todos tus razonamientos te conducen a pensar que no es el momento adecuado para hacer algo, no tiene nada de malo que lo dejes hasta que cambien las circunstancias. Si lo que te está frenando es el temor a lo que no conoces, tienes que pensar que ésta es una reacción natural y que le ocurre a todo el mundo. El miedo no es un motivo válido para dejar de actuar cuando se han analizado cuidadosamente todas las posibles consecuencias de lo que piensas hacer. Puedes, en cambio, dejar de hacer algo porque has concluido que son pocas las posibilidades de llevarlo a cabo o porque son elevados los riesgos a los que te expondrás tú o tus personas allegadas. Cuando de lo que se trata es de algo que puede afectar la felicidad de tu vida, el miedo no es un buen consejero. No puedes posponer la felicidad porque tienes miedo de hacer algo que no hiciste antes. Se vive una sola vez y no tendrás oportunidad de repetir tu vida. Si vas a ser feliz, tienes que serlo ahora y aquí, y no puedes esperar a que las cosas cambien. Si has pensado suficientemente sobre alguna transformación en tu vida te haga más feliz, y has vereficado que tu proceder no dañará a nadie, entonces haz el miedo a un lado y actúa. Ninguno de nosotros tiene la vida asegurada y puede saber con certeza cuánto tiempo tiene por delante para hacer lo que quiere. En cualquier momento podemos tener que devolver la vida que nos fue prestada y en ese momento no nos vamos a lamentar por las cosas que hicimos sino por todas aquellas que dejamos de hacer. Puede ocurrir que el mañana nos sorprenda despertando en la otra vida, por eso, actuemos de inmediato. No dejemos nada para mañana. Para reflexionar: El miedo es un arma mortal, que acaba con sueños y vidas, esfuerzos y planes de cualquiera que permita que se apodere de él. Debemos superar el miedo y enfrentar las situaciones. Apliquemos el adagio popular: “A santa Rosa o al 156

charco”.

DE BILL GATES 2003)

PARA LOS JÓVENES

(ENERO 18

DE

Hace algunos días recibí un mensaje de un amigo en el cual resume una charla que Bill Gates, el exitoso visiona​rio de la industria informática, que dio ante un grupo de jóvenes en una escuela preparatoria de Estados Unidos. Gran parte de las observaciones se referían a las consecuencias de la formación de una generación de niños y jóvenes sin un concepto claro de la realidad, lo cual los está preparando para fracasar en el mundo real, si no se toman las precauciones de comportamiento adecuadas. Por lo tanto, las conclusiones de la charla de Gates se podrían resumir en las siguientes once duras reglas: Regla uno: La vida no es justa, acostúmbrate a ello. Regla dos: Al mundo no le importará tu autoestima. El mundo esperará que logres algo, independientemente de que te sientas bien o no contigo mismo. Regla tres: No ganarás US$ 5.000 mensuales justo después de haber salido de la preparatoria y no serás un vicepresidente hasta que con tu esfuerzo te hayas ganado ambos logros. Regla cuatro: Si piensas que tu profesor es duro, espera a que tengas un jefe. Ese sí que no tendrá vocación de enseñanza ni la paciencia requerida. Regla cinco: Dedicarse a voltear hamburguesas no te quita dignidad. Tus abuelos tenían una palabra diferente para describirlo: lo llamaban oportunidad. Regla seis: Si metes la pata, no es culpa de tus padres, así que no lloriquees por tus errores, aprende de ellos. Regla siete: Antes de que nacieras, tus padres no eran tan aburridos como son ahora. Ellos empezaron a serlo por pagar tus cuentas, limpiar tu ropa y escucharte hablar acerca de la nueva onda en la que estás. Regla ocho: En la escuela puede haberse eliminado la diferencia entre ganadores y perdedores pero en la vida real NO. En algunas escuelas ya no se pierden los años y te dan las oportunidades que necesites para encontrar la respuesta correcta y para que tus tareas sean cada vez más fáciles. Eso no tiene ninguna semejanza con la vida real. Regla nueve: La vida no se divide en semestres. No tendrás vacaciones de verano largas en lugares lejanos y muy pocos jefes se interesarán en ayudarte a que te encuentres a ti mismo. Todo esto tendrás que hacerlo en tu tiempo libre. Regla diez: La televisión no es la vida diaria. En la vida cotidiana, la gente de verdad tiene que salir del café de la película para irse a trabajar. 157

Regla once: Sé amable con los nerds (los más aplicados de tu clase). Existen muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos. Para reflexionar: Si bien es cierto, son reglas duras, vale la pena compartirlas con nuestros jóvenes porque son sacadas de la vida real y de la experiencia de uno de los hombres más exitosos de la historia empresarial del mundo.

EL DIABLO SE

RETIRA

Cierta vez se corrió la voz de que el diablo se retiraba de los negocios y vendía sus herramientas al mejor pos​tor. En la noche de la venta, estaban todas las herramien​tas dispuestas en forma que llamaran la atención, y por cierto completaban un lote siniestro: odio, celos, envidia, malicia, engaño... además de todos los implementos del mal. Pero un tanto apartado del resto, se encon​traba un instrumento de forma inofensiva, muy gasta​do, como si hubiese sido usado muchísimas veces y cuyo precio, sin embargo, era el más alto de todos. Alguien le preguntó al diablo cuál era el nombre de la herra​mienta. –Desaliento –fue la respuesta. –¿Por qué su precio es tan alto?, –le preguntaron. –Porque ese instrumento, –respondió el diablo–, me es más útil que cualquier otro; puedo entrar en la conciencia de un ser humano cuan​do todos los demás me fallan, y una vez adentro, por medio del desaliento, puedo hacer de esa persona lo que se me antoja. Está muy gastado porque lo uso casi con todo el mundo, y como muy pocas personas saben que me pertenece, puedo abusar de él… El precio del desaliento era tan, pero tan alto que aún sigue siendo propiedad del diablo. Para reflexionar: El desaliento es uno de los estados de ánimo contra el cual es indispensable luchar. Nos desalentamos con la situación económica, con nuestro trabajo, con nuestra familia, con la necesidad de cambio, con los grupos de amigos, con el engaño, con la mentira, con el desamor.

EL BAMBÚ JAPONÉS No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas! 158

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacien​tes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas... ¡la planta de bambú crece más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Para reflexionar: En la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente el resultado del crecimiento interno, el cual requiere tiempo. Quizá por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente de que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y coherente, y que saben esperar el momento adecuado. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. ¡Llenémonos de paciencia!

EL FLORERO DE

PORCELANA

El gran maestro y el guardián se dividían la administración de un monasterio Zen. Cierto día, el guardián murió y fue preciso sustituirlo. El gran maestro reunió a todos los discípulos para escoger quién tendría la honra de trabajar directamente a su lado. –Voy a presentarles un problema –dijo el gran maestro–, y aquel que lo resuelva primero, será el nuevo guardián del Templo. Terminado su corto discurso, colocó un banquito en el centro de la sala. Encima estaba un florero de porcelana seguramente carísimo, con una rosa roja que lo decoraba. –Éste es el problema –dijo el gran maestro– resuélvanlo. Los discípulos contemplaron perplejos el “problema”, por lo que veían los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y la elegancia de la flor. ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál sería el enigma? Pasó el tiempo sin que nadie atinase a hacer nada salvo contemplar el “problema”, hasta que uno de los discípulos se levantó, miró al maestro y a los 159

alumnos, caminó resolutamente hasta el florero y lo tiró al suelo, destruyéndolo. ¡Al fin alguien lo hizo! –exclamó el gran maestro–. Empezaba a dudar de la formación que les hemos dado en todos estos años! Usted es el nuevo guardián. Al volver a su lugar el alumno, el gran maes​tro explicó: –Yo fui bien claro: dije que ustedes estaban delante de un “problema”. No importa cuán bello y fascinante sea un problema, tiene que ser eliminado. Un problema es un problema; puede ser un florero de porcelana muy caro, un lindo amor que ya no tiene sentido, un camino que precisa ser abandonado, por más que insistamos en recorrerlo porque estamos acostumbrados a él... sólo existe una manera de lidiar con un problema: atacándolo de frente. Para reflexionar: ¡Cuántas veces no somos capaces de tomar decisiones que cambiarían nuestra vida! La toma de decisiones no siempre es incapacidad o ignorancia, la mayoría de las veces es miedo. Hay que vencerlo El “qué dirán los demás” puede ser uno de los obstáculos que nos impiden salir adelante.

EMPUJA

LA VAQUITA

Un maestro paseaba por el campo con su discípulo, cuan​do se encontraron por el camino una humilde casa de madera que estaba habitada por una pareja y sus tres hijos. Todos iban pobremente vestidos, con ropa sucia y rota. Sus pies estaban descalzos y en el entorno se notaba una pobreza extrema. El maestro le preguntó al padre de familia cómo hacían para sobrevivir, ya que en aquel paraje no existían industrias ni comercio, ni se veía riqueza por ninguna parte. Con calma, el padre de familia le contestó: –Mire usted, nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona varios litros de leche cada día. Una parte la vendemos y con el dinero compramos otras cosas, y la otra parte la usamos para consumo propio. De esta forma sobrevivimos. El maestro agradeció la información, se despidió y se fue. Al alejarse le dijo a su discípulo: –Busca la vaquita, llé​vala al precipicio y empújala al barranco. El joven quedó espantado, ya que la vaquita era el único medio de subsistencia de aquella humilde familia. Pero pensó que su maestro tendría sus razones y, con gran pesar, lle​vó a la vaquita al precipicio y la empujó. Aquella escena se quedó grabada en su mente durante muchos años. Al cabo del tiempo, el discípulo, culpabilizado por lo que había hecho, decidió dejar al maestro, volver a aquel lugar y disculparse con aquella familia a la que 160

había hecho tanto daño. Al acercarse hacia aquel paraje vio que ahora había árboles, una preciosa casa, un auto​móvil aparcado y muchos niños jugando en un maravilloso jardín. El joven se sintió triste y desesperado al imaginar que aquella humilde familia hubiera tenido que venderlo todo para sobrevivir. Preguntó por la familia que vivía antes en aquel lugar y le contestaron que seguían allí, que no se habían marchado. Entró corriendo en la casa y se dio cuenta de que la habitaba la misma familia que antes. Entonces, le preguntó al padre de familia qué había pasado y éste, con una amplia sonrisa, le contestó: –Teníamos una vaquita que nos proporcionaba leche, con la que sobrevivíamos. Pero un afortunado día la vaquita se cayó por un precipicio y murió. En ese momento nos vimos obligados a hacer otras cosas, a desarrollar otras habilidades que nunca habíamos imaginado poseer. De esta forma comenzamos a prosperar y nuestra vida cambió. Para reflexionar: La necesidad hace que los seres humanos desarrollen potencialidades que tienen escondidas. Nos podemos acomodar a lo poco que tenemos, sin descubrir que podemos ser capaces de mucho más. ¿Te ha ocurrido alguna vez que una necesidad apremiante haga aflorar en ti capacidades que no conocías?

FRACASO NO SIGNIFICA… Fracaso no significa que somos unos fracasados. Significa que todavía no hemos tenido éxito. Fracaso no significa que no hemos logrado nada. Significa que hemos aprendido algo. Fracaso no significa que hemos actuado como necios. Significa que hemos tenido mucha fe. Fracaso no significa que hemos sufrido el descrédito. Significa que estuvimos dispuestos a probar. Fracaso no significa falta de capacidad. Significa que debemos hacer las cosas de distinta manera. Fracaso no significa que somos inferiores. Significa que no somos perfectos. Fracaso no significa que hemos perdido nuestra vida. Significa que tenemos buenas razones para empezar de nuevo. Fracaso no significa que debemos echarnos atrás. Significa que tenemos que luchar con mayor ahínco. Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas. Significa que 161

tardaremos un poco más en alcanzarlas. Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado. ¡Significa que DIOS tiene una idea mejor! Para reflexionar: ¿Qué es lo primero que recuerdas cuando oyes el término fracaso? ¿Has conocido a alguien fracasado de verdad? ¿Conoces a alguien que se decidió por vivir como fracasado?

HUBO UN DÍA... Hubo un momento en el que creías que la tristeza sería eterna; pero volviste a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar. Hubo un momento en el que dejaste de creer en el amor; y luego apareció esa persona y no pudiste dejar de amarla cada día más. Hubo un momento en el que la amistad parecía no exis​tir; y conociste a ese amigo que te hizo reír y llorar, en los mejores y en los peores momentos. Hubo un momento en el que estabas seguro que la comunicación con ese alguien se había perdido; y fue lue​go cuando el cartero visitó el buzón de tu casa. Hubo un momento en el que una pelea prometía ser eterna y sin dejarte ni siquiera entristecer terminó en un abrazo. Hubo un momento en que un examen parecía imposible de pasar y hoy es un examen más que aprobaste en tu carrera. Hubo un momento en el que dudaste de encontrar un buen trabajo y hoy puedes darte el lujo de ahorrar para el futuro. Hubo un momento en el que sentiste que no podrías ha​cer algo: y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo. Hubo un momento en el que creíste que nadie podía comprenderte y te quedaste boquiabierto mientras alguien parecía leer tu corazón. Así como hubo momentos en que la vida cambió en un instante, nunca olvides que aún habrá momentos en que lo imposible se tornará un sueño hecho realidad. Para reflexionar: Nunca dejes de soñar, porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad.

LA

HISTORIA DEL BURRO 162

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal gimió fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer. Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas, que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo. Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y gimió horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra. El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra; otra palada de tierra, y el burro de nuevo se la sacudía y daba un paso encima de ella, así siguió y siguió. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando... Para reflexionar: No despreciemos a los demás. Hasta el menos hábil para algo puede ser maestro en otro arte. La necesidad, en muchas ocasiones, nos hace recursivos. En cada evento difícil podemos hallar una oportunidad para salir a flote.

PRUEBA

DE VIDA

Un científico de Phoenix-Arizona quería probar una teoría. Necesitaba un voluntario que llegase a las últimas consecuencias. Lo consiguió en una penitenciaría. Era un condenado a muerte que sería ejecutado en la penitenciaría de St. Louis en el estado de Missouri, donde existe la pena de muerte ejecutada en la silla eléctrica. Propuso lo siguiente: él participaría en un experimento científico, el cual consistía en hacerle un pequeño corte en la muñeca, lo suficiente para gotear su sangre hasta la última gota. Él tenía la probabilidad de sobrevivir, en caso de que la sangre coagulase. Si eso sucedía, él sería liberado; en caso contrario, fallecería por pérdida de sangre, es decir, tendría una muerte sin sufrimiento ni dolor. El condenado aceptó, pues era preferible eso a morir en la silla eléctrica, además tenía un chance de sobrevivir. El condenado fue colocado en una cama alta, de hospital, y amarraron su cuerpo para que no pudiera mover​se. Hicieron un pequeño corte en su muñeca. Abajo de ella, fue colocada una pequeña vasija de aluminio. Se le dijo que oiría su sangre gotear en la vasija. El corte fue superficial y no alcanzó ninguna arteria o vena, pero fue lo suficiente para que él sintiera que le habían hecho una cortada. Sin que él supiera, debajo de la cama había un frasco de suero con una pequeña válvula. Al cortar el pulso, fue abierta la válvula del frasco para hacerle creer que era su sangre la que caía 163

en la vasija. En verdad, era el suero del frasco lo que gotea​ba. De 10 en 10 minutos, el científico, sin que el condenado lo viera, cerraba un poco la válvula y el goteo disminuía. Mientras tanto el condenado creía que era su sangre la que estaba disminuyendo. Con el pasar del tiempo fue perdiendo color, quedando cada vez más pálido. Cuando el científico cerró por completo la válvula, el condenado tuvo un paro cardíaco y murió, sin ni siquiera haber perdido una gota de sangre. El científico consiguió probar que la mente humana cumple, al pie de la letra; todo lo que le es enviado, es aceptado por el individuo, sea positivo o negativo y que tal acción envuelve a todo el organismo, sea en la parte orgánica o psíquica. Para reflexionar: Quien piensa en fracasar, ya fracasó antes de intentar. Quien piensa en ganar, lleva ya un paso adelante.

QUÉ

NO HACER CON UN PROBLEMA

Una de las premisas más estimulantes para afrontar situaciones adversas es suponer que los problemas no son problemas. Grandes en algunos casos, pequeños por lo general, los problemas son simplemente desafíos inevitables que forman parte de nuestra vida diaria y que ocurren cuando lo que deseamos no es lo que obtenemos. Algo se rompe (pérdida). Un plan se desbarata por un imprevisto (sorpresa). Surge un malentendido (confusión). No nos sentimos o no nos vemos tan bien como quisiéramos (desilusión). Nos bloqueamos o nos sentimos impotentes cuando tratamos de conseguir algo (frustración). Ya sea que el problema resulte de la acción de un agente externo, de una circunstancia casual, de un error de cálculo o de una equivocación o travesura, los padres deben alentar al niño a abordar cada problema como una oportunidad de aprendizaje de vida. El objetivo no es criar un hijo que nunca hace nada mal, o a quien nunca le sale nada mal, o intervenir siempre para solucionarle los problemas al niño. La meta es criar un hijo capaz, con la disposición y la habilidad de superar obstáculos. Es muy raro que un niño no resuelva un problema sin aprender algo que antes no sabía o no podía hacer. Todos los problemas son maestros disfrazados. Y lo mejor de resolver un problema es que el proceso incluye su propia recompensa: la sensación de realización y orgullo por haber resuelto satisfactoriamente la situación. Con cada problema resuelto se conquista una cuota de capacidad que fortalece aún más la autoestima. Los padres pueden transmitir a sus hijos una visión más amplia de esta cuestión: “Cada vez que abordes un desafío en la vida, sin darte por vencido ni salir 164

corriendo, mejorarás tu manejo de las situaciones y tu concepto de ti mismo”. Para reflexionar: ¿Cómo actúas cuando aparecen los problemas? ¿Has colaborado a alguien a solucionar un problema? ¿Has hecho conciencia de la manera como se ve un problema cuando se está inmerso en él y cómo cambia su percepción cuando logramos superarlo?

SABIDURÍA

CHINA

• Aquel que conoce a los otros es sabio. • Aquel que se conoce a sí mismo es iluminado. • Aquel que vence a los toros es fuerte. • Aquel que se vence a sí mismo es poderoso. • Aquel que conoce la alegría es rico. • Aquel que conserva su camino tiene voluntad. • Sé humilde y permanecerás íntegro. • Cúrvate y permanecerás erecto. • Vacíate y permanecerás repleto. • Gástate y permanecerás nuevo. • El sabio no se exhibe, y por eso brilla. • Él no se hace notar, y por eso es notado. • Él no se elogia, y por eso tiene mérito. • Y porque no está compitiendo, nadie en el mundo pue​de competir con él. Para reflexionar: Tratemos de llevar a la vida diaria por lo menos uno de estos pensamientos cada vez y nuestro mundo cambiará.

SE

QUEMA TU CHOZA

Un día zarpó un barco a alta mar, iban 20 hombres; entre la tripulación se encontaba un fiel cristiano de quien todos en la tripulación se burlaban. Una noche estalló el cuarto de máquinas y se hundió el barco sólo éste sobrevivió al naufragio y logró llegar en un pedazo del barco hasta una pequeña isla desierta. Oraba fervientemente y pedía a Dios que lo rescatara. Todos los días revisaba el horizonte buscando ayuda, pero ésta nunca llegaba. Ya cansado, empezó a construir una pequeña cabaña para protegerse. 165

Un día se fue a pescar y a su regreso vió que se quemaba su choza. No pudo salvar nada y triste se fue a vagar la isla como sonámbulo, ya sin esperanza. El náufrago es​taba confundido y enojado con Dios y llorando le de​cía: –¿Cómo pudiste hacerme esto? –y se quedó dormido sobre la hamaca. Temprano, a la mañana siguiente, escuchó asombrado la sirena de un buque que se acercaba a la isla. ¡Venían a rescatarlo!; al llegar sus salvadores les preguntó: –¿Cómo sabían que yo estaba aquí?. Y ellos le respondieron: –Vimos las señales de humo que nos hiciste... Para reflexionar: ¿Cómo hubieras actuado tú en lugar del náufrago? Existen situaciones que no comprendemos, pero que en la vida siempre tienen un significado. ¿Buscas en una situación difícil el lado positivo de las cosas?

SECRETOS

PARA SER FELIZ

Un sabio, al ver la sencillez y la pureza de un niño, le dijo: –A ti te enseñaré los secretos para ser feliz. Ven conmigo y presta mucha atención. Mis secretos los tengo guardados en dos cofres, y éstos son: MI MENTE Y MI CORAZÓN, y consisten en una serie de pasos que deberás seguir a lo largo de tu vida. El primer paso, es saber que existe la presencia de DIOS en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes. El segundo paso es quererte a ti mismo. Todos los días, al levantarte y al acostarte, debes afirmar: “Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer”. El tercer paso es poner en práctica todo lo que dices que eres. Es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. El cuarto paso es no envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es. Ellos alcanzaron sus METAS, logra tú las tuyas. El quinto paso es no albergar en tu corazón rencor hacia na​die; ese sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes de DIOS hagan justicia, y tú PERDONA y OLVIDA. 166

El sexto paso es no tomar las cosas que no te PERTENECEN. Recuerda que mañana te quitarán algo de más valor. El séptimo paso es no maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos RESPETE y se nos QUIERA. Y por último, levántate siempre con una SONRISA en los labios; observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; AYUDA a los demás sin pensar en que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades, descúbreles el secreto para ser triunfadores de modo que también los otros puedan ser felices. Para reflexionar: ¿Qué principios estás aplicando a tu vida diaria? ¿Crees que siendo como eres y actuado como actúas serás feliz? ¿Qué crees que te falta para ser feliz?

SIN DEJAR HUELLAS Sucedió en una pequeña cabaña de Ankara, Alaska, una fría mañana de invierno. La señora Louise Dubay se halla​ba sola y su condición física era tan precaria que no podía caminar si no se aplicaba periódicamente un tratamiento de frío y calor en una pierna. La cabaña se mantenía abrigada con una estufa de carbón. Tenía muchos amigos, pero aquella mañana, por alguna razón, nadie se había acordado de visitarla para llevarle la provisión de madera. No tenía cómo comunicarse con nadie. En su desesperación se puso a orar en voz alta. Jamás había orado con tanto fervor. Pero nadie apare​ció. Finalmente, se le acabó lo último que le quedaba de leña, y el fuego se apagó. La temperatura era muy baja y la cabaña comenzó a enfriarse rápidamente, ella sabía que, a pesar de las frazadas que la protegían, pronto moriría congelada, a menos que alguien le llevara leña. Continuó orando, pero nadie apareció. Entonces hizo un tipo diferente de oración. Le dijo al Señor que si era su voluntad que muriera congelada, lo aceptaba. Estaba dispuesta a morir. En esos momentos se abrió la puerta y entró un hombre alto trayendo en sus brazos un montón de leña. No iba vestido como lo hacen la mayoría de las personas de Alaska durante los meses invernales. Llevaba sombrero y abrigo negros. Puso la leña en su sitio y encendió la estufa. Una vez que la leña prendió, puso agua en una gran tetera y la colocó sobre el fuego. Todo ese tiempo daba la impresión de sentarse de espaldas a ella para que no pudiera verlo de lleno. De pronto se dio la vuelta y salió por la puerta, para regresar con otro poco de leña. Pero ella no alcanzó a ver su rostro. Él tampoco 167

pronunció palabra. Naturalmente, la señora Dubay había quedado atónita con lo que sucedía, hasta tal punto que no podía hablar. Estaba sentada observándolo, con un vivo deseo de preguntarle si era un ángel, pero al mismo tiempo tenía miedo de hablar. Por último, le hizo la pregunta mentalmente, sin decir una palabra. Al hacerlo, el extraño se volvió, sonrió y asintió con la cabeza. Tenía un rostro tan noble, dice ella, que supo que no era de este mundo. Finalmente, él se dio la vuelta, cerró la puerta y se fue sin decir una palabra. Por un rato ella se quedó sentada, como petrificada. Hasta que al fin pensó: si es un ángel enviado por Dios, entonces no habrá huellas de pisadas en la nieve. Con gran esfuerzo se aproximó cojeando hasta la puerta, la abrió y vio que la nieve estaba intacta. No había huellas por ninguna parte. Tampoco las había alrededor ni cerca de la pequeña pila de madera que había afuera. ¡La nieve estaba perfectamente lisa! Para reflexionar: Existen oportunidades en la vida que sólo se viven una vez. ¿Cómo? No sabemos, pero se presentan.

UN NUEVO DÍA... Un nuevo día, junto al sol las esperanzas de un nuevo día brillan al amanecer. Un nuevo día, una nueva oportunidad para hacer historia. Escribe la historia de tu vida, con palabras de amor, como aquellas que Jesús un día nos enseñó. Un nuevo día, hoy tienes la oportunidad de ser mejor. Lo que hagas hoy, que sea mejor de lo que ayer hiciste. Un nuevo día, para olvidarte del conformismo y no pensar que ya lo has dado todo en la vida. Si piensas que ya lo has dado todo, solamente te estás negando la oportunidad de ser mejor. Piensa a cada momento que todo lo que hagas puede ser aún mejor, y tu espíritu de lucha te impulsará en este nuevo día por el sendero del éxito y la felicidad. Un nuevo día, en el cual el éxito toca a tu puerta. No olvides que el éxito no es una casualidad sino la recompensa para quien lo buscó y luchó por él, para quien al caer supo levantarse, para quien necesitó ayuda y supo pedirla, para quien cuando se sintió solo buscó compañía, para quien cuando tuvo duda buscó a un consejero, para quien antes de buscar ser entendido pudo entender, para quien estuvo dispuesto a empezar en cualquier momento, para quien comprendió que el amor es la fiel recompensa de amar. Para reflexionar: Aprovecha el día. No se repetirá nunca más en tu vida. 168

Las oportunidades que se te presenten hoy mañana no serán las mismas.

VUELA

ALTO

Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo. Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y él se dio cuenta de que iba a morir. En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado cómo volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso. Para reflexionar: Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir. Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importan la edad, siempre estamos a tiempo para decir BASTA, para oír el llamado que tenemos de buscar la perfección, para sacudirnos el cieno y volar ALTO y muy lejos del pantano. Abandona la vía segura y cómoda. Lánzate a la ruta incierta, llena de enigmas e inseguridades y hazlo, siéntete seguro porque Dios te acompañará y te dirá qué camino tomar.

VUELA

MÁS ALTO

Después de la segunda guerra mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo. Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de atrás de su asiento. Se dio cuenta que había una rata a bordo y que si roía la cobertura de lona, podría destruir su frágil avión. Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero. De repente, recordó que las ratas no resisten las grandes alturas. Voló cada vez más alto poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro el viaje. Para reflexionar: Si amenazan destruirte por envidia, calumnia o por lo que sea, vuela más alto. Si te critican, vuela más alto. Recuerda siempre que las ratas no resisten las grandes alturas. 169

Y

DIJIMOS QUE ESTABA BIEN

En la entrevista que le hicieron a la hija de Billy Graham en el Early Show, Jane Clayson le preguntó: –¿Cómo pudo Dios permitir que sucediera esto? Se refería a los ataques del 11 de septiembre). Anne Graham dio una respuesta sumamente profunda y llena de sabiduría. Dijo: –Al igual que nosotros, creo que Dios está profundamente triste por este suceso, pero durante años hemos estado diciéndole a Dios que se salga de nuestras escuelas, que se salga de nuestro gobierno y que se salga de nuestras vidas. Y siendo el caballero que Él es, creo que se ha retirado tranquilamente. ¿Cómo podemos esperar que Dios nos dé su bendición y su protección cuan​do le hemos exigido que nos deje estar solos? Todo comenzó cuando alguien se quejó de que no quería que se rezara en nuestras escuelas y dijimos que estaba bien. Luego, alguien dijo que mejor no se leyera la Biblia en las escuelas... la Biblia dice: “No matarás, no robarás, amarás a tu prójimo como a ti mismo”, y dijimos que estaba bien. Lueg,o el Dr. Benjamín Spock dijo que no debemos castigar a nuestros hijos cuando se porten mal porque sus pequeñas personalidades se truncan y podemos lastimar su autoestima (el hijo del Dr. Spock se suicidó). Dijimos que los expertos saben lo que están diciendo, y agregamos que estaba bien. Luego, alguien dijo que los maestros y directores de los colegios no deberían disciplinar a nuestros hijos cuando se porten mal. Los administradores de las escuelas dijeron que más valía que ningún miembro de la facultad de las escuelas tocara a ningún estudiante que se porte mal porque “no queremos publicidad negativa y por supuesto, no queremos que nos vayan a demandar (hay una gran diferencia entre disciplinar, tocar, golpear, cachetear, humillar, patear, etc.)”. Y dijimos que estaba bien. Luego, alguien dijo: –Dejemos que nuestras hijas aborten si quieren, y ni siquiera tienen que decirles a sus padres. Y dijimos que estaba bien. Luego, uno de los consejeros del consejo de adminis​tración de las escuelas dijo: –Ya que los muchachos siempre van a ser muchachos y de todos modos lo van a hacer, démosle a nuestros hijos todos los condones que quieran para que puedan divertirse al máximo, y así no tenemos que decirle a sus padres que se los dimos en la escuela. 170

Y dijimos que estaba bien. Luego, algunos de nuestros principales funcionarios pú​blicos dijeron: –Que no importa lo que hagamos en privado mientras cumplamos con nuestro trabajo. Estuvimos de acuerdo con ellos y dijimos: –No me importa lo que nadie, incluyendo el presidente, haga en su vida privada, mientras yo tenga un trabajo y la economía esté bien. Luego, alguien dijo, vamos: –A imprimir revistas con fotografías de mujeres desnudas y decir que esto es una apreciación sana y realista de la belleza del cuerpo femenino. Y dijimos que estaba bien. Y luego alguien más llevó más allá esa apreciación y publicó fotografías de niños desnudos, llevándola aún más allá cuando las colocó en Internet. Y dijimos que estaba bien, tienen derecho a su libertad de expresión. Luego la industria de las diversiones dijo: –Hagamos shows por televisión y películas que promuevan lo profano, la violencia y el sexo ilícito. Grabemos música que estimule las violaciones, las drogas, los suicidios y los temas satánicos. Y dijimos: –No es más que diversión, no tiene efectos negativos, de todos modos nadie lo toma en serio, así que adelante. Ahora nos preguntamos: –¿Por qué nuestros niños no tienen conciencia, por qué no saben distinguir entre el bien y el mal, y por qué no les preocupa matar a desconocidos, a sus compañeros de escuela, o a ellos mismos? Probablemente, si lo pensamos bien y despacio, encontraremos la respuesta. Creo que tiene mucho que ver con: “LO QUE SEMBRAMOS ES LO QUE RECOGEMOS”. Para reflexionar: ¿Cómo crees que podemos recuperar algo de lo que hemos perdido? ¿A veces, decir que sí a lo que otros plantean, es la mejor manera de obviar nuestra responsabilidad?

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Índice UNA Y OTRA VEZ Leonel Grimaldo Salazar Prólogo Amor y amistad

2 3 4 5

A los amigos Amor puro Creo en ti, amigo Di: te amo El ángel y el amigo El cielo y el infierno El cocodrilo, la mamá y el niño El conejo y el perro El niño de las lágrimas de oro La amistad es... Lecciones de amor Amigo... Estaba seguro de que vendrías Amigo… Navidad es… Seis reglas del amor Sobran las palabras Un sueño de navidad Vivir y amar

5 5 7 8 9 10 12 12 14 16 17 19 20 21 22 22 23 25 26

Dios

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Sólo Dios Carta de Dios Conexión con la guía interior Conversación con Dios Dios no se equivoca Dios nunca... Dios todavía habla ¿Dónde está Dios?

28 28 30 31 34 35 36 38 173

¿Dónde estaba Dios cuando“las torres”? El bordado de Dios El hombre ateo El juez El mejor médico cirujano El poder de la oración El reino de Dios actúa En bicicleta con Dios Ése es Dios Estoy agradecido con Dios Gracias, Señor Habla Dios La oración de una niña La pequeña inteligente La roca Las dos cajas Memo de Dios Milagros Pastel de Dios Pídele a Dios Un padre, su hijo y una subasta

La familia

39 40 41 42 42 43 44 45 47 47 48 49 50 51 52 53 53 55 55 56 56

59

Desde mi cruz Bienes invisibles Diario de un padre Carta de un bebé Cuando las heridas no sanan El significado de la palabra familia Metáfora del árbol Mi madre fue lo suficientemente mala... Mi mamá no tiene novio Nuestra madre Plegaria de los esposos Regrésame mis manitas Yo quería nacer

59 60 61 62 63 64 65 67 68 70 72 72 73 174

Persona

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Cómo conquistar al hombre de tu vida Cómo enamorar a una mujer ¿Cuántas cosas has aguantado por no decir “no”? ¿Dónde escondieron la felicidad? Es mejor perdonar Una historia de comprensión Historia de salvación Importa la felicidad La mujer… La parte más importante del cuerpo La vanidad humana Las mujeres Lo que dios piensa de las mujeres Carencia No cambies tu naturaleza No tengas miedo ¿Qué es un mujerón? Sigue el rastro a tu pensamiento Realmente somos el milagro de Dios Tu mejor cara Un ciego con luz Crecemos

Los demás

76 76 77 79 80 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 89 90 91 93 94 94 95

97

El mecánico El ratón y la ratonera El tazón de madera La mansión eterna La milla extra La rosa roja La serpiente y la luciérnaga La sonrisa Las manos que dan Liebre o tigre Lo que no usas

97 97 98 99 101 102 102 103 104 105 106 175

No se alejen Rut miró en su buzón de correo Tiro al blanco Un ángel

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Autoestima

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Vas muy a prisa Cosas que, te puedo asegurar, están sucediendo ahora mismo Cosas que pueden pasar... Crecer es opcional Cuando el cielo esté gris El malabarista en el semáforo El zapatero rico ¿Usted es rica, señora? Hoy me vi por primera vez Pablo Por lo que ignoras

La vida

112 112 114 115 117 118 119 120 121 122 123

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Recuerda… Ahora que estoy vivo He aprendido Cosas que no se compran Cómo permanecer siempre joven Cómo templar el acero... Consejos para vivir bien El mejor día de tu vida Enséñame a envejecer Fuerza y coraje La experiencia de la vida La historia de Pepe La mariposa La mejor cuenta de banco La moneda de cobre La copa de la vida La vida es… Las cosas no son siempre lo que parecen 176

125 125 126 127 128 128 129 130 131 131 132 133 135 136 137 137 138 139

Llenando el cántaro Los tres filtros Papá, sólo bebí un refresco Resentimiento y perdón Términos matemáticos Tres pensamientos Tú eres el conductor El tesoro del labrador

139 140 141 142 143 143 144 145

El tiempo

147

Antiguo consejo chino Comparte tu tiempo Cosas que no se recuperan... El tiempo no perdona La edad de los problemas Todavía no es tiempo

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El éxito

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A eso... Aprendamos de otros... Cuando todo queda para mañana De Bill Gates para los jóvenes (enero 18 de 2003) El diablo se retira El bambú japonés El florero de porcelana Empuja la vaquita Fracaso no significa… Hubo un día... La historia del burro Prueba de vida Qué no hacer con un problema Sabiduría china Se quema tu choza Secretos para ser feliz Sin dejar huellas Un nuevo día... Vuela alto 177

154 154 155 157 158 158 159 160 161 162 162 163 164 165 165 166 167 168 169

Vuela más alto Y dijimos que estaba bien

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178

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