Una Sorpresa en Cada Encuentro

June 18, 2018 | Author: Rocío Barceló | Category: Psychotherapy, Psychology & Cognitive Science, Psychological Concepts, Science, Philosophical Science
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Una sorpresa en cada encuentro. Mag. Olga Rochkovski AUDEPP Tacuarembó 1442/1210 Montevideo, Uruguay [email protected]

 “Encontrarse con el otro, implica el traumatismo de la sorpresa y el desacomodo como resultado o como dilema”. (Viñar, 1998) 1 Con este escrito me propongo dar cuenta de una situación-sorpresa que me tocó vivir en una consulta con una pareja de adictos.

El encuentro Este encuentro a pesar de que fue muy duro, incluyó la esperanza. Hay pacientes que generan como contratransferencia sentimientos muy ambivalentes de protección y rechazo, por los niveles de destrato hacia sí mismos y los otros incluido el/la terapeuta . Estos sentimientos contratransferenciales se agravan cuando no hay culpa ni vergüenza. No fue así en esta oportunidad. A través de los silencios, de los actos, de los síntomas, de las palabras, los seres humanos nos cuentan de modo cifrado sus dramas. Cuando logran hablar , surgen , a veces, historias de excesos y abusos, como en este caso. Me contaban en un lenguaje de actos, trozos de historias, forzando mi atención , mi habilidad para ayudarlos. Creo que  buscaban alguien que reconociera comunicarme .

la parte de verdad que había en lo que intentaban

Necesitaban de mi sensibilidad

para escuchar lo que querían decir y

también para ‘tolerar’ los actos que producían, para poder llegar a las llagas que tenían. Era necesario que pudiera imaginar que podía estar en lugar de esa violencia y no imaginar un vínculo con violencia.

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 Viñar, M: “Semejante o enemigo”. Ed. Trilce. Montevideo. 1998

2 Martín y Laura Martín tenía 42 años y Laura 31 años. Se habían conocido en un boliche donde Laura era moza y Martín iba a consumir. Hacía ocho años que estaban juntos. Fueron compañeros de drogas y alcohol.

 Martín:Yo consumí por más de 20 años. Si tomo cerveza, me siento muy tentado a inhalar merca. Una cosa trae la otra.

Vivían en una pequeña vivienda, ubicada en un galpón. Laura, que había aprendido un oficio con su padre, la fue reciclando. El padre de Laura fue un hombre alcohólico y violento.  Martín: De Cerro Norte pasamos a Carrasco (se refería a que pasaron de una vivienda muy precaria a una muy agradable).

Martín usaba el galpón (que le pertenecía) como estacionamiento pago y para lavado de coches. Laura trabajaba con su oficio y ayudaba a Martín en el lavado de coches. Estudiaba artes plásticas. En la tercera sesión estaban muy enojados uno con el otro. A los 15-20 minutos, Laura que estaba muy enojada, se levantó, le pidió las llaves del auto a Martín y se fue. Luego salió Martín . A los cinco minutos, escuché:  Martín: ‘Rochkovski’

Abrí la puerta. Laura había golpeado a Martín. Me quedé parada en el marco de la  puerta, en silencio. Martín volvió a entrar y luego lo hizo Laura. Aunque la violencia fue entre ellos, ocurrió en mi consultorio, por lo tanto, no me fue ajena.  Martín: Que tengo que hacer si ella vuelve a casa y rompe todo como  ya ha ocurrido? Terapeuta: Por qué romper todo lo de ustedes?  Laura: Vos sabés que yo no tengo a donde irme. Justo ahora que no  tengo un peso, me decís que me vaya.. A la casa de mi madre no me  puedo ir. Para que me vaya, antes me tenés que pagar todo lo que  yo puse en la casa y en el auto. Ahora no tengo un peso. Me tenés que dar plata y las llaves del auto.

Laura finalmente se fue.

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 Martín: Laura es lesbiana, le gustan las mujeres y es anorgásmica.  Me das el número de tu teléfono celular por si pasa algo.. Terapeuta: le doy el número, que ya tenían.

Luego se fue Martín. La batalla de ese día había terminado . Qué ocurriría luego y qué hacer después habría que ver. La cabeza me había quedado llena de sentimientos dolorosos, contradictorios. Cómo descansar luego de esa sesión? Cuando llegué a casa, Martín me había llamado. Demoré en contestar. Junté un poco de fuerzas y pensé que era mejor saber qué había ocurrido. Estaban juntos. Llorando. Laura me pidió disculpas por todo. Esa noche había llegado a su fin. La semana siguiente llamaron para confirmar la hora de la sesión.  Martín: Yo sentí mucha vergüenza y tristeza por los escombros que armamos la vez pasada.  Laura: Yo estuve tres días tirada sobre la cama porque estaba muy triste. Ese día yo estaba muy mal porque no tengo amigos y una compañera de estudios que yo creí que era una amiga, me defraudó.  Además habíamos hecho muchas cagadas en los últimos días. Consumimos. Y eso me pone muy mal.  Me pareció que vos eras como las Naciones Unidas, que no pueden hacer mucho pero que están ahí  Terapeuta: muchas veces han jugado un rol muy útil.  Martín: Yo me fui caminando. Me hizo bien caminar y pensar. Cuando  llegué , Laura ya estaba en casa y no había pasado nada.  Laura: Yo nunca tuve amigas, porque tenía miedo que mi padre abusara de ellas. Y después cuando fui más grande, la gente que conocimos en las drogas, no son amigos.  Martín: Yo tampoco tengo muchos amigos. En realidad, tengo uno que fue compañero de escuela, y que siempre estuvo limpio. Jamás consumió ni hizo ninguna cagada. Yo anduve mucho tiempo muy mal. Mis hermanos que no son ningunos santos se quedaron con todo lo que tenía mi familia y lo único que me quedó a mí es el galpón donde vivimos y trabajamos. Yo estaba tan mal que no exigí mi parte. Ahora estoy tratando de que aunque sea el galpón sea realmente mío, porque hasta a eso no quedó bien arreglado en los papeles. Por este tema, Laura se enoja mucho conmigo  porque no reclamo mi parte y porque mis hermanos abusan.

Me vuelven a pedir disculpas, me dicen que se sintieron muy avergonzados por lo ocurrido y me manifestaron que habían decidido continuar con la terapia.

4 Ter : creo que la última sesión fue muy difícil. Pero hay algo en ustedes que me hace sentir que son buenas personas que están pasando una situación muy difícil .La tristeza y la vergüenza habla bien de ustedes. Me parece que la pareja ha sido el lugar de contención para los dos en medio del desamparo y la soledad.

Me agradecen. En este fragmento clínico, está el encuentro entre ellos y yo: lo ocurrido en acto, las  pocas palabras y las vivencias en el vínculo terapéutico, en el vínculo entre ellos, y en cada uno . Mi presencia casi en silencio. En los palabras que surgieron luego, empezaron a brotar el dolor, la tristeza, la soledad, la necesidad de no sufrir, de anestesiarse a través de las drogas y el alcohol, la violencia y el abuso sufridos. En la historia de ellos, había habido muchos episodios de violencia y de dolor. El trabajo con ellos implicaba encontrarme con ‘otros’... , con códigos otros. Me obligaban a cuestionar, cuestionarme, encontrarme con mis dudas, deudas y duelos.. con la incertidumbre sin certezas, con mis sentimientos . Como diría Gomez Mango: “Diáspora del origen, que abre y sostiene la

posibilidad de traducción de un decir, con resto o enigma que propicia así el mutuo reconocimiento de la diferencia donde el otro cesa o mengua en su condición de agente fobígeno.” 2 En la consulta, siempre los pacientes son otros , pero a veces son más evidentes las diferencias, la otredad. Hacía falta poder traducir sus actos, y sus enigmas a un código compartido. El vínculo de ellos incluía drogas, alcohol y mal-trato. Las drogas fueron los anestesiantes para sus dolores, para eliminar el dolor de vivir tan mal, tan en una margen. Querían el placer sin dolor pero solo encontraban el dolor sin el placer. La violencia en la sesión tuvo una diferencia, fue en el consultorio y conmigo allí. Eran los que eran con todo el sufrimiento a cuestas. Esa diferencia, como la llamo, creo que les permitió sentirse de otro modo. Lo ‘natural’ de los ‘excesos’ no lo fue. Trajeron en acto la repetición mortífera. La puerta a otros modos relacionales aún estaba cerrada.

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 Gomez Mango, E: “ La identidad abierta” en “Semejante o Enemigo” compilado por M.Viñar Ed. Trilce, 1998.

5 “El paciente en el curso de la elaboración , al recibir de aquel a quien destina

su propia representación en forma invertida, va a comprender la desmesura de lo que sucedió y quizás pueda comenzar a elaborar lo vivido ...!”(Benslama, 2000).3 4

Residían en la paradoja de sentirse mal , de sufrir, por la hybris,  siempre la hybris, la repetición hasta la destrucción o abrir la puerta para buscar una salida aliviante. La consulta podía ser parte de esa búsqueda. Ese acto violento fue la forma de traer muchas oscuridades de sus vidas.  La forma en que yo recepcioné sus actos y su dolor les generó sorpresa, a ellos que se sentían no queridos, expulsados de muchos lugares y vínculos. Cada uno de nosotros en esos momentos tampoco sabe cómo va a reaccionar frente a situaciones que no imagina que ocurrirán en ese ámbito tan particular como es el espacio psicoterapéutico. Por eso, muchas veces he pensado que la psicoterapia tiene algo de aventura, de la aventura humana, porque es imprevisible.  En ese golpe de Lucía a Martín, había muchos anudamientos, las tramas vinculares confluían. El dolor convertido en golpe físico condensaba dos historias individuales, dos historias de vínculos familiares, y también historia social. El desenlace era imprevisible, debía ser co-creado y sería singular. Hasta que no desmontaran lo obsoleto, lo inajenable de la vida y des-aprendieran la hybris, no dejarían ese estilo de vínculo . Para poder avanzar debían “mutar” y crear la poesía que significaba cierta ruptura para que pudiese nacer la creación. Así podrían “ dar vuelta la vista atrás y ver la senda que no volverían a pasar”. Esto era lo difícil: no repetir. Así como ellos habían reciclado su habitat y Laura estudiaba artes plásticas, tenían recursos para crear .

 “El desafío era la identidad rizomática, nutrida del crisol de itinerarios y culturas múltiples”. E. Glissant (1998).5

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 Benslama, Benslama, Fethi: “ La representación y lo imposible” en “El psicoanálisis en tiempos de terror”. Apdeba, Bs. As. 2006 . 4

 Hybris es un vocablo griego no reductible a orgullo. Es mucho más, ya que el orgullo puede ser sano. Hybris se refiere a la tensión simétrica exasperada al punto de no rendirse ante la evidencia, incluso ante la inminencia misma de la muerte. 5  Glissant, E. citado por M. Viñar en ibid.

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¿La sorpresa: crisis? La consulta, y esa en particular, tuvo para ellos, el carácter de crisis. Por qué? Porque

tuvo el potencial disruptor imprevisible, aleatorio e irreversible que tienen las

crisis. Cuando una crisis desorganiza un ecosistema - el metayo- díría Bleger, estamos disponibles a la transformación, ‘ a una apertura exilante (porque no hay vuelta atrás) entre el sujeto y su entorno’. No podían seguir siendo y haciendo cómo lo habían hecho hasta ese momento. Ese encuentro produjo una cantidad de sensaciones, sentimientos, y pensamientos de un modo abrupto, inesperado, de ruptura. A partir de éste había que producir algún camino de sutura. Aún la puerta hacia delante no estaba abierta. Tenían que enterrar un modo antiguo y escribir un texto novedoso. Si ellos lograban intentar detener esa hybris, quizás podían vivir el proceso de transformación del territorio que habitaban. Seguramente no lograrían la tierra prometida, ideal, sino la posible, con sus riesgos, sus precipicios, pero con una paz nueva. Estas situaciones que nos toca atender  “constituyen puntos de intersección de

una pluralidad de rectas y curvas consistentes, la maraña de factores, todos imprescindibles para dar al fenómeno su verdadera dimensión”   (Lent, 1998).

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 Necesité poder hacer lecturas transdisciplinarias y alejarme de la inmovilidad de viejas identidades enclaustradas para generar gestos clínicos. En la intimidad de ese encuentro hubo intimidación, deslizamiento del amor al terror, destitución del principio de realidad y aparición del narcisismo primario que pide la supresión de lo distinto.. El semejante es un espejo que atrae y aterroriza: ogro o hada.

 ““Mismidad” y “alteridad” son términos solidarios y suplementarios de un proceso permanente de constitución. ¿Quién soy yo y quien es mi prójimo? Interpela al campo sociopolítico y al de la subjetividad. (Viñar, 1998)  En ese momento, surgieron miles de preguntas. Por qué yo estaba allí. Por qué tenía que vivir esas situaciones? Que me enseñaban de la naturaleza humana? Me encontraba con una situación que no se podía totalizar, que estrellaba y se fragmentaba en referencias identitarias múltiples, conflictuales.

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 Lent, C. “Transculturación y subjetividad” en Ibid.

7  “La etica es no renunciar nunca a detectar una posibilidad que no se

percibía anteriormente, por más ínfima que sea” (Badiou). 7

El proceso psicoterapéutico: un lugar para vivenciar el ‘entre’ El proceso psicoterapéutico dio lugar a lo más humano de la cultura humana: la diversidad. Y al hacerlo en un contexto de respeto y cuidado mutuo pude colaborar en la construcción de una trama vincular más saludable. Siempre estamos convirtiéndonos en los que seremos, en los que queremos ser, en los que tenemos intención de ser, en una tensión siempre constante entre el orden y el caos. Este encuentro psicoterapéutico pudo provocar un desvío en el camino destructivo de esta  pareja. . Después de esa sesión, la violencia entre ellos se detuvo. Necesité prestarme como contenedor de la pulsion de muerte, para que la pulsión de vida floreciera. Sentí la necesidad de transmitir a través de los gestos y de la palabra que “La vida es bella”, aunque a veces, parezca difícil de creer y que cada uno de ellos valía la  pena.

Bibligrafía Lent, Carmen Felicitas : “ Transculturación y subjetividad. La mutación psíquica” en “Semejante o diferente” compilado por M.Viñar. Viñar, Marcelo, compilador: “¿Semejante o enemigo? Entre la tolerancia y la exclusión”.Ed. Trilce, 1998, Montevideo.

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 Citado por D.Gil en : “ R.Antelme o la escritura de lo imposible” en la Rev. de Psiconálisis , Montevideo, 1999, No. 90-

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