Una Historia de La Vida en El C Pedro Saborido

January 17, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Una historia de la vida en el capitalismo

 

Una historia de la vida en el capitalismo Pedro Saborido

 

Índice de contenido Portadilla Portadilla Legales Cómo comportarse comportarse en el mundo mundo Mandatoss del capitalismo Mandato capitalismo Peloteross anticapitalistas Pelotero Asuntos relacionados con el el tiempo Donde hay hay una necesidad, hay un negocio negocio Relaciones laborales 1 Relaciones Nosotros y Nosotros  y lo que tenemos Comercioo textil y modas estúpidas Comerci Self service service Desviaciones Desviaci ones del emprendedurismo emprendedurismo Peloteross anticapitalistas Pelotero Relaciones Relacion es laborales laborales 2 Fantasías e idealizaciones Fantasías idealizaciones como forma de fuga Experimentos Cambios en los mercados Marketing y vida Negocios necesarios Efectos colaterales Parte de los que manejan esto No solo el capital no tiene patria

 

¿Se puede ser feliz en el capitalismo? Capitalismo sobrenatural Comportamientos maquinales Miedos. Parte 1 Miedos. Parte 2 La creatividad y la eficiencia Tecnología Anticipo de una historia de la vida en el capitalismo Tomo II La historia del capitalismo, más o menos contada

 

Saborido, Pedro Una historia de la vida en el capitalismo / Pedro Saborido. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Planeta, 2022. Libro digital, EPUB Archivo Digital: descarga ISBN 978-950-49978-950-49-7936-4 7936-4 1. Narrativa. I. Título. CDD A867

© 2022, Pedro Diego Saborido Todos los derechos reservados © 2022, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C. Publicado bajo el sello Planeta® Av. Independencia 1682, C1100ABQ, C.A.B.A. www.editorialplaneta.com.ar Primera edición en formato digital: noviembre de 2022 Digitalización: Proyecto451 Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del “Copyright”, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático. Inscripción ley 11.723 en trámite ISBN edición digital (ePub): 978-950-49-793 978-950-49-7936-4 6-4

 

 A Marlene, Dante Dante y Sofi.  Mi único trato con con el universo.

 

Escrito bajo la supervisión de: Dra. en Psicología Julia Hermida Germán Martínez César «Pichi» Rodríguez Ing. Germán Calvi Anexo histórico a cargo de la Lic. Ana Acosta Edición general: Rodolfo González Arzac Edición: Mariano Hamilton Hablado con: Ignacio Iraola Todos estos asuntos han surgido de trabajos con: Miguel Rep, Nicolás Tolcachier, Daniel Miguez, Fabiana Segovia, Mex Urtizberea, Diego Capusotto, Omar Arriaga, Daniel Santoro y Coco Silly. Silly . Quiroga, Cristian

También son cosas que se charlaron con: Horacio Granja, Pablo Prieto, Gabriel Roizman, Fabián Gaitán, Marcelo Mazzei, Caio Odorico, Gustavo Gret, Mario Couto, Pablo Mosquera, Franco Napolitano, Gabriel Rivera Bernic, Marcelo Roizman, Raúl Haase, Walter Walter Deluca, Jorge “Tata” “Tata” Arias, Pablo Hernández, Claudio Abraham, Gabriel Reches y Alejandro Montalbán

 

CÓMO COMPORT COMPORTARSE ARSE EN EL MUNDO

 El libre albedrío no existe. existe.  Pero hay hay que vivir como si existiera.

JORGE L. BORGES

Suponemos que podemos elegir la forma en que vivimos y los objetivos que les darán sentido a nuestros días. Sin embargo, hay condicionamientos que se han naturalizado hasta el punto de hacerse invisibles.

¿CUÁNTA PLATA DEBO? La mamá tiene un cuaderno en la mano. Llama a su hijo, que está boludeando con una pelota en el patio. Éste se acerca y la mamá le dice:  —Marito… ya tenés once años. Vas Vas a convertirte en un hombre pronto. Bueno… ya sos un hombrecito…  —Msssé… ¿a qué viene esto, mamá?  —Tenemos que hablar del futuro. De tu futuro. Ya  —Tenemos Ya hay que ir pensando en cosas de la secundaria, y de la facultad si querés…  —Bueno, a mí me gustaría…  —«¿Me gustaría?». Mmm… ya tenemos un problema.  —¿Por?  —Porque a veces lo que nos gusta es enemigo de lo que nos conviene. La mayoría de las veces, te diría. Seguro que alguna vez habrás escuchado a papá decirme: «Pero, Marina, sos una reverenda pragmática hija de puta…».

 

 —Sí, sí. Nunca entendí lo de «pragmática». Y no te dice «hija de puta». Te dice «Hija de remilputas». A veces agrega cosas como «La concha de tu madre» o «La concha de Bruce Willis».  —Así es. Y lo dice porque soy práctica, realista. Eso Eso es ser «pragmática». No dar vueltas, y estar más allá de deseos y valores. Pienso que hay que hacer lo que finalmente resulta.  —Bueno, pero uno puede perseguir un sueño.  —Si al sueño lo tenés que perseguir, perseguir, quiere decir que el sueño está huyendo. Y si está huyendo, es porque el sueño no quiere estar con vos. Dejalo libre al sueño. Que le cague la vida a otro.  —Está bien, pero si yo trabajo por mi sueño, puedo lograrlo.  —Estás pasado de nebulizaciones de Disney. Disney. Siempre se lo dije a tu papá. La vida no es perseguir un sueño. La vida es pagar lo que debés. Y si te sobra plata, mejor. Ahí podés más o menos darte un gusto, «cumplir un sueño…», ponele…  —¿Pero por qué me decís «pagar lo que debés»? ¿Vos ¿Vos me vas a cobrar lo que me diste?  —Nooo. Soy tu mamá y te amo. No me debés nada. Es por amor que te doy las cosas. Pero eso es una anomalía del capitalismo. En la vida puede haber mucha gente que te ame. ¿Pero cuánta?  —Podemos hacer un cumpleaños grande y probar.  —Pueden venir cien, o doscientos… Pero los que te quieren, los que te van a dar todo sin pedirte nada, no van a ser más de diez o quince.  —Bueno, son bastantes.  —Sí. Pero sirven en el caso de que puedan darte algo. Si son pobres, no te van a poder dar más que amor. Y por ahí, encima, los tenés que ayudar económicamente vos.  —Okey.. Supongamos que sí pueden.  —Okey  —Bien. Entonces, tenemos quince personas que te van a dar por amor. amor. Pero está el resto del mundo. Unos cuarenta y ocho millones de personas en la Argentina y unos siete mil ochocientos millones en todo el mundo. Son muchísimos… y son iguales en algo.

 

 —¿En qué?  —En que vos no les importás un pomo. Algunos cientos pueden conocerte. Pero son miles de millones los que no. Y por lo tanto, no te van a dar nada. Te van a cobrar todo. A esos les debés. Al resto del mundo.  —¿Pero por qué les debo?  —Porque tenés que vivir. vivir. Ahora vas a entender. entender. Dejá la pelotita, agarrá este cuaderno y anotá.  —Okey..  —Okey  —Ponele que te independizás de nosotros a los veinte años. Pero por la forma que se prolonga la adolescencia y porque te podemos bancar, a los veinticuatro. Y te damos una expectativa de vida (que se va a estirar, seguro) de ochenta y cuatro años, por decir algo.  —Está bien. Tengo Tengo sesenta años sin depender de ustedes.  —Así es. Si querés tener una vida más o menos burguesa como la que tenés hasta ahora, con o sin familia, vas a necesitar unos mil dólares por mes. Hagamos cuentas. 1000 × 12 meses (un año) Y luego: 12 000 × 60 (por los 60 años) Total: 720 000 dólares.  —¿Eso qué es?  —Es lo que debés. Es tu deuda. Vas Vas a necesitar pagar esa plata para poder vivir. Es lo básico para un burgués como vos.  —O sea: ya debo 720 000 dólares.  —Sí. Es lo que vas a necesitar para vivir. vivir.  —Pero, bueno, puedo heredar de ustedes… O…  —O podés vender merca a la salida de una misa. No importa cómo vas a conseguir la plata. A los demás no les importa.

 

 —Bueno, pero hay formas honestas…  —Los billetes son los mismos. Estamos hablando de la plata que debés, no de cómo la ganás. ¿Escuchaste hablar de las políticas de género?  —Sí. En la escuela hicimos una jornada…  —La plata no tiene sexo. El sexo, el género, son cosas de los que pagan o cobran. A un banco no le importa si sos hombre, mujer, si tenés cuerpo o cuerpa. Quiere la plata. Los que te van a permitir sobrevivir, quieren tu plata. Así que es bueno que sepas cómo son las cosas.  —Bueno. Quiero vivir todos esos años que calculaste. Y más… Así que me voy a tener que poner las pilas para pagar lo que cuesta.  —Así es. Por eso se le dice «costo de vida».  —Bueno, supongo que también puedo estar bien.  —Claro. De eso se trata. Cómo sentirse bien en esos espacios de tiempo que quedan entre conseguir la plata y pagar.  —Peor es morirse.  —Obvio. Aunque todo se vuelve más fácil. Es una manera de ahorrar. ahorrar. Al fin y al cabo, morir es dejar de pagar. Vivir Vivir es deber. La vida es un FMI que condiciona y ordena tus días. Perdón por la metáfora.  —Mamá, no me das mucho ánimo.  —No te preocupes. Vas Vas a ver que hay maneras. A la tarde hablamos de ideologías y vemos cuál podés elegir para afrontar la realidad: combatiéndola, negociando o directamente conservándola. Con una te vas a sentir cómodo. Y vas a poder ser feliz. Ya vas a ver v er..

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Seguramente ya ha sacado conclusiones de lo recién leído. No dudamos de ellas, pero ofrecemos humildemente esta otra.

 

LA DEUDA COMO EMOCIÓN, UN DIÁLOGO CON FRANCISCO BEREFIO, OBSERVADOR DE PERROS, POLLOS Y BRÓCOLIS  —Yo no voy a andar con esa boludez de «aprendamos de los animales,  —Yo que son puros y nobles» y todo eso. Nada que ver. Ahora, nunca vi a un perro reclamar una deuda o a un pollo sentirse en falta porque debe algo. Lo mismo pasa con los vegetales: no vi a un brócoli discutir por deudas.  —Así que la idea de «deuda» es solamente humana.  —Así es. Freud (pronuncia Freud, no froid) establece que uno de los asuntos que ordena la psiquis humana es el enfrentamiento entre el principio del placer y el principio de la realidad.  —El del placer está regulado por el inconsciente: y busca satisfacer pulsiones. La conciencia se rige por el de realidad…  —Sí, señor… así es. La conciencia, formateada por leyes, éticas, morales y mandatos, maneja más o menos los impulsos surgidos del principio del placer. placer.  —Entonces hay un sistema de control.  —Claro, nene… el sentido común: «ganarás el pan con el sudor de tu frente» y etcétera. La idea de que vas a tener que pagar por todo lo que tengas. Es decir, vivís en deuda. La psiquis se ubica muy bien como deudora. Muy pocos escapan a esto. La deuda condiciona gran parte de tu comportamiento. Se convierte en una parte importante de tu forma de vida.  —Estamos atrapados.  —Si querés podés verlo así. Pero hay alternativas. La indigencia o el delito, por ejemplo, que son algunas de las formas de estar, no afuera, pero por lo menos al margen del sistema. Otra: podrías no tener estos problemas siendo perro, pollo o brócoli. Pero sos una persona. Y cuando nacés, el dinero y las propiedades privadas ya tienen dueño. Así que a bancársela y seguir viendo de qué se trata todo esto.

 

MANDATOS DEL CAPITALISMO

 En realidad, realidad, lo que me gustaba gustaba de la droga era que para mí era gratis.

KEITH MOON

 Administramos recuerdos recuerdos para vivir vivir.. Y quizás eso mismo es lo que moldea lo que hacemos.

LO QUE ME GUSTA DE VOS Laura y Tomás se conocieron hace dos semanas. Están en pleno romance. Laura insistió en hacer un viajecito. Ahora están en la habitación del hotel. Tomás está cepillándose los dientes en el baño. bañ o. Laura lo abraza por detrás y muy cariñosamente le dice:  —¿Sabés qué me gusta de vos?  —Decime…  —Que me hacés descubrir cosas… Que aprendo mucho.  —¿Ah sí?  —Sí. Me encanta desayunar con vos acá en el hotel… Ir temprano. Y aprovechar. Aprovechar todo…  —Bueno, lo que pasa es que uno ya pagó el hotel, y entonces…  —Lo aprovecha, claro. Primero… llegar y dar una mirada general. Después, ver dónde están los platos. Agarrar uno y empezar a volar como un dron, como un helicóptero, como un pájaro por sobre las fetas de queso y jamón, los cereales, las medialunas…  —Ir hasta donde están los panes y poner una tostada, porque tarda y…

 

 —Claro… ¡eso Tomás! Tomás! Como la tostada tarda, hay que aprovechar ese tiempo para ir hasta el coso ese que tiene huevos revueltos y panceta…  —Y… Ahí hay que meterle, porque la panceta es cara; y eso con los huevos no lo tenés todos los días en tu casa…  —¡Sí, mi amor! ¡Sííí! Es eso lo que me encanta de vos. Que estés fijándote en eso. En lo que es más caro y lo que no es habitual en la vida de uno…  —Siempre hay que agarrar budín. Y si hay un muffin, se levanta. Te Te llevás uno de chocolate, uno de vainilla, y así…  —¡Claro! ¡Si es gratis!  —No, Laura. No es gratis. Ya Ya pagaste. Y vos podés aprovechar más. Ser más eficiente con tu gasto. La idea de que en el desayuno del hotel haya de todo es para que cualquiera pueda encontrar algo que le guste. Está hecho para eso. Pero uno puede aprovechar esa circunstancia y convertir variedad en ganancia: comer todo lo que se pueda. Y probar. Y si no te gusta, lo dejás…  —¡Eso es lo que aprendo de vos, Tomás! Tomás! El lujo de morder un escón yy,, si no te gusta, pasar a otra cosa…  —Claro. En la eficiencia y en la amortización de costos también hay lujos… Obvio que se combinan con entrarle a todo para estar bien lleno y ver si te podés saltear y ahorrar el almuerzo afuera…  —Mmmm… Ahorrarte el almuerzo o lo que me enseñaste el primer día: empezar a encanutar medialunas, pan, jamón… envolverlo en servilletas y mandarlos al bolso. Y agarrar un par de bananas, manzanas y, si hay, hay, mandarina, que es una fruta con un diseño y un packaging espectacular: se pela fácil, viene en gajos como porciones, y no mancha…  —Así es, Lauri… Hay que aprovechar el hotel. Hay que hacerle el amor al hotel. ¿Tiene pileta? Hay que usarla. u sarla. ¿Tiene sauna? Hay que usarlo. ¿Tiene jacuzzi? A meterse. Y sentirse un millonario que vive en la lujuria. Y usarlo. Lo importante es usarlo.  —¡Obvio! A mí no me gusta la pileta, ni el sauna ni el jacuzzi. Aprendí con vos a usarlo porque está ahí. Hay que aprovecharlo. No importa que te

 

guste o no. Lo importante es la amortización y la eficiencia. Esto para mí es revelador, Tomás. Tomás. Es una enseñanza muy fuerte…  —Así es… Laura. La eficiencia y la amortización. No importa si sos de usar cofia de baño… o si los shampoos o el acondicionador de pelo no son los que te gustan. El disfrute es llevárselos, como parte de esa búsqueda constante de eficiencia y amortización. Laura se queda mirándolo a Tomás en un silencio lleno de seriedad y sorpresa.  —No entiendo, Tomás… Tomás…  —Los frasquitos de shampoo, Lauri. Y el acondicionador acondicionador,, el gel bath… El peinecito de plástico, la cofia… Hay que llevarse todo.  —Pero… ¿se puede hacer eso, Tomás? Tomás?  —Claro, Laura… ¿cómo no te los vas a llevar?  —Disculpame, Tomás, Tomás, no sabía eso…  —Pero cómo… ¿No sabías que se podía? ¿O nunca viniste a un hotel?  —Eh, lo que pasa es que… yo… Mirá, Tomás, Tomás, vos me gustás mucho…  —Vos  —V os también, Laura… No entiendo…  —Es la primera vez que vengo a un hotel… y…  —Bueno, puede pasar… por ahí no viajaste mucho… o alquilaste casas. O fuiste en carpa…  —Soy extraterrestre, Tomás. Tomás.  —¿Eh?  —Soy extraterrestre. Mirá… Laura se volvió una incandescencia. Luego se tornó en distintos colores y formas energéticas, de colores y formas traslúcidas y brillantes. Volvió Volvió a su forma. Después se convirtió en Scarlett Johansson, Messi, Shakira, el Papa Francisco, Bugs Bunny, El Pato Lucas, una maceta con un potus, un recuerdo de San Clemente, un radiograbador Sanyo y después en un rayo, para enseguida volver a su forma de Laura. Hizo que el bidet se elevara, saliera volando por el balcón, pegara dos vueltas alrededor del hotel, y volviera. Tomás estaba en estado de shock. Pero Laura puso su mano en su

 

frente y le transmitió una armoniosa y sana energía llena de luz y paz. Entonces Tomás Tomás pudo recuperar recup erar la calma.  —Tomás,  —T omás, soy de otro planeta. Vine Vine con otros coplanetarios a estudiar a los humanos. Nuestra civilización está en peligro…  —Uy,, lo de siempre…  —Uy  —No tenemos naciones, ni estados… Somos seres de energía dinámica. Tenemos conciencia y alma. V Vivimos ivimos en paz y solidaridad… no competimos… solo compartimos.  —Un planeta de hippies.  —Sabemos amar. amar. Tenemos Tenemos espíritu. En eso nos parecemos. Pero hay algo que nos está llevando a la extinción. Hacemos uso de todos nuestros recursos sin tener algo en cuenta: se están acabando…  —Y… si gastan más de lo que entra… Hay que saber administrar administrar..  —Con vos he aprendido algo que quizá nos ayude a salvarnos: la eficiencia y la amortización. Fue un acierto acercarme para estudiarte. Con bastante decepción, Tomás bajó la mirada y le dijo:  —Bueno… Veo Veo que es eso lo que te atrae de mí… Pensé que…  —Tee amo, además, Tomás.  —T Tomás. Me encanta hacer el amor con vos.  —Epa… Gracias… —recupera el entusiasmo—. Vos Vos tenés lo tuyo también, ¿eh…? Ahora, disculpá… ¿Vos ¿Vos de qué sexo sos?  —En nuestro planeta tenemos cinco mil seiscientos cuarenta sexos…  —Bueno… acá estamos en la misma últimamente. Así que todo bien. Lo importante es que para mí seas Laura.  —¡Seguís viendo el lado eficiente! Me encanta. Puedo ser Laura y todo lo que quieras… Lo único que deseo es que aceptes viajar conmigo a la dimensión espacio temporal donde existe nuestro planeta, y ayudarnos en eso que dijiste… «alministrar», «albinistrar»…  —«Administrar» se dice. Mirá, puedo ir a tu planeta los fines de semana y los miércoles todo el día. Puedo ir los jueves también. Pero a la noche tengo fútbol con los pibes.  —Con eso alcanza. ¿Vamos ¿Vamos un rato ahora así conocés? En quince minutos llegamos…

 

 —Bueno, dale. Laura y Tomás salieron al balcón y subieron a una nave de energía electroprotoplasmática. Se perdieron en el cielo. A los cinco minutos volvieron a buscar unas medialunas que se habían agarrado del desayuno. Y se volvieron a ir.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Más allá de la lucidez con la que sacó conclusiones de lo anterior, puede también disponer de estas ideas:

LA ANTROPÓLOGA MARISA E. RUBINSTEIN NOS COMPARTE SUS OBSERVACIONES DESPUÉS DE VIVIR  SIETE MESES CON UNA FAMILIA DE ITALIANOS EN GERLI, LANÚS, PROVINCIA DE BUENOS AIRES (Una familia de ciento cuarenta y dos miembros, donde Marisa se infiltró haciéndose pasar por una cuñada hasta que un día pidió si los tagliatelle podían ser kosher)

 —Observando a esta familia italiana, pude ver reflejada la Teoría Teoría de Ferguson: los primeros seres humanos sobrevivieron gracias a su adaptación al aprovechamiento de lo que disponían de la naturaleza. Así, esos homínidos marcaron el sesgo de los actuales: buscar el máximo usufructo de cualquier recurso. El capitalismo se ha montado sobre esta habilidad adaptativa humana y la ha exacerbado hasta un extremo. Por eso, lo que era una habilidad humana adaptativa, pasa a ser un foco de potenciales problemas patológicos: hay dos fuerzas complementarias que nos empujan a este extremo:

 

• La culpa por el desaprovechamiento de recursos. (Ejemplo: Esto lo pagué, lo quiero usar todo. Seré un tonto o un soberbio por no aprovecharlo. Es un pecado). • El goce por el aprovechamiento de recursos. (Ejemplo: Soy eficiente. Soy inteligente. Soy precavido). Pero el extremo de pasar cualquier valoración por ese tamiz puede llegar a paralizarnos. ¿Por qué? Por idealización de la eficiencia. Siempre es probable que haya una mejor forma posible de aprovechar algo. Esa búsqueda de perfección podría llevarnos a la inacción o a la insatisfacción permanente. Entonces, la intención de ser eficientes sería eficaz para alejarnos de la felicidad.

 

PELOTEROS ANTICAPIT ANTICAPITALIST ALISTAS AS PARTE 1  Estamos vestidos de lo que pensamos.

JEAN PAUL GAUL GA ULTIER  TIER 

¿Todo lo que admiramos puede convertirse en algo para comprar o vender? ¿Es un pecado que esto suceda?

REMERAS Resulta que había una joven y un joven que estaban en un cumpleaños. La chica tenía una remera celeste con la cara del Che Guevara. Y el muchacho llevaba puesta una roja, también con la cara del Che. Lejos de sentirse avergonzados por lucir una prenda similar, se sonrieron y bromearon festejando la casualidad. Y enseguida se pusieron a charlar simpáticamente, como quien entra sin arriesgar en el conurbano de la seducción. Sin embargo, ambos, sentían una inquietud. Como algo vibrante a la altura de sus torsos. Algo entre sus remeras. Como si éstas se estuvieran mirando entre sí. Hubo como un murmullo. Y de pronto sucedió:  —Yoo creo que esto es un fracaso, la puta madre… ¡Nos convertimos en  —Y remera! —gritó el Che de la remera roja. Asombro de la chica y el chico. La imagen del Che se veía enojada. Los asistentes al cumpleaños giraron todos hacia el dúo de remeras. El Che de la remera roja insistió.  —¡Hay que entenderlo! ¡Es un triunfo del capitalismo!  —Pará, Che, pará, Che… —interrumpió el Che de la remera celeste—. Para mí no es tan así: acá estamos como símbolo principal en un producto que a su vez transmite una idea. Seguimos en pie.

 

Obviamente todo el cumpleaños se quedó mudo y sin reacción, escuchando la conversación entre las remeras.  —¡Pero nos convertimos en mercancía! ¡Nos convertimos en lo que combatimos! —insistió el de la remera roja.  —Esto es una discusión obvia, ya fue… —dijo el Che de la remera celeste.  —¡Soy el Che! ¡Tengo ¡Tengo que ser fundamentalista! —contestó el de la roja.  —Pensémoslo de otro modo. Lo que puede parecer una derrota, no lo es. El capitalismo nos tuvo tuv o que incorporar. No nos puede evitar. evitar. ¿Lo hace como un producto? Fenómeno… Pero acá estamos. Seguimos siendo memorables. Porque la memoria…  —«Un pueblo que pierde la memoria, bla, bla…». Escuchame: somos una cosa que dice 100% cotton y Made in China…  —Bien, es parte de la globalización, pero aun en ella nuestro símbolo conquistó un pilar del capitalismo: la mercancía.  —Okey,, pasamos de tomar cuarteles y conquistar el poder a tomar y  —Okey conquistar una Levi’s, en el mejor de los casos. Ni siquiera. Si tomáramos una Lacoste o una u na Tommy Tommy Hilfiger… Pero no, somos remeras sin marca, genéricas. Supongo que el próximo paso en nuestra épica será ser estampado de un slip hasta algún día llegar a un gamulán.  —Me dijeron que ya estamos en slips…  —Bien. Ya Ya me imagino cómo lucimos según estemos del lado del bulto o del ojete. ¡Esto es la derrota absoluta!  —No. ¡Es la prueba de que nuestro pensamiento sigue vivo! Estamos en sus objetos. Estamos en el pensamiento de la gente, ¡somos parte de la cultura!  —Uy,, no me vengas con «la batalla cultural…». Qué paja…  —Uy  —¡Nada de paja! ¡Tenés ¡Tenés que entender que la revolución tiene sus tiempos!  —No tengo esa paciencia…  —¡Yoo tampoco! ¡No sé lo que quiero, pero lo quiero ya! —interrumpió  —¡Y a los gritos un Luca Prodan desde la remera de otro asistente al cumpleaños.

 

 —¡No lo soñéééeeee, ehhhh, ehh…! —acotó una remera del Indio Solari. Y así comenzó una discusión de remeras de Jagger, Lenin, Frank Zappa, Charly García, Marilyn Monroe, Jesuscristo, Lennon e incluso una de Elon Musk y otra de Galperín, el dueño de Mercado Libre. Todos discutían acerca de si convertirse en merchandising era el fracaso o algo que mantenía la vigencia y la posibilidad del triunfo de una idea cuestionadora del sistema. Por suerte apareció una remera de Perón que les dijo a cada uno lo que quería escuchar, los puso más o menos a todos de acuerdo y les pidió que se callen un rato así la gente del cumpleaños se podía divertir y ser felices un rato. Que para eso todos eran remeras. Las dos remeras del Che, la celeste y la roja, finalmente amanecieron  juntas sobre un sofá-cama Gicovate.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Ya sacó sus conclusiones. Deben ser buenísimas. Pero acá hay otras.

PARTE 1: QUÉ DICE LA HIJA DEL CHE, ALEIDA GUEVARA: (Esto es verdad, son palabras textuales)

«Me molesta mucho cuando la gente usa la imagen de mi papá para lucrar —admite Aleida Guevara—, eso me parece una falta de respeto. Sin embargo, que tengan la remera muchachos jóvenes universitarios, que la lleven como símbolo de lucha, eso no está mal. Todo lo contrario, ahí lo tienen más presente, más vivo. Cuando ves trabajadores que salen a protestar y a exigir sus derechos y usan a mi papá está bien, ahí debe estar».

PARTE 2: EXPLICACIÓN DE LO ANTERIOR POR EL COMUNISTA MAOÍSTA LAO MIR 

 

 —El yin y el yang son dos conceptos del taoísmo, que son usados para representar o referirse a la dualidad que esta filosofía atribuye a todo lo existente en el universo. O sea: son fuerzas opuestas complementarias, como el peronismo y el antiperonismo, River, luzoypensamiento oscuridad, cielo y tierra, y etcétera. Según esta idea,Boca cadayser, objeto posee un complemento del que depende para su existencia, y que a su vez existe dentro de él mismo. Es decir, cada cosa es, a su vez, su contrario. Es medio raro, pero porque somos occidentales y somos más básicos… Entonces, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. El asunto de la remera del Che puede ser visto desde esta filosofía: con sus remeras, el Che ganó y perdió a la vez. Ganó porque sigue vivo y perdió porque el capitalismo lo usufructúa. En su ganancia (seguir vigente) hay una pérdida (esa vigencia sirve al capitalismo). En su pérdida (ser mercancía) hay una ganancia (sus ideas se difunden). Uno quisiera algo que no sea esta especie de empate eterno. Pero, bueno. No todo se resuelve de una. A sobarla. O todo lo contrario.

 

ASUNTOS RELACIONADOS CON EL TIEMPO PARTE 1 Cuanto más te espero, más linda sos.

CHOMPI HOUSEMAN

¿Esperar arruina un deseo? ¿O hace que las cosas sean más deseables aún?

UNA MILANESA ASÍ JUEVES 18:40  —A veces vale la pena esperar… La milanesa a la napolitana es «¡ASÍ!» «¡ASÍ!» (las manos con las palmas hacia adentro marcan categóricamente una distancia de 55 centímetros, como para dar una idea del tamaño de la porción). Y la copa helada «Mussolini», es «¡ASÍ!» (ahora la mano izquierda está con la palma hacia abajo a la altura del esternón y la derecha, igual, pero 94 centímetros arriba). ¡Es tremenda! Comen ocho. Y no la pude terminar… Ariel asintió y anotó mentalmente la recomendación de su primo, que continuó:  —Va  —V a mucha gente, Hay ojo…menú Peroinfantil tienen buenos precios. «Lagente. Vaginatta Vaginatta della Nonna» se llama. y pelotero. Mucha Pero vale la pena pen a esperar.  —Voy  —V oy a ir —dijo Ariel. VIERNES 21:00 Como para hacer algo distinto, Ariel fue con su familia hasta el restaurante que le recomendó su primo. Llegaron. Había mucha gente. Un recepcionista lo anotó en lista de espera.  —Treinta  —Trei nta minutos —dijo el recepcionista.

 

Ariel se miró con su compañera, Clarisa. Con sus ojos y un leve movimiento de cabeza ella propuso «esperemos». Los chicos se fueron al pelotero. Ellos, parados en el hall, se pusieron a mirar a la gente que comía.  —El pelado está terminando el tiramisú —comentaba Ariel en voz baja, estudiando los ritmos de ingesta de cada mesa, observando en qué etapa de la cena estaban.  —¡Uy… qué lentitud la colorada! —le escuchó decir a una mujer que estaba a su lado. lado . Era claro que «La V Vaginatta aginatta della Nonna» era un lugar con mucho éxito. Y valía la pena. Llegaba cada vez más gente. Incluso había mucha ya esperando entre las mesas del salón. Esto hacía que algunos comensales cenaran con gente parada al lado. Con braguetas y ojetes muy cerca de sus caras. Ariel comentó el hecho de que se debía comer soportando las miradas inquisitorias.  —Soportando o disfrutando —comentó Clarisa—. Mirá a la teñida de rubio esa. Cómo mira para el costado con cada bocado. Come despacio. Bien despacio. Fijate cómo deja reposar el agnolotti sobre los labios. Como lo pasea hasta las comisuras. Como lo goza, lo lame y después lo mastica bien despacio. La turra está pasándola bomba comiendo mientras los demás esperan. ¡Qué soreta la teñida! VIERNES 21:20 Siguió llegando gente. Ya Ya cubrían la vereda. vered a. Algunos ya estaban parados en la calle. Ariel miró hacia el fondo, buscando el pelotero. Vio que sus hijos todavía no habían entrado a jugar. Estaban en lista de espera. Pero se los veía tranquilos.  —Bueno, es un viernes para hacer algo distinto, ¿no? —se consoló Clarisa.  —Sí. Además, mirá toda la gente que llegó atrás nuestro… —dijo —dijo Ariel, consolándose aún más. Hablaron y rieron hasta que pasaron otros diez minutos. Ariel buscó al recepcionista para reclamarle la mesa. No lo encontró. Entonces se dirigió a

 

otra recepcionista. Tardó Tardó cinco minutos en lograr que esta le prestara atención. VIERNES 21:35  —Disculpá, me dijeron treinta minutos y ya pasaron treinta y cinco. Sabés si tengo mucha demora más o…  —Habría que preguntarle al recepcionista que lo atendió, que seguro fue Mateo. ¿Lo anoto para hablar con Mateo? Hay cuarenta minutos de demora para preguntarle.  —Pero él me dijo treinta minutos…  —No sé. Hay lista de espera para preguntarle a él. En sesenta y cinco cinco minutos le vamos a poder preguntar.  —Recién me dijiste cuarenta minutos. Ahora me decís sesenta y cinco.  —Es que sigue llegando gente… Mire… Ariel miró hacia afuera. Ya Ya se veía gente gen te que cubría toda la calle y llegaba a la otra cuadra. Vio mozos acomodando personas en la escalera que daba a otro salón en el primer piso, al que, para ir, obvio, había que anotarse en la lista de espera. Algunos mozos ayudaban a las personas mayores a sentarse arriba de la barra.  —¿Hay lista de espera para ir al baño? —preguntó irónica Clarisa.  —Sí —dijo la moza—. Y adentro hay lista de espera para hacer pis o caca. Y después lista de espera para lavarse las manos. Hay demoras.  —No entiendo por qué hay que esperar tanto para todo —preguntó Ariel.  —Eso se lo puede explicar la gerenta y administradora. La doctora Castelbach.  —¿Ah sí? ¿Y cuánto hay de demora para que la doctora Castelbach me explique?  —Es aquella que trata de pasar entre el de buzo Adidas y la señora de pulóver rosa con perlas entretejidas. Por el lado de la mesa donde está la fuente de banana split de un metro y medio. Calculo que en cinco minutos llega.

 

VIERNES 21:40  —Hola. Acá estoy —dijo la doctora Castelbach, alta, con el pelo estirado hasta lo imposible hacia atrás, atado con una cinta roja haciendo una cola larga que le llegaba a la cintura. Tenía un tailleur azul, con el escudo de «La Vaginatta della Nonna» Noncon na» todo en elrespeto, bolsillo pero… izquierdo.  —Discúlpeme, ¿me puede explicar por qué tanta espera? —preguntó Ariel, al que un empujón casi lo hace caer sobre un revuelto gramajo del tamaño de una palangana.  —Su espera es un tema de procesamiento de clientes. Nuestro éxito hace que debamos atender a tanta gente que, en la estructura de costos (local, mesas, cocineros, mozos, etc.), solo cierra si la gente espera. Y eso es así en todo el sistema. Véalo… piense en algo donde tiene que esperar.  —El médico —aventuró tímidamente Ariel.  —Tiene sala sala de espera. La única manera de que no haya espera es que saque el turno. Pero ya le asignan un horario. Ya hay una espera (la de ese horario, la del turno), y eso ya es una adecuación al tiempo.  —¿Pero podría no haber espera? —inocenteó Clarisa.  —Para que no haya ninguna espera debería haber un médico por cada habitante o, por lo menos, por cada vez que un habitante necesite una consulta o se sienta mal. Es imposible. No hay manera de financiar eso. Se aplica en todo. Piensen en cualquier cosa que necesiten o deseen… y van a ver…  —El colectivo… se espera —sumó Clarisa.  —Claro. No puede haber un colectivo por cada persona que llega a la parada. No hay manera de solventar eso. Ni Fito Páez ni Lali Espósito pueden actuar cada vez que se le ocurre a alguien. Entonces, se va a una hora, la que ellos dispongan, a un estadio. Y para entrar al estadio, ¿qué pasa?  —Hay que esperar… —dijo Ariel.  —Por supuesto. noque puede haber una puerta controlCuando ni un acomodador por cadaPorque persona vaya al estadio. ¿Se ni danuncuenta?

 

alguien desea o necesita algo al mismo tiempo que otros, tiene que esperar. El que provee el deseo o la necesidad domina. Y el que desea o necesita, espera. Esperar es una posición de debilidad. Sea pago o gratis, casi siempre las cosas se pagan con espera.  —O sea,No pagamos con tiempo —comentó  —Sí… es una cuestión de maltrato. EsClarisa. una cuestión de costos. Una de las cosas que puede provocar el éxito de algo es que haya demanda. Y eso puede generar mucha gente esperando. Los fracasos no tienen lista de espera.  —Bueno… Muy pedagógico todo… Muchas gracias, muy amable. Mejor vamos a otro lado o a casa… —dijo Ariel, resignado.  —¿Se van? —preguntó la doctora Castelbach.  —Sí… Se está haciendo tarde —dijo Clarisa.  —¡Matu! —llamó la doctora al primer recepcionista, que ahora apareció. Anotá a los señores. Ariel y Clarisa, ¿no? Para salir se van a tener que anotar en lista de espera. Cuando sea el turno, los van a llamar.  —Nooo —explotó Ariel—. ¿Cómo va a haber lista de espera para irse? Yo me quiero qu iero ir ya… ¡¡Métanse «La Vaginatta Vaginatta Della Nonna” en el orto!! Vámonos, Clarisa… Los gritos provocaron un silencio en las mesas de alrededor. Algunos de los comensales cercanos dejaron de comer y miraron. La doctora puso una mano tranquila, pedagógica y muy firme sobre el hombro de Ariel.  —Ariel… La Guardia de Infantería y Gendarmería nos informan que hay gente hasta ocho cuadras a la redonda. Están evitando que haya desórdenes y disturbios por la lógica impaciencia e irritación que puede provocar un deseo que se posterga, en este caso, cenar.  —¿Entonces? —preguntó ansioso Ariel.  —Los oficiales son profesionales que colaboran para que la espera de casi catorce mil personas para disfrutar de una lasagna o un matambrito a la milanesa sea en paz. El oficial Raimúndez nos dice que hay ochenta y cinco minutos dedemora demorapara para salir… poder salir de la zona.  —Hay —repitió resignada Clarisa.

 

 —Por su seguridad, es mejor que esperen una mesa. Se los digo con amabilidad… ¿De acuerdo?  —Bueno… bueno —aceptó tímido Ariel mientras los comensales volvieron a sus platos—. Por ahí hay más espera para irse que para que nos den —Y… mesa, ¿no? por ahí… Como atención de la casa, «en cincuenta nos sentamos» —contestó la doctora cómplice, sonriendo y guiñando un ojo mientras les señalaba pícaramente una milanesa a la napolitana gigante que estaban sirviendo en una mesa y una copa «Mussolini» que estaban comiendo entre ocho. Sí. V Valía alía la pena esperar. esperar. VIERNES 22:00 Ariel y Clarisa esperan riendo y charlando sobre las veces que fueron al médico y no esperaron, o de cuando un colectivo apareció apenas llegaron a la parada o entraron sin hacer cola a un recital.  —Mágicos momentos de la vida —calificó sonriente Clarisa. Y todo mientras degustan dos copitas de lemoncello, invitación de la casa. La aceptación y la resignación a veces se parecen y pueden ser una solución parecida a la felicidad. Los chicos en el pelotero, chochos.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN La lucidez está del lado de los lectores. Igual, hacemos un modesto aporte para aclarar (u oscurecer).

EL CONTADOR Y NEUROCIENTISTA EXPLICA EN UNA CONFERENCIA QUE OFRECE EN UNA VIDRIERA DE UN «GARBARINO», ENTRE TELEVISORES QUE PASAN IMÁGENES DE BORGES:

 

 —La guita es un factor en la forma de percibir el tiempo. tiempo. Porque la forma de percepción puede ser: • Biológica: Nuestro cerebro tiene relojes biológicos, como el núcleo supraquiasmático del hipotálamo y la glándula pineal, que controlan los cicloscuánto de sueño y vigilia aproximadamente tiempo dura (y unnos día).permiten percibir • Social: Si bien hay ritmos biológicos compartidos por todos los seres humanos, la experiencia de cada uno irá ajustando esos relojes en forma particular, según nuestras tareas a desarrollar: despertadores para ir a trabajar, horarios de transportes, etcétera, etcétera. Es decir, hay acuerdos para determinar el tiempo. Luego, nuestra circunstancia pone sus variantes: Pasa rápido cuando nos divertimos. Pasa lento cuando nos aburrimos o sufrimos. Y nos somete a la ansiedad cuando esperamos algo deseado. Según la guita que tengas: La velocidad de concreción de lo deseado es también de clase. Si se es pobre, se espera mucho. Si se tiene dinero, se espera poco. ¿Y en los casos en que todos tienen que esperar el mismo tiempo? Como, por ejemplo, un avión o la lluvia. Hasta en un avión hay clases. El que viaja en primera espera igual, pero seguro tiene un VIP donde la espera está amortiguada por el confort. Es decir, la pasa bomba mientras espera; entonces, no hay espera. Así que, desde la neurociencia, podemos deducir que tener guita está buenísimo.

 

DONDE HAY UNA NECESIDAD, HAY UN NEGOCIO PARTE 1  La gente compra compra discos de Los Los Beatles  porquee el mundo es una mierda.  porqu mierda.

JOHN LENNON

Sobrevivir es un esfuerzo. Y a veces esa energía que destinamos a hacerlo puede lastimarnos y volverse una amenaza. Pero para que nada se detenga siempre aparece una solución.

LA PLAZA Una señora de unos setenta años les da de comer a las palomas en Plaza de Mayo o algo muy parecido. Es decir, en la plaza céntrica de la ciudad. Un policía se le acerca.  —Perdón, señora. Creo que la vi ayer… no sabía muy bien si decirle algo o no. Porque vi algo raro. Estuve preguntando y…  —Les estoy dando de comer a las palomas… Es algo tierno y simpático.  —Es que ayer vi algo raro… tiene demaíz. raro una señorapedazos dando de a lasElpalomas? Es tiré algo muy —¿Qué lindo. Les tiro A veces, de comer galletitas. otro día les un alfajor Guaymallén. Pero en pedacitos muy chicos. Es tierno y simpático. Si hay alguna queja de la Sociedad Protectora de Animales…  —No es eso. Es que ayer no eran palomas las que se juntaron alrededor suyo. Era gente. Gente picoteando del piso y que picoteaba como si fueran palomas. De eso quería hablarle. De la gente como palomas alrededor suyo…  —Claro. Sí. Se me acercan.  —Pero agarraban cosas del piso…

 

 —Rivotriles. Se acercan porque les doy Rivotriles. Es algo algo tierno y simpático.  —¿Les está dando Rivotril? ¿Eso les da…?  —Sí. Se los tiro al piso. Y ellos los agarran con el pico…  —Con la boca decir…  —Sí, claro, conquiere la boca. Me sale «con el pico» porque se quedan en cuclillas y caminan y mueven la cabeza como palomas. Para adelante y para atrás. La van moviendo y dicen «Rivo-rivo-rivo…». Mi nieto me dice que a él le parecen gallinas, no palomas…  —Ah, trae al nieto a repartir medicamentos…  —No siempre. También También lo traigo a darles de comer a las palomas. Pero algunas veces viene cuando traigo Rivotriles. Aunque a veces no es Rivotril. Puede ser Clonex o Neurapharm. Pero siempre es clonazepam. Para mí es lo mismo cualquier genérico. Pero a ellos les gusta más el Rivotril. Por el gustito. El gustito ya es como una previa. Les da la felicidad de saber que la calma llega enseguida.  —Señora… no puede repartir calmantes.  —¿Qué quiere? ¿Qué les tire cocaína? Se llenaría de merqueros aspirando del piso.  —Es lo mismo. O parecido. Son drogas.  —Puede ser. ser. Pero, además de droga, también es tranquilidad. Es paz. Y hay que darle una oportunidad a la paz. Hay que darle una oportunidad al clonazepam. Porque los deja calmos como si estuvieran mirando el mar, un lago o una montaña. Por eso se acercan. Porque van a tener el mar o la montaña en una pastillita. V Villa illa Gesell o Bariloche en comprimidos. Mar Azul y San Martín de los Andes en un blíster y en el bolsillo o en la cartera. ¿No es maravilloso?  —El tema es que usted se los provee sin autorización.  —Mire. Yo Yo no los llamo. Yo Yo tiro un par de pastillitas en el piso. Y se acerca un oficinista, por ahí una recepcionista. Y después vienen más. Y empiezan a mover las cabecitas diciendo «Rivo-rivo-rivo». Bancarios,

 

cadetes, empleados de call centers. Y a veces hasta policías. Es más, pensé que usted también se acercaba por un Rivotril.  —¡Señora! La voy a tener que detener… Por suministro indebido de medicación sin prescripción profesional…  —Escúcheme, está para salvaguardar orden y Esta el funcionamiento delagente… sistema. Usted Debería entender que hago loelcorrecto. gente está sacada, rota de los nervios por la exigencia de todo el día. Piénselo: un ciudadano anestesiado es menos proclive al delito… Si yo no los empastillo un poco, pueden volverse violentos, atacar al prójimo por la calle. Incluso pueden llegar a sus hogares enojados y furiosos.  —Que vayan a un médico, él sí puede recetar pastillas…  —¡Pero cuando van ya es tarde! No estamos criados en la prevención. Vamos cuando estamos enfermos. Me tienen que q ue agradecer. Colaboro con el funcionamiento del aparato económico y productivo. Entienda lo que les pasa a las personas: ¡a mayor exigencia, más psicofármacos se necesitan! Si se estresan pueden rebelarse, o entrar en crisis y dejar de cumplir sus tareas… Mírelos… son tan tiernos y simpáticos. Debería ver cómo el escribano Cildañes me picotea el Rivotril de la mano…  —Señora, acompáñeme. La vamos a tratar bien…  —No. Déjeme…  —No la haga más difícil. A la noche se va a su casa…  —No. ¡Váyase! No me toque…  —No la voy a tocar… La oficial Cortese se va a encargar… Se acerca una mujer policía.  —Hola, señora. Venga Venga con nosotros.  —¡Eh!, muchacho, ¡eh…! La señora le habla a un joven de saco y chupines:  —Vos,  —V os, el que tiene pinta de administrador de empresas junior… La señora le muestra un frasco de mermelada vacío, ahora lleno de pastillas. Le habla como quien llama a una mascota. Canturrea.  —La abuelita tiene el Rivo, la abuelita tiene tiene el Rivo…  —¡Uy…!

 

El joven empieza a caminar como una paloma.  —Rivo-rivo-rivo… Los agentes intentan detenerla.  —Señora, por favor… La señora a llamar la gente.  —¡V  —¡Vengan, engan,empieza vengan…! ¡¡Haya paz química para todos!! La gente se empieza a acercar. Todos Todos caminan como palomas.  —Rivo-rivo-rivo-rivo…  —Aléjense, señores… por favor, favor, atrás… atrás… El policía quiere dispersar a la multitud. La oficial Cortese lo secunda. Una montonera de unos cuarenta empleados, vendedores, cadetes, etcétera, se abalanza sobre el policía, la oficial Cortese y la señora. Esta revolea algunas pastillas mientras sacude el frasco haciéndolo sonar como una maraca psicofármica. Empieza a armarse un alboroto. Hay empujones entre los dos agentes, la señora y las personas-palomas.

FINAL 1 La señora le abre el cuello del uniforme al policía y le vacía el frasco de Rivotriles dentro de su ropa. La turba entonces tira al agente al piso y le empieza a arrancar la chaqueta, la camisa, el pantalón y los bóxers con escuditos reglamentarios, dejando en estado de pánico al policía, que desnudo trata de encontrar ayuda en la oficial Cortese, que intenta en vano defender a su compañero. Aprovechando el caos, la señora huye.

FINAL 2 La señora arroja el contenido del frasco al piso, lo cual hace que todos la rodeen, llevándose por delante a los policías. La oficial Cortese, desbordada por la situación, saca su arma y, buscando disuadir a la turba, realiza un disparo al aire. asusta a la gente que, como palomas, aletear con El susestampido brazos. Entonces, como palomas también, salenempieza volandoaen

 

bandada. La señora llega a agarrarse del tobillo del escribano Cildañes, el que siempre come Rivotriles de su mano. En las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona puede verse cómo ese grupo de empleados y trabajadores vuela en bandada alrededor de la plaza, una jubilada colgando. Dan primero una vueltapor alrededor torre del con Concejo Deliberante. Luego, se los ve alejándose el cielo,de la como quien busca la felicidad, para el lado del atardecer. Se recortan las siluetas oscuras sobre el anaranjado del ocaso. Son un hermoso póster de la libertad, con esa ternura que muchas veces provoca lo vulgar.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Obvio que por quien lo anterior ha sacado Pero aquí, lasleyó dudas, acercamos otras. sus propias conclusiones.

DEBATE PÚBLICO EN EL CLUB «AMOR Y LUCHA» DE DEBATE GERLI ENTRE LA FARMACÉUTICA GLADYS HUTCHINSON Y RICKY, RICKY, UN CLIENTE QUE LE PIDE QUE LE VENDA CLONAZEPAM SIN RECETA.  —A ver, ver, Gladys… Yo Yo expreso delante de toda esta gente, acá en el club, que vivo estresado. Y que no puedo ir al médico todo el tiempo a que me dé una receta. Si estar estresado es lo normal. ¿Para qué voy a ir al médico? ¿Me explico?  —Se entiende, Ricky. Ricky. El estrés es un mecanismo neurobiológico. Lo tenemos todos desde siempre. No es nuevo. Y los animales también lo tienen. Sirve y nos prepara para una situación de riesgo, donde tenemos que atacar o huir. Antes aparecía, por ejemplo, cuando un ser humano se enfrentaba a un animal salvaje… Es decir, ante una situación peligrosa.

 

 —Sí… pero resulta que, con esta vida, la sensación de peligro la sentimos todo el tiempo.  —Así es. El estrés no es algo malo. Se vuelve malo si es cotidiano. Porque tenés miedo de no llegar a fin de mes o de quedarte sin trabajo…  —A llegar y que te descuenten, a que a los pibes les vaya mal en la escuela o entarde la vida, a que te puedan afanar…  —Así es. Vivimos Vivimos con miedo y estresados. Pasa en todo el mundo. En la Argentina, durante los últimos años el consumo de psicofármacos venía teniendo una tendencia de crecimiento del 1,35%, pero con la pandemia aumentó un 6,5%. Los que más aumentaron fueron los ansiolíticos o sedantes (9,8%), como el Rivotril o el clonazepam (Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, 2021). Mucha gente los necesita más allá de su forma de vida. Pero muchos podríamos evitarlos con una vida más armónica, donde tengamos ciertas garantías de supervivencia. Fortalecer el estado de bienestar…  —Bueno. Pero yo no puedo esperar a que llegue el socialismo o desaparezca el capitalismo. ¡Estoy estresado ahora!  —Si yo te doy la receta sin autorización, te convierto en un ser puramente adaptativo. Y yo soy farmacéutica y marxista. Necesito que trates de terminar con tu estrés, Ricky, tratando de terminar con el capitalismo.  —Puta madre… ¿Dónde está la ficha de afiliación? (Aplausos de la concurrencia). con currencia).

 

RELACIONES LABORALES 1

 Mi éxito fue un fracaso: fracaso: no sirvió para que me quieran.

CHESTERTON

 La subsistencia nos marca un camino. A partir de allí, puede decorarse con gustos y vocaciones. Sin embargo, muchas veces se le exige mucho a lo q que ue el destino puede ofrecer. ofrecer.

PEDIR TRABAJO Cerca del anochecer. Dependencia policial. Rueda de reconocimiento. Un muchacho joven, de camisa celeste, jean y mocasines está junto a un oficial. Entran los sospechosos. Casi todos tienen barba y túnica. Y una aureola circular de luz por sobre su cabeza. La subcomisaria Carrington, a cargo de la denuncia, le pregunta al muchacho:  —¿Reconoces a alguno?  —El tercero de la derecha.  —¿Seguro es él?  —Sí. Es San Cayetano. Los otros santos no sé quiénes son. Pero de ese estoy seguro… Tiene el bebé en brazos, la barba, la cosa redonda esa atrás…  —Mirá que armar una rueda de reconocimiento de santos no es fácil. No es algo habitual. Espero que estés seguro… San Jorge, Expedito, el resto… se pueden ir… San Cayetano… aclaremos esto. San Cayetano resopló un «fussfff» de fastidio.

 

 —Okey, subcomisaria, como usted diga. Pero por lo menos pido que  —Okey, este marmota cuente por qué me denunció… El muchacho de camisa celeste contestó enérgico.  —Tee denuncié porque me prometiste trabajo y me mentiste. Me  —T estafaste. lluvia… Por eso te denuncié. Me fui caminando el 7 de agosto, abajo de la  —¡Pero si yo te conseguí trabajo! ¿Qué decís?  —¡De mozo me conseguiste! Ese laburo me lo consigo yo si quiero.  —Sobámela. Es laburo. Es digno.  —Yoo te pedí algo en una multinacional de prestigio. IBM, Unilever  —Y Unilever,, Danone… Algo relacionado con el plaining o tutoring…  —Si las multinacionales tuvieran un Departamento de Pelotudos seguro te conseguía una gerencia, pero, bueno, viste cómo es…  —Ahí lo ve, subcomisaria… Encima, me agrede. Yo Yo solo busco trabajo para sumar experiencia y prestigio. Y después lanzarme como emprendedor. Pero evidentemente le tendré que pedir a otro santo.  —Hay «santo del trabajo». No hay «santo del emprendedor». Si los emprendedores pueden solos, ¿para qué quieren santos? Alguien que solo cree en la meritocracia no puede creer en Dios. Se contraponen las dos creencias.  —¿Por qué? Dios puede ayudar al que se esfuerza…  —Chupala… Si te ayuda Dios, no hay mérito completo. Lo meritorio meritorio sería que una persona arme un negocio, que Dios se le ponga en contra y que el negocio triunfe igual. Que te vaya bien contra la voluntad de Dios. Eso sería meritorio… En esa me saco el sombrero. El santo hace una pausa y susurra:  —Que pibe forro… El joven lo escucha.  —¿Por qué «forro»? ¿Porque quiero un trabajo bien pago que me permita progresar?  —El trabajo hay que agarrarlo… sea el que fuera…

 

 —¡No quiero esos trabajos! ¿Por qué ustedes consiguen solo trabajos de pobre? ¿Por qué nunca una gerencia en Apple?  —A ver, ver, nene… Es claro que con trabajos y profesiones burguesas no andamos bien. Por ahí estamos más cerca de los pobres. Los bancamos más. Aunque vecesque menodasepor las bolas que solo estemos viendo cómo ubicarlosa para caigan del sistema.  —¿Y qué otra cosa podrían hacer?  —Algo más potente, más fuerte. Imponer con el Señor una buena dictadura mística del proletariado… y a la mierda todo. Pero a la mierda en serio, ¿entendés? Pero, bueno, evidentemente no somos comunistas.  —Lo único que faltaba…  —La verdad, para mí, vendría bien un buen leninismo o maoísmo, así ponemos las cosas parejas. El asunto es que somos medio un frente, y hay de todo en la viña del Señor. Como en el Frente de Todos. Todos. A mí, lo que me toca, es aliviar los males del capitalismo. O sea, algo de peronismo tenemos.  —Obvio. Solo se dedican a los pobres. Y así está el país… Yo Yo lo único que hice fue pedir un buen trabajo, y no que me traten como a un pobre.  —Buscar trabajo es de pobre. Estar sin trabajo es un balcón sin la baranda del capitalismo. Es no estar vacunado contra el capitalismo. Es no tener un alambrado para que los perros del capitalismo…  —Yaa está… Ya  —Y Ya está… Ya Ya se entendió lo del capitalismo… La subcomisaria asintió. San Cayetano continuó:  —Bueno, pero es que hay que entender. entender. Mirá la cantidad de gente que atendemos dando este tipo de laburos más humildes… Imaginate si conseguimos trabajos que vengan con OSDE…  —Está bien, está bien… —comprendió el muchacho de camisa celeste. Voy a retirar la denuncia. Igual, te aclaro, ac laro, te voy a seguir pidiendo un buen trabajo.  —Vos  —V os dale. Quién te dice, la próxima, por ahí, aparece algo en Arcor o en elhacemos Santander. Vaparición os rezá y rezá. Porenahí, uno de estos días d ías con la Virgen nos unaVos mística tu casa.

 

 —Okey, pero que no sea como la última vez, que se quedaron tres días  —Okey, y me usaron el Netflix. El muchacho de camisa celeste y el santo se dieron la mano. La subcomisaria acompañó al joven hasta la puerta de la dependencia policial. Luego se quedó comerque unun asado con mariposa el personalsaliera policial. Hizo unSan parCayetano de milagros, comoahacer chorizo volando. Se fue un rato después de las doce.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Sabemos que sacó sus conclusiones. Igual, humildemente, ofrecemos estas.

CLARISA FRANCKFURT, ANTROPÓLOGA BLINDADA, Y ADELMAR O’HIGGINS, PSICOPEDAGOGO COMPRENSIVO, CHARLAN SOBRE EL MUCHACHO QUE LE PIDE TRABAJO A SAN CAYETANO.  —Clarisa, veamos si podemos comprender este tema.  —No sé. El estúpido este arranca olvidándose de lo primordial, la subsistencia. Y va a pedirle trabajo a San Cayetano, recostándose en una de las drogas de nuestra sociedad: el prestigio.  —Esto es porque necesita reconocimiento. Hay que comprenderlo.  —Hay que comprender que es un forro que necesita reconocimiento a partir de su función en el aparato de producción. Es decir, no le importa dejar su plusvalía a la patronal. Le interesa el cargo que pueda ostentar como capital social.  —Bien, entiendo, Clarisa. Pero es solo una víctima más del sistema. Hay que comprenderlo.

 

 —Lo que se puede comprender es su parte de víctima. No la de cómplice. Alentar cargos y posiciones dentro del capitalismo es fortalecerlo. Quien solo busca tomar posiciones en el escalafón de valores propuesto por la clase dominante es parte de ella. El prestigio de una posición laboralasí, es Clarisa. una trampa.  —Lo han educado Hay Es quedroga. comprenderlo.  —Mirá, nene, si querés comprender cómo lo educaron de niño, comprendeme esta (hace gesto obsceno), que está sola y sin cariño.  —Bueno.

 

NOSOTROS Y LO QUE TENEMOS

Uno más uno no es dos. Uno más uno es uno.

PETE TOWNSHEND

¿Hay una parte esencial y otra circunstancial? ¿Somos una persona o algo que necesita de otras cosas para terminar de sentirse algo?  Las dos cosas pueden ser una fantasía a desarmar. desarmar.

TODO ES DROGA PARTE 1 Es verano. Todavía está amaneciendo. Quedaron en encontrarse en una esquina. Lucrecia y Martín llegaron cada uno por su lado, con sus bolsitos. Martín, obvio, llegó con sus lentes para sol puestos.  —Holaaaaaa, ¿qué hacéees? —saludó Martín, estirando afablemente vocales.  —Hola, buen día. ¿Cómo estás? —respondió cálida Lucrecia.  —Y… bien, ¿o te cuentoooo? ¡Ja, ja, je!  —¿Estás contento que viajamos?  —Seeeeeh… ¡Obbbbvvvveo!  —Vamos  —V amos a pasar unos cuantos días con este tipo. Ya Ya lo vas a conocer conocer.. Es una sorpresa. Vas Vas a ver que te va a hacer bien. Vienen también Mora, Leo y Damián. Es la segunda vez que ellos van.  —Y sííí… se nota que ellos están mucho mejor… En cambio, yo… —  dijo melancólico Martín. Está difícil este asunto con los Ray-Ban.

 

 —Yo creo que no es nada más que los Ray-Ban. Me parece que la  —Yo campera Ciloc también te influye…  —¿Seee? ¿Te ¿Te pareceeeh?  —Hubo presiones para retirarla del mercado. Pero, como nunca hubo casos graves… Para mílos queRay-Ban… es la combinación, se potencian. Pero, claro, vos sentís que son más  —¡Obbbbveeeeeo! Escuchameeee… ¡No me los puedo sacaaaar! ¡¡¡Me encantan y no me los puedo sacaaaar!!!  —Le pasa a mucha gente. Los lentes de sol, los distintos modelos, dan aspecto de tipo de mundo, con roce. De fortaleza. Dan personalidad. Por ahí sentías que tu cara daba persona ingenua, inocente… y hasta medio idiota. Pero los Ray-Ban te mejoran la cara…  —Y la actituuuud…  —Sí. Porque podés parecer una persona con mucha plata. O un tipo recio. O un narco, si querés… A vos te pegó por el lado de sentirte piola y canchero…  —¡Obbbbvvvveo!  —Por eso te hiciste adicto. No te podés sacar los lentes nunca. Vos Vos ya sos los lentes. Aunque te provocan trastornos en el habla. Estirás vocales, como mostrando tener calle y ser afable a la vez…  —Quéeeeee sé yo… hay algo de eso.  —Hay que entenderlo. Muchos objetos que consumimos nos dañan el comportamiento. ¿Fuiste al casino alguna vez?  —Seeee… me encaaanta…  —El casino y el bingo tienen todo diseñado como para que te sientas bien, siempre con ganas g anas de seguir, de probar, de arriesgar, de ir por más. Es «cocaína ambiental». Así como una catedral o una torre de una multinacional están diseñadas para que te sientas mínimo, el casino es para que te sientas «más». Los Ray-Ban son «cocaína anteojoril». Los vas a tener que dejar…  —Uh, nenaahhh… Parecés un pastoooor…

 

 —Disculpá… Pero yo pasé por esto. Sé qué es la «cocaína automotriz». Tuve una Hilux… Por eso sé cómo un producto te puede cambiar y convertirte en un ser despreciable. Puede ser una Hilux, un Rolex, unos habanos Cohiba, o cualquier mercancía que logre perturbar tu forma de ser, de comportarte…  —Y sííí, así es… —agregó reflexivo Martín—. Toooodo te puede cambiar la personalidad, la vida, si no lo manejás bien. Toooodo, toooodo puede ser droga y… Una bocinita ridícula interrumpió a Martín. Lucrecia miró y se asombró.  —Oia… el escarabajo celeste… ¿Me parece a mí o viene manejando él?  —¿De qué habláaaaas?  —Ahí viene… el Volkswagen Volkswagen celeste… el Escarabajo… ¡V ¡Viene iene manejando el Pepe!  —¿Quiééén?  —¡Viene  —¡V iene manejando el Pepe Mujica!  —¡¡¡Uh, seee!!!… el que era presidente de Uruguay, Uruguay, ¿nooo? El que se viste como un linyera… ¡Qué caaaaapo! ¡Pepe Mujiiicaa! ¡Vamoooo! ¡Vamoooo! El Volkswagen Volkswagen celeste se estacionó delante de ellos.  —Buen día… ¡bien de bien! —saludó Pepe desde la ventanilla. Luego entrecerró los ojos (o empezó a dormirse) y dijo:  —O lográs ser feliz con poco y liviano de equipaje, porque la felicidad está adentro tuyo, o no lográs nada…  —¡Es lo mismo que dice en el videoooo de Instagraaaam! ¡Por Dioooos! ¡No lo puedo creeeer! —gritó exultante Martín.  —Esta era la sorpresa… —aclaró Lucrecia—. Nos vamos a vivir un mes con el Pepe Mujica… A la chacra de él, en el Cerro… En Uruguay…  —¡Uruguaaay! ¡Hermooooso! ¡Vamo’ ¡Vamo’ Buquebúuuus!  —¡Qué Buquebús ni Colonia Express! Vamos Vamos por Gualeguaychú y Fray Bentos… —aclaró enérgico Pepe Mujica.  —Pero… atenti que son como seiscientos kilóooometros, no es  jooooda… preocupó Mujica —se lo miró serio y Martín. le dijo:

 

 —O lográs ser feliz con poco y liviano de equipaje, porque la felicidad está adentro tuyo, o no lográs nada…  —Okeeeey,, okeeeeey —aceptó Martín, entendiendo que no debía irritar  —Okeeeey a Pepe. Y se subió con Lucrecia al Volkswagen. Volkswagen. Se tuvieron que apretar. Porque con tres más: Mora, Leo y Agustín, los que iban ya por segundaPepe vez. venía Arrancaron.  —Esta no es una apología de la pobreza… ¡Es una apología de la sobriedad! —fue diciéndoles Pepe cada quince minutos, dando ánimo, ya que iban apretados y no pasaba de los sesenta kilómetros por hora. Así que habrá dicho eso unas cincuenta y seis veces. Después de catorce horas, con seis paradas para comprar pan, salame y queso, cargar termos, dormir dos siestas y empujar el Volkswagen en tres subidas, llegaron a la chacra. Martín estuvo un mes, siempre con sus Ray-Ban puestos, viviendo con Pepe Mujica, su esposa Lucía y el resto del grupo. Todo el tiempo con los perros y las gallinas siguiéndolos por todos lados. Las simples actividades se sucedían. Cargar termos para mate mientras Pepe les hablaba. Pelar y comer mandarinas escupiendo la semilla en una maceta mientras Pepe les hablaba. Arreglar el gallinero mientras Pepe les hablaba.  —Inventamos una montaña de consumos superfluos…  —¡Qué maeeeeestro! ¡Igual que en el video de Instagram! ¡Cuánta verdaaaa! Podaron la parra. Limpiaron el fondo y quemaron los yuyos. Les dieron de comer a los perros. Y aprendieron a hacer cosas como: Una maceta con un balde rajado. Un vaso cortando una botella de plástico. Una parrilla con un elástico de cama viejo. Un aire acondicionado poniendo bolsas de Rolitos delante de un turboventilador Liliana.

 

Un jacuzzi con un bebedero de chanchos y seis sifones (después lo mejoraron usando dos garrafas). Entre burbujas, el Pepe les hablaba.  —Los objetos, la mercancía que consumimos, es droga. Y no la usamos. La mercancía usa a nosotros. que somos otrosacuando usamos. Y esonos es porque dejamosPensamos de ser nosotros. Pasamos ser la la mercancía que vive y se expresa a través nuestro. Pepe les enseñaba que había que minimizar el consumo y, así y todo, se podían vivir lindas experiencias: Armaron un avión biplaza con un catre, dos tablas de planchar y tres aspiradoras funcionando en línea. El primer día el aparato apenas pudo volar seis metros (un poco más que la autonomía de vuelo de una gallina). Entre otras cosas, porque el alargue para enchufar las aspiradoras era corto. Pero en un segundo día le pusieron más metros de cable y Pepe y Martín volaron como sesenta metros y se la pusieron contra una boya en el río. Fueron varias semanas así. Escuchando. Disfrutando de lo simple. Hasta que una noche, mientras muy despacio rescataban a un pollo que había quedado trabado con la cabeza entre los rayos de la rueda de una bicicleta vieja, Pepe le dijo a Martín:  —Sacate esos lentes que es de noche. No seas ridículo. Y Martín, sin darse cuenta, se los sacó.  —Tenés  —T enés razón, Pepe —dijo Martín. Sobrio y sin estirar ninguna vocal. Pepe lo miró y le dijo:  —Volviste  —V olviste a ser el de verdad. Mañana te vas. Y al otro día, muy temprano, todo el grupo lo acompañó hasta la parada del ómnibus. Pepe fue en su trineo tirado por gallinas, a las que había entrenado para que fueran al trote cacareando temas de Jaime Roos. Martín fue atrás, ya sin sus Ray-Ban, sintiendo que el sol ya no le molestaba.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN

 

Seguro que sus conclusiones de lo que leyó son lúcidas y brillantes. Humildemente, ponemos a disposición estas otras.

ROBERTO PENSILVANIA, DUEÑO DE UNA CASA DE REGALOS, LE EXPLICA A UNA EMPLEADA POR QUÉ SU TRABAJO ES UNA MISIÓN.  —¿Tenemos que hacer feliz a la gente?  —¿Tenemos  —Y,, aunque sea un rato. Mirá, nena… cuando los niños están en la  —Y época del destete, se aferran a algún objeto (por ejemplo, un muñeco, una almohada, un pedazo de lana, o cualquier objeto físico) y lo llevan a todas partes. Donald Winnicott, psicólogo y psicoanalista del desarrollo infantil, lo llamó «objeto transicional». El coso este le sirve al pibe o a la piba para bancarse la distancia que impone la madre con el destete. Así se hace independiente emocionalmente.  —Esto pasa con muchas boludeces que la gente compra de grande.  —Ahí aparece el fetichismo, que es una admiración exagerada hacia una persona o una cosa a la que se le otorgan unas virtudes extraordinarias. Marx se refiere al lugar que ocupa el fetiche en el capitalismo. Le dice «fetichismo de las mercancías». Y ahí es cuando habla de las relaciones entre los hombres que solo se entienden en función del intercambio de mercancías y de cómo deviene la valoración de una persona, que crece según la mercancía que detenta. Más deseada es la mercancía que tenés, más valés.  —Entonces la persona esa se siente mejor. mejor.  —Hay una relación entre consumo y autoestima. Y a veces aparecen adicciones que pueden tener origen en el vacío emocional que se presenta por la autopercepción de que se tiene poco valor como persona.  —Ahí aparece la falopa, que ayuda en ese vacío emocional.  —Claro. La falopa, una actividad, un prestigio… ¡O algo que comprás! Eso llena ese vacío y da una sensación de placer; y la persona aumenta

 

su autovaloración.  —La persona se siente más pistola.  —Así es. Pero el vacío nunca se llena. Es momentáneo. Como el efecto de la falopa. Entonces tenés que volver a usar, mostrar o directamente comprar Voy más.  —Bien. V oy entendiendo.  —Ahí entró un tipo con cara de ansioso y angustiado. Andá, vendele algo así se va feliz. Esa es nuestra misión.

 

COMERCIO TEXTIL Y MODAS ESTÚPIDAS JEANS ROTOS, CULOS Y NADA Como protesta al colorinche y la pretenciosidad de la moda londinense en los 60, empecé a usar un mameluco blanco, una antimoda. Obviamente, se puso de moda.

PETE TOWNSHEND

¿La moda sirve para sentirnos de otro modo? ¿Para excluir o  pertenecer? ¿Es solo un disfraz? ¿O quizás apenas se propone crear crear descartabilidad en las prendas y, y, así, empujar a los consumidores a la renovación de su vestuario?

A continuación, la crónica de la visita a tres emprendimientos relacionados con la moda en el vestir, que pueden acercar algo similar a una respuesta a aquellas preguntas.

1. SOBRE LOS JEANS ROTOS  —Uno se puede imaginar que en las fábricas de jeans rotos tienen a un gordo descuidado poniéndose y sacándose pantalones, pasando entre mesas y banquetas de hierro mal terminadas de cervecería artesanal, bailando salsa entre alambres de púa, revolcándose entre escombros, frotándose contra paredes de esas que tienen salpicré o revestimientos de vidrio molido. ¿Se hace así esto? Sí. Y el gordo soy yo —comenta Carlos Frentile mientras hace círculos con su trasero contra una pared sin revocar. Frentile es procesador de jeans prelavados, gastados o rotos, que asegura cobrar un 10% del precio de venta por el valor agregado de «uso y deterioro» de cada jean. No trabaja solo.  —Tengo  —T engo personal femenino y masculino, según la prenda y el talle. A veces hay más trabajo y a veces menos. Pero desde los 80 para acá nos mantenemos.

 

Frentile comenta que la moda llegó a «medias negras de red rotas» para chicas rock-glam-fatales. Su proyecto está basado en la moda, pero busca trascenderla.  —Estamos extendiéndonos a todo tipo de artículos: lavarropas Eslabón de Lujocasas gastados, una línea sin de autos Ford Fiesta con un farolde roto puerta, prefabricadas una pared. Estoy convencido queo sin esa una sensación de rebelde y superado que da lo roto puede llegar a la salud, por lo cual estamos diseñando tomógrafos computados despintados y con cortocircuitos. La gran paradoja de la ropa rota es que aquello que era vergonzoso y se quería ocultar, una rotura, se convirtió en un producto.  —Básicamente da una cosa antisistema. Porque va contra la elegancia conservadora y contra el mandato de «cuidar» y «no romper» un objeto. Vender algo roto hasta ahora funciona en la ropa y en alguna que otra guitarra eléctrica o bajo. O sea, cerca del rock. Es decir, que su motor es la rebeldía, las drogas o la idiotez, que a veces se cruzan y muchas se parecen.

2. UN CATÁLOGO DE CULOS  —Existe la moda y tenemos distintas ropas porque es lo único que podemos cambiar rápidamente de nosotros mismos. Salvo el pelo, la gente no puede modificarse mucho. Puede bajar o subir de peso, hacer gimnasia, hacerse una operación de cirugía estética. Pero eso lleva tiempo. Estamos condenados a nuestro cuerpo, por lo menos en los cortos plazos. Pero pronto podremos no solo cambiar de pollera o pantalón; además vamos a poder cambiar de culo —asegura la doctora Jennifer Tamborini, Tamborini, modista y cirujana.  —La ciencia avanza en todo sentido y también lo hace en el terreno de la pelotudez. Con la evolución de la genética y los desarrollos en autocirugías plásticas exprés, cualquier persona podrá cambiarse de ojete hasta tres veces por día, disponiendo así de uno para cada ocasión: • Culo para ir a trabajar.

 

• Culo para hacer deportes. • Culo para ir a cumpleaños de quince. • Culo elegante sport. • Culo para Bar-Mitzvá. •• Culo Culo «casual». de entrecasa. • Culo para tener una reunión con Beatriz Sarlo. • Culo para ir a la AFIP. • Culo de domingo. • Culo de sábado por la noche.  —Este sería nuestro primer catálogo. Hay muchos culos en proyecto, como culos para bailar salsa, culos para ir a la universidad y, en los mundiales, culos para alentar a la Selección. La doctora Tamborini insiste en no olvidar que el culo es algo muy valorado, sobre todo en la cultura latina, donde el 75% del repertorio musical está dedicado a hablar de cómo se mueve esta parte del cuerpo, con letras que hablan de «cómo lo mueve», «sacúdelo», «mira cómo lo agita, ay,, ay, ay ay, ay». Puede ser que, distraídos en la fascinación por el movimiento de glúteos, muchos de estos países que bailan salsa y merengue sean invadidos por marines norteamericanos en algún momento. Pero ese es otro tema.

3. NADA  —Después de proyectos como pantalones con cotorras que asoman su cabeza por la bragueta, medias de gelatina que se pueden comer de postre, Mirtha y Tito Jeancartier nos hablan de su idea más osada. Arranca Mirtha:  —La ropa puede ser distinta y cada persona puede tener su gusto. ¿Qué es lo único, entonces, que nos une a todas y todos? Que la ropa te la hacés o te la comprás. La gran mayoría la compra. Y eso es lo que nos une a todos: el momento de la compra.

 

 —Es decir, decir, la ropa nos divide y la compra nos une. Por eso estamos buscando imponer la «no-ropa» —cuenta ahora Tito, mientras nos hace pasar a su local de venta de «no-ropa». Perchas solas donde nada cuelga, estanterías vacías. Probadores donde la gente se saca la ropa y se mira desnudo al espejo. Los clientes pueden comprar «no-poleras», «no-bombachas» o «no-calzoncillos». La gente paga y sale del local con una bolsa vacía o en bolas, si es que decide llevarse puesta la «no-ropa». Entusiasmados, Mirtha y Tito nos muestran cómo, durante el día, vendieron por Mercado Libre tres «No-ropas». Ya Ya pagaron 50 dólares por un «estar en concha» y dos por un «estar en pito». Obviamente, la gente pagó y se le envió una caja vacía. Tito comenta:  —Este producto es absoluto. La nada es siempre igual a sí misma. No tiene fallas ni se mancha ni se encoge al lavar. Mirtha, mostrándonos una «no-chomba Lacoste», concluye:  —Lo mejor de todo es lo fácil que es decidir cuál prenda llevar: la nada es una sola. Esto permite cubrir una necesidad que mucha gente tiene: comprar. Comprar sin la carga de elegir o decepcionarse con el producto. Porque comprar es también una necesidad. Y entonces puede haber una moda para satisfacerla. Ahora nos vamos juntos del local. Llueve. Nos venden un «noparaguas» a precio de costo. Lo compramos y, claro, nos mojamos. Pero nos vamos felices por el descuento.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Ofrecemos estas ideas más allá de las seguramente brillantes que usted ya tiene sobre este tema.

 

ENTREVISTA CON ADRIANA SHAPIRO, DOCTORADA COMO ENTREVISTA SOCIÓLOGA EN OXFORD Y A CARGO DE LA CÁTEDRA «PEOPLE ARE BASICALLY STUPID» («LA GENTE ES BÁSICAMENTE PELOTUDA») EN CAMBRIDGE. Adriana arranca:  —Yaa el filósofo y sociólogo Georg Simmel desarrolló un concepto clave  —Y para entender el fenómeno de la moda y lo imbécil que es la gente: ser iguales a otros y, a la vez, diferenciarse.  —Paradójico.  —Paradójico y pelotudo, diría. Vestirse Vestirse de una manera para pertenecer a un universo simbólico que le dé constancia de su existencia, además de sentir la seguridad de no estar solo. Mimetizarse con un grupo social al que se obedece y, al mismo tiempo, sentirse diferente.  —Y la moda satisface ese deseo.  —No satisface una mierda. Si nos ponemos estos lentes de ver lacanianamente, es decir, desde la óptica de Lacan (se pone unos anteojos de marco verde flúo, con lentes «culo de botella») lo que veo es que el deseo no se puede satisfacer nunca. Porque tiene que ver con «lo que falta». Nadie desea lo que ya tiene. El deseo es un faltante.  —Pero, ¿y el hambre? Uno puede desear comer. comer.  —No seas forro. El hambre es una necesidad. No es un deseo. Lo jodido es eso. Confundir un deseo con una necesidad. La necesidad se satisface. El deseo no. Porque cuando se le da lo que deseaba, el deseo sale a buscar otra cosa que q ue desear.  —Porque siempre falta algo, entonces siempre va a haber otra cosa por desear. La moda es eso. El deseo de diferenciarse de unos y ser como otros es un deseo que nunca se satisface.  —Oh… cuánto disturbio mental.  —Sí. Y esa gente vota…  —Perdón, ¿se refiere  —No me hagás hablaral hablar. . voto calificado?

 

SELF SERVICE

Todo el día trabajo de tonto, hasta que tú me atiendes y soy un rey.

ROGER DALTREY

 Para acercarse a algo de moda o considerado moderno, para evitar esperas y ansiedades, por gusto o por curiosidad, muchas veces se apela al autoservicio.

COFFEE Un joven ejecutivo de traje y barbita entra por primera vez a un local de «Stratenback Coffee Store and Shop and Vending». «Voy a probar», piensa. Se sienta a una mesa. Entonces se le acerca una empleada con uniforme beige, delantal y gorrito negro y, sobre el bolsillo del lado del corazón, el cosito ese que va con un alfiler y tiene el nombre: «Jorgelina».  —Hola, buenos días —saluda «Jorgelina» junto a la mesa.  —Hola. ¿Tenés ¿Tenés el menú? —intenta decir el ejecutivo.  —Disculpá, pero vine hasta acá nada más que para decirte que tenés que hacer el pedido en caja. Es «self service…».  —Okey —dice el joven ejecutivo y se va hasta la caja. Ahí duda entre pedir un Mocaccino Latte o un Mocalatte-Ccino. Piensa un momento en un Frappolate Peppu, pero se decide por un Peppolatte Frapo-Poppa.  —Bien —le dice «Jorgelina» después de cobrarle—. Acá está el ticket. Allá tenés azúcar, edulcorante, canela y chocolate rallado. Si querés leche fría, tenés ahí. Y si querés la leche caliente, allá está el microondas. ¿Y ves

 

donde está la señora? Ahí está la máquina para hacerte el café. Hay que tener cuidado porque te podés quemar. Entonces el joven ejecutivo fue hasta la máquina, pero antes tuvo que proveerse de vasos para llevar. Entonces le dijeron que fuera al depósito. Ahí otros le informaron que no había vasos. Que en diez minutos llegaba el camión de los proveedores. Entonces esperó y ayudó a estacionar el camión…  —Un poco más, dale para atrás, girá para tu lado… dale… ¡Bueno! Dejalo ahí. … ayudó a descargar las cajas, las acomodó en las estanterías, abrió una caja, agarró un vaso mediano, volvió al local, fue a la máquina, se hizo el café, calentó la leche, se sirvió canela, cinamon, coco, jengibre, sal del Himalaya, heno de Pravia y edulcorante. Pero no encontró palitos para revolver. ¿Y ahora cómo se hace para revolver? Ahí se calentó. Y fue hasta la caja.  —Perdoná, «Jorgelina». Pero no hay palitos para revolver. revolver. ¿Los voy a tener que ir a buscar? ¿Me los tengo que fabricar yo? Porque acá uno tiene que hacerse todo. Desde el café hasta agarrar los vasos. Y después, obvio, llevar lo que queda de basura con la bandejita y las servilletas sucias hasta el cesto ese de plástico. Si yo vengo y pago, manga de hijos de puta. ¿Por qué tengo que hacer todo yo? ¿Qué soy? ¿Empleado de esta empresa?  —Ahora sí —le dijo «Jorgelina». Entonces el joven ejecutivo se miró en un gran espejo que cubría la pared de un costado. Y vio que no tenía puesto su traje. Ahora llevaba un uniforme beige, delantal y gorrito negro, y sobre el bolsillo del lado del corazón, el cosito ese que va con un alfiler y tiene el nombre: «ogaitnaS» («Santiago» en el espejo).  —Pero yo me llamo Matías —dijo resignado el joven ejecutivo.  —Acá no —dijo «Jorgelina», que en realidad se llama Nancy. Nancy. Luego ella le contó que era normal esto que le había pasado. Que ella es técnica en radioterapia y fue a tomar un Moccacaca Lattepepe Popotito y le ocurrió lo mismo. Pero que en dos días ella ya se podía ir porque son

 

trabajos quincenales y lo único que hay que hacer es cobrar y limpiar un poco. Obviamente, se tienen que mandar el telegrama y despedirse ellos mismos.  —Bueno. Pensándolo bien, ser empleado acá me suma —concluyó «Santiago»—. Si en el supermercado voy agarrando y sirviéndome de las góndolas, peso yo mismo la fruta y hasta me autocobro con la tarjeta en una máquina. Y los trámites en el banco y el manejo de las cuentas también los hago yo. Aprendo cosas nuevas y colaboro con la eficiencia de una empresa. ¿Qué tiene de malo?  —En el futuro, Nike nos va a hacer fabricar las zapatillas que compremos y Galeno o Swiss Medical nos van a proveer todo para autooperarnos de apendicitis si hace falta —agregó «Jorgelina».  —Así es. No depender de nadie para hacer las cosas. Aprender a hacer las cosas solo. Aprender a que uno está solo —dijo «Santiago» semisonriendo y semifeliz, dándole un sorbo a su Frappuccino Frepaso Latte Letto y Litto—. Y después se limpió la espuma del bigote. Él mismo, sin ayuda, con una servilleta.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Puede disponer de estas conclusiones, más allá de las que ya haya sacado con su habitual perspicacia.

DOS MUJERES HABLAN DE UNA NOVELA MEXICANA.  —El otro día vi una novela mexicana, Pasiones prohibidas mientras leemos a Max W Weber eber, donde la protagonista, Alicia, antes de besarse con Roberto, le comenta que Weber dice que el capitalismo es, ante todo, una mentalidad, no solamente la persecución de algunos beneficios.

 

 —¡Sííí! La vi… Ese tal tal Roberto le contesta que el capitalismo es, ante todo, un espíritu cuya esencia es ampliar cada vez más los beneficios a partir de la utilización racional, calculada y metódica de los medios de producción.  —Así es. Por eso estos lugares de autoservicio son una reversión de ideas igualitaristas. Una pequeña revolución sobre mínimas monarquías.  —A ver… ¿Cómo es eso?  —Ser clientes en un bar o en un restaurante tradicional, donde se es servido, es ser reina o rey por un momento. Ser una o un monarca por un instante. Se retrotrae incluso a la infancia, al ser constantemente atendido, también.  —Entiendo. Por eso Alicia le dice que «en estos lugares se termina con esa monarquía mínima. El cliente y el empleado están muy cerca de estar en un plano de igualdad».  —Claro. Tomando Tomando modelos de servicios gastronómicos de escuelas, cuarteles, universidades, fábricas y prisiones, se reduce al mínimo el personal de atención.  —Derrocando esa pequeña monarquía, el igualitarismo se pone al servicio de las ganancias de la empresa. Menos empleados, menos sindicatos.  —Por eso Alicia le dice «Ya «Ya no hay leves reinas ni reyes. Clientes y empleados como hermanos. Igualdad y fraternidad para colaborar con la empresa».  —Sí, se lo dice antes de darle un cachetazo porque sabe que él le fue infiel leyéndole libros de Max Weber Weber a otra.  —Sí. Por eso me gusta esa novela. Por Weber Weber y por los cachetazos.

 

DESVIACIONES DEL EMPRENDEDURISMO

Soy demasiadas personas  para un solo corazón.

PAUL MCCARTNEY

Cualquier cosa puede ser una trampa si no se la sabe manejar bien.  Incluso, el ser independiente.

ACERCA DE SER EMPRENDEDOR Y LOGRAR EL SUEÑO DE SER INDEPENDIENTE Y SER EL JEFE DE UNO MISMO  —Hola. Sé que tenés un emprendimiento. Quería saber cómo te sentís siendo tu propio jefe. Porque yo también sueño con ser mi propio jefe.  —Es muy duro. Yo Yo siempre quise ser mi propio jefe. Y ahora lo logré: soy mi propio jefe. Pero hay un tema.  —¿Cuál? Porque yo también quiero ser mi propio jefe, pero antes quiero saber cómo es.  —El tema es que, si vos sos tu propio jefe, también sos tu propio empleado.  —Es verdad. ¿Y qué tal sos como empleado de vos mismo?  —Y… Le pongo onda. Pero no alcanza. Porque, como soy mi propio  jefe, soy muy hijo de puta conmigo mismo.  —Sos tu propio jefe hijo de puta…  —Así es. Un sorete. Ese es el tema de tener tu propio emprendimiento y ser tu propio jefe. Es como cuando querés dejar de fumar o bajar de peso. Hay uno que quiere fumar o comer. Y el otro no quiere. Es decir…  —Claro. Uno tiene dos deseos contrapuestos al mismo tiempo.

 

 —Es como que somos dos personas a la vez. El que quiere dejar de fumar y el que se muere por un faso. El que quiere bajar de peso y el que quiere clavarse un tiramisú.  —Por eso, en el caso de la dieta, aparece el «permitido».  —Sí. ¿Pero quién es el que «permite»? ¿Uno mismo a uno mismo? Por eso es como que somos dos. Nos desdoblamos. En mi caso, el que me permite clavarme un tiramisú es mi propio jefe, que soy yo. Y no fumo más, porque mi propio jefe me lo tiene prohibido. O sea, yo me lo prohíbo. Con la plata pasa lo mismo.  —¿Tee ordenás a vos mismo ahorrar?  —¿T  —Sí. Aunque a veces creo que yo, que soy mi propio jefe, me doy manija para gastar. Se ve que tengo alguna cosa medio keynesiana. Me fomento el gasto.  —¿Y vacaciones te das?  —Sí. Pero gracias a un logro del sindicato. Porque además de ser mi propio jefe y ser mi propio empleado también soy mi propio delegado sindical.  —El que te defiende de vos mismo.  —Así es. Entonces ya no somos dos. Somos tres.  —¿Es bueno ser tu propio delegado sindical? Te Te lo pregunto porque yo quiero ser emprendedor emp rendedor..  —Sí. Es bueno. Además, él aprendió de mi propio Hugo Moyano.  —¿El del sindicato de camioneros? Pero si vos no manejás camiones…  —No. Soy comerciante. Pero cargo cosas en un camión. Y entonces hay una discusión con mi propio Armando Cavalieri.  —Ese sí es del sindicato de comercio.  —Así es. Están discutiendo entre ellos a quién le corresponde mi propia afiliación. Y como yo soy mi propio jefe y mi propio empleado y mi propio Hugo Moyano y mi propio Armando Cavalieri, la discusión se pone difícil. Sobre todo ahora que estoy peleando por mi propio sueldo, para ver cuánto me pago a mí mismo.  —¿Y?

 

 —Y ahí estamos. Si me ves como ausente y con la boca abierta y babeante es que estoy en una paritaria conmigo mismo.  —Debe ser difícil.  —Sí. Porque ahora apareció otro delegado de mí mismo que no es muy dialoguista.  —O sea: tenés varios delegados de vos mismo.  —Sí, tres. Dos peronistas de distintas agrupaciones y un trotskista.  —¿Sos tu propio trotskista también?  —Sí. Estuve en asamblea conmigo mismo. Y me planteé a mí mismo mismo medidas de fuerza. Tomé mi oficina.  —¿Pero la tomó tu propio trotskista o uno de tus propios peronistas?  —Mi propio trotskista y mi propio peronista combativo. Mi propio peronista dialoguista estaba negociando conmigo mismo, es decir, como soy mi propio jefe y mi propio empleado…  —Sí. Ya Ya entendí… Veo Veo que es difícil ser emprendedor y ser tu propio  jefe.  —Así es. Todo Todo lo que está afuera tuyo, también está adentro tuyo. T Todas odas las relaciones con el dinero, el trabajo, el comercio, los clientes y los proveedores… Toda Toda la relación con co n el mercado. No hay manera de escapar. escapar. Lo siento. Fijate si te podés conseguir un laburo piola. O hacete hippie.  —Hippie está bueno.  —Igual, como hippie vas a tener que tener un puestito para vender algo. Todo el capitalismo de ahí afuera también está adentro tuyo. Hay que entenderlo: estamos rellenos de capitalismo.  —Uy,, ¡qué bueno hacer una remera con esa frase!  —Uy  —¿Viste?  —¿V iste? Ya Ya podés ser un hippie que vende remeras. Ya Ya sos un emprendedor.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN

 

Seguro interpretó de forma adecuada lo anterior. Pero acá se le ofrece, con respeto, una alternativa.

CHARLA CON VITTORIO STORANI, JUBILADO QUE SIGUE TRABAJANDO.  —Vittorio… ¿tenemos múltiples «yos» o distintas personalidades?  —Vittorio…  —Vea,  —V ea, uno muestra a veces facetas de uno y esconde otras. Es decir, decir, por ejemplo, usted en el trabajo no muestra que es un fumón de marihuana cannabica…  —No lo soy. soy.  —Con esa cara, seguro que sí. Pero a mí no me importa. Lo Lo que digo es: para sobrevivir, la genteenapela distintos nooescon el mismo en el banco, en el médico, lo dea su suegra,«yo». en unUsted trabajo sus amigos, con los que fuma marihuana de porro.  —No fumo marihuana.  —No le creo. Pero no me importa. A lo que voy es a que uno «saca» una de sus personalidades, por ejemplo, cuando trabaja. Suspende a «los otros yo» que viven adentro de uno. Como usted, que es un profesional y no se prende un faso de maconia y de charuto mientras habla conmigo.  —No, no consumo.  —Mentira. Pero no me interesa. Lo que importa es que usted es un profesional. ¿Y qué quiere decir que alguien es un profesional? Que es capaz de suspenderse a sí mismo.  —No hace lo que quiere o siente, si no lo que debe.  —Así sea un drogadicto de fumar caño de cogollo y flores, un profesional hace lo que tiene que hacer en el momento adecuado. No hace lo que se le canta el upite. Reprime su «yo». O, si quiere, a sus «otros yo».  —Pero a veces esa represión falla.

 

 —Así es. Siempre hay un vendedor enojado, un médico distraído, un obrero que hace huelga. Y eso quiebra la ley introyectada desde el sistema. Y ahí se sale. Porque esa ley ya está adentro de cada uno. Por eso, uno puede ser patrón de uno mismo y «autoexplotarse». Lo que pasa afuera también pasa adentro de nosotros.  —Muchas gracias.  —De nada, careta.

 

PELOTEROS ANTICAPIT ANTICAPITALIST ALISTAS AS PARTE 2 Tuve una vida muy linda.  No creo creo que sirva para para una biografía. biografía.

BUSTER KEATON

Cómo sentirse digno, idealista y humanitario sin correr riesgos.

PELÍCULAS PARA SENTIRSE ÍNTEGRO La familia de un tipo llama a la policía. Dice que el tipo se encerró en el dormitorio y tiene un rehén. No quiere salir porque está viendo Netflix y se enganchó con cuatro series. Y no las puede ni quiere soltar.  —Hola. Soy el negociador de la policía. Me dijo tu esposa que no querés ir a trabajar y no querés salir hasta que veas todas las series. Y que hay que llevarte la comida y eso. Básicamente, nos preocupa el rehén. Si soltás al rehén, te prometemos que vas a poder ver todas las series que quieras.  —A mi familia no le importa el rehén. Lo Lo que quiere es que salga del dormitorio y les dé la compu. Porque la de mi hija no anda porque no sé qué cosa —Y cono el mother no boludez. sé.  —Yo te matter consigoo otra. Esouna Hace seis días que estás en esta. No podés seguir así.  —Es que me enganché con las series.  —Me parece que te convertiste en un adicto. Puedo llamar gente de «Mejor vivir», que trata este tipo de adicciones.  —¿Son evangelistas?  —Sí.  —Jamás iré con esos tipos que engañan a gente alimentando creencias que los hacen dependientes.

 

 —Bueno. Puede haber algunos… Pero muchos son de fe y te pueden ayudar…  —No me confundas con un pobre que se tiene que hacer evangelista…  —Vos  —V os te la pasás viendo Netflix, pelotudo. No entiendo por qué te sentís superior. Largá Largá al rehén y hablamos.  —No puedo. Quiero mirar el final de las series.  —¿Tan  —¿T an importantes son? A ver… ¿De qué se tratan…?  —Una es Peace Hearth Indian. Es sobre la vida de Gandhi. Estoy reenganchado. Me encanta la idea de la «no violencia». Y después quiero seguir con Peace, give a chance, que es sobre la vida de Lennon. Y pegarla a Black peace, sobre la vida de Martin Luther King. También está Mother  peace, sobre la vida de la madre Teresa de Calcuta.  —Ahá. Y no querés parar hasta ver el final de todas.  —Sí. Estoy reenganchado con estos personajes de la historia. Los admiro, me dan fe en la humanidad, que pueda haber una revolución…  —Los matan.  —¿Eh?  —Sí. Los matan a todos. Salvo la madre Teresa Teresa de Calcuta, que no hace falta que la maten. Se muere sola. Pero pobre.  —Me espoileaste. Sos un boludo.  —No te espoileé. Lo sabe todo el mundo. A Lennon, a Gandhi y a Luther King los mataron.  —¿A Martin Luther King también? ¿Y después cómo fue que liberó a Sudáfrica?  —Ese era Mandela… Es otro.  —¿También  —¿T ambién lo mataron?  —No. Pero estuvo treinta y seis años en la cárcel.  —¡¡Pero…!! ¡Si sos idealista te te matan o terminás en cana!  —Y bueno, sí. Esa es la idea de estas series y películas. Vas al cine o terminás viendo la vida de un idealista, y lo matan. Vos Vos te sentís conmovido, pero aprendiste eso: si sos idealista te matan o vas en cana. Obvio que a vos no te pasa nada, más allá de decir «¡Qué injusto es el

 

mundo!». Después te sentís bien y orgulloso de tu dignidad al acongojarte por el mártir y te vas a Kentucky a clavarte una muzzarella. O al freezer a buscar más helado si estás en tu casa.  —Y sí… Pero, bueno, es así… ¡No te dejan ilusionarte ilusionarte ni un rato!  —Tee queda el consuelo de que ser mártir puede hacer que te veneren.  —T  —Sí, sí… Pero los mártires no disfrutan nada. Es preferible ser Lady Gaga o Ringo Starr y disfrutar la veneración en vida. O sea, lo de Gandhi y la paz, buenísimo. Pero si te matan…  —Siempre hay algo de pedagógico ahí. Muchos entienden que es preferible no seguir ese ejemplo. ¿Se entiende?  —Sí, sí… se aprende.  —Como las películas con rehenes. Nunca salen bien.  —Tenés  —T enés razón. Entiendo lo que me querés decir. decir. Ya Ya suelto al hámster. hámster.  —¿El rehén es un hámster?  —¿No te dijeron mi mujer o alguno de los pibes?  —No. Qué boludos. Bueno, ahora entramos y se termina todo.  —Dale. Sí. Si total ya sé que Gandhi se muere.  —Por ahí cuando entramos te pegamos un poco. Digo, ya que vinimos hasta acá…  —Dale, no hay drama. Toquen Toquen el timbre de la puerta de servicio. El otro no anda.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Sepa el lector perdonar la sugerencia de aceptar estas conclusiones, después de haber sacado las suyas tan brillantemente.

CHARLA CON JORGE LUIS TORPES, DOBLE DE RIESGO DE PELÍCULAS DE ACCIÓN

 

 —¿Por qué la gente se emociona cuando estoy a punto de matarme colgado de una grúa y con un cajón de soda en la mano? Porque la ficción permite tramitar situaciones sin correr el riesgo de vivir esa situación en la realidad. Y esto ocurre con los llantos en escenas de amor, con el miedo en películas de terror, etcétera, etcétera. La capacidad de construcción simbólica que tiene el ser humano hace que, ante escenas similares, reales o de ficción, la reacción cerebral sea muy similar. Se activan los mismos circuitos neuronales, se liberan las mismas hormonas y el sentimiento que genera es de la misma calidad, solo que en menor cantidad. Una cantidad que lo hace más tramitable, y más claro y disfrutable. En este caso, ver películas de pacifistas permite tener todas las emociones positivas de ser un héroe, de llevar adelante una causa común, justa y solidaria, sin pagar el riesgoso costo que implicaría hacer eso en la vida real. Y hasta haber contribuido a la causa pacifista sin pagar el enorme costo que eso tendría en la realidad (la cárcel o la muerte). Y obvio, aleccionan. Algo de eso tiene la próxima película que voy a filmar: Jorge Luis Borges contra los ninjas asesinos , donde tengo que hacer de doble de riesgo de Borges haciendo parkour y agarrándose a piñas con un crítico literario paraguayo en la torre de la cancha de Racing.

 

RELACIONES LABORALES 2

Tú nunca me das tu dinero.

LENNON - MCCARTNEY

¿Qué es lo que lleva a un acuerdo? ¿Dejar de ser uno mismo?

HIT AND NEGOTIATE Un gerente de una empresa llama por teléfono al delegado de la seccional del sindicato en el que están afiliados la mayoría de sus empleados.  —Hola, señor De Simone. Soy Garmendia, gerente de la filial filial de Sanders Tec…  —Hola, ¿cómo está? Dígame…  —Mire, yo tengo que mandar el informe trimestral a Ohio, la central de regionales. Pero resulta que, como hubo un aumento de sueldo, el informe lo debo mandar a Connecticut. Porque son temas de «Union trade», eso que tienen ustedes.  —Sindicato.  —Eso. Yo Yo me hice cargo de la filial hace cuatro meses. N Nunca unca habíamos tenido «Union Trade Problems».  —Problemas con el sindicato.  —Eso. Entonces, empiezo a armar el informe y veo que les dimos un aumento del 45%. Y entonces en el «form» tengo que detallar cómo se desarrolló el conflicto, «the strike…». La huelga, eso que hacen ustedes…  —Las medidas de fuerza…  —«Measures of force» o «force measurements».  —Sí, entiendo…

 

 —Bueno, quería hablar para ver si usted me podía decir cuándo la iban a hacer…  —¿Qué cosa?  —La huelga, «the strike»…  —¿Para qué vamos a hacer huelga?  —¿Negociaron un aumento y no van a hacer huelga? ¿Qué clase de «union trade» son ustedes?  —Pero ya nos dieron el aumento.  —Claro. «Negotiate and hit», A. T. T. Van Van Door (pronuncia «Ei Ti Vandur…»), «Negotiate «Nego tiate and hit».  —¿Augusto Timoteo Vandor Vandor dice?  —Sí, «the labor union trade líder». «Negotiate and hit». «Negociar y golpear» por si no entiende inglés. Eso decía él.  —Es al revés.  —¿Cómo? ¿Qué cosa es al revés?  —Era «Golpear y negociar» lo que decía Vandor Vandor.. Él definía así su forma de hacer sindicalismo. Primero hacer medidas de fuerza, paros, protestas, tomas de fábrica y esas cosas. Algo fuerte. Golpear. Golpear. Y después, negociar neg ociar..  —¿Seguro?  —Sí. Seguro. Es así. Es «Golpear y negociar».  —Uy… —Se lleva la mano a la cara, tapándola—. tapándola—. Yo Yo sabía que había algo que estaba mal. Qué cagada…  —Por ahí se confundieron por la traducción de los textos de estudio…  —¡¡¡Pero sííí!! ¡Es obvio! No es «Negociar y golpear». Es Es «golpear y negociar». ¿Para qué van a golpear si ya negociaron? ¡Es al revés, al revés! Ahí tiene sentido. Hacen huelga y, con la fábrica parada, se negocia.  —Así es. Al revés es medio estúpido. Para qué vamos a hacer huelga si nos dieron el aumento.  —Claro… Estuvimos muy pelotudos, ¿no?  —Y,, sí…  —Y  —Tendríamos  —T endríamos que haber preguntado… Pero bueno, yo seguí las instrucciones. Claro, es la traducción mal hecha. Les di el aumento sin que

 

hagan «Fight plain» o «Plan de lucha».  —¿Los vio contentos a los muchachos de la fábrica?  —Sí. Estaban chochos.  —Seguro…  —Me abrazaban. «¡Eh, amigo…, sos un capo vos!», me decían. Me regalaron una gorra que dice «S.D.G.H.E.R.A.». No sé qué quiere decir…  —Son las siglas de nuestro sindicato…  —Ah, mire usted. Yo Yo pensé que era algo en guaraní o sudamericano. Porque hay un paraguayo o peruano que trabaja en mantenimiento.  —Vea,  —V ea, los delegados de la fábrica comentaron el asunto. No entendían cómo les dieron el aumento así nomás…  —Es que somos todos recién salidos de la UADE, de administración de empresas de la UADE… Hicimos talleres sobre «Union trade». Cómo tratar con ustedes, cómo charlar, qué hacer cuando tocan el bombo, cuándo llamar a la policía. Todo… Pero, bueno, la falta de experiencia…  —No sé qué decirle…  —Y… Estamos en un lío. Tenemos Tenemos que ver cómo justificamos haberles dado un aumento tan fuerte. Que la verdad nos parecía lógico aumentarles. Pero, bueno, no se trata de lo que es lógico, sino de seguir las instrucciones.  —¿Y entonces?  —A ver: yo tengo que comunicar a la central en Tennessee. Tennessee. Justificar el aumento. Pero faltó la parte de «Golpear».  —Bueno, pero nosotros no podemos…  —Entiéndame. Necesito mostrar que pasó algo fuerte. Como que ustedes se pusieron bravos y tuvimos que darles el aumento. Puedo grabarlos yendo por los pasillos de la empresa. Haciendo ruido, cantando canciones ofensivas a nuestros ejecutivos. Hay un gerente que se llama «Bertutto». Pueden hacer alguna rima grosera. Entiendo que hay políticas de género. Pero ustedes son de clase baja. Podrían no conocer estos temas de tolerancia y respeto frente a la elección sexual.  —Vea,  —V ea, no vamos a ponernos a ofender a nadie…

 

 —También, en el directorio están Lo Prete, Arolas, L  —También, Landija… andija… el ingeniero Jorge Doncha. Y está el señor Lanuta.  —Lo que usted pide no es tan fácil…  —Y el jefe de personal, Marcelo Oporto. «Marcelo» y «Oporto». Hay posibilidades ahí. Por favor. Necesito que tomen medidas de fuerza… Y yo sacar fotos y justificar las mejoras salariales.  —No puedo.  —Aclaremos esto: ustedes son empleados. Y si la empresa les ordena hacer huelga, armar disturbios y provocar daños, ustedes lo tienen que hacer…  —La empresa no puede pedir acciones o tareas por fuera del convenio. Si quiere que hagamos huelga y disturbios, deberíamos hablar…  —¿De qué?  —De un aumento. Un 5%.  —¡Pero ya les dimos el aumento!  —Bueno, entonces… un plus, o una bonificación en almuerzos. Tickets Tickets de descuento en ropa…  —Okey.. De acuerdo. Pero hagan paros violentos. Con cánticos groseros  —Okey contra el gerente de finanzas, el señor Beronga.  —Por los cánticos groseros, además de la ropa de trabajo, queremos bermudas floreadas, zapatillas Crocs color violeta y entradas para ver  El show de Bob Esponja y sus amigos .  —Las Crocs están bien. ¿Pero violetas? No sé lo de Bob Esponja. Pueden ser Minions…  —Insisto con entradas de Bob Esponja. Y que venga él mismo con Patricio Estrella y Calamardo a repartir esas entradas.  —Bien, bien… Lo puedo gestionar. gestionar. Pero para eso tomen la fábrica. Y canten la marcha peronista. Desnudos. Además de prender fuego el depósito de silicio.  —Okey..  —Okey  —Y hay francos compensatorios si hacen rimas groseras contra el doctor De la Vasca. Vasca. Siempre desnudos, por supuesto. Y tocando tocan do los

 

tambores o los bombos esos. Haciendo chorizos en grandes parrillas. Desnudos. Con mucho humo, mucho humo. Así después se mezcla con el humo de los gases lacrimógenos.  —Ah, ¿van a reprimir?  —Sí. Obvio. Necesito dramatismo para justificar el aumento. Si está todo bien, lo hacemos el martes. Arrancamos al mediodía. A la tarde toman la fábrica. Miércoles a la mañana vienen Guardias de Infantería y los reprimen a eso de las diez. Preferible que repriman temprano. Después del almuerzo se hace más pesado por la modorra. Quiero que la represión sea bien «¡up!». Voy Voy a traer al fotógrafo del cumpleaños de quince de mi hija. Es muy bueno. Así que… a lucirse bien. Ya Ya que dicen que son «combatives…». Ja, ja…  —Tranqui. No No lo vamos a hacer quedar mal. Usted siempre va a tener nuestra colaboración.  —Lo bueno de colaborar entre capital y trabajo es que son opuestos que se pueden entender.  —Sí. Nos necesitamos mutuamente.  —Ustedes, para tener trabajo y sobrevivir. sobrevivir. Y nosotros, para tener ganancias.  —Es así. Además, sin nosotros, ustedes serían más hijos de puta. Muchos de ustedes, incluso, tendrían esclavos.  —Sí. Pero noBueno, se puede. Vimosgracias, Vimos en un focus group que la esclavitud está eso malhoy vista. muchas De Simone…  —Todo  —T odo bien… Ahora, en el próximo conflicto, usted me llama y me consulta. Haga lo que yo le digo y todo va a salir bien. No se olvide de algo: los gerentes pasan, pero los sindicatos quedan.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Después las astutas ofrecemosdeestas otras. conclusiones que ha sacado usted mismo, le

 

TINI DE BEAUCOURT Y DINO DE LACROIX, SOMMELIERS DE PARITARIAS, COMENTAN: CO MENTAN:  —Dino, una buena paritaria salarial siempre tiene que ser el reflejo reflejo de una tensión que se da entre el capital y el trabajo. Sabiendo que es momentánea, no definitiva. Porque la tensión va a seguir siempre, ¿no?  —Claro, Tini. Tini. Porque, pese a que se aspira a la paz, ya Marx decía que «…el propio desarrollo de la industria contribuye, por fuerza, a inclinar la balanza cada vez más en favor del capitalista y en contra del obrero, empujando el valor del trabajo a su límite mínimo».  —Así es Tini. Tini. El capital tiende a crecer. crecer. El obrero con conciencia, también.  —Un acuerdo entre contrarios, Dino, implica que cada uno depone o traiciona parte de su deseo. Para el capital, una paritaria es un freno a su objetivo.  —De todos modos, Tini, Tini, cualquier paritaria, desde un paladar comunista, debe tener cierta tersura de fracaso obrero, porque era Marx el que decía: «Los sindicatos en general fracasan por limitarse a una guerra de guerrillas contra los efectos del sistema existente, en vez de esforzarse, al mismo tiempo, por cambiarlo, luchando por la abolición definitiva del sistema del trabajo asalariado».  —Es ahí, Dino, cuando el capital no entiende al peronismo que no busca eliminarlo, sino ponerle freno a su propia voracidad.  —Claro, Tini… Tini… Recuerdo que Perón contaba de un empresario que se le quejaba: «El problema, General, ¡¡es que los obreros quieren ganar cada vez más!!». Y Perón le contestó: «Obvio. Es lo mismo que quieren ustedes».  —Ja, ja… Por eso, Dino, una paritaria es siempre el fracaso de los ideales de los que acuerdan. Porque pasan de lo ideal a lo posible.  —Así es, Tini. Tini. Una paritaria debe tener siempre ese blend propio de aspiraciones y traiciones. Ese sabor propio de un Cristo que necesita su Judas traicionándolo para poder ser.

 

FANT ANTASÍAS ASÍAS E IDEALIZACIONES IDEALIZACIONES COMO FORMA DE FUGA

 El mejor lugar es donde no estoy. estoy.

KEITH MOON

Tener una fantasía puede servir para calmar ansiedades. Una forma de soñarse distinto. La previa de tener un plan.

DE VACACIONES ACACION ES Un señor muy cerca de los cincuenta años, una chica de treinta y un muchacho de veinte están sentados en una oficina de la municipalidad de una pequeña y pintoresca ciudad balnearia. Los tres son turistas y no se conocen entre sí. Esperan, hasta que en un momento aparece una mujer de unos cuarenta años. Tiene aspecto de psicóloga, no se sabe por qué. Casi seguro que lo es, pero no lo va a decir en ningún momento. Saluda.  —Holaaaa… ¿qué tal? Gracias a los tres por aceptar la invitación invitación de la municipalidad. ¿Pudieron arreglar con sus compañeros de viaje?  —Mi mujer se fue con los chicos a comer waffles… waffles… —dice el de cincuenta.  —Mi novio está enfrente tomando un café y aprovechando para mandar mensajes —dice la de treinta.  —Mis amigos se quedaron en el camping —dice el de veinte.  —Qué bueno. Les cuento que yo trabajo en la Secretaría de Salud del municipio. Me llamo Claudia Arrecife… Estoy a cargo de la Dirección de Prevención de Sueños Rotos.

 

Los tres visitantes se sorprenden por el nombre de la repartición que depende de la secretaria.  —Supongo que tiene que ver con «Sueños», ¿no? —preguntó el casi cincuentón.  —Así es, Ignacio…  —¡Uy! Sabe mi nombre…  —… Tiene Tiene que ver con fantasías. Por ejemplo, con las que usted estuvo soñando mientras miraba el mar.  —Perdón… cómo sabe si yo soñaba; digo, más allá de que no me gusta que me vigilen.  —Me avisó Esteban, el bañero. El que está en «Medusas» —el nombre del balneario—. Me contó que lo vio con los ojos entrecerrados… frente al mar… como ido. Clara actitud de estar soñando. Extasiado frente al océano. Perdiéndose en el horizonte…  —Eh… sí. Puede ser, ser, puede ser… pero eso no tiene nada de malo…  —No. Pero estoy segura de que vio el mar y se dijo: «Esto es hermoso. ¿Por qué no me vengo a vivir acá? En vez de seguir en la ciudad, enloquecido con el tránsito, la inseguridad, la gente que está loca. Estaría bueno venirme a vivir acá. Y todo esto que estoy viendo hoy, poder tenerlo para siempre…».  —Bueno, yo…  —¿Lo o no lo pensó?  —Sí…pensó ¡¡es verdad!!  —¡¡Yoo también pensé eso!! Pero en el bosque —exclama sorprendida la  —¡¡Y chica de treinta.  —Lo sé, Verónica. Verónica. Marcos, el trapito que cuida los autos en el estacionamiento del bosque, nos dijo que saliste caminando lento, como flotando, sonriente… Y con los ojos entrecerrados. Perdiéndote en un deseo. Y vos, Nahuel…  —Sí… Soy Nahuel —confirma el muchacho.  —Vos  —V os lo pensaste en la feria. Un artesano, el que vende portasahumerios y tuqueras, nos avisó.

 

 —Sí. Pensé en eso: «¿Por qué no me vengo para acá? Hay tanta alegría y naturaleza…».  —Los tres pensaron lo mismo. «¿Por qué no me vengo a vivir acá…?». Pasa siempre. A veces esa idea viene acompañada de comparaciones horario-geográfico-sociales: «Pensar que a esta hora estaría amontonado en el subte, en pleno enero, donde todo es un gran sobaco húmedo…». Los tres turistas, con sus cabezas gachas, asintieron.  —Parte del disfrute es eso. Pensando lo mal que se está allá, uno se siente mejor todavía. Porque estar acá es justamente eso: Estar acá + NO estar allá. »Y hasta se puede fortalecer esa sensación, teniendo en cuenta el sopor y la angustia de los que siguen trabajando allá: «Todos esos boludos laburando como giles, y yo acá… mirando el mar…». Esto suele ocurrir mirándose los propios pies con un poco de arena y el océano de fondo.  —Sí, claro… Eso… por supuesto… —los tres tres asienten murmurando.  —Bueno, entonces… Fíjense lo que tenemos para ustedes… Con un control remoto prende una pantalla de televisión de cincuenta pulgadas, más o menos. Aparece una lista de actividades. Están en letras amarillas sobre un fondo azul brillante: • Taller Taller de «¿De qué mierda voy a vivir acá?» • Seminario de «¿No estaré grande para venirme?» • Taller de «¿Y los pibes? ¿El colegio, los amiguitos y todo eso?» • Taller de «¿Qué hago con mis viejos que se están poniendo grandes?» Cuando Claudia estimó que ya todos habían leído, continuó:  —Estas son algunas de las actividades… Hay más. Son necesarias. Porque que vos, Ignacio… Nacho… en el momento de soñar con tu vida acáseguro sentiste una voz…

 

Claudia acerca la mano al oído derecho de Ignacio y, poniéndola como si fuera un pico de pato, la hace «hablar»:  —«Qué bueno es vivir acá —pone voz de dibujito animado—. Pero… ¿y la guita? ¿Cómo hago? ¿Me pongo a alquilar cabañas?».  —¡Es verdad! ¡Escuché esa voz! —asintió Ignacio.  —A mí también me habló esa voz. Y yo respondí que pensaba ponerme a hacer dulces. O tortas —sumó Verónica, Verónica, la treintañera.  —Claro, Verónica. Verónica. Dulces o tortas. Nadie piensa en ir a un lugar de ensueño frente al mar o en la montaña y poner un LaveRap o una casa de sanitarios. No es en lo primero que pensás cuando el capitalismo te habla en medio de tu sueño…  —Perdón, pero eso es normal —dijo Ignacio—. Uno se pone a soñar, soñar, y bueno…  —Es así, la realidad, o el capitalismo, que es casi lo mismo, empieza a tomarle examen al sueño. Para ver si lo voltea así nomás o no —sumó Claudia, que no solo ya daba aspecto de psicóloga, sino también de socialista utópica. Hubo un silencio.  —A mí no me habló esa voz… —dijo Nahuel. Claudia giró y lo miró de frente, con ternura.  —Obvio, Nahuel. Sos muy joven como para que te hable el capitalismo. Todavía les hablamejor a tus no papás.  —Entonces, soñar —dijo melodramática Verónica. Verónica.  —No. Se puede soñar. soñar. Solo hay que tomar precauciones. Por eso tenemos esta secretaría. Para acercar el sueño a la realidad o encontrar consuelo si se les rompe. Pero no se queden en el medio. Divagando todas las vacaciones entre la ansiedad romántica del sueño y la melancolía de verlo roto. Para eso entrenamos a empleados municipales y a voluntarios particulares. Ellos detectan a todos los que, como ustedes, tienen en la cabeza las fantasías de fugarse. Fantasías que se alimentan con esto… Muestra en el televisor fotos de revistas, notas de periódicos digitales, etcétera.

 

«Los Strabucco: pusieron un restaurante de fondue en San Martín de los Andes y cambiaron su vida». «Acá te despertás con el canto de los pájaros. Me decidí a poner un alquiler de kayaks y ahora soy feliz». «Viví toda mi vida equivocado hasta que me vine a ser pedicura en la playa. Ahora la existencia me hace el amor».  —¿Ven? —aclara Claudia—. Siempre hay manija con esos sueños. Es  —¿Ven? como un hermoso plan de fuga… Llaman la atención. Despiertan entusiasmos. Venirse Venirse a vivir a la playa, a Bariloche, a El Bolsón, son un clásico de la fantasía del alienado urbano.  —Mi novio tiene un amigo que quiere irse a Brasil y poner un chiringuito para vender jugos en la playa p laya —interviene Verónica. Verónica.  —El 30% de los argentinos sueña con eso. Está clavado en nuestro cerebro. Es parte de nuestra tradición. Ya Ya hay testimonios de d e que, en el cruce de Los Andes, un regimiento de mil quinientos efectivos a cargo del capitán Floriano de Loyola se rebeló y desertó. Soñaban todos con un chiringuito en una playa de Brasil. Se fueron atravesando la cordillera longitudinalmente hasta Perú. Y bajaron por el Amazonas hasta el Atlántico, donde fundaron Florianópolis.  —¡Ah, qué bien! —se entusiasmó y se identificó Ignacio.  —Bueno.jugo Perodeloabacaxi que realmente pasóFloriano fue que de murieron de venderse entre ellos. Loyola todos fue eltratando último en morir bajo su chiringuito. Lo encontraron con su espada, la chaqueta y el sombrero del uniforme y, abajo, en sunga.  —No conocía esa historia —admitió Verónica. Verónica. Siempre se habla de los que logran llegar y pueden establecerse. Nadie habla de los que fracasan.  —¿Y entonces? ¿Qué se hace? ¡Cuántas dudas! —siguen los murmullos de los tres turistas.  —Asumir el sueño y el condicionante de la realidad. No queremos que nuestro pueblo se llene de improvisados o soñadores pelotudos que después

 

se pueden convertir en depresivos o resentidos, o ambas cosas al mismo tiempo. Hay que soñar con paragolpes. De hecho, yo me vine a vivir acá pensando que me podía sostener vendiendo velas. Fracasé, pero aprendí y pude reponerme. Y hoy pongo mi experiencia al servicio de los demás —  contó Claudia, mostrando una foto donde tenía el pelo trenzado, una camisola de bambula y un pareo, sonriente junto a una estantería llena de velas aromatizantes de colores. Luego, les dio unos sobres—. Llévense estos folletos y entren al Facebook de la Dirección de Prevención de Sueños Rotos. Tenemos Tenemos experiencia. Podemos ayudarlos.  —¿Tienen Twitter Twitter,, Instagram o…? —pregunta Verónica. Verónica.  —No. Solo Facebook, que es más triste. Ahora vayan y disfruten.  —Muchas gracias… —los turistas se empiezan a ir. ir.  —Chau. Si quieren, mañana abrimos el «Simulador de mayo y junio fuera de temporada, frío, nublado y con todo el pueblo vacío». Hay treinta minutos de depresión intensa que vale la pena experimentar. Los sueños también tienen lavadero en el fondo y cloacas. Solo hay que animarse a verlos.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Más allá de las astutas conclusiones que haya sacado de lo anteriormente leído, ofrecemos este testimonio para ampliar esos conceptos.

CONSULTA CON DENZEL MÓNACO, DUEÑO DE UNA AGENCIA DE TURISMO ESPECIALIZADA EN MANÍACOS DEPRESIVOS.  —El asunto de las fantasías de instalarse en el lugar donde uno vacaciona responde, básicamente, a una idea del deseo incumplido. Y

 

que por incumplido se vuelve más fuerte e interesante. Lo dice Lacan en su seminario quinto. O el tercero. O el séptimo. No me acuerdo.  —¿O sea que en este caso la fantasía alimenta el goce de desear, desear, más que el de cumplir el deseo?  —Claro. De esa manera el deseo es hermoso, amable, dulce y perfecto. Abordar el deseo y tratar de cumplirlo ya es atravesar la realidad: y ahí está la supervivencia, los problemas de trabajo, etcétera… Ahí es cuando la realidad toma la forma de capitalismo. O al revés. Son lo mismo. A esto sumemos cosas como el desarraigo, la adaptación a una nueva comunidad y un montón de cosas más…  —Ahí es cuando se cae la idea de mudarse…  —Se va todo a la mierda. Pero queda el deseo, que siempre ofrece una hermosa posibilidad: la de no exigirse cumplirlo.  —También  —T ambién se idealizan los lugares.  —Claro. Se ve la parte buena o mala de algo y se niega la otra. Mirá: Kahneman y Tversky ya en 1972 hablaban de «sesgo cognitivo»…  —¿Qué es eso?  —Es un efecto psicológico que nos hace pifiarle a algo siempre en el mismo sentido. Por ejemplo, ver más las cosas negativas que las positivas de algo. O las neutras. Es como si tu psiquis fuera un carrito de supermercado que está mal de una rueda y siempre se va para la derecha y te tira para la góndola lo veranean que está mal.  —En este caso, los tiposde que solo ven lo negativo de su vida en la ciudad. Entonces, el lugar de vacaciones se idealiza, hasta que aparece el miedo.  —El miedo sale a pararle el carro al deseo. Entonces seguimos deseantes. El deseo necesita seguir deseando. El miedo puede ser aliado del deseo: le da la excusa para no tener que cumplirse. El miedo ayuda a prolongar el deseo, a mantenerlo con vida. Porque, cuando se cumple el deseo, el deseo muere. De esta manera, si jamás se concreta, el desear es un hermoso tobogán que nunca termina.  —Hermosa imagen.

 

 —Tengo otra: al no morir,  —Tengo morir, el deseo es una milanesa eterna. T Tengo engo otra.  —No. Ya Ya está bien.

 

EXPERIMENTOS

¿Una película sobre la paz? Si hay paz, no hay película.

MARTIN SCORSESE

 La paz y la armonía como búsqueda permanente. Un constante  pasarse al otro lado del bote para evitar el naufragio.

CONSENSOLANDIA Atentos a buscar un clima de paz y diálogo entre los ciudadanos y buscando terminar con divisiones y conflictos entre compatriotas, se creó una ciudadlaboratorio con el fin de estudiar formas y métodos para lograrlo: «Consensolandia». Construida en el medio del desierto de San Luis (muchos dicen que los hermanos R.S. colaboraron en la realización del proyecto), tiene capacidad para más de 20 000 habitantes. Hasta allí se lleva a vivir «invitados» durante tiempo se los observa y estudia. comentaun acerca delyúltimo experimento que seLahalicenciada realizado.Zamudio  —Llevamos a vivir a 5000 personas que estaban de acuerdo en 7200 temas. Durante los primeros días, vimos cómo se fueron relacionando en un clima de armonía y concordia. Incluso se iban haciendo amigos, festejando en cada conversación, descubriendo coincidencias: «¡Totalmente, Martha! ¡Yoo tampoco me mudo si no tiene bidet!», podían decirse antes de fundirse ¡Y fund irse en un abrazo. Pasaron semanas en las que los consensolandenses disfrutaban estar de acuerdo. Se levantaban todos temprano. Salían a pasear a la misma hora.

 

Admiraban con la misma intensidad la luna llena sobre el horizonte. Y a una hora determinada disfrutaban del mismo programa de televisión: Credicoop en el espacio, una miniserie sobre la sucursal Avellaneda Avellaneda del citado banco, cuyo gerente contable activaba con una clave, en uno de los cajeros automáticos, un sistema de cohetes retropropulsores que enviaban a la sucursal al cosmos, ya que era una nave espacial encubierta. Todo era paz y armonía. Y cuando es así, todo se simplifica. Por ejemplo, la heladería de «Consensolandia» («Accordo») tenía solo dos gustos: frutilla y chocolate. Porque todos los participantes eran fanáticos de esos dos gustos. Cada uno sentía el placer de ni siquiera tener que andar eligiendo. ¡Ni pedirlo! Cuando se acercaba al mostrador, el heladero ya lo tenía listo en el tamaño de cucurucho en el que todos, también, estaban de acuerdo. Pero algo ocurrió.  —Oiga… oiga… ¿por qué me ponen siempre el chocolate abajo y la frutilla arriba? —desconfió un día una señora llamada Teresa. Teresa. Pudimos observar desde nuestras cámaras que el heladero no supo qué responder. Y se le dijo a través de un intercomunicador que conteste:  —Acá es así…  —¡Claro! ¡Ponen abajo el más caro para darte menos! —sumó un señor con chomba Lacoste (todos los hombres, en algún momento de la semana, se ponían una chomba Lacoste). Otro cliente, un muchacho llamado cuestionó:  —Con todo respeto: está bien que laAldo, frutilla vaya arriba. El punto de enfriamiento del helado de frutilla es más bajo que el del chocolate, que es más denso. Entonces, el chocolate tarda más en derretirse. Por eso va abajo: para que el helado no pierda estabilidad.  —¡Claro! —sumó una anciana muy correcta y elegante, que después sentenció—: Además, todos saben que la frutilla abajo es de puto. Ahí se fue todo al carajo. Se armaron dos bandos claros: los que exigían el chocolate arriba para hacer más eficiente el gasto y los otros, que defendían el chocolate abajo porque se basaban en los principios científicos de la sustentación del helado.

 

 —¡Basta de chorros! —dijo un pelado golpeando con su cucurucho con una cucharita de plástico e intentando emular un cacerolazo. Pero, claro, el cucurucho no sonaba. Terminaron vaciándole un tacho de helado de frutilla en la pelada. Comenzaron a destrozar el local. Se siguieron armando grupos:  – Los que justificaban el chocolate abajo porque queda para lo último, y lo más rico siempre se deja para lo último.  – Los que elegían frutilla a la crema se oponían a los que la preferían «al agua».  – Los que usan cucharita desde el principio.  – Los que lamen el helado y solo usan la cucharita al final.  – Los que con la cucharita van bordeando el cucurucho para que no chorree.  – Los que tiran el cucurucho y no lo comen.  – Los que comen todo y no tiran nada. Y así se fueron multiplicando los bandos, arrojándose cucuruchos, tachos de helado y transformando todo en un descontrol absoluto. Que hubiera conflicto en Consensolandia nunca fue tomado como un fracaso. Porque era claro que, en algún momento, después de semanas de armonía y paz, la pulsión de conflicto iba a encontrar un lugar por donde saltar.. Era fatal e inevitable. Vivimos en conflicto: tenemo saltar tenemoss que comer y salimos a buscar Cuando nacemos todocuidar ya es de tenemos que ver cómo noscomida. apropiamos de algo. Y cómo lo otros que yay tenemos.  —¡Nos quieren cagar! —fue la expresión desencadenante de un consensolandés en la heladería. La paz se terminó con un acto de desconfianza. En mayor o menor medida, parte de nuestra vida es desconfiar: desde chicos aprendemos las desventajas de la inocencia y a estar atentos a evitar que nos caguen. ¿Y si lo hubieran servido al revés? ¿Si hubieran puesto el chocolate arriba? También hubiera provocado desconfianza en algunos. La generosidad también puede ser un gran motivo para la sospecha.

 

La cuestión es que los sucesos de la heladería se desbordaron. Los disturbios crecieron y se propagaron por toda la ciudad. Los consensolandenses prendieron fuego automóviles (todos Ford Fiesta azul metálico, el auto elegido unánimemente). Saquearon comercios de electrodomésticos (se llevaron el mismo modelo de tostadora), incendiaron edificios y tiraron abajo un monumento.  —¡A la mierda con Morgan Freeman! ¡Jua, jua! —gritaban burlones mientras hacían caer una estatua de Mandela de seis metros de altura, que se partió en pedazos contra el piso, quedando la parte de la boca sonriente de Nelson contra un tacho de basura, cerrando una triste y obvia metáfora. Luego todo fue calma. Los grupos abandonaron su belicosidad apenas se hizo presente la policía de Consensolandia. Si algo se había tomado en cuenta en las encuestas era asegurar participantes respetuosos y temerosos de las fuerzas de seguridad. Por suerte y como casi siempre, el miedo volvió a poner a la gente en total acuerdo.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Después de sacar sus brillantes conclusiones, dispone de otra aquí, si así lo desea.

CONVERSACIÓN DE LOS INTELECTUALES TITA TITA Y TITO MCFAIRLAINE SOBRE ESTE ASUNTO. TITO: El conflicto es lo natural. La paz y la armonía son una aspiración, un ideal, un artificio. TITA: TIT A: Puede Pu ede ser. TITO: No. No es «puede ser». Es.

 

TITA: Sí, sí… Tenés TITA: Tenés razón. Pero hay que tener cuidado con el planteo de de antropólogos como Ian Tattersall, que señala al conflicto entre grupos de homo sapiens como lo que posibilitó el desarrollo y el crecimiento de su cerebro. TITO: ¿Por qué « hay que tener cuidado»? Es claro que la competencia, incluso las guerras, provocan la evolución de las capacidades humanas y tecnológicas. TITA: TIT A: Sí, sí… Tenés razón. Pero el desarrollo humano deviene del manejo de esos conflictos: reglas, límites, leyes y éticas, para que el progreso y el desarrollo no resulte destrucción. Ya Ya Walter Walter Benjamin advertía sobre el endiosamiento de la tecnología. TITO: «Walter «Walter Benjamin advertía…». Seguro un idealista pelotudo qque ue niega como un hippie que el ser humano vive en competencia. La competencia, en el deporte, en los negocios o en la guerra, nos mejora como especie. TITA: TIT A: Sí, sí… Tenés razón. Pero ya desde el derecho, desde la «Teoría «Teoría del conflicto», nos hablaba del desarrollo de la ética para administrar el choque de intereses. Vivir en sociedad es postergar la soberanía de nuestros deseos. TITO: Uh… «postergar la soberanía de nuestros deseos». Vivir es conflicto… Cuando caminás ya estás en conflicto con la ley de gravedad. VivirTenés unrazón. conflicto mu erte. la que nos permite vivir TITA: TIT A: Sí, sí… Tes enés Perocon es la la muerte. tolerancia en comunidad TITO: «La tolerancia…». Tolerar Tolerar es aguantar, no es estar ddee acuerdo. TITA: Sí, sí… Tenés razón.

 

CAMBIOS EN LOS MERCADOS

 Fui lo que creí. creí. Soy lo que está pasando.

CHARLY GARCÍA

 En cualquier ámbito, los cambios son resultado resultado de una fuerza que innova frente a otra que se resiste. Esto se da tanto en la naturaleza como en cualquier esfera de la sociedad.

VEGANISMO ESCENA 1. FRENTE A LA PARRILLA, PARRILLA, ANTES DE QUE LLEGUEN TODOS Dos hombres de cuarenta años. Están en la casa de uno de ellos, Andrés, que está encendiendo el fuego. Gabriel lo acompaña. Hablan de boludeces, pero de pronto Gabriel le pregunta a Andrés:  —¿V  —¿Vos en hacer dos cumpleaños?  —Sí,os enpensaste un momento lo pensé… Uno con carne y otro para veganos. Pero, bueno, hay ensaladas. Con eso se arreglan.  —Les podés hacer alguna verdura asada también…  —¡No! —reaccionó Andrés—. No se tira verdura en la parrilla. parrilla. ¿O yo pongo una molleja en la ensaladera? La ensalada acompaña.  —Hoy por hoy se ponen verduras a la parrilla.  —La gente se junta para un asado. ¿Alguien se junta a comer verdura? «Che, ¿nos vemos el sábado? ¡Dale que armamos una ingesta de rúcula y

 

pepinos!». No es así. Nadie aplaude al que pone verduras en una parrilla ni al que hace ensaladas.  —Bueno, pero a veces se tiran papas a las brasas…  —¡Pero están a las brasas! Envueltas en aluminio… Eso es fuerte. fuerte. No es lo mismo que una «cebolla asada». O un «zuchini asado». ¿Cómo vas a poner en la parrilla un vegetal con nombre de wing derecho de Banfield?  —Bueno… Pero pensá que vienen Mariela, Adrián, la hija de Beto, Antonio… —quiso consensuar Gabriel.  —¿Antonio también se hizo vegano?  —Sí. Empezó hace un par de meses…  —Hijo de puta…  —Es un tema de salud.  —Okey.. No es vegano por opción —lo perdonó Andrés.  —Okey  —No te digo que cedas la parrilla. Solo digo: compartirla. Andrés se da vuelta de golpe y enérgico, severo pero respetuoso, lo para en seco a Gabriel:  —Escuchame bien: los veganos son los homosexuales de la alimentación. Homosexuales gastronómicos. Lo digo sin prejuicio. Sabés que no soy homofóbico. Solo es descriptivo lo que digo. Quiero que te quede claro. No tengo teng o problema en meter veganos en mi casa… Van Van a tener una papa y un morrón con huevo, así que…  —Las cosashay cambian, La fuerza de la historia es imparable.  —También  —T ambién fuerza Andrés… en lo que resiste. Cambiar no es tener razón. A veces la verdad está en la resistencia.  —La historia es la voluntad de los que tienen poder… El poder de cambiar… —desafió melodramático Gabriel.  —No insistas… Gabriel toma un morrón, un huevo y, mirando a los ojos a Andrés, le dice:  —Andrés… es hora de que sepas la verdad sobre el morrón con huevo.  —¿Lo qué?

 

ESCENA 2. GABRIEL LE EXPLICA A ANDRÉS EL OBJETIVO DE QUIEN INVENTÓ EL ASUNTO DEL HUEVO CON MORRÓN Gabriel, desplazando de facto el lugar de Andrés como asador, empieza a preparar el morrón.  —¿Sabés por qué el morrón lleva un huevo arriba cuando va a la parrilla? —preguntó pícaramente Gabriel.  —¡Porque está rebueno!  —Es un truco. Un engaño. Un contrabando.  —No entiendo.  —Un Caballo de Troya. Troya. Es la manera de lograr que tipos como vos acepten que una verdura esté a la parrilla.  —Obvio… es más… cómo decirte… —trató de definir Andrés.  —Es más «fuerte»… más «viril»…, es «de macho». El morrón disimula su insulsa vegetalidad. «Ah, soy vegetal, ¡pero vengo con un huevo! Guarda. Soy un vegetal peronista, ¡atenti!».  —¡Es así!  —El huevo le da al morrón esa peronicidad que le permite entrar en una parrilla. Pero es la socialdemocratez gastronómica. Fue la punta de lanza. Después el resto. Todo estuvo siempre planeado.  —O sea… ¿Es una costumbre impuesta, Gabriel?  —Sí. Es la Internacional Vegana. Vegana. Tienen agentes por todos lados. El veganismo es una corriente impuesta las transnacionales de la agrotecnología. Pelean mercados con por la industria ganadera mundial.  —Pero si lo del morrón es de hace mucho… Fue hace cincuenta años…  —El largo plazo lo cubre todo. Antes habían probado con cebollas con pickles y un pedazo de panceta. Un tomate con grasa embebida en ginebra. Es decir: un vegetal «virilizado» por un elemento denso, pesado, insalubre. Pero no funcionó. Se les ocurrió el morrón con la imagen del huevo evocando un bife o una milanesa a caballo.  —Claro… Un vegetal encubierto. Un vegetal infiltrado —definió Andrés.

 

 —El San Martín del asado es el asador. asador. La ensalada, un sargento Cabral que acompaña, con una gloria que no alcanza para nombre de avenida.  —Además, es de hombres… La ensalada la hacen las mujeres… Las mujeres siempre meten el tema de la salud en las comidas…  —Veo que te estás dando cuenta. Feminismo, orgullo de género,  —Veo cambios en la alimentación. Un poder que disputa poder. Internas en el poder del sistema —sentenció Gabriel.  —¿Y los bolivianos? Ellos manejan muchas huertas…  —Obvio. Y muchas veces los encontrás en alianza con los chinos y sus supermercados —ilustró Gabriel.  —Por supuesto. Si cambian las costumbres, cambian los mercados. Es así.  —Tee diste cuenta, Andrés. Por eso, ahora, vamos a cortar este zapallo  —T que traje —dijo Gabriel abriendo una bolsa.  —No. No cuentes conmigo. Voy Voy a resistir… —se dignificó Andrés.  —Ufff,, Andrés. Resistir es nada más que postergar una derrota.  —Ufff  —A mí no me vas a convencer…  —Vas  —V as a ver que sí… ¡¡¡Eugenio!!! —gritó Gabriel dando una orden a alguien que, obvio, estaba escondido y esperando. Entonces un zumbido surcó el aire. Un dardo-jeringa se clavó en el hombro derecho de Andrés. «¡Stuck!», fue más o menos el sonido.

ESCENA 3. EL DARDO-JERINGA LO DEJA MEDIO BOLUDO A ANDRÉS  —Eaegh… a-bubú… —balbucea Andrés mientras se va durmiendo. Gabriel lo sostiene y le explica:  —En un minuto te vas a dormir por un rato. Te Te vas a olvidar de todo lo que hablamos, y también de lo que te voy a decir ahora.  —Eububi… ag bip bup…  —Vas  —V as a hacer las verduras asadas. Cuando te digan algo, vas a reconocer que cambiaste de opinión. Que entendiste… Vos Vos mismo lo dijiste.

 

Las costumbres hacen mercados. Y al revés, también: los mercados cambian costumbres.  —Epi… a pup…  —Hace años trabajo en esto. Soy un agente como muchos otros. Alguna vez con el hippismo impusimos la informalidad al vestir. Hasta llegar al día de hoy, que se usan zapatillas más allá de no estar haciendo deportes. Menos zapatos, más zapatillas. Nike, Adidas… Y esa informalidad llevó a que se usen menos los trajes. Entonces, la fábrica de plancha planchass ATMA ATMA se tuvo que reconvertir. Tuvieron que ponerse a fabricar hornitos eléctricos, tostadoras y calefactores…  —Gab a gab…  —Más miedo a las caries y mañana Pagani, de Arcor, Arcor, verá cómo cae su imperio y, quién te dice, le pone una piña a la economía de la provincia de Córdoba. Es así… Mercados y costumbres.  —Be bop a lu…  —Bueno, ahora dormite. Te Te vas a despertar en un rato y ya vas a estar pensando de otra manera. Entendiendo que las cosas cambian, que recién ahora las peluquerías se reponen del daño que les hicieron Los Beatles. Que todos somos agentes económicos, pero no lo sabemos. Ahora… dormí tranqui.  —Eb mummmu… zzzz… Eugenio bajó de laaterraza su fusil lanza Le dardos-jeringa. Gabriel terminó de acomodar Andréscon en una reposera. puso un fernet con coca al costado. Era lógico que pudiera dormirse una siestita antes de que llegaran todos. Gabriel y su asistente Eugenio sacaron las verduras de una bolsa y se pusieron a cortarlas.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Seguramente poseemodos, un criterio lúcido también y adecuado reflexionar sobre lo leído.usted De todos ofrecemos estepara análisis.

 

NINA FRASOLDATTI FRASOLDATTI Y NELSON GURRUCHAGA, PSICÓLOGOS, CHARLAN SOBRE LO ANTERIOR MIENTRAS BAILAN «SACRIFICIO», DE ELTON JOHN  —Comer carne es un hábito. Los hábitos no son malos per se, sino que son una forma básica —y necesaria— del aprendizaje humano —dice Nina.  —Son una adaptación evolutiva que nos permite ahorrar tiempo y energía. Porque es una conducta automatizada que necesita muy poca actividad mental para ser llevada a cabo —suma Nelson.  —Por eso hay resistencias a los cambios de hábitos. Porque llevan un esfuerzo. Las resistencias pueden ser culturales, cognitivas o biológicas. Se trata de formas de «conservar» quiénes somos —dice Nina.  —La resistencia se da tanto en lo existencial como en lo físico, dado que hay un sistema nervioso «habituado» a comer carne, y entonces la va a seguir pidiendo —agrega Nelson.  —Ahora, fijate esto… el psicólogo canadiense Albert Bandura (19252021), creador de la Teoría Teoría Social Cognitiva, sugiere cómo cambiar las resistencias cognitivas. Propone utilizar los mismos mecanismos con los que se trata a un paciente fóbico. Quiere acercar a ese paciente de manera lógica y racional al objeto que origina la fobia para mostrarle que, ese objeto y hasta beneficioso. Trabaja sobreenlorealidad, inconducente que eseslainofensivo fobia y hasta el odio —sentencia Nina.  —Los productos y las mercancías van modelando nuestras costumbres. Y muchas de estas se afianzan y resisten. Porque seguir nuestras costumbres es seguir siendo nosotros —comenta Nelson.  —Por eso los cambios a veces son lentos. Y así, en forma imperceptible, vamos cambiando quiénes somos y qué hacemos. Y ahí vamos juntos en una suave y cadenciosa coreografía, bailando abrazados y pegaditos con el mercado. (Se alejan bailando como recién explicaban ellos).

 

MARKETING Y VIDA

 Ellos saben que fabrican algo que va a ser parte de tu vida.

JOAN BÁEZ

 Nuestra vida está hecha, también, de los productos productos que consumimos.

DIÁLOGO A PARTIR DE UNA ENCUESTA Una empleada de una consultora de marketing charla con un tipo que aspira a trabajar de «encuestado».  —Bien, señor… La idea de este trabajo es que usted sea parte de un focus groups.  —Ah. ¿Qué es eso?  —Digamos que un focus group es un grupo de personas a las que se le hacen preguntas para saber cosas, por ejemplo, sobre marcas de productos. En este caso, sobre la imagen de muchas de esas marcas.  —Sí. Bueno… A mí, de chico me gustaba el Turismo Turismo Carretera, una categoría de competencias automovilísticas.  —Bien, automóviles entonces…  —El Turismo Turismo Carretera tiene algo raro. Uno puede ser hincha de Ford o de Chevrolet.  —¿Cómo en el fútbol…?  —Sí. Pero con eso que usted decía de las marcas. En el Turismo Turismo Carretera uno es simpatizante, fanático o hincha de una marca de autos. Es algo ridículo.

 

 —Bueno, pero es la prolongación de una rivalidad deportiva. Por eso lo de la imagen…  —¿Cómo se puede ser hincha de una marca? Es algo idiota.  —No. Si uno siente confianza por una marca…  —Yo creo que es idiota. Pero no sé por qué un día me hice hincha de  —Yo Panasonic. Si se puede ser hincha de una marca de autos, ¿por qué no de una de electrodomésticos? Reconozco también que es una pelotudez. Pero me gusta.  —De eso quiero que hablemos, por eso le pregunto…  —El tema no es «una marca». El asunto también son las otras marcas. Por ser hincha de Panasonic tuve enfrentamientos con hinchas de Philco. Y también con la barra brava de Sony…  —¿Hay hinchadas de electrodomésticos?  —Obvio. Siempre se arman bardos en los Garbarinos, en Rodó… En Frávega, menos; porque hay más vigilancia. Grupo Márquez siempre se pone picante. Hay amistad con LG. Por lo menos en la parte de lavarropas y casi toda la línea blanca.  —Supongo que con otros productos…  —También  —T ambién soy de la barra brava de Don Satur, Satur, que siempre arma goma con los de 9 de Oro.  —Ahora entiendo. En el pasillo lo vi gritándole a alguien…  —«Corriste Terrabusi, amigo Terrabusi, de la yuta…». Eso le grité. Porque soy de Bagley Bagley. . Es un sentimiento, no n o puedo parar…  —Sabía que esas rivalidades estaban en el rock…  —En el rock soy del Indio (Soda Stereo se la come) y de Los Beatles. Beatles. Y en Los Beatles soy hincha de Lennon. McCartney es, en este caso, el que se la come. «He eats it», sería en inglés… Y aunque no fume, soy de Camel. También soy hincha de los números pares. No me banco el «atrás». Soy hincha del «adelante» y de la rima consonante. Y de Basf como parlante.  —¿Qué más?  —De lo dulce y no de lo salado. Soy de la barra de Skip y no me banco Ala. También También de Buster Keaton y no del puto p uto de Chaplin.

 

 —Entiendo. Su identidad también está hecha de contrarios y de marcas. De espejos y de marcas. Aunque hay cosas que no tienen que ver con marcas.  —Cuando no hay marcas, no me siento bien…  —Vamos a hablar de eso. De marcas con las que se sienta bien. De esas  —Vamos marcas y su imagen…  —No me banco la imagen. Soy de la palabra más que de la imagen. El otro día uno dijo que la imagen valía más. Lo cagamos a piñas. Éramos más de mil.  —Bien. Le gustan más las palabras.  —Sí. Pero a veces me siento perdido, como le decía. Porque las palabras no tienen marca. No hay un idioma español La Serenísima o un idioma italiano Paladini. Los lenguajes no tienen respaldo de ninguna empresa.  —¿Y entonces?  —Tengo  —T engo dudas. Pero quisiera tener dudas hechas por Samsung. Aunque alguien venga con respuestas de Apple. Y la verdad es que, así, sin poder confrontar o elegir una marca, me siento solo. Pero quisiera elegir tener una soledad Ford. No una soledad Chevrolet o Peugeot.  —Bien, discúlpeme… pero no pude avanzar con usted en ninguna pregunta. No creo que lo podamos contratar para estos focus groups.  —¿No  —No. quedo seleccionado?  —¿Qué marca de «No»?  —Un «no» marca Arcor. Arcor.  —Okey… Okey marca Axion.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Confiamos en el criterio de quienes leyeron lo anterior, pero también sugerimos lo que comenta la licenciada Loli Swarberg, psicóloga en jefe

 

de Mundo Marino y reconocida anticomunista: Henri Tajfel Tajfel y la doctora Julia Hermida afirman que las personas tienden a armar grupos de autopreferencia. Y que es un mecanismo evolutivo basado en las ventajas que ofrece la afiliación: principalmente la protección. Ya sea con patrias o clubes, siempre hay emblemas, colores y banderas. Las marcas también lo son. Y como si fuera un carnet o un escudo de armas, constantemente aparecen logotipos como una oferta para armar nuestra identidad. Volver Volver a elegir una marca o cambiarla son ritos o hitos para confirmar quiénes somos. Los comunistas que lean esto no deberían molestarse: en el capitalismo abundan marcas como peces en el mar. De ellas, de las marcas, también se alimenta nuestra identidad. Es inevitable. Además, siempre se sospecha de un producto que viene en una bolsa sin marca. Así que a aflojar con Mercedes Sosa y a gozar un poco más de elegir Odorono.

 

NEGOCIOS NECESARIOS

 Me di cuenta de que algún día iba iba a morir. morir.  Entonces no te tuve tuve más miedo.

JOHN ENTWISTLE

 Hay mercados para muchas cosas: para ver, ver, para medir medir,, para  percibir,, para dimensionar  percibir dimensionar.. Y también para todo lo contrario.

UNA PYME PARA IGNORAR LA MUERTE A veces nos asaltan pensamientos vinculados al sentido de la vida, la existencia y esas cosas. Si bien siempre nos permiten aventurarnos, meternos en el conurbano de la filosofía, muchas veces pueden ser motivo de desgano y depresiones que nos alejan de nuestras tareas. Graciela Lobertone pudo observar esto y tuvo una idea que se convirtió en un exitoso emprendimiento familiar. Ella misma nos cuenta cómo nació y creció esta criatura, en la que un buffet tuvo mucho que ver.  —Mi marido tiene la concesión del buffet de la Asociación Asociación de Existencialistas. Ahí tienen un metegol. Él siempre me cuenta que compran fichas, pero los partidos de metegol terminan sin goles. Porque los existencialistas ponen la pelotita en el coso ese para meterla en la cancha y, cuando ya está girando, alguno siempre dice: «¿Para qué un gol? ¿Para qué ganar? ¿Para qué un partido? Todo es absurdo. Un sinsentido». Y se van.  —Claro, los tipos se ponen a pensar en la muerte, y así nadie puede hacer nada.  —¡Exacto! Esto le pasa a mucha gente. Y provoca deficiencias en sus tareas, retrasos en sus trabajos, bajones en reuniones. Entonces, yo me dije:

 

«Acá hace falta algo». Pensé y pensé. Y se me ocurrió este kit: «Chupala, nada eterna», que es un kit para ignorar la muerte.  —¿Qué trae el kit?  —De todo. Y es muy bonito. Tiene Tiene juegos, planes de vida, principios morales y éticos, mandatos sociales, familiares, de especie. También hay chistes, sitios para buscar memes, resúmenes de religiones para creer, fanatismos artísticos, vocaciones laborales y todo lo necesario para meterle pila, para apasionarse con algo, para salir adelante y no andar arruinando cumpleaños y festejos de fin de año.  —Es decir, decir, un kit para meterse en tareas y cosas y evadir ciertos pensamientos.  —Por supuesto. Hice muchas encuestas; y te puedo asegurar que la gente prefiere invitar a los cumpleaños a personas que «son un cago de risa» antes que a otras que eligen la ausencia de Dios como tema para arrancar una conversación.  —Y… obvio que, con esos temas… ¡nadie la pone!, ¡jua, jua, jua! —  agrega el marido que, para el Festival Bimensual de Angustia que se festeja en la Asociación, prepara distintos postres.  —Camousse de chocolate, Camousse de dulce de leche, Camousse de limón… ¡Jua, jua, jua!… Es por el escritor, Albert Camus, que era un bajón… —se festeja él mismo su ingenio. Graciela se ríe de compromiso sigue:  —Nosotros conocemos muchosyde estos tipos que se hicieron amigos de mi marido en el buffet. Y siempre los invitamos a los asados. Y aprendimos algo: hay que compensarlos con gente chistosa, frívola, y hasta estúpida. El cálculo es: por cada existencialista, seis pelotudos efusivos.  —Los pelotudos sirven para esquivar pensamientos existenciales…  —Sí, sí. Siempre ayudan. Y si son bien expresivos, mejor. mejor. Porque la pelotudez te hace olvidar de la muerte. De ahí su éxito.  —¿Sabés dónde compran trajes los existencialistas?… En la «Sartrería»; se entiende, ¿no? Por Sartre… ¡juaz, juaz, juaz! —agrega el esposo de Graciela rematando con carcajada de reidores de Tinelli.

 

 —Ahí tenés… por eso lo quiero. Me mantiene a quinientos kilómetros de pensar en la existencia. Es que la vida siempre continúa. Y si estamos deprimidos o melancólicos, no n o podemos producir. Generar valor, crecer crecer,, tener logros. Logros. Éxitos. Éxitos y logros. Es obvio que «después nos morimos y a la mierda todo». Pero, bueno, la vida es «mientras».  —Entonces, ¿qué les decimos a aquellos que están pensando en comprarlo…?  —Cómprenlo, no les queda otra —se despide Graciela mientras nos muestra el póster que viene de regalo, que dice: «A la muerte matala con la indiferencia» y tiene una foto de Lacan comiéndose una molleja con un vaso de Fanta naranja en la mano para rempujar. Nota de la revista «¡ATF!» «¡ATF!» (¡A Todo Buffet!), de la Cámara de Concesionarios de Buffets.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN ¿Ya sacó conclusiones astutas y certeras de lo anterior? Bien. Acá puede ¿Ya haber otras.

CHARLA-ESPECTÁCULO EN FREUDÓPOLIS (PARQUE (PARQUE TEMÁTICO), A CARGO DEL MIMO ANÍBAL BABINGTON BRINDISI. (Babington Brindisi hace mímica de lo que quiere explicar y una locutora va «traduciendo» dicha mímica)

LOCUTORA: Bien… ahí Aníbal mueve los brazos en molinete y hace como que tira de una soga explicando que Freud dice que la muerte es un espacio irrepresentable: una realidad que para el hombre es imposible de definir y que, como tal, no tiene «inscripción psíquica».

 

Por eso, cuando alguien cercano muere, a uno le parece increíble, no lo puede entender y se pregunta «¿por qué?». Esto Aníbal lo hace con la manito en típico gesto. Ahora levanta un pie y parece que tuviera una valija muy pesada. Con esto nos explica que, para Freud, había dos formas de ser feliz: ser un tonto o parecerlo. Porque, si estamos plenamente conscientes de que algún día moriremos, es muy difícil hacer fluir el deseo (encontrar planes, tener esperanzas, concretar sueños). El truco consiste en «olvidarnos» para poder vivir. Es por eso que, por ejemplo, mucha gente sigue haciendo guita aunque se vaya a morir. Aunque no la pueda gastar en vida. Porque, en realidad, disfruta de «ganarla». Quizás olvidando lo que muestran algunas religiones, que nunca nos llevamos lo que ganamos («al final, no te llevás nada…»). Aunque los faraones egipcios parece que pensaban lo contrario. Ahora, Aníbal hace como que está tocando una pared y luego, subiendo una escalera, ¿que nos está diciendo? Precisamente eso. Que está tocando una pared y subiendo una escalera. (Aplausos del público).

 

EFECTOS COLA COLATERALES TERALES

 Aún sonrío por por una caricia de hace cuarenta años.

RINGO STARR 

 El romanticismo romanticismo puede aparecer de formas que no esperamos. La intención de armar una relación amorosa no deja de ser genuina, aun cuando puede tener influencias de experiencias de vida de quien la propone.

PROPUESTA DE AMOR  Alcira y Sergio están en un parque sentados en un cantero. Ríen y juguetean mientras se seducen. Sergio deja de reír y, con complicidad y ternura, le pregunta a Alcira:  —Alcira, ¿si te agarro de la mano qué vas a sentir?  —Que me gusta…  —¿Y si te agarro de la mano y te doy un beso?  —Me voy a sentir muy feliz.  —¿Y si además de agarrarte de la mano y darte un beso te acaricio el pelo un domingo a la tarde?  —Me sentiría feliz y, y, además, plena.  —Tee gustaría entonces que, además de sentirte plena y feliz, pudieras  —T proyectar un futuro si, a la agarrada de mano, al beso y a la caricia de pelo de un domingo a la tarde, le sumamos un abrazo cálido y fogoso.  —Sí, seguro.

 

 —¿Querés agregar una vida juntos a cambio de una mirada llena de ternura?  —¿Ehhh…?  —Le podemos sumar el sueño de tener un hijo, si sentís cómo late mi corazón…  —Eso es lindo, sí…  —Bien. Entonces tenemos: felicidad, plenitud, una proyección de futuro, una vida juntos, ¿sí? ¿Querés agregar otro hijo por mirarme a los ojos?  —Me parece que…  —Y si querés, por una sonrisa, dos hijos más. Y mellizos si sonreís con un brillo en esa mirada de la que hablamos recién.  —Disculpame… Te Te noto raro… Estás como haciendo ofertas. ¿T ¿Tee pasa algo?  —Si me preguntás «¿te pasa algo?» te puedo decir cómo me siento ahora. Pero preguntándome «¿Te pasa algo, Sergio?», te contesto eso y qué cosas me pasaron en la vida como para hoy sentirme así.  —Bien…  —Y si además de decirme «Sergio», me decís «mi vida», o sea «Sergio… mi vida», te cuento cada uno de los sueños que quiero cumplir en mi existencia. Por ejemplo, trabajar en un McDonald’s. Y darte a vos esa alegría… Sí, toda esa alegría que sentía yo al pedir el combo «Cajita feliz». Una cajita donde vos y yo viviremos para siempre, junto a una motito o a un minion importado de China.  —Ayyy…  —A yyy… qué tierno… Se ve que fuiste feliz cada vez que te quisieron agrandar el combo, ¿no?  —Claro. Por supuesto. Nuestras experiencias pueden ser hermosas aun en un lugar de venta de comida insalubre. Por eso volvemos a ir una y otra vez a esos lugares. Porque nos dan la certeza de volver a ser felices.  —Es lógico, Sergio. Es Es un lugar adonde te llevan, si pueden, tus papás. Es un lugar muy efectivo también para abuelos y tíos. Los niños son felices y los adultos resuelven rápido y con certeza cómo dar esa felicidad.

 

 —Además es el primer lugar donde muchos chicos, por lo menos de clase media baja para arriba, hacen sus primeros encuentros solos, como una práctica hacia la adolescencia. Te puedo dar otro ejemplo si me preguntás «¿tenés otro ejemplo?».  —¿Tenés otro ejemplo?  —¿Tenés  —Sí. Los shoppings. Como es comercial, hay vigilancia. Como hay vigilancia, padres y madres se sienten seguros. ¿Querés que profundice la relación «comercio-certeza-seguridad» a cambio de un «mmmm, me interesa»?  —No… Me gustaría que volvamos a hablar de nuestras vidas.  —Perfecto. Hablemos de nuestras vidas. Si me lo pedís, podemos hablar de nuestras vidas por separado. Ahora… ¿Querés aprovechar la promo y, por un «te quiero» que vos me digas, yo te hable de nuestras vidas, pero  juntos y amándonos con devoción y pasión, uniendo nuestras almas para siempre, para toda la eternidad, de aquí hasta la luna, el sol y más allá del infinito del universo?  —Bueno… «Te «Te quiero». ¿Y vos?

FINAL 1  —Yoo también, Alcira.  —Y FINAL 2  —Lo voy a pensar, Alcira.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Deben ser muy atinadas las conclusiones que usted ha sacado de lo recién leído. Pero si quiere, acá puede observar otras.

 

LA LICENCIADA ERNESTINA FERGUSON, QUE ATIENDE EN MOTO, LE EXPLICA ALGO DE LO ANTERIOR A UN PACIENTE (La licenciada maneja y el paciente va atrás en una Zanella 125cc.  Pasean por la colectora de una autopista)

 —Licenciada… ¿por qué el tipo este habla como un vendedor de McDonald’s?  —El sueño de ser vendedor, como cualquier otra profesión, se hace parte de nuestras vidas. Somos lo que somos y también parte de lo que queremos ser. (Doblan en una avenida).

 —¿Una vocación nos va moldeando, Licenciada?  —Sí, ya sea ejerciéndola o deseándola, una profesión modifica nuestro pensamiento, nuestros sentimientos y hasta nuestro cuerpo.  —Y la vocación puede venir de una experiencia infantil…  —Hay constantes regresiones a nuestra infancia. Ese momento de felicidad en un McDonald’s… Puede quedar fijada ahí la libido. (Pasan un semáforo en amarillo).

 —¿Qué es la libido?  —Digamos que es energía psíquica. Es la energía energía que busca satisfacción. Cuando uno«queda dice «puse la libido» es que puso de energía, corazón,donde cabeza, ganas. Que fijada». Es como la marca una dirección buscar satisfacción. En este caso, en el momento feliz de la «Cajita feliz». (Casi se llevan puesto un camión de La Serenísima).

 —¿Eso podría determinar una vocación?  —Obvio. Podría ser una vocación o una conducta, un lugar en el aparato productivo como consumidor o como proveedor. (Aceleran y se meten de contramano).

 —¿Podríamos decir que ese momento de producción de felicidad puede ser algo bueno? ¿O puede llegar a ser una trampa?

 

 —Ambas cosas. La promesa de felicidad puede ser una trampa, una «carnada» para que tomemos una dirección. De eso saben los psicópatas. (Suben a 110 km/h a una vereda, una jubilada que manguerea la vereda los putea. Vuelven Vuelven a la calle y se alejan).

 

PARTE DE LOS QUE MANEJAN ESTO

Yo sé que mis males son parte de tus bienes.

PETE TOWNSHEND

Seguro que hay muchas personas que se dedican a que todo esto siga así porque, básicamente, la pasan muy bien.

COBERTURA DE UN RETIRO ESPIRITUAL DE HIJOS DE PUTA COBERTURA PUTA CON MUCHA GUITA Ricardo Gutiérrez Bassura. Megaempresario muy, muy muy,, muy millonario, nos cuenta de qué se trata:  —Esto va más allá de los encuentros de IDEA (Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina). Acá nos juntamos unos cuantos de los que tenemos guita de verdad. Pero guita en serio. Mucha guita. Compramos una estancia el viernes, la usamos, la vivimos, la disfrutamos. Y el lunes la volvemos a vender. Y te aseguro que ya le sacamos guita. Y la entregamos sin limpiar ni ordenar. Así, con las sábanas sucias. Con olor a pedo. Bien humillante para el que llega. Que se joda por ser un boludo con guita, pero con menos guita que nosotros. Aclaro que acá venimos los hijos de puta nada más, que es lo que queremos y necesitamos.

SEMINARIO «EL DINERO NO ES LO MÁS IMPORTANTE» El millonario Ignacio Carlos García Maldad cuenta cómo se impuso saludablemente esta idea dentro de la cultura general.

 

 —Mi bisabuelo Ernesto empezó a imponer esta frase, con grandes resultados: «Hay mayorías que piensan que ser honesto, pensar en los hijos, valorar la amistad, tener honor y todo eso es más importante que la plata». Y fue un éxito: gracias a estas ideas, nosotros podemos levantarla en pala porque tenemos menos competencia. Tenemos que seguir diciendo estas cosas a través de todo tipo de «verdades» para estafar mayorías: «El dinero no hace la felicidad». «La plata va y viene, lo importante es la salud». «Pobre pero honrado». Últimamente funciona una que dice «Más plata, más problemas». Y yo la complemento diciendo: «Era más feliz cuando era pobre» y pongo carita de estar recordando cuando jugaba con una pelota de goma sucia mientras mi madre lavaba la ropa en el piletón cantando una de Julio Iglesias. Y todos me creen. Es obvio que esto es mentira. No se ha conocido a un millonario que haya buscado la felicidad regalando toda su guita y yéndose a vivir a un PH en Gerli. Pero, bueno, repito: esto hace que la gente deje pasar la oportunidad de ganar plata y nos la deje toda a nosotros. Hacemos también el taller que se llama «La dignidad, síntoma y escollo en los negocios: Cada vez alguien perdió una oportunidad de que hacer guita».habla de dignidad es porque se

CARRERA DE HIJOS DE PUTA Básicamente, es una carrera de un kilómetro con obstáculos. Los participantes salen con mil dólares y tienen que cubrir un trayecto donde se encontrarán con niños pobres, ancianos en sillas de ruedas que interrumpen el paso, contadores, inversores que les proponen traicionar a socios, amigos y familiares.

 

Los que corren avanzan pateando a esos pibes, empujando jubilados, eligiendo la forma de evadir impuestos y cagando gente más allá del afecto. Las distintas performances indican siempre lo mismo: los hijos de puta siempre están en los primeros puestos; y con más plata de la que tenían antes de arrancar. arrancar. Obvio que el esfuerzo, el ingenio, la inteligencia y la voluntad sirven tanto en la vida como en los negocios. Pero cuando una de esas virtudes no alcanza, ser un buen hijo de puta puede complementar esa falla. Y en el caso de tener esas virtudes, ser hijos de puta, las pone en modo turbo. Esto es lo que se aprende. Coordinación de la actividad: Patricia Sansorete, dueña de una financiera especialista en embargar comedores infantiles y geriátricos. Si es posible, con la gente adentro. «Ser una hija de puta evita un montón de problemas y, por lo tanto, es más saludable».

CHARLAS SOBRE GENEROSIDAD Ejercicios donde se pone en claro que una persona con mucha plata puede ser más generosa que una que es pobre, que no puede ser generoso porque no tiene nada.  —Pero el pobre puede ser generoso con otras cosas. Puede dar amor —  cuestiona alguien.  —No sea pelotudo —aclara Juan Carlos Asco, empresario dedicado a la distribución de medicamentos vencidos y a cargo de estas charlas.  —No hay que despreciar el poder del amor. amor.  —Andá a la carnicería, pedí un kilo de tapa de asado y decile que le pagás con «una sonrisa» o con «una mirada llena de cariño». O te creés que Coto hizo la que hizo a base de «abrazos contenedores».  —Bien… ¿entonces qué es lo básico que vamos a aprender en estas charlas?

 

 —En estas charlas vamos a aprender que el amor es un analgésico para el dolor de no tener guita. El amor es un asunto de gente débil —concluye Juan Carlos Asco, mientras, le pega una piña a un conejo que tiene siempre cerca para descargar el estrés.

CONCEPTO GENERAL Ricardo Gutiérrez Bassura concluye sobre esta primera parte de la cobertura de este evento:  —Tenemos  —T enemos más actividades. Y está claro que no son para cualquiera. Porque hay empresarios con cierta humanidad o sensibilidad social. Medio socialdemócratas y eso. No nos interesan. Nos juntamos los más turros, bien de derecha. Y ateos.  —¿Por qué suma el ateísmo?  —Porque a un empresario creyente en algo le agarra la sensibilidad y colabora con las instituciones de su religión y eso. Acá somos todos ateos. Sin Dios y sin culpa. Escuché por ahí que no hay nada peor que un derechista ateo. Es verdad. Porque, en el fondo, al creyente le agarra algo de su educación religiosa: el prójimo, el amor, qué pensarían su mamá y su papá, y toda esa mierda. Y en ese ateísmo, hay que decirlo, colaboró mucho la izquierda.  —O sea, toman valores de la izquierda.  —El ateísmo es una herramienta. Lo que pasa es que los zurdos pensaban que eran los únicos que iban a ser ateos. Pero ellos tienen esos buenos sentimientos humanitarios y esa poronga. O sea, más o menos lo mismo que creer en Dios. En cambio, a uno de derecha con ganas de hacer guita, le sacás a Dios y lo potenciás. Bueno. No es la única cosa que se le ocurre a la izquierda y nosotros aprovechamos. Una fue despreciar los nacionalismos. Ellos cantaron «La Internacional» y nosotros armamos multinacionales. La izquierda siempre inspira. Cualquier acto de humanismo es untambién insumosepara darlo vuelta y hacer la que tenemos que hacer.. El capital hacer alimenta de quien lo combate.

 

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN ¿Sacó ya sus conclusiones? Puede entonces ver estas.

ANABELLA DESIDERIO, DEL INSTITUTO NACIONAL DEL HIJO DE PUTA, COMENTA:  —Acá, más o menos, nos manejamos con encuestas serias. Según el doctor en psicología Iñaki Piñuel, hay un 2% de psicópatas narcisistas severos en la sociedad y entre un 10 y un 13% de psicópatas narcisistas leves (como, por ejemplo, el trepador típico en un trabajo).  —¿Eso cualquier país? que habla de España. Creemos que es un  —Piñuelesesenespañol y supongo esquema que más o menos se repite en todos lados. La proporción de hijos de puta seguro es parecida.  —¿Podría haber más hijos de puta en algunos países?  —Digamos que en un país donde todos son hijos de puta, no habría víctimas o se harían mierda entre ellos. No estaría mal juntarlos a todos en un lugar de la Patagonia y ver qué pasa. Pero no se puede obligarlos. Ser hijo de puta no parece ser un delito.  —Pero hacen mal.  —Sí, pero los tipos saben cómo moverse entre las leyes, esquivarlas, aprovechar sus ventajas. Digamos que, como los autos, hay «hijos de puta base» e «Hijos de puta full». Estos son inteligentes, seductores, hacen guita y, entonces, pueden ser libres e impunes.  —Pueden vivir en sociedad, evidentemente.  —Bueno, ese es el problema básico. Pasan por tipos normales. Salvo cuando se van al carajo. Pero, por lo demás, andan por todos lados. No siempre lo que está mal es delito. Se supone que la moral, la religión, la

 

ética y todo eso podrían compensar. Pero, repito, no todo lo malo es delito.  —¿Por ejemplo?  —Hay pobreza y eso no es delito. Es decir, decir, que haya pobres no parece ser un delito. No hay ley que prohíba la pobreza. Esto debe ser porque gran parte de las leyes están hechas por hijos de puta.  —Qué bajón.  —Y,, sí…  —Y

 

NO SOLO EL CAPITAL NO TIENE PATRIA

 Es un verdader verdadero o hombre hombre de ningún lugar lugar.

LENNON - MCCARTNEY  No soy de aquí, aquí, ni soy de allá… allá…

FACUNDO CABRAL

¿En los negocios vale siempre comprar insumos más baratos, sean nacionales o importados? ¿Ocurre lo mismo con la mano de obra?

LLEGÓ EL DELIVERY Abrió la puerta de su casa para recibir la pizza del delivery.  —Hola.  —Gomelevá, señó. Álvaro de la Acacia y Uribe. Licenciado en administración de empresas, recibido en la Universidad de Caracas, medalla de honor, 9,85 de promedio; ahora en esta hermosa tierra, la Argentina, pa’ sevile.  —¿Para servirme?  —Sí. Pa’ sevile. En lo que le plazca. Con todo el gariquete y el simbote que le pueda ofrecé desde mi humildad caribeña y pototanga.  —No entiendo.  —«Gariquete» es «toda la onda». «Simbote» es «amabilidad».  —Ahá. ¿Y «Pototonga»?  —«Con mucha, mucha onda».  —Buenísimo… Tomá… Tomá… Guardate el cambio…  —Gracia, señó. ¿Quiere que le ayude a entrar la pizza? Lo puedo hacer en un maqueteque. «Maqueteque» es como «periquete».

 

 —No hace falta. Es una pizza, gracias.  —Pero quizá el señó no quiera mancharse con algo de grasa. O sienta que la pizza está muy caliente y «caragaca». O está muy fría, muy «pututa». Y yo se la puedo poné’ en el hornillo. Y lavá el platico. Y hacele un cafesico. Y buscale en Netflix una película de Colón llegando a América y peleándose con indígenas. Y los dos nos podemos poner del lado de Colón. Y alentarlo con cánticos xenófobos, racistas y «bongototos».  —No, mirá, no me gustan esas cosas… muchas gracias… hasta luego.  —Pero, señó. Soy licenciado en administración de empresas. Puedo administrarle la casa, además de limpiala cada diez minutos y dejala «bonitiquica». Y despué nos ponemos a jugá a Super Mario Bros. Y yo dejalme ganar después de haber apostado salir a la calle y cantar como Leo Mattioli. O Leo García. O el Leo que usted desee.  —Por favor, favor, andate…  —¡Por favó usté! Déjeme sevile. Solo quiero que me adopte. Veo Veo a travé de la pueta que tiene un perrico, un caniche toy. ¡Adópteme a mí también! Puedo darle muchas satisfacciones. Puedo ser su «venezolano toy». Puedo despetá ternura y lástima. Mire cómo agacho la cabeza… buhhhh…  —Disculpame. ¿Cuándo llegaste a la Argentina?  —Hace tres horas. Y ya conseguí trabajo.  —Pero tenés un tatuaje…  —¿Eh?  —Cuando bajaste la cabeza, atrás… En el cuello te vi un tatuaje. «Racing 2001»… Mostrame…  —No, no… No me toque.  —Dejame ver… Corré la remera… Dejame ver…  —Me quiero ir… Estoy muy «zocopengue».  —Tenés  —T enés tatuada la cara de Mostaza Merlo… El delivery abandona su acento centroamericano y explota:  —¡Sí!¡Sí! Es Mostaza Merlo. Soy un falso venezolano. Un caribeño caribeño fake. Soy de Lanús. Me descubriste, flaco. Disculpame… No te quería

 

hacer nada…  —No entiendo…  —Soy una mierda… Buhhh…  —Calmate. No llores. Calmate.  —Me hago pasar por venezolano para conseguir trabajo. Los patrones nos prefieren. Somos más amables, más considerados…  —«¿Somos?», «¿No queremos?». No sos un inmigrante…  —Es que ya me tomé muy en serio el papel. Me siento un caribeño emigrante. Odio la dictadura de ese de bigotes que vino después del Julio Chávez.  —Hugo… Julio es un actor. actor.  —Siempre me confundo. Pero no pasa nada. La mayoría de la gente es tan ignorante como yo. Además, nunca llegamos a profundizar tanto. El desprecio y el poco interés juegan de mi lado. No me dan charla como vos, flaco.  —Pero, ¿cómo te vas a hacer pasar por inmigrante? Sos argentino. argentino.  —Sí. Pero no quiero perder oportunidades laborales. Quiero seguir viviendo acá. El destino de los argentinos será irse. Estamos hechos para Europa y Miami. Ese es el plan de los Estados Unidos junto con el poder agrícola, industrial, financiero y de servicio.  —¿Qué plan?  —Reemplazar a todos los trabajadores argentinos por caribeños. Hacer un país de emigrados que, dada la necesidad y la circunstancia, trabajan mucho. Bajan costos laborales, sin aportes sociales, sin sindicatos…  —¿Qué estás diciendo?  —Estoy seguro. ¡Nos quieren reemplazar a todos! Solo quedarse con los necesarios para reproducirse. Dos castas. Argentinos con plata e inmigrantes que trabajan. Pensalo…  —Es posible. Más fácil que cambiar la mentalidad de un montón de habitantes es directamente cambiar de habitantes.

 

 —Por favor, favor, flaco. No pongas en la calificación de la app que soy argentino. Te pido que me dejes entrar con la pizza y te la sirva yo mismo, y me quedo parado al lado tuyo a la espera de una orden.  —Yoo no soy así. No soy racista ni me gusta que la gente me sirva.  —Y  —Yoo te diría que lo pruebes. Es lo que se viene. Probá un poco. ¿Qué te  —Y cuesta?  —Okey.. Pero no te olvides de tratarme de «usted». Y no digas «yo te  —Okey diría» así, diciendo «sho». «sho» . Decí «ió». Tenés que ser creíble.  —Ió he entendido. ¡Muchia gracia, señó!  —Traé la pizza.  —De acuerdo. Me voy a portá muy «bepepetingo».

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Hay aquí algunos aportes para que pueda enriquecer las ya excelsas conclusiones que usted ha sacado de lo anterior.

CONFERENCIA DE PRENSA DE ARNALDO «CUCUZZA» CLAN. DE LA «FUNDACIÓN POR LA JUSTIFICACIÓN ECONÓMICA DEL RACISMO Y LA XENOFOBIA»  —A ustedes, ¿la discriminación racial o la xenofobia les parece repudiable o no?  —Estamos estudiando un repudio total. En principio, sí. Discriminar es una cosa horrenda desde lo moral y lo ético.  —Entonces, lo repudian.  —Desde lo moral y lo ético, sí. Desde lo económico, no. Porque puede dar ganancias. Y si da ganancias, no vamos a ser tan boludos de desaprovecharlas.

 

 —Pero consideran inferior a una persona por su pertenencia racial o que tiene menos derechos por venir de otro país…  —Son situaciones que los ponen en debilidad, no hay duda. Si la gente considera a alguien inferior o que no tiene sus mismos derechos, se siente habilitada a explotarlos. En Estados Unidos funcionó así durante muchos años. Luego los negros pasaron de esclavos a consumidores, por esas cosas del keynesianismo, creo.  —Bien, es solo un tema económico.  — En el capitalismo el trabajo es una mercancía más. Es Es un tema de negocios. No es personal. No es mala onda. Es solo sometimiento de clase.  —¿Van  —¿V an a seguir dando conferencias de prensa cubiertos con capuchas blancas?  —Sí. Creemos en la libertad de expresión. Y a nosotros nos gusta mucho expresarnos usando capuchas blancas.  —Gracias.

 

¿SE PUEDE SER FELIZ EN EL CAPITALISMO?

Soy de un barrio donde ser feliz no estaba bien visto.

PETE TOWNSHEND

 Las vidas giran y rebotan entre entre libertades y reglas. ¿La ffelicidad elicidad necesita siempre libertad para poder lograrse? Una película habla de eso.

PELÍCULA ENTRE FANTÁSTICA FANTÁSTICA Y DISTÓPICA CON MENSAJE A continuación, una escena de la película ¡Qué raro se está poniendo esto! Esta escena contiene el mensaje de la película. En ella vemos a una pareja joven que, ya pasadas varias semanas después de comenzar su convivencia, se sienta a revisar papeles. ESCENA: Sábado a la mañana. Ana y Horacio están sentados en la cocina de su departamento de tres ambientes. Sobre la mesada hay cartas, resúmenes de tarjetas de crédito, facturas, notificaciones municipales, etcétera.  —¡¡Horacio!! Mirá esto. Es un reclamo del consorcio. Vamos Vamos a tener que pagar un recargo en concepto de punitorio. «Por no hacer reuniones con amigos y pasarla fenómeno».  —¿Nos cobran multa por no pasarla bien con amigos? ¿Desde cuándo el consorcio me obliga a pasarla bien?

 

 —No sé. También También llegó un aumento en Movistar «por usar el servicio solo para asuntos laborales y no para hablar pelotudeces divertidas, esas que también forman parte de la vida». Me ofrecen 300 minutos gratis para hacer llamadas donde me presento como «Nucha» y cuando me pregunten «¿Qué Nucha?» yo conteste: «La que tiene esta cachucha».  —¡Increíble! Pero mirá esta boleta, Ana… Nos figura figura una indexación en la tasa municipal de perquisición por «No ir a la plaza a bailar twist», además de no tener constancia alguna de «sacudir el bum bum» en algún lugar público. Y eso se penaliza. Nos dan cita obligatoria el jueves 4 en la Juzgado número 4. «Preséntense con copia de DNI certificada y apto médico para bailar siete temas de Los Palmera y gozar a lo loco, loco, loco».  —Vos  —V os sabés, Horacio, que en el resumen de la VISA nos redujeron el límite de la tarjeta «por no comprar faso y después fumarlo en soledad, en pareja o con amigos y reírnos como idiotas mirando al gordo de enfrente que hace gimnasia en slip».  —¡Saben que tenemos a un gordo que hace gimnasia en slip en el departamento de enfrente, Ana!  —¡Es el algoritmo que nos vigila, Horacio! ¡Seguro escuchan cuando hablamos del Gordo!  —Y escuchan que no nos reímos. Escuchan que no la pasamos bien.  —¿Escucharán los de la AFP también? Acá me rechazan la moratoria de monotributo porque dicen que «no la pongo y disfruto del sexo desde hace más de quince días. Tampoco hay registros de autosatisfacción».  —Bueno, podríamos justificarnos con que estuvimos engripados y con mucho trabajo y que…  —No hay manera, Ana. En la factura de Fibertel también nos recargan recargan por «no mentir en el trabajo diciendo que estamos enfermos para quedarnos todo el día haciendo huevo»…  —¿Por qué, Horacio? Nunca vi esto de que te castiguen por no pasarla bien.

 

 —¡Qué raro se está poniendo esto! Las cartas documento, las advertencias, las citaciones, las multas, son generalmente exigiendo que hagas cosas que no te gustan: un trámite, pagar, una tarea, un examen.  —¡Es verdad! Nunca en mi vida el Estado o algún privado me exigió que goce o me divierta. Eso se supone que es asunto de cada persona.  —«Primero la obligación y después la diversión» se dice siempre, Ana…  —Nos movemos por miedo o por deseo, Horacio. Y las obligaciones siempre son por miedo. O por culpa, que es una variante del miedo. Porque es el miedo que uno tiene a ser una mala persona. ( Arranca  Arranca música suave, piano, medio como la de Cinema Paradiso).  —Así es, Ana. No se puede obligar a alguien a pasarla bien. Eso se desea, se busca, se construye… Pero no se logra con multas y con cartas documento. ¿O será que ni de eso seamos libres? ¿Hasta a eso estaremos obligados? A estar bien… A veces la gente te dice «pero, que hacés todo el día con esa cara de culo…».  —¡Claro, Horacio! O en las fiestas, esos que se acercan, casi siempre alguien con dos copas y que se pone la corbata de vincha, convirtiendo esa prenda que indica «civilización» en un adminículo de pueblo originario, y con la corbata de vincha, entonces, te invita a la pista: «Dale, no seas amarga, vamo’a bailaaaa» te dice, incitando a la barbarie de la danza.  —Quizá sea como dice el filósofo coreano ese que saca un libro cada quince días: «La felicidad será también una obligación en el capitalismo».  —De hecho, Horacio, te la muestran como un objetivo, en el que, claro, también tenés que pagar…  —De todos modos, Ana, la felicidad siempre fue un derecho. Los derechos pueden quitarse o no tomarse. Los derechos no son una obligación. Las obligaciones te persiguen. Los derechos no.  —Es imposible obligarte a ser feliz, Horacio… salvo salvo que, obvio, que lo hagan para cobrártela, como recién te decía… O sea, la felicidad te la imponen para que vos te endeudes…

 

(Golpes de puerta y un timbrazo que interrumpen el diálogo. Sirena, sonido de helicópteros, música de Wagner Wagner.. Se escucha e scucha una voz muy fuerte .)  —¡Hola! ¡Buenos días! (Voz a través de un megáfono ). ¡Soy el oficial

Goldemberg de la Brigada de Felicidad, dependiente de la Secretaría de Goce Ciudadano! Tienen demasiadas denuncias en su contra. Salgan al balcón y caminen, levanten primero las manos, luego pongan una mano en la cabeza… una mano en la cabeza, un movimiento sexy un movimiento sexy una mano en la cintura una mano en la cintura un movimiento sexy un movimiento sexy why ahora empiezo a menear suavecito para abajo, para abajo, para abajo suavecito para arriba, para arriba, para arriba suavecito para abajo, para abajo, para abajo suavecito para arriba, para arriba, para arriba ¡¡Bomba!! ¡Para bailar esto es una bomba! La escena termina con Ana y Horacio bailando y trasladados a una Comisaría de la Sonrisa, en un Trencito de la Alegría blindado con Panteras Rosas armadas.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Seguro sacó acertadas conclusiones de lo antes leído. Pero, si desea, aquí puede leer otra.

 

FRANCO MARSZONE, EL CRÍTICO DE CINE DEL PROGRAMA INFANTIL QUE USA UN TÍTERE PARA HACER  COMO QUE DIALOGA CON ÉL, COMENTA: COMENTA: FRANCO: ¿Sabe de qué nos habla esta película, Pepone? TÍTERE (llamado Pepone): Sé que habla en contra del sistema. Es evidente. Pero no sé bien qué cosa dice. FRANCO: El mensaje es: en el capitalismo se vive cumpliendo obligaciones, pero el paliativo, lo que uno tiene que hacer para pasarla más o menos bien, se lo tiene que ganar uno mismo. TÍTERE (llamado Pepone): Ah… pero en la película se obliga a la gente a ser feliz. FRANCO: Claro. Eso sería lo que quiere destacar como raro para que nos llame la atención y pensemos. Se obliga a la gente a ser feliz porque, enojada, podría empezar a cuestionar el sistema. O sea, estar bien sería no cuestionar y aceptar al sistema. TÍTERE (llamado Pepone): Entonces la cosa sería: ser feliz (obligación) implica no rebelarse contra las otras obligaciones. FRANCO: ¡Así es, Pepone! El enojo puede llevar al cuestionamiento, estado potencial de un pensamiento subversivo. TÍTERE (llamado Pepone): ¡¡¡Sííí!!! ¡¡¡El enojo es subversión en potencia!!! ¡¡Uacalaaa!!

(Por un efecto especial, la cabeza del títere sale volando y pega contra el decorado. Los chicos ríen, festejan y son felices).

 

CAPITALISMO SOBRENATURAL

¿Qué necesitamos para vivir?  Agua, alimento y olvido. olvido.

CARL SAGAN

 Algo que forma parte de nuestra vida es, en realidad, realidad, un disfraz donde se ocultan muchas de las horas de nuestros días.

CASO SOBRE EL DINERO PRESENTADO PRESENTADO EN UNA FERIA Con gran alegría y colorido, y auspiciada secretamente por empresas y consultoras de economía, se realiza la V Feria del Capitalismo Asombroso. Allí se presentan y se estudian todo tipo de casos y fenómenos sobrenaturales y paranormales relacionados, obviamente, con el capitalismo. La primera charla es presentada por Marcelo Lobosquen, el marxista amigo de Constantini (un marxista que siempre acompaña al millonario para poder mostrar cómo es un marxista en caso de que surja el tema en alguna conversación con otro millonario. Otros sugieren que es parte de su colección de arte). De noche y al aire libre, unas doscientas personas reciben y aplauden al marxista este, que ya comienza la actividad.  —Buenas noches… Gracias por estar con nosotros. Vamos Vamos ya mismo a acercarnos a una dimensión distinta del estudio sobre el capital. Los invito a recibir a Gladys «Porota» Zuberbuller Ceperonne, titular de Lancer Construcciones, propietaria absoluta del paquete accionario del holding bioquímico Praxa y dueña de un LaveRap en Berazategui que le va fenómeno.

 

Hay aplausos. Una sesentona rubia y muy elegante sube al escenario. El marxista sigue:  —Hay un misterio y hay una explicación… Ahora… —eleva el tono de presentador—: ¡Vamos ¡Vamos al misterio! Bajan las luces. Música dramática de Tchaicovsky. Tchaicovsky. En una pantalla pa ntalla aparece un cartel: EL MISTERIO DE LAS COSAS QUE SALEN DE LOS BILLETES La música baja. El marxista arranca el diálogo.  —Contanos, Gladys… ¿Qué es lo que viviste?  —Bueno… Yo Yo estaba en una fiesta muy fina en Punta del Este. Todos Todos vestidos de blanco y eso. Todos de mucha guita. Yo Yo estaba lo más chota hablando con el doble de riesgo de Goyo Pérez Companc y, de pronto, siento que mi cartera tiembla y empieza a salir una luz…  —Tu cartera cartera tiembla… Y empieza a salir una luz… Una ener energía gía especial…  —Sí, sí… Y me asusté… Pensé que me explotaba el iPhone o algo así. Dicen que, si usás un cable o un cargador «no original» chino, el iPhone lo reconoce y entonces se autodestruye. Tengo una amiga que le pasó y perdió dos dientes mientras encargaba una torta en lo de Maru Botana.  —Pero esto no era así…  —No… Era otra cosa. Me animé a abrir la cartera cartera y eran los billetes. Brillaban. Yo Yo llevo siempre catorce mil dólares… Siempre los mismos… Y ahí los vi brillar…  —¿Tenía  —¿T enía pesos argentinos? ¿Uruguayos?  —Sí. Para las propinas. ¡¡Y también brillaban!! brillaban!! Y de pronto, «¡Swoshhh!», apareció una imagen en el aire… Obreros haciendo asado, una familia metiéndose en una pileta de lona marca Pirincho o algo así…  —Imágenes en el aire… ¿Como hologramas?  —¡¡Claro!! Como hologramas. No paraban de aparecer… Estaban unos

segundos, se deshacían y aparecían otros. Fue muy impactante la imagen de

 

dos gordos en slip jugando a la paleta en una playa de arena oscura. Vi arena similar en Santa Teresita, un lugar que conocí una vez que me puse en pedo manejando el yate y me la puse contra un petrolero y terminé encallando ahí. Única forma en que pude haber ido a Santa Teresita, ja, ja,  ja… ¡Qué boluda!  —¿Estas imágenes eran grandes? ¿Las veía usted sola?  —¡Tremendas!  —¡Tr emendas! Como de tres metros de alto. Y las veía todo el mundo. Se armó un revuelo en la fiesta: todos pensaban que era algo artístico, efectos especiales. Algo de Martha Minujín o una cosa de Fuerza Bruta, el espectáculo de esos que se cuelgan…  —Y… entre las otras personas que viste en las imágenes… —pone suspenso—, ¿reconociste a alguna?  —Eh… Sí…  —¿A quién…?  —Eh…  —¡Decilo… decilo! ¡Animate y decilo!  —Reconocí a una recepcionista; estaba acariciando un hámster… También a un pelado que es gerente haciendo un karaoke de Ricky Martin cantando «Livin’ la vida loca». El matrimonio que me cuida una de las quintas preparando una torta de cumpleaños… Decía seis años, y estaba decorada con un Messi pateando una pelota. Todas eran imágenes bellas… Me di cuenta de que los gordos que jugaban en Santa Teresita, la familia en la Pirincho… todos, todos eran empleados míos y…  —¡Empleados tuyos! ¡¡Claro!! ¿Y qué más, Porota?  —Eran empleados míos… ¡¡¡Y en las imágenes estaban felices!!! —Se —Se pone a llorar—. ¡No entiendo qué es lo que pasó! ¡Tengo miedo de que vuelva a pasar! ¡¡Me angustia mucho!!  —Tranquila, Porota, acordate que… —eleva el tono de voz de gran presentador— soy marxista… ¡¡Y puedo explicar este misterio!! Arranca al mango música de la película  Rocky. En la pantalla se lee un gran cartel:

 

EXPLICACIÓN MARXISTA DEL MISTERIO  —Bien, sin perder el ritmo, vamos a explicar este misterio. misterio. Este es un caso de «Corporización energética del Tiempo Utilizado en el Trabajo».  —¿Lo qué? —preguntó uno del público.  —Es fácil de entender. entender. La plata es tiempo de trabajo. Ese tiempo de trabajo es el que no usamos para cosas que nos gustan. Por eso en la «Corporización del Tiempo Utilizado en el Trabajo» aparecen esas escenas saliendo de los billetes. Son las cosas que a la gente le hubiera gustado hacer en lugar de estar trabajando. Por eso son imágenes de felicidad.  —¿Pero eso no debería aparecer en los billetes de la gente que trabaja? ¿Por qué aparecen en los de ella? —pregunta un tipo del público con aspecto de patronal. El marxista lo miró, señalándolo con su dedo…  —Si tenés empleados y tenés tarjeta de crédito… sacala y sostenela sobre la palma de tu mano… El tipo sacó la tarjeta con cierto temor y la colocó en la posición que le pidió el marxista, que puso su mano como cuando un mago o superhéroe quiere enviar o lanzar energía, o algo de eso.  —¡¡Carmina Burana!! —gritó el marxista. La cantata de Carl Orff empezó a sonar con toda su magnificencia. Concentrado y enérgico, el marxista gritó:  —¡Ahora verán la magia de la plusvalía! De la tarjeta surgió una bola de luz que creció hasta tener diez metros de altura. Muchos del público empezaron a correrse. El tipo que tenía la tarjeta, por el contrario, tenía una sonrisa de gozoso asombro.  —Piense en dos empleados… ¡Ahora! —le pidió el marxista al tipo. tipo. De pronto la luz se transformó en una pareja abrazándose en una cama…  —Uy… Malena y el chabón de contaduría —dijo el tipo.  —Cucharita, hagamos cucharita —se escuchó con gran volumen decir a

la chica de la imagen.

 

Y así, todos fueron viendo cómo en los gigantes hologramas, la pareja se mimaba, se frotaba e iba proponiéndose distintas posiciones. «El perrito, hagamos el perrito», decían y cambiaban. «La merluza que pide perdón». «El paraguayo que canta como Elvis». «La monja hincha de Vélez». Lejos de verse como algo pornográfico, la imagen era amorosa, erótica y emotivamente tierna.  —Eso es lo que quisieran hacer ellos en vez de estar trabajando. Para eso se le paga a la gente: para que deje de hacer lo que quiere y haga lo que es necesario para una empresa… Ahora todos, saquen todos sus billetes, tarjetas o pongan sus celulares hacia arriba con la app de Mercado Pago los que Todos tengan… lo hicieron, fueran patrones o no. Y así fue como doscientas bolas de luz se elevaron recortándose contra la noche. Se podían ver como brillantes hologramas a una señora acariciando un hámster, a un pelado imitando a Ricky Martin cantando y bailando «Livin’ la vida loca». Un muchacho tirándose de bomba a una pileta. Gente durmiendo. Gente  jugando con bebés. Gente en la cancha. Gente tomando mate en sillas plegables sobre el pasto, al costado de una autopista.  —Porota, esto le pasó en un momento en que la enérgica plusvalía se alineó, mientras usted pensaba en sus empleados… Porota asintió.  —Ahora, saque sus catorce mil dólares… Y piense en usted. Porota sacó el fajo, el marxista la miró y una nueva bola de luz se elevó y se transformó en la propia Porota sentada en un patio, con los pies en una palangana de agua tibia y escuchando a Spinetta.  —Esto es lo que usted deja de hacer cuando trabaja. La plata es la biografía de lo que dejamos de hacer para poder ir a ganarla. La música pomposa y dramática siguió sonando, hasta que el marxista pidió un cambio en la música.

 —¡¡Carnaval carioca!! —gritó.

 

Y así la alegría llegó y todas las felices plusvalías de diez metros de alto se pusieron a hacer un trencito y, cantando «Pe-pe-pe-pe pepé», se perdieron en el cielo.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Sabemos que sus conclusiones son brillantes. Le acercamos estas para que complete, si quiere.

EL CIENTÍFICO ROQUE PENDEROBAS NOS HABLA SOBRE SUS INVESTIGACIONES ACERCA DE «EL CUARTITO CUARTITO DEL FONDO DEL CEREBRO»:  —Es obvio que olvidar tiene sus beneficios. Es como sacar muebles para liberar espacio en la casa.  —Claro. De ahí «el cuartito del fondo del cerebro». Ahí metemos de todo para poder circular por la casa.  —¿De qué cosas nos olvidamos?  —Básicamente, de la finitud del tiempo. Casi todo el día actuamos como si fuéramos eternos. Nos olvidamos de la muerte. Cada tanto vamos al cuarto del fondo y ahí está, al lado de un calefactor que ya no anda y una pila de revistas Viva de Clarín.  —Y gracias a eso entregamos tiempo para el trabajo, a veces sin valorarlo.  —Claro, y ahí aparecen las patronales viviendo del tiempo de quienes directa o indirectamente trabajan para ellas. Pero el tiempo se disfrazó de Ratón Mickey. Entonces, vemos el disfraz y nos olvidamos de lo que hay adentro.  —O del chancho porque ya es chorizo.

 

 —Sí. Y podríamos seguir con más metáforas idiotas para poder entender que, gracias al olvido de la muerte, el olvido del tiempo y que la plata es un disfraz, las cosas siguen adelante y el sistema funciona. Por eso, cuando alguien muere salta todo y avanzamos un metro en la lucidez. Pero después volvemos al olvidar hasta la próxima vez.  —Qué bajón. Tengo Tengo ganas de fumar faso y mirar una de Rápidos y furiosos.  —Yo,  —Y o, aunque soy científico, también.

 

COMPORTAMIENTOS COMPORT AMIENTOS MAQUINALES

Queremos Querem os manejar los acontecimientos  porquee queremos  porqu queremos ser Dios.

MUHAMMAD ALI

 Ideas y comportamientos supersticiosos pueden nacer de observar lo que hacemos todos los días.

¿ES EL CAPITALISMO UNA GRAN CÁBALA? Juan —le dicen «Cachi»— está con su novia Adelina. Ambos tienen camisetas de El Provenir, histórico club de Gerli. Él tiene una libreta con anotaciones y le está dando unas indicaciones a Adelina, que tiene una sandía en sus manos.  —Vos  —V os sabés que El Porvenir es un club cuyo nombre es de origen anarquista. Vos Vos sabés que yo soy de izquierda, formado cerca de gente del PC. Mi familia, básicamente. Pero aprendo mucho del capitalismo. Por eso te pido que hagas esto, lo que está en este papelito: 15:22 - Saludar a Mario, que pasa por la vereda de enfrente, y dejar caer accidentalmente una sandía. Cuidar que nadie esté pasando por abajo.  —Sí. Es lo que hice la vez pasada. Yo Yo dejo caer la sandía… Pero… ¿con eso alcanza?  —Tengo  —T engo más cosas anotadas para que funcione la cábala, lo que se tiene que repetir. Tengo Tengo esto hasta ahora:

 

El escribano Damián Salaberry pone en velocidad 3 un turboventilador Liliana. Un Fiat Duna a gas pasa por Sarmiento y Bustamante. Un comunista (mi papá) se pone una remera chistosa que dice «Marx del Plata, la Feliz», donde se ven dos lobos marinos con la cara de Carl. Un perro salta para agarrar en el aire un pedazo de milanesa que le arroja un adolescente en patineta. Una chica le dice «quiero darte un beso» a un chico, mientras pasa una camioneta Ford F-100 anunciando por altoparlante que compra cocinas viejas, muebles, roperos. Una mujer de cincuenta y pico (mi prima Ale) canta «A mi manera», la versiónyde Sinatra. Se tiene que cuidar decirle «maiiii ueeeeeiii», noFrank «maiiii… bueeeeeeiiii», con «B»,de como sale a veces. Trescientas personas en una terraza, después de un asado, bailan desenfrenadamente y hacen pogo escuchando a Martha Argerich tocando una sonata de Prokófiev, Prokófiev, la siete, según pude deducir. Dos de esas personas bailan arriba de un tanque de agua, rompen la tapa y caen adentro sin sufrir heridas, aunque sí dañando el mecanismo del flotante.  —Mirá, Cachi… lo veo difícil. ¿Toda ¿Toda esta gente va a repetir lo que estaban haciendo?  —Sí. Ya Ya lo hablé con todos. Y ellos están buscando más gente. Cuantos más seamos los que repitamos, más cerca vamos a estar de igualar a aquel día.  —Bien… o sea que, si repetimos todo esto, Caballotti puede volver a hacer un gol y así gana de nuevo El Porvenir.  —Por ahí no con gol de él. Pero alcanza con que gane El Porvenir. Porvenir.  —También  —T ambién sería bueno que juegue bien.

 

 —Por supuesto. Pero no alcanza con los méritos propios. El destino es una rifa: hay que tener la mayor cantidad de números posibles.  —No sé… hago esto porque te quiero. Pero no creo mucho…  —Repetir funciona. Es científico. No es superstición. Toda Toda la sociedad, el sistema, la vida, el capitalismo repiten lo que hacen. Por eso intentamos con esta cábala.  —Las cosas no suceden porque se repita algo…  —¡Sííí! Por eso sabemos que pueden suceder, suceder, o que se van a repetir repetir.. Es lo que aprendemos a hacer: a repetir. La experiencia y las tradiciones; lo que funciona. Todo es repetir. repetir. Pensalo: si tocás PB en un ascenso ascensor, r, vas a planta baja. Marcás un número de teléfono para hablar con tu cuñado. Marcando el mismo número otro día vas a poder hablar con tu cuñado otra vez. Para comprar un Port Salut el estos chinohay esquina basta con volver a irpoder al chino de la esquina. ¿Ves? ¿Ves?enDe hde ay lamiles de ejemplos.  —Bueno, es verdad. Repetimos muchas cosas.  —Eso ya lo vio Gramsci: cuando Ford empezó a aplicar la producción de autos en serie aprendió de la naturaleza y su repetición, de ver cómo cada hecho provocaba el mismo efecto. Y así armó la producción en serie: reducís costos, se acelera la producción, se aprende más rápido una tarea, porque es solo una parte de la factura de un producto. Todos cumplimos repitiendo la parte que nos corresponde.  —Ay, Cachi… La vida es una cábala fordista.  —Ay  —¡Claro! Vas Vas a trabajar y repetís un rito: tomar un colectivo, entrar a un horario, hacer la misma tarea. Y después se repite otro rito, que es que te pagan el sueldo. Y vos vas al chino a comprar el Port Salut. Y nada cambia. Todo se repite. Así ellos controlan los destinos y el futuro. Todo es una cábala.  —¿Y si no repetimos?  —Cuando no repetimos, experimentamos. Y cuando hay experimento hay incertidumbre. Vas Vas de nuevo al McDonald’s porque sabés qué gusto tiene. Es como una cábala: repetís algo para que suceda lo mismo.

 

 —Pero el universo es mucho más grande. Y pasan cosas, como la pandemia.  —Sí. Pero se volvió a repetir algo: hicieron una vacuna. La cábala fue fue esa. Y ahora repetimos salir de nuevo a la calle, volvemos a repetir lo que hacíamos antes.  —Bien. Aprendamos de Henry Ford entonces. Si el universo es una coreografía de causas y efectos, una gran máquina que se controla y se regula con acciones, ¿quién te dice?, repitiendo determinados movimientos tal vez podemos lograr que se repitan las cosas.  —¿Vas  —¿V as a dejar caer la sandía?  —Sí, Cachi. Voy Voy a dejar caer la sandía desde el balcón. Por eso soy hincha de El Porvenir. Porque aquellos fundadoresa anarquistas, lo digo pesar ser  —Así hijo dees. comunistas, no se resignaban que el futuroysea solo aazar o de determinación de los poderosos. Ellos querían que El Porvenir fuera luminoso y feliz para todos.  —Excelente. Les voy a decir a las chicas del club que se sumen a esta cábala. Y que después hagamos un cantito que hable del «pesimismo de la razón y del optimismo de la voluntad». Aunque va a ser difícil encontrar algo que rime con Gramsci.  —Alguna rima vamos a encontrar. encontrar. Tené Tené fe.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Estamos seguros de su claridad y lucidez. Nosotros solo le ofrecemos este humilde aporte.

REPETIR Y NO REPETIR SON COSAS DISTINTAS PARA NUESTRO CEREBRO: CONVERSACIÓN DE UN PERIODISTA PERIODISTA

 

CON LA ANCIANA Y JUBILADA NEURÓLOGA DOÑA TOTA TOTA KENNEDY  —Te voy a explicar por qué la gente se acuerda dónde y qué estaba  —Te haciendo cuando se entera de que pasaron cosas muy fuertes, como, por ejemplo, la caída de las Torres Torres Gemelas en Nueva Nue va York York o la muerte de Maradona. Mirá este sifón… ¿Lo ves?  —Sí, lo veo… La anciana le mete al periodista un chorro de soda en la cara.  —Eh… oiga, señora…  —Vas  —V as a ver que en dos semanas te acordás de este sifón. En cambio, si te preguntan qué desayunaste desayun aste hoy, no vas a saber. ¿Sabés por qué? Porque nuestro guarda distintas información novedosa y la que escerebro rutinaria. Seríadebueno que maneras recuerdeslaesto. Le estrella un huevo en la frente.  —¿Pero qué hace, señora?  —Cuando repetimos y repetimos acciones, lo hacemos de forma automática. Y entonces nos consume poca energía cognitiva. Es decir, ya es algo muy aprendido, por lo cual no le requiere esfuerzo al cerebro. Pero si pasa algo inesperado como lo de las Torres, la muerte de Maradona, el sifón o el huevo de recién, pasa otra cosa: se activan ciertos mecanismos neuronales (síntesis de proteínas) que indican a nuestro cerebro que eso es novedoso, importante, especial, y no será habitual.  —Claro. Entonces lo necesita fijar. fijar.  —Así es. La anciana le vacía un paquete de harina en la cabeza.  —Uh… pero, señora…  —El cerebro no solo tiene que poner atención, sino, además, guardarlo en su memoria a largo plazo. Porque, si es algo novedoso y no habitual, tal vez no lo vuelva a ver. Y tiene que aprenderlo, recordarlo.

 

Lo hace también con cosas personales: primera vez que andás en bicicleta, debut sexual, un regalo muy especial…  —Así es como empieza a funcionar la cábala: el cerebro fija referencias (lugar, momento, entorno) de un momento sublime (un gol en un mundial). Y entonces se repite lo vulgar de todos los días, para obtener el resultado de lo sublime.  —Así es. Entonces nuestra razón va más allá de la razón. Porque lo racional tiene un límite: lo conocido, lo que vemos día a día. Lo irracional es un campo infinito donde todo puede ser y suceder. Sería bueno que recuerdes esto. La anciana empuja al periodista, que cae de frente sobre nueve chocotortas que hay sobre un sofá, sabiendo que jamás se va a olvidar de ese momento.

 

MIEDOS PARTE 1  Nada educa mejor mejor que un buen trauma

BERTRAND RUSSEL

Si el futuro es desconcierto y es angustiante, mostrar una versión de este puede ser más desconcertante aún si se lo expone como una  posibilidad en nuestra vida.

TOUR POR LA CIUDAD «CONOCÉ Y CUIDÁ TU LUGAR» Un tour para concientizar sobre el patrimonio histórico y arquitectónico de una ciudad. Un paseo para que la gente redescubra y valorice el lugar donde vive. Como excusa, va entre parques y edificios, pero destacando también otros aspectos, que la misma guía turística detalla con vivacidad. Relatando a través de un megáfono:  —Este es el Parque Municipal Sarmiento, diseñado por el arquitecto Carlos Thays. Se destacan su trazado principal, la pérgola alrededor del lago y la Fuente de la Esperanza, que pueden ver unos metros más atrás de ese grupo de indigentes… ¿Lo ven? »Si llevan una vida miserable, expuesta al hambre, al frío y a la enfermedad, ya sea por la mera y azarosa injusticia del universo o por no haber respetado las reglas básicas del sistema productivo. Ese que premia el esfuerzo. Ustedes lo saben. »Pero también castiga con una vida de sufrimientos a quien no se adapte a las reglas imperantes del mercado. Piénsenlo… Hummm. —Sube el volumen del megáfono—. ¡¡UNO DE USTEDES PODRÍA ESTAR ESTAR AHÍ EN EL FUTURO!! ¡¡CUIDADO!! ¡¡¡NO DEJEN DE TRABAJAR Y

 

ESFORZARSE PARA NO DESPERTAR EL ENOJO DE LOS MERCADOS!!! Luego el tour avanza deleitando a los pasajeros con paisajes urbanos y la bella arquitectura de muchos edificios históricos.  —Nos detenemos unos minutos frente a la casa donde vivió el general García para que puedan tomar fotos de la fachada y de la centenaria palmera que corona el patio. También pueden tomar fotos del pobre que duerme en un colchón mugriento en la puerta de la casa de al lado. »Tomen »T omen varias fotos del d el marginal. Elijan una y mírenla todas las noches, o mejor… —sube el volumen del megáfono—: ¡¡¡HAGAN UN PÓSTER Y CUÉLGUENLO EN EL LIVING CON LA FRASE «YO TAMBIÉN PUEDO TERMINAR ASÍ EN EL FUTURO SI DEJO DE PRODUCIR Y¡¡¡LA SACRIFICARME ENPOR MI USTEDES!!! TRABAJO»!!!¡¡LA ¡¡¡ESTÉN ATENTOS!!! POBREZA VA POBREZA ES VELOZ Y SUS GARRAS SON IMPLACABLES!! ¡¡¡LA POBREZA QUIERE ATRAPARLOS, DESTROZARLOS CON SUS DIENTES Y LUEGO DEFECARLOS EN ALGUNA VEREDA!!! ¡¡¡CUIDADO!!! ¡¡¡AHHHH!!! A continuación, el tour avanza mostrando distintas escenas de pobreza cada vez más extrema, hasta que la gente finalmente baja del ómnibus, con una última sorpresa: sin saberlo, están haciendo un piquete en el Puente Pueyrredón. Son puteados desde autos, cagados a palos por policías y obligados a comer chipá y polenta. Al final se les entrega un folleto que dice «Conocé y cuidá tu lugar», en el que se repasa el recorrido del tour, además de dar nociones de ahorro, formas de buscar empleo, guía de las carreras más rentables y pequeños cursos de emprendedurismo.  —¡¡¡TRABAJEN!!! ¡¡¡TRABAJEN ¡¡¡TRABAJEN Y AGRADEZCAN, MANGA DE HIJOS DE PUTA!!! PUTA!!! —los despide la guía con su megáfono, con voz dulce y amenazante.

 

Finalmente, antes de que todos se vayan, un falso turista comenta en un tono de voz lo suficientemente alto como para que todos escuchen:  —¡Esto está todo armado! Esas villas y esos pobres por la calle están puestos por el tour. ¡Las corporaciones, las transnacionales, los bancos y el sistema financiero internacional organizan esto para que nos asustemos y sigamos produciendo! Es entonces, cuando todos están mirando, que remata:  —Todos  —T odos esos son actores… Son «pobres disuasivos» o «pobres de advertencia». ¡¡¡Es para que aprendamos!!! Al escuchar esto, muchos lo piensan y se indignan. Pero después de llegar a la conclusión de que todo está armado, se asustan más todavía. La pobreza provoca miedo si es parte de un sistema de una manera, digamos, deseable y accidental. para que lanoveamos como amenaza.Pero da más miedo si es planificada, Las y los guías de turismo hacen un pequeño gesto de «te estoy mirando… Sí, a vos… A vos» a cada uno de los pasajeros mientras se alejan.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Seguro otras. ya sacó sus conclusiones. Esperamos no ofender ofreciendo estas

EN EL SEMINARIO «FOUCAULT PARA MILLONES», DENVER  MASTRONARDI, PEDAGOGO URUGUAYO, CONTESTA PREGUNTAS SOBRE ESTE ASUNTO.  —Usted es un seguidor de Foucault…  —Bueno, durante mucho tiempo escuchaba la palabra «Fucó» y pensaba que era una infracción de fútbol dicha en francés. Pero era Foucault,

 

Michel. Famoso filósofo, historiador, sociólogo y psicólogo, al que siempre admiré. Y mucho.  —El que escribió Vigilar y castigar.  —Un gran libro. Ahí habla del «teatro del castigo». Repasa épocas en las que los presos eran llevados a hacer trabajos forzados en público, para que la gente también viera qué era lo que le esperaba si cometía un delito.  —Algo similar ocurre en las calles.  —En las calles, en los medios, en películas, en documentales. La pobreza es muy mostrada. Se la muestra más de lo que se la resuelve. Es decir, es pedagógica. Por lo cruenta que q ue es, provoca terror terror.. Hace que la gente viva en estado de emergencia.  —Siempre no lespara suceda.  —Obvio. Siatentos apenasateque alcanza vivir, tenés pánico de no llegar a fin vivir, de mes. Y si te sobra, tenés terror a que la racha se termine. Es una emergencia permanente. La gran mayoría de los que no son pobres viven huyendo de ser pobres. Tanto que, en un momento, no se dan más cuenta de que viven así. Nos acostumbramos y normalizamos vivir en emergencia.  —Es como una desesperación ordenada y educada.  —Así es. Porque, en una emergencia, en el terror, uno se desconcierta, se pierde. Y te salvan nada más que las instrucciones. Y las empezás a seguir, tanto que un día pensás que así es la vida. Ya Ya no ves las instrucciones. Son tu vida.  —Eso es lo que critica y objeta Foucault.  —¿Cómo «objeta y critica»? ¿Yo ¿Yo creía que hablaba a favor de «vigilar y castigar»?  —No. Todo Todo lo contrario.  —Uh, qué hijo de puta. Qué desilusión.

 

MIEDOS PARTE 2 Ojos que no ven, corazón que no siente.

REFRÁN POPULAR 

 El ingeniero-arquitecto ingeniero-arquitecto Carlos Pedorfo, especialista en habitualidades urbanas, nos da recomendaciones para vivir esa entrañable costumbre de sentarse a la mesa de la vereda de un bar. bar.

TIPS PARA SENTARSE EN LA VEREDA DE UN BAR   —Cuando consumimos en una mesa de la vereda de un bar, ¿qué es lo que nos puede pasar?  —De todo. Pero, básicamente, que se acerque otra gente. Puede ser: a) El mozo o moza. b) Un amigo/amiga/conocido/conocida. c) Un pobre.  —¿Cómo sabemos que es un pobre?  —Básicamente, porque pide. Y los pobres que piden pueden ser de distinto estilo o formato al pedir ped ir.. Veamos Veamos los más habituales: «Pobres con niños». «Pobres con dificultades motrices». «Pobres en silla de ruedas». «Pobres que dan estampitas». «Pobres que reparten papelitos con algo escrito que explica el motivo del pedido». «Pobres que piden para remedios». «Pobres que piden para comer».

 

«Pobres que piden para viajar». «Pobres que explican que se quedaron sin trabajo». «Pobres que, por tener sida, no consiguen trabajo». «Pobres exdrogadictos que trabajan en una panadería sin apoyo del Estado». «Pobres ídem pero que se hicieron evangelistas». «Pobres que venden pañuelos de papel, medias, repasadores, etcétera». «Pobres que, consigan dinero o no, se toman un vaso de agua, se llevan algo de pan o esas galletitas que vienen con el café».  —¿Hay otros pobres?  — Sí. También Tetcétera… ambién hayPero, pobres de semáforo, pobres quepobres piden que en medios de transporte, básicamente, estos son los merodean en mesas en las veredas de locales gastronómicos.  —¿Por qué lo hacen allí?  —Una mesa de bar es una zona «semipública», ideal para el contacto «pequeñoburgués-pobre». Aquí el pobre encuentra al pequeñoburgués en una situación de debilidad: a) Está quieto. No puede irse. b) Está consumiendo y esto destruye el argumento de que «no tengo nada encima». c) La relación de fuerzas está a favor del pobre en esta situación de pedido de limosna. Y al revés, si es el pobre el que está en un lugar fijo, es más fácil evitar la situación: el pobre está en el piso a la salida de una iglesia o un supermercado (evitar paralelos metafóricos). En esa situación, con solo acelerar el paso, el pequeñoburgués puede alejarse de la pobreza.  —¿Hay formas de saber dónde están los pobres?  —Sí. Hay apps con mapas de pobreza y con su ubicación, lo que sirve para esquivarlos y no sentir culpa ni perder tiempo y dinero. Pero en los

bares es inevitable.

 

BILLETES Y CULPA  —¿Hay que andar con efectivo encima?  —Abrir una billetera medio de costado o revisar en bolsillos sin que se vea mucho, buscando billetes chicos, es un momento realmente vergonzante. Es decir, ver que la persona pobre observa cómo nos hacemos los boludos cuando solo tenemos billetes de mil. Siempre hay que tener cambio, para poder dar dinero con billetes de valores proporcionales a la culpa que causa el que pide.  —¿Y si solo tenemos tarjetas?  —Seguro que próximamente habrá una «Bancarización de la pobreza» y se podrá dar limosna con Mercado Pago. Ya Ya hay proyectos para repartir pasatarjetas y escáneres entre pobres. El mercado siempre encuentra soluciones. si salimos sin oefectivo o sinactitud cambio, solo queda ofrecer algoPero, de lo por queahora, tenemos en la mesa tomar una indiferente bien de sorete. Indiferencia hacia la persona pobre y ante nuestra propia culpa.

INSISTENCIA  —¿Qué hacer cuando la persona pobre que pide insiste y no se va?  —Esa es su técnica. Insistir para que solo quede la alternativa de pagar. pagar. La gente paga para que venga un delivery, pero también paga para que la pobreza se vaya.  —Salir con cambio, administrar el dinero destinado a que la pobreza esté el menor tiempo posible junto a nuestra mesa, es clave. Pero, ¿por qué darles a todos?  —Si uno es creyente, suma puntos ante la divinidad. Si es ateo de izquierda, calma la conciencia. La limosna funciona como un clonazepan de la culpa.  —A veces el desfile de pobres pidiendo se vuelve difícil de sostener…  —Aún no hay un ordenamiento del tránsito de pobres o turnos para

pedir limosna. Así es que muchas veces, al quinto pobre que pide, se le dice

 

«Ya di».  —¿El «ya di» es una respuesta errónea que supone que, dándole limosna a uno, se les dio a todos?  —«Yaa di» parecería ser eso. Ya  —«Y Ya se cumplió con el deber caritativo. Pero supone que los pobres son un equipo coordinado para pedir. Como si fueran bomberos vendiendo una rifa. O vendedores de algo que uno ya posee.  —Y los pobres no son un equipo.  —En realidad, los pobres están coordinados. Trabajan Trabajan pidiendo en equipo. Van juntando y recaudando. Y con eso van comprando armamento, todo tipo de armamento militar. militar. Misiles, tanques, helicópteros.  —Todo  —T odo lo necesario para una revolución.  —Así es. Aunque hay un sector que quiere comprar Nordelta para llevarse todos a vivir con ahí. los De pequeñoburgueses todos modos, en cualquiera prometena ser piadosos solidarios.de los casos,

BASE DE DATOS  —¿Ellos distinguen entre quiénes les dan y quiénes no les dan?  —Sí. Tienen Tienen una potentísima base de datos donde figuran los aportes. Por ejemplo: Señor pelirrojo llamado Alberto, siempre va al Café Martínez de 9 de Julio y Mitre. Aportes del último mes: Compró dos cajitas de curitas de marca desconocida, un repasador y un hilo de coser. Sin comprar mercadería, dio a algunos vendedores limosna: 5 dólares entre todos. Limosna sin transacción: 9 dólares.  —Nos vigilan.  —Obvio. Las cámaras de vigilancia de la ciudad están hackeadas. Ven Ven y

anotan todo. Ellos también son el Ojo de Dios. Y al sentir que Dios parece

 

no castigar a los avaros, planean hacerlo ellos. La mayoría de los pobres, además de creer en Dios, están decidiendo ser Él.  —Entonces… a cuidarnos.  —Sí. Porque está todo asentado. Por ejemplo, usted, el martes martes 4, se estaba clavando un tostado y le compró un paquete de pañuelos descartables a un nene que tenía puesta la camiseta de Messi de la Selección.  —Es verdad.  —Hay detalles: usted cuidó muy bien no tocarle la mano en el momento del intercambio. Puso el billete bien hacia adelante con sus dos dedos. Así evitó el contacto con la piel. Después, cuando el pibe se fue, roció el paquetito de pañuelos con alcohol al 70% en spray.  —Sí. Cuidarnos nuestra salud también es importante.

RECOMENDACIONES FINALES  —Mucha gente piensa: «Pero yo, lo único que quiero, es tomarme un café al aire libre. Nada más que eso»…  —Así es. Lo importante es ubicarse. Tomar Tomar café en una vereda es de burgués básico y descartable. Es de burgués del fondo de la tabla. La prueba es que los pobres pueden tener contacto con ese burgués. La gente que tiene poder de verdad no pasa por esta situación. Está siempre en lugares sin contacto con pobres. Solamente los tiene con los que trabajan para él.  —Vamos  —V amos entendiendo. Recomendaciones finales, ¿entonces?  —Leer el discurso de Perón en la Bolsa de Comercio. Búsquenlo en Google. Hay que preocuparse solo un rato en juntar billetes chicos para dar. No es tan grave. Es el pequeño impuesto que hay que pagar por tener un lugar mejor en este asunto. Recordar siempre y cada día: agradecer y dar algo, entendiendo que es solo un impuesto a no ser ellos.

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN

 

A pesar de que usted ya ha sacado sus propias conclusiones, le acercamos estas otras.

ELVIO «BICARBONATO» FORLANDER, MIEMBRO DE LA SOCIEDAD CULPÓFILA AMERICANA, NOS DICE:  —Bueno, con las culpañeras y culpañeros pensamos que primero hay que tener claro qué qu é es la culpa. Veamos. Culpa: emoción producto de la convicción de ser responsable de algo que está mal o hace mal. Bien administrada es buena y muy útil.  —¿Por qué es buena y útil?  —Porque es una baranda, un guardarraíl, un lomo de burro para el ego. Nos avisa de la presencia de inconsistencia entre nuestra propia imagen y lo que hemos hecho o pensado.  —¿Y en el caso de la pobreza?  —Nos alerta de dos cosas: 1) Es un indicador de que sabemos que, si nosotros estamos bien económicamente, es porque hay alguien que está mal. Estar mejor no es completamente independiente del hecho de que otro esté peor. 2) Es un indicador de que no creemos en la impecabilidad de la meritocracia: la culpa indica que pensamos que el pobre no es pobre porque quiere o no se esforzó, sino que hay algo injusto en esa realidad. En función de esto podemos definir a la culpa como una falla del sistema capitalista: algo de la libre competencia y la supervivencia del más apto, que no funciona. De lo contrario, no habría culpa.  —¿Qué actividades realiza la Asociación?  —Básicamente, nos reunimos para mantener nuestras culpas en forma. Son la garantía de que todo no se vaya a la mierda. Así que intercambiamos culpas, las mejoramos y hacemos festivales de exhibición de culpas, acrobacia con culpas, sorteos de culpas, bailes con

culpa, culpas rapeadas para los más jóvenes y viajes de turismo con

 

culpa, donde generalmente nos volvemos antes porque nos da culpa. Vengan y afíliense. Cada tanto rechazamos a alguien para que nos dé culpa, pero en general los dejamos afiliarse.

 

LA CREATIVIDAD Y LA EFICIENCIA

 Me ahorré un un minuto. Y no sé dónde guardarlo.

MARLENE DIETRICH

 La eficiencia no es algo natural. La eficiencia es un artificio  producto de la creatividad creatividad humana.

DOCUMENTAL SOBRE UN INVENTO Escena del documental «Todo suma», que trata sobre distintos aportes a la historia de la economía mundial. En esta secuencia del documental se aprecia una recreación ficcional de diálogo entre Sarah Stillman y su esposo, Greg Hunderson. Filadelfia, enero de 1974. Ambos están preparando el desayuno. (Doblado al español neutro). ESCENA 1 SARAH: ¡Oh, cielos! No pude dormir pensando en el desayuno. GREG: Pues aquí lo estamos por tomar. Es 7 de enero de 1974. Y es un hermoso día. ¿Tienes algo que observar, ob servar, cariño? SARAH: No. Solo tengo una intuición… Pensaba en la suma de gente que trabaja en Filadelfia, New Jersey y Delaware. De seguro hay un millón de personas que todos los días se levanta y desayuna antes de comenzar sus tareas. ¿Cuánto tiempo utilizan? GREG: Entre quince minutos y media hora puedo estimar. ¿Quieres que

trate de ser más preciso, cariño?

 

SARAH: No. Tomemos Tomemos un tiempo de desayuno de quince minutos. Entonces: 1 000 000 de personas × 15 minutos = 15 000 000 minutos 15 000 000 minutos = 250 000 horas = 10 416 días, aproximadamente 28,5 años GREG: ¡Diablos! ¡¡El tiempo de desayuno de un millón de personas, sumado, equivale a veintiocho años!! ¡¡Es mucho, cariño!! SARAH: Bien. Ahora supón que, de ese millón, unos doscientos mil desayunan fuera de su casa, rumbo a sus tareas. En bares y gasolineras. Y de esos doscientos mil, veinte mil, necesitan tomar el café mientras van en su automóvil, en el bus o en el metro. GREG: Muchos lo intentan. Gracias a los vasos descartables que, si bien fueron creados en los años 30 por temas sanitarios, recién afines de los 60 se popularizaron a partir del desarrollo de distintos plásticos. Esto dio a mucha gente la idea de «tomar el café mientras va al trabajo». SARAH: Pero los pequeños accidentes que provocan suciedad en faldas y pantalones, sin contar el riesgo de quemaduras, desalientan esta costumbre. GREG: Ni que lo digas… Además, muchos usan tapas para que no se pierda el calor. Eso lo hace todo más difícil. Oh… quitar esas tapas para poder beber y luego tener que volver a colocarlas… Demonios… Aunque debemos reconocer que esas tapas ayudan a conservar la temperatura… SARAH: Muy bien… Pero dime… ¿Qué tal si la tapa tuviera un agujero? GREG: Oye… ¿De qué hablas, cariño? SARAH: Un agujero. Una ranura. Se podría sorber el café a través de ella. GREG: ¡Ey! Me gusta… Continúa, cariño.

 

SARAH: Imagino una ranura casi rectangular. De ocho por tres milímetros. Redondeada en los lados más cortos del rectángulo… GREG: ¡¡Claro!! ¡Eso permitiría tomar sin peligro de derramarse! La misma lógica de un biberón. Pero sin tetina, cariño. SARAH: Si de cada millón de personas, veinte mil, que no es una cifra exagerada, quieren o necesitan desayunar mientras van a sus tareas, con esta ranura en la tapa podrían hacerlo. Entonces: 20 000 personas × 15 minutos = 300 000 minutos = 5000 horas = 208 días, aproximadamente GREG: Doscientos ocho días que se utilizarían en transporte y desayuno al mismo tiempo. nos da unos tiempo extra! más. Muchos lo SARAH: La gente podría¡Eso descansar minutos utilizarían para compensar algún retraso provocado por un olvido, un trámite de último momento o algún inconveniente al llevar a los niños a la escuela. GREG: Aunque lo hagan una vez al año… esas veinte mil personas ahorrarían doscientos ocho días. ¡Es brillante! SARAH: Además, es una oportunidad para muchas personas… GREG: ¿A qué te refieres, cariño…? SARAH: Si de esas personas, dos mil… solamente dos mil, por comodidad, ansiedad, necesidad, ambición o por compulsión, utilizaran ese tiempo para trabajar… GREG: ¿Tú dices dos mil personas que desayunarían y trabajarían al mismo tiempo? ¿Lo harían, cariño? SARAH: Estoy hablando de dos mil por cada millón. Si ellos trabajan y desayunan al mismo tiempo, tendríamos: 2000 personas × 15 minutos = 30 000 minutos

 

Esto es solo en una jornada. Si al menos dos mil personas lo hacen cada día, aunque no sean las mismas, en doscientas cuarenta jornadas laborales de un año obtendríamos: 30 000 minutos × 240 jornadas = 7 200 000 minutos = 120 000 horas = 5000 días O sea… GREG: ¡Cada año, dos mil personas desayunando y trabajando al mismo tiempo suman trece años, cariño! SARAH: ¡Un agujero, que es un poco de «nada» en un pedazo de plástico que se coloca arriba de un vaso descartable! Porque… 1 ranura = 15 minutos trabajando y desayunando = 13 años de trabajo ¡¡Y eso solo con dos mil personas por día!! GREG: Oh, cómo me gusta cuando haces estos aportes a la eficiencia del sistema… ¡Cielos! Te amo…cariño. SARAH: Desde la abolición de la esclavitud en adelante todo ha sido un conflicto entre los seres humanos que quieren trabajar menos y los seres humanos para los que trabajan, que quieren, obvio, que trabajen más. GREG: Pero hay mucha gente que necesita o quiere trabajar más. ¡Por necesidad, miedo, convicción o por una productiva y enferma adicción al trabajo! ¡Y tú, con esta ranura, les estás dando una oportunidad, cariño!… SARAH: Oh, sí… Tú sabes… Es bueno dar la vida por la productividad, que, obvio, repercutirá así en la relación de inversión, costos y ganancias. Siento en mi corazón que Frederick Taylor desde el cielo hoy nos da su bendición… ¡Y todo por una ranura! GREG: ¡Me excita! ¡Esto me excita! Mmm, ya que hablamos de «ranuras…», cariño… SARAH: Oh, Greg —se pone pícara—, sabes que detesto tus bromas

groseras…

 

GREG: Oh, disculpa… Un compañero de trabajo latino escucha casetes mientras trabaja, de un humorista de su país llamado George Crown. O algo así… No lo volveré a hacer, cariño. (Ríen y luego se besan con un cronómetro y una planilla en sus manos).

FIN DE LA ESCENA

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN Es obvio que usted ha sacado grandes conclusiones de lo anterior. Pero quizá las siguientes puedan sumar algo.

LA PROFESORA DE TEATRO TEATRO Y PSICOPEDAGOGA ADRIANA «MIKE TYSON» PETINOTTI NOS CUENTA CUENTA SOBRE LAS ADICCIONES LABORALES.  —Es evidente que alguien que desayuna mientras va al trabajo o mientras trabaja es proclive a «fundir» su vida personal con la laboral. Es decir, corre el riesgo de convertirse en un adicto al trabajo. ¿Es peligrosa la adicción al trabajo? Sí. ¿Hay formas de evitarla? Por supuesto. ¿Conviene hacerlo? Ni en pedo. Conviene generarla para que los empleados rindan más. Por eso, aquí les dejo algunos «tips» para lograr que sus empleados sean adictos al trabajo: 1. Facilitar el acceso y la conexión con el trabajo. Celular pago, WhatsApp a cualquier hora, trabajo virtual. Si el trabajo va a ser droga, que esté bien a mano. Lemas y eslóganes ambiguos como «tenemos objetivos y no plazos» (romper horarios) o permisos tramposos: «tranqui,

terminalo en tu casa» o «hacelo entre un talco y otro que te eches

 

con la patrona» (o marido, o novio/novia, o amante). También vale «hacerlo mientras» (trabajar durante el coito). 2. Recompensas monetarias y emocionales. Tirar unos mangos de vez en cuando. Alguna fiesta, fortalecimiento del ego a través del reconocimiento: «Acá son todos una manga de pelotudos; menos mal que estás vos, que si no…». No pasarse de rosca con esto. Mantener siempre la recompensa emocional separada de la monetaria: «Es obvio que sabemos que vos no lo hacés por la plata, sino porque sos un profesional brillante. Cuando pienso cómo quiero que sea mi hijo/a, pienso en vos: es más, si pudiera, tendría una hija o un hijo con vos». 3. Creación de buen clima laboral: La persona está mucho tiempo en el trabajo, tanto como con la familia o con los amigos, por lo que sería óptimo lograr que lo pase mejor en el trabajo. Para esto, es bueno contratar e infiltrar «falsos compañeros de trabajo buena onda». Se trata de actores que se mezclan en los equipos de trabajo, haciendo bromas, escuchando problemas, mostrándose preocupados como verdaderos amigos de los empleados. Son compinches, arman salidas, cada tanto habilitan faso y logran que el trabajador se sienta querido hasta que diga que «en casa mi familia me rompe las pelotas» y «mis amigos son una caterva de pelotudos prémium». La idea es que el trabajador se mude a vivir a la empresa. Por último, lo importante: recordar que lo mejor de la adicción al trabajo, más allá de todo lo que tapa, es que es difícil de detectar, ya que está muy bien visto socialmente el trabajar mucho y sacrificarse horas y horas más allá de que sea necesario o no.

 

TECNOLOGÍA

 El futuro futuro es un perro perro al que tenés que domesticar.

CLARA SILVERMAN

 La tecnología da soluciones y resuelve deseos y necesidades.  Moldear la vida en torno a ella es un camino irremediable irremediable para ser dependiente.

SER DIOS Un señor va a una ferretería. Sale medio enojado. Después se mete en un cajero automático. Sale enojado también. Entonces entra en el banco en el que está ese cajero. Por suerte no hay cola frente a las ventanillas. Encara al empleado bancario del otro lado del vidrio y le dice:  —Hola. Necesito retirar efectivo.  —No se puede. Se cayó el sistema.  —¡¡Pero, por favor!! ¡¡A esta altura del desarrollo desarrollo tecnológico deberían tener una alternativa!! Esto es un caso de extrema necesidad.  —No puedo hacer nada.  —El asunto es que yo tengo que hacer una compra. Y no me aceptan con Mercado Pago, ni tarjeta, ni nada. En la ferretería pasa lo mismo que acá: se cayó el sistema. Y recién en el cajero también me apareció un «se cayó el sistema» en la pantalla.  —Es que se cayó el sistema.  —A ver si nos entendemos. Le explico: yo creo en la tecnología.

Fervientemente. ¿Sabe por qué?

 

 —¿Por qué?  —Porque gracias a la tecnología podemos ser nuestro propio Dios. No sabemos si Dios hizo al hombre o el hombre hizo a Dios. Lo que sí sabemos es que se lo va a reemplazar con la tecnología. Nietzsche se equivocó. Dios no ha muerto. Solo va a ser reemplazado.  —No entiendo el punto, disculpe.  —Gracias a la tecnología la gente puede estar en las redes y en mundos virtuales. Y ahí elegir lo que realmente desea ser. ser. Dejar de ser Teresa Lo Prete y convertirse en «Cosmic Blonde». Eso solo pasaba con los artistas que tenían nombres como Fabián Fstawaijreagermasteinj o Carina Cacconna y se ponían seudónimos.  —Bueno, también a alguien le pueden decir «Rulo» o «La Pipi».  —Sí, pero eso es entre amigos o con la familia. En En cambio ahora, con las redes, el nombre que queremos es para todo, para todo el universo. Yo soy «Ea-ea-a-pepé34». Aunque también soy «Próximamente Ex Jorge Bontelli». Porque estoy dejando de ser Jorge Bontelli, aunque todavía me falta. Pero pronto voy a estar sumergido en el futuro. Y todo gracias al desarrollo de la economía y los sistemas de inversión que empujan y promueven avances tecnológicos. Y siempre, por supuesto, aprendiendo del arte.  —No entiendo lo del arte.  —El arte, junto con la tecnología, nos trajo hasta este momento. Desde Desde las pinturas rupestres pasando por Miguel Ángel, El Bosco, El Quijote, el teatro, Shakespeare, la radio, el cine, Hollywood, la televisión… Todo fue un ensayo para esto.  —Algo así como armar mundos paralelos.  —Exacto. Mundos de fantasía, personajes inventados, novelas escritas para fascinar. Películas con historias y escenas hermosas e ideales. El ser humano creando un mundo mejor, más entretenido, lleno de gracia y aventuras. Un mundo mejor para una vida más plena. ¿Eso acaso no es ser

Dios?

 

 —Es verdad. Algo de eso hay. hay. Pero digamos que esas cosas son para entretenerse, no mucho más…  —¡No es así! ¡No es así! Todo Todo eso es solo el preámbulo de algo más grande: la experiencia virtual. Piense en los videogames: son películas donde ya estamos nosotros adentro. Ya Ya no somos simples espectadores. No nos dedicamos a mirar cómo Tom Cruise, con una ametralladora, parte en dos un Buquebús y hace volar uruguayos con termos por el aire, todo en cámara lenta.  —Es verdad, en los juegos no somos tan pasivos…  —¡Claro! Ahora somos protagonistas. Ahora jugamos y accionamos. Y todo esto gracias al arte y a la tecnología. Arte y tecnología como un gran ensayo. Un ensayo de crear realidades. Un ensayo de ser… Dios.  —Bueno… También También en el arte se hicieron obras de teatro guarangas como «Acá está mi berenjena» y concursos televisivos como «¿Cuán boludo es su marido…?». Son cosas que, si uno las ve…  —¡Es que también son creaciones! ¡Dios ha hecho lo bello y lo horrible, lo sublime y lo bastardo! Estamos llegando a ese futuro donde vamos a reemplazarlo en todos tod os los órd órdenes. enes. Yo Yo ahora soy Dios. Yo Yo elijo quién qu ién y cómo soy y en qué mundo vivo.  —¿Y cómo hace?  —Me conecto con mis lentes, mis auriculares, mi traje de sensores corporales. Y abandono mi ser de esta realidad. Soy el creador de otro ser humano. En la virtualidad soy alto, de 1,85. Puedo tocar la guitarra como Hendrix, ya que así me diseñé. Bailo como Ricky Martin. Me dedico a recorrer los mares en una súper moto ski. Combato tiburones, monstruos marinos y rescato gente que naufraga en yates virtuales. Eso todos los fines de semana.  —¿Y de lunes a viernes?  —Dirijo un grupo de empresas virtuales desde mi oficina virtual, que está en el penthouse pentho use de un edificio virtual en una Nueva York York virtual. Tengo

empleados virtuales a los que domino y me divierto maltratándolos, convirtiéndolos en gallinas virtuales y metiéndolas en un secarropas Ko-hi-

 

noor virtual. Obviamente, me hacen denuncias virtuales por maltrato virtual. Pero yo tengo mucho dinero virtual y puedo corromper jueces virtuales, que hacen dormir virtualmente los expedientes virtuales.  —«Hacete amigo del juez»…  —Así es. Eso lo leí en el Martín Fierro virtual. Y el juez hoy es la tecnología. Ella decide qué es lo que seguirá existiendo o no. Y yo me hice amigo de ella. Y soy feliz. Accedo a mujeres virtuales que son exactamente como a mí me gustan, ya que yo mismo las diseño. A veces también estuve con algún hombre virtual, digamos que me arrimé a la homosexualidad virtual. Pero hasta ahí. Por lo demás, tengo una vida de lujos y placeres. No tengo la vida que puedo; tengo la vida que quiero. Así es el futuro: viviremos interconectados, fluyendo dentro de plataformas que, a través de hipersensores y traductores algorítmicos, leerán nuestro pensamiento y nos darán una instantánea satisfacción de nuestros deseos y nuestras necesidades, fundiendo nuestra vida dentro de un infinito cybermercado universal.  —Uy… ¿y eso le gusta?  —Me encanta.  —¿Y entonces qué hace acá? ¿Por qué no se queda ahí, en la virtualidad?  —Bueno, a ver… Resulta que se me pinchó el flotante del tanque de agua de la terraza. Y entonces se llenó y empezó a rebalsar. No mucho. Pero sí lo suficiente como para filtrar por la medianera. Y de ahí, la humedad se fue para la pared de mi pieza, justo donde está el enchufe… Hizo algunos cortocircuitos, chiquitos, pero que igual jodieron a la fuente. Entonces se me empezó a colgar un poco la compu.  —Entiendo… Dios también tiene sus fallas.  —Sí. Medio que no anda del todo bien la compu y se me complicó todo. Se me cambiaron los perfiles en las redes y en las plataformas. Y se viralizó una foto de un gordo de cincuenta y ocho años desnudo, al que le dicen

«Brad Pitto Nebbia».  —¿Y el problema cuál es?

 

 —Es que el de esa foto soy yo. Me la sacaron los muchachos en el vestuario de la pileta de Racing. De la época en que no vivía en la virtualidad. Por eso necesito urgente volver a ese mundo. Volver Volver a ser «Ea« Eaea-a-pepé34» y «Próximamente Ex Jorge Bontelli». Y para eso necesito comprar un adaptador de dos patitas a tres, para meter un alargue y enchufar en lo de mi vecino Claudio. Y en la ferretería…  —Le dicen que no puede usar la tarjeta…  —Y usted, que no me puede dar efectivo porque se cayó el sistema. Es increíble. ¿Cómo no hay una red alternativa para esta circunstancia? Lo único que dicen es «se cayó el sistema».  —Es que el problema es otro. Se cayó el sistema, pero el capitalista. Por eso no podemos hacer operaciones. Por ahora estamos en manos del comunismo internacional.  —Uy… se cayó el sistema capitalista… Qué macana. Pero Pero es con el capitalismo que se desarrolló la tecnología de esta manera. Estábamos yendo justo al Tecno-Capitalismo. ¿Se puede restablecer el sistema?  —Por ahí en quince minutos, media hora… Ojo, puede ser para siempre. Con la pandemia, el capitalismo se cayó un par de horas. Con la burbuja inmobiliaria, en 2008, también. Lo que pasa es que casi nadie se da cuenta porque el capitalismo siempre se las arregla para volver. Hay que ver esta vez cuánto tarda…  —Qué tristeza. Voy Voy a tener que ser yo mismo y no sé hasta cuándo.  —Y,, sí…  —Y  —Pero me angustia ser yo mismo otra vez…  —Y,, sí…  —Y  —No sé cómo voy a hacer…  —Esperá que enchufo y desenchufo la compu. Quién te dice…

ANÁLISIS, REFLEXIÓN Y FINAL

 

Ya se termina este libro, entonces, lo que viene es como un análisis de lo anterior, pero en realidad es el final de Una historia de la vida en el capitalismo (Tomo 1).

LA INGENIERA TERESA LAKE GUTIÉRREZ Y EL DOCTOR  NELSON MASCARDI LANZAN UN PROYECTO EN EL ESTADIO «MALVINAS ARGENTINAS”, DEL CLUB ARGENTINOS JUNIORS. Estadio lleno. Diez mil personas. Gran escenario con luces de esas que se mueven para todos lados. La ingeniera (con mameluco blanco) y el doctor (con guardapolvo blanco también) caminan por el escenario micrófono en mano. Música épico-melancólica-intro de «Los Dinosaurios», de Charly García. Comienza a hablar la ingeniera. INGENIERA: El ser humano está abandonando sus capacidades: ya no memoriza números de teléfono ni se orienta solo en la ciudad: usa el celular para que lo guíe. Confía en máquinas y sensores que le indican todo lo que tiene que hacer. DOCTOR: Los algoritmos le estudian sus gustos y así le preparan sus menús en Netflix: gastronomía, viajes, música, ropa. Basta decir en voz alta «Mar del Plata» para que aparezca una propaganda de Flecha Bus en nuestras pantallas. Sugieren hasta condicionar o eliminar la idea de decidir. INGENIERA: Y así, con la tecnología manejada por los mercados, todo será en función de ellos. Cámaras y sensores por todos lados que nos van a estudiar completamente la vida. Si dormimos incómodos, nos van a proponer cambiar el colchón. Si subimos de peso, nos van a dar las

próximas dietas y comidas. Van a medirnos la presión y la intensidad de

 

nuestro circuito nervioso y nos van a suministrar clonazepam. Es la pérdida absoluta de la decisión y voluntad. DOCTOR: No habrá dudas ni conflictos. Los algoritmos se van a encargar de todo. El amor surgirá de encuestas y terminará en decisiones automáticas sin representación humana. Ni Estado ni política. Solo máquinas decidiendo. Y los humanos serán solo un cúmulo de pasiones y emociones sin la conducción de la razón; porque la razón será monopolio de los algoritmos. (Cambio de música: «Otro ladrillo en la pared», de Pink Floyd).

INGENIERA: Hay que asumir esto. Tranquilos. Porque la humanidad se va a sobreponer so breponer.. Vamos Vamos a trabajar. trabajar. Frente al desarrollo de la Inteligencia Artificial (AI-Artificial Intelligence) estamos proyectando y desarrollando la «Imbecilidad Artificial» (Artificial Imbecility). Lo hacemos basados en la máxima de Carl Marx: «Todos los sistemas de gobierno y todos los sistemas de política tienen en su interior la semilla de su propia destrucción». DOCTOR: De eso se trata el desarrollo de la Imbecilidad Artificial. Si la Inteligencia Artificial acopia y concentra la experiencia y el conocimiento humano, la Imbecilidad Artificial va a hacer lo mismo con toda la imbecilidad humana. INGENIERA: Vamos Vamos a necesitar mu muchísimas chísimas más máquinas, dado que la pelotudez humana es un territorio inmensamente más amplio que el de la inteligencia. (Cambio de música: «Hey Jude», de Los Beatles). DOCTOR (pone entusiasmo): Y de esa manera, vamos a «humanizar» el

entramado tecnológico-digital, imperfeccionándolo con soberbias, omnipotencias, ignorancias, desprecios, psicopatías, vanidades y frivolidades que lo van a hacer colapsar. A máquinas inteligentes les sumaremos máquinas pelotudas. INGENIERA (enérgica): A la final, el capitalismo es un impulso natural.

Y la naturaleza puede ser bella y generosa, pero te manda un terremoto, un perro que te muerde o algo como la ley de gravedad, que provoca

 

todo tipo de fracturas de huesos y moretones. O sea, la naturaleza puede ser bastante hija de puta. DOCTOR: La inteligencia es lo mismo. Un simple desvío y se convierte en hija de puta. Otro desvío y encontramos a la idiotez. INGENIERA: El capitalismo crea, con sus injusticias, comunismos, peronismos, anarquismos y todo tipo de subproductos que lo cuestionan, lo corrigen, lo acomodan. Quizá no puedan terminar con él, pero sí domesticarlo en algún grado. DOCTOR (parándose, severo y con convicción): El capitalismo sin dominio es un animal sin control. Como la naturaleza, puede ser también muy, pero muy hijo de puta. Por eso al capitalismo puro se lo denomina «salvaje». Y por eso hay que domarlo para que sea «humano». O al menos para que tenga «rostro humano». ¡Hay que volver a intentar! (Engancha coro final de «Hey Jude»). INGENIERA (se levanta, transmitiendo fe): Hay que creer que es

posible. La resignación y el pesimismo son conservadores. Y ante tantas decepciones que hacen sentir a la gente humillada y tomada por boluda, aparece el descreimiento. DOCTOR (categórico): No creer es el último refugio de la autoestima. El último lugar del que agarrarse para sentir un mínimo de dignidad. Pero, en realidad, es la derrota. INGENIERA (desafiante, entusiasta y hasta sexy): Hemos pasado del temor a Dios al temor a los mercados. ¡Hagámoslos nuestros! Pongamos a la tecnología y a los mercados de rodillas y al servicio del ser humano. ¡Pobres del mundo, uníos! SEÑORITA SEÑORIT A DESDE EL PÚBLICO: ¡No se olviden de la clase media y media baja! INGENIERA (estallando en un grito de alegre lucha): Okey. Que sea policlasista entonces… ¡¡¡A vencer!!!

El público corea el tema. Aparecen comunistas, anarquistas, fieles de distintas religiones, hippies, punks, gente de todas las razas y niveles

 

socioeconómicos, y bailan con Los Beatles. Alguien señala que son ingleses. Otro recuerda que, después de todo, ahí nació el capitalismo. Y de eso también estamos hechos. Y con eso encima habrá que ser felices. (Para seguir dándonos fuerza, en la próxima página encontraremos adelantos sobre la segunda parte de este libro que está en pleno proceso de elaboración).

 

ANTICIPO DE UNA HISTORIA DE LA VIDA EN EL CAPIT CAPITALISMO ALISMO TOMO II

Este fascículo apenas pudo acercarse a unos cuantos temas que tienen que ver con todo este asunto, muchos otros quedaron afuera. En el próximo tomo se va a poder leer algo más o menos así: Una pareja de hippies entra en un cajero automático. Ella o él se equivocan y, en vez de usar la tarjeta de débito, pasan por lector otra tarjeta, la que se usa para viajar en transportes públicos.  —Uy,, pasamos la tarjeta de SUBE —dice la hippie antes de que unos  —Uy rayos salieran por la ranura esa donde el cajero entrega los billetes. Los rayos hacen flotar en el aire al hippie y a la hippia y «fuoshhh!», se los lleva absorbiéndolos por la misma ranura. Y ahí se pegan un viaje. Un viaje que dura diez horas. Van Van por circuitos, terminales bancarias, liquidaciones y a cualquier lugar donde llega el dinero, y determina, ordena y calma con su presencia. O no llega y amenaza y sentencia con su ausencia. Y ahí empiezan a ver todos estos temas, que no entraron en este primer tomo: El mercado de la apariencia física. El transporte. Las herencias. El ahorro. La meritocracia, y los casos donde la gente se esfuerza pero no sabe hacer plata. Y al revés, boludos con guita, lo que demuestra que en el capitalismo el mérito no es el estudio y el esfuerzo, si no la capacidad de

hacer plata, que un boludo la puede tener. tener. Todos Todos hemos visto de cerca a uno de esos que, encima, se cree vivo e inteligente porque hizo alguna moneda.

 

Las cosas prestadas. Las cosas alquiladas. Las cosas gratis. Las metáforas obvias que nos presenta la realidad, como indigentes durmiendo en un cajero automático o los muros de un country al lado de una villa miseria. La «cultura del trabajo». La avaricia. La salud. El lujo. El despilfarro. El valor afectivo y el valor material. El lenguaje de los economistas, con «swaps», «tournig off», «reperfilar» y un montón de términos que parecieran buscar que el resto de la humanidad no entienda nada. La maquinización del ser humano, que termina hablando de «desenchufarse» o «ponerse las pilas». La marginalidad. La indigencia. Las estafas. Los regalos. El regalo de dinero para «que te compres lo que quieras», como regalando libertad. El delito, el robo. El juego y las apuestas. La piñata en cumpleaños, donde niñas y niños desesperan y se aplastan entre sí por acumular caramelos y juguetitos de mierda. Las figuritas como forma de iniciación en el comercio, la acumulación y la especulación. Los costos de la muerte.

La jubilación. Las guarderías de niños.

 

El sexo, donde se busca la equidad del placer y la pasión, el acabar  juntos como forma de establecer un intercambio justo. Las propinas. La alimentación buena y la alimentación mala. La prostitución. Las cooperativas. El peronismo en sus distintas versiones. El comunismo en general. El hippismo, que no quiere participar del todo del capitalismo pero parece haber sido diseñado como forma de cambiar rebeldía de armas por la de andar escuchando música drogado. Básicamente, no está en contra de la propiedad privada. Lo máximo que puede hacerle es dejarla desordenada y con olor a porro. Los movimientos sociales. La economía popular po pular.. Las criptomonedas. El trabajo esclavo. El trabajo infantil. La publicidad, que a esta altura todo el mundo sabe que miente, pero sigue existiendo. Las redes sociales. El lobby. La justicia. Cómo no es delito que exista la pobreza. La justicia, de nuevo. En este caso, en la forma en que transforma un hecho (muerte, daño físico, daño moral, calumnia, etc.) en plata como resarcimiento. Y por fuera del sistema judicial, al revés: por deber plata se puede terminar muerto, lastimado y, en el mejor de los casos, calumniado. El confort. Los bancos. Las villas miseria.

Las ciudades que se forman porque hay que estar cerca de un trabajo. El desarraigo.

 

La especulación financiera y cómo sentirse idiota cuando no se la aprovecha. Los bonos y etcétera. Los derechos individuales. La corrupción. La vida en las megaciudades. La economía de plataformas como Uber y todo eso. La ecología y el ambientalismo. Las comunidades que intentan vivir al margen del capitalismo. La represión. Las clases sociales. Las aspiraciones de clase. La ciencia que concibe y diseña la tecnología que usaremos dentro de dos décadas. Y por lo tanto, la forma en que vamos a vivir. Las hasta ahora fantasías con la «caída final del capitalismo», por crisis, pandemias, etcétera. Los bancos de nuevo. Los prestamistas. Los créditos y las cuotas. Cómo el Estado siempre salva a las empresas cuando todo se complica. Encontrar dinero por ahí. Perder dinero por ahí. La influencias de nuestro lugar en el sistema laboral-productivo: deformaciones que hacen que la profesión o el trabajo que realizamos diseñen en parte nuestra personalidad, de modo tal que no podemos evitar preguntar «¿a qué se dedica?» o «¿qué hace?» cuando alguien nos cuenta que empezó a tener un romance con una persona. La planificación familiar familiar.. El quedarse sin trabajo. El amor en medio de todo esto.

El sistema educativo como forma de preparar a los seres humanos para funcionar dentro de este asunto. Con pruebas piloto de «Jardines de infantes

 

adaptados a la realidad». La idea es que para salas de dos, tres, cuatro y cinco años se dejen nombres como «Sala Verde Alegría» o «Sala « Sala Patitos», y se les pida a los chicos que mezclen su mundo con el de los adultos. De ahí que, en los experimentos hechos hasta el momento, surgieron nombres como: • «Sala El Leoncito que destripa a la gacela para alimentarse de sus vísceras, ya que así es la naturaleza». • «Sala Mi pequeño pony fue procesado en un frigorífico y estoy algo triste, pero bueno, pienso más en el margen de ganancia por el faenado del mismo». • «Sala Cotización del kilo de Pepa Pig en el mercado porcino». • «Sala Si no cagás, te cagan» (una forma popular de expresar el darwinismo). En un mundo de lobos hay que aprender a aullar. Enseñarles lo cruel que es el mundo también es un acto de amor. No sea cosa que descubran el capitalismo cuando lleguen los hijos o el hambre. La idea es ver qué se hace también en caso de que alguien se haya criado en un colegio de monjas tercermundistas, peronistas por todo el barrio y comunistas en la esquina y a tres o cuatro cuadras, además de tener una niñez en medio de la psicodelia beatle y jóvenes setentistas.

 

ANEXO HISTÓRICO

 

LA HISTORIA DEL CAPITALISMO, MÁS O MENOS CONTADA POR LIC. ANA ACOSTA (*) En la historia que aquí se narra se distinguen dos grandes etapas: • una «Antes del Capitalismo (A.C.)», que en este caso abordará la etapa final del feudalismo prerrevolución industrial de 1760-1780. Época en que se dan las condiciones necesarias para que florezca un nuevo sistema, • y otra «Después del Capitalismo (D.C.)». Dentro de esta última se distinguen, a su vez, subetapas como parte de un sistema que lleva más de doscientos sesenta años organizando la vida de la humanidad.

1. ANTES DEL CAPITALISMO CAPITALISMO (A.C.): DEL FEUDALISMO A LA SOCIEDAD MERCANTIL Justo antes del surgimiento del capitalismo el sistema de funcionamiento social vigente era el feudalismo; básicamente, en algunos países europeos. Se trató de una organización social y política de la Edad Media basada en una relación entre dueños (Señores Feudales) y siervos (campesinos) en la cual los Señores cedían tierra tierrass para su explotación exp lotación y, y, a cambio, exigían de manera coercitiva guardar fidelidad, prestar servicio militar y participar de las obligaciones políticas del feudo. Se trataba de un mundo de  jerarquías sin posibilidades de movilidad social. En esta relación de servidumbre, donde el control de la tierra era la principal fuente de riqueza, los señores feudales y el clero se apropiaban del excedente producido por sus siervos. Autoridad, fe y tradición garantizaban

un buen funcionamiento del sistema.

 

El 90% de la población era campesina y la agricultura era la principal actividad de subsistencia. Toda la vida económica se desarrollaba en torno al feudo. Con la formación de ciudades densamente pobladas se dio origen a la creación de pequeños talleres artesanales cuya producción se comenzó a comercializar. ¡PARA EL BOLSILLO DE LA DAMA Y LA CARTERA DEL CABALLERO! Nace un nuevo actor, los mercantilistas o mercaderes, personas que se dedicaban a comerciar de manera independiente. No solo creció el comercio interno sino que, con el desarrollo del transporte, la conquista de nuevos territorios (el descubrimiento de América y la aparición de oro fueron claves)y la necesidad de responder a las nuevas necesidades de consumo, se expande y consolida el comercio exterior. La expansión de la actividad comercial y la acumulación de la riqueza mercantil provocan cambios en el seno de la sociedad feudal, se rompe con la moral y los valores religiosos vigentes hasta ese momento. Comienza a ponerse en el centro al individuo. Es así como los mercaderes se enriquecen con las ganancias obtenidas del comercio internacional. ¿Cómo? Comprando muy barato y vendiendo muy caros bienes transformados en artículos de lujo, a las monarquías y a las clases altas. Mientras tanto los señores feudales, previendo su pérdida de poderío, comienzan a unificar territorios, creando monarquías y subordinándose al poder de un rey. Hete aquí los primeros Estados modernos. ES ASÍ COMO MÁS O MENOS M ENOS EMPIEZA LA COSA El crecimiento comercial de las ciudades y el tráfico comercial y financiero dan nacimiento a los capitalistas comerciales o primeras burguesías

urbanas.

 

Comienza un lento pero inevitable proceso de transformación económica, social, política y cultural, que sentará las bases de la revolución industrial. EN CONSECUENCIA: • Esta nueva burguesía se apropia de los pequeños talleres artesanales, despojando a los artesanos de la propiedad de los medios de producción, que los obliga a cambiar su rol a obreros asalariados. • El cercamiento de las tierras comunales —especialmente en Inglaterra— y su apropiación en manos privadas expulsa a los campesinos de los campos. • Aumenta la población en las ciudades, aumentan los precios y, por ende, la pobreza. A CONQUISTAR EL MUNDO Los reyes tienen ahora el deber de armar ejércitos, fortalecer el comercio interior y expandir el comercio exterior. En este propósito avanzan declarando guerras para apropiarse de riquezas de otros países mediante las colonias, como así también dominando el comercio con estos. Como dijo sir Walter Raleigh, aristócrata y marino inglés: «Quien domina el mar, domina el comercio, y quien domina el comercio, domina la riqueza del mundo, y por ende, el propio mundo». Estas nuevas funciones de los Estados monárquicos requieren financiamiento y, tal como funciona en la actualidad, las opciones son: recaudar a través de impuestos o pidiendo préstamos. ¿A quiénes? A los capitalistas comerciales, a esta nueva burguesía que está enriqueciéndose abismalmente y quienes, además, ahora tienen el poder de influir sobre los reyes para terminar con el feudalismo.

Su propósito es tener mano de obra por debajo de salarios de subsistencia y superexplotada, para producir nuevas mercancías para

 

comerciar. Esto provoca cambios profundos en la organización social y de la producción. ¿Quiénes componen esta nueva masa de trabajadores precarizados? Los artesanos, cuyo gremio ya no puede resistir la embestida de la producción de mercancías elaboradas en otros países, y los agricultores desplazados de sus actividades, que trabajarán en condiciones de esclavitud (en especial, las mujeres y los niños). SE VIENE ASOMANDO, Y NO ES EL SOL El proteccionismo a la incipiente producción industrial, junto con la inversión de capitales y las nuevas invenciones sientan las bases del desarrollo manufacturero a gran escala, para comerciar en el exterior impulsando la primera revolución industrial. La acumulación de capital extraordinario en manos de este nuevo actor social y político tiene por finalidad enriquecer a los Estados nacionales emergentes, a los que influencian con sus intereses, y logran construir el pensamiento económico de la época. Se fortalece la posición de Inglaterra, nace la división del trabajo y los niveles de producción crecen a velocidad y volúmenes inéditos.

2. DESPUÉSmoderno DEL CAPITALISMO CAPITALISMO (D.C.): De los mercantilistas al capitalismo Con la revolución industrial a partir de 1760 comienza a tomar forma el capitalismo, en una primera etapa con producción manufacturera, y luego se desarrolla la etapa fabril. El trabajo asalariado y la propiedad privada de los medios de producción van a caracterizar esta nueva era. ODA A LA MERCANCÍA

Las mercancías son todos los productos fabricados para ser vendidos en el mercado por un valor o precio. Según los teóricos de la época, ese valor o

 

precio está determinado por el trabajo (esfuerzo) que costó realizarlas. Se transforma en protagonista de este nuevo esquema, en torno a la cual se desarrolla el sistema de MERCADO, donde los individuos van a interactuar e intercambiarlas. En definitiva, el capitalismo es una nueva organización social y de la producción, a la cual las personas debieron adaptarse con el fin de garantizar su reproducción material. ¿CÓMO VAMOS A CONTAR ESTA PARTE DE LA HISTORIA? La vamos a recorrer a través de las «Escuelas de pensamiento económico», tomando como referencia a los pensadores de la época que dedicaron sus obras a tratar de entender, describir y conceptualizar lo que sucedía en cada fase del capitalismo, y nos ayudan a estudiarlo hoy.

2.1. LOS ORÍGENES EXPLICADOS A TRAVÉS DE ADAM SMITH Nace la economía política junto con su objeto de estudio, nada más y nada menos que el capitalismo. Su padre reconocido es Adam Smith, ya que fue el primero que publicó un libro, La riqueza de las naciones, que intenta explicar el inusitado cambio de vida que se estaba viviendo en un estado muy primario del capitalismo. Fue la base desde la cual se pararon las futuras escuelas del pensamiento económico. LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA Los cambios de sistema solo se observaban en un pequeño grupo de países europeos, especialmente en Inglaterra, y es por ello que el desarrollo teórico de Adam fue visionario, casi cien años antes del esplendor capitalista y sin imaginar que se extendería a escala planetaria.

Ya la vida no está ordenada bajo la autoridad feudal feud al y monárquica, todo es caos y confusión, pero de alguna manera el sistema funciona, se

 

desarrolla, se impone y perdura. Estamos presenciando un esquema social donde pareciera que cada individuo hace la suya dentro de un caos organizado. Ahora los capitalistas son dueños de los medios de horas producción, y la clase obreraase encuentra obligada a vender su fuerza, y capacidad de trabajo estos capitalistas, a cambio de un salario que apenas cubre sus necesidades calóricas básicas para seguir trabajando. Se profundiza la división del trabajo: a diferencia de un artesano que se ocupaba de todo el proceso de fabricación de una mercancía, ahora estos nuevos obreros solo se encargarán de una parte del proceso, de manera mecánica, en los talleres y pequeñas fábricas. Esta nueva organización será la clave para un incremento de la producción exponencial. El mercado se llena de mercancías y toda la vida gira en torno al mercado, donde estas se intercambian. LO ESENCIAL ES INVISIBLE A LOS OJOS En este contexto, Adam Smith intenta encontrar y explicar qué leyes regulaban el comportamiento de los individuos, ¿Qué hay detrás? ¿Qué los mueve? ¿Por qué todo parece funcionar de alguna manera automática y organizada? Smith asocia este nuevo comportamiento como algo propio al ser humano, a cierto pulso al intercambio motivado por el egoísmo. Entonces, existe una especie de orden espontáneo e inconsciente: qué, cómo, cuánto, quién produce y cómo se distribuye, no se conocen y se definen individualmente. Las leyes que parecen gobernar esta nueva organización social no sólo funcionan, sino que incrementan la riqueza y no surgen de un «contrato social», sino que derivan de la «naturaleza humana». Smith intenta explicarlo a través de la famosa metáfora de la Mano Invisible, que menciona casi al pasar y que luego será tomada por las corrientes

neoliberales como verdad revelada, en un análisis parcial en sus desarrollos teóricos, proclamando al «libre mercado» como una religión.

 

2.2. EL SUCESOR, DAVID RICARDO Por su parte, David Ricardo (sí, David es el nombre y Ricardo el apellido) escribió Los principios de la economía política en 1817, ya en un desarrollo del capitalismo mucho más avanzado que de el que conoció Adam Smith cuarenta y un años antes, y con la ventaja haberlo leído. Un burgués industrial y político cuya disputa principal la tuvo con la clase terrateniente. DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA En esta instancia, el capitalismo muestra, por un lado, que la industria se estaba desarrollando a niveles extraordinarios y la riqueza se acumulaba de manera creciente. Por otra parte, se profundiza su cara más oscura: la exclusión, la pobreza y la explotación. En esta época se formaron las primeras organizaciones de la clase obrera, cuya expresión fueron los escritos de los socialistas utópicos. LOS PRIMEROS CONFLICTOS DE CLASE La burguesía industrial de la época va a librar dos batallas: una con la aristocracia terrateniente y otra con la clase obrera. ¿Cómo era la cuestión? Veamos… Los terratenientes buscaban el proteccionismo agrario ya que no querían que se importaran alimentos más baratos de otros países más eficientes a la hora de competir. Había que cuidar el negocio. En cambio, la burguesía industrial pedía apertura comercial ya que, claro, los salarios de subsistencia que tenían que pagar estaban determinados por el valor de la canasta de alimentos que permite a los obreros reponer su fuerza de trabajo y poder ir todos los días a trabajar a las fábricas. La burguesía industrial pide que se aplique la ley de hierro de los salarios y que sea abolida la Ley de Granos, que protegía a los

terratenientes.

 

¡Pues claro! Bajos salarios, mayores ganancias. Y David también estaba defendiendo sus ganancias. Ricardo puede ver de manera mucho más clara en esta nueva organización social que la riquezayproducida debe en tres clases: los capitalistas, los terratenientes los obreros. Es distribuirse el primero que expresa esta cuestión del conflicto distributivo, hoy tan conocida. LA GRIETA De los desarrollos teóricos de Smith y Ricardo se abren dos corrientes: 1. La marxista como crítica al capitalismo, a la explotación del hombre por el hombre y a la teoría económica clásica. 2. La marginalista o neoclásica, basada en la creencia de un funcionamiento armonioso del capitalismo, donde todos los individuos reciben una retribución justa según lo que aportan al proceso productivo (meritocracia). Veamos primero el marxismo y luego, a los marginalistas, que, en definitiva, se convirtieron en la teoría hegemónica, vigente hasta nuestros días.

2.3.capital CARLOS MARX: ¡Proletarios de todos losnoventa países, yuníos!  El , la obra maestra de Marx, salió a la luz un años después de La riqueza… de Adam Smith, en 1867. Para su época, la lucha obrera en el continente europeo estaba en su auge. El contexto es de agudización de los problemas sociales y de precariedad de las condiciones de trabajo, con una burguesía industrial cada vez más poderosa. Marx fue el primero que habló de la explotación del hombre por el hombre: la clase capitalista que se apropia del valor creado por otra, la

obrera, que mediante el trabajo precarizado incorpora valor en la

 

fabricación de mercancías que luego los capitalistas venden para obtener ganancias. NADA ES PARA SIEMPRE Marx ve a esta organización de la producción capitalista como una forma que pertenece solo a ese momento de la historia, es decir, con un carácter transitorio. Así como antes hubo esclavismo, después feudalismo, ahora es capitalismo. Intenta desnaturalizarlo, demostrando que es un régimen social con características de funcionamiento específicas en un momento histórico, pero que no va a durar para siempre. El propio capitalismo va a encontrar su límite. Pues claro, el avance de la lucha sindical muestra por primera vez un reclamo a la necesidad de terminar con el sistema. Las ideas de Marx van a inspirar las experiencias socialistas, como la cubana o la Unión Soviética, que durará hasta la caída del Muro de Berlín en 1989.

2.4. LA REVOLUCIÓN MARGINALISTA Y LA FÁBULA DEL MERCADO En el orden de la mayoría del mundo se impusieron neoclásicas de la denominada Revolución Marginalista, de la manolas de ideas los autores William Stanley Jevons, inglés, el suizo Léon Walras y el austríaco Carl Menger, en 1871. En 1890, con Alfred Marshall se termina de consolidar y va a marcar el ritmo del desarrollo capitalista hasta la actualidad, y por supuesto, de las relaciones sociales y la construcción de un nuevo orden moral y un nuevo sistema de valores.

IMPERIALISMO MODERNO: CARACTERÍSTICAS

 

• Instalación y consolidación a nivel mundial del sistema de libre mercado. • El capitalismo se expande y entra en la edad de oro. •urbanos Los nuevos procesosmodificaron de producción, infraestructura, y transporte las estructuras de losdesarrollos países. UN MUNDO EN ARMONÍA El individualismo metodológico triunfará. Es decir, estudiar estudiar,, analizar y vivir a partir del individuo, nada de seres sociales ni históricos y sin conflictos aparentes. Un funcionamiento armonioso donde todas las personas reciben una retribución justa según lo que aportan al proceso productivo, un salario por trabajar, una ganancia por el sacrificio de invertir y una renta por poseer tierras. Nace así un sistema meritocrático. Para el análisis económico, las personas pasaremos a ser seres racionales, es decir que individualmente siempre decidimos bien: maximizaremos beneficios (utilidad y placer) y minimizaremos costos, de forma productiva y eficiente. Regula más de lo que pensamos nuestros valores. Los marginalistas avanzan unos pasos más en la naturalización del capitalismo.

2.5. LA GRAN DEPRESIÓN Y EL ESTADO DE BIENESTAR. LA CRISIS DE LOS AÑOS 1930 Y EL FRACASO DEL LAISSEZ FAIRE FAIRE (DEJAR HACER) El final de la Primera Guerra Mundial marcó, para los países desarrollados, una época que puede catalogarse como de «crisis de la democracia liberal». Después de un período de enorme esplendor capitalista (**) (**),, en octubre de 1929 se desmoronó la Bolsa de Wall Street en Estados Unidos. El valor de las acciones se desplomó estrepitosamente, llevando al quiebre a una

gran cantidad de empresas.

 

Esta crisis, popularmente conocida como la «Gran Depresión», continuó profundizándose y extendiéndose por casi todos los países del mundo, provocando una fuerte caída del comercio internacional. La desocupación alcanzómiles a la cuarta parte de la población estadounidense y quebraron de bancos. Hasta entonces, las reglas que conducían las decisiones económicas se basaban en dejar actuar libremente a «los mercados». La economía por sí sola podía solucionar los problemas derivados de la pobreza y la desocupación. El progreso individual era posible mediante el esfuerzo propio y el Estado era en gran medida superfluo. En este contexto se desatan fuertes olas de nacionalismo que concluyen en el ascenso político de movimientos autoritarios y fascistas en varios países. La democracia liberal también entra en crisis debido a que grandes grupos financieros e industriales ejercen gran presión para que los gobiernos comiencen a salvaguardar sus intereses; ahora necesitan al Estado. LORD KEYNES Aquí contextualizamos a John Maymard Keynes, que escribe su Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero como crítica a la economía ortodoxa. Se puede decir, entonces, que las recetas neoclásicas hasta ahora vigentes ya no funcionan. Reconoce en ella una falta absoluta para explicar los problemas económicos, y mucho menos solucionarlos. La teoría elaborada por sus predecesores es un caso especial que puede funcionar en el largo plazo, pero «a la larga todos morimos», va a decir. Uno de sus principales y más duraderos aportes se encuentra en el análisis de los grandes números; es decir, de las llamadas «cuentas nacionales». El estudio de los grandes problemas y variables económicas;

inflación, desempleo, ingreso nacional (PBI), inversión, consumo, pobreza, etc.

 

Considera al Estado con un rol fundamental como regulador e interventor en los períodos de crisis y recesión: «Espero ver al Estado asumiendo una responsabilidad cada vez mayor en la organización directa de las inversiones». Podrá darse por finalizada esta Gran Depresión al concluir la Segunda Guerra Mundial. Nace el Estado de Bienestar, que se prolonga hasta los años 1970. FMI En 1944 se conforma el Fondo Monetario Internacional como un garante de la estabilidad monetaria y económica internacional, aunque luego no funcionó como tal, sino todo lo contrario.

2.6. LOS NEOCLÁSICOS CONTRAATACAN A mediados y fines de los años 70 (crisis mediante), de la mano de Milton Friedman y sus seguidores de la Escuela de Chicago, reflotan las viejas formas del neoliberalismo. En América Latina las vimos implementadas por el poder económico a través de las dictaduras cívico-militares. En los años 80, en Estados Unidos gobernaba Ronald Reagan y en Inglaterra, Margaret Thatcher, la «Dama de Hierro». Hay una un a vuelta al laissez faire, «dejar hacer» a la economía sin intervención del Estado.

El individualismo, la teoría del derrame, la meritocracia y el crecimiento del capital salvaje serán las características morales de este retorno. La culpa de ser pobre y no tener trabajo será de cada uno. Mientras tanto en la Argentina, hacia 1983, se da fin a la dictadura cívico-militar y renace la democracia. Llegando a 1989, cae el Muro de Berlín dando por finalizada la experiencia socialista de la Unión Soviética. Y en la Argentina, estalla la hiperinflación.

2.7. EL NEOLIBERALISMO ESTÁ EN TODAS PARTES

 

El neoliberalismo renovará su fuerza bajo gobiernos democráticos, y en especial en los países periféricos con la implementación del Consenso de Washington de 1990. El Consensodisciplina sintetiza las medidas y los programas «propuestos» Latinoamérica: fiscal, privatizaciones, reforma previsional,para desregulación y flexibilización laboral, apertura indiscriminada y defensa a ultranza del derecho de propiedad como marco conceptual capitalista por excelencia. Estas medidas prepararon las condiciones para la crisis de 2001 en la Argentina: corralito, salida estrepitosa del régimen de convertibilidad, altísima desocupación, pobreza, represión y muertes. UN NUEVO SIGLO Durante la primera década de este siglo, en Latinoamérica las crisis de deuda causadas por el fracaso de las políticas de austeridad impuestas por el FMI obligan a dar vuelta la página. Hay un retorno al concepto de Estado presente al estilo keynesiano, que duró hasta mediados de la segunda década, cuando irrumpieron nuevos gobiernos de corte neoliberal, no solo por estas latitudes sino también en varios países del «primer mundo». SE PINCHÓ LA BURBUJA En 2007-2008 se desató otra crisis mundial, que algunos compararon con la de los años 30 por su extensión y magnitud. Tuvo su causa en la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos que provocó el derrumbe en Wall Street para luego extenderse por el mundo. Una historia repetida. Desempleo, recesión, caída del comercio exterior son algunas de las consecuencias, a las cuales se hizo frente con rescates para las grandes instituciones y corporaciones financieras, y con políticas de fuerte intervención estatal. TOO BIG TO FAIL.

En estos años, muchos analistas políticos y económicos se arriesgaron a vaticinar el fin del capitalismo tal como lo conocíamos hasta entonces. Se

 

arriesgaron muchas predicciones sobre un cambio de paradigma; sin embargo, sigue vigente.

2.8. MILLENNIALS Y CENTENNIALS, ENTRE RAPPIS Y EL MUNDO VIRTUAL La penetración de las redes sociales, el desarrollo de plataformas y tecnologías cambiaron no solo la forma de relacionarse y la circulación de la información que contribuye a la construcción de otros sentidos comunes, sino que también transformaron el mundo del trabajo. Estamos invadidos de plataformas que compiten por ganarse nuestro tiempo de ocio a cambio de que les paguemos. LA CONFIGURACIÓN DE NUEVOS INDIVIDUOS: ANSIOSOS Y PRECARIOS La precarización laboral, la falta de estabilidad y los ataques de ansiedad configuran la vida de los individuos actualmente. Se profundiza la autoexplotación y el pluriempleo por miedo a volvernos vulnerables y a quedarnos sin nada. Lo efímero, la velocidad y lo inmediato marcan el pulso de nuestros días. PANTUFLAS Y PANTALLAS Con la pandemia del Covid-19, las relaciones sociales se vieron reducidas a una pantalla, lejos de revivir el espíritu de solidaridad que se esperaba cuando la crisis sanitaria comenzó, hay una explosión de individualismo y una retracción del concepto de comunidad aún difíciles de dimensionar. Calles vacías, distanciamiento social y sobredosis de pantallas. HIPERCONECTADOS E HIPERPRODUCTIVOS

Vivimos un mundo hiperconectado donde la esfera de lo público y el mundo privado se fusionan.

 

Se gestó una cultura del trabajo en red que, a su vez, extiende la jornada laboral y se multiplican los trabajos precarios en un mundo que exige ser hiperproductivo. Todo sucede en la nube, aunque finalmente vayamos cielo. Desde el sedentarismo del zoom a tener todo lo no quenos se nos crucealpor la cabeza con un solo clic en una app, que materializa todos nuestros deseos en la puerta de nuestras casas a través de un RAPPI precarizado, al cual debemos calificar. calificar. Hace algunos años, se encuentra entre nosotros una oleada de extrema derecha que corre el eje de la discusión sobre lo que debería ser el capitalismo y el mundo, poniendo en jaque el sistema democrático en algunos casos. Se acentúa la megaconcentración de la riqueza, el individualismo competitivo. El avance y la conquista desde los países más poderosos parecen venir por los recursos naturales (el agua, el litio, etc.), en un mundo que, además, se encuentra sobrecalentado. Y aunque de fondo la esencia de las disputas y de las motivaciones pueden ser las mismas, no hay ninguna certidumbre sobre cómo se desencadenará y qué forma tomará la reproducción del capitalismo en los próximos tiempos, que se avecinan vertiginosos. *- Quien agradece a Laura Goldberg y Augusto Costa por la lectura atenta, los comentarios y el aliento. ** Una ** Una década que se presentaba como inmejorable, caracterizada por el consumo masivo de bienes durables. Libre comercio, competencia perfecta, meritocracia, prosperidad material, eficiencia, laissez faire e individualismo. Altos niveles de producción con la introducción del fordismo en la fabricación de autos.

 

¡Seguinos!  

 

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