Un Nuevo Comienzo: Meditaciones Diarias Para Navidad y Adviento - Juan L Calderón OAR

January 10, 2017 | Author: Libros Catolicos | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download Un Nuevo Comienzo: Meditaciones Diarias Para Navidad y Adviento - Juan L Calderón OAR...

Description

Indice PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO LUNES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO MARTES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO MIÉRCOLES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO JUEVES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO VIERNES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO SÁBADO DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO JUEVES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO LA VIRGEN DE GUADALUPE SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO TERCER DOMINGO DE ADVIENTO LUNES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO MARTES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO MIÉRCOLES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO JUEVES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO VIERNES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO LUNES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO MARTES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO MIÉRCOLES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO NAVIDAD 26 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 27 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 2

DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD 29 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 30 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 31 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 1 DE ENERO 2 DE ENERO 3 DE ENERO LA EPIFANÍA DEL SEÑOR 5 DE ENERO 6 DE ENERO 7 DE ENERO 8 DE ENERO 9 DE ENERO 10 DE ENERO EL BAUTISMO DEL SEÑOR

3

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

4

“Despierta tu poder y ven a salvarnos”

A

ún es de noche, pero la esperanza del amanecer está presente (¿recuerda usted su última noche en vela?, quizás dando vueltas a la cabeza, angustiado por un problema, una enfermedad, un dolor…). En momentos así, sólo deseamos que llegue el día. Como si las primeras luces del amanecer sirvieran para reducir la angustia. La Palabra de Dios nos habla desde ese sentimiento. Gritos de Isaías, del salmista, de Pablo…de nosotros. Gritos de dolor y de esperanza: ¡Ojalá rasgases el cielo y bajases! Pastor de Israel, escucha. Despierta tu poder y ven a salvarnos. Aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Comienza el Adviento y ya desde ahora vamos a concentrarnos en la esperanza de una nueva luz, en preparar los caminos del Señor. Y lo haremos con deseo, con fuerza, con intensidad. Si nuestro mundo “grita”, es porque hay una necesidad urgente de cambio. La Iglesia grita porque sabe que necesita de Dios. Y lo que pide es justamente lo que necesita. Porque primero, antes de pedir, hay que identificar las necesidades. Nuestro Adviento será como Dios desea si conocemos de verdad nuestras debilidades y nuestras fortalezas. Si nos preguntáramos ¿Cuál es la mayor fortaleza de nuestra Iglesia? La respuesta es: la confianza en el Señor.

5

¿Cuál es su necesidad más apremiante?

6

LUNES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

7

“De las espadas forjarán arados” Para solucionar un problema, una enfermedad, o lo que sea que nos aflija y preocupe, hay que seguir un proceso. Primero, identificar la necesidad, después –lo meditábamos ayer– pedir ayuda. Debemos buscar soluciones donde sabemos que se encuentran. Con esa confianza se acercaban a Dios tantos de los personajes de los que habla la Biblia. El Adviento nos guía en este proceso. No perdamos de vista que el mal es fruto de nuestra separación de Dios. Regresemos al Padre, como lo hacen los gentiles y los pueblos numerosos de los que nos habla Isaías. Ellos saben dónde buscar la salvación. Acudamos al Señor en la necesidad con el corazón y la mente preparados para escuchar lo que él piensa, lo que él ve, lo que él desea para nuestras vidas. Sólo así será Adviento. Necesitamos un cambio de mentalidad, una verdadera y profunda transformación interior y exterior. Si procedemos de esta manera nuestro mundo será diferente; y contribuiremos a que se haga realidad el ideal de Isaías: “De las espadas forjarán arados.”

¿Dónde podemos buscar y conocer la voluntad de Dios?

8

MARTES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

9

Hará justicia a los débiles y defenderá el derecho de los pobres El Adviento no consiste en que Dios nos haga un milagro y nos solucione un problema. Adviento supone transformación profunda e interior; hacer que las cosas cambien de raíz. De este modo la vida resultante será precisamente nueva. Ya estamos cansados de apaños y remiendos. Deseamos algo diferente, algo mejor, algo nuevo. El Señor lo sabe. Por eso hará surgir un brote del tronco de Jesé. Esta bonita metáfora nos pone en la línea de pensamiento de Dios: que tengamos la vida abundante que Jesús nos trae. La dificultad: aceptar que esto suceda; permitir que Dios actúe. Si no hay más milagros es porque nuestra rigidez mental no lo permite. Nos negamos a ver la posibilidad del cambio. Jesús viene para que se cumpla la voluntad del Padre. Por nuestra parte, es preciso que seamos dóciles y aceptemos que eso puede suceder, pues sólo los humildes son capaces de dejar actuar a Dios.

¿Cuál es el milagro que nuestra comunidad espera?

10

MIÉRCOLES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

11

“El señor limpiará las lágrimas de todos los rostros” El Señor no deja de sorprendernos. Isaías, en el capítulo 26 nos dice que cuando le traemos lágrimas a Dios, él a cambio nos da manjares. Cuidado: la propuesta divina no es simplemente callar nuestro llanto poniéndonos delante una mesa abundante para que sintamos un alivio temporal. Eso no serviría para mucho. Lo sabemos bien, porque el mundo nos da ya demasiadas “pastillas” que alivian el dolor por un rato. Como decimos popularmente: “Pan para hoy, hambre para mañana”. El proyecto de Dios es mucho más interesante. ¿No les apetece ser saciados de verdad para siempre, en vez de saciarse sólo para un rato? Necesitamos este cambio que Dios ofrece. En este tiempo descubriremos que lo que pedimos, de hecho, ya lo tenemos. No más hambre pues ya tenemos los panes y los peces. Sólo necesitamos la bendición de Dios para saberlos partir y compartir, Él viene a enseñarnos cómo hacerlo en esta Navidad.

¿Es consciente de todos los talentos que Dios le dio y que aún no ha puesto a trabajar?

12

JUEVES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

13

No basta decir ¡Señor, Señor! ¿Cuál es el paso siguiente en nuestro camino de Adviento? Necesitamos mantenernos convertidos. No nos sirven ya cambios puntuales o pasajeros; precisamos algo definitivo: un corazón nuevo, ser personas nuevas. Eso es lo que la Biblia llama edificar sobre la roca. Igual que un edificio se construye sobre una base sólida para que no se caiga, así también la conversión requiere una base firme que sólo vamos a encontrar en Dios y en el estilo de vida que él nos propone. Nuestra tarea es ponerlo en práctica. Mirar con los ojos de Dios, ver las realidades de la vida con los mismos criterios de Dios. Para eso es fundamental el conocimiento de la Escritura y del Catecismo…y la Eucaristía. Nuestra solidez espiritual se asienta en la presencia viva y eficaz del Señor quien sale a nuestro encuentro a través del pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía. Ambas cosas las encontramos en la Misa. Una buena propuesta para Adviento puede ser procurar asistir a Misa diariamente.

¿Qué tan importante es la Misa en su vida?

14

VIERNES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

15

¡Hijo de David, ten compasión de mí! La lógica de Dios es tan simple y tan aplastante que nos desconcierta. A veces, lo que para nosotros es un milagro, para él es lo natural. Por ejemplo: ¿Para qué sirve un ojo? Para ver. En el modo de pensar de la Biblia, hacer que un ojo vea no es un milagro, simplemente es hacer que el ojo cumpla la misión que se le encomendó el día de la creación. Este ejemplo debería hacernos reflexionar sobre nuestra propia lógica. Estamos dedicando este Adviento a prepararnos para una vida nueva… que es la vida que ya deberíamos estar viviendo porque es la vida que Dios pensó para nosotros desde el día de la creación, y más específicamente desde que fuimos bautizados. Sin embargo, ante los límites de nuestra fe, podemos unirnos al ciego del camino y clamar: ¡Hijo de David, ten compasión de mí!

¿Qué significa para usted contar con la gracia de Dios? ¿Qué valor tiene la gracia de Dios que usted recibe a través de los sacramentos?

16

SÁBADO DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO

17

¡Este es el camino que debes seguir! Junto a nuestra voluntad de edificar sobre roca, está la ayuda de Dios, que nos asiste para que permanezcamos en él: “Cuando te desvíes, oirás con tus oídos una palabra a la espalda: Este es el camino, síguelo” (Is 30:21). La ayuda constante de Dios es también parte del Adviento. El Señor promete su bendición y se compromete a no abandonarnos en este proceso. Las lecturas bíblicas durante este tiempo nos hablan de la compasión de Dios; no en el sentido de que sienta pena de nosotros, sino de su deseo de acompañarnos en cada momento y en cada acción, pues él sufre y se alegra junto a nosotros. Dios y nosotros al mismo nivel, en diálogo, compañeros. El mejor ejemplo de este amor es la comunidad de los discípulos a quienes Jesús llamó para que estuvieran con él y para que compartieran su proyecto. Ahora, él mismo nos llama a nosotros y nos ofrece su compañía y nos hace parte de su proyecto.

¿Qué significa para usted saber que Dios es alguien cercano? ¿Le ayuda a encontrar luz y paz en medio de sus problemas?

18

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

19

“Consuelen a mi pueblo”

E

l grito de este domingo nos sorprende: “Consuelen a mi pueblo” (Is 40:1). Una de las enfermedades más graves que padecemos hoy es la falta de esperanza. Muchos días amanecemos pensando que no hay solución, que nada va a cambiar…El Señor nos pide a nosotros, que llevamos una semana meditando el Adviento, que ayudemos a preparar los caminos del Señor, que ayudemos a alisar el terreno. El principal obstáculo que Jesús va a encontrar para llegar hasta lo más profundo de nosotros es la desesperanza. Este domingo nuestra medicina es el consuelo. El consuelo de saber que el Señor se toma todo el tiempo que haga falta hasta que nosotros estemos listos para aceptarle “No es que el Señor se tarde en cumplir su promesa…simplemente tiene mucha paciencia” (2 Pe 3:9); el consuelo de que todo será distinto y mejor; el consuelo de que siempre vamos a encontrarnos un Juan Bautista que nos ayude a ver que Dios está cerca, que se preocupa de nosotros, que nos cuida y nos quiere. Incluso cuando estamos desesperanzados; sobre todo cuando estamos desesperanzados. Cuando ya no creemos en nosotros mismos, Dios sigue apostando por nosotros. Por eso los profetas (primero Isaías, después Juan Bautista) dicen: “Aquí está tu Dios, aquí está el Señor que viene con poder” (Is 40:10).

20

¿Quiénes han sido los profetas contemporáneos que le han traído el consuelo de Dios?

21

LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO

22

Fiesta de la Inmaculada Concepción ¿Cómo hubiera sido el mundo si Adán y Eva no hubieran pecado? La respuesta es imposible. Pero la inmaculada concepción de María está ligada a esa respuesta que no sabemos dar. María nació sin esa tendencia al pecado que todos los demás tenemos; nació sin pecado, como Adán y Eva. Ellos no fueron capaces de mantenerse así y eligieron lo contrario de lo que Dios deseaba. María, en cambio, aprovechó su condición de “sin pecado concebida” para hacer de su vida una total donación a Dios, cuidando siempre de hacer lo que a él le agrada, haciendo propios los deseos que el Señor nos dice en la Sagrada Escritura. María es la lectora atenta de la Palabra, la buscadora del Reino, la discípula que sigue las enseñanzas del maestro, la que busca a Dios hasta en los más pequeños detalles. María es grande porque Dios la preservó del pecado; pero es más grande aún porque supo mantenerse sin pecado. Cuando alguien le diga que todos los humanos somos pecadores, recuerde que eso ya no es verdad pues en María tenemos un buen modelo.

¿Es su devoción a María una ayuda para crecer en su fe? ¿Cuáles son las maneras en que usted celebra su amistad con María, la mujer sin pecado concebida?

23

MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO

24

“Que se alegren los cielos y se regocije la tierra” Nos alegramos recitando el salmo 96 porque ya viene el Señor a renovar el mundo. Nuestro alimento espiritual en este día será tomar conciencia de que la presencia de Dios en su encarnación no va a ser un arreglo del mundo, como quien lleva el auto al mecánico para que le quite los golpes de la carrocería; Navidad no va a ser un remiendo. De lo que hablamos es algo nuevo que comienza. El Señor es el gran protagonista, creador de la vida y re-creador de esta nueva vida, origen de la nueva humanidad. Y en este nuevo mundo debemos estar todos, incluso los que hemos fallado. Por eso, Dios se vuelve el pastor que busca la oveja perdida. Adviento es que cada oveja (o sea, usted y yomismo) reconozca que se ha perdido –qué partes de mi historia están alejadas de Dios, por qué me aparto del resto del rebaño (o sea, familia, comunidad, Iglesia). Cuando me dé cuenta de que soy oveja perdida, entonces permitiré al pastor que me lleve en sus brazos.

¿Qué áreas de mi vida están lejos de lo que Dios quiere para mí?

25

MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO

26

“Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré” Nos sentimos agobiados, fatigados, aburridos de problemas, luchas y dolores. Buscamos refugio, alivio, descanso, consuelo. El mundo moderno nos ofrece distracciones que terminan agobiando, fatigando y aburriendo. Nuestro nuevo comienzo es salir de una vez por todas de ese círculo vicioso en el que estamos enredados. ¿Cómo? En Jesús. “Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré” (Mt 11:28). Invitación, promesa, propuesta. Y nosotros delante de él, quizás indecisos porque tantas veces hemos creído en otras promesas que no se han cumplido. Pero esta vez es diferente, porque quien promete es Dios mismo, con quien nadie se puede comparar, quien da la vida, quien llena todas las expectativas. Dios nos propone una vida nueva. ¿La vamos a aceptar? ¿Podemos confiar esta vez? Tener fe implica riesgos, especialmente el riesgo de que alguien utilice la experiencia religiosa para sacar provecho de nosotros o el riesgo de que nosotros mismos utilicemos la religión para manipular a otros. La verdadera fe en Jesús supone libertad y deseo sincero de ponernos al servicio de los demás.

¿Cuáles son los riesgos de una fe sin libertad?

27

JUEVES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO

28

“No temas, yo mismo te auxilio” En muchas ocasiones nos da miedo la soledad, el desamparo, el reto de enfrentarnos a la vida solos, la vida del inmigrante siempre pasa por esas experiencias. Es como cuando muere un ser querido y nos sentimos vacíos y fríos por dentro. Son experiencias difíciles de superar. Seguro que ha escuchado a alguien decir que se siente como un gusano. Mala sensación, ¿verdad? En esas circunstancias es muy importante saber que no estamos solos: “Yo, el Señor tu Dios, sostengo tu brazo y te digo: No temas, yo mismo te auxilio” (Is 41:13). ¿Qué más podemos pedir? Incluso, Dios toma esa expresión del gusano y dice: “No temas, gusanito de Jacob” (Is 41:14). Dios es tierno, me acompaña, es el padre bueno que me acoge como soy, con mi realidad y mis sentimientos, que me ama incluso cuando me siento un gusano, que me considera digno de ser amado incluso cuando yo me veo como un despreciable e inútil gusano. Dios de amor, Dios de justicia, Dios que me pone en mi lugar y me dice: “Yo no te abandonaré”.

¿Cuál ha sido la experiencia más difícil en su vida de inmigrante? ¿Fue importante la fe en ese momento?

29

LA VIRGEN DE GUADALUPE

30

“¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu madre? ¿Qué más te falta?” Nuestra Madre de Guadalupe bien podría llamarse la Virgen de Adviento, pues su mensaje es de esperanza y compromiso. Esperanza en que españoles e indios, llegarían a ser y sentirse hermanos, compromiso de construir una sociedad donde todos se sintieran respetados y aceptados. Estos ideales se han hecho parte de nuestra historia y de nuestra cultura. Cada uno de nosotros es fruto de la mezcla de razas y culturas. Por nuestras venas corre la sangre de los conquistadores así como la sangre de los indios nativos de estas tierras. Nuestra cultura latina es el resultado de una mezcla de culturas y formas de vida que hoy se aglutinan bajo un mismo sentimiento y orgullo. Nosotros, como hijos del mestizaje, podemos ofrecer a nuestra sociedad en Estados Unidos el modelo para la integración y la fraternidad. Nuestra fe se ha hecho parte de nuestra cultura y nuestra cultura sólo se entiende desde la fe. La Virgen de Guadalupe es el mejor ejemplo de esta experiencia y hoy le pedimos que ella nos ilumine en nuestro camino hacia la construcción de una sociedad donde todas las personas de todas las razas y lenguas se sientan bienvenidas y amadas. Le pedimos, que todos los prejuicios por cuestiones raciales desaparezcan, para que podamos mostrar al mundo que desde nuestra fe podemos todos llamarnos hermanos y hermanas.

¿Por qué es tan importante la devoción a María entre la comunidad hispana? ¿Cuáles son algunos de los signos de la unidad entre la fe y la cultura en la comunidad hispana?

31

SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO

32

“…su palabra era ardiente como una antorcha” Adviento es el tiempo propicio para descubrir que Dios no da órdenes, sino que invita; que propone sin obligar; y que cuando reprende es porque ve que no estamos viendo la vida abundante que él vino a traer. Pero ¡atención!, que nos respete no significa que se despreocupe. Al contrario, porque se preocupa nos envía profetas con palabras fuertes como Elías. Dios hace surgir del pueblo personas fieles que anuncian la verdad de las cosas, que denuncian y bendicen. A veces cuesta mucho escucharlos (de Elías se dice que “su palabra quemaba como una llama”), pero los necesitamos. Las palabras de los profetas no pretenden hacernos sentir mal, son, por el contrario, una invitación a reaccionar, a tomar conciencia de quiénes somos y cuál es nuestro destino; son una orientación para que tengamos una vida plena. La sinceridad de Dios al denunciar nuestros excesos también forma parte del plan amoroso de Dios. Así que en vez de quejarnos de que Dios es duro, escuchemos con gratitud, porque Dios dice la verdad.

¿Conoce a alguien que haya sido un profeta para su comunidad? ¿Qué tan bien aceptada fue esa persona?

33

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO

34

“Desbordo de gozo con el Señor”

C

omenzamos nuestra tercera semana de Adviento con otro grito, y es muy diferente a los anteriores. No es de necesidad, no es de súplica. Es de esperanza. Nos sentimos como cuando entramos en la cocina y olemos el postre que está cociéndose en el horno. Aún no lo tenemos, aún no está listo, pero ya sabemos que pronto llegará. Las lecturas de este domingo no nos dicen que ya es Navidad (porque aún no lo es), pero ya nos hacen “oler” la presencia gloriosa del Señor en medio de nosotros. “El Espíritu del Señor está sobre mí” (Is 61:1). Los sentimientos que nos suscita esta tercera semana son de espera alegre, confiada, porque ya falta poco para que llegue Dios a nuestros hogares. Vamos a terminar de preparar las cosas, los últimos detalles, para que nuestros hogares y nuestras vidas estén listos para el día de Navidad. San Pablo nos dice la manera: “Vivan siempre alegres. Oren en todo momento, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere en Cristo Jesús” (1Tes 5:16). Atención: la Navidad no depende de nosotros; nosotros no somos quienes vamos a “hacer” la Navidad. Es obra de Dios. Nuestra misión es tener todo preparado. Nosotros somos los cocineros, los que enviamos las invitaciones, la mamá que prepara el postre, los comensales que se sientan a la mesa. Pero el banquete es Jesús. Ciertamente tenemos que vestirnos para celebrar una gran fiesta, vamos a ponernos nuestras mejores galas para ese día, preparar nuestro cuerpo, nuestra alma y todo nuestro ser.

35

¿Cuál es el motivo de alegría que más a traído felicidad a su vida?

36

LUNES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO

37

“Una estrella sale de Jacob” Cada marca comercial, cada grupo, etc., elige un símbolo, un logotipo que sirva para identificarse. Si vemos una cruz roja, ya sabemos qué institución está allí. El Adviento también tiene un símbolo: la estrella, cuyo origen, como símbolo de esperanza, se remonta a la historia de Balaam (Números 24). Balaam, en medio del desierto, goza el privilegio de contemplar la gran promesa de Dios realizada: árboles, ríos, vida exuberante… Y coronándolo todo, la estrella: brillante, luminosa, intensa, con rayos de luz y de calor que alcanzan a todos los rincones de la tierra y a todos los corazones. De igual modo, hoy, en medio de la existencia cotidiana de un lunes, en el frío del invierno, nosotros “vemos” con Balaam la gran promesa. Y enfrentamos este primer día de la semana con la alegría y el gozo de esa estrella dentro de nuestros corazones. Hoy daremos luz, luz de esperanza.

¿Esta listo para dar esperanza? ¿Podría tratar estos días de evitar quejas y potenciar las palabras de ánimo?

38

MARTES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO

39

“Ya no sentiremos la vergüenza de haber sido infieles a Dios” Posiblemente, lo que más nos cuesta es perdonarnos a nosotros mismos y superar la vergüenza de habernos equivocado y de haber pecado. Nos sentimos como la “ciudad rebelde y contaminada” de la que habla el profeta Sofonías. A nuestros ojos, la ciudad (o nosotros mismos) está perdida, sin solución, sin salvación. ¿Es que nos da miedo ser perdonados? Esta actitud entorpece la acción del Espíritu Santo. La llamada del Adviento a emprender un nuevo comienzo también supone enfrentar la pena y el miedo, enfrentarnos a la imagen que tenemos de nosotros mismos como pecadores o como malos y mirarnos como Dios nos mira: capaces de una vida nueva, llamados a la felicidad total, con “labios puros”, confiando en el Señor, y “ya no sentiremos la vergüenza de haber sido infieles a Dios” (Sof 3). El Señor tiene la esperanza de que este Adviento sea para todos el momento de aceptar que nos espera con los brazos abiertos. Otros ya lo han hecho. Jesús lo dice abiertamente: sea cual sea tu situación personal, Dios es Padre y acoge al que quiera volver a su casa. “Les aseguro que los publicanos y las prostitutas les llevan ventaja para entrar en el Reino de Dios” (Mt 21:31). ¿Vamos de perder esta oportunidad? Ánimo, este es el momento de decidirse.

¿Qué es lo que más le ha costado perdonarse a usted mismo?

40

MIÉRCOLES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO

41

“En sus días florecerá la justicia” En nuestra cultura, es muy habitual pedir la bendición o desearla a otros. Un ejemplo es Jacob, que bendice a sus hijos y les da un “poder” especial (Gn 45). Esta palabra ha perdido significado. Hoy identificamos el “poder” con el dinero o los ejércitos. La humanidad está sufriendo demasiado por culpa de los poderosos que usan mal su poder, por aquellos que utilizan los privilegios para ser injustos. Sin embargo, en cristiano, el poder de someter a los enemigos es sólo por la acción del Espíritu del Señor, que es rey de justicia y de paz (Sal 71). Recibir el poder de Dios significa dar esperanza a los tristes, defender a los pobres, sembrar la armonía, salvar a los pecadores, ser bendición para el mundo entero…Examinemos nuestras propias actitudes y veamos dónde y cuándo “soy yo” el poderoso injusto, egoísta y manipulador. El Señor nos promete su poder para cambiar nuestra vida personal, la familia, las relaciones, el mundo. Pero no olvidemos tampoco que el poder es de él, que nosotros sólo somos los depositarios, y que lo usaremos hasta que venga aquel a quien pertenece y a quien los pueblos le deben obediencia.

¿Cómo ejerce la autoridad cuando tiene usted personas a su cargo?

42

JUEVES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO

43

“Él liberará al pobre que suplica” La esperanza cristiana no está sustentada solamente en promesas vagas o teóricas. Cuando el Señor promete algo es muy concreto y dice claramente lo que será. Nos promete un renuevo, un brote del tronco de David. Todos sabemos que los brotes de primavera significan vida nueva. La planta es la misma (en este caso nuestra historia), pero el futuro será diferente y mejor. De esta humanidad caída, pecadora, sufridora, saldrá la salvación. Ese rey justo y prudente será parte de Dios y parte de nosotros, será humano y divino, será parte de la humanidad, pero renovada con el aire fresco de la vida divina. Es maravilloso pensar que Dios, a la hora de pensar en la redención, no elimina su creación, ni a nosotros, sino que renueva hace nuevas- todas las cosas, todos los corazones, todas las mentes. El Señor cuenta con cada uno de nosotros a la hora de construir el Reino de Dios. Jesucristo es ese brote de David que trae una primavera a la humanidad.

¿Y yo? ¿No puedo ser también un renuevo del que florezca la gracia de Dios?

44

VIERNES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO

45

“Tú eres mi protector desde las entrañas de mi madre” Insistimos en la meditación de ayer. Nada de teorías. Nada de palabras bonitas que nos llenan la cabeza y nos impiden actuar. Nada de ideas vagas. La promesa de Dios de que tenemos la esperanza de un nuevo comienzo se construye en pasos concretos, pasos adelante, protagonizados por personas reales, gente como nosotros, que un día escucharon la voz de Dios (como nosotros la escuchamos ahora). Entre ellos está Manoj, su mujer y su hijo Sansón (Jueces 13), y Zacarías, Isabel y Juan el bautista (Lucas 1). Dos familias, dos épocas, dos situaciones. Pero una sola esperanza, un solo amor: el de Dios, y la intervención sanadora de Dios a favor de su pueblo. Preludio de otra familia, la de Nazaret, entregada al cumplimiento de la voluntad de Dios, constructora del Reino. Meditemos hoy en cómo nuestras familias van a ponerse al servicio del Reino, cómo vamos a hacer de ellas los lugares donde broten nuevos retoños que traigan esperanza al mundo, cómo nuestras familias van a ser el pesebre en el que nacerá Jesús esta Navidad.

¿En qué se parece su familia a la familia de Sansón, a la de Juan el Bautista o a la de Jesús?

46

SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO

47

“Aquí está la esclava del Señor” María, una muchachita de Nazaret, con un proyecto de vida, con un novio, con el deseo de una familia, con sueños y deseos junto a José. Llega el ángel y le trae otro proyecto, otra ilusión, otro deseo. Y María rompe su plan de vida, como quien rompe un papel, lo bota en la basura y acoge como propio el mensaje del ángel. Sin teorías, sin grandilocuencias. Simplemente acepta la voluntad de Dios, sin cuestionar, sin dudar, con una fe tan grande que le hace convertirse en Madre de Dios, cuando sólo piensa en ser su servidora. María del Adviento, del compromiso, del valor. María de dar un paso al frente para ser la primera en construir el Reino junto al Señor. María que nos agita las entrañas, que nos provoca con su valor y disponibilidad. ¿Y yo por qué no? Ay, ¿yo? ¿Ahora? El Adviento nos pide frutos concretos, como se los pidió a ella. María de la esperanza convertida en obras, ruega por nosotros.

¿Por qué María es un ejemplo a seguir?

48

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

49

“Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor”

N

uestro último grito antes de la Navidad es el grito de alegría. Las promesas de Dios se van a cumplir dentro de unos pocos días. Nuestra confianza y seguridad es total. Porque conocemos muy bien a nuestro Dios: a lo largo de la historia él siempre hace lo que dice. Su fidelidad no tiene fin. Incluso cuando nos alejamos de él, cuando pecamos, cuando rechazamos al que viene en su nombre, cuando perdemos la esperanza. Pero eso ya no va a pasar. Gracias al Adviento estamos convencidos de que la humanidad tiene una nueva oportunidad. Por eso gritamos con el profeta Samuel que el reino de David permanecerá para siempre ante el Señor. Nosotros somos hoy los protagonistas de la gran obra de Dios, los testigos de la revelación del misterio de Jesucristo, oculto durante siglos. Nosotros somos hoy como la Virgen María: los receptores de la revelación; aquellos a los que el ángel les dice que Dios desea nacer para salvar al mundo. Para salvarlo de todo lo que nos rodea y que no es de Dios. De las enfermedades, guerras, maldades. El Señor nos ha elegido en este domingo para que veamos con nuestros propios ojos el comienzo de un futuro mejor. Por eso gritamos: “Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor” (Sal 88). Esta semana nos dedicaremos a contarles a todos que el Señor ya viene. Esa es nuestra fe y es nuestro compromiso.

¿A quién le puede compartir, sin fanatismos ni presiones lo que le entusiasma del Evangelio?

50

LUNES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO

51

“Mi alma glorifica al Señor” El ejemplo de Ana, la madre de Samuel y el ejemplo de María nos llenan de confianza, porque sabemos que Dios actuará también en nosotros como lo hizo en ellas. Tras la petición, viene la esperanza y al final llega la alegría. Y junto a la alegría no puede faltar la acción de gracias. Estas santas mujeres son agradecidas, lo destaca la Escritura. No todos son así: ¿recuerdan a los leprosos sanados por Jesús? Sólo uno regresó a dar gracias. El nuevo año litúrgico que inauguramos con este Adviento debe caracterizarse también por el agradecimiento a Dios por sus obras magníficas en nosotros. Ojalá que todas las almas del mundo se llenen de alegría en Dios, nuestro salvador. Que los espíritus se llenen de júbilo, que todos se acuerden de la misericordia que el Señor ha tenido con nosotros. Pero recordemos que el verdadero agradecimiento se transforma en un compromiso por la justicia y la paz. Así lo entendieron Ana y María, quienes consagraron a Dios a sus respectivos hijos, de esa manera, Samuel llegó a ser un profeta para todos los tiempos y Jesús, nuestro Salvador y Redentor.

¿Qué le hemos consagrado a Dios?

52

MARTES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO

53

“…la mano del Señor estaba con él” Fue una gran alegría el nacimiento de Juan el Bautista, un hijo tan esperado. El evangelio nos da todos los detalles de lo sucedido. Petición, esperanza, alegría…pero también duda. Zacarías lo sabe muy bien: no es tan fácil recibir la bendición. Supone aceptar que Dios mismo nos mira con ternura y se ocupa de nuestras necesidades. Un Dios cercano, cariñoso, bueno. A veces nos sentimos atados a nuestro propio mal, pensando que jamás saldremos de eso. La verdad es otra. Con Dios, podemos todo. Miremos cada momento de la vida como un “preparar los caminos del Señor”. Cada uno de nosotros tiene una misión y Dios nos ayuda a llevarla a cabo. Nuestra forma de gracias por la bendición recibida será comprometernos seriamente con el proyecto de Dios, abrir nuestra boca para darle gloria y alabanza y dar testimonio de él en medio del mundo. Quizás el día que cada uno de nosotros nació, alguien se preguntó: “¿Qué va a ser de este niño?” Tenemos la respuesta: todos seremos “mensajeros de la alianza”.

¿Le han narrado sus padres o mayores detalles del día de su nacimiento? ¿Cómo los ha interpretado?

54

MIÉRCOLES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO

55

“…para iluminar a los que viven en tinieblas” Cuando vamos al supermercado a comprar alimentos, miramos en la caja la fecha de caducidad. Este gesto habitual se ha metido en nuestra cabeza y ya casi nos parece imposible que exista algo que no caduca. Vamos a vivir a una casa, pero ya no pensamos que sea la casa “para toda la vida”. Incluso hay dificultad en ver que el matrimonio sea “para toda la vida”. A pesar de todo, el Señor sigue pensando que hay cosas que no cambian, que hay promesas que merecen ser mantenidas, y que el proyecto del Reino no tiene fecha de caducidad. De eso nos habla el libro de Samuel. David recibe el gran proyecto de un reino humano, imagen de un Reino divino que nos engloba a todos. Esta noche es Navidad. Esta noche recordaremos la gran propuesta de Dios. El hijo de David ya está entre nosotros.

¿Cuáles son los valores que aún con el paso de los siglos no van a cambiar?

56

NAVIDAD

57

“Dios-con nosotros”

C

uatro gritos para cuatro semanas: necesidad, consuelo, esperanza y alegría. Hoy: silencio. No más grito, no más súplica. Hoy silencio y contemplación. Dios está aquí. Ante él nos arrodillamos en adoración y miramos con emoción el Misterio. Dios hecho hombre. Dios que se mete entre nosotros aunque muchas veces quisieramos irnos. El Omnipotente se hace niño para que podamos ser niños de nuevo y recuperemos la ilusión, la fantasía, la alegría por las cosas pequeñas y la esperanza de que alcanzaremos las grandes. Ante nuestra necesidad, Dios se hace necesitado; ante nuestra angustia, Dios se hace consuelo. Pero no desde el poder y la fuerza, sino desde la ternura de una sagrada familia, pobre de lo material y rica de fe y amor. Una familia muy humana que acepta la eternidad que no caduca en medio de ella. Y el silencio. El silencio de quien admira, de quien abraza. Que esta vez no se nos escape la Navidad. Que se nos llene el alma de la satisfacción de ser los elegidos para iniciar una nueva humanidad junto al Dios hecho hombre. La Carta a los Hebreos nos recuerda que de muchas maneras habló el Señor en los tiempos antiguos, hoy nos habla a través de su Hijo y, a partir de ahora sólo nos hablará a través de su Hijo. Ojalá que en nuestro corazón sea siempre Navidad.

¿Cuál es el mejor modo de celebrar la Navidad sin gastar dinero?

58

26 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD

59

“Esteban, lleno de gracia y de poder” Los tres días próximos, justo después de la fiesta de Navidad, nos traen la memoria de santos especiales. Hoy recordamos a san Esteban, el primer mártir. Según los esquemas de nuestro mundo, parece de mal gusto recordar un asesinato al día siguiente de la alegre Navidad. Y sin embargo, el protomártir de la Iglesia nos ayuda a vivir bien la Navidad. Porque él representa a quienes escuchan al Padre que habla a través de Jesucristo; a quienes gritan cada día deseando un mundo mejor y una vida más digna; a aquellos que “se matan” (como decimos popularmente) por convertir este mundo en el Reino de Dios. Esteban fue asesinado por soñar el sueño de Dios, de todos hermanos, de todos unidos y sanos, de amarnos los unos a los otros. Esteban fue el primero de una larga lista de hombres y mujeres que han entregado su vida para que el mundo conozca a Jesús.

¿La vida de que mártir le ha impresionado más?

60

27 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD

61

“Uno de ellos, el discípulo al que Jesús tanto amaba” Otro gran protagonista del cristianismo es san Juan, apóstol y evangelista. Él es el discípulo amado, el que apoya su cabeza al pecho del Señor, el que entró con Pedro en la tumba vacía, el que reconoció a Jesús resucitado antes que los demás. Estos detalles nos indican una relación especial entre Jesús y Juan, que la Iglesia ha querido reconocer al poner juntas sus celebraciones. Juan es también el teólogo, el primero que ve la figura de Jesús más allá de lo que esperaban los judíos en el Mesías; el primero que ve la grandeza del amigo con el que compartió durante su ministerio público. Juan también es nuestro compañero de camino. Recorreremos los últimos días de Navidad leyendo su primera carta y sus reflexiones sobre el amor de Dios manifestado en Jesucristo. Juan representa hoy a todos los que creemos en Jesús y nos sentimos fascinados por su mensaje de salvación, hasta ser capaces de entregarle la vida. Los santos nos precedieron como hijos de la Iglesia y son los que nos han traído a Jesús. Celebremos a Juan y celebremos que somos miembros de la Iglesia.

¿Qué viene a su mente cuando escucha que Dios es amor? ¿Cuáles son sus motivaciones en la vida?

62

DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD

63

La Sagrada Familia El misterio de la Encarnación de Dios no deja de sorprendernos. Quizás lo miramos como un evento maravilloso que sucedió hace 2008 años. Es cierto, pero no lo es todo. San Pablo nos sacude: “Como elegidos de Dios, pueblo suyo y amados por él…que la palabra de Cristo” habite en ustedes con toda su riqueza” (Col 3). Nuestro grito hoy es de asombro: ¿Dónde? ¿En mí? ¡Ay! Igual que hace 2008 años Dios se buscó una familia humana para vivir, hoy busca una…y soy yo, es usted, somos nosotros. ¡Nosotros! Llamados a ser la familia de Dios. No sólo espectadores del misterio, sino protagonistas junto a Jesús. La humanidad pasa una crisis familiar porque las familias hoy se preocupan de demasiadas cosas económicas, intelectuales, materiales… En cambio el Señor nos muestra en su palabra los elementos fundamentales de una familia: respeto mutuo (“Mujeres, respeten a sus maridos…Maridos, amen a sus esposas”), cariño y compresión (“Hijo, cuida de tu padre aunque chochee”), cumplimiento de la voluntad de Dios (“Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos”), oración (“Alaben al Señor”) y fidelidad al proyecto de Dios para esa familia (“Todo lo que digan y hagan, háganlo en el nombre de Jesús”). En el evangelio nos encontramos con el ejemplo de José y María, que cumplieron todas estas cosas. A Jesús no le preocupó que fueran pobres, porque lo que sí le interesaba era que cumplieran las demás cosas.

¿Cuáles de las características antes mencionadas se dan ya en su familia? ¿Cuáles debe potenciar?

64

29 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD

65

“…ya puedes dejar que tu servidor muera en paz” Simeón (Lc 2) es un personaje como los del Antiguo Testamento; un hombre de fe que ha vivido con la esperanza de ver al Mesías y el mundo nuevo de justicia que le acompaña. Representa a ese mundo orante, suplicante, esperanzado, ansioso de una vida mejor según la voluntad de Dios. Siempre fiel y constante en la oración. Y un día, movido por el Espíritu Santo, fue al templo a encontrarse con lo que deseaba: vio al Mesías y sintió que su vida se había realizado completamente. Tenemos la “receta” para que también nosotros veamos realizados nuestros sueños de una vida mejor: conocer a Dios, amarlo, obedecer su voluntad y anunciarlo con la vida. No basta con conocer a Jesús y saber que él es el Señor. Hay que obedecer sus mandamientos. Pero tampoco nos quedaremos ahí. Hay que identificarse con él para, poco a poco, transformar nuestros corazones con los sentimientos del Hijo. Que en nuestro corazón lata el corazón de Jesús. Tal como lo vivió Simeón.

¿Qué influencia han tenido las personas mayores (padres, abuelos, tíos, etc.) en su vida de fe?

66

30 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD

67

“Pasa el mundo con todas sus codicias, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” En el espíritu de la Navidad, podemos leer la Primera Carta de San Juan. Se dirige a todos: jóvenes y mayores, padres e hijos. Todos han anhelado algo más para la vida, lo han buscado primero en el mundo y ahora en Cristo, desde su edad y desde las experiencias de su vida. San Juan nos invita a ponernos ante el espejo y ver quiénes somos y en dónde estamos. Si el mundo no ha llenado nuestras expectativas, es hora de dejarlo atrás. Quizás nos da miedo ir hacia lo desconocido (por mucho que deseamos la bendición aún no la hemos experimentado completamente; por eso es desconocida). Quizás dudamos de nuestra capacidad de ser fieles y valientes. Quizás nos da pereza cambiar. San Juan apela a nuestra vocación, porque hemos sido llamados a realizar un nuevo comienzo de todo. El mundo no es lo que el Padre deseaba; el Padre nos da las claves para transformar el mundo en Cristo. Sólo nos queda ser como la profetisa Ana, que a pesar de ser anciana, fue capaz de aceptar la novedad de Jesús, sin excusas.

¿Cuáles éxitos u ofertas de la sociedad ha usted experimentado que no le han llenado completamente?

68

31 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD

69

¡Canten al Señor un canto nuevo! Me gusta celebrar el fin de año cuando aún en mi corazón hay ecos de la alegría de la Navidad. Recibir a Jesús en mi corazón implica también transformar mi vida a imagen de la suya. Para eso hemos recibido la unción del Espíritu Santo y así tenemos el verdadero conocimiento. Yo sé lo que Dios espera de mí. El último día de este año es como si el Señor me invitara a cerrar una época, a olvidar definitivamente todo lo que no ha sido santo y a comenzar un nuevo año con la intención de mantenerme lleno de la alegría navideña. Han pasado muchas cosas malas, pecados, muertes, miedos, infidelidades, negaciones; todas ellas las rechazo ahora, me libro de su recuerdo para enfrentarme al año nuevo con alma, mente y corazón renovados. Doy gracias a Dios por las bendiciones recibidas, en especial la más grande: poder recibirle en la Eucaristía cada domingo. Y me propongo mantener y hacer crecer esa presencia de Dios en mis jornadas del año nuevo.

¿Cuáles experiencias preferiría no haber pasado en el año que terminó? ¿Cuáles experiencias le ayudaron a crecer?

70

1 DE ENERO

71

Santa María, Madre de Dios Un año nuevo. Un nuevo comienzo. Y además es el Día de la Madre. Felicidades a las mamás. Celebramos a María como Madre de Dios. Misterio y realidad. María fue antes madre con la fe que con el cuerpo. María recibió el llamado de Dios, un llamado que nos parece casi imposible, lo más grande, lo más santo para un ser humano. Pero además María permitió que se realizara lo que el ángel le decía. María creyó que era posible que una mujer joven y humilde se convirtiera en la Madre de Dios. ¡Qué gran fe! ¡Qué ejemplo! María es el modelo de la fe, porque escucha a Dios, acepta el mensaje, lo obedece, lo hace propio y se convierte en la primera cristiana, transformando su vida desde la fe judía a la fe cristiana. María significa conversión realizada. María es dar un paso al frente y decir: Yo lo haré. Es subirse al tren de aquellos que esperaban un mundo mejor y ya no sólo esperan, sino que actúan junto a Jesús para que se realicen esos cambios necesarios. Convirtámonos hoy todos en madres de una nueva humanidad, madres de un futuro más limpio, más feliz y brillante. Un mundo en el que todos canten las grandezas del Señor. Como María.

¿Podría dedicarle a María este año de su vida? Este quiere decir tratar de conocerla más y seguir su ejemplo ¿está dispuesto?

72

2 DE ENERO

73

“Hijitos, permanezcan en él” Ser discípulo de Jesús supone muchas cosas, lo hemos meditado estos días después de Navidad. Hoy descubrimos que también supone denunciar. Hay que desenmascarar todo aquello que no es digno del Reino, todas las mentiras que se escuchan, todo lo que nos aparta de Dios. San Juan habla con claridad y valentía: Jesús es el Señor y quien lo niegue miente. Por desgracia este mundo no es fácil de convertir ni de convencer. Incluso algunos engañan usando el nombre de Dios. Los cristianos tenemos el deber –forma parte de nuestra vocación- de denunciar lo que no es verdad. Y la mejor forma de hacerlo es insistir una y otra vez en la proclamación de la verdad. Para que permanezca en nosotros lo que nos fue anunciado en el principio. La Iglesia lo hace cada día, por eso se le persigue e insulta. No vamos a renunciar a esta sagrada misión, que es la misma que la de Jesús. San Juan Bautista es ejemplo de esta actitud ante la vida.

¿Cómo y dónde se persigue a la Iglesia hoy?

74

3 DE ENERO

75

“No sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que los somos” Esta Navidad pasamos de esperar la bendición a recibirla. Se nos invita a permanecer en Dios, es decir, a mantenernos en la bendición. Dios no solamente nos llama hijos, sino que lo somos. Dios nos creó como hijos en el Hijo. El misterio de la Navidad, de Dios que se hace hombre, nos posibilita ser ahora hijos de Dios. Por eso debemos ser santos, como el Padre es santo. El llamado a la santidad se entiende ahora como una parte fundamental de nuestra existencia. Por eso el mensaje de la Iglesia siempre nos insiste en la transformación del corazón y de la mente, como hizo María. Romper la ley no es sólo desobedecer a Dios; es romper el proyecto divino, como romper el espejo en el que nos miramos y no tener otro. Sé quien soy cuando me miro al espejo. Sé quien soy dentro, cuando miro al Padre y al Hijo.

¿Qué se entiende por ser perfectos en el amor? ¿Eso es lo mismo que ser santo?

76

LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

77

“…puso su morada entre nosotros”

S

e va cerrando el círculo de la Navidad. Un círculo de ideas que se inició con la súplica del primer domingo de Adviento, que continuó entre esperanza y proyecto divino, que llegó a su culmen con la presencia amorosa de Dios hecho hombre y la bendición ya realizada, hasta llegar a hoy, el último paso: la gloria de Dios resplandece sobre el mundo. Después del misterio de la Navidad, ya nada es igual. Un mundo en sombras se ha llenado de luz. No es una estrella fugaz, sino una luz que vino para quedarse. Un pequeño y desconocido rincón de la tierra, se convierte en el centro del universo, porque es allí donde se manifiesta un nuevo comienzo, donde todo se arrodilla ante él: oro como rey (porque es la cabeza de una nueva humanidad), incienso como Dios (porque las cosas más grandes de la tierra se le ocurren a Dios) y mirra como hombre (porque Dios quiso que esta nueva creación fuera humana y divina, convirtiéndonos en colaboradores de la construcción del Reino). Tres Reyes Magos de rodillas: el poder, la sabiduría y la fe, presentados ante el Niño Jesús. Todo un símbolo de la transformación global del mundo. Y hoy también nos arrodillamos ante él y adoramos el Misterio mientras vemos su Gloria.

¿Ha vivido una epifanía? ¿Dios se le ha manifestado en algún momento crucial? ¿Cuál fue su reacción?

78

5 DE ENERO

79

“Tú eres el Hijo de Dios” Todos nos hemos encontrado con el Mesías. Les sucedió a los apóstoles y nos sucede ahora a nosotros. Tener una “experiencia de Dios” es fundamental. No sea que nos pase como a aquellos que se saben el Evangelio de memoria igual que se saben una lista de teléfonos, pero jamás llaman para saber cómo están los dueños de esos teléfonos. Hoy se nos invita a seguir a Jesús hasta su casa, a sentarnos con él, a “perder el tiempo” con él (si me permiten la expresión). Estar, compartir, dialogar con Jesús, simplemente por el gusto de estar con el mejor amigo. Jesucristo nos ha hecho pasar de la muerte a la vida, y es tarea nuestra seguir vivos. Para ello necesitamos una relación íntima con el autor de la vida. Sólo podemos recibir Su vida estando con él. ¿Por qué no mira su calendario y reserva ya unas fechas para hacer un retiro? Para todo cristiano es fundamental dejar todo, al menos un par de días y estar a solas con el Señor. Anímese.

¿Cuáles son sus lugares favoritos para encontrarse con el Señor? ¿Cuál es el mejor tiempo para dedicárselo a él?

80

6 DE ENERO

81

“Ahora, nosotros deseamos dar la vida por nuestros hermanos” Quien diga que tiene mucho amor guardado dentro de sí y no ama a nadie, se engaña o miente. Porque el amor sólo existe cuando se da. El amor es un don. San Agustín hizo unas reflexiones hermosas sobre este aspecto. El Espíritu Santo es el amor entre el Padre y el Hijo. Así, el Espíritu es un don, porque es amor que se da. También nosotros los cristianos, que hemos recibido el Espíritu-Amor, debemos amarnos los unos a los otros. Es una urgencia; no lo tomemos a broma. Porque el amor que no se da, se muere. Igual que el Padre es generoso al amarnos y al enviar a su Hijo y después al Espíritu, hoy nos pide que abramos nuestros corazones completamente. Estamos en Navidad aún. Llenos de la alegría navideña, donde todos intentamos ser más buenos, es el momento de buscar a una persona concreta con la que estemos peleados y buscar la paz. Encarnemos a Dios, hagamos esfuerzos precisos y conscientes de cambio. No es fácil…pero es lo justo.

¿Quién necesita de usted? ¿Cómo puede mostrar de una manera sencilla que sabe amar?

82

7 DE ENERO

83

“Permanezcan en él, conforme lo que él les enseñó” Dios es el fundamento del amor fraterno. “Amarnos los unos a los otros” no sólo es don de Dios, sino Dios mismo presente entre nosotros. Sólo hay un verdadero amor: el amor de Dios, que es Dios mismo. Y ese amor ahora está en nosotros –la Iglesia- a través del Hijo y del Espíritu. El amor del hombre justo es una participación de este único y auténtico amor. Los sentimientos más puros y profundos del corazón humano vienen de Dios. Nuestra devoción al Corazón de Jesús tiene un eco en esta Navidad. Qué hermoso es darnos cuenta de que nuestros corazones humanos aman con el amor de Dios y que el corazón de Dios ama con un amor humano que es también divino. Busque hoy una imagen del Corazón de Jesús y mírese en ella como en un espejo. Después mire a los demás y descubrirá que también los otros son hijos de Dios y portadores de su amor.

¿Por qué la imagen del Sagrado Corazón ha tenido tanto impacto en la historia de la espiritualidad cristiana?

84

8 DE ENERO

85

“Todo el que ama ha nacido de Dios” La reflexión de san Agustín sobre el amor de Dios es una constante invitación a tomar conciencia de que el amor de Dios vive en nosotros porque hemos recibido el don del Espíritu Santo. “Abraza al Dios amor y abraza a Dios por amor”, invita el santo. El amor nos asocia a los ángeles y a los hombres; quien nos unifica a ellos y nos somete a Dios. “Y el que está lleno de amor, ¿de qué está henchido sino de Dios?” El amor se convierte además en un modo de conocimiento de Dios. Porque cuando amamos a Dios que es amor, por el hecho de amar, ya amamos a alguien que ama. El amor que no ama no es amor. El que ama algo siempre ama el amor que es Dios. Este círculo poderoso de amor está transformando el mundo. Ese es el misterio con el que comulgamos en cada Eucaristía, donde encontramos a Dios y a la Iglesia a la vez. La comunidad es el lugar donde mejor experimentaremos el amor de Dios.

¿Cómo vive el mandamiento del amor en su comunidad parroquial?

86

9 DE ENERO

87

“En el amor no hay lugar para el temor” Cuando el apóstol Juan habla de “vencer al mundo” se refiere a esa batalla cotidiana en la que estamos entre hacer la voluntad de Dios o dejarnos llevar por las cosas, los egoísmos o la pereza. Las tentaciones son muchas y no dejarán de serlo. El que quiera vencer la tentación tiene tres armas: Espíritu Santo (trabajando dentro de nosotros; Dios y el hombre luchando juntos por una nueva vida), el agua (el agua de la vida cotidiana que calma la sed de nuestro cuerpo y el agua del bautismo que lava nuestros pecados y sacia nuestra alma sedienta de salvación) y la sangre (la sangre de Cristo y nuestra sangre, es decir, nuestro esfuerzo diario por ser mejores, por ser santos; nuestras renuncias y pequeños sacrificios convertidos en pasos adelante hacia algo eterno). ¿Quién garantiza que esto es así? Dios mismo. Dios de la vida, Dios de la Alianza, Dios encarnado. Dios comprometido con el hombre hasta lo más profundo. Así tenemos vida eterna.

¿Cómo fortalece su espíritu para tener ideales elevados? ¿Qué le falta a su espiritualidad para superar la apatía, y la vida superficial?

88

10 DE ENERO

89

“El que ama a Dios, ame también a su hermano” Las meditaciones de los días pasados nos han hecho profundizar en la dinámica de la vida eclesial. Somos una comunidad de creyentes unidos por el amor de Dios y repartidores de ese amor a los demás, dentro y fuera de la Iglesia. Cristo nació para todos y la Iglesia es bendición para todos. Se nos pide un esfuerzo más al concretar esta “teoría” en la realidad de cada uno. “Si alguno ve que su hermano comete un pecado, que pida por él y le obtendrá la vida”. El apóstol no dice que si ves a tu amigo querido, al que te cae bien o al favorito, sino a cualquiera que es tu hermano. Dios no hace acepción de personas y nosotros tampoco. Lo que conseguiremos al interceder por el otro es que viva. Si Jesús es nuestra salvación, nosotros nos convertimos en portadores de esa salvación. Somos llamados a ser bendición, como lo fue Abraham primero y tantos otros después. El propósito final es no volver a pecar y eliminar por completo el pecado. Así alcanzaremos en el Reino.

¿Cuándo descubre algún defecto en alguien cercano cómo reacciona? ¿Está siempre listo para criticar los defectos, o procura justificar las debilidades de sus hermanos?

90

EL BAUTISMO DEL SEÑOR

91

“Tú eres mi hijo amado, en ti me complazco” Después de celebrar la encarnación de Dios y su nacimiento en el día de Navidad, y después de plantear el proyecto de Dios para el mundo, ha llegado el momento de salir a la calle y proclamar a todos los pueblos y naciones de la tierra que Jesús es el Señor y que el Reino está cerca. El acto inaugural de la predicación de Jesús es la fiesta que hoy celebramos. Jesús no tiene pecado que deba ser perdonado por el bautismo. Pero sí tiene la solidaridad con los pecadores. Juan Bautista usaba el río como símbolo de toda una corriente de pecado de Israel que necesita ser limpiado. Dios en Jesús se involucra con nosotros al máximo: se hizo hombre en el seno de María, se hizo pobre en el pesebre, perseguido en la huida, trabajador en el taller de José…y hoy se une a los pecadores (sin ser pecador) y es capaz de sufrir el mismo final que ellos (la muerte). Dios entra en la corriente de pecado del mundo, se hunde en nuestros males, infidelidades y traiciones, para sacarnos a nosotros de ese río de corrupción que ha hecho del paraíso que Dios creó, un mundo perdido. Jesús es bautizado para que nosotros seamos bautizados. Comienza su ministerio para que nosotros escuchemos la salvación.

¿Cómo puede vivir su Bautismo hoy?

92

93

Índice Indice PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO LUNES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO MARTES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO MIÉRCOLES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO JUEVES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO VIERNES DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO SÁBADO DE LA PRIMERA SEMANA DE ADVIENTO SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO JUEVES DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO LA VIRGEN DE GUADALUPE SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA DE ADVIENTO TERCER DOMINGO DE ADVIENTO LUNES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO MARTES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO MIÉRCOLES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO JUEVES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO VIERNES DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA DE ADVIENTO CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO LUNES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO MARTES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO MIÉRCOLES DE LA CUARTA SEMANA DE ADVIENTO NAVIDAD 26 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 94

2 4 7 9 11 13 15 17 19 22 24 26 28 30 32 34 37 39 41 43 45 47 49 51 53 55 57 59

27 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD 29 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 30 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 31 DE DICIEMBRE, OCTAVA DE NAVIDAD 1 DE ENERO 2 DE ENERO 3 DE ENERO LA EPIFANÍA DEL SEÑOR 5 DE ENERO 6 DE ENERO 7 DE ENERO 8 DE ENERO 9 DE ENERO 10 DE ENERO EL BAUTISMO DEL SEÑOR Derechos de autor Volver Cubrir

95

61 63 65 67 69 71 73 75 77 79 81 83 85 87 89 91 93 93

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF