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October 12, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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 Y  TRATA   MÓDULO 2 | CULTURA  DE GÉNERO  Y  DE PERSONAS EN MÉXICO DOCUMENTO REALIZADO POR  LA  D  DRA . A LETHIA  LETHIA  F  FERNÁNDEZ DE LA  R   R EGUERA  EGUERA   CENTRO DE INVESTIGACIONES  Y   ESTUDIOS DE GÉNERO DE LA  U  UNIVERSIDAD N ACIONAL A UTÓNOMA   Y  E UTÓNOMA  DE MÉXICO

 

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CONTENIDO  

CLASE 1. ¿QUÉ ES EL GÉNERO? 1.1 El género y el orden social ............................................................................................................................5 1.2 La cultura de de género y la trata de personas ............................................................................................... 7 1.3 Problemas de reconocimiento y distribución ............................................................................................8  Y  LA  TRATA  DE PERSONAS CLASE 2. EL RÉGIMEN DE GÉNERO  Y 

2.1 ¿Qué es el régimen de género? ..................................................................................................................12 2.2 Las desigualdades de género en la familia, el Estado y la calle .............................................................. 14 2.3 El régimen de género y la trata de personas ............................................................................................16

CLASE 3. V IOLENCIA  IOLENCIA  DE GÉNERO 3.1 ¿Qué es la violencia de género? .................................................................................................................19 3.2 Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia ............................................................................21 3.3 El triángulo de las la s violencias: estructural, cultural y directa..................................................................22

CLASE 4. INTERSECCIONALIDAD  Y  PREVENCIÓN DE LA  TRATA  DE PERSONAS 4.1 La trata de personas desde una perspectiva interseccional ....................................................................27 4.2 La migración como factor de riesgo de la trata de personas ................................................................. 30 4.3 Prevenir desde un enfoque de igualdad ...................................................................................................32 4.4 Conclusiones...............................................................................................................................................34

M ATERIALES Clase 1 ................................................................................................................................................................36 Clase 2 ...............................................................................................................................................................36 Clase 3................................................................................................................................................................37 Clase 4 ...............................................................................................................................................................39

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Objetivo general Describir cómo inuye la cultura de género en el fenómeno de trata de personas a través de símbolos, creencias y prácticas.

Introducción Este módulo tiene como objetivo identicar qué es el género y conocer las diversas maneras en que la cultura de género estructura un orden social sobre lo propiamente femenino y lo masculino a través de símbolos, creencias y prácticas que impactan el fenómeno de la trata de personas. La cultura de género inuye directamente en la l a comprensión sobre la trata de personas, así como en el diseño de políticas públicas y estrategias de intervención y prevención. La trata de personas es un problema social muy complejo caracterizado por las múltiples violencias y las sistemáticas vejaciones a los Derechos Humanos que sufren las personas mediante la explotación de su cuerpo, su trabajo y su vida para el lucro de otras personas o grupos.

Desarrollo El análisis de la complejidad social de la trata de personas y los problemas relacionados involucra necesariamente la perspectiva de género; lo que permite entender el proceso de la trata tr ata a partir de la asignación cultural de símbolos, valores y prácticas en torno a la diferencia sexual de los cuerpos, lo que genera relaciones especícas de poder. Este módulo está compuesto por las siguientes clases: 1. ¿Qué es el género? 2. El régimen de género y la trata de personas 3. Violencia de género 4. Interseccionalidad y prevención de la trata de personas

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Clase 1:

¿Qué es el género?

 

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CLASE 1. ¿QUÉ ES EL GÉNERO? 1.1 El género y el orden social

Se utiliza tanto en el discurso mediático como en otros espacios el término género para referirse a las mujeres, se piensa que equivale a su inclusión en ciertos ámbitos, especialmente el público. Sin embargo, el género más quesociales hablar de mujeres, ya que funciona como una categoría para el análisis de es lasmucho desigualdades entre hombres y mujeres, y dentro de diversos grupos de personas. En esta clase se identica la relevancia del género para abordar el fenómeno de la trata. El género es un concepto que funciona como marcador social a partir de las diferencias biológicas y/o sexuales de los cuerpos, se compone de categorías para diferenciar a las personas (hombre-mujer, varonil-afeminado, racional-emocional) y su contenido varía de acuerdo con cada cultura. Es decir, cada cultura genera conceptos especícos de lo que “debe ser” un cuerpo categorizado como femenino o masculino, al igual que la categoría raza, cuyas valoraciones varían de acuerdo con la cultura y a la sociedad en que se está inmerso. ¿Qué es femenino? ¿Qué es masculino? ¿Qué es bello? ¿Qué cuerpos son valorados más positivamente que otros? Hablar de género es hablar de los l os procesos de simbolización cultural que surgen de las diferencias biológicas entre los cuerpos denidos como masculinos y femeninos. Esta simbolización tiende a ser dicotómica, lo que signica que existen dos posibilidades (femenino y masculino) y que los signicados asociados a uno y a otro término son por lo regular excluyentes, opuestos y  jerarquizados. Por ejemplo, se asocia a la feminidad con con la pasividad, las emociones, la fragilidad y a lo masculino con la acción, la racionalidad y la fuerza. Estas valoraciones tienen efe efectos ctos reales en las vidas de las personas, en el orden social generan una división del trabajo en donde las mujeres son responsables del ámbito doméstico y los varones del espacio público. FIGURA  1.1  1.1 ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

 Fuente: elaboración propia

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 A pesar de que los procesos de simbolización dieren en cada cultura, se produce de forma universal a partir de una aceptación generalizada de la distinta sexuación entre los machos y las hembras. “Cada cultura otorga signicados a esa es a diferencia anatómica y en cada cultura esta simbolización de la sexuación estructura los usos y costumbres particulares, además de que determina las relaciones de poder entre mujeres y hombres” (Lamas, 2016, p. 156). Es por ello que el género permite entender, por un lado, las diferentes relaciones sociales que estructuran a la sociedad a partir de la sexuación de los cuerpos, y por el otro, las diversas maneras en que se construyen las identidades de los cuerpos sexuados desde lo considerado propiamente femenino y masculino, con esto los conictos que pueden surgir cuando los cuerpos no se ajustan a alguna de las dosycategorías (hombre-mujer). El concepto de género, desarrollado por la historiadora Joan Scott (1996), es de gran utilidad para conocer tanto la dimensión simbólica o las creencias, los valores y las representaciones que generan los símbolos de lo femenino y masculino, como la dimensión social o las prácticas  y las relaciones sociales que que resultan de su simbolización. simbolización. Para Scott el género es un “elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y una forma primaria de relaciones signicantes de poder” (Scott, 1996, p. 289). Esta denición integra los siguientes elementos a la categoría género: 1. Símbolos asociados a la sexuación disponibles en cada cultura y que por lo regular son dicotómicos (Eva y la Virgen María, racional y emocional, pasivo y activo). 2. Conceptos de las interpretaciones de dichoseducativo, símbolos (lo que es “acep “acep-table” paranormativos las mujeresaypartir los hombres en los ámbitos religioso, laboral). 3. El funcionamiento f uncionamiento de dichas normas en instituciones y organizaciones sociales sociales especícas (la familia, el trabajo, la escuela, la calle). 4. La identidad subjetiva o los procesos mediante los cuales la simbolización es corporeizada  y genera identidades de género diversas.  ACUERDO CON JOAN SCOTT FIGURA  1.2  1.2 FIGURA  1.2  1.2 COMPONENTES DEL GÉNERO DE  ACUERDO

 Fuente: Elaboración propia a partir partir de Amnistía Internacional (2018).

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 A lo largo del siglo XX los feminismos y estudios de género han luchado po porr visibilizar e iincidir ncidir en las grandes desigualdades y violaciones a los Derechos Humanos que enfrentan las mujeres en distintos momentos históricos y culturas. A pesar de la diversidad de contextos, los procesos de simbolización muestran cómo las culturas por lo regular establecen diferencias difer encias dicotómicas  y generan sociedades que limitan el acceso de las mujeres y otras personas asociadas a “lo fe fe-menino” (tal como personas con identidades sexo genéricas no heteronormativas) a recursos materiales y simbólicos y a ser reconocidas tanto en el ámbito público como en el privado. Los contextos latinoamericanos representaciones sociales de las mujeres asociadas a la sumisión ysealcaracterizan control sobrepor sureforzar sexualidad. La capacidad del cuerpo de la mujer para gestar y amamantar son de las pocas funciones que lo diferencian del cuerpo del varón. Sin embargo, las diferencias que existen en el tipo de acti vidades y espacios en que participan hombres y mujeres son mucho más complejas que lo que implica gestar por nueve meses a una criatura, dar a luz y amamantarla en los primeros meses o años de vida. Es decir, la diferencia sexual de la reproducción ha sido simbolizada de tal forma que asigna ciertas tareas y funciones de crianza a las mujeres y no a los varones. Asimismo, se relaciona a las mujeres con el espacio doméstico, y limita por lo regular la movilidad espacial a aquellos espacios más próximos a la crianza (la familia, la escuela, las visitas v isitas al médico, etcétera). Se llega a considerar incluso que las mujeres “por naturaleza” deben ser buenas madres o que toda mujer “desea” ser madre. Estos son ejemplos de algunas representaciones sociales en torno a la feminidad, que no sólo son conceptos e ideas en el imaginario social, sino que tienen un impacto sobre las prácticas y las vidas cotidianas de las mujeres. Los cuerpos de las mujeres son simbolizados en los aspectos de la maternidad y de la sexualidad. La antropóloga Sherry Ortner (1979) explora cómo las funciones del cuerpo femenino determinan los roles sociales de las mujeres y las sitúa más cercanas a la naturaleza que a la cultura. Ortner encuentra que en casi todas las culturas las mujeres están asociadas al ámbito doméstico  y a funciones de m maternaje aternaje (crianza, cuidado de lo loss m menores enores y an ancianos, cianos, y tra trabajo bajo doméstico). doméstico). Es decir, su capacidad de parir y nutrir las hace responsables de la crianza en la etapa de primera socialización, lo que conlleva a una división sexual del trabajo que determina claramente sus funciones en el hogar a cargo del trabajo reproductivo, y a los varones del trabajo productivo. 1.2 La cultura de género y la trata de personas

Las simbolizaciones de género cambian de acuerdo con el ciclo de vida de las personas, establece roles sociales y relaciones de poder especícas, tanto en la familia como en la vida pública. Los cuerpos de las mujeres son valorados de formas distintas dependiendo del ciclo de vida en el que se encuentran, relacionado con su sexualidad y capacidad reproductiva. En México se estila festejar a “las quinceañeras”, el cual es un rito de iniciación en la adolescencia que se relaciona con el inicio de la menstruación y la capacidad reproductiva de las mujeres. El festejo conlleva diversos signicados, por ejemplo, que la niña ha dejado de ser niña, se presenta ante la sociedad o en ciertos contextos como una mujer, que ya está en edad de unirse o contraer matrimonio, y sobre todo está en posibilidad de gestar y parir. Aunque no se sea tan consciente de estos signicados, en el fondo la esta es un ritual donde se llevan a cabo prácticas especícas asociadas a las representaciones sociales de “la quinceañera” relacionadas con su sexualidad. Por ejemplo, biológicamente su cuerpo ya está listo para tener relaciones sexuales e idealmente permanecerá virgen hasta el matrimonio. DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata



 

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Con este ejemplo se puede identicar y comprender cómo se lleva a cabo el proceso de la sim  bolización, con efectos reales en las prácticas, en los cuerpos y las identidades de las personas. Hay muchos otros ejemplos de representaciones sociales de género, también para los varones. En esta clase se aborda únicamente aquellos relacionados rel acionados con los cuerpos de las mujeres, porque cuando se habla de la trata de personas casi siempre lo primero que piensan es en el término “trata de blancas” que se reere al traslado en el siglo XIX y principios del XX de mujeres  jóvenes europeas hacia países de Europa del Este, Asia y África para ser comerciadas como concubinas o prostitutas. Es decir, hay una representación sobre la explotación sexual del cuerpo de mujeres blancas que eran objeto de deseo en otros países.  Al remitirse a las actividades más comunes de la trata de personas en la actualidad, éstas se relacionan con la explotación del cuerpo de las mujeres, ya sea para el trabajo doméstico y de cuidados o para el comercio sexual. A esto hace referencia el género, al proceso mediante el cual las culturas asignan símbolos a la sexuación, en este caso de las mujeres, lo que conlleva a establecer normas sociales derivadas de esos símbolos que funcionan en instituciones especíespecícas (una de las más contundentes en este sentido es la familia) y que tiene efectos reales en las identidades y las subjetividades de las personas. Introducir la perspectiva de género en el análisis del fenómeno de la trata de personas implica conocer tanto el contexto social, como los contenidos y los mecanismos de transmisión de los procesos simbólicos que estructuran la identidad de las mujeres y los hombres. Asimismo, implica cuestionarse la dicotomía en que se estructuran los símbolos de la sexuación que sólo reconoce cuerpos masculinos o femeninos, y sus funciones especícas. La complejidad del fe nómeno de la trata obliga a pensar en la diversidad de relaciones de poder que surgen desde el género, por ejemplo, a través de los perles de las víctimas y de las personas tratantes (por lo regular se piensa que la víctima es una mujer y tratante es un varón), o la tolerancia de la sociedad y de grupos que naturalizan y socializan la explotación de otras personas a partir de la forma en que valoran los cuerpos de mujeres, de menores de edad o de varones pobres. Resulta fundamental analizar las relaciones de poder en la trata de personas desde una perspectiva de género. En los procesos de “enganche” o lo que en algunas legislaciones se conoce como los medios comisivos, es decir el engaño, el abuso, la coerción, etcétera, son acciones especícas ancladas a expectativas y roles sociales que cruzan por el género, y que fomentan  violencias, muchas veces invisibilizadas por una cultura de género que avala la explotación de los cuerpos de las mujeres y anula su capacidad de agencia. Esta cultura se conforma no sólo del lado de los tratantes y explotadores, sino también de las autoridades y la sociedad en su con junto. En la clase 2 de este módulo se estudia a fondo cómo funciona la cultura de género y los procesos de simbolización en diversas instituciones, especícamente en aquellas más cercanas al fenómeno de la trata de personas. 1.3 Problemas de reconocimiento y distribución

Este tema es fundamental para comprender los efectos de las desigualdades de género en la sociedad, especícamente en las vidas de las mujeres. En ocasiones, cuando se habla de pers pectiva de género o de políticas públicas con perspectiva de género se cree que equivale a introducir lenguaje incluyente o a abrir espacios para las mujeres, tal como es el caso de la paridad. Ambas políticas, tanto el lenguaje incluyente como la paridad, son fundamentales para avanzar en la construcción de una agenda de género. Sin embargo, quelo comprender que las desigualdades de género plantean una complejidad mayor, ya quehay como ha demostrado la DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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lósofa Nancy Fraser existen dos formas f ormas de entender las injusticias que viven las mujeres. Por un lado, se encuentra la injusticia socioeconómica que se da con las prácticas de explotación, la marginación económica (tanto en los hogares como en la estructura de los mercados laborales)  y la privación de bienes. bienes. Por el otro, la injusticia injusticia cultural o sim simbólica bólica enraizada en las prácticas prácticas  y representaciones de la dominación masculina (Fraser, 1997). La desigualdad de género es una cuestión “tanto de la estructura político-económica como de la estructura cultural valorativa de la sociedad” (Fraser, 1997, p. 31). Ambas formas de injusticia están relacionadas entre sí y se refuerzan mutuamente. El planteamiento es muy interesante porque obliga a pesar en qué tipo de soluciones son necesarias para abordar los problemas de condiciones género; ya que se trata únicamente de atacar las desigualdades económicas, sino de generar deno reconocimiento frente a las discriminaciones especícas que enfrentan las mujeres. La discriminación contra las mujeres se presenta tanto en términos de redistribución de los recursos, tal como lo demuestra la división sexual del trabajo que sitúa a los varones como pro veedores e invisibiliza el trabajo tr abajo reproductivo realizado por mujeres, como de reconocimiento mediante prácticas sociales y culturales que legitiman la dominación masculina. Para Fraser (1997) la injusticia de género exige una transformación tanto de la economía política, como de las valoraciones culturales que descalican a las mujeres. Por lo que, es necesaria la reorganireorgani zación de la división del trabajo tr abajo y una redistribución del ingreso; así como, una transformación cultural acerca de las representaciones de las mujeres y de la diversidad de opresiones que  viven distintos grupos. El estudio de la trata de personas debe identicar las dimensiones social y cultural -o los eleelementos redistributivos y de reconocimiento- de los procesos de explotación de las personas, desde el enganche hasta el rescate y los procesos de reconstrucción de sus vidas. En otras palabras, las investigaciones deben poder identicar qué avances y obstáculos de género experiexperi mentan las víctimas a lo largo de todo el proceso en términos de igualdad social y cultural. Un ejemplo donde sólo se presenta la dimensión redistributiva sería cuando se llevan a cabo los rescates y se generan las condiciones materiales necesarias, es decir hay una redistribución de recursos, pero no necesariamente el reconocimiento de la capacidad de agencia como personas, más no sólo como víctimas. La aportación de Nancy Fraser (1997) permite diferenciar la posición de las mujeres dentro de la jerarquía de género, de su condición material. En otras palabras, diferenciar las necesidades prácticas de las estratégicas, con el n de romper con el supuesto de que los cambios en la concon dición (por lo general material) generan mejoras en la posición (cuestiones de reconocimiento  y representación). Un ejemplo de esto es creer que las mujeres de clase media y alta no son  vulnerables a ser víctimas de trata por su condición de clase, ya que equivale a pensar que al haber redistribución hay reconocimiento, y puede ser todo lo contrario, no hay un problema de redistribución de recursos, pero sí de reconocimiento en su grupo familiar, laboral, comunitario, etcétera, donde sus necesidades —no materiales— no son validadas ni reconocidas. Este planteamiento ha nutrido la reexión dentro del feminismo a lo largo de varias décadas, para integrar las políticas de reconocimiento a aquellas enfocadas únicamente a las necesidades prácticas y a mejorar las condiciones materiales.

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 Y  REDISTRIBUCIÓN FIGURA  1.3  1.3 DESIGUALDADES DE GÉNERO: RECONOCIMIENTO  Y 

 Fuente: Elaboración propia. propia.

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  El régimen de género y la trata de personas

Clase 2:

 

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CLASE 2. EL RÉGIMEN DE GÉNERO  Y   Y  LA  TRATA  DE PERSONAS 2.1 ¿Qué es el régimen de género?

En la clase anterior se abordó que el género es una categoría para analizar distintos fenómenos sociales, especialmente para estudiar las relaciones sociales a partir del proceso de simbolización de los cuerpos sexuados y del establecimiento de ciertas creencias, valores y normas con respecto que hombres y mujeres “deben ser”. De acuerdo con la teoría género, desarrodesarro llada poralalosocióloga australiana Raewyn Connell, éste permite analizar lasde relaciones socialesen tres niveles: entre dos personas, entre la persona y las instituciones donde desarrolla su vida cotidiana, y entre la persona y la sociedad en su conjunto. El género es “un asunto de relaciones sociales dentro de las cuales actúan los individuos y los grupos” (Connell, 2009, p. 10). Es decir, es un organizador social fundamental, y en este sentido un eje básico para analizar la estructura social y sus relaciones. La teoría de género de Connell resulta muy útil cuando se quiere analizar las relaciones de género, dentro de instituciones especícas, puede ser la familia, la calle o un centro de trabajo. Se entiende por institución al espacio social donde se desarrolla la vida diaria, y funciona a partir de ciertas normas. En el fenómeno de la trata existen diversas instituciones implicadas, en muchos casos incluyendo la familia y los entornos más cercanos de las personas, hasta redes de crimen organizado. Este apartado se incluyó al considerar que el abordaje de la trata con perspectiva de género debe abordar el ámbito institucional. La teoría de Connell (2009) permite analizar cada institución como un régimen de género. Esta propuesta se complementa con la teoría de género de Scott, revisada en la clase anterior, porque integra el análisis de la división del trabajo, las relaciones poder y los símbolos culturales a nivel institucional. Desde una perspectiva sociológica Connell aborda la función del género en aquellos espacios donde el sujeto vive su cotidianeidad y demuestra que los arreglos de género no son estáticos, sino siempre cambiantes. Por ello se insiste que el fenómeno de la trata se refuerza por una cultura tradicional de género, pero también el género da respuestas que resultan fundamentales para plantear perspectivas más amplias de prevención de este delito, a partir de un cambio cultural.  A nales de la década de 1980, Connell (1987) desarrolló una teoría de género focalizada en los procesos institucionales y en las diversas relaciones que se generan al interior de las instituciones, principalmente la familia, el Estado y la calle. Desde un enfoque sociológico, esta teoría construye el concepto de régimen de género para conocer sus componentes dentro de instituciones particulares y sus formas de interacción. Esto le permitió demostrar la historicidad del género, porque a pesar de que muchas prácticas sociales continúan en sistemas como el escolar, el médico y el laboral, también se pueden observar cambios hacia una mayor igualdad de género. El régimen de género integra cuatro ejes de análisis: 1. La división del trabajo que se reere a cómo se divide el trabajo, principalmente principalmente el trabajo productivo del reproductivo; pero con un análisis más amplio ya que la división opera en ámbitos tan diversos como el escolar, donde, por ejemplo, las mujeres son por lo general las responsables educaciónmedia preescolar y primaria, y losconsiderados varones participan docentes a partir dedelalaeducación superior y superior, nivelescomo más DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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elevados y relevantes en la formación de las personas. Otro ejemplo son los espacios burocráticos o de servicio público donde las mujeres son primordialmente las encargadas de las labores de escritorio, de recepción y atención al público, ya que se considera que “por ser mujeres” tienen mayor capacidad de empatía y suavidad en el trato. 2. La estructura de las relaciones de poder o las formas en que se organizan las jerarquías  y la distribución de recursos en distintos gr grupos upos e instituciones a partir del género. Por ejemplo, quiénes tienen mayor poder de decisión, mejores salarios, acceso a privilegios, etcétera. 3. Las relaciones r elaciones emocionales presentes en todas las relaciones humanas, que también están cruzadas por el género. Connell apunta que los vínculos emocionales forman parte de las relaciones sociales en los tres tre s niveles que analiza (individual, institucional y social). 4. La estructura de los signicados, la cultura y el discurso. Este último componente del régi régi-men de género puede relacionarse con la teoría de Scott (1996) que muestra cómo los sím bolos culturalmente disponibles disponibles son un elemento esencial para comprender las creencias, los valores y las normas con respecto al género en la sociedad. Connell analiza el e l contenido de los diversos símbolos relacionados al género presentes en las prácticas culturales que  van desde las estas, los rituales, hasta los contenidos de los medios de comunicación, el lenguaje, los chistes, etcétera. ÉGIMEN DE GÉNERO FIGURA  2.1  2.1 R ÉGIMEN

 Fuente: elaboración propia con base en Connell (1987).

Las cuatro dimensiones del régimen de género son herramientas analíticas que se condicionan conjuntamente; ya que, aunque son distintas entre sí, su funcionamiento sólo se puede comprender en función de las demás dimensiones. Un ejemplo sería al analizar un caso de acoso laboral dentro de una institución, habría que conocer el tipo de división del trabajo existente en ese lugar, es decir quiénes realizan qué tipos de trabajo, qué labores tienen mayor reconocimiento y cuáles no. Asimismo, comprender qué tipo de relaciones de poder se ejercen entre empleadores y empleados, entre compañeros de trabajo, y qué relaciones emocionales están presentes. Finalmente, identicar qué discursos circulan en ese lugar, qué dichos y refranes se utilizan para referirse a las prácticas en ese espacio laboral, qué símbolos emplean las personas para hablar de sus experiencias en el trabajo, y especialmente en torno al acoso. DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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Como se mencionó anteriormente, una de las aportaciones más importantes de la propuesta de régimen de género es mostrar su historicidad. Su análisis en una institución permite comprender que el género es un proceso histórico y dinámico con tendencias internas hacia el cambio (Connell, 2009). Es importante destacar que los l os cambios son lentos, pero observables. Un ejemplo es al reexionar sobre los cambios en los discursos y las prácticas del noviazgo, se han modica modica-do las formas en que las generaciones anteriores lo vivieron y las maneras en que se relacionan actualmente los jóvenes en pareja. Dependiendo del contexto, se pueden observar formas más igualitarias y abiertas de relacionarse durante esta etapa. Actualmente, puede ser más común  ymatrimonio. aceptado que parejasestas tengan relacionescon sexuales que optenhace por la cohabitación cohabitación al Al las comparar situaciones las queoseque vivieron algunos años, esprevia posible darse cuenta que sí han cambiado, tanto los discursos como el tipo de relaciones emocionales  y de poder y los roles que ejercen las parejas en la etapa del noviazgo. Esto es un ejemplo de cómo las representaciones, los discursos y las l as prácticas de género son históricas h istóricas y dinámicas. La cultura de género relacionada con la trata de personas es también cambiante, ya que actualmente las tecnologías y la globalización gl obalización han acelerado los procesos de producción y de traslado de mercancías y mano de obra. La dinámica acelerada de estos ujos deshumaniza a las perper sonas que generan ese trabajo, a través de discursos y prácticas que anulan la dignidad de los trabajadores a favor de una mayor producción y eciencia en las cadenas de producción. Para el caso de la industria del sexo, hay un mayor acceso a un mercado de servicios a través de redes sociales que promueven imágenes que sexualizan a mujeres cada vez más jóvenes, y crean estereotipos sobre las mujeres “exóticas” no blancas. Estas representaciones de “lonormalizan erótico y lo exótico” refuerzan la objetuación de los cuerpos de las mujeres, y eventualmente su explotación en la industria sexual. Es decir, hay una veta de análisis interesante acerca de cómo las tecnologías de la comunicación y la información también conforman un régimen de género que modica discursos, símbolos, valores y creencias que promueven o por lo menos invisibilizan la gravedad de la explotación e xplotación de las personas. 2.2 Las desigualdades de género en la familia, el Estado y la calle

Una de las instituciones fundamentales para comprender el funcionamiento del género en la sociedad es la familia, ya que es el espacio de socialización primaria, y por lo regular el núcleo de las relaciones más cercanas que se establecen a lo largo de la vida. v ida. Connell considera a la familia uno de los productos más complejos de la sociedad, porque en ella coexisten diversas dinámicas sociales y relaciones que convergen entre sí. “En ninguna otra institución se extienden las relaciones de forma tan prolongada, son tan intensas en contacto y densas en su entretejido entre tejido con la economía, las emociones, el poder y la resistencia” (Connell, 1987, p. 121). El análisis del régimen de género familiar implica indagar y conocer las dinámicas de división de trabajo en la familia (quién hace el trabajo reproductivo y quién el productivo, qué trabajo es reconocido, quiénes generan el ingreso familiar y qué ingreso es el que se reconoce más), cómo se dan las relaciones de poder y quiénes participan de ellas, qué efectos tienen los vínculos emocionales en las relaciones de poder y de trabajo al interior de la familia, y nalmente qué mensajes y qué discursos se transmiten en esa familia desde la infancia sobre lo que los hombres y mujeres “deben ser”. Las feministas Barbara Rowland-Serdar y Peregrine Schwartz-Shea (1991) analizan los procesos de transmisión de mensajes “fundacionales” sobre la impotencia de las mujeres a través de la familia. Suenplanteamiento invitamensajes, a una reexión sobre las formas que los la niños y las niñas aprenden el entorno familiar normas y creencias queen refuerzan desigualdad de DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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género. “Mientras más profundo se internalicen estos mensajes en las niñas y formen parte de las creencias de las mujeres, más difícil será para las mujeres visualizar el empoderamiento” (Rowland-Serdar y Schwartz-Shea, 1991, p. 608). Algunos ejemplos de mensajes “fundacionales” de gégénero que se transmiten desde la infancia son: los hombres son esenciales para el bienestar de las mujeres y las mujeres son responsables del bienestar de las relaciones. La transmisión de estos mensajes no es necesariamente verbal, sino que está presente en las prácticas culturales  y sociales en que se desarrollan los niños. Por ejemplo, ejemplo, el tipo de juegos y juguetes disponibles para cada género, las películas, caricaturas y cuentos, los deportes que pueden realizar, las tareas que llevan a cabo en casa, etcétera. Connell (1987) extiende la teoría de régimen de género desde el ámbito familiar hasta el Estado,  y demuestra que es una institución permeada por dinámicas de género especícas; ya que las élites estatales están compuestas principalmente por varones y las secretarías o ministerios considerados más importantes o con mayor presupuesto son por lo regular encabezadas por hombres, mientras que las mujeres laboran generalmente en aquellas instancias relacionadas al trabajo del cuidado, la cultura, el turismo y el medio ambiente, considerados ámbitos de menor rango político y presupuestal. Asimismo, el Estado realiza actividades vinculadas a cuestiones de género, tales como: el control de la sexualidad, la criminalización de la homosexualidad, la organización de la división sexual del trabajo, la regulación del ciclo de vida y en el caso especíco de la trata de personas las estrategias de prevención, de persecución del delito y de protección a las personas víctimas del delito. El Estado juega un rol importante en la formación y reestructuración de patrones sociales y en la constitución de categorías sociales vinculadas con el género tales como: madre soltera, homosexual, menor de edad o víctima de trata. El Estado es “el centro donde resuenan un juego de relaciones de poder y procesos políticos en donde el patriarcado se construye y se refuta” (Connell, 1987, p. 130). La discusión sobre el proceso de construcción de categorías sociales desde la política y el derecho es de suma importancia cuando se aborda el fenómeno de la trata de personas, ya que determina quién es víctima o no a partir de lo que establece la ley, y se pasa por alto que esa ley, el bien jurídico tutelado y la denición tanto de víctima como de tratante surgen desde y en una cultura de género especíca, que tienen consecuencias reales en las vidas de las personas.  Al igual que la familia y el Estado, la ca calle lle representa para Connell (1987) una institución fundamental para comprender el funcionamiento del régimen de género. La inclusión de este espacio social en el análisis de género es una de las grandes aportaciones de su teoría, ya que demuestra que la calle presenta relaciones sociales muy particulares, porque es por lo regular un escenario de intimidación para las mujeres. Por ejemplo, si se observan las dinámicas cotidianas de las calles es común encontrar distintos escenarios de acuerdo con la hora del día. Durante las mañanas y a medio día por lo regular se ven mujeres realizando labores relacionadas al ámbito doméstico y de cuidado, por ejemplo, llevar a los niños a la escuela, hacer la compra, etcétera. Conforme el día avanza el escenario va cambiando, y a ciertas horas de la noche hay una mayor presencia masculina y de mujeres consideradas de la “vida nocturna” o de la “mala vida”, por lloo general trabajadoras sexuales, como si las mujeres a partir de cierta hora de la noche no deberían permanecer en la calle al menos de que se dediquen al comercio sexual. Estos son ejemplos de símbolos y discursos que crean estereotipos de género y tienen efectos reales en la vida de las personas.

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La calle resulta por un lado una especie de campo de batalla donde se generan distintos tipos de violencia, y por otro, de teatro donde se desarrollan diversas actividades que muestran claramente los modelos de feminidad y masculinidad de una sociedad, no sólo en el actuar de las personas, sino en el despliegue de los medios de comunicación y diversos productos culturales que se observan en los espacios públicos. Basta con observar las imágenes de la publicidad o leer las primeras planas de los diarios expuestos en la vía pública para identicar los estereotiestereotipos de género. Sin embargo, la calle es por denición un espacio abierto y exible, caracterizacaracterizado por la diversidad. En este sentido se habla de un “teatro experimental” donde pueden surgir negociaciones de nuevas prácticas sociales relacionadas el género. Por ejemplo, la mayor apertura en ciertos contextos a la publicidad, las muestrascon afectivas de parejas del mismo sexo, o las campañas en contra del acoso sexual y a favor de la libertad de las mujeres para portar  vestimenta sexy sin ser sujetas al acoso.  ANALIZAR  EL RÉGIMEN DE GÉNERO? FIGURA  2.2  2.2 ¿EN QUÉ INSTITUCIONES SE PUEDE  ANALIZAR 

 Fuente: elaboración propia. propia.

2.3 El régimen de género y la trata de personas

Uno de los objetivos principales de este curso es conocer cómo y por qué la cultura de género es un elemento esencial en la comprensión de la complejidad social de la trata de personas. En este sentido la teoría de régimen de género de Connell (1987) es una aportación importante para identicar cómo opera el género en las diversas instituciones relacionadas con el delito de la trata, que van desde la familia, los medios de comunicación, las industrias, el crimen organizado, hasta aquellas instancias encargadas de combatirla como son los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil. Esta teoría explica que existen relaciones especícas entre las distintas instituciones y se caracterizan, ya sea por la continuidad o por la inestabilidad en sus relaciones y contenidos de género. g énero. Es decir, puede haber una continuidad y/o complicidad entre los discursos y las prácticas que promueven los medios de comunicación y la familia sobre el sometimiento de las mujeres, pero también pueden presentarse rupturas o contradicciones; de ahí surge la historicidad de género mencionada anteriormente. DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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Un análisis de régimen de género debe incluir no sólo las formas en que se genera la división del trabajo, las relaciones de poder, las relaciones emocionales, los signicados y discursos al interior de instituciones dadas, sino debe escalar a un nivel más amplio y vincular las dinámicas que se dan entre las instituciones, comprender de qué manera se vinculan. En algunos casos las relaciones son de tipo complementario, en otros puede ser conictiva. En la trata de personas hay relaciones de poder y discursos que refuerzan las creencias y prácticas de explotación de ciertos grupos a partir del género y la clase social. Estos discursos y prácticas pueden generarse desde los medios de comunicación, ciertas industrias e incluso desdede lasvíctimas instancias encargadas de combatir la trata de personas, que generan categorías especícas y victimarios, dejando atrás a otros grupos que también pueden ser vulnerables a sufrir estas vejaciones. En este caso se estarían reforzando estereotipos de género y de víctimas, como por ejemplo el plantear que las víctimas siempre son mujeres pobres, mujeres migrantes o trabajadoras sexuales. Es muy común que los discursos y las políticas públicas para combatir la trata se focalicen en la trata con nes de explotación sexual, especícamente en mujeres jóvenes y pobres, dejando a un lado las víctimas de trata laboral, un fenómeno muy extendido que incluye a los varones  y a los l os jóvenes. Este es un ejemplo de cómo se generan vínculos de cooperación para reforzar dinámicas de género entre instituciones. Es importante comprender que las instituciones y sus dinámicas de género no funcionan de forma aislada, sino que conforman una estructura social más amplia que Connell (1987) llama orden de tomar género.enPor ello laelreexión sobre el funcionamiento del género un espacio especí co debe cuenta tipo de relaciones, ya sea de continuidad o deen ruptura que seespecígenegeneran en el contexto más amplio. Esto permite llevar el análisis del nivel micro a un nivel messo e idealmente a uno macro para entender cómo funciona la cultura de género en una sociedad. En el caso de la trata de personas sería interesante realizar un análisis profundo sobre los regímenes de género presentes en las instancias que promueven y generan la trata y en aquellas encargadas de combatirla, eso daría una visión más amplia sobre qué políticas públicas serían más efectivas en la prevención del fenómeno, la persecución del delito y la protección a personas víctimas. FIGURA  2.3  2.3 ¿CUÁLES SON LOS REGÍMENES DE GÉNERO QUE CONFORMAN EL FENÓMENO DE TRATA  DE PERSONAS?

 Fuente: elaboración propia.

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   Violencia de género Clase 3:

 

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CLASE 3. V IOLENCIA  IOLENCIA  DE GÉNERO 3.1 ¿Qué es la violencia de género?

En la década de 1990 se comenzó a hablar de violencia de género para referirse a la que se ejerce contra las mujeres, pero también contra las personas cuya conducta o expresión identitaria se  vincula con lo femenino, especialmente personas homosexuales, bisexuales y transexuales. En México, lucha deante los grupos feministas contraalalasviolencia sufreny las mujeres inició en la décadalade 1970, la necesidad de atender mujeresque víctimas crear marcos legales de protección. Fue hasta el año 2007 que se creó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual es un avance importante, más no suciente, ya que es un problema generalizado en el país. De acuerdo con esta Ley, se deberá entender por violencia: “cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público” (INMUJERES, 2007, p. 9). La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2016, muestra que el 66.1% de las mujeres mexicanas de 15 años o más han sufrido alguna forma de  violencia por parte de cualquier agresor alguna vez en su vida, el 43.9% ha sufrido violencia por parte de su pareja; y en los espacios públicos y/o comunitarios 34.3% de las mujeres ha experi(INEGI, 2017b)

. mentado violencia sexual La violencia de género es un fenómeno social muy complejo, no es posible simplicar su dede nición como la violencia que sucede por el simple hecho de ser mujer. En esta clase se analiza el carácter social y cultural de la violencia de género. Su origen está en un orden de género que rige a la sociedad a partir de valores y creencias que naturalizan la subordinación femenina. Es una violencia que se refuerza en la cotidianidad a través de prácticas y representaciones de la dominación masculina y del predominio de la heterosexualidad; se presenta tanto en el ámbito público como en el privado. Existe una tendencia a creer que la violencia de género es un problema del ámbito familiar, particularmente de la pareja. En esta clase se analiza que no es exclusiva del ámbito conyugal, sino que es un problema relevante en el ámbito laboral, y especialmente en el universitario. Es decir, ocurre en el espacio público y en diversas instituciones, en donde realizan las actividades diarias. La ENDIREH 2016 muestra que el 26.6% de las mujeres que trabajan o han trabajado alguna vez, ha experimentado algún acto violento, principalmente de tipo sexual y discriminación por razones de género; y que el 10.7% de las mujeres que asistieron a la escuela el último año fue agredida sexualmente (INEGI, 2017b). Las reexiones y los estudios sobre la violencia de género deben al menos incluir un análisis sobre los cuatro elementos que Scott plantea como constitutivos del género (Fernández de la ReReguera, 2017). 1. Los símbolos culturalmente disponibles, por ejemplo, qu quéé representaciones de la feminidad y de la masculinidad refuerzan los estereotipos de género que promueven la violencia. 2. Las normas producto de las diversas interpretaciones simbólicas de las diferencias sexuales, o los comportamientos esperados de las mujeres y varones en contextos de conicto y  violencia. DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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3. Las políticas y discursos institucionales que avalan la violencia de género (por ejemplo, la creencia de que es un asunto privado que debe resolverse en pareja). 4. Los procesos mediante los cuales las personas internalizan estas normas, creencias y estereotipos de género. Por ejemplo, la sociedad enseña desde pequeños que “amar duele” o que “toda relación implica sacricio”; son mensajes presentes en las canciones, en las pláplá ticas familiares, en las películas que se incorporan tanto en el imaginario colectivo como en las prácticas y las relaciones sociales. La violencia de género es parte del entorno social y cultural, y no un fenómeno aislado o exclusivo de las mujeres. La socióloga mexicana Marta Torres (2010) expone de forma clara algunas de las principales características para conocer más allá de las deniciones legales en qué conconsiste la violencia de género. La dene como una violencia que: 1. Está presente en todos los espacios sociales. 2. Se considera un aspecto más de la vida cotidiana. 3. Se asocia a ciertas prácticas de la masculinidad tales como: la territorialidad, la competencia y la fuerza. 4. Puede ser contundente y directa (feminicidios, violaciones y agresiones físicas) y también implícita en las prácticas culturales y la cotidianeidad (acoso, chistes degradantes, insultos, albures, anulación de la persona). 5. Implica la intencionalidad de quien la ejerce. 6. Viola los derechos humanos más elementales de la persona que la padece (derecho a la  vida, la integridad, la salud, la libertad y a una vida libre de de violencia). 7. Genera un daño que puede ser físico, pero también psicológico, sexual, patrimonial y económico. 8. Busca el sometimiento y el ejercicio del poder. IOLENCIA  DE GÉNERO  3.1 V IOLENCIA  FIGURA  3.1

 Fuente: elaboración propia con base en Torres (2010).

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3.2 Ley General de Acceso a una Vida Libre de Violencia

En 2007 se creó en México la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia con el objetivo de homologar las legislaciones estatales para sancionar cinco tipos de  violencia: psicológica, física, patrimonial, económica y sexual. La Ley (INMUJERES, 2007, p. 12)  establece las siguientes deniciones. • V iolencia  iolencia   psicológica : […] cualquier   acto  u  omisión  que  dañe  la   estabilidad  psicológica , que puede consistir  en: negligencia ,  abandono, descuido reiterado, celotipia , insultos, humillaciones, deValuación, marginación, indiferencia , infidelidad, comparaciones destructi Vas, rechazo, restricción  a   a  la   autodeterminación  autodeterminación  y   y   amenazas  amenazas, las cuales conlleVan  a   a  la   Víc  Víctima   a   a  la  depresión,  al  aislamiento  aislamiento,  a  la  deValuación de su  autoestima   autoestima  e incluso  al  al suicidio. • V iolencia  iolencia  física : […] cualquier   acto  acto que inflige daño no  accidental  accidental, usando la  fuerza  física   o  algún  algún tipo de  arma   arma  u objeto que pueda  proVocar  o no lesiones  ya   ya  sean internas, externas, O  AMBAS  AMBAS. • V iolencia  iolencia  patrimonial: […] cualquier   acto  acto u omisión que  afecta   afecta  la  superViVencia  de la   Vícti  Víctima . se manifiesta  en: la  transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción  de  objetos, documentos  personales, bienes  y   Valores, derechos  patrimoniales  o  recursos  económicos  destinados  a   a   satisfacer   sus  necesidades  y   y   puede  abarcar   abarcar   los  daños  a   a   los  bienes  COMUNES O PROPIOS DE LA   VÍCTIMA . • V iolencia  iolencia   económica : […] toda   acción  u  omisión  del  agresor   que  afecta   la   superViVencia   ECONÓMICA   DE  LA   VÍCTIMA . SE  MANIFIESTA   A   TRAVÉS  DE  LIMITACIONES  ENCAMINADAS  A   CONTROLAR   el ingreso de sus percepciones económicas,  así como la  percepción de un salario menor  por   igual trabajo, dentro de un mismo centro laboral. • V iolencia  iolencia   sexual: […] cualquier   acto  que  degrada   o  daña   el  cuerpo  y /o  la   sexualidad  de  la   Víctima   Víctima   y   y   que  por   tanto  atenta   atenta   contra   su  libertad, dignidad  e  integridad  física . e s  una   expresión  de  abuso  abuso  de  poder   que  implica   la   supremacía   masculina   sobre  la   mujer ,  al  deniGRARLA   Y   Y  CONCEBIRLA  COMO OBJETO.

Esta ley se elaboró hace una década, aun son muchos los retos y necesidades para generar legislaciones a nivel adecuadas sancionarde la generar violenciabuenas de género. El mayor problema de en el país está en laestatal impunidad y en lapara incapacidad políticas de prevención, procesamiento del delito y de protección a las víctimas. Persiste la creencia de que llaa violencia que sufren las mujeres corresponde al ámbito privado y el Estado no asume su responsabilidad en el grave incremento de casos de violencia, especícamente en los feminicidios. Durante el 2016 se registraron 2,813 asesinatos de mujeres, mientras que en 2015 fueron 2,383, lo que implica un aumento de 430 casos en un año. En 2015 se asesinaron en promedio al día de siete mujeres, en tanto, en el 2016, ocho. Cabe señalar que el número de mujeres asesinadas durante 2016 es el más alto registrado en los últimos 27 años (1990 a 2016), mayor al registrado re gistrado en 2011 (2,693) y 2012 (2,764), que fueron los años donde se presentaron la mayor cantidad de muertes por homicidio en el país (INEGI, 2017a).

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CCESO  A   A  UNA   VIDA   VIDA  LIBRE DE  VIOLENCIA   VIOLENCIA  FIGURA  3.2  3.2 LEY  G  GENERAL DE A CCESO

 Fuente: elaboración propia con base en INMUJERES (2007)

3.3 El triángulo de las violencias: estructural, cultural y directa

La complejidad social depor la violencia radica es estructural, y directa. La violencia estructural lo generalde nogénero se percibe, ya en queque es parte del ordencultural social y queda in visibilizada en la cotidianidad. cotidianidad. El sociólogo noruego Johan Galtung explica que la violencia estructural genera procesos de explotación y de exclusión social lacerando las vidas de las personas. La dene como “la violencia que se presenta cuando los seres humanos están inuenciados de forma tal que su comprensión mental y somática se encuentra por debajo de su comprensión potencial” (Galtung, 1969, p. 168). En el módulo anterior se presentaron las condiciones de vulnerabilidad y los factores de riesgo de la trata de personas, precisamente estas condiciones son las que Galtung dene como violencia estructural: pobreza, impunidad, precariedad económica y condiciones laborales de explotación, discriminación y exclusión social. La violencia estructural opera de forma conjunta con la violencia directa o la expresión física de la violencia, que es lo que generalmente se identica como violencia, por ejemplo, un asesinato, una golpiza, una violación. Lo que Galtung llama violencia cultural o “aquellos aspectos de la cultura expresados en la religión e ideología, el lenguaje y el arte, la ciencia empírica y la formal, que son utilizados para justicar o legitimar la violencia directa o la estructural” (Galtung, 1990, p. 291). La relación entre los tres tipos de violencia es a lo que Galtung (1990) llama el triángulo de las  violencias. En la primera clase de este módulo se presentó el proceso de simb simbolización olización cultural de los cuerpos sexuados y la regularidad con que las culturas generan símbolos y signicados dicotómicos entre lo masculino y lo femenino, creando estereotipos de género, normas sociales, creencias y valores sobre lo propio de ambos sexos. Este proceso de simbolización crea un orden cultural que puede generar dinámicas de violencia cultural a través de mensajes, representaciones, imágenes, discursos, acciones que degradan a las mujeres y a personas con identidades sexo genéricas asociadas a lo femenino. f emenino. La violencia cultural invisibiliza la violencia directa  y la estructural al adecuarlas como dinámicas propias de la vida diaria. diaria. Es decir, las conductas abusivas se aceptan como características de la masculinidad y la tolerancia de la violencia como una práctica del “sexo débil”. DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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 A pesar de que la violencia de género es un problema social generalizado, se refuerza con la  violencia estructural ya que limita las capacidades de las personas para cubrir sus necesidades básicas. Es por ello por lo que la ENDIREH 2016 muestra una relación entre pobreza y riesgo de experimentar violencia, las mujeres pobres son más excluidas y discriminadas. La  violencia estructural, principalmente la miseria y la impunidad, se articula con los discursos de la violencia cultural, y su expresión más clara es la violencia directa. Ejemplo de ello son las mujeres en pobreza y exclusión que carecen tanto de reconocimiento como de posibilidades de redistribución en su entorno más como cercano como enojas su entorno social. que Lo que se refuerza porde unrecursos, discursotanto común acerca de éstas “mujeres o ignorantes se llenan de hijos”. Cuando alguna mujer sufre un acto de violencia directa, ya sea una violación, golpiza o asesinato, hay impunidad y se justica con “ella se lo buscó”. La violencia estructural es la base de las demás violencias y sus expresiones más crudas son las muertes por hambre, miseria, y exclusión. Johan Galtung (1990) propone el triángulo de las violencias para explicar cómo la violencia cultural avala la directa y la estructural; y a su vez cómo esta última genera las otras dos violencias, por eso un triángulo que se retroalimenta a sí mismo. Muestra que el acto que normalmente se identica como violencia directa es consecuencia de la violencia cultural y la estructural. El triángulo reeja la complejidad de estas formas de violencia y las diversas dinámicas que se dan entre ellas. IOLENCIA  E  3.3 TRIÁNGULO DE V IOLENCIA   ESTRUCTURAL DE JOHAN G ALTUNG FIGURA  3.3

 Fuente: Galtung (1990)

Johan Galtung (1990) ha estudiado la violencia cultural en diversos contextos, países y momentos históricos y ha identicado múltiples expresiones en e n los siguientes ámbitos: 1. Doctrinas y prácticas religiosas. En el catolicismo las relacionadas a la sumisión de las mujeres, por ejemplo, la importancia de la virginidad, así como también el castigo a la homosexualidad. 2. Lenguaje. En la lengua española la presente omisión del lenguaje incluyente y por ejemplo los chistes, las canciones y el albur en México. 3. Sistemas En el caso de mujeres el “techo de cristal”, la desigualdad en el ingreso, laeconómicos. discriminación y acoso enlas ámbitos laborales. DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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4. Ciencia. Hay múltiples “estudios cientícos” que en la actualidad “validan” la dominación masculina y la exclusión de las mujeres en disciplinas cientícas. 5. Rituales y diversas prácticas culturales. Por ejemplo, para los hombres hombres las pruebas de paso a la adultez relacionadas con el consumo de alcohol, el comercio sexual y la migración; y para las mujeres el mantener su reputación para lograr un buen matrimonio.

MBITOS DE LA   VIOLENCIA   VIOLENCIA  CULTURAL FIGURA  3.4  3.4 Á MBITOS

Doctrinas y prácticas religiosas Rituales y prácticas culturales

Sistemas económicos

Violencia cultural Lenguaje

Ciencia

  Fuente: elaboración propia con base base en Galtung (1990)

En el caso de la trata de personas, habría que pensar desde estos cinco ámbitos en aquellos mensajes y prácticas culturales que deshumanizan a las personas, haciéndolas más vulnerables a ser víctimas de trata y sobre todo aquellos mensajes que naturalizan la explotación de otros seres humanos, no sólo por parte de los tratantes sino de toda la cadena de explotación. La violencia de género es un proceso social sustentado en la cultura y en una estructura social desigual que debe ser examinada en sentido amplio. El foco de atención debe ser su carácter social y relacional, lo que incluye no sólo a las mujeres sino a otros grupos subordinados en un orden de género heteronormativo, no sólo en el ámbito privado sino especialmente en el ámbito público (Fernández de la Reguera, 2017). La relación entre la trata de personas y la violencia de género es muy estrecha, ya que la trata es una de las expresiones más crudas de la violencia de género. El triángulo de las violencias v iolencias de Galtung (1990) puede servir para entender la trata de personas. La violencia estructural genera condiciones de vulnerabilidad (pobreza, impunidad y exclusión) sustentadas en una violencia cultural de discriminación y abuso contra las mujeres como cuerpos intercambiables fácilmente sometidos, que generan prácticas especícas de violencia directa. Uno de los principales problemas de intervención para la prevención y la atención a víctimas de violencia de género es visibilizar que existe, que está presente y que es un problema social. Un reto fundamental es reexionar sobre las maneras en que todas y todos participan de estas  violencias, ya sea de forma directa o indirecta al tolerarla. Es muy importante socializar estos temas con los violencia en el noviazgo es undeproblema que tiene consecuencias en jóvenes, las vidasya deque los la y las adolescentes y en el tipo vínculos común y relaciones que estaDIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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 blecen en la vida adulta. Se debe conocer las dinámicas de la violencia en el noviazgo, que por lo general afecta tanto a varones como a mujeres a través de distintas conductas como: ignorar a la persona, acceder a sus redes sociales, controlar sus amistades, agresiones físicas, sexuales  y psicológicas, amenazas, etcétera. La violencia en el noviazgo se dene como “todo acto, actitud o expresión que genere o tenga el potencial de generar, daño emocional, físico o sexual a la pareja afectiva con la que se comparte una relación íntima sin convivencia ni vínculo marital” (Casique, 2013, p. 171). La Encuesta (Envinov, 2007) de violencia (emocional, Nacional sobre Violencia en elde Noviazgo física y sexual) y la distingue la violencia de pareja mide en la tres vidatipos adulta, por las siguientes características:

• • • • • • •

No hay convivencia (cohabitación). Ausencia de economías compartidas. Menos dependencia económica de las mujeres que en relaciones de pareja adultas. Nivel de poder simi similar lar entre hombres y mujeres. Los hombres también la padecen, aunque de forma m moderada. oderada. Situación temp temporal oral transitoria que, o termina o evoluciona en unión conyugal. Se relaciona con la violencia familiar, de pareja y en la universidad.

• del Se refuerza con estereotipos de lo “femenino” y lo “masculino” y los mensajes culturales amor romántico. En la trata de personas, especialmente con nes de explotación sexual, la representación sosocial del “amor romántico” funciona como una de las principales fuentes de enganche de las  víctimas. Sucede en los casos en que hay una relación amorosa previa entre la futura víctima  y el tratante, ya que facilita el traslado y el convencimiento. N Normalmente ormalmente en estos casos se presentan conductas abusivas previas, aunado a una relación de violencia durante el noviazgo que daña a las mujeres psicológica y físicamente. La problemática de violencia en el noviazgo debe abordarse como una de las principales estrategias de prevención en contextos sociales de mayor riesgo. Es un tipo de violencia que se puede analizar a partir del triángulo de Galtung (1990), que funciona como uno de los principales factores de riesgo de la trata de personas con nes de explotación sexual.

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  Interseccionalidad Interseccion alidad y prevenci prevención ón de la trata de personas Clase 4:

 

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CLASE 4. INTERSECCIONALIDAD  Y   Y  PREVENCIÓN DE LA  TRATA  DE PERSONAS 4.1 La trata de personas desde una perspectiva interseccional

El análisis social con perspectiva de género necesariamente debe abordar un enfoque interseccional para identicar las diversas maneras en que el género se relaciona con otros marcadores sociales como raza, clase social y edad. La complejidad social de la trata de personas obliga a reexionar desde una lógica interseccional los procesos en que se generan formas especícas de desigualdad y discriminación en distintos grupos sociales, es decir, no es un delito que se resume al hecho de ser mujer, sino de ser mujer en contextos especícos. Por ejemplo, ser mujer  joven, migrante, de cierta clase social y nacionalidad. La perspectiva interseccional surgió en la década de 1990 desde el feminismo crítico en los EE. UU. Fue un movimiento encabezado por mujeres de color que se posicionó ante las dicultades teóricas  y políti políticas cas de llaa lu lucha cha de llas as ffemin eminista istass bl blanc ancas as een n es esee pa país, ís, para integra integrarr a ootros tros grup grupos. os. Las mujemujeres de color no estaban representadas y consideraban que sus experiencias de opresión eran muy distintas a lo que las mujeres blancas planteaban como necesidades fundamentales de la agenda feminista. La académica y feminista Kimberlé Williams Crenshaw (2012) planteó la perspectiva de la interseccionalidad para denunciar omisiones parte de las femujeres ministasde blancas, deEE. las diversas formas de desigualdad social las y cultural quepor enfrentaban lasfeministas color en UU. En uno de sus textos pioneros Cartografando los márgenes. Interseccionalidad, políticas identi tarias, y violencia contra las mujeres de color , Crenshaw exploró cómo la raza y el género son dos dimensiones elementales para conocer las formas particulares de violencia doméstica que sufren las mujeres de color frente a las experiencias de las mujeres blancas. Demostró que ni el feminismo ni el antirracismo habían sido capaces de denunciar la complejidad del problema. Crenshaw (2012) demuestra que la interseccionalidad a nivel estructural ayuda a identicar el funcionamiento de los diversos marcadores sociales tales como raza, clase social, género géner o y edad. La interseccionalidad signica que existe una relación contextualizada de estos ejes o marcadomarcadores sociales que genera discriminaciones especícas. Es decir, hay distintas exclusiones sociales para cada grupo a partir de su género, preferencia sexual, religión, raza, edad, etcétera. La rele vancia de esta aproximación es comprender que el género no funciona de forma aislada, por el contrario, siempre en relación con la clase social, raza, edad o nacionalidad.  Además de la visión estructural, Crenshaw (2012) habla de la importancia de la interseccionalidad política para apuntalar las contradicciones de las políticas públicas que se concentran únicamente en una parte del problema. Por ejemplo, el pensar que la pobreza es la única causa de la trata de personas, ya que se sabe que se relaciona con cuestiones de género, raza y edad de la persona. El planteamiento inicial de Crenshaw criticaba a las políticas antirracistas y las políticas feministas porque no necesariamente se apoyan entre sí, por lo contrario, pueden generar mayores violencias y discriminaciones al invisibilizar las diferencias intragrupales. Es decir, no todas las mujeres experimentan igual la violencia doméstica o no todas las personas de color son discriminadas de la misma forma, ya que las mujeres de color tienden a sufrir una discriminación aún más fuerte que los varones en ciertos ámbitos.

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Crenshaw (2012) explica que: Las mujeres de color experimentan el racismo de maneras que no son siempre las mismas que las que experimentan los hombres de color, y el sexismo se maniesta de formas que no siempre son paralelas a las experimentadas por las mujeres blancas; de esta manera, las concepciones dominantes sobre el antirracismo y el feminismo son limitadas, incluso en sus propios términos (p. 98).

La perspectiva interseccional resulta un eje fundamental, no sólo en términos de un posicionamiento político para generar intervenciones adecuadas y focalizadas en las necesidades especícas de grupos de personas, especialmente mujeres que sufren violencias culturales y esestructurales especícas; también es una herramienta metodológica fundamental para realizar investigación social, especialmente en torno a la trata de personas. Nattie Golubov señala que la interseccionalidad es una “herramienta útil para detectar las múltiples discriminaciones que se entrecruzan de tal forma que cotidianamente producen la subordinación y la marginación de las mujeres, en distintos niveles de la vida pública y privada” (Gobulov, 2016, p.197). La perspectiva interseccional ayuda a identicar la complejidad de un problema social, cómo, dónde y por qué son relevantes ciertos marcadores sociales para lo que se desea estudiar. Es importante resaltar que, a pesar de la interacción de los distintos ejes sociales, siempre habrá alguno que sea más relevante para analizar el fenómeno social. Por ejemplo, en el caso de la deportación de mujeres mexicanas desde EE.UU., puede ser que sus experiencias estén más marcadas por el color de su piel y su nacionalidad que por el hecho he cho de ser mujeres, dado el contexto racista y especícamente contra las personas mexicanas o de origen mexicano en ese país. En la trata de personas hay una diversidad de casos, dependiendo del contexto será más una cuestión más de género y edad que de clase social, por ejemplo, para la explotación sexual. Lo importante es tomar en cuenta que cualquier política de prevención, atención y persecución del delito tiene que integrar una perspectiva interseccional, porque no son problemas que se deben únicamente a una situación de pobreza, sino a una serie de exclusiones sociales que vulneran más a ciertos grupos que a otros. El objetivo de la perspectiva interseccional es indagar sobre la interacción que existe entre los ejes de desigualdad social mencionados, pero no de forma aditiva, sino en marcadores un contextosociales socio-histórico. Se trata de comprender consecuencias de las categorías o los en términos materiales, sociales ylas simbólicos en contextos especícos. Un análisis interseccional de la trata de persona obliga a cuestionarse sobre: • ¿Qué signica ser mujer víctima de trata en el contexto actual de la cciudad iudad en que vive? • ¿Cuáles son las formas especícas de discriminación que sufre? • ¿Son estas categorías aditivas o se interrelacionan entre sí? La interseccionalidad muestra que el foco de atención son justamente las interacciones temporales en que participan las personas en lugares o con instituciones concretas. Por ello, una persona puede ser muy discriminada en ciertos espacios y no en otros.

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Esta perspectiva es muy útil para estudiar las relaciones de desigualdad dentro de ciertos grupos sociales, porque a pesar de compartir ciertas características identitarias, no todas las personas del mismo grupo experimentan las distancias sociales y las discriminaciones de la misma forma. Normalmente son las mujeres, los jóvenes y los ancianos quienes dentro del mismo grupo social (étnico, migrante, de clase) sufren mayores desigualdades. Una recomendación importante para realizar el análisis interseccional de acuerdo con Nattie Golubov  (2016)  (2016) es preguntarse cuántas diferencias o categorías se deben integrar al problema a analizar, por qué son importantes, cuándo y dónde. Finalmente, se debe tomar en cuenta que independientemente de si se analiza un problema social con perspectiva de género, la categoría género está siempre presente, ya sea de forma directa o indirecta en los temas sociales. FIGURA  4.1  4.1 ¿CUÁLES SON LOS PRINCIPALES EJES DE DESIGUALDAD SOCIAL?

 Fuente: elaboración propia con base base en Crenshaw (2012).

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4.2 La migración como factor de riesgo de la trata de personas

 A lo largo de los últim últimos os diez años se ha generado conocimiento en torno a la complejidad social de la trata de personas y se ha insistido en diferenciar trata de tráco de personas. Actualmente se sabe que la trata de personas no necesariamente se relaciona al cruce fronterizo, ya que el proceso del enganche, traslado y explotación puede suceder sin necesidad de cambiar de país o de ciudad. Sin embargo, sí hay una relación entre la migración internacional y la trata de personas, de hecho, es identicada defactor acuerdo con el Índice el  Índice sobre la Vulnerabilidad ante la la migración Trata de Personas Personas como  como un de riesgo para la Mexicano trata. En esta sección el objetivo es reexionar sobre las características particulares de la migración femenina y en qué medida la experiencia migratoria se puede llegar a convertir en trata de personas. Desde la década de 1970 se comenzaron a estudiar los patrones migratorios de las mujeres. En un inicio el foco de atención era la migración del campo a la ciudad para trabajar básicamente en ámbito doméstico y en las fábricas. Desde ese momento se empezó a identicar a las mujeres como migrantes primarias, y no necesariamente como acompañantes de los varones o madres de familia. Sin embargo, es hasta la década de 1990 cuando se comienza a elaborar un análisis más profundo del género y los ujos migratorios, sobre todo para estudiar cómo las reprerepresentaciones y prácticas de género, sobre lo propiamente “femenino” y lo “masculino” afectan los patrones migratorios, y a su vez cómo la migración altera los regímenes tradicionales de género.Mexican La investigación pionera de la socióloga Hondagneu-Sotelo titulada los Gendered tions: Experiencies of Immigration, Immigration , sentó las bases para estudiar cambiosTranside las relaciones de género en contextos migratorios. Una aportación de Hondagneu-Sotelo (1994) fue mostrar la forma en que “las relaciones de género moldean los patrones migratorios, y a camcam bio, las experiencias migratorias moldean moldean las relaciones de género” (p. 2). La perspectiva de género en los estudios migratorios rompió los supuestos de que tanto la familia como las redes sociales son unidades armónicas donde la distribución de recursos entre hombres y mujeres es equitativa. Demostró que, por el contrario, son instituciones complejas donde las relaciones de poder delimitan las opciones y decisiones de las mujeres. Varias décadas de estudio han demostrado que la experiencia migratoria es muy variable, y que en ciertas condiciones las mujeres pueden ganar con la migración libertad de movimiento, establecer nuevos acuerdos de división del trabajo, modicar el balance de poder dentro de la familia y participar más ampliamente en la toma de decisiones. Sin embargo, también se tiene mayor conocimiento acerca de los riesgos particulares que enfrentan las mujeres durante el cruce fronterizo, para el caso de México y EE.UU. la precariedad de calidad de vida de las mujeres migrantes que laboran mayoritariamente en el trabajo doméstico y en el campo. Por lo general, las mujeres participan de circuitos migratorios caracterizados por la violencia cultural y estructural. Con la migración, las mujeres se ubican en la base económica de lo que la socióloga Saskia Sassen (2004) describe como ciudades globales y al centro de los circuitos de sobrevivencia. Las migrantes se convierten en un eslabón que une a ambos sistemas; el primero caracterizado por una economía que traslada las labores domésticas y de cuidado al mercado laboral, y con ello genera gener a una gran demanda de mano de obra barata, especícamente de mujeres provenientes de determinadas nacionalidades, clase social y con calidad migratoria precaria. Y el segundo sistema —los circuitos de sobrevivencia— son los puntos de origen de la migración que se caracterizan por el desempleo, la desigualdad, la pobreza, y la violencia. Las mujeres migrantes suelen ser actoras esenciales en ambos sistemas a partir de su inserción en la industria del trabajo doméstico y de cuidados en los países desarrollados; constituyendo así DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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una clase trabajadora invisible y desempoderada al servicio de sectores industriales de la economía del conocimiento. La migración se convierte en un factor de riesgo de la trata de personas cuando las mujeres migrantes no encuentran condiciones dignas de trabajo y vivienda, y carecen de redes sociales de apoyo en el país destino. Los riesgos comienzan desde el cruce fronterizo, especialmente cuando migran con personas desconocidas y/o tracantes que muchas veces trabajan para redes de crimen organizado, lo que pone en riesgo la vida de las personas durante el cruce y al llegar al lugar de destino. Las mujeres migran acompañadas de familiares o conocidos, sin embargo, hay ocasiones en que no encuentran estas redes de apoyo, y es cuando son aún más vulnerables;  ya que no es sólo el cruce sino el capital social con el que cuentan para la llegada y el asentamiento en la sociedad de destino. El trabajo doméstico en EE. UU. ha sido documentado en  varias investigaciones (Fernández de la Reguera, 2017; Hondagneu-Sotelo, 2011), para demostrar que es un sector laboral caracterizado por la explotación de mano de obra migrantes, especícamente de mujeres latinoamericanas, ya que existe una creencia o representación de género acerca de ellas como más aptas para el trabajo doméstico y el cuidado de menores y ancianos. El trabajo doméstico suele ser una ocupación común para las mujeres migrantes, especialmente las recién llegadas a EE. UU. En 2012 se calculó que el 41.3% de las migrantes mexicanas tra bajaba en servicios de baja calicación, calicación, principalmente en el trabajo doméstico doméstico con un ingreso promedio de $22,172 dólares anuales, lo que equivale casi a la mitad del ingreso promedio de . Es una ocupación puente están caracterizada condiciones otras migrantes precarias debido(CONAPO, a que, en2013) muchas ocasiones las mujeres aisladas por en los suburbiosmuy con redes decientes de transporte público, sin documentación para trabajar en el país y sujetas al trato que reciben, lo que facilita condiciones de explotación laboral y violación a Derechos Humanos básicos como una alimentación y vivienda dignas. La complejidad de estas formas de migración radica en que responden a una violencia estructural y cultural, que como explica Saskia Sassen ubica a las mujeres al centro de las economías globales al realizar las labores peor pagadas, trabajo doméstico y de cuidados, pero absolutamente necesarias para la existencia del trabajo productivo; y como actoras fundamentales de los circuitos de supervivencia de los lugares de origen. Las mujeres son las principales emisoras de remesas en las economías precarias caracterizadas por la dependencia de mano de obra femenina y barata, en condiciones de explotación en las zonas de destino y supuesta opulencia económica. Este es un ejemplo de cómo y por qué la migración es un factor de riesgo para la trata. Mientras las mujeres sigan migrando en el contexto de violencia extrema en el cruce fronterizo, como son las fronteras norte y sur de México, y se inserten como actoras primarias en economías neoliberales que generan mercados laborales de explotación, serán altamente  vulnerables a ser víctimas de explotación y trata de personas.

FIGURA  4.2  4.2 DIMENSIONES DE  VIOLENCIA   VIOLENCIA  SOCIAL  Y   Y  ODS  ODS DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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 Fuente: Elaborción propia. propia.

4.3 Prevenir desde un enfoque de igualdad

El objetivo de esta sección es detonar una reexión sobre cómo y desde qué ámbitos se debe construir una cultura de prevención de la trata de personas, desde la igualdad de género. Para ello es útil retomar los cuatro elementos de la teoría de género de Scott (1996) ya que permite identicar las bases sociales y culturales de la desigualdad de género; que necesariamente se tienen que revertir en la construcción de una cultura de igualdad. Scott explica la importancia de los símbolos asociados a la sexuación disponibles en cada cultura, en la estructura de relaciones de poder. Un elemento crucial debe ser la transformación de la dicotomía de los símbolos de la feminidad asociados, a Eva (mujer pecadora, traicionera) o a María (mujer bondadosa y sacricada). Los estudios sobre procesos de autonomía han demostrado que las mujeres más autónomas o con mayores capacidades para controlar su entorno y tomar decisiones son aquellas que se identican con prácticas y representaciones de la feminidad alejadas de ambos extremos —Eva y María— (Fernández de la Reguera, 2016).

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El segundo y el tercer elemento que señala Scott son las normas que surgen de las interpretaciones de los símbolos de la feminidad y masculinidad, o lo que es “aceptable” para las mujeres  y los hombres y su funcionamiento en diversos ámbitos. En este sentido es esencial modicar mediante las legislaciones, las políticas públicas y las prácticas cotidianas todas aquellas normas sociales y culturales que refuercen las prácticas de sumisión y violencia v iolencia contra las mujeres. Este trabajo es arduo y requiere una educación continua, ya que implica un cambio cultural no sólo en los intercambios y el tipo de relaciones que se establecen en la familia, la escuela y el trabajo, si no desde el nivel más sutil como es el lenguaje y la diversidad de productos culturales (música, películas, chistes) que refuerzan estereotipos y conductas abusivas. El cuarto elemento es la formación de subjetividades, que se reere a los procesos mediante los cuales la simbolización de género es corporeizada e interiorizada por los individuos. El objetivo sería promover condiciones para que las mujeres y otros grupos excluidos asuman subjetividades que les permitan desarrollar capacidades para una sana redistribución de recursos (materiales y simbólicos) dentro de la familia y demás entornos, así como un reconocimiento de su  valor como individuos e integrantes de diversos grupos con necesidades especícas. Se trata de lograr una igualdad en el ámbito político económico, y también cultural valorativo en la sociedad; una cultura que visibilice las violencias y que modique las estructuras de desigualdad social que generan exclusión y discriminación por razones de género, raza, clase social, edad, preferencia sexual. FIGURA  4.3 ELEMENTOS DE LA  TEORÍA  DE GÉNERO DE GÉNERO DE SCOTT (1996)

  Fuente: elaboración propia con bbase ase en Scott (1996). La trata de personas es un delito que constituye la violación sistemática de los Derechos Humanos y la expresión más cruda de la violencia estructural y cultural. Su prevención requiere necesariamente de una reestructuración social que incluya la dimensión de género, ya que implica la existencia de relaciones de poder y violencias que surgen a partir de las prácticas  y representaciones de la dominación masculina presentes en la economía, política, cultura, medios de comunicación, familia y demás entornos de la cotidianidad. Para transformar es necesario identicar, en primer lugar, las diversas desigualdades, hacerlas visibles, socializarlas, DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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reexionarlas y abrir espacios para la diversidad de discursos, prácticas y representaciones de género, que eventualmente generan rupturas y cambios en los distintos regímenes de género que conforman nuestra sociedad. 4.4 Conclusiones

 A lo largo de este módulo se revisó la importancia de incorporar la perspectiva de género al abordar el fenómeno trata dede personas, pues elque origen y cultural dealas desigualdades de género, de loslaprocesos simbolización cadaestructural cultura genera en torno la diferencia sexual y cómo estos símbolos se asocian a ciertas creencias, normas y prácticas, sobre lo que es propio de los cuerpos de las mujeres y de los varones son factores que caracterizan a la sociedad, propiciando que la violencia y en particular la violencia contra la mujer y la trata de personas se exacerbe en la realidad. Las creencias, valores y prácticas funcionan en instituciones particulares como son la familia, el Estado, la escuela, el trabajo y la calle, lo cual genera condiciones desiguales para las mujeres, no sólo en términos de redistribución de recursos, sino también de reconocimiento, orillando a que la vulnerabilidad de las mujeres frente a delitos como la trata de personas sea cada vez mayor. De igualcondiciones manera las de simbolizaciones, representaciones y prácticas de de género pueden llegar generar violencia que va más allá de la expresión física la misma, estas con-a diciones están sustentadas en un orden estructural y cultural de discriminación, exclusión y  violación de los Derechos Humanos, presentes e invisibilizadas en la práctica cotidiana en la que participan todas las personas. Algunas de estas expresiones se encuentran en el lenguaje, en la ciencia, en los rituales, en la economía y en la religión por lo que es fundamental iniciar una cultura de prevención desde la infancia y adolescencia.

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  Materiales

 

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M ATERIALES Clase 1

Lecturas

• Fraser, N. (1997). ¿De la redistribución al reconocimiento? Dilemas en torno a la justicia en una época “postsocialista.” pp. 17–54. Santafe de Bogotá, Colombia: Siglo del Hombre Editores y Universidad de los Andes, Facultad de Derecho. Recuperado de: https://conse jopsuntref.les.wordpress.com/2017/06/redistribucionyreconoc005.pdf   jopsuntref.les.wordpress.com/2017/06/redistribuci onyreconoc005.pdf   • Lamas, M. (2016) (2016).. “Género”. En: H. Moreno y E. Alcántara (Eds.), Conceptos clave en los estudios de género. Volumen 1, pp. 155–170. México: PUEG / UNAM. • Ortner, S. (1979 (1979). ). “¿Es la mu mujer jer con respecto al hombre lo qque ue la naturaleza con respecto a la cultura?” En: O. Harris y K. Young (Eds.), Antropología y feminismo, pp. 109–131. Barcelona, España: Anagrama. Recuperado de: https://seminarioatap.les.wordpress. com/2013/03/sherry-ortner-es-la-mujer-al-hombre.pdf   • Scott, J. (1996) (1996).. “El género: una ca categoría tegoría útil para el análisis histórico”. En: M M.. Lamas (Ed.), El género, la construcción cultural de la diferencia sexual, pp. 265–302. MéxiMéxi co: Miguel Ángel Porrúa. Recuperado de: http://bivir.uacj.mx/Reserva/Documentos/ rva2006191.pdf  Referencias

• • Fraser, N. (1997). ¿De la redistribución al reconocimiento? Dilemas en torno a la justicia en una época “postsocialista.” pp. 17–54. Santafe de Bogotá, Colombia: Siglo del HomHom bre Editores y Universidad de los Andes, Facultad de Derecho. Der echo. Recuperado de: https:// consejopsuntref.les.wordpress.com/2017/06/redistribucionyreconoc005.pdf   • Lamas, M. (2016) (2016).. “Género”. En: H. Moreno y E. Alcántara (Eds.), Conceptos clave en los estudios de género. Volumen 1, pp. 155–170. México: PUEG / UNAM. • Ortner, S. (1979 (1979). ). “¿Es la mu mujer jer con respecto al hombre lo qque ue la naturaleza con respecto a la cultura?” En: O. Harris y K. Young (Eds.), Antropología y feminismo, pp. 109–131. Barcelona, España: Anagrama. Recuperado de: https://seminarioatap.les.wordpress. com/2013/03/sherry-ortner-es-la-mujer-al-hombre.pdf   • Scott, J. (1996) (1996).. “El género: una ca categoría tegoría útil para el análisis histórico”. En: M M.. Lamas (Ed.), El género, la construcción cultural de la diferencia sexual, pp. 265–302. MéxiMéxi co: Miguel Ángel Porrúa. Recuperado de: http://bivir.uacj.mx/Reserva/Documentos/ rva2006191.pdf 

Clase 2

Lecturas

• Connell, R. (2009). Gender Short Introducti Introductions, ons, pp. 72-93. Cambridge, Inglaterra: Polity Press. • __________. (1987). “Gender Regimes and the Gender Order”. En: Gender and Power, pp. 119–141. Stanford, EE.UU EE.UU.: .: Stanford University Press. DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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• Rowland-Serdar, B. y Schwartz-Shea, P. (1 (1991). 991). “Empowering Wom Women: en: Self, Autonomy, and Responsibility”. En: The Western Political Quarterly, 44(3), pp. 605–624. RecupeRecuperado de: http://www.jstor.org/stable/pdf/448671.pdf?refreqid=excelsior%3A56de7a5b3f0cf025b0b48a614ed6bb22 Referencias:

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Clase 3

Lecturas

• Casique, I. (2013) (2013).. “Factores asociados a la violencia en el no noviazgo viazgo en México”. En: C.  Ago, I. Casique, y R. Castro (Eds.) (Eds.),, Visible en todas partes. Estudios sobre violencia concontra mujeres en múltiples ámbitos, pp. 169–198. México: CRIM- Universidad Nacional AuAutónoma de México y Miguel Ángel Porrúa. Recuperado de: le:///C:/Users/Terminal%20 IreneCasique_FactoresasociadosalaviolenciaenelnoviazgoenMxico.PDF 13/Downloads/IreneCasique_FactoresasociadosalaviolenciaenelnoviazgoenMxico.PDF 13/Downloads/ • Fernández de la Reguera, A A.. (2017). “Las bases bases culturales de la violencia de género y los procesos de autonomía de las mujeres”. En: Camargo, J. y García-González, D., Matrices de Paz, pp. 260-279. México: Tecnológico de Monterrey, Cátedra Unesco y Programa de Innovación Educativa Novus 2016. • Galtung, J. (1969). “Violence, Peace, and Peace Research”. En: Journal ooff Peace Re Re-http://www2.kobe-u.ac.jp/~alexroni/IPD%20 %20 search, 6(3), pp. 167–191. Recuperado de: http://www2.kobe-u.ac.jp/~alexroni/IPD 2015%20readings/IPD%202015_7/Galtung_Violence,%20Peace,%20and%20Peace%20 2015%20readings/IPD%202015_7/Galtung_Violence,%20Peace,%20and%20Peace% 20 Research.pdf  • __________. (1990). “Cultural Violence”. En En:: Journal ooff Peace R Research, esearch, 27(3), pp. 291– 305. Recuperado de: https://www.galtung-institut.de/wp-content/uploads/2015/12/ Cultural-Violence-Galtung.pdf  • Torres Falcón, M. ((2010). 2010). “Cultura patriarcal y violencia de género. Un análisis de dere dere-chos humanos”. En: A. M. Tepichin, K. Tinat y L. Gutiérrez de Velasco (Eds.), Los grandes problemas de México. Relaciones de género, pp. 59–83. México: El Colegio de México. Recuperado de: http://ana-maria-tepichin.colmex.mx/images/publicaciones/los-grandes-problemas-de-mexico-vol-8.pdf  Lecturas complementarias

• Anti-Slavery International. ((2015). 2015). El vínculo entre migración y trata: la lucha contra la trata mediante la protección de los derechos humanos de los migrantes. Reino Unido:  Autor. DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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 Y  T MÓDULO 2 | CULTURA  DE GÉNERO  Y   TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO

• Envinov (2007) Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo. México: INEGI. Recu Recu-http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/historicas/envin// perado de: http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/historicas/envin • INEGI. (2017a). Estadísticas a p propósito ropósito del dí díaa internacional de la eliminación de la vio vio-lencia contra la mujer (25 de noviembre). Datos nacionales. México: INEGI. Recuperado de: http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2017/violencia2017_Nal.pdf  • __________. (2017b). Resultado Resultadoss de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Re Re-laciones en los Hogares 2016 Boletín de Prensa 379/17. México: INEGI. Recuperado de: http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/boletines/2017/endireh/endireh2017_08.pdf  • INMUJERES. (2007). Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. México: Instituto Nacional de las Mujeres. Recuperado de: https://www.gob.mx/cms/ uploads/attachment/le/178863/ley-general-acceso-mujeres-vida-libre-violencia.pdf  • Skrobanek S.; Boonpak Boonpakdi di N.; Janthakeero C. (1997). Tráco de mujeres: Realidades huhumanas en el negocio internacional del sexo, traducción de Merche Comabella. Tailandia: Narcea Ediciones. Referencias

• Anti-Slavery International. ((2015). 2015). El vínculo entre migración y trata: la lucha contra la trata mediante la protección de los derechos humanos de los migrantes. Reino Unido:  Autor. •  Ago, Casique, I. (2013) (2013).y. R. “Factores asociados a laen violencia en el Estudios no noviazgo viazgo sobre en México”. En: C.I. Casique, Castro (Eds.) (Eds.), , Visible todas partes. violencia concon tra mujeres en múltiples ámbitos, pp. 169–198. México: CRIM- Universidad Nacional AuAutónoma de México y Miguel Ángel Porrúa. Recuperado de: le:///C:/Users/Terminal%20 IreneCasique_FactoresasociadosalaviolenciaenelnoviazgoenMxico.PDF 13/Downloads/IreneCasique_FactoresasociadosalaviolenciaenelnoviazgoenMxico.PDF 13/Downloads/ • Envinov (2007) Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo. México: INEGI. Recu Recu-perado de: http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/historicas/envin http://www.beta.inegi.org.mx/proyectos/enchogares/historicas/envin// • Fernández de la Reguera, A A.. (2017). “Las bases bases culturales de la violencia de género y los procesos de autonomía de las mujeres”. En: Camargo, J. y García-González, D., Matrices de Paz, pp. 260-279. México: Tecnológico de Monterrey, Cátedra Unesco y Programa de Innovación Educativa Novus 2016. • Galtung, J. (1969). “Violence, Peace, and Peace Research”. En: Journal ooff Peace Re Re-search, 6(3), pp. 167–191. Recuperado de: http://www2.kobe-u.ac.jp/~alexroni/IPD http://www2.kobe-u.ac.jp/~alexroni/IPD%20 %20 2015%20readings/IPD%202015_7/Galtung_Violence,%20Peace,%20and%20Peace%20 2015%20readings/IPD%202015_7/Galtung_Violence,%20Peace,%20and%20Peace% 20 Research.pdf  • __________. (1990). “Cultural Violence”. En En:: Journal ooff Peace R Research, esearch, 27(3), pp. 291– 305. Recuperado de: https://www.galtung-institut.de/wp-content/uploads/2015/12/ Cultural-Violence-Galtung.pdf  • INEGI. (2017a). Estadísticas a p propósito ropósito del dí díaa internacional de la eliminación de la vio vio-lencia contra la mujer (25 de noviembre). Datos nacionales. México: INEGI. Recuperado de: http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2017/violencia2017_Nal.pdf  • __________. (2017b). Resultado Resultadoss de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Re Re-laciones en los Hogares 2016 Boletín de Prensa 379/17. México: INEGI. Recuperado de: http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/boletines/2017/endireh/endireh2017_08.pdf  • INMUJERES. (2007). Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. México: Instituto Nacional de las Mujeres. Recuperado de: https://www.gob.mx/cms/ uploads/attachment/le/178863/ley-general-acceso-mujeres-vida-libre-violencia.pdf  DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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• Skrobanek S.; Boonpak Boonpakdi di N.; Janthakeero C. (1997). Tráco de mujeres: Realidades huhumanas en el negocio internacional del sexo, traducción de Merche Comabella. Tailandia: Narcea Ediciones. • Torres Falcón, M. ((2010). 2010). “Cultura patriarcal y violencia de género. Un análisis de dere dere-chos humanos”. En: A. M. Tepichin, K. Tinat y L. Gutiérrez de Velasco (Eds.), Los grandes problemas de México. Relaciones de género, pp. 59–83. México: El Colegio de México. Recuperado de: http://ana-maria-tepichin.colmex.mx/images/publicaciones/los-grandes-problemas-de-mexico-vol-8.pdf    Clase 4

Lecturas

• Crenshaw Williams, K K.. (2012). “Cartograando los márgenes. Interseccionali Interseccionalidad, dad, políti políti-cas identitarias, y violencia contra las mujeres de color”. En: R. Platero Méndez (Ed.), Intersecciones: Cuerpos y sexualidades en la encrucijada, pp. 87-122. Barcelona, España: Bellaterra. • Fernández de la Reguera, A. (2016) (2016).. “Entre la ´madre´ ´madre´ y la ´prostituta´: las implicaciones del orden simbólico dicotómico para la autonomía de trabajadoras migrantes mexicanas de retorno de Estados Unidos. En: Gênero & Direito, 5(2), pp. 52–70. Recuperado de: http://periodicos.ufpb.br/index.php/ged/article/viewFile/30587/16221 • __________. (2017). “El trabajo do doméstico méstico en Estados Unidos: Unidos: avances y obstáculos para la autonomía de mujeres migrantes de retorno de San Francisco Tetlanohcan, TlaxTlax cala”. En: H. López y A. Arreola (Eds.), Condiciones de la globalización, políticas neolibeneoliberales y dinámicas de género. Aproximaciones desde el sur, pp. 105–119. México: Centro de Investigaciones y Estudios de Género – UNAM. • Golubov, N. (2016). “Interseccionalida “Interseccionalidad”. d”. En: H. Moreno y E. Alcántara (Eds.), Conceptos clave en los estudios de género, Volumen I, pp. 197–213. México: Programa Universitario de Estudios de Género, UNAM. Recuperado de: https://www.academia.edu/27017168/ Interseccionalidad • Hondagneu-Sotelo, P. (1994). “Gendered Transitions Mexican Experiences of Immigra Immigra-tion”. En: Immigration, Gender, and Settlement, pp. 1-18. Berkeley, EE. UU.: University of California Press. • __________. (2011). “Doméstica Trabajadoras inmigrantes a cargo de la limpieza y el cuidado a la sombra de la abundancia”. En: Sirvienta en Los Ángeles, pp. 61-102. México: Miguel Ángel Porrúa. • Sassen, S. (200 (2004). 4). “Global cities and survival circuits”. En: B. Ehrenreich y A. Russel Hosch Hosch-child, (Eds.), Global Woman Nannies, Maids, and Sex Workers in the New Economy. New https://www.researchgate.net/prole/Saskia_Sas- York, EE. UU.: Holt. Recuperado de: https://www.researchgate.net/prole/Saskia_Sas sen/publication/246326854_Global_Cities_and_Survival_Circuits/links/5411771c0c-sen/publication/246326854_Global_Cities_and_Survival_Circuits/links/5411771c0c f29e4a2329630c/Global-Cities-and-Survival-Circuits.pdf   • Scott, J. (1996) (1996).. “El género: una ca categoría tegoría útil para el análisis histórico”. En: M M.. Lamas (Ed.), El género, la construcción cultural de la diferencia sexual, pp. 265–302. MéxiMéxi co: Miguel Ángel Porrúa. Recuperado de: http://bivir.uacj.mx/Reserva/Documentos/ rva2006191.pdf 

DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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Lecturas complementarias

• CONAPO. (2013) (2013).. La migración femenina mexicana a Estados Un Unidos. idos. Tendencias actu actuaales. Boletín de Migración Internacional, 1(1). Recuperado de: http://www.conapo.gob. mx/work/models/OMI/Resource/652/1/images/boletinMigracionNo1_8_03_13.pdf  Referencias:

• Crenshaw Williams, K K.. (2012). “Cartograando los márgenes. Interseccionali Interseccionalidad, dad, políti políti-cas identitarias, y violencia contra las mujeres de color”. En: R. Platero Méndez (Ed.), Intersecciones: Cuerpos y sexualidades en la encrucijada, pp. 87-122. Barcelona, España: Bellaterra. • CONAPO. (2013) (2013).. La migración femenina mexicana a Estados Un Unidos. idos. Tendencias actu actuaales. Boletín de Migración Internacional, 1(1). Recuperado de: http://www.conapo.gob. mx/work/models/OMI/Resource/652/1/images/boletinMigracionNo1_8_03_13.pdf   • Fernández de la Reguera, A. (2016) (2016).. “Entre la ´madre´ ´madre´ y la ´prostituta´: las implicaciones del orden simbólico dicotómico para la autonomía de trabajadoras migrantes mexicanas de retorno de Estados Unidos. En: Gênero & Direito, 5(2), pp. 52–70. Recuperado de: http://periodicos.ufpb.br/index.php/ged/article/viewFile/30587/16221 • __________. (2017). “El trabajo do doméstico méstico en Estados Unido s: avances y obstáculos para la autonomía de mujeres migrantes de retorno de SanUnidos: Francisco Tetlanohcan, Tlax Tlaxcala”. En: H. López y A. Arreola (Eds.), Condiciones de la globalización, políticas neolibeneoliberales y dinámicas de género. Aproximaciones desde el sur, pp. 105–119. México: Centro de Investigaciones y Estudios de Género – UNAM. • Golubov, N. (2016). “Interseccionalida “Interseccionalidad”. d”. En: H. Moreno y E. Alcántara (Eds.), Conceptos clave en los estudios de género, Volumen I, pp. 197–213. México: Programa Universitario de Estudios de Género, UNAM. Recuperado de: https://www.academia.edu/27017168/ Interseccionalidad • Hondagneu-Sotelo, P. (1994). “Gendered Transitions Mexican Experiences of Immigra Immigra-tion”. En: Immigration, Gender, and Settlement, pp. 1-18. Berkeley, EE. UU.: University of California Press. • cuidado __________. (2011). “Doméstica Trabajadoras inmigrantes a cargopp. de61-102. la limpieza y el a la sombra de la abundancia”. En: Sirvienta en Los Ángeles, México: Miguel Ángel Porrúa. • Sassen, S. (200 (2004). 4). “Global cities and survival circuits”. En: B. Ehrenreich y A. Russel Hosch Hosch-child, (Eds.), Global Woman Nannies, Maids, and Sex Workers in the New Economy. New https://www.researchgate.net/prole/Saskia_Sas- York, EE. UU.: Holt. Recuperado de: https://www.researchgate.net/prole/Saskia_Sas sen/publication/246326854_Global_Cities_and_Survival_Circuits/links/5411771c0c-sen/publication/246326854_Global_Cities_and_Survival_Circuits/links/5411771c0c f29e4a2329630c/Global-Cities-and-Survival-Circuits.pdf   • Scott, J. (1996) (1996).. “El género: una ca categoría tegoría útil para el análisis histórico”. En: M M.. Lamas (Ed.), El género, la construcción cultural de la diferencia sexual, pp. 265–302. MéxiMéxi co: Miguel Ángel Porrúa. Recuperado de: http://bivir.uacj.mx/Reserva/Documentos/ rva2006191.pdf 

DIPLOMADO EN LÍNEA  SOBRE LA  TRATA  DE PERSONAS EN MÉXICO  http://sua.economia.unam.mx/trata// http://sua.economia.unam.mx/trata

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