Traducción correcta de Juan 1:1
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La traducción correcta de Juan 1:1. Juan 1:1c, ¿Es el Verbo “Dios”, o “un dios”? (14 de agosto, 2010, por Lesriv Spencer. Actualizado en noviembre de 2017. Letras en negrita, cursivas, corchetes [ ], y sublíneas son adiciones, a menos que se indique otra cosa. A no ser que se indique lo contrario, las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina-Valera 1960 (RVR). Otras siglas: La Biblia de las Américas (LBLA); La Palabra (BLP); Nueva Traducción Viviente (NTV); Nueva Versión Internacional, NVI; Dios Habla Hoy (DHH); Traducción en lenguaje actual (TLA); Traducción del Nuevo Mundo (TNM).
Probablemente no hay escritura bíblica que incite tanta discusión emotiva como la de Juan 1:1. ¿Por qué será? Una razón principal es que el texto se centra alrededor del “Verbo”, de quien la mayoría asocia con Jesucristo. (Este artículo se dirige principalmente a aquellos que sostienen que el término “Verbo” (griego: logos) aplica a Jesucristo. No aborda el asunto de suposiciones menos populares que tienen sobre el logos otros individuos.) No tengo afiliación alguna con ningún grupo religioso, ni atiendo servicios religiosos de ninguna clase. Pero sí tengo interés profundo en las Escrituras y lo que éstas significan. La verdad sí me importa mucho, y me siento movido a expresar algunas observaciones sobre la controversia que acompaña la escritura de Juan 1:1. Mas bien que procurar erradicar la viabilidad de la traducción tradicional de Juan 1:1, mi objetivo al hacer esta redacción es importar un nivel de justicia y equidad al tema en el ámbito religioso. La mayoría de las versiones bíblicas nos dicen en Juan 1:1 lo siguiente: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Pero en el griego original todas las letras eran del mismo tamaño, a saber, unciales, o mayúsculas, en contraste al español donde predominan las minúsculas. Esto implica que los traductores tienen que ser selectivos a la hora de traducir. Como consecuencia, la “interpretación” entra en juego en el proceso de traducción. Para una mayoría de la Cristiandad, Cristo es objeto de adoración, y se afirma que él es “Dios” mismo, el Dios Supremo. Por otra parte, para un número menor de cristianos, a Cristo se le percibe solamente como el “Hijo” de Dios, subordinado a Dios mismo, como entidad distinta al Dios todopoderoso, inferior a Dios en posición y poder. La mayoría de las religiones de la Cristiandad acepta la popular doctrina de la Trinidad como bíblica, mientras que una minoría la rechaza tildándola de origen pagano. En esta redacción, no es objetivo mío confirmar la doctrina de la Trinidad como bíblica, o rechazarla como tal, aunque sí se hace inevitable mención de ésta al tratar el tema de Juan 1:1. En cambio, haré enfoque en la gramática griega y el contexto bíblico de Juan 1:1 para ver si permiten alguna otra traducción diferente a la tradicional, como por ejemplo: “el Verbo era divino”, o, “la Palabra era un dios”.
¿Puede el artículo indefinido (“un”) ser legítimamente añadido a Juan 1:1? La mayoría de los eruditos bíblicos son del consenso de que la lectura tradicional, “el Verbo era Dios“, es la traducción correcta en Juan 1:1. Rechazan categóricamente la noción de que el texto diga “la Palabra era un dios“, tal como lee la Traducción del Nuevo Mundo [TNM], una publicación de la organización religiosa de los Testigos de Jehová. Randolph 0. Yeager, por ejemplo, hizo público el siguiente comentario burlón de esta versión: “Sólo los estudiantes de segundo año de la gramática griega van a traducir ... ‘y la Palabra era un Dios’ “. (Renaissance New Testament, Vol. 4, Renaissance Press, 1980, pág. 4) Otros académicos han hecho comentarios despectivos similares sobre la controvertida interpretación de la TNM, como por ejemplo: Paul L. Kaufman: “Los Testigos de Jehová evidencian una abrumadora ignorancia de los principios básicos de la gramática griega en su mala traducción de Juan 1:1“. F.F. Bruce lo llamó “totalmente indefendible“. Harry A. Sturz dijo al respecto: “una traducción antigramatical y tendenciosa“. Donald Guthrie: “gramaticalmente indefendible“. Bruce M. Metzger: “perniciosa“,... “una espantosa mala traducción“. Julius R. Mantey: “una traducción groseramente engañosa“. Y el Dr. Samuel J. Mikolaski de Zurich, Suiza escribió: “Es monstruoso traducir la frase ‘la Palabra era un dios’ “. Estas duras críticas indican que no hay casi nada más inquietante para los católicos y protestantes que tener una traducción prominente de la Biblia en Juan 1:1 describiendo a Jesucristo como “un dios”, en lugar de “Dios“. Esto quedó nuevamente de manifiesto cuando un estudioso respetable de la Universidad de Glasgow, Escocia, el Dr. William Barclay, acusó públicamente a los editores de la Traducción del Nuevo Mundo de “deshonestidad intelectual“ por su traducción de Juan 1:1: “La deliberada distorsión de la verdad por esta secta se ve en sus interpretaciones del Nuevo Testamento. Juan 1:1 es traducido: ‘... la Palabra era un dios’, una traducción que es gramaticalmente imposible ... Es claro que una secta que puede traducir el Nuevo Testamento de esa manera es intelectualmente deshonesta“. (The Expository Times, vol. 65, Octubre, 1953, Edinburgo: T. & T. Clark) ¡Fuerte acusación, de hecho! Esta no es la primera vez que una versión de la Biblia ha sido objeto de críticas. La Biblia alemana de Martín Lutero en su época fue vista como “herética“. Sin embargo, con el paso del tiempo, se consideró “monumental“. Hace más de un siglo que la obra enciclopédica en inglés, New Schaff-Herzog Encyclopedia of Religious Knowledge, dejó constancia que cuando un erudito Protestante de reputación académica, Marc J. H. Oltramare, tradujo Juan 1:1 con una d minúscula contrario a la costumbre, recibió bastante oposición por ello. La publicación observó: “Su versión de Juan i:1, La Parole était dieu, fue criticada severamente por los ortodoxos a causa de la pequeña d ”. (Volúmen 8, pág. 239) Más recientemente, la TNM ha recibido mucha más oposición de los tradicionalistas que cualquier otra versión moderna. Es obvio que los académicos en
general se oponen a la presencia del artículo indefinido (un) en Juan 1:1. Esto influye mucho en la gente. ¿Hemos terminado, entonces? ¡No! Pues, todavía hay mucho por cubrir. Si hay algo que podemos aprender de los diversos establecimientos médicos, legales y de derechos del consumidor es que, cuando las personas enfrentan una crisis, o problemas de envergadura, emiten advertencias instando a los consumidores a obtener una segunda opinión. Este es un sabio consejo. En muchos casos, obtener una segunda opinión puede ayudarnos a evitar convertirnos en víctimas de fraude de organizaciones o personas con agendas sin escrúpulos. ¿Se puede seguir este consejo en asuntos religiosos? ¡Creo que sí! La religión y la política son dos de los temas más delicados a la hora de tratar diálogos interactivos, porque generalmente, las partes discordantes tienen convicciones igualmente fuertes para defender su posición. A menudo, conseguir respuestas aceptables de ambos grupos en asuntos importantes son simplemente difíciles de obtener, si no imposibles. Todos queremos creer que los que no están de acuerdo con nuestras creencias están equivocados, mientras que nosotros, de seguro, estamos en lo correcto. Dicho esto, no podemos ignorar las críticas de los académicos anteriores. Después de todo, provienen de maestros “versados“ de la Biblia. Por eso, escuchamos lo que tienen que decir al respecto. Sin embargo, podemos comenzar por notar que el lenguaje que usaron en sus acusaciones es inflexible y severo, quizás tendencioso. Más significativamente, los críticos se centran principalmente en una traducción de la Biblia con la representación de “un dios“. ¿Por qué mencionar esto? Bueno, ¿sabías que la TNM es solo una de varias versiones bíblicas con tal lectura? (Se proporciona un enlace a una lista de fuentes al final). Pero ninguno de las críticos anteriores lo consideró un servicio para sus lectores de avisarles de opiniones divergentes disponibles de otros estudiosos. Entonces, de inmediato, comenzamos a notar un patrón por parte de los críticos: la falta de objetividad y equidad en el tema. Más pertinente al asunto, es si tales declaraciones son sostenibles bajo escrutinio. Sorprendemente, no lo son, como lo demuestran las pruebas presentadas a continuación. Curiosamente, los editores de la versión bíblica que varios eruditos disfrutan odiar han declarado que algunas Escrituras ‘pueden ser traducidas de más de una manera’, enumerando a Juan 1:1 como una de ellas. Una publicación suya dijo lo siguiente: “Si gramaticalmente un pasaje se puede traducir de más de una manera, ¿cuál es la traducción correcta? La que esté en armonía con el resto de la Biblia….Juan 1:1,2....” (Razonamiento a partir de las Escrituras, pp, 408-409. © 1985 por la Sociedad Watchtower Bible and Tract, Brooklyn. Énfasis mío.) Esta es una declaración significativa. Los editores de la TNM reconocen entonces, que puede haber, contexto aparte, otras representaciones gramaticales aceptables para Juan 1:1, tales como “divino”, “parecido a
Dios”, “un ser divino”, “un dios”, y quizás incluso “Dios”. Su elección de representación puede reflejar lo que ellos creen es compatible tanto con la gramática como con el contexto bíblico: “Y la Palabra era un dios (parecido a Dios; divino)”. (TNM con Referencias de 1987, Apéndice 6A, pág. 1578) Un indicador de lo propio de ejercer cautela sobre el tema tiene que ver con lo que le sucedió a la percepción de un erudito con el paso del tiempo. El académico ya mencionado, William Barclay, había acusado públicamente a los editores de la Biblia de la TNM de “deshonestidad intelectual” por su interpretación de “un dios” en Juan 1:1. Sin embargo, dos décadas después, en una carta privada, luego publicada con fecha de “20 de mayo de 1974” a un tal David Burnett de Australia, Barclay admitió: “Se podría traducir [Juan 1:1], por lo que el griego dice: ‘la Palabra era un Dios’, pero parece obvio que esto está en contra de la totalidad del resto del Nuevo Testamento que no es correcto”. (Libro, Ever Yours: A Selection from the Letters of William Barclay [Siempre suyo: Una selección de las cartas de W. B.], editado por C. L. Rawlins, Labarum Publ., 1985, p. 205) Así que, los traductores de la TNM pasaron de ser ‘intelectualmente deshonestos’, a ‘teológos desfavorecidos’. Que sepa, el Dr. Barclay nunca emitió una disculpa pública a los traductores de la Traducción del Nuevo Mundo por haberlos acusado previa y públicamente de ‘deshonestidad intelectual’ por su esfuerzo de traducción, ya que él admitió posteriormente que la traducción, “la Palabra era un Dios”, por lo que el griego dice, es gramaticalmente factible. ¿Quién fue ‘intelectualmente deshonesto’ aquí? (Encontrará una fotocopia al final del artículo original en inglés.) Otro erudito trinitario, el doctor Tomás L. Constable* (Th.D.), respondió sobre la polémica de Juan 1:1 así: “Jesús no era un dios. Él mismo es Dios”. No obstante, hizo la siguiente concesión: “Ellos [los TJ] lo traducen [en Juan 1:1] ‘La Palabra era un dios.’ Gramaticalmente, ésa es una traducción posible, dado que es legítimo suministrar el artículo indefinido [“un”] cuando no existe ningún artículo en el Texto Griego, como en este caso. Sin embargo, esa traducción aquí es definitivamente incorrecta porque reduce a Jesús a menos que Dios”. (*Dr. Constable's Expository Bible Study Notes, Emérito Catedrático de Exposición Bíblica en el Seminario Teológico de Dallas, Texas. 2012) Hay entonces un número creciente de eruditos que reconocen la viabilidad gramatical de la traducción “un dios” en Juan 1:1. Los individuos que reconocen tal interpretación y todavía se oponen a ella, lo hacen con la comprensión de que el contexto está de su lado. La plétora de discusiones en línea ha llevado a un mayor escrutinio en la interpretación y traducción de Juan 1:1. Lamentablemente, muchas discusiones en internet que giran en torno a Juan 1:1 terminan distorsionando la verdad y tergiversando los hechos. Una revisión de los hechos pertinentes está en orden. Creo, en general, que la política religiosa juega un papel sobresaliente en la controversia de
Juan 1:1. La pregunta entonces es: ¿es legítimo traducir Juan 1:1 como lo hizo la TNM? ¡Vamos a averiguar!
El “artículo” griego, y el complemento predicativo: Otra cuestión importante al considerar el texto de Juan 1:1 es la presencia o ausencia del artículo griego (conocido como el artículo definido o determinado, que corresponde a el, la, los, etc. del español). Sin embargo, el griego bíblico no utiliza el artículo indefinido (un, una, etc.), pero al traducir, el traductor encontrará práctico, y a veces necesario, emplear el artículo indefinido, donde aplique, en el idioma meta. Aunque hay traductores que por motivos teológicos procuran restar importancia al artículo en Juan 1:1, no debemos concluir que los autores bíblicos fueron descuidados con ello. Es cierto que no existe regla estricta que aplique en todos los casos donde aparece el artículo. De hecho, el vocablo griego para “Dios” (theós) en la Biblia se utiliza generalmente en referencia al Dios verdadero como nombre propio, con o sín artículo. (En el griego, los nombres propios sí pueden tener el artículo.) Muchos estudiosos, si no la mayoría, reconocen que en Juan 1:1, en contraste con otras Escrituras, la presencia del artículo o su ausencia, desempeña un rol vital en su interpretación. En cuanto al significado y función del artículo griego (el, la, los, etc., en español) por todo el texto griego, leemos lo siguiente: “En general, la presencia del artículo denota identidad particular, mientras que su ausencia enfatiza calidad o características”. (El Griego Bíblico Al Alcance De Todos, ©2007 por José Antonio Septién, Editorial CLIE, Barcelona, pág. 122. Cursivas de él.) “La función del artículo es señalar un objeto o llamar la atención hacia él. Su uso con una palabra hace que la palabra sobresalga distintamente. ‘Siempre que el artículo aparece, el objeto es ciertamente definido. Cuando no se le usa, el objeto puede o no serlo’ (R[obertson] 756) … La función básica del artículo griego es señalar identidad individual”. “Se puede concebir un objeto de pensamiento desde dos puntos de vista: en cuanto a identidad o cualidad. Para transmitir el primer punto de vista el griego usa el artículo; para el segundo, se usa la construcción sin el artículo”. (Gramática Griega del Nuevo Testamento, ©1984 Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, TX ©1955 por Dana y Mantey, pp. 132-133; 144. Cursivas de los autores.) “Lo propio del artículo es mostrar (originariamente era un demostrativo), determinar, distinguir, concretar algo como esto (no como tal). Por tanto, el artículo nos indica siempre que se trata de algo conocido y determinado para quien escribe. Si bien con frecuencia no está claro para nosotros en qué sentido hay que entender esa determinación (cosa que en ocasiones sería de gran interés para la exégesis)”. (El Griego
del Nuevo Testamento, Max Zerwick S.J., pág. 81. ©1966 Editrice Pontificio Istituto Biblico, Roma – Editorial Verbo Divino, 1997, Estella (Navarra), España. Cursivas suyas.) “Podemos concluir que los artículos conceptualizan (como su significado más básico), identifican (como su función más común) y hacen definido (como el resultado de modificar algo)”. (Gramática Griega: Sintaxis del Nuevo Testamento, ©2011 por Daniel B. Wallace y Daniel S. Steffen, pág. 143. Editorial Vida, Miami) Con esto presente, en la lectura de Juan 1:1 aparece la primera instancia de theós (dios) con el artículo (“el”, articular), que identifica al Dios Supremo, mientras que en el segundo caso sin artículo antepuesto al verbo, se pone de relieve el sentido cualitativo del sustantivo. En Juan 1:1, el sujeto es el Logos o “el Verbo” (presumiblemente, Jesucristo), indicado por el artículo “el” antes del Verbo. Se dice que el Verbo es “Dios”, el predicado, indicado por la omisión del artículo. (El predicado es la parte de la oración en que se dice algo del sujeto.) Pero los traductores no son unánimes en su manejo de este versículo. Algunos vierten, “la Palabra era divina”. Otros prefieren agregar el artículo indefinido (un) a la expresión, así: "El Verbo era un dios”. Obviamente, estas lecturas pueden alterar el significado de la declaración. De ahí, la controversia. Técnicamente, el artículo indefinido “un” sí puede ser incluido en la interpretación de Juan 1:1c. Aunque los estudiosos en su mayoría apoyan la lectura tradicional en el texto, como lo hace el Evangélico William Mounce, autor de una popular gramática griega utilizada en varias academias de los Estados Unidos, él admite lo siguiente: “Cuando el artículo no está presente, se hace hincapié en la cualidad del sustantivo”. (Biblical Greek: A Compact Guide, ©2011, Zondervan, Grand Rapids, Michigan, pág. 15) Mounce en otra obra suya (Basics of Biblical Greek Grammar, ©2009, Zondervan, pp. 27, 334-36) cita a otro académico, a Daniel B. Wallace (profesor evangélico del N.T. del Seminario Teológico de Dallas, TX), en apoyo de su punto de vista de Juan 1:1c, donde Wallace declara: “El candidato más probable para θεὸς es cualitativo”. (Greek Grammar Beyond the Basics [Gramática griega más allá de lo básico], pág. 269. ©1996, Zondervan. A no ser que indique lo contrario, haré cita de esta publicación en inglés más bien que de su contraparte en español, ya que la obra traducida al español es abreviada.) Una obra bíblica que se
preparó como manual para los traductores bien indica: “....Se hace difícil creer que la omisión [del artículo en Juan 1:1c] no sea significante”. (The Translator's New Testament [El N. T. para traductores], The British and Foreign Bible Society, pág. 451. Publicado en 1973).
Las versiones modernas agregan el artículo indefinido (un, una) centenares de veces, aunque no aparecía originalmente en la Biblia. El latín no tiene artículo, pero las traducciones de ese idioma al inglés las incorporan. Por ejemplo, Wycliffe quien tradujo del latín al inglés (c. 1384) incorporó tanto el artículo definido como el indefinido en su
traducción. Acto seguido, la versión de Felipe Scío de San Miguel y Petisco-Torres Amat y otras al español hicieron lo mismo. La práctica razonable de insertar el artículo indefinido (un, una, etc.) al texto traducido no solo es aceptable, en algunos casos se hace necesario para darle el sentido apropiado a la materia en consideración. En general, ‘el uso del artículo indefinido [un, una, etc.] en la traducción es una cuestión de juicio individual’, dice el acádemico Alfredo Marshall, D. Litt. Y añade: “Hemos insertado [el artículo indefinido en nuestra traducción] como cosa natural donde parecía necesitarse”. (The Zondervan Parallel New Testament in Greek and English, ©1975, pág. xxx de la Introducción.) Y en relación al español, el profesor de Nuevo Testamento y griego del Seminario Evangélico de Puerto Rico, Ediberto López Rodríguez, escribió: “Por lo tanto, cuando nos topamos con un sustantivo sin artículo definido [en el griego] a veces es posible traducirlo con un artículo indefinido [al español].” (Introducción al Griego de la Biblia, Tomo I, pág. 25. ©2010 por Abingdon Press, Nashville) Siendo ese el caso, ¿por qué entonces hay tanta objeción (escándalo), a que una traducción prominente (TNM) haga eso mismo en Juan 1:1? Obviamente, la práctica de incorporarlo en el texto bíblico moderno causa controversia cuando la teología entra en juego. El caso de Juan 1:1c es claro ejemplo de esto, donde apasionadamente se procura defender cierta posición doctrinal. El asunto es más de causa teológica, que de gramática. Por cierto, la gramática de por sí permite la lectura “el Verbo era Dios”, como veremos más adelante. Si es así, ¿por qué entonces no seguir usando la lectura tradicional que aparece en tantas Biblias? Simplemente porque es engañosa. Dice una fuente respetable (Murray J. Harris): “... Pocos dudarán que esta tan-respetada traducción [el Verbo era Dios] necesita una cuidadosa exégesis ... La traducción no es sostenible sin explicación”. Harris, un trinitario, explica que la traducción tradicional causa problemas ya que ‘en el uso normal del inglés [y del español], Dios es un nombre propio, que se refiere a la persona del Padre, y no a Cristo.’ Dijo: “La Palabra no es ni el Padre ni la Trinidad”. (Jesus as God: The New Testament Use of Theos in Reference to Jesus, pág. 69, Baker Books, 1992) Una objeción al calificar a Cristo de “Dios” en sentido “determinado” como el Dios Supremo, es que ello comunicaría un sentido opuesto al lector moderno procedente de una cultura y mentalidad ajena a la de Juan, el autor bíblico. El pueblo de Dios estaba acostumbrado a la enseñanza del Shema, que representa las dos primeras palabras en hebreo que aparecen en Deuteronomio 6:4, y al mensaje que le sigue: “[“Shema Yisrael”] Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.” Estas palabras muy bien ejemplifican la esencia central del monoteísmo judaico. De aplicar el vocablo “Dios” a Cristo en Juan 1:1 en sentido trinitario (se admite generalmente que la doctrina no fue establecida en tiempos bíblicos), ¿no rompería eso con la impresión monoteísta que por siglos se venía enseñando? Por otra parte, si elegimos la traducción “un dios” para el
Logos, ¿no implicaría eso politeísmo? Consideraremos estas preguntas más adelante. ¿Cuál es entonces, la traducción apropiada para el theós sin artículo en esta estructura gramatical? Aparte del hecho que no hay unanimidad en la interpretación, algunos eruditos expresan que Juan 1:1 es extremadamente complejo de traducir. Eso sería cierto si se intenta evitar una traducción lógica (aunque controvertida) de la última cláusula. Dicho esto, la traducción correcta de Juan 1:1 no es difícil de determinar. Hay bastante información disponible sobre el tema de la cual podemos establecer una conclusión firme. Como se ha señalado, cuando los complementos predicativos en singular y sin artículo preceden al verbo, son indicativos de la condición cualitativa o indefinida de los sustantivos en función de sujeto. En tal construcción, theós no se utiliza para identificar al Verbo con el Dios con quien estaba, sino para describir una cualidad o atributo del Logos. Así mimo lo expresó la Versión Católica NABRE* en una nota sobre Juan 1.1: “Era Dios: la falta de un artículo definido con ‘Dios’ en griego significa predicación en lugar de identificación”. (* New American Bible, Revised Edition) El gramático Ray Summers explica lo siguiente: “Por consiguiente ‘en el principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios (τὸν Θεóν) y el Verbo era divino* (Θεός)’ comunica el sentido”. (Essentials of New Testament Greek, ©1950, Broadman Press, Nashville, pp.129130) The Translator’s New Testament está de acuerdo: “En efecto [la omisión del artículo definido en la segunda ocurrencia de Theós] da una cualidad adjetiva para el segundo uso de Theós (Dios), de modo que la frase significa ‘La Palabra era divina’ ”. (Pág. 451) También, el Profesor de Nuevo Testamento, Senén Vidal García explica: “El término Dios no tiene artículo en griego y es predicado; no se identifica la Palabra con el Dios anterior (con artículo: el Padre), sino que se afirma su divinidad (equivale a era divina).” (Nuevo Testamento, ©2015 por Senén Vidal García – Editorial Sal Terrae, Cantabria, España . (* Algunos se oponen al uso de “divino” por theós, afirmando que si Juan quisiera comunicar “divino”, habría utilizado la palabra griega “theios” en lugar de “theós”. Sin embargo, algunos estudiosos han señalado que “theios” tiene más afinidad al griego literario que al coiné bíblico utilizado por Juan en su Evangelio. Vea ‘Un comentario sobre el Evangelio de Juan’ (A Commentary on the Gospel of John, pág. 111. Ernst Haenchen/Funk, Juan 1. Traducido al inglés por Robert W. Funk, del alemán, Das Johannesevangelium. Ein Kommentar John 1. ©1984 por Fortress Press) Esta divergencia de opiniones indica la necesidad de ejercer precaución al momento de tomar las interpretaciones de los estudiosos como hechos, sin analizar el asunto más a fondo. Otro peligro que debemos evitar es llegar a depender demasiado del testimonio inconcluso de los “primeros padres de la iglesia”, aunque ciertamente tienen su lugar merecido en el análisis histórico. La Biblia es en última instancia nuestra mejor guía en esta materia. En la Biblia hay ciertos patrones sintácticos, que cuando se analizan, pueden ayudarnos a determinar quién tiene la razón y quién está equivocado. Hay
diversos casos en el texto griego, similares a Juan 1:1, donde complementos predicativos en singular y sin artículo aparecen antes del verbo y los traductores incorporan con regularidad el artículo indefinido (un) en el texto traducido para denotar la condición indefinida o atributiva del sujeto en función. O bien emplean una traducción que utiliza letra minúscula inicial, o un adjetivo común, como “algún” que no haga al sujeto determinado. Aquí hay una lista de casos en los libros de Marcos y Juan: Marcos 6:49, 11:32; Juan 4:19, 4:24, 6:60, 6:70, 8:44 dos veces, 8:48, 9:17, 9:24, 10:1, 10:13, 10:33, 12:6, 18:35, 18:37 dos veces) Algunas de las selecciones fueron escogidas de la documentación sobre el tema por el académico Philip B. Harner. (“Qualitative Anarthrous Predicate Nouns: Mark 15:39 and John 1:1 [Complementos predicativos cualitativos y sin artículo: Marcos 15:39 y Juan 1:1],” Journal of Biblical Literature, Vol. 92, págs. 75-87, Philadelphia, 1973.) Veamos nueve ejemplos, 6 tomados del Nuevo Testamento, y tres de otras fuentes: La Anábasis de Jenofonte, El Martirio de Policarpo, y la Septuaginta (LXX), traducción importante del Texto Hebreo al Griego usada por los autores de las Escrituras Griegas, para determinar cómo los traductores manejan la traducción de expresiones que tienen estructura gramatical semejante a Juan 1:1. Para otros ejemplos, vea enlaces al final. (En caso que encuentre un error, me hago totalmente responsable de las traducciones de obras de referencia citadas de otros idiomas. Para minimizar el riesgo de cambiar el sentido original que acompaña toda traducción, se provee en muchos casos las lecturas de esas fuentes originales, haciendo posible que el lector exigente pueda verificar el mensaje intencionado.)
1er Ejemplo (Hechos 28:4): Griego:
Πάντως Totalmente
φονεύς homicida
ἐστιν es
ὁ el
ἄνθρωπος hombre
οὗτος éste
Este relato trata de Pablo y sus acompañantes llegando a Malta al sufrir naufragio, una islita al sur de Sicilia, durante un día frío y lluvioso. Los isleños fueron muy amables con ellos, y le hicieron una hoguera para calentarlos. Cuando Pablo fue a echar leña seca al fuego, una serpiente venenosa le mordió la mano. Cuando los isleños supersticiosos vieron lo que le golpeó, dijeron lo supracitado. ¿Y cómo traducen las versiones bíblicas esta cláusula griega que es idéntica en construcción a la de Juan 1:1? ¡Veamos! “Seguramente homicida es este hombre” (Bover-Cantera) “Por cierto es homicida este hombre” (N.T., Pablo Besson) “Sin duda este hombre es homicida” (Versión Moderna) “Mal asesino tiene que ser este hombre” (La Biblia de Nuestro Pueblo)
“Ciertamente este hombre es homicida” (Reina-Valera 1960) “Ciertamente este hombre es un homicida” (Reina-Valera, 1977) “Con toda seguridad este hombre es un homicida” (Reina-Valera Contemporánea) “This man must be a murderer” (New International Version, NIV-Inglés) “Sin duda este hombre es un asesino (Nueva Versión Internacional, NIV-Español) “Certamente este homem é assassino” (Nova Versão Internacional, NIV-PT, Portugués) “Surely this man is a murderer” (New World Translation, Inglés) “De seguro este hombre es asesino” (Traducción del Nuevo Mundo) “Este hombre debe de ser un asesino” (Dios habla hoy) “Este hombre, sin duda, es algún homicida” (Petisco-Torres Amat) “Sin duda que este hombre es un asesino” (La Biblia de las Américas) “Sin duda este hombre es un asesino” (Traducción de dominio público) “Este hombre es seguramente un asesino” (Biblia de Jerusalén) “Sin ninguna duda, este hombre es un homicida” (Biblia Textual) “Sin duda un asesino es el hombre” (NT Interlineal Grieg-Esp., F. Lacueva) “Seguro que este individuo es un asesino” (Schökel-Mateos) “Este hombre es seguramente un asesino” (Levoratti-Trusso) “Sin duda que éste es un homicida” (Nácar-Colunga) “Quizás este varón es un homicida” (Biblia Peshitta, traducido del arameo) “Este hombre es ciertamente un asesino” (Dr. Evaristo Martín Nieto) “A no dudar este hombre es un asesino” (Franquesa-Solé) “Este hombre sin duda es algún homicida” (R.P. Serafín de Ausejo) “Seguramente este hombre es un asesino” (Biblia de Navarra) Lectura literal en Hechos 28:4, Lectura literal en Juan 1:1,
homicida Predicado nominal dios
es Verbo era
el hombre Sujeto el Logos
En esta cláusula, el sujeto es “el hombre” (Pablo), indicado por el artículo “el”, mientras que en Juan 1:1 el sujeto es “el Verbo”, con artículo correspondiente. En este pasaje, tenemos un complemento predicativo sin artículo en singular, homicida, antes del verbo es, así como en Juan 1:1 tenemos a theós (dios) sin artículo antepuesto al verbo era. Como puede ver, estas versiones bíblicas no vierten este pasaje en sentido definitivo o identificativo, más bien presentan a los isleños describiendo algo, un atributo acerca de este hombre, como “algún” asesino que ellos supersticiosamente pensaban que la justicia divina reclamaba. Observe que varias versiones de la Reina-Valera alternan entre la lectura anterior “homicida” y la más reciente, “un homicida”. Varias versiones internacionales hacen lo mismo. Ambas son aceptables. De igual manera, Juan 1:1 puede ser traducido “dios” o “un dios” sin hacer violencia a la gramática griega.
Este texto por sí solo muestra la frivolidad de la afirmación de R. Yeager que ‘sólo los estudiantes de segundo año en la gramática griega traducirían Juan 1:1 [y cláusulas semejantes] con artículo indefinido." La teología particular de un individuo debe ser la fuerza motivadora de tales declaraciones sin fundamento. ¿Exige Juan 1:1 de algún modo que se traduzca el sustantivo theós sin artículo en forma definida para hacerla leer Dios (RVR 1960)? Ni la gramática ni el contexto del capítulo uno de Juan lo exigen. La afirmación de que Juan 1:1 debe ser traducido, “el Verbo era Dios” en nuestra lengua sería tan precipitado como postular que Hechos 28:4 debe ser traducido: “Seguramente este hombre es el Asesino”. Pero, ¿quién hace eso en Hechos 28:4? 2do Ejemplo (Juan 8:48): Griego:
ὅτι que
Σαμαρίτης samaritano
εἶ eres
σὺ tú
Los líderes judíos acusan erróneamente a Jesús de tener un demonio y de ser “samaritano“. “Samaritano“ aquí se usa quizás para sugerir que Jesús era un “hereje“ o individuo de culto defectuoso. “que tú eres samaritano“ (Reina-Valera 1960) “que tú eres samaritano“ (Versión Moderna) “que eres un samaritano“ (Dios Habla Hoy) “que tú eres un samaritano“ (Nuevo Testamento, Senén Vidal) “Tú eres como un samaritano“ (La Palabra de Dios para Todos) “que eres un extranjero indeseable” (Traducción en lenguaje actual) “that you are a Samaritan” (New International Version, inglés)* “que eres un samaritano“ (Nueva Versión Internacional, español) “que você é samaritano“ (Nova Versão Internacional, portugués) “that You are a Samaritan” (NASB, inglés - The Lockman Foundation)* “que eres samaritano“ (Biblia de las Américas [NASB], Sp. - The Lockman Foundation) “that you are a Samaritan“ (Jerusalem Bible, inglés)* “que tu es un Samaritain“ (La Bible de Jérusalem, francés)* “que eres samaritano“ (Biblia de Jerusalén, español) “You are a Samaritan” (New World Translation, inglés)* “Tu es un Samaritain” (Traduction du monde nouveau, francés)* “Sei un samaritano” (Traduzione del Nuovo Mondo, italiano) “Tú eres samaritano” (Traducción del Nuevo Mundo, español)
“que você é samaritano” (Tradução do Novo Mundo, portugués) (*En contraste con el español, en varios otros idiomas, como el inglés y francés, se usa letra mayúscula inicial al nombrar los grupos étnicos, i.e.: Samaritan, Samaritain, etc. Como sabrán, Jesús era de linaje judío, no ”samaritano”.) Lectura literal en Juan 8:48, Lectura literal en Juan 1:1,
samaritano Predicado nominal dios
eres Verbo era
tú Sujeto el Logos
Esta cláusula, como en Hechos 28:4 arriba, y Juan 4:19 en el ejemplo siguiente, tienen el complemento predicativo sin artículo antepuesto al verbo y el sujeto, y son paralelos exactos a Juan 1:1c. ¿Tendría sentido verter esto en sentido definido o identificativo: ”Tú eres el samaritano”? También es instructivo considerar como cuatro versiones internacionales (La Biblia de Jerusalén, la NVI, la NASB y la TNM) trataron el asunto del predicado nominal sin artículo en sus ediciones modernas de diversos idiomas que tienen a su disposición ambos artículos. Sea que hayan empleado el artículo indefinido “un” o no en sus traducciones, el resultado final es casi idéntico. Todas las lecturas de esta sección enfatizan, no el estado definido, sino la naturaleza cualitativa o indefinida de los sustantivos predicativos sin el artículo. Esto es muy significativo señalar, debido a que varios gramáticos prominentes procuran, por motivaciones teológicas (Viz., Juan 1:1) desestimar el concepto indefinido para los predicados nominales sin artículo colocados antes del verbo. Por ejemplo, el libro Curso avanzado de griego del Nuevo Testamento dice: “...La ausencia del artículo en θεός [ Juan 1:1] no implica indeterminación. Juan no pretende decir que el Verbo era ‘un’ Dios entre tantos sino que subraya la cualidad y la natureza divina del λόγος”. (©Editorial Verbo Divino, 2011, por Flaminio Poggi) Y la Gramática Griega: Sintaxis del Nuevo Testamento sostiene: “El predicado nominal sin artículo que va antes del verbo copulativo es normalmente cualitativo, a veces definido y raramente indefinido”. (Wallace y Steffen 2011, pág. 180) En cambio, usted podrá observar a lo largo de este documento que los traductores en práctica hacen caso omiso a esa conclusión, traducen alternando a menudo entre el sentido cualitativo e indefinido, y raramente definido. 3er Ejemplo (Juan 4:19): Griego:
θεωρῶ contemplo
ὅτι que
προφήτης profeta
εἶ eres
σύ tú
Aquí tenemos la declaración de una mujer samaritana a Jesús, que acababa de oírlo adivinar cosas personales de su vida, apenas después de haberlo conocido. Eso la movió a decir las palabras de arriba. “veo que eres profeta” (R. Ricciardi y B. Hurault) “veo que tú eres profeta” (Dr. Evaristo Martín Nieto) “veo que eres profeta tú” (Pablo Besson) “estoy viendo que tú eres profeta” (Biblia Textual) “veo que eres profeta” (Biblia de América) “me parece que tú eres profeta” (Reina-Valera) “I perceive that thou art a prophet” (King James Version, inglés) “veo que eres un profeta” (Biblia de Jerusalén) “me doy cuenta de que eres un profeta” (La Palabra De Dios Para Todos) “veo que tú eres un profeta” (La Nuova Diodati, italiano) “veo que eres un profeta ” (Levoratti-Trusso) “me parece que usted es un profeta” (Traducción en lenguage actual) “veo que tú eres un profeta” (Biblia francesa de Darby) “ya veo que eres un profeta” (Versión Popular) “creo que tú eres una persona que habla por Dios” (Versión Nueva Vida) “tú eres un profeta!” (La Parola è Vita, italiano) “tú eres un profeta” (La Bible du Semeur, francés) “veo que eres un profeta” (Torres Amat) “veo que eres un profeta” (Felipe de Fuenterrabía, 10ma edición) “veo que eres un profeta” (Serafín de Ausejo, 1969) “I can see that you are a prophet” (New International Version, inglés) “me doy cuenta que tú eres profeta” (Nueva Versión Internacional, español) “vejo que é profeta” (Nova Versão Internacional, portugués,) “I perceive that You are a prophet” (New American Standard Bible [NASB], inglés)* “me parece que eres profeta” (Biblia de las Américas [NASB], español*) (*ambas producidas por The Lockman Foundation) “I see that you are a prophet” (New World Translation, inglés) “vedo che sei un profeta” (Traduzione del Nuovo Mondo, italiano) “percibo que eres profeta” (Traducción del Nuevo Mundo, español) “veig que ets profeta” (TRADUCCIÓ DEL NOU MÓN, [TNM-N.T.], catalán) Lectura literal en Juan 4:19, Lectura literal en Juan 1:1,
profeta Predicado nominal dios
eres Verbo era
tú Sujeto el Logos
Podrá observar que las traducciones que no usaron el artículo indefinido en Juan 4:19, tampoco usaron mayúscula inicial “P” para “profeta”. Entonces, estas versiones no presentan a la mujer samaritana identificando a Jesús como “El Profeta” prometido, más bien recalcan una cualidad o atributo que manifestó Jesús con ella, a saber, que él tenía presciencia para saber en su caso cosas personales. Jesús tenía esta capacidad profética porque Dios le había dado poder mediante su espíritu. (Hechos 10:38) La mujer samaritana no era de la misma religión de Jesús, y los samaritanos sólo aceptaban el Pentateuco, y no era dada a tener suficiente conocimiento del hombre que acababa de conocer para identificarlo como el Mesías prometido. Para ser consecuente, así como traductores recalcaron una “cualidad” del complemento predicativo sin artículo en Juan 4:19, eso mismo pudieron haber hecho con el correspondiente theós en Juan 1:1. Los que hablamos el español y otras lenguas denominadas romances, como el francés, italiano, y portugués, tenemos una leve ventaja a la hora de comprender el asunto del artículo indefinido desde el ángulo de la lengua griega que no lo tiene. A diferencia del inglés que generalmente requiere el artículo indefinido para expresar el sentido cualitativo al traducir sustantivos sin artículo, el español es más flexible en el asunto. Por supuesto, si el traductor al castellano quiere hacer hincapié en la condición indefinida del sustantivo en juego, lo utilizaría, como verá en los siguientes párrafos. Por ejemplo, en francés usted puede decir (Juan 4:19): “je vois que tu es prophète [yo veo que tú eres profeta]” (Segond), como también puede decir: “je vois que tu es un prophète [yo veo que tú eres un profeta]” (Darby, versión francesa) La primera lectura no utiliza el artículo indefinido, mientras que en la segunda lectura sí. En italiano tenemos una lectura sin artículo indefinido: “io veggo che tu sei profeta [yo veo que tú eres profeta]” (Diodati), y otra con el artículo: “tu sei un profeta! [tú eres un profeta]” (La Parola è Vita). En portugués: “vejo que é profeta” (veo que eres profeta, NVI-PT), o, “vejo que és um profeta!” [veo que eres un profeta] (Biblia Sagrada, Edição Pastoral). Esto es muy parecido a las lecturas españolas presentadas arriba, que aunque difieran en utilizar el artículo indefinido o no, el resultado es idéntico, a saber, no hacen definido al sujeto, y suena natural de ambas maneras. En cambio, en inglés, no es natural decir: “I perceive that you are prophet. Si desea descatar la naturaleza cualitativa o estado indeterminado del sustantivo sin artículo en inglés, es necesario añadir el artículo indefinido (a) así: “I perceive that you are a prophet.” Sobre esto, el profesor Arthur W. Slaten escribió: “Ese carácter cualitativo que en griego es denotado por la ausencia del artículo es en inglés expresado con frecuencia por el empleo del artículo indefinido." (Qualitative Nouns in the Pauline Epistles and Their Translation in the Revised Version, pág. 5. ©1918 por The University of Chicago.)
Aunque el idioma español no requiera el artículo indefinido en estos casos, el traductor puede utilizarlo para eliminar cualquier posible ambigüedad. También está el asunto del énfasis. Quizás el traductor prefiera enfatizar una condición sobre otra, sea cualitativa o indefinida. Hay que señalar que a veces no hay clara distinción entre estos dos sentidos, como Wallace mismo admitió en su Gramática. Sobre Juan 4:19, Wallace concluyó: “Aunque la traducción es más naturalmente ‘Señor, percibo que eres un profeta’, el sentido puede ser mejor caracterizado como indefinido-cualitativo”. (Wallace 1996, pág. 266 y nota al pie) Lo mismo es cierto de Juan 1:1. Por eso hay versiones bíblicas que traducen Juan 4:19 como “profeta”, o “un profeta”; y en otros textos, “homicida”, o “un homicida”; “samaritano”, o un samaritano”; “dios”, o “un dios”, etc. Ambas formas de traducir son aceptables. El gramático J. A. Septién explicó: “Cuando traducimos al Español un sustantivo sin artículo [griego] podemos proceder de dos maneras: O bien se deja el sustantivo solo, o se le añade alguno de los artículos españoles inderterminados: un, una, unos, unas….” (Septién 2007, pág. 122) Es extraño que haya individuos que afirman tener competencia en las lenguas bíblicas originales que evidentemente no entienden, o rehusan reconocer públicamente, que en el proceso de traducción hay a menudo varias maneras de verter ciertos pasajes bíblicos sin violar las reglas de la gramática. Dejan que los sentimientos religiosos se interpongan entre medio, afectando su juicio. Esto es evidente cuando tratan de convencer a los demás que los que traducen cierto pasaje diferente de la norma, son “ignorantes” en el departamento griego. 4to Ejemplo (Juan 6:70): Griego:
καὶ ἐξ y procedente de
ὑμῶν ustedes
εἷς uno
διάβολός diablo
ἐστιν es
En esta escritura Jesús está dirigiéndose a sus doce discípulos más cercanos, donde anticipa que uno de ellos, Judas Iscariote, más tarde lo traicionaría. Jesús se refirió a Judas como “dia'bolos” (diablo) o calumniador. Igual a otros versículos en consideración, el vocablo “dia'bolos” carece del artículo griego (el, en español), y antecede al verbo estin (es). No obstante, unos pocos acádemicos (en inglés, la Biblia Estándar Cristiana de Holman, y la Biblia Net Bible) cometen el error de agregar el artículo definido (el) ante el término “diablo” en la traducción al inglés (así, “the devil”; en español, el diablo) bajo la premisa que este sustantivo es “monádico”, es decir, uno de esos llamados “único-en-suclase”. Eso no tiene sentido en esta escritura. Cristo aquí no identifica a Judas como “el Satán”, el archi-enemigo de Dios, sino que expresa que discernía en Judas una inclinación malvada al manifestar cualidades de envidia y malicia, y por ende, podía llamarlo apropiadamente, un diablo, un traicionero,
un calumniador. La fuerza cualitativa es tan prominente aquí, que añadir el artículo (el) ante “diablo” no tiene justificación alguna. La convicción del gramático Daniel Wallace que este sustantivo es “único-en-su-clase” haciéndolo definido, no tiene ningún fundamento, como tampoco lo tiene en Juan 1:1. Otros traductores lo entienden muy diferente en acorde con el contexto, como se muestra a continuación: “Sin embargo, de vosotros uno es diablo” (Bover-Cantera) ”Sin embargo, uno de ustedes es diablo” (La Palabra de Dios Para Todos) ”y uno de vosotros es diablo?” (Biblia Textual) “y de vosotros uno es diablo” (Pablo Besson) ‘y uno de vosotros es diablo?’ (Reina-Valera 1909; 1960) “y sin embargo, uno de vosotros es un diablo?” (Nueva Reina-Valera 2000) “y uno de ustedes es un diablo?” (Reina Valera Contemporánea) “Yet one of you is a slanderer [un calumniador]” (New World Translation) “No obstante, uno de ustedes es calumniador” (Traducción del Nuevo Mundo) “Y uno de vosotros es un diablo” (Nácar-Colunga) “pero uno de ustedes es un adversario” (El Evangelio de Juan, F.F. Bruce) “Pero uno de ustedes es un diablo” (Versión Nueva Vida) “uno de vosotros es un enemigo” (La Biblia, A. Schökel y J. Mateos) “Sin embargo uno de vosotros es un diablo” (Agustín Magaña Méndez) “y de ustedes uno un acusador es” (El Diaglotón Enfático, lect. interlineal) “y sin embargo, uno de vosotros es un diablo?” (La Biblia de las Américas) “pero hay uno de ustedes que es un diablo” (Nueva Traducción Viviente) “Sin embargo uno de ustedes es un diablo” (La Biblia de Nuestro Pueblo) “pero uno de ustedes es un traicionero” (Nuevo Testamento del Siglo 21) “Y uno de vosotros es un diablo” (Biblia de Jerusalén) “Sin embargo, uno de ustedes es un diablo” (Versión Popular) “pero uno de ustedes es un diablo” (Nueva Biblia al Día) “Sin embargo, uno de ustedes es un demonio” (Levoratti-Trusso) “No obstante, uno de ustedes es un diablo” (Nueva Versión Internacional) “y, sin embargo, uno de vosotros es un diablo” (Dr. Evaristo Martín Nieto) “Pues bien, uno de vosotros es un diablo” (Petisco-Torres Amat) “y uno de vosotros es un opositor” (Nuevo Testamento, Senén Vidal) Esta escritura no debe ser traducida “el diablo”, pero sí como “calumniador”, “opositor” “diablo” o “un diablo”. Luis Alonso Schökel y Juan Mateos explican en su traducción, que el vocablo griego “dia'bolos” se puede traducir como “enemigo”. Dice su versión: “‘enemigo’, = lit. ‘diablo’; en sentido etimológico se dice del que acusa, calumnia, se opone con mala idea”.
Comparto la opinión de los traductores en la lista superior, y la de Paul S. Dixon y Philip B. Harner, que sostienen que la fuerza cualitativa de “dia'bolos” es más prominente que alguna inferencia definitiva. Dice Dixon: “Es mejor, por lo tanto, tomar [dia'bolos] de manera cualitativa. Una buena traducción sería: ‘one of you is a devil [uno de ustedes es un diablo]’”. (Dixon 1975, p. 50) (Harner 1973, JBL 92, pp. 75-87) 5to Ejemplo (Juan 10:1): Griego:
ἐκεῖνος ése
κλέπτης ladrón
ἐστὶν es
καὶ y
λῃστής saqueador
En esta escritura, Jesús inicia disertación acerca de cómo él como pastor excelente protege a sus ovejas de personas peligrosas semejantes a lobos. “El hombre que no entra al corral de las ovejas por la puerta, sino que entra por otro lado...”: “ése es ladrón y salteador” (Reina-Valera Revisada) “ése ladrón es y salteador” (Bover-Cantera) “ése es ladrón y salteador” (La Biblia De Las Américas, LBLA) “ése es ladrón y salteador” (Nácar-Colunga) “es ladrón y bandido” (Biblia de América) “es ladrón y salteador” (Biblia Peshitta en Español) “he is a thief and a robber” (NASB – The Lockman Foundation) “es ladrón y salteador” (La Biblia de las Américas – The Lockman Foundation) “that one is a thief and a plunderer” (New World Translation) “és un lladre i un bandoler” (TRADUCCIÓ DEL NOU MÓN [TNM], catalán) “é um ladrão e um saqueador” (Tradução do Novo Mundo, portugués - Portugal) “é ladrão e saqueador” (Tradução do Novo Mundo, portugués) “ése es ladrón y saqueador” (Traducción del Nuevo Mundo - español) “el tal es un ladrón y un salteador” (Serafín de Ausejo, 1969) “es un ladrón y salteador” (Sagrada Biblia del Pueblo Católico) “es un ladrón y un bandido” (Nueva Versión Internacional) “es un ladrón y asaltante” (La Biblia De Nuestro Pueblo, L. A. Schökel) “es un ladrón y un bandido ” (Nueva Biblia al Día) “es un ladrón y asaltante” (La Palabra de Dios para Todos) “ese es un ladrón y un salteador” (Biblia de Jerusalén) “es un ladrón, es un bandido” (Agustín Magaña Méndez, 1981) “es un ladrón, y un bandido!” (Nueva Traducción Viviente)
“es un ladrón y un bandido” (Pedro Franquesa y José M.a Solé, 1968) “ése es un ladrón y un salteador” (Biblia de Navarra) “es un ladrón y un salteador” (R. Ricciardi y B. Hurault, 1972) “ése es un ladrón y un bandido” (Sagrada Biblia, Cantera-Iglesias) De nuevo, a diferencia del inglés donde es necesario usar el artículo indefinido (un) con esta sintaxis, en español no lo es. El traductor puede utilizarlo si desea acentuar la propiedad indefinida del predicado. Observe además que las traducciones que no usaron el artículo indefinido (un), no usaron mayúscula inicial para evitar la insinuación de un particular ladrón y saqueador como único peligro a las ovejas. La advertencia hace referencia a cualquiera que tenga intención de robar, saquear y causar daño a las personas semejantes a ovejas. En todo caso, en el constructo, se hace hincapié a una cualidad en contraste con la definición. 6to Ejemplo (1 Reyes 18:27, Septuaginta, LXX. El hebreo lee de derecha a izquierda): Griego:
ὅτι porque
θεός dios
ἐστιν es (él)
Hebreo:
הווא ה él
הים אלל ה כי ־ א הו כ dios pues <
Leemos en este relato de Elías haciendo un desafío a la gente a que tomaran una posición – de seguir a quien fuera el Dios verdadero, haciendo mofa de Baal, un dios falso, inútil. “porque ese dios” (Versión Scío de San Miguel, traducido del latín, 1793) “pues él es dios!” (La Biblia Peshitta en Español, trad. del arameo) “porque él es un dios [a god]” (Traducido del arameo por G. M. Lamsa) “pues dios él” (Antiguo Testamento Interlineal Hebreo-Español, 1992 por CLIE) “Porque él es un dios [a god]” (Septuaginta, LXX, Lancelot C. L. Brenton) “porque él es un dios [a god]” (Septuaginta, LXX, Charles Thomson) “porque dios es” (LXX, La Sagrada Biblia, G. Jünemann B., 1992) “porque él es un dios” (The Apostles' Bible: A Modern English Translation of the Greek Septuagint, by Paul W. Esposito, 2004) “Porque él es un dios” (A New English Translation of the Septuagint, 2007) “porque él es un dios” (The Orthodox Study Bible, St. Athanasius Academy Septuagint, 2008.) “porque él es un dios” (Orthodox England, Michael Asser, 2001-2010, – basado en el texto griego (LXX) de la versión publicada por la Iglesia Ortodoxa Griega, Apostoliki Diakonia) El autor de Primero de Reyes tenía la opción de utilizar el artículo definido (el) para
identificar a Baal con el Dios verdadero, y no lo hizo. Claro está, el contexto indica que Baal no es el Dios verdadero. De nuevo, observe la pequeña “d” en “dios” en las traducciones. En hebreo, esta escritura lee así, ki-'elohim hu (Literalmente: porque dios [es] él), igualmente traducido en nuestra lengua. Por consiguiente, cómo vierten las antiguas versiones de varias lenguas la expresión hebrea y griega de 1 Reyes 18:27 son indicadores válidos de cómo debe traducirse Juan 1:1 al inglés y español. Si ha seguido cuidadosamente la discusión hasta este punto, habrá observado que la traducción indefinida (usando “un”) de predicados nominales sin artículo como encontramos en Juan 1:1 es una opción válida que merece nuestra atención. ¿Por qué es importante mencionar esto? Porque los trinitarios trabajan duro para desentrañar la probabilidad de la noción indefinida en la discusión de Juan 1:1. En el pasado decían que una construcción gramatical como la de Juan 1:1 se traduciría acentuando la identidad individual (definido), y más recientemente, cualitativamente, generalmente rehuyendo el probable matiz indefinido de estos sustantivos. Por ejemplo, la Grammática Griega: Sintaxis del NT declara: “θεὸς [theós, en Juan 1:1] no es indefinido. No es probable que Juan quisiera decir: ‘El Verbo era un dios’. Según todos los estudios de sintaxis del griego, el predicado nominal sin artículo y antes del verbo copulativo muy raramente sería indefinido. Es lo menos probable”. (Wallace y Steffen, 2011, p. 181) Los autores entonces concluyen: “Es más probable que θεὸς sea cualitativo”. (Ibid, 182) Estos autores, siguiendo los pasos del estudioso Philip B. Harner han hecho un gran avance al afirmar que ‘theós en Juan 1:1c debe ser cualitativo’, en contraste, con la posición miope que impulsaba E. C. Colwell con su teoría de definido que se hizo tan popular entre los trinitarios. Sin embargo, en las muestras aquí expuestas, vemos un patrón en el que los traductores usan libremente uno de los dos significados (indefinidos o cualitativos) en sus traducciones, alternando a veces entre los dos. Los ejemplos bíblicos presentados aquí (si se analizan cuidadosamente) con sus diversas traducciones en varios idiomas, dicen más sobre el tema que las conclusiones teológicas efímeras de un estudio sesgado de gramática. Recuerde que Daniel Wallace mismo ha dicho que “a veces es difícil distinguir los sustantivos indefinidos de los cualitativos, así como en otras ocasiones es difícil distinguir los sustantivos cualitativos de los definidos”. (Wallace 1996, pág. 266, nota al pie.) Por eso mismo los autores de la Gramática Griega citados en el párrafo anterior, calificaron sus declaraciones repitiendo la palabra “probable”. 7mo Ejemplo (Marcos 6:49):
Griego:
ἔδοξαν pensaron
ὅτι que
φάντασμά fantasma
ἐστιν es
Estas palabras fueron el grito de los seguidores de Jesús en tiempo tempestuoso cuando vieron un “fantasma” (o, “aparición”, es decir, a Jesús) caminando sobre el agua. Poco después, Jesús los tranquilizó, subió a la barca con ellos, y el viento se calmó. “pensaron que era “pensaron que era “pensaron que era “pensaron que era “pensaron que era “pensaron que era “pensaron que era
fantasma” (La Biblia del Jubileo 2000) fantasma” (Reina-Valera Antigua, 1569, 1602) fantasma” (Versión Reina-Valera, 1909) un fantasma” (Reina-Valera, 1960, 1977,1995, 2000) un fantasma” (Versión Reina-Valera Actualizada) un fantasma” (Reina-Valera Gómez 2010) un fantasma” (Reina Valera Contemporánea, 2009-11)
“creyeron que era un fantasma” (N.T., Pablo Besson) “pensaron que era un aparecido” (Versión Moderna) “creyeron que era un fantasma” (Biblia de Jerusalén) “pensaron que era un fantasma” (L. Alonso Schökel y Juan Mateos) “pensando que se trataba de un fantasma” (R.P. Felipe de Fuenterrabía) “creyendo que era un fantasma” (Biblia Peshitta, traducido del arameo) “pensaron que era un fantasma” (Biblia de las Américas) “creyendo que era un fantasma” (Dr. Evaristo Martín Nieto, 1972) “creyeron que era un fantasma” (Nueva Versión Internacional) “le tomaron por un fantasma” (P. Franquesa y J. M. Solé) “pensaron que era algún fantasma” (Serafín de Ausejo, 1969) “creyeron que era un fantasma” (Bover-Cantera) “pensaron que era un fantasma” (Nueva Traducción Viviente) Ninguna de estas versiones hacen del complemento predicativo sin artículo “fantasma”, antepuesto al verbo, definido, sino más bien indeterminado, como algún (un) fantasma. La mayoría utiliza el artículo indefinido (un) para marcar esa carácteristica. Unas pocas usan “fantasma” sin artículo, expresando la suerte de aparición que vieron. Con todo, versiones recientes de la Reina-Valera optaron por actualizar su traducción de 1909 que leía “fantasma” a una lectura más explícita, y a tono con el español contemporáneo: “un fantasma”. Observe que ninguna de estas versiones bíblicas utilizaron letra mayúscula inicial. Puesto que la gramática de esta cláusula es parecida a la de Juan 1:1c, cabe preguntar: ¿Por qué no hicieron lo mismo en Juan 1:1? Veamos otro ejemplo que ha recibido considerable publicidad. 8vo Ejemplo (La Anábasis (Expedición) de Jenofonte, 1:4:6): Griego:
εμπóριον mercado
δ’ y
ην era
το el
χωρíον lugar
“ y el lugar era un mercado “ (Traducción de Dana & Mantey) Comenta la obra Gramática Griega del Nuevo Testamento de Dana y Mantey bajo el encabezamiento, Con el Sujeto en una Oración Copulativa, lo siguiente: “El artículo algunas veces distingue el sujeto del predicado en una oración copulativa. En la Anabasis de Jenofonte, 1:4:6, εμπóριον δ’ ην το χωρíον, y el lugar era un mercado, tenemos un caso paralelo de lo que tenemos en Juan 1:1, καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος [kai theós en ho lógos], y la palabra era deidad. Tampoco era el lugar el único mercado, ni era la palabra la totalidad de Dios, como así significaría si el artículo fuera también usado con θεός [theós]. Tal como está, las otras personas de la Trinidad pueden ser implicadas en θεός”. (Dana y Mantey 1984, pág. 143. Cursivas de los autores, énfasis mío.) Estoy de acuerdo con esta Gramática con excepción de la última declaración sobrada de “otras personas de la Trinidad pueden ser implicadas en θεός”. Este es un caso claro donde los autores están leyendo más allá de lo que el texto de Juan sostiene. El capítulo uno de Juan no habla de tres personas divinas. De hecho, el entero Evangelio de Juan no contiene mención ni la idea de tres personas en uno solo Dios. Este lenguage es completamente extranjero al Nuevo Testamento. Hay que mencionar que de seguir el paralelo a Juan 1:1 que estos gramáticos presentaron, a saber, y el lugar era un mercado, entonces correspondientemente, pudieran haber traducido Juan 1:1: “el Verbo era un dios”. Estoy al tanto que el doctor Julius R. Mantey ha declarado públicamente su disgusto por la traducción: “la Palabra era un dios.” No obstante, el ejemplo que ellos publicaron parece contradecirles. Compare la lectura literal del griego de Jenofonte con la declaración literal de Juan 1:1, y la traducción sugerida de Dana y Mantey (“y el lugar era un mercado”), que según ellos es “caso paralelo” a Juan 1:1c: ‘y el lugar era mercado’ (Lectura literal en orden natural del español, Anábasis, ‘y la palabra era dios’ (Lectura literal en orden natural del español, Juan 1:1) [1:4:6) “y el lugar era un mercado” (Traducción sugerida por Dana y Mantey) “y la Palabra era un dios” (Traducción polémica criticada por Mantey) La traducción propuesta por los eruditos Dana y Mantey para el griego de Jenofonte, es una confirmación involuntaria de la interpretación “la Palabra era un dios,” aunque, como Trinitarios, la rechazan. También observe que la traducción de Juan 1:1 que estos eruditos finalmente impulsaron, a saber, y la palabra era deidad, no es equivalente a decir que “la Palabra era el Dios”, ya que ellos mismos dijeron: “Ni era la palabra la totalidad de Dios, como así significaría si el artículo fuera también usado con θεός”.
Además, el uso de “pueden” como modificador en la declaración sugiere una especulación teológica, no un hecho. La realidad es que Jesucristo mismo habló de su Padre como “el único Dios verdadero”. (Juan 17:3) Se describe repetidamente a Jesucristo “Hijo de Dios”. (Lucas 1:35) Este enfoque en Cristo Jesús por los autores cristianos por todo el Nuevo Testamento llevó al trinitario William Barclay a exclamar: “Decir que el Verbo era Dios es demasiado; decir que el Verbo era Divino es muy poco”. (“Great Themes of the New Testament: II John 1.1-14,” Expository Times 70, 1958-59: 114.) Un asunto que generó bastante publicidad fue la publicación de una carta que el doctor Mantey escribió a los publicadores de la Traducción del Nuevo Mundo (Sociedad Watchtower), pidiéndoles que no citaran más su publicación, porque alegadamente ellos hacían cita tergiversada de su Gramática. Desde entonces no falta quienes fustiguen y acusen a esta Sociedad Bíblica WT de deshonestidad escolástica. Después de analizar ambas partes de esta contienda, intuyo que estas alegaciones tienen poco mérito. Es en suma, una objeción motivada por la teología de los autores. La materia presentada aquí parece indicar que la TNM no fue del todo injusta al hacer cita de esta Gramática, aunque pudo haber sido más explícita de haber utilizado la argumentación de que esta publicación sin intención confirmaba la lectura de la TNM (no que aprobara, como dio a entender a modo de silencio), al traducir la declaración griega de Jenofonte así, “el lugar era un mercado”, como “caso paralelo” a Juan 1:1. No pase por alto que esta misma Gramática escribió: “Cuando identidad es prominente, hallamos el artículo; y cuando se enfatiza cualidad o carácter, la construcción no tiene el artículo”. (Dana y Mantey 1984, Pág. 133) Y: “El uso de θεός con el artículo y sin artículo es altamente instructivo. Un estudio de los usos del término tal como se dan en la Concordancia de Moulton y Geden, lo convence a uno de que sin el artículo θεός significa esencia divina, mientras que con el artículo se tiene en vista principalmente personalidad divina”. También: “La construcción con el artículo recalca identidad; la construcción sin el artículo da énfasis al carácter”. (Ibid, pág. 135. Cursivas de ellos) Sorprendentemente, el doctor Mantey incluyó esta declaración en su carta de rechazo a la Sociedad Wathtower a la que hice referencia antes: “El profesor Harner, Vol 92:1 en JBL, ha ido más allá de la investigación de Colwell y ha descubierto que los sustantivos de predicado sin artículo precediendo al verbo funcionan principalmente para expresar la naturaleza o el carácter del sujeto.” (11 de julio de 1974) En lugar de abogar por una trinidad, esta declaración de Mantey citando al profesor Harner apoya extrañamente algunos de los argumentos publicados en las ediciones de 1950 y 1984 de la TNM. Cierto, los autores Evángelicos de esta Gramática, explican el carácter de Cristo en términos trinitarios, pero es innegable que algunas de sus declaraciones en su argumentación parecen favorecer también a los que traducen Juan 1:1 acentuando, no
la identidad de Cristo con Dios, sino más bien una cualidad o característica del Logos. 9no Ejemplo (El Martirio de Policarpo, 12:1): En El Martirio de Policarpo, 12:1 (Ireneo nos dice que Policarpo era discípulo de Juan y el obispo de Esmirna), tenemos el procónsul proclamando este heraldo: Griego:
Πολύκαρπος ὡμολόγησεν Policarpo ha confesado
ἑαυτὸν Χριστιανὸν él mismo cristiano
εἶναι ser
“Policarpo mismo ha confesado ser un cristiano.”* (Traducción: Charles H. Hoole, 1885) ”Policarpo mismo ha confesado ser un cristiano.”* (Traducido por J. B. Lightfoot) ”Policarpo ha confesado que él es un cristiano.”* (Traducido por Kirsopp Lake) ”Policarpo ha confesado que él es un cristiano.”* (Traducido por Michael W. Holmes) ”Policarpo ha confesado que él es un cristiano.”* (Traducido por Roberts-Donaldson) ( * Las lecturas de arriba son traducciones del inglés, que a la vez son traducciones del griego por los autores mencionados. Vea este mismo artículo en inglés para los detalles. Para otros ejemplos: http://www.scribd.com/doc/50330864/John-1-1-List-of-Alternate-Readings
Como puede ver, varios traductores insertan libremente el artículo indefinido (un, en español) en sus representaciones al inglés. El idioma español también admite el artículo indefinido así como una traducción sin artículo indefinido: “Policarpo ha confesado ser cristiano.” El significado es casi igual, pues cristiano aquí es atributivo, como es el caso también con “dios = divino” en Juan 1:1. Más y más estudiosos hoy admiten la fuerza adjetival que manifiestan los sustantivos sin artículo antepuestos al verbo, como en Juan 1:1, en contraste con la posición popular anterior que promovía la determinación de los mismos. Eso es un avance. Lamentablemente, la comunidad académica todavía se resiste admitir, aparte del factor cualitativo, que existen múltiples casos donde es prominente la fuerza indefinida de complementos predicativos sin artículo antes del verbo. En Juan 1:1, muchos tradicionalistas no están dispuestos a producir una traducción con artículo indeterminado que muestre el hecho de que la segunda instancia de theós en este versículo carece del artículo griego. El doctor Richard B. Ramsay es uno que tiene aversión religiosa a la idea de utilizarlo en el texto. No obstante, en Griego y Exégesis (©2006, Editorial CLIE, Barcelona, pág. 107), deja claro lo siguiente: “En el griego no existe el artículo indefinido (’un’, ‘una’); cuando se quiere expresar lo indefinido, simplemente se usa el sustantivo sin artículo... ὁ ἄνθρωπος [ho ánthropos] el hombre (con artículo, definido) ἄνθρωπος [ánthropos] un hombre (sin artículo indefinido)”.
Ahora bien, ¿no es eso precisamente lo que se hace en Juan 1:1? De hecho, ese mismo entendimiento es lo que ha llevado a algunos traductores a verter Juan 1:1, “y la Palabra era un dios”. Se sobreentiende, entonces, que no es la gramática griega lo que establece la lectura tradicional de Dios en el texto. Es la creencia religiosa del traductor lo que determina la selección final. Las pautas gramaticales presentadas en este documento que demuestran una interpretación ‘indefinida-cualitativa’ son rechazadas para justificar su teología. Pero, ¿no habrá otra confirmación para esta conclusión? Una Gramática hizo esta observación significativa: “El artículo se usa con frecuencia para distinguir a un individuo de otro”. (Wallace y Steffen 2011, pág. 147) Esto se hace evidente en Juan 1:1, en donde la palabra griega para “dios” aparece dos veces, una con artículo y la otra sin artículo. Además de esto, el versículo dos del prólogo de Juan es particularmente clave para el entendimiento apropiado sobre la enunciada declaración del primer versículo. De hecho, la expresión del versículo dos (Este era en el principio con Dios) sería tautología sin sentido si Juan quisiera decir que el Logos era idéntico a Dios, como sugieren varias versiones en el versículo uno. Algunos eruditos advierten sobre este peligro al declarar que la lectura tradicional que iguala al Verbo con Dios, equivaldría a “Sabelianismo” o “Modalismo”. La verdad del asunto es que el Texto Griego no dice que Cristo es idéntico a Dios. Lo que comunica el griego es que “el Verbo estaba con el Dios [todopoderoso], y el Verbo [mismo], como imagen de Dios, era de preponderancia divina (es decir, de ser divino, o un ser divino)”. Por lo tanto, era capaz de representar perfectamente el carácter de Dios. (Hebreos 1:3) Obviamente, Juan escribió las palabras que aparecen en el versículo dos para aclarar cualquier malentendido que potencialmente pudiera surgir de su audaz declaración en el versículo uno. Marinus de Jonge comenta: “El autor de este Prólogo claramente quiere identificar ‘la Palabra’ y Dios lo más cerca posible sin infringir en la creencia del Dios único”. (Christology in Context: The Earliest Christian Response to Jesus, Philadelphia: Westminster, 1988, p. 198. Jonge es Profesor Emérito de Nuevo Testamento de la Universidad de Leiden en los Países Bajos.) Entonces, en efecto, Juan estaba diciendo que el Logos era como Dios en todo sentido permitido dentro del trasfondo monoteísta judío. De ahí que ‘la Nueva Biblia Inglesa’ haya optado por traducir la frase: ‘Y lo que Dios era, la Palabra era’. (New English Bible, ©1961, 1970, Oxford University Press) La declaración joánica nunca tuvo la intención de implicar que ambos eran el mismo individuo. El Dr. Jason David BeDuhn explica el asunto así: “En Juan 1:1, la Palabra no es el único Dios, sino que es un Dios o ser divino. Sé que suena extraño e incluso parece imposible que provenga de la pluma de un escritor cristiano. Pero el hecho es que eso es lo que escribió Juan. Su propósito al hacerlo fue, al menos en parte, evitar la noción de que
Dios el Padre mismo encarnó como Cristo. El que encarnó era de algún modo distinto de ‘Dios’ mientras aún era ‘un dios’ “. (Truth in Translation, © 2003, pp. 122, 123) Podemos apreciar entonces de estos 9 ejemplos, que cuando un complemento predicativo no tiene artículo y antecede al verbo, se acentúa el estado indefinido, o una cualidad o característica del sujeto en función, y ésta se transmite al español de las maneras ilustradas...usando el artículo indefinido (un), o un adjetivo común (“algún,” etc.), y en otros casos, utilizando letra minúscula inicial con los complementos predicativos (fantasma, profeta, homicida, ladrón, salteador, dios, cristiano, rey , etc.). La lectura tradicional en Juan 1:1c, “Y el Verbo [o: la Palabra] era Dios” se encuentra en la versiones Reina-Valera y Nácar-Colunga para mencionar dos, y en otros idiomas, esa lectura aparece en la Versión Autorizada (Rey Jaime) inglesa, la Biblia de Lutero en alemán, en la de Darby y Crampon francesas, la Diodati en italiano, y la de Almeida en portugués, entre tantas que siguen la tradición de la Vulgata latina. Compare por favor las lecturas del latín y del griego con las versiones modernas. Observe en particular las letras en negrita. - Latín (Juan 1:1): In principio erat Verbum et Verbum erat apud Deum et Deus erat Verbum En principio era Verbo y Verbo era junto a Dios y Dios era Verbo - Griego (Juan 1:1): Ἐν en καὶ y
ἀρχῇ principio θεὸς dios
ἦν era ἦν era
ὁ λόγος, καὶ el logos y ὁ el
ὁ λόγος el logos
ἦν era
πρὸς hacia
τὸν el
θεόν, dios,
λόγος logos” (Traducción)
Primero, fíjese que el latín no utiliza artículo definido (el) ante “Dios”, es decir, que no hace diferencia entre las dos ocurrencias de “Dios” en el versículo. En cambio, el griego sí lo hace al utilizar el artículo τὸν (“el”) ante la primera ocurrencia de theós y no con la segunda. Dice un académico: “...Cuando el escritor o el orador desea enfatizar la identidad, el artículo está presente.... Cuando el artículo está ausente, se enfatiza la calidad o la naturaleza del nombre….” (Paul L. Kaufman, ©1982, pág. 154. Cursivas suyas. Ronald N. Haynes Publishers, Inc.) Y: “El uso del artículo griego [el] en todo lugar tiene su razón positiva...”. (A Grammar of the New Testament Greek, pp. 87,88. 1891 por Alexander Buttmann) Como señaló A.T. Robertson: “El artículo nunca carece de significado en griego”. (A Grammar of the Greek New Testament in the Light of Historical
Research, p. 756. ©1934. Broadman Press, Nashville) Por eso, otra gramática en inglés dice lo siguiente: “...La presencia o la ausencia del artículo griego deben ser siempre cuidadosamente indicados en la traducción al inglés [y por ende, al español]”. (New Testament Greek For Beginners, por J. Gresham Machen, D.D., LITT.D., p. 35, #67. ©1923 por Prentice Hall Inc, N.J. ©Renovado en 1951) Ahora, pregúntese, después de analizar estas lecturas del latín y del griego: ¿Cuál de las dos se aproxima más a las lecturas modernas que encontramos en nuestras Biblias? Es obvio que la Vulgata Latina influyó más en las traducciónes modernas. De hecho, la Reina-Valera y otras versiones incorporaron la palabra “Verbo” o “Verbum” de la Vulgata de Juan 1:1. Por consiguiente, los traductores modernos se encuentran traduciendo el espíritu de la antigua Vulgata Latina, más bien que el texto original griego, aunque digan lo contrario. Algunas traducciones menos conocidas son en realidad más cercanas al griego aquí que las versiones populares. Aunque Juan 1:1 ha sido utilizado durante mucho tiempo como texto favorito de los tradicionalistas en apoyo de la deidad de Jesús, le sorprenderá saber que un usuario de la Biblia moderna griega muy probablemente no haga eso. Algunos piensan que las versiones populares Católicas y Protestantes (Evángelicas) tienen que estar en lo correcto, porque así lo cree la mayoría. No es tan simple como eso. La información presentada hasta ahora, y la que sigue, es evidencia que muchos procuran más bien por seguir la tradición que abogar por la verdad. Algunas personas quisieran hacerle creer que sólo unos pocos traductores dementes, sin educación, y con intenciones malévolas se desviarían de la tradición. Eso no es cierto. Los que hacen tales declaraciones son movidos, no por razones filológicas, sino por sentimientos teológicos envueltos de mucha emotividad. De hecho, hay decenas de traductores de fe católica y protestante que rompen con la tradición. https://www.scribd.com/document/358556923/Lista-de-lecturas-suplentes-a-la-tradicional-de-Juan-1-1
Creo que la mayoría de los traductores que ofrecen una versión diferente de Juan 1:1 son sinceros en sus esfuerzos por llegar al fondo del significado griego de la expresión, y en transmitir adecuadamente el sentido del contexto bíblico. De ahí que los traductores no publican tantas lecturas variantes en sus versiones de otras Escrituras como lo hacen con ésta de Juan 1:1. Una revisión cuidadosa de la lista de lecturas suplentes de Juan 1:1 y otros materiales relacionados conduce a esta pregunta: ¿Puede alguien legítimamente excluir la representación de “un dios” para describir lo que el Verbo era como opción válida encontrada en algunas versiones bíblicas? Hemos considerado que la gramática por sí misma no puede condenar el uso de esa traducción, aunque algunos sigan intentándolo. Se presentaron nueve ejemplos que claramente muestran cómo los
traductores vierten complementos predicativos sin artículo que aparecen antes del verbo. Además, hay que señalar, que en estos ejemplos se hace referencia a una persona, o una cosa, mientras que en Juan 1:1 se está hablando de dos entidades. Con más razón los traductores deberían verter dicha estructura gramatical en Juan 1:1 de manera que se haga resaltar la predicación (el significado atributivo), y no la identificación con el Dios Supremo. Una representación indeterminada logra ese objetivo. Cualquier intento de difuminar esta distinción, como intenta hacer la teoría de Colwell, no es sostenible bajo escrutinio bíblico. Dice la obra Gramática Griega: Sintaxis del Nuevo Testamento: “Juan no quería decir que ‘la palabra era el Padre’; sino que ‘la palabra era Dios (divina)’”. (Wallace y Steffen 2011, p. 182. Paréntesis de ellos, subraya mía) Por consiguiente, si la traducción “la palabra era Dios” debe entenderse como “divina”, ¿por qué no traducirlo así? Es menester hacer distinción entre el término theós con y sin artículo en Juan 1:1. De modo sugerente se nos dice dos veces en los primeros dos versículos del Prólogo de Juan que “el Verbo estaba con Dios”. Este concepto, pues, debe ser importante. El conde León Tolstoi, el famoso novelista y filósofo ruso observó: “Si [Juan 1:1] dice que en el principio era la ... Palabra, y que la Palabra era ..., con Dios, es imposible seguir y decir que era Dios. Si fuera Dios, no podría estar en relación con Dios”. (The Four Gospels Harmonized and Translated, p. 30.) Bien dicho. Tal como lo tenemos, la mayoría de las versiones bíblicas dan la impresión que el Verbo y Dios son idénticos. ¡No lo son! ¿Qué hay de las afirmaciones de que el artículo no se requiere en Juan 1:1c? Algunos sostienen que Juan no necesitaba usar el artículo ante la segunda mención de “theós” para entenderse como “Dios”. ¿De veras? ¿Cree usted eso? ¿Por qué entonces utilizó el artículo griego delante del predicado nominal ante el verbo en Juan 6:51: “Y el pan que yo daré, la carne de mí es”? Además, en Juan 15:1 el autor bíblico empleó el artículo 4 veces en esta declaración literal: “Yo soy la vid, la verdadera, y el Padre de mí, el agricultor es.” La cuarta ocurrencia del artículo habría sido abandonada si el autor pretendiera decir que el Padre era “agricultor” (en sentido cualitativo), o “un agricultor” (indefinido). ¿No es así? El hecho de que el artículo aparezca en el texto por cuarta vez es indicativo de la intención del autor. Es una referencia determinada. En la ilustración, el Padre de Jesucristo está siendo señalado como “el agricultor”. Otro ejemplo es el contraste que se hace entre “rey” y “el rey” en Juan 18:37,39. Y en Juan 19:21, el griego hace distinción también como lo manifiesta en español la Reina Valera 1977 (pero no la RVR 1960). Es evidente que los autores bíblicos generalmente empleaban el artículo con intención específica, y cuando lo omitían era igualmente significativo.
¿Invalidan los nombres propios la necesidad del artículo?: Dado que el término “Dios” a menudo se trata como “nombre propio”, algunos articulan que el Apóstol no tenía que repetir el artículo para transmitir el hecho de que el Logos era Dios. ¡No tanto! El contexto muestra que el Autor estaba hablando de dos individuos, no uno, como lo confirma el versículo dos. El autor joánico usó el artículo con la primera mención de “Dios” en Juan 1:1, que los tradicionalistas dicen que es un nombre propio. ¿Por qué hacerlo si un nombre propio lo hace innecesario, como se afirma? Los académicos reconocen lo siguiente: Goodwin: “Los nombres propios pueden tomar el artículo...” (A Greek Grammar, por William. W. Goodwin, p. 206, #943. Boston, 1897. © BiblioBazaar, LLC) Moulton: “El uso de diferentes escritores [respecto a la aplicación del artículo con los nombres propios] varía mucho.... Hay muchos casos en los que ocurren irregularidades para las cuales no tenemos explicación.” (Grammar of New Testament Greek, Prolegomena, por James Hope Moulton, p. 83. Impression, 1985, T. & T. Clark) Dana y Mantey: “A decir verdad, es difícil hallar un principio el cual se aplique con uniformidad a este uso del artículo [con nombres propios]. Winer está indudablemente correcto en su opinión de que ‘el uso del artículo con nombres de personas … difícilmente se puede reducir a regla’ (W. 112). Moulton concuerda al decir que ‘la erudición no ha resuelto todavía completamente el problema de artículo con nombres propios ’ (M. 83). Hasta aquí nos vemos compelidos a ceder a la conclusión de Robertson, de que ‘ningún principio satisfactorio se puede poner para el uso o no uso del artículo con nombres propios’ (R. 761). Esto no es suponer que el escritor no tenía razón para usar el artículo con un nombre propio, o para no usarlo, sino que frecuentemente nosotros no somos capaces de descrubrir su razón”. (Dana y Mantey 1984, pág. 138) En resumen, no existe una regla que se pueda aplicar consistentemente con respecto a los nombres propios, y mucho menos utilizar dicha construcción como base para sostener afirmaciones teológicas tendenciales. ¿Por qué no simplemente adoptar el punto de vista de la mayoría en Juan 1:1? En primer lugar, sería peligroso asumir la posición de la mayoría, si ésta está en error. Un punto de vista mayoritario sostenido por “estudiosos” de por sí no hace un asunto verdadero. ¿Por qué? Porque los eruditos no son infalibles, ni inmune a tradición humana. ¿Lo fueron en los días de Jesucristo? ¡Claro que no! Los eruditos de hoy pueden estar sumidos en error tal como estuvieron los educados del tiempo de Jesús, como bien lo ilustra el capítulo 23 de Mateo. (Mateo 15:9) Tenemos la advertencia
bíblica de “que el mundo entero está bajo el poder del maligno”. (1 Juan 5:19, Biblia de América) Por eso, todos tenemos que montar guardia ante influencia mundanal en todo momento y cuidarnos de llegar a ser “ciegos de entendimiento” por “el dios de este mundo”. (2 Corintios 4:4, Versión Popular) Repito: La mayoría no siempre representa la verdad. ¿Qué dice la Biblia acerca de Jesucristo? En esencia, que Jesús es “Hijo de Dios”, no “Dios Hijo”. (Lucas 1:35) Hay una gran diferencia entre esas dos expresiones. Hay más de doscientas referencias (200x) en el Nuevo Testamento que declaran explícitamente que Jesucristo es el “Hijo de Dios”, o que “Dios es el Padre de Jesucristo”. (Para una lista de las referencias, vea: The Preachers Outline and Sermon Bible, “John”, pág. 27) Esto en sí es muy significativo. Sin embargo, la Cristiandad procura apoyarse en un puñado de textos discutibles donde se afirma que Jesús es Dios. Ninguno de los textos controversiales son explícitos en declarar la igualdad de Jesús con Dios. En el panorama bíblico, el lugar de Jesús siempre se asocia con filiación = es decir, condición de “hijo”, no de equivalencia con Dios. Además, la palabra “hijo” nunca se utiliza para describir a Dios, o “espíritu santo”. Eso dice mucho. Los autores bíblicos siempre marcaron la orientación de Jesús como una de subordinación al Padre, en lugar de Cristo como el centro del universo. Jesucristo recalcó, “El Padre es más grande que yo”. (Juan 14:28, NVI) Afirmó además: “No busco hacer mi propia voluntad, sino cumplir la voluntad del que me envió”. (Juan 5:30, NVI; Lucas 22:42; Compare con Juan 8:16,29) Sobre todo, Jesucristo mismo pidió a otros que adoraran a su Padre. (Juan 4:23) Además declaró: “Yo vivo gracias al Padre viviente que me envió; de igual manera, todo el que se alimente de mí vivirá gracias a mí”. (Juan 6:57, NTV) El Magnífico Creador no tiene necesidad de alimentarse o vivir de otro. Es Dios Omnipotente. Pero Dios sí le dio la vida, el poder y la autoridad a su Hijo Jesucristo, ofreciéndolo como el “pan de Dios” para que otros pudieran alimentarse de él y vivir. (Juan 5:26; Mateo 28:18; Juan 6:33) Jesucristo se refirió a su Padre como “mi Dios” y como ‘el Dios de todos los demás’. (Juan 20:17) Según Jesús mismo, este “Dios único” le revelaba información a Cristo. (Juan 5:44; Marcos 13:32; Apocalipsis 1:1) Si Jesucristo fuera onmisciente, como lo es Dios, no necesitaría que otro le diera información secreta. La Biblia dice que Cristo es “la imagen del Dios invisible [no Dios invisible], el primogénito de toda creación”. (Colosenses 1:15) Otra descripción de Cristo lo sitúa como “mediador entre Dios y los hombres”. (1 Timoteo 2:5) Uno que desempeña el rol de “mediador” no puede en el nombre de la justicia ser una de las dos partes que pretende representar. Estas declaraciones no tendrían sentido si Jesucristo fuera el Dios Supremo. La Biblia llama a Jesucristo, “el Verbo de Dios”, no “Dios”. (Apocalipsis 19:13) Esto implica que Jesucristo, como Logos o Vocero de Dios, puede mediar entre Dios y la humanidad.
Incluso después de la ascensión de Jesús al cielo, se le representa como el segundo-en mando después de Dios. “El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra. Después de habernos limpiado de nuestros pecados, se sentó en el lugar de honor, a la derecha del majestuoso Dios en el cielo”. (Hebreos 1:3, NTV) “Dios, en efecto, tuvo a bien hacer habitar en Cristo la plenitud”. (Colosenses 1:19, BLP) “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”. (Efesios 1:3) Al final, Jesucristo mismo se sujetará a su Padre: “Pero luego que todas las cosas le estén sujetas [al Hijo], entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos”. (1 Corintios 15:28) Cuando Jesucristo fue enviado ‘para hacer la voluntad de Su Padre’, recibió ‘toda potestad’ de parte de Dios, y después de haber cumplido su divina misión, “Dios lo exaltó sobremanera y le otorgó el más excelso de los nombres”. (Juan 6:38; Filipenses 2:9, BLP). ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! (1 Pedro 1:3, NVI) ¿Permite la Biblia un sentido secundario para las palabras "dios" y "salvador"? En las Escrituras, “dios” y “salvador” tienen varios matices o significados, no uno. Algunos afirman que la idea de Jesús como un dios entre tantos en el cielo, es incompatible con el concepto monoteísta judío, la creencia en un solo Dios, y que más bien implicaría politeísmo. Todo depende cómo se defina el término “dios,” y también “salvador”. Sin embargo, la idea misma de que Dios esté compuesto de tres personas corre en contra del monoteísmo judío. La enseñanza del Shema consistía, como se ha indicado, en que “Jehová uno es”. (Deuteronomio 6:4) Esa enseñanza en ningún lugar dice que “Jehová son tres”, pero sí expresa que “Jehová es uno”. Es ilógico pensar que Jehová es “uno” y a la misma vez tres personas en uno. ¿Que propósito serviría el “Shema,” al enfatizar que Jehová es “uno”, y luego confundir el asunto al declarar que esto debe significar que el Divino son “tres en uno”? Con frecuencia, se explica que la enseñanza de la Trinidad es un misterio. El problema es que en ningún lugar de las Escrituras se menciona tal idea, ni se da instrucción para creer en algo semejante. El hecho de que muchas personas estén expuestas al dogma trinitario por largo tiempo puede explicar las insinuaciones trinitarias que ven en la Biblia. No obstante, tales personas tienen que preguntarse honradamente si lo que creen es “realidad”, o más bien un “capricho” personal. Hay ciertas Escrituras que los defensores de la Trinidad citan con frecuencia en respaldo a su creencia. Son Escrituras como las de Isaías 44:6 y Oseas 13:4 que presentan a Jehová diciendo: “Yo soy el primero y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios”. “No conocerás, pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador [Heb. u˙moshia’] sino a mí”. Estas
palabras son tomadas estrictamente de la narración para significar que no puede haber “dios” o “salvador” salvo el Dios todopoderoso en otros contextos. Por implicación, representan a Dios como un Dios impotente incapaz de designar a otros para que lo representen como tal. En el contexto en que se pronunciaron esas palabras, el pueblo de Dios, Israel, tenía inclinación a la idolatría y de ir en pos de “dioses” falsos extranjeros. De ahí, la advertencia del Dios verdadero en Isaías y Oseas. Debido a ello, personas cultivadas en el dogma de la Trinidad limitan el significado del término “Dios” a estas declaraciones en Isaías y Oseas, y llegan a la conclusión de que cualquier otro que no sea el Todopoderoso, debe ser dios falso. Los trinitarios razonan que si se aplica el apelativo de “Dios” a Jesucristo, entonces, razonablemente, Jesús no pudiera ser otro que Jehová mismo. Hay una objeción simple a ese razonamiento. Tiene que ver con el hecho de que el vocablo dios en otros relatos bíblicos tiene connotaciones adicionales, pues se puede aplicar bíblicamente a otros. El término se asocia con alguien que ejerce poder y autoridad. Dice la obra International Standard Bible Encyclopedia: “Este vocablo ['elohím] puede, de hecho, usarse para otros dioses (Gé 31:30) y aún para hombres (cf. Ex. 4:16; 7:1; cf BDB, p.43).... La derivación [de 'elohím] es incierta, pero el significado implícito parece ser de uno de poder y autoridad”. (II, pág. 497. Cursivas mías) El Expository Dictionary of Bible Words (Diccionario Expositivo de Palabras Bíblicas), dice lo siguiente bajo la palabra hebrea para Dios, 'el: “El vocablo mismo se deriva de una palabra raíz que significa ‘poder’, o ‘fuerza’”. (Stephen D. Renn, pág. 439) Esto puede explicar por qué en lugar de encontrar la lectura tradicional Dios en Juan 1:1, varias versiones bíblicas describen al Logos como “un ser divino poderoso”, o algo parecido. Al considerar todo el contexto bíblico, es evidente que las palabras pronunciadas por Dios en Isaías y Oseas son muy ciertas en un sentido específico, a saber, que sólo hay un Dios Supremo y un Salvador Principal. Esta verdad, sin embargo, no descarta el nombramiento de salvadores por Dios en su representación, o la existencia de seres divinos bajo Dios como lo demuestra el registro bíblico. (Job 38:7; Salmos 29:1; 89:6) ¿Es posible en el monoteísmo judío y cristiano hablar de seres divinos (o, “dioses”) que coexisten junto a, y bajo Dios? El erudito John Macquarrie afirma en Jesus Christ in Modern Thought, que la cultura monoteísta judía nunca toleraría la idea del Logos perteneciendo a una clase de seres divinos. (SCM Press, 2003. Pág. 110.) Correspondientemente, el Dr. William Loader, percibió un conflicto entre la traducción “un dios” en Juan 1:1 de algunas versiones, y el monoteísmo judío. Sin embargo, concluye: “Es cierto, en la lectura más natural del texto, que hay dos seres aquí: Dios y un segundo que era theós, pero este segundo está relacionado con Dios de una manera que muestra que Dios es el absoluto en contra de lo que define el segundo. No se presentan como dos dioses iguales”. (The Christology of
the Fourth Gospel: Structures and Issues, 2da ed. New York: Peter Lang, 1992, pág. 155) Es interesante notar que el insigne teólogo cristiano y profesor de gramática griega, Orígenes de Alejandría, (185-254 EC), se refirió, además, a Jesucristo como “segundo dios”. (Against Celsus 5:39) Otro estudioso, Ernst Haenchen, lo percibe así: “De hecho, para el autor del himno, en cuanto al Evangelista, sólo el Padre era ‘Dios’ (ó θεός; cf 17:3); ‘el Hijo’ era subordinado a él (cf. 14:28). […] Era perfectamente posible en el monoteísmo judío y cristiano hablar de seres divinos que coexistían junto a, y bajo Dios, pero no eran idénticos con él”. (Haenchen/Funk 1984, pp. 108-111) Y otra obra de consulta añade: “Por otro lado, era un asunto de conocimiento general y uno que la propia Biblia comparte y no intenta ocultar, que el reconocimiento y la adoración a menudo se han extendido a otros aparte del Dios judeo-cristiano, y el término ‘dios’ o ‘dioses’ se utiliza para ellos también, así como las correspondientes palabras en griego y hebreo. Es la costumbre de utilizar una mayúscula D para el Dios de la tradición judeo-cristiana y una minúscula para los demás”. (Dictionary of the Bible, pág. 333. Redactor: James Hastings. Edición revisada por Frederick C. Grant & H. H. Rowley. ©1963 T&T Clark y Charles Scribner's Sons, New York) En vista de lo anterior, veamos brevemente cómo la Biblia emplea las palabras para Dios en la Escritura: En Éxodo 7:1 leemos que Dios hizo al hombre Moisés, dios ante Faraón: “Mira yo te he constituido dios para Faraón (RVR 1977: Dios)”. (Hebreo: le'lohím, de Dios; LXX: ton theón, “el Dios”. Si utilizamos el típico razonamiento trinitario que se aplica a Jesucristo en otros lugares, esto llevaría a creer que el humano Moisés era parte intrínseca de la Gran Divinidad. Pero ese no es el caso, ¿verdad? Por eso, otras versiones adaptan la interpretación a la situación. Presentan a Dios diciendo: “Te hago como Dios para Faraón” (LBLA); “voy a permitir que actúes en mi lugar ante el faraón” (DHH); “te he hecho como un dios” (BLP) “tú serás mi representante” (TLA), etc. Y en Éxodo 4:16, Dios, haciendo referencia a Aarón, le dice a Moisés: “Él hablará por ti al pueblo; él será tu boca, y tú serás su dios.” (Biblia de Jerusalén; cf., Biblia de Navarra; RVR: “en lugar de Dios”; Hebreo: le'lohím, de [por] Dios; LXX: theón, “Dios”; Vulgata: Déum.) Esta declaración divina indica sencillamente que Moisés fue utilizado como emisario de Dios en representación de su voluntad. Seguramente Moisés no era Dios celestial. Así también, en el Salmo 45:6, cuando un hombre (tal vez Salomón) vino a ser “rey de Israel”, fue dirigido literalmente, en términos divinos: “Tu trono Dios por los siglos de los siglos”. Esto no lo hizo el Dios Verdadero. Tampoco era un Dios falso, como articulan los razonamientos trinitarios. Una explicación lógica para el Salmo 45:6 sería que el trono de Salomón era “divino” en el sentido de que representaba a Dios en una posición de autoridad sobre los demás. Así lo entienden varias versiones bíblicas: Biblia Traducción Interconfesional: “Tu trono, como el de Dios, es eterno”. La Biblia (L. Alonso
Schökel y Juan Mateos): “Tu trono como el de un dios, permanece para siempre”. La RVR 1977: “Tu trono es el trono de Dios”. TNM: “Dios es tu trono hasta tiempo indefinido, aun para siempre”. En las Escrituras encontramos que a Jesús se le describe como “Dios Poderoso” en Isaías 9:6, y como “Hijo de Dios” en otros lugares. (Juan 1:34) ¿Y que hay de los ángeles? A ellos también se les llama “hijos de Dios”. (Job 1:6) Los ángeles son seres divinos que están en la proximidad de Dios. Son poderosos espíritus divinos que reflejan la gloria de Dios y su divinidad. Los hijos de Dios son “dioses” ellos mismos. Así como hay una familia de seres humanos que comparten humanidad, sin ser la misma persona, así también hay una familia de seres celestiales, sí, “seres divinos”, o “dioses” que comparten “divinidad”. El Salmo 82:1 nos dice que “Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga”. (Hebreo: “'elohím”; Peshitta siríaca: “ángeles”; Tanakh: “seres divinos”; Targumes: “jueces”) Prescindiendo de cual sea la aplicación de este primer versículo, sea a seres divinos o jueces humanos, lo cierto es que confirma lo dicho anteriormente: Se puede llamar bíblicamente a otros seres vivientes “dioses” sin enseñar politeísmo. Dice la Biblia de Estudio NVI en una nota de este Salmo, versículo 1: “En el lenguage del viejo AT – y en acorde con el mundo conceptual del antiguo Medio Oriente – [a los] gobernantes y jueces, como diputados del Rey celestial, se les podía dar el título honorífico ‘dios’ [….] o ser llamado ‘hijo de Dios’ [….]”. (NVI) (Compare con las notas del Salmo 82:1 que aparecen en las versiones por Ricciardi y Hurault; Nácar- Colunga; y la de Evaristo Martín Nieto.) Y el Comentario Bíblico de William MacDonald explica sobre el Salmo 82:1, “Se les llama [a los gobernadores y jueces de la tierra] dioses porque son representantes de Dios, ordenados por Él para ser Sus siervos y así mantengan el orden en la sociedad...son agentes de Dios en sentido oficial y por lo tanto dignificados aquí con el nombre de dioses. El sentido fundamental de esta palabra ‘dioses’ es: ‘los fuertes’ o ‘seres poderosos’ ”. (©2004 por Editorial CLIE. Cursivas y letras en negrita de él.) El Diccionario Expositivo de Palabras del Antiguo y Nuevo Testamento Exhaustivo de Vine (Bajo “Dios”), confirma lo anterior: “Esta palabra [theós] se usa de los jueces divinamente designados en Israel, como representantes de la autoridad de Dios (Jn 10.34, citado del Sal 82.6), lo cual indica que el mismo Dios juzga a aquellos a los que Él ha designado”. (©2007 por Grupo Nelson, Nashville) En vista de esto, podemos entender porque la Reina-Valera Contemporánea vierte Éxodo 7:1, donde Dios mismo utiliza la palabra hebrea “'elohím” (“Dios”) de esta manera: “Mira, ante el faraón, tú [Moisés] serás como si fuera yo mismo.” ¿No nos recuerda esta lectura de Éxodo 7:1 de la RVC a las palabras pronunciadas por nuestro Señor Jesucristo
cuando expresó, “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre”? (Juan 14:9) Hasta la gente misma del tiempo bíblico usaba el término “Dios” líbremente cuando se referían a personas poderosas. Hechos 12:22 nos informa que a Herodes al dar un discurso público en ropaje real lo aclamaron a grandes gritos: “¡Voz de Dios y no de hombre!” La versión Dios Habla Hoy lo describe así: “¡Este que habla no es un hombre, sino un dios!” En otra ocasión, la gente de una islita llamaron a Pablo “un dios” cuando vieron que tenía poder sobrenatural. (Hechos 28:6; Compare con Hechos 14:11) Entonces, ¿por qué hay tantos religiosos que actúan como si fuera cosa imposible referirse a otros aparte de Dios como “divino” o “un dios”? Para ellos, todos aparte de Dios, son dioses falsos. Se han metido dentro de un cajón con las Escrituras de Isaías capítulos 43, 44, y 45, discutidas anteriormente, donde no quieren ver cómo se aplica las palabras originales de 'elohím y theós a otros seres vivientes que no sea el Cristo. No entienden que la palabra “dios” tiene en el mundo conceptual de los hebreos un significado más amplio de lo que su mente prejuiciada les permite ver. De hecho, hasta Satanás mismo la Biblia lo llama “el dios de este siglo”, porque el Diablo es “el que manda en este mundo” inicuo, por el poder que ejerce sobre la humanidad. (2 Corintios 4:4; Juan 12:31, DHH; 1 Juan 5:19). ¿Acaso promueve la Biblia politeísmo al usar el término “dios” con respecto a otros, como lo hace al llamar a Satanás “el dios de este siglo”? ¡De ninguna manera! Es patente que en la cultura antigua judía, como bien indicó el académico Haenchen, la gente no tenía inconveniente alguno hablar de dioses bajo el Dios Supremo. Para ellos no era un asunto exclusivo de si eran verdaderos o falsos. En su cultura, el término “dioses” cuando se aplicaba de manera positiva a otros aparte del Dios Supremo indicaba que ellos eran representantes poderosos de Dios, sea que se hablara de Cristo, de ángeles, o de jueces humanos. Cuando se hablaba de seres poderosos celestiales en gloria, el termino “hijos de Dios” era completamente aceptable, pues reafirmaba que pertenecían a la familia celestial de “divinos”. Jesucristo nunca evidenció incomodidad alguna al afirmar repetidamente ser “Hijo de Dios”. (Juan 10:36) ¿Por qué entonces deberíamos sentirnos incómodos cuando alguien reafirme que Cristo es “Hijo de Dios” y no Dios todopoderoso. Acaso, ¿no era eso lo que Jesús enseñaba? El término dios puede, entonces, ser utilizado bíblicamente para describir a los seres humanos que tienen una posición de poder y autoridad cuando son designados por Dios. Cuando el término se utiliza de esta manera, politeísmo no es un problema. No obstante, ¿Que hay del Cristo? ¿Será él “Dios”? Según Juan 10:33-36, Cristo mismo hizo referencia al Salmo 82, aceptando como válido la apelación de “dioses” a otros aparte de Dios, cuando se defendía de la acusación de
que estaba haciéndose “dios (Besson) [o, “un dios”, TNM; “Dios”, RVR]”. Él argumentó: “Si [Dios] llamó dioses a aquellos [jueces humanos] a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?” Jesús tuvo nueva oportunidad de afirmar una vez por todas que era “Dios” en ese momento, y no lo hizo, pues él bien sabía que aun si estuviera en el cielo, todavía seguiría subordinado a su Padre, Dios. (1 Corintios 11:3; Hebreos 3:2; Colosenses 1:3) Los ángeles fueron puestos en sujeción a Cristo después que él mismo fuera exaltado a la diestra de Dios. (1 Pedro 3:22) Aunque se describa igualmente a los ángeles y a Jesucristo como ‘hijos de Dios’, sólo Jesucristo es distintivamente llamado el Hijo “unigénito” de Dios, o el “Dios unigénito”, (Juan 1:18, Nácar-Colunga) Otras traducciones vierten: “el Unigénito divino” (Nuevo Testamento, Senén Vidal), o, el “único nacido Dios”. (Paul R. McReynolds; Compare con la de Steven T. Byington) Además, únicamente a Cristo se le llama “el primogénito de toda creación”. (Colosenses 1:15) ¿No describiría usted así a la primera creación por Dios? De hecho, nunca se describe así a Dios el Padre, ni al “Espíritu Santo”. Jesucristo es divino, pues es “el Hijo de Dios”, no el Dios todopoderoso. ¿Podría haber algún “salvador” aparte de Dios? El Dios Soberano es el Salvador principal, pero él permite que otros actúen en capacidad de “salvadores”, o “libertadores” en ciertas situaciones. (Isaías 45:21, Heb.: u˙moshi'a; Nehemías 9:27, Heb.: moshi'im) Encontramos que el término se aplica a Jesucristo como el agente principal de la salvación. (2 Pedro 2:20; 1 Juan 4:14; Tito 1:4) También se nos dice que ciertos hombres como Otoniel y Aod (Ehúd), fueron usados en capacidad de “salvadores”*. (Jueces 2:16; 3:9,15, Hebreo: moshia', salvador*), que incidentalmente es el mismo vocablo aplicado a Dios en Isaías. Comparar con: Isaías 45:2, Hebreo: u˙moshi'a; Nehemías 9:27, Hebreo: moshi'im, plural de moshia') (* Reina-Valera de 1909 usa “salvador” para el vocablo hebreo. También: Biblia de Navarra; Versión Moderna; Sagrada Biblia del Pueblo Católico; Sagrada Biblia, Versión Oficial de la Conferencia Episcopal Española; y la traducción de Levoratti-Trusso.) Puesto que se aplica el mismo término de “salvador” a ciertos humanos como se hace con Dios y Jesús, ¿hemos de concluir que ellos son parte de la Suprema Divinidad? No, encontramos una mejor explicación en la Biblia de Estudio NVI acerca de los líderes que Israel tuvo: “En [Jueces] 2:16 es donde mejor se expresa su propósito principal: ‘Entonces el SEÑOR hizo surgir caudillos que los libraron … de esos invasores’. Puesto que fue Dios el que hizo posible la liberación de Israel, él mismo es el más importante de todos lo jueces liberadores (11:27; véase 8:[23], donde Gedeón, un juez, insiste en que Dios es el verdadero juez [gobernante, NIV] de Israel)”. (Página 339) Esta declaración
deja claro que los hombres liberadores fueron instrumentos de salvación por el Señor. El Salvador principal siempre fue Dios. La Biblia usa las mismas palabras originales (dios y salvador) para Dios, Cristo y los seres humanos. ¿Significa esto que todos tengan el mismo rango y poder? ¿Que todos sean iguales? No. El contexto, entonces, es lo que determina la aplicación correcta para cada ocurrencia de esos términos. ¿Quién hizo a Jesucristo “salvador”? En contraste a humanos que fueron designados como salvadores del pueblo de Israel de manera limitada, a Cristo se le llama “Salvador” del mundo. Jesucristo puede potencialmente salvar, no sólo a Israel, sino a toda la humanidad de la esclavitud al pecado, y de la muerte misma. (1 Juan 4:14; Juan 3:16) Aunque Cristo es, sin duda, mayor salvador que cualquier ser humano, él todavía estaría sujeto al más grandioso Salvador de todos. Como muestran las Escrituras, Jesús fue agente de salvación de Dios, el Salvador principal. (Isaías 43:11; Hechos 4:12; 1 Corintios 15:28) El Cristo mismo se encontró en una situación que necesitó clamar por salvación: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Y tuvo que ser liberado nada menos que por Dios. (Mateo 27:46; Hebreos 5:7; Salmo 28:8) De manera sobresaliente, Hechos 5:31 nos dice quién fue el que hizo a Jesús “Salvador”: “Por su poder, Dios lo exhaltó como Príncipe y Salvador, para que diera a Israel arrepentimiento y perdón de pecados”. (NVI) Pues, aunque se hable de Jesús en la Biblia como “salvador”, esta escritura muestra claramente que fue por voluntad y poder de Dios, su Padre. No hay duda de que Jesucristo está por encima de los hombres, e incluso de los ángeles. Pero afirmar que Jesús es Dios basado en el principio de que es descrito como salvador, tendríamos que concluir que los humanos que sirvieron en función de salvadores en el Israel antiguo, fueron “Dios” también. ¿Tiene sentido eso? De nuevo, el contexto determina la correcta comprensión de los términos bíblicos. ¿Se hizo “Dios” carne? Jesucristo se refirió a sí mismo en los evangelios como “Hijo del Hombre” más de 80 veces, indicativo de su naturaleza humana mientras estuvo en la tierra. Este hecho está en conflicto con la descripción de “Dios-hombre” proclamada a menudo por los tradicionalistas. (Mateo 8:20, etc.) Según Hebreos 2:9, Jesús “fue hecho un poco menor que los ángeles” para poder sufrir la muerte por todos. Pero Dios jamás puede llegar a ser menor que los ángeles que él creó. Además, si Jesús fue hecho menor que los ángeles, no podía a la vez ser todo Dios como afirman los trinitarios.
Juan 1:14 nos dice que fue ‘el Verbo [el Logos] quien fue hecho carne’, y no Dios. La doctrina de la Encarnación, como comúnmente se enseña, en realidad retuerce el significado de Juan 1:14, porque este texto nunca dijo que “Dios se hizo carne”. En cambio, sí dice que “el Verbo” lo hizo. ¡Así de sencillo! 2 Juan 7 no contradice esta declaración, lo confirma. En otras palabras, el Logos, Jesucristo, se hizo humano. En un esfuerzo por simplificar el significado de la expresión "Hijo del Hombre" en referencia a Cristo en nuestra cultura, una traducción de la Biblia al inglés usó repetidamente la expresión “the Human One”, es decir, “el Humano”. (Common English Bible, ©2011.) Otro texto mal utilizado para comprobar que Dios se hizo carne, es el de 1 Timoteo 3:16, según algunas versiones, como la RVR, pero originalmente este versículo no decía que “Dios” fuera ‘manifestado en carne’. Esa lectura popular es defectuosa. Otras traducciones de la Biblia han corregido este flagrante error al traducir: “Quien [o: Él] fue manifestado en la carne”, una clara referencia a Jesucristo en armonÍa con Juan 1:14. Para una consideración de 1 Timoteo 3:16, véase el enlace al final. Cuando se anunció el nacimiento del Hijo de Dios, además de su nombre personal, se le dio a Jesús un nombre profético: “Emanuel = Dios con nosotros”. (Mateo 1:23) Aunque hay quienes creen que esta expresión identifica a Cristo con Dios, hay que mencionar que la frase era común en la cultura bíblica, pues también se aplica a seres humanos. El punto es que Dios puede estar con la humanidad mediante sus representantes. En varias ocasiones en la historia bíblica, se habló de que ‘Dios estaba con su pueblo’, o que ‘Dios estaba con algún siervo suyo’. (2 Samuel 5:10; 2 Crónicas 1:1; 13:12; Isaías 8:10; Zacarías 8:23) Se dice, por ejemplo, de José, hijo de Jacob, que “Dios estaba con él”. (Hechos 7:9) Pero eso no hizo a José “Dios”, ¿verdad? Sin embargo, Dios sí podía estar con ellos, al dirigir su atención hacia ellos, guiándolos, y cumpliendo su santa voluntad a través de ellos. La misma idea se comunica proféticamente en una visión de Apocalipsis: “He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”. (Apocalipsis 21:3) Hay quienes creen que Jesucristo era “Dios” y “hombre” a la misma vez, porque manifestó poder sobrehumano. Pero la Biblia dice que los milagros que Jesús ejecutó fueron producto del poder que Dios le dió. (Juan 8:29; Hechos 10:38) Como representante de Dios, se podía decir que Dios estaba con la humanidad mediante Jesucristo, para lograr su propósito de salvación para la humanidad. Los fanáticos religiosos tienen un lamentable hábito de retorcer declaraciones bíblicas simples. La Biblia dice claramente que “Dios estaba con él [Jesús]”, no dice que “Dios era él”. (Hechos 10:34,38) Puesto que Dios estaba con Jesucristo, todos ahora podían ver exactamente cómo era Dios, cosa que hasta entonces no había sido posible. De hecho, el Padre y el Hijo son
uno en voluntad y propósito. (Juan 5:19; Juan 10:30) ‘El que veía a Jesús ahora, era como si estuviera viendo a Dios mismo’, pues siendo imagen de Dios, podía darlo a conocer como nadie. (Juan 14:9; 1:18; Colosenses 1:15) “Porque en él vive corporalmente toda la plenitud de la Naturaleza Divina”. (Colosenses 2:9, Biblia Textual. O: “Todo lo que Dios es, vive en Cristo, incluso en su vida en la tierra”, La Palabra de Dios para Todos) No hay duda entonces que este Logos era divinamente poderoso. (Juan 1:1) Jesús nunca dio a entender a otros que él fuera el Padre en carne, o una segunda parte de una mística “trinidad”. Él aclaró: “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”. (Juan 5:23) También: “Crean en Dios y crean también en mí”. (Juan 14:1, DHH) Por consiguiente, debemos ‘honrar al Hijo así como honramos al Padre’. Después de presentar a su ‘Hijo unigénito’ como “Salvador” al mundo, Dios ‘le sujetó todas las cosas debajo de sus pies, para que el Hijo mismo terminara sujetándose al poder de Dios’. (Tito 1:4; 1 Corintios 15:27,28) Los autores inspirados de las Escrituras vieron bien utilizar lenguaje majestuoso al hablar del Hijo de Dios como prominente Ser Divino. No obstante, nunca se dice que fuera igual a Dios. Unos siglos después de la muerte de Cristo, muchos, debido a influencia pagana, discutieron en medio de la confusión acerca de la identidad de Jesús. La controversia la ganaron los que sostenían que Cristo era igual al Padre. Pero fueron más allá de lo que realmente decían las Escrituras Sagradas. Si bien los judíos no le dieron el lugar que a Cristo le correspondía, los que adoptaron la doctrina de la Trinidad posteriormente terminaron asignándole un puesto más alto del que Jesús afirmaba tener. Estamos pues, en la presencia de dos grupos extremistas. La verdad acerca de la persona de Cristo se encuentra en un lugar medio de estos extremos. Este enfoque céntrico de Cristo, que esencialmente ignora al Padre, es el que comúnmente se enseña en las iglesias y en los colegios hoy. Cierto, el Nuevo Testamento se centra en torno a la vida de Jesucristo, pero lo hace de esta manera coherente: Sólo Cristo provee “el camino” hacia el Padre y mediante él, la salvación para la humanidad. (Juan 14:6) Pero nunca se dice que sea igual al “espíritu santo”, ni a “Dios”. Incluso después que los seguidores de Cristo emplearon todo recurso y esfuerzo por convencer al pueblo judío de aceptar a Cristo como “Hijo de Dios”, “el Mesías” y su “Salvador”, en su mayoría lo rechazaron. Hasta el día de hoy, los judíos en general no han aceptado a Cristo como su Mesías, para su detrimento. La referencia de ‘un Dios’, tal como se describe a Jesús en Juan 1:1 en varias versiones, aunque no sea la más atractiva, a la luz bíblica no es degradante ni deshonrosa, ni politeísta. El Padre de Jesucristo sigue siendo el Supremo, y tiene la designación de “el único Dios verdadero”, digno de adoración absoluta. (Juan 17:3) Los feligreses de las iglesias principales actúan como si el acto de poseer el segundo-puesto-al-mando en el Universo (después de Dios), es vergonzoso o monstruoso. ¿Por qué?
La “Regla de Colwell”; y el artículo indefinido (“un”) ¿Por qué la confusión?: Una razón principal por la gran confusión en cuanto a si theós (Dios) en Juan 1:1c, cuando se aplica a Cristo, es definido o no, es producto de un artículo prominente publicado por E.C. Colwell, de la Universidad de Chicago, allá en 1933 en Journal of Biblical Literature [Revista de Literatura Bíblica] 52, “Una regla para el uso del artículo en el griego del Nuevo Testamento”. La argumentación de Colwell fue lo suficientemente intrincada y compleja que explicaría porqué Daniel B. Wallace escribió lo siguiente: “Casi inmediatamente muchos académicos (especialmente los de tipo conservador) entendieron mal la regla de Colwell. Estos vieron el beneficio en la regla para afirmar la deidad de Cristo en Juan 1:1”. (Wallace 1996, pág. 257) Wallace entonces pasa a mencionar académicos por nombre de la talla de Turner, Zerwick, Bruce Metzger, Walter Martin, Moule, C. Kuehne, L. Morris y aún Colwell mismo que ‘han malentendido la regla’ desde que se publicó el artículo en JBL. Wallace repite: “El punto es que la regla de Colwell ha sido malentendida y abusada por académicos”. (Ibid, pp. 257-8, 260) A esta lista de eruditos que comprenden mal la regla tenemos que agregar a David A. Black, que tan recientemente como en 2009, comete el mismo error en su Gramática cuando afirmó: “El resultado [de la regla de Colwell] es que θεός es casi seguramente definido en significado: ‘la Palabra era Dios’ – no meramente ‘un dios’ ”. (Learn To Read New Testament Greek, ©2009 por David Alan Black, pág. 200. Black es profesor de N.T. y griego en el Seminario Sudeste Teológico Bautista de Wake Forest, Carolina del Norte. Cursivas del autor.) El profesor Robert Hanna (Maracay, Venezuela), fue otro que permitió que el estudio de Colwell influyera su interpretación de Juan 1:1 al declarar: “El hecho de que Θεός no tenga artículo no transforma la palabra en un adjetivo [como, “divino”, traducido por el Dr. Moffatt]. Es un predicado nominal, del cual el sujeto es λóγος [lógos], y es una regla bastante universal [la de Colwell] en el griego del Nuevo Testamento que cuando un predicado nominal precede a un verbo carece el artículo definido”. (A Grammatical Aid to the Greek New Testament, ©1983 por Baker Book House, p. 147) Un dato interesante es que el estudioso Max Zerwick S.J. en su obra El griego del Nuevo Testamento, se refirió al estudio de Collwell como una ‘teoría seductora’. (Zerwick 1966, 1997, Pág. 84, Roma) Así que, en esencia, lo que tenemos aquí, es una regla artificial, una ‘teoría seductora’ elaborada por un prominente metodista trinitario para las masas trinitarias, con la bendición de numerosos partidarios trinitarios entusiastas a la vanguardia. Lamentablemente, desde que fue publicado el artículo de Colwell, muchos individuos, procurando sacar ‘beneficio de la regla para afirmar la deidad de Cristo en Juan 1:1’, han dado más peso a la opinión de Colwell que a las propias afirmaciones del inspirado
escritor Juan y las de Jesús. ¡Gran error! Más sobre esto después. Curiosamente, aunque el Profesor Hanna aplicó celosamente la teoría de Colwell en Juan 1:1, no lo hizo en Juan 8:44, donde la deidad de Cristo no está en juego. En Juan 8:44, tenemos un par de casos en que un predicado nominal sin artículo definido precede a un verbo, como es el caso en Juan 1:1c. Según Hanna, ambos casos “deberían ser traducidos” en inglés con artículo indefinido. (Hanna 1983, pág. 166) En inglés, a veces, como en Juan 8:44, la única manera de comunicar bien el estado cualitativo de un sustantivo es utilizando el artículo indefinido. Esto sugiere que un predicado nominal antes del verbo sirve la función de un adjetivo, tal como Moffatt resaltó en su traducción, contrario a la afirmación de Hanna sobre Juan 1:1. La gran pregunta entonces, es: ¿Prueba la regla de Colwell de alguna manera que un complemento predicativo sin artículo antes del verbo sea definido? Paul Stephen Dixon contesta: “La regla de Colwell no se puede aplicar [a Juan 1:1] como argumento de definitud … La regla no dice nada sobre la definición”. (“The Significance of the Anarthrous Predicate Nominative in John” [“El significado del predicado nominal sin artículo en Juan”], Tesis Th.M., Seminario Teológico de Dallas, 1975) El académico Richard A. Young añade: “El problema en la aplicación de la regla de Colwell es determinar cuándo el predicado nominal es definitivo. La regla misma no establece la definición de un sustantivo, una observación a veces ignorada cuando se aplica a Juan 1:1”. (Intermediate New Testament Greek – A Linguistic and Exegetical approach, ©1994, by Broadman & Holman Publishers, Nashville, pág. 65) Wallace añade: “Por una parte, la regla de Colwell, como se aplica a Juan 1:1 ha sido utilizada por los trinitarios como su mejor carta en muchos debates cristológicos, aunque la regla en sí no dice nada del estado definido de θεός”. (Wallace 1996 p. 290) Wallace, trinitario él mismo, declara: “De hecho, una examinación de tanto de los predicados nominativos sin artículo pre-verbales, como de la Cristología del cuarto evangelio sugiere sólidamente una fuerza cualitativa de θεός (perspectiva que afirma la deidad de Cristo con la misma fuerza, pero por razones diferentes)”. (Ibid, p. 290) Y Philip B. Harner concluyó en su sobresaliente estudio: “En Juan 1:1 creo que la fuerza cualitativa del predicado es tan prominente que el sustantivo no puede considerarse definido”. (Harner 1973, JBL, Vol. 92, pág. 87: ‘Complementos predicativos cualitativos y sin artículo: Marcos 15:39 y Juan 1:1’) Puesto que la enseñanza de la Trinidad no es explícita en las Escrituras, algunos hacen cuanto puedan para que el concepto trinitario se haga perceptible en el texto traducido. En su obsesión por desacreditar la traducción viable de “un dios” en Juan 1:1, algunos académicos de la talla de Walter Martin, Bruce Metzger, William Barclay, Julius Mantey, etc., con su legión de seguidores, se han apoderado con aparente reverencia, de la tal
llamada “Regla de Colwell” mencionada anteriormente, que parecía favorecer la lectura tradicional de “Dios” en Juan 1:1c. ¿Por qué habrán caído en ese error? Rodney J. Decker señala una motivación: “[La regla] a menudo ha sido empleada mal por defensores bien intencionados de la deidad de Cristo”. (Colwell's Rule, Febrero, 1995) El asunto es que buenas intenciones no son suficientes para convertir una doctrina ajena a una “bíblica”. Aunque el estudio de Colwell provee datos interesantes para discusión de índole técnica, se le debe ver, no como regla determinante de doctrina bíblica, sino como una presentación de una tendencia gramatical – desde una perspectiva teológica. Después que se hicieron estudios adicionales sobre el tema, otros acádemicos pusieron en tela de juicio la validez de la “regla de Colwell”, y hasta uno de ellos concluyó que la “regla de Colwell” no era “regla” después de todo. (Ver obras publicadas de Harner, Dixon, Wallace, BeDuhn y Hartley sobre el tema. Considerando la evidencia, el gramático David Alan Black muestra su desacierto al continuar usándola tan recientemente como en el 2009.) Respecto al estudio de Colwell, D. E. Hartley escribió: “Colwell parece ser responsable, debido a su aplicación a Juan 1:1, por sentar las bases de una equivocación lógica. […] Donde él consideraba que su regla era más importante, en el área de la traducción y la interpretación, es exactamente lo que en realidad es más irrelevante pero irónicamente más peligroso, especialmente este último”. (Revisiting the Colwell Construction in Light of Mass/Count Nouns,” bajo “Evaluating Colwell's Rule”. Sept.,1998, Dallas Theological Seminary. Cursivas suyas.) Verdaderamente, el maluso y abuso de la “regla de Colwell” ha llegado a ser una vergüenza para un segmento de la comunidad académica. Aunque Daniel B. Wallace comunicó acertadamente sobre el mal entendimiento y abuso de la “regla de Colwell” por varios acádemicos que “vieron el beneficio de afirmar la deidad de Cristo en Juan 1:1”, Wallace mismo no pudo resistir hacer mal uso de la conclusión de otro erudito que condenó la Traducción del Nuevo Mundo. Wallace escribió: “El argumento gramatical de que el P[redicado] N[ominal de Juan 1:1c] aquí es indefinido es débil. A menudo, los que arguyen por ese punto de vista (en particular, los traductores de la TNM) lo hacen con la premisa única de que el término carece del artículo. Pero son inconsecuentes, como señaló R. H. Countess [The Jehovah's Witnesses' New Testament: A Critical Analysis of the New World Translation, ©1982. Presbiteriano.]: ‘En el Nuevo Testamento hay 282 casos del θεός sin artículo. En dieciseis lugares la TNM tiene sea: un dios, dios, dioses, o piadoso. Dieciseis de 282 significa que los traductores fueron fieles a su principio de traducción solo seis por ciento del tiempo....La primera sección de Juan 1:1-18 suministra un ejemplo lúcido del dogmatismo arbitrario de la TNM’”. (Wallace 1996, pág. 267) ¡Vaya! Esta estadística puede que suene impresionante para un tradicionalista, pero es conclusión defectuosa. En sí, este uso por Wallace de la conclusión errónea de Countess es cuestionable y vergonzoso. ¿Cómo sabemos eso?
En primer lugar, es extraño que Wallace cite a Robert Countess, quien se apropió de la “regla de Colwell” para condenar a la TNM, después que Wallace mismo había expuesto a varios eruditos por la misma práctica. Tanto Wallace (p. 262) como Rodney Decker, han expresado que la regla de Colwell no demuestra la definitud del predicado nominal sin artículo en Juan 1:1. (Colwell's Rule, Febrero, 1995) Además, Wallace tiene plena conciencia, como bien indica su Gramática, que los predicados nominales pre-verbales son por lo general “cualitativos”. Juan 1:1c cae en esta categoría. Él mismo lo dice claramente en su Gramática: “La gran mayoría de predicados nominales sin artículo que están antes del verbo copulativo son cualitativos. Entonces, es mejor gramatical y teológicamente tomar el segundo uso de Dios [en Juan 1:1] como cualitativo en vez de definido”. (Wallace & Steffen 2011, pág. 182) Wallace también debe saber que las otras Escrituras citadas por Roberto Countess al condenar la TNM no encajan con esta categoría de predicados nominales sin artículo antepuesto al verbo como encontramos en Juan 1:1. De saberlo, sería una monstruosa contradicción. Después de considerar la evidencia, Rolf Furuli, profesor de lenguages semíticos en la Universidad de Oslo, Noruega (quien también estudió griego), escribió: “Countess le imputa a los traductores de la TNM reglas de traducción que ellos nunca han expresado, y entonces muestra como los traductores no fueron consecuentes al seguir estas reglas [.…] Su relato de la TNM, por lo tanto, no es una presentación equilibrada y académica; sino que se entrega tanto a la caricatura inspirada emocional y a un espíritu partidista”. (The Role of Theology and Bias in Bible Translation [La función que desempeña la teología y el prejuicio en la traducción de la Biblia], pp. 294-295. ©1999, Elihu Books) Es sorprendente que Wallace mismo haya caído en esa trampa de interpretación al citar a Countess. Aun el evangélico Protestante Robert M. Bowman Jr., otro crítico de la TNM, tuvo esto que decir del libro de Countess: “Crítica evangélica; contiene alguna buena información, pero (en mi opinión) no es enteramente exacta”. (Jehovah's Witnesses Bibliography, Jan. 14, 2012. IRR.org) El doctor Jason D. BeDuhn opina lo siguiente acerca de la publicación de Countess condenando a la TNM: “He leído el libro del Dr. Countess. Aunque encontré unos buenos puntos en él, su argumentación es en su mayor parte tendenciosa y discutible”. (http://sites.google.com/site/abdijah/home/debuhn-vs-scholars) Tomemos el ejemplo que Countess suministró para ilustrar lo absurdo de algunas de sus conclusiones. Countess, en la página 55 de su libro repasó los primeros dieciocho versículos del primer capítulo de Juan, señalando ocho casos de theós sin el artículo. Aparentemente, Countess contaba con que los traductores de la TNM emplearan el artículo indefinido (un) con todos los casos de theós (en realidad, ningún otro traductor hace eso en el capítulo uno de Juan). De las 8 ocurrencias de theós en esos versículos del capítulo uno, 5 aparecen en los versículos 1, 2, y 18, y los otros tres casos en los
versículos 6, 12 y 13. ¡Pero adivina qué! Esas 3 ocurrencias están en la construcción genitiva (el caso de). Ahora, Wallace y otros gramáticos por igual, han observado que ‘hay ciertas situaciones en las que un sustantivo puede ser definido sin el artículo’. (Wallace & Steffen 2011, pág. 172) Entre estas “ciertas situaciones” están los nombres propios y la construcción genitiva que aparece en el capítulo uno de Juan. Esto es conocimiento público. Los otros cinco casos son traducidos de manera similar por la mayoría de las traducciones, con la excepción de Juan 1:1, que es la cláusula controvertida que se discute aquí. Countess incluso critica a los traductores de la TNM por usar el artículo definido en el segundo caso de theós (sin artículo) en Juan 1:18, cuando la mayoría hace lo mismo. Hay que observar que algunos manuscritos sí incluyen el artículo en la segunda parte del versículo, otros no. Los traductores generalmente añaden el artículo definido allí incluso cuando siguen la construcción de theós sin artículo en esos manuscritos. Al parecer, una de las razones para ello, además de la implicación contextual, es que las palabras “hijo (o, dios) unigénito” del versículo 18 (a diferencia de 1:1) son seguidas por una cláusula articular con participio que indica especifidad. Con respecto a Juan 1:1, Countess quiere hacerle creer a sus lectores que las premisas de Colwell sobre el artículo griego descartan la viabilidad de la traducción “un dios” que aparece en algunas versiones bíblicas. ¡No es así! Colwell mismo aplicó la palabra “teoría” para su argumentación. Además utilizó otras expresiones modificadoras: La lista está sujeta a errores, se sugiere, es probable, existen probabilidades, esto parece indicar, puede ser formulado tentativamente, y vagamente hablando, etc. Estas expresiones indican claramente que ‘la regla’ es tentativa, no absoluta. (Colwell, JBL 1933, pág 15) Colwell concluye: “El versículo inicial del Evangelio de Juan contiene uno de los muchos pasajes donde esta regla sugiere la traducción de un predicado como sustantivo definido...La ausencia del artículo no hace que el predicado sea indefinido o cualitativo cuando precede al verbo; es indefinido en esta posición sólo cuando el contexto lo exige”. (Ibid, pág. 21) La teología presbiteriana de Colwell lo llevó a creer que el contexto de Juan exigía una representación definida para Juan 1:1c. Respetamos sus opiniones religiosas. Pero, ¿cuán confiable es su regla formulada? Una gramática del griego del Nuevo Testamento, por James Hope Moulton y Nigel Turner señala: “De modo que mientras que el canon puede reflejar una tendencia general no es absoluta por cualquier medio; después de todo, no toma en cuenta las cláusulas relativas ni los sustantivos propios, y ha omitido también una considerable clase de sustantivos ‘cualitativos’ como el de ὁ θεὸς ἀγάπη ἐστίν [ho theós agápē estín, ‘el amor de Dios es’ – 1 Juan 4:8]. Además, él [Colwell] es el primero en admitir la falta de objetividad en su método de contar: propone incluir sólo sustantivos definidos entre sus predicados sin
artículo y el grado de definición es extremadamente difícil de evaluar”. (A Grammar of New Testament Greek, Vol. III, Syntax, pág. 184. ©T.&T. Clark 1963) Más importante aun, Countess y Wallace no mencionaron que aparte de los dos primeros versículos de Juan y el versículo 18 del mismo capítulo, ninguna de las muestras contiene un contexto que mencione a dos individuos del que se diga que uno está con el otro. Ninguna de las referencias bíblicas que Countess utilizó para desacreditar la traducción de la TNM en Juan 1:1 muestra el patrón gramatical que caracteriza al versículo. Además, en el versículo uno, un ejemplo de theós tiene el artículo, el otro no. ¿Cuántas veces encontrará esa estructura gramatical en el Nuevo Testamento dentro de ese contexto? (Juan 1:18 no es contraparte de Juan 1:1 en estructura, ni siquiera la evidencia manuscrita para el versículo 18 es concluyente). Por consiguiente, todo esfuerzo por señalar el número de veces que theós se utiliza en otros lugares sin el artículo (que pueden o no sugerir definitud), no son válidos como evidencia, por la sencilla razón de que la estructura contextual de Juan 1:1 es única. Sólo se puede decir de Jesucristo, el Hijo de Dios, que ‘estaba en el principio con Dios’. Por tanto, no vamos a encontrar otro texto que coincida con Juan 1:1 en transmitir ese pensamiento con la misma sintaxis. Con buena razón la Biblia habla de Jesús como el ‘Hijo unigénito’ de Dios. (1 Juan 4:9) Lo que se destaca aquí es que cierto patrón gramatical que manifiesta Juan 1:1 y otros lugares (de predicados sin artículo precediendo al verbo) puede justificar una traducción indefinida o cualitativa en el contexto de Juan 1:1. Además, Countess tomó algunas declaraciones del Apéndice de la TNM de 1950 (pág. 774) con respecto a la importancia del artículo fuera de contexto. Afirmó que los editores de la TNM formularon una regla en la que los sustantivos con artículo son siempre “definidos”, y los sustantivos sin artículo son invariablemente cualitativos. En el Apéndice del ejemplar no aparece en ningún lugar tal principio estricto. Sin embargo, sí encontré en el Apéndice NWT donde los editores insinuaron un principio de ‘uso normal’ a tono con otros eruditos con respecto al artículo. Pero esto es muy diferente de establecer una regla invariable. Countess también citó incorrectamente el Apéndice de la publicación en su libro. Citó a la TNM diciendo: “Los traductores cuidadosos reconocen que la construcción articular apunta a una cualidad sobre alguien”. (Countess 1982, pág. 42) Eso es lo contrario de lo que escribieron. Esto es lo que la publicación realmente escribió después de citar las traduccciones de Goodspeed y Moffatt (que leen en Juan 1:1, la Palabra era divina): “Los traductores cuidadosos reconocen que la construcción articular del sustantivo señala una identidad, una personalidad, mientras que una construcción sin artículo apunta a una cualidad sobre alguien. Eso es lo que A Manual Grammar of the Greek New Testament por Dana y Mantey observa [...]”.
Por lo tanto, la referencia sobre la construcción del sustantivo con su implicación del artículo, era primero, una observación de los traductores que tienen en cuenta la omisión del artículo griego en Juan 1:1c, cuya prerrogativa manifiestan en sus versiones, y en segundo lugar, sirvió de material introductorio a las observaciones que hicieron Dana y Mantey en su Gramática Griega sobre el artículo griego. Lo que es interesante aquí es que Dana & Mantey en su Gramática Griega dieron a entender en varios lugares que había un principio general sobre el artículo que podría aplicarse, pero en otros lugares dejaron en claro que no. Dana y Mantey concluyeron: “No hay ‘reglas’ para el uso del artículo en griego, pero hay un principio fundamental que subraya su importancia – como hemos visto en la sección que antecede – y esto da lugar a un uso normal”. (Pág. 136) Lo que sucedió fue que los traductores de la TNM simplemente citaron la Gramática de Dana & Mantey en 1950, y posteriormente al Dr. Philip B. Harner en 1984, para comunicar que estos eruditos sostenían un principio “fundamental” que los predicados nominales sin artículo (pre-verbales, Harner) son (en “uso normal”) indicativos de carácter, o cualidad, no identidad (o definitud). Del mismo modo, Harner escribió sobre “pautas generales concernientes a los complementos predicativos que generalmente se aceptan como axiomáticos en el estudio del NT”. Uno de éstas es “que un complemento predicativo no lleva artículo cuando indica la categoría o clase de los cuales el sujeto es un ejemplo particular ... Marcos 7:26". (Harner 1973, JBL, pág. 75) Harner también evitó usar la palabra “regla”. Y luego tenemos a J. Harold Greenlee, que fue profesor de griego del Nuevo Testamento en el Seminario Teológico de Asbury, al referirse al artículo griego, expresó: “Regla general: los sustantivos con el artículo definido son definitivos o genéricos.... Los sustantivos sin el artículo definido son indefinidos o cualitativos”. (A Concise Exegetical Grammar New Testament Greek, pág. 37. © 2012 First Fruits Press, Wilmore, Kentucky. Subrayado y cursivas son suyos). Todo indica que los traductores de la TNM no fueron responsables de presentar “una regla” fija de que cada sustantivo griego sin artículo debe traducirse siempre con artículo indefinido que les atribuyen Countess y los que lo citan. Ningún traductor sigue esa imaginaria regla, ni siquiera la TNM. Curiosamente, cuando alguien formuló una pregunta a los publicadores de la TNM acerca de si su interpretación de Juan 1:1 violaba las reglas de la gramática griega, ellos con franqueza escribieron lo siguiente en relación a sustantivos sin artículo griego: “Sin embargo, esto no significa, que cada vez que aparece un nombre sin artículo en el texto griego debe aparecer en inglés o en español con el artículo indefinido. Los traductores vierten estos nombres de una variedad de maneras, a veces hasta con ‘el’ o ‘la’ (the, en inglés), entendiéndolos como definidos, aunque falta el artículo definido”. (La Atalaya, 1976, pág. 318. Cursivas de ellos.) Tampoco los traductores de la TNM han inferido, o declarado alguna vez que esa pauta fuera inflexible. No lo hicieron en el año 1950, ni en 1987, ni después.
De modo que si los comentarios concerniente a Juan 1:1 que aparecieron en el Apéndice de la traducción de 1950 no fueron suficientemente claros para Countess, la publicación posterior de 1976, (w1975, en inglés) no pudo haber sido más explícita. Countess (quien en su libro de 1982 extrañamente hizo caso omiso de la declaración expresa publicada 7 años antes), y su horda de seguidores que se empeñan en comunicar la misma afirmación sin sentido una y otra vez están golpeando un caballo muerto. El resultado ya está decidido. Nadie ha afirmado seguir una regla gramatical estricta sobre el artículo griego 100% por ciento del tiempo. ¡Ni siquiera Colwell! ¡Y ninguno de los traductores bíblicos tampoco! En realidad, si alguien fue instrumental en alimentar el debate sobre la importancia del artículo griego, habría que apuntar más bien a los eruditos E. C. Colwell y Philip B. Harner como responsables de ello, en lugar de aquellos que posteriormente citen sus artículos. Sus artículos provocativos fueron decisivos en despertar muchos intercambios de materia lingüística en el ámbito religioso. Fue Harner quien concluyó: “En Juan 1:1 creo que la fuerza cualitativa del predicado [theós] es tan prominente que el sustantivo no puede considerarse definido”. (Harner 1973, JBL, pág. 87) De paso, ¿no es “indefinido” lo opuesto de “definido”? Por lo tanto, lo único “lúcido” en la cita que hace Wallace de Countess, es que dos reconocidos estudiosos cometieron un error elemental al aplicar una “regla” ficticia que no tenía relevancia alguna con el razonamiento publicado por la TNM al citar a Dana, Mantey y Harner. La TNM nunca formuló un principio en relación al artículo que debía seguirse al pie de la letra en todos los casos, ni se adhirieron a una quimérica “regla”. Lo curioso de todo esto es que la supuesta regla que los editores de la TNM formularon (?) no era nada más que una toma prestada del lenguaje de Dana y Mantey. Ellos dieron crédito específicamente a la Gramática de los dos autores por nombre. Si los editores de la TNM fueron “culpables” de formular una regla concerniente al artículo griego en la traducción, entonces Countess tendría que culpar a Dana y Mantey y a otros por igual (Wallace, Mounce, Hewett, Croy, Machen, Greenlee, etc.), al usar lenguaje parecido en sus publicaciones. Pero nadie acusa a estos académicos de establecer ciertas pautas concerniente al artículo griego. ¿No le parece extraño eso? Uno esperaría que los involucrados de esta farsa entre la comunidad académica rectifiquen sus errores. Puesto que este drama ha sido expuesto, pregunto: ¿Tenía Countess justificación en publicar su libro, cuando tanto Colwell como la gente de la Watchtower concluyeron mucho tiempo atrás que el contexto es en última instancia el factor decisivo para determinar la traducción apropiada de varias Escrituras? Y al segmento de la comunidad religiosa que disfruta leer materia cuyo único propósito es degradar una traducción bíblica de tantas, ¿es realmente honrado ver estas fuentes
como autoridades confiables cuando las publicaciones mismas se basan frecuentemente en premisas superficiales o huecas? ¿Son estos casos de, “mi interpretación es mejor que la tuya, así que voy a probar que eres falso a expensas de la verdad”? Retomando el tema, Paul S. Dixon, añade los resultados de su propio estudio sobre predicados sin artículo antepuestos al verbo, como en Juan 1:1c: “El uso del predicado nominal sin artículo en Juan es significativo. Es cualitativo en 65 de 74 casos, o probabilidad del 88%. Cuando el predicado nominal sin artículo precede al verbo [como sucede en Juan 1:1] es cualitativo en 50 de 53 casos, o probabilidad del 94%. Cuando sigue al verbo el predicado nominativo sin artículo es cualitativo 13 de 19 casos, o el 68%.” (Dixon 1975, tesis Th.M.) Debido a la implicación teológica, los trinitarios se muestran renuentes a expresar el hecho de que en algunos casos (i.e., Juan 1:1) la diferencia semántica entre el factor indefinido y el cualitativo no es siempre clara. Wallace incluso llegó a declarar: “Es sin embargo difícil a veces distinguir sustantivos indefinidos de los cualitativos (como en otras ocasiones es difícil distinguir los sustantivos cualitativos de los definidos)”. (Wallace 1996, pág. 266) También: “Cuando un sustantivo no lleva artículo, puede tener una de estas tres características: cualitativo, indefinido o definido. No hay claras distinciones entre ellas”. (Wallace y Steffen 2011, pág. 170) Esta última declaración no es inflexible, pues los autores se someten a las pautas gramáticas expuestas arriba. La alternación entre las lecturas cualitativas e indefinidas que presentan los traductores en Juan 4:19, y otros textos señalados arriba, muestra claramente que la diferencia semántica entre el concepto indefinido y cualitativo no es tan marcada como dan a entender los tradicionalistas. Al traducir esta construcción gramatical en consideración, la Versión Reina-Valera tiene preferencia por las lecturas cualitativas, mientras que otras versiones son más libres al utilizar traducciones con artículo indefinido. Como se ha indicado, algunas ediciones de la Reina-Valera oscilan entre las dos formas de traducir. Y no reciben crítica por esto. Eso de por sí derriba el mito de que los complementos predicativos pre-verbales no pueden ser presentados en forma indefinida. Con este conocimiento implícito, Wallace y Countess cayeron víctimas del mismo “dogmatismo arbitrario” del cual acusan a los traductores de la TNM. A pesar de que Dixon, un trinitario, no le agrada la versión con artículo indefinido en Juan 1:1, no obstante, reconoció lo siguiente: “A menudo, la única manera de comunicar con eficacia un sustantivo cualitativo en el idioma inglés [y a veces en español] es introducir el sustantivo con ‘a’ [artículo indefinido en inglés = “un”, “una” en español]”. (Dixon 1975, tesis Th.M., pág. 47) Es decir, que algunos sustantivos se pueden describir como “indefinido-cualitativo”, como se demostró en ejemplos anteriores (Juan 4:19,
según Wallace; Juan 6:70 por Dixon, y Hanna en Juan 8:44). Los datos disponibles señalan que las difundidas alegaciones de que los complementos predicativos preverbales (como en Juan 1:1) no pueden ser traducidos con forma indefinida es un mito sin fundamento. A pesar de la impugnación teológica de varios estudiosos sobre el uso del artículo indeterminado en Juan 1:1, otras obras de consulta han señalado que un sustantivo que carece del artículo griego puede ser traducido como indefinido, siempre y cuando lo permita el contexto. Por ejemplo: Aprendamos Griego del Nuevo Testamento: “A menudo, pero no siempre, un nombre griego sin artículo definido se puede traducir por un nombre castellano precedido por el artículo indefinido.” (Clarence Hale/Richard B. Ramsay, pp. 60,61. ©2001 Logoi Inc., Miami. Editorial UNILIT; Universidad FLET) Introducción al Griego de la Biblia: “Por lo tanto, cuando nos topamos con un sustantivo sin artículo definido a veces es posible traducirlo con un artículo indefinido.” (Rodríguez 2010, Tomo I, pág. 25) “En griego, sólo hay artículos definidos. Lo que en español se expresa mediante artículos indefinidos se expresa en griego con el sustantivo sin artículo (libro = un libro)”. (ibíd, pág. 47) El Griego Bíblico Al Alcance de Todos: “Cuando el artículo está presente, siempre hay que traducirlo (excepto cuando acompaña a los nombres propios…) Cuando no lo hay, se emplea el artículo indeterminado [“un”, etc.] o se deja sin él, como explicamos en la sección anterior)” (Septién 2007, pág. 122) La evidencia indica que Countess, Wallace y Mounce, entre otros, no son equitativos con los traductores de la TNM al apuntar al presunto mal manejo en la traducción del artículo griego o falta del mismo, cuando otros estudiosos han dejado claro que es una cuestión de juicio personal, como se indicó antes. No es honrado, entonces, acusar exclusivamente de “dogmatismo arbitrario” a una fuente por hacer eso, cuando hay tantos otros que hacen lo mismo en diferentes lugares, incluso en Juan 1:1. No hay regla o excepción alguna que indique que Juan 1:1c no pueda ser traducido, “el Verbo era un Dios.” Es más, se puede afirmar que el uso del artículo indeterminado (“un”) en Juan 1:1c bien responde al contexto bíblico, y a una pauta gramatical en función ilustrado por los 9 ejemplos mencionados que sugieren tal lectura, no sólo por ‘criterio individual’ o algún capricho sin fundamento. Lo que sucede es que los tradicionalistas quieren utilizar su autoridad lingüística para hacerle creer a sus adeptos que la gramática de Juan 1:1 de algún modo confirma que Jesús es Dios, cuando en realidad, es
la interpretación personal lo que determina dicha posición teológica. Con todo, el que Wallace haga cita de una conclusión errónea de Countess no cambia el hecho de que un predicado nominal antepuesto al verbo también puede ser traducido de forma indefinida – no importa cuántos eruditos trinitarios conspiren contra el concepto. Ejemplos adicionales que ilustran esto se proporcionan en mi otro artículo en inglés: http://www.scribd.com/doc/50330864/John-1-1-List-of-Alternate-Readings ¿Cambia el orden de las palabras el sentido de los nombres nominales? El Dr. Richard B. Ramsay, da a entender en su libro Griego y exégesis, que la colocación de un predicado nominal antes del verbo en Juan 1:1c hace a Jesús enfáticamente “DIOS”, en sentido definido. (Ramsay 2006. pág. 108) La lengua griega ciertamente ofrece más libertad en el orden de las palabras que otros idiomas. Una obra clásica bien señala: “La primera palabra o frase [en una declaración] normalmente lleva el mayor énfasis”. (Introduction to Attic Greek, Donald J. Mastronarde, p. 59. ©1993, University of California Press) Dicho esto, es engañoso sugerir “una pauta” donde el énfasis producido por el orden de este tipo de frase por el autor en Juan 1:1 tiene como propósito identificar al Verbo con “DIOS”. El énfasis por sí no convierte los sustantivos pre-verbales sin artículo automáticamente a formas definidas o determinadas. De hecho, dicho énfasis realza más bien el factor cualitativo sobre el definido. Los ejemplos proporcionados anteriormente demuestran eso claramente. Del mismo modo, en Juan 1:1, el Autor no identifica al Verbo con Dios. Simplemente afirmaba enfáticamente que el Verbo, como Dios, era “divinamente poderoso”. Juan 1:1 nunca fue acerca de quién era el Verbo, sino lo que era el Verbo. Por eso, una Biblia inglesa reconocida vierte la cláusula de este modo: “What God was, the Word was [ = Lo que Dios era, la Palabra era]”. (New English Bible) Se sacrifica la verdad en el altar de ganancias sustanciosas: La venta de Biblias es un negocio lucrativo. El deseo de publicar una versión bíblica que tenga la mejor acojida y aceptación ha llevado a algunos publicadores a ceder a la tentación de ofrecer Biblias que satisfagan sobre todo las exigencias doctrinales de la gente, más bien que ofrecer traducciones bíblicas más exactas, pero menos populares. Se mercadean Biblias como cualquier otro producto comercial, digamos, como pasta de dientes o un automóbil. La diferencia aquí es que este negocio se hace en el nombre de Cristo. Con frecuencia, se sacrifica la verdad en este altar de ganancias sustanciosas.
Una cosa que se promueve es reforzar la creencia de que Jesucristo es “todo” Dios, y esto incrementa las ventas de Biblias...por petición popular. Hay segmentos enteros de población “cristiana” que rechazan versiones bíblicas que a su entender no engrandecen a Cristo lo suficiente. Ellos exigen que las casas publicadoras de Biblias cumplan con sus peticiones. Los publicadores y los lectores de algunas versiones bíblicas populares hasta exigen que las palabras pronunciadas por Jesucristo aparezcan en letra distintiva (como letras rojas), pero no para las del Padre de Jesús. ¡Qué absurdo! Algunos editores de Biblias reconocen que en algunos casos se modifican la interpretación de ciertos versículos, como Juan 1:1, y Juan 8:58, para hacerlas más atractivas. Esto se hace evidente cuando un buen número de eruditos llaman la atención sobre el hecho de que “Dios” en Juan 1:1 no debe ser interpretado como generalmente se predica. Como señaló Murray J. Harris: “La tan-respetada traducción de Juan 1:1 [el Verbo era Dios] no es sostenible sin explicación”. A pesar de esto, los religiosos siguen publicando con tesón esta interpretación confusa en sus discursos y escritos por temor a ser criticados. Esto plantea una pregunta: ¿Deben los lectores de la Biblia ser principalmente los que dicten cómo se deben traducir las Escrituras con ratificación teológica? ¿Debería la “verdad” ser comprometida por tales medidas? Debemos tener esto presente antes de argüir apasionadamente en defensa de una lectura de nuestra traducción bíblica favorita. Es bueno saber que todavía hay traducciones de la Biblia que han resistido tendencias populares y se han mantenido firmes por lo que es correcto, aunque sean finalmente objeto de burla de los ortodoxos. En busca de un contrapeso en la interpretación: Los opositores de las traducciones bíblicas que apoyan la lectura “un dios” utilizan a menudo una táctica fea que consiste en desacreditar las credenciales al atacar el carácter y reputación de los traductores divergentes. ¿Ha notado usted eso? Acometen sin misericordia a los que traducen diferente a la ortodoxia. Ellos justifican sus acciones citando autoridades del griego que acordan con su punto de vista sin divulgar que hay también autoridades lingüísticas con otra interpretación. La verdad del asunto es, que si fuéramos a desenterrar faltas humanas, las vamos a encontrar, por cierto, en ambos bandos, porque todos somos imperfectos. De ningún modo quiero ser instrumento en menoscabar la posición gloriosa y elevada que tiene Cristo Jesús como el Logos de Dios, el “Dios unigénito” (NC) que ha explicado al invisible Padre, Dios. (Juan 1:18) De igual manera, tampoco quiero errar procurando colocar a Cristo a una posición que él nunca reclamara tener, a saber, que fuera igual al Dios Supremo. Él declaró sin ambigüedades: “el Padre es más que yo”. (Juan 14:28, Biblia de Jerusalén) Incluso en el cielo, Cristo habla de su Padre como ‘su Dios’. (Ap. 3:12) En otro lugar se declara: “Dios es la cabeza de Cristo.” (1 Corintios 11:3, RVR 1995) Y considere esta significativa declaración sobre el glorificado Jesucristo: “Bendito sea el
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” (2 Corintios 1:3) Nuestro Señor Jesús aparece en segundo lugar una vez más. Ahora bien, cuando leemos estas palabras de Pablo que resuenan al Salmo 41:13 en RVR: “Bendito sea Jehová, el Dios de Israel”, ¿hemos de concluír que Israel y Jehová son idénticos? Encuentro que los grupos religiosos llegan a extremos en su postura, sea por no reconocer al Cristo en el propósito de Dios, al ‘no honrarlo como honran al Padre’, y hasta relegarlo a posición inferior a la de una organización humana. (Juan 3:16; 5:23) Toda organización religiosa que anteponga sus propios intereses por encima de las de Cristo tendrá que rendir cuentas ante Dios a su debido tiempo. En el otro extremo, hay quienes se empeñan en hacerlo igual a Dios, una acusación que judíos del día de Jesús hicieron, acusación que Cristo negó. (Juan 5:18; 10:33-36) Uno pensaría que estos “cristianos” hubieran aprendido una lección del capítulo 5 y 10 de Juan, pero se encuentran cometiendo el mismo error de aquellos judíos. Hemos considerado hasta ahora que la correcta traducción de Juan 1:1 no se puede determinar exclusivamente a base de gramática únicamente. De hecho, algunos religiosos reconocen esto. Una publicación católica declaró: “Gramática sola no puede comprobar cómo el predicado en este versículo [Juan 1: 1c] debe traducirse, si ‘Dios’ o ‘un Dios’ ”. (The Catholic Biblical Quarterly, Vol. XIII, No. 4, Oct. 1951) Los académicos C.H. Dodd y Murray J. Harris han comunicado la misma idea. Los trinitarios tienen razón cuando arguyen que una traducción palabra-por-palabra de Juan 1:1 sería: “y dios era el verbo”. Pero también es cierto que la cláusula puede ser traducida ‘literalmente’ como lo hizo el reconocido Robert Young en su comentario: “y un Dios (i.e. un Ser Divino) era el Verbo”. (Young’s Concise Critical Bible Commentary, 1865. Baker Book House) Aunque traducir Juan 1:1c – “el Verbo era dios” es aceptable en sentido cualitativo, el identificar a Jesucristo con “Dios” en sentido definido como insinúan las Biblias mejor conocidas sería ir en contra del mensaje joánico que repetidamente enseñaba que era ‘hijo’ de Dios. (Juan 1:18, 34, 45; 3:16-18; 35-36; 5:19, 21-23, 25-26; 6:40, 42; 8:35–36; 9:35 (cp. 19:7); 10:36; 11:4; 14:13; 17:1; 19:17; 20:31) Esta lista no incluye las decenas de veces que Juan afirmó que Dios era el Padre de Jesucristo, o que era el Hijo del Padre en un sentido único. Se ha destacado en este artículo, que ciertos patrones gramaticales (no una regla inflexible) y asuntos contextuales favorecen una traducción cualitativa o indefinida en Juan 1:1, donde se dan varios ejemplos. En realidad, la mayoría de las Biblias usan el artículo indefinido libremente en la traducción con los sustantivos sin artículo por todo el Nuevo Testamento. La propia conclusión de Juan, el autor bíblico de Juan 1:1, sobre el Logos:
Juan notó que Jesús mismo dirigía toda la atención y la adoración hacia su Padre y Dios. (Mateo 4:10; Juan 4:23; 20:17,31) Si Juan hubiera deseado establecer al Logos como “Dios”, él hubiera utilizado el artículo definido (“el”) ante theós (así: hó theós = el Dios) en la cláusula en referencia a Cristo para eliminar cualquier duda potencial. En otros lugares, Juan no vaciló en repetir el artículo donde fuera necesario, como hizo en Juan 15:1. El hecho de que no lo hizo en Juan 1:1 indica que el Apóstol quería hacer una descripción del Logos, no comunicar identificación con Dios. De nuevo, el versículo dos del prólogo confirma esto. Habiendo sido criado en una sociedad monoteísta, Juan jamás comunicaría un mensaje “politeísta” con idea pagana, como tampoco sugeriría que Cristo fuera parte secundaria de una entidad trinitaria, doctrina que surgió posteriormente para frenar las controversias sobre la persona de Cristo. Más bien, el Apóstol quería decirle al mundo que el Verbo era poderoso, muy semejante a Dios, de la misma manera que el autor del libro bíblico de Hebreos hacía hincapié en lo siguiente: “[Cristo] es el resplandor de la gloria de Dios. Es la imagen misma de lo que Dios es”. (Hebreos 1:3, Reina Valera Contemporánea) Otras versiones vierten la segunda parte de esta declaración de la siguiente manera: “El Hijo de Dios es igual en todo a su Padre”. (Traducción en lenguaje actual) “El es... la imagen misma de lo que Dios es” (Dios Habla Hoy) “El Hijo... expresa el carácter mismo de Dios” (Nueva Traducción Viviente) “El Hijo... es la imagen perfecta de todo lo que Dios es”. (Palabra de Dios para Todos) “El Hijo... es como Dios en todo”. (Versión Nueva Vida) Por lo tanto, si Cristo es tan parecido a Dios hasta el punto de ser señalado como “réplica exacta” de Dios, ¿no es esto en esencia una descripción de Cristo como “un dios”? (21st. Century New Testament) Después de haberse contado todo, Juan resumió su evangelio diciendo: “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo [=ungido por Dios], el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre”. Observe que Juan no escribió: “Para que [todos] crean que Jesús es Dios”. ¡Gran diferencia! Juan había indicado decenas de veces que Jesucristo era ‘Hijo de Dios’. Los tradicionalistas en sus versiones acostumbran señalar dos textos en el Evangelio de Juan (1:1 y 20:28) que indican que Jesucristo es Dios. Pero, muchos eruditos han indicado que la interpretación precisa de estos dos versículos es incierta y discutible. Por consiguiente, es mejor aceptar lo que no está en duda, a saber, lo que se dice repetidamente en el Evangelio, que Jesucristo es el Hijo subordinado de Dios. Nosotros hacemos mejor en imitar a Juan, y no a un erudito que lo contradiga. Varios educadores de la Biblia están de acuerdo con los que
sostienen la verdad bíblica acerca de Jesús, a saber, que lo que Dios presentó al mundo como Salvador, no fue “Dios” mismo encarnado, sino el Hijo de Él, un Ser Poderoso, Divino, pero siempre subordinado a Dios. Filipenses 2:7 y 2 Juan 7 no contradice ésto. (Lucas 1:32, 35; Juan 1:14, 3:16; 1 Corintios 15:28) Observaciones finales: El mismo erudito que acusó a los traductores de la TNM, a saber, William Barclay, de ‘deshonestidad intelectual’ por haber traducido Juan 1:1c así, “la Palabra era un dios”, (que luego concedió que esa lectura sí era viable), irónicamente publicó una de las explicaciones más sencillas sobre la estructura lingüística griega de Juan 1:1 que he visto: “Cuando se remueve el artículo definido en griego, como en inglés [y el español], el nombre se convierte en equivalente de un adjetivo. Tome el siguiente ejemplo en inglés [o: español]. Si digo ‘Juan es el hombre’, identifico a Juan con cierto hombre particular; si digo ‘Juan es hombre’, omitiendo el artículo definido, simplemente describo a Juan como un hombre”. Lo que esa frase particular de Juan dice es que la Palabra estaba en la misma clase que Dios. Dios es un adjetivo en lugar de un nombre, y la traducción perfecta es la traducción de la New English Bible: ‘Lo que Dios era, la Palabra era’ “. (Barclay 1985, Ever yours, pág. 205) (Opinión: La traducción de la ‘Nueva Biblia Inglesa’ tiene su atractivo, además – es interpretación aceptable, pero es ambigüa.) Barclay también escribió en otro lugar: “Cuando Juan dijo que la Palabra era Dios, no estaba diciendo que Jesús es el mismo que Dios, sino que Jesús es lo mismo que Dios. De dos personas compenetradas se dice que piensan y sienten lo mismo de tal manera que, si se conoce a una, es como si se conociera a la otra. Jesús está tan íntima y totalmente identificado con Dios en pensamientos, sentimientos y carácter que, conociéndole a Él, conocemos perfectamente a Dios” . (Comentario al Nuevo Testamento, por William Barclay, 1970. © 2006 por Editorial CLIE, Barcelona) El propio Barclay traduce Juan 1:1c: “y la naturaleza del Verbo era la misma que la naturaleza de Dios”.) En verdad, Jesucristo ‘es el reflejo de la gloria de Dios’. (Hebreos 1:3, TNM; cf., BLP) En conclusión, prescindiendo de cuál sea nuestra lectura preferida de Juan 1:1, sea: “Dios”; “divino”; o, “un dios”; es propio señalar, que debido a limitación humana, sería sabio de nuestra parte ser razonables y respetuosos con aquellos que abrigan un entendimiento diferente al nuestro. Bien dice la Palabra: “La misericordia, en cambio, prevalece frente al juicio”. (Santiago 2:13, Biblia de Navarra) Al fin de cuentas, Dios y Cristo, como “jueces” divinos, son los únicos que tienen la facultad y prerrogativa necesaria para emitir el veredicto final. ¿Cuál es, entonces, la traducción correcta de Juan 1:1c? Pues, la traducción tradicional (“el Verbo era Dios”) representa bien a la Vulgata Latina, más bien que al
texto griego, y confunde a la gente. Con razón se ha dicho que ‘la traducción tradicional no es sostenible sin explicación’. He aquí algunas traducciones que correctamente transmiten lo que Juan dijo en griego: “y lo que Dios era, la Palabra era” (New English Bible, paráfrasis aceptable) “la Palabra era un ser divino” (La Biblia del Centenario, la Sociedad Bíblica de París) “y el Logos era divino” (James Moffatt) “y un dios era la Palabra” (La Versión Copta Sahídica, c. 250 E.C.) “y la Palabra era un dios ” (La Sainte Bible, 1879, por Segond-Oltramare, Ginebra y París) “y la Palabra era un Dios ” (The New Testament, James L. Tomanek, Pocatello, Idaho, 1958) “y la Palabra era un dios ” (Traducción del Nuevo Mundo, 1963) “y la Palabra era un dios (parecido a Dios; divino)” (TNM, 1987 - Biblia con Referencias, Apéndice 6A, pág. 1578, N. Y.) “y dios era la Palabra” (Cuarto Evangelio. Cartas de Juan, por Juan José Bartolomé) “y Dios de cierto tipo era el Logos” (El evangelio de Juan, Ernst Haenchen) “y de tipo parecido a Dios era el Logos” (Johannes Schneider, Berlín) “y la Palabra era divina ” (J.M.P. Smith and E. J. Goodspeed, Chicago) “Pues, la Palabra era divina ” (El Nuevo Testamento Original, por Hugh J. Schonfield, Londres) “la Palabra era divina ” (El evangelio y las cartas de Juan, por Senén Vidal García, Valladolid, España – 2013) Para otros ejemplos, vea: https://www.scribd.com/document/358556923/Lista-delecturas-suplentes-a-la-tradicional-de-Juan-1-1 Cuando se considera la gramática griega, el contexto de Juan y la Biblia entera, podemos concluir que las traducciones que reflejan una diferencia entre el “dios” (theós) con artículo y el “dios” sin artículo en Juan 1:1, no solo son más exactas, sino que además, comunican mejor el significado intencionado por Juan. Tomando esto en cuentas, el Jesuita John L. Mackenzie, (S.J.) concluyó: “Jn 1:1 debe traducirse
rigurosamente 'la palabra estaba con el Dios [=el Padre], y la palabra era un ser divino’ ”. (DICTIONARY of the BIBLE, pág. 317. Corchetes son de él.) El profesor Jason David Beduhn de la Universidad de Flagstaff, Arizona, llegó a una conclusión semejante, a saber, que ‘el Verbo era un dios (o: divino)’. (Beduhn 2003, pág. 132) Por consiguiente, la traducción de “un dios” cuando se aplica a Jesucristo, “el Verbo” de Juan 1:1, aunque controvertida, no está en pugna con las reglas de la gramática griega, ni con las Santas Escrituras. Está plenamente en acorde con ésta. -------------------------------------------“¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” – 1 Juan 5:5. – FIN –
______________________________ Para una consideración de otros temas, vea los siguientes enlaces: Para Juan 1:1, https://www.scribd.com/document/358556923/Lista-de-lecturas-suplentes-
a-la-tradicional-de-Juan-1-1 Para Juan 8:58 (“yo soy”), vea el siguiente enlace: http://www.scribd.com/doc/36126649/Traduccioncorrecta-de-Juan-8-58-Lista-de-lecturas-alternativas-a-yo-soy Para Juan 17:3 (‘adquirir conocimiento’): http://www.scribd.com/doc/74629981/Juan-17-3%E2%80%98Adquiriendo-conocimiento%E2%80%99-de-Dios-y-Jesucristo Para 1 Timoteo 3:16: http://www.scribd.com/doc/77336247/%C2%BFFue-Dios-manifestado-en-carne-1Timoteo-3-16 Para Colosenses 1:16, “todas las otras cosas”: http://www.scribd.com/doc/209601066/Colosenses-1-16%C2%BFEs-la-traduccion-%E2%80%9Ctodas-las-otras-cosas%E2%80%9D-apropiada Para Hebreos 1:6,8, vea: https://www.scribd.com/doc/255738165/Ensena-Hebreos-1-6-8-que-Jesucristoes-Dios Para ¿Sabía griego el Comité de la Traducción del Nuevo Mundo?: http://www.scribd.com/doc/51623596/%C2%BFSabia-griego-el-Comite-de-la-Traduccion-del-Nuevo-Mundo “¿Acaso tiene sentido la Trinidad?”: http://www.scribd.com/doc/173779117/%C2%BFAcaso-tienesentido-la-Trinidad
En inglés: For Exodus 2:25: http://www.scribd.com/doc/38676458/Exodus-2-25-And-God-took-notice-Does-God-careabout-us For a consideration of John 1:1 with commentary, click the following link: http://www.scribd.com/doc/34916458/The-correct-translation-of-John-1-1 For a briefer consideration of John 1:1, but with additional samples, click: http://www.scribd.com/doc/50330864/John-1-1-List-of-Alternate-Readings
For John 1:14: http://www.scribd.com/doc/35002730/John-1-14-Jesus-full-of-grace For John 8:58: http://www.scribd.com/doc/35318309/The-correct-translation-of-John-8-58-List-ofalternate-readings-to-I-am-I-have-been-I-was-I-exist For John 17:3: http://www.scribd.com/doc/57772552/John-17-3-%E2%80%98Taking-in-knowledge-of%E2%80%99-God-and-Jesus For a consideration of Translation Differences between Bible http://www.scribd.com/doc/59484457/Translation-Differences-Questions-and-Answers
versions,
click:
For Hebrews 1:6,8: https://www.scribd.com/doc/252268649/Does-Hebrews-1-6-8-prove-Jesus-is-God
_______________ Nota final: Este documento fue escrito con el programa ofimático gratis de LibreOffice Writer*, con tipo de letra Noto Sans, tamaño 12, originalmente en el formato abierto .odt (Open Document Text). (*Disponible para Linux, Mac y Windows)
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