Tracciones y Sus Tipos
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La tracción: Es una modalidad de tratamiento utilizado para la reducción o la inmovilización de fracturas o dislocaciones. Se utiliza para mantener la alineación, disminuir los espasmos musculares, aliviar el dolor, corregir, disminuir o prevenir las deformidades, ampliar los espacios comunes antes de la cirugía, promover el resto a partes del cuerpo enfermas o heridas y para promover el ejercicio. Las enfermeras necesitan un conocimiento práctico de los distintos tipos de tracción, junto con su justificación, su correcta instalación y mantenimiento. Ellos deben familiarizarse con las posibles complicaciones y los diagnósticos de enfermería para el uso de trabajo con los pacientes para tratar de lograr los resultados esperados paciente. Otros tipos de tracciones Existen otras tracciones que se conocen por el nombre de sus autores y que se utilizan en algunos de los servicios de ortopedia: 1.
Tracción de Buck. Es una forma de tracción cutánea que se emplea con frecuencia para el manejo de fracturas de la cadera, o cuando existe alguna afección de la cadera o de la rodilla. Puede retirarse con autorización médica para realizar cuidados de la piel y colocarlas de nuevo.
2.
Tracción manual. Se aplica para el alineamiento de las fracturas, antes de inmovilizarlas con yeso o para mantener alineada la extremidad mientras se coloca alguno de los elementos de la tracción.
3.
Tracción de Rusell. Es igual al método de Buck, pero se adiciona una hamaca para la rodilla, de la cual cuelga el peso. Se utiliza en el postoperatorio de las artroplastias de cadera, en tratamiento de las fracturas de fémur o para algunos traumatismos de caderas y rodillas. Generalmente, por indicación médica se puede retirar, realizar cuidados de la piel y colocarla de nuevo.
4.
Tracción pélvica 90-90. Se emplea para el manejo conservador de pacientes con dolores lumbares. Se coloca rodilla y caderas en flexión de 90 grados y se aplica la tracción en los muslos.
5.
Tracción pélvica. Es una tracción cutánea, utilizada para disminuir el espasmo muscular. En pacientes con dolor lumbar puede aplicarse con un cinturón o una faja.
6.
Tracción cervical. Corresponde a una tracción cutánea utilizada para disminuir el espasmo muscular y los dolores ocasionados por las lesiones de los discos cervicales o de los músculos. La posición de la cabeza varía con el fin de proporcionar más comodidad y de acuerdo con las indicaciones médicas puede aplicarse de modo intermitente.
Así mismo, pueden mencionarse otros tipos de tracciones, como son:
1.
Tracción lateral de brazo. Es cutánea y se utiliza en etapa postoperatoria.
2.
Tracción de Bryant. Es utilizada en ni?os con un peso menor de 20 kg, en fracturas de fémur.
3.
Suspensión balanceada. Para tratamiento de extremidad inferior después de traumatismo o cirugía; si desea mantener la pierna sin apoyo sobre la cama y si es necesaria la tracción, puede aplicarse la cutánea o la esquelética.
4.
Tracción de Cotrell. Es una combinación de tracción pélvica y cervical; se aplica en las deformidades de la columna para su disminución; su peso se aumenta gradualmente por indicación médica.
5.
Tracción halo-femoral. Es una tracción esquelética que se emplea para disminuir las deformidades de la columna; el peso se aumenta, diariamente.
6.
Tracción esquelética cervical. Utilizada mediante las pinzas de Crutchfield, Banton o Vinke, y se aplica en el cráneo.
Acciones de enfermería •
Vigilar que la cuerda esté fija en algo y conocer el peso corporal del paciente, para así saber la cantidad de peso que se debe aplicar.
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Observar que la cuerda corra a través de una o varias poleas, según la indicación; en un mismo caso pueden existir varias poleas, pesas y cuerdas.
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Observar el alineamiento (esto es importante conocerlo antes de cualquier proceder de enfermería). Alineamiento quiere decir que se mantiene una parte del cuerpo en el mismo eje en relación con la fuerza de tracción.
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Observar la contracción, que es la fuerza ejercida en dirección opuesta al halón de la tracción, balanceada por ella. Por ejemplo, si se aplica tracción a las extremidades inferiores se instruye al paciente para que se mantenga hacia la cabecera de la cama, a fin de mantener cierta contracción.
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No retirar nunca una tracción si esto no es indicado por el médico, es decir, no quitar las pesas y ponerlas sobre la cama o el piso. Esto solo puede realizarse si el médico lo indica.
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Para el cambio de tiras, vendajes, etc., la enfermera lo realiza si existe la orden médica, pues algunas formas de tracción pueden ser interrumpidas, temporalmente.
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El paciente con tracción tiene libertad de movimientos, por lo que se debe vigilar todo lo concerniente al aseo personal, sin alterar los elementos de tracción mecánica.
•
El ba?o, el cambio de ropa, la limpieza y la eliminación de desechos en la zona de la espalda, puede realizarse, adecuadamente. Estos procederes pueden aplicarse de la misma forma que en los pacientes con otras enfermedades, solo que es necesario ense?ar al paciente que tiene esas posibilidades utilizando el trapecio.
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Ense?ar a que se mueva hacia la cabecera de la cama varias veces al día según la tracción.
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Todas las pesas colocadas en una tracción deben colgar fuera de la cama, por debajo de la pielera o más allá de la cabecera.
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Evitar que las cuerdas se monten sobre la pielera o la cabecera, que se enreden con las ropas o salgan de las poleas.
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Observar que los talones no se unan con las depresiones del colchón o con los huecos de las pieleras.
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Evitar que las pesas lleguen al piso; que cuelguen libremente.
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El peso debe aumentarse, disminuirse o retirarse solo por indicación médica y en la forma gradual en que comenzó.
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Deben evitarse áreas de presión o ulceraciones provocadas por el aparato de tracción o por el peso del cuerpo en las zonas que tienen poca protección natural.
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Observar el cuidado de zonas específicas como: prominencias óseas del codo, la mu?eca, el tobillo, la cadera, la cabeza del peroné, omóplatos o pelvis.
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Asegurarse de la alineación del cuerpo y la posición correcta de la extremidad.
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Vigilar que en caso de que la tracción sea esquelética, se cubra el orificio externo de los clavos con gasa estéril y no tocar a menos que sea por indicación del médico; las puntas, cubrirlas con corcho o tela adhesiva para proteger al personal que lo maneja.
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Revisar con frecuencia la circulación y la sensibilidad del miembro en tracción.
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Hacer que el paciente inspire, que tosa y que haga movimientos dentro de los límites que la tracción aplicada le permita.
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La atención psicológica, durante la evolución de estos pacientes, es fundamental, por lo que la enfermera desempe?a un papel muy importante.
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Indagar con cada paciente por qué se le aplicó la tracción, pues conociendo su influencia sobre este motivo, se mejora la interrelación entre ambos.
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Observar con cuidado de dónde a dónde van las cuerdas y el objetivo que se busca con ellas. Si se entiende el propósito de la tracción, si se tienen los principios básicos, entonces se procede a realizar una atención con eficiencia y calidad.
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Observar y anotar todos los detalles en la historia clínica, y como paciente encamado, vigilar su eliminación y la dieta posible a administrar.
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Mantener la cama en posición de Trendelenburg para que la acción de la tracción sea más efectiva.
Valoración Datos subjetivos El paciente refiere dolor, espasmos musculares, sensación de tirantez, incomodidad, estre?imiento. Datos objetivos Limitación de los movimientos, alteración de la integridad de la piel. Diagnósticos de enfermería (NANDA) •
Dolor R/C efecto de la tracción, espasmos musculares.
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Deterioro de la movilidad física R/C encamamiento, espasmos musculares.
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Déficit de autocuidado (ba?o/higiene) R/C uso de la tracción.
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Estre?imiento R/C reposo en cama.
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Riesgo de deterioro de la integridad cutánea R/C uso de la tracción, encamamiento.
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Pérdida de la autoestima R/C tracción y encamamiento.
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Deterioro de la imagen corporal R/C tracción y encamamiento.
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Alto riesgo de infección R/C vías invasivas.
Expectativas: •
Disminuya el dolor expresado por el paciente.
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Recupere la movilidad física, realizando ejercicios de los miembros no afectados.
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Mejore autocuidado, logrando independencia para realizarlo.
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Restablezca hábito intestinal con deposiciones diarias.
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Disminuya el riesgo de deterioro de la integridad cutánea.
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Eleve su autoestima y sea expresado por el paciente.
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Exprese aceptación de su imagen corporal con ayuda del personal de enfermería y familiares.
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Disminuya el riesgo de infección.
Notas de resumen Se expresa el estado de la piel del paciente, el uso y beneficio de la tracción reflejando las libras de peso colocadas en esta, la movilización del paciente, el comportamiento del patrón intestinal, así como la presencia del dolor y sus características.
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