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December 29, 2017 | Author: envion1 | Category: Euripides, Jason, Tragedy, Sophocles, Greek Tragedy
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LENGUAS CLÁSICAS II

TRABAJO PRÁCTICO

Análisis de “Medea” de Eurípides

Muñoz, Yanina Alejandra Profesorado de Lengua y Literatura - 3º año Ciclo Lectivo 2009

1) Análisis del autor Sobre la biografía de Eurípides poseemos pocos datos y no del todo verosímiles. Sus padres eran ricos hacendados y él nació en la propiedad familiar de Salamina, en el 485/4 a.C. Recibió una educación esmerada y es posible que antes de dedicarse a la literatura se dedicase a la pintura, pues parecen ser suyos unos cuadros hallados en Mégara. Todo tipo de historias del peor género elaboradas por la comedia nos hablan de sus desventuras matrimoniales con sus dos mujeres, Melito y Quérine, y los muchos disgustos que tuvo en el matrimonio. Eurípides no alcanzó gran simpatía entre sus conciudadanos, por su carácter inconformista y crítico con los aspectos tradicionales, y pronto fue objeto de las burlas de la comedia. Por contraste con Sófocles, cuya vida estaba incorporada tan sólidamente a la comunidad ateniense, Eurípides no participó activamente en política y sus relaciones con el público no fueron buenas. Esta oposición del público se manifestó en una acusación por impiedad formulada por Cleón, aunque la fuente no es muy segura. En el año 408 a.C. abandonó con amargura Atenas, acogiéndose al mecenazgo de Arquelao de Macedonia; allí en Aretusa, cerca de Anfípolis, murió en la primavera del 406. Según una tradición, fue muerto despedazado por perros rabiosos, lo cual no es sino una invención para simbolizar su castigo por impío. En la corte de Arquelao estuvo rodeado, en sus últimos días, por hombres prestigiosos como el poeta trágico Agatón y el poeta ditirámbico Timoteo. Sobre los premios obtenidos, decir que según el Mármol de Paros consiguió el primer premio en cuatro ocasiones, lo cual es un balance pobre si tenemos en cuenta que consiguió coros para veintidós tetralogías, en torno a las noventa obras. Algunas fuentes citan cinco triunfos porque añaden el obtenido por su hijo o sobrino después de su muerte. Entre sus obras más famosas: Alcestis, Hipólito, Medea, Bacantes. Se conservan dieciocho obras de Eurípides (compuso alrededor de 92) pues el Reso se considera apócrifa - no auténtica - y un drama satírico - Cíclope -que nos ha llegado a través de textos medievales. Además una cantidad de fragmentos pertenecientes a sus obras perdidas que supera con creces a la de la totalidad de los fragmentos de Sófocles y Esquilo. Estas obras son: Alcestis, Medea, Los Heráclidas, Hipólito, Andrómaca, Las Suplicantes, Hécuba, Ión, Heracles, Las Troyanas, Electra, Helena, Ifigenia en Tauride, Las Fenicias, Orestes, y las compuestas en su estancia en Macedonia Ifigenia en Aúlide, y Las Bacantes. La inquietud intelectual es el signo que caracteriza a Eurípides. Trató con espíritu nuevo las historias del pasado, utilizándolas a veces para desenmascarar a héroes, como Eteocles, o criticar a los dioses por su comportamiento. En ocasiones pertenece al apogeo clásico y en otras es muy renovador. El "pathos" de un gran apasionamiento se encuentra junto a consideraciones racionalistas ajenas a la acción. El centro de su interés es el hombre, viendo a las divinidades como símbolos de los poderes irracionales y sustituyendo su fuerza por la de la Tuch (el azar, la fortuna) que mezcla y dirige los destinos humanos. Critica muchos principios de la normativa tradicional ática como la superioridad hombre-mujer, griegobárbaro, el respeto a la tradición y el pasado glorioso, la virtud de la guerra, etc. Utiliza la tragedia para exponer sus ideas, lo cual da a ésta un carácter moralizante y sentencioso que se observa en la forma de terminar algunas mediante la intervención de lo maravilloso en forma de "deus ex machina". En su obra se cumple el tópico aristotélico según el cual "Sófocles representa a los hombres como deberían ser y Eurípides como son". Con respecto a la democracia e imperialismo atenienses, Eurípides no participa en la polis con una relación similar a la de Esquilo o Sófocles. Si con frecuencia tomó posiciones en sus dramas frente a cuestiones de la vida estatal, lo hizo desde el punto de vista del pensador racionalista, y no como ciudadano de la polis que participa en ella. En el helenismo, se conducía a los extranjeros en Salamina a una gruta donde se suponía que, alejado de los hombres, Eurípides había meditado sobre los enigmas de la existencia. El genio se aislaba y abría un

profundo abismo, cosa insólita en el clasicismo, entre él, que empezaba a despuntar, y el pueblo. Esta actitud del poeta y el plasmar los pensamientos de la sofística en sus versos, provocaron la indignación y burla de los conservadores atenienses. Sobre su relación con la sofística decir que fue seguidor de sus ideales pero nunca estuvo adscrito a ninguna escuela. Discípulo de Protágoras, Prodico y de Anaxágoras participó del racionalismo sofístico pero su obra no se acopla a ningún sistema filosófico, sino que muestra una lucha incesante, una búsqueda apasionada, que le hace parecer contradictorio. Este pensamiento sí que influyó en su concepción de la tragedia. Se abrió al influjo de la sofística y tuvo los problemas de los sofistas, pero conservó su independencia y a veces fue crítico con ellos. La lengua de Eurípides se asemeja al habla coloquial por diversas razones: vocabulario extraído de la prosa, uso de figuras estilísticas coloquiales, del hipérbaton, o el recurso de poner en antecedentes de lo que va a pasar con el prólogo. Esto no significa que sea un estilo vulgar, sino que posee la sencillez característica de los poetas que tienen cosas importantes que decir. La importancia del coro en Esquilo y Sófocles como personaje activo en el conflicto dramático desaparece por completo en Eurípides. Sin embargo los coros de éste cobran relevancia por la calidad poética que poseen y como espectáculo musical (recordemos su relación con Timoteo, renovador de la lírica en el s.V a.C., en Macedonia). Se ha observado como ciertas partes de la tragedia de Eurípides se destacan con mayor nitidez y tienden a tener vida propia, pero esto no significa que los dramas del autor se vayan a descomponer, sino que forman un todo en el que esas partes se distinguen en sus aspectos formales. Así ocurre en los diálogos agonales, donde se despliega el gusto de los griegos por la disputa, y su pasión por las acciones judiciales. Se ve influido en cierta medida por la retórica de su tiempo. Al final de sus dramas usa el deus ex machina para desenredar la trama y restablecer el orden. Son importantes los cantos corales de Eurípides, que no son meras interpolaciones sino que tienen el carácter de relatos líricos independientes, donde la musicalidad nos muestra el nuevo giro que experimenta el ditirambo ático en esta época. 2) Argumento de “Medea” En el prólogo la nodriza expone la situación: Medea, llegada a Corinto con Jasón después de haberle ayudado a conquistar el vellocino de oro y haber matado, por su amor, a su propio padre y hermano, se encuentra ahora gravemente afligida y ofendida porque Jasón, olvidando sus juramentos, está por contraer nuevas nupcias con la hija del rey Creonte; y en su corazón exasperado medita sin duda alguna venganza terrible. EL pedagogo de los hijos nacidos de Jasón y Medea agrega por su parte haber oído decir que Creonte tiene la intención de expulsar de Corinto a los pequeños inocentes, lo que exacerba el furor de Medea. Sin embargo, cuando el propio Creonte viene a comunicarle su decreto, Medea, que ha concebido ya un cruel plan de venganza, trata de obtener con palabras serviles y simuladoras que puedan los niños permanecer un día más en Corinto, a lo que Creonte accede, no obstante sentir un oscuro temor. Medea revela a las mujeres del coro su íntima sed de venganza: matará no sólo al traidor, sino también a la nueva esposa y a su padre; sólo es incierta todavía la forma de hacerlo. Para exasperarla en mayor grado llega Jasón, con quien tiene un áspero altercado. Pero he aquí que se presenta en Corinto el rey de Atenas, Egeo, de regreso de Delfos a donde fue a interrogar al oráculo sobre la causa de la esterilidad que lo aflige. Medea, prometiéndole remedio a su mal, le solicita hospitalidad, y Egeo se compromete con solemne juramento a darle en Atenas asilo inviolable, cuando se disponga a salir de Corinto. Segura así de un futuro refugio, Medea puede llevar a cabo su plan. Llega un esclavo de la casa de Creonte: la esposa ignorante, aceptado el regalo fatal, desfallece de repente y cae a tierra; el vestido se

adhiere a las carnes y la consume, mientras de la corona se eleva una llama que la desgraciada reaviva aun más al tratar en vano de defenderse de ella. Acude entonces el padre y se arroja sobre el cuerpo atormentado de la hija, y queda pegado y consumido también él por el maleficio. Queda aún cumplir la última venganza con Jasón: desde los aposentos se oyen los gritos de los niños que la madre mata con sus propias manos. Jasón, que llega para castigar a Medea, contempla la revelación del último y atroz delito; pero Medea se eleva volando al cielo sobre el mágico carro del sol, llevando consigo los cuerpos de los hijos a quienes ella misma dará sepultura. 3) Estructura interna La estructuración de los hechos, es decir, la "fábula", gira en torno a tres procesos: la peripecia, la anagnórisis y el pathos. La peripecia es un cambio de acción en el sentido contrario al que se espera, un efecto paradójico de la intención, es decir, una acción que emprendida en un determinado sentido alcanza, sin embargo, un resultado opuesto. La mejor peripecia es la que lleva al héroe de la felicidad a la desgracia, y así le sucede a Medea, que, estando felizmente casada con Jasón, descubre que éste la engaña y que tiene la intención de contraer matrimonio con Glauce. El carácter noble y el valor deberían estar presentes en el héroe afectado por la peripecia, ya que si no, no se produciría un efecto trágico (resultaría más bien cómico que un hombre malvado pasase de la dicha a la desdicha). Pero en Eurípides, Medea no aparece como un modelo tan noble sino que está vista a través de una lente que pone de relieve sus ambiciones, su cinismo, su maldad y su cobardía, rebajando la aureola heroica que rodea al resto de los personajes trágicos de la literatura griega. Eurípides consigue este efecto mediante un tratamiento realista del mito. Sin embargo, este hecho no impide que se produzca igualmente un efecto trágico. El siguiente de los procesos a los que se ve sometido el héroe es la anagnórisis. Ésta constituye la verdadera peripecia y consiste en el paso de la ignorancia al conocimiento. En otras obras, como por ejemplo en Edipo Rey, la anagnórisis tiene lugar a la mitad o al final de la obra, sin embargo, en Medea se produce justo al principio. A comienzo de la tragedia Medea ya ha descubierto que Jasón se casará con Glauce. El conocimiento que el lector tiene de la situación anterior se crea mediante los relatos de la protagonista en los que hace alusión a la felicidad previa a la acción que se desarrolla en la obra. La posible disminución del efecto trágico que pudieran producir estos cambios estructurales se compensa con una mayor intensidad y fuerza dramática en los diálogos. A lo largo de la obra tiene lugar un contraste entre las palabras amenazadoras y rencorosas de Medea y el modo cínico que utiliza Jasón para excusar sus acciones, con argumentos que, tanto para el lector como para la propia Medea, carecen totalmente de valor. La última fase que debe experimentar el protagonista es el pathos. Dicho proceso es la parte de la tragedia que cobra más importancia en esta obra. Es pathos es una acción destructora y dolorosa que constituye un proceso esencial en la estructura de este tipo de drama. Éste ha de entenderse como un sufrimiento psíquico y moral producido por la inminencia de un mal antes que por el mal mismo. En Medea, la heroína consuma el crimen con pleno conocimiento del vínculo familiar. Ésta no es una de las posibilidades más trágicas, pero aun así, produce un efecto dramático ya que se lleva a cabo una acción que tendrá como consecuencia un mal irreparable. En concreto, hay un fragmento de la obra que produce un gran efecto catárquico. Se trata de una parte del célebre monólogo en el que la heroína decide dar muerte a sus hijos: "¡Ay, ay! ¿Por qué me miráis, hijos? ¿Por qué me sonreís con esa sonrisa suprema? ¡Ay! ¿Qué haré? Me desfallece el corazón, mujeres, al ver la mirada alegre de mis hijos. ¡No podré! ¡Olvídense mis anteriores propósitos! Sacaré de esta tierra a mis hijos. ¿Qué necesidad tengo de castigar con la

desdicha de ellos a su padre, y de hacerme a mí misma tanto mal? ¡No, jamás lo haré! Renuncio a mis proyectos. Pero ¿voy a sufrir al verme convertida en motivo de escarnio dejando impunes a mis enemigos? Hay que obrar. ¡Oh!, ¡Cuán cobarde soy por dejar que se apoderen de mi corazón estas flaquezas! Hijos, entrad en las moradas para que sufra quien no debe asistir a mis sacrificios. No temblará mi mano. ¡Ah! ¡No hagas eso, corazón mío! ¡Deja a tus hijos, miserable! ¡Perdónalos! Allá te servirán de alegría, si viven. No, ¡por los vengadores subterráneos del Hades! Jamás dejaré mis hijos a mis enemigos para que los ultrajen. Es absolutamente necesario que mueran. Y puesto que es preciso, los mataré yo, que los he parido. Así está decidido y así se hará." Este pasaje puede dividirse en cuatro grandes partes. Una primera en la que Medea, tras hacer entrar a los niños en el palacio, lamenta su propia decisión de darles muerte, después de las penas que ha tenido que sufrir para cuidarles y protegerles. Pero su muerte es necesaria; sigue una segunda parte, en la que, al contemplar a los pequeños, confiesa no tener valor para llevar a término el infanticidio. Pero a continuación reacciona. Viene, finalmente, una última parte en la que, siguiendo la voz de su corazón, parece que va a decidir su perdón pero reacciona y se decide a matarlos. Esto pone al lector en una situación de duda e intriga, que, al conocer el final, provoca un gran efecto trágico. También cabe destacar el fragmento en el que Medea se muestra arrepentida ante Jasón y le pide perdón. Lo que deducimos de este diálogo es que el orgullo de Medea es capaz de ceder para conseguir sus propósitos y notamos el inmenso dolor que esta acción produce en la protagonista, a la vez que acentúa el alejamiento de al heroína de la típica perfección del protagonista trágico. 4) Personajes • Principales: - Medea: Protagonista absoluta. Sobre ella cae la desgracia, por lo que es ella también quién llevará a cabo la venganza. • -

Secundarios: Nodriza: Es su confidente. A ella encarga Medea los trabajos requeridos por su venganza, para los que necesita total confianza. - Jasón: Se podría decir que es casi el antagonista. Él es quien traiciona a Medea y, por tanto, quien sufre todas las consecuencias - La Corifeo: Portavoz del coro. Ejerce como conciencia de Medea, aunque esta en alguna ocasión le hace caso omiso.

• Accesorios: - Hijos: Ni siquiera tienen nombres propios. Son un objeto más a destruir con tal de hacer sufrir a Jasón. - Creonte: Rey de Corinto. Destierra a Medea, por miedo a su ira y por lanzar injurias contra los Príncipes. - Glauce: Hija de Creonte y futura esposa de Jasón. Ni siquiera tiene texto. Representa la posibilidad de darle descendencia a Jasón tras acabar con la vida de sus primeros hijos. - Egeo: Le da a Medea el hogar y la protección que necesitará tras su crimen. Los personajes son redondos, Medea expresa continuamente sus cambiantes sensaciones (odio, rencor, dudas, amor, etc.) y en ciertos momentos es bastante imprevisible, como el momento en el que duda entre matar o no a sus hijos, haciéndoles pagar un error de su padre. Además, Medea y Jasón tienen un pasado juntos.

5) Papel del coro Hay que destacar la función del coro en la obra. Éste representa un lugar intermedio entre la acción y el espectador. Sin embargo, no puede participar directamente en la obra. En Medea, el coro implora, gime, expone su horror ante lo que sucede, pero no puede evitar la muerte de los niños a manos de su madre. Simplemente desempeña una función mediadora y comentadora. En la mayor parte de la tragedia, el coro se solidariza con Medea, dándole la razón en lo que argumenta, pero no apoya su método de venganza. 6) Tema y tipo de la tragedia, qué tema quiere mostrar Eurípides presenta en sus obras los cambios sociales, morales y políticos de la Atenas de su tiempo. Aunque conocía las fuentes mitológicas de las historias que tomaban, Eurípides adaptaba los personajes a los modos de ser de sus contemporáneos de la península griega, llevando a su cotidianeidad los lenguajes, los sentimientos y los personajes de la tragedia. Un escéptico que fue contra los dogmas morales y religiosos tradicionales construyendo personajes muy lejanos a constituirse en ideales simbolizados y que dio un lugar destacado a los personajes femeninos, frecuentemente el protagonismo de la obra, representando ya sea el crimen o la virtud. Eurípides intentaría demostrar cómo la acción humana está precisamente más allá del alcance de la razón, cómo ésta, al servicio de la pasión, no puede impedir que la ferocidad aflore. Presenta también una supremacía del mal, que no viene como un castigo de la justicia divina o que se contrapondrá a la virtud, sino como respuesta a un mal mayor aún. La abandonada Medea se consume de dolor y arrepentimiento de todo lo que hizo por el hombre que ya no la quiere y al que empieza a odiar tras haber amado tanto. La protagonista responde al estereotipo de la mujer extranjera, poseedora de poderes mágicos malignos, dominada por la pasión de manera desmedida, cruel y despiadada. El propósito del autor parece ser el de explorar ciertos rincones ocultos del alma de los personajes, lo que éstos ignoran o pretenden hacerlo. Medea es víctima conciente de la ferocidad que surge de su espíritu y que enfrenta a la razón, la cual no logra dominar a su adversaria sino tan sólo tomar conciencia de su inevitable violento accionar. Eurípides presenta dos fuerzas contrarias entre sí anidando ambas en el interior del hombre mismo. La obra presenta el desarrollo que este conflicto entre razón y pasión va llevándose a cabo en los personajes, un proceso más que un estado definido y estático.

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