Trabajo. Las cuevas del Qumrán
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CUEVAS DEL QUMRÁN. DESDE EL HALLAZGO DE LOS MANUSCRITOS HASTA LA ACTUALIDAD. “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” 1 Pedro 3:15 Gabriela Cuevas, Daniela Gaete 27 de Junio de 2013
CUEVAS DEL QUMRÁN. Índice. Introducción 1.
Historia del hallazgo de los manuscritos del mar muerto.
a) Ubicación geográfica b) Como fue el hallazgo c) Los esenios d) Antecedentes de Qumrán e) Cuando fueron depositados los manuscritos en las cuevas. f) Descripción cueva por cueva
2.
Qumrán en la actualidad: sus investigaciones e importancia de los manuscritos.
a) ¿Qué aportan los manuscritos de Qumrán? b) Digitalización de los Rollos del Mar Muerto c) Importancia de los manuscritos
Conclusión
Bibliografía
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Introducción. El cristianismo es una religión de hechos como lo señala Josh McDowell, no va en contra de la historia, sino que más bien apela a los hechos de la historia. La historia religiosa y la historia secular pueden ir de la mano y en ningún momento encontraremos una contraposición, por lo tanto es necesario ser buenos lectores de la Biblia y también conocer la historia de Israel, y mundial, no dejando de lado los avances y descubrimientos arqueológicos que se suscitan en la actualidad. Es por ello que en este trabajo analizaremos uno de los mayores hallazgos arqueológicos de la historia bíblica, el descubrimiento de las cuevas del Qumrán en el noroeste del Mar Muerto en las desérticas tierras de la Nación de Israel. Primeramente veremos su ubicación geográfica, como fue su hallazgo, luego nos adentraremos en caracterizar a una comunidad religiosa llamadas los Esenios realizando una conexión con los manuscritos encontrados en las cuevas. Detallaremos también que se encontraron en aquellas cuevas describiéndolas una por una. En el otro apartado de esta investigación, señalaremos a Qumrán en la actualidad y la importancia de los manuscritos.
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Historia del hallazgo de los Manuscritos del Mar Muerto a) Ubicación geográfica. Qumrán se encuentra ubicada a unos veinticinco kilómetros al este de Jerusalén, y a unos 350 metros por debajo del nivel del mar Jordán. La proximidad del Mar Muerto, debido al gran nivel de este curso de agua, lleva a que esté presente una casi constante neblina y una gran humedad. No obstante, el entorno que consiste en zonas áridas lleva a que la conservación de materiales y pergaminos sea muy favorable.
Específicamente, Qumrán está emplazada sobre una terraza de arcilla y arena delimitada por quebradas producto de la erosión (ubicación marcada en rojo). Es precisamente en estas quebradas que se encuentran las diversas cuevas pero solo pocas de ellas tienen el espacio suficiente como para que ingrese una persona.
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Cercano a este espacio, como vemos en el círculo, se encuentra el cementerio de una Comunidad religiosa, llamada los Esenios (tema que analizaremos más adelante) compuesto por poco más de mil sepulcros. Finalmente, el área circundante es frecuentada por rebaños de cabras, ovejas y camellos, pastoreados por algún que otro beduino. El Monasterio de Qumran, situado en una pequeña meseta de materiales de aluvión, entre los acantilados del desierto de Judea y el Mar Muerto, es un centro de sumo interés para los estudios bíblicos, debido especialmente al descubrimiento de los famosos “manuscritos del Mar Muerto”. b) ¿Cómo fue el hallazgo? En el año 1947, un muchacho beduino, intentando echar hacia abajo unas cabras que se habían subido a la altura de unas cuevas, próximos al cementerio, les arroja una piedra que cae en el interior de una de estas, produciendo un ruido extraño, como si algo se hubiese roto. La sorpresa del ruido le produce curiosidad. No entró por miedo, pero al día siguiente él y un primo suyo entraron en la cueva y encontraron una tinaja con siete rollos de pergamino. En principio los manuscritos fueron a parar a Belén y a manos del Patriarca Sirio-Ortodoxo de Jerusalén. Más tarde fueron vendidos en Nueva York, y rescatados posteriormente por el Estado de Israel (Museo Rockefeller). Este fue el principio de uno de los mayores descubrimientos arqueológicos del siglo. La crítica atribuye a estos documentos unos
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CUEVAS DEL QUMRÁN. dos mil años de antigüedad, según el arqueólogo William F. Albright. El hallazgo desencadenó una fiebre de búsqueda, que culminaría con el descubrimiento de unos seiscientos manuscritos, repartidos en once grutas naturales. En las grutas 1ª y 4ª, situadas a unos 50 metros del Monasterio, se encontraron 40.000 (cuarenta mil) fragmentos escritos (trozos de papiros). Esta Búsqueda la canalizó después el Estado de Israel. Examinados los documentos en un laboratorio suizo con las pruebas del nuevo carbono 14, cuyo margen de error no supera los 70 años, nos indican que fueron escritos en torno a los siglos II y I antes de Cristo. Existen hasta treinta y una grutas en las que no se encontraron manuscritos, pero sí indicios de haber sido ocupadas, y entonces surgieron las preguntas formuladas por el Padre Dominico Roland de Vaux, de la escuela bíblica de san Esteban de Jerusalén: ¿Quién las habitó? ¿Quiénes habían escrito los manuscritos? ¿Por qué se hallaron en grutas? ¿Hubo algún centro religioso en el entorno? Todas estas preguntas dieron pie a la investigación arqueológica de las grutas y alrededores para encontrar posibles datos. La excavación fue dirigida (desde el año 1952 hasta el 1956) por el P. Roland de Vaux, dejando claro que allí hubo un cenobio judío, cuyos miembros pertenecían, sin duda, al movimiento ESENIO que tanto influjo ejerció en el judaísmo contemporáneo de Jesús. Desde la plataforma, que tiene unos 620 m. cuadrados y que corona su antigua torre, se aprecian los distintos compartimentos como se detalla a continuación:
1. Entrada al acueducto 2-3. Depósitos 4. Torre 5. Estancia con bancos 6. Scriptorium 7. Cocina 8. Refectorio y asamblea 9. Despensa 10. Taller de alfarería 11. Hornos.
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Extramuros del Monasterio, se encuentra emplazado su cementerio, con 1.200 tumbas. No es de extrañar lo relativamente pequeño del recinto con relación a la cantidad de monjes (150 a 200), pues en el monasterio estaban las estancias de las prácticas comunitarias (escritorio, comedor, cocina, baños, que recibían el agua del wadi, etc.) y el resto de la vida se hacía fuera, en tiendas como los beduinos, o en las cuevas. Con esto tenemos la respuesta a una de las preguntas: ¿Hubo algún centro religioso en el entorno? La respuesta afirmativa es el fruto de las excavaciones. ¿Quiénes lo habitaron y, por tanto, escribieron los manuscritos? También, como fruto de las excavaciones, se identifican con un sector especial de la secta de los Esenios. c) Los esenios Este grupo se conformaba de monjes que, en desacuerdo con el judaísmo oficial del Templo, buscaban en el desierto una mayor fidelidad a la Alianza en la práctica escrupulosa de la ley, en espera del Mesías. No estaban de acuerdo con que los Macabeos se hubiesen proclamado Sumos sacerdotes, interrumpiendo así la sucesión sadoquista (Sadoc era el Sumo Sacerdote de David). Su vida, ajustada a unas reglas, se conoce gracias a los manuscritos y a Filón de Alejandría, historiador contemporáneo de Jesús. Las noticias que nos da coinciden con lo que dicen los manuscritos. Así pues, tenían un Superior: el Maestro de Justicia; practicaban la comunión de bienes, pobreza personal y celibato, y se dedicaban al trabajo manual, la oración y el estudio de los libros sagrados, sin olvidar los baños rituales. La comunidad estaba jerarquizada. Antes de entrar a formar parte de ella, el aspirante tenía que superar una serie de pruebas y escrutinios, como un noviciado. d) Antecedentes de Qumrán. Varios son los antecedentes de Qumrán y su comunidad que nos han quedado de distintas fuentes históricas. Por un lado tenemos a Eusebio, obispo de Cesarea, famoso historiador de la Iglesia hacia el año 32l d.C., menciona que Orígenes (años 185 a 254), otro importante escritor cristiano, usó en la columna séptima de su Hexapla (la Biblia en columnas) una traducción griega de los Salmos que habían sido encontrados en Hierichunte (Jericó), oculto en una tinaja, en los tiempos de Antonino Caracalla, hijo del emperador romano Severo. A fines del siglo VIII, Timoteo I, patriarca de Seleucia,
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CUEVAS DEL QUMRÁN. escribe al metropolitano de Elam comunicándole que unos catecúmenos judíos le habían informado que un cazador árabe, persiguiendo a su perro, se adentró en una cueva, en las cercanías de Jericó, descubriendo un conjunto de libros. Este cazador fue a Jerusalén a comunicárselo a los judíos quienes vieron que se trataba de «libros del Antiguo Testamento y otros libros en escritura hebrea». Timoteo informa que habrían más de 200 salmos de David, etc. Hacia el año 973 d. C. el historiador caraíta (secta antigua judía, supuesta descendiente de los esenios) al-Quirquisani, dentro de su trabajo sobre sectas judías menciona la «al-Magariya», es decir «los que viven en cuevas». Ya en tiempos modernos, en el año 1873, el arqueólogo francés Clermont-Ganneau, estableció un vínculo entre las cuevas y ruinas de Qumrán; hizo una prospección en el cementerio aledaño, calculando una presencia de más de mil tumbas. En 1896, el arqueólogo Salomon Schekter, rastreando en El Cairo, encontró una multitud de manuscritos y fragmentos de la guenizá (lugar donde se conservan los restos de los libros israelitas, pues éstos no se pueden desechar), entre los manuscritos encontrados se halló el conocido Documento de Damasco. En el año 1947, tres pastores de la tribu beduina Táamireh, llamados Jalil Musa, Jum’a Mohamed y Mohamed ed Dhib descubrieron, de manera fortuita, una serie de manuscritos ocultos en una cueva de Qumrán (luego llamada número uno). En sus visitas se apoderaron de siete rollos y un par de jarras donde había manuscritos. Estos documentos pasaron a manos de dos anticuarios árabes, Jalil Iskandar Shalim y Faidi Salahi, por su intermedio cuatro de los rollos fueron comprados por el archimandrita del convento de San Marcos, Jerusalén. Posteriormente, el profesor Sukenik, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, adquiriría los tres manuscritos restantes; unos años más tarde, la Universidad Hebrea agregaría a su colección el resto de los documentos comprándolos al archimandrita. Los investigadores de la Escuela Americana de Investigación Oriental, examinaron los rollos viendo su gran antigüedad: John Trever las fotografió y el arqueólogo William F. Albright finalmente anunció que pertenecían al periodo 200 a. C. a 200 d. C. Las investigaciones arqueológicas dan comienzo, y se inicia con la plena identificación de la Cueva 1 (P. R. de Vaux, director de la Escuela Bíblica y Arqueológica Francesa de Jerusalén, y G. L. Harding, director del Departamento de Antigüedades de Jordania). Las excavaciones continuaron entre 1951 y 1965, alcanzándose la idea de un complejo cultural que se llamaría «Comunidad de Qumrán». Mientras que los arqueólogos descubrían las cuevas 3 y 5, los beduinos hacían lo mismo con la 2 y la 4. En 1956, los beduinos hallaron la cueva 6 y los arqueólogos las cuevas 7, 8, 9 y 10. Los siete pergaminos originales fueron sólo el principio: a ellos se agregaron más de 600 pergaminos y miles de fragmentos encontrados en las cuevas.
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CUEVAS DEL QUMRÁN. e) Cuando fueron depositados los manuscritos en las cuevas. Parece que los manuscritos encontrados en las cuevas de Qumrán son representantes de una gran biblioteca que fue trasladada desde su ubicación habitual a causa de la aproximación de algún peligro. Pero esta suposición no nos ayuda mucho en nuestro propósito de descubrir cuándo fue trasladada la biblioteca, porque la historia recoge muchísimas situaciones de peligro en esa parte del mundo. «Palestina ha tenido una historia larga y convulsa» dice el profesor Driver, «y los fugitivos que escondieron estos rollos en las cuevas cerca de Jericó podrían estar huyendo no de la persecución que puso en marcha Antioco Epífanes (165 a.C.) ni de las invasiones de los romanos (63 a.C., 70 d.C. y 135 d.C.) ni siquiera de las de los persas (614 d.C.) o de los árabes (637 d.C.) sino quizá de algún tumulto local provocado por odios raciales o religiosos del que no ha quedado ningún registro en la historia.» Pero existen algunas series de pruebas que nos permiten elegir hasta cierto punto entre todas estas posibilidades. Cuando los rollos fueron depositados estaban envueltos en lino e introducidos en tinajas de barro. ¿Se puede llegar a alguna conclusión a partir del examen del lino y de la cerámica? En primer lugar, el lino. Desde hace muy poco se ha descubierto un nuevo método para fechar materiales orgánicos a partir de su contenido en radiocarbono: el procedimiento se conoce como el método del «carbono 14», como ya lo hemos dicho. Este método, que aún se encuentra en su fase experimental, se utiliza para determinar hace cuánto tiempo cesó de «vivir» la sustancia orgánica. Un resumen sencillo del principio implicado lo ofrece Sir Mortimer Wheeler en su libro Archaeology from the Earth [Arqueología desde la tierra] (1956), pp. 50 y ss. El lino es, por supuesto, un material orgánico, y la aplicación del método del carbono 14 a un trozo de lino mostrará la fecha aproximada en que fue cortada la planta. En 1950 unos cien gramos del lino en el que estaban envueltos los rollos fueron sometidos a esta nueva técnica en el Instituto de Estudios Nucleares de la universidad de Chicago. El 9 de enero de 1951, el profesor W.F. Lobby, que había dirigido la prueba, informó que la fecha en que murió el organismo, es decir, el momento en que dejó de crecer el tallo del que estaba compuesto el lino, se remontaba a 33 d.C., con un margen de 200 años antes o después. Naturalmente, el lino fue tejido poco después de cortar la planta. No era necesario que el lino fuera demasiado nuevo cuando los rollos fueron envueltos en él, pero tampoco sería extremadamente viejo. Además, es posible que los rollos se conservasen en estos envoltorios de lino antes de que fueran depositados en las cuevas. Pero los
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CUEVAS DEL QUMRÁN. resultados de la prueba del carbono 14, para lo que nos interesa, encajan bastante bien en la imagen general que se está construyendo poco a poco a partir de otros tipos de pruebas. ¿Qué ocurre con las tinajas encontradas en las cuevas? Los artículos de cerámica que tenían un uso cotidiano y no ornamental no disfrutaban en la antigüedad de una vida mucho más larga que en nuestros días. Por eso, si los rollos fueron depositados en los recipientes en el momento de ser introducidos en las cuevas, no debemos esperar que la edad de los mismos sea muy anterior al momento del depósito. El valor de la cerámica para establecer una cronología ha obtenido cada vez más reconocimiento a lo largo de los últimos setenta años, siendo Sir Flinders Petrie el primer arqueólogo que supo captar todo su significado. Los estilos de la cerámica cambian con sorprendente rapidez a intervalos irregulares, pero dentro de estos intervalos tienen la tendencia a persistir con pequeñas variaciones en áreas geográficas muy amplias. Y como los recipientes de arcilla son por lo general los artículos más comunes fabricados por manos humanas, las capas de asentamiento humano en yacimientos antiguos se pueden datar con una precisión aceptable a través del estudio de las inmensas cantidades de fragmentos encontrados en las capas sucesivas. A falta de inscripciones que expresen una fecha, existen pocos criterios que se puedan utilizar con tanta fiabilidad para la datación arqueológica como el análisis de la cerámica. Las tinajas encontradas con los manuscritos de Qumrán son de un tipo poco habitual; no resulta sorprendente, porque por su forma parece que fueron manufacturados especialmente para contener los rollos. Son de forma cilíndrica, de unos sesenta centímetros de alto y un diámetro de unos veinticinco centímetros, y disponen de un cuenco invertido que sirve de tapa. En algunos casos la descomposición de los bordes del rollo más cercano a la apertura de su tinaja formó una sustancia parecida a la brea que acabó sellando el recipiente; esto explica porque los rollos de las pocas tinajas intactas estaban preservados en tan buenas condiciones, mientras que la mayoría se desintegraron lentamente a lo largo de los siglos a causa de la exposición al aire, la humedad y la intervención de diversos animales pequeños. Pero si el tipo de recipientes en las cuevas no tienen un paralelo en el menaje doméstico ordinario, la textura de la cerámica resulta característica del período romano inicial. Los restos de lámparas de arcilla encontrados en la Cueva 1 representan tipos que se consideran característicos, en parte, de la última etapa del período helenístico y, en parte, de la primera etapa
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CUEVAS DEL QUMRÁN. romana. Sin embargo, un resultado más definitivo lo proporciona una tinaja que es exactamente del mismo tipo que las utilizadas para conservar los rollos, que fue descubierta en una yacimiento cercano a las cuevas y asociada con otros objetos que se pudieron fechar con total precisión. Este yacimiento era el cuartel general de la comunidad a la que pertenecían los manuscritos, y ahora tenemos que volver nuestra atención hacia allí. f) Descripción cueva por cueva. Cueva 1:
En la primera situada a medio kilómetro al nor-noroeste de las ruinas de Qumrán y descubierta a fines de 1946 se encontraron:
Literatura extrabíblica (incluyendo comentarios al texto bíblico): Génesis Apócrifo, Los Himnos, Rollo de la Guerra, La Regla de la Comunidad, en la que hay
las diversas normas de comportamiento en el seno de la comunidad, los requisitos y forma de ingreso en ella, y las penas disciplinarias por quebrantamiento de las reglas. Comentario de Habacub Otro comentario es el de Miqueas Había dos anexos a él, La Regla de la Congregación, con normas de comportamiento de la congregación durante los días del conflicto final y la era del Mesías, incluyendo normas acerca del matrimonio. Y El Libro de las Bendiciones, parece que usados en la liturgia de la comunidad en anticipación de la instauración de la era del Mesías.
Literatura bíblica: Libro del profeta Isaías. Se hallaron dos rollos en la primera cueva. Se conservan parte de los
caps. 41 y 43 a 66, junto con algunos fragmentos de los capítulos anteriores. Fragmentos del Libro de Daniel También se hallaron cinco pequeños fragmentos del libro de Levítico, pertenecientes al «Código
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CUEVAS DEL QUMRÁN. de Santidad» (Lv. 17-26); estos fragmentos han sido fechados por A. Parrot como anteriores al siglo V a.C.
Cueva 2: En febrero de 1952 los beduinos hallaron otra cueva, a poca distancia al sur de la primera. De esta incursión consiguieron fragmentos de los libros de Éxodo, Rut, Salmos, Jeremías, del Libro de los Jubileos, y otros diversos, adquiridos por la Escuela Francesa de Arqueología y por el Museo Palestino de Jerusalén. A la vista de estos hallazgos, se llevó a cabo una expedición en toda regla, efectuándose la exploración de todo el acantilado en el que se hallaba la cueva, con toda la región circundante, en 8 Km. de extensión. Se descubrieron unas 170 cuevas, en 25 de las cuales se hallaron restos de cerámica, y en bastantes de ellas rollos y fragmentos de manuscritos. En la cueva 2Q se halló un rollo de Levítico (2QLev).
Cueva 3:
Se hallaron restos de diversos libros canónicos, así como de literatura no bíblica.
Literatura extrabíblica: Rollo de cobre. Se hallaba sumamente oxidado, y no era posible desenrollarlo, por lo que tuvo que ser cuidadosamente cortado en tiras Se pudo leer bien. Da una relación de sesenta lugares de Palestina en los que se habían escondido oro, plata, perfumes, rollos de manuscritos., etc.
Literatura bíblica: Entre varios fragmentos, destacan los que contienen el Salmo 2
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Cueva 4:
Hay más de trescientos ochenta libros procedentes de esta cueva, de los que hay cien copias de los libros canónicos, viéndose representado todo el AT con excepción de Ester. También está representada la LXX.
Literatura bíblica: Entre varios de ellos se destacan: Libro del Éxodo Libro de Samuel.. Entre los diversos fragmentos del Libro de Daniel
Literatura extrabíblica: Florilegio, se trata de una combinación de pasajes de las Escrituras con comentario para
identificar a la comunidad de Qumrán con el Templo. Comentario al Salmo 37 (4QpPs 37), de carácter escatológico. Testimonio, se trata de un texto de carácter mesiánico, con textos de Deuteronomio., Números., y un breve comentario sobre Jos. 6:26. Comentario de Isaías.
Cueva 5:
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Esta cueva erosionada fue descubierta por los arqueólogos (los beduinos encontraron las cuevas 1, 2, 4, 6, 11). Es una de las que están en la terraza marga cerca al terreno de Qumrán (también cuevas 4, 7, 8, 9, 10). Los arqueólogos estiman que había de 30 a 40 cuevas en la terraza marga.
Cueva 6:
En ellas no se ha descubierto gran abundancia de material. Sí se deben mencionar un manuscrito. de Isaías y un ejemplar del Documento de Damasco.
Cueva 7 (derecha), 8 (izquierda):
Todo lo que se encontró en la cueva 7 estaba en griego. La cueva colapsó poco después de que se escondieron los rollos. En la cueva 8 se descubrieron 8QMezuzah, Génesis, alrededor de cien trozos cuadrados de cuero pequeño con tiras. La persona que vivía aquí tenía que cortar estas tiras.
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Cueva 10:
Solo un ostracón se encontró en la cueva 10. Rollos completos fueron encontrados solo en las cuevas 1 y 11. En todas las 11 cuevas, algunos libros bíblicos se encontraron en grandes cantidades: -
34 copias de Salmos
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27 copias de Deuteronomio
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24 copias de Isaías
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20 copias de Génesis
Cueva 11:
Esta última cueva, la tercera en importancia por la cantidad de material recuperado, fue descubierta y explorada en enero/febrero de 1956. Se citan los siguientes hallazgos importantes:
Literatura extrabíblica: El Rollo del Templo (11QTs). Toda la evidencia apunta a que este texto constituía la ley básica
de los qumranitas, junto con la Ley de Moisés. El rollo contiene largos pasajes que proceden del
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Pentateuco, incluso capítulos enteros. Un aspecto muy característico, sin embargo, de 11QTs, es que en muchos pasajes es Dios quien habla directamente en lugar de Moisés. En esta Ley hay un gran rigor en las demandas. Por ejemplo, se prohíbe tener relaciones sexuales en la ciudad de Jerusalén, así como hacer en ella las necesidades. Todas las reglas de la purificación son de un fariseísmo llevado a extremos. También se halló en 11Q un targum arameo del libro de Job.
Literatura bíblica:
Libro de los Salmos, treinta y seis, dispuestos en un orden distinto al canónico.
Qumrán en la actualidad: sus investigaciones e importancia de los manuscritos. a) ¿Qué aportan los manuscritos de Qumrán? El año 1947 en el Wadi Qumrán, junto al Mar Muerto, aparecieron en diversas cuevas, once en total, unas jarras de barro que contenían un buen número de documentos escritos en hebreo, arameo y griego. Se sabe que fueron escritos entre el s. II a.C. y el año 70 d.C., en que tuvo lugar la destrucción de Jerusalén. Se han recompuesto unos 800 escritos de entre varios miles de fragmentos, puesto que son muy pocos los documentos que han llegado completos. Hay fragmentos de todos los libros del Antiguo Testamento, excepto de Ester, de muchos libros judíos no canónicos ya conocidos e incluso de otros hasta entonces desconocidos, y han aparecido un buen número de escritos propios del grupo sectario de esenios que se habían retirado al desierto. Los documentos más importantes sin duda son los textos de la Biblia. Hasta el descubrimiento de los textos de Qumrán, los manuscritos en hebreo más antiguos que poseíamos eran de los siglos IXX d.C. por lo que cabía sospechar que en ellos se habrían mutilado, añadido o modificado palabras o frases incómodas de los originales. Con los nuevos descubrimientos se ha comprobado que los textos encontrados coinciden con los medievales, aunque son casi mil años anteriores, y que las pocas variantes que presentan coinciden en gran parte con algunas ya atestiguadas por la versión griega llamada de los Setenta o por el Pentateuco samaritano. Otros muchos documentos han contribuido a demostrar que había un modo de interpretar la Escritura (y las normas legales) diferente al habitual entre saduceos o fariseos.
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CUEVAS DEL QUMRÁN. b) Digitalización de los rollos del Mar Muerto. Actualmente la mayoría de los manuscritos están en Israel, en el Santuario del Libro del Museo de Israel (http://www.imj.org.il) y en el Museo Arqueológico Rockefeller; aunque también podemos admirar rollos y fragmentos de manuscritos en el Museo Arqueológico Nacional de Jordania y en otros lugares del mundo. El equipo de “ebla Gestió Documental” visitó estos museos durante 2004 y 2006 respectivamente.
Santuario del Libro del Museo de Israel.
Museo Arqueológico Rockefeller.
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CUEVAS DEL QUMRÁN. El Santuario del Libro del Museo de Israel en Jerusalén, obra de los arquitectos hebreos norteamericanos Bartos y Kiesler, se erigió en 1965 para preservar y exponer los primeros siete manuscritos descubiertos. Su cúpula blanca simboliza la tapa de los jarros donde fueron descubiertos algunos de los rollos. La sala principal, a la que se accede a través de un estrecho pasillo que evoca las cuevas donde se hallaron los manuscritos, está dominada por una espectacular vitrina diseñada con la forma de los rollos usados para leer la Torah en la sinagoga. Ésta contiene una copia del Gran Manuscrito de Isaías, el único libro bíblico que se ha conservado completo. El museo también exhibe otras joyas documentales que no pertenecen a los hallazgos de Qumrán, entre los que cabe destacar el códice de Alepo (http://www.aleppocodex.org), del siglo X dC, la copia completa más antigua de la Biblia en hebreo que se conserva. Desde su descubrimiento, los manuscritos del mar Muerto han sido objeto de varios procesos de restauración para prevenir su deterioro. Así, durante los últimos años, se ha optado por exponer los manuscritos a través de un sistema de rotación de entre 3 y 6 meses, permitiendo periodos de descanso de los documentos en salas especiales de almacenamiento. Paralelamente, también se han estado ensayando nuevas condiciones de exposición al público de acuerdo con los estándares internacionales, entre las cuales cabe destacar el diseño de estuches nuevos que posicionan los manuscritos en un ángulo no mayor de 35 grados y la iluminación con fibra óptica. A finales de 2011 el Museo de Israel da el pistoletazo de salida a una nueva web (http://dss.collections.imj.org.il), desarrollada en colaboración con Google, que ofrece tanto a investigadores como al público en general la posibilidad de consultar a fecha de hoy cinco rollos digitalizados: el manuscrito de las normas de la comunidad, el del comentario de Habacuc, el del templo, el de la guerra, y el del Libro de Isaías, que va acompañado de una herramienta de traducción al inglés que permite realizar búsquedas por columna, capítulo y versículo. Las imágenes tienen una resolución de unos 1.200 megapíxeles, infinitamente superior a la de una cámara digital convencional. Para cada fotografía se utilizaron tubos de flash protegidos contra rayos ultravioleta con una exposición de 1/4.000 para no perturbar la fragilidad de los manuscritos.
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c) Importancia de los manuscritos. Es cosa clara, después de lo que llevamos dicho, que la importancia de estos manuscritos es enorme. Con razón se ha calificado el hallazgo de sensacional. Baste fijarnos, por lo que se refiere a los manuscritos bíblicos, que muchos de ellos son de tiempos anteriores a Jesucristo, y que los manuscritos hebreos bíblicos que conocíamos hasta ahora no iban más allá del siglo IX d. C., a excepción de unos pequeños fragmentos hallados en la «genizah» del Cairo en 1890, distribuidos actualmente por diversas bibliotecas de Europa y América, que parecen algo anteriores”. Era a base de esos manuscritos tardíos, de la versión griega de los LXX y de otras antiguas versiones cómo habíamos de reconstruir el texto original, y he aquí que ahora nos encontramos de golpe con gran cantidad de manuscritos anteriores en muchos siglos. No cabe duda que los futuros editores de la Biblia hebrea se encuentran ante un trabajo nuevo y lleno de esperanzas. Aunque todavía es pronto para establecer conclusiones, quizás podamos ya adelantar, a juzgar por algunos estudios parciales hechos " que en la época de Qumran no había aún un texto fijo, pues mientras unos manuscritos están en todo concordes con el Texto Masorético, otros se acercan mucho más al de los LXX. No así en los manuscritos de Murabba'at, que dan impresión de ser mucho más uniformes concordando con el Texto Masorético; de ser esto general, ello demostraría que el Texto Masorético consonantico quedó establecido entre el 70, final de Qumran, y el 132-35, época de Murabba'at". Los manuscritos nos asoman a un período que en absoluto se puede considerar como insignificante en la historia de Israel. Son años que contemplan tanto el nacimiento del cristianismo como la transformación del judaísmo bíblico, del que nacerá el judaísmo rabínico.
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Los manuscritos de Qumrán son importantes por varias razones: - Por el texto. Los documentos se conservan en su lengua original. Están libres, por tanto, de las alteraciones que siempre acechan a las traducciones. - Por su contenido. Son textos ocultos desde que los enterraron a finales del siglo I d.C. Están libres, por tanto, de posibles manipulaciones posteriores de lecturas religiosas interesadas. - Para la historia de la religión. Nos permiten apreciar las grandes transformaciones del pensamiento religioso realizado en esa época y que previamente nos resultaban incomprensibles. - Para la Biblia misma. Nos ayudan a reconstruir la historia de los libros canónicos. Esto es, el proceso mediante el cual ciertos libros pasaron a ser considerados como «escrituras santas» mientras que otros quedaban fuera.
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Conclusión. Es importante para todo creyente, tener las herramientas suficientes para dar una defensa clara y fehaciente sobre nuestra fe, como lo dice 1 Pedro 3:15 “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” Sin embargo nuestra preparación a nivel congregacional no ha sido la más óptimo, pues carecemos de una base teológica sistemática para dar argumentos certeros a quienes nos preguntan sobre qué y en quién creemos. La Palabra de Dios, es una de nuestras mejores y mayores armas para fundamentar nuestra fe, sino la conocemos nunca podremos dar una respuesta concreta, ni siquiera a nosotros mismos. Por eso es relevante que como Iglesia y como individuos, rescatemos el valor de las Sagradas Escrituras en varios aspectos, como lo señala Josh McDowell en su libro Evidencia que exige un veredicto. Primero señala que la Biblia es única en su especie, en su continuidad, en su circulación, en su traducción en su supervivencia, en sus enseñanzas y en su influencia sobre la literatura. Por otro lado atestigua que ésta es digna de confianza, en cuanto a las pruebas bibliográficas que se le han practicado a los muchos manuscritos que de ella existen, como también en relación a las pruebas de las evidencias tanto internas como externas. Para terminar y como lo vimos en este trabajo, la Biblia es de confiar por su confirmación mediante la arqueología. El descubrimiento de las cuevas del Qumrán, fue un hallazgo de proporciones pues afirma nuevamente que las Escrituras no es un libro cualquiera, sino que es de inspiración divina y no hay porque temer de su confiabilidad. Al realizar este trabajo nos pudimos percatar de la importancia de haber encontrado en unas tinajas de cerámicas aquellos manuscritos, los cuales siguen dando luces a los creyentes y no creyentes de que la Palabra de Dios no cambia. Aunque se sigan descubriendo más manuscritos y variadas evidencias arqueológicas, tenemos la seguridad que aquellas seguirán confirmando que la fe que me hemos abrazado es la única y la verdadera.
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CUEVAS DEL QUMRÁN. Bibliografía.
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Ausín, Santiago, Los manuscritos de Qumrán y el Canon, Eunsa, Universidad de Navarra, 2003.
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Fraile, Pedro, Los descubrimientos del Mar Muerto, Conocer y vivir la Biblia, disponible en: www.docstoc.com/docs/46793907/Los-descubrimientos-del-Mar-Muerto.
García, Florentino, Qumrán en el siglo XXI: Cambios y perspectivas después de 50 años de estudios, MEAH, sección Hebreo 55, Universidad de Lovaina, 2006.
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