Trabajo Final - Tiempo Muerto (Avelino Stanley)

November 23, 2017 | Author: Luis Eduardo Pineda Medina | Category: Narration, Dominican Republic, Author, Poverty, Poverty & Homelessness
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Universidad Autónoma

de Santo Domingo PRIMADA DE AMERICA / Fundada el 28 de Octubre de 1538

NOMBRES/ID: Luis Eduardo Pineda Medina (100339929) Ozmairy Tavarez (100339221) Raquel Villanueva Salas (100285847) MATERIA: Introducción a la Sociología PROFESOR (A): Carlos Castro Medina SECCIÓN: H9 HORARIO: 7:00PM / 10:00PM TEMA: Trabajo Final LIBRO: Tiempo Muerto AUTOR: Avelino Stanley FECHA DE ENTREGA: Nov. Del 2014

FIRMA DE ALUMNO: Luis Eduardo Pineda Medina FIRMA DE PROFESOR: Carlos Castro Medina

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I

RESUMEN DEL TEXTO “TIEMPO MUERTO” Primer Conjunto -I-

La historia de un negro, es algo que no le interesa a nadie, mucho menos cuando viene de un viejo que no es nada notable con lo que ha hecho en su vida. Solo a ti se te ocurre escucharme. Sé que lo haces lo que me pides. Pero de nada va a servir lo que te diga. Porque de nosotros lo único que siempre ha interesado es siempre nuestro trabajo. Después, más nada. Y, a cambio, nos han devuelto mucho rechazo, mucho desprecio por ser negros. Para mí, en ese país, todo comenzó en el muelle de San Pedro de Macorís el día que llegamos. Fue un domingo por la tarde, había mucha gente mirándonos. Nos dijeron que estaban ahí porque era su día de descanso, nos miraban fijamente, con curiosidad. Tal vez esperaban la llegada no esperada de algún familiar. O quizás pretendían encontrarse con un desconocido para tener noticias de esos seres que dejaron en la islas y de los que jamás volvieron a saber. La verdad era que ninguno de nosotros tenía quien nos esperara. A un negro que llega en busca de mejorar su destino únicamente lo espera el trabajo. Mas nadie. Y solo cuenta con la suerte que lo acompaña. Fue en ese muelle donde sentí por primera vez el olor que siempre hay en los ingenios. Allí iba a parar el azúcar, el melado y todo lo que se sacaba de la caña. Y hay también se quedaba también pululando infinitamente un intenso olor con una mezcla de amargura y del sudor de los trabajadores. Algo te puedo yo decir y es que a nosotros, los que veníamos de otras tierras, con el paso de los años, solo nos ha quedado ese olor edificado del recuerdo. Es como si fuera Escribir aun cuando se había ido El olor del dolor el mismo lord que me recibió el día que llegué a Saint Kitts. Ya penetrado hasta quedarse dentro de mí para el resto de la vida. Imagínate cuando no lo tenemos en el olfato Aparece en la memoria el melao el que sea hace el azúcar es así penetrante.

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Al llegar, teníamos ya tres días de retraso. Las goletas, mar adentro no tenían ninguna forma de mandar mensajes para decir lo que sucedía. Además, a bordo no veía ninguna gente de importancia. Era el mismo sistema que nos acongojaba desde hacía más de cuatro siglos atrás y sobre el mismo mar Caribe. Con los años solo había cambiado la forma de cargar a los negros. El fin seguía siendo el mismo negocio, ganancia, generar riquezas con nuestra fuerza. Esa gente que estaba en el muelle mirándonos desembarcar asistía, más bien a uno de los escasísimos modos que tenían de dispersar la mente en el único tiempo libre de toda la semana. Esa era la otra forma de revivir su llegada, de renovarla, de conocerla de nuevo para olvidar el cansancio. En la goleta, lo recuerdo como ahora, veníamos setenta y nueve hombres y cuatro mujeres. Ochenta y tres en total, todos negros fuertes en edad de trabajar; la mayoría traía equipaje numeroso; cachivaches que servirían para emprender la nueva vida. El mío no, el mío era escaso; apenas tres mudas de ropa. Porque yo siempre pensé en volver. Los que traían sus mudanzas aparatosas llegaban para quedarse. Pero yo pensaba resueltamente que volvería uno o dos años después. Además, que otra cosa iba a traer si esas tres piezas eran todo lo que yo tenía.

-IIBasto con que me lo pidieras, papabuelo, para yo callar, fue duro. Fue penoso verlos a todos ocupados al yo llegar y tener yo también que hacerme la ocupada. Fue cruel saber lo que ellos querían saber y no decir nada. Era imposible. Te lo prometí y no podía faltar a la confianza que me tenías, papabuelo. Porque confianza es confianza y cuando no se hace lo que se promete se traiciona la confianza. Por eso no dije nada aunque lo sabía. Solo por mama estuve a punto de hablar. Pero no, los deje que siquiera buscándote. Para disimular, me hacia la preocupada, la que estaba ayudando a buscar aunque en realidad, tenía una profunda preocupación. Yo siempre sentía como que me exprimían la felicidad y me la sacaban para siempre. Tú no te imaginas cuanto llore esa noche, 3

repetí mil veces esas palabras tal y como las dijiste, con ese giro que ustedes los cocolos le daban al hablar la lengua local y yo tuve que cotejar en todo lo que me enseñaste. Yo tiene en ti toda la confianza del mundo y no puede esconderse nada, yo te lo dice porque tú no hablo nada. Pero el tierra donde nací me llama. A mama se le tuvo que suministrar unos medicamentos para que se calmara. Se calmó un poco con las fuerzas de esas capsulas, aunque después de tu partida se transformó en otra. Desde que lo supo, ya no siguió siendo la misma; se le notaba una gran inconformidad que le acorralaba. Con los días comenzó a cantar. En los últimos días canto mucho más. Yo seguía viendo de la capital todos los días libres. Venían a acompañarla porque le faltabas tú y también le faltaba yo. Pero sentía como que iba de mal en peor. Las tías no lo sabían porque venían por la noche y a esa hora mama no contaba. Tampoco lo sabían las que venían nada más algunos afiches de semana. Cecilia fue la primera que lo supo todo, tuvo una magnífica idea, la ejecuto y logro averiguarlo. Lo consiguió con un vecino de ella que trabajaba en el aeropuerto. Después se supo que se trataba de los nombres y apellidos completos de Fefo y de Apolo, los dos vecinos del barrio. Así fue que los demás se enteraron. Yo, aunque ya lo sabía, me quede con la satisfacción de haber sido fiel a lo que me pediste.

-III- La bendición mama. - ¡Que Dios te bendiga, muchacha! ¿Pero, qué te pasa? - ¿No ha pasado nada aquí? - ¡No! - ¿Nadie ha llamado de afuera? - ¡No! ¿Qué tu tengo? - ¿No han sabido nada de papabuelo? - ¡Muchacha no! Pero aquiétate. Siéntate y dime que tu tengo. Déjame buscarte un mabí bien frío. 4

- Hay que llamarlo. Me quiere hablar. - Si hubiera pasa algo, yo lo sabe. Siéntate, mira como tu estoy sudada. Con el calor que está haciendo y tú con esa impaciencia. - Ahí, está ahí, en el libreta roja. - NO encuentro el número, mama. - ¡Y como lo vas a encontrar, con ese desesperación! En el letra r. Búscalo en la letra r. - Ya lo encontré. ¿Operadora? Sí. Con cargo a este número. ¿Míster Raymond Smith?... Aló. ¡Oh! - ¿Qué pasa manita? - ¿Desde cuándo? No. Que desde cuando está en el hospital. - Mama, es que no sé. Ella no me explico bien. - Y ella, ¿Quién es ella? ¿Con quién fue que tu hablo? - Conn Miss Fleming, mama. ¿Usted no me oyó? Era Miss Flemings. La de Nevis. La señora donde está viviendo papabuelo, la que es prima de él. - ¿Y qué es lo que hay que hacer entonces? - Llamar al Hospital. - Pues llama. - En eso estoy. Pero tú en que tranquilizarse para yo poder hacerlo. - Pues marca por DDD, no importa. - ¡Que cosa! Mama usted me está poniendo más nerviosa. Quédese tranquila. - Marca la numero por la DDD y no te apures.

-IV3 de marzo de 1970 Hornsey Rise, Hazellville Road Londres, G.B. Señores Sociedad para la localización de parientes Su despacho Estimados Señores:

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Tengo a bien dirigirme a ustedes con el propósito de pedirles formalmente que inicien la investigación de mi caso. La petición la hago, tal y como lo requieren, por escrito. Jamás he sabido nada acerca de mi padre. Nunca lo he conocido. Quien puede dar alguna pista es mi madre. Con ella solo tengo comunicación por correspondencia. Sin embargo si niega rotundamente a hacerlo. Les ruego me respondan lo más rápido posible. Me notifican, de paso, las informaciones adicionales que requieran. Algo me dice que debo apresurarme. Presiento que mi padre está vivo y que alguna demora podría ir en contra de la posibilidad de conocerlo. Saluda, Miss Raymond W.

-VEsa noche viajamos desde la Romana hasta San Pedro de Macorís a ver el ensayo y cuando terminamos se lo dije de un tirón a mi amiga. Mi comentario no le hizo ningún tipo de roncha. Ella era así de receptiva. Deje de teorizar porque ella no intuía que yo, de alguna manera, quería poner el tema del morenito ese. No es que sea alienado. Es que él es un cocolo. Cuando me lo dijo yo entendí, aunque no soy de la región, había escuchado de ocasiones de ese grupo étnico, la verdad no encontré su relación, ella me explico el origen anglosajón de esa gente, de su lengua y de sus costumbres. Entonces comenzó a borrarse la imagen de mi falsa apreciación. No obstante no le quedó otra, la de ese que llevaba el nombre de Jacob; el negrito gracioso con los cabellos de pasa, con la dentadura como la masa de un coco seco recién partido y con todo el ritmo con que percibía el ensayo de ese baile que, tráeme mañana de nuevo, que me gusto el baile, le pedí. Está bien.

Segundo Conjunto -VI6

la maquina no demoro en partir. Hizo lo que queríamos para que la gente aglomerada allí dejara de mirarnos tanto como si fuéramos bichos raros. Yo, que siempre aprovecho todo, buscaba entre ellos a ver si se reconocía a mi tía, un hermano de mi madre. Durante unos diez años hoy decir allá en Nevis que vino para este país, fue por eso que me decida en venir a esta tierra, no sabía su dirección y nunca le pregunte. Además, allá en las islas nadie sabía forma de localizar parientes que tenían aquí, decían el nombre de los ingenios donde Vivian cuando lo recordaban, ya con eso era mucho más que suficiente. Yo siempre pensé que era igual en todas partes. Que los ingenios aunque eran varios estaban en un mismo poblado y podría encontrar al tío por las calles o por referencia. Como sucedía en Nevis. La máquina partió dejando un humo muy parecido al de las chimeneas que habíamos visto en el mar. La máquina tomo velocidad. Con un pito ensordecedor que no cesaba y penetro en un carril cubierto de cañas. Eran cañaverales interminables, como yo jamás había visto antes, con la velocidad de la máquina y un bailoteo de los vagones, el calor disminuyo un poco. No mucho. Nosotros casi no hablamos ya que íbamos aturdidos por el ruido. Pasamos por otro batey, aquí, más que las casuchas, tenía tristeza la tarde misma. El sol terminaba de acostarse y solo un resplandor amarillento caía sobre los puñados de casas que aparecían sumergidas en la quietud. El humo seguía llenándonos y a su vez entrando por todas partes. La máquina comenzó a reducir la velocidad. En vez de cañaverales, empezaron a aparecer casas más variadas donde se reafirmaba la miseria de la mayoría y el bienestar de la minoría. Era el ingenio consuelo, donde por fin llegamos. Entonces apareció frente a nosotros de repente esa edificación gigante, tan grande como una enorme montaña de hierro en el medio del gran cañaveral. Nos dio la bienvenida el humo que salía de dos chimeneas.

-VII7

No sabía porque nos miraba tanto esa gente que estaba ahí en el puerto. Pero no solo recibíamos miradas. También nos daban órdenes en lenguas que nosotros no entendíamos. El desembarco nos había llenado de felicidad. Arribábamos al fin de una travesía difícil, la goleta se arrimó lo más que pudo al muelle, de allí nos pasaban a embarcaciones pequeñas. Yo siempre había visto las goletas desde lejos, pero nunca llegue a viajar en ellas. Ni siquiera fui en ellas de Nevis a Saint Kitts pues esa ruta se hacía en pequeñas yolas. Desde esos tiempos soñaba con hacer un viaje lejos en unas de esas embarcaciones. Cuando vine a este país fue la primera y nica vez que me subí a una para hacer el recorrido tan largo. Era grande como la que abecés alcanzábamos a ver allá mar adentro, tenía dos palos bastante largos en los que se sostenían las velas que el viento llenaba para que la goleta pudiera moverse. La comida que teníamos todos no las comimos en cinco días, pensando que íbamos a llegar entiempo normal, pero demoramos tanto que el malcomer no nos mató porque éramos negros y el negro pasa tanta hambre durante toda su vida que puede morir sin comer pero no morir pasando hambre, recuerdo que me entretuve mirando el paisaje.

-VIIIAntes de que la goleta llegara al muelle, alcanzamos a ver el caserío. Es la ciudad, dijo el capitán. El poblado estaba sentado en la orilla del mar. Cualquiera diría que dormitaba. Parecía tener siglos aguardando por nosotros. Tenía una quietud tan grande que ni los árboles se movían. El capitán goleta era un hombre muy extraño. Hablaba estrictamente lo imprescindible, como si las palabras se le hubieren ahogado en las profundidades del mar Caribe. Lo demostró cuando nos dio a demostrar el nombre. Es San Pedro de Macorís, solo dijo. No dio más explicaciones. Total para nosotros daba lo mismo.

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Era una ciudad extremadamente pequeña, fue algo tan impresionante que jamás lo haya podido olvidar. Tenían un recorrido irregular; parecían ríos de agua turbia salidos del corazón de la tierra, que subían hasta ensuciar esas nubes tan impecablemente blancas. El humo era la muestra ineludible de lo que él dijo a seguidas ya comenzó la zafra ¡Por fin termino el tiempo muerto! Después cuando me oriente sabía que se trataba de los ingenios de Colon, Porvenir y Santa Fe.

-IX13 de abril de 1971 Hornsey Rise, Hazellville Road Londres, G.B. Querida tía Ann: Tía de nuevo vuelvo a escribirte. Cierto que no lo he hecho con mucha frecuencia desde que comenzamos a comunicarnos. El trabajo, tu sabes cada vez más acaparador de tiempo, ahora te escribo porque quiero pedirte un favor. Esta petición que te hago porque eres la única hermana de mama y, además porque te has puesto a mis órdenes. Por eso es que acudo a ti. Tía, tu sabes que ya cumplí treinta y nueve años de edad. Y conoces toda la situación con mama, es muy duro llegar a esta edad y no conocer a tu papa. No saber nada de él. Siento por dentro un dolor de ansiedad, tía. Sé que siempre me has dicho que no sabes nada de eso. Que nunca te quería involucrar en la vida privada de tu hermana porque ella es muy encerrada. Sé que me has dicho que eso es cosa de ella. Sim embargo, tía, a veces me pregunto, realmente no sabes nada sobre él? ¿mi papa vive o murió? ¿Es que fue algún asesinó? ¿Qué maldad tan grande hizo? Dímelo tía. ¿Qué fue lo que hizo? De ser cierto que no sabes nada, entonces, por favor, habla con mama, convéncela, dile que ya es hora. Convéncela de que ella puede morir en cualquier momento. Si es un secreto me quedare sin conocer a mi padre, me dejara con esa ansiedad de vida, con este deseo tan profundo de saber quién me procreo con ella. Me dejara con este misterio que cargo hace tantos años. Dile que te diga. Pregúntale como puedo localizarlo. Pregúntale que si está aquí, en algún lugar 9

del Reino Unido, que si esta allá en Saint Kitts o donde, dile que ya yo soy una mujer y puedo decidir buscarlo por mi cuenta si o no. ¿te imaginarias tía cuál es mi situación? A veces, cuando voy por las calles y veo cualquier hombre de edad, de esos que son West Indies, de inmediato comienzo a buscarle un parecido conmigo. Desde que mandaste su dirección nos hemos intercambiado algunas cartas. Me parece que es muy chica muy simpática y familiar. Saluda de mi parte. Te quiere Miss Raymond W.

-XMama todo el tiempo me decía que la mujer que se deja poner la mano de un hombre en los senos, inmediatamente es vencida. Termina dándole todo. Yo siempre lo tenía pendiente y en muchos caso me hice la fuerte. Pero ya nuestras conversaciones habían avanzado y ese cocolo me enloqueció el día que me toco. Ese cocolo me tiene que nadie puede imaginarse. Yo se que le gusto. Pero el me exorciza con su cercanía. Lo noto por la forma en que mira mientras estamos observando el ensayo; cuando el entra disfrazado como ese traje revestido y colorido, lleno de espejillos y ese gorro con esas pumas de pajuil macho y va marcando cada paso al ritmo de ese redondéale. Con su aliento cargado de Guavaberry me dijo que, salvo el Wild Indian, los demás expresiones de los guloyas se habían extinguido, existió con un gran parecido al baile de los indios, el Pick Cook Fighters o la pelea de Pajuil. Volví a la Romana temprano. Durante la mañana despache un trabajo del colectivo que tenía urgencia, era algo sobre un proyecto para instruir a mujeres iletradas. En las primeras horas de la tarde regrese a San Pedro de Macorís. Mi llegada coincidió con el inicio. Durante la 10

representación de la danza dramatizada Jacob se extremó representando su papel de David con absoluta fidelidad. Lo hacia con gracia de cocolo que lo brotaba de entre los labios. El pobre Goliat, a pesar de una buena actuación. Esa tarde la libertada del país desterró la terminar. Esa tarde la tristeza y libertad del país desterró las partes de los rostros sonrientes bailaban los guloyas, por las calles de aquel pueblo de cañeros y azucareros. La alegría tronaba en carcajadas cuando la gente se daba un trago de ron o cerveza. Al anochecer, cuando ya mis piernas no den para más Jacob me halo a hablar con un grupo. Esa noche terminamos tan agotados que fue preciso posponer el combate para la mañana siguiente.

Tercer Conjunto -XIAsí es la vida, mi hija, mira lo dulce que es la caña y también el azúcar que de ella se extrae. Pero tú no puedes imaginar la cantidad de amarguras que pasan los trabajadores de la industria azucarera para obtener ese producto. Es una amargura que pasa los trabajadores de la industria azucarera para obtener ese producto. Es una amargura que está enclavada en el tiempo mismo. Mi primera experiencia como cortador de caña fue bastante difícil. Total nada es fácil en esta vida para nosotros los negros; en los ingenios el trabajo siempre había sido duro, las únicas tareas sencillas las hacían los dueños del ingenio. Los propietarios eran los norteamericanos. El calvario en las factorías continúo cuando casi todos los ingenios pasaron a manos de Trujillo. Y todavía más tarde, después de la muerte del tirano, eso mismo logro el gobernó cuando paso a ser el nuevo dueño de esos viejos monstruos y cansados. Lo que para ellos siempre fue dulce, para nosotros los negros, siempre fue amargo y lo que sigue siendo todavía. Todo continúa igual desde hace más de un siglo. 11

-XII-Mama, ¿Quién está en esa habitación? -Manita. No quiere salir de ahí. No sale. -¿Y manita no iba para Barahona no busca el certificado médico que me mandaron de Nevis? -No. Dios no abandonada a sus hijos. La hombre era un pastos evangélico y resulto ser una verdadera bendición de Dios. Ayer, cuando llegó, llamó directamente desde el aeropuerto. Hasta quería venir a traerlo. Lo pusimos en contacto con Esperanza allá en la

Capital. No era justo que viniera al Este para devolverse a Barahona, tan lejos. Pasó por la hospital a llevarle la certificado a Esperanza; y fue allá mismo donde ella trabaja. -¿Qué harán? -Manita se va esta tarde para la capital. Allá se encontrará con Esperanza y mañana lunes, tempranito, van al Consulado Norteamericano y al de Nevis. -¡Que hombre más generoso! -Rosa, ¿tú no has sabido nada de Jacobo por allá por La Romana? -No. Nada. Usted sabe que de ese hombre no hay quien sepa. -¡Jesús! Parece que a ese muchacho se lo ha tragado la tierra. -A quien alcancé a ver el otro día fue a la abandonadita que vive con él. Yo no sé qué mujer es esa. Ni se afeita esos sobacos ni se desriza esos cabellos. Anda siempre con esa greña así, levantada. Y no se pone pintalabios ni que la maten. -Con ese no se puede contar. No sabe nada de la situación en la que está la papa. -Bueno, mamá, pensando yo que debemos hablar con las muchachas. Porque cuando traigan a papa no se le puede reprochar la forma en que se fue. Hay que darle mucho cariño, mucha atención, mucha ternura.

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-Va a ser muy difícil. -Para él será mucho más duro. -Y para todas nosotros también. -Habrá que darle la menor cantidad de disgustos posible.

-Imagínese, un hombre que nunca se quedaba quieto. Que el jardín, que en el patio podando las mata de cayenas, que cuidando las hortalizas. Pero ahora no, ahora el resto de la vida será en una silla de rueda. ¡Ay Dios! No sé, no sé cómo será. Ni me lo imagino. -¡Está sonando el teléfono! Cójalo usted misma mamá. -Yo no, Cógelo tú, Rosa. -Aló, Aló. ¿Si? Yes. No. No. One Moment. ¡Manita! Ven, cógelo tú, que yo no entiendo bien ese inglés. ¡Ven, corre! Toma.

Cuarto Conjunto - XVI-XVII-XVIII-XIX-XXQuinto Conjunto -XXI-XXII-XXIII-XXIV-XXVSexto Conjunto -XXVI-XXVII-XXVIII-XXIX-

-XXXSéptimo Conjunto -XXXI-XXXII-XX-XIII-XXXIV-XXXVOctavo Conjunto -XXXVI-XXXVII-XXXVIII-XXXIX-XL-

-XLI-XLII-XLIII-XLIV-XLVDecimo Conjunto -XLVI-XLVII-XLVIII-XLIX-L-

Noveno Conjunto Décimo Primer Conjunto 13

-LI-LII-LIIIYo fui tan enfermiza, pero en esos días me vi muy mal. Parece que se me combinó una anemia con no recuerdo que otra cosa. El asunto es que me estaban pasando unas fiebres muy altas y no se me bajaban con nada. Me llevaron al dispensario médico de las monjas porque en el ingenio no había hospital; y nasa, la monja entregó una receta y con dulzura explico que era necesario conseguirla con mucha premura, porque el caso era urgente. Mami se puso a llorar y a mama le brotó ese rostro de preocupada que ya yo le conocía. Papabuelo se movió de inmediato: fue a la farmacia Ana, la única que había en el ingenio. La señora dijo que no, que ese medicamento era muy difícil de conseguir. Entonces papabuelo mandó o alguien a la casa a avisar que no había y que iba para San Pedro de Macorís a buscarlo. En San Pedro Macorís tampoco lo encontró. Un farmacéutico le dijo que eso solo podía conseguirse en la capital. Le dio el nombre y la dirección de la farmacia. Pero había que tener cuidado porque en la capital estaban por armarse líos políticos. No aparecía en que ir porque los choferes decían que el lio podía ser muy feo. Entonces papabuelo vio una guagua del ingenio porvenir que estaba recogiendo gente y que iba

justo

para

la

capital,

para

el

mitin

de

apoyo

a

los

constitucionalistas. Y él se fue en esa guagua.

-LIVEn medios de las fiebres tuve una visión. Veía que papabuela estaba en un peligro. No era mayor porque algo lo protegía; yo también quería ayudarlo, pero no podía. Más o menos en el mismo momento 1

que tuve la visión fue que le sucedió eso. Desperté asustada y se lo dije a mamá. Ya bien entrada la tarde, de repente, vino ese vehículo que se paró en la puerta. Del vehículo desmontaron a papabuelo todo vendado. Lo trajeron cargado. La ropa que tenía puesta estaba ensangrentada. La casa se llenó de gente al instante. Todo el mundo, apenado, lo que hacía era maldecir al general Wessin y Wessin. Ese asesino, decían. Como se atrevió a ordenar el bombardeo del puente Durante de la capital justo al momento del bombardeo iba cruzando la guagua que llevaba la gente del ingenio para el mitin.

-LVQue lio se armó en el país entero con eso de la Revolución de Abril y después, cuando entró la invasión yanqui. Yo recuerdo que esa tarde vino un grupo de gente a traer a papabuelo. Todos eran miembros del partido que pedía el respeto a la Constitución para que volviera el presidente

que

habían

desplazado

del

poder

apenas

cuando

comenzaban su período de gobierno. Esos compañeros decían que papabuelo era un valiente, un defensor de la constitucionalidad. Nunca lo dejaron explicar que hacía él en esa guagua. Del susto, o no sé de qué, al verlo así tirado en la cama, se me quito la fiebre. Tal vez se me olvidó.

Décimo Segundo Conjunto -LVIEn lo sucesivo tío me dio alojamiento y comida. La casita tenía dos habitaciones, la sala y la cocina. Pero me pusieron a dormir en un 2

anexo que le habían hecho en uno de los lados para que me pudiera mover con mayor independencia. En la parte de adelante funcionaba la pequeña zapatería en la que él remandaba zapatos. Me sentía feliz porque me daban buen trato. Le di al tío una gran parte de todo lo que había ahorrado durante la zafra. Realmente era poco. Apenas si llegaban como a cuarenta centavos cuando logre hacer una transacción en la bodega grande, en la que perdí una parte del valor de vale del vale, pero conseguí en efectivo. Tío lo tomo y sentí que le vinieron muy bien. Eso me alegro. Obviamente que él no sabía que yo le había dado prácticamente todo lo que traía. Se lo di porque el tiempo muerto que pase en el batey fue terrible y ahora este me parecía que iba a ser mucho mejor con el trato que recibía de ellos dos.

-LVEl tiempo muerto se prolongó tanto que hasta las chiripas del ingenio escasearon. El tío apenas picaba chelitos con las reparaciones de zapatos. En realidad, se trataba de un taller que cabía en una sola mirada, compuesta por una mesita repleta de pedazos de suelas, dos o tres zapatos y que no daban para más, una bigornia, una chaveta, el martillo y un puñado de puntillas o tachuelas que las depositaba en una tapa de hojalata que antes fue de alguna botellas con la boca grande. Yo, cordial, diligencioso, lo ayude a él o a su mujer en cualquier cosa que hubiera que hacer. A mí, la verdad, la zapatería me llamaba muy poco la atención; por eso fue vano el intento inicial que hizo mi tío de vincularme a ese oficio. Lo que yo sentía que me llamaba era el ingenio, las complejidades de todas esas maquinarias enormes. Ahí estaban centradas todas mis expectativas. Pero aquel tiempo muerto fue tan difícil que ni siquiera con las diligencias de tío 3

pude conseguir chiripas. Hoy, pensándolo bien, estoy convencido de que ese tiempo muerto, sin encontrar al tío, hubiera sido mortal para mí.

-LVIIEl comienzo de la zafra, sin embargo, me entro con suerte. Todo el mundo estaba en huidera, en nerviosismo pensando en los que llamarían y en los que se quedarían fuera. Pero mi tío no tenía esa incertidumbre porque él ya estaba fijo. Inclusive, con sus buenas diligencias, logro que me llamaran. De inmediato comencé a trabajar en ese lugar que le decían el bagazo. No se trata del mejor de los trabajos; sin embrago, era mucho más atractivo que el de cortar cañas en el batey.

-LVIIIAllí una parte del bagazo que quedaba de la caña era convertida en unos bloques que para cargarlos requerían la fuerza de dos hombres. La

otra

parte

era

tirada

en

un

pila

enorme

y

se

usaba

permanentemente para echárselo a las calderas. Ese tipo de combustible hacia que las calderas ardieran y mandaran la energía producida a los molinos y a los fogones donde caía el guarapo de caña y comenzaba a espesarse para luego ser transformada en azúcar. Lo que yo tenía que hacer era reunir el despojos del bagazo que, a decir verdad, se regaba por todas partes.

-LIX-

4

Con más nada. De las comidas cocolas yo solo conocía el yanikeke. ¿Cuál de los dos? ¡Ah!; pero, ¿hay dos? Claro, después que se amasa la harina de trigo con todo el cuidado puedes hacer una sola masa grande y hornearla en un anafe con candela por arriba y por abajo. Si quieres, en vez de hornearla, con la masa se hacen bollitos como si fueran para domplín. Se achatan bien, se alargan redondeándolos y se fríen. Son riquísimas. Esas son las que yo conozco.

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II

ANÁLISIS DEL TEXTO “TIEMPO MUERTO”

Análisis del título de la obra “Tiempo Muerto” y relación con el tema. El título de la obra desde su primera inscripción en la portada hasta su última aparición en la tapa trasera en los datos bibliográficos del autor, guarda relación con el tema por que como así dice el título “tiempo muerto”, habla sobre un corto periodo de tan solo unos pocos 6 meses en que la vida de los ingenios se había visto muy afectada y ya no había mucho trabajo en los ingenios azucareros para esa época y había una crisis económica muy mala, producto de muy malas jugadas de los gobiernos que poseía la Republica hasta la época, el endeudamiento y los altos impuestos provocaban la desesperación de la gente normal mientras los jóvenes negros veían todo como normal porque ya estaban acostumbrados a vivir en esas precariedades, gracias a los bajos salarios que recibían por trabajar largas horas de trabajo un salario muy mínimo que no daba para el sustento de un padre de familia. 1 ¿Cuál es el nombre de la obra y su significado? La obra lleva por nombre tiempo muerto y busca dar como significado, la época de crisis que vivió el país, un momento en que las plantaciones de caña y los ingenios parecían muertos y desérticos.

Análisis del argumento de la obra (hechos más importantes.) Esta obra trata sobre la historia de un joven cocolo que llego a la ciudad de San Pedro de Macorís a trabajar en los ingenios azucareros de la Republica Dominicana, este cocolo llego desde la isla Saint Kitts, en una embarcación llamada glorieta que llegaron con él en ella setenta y nueve hombres y cuatro mujeres con el sueño de comenzar una nueva vida y progresar en la isla caribeña, estos llegaban por primera vez a esta isla de Republica Dominicana sin saber que podrían encontrar aquí, como los iban a tratan aquí, como iban a progresar aquí o como iban a poder desarrollarse normalmente aquí, pero aun así tenían todos el mismo sueño en conjunto, el de llegar a esta nueva tierra prometida que tantas cosas nuevas le prometía a ellos como personas libres y luchadoras por la liberta de los prejuicios raciales que se veían como parte de los más notables y grandes prejuicios sociales de la época. 6

Desde el comienzo del libro hasta en su desarrollo de la historia el cocolo va narrando la travesía mas todo lo que tuvo que pasar en los ingenios y como era la vida en ellos, contaba que al llegar al muelle lo primero que pervivió fue ese olor de los ingenios que se quedaba edificado en el recuerdo. Este quería comenzar de nuevo pero a su vez no se sentía listo para ese paso por lo que decidió lanzarse sin pensar en que podría suceder más adelante, el joven venia de luchar en su antigua isla, por lo que le pareció algo normal luchar también aquí en Rep. Dom. Después de la llegada los jóvenes eran llevados e iban dividiendo en grupos y luego los montaron en una locomotora que los llevaría a su destino final, pero claro antes estos terminaban de prepararse emocionalmente para el nuevo comienzo. La historia narra que en su trayectoria pasaron por diferentes bateyes, notaron la tristeza de la gente que vivía en ellos. Luego empezaron a ver casas más variadas que reflejan la miseria de la mayoría y el bienestar de la minoría, era el ingenio consuelo. Ya este se encontraba llegando a su destino cuando comenzó a ver desde el locomotor la realidad de los pueblos dominicanos de la época, don muchos al igual que ahora tenían grandes fortunas y enormes casas llenas de lujos a diferencia de una mayoría que vivía en la completa miseria en pequeñas casas de sin y madera decadentes a la orilla de las plantaciones de caña, caminos y carreteras. Narra que al llegar al ingenio se impresionaron con lo enorme que era, que parecía una montaña de hierro en medio del cañaveral, el humo que salía de las chimeneas les dio la bienvenida. Pero a su vez este enorme palacio de hierro que habían encontrado se convirtió en sus nuevos hogares donde predominarían por largas horas de trabajo al día, para conseguir el sustento de sus familias con el sudor de sus frentes, eran personas que después de todo eran felices y sabían que tarde o temprano la vida nos recompensaban a todos, los trabajos que habíamos vividos en el pasado. Este cocolo vino con la esperanza también de ver a su tío, que ya tenía 10 años en los ingenios trabajando, un Día decidió salir a buscarlo a otro ingenio que se llamaba “central romana”, allí lo pudo encontrar en una silla jugando domino. Ya estaba todo viejo y arrugado casi no lo conoció pero de todos modos le pidió la bendición. 7

Luego el tío le dio alojamiento en su casa y lo puso a trabajar en un lugar llamado el bagazo fue entonces hay que comenzó a ganar mejorar su situación. Gracias a su tío que confió en el y decidió darle una muy importante oportunidad, este logro comenzar a mejorar su vida y a no quedarse como un simple labrador o corta cañas del campo. 1 ¿Desde un punto de vista personal, cuál era el propósito de la llegada del personaje principal a la Republica Dominicana? El buscar un escape a su realidad, busca encontrar un sitio nuevo donde pueda desarrollar su vida y tener todo lo que no pudo tener en Saint Kitts. 2 ¿La forma como llego el personaje a la isla es correcta o no? No es correcta, abordando mi respuesta considero que entrar ilegal a cualquier parte del mundo es algo incorrecto, porque si se ha establecido normales internacionales, esto es para que nosotros como ciudadanos las respetemos y acatemos en un cien por ciento. 3 ¿Crees que la intención del personaje fue entrar ilegal? No, su intención fue la de empezar una vida nueva desde cero en otro país.

Análisis de la época en que se sitúa la obra “Tiempo Muerto”. A finales del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX, cuando todavía se encontraban en ascenso los grandes movimientos literario, surge una corriente, generación o movimiento literario a que pertenece la obra según yo “No tiene un género literario en específico porque tiene muchos elementos” pero lo identifico o lo destaco directamente con las novelas literarias, porque es el género del que más elementos posee. Para interpretar un mejor análisis del texto y de la historia de los personajes, me he planteado un par de preguntas como son: 1 ¿Refleja la obra la situación que vive el país en esa época? Justificando mi respuesta digo que si, por que narra todas las vicisitudes que pasaban los cocolos en los ingenios azucareros y también narra la mala situación económica que atravesaba el país 8

en esa época, que son datos muy importantes para enlazar la situación que sobrepasaba en el país para aquella época 2 ¿Cuál es el propósito principal buscado por la obra y por el autor? Dar a conocer una realidad muy ignorada por los dominicanos y por los historiadores, sin faltar el respeto a ningún historiador, pero yo considero que la historia ha sido manipulada de tal forma que todo lo bueno y lo malo que hay en ella se basan en solo un grupito de personajes, dejando detrás grandes hechos, historia y personajes que marcaron el pesado de nosotros y contribuyeron a nuestro presente así como nosotros asemos con el futuro de la nación que está en nuestras manos. 3 ¿La situación actual se compara con la descrita en el texto de la obra? Sí, porque la miseria y trabajo descrito en las páginas de esta obras, siguen presentes en las visitados de cada pobre campesino que se levanta día a día a luchar para ganar una miseria, que no le es suficiente ni para el sustento de ellos mismos, menos de una familia.

Análisis del ambiente en que se desarrolla el texto de la obra “Tiempo Muerto” Según la trama que vemos de principio a fin, muestran grandes problemáticas con los personajes que viven rodeados de un ambiente con dificultad económica y crisis. Las cuales no les permiten llegar a desarrollarse a un nivel económico deseado por los personajes que llegaban a la nueva isla buscando ese anhelado comienzo. Un ejemplo extraído de la misma obra: “pasamos por otro batey. Aquí, más que las casuchas, tenía tristeza la tarde misma. El sol terminaba de acostarse y solo un resplandor amarillento caía sobre los puñados de casas que aparecían sumergidos en la quietud.” A que se muestra como la pobreza y la desolación de los bateyes mantenía todo en quietud y un

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resplandor amarillento en el cielo producto de la puesta del sol día tras día. 1 ¿Crees que el ambiente presentado en los principales personajes de la obra, marca el desenlace de la historia? Bueno en cierta parte si y en otra no, si porque los personajes solo pueden actuar de acuerdo a sus circunstancias económicas y sociales y no porque cada quien marca su destino y lo que está dispuesto a lograr en esta vida.

Análisis del Espacio donde se lleva a cabo la obra “Tiempo Muerto”. El Espacio que encontramos en la obra es el espacio Rural: Porque en ella desde el comienzo de la historia hasta su conclusión, el personaje principal parte de un punto rural en la isla de Saint Kitts y se va a otro punto rural de la isla Dominicana, buscando propósitos personales allí este consigue la trama, la historia se desarrolla en ingenios azucareros, muestra el fuerte y el arduo trabajo de los hombres negros en las plantaciones y su supervivencia en la naciente sociedad racista y discriminatoria Dominicana de a principios del siglo XX. Un ejemplo del punto rural del que hablamos es el ingenio consuelo, allí donde se desarrolla gran parte de la trama del libro. 1 ¿Según el espacio donde se lleva a cabo la trama, cuál es su relación con el racismo? Que los principales personajes que eran de test negra y con ascendencia africana eran discriminados por los dominicanos de esa época, la población vivía un cambio con personajes como un famoso dictador que mato a miles de nacionales haitianos, por su color con su búsqueda de la raza pura y blanca. 2

¿Muestra la obra relación entre la pobreza y el racismo? Si ya que el hombre pobre no solo era el campesino Dominicano que trabajaba en las plantaciones, así también el hombre negro sin importar su procedencia, tanto nacional como extranjero era motivo de burla para el hombre de la época.

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Análisis del tiempo en que se desarrolla el texto de la obra “Tiempo Muerto”. Se podría decir que la obra está hecha en un tiempo de retrospección, ya que cada hecho que se vivía se enlazaba con un hecho que había sucedido anteriormente en la historia de la obra, más bien me explico con un ejemplo más abajo: 

Ejemplo: El hombre, con el foco en la mano y con la cara de alguien que ha dormitado, nos hizo una señal para que lo siguiéramos. Caminamos en silencio y casi sin ánimo. A pocos metros pudimos divisar, a duras penas, dos hileras largas, una enfrente de la otra, de una edificación en madera. Estaban divididas en muchas habitaciones pequeñísimas. Cuando entre al cuarto que me asignaron pude percibir que era estrecho y caluroso. Mientras caminaba sentí el piso de tierra apisonada.



Retrospección: En esos días lo vi. Muy preocupado. Yo sabía que estaba preparando algo. Ya tenía la seguridad sin que me lo dijera. Lo comencé a sospechar poco a poco, desde que él se quedaba por las tardes bajo el laurel hablando con fefo y con pápalo y, cuando yo llegaba, cambiaban de tema.

Análisis de los personajes principales de la obra “Tiempo Muerto” Haciendo un análisis y un retrato del protagonista (descripción física y psicológica) este era un gran hombre, luchador y fuerte. Físicamente: Era un hombre fuerte, moreno, alto y de buena presencia Psicológicamente: También era una persona normal, muy agradable y no le gustaba meterse en política ni nada de eso y era muy cariñoso con su nieta y su familia. 

Raymond smit. (Papabuelo) 11

Papabuelo: era un hombre muy cariñoso con mariíta y que adoraba a su bella esposa María. Tenía una relación muy buena con cada uno de sus hijos aunque con ellos compartía muy poco por separado. 

Maria. (Mamabuela)

Mamabuela: era una mujer tranquila de su casa, que adoraba a su viejo y que se preocupó toda su vida por velar por la educación de sus hijos y que crecieran con principios sociales y como hombres de bien. 

Irma.

Irma: era una mujer que se destacaba por ser muy feminista, luchaba por los derechos de las mujeres en las plantaciones y se preocupaba por cada una de las reacciones de un hombre en contra de una mujer. 

Mariíta.

Mariíta: era una muchacha muy inteligente y atenta, que se había convertido en una persona muy especial para el papabuelo, este la quería mucho y la veía como una hija más de las tantas que este había tenido.. 

Ramona. (Miss Raymond)

Ramona: era una persona muy angustiada por el hecho de no conocer a su padre, que luchaba día tras día por sacar la información a su madre de donde se encontraba su padre, pero siempre fallando sus intentos por encontrar a su padre, no fue nada fácil y tuvo que acudir incluso con su abuela para que le contara el paradero de su padre que estaba desaparecido.

Análisis de los Personajes Secundarios: 

Esperanza, era una de las ocho hijas de Papabuelo y Mamabuela, y una de los 9 nueve hijos que tuvo este matrimonió campesino.



Gloria. era una de las ocho hijas de Papabuelo y Mamabuela, y una de los 9 nueve hijos que tuvo este matrimonió campesino. 12



Cecilia. era una de las ocho hijas de Papabuelo y Mamabuela, y una de los 9 nueve hijos que tuvo este matrimonió campesino.



Mary. era una de las ocho hijas de Papabuelo y Mamabuela, y una de los 9 nueve hijos que tuvo este matrimonió campesino.



Liliana. era una de las ocho hijas de Papabuelo y Mamabuela, y una de los 9 nueve hijos que tuvo este matrimonió campesino.



Rosa. era una de las ocho hijas de Papabuelo y Mamabuela, y una de los 9 nueve hijos que tuvo este matrimonió campesino.



Victoria. era una de las ocho hijas de Papabuelo y Mamabuela, y una de los 9 nueve hijos que tuvo este matrimonió campesino.



Jacob. Era el único hijo varón de Papabuelo y Mamabuela, luego el resto de sus hermanas eran mujeres.

Estos eran hijos de papabuelo y Mamabuela y eran muy serviciales. Crecieron con costumbres de hogar dadas por su madre desde muy temprana edad, ellos no poseían muchos bienes materiales pero si una gran familia amorosa, donde lo más importante era el amor que se tenían entre ellos y que no hubieran conflictos familiares.

Análisis del punto de vista del narrador y el personaje principal del texto de la obra “Tiempo Muerto”. El narrador se encuentra en primera persona central o periférico: por que el autor narra la historia y a la vez relaciona en ella de cierta forma, cuando comparamos la historia del autor y la narrada por la obra, encontramos cierta similitudes que marcan a diferencia y llaman la atención del lector. Ya que estos se encontraban en el mismo pueblo de San Francisco de Macorís en el mismo ingenio Consuelo. Un ejemplo de eso: yo siempre pensé que era igual en todas partes. Que los ingenios, aunque eran varios, estaban en un solo poblado y que podría encontrar al tío por las calles o por referencia.

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Aquí este muestra en primera persona su opinión sobre la obra metiéndose en ella indirectamente y cambiando el sentido del personaje a otro más personal del narrador. 1 ¿El autor muestra una relación directa de su vida con el texto? Sí, porque siempre hace énfasis en las cosas que vivió en común con los personajes de la obra, desde mi punto de vista esto parece una historia real, que si no fue vivida por el autor, fue vivida por alguien muy cercano a este en su infancia o juventud. 2 ¿El autor toma en cuenta su forma de inmiscuirse en la historia, al momento de hacer una crítica o comentario? No, el autos desarrolla comentarios en conjunto con la historia lo que provoca una serie de medio confusiones en la trama de la historia y los personajes, no obstante el autor sabe cómo manejar ambas opiniones la del personal y la del personaje del texto. 3 ¿El personaje principal narrado por el autor, viene enlazado con las raíces del propio autor? No, porque el personaje principal, viene como inmigrante desde la isla de Saint Kitts, por lo tanto a diferencia del autor que es dominicano, poseen nacionalidades diferentes.

Aquí tenemos cinco de los principales recursos de estilo usado por el autor en el desarrollo de la obra “Tiempo Muerto”. 

Metáfora: se combatió esa noche. Luego se descansó. El baño, entonces sí, sirvió para renovar los bríos y se volvió a emprender la lucha cuerpo a cuerpo.



Descripción: pasamos por otro batey. Aquí, más que las casuchas, tenía tristeza la tarde misma. El sol terminaba de acostarse y solo un resplandor amarillento caía sobre los puñados de casas que aparecían sumergidos en la quietud.

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Comparación: era igual a ese olor a macho cabrío que a veces le brota por los poros a los príncipes de carne y hueso; sencillamente no permití que se bañara.



Epítetos: un gigante bebedor, un bebedor gigante.



Onomatopeya: yo no voy a votar por ningunos, son todos unos charlatanes. Plash!!!

Análisis de los valores literarios que encontramos en la obra. 

Valores estéticos :El libro tiene una portada que va acorde con el tema de la obra y la historia, también el libro está bien distribuido para una fácil y sencilla lectura, está muy bien elaborado e impreso para el disfrute del lector.



Valores literarios: Esta posee un valor literario bueno, ya que sirve como conocimiento de nuestra historia como país. Y nos ayuda a entender un poco más sobre la historia de los cocolos de nuestro país.

Análisis de la finalidad de la historia central de la obra “Tiempo Muerto”. Función de conocimiento: porque nos enseña un poco de la historia de los cocolos que llegaron a nuestro país a trabajar en los ingenios que elaboraban la azúcar en nuestro país y aprender sobre esa etnia que vinieron de esas islas inglesas y dejaron tantos aportes culturales a nuestra tierra. Una historia que durante muchos años los historiadores dominicanos han ignorado completamente y que no ha tenido presente al elaborar sus prestigiosos libros de historia dominicana, los cocolos y guloyas tuvieron una muy grande e importante influencia en la historia dominicana, porque ellos fueron de los grupos que llego a la isla y que trajo su cultura para crear lo que somos hoy en día.

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Análisis de mi auto valoración final de la historia de “Tiempo Muerto”. En esta obra el autor pone de manifiesto los aportes que hicieron esta etnia de cocolos a nuestra cultura, la etnia lego los guloyas a República Dominicana, una rica expresión folklórica de nuestro país. También el autor trata de darnos un perfil sobre cómo eran los cocolos, sus actividades, como vestían, su comportamiento etc. Sus personajes llegaron a alcanzar en momentos un buen decir lírico, a través de los diálogos que presenta la novela podemos percibir como hablaban el español aquellos personajes. En la obra también el autor se destaca por la capacidad de trasmitir lo que es la comodidad y se convierte en una de las escasas voces que han dado a conocer el grito de esta etnia que tanto aportes culturales nos han dejado. Por lo tanto debemos estar agradecidos de nuestras raíces sin importar la nacionalidad o el color de estos, porque esto es lo que nos hace dominicanos, orgullosamente dominicanos. Debemos seguir el ejemplo del autor al momento de ver y analizar la vida cotidiana.

Análisis de los datos bibliográficos de la obra “Tiempo Muerto”. La obra que cuyo título “Tiempo Muerto”, del autor “Avelino Stanley”, fue editado en la Republica Dominicana por la editora Dominicana “Cocolo y Búho”. Es libro conto con una 1ra Edición en noviembre de 1998 en República Dominicana y una 1ra edición Puertorriqueña en marzo del 2000 y por ultimo una decimoquinta reimpresión en septiembre del 2006 en Santo Domingo, República Dominicana.

Análisis de los datos biográficos del autor “Avelino Stanley”. Esta obra critica de las costumbres del trato de los dominicanos a los inmigrantes en la época todavía conocida como antigua, prehistórica y 16

decadente en comparación con la actualidad, fue escrita por uno de los más excelentes autores Dominicanos Avelino Stanley, el cual nació en la romana durante la década de los 50s en 1959, y su niñez la transcurrió viviendo en el ingenio que tanto se menciona en su propio libro, en el ingenio consuelo de san pedro de Macorís, este desde mi punto de vista parece ser alguien que creció en una familia humilde y que tuvo que luchar y trabajar para conseguir convertirse en el afanado escritor que es hoy en día, este proveniente de dos ciudades cañeras de Republica Dominicana. Curso una licenciatura en economía, una maestría en lingüística y un diplomado en historia afro iberoamericana. Con una gran preparación universitaria también a su vez desarrollo una ideología en el estudio de nuestra historia, Principalmente la historia del dolor de nuestros trabajadores azucareros con los cuales este se rodeó tanto desde su infancia en el ingenio Consuelo. Este personaje desde mi punto de vista también parecía ser un joven muy estudioso y que tenía bien seguro a donde quería llegar en su futuro. El libro desde mi punto de vista parece una novela porque es una obra narrativa, que narra una época antigua de nuestro país junto con la historia de un personaje ficticio con el cual se desarrolla la trama del libro, el cual fue escrito en prosa de una desarrollada extensión variable. El tema de la obra son los fuertes trabajos realizados por “cocolos” en ingenios de caña de la Republica Dominicana y la cultura de los guloyas, ya que este siempre tuvo la fuerte conexión con sus compañeros cañeros y la cultura cocola.

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III

REFERENCIAS ESCRITAS “Tiempo Muerto”

Diario Libre Stanley es incluido en ediciones de Mc Graw-Hill

http://www.diariolibre.com/noticias/2006/06/08/i98798_stanley-incluido-edicin-graw-hill.html Por Diario Libre Santo Domingo, República Dominicana

La literatura dominicana se va reconociendo en el exterior. Lo corrobora una vez más el hecho que la casa editorial Mc Graw-Hill, una de las de mayor prestigio en el mundo anglosajón, lanzara en el mes de abril el libro "Lecturas literarias: Moving toward linguistic and cultural fluency thorough literature". Incluye un fragmento de la novela "Tiempo muerto", del muy talentoso, aclamado y orgulloso escritor dominicano Avelino Stanley. El libro "Lecturas Literarias", de la autoría de Anne Lambright, Sharon W. Foerster y Ramonita Marcano-Ogando, está orientada al proceso de enseñanza de español a estudiantes universitarios de lengua materna inglesa de Estados Unidos y Canadá. Además del fragmento de "Tiempo muerto", de Avelino Stanley, con la que obtuvo el Premio Nacional de Novela en 1997, el libro incluye a los autores Carmen Laforet y Camilo José Cela, de España; Reynaldo Arenas, de Cuba; Ángeles Mastretta y Elena Poniatowska, de México; Ricardo Talesnik, de Argentina; Antonio Skármeta, de Chile; Julio Ramón Ribeyro y José María Arguedas, de Perú; Fernando Contreras Castro, de Costa Rica; y, Claribel Alegría, de la Republica del Salvador. Los textos de Avelino Stanley tal como “Tiempo Muerto” y Reynaldo Arenas incluidos en "Lecturas Literarias" sirven como modelo de la literatura en la región del Caribe, ya que cuentan sobre los orígenes de estos poblados de personas humildes y trabajadoras. Ambas obras aparecen en el capítulo "Las conexiones personales y familiares". La obra se desarrolla en seis capítulos y un apéndice, su formato es de ocho un cuarto por diez pulgadas y cuenta con 168 páginas.

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Hoy Digital Entrevista a Avelino Stanley http://hoy.com.do/entrevista-a-avelino-stanley-2/ Por León David Santo Domingo, República Dominicana

León David: Acabas de publicar una nueva novela: “Por qué no he de llorar“. ¿Qué añade esa creación a tu trayectoria novelística? Avelino Stanley: Después de haber escrito uno de mis mas grandes éxitos en la literatura “Tiempo muerto”“ (1997) escribí el primer borrador de “Por qué no he de llorar“. Lo dejé descansando y me embarqué en otro proyecto, “Al fin del mundo me iré“, novela aún inédita que me costó mucho esfuerzo. Terminada esa obra volví a “Por qué no he de llorar“, que para mí ha significado una especie de respiro porque es una novela ligera, de extensión media y sin mayores complejidades estructurales. Apenas dos planos que se entrecruzan como aspectos paralelos de una historia central. Esa obra es una especie de reafirmación de mi trabajo novelístico. León Davis: ¿qué juicio te merece la novela dominicana contemporánea? ¿Crees que ya se avizora en el horizonte la cervantes criolla? Avelino Stanley: Para mí la novelística dominicana ha tenido su verdadero despertar en los últimos veinticinco a treinta años. Antes de 1975 se publicaban novelas de forma aislada. En el periodo señalado no sólo han seguido publicando obras en este género los autores veteranos, a ellos se han unido los que surgieron en los 80. Y a estos dos grupos también se agregan otros autores que sin ser de generación alguna han surgido con proyectos novelísticos de mucha valía. Independientemente de lo que ellos signifiquen para los premios internacionales, lo más importante es que se está enarbolando con mucha solidez la bandera de la novelística dominicana contemporánea. Y en esa faena están incluidos todos los autores del país. León David: ¿cuáles son tus novelistas preferidos y por qué los prefieres? Avelino Stanley: Hay novelistas a quienes he tenido como preferidos pero resulta que siempre se termina adoptando sólo una de sus obras en particular. Para la lengua española creo como fundamental que quien se inicia en el mundo de la novelística tiene que conocer El Quijote, de Cervantes. Luego para mí hay diversos autores que han significado mucho en mi proceso de aprendizaje. Algunos de ellos son Flaubert y su obra Madame Bovary, Sthendal y su obra Rojo y Negro, Dostoievski en varias de sus obras, Mijail Sholojov con El don apacible y esa obra de él que he leído casi hasta recitar de memoria, El destino de un

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hombre. Igual han sido claves para mí Faulkner y Jhon Steimbek, de este último también he releído infinitas veces La perla. Miguel Ángel Asturias es necesario hasta por su prosa. A García Márquez no lo puede detestar quien no lo ha leído. Y ningún dominicano puede preciarse de ser narrador si no relee la cuentística de Juan Bosch. Por supuesto que la narrativa de estos tiempos ha sido renovada por un vasto número de autores europeos, asiáticos y latinoamericanos. León David: también eres cuentista; desde el punto de vista del quehacer del escritor ¿son iguales las exigencias del género cuento que el de la novela? Avelino Stanley: Como género te diría que las exigencias son iguales. Por supuesto es imposible comparar una novela con un cuento. Lo preciso es que comparar una novela con un libro de cuentos para apreciar el peso de la exigencia de ambos géneros. Tampoco se puede comparar una novela buena con un mal libro de cuentos, ni lo contrario, porque ahí se pierde de inmediato el equilibrio. En definitiva lo importante es buscar el mayor de los logros en los géneros que uno decide a cultivar porque la buena literatura siempre estará por encima de la que no lo es sin importar el género. León David: nunca, que yo sepa, has escrito poesía. ¿acaso consideras la poesía un género menor? Avelino Stanley: ¿Género menor? No. Todo lo contrario. Para mí la poesía es la manifestación de la belleza mediante el uso de lengua en su máxima expresión. Es cierto, muy pocas veces he escrito versos. Apenas alcanzo a coquetear con la poesía para dejar constancia de su presencia en mi prosa. Creo que la poesía sólo desaparecerá cuando desaparezcan los sentimientos de los seres humanos. León David: en términos generales, ¿cómo ves el panorama literario de nuestro país? Avelino Stanley: El panorama literario dominicano, mirándolo como tal, está en condiciones aceptables. Hay una cantidad importante de autores produciendo buen trabajo en los distintos géneros. Lo tétrico del panorama literario dominicano está hacia afuera. La cantidad de gente que aprecia y valora el trabajo literario del país es sumamente reducida. Y las autoridades que deben trabajar para transformar esa realidad, bien, gracias. Despilfarrando recursos en nimiedades. Bastaría con echarle una mirada al destino del presupuesto de la Secretaría de Educación y al de la Secretaría de Cultura en los últimos años para que se vea cuál ha sido el esfuerzo realizado para aumentar la cultura de la lectura. León David: ¿cómo se relaciona la literatura y la política? ¿crees que son incompatibles?

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Avelino Stanley: Los matrimonios entre la literatura y la política, cuando se dan, terminan en incompatibilidad de caracteres. Ambos oficios demandan demasiado tiempo y uno de los dos perece por abandono. Pero una cantidad grandísima de literatos termina diezmado por la política y muchas veces esto se da hasta por la rabia de ver gente con tantos niveles de torpeza e irresponsabilidad dirigiendo los destinos de un país o en puestos congresionales y municipales. León David: ¿por qué nuestra literatura no es más conocida fuera del país? ¿será que no alcanza los estándares de excelencia internacionales? Avelino Stanley: Las razones de nuestra escasa difusión son muchas. Una de ellas es que poquísimos gobernantes dominicanos se han preocupado para que el resto del mundo sepa que hay un país llamado República Dominicana a pesar de existir desde hace más de ciento cincuenta años. En 1982 en Inglaterra mucha gente me preguntó que si Dominicana era Dominica, que dónde era eso. En 1995 hubo gente en Buenos Aires que me preguntó que dónde quedaba este país. Si no se conoce el país, qué van a conocer a sus escritores. ¿Qué gobierno dominicano ha dirigido política alguna para difundir los autores locales en el exterior? Por demás los autores dominicanos, de manera aislada, no tienen cultura de buscar individualmente difusión internacional. Imagínate, esa misma gente de Buenos Aires que me preguntaba en 1995 que dónde quedaba este país, algunos incluso escritores, a continuación me pedían direcciones de editoras a las cuales ellos pudieran enviar sus originales a ver si se los publicaban. León David: ¿qué puede hacer el estado “que cuenta con una secretaría de cultura“ para brindar respaldo a los escritores dominicanos? Avelino Stanley: Lo primero sería nombrar funcionarios capaces que tengan una visión de conjunto de los males culturales del país y planifiquen la dirección de su quehacer. Que no despilfarren los recursos oficiales dando palos a ciegas. Funcionarios que incluyan la necesidad de difusión de la literatura dominicana hacia el exterior como parte de sus objetivos. Pero eso requiere un proceso de dignificación que primero tiene que comenzar por las altas esferas oficiales, donde esa especie raramente se ve. León David: ¿qué es lo peor que podría ocurrirle al país cultural en un futuro próximo y cómo evitarlo? Avelino Stanley: Lo peor del futuro cultural dominicano es el presente que estamos viviendo. Se puso en las manos de un grupo de personas una Secretaría de Cultura nueva que fue por décadas la esperanza de todo el sector cultural del país. Pero lamentablemente hemos tenido que verlos haciendo lo mismo que se hacía cuando esta no existía. Improvisar. Poner en ejecución las acciones culturales, no como producto de una

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planificación, sino lo que les llega a la mente y luego a eso no se le da continuidad. Simular realizaciones que luego el propio resultado las delata. Dedicar el 70% del presupuesto de la cartera en salarios. A la hora de evaluar ¿cuál será el referente? Es decir el alto grado de incapacidad gubernamental que se observa a nivel de todo el aparato del Estado también está presente en la Secretaría de Cultura. ¿Habrá algo peor que verlos alardeándose con decir que se ha hecho lo mejor de todos los tiempos? Creo que no. ¿Que cómo evitarlo? Bueno, será que como detenerlos. Eso tendrá que determinarlo la colectividad.

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Listín Diario Giovanni Di Pietro responde y considera que Avelino Stanley no leyó toda su obra con detenimiento y que desconoce algunos de sus libros http://listindiario.com/ventana/2010/6/4/144816/Giovanni-Di-Pietro-le-responde-a-Avelino-Stanley Por Giovanni Di Pietro San Juan, Puerto Rico

El amigo Avelino Stanley nos sorprende con una obra de crítica literaria publicada por el Banco Central en la cual aborda la novelística nacional desde 1980 hasta 2009. Ya había oído hablar indirectamente de esta obra y, muy recientemente, también oí hablar de ella por parte de su autor en una entrevista de tres entregas en el Internet. Se sostenía que, en esta obra, él iba a poner el punto sobre las -íes en el espinoso problema de dicha novelística. Es más, que también iba a acabar conmigo, desenmascarándome por la falsía crítica que supuestamente soy. Que Avelino tomara esta posición no me sorprende. Esto por el simple hecho de que, en el pasado, nuestros caminos se han cruzado con relación al quehacer crítico, él sosteniendo obviamente una opinión bastante negativa del trabajo realizado por mí en el área. Me acuerdo que hasta tuvimos una polémica en los periódicos: él insistiendo que Bienvenida y la noche (1994), de Manuel Rueda, no era una novela y que no servia para nada; yo manteniendo una opinión diametralmente opuesta. Otras escaramuzas se presentaron. Esta vez tenían que ver con mis reseñas de dos de sus novelas, Catedral de la libido y Tiempo muerto. Estas reseñas salieron en El Siglo, pero están reproducidas ahora en mis últimos libros publicados, Lecturas dominicanas (UASD, 2007) y Entre los nuevos (Unicornio, 2010), respectivamente. Pese a todo esto, yo no he dejado de pensar en Avelino como un amigo desde el día en que Manuel Núñez nos presentó en un muy concurrido “pica pollo” de la Lincoln y él me entregara un ejemplar de Catedral de la libido, hace ya mucho tiempo, período casi mítico para mí, cuando sólo estaba arrancando con mi crítica sobre la novelística nacional. Lo que quiere decir que, pese al título de este escrito y pese a lo que Avelino expresa en las páginas de su obra, desde mi parte, todavía seguimos siendo amigos. Y amigo soy o me considero de unos cuantos intelectuales y novelistas que se profesan acérrimos enemigos míos, ¡Dios sabe por cuál razón!, pues yo simplemente me he llevado de la regla que dice que, en asuntos de literatura, la amistad siempre toma y tiene que tomar un segundo lugar. No se puede asumir la actitud de que porque somos amigos, yo, como crítico, no puedo criticar la obra que se publica. Si así fuera, mejor nos olvidamos no solo de criticar obras literarias, sino, además, de leerlas. ¿Para qué hacerlo? Ahora bien, al leer ese título tan desalmado de mi escrito, rápido se pensará que aquí me estoy vengando de Avelino por lo que el libro contiene acerca de mi crítica. Nada más lejos de la verdad. Yo sostengo y he sostenido desde siempre que, una vez publicada, cualquier obra toma su propio camino en la vida y que tiene que enfrentarse tanto a los buenos, como a los malos encuentros que se dan. O sea, que una obra literaria es como un hijo: uno lo trae al mundo, pero después, si quiere madurar y sumar algo, tiene que vivir su vida por su propia cuenta. Entonces, yo me estoy relacionando a esta obra de Avelino puramente desde una perspectiva objetiva, y si este escrito lleva el título que lleva, debe achacarse a la idea de hacer interesante y no aburrida su lectura.

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Amigo Avelino, tú tienes todo el derecho de decir lo que dices en esta obra y a sostener lo que sostienes. De hecho, personalmente festejo la existencia de este estudio sobre la novelística nacional, pues más estudios se hacen y publican mejor para su desarrollo y entendimiento. Sin embargo, revisándolo, me percato que tiene graves fallas, algo que hubiera preferido que así no fuera, y eso por las expectativas que se crearon en mí cuando primero me empezaran a llegar noticias al respecto. Lo que te has permitido es sólo hacer un “perfil” de la narrativa dominicana de 1980 a 2009. Pongo entre comillas esa palabra porque es ahí donde está el quid del asunto. Si la obra es un perfil, no puede ser el estudio a fondo que, a mí entender, se sostiene y has sostenido que es. Hacer una lista de los elementos que hacen una novela moderna, todos sacados de un crítico que nunca estudió los novelistas del país, no es escribir con empeño acerca de la novelística nacional. Pero, admito, esa lista es sólo una premisa a lo que vas a sostener después. En la pág. 62, concedo, aparece otra larga lista de elementos que es tuya y que está relacionada con nuestra novelística, o más bien su auge en ese período que la obra cubre. Pese a esto, tienes que convenir que hacer listas no nos dice nada acerca del área que nos concierne. La primera parte de este supuesto estudio crítico, ¿qué propone? Que en el desarrollo de la novelística del país hubo un antes y un después: antes de 1980 y después de esa fatídica fecha. ¡Gran descubrimiento! ¿Qué se supone debería decirnos esto? Todo el país cambió alrededor de los años ochenta y, por consiguiente, también tenía que cambiar su novelística, pues de una forma u otra las artes siempre reflejan los cambios sociales que ocurren. Podemos decir lo mismo de cualquier otro país en el mundo y hasta empleando esa misma fecha. De modo que, desde esta perspectiva, creo que es innegable la conclusión a la cual llegamos ineludiblemente, o sea, que, con este argumento tuyo, la montaña sólo parió un ratón. Sin embargo, tu idea no se queda aquí, sino que continúa expresando que la novelística dominicana antes de 1980, por la cual se nota cierto matiz de desprecio por tu parte, según un esquema que te inventas, es, como dices, “lo inferior”, mientras que la que le sigue y llega hasta 2009 seria “lo superior”. Admito que no necesariamente estás sosteniendo que “inferior” y “superior” se refieren aquí a conceptos valorativos; pero, lo sugieres, pues entiendes que la novelística que empieza con 1980 lleva a cabo una renovación y, siendo esto así, siendo moderna, sería de por sí mejor que la que le precedió. En efecto, creo que, al darte cuenta de haber metido la pata en este asunto, tú mismo te retractas de ese nebuloso argumento y rápido agregas: “Jamás debe incurrirse en el error de ver ‘lo inferior’ como algo descartable.” (pág. 13) No contento con esto, y para asegurarte que los críticos no te vayan a caer encima aplastándote por ese disparate, ahora optas por el proceso ternario de Hegel, cuando agregas: “Pero por la misma dialéctica esto que se presenta como ‘lo superior’ en algún momento se constituirá en etapa superada y pasará a ser ‘lo inferior’ con respecto a los logros del futuro.” (pág. 13) Pero, amigo Avelino, ¿de qué diablos estás hablando? Tú estás sosteniendo aquí que en las artes existe algo así como el progreso y un progreso que no tiene fin en el tiempo. ¿Cuándo es que vamos a tener la gran novelística del país, entonces, cuando la segunda venida de Cristo? Yo he sostenido y vengo sosteniendo desde largo tiempo que la mejor novelística dominicana no se encuentra después de 1980, sino antes y, en efecto, mucho antes de 1980. Es mi opinión y la he respaldado con numerosos ensayos y libros, entre los cuales uno que, por alguna razón que no logro entender, nunca mencionas: Las mejores novelas dominicanas (1997). Esta obra, pese a los errores que pueda contener en término de estilo, ahora que leo tu estudio, se me presenta por lo acertado que estuvo y todavía está en su tesis. ¿Dónde se encuentra la gran novela dominicana? ¿No es antes de 1980? Podemos pelear acerca de cuál es, si Enriquillo, La

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sangre o La mañosa, pero no es posible sostener que después de estas obras vinieron otras de esa misma envergadura. Una novela como Caonex, de J. M. Sanz-Lajara, si descartamos su perspectiva ideológica trujillista y nos concentramos puramente en los resultados estéticos, es mejor que cualquier cosita que vino después de 1980. Que esa novela reproduce los esquemas literarios decimonónicos no significa nada, ya que lo que cuenta es su nivel estético, de ninguna manera sus raíces literarias, las cuales tanto este novelista como los novelistas que sostienes como epígonos en tu estudio no pueden evitar. O sea, que se puede poseer todas las técnicas novelísticas más avanzadas que quieres y, sin embargo, ser novelistas mediocres. Dime tú, ¿no es cien veces preferible leer a Dickens que a cualquier novelista de pacotilla de los más recientes? Amigo Avelino, es que te estás empeñando en defender lo nuevo por lo nuevo. Si algo es nuevo, para ti eso significa automáticamente que es superior a lo viejo. Discurso más absurdo que ese, no lo hay. Porque, explícame, ¿dónde es que vamos a meter a Homero, Virgilio, Dante, Boccaccio, Petrarca, Cervantes, Shakespeare, etc. etc.? Con esa actitud, deberíamos echar al pobre Manuel de Jesús Galván en el zafacón literario y pronto hacerle seguir al desdichado Tulio Manuel Cestero también. Es que es innegable, amigo Avelino, que los novelistas anteriores a los años ochenta estaban culturalmente más preparados que los que tú estás alabando y defendiendo simplemente porque dominan las nuevas técnicas de la novela. La literatura light, amigo mío, no se la inventaron los novelistas anteriores al régimen de Trujillo ni los que pertenecieron a ese mismo período; se la inventaron, como muy bien sabes, los que empezaron a escribir a partir de l980. En la novelística nacional, de 1980 a 2010, si excluimos la obra de nuestro común amigo Roberto Marcallé Abreu, la única novela que vale la pena es, ¡anatema para ti!, Bienvenida y la noche, o sea, exactamente esa que sostuviste y sigues sosteniendo que no es una novela. Una vez terminas con tus 63 páginas “teóricas”, que ya he dicho se resumen a muy poco, a causa de esas listas que introduces y los disparates que apenas termino de esbozar, pasas a aplicar lo que sería tu método crítico en sentido científico. Escoges 32 novelas y las comentas brevemente, diciendo que son excepcionales, explicando su temática y externando un juicio crítico que es siempre el mismo: es una novela excelente porque contiene estos aspectos técnicos en especifico, los cuales, como es obvio, suman sólo al manejo del arte de novelar moderno que, para ti, es el sine qua non del éxito de la obra a la cual te refieres. Eso me acuerda de esos críticos despistados que sostenían que Joyce era un gran novelista porque usaba la técnica “moderna” del flashback. Y así todos admiraban a este escritor irlandés por esa técnica, olvidándose que eso no era nada nuevo, sino que Homero la había empleado en La odisea. Este método tuyo, amigo Avelino, me hace dar las gracias a Dios que yo no me considere y nunca me he considerado un crítico literario bona fide, por lo aburrido que cierta crítica, como la que desgraciadamente estás empleando aquí, resulta y que siempre me produjo los más profundos bostezos. Yo entiendo que la crítica no puede ser una simple receta de cocina, que es lo que tú haces. Y entiendo, además, que no tiene que poner a dormir a nadie. Más bien, tiene que despertar interés en el lector, ser un reto para él, pedirle que llegue a sus propias conclusiones. ¿Cómo? Presentándole con una lectura (no un “resumen”, como dices con relación a mí) detallada y a fondo en la cual se le explica lo que, desde su punto de vista, el crítico entiende sería el sentido de la novela en cuestión. Al terminar con esa lectura, el lector está libre de hacer su propio análisis. Pero por lo menos hay una lectura de verdad de por medio. De ningún modo se trata, como es tu caso, de unas frasecitas convencionales que se repiten de uno a otro comentario y que se limitan a decir que esta novela es lo último y no hay duda de eso.

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Ya que sacas a colación mi crítica en tu obra, quisiera ahora puntualizar algunas cosas. De las 31 novelas que presentas, yo he analizado a fondo en ensayos bien largos y documentados por lo menos la mitad. Estaré ciego, seguro, o no me explico cómo es que no encontré en esas novelas todos esos méritos que tú encuentras. Cuando en tu discurso te refieres a mi crítica, eres bastante selectivo. Por ejemplo, te la pasas hablando de mi primera publicación, Temas de literatura y de cultura dominicanas (INTEC, 1992), una obra que no se refiere a la novelística dominicana en sí, sino que trataba de ser un estudio de las tendencias culturales que se registraban en el país a principios de los años ochenta; sin embargo, nunca mencionas Las mejores novelas dominicanas, obra que sí se relaciona exclusivamente con la novelística. Eso sí, mencionas los títulos de Quince estudios de novelística dominicana (2006) y Lecturas de novelas dominicanas (2007), como también La narrativa de Roberto Marcallé Abreu (2006). Pero mencionar los títulos no significa conocer el contenido de esas obras. De haberlo conocido y estudiado de verdad, otras, pienso yo, hubieran sido tus apreciaciones de mi crítica. Es curioso, además, que, aunque hables de Julia Álvarez, nunca te refieras a mi colección de ensayos, La dominicanidad de Julia Alvarez (2002). Si no conoces este libro, déjamelo saber y te envío un ejemplar por correo rápido. Y es absurdo que, en tu afán de alabar a Junot Díaz y hablar de Viriato Sención, tampoco hagas ninguna referencia a mis ensayos sobre ambos. El ensayo sobre Viriato deberías por lo menos conocerlo, pues es el que me dio fama de crítico de mala leche, como sabes. Mencionas, claro está, mi ensayo acerca de Distinguida señora, de Carmen Imbert Brugal, y otros acerca de una que otra novelista, pero eso es porque aquí tu propósito es echarme en contra a las mujeres, para que me despedacen como al desventurado Orfeo de la fabula griega. ¿Cómo es esto? Por el simple hecho de que, en la pág. 94, siempre citando de Temas de literatura y de cultura dominicanas, me adjudicas una pésima opinión de las novelistas dominicanas. Lo haces manipulando dos citas: una que se refiere a la pobre calidad de los novelistas; otra, a la calidad de las novelistas. Nota que he dicho sólo “la calidad” en el segundo caso. Tienes que notarlo porque, si te vas a esas dos citas en el texto original (Temas…, pág. 12), te darás cuenta que ahí estoy poniendo la calidad de las novelistas por encima de la de los novelistas. En su contexto correcto, decía que la novelística producida por mujeres en el país no se conocía, y que eso era algo lamentable pues, según mi entender, algunas eran mejores novelistas que los hombres. Y, en efecto, desde un principio yo he sostenido una posición herética en la crítica literaria dominicana, una que dice exactamente lo que acabo de enunciar. Cuando hice pública esta tesis en un encuentro crítico de escritoras, ya para 1995, las organizadoras se regocijaron. Era, me expresaron, el primer critico que se atrevía a decir algo bueno acerca de las novelistas, a reconocerles sus méritos. En otro encuentro anterior, Ludin Lugo se me acercó para decirme bromeando que no sostuviera esa tesis en voz alta, si no quería que los novelistas me ahorcaran. Yo, amigo Avelino, si algo he hecho de que sentirme orgulloso como crítico ha sido sostener sin ambages esa tesis que señalo. Yo, por ejemplo, puse en el mapa novelístico a Carmen Natalia y a Melba Marrero de Munné, para no mencionar a Amelia Francasci, una novelista totalmente olvidada. ¿Qué otro crítico lo ha hecho? A veces he pensado que debo tener algo de masoquista en mí para haber seguido adelante por tanto tiempo con mi manía de escribir acerca de la novelística del país, cuando tanta gente se la pasa acusándome de tantas cosas malas y calumniándome por junta. Hubo un tiempo, en efecto, en que dejé de escribir sobre la novelística nacional. No tocaba novelas ni quería verlas. Por tres años se fueron acumulando sobre mi escritorio y, cuando ya no pude más, me vino la idea de enviárselas regularmente a mi amigo Carlos X. Ardavín, para que las depositara en la biblioteca de Trinity University, en San Antonio, Texas, donde enseña. Esa colección ha ido

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aumentando con el tiempo, y creo que es una muy buena colección, pues contiene originales con dedicatoria a mí y firma de sus autores. Yo simplemente me dediqué a la poesía, y sostengo que, en todos los sentidos, valgo más como poeta que como crítico literario. Sigo dedicado a la poesía y, ya que la musa últimamente se olvidó de mí, decidí incursionar en la traducción. He hecho traducciones al italiano y al inglés de amigos poetas, como también de Franklin Mieses Burgos y Manuel del Cabral. Todo este material está engavetado por falta de recursos o interés de otros en su publicación. En una ocasión, un novelista que había criticado acremente, visitó esta isla y me preguntó si había leído su última novela, a lo cual le contesté que no, aunque la tenía, y que era porque ya yo no estaba en eso. Supongo que se puso contento con la noticia. Si crees que ésta es sólo una anécdota chistosa, no lo es. A cada rato recibo por correo o a través de otras personas las novelas que se van publicando en el país y que los mismos novelistas me hacen llegar. Tengo de nuevo una pila encima de mi escritorio, pero sin ningún deseo de leerlas. Sigo enviándoselas a Ardavín, sin duda. Sin embargo, de vez en cuando me viene la gana y me animo a leer alguna. Muchas veces es porque se habla tanto de la obra que no me resisto a ver si es verdad todo lo que se dice al respecto. Leo siempre, por ejemplo, las novelas de Andrés L. Mateo. Las leo porque, aparte de ser buen novelista, quiero descubrir ciertas cosas que se quedaron pendientes con él desde sus primeras novelas. Leo todas las novelas de Marcallé Abreu, pues insisto que es el mejor novelista del país. Pero esa es sólo mi opinión, y no le exijo a nadie que la comparta conmigo. O leo ciertas novelas que se presentan dentro de alguna coyuntura especial, y que sería un crimen de mi parte dejar de leerlas. ¿Por qué traigo esto a colación? Simplemente porque, amigo Avelino, tú mismo estás también en ese jueguito, o sea, enviándome novelas tuyas para tantearme y ver si escribo acerca de ellas. Me regalaste Catedral de la libido y me llegó Tiempo muerto, como sabes. También, por los mismos fines, me has enviado tres veces Hasta el fin del mundo me iré, dos veces en el original y una en italiano. En ésta hasta aparezco como personaje, lo que te agradezco mucho, aunque tienes que admitir que no es el tipo de personaje que encaja bien con mi propio carácter. Pero en esto entra en juego tu imaginación de novelista, supongo. Ahora cabe preguntar: Si soy ese crítico tan fatal que dices, ¿cómo es que siempre me envías tus novelas? ¿No debería ser lo contrario? La respuesta a esta incógnita me la proporcionó alguien en una ocasión, cuando me dijo: Avelino se queja de tu crítica, pero él mismo reconoce que su Catedral de la libido empezó a venderse sólo después que salió esa reseña. Bueno, ahí lo tienes, querido amigo Avelino. Como tú, por ahí andan muchos novelistas dominicanos que me envían sus novelas por la misma razón tuya. Al final, creo que debería molestarme, pues es obvio que se me está usando como crítico: por delante, a la luz del día, se dicen muchas barbaridades en contra mía, mientras que por detrás, en la sombra, tal parece que a muchos les conviene que yo lea sus novelas y que diga algo, aunque sea malo, acerca de ellas. Entonces, si eso no es reconocerme como crítico válido, no sé lo que es.

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Vetas Digital Entrevista al escritor Dominicano Avelino Stanley

http://vetasdigital.blogspot.com/2007/01/entrevista-al-escritor-dominicano.html Por Clodomiro Moquete Santo Domingo, República Dominicana

Vetas.- Me gustaría que puedas rememorar tu infancia, y todavía antes que tu infancia tus raíces. Eres cocolo (1), un cocolo "jabao" (2), es decir, de tez clara. Ese color, ¿es por el lado del apellido Stanley o lo es por el Rondón? ¿Eres del "batey central" del ingenio azucarero o de un batey distante? ¿De cuál ingenio azucarero? AVELINO STANLEY.- Soy un hijo de la humildad por los dos costados. Mi madre es de la sección Machatalupe, de Higüey (Este de República Dominicana). Y mi padre, un cocolo que vino a República Dominicana a trabajar en la industria azucarera desde Nevis-Saint Kitts. Mi papá era hijo de una negra de Nevis y de un norteamericano (por lo que decía él, blanco de ojos verdes e hijo de puta como muchos yanquis) y, mi madre, una higüeyana muy buena moza ella. ¿El resultado? Heme aquí, este "jabao". Nací en La Romana y desde meses mis padres se radicaron en el Ingenio Consuelo (eso debe equivaler a batey central para ti). No niego mi suerte, y parte de esa suerte fue haber caído en manos de las monjas en el poblado de Consuelo, unas excelentes educadoras que vinieron del Cánada justo el año que yo nací, en 1959, y se radicaron allí, donde fundaron la Escuela Divina Providencia. Guiado por mis padres, y educado por ellas, ahí está la suerte: mi disciplina, mi formación, mi permanente sentimiento a favor de los más desposeídos, a favor de la justicia social. Clodomiro Moquete- Háblame de tu adolescencia. Como la generalidad de los muchachos dominicanos de la zona rural y suburbana, ¿hiciste tu carro de ruedas de jabilla? ¿Jugaste bolitas? ¿Embollaste el trompo? ¿Sabes lo que es un trompo sedita y un trompo carreto? Avelino Stanley- En el Ingenio Consuelo viví hasta los 14 años. De los carritos de rueda de javillas que hice, no resistía la fragilidad de las ruedas. De las bolitas que jugué, no me gustaban las discusiones que se armaban por la trampa. Hice muchos trompos y rompí muchos botones cuando los "recogía" y les tiraba a los botones para ganar; pero por igual, ese juego no me atrajo del todo. Mi gran pasión de niño, en lo que invertí muchísimas horas de mi infancia fue haciendo y volando chichiguas (cometas, papalotes). Siempre quería tener más y más hilo (mi padre me lo traía por bollitos desde el ingenio, pues trabajaba en la centrífuga, cerca de donde se cosían los sacos de azúcar) porque quería que mi chichigua fuera la que volara más alto, más lejos. Me encantaba verla allá, cerca de las nubes, lanzando "cabezadas" o "serenita", toda enseñoreada. ¡Qué pasión tan inolvidable! Esa pasión la fui sustituyendo por los clubes culturales, desde los doce años me atrajeron

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los clubes y en ellos, primero en el Ingenio Consuelo y después en La Romana (a partir de los catorce años) comencé a conocer las injusticias sociales. Recuerda que en La Romana el movimiento obrero fue cobardemente postrado por las fuerzas del “balaguerismo” (ref. J. Balaguer). Mi respuesta fue formar parte, desde esa edad, de grupos de poesía coreada. Las poesías que declamábamos, siempre, eran "poesía de protesta". De ahí me surgió la pasión por la literatura. Como ves, entre la pasión por la chichigua y la pasión por la literatura no hay diferencias, pues en ambas, con muchísima frecuencia, hay que estar en las nubes. Clodomiro Moquete- Vi en tu oficina un afiche en que aparece el rostro azorado de un mozalbete promovido por un grupo universitario al cargo de presidente de la Federación de Estudiantes Dominicanos, FED, en la UASD (Universidad Autónoma de Santo Domingo). En esos años de tu primera juventud, ¿cuál era tu militancia política? ¿Cómo fue aquella experiencia? Avelino Stanley- Como parte de la realidad que viví, desde muy joven tuve que trabajar. Sin abandonar mi pasión por la literatura, terminé involucrándome en el movimiento sindical que resurgió en La Romana cuando el PRD (Partido Revolucionario Dominicano) volvió al poder en 1978. Con la ausencia del método de las desapariciones de los dirigentes de allí, el PRD hizo lo mismo con el movimiento sindical. Lo pateó. Yo estuve entre los cancelados. Durante la lucha por la reposición, el abogado Fidias Aristy me recomendó irme a estudiar a la UASD. "Allí hallarás un escenario más propicio para tus inquietudes". Escuché sus consejos. Cuando llegué a la UASD, noviembre de 1980, acabando de cumplir en ese mismo mes 20 años, ya tenía definida mi militancia en el Partido Comunista Dominicano, PCD. Por supuesto, me enrolé con la organización estudiantil del partido, la Fuerza Juvenil por el Socialismo, FJS. Fue esa institución la que me postuló a la presidencia de la FED en 1986. Claro, sólo gané mucha experiencia. Buena experiencia esa y la de mi militancia, pues la formación teórica y la base moral se me acentuaron con esa militancia. Conocí allí mucha gente de gran corazón, como también algunos charlatanes, estos últimos tienen la virtud de colarse en todas partes. Clodomiro Moquete- ¿Cómo se inició tu aventura literaria? Estudiaste economía, tengo entendido. ¿Llegaste a la literatura por vocación o buscando otros horizontes? Avelino Stanley- En 1977, con dieciocho años, gané un premio de poesía en un concurso que organizó el Club Cultural José Ingenieros en La Romana. Luego, en diciembre de 1978, gané el primer premio de ensayos en el Concurso Literario de Navidad. Oye el título del ensayo: "Enfoque de la situación socioeconómica de la región oriental". Eso daba "comunismo full". A partir de ese momento comenzó mi militancia en el Círculo Literario Luciérnaga, que luego, al fundirse con el Círculo Literario Romanense, pasó a llamarse Colectivo de Escritores Romanenses. Justo para ese tiempo tuve que decidir qué estudiar. Como los familiares me insistían en que "los literatos se mueren de hambre", decidí

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estudiar economía para vivir de esa carrera y seguir escribiendo. Al final, cuando terminé la carrera, el primer empleo que conseguí, fue en la literatura, como corrector de prueba en la Editora Corripio. No sé si nací para carpintero, pero ahí me cayeron los clavos. Clodomiro Moquete- En noviembre de 2006 se cumplen 25 años de la publicación de tu primer libro. Bueno, ha sido una historia de mucho ajetreo y de trabajo intenso, lo sé. ¿Valió la pena haber publicado un libro hace 25 años? Avelino Stanley- Un libro a los veintidós años, como sabrás, es un libro que debe mirarse críticamente. Eso intenté hacerlo desde el primer momento. Todavía, después de unos nueve títulos publicados, lo he seguido haciendo. Y lo seguiré haciendo. El mejor espejo para un autor superarse, es mirar su propia obra sin pasión, con objetividad. Luego uno la compara con las primeras y con la buena lectura que se hace de la obra de los maestros, y ahí se da una magnífica fórmula para la superación. Pienso que lo que ha valido la pena no es haber publicado un libro hace veinticinco años, sino haber logrado que esa pasión se mantenga, que esa pasión esté incluso en un punto más alto.

Clodomiro Moquete- Participaste afanosamente en cuanto concurso literario aparecía en el horizonte. Y me dijiste una vez que lo hacías buscando el dinero de la recompensa. Después que eres un escritor que recibió un premio como el Nacional de Novela, por “Tiempo muerto”, ¿qué ha sido más importante, el mérito del premio o el signo de peso? Avelino Stanley- Sí, participé en concursos, pero creo que en vez de "afanosamente" diría que con mucho entusiasmo y, la verdad, no recuerdo haberte dicho que lo hacía "buscando el dinero". Pude decirte, y te lo reafirmo, que lo hacía buscando el reconocimiento. De concursos provinciales, regionales y nacionales debo tener más de diez premios (primeros, segundos y terceros lugares y menciones de honor). Sin embargo, siendo ya un adulto de edad y en la literatura, sólo exhibo tres premios que son los que considero verdaderos premios a mi obra de adulto. Esos premios son el Nacional de Novela, a “Tiempo muerto”, en 1997; el Premio Sin Fronteras, a la novela “Equis”, otorgado en el 2002 por la Asociación Mundial de Educación Especial con sede en Madrid, y el Premio Ciudad de Viareggio, al cuento "Piel acosada", en Italia. Por su puesto, siempre fue y sigue siendo mi norte escribir y dar a conocer lo que escribo, por tanto, creo que lo importante para mí es la difusión de mi obra. Clodomiro Moquete- Un cuento premiado en Italia, por una importante casa editora, una novela (“Al fin del mundo me iré”) publicada por la reconocida Editorial Planeta, y otras aventuras que sin duda desconozco, ¿te dan el toque en que puedes considerarte un autor satisfecho? Avelino Stanley- En la vida de un creador la satisfacción no debe existir. Puede existir

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satisfacción con una obra determinada. Pero la satisfacción como una totalidad no debe existir, porque entonces vendría el conformismo y luego el descenso de la obra. Siempre, todo creador, debe entender que su obra siguiente tiene que superar la anterior. Eso es lo que creo y eso es lo que hago, crear más, pero con más calidad. Clodomiro Moquete- Tu función oficial, en una subsecretaría tan demandante como la de Creatividad y Participación Popular, ¿qué ha sido como experiencia para un intelectual? ¿Estás satisfecho? Avelino Stanley- La experiencia ha sido invaluable. Porque en esa posición he podido conocer mejor la realidad del quehacer cultural en República Dominicana y en otros países. Un problema muy generalizado en toda América Latina, y que también es parte nuestra, es la urgente necesidad que existe de formar académicamente la gente que quiere dedicarse a la gestión cultural. En gestión cultural, como en cualquier otra rama social, no se puede actuar en base al empirismo. Por tanto, no podría estar yo conforme sabiendo que esa realidad lacera el quehacer cultural en general del país, el público, el privado y el de cualquier gestión. Trabajamos en transformaciones de muchas situaciones que lo requieren con urgencia, incluida la formación. Esperamos dejar un aporte. Clodomiro Moquete- Después de dos años de gestión en la Secretaría de Cultura, ¿qué debe hacer José Rafael Lantigua que no ha hecho? ¿Qué debe corregir el secretario de Cultura? Avelino Stanley- Clodo, recuerda que son dos años, pero partiendo de cero. Los amigos de la gestión anterior, que partieron de cero porque iniciaron la Secretaría de Cultura, se quedaron en el intento. Entonces, partiendo de cero, el Secretario José Rafael Lantigua ha tenido que comenzar por reorganizar la casa, por remozar las edificaciones, por enfrentar el desorden en lo administrativo y en las estructuras de la Secretaría. Eso consume tiempo y energía. Sin embargo, a dos años, puedes ver que no solo hay realizaciones de acciones, sino que esas realizaciones son con acciones y transformaciones. Te pongo sólo cuatro ejemplos, entre muchos otros. En Patrimonio Cultural se ha reorientado todo el ordenamiento que había allí para dirigir la conservación de lo que es nuestro patrimonio cultural tangible e intangible. En Bellas Artes ya se ha concluido con una revisión curricular de la enseñanza de arte, pues los programas eran de la era de Trujillo (19301961) y en este 2006 ya se iniciaron las clases con nuevos programas. En materia de carnaval, se está cambiando el caos por la organización a la par que se acentúa la creatividad y la conciencia por la identidad en esa importante manifestación folklórica. Y, la Feria del Libro, el mejor y mayor espejo de la gestión actual, fue transformada y superada en la versión del 2005. En estos momentos está entre las dos mejores ferias del libro en América Latina. Como puedes ver, no solo se trabaja en realizaciones, sino con la conciencia de que esas realizaciones busquen las transformaciones que nos inserten en el logro de un desarrollo cultural. Siempre habrá crítica, pero creo que el Secretario Lantigua

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tiene la visión de conducir la cultura por la autopista que demanda el momento. Clodomiro Mioquete- Ya me contaron que tienes una mansión de lujo en un balneario de primera categoría en una zona turística de primera clase. La pregunta no tiene mala leche, puedes creerlo, pero no sé cómo conseguiste tanto dinero para una inversión como esa. Avelino Stanley- Mi respuesta ha de ser un estímulo para los que escriben. Mi esposa, Vicky, cuando comenzamos en 1998, como vio que yo regalaba los libros me preguntó: "¿Oh, y con qué tú me vas a mantener?" Y yo: "¡Es que los libros no se venden en este país". "Pues hagamos algo, me dijo ella, yo tomo la venta de los libros, la fama es tuya y el dinero es mío". De esa manera armó una maquinaria de venta en lectores amigos y en centros de estudios de todo el país. Eso te explica que mis libros tengan reediciones frecuentes, incluidas unas quince reimpresiones de “Tiempo muerto”. Vendiendo libros construimos la casa, que es además donde vivimos. ¡Ah! Y algo que no dijiste… Clodomiro Avelino

Moquete-

Stanley-

Que

¿Qué

la

Clodomiro

casa

cosa

también

es

Moquete-

a

no prueba

de

¡Ah!

dije? terremoto. ¿sí?

Avelino Stanley- Sí, porque fuimos vendiendo libros y construyendo. Y el momento más fuerte, el que demandaba más recursos, fue precisamente en los dos últimos años del gobierno del Hipólito Mejía, que duró de 2002 a 2004, un verdadero terremoto en donde el que no cayó fue por fuerte. Y en medio de ese terremoto levantamos la casa. Clodomiro Moquete- Tú siempre con tus vainas, Avelino. Dime, ¿Tu disciplina te ha permitido

seguir

escribiendo

a

la

par

que

tu

vida

de

empleado

público?

Avelino Stanley- Claro que sí. Porque la ventaja de la pasión por un oficio es que eso se hace parte de la forma de vida de uno. He corregido bastante un libro de cuentos que tengo inédito; he escrito una novela y he boceteado otra con bastante detalles. He escrito varios artículos. Pero, sobre todo, lo que más he escrito, como te debes imaginar, son informes. Clodomiro Moquete- ¿Qué podemos esperar que salga hoy de un tintero de 25 años? Un escritor con 25 años de experiencia y con una novela tan universal como “Al fin del mundo me iré”, ¿se irá por un nuevo derrotero? Avelino Stanley- En el libro inédito de cuentos se trabaja bastante con las distintas formas de fe que hay en la República Dominicana y en el Caribe. La novela ya escrita, de la que todavía prefiero no dar pistas, es un tema que yo no había tratado. Y los temas que

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tengo en el tintero, sí, son dominicanos, son caribeños, pero todos son nuevos. Sólo te advierto que necesito mucha tinta, pues los temas pendientes son diversos.

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