Trabajo Felicidad

April 2, 2018 | Author: supermarco744735 | Category: Brain, Cerebral Cortex, Emotions, Self-Improvement, Earth & Life Sciences
Share Embed Donate


Short Description

Download Trabajo Felicidad...

Description

50/2011

n.o50/2011 6,50 €

TRABAJO Y

FELICIDAD Claves para lograr un clima laboral positivo

PSICOLOGÍA

EL MOSAICO DE LA PERSONALIDAD MEDICINA

¿COMPRENDEMOS LAS ESTADÍSTICAS? TERAPIA

PUNTO FINAL AL TRAUMA NEUROBIOLOGÍA

HORMONAS Y CEREBRO DISLEXIA

SEPTIEMBRE/OCTUBRE 2011

PERCEPCIÓN SENSORIAL Y APRENDIZAJE

00050

9 771695 088703

Disponible en su quiosco el número de septiembre mbre

Suscríbase a la versión DIGITAL de INVESTIGACION Y CIENCIA y MENTE Y CEREBRO y acceda al contenido completo de todos los números (en pdf)* x Durante el período de suscripción, recibirá una notificación por correo electrónico informándole de la disponibilidad de la nueva revista x Podrá acceder a los ejemplares en cualquier momento y lugar * Ejemplares de IyC disponibles desde 1996 a la actualidad y el archivo completo de MyC

www.investigacionyciencia.es

SUMARIO

PERSONALIDAD

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

8

20

62 ESTADÍSTICAS MÉDICAS

HORMONAS

70

28 DISLEXIA

PSICOLOGÍA

TERAPIA

PSICOLOGÍA LABORAL

8 UNA MIRADA AL INTERIOR

20 PUNTO FINAL AL TRAUMA

42 LA FELICIDAD EN EL TRABAJO

Uwe Herwig

Nikolas Westerhoff y Ulrich Frommberger

Alfredo Rodríguez Muñoz y Ana Isabel Sanz Vergel

Todo individuo posee una imagen de sí mismo estable y difícil de modificar. ¿De qué sirve tener un yo? Entre otras cosas, nos posibilita el control de los sentimientos y las acciones.

Un accidente de tráfico, un atraco a mano armada o una catástrofe natural... Las situaciones de vida o muerte pueden permanecer en el recuerdo de los afectados durante largo tiempo. Medicamentos y psicoterapias ayudan a paliar el trastorno emocional; no obstante, falta refinarlos.

¿Existe la felicidad en el trabajo? ¿Qué nos lleva a alcanzarla? ¿Por qué algunas personas son incapaces de conseguirla? Un área de investigación psicológica incipiente ayuda a reconocer los factores clave para lograr ser felices en el ámbito laboral.

ENSEÑANZA

PSICOLOGÍA LABORAL

28 PERCEPCIÓN SENSORIAL Y APRENDIZAJE

50 OFICINA, DULCE OFICINA

Burkhart Fischer

¿Por qué ciertos entornos alienan a los trabajadores mientras que otros les hacen sentirse más felices y mejoran su rendimiento?

NEUROPSICOLOGÍA

14 EL ROMPECABEZAS DE LA PERSONALIDAD Christian Fiebach Los secretos del carácter se consideraban hasta ahora terreno natural de los psicólogos. Sin embargo, cada vez más los neurofisiólogos localizan las particularidades individuales impresas en el encéfalo. ¿Qué relación existe entre la personalidad y el cerebro?

Septiembre / Octubre de 2011 Nº 50

El problema de los niños que leen, escriben o calculan mal se encuentra, con frecuencia, en el procesamiento básico de las percepciones sensoriales. Un entrenamiento apropiado puede ayudar a superar la legastenia y la discalculia.

Alexander Haslam y Craig Knight

TRABAJO EN POSITIVO 42 50 56

FELICIDAD LABORAL A GUSTO EN LA OFICINA TRABAJAR MIENTRAS LOS DEMÁS DUERMEN

PSICOBIOLOGÍA

LATERALIZACIÓN CEREBRAL

56 RELOJ DESACOMPASADO

70 ARMONÍA HORMONAL

Thomas Kantermann

Markus Hausmann y Ulrike Bayer

El trabajo nocturno y a turnos es el pan de cada día en numerosas profesiones, con los riesgos que ello supone para la salud. El cambio constante del reloj interno altera los hábitos de sueño y alimentación de los empleados.

Nuestro cráneo alberga dos hemisferios cerebrales. Si empleamos ambos lados por igual o, por el contrario, si utilizamos más uno que otro depende, en parte, de nuestras hormonas.

SECCIONES 5

Encefaloscopio Percepción... Comunicación... Gestación... Neurociencia... Imitación... Aprendizaje infantil.

33 Entrevista Uta Frith: Aprender es un acto comunicativo

36 Mente, cerebro y sociedad MEDICINA

62 EL SIGNIFICADO DE LAS ESTADÍSTICAS G. Gigerenzer, W. Gaissmaier, E. Kurz-Milcke, L. M. Schwartz y S. Woloshin ¿Cuántas veces induce una mamografía a resultados erróneos? ¿Existe mayor probabilidad de sobrevivir a un cáncer en EE.UU. que en Inglaterra? Aprenda a desdeñar temores poco fundados y a sopesar el auténtico riesgo de enfermar... o de recuperarse.

i Una visión errónea de la memoria i El cerebro ético ante el dilema i Ritmos biológicos y personalidad

76 Syllabus La sinapsis al detalle

82 Retrospectiva El arte de la autopsia

90 Ilusiones Leer entre líneas

93 Libros Memoria... Psiquiatría.

COLABORADORES DE ESTE NÚMERO

Pilar Bronchal Garfella Laia Torres Casas EDICIONES Yvonne Buchholz Anna Ferran Cabeza Ernesto Lozano Tellechea PRODUCCIÓN M.ª Cruz Iglesias Capón Albert Marín Garau SECRETARÍA Purificación Mayoral Martínez ADMINISTRACIÓN Victoria Andrés Laiglesia SUSCRIPCIONES Concepción Orenes Delgado Olga Blanco Romero DIRECTORA GENERAL

ASESORAMIENTO Y TRADUCCIÓN:

DIRECTORA EDITORIAL

Á NGEL G ONZÁLEZ DE PABLO: Mirada hacia el interior, El rompecabezas de la personalidad; F. A SENSI: Poner punto final al trauma, Percepción sensorial y aprendizaje, Entrevista; P ILAR GARCÍA-VILLALBA: Una visión errónea de la memoria; NOELIA DE LA TORRE: Reloj desacompasado; LUIS BOU: El significado de las estadísticas, Encefaloscopio, Ilusiones, Retrospectiva; IGNACIO NAVASCUÉS: Armonía hormonal, Syllabus

EDITA

Prensa Científica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.ª 08021 Barcelona (España) Teléfono 934 143 344 Telefax 934 145 413 www.investigacionyciencia.es

Gehirn & Geist Dr. habil. Reinhard Breuer Dr. Carsten Könneker (verantwortlich) ARTDIRECTOR: Karsten Kramarczik REDACTIONSLEITER: Dipl.-Psych. Steve Ayan REDAKTION: Dr. Katja Gaschler, Dipl.-Phych. Christiane Gelitz, Dipl.-Biol. Anna von Hopffgarten, Dr. Andreas Jahn (Online-Koordinator), Dipl.-Theol. Rabea Rentschler FREIE MITARBEIT: Joachim Marschall SCHLUSSREDAKTION: Christina Meyberg, Sigrid Spies, Katharina Werle BILDREDAKTION: Alice Krüßmann, Anke Lingg, Gabriela Rabe REDAKTIONSASSISTENZ: Petra Mers VERLAGSLEITER: Richard Zinken GESCHÄFTSLEITUNG: Markus Bossle, Thomas Bleck HERAUSGEBER:

CHEFREDAKTEUR:

Portada: © iStockphoto / Mac99

SUSCRIPCIONES Prensa Científica S. A. Muntaner, 339 pral. 1.a 08021 Barcelona (España) Teléfono 934 143 344 Fax 934 145 413 www.investigacionyciencia.es

DISTRIBUCIÓN para España: LOGISTA, S. A. Pol. Ind. Pinares Llanos - Electricistas, 3 28670 Villaviciosa de Odón (Madrid) - Teléfono 916 657 158

para los restantes países:

Precios de suscripción:

Prensa Científica, S. A. Muntaner, 339 pral. 1.ª - 08021 Barcelona - Tel. 934 143 344

PUBLICIDAD Aptitud Comercial y Comunicación S. L. Ortigosa, 14 - 08003 Barcelona Tel. 934 143 344 - Móvil 653 340 243 [email protected]

6 ejemplares

12 ejemplares

España

30,00 euros

55,00 euros

Resto del mundo

45,00 euros

85,00 euros

Ejemplares sueltos: El precio de los ejemplares atrasados es el mismo que el de los actuales.

Copyright © 2011 Spektrum der Wissenschaft Verlagsgesellschaft mbH, D-69126 Heidelberg Copyright © 2011 Prensa Científica S.A. Muntaner, 339 pral. 1.ª 08021 Barcelona (España) Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción en todo o en parte por ningún medio mecánico, fotográfico o electrónico, así como cualquier clase de copia, reproducción, registro o transmisión para uso público o privado, sin la previa autorización escrita del editor de la revista. ISSN 1695-0887

Dep. legal: B. 39.017 – 2002

Imprime Rotocayfo (Impresia Ibérica) Ctra. N-II, km 600 - 08620 Sant Vicenç dels Horts (Barcelona) Printed in Spain - Impreso en España

ENCEFALOSCOPIO PERCEPCIÓN

Perspectiva gráfica El realismo de las imágenes depende de supuestos culturales y destrezas técnicas as sondas espaciales Pioneer 10 y Pioneer 11, que acabarán escapando del sistema solar, portan una placa a beneficio de posibles extraterrestres que puedan topárselas. En esa placa se han grabado las imágenes de un hombre y de una mujer. ¿Tendrán estos dibujos significación para sus hipotéticos destinatarios? Incluso aunque los extraterrestres llegasen a fijarse en las marcas y se percatasen de que se trata de un dibujo, ¿podrán comprender la perspectiva? Muchos de los convenios artísticos establecidos se inventaron y son reflejo de un contexto cultural concreto. La perspectiva utilizada en la placa de los Pioneer produce una ilusión de profundidad al presentar con menor tamaño los objetos distantes que los cercanos y haciendo que las líneas paralelas converjan hacia un punto de fuga. Numerosos programas de grafismo informático aplican tales técnicas de forma automática, con lo que ayudan a los artistas a crear con relativa facilidad imágenes de realismo fotográfico. Mas el realismo no siempre ha sido una ambición de los pintores. Aunque los rudimentos de la perspectiva se remontan por lo menos hasta el pintor griego Agatarco, en el siglo V a.C., no alcanzó popularidad hasta el Renacimiento italiano. A principios del siglo XV, un arquitecto florentino, Filippo Brunelleschi, realizó una exhibición pública con espejos (una técnica novedosa en aquel tiempo) para MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

THE ART ARCHIVE / ALFREDO DAGLI ORTI

L

demostrar la fidelidad con que sus cuadros representaban las fachadas de los edificios. Brunelleschi sirvió de inspiración a pintores como Donatello, Masaccio y Domenico di Bartolo (imagen), a quien Leon Battista Alberti estudió desde las matemáticas. Las rigurosas construcciones geométricas garantizaron que las indicaciones naturales de profundidad (el tamaño, la verticalidad y los motivos del pavimento) man-

tuviesen la coherencia mutua necesaria para un máximo de verosimilitud. Para aprender a ver un dibujo en perspectiva caballera deben aceptarse sus limitaciones y obviarlas, entre ellas, la hipótesis de que existe un solo punto de fuga. En los gráficos computarizados, la perspectiva resulta adecuada para videojuegos en los que se dispara en primera persona; otros (SimCity), en cambio,

ofrecen una vista desde lo alto, por lo que se valen de una técnica diferente: la proyección axonométrica. Algunos de los elementos de dicha técnica se remontan a pintores chinos del siglo II a.C. Debemos preguntarnos si los extraterrestres podrán descifrar nuestros dibujos, pero también si nosotros, en caso de verlas, seríamos capaces de comprender sus obras gráficas. —George Musser

5

COMUNICACIÓN

Expresiones faciales Nuestra singular expresividad se remonta a tres millones de años

GETTY IMAGES / JASON HETHERINGTON

D

os ojos situados sobre un par de ventanas nasales, suspendidas a su vez sobre una boca. Tal es el pergeño facial de los vertebrados, desde los tiburones hasta los humanos. Por óptima que resulte tal disposición para el hallazgo e ingesta de alimentos, en los mamíferos el rostro ha asumido otro rol fundamental: la comunicación. En ninguna otra especie resulta más obvia tal función que en la faz humana. Los primates, en general, llevan una compleja vida social. Se sirven de expresiones faciales en sus interacciones mutuas. Los humanos contamos con rostros expresivos con los que manifestamos emociones (temor, felicidad, tristeza o ira). En otros tiempos, el rico repertorio de expresiones humanas fue atribuido a la posesión de músculos faciales especializados. No obstante, Anne Burrows, antropóloga de la Universidad Duquesne, ha observado que, de hecho, la musculatura facial del chimpancé apenas difiere de la del ser humano. Sin embargo, existen dos rasgos que separan claramente nuestras expresiones faciales de las del resto de los primates. Primero, en los ojos: el

iris se halla rodeado por una esclerótica blanca. En segundo lugar, los labios sobresalen del rostro y su color resulta más oscuro e intenso que el de la piel que los rodea. Tales rasgos proporcionan a nuestro semblante intensos contrastes visuales que pueden servir para comunicar mejor nuestros sentimientos. Se ignora cuándo y cómo evolucionó en los humanos la animación del rostro, aunque pudieran encontrarse indicios en los cráneos fosilizados de nuestros antepasados. Los endovaciados (moldes de las improntas que deja el cerebro en el interior de la caja craneana) ayudan a comprender las cambiantes facultades de las regiones cerebrales a lo largo del tiempo. En el año 2000, el paleoneurólogo Dean Falk, ahora en la Universidad estatal de Florida, dirigió un análisis de los moldes correspondientes al antiguo homínido Australopithecus africanus, que vivió hace entre tres y dos millones de años. Los resultados indicaron que ciertas partes de la región temporal anterior de aquel ser eran mayores que las de los simios. Tal ampliación pudo causar que este predecesor humano procesara con mayor eficacia la información facial. En tal caso es posible que nuestra propensión a poner e interpretar caras tenga raíces muy profundas. —Kate Wong

GESTACIÓN

Sociales antes de nacer Los fetos gemelos interactúan en el útero de la madre odas las madres saben que los neonatos son seres sociales a las pocas horas de nacer. Los recién nacidos prefieren dirigir su mirada hacia rostros de personas antes que a objetos; incluso algunos imitan expresiones faciales. Un estudio sugiere que la tendencia a las interacciones sociales existe ya en el útero materno. Los gemelos empiezan a interactuar a las 14 semanas de gestación. Investigadores de las universidades de Turín y Parma han observado, mediante ecografía ultrasónica (permite el examen de estructuras del interior del organismo), los movimientos intrauterinos de cinco pares de fetos gemelos en sesiones diarias de 20 minutos. En sus observaciones, pu-

6

© ISTOCKPHOTO / MAX DELSON MARTINS SANTOS

T

blicadas en PLoS ONE en octubre de 2010, los investigadores indican que los fetos comienzan una aproximación a sus vecinos en la decimocuarta semana de gestación. En las semanas siguientes, los fetos fueron reduciendo el número de movimientos dirigidos hacia sí mismos y trataron, en cambio, de alcanzar con mayor frecuencia a sus compañeros. Hacia la semana 18 dedicaban más tiempo a entrar en contacto con sus acompañantes que consigo mismos o con las paredes del útero. De hecho, dirigían casi el 30 por ciento de los movimientos hacia su pareja prenatal. Dichos movimientos, consistentes en rozar la cabeza o el dorso del otro, resultaban cada vez más prolongados y precisos que los movimientos que desarrollaban hacia sí mismos, como tocarse los ojos o la boca. Las observaciones llevan a pensar que los fetos gemelos son conscientes de que tienen una pareja intrauterina, con la que prefieren

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

NEUROCIENCIA

Timidez y cerebro hiperactivo El encéfalo de las personas tímidas presenta una intensa actividad

Puntúe de 1 a 5 cada una de

S

sus respuestas a las cuestiones siguientes (1 para desacuerdo absoluto, 5 para aceptación total, debiendo invertir el orden para las cuestiones 3, 6, 9 y 12): 1 Me siento cohibido ante personas que no conozco bien. 2 No tengo grandes dotes sociales. 3 No tengo demasiadas dificultades para pedir informaciones a la gente. 4 A menudo me siento incómodo en fiestas y reuniones mundanas. 5 Me cuesta encontrar temas para hablar cuando estoy en un grupo.

© FOTOLIA / PIXACHI

e esconden en las fiestas, tartamudean en conferencias y, a la menor ocasión, enrojecen. La vida de las personas tímidas no siempre resulta cómoda; la culpa puede residir en su cerebro. Un estudio de la Universidad de Sacramento publicado en la revista Personality and Individual Differences en 2010 demuestra que un encéfalo tímido es, ante todo, muy reactivo: se desboca con facilidad en situaciones inhabituales. Elliott Beaton y sus colaboradores sometieron a pruebas de timidez a unos cien estudiantes. De estos, escogieron a los 12 más y a los 12 menos tímidos. Los probandos elegidos debían observar una serie de fotografías y decidir con la mayor rapidez posible si se trataba de hombres o de mujeres. Los rostros expresaban una gama de emociones que iban del miedo a la alegría, pasando por la cólera, el disgusto y la tristeza. Beaton comprobó que se activaban las mismas áreas cerebrales en todos los sujetos, sin embargo, algunas de las regiones (la corteza prefrontal media, que se relaciona con la tristeza, y el giro frontal inferior y la ínsula, con la alegría) manifestaban una mayor respuesta en los tímidos que en el resto de los

¿Es tímido?

6 No tardo mucho tiempo en superar mi timidez ante situaciones nuevas. 7 Me cuesta trabajo ser natural cuando encuen-

interactuar y a la que responden de formas peculiares. El contacto entre ambos parece ser intencionado, no fruto casual de la cercanía espacial, según explica Cristina Becchio, de la Universidad de Turín, coautora del estudio. «Tales hallazgos nos obligan a predatar la aparición de comportamientos sociales», añade. No sorprende que los fetos puedan controlar sus movimientos intrauterinos. Vittorio Gallese, neurocientífico de Universidad de Parma y coautor del estudio, ya había demostrado con otros colaboradores que los fetos muestran habilidad en sus movimientos hacia el quinto mes de gestación. Becchio conjetura que la presencia de un gemelo puede acelerar el desarrollo motriz. El equipo se propone desarrollar en el futuro ensayos diagnósticos basados en la observación de los movimientos de un gran número de fetos. Las pautas de actividad intrauterina podrían contribuir a la prognosis de limitaciones motrices o trastornos de cognición social, como el autismo, explica Gallese. «Es probable que en el útero se empiece a desarrollar la noción de uno mismo y la de los otros.» —Janelle Weaver

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

sujetos. De hecho, el cerebro tímido presenta una actividad global superior a la media, sin manifestar en ninguna zona una actividad menor. De esta manera, la persona tímida sufre un exceso de reactividad a las emociones que reflejan los rostros. ¿Se trata de una tendencia hereditaria? En el caso de la timidez relacionada con la fobia social, existe una componente genética, como puede comprobarse en los hermanos gemelos afectados por dicho trastorno. Mas el entorno familiar también interviene: los hijos de padres tímidos manifiestan una mayor propensión a la timidez, ya que están habituados a adoptar comportamientos prudentes, pusilánimes incluso. No obstante, cabe recordar que la timidez no siempre es un defecto. Un sujeto tímido puede ser más apreciado que un extravertido sin inhibiciones. —Sébastien Bohler

tro caras nuevas. 8 Me pongo nervioso al dirigirme a un cargo de autoridad. 9 Dudo sobre mis competencias sociales. 10 Me resulta difícil mirar a los ojos. 11 Me siento inhibido en el contexto social. 12 Dirijo fácilmente la palabra a los extranjeros. 13 Soy más tímido con las personas del sexo contrario.

Si la suma de puntuaciones es: de 13 a 26: muy poco tímido. de 26 a 39: poco tímido. de 39 a 52: bastante tímido. de 52 a 65: muy tímido.

7

UNO PARA TODOS... Y TODOS PARA UNO Las facetas del yo son tan numerosas como las influencias que conforman al ser humano. Sin embargo, consideramos el yo como nuestra referencia psíquica por antonomasia.

8

GEHIRN & GEIST / MEGANIM (fotocomposición); © FOTOLIA / DANIEL DASH (retrato)

Una mirada al interior

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Todo individuo posee una imagen de sí mismo estable y difícil de modificar. ¿De qué sirve tener un yo? Entre otras cosas, nos posibilita el control de los sentimientos y las acciones UWE HERWIG

L

a señora K. se pregunta quién es en realidad. Desde hace meses, esta mujer de 37 años se siente extraña. A menudo le parece encontrarse al lado de sí misma. Su familia, su profesión y su vida entera carecen de sentido. La señora K. discurre mucho y padece angustia. En ocasiones le sobrevienen ataques de cólera, sin motivo alguno, hacia sus hijos; acto seguido se recrimina haber perdido el control. Piensa en suicidarse. El señor M. se cree la persona escogida para salvar al mundo. Se considera alguien extraordinariamente dotado. Durante las noches se jacta de su capacidad para establecer un nuevo y grandioso orden mundial; presenta sus elucubraciones por escrito a varias editoriales para que las publiquen. A pesar de que tiene deudas contraídas, se compra un coche deportivo caro. El señor M. se siente tan bien y tan seguro de sí mismo como nunca antes se había sentido. Ambos casos son solo dos ejemplos de lo que puede suceder cuando se altera la percepción del «sí mismo». Los trastornos psíquicos como los que padecen la señora K. y el señor M. (depresión y manía, respectivamente) distorsionan la noción que tienen de sí mismos, cuando la percepción realista del sí mismo resulta esencial para una psique sana. A pesar de que a menudo puede resultar difícil comprender el propio yo, todos tenemos una idea intuitiva de quiénes somos. Los neurocientíficos tratan de encontrar las raíces cerebrales del sí mismo por dos razones principales. En primer lugar, porque pueden ser de gran utilidad para entender y tratar los trastornos psíquicos; segundo, porque pueden proporcionar una enorme ayuda para encontrar la respuesta a un viejo dilema del ser humano: ¿para qué poseemos en realidad un yo? ¿Por qué no somos simplemente autómatas biológicos carentes de conciencia sobre nosotros mismos y su relación con el entorno, seres que

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

algunos neurofilósofos —con cierto desdén— denominan «zombis»? En la experiencia subjetiva existe, por lo general, una clara frontera entre lo interno y lo externo. Los pensamientos y los sentimientos, los motivos y los recuerdos los percibimos como pertenecientes a nuestra mismidad. Cuando nos ponemos en el lugar de otra persona e inferimos sus deseos y sentimientos, tampoco confundimos estos con los propios. La separación entre el yo y el resto del mundo parece ser, por tanto, el primer rasgo importante del sí mismo.

Estabilidad a pesar de los cambios La segunda razón corresponde a la estabilidad. El sí mismo constituye un armazón consistente en el que se disponen todos nuestros pensamientos, sentimientos y experiencias. Lo curioso al respecto es que, a la vez que experimentamos el propio yo como algo constante, este yo se encuentra sujeto a continuos cambios: cada nueva experiencia nos forma, tanto biográfica como biológicamente. De igual forma que el cuerpo se modifica continuamente mediante su metabolismo, el sí mismo también experimenta cambios. Numerosos factores internos y externos lo moldean: desde la educación y la socialización, hasta las experiencias cotidianas en la edad adulta. Tales factores determinan la lectura de la información genética y, con ello, el establecimiento de conexiones sinápticas o la aparición de nuevas neuronas en el cerebro. Ello conduce a pensar que la constancia del sí mismo no surge de forma automática, sino que constituye un proceso activo de nuestro encéfalo. Mas ¿cómo se produce? ¿Para qué sirve? Una ojeada al desarrollo de concepto del yo en los niños pequeños proporciona las primeras pistas. Entre los tres y los cinco meses, los bebés controlan sus movimientos corporales más o menos de forma segura; alrededor del

RESUMEN

El sí mismo es... el cerebro

1

Todas las personas poseen una concien-

cia para procesos internos, como los pensamientos, los sentimientos o los recuerdos. Estos se perciben estables y propios de la persona, excepto cuando se padecen ciertos trastornos psíquicos.

2

Numerosas áreas cerebrales que presen-

tan alguna relación con la conciencia del yo se encuentran en la «línea media cortical» de ambos hemisferios.

3

La percepción de sí mismo posibilita el

control de las emociones y de los actos impulsivos. También se puede entrenar.

9

¿Para qué poseemos un yo? ¿Por qué no somos simplemente autómatas biológicos carentes de conciencia sobre nosotros mismos?

año y medio de edad, los pequeños empiezan a reconocerse en el espejo; a partir de los dos años utilizan ya conceptos como «yo» y «mi», y a los tres años nombran algunas sensaciones emotivas («Estoy triste»). En la enseñanza primaria aumentan las comparaciones con los demás. Comienza la edad en la que se miden las fuerzas; cada vez va surgiendo con mayor intensidad el sentimiento de la autovaloración. Los jóvenes y los adultos jóvenes adquieren finalmente una identidad personal madura a partir de la adquisición de roles sociales más específicos y diferenciados.

Un crecimiento de tipo explosivo En paralelo a las etapas de desarrollo se establecen las conexiones neuronales. En el momento del nacimiento existen solo unas pocas conexiones sinápticas entre unos 100.000 millones de neuronas. Hasta el sexto año de vida se produce un crecimiento explosivo del cableado sináptico, el cual se torna más estable. En el proceso también desaparecen las conexiones no utilizadas; en cambio, se consolidan las establecidas mediante las experiencias significativas o repetidas. El neurólogo Antonio R. Damasio, de la Universidad de Iowa, estableció a mediados de la década de los noventa del pasado siglo un mo-

El sí mismo desde la filosofía Desde el punto de vista de la historia de las ciencias humanas, la preocupación por el sí mismo viene de tiempos remotos. En la antigua filosofía griega surgió el pensamiento de que nuestra conducta se hallaba determinada por una psique situada tras ella. De Heráclito (540/535-483/475 a.C.) procede la máxima «Conócete a ti mismo». René Descartes (1596-1650) diferenció en su dualismo entre espíritu y cuerpo, la res cogitans de la res extensa. Ambas esferas se reunían en la hipófisis cerebral. El lema de Descartes «Pienso, luego existo» define al sí mismo como algo situado por encima de cualquier duda filosófica. Immanuel Kant (1724-1804) sostenía que la razón humana construye su propio mundo. Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), por su parte, vio en la idea del sí mismo la expresión de un estado evolutivo elevado de la conciencia. El psicólogo William James (1842-1910) consideró las emociones y el sí mismo a la manera reduccionista del científico natural: como funciones del cerebro. Sigmund Freud (1856-1939) concibió el inconsciente como una instancia participante en los procesos psíquicos a la que debía tenerse en cuenta en las modificaciones terapéuticas del sí mismo.

10

delo jerárquico del sí mismo con tres niveles. El nivel inferior, el «proto sí mismo», constituye la representación neuronal del organismo. A este primer e inconsciente nivel le corresponde, sobre todo, el mantenimiento de las funciones corporales generales y el balance bioquímico interno (la homeostasis). El tronco cerebral, el mesencéfalo y el hipotálamo son los encargados de ello. Solo cuando aparecen problemas en el escalón inferior se da aviso a los centros cerebrales superiores. El nivel medio, el «sí mismo nuclear», presenta en un primer término la interacción con el medio. Aparece una inmediata conciencia del sí mismo en el aquí y el ahora. Desde el punto de vista neuronal participan, entre otras zonas, partes del diencéfalo (sobre todo el tálamo y la amígdala), la corteza singular, la ínsula y la corteza medial prefrontal. Las señales corporales generan en el sí mismo nuclear contenidos conscientes sencillos (por ejemplo, la sensación de hambre). En la cúspide del modelo de Damasio se encuentra el «sí mismo autobiográfico». Su misión consiste en garantizar que podamos reflexionar sobre nuestro comportamiento e influir en él de manera sistemática. Para ello, según el neurólogo, se necesita una conciencia lingüística, capacidad que solo poseen los humanos. En consecuencia, los centros neuronales del lenguaje (la región de Broca y el hipocampo, que actúa como instancia intermediaria) se encuentran involucrados en la recuperación de la memoria. Es en este plano consciente donde podemos, a través de la inclusión de las experiencias previas y los objetivos actuales, sopesar los impulsos de actuación de forma racional y analítica. La corteza prefrontal en el cerebro frontal ejerce aquí de controlador interno. El modelo de Damasio describe múltiples aspectos del sí mismo. Para investigarlos, los científicos recurren a menudo a diferenciaciones sencillas. Una muy extendida es la establecida entre los componentes corporales y los mentales (cognitivos). Las personas sentimos nuestro propio cuerpo mediante respuestas somatosensoras procedentes de la piel, las articulaciones y también del abdomen (viscerales). De especial importancia para la autopercepción resulta un área de la corteza cerebral situada en la zona de transición entre el lóbulo frontal y el parietal: la ínsula anterior, tal y como comprobaron Hugo D. Critchley y sus colaboradores, del Centro Wellcome Trust de Neuroimágenes de Londres, en 2004. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Excitación por contemplarse Resultados similares obtuvieron Thilo Kircher, de la Clínica Psiquiatra Universitaria de Marburgo, y Stephen M. Platek y otros colaboradores, de la Universidad de Pensilvania en Philadelphia. Los voluntarios observaron fotografías de su propio rostro, así como de otras personas conocidas y desconocidas, mientras se les realizaba un escáner cerebral. Las neuroimágenes demostraron que al ver la propia imagen se activaban con mayor intensidad la corteza prefrontal medial, la ínsula y las áreas corticales parietales de los probandos. Dichas regiones se estimulaban incluso ante la mera expectativa de contemplar su rostro de inmediato, es decir, antes de ver la fotografía, según informó Anette Brühl, de la Universidad de Zúrich, con motivo del Congreso de la Sociedad Alemana de Psiquiatría, Psicoterapia y Neurología celebrado en Berlín en 2008. La diferenciación entre «yo» y «otros» ofrece a los investigadores un buen punto de partida para seguir la pista a la representación neuronal del sí mismo. Al parecer, el cerebro diferencia de manera precisa los estímulos propios de los exMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Corte medial del cerebro

Corteza prefrontal dorsomedial

Corteza cingular anterior

Corteza cingular posterior

Corteza parietal medial

GEHIRN & GEIST / MEGANIM

Los investigadores propusieron a una serie de voluntarios que estimaran su propia frecuencia cardiaca. Se realizó a cada uno de los probandos una tomografía por resonancia magnética mientras oían a través de unos auriculares sus propias pulsaciones, bien en tiempo real o bien con 500 milisegundos de retraso. La tarea consistía en indicar si el propio pulso sonaba en tiempo real o a deshora. Cuanto mejor diferenciaba el voluntario entre ambas posibilidades, tanto más intensa aparecía la actividad de su región insular. Mediciones posteriores demostraron que aquellos probandos que manifestaban una especial sensibilidad corporal (se quejaban, por ejemplo, de sequedad en los ojos o de sensación de opresión en el estómago) presentaban una corteza insular mayor que el resto. Los aspectos cognitivos del sí mismo, por su parte, se reflejan en la corteza prefrontal medial. En un experimento llevado a cabo en 2006 por Joseph Moran y su equipo, en la Universidad Dartmouth de Hanover, en Estados Unidos, los participantes debían juzgar si una serie de adjetivos se correspondían con ellos mismos o bien con algún conocido suyo. Cuando las palabras coincidían con su propia persona, la actividad en las regiones frontales cerebrales aumentaba de forma intensa, con independencia del valor emocional de los adjetivos, esto es, sin importar si describían rasgos positivos o negativos.

Corteza prefrontal ventromedial Amígdala Corteza orbitofrontal Hipocampo

ternos. Ello causa, por ejemplo, que una persona no pueda hacerse cosquillas a sí misma, a pesar de que los estímulos aplicados a la piel sean los mismos que cuando se las provocan otros. De igual forma, no somos conscientes, en general, del sonido de nuestra voz, a pesar de que, como cualquier otro ruido, nos llega al oído desde el exterior. Knut Schnell, de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Bonn, ha investigado este punto con más detalle. Según los resultados de su grupo de trabajo, percibimos los estímulos fruto de nuestra propia actuación de una forma más débil que los producidos de forma externa. En un estudio con neuroimágenes, Schnell demostró que al observar los probandos un vídeo en el que aparecían actos protagonizados por ellos mismos entraba en funcionamiento toda una red de áreas corticales prefrontales, así como del lóbulo parietal inferior, reacción que no ocurría cuando veían acciones efectuadas por otras personas. ¿Cómo puede explicarse tal proceso? Se conoce la función que desempeña la corteza prefrontal como instancia de planificación y control de nuestros actos. Para ello, envía una copia de su programa de movimientos a regiones concretas del lóbulo parietal, las cuales se ocupan de la percepción de los movimientos ajenos. Mediante esta autorregulación casi puede eliminarse la

Cerebelo

Mi cerebro y yo La representación neuronal del sí mismo requiere áreas de diversas zonas del cerebro. Tales áreas resultan sobre todo numerosas en la parte media de los hemisferios o «línea media cortical». Entre las estructuras destaca, junto a la corteza orbitofrontal y la cingular, la corteza prefrontal medial. Dicha región se divide en una parte ventral (orientada hacia el vientre) y otra dorsal (orientada hacia la columna vertebral). También algunos campos del lóbulo parietal (corteza parietal medial) y la amígdala se activan con estímulos en relación al yo, como han demostrado los experimentos.

11

«MIRA, ESE SOY YO» En unos experimentos llevados a cabo por el autor, los voluntarios miraban fotografías en las que aparecían ellos u otras personas. Cuando se observaban a sí mismos se estimulaba la corteza cingular (amarillo) de

CORTESÍA DEL AUTOR

forma más intensa.

La sutil diferencia El yo y el sí mismo: El psicólogo William James (1842-1910) diferenció entre «yo» y «sí mismo». El primero sería el «conocedor». El contenido de sus conocimientos (pensamientos, deseos, preferencias, etcétera) constituiría por su parte el sí mismo. Según otra definición, el yo sería la parte consciente del sí mismo, algo así como la punta del iceberg.

Emoción y sentimiento: Algunos autores describen la emoción como un estado de excitación corporal básico. De la valoración mental de ese estado surge el sentimiento. En el lenguaje cotidiano solemos utilizar ambos conceptos como sinónimos.

12

información autogenerada, lo que se traduce en que la intensidad de la percepción de la actividad propia se debilita de forma considerable. En los pacientes con psicosis agudas, la diferenciación entre lo propio y lo ajeno puede hallarse alterada, con el curioso efecto secundario de que los tocamientos que el sujeto realiza sobre su propia piel los percibe igual de intensos que si se los produjera un extraño, por lo que puede provocarse cosquillas a sí mismo. Todo ello conduce a la pregunta de por qué se ha desarrollado el sí mismo. ¿Qué ventajas tiene un organismo «autorreflexivo» frente a uno alternativo que no es consciente de su mismidad y, en consecuencia, no posee ningún yo? La regulación de los sentimientos podría tener aquí un gran papel, pues en este punto la autopercepción desempeña una importante función: nos permite ser conscientes de nuestros sentimientos, ponderarlos y, dado el caso, modularlos. El propio yo sirve con ello de una suerte de superficie de proyección.

Control de los sentimientos Continuamente recibimos estímulos con contenido emocional: desde el taimado perro de los vecinos, pasando por los enervantes compañeros de trabajo, hasta la añorada tarde de cine con los amigos. Regular nuestras reacciones emocionales, así como los impulsos conductuales que de ellas se derivan, constituye una capacidad importante; sin ella resultaría imposible una cohabitación social compatible. Las áreas de la corteza prefrontal también desempeñan aquí una función decisiva, ya que modulan la actividad que parte de la amígdala, de tal manera que pueden inhibir la excitación emocional. Pero ¿cómo nos las arreglamos en el día a día con nuestros sentimientos? Una estrategia

sencilla consiste en apechar con ellos. No obstante, en la práctica, muchas veces este método no resulta viable. Otra posibilidad consiste en reprimir las expresiones emocionales (técnica de supresión expresiva) poniendo «buena cara» ante situaciones onerosas o que provocan angustia. Según han demostrado algunos estudios, las señales mímicas o motoras de cualquier otro tipo modifican por completo la situación anímica. Sin embargo, la represión continuada de las emociones puede incrementar el estrés psicológico subjetivo, así como la agitación a la que va inevitablemente unido. Una tercera variante, más favorable, es la «reevaluación cognitiva». Su finalidad estriba en una relajación de la vida emocional y la reducción de las reacciones fisiológicas (enlentecimiento de la frecuencia cardiaca, por ejemplo). A partir de los procedimientos de neuroimagen, Kevin Ochsner y James Gross, de la Universidad Stanford en California, mostraron en 2005 los correlatos neuroanatómicos de la reevaluación cognitiva. Los investigadores presentaron a una serie de voluntarios sanos imágenes desagradables o neutrales. Una parte de los probandos tan solo debía dejarse impresionar por las imágenes. Los otros participantes tenían la tarea de, mediante la reevaluación intelectual, interpretarlas de tal forma que perdieran su significado negativo. (Un perro de aspecto y dientes amenazantes podía permutarse, por ejemplo, en un fiel guardián protector de la esposa.) El resultado confirmó que la reevaluación permitía reducir los sentimientos desagradables. En este caso, las áreas prefrontales laterales se mostraron sobre todo activas, mientras que se inhibía la actividad de la amígdala y de la corteza orbitofrontal. En una investigación que desarrollamos en 2007 solicitamos a voluntarios sanos que emMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

plearan dicha estrategia en la expectativa de imágenes desagradables. Para ello se situó a los probandos ante una fila de imágenes desagradables y se les solicitó que imaginasen hallarse en un escáner como si fuera parte de un experimento inocuo para ellos. Los sujetos que, según sus propias declaraciones, conseguían cumplir las instrucciones de forma satisfactoria, mostraban una actividad aumentada en la corteza prefrontal medial y dorsolateral, pero disminuida en la amígdala. Ello se producía también cuando los voluntarios desconocían si iban a ver un estímulo agradable o desagradable. Por tanto, la estrategia también resulta útil en situaciones en las que se desconoce lo que va a pasar a continuación.

Depende de la valoración El control de las emociones es posible hasta cierto punto. No en vano constituye un componente en numerosas técnicas psicoterapéuticas. El principio básico se remonta a tiempos antiguos. Ya Marco Aurelio escribió en sus Meditaciones que el gravamen anímico (lo que nosotros llamaríamos el «estrés psíquico») no se debía tanto a los acontecimientos externos en sí, sino a la valoración que hacemos de ellos. El ser humano posee en todo momento el poder de modificarla. Al parecer, esta habilidad no resulta tan sencilla. Con frecuencia fracasamos en el intento de mantenernos bajo control. Los sentimientos nos abruman, por más que nos llamemos a la razón. En el caso de miedos profundamente arraigados (como la aracnofobia), no resulta de gran ayuda el simple hecho de decirnos: «Pero ¡si no se trata más que de un animalillo inofensivo!». Con todo, somos capaces de entrenar las regiones cerebrales responsables del control cognitivo. Técnicas de meditación, como la atención plena, promueven la percepción consciente de las propias emociones y de las sensaciones corporales, al tiempo que ayudan a desprenderse interiormente de ellas. La atención plena implica una conciencia deliberada, atenta y no valorativa del momento. La psicoterapia basada en esta práctica ha experimentado en los últimos años un auge notable. En la actualidad pueden investigarse los procesos neurobiológicos asociados. Al parecer, se activan las mismas regiones cerebrales que en la regulación emocional. J. David Creswell, psicólogo de la Universidad de California en Los Ángeles, determinó en 2007, mediante encuestas, la inclinación natural de los voluntarios de MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

mantenerse atentos en su vida cotidiana. (Tal capacidad puede constatarse a partir de la sensibilidad ante las propias sensaciones corporales.) A continuación, los probandos debían ejecutar una tarea mientras se hallaban en el escáner. La actividad consistía en asignar a una serie de imágenes de expresiones faciales emocionales su correspondiente palabra afectiva (alegría, tristeza, asco...). Como tarea de control debían señalar asimismo el sexo de la persona que aparecía en la fotografía. Los participantes especialmente atentos mostraban una actividad prefrontal aumentada. A su vez, su amígdala se estimulaba con menor intensidad que en el resto de probandos. Al parecer, el área prefrontal enviaba señales de control inhibidoras a la amígdala. Con ayuda de las técnicas de neuroimagen podrían conseguirse avances considerables en este ámbito. Supongamos que pudiera enviarse a los voluntarios que llevan a cabo estas técnicas mentales de meditación una retroalimentación en tiempo real de la actividad de su propio cerebro, mostrándoles, por ejemplo en una pantalla, el patrón de excitación cerebral registrado. Los voluntarios revisarían entonces los «resultados de sus entrenamientos» mediante la actividad cerebral modificada, de manera que aprenderían a controlarse con mayor facilidad. Christian Plewnia, de la Clínica de Psiquiatría y Psicología de Universidad de Tubinga, presentó un intento de este tipo en el Congreso de la Sociedad Alemana de Psiquiatría, Psicoterapia y Neurología celebrado en Berlín en 2008. Junto con otros institutos, su grupo de trabajo investigó si esa especie de neurorretroalimentación favorecía la autorregulación emocional. Los nuevos estudios permiten sospechar una respuesta positiva, aunque por el momento la técnica resulta costosa para su empleo en el tratamiento cotidiano. Pese a que todavía puede faltar tiempo para que tales métodos proporcionen ayuda a personas como la señora K. o el señor M., la investigación de las bases neuronales del sí mismo ha proporcionado ya algunos resultados sorprendentes. Entre otras cosas, ha mostrado que la imagen que nos hacemos de nosotros mismos es resultado de nuestro cerebro, al que podemos influir de forma positiva.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA NEUROANATOMICAL EVIDENCE FOR DISTINCT COGNITIVE AND AFFECTIVE COMPONENTS OF SELF. J. M. Moran et al. en

Journal of Cognitive Neuroscience, vol. 18, págs. 15861594, 2006. MODULATION OF ANTICIPATORY EMOTION AND PERCEPTION PROCESSING BY COGNITIVE CONTROL. U. Herwig et al.

en Neuroimage, vol. 37, págs. 652-662, 2007. TRAIT ANXIETY AND IMPOVERISHED PREFRONTAL CONTROL OF ATTENTION. S. J. Bishop

en Nature Neuroscience, vol. 12, págs. 92-98, 2009. NEURAL CONRRELATES OF ALTERED GENERAL EMOTION PROCESSING IN SOCIAL ANXIETY DISORDER. A. B. Brühl,

M. Rufer, A. Delsignore, T. Kaffenberger, L. Jäncke, U. Herwig en Brain research, vol. 378, págs. 72-83, 2011. NEURAL CORRELATES OF PERSONALITY DIMENSIONS AND AFFECTIVE MEASURES DURING THE ANTICIPATION OF EMOTIONAL STIMULI. A. B. Brühl,

M. C. Viebke, T. Baumgartner, T. Kafeenberger,

Uwe Herwig es director del grupo de trabajo de regulación de las emociones en la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Zúrich. También es profesor extracurricular de la Universidad de Ulm.

U. Herwig en Brain Imaging Behaviour, vol. 5, págs. 8696, 2011.

13

El rompecabezas de la Los secretos del carácter se consideraban hasta ahora terreno natural de los psicólogos. Sin embargo, cada vez más los neurofisiólogos localizan las particularidades individuales impresas en el encéfalo. ¿Qué relación existe entre la personalidad y el cerebro? CHRISTIAN FIEBACH

RESUMEN

Un cerebro con carácter

1

Los rasgos de la personalidad (ansiedad,

impulsividad e inteligencia, entre otros) pueden atribuirse, en parte, a peculiaridades del cerebro.

2

Los rasgos individuales se hallan en la

anatomía y la actividad cerebral, así como en la carga genética.

3

Las características de la personalidad

surgen de la interacción entre los genes, el cerebro y el ambiente.

14

E

n las últimas décadas se han ampliado de forma notable los conocimientos acerca de la forma de trabajar del cerebro, tanto en lo que compete a la función de las neuronas como a un nivel superior, es decir, en lo referente a tareas psíquicas concretas de las áreas cerebrales: desde el lenguaje, pasando por la memoria, hasta las emociones. Entrados en materia, los neurocientíficos intentan entender, en primer lugar, cómo el cerebro lleva a cabo de una forma genérica las capacidades mentales; investigan procesos universales que, en principio, son similares para todos y cada uno los seres humanos. Por otro lado, la experiencia cotidiana nos demuestra que las personas se diferencian de manera considerable entre sí: una destaca por su habilidad en el lenguaje, otra por sus capacidades en cálculo o lógica; una se asusta con facilidad, mientras que otra sorprende por su fuerte carácter impulsivo. Las preferencias y los rasgos de personalidad más o menos estables constituyen el fundamento de la individualidad. En los límites extremos de su expresión se encuentran a menudo desordenes psíquicos, como es el caso de MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

los trastornos de ansiedad. Los psicólogos de la personalidad han desarrollado múltiples instrumentos para clasificar y describir las diferencias individuales en relación a la experiencia y la conducta. Entre ellos destacan los cuestionarios estandarizados. Estos permiten determinar de forma empírica las facetas de la personalidad, como las cinco dimensiones derivadas del cuestionario Big five (véase el recuadro «El modelo de los cinco factores de la personalidad»). Sin embargo, el conocimiento de las bases biológicas de la personalidad todavía es escaso. El psicólogo Hans Jürgen Eysenck (1916-1997) desarrolló en la segunda mitad del siglo XX la «teoría de la activación de la personalidad». Di-

cha teoría se basaba en la idea de que existen tres dimensiones esenciales del carácter: neuroticismo (destaca la labilidad emocional y la ansiedad, así como una propensión a los sentimientos negativos), extraversión (definida por la sociabilidad y el optimismo) y psicoticismo. Este último concepto queda algo difuso, ya que aúna características tan dispares como la curiosidad, la agresividad, la dominancia y la escrupulosidad, entre otras. El punto de partida del modelo de Eysenck es el siguiente: las conformaciones respectivas de las tres dimensiones básicas se hallan en gran medida determinadas genéticamente y su origen se establece a partir de la excitabilidad de

CÉLULAS GRISES, «YO» DE COLOR Creativo, expresivo, racional, impulsivo... El cerebro de cada

GEHIRN & GEIST / VOLKER STRAETER, BDM DESIGN

persona establece las diferencias.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

15

El modelo de los cinco factores de la personalidad Hoy por hoy, el modelo de la personalidad con mayor aceptación abarca cinco factores: el neuroticismo describe una labilidad emocional que se expresa en un aumento de la ansiedad o la irritabilidad, en preocupaciones o inquietudes continuas, así como en la tendencia a experimentar emociones negativas. La extraversión, por su parte, engloba aspectos como sociabilidad, actividad, hambre de experiencias y tendencia a experimentar emociones positivas. La disposición a experiencias denota interés intelectual; también fantasía y ganas de experimentar. La agradabilidad describe la competencia social, la disposición a la cooperación y el altruismo, mientras que el factor escrupulosidad indica responsabilidad, capacidad organizativa y querencia por el orden.

Las neurociencias cognitivas permiten la comprensión de los correlatos biológicos de la singularidad del individuo

16

sistemas corporales determinados. Así, en personas con un fuerte neuroticismo, el sistema límbico (región cerebral que participa en las emociones) reacciona de forma rápida e intensa ante estímulos que dejan, en cambio, a otras personas más bien indiferentes.

Precursor histórico De forma distinta a Eysenk, su colaborador Jeffrey Gray (1934-2004) atribuyó las diferencias en lo concerniente a la ansiedad y a la impulsividad de las personas a la sensibilidad neurobiológica ante los estímulos de recompensa y castigo. Gray postuló la existencia de un Sistema de Activación o Aproximación Conductual (CAS por sus siglas en inglés), anclado profundamente en el cerebro y que controla el abordamiento de los estímulos positivos (los alimentos o la pareja sexual, por ejemplo), pero también las recompensas, el dinero y las drogas. Si este sistema se excita con facilidad, entonces se manifiesta una conducta impulsiva. El Sistema de Inhibición Conductual (CIS) gobierna, por el contrario, la evitación de consecuencias negativas, según Gray. Una elevada reactividad del CIS conlleva una ansiedad acrecentada. El neurofisiólogo Richard Davidson, de la Universidad de Winsconsin-Madison, también defiende ideas semejantes en su teoría de la lateralización de la personalidad. Sostiene que la corteza frontal izquierda gobierna, sobre todo, la inclinación hacia los estímulos agradables o deseados, mientras que su equivalente de la mitad cerebral derecha se ocupa de evitar el peligro o retirarse de él. Davidson llegó a dicha conclusión a partir de sus observaciones sobre las diferencias entre los hemisferios cerebrales en el procesamiento de los estímulos emocionales. Registró señales elec-

troencefalográficas más intensas en el cerebro frontal izquierdo cuando los probandos contemplaban caras alegres; cuando observaban rostros tristes, en cambio, las oscilaciones del potencial eléctrico aparecían más marcadas en el cerebro frontal derecho. Las diferencias en la vida emocional de los individuos se deben, explica Davidson, a asimetrías de la actividad básica neuronal, las cuales constituyen la base del «estilo afectivo» de la persona. De la dominancia de una de las dos mitades del cerebro frontal depende que una persona tienda a responder a los estímulos positivos (recompensas) o que, por el contrario, se incline por evitar los negativos. Davidson parte de un continuo biológico entre la inclinación a lo agradable y la evitación de lo desagradable, mientras que para Gray tales dimensiones son independientes entre sí. Según su teoría, una persona podría presentar una elevada expresión de ambos campos (impulsiva a la par que tendente a la ansiedad), rasgos que se corresponderían con el neuroticismo clásico. La investigación en psicología diferencial ha engendrado, por tanto, una serie de teorías y modelos sobre las bases biológicas de la personalidad. Sin embargo, por el momento, no queda claro qué teoría explicativa resulta la más acertada. A ello cabe añadir que, durante largo tiempo, las corrientes principales de la psicología de la personalidad apenas investigaron los mecanismos neuronales básicos; los neurocientíficos, por su parte, mostraron poco interés por las diferencias interindividuales. Sin embargo, los métodos refinados de la neurociencia cognitiva actual posibilitan superar esa cisura y explorar en los correlatos biológicos de las peculiaridades individuales. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

cuando, por ejemplo, el sujeto se confrontara a situaciones generadoras de angustia o potencialmente peligrosas. Estudios con tomografía por emisión de positrones (PET), en los que la actividad neuronal basal se determina mediante mediciones de la tasa de glucosa en el cerebro en condiciones de reposo, demostraron un elevado consumo de energía sostenido de la amígdala en pacientes depresivos. Ello sugiere que una personalidad ansiosa (como supuso Eysenck) se acompaña de un incremento de la actividad basal de la amígdala, a pesar de que todavía no se ha comprobado en voluntarios sanos. Quizás el incremento de la actividad básica en los pacientes psíquicos represente solo una sobrecompensación ante el volumen reducido de la amígdala. Asimismo, las respuestas a corto plazo (fásicas) ante estímulos que denotan angustia (rostros temerosos) resultan más llamativas en pacientes con ansiedad que en personas menos ansiosas, circunstancia que apoya la hipótesis de Gray acerca de la elevada sensibilidad del procesamiento neuronal de las emociones.

MASA CON CLASE Un estudio de 2005 sugiere que a mayor tamaño de la amígdala izquierda, más extravertida resulta una persona (izquierda). Por el contrario, a medida que crece el volumen de la amígdala derecha se reduce el neuroticismo (derecha).

De los genes a los neurotransmisores

(de «Amygdala gray matter concentration is associated with extraversion and neuroticism», por K. R. Omura et al. en Neuroreport, vol. 16, n.o 17, págs 1905-1908, 2005.)

0,87 0,86 0,85 0,84 0,83 0,82 0,81 0,80 0,79 0,78 0,77 20

I

D

40

60

Extraversión

80

Densidad de la sustancia gris

I

0,74 0,73 0,72 0,71 0,70 0,69 0,68 0,67 0,66 0,65 0,64 20

D

40

60

CORTESÍA DE TURHAN CANLI

Por más fascinantes que resulten estos hallazgos, todavía no logran explicar por qué los cerebros de personas distintas reaccionan de forma

Densidad de la sustancia gris

Un aspecto de la personalidad que aparece en la mayoría de los modelos teóricos es el factor neuroticismo. Este describe, en primera instancia, las diferencias en las reacciones emocionales humanas: cuando existe una expresión escasa de dicho rasgo, el sujeto se inclina poco hacia la ansiedad y presenta una tendencia vital positiva. Como ya supuso Eysenck, el grado de neuroticismo podría reflejarse de esta manera en la red cerebral de procesamiento de las emociones. Básicamente existen dos posibilidades: la primera consistiría en diferenciar tipos de personalidades en función de la anatomía cerebral (teniendo en cuenta, por ejemplo, la densidad o la estructura de la sustancia gris en ciertas áreas). La segunda se basaría en que el cerebro de las personas más propensas a la ansiedad reaccionaría también de forma más sensible ante los estímulos (supuestamente) amenazadores en comparación con el de los sujetos de naturaleza más arrojada. Para ambos supuestos existen pruebas. El grupo de trabajo en torno a Turhan Canli, de la Universidad Stony Brook, en Nueva York, describió que el volumen de la amígdala (importante centro emocional del cerebro) se relacionaba con dos dimensiones de la personalidad. La amígdala izquierda de los probandos aparecía tanto más gruesa cuanto más extravertidos se mostraban los sujetos según los test. Por el contrario, cuanto más pequeña era la amígdala derecha más ascendían los voluntarios en la escala del neuroticismo. Ese hallazgo concuerda con conocimientos anteriores que indican que los pacientes depresivos presentan con frecuencia una amígdala de tamaño reducido. Todavía no se ha confirmado con certeza si un fuerte neuroticismo representa una suerte de predisposición para el trastorno depresivo, como sostienen algunos investigadores. Sin embargo, lo que sí parece fuera de duda es que la amígdala desempeña una importante función en las disposiciones de la personalidad relacionadas con la experiencia emocional. También existen diferencias en relación con la función cerebral: la actividad de la amígdala de personas distintas puede, por un lado, variar en su actividad básica. Así, aquellos sujetos con ansiedad podrían mostrar una actividad aumentada y duradera de la amígdala. Por otro lado, sería posible que dicha región cerebral reaccionara de manera intensificada y transitoria solo

80

Neuroticismo

17

GENES, CEREBRO, MENTE La investigación actual determina que los genes influyen sobre los factores anatómicos y bioquímicos de la función cerebral, que gobierna desde el trasfondo del ambiente, la psique y la conducta.

diferente. Mediante la combinación de encuestas de psicología de la personalidad con métodos genético-moleculares, el psiquiatra Klaus-Peter Lesch, de la Universidad Julius-Maximilians de Würzburg, consiguió hace unos años dar un paso importante en la respuesta a tal enigma [véase «¿Sólo cuestión de genes?», por Katja Gaschler; MENTE Y CEREBRO, n.o 10]. Lesch y sus colaboradores investigaron un gen que determina la elaboración del transportador de serotonina. Dicho transportador es una proteína cuya misión consiste en llevarse al neurotransmisor serotonina, una vez terminado su trabajo, de la cisura sináptica (el espacio interneuronal). Dicho espacio se puentea mediante un mensajero químico (neurotransmisor). El transportador de serotonina hace que el neurotransmisor vuelva de nuevo a la célula presináptica. Si tal recuperación no resulta suficientemente efectiva, la concentración aumentada del neurotransmisor ocasiona una mayor excitabilidad de, en este caso, la amígdala. Ahora bien, el gen que determina la formación del transportador de serotonina presenta dos variantes: alrededor de una de cada cinco personas posee una variante más corta (alelo S), a diferencia de lo que sucede con la forma más larga (alelo L), que ocasiona una depleción de la serotonina en las sinapsis menos eficientes. Como mostraron Lesch y sus colaboradores, los portadores del alelo S presentan, por término

AMBIENTE

GEHIRN & GEIST / MEGANIM (ADN); GEHIRN & GEIST, SEGÚN EL AUTOR

Conducta

Cognición/ Emociones

Reactividad/Función cerebral

Anatomía

18

Transmisor

medio, una tendencia mayor a padecer ansiedad. Parece, pues, que las variaciones en los mecanismos celulares y moleculares originan diferencias de disposición en relación con las experiencias emocionales. Un equipo dirigido por Ahmad Hariri y Daniel Weinberger, del Instituto Nacional de Salud Mental de EE.UU., profundizó en 2002 sobre dicha tesis. Los autores pusieron de relieve que, al observar imágenes de rostros con expresiones de angustia, los portadores de alelo S mostraban una actividad más intensa de la amígdala que los portadores del, más largo, alelo L. Sin embargo, los resultados deben interpretarse con sumo cuidado. Por lo común, las variaciones de un único gen (polimorfismos) explican estadísticamente tan solo una proporción escasa de las diferencias interpersonales: en la mayoría de las ocasiones, menos del diez por ciento del rango de dispersión total. Ello no sorprende, ya que las influencias neurobiológicas (la actividad de neurotransmisores) presentan un origen multigenético, es decir, son controladas por una variedad de factores genéticos. Junto a los factores genéticos destaca la influencia del medio. El mero conocimiento del genotipo particular aporta poco. Otros genes, las experiencias y la forma de vida del individuo participan de forma decisiva en su conducta. Si bien las reacciones emocionales constituyen un aspecto importante de la personalidad, no son el único factor. Otras características personales se localizan en estructuras cerebrales definidas. Volvamos a la aspiración de recompensa, descrita por Gray en su modelo CAS como fundamento de la impulsividad de la persona. Desde el punto de vista neurocientífico, es probable que dicho rasgo tenga sus raíces en el sistema de recompensa cerebral. Los investigadores consideran las áreas centrales de este sistema (el estriado ventral en los ganglios basales) el motor de la conducta dirigida a una meta. En nuestro estudio, realizado en colaboración con Joe Simón y Stefan Kaiser, de la Clínica Psiquiátrica de Heidelberg, en las personas con una acusada tendencia de aproximación (de naturaleza impulsiva), el estriado ventral reaccionaba, ante la ganancia de dinero, de una forma más marcada que en el resto de sujetos. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

También aquí pueden constatarse diferencias anatómicas y genéticas. En 2009, el grupo encabezado por Bernd Weber, del centro Life & Brain de la Universidad de Bonn, desarrolló un descubrimiento fascinante. Investigaron la neuroanatomía de sujetos que se caracterizaban por una constante búsqueda de experiencias nuevas y excitantes [véase «Atracción por lo desconocido», por Nikolas Westerhoff; M ENTE Y CEREBRO, n.o 36]. Mediante imágenes con tensor de difusión en resonancia magnética, determinaron con qué intensidad se hallaban conectadas anatómicamente determinadas regiones cerebrales de los voluntarios. El grado de intercomunicación entre el estriado y la amígdala aumentaba de forma directa con el grado de tendencia a la búsqueda de nuevas emociones. El incremento de dicha conectividad podría conducir a la llegada de más información relevante a una región concreta, lo que posibilitaría que dicha área (el estriado, en este caso) se excitara de forma más intensa.

Los deseos hechos materia En el sistema de recompensa cerebral, la dopamina es el principal neurotransmisor. Hoy en día conocemos bastantes variaciones genéticas de dicho neurotransmisor. El psicólogo Martin Reuter, de la Universidad de Bonn, investigó en 2006 cómo la inclinación individual a los sentimientos positivos y a la conducta de aproximación (impulsiva) se relacionaba con dos variantes genéticas que controlaban la efectividad de la dopamina. Una de ellas gobierna la depleción del neurotransmisor mediante la enzima COMT (catecol-oxi-metil-transferasa); la otra regula la densidad de los receptores D2 de dopamina en el cerebro. Reuter mostró que la combinación de ambos genotipos incrementaba la tendencia de aproximación (impulsiva), la cual conllevaba asimismo un aumento en la concentración de dopamina. Al considerar la posible influencia conjunta de los dos polimorfismos genéticos, el equipo de Reuter cayó en la cuenta que existía una causa multigénica. Junto a los sentimientos y la motivación, las capacidades intelectuales constituyen un componente significativo en la individualidad de una persona. Para determinarlas, la psicología diferencial ha desarrollado diversos test de inteligencia. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Los neurocientíficos buscaron también correlatos biológicos en este ámbito. Richard Haier, de la Universidad de California en Irvine, fue uno de los primeros en explorar regiones cerebrales cuyo volumen se relacionaba por estadística con la inteligencia. Según su estudio, los correlatos anatómicos de la inteligencia se encuentran repartidos por todo el encéfalo, aunque de manera más marcada en la corteza prefrontal. En 2008, Sonia Bishop y John Duncan, de la Universidad de Cambridge, informaron además de que la activación de esa región durante la elaboración de tareas de los test de inteligencia dependía de la dotación genética. Los voluntarios con un genotipo COMT, el cual origina una mayor concentración de dopamina en el lóbulo frontal, mostraban una menor activación cerebral pero con el mismo rendimiento en las pruebas, lo que indicaba que su cerebro trabajaba de manera más eficiente. Dado que la inteligencia representa una medida altamente compleja, en la que confluyen capacidades parciales (la atención, la memoria o el tiempo de procesamiento), pueden actuar sobre ella múltiples y variadas influencias. Desentrañar la forma en que los aspectos concretos de la capacidad intelectual son controlados neuronal y genéticamente constituye un campo de investigación apasionante para el futuro inmediato. Los hallazgos de Christine Stelzel, de mi grupo de trabajo, indican que los genes dopamínicos arriba descritos también influyen en la memoria de trabajo, es decir, en la capacidad mental de manipular la información (capacidad de suma importancia en el cálculo mental). Las peculiaridades individuales (ansiedad, impulsividad e inteligencia) presentan, por tanto, correlatos en la estructura y en la función cerebral, así como en la dotación genética. La forma en que estas redundan en la experiencia y la conducta depende también de los condicionantes del medio. La investigación de esta compleja interacción se halla todavía en sus albores, mas se perfila ya un claro horizonte: la individualidad de una persona se arraiga en su cerebro, aunque no en una única región cerebral.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA STRUCTURAL BRAIN VARIATION AND GENERAL INTELLIGENCE.

R. J. Haier et al. en NeuroImage, vol. 23, págs. 425433, 2005. MOLECULAR GENETICS SUPPORT GRAY’S PERSONALITY THEORY: THE INTERACTION OF COMT AND DRD2 POLYMORPHISMS PREDICTS THE BEHAVIORAL APPROACH SYSTEM.

M. Reuter et al. en International Journal of Neuropsychopharmacology, vol. 9, págs. 155-166, 2006. COMT VAL158MET GENOTYPE AFFECTS RECRUITMENT OF NEURAL MECHANISMS SUPPORTING FLUID INTELLIGENCE.

S. J. Bishop en Cerebral Cortex, vol. 18, n.o 9, págs. 2132-2140, 2008. CONNECTIVITY-BASED SEGREGATION OF THE HUMAN STRIATUM PREDICTS PERSONALITY CHARACTERISTICS.

M. X. Cohen et al. en Nature Neuroscience, vol. 12, n.o 1, págs. 32-34, 2009. EFFECTS OF DOPAMINE-RELATED GENE-GENE INTERACTIONS ON WORKING MEMORY COMPONENT PROCESSES. C. Stelzel

et al. en European Journal of Neuroscience, vol. 29, págs. 1056-1063, 2009. NEURAL REWARD PROCESSING IS MODULATED BY APPROACHAND AVOIDANCE RELATED PERSONALITY TRAITS. J. Simon,

S. Walther, C. J. Fiebach, H. C. Friederich, C. Stippich,

Christian Fiebach es el director del grupo de trabajo «Neurocognición de las diferencias individuales» y profesor de neurociencia cognitiva en la Universidad RuprechtKarl de Heidelberg.

M. Weisbrod, S. Kaiser en Neuroimage, vol. 49, págs. 1868-1874, 2010.

19

Punto final al trauma Un accidente de tráfico, un atraco a mano armada o una catástrofe natural... Las situaciones de vida o muerte pueden permanecer en el recuerdo de los afectados durante largo tiempo. Medicamentos y psicoterapias ayudan a paliar el trastorno emocional; no obstante, falta refinarlos NIKOLAS WESTERHOFF Y ULRICH FROMMBERGER

A

unque la mayoría de las veces los superemos en nuestros quehaceres diarios, la vida se encuentra llena de riesgos: en cualquier lugar y en cualquier momento puede ocurrir un hecho inesperado. Según Ronald Kessler, psiquiatra de la Escuela de Medicina de Harvard, una de cada dos personas experimenta un suceso traumático: desde la muerte inesperada de un familiar, pasando por un atraco con violencia, hasta la vivencia de una catástrofe natural. Quien sufre en sus propias carnes una situación de peligro vital suele desarrollar un trastorno por estrés postraumático (TEPT). Los efectos del suceso continúan actuando al cabo de varios años, de manera que significan una pesada carga en la rutina del afectado. Algunos de estos acontecimientos suceden de una vez (un grave accidente de tráfico); otros se repiten a lo largo de meses o años (torturas o abusos sexuales). Estos últimos «traumas complejos» suelen originar diversos trastornos psíquicos, lo que comporta una especial dificultad a la hora del tratamiento. Con frecuencia, el psicoterapeuta no especializado en tratar tales casos solo consigue, al cabo de varios años de trabajo, reconocer la presencia del síndrome. Síntomas

20

como la angustia, las depresiones o los delirios pueden «enmascarar» el trastorno. Desde tiempo atrás, los psiquiatras intentan paliar con medicamentos las consecuencias agudas de un trastorno por estrés postraumático (TEPT). Con el fin de disminuir la excitación interior del paciente prescriben antidepresivos. Algunos médicos de cabecera recetan también benzodiazepinas. Dichos tranquilizantes se han acreditado en casos de trastornos del sueño, ataques de ansiedad y tendencia al suicidio, pero no son apropiados para tratar un TEPT. Así, las benzodiazepinas ayudan a mitigar las consecuencias psíquicas agudas; no obstante, como demostró ya en 1996 un equipo dirigido por el psiquiatra Arieh Shalev, del Hospital de la Universidad Hadaza en Jerusalén, a largo plazo pueden incluso agravar el TEPT y las depresiones. Un trabajo publicado en 2007 por la Colaboración Cochrane, red internacional de expertos que lleva a cabo revisiones sobre el efecto de los tratamientos médicos, llegó a la conclusión de que, según los conocimientos científicos disponibles, no existe ningún medicamento que pueda contrarrestar el desarrollo de un TEPT. En todo el mundo, los investigadores continúan ensayando medios nuevos. Para un caso agudo del trastorno de marras podrían utilizarse beta bloqueantes (los médicos los recetan para la hipertensión y las taquicardias). El psiquiatra Roger Pitman, de la Universidad de Harvard, comprobó que algunas personas experimentan una mejoría en sus reacciones de ansiedad a largo plazo si se les administra el beta bloqueante propanolol entre seis y doce horas después de que haya ocurrido el episodio traumático y se MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

LA LARGA SOMBRA A quien de niño ha sufrido © FOTOLIA / SANIPHOTO

abusos o maltratos, suelen

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

perseguirle terribles recuerdos durante toda la vida. Según los investigadores, para superar el trauma es preciso enfrentarse al pasado.

21

RESUMEN

Domeñar el pánico

1

Situaciones que ponen en peligro la vida

originan en numerosas víctimas un trastorno por estrés postraumático.

2

Los antidepresivos o una terapia conduc-

tista pueden mejorar los síntomas; sin embargo, no curan el trastorno.

3

En la actualidad se estudian nuevos plan-

sigue con la medicación durante una semana, más o menos.

Píldoras contra el miedo En uno de sus experimentos, Pitman confrontó a 41 de sus pacientes con grabaciones magnetofónicas en las que describían sus propios traumas. Comprobó que las personas que habían sido tratadas con propanolol presentaban una menor reacción emocional que las que solo recibieron un placebo. Un experimento publicado en 2009 por la psicóloga Merel Kindt y sus colaboradores, de la Universidad de Ámsterdam, apunta en esa misma dirección. Mediante electrochoques, condicionaron a un grupo de personas a que sintiesen angustia al ver imágenes de arañas. Los probandos que al día siguiente tomaron una dosis de propanolol manifestaron a las 24 horas

siguientes menos pánico que las que recibieron solo un placebo. Ahora bien, según Pitman, antes de recomendar beta bloqueantes a individuos con riesgo de sufrir traumas (soldados, sanitarios que atienden accidentes, bomberos...) deben estudiarse con detenimiento sus efectos. Hasta ahora no disponemos de resultados concluyentes que demuestren que los beta bloqueantes, como el propanolol, resulten eficaces en situaciones agudas. La opinión de los expertos es unánime en un punto: resulta difícil detener un trastorno por estrés postraumático que ya ha comenzado. Hasta ahora, las medidas propuestas para la fase aguda no han dado los resultados que prometían los psiquiatras. Según múltiples estudios, una intervención inmediata tras un trauma no evita con seguridad un TEPT. Asimismo, existen trabajos en los que los psicólogos llegan

teamientos terapéuticos: entre ellos, la administración de corticoides o de beta bloqueantes. Mu-

Tratamiento del trauma en Internet

chos métodos psicoterapéuticos propugnan que

Los métodos psicoterapéuticos se basan en la rememoración del trauma. En algunos de

el afectado narre, ya sea

ellos, los recuerdos deben escribirse. Tal es el caso de la «terapia expositiva». La terapia

por escrito o de voz, su

por Internet desarrollada en los Países Bajos también utiliza esta técnica. Se trata de una

trauma con todo detalle.

terapia en línea y por escrito, en la que el paciente explica el trauma a través de mensajes de correo electrónico. La psicóloga Christine Knaevelsrud, del Centro Berlinés para las Víctimas de Torturas, donde se ofrece el tratamiento en línea, indica que «en una primera fase invitamos a los pacientes a que en cuatro ocasiones escriban sobre el suceso que los traumatizó». El correo electrónico tiene la ventaja de que se puede ayudar desde cualquier lugar del mundo, incluso desde estados como el de Irak o Irán. «El paciente debe describir el suceso de forma espontánea, sin fijarse ni en la puntuación ni en la ortografía», continúa Knaevelsrud. «Cuando alguien se ha decidido a participar en la correspondencia, los planos narrativos suelen entrelazarse: los afectados hablan del suceso y al mismo tiempo cuentan cómo, mientras escriben, tiemblan, sudan, lloran». Al final suele quedar solo una imagen en torno a la cual gira el texto. Según esta psicóloga, «el recuerdo actúa como un filtro en forma de embudo: primero es amplio, pero va estrechándose cada vez más. «Los primeros textos del usuario recogen múltiples informaciones, evitando el momento decisivo. Sin embargo, cuanto más escribe, tanto más se concentra su mirada en una única imagen que reaparece una y otra vez.» El psicólogo Alfred Lange, de la Universidad de Ámsterdam, desarrolló y puso en práctica este método terapéutico. Partió de un esquema estricto: primero el afectado debía describir por correo electrónico su trauma; a continuación debía escribir una carta por Internet a un amigo imaginario víctima de una experiencia similar y, finalmente, elaborar un escrito de despedida a los muertos, a los padres de los muertos, al delincuente o a sí mismo. Por regla general, este último correo electrónico no se envía. Según indica Knaevelsrud, queda formando parte del tratamiento y se utiliza para ayudar al paciente a integrar el trauma en su biografía. «En casi todos los pacientes que han sufrido situaciones traumáticas aparecen ideas irracionales de culpabilidad o de vergüenza, las cuales queremos eliminar o debilitar. Incluso cuando alguien no ha tenido culpa de lo sucedido es frecuente que se sienta culpable. Queremos cambiar estos pensamientos básicos».

22

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

CORBIS-REUTERS / GIAMPIERO SPOSITO

a la conclusión de que las ayudas inmediatas como una reunión o charla posterior (debriefing, una especie de «rememoración» de la vivencia traumática) pueden incluso presentar un efecto contraproducente. A los pacientes especialmente expuestos al riesgo de sufrir un TEPT les resultan de mayor ayuda unas sesiones de terapia conductista que una conversación justo después del trágico suceso. De hecho, el Instituto Nacional Británcio para la Salud y la Excelencia Clínica incluye en sus directrices la siguiente recomendación: «Las personas que de forma directa o indirecta han vivido un episodio traumático no deben recibir un tratamiento inmediato». En principio, unas medidas de apoyo generales resultan suficientes para la mayoría. Solo en caso de presentarse síntomas graves súbitos se halla justificada una intervención específica. En todo caso, la solución es la espera vigilante. Según otro informe de Cochrane, si al cabo de meses, incluso años, las personas afectadas por un trauma siguen padeciendo recuerdos dolorosos, puede conseguirse un efecto paliativo con inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (SSRI). Dichos medicamentos, también conocidos por su efecto antidepresivo, reducen MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

las pesadillas de quienes sufrieron una situación traumática, además de disminuir la conmoción que les producen recuerdos indeseados. Los pacientes así tratados pueden volver a familiarizarse con lugares y objetos relacionados con el trágico suceso, en vez de intentar evitarlos. El efecto de tales fármacos revela que el neurotransmisor serotonina desempeña una función importante en la reacción al trauma. Las áreas cerebrales donde actúa dicho neurotransmisor (como la amígdala, auténtica «central de la alarma y el temor» de nuestro cerebro) se encargan de procesar las emociones. Entretanto, los investigadores han relacionado el sistema serotonínico con numerosos síntomas psíquicos: trastornos del sueño, obsesiones o ataques de pánico. Según un hallazgo del psiquiatra Steven Southwick, de la Universidad de Yale en New Haven, los sujetos con riesgo de sufrir un TEPT presentan un déficit de serotonina. Estas personas tienen dificultades para expresar sus sentimientos. Sin embargo, algunos neurobiólogos responsabilizan a otros neurotransmisores (la dopamina o el glutamato) del trastorno traumático. Los resultados de los estudios son, pues, contradictorios.

ESCOMBROS MENTALES El 6 de abril de 2009 tembló la tierra cerca de L’Aquila en los Abruzzos italianos. Murieron al menos 293 personas, y 10.000 perdieron la vivienda. Catástrofes naturales como esta dejan traumas psíquicos en muchas de las víctimas.

23

¿Cuándo se instaura un trastorno por estrés postraumático? Por término medio, una de cada diez personas que han sufrido o presenciado una situación traumática desarrollan un trastorno por estrés postraumático (TEPT). El peligro de padecer un trauma es mayor en caso de sufrir una agresión. Alrededor de uno de cada cuatro soldados que han participado en acciones bélicas y

más de la mitad

de las víctimas de violaciones sufren un TEPT. El riesgo también es muy alto para las personas que han sido tomadas como rehenes o han sufrido torturas.

Cuadros clínicos complejos Un tratamiento con antidepresivos parece de utilidad cuando a los efectos del trauma se añaden otros trastornos psíquicos. En los cuadros clínicos complejos, los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (sertralina y paroxitina) atenúan los impulsos agresivos, por lo que contrarrestan las intenciones suicidas. La asociación del estrés postraumático y la depresión se halla extendida. En casos de depresión grave suelen requerirse primero medicamentos para tratar dicho trastorno antes de empezar a «batallar» contra los recuerdos del trauma. El psiquiatra Eric Vermetten, de la Universidad de Utrecht, aportó en 2003 una pista sobre los antidepresivos como tratamiento de víctimas de traumas psíquicos. Estudios anteriores demostraron que un estrés intenso provoca una disminución del tamaño del hipocampo (estructura cerebral que desempeña una importante función en los recuerdos). Los pacientes traumatizados manifiestan con frecuencia dificultades en encontrar las palabras adecuadas para expresarse. Vermetten administró a estos pacientes durante un período de nueve a doce meses paroxetín, inhibidor selectivo de la recaptación de la serotonina (muy utilizado en Alemania). Durante ese tiempo, el tamaño del hipocampo de los sujetos aumentó en una vigésima parte. Después del tratamiento, los afectados obtuvie-

ron mejores resultados en las pruebas de memoria. Parece, pues, que el paroxetín contrarresta los efectos adversos que sufren estas personas al estimular el crecimiento de nuevas neuronas en el hipocampo. Ante ese panorama, ¿deben considerarse superados los medicamentos utilizados en la psicoterapia clásica para el tratamiento de los traumas psíquicos? El grupo para el estudio del trastorno por estrés postraumático de Freiburg, del que forman parte Ulrich Frommberger, Mathias Berger y Jörg Angenendt, publicó en 2004 un estudio piloto llevado a cabo con 21 probandos. Según concluyeron, la terapia conductista y los antidepresivos poseen un efecto igual de positivo contra el estrés postraumático típico. En una investigación llevada a cabo seis meses más tarde se vio que los pacientes sometidos a terapia conductista se encontraban incluso mejor que quienes recibieron tratamiento medicamentoso. Una combinación de ambos métodos parece más efectiva que la farmacoterapia sola. En numerosos casos, los psiquiatras pueden aumentar la eficacia de los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina asociándolos a una terapia conductista. Solo en aquellos pacientes en los que se ha demostrado una clara mejoría con antidepresivos, una psicoterapia adicional no les sirve de gran ayuda.

Los tres síntomas del TEPT 1. Rememoración Poco tiempo después del trauma, el suceso puede retornar a la memoria. De repente y de forma incontrolada, la escena traumática vuelve a tenerse ante los ojos y desencadena reacciones psíquicas y corporales semejantes a las que se experimentaron cuando ocurrió. Los imperiosos y no deseados recuerdos («intrusiones») pueden resultar tan fuertes que la realidad y aquello que se rememora se confunden.

2. Excitación El trauma persigue a la víctima día y noche. El organismo experimenta los síntomas típicos de ansiedad: palpitaciones cardíacas, pesadillas, sudoración nocturna, sensación de opresión pectoral, temblores...

3. Evasión Se evitan las situaciones que puedan evocar el recuerdo de la situación traumática. Con frecuencia se hacen rodeos para soslayar objetos o personas que se asocian al trauma. A largo plazo, esta estrategia evasiva lleva al miedo ante cualquier situación que pueda relacionarse con la experiencia vivida. De esta manera se crea un estrechamiento progresivo del espacio vital y de actuación del paciente.

24

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Riesgos y efectos secundarios Un grave problema que se presenta con el tratamiento mediante medicamentos es el abandono por parte de los pacientes. Muchos de los afectados toman las medicinas solo de manera esporádica, o no las toman en absoluto. Es probable que les falte información sobre los fármacos que toman. Tal vez no sepan que en la mayoría de las ocasiones deben esperarse varias semanas hasta notar el efecto sobre la psique. Enfermos impacientes pueden llegar a la precipitada conclusión de que los fármacos que les han prescrito «no hacen nada». Por otra parte, algunos individuos sufren los efectos secundarios de los medicamentos. Los antidepresivos pueden provocar trastornos de la digestión o del sueño, además de un aumento de peso. Una detallada conversación sobre el problema con el usuario resulta imprescindible para la correcta prescripción de los medicamentos. Expertos de todo el mundo buscan fármacos nuevos. Algunos estudios investigan la acción del cortisol. Según indican ciertos resultados, la considerada hormona del estrés parece desempeñar una función relevante en las personas con un trauma psíquico: los individuos que reaccionan con una escasa secreción de cortisol ante una situación que sienten como amenazante parecen más propensos a padecer un trastorno por estrés postraumático. El cortisol contribuye al impulso orgánico ante la primera reacción de «lucha o huída», además de participar en la evocación de los recuerdos. Un nivel elevado de cortisol frena la memoria; en consecuencia, parece lógico aumentar en los pacientes con TEPT la secreción de esta hormona después del suceso. Incluso varios años tras los acontecimientos, las personas con trastorno traumático presentan niveles de cortisol inferiores a los de las sanas. Los individuos que sufren un trauma psíquico parecen más fácilmente excitables que el resto; con frecuencia presentan trastornos del sueño. Las personas con TEPT muestran una reacción más marcada cuando les despierta un ruido. Cuarenta años después de sufrir la tragedia, supervivientes del holocausto siguen con el sueño alterado: se despiertan con mayor frecuencia, duermen peor y menos. Además, su fase REM del sueño es más prolongada, por lo que manifiestan más pesadillas. Los medicamentos por sí solos no suelen curar los trastornos por estrés postraumático. La terapia conductista aparece aquí como un MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

tratamiento psicoterápico de comprobada eficacia. Estudios de la psiquiatra Barbara Rothbaum, de la Universidad de Emory en Atlanta, demuestran que la terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR, de Eye Movement Desensitization and Reprocessing Therapy) resulta un método eficaz para tratar los traumas. A primera vista, el método parece quizá curioso. El paciente cuenta su experiencia traumática al terapeuta. En momentos de su narración de especial importancia «congela» mentalmente la imagen. Al mismo tiempo, con la escena dramática en mente, el paciente sigue con la mirada los movimientos lentos del dedo del terapeuta. Estos movimientos de mirada reducen en muchos pacientes el pánico desencadenado por los recuerdos. Múltiples estudios han demostrado que el método resulta útil, si bien se desconoce por ahora el mecanismo por el que actúa. Es posible que los movimientos oculares y otros estímulos evasivos condicionen un mejor procesamiento cognitivo de la vivencia [véase «El poder de la mirada», por Arne Hofmann; MENTE Y CEREBRO, n.o 15.].

Viejo estigma Con frecuencia, el hecho de haber vivido una guerra suele desencadenar un TEPT. Esto ocurría ya antes de utilizarse el diagnóstico de este trastorno. En la época de la Primera Guerra Mundial se conocía el «temblor bélico»: las vivencias provocaban en las personas que regresaban a sus hogares un temblor de manos. Los psiquiatras hablaban entonces también de «neurosis de guerra». Según criterios actuales, aquellas personas padecían con toda probabilidad un TEPT infravalorado entonces por considerarlo una debilidad de carácter o de voluntad del afectado.

Narrar las vivencias Además de los métodos terapéuticos establecidos van apareciendo nuevas y prometedoras ideas. Es el caso de la terapia de exposición narrativa desarrollada en la Universidad de Konstanz. El paciente, con ayuda del terapeuta, escribe un informe lo más detallado posible sobre lo que le ocurrió. La idea es que al reconstruir con palabras los detalles del suceso desaparezca el pánico que provocó. Dicho método combina la acreditada terapia expositiva (reconstrucción mental del trauma) con elementos de la «terapia testimonial», que se utilizó por primera vez en víctimas del régimen de Pinochet. La idea central consiste en protocolizar con la mayor exactitud posible lo sucedido. El paciente ya no actúa como afectado, sino más bien como testigo. Al asumir el papel de informador neutral, descarga la vivencia subjetiva. Este tipo de terapia se ha utilizado en numerosas víctimas de dictaduras; también en personas que durante largos años han sufrido abusos sexuales. Un nuevo tratamiento combina la rememoración del trauma con métodos imaginativos. Es el caso de la terapia de reescritura y reprocesamiento del psicólogo Mervin Smucker, de la Escuela de Medicina de Wisconsin, en Milwaukee. El paciente debe dibujar las imágenes de violencia

25

PUNTO DE VISTA

Winnenden:

Ayuda después del choque emocional

E

l 12 de marzo de 2009, Alemania despertó conmocionada a causa del asesinato de 15 personas, la mayoría de ellos escolares de un colegio de enseñanza media de la ciudad de Winnenden, en Baden-Württemberg. Un adolescente de 17 años disparó contra las víctimas y acabó suicidándose al verse acorralado por la policía en Wendlingen, tras 40 kilómetros de persecución. Sr. Glatzer, ¿qué pueden hacer los psicólogos tras un suceso tan traumático como el de Winnenden? Los psicólogos prestan «ayuda psicológica de urgencia». Una vez que la policía ha garantizado la seguridad y las víctimas han recibido asistencia médica, han de afrontar y paliar el choque psicológico de los afectados. Entre otras cosas, explican a profesores y alumnos cómo reaccionan las personas ante vivencias traumáticas. En principio no se trata de una terapia, sino de un intento de activar las estrategias de dominio de que disponen todas las personas. Es importante poder remitir rápidamente los afligidos por las víctimas a la custodia de los servicios sociales, a las familias, a amigos y a compañeros. Solo al cabo de algunas semanas los psicólogos escolares podrán orientar sobre la necesidad de una terapia específica del trauma psíquico.

26

DIETER GLATZER es director psicológico del Departamento de Educación y Formación en el consejo regional de Stuttgart. Como director del equipo de intervención en situaciones de crisis coordinó un colectivo de 130 psicólogos escolares tras los trágicos acontecimientos en Winnenden.

Los psicólogos responden también a preguntas prácticas: ¿qué actitud pueden tener los escolares en los entierros?; ¿cómo deberán comportarse con los compañeros que han resultado particularmente afectados o con sus padres? Asimismo es importante el tema de cómo afrontarán los próximos exámenes. Sin olvidar mantener alejados a los medios de comunicación y a los mirones, cometido que realiza la policía. ¿Están preparados los psicólogos escolares para afrontar estas situaciones? Tres semanas después de los sucesos del 26 de abril de 2002 en Erfurt [un escolar de 19 años mató a 12 profesores, una secretaria, dos alumnos y un policía, y luego se suicidó] se empezaron a formar en Baviera los primeros psicólogos escolares sobre cómo actuar en casos semejantes. En aquel tiempo, todavía no había expertos de habla alemana en la materia, por lo que el curso fue dirigido por William

Pfohl, de la Universidad Occidental de Kentucky. Desde entonces existe la normativa en Alemania de formar a los psicólogos escolares en este tema. Asimismo, desde 2006 en Baden Württemberg rige una norma administrativa sobre la conducta que debe seguirse ante acontecimientos de este tipo en los centros escolares. Las escuelas tienen la obligación de disponer de un plan de crisis y el equipo correspondiente para ponerlo en práctica llegado el caso. Desde 2004, cada uno de los cuatro equipos gubernamentales tienen sus grupos de intervención en casos de crisis de los que forman parte psicólogos, pedagogos y juristas que ya han acumulado experiencia. Claro está que, a pesar de todo, no puede evitarse el inicio parcialmente caótico de las actuaciones. En 2008, la mayoría de los psicólogos escolares nuevos de Baden-Württemberg ya realizaron el curso básico. De esta forma, cuando ocurrieron los he-

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

chos de Winnenden se disponía de ochenta profesionales preparados para actuar; cifra muy considerable. ¿Cuáles son los conocimientos científicos por los que se rige la ayuda psicológica? La ayuda psicológica se basa en los resultados de la investigación de la capacidad de resistencia. Esta ha sido desarrollada de forma sistemática por investigadores israelíes, sobre todo por el especialista en traumas psíquicos Mooli Lahad, del Centro para la Prevención del Estrés Colectivo de Kyriat Shmona. Colaboradores de este centro dan cursos en otras partes de Europa. Su contenido se basa en los resultados de investigaciones psicológicas, así como en la experiencia de psicólogos escolares de todo el mundo. Existen estudios que demuestran que un choque emocional como consecuencia de un trauma psíquico puede tener una duración variable en cada víctima. Esta duración depende, entre otros factores, del grado de peligro vital que supuso el suceso, de la experiencia previa que se tuviera y de la personalidad de la víctima. Si a pesar de todos los esfuerzos para restablecer la normalidad no se consigue en el plazo de cuatro a seis semanas, puede ser necesaria una terapia especializada. La Asociación Nacional de Psicólogos Escolares (NASP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha resumido en forma de recomendaciones los resultados de investigaciones [www.nasponline.org/prepare]. En cualquier caso, se necesita todavía investigar más. Una adecuada preparación ante posibles crisis es la mejor manera de prevenir sus perniciosos efectos. Se trata de que los escolares aprendan a estimular y mantener su salud psíquica y de que los profesores les ayuden en esta tarea. Entrevista realizada por Joachim Marschall

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

que siempre ocupan su mente. Las víctimas de violación en su infancia, por ejemplo, pueden «transcribir» el recuerdo de una escena de manera que aparezca como un adulto que reprende al agresor, toma al niño-yo en brazos y lo consuela. Los primeros estudios controlados demuestran la eficacia del método. Todos estos enfoques terapéuticos giran en torno a una misma idea: el acontecimiento traumático debe rememorarse, describirse y representarse de manera intensa repetidas veces. De esta forma pierde su potencial destructivo. Los psicólogos y psiquiatras procuran un efecto de habituación. Cuantas más veces el paciente informe de su trauma, más «normal» le parecerá. Como consecuencia, la respuesta fisiológica que desencadena el recuerdo va disminuyendo, con lo que la sensación de desamparo va superándose. En la confrontación con el trauma durante la terapia conductista deben cumplirse ciertas reglas. Mientras el paciente evoca sus recuerdos, debe permanecer con los ojos cerrados o fijarlos en un punto concreto de la estancia. Una descripción con el presente como tiempo verbal da lugar a una mayor tensión emocional, de manera que el efecto es más fuerte. La evocación ideal es aquella que refleja una descripción detallada del suceso, que abarca cada uno de los sentidos: se describe todo lo que se ha visto, oído, sentido, olido o saboreado. La mayoría de las veces, una rememoración intensa del trauma desencadena sensación de desamparo y temor. No es raro que deba pasar media hora hasta que se atenué la sensación de miedo. La descripción se graba. El paciente debe oír una y otra vez su propia descripción, en el mejor de los casos, a diario. Esto refuerza la idea de que el suceso pertenece al pasado; el pánico y la tensión van disminuyendo en cada audición. La aproximación al trauma no siempre resulta fácil. Numerosos pacientes sienten un gran temor a hablar de sus experiencias; también intentan evitar los recuerdos y las intensas reacciones que les provocan, por lo que la evocación del trauma se experimenta como un cambio progresivo. Con todo, los estudios demuestran de forma unánime que para eliminar el terror hay que enfrentarse a él.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA EMPFEHLUNGEN VON QUALITÄTSSTANDARDS FÜR STATIONÄRE TRAUMATHERAPIE.

Dirigido por U. Frommberger y R. Kellerl. Dustri, Múnich, 2007. TRAUMA UND TRAUMABEHANDLUNG. VOL. 2: WEGE DER TRAUMABEHANDLUNG.

M. Huber. Junfermann, Padeborn, 2006. LA TRAMPA DEL ESTRÉS POS-

KRISEN HELFEN. A. Englbrecht y R. Storath.

Cornelsen, Berlín, 2005.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Nikolas WesterhoffGURUKEÏNQIQ[RGTKQFKUVCEKGPVÉƂEQ Ulrich FrommbergerGUOÅFKEQ[DKÏNQIQ&KTKIG la Clínica de Psiquiatría, Psicoterapia y Psicosomática GP1HHGPDWTI

TRAUMÁTICO. D. Dobbs

en Investigación y Ciencia, n.o 393, 2009.

27

Percepción

sensorial y aprendizaje

El problema de los niños que leen, escriben o calculan mal se encuentra, con frecuencia, en el procesamiento básico de las percepciones sensoriales. Un entrenamiento apropiado puede ayudar a superar la legastenia y la discalculia BURKHART FISCHER | FOTOGRAFÍAS: HANNA FUCHUS

E RESUMEN

Entrenar los sentidos

1

La legastenia y la discalculia, trastornos

parciales del rendimiento, se deben, en parte, a defectos en el procesamiento sensorial.

2

En la legastenia suele encontrarse afectada

la capacidad auditiva básica: los niños presentan dificultades para distinguir sonidos con tonos de frecuencias similares.

3

Un entrenamiento adecuado puede

mejorar el procesamiento sensorial, lo cual repercute en las capacidades escolares basadas en la lectura y el cálculo.

28

n nuestra cultura, la lectura, la escritura y el cálculo constituyen la base de la formación educativa. Sin embargo, no todos los alumnos adquieren con facilidad tales capacidades. Según las estadísticas, en cada clase de educación primaria existe al menos un niño con dificultades para la lectura y para la escritura (legastenia) o para el cálculo (discalculia). En los últimos 15 años, los investigadores han estudiado la causa de estas alteraciones. El motivo resulta obvio en los casos en los que existe un problema en uno de los órganos sensoriales: si existen defectos de audición, la adquisición del lenguaje resulta más dificultosa; cuando falla la vista, la capacidad lectora se complica. Por regla general, tales alteraciones médicas suelen diagnosticarse de manera precoz y reciben solución (un audífono o unas gafas). Por el contrario, la legastenia y la discalculia forman parte de los «trastornos parciales del rendimiento», los cuales se caracterizan por una ausencia de alteraciones en los órganos sensoriales involucrados. De hecho, el desarrollo del niño parece normal; incluso puede presentar una inteligencia superior a la media de su edad. ¿A qué se deben estos trastornos parciales? Los procesos de la visión y de la audición comienzan en el ojo y en el oído, respectivamente, mas entre dichos órganos sensoriales y el cerebro existe un largo y complicado camino durante el cual la información sensorial se procesa varias veces. Para leer se necesita un adecuado control de la mirada. La agudeza visual se concentra en una pequeña región de la retina, por

lo que nuestros ojos deben efectuar constantes saltos rápidos (movimientos sacádicos) para visualizar diversas zonas de una misma escena (el texto de un libro). Sin estas «sacudidas» solo conseguiríamos ver una pequeña porción del mundo. Durante la lectura, la mirada va saltando de palabra en palabra de unas tres a cinco veces por segundo. El cerebro debe dirigir de modo correcto estos saltos para que las palabras y sílabas sean «escaneadas» en el orden adecuado y no se precipiten en el concepto siguiente antes de reconocer el actual. Ello exige un gran trabajo al cerebro. El procesamiento lingüístico que reconoce una palabra leída debe sincronizarse a la perfección con los movimientos oculares dirigidos desde el lóbulo frontal. En el Laboratorio de la Mirada, un consultorio de la Universidad de Freiburg, atendemos a niños con problemas en los procesos de percepción básica y les proponemos ejercicios de entrenamiento con los que pueden mejorar funciones «superiores» (la lectura y el cálculo). En un trabajo conjunto con el físico Klaus Hartnegg y la médica Monica Biscaldi-Schäfer, de la Clínica Universitaria de Freiburg, demostramos en el año 2000 que los niños con problemas para la lectura solían presentar dificultades a la hora de dominar los movimientos sacádicos. El test que utilizamos consta de dos ejercicios: en el primero, los probandos deben dirigir la mirada desde un punto inicial fijo hasta otro estímulo que aparece de repente; en el segundo, deben evitar mirar dicho símbolo espontáneo. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

MIRA EL PUNTO Con estos dispositivos, los investigadores exploran la capacidad de los niños de controlar los cambios en la dirección de su mirada (movimientos sacádicos). Con un fino rayo láser, el aparato situado encima de la cabeza proyecta un punto en la pared. Las «gafas», con ayuda de rayos infrarrojos, miden el movimiento de los ojos: si sigue la dirección del punto luminoso o si huye de él.

El segundo ejercicio, el «antisacudida», resulta complicado, ya que exige un fuerte control de la mirada. De no ser así, no se consigue reprimir el reflejo natural e involuntario de fijarse en un estímulo nuevo. En caso de dejarse llevar durante la prueba por este impulso, se considera que se ha cometido un error. El resultado fue inequívoco: entre los 620 jóvenes probandos de edades comprendidas entre los 7 y los 17 años, los que padecían legastenia controlaban mucho peor su mirada que el grupo sin dislexia. Las dificultades en controlar la atención de la mirada aparecen, al menos en parte, como responsables de los problemas en la lectura. Después de todo, mirar de forma «correcta» no es algo congénito: el cerebro debe aprender a hacerlo. Un estudio que llevamos a cabo con un total de 3224 niños y adultos jóvenes demuesMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

tra que, en general, los alumnos en su primera etapa escolar no controlan bien la mirada. En el ejercicio «antisacudida», el 80 por ciento de los pequeños de 7 y 8 años, tanto si presentaban legastenia como si no, dirigían la mirada hacia el nuevo estímulo en lugar de mirar en dirección contraria. Con la edad, los errores disminuían. Así, a los 20 años, prácticamente ningún probando fracasaba en la prueba. No obstante, el resultado de los jóvenes de 20 años con legastenia fue bastante diferente: por término medio seguían errando en uno de cada siete ejercicios relacionados con el control de la mirada, fallo que no corregían. Los problemas con el dominio de la dirección de la mirada suelen ir parejos con las dificultades en la lectura y la escritura. Por fortuna, el cerebro puede aprender a mejorar el control de los ojos.

29

ESTACIÓN DE CONTROL Un ordenador capta el control del movimiento sacádico, así como su mejoría con el entrenamiento.

Una investigación publicada en 2005 por las psicólogas Kara Dyckman y Jennifer McDowell, de la Universidad de Georgia, confirmó que un adiestramiento adecuado de los movimientos sacádicos de estudiantes a través de pruebas de control de la mirada durante dos semanas disminuía en dos tercios el ya bajo índice de errores.

Domar la mirada El entrenamiento para el control de la mirada que desarrolla el Laboratorio de la Mirada incluye diversos ejercicios que pueden practicarse en casa con aparatos prestados. Uno de los ejercicios consiste en seguir con los ojos un símbolo que aparece en la pantalla y que cambia con rapidez de posición. Cuando el signo desaparece, el usuario debe señalar, pulsando un botón, en qué dirección se encontraba antes de desaparecer. La velocidad con la que el signo se desplaza va en aumento a lo largo de la prueba, lo mismo

Habilidades escolares

Lectura y escritura

Cálculo

Diferenciación Procesamiento Dirección auditiva sensorial (tonos, silencios...) de la mirada

Órganos sensoriales

Oído

Ojo



Captación simultánea





Para las capacidades de lectura, escritura y cálculo resultan tan importantes los órganos sensoriales como el procesamiento en el cerebro de las informaciones que captan.

30

GEHIRN & GEIST

FUNDAMENTO DE LA ENSEÑANZA

que la dificultad de la tarea, adecuándose a la capacidad del niño. A través de un estudio comprobamos la eficacia de dicho programa. Los ejercicios se desarrollaron a diario de tres a seis semanas en casa de los participantes. Una prueba comparativa demostró que, una vez finalizado el entrenamiento, el probando controlaba los movimientos de su mirada bastante mejor que antes. Un resultado todavía más notorio fue que los niños así entrenados cometían menos errores al leer: la mitad de los fallos que realizaban antes del adiestramiento. Todo apunta, pues, a que un dominio insuficiente de la mirada ocasiona dificultades en la lectura y en la escritura, y que el área del encéfalo responsable de la sintonía entre los movimientos sacádicos y la comprensión del lenguaje puede entrenarse, como sucede también con los músculos. La dirección correcta de la mirada no es la única facultad que requiere el niño para aprender a leer y escribir. En opinión de numerosos investigadores, las personas con legastenia presentan problemas previos en la comprensión del lenguaje hablado, lo que les dificulta el reconocimiento de las letras. La mayoría de los científicos centran su atención en la «conciencia fonológica», es decir, la capacidad de diferenciar sonidos del lenguaje oral (caso de la «be» de la «gue»), o diversas sílabas (como «ba» de «pa»). Como ha demostrado en repetidas ocasiones el psicólogo Wolfgang Schneider, de la Universidad de Würzburg, ejercitar la conciencia fonológica permite superar problemas de lectura y escritura. Según un estudio realizado en 2007, a los hijos de familias inmigrantes, quienes en las pruebas de lectura suelen obtener notas inferiores a la media, este tipo de ejercicios les resultan provechosos durante la etapa del parvulario. Entre otras tareas, los niños deben formar rimas o descomponer las palabras en sílabas, luego, estas últimas en sonidos. En el juego se les indica que cada sonido se representa por un símbolo: una letra. Si bien los niños de progenitores inmigrantes sacaban peores resultados en los test de conciencia fonológica que los hijos de familias de lengua materna alemana durante la etapa del jardín de infancia, varias pruebas de lectura y escritura realizadas al final de su primer año escolar demostraron que todos los alumnos aprovecharon por igual los ejercicios de entrenamiento llevados a cabo. Sin embargo, tales ejercicios no ayudan ni mucho menos a todos los niños con problemas en el aprendizaje de la lectura y la escritura. En MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

la conciencia fonológica se trata de entender el lenguaje: los sonidos que se practican son auténticas palabras o sílabas. Pero su comprensión se cimienta sobre procesos aún más básicos. Algunos niños presentan problemas en el procesamiento de estímulos auditivos mucho antes de que alcancen el centro cerebral del habla. Pese a que no somos conscientes de las múltiples etapas que recorre una información acústica en su camino a través del cerebro, cada una de ellas desempeña una relevante función en la comprensión del lenguaje oral. En nuestro laboratorio hemos investigado algunas capacidades todavía no incluidas en el proceso del habla, pero de una importancia fundamental, como es el caso de la diferenciación de intensidades sonoras. Cuando hablamos, la voz, incluso dentro de una misma palabra, suena unas veces más alta; otras, más baja.

Pausas importantes Otra capacidad fundamental de la audición corresponde al reconocimiento de los «huecos». En las palabras existen algunas sílabas o sonidos en los que aparecen interrupciones (cuando la lengua choca contra los dientes o cuando la corriente de aire que procede de los pulmones se interrumpe por unos momentos, por ejemplo). Si el oyente no capta estas breves pausas, entiende una sílaba que no es. También resulta elemental diferenciar los tonos, ya que las palabras habladas, e incluso las sílabas, se componen de sonidos con frecuencias distintas. Para investigar estas cualidades acústicas hemos desarrollado, junto a Hartnegg, diversos test. En el ejercicio destinado a distinguir los tonos, los niños oyen dos prolongados sonidos de frecuencias distintas. La diferencia entre tales frecuencias disminuye de manera progresiva hasta un umbral en el que los niños ya no pueden indicar qué sonido presenta un tono más alto que el otro. Una investigación desarrollada en 2004 con 682 niños y jóvenes comprobó que dichas capacidades se encontraban relacionadas con la legastenia. Los niños con problemas de lectura presentaban más dificultades en las pruebas auditivas exploradas: desde la diferencia de tonos hasta el reconocimiento de pausas sonoras. El cerebro también debe aprender a reconocer pequeñas diferencias entre sonidos que se asemejan. Los niños que empiezan la escolarización presentan mayores problemas para superar los ejercicios que los alumnos de cursos más avanzados. Al parecer, el centro auditivo del encéfalo MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

entrena su capacidad de procesamiento sensorial a lo largo de la juventud. La facultad de diferenciar las frecuencias va perfeccionándose incluso hasta los 20 años de edad. Con objeto de educar la percepción auditiva hemos desarrollado una serie de actividades a partir de los ejercicios que ya utilizamos para el entrenamiento del control de la mirada. Del mismo modo también adaptamos a lo largo del programa la dificultad de las actividades al nivel de aprendizaje de cada uno de los alumnos. Un estudio realizado con 509 escolares demostró una clara mejoría en la capacidad de diferenciar tonos sonoros: niños y jóvenes de todas las edades aprendieron a apreciar incluso pequeñas diferencias de frecuencias. El adiestramiento auditivo repercute asimismo en la escritura. Aquellos probandos que se ejercitaron durante varias semanas en diferenciar tonos e identificar pausas obtuvieron en los test de escritura posteriores alrededor de un 40 por ciento menos de errores. Por el contrario, los niños no entrenados solo redujeron en un 10 por ciento la cuota de fallos. Los resultados revelan que un programa de ejercicios con estímulos sonoros sencillos, además de beneficiar el reconocimiento auditivo de los niños, favorece los procesamientos lingüísticos, incluida la escritura. Estas investigaciones demuestran asimismo que los procesos perceptivos básicos pueden y deben practicarse a lo largo del desarrollo infantil antes de que el cerebro empiece a dominar tareas más complejas (la comprensión del habla o la lectura de textos). Ya en el año 2001, un equipo dirigido por la neuropsicóloga Teija Kujala, de la Universidad de Helsinki, comprobó que con el entrenamiento auditivo se producen cambios permanentes en el encéfalo. El grupo investigó cómo actuaba un adiestramiento auditivo no lingüístico en niños con dificultades de lectura. Al cabo de siete semanas, con un total de 14 unidades de ejercicios completadas, los jóvenes probandos no solo cometían menos errores al leer, sino que presentaban cambios en el trazado electroencefalográfico de su corteza auditiva. Cuando se producía un cambio en la secuencia sonora esperada, las neuronas del centro de la audición mostraban una actividad mayor que antes del entrenamiento. Hemos visto, pues, que los procesos perceptivos básicos desempeñan una función en la legastenia; pero también en la discalculia. Los niños con dicha alteración manifiestan dificultades para aprender conceptos matemáticos elementales y avanzar en el cálculo. Una de las

Próximos pasos Las pruebas para el estudio del procesamiento sensorial disponibles hasta ahora permiten explorar niños a partir de los siete años. ¿Sería posible detectar los problemas antes, en la etapa del jardín de infancia? Para responder a la pregunta, la intención de los investigadores es aplicar en un futuro las pruebas a niños de menor edad. De esta manera, un entrenamiento adecuado podría mejorar el procesamiento sensorial antes de iniciar la escuela. Por otra parte, los primeros estudios demostraron, no sin sorprender, que también los niños superdotados pueden presentar problemas de procesamiento sensorial. En el control de la dirección de la mirada presentan con frecuencia hiperreflexia (movimiento de los ojos más bien rápido que lento), que dificulta la lectura. Todavía debe investigarse hasta qué punto un entrenamiento puede resultar beneficioso para estos niños. Los alumnos de escuelas especiales padecen en gran medida trastornos en el procesamiento sensorial. El Proyecto Kirchberg, finalizado en 2008 en una escuela de Hesse de ayuda para el aprendizaje, demostró que ni uno solo de los 49 alumnos superaron los test aquí descritos y adecuados a su edad. Con todo, con el entrenamiento correspondiente, los niños mejoraron el rendimiento escolar, aunque obtuvieron notas inferiores a la media de los alumnos de escuelas convencionales.

31

CONVERTIDOR SENSORIAL Tales aparatos ayudan a los niños a educar su percepción. Al pulsar un botón expresan cuántos círculos ven en pantalla o en qué dirección se desplazó por última vez un símbolo.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA BEHAVIORAL PLASTICITY OF ANTISACCADE PERFORMANS FOLLOWING DAILY PRACTICE. K. A. Dyckman y

J. E. McDowell en Experimental Brain Research, vol. 162, n.o 1, págs. 63-69, 2005. HÖREN – SEHEN – BLICKEN – ZÄHLEN: TEILLEISTUNGEN UND IHRE STÖRUNGEN. B. Fischer.

Huber, Berna, 2007. EFFECTS OF DAILY PRAC-

capacidades necesarias para calcular es la «captación simultánea de cantidades», una habilidad especial del sistema visual humano. En cantidades comprendidas entre uno y un máximo de cuatro elementos, una persona es capaz de reconocer de inmediato y sin contar cuántos objetos tiene delante. Dicha facultad permite a los niños desarrollar y aprender el concepto de número, es decir, que una determinada cifra corresponde a una cantidad concreta. Hemos desarrollado un test para examinar la captación simultánea. En una pantalla aparecen pequeños círculos durante un tiempo tan breve que no pueden contarse, así que su número debe captarse de un solo vistazo, en el sentido literal de la expresión. El número de círculos, entre uno y nueve, cambia por momentos. Los niños deben pulsar el botón con la cifra correspondiente para indicar cuántos aros han visto. Con ello nos interesa saber, sobre todo, el tiempo que necesita el probando para responder. Cuando el número supera la capacidad de captación simultánea de cantidades, la respuesta tarda más: los probandos deben retener en la mente la imagen ya desaparecida y contar los círculos en su imagen mental.

TICE ON SUBITIZING, VISUAL COUNTING AND BASIC ARITH-

Primero contar, luego calcular

METIC SKILLS. B. Fischer et

En 2008 publiqué, junto con Christine Gebhardt y Klaus Hartneggt, un trabajo que desarrollamos con un total de 375 niños y jóvenes. Los resultados indicaron que los probandos con dificultades para el cálculo obtenían peores resultados: necesitaban más tiempo para decidir el número correcto de círculos. Bajo los mismos principios del entrenamiento de la audición y de la vista, existen ejercicios ideados para mejorar la captación simultánea de las cantidades. En 2008 se demostró que, tras un adiestramiento de tres semanas, los niños presentaban una mejoría en su apreciación simultánea, además de una mayor facilidad para solucionar ejercicios matemáticos sencillos. Mientras que entre quienes participaron en el entrenamiento se redujeron en un 60 por ciento los errores en un test matemático, en el grupo de control (sin entrenamiento) no se observó mejoría alguna.

al. en Optometry & Vision Development, vol. 39, n.o 1, págs. 30-34, 2008. BERICHT ÜBER DIE UNTERSUCHUNG DER BLICKSTEUERUNG UND DER MENGENERFASSUNG BEI LERNPROBLEMEN. B. Fis-

cher en Heilpädagogische Forschung: Zeitschrift für Pädagogik und Psychologie bei Behinderungen, vol. 37, págs. 83-90, 2011. WAHRNEHMUNGS- UND BLICKENFUNKTIONEN BEI LERNPROBLEMEN. B. Fischer. Edito-

rial Centaurus, 2011.

32

Por otra parte, nuestras investigaciones demuestran que la captación simultánea de cantidades todavía no ha alcanzado su plena madurez en la escuela primaria, de hecho, tal capacidad sigue mejorando durante toda la infancia y juventud. La audición, la visión, la captación de cantidades y es probable que otros procesos perceptivos siguen desarrollándose hasta la edad adulta. Para los padres, profesores y médicos resulta difícil reconocer si el niño se encuentra por detrás de sus compañeros de la misma edad en relación a estas facultades. Con el fin de estimar la frecuencia de trastornos en la percepción y la visión en escolares con déficits parciales hemos establecido a partir de nuestros test una «cuota de incidencia». A tal efecto hemos medido la proporción de niños con legastenia o problemas de cálculo que, al menos en uno de los ejercicios de las pruebas, quedaban por debajo de la media de su edad. Entre los niños de 8 años, el 64 por ciento de aquellos que presentaban dificultades escolares estaban afectados al menos en una función perceptiva, es decir, obtenían unos resultados inferiores a los de sus compañeros coetáneos. Conforme iba subiendo la edad aumentaba la cuota: entre los jóvenes de 16 años con legastenia y discalculia, un 85 por ciento manifestaba problemas de procesamiento sensorial. Sin embargo, los defectos de visión y audición no determinan por si solos la causa de un escaso rendimiento escolar —si así fuera, la cuota debería alcanzar el cien por cien—. No obstante, tales alteraciones suponen una contribución importante, más cuanto mayor es la edad del afectado. Otro dato a tener en cuenta es que el porcentaje de niñas que presentaban déficits parciales en las pruebas fue inferior; también mostraban menos trastornos de procesamientos sensoriales básicos. Todavía se desconoce la razón de tal diferencia. Si bien el procesamiento sensorial cae en una suerte de «tierra de nadie», a medio camino entre el sistema sanitario y el sistema educativo, pueden tomarse medidas. Mientras que hoy por hoy los médicos detectan trastornos funcionales de los órganos de los sentidos y los profesores se centran en los defectos «superiores» de sus alumnos, la aplicación en los grupos de riesgo de los test y entrenamientos aquí descritos resultaría, en principio, posible y rentable. Burkhart Fischer es profesor emérito de biofísica neuroƂUKQNÏIKEC[HWPFCFQTFGN.CDQTCVQTKQFGNC/KTCFCGPNC 7PKXGTUKFCFFG(TGKDWTI MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

ENTREVISTA

«Aprender es un acto comunicativo» ¿Cómo captan el mundo los niños? ¿Qué circunstancias favorecen su aprendizaje? Desde hace décadas, la psicóloga del desarrollo Uta Frith analiza estos temas. Su principio básico: la adquisición natural de conocimientos es el mejor modelo para aplicar en las escuelas ENTREVISTA REALIZADA POR STEVE AYAN

¿Qué se entiende por «pedagogía natural»? Los niños vienen al mundo con la esperanza de que se les aporte algo. Desde un principio reaccionan con gran sensibilidad a señales que les indican la importancia de una información y en las que reconocen: «¡Atención, ahora llega algo en lo que debería fijarme!». Esto puede comprobarse desde muy temprana edad. En los lactantes de pocos meses, cuando a través de la mirada y de la elevación de la voz se les señala la importancia de un objeto, se quedan mirándolo durante largo tiempo. Los psicólogos György Gergely y Gergely Csibra lo han demostrado en experimentos pioneros. Existe toda una serie de procesos metacognitivos que allanan el camino al aprendizaje.

¿Qué se entiende por «metacognitivo» en ese contexto? Literalmente, el concepto significa algo así como «pensar sobre el pensamiento». Ahí radica una gran facultad del ser humano:

refleja su propia capacidad mental y la de los demás. Los psicólogos también hablan de la «teoría de la mente». De forma constante nos formulamos hipótesis sobre qué están pensando los demás, cómo nos ven y

UTA FRITH Q

Nació en 1941 en Rockenhausen, cerca de Kaiserslautern.

Q

Estudió psicología experimental y clínica en Saarbrücken y Londres.

Q

Es doctora y cuenta con una prolongada actividad investigadora en el Colegio Universitario y el Consejo de Investigación Médica de Londres.

Q

Es cofundadora del Instituto de Neurociencia Cognitiva en Londres, donde dirigió el departamento de psicología cognitiva del desarrollo.

Q

Es miembro de numerosas academias científicas, entre ellas, la Regia Sociedad de Londres y la Academia Alemana de Ciencias Leopoldina. Desde 2007 es profesora de la Fundación

CORTESÍA DE UTA FRITH

Q

para la Investigación de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). Q

Está casada con el psicólogo Chris Frith. Tienen dos hijos.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

33

qué conocimientos y capacidades podemos prever en ellos. Todo ello no tiene por qué ocurrir de forma consciente. Los mecanismos que gobiernan el aprendizaje de los niños suelen ser tan sutiles que apenas nos llaman la atención en la vida cotidiana. Tal vez por esta razón los investigadores hayan tardado tanto en reconocerlos. ¿Podría poner un ejemplo? Cuando voy sentada en el tren y observo a los demás pasajeros estoy en todo momento cambiando mentalmente de perspectiva: «Aquel hombre parece cansado, seguro que ha tenido un día pesado». «La que lleva un vestido fino habrá pensado que fuera hará calor». Todo ello pasa de forma automática; apenas me doy cuenta. Un hallazgo fundamental de la «pedagogía natural» es que la capacidad de llevar a cabo estos procesos mentales conforma el comportamiento de aprendizaje de los niños.

Es decir, cree que en vez de concentrarse solo en qué se debe aprender habría que considerar también el cómo aprender. Exactamente. De lo que se trata en definitiva es que quienes enseñan y quienes aprenden, ya sean padres e hijos o alumnos y pedagogos, vayan al unísono. Si el niño no colabora, puedo fruncir el ceño o modular la voz a menudo, pero en el momento adecuado. Ello resulta sobre todo evidente en el caso de niños con autismo. Muchos de sus déficits cognitivos se deben a que no pueden valorar el significado de señales metacognitivas o quizá ni siquiera las perciban. No pueden descifrar por sí mismos las intenciones y pensamientos de los demás, por ello resulta difícil trasmitirles determinados conocimientos. Informaciones irrelevantes tienen para ellos el mismo valor que las realmente importantes. Esto demuestra que el aprendizaje es, en gran medida, un acto comunicativo.

«La mayoría de las veces, los mecanismos que rigen el aprendizaje infantil son tan sutiles que en la vida diaria nos pasan desapercibidos. Tal vez por ello los investigadores hayan tardado tanto en reconocerlos» ¿El proceso de aprendizaje no cambia según se trate de aprender fechas históricas, ir en bicicleta o adquirir unas conductas sociales correctas? En efecto. Pero aquí me refiero a una capacidad básica presente en todos los supuestos. En la búsqueda de una receta exitosa para el aprendizaje efectivo, los investigadores suelen fijarse solo en el contenido, en el tema a aprender. En este contexto, las circunstancias sociales y emocionales quizá marcan la diferencia. Naturalmente, un profesor de matemáticas debe pensar cómo enseñar de forma didáctica y apropiada las fórmulas y los cálculos matemáticos. Pero otros factores resultan igual de importantes, empezando por la atmósfera en el aula de clase, siguiendo por el consentimiento de cometer fallos, hasta la tolerancia a dejar fluir la imaginación. Con frecuencia, estos factores deciden que una disciplina sea rechazada o aceptada.

34

¿Tiene ello relación con la capacidad de ponerse en la piel del otro? Creo que muchas de las cosas que englobamos bajo el concepto de metacognición arraigan en el concepto que tienen los niños de sí mismos. En inglés se utiliza para referirse a ello el self awareness, un concepto algo difícil de traducir. Self awareness se refiere a la capacidad de percibirse a sí mismo y de deslizarse en diferentes roles. Como he dicho antes, tal habilidad puede permanecer por completo implícita, es decir, sin que tengamos conciencia real de ello ni podamos controlarlo. Un niño de seis años no piensa de manera consciente: «Fíjate, el maestro carraspea, ahora dirá algo importante», sin embargo, dicha señal no le pasa inadvertida. ¿Estimula esa habilidad el aprendizaje? El éxito en la adquisición de conocimientos va más allá del simple aprendizaje didáctico. Deben incluirse los procesos mentales que

radican en planos superiores. Los niños no son discos duros o esponjas pasivas, pero de forma constante almacenan informaciones interesantes para ellos. Hoy entendemos incluso cómo los más pequeños diferencian aquellos conocimientos que les resultan valiosos. No captan todo de forma indiscriminada, sino que realizan una selección activa. En las conversaciones con padres o profesores oigo siempre la frase: «Ojalá aprendieran [los niños] solo aquello que les decimos». A menudo pienso que ¡claro que aprenden siempre!, aunque quizá no de manera exacta a la que se les indica. ¿Cree ilusorio que se lleguen a controlar los procesos de aprendizaje? En todo caso debería abandonarse la idea de la «inculcación», ya que no estimula el éxito del aprendizaje. Se necesita una interacción entre quien enseña y quien aprende para alcanzar este objetivo. ¿Cómo se podrían considerar las capacidades metacognitivas en la escuela? ¡Practicándolas! En un original estudio, Angela Davis-Unger y Stephanie Carlson, de la Universidad de Washington en Seattle, propusieron a unos niños desempeñar el papel de profesores. Pienso que no deberían separarse siempre de forma tajante los roles de profesor y alumno. Muchos niños sacan provecho si cambian de papel en alguna ocasión y son ellos los que deben explicar la lección. De forma inconsciente, les estimula la capacidad de autorreflexión. Con frecuencia, a los niños les gusta aprender de otros compañeros de su misma edad; les resulta natural compararse y copiarse. Y ello, a su vez, mejora la adquisición de conocimientos... Tal vez no de forma inmediata, pero el interés, la motivación, la capacidad de separar lo importante de lo que no lo es, todo ello son premisas para lograr un aprendizaje duradero. La mayor parte de las cosas que los niños deben aprender no se asocia a ninguna recompensa directa. Por esta razón, no pueden extrapolarse sin más los resultados de experiencias realizadas con animales a la población infantil. Las ratas aprenden a asociar estímulos sencillos con transformaciones en el ambiente; por ejemplo, el suministro de alimento o una descarga eléctrica. En la MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Pedagogía natural Psicólogos y pedagogos dirigen cada vez más su atención a las influencias GERGELY CSIBRA, BUDAPEST

metacognitivas que preparan, caracterizan y acompañan el aprendizaje natural de los niños de menor edad. Entre las técnicas destacan la modulación de la voz y la mímica. Ello ha dado pie, en los últimos años, al surgimiento de una nueva modalidad de trabajo: la «pedagogía natural». El grupo dirigido por György Gergely

la mirada puesta en ese objeto por más tiempo.

y Gergely Csibra, de la Universidad de

Según los investigadores, las señales

la Europa Central de Budapest, ha com-

mímicas y verbales de los padres estruc-

probado cómo el contacto visual con

turan el aprendizaje infantil, ya que

los adultos dirige la atención de los

les ayudan a distinguir la información

niños. En un experimento, una mujer

relevante de la que no lo es. De esta

dirigía su mirada primero al lactante;

forma los niños aprenden a aprender

luego la desviaba a uno de los dos ob-

con mayor efectividad.

jetos dispuestos sobre la mesa (fotografía). El contacto previo con el niño favoreció que el pequeño mantuviera

escuela entran en juego otros factores completamente diferentes, como interpretar de manera correcta las señales de los demás. ¿Pone en duda que resultados del estudio del aprendizaje en animales puedan trasladarse a la enseñanza escolar? Los humanos aprenden más de otros humanos que de su propia experiencia, lo que presenta unas enormes ventajas: ¡no todos hemos de cometer los mismos errores! Quizá la transmisión social de conocimientos pueda darse en cierta medida en algunas especies de mono, pero no puede compararse con el privilegio exclusivo que posee la especie humana. La capacidad de trasmitir tradiciones y conocimientos, aumentándolos de manera constante, constituye la base de nuestra cultura. Para mí, la cultura equivale a formación.

(Natural Paedagogy. G. Csibra, G. Gergely en Trends in Cognitive Sciences, vol. 13, n.o 4, págs. 148-153, 2009).

de reprimir impulsos espontáneos sin esperar recompensas inmediatas. Pregunta a un niño si quiere un juguete ahora mismo o dos dentro de una hora. Si dispone de un buen autocontrol, se mostrará dispuesto a esperar. Según muestran las estadísticas, el autocontrol de un alumno guarda más relación con el éxito escolar que el coeficiente intelectual.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA DEVELOPMENT OF TEACHING SKILLS AND RELATIONS TO THEORY OF MIND IN PRESCHOOLERS. A. Davis-Unger, S. M. Carl-

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Anticiparse al alzheimer, de Gary Stix Agosto 2010 Control del cerebro por medio de la luz, de Karl Deisseroth Enero 2011 Cien billones de conexiones, de Carl Zimmer Marzo 2011 Una mente extracorpórea, de Miguel A. L. Nicolelis Abril 2011 Claves de la resiliencia, de Gary Stix Mayo 2011 La neurociencia en el sistema judicial, de Michael S. Gazzaniga Junio 2011 Un órgano oculto en los ojos, de Ignacio Provencio Julio 2011

son en Journal of Cognition and Development, vol. 9, págs. 26-4, 2008. LEARNING FROM OTHERS: INTRODUCTION TO THE SPECIAL REVIEW SERIES ON SOCIAL NEURO-

Suele decirse que el aprendizaje escolar debe ser lúdico, para lo cual deben superarse siempre obstáculos y adversidades. ¿No será solo una ilusión el ideal de un aprendizaje autoestimulante y gozoso? Seguro. El aprendizaje supone mucho autocontrol, es decir, requiere la capacidad

ha publicado sobre el tema, entre otros, los siguientes artículos:

SCIENCE. C. Frith, U. Frith, en Neuron vol. 65,

n.o 6 págs. 739-743, 25 de marzo de 2010.

Consciencia artificial, de Christof Koch y Giulio Tonomi Agosto 2011 Física de la inteligencia, de Douglas Fox Septiembre 2011

BASES CEREBRALES DEL APRENDIZAJE.

U. Herrmann, en Mente y Cerebro, n.º 44, págs. 41-45, 2010.

35

MENTE, CEREBRO Y SOCIEDAD ENTRENAMIENTO CEREBRAL

UNA VISIÓN ERRÓNEA DE LA MEMORIA Los programas informáticos de entrenamiento cerebral se basan en un concepto erróneo sobre los mecanismos de aprendizaje y memoria del cerebro, por lo que resultan ineficaces ALAIN LIEURY

D  

esde el punto de vista científico,

Lorant-Rover y Alain Lieury, en MENTE Y

son muy diversas. De hecho, David Van

el método Kawashima y otros pro-

CEREBRO,

Essen cuenta hasta 34 áreas visuales en

n.o 42].

gramas de entrenamiento cerebral en

En primer lugar, no puede obtenerse

la corteza visual del mono (por tanto, al

videoconsolas, como Big Brain Academy,

un desarrollo de la memoria, en el senti-

menos el mismo número de zonas en el

muestran tres errores en el planteamien-

do más amplio del término, con ejercicios

ser humano). De este modo, se distingue

to de cómo funcionan las capacidades de

específicos. La memoria se compone de

una memoria icónica, una ortográfica,

memorización humanas: la memoria no se

módulos más o menos interconectados.

una visual, una gráfica, una visuoespacial,

desarrolla en toda su extensión memori-

Así, los módulos sensorio-motores en-

una de caras... y, con toda probabilidad,

zando imágenes, ni memorizar letras ayu-

cierran las memorias sensoriales y mo-

se encuentran todavía más (pictogramas,

da a retener los textos, ni el uso de tales

toras (para memorizar un color, un so-

ideogramas, etcétera). Claro está que exis-

artilugios aumenta la inteligencia.

nido); los módulos simbólicos crean las

ten procesos de codificación que permiten

palabras (memoria léxica) y las imágenes

transformar el contenido de una memoria

La memorización de imágenes no desarrolla la memoria

(memoria gráfica); y por último, el nivel

en otra (como el código verbal de imáge-

más abstracto, el conceptual, compuesto

nes), pero, en general, una cierta cantidad

Las consolas que supuestamente mejoran

por la memoria de los significados o de

de información se pierde.

las capacidades cognitivas plantean un

la semántica.

Memorias distintas

aprendizaje «todo en uno». Es decir, pro-

La impermeabilidad relativa de estos

ponen un soporte de ejercicios específicos

módulos explica los pocos resultados ob-

El segundo error de este tipo de programas

para aumentar las capacidades de memoria

tenidos con los métodos de entrenamiento

digitales consiste en considerar que memo-

y de razonamiento, medidas estas bajo el

«todo en uno». Si usted se entrena para

rizar las letras ayuda a retener los textos.

baremo de «edad cerebral»: cuanto mejo-

aprender formas visuales (memoria vi-

Se ha constatado al medir la eficacia de las

res sean la memoria y la capacidad de ra-

sual de formas), no aprenderá mejor los

consolas de entrenamiento cerebral que

zonamiento de un individuo, más joven es

poemas o los nombres propios (memoria

los test de memoria propuestos no con-

su cerebro. Ahora bien, desde el punto de

léxica).

llevan ninguna mejora en las pruebas de

vista del funcionamiento mental, tal afir-

Estudios más precisos muestran que las

mación es errónea [véase «Entrenamiento

memorias visuales, utilizadas a menudo en

Tal afirmación ya se conocía desde hace

cerebral: una farsa intelectual», de Sonia

los juegos o programas de estimulación,

tiempo. En 1917, el psicólogo Homer Reed

memorización de textos.

llevó a cabo un experimento en el que pedía a los estudiantes que aprendieran

¿Qué es la edad cerebral?

Atrás

Leer

16 versos de poesía, 10 líneas de prosa, 70 palabras en latín (más las equivalentes en inglés) y, para terminar, 24 figuras

¡Bien! Ya podemos comenzar el entrenamiento.

sin significado. Más tarde, se separó a los probandos en dos grupos. Los del primer grupo dedicaron entre 30 minutos y una hora al día durante 15 días para aprender

FAMILIARIZACIÓN, NO ENTRENAMIENTO El videojuego del Dr. Kawashima promete © RYUTA KAWASHIMA

rejuvenecer la edad del cerebro. Sin embargo, la mejora en la ejecución de las pruebas digitales se debe más a la familiarización con el uso del aparato que al incremento de la memoria y, aún menos, de la inteligencia.

36

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Los métodos utópicos frente a la realidad El Programa de Enriquecimiento Instrumental (PEI), del pe-

que consistía en planificar un itinerario de reparto en función de

dagogo israelita Reuven Feuerstein, fue uno de los métodos de

siete órdenes de pedido.

desarrollo mental más populares en los años setenta del pasado

Al cabo del experimento se comprobó que el método PEI tenía

siglo. Even Loarer y sus colaboradores, psicólogos del Conservatorio

efectos muy ligeros (un máximo del 15 por ciento), resultado debido,

Nacional de Artes y Oficios y de la Asociación para la formación

en su mayor parte, al hecho de tener una actividad: el grupo control

profesional de adultos, realizaron un experimento con el fin de

obtuvo unos logros entre un 5 y un 20 por ciento. Para el test de

evaluar su eficacia.

flexibilidad verbal, la progresión más importante la lograron los pro-

En el estudio, un grupo experimental se formaba con el método del programa que consiste en entrenarse con diversos ejerci-

bandos que seguían la formación informática, con una progresión de hasta un 23 por ciento.

cios de razonamiento y de abstracción, mientras que otro grupo

En suma, los resultados fueron modestos, incluso inexistentes, como

seguía una simple formación en informática. Los estudiantes

lo demuestra un seguimiento realizado durante dos años. De los estu-

del grupo experimental realizaron 100 horas de entrenamiento

diantes que finalizaron su formación, un 75 por ciento del grupo que

con el programa dentro del tiempo total de las prácticas. Se

continuó con el programa PEI aprobó su examen de fin de prácticas,

realizó un test antes y después de la formación para medir su

mientras que en el grupo de informática fueron un 80 por ciento los

progresión.

estudiantes que lo lograron. Con todo, el estudio objetivo e indepen-

Los test se componían de pruebas de razonamiento, de aptitud verbal y espacial, así como de una prueba de inteligencia práctica

diente no revela resultados concluyentes sobre la efectividad del célebre método de «entrenamiento del razonamiento».

listas de 12 sílabas sin significado («reb»,

se con el ejercicio. Se trata del efecto del

supone que los pequeños ejercicios que

«lab», «gem», etcétera). Los otros partici-

calentamiento (como bien saben los de-

propone la consola (calcular multiplica-

pantes no desarrollaron ningún ejercicio

portistas), ya demostrado en numerosos

ciones o conectar letras con números) de-

en especial. Al final, todos se sometieron a

estudios sobre la memoria.

sarrollan la agilidad mental y mejoran las

Tal fenómeno sucede cuando se sigue el

capacidades de razonamiento, tal método

programa de Kawashima o se juega a cual-

se basa en un postulado rechazado en la

Los resultados no mostraron ninguna

quier videojuego. En general, la primera

actualidad, a saber, que la inteligencia

progresión en la capacidad de los estu-

vez que se prueba, el resultado roza o es

puede educarse mediante la realización

diantes del primer grupo para memorizar

un desastre, puesto que no se ha entendi-

de ciertos ejercicios. Dicho supuesto surge

frases, fuesen en prosa o en verso, pero sí

do todavía bien lo que debe realizarse. Por

del decenio de los sesenta, tiempo en el

un efecto negativo en el aprendizaje de

el contrario, a partir del segundo o tercer

que se consideraba que la memoria de-

frases en latín. La única repercusión po-

intento, los progresos son evidentes. ¿Se

sempeñaba un papel secundario en la in-

sitiva e inesperada apareció en relación

trata del efecto del método Kawashima?

teligencia (salvo en Estados Unidos, don-

al aprendizaje de figuras sin significado,

No, claro que no, es el de la familiarización

de el conductismo valorizó con fuerza el

con una progresión neta del 40 por ciento

y del calentamiento.

aprendizaje). Así, según la expresión del

cuatro pruebas en las que debían recordar nuevas palabras, textos o figuras.

De hecho, el rendimiento todavía va a

psicólogo suizo Jean Piaget, la memoria

peor si no se está familiarizado con los

se hallaba subordinada a las estructuras

Se sabe por otros estudios que el apren-

videojuegos: un principiante adulto rabia

de la inteligencia. En tal esfera teórica,

dizaje de sílabas sin significado requiere

al ver como un niño de ocho años que

diversos autores han propuesto herra-

estrategias de organización (unir una sílaba

juega por primera vez logra un mejor

mientas dirigidas a desarrollar las capa-

a una palabra conocida, por ejemplo «lab»

resultado. Aquí se observa de nuevo una

cidades intelectuales bajo el nombre de

a «laboratorio», «gem» a «gema»). Puede

falta de familiarización, esta vez con todo

«educabilidad cognitiva». Dicho en otros

suponerse que el entrenamiento permitió

el entorno del mundo de las consolas.

términos, se suponía que la inteligencia

a los estudiantes elaborar estrategias para

Aprender su uso constituye un ejercicio

podía educarse.

las formas visuales (relacionar imágenes o

de memoria en sí mismo. De hecho, tan

Las teorías que consideraban la inteli-

dibujos familiares). No obstante, todavía

solo en ese ejercicio es en el que el indi-

gencia en el sentido estricto de razona-

queda por explicar la ligera progresión (20

viduo progresa.

miento fueron la base de los ejercicios

frente al 20 por ciento de los estudiantes que no se entrenaron.

destinados al desarrollo de este último (por

por ciento) de los estudiantes que no se be-

ejemplo, los «talleres de razonamiento ló-

hace pensar que no es el entrenamiento

La inteligencia no se educa con juegos

el factor clave, sino la familiarización. En

Para terminar, la inteligencia no se edu-

nidos con dichos planteamientos fueron

efecto, el primer test permite familiarizar-

ca con un artilugio. A pesar de que se

modestos, tal y como resumió el psicólogo

neficiaron de ningún entrenamiento. Ello

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

gico»). Los resultados —si los hay— obte-

37

Jean-Claude Coulet en su síntesis de nume-

na en las capacidades de razonamiento en

rosas evaluaciones.

situaciones concretas.

Uno de los métodos más conocidos de

En resumen, a pesar de las innovaciones,

esa época fue el Programa de enriqueci-

la realidad demuestra que, para educar el ra-

miento instrumental del pedagogo Reu-

zonamiento, la mejor solución es estudiar, ya

ven Feuerstein. Su método fue el objeto de

sean ciencias, matemáticas, metodología...

una evaluación completa desarrollada por el psicólogo Even Loarer y sus colaborado-

Alain Lieury Antiguo director del Laboratorio de psicología experimental Universidad de Rennes 2

res, del Conservatorio Nacional de Artes y Oficios. El estudio llegó a la conclusión de que el método no ejerce influencia algu-

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA PEUT-ON ÉDUQUER L’INTELLIGENCE?

E. Loarer et al.. Peter Lang, Berna, 1995. ÉDUQUER L’INTELLIGENCE. J.-Cl. Coulet.

Colección Topos, Dunod, 1999. MAIS OÙ EST DONC MA MÉMOIRE.

A. Lieury. Dunod, 2005.

NEUROBIOLOGÍA

EL CEREBRO ÉTICO ANTE EL DILEMA Cómo registra nuestro encéfalo el principio de no hacer a los demás lo que no queremos que nos hagan a nosotros mismos NATALIA LÓPEZ MORATALLA Y ENRIQUE SUEIRO VILLAFRANCA

U  

n tren avanza ante sus ojos. De conti-

La disyuntiva forma parte de un total

de cambio, con lo que desviarán la locomo-

nuar su marcha, arrollará a cinco ope-

de 60 dilemas planteados en diversos es-

tora a una vía en la que se halla un solo

rarios que trabajan en la vía. ¿Empujaría a

tudios publicados en revistas como Scien-

individuo. Tal acción causará de modo in-

alguien para que el tren le atropellara y sal-

ce o Nature y que resumimos en un vídeo

directo un posible daño, pero evitará de

var así la vida de las cinco personas situadas

(imágenes) dentro de la serie divulgativa

manera directa uno mayor. La mayoría de

algo más allá? Aquellos probandos que res-

Los secretos de tu cerebro. El objetivo de

los voluntarios opta por el «sí», es decir,

ponden con un «no» al dilema, tardan cinco

dichos estudios es investigar los circuitos

por mover las agujas. En este caso, los par-

segundos en tomar dicha decisión, con un

neuronales que procesan decisiones límite

ticipantes tardan dos segundos más en de-

profundo sentimiento de rechazo a dañar.

con vidas humanas en juego.

cidir su acción, tanto si es un «sí» como si

De hecho, las técnicas de imagen funcional

Siguiente prueba. Se plantea a los pro-

contestan un «no». A través de la imagen

cerebral detectan una activación intensa en

bandos impedir que el tren arrolle a los

funcional se observa una fuerte activación

áreas que procesan las emociones.

cinco trabajadores si manipulan las agujas

de las áreas que desempeñan las funciones

¿SÍ O NO? Se tardan cinco segundos en decidir no empujar a la persona a la vía

ILUSTRACIONES CORTESÍA DE LOS AUTORES

para detener el tren que atropellaría a los cinco operarios.

38

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

¿UNO O CINCO? Se necesitan siete segundos para decidir mover o no el cambio de agujas a fin de que el tren se desvíe hacia la vía donde solo se halla una persona o mantenga su trayectoria en dirección a cinco ocupantes de la vía. de control mental, en concreto, las de la

núcleo accumbens y las áreas tegmentales

cercanas resultan o se hallan las personas,

memoria de trabajo, que detienen la in-

ventrales, envía sus señales a través de la

actúan como si de pesas de una balanza

formación emocional durante los dos se-

dopamina, anticipando las posibles recom-

que empujan más a un lado que a otro

gundos requeridos para analizar la relación

pensas. La amígdala comunica con la corte-

se tratara, mas no determinan la decisión.

coste y beneficio.

za, en concreto con la región orbitofrontal

El segundo paso, que analiza y valora

¿Cómo utilizamos la capacidad universal

(capaz de frenar los impulsos automáticos),

la respuesta respecto a las convicciones

y humana de juzgar las acciones como bue-

a fin de decidir de acuerdo con los valores y

personales, resulta más lento. El área

nas o malas? En los experimentos aparecen

las normas que cada uno asume libremen-

frontal lateral calcula las ventajas y los

tres tipos de inteligencia mediante los que

te. Las emociones, más intensas cuanto más

inconvenientes. De alguna manera po-

el ser humano conoce y que, salvo patologías, aparecen conectados y armonizados entre sí. En primer lugar, el pensamiento consciente, analítico, sistemático, impersonal y

Región lateral ateral

lento permite una reflexión, incluso breve, que mueve o no a la persona a ofrecer una ayuda solidaria a víctimas desconocidas. En segundo lugar, aparecen las emocio-

Región polar

Respuesta

nes procesadas de forma global, personal y rápida: nos sentimos urgidos ipso facto a socorrer a alguien en grave peligro. Y por último, la intuición, un conocimiento inconsciente que genera las emociones.

Guía emocional innata

Corteza órbitofrontal Amígdala

A nivel neurobiológico, el primer paso con-

Hipotálamo

siste en la generación de la emoción en estructuras del sistema límbico, sobre todo,

ENTRE LA EMOCIÓN Y LA RACIONALIDAD

en la amígdala cerebral: el hipotálamo li-

Diversas áreas del cerebro intervienen en la toma de decisiones: mientras el sistema límbico

bera neurotransmisores y participa con la

(amígdala cerebral e hipotálamo) procesa las emociones (flecha verde), la corteza frontal (re-

amígdala en evaluar el significado biológi-

gión orbitofrontal) es capaz de frenarlas (rosa). Las neuronas de la región lateral y la polar se

co (positivo o negativo) de la información

frenan entre sí (rosa), sopesando la información contextual y las expectativas de recompensa,

recibida. El sistema de recompensa, con el

hasta llegar a una respuesta cognitivo emocional.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

39

demos hablar del cerebro ético como un

personas, prima el utilitarismo sobre otros

atajo emocional ante dilemas. Supone un

valores.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

llo que está bien y lo que no; una guía

Triángulo de neuronas

THE NEURAL BASES OF COGNITIVE CON-

natural emocional que no determina la

La clave de por qué podemos analizar y

FLICT AND CONTROL IN MORAL JUDG-

conducta.

decidir sin estar sometidos por las emocio-

MENT. J. D. Greene en Neuron, vol. 44,

En el estudio con personas con daño en

nes o los sentimientos radica en la capaci-

págs. 389-400, 2004.

el lóbulo frontal de ambos hemisferios (es-

dad de frenar la información que llega a

tructura que conecta lo emotivo y lo ana-

la corteza frontal desde el procesador de

DAMAGE TO THE PREFRONTAL CORTEX IN-

lítico) se ha observado que dichos sujetos

las emociones. Un triángulo de neuronas

CREASES UTILITARIAN MORAL JUDGMENTS.

deciden en cinco segundos empujar a la vía

del lóbulo frontal ejerce dicha labor.

M. Koenigs et al. en Nature, vol. 446.

conocimiento intuitivo que indica aque-

a una persona para salvar a las otras cinco.

Las neuronas de la corteza orbitofrontal

La lesión les priva de la guía innata que

frenan el flujo de información de la amíg-

supone la alerta emocional en la toma de

dala, procesan las expectativas e imaginan

las decisiones: la alarma de la repugnancia

el futuro. A continuación, las opciones en

ENGAGEMENT IN MORAL JUDGMENT.

a dañar les deja imperturbables. Sin em-

las que se detecta expectativa de recom-

J. D. Greene en Science, vol. 293,

bargo, razonan.

pensa se almacenan en el polo anterior.

págs. 2105-2108, 2001.

págs. 908-911, 2007. AN FMRI INVESTIGATION OF EMOTIONAL

También se ha analizado el comporta-

Las neuronas de la región polar y la lateral

miento en personas utilitaristas, entrena-

se frenan entre sí. La lateral contextualiza

FUNTIONAL NETWORKS IN EMOTIONAL

das en el cálculo riesgo/beneficio como

la situación y obtiene un resultado, que

MORAL AND NONMORAL SOCIAL JUDG-

norma de conducta. Resuelven en el mis-

es la respuesta final cognitiva-emocional.

MENTS. J. Moll en NeuroImage, vol.16,

mo tiempo (siete segundos) «sí» empujar

El «párate y piensa» necesario para deci-

a un individuo a la vía y «sí» accionar las

dir en una situación de gran tensión emo-

agujas. En la primera afirmación, nece-

cional nos aporta el componente analítico

LA BÚSQUEDA EN EL CEREBRO DE LA

sitan dos segundos más para que el sis-

propio de la racionalidad humana.

DOTACIÓN ÉTICA INNATA Y UNIVERSAL.

tema analítico se imponga a la emoción

págs. 696-703, 2002.

N. López Moratalla en Acta Philoso-

natural de rechazo a ocasionar un daño

Natalia López Moratalla Departamento de bioquímica y biología molecular Enrique Sueiro Villafranca &GRCTVCOGPVQFGEQOWPKECEKÏPEKGPVÉƂEC Universidad de Navarra

directo. Las jerarquías de valores no se hallan determinadas de forma biológica y difieren de unas culturas a otras, aunque no son equivalentes. En el caso de estas

phica, vol. 19, págs. 297-310, 2010. El vídeo completo en: www.lossecretosdetucerebro.com/videos

PSICOBIOLOGÍA

RITMOS BIOLÓGICOS Y PERSONALIDAD Personas matutinas, vespertinas e intermedias. Los humanos presentan diferencias individuales en los ritmos circadianos, rasgo que influye en su manera de ser ANNA MURO, MONTSERRAT GOMÀ Y ANA ADAN

A  

lo largo de la evolución, todos los or-

a otras áreas de cerebro, se halla genética-

día aproximadamente y permiten la adap-

ganismos vivos han desarrollado un

mente programado. Su función consiste en

tación del organismo al ciclo día y noche

sistema biológico específico para adaptar-

sincronizar el organismo con los ciclos diarios

producido por el movimiento de rotación

se a las características rítmicas y cíclicas del

de luz y temperatura, a semejanza de un

de la Tierra alrededor del Sol. En el mundo

planeta Tierra. En mamíferos, este sistema

director de orquesta que dirige y coordina

animal se encuentran especies nocturnas

se encuentra regulado por el núcleo supra-

los cambios de ritmo de los músicos.

o activas durante la noche (el búho o el

quiasmático del hipotálamo, el cual recibe

Aunque existen multitud de tipos de

murciélago, entre otros) y animales diur-

información de la retina y del resto de los ór-

ritmos biológicos (anuales, mensuales, et-

nos o activos durante el día (como el gallo

ganos sensoriales marcando ritmos de acti-

cétera), los más estudiados son los ritmos

o las ardillas). También existen animales

vidad fisiológica y de conducta. Este «reloj»

circadianos, término que proviene del latín

crepusculares, es decir, activos durante el

multicelular, que libera en los humanos al

«circa» (cerca) y «dies» (día). Se trata de rit-

atardecer y el amanecer (caso del ciervo de

menos nueve hormonas y proyecta señales

mos biológicos que duran un período de un

cola blanca). Los humanos, aun siendo en

40

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

petuosas, conservadoras y convencionales;

individuales en la expresión de los ritmos

también suelen gozar de lógica y sentido

circadianos: el abanico incluye desde indi-

común, así como de un estilo cognitivo más

viduos matutinos, pasando por intermedios

analítico. En cambio, las gentes vespertinas

hasta vespertinos. Los primeros se levantan

presentan una personalidad más «lunar»:

y activan muy temprano por la mañana y

tienden a ser más soñadoras, creativas, re-

se acuestan poco después de anochecer;

beldes y aventureras; les gusta lo abstracto

los vespertinos, en cambio, se despiertan

y simbólico, asimilan la información por los

y van a dormir tarde (pasada la mediano-

sentidos y tienen un estilo cognitivo glo-

SEGÚN LA PERSONA

che), y los intermedios no presentan ten-

bal e intuitivo. Un estudio con un modelo

Pese a que, por lo general, el ser humano es

dencias extremas: acostumbran levantarse

biológico de la personalidad ha confirma-

diurno, presenta diferencias individuales

después que los individuos matutinos, pero

do que los sujetos matutinos resultan más

y de género en los ritmos circadianos.

se acuestan antes que los vespertinos.

activos que los vespertinos. Al parecer,

© DREAMSTIME / DARISPB

su mayoría diurnos, muestran diferencias

Tales variaciones en el comportamien-

los niveles de ansiedad y neuroticismo

to responden a diferencias rítmicas en la

variaban también en función del género:

circadianos resulta necesaria para conocer

secreción diurna de cortisol y la secreción

los hombres matutinos tendían a ser más

mejor sus implicaciones en el desarrollo

nocturna de melatonina (la hormona de

ansiosos que los intermedios y los vesper-

psicológico normal y patológico del indi-

la oscuridad, liberada solo en ausencia de

tinos; en las mujeres, en cambio, sucedía

viduo, así como para establecer nuevas

señales lumínicas). A pesar de que los rit-

lo contrario, puesto que las intermedias

hipótesis sobre las consecuencias cíclicas

mos circadianos son endógenos, en ausen-

obtuvieron puntuaciones más altas que

de los movimientos de la Tierra en la con-

cia diaria de una señal lumínica potente (la

aquellas matutinas y que las vespertinas.

figuración estructural de la personalidad

luz solar) pueden alargarse entre 25 y 33

La importancia del estudio radica en que

humana. La exposición a la luz solar o el

horas, provocando un desequilibrio fisioló-

es la primera vez que se utiliza un modelo

diseño de horarios académicos y laborales

gico general en el organismo que a su vez

de personalidad con fundamentos genéti-

acordes con nuestra personalidad y nuestra

puede originar problemas de adaptación y

cos en una investigación sobre los ritmos

activación biológica natural garantizarían

de salud, ya sean físicos o psíquicos.

circadianos. Se trata de un modelo teórico

una mejor calidad de vida, además de un

completo, ya que no solo clasifica y predice

desarrollo psicológico más saludable.

Los matutinos, más activos

la personalidad humana, sino que también

Debido a la función central que ejerce el

explica su origen y desarrollo en términos

hipotálamo en el sustrato biológico de

de adaptación biológica a las exigencias

la personalidad, estudios científicos han

evolutivas del entorno.

investigado su relación con los ritmos cir-

La ampliación de datos sobre las bases

cadianos. En relación a las personas matu-

biológicas de la personalidad a través de

tinas se sugiere que son más discretas, res-

los mecanismos subyacentes de los ritmos

Luz y temperatura

Fisiología Conducta

Anna Muro y Montserrat Gomà Depto. de psicología de la salud Universidad Autónoma de Barcelona Ana Adan Depto. de psicobiología Universidad de Barcelona

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA MOOD RHYTHMICITY AND INDIVIDUAL DIFFERENCES. A. Adan en Causes, role and

influence of mood states, dirigido por A. V. Clark, págs. 33-56. Nova Biomedical Books. Nova Science Publishers, Inc., Nueva York, 2005. CRONOBIOLOGÍA BÁSICA Y CLÍNICA.

SIGANIM / EMDE-GRAFIK (cerebro)

J. A. Madrid y M. A. Rol de Lama. Núcleo supraquiasmático del hipotálamo

Editec@Red, Madrid, 2007. MORNINGNESS-EVENINGNESS, GENDER AND THE ALTERNATIVE FIVE FACTOR MODEL OF

RELOJ MULTICELULAR

PERSONALITY. A. Muro, M. Gomà i Freixa-

El núcleo supraquiasmático del hipotálamo, que recibe información de la retina y

net y A. Adan en Chronobiology Interna-

otros órganos sensoriales, regula los ritmos de actividad fisiológica y de conducta.

tional, vol. 26, págs. 1235-1248, 2009.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

41

La felicidad en el trabajo ¿Existe la felicidad en el trabajo? ¿Qué nos lleva a alcanzarla? ¿Por qué algunas personas son incapaces de conseguirla? Un área de investigación psicológica incipiente ayuda a reconocer los factores clave para lograr ser felices en el ámbito laboral ALFREDO RODRÍGUEZ MUÑOZ Y ANA ISABEL SANZ VERGEL

F

RESUMEN

Felices en el trabajo

1

Las emociones positivas se contagian

de forma rápida. Los equipos de trabajo que experimentan más emociones positivas, como la felicidad, colaboran más y mejoran su rendimiento laboral.

2

El humor incide de forma directa en la

comunicación y cohesión de los empleados, así como en su satisfacción personal, la productividad y la creatividad.

3

Los mecanismos que conducen a la

insatisfacción en el trabajo no coinciden con los que aportan felicidad y bienestar al empleado.

42

elicidad y trabajo, ¿dos conceptos antagónicos? Según se sabe, Cristóbal Colón afirmó en su día: «Encuentra la felicidad en el trabajo o nunca serás feliz». Sin entrar a valorar tal aserción, parece claro que los conceptos de felicidad y trabajo no son antagónicos; incluso pueden estar relacionados. El interés por la felicidad no es reciente. Desde la filosofía, Platón y Aristóteles ya se preguntaban qué es ser feliz. Para dar con la respuesta analizaron las formas en las que las personas buscaban la felicidad. En las últimas décadas, este tema ha recobrado importancia a raíz de los trabajos de los psicólogos Martin E. P. Seligman, de la Universidad de Pensilvania, y Mihály Csikszentmihalyi, de la Universidad de Claremont, sobre psicología positiva. El nuevo ámbito de estudio supone observar al ser humano, no solo desde la enfermedad, sino también desde la felicidad y el optimismo. Si aplicamos la psicología positiva al ámbito de las organizaciones, se necesita considerar las dificultades del trabajador, pero sobre todo sus fortalezas, además de analizar qué pueden realizar empresa y empleado para alcanzar el bienestar en el trabajo. No obstante, dentro del ámbito laboral, el término de felicidad como tal no ha sido definido. En general, los investigadores han optado por seguir una visión hedónica o eudaimónica para guiar sus estudios. La visión hedonista se centra en estados emocionales subjetivos (la felicidad, la satisfacción o el placer), mientras que la tradición eudaimónica focaliza su estudio en los talentos y los potenciales de la persona. En este sentido, la búsqueda del potencial y la actualización de las

habilidades personales pueden dar un sentido a la vida. Entonces ¿qué es la felicidad? ¿Consiste en estar alegre más a menudo, o en tener un propósito en la vida y sentir que puedes desarrollarte? En un artículo publicado en 2008 en Journal of Positive Psychology, Todd Kashdan, de la Universidad de George Mason, y sus colaboradores explican que ambas perspectivas deben complementarse, evitando tales distinciones artificiales y de dudosa utilidad. De hecho, el bienestar hedónico y el eudaimónico constituyen mecanismos psicológicos que operan de manera conjunta. Esta afirmación resulta lógica en la vida cotidiana laboral: se trata de tener un afecto positivo, sentir la posibilidad de desarrollarse y de pensar que la actividad tiene un propósito. Para estudiar la felicidad en el ámbito de las organizaciones se han manejado una amplia variedad de conceptos. La distinción que propone la psicóloga Cynthia D. Fisher, de la Universidad de Bond, resulta de utilidad para delimitar los conceptos que se han empleado con mayor frecuencia. En los últimos años van adquiriendo relevancia términos como «próspero» (thriving) o «pasión armoniosa» (harmonious passion), unos conceptos que con toda probabilidad comenzaremos a escuchar más a menudo en este campo de investigación. Dichos términos presentan un denominador común: la persona mantiene una visión positiva hacia su trabajo. Por una razón u otra se siente bien desarrollando su actividad. ¿Por qué surge ese sentimiento positivo? ¿Cómo podemos fomentarlo? ¿Por qué algunos trabajadores no consiguen la felicidad? A continuación trataremos de dar respuesta a tales cuestiones.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

El contagio de emociones positivas Las emociones se contagian. Es uno de los hallazgos de la psicología que más han trascendido la opinión pública [véase «Juntos somos diferentes», por Nikolas Westerhoff; MENTE Y CEREBRO n.o 48]. A lo largo de nuestra vida, de una forma u otra, todos hemos experimentado esa conexión emocional con otra persona o grupo. De hecho, en el lenguaje cotidiano acostumbramos usar términos relacionados con ello («risa contagiosa», por ejemplo). En concreto, el contagio emocional se refiere al proceso mediante el cual sentimos e interiorizamos emociones similares a las que observamos en otra persona. El fenómeno se produce de diversas maneras. Por un lado, existe la tendencia humana a sincronizarse e imitar las expresiones faciales, los movimientos y las posturas de aquellos con quienes se interactúa. Por otro, las personas pueden copiar

aspectos como el lenguaje, el tono de voz e incluso experimentar el mismo estado afectivo [véase «Camaleones sociales», por Arnd Florack y Oliver Genschow; MENTE Y CEREBRO n.o 48]. Se trata, en general, de un proceso rápido y del que en ocasiones no somos plenamente conscientes. Tal y como señala Cacioppo, «las emociones viajan de persona a persona como si se tratase de un virus». Existen diversas explicaciones sobre el fenómeno aunque, debido al avance de las neurociencias, una destaca sobre el resto: la transmisión de las emociones de una persona a otra se encuentra en estrecha relación con las neuronas espejo (un grupo de células nerviosas capaces de activarse cuando desarrollamos una acción o cuando vemos que la realizan otras personas). Por tanto, las neuronas espejo constituirían el mecanismo neuronal que explica la propagación de emociones entre individuos. SILBANDO A TRABAJAR La felicidad de los empleados puede mitigar las situaciones negativas en las organizaciones.

© ISTOCKPHOTO / MINIMIL

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

43

Conceptos básicos En los últimos años, la psicología positiva focaliza su atención en el bienestar y la felicidad de las personas en el ámbito laboral. Algunos de los términos más empleados en este campo de investigación son: Satisfacción

Estado emocional positivo que resulta de la evaluación que la persona hace sobre sus experiencias en el trabajo. (Locke, 1976)

Compromiso

Grado en que la persona se identifica con los objetivos y los valores de su organización, y siente

organizacional

que desea continuar formando parte de la misma. (Mowday et al., 1979)

Implicación

Sentimiento de compromiso con el trabajo; la persona considera este como parte central de su identidad y su autoestima. (Brown, 1996)

Vinculación

Estado de ánimo positivo caracterizado por vigor (altos niveles de energía y resiliencia mental

(engagement)

en el trabajo), dedicación (estar implicado en la actividad profesional, tomándola con entusiasmo y como un reto) y absorción (sensación de que el tiempo pasa rápido mientras se trabaja). (Bakker y Demerouti, 2008)

Flujo (flow)

Sensación de estar inmerso el trabajo, divirtiéndose con el mismo. Se caracteriza por un elevado afecto positivo y la percepción de estar aprendiendo y desarrollándose. (Csikszentmihalyi, 1990)

Afecto

Amplia gama de respuestas afectivas ante el trabajo surgidas de la combinación entre el grado de placer y activación que genera el mismo. (Van Katwyk et al., 2000)

Próspero (thriving)

Combinación entre la perspectiva hedónica y eudaimónica: sentimientos de vitalidad y energía, junto con la creencia de crecer y desarrollarse a través del trabajo. (Spreitzer et al., 2005)

Pasión armoniosa

Identificación con la actividad que se desempeña, en armonía con otros aspectos de la vida. La persona siente que le gusta lo que hace y elige invertir tiempo y energía en ello sin que afecte a otras áreas. (Varelland et al., 2003) Fuente: Basado en Fisher (2010)

«Ríe y el mundo reirá contigo» Refranero popular

44

La mayoría de las investigaciones en torno al contagio emocional en las organizaciones casi siempre han ido acompañadas de resultados que apoyan la utilidad de la expresión de emociones positivas. La psicóloga Sigal Barsade, de la Universidad de Pensilvania y una de las expertas más destacadas en este ámbito, se refiere al proceso del contagio emocional como «el efecto dominó». Afirma que las emociones positivas son un potente elicitador de resultados positivos en los equipos de trabajo. Mediante varios diseños experimentales puso a prueba su hipótesis. Más allá de resultados concretos, interesan dos aspectos principales: en primer lugar, que las emociones positivas se contagiaban de forma rápida entre los miembros del grupo; en segundo lugar y más importante si cabe, que aquellos equipos de trabajo que experimentaban más emociones positivas presentaban un mayor número de conductas de cooperación y mejor rendimiento laboral. De modo similar, otras investigaciones han puesto de manifiesto que la exposición ante una persona que muestra emociones positivas

puede producir cambios en el estado emocional del observador. En 1985 Gregory J. McHugo, de la Universidad Dartmouth, y sus colaboradores hallaron que al mostrar imágenes de personas sonriendo se producían cambios en las expresiones faciales, las emociones y la respuesta fisiológica de quienes las observaban. Una de las situaciones emocionales que más poder de contagio posee es la relacionada con el sentido del humor. Se ha comprobado que el uso del humor por parte de los trabajadores incide de forma directa en la comunicación y cohesión de los equipos de trabajo, así como en la satisfacción, la productividad y la creatividad. Del mismo modo, se ha observado que el humor es un potente amortiguador de las situaciones estresantes. En un estudio llevado a cabo por el equipo de los autores y sus colaboradores en 2010 se encontró que la utilización de estilos de humor positivos en el trabajo (caso del humor afiliativo) reducía el impacto que las conductas de acoso psicológico producían sobre la salud. Teniendo en cuenta la capacidad de contagio de las emociones positivas, una de sus aplicacioMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

¿Qué nos aleja de la felicidad en el trabajo? Jessica Pryce-Jones, autora del libro Happiness at work («La felicidad en el trabajo»), estima que los empleados pasan, como media, alrededor de 90.000 horas en el entorno laboral a lo largo de su vida. La cifra por sí sola despierta la urgencia de buscar la felicidad en el puesto laboral. Dentro de la psicología de las organizaciones existe una teoría que ayuda a entender que los factores que llevan a la felicidad en el trabajo no son necesariamente los mismos que nos alejan de ella. En su ya clásica «teoría bifactorial», el psicólogo Frederick Irving Herzberg (1923-2000) diferencia entre los factores de higiene asociados con la insatisfacción (el salario o las condiciones de trabajo, por ejemplo) y los factores motivacionales relacionados con la satisfacción y la felicidad en el ámbito laboral (el reconocimiento o el grado de autonomía en la empresa, entre otros). Según Herzberg, resulta necesario que exista un equilibrio entre ambos tipos de factores. Si una persona trabaja en unas condiciones laborales inadecuadas (un calor excesivo, pongamos por caso), se sentirá a disgusto con su trabajo, mas si esas condiciones mejoran, ello no asegura su bienestar ni que se sienta satisfecho. Dicho de otra manera, la única forma de que los empleados alcancen la felicidad es mediante el desarrollo de elementos motivadores que MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

© ISTOCKPHOTO / ALDEGONDE LE COMPTE

nes más directas en el ámbito laboral consiste en la gestión de las emociones en las organizaciones. De este modo, es importante facilitar la expresión de emociones positivas en el trabajo para favorecer procesos de contagio emocional al resto de los empleados. A este respecto, destaca el papel que desempeñan los líderes, cuya capacidad para contagiar emociones resulta mucho mayor, en especial aquellos que destacan por su carisma. Se sabe que las personas carismáticas son más dadas a propagar emociones positivas por ser más expresivos emocionalmente y poseer un vocabulario emocional más variado. En un estudio de 2001 llevado a cabo por Paul D. Cherulnik y sus colaboradores de la Universidad de Oklahoma, se halló que los seguidores imitaban las expresiones faciales de su líder (sonreír con frecuencia, por ejemplo) tan solo cuando este último era carismático. Es decir, parece que el estado afectivo de un directivo se transfiere al equipo de trabajo; en consecuencia resulta lógico proponer la expresión y propagación de emociones positivas como estrategia hacia la felicidad en el ámbito laboral.

aumenten su satisfacción en el puesto laboral, no a través de la supresión de los factores de insatisfacción. Tal enfoque pone en entredicho la extendida creencia de que el dinero da la felicidad. El hecho de que una persona cuente con un salario muy alto no implica de forma necesaria que sea feliz, aunque el obtener un sueldo insuficiente sí es un camino directo hacia la infelicidad. Al parecer, el ser humano se habitúa con rapidez a los ingresos elevados, lo que aumenta en consecuencia sus aspiraciones. Por tanto, el salario es sin duda uno de los factores más importantes a la hora de alejarnos de la felicidad. De acuerdo con un estudio llevado a cabo en 2007 por la consultora británica Chiumento, entre los factores que nos apartan de la felicidad en el trabajo se encuentran la falta de comunicación con la supervisión, un salario poco competitivo, unas condiciones de trabajo inapropiadas, la ausencia de recompensas y beneficios, y un liderazgo poco eficaz. Con todo, uno de los factores más presentes en las organizaciones pero que más nos aleja de la felicidad es la sobrecarga de trabajo. Cuando las personas deben emplear un elevado número de horas para desempeñar todas las tareas y necesitan alargar la presencia física en el puesto laboral, el día puede hacerse interminable, de tal manera que imposibilita una conciliación adecuada con la vida personal. Según la última encuesta nacional de condiciones de trabajo realizada por el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo en 2007 entre más de 11.000 empleados, la media de horas trabajadas por semana es de 39,89 horas; además, casi un tercio de los encuestados afir-

HASTA LOS TOPES Uno de los factores más presentes en las organizaciones pero que más aleja a los trabajadores de sentirse felices es la sobrecarga de trabajo.

«Casi todas las personas son tan felices como se deciden a serlo» Abraham Lincoln

45

maba tener una carga temporal elevada. Comparada con la jornada media de los países de la Unión Europea, el horario laboral en España resulta más extenso. Según datos de la Comisión Europea de noviembre de 2006 y recogidos en un estudio realizado por IESE-Adecco, la jornada de trabajo española superaba a la media comunitaria en casi una hora. Las condiciones laborales son otro de los factores que pueden alejarnos de la felicidad. Tal y como plantea Herzberg en su teoría bifactorial, el ambiente de trabajo constituye una fuente de insatisfacción, aparte de los peligros que puede entrañar para la salud. En España, la encuesta nacional sobre condiciones de trabajo desarrollada en 2007 muestra que a casi el 22 por ciento de los encuestados les preocupa perder su empleo, mientras que el 10,6 por ciento señala haber sufrido en los dos últimos años algún accidente laboral que requería asistencia médica, tratamiento o primeros auxilios. En referencia al diseño del puesto, más de la mitad de las demandas de los encuestados se refieren al desarrollo de movimientos repetitivos de manos o brazos, o a mantener una misma postura durante largo

tiempo. Una iluminación y temperatura adecuadas, un buen diseño o un entorno libre de accidentes laborales son pasos necesarios, pero no suficientes, para alcanzar la felicidad en el puesto de trabajo. En resumen, resulta bastante improbable que los mecanismos que conducen a la insatisfacción en el trabajo sean los mismos que aporten la felicidad y el bienestar.

¿Cómo conseguir ser felices mientras trabajamos? El foco de interés principal de la psicología organizacional ha sido el estudio de los estresores laborales y sus consecuencias. Tal y como se ha dicho, tener un exceso de tareas o un horario que dificulta la conciliación entre la vida laboral y la personal obstaculizan la consecución de la felicidad. El día a día requiere atender a una gran variedad de demandas que no siempre podemos satisfacer. Sin embargo, dichas demandas no tienen por qué ser necesariamente negativas si disponemos de una serie de estrategias para enfrentarnos a ellas. En los últimos años han surgido nuevas líneas de investigación centradas en qué puede acometer la persona para

Organizaciones responsables Las empresas deben cumplir ciertas características con el fin de fomentar la felicidad de sus trabajadores. Tal tarea puede resultar costosa, por lo que debe partirse de una cultura organizacional flexible y de apoyo. Ello significa asumir que la persona posee una vida personal, y que, por tanto, se la debe ayudar a compaginar ambos ámbitos de la vida. Disminución

t "KVTUBSMBTUBSFBTBMUJFNQPEJTQPOJCMFFWJUBSMBTPCSFDBSHBZMBQSFTJØOUFNQPSBM

de demandas

t &TUBCMFDFSIPSBSJPTEFUSBCBKPRVFQFSNJUBODPODJMJBSMBWJEBMBCPSBMDPOMBQFSTPOBM t /PDPOTJEFSBSMBTIPSBTFYUSBDPNPQBSUFEFMIPSBSJPBMBIPSBEFQMBOJmDBSMBTUBSFBT

Promover la implicación

t $MBSJEBEFOMBEFmOJDJØOEFMBTUBSFBTZWBSJFEBEEFMBTNJTNBT

y el autodesarrollo

t "VUPOPNÓBFOMBPSHBOJ[BDJØOEFMUSBCBKP

profesional

t 1BSUJDJQBDJØOFOMBUPNBEFEFDJTJPOFT t 0QPSUVOJEBEFTEFEFTBSSPMMP t 1SPQPSDJPOBSWBMPSBDJPOFT feedback) sobre el proceso y los resultados.

Políticas de conciliación

t 'MFYJCJMJEBEUFNQPSBM IPSBSJPTnFYJCMFT 

vida laboral y personal

t 'MFYJCJMJEBEFTQBDJBM USBCBKPTFNJQSFTFODJBMPUFMFUSBCBKP  t "ZVEBTBMDVJEBEPEFEFQFOEJFOUFT HVBSEFSÓBT DFOUSPEFDVJEBEPEFBODJBOPT 

Fomento de la recuperación

t 0GFSUBSBDUJWJEBEFTRVFBZVEFOBDPNCBUJSFMFTUSÏT BDUJWJEBEFTEFPDJP EFQPSUJWBT cursos de idiomas, etcétera).

del estrés Formación

t 1SPQPSDJPOBSJOGPSNBDJØOZGPSNBDJØOTPCSFEJWFSTBTÈSFBTRVFBZVEFOBHFTUJPOBSMBT EFNBOEBTZBQPUFODJBSMPTSFDVSTPTQFSTPOBMFT0GFSUBSDVSTPTTPCSFHFTUJØOEFMUJFNQP de trabajo, manejo y gestión del estrés y competencia emocional.

46

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Diez claves para alcanzar la felicidad en el trabajo 1 Establecer relaciones interpersonales positivas. 2 Desarrollar cierto grado de control y autonomía. 3 Contar con el apoyo y la consideración de los supervisores. 4 Tener oportunidades de ocio y recuperación. 5 0CUFOFSSFDPOPDJNJFOUPEFMPTMPHSPTPCUFOJEPT 6 Tener una carga de trabajo manejable y con objetivos definidos. 7 Lograr un equilibrio entre la vida laboral y la personal. 8 Ser proactivo en el ajuste al puesto de trabajo. 9 Encargarse de tareas variadas y contar con oportunidades para el desarrollo. 10 Utilizar el sentido del humor y expresar emociones positivas.

© MORGUEFILE / GRAFIXAR

mejorar su bienestar en el ámbito laboral. Entre las estrategias más destacadas se encuentran el rediseño del puesto de trabajo (job crafting) y las oportunidades para recuperarse del estrés (recovery). Autores como Justin Berg, de la Universidad de Michigan, señalan que desde el estudio clásico de Hackman y Oldham parecía que el rediseño del puesto de trabajo dependía de los supervisores. En las últimas décadas, tal visión ha cambiado y se opta por que el trabajador pueda efectuar cambios proactivos. A raíz de esa idea, Wrzesniewski y Dutton comenzaron a trabajar con el concepto de rediseño del trabajo entendido como la capacidad del individuo de cambiar sus tareas y darle un nuevo significado a su labor (por ejemplo, reduciendo en lo posible el número de interacciones con clientes o compañeros, pidiendo retroalimentación al supervisor, o tratando de obtener conocimientos nuevos). Dicho tipo de conductas pueden lograr que la persona se sienta más satisfecha con su trabajo, que muestre mayor vitalidad e implicación. Además de actuar sobre las tareas propias del puesto laboral, el empleado puede desarrollar estrategias para recuperarse de las situaciones estresantes. Esta es la base de la teoría que en 1998 desarrollaron Theo F. Meijman y Gijsbertus Mulder, ambos de la Universidad de Groningen, bajo el nombre de «modelo de esfuerzo y recuperación». Dichos autores proponen entender el estrés laboral desde otra perspectiva: atendiendo a la importancia de reestabilizar nuestro sistema psicofisiológico. Al estar expuesto a un esfuerzo prolongado, se consumen recursos cognitivos y se producen cambios fisiológicos (por ejemplo, aumento de la frecuencia cardíaca). Contar con la posibilidad de recuperarse resulta fundamental para volver a una línea base que permita al trabajador enfrentarse a nuevas demandas. En 2007, Sabine Sonnentag, de la Universidad de Mannheim, y Charlotte Fritz, de la Universidad estatal de Portland, desarrollaron el concepto de «experiencias de recuperación» para referirse a las estrategias que utilizan las personas para evitar los efectos negativos de las situaciones estresantes. En este sentido, importa menos la actividad concreta que se desarrolla para recuperarse que la sensación psicológica de descanso y renovación que subyace a tal actividad. Las estrategias de recuperación pueden llevarse a cabo dentro o fuera del ámbito laboral. En un estudio realizado por los autores y otros colaboradores en 2010 se demostró que las personas que se sentían aliviadas tras un descanso

en el trabajo mostraban mayor vitalidad y mejores relaciones entre su vida laboral y familiar. La expresión de emociones desempeñaba también una función fundamental: aprovechar los descansos para expresar emociones negativas genera mayor agotamiento. En cambio, utilizar las pausas para desconectar y hablar de cuestiones agradables constituye una mejor estrategia. Fuera del ambiente laboral, llevar a cabo actividades relajantes, físicas o sociales ayuda a mejorar el bienestar y a estar de buen humor.

¿Qué puede hacer la empresa? Al hablar de una gestión positiva de los recursos humanos, Nicky Page, del Centro de Psicología Positiva Aplicada en el Reino Unido, y sus colaboradores señalan que no es suficiente centrar la atención en la selección y el reclutamiento de personal, sino que es necesario atender también a la experiencia cotidiana del trabajador. Las nuevas líneas de actuación se basan en generar «organizaciones saludables» que, según explicaron Mark G. Wilson, de la Universidad de Georgia, y sus colaboradores en 2004, tienen

«Aprenda a ayudar a los demás en otra cosa que no sea solo trabajar; ayúdelos a vivir» Jim Rohn

47

© ISTOCKPHOTO / IOFOTO

MÁS FLEXIBILIDAD, MAYOR FELICIDAD Las iniciativas de conciliación permiten la flexibilidad del tiempo y el espacio dedicados al trabajo y a la familia. También aumentan el compromiso del empleado con la empresa.

«El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento» Victor Pauchet

48

como objetivo conseguir el bienestar de los empleados a través de un correcto diseño de los puestos de trabajo, la igualdad de oportunidades y el desarrollo de políticas de conciliación entre el trabajo y la familia. En los últimos años, se han propuesto diversas acciones que puede desarrollar la empresa para mejorar la felicidad de sus empleados. La disminución de demandas laborales se ha señalado como uno de los primeros pasos que deben adoptarse. El modelo de demandas y recursos laborales desarrollado por Evangelia Demerouti, de la Universidad de Eindhoven, y sus colaboradores en 2001 reconoce la existencia de dos procesos: un exceso de trabajo lleva a problemas de salud, mientras que una adecuación de los recursos genera motivación. Por ello, resulta necesario ofrecer una serie de recursos al trabajador, así como la oportunidad de formar parte en los procesos de toma de decisiones, clarificar el rol laboral o proporcionar autonomía y retroalimentación ( feedback). Además de las características propias del puesto, autores como Linda Thiede Thomas, de la Universidad de Bellevue, y Daniel C. Ganster, de la Universidad estatal de Colorado, enfatizan la importancia de que las organizaciones adopten políticas que permitan al trabajador disponer de un mayor control sobre sus responsabilidades familiares. Este tipo de prácticas se conocen como «políticas de conciliación del trabajo y la familia», las cuales convierten en más flexibles las barreras del tiempo y las del espacio. La flexibilidad temporal implica que la persona puede ajustar el horario de trabajo a sus necesidades personales mediante la selección

de la hora de inicio y fin de la jornada laboral. En el caso de la flexibilidad espacial, las nuevas tecnologías posibilitan cada vez más que los trabajadores desarrollen al menos parte de la jornada laboral en casa (teletrabajo), o que se reduzcan los viajes de empresa a través de las reuniones por videoconferencia. Diversos estudios empíricos han demostrado que la adopción de este tipo de políticas reduce los niveles de conflicto entre el trabajo y la familia; asimismo, aumenta el compromiso con la empresa (compromiso organizacional). Por otra parte, los estudios de Sonnentag y su equipo ponen de manifiesto la importancia de promover el desarrollo de actividades de ocio que ayuden a los trabajadores a desconectar del estrés diario. En este sentido, la posibilidad de realizar actividades físicas, de aprender cosas nuevas o de promover actividades sociales con los compañeros de trabajo puede tener efectos positivos. Otro aspecto clave es la formación de los trabajadores. Dotar a los empleados de herramientas para manejarse en el día a día puede reducir de manera notable su percepción de las demandas como algo negativo. Cursos sobre técnicas de gestión del tiempo o de manejo del estrés resultan de utilidad para comprender por qué surge el estrés y cómo enfrentarse a él. La puesta en marcha de tales pasos resulta una tarea compleja que debe partir de una cultura organizacional flexible y de apoyo. Ello significa asumir que la persona posee una vida personal y que, por tanto, se la debe ayudar a compaginar ambos ámbitos vitales. Tal propósito implica unos límites de tiempo y espacio flexibles, una comunicación más abierta y, en definitiva, comprender que la felicidad de los trabajadores no les incumbe solo a ellos, sino también a la organización en la que trabajan.

¿Ser feliz es ser más productivo? Una de las creencias más extendidas en nuestra sociedad es que la gente feliz es más productiva y trabaja mejor. Esta idea también se refleja en las organizaciones. Una encuesta de la Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas (AEDIPE), realizada en 2010 a directivos, encontró que casi el 87 por ciento de los encuestados consideraba que la felicidad en el trabajo constituye una estrategia adecuada para mejorar la competitividad de las empresas. De hecho, uno de los efectos más estudiados de la felicidad en el trabajo es la productividad o el rendimiento del individuo en su tarea. Tal MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

es el interés que suscita dicha área, que algunos autores la han definido como el «santo grial» de la investigación organizacional. A este respecto, son numerosos los trabajos que establecen una clara relación entre la felicidad y la productividad en el trabajo. Despoina Xanthopoulou, de la Universidad de Creta, y sus colaboradores, llevaron a cabo en 2009 un estudio en la industria de la comida rápida. Mostraron que los trabajadores con altos niveles de vinculación generaban mayores ingresos económicos. Sin embargo, no existe una opinión unánime sobre las relaciones entre felicidad y productividad, puesto que la relación es más compleja. Diversos estudios han encontrado relaciones de escasa intensidad entre ambas variables. Un hecho que complica todavía más el panorama es que los indicadores de felicidad laboral utilizados son muy variados. Como hemos visto, algunos estudios han empleado la satisfacción laboral como criterio. Las investigaciones que utilizan esta variable para evaluar felicidad encuentran relaciones moderadas, con una media de 0,30 (la correlación entre la satisfacción laboral y la felicidad oscila de 0 a 1). Otros autores emplean el afecto positivo, ya que este captura el carácter emocional de la felicidad mejor que las medidas de satisfacción. Los resultados de tales investigaciones hallan relaciones más intensas con la productividad. En general, puede concluirse que la relación entre felicidad y rendimiento es importante y significativa, mas varía en función del indicador utilizado. Quizá no sea la felicidad la que conduzca a una mayor productividad, sino que por obtener un buen rendimiento en el trabajo la gente se encuentra más feliz. Parece lógico que pueda existir una relación bidireccional entre ambas variables. Esta fue la pregunta a la que intentó responder Daniel Koys, de la Universidad DePaul, en 2001, mediante una investigación longitudinal de dos años. En la misma halló que la felicidad en el trabajo se relacionaba de forma positiva con el rendimiento, el número de ventas y la satisfacción del cliente. Parece entonces que el aspecto clave es ser feliz para así rendir mejor, no a la inversa. En línea con lo anterior, la felicidad en el trabajo se ha asociado con otros indicadores organizacionales positivos. Sentir un estado de bienestar o felicidad en el trabajo se relaciona con una mayor creatividad laboral. Las investigadoras Fritz y Sonnentag hallaron en 2009 que los estados de ánimo positivos predecían la creatividad al día siguiente. Diez años antes, Alice M. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Isen, de la Universidad de Cornell, constató resultados similares a través de sus experimentos. Dentro del ámbito interpersonal también se aprecian beneficios. Se ha comprobado que la felicidad en el trabajo se asocia con un mayor número de conductas prosociales con los compañeros y con los clientes. La felicidad de los empleados, además de fomentar estados positivos, puede mitigar o reducir situaciones negativas en las organizaciones. Peter Warr, de la Universidad de Sheffield, en su libro sobre trabajo y felicidad, apunta que la felicidad se relaciona de manera negativa con las tasas de absentismo. Del mismo modo, se ha encontrado que la felicidad reduce las conductas contraproductivas por parte de los empleados, como no cumplir a propósito con las obligaciones, usar recursos de la empresa para fines personales o el robo de material de oficina. Lisa M. Penney, de la Universidad de Houston, y Paul Spector, de la Universidad de Florida del Sur, encontraron relaciones negativas entre la satisfacción laboral y las conductas contraproductivas de las cuales informaban los compañeros de trabajo. Una de las explicaciones a los efectos positivos de la felicidad la expusieron Russell Cropanzano, de la Universidad de Arizona, y Thomas A. Wright, de la Universidad de Nevada, en 2001. Afirmaron que los empleados menos felices eran más sensibles a las amenazas y se encontraban más predispuestos a adoptar posturas defensivas y pesimistas. Por el contrario, los empleados felices se mostraban más sensibles a las oportunidades, más confiados y con una actitud más cooperativa con sus compañeros. De acuerdo con la teoría «Ampliar y construir» formulada por Barbara Fredrickson, de la Universidad de Carolina del Norte, las emociones positivas ayudan a ampliar y desarrollar habilidades y vínculos sociales, además de tener efectos beneficiosos más duraderos. En definitiva, las emociones positivas, como la felicidad, facilitan la adquisición y desarrollo de nuevas habilidades que preparan a los individuos para retos futuros.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA THE RECOVERY EXPERIENCE QUESTIONNAIRE: DEVELOPMENT AND VALIDATION OF A MEASURE FOR ASSESSING RECUPERATION AND UNWINDING FROM WORK. S. Sonnentag

y C. Fritz en Journal of Occupational Health Psychology, vol. 12, págs. 204-221, 2007. WORK, HAPPINESS AND UNHAPPINESS. P. Warr. Psycho-

logy Press, Londres, 2007. RECONSIDERING HAPPINESS: THE COSTS OF DISTINGUISHING BETWEEN HEDONICS AND EUDAIMONIA. T. B. Kash-

dan, R. Biswas-Diener y Laura King en The Journal of Positive Psychology, vol. 3, págs. 219-233, 2008. HAPPINESS AT WORK.

C. D. Fisher en International Journal of Management Reviews, vol. 12, págs. 384412, 2010. ADAPTACIÓN DEL CUESTIONA-

Alfredo Rodríguez Muñoz es doctor en psicología y máster en Seguridad y Salud en el Trabajo por la Universidad Autónoma de Madrid. Es profesor del departamento de psicología social de la Universidad Complutense de Madrid. Ana Isabel Sanz Vergel es doctora en psicología y máster en psicología clínica y de la salud por la Universidad Autónoma de Madrid, además de profesora de psicología en la facultad de ciencias humanas, sociales y de la comunicación en la Universidad IE, en Segovia.

RIO DE EXPERIENCIAS DE RECUPERACIÓN A UNA MUESTRA ESPAÑOLA. A. I. Sanz Vergel,

J. Sebastián, A. Rodríguez Muñoz, E. Garrosa, B. Moreno Jiménez y S. Sonnentag en Psicothema, vol. 22, págs. 990-996, 2010.

49

GETTY IMAGES

Oficina, dulce oficina

50

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

H

¿Por qué ciertos entornos alienan a los trabajadores mientras que otros les hacen sentirse más felices y mejoran su rendimiento? ALEXANDER HASLAM Y CRAIG KNIGHT

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

ubo un tiempo en que la fábrica, con sus máquinas sucias y ruidosas, era el lugar de trabajo habitual en los países industrializados. Hoy, la oficina o el despacho han tomado el relevo. Centenares de millones de personas —al menos el 15 por ciento de la población en los países desarrollados— trabajan sentadas a una mesa, parapetadas, o no, por una mampara que las separa de sus compañeros. Un sinfín de sillas giratorias ocupan el lugar. Empero, la oficina es algo más que un simple espacio físico. En los últimos años, desde la psicología de los grupos y las organizaciones se han empezado a reunir pruebas de que las características del entorno laboral afectan de un modo profundo e insospechado al rendimiento de los trabajadores. El tamaño de las mesas, la cercanía a la luz natural, la calidad del aire inhalado, la privacidad —o su ausencia— suponen factores esenciales para la comodidad, satisfacción y productividad. Por otro lado, la bienintencionada decisión de un empresario de decorar con láminas artísticas y plantas los lugares de trabajo puede resultar contraproducente: los espacios decorados pueden originar tanta desmotivación y descontento en los trabajadores como aquellos cubículos estériles e impersonales. En cambio, los empleados desempeñan mejor su labor cuando se les anima a que decoren el entorno a su gusto: plantas, adornos varios, calendarios, fotografías de sus hijos o de sus gatos... todo aquello que les haga sentirse más a gusto y en su elemento. El diseño de un lugar de trabajo puede determinar que duela o no la espalda, pero también el rendimiento, el grado de iniciativa y la satisfacción profesional. Pese a que resulta inusual que los empresarios reparen en tales factores psicológicos, una mayor atención al diseño del espacio laboral puede elevar el bienestar de los trabajadores y aumentar la productividad con un coste mínimo.

51

OFICINA ACOGEDORA Los trabajadores que se rodean de objetos estimados y con algún significado personal se muestran más felices y producti-

© ISTOCKPHOTO / JORGE SÁ RIBEIRO; MORGUEFILE.COM / JADE (perro)

vos, incluso más sanos.

Breve repaso histórico RESUMEN

La importancia del diseño

1

Numerosas oficinas constan de un gran

número de mesas situadas en un espacio abierto y con pocas divisiones. El objeto es facilitar la movilidad ante posibles cambios, así como permitir que los jefes tengan a sus subordinados a la vista.

2

Los empleados alcanzan su mayor satisfac-

ción y mejor rendimiento cuando controlan el aspecto y el estilo de su zona de trabajo.

3

Las salas de descanso confortables y una

decoración lujosa pueden alienar a los trabajadores si el diseño viene impuesto por la dirección de la empresa, sin consulta previa a los empleados.

52

Los orígenes de la oficina moderna se remontan a los escribientes medievales, a quienes se les encomendaban los registros eclesiásticos y estatales. Esos hábiles artesanos trabajaban en los palacios de reyes y nobles, escribiendo y copiando laboriosamente documentos a mano. La formación de un escribiente no estaba al alcance de la mayoría de las gentes, por lo que se les consideraba una clase privilegiada. A menudo se les permitía confinarse en aposentos pequeños, donde pudieran trabajar a su gusto. Era frecuente que un variopinto surtido de sillas, taburetes, libros y mesas de dibujo ocuparan la estancia. En las postrimerías de la Revolución industrial, la escena empezó a cambiar. Engrosaron las filas de la clase profesional; también de los supervisores encargados de controlar la tarea. El desarrollo disparó la demanda de puestos de trabajo estandarizados, en los que los superiores disponían de un mayor control sobre el personal de oficina y podían vigilar en todo momento el progreso de los subordinados. A principios del siglo XX, el ingeniero de Pensilvania Frederick W. Taylor inició el movimiento de administración científica. Para Taylor, la labor esencial de la administración consistía en descubrir y llevar a cabo «la mejor manera» de realizar cualquier trabajo particular. En 1911 escribió Principios de la administración científica, con tal repercusión que empezaron a de-

nominarse taylorizadas aquellas empresas que habían optimizado la producción de acuerdo con esos principios. Taylor recomendaba que el espacio de trabajo se despojara de todo lo que no fuera absolutamente necesario para la tarea del momento. Gran parte del análisis de Taylor se aplicaba a los trabajos industriales y las líneas de montaje, pero los empresarios no tardaron en extenderlo a las oficinas y a los trabajos creativos. Los empleados de oficina están acostumbrados a las salas abiertas; un espacio estéril destinado a acomodar —o «almacenar»— un gran número de personas en grupos de mesas separados por frágiles mamparas que ofrecen una mínima privacidad. Estos espacios pueden modificarse con facilidad por motivos de alquiler, despidos o cambios de tareas asignadas. Algunas organizaciones llegan incluso a practicar la máxima de «el primero que llega, el primero que se sienta», con lo que nadie tiene asegurado conservar su mesa de un día para otro. En tales ambientes se considera que cualquier forma de agrupación, sobre todo si la crean los propios empleados, obstaculiza la productividad. La disposición en planta abierta permite una discreta vigilancia sobre el trabajo de los subordinados. A todo aquel que haya tenido que pasar junto a la mesa de su jefe cada vez que entra o sale, o a aquel que tenga el ordenador situado de forma que el superior pueda aparecer en cualquier momento y ver desde atrás lo que está MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

realizando, le interesará saber que el diseño en planta abierta procede de un concepto llamado «panóptico», ideado por el filósofo práctico Jeremy Bentham en 1785. Desde la torre central de una prisión circular, un escaso número de guardianes podía vigilar a todos los internos sin que estos lo notaran. El control resultaba, pues, de gran eficacia.

Legos y espadas láser El bum de las empresas «punto-com» en la década de los noventa (proliferación de firmas de medios digitales bien financiadas, que competían en la búsqueda de expertos) popularizó una alternativa a la oficina en planta abierta. Además de máquinas de café, mesas de juego (billar, aerohockey, ping pong...) y sillones reclinables, se instalaban elementos visuales audaces y estimulantes (enormes acuarios de peces tropicales y obras de arte llamativas) que creaban un ambiente atractivo y suntuoso. Con ello se pretendía manifestar aprecio a los empleados, ganar su lealtad y animarlos a pasar horas extraordinarias en su puesto de trabajo. En el «campus» de Google en Mountain View, California, así como en empresas de juegos, agencias de publicidad interactivas y otras firmas de promoción empresarial, los trabajadores disponen de campo libre para decorar su cubículo con espadas de luz, envases de comestibles clásicos, obras de arte construidas con piezas de Lego o cualquier objeto que les guste, divierta o tenga un significado personal para ellos. Los empleados compiten por conseguir el rincón de trabajo más singular y atractivo. En otras empresas, sin embargo, los directivos adoptan un enfoque jerárquico para adornar el lugar de trabajo, plantando carteles con mensajes «estimulantes» y creando «diversión artificial»: cubículos provistos de sofás mullidos y neveras llenas de cerveza. En general se admite que una oficina bien decorada eleva el bienestar y la productividad de los empleados. Pero no siempre es así. En 2009, los científicos de la Universidad de Ámsterdam sustituyeron los despachos tradicionales por una disposición en planta abierta, en la cual se separaron espacios dedicados a funciones laborales específicas: una «cabina» para tareas que exigían concentración y un «cuarto de estar» para la interacción social con los compañeros. A pesar de las innovaciones, el rendimiento de los empleados disminuyó ligeramente durante los seis meses que trabajaron en el nuevo espacio. ¿Por qué? MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

En dos experimentos analizamos el efecto del entorno de la oficina en la productividad. Una de las investigaciones se desarrolló en un laboratorio de psicología; la otra, en una oficina comercial de Londres. En ambos casos pedimos a los participantes que realizaran durante una hora tareas burocráticas (tales como revisar documentos y tramitar informes) en cuatro tipos de cubículo. La oficina «básica», un espacio escrupulosamente limpio, contenía solo los elementos indispensables para el trabajo: pluma, papel, mesa desnuda y silla giratoria. La oficina «decorada», además de los útiles esenciales, contaba con una decoración formada por plantas y objetos artísticos (entre ellos, cuadros grandes y luminosos de los del estilo de la artista Georgia O’Keeffe). En la oficina «guarnecida» se encontraban las mismas plantas y objetos que en la anterior, mas se dejaba a los usuarios libertad para colocarlos a su antojo; incluso podían prescindir de ellos. Por último, en la oficina «desguarnecida», los experimentadores redecoraron el acondicionamiento personal que el trabajador había llevado a cabo previamente en la estancia, de tal manera que el cubículo se asemejaba de nuevo a la oficina «guarnecida». Esta última modalidad pudiera parecer de poca relevancia en la vida real, mas el personal de oficina se encuentra a menudo con situaciones de este tipo. Hace poco entrevistamos a un gerente de sistemas de un gran banco en Sydney, cuyos jefes habían cambiado 36 veces la disposi-

En algunas compañías, los trabajadores tienen el campo libre para decorar sus cubículos, mientras que en otras los directivos plantan carteles con frases estimulantes

DE LA PRISIÓN A LA EMPRESA La oficina moderna se inspira en parte en el panóptico, diseño de un centro penitenciario ideado en el siglo XVIII. Se trata de un edificio circular en el que las celdas rodean el patio, de tal manera que los guardias pueden vigilar a los internos, con plena eficacia, desde una torre central.

53

En un gran banco de Sydney, los jefes cambiaron 36 veces en cuatro años la decoración del despacho de un gerente de sistemas

ción y decoración de su despacho en los cuatro últimos años. A él, así como a sus demás compañeros, tantos cambios le sacaban de quicio, además de provocarle inseguridad y estrés. «Me sentía como un peón en un tablero de ajedrez», comentaba el gerente. Nuestros estudios, publicados en junio de 2010 en la revista Journal of Experimental Psychology: Applied, revelaron que, si bien un entorno atractivo aumenta la productividad del empleado, aún más esencial resulta su autonomía. Cuando la oficina se hallaba decorada, la persona trabajaba un 15 por ciento más deprisa que en una oficina básica, sin por ello cometer más errores; también se quejaba menos del impacto del entorno en la salud. Una respuesta habitual de los probandos en dichas condiciones laborales fue alabar el buen tono que aportaban las plantas y los cuadros, mientras que la disposición básica provocaba sentimientos de artificialidad y rigidez. La productividad y el bienestar aumentaban todavía más (cerca del 30 por ciento) en una oficina personalizada por el propio usuario; los comentarios solían ser entusiastas. Sin embargo, cuando se eliminaban las preferencias personales, el rendimiento y el bienestar de los participantes descendían a los niveles registrados en la disposición básica. Las críticas y la depresión arreciaban ante la inutilidad del esfuerzo invertido en acondicionar el lugar de trabajo.

Aspectos de control Además del diseño y la configuración del espacio de trabajo, existen otros factores que pue-

den afectar el rendimiento: uno de ellos es la acústica. En 2009, un estudio de la Universidad de Turku analizó el comportamiento de los trabajadores en tareas cognitivas dentro de una gama de entornos acústicos. Se descubrió que al percibir sonidos vocales irrelevantes (una radio filtrada desde una estancia vecina) descendía su nivel de concentración en la lectura y la memorización de números, así como la sensación de comodidad. Se concluyó que las voces extrañas podían alterar la memoria en el trabajo y crear estados de ansiedad, por lo que se recomendó cercar el cubículo con mamparas altas y forrar las paredes con aislantes acústicos. Por otra parte, conviene instruir a los empleados para que acomoden su entorno laboral en su propio beneficio. En un estudio realizado también en 2009 por el Instituto de Investigación de la Seguridad de la compañía de seguros Liberty Mutual en Hopkinton, Massachusetts, se analizaron los efectos de impartir a los empleados un cursillo sobre ergonomía en el que se utilizaban sillas de gran adaptabilidad. Quienes recibieron esa formación y usaron las sillas ajustables para entrenar se vieron menos expuestos a problemas musculares u óseos. Asimismo, se sintieron más a gusto con sus condiciones generales de trabajo. No cabe duda de que la cesión o la retención del control sobre el entorno laboral incide de manera destacada en la salud y bienestar del trabajador, como reflejan los estudios en torno al síndrome del «edificio enfermo», trastorno que se manifiesta con irritaciones en la piel, los ojos y las vías respiratorias, además de fatiga,

La influencia del entorno Para investigar cómo influye el aspecto del lugar de trabajo

cida» sus ocupantes tenían libertad de disponer esas plantas

en el rendimiento, los autores solicitaron a voluntarios que

y objetos a su albedrío. En la «desguarnecida», en cambio, se

desarrollasen tareas en cuatro entornos. La oficina «básica»

suprimieron los toques personales. Los que trabajaron en la

contenía solo el equipo esencial. La «decorada» contaba con

oficina «guarnecida» quedaron más contentos y obtuvieron

plantas y obras de arte como adorno. En la oficina «guarne-

los mejores resultados.

Decorada

Guarnecida

Desguarnecida

CRAIG KNIGHT

Básica

54

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA THE PRINCIPLES OF SCIENTIFIC MANAGEMENT. Frederick

W. Taylor. Harper BROS., 1911. (Edición en español: MANAGEMENT CIENTIFICO, Oídos-EAU, 1970). WORK PLACES: THE PSYCHOLOGY OF THE PHYSICAL GETTY IMAGES

ENVIROMENT IN OFFICES AND FACTORIES. Eric Sandstorm

y Mary Grail Sandstorm. Cambridge University Press, 1986.

CON FLEXIBILIDAD PERO SIN PRIVACIDAD Las salas abiertas permiten acomodar a un gran número de empleados en grupos de mesas que ofrecen una amplia flexibilidad de movimiento, mas escasa privacidad.

PSYCHOLOGY IN ORGANIZATIONS: THE SOCIAL IDENTITY APPROACH. SEGUNDA EDI-

náuseas o somnolencia. Tales síntomas suelen atribuirse a las propiedades físicas del local: una mala ventilación o defectos en el sistema de climatización. Empero, en 1989 una gran encuesta llevada a cabo por la Universidad de Copenhague puso en duda dicha conclusión. Se comprobó que las quejas por el referido síndrome casi se duplicaban entre los empleados de niveles inferiores, quienes tenían poco control sobre su ambiente de trabajo. La relación entre la falta de control del entorno laboral y los síntomas asociados al «edificio enfermo» se mantiene incluso en ambientes agradables para el empleado. En una agencia de viajes del Reino Unido investigada por Chris Baldry, profesor de administración en la Universidad de Stirling, el espacio parecía, a primera vista, atractivo: áreas de trabajo de colores cálidos festoneadas de palmeras de plástico. Pero, ¡ay!, desde una zona de control del tipo panóptico, los jefes podían vigilar en secreto a los empleados en todo momento. Las quejas por molestias físicas y ataques de tos seca eran continuos entre los empleados de dicha agencia. La sensación de vigilancia también se halla vinculada a la productividad. En 2010, la Universidad Chung-Ang de Seúl encuestó a unos 400 trabajadores de empresas de Michigan. Descubrió una relación entre el control que los empleados percibían en su entorno laboral y la capacidad para concentrarse. En la investigaMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

ción, el «control» se definía, en parte, como la posibilidad de cambiar el mobiliario de sitio en el entorno laboral y de personalizar objetos (la pantalla de ordenador, los cuadros...), de modo semejante a lo que sería una oficina «guarnecida». Los resultados de la encuesta indicaron que, cuando los empleados podían opinar sobre el aspecto físico de su lugar de trabajo, se reducían los efectos negativos del ruido, así como los de otras distracciones. ¿Por qué las personas que trabajan en lugares en los que perciben una relación personal se muestran más felices y más productivas, incluso más sanas? Creemos que los trabajadores que se sienten incómodos en su entorno laboral se involucran menos, ya sea en el ambiente que les rodea, ya en el trabajo que desarrollan. Estructurar las oficinas sin tener en cuenta las preferencias y la personalidad de los empleados puede arruinar la producción y perjudicar el nivel de concentración, pese a la buena intención de los planificadores. Si los trabajadores se rodean ellos mismos de objetos estimados y con algún significado personal, los gurús en efectividad, los expertos en productividad y los vendedores de palmeras de plástico podrán quedarse en su casa.

CIÓN. S. Alexander Hazla.

Sage Publications, 2004. OFFICE PSYCHOLOGY: OPTIMIZING WORK SPACE FOR THE NEXT GENERATION OF EMPLOYEES. Natalia Orara en

Drague Post. Online 16 de diciembre, 2009. SURVIVING THE TOXIC WORKPLACE: PROTECT YOURSELF AGAINST COWORKERS, BOSSES, AND WORK ENVIRONMENTS THAT POISON YOUR DAY. Linda Durre. McGraw-

Hill, 2010. THE RELATIVE MERITS OF LEAN, ENRICHED, AND EMPOWERED OFFICES: AN EXPERIMENTAL EXAMINATION OF THE IMPACT OF WORKSPACE MANAGEMENT STRATEGIES ON WELLBEING AND PRODUCTIVITY.

Craig Knight y S. Alexander Haslam en Journal of Experi-

Sir Alexander Haslam es profesor de psicología social en la Universidad de Exeter. Craig Knight es investigador posdoctoral y dirige el Centro de Investigaciones Psicológicas sobre Identidad y Gestión Espacial en Exeter.

mental Psychology: Applied, vol. 16, págs. 158-172, junio de 2010.

55

Reloj

desacompasado

El trabajo nocturno y a turnos es el pan de cada día en numerosas profesiones, con los riesgos que ello supone para la salud. El cambio constante del reloj interno altera los hábitos de sueño y alimentación de los empleados THOMAS KANTERMANN

T RESUMEN

Ritmo extenuado

1

Los trabajos nocturnos y a turnos reper-

cuten de manera negativa en la salud de los empleados.

2

La desincronización del reloj interno pue-

de producir alteraciones del sueño y del metabolismo, así como úlceras, enfermedades cardiovasculares y un mayor riesgo de padecer cáncer.

3

El regulador del tiempo en el cerebro fun-

ciona de forma diferente en cada persona. Por ello, los horarios laborales deberían consensuarse según el cronotipo individual.

56

axistas, pilotos, enfermeras, trabajadores de la siderurgia, barrenderos, agentes de seguridad... numerosas profesiones exigen a sus empleados trabajar fuera del horario habitual de oficina. Una situación laboral que, por motivos económicos y sociales, y por necesidades de producción, va en aumento a la par que los problemas de salud que conlleva: peor descanso, trastornos digestivos y ardores de estómago más frecuentes, úlceras, enfermedades cardíacas y cardiovasculares y un mayor riesgo de sufrir cáncer. Dichas alteraciones son el resultado de la sobrecarga que suponen unas condiciones laborales que rompen con el ritmo biológico. En general, al convertir el día en la noche, ya sea por las obligaciones laborales o por cualquier otro motivo, se desequilibra un mecanismo crucial para el organismo: el reloj interno. A lo largo de los últimos años, los científicos han descifrado el funcionamiento de dicho reloj biológico, además de analizar los efectos que el trabajo a turnos ejerce sobre el cuerpo. El reloj biológico que poseen los humanos, así como la mayoría de los seres vivos, marca un ritmo innato de unas 24 horas, por lo que también recibe el nombre de «ritmo circadiano» (del latín circa, que significa «cerca», y dies, «día»). Dicho reloj regula el intercambio químico global propio del metabolismo, desde las células somáticas hasta el comportamiento final de

todo el organismo. Así, pues, determina cuándo dormimos, cuándo comemos e, incluso, cuándo rendimos con mayor lucidez cognitiva. Para que el reloj interno no se adelante ni se atrase, debe ponerse en hora con regularidad, de la misma manera que lo requiere un reloj de pulsera. Las señales ambientales posibilitan tal proceso. De hecho, a lo largo de la evolución, el ciclo diario de luz y oscuridad que propicia el sol se ha establecido como guía de nuestro ritmo biológico interno.

Un interruptor oculto en la cabeza Los ojos permiten percibir la luz, por lo que en un inicio se supuso que las células de la visión situadas en la retina (los conos y los bastones) debían ser las responsables del ajuste del reloj interno. Se demostró, sin embargo, que dicha suposición es incorrecta: ratones ciegos transgénicos con conos y bastones defectuosos, a pesar de no ver, conservan su ritmo nocturno y diurno sin problemas. En la búsqueda tras el auténtico sensor del reloj interno, los investigadores del equipo de Ignacio Provencio, de la Universidad de Servicios Uniformados de Ciencias de la Salud (USUHS, por sus siglas en inglés) en Bethesda, hallaron en el año 2000 un pigmento especial en el ojo humano, la melanopsina, el cual se diferencia de los pigmentos visuales más usuales en las células sensoriales de la retina y que permiten MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

© ISTOCKPHOTO / JOSE MORAES

ver el color. Dos años más tarde, David Berson y sus colaboradores, de la Universidad Brown en Providence, descubrieron el lugar exacto donde se halla el fotopigmento melanopsina: en las células ganglionares retinianas, unas neuronas específicas del tejido nervioso que actúan como centros de conexión (por entonces todavía se desconocía su sensibilidad a la luz). Conforme a lo anterior, nuestros ojos poseen no dos, sino tres tipos de células sensoriales: conos y bastones para la visión, y células ganglionares de la retina que contienen melanopsina con el objetivo de regular el reloj interno. Cada vez que una luz con cierta longitud de onda incide sobre dichas células ganglionares fotoreceptoras o fotosensibles, estas envían señales al cerebro a través del nervio óptico hacia un fascículo neuronal compuesto de unas 10.000 células y que se encuentra en cada uno de los dos hemisferios cerebrales. En ambos se sitúa sobre el cruce de los nervios ópticos izquierdo y derecho (quiasma óptico), por lo que recibe el nombre de núcleo supraquiasmático (NSQ). El NSQ informa a cada célula del cuerpo, mediante impulsos nerviosos y moléculas mensajeras en el flujo sanguíneo, sobre la hora que es. De esta manera, dicho núcleo regula la actividad de todos los tejidos y órganos a modo de reloj central del organismo [véase «Un órgano oculto en los ojos», por Ignacio Provencio; Investigación y Ciencia, julio de 2011]. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Todavía se desconoce en detalle cómo se desarrolla el proceso. Pero se sabe que el ritmo de cada persona funciona de un modo algo distinto. La predisposición individual del reloj interno se caracteriza por el cronotipo (del griego chronos, es decir, «tiempo») de cada persona. Existen individuos madrugadores que no necesitan el despertador por la mañana, tampoco suelen permanecer levantados hasta muy tarde (personas matutinas), mientras que otros prefieren dormir hasta bien entrado el día y trasnochar (personas vespertinas) [véase «Ritmos biológicos y personalidad», por A. Muro, M. Gomà y A. Adan; en este mismo número]. Para determinar el cronotipo de una persona sirve su «punto medio de sueño» (punto medio entre la hora de dormirse y la de levantarse) en los días no laborables. Si, por ejemplo, se acuesta a las 23.50 horas, se queda dormido al cabo de unos diez minutos (alrededor de medianoche) y se levanta a las ocho de la mañana, pertenecería al tipo matutino. En este caso, el punto medio de sueño se sitúa alrededor de las cuatro de la madrugada. La dispersión estadística de los cronotipos en la población dibuja, en general, una curva de campana típica. No obstante, las personas disponen de un horario interno e individual que puede variar respecto al externo establecido en el ámbito social, por ejemplo, cuando los ritmos circadianos se desplazan a causa de horarios laborales irregulares.

PRODUCCIÓN SIN PAUSA En numerosos ámbitos laborales, como la industria siderúrgica, los turnos son imprescindibles.

Los expertos recomiendan planificar de forma individual las franjas horarias laborales, teniendo en cuenta los respectivos cronotipos 57

El trastorno afectivo estacional también afecta a invidentes Las personas con ceguera conservan un

Algunos síntomas reveladores son una

El reloj corporal de los pacientes con

sistema de células fotosensibles de re-

excesiva somnolencia, la falta de fuerzas

trastorno afectivo estacional puede de-

ciente hallazgo, por lo que también son

y la apetencia de dulces y féculas.

sincronizarse al acortarse los períodos y

vulnerables al trastorno afectivo estacio-

En general, nuestro ritmo circadiano se

bajar la intensidad de la luz en invierno.

nal o depresión invernal. Los individuos

halla sincronizado con el ciclo de luz y oscu-

Por ello, la exposición a una o dos horas

con dicho trastorno se enfrentan a graves

ridad: en ausencia de estos indicios, nuestra

de luz intensa por la mañana a menudo

cambios de humor en otoño e invierno.

fisiología interna empieza a derivar.

mitiga el trastorno y suaviza sus síntomas. Por otra parte, la relación que se ha detectado entre la aparición de cataratas

TERAPIA LUMÍNICA

(opacidad del cristalino que conduce a

Una de las claves del trastorno afectivo

la pérdida de visión) y el desarrollo de

estacional podría hallarse en la fotosensibi-

la patología estacional sugiere con ma-

lidad de las células ganglionares retinianas,

yor fuerza que la detección ocular de la

incluso en personas con ceguera.

luz representa una clave en el trastorno emocional cíclico. Sin embargo, es curioso que personas totalmente ciegas (privadas de los fotorreceptores denominados conos y bastones) puedan sufrir depresión estacional. Un decenio atrás, científicos de la Universidad de Cornell sostuvieron que

© ISTOCKPHOTO / KARIN LAU

el ser humano era capaz de detectar luz a través de la piel. Para verificar la hipótesis, en los Países Bajos se sometió a luz intensa solo la piel de los pacientes de depresión invernal, y se comprobó que el

¿Cómo afecta el trabajo nocturno al ajuste del ritmo biológico? Nuestro reloj interno puede compararse con un columpio que no dejamos de balancear. Según el punto de la oscilación en el que el columpio recibe un empujón, es posible proporcionarle velocidad, ralentizarlo o mantenerlo en un vaivén constante. En el caso de nuestro reloj interno, el empujón corresponde a la luz: según el momento del día, la iluminación va a provocar que el reloj se adelante, se atrase o que permanezca inmutable. La luz en un momento equivocado puede desviar el organismo de su ritmo natural. Si usted ha cruzado alguna vez varias zonas horarias en avión, debe conocer el fenómeno del jet lag. El trabajo a turnos y nocturno desajusta el reloj interno de forma similar, mas con la diferencia de que el empleado experimenta una especie de viaje virtual solo a través de las franjas horarias. Asimismo, mientras que el viajero se acostumbra con relativa rapidez al nuevo horario, el trabajador que desempeña turnos rotativos presenta problemas para adap-

58

tarse: el amanecer y el anochecer permanecen invariables para él. En 2007 constatamos que el cambio de horario en verano (convención que cumple una cuarta parte de la población mundial) puede propiciar algunos problemas. Para ello analizamos los hábitos de sueño de 55.000 europeos, de los cuales seleccionamos a 50 sujetos cuyas actividades habíamos analizado cuatro semanas antes y después del cambio de hora. Tal y como observamos, la mayoría de los probandos se acostumbraban en otoño —época del año en que se atrasan los relojes una hora— con mayor facilidad al nuevo horario que en verano: al cabo de una semana, sus ritmos de sueño de fin de semana y de días laborables se ajustaron. Por el contrario, en primavera (cuando se produce el cambio de horario de verano), los voluntarios se regían más por los hábitos de descanso de los días festivos, incluso a las cuatro semanas posteriores de adoptar el nuevo horario. En el caso concreto de los trabajadores, debían levantarse una hora antes en los días laborables, por lo que MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

tratamiento no les producía ningún efecto. ¿Cómo podrían, entonces, percibir luz?

reloj marca una hora distinta: para alguno de los pasajeros tomar el tren que le corresponde resulta una cuestión de suerte.

En 1999 observamos que los ratones carentes de conos y bastones podían sincronizar su

Modelo de dos procesos del sueño

ritmo circadiano al ciclo de luz y oscuridad. Es-

Pero no solo se altera el ritmo del reloj interno que se encarga de regular nuestro descanso. El modelo de dos procesos en la regulación del sueño propuesto a principios de los años ochenta del siglo XX por el biólogo Serge Daan, de la Universidad de Groningen, y el farmacólogo Alexander Borbély, de la Universidad de Zúrich, indica que, además, la profundidad del sueño se halla controlada por un proceso homeostático: el cansancio físico que se desarrolla en el transcurso del día actúa a modo de fuerza creciente que nos empuja a dormir. Las guardias rotativas y el trabajo nocturno trasladan el descanso a horas diurnas, período en el que el reloj interno no proporciona las condiciones de sueño adecuadas. La tentativa de dormir durante el día se ve frustrada por el aumento de la temperatura corporal y la actividad dirigida a procesos metabólicos. El descanso fuera de la franja biológica del sueño es, por ello, más breve, menos reparador y se ve interrumpido con mayor facilidad por los factores ambientales. Durante el día, la luz del sol ilumina la habitación y el ruido de fondo es más alto. Pero no solo el sueño supone un reto para los trabajadores de noche. La alimentación también resulta un problema. Los turnos cambiantes exigen adelantar o atrasar las comidas si un empleado desea comer junto a su familia. Un «desayuno» previo al turno de noche coincide con el momento de la cena en el hogar, mientras que el almuerzo (la principal comida de la jornada, por lo general) puede desplazarse hacia la medianoche. Todo ello conduce a experimentar una alteración del apetito, dependiendo del momento del día, que puede repercutir de forma negativa en la conducta alimentaria. Por experiencia propia sabemos que nos apetece comer platos o alimentos distintos en la mañana, al mediodía o por la noche. Por ello, comer en momentos excepcionales conduce con frecuencia a sentirse desganado o a experimentar malestar. El metabolismo se ve afectado, lo que puede derivar en estreñimiento, diarrea, ardores de estómago e, incluso, úlceras estomacales. Los trabajos nocturnos pueden propiciar, asimismo, un aumento de la presión sanguínea, el incremento del colesterol o del cortisol, así como la aparición de enfermedades cardíacas. Lo más controvertido es averiguar si mantener

tas observaciones guiaron al descubrimiento, en la retina humana y en la de otros mamíferos, de un sistema fotorreceptor complementario formado por un pequeño número de células ganglionares retinianas fotosensibles. Estas células son sumamente sensibles a la luz azul. De hecho, resulta muy significativo que este tipo de luz demuestre máxima eficacia para aliviar los síntomas del trastorno afectivo estacional. Creemos que las personas invidentes pueden desarrollar el trastorno estacional porque su otro sistema fotorreceptor, las células ganglionares retinianas fotosensibles, permanece intacto. Aunque carezcamos de estudios sobre las terapias lumínicas aplicadas a la discapacidad visual, sospechamos que puedan servir para tratar síntomas de la depresión invernal en pacientes con ceguera. Russell G. Forster Neurocientífico circadiano y de la visión Universidad de Oxford

disponían de menos tiempo de sueño. Los sujetos vespertinos mostraban más problemas para adaptar su ritmo de actividad al horario oficial. El cambio de hora que experimentamos dos veces al año altera el ritmo social tan solo una hora. El trabajo nocturno y a turnos, en cambio, ejerce efectos más notables sobre las personas. Los trabajadores se ven obligados a alterar su orden temporal cotidiano, hecho que debería preocupar, sobre todo, a los sujetos matutinos, quienes suelen sentirse más cansados llegada la noche. Sin embargo, todavía faltan investigaciones longitudinales que aclaren el fenómeno. A grandes rasgos, el desplazamiento temporal de la actividad conduce a una sincronización insuficiente con el medio. El reloj interno altera su ritmo, con lo que diversos procesos del organismo se ven perturbados. Esta «desincronización interna» repercute sobre cada uno de los relojes corporales, los cuales alteran su compás, desviándose del reloj central en el núcleo supraquiasmático. Las reacciones son comparables al tumulto de una estación de tren en la que cada MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Los turnos de trabajo El concepto «turno de trabajo» resulta muy amplio. Ello se debe, sobre todo, a la diversificación de los planes de turnos de noche, los cuales se establecen en relación a sistemas diferentes. Las condiciones económicas globales, además, han supuesto diversos efectos. Así, la crisis financiera que estalló en 2009 ha conducido a reducir las jornadas de trabajo en numerosas empresas de todo el mundo, con la suspensión de las guardias nocturnas en muchos casos. A partir de un estudio desarrollado en esa época en una gran planta siderúrgica, los investigadores del equipo de Thomas Kantermann averiguaron que dichas influencias pueden repercutir también en estos empleados.

59

los horarios laborales irregulares puede desencadenar patologías tumorales, como el cáncer de mama. A partir de la recopilación de estadísticas sobre la incidencia de cánceres entre trabajadores a turnos, además de los resultados de experimentos con animales, la Organización Mundial de la Salud incluyó los turnos de trabajo como factor potencialmente cancerígeno en 2010. Tampoco debe olvidarse el estrés que soportan tales empleados. Los factores estresantes crónicos repercuten sobre el sistema nervioso simpático y provocan la liberación de noradrenalina, adrenalina y cortisol. Dichas sustancias aumentan a su vez la presión sanguínea y el pulso. ¿Es posible frenar los riesgos que entrañan los turnos de trabajo para la salud? Puesto que la luz representa el principal dador de tiempo para el reloj interno, parece lógico plantearse cómo puede usarse dicha señal para solucionar la cuestión. En un principio, sería necesario disponer de una luz muy clara que se asemejara más al espectro de la luz diurna que a la ilu-

minación interior artificial. Con frecuencia, la intensidad luminosa en los puestos de trabajo se sitúa por debajo los 100 lux (intensidad muy inferior a la iluminación diurna de 10.000 lux o más). Por dicha razón, la luz solar que alcanza a primera hora de la mañana el rostro de un trabajador nocturno en su camino de vuelta a casa resulta crítica para su reloj interno; más que las lámparas que le iluminaban durante la noche mientras realizaba su actividad laboral. Por otra parte, a este trabajador le va a resultar especialmente complicado adaptarse al trabajo nocturno, puesto que la luz diurna siempre le va a predisponer a estar activo durante el día. A lo largo de los últimos años, los equipos de Charmane Eastman, de la Universidad Rush en Chicago, Diane Boivin, de la Universidad McGill en Montreal, y Debra J. Skene, de la Universidad de Surrey en Guildford, entre otros, han constatado los efectos psicológicos y fisiológicos de la exposición controlada a la luz. Han demostrado que las intensidades elevadas de luz de varios miles de lux durante determinadas fases en el

Regulación diurna y nocturna

NSQ

Glándula pineal Producción de melatonina

Producción de melatonina

60

Existen determinadas células en la retina (las células gan-

regulador del tiempo de nuestro reloj interno. El NSQ dispara

glionares retinianas, las cuales contienen melanopsina) que

con fuerza durante el día, de manera que inhibe la libera-

reaccionan a la luz en el transcurso del día. A continuación

ción de melatonina (conocida también como la «hormona

envían señales al núcleo supraquiasmático (NSQ, izquierda),

del sueño») en la glándula pineal. Por el contrario, durante

un fascículo nervioso del tamaño aproximado de un grano

la noche se vierte melatonina a la sangre (derecha), proceso

de arroz que se sitúa justo encima del cruce de los nervios

que regula funciones corporales circadianas, entre ellas, el

ópticos (quiasma óptico) del cerebro y actúa como principal

ritmo de sueño y vigilia.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

GEHIRN & GEIST / MEGANIM

Flu jo san gu íne o

Flu jo san gu íne o

Luz

Proporción de la población (porcentaje)

GEHIRN & GEIST; FUENTE: EPIDEMIOLOGY OF THE HUMAN CIRCADIAN CLOCK. T. ROENNEBERG ET AL. EN SLEEP MEDICINE REVIEWS, VOL. 11, N.o 6, 2007

CUESTIÓN DE CRONOTIPO Cada persona posee necesidades distintas de sueño:

16

aquellas que se retiran pronto a dormir y se despegan temprano de las sábanas pertenecen al cronoti-

12

po matutino. Al otro lado del espectro se hallan las

8

personas vespertinas: permanecen despiertas hasta

vespertino

matutino

más entrada la noche y prefieren dormir hasta más tarde. El cronotipo en cada caso se establece según la hora en la que se halla el punto medio de su

4

descanso. De esta manera, en el caso de descansar entre la medianoche y las ocho de la mañana, el punto medio del sueño se registraría a las cuatro

0 ≤0

1

2

3

4

5

6

7

8

Punto medio del sueño (horas)

9

10

11

≥12

de la madrugada. Entre la población general, tal promedio se distribuye en una curva de campana, puesto que existen pocas personas con un cronotipo extremo, ya sea matutino o vespertino.

transcurso del turno de guardia aumentan el grado de vigilancia, además de facilitar el sueño al día siguiente. Al parecer, la luz desplaza el ritmo de producción de melatonina hacia una fase de sueño diurno. La melatonina es una hormona que nos hace sentir somnolientos; se libera en la glándula pineal del cerebro, en general, durante la noche. Por su parte, el NSQ activado por la luz inhibe la producción de melatonina.

Turnos rotativos Volviendo al ejemplo del trabajador que retorna a casa, unas gafas de sol durante el camino de vuelta podrían mitigar el efecto de la luz diurna. No obstante, ello le dificultaría la conducción, capacidad ya de por sí afectada por el cansancio acumulado tras horas de trabajo. Una vez en casa, el trabajador debería dormir en una habitación lo más oscura posible, además de mitigar las fuentes de ruido, como el teléfono o el timbre de la puerta. También debería rehuir de tomar alcohol o medicamentos como remedios para dormir o permanecer despierto, por los riesgos que estos entrañan para la salud. Pese a todo, los esfuerzos para adaptarse a la situación resultan complicados. De hecho, un trabajador nocturno o a turnos debería evitar la luz incluso en sus días no laborables, con el fin de permanecer fiel a su ritmo alterado. Ello es prácticamente imposible. Los empleados afectados se ven inmersos en un vaivén entre el horario de su vida privada y el de la actividad laboral. Cabe destacar, sin embargo, que los trabajos a turnos y nocturnos per se no hacen enfermar. En mayor medida son las exigencias fisiológicas MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

y la exposición al estrés por una temporización interna errónea los factores que desempeñan una amenaza para la salud. Asimismo, los turnos de trabajo pueden empeorar una enfermedad latente y reforzar las influencias negativas del estilo de vida. Además, los factores de riesgo como la hipertensión, el sobrepeso y el tabaquismo pueden ver potenciado su efecto. Por dicha razón resulta indispensable desarrollar una pormenorizada planificación de las guardias y turnos rotativos, así como realizar controles médicos con regularidad a los trabajadores en esta situación laboral. Otra medida a tener en cuenta consiste en compensar a los empleados con tiempo libre y horarios de trabajo flexible, en lugar de pagarles con salarios extras. También se les debería facilitar el derecho a intervenir en los ajustes de la empresa. En cuanto a la alimentación, sería recomendable procurarles alimentos sanos (fruta, ensaladas, agua y zumo) o, al menos, proporcionarles un espacio donde alimentarse de forma saludable, sin importar el momento del día o de la noche. Considerar el cronotipo de cada persona también resultaría una buena opción. Según proponen los cronobiólogos desde hace tiempo, deberían establecerse planes de trabajo individuales a partir de los cronotipos de cada empleado. Por ahora, la teoría existe; falta aplicarla.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA SHIFT-WORK RESEARCH: WHERE DO WE STAND, WHERE SHOULD WE GO? T. Kanter-

mann et al. en Sleep and Biological Rhythms, vol. 8, págs. 65-105, 2010.

WEBS www.bioinfo.mpg.de/ mctq/core_work_life/ core/introduction. jsp?language=esp El cronobiólogo Till Roenneberg, de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich ha desarrollado un sencillo

Thomas Kantermann es biólogo y psicólogo doctorado en el Centro de cronobiología de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich. En la actualidad investiga en la Universidad de Surrey en Guildford.

cuestionario a través del cual el usuario puede conocer su cronotipo.

61

DE IZQUIERDA A DERECHA: © FOTOLIA A / GINA GINA A SANDERS; SANDERS; © ISTOCKPHOTO / MARK KOSTICH; © FOTOLIA A / ZARATHUSTRA; Z ARAT A HUSTRA; © FOTOLIA A / YURI YURI ARCURS

El significado de las ¿Cuántas veces induce una mamografía a resultados erróneos? ¿Existe mayor probabilidad de sobrevivir a un cáncer en EE.UU. que en Inglaterra? Aprenda a desdeñar temores poco fundados y a sopesar el auténtico riesgo de enfermar... o de recuperarse GERD GIGERENZER, WOLFGANG GAISSMAIER, ELKE KURZ-MILCKE, LISA M. SCHWARTZ Y STEVEN WOLOSHIN

A

ño 2007. Rudy Giuliani, entonces alcalde de la ciudad de Nueva York, afirmaba en su campaña electoral: «Sufrí un cáncer de próstata hace cinco o seis años. Gracias a Dios, me he curado. ¿Qué probabilidades tenía de sobrevivir al cáncer? En Estados Unidos, del 82 por ciento. ¿Y en Inglaterra? Con medicina socializada, un 44 por ciento nada más». Giuliani utilizó estas estadísticas para defender la suerte que tenía de vivir en Nueva York y no en York. Esta declaración tuvo gran resonancia. Como explicaremos, fue también un burdo error. Ya en 1938, el escritor inglés H. G. Wells pronosticaba en su libro World brain («Cerebro mundial») que en una democracia moderna, el pensamiento estadístico le sería a un ciudadano culto tan imprescindible como leer y escribir. En los comienzos del siglo XXI, a casi todos los habitantes de las sociedades industriales se les ha enseñado a leer y a escribir. Pero no han

62

aprendido a pensar en términos estadísticos, a comprender información sobre riesgos e incertidumbres en nuestro mundo, tan tecnificado. Ignorancia compartida por no pocos médicos, muchos periodistas y numerosos políticos —caso de Giuliani— que resulta en la difusión de graves errores entre el público general. La incultura estadística no arraiga en limitaciones intelectuales innatas, en la carencia, verbigracia, de un «gen para las matemáticas». Se debe, por el contrario, a fuerzas de carácter social o emotivo. Entre ellas se cuentan la naturaleza paternalista de la relación entre médico y paciente, la ilusión de que en medicina existe la certeza, y la costumbre de presentar de forma opaca la información sobre la salud; ello puede hacer creer que las intervenciones proporcionan grandes beneficios y que los daños son pequeños. Unos ciudadanos que no comprenden los números se prestan a ser manipulados comerMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

¿CIENCIA PERFECTA?

estadísticas cial o políticamente en sus temores y esperanzas; el resultado puede ser lesivo para su salud física y su bienestar emotivo. Explicamos cómo detectar tres tipos de manipulación y confusionismo estadístico en medicina y la forma de convertir cifras opacas en valores con significado; también cómo utilizar esa información para adoptar decisiones médicas más acertadas. Sostenemos, ante todo, que para evitar los malentendidos, las revistas profesionales de medicina, los medios de comunicación y otras vías informativas deben explicar los riesgos de manera más sencilla. Recomendamos, además, que se introduzca a los niños en el pensamiento estadístico y que dicha enseñanza se enfoque a la resolución de los problemas de la vida real, no como una disciplina puramente matemática.

¿Confía usted en su médico? La medicina mantiene desde antiguo un antagonismo con la estadística. Durante siglos, los tratamientos se basaron más en una ética de confianza personal que en hechos cuantitativos, desdeñados por su carácter impersonal e irrelevante para los casos concretos. Incluso en nuestros días son numerosos los profesionales de la medicina que se tienen por una especie de artistas: fían más en su intuición y su juicio que MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Muchos pacientes e incluso médicos sobrevaloran la fiabilidad de las pruebas y cribados.

en los números. Muchos pacientes, por su parte, prefieren confiar en su médico que solicitar datos para analizarlos. En una encuesta realizada en 2008 por uno de los autores (Gigerenzer) y sus colaboradores, dos terceras partes de más de 100 economistas estadounidenses afirmaron no haber ponderado los pros y contras de someterse a pruebas de detección de cáncer de próstata; se limitaron, sencillamente, a seguir las indicaciones de su médico. No resulta extraño que los individuos eviten conocer los datos estadísticos por una necesidad emotiva de certeza, noción que se lleva mal con la estadística, la cual nos prepara para adoptar decisiones en situaciones inciertas. Según se deduce de una encuesta de Gigerenzer en 2006, gran parte del público alberga una ilusoria certidumbre sobre la fiabilidad de las pruebas para la detección de cánceres o de VIH. Tanto los pacientes con ingenuidad estadística como sus médicos tienden a sobrevalorar las ventajas de las pruebas de detección precoz. Por ejemplo, las mamografías reducen entre un 4 y un 5 por mil el riesgo de que una mujer en la cincuentena fallezca de cáncer de mama antes de los 65 años, pero el 60 por ciento de una muestra aleatoria de mujeres estadounidenses creía que el beneficio sería unas 80 veces mayor. Los ciudadanos de EE.UU. muestran igual y su-

63

RESUMEN

Comprender los números

1

La incultura estadística no se arraiga

en déficits intelectuales, sino en la relación entre médico y paciente, en la ilusión de certidumbre en medicina y en la presentación opaca de los datos sobre salud.

2

Quienes no entienden los números

pueden resultar víctimas de la manipulación política o comercial de sus angustias y esperanzas. El resultado puede ser lesivo para su salud física y bienestar emocional.

3

Es necesario comprender la diferencia

entre riesgos relativos

perlativo entusiasmo en relación a los exámenes de cuerpo entero por tomografía computarizada (TC): en una muestra aleatoria de 500 estadounidenses, casi las tres cuartas partes dijeron preferir una TC gratuita de cuerpo entero a 1000 dólares en efectivo. Ello, a pesar de que ninguna organización médica profesional apoya tales escáneres; incluso varias desaconsejan este tipo de chequeos ya que pueden provocar lesiones importantes causadas por una cascada de dudas diagnósticas y de tratamientos invasivos debidos a la ambigüedad de los hallazgos. En una sociedad tecnológica moderna, los ciudadanos se enfrentan a un cuadro impresionante de decisiones médicas. ¿Debe una gestante de 35 años efectuarse un examen prenatal de anomalías cromosómicas? ¿Han de enviar los padres a sus hijas adolescentes a vacunarse contra el virus del papiloma humano para protegerlas contra el cáncer de cérvix, a pesar de que unos pocos informes advierten de que la vacuna (Gardasil) podría provocar parálisis? Para tomar decisiones informadas se necesita comprender las estadísticas sobre salud, en particular, la diferencia entre riesgos absolutos y relativos, además de saber utilizar las frecuencias naturales para inferir las probabilidades reales de enfermedad cuando una prueba ha dado un resultado positivo. Las personas deberían aprender asimismo a confiar más en las tasas de mortalidad que en las estadísticas de supervivencia a cinco años cuando valoren la utilidad de las pruebas de detección precoz (cribados) que indagan la patología en personas sanas. Nos ocuparemos por turno de cada una de estas cuestiones.

y absolutos, así como aprender a aplicar fre-

Riesgos absolutos

cuencias naturales para

En octubre de 1995, la Comisión Británica de Seguridad Farmacéutica advirtió de que los anticonceptivos orales de tercera generación elevaban al doble —es decir, en un 100 por 100— la probabilidad de formación de coágulos sanguíneos en las piernas o los pulmones, que podían suponer riesgo para la vida. Esta información fue trasladada por carta a 190.000 médicos generalistas, farmacéuticos y funcionarios de la salud pública, así como anunciada en los medios de comunicación a través de avisos de urgencia. La noticia provocó una gran ansiedad: numerosas mujeres dejaron de tomar la píldora, con la consecuencia de que en el año siguiente se incrementó en unos 13.000 el número de abortos en Inglaterra y Gales. Por cada aborto adicional se produjo un nacimiento extra; entre ellos, unas

inferir las auténticas probabilidades de que un resultado positivo en una prueba médica se deba a una enfermedad.

4

Para mejorar el conocimiento de la

estadística, las escuelas deberían impartir la materia y, sobre todo, habituar a los niños a pensar en términos estadísticos para resolver situaciones cotidianas.

64

800 concepciones más de chicas menores de 16 años. (Irónicamente, los abortos y los embarazos elevan el riesgo de trombosis más que la píldora de tercera generación.) Se hubiera podido evitar semejante pánico si los datos se hubiesen comunicado de forma más sencilla y clara. Las pruebas indicaban que alrededor de una de cada 7000 mujeres que tomaban la píldora de segunda generación sufrieron trombos; este número aumentó a 2 de cada 7000 en las mujeres que tomaban píldoras de tercera generación. Es decir, el riesgo absoluto creció en solo una parte en 7000, a pesar de que el riesgo relativo se elevase en un 100 por ciento. Los riesgos absolutos son, en general, números pequeños, mientras que los correspondientes cambios en valor relativo tienden a parecer grandes, sobre todo cuando la tasa basal es reducida. La información expresada en valores relativos puede suscitar esperanzas poco realistas, por no hablar de temores poco fundados. No obstante, lo mismo entre pacientes como en médicos, son muchos quienes valoran más favorablemente un tratamiento o una prueba si sus beneficios son expresados en términos de reducción relativa del riesgo. En 2007, al revisar una serie de estudios experimentales, la psicóloga Judith Covey, de la Universidad de Durham, apreció que cuando las ventajas de un fármaco se expresaban en forma de reducción de riesgo, el 91 por ciento de los médicos generalistas daneses se la recomendarían a sus pacientes. En cambio, cuando se les exponía la disminución de riesgo de ese fármaco en términos absolutos, el porcentaje se reducía al 63 por ciento. Los folletos informativos, los médicos, las revistas de medicina y los medios de comunicación siguen informando al público en términos de variación relativa, debido, en parte, a que los números grandes «dan» mejor en titulares y llaman más la atención. Una de estas hojas informativas conjuntaba ambos valores al anunciar que la terapia de reemplazo hormonal (TRH) «ha demostrado que protege a las mujeres frente al cáncer colorrectal (hasta más de un 50 por ciento)», mientras que el riesgo de cáncer de mama «podría tal vez aumentar en un 0,6 por ciento (6 en 1000)». Los datos revelan que el beneficio del 50 por ciento corresponde a un número absoluto inferior a 6 casos en 1000; lo que significa que la TRH produce más casos de cáncer de los que evita. Sin embargo, según un estudio realizado en 2003, 60 de 80 mujeres extrajeron de este folleto la conclusión contraria. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Vivir en la incertidumbre Aunque suele invocarse la necesidad de certeza en los resulta-

doras de 50 años fallecen por enfermedades cardíacas en el

dos de las pruebas diagnósticas y de los tratamientos, no existen

plazo de 10 años) o en términos comparativos (una fumado-

ni respuestas inequívocas ni tratamientos infalibles. El riesgo

ra de 50 años tiene más o menos las mismas probabilidades

parece inevitable; acompaña a toda acción o inacción. He aquí

de fallecer por cardiopatología que por cáncer de pulmón

algunas cuestiones que debe responder todo tipo de riesgo:

en el plazo de diez años, riesgo siete veces mayor que el de perecer en un accidente de tráfico).

1 ¿Riesgo de qué? Es necesario comprender el resultado al que se refiere el riesgo. ¿Es el riesgo de morir de una enfermedad, de adquirirla o de manifestar un síntoma?

4 ¿Me concierne? Averigüe si el riesgo se basa en estudios de personas como usted: individuos de su misma edad y sexo, o con problemas de salud similares a los suyos.

2 ¿Cuál es la referencia temporal? Los riesgos en «los diez años próximos» resultan más fáciles de imaginar que los riesgos

5 ¿Qué daños puede provocar? Las pruebas de cribado preventi-

«en algún momento de la vida», tan utilizados. También son

vo pueden causar falsas alarmas y suscitar angustia sin necesi-

más informativos: aunque los riesgos varían con el tiempo,

dad. Cuando las mujeres siguen un programa de mamografías

un intervalo de diez años tiene la duración suficiente para

anuales durante un período de 10 años, una de cada dos pue-

adoptar alguna decisión.

de esperar que en los resultados aparezcan uno o más falsos positivos; peor todavía: en las pruebas de detección precoz

3 ¿Qué dimensiones tiene? Dado que no existen riesgos nulos,

se detectan a menudo anomalías que nunca tendrían mani-

lo que cuenta es su importancia. Tal dato debería expresarse

festación sintomática; sin embargo, ocasionan intervenciones

en términos absolutos (por ejemplo, 13 de cada 1000 fuma-

quirúrgicas innecesarias u otros tratamientos invasivos.

Los riesgos absolutos resultan más informativos, porque toman en cuenta la información sobre tasas basales. A partir de los datos absolutos, cualquiera puede deducir los riesgos relativos, pero no al contrario. Después de todo, una reducción relativa del 50 por ciento tanto podría describir una reducción sustancial de mortalidad de 200 a 100 pacientes en cada 10.000, como una reducción mucho menos importante: rebajar de dos a uno los fallecidos en 10.000 individuos. Los ensayos aleatorizados proporcionan en medicina información de gran calidad, pero si los resultados no son debidamente comunicados, la gente no podrá valorarlos de forma ccorrecta.

Frecuencias naturales Supongamos que en un examen mamográfico se diagnostique un positivo. La mujer en cuestión pregunta a su médico: «¿Es seguro que sufro un cáncer, si no, cuáles son las probabilidades de que lo tenga?». En un curso de reciclaje de ginecólogos, Gigerenzer pidió a 160 de estos profesionales que respondieran a dicha cuestión en relación a mujeres de su región, habida cuenta de los datos siguientes: Q

La probabilidad de que una mujer sufra un cáncer de mama (prevalencia) es del 1 por ciento.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Q

Q

Si una mujer sufre cáncer de mama, la probabilidad de que la prueba ofrezca un resultado positivo (sensibilidad) es del 90 por ciento. Si una mujer no padece cáncer de mama, la probabilidad de que aun así una prueba dé un resultado positivo es del 9 por ciento (tasa de falsos positivos).

GLOSARIO Riesgo absoluto

De las siguientes respuestas, ¿cuál sería la más acertada?

Indica la frecuencia de la expresión de un valor (por ejemplo, un resultado positivo o negati-

A. La probabilidad de que sufra un cáncer ronda el 81 por ciento. B. De cada 10 mujeres con una mamografía positiva, alrededor de 9 sufren cáncer de mama. C. De cada 10 mujeres con una mamografía positiva, alrededor de una sufre cáncer. D. La probabilidad de que tenga un cáncer ronda el 1 por ciento.

vo) en un conjunto de datos.

Riesgo relativo Describe la proporción de personas de una muestra que presentan un valor característico (una infección de VIH, por ejemplo) en comparación con otro grupo de individuos.

Los ginecólogos podían deducir la respuesta de los datos estadísticos anteriores, o tener en cuenta lo que ya deberían saber. En ambos casos, la respuesta más acertada es la C: solo una de cada 10 mujeres con positivo en las mamografías padece un cáncer de mama; las otras 9 han sido alarmadas sin motivo. Antes del curso, la mayoría (60 por ciento) de los ginecólogos respondieron que el 90 por ciento o que el 81 por ciento pade-

Tasa de falso positivo Probabilidad de un resultado positivo cuando no existe enfermedad.

Sensibilidad Probabilidad de un resultado positivo en una enfermedad.

65

ALARMAS INNECESARIAS Los positivos en mamografías pueden provocar una angustia considerable. Un resultado positivo sería mucho menos alar-

Así pues, de cada 1000 mujeres habrá 98 resultados positivos en la prueba, pero solo 9 de estos corresponderán a una enfermedad real. En cuanto aprendieron a traducir las probabilidades condicionales a frecuencias naturales, el 87 por ciento de los ginecólogos se percató de que la respuesta más acertada era una de 10. De forma análoga, el psicólogo Ros Bramwell y sus colaboradores, de la Universidad de Liverpool, informaron en 2006 que solo uno de cada 21 obstetras era capaz de estimar correctamente la probabilidad de que un no nacido tuviera el síndrome de Down tras haber dado positivo en la prueba. Cuando se les facilitaron las frecuencias naturales relevantes, 13 de 20 llegaron a la respuesta correcta. Los médicos deben informar a sus pacientes de que ninguna prueba es perfecta, de que los resultados de cada una deben interpretarse con cuidado y que es necesario repetirla. A toda mujer sometida a una mamografía debería explicársele que muchos de los resultados sospechosos corresponden a falsas alarmas. Todas las pruebas diagnósticas ofrecen una incertidumbre parecida, incluso las de VIH. En un congreso sobre el sida celebrado en 1987, Lawton Chiles, entonces senador por Florida, informó de que de 22 donantes de sangre de su estado que habían recibido la notificación de los resultados positivos en pruebas de VIH, siete acabaron suicidándose. Aunque la prueba del VIH detecta hasta el 99,9 de las infecciones auténticas y que el 99,99 de sus resultados negativos son acertados, el hecho de que el riesgo basal en hombres heterosexuales sea muy bajo implica que el riesgo de hallarse infectado puede alcanzar tan solo un 50 por ciento cuando un hombre da positivo en las pruebas. Sin embargo, cuando la tasa basal es más elevada, como en el caso de hombres homosexuales que practican relaciones sexuales sin protección, o drogadictos que comparten agujas hipodérmicas, es casi seguro que si el test de VIH da positivo se encuentren realmente infectados. Así pues, la tasa basal en una población determina el significado de un resultado positivo en las pruebas diagnósticas.

cerían la oncopatología, sobrestimando de esta forma la probabilidad de cáncer. Solo un 21 por ciento de los médicos seleccionó la respuesta más acertada, a saber, una de cada 10. Son numerosos los médicos que ignoran las probabilidades reales de que una persona sufra una enfermedad tras un positivo en alguna prueba diagnóstica; ignoran el valor predictivo de un positivo en la prueba. Tampoco saben estimarlo a partir de probabilidades condicionadas como la sensibilidad del test (la probabilidad de que señale positivo en caso de enfermedad) y de la tasa de falsos positivos. Esta incompetencia en la comprensión de los números es causa de miedos indebidos. Meses después de haber sido informadas de que una mamografía suya dio un falso positivo, una de cada dos mujeres explicó que sufría angustia en relación a mamografías y cánceres de mama; asimismo, una de cada cuatro declaraba que tal ansiedad afectaba su estado de ánimo y actividad cotidiana. Los médicos podrían deducir con mayor facilidad las probabilidades correctas si las estadísticas que rodean a la prueba diagnóstica fuesen presentadas en forma de frecuencias naturales. Por ejemplo:

mante si las mujeres supieran que la probabilidad de cáncer

Q

supone solo un 10 por ciento. Si se efectúan diez exámenes, una

Q

mujer de cada dos puede esperar que al menos una de sus mamografías resulte positiva.

Q

De cada 1000 mujeres, 10 tienen cáncer de mama. De estas 10 mujeres, 9 dan positivo en la prueba. De 990 mujeres sin cáncer, la prueba dará positivo en unas 89.

CORBIS

La mortalidad es lo que cuenta

66

Cuando se postulaba para la presidencia, Giuliani proclamaba que la atención sanitaria en EE.UU. era superior a la de Gran Bretaña. Al parecer utilizó datos del año 2000, cuando 49 británicos de cada 100.000 fueron diagnosticados con cáncer de próstata, 28 de los cuales (alrededor de un 44 por ciento) fallecieron en el lapso de MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Pronóstico de infección Probabilidades condicionadas

Frecuencias naturales Es usted varón y el resultado de una

1 hombre

10.000 hombres

prueba de VIH ha sido positivo. Sin embargo, pertenece a un colectivo con poco riesgo de infección. ¿Cuál es

0,01 % con VIH

99,99 % sin VIH

la probabilidad de que sea portador del virus? Con probabilidades condi-

1 con VIH

9999 sin VIH

cionales (izquierda), el cálculo parece 99,9 %, positivos

0,1 %, negativos

0,01 %, positivos

99,99 %, un tanto desconcertante. Pero con frenegativos

cuencias naturales, la respuesta (que

1 positivo

0 negativos

1 positivo

9998 negativos

es la misma) se entiende de forma Probabilidad de infección por VIH con un positivo en la prueba: 0,0001 × 0,999 0,0001 × 0,999 + 0,9999 × 0,0001

clara: de cada 10.000 hombres cabe esperar que uno se encuentre infectado con VIH y produzca un positivo, ya que el test es de gran seguridad.

Probabilidad de infección por VIH con resultado positivo en la prueba: 1 1+1

De los no infectados, también es probable que uno dé positivo, ya que el índice de error de la prueba es 0,999. Así pues, habrá dos positivos, uno de GEHIRN & GEIST

ellos falso. La probabilidad de que se halle infectado no es de un 100 por ciento, sino del 50.

cinco años. Con una metodología similar, citó una tasa de supervivencia a los cinco años del 82 por ciento en EE.UU., dando a entender que los estadounidenses con cáncer de próstata tenían casi el doble de probabilidades de sobrevivir en ese plazo que sus homólogos británicos. Sin embargo, tal presunción es falsa: estas estadísticas de supervivencia reflejan, principalmente, diferencias de diagnóstico entre esos países pero no indican que los tratamientos y la prolongación de la vida sean mejores en EE.UU. Para comprender por qué, imaginemos un grupo de pacientes de cáncer de próstata británicos diagnosticados (por síntomas) a los 67 años; todos fallecen a los 70. Cada uno de ellos, pues, ha sobrevivido tres años, por lo que, en este grupo, la supervivencia a cinco años es 0. Imaginemos ahora que se diagnostica al mismo grupo en EE.UU., donde los médicos detectan la mayoría de los casos de cáncer de próstata mediante la prueba de antígeno prostático específico (prueba PSA, por sus siglas en inglés). Dicho test no se aplica de forma sistemática en Gran Bretaña. De esta manera, los enfermos son diagnosticados antes (a la edad de 60 años), aun así, todos fallecen a los 70. Estos pacientes han sobrevivido 10 años, por lo que su tasa de supervivencia a cinco años es del 100 por ciento. Aunque la tasa de supervivencia ha cambiado drásticamente, la MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

edad de fallecimiento no ha cambiado en absoluto. Este ejemplo muestra que basta establecer en una fecha anterior el punto diagnóstico para multiplicar las tasas de supervivencia (sesgo provocado por el origen temporal), a pesar de que nadie haya prolongado o salvado su vida. También pueden obtenerse elevadas tasas espurias de supervivencia por sobrediagnóstico, esto es, por detección de anomalías que técnicamente constituyen una enfermedad pero que no llegan a presentar síntomas durante la vida del paciente. Supongamos que 1000 hombres con un cáncer progresivo no se someten a pruebas de cribado preventivo. Al cabo de cinco años todavía siguen vivos 440, lo que supone una tasa de supervivencia del 44 por ciento. Entre tanto, en otra población masculina, un cribado por PSA detecta 1000 individuos con cáncer progresivo y 2000 con cáncer no progresivo (por definición, no fallecerán de cáncer en los cinco años siguientes). Los casos no progresivos se suman ahora a los 440 que sobrevivieron al cáncer progresivo, lo que infla la tasa de supervivencia hasta el 81 por ciento. Aunque dicha cifra haya experimentado un cambio impresionante, el número de fallecidos no ha cambiado en absoluto. Hace 20 años, el cribado preventivo con la prueba PSA provocó en EE.UU. una explosión

GLOSARIO Probabilidad condicional Indica las probabilidades de una circunstancia (infección por VIH) cuando ya existe un hecho (resultado positivo en las prueba).

Tasa de supervivencia Probabilidad de vivir un cierto periodo de tiempo después del diagnóstico.

Sobrediagnóstico Diagnóstico de una (variante inocua de) enfermedad que no hubiera provocado ni la muerte ni síntomas.

Tasa de mortalidad Número de fallecimientos en una población en un periodo determinado.

67

© ISTOCKPHOTO / ALLISON HERREID

¿TUMOR CEREBRAL? Las imágenes obtenidas por resonancia magnética (como la mostrada aquí de un cerebro sano) pueden servir para diagnosticar cáncer cerebral. Compañías y organizaciones ofrecen tales escáneres con fines preventivos, ya que, según indican, pueden descubrir si se sufre un tumor cerebral. No obstante, el cáncer cerebral es poco frecuente. De hecho, no existen pruebas de que tales cribados resulten beneficiosos.

68

en el número de nuevos diagnósticos de cáncer de próstata. En Gran Bretaña, el efecto ha sido bastante menor, pues el test PSA se utiliza mucho menos. Esta disparidad diagnóstica explica en gran parte el porqué del índice superior de supervivencia a cinco años para el cáncer de próstata en EE.UU. (Valores más recientes indican una supervivencia a cinco años del 98 por ciento en EE.UU. frente a un 71 por ciento en Gran Bretaña.) A pesar de las diferencias en tasas de supervivencia, las tasas de mortalidad en ambos países son casi idénticas: unos 26 fallecidos por cáncer de próstata por cada 100.000 en EE.UU. frente a unos 27 por 100.000 británicos. Este dato hace pensar que la prueba PSA ha llevado a diagnosticar dicha oncopatología a muchos estadounidenses, con el resultado de intervenciones quirúrgicas innecesarias y tratamientos de radiación, los cuales a menudo provocan impotencia o incontinencia urinaria. Debido al sobrediagnóstico y a los sesgos derivados del origen temporal, las tasas de supervivencia en el intervalo de cinco años carecen de una relación fiable con los cambios en mortalidad si las pautas diagnósticas son diferentes. Aun así, numerosos departamentos oficiales siguen hablando de tasas de supervivencia a cinco años. Un informe del Instituto Británico de Estadísticas Nacionales señalaba que la tasa de supervivencia para el cáncer de colon era del 60 por ciento en EE.UU. frente a un 35 por ciento en Gran Bretaña. Los expertos calificaron de «in-

aceptable» tal hallazgo; urgieron al Gobierno que duplicase el gasto en tratamiento del cáncer. En realidad, la tasa de mortalidad por cáncer de colon en Gran Bretaña es más o menos la misma que en EE.UU. En un caso más extraordinario todavía, un anuncio del prestigioso centro oncológico M. D. Anderson, de la Universidad de Texas, mezclaba tasas de supervivencia con tasas de mortalidad: «al tiempo que las tasas de mortalidad nacional para el cáncer de próstata fluctuaron entre 1960 y 1990, las tasas de supervivencia a cinco años entre los pacientes M. D. Anderson siguieron mejorando» (las cursivas son de los autores). Las tasas de mortalidad constituyen indicadores más fiables del valor de los programas de detección precoz (cribado) que las tasas de supervivencia a cinco años, ya que exageran los índices de supervivencia debido a la anterioridad en los diagnósticos y también por sobrediagnóstico. Así pues ¿debe un varón hacerse una prueba PSA, o una fumadora someterse a un escáner TC, por si tuviera cáncer de pulmón? En ambos exámenes se descubre mayor número de cánceres en fases tempranas; no obstante, no se ha demostrado ni en uno ni en otro que se reduzca la mortalidad. Entre el público general es habitual suponer que estos programas de detección temprana constituyen salvaguardias para su salud, incluso si una enfermedad es rara. Empero las pruebas médicas pueden resultar lesivas, lo que significa que nada hay de «inocuo» en esta estrategia. En el caso de los numerosos pacientes que son sobrediagnosticados (falsos positivos), los tratamientos solo podrán causarles daños. Una epidemia de diagnósticos puede resultar tan peligrosa para nuestra salud como la propia enfermedad.

Resolver problemas No serían tantos los errores de interpretación de estadísticas si los investigadores, los médicos y los medios de comunicación utilizasen cifras fáciles de entender que no indujeran a confusión: riesgos absolutos en vez de riesgos relativos; frecuencias naturales en lugar de probabilidades condicionadas, y tasas de mortalidad en lugar de tasas de supervivencia a cinco años. Junto a la necesidad de cambiar la manera de informar sobre estadísticas sanitarias, es necesario educar a nuestros jóvenes en la ciencia del riesgo. En general, los programas escolares de matemáticas en EE.UU. se centran en las matemáticas de la certeza —desde la aritmética hasta el cálculo diferencial— y la instrucción en proMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Con cribado preventivo Cáncer diagnosticado por cribado a los 60 años

Supervivencia a los 5 años = 100 %

Sin cribado

Comienzo del cáncer

Cáncer diagnosticado por síntomas a los 67 años Muerte a los 70 años Supervivencia a los 5 años = 0 %

SCIENTIFIC AMERICAN MIND

Comienzo del cáncer

Muerte a los 70 años

¿VIVIR MÁS? Las estadísticas de supervivencia dependen del momento en que se realice el diagnóstico, por lo que tales cifras llevan a engaño. Un diagnóstico de cáncer a los 60 años (arriba) puede inflar de forma impresionante las tasas de supervivencia a cinco años en comparación con diagnósticos efectuados siete años después

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA

(abajo) sin que haya cambiado la edad de fallecimiento. A META-ANALYSIS OF THE EFFECTS OF PRESENTING TREAT-

babilidad, por lo que la estadística se imparte demasiado tarde o, incluso, se omite por completo. Como proponía H. G. Wells, la estadística debe enseñarse al inicio del aprendizaje, al igual que la lectura y la escritura. De hecho, la Comisión Nacional de Enseñanza de las Matemáticas estadounidense lleva años insistiendo en que los docentes comiencen con la instrucción en estadística y probabilidad en la escuela primaria. Si desde pequeños los niños aprendieran de manera lúdica a enfrentarse a un mundo de incertidumbres, la incultura colectiva en estadística formaría parte del pasado. Es preciso, además, que los maestros enfoquen la estadística de diferente modo. En lugar de enseñar a los alumnos a aplicar fórmulas para resolver problemas «de juguete» con dados y naipes, deberían instruirles a valerse de los números para abordar las dificultades del mundo real. Es posible que deba «arrancarse» la estadística del ámbito de los docentes de matemáticas y crear un entorno de resolución de problemas sobre higiene y salud, que tal vez sirviera para que los jóvenes tomasen decisiones más acertadas en relación a las drogas, el alcohol, la conducción, la biotecnología y otras cuestiones importantes relacionadas con la salud. Un texto de enseñanza secundaria ofrece un excelente ejemplo de dicha metodología. Se trata de un caso real. Una mujer de 26 años, madre soltera, dio positivo en una prueba rutinaria de VIH. Perdió su empleo, hubo de trasladarse a MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

un refugio de acogida con otros residentes VIH positivos, tuvo relaciones sexuales sin protección con uno de ellos y acabó manifestando bronquitis. El médico que la atendió esta vez le pidió que volviera a hacerse la prueba de VIH. Dio negativo. Lo mismo ocurrió con el examen de su muestra sanguínea original cuando se repitió la prueba. Esa mujer había vivido una pesadilla porque sus médicos no se percataron de que un resultado positivo en una prueba no es algo definitivo. En el caso en cuestión, suponía solo una probabilidad de un 50 por ciento de hallarse infectada, ya que pertenecía a un grupo de riesgo muy reducido. La cultura estadística puede cambiar la vida de las personas, ayudándoles a tomar decisiones más acertadas, a reconocer la publicidad o los mensajes de los servicios públicos engañosos y, en definitiva, a adoptar una actitud menos tensa sobre su salud. En el sueño de la cultura estadística se incardina el ideal de la Ilustración: la elevación del pueblo desde una inmadurez autoimpuesta. En palabras de Immanuel Kant: «¡Atrévete a saber!».

MENT BENEFITS IN DIFFERENT FORMATS. Judith Covey en

Medical Decision Making, vol. 27, n.o 5, págs. 638-654, septiembre/octubre de 2007. HOW STUDENTS LEARN STATISTICS REVISITED: A CURRENT REVIEW OF RESEARCH ON TEACHING AND LEARNING STATISTICS. J. Garfield y D. Ben-Zvi

en International Statistical Review, vol. 75, n.o 3, págs. 372-396, diciembre de 2007. KNOW YOUR CHANCES: UNDERSTANDING HEALTH STATISTICS. Steven Woloshin, Lisa

M. Schwartz y H. Gilbert Welch. University of California Press, 2008. BREAST CANCER MORTALITY IN NEIGHBOURING EUROPEAN COUNTRIES WITH DIFFERENT

Gerd Gigerenzer es director del Instituto Max Planck de Desarrollo Humano y del Centro Harding de Conocimiento del Riesgo en Berlín. Wolfgang Gaissmaier es investigador jefe en el Centro Harding. Elke Kurz-Milcke es psicóloga en el mismo centro. Lisa M. Schwartz y Steven Woloshin son profesores asociados de medicina comunal y familiar en el Instituto Darthmouth de Política Sanitaria y Práctica Clínica.

LEVELS OF SCREENING BUT SIMILAR ACCESS TO TREATMENT: TREND ANALYSIS OF WHO MORTALITY DATABASE. P. Autier,

M. Boniol, A. Gavin y L. J. Vatten en British Medical Journal, vol. 343: d4411, 2011.

69

Armonía hormonal Nuestro cráneo alberga dos hemisferios cerebrales. Si empleamos ambos lados por igual o, por el contrario, si utilizamos más uno que otro depende, en parte, de nuestras hormonas

DUO DESIGUAL Los dos hemisferios cerebrales parecen prácticamente simétricos, como muestra esta recreación. Sin embargo, cada uno se especializa en tareas diferentes.

70

© ISTOCKPHOTO / HENRIK JONSSON

MARKUS HAUSMANN Y ULRIKE BAYER

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

A

primera vista, el cerebro parece formado por dos imágenes especulares: como si de una figura simétrica se tratara. No obstante, esta primera impresión resulta engañosa. Desde hace más de cien años, se sabe que los hemisferios cerebrales, casi simétricos y tan solo unidos por el cuerpo calloso, cumplen funciones muy diversas a pesar de su semejanza. Es verdad que juntos controlan nuestra conducta; sin embargo, el lado izquierdo sobresale por sus «facultades» para el lenguaje, mientras que el derecho destaca por su percepción del espacio. Esta propiedad del cerebro, la «asimetría funcional», caracteriza no solo al ser humano, sino también a otras especies animales. El grado de lateralización (desigualdad funcional entre un hemisferio y otro) varía según el sexo: si bien los hombres satisfacen las tareas lingüísticas y espaciales con el hemisferio especializado correspondiente, las mujeres parecen aprovechar por igual ambos hemisferios. Así pues, el cerebro femenino presenta una organización con más simetría funcional que el masculino [véase «Varón o mujer: cuestión de simetría», por Markus Hausmann; MENTE Y CEREBRO, n.o 7]. Métodos modernos de neuroimagen como la electroencefalografía (EEG) o la resonancia magnética funcional (RMf) corroboran dicho fenómeno. ¿Cuál es la causa de las diferencias de simetría? Desde el punto de vista biológico, emergen en seguida unos claros implicados: las hormonas sexuales. Aun cuando los hombres y las mujeres disponen, en esencia, de los mismos mensajeros, sus concentraciones resultan muy distintas. Los varones poseen valores altos de las hormonas sexuales masculinas (andrógenos), entre las que destaca la testosterona. Las mujeres, por su parte, poseen asimismo estas sustancias, pero en cantidades mucho menores. Las principales hormonas femeninas son el estradiol (un estrógeno) y la progesterona. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Las hormonas sexuales regulan ante todo la reproducción. Sin embargo, surten múltiples efectos en el cerebro, al que llegan a través de la sangre. Estos efectos no se relacionan de inmediato con la sexualidad. Hoy por hoy, se acumulan las pistas que indican que las citadas diferencias sexuales y la simetría cerebral obedecen, al menos en parte, a las hormonas. Para esclarecer la relación entre las hormonas y la organización cerebral, los probandos masculinos no resultan muy adecuados, ya que sus niveles hormonales se mantienen, en conjunto, relativamente constantes a pesar de las oscilaciones diarias y estacionales. Las mujeres, en cambio, muestran grandes oscilaciones en el transcurso del ciclo menstrual: durante los días de la regla producen solo pequeñas cantidades de hormonas sexuales femeninas. Antes de la ovulación, el contenido de estradiol aumenta de forma notable, mientras que los valores de progesterona se mantienen bajos. Solo después de la ovulación, la progesterona alcanza el máximo, junto con el segundo pico de estradiol. Al término del ciclo mensual, las dos hormonas vuelven a disminuir. Tales oscilaciones naturales han ayudado en los últimos años a investigar las influencias de las hormonas sexuales en la asimetría funcional del cerebro.

RESUMEN

Asimetría flexible

1

Los dos hemisferios cerebrales se hallan

especializados en tareas diferentes: mientras que el izquierdo domina en el procesamiento del lenguaje, el derecho controla las tareas espaciales y geométricas.

2

Las hormonas sexuales modifican el gra-

do de división de trabajo: el cerebro femenino muestra una organización asimétrica, parecida a la de los hombres, cuando los valores hormonales se reducen (durante la menstruación). Tras la ovulación, momento en

Durante el ciclo

el que se elevan las hor-

En nuestros estudios partimos de un ciclo menstrual regular de 28 días. Sin embargo, la naturaleza rara vez se atiene a un esquema tan riguroso: por dicha razón tuvimos que medir cada vez los valores hormonales de nuestras voluntarias para determinar con exactitud la fase del ciclo. Luego pedimos a las mujeres que resolvieran ciertas tareas lingüísticas y espaciales durante su menstruación (cuando los valores hormonales se reducen) y después de la ovulación (cuando se elevan).

monas, los dos hemisferios colaboran con mayor fuerza.

3

Tras la menopausia se realza la asimetría

funcional del encéfalo. La administración de hormonas por vía extrínseca, en cambio, la reduce.

71

© WIKIMEDIA COMMONS / JOHN A BEAL / CREATIVE COMMONS 3.0

CONECTADOS

Cuerpo calloso

Los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo se comunican a través de haces de fibras nerviosas o comisuras. El cuerpo calloso constituye la conexión más poderosa.

Para comprobar la asimetría funcional del cerebro aplicamos el método de la estimulación del hemicampo visual. En una pantalla de ordenador presentamos diversos estímulos (palabras o figuras geométricas) que durante un breve período se situaban en el campo visual derecho o en el izquierdo y que, en consecuencia, eran

Oscilaciones hormonales durante el ciclo menstrual El primer día de la regla da comienzo al ciclo menstrual de la mujer. Durante la menstruación (1), que suele durar entre cuatro y cinco días, las concentraciones de las hormonas sexuales son bajas. En la fase folicular siguiente (2) madura un ovocito junto con el tejido que lo nutre y lo rodea (las células foliculares), las cuales a su vez liberan la hormona estradiol (E). Con ello, la mucosa del útero aumenta de espesor; la concentración de estradiol se eleva al máximo a los 14 días, poco antes de la ovulación. Entonces se desgarra el folículo y sale el ovocito (3). Durante la ovulación, la hormona luteinizante (LH) estimula la transformación del tejido folicular residual en el cuerpo lúteo que, a su vez, segrega progesterona (P) en la fase lútea. Unos siete u ocho días después de la ovulación, la concentración de estradiol, junto con la de progesterona, alcanza un segundo pico (4). Si el ovocito no es fecundado, el cuerpo lúteo degenera en la fase premenstrual y las concentraciones hormonales vuelven a disminuir (5). En ese momento también se desprende la mucosa del útero y, con la hemorragia consiguiente, se inicia un nuevo ciclo. El ciclo dura unos 28 días por término medio, aunque esta

Concentración hormonal relativa

GEHIRN & GEIST SEGÚN EL AUTOR

cifra varía de una mujer a otra. E P LH

3

2

4

1

1

5

14 Fase folicular

Ovulación

24 Fase lútea

Ciclo menstrual (Días)

72

Supresión temporal

5

Menstruación

procesados por solo uno de los hemisferios. Las mujeres debían comparar, con la mayor rapidez posible, el estímulo correspondiente con una de las palabras o patrones presentados en el centro de la pantalla. Como cabía esperar, durante los días con niveles hormonales inferiores las mujeres mostraron una asimetría cerebral típicamente masculina. Durante el pico hormonal, después de la ovulación, los dos hemisferios cerebrales se mostraron igual de activos. En suma, la simetría cerebral parece depender sobre todo de la progesterona: cuanto más elevada es la concentración de este mensajero, con mayor simetría trabaja el cerebro o, expresado de otra manera, más femenino parece. ¿Pueden las hormonas influir de manera directa en la simetría de las funciones cerebrales? Tal como opera nuestro encéfalo, ello dependería de la comunicación entre ambos hemisferios, fenómeno que, en esencia, ocurre por medio del cuerpo calloso. Provisto al menos de 200 millones de fibras nerviosas, transmite las señales excitadoras e inhibidoras en ambas direcciones. Sin duda, la inhibición recíproca determina la magnitud de la asimetría cerebral. Si se ofrecen al cerebro estímulos lingüísticos, el hemisferio izquierdo toma el mando reprimiendo la actividad del derecho. Cuando se muestran estímulos espaciales (figuras geométricas o, incluso, rostros), ocurre lo contrario: el hemisferio derecho trabaja más; al mismo tiempo, suprime el lado izquierdo.

28

Fase premenstrual

Suponemos que las hormonas sexuales femeninas reducen, por su parte, estos procesos inhibitorios para que los dos hemisferios actúen casi «en pie de igualdad», de manera que el cerebro trabaje con mayor simetría. Sin embargo, los experimentos con la técnica del hemicampo visual solo aportan datos indirectos MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

T ie

T ie

Azar

mp

mp

o

o

GEHIRN & GEIST SEGÚN EL AUTOR

Azar

I

D

I

D

Visión unilateral La estimulación del hemicampo visual permite analizar la

por el hemisferio contrario al lado de la presentación (dere-

asimetría funcional del cerebro de personas sanas. Los pro-

cha). El probando debe decidir cuanto antes si el objeto que

bandos fijan el punto medio de la pantalla del ordenador

percibe es igual (I) o distinto (D) del que se le ha presentado

donde aparece, primero en el centro, una palabra o una fi-

con anterioridad.

gura geométrica (izquierda). Tras una breve pausa, surge un

De manera característica, las palabras se reconocen con

nuevo estímulo que se percibe o bien en el hemicampo visual

mayor rapidez si emergen en el hemicampo visual derecho,

derecho, o bien en el izquierdo. Como las vías visuales del

de forma que alcanzan directamente el hemisferio izquierdo;

cerebro se cruzan, el estímulo es procesado en un inicio solo

ante patrones espaciales, sucede lo contrario.

del efecto de las hormonas en la comunicación neuronal. Para saber qué ocurre en realidad dentro del encéfalo, llevamos a cabo, junto con Susanne Weis y sus colaboradores, de la Escuela Técnica Superior de Renania-Westfalia de Aquisgrán, un análisis de conectividad funcional mediante RMf: mientras nuestras voluntarias se enfrentaban otra vez a tareas lingüísticas y espaciales, el escáner cerebral representaba las actividades en las regiones examinadas de cada hemisferio. Se observó que las regiones del lóbulo frontal del hemisferio izquierdo dominante (responsable del lenguaje) inhibían, en efecto, las regiones correspondientes del hemisferio derecho, aunque solo durante la menstruación, fase en la que el cerebro de las mujeres trabaja de forma más bien asimétrica, es decir, «masculina». Unos días antes de la ovulación, cuando los valores de estradiol se hallan aumentados, esta inhibición disminuye con claridad: las voluntarias maniMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

festaron en ese momento una organización cerebral típicamente femenina y simétrica. Tales datos confirman nuestra suposición de que las hormonas sexuales modifican la comunicación entre los dos hemisferios y, con ello, el grado de asimetría del encéfalo.

Buena colaboración A pesar de esa inhibición recíproca, los lados derecho e izquierdo de nuestro órgano pensante no se oponen, al contrario, pueden y deben colaborar. Al fin y al cabo, el hemisferio dominante alcanza en seguida el límite de su capacidad ante problemas difíciles. Si ambos hemisferios comparten el trabajo e intercambian la información a través del cuerpo calloso, el cerebro puede encontrar una solución rápida y eficiente, incluso en condiciones de máxima exigencia. Para determinar la magnitud de integración interhemisférica, en 2008 mostramos de

73

INHIBICIÓN MENSUAL CORTESÍA DEL AUTOR, ESTRADIOL MODULATES FUNCTIONAL BRAIN ORGANIZATIONS. WEIS ET AL. EN JOURNAL OF NEUROSCIENCE, 10 DE DICIEMBRE DE 2008

Las regiones del lóbulo frontal izquierdo se estimulan al procesar el lenguaje (rojo). Al mismo tiempo, las regiones correspondientes del lado derecho se inhiben (amarillo). Mientras que el cerebro masculino presenta siempre esta simetría cerebral, en las mujeres aparece solo durante la menstruación.

nuevo a nuestras probandos diversos objetos que debían comparar con un estímulo central. Esta vez, la clave era la siguiente: las mujeres solo veían imágenes parciales en los hemicampos izquierdo y derecho de su visión. Así pues, los dos hemisferios debían comunicarse para decidir de inmediato si los objetos coincidían. Una vez más confirmamos las oscilaciones del ciclo menstrual: después de la ovulación (cuando los valores hormonales se encuentran altos),

Mitos sobre el cerebro Al debatir las diferencias psíquicas entre los sexos y la preferencia por los hemisferios izquierdo y derecho, surgen numerosos mitos y malentendidos. Los experimentos neuropsicológicos revelan un reparto hemisférico a menudo desigual de la actividad cerebral (lateralización): el lóbulo frontal derecho participa con mayor intensidad de las reacciones emocionales que el izquierdo, y el lóbulo parietal derecho se activa sobre todo al procesar las cifras y la información espacial. En cambio, en el hemisferio izquierdo se encuentran los centros neuronales del lenguaje. Sin embargo, la medición de la actividad cerebral con técnicas de imagen detecta solo la punta del iceberg: revela aquellas regiones cerebrales con mayor actividad en una tarea concreta. Ello no significa que el resto del cerebro permanezca en silencio. Los hemisferios derecho e izquierdo trabajan, en general, mano a mano y se complementan entre sí. Por tanto, hablar de un hemisferio derecho «unívocamente emocional» en contraposición con un lado izquierdo «lógico-analítico» sobrepasa la realidad. Lo mismo cabe decir de las referencias sexuales en el plano psíquico. Desde

los dos hemisferios cooperaban de manera intensiva. No obstante, estos experimentos no constituyen una prueba directa de que las hormonas desencadenen dichas variaciones dinámicas en la organización funcional del cerebro. En última instancia, el ciclo menstrual se asocia a multitud de cambios fisiológicos y psíquicos. Por tal motivo, ampliamos el círculo de participantes: incluimos mujeres que ya no tenían la regla. Algunas de ellas tomaban estrógenos y gestágenos con el fin de prevenir síntomas adversos (sofocos de calor, alteraciones del sueño o pérdidas óseas), los cuales pueden acompañar al retroceso paulatino en las concentraciones de estradiol y progesterona. Dicho tratamiento sustitutivo hormonal, debatido por sus efectos secundarios, ofrece a los científicos la oportunidad de explorar el efecto de sustancias administradas por vía externa. Nuestros resultados, publicados en 2009, revelan que, después de la menopausia, las mujeres resuelven las tareas lingüísticas o espaciales sobre todo con uno de sus dos hemisferios, del mismo modo que las mujeres durante la menstruación o los hombres, siempre y cuando no reciban ninguna preparación hormonal. Este patrón no varía si las pruebas de las mujeres mayores se repiten al cabo de dos a tres semanas, sin duda, por la estabilidad de sus valores hormonales.

el punto de vista estadístico, los hombres resuelven mejor los problemas espaciales y de construcción que las mujeres, las cuales, por su parte, desta-

No es mejor, sino distinto

can en las pruebas lingüísticas. De todas maneras, dichas diferencias son

Dicha asimetría desapareció casi por completo entre las voluntarias a quienes se había prescrito un tratamiento hormonal sustitutivo: su cerebro manifestaba una organización casi simétrica, como la de las mujeres más jóvenes durante las fases del ciclo con abundancia hormonal. El efecto llamó la atención sobre todo entre las mujeres

mínimas en la práctica, ya que dos personas del mismo sexo, seleccionadas al azar, se diferencian mucho más entre sí que si se compara una estadística entre hombres y mujeres. En segundo lugar, tales diferencias no revelan ninguna información sobre una persona concreta. La «malicia» de la estadística reside en que generalizamos con demasiada precipitación los resultados.

74

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

que tomaban estrógenos. En otros estudios se señaló que el tratamiento modificaba, en particular, el rendimiento del hemisferio derecho. No obstante, las hormonas apenas modificaban la comunicación entre los hemisferios, a diferencia de nuestros hallazgos en mujeres más jóvenes, con el paso de los años. Durante la década de los noventa del siglo XX, los neurocientíficos observaron que, con el envejecimiento, algunas áreas de los lóbulos parietal y occipital derecho, que procesan sobre todo estímulos visuales, perdían facultades. En compensación, el cerebro elabora estrategias para intercambiar en mayor medida información a través del cuerpo calloso cuando aparecen los primeros problemas cognitivos y nivelar así los hemisferios. De esta manera pueden compensarse bastante bien los déficits cognitivos causados por el envejecimiento. ¿Qué repercusión presentan los cambios hormonales del cerebro en la vida cotidiana? ¿Brinda alguna ventaja una organización más o menos simétrica del cerebro? Tales preguntas no cuentan con una respuesta única, ya que las dos formas de disposición ofrecen ventajas: el cerebro con organización asimétrica permite una estrecha colaboración entre las regiones cerebrales vecinas. En tal caso se puede intercambiar información a través de vías cortas, de modo que el cerebro procesa con mayor rapidez que si el reparto fuera más simétrico. Por otro lado, un encéfalo simétrico funcionaría, en principio, sin ningún problema, ya que los dos hemisferios contribuirían a resolver cualquier conflicto y compensarían, en parte, las posibles carencias del otro. En otras palabras, la asimetría aporta más velocidad; la simetría, menos riesgo de error. La estrategia más idónea dependerá de la situación concreta. Cabe recordar también que las pruebas que aplicamos no consisten en tareas cotidianas características (tales como conducir un vehículo, comprar o escribir cartas). Por ello, los resultados no deben generalizarse sin más. Nadie puede afirmar de manera genérica que el cerebro «femenino» puede solucionar mejor o peor determinados problemas en función de los niveles hormonales. Empero una cosa es cierta: las hormonas modifican la forma en que se acometen estas tareas. Markus Hausmann es biopsicólogo docente e investiga en la Universidad de Durham. Ulrike Bayer es biopsicóloga docente y colaboradora del grupo de trabajo de Hausmann. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

educación

filosofía ciencia a opinión o p universidad

comunicación historia cuestionar

ética

conocimiento

20 reflexiónblo blog experimento

diálogo investigación ti ió d

SciLogs Ciencia en primera persona

LUIS CARDONA PASCUAL Ciencia marina

YVONNE BUCHHOLZ Psicología y neurociencia al día

JOSÉ MARÍA VALDERAS De la sinapsis a la conciencia

JULIO RODRÍGUEZ LÓPEZ La bitácora del Beagle

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA HORMONES AND BEHAVIOUR:

CRISTINA MANUEL HIDALGO

A PSYCHOLOGICAL APPROACH.

Física exótica

M. Hausmann en American Journal of Human Biology, vol. 21, págs. 228-229,

JUAN GARCÍA-BELLIDO CAPDEVILA

2009.

Cosmología de precisión

SEX HORMONAL EFFECTS ON HEMISPHERIC ASYMMETRY

CLAUDI MANS TEIXIDÓ

AND INTERHEMISPHERIC IN-

Ciencia de la vida cotidiana

TERACTION. M. Hausmman,

U. Bayer en The two halves of the brain: Information processing in the cerebral

ÁNGEL GARCIMARTÍN MONTERO

hemispheres, por K. Hug-

Física y sociedad

dahl y R. Westerhausen. Cambridge, MA, MIT Press, págs. 287-312, 2010.

Y MÁS...

www.investigacionyciencia.es/blogs

75

SYLLABUS

LAS SINAPSIS AL DETALLE Alrededor de 100.000 millones de neuronas en el cerebro humano se comunican entre sí gracias a unos 100 billones de interconexiones o sinapsis. La biología celular revela cómo sucede dicha transmisión de señales y qué ocurre si se altera la comunicación NILS BROSE Y LUDWIG KOLB

L

as células nerviosas transmiten la información en forma de impulsos eléctricos: los potenciales de acción. Para comunicar dichas señales a otras neuronas recurren a las «sinapsis» (del griego syn, «junto», y haptein, «asir», «agarrar»), término que el fisiólogo y premio Nobel británico Charles S. Sherrington (18571952) destinó a la unión intercelular especializada entre neuronas. Por lo general, las sinapsis se establecen entre la terminación del axón (la prolongación más larga) de la célula nerviosa

RESUMEN

Comunicación química

1

Los contactos sinápticos entre las neuronas garantizan la transmi-

sión y el procesamiento eficientes de la información en el sistema nervioso humano.

2

En una sinapsis, el impulso eléctrico permite la liberación de vesí-

culas de mensajeros. Las moléculas alcanzan, a través del espacio sináptico, su destino y se unen a los receptores. En la neurona receptora se desencadena una nueva señal eléctrica.

3

Las alteraciones de las proteínas involucradas en la liberación de

los transmisores se asocian a diversas enfermedades, como la esquizofrenia, la depresión o el trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

76

emisora y el soma celular, una dendrita o una espina (una pequeña prolongación de las dendritas) de la neurona receptora. La transmisión de las señales en la sinapsis no suele entablarse por un contacto eléctrico directo, como ocurre con un enchufe. Al contrario, la neurona emisora y la receptora se hallan separadas por una pequeña ranura. A causa de ello, el potencial de acción de la neurona debe transformarse, de manera transitoria, en una señal química: cuando ocurre la activación eléctrica, la célula emisora libera neurotransmisores que alcanzan la receptora a través de la hendidura sináptica. Los mensajeros se unen allí a proteínas receptoras, fenómeno que desencadena una reacción en cascada dentro de la célula receptora. Por último, se genera de nuevo una señal eléctrica en dicha neurona. Pero ¿por qué resulta tan complejo el proceso? En cierto modo, la interacción entre las señales eléctricas y químicas consume un tiempo precioso que, en situaciones críticas (como la huida ante un peligro), puede significar la vida o la muerte del individuo. Asimismo, cabría pensar que la complejidad de los procesos celulares y bioquímicos que suceden en la transmisión de señales debería favorecer posibles errores. Tales recelos los despeja, en parte, la propia realidad: existen sinapsis puramente eléctricas [véase «Sinapsis eléctrica», por Rolf Dermietzel; MENTE Y CEREBRO, n.o 21]. Dichas sinapsis pueden transmitir con extrema rapidez la señal; se localizan sobre todo donde se precisa sincronizar la actividad de grupos numerosos de neuronas.

Este tipo de conexiones son frecuentes en animales inferiores (como los cangrejos) y coordinan, por ejemplo, los movimientos en las reacciones de huida. No obstante, otro tipo de sinapsis, las químicas, son las que han ido cobrando mayor importancia en el transcurso de la evolución. En una persona adulta, su número supera con creces el de las eléctricas. La mayor ventaja de la sinapsis química reside en que proporciona una gran flexibilidad: casi todos los pasos que contribuyen a transmitir la señal pueden regularse de forma independiente. De esa manera, la transmisión por sinapsis química se ajusta con precisión a la necesidad del momento. Tal capacidad de adaptación del sistema nervioso (plasticidad sináptica) constituye la base de cada una de las funciones cerebrales superiores, desde la localización de los sonidos hasta el pensamiento. Los componentes emisores (presinápticos) y receptores (postsinápticos) de las sinapsis químicas contribuyen a los cambios de plasticidad. Los postsinápticos justifican casi todas las adaptaciones duraderas de la función transmisora, entre las que destaca la modulación de los receptores de mensajeros determinados. El estado modificado se mantiene durante varias horas incluso en muestras de tejido cultivadas en el laboratorio; en el cerebro intacto persiste a veces durante toda la vida.

Modulación neuronal depurada Los mecanismos presinápticos de la plasticidad (la liberación masiva del neuroMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

GEHIRN & GEIST / MEGANIM

transmisor) duran, en cambio, solo unos cientos de milisegundos; pocas veces van más allá de un par de minutos. Tales mecanismos ayudan a las personas a localizar una fuente sonora o a adaptarse a estímulos sensoriales muy intensos o muy débiles. La memoria operativa (que permite al lector que siga recordando el principio de esta frase cuando termine de leerla) contribuye, asimismo, a la plasticidad. Localizar de inmediato un automóvil que bocina, no perder la perspectiva general cuando se zapea con el mando del televisor o esquivar una bola de nieve que se acerca amenazante resultarían consecuciones imposibles sin la plasticidad presináptica a corto plazo. MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Desde hace tan solo unos pocos años, los científicos han logrado comprender los complejísimos procesos celulares y moleculares en las sinapsis. Vayamos a ello: el elemento emisor de una sinapsis cerebral típica contiene varios cientos de vesículas, es decir, pequeñas bolsas rodeadas de una membrana en cuyo interior se encuentran moléculas neurotransmisoras. Esas vesículas sinápticas se hallan sometidas a un complicado ciclo de reacciones de fusión y disociación, en cuyo transcurso liberan las moléculas transmisoras al espacio sináptico. Ciertas proteínas transportadoras llenan las vesículas sinápticas de mensajeros. Tras ello, las vesículas emigran a la «zona

activa» (el espacio sináptico) de la célula nerviosa, donde experimentan un proceso de maduración (saturación o priming). En ese momento, la vesícula es capaz, al llegarle la señal eléctrica, de evacuar su contenido a la hendidura sináptica. Para ello se fusiona con la membrana celular. Los elementos fusionados de la membrana se dirigen entonces, mediante «endocitosis», al interior de la célula, donde permanecen disponibles para la creación de nuevas vesículas sinápticas. El ciclo complejo de fusión de las vesículas y la endocitosis transcurre con relativa lentitud: pueden pasar varios minutos hasta que una vesícula se recicla, es decir, se halla disponible para un nuevo

77

El cerebro al detalle d

Sintaxina-1 SNAP-25

Presinapsis

Munc13 Munc18-1 CAPS

Vesícula

Sinaptobrevina-2 Sinaptotagmina-1

a Munc13 Munc18-1 CAPS

Complexina

b

Axón Complexina

Presinapsis

CORTESÍA DE LUDWIG KOLB, INSTITUTO MAX PLANCK DE MEDICINA EXPERIMENTAL, GOTINGA

Dendrita

c

Soma

Ca2+ (calcio) Complexina

Postsinapsis

Neurona emisora Vesícula

Calcio

Complexina Hendidura sináptica Receptor

78

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Neuronas y sinapsis El cerebro humano se compone de unos 100.000 millones

Las células nerviosas de

de células nerviosas (a) cuyos

esta sección de la corteza

somas (cuerpos celulares), con

cerebral se han teñido

un tamaño de 30 a 80 micró-

con un método ideado

metros, se asocian a través

por el médico y premio

de las prolongaciones que

Nobel italiano Camilo

reciben y emiten, es decir, las

Golgi (1843-1926).

dendritas y los axones (b). En las sinapsis, zonas de contacto con un tamaño de centenares de nanómetros, se produce la transmisión de las informaciones de una neurona a otra. Cuando la señal eléctrica al-

CORTESÍA DE HIROSHI KAWABE Y MICHIKO TAKEDA, INSTITUTO MAX PLANCK DE MEDICINA EXPERIMENTAL, GOTINGA

canza la presinapsis, se activa la liberación de mensajeros o neurotransmisores, los cuales alcanzan la postsinapsis a través de la hendidura sináptica

A lo largo de las dendri-

y desencadenan allí una nueva

tas de una neurona exis-

señal eléctrica. Para liberar los

ten numerosas sinapsis

neurotransmisores, las vesícu-

que, en este caso, se han

las sinápticas se fusionan con

visualizado con ayuda de

la membrana celular (c). Di-

un anticuerpo fluores-

chas vesículas, con un tamaño

cente. Las dendritas que

aproximado de 40 nanóme-

parten del cuerpo celular

tros, contienen las moléculas

(iluminado) se tiñen de

transmisoras y, después de

forma débil. La sinapsis

fusionarse con la membrana

en las dendritas se ven

celular, liberan su contenido

como puntos de gran

al espacio sináptico. A conti-

luminosidad.

nuación, la célula recobra las

CORTESÍA DE THOMAS DRESBACH, UNIVERSIDAD RUPRECHT-KARLS, HEIDELBERG

vesículas a través de la endocitosis. La fusión de las vesículas sinápticas con la membrana celular se encuentra regulada por las proteínas SNARE:

El microscopio electróni-

sinaptobrevina 2, sintaxina 1

co muestra las propieda-

y SNAP-25 (d). Numerosas

des características de la

proteínas reguladoras, como

sinapsis: en el componen-

Munc13, Munc18-1, CAPS y

te presináptico emisor se

complexina regulan su función

ven numerosas vesículas

y permiten, de esta manera,

sinápticas (parte superior

una liberación eficaz y flexible

de la imagen). Una hen-

de los transmisores.

didura separa al emisor del componente postsináptico.

CORTESÍA DE FRÉDÉRIQUE VAROQUEAUX, INSTITUTO MAX PLANCK DE MEDICINA EXPERIMENTAL, GOTINGA

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

79

Atención: veneno Existen algunas sustancias tóxicas que llegan hasta las proteínas que intervienen en la fusión de las vesículas, con lo que bloquean la liberación de neurotransmisores. Así, por ejemplo, la toxina que se genera durante el tétanos o la toxina botulínica (Botox), presente en la carne putrefacta, impiden que se forme el complejo SNARE.

uso. Sin embargo, como algunas sinapsis consumen centenares de vesículas sinápticas por segundo, es necesario disponer en todo momento de multitud de vesículas maduras, llenas de transmisores, y acelerar el proceso de saturación cuando se produce una descarga muy potente o duradera. Con ello, las sinapsis pueden operar de manera fiable e, incluso, con una fuerte sobrecarga. Solo cuando la actividad aumenta hasta el punto de que la velocidad de fusión de las vesículas supera la de su saturación, se agota la reserva de vesículas y falla, finalmente, la sinapsis.

Fusión laboriosa Un aparato complejo de proteínas, cuya composición y funcionamiento se han descifrado en los últimos veinte años, controla la preparación de las vesículas sinápticas y su fusión con la membrana celular. Existen tres proteínas responsables de la reacción de fusión, de las cuales una, la sinaptobrevina-2, se encuentra anclada a la superficie de la vesícula, mientras que las otras dos, la sintaxina-1 y SNAP-25, se hallan en la membrana celular. El bioquímico Reinhard Jahn, del Instituto Max Planck de Química Biofísica de Gotinga, demostró en 1998 que esas tres proteínas se asociaban en una estructura estable, parecida a una cremallera, durante la pre-

Gran parte de nuestros conocimientos sobre los mecanismos postsinápticos moleculares se deben al neurocientífico Eric Kandel, quien obtuvo el premio Nobel de Medicina en el año 2000 por sus descubrimientos.

80

paración de la vesícula; una estructura que se conoce como complejo SNARE. El proceso aporta la energía necesaria para la fusión entre las membranas de la vesícula y de la célula. Sin embargo, las reacciones de fusión mediadas por los complejos SNARE resultan demasiado lentas para una actividad eficiente de la sinapsis, por lo que otras proteínas aceleran el proceso en caso de necesidad. Nuestras investigaciones, así como las de otros científicos, han revelado que, al principio, tres proteínas gobiernan la formación del complejo SNARE: Munc18-1, Munc13 y CAPS. En un paso posterior se une otra proteína, la complexina, al complejo formado parcialmente y lo prepara para la fusión. Esta ocurre a través de la activación eléctrica de la presinapsis y de la posterior entrada de iones de calcio. El biólogo molecular Thomas Südhof, de la Universidad de Stanford, descubrió hace poco que la «proteína sensora» sinaptotagmina-1 cumple una función capital para la fusión. Se une al mismo tiempo a los iones de calcio, a la membrana de la vesícula, a la membrana celular y al complejo SNARE, con lo que facilita, en última instancia, la fusión entre las membranas vesicular y celular. De todas maneras, la capacidad de adaptación y la efectividad de dicho proceso dependen de una interacción exacta entre multitud de proteínas diferentes. Si ocurre una alteración, bien por mutación de un gen fundamental para la liberación de transmisores, bien por otro motivo, las consecuencias suelen resultar catastróficas. Cada vez más estudios demuestran la relación que existe entre las alteraciones genéricas de las proteínas presinápticas y algunas enfermedades humanas. Las variaciones del gen SNARE-25 determinan ciertas variantes del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Es probable que tales variantes génicas disminuyan la producción de SNARE-25 en las neuronas. Al ser dicha proteína necesaria para la fusión de las vesículas sinápticas, su pérdida impide la transmisión de las señales en los puntos de contacto. No obstante, todavía se desconoce cuáles son las regiones cerebrales más afectadas.

El bloqueo parcial de la función de la complexina parece contribuir a diversas enfermedades neuropsiquiátricas. Hace más de diez años, el psiquiatra Paul Harrison, de la Universidad de Oxford, descubrió que los pacientes esquizofrénicos poseían muy poca complexina en el cerebro. Entre tanto, numerosos neurólogos y psiquiatras piensan que no solo algunas formas de esquizofrenia, sino también ciertos síntomas de la enfermedad de Huntington, depresiones o trastornos bipolares se deben a una carencia de complexina. En nuestras investigaciones con ratones que presentan mutaciones de los genes de complexina hemos observado que el descenso en la producción de esta proteína en las neuronas altera por distintas vías la liberación de transmisores en la sinapsis. Según la región cerebral afectada por la pérdida de complexina, aparecen diferentes trastornos. Nils Brose es bioquímico y director del departamento de neurología molecular del Instituto Max Planck de Medicina Experimental de Gotinga. Ludwig Kolb es colaborador del Instituto y autor de las infografías.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA SNARES. ENGINES FOR MEMBRANE FUSION. R. Jahn y R. H. Scheller en Nature

Reviews Molecular Cell Biology, vol. 7, págs. 631-643, 2006. REGULATION OF MEMBRANE FUSION IN SYNAPTIC EXCITATION-SECRETION COUPLING: SPEED AND ACCURACY MATTER.

S. M. Wojcik y N. Brose en Neuron, vol. 55, págs. 11-24, 2007. MEMBRANE FUSION: GRAPPLING WITH SNARE AND SM PROTEINS. T. C. Südhof

y J. E. Rothman en Science, vol. 323, págs. 474-477, 2009. EXOCYTOSIS AT THE HAIR CELL RIBBON SYNAPSE APPARENTLY OPERATES WITHOUT NEURONAL SNARE PROTEINS.

R. Nouvian et al. en Nature Neuroscience, vol. 14, págs. 411-433, 2011.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Otros títulos de

MENTE y CEREBRO Mente y cerebro 49/2011 t t t t t t t

Presiones extremas Imágenes en 3D Amigos imaginarios Base científica de los tratamientos Avatares en la consulta Claves sobre el autocontrol Y más...

Mente y cerebro 48/2011 t t t t t t t

Redes sociales Inteligencia 2.0 ¿Por qué faltan a clase? Violencia de género Sinapsis «durmientes» La adicción Y más...

Mente y cerebro 47/2011 t t t t t t t

Neurobiología de la lectura Empatía y violencia Trastorno obsesivo-compulsivo Mente sana en cuerpo sano Entre los genes y el ambiente La mentira Y más...

Mente y cerebro 46/2011

Mente y cerebro 45/2010

Mente y cerebro 44/2010

¡A jugar! Psicooncología El silencio de las neuronas Atracción por el riesgo Los qualia Compra compulsiva Y más...

t Biología de la religión t Cuando los niños no pueden dormir t Enfermedad de Huntington t El lenguaje de los besos t Recuperación neuropsicológica t Amistad con los robots t Y más...

t Neurodidáctica t Bases bioquímicas de la esquizofrenia t Adictos a los juegos en línea t El orgasmo en el cerebro t Objetivo: ejercicio físico t Descubrimiento del alzhéimer t Y más...

Mente y cerebro 43/2010

Mente y cerebro 42/2010

Mente y cerebro 41/2010

t Marcapasos cerebrales t Por qué contamos historias t Impactos en el cerebro: una plaga silenciosa t El síndrome de Diógenes t Piercing y tatuajes t Entrenamiento cerebral t Y más...

t Dormir para aprender t Regeneración cerebral t Mecanismos neuronales de la percepción t Síndrome de Williams t Ictus cerebral t Realidad virtual tangible t Y más...

Mente y cerebro 39/2009

Mente y cerebro 38/2009

t Psicología del éxito t Los niños y las nuevas tecnologías t El aburrimiento t La depresión refractaria t Perfiles criminales t Filosofía y psicología de la realidad t Y más...

t t t t t t t

t t t t t t t

t t t t t t t

Deconstrucción de la memoria Valoración estética y género Así hablas, así eres Trastorno antisocial Un mundo a medias Olores Y más...

Mente y cerebro 40/2010 t t t t t t t

El poder de la cultura Prejuicios del subconsciente Evolución del lenguaje La materia de los recuerdos Dopaje cerebral Prevención del alzheimer Y más...

Neuroeconomía Psiquiatría de la esquizofrenia Mutismo selectivo Empatía animal Raices de la legastenia Suicidios hereditarios Y más...

Más información en www.investigacionyciencia.es

Muntaner, 339, pral., 1ª - 08021, Barcelona Tel. 93 414 33 44 - Fax 93 414 54 13

RETROSPECTIVA

EL ARTE DE LA AUTOPSIA Pasado, presente y futuro de una técnica médica fundamental DARIN L. WOLFE

U

na mañana gris de noviembre, durante mis prácticas como patólogo, me encontraba solo en el mortuorio del hospital universitario, entre el leve zumbido de los fluorescentes y el monótono goteo de un grifo. Una mujer, fallecida poco antes, yacía sobre la mesa metálica; de tersa y amarillenta piel, todavía lucía los pendientes, la alianza y el maquillaje. De su cuerpo sobresalían tubos de plástico y vías intravenosas, agonías postreras de la intervención médica. Con una mezcla de sentimientos de temor y emoción, me preparé para llevar a cabo el rito ancestral de la autopsia. De estudiante había visto enfermos moribundos, pero no me había vuelto a encontrar a solas ante un fallecido desde que hube de disecar un cadáver en mi primer curso

RESUMEN

Una práctica en declive

1

La autopsia ha sido y continúa siendo el «patrón oro» para la

evaluación inequívoca de enfermedades y traumas. Sin embargo, su práctica va en receso.

2

André Vesalio, anatomista del siglo XVI, abrió el camino a la

autopsia, pero también al tráfico de cadáveres.

3

En la actualidad, la autopsia virtual, o «virtopsia», se sirve

de técnicas muy avanzadas de formación de imágenes para obtener datos autópsicos detallados. Los patólogos, no obstante, siguen utilizando las técnicas antiguas.

82

en la facultad de medicina. La adrenalina intensificaba las respuestas fisiológicas de mi organismo. Adquirí conciencia de mi respiración, del crujido de mi máscara quirúrgica al exhalar, del sordo bombeo del corazón, de la aceleración de su ritmo. Aunque el cuerpo yacente ante mí era ahora tan inerte e insensible como cualquier otro objeto inanimado de la sala, me parecía sentir la vida que esa mujer habría vivido: joven casada, hija, quizás hermana o madre, ahora llorada tras su larga batalla contra la enfermedad. Me esforcé en superar la innata aversión a la muerte, aceptar su carácter definitivo y separar a la persona de sus restos mortales. Me concentré en la tarea y efectué el examen externo habitual, equivalente en patología del examen físico tradicional que podría realizar un médico de familia, un internista o un cirujano. Mientras me disponía a desarrollar la incisión inicial, observé un bulto del tamaño de una uva cerca de la axila. Afirmé la mano y oprimí la cuchilla contra la piel, perforando la epidermis y el tejido blando profundo hasta que el escalpelo tocó el hueso. La piel conservaba todavía la elasticidad suficiente para retraerse tras el bisturí; rápidamente llevé a cabo la serie de cortes necesarios para crear una incisión en forma de Y en el pecho y en el abdomen. Examiné los tejidos de la pared torácica; estos revelaban una masa carnosa de tejido blanco desorganizado que se extendía desde la mama, penetraba en el músculo esquelético subyacente y se aferraba a las costillas como una férula implacable. Era la naturaleza del cáncer, cuyo nombre aclara a la perfección la etimología, pues procede de karcinos, «cangrejo». El término fue acuñado por Hipócrates, el más famoso de los médicos griegos, en

relación a la tendencia de los tumores malignos infiltrantes a desarrollar espículas radiales, como las patas y pinzas de un cangrejo. La palabra autopsia, término griego que significaba «ver por uno mismo», expresaba lo que yo experimentaba en ese momento, pues ampliaba mi conocimiento de los tumores malignos al observar con mis propios ojos una destreza que habría de cultivar durante el resto de mi carrera de patólogo. La visión de tan personal, flagrante y avanzada muestra de dicho mal en una mujer que tendría mi edad impartía una lección de humildad. Sentí el honor de ser el único en poner ojos y manos en la sustancia de la enfermedad que había llevado a la paciente a la muerte. Me sentí, asimismo, conectado con aquellos médicos que, tantos años atrás, decidieron dar el paso desde la observación del exterior para ver lo ocurrido en el interior. Tal descubrimiento es la más pura forma de medicina, ya que permite vincular una situación clínica con las manifestaciones físicas que se observan. Aunque las características macro y microscópicas del cáncer y de otras dolencias han presentado aspectos similares en los humanos a lo largo del tiempo, los medios que permiten descubrir e interpretar sus causas han cambiado de forma impresionante.

Una prognosis incierta La autopsia ha sido y continúa siendo el «patrón oro» para lograr una evaluación inequívoca de las enfermedades y traumas que afectan a individuos y poblaciones. A pesar de ello, está perdiendo con rapidez su papel de procedimiento médico fundamental. En vista de las ubicuas presentaciones de autopsias en las series policíacas de televisión, podría pensarse MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

GETTY IMAGES / JOE MCNALLY / AMERICAN SCIENTIST

FORMACIÓN MÉDICA La neuropatóloga Barbara Crane imparte una lección sobre patologías cerebrales en la sala de autopsias de la Escuela de Medicina Johns Hopkins de Baltimore. La disección de humanos ha constituido, durante siglos, una parte fundamental de la formación médica.

que los mortuorios rebosan de casos pendientes. Pero la realidad es otra: mientras que el número de asesinatos, suicidios y accidentes mantiene ocupadas las oficinas de jueces de primera instancia y las consultas de los médicos forenses, la patología hospitalaria ha sufrido un tremendo declive a lo largo del último medio siglo. La tasa de autopsias en la primera mitad del siglo XX se mantuvo constante, por encima del 50 por ciento, empero desde los años cincuenta, la tasa de autopsias correspondiente a los fallecimientos en hospital se ha desplomado hasta una cifra que ronda en torno al 6 por ciento, a pesar de que los hallazgos en la autopsia revelan chocantes tasas de error en los diagnóstiMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

cos pre mórtem, además de constituir el medio principal para determinar esa tasa de error. Datos estadísticos corroboran tal afirmación: la autopsia revelaría una patología importante no diagnosticada previamente en hasta un 40 por ciento de los casos, valor que ha permanecido constante durante los sesenta años en los que se han registrado tales correlaciones clínico-patológicas. Dicho dato estadístico, sin embargo, debe manejarse con precaución, ya que puede resultar sesgado, puesto que los casos seleccionados para autopsia corresponden, por lo general, a aquellos que presentan máxima incertidumbre diagnóstica. No obstante, según diversos artículos publicados por Kaveh Shojania y sus colaboradores, de la Universidad de Ottawa, basados en el análisis de regresión multivariante de datos de varios decenios y que toman en cuenta el período estudiado, el número de autopsias, el país y la diversidad de casos, indican que la tasa de error diagnóstico continúa siendo un problema médico importante. La pro-

babilidad de que se detecte mediante la autopsia un error de clase I (el diagnóstico erróneo pudo afectar a la supervivencia del paciente) alcanza un 10,2 por ciento; la probabilidad de «errores graves», fallos u omisiones en el diagnóstico que, aun siendo importantes, probablemente no afectaron al resultado, es de un 25,6 por ciento. Se estima que 35.000 de los fallecidos cada año en los hospitales estadounidenses podrían haber sobrevivido hasta el alta médica si esas dolencias ocultas se hubieran descubierto a tiempo. La incompetencia diagnóstica no es necesariamente, ni siquiera a menudo, la responsable. Ciertas discrepancias de diagnóstico entre la clínica y la sala de autopsias deben atribuirse a las limitaciones de las técnicas de diagnosis y a las dificultades inherentes a la evaluación de enfermos que sufren de forma simultánea varias dolencias, así como a presentaciones atípicas de la enfermedad o a patologías clínicamente no detectables. No obstante, la escala de las estadísticas de errores revela la trascendencia de la autopsia para

83

supervisar y mejorar los resultados. Es tan solo una de sus ventajas. Además de confirmar o corregir los diagnósticos clínicos, la autopsia sirve como instrumento para fijar la causa de la muerte, permite descubrir o caracterizar enfermedades nuevas o cambiantes, evaluar nuevas pruebas diagnósticas, técnicas quirúrgicas, prótesis y fármacos, investigar riesgos ambientales o laborales, obtener estadísticas vitales precisas, analizar la calidad del ejercicio profesional de la medicina (tanto a escala local como nacional), así como tranquilizar a los familiares sobre la calidad de la atención médica y de la causa de la muerte de su ser querido, además de posibilitar la protección del facultativo frente a falsas reclamaciones de responsabilidad por mala práctica; sin olvidar su tremendo valor para la formación de médicos y de estudiantes, ya que facilita la ampliación de los límites del conocimiento médico. La autopsia es un arte antiguo. Presenta un futuro incierto y un pasado emocionante.

Los orígenes La actividad científica se ha nutrido siempre de la curiosidad humana por los fenómenos naturales. La mente inquisitiva ha logrado iluminar, uno tras otro, grandes misterios de la vida. A menudo en contra de dogmas aceptados, como demuestra la superposición de etapas del pensamiento en las que se presumía que las causas de las patologías eran demoníacas o espirituales, incluso cuando aparecían explica-

ciones más modernas y profanas. La primera de las teorías sobre la enfermedad predominantes en la Grecia antigua (así como en India y Tíbet) estuvo fundada en la idea de los «cuatro humores», asociados, por lo general, con los cuatro elementos de Empédocles: tierra, aire, fuego y agua, que a su vez configuraban la personalidad humana. La teoría de los humores postulaba que todas las aflicciones se debían a desequilibrios en esos elementos internos, manifiestos en flema, sangre, bilis amarilla y bilis negra. (A un individuo víctima de la depresión, por ejemplo, se le diagnosticaba un exceso de bilis negra —la palabra melancolía resulta de los vocablos griegos cuyos significados son «negro» y «bilis»—. Análogamente, la personalidad «flemática» se asociaba a las cualidades más letárgicas o apáticas). Esta escuela de pensamiento floreció en los tiempos de los grandes médicos griegos: Herófilo, el primero de los anatomistas sistemáticos; Hipócrates, cuyo canon médico rechazaba las explicaciones sobrenaturales de la enfermedad; y Erasístrato, seguidor de Herófilo y uno de los últimos de aquella era, y de un par de miles de años posteriores, en disecar cuerpos humanos. El papel de los humores fue argumentado con la máxima elocuencia por Galeno de Pérgamo (129-200 d.C.) Su magna obra sobre los tratamientos (De methodo medendi), junto con otros de sus textos, fueron las primeras grandes obras escritas sobre medicina. Sirvieron de guía universal para las enfermedades durante más de un mile-

Diagnóstico post mórtem

50

La autopsia constituye un instrumento de supervisión para la

40

nio. En los tiempos de Galeno y de sus discípulos, la disección de cuerpos humanos era sumamente reprobada y condenada con fervor. En consecuencia, el médico griego hubo de basar la mayor parte de sus conocimientos de anatomía humana en la disección de animales: entre ellos, los macacos de Berbería, una especie de monos que reside sobre todo en el norte de África. Galeno supuso —presunción razonable, aunque imperfecta— que la estructura interna de estos animales se aproximaba a la de las personas lo suficiente para comprender la anatomía humana. Las enseñanzas de dicho médico perduraron en Grecia y en Europa hasta el siglo XVI. Incluso hoy, algunas antiguas escuelas de medicina, como las tradicionales tibetana y ayurvédica, practican la sanación metafísica y el diagnóstico basado en los humores que beben de las mismas raíces, si bien combinadas con una farmacopea y una terapéutica muy elaboradas. De hecho, cuando los gobernantes tibetanos mandaron celebrar dos grandes congresos de medicina, en los siglos VIII y XI, en los que se reunieron médicos (y traductores) procedentes de India, Persia, Nepal, Grecia, China y otros lugares para que compartieran sus saberes, la medicina galénica sirvió de fundamento para su sistema médico holístico. Mas la metodología galénica (humoral), de general aceptación hasta entonces, sufrió un cambio radical concluido el primer tercio del siglo XVI. André Vesalio, médico y anatomista de Padua, entendía que las pre-

manejarse con cautela: los casos seleccionados para un examen anatómico tras la muerte presentan una elevada incertidumbre diagnóstica, lo que sesga la muestra. La desviación disminuye conforme aumenta la tasa de autopsias (porcentaje del total de muertes seguidas de autopsia). Tras un análisis estadístico, Kaveh

1980 1990

30

2000 20

1970 1980 1990

10

Shojania y sus colaboradores han determinado que los errores de clase I, en los que el error de diagnóstico pudo afectar al resultado, tenían una probabilidad del 10,2 por ciento. Los errores graves (omisiones importantes pero que probablemente no afectaron al resultado) presentaban una probabilidad del 25,6 por ciento. Los datos se refieren a 1980.

84

2000 0

0

20

40

60

80

100

Porcentaje de autopsias Tasa de errores graves, en función de la tasa de autopsias

Tasa de errores de clase I, en función de la tasa de autopsias

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

ADAPTADO DE K. SHOJANIA ET AL. 2002. / AMERICAN SCIENTIST

detección de errores de diagnóstico. Sin embargo, los datos deben

Porcentaje de errores

1970

GALENO DE PÉRGAMO Las obras escritas de Galeno de Pérgamo (129-200 d.C.) fueron los textos de referencia de las artes médicas durante más de mil años.

de medicina incentivaron la utilización de cadáveres en la enseñanza. No obstante, surgía un problema. No se disponía de cuerpos suficientes: el número de ejecutados era muy inferior al necesario para los cursos de anatomía macroscópica de las escuelas de medicina. En consecuencia, como suele ocurrir cuando un bien resulta escaso, el alza de precios originó turbias actividades «empresariales». Entre las innovaciones que se atribuyen a Vesalio cabe añadir el tétrico tráfico de cadáveres adquiridos de forma infame para un fin noble. Según narra Charles O’Malley en su seminal biografía del padre de la anatomía humana:

«Como todo auténtico estudioso, Vesalio recomendaba acudir a las fuentes, en este caso, cadáveres humanos. Si no estaban fácilmente disponibles, se animaba de palabra al estudiante, e incluso en De Fabrica, por anecdótico precepto, a buscarlos por sí mismo. Resulta significativo que en cada ocasión en que Vesalio viajaba para dar lecciones extramurales, se producía una oleada de robos de cadáveres; las diversas anécdotas que contiene De Fabrica no dan indicación de arrepentimiento...». Al generalizarse las prácticas y conocimientos de Vesalio, la demanda de cadáveres originó el «negocio de los cuerpos», por lo que la profanación de tumbas para robar a sepultados se tornó un fenómeno corriente. Los cadáveres más frescos, así como sus partes mejor conservadas, se pagaban a precios más altos que aquellas descompuestas a diferentes niveles. Ciertos «emprendedores» se dejaron tentar por tal macabro comercio. Las familias, preocupadas por la suerte de sus seres queridos, se vieron forzadas a adoptar precauciones extraordinarias para protegerlos de los «resurrectores», como se dio en motejarlos, mediante ataúdes reforzados y sellados, o contratación de guardias que defendieran las tumbas de la profanación. En numerosas escuelas de medicina se desarrolló una política de «no preguntes, no cuentes» con respecto a las formas de adquisición por parte de los estudiantes TOMADO DE DE FABRICA. (PINTURA DE EDOUARD JEAN CONRAD HAMMAN). MUSEO DE BELLAS ARTES DE MARSELLA / THE BRIGDEMAN ART LIBRARY INTERNATIONAL / AMERICAN SCIENTIST

sunciones de Galeno sobre las semejanzas entre la anatomía animal y la humana, por no mencionar sus errores de observación, impedían un conocimiento más profundo del cuerpo humano. Vesalio llegó a la conclusión de que no podría alcanzarse un conocimiento auténtico y una caracterización real de las enfermedades del hombre si no era mediante la cuidadosa disección de cadáveres humanos. En 1539, un juez de Padua, quien compartía interés por la obra de Vesalio, concedió a los médicos el derecho a diseccionar los cuerpos de delincuentes ejecutados. De esta manera proporcionaba una fuente idónea —aunque muy controvertida— para el estudio de la anatomía. Se dice que el juez acomodaba las ejecuciones a conveniencia de Vesalio. Los trabajos del anatomista, de crítica relevancia para ampliar los conocimientos médicos, representaron el amanecer de una nueva era en la ciencia anatómica: a la par que aumentaba la lista de criminales ejecutados y autopsiados, también lo hacían los saberes anatómicos de Vesalio. Sus investigaciones culminaron con la publicación, en 1543, de su De Humanis Corporis Fabrica libri septem («De la estructura del cuerpo humano en siete libros»). Tan completos y detallados fueron sus descubrimientos, que se considera a Vesalio el padre de la anatomía humana. Con la publicación de su obra se abrió la senda hacia un auténtico conocimiento de la estructura interna y de la función del cuerpo humano. La medicina occidental se transformó de una colección desorganizada de supersticiones y remedios más o menos probados en una disciplina fundada en la observación y la lógica: otra porción de la naturaleza, hasta entonces envuelta en el misterio, quedó liberada y asimilada en la biblioteca colectiva del saber humano.

El negocio de los cadáveres El emporio de información recopilado a partir de la disección de cadáveres humanos iba en aumento. Con ello, las escuelas

PADRE DE LA ANATOMÍA André Vesalio (1514-1564) contó con la voluntad científica y el patrocinio político necesarios para iniciar una nueva era en la disección humana.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

85

GETTY IMAGES / ARCHIVO HULTON / AMERICAN SCIENTIST (ambas imágenes)

de material humano para la disección. Si un estudiante llegaba a clase con un cadáver, este se utilizaba para la disección. Sin preguntar. Al actuar de esa forma se incentivó la demanda y la competencia entre los ladrones de tumbas. Ahora bien, mientras unos pagaban buenos dineros por cuerpos, miembros o cerebros extraídos de la tumba, otros procuraban a terceros una muerte prematura para luego vender su cuerpo. William Burke y William Hare, los más infames de estos «secuestradores de cuerpos», protagonizaron una efímera carrera consistente en el asesinato de ciudadanos para venderlos, todavía tibios, ahorrándose de esa manera el esfuerzo de sacarlos de la tierra al tiempo que obtenían cadáveres que, por su frescura, alcanzaban precios máximos. Burke y Hare se introdujeron en el negocio cuando un inquilino de la casa de huéspedes de Hare expiró por causas naturales. Entre ambos transportaron el cadáver hasta la Universidad de Edimburgo, donde se les recompensó con 7 libras y 10 chelines (unos 1000 euros actuales, compensada la inflación). Habiendo hallado demanda, hubieron de resolver el problema de la oferta, obstáculo que solventaron con una campaña de asesinatos: 16 víctimas en 12 meses. Una vez capturados, Hare disfrutó de inmunidad por testificar contra Burke, circunstancia que provocó gran furor entre la población. No obstante, el ahorcamiento de Burke y la posterior disección pública de su cuerpo en la Universidad de Edimburgo aplacó un tanto los ánimos.

El escándalo ocasionado por las prácticas de expolio de tumbas y cadáveres se tradujo en una ley inglesa de 1832, la Ley de Anatomía (Anatomy Act), que abordaba, según The Lancet, «el sistema de tráfico entre resurrectores y anatomistas, cuya existencia tan largamente ha soportado el gobierno ejecutivo». La Ley de Anatomía ampliaba el «fondo» de cadáveres disponibles de forma legal, ya que contemplaba, entre otros, los cuerpos no reclamados de fallecidos sin domicilio, los cuales se recogían con facilidad en prisiones y asilos de pobres. El advenimiento de dicha Ley, más una nueva subvención para los ciudadanos que donasen su cadáver, puso fin al mercado de cadáveres robados.

El nacimiento de la autopsia médica Acababa yo de efectuar la clásica incisión en Y en mi primera autopsia cuando el patólogo de plantilla del hospital entró en la sala, ignorante al parecer, de mi inexperiencia. «Siga, y rokitansky el cuerpo», indicó en tono neutro y profesional. Aunque yo no tenía ni idea de qué o quién era rokitansky, supuse que se trataba de la remoción y examen de los órganos internos. El patólogo escrutaba cada uno de mis cortes; también guiaba mis manos con mundanas instrucciones. Pasé más de una hora rebanando tejidos blandos, seccionando costillas y manipulando vísceras de una u otra forma mediante cortes concretos y bien dirigidos. Con las mangas empapadas en sangre y la frente sudorosa concluí la primera autopsia de mi carrera. Había «rokitanskizado» mii pri primer cadáver. y El médico alemán Karl von Rokitansky (18 (1804-1878) se cuenta entre los más tempra pranos proponentes de la anatomía patológ a lógica y del estudio de autopsias para la en enseñanza y la formación en la medicinaa clí clínica. Se dice que Rokitansky, en su cargo de director del Instituto de Patología a de del más importante hospital de Europa,

el Hospital General de Viena, llegó a supervisar más de 70.000 autopsias y a efectuar él mismo más de 30.000, una hazaña en apariencia implausible, pero que, no obstante, parece cierta. Fue considerado en su tiempo el más virtuoso ejecutante de su arte. Siendo por entonces esencial completar la autopsia antes de que el cuerpo comenzase a descomponerse, Rokitansky inventó una técnica para disecar los órganos internos in situ y retirarlos en bloque, conservando así las relaciones anatómicas entre las vísceras. Es de señalar, sin embargo, que numerosos patólogos entienden por «rokitansky» la técnica de extracción en masa, procedimiento que apliqué en mi fallecida por cáncer de mama. La técnica en masa proporciona un método de notoria eficacia para eviscerar un cadáver mediante unos cuantos cortes bien dirigidos, lo que permite retirar los órganos del cuello, caja torácica, abdomen y pelvis en un gran bloque, conservando en su totalidad las relaciones anatómicas. Después, el bloque de órganos retirados del cuerpo se diseca por completo en una mesa aparte. El otro método frecuente de autopsia, también epónimo, es la técnica de Virchow, en honor del patólogo alemán Rudolf Virchow (1821-1902), cuyas aportaciones a la patología son tan vastas que resulta imposible resumirlas aquí. En breve, son muchos quienes le tienen por el primer patólogo. Su fama se debe, sobre todo, a su teoría del comienzo celular de la enferenfer medad, idea que se adelantaba mucho a su tiempo. La técnica de autopsia implan-

TRÁFICO DE CADÁVERES Los asesinos William Burke (izquierda) y William Hare (derecha) tomaron el atajo más rápido para hacerse con cadáveres que luego vendían para disección médica.

86

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

Lo más moderno Uno de los objetivos de la medicina moderna consiste en utilizar las nuevas técnicas para obtener diagnósticos precisos por métodos lo menos invasivos posible. La gran máquina de la tecnología ha afectado a la medicina no menos que a cualquier otro campo: ha producido adelantos como los endoscopios de fibra óptica o los escáneres radiológicos de alta definición, amén de poner mayor énfasis en soluciones de genética molecular para prevenir o tratar las enfermedades. A pesar de casi 200 años de ejecución rutinaria de autopsias, el procedimiento apenas ha variado. El proceder ideal sigue MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

siendo la investigación sistemática, visual y táctil. No obstante, en tiempos recientes se han intentado procedimientos menos invasivos, los cuales descansan menos en el corte y más en la imaginología radiológica. Estas nuevas técnicas no solo resultan más rápidas y más limpias, sino que dejan al cadáver prácticamente intacto antes de la intervención de la funeraria. Tal ejecución resulta ventajosa para las familias, las cuales no suelen ver con agrado que se diseque el cadáver, y también para los clínicos, puesto que los informes de la autopsia pueden generarse con mayor rapidez. En la «biopsia-autopsia», uno de estos métodos, se toma una muestra de cada órgano al insertar una aguja y extraer un pequeño núcleo de tejido (de forma similar a la que se procede en las biopsias diagnósticas con pacientes vivos). Aunque dicha técnica apenas causa lesiones en el cadáver, exige gran destreza y, en muchos casos, buena suerte. Sin la ayuda de imaginología radiológica, como la ecografía o la tomografía computarizada (TAC), el muestreo de los órganos constituye, básicamente, una biopsia «a ciegas». Las enfermedades que no exigen gran precisión en el muestreo, como los tumores de gran tamaño o las patologías hepáticas crónicas, se prestan bien a tal técnica. En cambio, en el infarto agudo de miocardio, una enfermedad focalizada, se identifica mucho mejor la patología al sostener el corazón en una mano e ir seccionando las principales arterias corona-

GETTY IMAGES / AMERICAN SCIENTIST

GETTY IMAGES / TIME & LIFE PICTURES / AMERICAN SCIENTIST

tada por Virchow consiste en la remoción sistemática y ordenada de las vísceras, las cuales se diseccionan de manera sucesiva conforme avanza la autopsia. Muchos patólogos forenses prefieren aplicar esta técnica, pues a menudo abrevia el tiempo necesario para realizar la autopsia, ventaja sin duda para un patólogo que tiene varios cadáveres en el refrigerador en espera de un post mórtem. Empero en esta técnica no se conservan, por lo general, las relaciones anatómicas entre las vísceras. Por ello, muchos patólogos hibridan ambas técnicas: optan por retirar ciertos órganos uno a uno y otros en bloque, en especial el corazón y los pulmones, cuyas conexiones anatómicas y vasculares pueden ser objeto de investigación para alteraciones como bloqueos o rupturas.

TÉCNICAS CON APELLIDO El barón Karl von Rokitansky (derecha) ideó métodos originales y duraderos para efectuar autopsias. En su técnica, se conservan las relaciones anatómicas entre órganos. Entre los innumerables logros científicos de Rudolf Virchow (izquierda) se cuenta una técnica para retirar y disecar órganos de uno en uno.

rias en incrementos de un milímetro, así como desarrollando cortes en el propio músculo cardíaco para observar coágulos obstructores, rupturas o necrosis. En este tipo de situaciones clínicas, el resultado de una biopsia sería, en el mejor de los casos, inconsistente y, casi con seguridad, aumentaría el número de falsos negativos. Un método de autopsia todavía menos invasivo es la imagen por resonancia magnética post mórtem (IRM). Al igual que en las IRM estándar para examinar tejidos cerebrales o de articulaciones (como las rodillas), un radiólogo debe interpretar las imágenes. Si bien la técnica no crea lesiones en el cadáver y permite obtener excelentes imágenes, ya que el paciente permanece totalmente inmóvil, no proporciona un resultado completo y fidedigno en las enfermedades con características anatómicas sutiles o inexistentes (infecciones o alteraciones en los electrolitos, entre otras). En reciente fecha se han aplicado en Suiza técnicas de resonancia magnética y tomografía computarizada para producir

87

autopsias virtuales tridimensionales del cadáver, «virtopsias», sobre todo en aplicaciones forenses. Mediante la observación de tales reconstrucciones gráficas, el patólogo puede determinar, sin la necesidad de abrir el cadáver, la trayectoria de balas, las acumulaciones de fluidos, fracturas o destrozos óseos, y otras características válidas como pruebas periciales. Junto a dicho procedimiento pueden utilizarse otros descubrimientos como la química corporal o la toxicología, para llegar a un diagnóstico final. Esta metodología presenta múltiples ventajas, entre ellas, la creación de registros permanentes y detallados de las pruebas anatómicas del caso. No obstante, la aplicación generalizada de virtopsias (y de otras autopsias de base imaginológica) presenta un obstáculo principal: su coste prohibitivo. Sin tener en cuenta las minutas de los médicos, el

coste del equipo de virtopsia se estima en unos dos o tres millones de euros (incluidos los escáneres IRM y TAC, los equipos informáticos y su programación). Resultaría difícil justificar un gasto tan elevado para un procedimiento mal reembolsado en la actualidad. Por otra parte, los pacientes que han sufrido un deceso por envenenamiento o una muerte natural de anatomía sutil no son buenos candidatos para practicar dicho método, por lo que debe mantenerse la capacidad de realizar autopsias tradicionales, incluidos los costes del equipo, el espacio de laboratorio y las igualas para los patólogos de guardia.

El declive de la autopsia Como ya se ha mencionado, la tasa de autopsias está llegando a su nadir: mientras que hace 50 años la mayoría de las muertes hospitalarias iban seguidas de

IMÁGENES REVELADORAS La «virtopsia» se vale de técnicas muy avanzadas de formación de imágenes para adquirir de manera no invasiva datos autópsicos detallados. La imagen sobre estas líneas corresponde a un accidente mortal de esquí. Muestra una reconstrucción en volumen, obtenida mediante de angiografía tomográfica computarizada. En el inserto se aprecia la causa de la muerte, el desgarro de la arteria carótida. Cuando un paciente fallece durante una intervención médica se dejan en

CORTESÍA DE LARS CHRISTIAN EBERT, INSTITUTO DE MEDICINA FORENSE DE LA UNIVERSIDAD DE BERNA, CENTRO DE IMAGINOLOGÍA FORENSE Y VIRTOPSIA / AMERICAN SCIENTIST

su sitio los dispositivos médicos (de ahí la intubación por boca que aparece en la imagen).

88

una autopsia, la tasa actual ronda en torno al 6 por ciento. En realidad, la situación es más grave todavía. Este valor medio se halla muy sesgado, pues la gran mayoría de las autopsias se desarrollan en hospitales universitarios con finalidad docente. En los hospitales sin docencia, el número de autopsias a menudo oscila entre unas pocas y ninguna. Son numerosas las razones para explicar el prolongado declive desde los años cincuenta del siglo pasado. Desde el punto de vista del médico, se encuentra el miedo a litigios por mala práctica, la falta de formación para solicitar el consentimiento de familias apenadas, e incluso el temor de la carga ante la posibilidad de verse desacreditado por no detectar a tiempo algún elemento diagnóstico. Algunos motivos relacionados con los pacientes y los familiares son el estrés en el momento de la muerte, el coste y una información inadecuada (o errónea) sobre el procedimiento. Si bien el descenso en la tasa de autopsias se debe a un abanico de factores, unos cuantos hitos han marcado este declive. El primero tuvo lugar en el nivel más elemental de iniciación: la enseñanza de la medicina. En 1944 se suprimió en Estados Unidos la obligación de que los estudiantes de medicina realizasen autopsias dentro del programa general de formación médica. En consecuencia, su única exposición a la anatomía macroscópica interna antes de formarse como patólogo consistía en un cadáver durante su estancia en la facultad y en pacientes vivos en los turnos de cirugía. Así, en lugar de observar por sí mismos, los alumnos en medicina veían poco, o nada. Pronto emergió toda una generación de médicos formados sin el conocimiento de la autopsia. En los años cincuenta, la Comisión Conjunta de Acreditación de Hospitales (CCAH) exigía una tasa mínima de autopsias de solo el 25 por ciento en los hospitales universitarios, y del 20 por ciento para los hospitales comarcales. Aun así, el porcentaje de autopsias se alzaba en torno al 50 por ciento. Sin embargo, en 1970, la CCAH eliminó por completo el requisito de autopsia, lo que provocó una caída a plomo, hasta por debajo del 20 por ciento, seguida de un declive constante hasta MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

¿Será posible resucitar la autopsia? Al tiempo que en Estados Unidos se encara la transformación de la cobertura sanitaria promovida por nuevas políticas de aplicación federal, se plantea el problema de cómo distribuir los fondos entre los diversos sectores de atención a la salud. Está claro que la inversión del prolongado descenso de la tasa de autopsias resultaría beneficiosa para la población. Las estadísticas sanitarias serían más exactas, lo que reviste importancia para la juiciosa asignación del gasto sanitario. Numerosos profesionales especializados en el procedimiento impulsarían avances técnicos. Además, el cúmulo creciente de pericias de tales profesionales sería de inmenso valor cuando se requirieran estudios de autopsias en cuestiones tan críticas como la caracterización de enfermedades nuevas o anteriormente desconocidas, como ocurrió en las primeras fases del VIH/sida, del virus del oeste del Nilo, del síndrome de muerte infantil súbita y en otras muchas crisis sanitarias. Tanto los pacientes como los médicos tienen algo que ganar si se da savia nueva al procedimiento. Las familias de los enfermos dispondrían de un conocimiento pleno de las causas de la muerte de sus seres queridos y su defunción sería caso cerrado; no sería excepcional que recibieran también información crucial sobre enfermedades familiares hasta entonces clínicamente ocultas. Ello puede llevarles a cambiar su estilo de vida MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

CENTRO PUNTERO Bruce Levy, experto en medicina legal, en la estación principal de autopsias del Centro de Medicina Forense de Tennessee, en Nashville. Este centro cuenta con luz natural, equipos de alta tecnología y un diseño de ahorro de energía, además de otros dispositivos punteros.

antes de que la dolencia se manifieste, uno de los principales objetivos de la medicina, sea moderna o antigua. Es indudable que durante el futuro previsible, una vasta cantidad de información permanecerá oculta, incluso para la más perfecta de las técnicas no invasivas. No hay mejor ilustración que el caso de la joven que fue víctima de un cáncer de mama. Poco después de la autopsia, mientras preparaba el informe final, revisé algunas muestras tomadas de sus órganos durante el procedimiento. La presunta causa de muerte era el fracaso orgánico debido a un cáncer de mama metastásico en fase terminal. Pero un examen minucioso de los tejidos con un microscopio óptico reveló diminutas estructuras ramificadas que abrumaban la casi totalidad de sus tejidos: prueba de una infección fúngica invasiva, debida, probablemente, a la supresión del sistema inmunitario por la quimioterapia. De no ser por este examen interno, el diagnóstico final nunca hubiera llegado a conocimiento de los clínicos; nunca se hubiera dispuesto de la información correspondiente para perfeccionar futuras prácticas y procedimientos. En el pasado, el estudio de los muertos formaba parte inseparable de la formación de los jóvenes médicos y patólogos. Constituía, además, el patrón para calibrar la calidad de la atención médica, tanto a escala individual como nacional. ¿Será verdad que nuestros conocimientos han avanzado tanto que ya no es necesario examinar nuestro interior? En un futuro cercano podremos ver si la autopsia recupera un papel esencial en la medicina moderna, o si se convierte en una reliquia del pasado anecdótico de la historia de la medicina.

AP IMAGES / WIDEWORLD PHOTOS / BILL STEBER / AMERICAN SCIENTIST

llegar al 9 por ciento en 1994, último año en que se recopilaron estadísticas oficiales sobre porcentajes de autopsias. Es probable que las consideraciones económicas hayan sido la causa más importante de la disminución de autopsias: la compensación que reciben por ello médicos y hospitales es magra. Medicare, programa de salud del Gobierno de Estados Unidos para personas mayores de 65 años, dejó de abonar directamente las autopsias en 1986. De esta manera, en muchos casos, los hospitales han de absorber la totalidad del coste de una autopsia. Asimismo, el considerable tiempo que exige su realización y el volumen de escritos necesario para documentar un caso pueden explicar por qué la autopsia vive desde los últimos 25 años en estado crítico.

© American Scientist Magazine

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA THE AUTOPSY AS AN OUTCOME AND PERFORMANCE MEASURE. K. G. Shojania

et al. en Evidence Report/Technology Assessment, n.o 58. AHRQ Publication n.o 03-E002. Agency for Healthcare Research and Quality; Rockville, 2002. AUTOPSY OVERVIEW. Compilación de

K. Collins y G. M. Hutchins en Autopsy Performance and Reporting, 2ª edición. College of American Pathologists Press; Washington, D.C., 2003. CHANGES IN RATES OF AUTOPSY-DETECTED DIAGNOSTIC ERRORS OVER TIME: A SYSTEMATIC REVIEW. K. G. Shojania, E. C. Bur-

ton, K. M. McDonald y L. Goldman en Journal of the American Medical Association, vol. 289, págs. 2849-2856, 2003. THE AUTOPSY AS A PERFORMANCE MEASURE AND TEACHING TOOL. R. E. Horow-

itz y W. Y. Naritoku en Human Pathology, vol. 38, págs. 688-695, 2007. THE VANISHING NONFORENSIC AUTOPSY.

Darin L. Wolfe, patólogo y escritor, es director médico de laboratorio y jefe de patología en el Hospital Morgan de Martinsville y en el Hospital Regional St. Catherine en Charleston, ambos en Indiana.

K. G. Shojania y E. C. Burton en New England Journal of Medicine, vol. 358, págs. 873-875, 2008.

89

ILUSIONES

LEER ENTRE LÍNEAS Cuando un objeto queda en parte oculto, el cerebro, con gran maña, lo reconstruye y crea un todo visual VILAYANUR S. RAMACHANDRAN Y DIANE ROGERS-RAMACHANDRAN

I

cómo establece el sistema visual la continuidad de un objeto y define sus contornos cuando el objeto se encuentra, en parte, velado. Un ejemplo notable de complementación amodal es una ilusión de Gaetano Kanizsa, psicólogo italiano. En una de las vistas se observa un conjunto de «patas de gallina» geométricamente dispuestas (a). Mas basta añadir un conjunto de barras diagonales opacas para que, de forma in-

mediata, como por arte de magia, brote de la nada un hexaedro. Las patas de gallina se convierten en sus vértices (b). Lo asombroso del caso es, sin embargo, que ni siquiera resulta necesario superponer barrotes auténticos: servirán incluso unas barras ilusorias (c). En esta circunstancia, la que de otro modo parecería una ausencia inexplicable de contornos que completen los límites de las patas tridác-

a

b

c

90

SCIENTIFIC AMERICAN MIND, FUENTES: GAETANO KANIZSA (a, b, c); STEVE LEHAR (d); PETER U. TSE (e, f); V. S. RAMACHANDRAN (g); PETER U. TSE (h, i, j)

CORBIS

magínese que mira a un perro que se encuentra tras una valla de barrotes: no ve una serie de franjas de perro, sino que percibe un perro en parte oculto por una serie de barras verticales. La capacidad del cerebro para unificar las porciones del cánido y construir con ellas un objeto visual completo demuestra un proceso fascinante: la complementación amodal. Tal tendencia ha evolucionado por una razón: los animales necesitan ser capaces de localizar pareja, depredadores o presas en medio de un denso follaje. Es posible que la imagen proyectada en sus retinas conste solo de fragmentos, mas el sistema visual del encéfalo los concatena y pone en relación; es decir, reconstruye el objeto de modo que el animal que observa puede reconocer aquello que ve. Este proceso, en apariencia sencillo, resulta una de esas capacidades tan difíciles de programar en un ordenador. Tampoco se conoce el modo en que las neuronas de las vías visuales del cerebro efectúan tal proeza. A principios del siglo XX, los psicólogos de la Gestalt mostraron sumo interés en el problema. Concibieron una serie de ilusiones sagazmente ideadas para investigar

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

tilas de gallina induce al cerebro a inferir automáticamente la presencia de barras opacas. Con ello, ¡vemos un cubo ilusorio oculto tras barras ilusorias! El término «complementación amodal» se acuñó con el fin de diferenciarla de la complementación modal. Esta última consiste en la tendencia del cerebro a ver el perfil completo de un objeto inexistente, como ocurre en la clásica ilusión del triángulo de Kanizsa (d). El cerebro estima como harto improbable que un investigador haya situado de manera subrepticia y precisa tres discos negros con sectores recortados (como si fuesen porciones de tarta), por lo que opta por ver un triángulo blanco opaco que cubre parcialmente dichos discos negros. Señalemos, no obstante, que las percepciones modal y amodal pueden coexistir. Por ejemplo, en el triángulo de Kanizsa, el cerebro completa de forma amodal cada uno de los discos situados tras los vértices del triángulo ilusorio. De manera análoga, en la figura c, las barras ilusorias son completadas de manera modal; la percepción del cubo, en cambio, es amodal. Peter U. Tse, experto en psicología cognitiva del Colegio Darmouth, ha ideado numerosas y elegantes ilusiones con la finalidad de explorar la percepción modal y amodal. Una de ellas, en la figura e, resulta ambigua, como sucede en numerosas de nuestras ilusiones favoritas. Existe una fuerte propensión a percibir en esa figura una serie de aros (completados de forma amodal) que rodean a un cilindro ilusorio opaco (modalmente completado). Sin embargo, también es posible ver una columna de arcos de metal abiertos en forma de C, sin cilindro alguno, con los extremos apuntando hacia delante. La tendencia a ver anillos se debe a que refleja mejor si-

d

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

e

tuaciones del mundo real, en el que abundan los objetos tridimensionales que se ocultan y anteponen entre sí. Otra de las ilusiones de Tse ( f) —que cariñosamente describimos como «alienígena apoderándose de la última rosquilla»— posee también aspectos modales y amodales. Parece consistir en una serie de garabatos o púas de alambre de espino, hasta que el ojo discierne una serie de dedos tentaculares que aferran un tubo tórico.

Un túnel transparente Cabría pensar que la complementación amodal entraña un razonamiento («Entre el perro y yo se interpone una valla, por eso veo franjas de perro»), pero en realidad se trata de un fenómeno perceptual que no requiere cogitación alguna. Cuando una persona observa que de debajo del sofá sobresale una cola que se menea en vaivén, considera que más allá del rabo debe hallarse un perro, efectúa una inferencia lógica. En cambio, si por encima del brazo lejano del sofá asoma la cabeza de un can, entonces, de modo automático, sin esfuerzo alguno, mediante la complementación amodal, estaría percibiendo al perro entero sin ver sus partes ocultas. De manera similar, cuando vemos a una persona con los brazos formando una cruz delante del pecho, caben dos interpretaciones posibles. Un cirujano malicioso podría haber amputado uno de los brazos y adherido una mitad a cada lado del brazo intacto. Pero también pudiera ser que un brazo estuviera en posi-

f

ción perpendicular por delante del otro. Nuestro sistema visual decide de manera instantánea que la segunda opción es la certera; la primera explicación ni se nos pasa por la cabeza. Ello no se debe a un conocimiento de alto nivel sobre la improbabilidad de la amputación de brazos: el cerebro reaccionaría de modo inmediato y de igual manera en el caso de que la cruz fuese de madera, si bien podría haber sido serrada a piezas. Existen, sin embargo, casos fronterizos, como el oso situado detrás de un árbol que percibimos como si estuviéramos alucinando (g). El dibujo parece presentar solo círculos bisecados por rectas, hasta que la adición que parece simular uñas provoca que el lunar dibujado arriba a la derecha se transforme en un hocico y los círculos en garras. Si, por ejemplo, vemos un tren de juguete entrar con rapidez en un túnel corto y salir por el otro lado en cosa de un tercio de segundo, «veremos» incluso el movimiento del tren, como si el túnel fuese transparente. En este caso, habremos completado modalmente el movimiento a través del túnel,

g 91

h

fenómeno señalado por vez primera por Albert Michotte (1881-1965), psicólogo de la escuela de la Gestalt. Por otra parte, si el tren se mueve lentamente, si se toma uno o dos minutos en atravesar el túnel, seguiremos sabiendo que en el túnel ha entrado y salido un mismo tren; sin embargo, esta vez se tratará de una inferencia lógica, no de una percepción visual. Con ocultaciones del orden de un segundo nos encontramos en una situación fronteriza entre la percepción y la lógica; la cuestión de si realmente «se observa» el movimiento se aproxima de manera peligrosa a una cuestión filosófica.

Felinos elongados Tan vigorosa resulta la tendencia a presumir contornos que llega a imponerse sobre lo que sabemos acerca del funcionamiento real del mundo, como demuestra

el ejemplo de un gato que parece estirado de forma inverosímil alrededor de un tronco (h): el cerebro responde a la continuidad, tenga sentido o no. Tales anomalías visuales acontecen porque estas reglas son evolutivamente antiguas y no fueron diseñadas para manejar yuxtaposiciones inverosímiles ideadas por científicos curiosos. La programación en el sistema visual de conocimientos refinados sobre objetos hubiera exigido demasiado y, además, sería innecesaria. Solo en los mitos y en las fantasías se metamorfosean de forma brusca los animales en figuras insólitas. Según las teorías que defienden un procesamiento visual por etapas, jerarquizado, la detección de bordes en un dibujo bidimensional constituye un proceso relativamente simple, el cual precede necesariamente a la construcción de representaciones tridimensionales de alto nivel. Empero, otras figuras diseñadas por Tse arrojan sombras sobre esta conclusión. La más sencilla sirve de emblema a su laboratorio (i). Se puede percibir como un par de siluetas de la cabeza de un ave (una de ellas vuelta hacia abajo); también como un gusano tridimensional arrollado en torno a un cilindro blanco (el gusano se completa de forma amodal por la presencia del cilindro). A diferencia del triángulo de Kanizsa, en el que los tres sectores recortados se encuentran alineados, de manera que implican la existencia de bordes, en la figura de Tse no existe ni continuidad directa de bordes luminosos ni de contornos físicos. Sin embargo, el cerebro percibe el gusano tridimensional. Tales ilusiones hacen pensar que la percepción amodal no se reduce a una mera cuestión de relleno de contornos continuos. El sistema visual es más sagaz. De hecho, en otra de las creaciones de Tse (j), los objetos se completan de forma amodal por detrás de contornos, sin que su forma exacta pueda ser ni siquiera especificada.

j

oscuro y claro correspondientes a los contornos de un objeto o una criatura. Rudiger von der Heydt, de la Universidad Johns Hopkins, ha demostrado en fechas posteriores que las neuronas de la corteza visual secundaria responden a contornos ilusorios (como los del triángulo de Kanizsa). Todo lo cual nos recuerda que un objetivo clave de la visión consiste en la detección de objetos (no de meros contornos) a partir de cualesquiera informaciones que las circunstancias ofrezcan. Tanto la percepción modal como la amodal, así como las ilusiones que ambas inspiran, tienen su origen en este elemental imperativo visual. Vilayanur S. Ramachandran y Diane RogersRamachandran investigan en el Centro para el Cerebro y la Cognición en la Universidad de California en San Diego.

BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA AMODAL COMPLETION IN THE ABSENCE OF IMAGE TANGENT DISCONTINUITIES.

P. U. Tse y M. K. Albert en Perception, vol. 27, n.o 4, págs. 455-464, 1998. FILLING IN THE BLIND SPOT. V. S. Ra-

machandran en Nature, vol. 356, pág. 115, 12 de marzo de 1992. FILLING-IN: FROM PERCEPTUAL COMPLETION TO CORTICAL REORGANIZATION. Dirigido

por Luiz Pessoa y Peter De Weerd. Ox-

Lecciones objeto

i 92

Los neurobiólogos David H. Hubel y Torsten N. Wiesel, de la Universidad de Harvard, demostraron en sus trabajos seminales de los años sesenta del siglo XX que las neuronas de la corteza visual primaria respondían principalmente a los bordes

ford University Press, 2003. BRAIN AND VISUAL PERCEPTION: THE STORY OF A 25-YEAR COLLABORATION. David

H. Hubel y Torsten N. Wiesel. Oxford University Press, 2004.

MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

LIBROS

MEMORIA Un estudio interdisciplinar

THE MEMORY PROCESS. NEUROSCIENTIFIC AND HUMANISTIC PERSPECTIVES.

Dirigido por Suzanne Nalbantian, Paul M. Matthews y James L. McClelland. The MIT Press, Cambridge, Massachusetts, 2011.

O

bjeto primero de atención de los filósofos, recuérdense los textos magistrales de Platón y Aristóteles, la memoria se ha convertido en un campo de intensa investigación neurocientífica. Sin perder la visión humanista. ¿Por qué no conjugar las diferentes aproximaciones? The Memory Process se propone ese abordaje interdisciplinar y liga la investigación neural, experimental, con conceptos tomados del pensamiento, la literatura, el teatro, la música o el cine. Si los capítulos científicos (del primero al octavo más el undevigésimo) se ocupan de las nociones básicas de la memoria, incluidas su extensión genética y epigenética, técnicas de neuroimagen funcional, modelización, análisis de los sueños y aspectos neurocognitivos, los trabajos humanistas (del capítulo doce en adelante) ofrecen aporMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

taciones sobre la memoria procedentes de extramuros del laboratorio; así, una taxonomía de la memoria extraída de novelas, organización de la misma en el teatro, memoria emocional en respuesta al arte (visual, musical y cinematográfico). Los capítulos filosóficos (del nono al undécimo) uncen ciencia y humanismo. En el noveno, John Bickle acota las bases neurocientíficas fundacionales de la ontología de la memoria y tiende un puente entre la mente y sus correlatos moleculares. En el décimo, William Hirstein especula sobre la medición de las experiencias de memoria, patológicas o normales. Para Walter Glannon, en el capítulo undécimo, la identidad humana se sitúa en el corazón de la memoria. El cartesiano «Pienso, luego existo» cede paso al «Recuerdo, luego existo», que reflejaría la conciencia del yo en el transcurso del tiempo. En 1896, Henri Bergson distinguía, en Materia y memoria, entre memoria espontánea y retención aprendida. Consideraba superior a la primera. Unos años antes, William James proponía en Principles of Psychology ponderar la memoria propia, autobiográfica, con su contexto familiar y sus estrechas asociaciones. Ambos filósofos distinguían entre memoria episódica y memoria semántica (u operativa) avant la lettre. Hubo que esperar al último tercio del siglo XX para que Endel Tulving acuñara la expresión memoria episódica, que en su taxonomía designa la memoria fuente, distinguiéndola de la memoria semántica genérica de los hechos y la información. Siendo la episódica la memoria personal de los acontecimientos conscientemente recogidos, esta forma distintiva de los humanos implica la especificidad de tiempo y lugar. Reforzada en el sueño de ondas lentas, se desvanece en el sueño REM. Es frágil, se degrada con el tiempo y puede alterarse por un nuevo contexto de información. Vinculada con el aprendizaje se

encuentra la memoria semántica, explícita y declarativa. Constituye la base de nuestro conocimiento de los hechos y de información general sin un contexto espaciotemporal. Algunos defienden que la memoria semántica deriva de la memoria episódica; en esas dos clases solo ven un continuum de lo general a lo específico. La memoria operativa es una forma de memoria a corto plazo. Por las técnicas de neuroimagen sabemos de su implicación en la interacción entre regiones neocorticales asociativas y otras áreas cerebrales. La memoria implícita permite que los recuerdos inconscientes guíen la percepción, la acción o la conducta. Acontece cuando «no sabemos que lo sabemos». Se refleja en la impronta inconsciente en virtud de la cual las palabras o las formas estructurales se hacen más accesibles. La memoria emocional cruza la frontera entre la memoria explícita y la implícita. Que la memoria implica cambios físicos duraderos en el organismo se viene proponiendo desde la antigüedad. En 1904 Richard Semon introdujo el término engrama para designar esa modificación. La neurociencia ha recuperado el concepto. Si en su origen designaba un trazo físico, material, en su nueva versión, más genérica, se explica en términos de actividad electrofisiológica y conexiones cerebrales. En los años cincuenta, Karl Lashley se embarcó en una búsqueda sistemática de engramas; recurrió a las lesiones para determinar qué partes del cerebro condicionaban la capacidad de los animales de formar y mantener recuerdos. Aunque fracasó, la serie de experimentos rindió una buena cantidad de información sobre las huellas de la memoria. Lashley, discípulo de Donald Hebb, descubrió sinapsis en puntos del hipocampo que podían modificarse bioquímica y estructuralmente, mediante la experiencia. Se dio por cierto que la conectividad sináptica

93

del hipocampo constituía la base de agrupaciones neuronales responsables de los engramas. A Tim Bliss y Terje Lomo debemos la expresión «potenciación a largo plazo» (PLP), en 1973. La PLP pone de manifiesto rasgos clave de la plasticidad del cerebro que Hebb postuló como base de la memoria: las sinapsis activas sobre una neurona se intensifican de manera selectiva, reforzando su asociación funcional. En 1990 Gary Lynch vinculó la potenciación a largo plazo con cambios morfológicos en la neurona, en particular en las espinas dendríticas. Otros investigadores han identificado una cascada de cambios moleculares que afectan a las sinapsis que conducen a esa remodelización de las dendritas para el mantenimiento a largo plazo de las conexiones intensificadas, de las que emergería la memoria. Con esa avalancha de datos parece obligado revisar el concepto de engrama. ¿Cuán perdurable es el hipotético cambio físico? ¿Cuál su relevancia para la expresión de la memoria? Atrás quedó la idea de un engrama como cambio duradero inducido por la experiencia del aprendizaje, no muy distinto de las tablillas de cera de las que hablaba Platón en el Teeteto. El nuevo concepto de engrama pone a prueba las dos grandes hipótesis de la neurobiología de la memoria; a saber, la hipótesis de la traza dual y la hipótesis de la consolidación. Derivada en buena medida de las obras de William James y de Donald Hebb, la hipótesis de la traza dual establece que las huellas de la memoria se presentan de una forma efímera (memoria a corto plazo, STM, de short-term memory) o de forma estable y a largo plazo (LTM, de long-term memory). De acuerdo con la hipótesis de la consolidación, para que la memoria sea a largo plazo, debe acometer un proceso de maduración, que torna dicha huella en resistente a agentes y tratamientos que pueden erosionar o borrar la memoria a corto plazo. El término consolidación remite a los procesos de estabilización de la memoria hipotética en diferentes niveles de organización cerebral. Los neurobiólogos moleculares hablan de estabilización del almacenamiento de la información sináptica, que se completa horas o días después de la codificación. La consolidación celular es universal y se ha observado en todas las es-

94

pecies capaces de adquirir memoria a largo plazo. Pero existe también «consolidación de sistemas», concepto que remite a la reorganización de la información en circuitos corticohipocampales distribuidos. Este proceso requiere semanas, meses posiblemente e incluso años en completarse. La hipótesis de la traza dual y la hipótesis de la consolidación guardan estrecha relación mutua. Para que la traza o huella sea dual, tiene que darse la transición de una forma a otra, que no es otra cosa que su consolidación. Para que se produzca consolidación, hemos de convenir en que se registra un cambio en la traza de la memoria. Ambas hipótesis consideran que el aprendizaje consiste en un proceso dependiente de la experiencia, en el que el estímulo docente desencadena un desplazamiento del desarrollo local en determinadas áreas del cerebro, con procesos de desarrollo locales en grupos interconexos de neuronas. La memoria vendría a ser resultado de procesos de desarrollo en los circuitos neuronales que codifican la información recién adquirida. La hipótesis de la consolidación implica, pues, dos atributos interrelacionados de la memoria a largo plazo: la unidireccionalidad a lo largo de la flecha del tiempo y la estabilidad en el tiempo. Se acepta, en particular, que una vez producida la consolidación, los contenidos de memoria se hacen resistentes a inhibidores de síntesis de proteínas y otros agentes amnésicos. La reactivación de los contenidos de memoria a largo plazo abre una ventana de susceptibilidad a los agentes amnésicos, largo tiempo después de terminada la consolidación. Este fenómeno, denominado reconsolidación, quedó postergado durante decenios. La reconsolidación interviene en la actualización de la memoria a largo plazo. Los avances neurocientíficos recientes, incluidos los de la genética molecular, obligan a poner en cuestión la teoría de la consolidación y a formular una visión más dinámica y adaptativa de la memoria. De acuerdo con su expresión tradicional, la memoria cementa la información en el cerebro de una manera secuencial, gradual, con una fase inicial lábil que dura unas pocas horas, cuando las memorias pueden alterarse, y fases más tardías, cuando la memoria es mucho más tenaz frente a

la interferencia. Aun cuando muchos de nuestros recuerdos son vívidos y algunos podrían incluso ser precisos, la mayoría de los que recordamos de nuestra vida diaria ni son exactos, ni abundan en detalles. Modificamos nuestros recuerdos, aunque solo sea ligeramente, cada vez que los evocamos. De acuerdo con la teoría de la consolidación, los lapsus o errores de memoria que experimentamos no son más que los fallos obligados de un sistema imperfecto y obligado a trabajar con los compromisos difíciles de evolución. La memoria implica varias etapas o fases de mediadas por un conjunto de moléculas, células y circuitos neuronales. Un fracaso en cualquiera de esos componentes desemboca fácilmente en imperfecciones de la memoria. La investigación reciente sobre modificabilidad de la memoria a largo plazo ha revitalizado un marco conceptual alternativo a las hipótesis de la huella dual y de la consolidación. Ese marco conceptual alternativo perfila los contenidos de memoria en dos estados alternativos: activo e inactivo. Activo es el estado de la traza de la memoria inmediatamente después de su codificación y recuperación. En caso distinto, la memoria es inactiva. Con el tiempo, la huella se alterna entre activa e inactiva. Siempre que está activa, la huella entra en un estado especial, en el que se muestra plástica y susceptible a los agentes amnésicos. El comienzo del fin de la teoría de la consolidación se remonta al año 2000, cuando se publicaron dos artículos sobre la reconsolidación que ejercieron una profunda influencia: una lúcida revisión de Susan Sara y un trabajo de investigación del grupo de Karim Nader. Proponían, en breve, que los recuerdos acometen procesos similares a la consolidación cada vez que son reclamados y que la interferencia con los procesos de consolidación durante la evocación debilita e incluso borra tales recuerdos. Los trabajos posteriores de Yadin Dudai, Karim Nader y Oliver Hardt demostraron que buena parte de la maquinaria molecular que nosotros creemos recuerdos almacenados en un estado permanente se requiere también para estabilizar los recuerdos cada vez que son reclamados. En la investigación sobre la codificación, consolidación y recuperación de lo recordado, se parte de la premisa de una memoria con muchas dimensiones y fases diversas MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

que dependen de una información de origen muy dispar. A su vez, el rango de estudio abarca desde un conocimiento intuitivo de la memoria asociada a reflejos y condicionamiento en animales hasta la memoria personal, maleable y compleja. En 1988 Bernard Baars demostraba que la corteza era el centro de comunicación o teatro de la memoria consciente. A comienzos de los noventa se inicia la búsqueda de correlatos neurobiológicos de la experiencia subjetiva. Gerald Edelman y Giulio Tononi, en 2001 propusieron una visión sinóptica de la memoria, entendida como una «propiedad del sistema» de un campo unificado de conciencia. El estudio del deterioro de la memoria episódica con amnesia retrógrada llevó a la teoría de la consolidación de memoria, propuesta en 1994 por Larry Squire y Pablo Álvarez. Su modelo reticular conectaba secuencialmente la memoria con el lóbulo temporal medio para almacenamiento transitorio de memoria y con el neocórtex para el almacenamiento a largo plazo. Junto a ese modelo estándar, basado en la conservación de la memoria episódica humana, el equipo de James McClelland introdujo un marco de procesamiento distribuido, paralelo, que desplazó el centro de atención hacia la permanencia de la memoria neocortical. Esta teoría promovió la búsqueda de memoria que se fijaba gradual y permanentemente en el transcurso del tiempo. ¿Se hallaban los distintos tipos de memoria consolidados en diferentes estructuras? Para abordar la potenciación en diferentes tipos de memoria, James McGaugh

se concentró al inicio del nuevo milenio en la hormona adrenalina (epinefrina), un neuromodulador que respondía al estrés. El tema de la potenciación química de la memoria reviste interés persistente. Serotonina, dopamina y norepinefrina se contaron entre los neurotransmisores monoaminérgicos estudiados como posibles agentes de estabilización de los recuerdos. Quedó demostrado que la actividad potenciadora de la acetilcolina, liberada por neuronas que se proyectan hacia regiones cerebrales que median la memoria, modulaba a esta, la memoria de diversas formas clínicamente útiles. Hacia finales de los años noventa, la técnica de formación de imágenes por resonancia magnética funcional (RMf) se aplicó a la cartografía directa de la actividad cerebral responsable de la memoria. Los estudios basados en esa técnica ponían de manifiesto el alto grado de distribución de los sistemas cerebrales de memoria. El advenimiento de los avances en biología celular y biología molecular posibilitó centrar el foco de la consolidación de la memoria en los procesos de los sitios postsinápticos de las dendritas con la activación de los receptores de NMDA y las quinasas. Se observó que la conmutación de la proteína CREB era necesaria para la formación y consolidación de la memoria. Ese funcionamiento se demostró en la sensibilización de los reflejos motores; primero en los estudios de Eric Kandel sobre el molusco gasterópodo Aplysia y, más tarde, en la mosca del vinagre Drosophila por Tim Tully y Jerry Yin y en ra-

tas y ratones por Alcino Silva y otros. Ese trabajo permitió que los planteamientos neurofarmacológicos y neurobiológicos se integrasen, estableciendo, por ejemplo, relaciones entre señalización por el neurotransmisor serotonina y la transcripción, dependiente de CREB, de genes para los efectos a largo plazo de los procesos de memoria. Los planteamientos genéticomoleculares prepararon el camino para la teoría de la reconsideración. En 2009 Karim Nader y Oliver Hardt reclamaban un nuevo modelo de memoria que integrara de forma exitosa la consolidación y la reconsolidación. El estudio de los sueños aporta otra dimensión al análisis de los procesos humanos de memoria, el de la imaginación, que parece aplicarse también al estado de vigilia. En la memoria episódica, la imaginación constituye un factor útil que cambia, actualiza y extiende el conocimiento anterior; demuestra la plasticidad ventajosa de la memoria. De la forma de operar la inquisición neurocientífica —que explora las propiedades conductuales, facultades y fisiología a partir de lesiones cerebrales, evolución y bioquímica— sirva de ejemplo la potenciación de la memoria. ¿Puede mejorarse? Se ha comprobado, en experimentos in vivo, que se apoyan sobre la inhibición farmacológica de la enzima proteína kinasa Mz (PKMz) en la corteza insular refuerza la memoria. La modulación de la proteína puede alterar los recuerdos, incluso meses después de una codificación inicial. LUIS ALONSO

PSIQUIATRÍA Un arte en busca de identidad

M

ateria y misterio forman un oxímoron. Pese a ello, suelen muchos seguir la definición de mente dada por Ambrose Bierce en The Devil’s Dictionary, publicado en 1911: llámase mente a una forma misteriosa de materia segregada por el cerebro cuya actividad principal consiste en descubrir su propia naturaMENTE Y CEREBRO 50 / 2011

leza. De las patologías mentales se ocupa la psiquiatría, pero esta carece de un concepto coherente de mente. A su búsqueda dedica MacKinnon el libro de referencia. Como suele ser habitual en este tipo de obras con propósito general, el resultado es un braceo voluntarioso, aunque con la novedad de la óptica que le prestan las

alteraciones. Así como en genética las mutaciones permiten llegar al gen natural, los trastornos mentales podrían revelar la naturaleza de los estados normales. Otros campos de la medicina no solo poseen una base lógica más firme, sino también metáforas idóneas para aprehender la función del órgano: el corazón se comporta

95

TROUBLE IN MIND. AN UNORTHODOX INTRODUCTION TO PSYCHIATRY,

por Dean F. MacKinnon. The Johns Hopkins University Press, Baltimore, 2011.

como una bomba, como un filtro el riñón, los pulmones son fuelles, los nervios un tendido eléctrico, etcétera. Con esas imágenes sencillas podemos explicar que la bomba distribuye sangre oxigenada a los tejidos, que el filtro mantiene el equilibrio de fluidos, que los fuelles aportan oxígeno a la sangre y que el sistema nervioso activa los músculos y traduce estímulos del medio. En cambio, el cerebro carece de partes móviles y emite escasa sustancia mensurable para recoger y analizar. La metáfora más extendida de la función cerebral es la del computador, en el que el órgano sería el hardware y la mente el software. Pero el computador se muestra indiferente a la información que procesa; en última instancia, tras todas las recursiones que introduzcamos, ni siquiera si procesa la información. Solo al hombre le importa conocer la función adaptativa de la información, las consecuencias que entraña su elaboración, retención, uso, refinamiento, ponderación o interpretación de la información. Consecuencias y síntomas, déficits y conductas constituyen el dominio de la psiquiatría. A la psiquiatría no le falta casuística. De cada enfermedad pueden escribirse tomos enciclopédicos. Pero adolece de falta de un

96

hilo conductor, de una teoría general que dé sentido a los ejemplos infinitos y variopintos. Ahí reside el telón de Aquiles de la disciplina. Debe su eficacia terapéutica no tanto a una sólida base biológica o una teoría psicológica, cuanto a una concatenación de descubrimientos fortuitos, la aplicación de empatía, un conocimiento de las razones que motivan una conducta y, sin duda, el progreso de la investigación clínica. Para definir una enfermedad mental, los psiquiatras utilizan el manual oficial de diagnóstico psiquiátrico, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), donde leemos un elenco de criterios que acotan cada patología. Sin embargo, una vez más, no integran esos conocimientos en un modelo sistemático de la mente. No siempre la psiquiatría anduvo huérfana de teoría. Por ceñirnos a la época contemporánea, el tercio central del siglo XX predominó el psicoanálisis. La teoría psicoanalítica explicaba la complejidad mental en términos de la interrelación entre el yo, el ello y el superyó. Cayó por la propia inconsistencia científica, develada por Karl Popper, y por su fracaso en la terapia de psicosis, adicciones y otras alteraciones. El enfoque psicoanalítico fue sustituido por el pragmatismo de la psiquiatría biológica, con su arsenal de psicofármacos eficaces. Hoy, lo usual en la academia es dejar de lado la naturaleza de la mente y del trastorno mental. Fenómeno insólito en medicina, donde se subraya siempre la función natural de los órganos en la salud y en la enfermedad. A veces, se define una enfermedad por su causa patológica o por el proceso biológico que altera; no ocurre así en psiquiatría. La psiquiatría evita las definiciones teóricas del trastorno. Las definiciones de los trastornos que encontramos en el DSM se atienen a los fenómenos superficiales de la patología mental (síntomas, conductas y medidas de ejecución) que, en virtud de un acuerdo, se da por características de una entidad diagnóstica. Un acuerdo negociado por comités sobre las expresiones distintivas de la psicopatología, si bien no se sabe qué hacer con los casos atípicos o complejos. Estos últimos suelen atribuirse a comorbilidad. Dejando aparte las teorías abstractas, la psiquiatría del último medio siglo ha venido postulando que los métodos de la cien-

cia biológica terminarían por desentrañar el funcionamiento del cerebro, lo mismo que ha ocurrido con el corazón, pulmones, hígado, los riñones o el sistema inmunitario. De momento, la investigación genética de un trastorno particular, la asociación de un metabolismo atípico con una patología o las concentraciones alteradas de un neurotransmisor se quedan a las puertas de una explicación teórica de la naturaleza de la enfermedad, pero sin traspasar el umbral. Las ciencias biomédicas no han logrado para la psiquiatría lo que han conseguido en otros campos: un mecanismo que explique la enfermedad. Cuando los conceptos de trastorno mental quedan rezagados en relación a la técnica empleada para estudiarlos, el progreso no depende ya de la adquisición de más datos, sino del desarrollo de una idea mejor que dé sentido a la información amontonada. Las explicaciones relativas a la célula, el tejido e incluso el organismo se desenvuelven en términos mecanicistas. Menos eficaces resultan esos planteamientos cuando abordamos al individuo en su entorno social. Se introducen las explicaciones narrativas que, respetando las leyes de la naturaleza, dejan margen para la libertad especulativa. Son explicaciones instrumentales, cuya verdad se mide por las ideas útiles que genera, no por su tenacidad en la resistencia a su falsación detallista. La consistencia de una explicación narrativa se valora por el grado en que capta los hechos sobresalientes y los organiza para revelar las conexiones significativas entre ellas. La memoria, el aprendizaje y las fuerzas emocionales y motivacionales de recompensa y defensa presentan funciones biológicas importantes para la supervivencia y la propagación, cierto. Pero esos mismos fenómenos mentales construyen modelos de la realidad para acometer funciones más abstractas y complejas, que implican elección, creencia, planificación y relación con otras personas. El problema está, a la postre, en la reducción de la mente al cerebro, postulada o negada según los autores. Siendo las llamadas propiedades emergentes (libre albedrío, inteligencia recursiva y en general las características distintivas del hombre) el nudo de la cuestión no desatado aquí. LUIS ALONSO MENTE Y CEREBRO 50 / 2011

C ATÁLO G O

DE

PROMOCIONES 5 EJEMPLARES AL PRECIO DE 4 Ahorre un 20 % 5 ejemplares de MENTE Y CEREBRO o TEMAS por el precio de 4 = 26,00 €

SELECCIONES TEMAS Ahorre más del 30 % Ponemos a su disposición grupos de 3 títulos de TEMAS seleccionados por materia. 3 ejemplares al precio de 2 = 13,00 €

™ASTRONOMÍA

Planetas, Estrellas y galaxias, Presente y futuro del cosmos

šBIOLOGÍA

El origen de la vida, Virus y bacterias, Los recursos de las plantas

›COMPUTACION

Máquinas de cómputo, Semiconductores y superconductores, La información

œFÍSICA

Fronteras de la física, El tiempo, Fenómenos cuánticos

CIENCIAS DE LA TIERRA
View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF