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August 31, 2017 | Author: Juani López | Category: Opera, Entertainment (General), Theatre
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Conservatorio Superior de Música "Manuel de Falla" Historia de la Música Argentina Cátedra: Prof. Omar Moreno 1° Cuatrimestre - 2013 Clase especial: Pascual De Rogatis Por Juan I. López

Introducción y biografía Nace en Teora, un pueblito de 1500 habitantes a 100 km. de Nápoles el 17 de mayo de 1880, su familia se radica en 1883 en Buenos Aires. Se incorpora a la sociedad en un momento en que comenzaban a incorporarse familias inmigrantes provenientes de varios países europeos, que configuraron una variada tipología de sociedad. A la ópera nacional de preponderante estilo italiano, se incorporaba el estilo alemán y francés, pero además se incorpora la zarzuela y de ella proviene el sainete criollo. A este mundo musical naciente también se incorporan más adelante la música ciudadana y las expresiones del interior. A los 14 años de edad inicia sus estudios en el Conservatorio de Música de Buenos Aires, instituto fundado por Williams en 1893. Estudió violín con los maestros Pietro Melani y Rafael Díaz Albertini, teoría y solfeo con Aguirre, música de cámara, y armonía, contrapunto, composición y dirección con Williams. Logros en el Conservatorio... 1896: diploma de profesor elemental de Violín 1898: primer premio de solfeo 1899: medalla de oro en Violín 1902: primer premio de música de cámara 1906: primer premio de composición En el marco de este último premio dirige en concierto exclusivo sus propias obras. Obtuvo además un piano como premio de un concurso auspiciado por la revista Caras y Caretas, que conservo toda su vida. En común con sus antecesores, De Rogatis extiende su tarea profesional más allá del ámbito de la composición, desarrollando en paralelo una intensa tarea docente. En 1901 es designado profesor de solfeo y en 1904 profesor de Violín. Más adelante dicta las cátedras de solfeo superior, acústica y cámara en el recién creado Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico. Fue miembro de la Comisión Nacional de Bellas Artes, la Comisión Nacional del Museo del Teatro de Buenos Aires, la Asociación Argentina de Compositores, y jurado en numerosos concursos. Pascal De Rogatis pertenece a la Segunda Generación del '80 (continuadores de Beruti, Williams y Aguirre), luego de sus primeras producciones adopta de manera casi excluyente una convencida postura nacionalista. Si bien sus primeras obras lo muestran sensible a expresiones exóticas -Suite árabe (1902), Danza de las dríadas (1902), Marko y el hada

(1905)- Con el poema sinfónico Zupay (1910) inaugura su posición estética americanista. Quizá como rasgo particular de Rogatis y algunos otros (Palma, Gilardi, Torre Bertucci, Massa, Gil), es que su formación se dio íntegramente dentro del país, por lo que todo rasgo "europeizante" que se pueda advertir en su estilo, no proviene del contacto directo con experiencias formativas en Europa, si no de la propia asimilación de la técnica y el desarrollo de un lenguaje. En 1908 se interesa por la obra del poeta y filósofo estadounidense Ralph Waldo Emerson Ensayo sobre la naturaleza, creador del trascendentalismo americano, que sostiene que la verdadera independencia del individuo se alcanza con la intuición y la observación directa de las leyes de la naturaleza, donde es capaz de entrar en contacto con la energía cósmica. No existe oposición entre las leyes naturales y las leyes morales internas. En la búsqueda de exteriorizar su ley interna, De Rogatis toma contacto con La Restauración Nacionalista de Ricardo Rojas, obra donde Latinoamérica se presenta como unidad lingüística, cultural y espiritual. Pretende llevar un sello americano a su música. En general el lenguaje de De Rogatis encuentra su lugar en el poema sinfónico, llega a descartar obras para solista y orquesta; tampoco escribe sonatas ni sinfonías. Además de las dos óperas y los poemas sinfónicos, su producción se concentra en la música de cámara, en formas libres para piano solo, canciones de cámara, y pequeños conjuntos. El americanismo por el que opta no se reduce a los programas o títulos de sus obras, sino que encuentra una identificación con los códigos del folklore, tanto el de reminiscencia criolla como indígena. Siguiendo muy de cerca a Ricardo Rojas, pero asimismo a Manuel Gálvez y Leopoldo Lugones, tendía a una espiritualización de la conciencia nacional. Y ello a través de un sinfonismo poemático que buscaba su inspiración en la unidad continental. Se circunscribe a una estética contenidista: la belleza radica en el contenido espiritual y su expresión; en oposición a la música pura, siempre crea sus obras bajo el signo de un programa o argumento, quizá sea en este aspecto que logra una obra bien individualizada. En el aspecto formal opta mayoritariamente por las formas libres, rapsódicas, su sentido rítmico es quizá lo más sustancioso de su lenguaje, además de manejar una interesante paleta tímbrica. Sus primeras obras, probablemente fechadas entre 1902 hasta el Oratorio laico (1910) estrenado en 1928, comprenden desde ejercicios de técnica compositiva hasta obras de importante envergadura siempre dentro de

una tendencia universalista, cosmopolita, todavía buscando su voz interior, personal e individual. Por esta época dice Williams sobre su discípulo: "Demuestra marcada predilección por las tonalidades menores, que encuadran muy bien en su temperamento orientalista, y le gusta moverse en medio de ondas ondulantes". De a poco en las siguientes obras, desde Zupay (1910) y Huemac (1914), se perfila un nuevo orden estético, bajo la premisa de que la música debe tener un sentido racial definido. Sus óperas heredan la temática histórica americanista y nacional iniciada por Pablo Beruti con Pampa (1897), continuada por Felipe Boero con El Matrero (1929) y otros como Constantino Gaito. La vocación americanista de De Rogatis, que lo llevó a estudiar profundamente las tradiciones de los pueblos americanos, no se instala en una anécdota tradicional, con las consabidas luchas tribales y sacrificios humanos de caciques y sacerdotisas, sino en la sociedad de la dominación hispánica, en la que conviven los elementos indígenas y criollos. La escritura orquestal y coral revela la maestría del autor que hace también un generoso despliegue de elementos característicos indígenas y criollos. La obra es de fuerte contenido dramático y riqueza expresiva. Que, pese a la personalidad del autor, se perciban influencias de escuelas extrañas, no disminuye los valores de "La Novia del Hereje", que pone la figura de Pascual De Rogatis en un lugar especialmente notable de la música argentina; un lugar de avanzada en la senda americanista que fertilizó con "Huemac" y "La Novia del Hereje", y que transitó firmemente en su música sinfónica y de cámara. Revela la solidez de sus medios y la inteligencia con que se vale de ellos, y al mismo tiempo sus convicciones estéticas. Se ha dicho con razón que "Huemac" representa un hito en la historia de la ópera argentina y también la profesión de fe del artista. En octubre de 1938 asiste al entierro de Alfonsina Storni junto a personalidades como Enrique Larreta, Ricardo Rojas, Baldomero Fernández Moreno, Oliverio Girondo, Eduardo Mallea, Leopoldo Marechal, Centurión, López Buchardo... muchos de los cuales asistían con regularidad a la Peña Signos en el café Tortoni, lugar que frecuentó Federico García Lorca en su famosa visita a Buenos Aires. La Suite (1952) para Piano es la última obra terminada y estrenada. En los catálogos son muchas las obras que figuran inconclusas, inéditas, sin fecha. Pretendía realizar una tercera ópera para completar una trilogía sobre la América precolombina, Colonial y la identidad del Nuevo Mundo, pero aparentemente no completó la tarea por no dar con un libreto satisfactorio.

Fallece en Buenos Aires el 2 de abril de 1980, 45 días antes de cumplir cien años.

Orq. de Cuerdas Estreno: Conservatorio de Música de Buenos Aires, 20/11/1906.

Catálogo cronológico y reseña de obras

Preludio sinfónico "Tumbas Incaicas" (Op.9) (1903) Dedicada a Williams. Estreno: Conservatorio de Música de Buenos Aires, 10/10/1904.

Primeras Obras, sin fecha. Dos conciertos para Vc. y Orq. Figuran en los primeros catálogos. Retirada del catálogo por el autor.

Oriental (Op.11) (1903) Orq. de Cuerdas Estreno: Conservatorio de Música de Buenos Aires, 20/11/1906.

Dos conciertos para Vln. y Orq. Figuran en los primeros catálogos, uno de ellos fue estrenado en el Conservatorio de Música de Buenos Aires. Retirada del catálogo por el autor.

Marcha heroica (Op.7) (1904) Para orq.

Romanza para violín Retirada del catálogo por el autor.

Dos odas de Safo (Op.14 Nº2) (1904) Canto y Pno. Texto: María Magdalena de Ezcurra

Tiempo de minué Para orq. Mencionada por Lacquaniti, según García Morillo retirada del catálogo por el autor.

Fantasía (Romanza) (1904) Canto y Pno. Texto: Miguel Andrés Camino

Coros a capella Retirada del catálogo por el autor. Cuarteto de arcos Williams lo incluye en el catálogo del autor. Según García Morillo retirada del catálogo por el autor. Visión Canto y Pno. Mencionada por Lacuaniti, según García Morillo retirada del catálogo por el autor. Suite árabe (Op.2) (1902) Orq. de Cuerdas Estreno: Conservatorio de Música de Buenos Aires, 10/10/1904. Según García Morillo retirada del catálogo por el autor. Danza de las dríadas (Op.5) (1902)

Preludio (1904) Pno. solo. Transcripción del Preludio sinfónico (Op.9) Rayos de luna (1904) 2 voces y Pno. Texto: Williams En la sierra (1904) Coro a 3 voces y Pno. Texto: Williams Alborada (1904) 2 voces y Pno. Texto: Williams Marko y el hada (Op.10) (1905) Poema sinfónico inspirado en un mito del Danubio de Máximo Gorki. Paisaje otoñal (Op.12) (1905) Poema sinfónico

Belkiss en la selva de Saba (1906) Poema sinfónico inspirado en el poema exótico de Eugenio de Castro. Elegía (1906) Para Vc. y Orq., versión para Vc. y Pno. Según García Morillo retirada del catálogo por el autor. Segunda Oda de Safo (Op.14) (1906) Para orquesta. Probablemente se trate de una versión de la segunda de la Tres Odas de Safo, que menciona Lacquaniti. Fantasía romántica (Op.17) (1909) Pno. solo. Oratorio laico (1910) S., T., Coro y Orq. Estreno: Teatro Colón 5/5/1928, en un concierto homenaje a Ricardo Rojas Zupay (1910) Poema sinfónico inspirado en El país de la selva de Ricardo Rojas. Estreno: temporada de conciertos de la Exposición del Centenario Existe un manuscrito en el Fondo Documental de Música Argentina del Instituto Nacional de Musicología. I. Zupay en la selva II. El alma de Zupay III. Transfiguración “Para que exista el mal solo basta que los hombres de bien no hagan nada”. Se trata de una argumentación interesante que plantea la negación de algo por la existencia de su propio antónimo. Con ese criterio, Satanás no existe por sí mismo sino que simplemente es la ausencia de Dios. Zupay trata de una antigua leyenda de Santiagueña recogida por Ricardo Rojas en su libro El País de la Selva quien intenta reinstaurar un vacilante nacionalismo y se sirve en un punto de relatos mitológicos quechuas que describen al mismo demonio llamado Zupay quien representa el mal, la desdicha, la maldición existentes en el norte argentino. El crítico musical José Ojeda le transmite una antigua vidala salteña y extrae un trozo de seis compases que usa como leit-motiv, lo que otorga solidez a la estructura.

En el programa de mano que acompañaba al concierto del 29 de septiembre de 1910, De Rogatis realiza una serie de aclaraciones sobre su obra. Luego de ubicar en su propio medio a este diablo de las leyendas, realiza una detallada descripción sonora de la selva, así como del alma, la tristeza y la transfiguración de Zupay, donde se refleja musicalmente una nueva aurora. Zupay en la selva. Se evoca el canto del Kakuy, y se utilizan motivos de triste y elementos matacos. El alma de Zupay. Movimiento lento, en el que predomina el ambiente de la vidala santiagueña. Transfiguración. De influencia debussiana, contrastan por oposición motivos de quena con el himno de las hachas, símbolo de la civilización que triunfa sobre la selva y la ennoblece con el progreso, representada en una orquestación desarrollada en continuo crescendo orquestal que se resuelve en lo que De Rogatis describe como "el futuro de la raza, el grito de la noble aspiración y del engrandecimiento final, que cierra el poema con el augurio de la gloria eterna". Complacido por el éxito de la obra, Rojas escribe: "De Rogatis es un indianista verdadero. Vale decir: un demiurgo que contribuye a resucitar, en la perpetuidad de sus existencias estéticas, el espíritu de la América ancestral, que no ha muerto, aunque haya cambiado necesariamente de forma en lo transitorio de sus existencias históricas. Pues De Rogatis pide a la tradición indígena no sólo el asunto que interesa a la inteligencia del artista, sino también el motivo melódico que interesa a su sensibilidad, esto no quiere decir que sea un folklorista de la música, sino un artista que enciende de nueva inspiración el tema primitivo. Tampoco busca el color local en efímeras canciones actuales, sino que desciende hasta el fondo remoto de nuestra raza, buscando en la arqueología musical de los indios, antiguos cantos e inspiraciones. Su poder de creación combina después el tema en nuevas arquitecturas, desarrolla la frase en nuevos giros, enriquece el motivo con nuevos timbres, conservando por entre los caprichos de la técnica más moderna la fuerza autóctona del espíritu generador. Pues su armonía es europea, y su orquestación también lo es; pero el origen, la idea y la función de su melodía, nos pertenece en absoluto"... "El País de la Selva (1907), libro mío, descubre la emoción y leyenda del bosque santiagueño. Pascual De Rogatis compuso "Zupay", inspirado en mi libro, con temas indígenas y onomatopeyas locales"... "Por la vía que abrieron Williams, Berutti y Aguirre, una nueva generación de músicos está creando la música nacional que explota el encanto de los indios. Pascual De Rogatis fue el primero que descubrió este nuevo horizonte".

Huemac (1914) Drama lírico en un acto, de Edmundo Montagne, versión italiana de Folco Testena. Basado en la leyenda tolteca del rey Huemac II. Hasta fines de la década del '20, todavía las óperas las solían montar compañías italianas, por eso se realizaban versiones en italiano. Entre el elenco del estreno se contaba con el famoso tenor Francesco Merli. Estreno: Teatro Colón 22/7/1916 Aunque sólo se conserva una Danza (la partitura orquestal se considera perdida), existe una reducción para Canto y Pno. en la UCA. Personajes: Xiutzal; Mayabel; Huémac; Ixicohuatl; Caballero de la Esmeralda; Caballero del Aguila; Emisario La acción de la ópera se desarrolla en la ciudad real del imperio de Huemac II, en el palacio, frente a un templo; en el fondo se ve una fuente y una pirámide sagrada; a lo lejos, bosques y montañas. El protagonista es el heredero del legendario monarca Acatl, una especie de Moisés tolteca. Se celebra con grandes fiestas el aniversario de la boda de Huemac con la bella Xiutzal, empañada por la presencia de algunos súbditos del rey enemigo Ixcicohuatl, el cual rinde culto a un dios del exterminio. Estos individuos se introducen en el palacio, disfrazados de monjes, en compañía de Mayabel, bruja que se finge sacerdotisa, que ofrece al rey un licor que lo hechiza y lo somete a un estado de ánimo extático. Mientras la bruja Mayabel inicia su danza sagrada (la única pieza que se conserva), la reina Xiutzal presiente una desgracia y cae desvanecida en brazos de sus sirvientes. Al mismo tiempo, las huestes del rey enemigo invaden el imperio, incendiando el templo y aprisionando a los fieles de Huemac, el cual quedó solo en su trono. El propio Ixcicohuatl lo reta a una lucha a muerte, en la que aquél resulta herido. En su agonía invoca a su dios, vaticinando la llegada de los hombres blancos. La obra concluye con la aparición, en la neblina de la mañana, de la figura de un guerrero español, con lo que se cumple la leyenda profetizadora de la llegada de los conquistadores En el Colón sólo se presentó en la temporada de su estreno, pero posteriormente fue representada en Montevideo, Rio de Janeiro, Sao Palo y Roma. Obtuvo el Premio Municipalidad de Buenos Aires. No existía todavía una investigación musicológica profunda acerca de la música de las civilizaciones Inca y Azteca, en gran medida, encaró los caracteres de esta obra de manera intuitiva. Descubre en el Traité d’harmonie théorique et practique del belga François-Auguste Gevaert un interesante planteo acerca del uso del pentatonismo por parte de algunas culturas, lo que lo impulsa a

organizar una escala pentatónica mayor, en oposición a la habitual escala pentatónica menor. Las Danzas orgiásticas se editan en 1943 como parte de un premio de la Comisión Nacional de Cultura, y es el único fragmento que se conserva de la obra original. Anfione e Zeto (1915) Música de escena. 8 piezas para 8 cuadros escritos en 8 días, sobre la tragedia bucólica inspirada en el mito de Antíope y sus hijos, con texto de Tomasso Salvini. Anticipa la temática de las tragedias griegas que retomarán más adelante Boero y Gaito. Estreno: Teatro Colón 18/08/1915. Con el barítono Titta Ruffo, a las señoras Salvini y de Sanctis, al actor Sandro Salvini, a Cia Fornaroli como primera bailarina, y dirección del compositor. Tres poemas (1915) Canto y Pno. I. Nocturno (1902, Ricardo Rojas) II. La campiña dormida (1914, Rafel de Diego) III. Marina (1915, José María Pardo) El martillo / El tambor (1916) Canciones escolares. Texto: Ernesto Mario Barreda A ti única (1918) Canto y Pno. Texto: Leopoldo Lugones El viento (1918) Pno. solo. Poema inspirado en la fábula de Edmond Haraucourt I. Primavera II. Verano III. Otoño IV. Invierno El viento (1919) Versión coreográfica sobre la obra homónima para Pno. Evocaciones Indígenas (1919)

I. Yaraví (Vl.I y II, Vla., Vc.) II. Fiesta indígena (Vl.I y II, Vla.I y II, Vc.I y II) Dedicadas a Ricardo Rojas En 1932 J. J. Castro dirige en el Colón una versión para Orq. de cuerdas. Emplea excelentes recursos de contrapunto imitativo de carácter fugado de extraordinaria potencia emotiva. Caaporá (1919) De acuerdo con investigaciones de María Elena Babino, Güiraldes y su amigo Alfredo González Garaño, pintor e importante coleccionista, concibieron la idea de crear un ballet basado en la leyenda guaraní del Urutaú. En un principio, le encargaron la música a Rogatis, pero éste se limitó a hacer algunas anotaciones y abandonó la tarea. Atipac (Escenas de la selva americana) (1920) Poema sinfónico chaqeño Estreno: Teatro Politeama 1/8/1925 I. Noche en la selva. La lucha II. Idilio III. Fiesta Describe episodios del mito del guerrero Atipac, el vencedor, héroe que lucha contra fieras y espíritus. América (ca. 1920) Fantasía para orq. Retirada del catálogo por el autor. Fantasía indígena (ca. 1920) Para orq. Retirada del catálogo por el autor. En una revista mexicana de 1920, un artículo de Manuel María Ponce hace mención a "...un drama musical en tres actos, de ambiente americano, en colaboración con Vicente Martínez Cuitiño." No se conocen más datos. Tres preludios (1921) Música incidental para "Ollantay" de Ricardo Rojas. El manuscrito se pierde en el hundimiento del buque que la conducía a Londres, durante la Primer Guerra.

Cinco canciones argentinas (1923) Canto y Pno. I. Vidala (Rafael de Diego) II. Canción de cuna (Gabino Coria Peñaloza) III. Chacarera (Gabino Coria Peñaloza) IV. La sombra (Yaraví) (Miguel Andrés Camino) V. Gato (Gabino Coria Peñaloza) Suite americana (1924) Para orq. Estreno: Teatro Colón 24/8/1926 I. Danza indígena II. Noche en el trópico III. Carnaval (sobre un tema popular) Dirigida por Celestino Piaggio, el carnaval que finaliza la suite sita, estilizada, la danza del Palito. Coplas (1925) Canto y Pno. Texto: Miguel Andrés Camino Danza de la ópera Huemac (1925) Para orq. Álamo serrano (1926) Canto y Pno. Texto: M. López Palmero Himno a Bahía Blanca (1928) Texto: Carlos A. Leumann Estrenado el 11 de abril de 1928 en el Teatro Municipal por la orquesta dirigida por el maestro Luis Bilotti y la participación del coro de la Escuela Normal Mixta. La Junta Ejecutiva de la Comisión Pro Centenario, que integraban los señores Enrique Julio, Arturo H. Coleman, Adriano Pillado, Amado

Cattáneo y Carlos Cisneros; se reunió el 14 de septiembre de 1927, resolviendo que ante tan importante celebración, se publicaran las bases para llamar a concurso para crear el himno a Bahía Blanca. El escrito debía ser breve, debiendo tener en cuenta, el autor que, oportunamente, se adaptarían a esos versos la versión musical que los acompañaría, para ser ejecutado en las fiestas del centenario. Se establecido una recompensa de 500 pesos y plazo hasta el 15 de diciembre de 1927. El doctor Narciso Mallea, presidente de la Comisión pro Centenario de la Capital Federal, le entrego al señor Enrique Julio, los nombres de los notables que oficiarían como jurados: Roberto J. Payró, Pedro Miguel Obligado y Alvaro Melian Lafinur. Durante el mes de enero de 1928 se recibió un número considerable de propuestas, que analizadas por el jurado, no conformaron las expectativas previas y el concurso se declaró desierto, por unanimidad. “Todas las composiciones – informó el jurado – atestiguan fervoroso amor de sus hijos a la ciudad de Bahía Blanca, pero la expresión no es suficientemente feliz en ninguna de ellas”. El propio jurado, viendo que los plazos se acortaban para llegar al centenario, encargó al doctor Carlos Alberto Leumann, santafesino, la poesía del requerido himno. En apenas tres días la letra titulada Himno a Bahía Blanca, estaba lista. En marzo de 1928, fue contratado por la Municipalidad de Bahia Blanca para musicalizar un poema que, en calidad de himno bahiense, escribió en su residencia de Tigre el poeta Carlos Alberto Leumann. La propuesta era estrenar la obra el 11 de abril de ese año (centenario de Bahía Blanca) en la fiesta de gala del teatro Municipal. Pese al poco tiempo disponible, De Rogatis aceptó el desafío y, horas antes del plazo, llegó a la ciudad con la partitura y se puso a ensayarla, acompañado por el maestro Luis Bilotti al piano. "Compuse la música con mucho cariño, porque me gustaba la ciudad, la quería", comentó muchos años después. De Rogatis conocía Bahía Blanca por sus esporádicos viajes como docente de la filial local del Conservatorio Williams. Llamativamente, su presencia en 1928 para el estreno del himno bahiense fue su última visita a la ciudad. Como queda dicho se encargó al profesor Pascual De Rogatis, asiduo visitante de la ciudad, para tomar exámenes en el Conservatorio Williams, que le pusiera la música a los versos de Leumann. Danza negra (1929) Pno. solo. Danza orgiástica de Huemac (1932)

Versión coreográfica sobre la danza de la ópera. La novia del hereje (La Inquisición en Lima) (1934) Opera en 4 actos, de Tomás Allende Iragorri. Basado en la novela histórica de Vicente Fidel López de 1854. Estreno: Teatro Colón 13/06/1935 Estreno en celebración del tratado de paz que finalizó con la guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay a través del arbitraje del Ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Saavedra Lamas Personajes: Clarisa; Mercedes; Henderson; Mateo; Tirso; Hechicero; Un Pregón; Vendedor; Oficial Español; Alguacil; Mequetrefe; Fraile; Sereno; Don Nuño; Doña Mencia; Gómez; Pirata; Oficial; Chancay La obra se desarrolla en el ambiente peruano a fines del S.XVI. Es la trágica historia de Clarisa y Henderson, ubicada entre Lima y Callao. La música trata de captar los diversos elementos étnicos, indígenas, negros, españoles, criollos, ingleses. Dice el autor: "Contra lo que se hace generalmente, la música de La novia del hereje no ha sido improvisada. He trabajado diez años en esta ópera. Mi temperamento pasional está principalmente vertido en sus páginas de una manera emocional y lírica. Es esencialmente comunicativa. La música no quiebra el libreto sino que lo sigue en su totalidad, para no desvirtuar la fuente de realidad de la obra. He procurado que los personajes no se vean obligados a detenerse o asumir poses por exigencias de la música, sino que ésta facilite sus movimientos con naturalidad y continuidad". La obra ha plasmado lo que podría denominarse auténtica música lírica hispanoamericana. Los cuatro actos de la ópera comprenden un coro de soldados, el juego de la gallina ciega, un aria de tenor, el dúo entre Clarisa y Henderson, las danzas de los negros y los indios, un Himno al Sol de los Incas, escenas de la Inquisición y la condena a Clarisa, y la inundación del subterráneo por donde pretenden escapar los amantes. En su momento, la obra otorgó una interesante mirada sociológica en canto a los conflictos culturales entre criollos, europeos y africanos en suelo

latinoamericano. Tuvo sucesivas representaciones en el Colón en: 1935, 1936, 1961 y 1976. La fiesta del Chiqui (1935) Poema sinfónico Estampas argentinas (1942) Para orq. Estreno: 1943, dir: Juan José Castro I. Cholos II. Puente Alsina en el 1900 III. Fiesta en el pago Coyas bajando la montaña (1947) Pno. solo. Suite (1952) Pno. solo. I. Rapsodia II. Paisaje III. Final Estrenada por Jorge Fontenla (última obra estrenada) Güeya (1954) Canto y Pno. Texto: Agustín Dentone Miel (1955) Canto y Pno. Texto: Agustín Dentone Carnavalito y copla (1957) Pno. solo. Rapsodia arentina para Vc. y Orq. (1967) Existiría una versión para Vln. Obra inconclusa. Obras sin fecha Candombes Para orq. (Manuscrito, sin más datos)

Concierto de las campanas Canto y Pno. Texto: Ramón Campoamor Danza árabe Nº2 Para orq. Mencionada por Williams y Lacquaniti, según García Morillo retirada del catálogo por el autor. Tres odas de Safo Para Vln. y orq. Mencionada por Lacquaniti. Retirada del catálogo por el autor.

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