Tomas Miranda

Mi experiencia con Filosofía para Niños como profesor de Secundaria Tomás Miranda Alonso IES “Amparo Sanz”. Albacete La búsqueda y el hallazgo Acudo solícito y con un poco de rubor a la amable invitación que me ha hecho David Seiz para contar en este oletín mi e!periencia de traba"o con #p$ en secundaria. %os encar&ados de dar a luz este medio de comunicación interna est'n muy interesados en tomar el pulso a lo que se est' haciendo en Espa(a ba"o el nombre de este proyecto educativo y tambi)n en *acilitar a los compa(eros embarcados m's recientemente elementos que les ayuden a entender la historia de un &rupo humano que est' pró!imo ya a su vi&)simo cumplea(os.+ aquí viene lo del “rubor”, pues temo que el relato de mi e!periencia no sea muy si&ni-cativo s i&ni-cativo para los dem's, en cuyo caso os aconse"o que “pas)is” de lo que di&o y que tom)is mi presencia aquí  como una sonrisa y como un &esto de cari(o. ues bien, en un lu&ar de %a/ancha cuyo nombre conoc)is muchos de vosotros, había un "oven pro*esor de -loso*ía de ense(anza media, que así se llamaba entonces el tramo educativo comprendido entre la educación b'sica y la *ormación universitaria, a quien nadie le había ense(ado su o-cio, pero que estaba empe(ado en convertir su clase en un espacio c'lido, o sea, en un ho&ar donde sus habitantes se plantearan como propias las &randes pre&untas que el ser humano se ha hecho a lo lar&o de su historia sobre el sentido de su e!istencia./i deseo era conse&uir un di'lo&o ri&uroso con mis alumnos que nos ayudara a pensar sobre el si&ni-cado de nuestra e!periencia, di'lo&o al que estaban invitados tambi)n los &randes maestros del pensamiento que la historia nos proporciona. /i mayor ilusión entonces era conse&uir que aquellos adolescentes descubrieran que los temas de que nos ocup'bamos en las clases tenían que ver con sus vidas, o, me"or dicho, me es*orzaba para lo&rar que la re0e!ión colectiva que realiz'bamos realiz'bamos tuviera como punto de partida sus intereses m's e!istenciales, tanto teóricos como pr'cticos. /e interesaba sobre todo "uz&ar racionalmente las concepciones del mundo dominantes en nuestra sociedad y someter a crítica las ideas heredadas con las que percibimos, cate&orizamos y entendemos

nuestro mundo. Deseaba, en suma, *acilitar en el aula el nacimiento y desarrollo de un pensamiento crítico ri&uroso. Supon&o que mis ob"etivos coincidían con los de la mayoría de mis cole&as de otros institutos, sabedores, a su vez, que de nadie podíamos esperar la *ormación did'ctica y peda&ó&ica que necesit'bamos sino de nosotros mismos, y que para conse&uir esto teníamos que *ormar &rupos de investi&ación y de innovación educativa. En )stas me hallaba, cuando en el a(o 1234 leo en Revista de Filosofía y de Didáctica de la Filosofía un artículo de #)li! 5arcía /orrión, titulado “#iloso*ía para $i(os, una propuesta sólida y coherente”, donde descubro un proyecto educativo que sur&e de pre&untas seme"antes a las que yo me hacía y que o*rece una metodolo&ía, unos materiales y unos procedimientos adecuados para convertir el aula en una comunidad de inda&ación -losó-ca, en la que los participantes se dedican a hacer pre&untas sobre el sentido de lo que hacen y a presentar ar&umentos para "usti-car sus diversas opiniones y puntos de vista.Aquel proyecto se me presentaba como una estrella en medio de la penumbra en que me encontraba y me prometía auroras que podría compartir con otras personas que tenían intereses parecidos a los míos y que caminaban por sendas cercanas. El artículo de #)li!, a quien yo entonces no conocía personalmente, *ue como el dedo del compa(ero que a mitad del via"e te se(ala un punto de luz que merece la pena mirar. Acudí lleno de ilusión y de e!pectativas al primer curso de *ormadores de *ormadores de #p$, que se celebró en /adrid aquel verano memorable de 1233. Allí conocí a los componentes del primer n6cleo de esta &ran *amilia que ya somos. + allí  conocí a esa &ran madre que es Ann Sharp, que nos *ascinó a todos y nos transmitió su entusiasmo. Aquel curso era di*erente de todos cuantos había hecho con anterioridad. %a pro*esora no te daba clase a la manera usual, y desde el primer momento me encontr) practicando un pro&rama cuyo ob"etivo es *acilitar el aprendiza"e y el e"ercicio de un pensamiento comple"o, lo que se consi&ue a trav)s del di'lo&o -losó-co dentro de una comunidad de investi&ación. + el crecimiento de esta comunidad dependía de la implicación solidaria

y cuidadosa de todos sus miembros, pues cada uno sabía que necesitaba del otro para poder desarrollarse como persona razonable. ero como el prisionero de la cueva platónica, que despu)s de liberarse de las cadenas y de haber ascendido a la re&ión de la luz tiene que volver a la re&ión de las sombras y ayudar a sus compa(eros a que ellos ha&an lo mismo, así tambi)n nosotros acabamos aquel curso con el compromiso de continuar nuestra *ormación ampliando esa inicial comunidad y aplicando los materiales y la metodolo&ía de #p$ en nuestras aulas. 7ambi)n asumimos la responsabilidad de *ormar nuevos pro*esores capaces de hacer -loso*ía en sus aulas y con el tiempo tuvimos que colaborar en la tarea de *ormar a los *ormadores de esos pro*esores. El hecho de que la totalidad de los que *orm'bamos aquel primer &rupo *u)ramos pro*esores de -loso*ía de secundaria tenía la venta"a obvia de que nuestra *ormación nos *acilitaba el e"ercicio de las estrate&ias propias del di'lo&o -losó-co, pero tenía el inconveniente de que carecíamos de e!periencia como pro*esores de primaria. ara paliar esta di-cultad al&unos de nosotros buscamos el modo de aplicar el pro&rama en los cole&ios de educación &eneral b'sica y adquirir así conocimientos que nos pudieran *acilitar el traba"o de diri&ir cursos de *ormación en los que participara el pro*esorado de este nivel educativo. En mi caso, y aprovechando la relación *amiliar que me unía al orientador de un cole&io cercano de mi instituto, estuve traba"ando durante el curso 1233832 con El descubrimiento de Harry durante dos horas a la semana con un &rupo de diecisiete alumnos de se!to de E5 de dicho cole&io, ele&idos aleatoriamente, llevando a cabo con el departamento de orientación una investi&ación sobre los resultados obtenidos, compar'ndolo con otro &rupo que nos sirvió de control. %a conclusión que sacamos de aquel estudio, con toda la prudencia que hay que mantener en este tipo de investi&ación debido al reducido n6mero de alumnos con que traba"amos, *ue que en el &rupo e!perimental había habido una evolución mayor que en el de control en lo que se re*ería a razonamiento verbal, razonamiento ló&ico y comprensión verbal9 tambi)n notamos una disminución en la tensión emocional en el primer &rupo, que no se produ"o en el se&undo. Este traba"o

*ue publicado en el primer n6mero de nuestra revista Aprender a ensar, que salió a la luz en el primer semestre del a(o 122:. Independientemente del valor de esta investi&ación, mi e!periencia de traba"o con ni(os y ni(as de doce a(os *ue muy interesante y motivadora, pues comprob) por mi mismo el entusiasmo con el que planteaban y discutían pre&untas de hondo calado -losó-co y la calidad y pro*undidad de las respuestas de que son capaces cuando se producen en un medio adecuado. FpN en mis clases Durante aquel curso tambi)n empec) a traba"ar con la metodolo&ía de la comunidad de investi&ación y con los materiales especí-cos del pro&rama en mis clases de )tica del instituto. /e hice car&o de la )tica de todos los &rupos de primero de ; con la intención de se&uir con los mismos estudiantes durante los tres a(os que duraba entonces el bachillerato. /e inquietaba cómo traba"ar con esta metodolo&ía con &rupos de cuarenta alumnos. arecía imposible que cupieran todos si se sentaban en redondo o, me"or dicho, *ormando un cuadril'tero. ero os puedo ase&urar, como al&unos sab)is por propia e!periencia, que al tercer día eran e!pertos en cambiar el orden de las mesas con rapidez. Del primer día de clase recuerdo una an)cdota que no me resisto a contaros...