Todo Consiste en El - en La Senda de Von Balthasar y Von Speyr - Ricardo Aldana

February 5, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Todo consiste

En la senda

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l Speyr

 

© 2005

Ricardo Aldana/Fundación Nuevo Entorno Ediciones Encuentro, S.A. Madrid Revisión M1 Teresa Morales/Federico Jiménez de Cisneros/ Alfredo González Diseño de la colección: E. Rebull

Queda prohibida

salvo excepción prevista e n l a

ley, cualqui ley, cua lquier er forma forma de reproducción, reproduc ción, distribu distribu ción, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titu lares de la propiedad intelectual. a infracción d e los derechos mencionados puede ser constitutiva d e delito delito contra la propie pro piedad dad intelectual intelectual arts arts.. 270 ss. del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos vela por el respeto de los citados derechos.

Para cualquier infonnación sobre las obras publicadas o e n programa propuestass d e nuevas publicaciones, dirigirse a: y para propuesta Redacción d e Ediciones Encuentro Cedaceros, 3 211 - 28014 Ma Madri drid d - Tel el.. 91 532 26 07 www.ediciones-encuentro.es

 

ÍNDICE

Prólogo Presentación l

l

AMOR UBERTAD Y RENUNCIA La renuncia que sostiene la vida

2. Grandes virtudes paganas y humildes virtudes

cristianas 3. Ascética cristiana

ll LA UBRE OBEDIENCIA DEL AMOR l Obediencia cotidianamente ineludible 2. Una nueva obediencia e n la fe esperanza

y caridad 3. La caridad como principio social cristiano 111 UN AMOR SOSTENIBLE COTIDIANAMENTE l El amor es siempre plenitud 2. Un solo amor y dos mandamientos 3. n Cristo está l unidad de los dos mandamientos IV. COMUNIDAD QUE D A VIDA Siempre ya e n comunión 2. Individuo y comunidad 3. Comunión d e personas 4. El corazón social d e los poetas l

7

11 15 15

19 23 25 25 26 31 37 37

40 45 49 49 50 56 58

 

Todo consiste e n Él

V. l

2.

FAMIIlA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62 difíc fícil il . . . . . . . . . . . . . . . . 62 La familia u n b i e n di D a r la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66

eterni ete rnidad dad con conoce oce el tiem tiempo po . . . . . . . . . . . . VI. VARÓN Y MUJER LOS CREÓ . . . . . . . . . . . . Hombre bre muje mujerr e hijo . . . . . . . . . . . . . . . . . . l Hom 2. La diferenciación sexual . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. La •conversión· d e Eros . . . . . . . . . . . . . . . . . VII. SALUD Y ENFERMEDAD . . . . . . . . . . . . . . . l Enfermos d e dive diversa rsass clas clases es . . . . . . . . . . . . . . ., es 2 ¿Quten está tá, sano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3. La salud e n Crist Cristoo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4. La salu saludd enferma y el enfermo san sanoo 3.

La

77

81

88 92 92 94

97 100 106 106 108

VIII. MUER1 E

En camino hacia la muerte 2. Unidad d e vida y muerte 3. Saber morir l

IX. VEJEZ

72

115

119 los años añ os . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119

bien d e ha y vejez cristiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1123 23 2. No hay 3. Só Sólo lo el niño está dispue dispuesto sto a morir 12 1288 l

El

X

EN EL TIEMPO

l

La

YA EN

ETERNIDAD

estrechez del Ytiempo LA 2. Tie Tiempo mpo perdid per didoo y tiempo rescatado . . . . . . . 3. Lo eterno e n el tiem tiempo po XI. BÚSQUEDA DE SENTIDO Y CONVERSIÓN l El sentido d e la vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2. El sentido entre el ser y el n o ser 3. Conversión 4. El glorioso des desce censo nso

6

1132 32

. 135 14 1400 145 . 145 147 150 15 1555

 

PRÓLO O

Accedo con mucho gusto a prologar esta obra

un

n o siendo he e n seguida: No yo n elo más Y digosuperficiales. aquí u n libro aptoindicado. para paladares

po rque porq ue esté mal esc escrit rito o todo tod o lo cont contrari rario o sino po porq rque ue su conten contenido ido eess manjar rrec ecio io que supone capac capacidad idad d e interiorización y eso n o es común c omún precisame precisamente nte ahora e n nuestra sociedad enferma d e atrofia d e la facultad d e pensar. En En este est e sentido san Ign Ignacio acio aprobarla sin ás estas páginas po porq rque ue era com como o di dijo jo d e él u n con temporáneo ·hombre d e veras y d e sustancia•. Cada uno d e sus once capítulos puede considerarse u n -catequesis• pero n o al estilo que podríamos lla mar tradici tradicional onal ni como co mo meditaciones sino a la man mane e ra moderna d e conferencias o pequeños ensayos sobre u n tem tema; a; o si se pr prefier efieree a la mane manera ra antigua d e la pre dicación d e los Padres y d e las collationes d e los maes tros espirituales. s bueno saber también que este libro n o e s u n comentario textual al •primer y principal fundamento d e los jercicios ignacianos. En el fondo del escenario como co mo difum difuminad inadas as está están n la lass palabras del llibr ibrito ito d e los jercicios¡ pero e n primera línea d e algún modo rela cionados con el ella lass está están n on once ce temas tomados d e obras

7

 

Todo consiste e n É

de dos autores suizos, creo que no demasiado conocidos entre nosotros a pesar d e haber llenado buena parte del siglo XX e n el área germánica: el teólogo y su dirigida Hans Urs von espiritual t 1988)médico, Adrienne von Balthasar Speyr t 1967), educada e n el protestantismo liberal y más tarde ingresada e n la Iglesia católica e n 1940 mística, autora de numerosos escritos teológicos y espirituales. Algunos d e esos once temas recuerdan más que otros l letr del Principio y Fundamento •salud o enfermedad· catequesis 7. 1   ; •vida larga o corta• catequesis 8. 1 sobre la muerte; y 9. 1   sobre la vejez), o e n ellos se percibe su eco cercano por ejemplo, •servir•, cuando s e habla del señorío d e Dios). Pero e n todos suena u melodí si el lector tiene u n poco d e paciencia, pues aun los temas más alejados del pensamiento ignaciano directo, tales como la familia, la sexualidad, el amor, e l individuo y la comunidad, etc., pertenecen a ·las otras cosas sobre la faz d e la tierra•. Este grupo d e cosas a mi parecer, lo componen diversos estados y situaciones d e nuestro ser d e criaturas según el plan d e Dios; así, por poner u n ejemplo: si hemos sido creados a imagen y semejanza d e Dios que es Amor esencial, es lógico que s e

nos hable d e lo que nos corresponde: la donación, la entrega humilde del amor. Incluir e n estas catequesis la encamación, la Iglesia, María, etc., ¿se distanciará demasiado del Principio y Fundamento? Supongo que esto tendrá u n objetivo, entre otros: como el d e hacernos contemplar las ondas concéntricas que s e forman al tirar una piedra a u n lago tranquilo. Esos temas no son las primeras ondas, pero nacen del mismo origen. Unas palabras sobre el estilo. Este libro n o es una antología d e textos d e Hans Urs von Balthasar y 8

 

Prólogo

Adrienne von Speyr, sino una refundición d e ideas d e esos autores e n diversos pasajes d e sus obras; la ventaja para nosotros es que han sido moldeadas El autor, •cabeza que pertenece a los Sieroos de es sacerdote mexicano jesús latina•. e n la madu-

por u n

rez d e la vida, ha trabajado varios años e n la Casa Balthasar d e Roma, y empieza ahora su labor e n el Centro Balthasar recientemente creado e n Granada España); y hasta tal punto ha asimilado y hecho suyo el estilo estilo de los aautores utores condensa condensados dos p por or éél, l, q que ue a veces podría dudarse de quién es el que habla, como e n tantas expresiones de tipo paradóji paradójico co n o e n vano el escritor más citado e n este libro es Chesterton o e n las abundantes frases de colorido conceptistaa ·la salud enferma y el enfermo sa tist sano no•; •; ·la muerte encadenada a la vida•, •vive el Resucitado e n el hecho d e haber muerto•, etc.). Méri Mé rito to del auto autor, r, y es muy de agrade agradecer cer,, es ha habe bemos mos facilitado la entrada al pensamiento de sus modelos, a su terminología y a sus bases ftlosóficas; al menos eso ablanda la corteza para quien, sin cierta fundamentación, se acerque a las páginas de este libro, que tiene mucho de ftlosofía ¿tal vez porque el Autor, o los Autores, aceptan con Plotino que ·las preguntas de la ftlosofía son estrictamente preguntas religiosas•?). Quizás por esto, sin haber sido plenamente consciente de ello, insinué al principio que este libro no es para leerlo de corrida, sino que requiere algún esfuerzo. Y puede que también esto sea lo mejor. Porque así el lector medio se verá obligado a r despacio, e incluso a volver a leer un párrafo; de ese modo, sin que se lo hayan pedido expresamente, estará practicando el ejercicio espiritual de la repetición t n del gusto de san Ignacio. Termino. Parecería que el Principio y Fundamento estaba agotado, pero aquí tenemos unas resonancias

 

Todo consiste e n É

con ramificaciones nuevas. Una vez más formulada d e otro modo qued clara la intuición d e s n Ignacio e n el Principio y Fundamento: que ser criatura supone

renuncia para dejar espacio a Quien siempre e s más grande. Ojalá este libro sirva para que e n sus lectores s e fortalezca el homb ho mbre re inte interio riorr como co mo diria s n Pablo; ese hombre interi interior or que se fortalece clarificando la la propr opia existencia existencia nuestra cre tur lid d an ante te Dios Dios gracias a lo que nos dice la la fe; e importa n o olvidarnos d e que sólo tenemos te nemos esta vida para pa ra vi vivi virr d e fe ¿Será éste el mejor seiVicio que pueden prestarnos las páginas siguientes? M. Iglesias SJ

10

 

PRESENTACIÓN

rincipio y Fundamento son las palabras que encabezan el número 23 del libro de los jercicios spirituales e la breve e san Ignacio de Loyola La sobriedad enunciación de lo que será la base de toda la ejercitación propuesta e n el lib libro ro puede pue de sorprender a quien no no conozca la natura naturaleza leza de éste éste que qu e no es u n manual e doctrina cristiana ni u n libro de temas de espiritualidad. Antes de poner al ejercitante delante de la palabra de Dios Di os que qu e lo lla llama ma a la conversión primero primero despué des puéss a la elección e u n est estado ado de vida vida el santo sant o de Loy Loyol olaa declara simplemente e n el número 23 que todo se hará sobre sob re el suelo ftrm ftrmee de la verdad verda d del primer artíc artículo ulo del

Credo y del primer mandamiento. El ejercitante debetia presentarse con una fe lo suftcientemente viva como para situarse situarse delante de Dios Dios Padre Padre Creador del cielo y de la tierra tierra sintiendo sinti endo al mismo mismo tiempo tiem po lo que qu e esto signiflca respecto de la fmalidad de su existencia y e la existencia del mundo. Pues bien bien el sentido de la creaturalidad creaturalidad como base sólidaa inconmovib sólid inconmovible le de la existencia existencia del cristian cristiano o es algo que hoy e n el tiempo e n que el todo y la nada se alternan e n la conciencia del hombre como tentaciones e

autocreación y de desespe desesperación ración estamos lejo lejoss

e

 

Todo consiste en Él

poder suponerlo. De ahí la idea de u n conjunto de reflexiones, que podríamos llamar catequesis, que ilu mine los diversos ámbitos de la vida concreta e n los que se acogido. anuncia el Principio y Fundamento para ser de nuevo La idea de ofrecer u n servicio de este tipo ha sido sugerida por el talante ignaciano de la obra de Hans Urs von Balthasar y Adrienne von Speyr y por el con tenido de su mensaje, el cual, n o está de más decirlo, toca muchos más aspectos de la teología de los que aquí se presentan. Pero e n estos once capítulos los dos autores no sólo proporcionan la idea general, sino que a ellos se deben las ideas, tomadas de páginas bien precisas de sus obras, que aquí sólo se exponen con la finalidad dicha. La descripción del método seguido baste para hacerles justicia. El punto d e p rtid d e c d c tequesis e s uno o más

números de las primeras páginas del libro Kostet u n Seht 1 = KS Gustad y ved) de Adrienne von Speyr, que es una antología de textos de la autora hecha por Balthasar para formar u n libro de lectura teológica, como dice el subtítulo. Las páginas de Kostet u n Seht e n cuestión tienen po porr títu título lo Ansdtze i m Alltag, algo así como Partiendo de la vida cotidiana. a idea de Balthasar, al componer la antología, parece una intui ción de importancia para la transmisión de la fe: no partir de una pregunta general sobre la vida, sino de la experiencia más ordinaria, porque, como dice él mismo, -el cr crist istian ianis ismo mo no es sólo verdad que q ue se nos h comunicado desde el cielo a través de u n micrófono: es la verdad del hombre·  que vive con la Trini Trinidad dad de Dio Dioss 1

Kostet

un

Sebt. Etn tbeologtscbes Lesebucb, johannes Verlag, Einsiedeln

Tréveris 1988. z H. U. von Balthasar, La oractón contemplativa Ed. Encuentro, Madrid 1998, 121-122.

12

 

Presentación

·hasta e n las más anodinas y opacas esferas de lo coti diano- . Ahora Ahora bien, estos aspectos asp ectos d e la vida cotidia na, contemplados con los ojos de la fe aluden por sí Principio Fundamento que es el origen y mismos el fm delalhombre. Así pues, e n cada capítulo una un a primera sección sigue muy de cerca el texto de Adrienne von Speyr. El lugar e n cuestión se declara al fmal de cada uno de ellos con la sigla KS y el número del párrafo de la antología. Sólo e n u n caso hay una cita formal de Kostet u n Sebt con la referencia a pie de página. Pero e n todos los casos las ideas, e n muchos las expresiones, están tomadas de este libro. En esta primera sección se describe una situación de la vida ordinaria. E n el modo de d e verl verla, a, pro pio de Adrienne von Speyr, se da ya, implícitamente, la enseñanza cristiana. De la situación así descrita emerge un •tema• que se relaciona con la creaturalidad del hombre: la libertad, la muerte, la sexualidad, etc. a segunda y a veces la tercera sección de cada catequesis sigue, con una dis tancia variable pero siempre de cerca, algún artículo o capítulo de Balthasar que trata del tema y que se indi ca también al fmal de cada una. La argumentación bíblica ha sido con frecuencia ampliada respecto de la que nuestro autor ofrece. Los escritores a los que se hace referencia no siempre han sido citados por él, pero sí e n algunos casos, que se indican cuando se trata de un elemento sustancial de la exposición. Se da la referencia de la edición de la obra de Balthasar uti lizada. Se señala también la edición e n español y e n inglés e n los casos e n que existen. Una última sección retoma el argumento a partir de un obra literaria (excepto e n el primer capítulo, 3

lb., 121.

13

 

Todo onsiste

n

Él

el que se usa un ensayo . N o se puede atribuir a Balthasar, extraordinario lector y comentador de la literatura, la elección de estas obras, aunque se trata casi n

siempre de autores estudiados por él, a veces traducidos y publicados. Dado el carácter de los mencionados Ansdtze de lo loss cuales las las catequesis to toman man sus argum argumento entos, s, n o se trata propiamente de capítulos que deban seguir un orden. Cada una de ellas debería ayudar al lector a sentir que n todas las cosas y n cada actividad particular, Dios lo espera escondido y manifiesto a la vez, según el principio de san Ianacio de ·hallar a Dios n todas las cosas y todas n El•

14

 

l

1

AMOR, LIBERTAD Y RENUNCIA

a

renunci que sostiene l

vida

Desde bien pequeño, el niño conoce la ascesis . a madre y el padre, y todos los adultos que lo rodean se han fijado objetivos a su costa: debe aprender a caminar, na r, a com comer er y a beber, a hab hablar lar;; y na nadie die se d daa p por or sat satisisfecho, poco a poco debe aprender palabras con más sílabas y a pronunciarlas de modo correcto, debe caminar trayectos más largos .. .... Un Unaa ve verdade rdadera ra lucha contra las dificultades, que e n realidad so son n formida formidables. bles. Los adul adultos tos n no o podemos reco recordar rdar eso esoss esfue esfuerzo rzoss q que ue n i siquiera el llanto del niño revela totalmente. ¡Poner e n movimiento tantos aparatos de nuestra dotación como seres vivos Los médicos saben hoy cada vez mejor que los milagros principales de la vida humana ocurren e n el seno materno e n las primeras horas de vida. Aprender a respirar, por ejemplo, es todo un acontecimiento y una proeza. En fm, decir si a la vida que recibe es para el nii\o una lucha de dimensiones insondables, e n la que debe vencer ya desde entonces al •

El

verbo griego asleeo del que proviene ascesis, signiflca, e n general, eje-

cutar u n trabajo que exige mucho e la persona del trabajador.

15

 

Todo consiste en Él

principal enemigo d e la vida humana: e l preferir la muertes. Que el niño dice sí a s u dotación corporal y que este sí e s u n acto que procede d e s u prof profundi undidad dad espiri espiritua tuall e s algo que s e revela e n la sonrisa con la que respon d e a la d e la madre. n su pequeño rostro s e dibuja e l espíritu que Dios le h a dado; ojos boca y esa agitación desbordante con la que quiere y a reír son u n elemental e in insu supe pera rabl blee ·sí grac gracia ias• s•6. 6. Pero este sí agradecido con e l que el hombre acepta e l ser que ha recibido es desde el inicio una renuncia al cálido seno materno pues e n la medida e n que recibe d e él la vida s e hace capaz d e subsistir por sí mismo. Sí gracias significa ·l ·lo o que h e recibido lo puedo acoger sólo y o y l o puedo d r sólo yo. Y n o puedo acogerlo si n o lo pongo y a a disposición e n u n gracias dirigido a quien m e ha dado l a vida·. Vive sólo el que está dispuesto a morir a d r l vida y el niño l o decide todo con una sonrisa. Es distinto cuando el que y a n o e s niño s e fija obje tivos que dependen d e s u elección. Porque entonces la ascesis e s más complicada y prolongada e n e l tiempo y e n las incertidumbres. La ascética del ser libr libres es tiene siempre e l carácter d e l o misterioso d e l o desconoci do. El estudio por ejemplo exige una gran serie d e renuncias. Se puede recordar que e n latín e l prime primerr sig sig nificado d e -studium• e s el d e -esfuerzo-. Y n o sólo e l estudio e n general todo el que inicia u n trabajo l o hace con la expectativa d e u n buen resultado y e n principio 5

e gran profundidad son los versos de Chesterton: ·Una sola blasfemia

existe: pedir la muerte 1 pues sólo Dios ha sabido honrar la muerte-. Ecclesiastes en 7be orils o f G K Cbesterton The Wordswoth Poetry Ubrary 1995 250.

.COmienza o h pequ eño niño niño a conocer a tu madre por la sonrisa• sonrisa• dicen dic en los versos de Virgillo l.gloga I V que justamente han merecido la admiración 6

d e los escritores cristianos cristianos a partir d e los

16

adres d e la Iglesia.

 

Amor libertad y renuncia

pone manos a la obra con la disposición e enfrentarse a las dificultades que aparecerán y que todavia no sabe cuáles serán. Uno que se pusiera a trabajar sin estas actitudes mostraría un serio problema falta de carácter. Abundando e n esto la ascética delde trabajo se refiere también a la cotidiana necesidad de vencerse uno mismo e n tantas cosas: se debe seguir adelante con el trabajo cuando se quiere y cuando no se quiere con co n la cabeza cabez a despejada despeja da o con co n la cabeza cabez a cargada ~ preocupaciones. N o existe u n trabajo a l propia medimedida algunas cosas se hacen hac en c on facili facilida dad d otras exigen exi gen unaa gran un gr an concentración. Ade Ademá máss la vida del trabajo impone su ley también e n la vida privada: uno debe vivir dentro e un cierto orden que su trabajo le impone. El trabajo mismo mismo incluso si se ha escogido escogi do con co n espontaneidad es una neces necesidad idad es algo algo que qu e hay que qu e hacer. ¿Cómo entrar e n ese ámbito lleno de exigencias si no se está dispuesto a darlo todo? Vive sólo el que está dispuesto dispues to a mo mori rirr o mejor vive só o el que h comenzado y a morir Se puede ver fácilmente e n otro ámbito de l vida la ascesis que el matrimonio exige. Sin duda la renuncia a la propia individualidad: la vida hay que q ue afront afrontararla con otro n o e n soledad. En gen genera erall hay que qu e decir que nadie puede vivir e n completa soledad y que la ascesis de todo hombre le viene determinada sobre todo tod o desde fuer fueraa desde u n orden exterior a si mismo. Desde fuera nuestra vida es constantemente llamada a dar u n nuev nuevo o paso a una un a nueva prestación. prestación. E n el caso del matrimoni matrimonio o los los hij hijos os so son n una un a fuente fuente continua e nuevas exigencias. N o basta resolver todo lo que habitualmente es necesario necesario reso resolv lver er porque por que siempre hay nuevos problemas. Como si n o fuera fuera suficien suficiente te nuestra nuestr a era tecnológica requiere

un

tipo de hombre ilimitadamente ascético. 17

 

  odo consi consiste ste en Él

Siempre h sido necesaria una disciplina para salir a la calle. Se dice d e los grandes poetas trágicos griegos Esquilo y Eurípides que murieron e n accidentes e n los caminos rurales al men menos os según la lass leyendas). Pero lo que hoy se debe sufrir e n la calle ante el ruido, la publicidad que abusa d e los sentidos, el tráfico, la urbanización urbanizac ión inh inhuman umanaa ... y tantas otras situacione situacioness modernas, es mucho más d e lo que se le pedía a u n hombre que diñcilmente salía d e su pueblo u n vez e n la vida. De nuevo, vive sólo el que h comenzado ya a morir. l punto decisivo es que toda esta lucha se convierte e n absurda cuando comienza a ser u n fm e n si no

misma. Una cuyo ascética que y atacar es vigilancia algo más grande, resistir n o tiene hacia u n dirección precisa y una meta fuera de sí misma, ha perdido su sustancia y comienza a transpirar u n veneno d e muerte. Muchas d e las amargas críticas que podemos oír o leer l eer ho hoy y sobre dive diverso rsoss aspectos d e la vida humana constituyen u n ascética d e este tipo. No es que carezcan d e buenos motivos para criticar. s sólo que repudiar el mal, cuando n o se ama suficientemente el bien, es añadir u n mal sobre otro. Cuando la ascética n o tiene otro objetivo que dejar espacio a lo que es más grande que yo, entonces está claro que no es sólo u n necesidad, sino que está e n el inicio d e la libertad. Gracias a ella e s posible u n nueva libertad, la libertad d e emprender nuevas obras creativas. En realidad, la ascética es una realidad t n cotidiana que uno no se ha d e preguntar si debe o n o someterse a u n disciplina ascética. Si soy u n ser humano, humano, para bien o para mal, n o puedo n o vivir e n u n cierta disciplina. a verdadera pregunta es ómo la asumo y según qué objetivo y modelo. 18

 

Amor libertad y renuncia

2 Grandes virtudes virtudesp p g n s y humildes virtudes crlstf n s

Tenemos entonces a u n hombre que qu e deb d ebee vivi vivirr ascéascéticame ticamente ntee npe pero ro ald eque su convicción toda decisión vista ellotoda le vienen de más yallá d e su sí mismo. mis mo. En el caso del cris cristia tiano no hablamo hablamoss d e u n hombree exigido e incl br incluso uso superexigi superexigido do porqu po rquee se orienta bien en humano sino a u n bien divino. ¿Cuál e s n o a u n bi la misteriosa misteriosa fuerza qu quee le permit permitee vivi vivirr así así orient ori entado ado a lo que es más grande que él sin que su esfuerzo ascético sea el factor determinante y sin que falte e n ningún nin gún moment mom ento o este es esfu fuer erzo zo?? Podríamos llamar llamar a esa e sa fuerza •Virtud• pero en un sentido especial e n u n sentido exclusivamente cristiano e n el que la jerarquía d e las virtudes d e los grie griegos gos romanos roman os y cuantos grandes nos pre precede ceden n qu qued edaa radicalmen radicalmente te transforma transformada. da. Porque n o es el hombr hombree segú según n la fe cristiana el que s e construye a sí mismo e n el sentido d e uno que h a podi po dido do descubrir descubrir sus posi posibili bilidade dadess más nobles y debe realizarlas. La ética d e la lass virtude virtudess tan meritori meritoriaa y tan apreciada por los gran grandes des teólogos crist cristian ianos os tiene tien e e n sí misma misma este def defect ecto: o: de debo bo sser er vi virtuos rtuoso o pa para ra ser se r mejor mejor hombre ... y la felicidad consistirá e n esta perfección d e í mismo. Ya sea que se conciba esta ética sin lucha ascética ascé tica co como mo Ar Aris istót tótel eles es para par a quie qu ien n se trataba sim sim-plemente d e ser razonable con la la propia existe existencia ncia o heroicamente como los estoicos que veían la vida como u n gran combate e n el que debía triunfar l amor al bien sin esperar recompensa --con razón los Padres d e la Iglesia admiraron sobre todo a los ftlósofos estoicos-- la posición cristiana n o coincide con ella. Santa Teresa del Niño jesús pone las cosas e n claro con pocas palabras: ·Ser pequeño es también n o atribuirse las virtudes que uno pra pract ctica ica creyéndose creyéndo se capaz capa z d e algo al go sino reco reconoce nocerr que el buen Dios pone ese tesoro 19

 

si s te en Todo con consi

Él

utilice   a r a q u e l o utilice  la   m a n o e s u h ijo pequ e ñ o p ar e n  la dijer a por e jemplo: d   [. . .] Si yo dijera n ecesidad c u a n d o   tiene necesida ti pra c tisegu r a d e p o der prac es toy segur o u n a virtud v irtud estoy adquirido h e   adquirid 7•

carl a   esto s ería apoy carla apo y arse e n  las pro pias fuerzas• fue rzas• P o r h umildes   más q u e e habl a r e v i rtudes humildes prefe ría habla e so prefería Aquino   q u e To más de   Aquino heroica s . Ya s anto Tomás virtudes   heroicas virtudes cris t iana q u e  lo tradic ión crist ace p t ad o c o n t o d a la tradición h a bía acep inte lectualess   moral es e intelectuale virtud e s morales icaa de la s virtude p r ec ed e la éétt ic naturaless q u e sobr e naturale virtu d es sobre a blar e  las virtud c u a n d o   d e b e h ablar rad icalmen-m biar radicalmen tiene   q u e c aam natural e s tiene  la s   naturale d a n vida v ida a las vi rtudes s o n  d e virt virtu u d: las virtudes pre cristiana d te la  la   co n cep ción precristiana los   que suavid ad· a los  •co n   suavidad· mu eve •con e l m o d o e n q u e Dios mueve ó teles Aristó s   c o m o e n Arist e ternoS. Ya n o e s  llama al  al  Bien et activ icon siste e n una activ p a r a q u i e n   ·el bie n   del hom bre consiste virt u d trata   ahora e la virtu rtud·9;   se trata  propi a   vi virtud·9; d a d  s e g ú n s u propia e  Dios. basado   e n l a estilo   basado  peculii r estilo o n con s u pecul Chesterto G. K Chestert virtudess   cristia n a s : o de las las   virtude cua dro sigu iente cuadr doja hizo hiz o el sigui paradoja para

·La

c r istianism o pagani smo y cr entr e   paganismo r eal entre d ife if e rencia real iferencii a entre v irtuctamentt e e n  la d iferenc er f e ctamen se resum resu m e p erf cristiavir t udes cristiaesas   tres virt aturales   y esas d es p ag anas o n aturales  virtudess   e la g r acia. llama ama virtude roma na ll Igle sia romana n as q u e la Iglesia c o sas com o justiacionaless so n co udes pag anas o r acionale Virtudes Virt cia y t emplanz emplanzaa y la  Iglesia la la s adoptó adopt ó . La tr es virLas s la   m o n o a doptó s ino c ristianism tudes m ísticas q ue el cristianis n za y ca r ida d[. .... ] Quiero   esperan q u e  inventó   s o n fe espera evidentee s . El p r imero s   evident dos   h ech o s  rme a d ecir dos  limitarme limita c omo la justicia y la pa g anas como virt udes pag e s q u e   las virtudes místic a s virlass mística  virtudess tristes y qu e la templaa nza so n  virtude templ virtudes   gayas cari d a d s o n   virtudes tudess   e fe tude fe   e speranz a y carid 7

ens Derniers entreti entretiens

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Cf



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11

q.

C J 6.8.8 e 7.8. 7.8 . 4 Du Cerf 1992.

a. 2. 98 a   16 16..

110

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2

 

Amor libertad y renuncia

y exuberantes. El segundo hecho eviden evidente te aún más más evidente es qu quee las las virtu virtudes des paganas son so n virtudes razonables y [ . .] que cada una de estas virtudes e n su promísticas o cristianas incluye paradoja pia naturaleza [ . .] Car Carida idad d una o sign signifi ifica ca perd pe rdon onar ar lo quee es impe qu imperdona rdonable ble o no n o es una verdadera verdadera virt virtud ud.. Esperanza o sign signifi ifica ca espe esperar rar cuand cu ando o las cosas están est án ya perdidas o no es una verdadera virtu virtud. d. Y Fe o signif sig nifica ica creer cre er lo qu quee es increíb increíble le o no n o es una virtud virtud.. Caridad es el poder defender lo que es indefendible. Esperanza es el poder ser amables e n circunstancias que sabemos bien son desesperadas [. . .] Cualquiera qu quee sea el signif significad icado o de Fe Fe debe de be sigsignificar siempre una certeza acerca e cosas que n o podemos demostrar [. . ] Pero Per o existe otra virtud cristi cristiana ana más evidente evid ente e históricamente conectada con el cristianismo [. . .] El pagano declaraba gozar de su propio yo. Pero el fin de su civilización ha demostrado que u n hombre no puede gozar de sí mismo y seguir gozando de guna otra cosa... Mientras se suponía que el más pleno disfrute hay que encontrarlo extendiendo nuestro yo hasta el infm infmit ito o la verdad es que qu e el más pleno plen o disfru disfrute te hay que qu e encontrarlo reduciendo el yo a cero [ .. ] Humildad Humildad es lo que qu e continuamente renueva el mundo y las estrellas. Es la humildad y n o el deber lo que preserva de error a las las estrella estrellass del imperdonable error e la resignación a la casualidad [ .. ] Si viéra viéramos mos el sol por primera vez vez nos parecería el ás temib temible le y hermoso de los meteoros. meteoros. Pero cuando lo vemos ya la centésima vez lo llamamos [. .. ] ·la luz d e u n día común com ún y corriente• corriente• [. . ] Quisiéramos entonces entonc es exigir exigir seis soles soles o exigir u n sol azul o uno verde. La humi humildad ldad nos pone po ne siempre

e n la primera oscuridad. Allí toda la luz es brillante

21

 

consis te T o d o consiste

n

É

bre  e l h o m br stantánee a [ .. ]   P ara el s o r prende n te e i n stantán sol;   par a   él el s o l es d e verdad   u n sol; h u m ilde y s ó lo para ar   e s d e é l el m ar  sól o para él humi l d e y sólo b r e   humil pa r a e l   h o m br verda d   u n  mar Cuan verdad Cuand d o   este h o m b r e  e   m i r p o r la e n ta ostros   d e la g e n t e n o e s  q u e s e d é c u en c alle los lo s r ostros dramátt ic a cuenta   c o n u n a dramá d a cuenta viv o s; se da d e q u e e s tán vivo tos-to. s-to. muerto s t á n muer ía d e q u e   no e st alegría alegr ta s esta s   c itar es dee   la hum ildad p o d e m o s  T o davía a c erca d líneas: lí neas: n   d e  l o s   cuestión la   cuestió · U na vez ve z q u e s e   deja d e lado la  viajes   pensa   el alm a   s e d a   a   viajes  rec o m pensa it os y d e   la reco m é r itos acer c a s a n o acerc u ntamo ntamoss a u n h o m bre sa pregu creíbless . Si preg i n creíble r e t rae al n tivam tivamee n te se re ins tin mérito s   s u m e n te insti d e s u s   mérito pies   d e s e is pies  seguro   d e n o m e recer se mento.. N o e s t á seguro m o mento pre g u nta qu é   es lo q u e s e le preg P e ro si se t ierra en e n c ima. Pe quistar   l a s o n quistar ta r enton ento n ces p u e d e c on onquista p u e d e c onquis hu m ildad e s te sab e m o s p o c a Esta   g aya hum e strellas strellas   [. . .] Esta infin id a d listo s para u n a infinid e s t ar listos c osa y s in em b a rgo es  secrett o   e s t n  s imple es t e  secre mere c i dos est trii unfos n o   merec d e tr tra ta rse de   piens a n q u e d ebe trata r e s   piensa q u e   [. . .] lo s h o m b re e x itosa q u e p u e d e  s e r mildad   e s tan ex ci o . La h u mildad u n v icio La   humild humildaa d n o e s   sólo orgullo   [. .. ] La t o m a d a p o r orgullo d e m asiado   b u e n a p ara est es t e   mundo mund o ; es de d e m asiad asiado o es de c irse es ebería   casi dec undo;   d ebería este   m undo; p a r a este  p r á c tica pa mu n d o • 11 • para   e ste mun o   m u n d a n a para  masiado d e masiad for m a d e  l a tien e   la form cris tiaa na tiene ascé ticc a cristi íntesis   l a ascéti En s íntesis d y que  mildad s e llama h u milda y o   q u e se renuncc ia al p r opio yo renun

ás   q u e hhuu m ano  de lo q u e e s m ás viv ir de permi t e   al hom b re vivir permit aridad.. la   c aridad la   espera esper a n za y la  e s decir d e   la fe la to

H e r e t ic s i n

u   lb.

pp. 7 1 s.

c isco   1986 orils    1  S a n F r a n cisco o ll e c ted W orils

1 24ss 24ss..

 

Amor, libertad y renuncia 3

scética cristiana

jesús n o fue reconocido e n su época como u n gran e 7,31-35). Los asceta, a diferencia de Juan an Bautista Bautistna ocf. de su generación, sinJu embargo, entendieron n a jesús n al Bautista, n o entendieron n el comer del pri mero n el ayunar del segundo. jesús vivía claramente orientado hacia lo que ningún hombre puede alcanzar. Juan vivía completamente orientado hacia jesús, a quien n o conocía. Ambos eran guiados por el Espíritu Santo e n sus actitudes concretas. La ascética d e Juan tiene e n la espera de jesús --el Esposo- su funda mento. a ascética de Jesús es la de n o vivir sino para hacer la voluntad del Padre. Esto es lo absolutamente desconcertante de Él, que tenía las pretensiones más grandes que se puedan imaginar, pero que e n ningún momento se presentó como u n gran héroe dispuesto a cumplir una proeza propia. Y así ha fundado la ascéti ca cristiana, que consiste e n hacer espacio a Dios e n la propia vida. Con esto, la tradición ascética de las grandes figuras de la Antigüedad no es rechazada por el cristiano: n las virtudes d e los griegos, n las obras de los romanos, ni el autodominio de los hombres religiosos de Oriente pueden ser objeto de su desprecio. Para el cristiano todo esto tiene u n valor, pero sólo porque estas cosas pertenecen al amor amor que sabe hacer hace r huec hueco o a Dios Dios e n la

propia vida a m or q u e sobrepasa toda concepción del

hombre. Si n o es así, las virtudes terminan siendo egoísmo refmado, y las obras empresas vanas. Porque para el cristiano toda la ética y toda la ascé tica se decide e n la cuestión personal que suscita el hecho de que, e n palabras de san Pablo, el Hijo de Dios •me •me amó am ó y se entregó entregó por mí· Ga 2,20); Pablo res ponde renunciando a sí mismo para e n adelante dejar 23

 

Todo consiste e n É

vtvtr e n sí mismo a Cristo: ·he sido crucificado con Cristo y ya n o soy y o el que vive, es Cristo el que vive 2,19-20). 0). a ascética, que e s e n todo caso e n mí· Ga 2,19-2 renuncia, es cristiana cuando se trata d e la renuncia que el amor implica d e por sí, porque el que ama renuncia a favor del amado. Por eso existe la alegría del sacrificio, es decir, la alegría d e ser transformado e n u n instrumento del amor cristiano. Y como el amor n o tiene u n motivo fuera d e sí mismo, él es su propia razón d e ser, n o s e puede fun dar la ascética e n ningún motivo más alto. No s e trata d e perseguir u n idea elevada del hombre, ni d e reali zar u n gran obra. Se trata simplemente d e amar d e verdad. El amor es d e por sí la ascética más estricta y la más suave. A veces el amante debe probar sólo la estrechez; pero aun entonces, lo sostiene la suave noti cia del amor. Porque, para el que ama, el objeto d e s u consideración n o es la renuncia a sí mismo, sino el positivo setvicio del amor. Basado en: KS ; Ascesis e n R lfllsta Cat Católi ólica ca Internclon In ternclonal al Communto julio-septiembr tie mbree 2000, 2000, 305-316. 305-316. ··

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UBR UB R E OBED OBEDIE IENCIA NCIA   DEL DEL   A M OR

11   l 11

1

bediencia bedi encia co t i d i a n a m e n t e i n e ludible

Cualqu iera Cualquie ra qu e  se pong pon g a a refle refl e xionar so s o bre su e xistencia c onstata onstatarr á q u e existen e xisten m uchísim as cosas  cosas   sobre l as que   n o p u e de dispo disp o ner y q ue má s  s   bie n le le  s o n impuestas. impu estas. P o r más li bre que   se a la p rofesión rofesión   q u e u n o   e jerce p or ejem plo ¿quién ¿qu ién n o e s u n eslabón e slabón e  la c a den de n a d el ttrra bajo? L os tiemp tiempo o s los m étodos l as leyes  leyes   e l r itmo e trabajo trabajo   es algo  algo   d a d o q u e hay q ue acept acep t ar. T ambién ambién   la tecnol tecno l ogía qu e libera  libera   el trabajo trabaj o   e m u chas cargas   tiende a   hacer d el trabajo cargas traba jo siem p r e ás inflexib l e me nte u n sistem a  q u e n o  se im i m p o ne sin gr g r andes ex e x igenciass a las q u e hay q ue somet gencia some t erse. Inc In c luso el q u e trarabaja e n algo q u e le int in t eresa m u cho tam ta m poco parte p arte de c ero em pieza sie si e m pre a   partir d e  l  lo o qu e   otros ha n  trabajad baja d o; cuenta cuen ta ya c o n los re r e sultado sultadoss   obtenid obteni d os hasta hast a   ahora..   E n fm u n o d e p e n d e d e   tantos factores ahora f actores de tantas ta s   persona personass de l o s   compañeros compa ñeros d e los qu e sumini sumin i s t r a n  el mate mat e rial de  l  las as respuest respu estas as d e  los clien clie n tes e  los c olegas d e los so s o cios de  de   los alum alu m nos ... P e r o n o s ó l o e n  e l trabajo trabaj o   se est es t á condic condi c ionado ionado   t a mbié n e n casa durante durante   el tiem p o d e d escanso. e scanso. P o r más q u e

un

h o m b r e ti t i ranice a  a   su muje muj e r y a su s hijos

25

 

  od o cons consis iste en É l

p o r p o n e r   u n e j e m plo extr ex tremo emo sig si g ue dep e ndie nd o   d e ellos pa p a ra todo  todo   lo que la la   vida pr p r áctica im i m plica. C uanto más e xige m ás depe dep e ndiente ndiente   es. Y n u n ejemplo ejemplo   opuesto   el del i ntento d e alguno opuesto algun o s de vivir viv ir sin contrasco ntrast e s n i t e n siones siempre siempre   simplem ente de   acuerdo acuerd o   s e c o n f igura u n h o m br b r e cuya l ibertad e stá hech hec h a e s e r v ilismo. Por úl ú l timo no n o s q u e d a la libertad lib ertad de d e l ocio q u e p odría p arecer u n refugio refug io personal perso nal n d o n d e uno finalmente fina lmente e stá a sus su s anchas ancha s . Sin Sin  e m bargo l os límite límit e s aparee c e n m uy apar u y pronto  pronto   por qu e   u n o n o   tiene capacida c apacida-des ilimitada limitadass   u n o n o  s  see pu e d e dedicar dedic ar exacta exact a mente a   todo   lo l o qu e   quisiera quisiera..  Entoncc e s ¿la l i bertad es Enton e s algo e n realid realidaa d impracticaimpra cticable ¿Se trata trata   simplem ente de   resignar resigna r se a u n  espacio espacio   d e l i bertad m á s b i e n estrech estrec h o porq ue la lib li b ertad de del otro limita lim ita la m ía y la naturalez n aturalezaa   limita la liberta libert a d e todos? E ste mod o   d e p e nsar n sar acerc acer c a de la  la   libertad libertad   c o m o l a p osibilid osibilidaa d d e h a cer lo q ue yo quiera q uiera co n las m enos l imitacio imitacion n es posib posi b les es e l modo  modo   d e p e n sar s ar del lib li b eralismo   mode r no lismo n o . El l ib eralism eralismo o   e s e n  realidad realidad   una fuofuo sofía d e la res re s ignación ignación   por qu e   siempr siemp r e termina termin a acept a n d o q u e   la libe lib e rtad qu e   pregona pregon a n o  e s   posible posible.. Mi libertad   es algo  libertad algo   limitado limitado   p or la la v oluntad oluntad   e otro otro   n e l f o n d o p o r e l mismo  mismo   he c ho d e q u e ot o t ro exista exist a  y q u e yo yo d e ba a ce c e ptar qu e   existe.

2.

n a n u e v a  obedien  obediencia cia

n

l fe esper espe r anza y c a r i d a d

· L a soluc solucii ó n q u e a   todo es e s to ofrece ofrec e la

fe c r istiana

no

e s   u n cons consuelo uelo par pa r a resignados. resign ados. Es Es  la soluc solu c ión dent den t r o d e u n a   esperan za. Para Para   el cristi crist i ano la obedienc o bedienc i a inel u dible del de l hombr homb r e a las c osas no   e s me no n o s estrec estre c h a

6

 

  a libre

obediencia del amor

pero todo el aspecto de servidumbre pasa a ser una cosa secundaria. La fe da a las cosas y l trabajo u n aspecto diferente. El hombre que está delante de m í o e n primer lugar alguien que tiene junto a m í no yamo q ue producir produc ir elesmismo mis trabaj trabajo o serv servil il que qu e yo yo; se trata de de alguien al que hay que amar al que yo debiera comu nicar algo de la luz de la fe. Dondequiera que este hombre que qu e es como yo se me presente presente ya sea e n casa o e n el puesto de trabajo o e n cualquier otro lugar n o se debe perder d e vista que el amor nos lo hace relevante relevante que qu e él mism mismo o nos plantea una un a cuestión que encuentra respuesta siempre de nuevo e n el espa cio de la fe. Por tanto tanto este hombre se me presenta den tro d e una obediencia que tiene una forma diversa obediencia que refleja ya esperanza f e y que pide amor La obediencia cristiana es siempre actual gr ci s l mandamiento del amor del Señor: el hombre que está aquí conmigo es uno al que hay que amar porque él es m i prójimo. Esta exigencia del Señor es o primero que nos sale l encuentro y que n o conoce límites no es determinada por p or este este o por po r aquel lím límit itee por po r este o aquel momento p or las las leyes del proceso proce so del trabajo trabajo y del tiempo libre o por la elección de u n cierto hobby sino quee tiene valide qu validezz uni unive vers rsal al aspira aspira a tener derecho sobre toda l vida del hombre hombre y desde luego no a partir partir de l necesidad del hombre sino d e la palabra palabra del Seño Señorr q u e reclama todo el tiempo de l vida para ello-12. Sin embargo n o podemos decir que los cristianos n o

sufrimos también las tensiones de la llamada dialéctica del amo y del esclavo. Porque si es verdad que los ftlósofoss especialment sofo especi almentee Hegel y Marx le dieron u n desa rroll rr ollo o teórico abstra abstracto cto no hay que qu e pensar pens ar que qu e esa dia dia léctica léc tica sea se a una invención de la fdo fdoso sofi fiaa sino que qu e se u Adrienne von Speyr Kostet u n Sebt 2.

27

 

Todo consiste e n É

encuentra realmente enraizada e n las profundidades del corazón humano. Ya Hesíodo e n la Teogonía, e n el siglo VII a. d e C. describía la violenta relación dialéctica Cronosdesde y susentonces hijos, hasta que uno de ellos, Zeus,entre lo venció; mantiene u n pacto con los hij hijos os de Esti Estige ge el río río del infierno infierno)) que qu e so son n Poder Pod er y Violencia, para garantizar su dominio sobre todos los dioses y todos los hombres. A diferencia e los fllósofos mencionados, sabemos que el origen e esta dialéctica es el pecado original y que n o pertenece, por tanto, a la idea originaria de Dios sobre el hombre. Así lo indica expresamente la predicción del Señor a Eva inmediatamente después e la caída: •tu deseo te llevará hacia t u marido, y él te dominará· domin ará· Gn 3,16 3,16). ). Hasta ese es e momento, moment o, sólo la naturaleza estaba sometida al hombre, señor de la tierra Gn 1,28). Ahora el hombre decae a la condición de la naturaleza y es dominado domi nado p or su prójim prójimo. o. Ambas Ambas cosas: cosas: ser el amo y ser el esclavo son signos e una caída. N o podemos reconstruir especulativamente cómo habría sido una sociedad e n el estado paradisíaco, es decir, sin el pecado original. Sabemos que después e haber sido los hombres arrojados del Paraíso, n o podrá haber familia, n tribu, n pueblo, sin autoridad. ¿Con qué medios se llegará al poder y cómo se ejercerá? En cualquier caso, deberá existir. Y sin duda, los medios empleados e n una buena parte serán los medios e la imposición por la fuerza, que enlaza con el desorden e n el origen pecado pec ado orig origina inal). l). Dio Dios, s, que qu e ya antes del pecado le había hecho al hombre l concesión e s u señorío sobre el mundo, sucesivamente deberá hacerle nuevas concesiones e poder, para que subsista u n cierto orden e n medio e tanta violencia. Adán e n el Paraíso Par aíso podía podí a alimentarse alimentarse de vegetales vegetales,, y aun a unqu quee dominaba también sobre los animales, implícitamente se le 28

 

La libr libre e obedien obedie n c i a del am o r

niega e l p o d e r   de ma ta t a rlos G n   1,26-30 1,26-30 ). En c a mbio, d e s p u é s e  la alianz alian z a c on No N o é, el hom ho m bre se s e r á e l •ter •terrr o r d e  las besti best i as del ca c a mpo• G n 9,2-3) 9,2-3 ). El El   h o m bre debe deb e  rmá  atambién tambié venga r   la sang re h u m a n a derram derra m ada, de d e rra n d o  a nsuvengar ve z   la vez delsangr h omicid omicida a  an Gn 9,6 9,6 ). stas  stas  c oncesi oncesio o ne s de p o d e r p o r parte d e Dios n o si sig g n i f ican qu e   las tens tens iones e n las qu e   de be rá rá n vivir s u s criaturaa s n o  l e   preocup criatur preocupen. en. Si h a ce esas  esas   concesi concesio o nes es sólo   e n v ista sólo is ta   d e u na n a   nueva  nueva  y defini defin i tiva alian alia n za de l a c r e a ción co n   Dios, q ue de berá b erá e n  adelant adelantee   incluir  incluir  al h o m bre dom do m inado r   y a las  las  criatura criaturass   domina domina das, sea se a n hombr es e s   o besti besti a s Gn 9 ,8-11). n la pa z  de Dio Di os  todas s us criatu cria tu ras deb e rán enc en c ontrarse ontrarse   protegi protegid d as. a alian alianzz a c o n D ios, de  de   la que N oé es el e l   represe represe n  tante hu h u ma no,  no,   es, sin e mbargo mbargo,, imagen image n   de la  la  futura reconcii liación reconc liación  e n la s a n gre e J e sucristo sucristo::   •por su  su sangre h a  pue sto e n pa z to t o das las  las   cosas• C ol1,20) ol1,20)..   La s a n g r e derraa ma da e n el prim derr pri m er hom i cidio, e n el de Abel A bel ases ase s i  n a d o p o r su herm her m ano, n o   deja in in diferen diferentt e a Dios Dio s   ·la s a n g r e e t u herm ano clam cla m a e n  m pres presee ncia• G n 4,10), es e s   decir, r ecurre a   í c o m o a su  su   único po p o sible vengador). veng ador). D ios casti cas tiga ga a Ca C aín, y és é s t e deber debe r á se r u n h o m b r e e rrante q u e n o t e ndrá pa p a z, pero   nadie p o dr á to carlo. D ios, e n  vista de d e l derram amient amiento o   e o t r a   san g re re,, la de   s u H ijo pacien temente temente   su prot pro t e c  ijo   conced e   pacien ción al a l asesino asesino  y detiene detien e la cade cad e n a d e la la   vengan vengan za. T ambié ambién n   e n la la   Nueva A lianza, lianza,   la autoridad auto ridad •q •q u e p ort l   e s p d • sigu sig u e e x istiend istiendo o  y g o b iern e n  n o m b r e   e  D io ioss   c o m o u na a yuda yu da suya, suya ,  por que que   infunde infunde   t e m o r c f . R m  13,313,3-4 4 ) a los m alos. a u n q u e  también  también  l o infunde   e n los b u e n o s p or que n o logra  infunde logra   estable establecc e r u n o r d e n plenam plena m ente jus ju s to, a trav tra v és del o r den i nju nju sto y v i o  lento ha h a y q u e v er, sin e mbargo mbargo,,  el lejan lejan o reflej refle jo del or de n  del mu m u n d o q ue u e rido po r  Dios. Po Po r eso ·lo ·l o s siervos siervo s   d e b e n se r su s u misos a  a   sus seño señ o res con co n   toda re re verenci verenciaa ,

29

 

Todo consiste en É

n o sólo con los bondadosos y mansos, sino también con los caprichosos• 1 P 2,18). Y n o basta hacerlo por temor, sino ligados e n conciencia R m 13,5). Sin duda,

e n Jesucristo, objeto d e la miradaviolencia. otra vez Aquí está puesta inaudita y sólo aquí la alianza d e paz con Noé s e hace rea realid lidad; ad; sólo aqu aquíí s e desh deshace ace el temi ble nudo dialéctico del amo y el esclavo. El Señorío d e Dios, dicho e n otras palabras, h a apa recido e n este mundo e n la humillación d e Dios, cuan d o el Hijo d e Dios asumió la ·forma d e esclavo• Flp 2,7), e n pobreza y obediencia. Ha mostrado ser Señor precisamente e n el hecho d e que, e n la plena libertad d e su amor, h a asumido la posición del siervo, la obra humillante y finalmente mortal del siervo. Él e s tan libre que también como siervo puede ser Señor. Y e s sólo así como com o muestra que Él e s el Dios verdadero, que se distingue d e todos los demás falsos dioses, que nunca pudieron hacer lo que Él porque apoyaban su señorío, como el Zeus d e Hesíodo, e n representaciones humanas, tocadas siempre d e la dialéctica del amo y del esclavo. Es importante aclarar que la revelación del ser Señor e n el ser Siervo n o corresponde a una necesidad interna d e Dios como si debiera adquirir la capacidad d e ser

Señor sirviendo como hombre: Dios e s eternamente u n Señor capaz d e darse e n el servicio, d e preferir al otro que hay e n Dios, pues Él es Padre, Hijo y Espíritu Santo, y el setvicio regio d e Jesús es la revel ción d e la eterna libertad del amor divino, que no tiene otro fundamento quee el amo qu amorr m mism ismo o y po porr ta tanto nto,, también es la re revelaci velación ón del modo d e pensar del Dios verdadero. Y puesto que Dios no se revela sin comprometerse Oa •verdad íntima d e Dios• es cosa suya y sólo puede darla dándose a sí mismo), mismo ), el setvicio regio de Jes Jesús ús se convierte e n la esen esen cia del Señorío d e Dios e n el mundo On 13,12-14). 30

 

La libre obediencia del amor

Como consecuencia, el libre amor del hombre Jesús, que se humilla a los pies de sus discípulos y de los demá de máss hombres hombr es Jn 13,2 13,2-1 -11) 1),, anuncia anunc ia ya su triunfo sobre todas esclavizaciones forzadas, pues e n ese hombre Dioslas desciende y así, puesto que participa del modo e n el que Dios es Señor, es exahado a la sobe rana libertad del amor divino. Conviene añadir, para evitar u n malentendido, que antes y después de la Resurrección, Jesucristo es las dos cosas: Señor y Siervo, pues e n la cruz se muestra Señor victorioso y, resucitado, exhibe como signos de su victoria las llagas de su Pasión. De este modo, la cruz no se puede considerar u n medio para alcanzar el e

fm. másque bieneslaelexpresión la Dios libertad del Es amor, único fm.permanente se N o es sólo que

haya hecho nuestro siervo para que nosotros seamos señores; la verdad es que el Señor nos ha hecho libres para el amor, que espontáneamente se decide por el servicio por la muerte a favor de otros. a libertad del cristiano reside allí donde está la de su Señor. Por eso, ser llamados a la libertad significa •servirse los unos a los otros e n el amor• Ga 5,13). 5,13).

3 La caridad

omo

principio social cristiano

Por tanto, tanto, los conceptos conc eptos e señor y siervo adquieren para u n cristiano u n mov movimi imien ento to que no se puede pue de dete dete ner, movimiento del uno al otro. Los malentendidos que al respecto conoce la historia de las naciones cris tianas proclaman a las claras que no es fácil mantener se ágiles para hacer siempre este movimiento. Desde siempre, los integrismos de todas las épocas han pre tendido la posesión del poder para, desde esa posi ción, proclama proc lamarr la cruz

el servicio servicio cristiano cristiano,, e s dec decir, ir, 31

 

Todo

consiste en Él

el Reino e Dios. a tendencia aparentemente contra ria, pero e n realidad emparentada, y que es la del lla mado cristianismo liberal o progresista, hace de la cruz una energía propia del mundo, que con el solo deve e la historia produce grandes progresos del Reino de Dios. Para esto sólo bastaría favorecer estos movi mientos evolutivos e la historia. En los dos casos la novedad absoluta absoluta del modo mo do e n que Dios reina se redu ce a estructuras humanas de estabilidad política o e desarrollo social. El incesante pasar cristiano del ser señ.or al ser sier vo, por encima de toda realización social o política, n o se puede traducir adecuadamente e n la vida humana sino como amor al prójimo. Por eso l gran visión del inal al,, que qu e nos n os ha h a transmitido el evan Rey e n el Juicio ffin gelio e Mateo c. 25 , describe el crecimiento del Reino de Cristo del modo más inesperado: •tuve ham bre y me disteis e comer». El Rey, identificándose con los últimos e este mundo, extiende su Reino atrayen   o nuestro amor hacia Él: Siervo-Señor. El señorío y libertad del cristiano, que se cumple como sencillo servicio y como humilde convivencia con todos los hombres, lo describía de modo insupe rable, e n los inicios del siglo tercero, la famosa arta que contiene una instrucción destinada al catecúmeno Diogneto e parte de u n cristiano cuya identidad des conocemos. nir

·Los cristianos n por la región, n po porr la la lengua, ni

por las costumbres se distinguen e los otros hom bres [ .. ] N o habitan ciudades propias, n usan u n lenguaje que se diferencia, n llevan u n género e vida especial especi al [ .. ] Vivie Viviendo ndo e n ciudades griegas o bárbaras, como ha tocado a cada uno, y adaptándo se a las costumbres del lugar e n cuanto al vestido,

32

 

  a libre

obediencia del amor

l comida y e n lo demás, a los ojos de todos llevan una vida social admirable y sin duda paradójica. Viven e n su patria como forasteros; participan e n y de todo se alejan como todo como Toda ciudadanos extranjeros. patria extranjera es patria suya, y toda to da patria es para ellos ellos extranj extranjera era [ .. ] V Viv iven en e n l tierra, pero tienen la ciudadanía del cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su vida superan las leyes. Para decirlo brevemente, lo que el alma es para el cuerpo, eso son los cristianos para el mundo. El alma se encuentra difundida e n todas las partes del cuer p o y los cristianos e n la ciudad de la tierra [ . .] Ellos sostienen el mundo [. . ] Dios los ha puesto e n u n que

lugar no les es lícito abandonar•. Una imagen clásica del cristiano que libremente vive para servir es la del caballero cristiano, históricamente ligado a las órdenes medievales de caballería. El Don Quijote de Cervantes n o es una simple caricatura de esta figura. Su locura es una página de teología e la gracia, al poner de relieve, por u n lado, la dureza con que este mundo recibe las intenciones de servicio del cristiano, pero sobre todo porque tal locura declara la distancia infinita entre el ideal, el Siervo-Señor jesucristo, y su seguidor: es locura el seguimiento e Cristo e n este mundo, porque somos pecadores ... per pero o nuestra alegría es siempre ponernos de nuevo a seguir lo. Don Quijote cumple u n servicio a Dios: ·Dios que es proveedor de todas las cosas, no nos ha e faltar, y más andando e n su servicio como andamos-   1 18 . ·Dios, que me ha puesto e n el corazón de acometer ahora esta tan n o vista y tan temerosa aventura, ten drá cuidado e mirar por mi salud y e consolar tu tristeza· 1 20 , dice a Sancho. La suya es una •estre cha Orden• 1 13 , que existe para ·favorecer a los 33

 

Todo consiste e n Él

necesitados d e favor y acudir a los menesterosos• 11 27). El discurso ante el duque y la duquesa que quieren reírse a su costa está lleno d e caballerosidad e humildad: y, en cristiana y dásperamente ·¿Essinjusto público tan tenerreprehenderme conocimiento del pecado que se me reprehende, llamar al pecador, sin más n más, mentecato y tonto? [. . ] Mis intenciones siempre las enderezo a buenos fines, que son de hacer el bien a todos y mal a ninguno; si el que esto entiende, si el que esto obra, si el que desto trata merece ser llamado bobo, díganlo vuestras grandezas, duque y duquesa excelentes• 11 32). Una versión moderna del caballero cristiano la encontramos e n el ideal del hombre cristiano que e n l siglo XVII, e n Francia, se denominaba honnete homme homm e hombre honesto). Por ejemplo, e n los escritos d e Bias Pascal. En esta figura se pone de relieve la responsabilidad del hombre libre ante la verdad, concretamente ante las verdades d e más peso, esas que ponen siempre al hombre ante lo esencial d e su existencia. Georges Bernanos, e n una carta a u n amigo brasileño, describía d e nuevo para nuestro tiempo el contenido de ese ideal. Si Albert Camus, u n espíritu n o lejano a Bernanos respecto al radicalismo d e la critica d e la

insustancialidad del progreso moderno, quiso expresar con su omme r volté h o m b r e e n revuelta también la posición d e una libertad responsable ante la verdad esencial del hombre, n o logró escapar del todo a la dialéctica del poder, pues si su última palabra es •revuelta•, ¿no es porque desconoce la figura del hombre libre y obediente ante Dios? Preferimos la descripción d e Bernanos d e una libertad que se sabe e n misión y es por eso e n todo momento obediente, y que, precisamente porque obedece, n o se acomoda al estado d e cosas d e nuestro mundo. 34

 

  a libre

obediencia del amor

Traducir honnete homme por ·hombre honesto• suena e n español u n poco banal. La idea d e esta honestidad es la del hombre ·franco-, que es libre para sostener con su existencia la verdad e n que cree).

hombrefr nco e s el hombre homb re q que ue al cumplir cumplir los deberes d e su profesión, misión e n la vida y rango social, busca a través d e su vida a través d e todas las posibles circunstancias y experiencias d e la v i d a n o la solución d e problemas particulares, sino la idea más clara posible d e los problemas generales con que un unaa mente men te libr libree se confronta confronta,, y lo hace para organizar razonablemente estos problema problemas, s, e n orden d e importancia y urgencia, y captar la red completa d e relaciones que unen entre sí estos problemas. El hombre fr nco se preocupa poco d e n o equivocarse e n todos los detalles; se satisface con que las pro porciones porcio nes se sean an correctas[. .. ] Una gran civi civili liza zaci ción ón e s aquella aquel la q que ue tiene u n gran número d e hombres capa ces d e juicio, es decir, capaces d e formular visiones comprensivas, porque hombres así son los que for man la opinión, la iluminan, l hacen saludable, y la abren a las grandes corrientes del pensamiento. Junto a este tipo d e personas, los técnicos y los expertos son trabajadores manuales y subordinados. Una civilización d e técnicos es una pretenciosa y subalter suba lterna na civili civilizac zación ión [ .. ] El hombre moderno adora los sistemas, porque éstos lo dispensan del riesgo cotidiano d e juzgar. El sistema juzga e n su lugar[ .. ] El hombre fr nco n o le teme a nada tanto como al engañarse, engañarse, sobre to todo do respecto d e sí mismo. Sabe bien que n o puede escapar a los prejuicios, pero se esfuerza e n conocer los suyos, e n tener u n claro conocimiento d e ellos, y desconfía horrible ·El

mente d e toda verdad que los pueda fortalecer; 5

 

Todo consiste

n

É

la admite sino muy a su pesar [ .. ] El papel del hombre franco [. .. ] es precisamente el de mantener

no

n

el mayor número posible de hombres una cierta

libertad de teespíritu esp que qucontra e haceelque una un aa civiliz civ ación naturalmen natur almente seíritu rebele Sist Sistem ema porq po ilizació rque ue los lons sistemas no invaden sino las civilizaciones n deca dencia [. . ] Cuando hablo de aristocracia del espíri tu no se debe de be imag imagina inarr que pienso n una peque ñísimaa élite ñísim élite despreciad despr eciadora ora y refmada. refmada. Nada más falso. Hay muchas personas n el mundo que res franco o y ponden a la definición clásica del hombre franc son de todas las clases y de todos los tipos de ins trucción [. . ] El menos digno de este nombre de hombre franco es ciertamente el pequeño intelectual d e profesión el parásito intelectual intelectual.. El papel del parásito intelectual es precisamente el de impedir a lass personas la persona s honestas entenderse entende rse entre ell ellas as ver claro e i r a las soluciones atrevidas·13. Basado en: KS 2; Das Ganze t Fmgment Jo Joha hann nnes es Ver Verla lag g Einsiedeln 1 199 990 0 228 241; 335 343. En inglés Man tn Htstory Sh Shee eed d Ward Londres-S Londres-Sidney idney 196 1967. 7.

u Citado

n

H. U.

von

Balthasar Le cbrétien Bernanos Paris 1956 85-89.

36

 

111

UN AMOR

1

l

SOSTENIBLE COTIDIANAMENTE

mor

es

siem si empre pre ple pleni nitud tud

Que l alegria del es lo que constituye el ambiente real y concreto de la libertad es algo que podemos comprobar si miramos por u n momento el ámbito de la familia El amor es e n la familia la única respuesta posible a todo lo que e n ella recibe el niño pequeño. Éste ama las cosas que le dan como suyas. Pero los muñecos y los coches con que juega tienen una misteriosa relación con todo el entorno familiar Esto Es to es muy importante para el niño niño aun aunque que nnoo pue puede de reflexionar sobre ello: no le basta tener estas hermosas cosas a su alcance y entretener entretenerse se con el ella lass quiere m más ás bien encontrar siempre nuevos acceso accesoss al todo al conjunto de personas y cosas que lo rodean. ma sus mor

juguetes pero dentro d e u n ámbito más grande que es

lo que qu e verdaderamente aama ma ámbi ámbito to e n el que se s e entrelazan las cosas que le interesan y los hombres con los que se relaciona. La misma atención a las cosas lo mueve hacia el mundo mun do de lo loss hom hombres bres qu quee es el suyo. suyo. El mismo mundo de las cosas está lleno de significados para el niño que se dirige dirige a ell ellas as con amor e interés; e n el trato duradero las mismas cosas se le 37

 

Todo consiste

en

Él

revelan y se le dan a conocer Oas cosas le hablan y él les responde . Es norm normal al que e n todo proceso d e conocimiento entre el sujeto que conoce y el objeto que es conocido se d é el amor mutuo: se muestra, el sujeto lo acoge. Pero este amor el es objeto consciente como tal sólo cuando el que conoce el objeto puede compartir con los hombres su conocimiento, e n la esperanza de aportar algo que sea útil al mundo común, de ofrecerlo a los demás y así aparecer él mismo como digno d e amor. De esta manera el reino del amor es enriquecido gracias a la verdad que se va conociendo. a vida del niño e n este aspecto es intensísima, hasta el punto de que se puede decir que el resto de su vida el hombre las riquezas solamente sacará a la luz otras su experiend e aquécia como niño y acogerá sobre l debase llas. Georges Bernanos d e á haber conocido a todos los personajes de sus novelas durante su infancia. l principio el niño ama e n modo receptivo, sin ver que él también aporta algo. Por ejemplo, no se da cuenta de los torrentes de alegría que proporciona a los suyos. Sólo con el tiempo aprende algo del intercambio que es el amor, y se da cuenta de que él también ama dando, pero sin atribuir a este hecho una gran importancia, porque le parece evidente que sólo con amor se puede responder al amor. Más tarde se da cuenta de que la ley de este intercambio es la renuncia, la cual no es originalmente algo doloroso, sino que se presenta como una multiplicación de la alegría: se trata de renunciar a algo para que otro reciba una alegría. Pero no como e n un círculo cerrado, e n el que todo vuelve al punto d e partida: te doy una alegría para que tú me des l alegría de verte contento. El amor tiene la forma de una espiral, porque el giro del amor de uno un o a otro no llev llevaa a u n punto ya conocid conocido, o, sino que q ue

pasa a

un

grado más alto y es inicio de 38

un

nuevo giro.

 

Un amor sostenible cotidianamente

realidad u n niño am amistos istoso o se abre abr e sin distincio distincio-nes a su entorno entorno que es aceptado aceptado como como u n todo. Dado que e n su propio mundo no hay todavía u n parentesn

co con ele mal ma sigu siguee estando estand o dispuesto disp uesto a ordenar todo e amor. Si se le habla de Dios o dentro su lsistema se le cuenta cuen ta una historia historia de los los santos lo recibirá recibirá espontáneamente. Que e n su interior haya haya espacio para cosas invisi invisibles bles no le resulta resulta extraño extraño está abierto a creer cr eer y a amar a Dios Dios y amarlo acept ace ptand ando o renunci renunciar ar es deci decirr aceptando acept ando que qu e e n el intercambio él tiene una parte que qu e consiste consiste e n dar lo que es suyo. n la ami amista stad d que qu e parte de una libre libre elección del amigo amig o se revela también el misterioso misterioso carácter del amor am or que quuno e es plenitud desde desda eu nelamig primer Cuando ofrece su amor amigo o lo momento. hace ha ce funfundamentalmente de u n modo tota totall espera esper a espontáneamente ser correspondido e n esa medida medida pero pe ro sin especular acerca de hasta qué punto es razonable esta esperanza; el que ama no se pone a calcular por ejemplo si el amor que recibe a cambio cambio es demasiado poco; por es eso o el que ama no exige exige amo amorr aunque aun que lo espera. l amor mendiga amor amor per pero o lo hace como sólo u n rey puede mendigar. s verdad que la amistad ofrecida puede no ser correspondida. Pero el amor tiene la capacidad e hacer que las cosas aparezcan mejores de lo que son e n su estado actu actual al porque pued puedee ver e n los inicios e algo su perfección fmal. n virtud de esta capacidad una amistad puede adquirir el poder de ir más allá de lo que las personas pueden ser una para la otra e n su limitación. l amor tiene siempre una fecundidad que puede producir algo que antes no había. Conviene insi insist stir ir hoy más q u e nunca e n que condiciones básicas de la amistad son la distancia y el respeto por el amigo. Porque el amigo escogido tiene su 39

 

Todo consiste

en

Él

propia esencia espiritual; lo que quiere y debe representar e n la vida es algo que Dios le h asignado. Cuanto ás auténticamente ama uno a su amigo ás lo debe contemplar como es ante Dios. Y si el amor de amistad es intercambio y serv servici icio o e n med medio io de las alegrías y también e n las dific dificultad ultades es compartidas compartidas siempre siem pre consetv cons etvaa una conciencia clara de l di dist stan anci ciaa de modo qu quee no nazca ninguna relación de dependencia indigna. 2

Amor

en

n solo a mo r

familia amor

do dos s man mandam damien ientos tos en

la amistad... Esto es her-

moso ¿por ¿porbien qué qun é debe de be ser tan limitad limitado o com or parece? ¿o pero será más bie qu que e esta tendencia al al como amo amor condición espontánea e la vid vidaa human humanaa que qu e el niño no puede inventar para sí mismo y los amigos no pueden progr pro gram amar ar es el modo de existen existencia cia que no se debe de be abandonar e n ningu ninguna na cir circun cunsta stanci ncia? a? Pero Pe ro esto ¿no ¿no e s ilusorio? ¿No ha mostrado Cicerón e n su Sobre la amistad que la amistad es el culmen de la vida humana pero pe ro que pocos lo alc alcan anzan zan?? Dios es amor absoluto que lo único que nos pide a cambio de su amor divino es nuestro amor. El amor absoluto debe ser amado con u n amor exclu exclusiv sivo o que qu e no admite competencia de amores relativos. Las criaturas se convierten e n ídolos cuando la fidelidad del amor no es toda para Di Dios de modo que Él sea amado e n todas las cosas y todas las cosas e n Él como dice san sa n Ignacio de d e Lo Loy yola. ola. A Dios Dios y sólo a Dios se le p u e d e amar con esa fidelidad total de la que todo el que ama tiene una cierta intuición. Eso significa que el servicio cristiano a los hombres no se puede concebir e n su esencia como una canalización racional racional del amo amorr como una un a programación

40

 

Un amor sostenible cotidianam cotidianamente ente

según objetivos y estrategias bien pensadas, sino sólo dentro de la absoluta respuesta al amor absoluto, respuesta que no tiene otro motivo que ella misma. El amor no un objetivo, se ama ama. El amor de un tiene cristiano a los hombres esporque siempreseadoración y glorificación pura del amor de Dios. Esta glorificación de Dios que es amor se da e n la medida e n que la acción humana es inspirada por el amor y tiende al amor. Santo Tomás de Aquino expresó teóricamente estas cosas diciendo que la caridad es la forma de las virtudes cardinales Oas que constituyen los puntos cardinales de la vida moralmente buena: prudencia, justicia, fortaleza y templanza). Esto significa que el amor que viene de Dios y se derrama e n los corazones de los cristianos cf. m 5,5) es el único que puede dar a la vida humana una ética definitiva. Pero además significa que l vida cristi n e s decir, informada por la s un interpret ción del mor de Dios El caridad encuentro de los hombres e n el amor de Dios interpreta y hace visible la intención amorosa de Dios respecto de su creación. Como se puede ya intuir a partir de lo dicho, lo que está implicado e n el encuentro del cristiano con su prójimo no es sólo un aspecto de la doctrina cristiana, sino todo el dogma católico. N o hay ninguna aftrmación de la teología dogmática que no sea imprescindible para la acción cristiana, incluso si el que actúa no se da cuenta de la relación entre su situación concreta y las verdades de la fe. Dicho e n otras palabras: el amor al prójimo es posible porque lo sostiene la verdad de Dios. Porque la acción cristiana es siempre una respuesta, que viene e n segundo término, a la primaria acción de Dios respecto del hombre: ·después de que te he perdonado toda aquella deuda, ¿no deberías tú

tener misericordia de tu compaftero?• M t 18,32).

41

 

Todo consiste e n Él

Sin el presupuesto de la acción del amor

Dios, la acción del cristiano recae e n las medidas propias de la naturaleza humana e, inevitablemente, e n la limitación e

del amor,mir y que según la prudencia uno debe siempre r por sí mismo inclusohumana, más e n la acción noble. La Ética a Nicómaco de Aristóteles, basada e n la sincera búsqueda de la más noble felicidad y e n las virtudes que para ello capacitan al hombre, hacia el fmal libro IX 1166a) nnoo pu puede ede sino prop proponer oner el amor propio como base de la amistad y del orden social: el hombre hom bre virtuoso está bien consigo mism mismo, o, ccon on sus prop ropios recuerdos, alegrías y dolores, con su actividad intelectual e n general, y p r eso está bien con sus amiLos

gos. confundir cristianos el •comodeberíamos a ti mismo•estar del muy mandamiento atentos y del no amor al prójimo con esta propuesta e una actitud e n la que uno mismo es la medida. ·Como a ti mismo• no quiere decir que la medida del amor recae e n uno mism mi smo, o, pues pu es el amor a uno un o mismo mismo tiene su fundamento e n el amor que Dios nos tiene. Amar al prójimo •como a ti mismo•, por tanto, quiere decir amarlo aceptando que q ue sólo sól o Di Dios os sabe amar al hombre y qu quee es con co n ese amor con el que debemos amamos. ·Amaos los unos a los otros como y os he amado• Jn 3,34). 3,34). Ahora podemos ver algunos ejemplos de cómo la acción cristiana e n el amor se apoya e n las verdades dogmáticas: La acción de u n cristiano, que actúa a partir e la acción de Dios y e n función de ella, es esencialmente escatológica es decir, hace presente la segunda venida de Jesuc Jesucristo risto.. En primer lugar, porque actúa de cara a esta segunda venida e n la gloria del amor que juzgará y ordenará toda la cadena entera de las acciones que hayan tenido lugar e n el tiempo. Pero más aún porque el cristiano actúa

en

la historia del mundo y al mismo 42

 

Un am or so oss ttenible enible cotid i a n a m e n t e

tiemp o e n la v id a  etern  eternaa ,   p u e s  s  n ad a d el e l a m o r v ivid ivido o n la tierr tier r a s e p er e r d e r á n la  la   vida  vida  del mu n d o futuro futu ro . Por e s o   n o es u n r e s t a u rador rador   d el pasa pas a d o , sino sin o q u e a c t ú a v i en d o la lass   cosas cosas - d esde esde   e l futuro futuro•• e n e l s e n tido e q u e las v e   d e s de de e l pun t o   e  v ista ista   d e Dio ios, s, que   piensa iensa   y a c t ú a n  s e n t ido pr p r o g resiv resivo o : ·Dios n o s a m a t a l c o m o   serem sere m os seg ú n   s u pr o pio do n ,   n o co m o som o s segú n n u e s t r o pro p i o m é rito rito•• 11 S ín odo d e Orang Orangee , c 12 12   D S 3 82 82)). Por  Por   e so e l e n c uentr o c o n el e l p rójimo rójimo   es u n a p a ri r i c i ó n p a r usía) d e   Cristo q u e se s e h a a ce c e r c ado a t o d os los  los   h om b r es e s e n la c ru z , hast has t a el pun t o  d e i de n ti ti ficars fica rsee   c o n e l l o s e x p iar p o r   sus pe pe c ados, ados,   d e   m o do q u e Él e s s iemp r e e l más c ercan o a l más  más   a le lejado. jado.   La  acci acció ó n  del crist cristiano iano se s e b asa, p o r  tanto,  tanto,  e n  la ver ve r d a d d o g m á tica d e la salv salva a c ión en  C risto. Es oport oportu u n o   recor recor  d a r n este p u n t o q u e la expr exp r e s ión ·hij ·h ijo o   del h o m bre• bre•,, q u e e n c o n tram o s frecu frecuee n temen tementt e e n la b i o s e J e sús c u a n d o   h abla d e si mism o ,  p u e de d e s ignifi ignificc a r  tanto  tanto   •c •cual ual q uier h o mbre• mbre•   c om o e l H ijo de d e l H o m br b r e   e la miste r io sa visi vis i ó n   e D a n iel, e n  la que   se descr desc r i b e el ju juiicio fm al al   D n 7). 7).   E s a l t a mente mente   signific significativ ativo o q u e la exége exég e s i s bfulicaa n o p u e d a decidir bfulic dec idirse se po r u n a u   o tra inte int e r p reta ción:: J esucr ción esucristo isto   es las las d os cos co s a s , el ho h o m bre co c o m ú n e l  J u e z   e  todos todos,, p o r q u e e n Él s e c oncen t r a   e l pe c a d o d e   t o d o   h o m b r e y e n t o d o h o m bre brill b rillaa ya la la justicia usticia   d el R e d entor: entor:   ·Dios ·D ios lo  lo   hizo pe c a d o p ar a r a q u e no n o s otros fu é  r a m o s n Él ju juss tici ticiaa e D io ios• s•   2 C o r  5,21)  5,21).. a justi justicc i a d e Cristo   es la v e r d a d d e l h o m b re Cristo r e concre concrett o   c o n el el q u e m e e n c uentro uentro,, es la v e rdad a é l don a d a y e n  vista d e la c u al vive viv e , l o sep a o   no, lo lo q uiera o n o . El h e c h o d e q u e y o m is ismo mo viv viv a e n D io s e n v irtu ir tu d   e la la   m uerte uerte   d e  C  Cris ristto por m i   m e   abre los lo s o jos d e l a fe p a r a   p o d e r interp interprr e  t a r todas toda s las situa situ a c iones iones   d esd e es e s t e   amor. amor. P uedo, uedo,   c om o dice   s an Fran dice Fra n c i sco d e S ales, v e r  sin mir miraa r el p e c a d o d e l prójim prój im o . El c ristian ristiano o ha

e r econo c e r las r e alidad alidadee s 4

 

Todo consiste e n Él

antidivinas de este mundo, es más, sólo él, a la luz de la cruz, tiene una lejana intuición del abismo del mal, y sin embargo, debe ver el mundo del pecado, desde la cruz del Señor, como ya vencido cf. n 21,31; 16,33). a acción cristiana es u n entrar por la gracia e n la acción de Dios, es u n amar con Dios. Sólo dentro de saber ber acerca de Di Dio os este amar con co n Dios Dios tiene lugar el sa porque •quien n o ama n o conoce a Dios, porque Dios es amor• 1 n 4,8). Amor significa aquí ese extremo e incondicional jugárselo todo, que implica también, si fuera necesario, ir hasta la muerte: •nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos• On 15,13). •En esto hemos conocido el amor: e n que Él ha entre entre gado su vida por nosotros, de donde también nosotros debemos amar a nuestros hermanos• 1 n 3,16). Ca hacer lo que ya fue hecho e n plenitud por Jesucristo y de este modo, realizar y consumar lo que ha sido realizado y consumado: ésta es la ley de toda la ética cristiana e incluso de todo el conocimiento cristiano, porque lo que e n sí ya fue revelado, se convierte e n revelación para nosotros: ·Amados, si Dios nos ha amado tanto, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie lo ha visto nunca, pero si nosotros nos amamos unos a otros, Dios permanece e n nosotros y su amor e n nosotros ha llegado a su ple nitud· 1 n 4,11-12).

También la dogmática sobre Maria y la dogmática sobre la Iglesia Mariología y Eclesiología) son condi ciones necesarias para la acción de un cristiano. No somos cada uno de nosotros individualmente los repre sentantes ante el mundo de la justa medida del amor absoluto e n forma humana; no tenemos el espíritu del amor como quien lo paga e n alquiler; nosotros pode mos simplemente participar d e él, puesto que somos miembros, más bien n o del todo fieles de u n todo que 44

 

Un amor amo r sostenible sostenible cotidianamente cotidianamente

nos precede: lo que e n nosotros es impuro y lleno de faltas es, e n el ás ínti íntimo mo núcleo núcle o Marí María) a) de ese todo Iglesia), inmaculado y sin mancilla. Nuestra obediende e n nuestra cia a la norma absoluta se encarna relaciónfecon la Iglesia, obediencia vire n cuya perfecta ginal y reverente al Señor tomamos parte. Sin la Iglesia que nos precede, cuyo centro como respuesta a Dios es María nuestro amor no respondería a la intención de Dios, reposaría d e nuevo e n las condiciones humanas d e posibilidad, no avanzaría por los caminos abiertos por la Encamación y la Redención. Nuestra relación con la Iglesia que ama, relación que nos permite amar, no es solamente una relación con ese núcleo inmaculado de la Iglesia; los santos son también para nosotros •can •canon on•• han ha n sido canonizados) canonizados),, es decir, norma. N o simplemente e n el sentido de que son modelos modelos d e conducta moral moral,, sino que son s on la norma viva vi va que, porque por que interceden por p or nosotros nosotros y nos ayudan a vivir nuestra misión cristiana, se nos propone continuamente desde el cielo, abriéndonos los caminos e n las concretas situaciones que vivimos: •así como santa Teresita•, decimos cuando leemos la historia de su vida, ·dentro d e su caminito sí puedo responder a Dios•. Después vemos que no basta enamorarse del caminito para seguirlo. Entonces podemos pedirle a ella una ayuda desde el cielo. Aparece así el dogma de la comunión de os santos como parte esencial de nuestra vida cristiana.

3 En C Cris risto to está l

unid d d e os dos mandamientos

La literatura cristiana moderna h

retratado admirablemente e n algu algunas nas de sus páginas páginas la verdad ver dad del amor am or cristiano. Dos ejemplos. 45

 

Todo consiste e n Él

El primero parte

e una comparación: entre León

Tolstoi y Fiador Dostoievsky se discute la esencia de la fe cristiana como amor. Para Tolstoi el amor cristiano se

e n la solidaridad con los más abandonados. resuelve N o se necesita más. Llegados a la decisión e dedicar toda la existencia al amor, la dogmática puede ser olvidada: ha sido ya interpretada e n su núcleo y lo demás puede desaparecer. Dostoievsky tuvo e n los años e prisión la experiencia de que el amor al prójimo sin el amor a Dios no es sólo una ilusión, sino que es una gran mentira. Se pueden leer sobre ello sus recuerdos de Siberia e n a casa d e los muertos. Un pasaje de otro libro libr o suyo muestra muy bien esta relación entre amor y fe: el entrañabl entra ñablee •sta •stare rec• c• maestro espiritual espiritual entre ent re los los monjes rusos) Zosima instruye a Aliosha Karamazov sobre el amor, que se •obtiene con grande dificultad, se compra a caro precio, mediante largo trabajo y e n tiempos prolongados, ya que n o debemos amar sólo ocasionalmente, sino para siempre• Hermanos Karamazov, libro VI hacia el fmal). La clave de la descripción e este amor es el •caro precio• 1 P 1,18), que, e n realidad, es el que Dios ha pagado para obtener nuestro amor: el starec puede hablar del amor al prójimo sólo a partir del amor con que Dios, cuando se ha hecho nuestro prójimo, nos ha amado. Mientras n o ten tengamo gamoss ro rost stro ro es una obra maestra de C. S. Lewis. Durante muchos años había él estudiado, sufri  oy escrito sobre el amor amor,, hasta qu quee pudo pu do escribir l historia que llevaba dentro, como él mismo dice. El libro merecería muchas consideraciones. Interesa ahora sólo indicar que aquí se expresa, quizá como e n ninguna otra obra de la literatura, el conflicto entre el amor a Dios y el amor l prójimo que el hombre experimenta: después del pecado, de hecho, le resulta dificil vivir el amor, todo

el amor, como espontánea obediencia a Dios. 46

 

Un amor amo r sostenible cotidia cotidianamente namente

Orual ha amado a su hermana con una dedicación apasionada y total. Vive pa para ra el ella la.. O más bie bienn eso cree. Psiqué la agraciada hermana herman a quiere quie re también tamb ién no entrañablemente a Orual.pertenece Ella nece es suta mundo .. pero sólo ellaa a este mundo ell perte también mbién el maestro maestro griego preceptor d e ambas. Psiqué ama con dedicación tota totall per peroo queda qu eda ab abie iert rtaa su amor d do n o excluye amar a otros. otros. El dios d e la montaña que la amará la encontrará dispuesta a u n amor divino. Ella ama e n la fe obediente incl incluso uso cua cuando ndo n o comprende: ·Él es u n dios. Él tiene buenos motivos para hacer lo que hace puedes estar segura. ¿Qué puedo saber yo acerca d e esos motivos?•. El maestro griego griego ya arrepen arrepentido tido d e s u racionalismo explicará que los dioses n o pueden hablarnos abiertamente: •¿por qué deberían atender a los balbuceos que nosotros pensamos que significan algo? ¿Cómo podrían encontrarnos cara a cara mientras n o tengamos rostro?· [ ill w bave faces es el título del libro]. Durante el juicio que Orual ha pedido para presentar sen tar su acusación acusac ión contra los dioses la misma misma Orual empezando a intuir cómo ama Dios s e d cuenta d e que nun nunca ca ha amado a Ps Psiq iqué ué destinad destinadaa a se serr amada por un dios. Entonces declara: ·Psiqué nunc más te llamaré mía pero todo lo mío será tuyo•. Sólo e l mor con que Dios ama al hombre nos revela quién e s e l hombre: ·¿Eres u n di dios osa? a? En realidad nunc nu ncaa habí ha bíaa visto antes u n mujer real•. El mor hum no es equívoco: •Nosotros decíamos decí amos amar amarla la•• dice Orual al maestro que responde: ·Y la amábamos. Ella n o tuvo enemigos más peligrosos que nosotros. Y el día e n que los dioses serán totalmente hermos hermosos os o mejor ejor e n que a nosotros finalmente s e nos revelará cuán hermosos siempre h n sido esto es to ocurrirá más y más. más. Pues los mortale mortaless como com o dic dices es serán ser án más y más celo celosos. sos. a

madre y la esposa y el hijo y el amigo 7

se

aliarán

 

Todo consiste

en

Él

todos para impedir impedir que u n alma se una a la naturale za divina•. Finalmente Final mente el dios que qu e Orual Orual ha acusado se presen presen debe be resp responder onder y trae trae su respuesta respuesta.. Orual sabe ya ta. Élnde que o merece otra cosa que el más terrible castigo pero al mismo tiempo ama esta llegada: ·Cada respiro me infundía nuevo nue vo terr terror or alegr alegría ía dulzura qu quee a to todo do se sobreponía•. En su presencia •yo estaba desapare ciendo; yo n o era nadie. . . Psiqué qu é no era nad nadie• ie• delan te d e Él. Entonces e n la presencia del dios que la había amado ·la amé como nunca habría habría pensado pensa do que fuer fueraa posible. Habría Habría sufrido sufrido cualquier muerte p o r el ella la.. Y sin embargo n o era ella n o aho ahora ra lo que qu e verdaderamen te contaba. O si contaba era po porr causa d e otro. otro. La tie rra y las estrellas y el sol existen por causa de Él· ... El encu encuentr entro o con el dios dios ant antes es odiado odia do y ahora amado da a Orual su verdadero rostro. ·Terminé m i primer libro libr o concluye concl uye Orual con co n las las palabra palabrass no h y respuesta. Aho Ahora ra sé Seño Señorr p o r qué qu é n o respondes nada. Tú mismo eres la respuesta. Ante t u rostr rostro o las pregun pre guntas tas se desvanecen. ¿Qué respuesta podríamos necesitar?•. Basado en: KS 3; Glaubbaft 1st nur Llebe ]ohannes Verlag Einsiedeln 1963 72-82. n español Sólo el amor es digno de fe Sigueme Salamanca 1988. En inglés Love alone: tbe Way o f Revelation heed Ward Londres 1992.

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IV. COMUNIDAD QUE DA VIDA

1

iempre y

en

comunión

Dios n o permite a nadie desarrollar su existencia e n aislamiento. Se nace necesariamente e n una comunidad. Pero ésta n o obstante su evidenda n o deja d e se serr algo misterioso. Por u n lad lado o se da el mi miste sterio rio de u n niño que viene al mundo e n un unaa ffaamilia hec hecho ho qu quee sup supera era la lass ideas ide as proyect proyectos os y ca capa padd ddad ades es d e los padres: el misterio del alma d e su hijo queda totalmente sustraído a su poder perten pertenece ece sólo a Dios a quie quien n pertenece la vida. Esta alma es únicamente confiada a la comunidad familiar n o le es dada e n propiedad. El niño llega a la comunidad que lo acoge pertenedendo ya a Dios. La comunidad por otra part partee es más que la suma de los miembros que q ue la fo form rman an.. Ella misma es también u n sterio que está e n las manos d e Dios. Toda comunidad cristiana procede d e Dios y va h d Dio Dioss y es u n sterio d e vida e n É l En la verdadera comunidad se da por tanto n o sólo el miste misteri rio od dee la fe fecundidad cundidad qu quee h hace ace nacer una un a vid vidaa nueva e n la forma d e u n niño sino también el misterio d e esa fecundidad que lleva d e nuevo a la unidad todo tod o lo que hay e n cada uno d e los miembros que se aman y de este modo les do dona na vid vidaa nue nueva. va.

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Todo consiste consiste e n Él

El que entra e n u n comunidad cree saber quién es. Por medio d e la comun comunidad idad sin embargo s e convierte e n otro distinto del que era y esto desde lo más hondo. y o se transfo transforma rma e n las manos del tú. Y esto n o sólo El a causa d e la mutua influencia d e los que forman una comunidad sino también por porque que D Dio ioss d nue nueva va vida al y o por medio d e la comunid comunidad ad la cual a su vez recibe d e Dios siempre nueva influencia d e vida. Esta vida nueva n o s e puede explicar ni simplemente a partir del yo ni simplemente a partir del tú sino únicam únicamente ente a partir part ir del «más· que es l comunidad y que implica una participación e n la vida eterna de Dios Esta visión cristiana d e la comunidad human humanaa n o sig-

e n la vida concreta nifica unahaarmonía tensiones. un En Entre tre individuo comunidad comun idad exis existido tidosin siempre tensión que n o se puede cancelar a favor d e ninguno d e los dos términos. Es import importante ante recon reconocer ocer esta tensión su signific significado ado cri cristi stiano ano po porq rque ue la fe n o resuelve simplemente la tensión. En cierto sentido la intensifica pero n o sin situarla e n el campo del amor que viene d e arriba que sabe afirmar la preeminencia del bien bi en co comú mún n precisamente afr afrrma rmando ndo llo o absoluto e intocable d e cada persona.

2

ndividuo y comunidad

En el mundo d e las cultura culturass precristianas primit primitivas ivas o desarrolladas desarrolladas el reino o llaa ciudad conforma el marco concreto e n el que el individuo puede existir e n el que esta existencia tiene u n sentido. Más aún para el mundo antiguo el centro vital d e la ciudad o del reino coincide con el centro del cosmos que es como u n gran comunidad comuni dad u univ nivers ersal al sobr sobree la cual s e puede pensar sólo a partir del propio reino d e la propia tribu o

5

 

Comunidad que da vida

e la propia ciudad. Por eso la fundación de una ciudad o e un reino se atribuye con mucha frecuencia a

una intervención divina. Fundar el mundo de los hom-

bres qu la ciud ciudad adAsíes po una verdadera cosmogonía según que lase es mitologías. por r ejemplo ejem plo para Homero Troy Tr oyaa es div divin inaa y sólo una decisión del Olimpo pued pu edee autorizar su derrota bajo las armas de los griegos. Vir irg gil ilio io por po r su parte siete sig siglos los despué des puéss de Homero habien hab iendo do conocido ya ya el decliv declivee de Greci Greciaa ve a su héroe Eneas llevar desde Troya a Italia los dioses que junto a su madre madr e Ve Venus le permitirán poner pon er los los fundafundamentos de Roma también por po r eso div divin inaa trasladando así el centro del cosmos del Asia misteriosa representada por Troya al Imperio romano. La idea se repite e n otros ambientes culturales antiguos: el Popol Vuh de los mayas cuenta ·el principio y el origen de todo lo que se hizo e n la ciudad de Quiché Qui ché•• como dice el preámbu preámbulo; lo; pero pe ro el el relato es sobre todo el del origen de todas las cosas. Y aún para u n político fllósofo ·desmitificador• como AmenoflS IV e n el Egipto del siglo XIV a. d e C. que promovía un único culto bien •ordenado• al dios Sol las reformas políticas debían estar relacionadas directamente con una nueva visión religiosa del cosmos. E n fin la comunidad humana y el cosmos tienen la misma consistencia segú se gún n las tradiciones culturales de la humanidad y por ello las leyes e la ciudad y las leyes del universo e n principio tie tienen nen un mismo mismo origen y forman u n sóli  o acuerdo. Pero que ese es e acuerdo es sumamente sumamente precar precario io es algo que sabe bien la experiencia común e la humanidad. Ninguna cultura puede evitar las enormes incertidumbres sobre el destino comunitario e individual de la existencia pues pu es siempre se oscila entre ent re la solidez coscosmogónica de la propia ciudad e n la que la ley quiere 5

 

Todo

onsiste en

Él

ser la misma para todos los que forman parte e ella, y la conciencia e que la ley de la naturaleza es la ley del más fuerte. Se oscila e n todas las tradiciones, para decirl deci rlo o con c on el bue b uen n humor del Popal entre la sabiduría ordenadora inicialmente dadaVuh a los primeros ·hombres e maíz· y la carencia de inteligencia e los mismos, ·origen y principio de la raza quiché•. O para decirlo con el brillante ejemplo de la guerra de Troya, se oscila entre el orden e Apolo que representa Héctor y la violencia gratuita del vencedor Aquiles. •¡Troya la divina Troya, Troya, ha caído caído ¿Qué ¿Qué pod po d eres er es misteriosos sostienen el universo entre el orden y el caos?• es el extraordinario clamor de Homero, que ha funda  o

el arte algunos occidental. Platón, siglos después de Homero, reflexionaba tras la caída de Atenas e n manos de los tiranos y sobre todo, a partir de la increible tragedia de que la divina ciudad de Atenas había pedido la muerte e Sócrates, el hombre ás sabio de la ciudad. ¿Cómo evitar e n adelante esa contra contradicc dicción ión entre lo que qu e es bue b ueno no e n sí mismo y las decisiones e los ciudadanos? Un ftlósofo debería gobernar o instruir al hombre que gobierna la ciudad, pensaba Platón. El intento de aplicar sus principios e n el reino de Siracusa terminó con el rey y su ftlósofo e n la cárcel. •¿Y si la República se convirtiera e n una banda e ladrones?•, se pregunta Platón con u n temblor que atraviesa toda la ciencia del derecho. Los tiranos, de hecho, no se ausentan de la escena e la política por mucho tiempo. Pero entonces ¿qué queda e esa seguridad que da la fundación divina e la ciudad? El hecho es que los hombres se siguen destrozando como bestias, amparados frecuentemente e n las leyes. Esta incertidumbre, que reaparece e n todo el mundo antiguo

e un

modo o de otro, no era tal que pudiera

52

 

Comunidad que

d

vida

poner e n cns s la concepci concepción ón fundamen fundamental tal porq po rque ue aunque no se resuelve la pregunta de cómo se coordi na la ley de la ciud ciudad ad con la ley del cosmos cosmos los indi indi viduos somet en casi i espontáneamente orden en d ede la ciudad se aun ausometen n cua cuando ndocas sea violento violento porque por que allos loord s dioses la ciudad tienen siempre la última palabra. E n síntesis para el mundo mund o antiguo antiguo a pesar de las las tensiones irreso irreso ha y individuos individuos sin dest destin ino o comunita comunitario rio y lubles no hay comunitario signific significa a no n o sólo l ciudad sino el universo entero. Esto no quiere decir que el individuo se sintiera siempre seguro e n el ámbito de su ciudad. El caso de los esclavos esclavos integrados sólo parcialmente e n la comu nidad es dec decir ir como explotados para el bien bi en designifi otros otros manifiesta claramente que la comunidad podía car la cancelación de los derechos del individuo. o que significa ser persona es algo que sólo aparece con la fe cristiana. Sin embargo a la luz d e la fe podemos también apreciar la grandeza de la verdad que anima b a los antiguos acerca de la esencial pertenencia mutua d e individuo y comunidad. Más aún es tarea del cristi cri stiano ano saber sabe r propone pro ponerr de nuevo nuevo según su for forma ma definitiva e n Cr Crist isto o esta verdad. Podemos valernos de la fllosoña para dar u n primer paso e n esta dirección. a pertenencia de cada indivi duo du o humano human o al concepto conc epto genérico ·hombr ·hombre• e• presenta present a ya la paradoja d e q u e ·in-dividuo• ·in-dividuo• sign signific ificaa algo n o divi divi siblee una sibl un a realidad últim última. a. ¿Cómo pueden formar u n género común dos individuos cuando esto que es uno es distinto de eso que es el otro? El concepto genérico los inclu incluye ye sólo como uno un o que qu e excluye excluye al otro otro sobre sobr e la base d e la naturaleza humana que qu e ambos poseen. N o basta sin embargo tener te ner la misma misma naturaleza para par a hablar de verdadera comunidad comunidad como se se ve por po r el hecho

de

quee también e n el reino animal los individuos qu 53

 

  consiste    o do consiste

n

Él

irrr e pecie   s i en d o   c a da m i e m bro d e e lla ir f o r m a n   u n a   e specie blar  d e c o m u  los o t ros, sin q u e s e p u e d a   h ablar ducib duci b l e   a los diferen n c i a d e   l o s  ani e   a difere idad.   n e l c a s o   d e l  h om b r e  n idad. m a l es, el e l m isteri isterio o d e la co c o m unid a d s e m anif anifiesta iesta   e n  e l ablecer able cer u n a d e n   e s t uos p u e s ind individ ividuos   q u e   lo los c h o   d e he recisaa m ente p o r q u e la i ndi ello s p recis ión en e n t r e ellos icación c o m u n icac co m ú n . El c o m u  a d a  u n o n o p u e d e s er com ualidaa d d e c ad v i d ualid só l o po s i b le sól unidad, ad, es pos nicar-se nica r-se,, es d e c ir, el form a r c o m unid is mos,   a partirr d e s í m ismos, ctúan n a parti s, qu e a ctúa l ibres, a los  los   s eres libre s ó lo   e l que concie ie n cia: só ble auto autoconc nicable p a r tir d e s u   i n co m u nica lecer u  u n a com u  s t a b lecer  decirr •yo n o  s o y  tú• p u e d e e st p u e d e  deci e  d e   obre   la  la  bas e  ó n c o n u n · tú·; y e s t o n o s ó l o s obre  n i caci cació sino   mejan n t e , sino  •o tro igual i gual a mí• m i s e meja  ell otro es •otro s aber q u e  e t a m b•soy• i én sab sa isirrepet   cible  om  oi naduivid t o conc concien ien ualida ad ividualid repetible r esta estma ismo•, irmo•,  lib libbireenddeo pqou ne e  •yo cia, itaria.. vida   c o mu n itaria juego d e la vida e n e l   juego bserv v a c ión d e q u e a   n e s t e p u n t o   e s de c i siva la o bser gracias ias a ll eg a s ólo grac oy·)   u n o   lle ienciaa •y o s oy·) utoco o n c ienci e s a a utoc respu u e s ta ismo   e s resp í   mismo ciencii a de s í  por q u e   la c o n cienc o tro tr o , porq la   c o n ni ñ o p e q u e ñ o   e s ll a m ado a la  amadaa : el niñ a u n a ll llamad Po r e s o nrisa   d e   la ma d r e. Por la s o nrisa mismo p o r la sí   mismo c i e n cia d e sí  o   d ecir •yo n o ismo   t ie m p o  fica al m ismo ignifica •y o soy• so y• s igni d e c ir •yo ser, ·Yoo s o y , p e r o n o s o y e l ser, tod o·, •yo n o s o y tú•. ·Y s o y e l todo·, gr a n d e q u e y o , p o r q u e h a y s e r q u e n o e l s e r e s   m ás gra s o y   yo rar yo•. •. El h e c h o d e q u e e l n i ñ o n o  p u e d a e l a b o ra e s t o s p e n s a m i e n t o s  n o  q u i ere d e c i r q u e  n o  v iv a e n la ta a onr isa d e   r e s p u e s ta epresee n t an. Su s onrisa v e r d a d   q u e   r epres cida   a ci ón   a g ra d e cida onri s a   d e la m a d r e e s   u n a   a cept aci la la   s onri s e r q u e le h a a la v ida q u e le ha   s i do d a d a ,   e s u n s í al se nantee . s ido d a d o   y al d o nant paso.. C o m o   t a m  iguiente nte paso D e a q u í s e i m p o n e u n s iguie ias• y e l • Í• por e l gracias• to d o ,   e l •grac adre   e s el tod la   m adre p o   o la a   la m a d re, sino t a m bién   a Aq u e l s e r s e   d i rige n o s ól o a  y • e n e l   m o d o m á s abs o luto   y ·Yoo so soy q u e   puede d e c i r ·Y d e   q ui e n d e p e n d e t o d o l o q u e e xist xistee . El  s í del n i ñ o   5

 

Comunidad que d vida

atraviesa los límites de la creación y alegra el corazón de Dios. Por tanto, el •yo soy• de todo hombre, que lla mamos autoconciencia, incluye, aunque no se haga d e ello reflexión consciente, que ·Dios es• porque e n Él el •yo soy• es absoluto y sólo gracias sólo una a Él nuestro •yo soy• tiene consistencia. Al mismo tiempo, es claro también que nuestro •yo soy• incluye también a los demás hombres, incluye otros •yo soy• porque sólo se puede decir •yo• si uno está delante de u n •tú•, como ya veíamo veíamos. s. De el ello lo se deduce deduc e para nuestro tema una certeza d e gran importancia: e n la afrrmación de la propia in-dividualidad, de la propia in-comunicabilidad es decir, lo que d e í no pued p uedee ser com común ún), ), se da una tú ·Yo so soyy• significa signi fica yo inclusión que existo co ndel loss otro lo otros• s• y no esto estosoy p o r yo. q u e ·Dios es• Individuo y comunidad tienen e n común el ser dados por Dios. Y si como hemos visto, el sí del hom bre a quien le da el ser va e n u n mismo movimiento hacia sus padres humanos y hacia Dios, entonces la inmediata relación de cada hombre con Dios, inmedia tez que quiere decir que •yo soy• significa, si se toma e n serio la diferencia entre m i yo y el ser, que ·Dios está conmigo•, es mediada, valga la paradoja, por la presencia d e otro ser humano que me llama a decir sí al ser e n nombre propio. Por eso no se puede pensar que la relación con los hombres venga en un segundo momento, después de una primera situación de sole dad da d de d e cada uno u no con Dio Dios, como pensaba, por p or ejempl ejemplo, o, René Descartes. El •nosotros• es t n primario como el yo• Mi mundo es u n mundo-con. Hay que advertir que estas verdades, aunque deben animar toda forma política verdaderamente digna del hombre, hom bre, no se s e pueden pue den traduc traducir ir e n una sociedad huma na. El Estado, que es la comunidad política, no puede colmar las posibilidades de comunión de los hombres,

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  o do consiste

n

Él

clarass la  manifee s tado a l s clara hac e poco h a  manif u e vo hace c o m o d e n ue n a d ie, t m e x i me a na e s t o n o ex unismo.. Pero es co m unismo caídaa del com caíd ultra n z a , ualism o a ultran indiv idualism p o c o e n n u estros t ie mpos d e individ del d e be r de   constr constru u i r siem p r e de n u evo la la ciudad ciudad   co n v i sencial   d e la con a   partir e  lo que   es m á s e sencial h u m ana a  b ir. desc rib  intentaa d o descri hemo s  intent apen a s hemos hu m ana y q u e apena v e n cia hum

3

o m u ni n i ó n  d e p e r s onas

e ser una indivi d u o en t r e   indivi ten s ión ent fec u nda tens is ión abst abs t r acta d e esa fecu v isión  l a exis  constitu onstitucc ión de  la pa r te de l a  c y c omun omu n idad, q u e e s par mis m a ahor a retom a r   la mis Es   necesa necesarr i o ahora t e n c ia hum a na. Es cont e n ido de   mente   a  la luz d e l conte direc t a mente n , esta ve v e z direct tensión tensió n u e stra fe. la   revela revela c ión s ó l o c o n   la a p a rece só er s ona ap a   i d e a   d e p er m unicar unicarss e   a l autocom ristiana. stiana. n e l h e c h o e autoco b í blico-c blico-cri d e l  arable,   hace de incomp arable, es único e   incomp Dio s,   q u e es h o m b r e, Dios, única, person a   única, pa l a bra un a   person recibe su pal indivii d uo qu e   recibe indiv Alg o   d e on a  Él m is m o. Alg Di o s   s e d on pa l a bra Dio p o r q u e e n  su pal e l   ser y e l   osarse   sobre el a   posarse Dios   viene a  la u n i cidad d e Dios  elev a   m á s a l lá del g énero ele g i do, qu e   lo elev rostro   del eleg rostro n a , lo aísl aíslaa e n u n  cara a human turalezaa huma na turalez c o m ú n   a la na c a ra con   Dios. D a ndo su   palabra alabra,, Dios d a su Hij Hijo per e x p resar l o   reci b e . Se p u e d e ex nte   al que   la recib s o n a l me nte  brill a la u o   h u m a n o brilla ndividu is m o dici dic i e ndo q u e   e n e l i ndivid m ism D i os la n o mbr a c o n u n c u a n d o Di e r s ona cu luz de   un a p er no m bre o  por Él Él   •un nom  elegido repetibll e  elegid e   i rrepetib n o m br e p r opio e  recibe -   A p conoc e   sino e l que l o   recibe d i e   conoc n ue vo q u e na di ho m  he c h o de q u e el hom in d ic a el hec 7).. El n o m bre nu e vo ind 2,1 2, 1 7) ent r a   espe c i e hum a n a, entr ind i v iduo e la espec ah o ra indi bre,   hasta aho bre,  Dios, ios, d i at ataa co n  D  inmed ralmentt e  inme  so obrena brenatt u ralmen lación s e n  u n a r e lación dotacii ó n spectivaa dotac personaa l   y   la r e spectiv lamada   person r e c i b e una   llamada dich o   hasta a hora n o deja o q u e h e m os dicho

p a r a   l o q u e  e  su nom b re único únic o   signific significa. a.

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