Tierra Hueca - Madre de todas las conspiraciones

February 6, 2017 | Author: Angel Peral | Category: N/A
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TIERRA HUECA MADRE DE TODAS LAS CONSPIRACIONES

Año: 1942 País: Alemania Objetivo: Tierra Hueca “Estamos en abril de 1942. Alemania vierte todas sus fuerzas en la guerra. Nada, al parecer, es capaz de desviar a los técnicos, a los sabios y a los militares de su tarea inmediata. Sin embargo, una expedición organizada, con asentimiento de Goering, de Himmler y de Hitler, abandona el Reich con gran sigilo. Forman esta expedición algunos de los mejores especialistas del radar. Bajo la dirección del doctor Heinz Fisher, conocido por sus trabajos sobre los rayos infrarrojos, desembarcan en la isla báltica de Rugen. Van provistos de los aparatos de radar más perfeccionados. Estos aparatos son todavía raros en esta época, y están repartidos en los puntos neurálgicos de la defensa alemana. Pero las observaciones que van a realizarse en la isla de Rugen son consideradas, por el alto Estado Mayor de Marina, como de importancia capital para la ofensiva que Hitler se apresta a desencadenar en todos los frentes. No bien hubieron llegado, el doctor Fisher apuntó los aparatos al cielo, en un ángulo de cuarenta y nueve grados Salta a la vista que nada hay que detectar en la dirección elegida. Los otros miembros de la expedición creen que se trata de un ensayo. Ignoran lo que se espera de ellos. Más tarde les será revelado el objeto de la expedición. Desconcertados, comprueban que los aparatos siguen apuntando en la misma dirección durante muchos días. Entonces se les da esta explicación: El Führer tiene buenas razones para creer que la Tierra no es convexa, sino cóncava. No habitamos en el exterior del Globo, sino en su interior. Nuestra posición es comparable a la de las moscas que andan por el interior de una esfera. El objeto de la expedición es demostrar científicament e esta verdad. Gracias a la reflexión de las ondas del radar, que se propagan en línea recta, se obtendrán imágenes de puntos extraordinariamente alejados en el interior de la esfera. El segundo objeto de la expedición es obtener, por reflexión, imágenes de la flota inglesa anclada en Scapaflow”

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Año: 2007 País: USA Objetivo: Tierra Hueca Se anuncia por enésima vez una expedición a la tierra hueca, que por diversos problemas en especial de índole económico, es aplazada año a año. La idea parte de un grupo de exploradores norteamericanos, en su mayoría practicantes mormones, quiénes creen que la famosa tribu perdida de Israel reside en las entrañas del Polo Norte, donde mora el Rey del Mundo, representante de Dios en la Tierra. Esta idea toma como fuente primaria, además de los pasajes bíblicos, un libro que se conoció a principios del siglo XX, Smoky God. Un viaje al interior de la tierra, relato de Olaf Jansen, pescador noruego que junto a su padre pasó dos años en esas tierras desconocidas. Por medio de un rompehielos ruso, el Yamal, esperan arribar a ese lugar mítico y comprobar su tesis. Los pasajeros que quieran participar deberán abonar la módica suma de veinte mil dólares, un costo menor si se piensa en los beneficios. ¿Por qué una idea que en 1942 no tuvo un final feliz, como después veremos, es retomada 65 años más tarde? ¿Hastío de la modernidad? ¿Fastidio con la ciencia que niega su existencia? ¿Es realmente la Tierra Hueca y su secreto es escondido por las potencias? ¿O es que tal vez nuestros libros están caducos y necesitamos fabricar nuevas respuestas? La Tierra no es hueca, dicen los especialistas, pero si no lo es, ¿por qué algunos no creen? En la historia de la Humanidad siempre existieron inconformistas, individuos que se negaron a aceptar hechos incuestionables y propusieron nuevos caminos. Algunos se adelantaron a su tiempo, otros sucumbieron ante los cambios, no se adaptaron. Pero hubo un tercer grupo que se decidió a resistir y alzó su bandera en contra de las posturas vigentes. ¿Es este el caso de los sostenedores de la teoría de la Tierra Hueca? Después de leer el próximo informe, el lector decidirá.

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JOHN CLEVES SYMMES Un rebelde en la corte de las Trece Colonias Remontémonos a 1823. Ese año “el representante de Kent ucky, Richard Johnson que llegaría a ser vicepresidente de los Estados Unidos, se levantó en la Cámara, para presentar, respetuosamente una instancia en la que se pedía que el Congreso costeara una expedición al centro de la Tierra; y, al instante, volvió a imperar el bullicio en la asamblea”. Aunque la moción sonara a broma, ya llevaba cinco años dando vueltas por el territorio norteamericano. El impulsor de la propuesta era un capitán retirado, John Cleves Symmes, que combatió a los británicos en la Guerra de la Independencia. “Yo declaro que la tierra está vacía y que su interior es habitable; que contiene un cierto número de esferas concéntricas, sólidas, una dentro de la otra, y que tiene una abertura de doce a dieciséis grados en el polo. Empeño mi vida en apoyo de esta verdad y estoy dispuesto a explorar el hueco, si el mundo quiere sostenerme y ayudarme en tal empresa. John Cleves Symmes, de Ohio, antiguo capitán de infantería. Tengo preparado para la prensa, un tratado sobre los principios de la materia, donde doy pruebas de la proposición anterior, explico varios fenómenos y revelo el “secreto dorado” del doctor Darwin. Mis condiciones son el patrocinio de esto, y el nuevo mundo lo ofrezco a mi esposa y sus diez hijos. Elijo como protectores, al doctor S.L. Mitchel, a Sir H. Davy y al barón Alexander von Humboldt. Invito a un centenar de bravos compañeros, bien equipados, a partir desde Siberia, en la estación otoñal, con renos y trineos, para avanzar en la superficie del mar helado; doy mi palabra de que encontraremos una cálida y rica tierra, llena de florecientes vegetales, y de animales, si es que no hay hombres, al llegar, un grado hacia el norte de latitud 82; regresaremos durante la primavera siguiente. J. C. S”. Cuando Symmes escribe ese panfleto apasionado en defensa de la Tierra Hueca, ya se encuentra retirado de sus actividades militares, disfrutando de una apacible vida hogareña que por lo visto lo aburría. Ni los diez vástagos que tenía a su cargo, ni al parecer su esposa lograban aplacar el espíritu del indómito capitán, que invirtió sus últimos años en tratar de interesar a sus compatriotas acerca de este tema. Su creencia en la posibilidad de oquedades polares comenzó con la compra de un telescopio para observar los planetas. “Estudiaba mapas y dibujos de Saturno, y llegó a la conclusión de que el hecho de que haya anillos alrededor de aquel astro, establece que el principio de las esferas concéntricas, o de los planetas huecos, existe realmente. Juzgó que Isaac Newton había incurrido en un error, y que una atmósfera llena de un elástico fluido aéreo o de unas esferas de éter, huecas, microscópicamente invisibles, explican la gravedad: El fluido aéreo crea, en vez de una fuerza arrastrante, una impelente, que es principio real de la gravedad. Opinó también que la materia informe tomaba, en rotación, la forma esférica, y por consiguiente, una masa nebulosa en rotación, como lo era nuestra tierra durante su proceso formativo, no

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asumiría la forma de una esfera sólida, sino, más bien, la de esfera hueca”. Para sustentar esta visión se adentró en cierto tipo de lectura esbozada por algunos autores partidarios de su querida teoría. Estudió a Burnet “que creía que la tierra había sido, anteriormente, un pequeño núcleo, cubierto de petróleo, al cual se había adherido el fluido de la atmósfera, formando así la corteza terrestre. Otros escritos fueron los de Woodward “que afirmaba, que la tierra está formada por distintos estratos, dispuestos en lechos concéntricos, como las capas de una cebolla”. De Whiston extrajo “que la tierra había sido originada por un cometa, y que en el cometa se formado un abismo líquido, el cual había sido cubierto después por una corteza, de modo que, en su aspecto final, la tierra se parecía a la yema, a la clara y a la cáscara de huevo”. Aunque estos autores colmaban sus expectativas, Symmes indagó aún más en el pasado y encontró que en 1692, el famoso astrónomo Edmund Halley, descubridor del cometa que lleva su nombre, esbozó “que debajo de la corteza terráquea había un vacío, dentro del cual giraban tres planetas del tamaño de Venus, Marte y Mercurio. Halley no estuvo solo ya que poco después el famoso matemático alemán Leonard Euler agregó a las observaciones del británico una pequeña modificación unificó los tres pla netas en uno solo, “al cual dio luz de día y una avanzada próspera civilización”. Esta corriente sería seguida por Cotton Mather “habló de un universo interior” y “dos décadas más tarde, el barón Holberg escribió una novela en la cual el protagonista caía dentro de la tierra, para descubrir allí un sol y un sistema solar, y convertirse él mismo, durante tres días, en un satélite girante”. Uno de los últimos científicos en unirse a Halley y Euler fue el escocés Sir John Leslie “célebre por sus investigaciones sobre la radiación, especuló acerca de una tierra hueca, provista de dos resplandecientes planetas, semejantes al sol, llamados Proserpina y Plutón”. Symmes carecía del don de la oratoria, pero recorrió el país brindando algunas Conferencias ante un público ávido por novedades. En 1820 se dio a conocer “Symzonia: un viaje de exploración”, que fue editado por la casa editora J. Seymour (New York) y firmada por un tal Adam Seaborn. “Esta divertida obra de ciencia ficción era una parodia de Symmes, de su hipótesis, y de su expedición en proyecto. En el relato, el autor, en prime ra persona, inspirado por Symmes, prepara una exploración de las regiones polares, con el pretexto de cazar focas. Al acercarse al lugar donde se encuentra el “gélido cerco” que conduce al mundo interior, la tripulación descubre en una isla, los huesos de un monstruo. Antes que la dotación pueda amotinarse, el capitán deja que su buque de vapor sea rápidamente arrastrado, por fuertes corrientes, hacia el sur. No tardan en hallarse dentro de la tierra. Symzonia. En su metrópoli, el capitán y sus hombres dan con una raza albina de seres humanos, vestidos con ropas blancas como la nieve, y que hablan un musical lenguaje. Symzonia, iluminada por dos soles y dos lunas, es una utopía socialista. El pueblo albino, regido, por un individuo superior, vive prósperamente, posee oro y dispone de avanzados inventos, tales como dirigibles armados con lanzallamas que arrojan gas encendido a una distancia de un kilómetro y más. Celosos por mantener su régimen, los symzonianos obligan al capitán y a su equipaje a que regresen al mundo exterior, más

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avaricioso”. Muchos consideran que tras la fachada de Adam Seaborn se esconde la pluma del mismo Symmes. ¿Ridiculizándose así mismo? ¿No será tal vez que debemos pensar en un verdadero ataque lanzado por algunos detractores que despreciaban sus teorías? Salvo que el capitán tuviera un sentido del humor a toda prueba, eso haría que los rumores que lo describen como un hombre de mal genio “que se encendía rápidamente en presencia de una situación ridícula, y que su falta de paciencia no le permitía coordinar, de una manera ordenada y minuciosa, sus radicales ideas”, no tuvieran ningún fundamento. ¿O sí? 1 Uno rico empresario James MacBride se convirtió en su “padrino y colaborador”, quién adaptó sus investigaciones en un libro Symmes’ Theory of Concentric Spheres (1826) donde se podía leer: “según el capitán Symmens, el planeta que ha sido denominado Tierra está compuesto, como mínimo, de cinco esferas concéntricas, huecas, con espacios intermedios, y una atmósfera alrededor de cada una; y son habitables, tanto en la superficie cóncava, como en la convexa. Cada una de estas esferas tiene amplias aberturas en sus respectivos polos. Aunque la ubicación particular de los lugares donde se cree que existen las aberturas polares, puede que no haya sido averiguada con absoluta certidumbre, se considera, no obstante que la misma es aproximadamente correcta; su situación ha sido conjeturada por apariencias que existen en aquellos lugares; tales que como un círculo o zona que rodea al globo y en la cual no crecen árboles ni otra vegetación (excepto musgo); las mareas del océano corren en diferentes direcciones y que, al parecer se reúnen; la existencia de volcanes; las hinchazones del fondo, en el mar, que son más frecuentes, la aurora boreal que asoma hacia el lado sur”. El retirado capitán se convirtió con el tiempo en un personaje peculiar que provocaba sonrisas por lo bajo, defensores a ultranza y enojosos intelectuales que desde su irrupción en escena con la idea de una Tierra Hueca no dejaban de criticarle. Eso explica porque en vida jamás alcanzó los fondos necesarios para llevar a cabo una expedición, falleciendo a la edad de 42 años (1828) sin lograr su objetivo. Pero su bandera fue izada por otros. Tan solo un año después de su partida uno de sus más fervientes discípulo Jeremiah Reynolds logró convencer a un rico empresario Watson, que a diferencia de Mac Bride que apadrinó a Symmes creyó en la existencia de una Tierra Hueca, y decidió financiar de una vez por todas el excéntrico viaje al Polo Sur. Se contrataron dos navíos el Annawan y el Serpa. Pero la aventura casi termina en tragedia. “Los navíos efectuaron el desembarco a los 82 grados de latitud sur, pero el grupo que saltó a tierra se extravió y fue salvado, en el instante preciso, de la muerte por inanición. Después la tripulación amotinada obligó a que los buques pusieran proa a la patria; se pertrecharon en las costas de Chile, desembarcaron a Reynolds, y siguieron adelante, para buscar, en la piratería, descubrimientos más provechosos”.

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Se cree que el verdadero autor es (1764-1835) Nathaniel Ames.

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Pronto las ideas de Symmes tomarían otra dimensión y sobrevivirían de mano de algunos de las mentes literarias más vivaces de su tiempo, que explotarían el tema hasta el hartazgo. Edgard Allan Poe fue uno de los primeros en tomar la posta. “El manuscrito en la botella”, “La incomparable aventura de un tal Hans Pfall” y “Las Aventuras Gordon Pym” son una buena muestra. En 1864 el escritor francés Julio Verne dedicaría una de sus mejores novelas al género, “Viaje al centro de la Tierra”, la única profecía verniana que sus cultores dicen aún no se cumplió. A esa le seguiría la “Esfinge de los Hielos”. Otro escritor maldito, Lovecraft legaría “Las Montañas de la Locura”. Edgard Rice Burroughs, creador de Tarzán, imaginó en su novela “En el centro de la Tierra a Pellucidar”, un continente perdido en el interior del planeta con acceso por el Polo Norte. En 1868 se da a conocer “Un globo hueco”, del profesor W.F. Lyons, que retomaba la idea de Symmes aunque desconociendo su nombre de las obras consultadas característica que muchos autores imitarían. Consciente de tal omisión Americus Vespucius Symmes, uno de los diez hijos del desaparecido militar publica (1878) “Teoría de las esferas concéntricas de Symmes, que demuestra que la tierra es hueca, su interior habitable, y con espaciosas aberturas en los polos”. “Esta colección fue publicada por Bradley and Gilbert, de Louisville. Aunque Américo acredito a su padre como autor absoluto del texto, e hizo constar que él era únicamente un compilador, en realidad compuso una colaboración original para el volumen. Symmes había afirmado que bajo la tierra existía una civilización. Americus no fue capaz de resistirse a dar más detalles. Esta civilización, dijo, no era otra que la de las diez tribus perdidas de Israel, que habían sido localizadas por otros en zonas tan distantes como México y la Atlántida”. Con el comienzo del Siglo XX, el legado de Symmes cruzaría los océanos y ganaría partidarios, que esparcirían el evangelio de la Tierra Hueca por todo el mundo.

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REED, EMERSON, GARDNER Y OTROS ¡La Tierra es Hueca, Hueca, Hueca! Uno de los primeros evangelistas en retomar las teorías de Symmes fue William Reed, que en 1906 publicó “El fantasma de los Polos”. Plagado de referencias científicas, y nutrido de una amplia bibliografía con especial énfasis en los trabajos publicados por los exploradores del Ártico, el libro alcanzó la categoría de culto entre los seguidores de la Tierra Hueca, y se convirtió en un material de referencia obligatorio para los demás estudiosos del tema. Escribiría Reed “la tierra es hueca o no es ¿Qué pruebas hay de que no sea hueca? Absolutamente nada lógico y pormenorizado. Por el contrario: todo lleva a creer que es hueca. Si lo es realmente y si en su interior hay volcanes en actividad, ¿no deberíamos divisar grandes resplandores reflejados en los témpanos y en las nubes, así como otros grandes fuegos reflejan la luz? ¿No tendríamos que ver grandes nubes de humos y de polvo, análogamente a lo que sucede con otros volcanes en actividad? Es precisamente eso lo que han testimoniado todos los exploradores: nubes oscuras y bajas que afloran en el mar o que flanquean los témpanos”. // “Si la Tierra fuera hueca ¿una vez que se ha penetrado en la abertura polar no debería hacer más calor en invierno y más fresco en verano? Son los exploradores árticos quiénes afirman que el viento del norte, en invierno, hace subir la temperatura, en tanto que al sur se mantiene más baja. En verano, en cambio, el viento del sur hace subir la temperatura, que el norte se mantiene más alta. Exactamente, lo que ocurriría si los vientos procedieran del interior de la Tierra. Además, si la Tierra es hueca, no puede ser redonda, ya que la abertura proporcionalmente a su propia extensión, le restaría parte de su redondez. De cualquier modo, todos concuerdan en que la Tierra es achatada en los polos. Además se torna más templada cuando se va hacia el norte o el sur ¿Se trata de esto? No hay sino una respuesta: que la Tierra es hueca, más cálida en su interior que en el exterior. El viento que sopla en verano entibia la atmósfera a medida que uno se aproxima al norte. Si la Tierra fuera sólida, ni la ciencia ni la razón podrían proporcionar una explicación racional del mayor calor existente más al norte. Todas las teorías conocidas se oponen a tal conclusión. Cuanto más pronto se adopte la teoría según la cual la Tierra es hueca, tanto más pronto

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se resolverán las cuestiones más complicada, el espíritu se gratificará con ese inmenso placer que representa el triunfo de la razón”. Además de este pensamiento Reed proponía doce preguntas en el “Fantasma de los Polos”, que reafirmaban su posición, algunas de las cuales versaban sobre: § § § § § § §

· Ausencia de sol durante los largos inviernos árticos · Funcionamiento anormal de la brújula en el extremo Norte · Superación del anillo que delimita la abertura polar e ingreso en el interior de la Tierra · Rocas en los témp anos, nieve de color, polen y polvo en el extremo Norte · Mar abierto en el extremo Norte · ¿Por qué hace más calor cerca de los Polos? · ¿Cuál es la causa de la coloración de las nieves del Ártico?

Dos años más tarde vería la luz (1908) “El Dios humeante o un viaje al interior de la Tierra” de Willis George Emerson. Relato en formato novela, el escritor afirmaba que basaba su historia en un hecho real acaecido en 1829 protagonizado por un pescador noruego, Olaf Jansen, que junto a su padre lograron penetrar en tierras desconocidas del Polo Norte. Según narra Emerson, Jansen le legó un manuscrito y mapas de su aventura polar, poco antes de morir. Allí se afirma que en esa cavidad intraterrena habitan gigantes vegetarianos con edades de entre 400 a 800 años. En su interior hay un sol brumoso y la relación agua tierra es lo contrario a la existente en la superficie como si se tratase de una negativo de nuestro propio mundo “Poseen un altísimo nivel científico. Están en condiciones de trasmitirse unos a otros el pensamiento, utilizando un cierto tipo de radiaciones; además, disponen de fuentes de energía más potente que la electricidad”. Su lenguaje se parece al sánscrito, y se trasladan de una ciudad a otra en un tren tipo monoraíl, que funciona con volante antigravitacional. Los gigantes serían descendientes de las 10 tribus perdidas de Israel, y vivirían en Jehu. En otras de sus ciudades, Edén, residiría el rey del mundo, cuya capital es Shamballah. El libro de Emerson inspiraría posteriores descripciones del mundo intrataterreno, y marcaría el modelo a seguir. Su fascinante combinación de tecnología de avanzada con misticismo religioso sería continuada por varias autores. En 1913 aparece el libro de Marshall B. Gardner 2 , “Viaje al Centro de la Tierra o ¿Los polos 2

En el momento de la publicación de su libro Gardner trabajaba como empleado en una compañía corsetera de Illinois y se costeó su propia impresión.

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han sido realmente descubiertos? “Retomando el camino trazado por Reed, el trabajo de Gardner resumía “veinte años de investigaciones basados en los informes de los exploradores árticos y en las observaciones astronómicas”. Aunque los escritos presentados se volvían más complejos, con el objeto de ganar más adeptos a la causa de la Tierra Hueca, la idea central de Symmes perduraba por más que se la intentara ridiculizar. Gardner “consideraba a su predecesor como un mero chiflado” // “y despreciaba los planetas internos de Symmes”. Sin embargo su inmenso tratado de casi cuatrocientas cincuenta páginas no escapaba a la visión general vaticinada por Symmes, que Gardner también reproducía pero en mayor escala. Decía: “que la Tierra es una conchilla vacía cuya corteza externa tiene un espesor aproximado de 800 millas y cuya abertura polar mide alrededor de 1.400 millas de diámetro. Afirma que los mamuts proceden del interior de la Tierra, donde viven aún, y que los animales gigantescos hallados en la región polar no pertenecen a especies extinguidas en la prehistoria sino existentes todavía: quedaron congelados en el momento de pasar por la abertura polar. Siempre en apoyo de su teoría de que la Tierra es hueca y posee un sol central3 , Gardner destaca que los pájaros y los animales, en invierno, emigran hacia el norte, para hallar una temperatura más templada. Agrega asimismo, que a medida que los exploradores se aventuran hacia el polo norte el clima se torna más cálido, en particular una vez superado el paralelo de 80º. Los vientos procedentes del extremo norte tornan el aire más tibio. Por la misma causa, las aguas del mar, siempre en el extremo norte, en vez de estar congeladas, se mantienen líquidas. Gardner se ocupa más adelante del polen rojo hallado en los témpanos y ventisqueros, como así también de los detritos vegetales arrastrados por las corrientes tibias procedentes del norte”. Los escritos de Gardner así como los de Reed, profesaban un acercamiento científico del tema; no obstante solo hipotetizan a bases de las observaciones realizadas, y evitan pronunciarse sobre una futura exploración que comprobara sus teorías. Sin embargo sus trabajos dejarían una profunda huella y grandes interrogantes, que alimentarían las ansias por buscar esas tierras más allá de los Polos. Con el advenimiento del Nazismo, la teoría de la Tierra Hueca tomaría un nuevo giro, inscribiéndose en las páginas de historia como uno de los sucesos más insólitos registrado durante la Segunda Guerra Mundial

3 “La más elevada temperatura existente en la zona de orificio polar y la aurora boreal se explican, según Gardner, por la fuente de calor constituida por ese sol; Reed, en cambio atribuía dicho fenómenos a las erupciones volcánicas. Un sol central fuente de calor y de luz, torna posible la existencia de vida humana en el interior de la Tierra. También Reed creía en esta vida, peso a que no lograba explicar un solo central como fuente de aque lla luz, sin la cual la vida sería imposible. Gardner se remite también a los datos de la observación astronómica para demostrar que no sólo la Tierra sino también todos los demás planetas son huecos en el interior y poseen un solo central. Gardner vincula estas características con la formación originaria de los planetas”.

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RADARES APUNTANDO A LA NADA Cuando los nazis negaron la redondez de la Tierra ¿Qué lleva a un país como Alemania, a interesarse por la teoría de la Tierra Hueca en medio de los avatares de la Segunda Guerra Mundial? ¿Una escapada ante tanto horror? ¿O para satisfacer una ciencia propia, que buscaba diferenciarse del materialismo racionalista imperante en esos días al que despreciaban? Tal vez los sabios alemanes estaban en posesión de secretos ignorados por la gran masa restante, en especial la de sus enemigos, y es por eso que pudieron convencer a los grandes Jerarcas de su partido que financiaran la expedición a la Isla Báltica de Rugen, que como sabemos culminó en fracaso. Es probable que mucha de la literatura bibliográfica antes mencionada sobre la Tierra Hueca influenciara en gran medida a los inquietos alemanes que se lanzaron a la aventura. Pero nuestro estudio revela otros escritos, fuentes no menos importantes y que fueron utilizados como modelos para dar validez a su loca teoría. La elección nazi recayó en un escritor de origen norteamericano, Cyrus Read Teed, un descarriado alquimista que seducido por la doctrina de la Tierra Hueca, retomaría una vez más la cruzada iniciada por Symmes. Cyrus Read Teed nació en 1839 en el estado de Nueva York. Durante su juventud fue integrante de los cuerpos médicos del ejército norteamericano. “Teed era un espíritu de gran erudición, especializado en el estudio de la literatura alquimista. Un día de 1869 mientras trabaja en su laboratorio manipulando electricidad sufrió un shock y se desmayó. Durante ese período de inconsciencia fue preso de una visión divina, “un ángel con aspecto de bella mujer”, diría, le reveló “una nueva conciencia espiritual”. Según Teed él era un Mesías “reencarnado, y su misión consistía en reunir a los 144 mil creyentes que con él esperarían confiados el Juicio Final”. Cyrus se convirtió en Koresh, su equivalente en hebreo y de inmediato fundó el Movimiento de Unidad de Koreshan4 . Sus intereses científicos también sufrieron una mutación, ya que muy pronto pasó a proclamar que “la auténtica cosmogonía consiste en el hecho de la que tierra es una esfera vacía dentro de

4 El Movimiento de Unidad Koreshan tuvo una gran cantidad de seguidores. En 1874 estableció en Estero, Florida (USA), la colonia Nueva Jerusalén. La comuna contaba con panadería propia, imprenta, y trabajaban en la construcción de viviendas para la región. Además de la creencia en la Tierra Hueca, eran partidarios de la reencarnación, inmortalidad, celibato y comunismo. Su gran auge fue entre los años 1903 hasta 1908.

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lacual está contenido el universo 5 ”. Su nuevo discurso dio paso a (1905) “Cosmogonía Celular o la Tierra una esfera cóncava”, una extensa obra donde se leía que para Teed “los seres humanos viven por dentro del planeta, no en el exterior. La gravedad ahí no existe, y los humanos son contenidos en el lugar debido a la fuerza centrífuga. El sol es un aparato a pilas gigantesco, y las estrellas meras refracciones de su luz”. Regularmente Teed editaba La Espada de Fuego, una especie de boletín que se distribuía entre sus partidarios. Su movimiento llegó a contar con 4.000 miembros. Koresh predicaba la Reencarnación y anunció que volvería de la muerte. Una vez que se produjo su fallecimiento en 1908 sus seguidores no lo enterraron, sino que dejaron su cuerpo reposara en una tiña de baño, pensando que no se descompondría. “Después de varios días, funcionarios locales de salud forzaron a sus acólitos a darle sepultura”. Aunq ue Koresh no pudo cumplir su promesa de resucitar en vida, sus ideas sobrevivirían a la corrupción de la carne, y harían mella en la belicosa Alemania de la Segunda Guerra.

Veamos. Cuenta la historia que “al terminar la guerra de 1914, un joven aviador alemán, prisionero en Francia, Peter Bender, descubre unos viejos ejemplares del periódico de Teed, “La Espada de Fuego”, así como unos folletos de propaganda de la Tierra Hueca. Atraído por este culto e inspirado a su vez, concreta y desarrolla esta doctrina. De vuelta en Alemania, funda un movimiento, el Hohl Welt Lehre”. Además de Teed, Bender recurre al enciclopédico trabajo de Marshall Gardner. Tiempo después el renovado e inspirado piloto enuncia: “la Tierra es una esfera de la misma dimensión que en la geografía ortodoxa, pero es hueca y la vida se halla adherida a la superficie interna por efectos de ciertas radiaciones solares. Más allá, se extiende la roca hasta el infinito. La capa de aire, en el interior, tiene un grosor de sesenta kilómetros; después se enrarece hasta el vacío absoluto del centro, donde se encuentran tres cuerpos: el Sol, la Luna y el Universo fantasma. Este Universo fantasma es una bola de gas azulado, en el cual brillan unos granos de luz que los astrónomos llaman estrellas. Cuando esta masa azul pasa por delante del Sol, cae la noche sobre una parte de la concavidad terrestre, y la sombra de aquella masa sobre la Luna produce los eclipses. Creemos en un Universo exterior, situado encima de nosotros, porque los rayos luminosos no se propagan en línea recta: son curvos, a excepción de los infrarrojos”.

5 Según Teed una de sus fuentes para esta nueva concepción eran los pasajes del profeta Isaías, capítulo cuarenta versículo doce, donde se aludía a una nueva cosmogonía celular “la Tierra es la superficie de una esfera rocosa infinita”.

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Los nazis abrazaron los trabajos de Peter Bender, a los que siguieron escritos de Johannes Lang, Karl Neupert y Fritz Braun. Durante los años 30’ la teoría de la Tierra Hueca fue tema que apasionó a cierta cúpula del partido nacionalista y que con el ascenso al poder pasó a engrosar una de las tesis que desafiaban la lógica reinante, y como una manera de contradecir a Einstein, a quién despreciaban por su condición de judío y quién debió emigrar a EE.UU.

Tanto entusiasmo generó la idea de Bender, que tres años antes de finalizar el conflicto con los aliados, Alemania envió una expedición a la Isla de Rutgen, pormenores citados al comienzo de nuestro informe. Heinz Fisher uno de los científicos que participó del fallido experimento, y que luego trabajaría con los americanos relató que “los nazis me hacían realizar un trabajo de locos, lo que entorpecía considerablemente mis investigaciones”. Un astrónomo del observatorio de Monte Palomar Gerard S. Kuiper escribía en “Popular Astronomy ” que “en ciertos medios importantes de la Marina y de la Aviación alemanas, creían en la teoría de la Tierra cóncava. Pensaban que les resultaría particularmente útil para señalar la posición de la flota inglesa, y que la curvatura cóncava de la tierra, permitiría observaciones a gran distancia por medio de los rayos infrarrojos, menos curvados que los rayos visibles”. Con la operación fracasada en Rutgen, el entusiasmo inicial demostrado hacia la causa de la Tierra Hueca se abandonó, siendo reemplazado por un creciente malhumor que creció hasta convertirse en venganza. “La autoridad de Bender, a los ojos de los dignatarios nazis, decreció a pesar de la protección de Goering que sentía afecto por el antiguo héroe de la aviación” // “Bender fue arrojado a un campo de concentración, donde murió. La Tierra cóncava tuvo así a su mártir”. Hans Hörbiger (1860-1931) 6 fue otro de los impulsores de la Tierra Hueca. “Algunos de sus seguidores formaban parte de grupos de aficionados a los cohetes que lanzaban sus ingenios en las afueras de las grandes ciudades. Sus ideas habían calado tan hondo que a finales de ese año la Sociedad para Vuelos Espaciales —en Berlín— decidió comprobar una de sus insólitas teorías: la de la Tierra hueca. Según esta hipótesis la superficie de la Tierra se encuentra en el perímetro interior de una esfera hueca, el Sol está situado en el centro de la cavidad y la tierra se extiende infinitamente por debajo de nuestros pies en todas direcciones. Sería algo así como imaginarse el mundo al revés.

6 Se creía un nuevo Copérnico, y fue el creador de una teoría denominada Hielo Eterno o Cósmico (Wel Welteislehre) una especie de nueva cosmogonía glaciar, que intentaba explicar el funcionamiento del Universo, en contradicción con las tesis oficiales.

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Se eligió la ciudad de Magdeburgo para realizar la experiencia. Se lanzarían los dos cohetes que en ese momento tenían disponibles con la esperanza de que alguno de ellos ascendiera verticalmente hasta llegar a las antípodas de nuestro planeta. Increíble pero cierto. El primer cohete se elevó tímidamente por encima del cobertor de hierro que parapetaba toda la estructura de lanzamiento, y poco más hizo que detenerse y caer al suelo. La segunda tentativa fue más prometedora; el cohete se elevó con mayor brío alcanzando unos metros hasta que se desvió y comenzó a volar vertiginosamente en horizontal sobre los atónitos testigos, que vieron cómo caía en un labradío cercano. El disparatado experimento había concluido y la errónea teoría de Horbiger quedaba sin demostración”. En la redacción de este Capítulo no podemos dejar de mencionar, que dentro de la cúpula nazi funcionaba “La Sociedad de estudios para la antigua historia del espíritu (Deutsche Ahnenerbe)” mejor conocida como la “Herencia de los Ancestros”, que también se interesó por el tema de la Tierra Hueca. Una de sus ramificaciones más famosa fue “Sol Negro”, que tuvo como objetivos “buscar las entradas al mundo subterráneo y poner en marcha proyectos secretos en cuanto a tecnología de avanzada”. Pero de este tema invitamos al lector a remitirse a nuestros anteriores trabajos que consignamos en la bibliografía final. Antes de concluir, se hace necesario hablar de dos autores literarios que también tuvieron una influencia capital en el desarrollo de la teoría nazi sobre la Tierra Hueca. Hablamos de Bulwer Lytton.

Edward Bulwer Lytton (1803-1873), fue uno de los escritores ingleses más reconocidos en la época victorina, que alcanzó fama con (1834) “Los últimos Días de Pompeya”. Fue integrante de dos famosas escuelas esotéricas, Rosacruces y Golden Dawn, que fueron de gran influencia en su literatura posterior. Uno de esos legados sería (1870) “La Raza Futura”7 o mejor conocida como “Vril: el poder de la raza venidera”.

7 Una versión que circula sobre este libro da cuenta que Lytton “se hallaba realizando una especie de retiro meditativo en una localidad de los Alpes italianos -cerca de Bérgamo- en el año 1842. Un día de verano un seis de julio, se encontró con uno de estos extraños seres humanos del subsuelo. Mantuvieron una cierta comunicación telepática, y ella ante los ojos asombrados del escritor, este ser le trasmitió detalles e información de cómo era su sociedad inmersa en las grutas montañosas. Luego se despidieron. Bulwer Lytton nunca se introdujo en esas grutas ni conoció personalmente esa cultura y civilización, pero le sirvió de inspiración”. ¿Cuento o realidad?

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El libro cuenta la historia de un norteamericano, de nombre anónimo “que en un año no especificado de principios del siglo XIX llega a Inglaterra y es conducido a una excursión por unas minas; allí se entera de una leyenda según la cual uno de los túneles conduce a unos misterioso mundo subterráneo”. // “El protagonista descubre la existencia de una civilización desconocida, la Vril-Ya, en el subsuelo profundo de la tierra. Esta civilización está mecanizada y altamente desarrollada tecnológicamente. La sociedad es comunal, aunque desigual. Lo inquietante es que el elemento que crea el equilibrio de esas sociedad es un arma como un revólver llamada Vril. Para Lytton el Vril “puede ser utilizado para ampliar la conciencia de la mente y permitir la transferencia de pensamiento de una persona a otra por medio del trance o visión. Dice que este líquido que en todo penetra, es el mayor poder sobre todas las formas de la materia, ya sea esta animada o inanimada. Puede destruir con la velocidad del rayo y se la puede disciplinar; aplicad o de modo diferente es capaz de vigorizar o recuperar la vida, curar y conservar. Al narrador le dicen que la fuerza puede utilizarse para cortar el diamante así como dirigirla para destruir el enemigo. Le enseñan una vara que regula el Vril y aprende que el fuego alojado en el hueco de la vara dirigida por un niño podría echar abajo la fortaleza más poderosa y abrirse un camino ardiente desde la vanguardia a la retaguardia en un campo de batalla. Otros usos del Vril son como fuente de propulsión para sus ingenios volantes, vehículos de tierra, mar y aire comunes en .los reinos subterráneos”. Los vril- Ya son una comuna vegetariana, de gran longevidad, y cuyo propósito final es invadir la raza de la superficie. Nuevamente encontramos en la Raza Futura elementos comunes e influencias similares. El narrador anónimo es de origen norteamericano, los Vril –Ya son vegetarianos y longevos, cuestiones todas que remiten al legado de Symmes. Quizás el gran mérito de Lytton fue la introducción del Vril, catalizador de origen eléctrico desconocido en nuestro mundo. Para entender este concepto hay que investigar las afiliaciones espirituales ya mencionadas del autor, tan en boga por esos días. En la Alemania de Hitler la Raza Futura originó la creación de “una sociedad oculta”, que se conoció como la Logia Luminosa o Vril. Según relatara Willy Ley “brillante científico de los fenómenos espaciales, que se encontraba en Berlín en aquel tiempo y que huyó de Alemania en 1933” // “los miembros de la Logia creían tener el conocimiento secreto de la fuerza Vril, y esperaban que ella les permitiera convertirse en los iguales de la raza escondida en el interior de la Tierra. Habían desarrollado métodos de concentración y un sistema total de gimnasia interna con la que podrían ser transformados”.Según Ley el poder Vril sería similar a la “energía inherente de nuestros cuerpos, de la que sólo utilizamos una diminuta proporción en nuestra vida diaria”.

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Para los sabios hindúes en cambio, la energía Vril 8 es la Kundalini, identificada como una serpiente enroscada que duerme en el hombre. “Es la fuerza microcósmica de energía universal; o dicho más simplemente, el gran almacén de energía estática y psíquica potencial que existe en forma latente en todo el ser. Es la manifestación más poderosa de fuerza creativa que hay en cuerpo humano”. La Kundalini “puede ser muy útil si se la emplea bien, pero extremadamente peligrosa, si se la despierta sin los debidos cuidados y atenciones”. Según “los documentos nazis capturados tras la caída del Tercer Reich indican que Hitler y sus partidarios lanzaron varias expediciones en búsqueda de una entrada al mundo interior. Geógrafos y científicos alemanes recibieron la orden de encontrar un túnel que condujera a los Vril-Ya (como se denominó entonces a ese pueblo oculto). Se revisaron los planes de minas alemanas, suizas e italianas para ubicar posibles pozos, e incluso Hitler ordenó a un coronel de inclinaciones intelectuales que investigara la vida de Lord Bulwer Lytton, con la esperanza de conocer donde, y cuando el autor había visitado el mundo de los Vril-Ya”.

8 “La idea de lo que es la fuerza Vril, es semejante a lo que imaginamos del corazón en nuestro cuerpo. El Vril semeja la cavidad del corazón, su fuerza oculta, considerada como centro del ser, como el interior del huevo del mundo. Y tiene por supuesto una relación muy directa con el culto de las cavernas de los antiguos habitantes de América”.

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EL EXTRAÑO PERIPLO DEL ALMIRANTE RICHARD E. BYRD

Después del fracaso nazi en su intento por comprobar la realidad de su existencia, la teoría de la Tierra Hueca entró en un cono de sombras. En un mundo que transitaba la Era Atómica, y se despertaba a duras penas de los horrores de la Segunda Guerra, la mención de la Tierra Hueca no parecía ofrecer más que vagas tesis sin sustento, siendo considerado un capítulo cerrado, y cuyo tópico se adecuaba mejor al terreno de la Ciencia Ficción. Pero en menos de dos años, la infame teoría volvió al ruedo, y lo hizo por la puerta grande, de la mano de un afamado Almirante nativo de EE.UU, que continuando con la tradición instaurada por Symmes casi un siglo antes, fue el promotor “involuntario” de su regreso. Antes de introducir al lector en el caso Byrd, debemos señalar que es a partir de aquí cuando la palabra conspiración asociada a la Tierra Hueca tiene lugar. En nuestra investigación de los hechos a exponer, encontramos desconcertantes pistas que apuntan en una sola dirección, la de manipular el asunto hasta lograr instalar en el público la falsa idea de un colosal ocultamiento gubernamental, que según dicen, se extendería hasta nuestros días. Una nueva mirada revela, que la tal mentada conspiración es producto de la complicidad de autores desencantados y proclives al sensacionalismo, entremezclados con oscuros personajes de afiliación nazi, donde para éstos un IV Reich aún es posible. Quizás si el protagonista de esta historia no contara con credenciales tan importantes, el asunto se hubiera catalogado como “simple rumor” y de lo más descabellado, pero como el hombre vinculado a los sucesos de la Antártida no era un hombre cualquiera, aquello que comenzó como “rumor” abandonó la categoría de chisme, para transformarse con los años en “una cuestión de estado”.

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Richard Evelyn Byrd, “nació en Winchester Virginia el 25 de octubre de 1888. Hijo de una familia de sólida raigambre sureña (era hijo del fundador de Richmond), Byrd estudió en la Universidad de Virginia para ingresar luego a la Academia Naval de los Estados Unidos, de la que egresó como guardiamarina a la edad de 24 años de edad. Aprendió a volar durante la Primera Guerra Mundial y se convirtió en un pionero de la aviación naval mundial. Su principal preocupación fue diseñar métodos para asegurar el vuelo sobre aguas abiertas, para la cual numerosos prototipos de instrumental, muchos de los cuales se siguen utilizando hoy día”. // “En 1925 se le confió el comando del equipo de vuelo de la famosa expedición ártica de MacMillian”. Un año después “Byrd y Floyd Bennet informado haber alcanzado el Polo Norte en su famoso vuelo transpolar 9 desde Spitzbergen”. A su regreso a Estados Unidos, luego de esta importante hazaña, Byrd recibió elogios, pero también críticas “le recriminaron, en particular, el regreso a la base antes de haber sobrevolado efectivamente el polo geográfico”. Evidencias posteriores darían por tierra con las afirmaciones iniciales de Byrd, ya que en realidad fue el noruego Roald Amundsen el primer explorador en llegar a destino.

“En 1927 atravesó el Océano Atlántico, desde Nueva Yory hasta llegar a La Mancha, a continuación del vuelo efectuado por Charles Lindbergh, unos días antes”. Para “1928 organizó su primera expedición antártica, instalando su base en las bahía de las ballenas y que llamó Little América”. Luego de recibir el título de Contralmirante en 1933 retornó a la Antártica estableciéndose durante “muchos meses en una estación metereológica ubicada en la plataforma de Ross. Decidió quedarse allí para evitar la llamada fiebre de los campamentos, queriendo estudiar las aureolas boreales y una serie de fenómenos metereológicos. Todo este período, transcurridos en la noche antártica a temperaturas que alcanzaron a menudo los 80º C bajo cero, lo describe en el libro “Alone”. Luego de esta experiencia en las soledades polares, la reputación de Byrd aumentó, y le fueron confiadas misiones cada vez más complejas, una de las cuales fue la Operación High Jump (1946-1947), de vital importancia para los intereses norteamericanos en la región. Se enviaron “4.700 hombres, embarcaciones y 15 aviones situados en el portaviones “Philippine Sea”. “El despliegue de tropas comenzó en el Mar de Ross –al sur de Nueva Zelandia - y llegó hasta el Polo Sur dividido en tres grupos” //”El grupo principal de reconocimiento aéreo magnético y fotográfico operó desde una pista continental construída para lanzar aviones DC3, adaptados para vuelos de largo alcance de relevamiento aerofotográfico”. 10

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El avión fokker trimotor bautizado”Josephine Ford.” Se tomaron 70.000 fotografías de la Antártida e islas adyacentes

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Para comprender la Operación High Jump necesitamos profundizar en las motivaciones políticas de los Estados Unidos, finalizada la Segunda Guerra Mundial. Los norteamericanos “carecían de títulos históricos al territorio antártico y no había presentado reclamaciones oficiales, absteniéndose de reconocer las reclamaciones, que habían hecho los otros países fueran éstas basadas en el descubrimiento, derechos coloniales o continuidades o contigüidad geográfica. Este país enfatizaba –inicialmente- la necesidad de tener ocupación efectiva del territorio aludido, sin siquiera poder cumplir con esos requisitos ellos mismos”. Se concentraron “en conocer más acertadamente los recursos y riquezas que encerraba el continente y fortalecer sus aspiraciones frente a las de otros países europeos y latinoamericanos. En cuanto a su relación con los países antárticos latinoamericanos, ella se basaba en los planteamientos de la Guerra Fría y la necesidad de defender el continente frente a la amenaza comunista.”. 11 Teniendo en cuenta este punto ya no resulta creíble pensar “que el propósito principal de la expedición es el adiestramiento de los hombres en temperaturas glaciares y determinar lo que pueden lograr los barcos, aeroplanos y equipos, incluyendo en efecto del disparo de las armas de fuego”, como declararon los miembros de High Jump ante los medios de comunicación. No existen dudas que el verdadero objetivo fue Geopolítico, ni más ni menos. Por eso no resulta extraño que el Almirante Byrd dijera a un diario 12 sudamericano: “no intento asustar a nadie, pero la amarga realidad es que, de ocurrir una nueva guerra, los Estados Unidos serán atacados por aviones que volaran sobre uno a ambos polos”. Una observación en concordancia con la época. 11 “En 1947, USA firmó un Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR), obligándose a defender el Hemisferio Occidental incluido el sector antártico- de intromisiones extra-continentales”. 12 Sobre este punto en un foro se menciona que “al leer el microfilm, del Mercurio (Diario de Chile) del 5 de Marzo de 1947 en la biblioteca nacional, el tema ufológico se esfuma, y también en grado menor el asunto de una misteriosa conspiración” // Lo real y verificable, es que Byrd no menciona objetos voladores (flying object), sino que Estados Undios podría ser atacada por aeronaves hostiles desde uno o ambos polos, es decir bajo un contexto de guerra fría Byrd profetiza en forma genial y responsable, la amenaza nuclerar sobre USA, que en el futuro próximo de 1947, sobre polo norte, representaría por parte de la fuerza aérea rusa con el bombardero radial, por ejemplo un avión cruzando el Pacífico sobre el buque Mount Olympus (difícil en 1947 pero no imposible). Uno de los participantes se pregunta “¿Por qué esa entrevista no apareció en otros diarios de Australia, USA o de otros países?”. http://extrados.mforos.com/1278849/3522088-fotografia-satelital-detecta-anomalia-en-la-antartica-highjump/?pag=2

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Finalizada la Operación High Jump, se sucederían otras expediciones hacia la Antártida, aunque sin alcanzar la magnitud de ésta última. La carrera militar de Byrd continuó brillando. Una de sus últimas intervenciones públicas fue en 1955 cuando comandó la Operación Big Freeze, que “estableció tres bases permanentes que aún existen y están habitadas: la Base Bahía de las Ballenas, la Base Mc Murdo Sound y la Base Admunsen-Scott en el Polo Sur. El Almirante Byrd “murió el 12 de marzo de 1957 a la edad de 68 años, y recibió durante su vida 22 condecoraciones, menciones y citaciones en despachos navales. Nueve de las condecoraciones fueron al coraje, y dos de ellas por salvar las vidas de otros. También se le dedicaron en vida tres desfiles en su honor. Entre las medallas recibidas por Byrd se encuentran la Medalla de Honor de la Marina, la Cruz de Servicio Distinguido (dos veces), la Medalla del Congreso al Rescate de Vidas, la Cruz de Vuelo Distinguido, la Legión al Mérito (dos veces) y la Gran Cruz Naval de los Estados Unidos”. Bien. El lector que sigue el hilo de esta historia, más allá de las curiosidades redactadas se estará preguntando ¿Cuál es la relación de la Antártida con la Tierra Hueca? Y segunda inquietud ¿Dónde encaja Byrd en este punto? Pónganse cómodos y verán. Todo comienza un año después del fallecimiento de Byrd. Un tal Francis Amadeo Giannini que se presenta como filósofo y científico, residente en Cambridge (Massachussets), da a conocer un trabajo de su autoría, (1959) “Mundos más allá de los Polos: Continuidad Física del Universo”. Según Giannini “los extremos norte y sur de la Tierra, desde el punto de vista físico, no representan límites. La Tierra no puede ser circunnavegada en el sentido estricto del término. La afirmación es válida aunque ciertos vuelos catalogados como vuelta al mundo hayan contribuido a difundir la errónea idea según la cual la Tierra puede ser circunnavegada al norte y al sur.”. Para Giannini los Polos continuarían en otras tierras y el Planeta mismo formaría parte de un Universo Paralelo a su vez enlazado con otro, una eterna continuidad sin fin. La creencia de Giannini se remonta a 1916, cuando siendo joven se perdió en un bosque de Nueva Inglaterra donde tuvo una visión. Guiado por una percepción extra sensorial el descubrió que la Tierra no era redonda y que en realidad los Polos no existían como tales, sólo son meras ilusiones diría. En sus comienzos no creía en la existencia de la Tierra Hueca, pero la “revelación” lo convenció. ¿Alguna semejanza con Cyrus Teed?

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Aunque recién pudo presentar su trabajo en 1959, Giannini no era un completo desconocido, ya que desde 1928 venía dando conferencias en Universidades de Estados Unidos, aunque sin obtener mucho eco acerca de sus ideas. Para que “Más Allá de los Polos” viera la luz debió disponer de fondos propios para la edición, ya que nadie se mostraba interesado en publicar su manuscrito. Podríamos pensar que estamos ante uno de los tantos libros hasta aquí reseñados, pero la particularidad de la obra de Giannini y que traza una diferenciación clara en cuanto a estudios anteriores, es que por primera vez presenta pruebas, “pruebas” que como el lector habrá adivinado, provienen del desaparecido Almirante Richard Evelyn Byrd. Giannini fundamenta su hipótesis en dos viajes enigmáticos realizado por Byrd, a las regiones polares. Asevera, que durante esas travesías se hizo uno de los mayores descubrimientos mundiale s, que fue silenciado por los Estados Unidos. Como primera fecha se toma el 19 de Febrero de 1947. 13 Según narra el escritor, Byrd se adentró 1.700 millas más allá del Polo Norte, 14 donde se topó con un territorio despejado de nieve, “compuesto por montañas, bosques, vegetación lujuriante, lagos y ríos. Refirió, además, haber vislumbrado, en medio de un boscaje, un animal semejante a uno de los mamuts hibernados por el Mar Glacial Ártico”. Para dar mayor verosimilitud a su historia, Giannini menciona un sup uesto radiomensaje que le trasmitiera a Byrd a través de la Oficina de Investigaciones de la marina estadounidense en New York en el cual le desea “éxito para su empresa”. Agrega, que “al mismo tiempo, el Almirante Byrd anunciaba por medio de la prensa: “Q uerría ver la tierra más allá del Polo. Esa tierra es el centro de la Gran Incógnita”. Durante esa misma época, un mes antes del “vuelo en cuestión, el autor, con la certeza 13 “Hay algunas personas que afirman haber visto un noticiario sobre dicha expedición al Polo Norte, en el que se veían “sus montañas, árboles, ríos y un gran animal identificado como mamut. Una mujer escribió a Ray Palmer acerca de este noticiario, asegurando que lo había visto en White Plañís, New Cork, en 1929”. Pero la fecha no coincide con el supuesto primer viaje de Byrd al Polo Norte. 14 Un vuelo que le insumió siete horas.

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de que Byrd habría efectivamente llegado más allá de ese punto imaginario que es el Polo Norte, habría vendido a una agencia internacional de prensa una serie de artículos sobre dicho asunto”. 15 Nueve años más tarde, el 13 de Enero de 1956, Byrd volvió a efectuar un viaje de “2.700 millas, partiendo de la base de Mc Murdo, 400 millas al oeste del Polo Sur”, donde penetró 2.300 millas en una tierra que se extiende más allá del Polo”, según manifestara luego. Habría dicho: “Nuestra expedición ha encontrado un gran territorio nuevo”. 16 Como si fuera poco Giannini cita además de Byrd, a otro descubridor, el capitán George Hubert Wilkins (1888-1958), un explorador polar y aviador australiano, quién en diciembre 12 de 1929 habría avistado “esas tierras desconocidas”, durante su estancia en el Polo Sur. 17 Si se esperaba que Más Allá de los Polos causara algún revuelo, eso no aconteció, el libro pareció condenado de entrada y nadie le prestó mayor atención; pero cuando ya se esperaba un certificado de defunción, sucedió el milagro, la providencia apareció y se encarnó en la figura de Ray Palmer. Nativo de Winsconsin, Ray Palmer (1910-1977), fue desde su juventud un fanático confeso de la literatura de Ciencia Ficción. Durante su infancia sufrió un accidente que derivó en una operación de su médula espinal, dando como resultado una disminución en su estatura. Debido a esta particularidad, con el tiempo se lo reconocería como el gnomo de las “pulp fiction”. Su dedicación al género lo llevaría a dirigir una de las publicaciones más populares de la década del 30’, “Amazing Stories”, que bajo su tutela alcanzaría un gran éxito. Para comprender el interés de Palmer en la obra de Giannini hay que referirse a Richard Sharpe Shaver. Cuenta la leyenda que un día comenzaron a llegar a la redacción de “Amazing Stories” extrañas cartas escritas por Shaver quién decía “que a través de su herramienta de soldadura, había escuchado durante años las voces de los Deros, extraños seres obsesionados con el sexo y la tortura, que 15

Según Giannini la Oficina de Informaciones de marina militar le habría realizado una visita después de la publicación de esos artículos. 16 Marzo de 1956 17 Giannini declaró que estuvo con Wilkins en la expedición que este realizara en 1928 al Polo Norte, un año antes del pretendido avistamiento. Alega haber ayudado en la confección de la carta de navegación de ese viaje.

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no lo dejaban en paz. Estas conversaciones habían llevados a Shaver a cometer actos desesperados que le habían valido pasar temporadas en hospitales psiquiátricos como en prisión. Y precisamente cuando el estaba en la cárcel, cierto día, una mujer se materializó ante Shaver y gracias a una tecnología desconocida, lo llevó a conocer un mundo secreto en el interior de la tierra y también recibió explicación de los orígenes de esa raza. De acuerdo con Shaver, la tierra estuvo habitada, en algún tiempo por dos razas parecidas a los Dioses, los Titanes y Atlantes, quienes construyeron unas civilizaciones monumentales. Un cambio en la radiación del sol obligó a los superseres a refugiarse debajo de la tierra, a fin de protegerse de los rayos del sol. No obstante, incluso esta solución resultó solo temporal y los Titanes y Atlantes tuvieron que abandonar tierra, dejando el planeta en manos de la inferior raza humana. Algunos de los seres humanos hallaron camino a las cavernas subterráneas de las superrazas y empezaron a jugar con la maravillosa maquinaria dejada por estas. Los resultados fueron desastrosos, pues la radiación emanada por las máquinas afectó a esas personas en algo que Shaver llamó “Detremital Robots” o “Deros”. Los malvados Deros llegaron a controlar la maquinaria y la utilizaron para provocar accidentes, desapariciones y toda clase de cosas desagradables en la superficie de la tierra. Casi todo mal podía atribuirse a las acciones de los Deros. Ahora los Deros no eran más que idiotas sádicos que poseían la avanzadísima tecnología de los Titanes, la cual usaban para aumentar sus placeres carnales durante las orgías que celebraban constantemente ya que era adictos a ellas. También, se decía que los Deros utilizaban esa tecnología para torturar los humanos que raptaban de la superficie y a lo Teros (Robots Integrativos) descendientes buenos de los antiguos Titanes, muy inferior en número que sus degenerados hermanos”. Valga decir que los relatos de Shaver causaron gran conmoción, y sedujeron a miles de lectores en todo el país que agotaron las tiradas de “Amazon Stories”. La mezcla de civilizaciones desaparecidas aderezadas con connotaciones sexuales, resultó un cóctel explosivo que Palmer utilizó en su provecho, consiguiendo aumentar la circulación del magazín. Por lo bajo se dijo que si bien la idea era de Shaver, las historia en sí fue pulida por el propio Palmer. Aunque las ventas se dispararon, la historia de Shaver fue destrozada por los críticos, y se convirtió con el tiempo en una pesada carga para los fundadores de “Amazon Stories”, que no soportaron la pérdida de prestigio, dando por finalizada su relación con Palmer. Ni lerdo ni perezoso, el “gnomo del pulp”, inició otro proyecto que bautizó “Fate”, centrado en los fenómenos paranormales. La

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revista tuvo su bautismo de honor cuando en la primavera de 1948, un tal Kenneth Arnold 18 , “publicó en el primer número de “Fate” su artículo “I did See the Flying Saucer”. Una vez que la narración de Arnold se conoció, la publicación se agotó de inmediato. Las repercusiones fueron enormes, y Ray Palmer se transformó en el primer promotor de temática ovni a nivel mundial, y en uno de sus más fervientes defensores. Con los ovnis bajo el brazo, Palmer decidió hacer otra jugada, ideando una nueva revista “Flying Saucers from Other World” (1957), donde el libro de Giannini encontraría finalmente cobijo. Palmer no tardó en comprender que la tesis de la Tierra Hueca presentaba un enorme atractivo que bien explotado ayudaría a ganar nuevos subscriptores. Sin embargo consideró que para que la historia se difundiera con mayor celeridad, necesitaba incorporar un nuevo elemento, por lo cual incluyó en el combo “Tierra Hueca-Byrd”, a los ovnis, su más reciente descubrimiento. Armado del manuscrito de Giannini, Palmer dio comienzo a su cruzada. El primer artículo consagrado al tema se publicó en diciembre de 1959 (“Los platillos voladores proceden de la tierra. Un desafío al secreto”) ¿Conocemos realmente la Tierra? ¿No existe alguna zona de ella que pueda ser considerada como origen de los platos voladores? En mi opinión hay dos. Las zonas más importantes son en el Ártico y el Antártico. Los dos vuelos del almirante Byrd prueban que la conformación de nuestro globo tiene, en las proximidades de las regiones polares algo “extraño” // “Los platos voladores podrían proceder de esas tierras desconocidas situadas más allá de los polos. En opinión de los redactores de nuestra revista, la existencia de esos territorios no puede ser negada por nadie si se consideran los hechos relativos a las dos expediciones a que nos hemos referido”. // “El extraordinario libro escrito por Giannini nos ofrece la única posibilidad de demostrar que definitivamente la Tierra tiene, tanto en el Polo Norte como en el Polo Sur, una extraña conformación. No está necesariamente hueca de un extremo a otro, pero se presenta como uno de sus pasteles llamados “bombas” cuando se los ha freído más de la cuenta, de modo que presenta una profunda depresión en cada extremidad, como un gigantesco neumático montado. Ningún ser humano ha volado jamás directamente sobre el Polo Norte y ha continuado 18 “El 24 de junio de 1947, Kenneth Arnold, un industrial de Boise (Idaho) de 32 años de edad, volaba en su avioneta desde Chehalis a Yakima en el Estado de Washington. Arnold retrasó en una hora su llegada a Yakima para participar en la búsqueda de un transporte C-46 de la Marina de los Estados Unidos, que se suponía se había estrellado en las proximidades del Monte Rainer. Cuando sobrevolaba los montes Cascade a una altura aproximada de 3.000 metros, Arnold observó una serie de flashes brillantes a su izquierda. Se movían en formación, a enorme velocidad, en dirección del Monte Rainer. Eran nueve objetos discoidales que estaban a una distancia aproximada de 30 ó 40 kilómetros, medían unos quince metros de diámetro y se desplazaban a una velocidad estimada a 2.700 kilómetros por hora, algo totalmente imposible para los aparatos convencionales de la época. La observación duró entre dos y tres minutos”. Con el avistamiento de Arnold, se inicia la era de los ovnis en la época moderna.

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en línea recta. El director de esta revista piensa que ello debe ser llevado a cabo, einmediatamente. Para eso tenemos aviones. Además, está convencido de que una expedición aérea de ese tipo no se concluiría en una de las regiones que circundan el Polo, exactamente en el punto opuesto al de la partida. La navegación no debe, empero, se efectuada utilizando la brújula o las triangulaciones sobre los mapas existentes, sino empleando solamente la brújula giroscópica, que permite mantener una dirección fija, sin desviaciones de rumbo desde el momento de la partida hasta el momento del aterrizaje. Y no sólo de una brújula giroscópica de plano horizontal, sino también de una de plano vertical (que servirá una vez que se haya entrado en la abertura polar). Se trata de un punto de partida, indudablemente positivo”. 19 “Los resultados de años de investigación que les presentamos en este número nos permiten enunciar la posibilidad de que los platos voladores no pertenezcan a nuestro planeta ni proceden, tampoco, del espacio atmosférico o interplanetario. Una enorme cantidad de pruebas nos demuestra la existencia de un lugar DESCONOCIDO y de gran extensión que (podemos afirmarlo con certeza) no ha sido aún explorado”. // “Según los redactores de Flying Saucers, de ahora en adela nte quién pretenda discutir el origen polar de los platos voladores deberá hacerlo con pruebas y hechos concretos. Todo mentís deberá ser acompañado de pruebas válidas. Flying Saucers estima que se pueden suministrar tales pruebas. Nuestra revista sugiere a todos los grupos interesados en los platos voladores estudiar el problema desde el punto de vista según el cual la Tierra es hueca, reunir todos los elementos disponibles en los últimos doscientos años que apoyen este modo de ver e investigar atentamente todos los elementos que pongan en duda dicha teoría”. // “La cuestión de los platos voladores se ha convertido en la más importante de la historia actual. Los graves interrogantes que hemos planteado en este artículo exigen una respuesta clara. El almirante Byrd arribó a un nuevo y misterioso territorio, “el centro de la Gran Incógnita”, y cumplió, al mismo tiempo, el más grande descubrimiento de todos los tiempos. Lo sabemos por sus propias palabras, palabras de hombre cuya rectitud fue siempre intachable y cuya mente era una de las más brillantes de los tiempos modernos. Quién pretenda calificarlo de embustero que dé un paso adelante: ¡pero pruebe cuanto diga! ¡Los platos voladores proceden de la Tierra! La segunda estocada de Palmer, se produjo dos años después , en marzo de 1962. Un nuevo artículo ilustró las páginas de Flying Saucers. (“El Polo Norte: Ulteriores testimonios sobre las misteriosas tierras polares – Doscientos años de exploraciones han llevado a los rusos a una nueva concepción del Polo que supera todos los conocimientos geográficos hasta ahora aceptados. Se cuenta con pruebas indiscutibles”).

19 En “La Tierra Hueca: el mayor descubrimiento geográfico de la historia”, Raymond Bernard (1969), se hace referencia a un extraño incidente que casi hace fracasar la distribución de este ejemplar. Escribe Bernard que “cuando el camión llegó paraentregar al editor las revistas que venían de imprenta, ¡no había revistas en el camión! El editor (el señor Palmer) llamó por teléfono al impresor y descubrió que no había recibo de que se hubiera hecho un envío. Como había pagado las revistas, el editor pidió al impresor nuevas copias, pero las matrices no estaban disponibles y aparecían tan dañadas, que no fue posible hacerlo. ¿Dónde estaban las miles de revistas? ¿Por qué no había recibo de envío? Si se hubieran perdido o enviado a una dirección errónea, tendrían que haber aparecido, pero no fue así. Como resultado, 5000 suscriptores no recibieron la revista. Un distribuidor que recibió 750 copias para vender en su kiosco, desapareció junto con las revistas. Las había recibido con el encargo de devolver las que no se vendieran, pero nunca se recuperaron. Ya que la revista desapareció por completo, se volvió a publicar y se envió a los suscriptores varios meses más tarde”.

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“La exploración y la investigación han puesto en claro que una gran extensión de superficie terrestre, y consiguientemente una vasta zona desconocida podrían ser incluidas, en los años, en el ámbito de los conocimientos del hombre. Es una afirmación realmente apabullante. Reflexionemos acerca de su verdadero significado. Sostiene que no solo la exploración sino también la “investigación” han demostrado que una gran extensión de superficie terrestre y, CONSIGUIENTEMENTE, una vasta zona desconocida, podrían ser incluidas, en los próximos años, en el ámbito de los CONOCIMIENTOS del hombre. En pocas palabras: más allá de las zonas que podemos comprender y conocer mediante la exploración hay un vasto ámbito ignoto que podremos incluir en el conocimiento humano por medio de la investigación”. // “En otras afirmaciones, los rusos destacan las “perspectivas de desarrollo” del casquete polar. Tal casquete, si nos atenemos a las concepciones dominantes, no es más que un océano de hielo. ¿Qué perspectivas de desarrollo? ¿Cubitos de hielos para nuestros drinks? No por cierto. Debe haber posibilidades más lisonjeras, las posibilidades que oculta un enorme territorio desconocido, todavía por descubrir y desarrollar de punta a punta”. // “Incumbe a los opositores de la teoría de la existencia de una “tierra misteriosa en el Polo” demostrar que la misma es falsa; incumbe a ellos demostrar la veracidad de sus tesis: pero tales tesis han recibido golpes definitivos de parte de los científicos y exploradores de las dos máximas potencias mundiales”. Palmer asumió el asunto de la Tierra Hueca como una cuestión de personal, y recibió la tesis de Giannini con los brazos abiertos. Un almirante condecorado y famoso, anexado con fantásticos aparatos voladores de una civilización desconocida residente en los Polos, era la historia soñada que hacía delirar a los lectores. Pero aunque Palmer logró interesar a una nueva audiencia con un viejo tema, los interrogantes aumentaban si se tomaban las afirmaciones de Giannini al pie de la letra, detectándose ciertas incongruencias en cuanto a fechas, que el hacedor de Flying Saucers decidió soslayar. Como ejemplo tomemos la época del primer viaje de Byrd hacia esas tierras desconocidas en el Polo Norte. Según escribe Giannini este periplo se realizó en febrero de 1947, pero hay dos inconvenientes para aceptar esta postura. En primer lugar en la fecha citada, Byrd se encontraba en plena operación High Jump, que finalizó en abril de ese año. Y en segundo lugar ¿cómo hizo para pasar de la Antártida al Artico? Matemáticamente es imposible que Byrd se haya trasladado en cuestión de horas de un polo a otro. Claro que si el Almirante descubrió un corredor dimensional oculto que le facilitó el trayecto, la cosa cambia, pero si se descarta este principio, el relato de Giannini sigue sin convencer.

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Ninguno de estos cuestionamientos desalentó a Palmer, quién por años continuó con su cruzada. Una década después, a principios de los 70’, sobrevino la recompensa. Sucedió que la “Administración del Servicio de Ciencia del Medio Ambiente (ESSA), perteneciente al Departamento de Comercio de los Estados Unidos, proporcionó a la prensa unas fotografías del Polo Norte tomadas por el satélite ESSA-7 el 23 de noviembre de 1968. Una de las fotografías mostraba al Polo Norte cubierto por la acostumbrada capa de nubes; la otra, que mostraba la misma zona sin nubes, revelaba un inmenso agujero donde hubiera debido estar el Polo Norte”. Había estallado la controversia. Rápido de reflejos Palmer publicó las polémicas tomas en Flying Saucers y anunció que las imágenes correspondían a la Tierra Hueca. En números sucesivos se dedicó a reflotar el mito, captando nuevamente la atención pública. Como era su costumbre Palmer ignoró las explicaciones oficiales20 sobre las fotografías, y se dedicó a los ataques gubernamentales. Existía una conspiración y se ocultaba a los ciudadanos la verdad. El enigma que llegó para quedarse continuó perpetuando la fantasía de una tierra hueca y habitada. Ahí estaban las fotos, los dichos de Giannini, y el convencimiento de Palmer. Pero si los escépticos dudaban, un miterioso diario daría por tierra con las dudas existentes, diario, que haría acallar las críticas porque en él estaba la firma de Richard E. Byrd.

20 Se supone que “la fotografía es un mosaico de imágenes de televisión tomadas por el satélite durante 24 horas, que muestran la Tierra desde diversos ángulos. Las imágenes fueron procesadas por una computadora y unidas de modo que formasen una visión total de la Tierra como si el observador se hallase en un punto directamente encima del Polo. Durante esas 24 horas, todos los puntos en las latitudes ecuatoriales y medias recibieron luz solar durante algún periodo de tiempo, y aparecen iluminados en la fotografía compuesta. Pero las regiones cercanas al Polo estaban en ese momento sumidas en la oscuridad permanente del invierno ártico. Por ello hay un área no iluminada en el centro de la foto”.

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ARCO IRIS Ciudad de los blancos arios

Cuando los ecos de los comentarios de Ray Palmer aún resonaban en las mentes de los cultores de la Tierra Hueca, sobrevino otro golpe de suerte, un nuevo regalo para los creyentes y signo de aliento para mantener la frente en alto ante las críticas despiadadas que despertaba una tesis tan resistida. Se conoció un diario, sendas páginas manuscritas firmadas por el Almirante Byrd. Como si se tratase de una reliquia invalorable, el relato fue preservado en la sombra por fieles seguidores, que luego de una meditación profunda decidieron darlo a conocer. La magia de Internet obró en forma de milagro, y la enigmática narrativa de uno de esos vuelos secretos se expandió por el mundo. Por fin la prueba definitiva. ¡Larga vida a las oquedades polares¡ Vayamos a los Diarios perdidos de Byrd. “Debo escribir este diario a escondidas y en absoluto secreto. Se refiere a mi vuelo Ártico del 19 de febrero del año 1947. Vendrá un tiempo en el que la racionalidad de los hombres deberá disolverse en la nada y entonces se deberá aceptar la inevitable Verdad. Yo no tengo la libertad de divulgar la documentación que sigue, quizás nunca verá la luz, pero debo, de cualquier forma, hacer mi deber y relatarla aquí con la esperanza de que un día todos puedan leerla, en un mundo en el que el egoísmo y la avidez de ciertos hombres ya no podrán suprimir la Verdad". ..."Extensiones de hielo y nieve bajo nosotros, vis tas coloraciones amarillentas con dibujos lineales. Alterada la ruta para un mejor examen de estas configuraciones coloreadas, también vistas coloraciones violáceas y rosadas". "Tanto la brújula magnética como la aguja giroscópica comienzan a girar y a oscilar, no nos es posible mantener nuestra ruta con los instrumentos. Señalamos la dirección con la brújula solar, todo parece aún en orden. Los controles parecen lentos en la respuesta y en el funcionamiento, pero no hay indicación de congelamiento". 27

..."29 minutos de vuelo transcurridos desde el primer avistamiento de los montes, no se trata de una alucinación. Es una pequeña cadena de montañas que nunca habíamos visto antes". ..."Además de las montañas hay algo que parece ser un valle con un pequeño río o riachuelo que discurre hacía la parte central. ¡No debería haber ningún valle verde aquí abajo! ¡Hay algo decididamente extraño y anormal aquí! ¡Deberíamos sobrevolar sólo hielo y nieve! A la izquierda hay grandes bosques en las laderas de los montes. Nuestros instrumentos de navegación todavía giran como enloquecidos". ..."Altero la altitud a 1400 pies y efectúo un giro completo a izquierda para examinar mejor el valle que está debajo. Es verde con musgo e hierba muy tupida. La luz aquí parece diferente. No soy capaz de ver el Sol. Damos otro giro a la izquierda y avistamos algo que parece ser algún tipo de gran animal. ¡Se parece a un elefante! ¡¡¡NO!!!. ¡Parece ser un mamut! ¡Es increíble! ¡Sin embargo es así!

Descendemos a cota 1000 pies y uso un prismático para examinar mejor al animal. Está confirmado, se trata de un animal semejante al mamut". …"Encontramos otras colinas verdes. El indicador de la temperatura exterior marca 24º centígrados. Ahora seguimos sobre nuestra ruta. Los instrumentos de abordo, ahora, parecen normales. Quedo perplejo ante sus reacciones. Intento contactar el campo base. La radio no funciona". …"El paisaje circundante parece nivelado y normal. Delante de nosotros avistamos aquello que parece ser ¡¡¡una ciudad!!! ¡Es imposible! El avión parece ligero y extrañamente flotante. ¡Los controles se niegan a responder! ¡Dios mío! A nuestra derecha y a nuestra izquierda hay aparatos de extraño tipo. Se aproximan y algo irradia de ellos. Ahora están bastante cerca para ver sus insignias. Es un símbolo extraño. ¿Dónde estamos? ¿Qué ha sucedido? Otra vez tiro decididamente de los mandos. ¡¡¡No responden!!!Estamos atrapados firmemente por una especie de invisible cepo de acero". ..."¡Nuestra radio grazna y llega una voz que habla en inglés con acento que parece decididamente nórdico o alemán!. El mensaje es: - Bienvenido a nuestro territorio, Almirante. Os haremos aterrizar exactamente dentro de siete minutos. Relajaros, Almirante, estáis en buenas manos -. Me doy cuenta de que los motores de nuestro avión están apagados. El aparato está bajo un extraño control y ahora vira sólo". ..."Recibimos otro mensaje radio. Estamos iniciando la maniobra de aterrizaje y en breve el avión vibra ligeramente comenzando a descender como sostenido por un enorme, invisible, ascensor".

..."Algunos hombres se están aproximando, a pie, al avión. Son altos y tienen el pelo rubio. A lo lejos hay una gran ciudad destellante, vibrante con los colores del arco iris. No sé lo que sucederá ahora, pero no veo trazas de armas sobre los que se aproximan. Ahora oigo una voz que me ordena, llamándome por mi nombre, de abrir la puerta. Ejecuto".

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Después de estos apuntes, sacados del "diario de abordo", el Almirante anota lo que sucede: ..."De este punto en adelante escribo los acontecimientos que siguen, volviéndolos a llamar a la memoria. Esto asienta la imaginación y parecería una locura sino hubiese acaecido verdaderamente. El técnico y yo fuimos sacados del avión y acogidos cordialmente. Luego fuimos embarcados sobre un pequeño medio de transporte semejante a una plataforma pero sin ruedas. Nos condujo hacia la ciudad destellante con extrema celeridad. Mientras nos aproximábamos, la ciudad parecía hecha de cristal. Alcanzamos en poco tiempo un gran edificio, de un estilo que nunca, antes, había visto. ¡Parecía haber salido de los diseños de Frank Lloyd Wright, o quizás más precisamente de una escena de Back Rogers! Nos ofrecieron un tipo de bebida caliente de algo que nunca había saboreado. Era deliciosa. Después de unos 10 minutos, dos de nuestros sorprendentes anfitriones vinieron a nuestro alojamiento, invitándome a seguirlos. No tenía otra elección que obedecer. Deje a mi técnico-radio y caminamos un poco hasta entrar en aquello que parecía ser un ascensor. Descendimos durante unos instantes, el ascensor se paró y la puerta se deslizó hacia arriba silenciosamente. Proseguimos luego por un largo corredor iluminado por una luz rosa que parecía emanar de las mismas paredes. Uno de los seres hizo señal de pararnos ante una gran puerta. Encima de esta había una inscripción que yo no estaba en grado de leer. La gran puerta se deslizó sin ruido y fui invitado a entrar. Uno de los anfitriones dijo: - No tenga miedo, Almirante, vais a tener un coloquio con el Maestro. – Entré y mis ojos se adecuaron lentamente a la maravillosa coloración que parecía llenar completamente la estancia. Entonces comencé a ver aquello que me rodeaba. Aquello que se mostró a mis ojos era la vista más sorprendente de toda mi vida. En efecto, era demasiado magnifica para poder ser descrita. Era deliciosa. No creo que existan términos humanos capaces de describirla, en cada detalle, con justicia. Mis pensamientos fueron interrumpidos dulcemente por una voz cálida y melodiosa: "Le doy la bienvenida a nuestro territorio, Almirante". Ví un hombre de facciones delicadas y con las señales de la edad sobre su rostro. Estaba sentado en una mesa grande. Me invitó a sentarme en una de las sillas. Después de sentarme, unió la punta de sus dedos y sonrió. Habló de nuevo dulcemente y dijo cuanto sigue: - Lo hemos dejado entrar aquí porque usted es de carácter noble y bien conocido en el mundo de superficie, Almirante-. ¡Mundo de superficie! ¡Casi quede sin aliento!

"Si - recalcó el Maestro con una sonrisa - Usted se encuentra en el territorio de los Arianos, el Mundo sumergido de la Tierra. No retardaremos mucho su misión y seréis acompañados de vuelta sobre la superficie y además sin peligro. Pero ahora, Almirante, le diré el motivo de su convocación aquí. Nuestro interés comenzó exactamente inmediatamente después de la explosión de la primera bomba atómica por parte de vuestra raza sobre Hiroshima y Nagashaki, en Japón. Fue en aquel momento

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inquietante cuando expedimos sobre vuestro mundo de superficie nuestros medios voladores. Los Flugelrads, para investigar sobre aquello que vuestra raza había hecho. Esta es, obviamente, historia pasada, Almirante, pero permítame seguir. Vea, nosotros nunca, antes de ahora, habíamos interferido en las guerras y en la barbarie de vuestra raza, pero ahora debemos hacerlo en cuanto vosotros habéis aprendido a manipular un tipo de energía, la atómica, que no es, de hecho, para el hombre. Nuestros emisarios ya han entregado mensajes a las potencias de vuestro mundo y sin embargo estas no los atienden. Ahora usted ha sido elegido para ser testigo de que nuestro mundo existe. Vea, nuestra cultura y nuestra ciencia están miles de años por delante de las vuestras, Almirante". Lo interrumpí: "¡Pero todo esto que tiene que ver conmigo, Señor!". Los ojos del Maestro parecían penetrar de forma profunda en mi mente y después de haberme estudiado un momento, contestó: "Vuestra raza ha alcanzado el punto de no retorno, porque hay algunos, entre vosotros, que destruirían todo vuestro mundo antes que renunciar al poder, así como lo conocen…". Asentí y el Maestro continuó: "Desde 1945 en adelante, hemos intentado entrar en contacto con vuestra raza pero nuestros esfuerzos han sido acogidos con hostilidad: se hizo fuego contra nuestro Flugelrads. Si, hasta fueron seguidos con maldad y animosidad por vuestros aviones de combate. Así ahora, hijo mío, le digo que hay una gran tempestad en el horizonte, para vuestro mundo, una furia negra que no se extinguirá durante varios años. No habrá defensa con vuestras armas, no habrá seguridad en vuestra ciencia. Asolará hasta que cada flor de vuestra cultura haya sido pisoteada y todas las cosas humanas sean dispersadas en el caos. La reciente guerra ha sido solamente un preludio a cuanto todavía debe advenir a vuestra raza. Nosotros, aquí, podemos verlo más claramente a cada hora... ¿Cree que me equivoco?" "No - contesté - ya ha sucedido una vez en el pasado; llegaron los años oscuros y duraron 500 años". "¡Si, hijo mío - replicó el Maestro - los años oscuros que llegarán ahora para vuestra raza, cubrirán la Tierra con un paño mortuorio, pero creo que alguno, entre vosotros, sobrevivirá a la tempestad, más que esto no sé!. Nosotros vemos en un futuro lejano emerger de nuevo, de las ruinas de vuestra raza, un mundo nuevo en busca de sus legendarios tesoros perdidos y estos estarán aquí, hijo mío, al seguro en nuestro poder. Cuando llegará el momento apareceremos para ayudar a vivir vuestra cultura y vuestra raza. Quizás, para entonces, habréis aprendido la futilidad de la guerra y de su lucha... y después de aquel momento una parte de vuestra cultura y ciencia os serán restituidas para que vuestra raza pueda recomenzar. Usted, hijo mío, debe volver al Mundo de Superficie con este mensaje…". Con estas palabras decisivas, nuestro encuentro parecía llegar a término. Por un momento me pareció vivir un sueño... y, sin embargo sabía que aquella era la realidad y por alguna extraña razón me incline levemente, no sé si por respeto o humildad. De improviso me di cue nta de que los dos fantásticos anfitriones, que me habían conducido aquí, estaban de nuevo a mi lado. "Por aquí, Almirante", me indicó uno de Ellos.

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Me giré una vez más antes de salir y miré al Maestro. Una dulce sonrisa estaba impresa en su anciano y delicado rostro. "Adiós, hijo mío", me dijo e hizo un gesto suave con su grácil mano, un gesto de paz y nuestro encuentro llegó definitivamente a su fin. Salimo s rápidamente de la estancia del Maestro por la gran puerta y entramos otra vez en el ascensor. La puerta descendió silenciosamente y nos movimos inmediatamente hacía lo alto. Uno de mis anfitriones habló de nuevo: "Ahora debemos apresurarnos, Almirante, en cuanto el Maestro no desea retardar más vuestro programa previsto y debéis volver a vuestra raza con su mensaje". No dije nada, todo esto era casi inconcebible y, una vez más mis pensamientos se interrumpieron apenas nos paramos. Entré en la estancia y estuve de nuevo con mi técnico-radio. Tenía una expresión ansiosa sobre su rostro. Acercándome dije: "Todo esta bien, Howie, todo esta bien".

Los dos seres nos señalaron el medio en espera, salimos y pronto alcanzamos nuestro avión. Los motores estaban al mínimo y nos embarcamos inmediatamente. La atmósfera, ahora, estaba cargada de un cierto aire de urgencia. Cuando la puerta estuvo cerrada, el avión fue inmediatamente transportado a lo alto por aquella fuerza invisible hasta que alcanzamos los 2.700 pies. Dos de los medios aéreos estaban nuestros flancos, a una cierta distancia, haciéndonos planear a lo largo de la vía del retorno. Debo remarcar que el indicador de velocidad no indicaba nada, sin embargo nos estábamos moviendo muy rápidamente. ...Recibimos un mensaje radio: "Ahora os dejamos, Almirante, vuestros controles están libres. ¡¡¡Wiedersehe n!!! Miramos por un instante los Flugelrads, hasta que desaparecieron en el cielo azul pálido. El avión pareció, de improviso, capturado, por una corriente ascensional. Tomamos inmediatamente el control. No hablamos durante un rato, cada uno de nosotros estaba inmerso en sus propios pensamientos. ...Sobrevolamos nuevamente extensiones de cielo y nieve, a unos 27 minutos del campo base. Enviamos un mensaje radio, nos contestan. Tenemos condiciones normales... normales. Del campo base expresan alivio por haber establecido nuevamente el contacto. ...Aterrizamos suavemente en el campo base. Tengo una misión que cumplir. ...11 de marzo de 1947. He tenido, apenas, un encuentro de Estado Mayor en el Pentágono. He relatado enteramente mi descubrimiento y el mensaje del Maestro. Todo ha sido debidamente registrado. El Presidente ha sido puesto al corriente. Me retienen algunas horas (exactamente 6 horas y 39 minutos). Soy cuidadosamente interrogado por las Top Security Forces y por un equipo médico. ¡¡¡Es un tormento!!! Me ponen bajo estrecho control de los medios de Seguridad Nacional de los Estados Unidos de América. Me recuerdan que soy un militar y que, por consiguiente, debo obedecer las órdenes. ...Última anotación: 30 de diciembre de 1956. Estos últimos años, transcurridos desde el 1947 hasta hoy, no han sido buenos... He aquí, pues, mi última anotación en este singular diario. Concluyendo, debo afirmar que, debidamente, he mantenido secreto este argumento, como se me ordenó, durante todos estos años. He hecho esto contra

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todo principio mío de integridad moral. Ahora siento aproximarse la gran noche y este secreto no morirá conmigo, sino, como toda verdad, triunfará. Esta es la única esperanza para el género humano. ¡He visto la verdad y esta ha revigorizado mi espíritu donándome la libertad! He hecho mi deber con relación al monstruoso complejo industrial militar. Ahora la larga noche comienza a aproximarse, pero habrá un epílogo. Como la larga noche del Antártico termina, así el sol brillante de la verdad surgirá de nuevo y aquellos que pertenecen a las tinieblas perecerán a su luz... Porque yo he visto "Aquella Tierra más allá del Polo, aquel Centro del Gran Desconocido"

Que un militar de carrera como Richard Byrd se atreviera a dejar este supuesto testimonio recogido en forma de diario, es toda una declaración de principios y una alerta ante el proceder de su propio gobierno en cuanto al manejo de información comprometedora. Pero como vamos a demostrar a continuación, el supuesto relato no es más que un medio utilizado para instalar en el público una idea siniestra, donde el nombre de Byrd es mencionado como garantía de credibilidad. Los pasajes resaltados son la clave para desentrañar el engaño, que ya contabiliza casi dos décadas. Pongamos al descubierto a los maestros titiriteros, los verdaderos artífices de la operación bautizada: DIARIO SECRETO DEL ALMIRANTE BYRD. Al grano. Primera observación: ..."¡Nuestra radio grazna y llega una voz que habla en inglés con acento que parece decididamente nórdico o alemán Segunda Observación: ..."Algunos hombres se están aproximando, a pie, al avión. Son altos y tienen el pelo rubio. A lo lejos hay una gran ciudad destellante, vibrante con los colores del arco iris Tercera Observación: Almirante Ud. se encuentra en el territorio de los Arianos, el Mundo sumergido de la Tierra

Cuarta Observación: "Desde 1945 en adelante, hemos intentado entrar en contacto con vuestra raza pero nuestros esfuerzos han sido acogidos con hostilidad: se hizo fuego contra nuestro Flugelrads. Si, hasta fueron seguidos con maldad y animosidad por vuestros aviones de combate

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Quinta Observación: "Ahora os dejamos, Almirante, vuestros controles están libres. ¡¡¡Wiedersehen!!! Miramos por un instante los Flugelrads, hasta que desaparecieron en el cielo azul pálido Hasta aquí tenemos: · Acento alemán · Hombres altos y de pelo rubio · Territorio de los Arianos (Ciudad Arco Iris) · Flugelrads (Extrañas máquinas voladoras similares a los actuales ovnis) · Auf wiedersehen! (Significa Adiós en idioma alemán) Pensemos: arios, rubios, acento alemán. ¿Se les ocurre alguna asociación? ¿O necesitan más pistas? Porque si el lector aún no se convence, tenemos más datos para aportar, como por ejemplo la verdadera procedencia del misterioso diario. Sí como leyeron, la verdadera procedencia, en la que nada tiene que ver el Almirante Byrd. No siempre todos los caminos conducen a Roma, algunos se desvían, como en este caso, hacia la Alemania de Hitler, que en su época engendró el Tercer Reich. Para comenzar a desandar el camino debemos referirnos a ISCE (Internacional Society for a Complete Earth) de origen norteamericana, que se proclama dedicada al estudio del “mundo interior” o sea, la Tierra Hueca. Los inicios del ISCE se remontan a 1977. La fundación de la organización se le atribuye a un Capitán alemán, apodado Ritter von X que durante Segunda Guerra prestó servicio como oficial naval para el Tercer Reich. En 1943 se lo asignó al grupo de flotillas de UBoat, que durante dos años luchó contra los aliados hasta decretar su rendición en 1945. Pero al Currículum de Ritter se agrega un dato curioso ya que “misterioso Capitán” alega haber participado ese mismo año, en un viaje a la Antártida, junto a Maximilian Hartman, hombre escogido por el mismísimo Führer, para esconder algunos tesoros de importancia, entre los cuales estaría una de las reliquias más importantes de la tradición cristiana, la Lanza Santa o de Longinos. Como es nuestra costumbre antes de proseguir reflexionemos sobre los dichos de Ritter.

Hasta ahora sabemos que fue un oficial de la marina alemana durante la Segunda Guerra Mundial. Comandó un submarino y además tuvo involucrado en el ocultamiento de la Lanza Santa en territorio antártico. Como si fuera poco Ritter declara que en 1979 organizó una nueva expedición a la Antártida, auspiciada por capitales anónimos, cuyo objetivo principal fue recuperar la Lanza ocultada en 1945. La operación habría culminado con éxito, siendo la lanza una vez encontrada, trasladada a Europa. Menciona tamb ién a la Orden Santa de los Caballeros y la Lanza Sagrada, conformada después de la operación y actuales custodios del tesoro. La increíble historia no cayó en saco roto, sino que el material de Ritter fue tomado como fuente por Howard A.

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Buechner para redactar tres libros sobre el tema: “El Regreso de la Santa Lanza”, “Adolfo Hitler y los Secretos de la Santa Lanza” y “Las Cenizas de Hitler”. Según contara Buechner, un retirado coronel de la armada norteamericana, fue el propio Ritter quién lo puso al tanto de los sucesos de la Lanza, que se presentó con el seudónimo de Wilhelm Bernhart Semejantes antecedentes colocan a Ritter como una de las figuras centrales del affaire Byrd, y es seguramente su pluma la que se pude detectar en el supuesto diario, aunque pensamos que el Capitán, de la cual se ignora su verdadera identidad, no es el único responsable en la redacción del material. Ritter, es parte de un colectivo que sigue directivas muy precisas, una de las cuales es recuperar el espíritu nazi, manteniéndolo vivo para la posteridad. En cuanto a la difusión del diario, Ritter entregó el material, que no sabemos como llegó a su poder, a Daniel Weiss, quién lo sucedió en la dirección del ISCE. Este suceso tuvo lugar en 1984.

Si pensaban que está historia estaban concluida, no contaban con la presencia de un personaje peculiar. Un nuevo aspirante al trono de los poseedores del diario secreto ¿o se creían que Ritter era el único iluminado? Agenden en su libreta a Harley Byrd, para más datos, nieto del famoso Almirante. El bueno de Harley salió al ruedo a mediados de los 90’. Comenzó a prestar su testimonio a quién quisiera escucharlo, alegando estar en posesión del diario secreto de su difunto abuelo le fue entregado el mismo día de su fallecimiento. Si la memoria no falla hablamos de 1957. O sea que Mr. Harley esperó casi cuarenta años para darlos a conocer. Aunque el material presentado no difiere del de Ritter, tiene algunos detalles extras que le agregan más color a los escritos. Según Harley su “abuelo”, vio en la supuesta ciudad “Arco Iris” no solo a los seres altos, y rubios, con acento alemán, (Aryans), quiénes hicieron “pintar las svásticas en sus discos de vuelos”, sino que además observó a otras criaturas extrañas morando en la ciudad, como sasquatch, y grises grandes y pequeños ¿extraterrestres? Uno de los acompañantes del Almirante tomó notas de la experiencia y curiosamente se refieren a él como de origen alemán. Podemos imaginar la repercusión de semejante versión. Resistimos efectuar un análisis profundo. Si algún lector osado se atreve, después me avisa.

Podríamos darnos por satisfechos con lo aquí expuesto, pero creemos que podemos brindar un poco más. Una última relectura del diario agrega un nuevo motivo de duda, e invita al descarte definitivo del material. El crédito de este descubrimiento se lo adjudica Dennis Crenshaw, otro norteamericano apasionado por la Tierra Hueca y que tiene una página en Internet. A diferencia de sus colegas, Dennis tiene una visión más abierta, y algo crítica del asunto. En su excelente artículo El diario secreto del Almirante Byrd ¿realidad o ficción?, Dennis pone las cosas en claro.

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En un párrafo del susodicho diario se habla que Byrd es recibido por un anciano sabio dentro de Ciudad Arco Iris, que le entrega un mensaje oral para ser elevado al Mundo de la Superficie. El venerable Maestro le profetiza que si los hombres no abandonan la carrera armamentista, se sucederá una catástrofe que sepultará la civilización actual. “Nosotros, aquí, podemos verlo más clara mente a cada hora... ¿Cree que me equivoco?" "No - contesté - ya ha sucedido una vez en el pasado; llegaron los años oscuros y duraron 500 años". "¡Si, hijo mío - replicó el Maestro - los años oscuros que llegarán ahora para vuestra raza, cubrirán la Tierra con un paño mortuorio, pero creo que alguno, entre vosotros, sobrevivirá a la tempestad, más que esto no sé! Nosotros vemos en un futuro lejano emerger de nuevo, de las ruinas de vuestra raza, un mundo nuevo en busca de sus legendarios tesoros perdidos y estos estarán aquí, hijo mío, al seguro en nuestro poder. Cuando llegará el momento apareceremos para ayudar a vivir vuestra cultura y vuestra raza”. El amigo Crenshaw tiene un pálpito y cree reconocer la fuente original para tan inspirada narración. Pide a un colega que le alcance una vieja cinta realizada en 1937, Horizontes Perdidos, film clásico basado en el libro homónimo de James Milton. “Horizontes Perdidos”, es una bella alegoría sobre Shangri- La, remota comunidad oculta en las montañas del Himalaya, donde sus habitantes no envejecen y viven en perpetua armonía. Volviendo a Dennis, una vez que la película llegó a sus manos se puso a revisar las escenas, hasta encontrar el pasaje justo que enlaza con el encuentro de Byrd. La similitud surge en el momento que el protagonista, tiene una audiencia con el Dalai Lama dentro de Shangri- La. Desgraciadamente esta autora no cuenta con el material fílmico para verificar la sospecha de Crenshaw, pero si tiene el libro de Hilton, un viejo ejemplar de la editoria l española Plaza & Janes, el cual recurrimos a consultar. En las páginas 219-220 se revela la cruel verdad. Maestro: -“La tormenta …, esta tormenta de que usted habla. Será tal como el mundo no habrá visto jamás. No habrá salvación por la armas, ni socorro por las autoridades, ni cobijo en el silencio”.Conway: -“No, creo que es posible que tenga Ud. razón” // “Ya ha sucedido un choque semejante y la época de la oscuridad duró 500 quinientos años”Maestro: -“Y la edad oscura que surgirá ahora cubrirá con sus tinieblas toda la Tierra” // “Creo que usted. sobrevivirá a la tormenta … Y luego, durante la época de la desolación, continuará viviendo, haciéndose más viejo, más sabio y más paciente. Conservará la fragancia de nuestra historia y añadirá a ella los frutos de su cerebro. Acogerá benévolamente a los extraños y les enseñará las reglas de la edad y de la sabiduría … Y uno de esos extranjeros le sucederá a usted cuando sea

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excesivamente viejo. Más allá de eso mi visión se debilita, más me parece ver muy lejos a un nuevo mundo alzándose en las ruinas humeantes, elevándose llenos de esperanza en el futuro y buscando entre los escombros sus perdidos y legendarios tesoros … Y vosotros hijos míos, continuaréis aquí”.Como apostilla agreguemos que James Hilton escribió “Horizontes Perdidos” en 1937, diez años antes del supuesto vuelo de Richard E. Byrd.

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RAYMOND BERNARD El Gurú de la Tierra Hueca

El nombre de Raymond Bernard es sinónimo de Tierra Hueca. De todas las obras hasta aquí reseñadas, ninguna alcanzó tanto suceso y supuso una gran influencia, como el libro que este autor publicara a mediados de los 60’ bajo el título de “Tierra Hueca: el mayor descubrimiento geográfico en la historia”. Podemos decir que Bernard realizó la mejor compilación, además de establecer una visión más esotérica y mística que sus anteriores divulgadores. Todos aquellos que se inician en la teoría de la Tierra Hueca, utilizan su trabajo como referencia de cabecera, y sus capítulos son citados como si de la Biblia se tratara. A diferencia de sus predecesoras, la obra de Bernard resulta difícil de ignorar, y hasta sus más encarnizados enemigos deben aventurarse en su lectura, si se desea entender el porque de su fascinación actual. En nuestro caso no solo vamos a adentrarnos en los pormenores de esta obra, sino, que intentaremos buscar referencias sobre su autor, empresa que adelantamos como difícil. Comencemos con lo segundo. Y sí, somos algo masoquistas. Una de las primeras cosas que destacan de Tierra Hueca: el mayor descubrimiento geográfico en la historia, es precisamente el nombre de su autor, Raymond Bernard. Pero, ¿qué lo que hace tan especial? Supondríamos que al buscar datos sobre este escritor encontraríamos valiosa información de tan singular narrador, pero nuestra fe es puesta a prueba al advertir la inexistencia de una hoja de vida, fechas, y anteriores trabajos acerca del perfil de Raymond Bernard. Ninguna de las ediciones que esta autora pudo consultar de tan famoso libro, reseñan una sola línea sobre la identidad de Bernard. ¿No es extraño que después de varias reimpresiones sigamos sin conocer al hombre tras el libro? Tampoco contamos con fotografías. Desde ya suponemos que Raymond Bernard es un seudónimo, pero ¿de quién? La primera conexión apunta a la Antigua y Mística Orden Rosacruz (AMORC). Brevemente diremos los rosacruces son un movimiento que se dice nació en los templos sacerdotales egipcios, y se consideran así mismos como descendientes de los desaparecidos atlantes, establecidos en las riberas del Nilo, luego de un violento cataclismo. Perpetuarían los ritos y tradiciones de esa cultura olvidada y aún no reconocida.

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Raymond Bernard (1913-2006) comenzó como su carrera en la orden, bajo la tutela del famoso Imperator Ralph C. Lewis. En 1959 es nombrado Gran Maestre para la Orden Rosacruz Francesa, cargo que conservó hasta 1977. Ese mismo año expande su liderazgo hacia Europa y Resto del Mundo. Cesa sus actividades para la Orden en 1986. Bernard legó un extenso catálogo de obras escritas, destacándose como un exquisito narrador, cualidad que se refleja en dos de sus trabajos más recordados, El Imperio Invisible (alegoría sobre Agartha) y Las Mansiones Rosacruces. Su candidatura como el autor tras La Tierra Hueca estaría más que fundamentada. La orientación ideológica, el pensamiento místico que lo acompaña, y el nombre Orden Rosacruz, son elementos suficientes para establecer una correspondencia, pero el problema surge cuando al revisar en la Bibliografía de Bernard se intenta encontrar el título en cuestión. No hay indicios de Tierra Hueca, ninguna mención. Algún amante de las conspiraciones podría sugerir que Bernard no quiso arriesgar su reputación, y prefirió no revelar su participación en el tema. Pero utilizando algo de lógica podríamos preguntar, porque un refinado Gran Maestro de una de las Orden más famosas del Mundo se involucraría en un trabajo que desde el vamos se aleja del espíritu rosacruz. Que se sepa la Ufología nunca fue un tópico dominante en sus enseñanzas, salvo que Bernard se haya permitido un desliz, pero para ser sinceros lo dudamos. Debe saber el lector, que fueron enviados varios mails a las sedes Rosacruces tanto de Argentina como el exterior, con el objetivo de satisfacer nuestra dud a, no recibiendo jamás respuesta alguna a nuestra inquietud. No estamos seguros si debemos interpretar el desaire como “afirmación” o “negación”. Pero después de un largo coloquio con la almohada tenemos el presentimiento que el Gran Maestre no es el hombre en cuestión. Y la pregunta del millón es ¿quién? A no desesperar que en la manga escondemos un segundo candidato. Para tratar de resolver el enigma acudimos a los escritos de Dennis Crenshaw, a quién ya conocimos, quién presenta el testimonio del que fuera secretario del misterioso Bernard, Guy C. Harwood, y a Walter Kafton Minkel, que realizó una extensa investigación sobre el caso, publicando sus conclusiones en un trabajo que diera a conocer en 1989: “Subterranean Worlds: 100.000 years of dragons, dwarts, the dead, los races & UFOs from inside the Earth”. También consultamos el libro de Alan Baker: “Invisible Eagle: The History of Nazi Ocultism” (2000). Estos tres autores consideran que tras la fachada de Raymond Bernard se esconde la personalidad del Dr. Walter Siegmeister. Según los datos recogidos, Siegmeister nació en New York, EE.UU (1901). La familia de Walter eran inmigrantes judíos de origen ruso. Su padre se desempeñaba como cirujano, y eso tal vez explique la fascinación que desde temprana edad sintió por la “reproducción sexual del hombre , y el aparato reproductivo de la mujer”. Walter se convirtió más tarde en un aplicado estudiante de la Universidad de Columbia, donde se especializó en Eugenesia, Bioquímica y Endocrinología, obteniendo una beca de grado,

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luego un Master y después un Doctorado en estas disciplinas. Durante su estadía en Alemania se interesó por las virtudes de la lecitina, utilizada en los alimentos como emulgente de las grasas. La lecitina era considerada como un suplemento nutricional y se la tenía como un excelente regenerador celular. De regreso a Estados Unidos decidió comercializar la sustancia presentándola en forma de jarabe líquido para consumo. De inmediato surgió la controversia. Una entidad gubernamental, la Administración de Comida y Droga (FDA), acusó a Siegmeister de fraude, y levantó una demanda en su contra por venta ilegal de lecitina, que decían no tenían ninguna propiedad terapéutica. A pesar de estos obstáculos Siegmeister fue absuelto por la justicia, lo cual no impidió que siguiera bajo sospecha oficial por sus actividades. Después del entuerto legal, Siegmeister decidió tomar una nueva identidad, que desde entonces pasó a ser conocida como la de Raymond Bernard. Como la persecución no cesaba, el recién bautizado Bernard abandonó los Estados Unidos y viajó hacia Centroamérica, estableciendo cuartel en Puerto Rico. Por ese entonces las creencias de Siegmeister pasaban por un obsesivo interés en el rejuvenecimiento del cuerpo, equilibrándolo con una dieta sana. En un curioso ensayo, “Menstruación. Su Causa y Cura”, sostenía que ese proceso fisiológico femenino podía desaparecer si se reducía la frecuencia de relaciones sexuales, proponía una vez al año, e ingiriendo comidas naturales a base de vegetales. Espiritualmente se sentía atraído por los Esenios, secta religiosa del siglo I (a.c.), que retirados a orillas del Mar Muerto (Israel), practicaban el naturismo y celibato. Rechazaba en cambio su ascendencia judía, y tampoco compartía el catolicismo. En Puerto Rico se relacionó con una vidente, apodada Payita. Esta mujer tuvo una gran importancia en su vida e influyó en sus posteriores estudios. Según Payita, una entidad que se denominó la Diosa (Gran Madre), se le aparecía en sus visiones. Al parecer La Diosa creo una raza de supermujeres en Urano, que se reproducían por partogénesis, sin necesidad de contacto masculino. El problema se presentó cuando nació una “hembra defectuosa”, que resultó ser un hombre, posteriormente conocido como Lucifer. Su progenie de corrupción se expandió por todo el sistema solar, hasta alcanzar la Tierra. Allí fue establecida una raza de casi 4 metros de alto (Terrasuranitas), que se establecieron en la Atlántida. Después de un violento cataclismo se refugiaron en la Tierra Hueca. Los sobrevivientes serían los actuales homo sapiens que degeneraron por las radiaciones. Payita también predijo que en 1965 se produciría una hecatombre nuclear. Serían salvos aquellos que rechazaran el apego al dinero, no tuvieran sexo y solo ingirieran vegetales. Ayudados por los Terras del interior, serían llevados a Marte en sus discos espaciales. ¡Se prohíbe cualquier comentario, que esto aún no termina! Estas revelaciones trascendentales llevaron a Bernard a marcharse al Ecuador,21 ingresando en el país en 1941. Allí tomó contacto con un viejo amigo, John Wierlo con el que decidió iniciar una comuna experimental. La idea era formar una nueva raza, que

21 Walter Siegmeister no estaba solo en su cruzada naturista. En esa misma época, y también residiendo en el Ecuador, se encontraba un compatriota, Johnny Lovewisdom (1919-2000). Fanático vegetariano, amante de las dietas y verduras crudas, Lovewisdom fue iniciado en la Escuela Gnóstica de los Primeros Cristianos, que lo declaró su representante en aquel país, en calidad de Arzobispo. Su conversión tuvo lugar en una Caverna, por un representante, se dice, de la Gran Logia Blanca. Todo un símbolo. Tema para otro estudio.

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apartada de la sociedad se erigiría como modelo a seguir. Junto con cuarenta seguidores, se establecieron en la selva ecuatoriana. En las cartas que Siegmeister escribiera a su secretario Guy C. Harwood se revelan los objetivos perseguidos por la colonia. “¡Una nueva raza nace! Una nueva esperanza para la Humanidad amanece en un mundo oscurecido por los horrores de la guerra, y por la reversión de una gran parte de la Humanidad civilizada en una nueva forma de barbarismo mecanizado. Cuando una vieja raza degenera y se dirige rápidamente a la destrucción, la mano benéfica de la Naturaleza viene a la ayuda de la Humanidad creando una nueva mutación de la especie humana en forma de pioneros de una nueva y mejor raza. Lo mismo ocurrió en épocas históricas pasadas, cuando civilizaciones más viejas se tambalearon, y sus razas degeneraron mientras nuevos pioneros surgieron para crear un futuro mejor en su medio, para acomodar en la existencia una nueva raza”. // “La civilización es verdaderamente como un barco en hundimiento; y al menos que una minoría sea llevada en un bote salvavidas, desarrollando gradualmente una nueva raza, no habrá esperanza para la Humanidad. Necesitamos hoy una nueva Arca y un nuevo Noé, para salvar a los dignos de ahogarse con los demás, y de ellos encontrar una nueva raza. Nosotros nos damos cuenta que es imposible poner a toda la Humanidad presente en un Arca, para la mayoría como ésos, el día de Noé será sordo a tal apelación. Ello viven el hoy, y no pueden mirar más allá del mañana. Pero hay ciertos individuos aquí y allá, que escucharán y responderán a tal llamada, ellos serán salvados de la destrucción emigrando a una Nueva Tierra donde establecerán las colonias que serán Cunas de una Nueva Raza. Es a tales pioneros que este mensaje es dirigido”. “Cada persona que se une a nuestro movimiento debe considerarse a sí mismo, creador potencial de una Nueva Raza, y debe prepararse para la paternidad eventual de nuevos niños de la Raza. Además debe consagrar su vida a traer Super- niños al mundo. Esta debe ser nuestra religión y nosotros debemos estar dispuestos a sacrificarnos para su realización”. // “No es que tratamos de salvar a la Humanidad presente trayendo un sin número de personas fuera de nuestra civilización para establecer colonias, pero nuestra meta es acercarlos a una nueva idea religiosa eugenésica de crear un nuevo Mesías para salvar a la Humanidad de la degradación y reversión al barbarismo”. “La ubicación exacta de nuestra colonia será mantenida en secreto. Esto es por muchas razones. Primeramente no deseamos que meros buscadores de curiosidades violen nuestra intimidad. Nosotros no deseamos personas que malinterpreten nuestras enseñanzas, o que no tengan serias intenciones para aplicarlas. Admitimos que hay personas buenas que no desean hacer los sacrificios necesarios para alcanzar la meta en la que estamos trabajando”. Dentro de la comuna no se utilizaba el dinero, muchos optaban por el celibato y la dieta era estricta. Como fiel soldado de su ideología, Siegmeister renunció al aseo personal, y la mayoría del tiempo organizaba expediciones en busca de una entrada alternativa a la Tierra Hueca. Según algunos rumores de la época, el excéntrico doctor frecuentaba maestros tibetanos residentes en la región y hasta se lo hizo protagonista de sucesos milagrosos, como por ejemplo la habilidad de caminar por el agua. Más tarde

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Wierlo negaría esta “supuesta habilidad”, aduciendo un fraude orquestado por el propio Siegmeister. Entrada la década de los 50’, Siegmeister abandona los placeres de la jungla para retomar a los Estados Unidos, donde se dedica a escribir sobre temas naturistas. Aún receloso por los antiguos problemas con la justicia de su país, opta por un nuevo alias para darse a conocer, el de Dr. Uriel Adriana. Esta vez decide vender el material por correspondencia. En 1955 fallece su madre , heredando un importante dinero. Ya sin preocupaciones materiales, Siegmeister-alias Bernard-Uriel, elige viajar a Brasil para continuar con su búsqueda espiritual, lugar que lo inspiraría a escribir su trabajo más famoso. Sin embargo antes de lanzarse a la redacción de Tierra Hueca, publica una antesala del tema bajo el sugestivo nombre de “Escape desde la Destrucción: como sobrevivir en la Era Atómica” (1956). Allí, alerta sobre el uso de la energía nuclear y las terribles consecuencias de producirse un abuso en la utilización, que mal empleada provocaría radioactividad en la atmósfera, envenenamiento de los alimentos y contaminación del agua. Propone como única posibilidad de supervivencia, refugiarse en el interior de la Tierra Hueca además que los extraterrestres intervendrán en la catástrofe atómica, trasladando algunos elegidos en sus platos voladores hacia Marte, para continuar con la raza humana. Tal vez inspirado por los nuevos aires sudamericanos el doctor Siegmeister se transformó en un escritor voraz. De aquella época, mediados de 1956, datan: “Danger we all face: The Radioactive Peril”, “DeadScrolls and the Life of the Ancient Essene”, “Apollonius The Nazarene: Mystery Man of the Bible”, títulos de carácter apocalíptico, y donde da rienda suelta a viejas obsesiones espirituales. Luego de esta diversidad de temas decide dedicar todos sus esfuerzos al asunto de la Tierra Hueca. El despegue se produce en 1957. Según él mismo relata “mientras curioseaba las estanterías de una librería en San Pablo, fijó su atención en un libro intitulado “From the Subterraneam World to the Sky: Flying Saucer” (“Del mundo subterráneo hacia el cielo: los platos voladores”). El autor de este texto era O.C. Huguenin. Según la tesis por él propuesta, los OVNI no son naves espaciales procedentes de otros planetas, sino que son de origen terrenal y pertenecen a una raza que vive en el interior de la Tierra”. Huguenin del cual nada sabemos, estaba en relación con altos mandatarios de la Sociedad Teosófica de Brasil, quienes fueron los promotores en su país de esta corriente. Sus principales aliados eran el Comandante Paulo Justino Strauss y el profesor Enrique José de Souza. Strauss era un “oficial de la marina de guerra brasileña y miembro, del comité directivo de la Sociedad Teosófica”. Este militar estaba convencido que “el origen de los OVNIS es terrenal y que los mismos no proceden de ninguna de las naciones conocidas. En sus conferencias exclamaba que “debemos tomar en consideración la teoría más reciente y mas interesante que nos ha sido ofrecida para explicar el origen de los platos voladores: la existencia de un gran Mundo Subterráneo, con numerosas ciudades en las que viven millones de habitantes. Esta otra humanidad debe haber alcanzado un elevadísimo grado de civilización, una organización económica y social, un desarrollo cultural y espiritual con relación a los cuales la humanidad que vive en la superficie de la Tierra puede ser considerada una raza de bárbaros. Han de ser muchos los que se

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sorprendan ante la existencia de tal Mundo Subterráneo. A algunos les parecerá absurdo e imposible porque si existiera verdaderamente –argüirán- hace ya mucho tiempo que habría sido descubierto”.”Muchos Otros críticos señalan que la existencia de un mundo habitado dentro de la tierra resultaría imposible debido a la creencia que la temperatura aumenta en razón directa de la profundidad, y por ende que el centro de la tierra es una masa de fuego. Sin embargo, este aumento de temperatura no significa que el centro de la tierra sea de fuego, ya que puede ser una extensión limitada y surgir de las cavidades subterráneas, como los volcanes y arroyos calientes, situados en determinados niveles. Debajo de éstos, la temperatura vuelve a bajar a medida que se desciende más. La hipótesis de que la temperatura aumenta con el descenso en la corteza terrestre sostiene que esto ocurre hasta una profundidad de ochenta kilómetros (en la capa superficial de la tierra)”. Huguenin quién prácticamente basó toda sus hipótesis en los postulados de Strauss decía “que el mundo subterráneo no se limita a cavernas, sino que es más o menos extenso y está situado en un hueco dentro de la tierra, lo suficientemente grande para contener ciudades y campos, donde viven seres humanos y animales de estructura física parecida a los de la superficie. Entre los habitantes, hay determinadas personas que vinieron de la superficie, descendieron y nunca retornaron, como el Coronel Fawcett y su hijo Jack”. ¡Textual!

Tratando de descifrar el misterio del mundo subterráneo, Huguenin se “pregunta como habrán surgido estas maravillosas ciudades subterráneas y la civilización avanzada. Responde que los constructores y la mayoría de los habitantes del mundo subterráneo son miembros de una raza antediluviana, proveniente de los continentes prehistóricos, sumergidos, Lemuria y Atlántida, que se refugiaron allí de la inundación que destruyó sus tierras de origen” “Sostiene que los habitantes de la Atlántida, mucho más avanzado que nosotros en desarrollo científico, volaron en aeronaves con el uso de una forma de energía directamente obtenida de la atmósfera, conocida como “vimanas”, idénticas a lo que, conocemos como platillos voladores. Antes de la catástrofe que destruyó Atlántida, sus habitantes hallaron refugio en el mundo subterráneo en el interior hueco de la tierra. Llegaron hasta allí con sus “vimanas”, o platillos voladores, por medio de las aberturas polares. Desde entonces, esos platillos voladores han estado en la atmósfera interior de la tierra y han sido utilizados, como medio de transporte de un punto a otro del cóncavo mundo inferior. En aquel mundo dentro de la corteza terrestre, una línea aérea recta es la distancia más corta entre dos puntos, sin importar a qué distancia estén. Después de la explosión atómica de Hiroshima, estas aeronaves salieron a la superficie por primera vez. Se las denominó platillos voladores”.

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Tanto Huguenin como Strauss tenían como se dijo, activa vinculación la Sociedad Teosófica, de la cuales eran miembros regulares. Liderando la poderosa sociedad que en el siglo XIX fundara la esotérica rusa Helena Petrovna Blavatsky, se encontraba Henrique José de Souza. Nacido (1913-1965) en San Salvador, Bahía, estado del norte de Brasil, Souza era hijo de una acomodada familia dedicada a la exportación, y actividades teatrales. Debido a la muerte de su padre, abandonó sus sueños de convertirse en médico, para pasar asumir el control de los negocios heredados. Desde muy joven se interesó en el mundo espiritual, siendo su primer acercamiento la escuela de Samyama, donde se estudiaba filosofía oriental. En 1924 funda Dhâranâ Sociedad Mental Espiritualista, que en 1928 transforma en Sociedad Teosófica Brasilera, y que más tarde mutó a Sociedad Brasileira de Eubiose. Su escuela templo se establecería en la en Barra de las Grazas estado de Mato Grosso, en la ladera sur de la famosa Sierra del Roncador. De Souza creía que Brasil era una especie de tierra prometida, donde surgiría una nueva raza más avanzada. Eubiosis era una nueva concepción y estado mental, que abogaba por el “pleno funcionamiento de los siete centros, vórtices o uniones del cuerpo humano como más perfecta unión de la energía”. Esta probable evolución se desarrollaría en tres regiones de Brasil: Sierra Mantiqueira, Isla de Itaparaca y en la Sierra del Roncador. En esos lugares “se hallarían embocaduras o accesos (pasajes interdimensionales) hacia el espacio localizado en el ulterior del planeta” o sea un verdadero mundo subterráneo. Souza profetizaba la llegada de un nuevo Avatar, que conduciría esta transición, que denominó Maitreya. Durante su vida de Souza mantuvo correspondencia con Mario Roso de Luna, teósofo español, de gran renombre, y del que tradujo varias obras. De todos los libros que escribió destaca, “El verdadero camino de la iniciación” (1940), donde narra que el patriarca Noe, después del diluvio se refugió en Agartha. En 1955 una publicación de la época, “O Cruzeiro”, se hizo eco de un rumor que decía que Souza fue visitado por una aeronave de procedencia desconocida, tripulada por seres de alta estatura, que lo condujeron a una incursión intraterrena. Esta información fue divulgada por Joâo Martin 22 de la citada revista. Ese mismo año, O Cruzeiro, en sintonía con estos temas, hizo público un reportaje al comandante Paulo Strauss, donde por primera vez enunciaba su teoría sobre la existencia de un mundo subterráneo.

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Joâo Martin fue uno de los periodista que más tarde estuvo involucrado en un famoso caso ufológico que tuvo lugar en Barra de Tijuca (Brasil).

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Siegmeister absorbió todos estos conceptos, que luego impregnarían su mítico libro. La lectura de Huguenin lo llevó a conocer a de Souza, con quién trabó amistad. En 1960 da a conocer Agartha: el mundo subterráneo, cuya continuación sería Platos Voladores desde el interior de la Tierra (presentando los estudios de Gardner, Marshall y Olaf Jansen), culminando la saga, con La Tierra Hueca (1964) donde fusionaría todos estos relatos en uno solo. En esta trilogía Bernard entregaría sus hipótesis, en base a los trabajos ya comentados de Huguennin, Strauss, y De Souza. También sería clave el libro de Ferdinand Ossedowsky, Bestias, Hombres y Dioses, uno de los primeros escritores europeos que se interesó por el misterio de las tradiciones asiáticas acerca del mundo subterráneo, y que fue de gran influencia en su tiempo. Otro nombre que se cuela en su obra es Carl Huni, naturalista norteamericano con quién Siegmeister aseguró mantener correspondenc ia. Según Huni: “La entrada a las cavernas está vigilada por los indígenas muercego, una raza de tez morena, tamaño pequeño y extraordinaria fuerza física. Su sentido del olfato está más que desarrollado que el de los mejores sabuesos. Aunque aprueben a una persona y le permitan entrar a las cavernas, me temo que esa persona estaría perdida para el mundo conocido, porque guardan el secreto con mucho cuidado, y tal vez no le permitan salir. Los indígenas murcego viven en cavernas y salen a la noche a las junglas que los rodean, pero no tienen contacto con los habitantes subterráneos. Estos habitan una ciudad subterránea donde forman una comunidad de población considerable que se autoabastece. Se cree que los habitantes de la Atlántida construyeron las ciudades subterráneas. Una cosa es segura: no le llegarán residuos radioactivos. Nadie sabe si aquellos que viven en las antiguas ciudades subterráneas de la Atlántida son los mismos habitantes u otros que se establecieron allí luego que los constructores originales se fueron. El nombre de las montañas donde existen estas ciudades es Roncador, en el nordeste de Matto Grosso. Si alguien va en busca de una de esas ciudades, debe responsabilizarse de su propia vida, pues tal vez nunca regrese, como le ocurrió al Coronel Fawcett”. “Cuando estuve en Brasil, oí hablar mucho sobre estas cavernas y ciudades subterráneas. Sin embargo están muy lejos de Guiaba. Están cerca del río Araguaya, que desemboca en el Amazonas. Están al nordeste de Guiaba, al pie de una cadena montañosa increíblemente larga llamada Roncador. Desistí de investigar más porque oí que los indígenas murcego vigilan con gran celo, la entrada a los túneles, de personas que no están suficientemente evolucionadas, pues no quieren problemas. Básicamente no quieren a nadie que todavía esté engarzado en la comercialización y ambicione el dinero”. // “También hay cavernas en Asia, que mencionan los viajeros del Tíbet, pero hasta donde yo sé, las más grandes están en Brasil y existen entres niveles diferentes.

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Estoy seguro que obtendría permiso si quisiera unirme a ellos, y que me aceptarían como uno de ellos. Sé que no emplean dinero y que su sociedad está organizada sobre una base estrictamente democrática. La gente no envejece y vive en armonía perpetua”. La creencia en este mundo subterráneo que cruzaría los subsuelos de Brasil llevó a Siegmeister a tratar de encontrar una entrada a esos dominios ocultos, tal como lo intentara en Ecuador, aunque sin suerte. El mismo año que diera a conocer el primer libro de la saga, o sea 1960, recibe una extraña carta de Ottmar Kaub, miembro de “UFO Reasearch”. Según el ufólogo, un tal Dr. George Marlo, deseaba ponerse en comunicación con él, ya que deseaba ponerlo en contacto con una comunidad intraterrena del Sur de Áfr ica, donde vivían dos seres, Sol-Mar y Zola, a quién Marlo conocía. La ciudad habitada por Somar y Zola, era Masars II. Allí se describía a “la tierra hueca como un paraíso de perfecto clima, frutas gigantes, hermosos pájaros con una envergadura de 30 pies, y donde la gente tenían una altura de 12 pies”. Durante años Marlo lo sedujo con la idea de “un encuentro con Sol-Mar y Zola, encuentros, que siempre fueron inevitablemente pospuestos por varias razones. Eventualmente, Siegmeister comprendió que Marlo mentía acerca de sus contactos con los intraterrenos y decidió continuar su búsqueda solo”. Sin embargo el doctor no desanimó por este fracaso y continuó con su indagación. En La Tierra Hueca escribe: “uno de los primeros colonizadores alemanes de Santa Catarina, Brasil, escribió y publicó un libro, en alemán antiguo, sobre un Mundo Subterráneo, con información obtenida de los indígenas. El libro describía la tierra como hueca, con un solo central. Decía que el interior de la tierra era habitado por una raza longeva, que vivía libre de enfermedades y se alimentaba con frutas. También sostenía que este Mundo Subterráneo estaba sostenido estaba conectado en la superficie por medio de túneles abiertos en su mayoría, en la zona de Santa Catarina y alrededores en Brasil. El autor invirtió seis años en la investigación y el estudio de los misteriosos túneles que abundan en Santa Catarina, obviamente construidos por una raza antigua, para llegar a las ciudades subterráneas. Las investigaciones continúan. En una montaña cerca de Joinville, los cantos corales de los hombres y las mujeres de la Atlántida se oyen en forma repetida, además del “canto galio” (gallo que canta), que es una indicación típica de la existencia de una abertura de túnel que lleva a una ciudad subterránea. No es un animal vivo el que produce el sonido, sino probablemente una máquina”. Como se mencionó desde un comienzo, la gran habilidad de Siegmeister fue sintetizar todos estos conceptos en su libro La Tierra Hueca, donde además añadió material de Palmer, Giannini y Byrd. Que Siegmister es el verdadero autor de este trabajo, lo deja traslucir este párrafo:

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“No existe la ancianidad en Agartha, tampoco la muerte. Es una sociedad en que todos lucen jóvenes aunque tengan varios siglos o miles de años. Esto parece increíble para los habitantes de la superficie, expuestos a los efectos de la radiación solar y la autointoxicación por los alimentos de una mala dieta. Los síntomas de la vejez no son los resultados del paso del tiempo o de un proceso de envejecimiento, sino que se deben a condiciones y hábitos biológicos dañinos. La senilidad es una enfermedad, y dado que los habitantes de Agartha están libres de enfermedades, nunca envejecen. Los dos sexos viven separados, y el matrimonio no existe. Cada uno es independiente y libre. Ninguno de los dos depende del sostén económico del otro. La reproducción se realiza por parto-nogénesis y los bebés nacidos de la virginidad son todos del sexo femenino. En esta civilización matriarcal, la mujer es considerada el sexo normal, perfecto y superior. La crianza de los niños está a cargo de maestros especiales, no de familias particulares. La comunidad los mantiene, así como a las madres. La cultura científica superior de la gente subterránea, cuyos platillos vo ladores son un ejemplo, es el resultado del desarrollo cerebral superior, de cerebros más poderosos. Esto se debe a que las energías vitales fluyen hasta el cerebro, en vez de disiparse por los canales sexuales, como ocurre entre las razas supuestamente “civilizadas” de la superficie. En realidad, la práctica sexual no forma parte de sus vidas. A raíz de la dieta vegetariana –de frutas básicamente- las glándulas endocrinas tienen un estado de equilibrio perfecto y funcionamiento armonioso, como ocurre en los niños, y no se ven estimuladas a la actividad anormal, por las toxinas metabólicas, como las producidas por la carne, las aves, el pescado, y los huevos y afrodisíacos, como la sal, la pimienta, el café, el tabaco y el alcohol. Al tener la sangre pura y libre de toxinas, los habitantes subterráneos pueden vivir en continencia absoluta, conservar todas las energías vitales y convertirlas en poder intelectual. Conforman la raza que creo los platillos voladores”. Publicado en 1964, “Tierra Hueca”, se convirtió en un libro de culto desde su aparición. Siegmister fallecería un año después, afectado de pulmonía, sin haber logrado cumplir su máxima aspiración, la de penetrar en una de esas moradas subterráneas que durante toda su vida buscó.

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EL LLAMADO PLANETARIO Conexión Argentina

En Febrero 16 de 2005 se publicó una solicitada en el diario “La Nación”, uno de los periódicos de mayor circulación de la Argentina. Con el título: “Eureka! No existe imán esfera”, en algunos de sus puntos decía: Firmada por Ricardo Tarpin, 23 la solicitada presentaba una hipótesis personal acerca de la verdadera conformación de la Tierra, la cual sería hueca y no maciza. Según Tarpin: “No existe un imán esfera, por lo cual la Tierra que es un imán natural ha de ser hueco y abierto en los polos”. Que un compatriota se atreviera a publicar una teoría tan controversial en un medio público, era un verdadero acto de valentía, a sabiendas de la tremenda oposición que el tema despierta entre los académicos. Intrigados decidimos contactarlo, y hacerle un reportaje. Amablemente accedió a nuestro requerimiento. ¿Qué lo llevó a publicar una solicitada en defensa de la Tierra Hueca? Fundamentalmente darle fecha cierta a mis postulaciones. Y promover el debate público de los mismos.

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El señor Ricardo Tarpin es Ingeniero Civil, especializado en el tema hidráulico. Posee una empresa de Recuperación de Campos Anegables. Es toda su formación académica.

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¿Podría explicar a que se refiere cuando menciona el Teorema Tarpin? El TTCCC, Teorema Tarpin Constitución de los Cuerpos Celestes, del cual la Tierra Hueca es simplemente un cuerpo celeste que gira sobre su eje y del "equilibrio de fuerzas" surge la REAL CONFORMACIÓN de dicho cuerpo celeste. Los libros de la Tierra Hueca, de los cuales he leído varios, plantean la cuestión como algo "subjetivo". El TTCCC debe de "ser" objetivo y estar dispuesto a todo análisis que se desee realizar desde cualquier punto de vista. Vale para "absolutamente y sin excepción"para todos los cuerpos celestes que roten sobre su eje. ¿Cuál es el significado que le da a la frase “500 años de tierra maciza? Los 500 años se refieren a 1492 á 1992, o sea la época actual. Antes del 11 octubre de 1492 la "tierra era plana" para los científicos de nuestra cultura. El 12 de octubre de 1492 "pasó" a ser "redonda” (…) Obviamente la Tierra y todos los Cuerpos Celestes han sido, son y serán huecos y abiertos en los Polos ¿Cómo nació su interés en el tema? Mi interés por el tema es NO ACADÉMICO, por lo cual prefie ro no exponerlo en este momento, si bien, ya lo hecho en otras respuestas, pues en definitiva, NO ME INTERESA ANDAR CON SECRETOS ¿Se considera un descontento con respecto a los postulados oficiales? No estoy ni contento ni descontento al respecto. En cada Teorema que expongo gran parte de los "pseudos" científicos se muestran reacios a aceptar los nuevos postulados pues evidentemente EVIDENCIAN su incapacidad de desglosar lo cierto y verídico de lo que no lo es, NI LO PUEDE SER. El Planeta Tierra NUNCA podía haberse postulado como Macizo, ya que al rotar el equilibrio de fuerzas de masas producía un hueco. Ver los rostros de sorpresa del Ing. José Botto y Licenciado Emilio Sastre cuando les explicaba "que habían demostrados ellos mismos". Fueron ellos mismos los primeros incrédulos del TTCCC(1992/3). Ellos mismos pidieron "pruebas fìsicas". Por eso cuando el 16 de Febrero 2005 publico EUREKA! Imán esfera NO EXISTE. LUEGO LA TIERRA HA DE SER HUECA Y ABIERTA EN LOS POLOS por ser un Imán Natural (Resnick-Física I). Algo nimio conocido por TODOSS.......S..........S.......S demostraba SIN aliciente alguno lo que por años fui buscando y "logrando" ¿Cree en la existencia de una conspiración mundial, que oculta información sobre este punto en particular? Considero en primer lugar que la respuesta anterior explica esto en un gran porcentaje. Aunque la idea del ingeniero Tarpin resulta atractiva, no pasa de ser una hipótesis que por ahora no cuenta con ningún aval. 24 Ignoramos si podría aprobarse en caso de presentarse en círculos científicos más especializados, que deberían someter el teorema a una batería de pruebas para comprobar su posibilidad de aceptación. Este 24 El Sr Jorge Adue también ingeniero, citado por el señor Tapirn en un mail que enviara a esta escritora, fue consultado para dar una opinión sobre este caso. Dijo: “La demostración matemática de los profesores Sastre-Botto, docentes de la FCEIA(Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario, Santa Fe) se refiere a como una gota de agua sometida a ciertas condiciones de rotacion, produce un hueco en su interior. Salvando las distancias, el Ingeniero Tarpin supone que si la formación de nuestro planeta, siguió hipótesis similares, podría tener iguales consecuencias. Los profesor e insisten en señalar que dicho análisis numérico en ningún momento se refieren al planeta Tierra. Todas las demás aseveraciones corren por cuenta del ingeniero Tarpin”.

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proceso no se inició aún, y por lo tanto no podemos expedirnos sobre el particular. El caso de este argentino por ahora es tan solo una mera curiosidad, que para ser factible deberá pasar por los exámenes correspondientes. Los interesados en contactar a Jorge Tarpin pueden hacerlo a su mail que figura en la solicitada publicada. Si se creía que Tarpin es el único caso de un compatriota interesado en la Tierra Hueca, estamos en un error, hay otros locales, que últimamente salieron a la luz pública, y cuya historia referiremos a continuación. Todo comenzó cuando Rodney Cluff, una analista de sistemas, de origen norteamericano, escribió “World Top Secret: Our Earth is Hollow” (El Mayor Secreto del Mundo: Nuestra Tierra es Hueca). Durante casi veinte años, Cluff se había interesado por la teoría y decidió darle impulso a través de este libro, que rápidamente se comercializó. Con el milenio iniciado el enigma que durante años apasionó a tantas generaciones volvió nuevamente a cautivar. ¿Sería posible que en la era de la información se pudiera hallar el esquivo enclave intraterreno? ¿Estarían escondidas allí las diez tribus de Israel? Porque Cluff no presentaba ideas nuevas, sino que retomaba una vez más las viejas tesis, donde Olaf Jansen, Jardín del Edén, Platos Voladores y otras concepciones religiosas, como el Trono de David, y la morada de Jehová, parecían convivir. Dispuesto a encontrar respuestas, a Cluff se le ocurrió una expedición. De inmediato se acordó de un viejo compañero universitario, Steve Currey, y lo contactó. Pero tanto Currey como Cluff no solo eran antiguos camaradas de estudio, sino que compartían una misma concepción religiosa, el mormonismo, de la cual eran miembros. De ahí que la idea de Cluff calara hondo en el espíritu de su compatriota. Steve Currey, el compañero mormón de Cluff, destacaba como un expedicionario de primer rango, especializado en explorar regiones vírgenes o inaccesibles. Uno de sus descubrimientos más importantes fue “el salto de agua más profundo del mundo, en el valle del río Tsang Po, en el Tíbet”. Tal vez ese solo dato le haya valido una tapa en el prestigioso magazín “National Geographic”. Según narra el propio Curry fue en aquel valle desconocido donde tuvo una revelación con respecto a la Tierra Hueca. Al parecer detrás de la catarata que él encontró, se hallaría una caverna, que los lugareños le dijeron escondía un acceso que conducía a la mítica ciudad de Agartha. Le contaron además que en ese lugar se produjo la última aparición del famoso Rey del Mundo, “concediendo sus enseñanzas y profecías a sus discípulos de la superficie”. Dispuestos a todo, Rodney Cluf y Steve Currey, se embarcaron en el proyecto de sus vidas, dar inicio a la primera expedición a la Tierra Hueca. A diferencia de lo esperado, el Tíbet no fue el lugar elegido, se prefirió el Ártico, en base al relato que hiciera Emerson sobre la experiencia protagonizada por Olaf Jansen (1829) y más acorde con el ideal mormón.

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Para aquellos desmemoriados, Willis Emerson publicó en 1908 “The Smokey God” (El Dios Humeante) donde contaba las peripecias de Jansen y su padre perdidos en las inmensidades del Ártico. Al parecer en una salida de pesca ambos extraviaron el rumbo penetrando sin saberlo en una abertura desconocida del Polo Norte. Luego de navegar en una corriente de agua cálida, “arribaron allí a un puerto llamado Jehu, el cual Olaf Jansen y su padre residieron por más de dos años”. Jehu estaría habitada por gigantes de casi cuatro metros, seres bondadosos y avanzados, que hablaban un extraño idioma similar al sánscrito. Después de un tiempo fueron conducidos en presencia del Rey del Mundo, residente en el Edén, cuya capital es Shambhala.”Los pescadores comentan también de la existencia de un solo interno y humeante y de un mundo Interior compuesto por ¾ partes de tierra y ¼ de agua, como si fuera de esta forma el negativo de nuestra superficie terrestre”. Esta civilización estaría muy desarrollada contando con tecnología desconocida para nosotros. Con esta idea definida comenzaron los preparativos. La primera medida fue contratar los servicios de un rompehielos ruso, el Yamal, que serviría como medio de transporte. Para aquellos que decidieran participar de la aventura el costo fue estimado en casi veinte mil dólares, y el viaje fue planificado como una especie de paseo turístico. Como primera fecha tentativa se pensó el 2005 como el año de partida, pero el recorrido nunca se llevó a cabo siendo pospuesto para un año después. Año tras año los “aplazos” se volverían una constante en el desarrollo del proyecto.

En el intermedio de estos sucesos entró en escena el argentino Marcelo Martorelli, que amerita una profundización de su perfil. Para ser honestos, Marcelo Martorelli parece una buena persona, que no sabemos porque causa se involucró en esta trama tan poco diáfana en su accionar. Hubiéramos querido entrevistarlo, pero al parecer, después de algunos infortunios que sufriera la “operación tierra hueca, polo norte”, no contesta mails o sus asesores no le pasan los mensajes, por lo tanto esta contraparte queda con un interrogante que solo el tiempo podrá dilucidar. Consultando los pocos datos biográficos que Martorelli mismo diera a conocer a través de su libro, “El llamado Planetario”, encontramos a un hombre preocupado por sus semejantes. Autodenominado profesor, aunque desconociendo su especialidad, Marcelo es director de una ONG la Fundación P.E.A (Paz, Ecología y Arte), dedicada por completo a promover la armonía entre las naciones, con residencia en al Capital Federal. Porteño de pura cepa, Martorelli se crió uno de los barrios más exclusivo de la ciudad. Amante de la música rock, ya desde su juventud se interesó por las cuestiones espirituales y de naturaleza metafísica. Cercano a los veinte años ingresó a un grupo new age, y comenzó estudios por más de veinte años, bajo la tutela de Yaco Albala, a quién reconoció como su maestro, que tuvo un papel importante en su posterior formación. De esa época data su afición por el tema de la Tierra Hueca, que lo

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convirtió en un entusiasta partidario. Promediando 2003, Martorelli toma contacto con la expedición mormona después de recibir “casualmente” un folleto de propaganda. De inmediato se pone en contacto con Currey enviándole una carta, de la cual reproducimos algunos pasajes, que revelan más detalles sobre los intereses espirituales del argentino en relación a la Tierra Hueca. “Durante 20 años de mi vida me he dedicado a investigar apasionadamente las civilizaciones desaparecidas y, en especial, todo lo referido a Shambhala, Agartha y ERKS (ciudad intraterrena Argentina ubicada debajo del Cerro Uritorco, en la provincia de Córdoba). Quién esto escribe fue uno de los convocados durante su activación. En aquel tiempo, fui invitado personalmente por el doctor Angel Acoglanis, 25 descubridor de la ciudad intraterrena de ERKS y fue allí donde comenzó lo que cambió mi vida para siempre en 1986” // “También hace 7 años atrás, tuve casi un mes de alta sincronicidad. Durante esa experiencia, nos fue legado un material absolutamente original que data del año 1929, perteneciente al explorador Ruso Nicolás Roerich y al Doctor Ricardo Rojas (prócer Argentino), que he decidido no dar a conocer hasta que la sincronicidad señale que ha llegado el momento oportuno”. La mención de Angel Acoglanis y de ERKS daría tema para todo un capítulo, por sus implicancias en el esoterismo local rioplatense, en este caso solo resaltaremos la conexión con Martorelli, del cual decimos abre múltiples derivaciones a futuro.

Después de recibir esta emotiva carta, Currey se interesó en los “aportes cartográficos” de Martorelli, y en octubre de 2003 se vino para la Argentina a encontrarse con el místico sudamericano. Preguntado sobre las motivaciones que lo impulsaron al viaje, Currey contestó: “Cuando tenía 15 años, leí el libro que mi padre ya conocía, el de Raymond Bernard: “La Tierra Hueca”. Mi padre es el fundador de la que hoy es mi empresa y tenía el sueño de realizar este viaje en algún momento de su vida. Pero las vueltas de la vida no lo permitieron y, en mi caso personal, obvié el tema por años; aunque me había parecido muy interesante en verdad, no le presté más atención y me dediqué entonces a mi trabajo y a mi familia. Hace seis meses aproximadamente, estaba ordenando mi estudio, cuando de pronto, desde lo más alto de la biblioteca, mágicamente cayó un libro en mis manos. Y ante mi sorpresa descubrí que era el libro del Dr. Raymond Bernard … Inmediatamente volví a leerlo y decidí entonces cumplir el sueño de mi padre”. 25

Denominado el portero de ERKS, Acoglanis era de origen griego. Se lo creía representante de los intraterrenos, el cual a través de mantras podía hacer aparecer la mítica ciudad, que se encontraría bajo subsuelos cordobeses. Murió asesinado en la década de los 80 en circunstancias misterio sas. El caso sigue abierto.

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El norteamericano continúa relatando que la entrada elegida que conduciría a la Tierra Hueca, adjudicada por su compañero Rodney Cluff en el libro de su autoría, está una zona del Polo Norte, Nueva Syberia, “territorio virgen o sea que nadie ha puesto el pie allí hasta el momento”. En un punto de la charla Martorelli se refiere a los misteriosos mapas que captaran la atención de su ilustre visitante: “Steve, creo que encontré algo muy, pero muy interesante en este mapa de la Tierra Interna. Me lo mandaron de USA en una forma muy especial hace cinco años aproximadamente. Yo creo, Steve, que en el mapa que vas a ver ahora se encuentra marcada la trayectoria del famoso mono rail, del que habla Olaf Jansen, en su libro “Smokey God” y que anuncias en el itinerario de la expedición”. Sobre como habría conseguido ese material Martorelli refiere que por aquellos años participaba en una lista de Correos dedicada a la Tierra Hueca “un buen día apareció una mujer que decía poseer tres mapas. Contó que su abuelo había realizado una profunda investigación sobre todo esto durante toda su vida y que había llegado a información muy concluyente que se encontraba de alguna manera en estos mapas, que debía difundirse y no morirse con él. Entonces, le pidió a su nieta que los repartiera a los cuatro puntos cardinales de la Tierra. Así fue como me convertí en uno de los destinatarios del hemisferio Sur. Dijo también que estos mapas no eran mapas comunes y que había que ser muy cuidadosos con ellos, ya que era información absolutamente especializada y desconocida”. Una vez que los mapas llegaron a manos de Martorelli la mujer desapareció de la lista. Con los mapas de Martorelli, el libro de Rodney Cluff, y la inspiración de Raymond Bernard, la expedición entró en su máxima ebullición. La primera fecha tentativa se fijó en el 2005, luego se corrió a 2006. Al parecer inesperados problemas impedían realizar el viaje a los expedicionarios, que vivían retrasando en momento de partida. Durante esos recesos se organizaron conferencias, los veinte mil dólares por pasaje se vendieron sin problemas, y hasta un agente iluminati que habría contactado a Steve Currey durante su estancia en la Argentina, dió su pláceme para la operación. ¡Me niego a profundizar en este punto! Con tantas buenas, es difícil saber porque tantas demoras. Pero lo peor vino con el fallecimiento de Currey, a quién inesperadamente le fueron detectados seis tumores malignos que acabaron con su vida. Fue un golpe tremendo en especial para Martorelli. ¿Adiós Tierra Hueca?

No fue la opinión de los participantes que pagaron tan substancial pasaje, quiénes eligieron al doctor Agnes Brook para reemplazar al malogrado Currey, provocando la desaprobación del argentino no contento con el rumbo tomado por los futuros émulos de Cristóbal Colón. En su site se puede consultar la carta reprobatoria http://www.erks.org/expedicionariosnews.htm A todo este enredo debemos agregar una revelación sorprendente y temeraria, que sale de boca del propio Martorelli, preocupando a quién escribe. “Fue contactado por ellos” ¿Quiénes son ellos?

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Entérese el lector. “Respetados Hermanos de la Luz, recién hoy, 8 de noviembre de 2004, cuando todo recomenzó he sido autorizado a revelarles la etapa de lo sucedido. He sido contactado por Ellos directamente, la autorización ha sido dada desde dentro” // “Mi lugar en el Plan ha sido revelado en forma directa y física por Ellos; no hablo ya de un proceso telepático (y no significa que este no exista y como tal prosiga su curso) sino que se ha decidido que era tiempo de una manifestación física y tangible” // “Ellos me han propuesto como embajador de su mundo. Ellos me han contactado directamente por mi trabajo, pero aún más –como me ha sido dicho- por lo que todavía no he hecho- por aquel en quién tengo la oportunidad de convertirme en el futuro. Finalmente ellos confían en mí mucho más de lo que yo confío en mí mismo. Ellos me han afirmado mi participación y me formarán para la pronta llegada del primer contacto público intraterrestre ya que deberé prepararme intensamente para este desafío. Ellos también me han informado de la pronta llegada del primer contacto masivo extraterrestre, y que también estaré involucrado en ello” Podríamos realizar infinidad de preguntas, y de seguro el lector tendrá diez mil más, pero como la responsabilidad de este monográfico es de esta investigadora, de momento se me ocurre una. ¿Los intraterrenos avalan la bibliografía citada, en especial la de Raymond Bernard? Si es así Houston, estamos en problemas. Una segunda pregunta diría ¿es Marcelo Martorelli el primer representante de los intraterrenos del que tenemos noticias? Y contestamos no, no lo es. Hubo alguien más original. En 1947 un personaje inclasificable apareció en la Francia de post guerra. Se trataba de El príncipe Cherenzi Lind, 26 que se creía “amo de un reino subterráneo y salvador del mundo”. El Maha Chohan o Kut-Humi se presenta como gran jefe de los iniciados del Agartha, pero también como director de la Gran Fraternidad Blanca Universal, unión espiritualista cuya meta reconocida es salvar al mundo. En una entrevista realizada por la revista Point de Vue, se recogen algunos de sus comentarios: -¿Es usted el Amo del Mundo o el Mesías anunciado?Mis enseñanzas hablarán por mí. -¿Quién le dio el título de Maha Chohan?-El Gran Consejo del Agartha reunido en congreso, es decir, el conjunto de los Sabios y de los grandes Instructores, cuya sede central está en el Tíbet. Pero los sabios viven el mundo entero. Los hay en París, y Europa Central cuenta con cuatro mil iniciados de diversos grados. En América los hay muchos más.-

26 Se dice que su verdadero nombre fue Omar Cherenzi Lind. Según medios esotéricos, practicaba la magia negra de contenido sexual. Fue el fundador de la Universidad Espiritual de Colombia. Otras opiniones lo señalan como un simple estafador de origen cubano. Una colega amiga, la investigadora cubana Julia Cazaldilla, me dio más datos sobre Cherenzi, que según se cree, fue un probable agente nazi que se hizo pasar por un espiritual tibetano vinculado a los rosacruces, siendo desenmascarado en Roma en 1948.

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-¿Quién fundó el Agartha?-Es muy viejo. Prácticamente su origen se remonta a cincuenta seis mil años, pero es preciso saber que antiguamente los años eran más largos que actualmente.-¿Existe un reino subterráneo en el Tíbet? La descripción de ese reino, hecha por Ossendowski, ¿es exacta?-Existe verdaderamente un reino subterráneo en el Tíbet. Casi todos los monasterios están unidos por inmensas galerías que, a vece, alcanzan los 800 Km. De largo. En esas galerías hay cavernas tan grandes, que Nuestra Señora de París cabría holgadamente.-¿Se sitúa entre el norte del Tíbet y Mongolia?-Sí. Allí viven seres humanos y también jinas, unos seres dotados de gran inteligencia, pero que no tienen cuerpo físico. Los jinas viven en las entrañas de la tierra y nunca ascienden a la superficie del globo. Están armadas de largas zarpas y provistos de alas análogas a los mu rciélagos. Son espíritus malignos, pero menos malignos, sin embargo, que los hombres, pues no hay anda peor que ellos. Después al evolucionar se convertirán en hombres: son los gnomos, los silfos y los trasgos de vuestras leyendas.-¿Existe una civilización desconocida en el reino de Agartha? ¿Tienen ustedes máquinas más perfeccionadas que nuestra bomba atómica y nuestros aviones a chorro?-La civilización del Agartha es únicamente espiritual y “mental”. No tenemos máquinas, sino bibliotecas, de las que usted no tiene idea, pinturas, esculturas y, en general, un florecimiento artístico que les parecería prodigioso. El mundo entero se verá obligado a admitirlo cuando yo haya permitido a periodistas y camarógrafos dirigirse allí y filmar las maravillas que allí hay. Organizaré, en efecto, una expedición en agosto de 1948. Abriré las puertas de todos los santuarios.-¿Quién financiará la expedición?-Yo mismo (El príncipe Cherenzi Lind tendría dieciséis mil millones bloqueados en Japón. El mismo me dijo ser propietario de 56.000 hectáreas de tierra en Cuba y de 35.000 hectáreas en Panamá?-Reina la oscuridad en ese territorio subterráneo: los cineastas ¿deberán, pues, proveerse de grupos electrógenos?-¡No! No hay iluminación, pero los seres y las cosas del Agartha son luminosos por sí mismos (Lo que no impidió que para fotografiar al Maha Chohan, en la calle Lesueur, fuese necesario emplear un flash. Personalmente, ese Gran Iniciado, no emite ninguna luz sensible, en el sentido literal de la palabra)-Se pretende que usted habla diecinueve lenguas.-Conozco el mongol, el tártaro, el sánscrito, el indostánico, el bengalí, el chino shensi, el francés, el inglés, el alemán, el español, el italiano …El artículo finaliza diciendo que este Maha Chohan prometió reunirse para hablar con sabios franceses sobre cuestiones de energía nuclear, por lo cual se preparó un encuentro, pero éste nunca asistió. No hace falta decir que la expedición prometida para visitar Agartha quedó en la nada

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Y de esto hace casi sesenta años. Muy pocas cosas cambian ¿no? Si “Ellos” ¿? contactaron al argentino, es de esperar que no se repitan episodios como el comentado. Volvemos a jurar que Marcelo Martorelli nos cae bien. Su libro lo recomendamos, es de lectura agradable, y bella mente redactado. Se trasluce una sensibilidad ya casi en extinción, pero ¿podemos confiar en que una civilización desconocida de origen terrestre se presente como un gobierno en la sombras que volverá un día a dirigir los destinos humanos? ¿Es Marcelo Martorelli un elegido por Ellos? ¿O terminará como el Maha Chohan que desapareció sin dejar rastros? La nueva expedición a la Tierra Hueca se anuncia para el 2008. En este caso solo aquellos que cuenten con veinte mil dólares entrarán en el reino prohibido. Al parecer la revelación no es para todos los bolsillos.

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CONCLUSIÓN ¿Existe una Tierra Hueca bajo nuestros pies, inexplorada, esperando ser descubierta por un nuevo colonizador? Y si existe ¿está habitada por una civilización superior? Cuando comencé este estudio esperaba hallar respuestas a estos y otros interrogantes, pero solo encontré hipótesis, y personajes esquivos como el de Walter Siegmister, el verdadero Raymond Bernard. Debo decir que quizás el informe de Siegmister fue una de las cosas más duras que debí hacer. Después de todo, su libro acompañó parte de mi adolescencia e inspiró miles de pensamientos sobre temas que en la actualidad continúo estudiando. El seguir aceptando éste enigma sin cuestionarlo, es cerrar los ojos ante una realidad evidente. Siendo justos, también debemos llamar la atención sobre un verdadero mundo subterráneo, del cual hay abundante evidencia, aún en investigación, diferenciándolo claro está de la Tierra Hueca, que solo provoca confusión. Estoy consciente que hay miles de seguidores de esta teoría, lectores ávidos que discuten a los autores atrevidos, opuestos al sistema imperante de una tierra maciza, y de concepción rígida. ¿Como no contagiarse con ese entusiasmo, y adherir a la Tierra Hueca que encierra en su seno todos los sueños incumplidos? Atlantes, tecnología de avanzada, ovnis, bibliotecas milenarias de continentes desaparecidos, imposible sustraerse al encanto de lo prohibido. Gurdjieff, el genial esoterista ruso había dicho una vez: “estamos dormidos, somos máquinas similares a robots”, promulgando el despertar de esa ilusión que es el devenir diario. Tal vez, lo más difícil es precisamente ese despertar, no es fácil escaparse de los sueños, y comenzar a madurar. Débora Goldstern 29-08-07

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