Tierra Del Fuego C. Santiago Bondel, 1985

July 14, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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'Tierra del Fuego: la organizació organización n de su espacio' Conrado Santiago Bondel, 1985.

TIERRA DEL FUEGO (Arg.): La organización de su espacio Conrado Santiago Bondel Ushuaia, 1985 CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Y TÉCNICAS (CONICET) CENTRO AUSTRAL DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CADIC)

Foto 1. Ushuaia en 1985 (del 1985 (del autor).

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'Tierra del Fuego: la organizació organización n de su espacio' Conrado Santiago Bondel, 1985.

INDICE Tema Introducción y método 

Página 3

I. Los indígenas: su organización espacial  II.  El poblamiento 'blanco': 1) En lo temporal, 2) En lo espacial

6 10

Cortes temporales III. 1)  1914: a) población b) función de los núcleos urbanos c) áreas y tipos de producció producción n d) circulación

19 23 25 26 31

2) 1947: a) población b) función de los núcleos urbanos c) áreas y tipos de producció producción n d) circulación

32 35 36 39

3) 1980: a) población

41

b) áreas funcióny tipos de losdenúcleos urbanos c) producción d) circulación

43 45 45

IV.  La organización espacial en el presente  1) Áreas homogénea homogéneas: s:

50 51

a) el área cordillerana b) la estepa fueguina  c) el parque fueguino

55 58 62

Los espacios urbanos: a) Ushuaia b) Río Grande 

63 67

3) El espacio rural:  a) tenencia de la tierra  b) forma de los establ establecimientos ecimientos  c) tamaño de los estab establecimientos lecimientos  d) la población rural 

71 76 81 82 85

4) Dos planteos básicos e inmediatos para la organización del especio fueguino   –  Mapas, figura y gráficos

92 94

  Bibliografía Bibliografía citada

 –

94

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'Tierra del Fuego: la organizació organización n de su espacio' Conrado Santiago Bondel, 1985.

TIERRA DEL FUEGO (Arg.): La organización de su espacio Lic. Conrado Santiago BONDEL Contexto  A partir del dictado durante más de una década de un Seminario sobre Geografía de la Patagonia en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, me sentí tentado de 'recuperar' en formato digital el trabajo que aquí se reproduce. Pasaron veintinueve años y con ellos grandes transformaciones del orden territorial surpatagónico, pero dadas las posibilidades de difusión con las que contamos en nuestros días, especulo con que el aporte pueda servir, aunque sea en parte, como una referencia más a la interpretación histórica y geográfica regional. El trabajo formó parte del informe final como becario de perfeccionamiento del CONICET en los inicios del Centro Austral de Investigaciones Científica (CADIC) en la ciudad de Ushuaia (enero de 1982 - diciembre 1984) con la dirección del Arquitecto Patricio Randle; ¿fui el primer becario del CONICET radicado el la capital fueguina? También aquí y en buena medida se reproduce mi tesis de licenciatura defendida en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (Nov. 1984, tribunal evaluador: C. Reboratti, A. Siragussa y R. Rey Balmaceda).

Aclaración: el texto respeta los originales impresos con excepción de algunas correcciones gramaticales y el agregado de las fotografías que, por otra parte, fueron contemporáneas o anteriores al desarrollo del trabajo.

Introducción y método El trabajo tiene por principal objetivo, la presentación ordenada en tiempo y espacio de las estructuras espaciales del sector argentino de Tierra del Fuego. Se espera, de este modo, concretar un diagnóstico geográfico que sirva de base al Planeamiento Regional. Se trata éste de un enfoque metodológico de raíz geográfica que pretende extraer de la antropología, la economía y fundamentalmente fundamentalmente de la historia y la geografía del área, diferentes elementos de análisis para fundirlos en una sola concepción espacial, verificando de tal forma, las variaciones y las constantes del mapa fueguino, buscando arribar sistemáticamente, sin perder etapas o procesos, a la estructura espacial contemporánea. De ésta se estima que surgirá una cantidad de interrogantes y proyecciones, puesto que en realidad, la determinación de la organización del espacio no es ni más ni menos que la obtención sintética del resultado de la interacción entre un espacio definido y los procesos que en él ocurren y por lo tanto, le es esencialmente básico a la Geografía Aplicada y al Planeamiento. La historia fueguina, a pesar de su relativa „juventud‟ „juventud‟,, cuenta con una considerable riqueza de hechos singulares y el análisis del poblamiento será en adelante „el indicador‟ básico para interpretar los aspectos histórico-geográficos histórico -geográficos del Territorio. Pero, eludiendo la rigidez de una jerarquización regional, ¿qué sucede con nuestra Tierra del Fuego? ¿Existen fundamentos para considerarla con una identidad muy especial? ¿Hay razones de peso para su estudio como 'Unidad Geográfica'?. Sin duda que es así y para ello se suman innumerables factores factores,, entre los que sobresalen: 1º) La posición geográfica y sus consecuencias. Por siglos la circulación oceánica tuvo su lugar de paso en las adyacencias fueguinas y la distancia, sin lugar a dudas, permite que aún en nuestros días persista la opinión 3

 

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generalizada y tan difícil de desarraigar, sobre el rigor de una naturaleza agresiva e inhóspita, muchas veces desmentida por la realidad tangible. Daus en “El „subdesarrollo‟ Latinoamericano” pone en claro que las condiciones básicas del medio físico patagónico son, en la generalidad de su espacio, poco propicias para la instalación humana. Por ello reniega de la calificación de 'Patagonia Postergada' dado por aquellos que se basan en apreciaciones políticas “antes que en el conocimiento de sus condiciones básicas del mundo físico”. Afirma con precisión, “con generalizar lo que es excepcional se puede pu ede ofrecer una imagen alentadora del devenir patagónico”. (Cf: Daus, 1976: 169-75). Sucede que la Isla Grande, por su geografía física, es una de las excepciones, pero por su posición periférica, cualquier síntoma negativo que pudiera haber vencido a aquellos diagnósticos políticos serán para Tierra del Fuego relativamente más pesimistas. El concepto de confín del mundo o más aún, del último confín (uttermost part of the Earth), tan aceptado como discutible, ha tenido una importancia fundamental para el devenir histórico de Tierra del Fuego 1. Tal ha sido su influencia, que todavía todavía hoy y en ambientes cien científicos tíficos y políticos espe especialmente, cialmente, esta idea continúa y se concilia con la difusión de una imagen poco alentadora para la instalación humana. La única contrapartida favorable en relación con su posición periférica en la ecúmene, es contemporánea y de tipo económica y se traduciría en una promoción especial y en un desarrollo turístico incentivado no sólo por las bellezas naturales fueguinas, sino que por estar 'allá lejos… en loterrito último' último'. 2º) Su condició condición n isleña, quetambién a pos posteriori teriori de la organ organización ización territorial rial. defini definitiva tiva del país, resultara compartida por dos naciones. Desde la originalidad del género de vida de los grupos canoeros fueguinos hasta la de ser Tierra del Fuego (Arg.) el núcleo del último de los Territorios Nacionales, se relacionan con su configuración insular.

Foto 2: El Estrecho de Magallanes y la Primera Angostura; vista hacia el Este desde la Tierra del Fuego chilena (del autor, 1983) 1

 Valga la aclaración, de que no es el contenido de la famosa obra de E.L. Bridges lo que se considera aquí discutible, ni siquiera el valor simbólico o referencial que transmite el título de la misma (trad. El último confín de la Tierra);  justamente el mismo Bridges cuando cuando se refiere al Chaco paraguayo señala “que bien podríamos lla llamar mar el último rincón de la Tierra” (346).  (346).  4

 

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3º) El estar de alguna maner manera a „seccionada‟ in internamente ternamente por la cordi cordillera llera patagóni patagónica ca-fueguina, circunstancia clave para comprender su evolución histórica. Muchos argentinos seguramente habrán mantenido por años la duda: ¿Cómo la lúgubre Tierra del Fuego, con su famoso Presidio, podía también albergar a grandes g randes y ricas estancias con excelentes campos para la cría del ovino? ¿O es que tal vez existieron dos Tierra del Fuego? Simplemente, los factores de raíz geográfica son decisivos y no sólo en calidad de condicionante de la actividad del hombre: aquí la geografía ha sido y es, un determinante de primer orden. Por supuesto no trata de ser ésta una posición extremadamente rígida, sino que se apunta a elaborar la síntesis geoohistórica de modo tal que permita sucesivas confrontaciones de la organización espacial fueguina sin tener que resolver interrogantes históricos de detalle. Se trata de establecer lineamientos o tipologías de ocupación y explotación del espacio: es por este motivo que se podrán verificar omisiones en cuanto a la mención de personajes de trascendencia o de hechos singulares, toda vez que su consideración fue igualmente necesaria. La metodología presenta aspectos diferentes según el caso a resolver. En primer lugar ygeográficos, con la población sólo otros se extraen aspectos de índole netamente dejandoaborigen, de evaluar tantospocos de gran importancia antropológica. Obviamente existió un poblamiento indígena y que, dicho sea de paso, aún presenta varios interrogantes; pero dejemos que otros especialistas sigan en la pista de su dilucidación. dilucidaci ón. Para el caso, se buscó explicar sintéticamente y con el mayor cuidado, la organización básica del espacio, prescindiendo de aquello que a pesar de su interés, pudiera desviar la atención del tema central. Esta selección o abstracción de sólo determinadas partes de un conjunto inseparable en la realidad, se encuadra con el carácter localizador de la geografía y que enfatiza C. Sauer en su Introducción a la Geografía Histórica. Este autor, creemos, resume lo hasta ahora expuesto cuando se enfrenta con los aspectos metodológicos y dice así: “…No estamos interesados en el hombre económico, ni en la familia, la sociedad o la economía, sino en la comparación de pautas localizadas o diferenciaciones ar eales…” ar eales…” (1976:244).. Por esta razón, en la cuestión indígena, el geógrafo está obligado en (1976:244) cierto modo, a esperar y trabajar con los resultados de los etnógrafos, arqueólogos, etc., aunque por supuesto cualquier investigación antropológica tiene su variable geográfica. En definitiva, lo que se ha tratado, es de rescatar la respuesta ambiental de los grupos aborígenes para luego confrontarlos con los sucesivos estadios de la evolución espacial de Tierra del Fuego. En segundo lugar se consideró el poblamiento blanco, aquí el aporte documental es de considerable magnitud, aún cuando todavía la indagación y reconstrucción de los historiadores tiene mu mucho cho p por or resolv resolver er (Cf.: Belza T.2, págs. 12-1 12-17). 7). Para la interpretación geográfica, sin embargo, gran cantidad de rastros sobre la ocupación del espacio están todavía en pié y en varios casos cumpliendo funciones similares a las originales. Es cierto que la Base Naval tiene otras características que la primitiva Subprefectura de Ushuaia, o que las estancias operan de modo diferente que antaño, pero tanto la función f unción de una cosa como la infraestructura de las otras, se mantienen en 5

 

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su esencia. También es cierto, por abundar en ejemplos, que el Presidio o los viejos aserraderos ya no existen, o que la Misión Anglicana ha desaparecido, o que de las explotaciones auríferas y de las factorías de lobos o pingüinos ya casi no quedan rastros físicos. Pero a través tr avés de una búsqueda discriminada de hechos y elementos de trascendencia espacial, espacial, es de esperar que se haya podido reproducir con fidelidad, los rasgos básicos de la dinámica geográfica del paisaje fueguino. Una dinámica que parte de la transformació transformación n del paisaje natural en cultural y cuyos rasgos singulares son considerados secuencial secuencialmente. mente. Randle, en “El Método de la Geografía”, afirma: “… La oposición entre el paisaje natural y el paisaje cultural (…) no puede descubrirse en la realidad, de una manera pasiva y sin conflictos. Sólo el remontar procesos concretos nos da la medida de la interdependencia de estas dos abstracciones…” abstra cciones…” (89). Y si bien la incorporación del paisaje cultural en Tierra del Fuego, como se describirá más adelante, es explosiva, no deja de ser consecuencia de una serie de procesos, los cuales deben analizarse en su conjunto. La tercera parte, sin embargo, se ocupa de tres momentos, de tres cortes en el tiempo; la aparente contradicción con lo expuesto en los párrafos anteriores no es tal, solamente se trata de una acción metodológica para confirmar procesos y estructuras a través de un análisis en el que aparezcan todos los elementos del paisaje para cada corte, no sólo los que son partícipes de los procesos de cambio sino también aquellos que permanecen en la histórica pasividad(Cf.: o que momentáneamente noconsideración tengan influencia enl determinada secuencia secuencia Randle, 1978: 89-90). 89-90). La final del de presente develará, en alguna medida, si existen elementos que aún permaneciendo fuera de los distintos procesos de cambio en la estructura espacial durante varias décadas, reaparecen o no con su función pretérita o incorporados al fin, a nuevas pautas estructurales. Es el caso del límite internacional, el cual, de hecho, tuvo desigual vigencia según el momento histórico; también es el caso de la circulación marítima, la minería, etc.. Como se anticipara, el capítulo final se refiere al presente de la Tierra del Fuego argentina, a su geografía, donde la diferenciación areal fue tomada como punto de partida para lograr una descripción que podría denominarse diagnóstica y, posiblemente puedan surgir ciertas reiteraciones dado el carácter global al que se pretende arribar. Ya determinadas las áreas homogéneas, se procede a señalar los rasgos morfológicos de mayor relevancia en cada uno de los núcleos urbanos para luego contraponerlos a la organización del espacio rural. Este, en particular, presenta una serie de características ineludibles para las correspondientes individualizaciones, pero la misma complejidad de „lo rural‟  rural‟  conlleva una influencia fundamental en el espacio. De ahí que determinados aspectos se analizan separadamente (tenencia de la tierra, forma y tamaño de los establecimientos, etc.). La consideración última de la población rural y sus centros de servicios no han sido fortuitos, se debe fundamentalmente a la apreciación personal que desde este sector de la realidad se deberán canalizar tarde o temprano muchos de los cambios positivos para la Tierra del Fuego. Cambios tanto geográficos, económicos como sociales y los que como es lógico deberán provenir de aquello que le es propio: su territorio, no ya de una acción inducida desde ámbitos extrarregionales.

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I.- Los indígenas, su organización espacial:  Los primeros exploradores no encontraron un archipiélago vacío, sino que por el contrario numerosos grupos aborígenes lo poblaban, inclusive con cierta intensidad en la zona del Canal Canal Beagle y canales menore menores. s. Así, por ejemplo ejemplo,, David Stuart calcul calculó ó para los Yamana una densidad general que variaba entre valores de un habitante cada 2 millas cuadradas o un habitante cada 3 millas cuadradas (1978: 48-49). En todo caso, el grado de ocupación del espacio Sur-fueguino era notablemente superior al de la Patagonia Continental e inclusive al de la Región Pampeana (Orquera, Comp. Personal)2. Los indígenas, ya fueran Selk‟nam, Selk‟nam , Yamana, Haush o Alacalufes, todos habitantes por siglos de estas tierras, convivieron íntimamente con la naturaleza, como un integrante más de los distintos ecosistemas que habitaron 3  (ver mapa 1). Las alteraciones o transformaciones que provocaron en el paisaje natural, en general relacionadas con los incendios de bosques o con el agotamiento temporal de algún recurso en determinados sitios, son incomparablemente menores en intensidad a las que en escasos cincuenta años se produjeron con la incorporación de este espacio al „mundo civilizado‟‟. Pero, de todas formas, para considerar el poblamiento del archipiélago no civilizado se debe menospreciar la presencia indígena que por milenios fue dueño y señor de estas tierras.

Mapa 1

Existe una copiosa bibliografía antropológica fueguina de donde se extraen con claridad las distintas modalidades esenciales esenciales con las que los indígenas se enfrentaban 4 al medio natural .  Así, el grupo de los Selk‟nam u Onas, en corresponde correspondencia ncia con los Tehuelches de la estepa patagónica, se destacaron como cazadores nómades 2

 Otras estimaciones dan valores valores de 0,06 a 0,12 h/km (ver Jackson y Popper Popper (1980), trad. de Luis Orquera, 1983: 3.   Francisco U. R. Ortiz Troncoso utiliza estos nombres para los grupos aborígenes y además los identifica como: Selk‟nam u Ona, Yamana o Yaghan, Haush o Mánekenk y Alacaluf o Oawéshqer (Ana. Inst. de la Patagonia, Punta  Arenas (Chile), Vol, IV, IV, 1973, pág. 77).  4  Entre las series bibliográficas importantes sobresalen: Matijevic, N. y O. H. de Matijevic. Bibliografía Patagónica, Patagónica, 2 tomos, Centro de Documentación Patagónica, Bahía Blanca, 1973 y 1978;  Anales del Instituto de la Patagonia Patagonia,, Punta  Arenas, desde 1970 a 1981; Rey Balmaceda, R. Bibliografía Geográfica Argentina, Argentina, GAEA, Bs. As., 1975; Belza. En la Isla del Fuego, tomo 2, págs. 162 a 405, Bs. As., 1974. 3

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pedestres dependientes de los guanacos y los coruros (tucu-tuco). Sus desplazamientos ocurrían en la estepa de todo el Norte de la Isla Grande y también a lo largo de los valles del Centro, donde alternan bosques y praderas, desde el litoral  Atlántico hasta Bahía Inútil. La movilidad que se menciona se corresponderí correspondería a con áreas de regulares dimensiones, suficientes como para actuar de soporte ecológico a un grupo o “familienbesitzen” (Cf.: (Cf.: Stuart – Stuart  – 1977  1977 –  – Trad.  Trad. Orquera, L L.. 1983:1 1983:12). 2). Saxon cita a distintos autores para quienes el número de estas unidades territoria territoriales les variaban entre las 39 y 71. Es importante recalcar que estos territorios suponían una diversidad ambiental suficiente que permitiera la dinámica estacional de los grupos locales o bandas, que sólo excepcionalmente superaban los cincuenta individuos, (Cf.: Saxon, 18 y Stuart, 12-36). De todas maneras no parece ser que la territorialidad de los Selk‟nam incluyera una organización muy particular a los fines de explotar o defender sus territorios; simplemente los diferentes grupos tendrían t endrían conciencia de lo suyo, pero la interrelación grupal era un hecho y por lo tanto el grado de rigidez de las estructuras espaciales estarían dadas en función de la misma (Cf.: Stuart: 20, 22 y 23; A. Prieto I. 1984). La relación con el espacio, en definitiva, se hallaba directamente ligada a la presencia del guanaco cuya abundancia permitió una distribución dispersa y poco conflictiva.

3 4 Fotos 3 y 4: Los Selk'nam habitantes antecesores 'barridos' de su espacio. 3: grupo familiar (de Lucas Bridges en "The Uttermost Part of the Earth". Readers Union. London 1951). 4: 1951).  4: Probables restos de habitáculo ceremonial Selk'nam en el parque fueguino (del fueguino (del autor, 1983)

Como se señaló, el grado de transformación respecto al marco natural era prácticamente nulo, salvo la formación espontánea de sendas, algún incendio originado por los naturales y la creación de campamentos de distinta envergadura según las necesidades de estación y lugar. Pero, de los resultados de las investigaciones arqueológicas y etnográficas, se desprende que la organización espacial no era improvisada o aleatoria, insistimos, insistimos, la dependencia de los Selk‟nam hacia el guanaco y la organización social focalizada en la familia, implicó la determinación de unidades territoriales o campos de caza que eran ocupados, en general, según el ritmo estacional (Cf.: Saxon op. Cit.; Borrero.; Casiraghi Casiraghi.;.; Hernández Llosas, 1981:11). Los primeros contactos asiduos entre blancos y Selk‟nam se desarrollaron alrededor de centros de explotación aurífera (San Sebastián, El Páramo en Argentina y Boquerón, Gente Grande, etc. en Chile), donde los 'salvajes' se encontraro encontraron n con rudos y sacrificados mineros de los más diversos orígenes. Por supuesto la minería no 8

 

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resultó competitiva para los cazadores y salvo situaciones desgraciadas provocadas por la presencia de los mineros, no se alteró mayormente el género de vida indígena. Pero la política de colonización ganadera emprendida por los gobiernos de Chile primero y Argentina después, constituyó sí, el hecho determinante de la alteración de toda esa organización espacial espontánea mantenida por los Selk‟nam. Selk‟nam. Aún cuando, como señala Saxon, los actuales campos de veranada para la explotación ovina, de algún modo, reflejan aquel ritmo de ocupación primitiva (1978: 8-24). El surgimiento de las estancias con sus campos alambrados, la introducción del ganado ovino y la disminución drástica del número de guanacos, sopesaron definitivamente sobre los indígenas. Los menos fueron rescatados o quizás, como interpretan algunos, recluidos en las misiones salesianas de Río Grande y la Isla Dawson (Chile), mientras que la mayor parte desapareció victima de las enfermedades introducidas por la civilización, el alcohol o directamente de la caza que se ejerció sobre ellos5. La distribución de tierras para los colonos era para entonces una 'urgencia' que impidió comprender y resolver la cuestión indígena. Sólo quedaron las zonas boscosas o las misiones salesianas como alternativas y el indio emprendió un enfrentamiento directo y espontáneo por mantener su espacio libre, en donde el hombre blanco reemplazó al ágil guanaco por la oveja mansa y fácil de cazar. Así fue como durante los primeros años de la colonización existió una luchapor abierta para imponer launa nueva y completamente distinta organización espacial un lado y mantener organización primitiva por el otro. El triunfo de los primeros fue tan veloz que hasta las creaciones tardías de 'áreas de reserva' resultaron prácticamente inútiles, quedando esas extensiones tan solo como 'reserva inmueble' del tesoro nacional: fin trágico para un pueblo patagónico. En la cabecera del Lago Fagnano, por Decreto Ley Nº 515/1925, se establece un área de reserva indígena. En nuestros días se puede afirmar que  justamente no hay indígenas que la habiten y que estas ttierras ierras (fiscales) hoy por hoy sirven de asiento a unos pocos y modestos establecimientos ganaderos ganaderos6. Los canoeros, constituyen quizás uno de los casos más interesantes de las poblaciones prehispánicas de América, tanto por su localización geográfica como por su género de vida. El misterio que por siglos inspiró la lejana Tierra del Fuego fue asociado por cantidad de viajeros, exploradores y cronistas, a estos indígenas, nómades también, cuyo medio de locomoción lo constituía una rústica y primitiva canoa. Los Yámana alternaban en distintos parajes de las costas del Sur fueguino, de Navarino, Hoste, Picton, Lennox y el archipiélago Wollaston. Su cultura náutica implicó una débil ocupación en tierra firme, su localización tenía por objetivo lugares protegidos cercanos a zonas de pesca marina abundante con el consecuente poblamiento disperso. En aquellos lugares sólo se desarrollaron asentamientos transitorios donde apenas quedan como vestigios, junto con algunas de sus 5

  Ver Gusinde, M. Hombres primitivos en la Tierra del Fuego, Fuego, 1951, págs. 99-103. M. Martinic B., Panorama de la colonización de Tierra del Fuego entre 1881 y 1900, 1973, págs. 1973,  págs. 5, 6 y 9. J. L. Imáz, Los hombres del fin del mundo. mundo. 1972, págs. 63-74. 6  Reproducimos un comentario hecho por un exgobernador del territorio en 1945 y que trasluce la falta de comprensión frente a lalaextinción al bienestar los pocos existentes Territorio mediante sesión deindígena: 35.000 ha“El enEstado la zonacontribuye del Fagnano. Estas sonde ocupadas porindígenas pocos indígenas queen se el dedican a la cría de ovinos y que viven incorporados definitivamente a la vida civilizada, habiendo constituido hogares. No hay indígenas en estado primitivo” (Baez, G. 1945). 1945).   9

 

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herramientas, cúmulos de conchas y hues herramientas, huesos os (concheros). En este ambiente senci sencillo, llo, sin embargo, existía un orden territorial el que, al parecer, estaba asociado con la composición de cinco (5) grupos dialectales endogámicos de alrededor de 500 individuoss cada uno y entre los cuales se 'repartían' la ttotalidad individuo otalidad del territorio (Jackson y Popper, 1980, trad. Orquera, 1983: 6).

Figura 1: reproducción de un bosquejo de canoeros de Conrad Martens (1839) en su relato su relato respecto de los viajes de las naves Adventure y Beagle entre los años 1826 and 1836. 1836 . (Fotografía de Tim Cuello del archivo del Museo Territorial, 1983)

Este territorio tenía por límites a los bosques interiores; cada sitio costero de condiciones más o menos favorables era ocupado con cierta periodicidad en función a la presencia del recurso. De todas formas el vínculo con los recursos del mar y su movilidad continua constituían las pautas ambientales más significati significativas vas (Cf.: Orquera, 1978: 206-207). Además de los campamentos, la organización espacial interna, apenas incluía a unos pocos lugares de cierta especialización; Jackson y Popper distinguen a los lugares de ceremoniales, los de aprovisionamiento de corteza, los de  –  trad.:19). Aún así la primera población troceado   y las canteras de piritas (1980  –  troceado estable en aguas del canal de Beagle se relaciona con estos indígenas y la creación por parte de misioneros anglicanos de una misión permanente (1869) que se mantuvo mientras la cantidad de indios lo justificó. Estos canoeros ya conocían al hombre blanco con anterioridad a la presencia de los religiosos: exploradores, exploradores, corsarios, científicos, mineros y loberos surcaron estas aguas (Malaspina, Drake, Fitz Roy, Darwin y muchos otros). El historiador A. Canclini al referirse a las exploraciones de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX dice: “No ha de pensarse que la zona estaba desértica. Por el contrario, fue entonces cuando comenzó, alentando por las buenas noticias de Cook, la invasión de loberos y balleneros de todas las banderas (…). En general, aquellas embarcaciones tenían su base en las Malvinas pero muchas de ellas deben haber buscado reparo en las islas y caletas más australes”, (1981:30).  (1981:30).  Fueron justamente de estos intrépidos marinos de

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quienes recibieron los mayores perjuicios, ya fuera directa o indirectamente 7. Las enfermedades y la eliminación de sus recursos de subsistencia condicionaron su existencia a un punto tal que se extinción fue irreversible 8. La presencia de las autoridades nacionales nacionales argentinas y chilenas coincide práctica y lamentable lamentablemente mente con la desaparición de los grupos Yamana y determina de hecho el comienzo de la política pobladora de los gobiernos centrales. No se puede dejar de mencionar al grupo canoero Alacaluf, quienes ocupaban, en lo que hoy es territorio chileno, los can canales ales y fiordos sudo sudoccidentales ccidentales del del continente. La menor presión pobladora de esta zona fría y de muy abundantes precipitaciones, ha determinado una extinción menos acelerada pero no por ello irreversible (ver Rey Balmaceda, R, 1976: 274). En lo que a nuestro territorio nacional corresponde, queda aún mencionar la presencia del grupo indígena Haush (Aus), que ocupó el extremo oriental de la Isla y aunque se lo estime como pueblo de mayor antigüedad que los Selk‟nam, su desarrollo era inferior y el área de ocupación estaba reducida al extremo de la península Mitre (Lenz, H. 1967:91 y J. Belza, 1978). Su organización espacial se relacionaba con la costa de donde obtenían alimentos, si bien cazaban guanacos, zorros y aves. Se lo considera un pueblo con género de vida tradicional entre el costanero y el terrestre (Orquera, L. 1977:19). Señala Canclini: “No hay duda que qu e fue el primer grupo indígena que entró en un general de decadencia” (1981:43), mientras se producía la transformación del proceso paisaje con la presencia de los loberos, mineros y estancieros. Esta somera descripción permite llegar al escenario fueguino cuando éste espacio deja de ser pasivo para la legislación nacional y comienza a penetrar gradualmente en la conciencia territorial de la Nación. Belza apunta con agudeza: “Ciertamente la administración colonial careció de un soñador para la tierra fueguina y con la independencia no mejoró la suerte. En casi vveinte einte años de gobierno patrio ni siquiera apareció nombrada en documentos oficiales” (Tomo 1, 1974: 48). 1974:  48).

temporal; oral; 2) en lo espacial espacial.. II  –  El poblamiento 'blanco': 1) en lloo temp Con relación al resto del país la organización espacial del Sur patagónico (Sur de Santa Cruz y Tierra del Fuego) presenta diferencias notables en tiempo y espacio. 1) En lo temporal: fue necesario que transcurriera más de medio siglo de independencia para que surgieran iniciativas concretas de poblamiento, aún cuando las concesiones dadas a loberos, balleneros, buscadores de oro, etc., indican una política de espera, recurriendo al espacio austral según fueran las ofertas y necesidades. La “Ley Avellaneda” (oct. 1876) permitió permiti ó la creación de la oficina de Tierras y Colonias (1880) que actuara como instrumento legal para permitir la ocupación y explotación (también la especulación) de los Territorios Nacionales, en momentos en que la Patagonia constituía un solo Territorio Nacional9. Esto no significó la concreción de hecho de los objetivos previstos (la colonización) para lo cual fue 7

  T. Bridges señalaba en la Sociedad Geográfica Argentina (1885): “En los los últimos años los americanos y otros

pescadores marinos de que se alimentaban y con cuyos cueros se vestían (Belza, Tomo 1: 82).se han llevado todos los lobos marinos 8  Cf.: Gusinde, M. op. Cit. 119-121 y U. Ortiz Troncoso, Troncoso, op. Cit. 80. 9  Durante la presidencia de J. A. Roca se dicta la Ley 1.532, el 16/10/1884 que crea los nuevos Territorios Nacionales. 11

 

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necesario superar una cantidad de inconvenientes derivados en su gran mayoría, de la escasez de población y la falta de conocimiento pleno de las características del Territorio (Lenzi, 1967: 269), (Belza II, 1975: 261), lo que indujo al poder central a refugiarse en diatribas burocráticas para así actuar con precaución, hasta finalmente definirse por una política similar a la chilena en vista de los resultados económicos de trascendencia geopolítica que se lograron en las adyacencias del Estrecho de Magallanes. Esta lentitud si bien se fundaba en no 'regalar' lo que era propiedad del Estado (Belza, II, 1975: 23 y 26), permitió que Chile, con una ciudad realmente autónoma (Punta Arenas) tomara la delantera en política territorial y hasta despojara a Ushuaia del área de influencia inmediata en el canal Beagle y zonas cercanas. La autonomía de Punta Arenas tuvo en el poder económico del capital británico a su principal aliado. La provincia de Magallanes fue para Chile una excepción: el liberalismo económico tuvo aquí un campo de acción precioso. El Gobierno de Santiago alentó de todos los modos posibles la radicación de capitales, sin preocuparse por el latifundio o por la monopolización comercial de las familias más poderosas. Por mucho tiempo Magallanes fue prácticamente una provincia extranjera en Chile, donde se hablaba eslavo en Porvenir o inglés en las principales estancias. En 1922 para la presentación de una obra de A. Fuentes Rabe sobre el Sur Chileno, el General chileno P. Dartnell dice: “Se hace notar con cifras a la vista el escaso esfuerzo nacional (Chile)y señor y el predominio avasallador del elemento quemodo hoy por hoy, es dueño de las 4/5 partes de aquella rica zonaextranjero, austral; deeligual se da a conocer el acaparamiento de tierras fueguinas por parte de algunos hacendados opulentos que han ido adquiriendo de año a año en forma ocasional inmensas extensiones de terrenos” (Fuentes (Fuentes Rabe, T. I, 1922: pág. VI). Más adelante el propio Fuentes Rabe al describir Porvenir afirma: “Llama grandemente la atención no encontrar rostros chilenos ni oír hablar este bello idioma: el idioma eslavo predomina en forma absoluta” (1922: 51).  51).  El historiador chileno Martinic B. reproduce un comentario del gobernador de Magallanes en 1892 (Gdor. Señoret) al Ministro de Interior que evidencia la posición trasandina y dice así: “En el Sur de estos territorios, donde la faena de los lavaderos de oro ha traído numerosa población i reina gran actividad en los negocios, se hace sentir más el empeño de los argentinos por atraer hacia la colonia “Ushuaia” el comercio de aquella región, cosa que le será fácil conseguir desde que no existe en aquellos apartados lugares establecimiento alguno Chileno. Felizmente el sistema administrativo de nuestros vecinos no ofrece al comercio las garantías i seguridades que les da la administración chilena, i desde luego, se han presentado a la gobernación algunos negociantes solicitando permiso para construir habitaciones i establecer casas de comercio en uno de los puertos de la Isla Navarino” (1973: 82). Esta administración lenta y dificultosa se relacionaba especialmente en todo aquello que significara la tenencia de la tierra y también en las cuestiones aduaneras. El gobernador F. Godoy se refiere al tema en 1893 cuando dice: “El nuestro (desarrollo) sería el doble del Chileno, sino tuviese que languidecer bajo un cúmulo de disposiciones aduaneras de difícil e imposible cumplimiento cumpl imiento en aquellas regiones” (informe al Ministro del Interior 1893, pág. 37 – 37  – Archivo  Archivo del Museo Territorial de Tierra del Fuego, expediente 3090). 12

 

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Mientras los Gobernadores de Magallanes tuvieron poder suficiente para conceder arrendamientos en forma directa, en nuestro caso sólo se facultó al Gobernador de Santa Cruz desde diciembre de 1884 hasta mayo de 1888 (gdor. Moyano) para preparar y convenir arrendamientos con cierta libertad de acción y, por supuesto, en su Territorio (Belza, (Belza, J., II, 1975: 23 y 26). Pero a partir de la corta experiencia experiencia de Chile y Santa Cruz en materia de tierra pública se produce la colonización ganadera del Norte fueguino. Los remates de tierra de 1897 y 1899 demuestran la clara disposición del gobierno de Buenos Aires de permitir y promover la radicación de capitales importantes y desarrollar una ganadería libre de toda t oda interferencia estatal (Lenzi 1967: 268). De todas formas la velocidad con que quedó asentada la estructura productiva primaria del Territorio posiblemente es sólo comparable en el país con el proceso de ocupación de la región pampeana durante el último cuarto del siglo XIX y que describe Randle en el capítulo I de “La ciudad pampeana” (1977:  (1977:   1-36). Para Imaz simplemente esta rapidez no tiene comparación en el país (1972: 9). Entre las causas que determinarían este acelerado proceso de ocupación se destacan las que señala Imaz cuando afirma: “en esta parte de la Patagonia no hubo que romper ninguna tradición, ni superar modos de los criollos. No había hábitos enraizados, ni formas de trabajo, sólo guanacos e indios nómades que ni tenían chozas permanentes ni constituían tribus, no tenían jefes ni capacidad organiz organizativa alguna” (1972: 10). (1972:  10). s en un El mismo autor llama “latifundistas funcionales” a losativa pioneros que, apoyado apoyados capital fuerte y con el dominio de gran parte del movimiento comercial y el respaldo político del poder central cambió la cara a inmensas extensiones que en menos de dos décadas dejaron su paisaje natural por el cultural 10. El ganado, las viviendas, los alambrados, caminos, etc., se distribuyeron sincrónicamente en todo el Norte de la Isla, tanto argentina como chilena; y para el Centenario las grandes estancias fueguinas (Sara, Cullen, Primera y Segunda Argentina, etc.) presentan una sólida estructura productiva, que aún mantiene su esencia, (ver mapa 3: corte temporal, 1914). 2) En lo espacial: Mayores son aún las diferencias que presenta este sector sector del país respecto del marco espacial, hecho que gravitó directamente en la organización del espacio.En estos primeros tiempos de colonización la presencia argentina de manera similar que en el sector chileno estuvo prácticamente restringida a la acción de gobierno, que como señala Belza (1975: 11-60), tuvo mayor incidencia en el orden administrativo administrativ o que económico. Fueron las Islas Malvinas y Punta Arenas las emisoras de las corrientes pobladoras y generadoras de las actividades económicas. Desde Malvinas aunque parezca una contradicción difícil de asimilar, partieron los primeros colonos dispuestos a establecerse y continuar con la actividad ganadera iniciada en aquellas islas (ver mapa 2). Señala Horacio Lafuente (1981: 46): “La producción ovina, que se inició en las Malvinas y luego se extiende al continente, es la actividad que posibilita el asentamiento asentamien to de núcleos de importancia y la ocupación del interior del Territorio” (se refiere al Sur Patagónico). Este hecho fue buscado y alentado por el Gobierno Nacional a través del gobernador Moyano (Belza, 1975: 11-23) de quien Néstor Auza 10

  Rey Balmaceda, Raúl, aclara la distinción del paisaje geográfico, diferenciándolos como. “salvaje” o “primitivo”, “natural” y “cultural” o “económico” (1976: (1976: 219  219 y 262). 13

 

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señala: “Uno de sus  sus  méritos residió en los esfuerzos realizados para probar que el Territorio (Santa Cruz) se adecuaba para las explotaciones ganaderas y que estos constituían la base de la Colonización”.  Colonización”. 

Mapa 2

Ya anteriormente desde las Islas Malvina Malvinass se había establecido un puente de relación, aunque los objetivos (principales) eran diferentes. En y desde la Isla Keppel desde 1855 la South American Missionary Society intentó la evangelización de los aborígenes del Sur de la Patagonia, con una trascendencia diferente según fuera el caso Fueguinos, SantaLa Cruz, Punta Arenas) el punto de vista (Canales de los distintos autores. presencia británicay también a travéssegún de las misiones evangelizadoras es interpretada de muy diversas formas, así mientras algunos la minimizan otros destacan destacan la trascend trascendencia encia geop geopolítica olítica de las mismas mismas.. Al respecto y relacionado con el caso de Ushuaia se pueden recoger afirmaciones tan dispares como las siguientes:  Afirma Imaz: Imaz : “Esta fue una línea de fundación (se refiere al origen de Ushuaia) Ushuaia) sobre ella se asentó lo que en definitiva prevaleció. Pero aquí lo hemos citado más por su originalidad que por su importancia final” (4, 1972).  1972).   Arnoldo Canclini sin embargo dice: “Sólo en el otro extremo, en Misiones, podríamos encontrar algún paralelo paralelo con la obra de los Jesuitas (…). Es una sucesión de episodios cargados de dramatismo, de tragedia, de heroísmo y sobre todo de fe (…). La Misión trabajó en Ushuaia hasta 1908 (…). Detrás quedaba aquel proceso de luchas y triunfos que abrió el camino a la civilización y al establecimiento pacífico del gobierno argentino” (1980: 49). (1980: 49). 14

 

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Vemos otro punto punto de vista en una cita de Ga García rcía Basalo Basalo,, que hace re referencia ferencia a manifestaciones que el diputado Nicolás A. Calvo atribuye al explorador Bove donde este afirma: afirma: “los misioneros ingleses reconocen la soberanía de la República” e interpreta “hay en ellas (esta afirmación y otras similares) algo casi inaudito ¿Cabe concebir un grupo particular de extranjeros que se atribuye la potestad de reconocer r econocer o no la soberanía del Estado que habitan? Sólo si alguna vez se tuvo la tentación de sostener un propósito distinto, como cierta minoría galesa de Chubut que, infructuosamente, gestionó un proteccionismo inglés. Hasta la decisiva (…) presencia en la Base de Ushuaia de la División Expedicionaria al Atlántico Sur, en la primavera de 1884, los únicos acercamientos conocidos de la misión anglicana al gobierno nacional son interesados. Buscan por anticipado privilegios en tierras que no lograrán en los despachos oficiales de Buenos Bu enos Aires” (1981: 39). (1981: 39). Belza se refiere al tema y dice: “Nada digamos de patentes de pesca otorgados sobre nuestras costas, misiones de exploración y relevamientos como los de Parker King y Fitz Roy que duran casi diez años cercanos al 1830, establecimientos de colonias, y aún misiones religiosas que, aunque sus protagonistas las realizan en la más completa buena fe, no sólo concitan desconfianza de los gobiernos argentinos: sino que animan especulaciones británicas sobre las tierras del Plata o al menos sobre las que están al Sur del paralelo 42 que, para ellos, a nadie pertenecen” (Tomo I, 1974: 49-50). 49 -50). Pero la interpretación invierte, MenéndezUshuaia) considera “Para nuevamente la misión anglicana eso (la se creación deA.laBraun Subprefectura fu eque: fue un preciado acontecimiento acontecimiento que señaló el fin del abandono político en que hasta entonces se había hallado, pues siempre estuvo librada a su propio destino y a la generosidad de algunos idealistas radicados en Inglaterra. La correspondencia de los misioneros, al referirse al arribo, revela un júbilo bien sincero (…). A (…).  A pesar de tanto informe favorable de cuantos llegaron a los parajes (…) no dejó de deslizarse 'sotto voce' una preocupación nacionalista, nacida de la circunstancia de que veía flamear sobre el caserío que ocupaba la Misión el pabellón británico. Esta suspicacia era tan absurda como infundada. Los misioneros, aunque eran súbditos ingleses y dependían en lo espiritual del obispo de las Islas Malvinas, nunca tuvieron intenciones políticas o de penetración o colonización británica” (1971:104).  El profesor F. Daus sin embargo engloba a la acción misional anglicana dentro de la política expansionista del gobierno de Londres, y dice: “La misma corriente de usurpación que arrebató las Malvinas aprovechando las luchas intestinas de los argentinos tentó a extender sus redes a las tierras del canal de Beagle y el valle inferior del río Santa Cruz, hacia la séptima década del siglo anterior, esta vez por el plausible motivo de la evangelización. Por entonces, la Misión Anglicana para Tierra del Fuego y Patagonia tenía en la isla Keppel, del grupo Malvinas, su cuartel general y navíos malvineros navegaban regularmente entre Puerto Stanley y Ushuaia (Bridges 1952 - 62). Sus entradas al continente se orientaron a Punta Arenas (1860  – 1)  – 1) al valle del río Santa Cruz Cruz (1862), (Braun Mene Menedez, dez, 1937: 62) y a U Ushuaia shuaia (187 (1870: 0: 1). Es suficientemente conocido el provecho colonialista que se ha sabido extraer de las misiones evangélicas pero, en el caso patagónico era, acaso, para los aspirantes a usurpadores, demasiado tarde” (1978: 128). (1978: 128).  Resulta inobjetable que la acción de la Misión Anglicana, con toda su cuota de bondad y heroísmo, creó el antecedente más concreto para canalizar la expansión económica 15

 

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desde las Islas Malvinas. Así como Moyano buscó la solución más lógica e inmediata para poblar el Territorio de Santa Cruz (Lafuente 1981: 63-64) también los malvinenses conocían las condiciones fisiogeográficas de las tierras australes; señala Belza en una cita: “Las Islas (Malvinas) Islas (Malvinas) estaban estructuradas con una oveja y media por hectárea y resultaba poco menos que imposible adquirir terrenos en propiedad” (1975: 11-25); este hecho se verifica en un informe del gobernador P. Godoy en 1893 (Informe del Señor Pedro Godoy al Ministro del Interior Dr. M. Quintana  – 6-11-1893,  – 6-11-1893, págs. 31-32). Con todo ha sido Punta Arenas el trampolín en el cual se apoya la ocupación real del Sur de la Patagonia; aún cuando puede resultar exagerado el rol metrópolis dado por algunos autores, sin duda por ser más ilustrativos (Lenzi, H., 1967: 299), (Belza, II, 1975: 59), fue por medio siglo el centro regional de todo el Sur patagónico o utilizando las palabras del corresponsal corresponsal del diario La Prensa Prensa (1884): “Punta Arenas (…) está por su situación llamada a ser el mercado de Tierra del Fuego y de la Patagonia desde Santa Cruz al Sud”, (Belza II, 1974: 92), (Cf.: Butland 1957: 57-74). Este orden espacial se altera progresivamente desde fines de la segunda década del presente siglo. Por una parte el Canal de Panamá desplaza a la ruta magallánica que queda como alternativa marginal. También resultan trascendentes las crisis económicas de 1919/20 y 1929 que tienen un singular impacto en la economía regional, y con unvez mercado restringidoy aproteccionista Gran Bretaña.observada Ambas crisis coincidenmonoproductora con una tendencia cada más centralista por los gobiernos de Argentina y Chile y que terminan por desarticular la organización regional. Punta Arenas al perder su autonomía y la primacía política financiera perdió gradualmente su liderazgo territorial. Producida ya la expansión productiva y alcanzado sus límites naturales, los inversores dejaron Punta Arenas para colocar sus finanzas en plazas más dinámicas (Lafuente, 1981: 138-46), (Martinic, B., 1972: 136, 149/54). Martinic B., nos ilustra al respecto cuando afirma: “Cabe señalar que en estos años se registra ya el éxodo definitivo de las principales familias del Territorio que fijaron su residencia algunas en Santiago y Valparaíso y otros  –los  –los más- en Buenos  Aires, capital del país en que se radican sus mayores intereses y negocios”  (1972: 149).

Foto 5: Punta Arenas sobre la costa Norte del Estrecho de Magallanes (del autor, 1983)

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 Ante estos acontecimien acontecimientos tos las localidade localidadess argentinas terminan por entrar en la órbita de Buenos Aires hasta tanto se genere un nuevo orden de la jerarquía espacial de la Patagonia, con Bahía Blanca como punta de lanza de la expansión pampeana y Comodoro Rivadavia con un sólido crecimiento basado en el petróleo, como principales centros de atracción11. Para el caso particular de Tierra del Fuego (Arg.) y su relación con Punta Arenas, es necesario diferenciar las adyacencias del Canal de Beagle y el área andina del resto de la Isla, puesto que en esta zona, donde Ushuaia actuara (y aún actúa) como único centro de servicios, primaba el aislamiento y la escasez de población. El Centro y Norte del sector argentino se organizó de acuerdo con la instalación de los establecimientos agropecuarios, los cuales confluyen hacia Río Grande en forma espontánea, generándose así desde principios de siglo un centro de servicios natural, antecedente a su decreto de fundación en 1921. Este poblado y su Hinterland mantuvieron estrechos vínculos con Punta Arenas hasta la década del 40 cuando el Territorio pasó a ser Gobernación Marítima. Lenzi reproduce la apreciación que sobre la necesidad de crear una población en Río Grande, le merecía ya en 1900 al capitán de fragata Eduardo O‟Connor y que dice: “Su posición espacial obliga a que el Gobierno G obierno se preocupe en formar ahí un centro productor, que pueda independizar el comercio de esta parte argentina del territorio chileno de(1967: Magallanes y atraer así movimiento que allí afluye únicodepunto recursos” 326). También en el 1935 J. M. Sarobe insiste: “elcomo comercio toda de la zona ocupada por los latifundios es actualmente tributario de Magallanes” (1935: 240).  240).   Con la Gobernación Marítima se desarrolló una política de promoción e impulsaron  impulsaron  aquellas obras de infraestructura que terminarían con esa dependencia (ver Imaz, 9, 19 y Gaignard, R. 29). En la memoria anual de dell gobernador Fidel Anadón Anadón (1943: 21) se lee: “Hasta la creación de la Gobernación Marítima, las comunicaciones marítimas fueron muy precarias, desde entonces la Dirección General Administrativa ha tratado en toda forma de mejorarlas”. mejorarlas”. En la misma memo memoria ria se destacan algunas algunas de las obras en proyecto o ejecución, por ejemplo: 2 rutas complementarias, 3 tramos de la ruta N.º 3, prolongación del servicio de Aeroposta a Ushuaia, instalación de aparatos radiotelefónicos radiotelefónic os policiale policiales, s, etc.12  La vinculación entre Río Grande y Ushuaia encontró en los Andes, sus bosques y el lago Fagnano obstáculos casi insalvables. Por lo demás fue necesario esperar a que los transportes nacionales rompieran con el monopolio comercial que mantenían las grandes casas de comercio de Punta Arenas para que recién entonces el Centro y Norte fueguino se vinculara con mayor asiduidad con el resto de la República. La nueva política aplicada al espacio austral, para quebrar ese monopolio, tuvo que enfrentarse directamente con las leyes de costos y ganancias para afirmar la presencia argentina a impulsar el desarrollo del litoral patagónico independientemen independientemente te

11

 Se cumplen aquí los conceptos sobre región política que señala F. Daus en “Fundamentos para una división regional de la Argentina”. Y que sintetiza en el siguiente párrafo: “Pero la región política es un factor generador de unidad que con la evolución de la instalación humana va dando, pari-passu, signos de particularidad a los espacios originariamente heterogéneos, así como crea frontera por medio, medio, diferenciación en lo primitivamente homogéneo” (1982: 8), (lo 12 subrayado

es propio).   La cartografía del momento también es reflejo del impulso promotor de actividades básicas. Tanto el Instituto Geográfico Militar como la Dirección Central de Industria y Minería realizaron la mayoría de sus relevamientos en los años 40. 17

 

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de Punta Arenas, aún cuando el Estado monopolizó también el manejo de las comunicaciones. Si bien 60 o 70 años no pueden constituir una base temporal suficientemente rígida como para imponer un orden regional por sobre un límite internacional, es probable que la primacía de Punta Arenas representara durante esos años una respuesta natural al espacio espacio sur-patagónico sur-patagónico,, a su evolución socio-económica. socio-económica. Prueba de ell ello o sería la dificultad que aún se presenta en nuestro territorio para definir claramente la  jerarquización espacial en regiones, subregione  jerarquización subregioness y sus correspondiente correspondientess cabeceras. La desvinculación económica del Sur patagónico respecto de Punta Arenas se concretó desde Buenos Aires quién asumió un rol de padrinazgo difícil de superar. Un ejemplo de esta situación fue el caso de las huelgas de los años 1920 y 1921, no solamente dejaron en claro la formación cultural y social del habitante patagónico y su contemporaneidad con los sucesos mundiales, sino también la influencia decisiva del poder central. Aún cuando el gobierno radica radicall actuara condicion condicionado ado por “el “el capital  capital y el trabajo” al decir de Bayer (1972: 120), en definitiva las decisiones esenciales, como la represión a los huelguistas o la revisión de la tenencia de la tierra, partieron desde la Capital Federal. Por décadas, la estructura productiva se mantiene intacta y los establecimientos agropecuarios agropecuar ios alcanzan el máximo de beneficios entre los años 1915 y 1925. La Primera Mundial provoca un aumento en las demandas carne y leche ya no eran Guerra necesarias necesarias nu nuevas evas inv inversiones ersiones en infraestructura (Cf.:deGaignard, 17 17). ). yLos cambios solo parten de medidas administrativas, como la creación de la Gobernación Marítima, el cierre del Presidio de Ushuaia, la fusión temporaria de los Territorios de Santa Cruz y Tierra del Fuego, entre los importantes. El orden social, creado desde el origen del latifundio, las grandes empresas comerciales y la administración pública, mantiene una estructura claramente estratificada. Así se encu encuentran entran desde los más p poderosos oderosos estan estancieros, cieros, en ge general neral europeos y ausentistas, hasta la mano de obra campesina chilena pasando por los empleados estatales y comerciantes; en cada caso con su respectiva jerarquía interna. Fue necesario esperar hasta finales de la década del 50 para alterar y diversificar esta situación. La expansión de la economía nacional basada en la explotación de recursos naturales permitió el comienzo de una nueva etapa aún en desarrollo para Tierra del Fuego. La explotación de los yacimientos petrolíferos y gasíferos desde 1959 trajo como consecuencia una transformación trascendental a la economía fueguina. Hasta fines de la década del 50 la Isla sólo producía ovinos y su organización espacial se limitaba a esta actividad y a la de una burocracia cívico-militar relacionada al gobierno del Territorio y a la seguridad nacional (Cf.: Diano 1978, V). La inversión de capitales en el Territorio al decir de Gaignard: “ha creado un verdadero impacto sobre una estructura económica anquilosada” (1963: 27)13. Los intereses petroleros actuaron decisivame decisivamente nte en la concreción de obras de infraestructura (culminación de la Ruta Nacional N.º 3, el puerto de Ushuaia, etc.) que juntamente con la declaración de “zona franca” (1958), (1958) , han permitido establece establecerr una etapa d de e diversificaci diversificación ón económica en la Isla. Este hecho trajo consigo una nueva dinámica demográfica y un nuevo orden territorial que 13

 Al respecto señala Gaignard: Gaignard: “La Sociedad (Tennessee Gas and Oil) tenía la obligación de invertir diez millones de dólares en tres años y vender toda la producción a Y.P.F.” (1963: 25). 25).   18

 

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se mantiene en nuestros días, días, aún con una serie de problema problemas. s. Podría afirmarse que que ya desde la formación de la Gobernación Marítima el espacio fueguino se aleja de su Geografía Espontánea para pasar a una casi estrictamente Voluntaria que como remarca J. Rocatagliatta: “Las acciones voluntarias, „voluntarismo político‟, se establecen cuando desde la óptica gubernamental, en los diferentes estratos administrativos del Estado se desea actuar sobre el territorio nacional, con el fin de corregir desviaciones o tendencias no convenientes gestadas por la geografía espontánea, crear o acelerar el desarrollo regional donde éste espontáneamente no se da o en la necesidad de incorporar áreas pioneras” (1982: 29). 29) . ¿Tendremos un mejor ejemplo que Tierra del Fuego?

III - Cortes temporales: 1) 1914; 2) 1947; 3) 1980 En este tercer capítulo, los cortes en el tiempo se imponen como recurso metodológico.. De esta manera se señalan aquel metodológico aquellos los hechos y fenómenos de suficiente solidez y enraizamiento en el espacio como para abstraer exclusivamente de la realidad pretérita aquello verdaderamente representativo en el área14. Para definir estructuras espaciales trascendentes en la historia fueguina se han seleccionado dos momentos singulares; uno, el de 1914 que ofrece ya las pautas definitivas de ocupación y explotación que genera el poblamiento blanco. Otro el de 1947 que presenta el marco estructural heredado sobre el que se desarrolla una nueva estructura, en donde se apoya la organización espacial actual. Las unidades de análisis para los dos cortes temporales serán, la Isla Grande de Tierra del Fuego y sus departamentos. La elección de los 'años de corte' contempló la factibilidad de la obtención de los datos necesarios y por ese motivo, aún cuando exista algún margen de error, se han seleccionado los años 1914, 1947 y 1980, los que cuentan con sendos Censos Nacionales. Por supuesto, la utilización de estos datos censales no es excluyente como fuente de información sino que tan sólo se los utiliza como recurso primario. -

Censos Nacionales de 1914  y 1947; datos de mayor importancia para la consideración de los respectivos cortes temporales. t emporales.

Censo 1914 - Isla Grande de Tierra del Fuego Fuego15. 2 Superficie: 20 912 km   División departamental: Ushuaia, Bahía Thetis, San Sebastián e Islas de los Estados. Población Total: Total: 2504 habitantes Densidad: 0,1 h/km2  Población total por sexo y grupo de edad EDAD VARONES MUJERES TOTAL 0 - 9 126 121 247 10 - 19 149 54 203 20 - 29 853 71 924 30 - 39 590 71 661 40 - 49 278 30 308 50 - 59 104 20 124 60 - 69 28 5 33 70 - 74 2 2 4 14

  Con respecto al tiempo y espacio geográfico, ver de Randle “El método de la Geografía”, cap. II, OIKOS, Bs. As., 1977: 77-94.  Incluye Isla de los Estados. 15

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80 y más

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Población urbana y rural discriminada por sexo URBANA RURAL TOTAL VARONES 1221 909 2130 MUJERES 226 148 374 TOTAL 1447 1057 2504 Total de argentinos: 927 Total de extranjeros: 1577 Chilenos: 447 Italianos: 171 Austrohúngaros (Yugoeslavos): 111 Españoles: 559 Ingleses: 126 Otros: 163 ----------------------------Departamento Ushuaia Superficie: 7604 km2  Población total: 1558 habitantes Densidad: 0,2 h/km2  Población urbana y rural discriminada por sexo URBANA RURAL TOTAL VARONES 1221 103 1324 MUJERES 226 8 234 TOTAL 1447 111 1558 Total de argentinos: 639 Total de extranjeros: 919. 919. Chilenos: 91, Italianos:156, Austrohúngaros (Yugoeslavos): 54, Españoles:478, Ingleses: 10, otros: 130 ----------------------------Departamento San2Sebastián Superficie: 4696 km   Población total: 414 habitantes Densidad: 0,1 h/km2  Población urbana y rural discriminada por sexo  sexo  URBANA RURAL TOTAL VARONES 376 376 MUJERES 38 38 TOTAL 414 414 Total de argentinos: 47 Total de extranjeros: 367, 367, Chilenos: 162, Italianos: 8, Austrohúngaros Yugoeslavos): 40, Españoles: 43, Ingleses: 95, otros: 19 ---------------------------------------Departamento Bahía Thetis Superficie: 8092 km2 Población total: 507 habitantes Densidad: 0,1 h/km2  Población urbana y rural discriminada por sexo URBANA RURAL TOTAL VARONES 405 405 MUJERES 102 102 TOTAL 507 507 Total de argentinos: 226 Total de extranjeros: 281, 281, Chilenos: 197, Italianos: 6, Austrohúngaros (Yugoeslavos): 17, Españoles: 31, Ingleses: 21, otros: 9 -----------------Departamento Isla de los Estados Superficie: 520 km2  Población total: 25 habitantes Densidad: 0,5 h/km2  Población urbana y rural discriminada por sexo  sexo  URBANA RURAL TOTAL VARONES 25 25 MUJERES TOTAL 25 25 Total de argentinos: 15 Total de extranjeros: 10 10,, Italianos: 1, Españoles: 7, otros: 2 -----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------20

 

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Censo 1947  – Isla Grande de Tierra del Fuego Superficie total: 20.912 (incluye Isla de los Estados) División departamental: Ushuaia, Bahía Thetis, San Sebastián Población total: 5045 habitantes16i  Densidad: 0,2 h/km2  Población total por sexo y grupo de edad EDAD VARONES MUJERES TOTAL 0-9 340 355 695 10 - 19 313 218 531 20 - 29 30 - 39 40 - 49 50 - 59 60 - 69 70 - 79 80 y más Desconocida

952 903 672 350 85 15 4 51

265 255 150 67 25 10 1 14

1217 1158 822 417 110 25 5 65

Población urbana y rural discriminada por sexo URBANA RURAL TOTAL VARONES 2224 1445 3669 MUJERES 1094 266 1360 TOTAL 3318 1711 5029 Total de argentinos: 2061 Total de extranjeros: 2984: América 2984: América de Sur: 2230, Europa: 732 --------------Departamento Ushuaia Superficie: 7604 km2  Población total: 2182 habitantes Densidad: 0,3 h/km2  Población urbana y rural discriminada por sexo  sexo  URBANA RURAL TOTAL VARONES 1362 229 1591 MUJERES 555 36 591 TOTAL 1917 265 2182 Total de argentinos: 1163 Total de extranjeros: 1019. 1019. América del Sur: 586, Europa: 419 ----------------Departamento San Sebastián Superficie: 4692 km2  Población total: 2402 habitantes 2

Densidad: 0,5 h/km  

Población urbana y rural discriminada por sexo  sexo  URBANA RURAL TOTAL VARONES 861 857 1718 MUJERES 539 144 683 TOTAL 1400 1001 2402 Total de argentinos: 719 Total de extranjeros: 1683. 1683. América del Sur: 1397, Europa: 279 ------------------Departamento Bahía Thetis Superficie: 8612 km2.17  Población total: 445 habitantes Densidad: 0,1 h/km2  Población urbana y rural discriminada por sexo URBANA RURAL TOTAL VARONES 359 359 MUJERES 86 86  Se incluyen 16 personas censadas en el sector Antártico Argentino.  Incluye Isla de los Estados.

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TOTAL 445 445 Total de argentinos: 163 Total de extranjeros: 282, 282, América del Sur: 247, Europa: 34 Censo 1980 - Isla Grande de Tierra del Fuego Superficie total: 21.263 km2 (incluye Isla de los Estados) División departamental: Ushuaia y Río Grande18  Población total: 27.358 habitantes Densidad: 1,3 h/km2  Población total por sexo y grupo de edad EDAD 0-9 10 - 19 20 - 29 30 - 39 40 - 49 50 - 59 60 - 69 70 - 79 80 y más

VARONES 3009 2861 4392 3064 1692 1055 374 124 27

MUJERES 3018 1753 2292 1802 918 564 273 122 18

TOTAL 6027 4614 6684 4866 2610 1619 647 246 45

Población urbana y rural discriminada por sexo URBANA RURAL TOTAL VARONES 14 252 2346 16.598 MUJERES 9988 772 10.760 TOTAL 24.240 3118 27.358 Total 19 580 Total de extranjeros: 7778, 7778, nacidos en de paísargentinos: limítrofe: 6792, nacidos en otro país pa ís no limítrofe: 982 ------------------------------Departamento Ushuaia Superficie: 9082 km2  Población total: 11.443 habitantes Densidad: 1,3 h/km2  Población urbana y rural discriminada por sexo URBANA RURAL TOTAL VARONES 6634 302 6936 MUJERES 4399 108 4507 TOTAL 11.033 410 11.443 Total de argentinos: 8831 Total de extranjeros: 2612, 2612, nacidos en país limítrofe: 2191, nacidos en otro país no limítrofe: 421 -----------------------------------------Departamento Río Grande Superficie: 12.181 km2  2 Población 15.915 Densidad: total: 1,3 h/km   habitantes Población urbana y rural discriminada por sexo URBANA RURAL TOTAL VARONES 8120 1542 9662 MUJERES 5777 476 6253 TOTAL 13.897 2018 15.915

Total de argentinos: 10 749 Total de extranjeros: 5166, 5166, nacidos en país limítrofe: 4605, nacidos en país no limítrofe: 561

 Ver Censo 1980, pág. XVI.  

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Mapa 3

Mapa 4

Mapa 5

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1) Corte temporal - 1914 a) Población: Población:   La población total alcanzó en este año a 2504 habitantes (se incluyen los 25 habitantes de la subprefectura de Isla de los Estados, considerado como departamento en el censo). Estos 2504 habitantes prácticamente sextuplican los 422 que se censaron en 1895, pero como afirma Imaz, es indudable que en este censo no se incluyen a los indígenas que este autor estima en un número no inferior a 500 (1972: 18)19. De todas formas formas el crecimi crecimiento ento es importante aun cuando los valores absolutos son pequeños. Este lapso justamente corresponde a un período de consolidación de la estructura productiva. Para el comienzo de la Primera Guerra Mundial Tierra del Fuego ya tiene una infraestructura sólida, con su capacidad de producción y exportación lanera en pleno desarrollo, la ocupación del territorio se produce de acuerdo con la expansión de la frontera ovina y para ese entonces los campos libres de bosques se explotaban en su totalidad (ver mapa 3). Más aún, algunos establecimientos establecimientos comienzan a surgir en el área de transición (bosque-prade (bosque-pradera) ra) y con 'la gran demanda' de la Primera Guerra se inicia la formación de las llamadas 'estancias chicas'. También el litoral sirvió de base para la ocupación y por lo tanto áreas que podrán considerarse marginales desde el punto de vista ganaderil eran igualmente explotadas. Nuevamente es necesario diferenciar claramente el área cordillerana y las adyacencias a la costa Sur de la Isla con el Centro y Norte del territorio. Mientras que esta última mostró una aptitud natural para la explotación ganadera y sirvió de asiento a las grandes estancias fueguinas, el Sur, desde el límite internacional hasta la Isla de los Estados, se desarrollaba alrededor de Ushuaia, su Penal y su administración, aun cuando pueden considerarse excepciones como es el caso de la estancia Harberton. Señala Belza al respecto y comparando con el Norte de la Isla: Isla: “El monocultivo fue usufructo de la burocracia. Las grandes estancias son aquí oficinas públicas y sobre todo la Cárcel de Reincidentes. El 90% de la población de Ushuaia estaba compuesta de empleados nacional nacionales es y el comercio rondaba alrededor de estas fuentes” (T. III, 1977: 20).  20).   A pesar de las diferencias zonales descriptas los desequilibri desequilibrios os demográficos son generalizados en todo el territorio. La población masculina superaba el 85% y más del 65% de estos correspondían a edades entre 20 y 39 años (ver gráfico N.° 1). El grueso de la inmigración masculina para esos años se apoyaba en los mineros, los peones rurales y el personal administrativo juntamente con los penados. Los extranjeros representaban a más del 60% de la población total, las nacionalidades predominantes estaban dadas por los españoles, chilenos, italianos, ingleses y austrohúngaros (yugoeslavos). (yugoeslavo s). Los totales para el territorio indicarían una equilibrada distribución entre población urbana y rural, pero la realidad era otra y por ello recurrió a la división departamental departamen tal debido a que hasta entonces el único núcleo urbano era Ushuaia. Río Grande a pesar de ser cabecera del Departamento San Sebastián desde 1904 y agrupar para 1914 a 150 habitantes (Belza III, 1977: 249) no es considerado como localidad urbana, inclusive cuando en 1921 se decreta la fundación de Río Grande se le da el carácter de Colonia Agrícola. Como en el caso de San Sebastián, el Departamento Bahía Thetis carecía de núcleo urbano. 19

 

Belza indica 150 habitantes autóctonos que no son considerados en los totales generales (III, 1977: 28). 24

 

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En las diferencias entre los totales de los departamentos se destaca la población de Ushuaia que con 1558 habitantes (urbanos y rurales) supera a la del conjunto de los otros departamentos. departamentos. Esta diferencia a favor de Ushu Ushuaia aia se expl explica ica por la presencia de la cárcel, que, sobre 1300 habitantes de la localidad, en 1920 el número entre presos y carceleros alcanzaba a 900 (Belza III, 1977: 21)20. El porcentaje de extranjeros revela también para los departamentos diferencias sugestivas. Así San Sebastián Sebastián,, carente de un núcleo núcleo urbano propi propiamente amente dicho, con más de 4500 km2  y una economía mono-productora ganadera, tenía casi un 90% de su población extranjera. Se destacaban los chilenos (39%), que ya entonces constituían la peonada rural por excelencia y los ingleses (23%), quienes en general ocuparon los cargos de mayor jerarquía en los establecimientos ganaderos. Es de hacer notar que entre los grandes propietarios no solamente se encontraban ingleses, sino que también españoles, rusos, alemanes, etc., pero en todos los casos se prefería a los administradores, encargados y hasta ovejeros de origen británico dada su experiencia en la cría de lanares. Distinta es la proporción por nacionalidades en el Departamento Ushuaia; los argentinos superaban el 40% de la población y entre los extranjeros sobresalen los españoles (30%), muchos de ellos guardia cárceles y empleados administrativos. En el Departamento Bahía Thetis la distribución era más homogénea; en este departamento alternaba entonces la actividad pastoril y forestal pero, en ambos casos de muy escaso relieve. relieve. La actividad minera minera (oro, lignito) también también tuvo algún desa desarrollo rrollo (Belza III, 1977: 178/179), principal principalmente mente en Bahía Sloggett, pero ya para la segunda década de este siglo carecía de significación (ver mapas 3 y 4). b) Función de los núcleos urbanos:  urbanos:  Como se afirmó con anterioridad, para 1914 el único núcleo de carácter urbano lo constituía Ushuaia. Esta cumplía una diversidad de funciones que, a pesar de su escaso número de habitantes, permite considerarla como núcleo urbano. Por ser capital del Territorio sirvió de sede a una administración burocrática considerable. Otra función destacada se relacionaba con la seguridad nacional, nacional, actuando como base para una subprefectura subprefectura de amplia proyección proyección espacia espacial.l. La presencia de la Cárce Cárcell de Reincidentes significó otra característica sobresaliente para la localidad y su trascendencia también superó los límites territoriales para abarcar los de la Nación toda. Su posición en el extremo austral continental le permitió mantener también una función portuaria de relativa importancia. Es interesante considerar la pérdida de su función original, no como núcleo urbano sino tan solo del primer agrupamiento poblacional estable sobre las costas del Canal de Beagle; ésta era la función misional que perdurara por algunos años luego de creada la subprefectura en 1884. Respetando el concepto de función urbana dado por J. Beajeau-Garnier y C. Chabot y que considera como “el conjunto de actividades dirigidas al exterior” (1975: 120) (se refiere a aquellas áreas que fuera de la ciudad reciben su influencia), resulta evidente que el conjunto de funciones del poblado tienen un carácter principalmente   La población carcelaria variaba en magnitud según las circunstancias. Así por ejemplo. Belza reproduce parte de un informe elevado al Ministerio de Marina en 1922 en el que señala que por indultos, de 700 presos quedaban para la fecha unos 250 (1983: 10-11). 20

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geopolítico-estratégico dada su proyección espacial. De todas formas por las características propias de un área despoblada, y de fisiografía compleja, la proyección de Ushuaia hacia su hinterland teórico era casi nula. La función de capital del Territorio le fue cuestionada casi desde un principio, fundamentalmente por el aislamiento físico que le impusieron la cordillera y el bosque fueguino. Por ejemplo H. Lenzi reproduce una apreciación hecha por un coronel en 1921 y que dice así: “Es de buen criterio considerar la situación intermedia de Río Grande con su puerto sobre el Atlántico en la desembocadura de un río navegable, punto de convergencia de todos los caminos que vienen del Norte, del Sur o del Oeste y ligada a los grandes establecimientos por líneas telefónicas, es el llamado a ser Capital del Territorio y no Ushuaia, situada excéntricamente, al extremo Sur de la Isla sin más perspectivas que la belleza de su panorama, pero inconveniente bajo el punto de vista de aquellos factores que son los que deben predominar en definitiva. Ushuaia quedaría, en todo caso, como estación carbonera” (1967: 332).  332).  A pesar de las presiones, el carácter geopolítico resistió al espectro económico desfavorable que para la época presentaba Ushuaia, aún cuando el progreso de Río Grande se apoyara en bases productivas. c)  Áreas y tipos de producción: Como lo indica el subtítulo, el objetivo de este punto es exclusiva exclusivamente mente establecer con cierta aproximación la localiz localización ación de las principales actividades económicas. - Explotación ganadera: La explotación ovina había alcanzado el pico de producción antes de 1914, en 1905 el número de cabezas era de 1.342.351 (Dirección de Estadísticas y Censos del Territorio Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, T. II: 203) y demuestra fehacientemente la importancia de esa actividad. A título de comparación baste señalar que la misma fuente indica en 1895 la existencia de solamente 7615 lanares. El Norte de la Isla presentaba (y aún presenta) una serie de condiciones sumamente favorables para el desarrollo pecuario; por sus cualidades físicas se destacan: la calidad de las pasturas, la falta total de bosques y una topografía sin mayores trabas para el libre desplazamiento, tanto de hombres como de animales 21. Desde el punto de vista geoeconómico el área fue favorecida por lo que Imaz denomina “libertad de frontera” (1972: (1972: 137) y que permitió la afluencia de capitales desde Punta Arenas 22.

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  Con tan respecto a lassepasturas basta considerar lo para que L. dice un informe: pastos de esosNaturales campos crecen altos que puede cortarlo con máquina la Decius provisión de en forrajes para el “Los invierno ” (Recursos de la Tierra del Fuego, 1914: 48). 22  Para 1902 en el Sur del territorio se calculaba la existencia de 12.000 cabezas (Belza, J.; T. II, 1975: 269). 269).   26

 

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Foto 6: Desde principio del Siglo XX la ganadería se consolidó estructuralmente en la estepa fueguina, Estancia San Julio (del autor, 1982).

Hacia el Sur se puede establecer una franja límite de la explotación coincidente con el desarrollo de los bosques de ñire que alternan con fértiles valles de pastizales de orientación SW –  –NE. NE. De acuerdo con llos os datos analizados analizados por H. Lenzi (1967: 273) se puede estimar que la superficie en explotación superaba ampliamente las 500.000 ha y que salvo en el caso de las explotaciones puntuales en áreas boscosas de Norte a 23

Sur, la ocupación era total hasta aproximadamente el paralelo 54º Sur.   Evidentemente hay correlación entre el área de producción ganadera y la evolución de la tenencia de la tierra, a partir de cuyo análisis se establecieron los límites de aquella (ver mapa 3). Cabe agregar que la colonización ganadera en el Norte de la Isla Grande se desarrollaba con igual intensidad a principios de siglo en ambos lados de la frontera internacional (Cf.: H. Lenzi; 196 1967: 7: 288 y 266; J. Imaz, 1972: 137) 137);; las condicion condiciones es fisiográficas eran prácticamente las mismas y las políticas de tierras, aunque no simultáneas, tuvieron similar repercusión en la misma década del siglo. - Explotación forestal: En las distintas descripciones o proyectos de época se remarca a la actividad forestal como potencialmente potencialmente fundamental. fundamental. Mientras el N Norte orte de la Isla ofrecía su suss pasturas a la ganadería, el Sur brindaba sus bosques para desarrollar una industria local y beneficiar especialmente a los desprovistos puertos patagónicos. La dispersión y densidad del bosque fueguino además de su homogeneidad suponían una explotación relativamente simple simple y de resultados positivos. positivos. Pero paradójicame paradójicamente, nte, estos sólo han sido transcendentes en el ámbito fueguino, donde la madera se utilizó especialmente para viviendas, postes, rollizos para planchados, carpintería en general o simplemente como combustible (Lenzi, H., 1967: 367). Aún cuando existieron envíos relativamente importantes a Buenos Aires y puertos patagónicos (Lenzi, H., 1967: 369), estos eran muy irregulares y la industria maderera no tuvo el despegue esperado. Belza reproduce la Memoria Anual de 1909 del gobernador M. Fernández Valdez en la que explica los motivos de esta situación al referirse a la comercialización con Buenos  Aires y dice d ice así: “La desproporción entre la exigua cantidad de madera exportada y la 23

 En la memoria del gobernador Ripoll (1918) afirma que había 25 establecimientos ganaderos con 789.000 ovinos y 1.630.000 ha ocupadas por hacienda.   27

 

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enorme población forestal es motivada por los costos y escasos transportes y a la circunstancia,, pues en la Patagonia la falta de Aduanas permite la libre introducción de circunstancia la madera chilena con la que no se puede competir porque allí la industria es más antigua, los jornales más reducidos, mayores los capitales, más cortas las distancias y muy superiores las comunicaciones y transportes. Esto mismo he manifestado en otros documentos señalando la conveniencia de fijar un impuesto a la madera chilena en la Patagonia” (Belza, J., 1977: 62 T. III).  III).   Por otra parte, la tala sistemática que se opera desde Ushuaia hacia sus alrededores fue realizada por los mismos penados del Presidio y la madera se utilizó, lógicamente, tanto para calefacción como para el propio aserradero (Belza, J., 1977: 97). Además para las autoridades carcelarias la eliminación del bosque adyacente significó una ventaja para su sistema de seguridad pues allí las facilidades de escape fueron menores. Las estancias, en general, utilizaban la madera como combustible si bien varias poseían aserradero propio. También Belza extrae de la memoria de Gobierno de 1918 la lista de aserraderos que para entonces funcionaban y aquellos que dejaron de hacerlo (1977: 124, T. III); entre los primeros, sobre un total de cinco, cuatro corresponden a estancias ganaderas, mientras que circunstancialmente los tres aserraderos sin actividad se localizan sobre la costa del Canal de Beagle, área de explotación forestal por excelenci excelencia. a. La actividad ganadera, en su expansión, implicó la práctica de incendios y capadas forestales (descortezado) a fin de ganar superficie de pastoreo (ver Balmaceda, R., 1976: 252). El especiali especialista sta J. Milán Dimitri re refiriéndose firiéndose al tema d dice: ice: “Los incen incendios dios son considerados como el peor flagelo que aflige a los bosques andino-patagónico. Ellos han sido provocados por el hombre a partir del momento en que colonizaron esas tierras con destino a la ganadería” (1972: 20). 20).   En el mapa no pudieron establecerse las áreas de corte, si bien se pueden estimar por la localización de los aserraderos que funcionaron intermitentemente entre 1900 y 1914. (Fuentes: Memorias del Gobierno del período correspondiente; J. Belza, T. III, 1977: 53, 106 y 124; J. C. García Basalo, 1981: 141). - Caza y pesca: Los antecedentes de la caza y la pesca en el Mar Argentino Austral remontan al siglo XVIII y aún cuando en la Isla Grande de Tierra del Fuego no se establecieron bases o factorías en los años anteriores al corte temporal, sin duda sus costas han servido de apoyo en muchas oportunidades. (Cf.: Canclini, A.: 1981: 30). El archipiélago fueguin fueguino o (Arg.) tuvo en la Isla de los Estados su “fábrica” o establecimiento para la extracción de aceite de pingüino instalado por Luis Piedrabuena en 1873. De todas formas, la caza indiscriminada indiscriminada por cierto de ballenas, lobos marinos y pingüinos en el mar austral y sobre los archipiélagos y costas patagónicas tuvo sus bases en las Malvinas (Canclini, A., 1981: 30), en la costa de Santa Cruz, en Las Georgias y en Punta  Arenas. Sobre esta actividad los antecedentes son en general imprecisos o novelescos y es particularmente difícil establecer con asidero la magnitud de la explotación (Cf.: Martinic B., M., 1973: 48). Aunque es destacable destacable la falta de control, el ampl amplio io radio de acción y la diversidad de banderas (particularmente norteamericanas e inglesas) que 28

 

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se ocuparon de estas tareas durante los siglos XVIII y XIX. En los años de este corte temporal la actividad prácticamente desapareció por muchos años del ámbito fueguino proyectándose sin embargo en los archipiélagos del extremo Sur del Océano Atlántico (Lenzi, 1967: 253) y G. R. Prosser, 1979: 106). Distintas compañías sin embargo, explotaron loberías en el litoral fueguino aunque su desarrollo al igual que el de los aserraderos no tuvo regularidad y dicho sea de paso, tampoco racionalidad, agotando el recurso sin contemplaciones y como señala T. Carrara, la intensidad de la caza dependía de las oscilaciones de un mercado inseguro (1952: 142). Aún cuando la competencia de los aceites minerales provocara un retroceso importante en la caza de ballenas y particularmente de lobos marinos (Burckardt, G., 1942: Fas. 132, 26) debe también considerarse a la explotación desmedida y sin planificación que provocó una disminución drástica de esta fauna austral, aunque según afirma P. H. Bruno Videla, en el litoral fueguino este proceso fue significativo recién a fines de la década del cuarenta (1980: 6).

Foto 7: apostadero de lobos en Punta Donata, apenas 'restos' contemporáneos de una cacería irracional (del irracional  (del autor, 1983).  1983). 

La actividad vinculada a la caza de animales marinos tampoco provocó una acción pobladora importante importante y estable. La presencia de loberos loberos significó una primera oleada oleada continua de población blanca que frecuentaron el área, si bien no con fines colonizadores sino de explotación extractiva temporal. Esto no es así en todos los casos y merece destacarse a Luis Piedrabuena, quien desde la Isla de los Estados y principalmente en la Isla Pavón (Santa Cruz) fomentó la proyección del espacio nacional en el Atlántico Sur. - Minería: Juan H. Lenzi nos introduce directamente a la actividad minera en Tierra del Fuego cuando dice: “mientras se alejaban hacia el austro las especies más requeridas de esa fauna impresionante, surgió otro elemento de atracción en las costas fueguinas; el oro” (1967: 254). Basta con conocer el alcance de la obra de Julio Popper y su trascendencia en todo el ámbito fueguino para darse cuenta de la importancia que tuvo 29

 

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esta actividad. Puede considerarse como uno de los pilares en que se apoyó la explotación y ocupación del archipiélago todo. Aún cuando la presencia de lavaderos fue relativamente efímera, significaron una exploración acabada de todo el litoral además de promover indirectamente la preocupación del Gobierno Central por la zona.  Al tiempo del corte temporal t emporal,, la efervescenci efervescencia a por los minerales, principal principalmente mente el oro, había decaído casi totalmente. totalmente. En la Memoria del gobernado gobernadorr Fernández Valde Valdezz para 1909 se extrae: “Los principales minerales que se encuentran en la Isla son: oro, plata, cobre, plomo, hierro, lignito y turba (…) Las La s arenas auríferas de Sloggett han sido hasta hace poco tiempo objeto de una lucrativa explotación por aventureros que aisladamente o asociados extraían el oro por los procedimientos más primitivos. Posteriormente una importante sociedad obtuvo las concesiones de Sloggett e introdujo dragas y máquinas aluviales para la explotación, pero los rendimientos no correspondieron a las esperanzas y puede considerarse fracasada esa sociedad” (1910: 5). Las áreas señaladas en el mapa indican, según las distintas fuentes, las que fueran explotadas desde los primeros tiempos de la actividad minera en la década del 80 del siglo pasado y que para 1914 prácticamente estaban en desuso.  A pesar de la importanci importancia a relativa que tuvo la explotación aurífera en nuestro territorio tampoco fue una actividad directamente pobladora; contribuyó sí, en el desarrollo económico, pero no tuvo el tiempo suficiente como para estabilizar poblaciones quedando los lavaderos y otras explotaciones (lignito, cobre, etc.) por décadas, como testigos muertos de la minería minería fueguina. Punta Arenas, fue quiz quizás, ás, el único centro en donde la minería fueguina influyó decisivamente en el crecimiento urbano (Cf.: Martinic, B, M., 1973: 68). Ushuaia si bien e era ra frecuentada por los mine mineros ros del Sur de la Isla (Slogett, Picton, etc.) nunca alcanzó a concentrar la actividad en su puerto; la posición sobre el Estrecho de Magallanes fue un privilegio geográfico fundamen fundamental. tal. - Industrias: Lógicamente para 1914 las únicas industrias que podrían desarrollarse en una zona tan apartada del mercado nacional y mundial, serían aquellas ligadas a la explotación de algún recurso exclusivo o suficientemente abundante como para compensar el factor distancia. distancia. Como yya a se señ señaló, aló, el de desarrollo sarrollo ganad ganadero ero  tuvo su apogeo en las primeras décadas del siglo XX y de algún modo la culminación de ese crecimiento se materializó materializ ó con la construcció construcción n del frigorífico e en n 1916/17. Aún cuando este año no corresponde al corte temporal analizado resulta evidente que la industria frigorífica fueguina se gestó durante durante el mismo. Como antecede antecedente nte se destaca la instalación d de e un saladero y grasería en la estancia Primera Argentina en 1903 (Prosser G.N., 1979: 106). El aprovechamiento forestal implicó, en mayor medida, el preparado de la madera para su industrialización industrialización en el Norte del país o una industrializa industrialización ción básica para el consumo local. En Ushuaia, por otra parte, ya en 1980 surge una envasadora de mejillones y cholgas (Prosser G.N., 1979: 104) que juntamente con los aserraderos de la zona constituyeron las únicas industrias del Sur fueguino.

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d) Circulación: El problema de las comunicaciones ha sido y aún lo es, una constante para Tierra del Fuego y varios son los factores que influyen influyen para que esto ocurra. En primer lugar se destaca la distancia respecto de los grandes centros poblados, sólo salvable, por decenios, a través de la vía marítima y a costa de una navegación dificultosa, con riesgos y sin demasiados incentivos económicos como para el funcionamiento regular de las líneas de navegació navegación. n. - Comunicación Comunicación marítima: Fueron los propios hacendados, dueños de las grandes estancias, quienes monopolizaron la actividad naviera con centro en Punta Arenas. Los transportes navales argentinos operaron circunstancialmente circunstancialmente y con una diversidad tal de funciones que significó el motivo constante de queja, y hasta súplica de la Gobernación, la implementación de un servicio regular, tanto para pasajeros como para carga. Ushuaia tuvo en el puerto su única vinculación al resto del país y su posición excéntrica le significó un aislamiento que sólo fue vencido por las necesidades burocráticas que le imponía su función de Capital y por contar con el Presidio. La producción lanera, en cambio, se comercializaba desde Río Grande y solamente la madera sirvió de  justificativo económico económico para que operara Ushua Ushuaia. ia. - Red vial: Recién a fines de la década del 50 se pudo establecer con cierto grado de factibilidad una comunicación caminera fluida entre el Norte ganadero y la Capital del Territorio; se comprende entonces el desprendimiento zonal de Tierra del Fuego. Así, además de su carácter insular, e en n su propi propio o interior la lass dos áreas pobladas n no o tenían comunicación terrestre entre sí. En el Sur hasta la apertura de la Ruta Nacional N.º 3 solamente existieron las picadas abiertas entre bosques y turbales y que prácticamente eran utilizadas como excepción. El interior (zona Sur) estaba despoblado, los puertos naturales sobre la costa fueguina fueron los únicos asentamientos (Sloggett, Harberton, etc.), en donde las comunicaciones fueron estrictamente marítimas.  Al Norte del lago Fagnano el panorama otro, ladeexplotación ovina significó ocupación homogénea que ya superaba elera paralelo 54º S; la topografía junto una con las áreas libres de bosques ofreció ventajas para establecer una red vial interna importante que se constituyó más adelante en la impronta lógica de la red definitiva de la Isla. De la Memoria del Gobernador de 1915, J. Belza extrae: “Los caminos existentes en el Norte del Territorio y que ligan entre sí los establecimientos ganaderos, desde Cabo Espíritu Santo a Cala (sic) Policarpo han sido construidos exclusivamente por los mismos hacendados quienes los mantienen en condiciones satisfactorias por su propio interés quizás aquí más que en ninguna parte ligado con el interés general por las circunstancias de que los productos de toda esa región no tienen por ahora otras salidas que los puertos de Río Grande y de San Sebastián” (1977: 97). También el límite internacional era atravesado por caminos que vinculaban a las estancias de uno y otro lado. Porvenir (Chil (Chile), e), de algún modo polariz polarizó ó la red caminera hasta que el desarrollo posterior de Río Grande determinó una malla concéntrica en 31

 

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esta localidad con un eje troncal entre ambas poblaciones; cada una entonces mantuvo relativamente su hinterland según la división política. No debe dejarse de tomar en cuenta que Ushuaia al igual que San Juan de Salvamento en la Isla de los Estados surgió como base de subprefectura y su función 'territorial' no implicaba necesariamente un desarrollo económico prioritario. A pesar de las consideraciones y presiones en contra de la capitalización de Ushuaia, resultó meritorio que no se modificara en este aspecto y que el poblado constituyera por esos años una posición de avanzada en un área de frontera casi desértica y económicamente económicamen te marginal. Distinto era el caso del Norte de la Isla que para ese entonces y a pesar de no contar con población urbana propiamente dicha, presentaba un cuadro productivo óptimo, comercializando comercializ ando sus productos a través de Río G Grande, rande, San Sebastián y Punta Arenas (Cf.: Lenzi, H., 1967: 304-306).

2) Corte temporal  – 1947 a) Población Población.. Los años que corren desde 1914 hasta 1947 se corresponden aproximadamente con el período en que la estructura productiva y administrativa gestada desde fines del siglo XIX se mantiene casi sin modificaciones. Esta 'tranquilidad' significó progresivamente progresivame nte el fin de las inversione inversioness de capital, hecho que ttuvo uvo una trascendencia geopolítica de fundamental importancia y que ya se analizara al considerar el rol de Punta Arenas en la organización del Sur patagónico. Para 1925/6 en el Norte y Centro de la Isla la ganadería había alcanzado los límites de su expansión en cuanto a áreas ecológicamente aptas para el carácter extensivo de su explotación. Las necesidades del mercado con sus oscilaciones, no alentaban expectativas de cambio o progreso en 32

 

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casi ningún sentido, simplemente se daba la conveniencia de mantener las cosas tal como estaban, en lo productivo, demográfico y cuando fuera posible en lo político. Por el contrario, las iniciativas económi económicas cas llevadas a cabo en el litoral Sur durante las primeras décadas del poblamiento blanco, nunca lograron estabilizarse y salvo la estancia Harberton que escapa a esta generalización, ninguna explotación, ya fuera maderera, pesquera, minera o ganadera, alcanzó suficiente estabilidad como para subsistir; es decir que también aquí las estructuras, a que se hacía referencia más arriba, se mantuvieron sin modificaciones sustanciales, sólo que el fracaso fue el común denominador. También es al Sur de la cordillera, donde Ushua Ushuaia ia pasa por un período afín al del área ganadera, no por su economía, que era la de los pobres presupuestos y subsidios, sino por su estatismo funcional, su parálisis; aquí los límites del crecimiento lo constituían el aislamiento y el Presidio. La Capital funcionaba en órbita al Presidio, es el tiempo que Imaz denomina: “la época del penal” (10).  (10).   Seguramente estos antecedentes generalizados permitirán comprender con mayor claridad muchos de los resultados a que arriba el Censo Nacional de 1947. El total de 5029 habitantes24, aun cuando dupliquen a los totales de 33 años antes, sólo presentaron un crecimiento anual medio del 20,4 por mil y la densidad media apenas había alcanzado a 0,2 habitantes por km 2 o si se quiere ser más ilustrativo, invirtiendo 2

las unidades, la relación de 1 habitante cada 5 km . Entre las principales causas de este estado de cosas, es importante considerar dos aspectos fundamentales. Por un lado, el sistema administrativo y de seguridad ya en los años 20, en general, cubrían las necesidades locales. Para el sector productivo el panorama era idéntico, los ganaderos se apoyaban en una política de sub-poblamiento en la que no existía lugar para la familia más allá de lo indispensable. Se debe tomar en cuenta con especial consideración que, como se señalara, a partir de 1943 la administración gubernativa es modificada; la creación de la Gobernación Marítima implicó una acción política directa que, sin superposiciones burocráticas, se ejerció sobre un espacio geopolíticamente débil; las inversiones públicas actuaron en más como desencadenantes de una nueva etapa. Sin embargo esto no significó un despegue inmediato ni mucho menos. Se necesitarían más de 15 años para romper la inercia pasiva de Tierra del Fuego (Cf.: Imaz, J. 9-13 y 145-148; Lenzi 194-200; Gaignard 17-37). Como ejemplo de ésta dinámica en gestación se verifica que, mientras el crecimiento anual medio por mil habitantes entre 1914 y 1947 fue del 20,4, las 3513 personas que se obtuvieron en un Censo Territorial de Población de 1940 implicarían un índice del 12,9 para el período 1914 – 1914  – 1940  1940 y nada menos que del 50,7 para 1940 – 1940  – 1947.  1947. Con todo, en el año de este corte temporal sólo se perfilaban nuevos horizontes, todavía la Isla presentaba un cuadro demográfico desequilibrado en casi todas sus estructuras básicas. El porcentaje de población masculina llegaba al 73% y de estos el 83% estaba en edad activa (entre 15 y 59 años) (ver gráfico 1). Al comparar con los valores porcentuales de 1914 se evidencia un pequeño ensanchamiento relativo de la base piramidal, pero de todos modos es significativo que la población de hasta 15 años de edad solamente alcanzaba al 19% del total. 24

 Se descontaron las 16 personas censadas en los observatorios de Melchior e Islas Orcadas por no considerarse el Sector Antártico en el análisis. 33

 

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Los extranjeros representaban en aquel entonces al 59% del total y aunque lamentablemente el censo no discrimina por nacionalidad, se pueden definir muchas singularidades en tan alta proporción. Existe un consenso bibliográfico-documental generalizado respecto del predominio cada vez más absoluto de chilenos entre los extranjeros y resulta sugerente que en 1947 casi el 75% fuera de origen sudamericano. Al igual que en el resto del país, corrientes continentales y regionales desplazaban a las interoceánicas, si bien en el sector argentino de la Isla, los europeos todavía constituían casi el 15% de la población total. Por otra parte y en relación al carácter urbano o rural de la población, el Territorio no contaba aún con un centro poblado de más de 2000 habitantes, cifra considerada mínima para un centro urbano. De hecho la realidad era otra, y como se señalara en el análisis del corte temporal precedente, la diversidad de funciones otorgaba jerarquía urbana a Ushuaia desde mucho tiempo antes. Para 1947, de todas maneras, según los datos censales, la población urbana del Departamento Ushuaia era de 1917 personas y es fácil deducir que todos ellos se concentraban en la capital más austral del país25. Río Grande continuaba con su crecimiento espontáneo y cumplía, a la medida de su tamaño, el rol de centro de servicios para el sector ganadero. En 1940 Río Grande superaba los 500 habitantes, llegando tres años más tarde y según la Memoria del Gobernador de turno, hasta unos 800. Ya en 1947 la población urbana del Departamento San Sebastián era de 1401 habitantes, valor que no deja dudas, siempre en términos relativos, sobre la importancia creciente del poblado. Frente a Río Grande, sobre la margen Sur y en la desembocadura del río homónimo, el frigorífico provocaba una afluencia estival periódica de unos 500 jornaleros, mano de obra temporaria proveniente en su mayoría del Sur chileno 26. De la población permanente, es significativo comprobar que de los 2936 habitantes mayores de 14 años, un 53% eran empleados terciarios (servicios), mientras que las actividades agropecuarias agrupaban a 949 personas (31%) 27. Por supuesto que la distribución de todos los indicadores hasta ahora descriptos no era homogénea en el espacio, a las diferencias ambientales se le sumaban diferencias demográficas importantes que pueden ser tratadas, en parte, tomando los rasgos salientes para cada Bahía Thetis, que departamento. continuaba como departamento sin cabecera real, tuvo un crecimiento anual medio para el período inter-censal negativo (-5,4 por mil), valor por demás indicativo del estado de marginalidad y abandono del Este de la Isla 28. Diferente fue el caso de San Sebastián que con un 42,8 por mil, superó el valor medio general. El motivo de este crecimiento sin duda estuvo asociado a la expansión definitiva de los ganaderos y a la consolidación de Río Grande como centro de Servicios. 25

 En 1940 la población carcelaria en Ushuaia era de 450 personas pero en 1947 se decretó el cierre definitivo del Presidio y pasarían más de tres años para que ello se cumpliera totalmente. Esto significaba una pérdida teórica de importancia en los valores absolutos de población, pero creada la Base Naval en 1949, el cambio no fue tan significativo. 26  En 1940 el 75% de los empleados en el frigorífico eran chilenos mientras que los argentinos sólo sumaban un 9%. También año a año se producía la afluencia desde el Sur de Chile de esquiladores y peones ru rales para la temporada 27 de

verano.  En este caso no se han podido discriminar a las 16 personas censadas en el Sector Antártico.   La Isla de los Estados en este censo quedaba integrada al departamento Bahía Thetis y ya para entonces permanecía sin población permanente. 28

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Otro fue también el cuadro presentado por Ushuaia, aquí el crecimiento apenas superó el 10,0 por mil. En cuanto a los extranjeros y su distribución por departamento, poco es lo q que ue cambia respecto a 1914. En el Norte (San Sebastián) su número representaba al 68% del total de población del departamento de los cuales el 86% era sudamericano (chileno). Estos resultados confirman el comienzo del éxodo de la mano de obra campesina desde el país vecino, a causa de que también allí la ganadería ovina alcanzara su umbral productivo y que, por otra parte, Punta Arenas perdiera la dinámica de crecimiento de principios de siglo. Sin embargo es necesario recordar que una vez alcanzado el número de población suficiente en nuestro sector, el movimiento en la frontera fue de tipo pendular y que recién con la diversificación económica de fines de la década del 50 se produciría nuevamente la captación de mano de obra de origen chileno. Los otros dos departamentos, en sus respectivos sectores de estancias, seguramente recibieron el mismo aporte campesino, pero Ushuaia y su cabecera reflejaban una realidad distinta, puesto que entre los extranjeros los europeos reunían a más del 40%. b) Función de los núcleos urbanos. urbanos. Como se destacara con anterioridad, durante el período inter-censal 1914-47, en Ushuaia prevaleció un 'statu quo' respecto de su estructura urbana. Esta situación se repite en relación con sus funciones, al menos hasta que la creación de la Gobernación Marítima generara nuevas alternativas. De esta manera la Capital del Territorio continuó actuando como centro administrativo relacionado a la Seguridad Nacional. Justamente es en 1947 cuando el Gobierno Central decide el cierre definitivo del Presidio; el haber creado la Base Naval en su reemplazo prueba el interés renovado por jerarquizar la ocupación argentina en el extremo Sur del continente y romper el sitio que espontáneamente le creara la Prisión. El aislamiento físico entre Ushuaia y el resto de la Isla todavía condicionaba, de hecho, su función capitalina; para entonces el progreso de Ushuaia estaba reservado para los soñadores e idealistas ya que la excentricidad de su posición parecía irreversible. irreversible. Distinto fue el caso de Río Grande que aún sin población suficiente como para que se lo considerara núcleo funcionaba agropecuarias. como centro deLas servicio de un hinterland claramente definido porurbano, las explotaciones premoniciones hechas por muchos conocedores de la realidad fueguina respecto de las posibilidades de Río Grande se iban cumpliendo, ayudadas en primera instancia por las necesidades del medio rural y luego por las progresivas dificultades impuestas por las autoridades nacionales para el libre movimiento comercial desde y hacia Chile. Con la apertura del frigorífico en 1916/17, Río Grande consigue un impulso definitivo para que se generara generara un lento pero seguro p progreso rogreso de la localidad localidad basado en una producción ovina de valores constantes. Con el tiempo, y ya en la década del 40, los servicios y el comercio se aseguraban y si todavía el Norte fueguino no alcanzaba a quebrar la dependencia socio-económica hacia Punta Arenas, se daban los primeros pasos en ese sentido. Las grandes estancias, vinculadas estrechamente a aquella ciudad dejan en 1941 la dirección del frigorífico que pasa a depender de la Corporación Argentina de Carnes (CAP), con sede en Buenos Aires. 35

 

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c) c) Áreas  Áreas y tipos de producción producción..  Al igual que para el corte anterior, el análisis análisis estará focalizado en la localización localización de las actividades. - Explotación ganadera: Poco se puede agregar a lo ya dicho respecto de las características en la ocupación del espacio por los ganaderos. Alcanzando ya los límites para la explotación extensiva en la década del veinte, se deberá esperar a la diversificación económica de fines de los años 50 para que se agreguen nuevos elementos de peso para los planteos locacionales. El frigorífico fue, sin duda, el elemento característico de la economía fueguina en aquellos años y su entorno concentraba a las principales sociedades ganaderas con intereses en la Isla. Este hecho no era exclusivo del ámbito isleño sino que también respondía a la organización económica regional de la Patagonia. En 1947 más de 800.000 cabezas de lanares ocupaban un poco más de 1.000.000 de hectáreas y la sólida infraestructura inicial de los establecimientos se mantenía sin variantes de importancia. La incidencia de la producción ganadera ovina en la economía del Territorio quedaba reflejada reflejada en su participación en el Producto Bruto, con más del 50% hasta 1946 y más del 40% en el Producto Geográfico del 1946-58 (Diano, A.; 1978:46). Respecto a la tenencia de la tierra, al igual que en tantos otros aspectos, se verifica un período de quietud relativa. Para 1925, de las 2.095.000 ha consideradas en la Isla, se encontraban escrituradas algo más de 650.000 ha y arrendadas unas 270.000 ha (Anuario de la República Argentina. Dirección de Comercio e Industria, Buenos Aires, 1926). Como se anticipara, estos arrendamien arrendamientos tos darán origen a las 'estancias chicas', que por varias décadas no obtuvieron las tierras en propiedad y cuya superficie promediaba las 10.000 ha. Pues bien, a la fecha del corte temporal la situación era casi idéntica a las de 1925 aunque con la incorporación a los arrendamientos de casi 200.000 ha previamente comprometidas. De todas formas, el latifundio era característico y mantenía en explotación a los mejores campos de todo el Norte fueguino; de las aproximadamente aproximadament e 650.000 ha. que estaban en propiedad, más de 300.000 ha pertenecían a una sola compañía y se ubicaban al Norte del paralelo 54ºN 29

. campos en arrendamiento, sin embargo, eran unos 50 y significaban la ocupación Los de unas 450.000 ha (Lenzi; 273  –   –  4). Sarobe afirmaba ya en 1935: “Los nuevos arrendamientos arrendamien tos prosperan en sus negocios y quedó demostrado que en  en aquel territorio la explotación de 10.000 ha, está muy por encima de la fracción mínima que es dable adjudicar” (239) (ver mapa 4).  4).  - Explotación forestal: En este otro aspecto, también se continuaba con las pautas de explotación del corte anterior, incluso se presentaba con mayor claridad la falta de coherencia y racionalismo en la utilización de los recursos forestales. En varias de las Memorias de los Gobernadores se observan más expresiones de deseo o descripciones sobre la potencialidad de los bosques que resultados concretos de su aprovechamiento. Así 29

  La referencia es la S. A. Ganadera Argentina Menéndez Behety; ver Memoria de los Gobernadores Territoriales 1940/1/2/3/4, Museo Territorial de Tierra del Fuego. 36

 

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por ejemplo G. Baez afirma: "De los extensos bosques de la zona sud, se extraen rollizos para madera cuya aplicación industrial industrial es ya un hecho. La mayor parte de est este e producto se embarca con destino a la Capital Federal, donde se transforma en terciado; parquets; bancos; tacos para zapatos; armazones para monturas; mangos; bochas para polo; toneles, toneles, etc." (1942: 4). En el mismo texto, sin embargo, embargo, menciona la existencia de solamente: “dos pequeños aserraderos locales”.  locales”.  En realidad continuaba la explotación circunstancial, “de a saltos” y con el agravante de una instrumentación irracional, de consecuencias devastadoras en muchos parajes Surfueguinos. Por años se continuó señalando la necesidad de que Tierra del Fuego abasteciera con madera a los desprovistos puertos patagónicos; lamentablemente son relativamente pocos los buenos ejemplos, como aquel que recuerda Maveroff al citar un artículo del diario La Nación (21-1-1899), donde se afirmaba que los estudios para la línea telegráfica Bahía Blanca – Blanca – Río  Río Gallegos habían concluido el año anterior y que los postes llevados del aserradero Lapataia en la Tierra del Fuego fueron depositados en los puertos del Atlántico (1978: 87). Fue justamente en esta década en que la localización de los aserraderos comienza a modificarse. La depredación producida sobre la costa Sur de la Isla, en los lugares favorecidos por la presencia de puertos naturales y la consolidación de la red caminera desde Río Grande hacia el Sur, alentó la explotación progresiva en las adyacencias de la cabecera del lago Fagnano (Prosser G. R.: 110; Rev. Argentina Austral 1943, vol. 144: 120; Lenzi: 373). Hasta una planta industrial maderera instalada en Ushuaia en 1942, se trasladó 8 años después hacia el área mencionada. En 1947, según el censo correspondiente, las actividades de unas 120 personas giraban en torno a la madera; de ellos solamente el 20% trabajaba en la extracción, mientras que el resto se ocupaba en la fábrica de compensado en Ushuaia o también en una serie de pequeñas carpinterías. El destino del recurso era la leña para calefacción, así en 1941, sobre algo más de 20.000 toneladas extraídas, casi 18.500 fueron utilizadas a tal fin. - Caza y pesca: Nuevamente se repite el cuadro de abandono o de los intentos aislados sin proyección ymenos hastadesde irracionales que predominaron desde siempre en los mares australes, o de al la aparición de los primeros navíos europeos. Para las adyacencias la Tierra del Fuego argentina,y entre los años 30 y 50 de este siglo, Canclini menciona las loberías en Isla de los Estados30, Bahía Thetis, El Páramo y Cabo Peña, en donde la matanza fue de tal intensidad que prácticamente no quedaron animales. En Bahía Thetis se llegó a sacrificar más de 30.000 lobos por año (118). El especialista Bruno Videla demuestra la situación de “desastre” en la que quedaron las poblaciones de lobos marinos en nuestras costas. Mientras el total de lobos para el año 1938 se estimaba en 1.500.000 animales, en 1948 se censaron apenas 137.595, de los cuales casi 40.000 se registraron en Tierra del Fuego y sus islas (1980: 2).

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 De un informe del Gobernador Marítimo en 1944 (F. Anadón) al Ministro de Marina: Marina: “Es de hacer notar que aunque la

Isla dedelosla Estados, islotes defauna su litoral adyacente, inclusive el grupo Islas Escondidas quereservas forman parte reserva Nacional marina y que según decreto del 26de delas abril de Año 1937Nuevo Art. 4,yson declaradas Navales, solamente se concederán permisos de caza únicamente con el consentimiento del Ministerio de Marina” (Archivo del Museo Territorial de Tierra del Fuego. Carpeta de Gobernadores 97). 37

 

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La pesca no alcanzó desarrollo alguno, solamente la envasadora de moluscos de Ushuaia implicaba implicaba cierta actividad en el Canal Beagle. Diría el gobernador F. Anadón: “La industria pesquera no está explotada, ni se vislumbran posibilidades posibilidades de q que ue lo sea” (1944: 19). La caza encuentra en esos años una alternativa futura relacionada relacionada con la peletería; en 1946 se introducen castores castores canadienses en busca de su propagación, y… ¡Vaya que se propagaron propagaron!! - Minería: La actividad minera, luego del agotamiento de los yacimientos auríferos aluvionales del litoral fueguino, fue simplemente nula. Tanto es así que lo único rescatable fue la utilización de arcillas locales para una pequeña fábrica de ladrillos instalada en Río Grande durante 1945. Sin embargo, ya se vislumbraba un futuro promisorio. En 1945 culminan con éxito las prospecciones efectuadas en el sector chileno de la Isla Grande (Sprinhill), con la surgencia de petróleo en el pozo N.º 1 (Martinic B., 1982: 164 -5). De todos modos hubo de transcurrir más de una década al momento del corte temporal, para que en 1958-9 se comenzara directamente con la explotación petrolífera-gasífera en nuestro sector de la Isla. Recién entonces se puede dar por concluido el período de tranquilidad económica consolidado en la década del 20 y que se fundamentara principalmente en la monoproducción ovina y la marginalidad política. - Industrias:  Aquí, las posibilid posibilidades ades de considerar a la industria fueguina se ven limitadas al frigorífico. Si bien Ushuaia contaba con su envasadora de cholgas y Río Grande con su fábrica de ladrillos, no debe pensarse que la escala de producción de estos superaba lo artesanal. El frigorífico, f rigorífico, con una matanza anual de unas 350.000 cabezas, permitió la industrialización de las carnes ovinas, la producción de conservas y la preparación de los cueros. Todos estos productos tuvieron como principal mercado al internacional, y es Inglaterra quien polariza la casi totalidad de la producción. Los ganaderos encontraron, de este modo, la alternativa de negociar sus excedentes sin tener que recurrir al traslado de ganado en pie hacia los frigoríficos instalados en territorio chileno. Vale la pena sinfrigorífica embargo, propiedad estaba directamente asociad asociada a a laseñalar industria en que uno ula otro lado de latifundista la ffrontera; rontera; es de suponer, entonces, que las alternativas surgieron tanto por la capacidad productiva como así también por el condicionamiento político impuesto desde Buenos  Aires. El interés británico no solamente radicaba en la calidad y cantidad de lanas y carnes; ya H. Lafuente señaló la importancia de la posición geográfica de la Patagonia respecto de Nueva Zelandia y Australia. El mercado necesitaba un área productiva de características homogéneas singulares y en una posición favorable al transporte de carne enfriada (120). En lo estrictamente local, el frigorífico de Río Grande imprimió una dinámica demográfica especial, con un aporte cíclico estival de más de 500 personas provenientes, provenientes, en su gran mayoría de desde sde el Sur chileno. Recuérde Recuérdese se que Río Grande en 1947 no alcanzaba alcanzaba a los 1500 habitantes. Esta mano de obra golon golondrina drina se sumaba a todos aquellos trabajadores rurales que se ocupaban en las estancias durante la época de esquila, señalada, etc., los que muchas veces superaban el millar. 38

 

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d) Circulación Circulación.. Para 1947 las estructuras básicas de las comunicaciones, comunicaciones, en casi todo el país, podrían considerarse como delineadas; la integración física del territorio nacional, particularmente a través de las cabeceras administrativas, era para entonces una realidad 31. Sin embargo, Tierra del Fuego continuaba con su condición de semiaislamiento, tanto en lo interno como en relación con el resto del país. Las dos plantas de transmisión radiotelegráficas instaladas en Ushuaia y Río Grande en 1915, constituían el único enlace regular y por lo tanto previsible, con el Norte de la República 32. Existió, eso sí, el primer indicio de un vínculo físico, regular con el “continente” y justamente su consolidación básica coincidente coincidente con el momento de este corte, se trata tan solo del transporte aéreo. - Comunicación Comunicación marítima: La gobernación Marítima modificó gradualmente las características especiales de las comunicaciones por mar, pero no sin marchas y contramarchas; y así como quebró el monopolio del movimiento de cabotaje centralizado en Punta Arenas, no encontró otra solución que la monopolización directa o indirecta por el propio Estado. A este hecho se agregaron otras medidas de inspiración nacionalista y, juntamente con los acontecimientoss de carácter espontáneo que ya se señalaron, actuaron decisivamente acontecimiento en la ruptura del orden espacial liderado por Punta Arenas. Río Grande con su hinterland, por esos años dejaba de mirar casi exclusivamente hacia el Oeste, pero muchos iban a ser los problemas para mantener su dinámica portuaria. El puerto de Río Grande, justamente, nunca reunió condiciones físicas más que para la entrada de buques de pequeño calado; sus bancos móviles y la sujeción al influjo de las mareas, fueron limitantes de envergad envergadura ura para su ffuncionam uncionamiento. iento. Entre Río Grande y Ushuaia, por otra parte, el aislamiento sólo era vencido esporádicamente por los transportes navales que aproximadamente una vez al mes y sin seguridad alguna en cuanto a su regularidad, tocaban 'de paso' el puerto de Río Grande en su camino desde o hacia Ushuaia. Del análisis de Lenzi sobre el movimiento portuario se puede comprobar una vez más la situación de cambio cambio por la que atravesaba el Territorio. Dice Lenzi: “Durante un cuarto siglo se sin ymayores variantes el volumen de cargas movilizadas por los de puertos de mantuvo Río Grande Ushuaia. El examen de las estadísticas disponibles para 1920 en adelante, colocan ante un cuadro de verdadero estancamiento en uno y otro, (se refiere a Ushuaia y Río Grande) hasta 1945” (305).  Río Grande enviaba sus carnes, lanas y cueros, casi con exclusividad al exterior, ya fuera directamente o por cabotaje exterior a Punta Arenas. Su dinámica anual era de relativa importancia con totales de 15.000 toneladas con el frigorífico centralizando la mayor parte del movimiento. En Ushuaia en cambio, con un ritmo de menor cuantía (unas 3000 toneladas/año), los vínculos con el mercado exterior eran prácticamente nulos y sólo Punta Arenas surgía como alternativa para la carga.

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 Ver: de P. Randle en el Atlas del Desarrollo Territorial de la Argentina. Págs. 175 175 –  – 219  219 y en las Memorias del mismo, págs. 95 – 95 – 122,  122, 1981. 32  Quizás es útil recordar que para los fueguinos el Norte comienza ya en Santa Cruz. 39

 

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Distinto panorama era el ofrecido después de 1947. Según Según Lenzi: “En el período 194919491956 los barcos de ultramar que operaron en el puerto riograndense fueron 24, los de cabotaje exterior 16 y los de cabotaje interior 320” (306).  (306).  Las exportaciones e importaciones directas se vieron reducidas cada vez con mayor intensidad. Pero la circulación marítima no sólo servía de vínculo comercial entre la Isla Grande con la Argentina 'continental' y los mercados exteriores. Ushuaia y el litoral Sur de Tierra del Fuego dependían de ella para todo tipo de movimiento, ya fueran cargas comerciales, postales o de pasajeros. La irregularidad de estos servicios contribuyó en todo sentido al estatismo en el progreso de Ushuaia. Es más, el litoral Sur ni siquiera pudo mantener su poblamiento disperso dada su dependencia hacia los transportes marítimos. El mapa de localización de las actividades económicas de 1947 es prueba de ello (ver mapa Nº 4). - Red vial: Existía, aquí también, un panorama similar al presentado en el corte anterior. Si bien Vialidad Nacional se instala en la Isla desde 1933, su accionar se focalizó más en mejorar lo ya existente existente que en lo lograr grar el ansiado en enlace lace Sur-Norte. F. Anadón es muy claro al respecto cuando en su memoria anual dice: “De Río Grande a Ushuaia, se hace el servicio del correo por medio de un camión hasta el lago (Fagnano) y desde allí hasta Ushuaia por agentes de policía a caballo durante la época de verano. De mayo a noviembre la parte Sud del Territorio queda incomunicada con el resto del país a excepción de la vía marítima” (1944: 23). Y 23).  Y así mientras el Sur apenas contaba con las picadas, mejoradas para entonces, el Norte de la Isla consolidaba la traza tra za primaria, a cuyo lado se desplegaban las líneas telefónicas que comunicaban a las estancias entre sí y con Río Grande. La Ruta Nacional N.º 3 no quedará definitivamente habilitada hasta comienzos de la década del 60; la necesidad de un puerto de aguas profundas para el desarrollo de las actividades petroleras, lograron por fin completar un espacio históricamen históricamente te dividido. - Comunicación Comunicación aérea: Para finalizar con el ítem es oportuna la consideración del transporte aéreo. En Tierra del Fuego la yconcreción de la Aeroposta tuvocon unamodestia trascendencia fundamental aún difícildeldeservicio evaluar.regular Simplemente se vencía a “la distancia”, a cuyo lado y con un ritmo inicial dramático, se desarrolló la Tierra del Fuego moderna, y a la que además le debiera gran parte de su singularidad históricageográfica. Este progreso en las comunicaciones no tuvo por objeto lograr una integración funcional del espacio fueguino al ámbito regional patagónico. Río Gallegos apenas cumplía su función de escala de pernocte desde y hacia Buenos Aires. La Patagonia con la aviación se encontró ante la posibilidad de modificar sustancialm sustancialmente ente las estructuras espaciales tradicionales propias que tanto dificultaban la ocupación progresiva de su espacio. Los cambios en este sentido no comienzan a percibirse sino hasta bien entrados los años 60, debido a que todo el Sur argentino quedó sujeto a la influencia organizativa de Buenos Aires y aún no escapa al sistema centralista, particularmente en cuanto a las comunicaciones. Con todo, desde 1937, Río Grande tiene su 'puente' hacia el Norte de Ushuaia, con un servicio regular desde 1949, 'salta' tímidamente la cordiller cordillera. a. 40

 

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3) Corte temporal  – 1980 En el último capítulo se considerará en forma particular la organización espacial presente, por lo tanto este corte sólo se desarrollará en función de permitir una comparación esquemática esquemática con los anteriores, completando de este modo, la secuencia histórica focalizada en los cambios espaciales. Vimos como en el corte anterior se gestan las primeras iniciativas de cambios en el orden político, económico y en menor medida social. En función del tiempo y el grado de desarrollo podría denominarse como 'punto de inflexión' a los años 50 de la historia de Tierra del Fuego. Ya para entonces aquel orden tradicional que se apoyara en la mono-producción, el sub-poblamiento y en una estructura espacial interna desvinculada, manifestaba signos evidentes de debilitamiento. No significó esto que surgiera un nuevo orden en forma inmediata; por más de veinte años hasta comienzos de la década del 70 se fueron sucediendo procesos típicamente transicionales. La explotación petrolera, los nuevos sistemas de comunicación y la mayor influencia de la frontera internacional, imprimieron modalidades novedosas que poco a poco se constituirían en el soporte principal para el desarrollo del orden actual; orden inducido con objetivos geopolíticos evidentes que aún mantiene rasgos de transición. La industrialización de Río Grande y Ushuaia y todo el respaldo ya mencionado, son básicamente los factores decisivos que se deben ponderar en este corte de 1980. a) Población. Población.   En realidad 1980 no representa un momento de culminación o iniciación de un proceso, pero a efectos de la comparación con los cortes anteriores, serán manifiestos una gran cantidad de hechos singulares. El crecimiento demográfico es quizás la característica más relevante de estos años y la nueva identidad o personalidad de Tierra del Fuego está íntimamente ligada a él 33. A nadie escapa que el petróleo y/o el gas sin industrias y en áreas despobladas genera apenas una suerte de asentamientos con demasiados desequilibrios estructurales como para que se le relacione directamente con el poblamiento. Pero aún así, también es cierto que la inversión de capitales por esa vía ha sido suficiente como para al menos gestar el despegue geoeconómico geoeconómico (Cf.: Gaignard: op. cit.; Diano, 1979). De los 33 añosseque nos separan último corte, la población se quintuplicó prácticamente septuplicaría en del caso de considerar el Censo total Territorial de 1983 34y. El ritmo de crecimiento estuvo lejos de ser constante, se dieron incrementos en proporciones crecientes a través de los años. En 1960 apenas se llegaba a los 8000 habitantes, es decir sólo 3000 más que en 1947. Es simple inferir i nferir entonces que “el salto” demográfico ocurrió en la década pasada; los números son expresivos: el saldo  saldo  numérico entre 1980 y 1970 (14.852 habitantes) fue superior al valor absoluto en ese último año. En valores comparativos el Territorio continúa en el último rango, apenas si supera el 3% de la población patagónica, la que por otra parte, representa igual valor respecto del total del país. Aun así y con guarismos absolutos tan bajos, los cambios 33

 Liberali, Ana en “Migraciones en la Tierra del Fuego”, analiza en detalle deta lle la evolución demográfica entre los años 1947 y 1977, (1978).   Este Censo realizado el 26 de junio de 1983 debe ser considerado en términos de “aproximación”, puesto que una nevada intensa en toda la Isla Grande generó una serie de dificultades operativas, particularmente en zonas rurales. 34

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cuantitativos y cualitativos permiten diferenciar con claridad un momento singular en la evolución demográfica fueguina. La pirámide de población además de indicar un ensanchamiento muy significativo en casi todas las barras, permite señalar dos hechos decisivos: el primero, es la tendencia a generar su propia base de población (entre 0 y 10 años) y el segundo, es el aporte migratorio de gran magnitud, proveniente proveniente en especial del resto del país y que provoca un perfil demográfico homotético al tradicional (ver gráfico 2). De cualquier manera, los extranjeros todavía representan a casi un 30% de la población total y se puede inferir que de los casi 7000 habitantes nacidos en países limítrofes apenas unas cuantas decenas, por ser generosos con las cifras, no serán chilenos. Es decir, aun con los desequilibrios regionales característicos, es válido avizorar un nuevo cuadro demográfico, sin embargo, embargo, todavía hay mucho por andar. andar. El índice de masculin masculinidad, idad, el más alto del país, alcanza al 154%. Prácticamente la mitad de la población conforma las barras de 15 a 40 años, en donde los nativos no alcanzan al 10% del total. Esta predominancia de 'adultos jóvenes' imprime una personalidad pionera indiscutible, aunque dentro de un sistema inestable aún. A los saldos migratorios positivos se le contraponen deficiencias cualitativas fundamentales en función de proyecciones poblacionales.

Gráfico 2

Retomando a los extranjeros, vemos que continúa el proceso lógico de disminución porcentual, pero ese valor de casi 30% sobre el total, demuestra aún cierta dependencia funcional; para el caso, el europeo ha dejado su rol de importancia. El chileno es entonces el representante por excelenci excelencia a de los extranjeros y, como se verá más adelante, en el ámbito rural su significancia será mayor. 42

 

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¿Qué sucede con la distribución? El 89% de población urbana evidencia un grado de concentración elevado, máxime cuando son sólo dos los núcleos que reúnen carácter urbano. El Departamento Río Grande presenta una distribución homogénea homogénea y salvo en la ciudad y algunos sectores periféricos, no hay mayores variantes en los bajos valores de ocupación del espacio. No existe un gradiente desde o hacia Río Grande; tanto los aserraderos como las estancias y los campamentos petroleros aglutinan a pequeños núcleos poblacionales distribuidos en prácticamente toda la superficie departamental. Pero, insistimos, esto no significa un poblamiento intensivo del área, por el contrario, considerando la superficie total de las explotaciones agropecuarias y forestales, la densidad rural es de apenas 0,003 habitante por hectárea. La densidad rural de Neuquén (1960) era de 0,01 hab/ha explot. agrop. (Ver Bolsi, A.; 14: 1981). En definitiva se puede diferenciar un espacio urbano con un núcleo de mediana  jerarquía a escala regional regional (entre 10.000 y 30.000 habitantes) habitantes)35 y a un espacio rural de distribución homogénea de baja densidad. En el Departamento Ushuaia, sólo el núcleo urbano reúne a más del 95% de la población. El medio rural prácticamente carece de población y los 3 o 4 sitios que agrupan a la totalidad de ésta tampoco tienen mayor proyección espacial. La estructura productiva del Sur fueguino continúa caracterizándose por alinearse puntualmente a lo largo de la vía de comunicación dominante, ayer el Canal Beagle y hoy la Ruta Nacional N.º 3. Por supuesto la población seguirá esa disposición, disposición, el resto: 'vacío'. De la posterior consideración de las áreas geográficas homogéneas y del análisis más detallado de los ámbitos rural y urbano, se podrá arribar a conclusiones más precisas. Por ahora es suficiente tener presente que las estructuras a escala  departamental revelan cierta homogeneidad en lo urbano y un contraste definitivo en lo rural. b) Función de los núcleos urbanos: urbanos: En general no hubo mayores cambios en cuanto a las funciones de Ushuaia y Río Grand. La primera mantiene su diversidad funcional vinculada a su proyección geopolítica y condición de Capital y Río Grande sirviendo a un ámbito rural ahora más diversificado. De todos modos el desarrollo fueguino de los últimos veinte años trajo aparejado una relativa complejidad en cada una de las ciudades. La “zona franca” implantada desde 1956 y el carácter de “zona aduanera especial” adquirida en 1972 tuvieron su lógica respuesta, particularmente en los núcleos urbanos. El comercio sobrepasó en estos años su propio umbral teórico y alcanzó niveles de trascendencia sólo comparables con la concentración de industrias. En ambas ciudades el comercio se estructura esencialmente de dos formas básicas: - El comercio de alcance local, aquel que no es función de la ciudad, sino que es consecuencia propia del agrupamiento urbano. - El comercio que sirva a mercados extrarregio extrarregionales, nales, es decir, aquellos no favorecidos por la libre importación en determinados rubros.

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 Tentativamente, y sobre la base del  del  tamaño de los núcleos según la cantidad de habitantes se podrían agrupar en la Patagonia a las ciudades chicas (entre 2000 y 10.000 hab.), las medianas (entre 10.001 y 30.000 hab.) y las grandes con más de 30.000 habitantes. 43

 

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El segundo tipo comercial se relaciona también a otras nuevas condiciones adquiridas en los últimos años como ser la radicación industrial y el turismo. Pero es oportuno puntualizar que, ya por el origen, escala y/o grado de desarrollo de todas estas actividades, no es posible, al menos por ahora, darles un carácter comercial, industrial y/o  turístico a ninguna de las ciudades. Simplemente evidencian una diversificación estructural, pero generada las más de las veces por condiciones geopolíticas particulares. El tiempo será el encargado de demostrar si estos cambios imprimirán una nueva identidad funcional urbana a Ushuaia y Río Grande. Aún así y con fines comparativos, no pueden dejar de considerarse estos aspectos novedosos. Ushuaia, favorecida por la calidad de su entorno natural aspira a convertirse en una localidad turística y por lo tanto a desarrolla desarrollarr servicios comerciales especiales. Es claro que será necesario cierta infraestructura básica para que el turismo pueda llegar a ser una función urbana propiamente dicha, pero tampoco se puede negar su existencia; diríamos que aparentemente es la dirección hacia lo que evoluciona.

8 9 Fotos 7 y 8: El turismo activo partícipe de las trasformaciones espaciales en Ushuaia. 8: Desmonte para la preparación de pista de esquí en el Cerro Martial (del Martial (del autor 1982). 9: Cabañas linderas al río Pipo (del autor 1982).  1982). 

Río Grande, en cambio, y aun cuando por ahora no cumpla con su función portuaria mantiene sus funciones económicas, incluso con la incorporación industrial a su estructura. Una industria original respecto a las tradicionales en el país. Justamente la Ley 1940/72 tuvo entre sus objetivos la radicación de industrias que no entraran en competencia directa y/o desventajosa con aquellas ya instaladas en 'el Norte'. La electrónica (en general 'de armado'), tipos textiles y otros, han determinado una demanda de bienes no tradicionales, lo cual significó una modificación de la dinámica tradicional del comercio local, diversificándol diversificándolo o y sirviendo a mercados extrarregional extrarregionales. es. Todo ello sujeto a las circunstancias especiales ya mencionadas y en una escala limitada. En síntesis, podemos distinguir: Para Ushuaia:

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  Función Geopo Geopolítica lítica (incl (incluye uye la Mil Militar): itar): Poblamien Poblamiento to intensivo, des desarrollo arrollo turístico, industrial y comercial. Base Naval y Aeronaval con proyección en el  Atlántico Sur.   Función Administrativ Administrativa: a: Cap Capital ital de dell Territo Territorio, rio, co con n proy proyección ección principal hacia el interior de la Isla Grande (superado ya el aislamiento físico con el Centro y Norte de la Isla, 1960).   Función Portuaria: Puerto de aguas pro profundas, fundas, sin espe especializació cialización. n. Único en operación en la Isla Grande y de importancia vital por la condición insular fueguina. Para Río Grande:   Función Zonal: cumple, en gen general, eral, con las características típicas de u un n núcle núcleo o urbano tradicional. Es decir, una ciudad que sirve a su entorno del que recibe determinados bienes y productos. Su poder de atracción está en relación directa con las condiciones naturales del área y con el límite internacional; de ese modo, todo el Centro y Norte de la Tierra del Fuego argentina, con sus explotaciones agropecuarias, mineras o forestales funciona con Río Grande, aunque mas no sea como paso intermedio en los servicios y el comercio. 







c) c) Áreas  Áreas y tipos de producción producción   Para el caso nos remitimos al mapa de áreas y tipos de producción 1982/3 (ver mapa 5). Este no corresponde estrictamente al año del corte, pero tampoco se han producido cambios de importancia que modificaran su diseño y vista la utilidad para el análisis del capítulo siguiente, lo consideraremos válido para 1980. El mapa muestra de modo sencillo la localización de los diferentes tipos de producción, sin que sea necesario de momento, ir a los detalles cualitativos de los mismos. Aquel desarrollo económico cuyo punto de partida lo dio el petróleo, ha dejado una estructura productiva diferenciada espacialmente y que podemos resumir de la siguiente manera:   Área de producción mixta mineraminera-pecuaria. pecuaria. Aproximadamente al Norte del paralelo 54º S.   Área de producción mixta pecu pecuaria-forestal. aria-forestal. D Desde esde el paralelo 54º S. h hasta asta





aproximadamente el piedemonte andino, hacia el Norte y Este del lago Fagnano.    Área turística t urística incipiente. A modo de “corredor” a lo largo de los últimos 50 km de la Ruta N.º 3 con foco en Ushuaia y su bahía.   Área de producción pesquera. En estos años restringid restringidos os a las aguas del Canal Beagle, aunque todavía en 1980 el puerto de Ushuaia sirvió de base a una flota pesquera de altura.   Áreas in industriales. dustriales. E Exclusivas xclusivas de los ámbitos urba urbanos nos y con may mayor or desar desarrollo rollo en Río Grande.







d) Circulación Circulación   En esta materia el cambio más importante respecto de 1947 ha sido la apertura definitiva al tránsito automotor de lados Ruta Nº3 del (1960), circunstancia rompería con la desvinculación zonal entre “las Tierra Fuego”. Pero han que pasado ya veinte años y el crecimiento con su diversificación económica-social, trajeron consigo una 45

 

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serie de requerimientos fundamentales en tal sentido. La red de circulación si así la podemos llamar, es en la práctica el producto o la canalización de los resultados de los usos del suelo y, como afirma Jean Labasse en “La organización del espacio”: “El diseño y la huella en el suelo de la red reflejan mejor que en su concepción funcional la expresión geográfica de la vida del d el Estado” (1973: 189). Con esta línea de interpretación y a modo de síntesis se describen ahora las condiciones de la circulación, exclusivamente en lo referente a su estructuración, sin entrar en un análisis genérico ni funcional. - Red vial: La Isla Grande presenta dos áreas de circulación bien diferenciadas. Por un lado, en el Centro y Norte (o el parque y la estepa) Río Grande actúa como concentrador absoluto, es el centro gravitacion gravitacional al único como consecuencia de una morfología física ordenada por la hidrografía local y la evolución histórica de la explotación lanera. Así, desde principios de siglo se va perfilando una configuración espacial concéntrica (Cf.: Belza, 1977: 57 y 97; Lenzi, 1967: 309-319), que en la actualidad permite un grado de accesibilidad razonable, limitado únicamente a condiciones meteorológicas decididamente desfavorables y, cada vez en menor escala, a la secuencia estacional climática. De cualquier modo los caminos convergentes en Río Grande, a excepción de la Ruta Nacional Nº3, no son de vinculación interurbana y su capacidad de transporte y movimiento son de escasa magnitud; como su nombre lo indica son caminos o rutas “complementarias” (ver mapa 6).  6).   Solamente la Ruta Nacional N°3 actúa como el elemento de circulación de enlace, tanto zonal, regional y extra regional, en lo que se incluye lo internacional. Se ha dado en llamar a este camino como 'columna vertebral' de la Isla y sin duda lo es, a pesar de apenas contar con pavimento en un corto tramo y de estar condicionada su transitabilidad por problemas estacionales que provocan las heladas, nevadas y deshielos.

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Mapa 6

El aislamiento de la Tierra del Fuego queda de manifiesto en la dependencia total que se tiene de este camino en lo que signifique transporte terrestre. Labasse en otro párrafo de la obra citada dice. “El aislamiento se percibe sólo por contraste y no se aprecia sino por analogía” (146). Basta contrastar y 'analogar' para percibir un territorio en situación crítica. En el Sur de la Isla, a la misma Ruta N°3 se le suma apenas un único camino (no urbano) que sirve a sectores hasta hace poco marginados en este sentido. Para tener una idea siquiera aproximada de las diferencias de  de   movimiento entre los caminos, se puede comparar al tránsito medio diario de la Ruta N°3 con valores que oscilaban entre 95 y casi 850 vehículos en los diferentes tramos y los de las rutas complementarias, que salvo en el paso caminero hacia Chile en San Sebastián, en ningún caso superaban los 45 vehículos diarios (según datos Dirección Nacional de Vialidad, Distrito Tierra del Fuego, para 1979).

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Foto 10: Deshielos y aislamientos temporarios en el interior fueguino. Aserradero en cercanías al lago Yehuin (del (del autor, 1983)

- Comunicació Comunicación n marítima: La condición de Ushuaia de ser puerto de aguas profundas con facilidades para la navegación fue por décadas su única alternativa de crecimiento y hasta de subsistencia. Todos los establecimientos de la costa Sur fueguina levantaron su infraestructura apoyándose apoyándose en la navegación. Lamentablemente Lamentablemente,, como ya se señalara, la tradición marinera sólo quedó en Ushuaia donde el transporte marítimo cumplía con regularidad el enlace extra regional, aunque si bien es cierto que la Ruta N°3 canaliza internamente la acción del único puerto  –en  –en sentido estricto –   –  en operación de la Isla Grande. Río Grande sirvió de puerto exportador de la producción lanera hasta que por el avance progresivo de una barra arenosa frontal a la desembocadura del río y por otros inconvenientes inconveni entes físicos (mareas, costas, etc.) se vio imposibilitado de continuar con esa función. La bahía de San Sebastián, sin embargo, a falta f alta de buen puerto en el área de yacimientos de gas y petróleo, se utiliza como fondeadero para 'los buques tanque' que reciben su carga  por distintos ductos sumergidos, desde el sector Los Chorrillos sobre la costa Sur de la Bahía. Este punto puede definirse como lugar de carga, con su accionar limitado al envío de petróleo, gas y derivados. La gran alternativa para la Tierra del Fuego argentina será la vinculación directa por medio de transbordadores entre el Sur de Santa Cruz y el Norte de Tierra del Fuego. Por ahora el paso por territorio chileno es una necesidad ineludible y la utilización de sus servicios de balsas también.

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Foto 11: Balsa en la Primera Angostura en el Estrecho E strecho de Magallanes, Magallanes, (del  (del autor, 1983) 

- Comunicación Comunicación aérea: El transporte aéreo ofrece también alternativas diferentes y mientras Río Grande prácticamente concentra la actividad desde el punto de vista comercial (1980), se reparte con Ushuaia el movimiento aéreo generado por razones militares que en forma conexa implica un transporte comercial. Razones físicas se invocan para la utilización parcial del aeropuerto de Ushuaia por líneas comerciales: pista de escasa longitud (aproximadamente 1500 m), orientada transversalmente a la dirección de los vientos dominantes del cuadrante Oeste y de posición cercana a la cordillera fueguina. Sin duda las razones son importantes pero, según lo demuestra la experiencia, el operar con aviones pequeños y medianos no ofrecería mayores inconvenientes; de cualquier forma parece que no se justificaría la conexión directa con Buenos Aires en aviones de ese porte y entonces, nuestro centralismo espacial tampoco tiene visos de ceder, al menos en esta cuestión. ¿No es ya momento que centros regionales o subregionales, para el caso Río Gallegos, Comodoro Rivadavia o Trelew, administren la circulación en sus respectivas áreas de influencia? ¿O es sólo posible encontrar equipos de mantenimiento mantenimien to y/o personal idóneo en Buenos Aires?36  Para Tierra del Fuego este aislamiento relativo permite en cierto modo, que el 37

gobierno central mantenga sus privilegios de 'espejitos y chucherías' ; por por suerte hay lugar para una compensación posible, la percepción del medio y sus geodiversidades  junto con un posible arraigo, en muchos casos se desarrolla desarrollarían rían con un vigor poco común en las provincias jóvenes del país. A pesar de que muchas veces se ha rayado con lo insólito o despiadado en sentido planificador, las acciones son fundamentales para éste Territorio, que en todo caso se requieren además de las lógicas inversiones financieras, una buena dosis de sentido común. Puede vislumbrarse sin embargo una apertura en materia de transporte aéreo. Desde una perspectiva turística, que con seguridad podría ir mucho más allá, y con la distención potencial en las relaciones argentino-chilena argentino-chilena en estas latitudes, se prevé un acercamiento funcional con Punta Arenas. Esta sola probabilidad permite especular con una serie de opciones en el orden espacial mantenido hasta el presente. En un pasaje anterior destacamos la 'respuesta ecológica' de la política liberal de fines de siglo respecto de Punta Arenas y el Sur argentino; en la actualidad y ante un equilibrio demográfico-económico bastante logrado desde aproximadamente la latitud de Puerto Santa Cruz hacia el Sur (50° S) pareciera oportuna una dirección orientada a la integración económica del extremo austral del continente. Este equilibrio no es espacialmente homogéneo pero tampoco surge de una suma de contrastes. Punta Arenas con Puerto Natales, Porvenir y otros poblados más pequeños se sirven y, valga la redundancia, sirven a un ámbito regional no muy complejo en su estructura básica, aunque con esa “loca geografía” de la que no escapa el Sur chileno. Con similar funcionalidad, Río Gallegos, Río Grande, Ushuaia, Río Turbio y centros menores, estructuran el espacio argentino. Por tradición han quedado marcadas las

36  Conviene recordar que el corte corresponde a 1980. Desde principios de 1984 Aerolíneas Argentinas vincula Ushuaia con la Capital Federal y Bahía Blanca en forma directa aunque todavía sin carácter definitivo. 37  La ironía proviene de la desgravación impositiv impositiva a a las bebidas alcohólicas, al tabaco manufacturado y a una variedad de artículos suntuarios.

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'sendas' de la interrelación chileno-argentina si bien ya no con la hegemonía irradiada por Punta Arenas. Desde luego que los cambios en la organización espacial son espectaculares en contados casos y si esta orientación se confirma, tampoco sería una excepción pero seguramente desde un principio la organización regional, en uno y otro país, presentaría nuevas posibilida posibilidades. des.

IV - La organizac organización ión espacial presente Como se señalara en la introducción, una vez considerado el análisis espacial en forma retrospectiva, se focalizará la atención en lo actual, en aquellos elementos y factores que permiten comprender a la geografía fueguina en los fundamentos del presente. La intención es lograr una descripción lo suficientemente clara como para que no se pierda el „hilo‟ „hilo‟,, la continuidad histórica que naturalmente posee y para que además alcance valor diagnóstico.  A todo esto, resulta bastante generaliz generalizado ado cierto menosprecio científico hacia lo descriptivo, considerándoselo superficial y sin valor operativo. Sin embargo, es del sentido común aceptar a la descripción sistemática como camino a dar un orden a lo disperso, a permitir efectuar comparaciones y con ello lograr una visualización de conjunto necesaria para que cualquier acción voluntaria no dependa de la mera intuición o de conocimientos parcializados. Entonces, en vista de tratarse de un espacio de escasos antecedentes de análisis geográfico, se opta como primer paso por agrupar y  determinar conjuntos espaciales homogéneos (formales) para luego ponderar sus características. La Isla Grande presenta una serie de factores determinantes en su geografía física que permiten establecer con cierta facilidad áreas ecológicamente homogéneas. Gaignard al respecto señala: “… La „Gran Isla‟ (…) se divide netamente en dos regiones morfológicas y bioclimáticas (…). Entre las dos regiones del Norte y del Sur se extiende una una zona de transición…” (1963:3), (también en Fernández, G. Áreas ecológicas homogéneas en Tierra del Fuego, INTA, Bariloche, inédito, 1980). De todas formas esaen homogeneidad las formas exenta de una que complejidad que se profundiza condicionalesenderivados de no unaestá historia particular genera también una organización espacial diferente de  las del resto del país. (Cf.: Imaz, 1972: 1-13). Es así como el uso del suelo resultante presenta respuestas espontáneas o dirigidas, tal como se tratará de demostrar más adelante. Esas áreas de ecología homogénea, al menos en aquellos aspectos de mayor interrelación con su valor como espacios económicos, se pueden definir y hasta delimitar con cierta aproximación por una serie de factores físicos. De todos modos no es el objeto abocarse a un análisis de la geografía física de Tierra del Fuego, simplemente nos remitiremos a conclusiones obtenidas en la bibliografía y en pequeña medida a experiencias personales. Tierra del Fuego cuenta con una abundante bibliografía, ya sea en aspectos antropológicos-arqueológicos, su flora, fauna y hasta en cierto modo de su geografía pero, lamentablemente en este último aspecto en particular, buena parte de los trabajos provienen de análisis y descripciones circunscriptos a un determinado sitio o provenientes de observaciones temporalmente poco significativas. Al respecto, resulta 50

 

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de gran interés la obra de G. Butland (1957), en particular el enfoque del paisaje en cuanto se refiere al Sur chileno (Parte I). Así es como los factores físicos que se consideran en este caso como decisivos lo son exclusivamente en la medida de contribuir a una diferenciación espacial suficientemente clara como para permitir una posterior determinación de los usos del suelo. Esos factores físicos son múltiples y sin duda los más relevantes son los geomorfológicos, climatológicos y fitogeográficos. No significa esto que factores hidrológicos, geológicos, edafológicos, etc., carezcan de importancia, pero la interrelación de aquellos se cumple de forma tal que además de simplificar el análisis, tiene al momento, una validez documental más rigurosa.

1) Áreas homogéneas: Existe un degradeé, por así decirlo, de Sur a Norte en las formas de relieve, en las precipitaciones y en la presencia de árboles, pastizales y turbales. Solamente algunas características climáticas como las condiciones de temperatura, con diferente grado de continentalidad continentalida d en las amplitudes y la pérdida de altura en sentido W-E de los distintos sistemas o subsistemas orográficos, escapan a esta „degradación degradación‟‟ Sur-Norte. Como se puede inferir en lo expuesto con anterioridad, la determinación de los límites de cada una de las áreas tiene por único fin simplificar el análisis posterior de los usos del suelo y de modo alguno poseen un carácter absoluto en la geografía local. El geógrafo Preston James en un análisis teórico sobre el concepto regional señaló: “…Cuando debemos ocuparnos de continuidades en un mapa usamos algún tipo de isolíneas, conectando puntos de igual valor o ratio tales como isoyetas, isotermas o niveles. Estas líneas no marcan límites entre diferentes clases de cosas, aun cuando a veces son interpretadas como tales: indican la dirección de la mayor variación de intensidad”” (Randle, -Ed.-, 1976: 157 – intensidad 157  – T.  T. I). Resulta claro que las variaciones en las características del relieve, vegetación y precipitaciones determinan una diferenciación areal en el sentido señalado por Preston James y que para el caso, la delimitación a plantearse constituiría una acción metodológi metodológica ca valedera. Por sus características topográficas la Isla presenta dos tipos de paisaje dominante, el montañoso al Sur y el de una peniplanicie septentrional con un paisaje de mesetas escalonadas terciarias que alternan con depósitos de origen glaciario (fluvioglaci (fluvioglaciarios). arios). El más se simple de definir es,ámbito por supropio imponencia cordillerano que, como lo indica, encuadra en el de loselAndes Fueguinos. Estossu nonombre son más que la continuación de los Andes Patagónicos aunque su rumbo y pérdida de altura WNW – WNW  – ESE  ESE se diferencia del dominante N-S de todo el gran sistema andino. Así es como el Sur fueguino presenta un relieve montañoso, surcado a la vez por amplios valles longitudinales longitudinales esculpidos en su profundidad por glaciares. Las alturas, menores a las del resto de los Andes americanos, son sin embargo importantes y reflejan el efecto latitudinal; ya entre los 500 y 700 m se dibuja el límite de crecimiento de bosques y los 900 m, y siempre en territorio argentino, son suficientes para encontrar el nivel de nieves permanentes (Daus, 1978: 7).  Además de los relieves escarpados propios de la naturaleza orográfica, potentes glaciares han dejado una cantidad de cuencas excavadas que fueron ocupadas por lagos y turbales, algunos de magnitudes espectaculares. Otro rasgo de este paisaje glaciario está dado por la disposición de las morenas, las que en algunos casos actúan directa o indirectamente como sitio preferencial para la instalación humana (Ushuaia, 51

 

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Isla Gable, etc.). Pero no nos detendremos en las geoformas, dado que por su diversidad y abundancia merecen un tratamiento especial; bastaría con definir al paisaje del Sur de la Isla Grande como montañoso, de morfología glaciar y de ambiente periglacia periglaciar  r 38 .

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Fotos 12 y 13: Fisonomía glaciaria típica de la cordillera fueguina del sector argentino. 12: Valle Vall e del Lasifashaj y sus turbales (del autor, 1984). 13: El Fagnano (Kami), gigantesco lago de vertiente al Pacífico (del autor, 1983)

La topografía cordillerana desaparece hacia el N-NE (Sa. De Beauvoir, cabecera Este del Lago Fagnano, Sa. Lucio López) y desde el piedemonte cordillerano hacia el Norte se presenta un modelado más suave, con terrazas rebajadas por erosión y separadas unas de otras por valles pantanosos (vegas) y turbales. Aquí la acción modeladora es de origen fluvioglaciar y glacifluvial y una amplia red de drenaje escurre, sin mayores conflictos hacia el Atlántico. Esto es así hasta la cuenca del río Grande, pues más hacia el Norte, si bien continúa el paisaje aterrazado, son características las depresiones sin salida, la falta de escorrentías definidas y la acción erosiva del viento en asociación con un grado de aridez cada vez más pronunciada. Una situación curiosa y posiblemen posiblemente te desestabilizante de los sistemas hidrográficos al Sur del río Grande pueda ser provocado por la expansión explosiva explosiva de la población de castores (introducidos en los años 40); estos con sus represas y talas sistemáticas sin control podrían provocar cambios de consecuencias todavía no precisadas. Entre otros aspectos clave y sobre todo en los ámbitos boscosos, los niveles de base de todas las escorrentías han cambiado y continúan haciéndolo; por lo tanto la relación erosiónarrastre-acumulación arrastre-acumula ción implica consecuencia consecuenciass fisiográficas de magnitudes considerables que deberán contemplarse como geográficamente trascendentes. 38

  Esta clasificación se basó en: Derruau, M., 1970 (148-194) y en A. Stralher, 1979 (543-549). Como ambiente periglaciar puede entenderse aquel, que periférico de áreas englazadas, tiene por característica la presencia del hielo durante buena parte del año (congelamientos, ritmos de hielo y deshielo, etc.). 52

 

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Y, ¿qué sucede con las precipitaciones? En vista de que los datos son insuficientes y será menester apoyarse en conjeturas o fundadas apreciaciones para interpretar su distribución. El rigor de las estadísticas demuestra una marcha anual homogénea en las adyacencias de Ushuaia, con valores absolutos relativamente bajos (550 mm), aunque nuevamente la latitud y las nevadas invernales contribuyen a obtener un balance hídrico positivo que se manifiesta entre otras cosas a través de un bosque denso y de gran desarrollo. En toda el área cordillerana sólo Ushuaia ofrece suficientes datos como para elaborar un diagnóstico válido; pero aportes parciales de la Ea. Harberton o del Parque Nacional en Lapataia corroborarían tendencias que a la vez se complementan con las obtenidas por décadas en la Isla de los Estados (Pto. Observatorio). Río Grande (370 mm), en el otro extremo de la Isla, aporta también datos confiables que confirman la disminución gradual en los totales pluviométricos desde la cordillera hacia el Norte, hecho que se refuerza con un índice hídrico negativo dado por una deficiencia de agua importante en los meses estivales (Milano, A. y A. Marzoca, 1954). Con una moderación quizás proporcional a la diferencia de escala, se reproduce la secuencia ambiental de la Patagonia continental, desde las nieves y hielos cordilleranoss a la costa más desprovista sobre el Atlántico. cordillerano Finalmente, la fitogeografía, en correspondencia con esas características climáticas y geomorfológicas permite apreciar una distribución diferenciada por transiciones continuas de ambientes boscosos y húmedos con extensos turbales de los fondos de valle en el Sur, hacia una estepa sin vegetación arbórea en el Norte, con una faja central  –  –el el parque fueguino –   –  en donde el bosque alterna con los pastizales (ver Etchevehere, P. y C. Miaczynski, 1963: 2-5).  Así, con parámetros tan abarcativos como complejos, se puede intentar una división del sector argentino de la Isla Grande en tres áreas ecológicamente homogéneas „separadas separadas‟‟ entre sí por el tipo de límites que Daus denomina “por transfiguración” (ver Rey Balmaceda, R., 19977: 95-96) y una posible cuarta área (el oriente fueguino) cuya singularidad requiera aún de una exploración y análisis más profundo (ver mapa 7). a) El área cordillera cordillerana na b) El La parque estepa fueguino fueguina c) d) El oriente fueguino (¿?)

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Mapa 7

Como puede observarse no se ha buscado mantener unidad de criterio para esta diferenciación y mientras que la denominación de una de las áreas se apoya en aspectos topográficos, en las otras proviene de cualidades fitogeográficas. Tan solo se propone la individualización individualización simple e inmediata a través de algún rasgo dominante. De todos modos, la diferenciación areal en áreas homogéneas para Tierra del Fuego nos plantea una duda metodológica; es que justamente el área por muchos autores definida como „de „de transición‟ transición‟ ocupa una superficie, sino mayor, por lo menos similar a la de las otras áreas. ¿Qué sucede entonces? ¿Puede ser de transición en tal caso? ¿O su misma extensión le daría una cierta 'autonomía geográfica'? En realidad no debemos confundirnos. El análisis regional lleva muchas veces y en particular con las regiones de gran extensión, a un problema de escalas. Hartshorne al ponderar la caracterización y delimitación entre unidades homogéneas o regiones señala: “En algunos casos seguramente reconoceremos reconoc eremos tales áreas como zonas de transición pero eso sólo pospone el problema fundamental sin resolverlo (…). Pero visto que estas dudosas áreas no son comúnmente meros bordes estrechos de transición sino áreas de amplia extensión, quizás tan grandes o aún mayores que aquellas más claramente clasificadas, no hay bases para asumir que son de menos importancia en el cuadro total de un área mayor, o del mundo, que de áreas cuyo carácter podemos describir prontamente" (en Randle -Ed.- 1976: 199-200). Desde el punto de vista de su geografía física el archipiélago fueguino se integra al marco regional de la Patagonia. El cambio en el sentido de la cordillera andina o la evolución latitudinal latitudinal no impiden la integración estructural con el „continente continente‟‟ y si bien es cierto que existen singularidades al Sur del Estrecho de Magallanes, estas no son más 54

 

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que las diferencias propias que puede presentar una región de desarrollo subcontinental como lo es Patagonia. Y entonces sí, a escala regional y no subregional, encontramos una estrecha franja pedemontana andina que corresponde a una transición „bosque „bosque cordillerano-estepa patagónica‟ patagónica‟; a escala subregional (Tierra del Fuego y Sur de la Patagonia continental) nos llevarán a esa secuencia ambiental clásica sólo que moderada en sus extremos. Son factores locales los que inciden en esta singularidad fueguina y, en la orientación del sistema andino y su posición respecto de la dinámica atmosférica del hemisferio Sur se encontrarían seguramente los máximos responsables. ¿Cuál será entonces la clasificación válida para esta parte de la franja transicional de la región? ¿Desde el punto de vista de la subregión o con más detalle aún, del archipiélago propiamente dicho, corresponderá una clasificación transicional? Probablemente se podría continuar con planteos y replanteos indefinidamente, pero a los fines prácticos para una geografía fueguina optamos por considerar al „parque fueguino‟‟  como un área geográficamente homogénea, con un paisaje propio, fueguino generador de un tipo de instalación humana también particular. El pasaje del bosque andino al parque o de éste a la estepa, del mismo modo que la conjunción de actividades forestales o ganaderiles desde el Sur o desde el Norte, indican sí una transición espacial, pero a escala isleña y para un tratamiento geográfico, creemos que convendrá jerarquizar al „parque fueguino‟  fueguino‟  en virtud de su extensión y homogeneidad. Por otra parte el oriente fueguino, aún poco relevado y con características distintivas, reúne condiciones especiales desde el punto de vista ambiental (¿tundra isotérmica?) que han trascendido en diferentes intentos de asentamientos humanos, todos ellos fracasados (Policarpo, Puerto Español, Bahía Tethis, Buen Suceso, etc.), pero a los fines de este aporte, quedará planteada como un sector sect or indefinido integrand integrando o su litoral Norte al Parque Fueguino y el Sur al área Cordillerana. Es así entonces que en cada una de las tres áreas la instalación humana y los usos del suelo resultante son particulares particulares.. La evolución del poblamiento colonizado colonizadorr señala dos frentes o zonas de penetración. Una sobre las costas del Canal Beagle, gestada y reafirmada con algunas variantes por una acción geopolítica impulsada por el Gobierno Central. La otra como resultado de la expansión espontánea de la ganadería ovina facilitada por la legislación liberal de fines del siglo XIX y principios del XX. La cronología de ocupación e instalación es casi simétrica respecto de la costa Sur de la Isla Grande y la estepa estepa norteña; mientras que en el „parque „ parque fueguino‟ fueguino‟  fue consecuencia de la expansión hacia el Sur de la frontera ovina. En los siguientes subítems se analizarán las áreas en forma individual para así establecer de algún modo la „zonificación „ zonificación espontánea‟ espontánea‟  de las actividades (ver Fernández Pico, S., 1979 5). a - El área cordillerana. cordillerana. Sobre la base física apenas enunciada más arriba, este área ha tenido en las costas del Canal Beagle y en menor medida en el resto de la costa surfueguina la única vía de penetración que, a la postre, ha sid sido o también has hasta ta la década del 60 la única vía de circulación comercial. El puerto de Ushuaia todavía hoy y con perspectivas sumamente promisorias actúa como elemento focalizador de las actividades 55

 

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económicas del área. Aún más, desde la apertura definitiva de la Ruta Nacional N.° 3 en los años 60, el puerto canaliza la mayor parte del movimiento de productos de toda la Isla. Por lo infranqueable de la Cordiller Cordillera a y sus bosques, la capital del Territorio careció por décadas de vínculo terrestre con todo el interior fueguino, motivo por el cual el puerto de Ushuaia carecía de un verdadero hinterland. En este hecho se apoyaron las múltiples afirmaciones respecto a la excentricidad de Ushuaia y a la necesidad de trasladar la capital a otro sitio con vinculación real con el interior de la Isla (Río Grande), (ver Lenzi, H., 1967: 332; J. Sarobe, 1935: 243). La estructuración espacial surfueguina se apoyó entonces en la única vía de circulación eficaz y esto tuvo una respuesta lógica en la instalación humana puntual, de escaso relieve y con posibilidades de proyección limitadas por condicionantes físicos. El objetivo de estas instalaciones fue disímil, variando entre la ganadería ovina, la explotación forestal o cuestiones derivadas de la Seguridad Nacional (Subprefectura, Presidio, etc.). Con altibajos se mantuvo esta forma de ocupación; la estructura puntual heredera perduró, aun cuando abierta la circulación terrestre se modificaron en parte las localizaciones de asentamientos. Ushuaia dejó de ser un pequeño puerto con trascendencia espacial y económica apenas importante en el Territorio para alcanzar una proyección de tendencia totalizadora no solamente en la Isla sino también en el Atlántico Sur y el Sector Antártico Argentino. Por su extensión y a pesar de la importancia que revista, no se considerará aquí el uso del suelo a escala urbana. De todos modos se pueden inferir comportamientos o respuestas espaciales a escala mayor si señalamos las funciones que de cada núcleo se propagan. Para el caso de Ushuaia, Ushuaia, como se lo hiciera precedentemen precedentemente, te, debe ttenerse enerse en cuenta su condición de capital del Territorio, lo cual implica de hecho una serie de funciones  jerárquicas independi independientemente entemente de su tamaño o capacidad económica. Así encontraremos desde un gobierno territorial con todas sus atribuciones, hasta dependencias nacionales de toda índole (O.S.N., Juzgado Nacional, etc.). También por su posición geográfica cumple con funciones derivadas de la Seguridad Nacional (Base Naval y Aeronaval, etc.). Además se suman funciones por ser un puerto de ultramar activo y en situación aduanera especial (zona franca). El mapa de las áreas de producción 1982/83 a la escala considerada, presenta una estructura puntual, de tendencia cada vez más definida a alinearse según las vías de circulación. En realidad si comparamos con el mapa de áreas de producción para 1914 veremos también que en aquel período la distribución puntual se alineaba a lo largo de la costa Sur (ver mapas 3 y 5). Ese alineamiento en gran medida ha desaparecido y en reemplazo existe otro apoyado en la Ruta Nacional N.° 3. La actividad forestal y el turismo se destacan como los factores de ocupación más importantes. El primero con pautas de instalación permanente, mientras que el segundo todavía periódicas o estacionales. Las industrias, salvo las adyacentes a la ciudad de Ushuaia, son representadas por los aserraderos; estos dan lugar a una distribución atomizada de la población con una proyección p royección local limitada a las áreas de corte. El aserradero y su explotación, a pesar de cierta inestabilidad y particularmente de su poca importancia como elemento de ocupación real y permanente, puede generar y de hecho lo hace, mayores posibilidades de accesibilidad a áreas hasta hoy 56

 

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absolutamente marginadas al poblamiento. No significa esto que la apertura de „picadas‟   sugiera una posterior eliminación del bosque ni mucho menos. Se supone „picadas‟ que ningún geógrafo puede dejar de considerar el aspecto ecológico, pero tampoco éste es el trabajo en el que se deben volcar las impresiones al respecto. Sin más, cualquier emplazamiento pionero necesita además de un incentivo poderoso, una legislación y control riguroso que de ninguna manera supone poner freno a la expansión, como a veces se sugiere. Más bien, implicaría asegurar una ocupación permanente y la preservación del recurso generador del movimiento poblacional. En realidad el primer uso del suelo estable en esta área en particular, estuvo vinculado a la agricultura y ganadería de subsistencia que fuera introducido por los misioneros anglicanos39. Su desarrollo se limitó más tarde a unos pocos establecimientos costeros (Harberton, Moat, Remolino, etc.) de economía mixta forestal-ganadera y que salvo la Ea. Harberton, no alcanzaron más que un desarrollo relativo. Hoy la explotación ganadera del Sur fueguino sólo se mantiene  –a  –a escala comercial –   –  en tres establecimi establecimientos, entos, dos de ellos ya tradicionales y dedicados en especial al ovino (Harberton y Moat) y el tercero (Río Pipo), favorecido por su contigüidad al mercado de consumo urbano de Ushuaia, se especializa en vacunos. Para el caso de los primeros dos establecimientos, que en conjunto no llegan a las 30.000 ha su estructura por ahora se mantiene, aunque la apertura de un camino de buena transitabilidad en estos años supone una diversificación económica probable en esa dirección. Por ahora, y aun cuando el grado de ocupación es sumamente bajo, esas estancias ofrecen una infraestructura de carácter permanente y constituye junto con los puestos de Marina y Prefectura, las únicas instalaciones efectivas. Desde el punto de vista exclusivamente agrícola, el área, como el resto de la Isla, presenta un panorama desolador; un pequeño predio que no supera las 6 ha en las afueras de Ushuaia está destinado a la producción hortícola, cuando un mercado en constante crecimiento como el de la capital del Territorio permite presumir algún esfuerzo para un abastecimiento tan siquiera importante. La aptitud de la zona no se puede considerar óptima ni mucho menos, pero sí suficiente como para reservar los sectores más aptos a tales fines, particularmente en lo que se da a conocer como el ejido municipal de Ushuaia, de una extensión superior a los 15 km2 (Cf.: Milano, V. y A. Marzoca, 1954: 23-25). La trascendencia económica y espacial de la pesca lamentablemente sólo alcanza un desarrollo relativo y apenas la obtención regular de crustáceos (centollas) genera una actividad industrial y comercial limitada en particular al puerto y las aguas del canal Beagle. De todas formas, en pequeña proporción y sin ser regular, el puerto de Ushuaia sirve de base operativa y de apoyo a buques pesqueros de altura 40. Otra actividad también limitada y aún de más difícil evaluación en cuanto a su trascendencia espacial es la caza comercial. Esta carece de organización por lo que del punto de vista ecológico constituye una actividad sumamente riesgosa, más aún 39

 Como es sabido, el oro fueguino motivó una corriente pobladora importante y también el Sur del archipiélago tuvo su „oleada oleada‟‟. Ya fuera en Sloggett, Picton, Lennox o Navarino, numerosa cantidad de campamentos mineros se mantuvieron por unos años (Belza, J., 1977: 178-179, T. III; 1975: 75-76, T. II). Inclusive los cazadores de lobos y ballenas pululaban desde fines del siglo XVIII en toda la zona marítima austral, pero Tierra del Fuego sólo tuvo bases o factorías, siempre de permanencia efímera, desde fines del siglo pasado y hasta la década del 40. 40  En general se especula con la absoluta necesidad de las flotas de pesca de altura de contar con bases operativas en tierra firma y en sitios cercanos al área de captura; la evidencia demuestra que solamente les resulta conveniente, pero de ningún modo m odo imprescindible. 57

 

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cuando la distribución real de las distintas especies de supuesto interés económico no está bien establecida y las cuantificaciones son solamente aproximativas. No existen cotos de caza y el vacío poblacional contribuye a la falta de control que la legislación vigente supuestamente contempla. El valor económico de los zorros, castores, guanacos y hasta lobos marinos, es el incentivo para una caza donde se entremezcla lo deportivo con lo comercial; sería necesario contar con un mapa del potencial de cada especie y vincularlo con la accesibilidad, para recién intentar una aproximación cartográfica sobre áreas de caza comercial.

Foto 14: Dique y embalse de castores en invierno, cercano al lago Escondido E scondido.. Nótese la madriguera al frente de la imagen (del autor 1983)

Para finalizar con el área en cuestión y aunque parezca reiterativo, conviene recordar que casi la totalidad de su superficie es coincidente con la del Departamento Ushuaia, de una organización espacial singular, producto de su posición y características geográficas. geográfic as. A escala regional gran parte del á área rea es la única del país allende los  Andes, que por años no ofreció alternativas muy alentadoras a la instalación humana espontánea y que además no se liberó aún de las tensiones geopolíticas geopolíticas derivadas de su posición. Todo esto encuadra con una situación  –diríamos  –diríamos – anacrónica  – anacrónica en materia de tenencia de la tierra. El fisco mantiene algo más del 90% de la superficie departamental y ya no es el caso de los llamados „latifundios estatales‟, estatales‟, simplemente se lo asumiría aunque nadie lo asegur a, a, como „tierra de resguardo‟. resguardo‟. b - El área esteparia (la estepa) estepa):: Ya la denominación resulta polémica pero cabe recordar el objetivo metodológico de la subdivisión espacial. La propia definición de estepa como área libre de vegetación arbórea entre otras cualidades es la que facilita su individualización. Al Norte del río Grande, en el sector argentino, sólo encontraremos cubriendo colinas y planicies, vegetación herbácea y arbustiva. Aquí la ocupación „blanca‟ „blanca‟   se fija con pautas muy diferentes a la que se dio en el Sur. Reveamos el proceso: El oro, en una breve primera instancia y luego definitivamente el ovino, generaron una corriente de poblamiento anómala en nuestra historia demográfica de comienzos de siglo. Se la puede considerar anómala puesto que, como señala Imaz, el centro 58

 

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regional promotor del poblamiento fue Punta Arenas, ciudad de un país limítrofe (1972: 7). Esta actuó por tres décadas como receptor de primera y segunda instancia de inmigrantes europeos (yugoslavos, ingleses, alemanes, españoles, etc.). El Norte fueguino (Arg.), de manera similar al Sur santacruceño, tuvo su „despegue despegue‟‟ económico a partir del impulso político que le diera J. A. Roca para que se ocuparan estas tierras (ver Lafuente, 1981: 55-56). Se buscó emular lo que sucedía en Magallanes (Chile) con la explotación del ovino, aun cuando no existiera un núcleo urbano en territorio argentino capaz de absorber los beneficios de la actividad. Resulta claro: ante una política liberal hubo una respuesta „ecológica ecológica‟‟. Esta situación se mantuvo por años, pero ya se vio como desde la década del 40 la frontera política comienza a actuar como tal y la organización de la explotación ovina y su infraestructura pone definitivamente sus ojos en Río Grande y en las barracas de Buenos Aires. Lafuente, en su trabajo sobre Santa Cruz, coloca cuatro factores decisivos para la ruptura del orden espacial sostenido desde Punta Arenas. Por un lado relaciona la caída de la ciudad chilena con la apertura del canal de Panamá en 1914 y la crisis lanera de posguerra (Primera Guerra Mundial). Por otra parte considera que la política económica cada vez más centralizadora y la pérdida de la capacidad empresarial en la zona actuaron también decisivamente en este proceso de cambio de las estructuras espaciales (1981: 137-146). Así es como desde la tercera década de este siglo Punta  Arenas fue perdiendo su autonomía centralizadora y, aun manteniendo la hegemonía regional por varios años más, pasó a jugar un rol de recalada ya que las decisiones políticas y particularmente económicas provenían de latitudes más bajas. Como remate, la Gobernación Marítima desde 1943 constituyó el pilar de apoyo a la ruptura de ese „orden „orden espacial‟ espacial‟ y comenzó a desarrollar una política de promoción e impulso a aquellas obras de infraestructura que terminaron con la dependencia regional hacia Punta Arenas (ver Imaz, 1972: 9-10 y Gaignard, 29). De todas formas la estructura heredada de aquella organización espacial basada en el recurso ganadero ha sido sumamente estable y es hoy el rasgo de perdurabilidad más saliente (quizás el único) que presenta el área. Desde fines de la década del cincuenta la explotación petrolífera-gasífera fueguina se superpone (sin competir) con la ganadería lanar. Sucede que aun cuando los valores de inversión y producción para aquellos son de mucho más envergadura, la respuesta estructural en el espacio es pobre, inestable y hasta podría considerarse de cierto modo contraproducente. Nadie puede negar los recursos que se logran para el Territorio a partir de las regalías, de los caminos, etc., pero desde el punto de vista del uso del suelo, la actividad es temporalmente limitada y de instalación humana precaria, momentánea, „de „de campamento‟ campamento‟. No se debe olvidar, sin embargo, la importancia que para toda la Isla tuvo el desarrollo de esta actividad respecto a las transformaciones provocadas por la actuación de la Tennessee Gas and Oil Co. durante los años de gobierno desarrollista. desarrollista. Efectivamente, la visibilidad de los cambios estructurales, fundamentalmente fundamentalmente en comunicaci comunicaciones ones e infraestructu infraestructura, ra, fueron posibles gracias al aporte de recursos provenientes de esta explotación y tanto Río Grande como Ushuaia pudieron quebrar su estancamiento evolutivo. Como en casi toda actividad minera, el beneficio se vislumbró en los núcleos urbanos influyentes y en el área de uso específico solo quedan algunos de los caminos como aportes permanentes. Como resultado se observa un contraste notable entre las cualidades 59

 

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del uso del suelo ganaderil y el minero; más adelante se profundizará en el tema rural, pero valgan estos adelantos en función de la comparación. La ganadería en la estepa posee una estructura sólida y permanente, aun cuando la división y tenencia de la tierra promovieron bajos y desequilibrados valores demográficos absolutos. La gran estancia de 20, 40 y hasta 60 mil hectáreas estructura el espacio en función del ganado lanar. Las condiciones topográficas y ecológicas en general permitieron y aún permiten un manejo productivo en grandes extensiones localizadas en nucleamientos propios de una autonomía notable. Así, viviendas, energía, galpones y toda la infraestructura de las estancias les permiten mantenerse como unidades de producción, en esencia, todavía mono-productoras. El uso del suelo minero dado por la extracción de gas y petróleo, solamente es decisivo en la determinación de unidades de uso en la escala urbana. Desde la cordillera hacia el Norte, Río Grande fue f ue por años centro convergente de la circulación, aunque la situación favorable tuvo como condicionantes a la mono-producción lanera y el mantenimiento de las pautas de ocupación tradicionales. El gas y el petróleo sirvieron de base a una diversificación económica de suficiente intensidad como para producir una reinversión (retroalimentación) de saludables consecuenciass territoriales, particularmente respecto a un objetivo tan caro como lo es consecuencia en este caso la autonomía zonal. Evidentemente la perdurabilida perdurabilidad d del recurso minero y situaciones de promoción como la que se considerará más adelante deben provocar dentro de un sistema productivo una „inyección inyección‟‟  de suficiente intensidad como para gestar una plataforma económica y demográfica a un desarrollo permanente. Entonces, por el momento y a escala zonal, el uso del suelo que determina esta actividad se manifiesta como una malla o red caminera que une plantas de gas, depósitos, campamentos, campamentos, pozos y un fondeadero de carga (Los Chorrillos) en la bahía de San Sebastián. Río Grande, además de ser en realidad el sitio donde se establecen los usos estructurales con mayor o menor trascendencia temporal, centraliza también la actividad industrial. Hasta la década del 60 la industria correspondía al frigorífico, su funcionamiento estacional constituía la respuesta a la producción rural. En la actualidad la vigencia parcial de “la zona franca” establecida por la Ley Nacional 19640/72, que sirve de base a la radicación industrial ha permitido tanto en Ushuaia como particularmente en Río Grande un importante desarrollo industrial. Los guarismos demográficos demográficos de los últimos diez años, aunque no ttienen ienen exclusivi exclusividad dad en la industria, resultan ilustrativos y sin dudas la radicación industrial ha tenido gran influencia en el proceso poblador. Población total en la Isla de Tierra del Fuego 1970: 13.393 habitantes 1976: 17.277 habitantes 1980: 27.351 habitante habitantess 1983: 36.913 habitantes No se tratará de juzgar aquí lo beneficioso o no de esta ley de promoción, pero sí tomar en cuenta que en sus orígenes suponían una vigencia plena de diez años y ha sido necesario, luego de un debate arduo, prolongar buena parte de los aspectos 60

 

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originales por temor a la desaparición (debandada) de las industrias locales. En realidad, sin apoyo directo o indirecto con medidas especiales es difícil aceptar la existencia permanente de una industria fueguina que no utiliza los recursos naturales propios, toda vez que en materia de competitividad es valorable la potencial especialización tecnológica de la mano de obra empleada.  A diferencia que en el caso de área cordillerana la localización localización industrial es exclusivamente urbana; mismo el frigorífico que por años necesitaba de los boteros para vincularse con Río Grande, es ahora prácticamente coalescente con la ciudad debido a la construcción de un puente sobre el río Grande.

Foto 15: Etapa final (1980) en la construcción del puente vinculante entre el casco urbano de Río Grande y el frigorífico sobre la margen derecha del río (de autor desconocido). 

En definitiva y considerando el área en general, se percibe un uso total de su superficie, es decir éste es un área de ocupación plena, sin tierras fiscales y con la superposición de los usos ganaderos y mineros. Las pequeñas parcelas dedicadas a la agricultura (forrajeras) o los relativamente pequeños lotes fiscales, son apenas significativos y no alteran la homogeneidad señalada.

Foto 16: Estepa fueguina, coironales en invierno. (del autor, 1985)

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c - El parque fueguino: En realidad esta definición espacial de carácter fitogeográfico cumple una función, diríamos didáctica, puesto que permite visualizar con mayor facilidad lo que hasta cierto punto podría denominarse área de transición, cualidad ésta que le da identidad.  Aquí además de existir un gradiente hipsométrico definido y alternar bosques con praderas, también lo hacen los usos del suelo ganadero con los derivados de extracción e industrialización maderera; maderera; hasta el turismo casi inexistente en la estepa y relativamente vigoroso en el Sur, presenta un escalafón intermedio.

Foto 17: Fisiografía del parque fueguino, alternancia de paraderas y bosques, pendientes suaves e 'indicadores' del viento dominante (del autor, 1984).

La actividad ganadera concentra a las estancias denominad denominadas as „pequeñas pequeñas‟‟ (entre 5.000 5.000 y 20.000 has) y la presencia del bosque impone un manejo más cuidadoso y laborioso a la vez de las majadas. La protección del bosque frente a las heladas y nevadas compite con la dificultad de recuperar parte de los planteles para la esquila, además de implicar una merma en la superficie de pastoreo. De todas formas la instalación humana con esta base productiva provocó en otra escala que en la estepa, una infraestructura suficientemente suficientemente estable como para homologarla a ésta. El tamaño de los establecimientos genera una distribución de población más dispersa pero de escaso valor absoluto. La menor capacidad económica de estas estancias por supuesto se traduce en una ocupación, tanto poblacional como productiva, menos intensa; aun así, no se debe crear una idea distorsion distorsionada, ada, ya que salvo por el carácter estacional más acentuado de la actividad ganadera y las bajas densidades de población no se observan mayores diferencias respecto de la estepa. En cuanto a la actividad forestal, esta presenta las mismas pautas de ocupación que en área Sur y la localización industrial se restringe exclusivamente a los aserraderos aunque su distribución es más dispersa, puesto que la red caminera así lo permite. Es evidente entonces, el carácter transicional del área en casi todos los sentidos. A los múltiples ejemplos fisiográficos y económicos se le suma la localización de los servicios. Mientras que en las áreas ya descriptas poseen sendos núcleos urbanos, mal o bien organizadores del espacio, no es así para el área de transición que se encuentra sumergida en la órbita de Río Grande. Pero surge una alternativa novedosa para el territorio y es la creación „dirigida dirigida‟‟ de un poblado o, para ser más precisos, de un Centro de Servicios. Corresponde al proyecto Tolhuin que veremos más adelante.

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2) Los espacios urbanos: a) Ushuaia b) Río Grande Hemos sintetizado el rol funcional que cumple cada una de las localidades. Trataremos ahora de identificar en lo formal a esos espacios urbanos. Nuestra acción estará limitada a diferenciar espacialmente las dos ciudades y no profundizaremos en el análisis más allá que en aquellos aspectos que nos caractericen las „formas urbanas‟‟. Por supuesto que la Geografía Urbana de Tierra del Fuego o mejor, de la urbanas Patagonia toda, merecería un enfoque más abarcativo puesto que en última instancia representa un proceso de ocupación del espacio que aún hoy lleva consigo una dinámica singular; pero a los fines propuestos en este trabajo, creemos que la morfología urbana podrá dar una imagen de suficiente valor. Aun así, no se nos escapa lo que indica Randle en e n “La ciudad pampeana” cuando dice: “nos afirmamos en la convicción de que la morfología tiene valor en tanto es la expresión de fenómenos funcionales, o en la medida que revela una estructura” (113); quizás podamos cumplir en algo con este postulado, pero en realidad, solamente la necesidad de contraponer el espacio urbano del rural motiva esta incursión a la Geografía Urbana. Precisamente, para la determinación morfológica de las dos localidades fueguinas, seguiremos el esquema que en la obra antes citada presenta su autor. a) Ushuaia:  A pesar de su pequeña escala en valores demográficos, a la capital de Tierra del Fuego le corresponden ciertas singularidades geográficas para nuestro país. Su posición trasandina, poco menos que determinante absoluto en la evolución histórica de la Isla Grande, tiene hoy una trascendencia menor, pues, como vimos, existe una relación interna Sur-Norte más fluida. Pero su emplazamiento sobre la bahía homónima y al pie de los Andes ha marcado para siempre una morfología urbana particular. Ha sido la función que le cupo en sus orígenes la que determinó el lugar de emplazamiento; hasta en los antecedentes al poblamiento definitivo los misioneros encontraron en Ushuaia (en la península) un sitio con buen fondeadero, relativamente central en cuanto a la distribución de los Yámana y con aceptables aptitudes agroecológicas para la instalación de una Misión estable. Para la Subprefectura y capital fueguina, una posición de proyección geopolítica y con buen puerto. “Las exigencias de la función determinan la situación de la ciudad; en ocasiones, tales exigencias la obligan a instalarse en condiciones poco confortables” afirman BeaujeauBeaujeauGarnier y Chabaot (239). En el nacimiento de Ushuaia existieron sitios alternativos, pero en definitiva pr evaleció evaleció el “puerto interior hacia el poniente” 41 y al pie mismo de los Montes Martial.

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 Significado del topónimo Ushuaia dado por T. Bridges (Toponimia de la Rep. Argentina, V. I, 341; 1982). 63

 

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Foto 18: Ushuaia al pié del Cerro Martial en 1983. El puerto a la derecha y la pista de esquí 'artesanal' al Oeste (del autor)

No es el momento de adentrarse en la evolución del plano urbano de Ushuaia 42; por ahora tomaremos el plano actual (1983), su forma y relación con las condiciones del sitio. La primera sorpresa que seguramente se le presenta a quienes arriban a Ushuaia es encontrarse con una ciudad emplazada sobre una topografía quebrada y sin embargo ordenada espacialmente por un plano ortogonal. Existen excepciones recientes al trazado en cuadrícula, pero su prevalenci prevalencia a continúa siendo significativa. En realidad, el momento actual de cambios constantes o de crecimiento acelerado, redunda en cierta dificultad si se quiere ajustar el plano teórico con el real. Esto sucede por un desborde irregular y relativamente importante del núcleo tradicional, desborde que no se corresponde con la ocupación plena del mismo, ni tan siquiera con una ocupación proporcional al tamaño de la ciudad. Durante los últimos años, las cuarenta y dos manzanas regulares, agrupadas en tres hileras paralelas a la costa que se delinearon en 1894, fueron definitivamente sobrepasadas con un cubrimiento de más de 400 hectáreas (1985). La mancha urbana adquirió sucesivas formas irregulares y discontinuas por la formación de barriadas no coalescentes con el área urbanizada. De algún modo resulta evidente cierto grado de indefinició indefinición n estructural en Ushuaia y es de suponer que las formas y su emplazamiento juegan un rol principal para que ello ocurra. Tenemos entonces una ciudad que está lejos aún de presentar una mancha urbana compacta, por el contrario, con cierto tipo suburbano ofrece una serie de agrupamientos edilicios que se vinculan por una malla de características irregulares (ver mapa 8).

42

 En el Atlas del Desarrollo Territorial de la Rep. Argentina se consideran tres momentos en la evolución del plano urbano (op. cit. 281). También en el Cuaderno Fueguino Karu Kinka 28, Gómez Crespo y Vita reproducen el plano en su núcleo original para los años 1894, 1914 y 1970. 64

 

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Mapa 8

Un análisis de los elementos nucleares y circulatorios seguramente demostraría la falta de integridad física espacio urbano; superposición al plano de la otros carta topográfica explicaría en del buena medida esta la deficiencia, aunque no excluye condicionantes evidentes, en particular los diferentes tipos de usos del suelo. Estas circunstancias nos llevan a un contorno sumamen sumamente te fragmentado y por su asociación a la costa, de tipo lineal con orientación Este-Oeste. El proceso de expansión de la mancha se encuentra cada vez con mayores exigencias topográficas, el bosque lamentablemente no actuó como condicionante significativo, pero las morenas glaciarias que se escalonan de forma ascendente, ofrecieron y ofrecen dificultades de primer orden. Las posibilidades de crecimiento espacial en primera instancia, se vincula con algunos puntos de características físicas favorables y que se sitúan en forma discontinua y muy dispersa, situación ésta que sumada a la distorsión espacial que se crea por las grandes superficies intraurbanas y/o periféricas de „reserva reserva‟‟ para uso institucional (civil y militar) ha llevado a ocupar y dirigir la expansión hacia terrenos poco aptos y en casos no aptos para la instalación urbana. Señalamos ya la falta de ocupación plena en el núcleo tradicional t radicional y es fácil comprobar que el hecho se repite en todo el ámbito urbano, con las consiguientes densidades sumamente bajas. La densidad media bruta para 1983 es de apenas 37 habitantes por hectárea43; los valores más altos se relacionan con el desarrollo de los planes habitacionales oficiales como así también a la presencia de villas de emergencia, en ambos casos casi siempre de posición periférica. Resulta interesante comprobar que la densidad media se corresponde con los valores de los radios céntricos (1, 2, 3, 4). 43

 El cálculo corresponde a la densidad bruta según los datos del Censo Territorial de 1983. La superficie de los radios no incluye aquellas superficies periféricas periféricas sin ocupación real. Los resultados son los siguientes (elabo (elaboración ración propia): Radio 1: 56 h/ha Radio 6: 42 h/ha Radio 11: 56 h/ha Radio 2: 38 h/ha Radio 7: 78 h/ha Radio 12: 48 h/ha Radio 3: 38 h/ha Radio 8: 96 h/ha Radio 13: 44 h/ha Radio 4: 40 h/ha Radio 9: 47 h/ha Radio 14: 29 h/ha Radio 5: 12 h/ha Radio 10: 166 h/ha Radio 15: 7 h/ha Densidad media bruta: 37,4 h/ha  65

 

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Mapa 9

Como es de suponer, Ushuaia con sus 16.000 habitantes carece de la complejidad estructural para especular con una sectorización estricta que implique tal o cual densidad; aquí la periferia ha recibido el impacto de una política de poblamiento a corto plazo, mientras que el perímetro tradicional mantuvo sus formas por distintos motivos y en diferente diferente grado. El propio pa parcelamiento, rcelamiento, e en n un principi principio, o, fue el mejor aliado de las bajas densidades céntricas; las primeras mensuras subdividieron a las manzanas (de 80 por 80 metros) en cuartos, con la prevención de reservas para uso oficial (ver Gómez Crespo Vita, 1981: 35 y 36). Además se sumó el hecho de ser pocas las familias residentes definitivas a través del tiempo, motivo éste de una concentración parcelaria desproporcionada.

19 20 Foto 19 y 20: Bajas densidades, constante del casco urbano tradicional de Ushuaia (del Ushuaia (del autor, 1982)

La textura de trama abierta para toda Ushuaia, con cierto grado de homogeneidad en el núcleo tradicional y de heterogeneidad de las áreas periféricas, también contribuye a diferenciar espacialmente a la ciudad, con un área formalmente tradicional y una de ocupación tardía aún sin una definición morfológica precisa. Por su escala y 66

 

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estructura, Ushuaia no necesitó de un desarrollo edilicio en altura; aun así la sede de Gobierno, las grandes torres de comunicación, algunos hoteles y algún monoblock „desubicado desubicado‟‟, rompen la homogeneidad en este sentido. Cabe ponderar, sin embargo, una silueta urbana adosada a un relieve accidentado de innumerables contrastes. Los arquitectos Gómez Crespo y Vita resumen así la participación del paisaje: “En el caso de Ushuaia, el medio geográfico aporta una riqueza topográfica que compensa algunas eventuales dificultades prácticas; el paisaje solo puede ser descripto apelando a la categoría estética de „lo sublime‟ que en siglo XVIII se definía como ese esencial tipo de belleza inaprensible, magnífica y estremecedora, que el hombre no puede reproducir por cuanto caracteriza a la obra divina”, divina”, (1981: 24).  24).  Finalmente, es notoria la dificultad que se nos presenta para la definición clara del centro, los barrios y la periferia. A decir de Randle para la ciudad pampeana, estas tres categorías se identifican, entre otros aspectos, con la evidencia visual, la cual nos permite llegar a la “apariencia “apariencia urbana” (134). En todos los caso casos, s, en Ushuaia todaví todavía a será necesaria una definición concreta y quizás, aunque difícilmente, no deban ser estas las categorías que correspondan. En realidad y siguiendo esa diferenciación interna de la ciudad, lo más identificable es la periferia que por norma tiene las falencias. En todo caso es importante tener presente que el proceso de expansión es mayormente „dirigido dirigido‟‟  y será el tiempo, entonces, el encargado de definir las formas perdurables.  A pesar de no contar con un análisis estructural estructural,, se puede intentar a modo de síntesis una diferenciación sectorial grosera, sin pretender darle mayor alcance que el de una aproximación. El carácter residencial de baja densidad alcanza el mayor desarrollo areal y se corresponde con prácticamente todo el perímetro ubicado al Oeste de la Base Naval, cuyo emplazamiento constituye un obstáculo insalvable para la coalescencia del sector residencial con el industrial ubicado al Este de la mencionada Base. Este sector industrial se define más por su localización espacialmente definida, que por su grado de complejidad y autonomía sectorial aún incierta. Quedaría, por fin, una franja longitudinal con cierta identidad comercial-administrativa en las cercanías del puerto local, aun cuando este por razones militares, no se integra físicamente a la ciudad. Cabe mencionar que la Base Naval y Aeronaval y algunas áreas residenciales de su dependencia permitirían, en todo caso, otra sectorización de la ciudad. b) Río Grande: Este caso, salvo por su posición geográfica, podría ser considerada en sus aspectos formales básicos como una ciudad de herencia pampeana. Es verdad que, como en Ushuaia, no existe la consabida plaza contorneada por la iglesia y los edificios públicos, tampoco tendremos el ferrocarril, pero en esencia y ayudada por una topografía llana, los rasgos pampeanos son mayoritarios. No es que la „ciudad patagónica‟ patagónica‟  carezca de personalidad propia y modalidades originales, por el contrario, ciertas características las diferencian en el mapa urbano del país. Pero no puede negarse la influencia pampeana en la ocupación de la Patagonia; veremos más adelante como el parcelamiento   rural siguió las mismas pautas de igual modo las colonias y agropecuarias, como es el caso de Río Grande,y recibieron su „planta planta‟ ‟ desde agrícolas Buenos Aires. 67

 

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Foto 21: Río Grande, de morfología 'pampeana'; su plaza central en 1980 (de autor desconocido)

 Aquí, como en tantas localidades localidades litora litoraleñas, leñas, especial especialmente mente las patagónic patagónicas, as, la costa y la ribera actuaron como elementos determinantes de su origen y condicionantes de su configuración. Algo ya mencionamos sobre el surgimiento de Río Grande y poco agregaremos, pero no se puede dejar de valorizar el papel que le cupo a la geografía física. El ocupar un sitio sobre la desembocadura de la mayor cuenca de la Isla, que esa cuenca ofrezca muy buenas condiciones ecológicas para el desarrollo agropecuario,, que por décadas la operatividad del puerto local fue agropecuario f ue aceptable y que por la misma morfología de la cuenca, la accesibilidad desde el interior fuera relativamente buena, explican de por sí el surgimiento espontáneo de un caserío antecedente a la fundación misma de la Colonia Agrícola Río Grande (1921). Al margen, lo cierto es que nunca tuvo carácter agrícola sino ganadero. La morfología urbana riograndense, en general, evidencia su carácter comercialindustrial aunque todavía estas modalidades no presentan una definición espacial precisa. En cuanto al plano de Río Grande, señala señala Maveroff: “Las instrucciones impartidas al agrimensor en consecuencia y que datan del 1° de diciembre de 1925, establecen que la planta urbana debe preverse en el damero clásico con manzanas cuadradas de 100 metros de lado, con ocho solares cada una, separadas por calles de 20 metros de ancho, debiéndose además prever dos avenidas centrales ortogonales de 50 metros de ancho. En el decreto, se destaca que deberá tenerse en cuenta todos los casos a los pobladores existentes, conservando en lo posible su ubicación”, ubicación”, (1979: 36). Como se comprenderá, poco es lo acotable aunque quizás resulte conveniente considerar que el damero perfecto sólo se interrumpe con la costa y su barranca en una franja por demás estrecha. También y a colación del último párrafo de la cita anterior, existe el dato censal de 1920 de 350 habitantes en Río Grande, pero por el tipo de planta resultante, se desprende que no hubo mayores dificultades para su trazado final de acuerdo con las instrucciones de la Dirección de Tierras y Colonias.  Al igual que en Ushuaia existe un desborde del plano original, las 92 manzanas, que por décadas conformaron el marco de la ciudad, ya fueron superadas por el amanzamiento de buena parte de las parcelas para quintas. que el relieve no ofrece mayores dificultades parareservadas la expansión, siempre Sabemos con la costa atlántica y el valle inundable del río Grande como limitantes físicos. Esta expansión se 68

 

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produce también sin que el núcleo tradicional alcance un grado de concentración importante. Pero a diferencia de la capital territorial, la planta urbana mantiene un contorno cerrado, cerrado, dete determinado rminado por los sucesivos pa parcelamientos rcelamientos que se incorporan y que además mantienen un amanzanamiento cuadrado con muy pocas excepciones (ver mapa 10). El antecedente del parcelamiento   original, con solares amplios, ha llevado a un cubrimiento disperso y a una textura de trama abierta, homogénea en la mayor parte de la ciudad.

Mapa 10

Las densidades, con una media de 40 habitantes por hectárea (1983), responden a una ocupación de baja intensidad 44. Al discriminar las densidades por radio censal se observa una distribución similar a la de Ushuaia; los rangos más altos indican en general una mayor concentración de población en áreas de ocupación tardía (196080), con valores superiores a la media, mientras que en el núcleo primitivo son inferiores. Esto virtualmente se explica por cuatro razones: por un lado, el tamaño original de los parcelamientos y su bajo índice de ocupación; también por la demanda explosiva de terrenos y su consecuente alto costo relativo; en tercer lugar por el tipo mixto comercial-residencial del „viejo viejo‟‟ Río Grande y finalmente por las características

44

  El cálculo corresponde, como en el caso anterior, a la densidad bruta según los datos poblacionales del censo territorial del 1983. radio 1: 80 h/ha radio 6: 21 h/ha radio 11: 70 h/ha radio 2: 21 h/ha radio 7: 67 h/ha radio 12: 79 h/ha radio 3: 39 h/ha radio 8: 101 h/ha radio 13: 39 h/ha radio 4: 99 h/ha radio 9: 25 h/ha radio 14: 12 h/ha radio 5: 64 h/ha radio 10: 32 h/ha en el censo se indica la existencia del radio 15 como urbano y con 1147 habitantes, pero por no encontrarse dentro del área urbanizada propiamente dicha, se descartó su inclusión. 69

 

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que subyacen a una expansión dirigida que determinó el surgimiento de barriadas relativamente populosas en sucesivas posiciones periféricas (ver mapa 11).

Mapa 11

Resulta significativo que en 1978 sobre 180 hectáreas consideradas, la densidad media tuviera un valor estimado de 50 h/ha, mientras que en el presente trabajo sobre 454 ha ya urbanizada urbanizadass (con algunas limitaciones por cierto) y con 19.270 habitantes, el valor bruto se aproxime; este hecho sumado a la anterior distribución por radios revelan con claridad el desborde físico y la no densificación del área central (Cf.: Diano, 1978, plano 4). Todo esto contribuye a que tampoco resulte simple diferenciar por su apariencia al centro y en menor medida a los barrios y a la periferia riograndense riograndense.. En este sentido lo más llamativo como podría suponerse por su función zonal, es la falta de un centro comercial espacialmente definido. La explicación deberá surgir de un análisis estructural puesto que esta modalidad no tendría una explicaci explicación ón morfológica. Río Grande, a diferencia de Ushuaia, responde a un enraizamiento en los recursos económicos de su hinterland y por lo tanto se perciben ciertos rasgos de arraigo en la población, circunstancia que se traduce de algún modo en una apariencia de barrio para la ciudad. Pero en realidad esto es cierto sólo en lo que podría denominarse el casco urbano; hasta podría aventurarse que el Río Grande primigenio es un solo barrio, con suficientes elementos que le dan homogeneidad aunque sin la diversificación y concentración que supone un centro comercial. La periferia, en sentido marginal, se distingue por un cierto orden catastral, del cual podría inferirse una situación pasajera; de todos modos ello no debe suponer que las bondades son muchas, apenas la calle y el lote. Al igual que en el resto de la localidad, viento, la falta de árboles y la chatura topográfica y edilicia, son cualidades elomnipresentes. 70

 

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Para concluir, arriesgaremos aquí también una sectorización elemental basada en aquellos rasgos más descollantes que permite una diferenciación espacial expeditiva. La tarea aparenta ser sencilla puesto que el uso del suelo residencial de baja y media densidad es dominante casi absoluto. De cualquier manera sabemos que el centro comercial no tiene una definición espacial, pero sí existe un sector, en el sentido más amplio del término, en donde la relación comercio-residencia es equilibrada; varias cuadras adyacentes al eje ortogonal Norte-Sur (Av. San Martín) tendrían un carácter mixto comercial-residencial. El área Militar se destaca más por su posición ahora intraurbana y por sus proporciones espaciales que por cumplir con algún rol estructural. También se perfila un sector industrial periférico, pero aun cuando es mayor que el de Ushuaia, en la práctica carece de definición espacial.

3) El espacio rural: a) Tenencia de la tierra b) Forma de los establecimientos establecimientos c) Tamaño de los establecimientos establecimientos d) La población rural  Aceptando la definición de Geografía Rural dada por H. Clout y que dice: “…es el estudio de aquellos fenómenos o procesos que tiene y/o tuvieron lugar en áreas de baja densidad poblacional, comúnmente llamada „el campo‟ (countryside) (countryside ) y que se relacionan íntimamente con su organización espacial…” (trad. del inglés, 1972: 1), corresponde para el caso de Tierra del Fuego el estudio geográfico a través de las características, evolución y funciones de los establecimientos rurales, principalmente sus estancias. Si bien ya se tocaron alternativamente ciertos puntos de interés relacionadoss con lo rural, se tratará aquí de realizar una síntesis conjunta ampliando el relacionado marco de referencia. La importancia de la ganadería quizás no se refleje en la participación del PBI del Territorio (1981 con un 13%)45  como en el caso del gas y el petróleo, pero su extensión y principalmente su perdurabilidad manifiesta, son indicadores suficientes del rol organizador de esta actividad y por ello es que será considerada con algún detalle. De la descripción de las áreas geográficas queda claro que la estepa fueguina f ueguina,, por ser un área de relieve de suaves ondulaciones, libre de bosques, con una cobertura herbácea muy importante y por haber estado en una posición geográfica favorable, es la de mayor desarrollo ganadero. La deficiencia de agua durante buena parte del año (anual -140 mm)46  y las extensiones nada despreciables de superficies inaptas (lagunas, murtillares, etc.), no impiden una buena receptividad de planteles cuyo manejo resulta altamente positivo47. Aquí los factores topográficos y fitogeográficos son fundamentales y particularmente beneficiosos para establecimientos de gran extensión. A título de ejemplo veamos cual es la infraestructura de algunas de las estancias de 'la estepa'.

45 Ver 46

Diano, A. op. Cit.  Milano, A. y A. Marzoca, 1954. 47  Prácticamente todos los establecimientos del área poseen una capacidad receptiva ovina de 0,76 a 1,00 o más por hectárea. (Asociación Rural de Tierra del Fuego, 1979), (ver mapa 12). 71

 

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La estancia María Behety en las adyacencias de Río Grande y con unas 63.200 ha48, además de la vivienda principal con todos sus edificios complementarios (desde caballerizas hasta invernáculos), posee para su personal seis viviendas unifamiliares, cuatro gamelas para unos 150 trabajadores, una cabaña ovina de primer nivel y un galpón de esquila con capacidad operativa para 5000 animales (el más grande del mundo). Además está equipado con garaje, herrería, carpintería, panadería, variedad de galpones, perreras y hasta biblioteca. Por su extensión mantiene 7 puestos permanentes y uno temporario que controlan el manejo de los 62.000 ovinos, 1000 bovinos y 300 equinos que aproximadamente posee la estancia (1982). Solo dedican 30 hectáreas al cultivo forrajero, unas mil hectáreas poseen pasturas mejoradas y la superficie inapta alcanzaría unas 8000 ha, es decir un 13% del total. La población de carácter permanente con que opera el establecimiento es de aproximadamente un centenar y reúne similares características estructurales que las que se verán más adelante.

Mapa 12

Tomemos ahora por caso la estancia Cullen, la más septentrional de la Isla. Ocupa casi 45.000 ha y a la vivienda principal, levantada en 1900 y con unos 500 m2 48

 En el mapa de la Dir. General de Catastro esta estancia aparece subdividida en varias unidades aparentemente autónomas; sin embargo el Registro Nacional de la Propiedad Inmueble no ha reglamentado tal subdivisión y además se ha podido verificar – verificar  –in in situ –  – el  el funcionamiento de la estancia como única unidad de explotación. 72

 

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cubiertos, se le suman tres viviendas unifamiliares y tres gamelas para aproximadamente 70 trabajadores en conjunto. El galpón de esquila tiene capacidad para 2400 animales y además de las caballerizas, depósitos, etc., mantiene una sección y cuatro puestos permanentes. En esta estancia el productor calcula que el 95% de su campo es apto para pastoreo donde en 1982 contaba con 36.000 ovinos, 1000 bovinos y 210 equinos 49. El número de habitantes permanente en este caso oscila entre los 40 y 45 y al momento de un relevamiento (marzo/82) fue de 42 de los cuales 36 eran del sexo masculino. El resto de las estancias mantiene en más o menos la misma estructura, si bien como es lógico en áreas homogéneas, la extensión y la posición determinarán en general las proporciones.. En casi todos los casos la distribución de potreros, que por su extensión proporciones podrían denominarse „campos campos‟‟  y su manejo, se relacionan también en general, a las distintas características fisiográficas del terreno y según el caso se busca mejores pastos, abrigo, etc..

Foto 22: Parte del casco de la estancia San Pablo, nótese su agrupación a modo de pueblo (del pueblo (del autor, 1982)

Hacia el Sur del río Grande se desarrolla gradualmente, como se viera, el parque fueguino, la zona de transición hacia los bosques cordilleranos húmedos y también la instalación humana ofrece aspectos cambiantes. Veamos por caso como se estructuran básicamente dos establecimientos de esta área. La estancia Marina (20.000 ha) recostada sobre el límite internacional y al Sur del paralelo 54°S presenta el siguiente cuadro: aquí además de la vivienda principal, solamente se cuenta con una vivienda unifamiliar y una gamela con capacidad para 30 trabajadores. El galpón de esquila opera hasta con 1000 ovinos y si bien las dimensiones de todos los edificios en general son inferiores a las estancias del Norte, igualmente posee caballeriza, depósitos, perreras, usina, etc. Por otra parte carece de puestos permanentes y lo más indicativo está dado por contar solamente con el 35% de su extensión con campos aptos para el pastoreo. Marina (1982) contaba con 8000 ovinos, 40 bovinos y los habitantes permanentes no superaban los 6 (al momento del relevamiento marzo/82, contaba con cinco y todos varones). En la estancia Tepi (10.000 ha), de estructura similar a la anterior, 7500 ovinos (1982) ocuparán la 49

 Al igual que en la estancia anterior debe considerarse que la distribución de pozos petroleros (300 en Cullen y 60 en María Behety), campamentos y sus correspondientes caminos disminuyen sin duda el potencial pastoril. 73

 

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superficie considerada apta para el pastoreo (42%). Al igual que en el Norte, la división interna de los campos obedece muchas veces a las condiciones físicas.

Foto 23: Ovejero arreando un piño de merinos en estancia cercanías del Río Claro (del Claro (del autor, 1983)

Como se desprende de la descripción inicial, la topografía del área se torna cada vez más irregular y los bosques pasan a ser predominantes. Pero a la vez los campos interiores, beneficiados por el aporte de ríos y de arroyos cordilleranos se utilizan como campos de veranada. Esto es así, lógicamente, hasta el área netamente cordillerana, donde el bosque sólo compite en área con innumerables y extensísimos turbales. El contraste entre el Norte y el Sur es total. Desde el punto de vista geográfico también se debe considerar al primero como un espacio humanizado casi en toda su extensión, mientras que el segundo sólo lo es parcialmente y en muchos casos de carácter esporádico; entre ambos la consabida área de „transición transición‟‟. La homogeneidad ovina generalizada sólo se ve alternada por la explotación de los yacimientos petrolíferos o por la actividad forestal, sin embargo en los totales de ovinos para Tierra del Fuego se observa una tendencia decreciente en los últimos quince años, por ejemplo: En 1966 : 752.805 cabezas En 1974/75 : 727.977 cabezas En 1979/80 : 717.295 cabezas Entre los factores que podrían influir en estos valores sobresalen: a. La diversificació diversificación n progresiva de la actividad actividad rural, que se mani manifiesta fiesta por un interés cada vez mayor en incorporar vacunos en muchos establecimient establecimientos. os. b. Los usos no rurales del suelo, particula particularmente rmente por la explotación de gas y petróleo. c. El sobrepastoreo: en algunos campos la erosión eólica e hídrica es significativa.

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d. Las oscilacio oscilaciones nes de mercado mercado,, tanto interno com como o externo. (En los últimos año añoss se 'premió' la producción para enfrentar la sobrevaluación de la moneda nacional). Todas las estancias, a excepción de Policarpo y Río Pipo en el Departamento Ushuaia, se especializan en el ovino. Estas dos explotan al bovino aunque la proyección de esta actividad no trascienda del mercado interno de Río Grande en el primero de los casos y del de Ushuaia en el segundo 50.

Foto 24: Entorno del las instalaciones abandonadas de la Estancia Policarpo en el oriente fueguino  fueguino  (del autor, 1983)

Con respecto al ganado bovino, en general, el número es de poca relevancia, solamente tres estancias superaban el millar de cabezas en 1981 (M. Behety, Cullen y Viamonte). De todas formas la tendencia es ascendente y esto se debe especialmente a una mayor comercialización de carne vacuna en los últimos años, hecho íntimamente relacionado con el crecimiento demográfico del Territorio. Las condiciones ecológicas de amplios sectores de la Isla son favorables para el desarrollo de los vacunos; en un estudio realizado ya en 1948 sobre la crianza de bovinos en Tierra del Fuego por profesionales de la Dirección General de Producción  Animal del Ministerio de Agricultura de la Nación se señalaba: “Es indudable que de incrementarse el consumo interno en la Isla, por un aumento de población (…) sería factible y en especial en determinados campos (…) un aumento razonable de los rebaños existentes en un medio en que la crianza se desarrolla en excelentes condiciones”” (1952 condiciones (1952:: 340-41). Desde el punto de vista agrícola es poco lo rescatable. Solo en dos establecimientos se siembra con fines comerciales (poco más de 60 ha c/u) aunque las perspectivas son alentadoras. En general las estancias han mejorado la calidad de las pasturas en algunos potreros pero, en relación al tamaño de las explotaciones, la escala es muy 50

 La estancia Policarpo funciona práctica prácticamente mente como campo de uso ocasional y sus instalaciones están abandonadas. 75

 

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pequeña. Por otra parte, prácticamente todas las estancias siembran pequeñas parcelas (una o dos hectáreas) con forrajes para consumo interno y poseen en todos los casos una huerta familiar. La extracción e industrialización maderera, en general básica, cumple un rol fundamental como organizador del espacio en las adyacencias de los lagos Fagnano, Escondido, Yehuin y Chepelmut en el centro de la Isla. El bosque fueguino, como se manifestara anteriormente, presupone una explotación simple y ventajosa. Por su homogeneidad, densidad y dispersión se lo valorizó de forma positiva, pero aún no se perfilan más que posibilidades. Sin duda la Ley de Promoción Industrial 19.640 ha contribuido en el Territorio directa o indirectamente para que la actividad forestal actualmente tenga cierta intensidad y ocupe a más de 250 personas en el área rural (Censo Industrial del Territorio sep. /82, datos provisorio provisorios). s). En cambio la extracción y explotación de turba aún no tiene representatividad en la organización espacial. Actualmente hay dos turbales en donde se trabaja, pero su importancia radica más en los resultados para una expansión futura que en su proyección actual. a) Tenencia de la tierra: Este es quizás el tema que, en materia rural, más discusiones puede suscitar y que además merecería un tratamiento especial. No se abordará aquí el problema conceptual de la tenencia de la tierra, simplemente se acepta la noción tradicional de ser ésta „la relación de carácter legal entre la tierra y quienes directa o indirectamente la poseen y o la explotan‟ explotan‟, con todas las variantes que esto supone. En Tierra del Fuego, la generalizació generalización n de ciertas ideas puede llevarnos fácilmente a un esquema extremadamente extremadamente simple y rígido; uno de ellos, bastante divulgado por cierto, coloca por un lado a los latifundistas, propietarios, dueños de grandes fortunas y monopolizadores de la industria y comercio derivados de la ganadería ovina y, por el otro, a los „pequeños estancieros‟ estancieros‟, arrendatarios por más de tres décadas que, aun con la presión de los „grandes grandes‟‟  han ocupado las áreas periféricas; entre ambos, el peón rural, de origen chileno, marginado a las bases en el sistema de producción y sin posibilidad de modificar su condición social. La presencia del Estado en este esquema sería polifacética, por permitir la gestación de los latifundios privados en un comienzo, para luego detener esta tendencia y a través de los arrendamientos crear una especie de latifundio estatal que se mantendría por décadas. Sin embargo es necesario remontarse a fines del siglo XIX y analizar las circunstancias en las que se desenvuelven los Territorios Nacionales, para recién abrir un juicio válido en esta cuestión. Para el caso, la síntesis que se presenta es sumamente breve y se encuadra dentro del objetivo de este ítem que trata de obtener una visión de conjunto del ámbito rural y no detenerse más que lo necesario, en los diferentes aspectos que se analizan. De todas formas f ormas se puede profundizar en el tema y para ello se puede consultar a autores como Belza, Lafuente, Imáz, Lenzi, Fisch, M.  A. Cárcamo, los anuarios anuarios del M Ministerio inisterio de Agri Agricultura, cultura, entre otro otros. s. Los primeros y más importantes antecedentes respecto a la tenencia de la tierra en la Isla Grande seha) apoyan en las gestiones otorgadas Tomás Bridges (1886: 20.000 y a Julio Popper (1981:y concesiones 80.000 ha). En los añosa1897 y 1899 se remataron por primera vez lotes en Tierra del Fuego, que ya fueran mensurados a 76

 

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partir de 1890. Estos remates se orientaron en la política colonizadora del segundo gobierno de J. A. Roca. Desde un principio se gesta la formación de latifundios a través de la compra de lotes, y para 1903, 427.422 hectáreas habían pasado al dominio privado (Ministerio de Agricultura, Ley de Bosques y Yerbales, Buenos Aires, 1915). La ley 4.167 (1903) intentó regularizar la situación permitiendo solamente la compra directa de 2500 hectáreas por persona (una legua cuadrada) y el arriendo de hasta 20.000 ha con opción a la compra de la mitad una vez cumplidas ciertas condiciones ligadas a la inversión y ocupación del lote, para recién poder adquirirlo. De cualquier forma las grandes estancias convertidas en compañías y sociedades anónimas, aumentan su superficie con la utilización de testaferros (Palos blancos). Entre las que sobresalie sobresalieron ron su importancia, se destacan: La Compañía Explotadora de Tierra del Fuego, la Sociedad Anónima Ganadera y Comercial Sara Braun, la Sociedad Anónima Ganadera Argentina, José Montes y Cía., The Cullen Station, etc. . En 1916, con el gobierno de H. Yrigoyen se produce un cambio „radical radical‟‟ en la política de tierras que toma por objetivo impedir que continúe el crecimiento de los latifundios en todo el país. En Tierra del Fuego no se otorgan nuevas concesio concesiones nes y se procede a una fiscalización agresiva de las ya dadas, quedando al descubierto, no sin cierta parcialidad, una serie de anomalías en cuanto a la ocupación real de gran cantidad de lotes arrendados. En el tomo N° N° 3 de “En la Isla del Fuego”, Belza comenta y reproduce un documento que, aun con las salvedades que señala este autor, es sumamente demostrativo en cuanto al acaparamiento de tierras. El documento corresponde a las denuncias que sobre el tema realizara Telmo J. Suarez, Juez de Paz de Río Grande, y que fuera editado en el Diario de Sesiones de Cámara de Diputados de la Nación el 13 de septiembre septiembr e de 1929. Según Telmo J. Suarez, 41 ½ lotes que en conjunto sumaban 282.000 hectáreas, presentaban irregularidades en lo referente al logro de las tenencias en arrendamiento; cabe aclarar que Belza, sugiere la falta de objetividad en el autor de este documento, puesto que él mismo se encontraba abocado en el proceso de „reforma agraria‟ agraria‟, más no cuestiona los hechos sino la intencionalidad (Cf.: Belza, Tomo N° 3, 3, 161-172). Sin duda la falta de población y el descontro descontroll existente, dado por el desconocimiento mismo de la potencialidad de la zona, actuaron como desencadenantes de una ocupación espacial espontánea y regida por la posibilidad de ampliar casi sin límites los horizontes de cada inversor. Aquí, los desequilibrios se dieron en armonía con la marginalidad geográfica de la región. En 1925, de las 2.095.000 ha consideradas en la Isla Grande, se encontraban escrituradas algo más de 650.000 y arrendadas unas 270.000 (Anuario de la R.  Argentina, Dirección Dirección de Comercio e Industria, Buenos Aires, 1926). En ese mismo año finalmente se arriendan los 39 nuevos lotes de las „estancias chicas‟ chicas‟  (aproximadamente 10.000 ha c/u), ocupando prácticamente las tierras al Norte del lago Fagnano. Con esto la frontera ovina se extendió hasta el piedemonte cordillerano en campos más pequeños y relativamente más pobres. Pasarían más de treinta años para que, a través del Decreto Ley 14.577/56 se adjudicaran en venta estas tierras a sus ocupantes. Este cambio se inspiró en la ley 13.995/50, que reguló la enajenación y arrendamiento de las tierras En la actualidad, la situación situaci ón de las tierras en el Departamento Río Ríofiscales. Grande es mucho menos compleja y sólo en las adyacencias del Parque Nacional, en su parte Norte, se

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mantienen tierras fiscales sin ocupación (Sa. Beauvoir). La tenencia se hace efectiva de diversas formas en este departamento, pero se puede generalizar de la siguiente manera: sociedades económicas y de responsabilidad limitada, ejercen la titularidad sobre las „estancias grandes‟ grandes‟, de más de 20.000 ha y algunas de las „pequeñas pequeñas‟‟; corresponden al tipo de propiedad que P. Cortinez denomina „persona jurídica‟ jurídica‟ (1983: 8). En cambio, en el resto de las estancias la propiedad la ejercen directamente los individuos que son propietarios de la tierra (persona natural) o se encuentra bajo sucesión familiar. Por otra parte y particularmente en el Sur del departamento, la tenencia es de tipo precaria. En el Departamento Ushuaia el panorama es otro; la superficie de las tierras fiscales supera el 95% de la totalidad departamental (900.000 ha), en la que incluye la mayor parte de las 63.000 ha que corresponden al Parque Nacional de Tierra del Fuego. De todos modos no resulta clara la ocupación y aun la tenencia de varios lotes, solamente en algunas estancias existe la propiedad definitiva, mientras que los arriendos y ocupaciones precarias predominan en número, aunque no en hectáreas. A título de comparación, veamos el estado de los lotes de más de 100 hectáreas ubicados en el litoral Sur de la Isla Grande para 1943 51, y luego las condiciones de tenencia en la actualidad, (1983): Tenencia de la tierra: área adyacente al litoral Sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego, 1943 y 1983. 1943 (de Nota N° 175 del gobernador F. Anadón al Ministerio de Marina, nov/1943). Nombre del establecimiento, ubicación y/o número de lote San José Remolino Isla Bridges Lotes 106 y 107 hasta río Moat Entre Túnel y el río Olivia Punta San Juan Faldeo Monte Susana Faldeos Monte Susana y Martial Cañadón Andorra Camino Ushuaia-río Olivia Puerto Rancho Bahía Sloggett Bahía Aguirre Lote 111 Islas del Canal Beagle Ea. Harberton Ea. Túnel Superficie total

51

Superficie (hectáreas) Tipo de tenencia 900 Arrendamiento 7500 Propiedad y subalquiler 200 Ocupación (¿?) 17.500 (¿?) Pago de pastaje al fisco 1025 Pago de pastaje al fisco 2500 Subarrendamiento 2500 Pago de pastaje al fisco 2500 Pago de pastaje al fisco 2500 Arrendamiento 100 Ocupación (¿?) 10.000 Arrendamiento 2500 Arrendamiento 20.000 Arrendamiento 1800 Pago de pastaje al fisco 130 Pago de pastaje al fisco 20.000 Propiedad (S.A.) 470 (¿?) Arrendamiento 92.125 ha.  ha. 

 Este año fue tomado, de algún modo al azar, pues las memorias anuales de los años 40 ofrecen un panorama casi idéntico en esta materia.

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1983 (Del mapa sobre establecimientos rurales de Tierra del fuego, Dirección Territorial de Catastro, 1982; y de aclaraciones obtenidas en la Dirección de Recursos Naturales del Gobierno Territorial). Nombre del establecimiento, ubicación y/o número de lote Ea. Río Pipo Ea. Río Olivia

Superficie (hectáreas) 1557 2500

Bahía Sloggett

5000

Puerto Rancho

10.000

Ea. Harberton Bahía Aguirre Ea. Moat Ea. Túnel Ea. Remolino Punta Segunda Superficie total aproximada  aproximada 

20.000 10.000 8278 Aprox. 5000 (estimación propia) Aprox. 2500 (estimación propia) Aprox. 1500 (estimación propia) 66.335 ha

Tipo de tenencia En propiedad Tenencia precaria (trámite de tenencia definitiva) Pago de impuesto inmobiliario y compra de mejoras Ocupación periódica y compra de mejoras En propiedad (S.A.) Fiscal (ocupación esporádica) En propiedad Decreto Territorial de adjudicación en venta Fiscal, explotación circunstancial Fiscal, sin ocupación

Se observa, entonces, una situación más irregular en la actualidad y además un evidente del área de en circulación cuestión. De todas maneras, recordar los cambios abandono en los elementos dominantes en las cabe últimas décadas (reemplazo de la circulación marítima por la terrestre) que generaron nuevas ocupaciones y explotaciones en distintos puntos sobre la Ruta N° 3; este hecho, si bien compensaría en hectáreas el abandono que se observa sobre el litoral Sur, no evolucionó en cuestión de tenencia, en tal sentido se podría hablar nuevamente de una „parálisis parálisis‟‟  para el Departamento Ushuaia. Existe una circunstancia diríamos importantísima al respecto y en la que se incluye a todo el territorio fueguino: es el de estar dentro del “área de seguridad”, hecho que implica una injerencia decisiva del Ministerio de Defensa en la materia. Si bien no nos detendremos a analizar todas las variantes que supone esta fiscalización, es evidente que la situación tensa que existe en el Sur del continente en nada ayuda a regulariz regularizar ar o concretar tenencias definitivas. Una particularidad en relación con la tenencia de la tierra está dada por la presencia de los bosques. Según el Decreto Ley 13.658/57, se establece el régimen de ventas de tierras fiscales con bosques, quedando el valor bosque como saldo de precio en caso de que la Dirección de Bosques (hoy IFONA) apruebe su explotación. Es así como se observa que en aquellas estancias cuya compra fue posterior a 1956, la propiedad del bosque es fiscal (ver mapa 13).

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Mapa 13

En relación con la explotación del subsuelo por el Estado (YPF) los establecimientos en donde existen instalaciones o una determinada infraestructura (campamentos, caminos, pozos, etc.), reciben un canon o pago proporcional a la magnitud de la misma. Un caso singular se presenta en las adyacencias a la cabecera Este del lago Fagnano. Recordemos que por el Decreto Ley 515/1925 se destinan los lotes 89, 90, 91 y 92, unas 35.000 ha a una „reserva indígena‟. indígena‟. La falta de población indígena o descendientes que ocuparan dicha área, motivó la caducidad del Decreto mencionado (por Decreto 515 del 29/02/68), pasando a ser tierra fiscal sin uso previsto. Por ahora la ocupación y/o explotación en el lugar es exclusiva de unos pocos y pequeños establecimientos rurales de tenencia precaria y también se observan distintos cuarteles de aprovechamiento forestal fiscalizados por el Instituto Forestal Nacional (IFONA). Es evidente que aún queda por analizar una cantidad incalculable de elementos en lo referente a la tenencia de la tierra y todas sus consecuencias, pero quizás esta pequeña síntesis y la ponderación del alcance de los saldos migratorios positivos de los últimos quince años, ayuden a vislumbrar un panorama bastante complejo en un futuro mediato. Ciertamente, sería de esperar una presión socio-económica creciente sobre el sector rural; por supuesto, la aceleración o no del caso, dependería sustancialmente de los momentos políticos que vive la Nación. Recordemos sin embargo, que el incremento en los valores demográ demográficos ficos absolutos tuvo como principal aliada a la Ley de Promoción 19.640 y que el desarrollo industrial apoyado en esta ley, al momento, está lejos de utilizar recursos naturales genuinos o de tener un mercado

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seguro para su producción. Por lo tanto, ante una ruptura del orden económico industrial, es factible esperar por un lado, una inercia demográfica, pero también una búsqueda de nuevas posibilidades en las que con seguridad el medio rural tendrá participación. b) Forma de los establecimientos: establecimie ntos: La división parcelaria (o en lotes) en general se efectuó sobre la base de  límites de tipo geométrico y solamente fueron considerados los accidentes geográficos de mayor importancia (la costa, el río Grande, el río Chico, los lagos Fagnano, Yehuin, Chepelmut y el arroyo Aserradero) (ver el parcelamiento de base del conjunto de mapas). El antecedente principal a este tipo de subdivisiones en el Territorio lo constituye el propio límite internacional con Chile, donde con un desconocimiento prácticamente total de las condiciones geográficas del interior fueguino se establece el meridiano de 68° 36‟ 38”, 5 38”, 5 W, desde el Cabo Espíritu Santo hasta el Canal Beagle 52. Ni las altas cumbres, ni las divisorias de aguas, ni siquiera otro factor geográfico que no se relacionara con la posesión del Estrecho de Magallanes tuvieron el más mínimo peso (Rey Balmaceda, R., 1975: 250 Y 1979: 132). Es sabido que la centuriación y la ortogonalidad actúan como “denominador común” en la mayor parte del país. Randle país.  Randle al referirse al parcelamiento rural de nuestro país dice: “…En muchos casos era preciso adjudicar la tierra a priori, si se quería poblarlas y para ello era necesario subdividirlas en el papel, lo que en la generalidad de los casos se hizo sin mayores traspiés, visto que se trataba de enormes llanuras que no ofrecían demasiadas sorpresas”, (1972: 233).  233).  Paradójicamente, hacia el Sur del río Grande el paisaje escapa a aquella generalización y por el contrario, ofrece múltiples „sorpresas‟ „sorpresas‟.. De todos modos, en la práctica, estas tierras fueguinas recién quedarí quedarían an incorporadas a la realidad económica nacional una vez que fueron mensuradas, por más que como señala el mismo autor respecto a gran parte del país, las mensuras se hicieron sobre los mapas, siguiendo una fórmula simple y operativa (233). Para las estancias, señala Belza, estas delimitaciones geométricas implicaron la necesidad para los colonos de extender sus dominios por diversas zonas para así cubrir falencias naturales que las leyes no consideraban (agua, pastos, turba, bosques, lagunas, etc.), (1977:14). Esta 'geometría pampeana' no fue exclusivamente rural y Ushuaia tuvo su traza urbana reticular desde los años 90, apoyada sobre una topografía sumamente accidentada. Este fue tal vez, el más fiel exponente, a nivel urbano, urbano, de la idiosincras idiosincrasia ia uniformadora que parece enraizada en nosotros53. Resultan interesantes las comparaciones que realiza Saxon cuando trata en el trabajo ya citado, el manejo que sobre las tierras pastoriles en la Isla Grande de Tierra del Fuego hicieran inicialmente los cazadores Selk‟nam (Onas) y más adelante los ganaderos ovinos. En un párraf o señala: “…En la Argentina, las primeras concesiones fueron „partidas en dos‟ en 1925 cuando el gobierno admitió nuevos poseedores de las 52

  El meridiano aceptado como limítrofe en el Tratado original (1881), fue el de 68° 34‟ Oeste; la comprobación de un error de 2‟ 38”, 5 y el respeto a la posición del accidente geográfico acordado, motivó la modificación correspond correspondiente. iente.

53

 Resulta ilustrativo respecto partedel deGobernador una cita que García Basalo en“…ha su trabajo sobre la Colonización Penal y que extrae deal las memorias enrealiza 1900 elJ. siguiente párrafo: sido necesario ganarle a la bahía un área de 2300 2300 m2 (…) con otra obra, (…) se conseguirá a más de darle a este pueblo un aspecto más regular y por tanto más atrayente…” atrayente…” (1981: 159). Conste que en las intenciones se preveía una “ganancia” de unos 200 000 m2. (Subrayado propio).

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tierras consignadas primeramente a propietarios vecinos (cuya opción prioritaria fue ignorada). Esto dejó a algunos propietarios originales con sus estancias seccionadas. Luego, por concesiones, ventas, divisiones entre herederos y matrimonios entre familias con intereses comunes, los patrones geométricos de las estancias volvieron a reflejar a los territorios complementarios (inland-coastal) reconocidos por los indios Selk‟nam”54, (1978: 22). Se puede así comprender los diversos motivos por los cuales los límites de las grandes estancias no responden a la primitiva división parcelaria. De ahí sus formas relativamente irregulares. De todos modos al Sur del río Grande las formas regulares son características, aun cuando deben tomarse en cuenta los campos de veranada que permiten la complementariedad indicada por Saxon. c) Tamaño de los establecimien establecimientos. tos. Respecto al tamaño y como se anticipara, se pueden diferenciar las estancias grandes, medianas y pequeñas; por supuesto existe una correlación marcada con la estratificación por tamaño de majada como lo demostrara el ingeniero Duga (Bariloche, 1980). Las diferencias se deben únicamente a la menor receptividad de los campos en las áreas boscosas. Agrupando por tamaño para 1982 y sobre un total de 80 establecimientos de carácter permanente en la Isla Grande, encontramos: 13 establecimientos con más de 20.000 ha, 44 con extensiones que varían de 5001 ha hasta 20.000 ha y 23 con menos de 5000 ha. La tendencia en este sentido es de relativa estabilidad y solamente en algún caso aislado se han incorporado nuevos lotes para aumentar así la superficie de explotación. Las lógicas subdivisiones que se producen en forma natural son todavía poco relevantes, al menos por lo que a la Dirección de Tierras compete. Como muestra se verifica que para lo que es hoy el Departamento Río Grande, en 1940 el tamaño medio por estancia era de 20.649 ha para un total de 50 explotaciones, mientras que en 1982 era de 16.853 ha para un total de 58 explotaciones. El mapa catastral indicaría una mayor subdivisión, pero éstas son de carácter interno y no reglamentado por la Dirección de Tierras. El origen de estas subdivisiones en las grandes estancias (María Behety, José Menéndez, etc.) se hizo con el fin de crear nuevas propiedades y tal vez así mejorar su funcionalidad, aunque no se descarta el temor de los propietarios a posibles expropiaciones que parecieron probables durante los años 1973/4. Es bueno insistir que no necesariamente las explotaciones tienen continuidad física y, como ya se señaló, son numerosos los casos de establecimientos con campos de veranada ubicados en la zona de menor accesibilidad y de inviernos más rigurosos, aunque con excelentes campos, (ver mapa 14).

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Traducido del inglés. 

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Mapa 14

Como planteo a resolver quedaría la determinación de las superficies mínimas rentables, para lo cual es necesario establecer la potencialidad real de cada unidad ambiental y vincularlo a un profundo análisis socio-económico de la población rural. Como dato de interés señalemos que en la Memoria del gobernador Gregorio Báez (1940) considera que solamente 2200 ha eran suficientes para una explotación ganadera (lanera). Esta apreciación responde a un breve análisis de costos y ganancias; sería necesario ubicarse en la época para comprender el tipo de necesidades que pudiera requerir el habitante, además de diferenciar las condiciones de comercialización de esos años para recién considerarlo un indicador ponderable. En un Plan de Fomento para Tierra del Fuego que data del año 1935, J. M. Sarobe considera suficiente, “como base”, una superficie de 2500 ha para una explotación pastoril; 625 ha para una mixta y 100 ha para otra de carácter agrícola. Todo esto sobre la base de  supuestos cambios en la infraestructura de la Isla propuestos en el citado Plan de Fomento, (1935: 240). Una experiencia en este sentido y que debe ser tomada en cuenta se llevó a cabo   en la Tierra del Fuego chilena. La evolución en la tenencia de la tierra en el sector chileno tuvo alternativas diferentes a las descripción evolutiva que realiza Martinic B.que en se unadieron parte en delasuparte obraargentina. “La TierraDedelalos Fuegos” (1982) se pueden extraer varias conclusiones muy significativas.

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1) Los remates que se sucedi sucedieron eron de 1903 a 1906, permitieron la consolidació consolidación n de los inmensos latifundios a través de arrendamientos de centenares de miles de hectáreas, hecho gestado desde finales de la década del 80 del siglo XIX. 2) Desde la prime primera ra década del si siglo glo XX es manifiesta la presi presión ón de la opinió opinión n pública de Punta Arenas y de El Porvenir, en pos de lograr la subdivisión de la tierra pública. 3) buena Si bien parte los latifundios cons consiguen iguen renovar suces sucesivamente ivamente arrendamien arrendamientos tos se de de las extensiones originales hasta 1957,losprogresivamente incrementaba el número de explotaciones menores; el total en 1922 alcanzaban a 95. En 1955 señala Martinic B.: B.: “Existían entonces 242 explotacio explotaciones nes ganaderas y agrícolas que ocupaban un ecúmene igual a 1.810.206 hectáreas. Del total de explotaciones explotacio nes sólo cu cuatro atro tenían magni magnitud tud latifundista y el resto correspo correspondía ndía a terrenos de tamaño pequeño, fruto de las subdivisiones, los que ocupaban alrededor de 900.000 hectáreas (aproximadamente 3800 ha como promedio), (1982: 134), (ver también Butland, 1957: 102-9). En 1957, por disposición del gobierno de Santiago, retornaron al Estado más de 600.000 ha latifundiarias que se subdividieron en 104 unidades ganaderas y 18 parcelas agrícola-ganaderas entregadas en arriendo a nuevos colonos. Un hito fundamental en la evolución de las tierras fueguinas chilenas fue la promulgación de la ley 13.908 que permitió la venta de tierras a los arrendatario arrendatarioss siempre que, como en el caso argentino, se cumplieran con ciertas exigencias básicas de ocupación. Posteriormente, durante el gobierno de S. Allende, fue expropiada la única gran estancia que quedaba en Tierra del Fuego chilena (Ea. Cameron), que pasó a manos del Estado, aunque más adelante en 1974 fue subdividida y explotada en forma de cooperativa. Como síntesis de este pasaje desde el latifundio arrendado hasta la pequeña propiedad, pueden ponderarse los siguientes resultados que del Censo  Agrícola y Ganadero Ganadero de 1965 de Chile, Chile, extrae Ma Martinic rtinic B.:   Número de explotacione explotaciones: s: 340   Superficie total: 1.749.376 hectáreas   Población rural: 2721 personas Estas cifras, aunque no discriminan por cada establecimiento, permiten aventurar valores especulativos especulativos como los de un promedio de 5100 ha por esta establecimiento blecimiento y cada uno con 8 habitantes. El mapa 15 quizás justifique en parte la especulación. 





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Mapa 15

Cabe todavía un ejemplo significativo: Saxon indica, generalizando, algunos de los efectos provocados por los cambios en el manejo pecuario y también da un ejemplo sobre la incidencia demográfica de la política de tierras en Tierra del Fuego chilena; es el caso de la ex-estancia Vicuña, de más de 60.000 hectáreas y que fuera subdividida en 1962. Los trabajadores permanentes en esa superficie pasaron de 10 antes de 1962 a 28 en los años 1974/75 (1978: 22). Probablemente la diferencia de 18 trabajadores a primera vista no sugiera demasiado, pero es importante recordar que en la Isla Grande y a cada lado de la frontera las tierras „colonizables colonizables‟‟  superan con facilidad al millón de hectáreas. Se podría agregar que en la actualidad la ganadería del Sur de Chile se halla sumergida en una crisis económica muy importante (198283), aunque sus causas se relacionarían con la política financiera del país vecino (sobrevaluación del peso chileno) y por lo tanto se puede considerar como una situación coyuntural y no estructural. La simetría fisiogeográfica y el paralelismo histórico de varios aspectos en las zonas ganaderas, tanto argentinas como chilenas, obligan a pensar en una complementación en las investigaciones del ámbito rural y así quizás arribar a acciones y soluciones que obviamente significarían significarían un ahorro de esfuerzos importante. d) La población rural: La población rural actual de Tierra del Fuego ha sido considerada hasta este capítulo sólo tangencialmente; en realidad, la complejidad del tema es de tal magnitud que sería imposible realizar el análisis demográfico sin ocuparse del resto de las variables básicas ya tratadas. Es más, ahora sólo consideraremos el problema rural con cierto

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detalle, puesto que aun cuando operativamente supone dificultades de mayor envergadura en el logro de soluciones que los problemas urbanos, indudablemente en el análisis teórico y el planteo técnico-operativo requiere un esfuerzo de menor cuantía. No debe olvidarse que este ítem involucra buena parte del objetivo principal de las políticas nacionales en cuestión patagónica, la población. Sin la menor vacilación se debe encuadrar a la población dentro de un sistema complejo de interacciones económicas y sociales, pero cabe que elsólidas; fin último debe ser lograrpolíticas, un poblamiento armónico con la realidad, de recordar características un poblamiento que responda al potencial regional en la medida que éste se vaya incorporando a la realidad a través de la promoción inducida y, por qué no, espontánea también, y sin desechar tampoco las „advertencias advertencias‟‟ que tomamos de Daus en la Introducción de este trabajo sobre la realidad física patagónica. Por otra parte no sólo se debe cuantificar en demografía; las comparaciones que se realizan sucesivamente para activar o no sistemas de promoción, muchas veces se apoyan en valores absolutos o al menos en discriminaciones parciales. Tanto es así que para Tierra del Fuego, sólo caben sorpresas por los logros en materia demográfica. Lamentablemente, al discriminar entre población urbana y rural nos encontramos con que esta última no cuaja en aquella evolución, se podría hablar de un retroceso si vamos a los detalles; ¿es población rural el habitante de un campamento petrolero que hoy está y mañana quién sabe? Mejor será entrar directamente en el tema, pero nuevamente se debe recordar, ante la valorización de la población rural, que éste ámbito es buena parte del hinterland   o umland   de los núcleos urbanos y esto significa, de algún modo, que las ciudades se apoyan en él. Quizás en algún caso ese apoyo pueda reemplazarse bajo circunstancias ocasionales (leyes de promoción), pero ese reemplazo suele ser fugaz y, abandonar las estructuras económicas, sociales y hasta espaciales básicas, significaría eliminar la principal justificación de existencia para una ciudad. Ushuaia como hemos visto, gira en torno a su función geopolítica, pero si con el transcurrir de los años ésta no le sirve para lograr cierta autonomía económica sobre la base de los recursos zonales (pesca, madera, turismo, etc.) deberá pensarse obligadamente y con tristeza, que su carácter será en cierta medida „parasitario „parasitario‟‟. Para Río Grande la situación es distinta puesto que toda su historia se recuesta en el medio rural, pero aun así la industrialización de la ciudad no contempló a su hinterland. Sólo el gas y el petróleo generan inversiones en „el interior ‟, pero ya sabemos: cañerías, pozos y campamentos con todos sus beneficios e inconvenientes.

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Foto 25: Norte fueguino (Cullen) con prontas perspectivas de extracción petrolera; la imagen refleja la coincidencia del límite internacional con una red de pozos en el ssector ector chileno (del autor, 1983)

Lo agropecuario sigue en situación latente sin mayores cambios, inclusive no se perciben signos que evidencien una crisis, pero ésta existe y aunque se encuentren soluciones „de paso‟ paso‟, tarde o temprano el medio rural fueguino deberá enfrentarse con su falta de población. Se seguirá contratando personal volante chileno o argentino, pero las posibilidades de que éstos o aquellos se conviertan en la base de un poblamiento rural armónico y equilibrado a la vez parece imposible. Caben, eso sí, acciones correctivas y veremos una de ellas. ¿Pero qué sucede entonces con la población rural? Básicamente intentaremos resaltar aspectos que, a pesar de ser obvios, resulta evidente que por más de medio siglo no han sido tomados en consideración en ninguna política gubernamental. Desde una óptica geográfica trataremos de ofrecer una vi visión sión que al menos sea de utilidad utilidad para activar la discusión del tema. La población rural es de por sí muy escasa e insuficiente. Río Grande y Ushuaia actuaron y actúan tanto como concentradores absolutos en los desplazamientos internos como para con los aportes migratorios externos, esto es para el caso, desde el resto de la Argentina y también desde la Gobernación de Magallanes en Chile. Veamos algunos valores demostrativos de las tendencias poblacionales de los últimos 33 años:  Año

Población urbana

Población total

Población rural

1947

3318

5029

1771 (35%)

1960*

7064

7955

891 (11%)

1970*

11.714

13.431

1717 (13%)

1980* 21.240 27.358 3118 (11%) (*) De los respectivos Censos Nacionales de Población.

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La proporcionalidad relativa entre la población rural y la total es prácticamente constante, salvo para 1947; en cierta forma se repite aquí el esquema de despoblamiento rural del país entero. Puede sorprender que durante los tres últimos Censos Nacionales la población rural mantenga el valor porcentual, pero el incremento tiene origen en el desarrollo de la actividad maderera, en la instalación de los campamentos petroleros y en el crecimiento de los servicios públicos. Basta comparar, en 1980 sobre rurales, algo más dealgo 2000 activos, personas se parte ocupaban en establecimientos valor inferior a los 713 856 de 1972; laque mayor del saldo se agrupan en los aserraderos (266) y en los campamentos (229)55. En 1947 de 1771 rurales casi el 100% se relacionaba con la ganadería; en poco más de 30 años no se alcanza a la mitad de ese total. Si volvemos a principios de siglo se comprueba que el crecimiento rural en valores absolutos es insignificante, con 1032 habitantes en 1914, cuando no se explotaba gas ni petróleo y de 3118 en 1980. La pirámide de población mantiene una serie de irregularidades propias de los frentes de poblamiento, tanto respecto de la población total del territorio como de la población rural, donde los desequilibrios son de gran magnitud. Así, en la distribución total por sexos para 1980, los varones representan el 61% y en el medio rural el 75%, (ver gráficos 2 y 3).

Gráfico 2 (repite el de la página 40)

Gráfico 3 (nótese las distintas escalas con 2) 

El ensanchamiento en las barras de edad activa, producto de una intensa inmigración, es también destacable y particularmente negativo en la zona rural, r ural, donde predomina el habitante sin su familia; conste que el 65% de la población rural está en el grupo activo y que el índice de masculinidad para el mismo es del 322%. Huelga mencionar que para un crecimiento futuro de la barra de población activa potencial, la radicación de familias es la única alternativa y ello solo ocurre exclusivamente en las áreas urbanas. Solo para tener una idea más completa de los guarismos demográficos básicos del área rural (Departamento Río Grande) digamos que sobre el total de 2018 habitantes, las fracciones censales de 1980 presentan un promedio de 545 ha por habitante, algo así como 1 habitante cada 5,5 km 2; que hay fracciones con valores hasta de 2484 ha por habitante (fracción: 0,9). Que el promedio de varones es del 76% y el porcentaje 55

 Debe considerarse que el Radio Urbano N° 15 (Censo 1983) de la ciudad de Río Grande en realidad se encuentra a varios kilómetros de la misma y que la mayor parte de sus 1147 habitantes se agrupan en campamentos.

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más bajo en ese sentido y a fracción censal, es nada menos que el de 70%, mientras que el más alto llega al 97% por la presencia de campamentos petroleros. Los establecimientos rurales, lógicamente son habitados en proporción al tamaño y potencial de la explotación. Así, se encuentran estancias con más de 50 habitantes permanentes y otras con apenas 3 o 4 y aún menos. Entre los datos más interesantes que se han extraído de un trabajo de campo (marzo 82), se Este destaca nuevamente el porcentaje (83%) de y también de chilenos (61%). último valor es menor respectodeavarones la proporción extranjeros que se emplea en los aserraderos, donde los argentinos solo comprenden un 17% del total (Censo Industrial del Territorio, septiembre 1983). La estacionalidad de las actividades determina un incremento considerable en la población rural durante los meses de verano. La esquila moviliza „comparsas comparsas‟‟  y además los establecimientos contratan personal para tareas complementarias y de mantenimiento. Las comparsas que operan regularmente en la Isla son alrededor de 10 y movilizan entre 12 y 30 personas cada una. Por su origen, los esquiladores provienen principalmente de Chile (Magallanes), aun cuando desde 1978 se observa una sensible disminución proporcional. El resto del personal acude en mayor medida desde el Sur de la provincia de Buenos Aires y de las provincias de Corrientes, Chubut y Entre Ríos. La estacionalidad se manifiesta también en los propietarios y sus familias, que tienen por lo general una permanencia temporaria durante los meses de mayor actividad y en algunos casos directamente reúnen el carácter de ausentistas. Para el caso de los propietarios es casi una regla que la participación directa o indirecta en las distintas tareas de los establecimientos: trabajo, vigilancia y administración (Cortinez, (Cortinez, 4), esté en relación directa al tamaño de éstos o mejor m ejor aún, a su potencial económico. Todo esto ocurre en el Departamento Río Grande, el cual representa la actividad rural de la Isla, mientras que en el Departamento Ushuaia, la población rural (410 habitantes) alcanza apenas el 17% del total rural del territorio y su distribución está prácticamente atomizada en 4 aserraderos, unas pocas estancias y reparticiones oficiales (Vialidad Nacional, Policía Territorial, Marina, Parques Nacionales, Nacionale s, Prefectura, etc.).

Foto 26. Aserradero y su campamento en Lago Escondido y a la vera de la Ruta Nacional N°3 (del autor, 1984)

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Más de una vez hemos mencionado el caso de Tolhuin como Centro de Servicios para la población rural; Ushuaia y muy principalmente Río Grande cumplen con este rol para las áreas rurales. De más está decir que resultan insuficientes y por lo tanto ineficientes. Por su geografía física y por el factor distancia, la distribución espacial de servicios en la Isla es inadecuada, esto dentro de una política demográfica de crecimiento en busca de una ocupación real y efectiva del territorio. Resultaría difícil la ocupación plena y permanente en un espacio estructurado en la forma con anterioridad, sin contar con la formación de Centros de Servicios para descripta la población. Con su actual equipamiento las estancias y aserraderos cubren satisfactoriamente algunos de los servicios vitales (viviendas, agua potable, calefacción y electricidad) para el tipo de población que habita el campo fueguino y se cuenta además con una distribución también razonable de otros servicios de carácter público (policía y escuelas), pero todo esto es función de una población predominante masculina, en edad activa, extranjera y temporaria en muchos casos. Se puede argumentar en contra de la generación de servicios si no existe población que los utilice; vg.: los alumnos potenciales antes que la escuela, los enfermos antes que el centro asistencia o las familias antes que las viviendas, etc.. Pero no van a existir ni familias ni escuelas si no se modifican las rígidas estructuras de los establecimientos rurales y su sistema de explotación. Lógicamente estos cambios estructurales no son factibles en la medida que no exista la fuente de aporte de población con capacidad en materia rural, es decir, con ciertos conocimientos y experiencias que por supuesto no son adquiribles de la noche a la mañana. Si retomamos la pirámide de población rural (1980), es evidente la falta de base; ¡apenas el 20% corresponde a edades de hasta 14 años! Se le suma a esto una tendencia visible al envejecimiento de la población; casi un 45% de la misma tiene edades superiores a los 30 años (la edad media es de 29 años) y si bien no se puede desglosar por actividad, la experiencia nos lleva a aceptar que la mayor parte de la población entre 15 y 30 años no se ocupa en los establecimientos agropecuarios, hoy el petróleo, la madera y los servicios posibilitan nuevos y más atrayentes horizontes. ¿Cuál es el saldo entonces para la población rural por excelencia? Resulta obvio que un cambio de política demográfica requeriría un planteo metodológico que tenga por objetivo equilibrar la estructura poblacional; la formación inducida directa o indirectamente de Centros de Servicios es una vía, al parecer, oportuna. No se detallarán aquí los supuestos pasos a seguir para la creación de estos Centros, pero no nos debe abrumar un planteo rebuscado o dominado por una tecnocracia incomprensible. Seguramente más eficaz resulte dirigir el planeamiento hacia lo que se asocie al sentido común y muchas veces a lo más espontaneo posible. Veamos el ejemplo de Tolhuin: cabe la aclaración fundamental en relación con la política oficial respecto a la creación de esta localidad y también a otras iniciativas similares; en realidad, según se pudo constatar a través de entrevistas y búsqueda de antecedentes, las acciones se encuadran más en la intuición que en el planeamiento. La clasificación funcional como Centro de Servicios corre por cuenta de quien esto escribe y es dable reconocer que todavía es apenas algo más que una expresión de deseo. En general en la Isla se insiste con la dicotomía ciudad o campo y no se alcanza a visualizar la o las funciones de un Centro de Servicios para la población

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rural. Existirían varias causales para que esto ocurra y por ahora solamente mencionaremos las que en principio son más significativas:   La población rural no participa en estas acciones. Su estratific estratificación ación social rígida y la preferencia generalizada por volver a los esquemas tradicionales motivarían esta ausencia.   La política política económi económica ca promoci promocional, onal, que si bien no ex excluye cluye lo rural, obvi obviamente amente 



ofrece mejores opciones en Río Grande o en Ushuaia.   La procedencia procedencia urban urbana a (comerci (comercial-administrati al-administrativo) vo) de los sectore sectoress dirige dirigentes ntes fueguinos, con su origen generalmente extra-regional y por ende desconocedores de la esencia del interior fueguino.   El origen también urbano de los pobladores del Centro.





Foto 27: toma aérea de Tolhuin entre lengas en 1984, la Ruta Nacional N°3 al frente y el aserradero en el ángulo superior derecho (del derecho (del autor)

Tolhuin dio sus primeros pasos para formar un „pueblo pueblo‟‟  en la cabecera del lago Fagnano a comienzos de la década del 70, tuvo entre sus objetivos principales quebrar la dependencia exclusiva de los trabajadores y sus familias hacia el principal aserradero (CAMI), donde el bienestar y la estabilidad de aquellos quedaba supeditada a la marcha de la empresa. Después de avances y retrocesos son ahora varios los factores que permiten creer en una concreción relativamente rápida y eficaz como Centro de Servicios en la zona. En los últimos años se incorporaron a Tolhuin servicios básicos que ya se proyectan en las adyacencias. En realidad hasta 1980 Tolhuin sólo contaba con escuela y policía aunque carecía de población56. Sobre una traza urbana ya lograda se han construido unas 60 viviendas con servicios de agua, electricidad y gas natural. El poblado cuenta con un centro sanitario asistencial de carácter primario y además un Registro Civil. Sin duda lo más importante es que hay radicadas más de 20 familias sin contar a la población de la fuente de trabajo más cercana (CAMI) que agrupa una cifra similar. La concent ración de distintas reparticiones públicas (IFONA, Vialidad Nacional, etc.) más la incorporación de otros servicios básicos faltantes (teléfono, combustibles, comercios, 56

 Según las cifras provisorias del último Censo Territorial (1983), Tolhuin (incluido el aserradero lindero) contaba con 258 habitantes, de los cuales 175 eran varones.

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banco, recreación, etc.) alentaría sin duda la agrupación espontánea de población y una diversificación económica suficiente como para propiciar un desarrollo industrial proporcional a su escala que se base en algunos de los recursos locales (lana, carne, madera, turba y turismo). Las funciones posibles de Tolhuin se apoyan en la posición privilegiada (baricentro geográfico) sobre el único corredor caminero de vinculación zonal y, en tener dentro de su área delasinfluencia a más en de buen 20 estancias casi totalidad de los aserraderos; estanciaspotencial corresponden, número, yaalas delamenor capacidad en infraestructura o en cierto modo de menor autonomía. Es por ello que se puede anticipar una interrelación relativamente rápida con el Centro. De todos modos resta aún esperar la respuesta positiva de la población rural.  Así como consideramos importante la evolución del proceso de cambio iniciado en el sector chileno con las modificaciones en el régimen de tenencia de la tierra, mucho más significativo y sugerente será la investigación profunda del impacto de los Centros de Servicios en nuestra propia área rural. En referencia a este tema no es recomendable abrir juicios precipitadamente. Chile ha contado desde el inicio de la colonización ganadera, con un núcleo urbano de suficiente jerarquía como para canalizar un poblamiento rural comparativamente más equilibrado y armónico a la vez. En nuestro sector, por el contrario, la falta de mano de obra campesina ha motivado un flujo poblacional desequilibrado que no encontró condiciones apropiadas para su arraigo. Tanto es así que ya hoy es manifiesta la carencia de pobladores con tradición campesina regional, hecho de consecuencias imprevisibles en un futuro cercano, pero con una alternativa valedera en el o los Centros de Servicios. El problema limítrofe con Chile dejó en claro la falta de autonomía del medio rural fueguino en materia demográfica. Cualquier planteamiento a una reestructuración económica en este medio debe estar basado, si los objetivos apuntan al poblamiento y la explotación racional de los recursos, en una política integral de incremento de la población rural. Existen proyectos, uno ya adelantado (San Sebastián), para la concreción de otros Centros de Servicios además de Tolhuin y es en el planeamiento regional donde se deben apoyar estas políticas territoriales.

4. Dos planteos básicos inmediatos para la organización del espacio fueguino Para finalizar, caben dos 'planteos' fundamentales en materia demográfica de notoria implicancia en la organización del espacio y que aún no fueron considerados:  –  –    –  –  

La población rural y la inmigración potencial de mano de obra chilena. La superficie “inculta” y la presión demográfica.  demográfica.  

Obviamente existe una cantidad mucho mayor de circunstancias relevantes para la Geografía de Tierra del Fuego, tal como es el caso de la llamada 'provincialización', pero según ya señalamos, no es éste un momento culminante o de definición precisa de una modalidad espacial determinada. El dinamismo por ahora es el componente más característico y por ello sólo dejaremos apenas planteados dos situaciones que,

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así como inicialmente parecen sencillas de comprender, requieren de una consideración muy especial por la complejidad implícita que poseen. El cambio potencial en la jerarquía política, territorio-provincia territorio-provincia u otra de índole regional merecería un capítulo aparte que esperamos tratar en breve. De todos modos los aspectos a considerar no desaparecerían sea cual fuere la organización política administrativa de Tierra del Fuego. Es factible suponer que una eventual distensión geopolítica permitiría un libre juegonodemográfico quelas canalizaría el retorno a los flujosy poblacionales chilenos, aunque siempre con características cualitativas cuantitativas tradicionales. Como se señaló en el capítulo anterior, el Sur patagónico ha perdido ese cuadro espacial rígido y desequilibrado que mantuvo por décadas y que determinara el 'statu quo' político y socioeconómico de las décadas sesenta y setenta. El sistema de producción en el medio rural fueguino (y seguramente patagónico) continúa requiriendo mano de obra masculina en edad activa y sin familia que albergar. Esta actitud generadora del sub-poblamiento rural, se cumple tanto en las estancias como en los campamentos petroleros y aserraderos. Cualquier innovación en la materia que aliente una política pobladora y de suficiente proyección tendrá que enfrentarse a la 'oferta' de mano de obra chilena que 'forzadamente 'forzadamente'' puede reunir esos 'requisitos' y por lo tanto con la inercia de la estructura socioeconómica heredada. heredada. Esto no supone que el poblamiento real y armónico dependa de una especulación con la nacionalidad de los habitantes potenciales; sucede que mientras un sector, zona o región del país actúa en función del mismo, no tendrán mayor significación las comparaciones en tal sentido. Para muchos la cuestión no es tan simple y se insiste con posiciones agresivas o de choque en ámbitos regionales linderos. ¿Pero es realmente una circunstancia puramente cualitativa de la población la que determina la debilidad de los espacios? ¿O no son también, y en mucha mayor medida, los aspectos funcionales los indicadores del grado de integración zonal o regional? En Tierra del Fuego, desde los años 70 el comportamiento demográfico ha sido fundamentalmente inducido; en lo que se refiere al 'campo' los hechos demuestran que no se trabajó en las bases, sino que simplemente se buscó un predominio de población por nacionalidad. En sentido estricto, el poblamiento supone una ocupación y explotación de cualquier área pero siempre con la diversidad de factores que servirán para el mantenimiento generacional de su población. No es poblamiento aquel que no echa raíces, que q ue no provoca un arraigo trascendente en tiempo y espacio. En cuanto a la segunda situación especial hay que recordar que en Tierra del Fuego (Isla Grande e Isla de los Estados) unos 8000 km 2  (aproximadamente 38% de su superficie) permanecen incultos. Por supuesto existen razones de índole física que motivan esta 'desocupación'; la cordillera fueguina propiamente dicha, la Isla de los Estados y la Península Mitre pueden calificarse como espacios absolutamente vacíos, es decir, espacios sin control geográfico, donde la interrelación con el entorno regional o subregional es nulo u obedece a circunstanci circunstancias as especiales. De cualquier modo los efectos del crecimiento urbano en los últimos años se transmiten también a estas zonas, claro está que aun con poca intensidad. Resulta curioso que condiciones ambientales poco favorables para una ocupación espontánea se contraponen con una oferta potencial de tierras fiscales ubicadas en un contexto regional de promoción. Estamos ante la gestación de una dinámica de frente pionero,

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donde no faltan las iniciativas de ocupación aun cuando las posibilidades parezcan al momento inconvenientes. Es sabido que no existe información suficiente de tipo diagnóstica con la calidad indicada para proceder a la ocupación y explotación de estos vacíos; ni tan sólo la documentación cartográfica es aceptable. ¿Será válida una expansión en este sentido? ¿Se puede ocupar y explotar un espacio virgen el cual se conoce por conjeturas conjeturas y aproximacio aproximaciones? nes? La incorporación vverdadera erdadera y valed valedera era de estas a la realidad depende en primera instancia de su conocimiento pleno ytierras aún se está en los nacional pasos iniciales. --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

MAPAS Y GRÁFICOS MAPAS57: 1) Grupos aborígenes 2) Dinámica y tipo de poblamiento (1880-1925) 3) Tipos y áreas de producción (1914) 4) Tipos y áreas de producción (1947) 5) Áreas de producción (1982/3) 6) Red vial (1983) 7) Áreas homogéneas 8) Ushuaia, áreas urbanas 9) Ushuaia, densidades urbanas 10) Río Grande, áreas urbanas 11) Río Grande, densidades urbanas 12) Capacidad receptiva de las estancias (1979) 13) Estado legal de los bosques 14) Manejo de campos 15) Argentina-Ch Argentina-Chile, ile, división de la tierra FIGURA Y GRAFICOS: Fig. 1: reproducción de un bosquejo de canoeros Grafico 1:Población por sexo y grupo de edades (1914 y 1947) Gráfico 2:Población total (1980), por sexo y grupo de edades Gráfico 3: Población rural (1980), por sexo y grupo de edades

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 Es de hacer notar que la zona austral al Sur de la Isla Grande de Tierra del Fuego se encuentra sujeta a delimitación definitiva. 58   Las obras señaladas señaladas con el el asterisco (* (*)) son las uti utilizadas lizadas como como de consulta reiterada con respecto a temas fueguinos

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