Tesis Tomo I
October 12, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
Short Description
Download Tesis Tomo I...
Description
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DEPARTA MENTO ACADÉMICO DE ARQUEOLOGÍA CARRERA PROFESIONAL PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA Tomo I
“APORTES PARA LA CRONOLOGÍA RELATIVA DEL VALLE DE CUSCO: INTRODUCCIÓN AL
ESTUDIO DE ARTEFACTOS LÍTICOS TEMPRANOS TEMPRANOS AL NORT NORTEE DEL DISTRITO DE SAN JERÓNIMO”
TESIS PRESENTADA POR: Bach. Jackeline Ortiz Romoacca PARA OPTAR AL TÍTULO PROFESIONAL DE:
LICENCIADO EN ARQUEOLOGÍA ASESOR: Lic. José Luis Tovar Cayo
CUSCO – PERÚ 2014
TOMO I Sumario Dedicatoria Agradecimientos Presentación Introducción CAPITULO I ASPECTOS GENERALES 1.1.
Localización del área de estudio
1.2.
Vías de acceso
1.3. 1.4.
Ubicación geográfica, altura y límites Geomorfología
1.4.1. Morfogénesis 1.4.2. Descripción fisiográfica 1.5.
Geología
1.5.1. Estratigrafía 1.6.
Clima
1.7.
Flora
1.8.
Fauna
CAPITULO II MARCO TEÓRICO 2.1.
Antecedentes de investigación
2.2.
Teoría
2.3.
Marco referencial
CAPITULO III ASPECTO METODOLÓGICO 3.1.
Planteamiento del problema 2
3.1.1. Problema general 3.1.2. Problemas específicos 3.2.
Hipótesis
3.2.1. Hipótesis general 3.2.2. Hipótesis específicas 3.3.
Objetivos
3.3.1. Objetivo general 3.3.2. Objetivos específicos 3.4.
Justificación
3.5.
Metodología de investigación
3.6.
Técnicas e instrumentos de investigación
CAPITULO IV PROSPECCIÓN ARQUEOLOGICA 4.1.
Prospección y registro de hallazgos Lámina 01
CAPITULO V ANÁLISIS Y CONTRASTACIÓN DE RESULTADOS 5.1.
Aspectos climatológicos
5.2.
Descripción de m materias aterias p primas rimas usad usadas as en la elabo elaboración ración de los artefactos líticos.
5.3.
Análisis del patrón de distribución de artefactos líticos
5.3.1. Sector I 5.3.2. Sector II 5.3.3. Sector III 5.3.4. Sector IV 5.3.5. Sector V 5.3.6. Patrón de distribución de artefactos líticos
Lámina 02 3
5.4.
Clasificación tipológica de artefactos líticos
5.4.1. Piedras talladas 5.4.2. Piedras no ta talladas, lladas, con hu huellas ellas de uso 5.4.3. Piedras no talladas 5.5.
Clasificación tipológica de artefactos líticos por sectores
5.5.1. Sector I 5.5.2. Sector II 5.5.3. Sector III 5.5.4. Sector IV 5.5.5. Sector V 5.5.6. Clasificación gen general eral de artefacto artefactoss líticos del área d de e estudio 5.6.
Análisis cultural de artefactos líticos Lámina 03
CONCLUSIONES RECOMENDACIONES BIBLIOGRAFÍA ANEXOS ANEXO 1: GLOSARIO
TOMO II
ANEXO 2: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR A ANEXO 3: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR B ANEXO 4: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR C ANEXO 5: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR D ANEXO 6: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR E 4
ANEXO 7: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR F ANEXO 8: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR G ANEXO 9: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR H ANEXO 10: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I, SUBSECTOR I ANEXO 11: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR II, SUBSECTOR A ANEXO 12: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR II, SUBSECTOR B ANEXO 13: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR III, SUBSECTOR D ANEXO 14: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR III, SUBSECTOR E ANEXO 15: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR III, SUBSECTOR F ANEXO 16: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR III, SUBSECTOR G ANEXO 17: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR IV, SUBSECTOR A ANEXO 18: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR IV, SUBSECTOR B ANEXO 19: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR IV, SUBSECTOR D ANEXO 20: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR V, SUBSECTOR A ANEXO 21: REGISTRO DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR V, SUBSECTOR B
5
Dedicatoria
A mi padre Leonardo Ortiz Ccollana por su constante aliento, a un ser especial que aún no conozco;; pero que inspira mi camino, a Cristian conozco por su permanente apoyo apoyo y a los investigad investigadores ores sociales que aportan al desarrollo y conocimiento de la sociedad.
Jackeline Ortiz Romoacca
6
Agradecimientos Es necesaria esta página aunque no suficiente para recalcar mi enorme agradecimiento a mi asesor, familiares y amigos, quienes colaboraron en la consecución de esta gran meta. Enorme reconocimiento y agradecimiento a mi asesor, Lic. José Luis Tovar Cayo, a quien agradezco la confianza y apoyo desde el inicio de elaboración de tesis en todo los aspectos. Un agradecimiento infinito a toda mi familia, por su paciencia y comprensión, especialmente mi padre Leonardo Ortiz Ccollana, mi madre Justina Romoacca Villavicencio, a mis hermanos Alexis y Leoncio. Especial gratitud a mi compañero, Cristian Quispe Montañez por ser el soporte fundamental en la elaboración de este trabajo. Agradezco por su invalorable apoyo a mis amigos: Ketlin, Jade, Ronal, Wilian, Carlos, Wily, Rolando, Roly, Abimael, Glen y Rodrigo.
7
Presentación Señor Decano, señores miembros del jurado. El trabajo de investigación presentado, intitulado, Aportes para la cronología
relativa del valle de Cusco: introducción al estudio de artefactos líticos tempranos al norte del distrito de San Jerónimo ; es producto del incansable esfuerzo de personas que hicieron posible lograr los objetivos planteados en la tesis. El interés por entender los periodos más tempranos de ocupación humana para el valle de Cusco, y el vacío relativo existente en torno a este tema, fueron los principales elementos que permitieron emprender ésta investigación. Con la ayuda del asesor Lic. José Luis Tovar Cayo, se logró plantear el título y tema de investigación, la principal dificultad fue no tener datos empíricos para el sustento de la investigación, el asesor no dudó en mostrar el sitio donde alguna vez logró divisar algunos elementos líticos diferentes a los comunes, aunque eran escasos, despertaron su curiosidad. La siguiente tarea fue ampliar el área de estudio, realizando labores de exploración con la finalidad de identificar otros sitios con evidencias semejantes. En consecuencia se delimitaron cinco sectores
a ser
prospectados. Los resultados de la prospección sistemática realizada nos sorprendieron, ya que los hallazgos sobrepasaron nuestras expectativas, por ser estos artefactos tan bien trabajados, y que aún se mantuvieron después de tantos años, pese a los procesos constantes de ocupación y barbecho del área de estudio; por ejemplo, se encontraron puntas de proyectil elaboradas en obsidiana, calcedonia, jaspe y pedernal. Los artefactos líticos más representativos por sus atributos formales y tecnológicos, permitieron clasificar el conjunto artefactual dentro de los periodos tempranos de ocupación humana correspondiente al arcaico del valle de Cusco. 8
Introducción El presente documento es presentado por la Bachiller en Arqueología Jackeline Ortiz Romoacca, producto del trabajo de investigación iniciado en noviembre de 2012 y culminado en diciembre de 2013 en la comunidad campesina Picol Orconpujio, ubicado al norte del distrito de San Jerónimo, provincia y departamento de Cusco. La presente tesis tiene como razón fundamental aportar nuevos datos y profundizar el conocimiento acerca de las ocupaciones tempranas del valle de Huatanay, (periodo arcaico del valle de Cusco). Periodo aun no explorado que guarda infinidad de incógnitas aún no resueltas por la Arqueología, en cuyo ámbito incursionó por primera vez Brian Bauer y un equipo multidisciplinario (Kasapata, 2007), experiencia considerada como marco referencial de la presente investigación. La descripción y análisis comparativo de los artefactos líticos hallados fue desarrollado tomando como punto de partida los datos publicados por C. Klink y Bauer (Kasapata, 2007), además de las investigaciones realizadas en el territorio central andino. El trabajo de investigación está constituido por cinco capítulos: El Capítulo I, aborda los aspectos generales con la finalidad de ubicar geográfica y políticamente el área de estudio. El Capítulo II, concerniente al marco teórico abarca los antecedentes de investigación, la teoría referida al período arcaico y el marco referencial entendido como punto de partida o modelo a seguir. El Capítulo III, referido al aspecto metodológico, muestra los pasos a seguir en la investigación desde el planteamiento de problemas, además del uso de métodos, instrumentos y técnicas en la solución de estos. El Capítulo IV, incluye la prospección arqueológica y registro de hallazgos, detallando el trabajo de campo realizado en el e l área de estudio. 9
El Capítulo V está referido al análisis y contrastación de resultados de acuerdo a los problemas, hipótesis y objetivos de la investigación. Por otro lado, es importante tomar en cuenta que en el proceso de investigación se logró el acopio de información insitu de los artefactos líticos hallados, a través de fichas de registro; en consecuencia el trabajo de gabinete se realizó haciendo uso de las fichas de registro antes mencionadas. mencionadas. Las piezas líticas fueron clasificadas y analizadas en función a los problemas de estudio, logrando identificar una variedad de tipos de artefactos líticos entre puntas de proyectil, desechos de talla, raspadores, cuchillos unifaciales y bifaciales distribuidos en el área de estudio, que sugiere que el sitio fue un área de manufactura de herramientas líticas. Las características formales de los artefactos registrados y sus similitudes con los hallazgos de Kasapata y otros sitios de los Andes Centrales, permitieron asignar una filiación cronológica relativa correspondiente al periodo arcaico, considerado por Bauer como un periodo basto e inexplorado para el valle cusqueño.
10
CAPITULO I AS A SPECTOS GENERALES
1.1. Localización del área de estudio El área de estudio se ubica al norte del distrito de San Jerónimo, provincia y departamento de Cusco (Figuras N° 01 y 02); en los terrenos de propiedad de la comunidad campesina Picol Orconpujio (Figura N° 03). Figura N° 01
Imagen satelital de ubicación de la zona de estudio. Fuente: Google Earth, 20/04/2013
11
Figura N° 02
. o i d u t s e e d a e r á l e d n ó i c a c i b
s 8 2 a j o H l a n o i c a N a t r a C : e t n U e u F
12
Figura N° 03
Plano de ubicación de la comunidad campesina Picol Orconpujio. Fuente: Centro Guamán Poma de Ayala, 1994
13
1.2. Vías de acceso El distrito de San Jerónimo se encuentra a 7 km de distancia de la plaza de armas de Cusco, se accede por la vía asfaltada Cusco – Arequipa con recorrido promedio de 45 minutos en transporte urbano. El acceso a la zona prospectada (Figura N° 4) se puede realizar mediante vehículo de transporte terrestre, o caminando desde la Plaza 2 de Noviembre, donde se ubica el cementerio de San Jerónimo, con recorrido promedio de 40 minutos siguiendo el camino hacia el sector de Qorikalle, margen derecha del curso de agua temporal en dirección norte.
14
Figura N° 04
Croquis de vía de acceso al sitio de estudio, flechas rojas. Fuente: Google Earth, 20/04/2013
15
1.3. Ubicación geográfica, altura y límites El distrito de San Jerónimo se ubica al límite oeste de la Cordillera Oriental de los Andes, sus altitudes varían desde 3100 m.s.n.m. en Angostura hasta los 4200 m.s.n.m. en Huacoto. El distrito limita: Por el este, con el distrito de Saylla.
Por el oeste, con el distrito de San Sebastian.
Por el norte, co con n el distrito de San Sa Salvador lvador de la p provincia rovincia d de e Calca.
Por el sur, con la provincia de Paruro.
El sitio objeto de investigación se ubica al noroeste de la población de San Jerónimo.
1.4. Geomorfología 1.4.1. Morfogénesis En este apartado se da a conocer en términos generales la evolución geológica de Cusco, para entender cómo y cuándo se formaron las geoformas actualmente existentes. Hasta el Terciario medio se tuvo un relieve variado de alturas desconocidas. Durante el Mioceno el proceso de erosión constante condujo a la formación de la superficie puna (topografía plana). Posteriormente antes y durante el plio-pleistoceno se dieron las fases de levantamiento andino, hasta las alturas actuales. Es así que la topografía accidentada es producto del levantamiento tectónico que tiene casi todo el sector andino (ONERN, 1986: 118- 119). Los eventos del Cuaternario han modelado las macroformas ya existentes. Estos sucesos son las glaciaciones que erosionaron los relieves ubicados a más de 3800 metros de altitud, el ultimo avance glacial (terminado hace 10000 años A.P) dejó las formas actuales (Ibid., 1986: 119-120). 16
1.4.2. Descripción fisiográfica El distrito de San Jerónimo está caracterizado por tener: Zona de altiplanicie: comunidades de Huacoto y Rondobamba,
caracterizado por tener topografía llana y de pocos accidentes a 4 200 m.s.n.m. Zonas de montañas, como el Pachat Pachatusan, usan, Huanacaur Huanacaure, e, M Machu achu Picol y
Huayna Picol con topografía accidentada. Fondos de valle, de baja pendiente entre 3 100 y 3 300 m.s.n.m. Su
formación es del Cuaternario, con topografía plana con pequeñas inclinaciones, aledañas al río Huatanay. El sitio de estudio e específicamente specíficamente está caracterizad caracterizado o por p presentar resentar
abarrancamientos (formación de cárcavas), con cárcavas profundas y altas. Estas características fisiográficas son propias del valle de Huatanay, además de existir en los valles de Apurímac y Vilcanota (Ibid., ( Ibid., 1986: 137).
1.5. Geología 1.5.1. Estratigrafía El distrito de San Jerónimo estratigráficamente está conformado por diferentes formaciones rocosas de tipo sedimentario, metamórfico e ígneo, que datan de edades del Paleozoico inferior hasta el Cuaternario reciente. Unidad del Paleozoico inferior, compuesta por lutitas pizarrosas,
areniscas y cuarcitas blanquecinas muy finas, estos sedimentos afloran al este del poblado de San Jerónimo (Ibid., 1986: 61). El Grupo Mitu, identificado por Mc. Laughlin (1924) sigue una dirección
NO-SE, consiste en areniscas, conglomerados y lutitas, de colores marrón rojizo, intercalado con horizontes piroclásticos y derrames volcánicos verdosos, marrones y purpúreos. Se le asigna la edad del Pérmico superior (Ibid., 1986: 62). Grupo dividido por Carlotto et al (2011: 25 – 26) en dos formaciones denominadas: P´isac y Pachatusan, 17
caracterizadas litológicamente por tener areniscas, limolitas, basaltos, riolitas y conglomerados de cuarcitas y calizas. Formación Huancané, su edad es del Cretácico inferior medio, su
litología varía de lutitas oscuras, areniscas grises y lechos de cuarcitas grises a calizas marinas de color gris, ubicado a la margen derecha del rio Huatanay (Ibid., 1986: 64). Esta formación está compuesta por conglomerados de areniscas cuarzosas y lutitas rojas o negras (Carlotto et al, 2011: 31) El Grupo Yuncaypata conforma cuatro formaciones: Formación
Paucarbamba, Maras, Puquin y Ayabacas. La Formación Paucarbamba es la que aflora al este de la comunidad de Huaccoto (San Jeronimo) y está conformada litológicamente
por areniscas calcáreas, margas,
lutitas amarillas, rojizas y verdes (Carlotto et al, 2011: 34)
Grupo San Jerónimo, conformado por capas rojas del Terciario, que morfológicamente presentan extensas altiplanicies de alturas de 3800 a 4000 msnm (Carlotto et al, 2011: 16 – 17) Los depósitos cuaternarios, son depósitos morrénicos fluvioglaciares
superficiales producto de erosión y transporte de diferentes materiales hacia zonas bajas, son testigos de una actividad glacial intensa acaecida en el pleistoceno (ONERN, 1986: 68).
1.6. Clima El área de estudio está ubicado en la región Quechua, que en términos de Javier Pulgar Vidal (1962: 86) se halla entre 2500 a 3500 m.s.n.m., el clima propio de esta región es templado con diferencias de temperatura entre el día y la noche. Las zonas de mayor altitud del sitio estudiado sobrepasan los 3500 m.s.n.m, correspondiente a la región Suni, caracterizado por tener el clima frio (Pulgar Vidal, 1962: 104). Los límites altitudinales mencionados coinciden con registros realizados en el sitio de investigación. Ver Anexos, Tomo II, Anexos N° 2 al N° 21. 18
1.7. Flora En el área de estudio se pudo distinguir gran variedad de plantas, de las siguientes especies: CUADRO N°01
FLORA DE LA ZONA DE ESTUDIO Nombre común
Nombre científico
Qqeuña
Polylepis incana spp
Chachacomo
Escallonia tesinosa spp
Eucalipto
Eucaliptus Eucaliptu s globolus
Roqque
Colletia spinosissima
Ichu
Stipa ichu
Yaulli
Barnadesia horrida
Tayanka
Baccharis tricuneata
Ch´illka
Baccharis Bacchari s latifolia
Chiri chiri
Grindellia boliviana
Maych´a
Senecio peruensis
Queto-Queto
Gamochaeta americana
Alcoquisca
Acanthoxanthium Acanthoxa nthium spinosum spinosum
Yawar Ch´onqa
Oenothera spp
Qantu
Cantua boxifolia
Trebol
Trifolium repens l.
Ñuqchu
Salvia opositoflora
Oqa Oqa
Oxalis calachasensis
19
Ayaq Zapatilla
Calceolaria Calceolari a sp.
Muña
Mintosthatis Mintosthati s spicata
Salvia
Lepechinia meyenii
Raqui-raqui
Asplenium Aspleniu m fragile
Ortiga
Urtica urens
Tumbo
Passiflora mollisima
Llanten
Plantago mayor
Berro
Nastartium officinalis
Mula Kisa
Urtica magellanica
Kisa Kisa
Bohemeria caudata
Papa
Solanum tuberosum
Haba
Vicia faba
Tarwi
Lupinus mutabilis
Capulí
Prunus serótina
Molle
Schinus molle
Retama
Spartium junceum
Pilli Pilli
Hypochacris soncholdes
Qquera
Astragalus garbancillo garbancillo
Achupalla
Bromelia spp
Anisillo
Tagetes pusilla
Fuente: Antonio Brack Egg: 1999
20
A continuación mostraremos algunas plantas mencionadas en el CUADRO N° 01. Figura N° 05
Maych´a (Senecio peruensis) Fuente: Jackeline Ortiz Romoacca, 2013
Figura N° 06
Retama (Spartium junceum) Fuente: Jackeline Ortiz Romoacca, 2013
21
Figura N° 07
Chachacomo (Escallonia spp) Fuente: Jackeline Ortiz Romoacca, 2013
Figura N° 08
Tarwi (Lupinus Mutabilis) Fuente: Jackeline Ortiz Romoacca, 2013
22
Figura N° 09
Tayanka (Baccharis tricuneata) Fuente: Jackeline Ortiz Romoacca, 2013
Figura N° 10
Roq´e (Colletia spinosissima) Fuente: Jackeline Ortiz Romoacca, 2013
23
1.8. Fauna Se ha observado diversidad de aves y otras especies en la zona como: CUADRO N° 02
FAUNA DE LA ZONA DE ESTUDIO Nombre común
Nombre Científico
Ratón de campo
Rattus rattus
Paloma
Columba maculosa
Chuchico
Turdus chiguanco
Pichinco
Zonotrichia capensis peruviensis
Perdiz
Notoprocta pentlandii
Huamancha
Buteo polyosoma
K´illichu
Falco sparverius
K´illichu gigante
Falco femoralis
Anca
Phalcoboenus Phalcoboenu s megalopterus
Lagartija
Proctoporus bolivianus
Culebra
Tachymenis Tachymeni s peruviana
Purunqowy
Cavia tachudi
Ch´eqollu
Troglodytes musculus
Hak´achu
Colaptes rupícola
Ch´ayña
Carduelis magellanica
24
Leq´e Leq´e
Vanellus resplendens
Araña Doméstica
Loxasales lacta
Huac-hua
Nycticorax nycticorax
Gavilán
Circus cinercus
Halcón peregrino
Falco peregrinus anatum
Chorlo dorado
Pluvialis dominica
Tuco
Tito alba
Huascar q´ente
Colibri coruscans
Fuente: Ricalde, Walker y Blanco, 1990:37-40
25
CAPITULO II MARCO TEÓRICO
2.1.
Antecedentes de investigación
Presentamos algunos trabajos arqueológicos realizados en el territorio peruano con el propósito de evidenciar las relaciones culturales existentes, tanto en Costa y Sierra para un periodo de desarrollo cultural, que corresponde a etapas tempranas de ocupación humana denominada denominada como Arcaico y/o Pre cerámico. Período que tiene artefactos líticos de factura similar a las evidencias líticas (objeto de estudio) en la presente investigación, como artefactos diagnósticos que permiten asociarlos con yacimientos o sitios arqueológicos con evidencias tempranas de la actividad del hombre. Como ya se indicó, las investigaciones arqueológicas realizadas en la Costa (norte, centro y sur) registraron artefactos líticos de manufactura similar a los hallados en la zona de estudio, a pesar de las diferencias geográficas y climáticas con la Sierra. La investigación de Junius Bird en la costa norte peruana (1946 – 1947) citado por Hyslop (1985: 77) considerado uno de los pioneros en las investigaciones
26
de ocupaciones tempranas, muestra los cambios culturales en Huaca Prieta (La Libertad, Ascope), donde hubo ocupación precerámica y cerámica. La clasificación de artefactos líticos hallados por Bird consistió en núcleos o herramientas de núcleos, lascas o herramientas de lascas, herramientas lascadas por percusión, puntas, perforadores, rocas de martilleo, herramientas de molienda, guijarros, adoquines y misceláneas. Resultados que permitieron entender las ocupaciones tempranas a través de los restos líticos, entierros, restos botánicos sin cerámica y la siguiente fase con cerámica; por lo que denomina a sus hallazgos iniciales como parte de la etapa precerámica tardía ocupada desde 3 100 a.C a 1 300 a.C. La diferenciación de dos etapas: precerámica y cerámica, tomando como indicador la presencia y ausencia de restos de cerámica en los estratos identificados por Bird, brinda pautas para acercarnos a una cronología relativa del sector objeto de estudio, ya que los datos obtenidos muestran la ausencia de restos de cerámica junto a los artefactos líticos registrados, permitiendo asociarlos relativamente a la etapa precerámica del valle v alle de Cusco. Podemos mencionar el trabajo de Fréderic-André Engel y los alumnos pertenecientes al Centro de Investigaciones de Zonas Áridas de la Universidad Nacional Agraria la Molina, quienes identificaron objetos líticos recogidos en la Costa central y Andes peruanos; clasificándolos como objetos formados por talla. Dentro de estos: objetos con forma definida, objetos amorfos, objetos obtenidos por limaje o pulido; subdividiendo estos en implementos activos como: moledores, percutores e implementos pasivos como batanes, recipientes y objetos diversos como: armas, menaje y ornamentos (Engel, 1988:9). Aunque la recolección realizada es cuestionable, la clasificación tipológica de los artefactos líticos tiene relación con otros sitios, a pesar del uso de algunos términos particulares. Los trabajos de Chauchat y Lacombe (1984: 4) realizados en Cupisnique (costa norte peruana, entre Virú y Lambayeque), dieron como resultado la identificación de un conjunto de implementos líticos hallados en un sistema de 27
asentamientos
en
superficie
del
desierto
de
Cupisnique.
Ubicados
cronológicamente por Chauchat en una ocupación anterior al Precerámico tardío de la costa peruana, denominando a este conjunto como la tradición Paijanense, por las peculiares puntas de proyectil halladas. El Paijanense de Cupisnique fue estudiado a mayor profundidad por Chauchat (2006), los fechados radiocarbónicos fueron hechos en base a restos de conchas y carbón, llegando llegando a fechas de 10 720 A.P y 7 940 A.P. Además realizó estudios de distribución de sitios de Cupisnique, para entender la movilidad existente, el patrón de asentamiento, y la relación de estos con las fuentes de materia prima para la elaboración de sus utensilios. Mencionamos el trabajo de Chauchat por ser importante y referente de la corriente francesa, aplicada al estudio y clasificación tipológica de artefactos líticos, caracterizado por utilizar términos como: utillaje ordinario, dentro d entro de este grupo los útiles a posteriori siguiendo a Bordes, cuchillo de dorso natural, cuchillo de dorso natural atípico, lasca retocada o utilizada, chaira, pieza de filo usado, piezas machucadas, raederas, raspadores, raedera simple, doble, unifaces, becs, picos, perforadores, núcleos, puntas de proyectil, bifaces, y otros (Figuras N° 11 y 12). Términos que están estrictamente relacionados a la exhaustiva y detallada descripción de cada artefacto, que necesitamos conocer para entender las diferentes tendencias existentes en el estudio de artefactos líticos, como podemos percibir hasta el momento algunos son simples y otros más complejos. Sin embargo, algunos términos usados por Chauchat, son conocidos como categorías generales establecidas para este tipo de clasificación tipológica, usados por la mayoría de estudiosos de la materia.
28
Figura N° 11
0 cm
Piezas bifaciales de Pampa de los Fósiles, Cupisnique. Fuente: Chauchat, 2006:125
29
5
Figura N° 12
0
5 cm
Utillaje de Ascope, Cupisnique, piezas denticuladas. Fuente: Chauchat, 2006:341
Siguiendo con las investigaciones realizadas en la costa c osta peruana, abordaremos el trabajo arqueológico realizado en la costa sur en Quebrada de los Burros (Tacna) bajo la dirección de Daniele Lavallée, Michele Julien y un equipo de profesionales especializados, como: Lacombe y Klaric (2012: 209) quienes realizaron el estudio de los más de 25 000 restos líticos, partiendo de un estudio tipo tecnológico clásico, que permitió clasificar los artefactos en un primer grupo que comprende los útiles, piezas y puntas bifaciales, las que presentan dos caras trabajadas, que pueden ser puntas de proyectil, cuchillos y otros. Un segundo grupo son los útiles unifaciales, estas tienen dos caras pero solo una fue acondicionada de manera significativa. El tercer conjunto son útiles retocados que fueron trabajados pero no se les puede diferenciar claramente (Lacombe y Klaric, 2012: 210). Los materiales utilizados son calcedonias de 30
diferentes calidades y materiales de origen volcánico (Lacombe y Klaric, 2012: 210- 211), materiales presentes en los registros realizados para la presente tesis. Hablando en términos cronológicos registraron dos fases, en función a la estratigrafía del lugar, un Arcaico temprano y Arcaico medio, caracterizadas ambas fases por tener una variedad morfológica de puntas, entre lanceoladas y pedunculadas, además cuchillos de la misma talla para ambas fases (Lacombe y Klaric, 2012:221-294). La fase I (Figuras N° 13 y 14) considerado como Arcaico temprano, caracterizada por diversidad morfológica en puntas: lanceoladas y con pedúnculo unguiforme. Las medidas promedio de artefactos varían de 28 a 50 mm de longitud, las más pequeñas a manera de hipótesis están consideradas como piezas refaccionadas; es decir reducidas debido a arreglos realizados, se hallaron más lascas en esta fase. Otro grupo son núcleos de lascas, unas son globulares, un segundo subgrupo de estos tienen un trabajo bifacial (Klaric, 2012:221- 239). Figura N° 13
Utillaje retocado, Fase I de Quebrada de los Burros. Fuente: Laurent Klaric, 2012: 235
31
Figura N° 14
Útiles retocados, Fase I. Fuente: Laurent Klaric, 2012: 236
La industria lítica tallada en la fase II (Figuras N° 15, 16, 17 y 18) en términos cronológicos pertenece al Arcaico medio y son de los niveles recientes de las excavaciones. Para esta fase se tiene un mayor corpus de análisis, entre puntas, preformas y otros, con variedades morfológicas ya mencionadas en la fase I (Klaric, 2012: 241- 247).
32
Figura N° 15
Esbozos y piezas bifaciales no terminadas, fase II de Quebrada de los Burros. Fuente: Laurent Klaric, 2012:244
33
Figura N° 16
Diferentes tipos y modulos de piezas bifaciales terminadas, fase II. Fuente: Laurent Laurent Klaric Klaric 2012:246
Figura N° 17
Preformas bifaciales rotas, fase II. Fuente: Laurent Klaric, 2012:245
34
Figura N° 18
Lascas retocadas, fase II. Fuente: Laurent Klaric, 2012:269
Capítulo aparte merecieron los instrumentos sobre guijarros hallados en Quebrada de los Burros estudiados por Michele Julien (2012: 282), quien los clasifica en cuchillos sobre lasca de guijarros (Figura N° 19) y percutores (Figura N° 20), presentes en las dos fases de ocupación, la técnica para obtener estas lascas de guijarro es denominada como Split- technique, que es percusión apoyada sobre un soporte que puede ser un yunque (Pelegrin, com. per. 2003, citado por Julien, 2012: 282). Los elementos mencionados tienen relación con los hallados en el área de estudio de la presente investigación, por la presencia de cantos rodados, que podrían ser considerados como materia prima principal en la elaboración de los diferentes artefactos líticos hallados en el área prospectada.
35
Figura N° 19
Cuchillos sobre lascas de guijarro. Fuente: Michele Julien, 2012:283
Figura N° 20
Percutores:1; retocadores:2 y 3; machacador:4; Maja 5;moledores: 6,7,8 y 9. Fuente: Michele Julien, 2012:289
36
La clasificación tipológica realizada por Lacombe y Klaric en la fase I y II del sitio de Quebrada de los Burros, marca una tendencia general del uso y hallazgo de bifaces y unifaces, en sitios asociados a etapas tempranas, tal como podremos evidenciar en los registros del área investigada en el presente trabajo de tesis. Además considero importante mencionar, el análisis espacial para cada capa de excavación desarrollado por Daniele Lavallée, Michele Julien y Maurice Hardy (2012: 398), por ser un ejemplo a tomar para abordar la interrogante del trabajo de tesis referido a la distribución espacial de los artefactos líticos registrados. El análisis espacial realizado en Quebrada de los Burros, permitió determinar ocupaciones iniciales desde el Holoceno temprano de la fase I, luego del abandono, una ocupación para el Holoceno medio en la fase f ase II. La distribución y densidad de los restos les dio idea de cómo ocuparon el sitio. Este análisis mostró la continuidad de ocupación del sitio hasta su abandono (6800 A.P). Otro trabajo de investigación arqueológica de la Costa norte es realizado en Huarmey (Ancash) (Bonavia, Johnson, Reitz y Wing, 2001:265-333), cuyos registros arqueológicos muestran presencia de restos líticos que consisten en guijarros astillados, lascados, machacadores, cuchillos, raederas y núcleos (Figuras N° 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27). Todos ellos son ubicados cronológicamente en el Precerámico medio, haciendo comparaciones de las formas halladas con otros sitios como Los Gavilanes, Casma y otros. Los fechados radiocarbónicos fueron hechos en base a restos de vegetación y de animales. Evidencias que advierten la tradición en el uso de guijarros y cantos rodados como herramientas de distintas funciones, no solo en territorio costeño, sino también pudimos hacer similares registros en el sitio de investigación del presente informe, como ya indicamos los cantos rodados son abundantes en el área de estudio y dan la impresión de ser la base principal en la elaboración de los artefactos líticos, tanto como materia prima (núcleos), además de ser herramientas de percusión (percutores). 37
Figura N° 21
Piezas astilladas típicas de Huarmey. Fuente: Bonavia, Jhonson-Kelly,.Reitz y Wing, 2001:272
Figura N° 22
Piezas astilladas típicas con astillamiento y retoque bilateral de Huarmey. Fuente: Bonavia, Jhonson-Kelly, Reitz y Wing, 2001:273
38
Figura N° 23
Piezas astilladas típicas con astillamiento con golpe lateral de Huarmey. Fuente: Bonavia, Jhonson-Kelly, Reitz y Wing, 2001:273
Figura N° 24
Piezas astilladas con retoque a un extremo de Huarmey. Fuente: Bonavia, Jhonson-Kelly, Reitz y Wing, 2001:274
39
Figura N° 25
Guijarros con golpe bipolar de Huarmey. Fuente: Bonavia, JhonsonKelly, Reitz y Wing, 2001:275
Figura N° 26
Núcleos de Huarmey. Fuente: Bonavia, Jhonson-Kelly, Reitz y Wing, 2001:300
40
Figura N° 27
Núcleos de Huarmey. Fuente: Bonavia, Jhonson-Kelly, Reitz y Wing, 2001:301
En la Sierra peruana las investigaciones en torno al Arcaico se desarrollaron paulatinamente. Daniel Morales Chocano (1993:121) denomina a todo el conjunto arqueológico de restos líticos de la Sierra como “La tradición serrana” . Uno de los investigadores referentes es Augusto Cardich, quien investiga en Lauricocha, cueva ubicada en Dos de Mayo provincia de Huánuco en la Sierra central peruana. Identifica elementos líticos asociados a restos humanos óseos, que fecharon 9525 años de antigüedad (Cardich mencionado por Buse, 1962:174). Investigación multidisciplinaria, con estudios botánicos para entender el paleoclima de Lauricocha. Cardich (1988:84) logró proponer un sistema de evolución del clima para el área de estudio, clasificando el Holoceno en tres periodos principales: Jalca (10000-7500 años A.P), Yunga (7500 – 4500 años A.P) y Quechua (4500 años A.P hasta el presente). Identifica tres fases de ocupación humana para Lauricocha, Lauricocha I caracterizado por un nomadismo puro, Lauricocha II y Lauricocha III dentro de un nomadismo 41
regional, con semi sedentarismo que ayudó el proceso de domesticación y posibilitó el desarrollo de la agricultura (Cardich, 1988:121). Estudio, cuyos resultados son referentes de investigacione i nvestigacioness actuales. Los artefactos hallados en Panalauca (Sierra central peruana), cueva ubicada en Junín e investigada por Jhon Rick y Katherine Moore (1999:261-294), muestra evidencias de artefactos de tamaño pequeño comparado con los hallados por Augusto Cardich en Lauricocha. En sus hallazgos versan bifaces, preformas, instrumentos unifaciales y núcleos, utilizando una tipología lítica que parte de instrumentos astillados (Figuras N° 28, 29 y 30) como categoría general. Todos los artefactos hallados fueron clasificados dentro de la tradición precerámica de los Andes Centrales, tradición relacionada con registros del área de investigación de San Jerónimo – Cusco, por hallarse geográficamente en Sierra peruana, además de similitudes en la clasificación tipológica que desarrollaremos más adelante. Figura N° 28
Tipología lítica utilizada en Panalauca – Junín. Junín. Fuente: Jhon Rick y Katherine Moore, 1999:278
42
Figura N° 29
Bifaces grandes y preformas de Panalauca – Junín. Junín. Fuente: Jhon Rick y Katherine Moore, 1999:276
43
Figura N° 30
Puntas de Panalauca – Panalauca – Junín. Junín. Fuente: Jhon Rick y Katherine Moore, 1999:281
44
En las investigaciones de Uchkumachay (Junín, Sierra central) Kaulicke clasifica sus hallazgos de manera más comprensible y sencilla. Los implementos líticos los clasifica en cinco grupos: puntas, raspadores, piezas con retoque lateral, piezas bifaciales y piezas misceláneas (Figuras N° 31, 32 y 33). En cuanto a las dimensiones, son pequeños, en promedio tienen tres centímetros de largo (Kaulicke, 1999:314). Características que tienen relación con evidencias halladas en otros sitios precerámicos de la Sierra peruana como Panalauca. Figura N° 31
Puntas de Uchkumachay. Fuente: Kaulicke, 1999:314
45
Figura N° 32
Implementos bifaciales de Uchkumachay. Fuente: Kaulicke, 1999:320
Figura N° 33
Raspadores de Uchkumachay. Fuente: Kaulicke 1999:316
46
Al igual que los sitios ya mencionados para el caso serrano, las investigacione i nvestigacioness realizadas en Telarmachay (Junín, Sierra central) bajo la dirección de Daniele Lavallée, Michele Julien, Jane Wheeler y Claudine Karlin, también dieron infinidad de restos líticos (Figuras N° 34, 35, 36, 37 y 38), los mismos que fueron clasificados en función a criterios técnicos que son abordados como: desechos de talla, núcleos, lascas, esquirlas y esbozos bifaciales. Otro grupo comprende herramientas retocadas, dentro de estos dos grupos se tomaron dos categorías de herramientas por retoque unifacial y bifacial. Esta clasificación tipológica es particular porque entiende como desechos de talla todos los artefactos dejados producto de la manufactura de líticos, que no tienen forma y función definidas; sin embargo para Klink, los desechos de talla son lascas, considerando núcleos, bifaces y unifaces dentro de una categoría general de piedras talladas. Lavallée y su equipo hicieron uso del método etnológico, para entender la función de los artefactos antes de describir con rigurosidad sus formas (Lavallée, 1995:71). Además realizaron estudios traceológicos, que consisten en evaluar detalladamente cada artefacto, microscópicamente para hallar las huellas de uso. Para el caso de puntas se realizaron pruebas experimentales, mediante la elaboración de réplicas de los artefactos de Telarmachay, además hicieron comparaciones etnológicas con las puntas usadas por los indios numa de Norte América del siglo XIX, donde se puede observar que las puntas de menor tamaño eran usadas como puntas de flechas de arco y las más grandes como lanzas (Lavallée, 1995: 75 - 197). Es necesario indicar que los restos arqueológicos registrados dentro de la tradición serrana, tienen en común formas foliáceas de puntas de proyectil. Como se ha observado en las ilustraciones presentadas, estas puntas de proyectil varían de tamaño pequeño a grande sin obviar algunas variaciones en las formas particulares de cada región.
47
Figura N° 34
Herramientas unifaciales: cuchillos de Telarmachay. Fuente: Lavallée, 1995:96
Figura N° 35
Herramientas unifaciales: raspadores de Telarmachay Fuente: Lavallée, 1995:105
48
Figura N° 36
Herramientas unifaciales: buriles de Telarmachay. Fuente: Lavallée, 1995:121
Figura N° 37
Herramientas bifaciales: puntas foliáceas de Telarmachay. Fuente: Lavallée, 1995:134
49
Figura N° 38
Núcleos de Telarmachay. Fuente: Lavallée, 1995:245
Otra tendencia aplicada en el caso peruano es el análisis funcional de los artefactos, que consiste en realizar el estudio microscópico de huellas y rastros dejados en cada artefacto usado a través de lupas, binoculares y microscopios metalográficos (Castro, 1998:125). Como ejemplo se tiene el análisis hecho en Cajamarca (Sierra norte peruana), por Alicia Castro (1998:130), ya que en sus investigaciones, inicialmente, cierto grupo de artefactos fueron clasificados como instrumentos de diferentes tipos y el análisis funcional corroboró si en realidad dichos artefactos fueron bien clasificados. Del mismo modo evidenció a detalle el uso de cada artefacto y de otros que no tenían ninguna huella de uso. 50
La necesidad de entender las diferentes tendencias de clasificación tipológica, permiten conocer las escuelas teóricas seguidas por los investigadores, diferencias en terminología empleada para cada tipo de artefacto, tendencias que mantienen similitudes en categorías generales empleadas como se pudo ver en párrafos anteriores; hecho que Kaulicke (1999: 421) identifica como un problema para hacer estudios globales comparativos, además que los datos aislados no permiten realizar comparacione comparaciones. s. Se perciben estudios analíticos, funcionalistas, otros en base a estilos de tipología paleolítica europea, entre otros; por lo que existe una gran dificultad para el entendimiento de todas las investigaciones y publicaciones casi simultáneas en torno al periodo Arcaico, debido a que cada autor toma criterios particulares en la clasificación y explicación de los artefactos hallados en sus investigacioness (Kaulicke, 1999:308). investigacione Tenemos que diferenciar la corriente europea caracterizada por la utilización de terminologías complejas en la descripción de los artefactos, corriente muy criticada por Lavallée (1995), quien menciona: “Los prehistoriadores europeos tienen a su disposición un vocabulario de una riqueza impresionante, pero creado poco a poco en función de circunstancias históricas que, por su naturaleza, no son ni lógicas ni sistemáticas, tal vocabulario no podría ser, sin riesgo, aplicado a industrias de edades y contextos totalmente diferentes, aun cuando la única razón sea las connotaciones cronológicas y culturales que encierran los términos” términos ” (Lavallée,
1995: 71).
Sin embargo, se pudo percibir que muchos términos usados en la tipología lítica actual, usa usan n catego categorías rías tipológica tipológicass sistematizad sistematizadas as por Fra François nçois Bo Bordes rdes en su publicación intitulada Tipologie du Paleolithique Ancient et Moyen y Denis de Sonneville Bordes y Perrot en Lexique typologique du Paléolithique Supérieur. (1961; 1954 y 1956 citados por Franchomme Franchomme,, 1987: 43). El método tecno morfológico se diferencia del resto por hacer descripciones y clasificación tipológica en base a evidencias macroscópicas de artefactos líticos. La misma que usaremos para clasificar los registros realizados por ser el método usado por Klink (2007) en el estudio de artefactos líticos del sitio de 51
Kasapata, del valle de Cusco. Además por ser un método no complicado y al alcance de la investigación, que podrá ser complementada a futuro por el análisis funcional. Las excavaciones realizadas por Mark Aldenderfer (1999) en Asana, sitio ubicado en Moquegua (Costa sur peruana) a 3435 m.s.n.m.; evidencian las relaciones morfológicas de los artefactos hallados por Aldenderfer con otros del ámbito serrano, manteniendo la tradición de puntas foliáceas (Figuras N° 39 y 40), y el uso incidente de materiales de la zona y otros no propios de la zona como: sílex azul, marrón y negro, calcedonia y obsidiana (Aldenderfer, 1999: 383). Los datos datos de Asana sse e analizaron compa comparando rando con datos ya p publicados ublicados por Rick, Mac Neish, Lavallée y otros del norte de Chile (Aldenderfer, 1999: 384). Identifica puntas de proyectil de miniatura, que fueron hallados en contextos ceremoniales (Aldenderfer, 1991 citado por Aldenderfer: 384). La investigación concluye vislumbrando las diferentes fases de ocupación del sitio de Asana, en relación al Arcaico andino sur central mencionand mencionando o que: “Asana nos ofrece una perspectiva importante para pa ra la comprensión del asentamiento Arcaico andino sur central. La mejor reconstrucción que se puede ofrecer de esta historia es que a partir de 10,000 años A.P, recolectores del litoral empezaron a penetrar las sierras interiores de Moquegua para buscar complementos a su economía, luego de 500 años, las poblaciones se establecieron de manera permanente en la sierra, ocupando Asana, que sirvió como base residencial para la explotación de recursos de la Sierra” Sierra ”
(Aldenderfer, 1999: 389 -390).
Para Aldenderfer las relaciones de Asana con otras zonas de los Andes Centrales continuaron hasta 6 000 A.P, situación que varió a partir de 5 000 A.P, en la fase Awati. Las relaciones abarcaron la puna, en la cuenca del Titicaca sin penetrar otras áreas de los Andes Centrales. Inferencias hechas en base a las formas foliáceas y variaciones locales en las puntas de proyectil halladas.
52
Figura N° 39
Puntas de proyectil de Asana II/fase Khituña. Fuente: Aldenderfer, 1999:385
Figura N° 40
Puntas de proyectil de Asana III/fase Jilaña. Fuente: Aldenderfer, 1999:386
53
Las investigaciones hechas en el altiplano (Sierra sur) tienen relación con los datos ya mencionados, ya que investigaciones realizadas en Chucuito ubicaron talleres líticos con material de desecho, formas nucleares y esquirlas, con pocas formas definidas. La materia prima usada fue basalto negro y para el análisis tipológico seleccionaron seleccionaron 40 re restos stos líticos diagnósticos. Clasificándolas en cuchillos, raederas, lascas rascadores, buriles y puntas. Clasificación tipológica comparada con otras del área andina con la finalidad de atribuir una cronología para el Precerámico de Chucuito; hallando similitudes en los materiales hallados con los de Paiján (La Libertad), Chile y Argentina (Palao, 1989: 6-12). En las prospecciones realizadas en la cuenca del río Ayaviri por los tesistas Eduardo Arizaca y Virginia Quispe (2005), lograron identificar restos de puntas de proyectil de diversas formas (Figuras N° 41, 42 y 43), las clasificaron dentro del periodo Arcaico de la cuenca del río Ayaviri. Figuras N° 41, 42 y 43
Puntas Foliáceas, de la cuenca del río Ayaviri. Fuente: Eduardo Arizaca Medina y Virginia Quispe Mamani, 2005: 301
54
Enfocándonos en el ámbito cusqueño, son escazas las investigaciones en torno al tema, materia del presente informe. Quien plantea el Precerámico cusqueño por primera vez dentro de una nueva periodificación es el Dr. Luis Barreda Murillo (1995: 14 - 34) replanteando su tesis doctoral de 1973, donde existía un vacío para las ocupaciones precerámicas. Hecho que cambia en su obra intitulada “Historia y Arqueología Pre – Inka” (1995:14), donde muestra ocupaciones humanas tempranas en provincias altas como Yauri (Espinar), Chumbivilcas, Qorqa, Canchis y Chawaytiri, estos datos quedaron hasta la fecha sin mayor profundización. Para el caso específico del valle de Huatanay, Brian Bauer al prospectar el valle de Cusco (1998), encontró puntas de proyectil aisladas, evidencias relacionadas al periodo Arcaico que permitieron identificar más de 30 sitios de este periodo para el valle de Cusco. Posteriormente Kasapata es el sitio investigado con mayor rigurosidad, con excavaciones y análisis especializado para cada elemento arqueológico identificado. Análisis realizado por un equipo multidisciplinario. Cynthia Klink clasifica y analiza los elementos líticos hallados en las excavaciones, identifica puntas de proyectil de forma foliácea y otras formas, que guardan relación con las tradiciones serranas a las que hicimos mención durante la revisión bibliográfica. Abordaremos con mayor profundidad la investigación mencionada en el mar marco co referencial (pág.57) del presente trabajo. Como pudimos apreciar las referencias citadas en el trabajo, dan una visión general de las tendencias desarrolladas en investigaciones del Arcaico. A pesar de las diferencias teóricas y metodológicas, realizan comparaciones morfológicas para dar soporte a las investigaciones a nivel cronológico. Además los artefactos registrados tanto en Costa y Sierra peruana, muestran similitudes morfológicas y tecnológicas existentes para el periodo Arcaico; producto de las formas de subsistencia de este periodo. Podemos inferir que existen tradiciones que se mantienen desde el inicio de ocupación humana en los Andes Centrales (10 000 A.P) hasta el Arcaico 55
tardío, etapa que coincide con datación absoluta de sitios precerámicos reseñados.
2.2. Teoría El presente acápite aborda la definición de Periodo Arcaico, término usado y conceptualizado por diferentes autores, como Gordon Willey y Philip Phillips quienes en su obra “Method and Theory in American Archaeology ” caracterizan el periodo arcaico como una etapa de cazadores y recolectores nómadas en condiciones ambientales aproximadamente similares a las actuales (Willey y Philip 1953, citado por Matos y Ravines, 1980: 159). No obstante Rowe para el Arcaico andino señala el origen de la agricultura, domesticación de plantas y animales dentro de la tradición cordillerana (Rowe, 1960, citado por Matos y Ravines, 1980: 160). Sin embargo Lumbreras, caracteriza el Arcaico Andino como: “E l estadio inferior de la Barbarie llamado aquí Arcaico. Tiene dos fases: la inferior, que se inicia alrededor del cuarto milenio antes de nuestra era, y la superior, que comienza a mediados del tercer milenio (……..) el arcaico inferior es
una
etapa
que
se
caracteriza
por
un
modo
de
producción
predominantemente predomi nantemente recolector, con ensayos ensayos ya avanzados avanzados en la domesticación domesticación de algunas plantas, especialmente de leguminosas, de probable origen local”
(Lumbreras, 1974, citado por Matos y Ravines, 1980: Pág. 160).
Percibiendo las acepciones asignadas a este periodo podemos inferir que una característica fundamental del Arcaico andino es el cambio de una economía cazadora y recolectora a los inicios de la domesticación de plantas y animales, que subsecuentemente dio un cambio gigante en la revolución neolítica, asociada al periodo Formativo para el caso andino; es decir el Arcaico es la etapa de transición entre el periodo Lítico y el Formativo (Matos y Ravines, 1980: 234). Para Kaulicke (1999: 11): “ e este ste Periodo Arcaico encubre todo el espacio temporal desde las primeras evidencias del hombre postpleistónico hasta el inicio del Formativo.”
Acepción que considero como la más apropiada y simplificada para el entendimiento del periodo en estudio. 56
Pese a las diferencias en el uso de términos como Arcaico y Precerámico, como sistemas cronológicos, al igual que Peter Kaulicke (1999), Klink y Aldenderfer (2005), considero que ambos términos pueden ser usados de manera alternada, ya que no tienen diferencias cronológicas sino conceptuales, como hace evidenciar Kaulicke (1999: 11).
2.3. Marco referencial La pesquisa parte de investigaciones previas existentes en torno a interrogantes planteadas, las más cercanas en términos geográficos y en cuanto al tema abordado, es la investigación realizada por Brian Bauer desde 1998, quien exploró el valle cusqueño, dando como resultado el hallazgo de más de 30 posibles sitios del Arcaico del valle de Huatanay (Jones & Bauer, 2007: 2) (Figura N° 44). Figura N° 44
Ubicación de posibles sitios precerámicos en el valle de Cusco. Fuente: Bauer, 2007:3
57
De estos sitios, Bauer eligió Kasapata (An 309) (Figura N° 44) ubicado en la comunidad de Patabamba entre Huasao y Quispicanchi (Tipón), para realizar excavaciones desde el año 2000 junto a un equipo multidisciplinario. La investigación arqueológica abordó el período Arcaico del valle de Cusco específicamente, los análisis se realizaron en función a las evidencias líticas y restos óseos hallados en las excavaciones excavaciones.. Es necesario precisar que la clasificación de los artefactos líticos los realizó Cynthia Klink (2007), quien inició su clasificación planteando las siguientes interrogantes: ¿Qué tipo de artefactos líticos fueron producidos y usados usados en el sitio?
¿Qué actividades representan estos?
¿El ámbito de actividades que ocurrieron en el sitio cambiaron con el
tiempo?
¿Los modelos de movilidad cambiaron en el tiempo, cómo?
¿Si hay evidencia de sedentarización cómo fue y cuándo ocurrió esto?
(Traducción propia, de Klink, 2007: 31 ) El análisis de los artefactos líticos los hizo con el método tipológico atributivo, primero clasificando estos en categorías generales (ver Cuadro N°11), tomando en cuenta características morfológicas y tecnológicas, luego se analizó cada uno los atributos específicos. Los artefactos fueron divididos en tres principales categorías: piedras lascadas flaked S tone), piedras no talladas con huellas de uso ( g g r ound oun d o talladas ( flaked s tone ) y piedras no modificadas (unmodified stone) (Traducción propia, de
Klink, 2007: 31). Dentro del Primer grupo denominado como piedras talladas, clasifica los núcleos, que son artefactos de donde se extraen lascas o materiales que se convierten en herramientas, las mismas que fueron divididas de acuerdo a sus formas como: núcleos unidireccionales, que son entendidos como núcleos con una plataforma con trabajo notable de lascado en una sola dirección. Seguidos de núcleos bidireccionales, los que tienen dos plataformas trabajadas, 58
parecidas a bifaces, diferenciadas de estas por su forma circular. Los núcleos multidireccionales, tienen varias plataformas trabajadas, con lascado en diferentes orientaciones. Núcleos bipolares y piedras de prueba (Traducción propia, de klink, 2007: 33-37). El siguiente subgrupo son bifaces (Figura N°45), los mismos que se subdividieron en bifaces no diferenciados y herramientas bifaciales, que son puntas de proyectil, proyectil, cuchillos y otros que sson on la combina combinación ción de herramientas de corte y raspado, perforadores, predominantemente hechos en andesita. Klink toma en cuenta el análisis de los porcentajes de uso de materias primas para inferir acerca de los cambios de uso y cambios en estrategias de uso (traducción propia, de Klink 2007: 39). Figura N° 45
(A,B) Herramientas bifaciales, (C,G) Bifaces indiferenciados, A. perforador, B. cuchillo, (D,E,F) Bifaces. Fuente: Klink, 2007:38
El análisis estilístico de puntas de proyectil (Figuras N° 46 y 47) tuvo como objetivo plantear una tipología para el sitio, para luego hacer un análisis 59
comparativo con otras regiones, para la época temporal, tomando en cuenta la filiación cultural de los ocupantes prehistóricos. Los grupos estilísticos fueron definidos subjetivamente, la filiación estratigráfica no fue tomada en cuenta. En total 47 puntas fueron divididas en 9 grupos, en función a los ángulos existentes en sus caras trabajadas. El primer grupo es comparado con las puntas de Sumbay de Arequipa, datados en 5400 - 6200 A.P por Neyra ((1990), 1990), y los demás fueron clasificados de acuerdo a la forma, triangular, romboidal, entre otros (Neyra, 1990 citado por Klink, 2007: 47-54). Es necesario precisar que las medidas de estos artefactos son de longitudes pequeñas comparables comparables con los registrados en la presente investigación. Figura N° 46
Puntas de proyectil del grupo 1 al 6 (A. grupo 1, B, C. grupo 2, D, E. grupo 3, G. grupo 4, H, I. grupo 5, J,K. grupo 6). Fuente: Klink, 2007:50
60
Figura N° 47
Puntas de proyectil del grupo 7 al 9 (A. grupo 7, B. grupo 8, C, D, E. grupo 9 y F, G, H, I. puntas atípicas). Fuente: Klink, 2007:53
61
Los unifaces (Figura N° 48) son otra subcategoría de piedras lascadas, considerados como artefactos que tienen dos caras; pero solo una de ellas tiene mayor trabajo. Este grupo fue subdividido en unifaces expeditivos uni faces ces ) que pueden ser diferenciados por los bordes trabajados; (expedient unifa
pero sin mayor trabajo en las caras. Unifaces retocados, con lascado intencional, Unifaces formados, con huellas de trabajo en los bordes y en otros lados de la herramienta (Traducción propia, de Klink, 2007: 41). Figura N° 48
(A,B) Unifaces retocados, (C) Unifaces formados, A. cuchillo, B. raedera, C. raspador. Fuente: Klink, 2007:40
El siguiente grupo son piedras talladas no diferenciadas y finalmente desechos de talla (debitage) (Traducción propia, de Klink, 2007: 44). Los artefactos denominados como piedras no talladas, con huellas de uso g ro roun und d s tone ) fueron subdivididos en dos grupos: no utilitarios u objetos de ( g
decoración, herramientas de molienda, herramientas de martilleo y otros (Traducción propia, de Klink, 2007: 55-62). 62
Dentro de la última categoría general, (Klink, 2007:32) considerada como piedras no modificadas, incluye restos de hematita por ser elementos transportados de otro sitio (ver Cuadro N° 11). Para hacer inferencias funcionales Klink usa a Kooyman (2000 citado por Klink, 2007: 41-43) quien en base a las modificaciones macroscópicas de los artefactos y la morfología, menciona raederas que generalmente son herramientas usadas en trabajos sobre madera, perforadores que son comparados con taladros, puntas de proyectil unifaciales, herramientas de raspado, herramientas de cortado y “ chopping tools ” que pueden ser como
una azuela, de mayor dimensión que los comunes elementos unifaciales (Traducción propia, 2007: 41 – 43). La intensidad de manufactura de artefactos fue medido en función a los cambios en la densidad de artefactos por materia prima, donde priman las andesitas, cuarcitas, riolitas, pizarras, areniscas sedimentarias, jaspes, calcedonias y obsidianas, es decir, se hizo un estudio analítico (Klink, 2007: 3245). Finalmente C. Klink concluye que Kasapata fue un sitio con constante ocupación en la época precerámica, donde se realizaron diferentes actividades domésticas y de producción de herramientas (Klink, 2007: 62). En cuanto a los pequeños restos de d e obsidiana se hicieron análisis de activación activa ción neutrónica, mostrando que los once restos de obsidiana son de Alca, valle de Cotahuasi en Arequipa (Burger y Glascock, 2007: 118-121). Es necesario recalcar que esta clasificación la tomamos como modelo para la tesis, por ser ésta, la única realizada en el ámbito cusqueño y valle de Cusco, además de ser la más cercana a nuestra área de investigación.
63
CAPITULO III AS A SPECTO METODOLÓGICO
3.1. Planteamiento del problema Los estudios de artefactos líticos de manufactura similar a los materiales hallados al norte del distrito de San Jerónimo están relacionados a los períodos de ocupaciones tempranas tempranas como el Arcaico en los Andes Centrales. Para el caso cusqueño existía un vacío en el entendimiento del periodo Arcaico, ya que solo se tenía información de este período para las zonas altas de la región (Chumbivilcas, Yauri, Qorqa, etc.) basadas en evidencias de pinturas rupestres y puntas de proyectil y otros, halladas por Luis Barreda Murillo (1995). En base a esta información se descartaba una ocupación arcaica para el valle de Huatanay, señalando que los hombres alto andinos bajaron a ocupar el territorio de Cusco, considerando la ocupación Marcavalle (1000 a.C) investigada por Karen Mohr Chávez (1977) la primera y más antigua dentro del valle cusqueño. A partir del año 2007 esta perspectiva cambia a la luz de las nuevas investigaciones publicadas para el periodo Arcaico cusqueño, realizadas desde 64
1998 por Brian Bauer y un equipo multidisciplinario quienes identificaron más de treinta sitios asociados a ocupaciones tempranas, logrando excavar en un sitio denominado Kasapata ubicado en la comunidad de Patabamba entre Huasao y Quispicanchi (Bauer, 2007:3) para el que asignan una ocupación del periodo Arcaico Medio (7000 - 5000 a.C) y Tardío (5000 - 2200 a.C) en base a fechados radiocarbónicos. Además, sugiere un Arcaico temprano (9500 – 7000) en base a puntas de proyectil halladas en la primera prospección realizada (1998). Es necesario contribuir al conocimiento de este periodo por ser parte importante dentro del desarrollo cultural de Cusco. Es así que los artefactos ubicados al norte del distrito de San Jerónimo, presentan rasgos de trabajo humano observables en huellas de tallado. Comprenden desechos de talla, núcleos y otros artefactos manufacturados en material lítico como pedernal, calcedonia, jaspe, obsidiana, entre otros. Algunas de estas materias primas mencionadas, no son propias del lugar de estudio, pueden estar documentando la actividad humana de traslado de estos materiales para su manufactura. Es menester señalar que estas evidencias están situadas en bosques cultivados y terrenos de propiedad privada y comunal de la Comunidad Campesina Picol Orconpujio. En el caso de los bosques, estos se están talando para su posterior urbanización. Los terrenos de propiedad privada están siendo urbanizados con apertura de calles, por lo que es necesario identificar y registrar estos elementos líticos. Por lo expuesto se tiene el riesgo de perder esta fuente de información, que a pesar de no ser considerado monumental, es de vital importancia en el entendimiento del desarrollo de las ocupaciones tempranas del valle de Huatanay. Frente a lo planteado podemos alcanzar una p propuesta ropuesta d de e investiga investigación ción cuyo propósito sea registrar, describir y analizar comparativamente estos artefactos
65
para ubicarlos temporalmente dentro de un periodo cultural, a través de la cronología relativa. Por lo sustentado, esta investigación plantea como punto de partida las siguientes interrogantes:
3.1.1. Problema general
¿Qué actividad actividades es human humanas as documentan la lass características espaciales y culturales de los artefactos líticos tempranos ubicados al norte del distrito de San Jerónimo?
3.1.2. Problemas específicos 1. ¿Cuál es el patrón de distribución espacial de los artefactos líticos tempranos elaborados en el área de estudio ubicados al norte del distrito de San Jerónimo? 2. ¿Qué tipos d de e artefactos líticos tempra tempranos nos se pued pueden en identificar en el área de estudio ubicado al norte del distrito de San Jerónimo? 3. ¿A qué período ccultural ultural corresponden los artefa artefactos ctos líticos tempranos del área de estudio ubicados al norte del distrito de San Jerónimo?
3.2. Hipótesis 3.2.1. Hipótesis general
Las características espaciales y culturales de los artefactos líticos tempranos ubicados al norte del distrito de San Jerónimo, documentan actividades de subsistencia de grupos humanos del periodo Arcaico vinculado a la elaboración de instrumentos líticos en talleres al aire libre.
66
3.2.2. Hipótesis específicas 1. El patrón de distribución espacial de artefactos líticos tempranos del área de estudio localizado al norte del distrito de San Jerónimo, comprenden cinco espacios correspondientes a geo formas de pie de monte segmentados por barrancos con curso de agua estacionales, donde están distribuidos igual número de espacios con vestigios de actividades de elaboración de instrumentos líticos, documentado por un gran número de restos de talla. 2. Los artefactos lítico líticoss tempranos identificados en el área área de estudio, al norte del distrito de San Jerónimo, son percutores usados para fabricar herramientas como puntas de proyectil, raederas que pudieron ser usadas en la recolección de alimentos, además de lascas y núcleos. 3. Las evidenci evidencias as líticas del área de estud estudio, io, ubicadas al norte del distrito de San Jerónimo pertenecen a ocupaciones tempranas relacionadas con el periodo Arcaico del valle de Cusco y del Territorio Central Andino.
3.3. Objetivos En función al tema e interrogantes interr ogantes tenemos los siguientes objetivos:
3.3.1. Objetivo general
Identificar las posibles actividades humanas representadas por los artefactos líticos registrados en el ámbito de estudio, a través de las características espaciales, culturales y cronológicas.
67
3.3.2. Objetivos específicos 1. Describir el patrón de distribución espacial de artefactos líticos tempranos elaborados en el área de estudio, ubicados al norte del distrito de San Jerónimo. 2. Identificar los tipo tiposs de artefactos líticos tempranos del área de estudio, ubicados al norte del distrito de San Jerónimo. 3. Establecer po porr correlación el p período eríodo cultural de llos os artefactos líticos d del el área de estudio, ubicados al norte del distrito de San Jerónimo.
3.4. Justificación El desarrollo del tema de investigación abordado, aportará nuevos datos arqueológicos para el estudio del periodo Arcaico del valle de Huatanay y sobre todo, al hombre que habitó este territorio durante las etapas tempranas. Además de contribuir con un conjunto de nuevos datos empíricos producto de la actividad humana propia de la época arcaica, dará nuevas luces en la explicación del desarrollo cultural del valle de Cusco para la comunidad académica de arqueólogos, por lo que, estos datos servirán a futuras investigacioness arqueológicas en torno al periodo Arcaico. investigacione La prospección sistemática aplicada en esta investigación permitió el registro minucioso y detallado de evidencias halladas en el área de estudio a través de fichas de registro, pauta que diferencia la presente investigación de otras realizadas en el valle de Cusco.
3.5. Metodología de investigación Para el planteamiento, desarrollo y alcance de nuestros objetivos, utilizamos el lass inves investigaciones tigaciones realizadas en los MÉTODO DEDUCTIVO; partiendo de la Andes Centrales y el valle de Cusco entorno al tema abordado. Se analizaron los datos empíricos del área de estudio y se plantearon las conclusiones. 68
El MÉTODO INDUCTIVO ayudó a sistematizar los datos arqueológicos recogidos en cinco sectores de manera rigurosa, para inferir de estos datos particulares, nuevos conocimientos. Al mismo tiempo, el
HIPOTÉTICO
DEDUCTIVO permitió
formular
hipótesis
en
MÉTODO base
a
planteamientos ya existentes realizados en torno al tema de estudio (Kasapata, 2007) datos que pudimos corroborar con los datos empíricos elaborados durante el trabajo de campo. Las inferencias culturales, tipológicas y otros se hicieron en base al MÉTODO
COMPARATIVO, que permitió hacer comparaciones morfológicas y culturales de los artefactos registrados con otros sitios del territorio peruano y del valle de Cusco.
3.6. Técnicas e instrumentos de investigación Para la búsqueda y acopio de datos empíricos recurrimos a la técnica de
PROSPECCIÓN SISTEMÁTICA, partiendo del reconocimiento y delimitación del área de estudio. Consecuentemente se delimitaron cinco sectores en función a la topografía del lugar. El primer sector (Sector I) fue delimitado en subsectores de 100 metros de longitud (norte - sur), cada subsector fue dividido en transectos de dos metros de ancho, también de norte a sur, para el recorrido equidistante (transectos), en la prospección y registro de los artefactos. Para los siguientes cuatro sectores (Sector II, III, IV y V) debido a su topografía accidentada y por tratarse de bosques con especies espinosas, se delimitaron subsectores cada 100 metros de norte a sur, y en el caso de los transectos estos fueron divididos cada dos metros de este a oeste, es decir el recorrido de prospección y registro de artefactos fue de este a oeste. Además queda incluida en esta técnica la OBSERVACIÓN objetiva, necesaria al prospectar el área de estudio y reconocer los artefactos líticos modificados por la mano del hombre.
69
En la prospección se utilizaron los diferentes instrumentos que ayudaran en el acopio de información de manera rigurosa, tales como: fotografía (cámara digital marca Canon EosT3i) con escalas gráficas y norte. El levantamiento topográfico se hizo con la ayuda del programa Civil 3D y Google Earth, así como la representación gráfica de un pe perfil rfil estratigráfico, registrado a través de la observación correcta y objetiva. Cada artefacto hallado fue ubicado con coordenadas U.T.M. (Datum WG – 84) con GPS, marca Garmin modelo MAP62, además se tomaron fotografías a cada artefacto lítico. A continuación cada elemento fue registrado en su respectiva FICHA DE
REGISTRO, fichas que ayudaron a registrar los datos necesarios para la solución de los problemas y objetivos planteados. El análisis y clasificación de artefactos líticos registrados durante la fase de trabajo de campo se hizo en gabinete haciendo uso de la técnica de clasificación conocida como TIPOLOGÍA a través de las fichas de registro. Esta clasificación de acuerdo a los atributos superficiales, formales y tecnológicos (color, dimensiones, forma, materia prima) de los artefactos (Renfrew, 1998: 104). La clasificación se realizó en primera instancia en categorías generales las mismas, que se subdividieron en otras para simplificar el estudio, tomando en cuenta los términos clasificatorios utilizados por Cinthya Klink en los estudios realizados en Kasapata (ver tomo I, Anexo 1, Glosario), por ser éste el más cercano a nuestra investigación y con el que discutimos los datos de la presente investigación. Se hizo uso del principio de asociación para entender estas evidencias como unidades temporales, espaciales y culturales especificas (Lumbreras; 2005: 107), pasando a generar secuencias tipológicas para establecer por correlación
DATACIÓN RELATIVA, en base a comparaciones con evidencias probadas
70
para el ámbito peruano y del valle de Cusco, definido en el principio de recurrencia.
71
CAPITULO IV PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA
4.1. Prospección y registro de hallazgos La prospección realizada por Bauer (1998) en el valle de Cusco dio resultados inesperados, debido a que hallaron restos arqueológicos del periodo Arcaico (puntas de proyectil diagnósticas). Trabajo calificado por Bauer como inadecuado para la búsqueda de datos de este periodo y aun no investigado a profundidad en el valle cusqueño. Tomando en cuenta la naturaleza de los sitios precerámicos, recomienda hacer recorridos en transectos separados por menos de cinco metros (Bauer, 2008: 67). La presente investigación marca diferencias importantes con trabajos de prospección realizados en el valle de Huatanay, no solo por el tema abordado sino por la metodología y técnicas aplicadas con la finalidad de alcanzar mayor precisión en la recolección de datos empíricos para la absolución de los problemas planteados. Tomando como referente el trabajo de Bauer (1998) mencionado en el párrafo anterior y siguiendo las pautas de Renfrew (1998). El trabajo de campo del 72
presente informe empezó con la prospección de reconocimiento, que nos permitió identificar cinco sectores delimitados por barrancos (límites naturales) que fueron prospectados con mayor rigurosidad por medio de la prospección
sistemática a través de la sub sectorización de cada sector, para consecuentemente hacer recorridos equidistantes a cada dos metros, con el objetivo de lograr mayor precisión en los registros. Los transectos fueron delimitados con lienzas, técnica que tuvo cambios flexibles en sectores con mayor cobertura vegetal (Renfrew, 1998: 67 – 72). El área de estudio constituye cinco sectores con límites naturales, el limite por el norte es la montaña Picol, ya que cada sector se halla a pie de monte, por el este y oeste cada sector es separado por barrancos, por el sur está la unión de los barrancos que confluyen en uno solo. Previo al recojo datos de los artefactos líticos, se elaboró una ficha de registro y que fue probada en campo, donde se verificó su utilidad; sin embargo se corrigieron e incluyeron las variables e indicadores necesarios. Ver fichas de registro en el Tomo II, Anexos 2 al 21. Para mayor comprensión es necesario explicar algunos datos versados en las fichas de registro como: las coordenadas U.T.M. tomadas para cada artefacto, necesarias en la elaboración del plano de distribución de artefactos registrados. Además la codificación de los datos empíricos (previamente identificados y marcados con señales visibles), para facilitar el registro ordenado y minucioso de cada hallazgo, hallazgo, códigos con información del sector, subse subsector, ctor, transecto y la distancia de ubicación tomando en cuenta el inicio de cada subsector. Un ejemplo de estos códigos es “IA27-15a”, donde: “I” es el sector en referencia, “ A A” indica el subsector, “27” el transecto donde fue ubicado el artefacto, “15” es la distancia de ubicación del artefacto desde el inicio del transecto y “a” indica que en el lugar hubo más de un artefacto. La toma de fotografías de cada artefacto fue imprescindible en el registro realizado, debido a que las descripciones e imágenes tomadas fueron de vital
73
importancia en el proceso de análisis de datos, entendiendo que la presente investigación es a nivel de prospección superficial sin recojo de material. En términos generales la prospección abarcó un total de 14.45 hectáreas, distribuidos en cinco sectores, cada sector dividido en subsectores. Ver Lámina N° 01. El SECTOR I (Figura N° 49) abarcó 5.4 hectáreas. Tiene una variada configuración topográfica como se detallará en los siguientes párrafos. Se delimitaron 9 subsectores, con transectos de norte a sur a cada dos metros de distancia (separados con lienzas), para la búsqueda y acopio de datos empíricos en las fichas de registro. Los transectos mencionados, condicionaron el recorrido en dirección horizontal, los mismos que pudieron ser aplicados en todo el Sector I, debido a las áreas roturadas sin mayor vegetación, que facilitaron el trabajo aplicado, a sí mismo permitió el registro de 550 artefactos líticos en el sector mencionado, distribuidos en los 9 subsectores delimitados a cada 100 metros de distancia.
74
74
Figura N° 49
Sector I delimitado por la línea amarilla, delimitación del sector a través de la aerofotografía del año 1956. Fuente: S.A.N.
El Subsector A comprende los primeros 100 metros tomados de norte a sur del Sector I; ubicado a pie de monte, de configuración plana y delimitado por barrancos en ambos extremos. Al lado oeste existe un bosque de retoños de Eucalipto (Figura N°50), la primera parte norte con árboles talados, la parte sur con retoños.
75
El suelo tiene cobertura de musgo, las áreas despejadas muestran grava en las partes con arrastre de suelo por efecto de las lluvias estacionales. El lado este (Figura N° 51) comprende un terreno roturado con tractor para fines agrícolas. No está cultivado por estar en descanso para la siguiente temporada de cultivo, como manifestó el propietario. El subsector en mención tuvo un total de 201 artefactos líticos registrados, diseminados de manera indistinta, teniendo mayor presencia de elementos culturales el área roturada antes descrita (Tomo II, Anexos, Fichas: 3 - 203), los que serán clasificados posteriormente. Figura N° 50
Sector I, Subsector A, lado oeste, nótese la delimitación de transectos a pesar de abundante vegetación. (Vista tomada desde el norte)
76
Figura N° 51
Sector I, Subsector A, lado este. Nótese los señalizadores (banderitas rojas) de artefactos. Vista tomada desde desde el noreste noreste
Los siguientes 100 metros tomados del límite sur del Subsector A, comprenden el Subsector B (Figura N° 52), de configuración plana descendente, y presencia de un pequeño barranco al medio del terreno producto del arrastre de aguas de lluvia temporales. Al lado oeste se hallan arboles de Eucalipto, con abundante musgo en el suelo. Al este un área con suelo arado y sin mayor remoción de suelo. En el límite este presencia de árboles de Eucalipto. En cuanto a los hallazgos registrados, estos sumaron 219 (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 205 - 423), en comparación con los demás subsectores este resalta por tener mayor cantidad de artefactos líticos y sobre todo sobresale la presencia de elementos diagnósticos, diagnósticos, puntas de proyectil.
77
Figura N° 52
Sector I, Subsector B. Nótese el lavado de artefactos in situ, y la diferencia de áreas de bosque (oeste) y terreno arado (este). (Vista tomada desde el noreste)
El Subsector C de configuración plana descendente caracterizada al noroeste y noreste por la continuación del bosque de Eucalipto y terreno barbechado. En la parte suroeste y sureste se encuentran áreas de suelo sin remoción, con vegetación constituida por paja y espinos (Figura N° 53). Tuvo 80 artefactos líticos registrados (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 425 - 504), de los que resaltan dos puntas de proyectil, elaborados en pedernal y obsidiana respectivamente.
78
Figura N° 53
Sector I, Subsector C. Nótese los transectos delimitados con lienzas y estacas, además presencia de áreas cultivadas (habas). (Vista tomada desde el sureste)
La configuración del Subsector D es variada aunque la topografía continua siendo plana y descendente, cuenta con presencia de áreas de cultivo de tarwi, habas y maíz en el sector oeste. El sector este con terreno donde se cosecharon cosecha ron papas. Todo este sector es propiedad de una asociación pro vivienda de cuarenta socios, que durante el trabajo de campo iniciaron la apertura de calles para urbanizar el área. Existe una pequeña choza de palos y techo de calamina en la parte noreste. El “salón comunal” de la asociación pro vivienda construida con bloquetas se ubica en el límite sureste (Figura N° 54).
79
El registro arqueológico fue menor al anterior subsector, con 30 artefactos líticos registrados (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 505 - 535), hecho que causa extrañeza por tratarse de áreas con suelos removidos y localizado en la parte baja. Figura N° 54
Sector I, Subsector D. Obsérvese los transectos, la choza de calamina y al norte el cerro Machu Picol. Vista tomada desde desde el sureste sureste
El Subsector E es un área de cultivo de habas, cebada, papa y tarwi tanto al lado oeste y este, al suroeste una casa con techo de media agua (Figura N° 55). Subsector que tuvo menor incidencia de restos arqueológicos, ya que se registraron solo 10 artefactos líticos a pesar de ser un área con mayor remoción (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 536 – 546).
80
Figura N° 55
Sector I, Subsector E. Imagen que muestra al norte los cerros Wayna y Machu Picol, además el Subsector E es el área con sembríos de habas. (Vista tomada desde sur)
Los Subsectores F y G comprenden en su totalidad un bosque de Eucalipto, que limita con la asociación pro vivienda v ivienda ya mencionada, cuenta con una trocha carrozable que cruza en diagonal el bosque. El suelo está lleno de musgo y espinos. Estos subsectores no evidenciaron abundante material para el registro debido a la característica antes apuntada, su naturaleza musgosa (Figuras N° 56). Los registros realizados para el Subsector F sumaron en total 5 y para el siguiente subsector solo se registró un artefacto lítico (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 548 554).
81
Figura N° 56
Sector I, subsectores F y G, que abarcan el bosque de Eucalipto, obsérvese la trocha carrozable mencionada. Vista tomada del ssur ur
El Subsector H y Subsector I son parte del terreno de sembrío de cebada (Figura N° 57). Presentaron escases de artefactos líticos, que solo fueron 3 en el subsector H y un registro en el subsector I (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 556 - 560).
82
Figura N° 57
Sector I, subsectores H e I, vvéase éase el sembrío de cebada en un área estrecha, y al fondo los cerros Wayna y Machu Picol. Vista tomada des desde de el sureste sureste
El SECTOR II (Figura N° 58) abarca 1.52 hectáreas. Fue dificultoso delimitar transectos con lienzas debido a la configuración del espacio. Es un bosque de Eucalipto donde establecimos visuales de norte a sur (cada dos metros), para la ubicación y registro de artefactos (Figuras N° 59 y 60). Se logró en los dos subsectores delimitados el registro de 13 artefactos líticos. El sector en mención también está ubicado a pie de monte con superficie plana descendente.
83
Figura N° 58
Sector II delimitado por la línea amarilla, delimitación del sector a través de la aerofotografía antigua del año 1956 Fuente: S.A.N.
84
Figura N° 59
Sector II, que abarca el bosque de Eucalipto (señalado por la flecha roja). (Vista tomada desde el sureste)
El Subsector A del sector II abarca los primeros 100 metros tomados de norte a sur, cubierto en su totalidad por árboles de Eucalipto. El suelo es musgoso, con abundante espinos y piedras superficiales. El registro arqueológico fue escaso, suma 8 artefactos líticos registrados (ver Tomo II, Anexos, Fichas: Fichas: 561 - 569). La configuración del Subsector B es similar al subsector A ya mencionado, por ser la continuación del bosque de Eucalipto. Las características ya mencionadas limitaron la visibilidad de los artefactos a registrar. Se registraron 3 artefactos líticos (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 571 - 575).
85
Figura N° 60
Sector II, obsérvese la cobertura vegetal abundante (paja, musgo, espinos, árboles y otros) (Vista tomada desde el norte)
El SECTOR III, (Figura N° 61) cubre 3.93 hectáreas de área prospectada, dividido en 7 subsectores, con topografía plana descendente. Configuración de superficie variada por esta razón, a partir del sector de bosque, se inició a delimitar los transectos cambiando la dirección de norte – sur por oeste a este, marcando visuales cada dos metros para el recorrido del sector (Figura N° 62). Se registraron en total 42 artefactos líticos.
86
Figura N° 61
Sector III delimitado por la línea amarilla, delimitación del sector a través de la fotografía antigua del año 1956 Fuente: S.A.N.
87
Figura N° 62
Sector III, nótese la wincha y al fondo la montaña Wayna y Machu Picol. Vista tomada desde desde el sureste sureste
Los Subsectores A, B y C, abarcan los primeros 300 metros de longitud tomado como límite norte del Sector III. Área caracterizada por el sembrío de cebada (Figura N° 63). Los subsectores fueron prospectados pero no se ubicó ningún artefacto lítico relacionado a la investigación.
88
Figura N° 63
Sector III, Subsectores A, B y C, nótese el área con sembrío de cebada y al fondo la montaña Machu Picol. (Vista tomada desde el suroeste)
El Subsector D, comprende la zona de bosque de Eucalipto, tiene suelo accidentado, barrancos y abundante paja, musgo, espino, q´era (tarwi silvestre) y otros (Figura N° 64), además en el lado noreste existen árboles talados abandonados. Se registraron 2 artefactos líticos (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 577 - 578), ubicados en el camino de herradura que pasa por el bosque.
89
Figura N° 64
Sector III, Subsector D, nótese los barrancos que segmentan el bosque (flecha roja) y al fondo la montaña Machu Picol. (Vista tomada desde el sureste)
Los Subsectores E, F y G constituyen la continuación del bosque de Eucalipto, manteniendo la abundancia en cobertura vegetal: paja, musgo, q´era, espinos y otros. En el Subsector E se registraron 28 artefactos, en el Subsector F se registraron 11 artefactos y en el Subsector G se registró un artefacto lítico (ver Tomo II, Anexos, Fichas: 580 - 621).
90
El SECTOR IV (Figura N° 65) cubre 2.8 hectáreas, divididas en 4 subsectores. Tiene topografía accidentada y abundante cobertura vegetal, que limitaron el recorrido de prospección. Razón que definió la continuación del uso de transectos delimitados de oeste a este a cada dos metros (Figura N° 52). Las evidencias líticas registradas registradas fueron en total 32. Figura N° 65
Sector IV delimitado por la línea amarilla, delimitación del sector a través de la aerofotografía antigua del año 1956 Fuente: S.A.N.
91
El Subsector A (Figura N° 66) abarca los primeros 100 metros tomados de norte a sur. Compuesto por un bosque de retoños de Eucalipto, suelo cubierto por desechos de ramas de Eucalipto en proceso de descomposición y abundante grava superficial. Se hallaron 2 artefactos líticos. Ver Tomo II, Anexos, Fichas: Fichas: 623 - 624.
Figura N° 66
Sector IV, Subsector A, nótese los retoños de Eucalipto y las cárcavas formadas por arrastre de agua. (Vista tomada desde el sureste)
92
El Subsector B es la continuación del bosque de retoños de Eucalipto, con mayor abundancia en desechos de Eucalipto en superficie, la parte sur presenta un área sin arboles pero con espinos (roq´e) (Figura N° 67) sobre suelo cascajoso. Se hallaron 11 artefactos líticos registrados en las fichas de registro. Ver Tomo II, Anexos, Fichas: 626 - 636. Figura N° 67
Sector IV, Subsector B, obsérvese los espinos y la abundante cobertura vegetal y al fondo la oficina del área de compostaje ubicado en el Sector V. (Vista tomada desde el noroeste)
El Subsector C está conformado por un bosque de Eucalipto, abundante espinos (roq´e) y suelo lleno de musgo que impidió hallar evidencias líticas a ser registradas. El Subsector D abarca una pampa que continúa al bosque de Eucalipto, área cubierta de paja y espinos. Se registraron 19 artefactos líticos. Ver Tomo II, Anexos, Fichas: Fichas: 638 - 656.
93
Es necesario recalcar que en este subsector se registró un perfil estratigráfico, identificado en el lado este del barranco, perfil considerado en la investigación como dato importante en el entendimiento de los datos empíricos de superficie registrados durante el trabajo de campo del estudio. El perfil fue expuesto por las lluvias al deslizarse una parte al fondo del barranco, dejando al descubierto varios artefactos líticos relacionados a la investigación (Figuras N° 68, 69 y 70). Figura N° 68
Sector IV, Subsectores C y D, nótese la wincha (Vista tomada desde el sur)
94
Figura N° 69
Sector IV, área de ubicación del perfil perfil estratigráfico (flecha roja), nótese la estreches del sector. (Vista tomada desde el norte)
Figura N° 70
Sector IV, perfil estratigráfico, nótese el derrumbe. EEll recuadro señala el estrato asociado a artefactos líticos y suelo de contenido orgánico. (Vista tomada desde el sureste)
95
El SECTOR V (Figura N° 71) abarca todo un bosque de Eucalipto de 0.8 hectáreas, de topografía plana, delimitado por el norte por la planta de compostaje de la Municipalidad distrital de San Jerónimo (Figura N° 72), los transectos fueron delimitados de oeste a este. Se registraron 15 artefactos líticos en los dos subsectores delimitados a cada 100 metros de distancia. Figura N° 71
Sector V delimitado por la línea amarilla, aerofotografía antigua del año 1956 Fuente: S.A.N.
El Subsector A comprende los primeros 100 metros tomados de norte a sur, el límite es el cerco de la planta de compostaje de la municipalidad de San Jerónimo, y con árboles de Eucalipto, paja, musgo y un camino de herradura
96
que cruza el bosque de norte a sur (Figura N° 73). Este subsector tuvo un artefacto lítico registrado. Ver Tomo II, Anexos, Ficha: 568. El Subsector B está conformado por la continuación del bosque de Eucalipto, manteniendo las características descritas para el subsector anterior, con abundante paja, piedras y restos de ladrillos. Se registraron 14 artefactos líticos. Ver Tomo II, Anexos, Fichas: 660 - 673.
Figura N° 72
Área de compostaje de la Municipalidad de San Jerónimo (Vista tomada desde el suroeste)
97
Figura N° 73
Sector V, obsérvese el límite del área de compostaje (cerco de alambres de púas) (Vista tomada desde el noroeste)
98
CAPITULO V AN A N ÁL ISIS Y CO NT RA ST ACI ÓN DE RESULTADOS
El trabajo de gabinete propiamente dicho, consistió en clasificar los artefactos líticos registrados en las fichas. Para la clasificación se utilizó el modelo clasificatorio de Cynthia Klink, aplicado al material lítico hallado en las excavaciones que realizó Brian Bauer y su equipo en Kasapata, tocando por primera vez el tema del Arcaico en el valle de Cusco. La clasificación realizada permitió elaborar cuadros de doble entrada para el material lítico de cada sector de Qorikalle, que ayudaron en el manejo de información a través de gráficos, que permitieron elaborar las conclusiones del trabajo. Previo al análisis, abordamos el aspecto climatológico de manera general con la finalidad de entender el ámbito geográfico en el que pudieron desenvolverse los hombres del Arcaico cusqueño.
5.1. Aspectos climatológi climatológicos cos Las investigaciones arqueológicas arqueológicas consideran el aspecto ambiental como datos complementarios que pueden dar soporte a las afirmaciones hechas en función
99
a la evidencia material estudiada, como sostiene Alcina Franch (1965: 59) es necesario entender el medio ambiente en el que vivieron los hombres del pasado. Existen limitadas investigaciones de esta índole para todo el territorio sudamericano, y en mayor grado, si hablamos del territorio cusqueño. Al respecto, tomamos como información valiosa los datos de José A. Salaverry Llosa, en el libro “Macro “Macro – – ecología de los andes peruanos, situación actual y dinámica de cambio en los últimos 20 000 años”, años”, tocando el tema de manera
general para entender el desarrollo climático, no solo del Perú; sino de todo el continente americano. Como fuente, toma las investigaciones paleo climáticas, haciendo un resumen y correlación de estos. Los estudios paleo ambientalistas respecto a cambios climáticos en el continente americano entre los que podemos señalar trabajos de C. Villagrán (1993); O. Dollfus (1964); P. Kaulicke (1993); L. Martin (1992), F. Ramirez y J. Deza (2002); A. Brack Egg (2003); A. K. Craig (1992); L. G. Thompson (1992), entre otros, establecen que en los últimos 125 000 años hubieron cambios climáticos, entre temporadas calientes y frias, épocas glaciares glaciares e interglaciares, épocas secas y húmedas, situaciones relacionadas a cambios en el nivel del mar (Salaverry, 2006: 40). Abarcando el territorio sudamericano sudamericano,, de manera general hubo un último periodo glacial (20 000 años A.P), el ultimo glacial - postglacial, transición Pleistoceno- Holoceno (11 000 a 10 500 años A.P). Además de un periodo de desglaciación (10 500 años A.P) (Salaverry, 2006: 164). Tomando en cuenta que el ingreso del hombre a los Andes, se dio en pequeños grupos de cazadores, recolectores, pescadores, siguiendo la ruta de los cambios climáticos en el hemisferio norte durante el último periodo glacial, cruzando el istmo de Panamá aproximadamente hace 20 000 años (Salaverry, 2006: 41). Los hallazgos arqueológicos reportan la presencia del hombre en los andes peruanos desde los 12 000 – 14 000 años A.P periodos de tiempo relacionados
100
a la finalización del pleistoceno e inicios del Holoceno. Para los Andes Centrales las edades durante el Holoceno son divididas en Holoceno temprano (10 500 a 8 000 años A.P), Holoceno medio (8 000 a 4 000 años A.P), ambos periodos caracterizados por tener un clima optimo y el Holoceno tardío a partir de 4 000 (Salaverry, 2006: 164). Además, Salaverry (2006: 233) indica que el poblamiento de los andes peruanos se dio de norte a sur, siguiendo los procesos de desglaciación que caracterizan el periodo de clima óptimo ya referido, es necesario mencionar también que Agusto Cardich (1988: 9), en función a avances de estudios arqueológicos en base a evidencias líticas considera la presencia del hombre en Sudamérica desde el Holoceno temprano y denomina para los Andes Centrales a esta última últi ma glaciación como Glaciación Lauricocha. Para el caso del poblamiento cusqueño, existen referencias bibliográficas que indican que no se tienen en la actualidad evidencias de restos para el Holoceno temprano, afirmando que probablemente entre los 7 000 y 5 000 años, los primeros hombres cazadores y recolectores llegaron al valle de Cusco por primera vez (Alex Chepstow- Lusty, Brian S. Bauer y Michael Frogley, 2008: 55-56); afirmación que permite ubicar esta etapa en el Holoceno medio, época en que continua el clima óptimo. Seguido del Holoceno tardío, que para el 3 000 y 2 000 a.C, el clima en la serranía andina se iba haciendo no muy distinto al actual. Hecho que es corroborado por registros palinológicos para Sudamérica que muestran con posterioridad a 3 000 años A.P, vegetación parecida a la actual (Villagrán citado por Salaverry, 2006: 166). Además, las investigaciones palinológicas realizadas por Chepstow Lusty et al, en Marcacocha (Ollantaytambo, Cusco) dan indicios de la presencia de familias Chenopodium desde el 2 000 A.P, familias que incluyen quinua y cañihua, plantas que demuestran la adaptación a climas fríos (Chepstow at al, 1996: 497), aunque estas evidencias no se relacionan directamente al periodo Arcaico, permiten afirmar que los eventos climáticos ocurridos en Marcacocha, son parte de lo ocurrido en el territorio sudamericano, afirmación vertida a partir
101
de correlaciones con datos de otras investigaciones similares en otros lugares, como en los nevados de Quelccaya (Puno), Huascarán (Ancash) y lagunas como: laguna de Paca (Junín) y lo más resaltante es la comparación con el lago Chichancanab (México), mostrando la contemporaneidad de los eventos climáticos entre Centro América y Sur América (Chepstow Lusty et al, 1996: 831). Al finalizar el Holoceno medio e iniciar el Holoceno tardío, se dan condiciones de inestabilidad oceánica - atmosférica, compatibles con fases secas y húmedas de manera alternada entre distintas regiones de Sudamérica, estas características son propias de los fenómenos de El Niño Oscilación sur (ENOS) (Salaverry, 2006: 2006: 166). Etapa que que marca la final finalización ización del clima óptimo entre los 4 000 a 3 000 años A.P (2 000 a 1 000 años a .C). Este periodo se caracteriza sobre todo por el aumento de lluvias, acarreando desastres naturales, cambiando la geografía de la zona andina, creando nuevos deltas, modificando los bosques, los montes, arroyos, lagunas y otros. Así como el clima para el el caso de las regiones qu quechuas, echuas, observándose en la: “…disminución del agua de manantial, aumento en la ocurrencia d e d e heladas; y creciente clima frío y seco que aumenta con la altura” altura ” (Salaverry, 2006: 207).
Para entender el clima y medio ambiente del pasado, Salaverry, refiriéndose explícitamente a características climáticas y de vegetación de la zona Quechua y alto andina del Perú en el pasado, menciona: “El clima y vegetación de la zona Quechua y alto andina de la cordillera de los andes peruanos en las eras arcaica y formativa de la agricultura andina peruana,, durante el periodo peruana periodo de clima optimo andino era, en general, mucho más cálido y húmedo, de mayores precipitaciones pluviales, lo que permitía la existencia de abundantes bosques y pasturas a altitudes entre los 1500 a más de 3800 m.s.n.m. Sin embargo, presentaba grandes variaciones en altitud y vegetación descendiendo, en precipitaciones y temperaturas temperaturas” ” (Salaverry, 2006:
185).
102
Esta afirmación muestra con mayor claridad que durante los periodos Holoceno inicial y Holoceno medio, relacionados al clima óptimo al que se refiere, está vinculado a etapas de ocupación humana temprana. Cuando los hombres habitaron en un ambiente óptimo; con mayor especificidad podríamos afirmar que los hombres del Arcaico habitaron en áreas óptimas de vida, por las características ya mencionadas. En cuanto a la vegetación del pasado indica Salaverry: “Los bosques de microclimas apropiados de las laderas de quebradas de las zonas quechuas y alto andinas en los pisos medios y superiores, entre 2 400 – – 2 600 m.s.n.m a 3200 a 3800 m.s.n.m y mayores, cuyas extensiones han disminuido sustancialmente en los ecosistemas altoandinos, hasta quedar hoy en día pequeños residuos de los mismos localizados en áreas de microclimas de quebradas alto andinas” andinas ” (Salaverry, 2006: 185-186).
Estos bosques a los que se hace referencia estaban conformados por especies como: molle macho (Haplorhus peruviana); molle (Schinus molle); lloque (Rageneckia lanceolata); quinual (Polylepis incana); queñoal (Polylepis villosa); quishuar (Buddlelia incana); tara (Caesalpinia tara); puya Raimondi (Puya Raimondi); entre otras, las mismas que han sido depredadas por el hombre o por factores naturales, hecho que se observa en nuestra zona de trabajo por ser ahora una zona forestada con árboles exóticos como el eucalipto. Quedan hoy en día, escasas muestras de especies mencionadas como especies nativas propias de regiones Quechua y alto andinas del Perú.
5.2. Descripción de materias primas usadas en la elaboración de los artefactos líticos. La variedad de materias primas líticas registradas en Kasapata (Klink, 2007: 32 – 33) son similares a los hallados en el área de investigación, además, el mismo geólogo (Mauro Zegarra) los describió y analizó. Los materiales líticos registrados son pedernal, calcedonia, andesita biotitica, obsidiana, jaspe, pizarra, riolita y hematita (ver Cuadro N° 03). Estas evidencias dan campo a nuevas incógnitas acerca de la procedencia de las materias
103
primas halladas en el área de estudio, tema que merece una investigación de mayor especialización. Sin embargo, podemos afirmar que las andesitas biotitica y riolitas son propias de las formaciones geológicas locales (Formación Mitu), el resto de materiales concerniente a calcedonia, jaspe, pizarra y pedernal posiblemente pudieron haber sido trasladadas de comunidades altoandinas de la región Cusco, como Chumbivilcas, Espinar y otros. Para el caso de las obsidianas registradas, podemos compararlas con las de Kasapata, estudiados por Richard L. Burger y Michael Glascock (2007: 118 121), quienes realizando un análisis de activación neutrónica llegaron a la conclusión que los restos de obsidiana proceden de Alca, Cotahuasi en Arequipa. Aunque aún no podemos a afirmar firmar lo mismo para nuestros hallazgos, existe la posibilidad que tengan la misma procedencia, por que la cantera mencionada es la más cercana y conocida en el ámbito regional.
104
CUADRO N° 03
CARACTERÍSTICAS CARACTERÍSTICA S PETROGRÁFICAS DE M MATERIAS ATERIAS PRIMAS Materia prima
Tipo
Textura
Pedernal
Color
Composición
Otras
mineralógica
características
Afanítica con con
Se presentan en
Compuesto por
Tiene tenacidad
laminaciones laminacion es de
diferentes
sílice (ópalo,
elevada, dureza 7
hematita, de
colores,
calcedonia y cuarzo
en la escala de
grano muy fino
empezando de
microcristalino)
Mohs y fractura
los verdosos,
concoidal
grises, plomos, rojizos. Andesita
Roca volcánica
biotitica
Calcedonia
Obsidiana
Mineral de sílice
Roca ígnea
Pórfido Afanítica,
Se presenta en
Compuesto por
Dureza de 6- 6.5
fenocristales de
color gris oscuro
biotitas, microlitos
en la escala de
biotita en una
de plagioclasa p lagioclasa,,
Mohs
matriz
piroxenos y óxidos
microcristalina
de Fe
Afanítica de
Se presentan en
Compuesto por
Dureza de 6.5 en la
granos muy finos
colores blanco
sílice (calcedonia
escala de Mohs, de
parduzco, grises,
con escasa
fractura concoidal
rojizos y otros
Hematita)
Se presenta en
Compuesto por
Dureza de 5- 5.5
color negro
óxidos silícicos
en la escala de
Afanítica
volcánica
Mohs, de fractura concoidal Jaspe
Roca sedimentaria
Pizarra
Hematita
Afanítica con con
Se presenta en
Compuesto por
Dureza de 6.5 en la
escasas venillas
diferentes
sílice (calcedonia y
escala de Mohs, de
de cuarzo
colores como los
hematita)
microcristalino y
amarillos, rojos,
hematita.
grises
Roca
Densa de grano
Compuesto por
metamórfica
fino
cuarzo y moscovita
Mineral
fractura concoidal
Compuesto por oxido férrico
Riolita Roca volcánica
Pórfido Afanítica
Se presenta en
Compuesto por
Dureza de 6- 6.5
con fenocristales
color granate con
cuarzo, plagioclasa
en la escala de
en una matriz
cristales de
sódica, biotita,
Mohs.
microcristalina
cuarzo.
feldespatos, homblenda y óxidos de Fe
Fuente: Elaboración propia, a partir del análisis petrográfico del Ing. Mauro Zegarra
105
CUADRO N° 04
CLASIFICACIÓN PORCENTUAL DE MATERIA PRIMA EMPLEA EMPLEADA DA
Materias primas
Sector
Subsector
I
II
III
IV V
Pedernal
Calcedonia
Pizarra
A
96
69
1
B
107
70
1
C
42
D
Andesita de Biotita
Obsidiana
Hematita
1 11
3
16
9
2
15
7
6
1
E
5
1
2
2
F
4
G
1
H
3
I
1
A
4
2
B
4
1
D
1
1
E
18
F
10
G
1
A
2
B
9
2
D
16
1
A
1
B
14
1
Jaspe
Riolita
15
19
8
18
1
10 1
1
2
8
1
1
1
1
1
Total
354
171
10
29
10
2
25
51
Porcentual
54.3 %
26.22 %
1.53 %
4.44 %
1.53 %
0.3 %
3.83 %
7.81 %
106
GRÁFICO N° 01
USO DE MATERIA PRIMA 0.3%
3.83%
7.81%
1.53% LEYENDA:
4.44%
54.3% 1.53%
Pedernal Calcedonia Pizarra Andesita de Biotita Obsidiana Hematita
26.22%
Jaspe Riolita
En la investigación realizada, el uso del material lítico varió significativamente. El pedernal representa el 54 % de materia prima, seguido de calcedonia con el 26 % y en menores porcentajes el resto de materias primas mencionadas. Observar Cuadro N° 04 y Gráfico N° 01.
5.3. Análisis del patrón de distribución de artefactos artefactos líticos Para evaluar el patrón de distribución espacial, se tomó en cuenta primero la distribución por sectores, subsectores y finalmente todo el conjunto, tomando en cuenta la cantidad de elementos líticos y características topográficas de los sectores, como se tiene mencionado en descripciones hechas para cada sector. Se hace este análisis con el fin de tener la distribución referencial de los artefactos líticos.
107
Es necesario recalcar, que no tomamos estos datos como las ubicaciones originales de cada artefacto, por estar el sitio alterado en la actualidad por su constante uso como área agrícola y con plantaciones de Eucalipto. Prueba de los constantes cambios físicos en todo el sector de estudio, es la fotografía aérea del año 1956 (Figura N° 74) que muestra que en el sec sector tor no había plantaciones de Eucalipto. Sin embargo, y a pesar de las limitaciones referidas, es importante avanzar en el tema investigado con la información empírica disponible. Figura N° 74
Aerofotografía antigua (1956), obsérvese la diferencia del de l lugar antes de la forestación con plantaciones de eucalipto, el círculo rojo indica el sitio de estudio Fuente: S.A.N.
108
5.3.1. Sector I Es el sector con mayor cantidad, teniendo el universo de 550 artefactos líticos. Los subsectores A y B, tuvieron mayor densidad de artefactos. Cantidad que fue disminuyendo en los demás subsectores. Ver Cuadro N° 05 y Gráfico N° 02. Este sector tiene áreas con características diferentes. Un sector con remoción de suelo que pertenece a la parte este del Subsector A, donde pudimos registrar abundante material cultural, en la parte oeste no se tuvo abundancia, por ser una zona de bosque, con vegetación de musgo y espinos que limitan la visibilidad de los artefactos. Estas características se repiten en el subsector B, ya que se tiene al oeste el bosque de Eucalipto, una zona arada y una parte no removida con suelo compacto con abundante material cultural y elementos diagnósticos. Los siguientes subsectores tienen suelos más removidos, con sembríos de tarwi, haba, maíz, cosecha de papa y sembrío de cebada, como son en los subsectores: G, H e I; pero en estos casos, hubo escases de materiales culturales registrados. La distribución artefactual en su mayoría, no es aislada; es decir son pocos los que están solos en un determinado sector, la gran parte de artefactos líticos están juntos, cercanos o aledaños. Sin embargo, en lugares sin remoción, especialmente en bosques con abundante cobertura vegetal (musgo) hay disminución y aislamiento de artefactos; lo que puede ser resultado de la cobertura vegetal que impide la visibilidad de los artefactos líticos.
109
CUADRO N° 05
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I SECTOR I Subsector A
Subsector B
Subsector C
Subsector D
Subsector E
Subsector F
Subsector G
Subsector H
Subsector I
TOTAL
201
219
80
30
10
5
1
3
1
550
36.54 %
39.81 %
14.54 %
5.45 %
1.81 %
0.90 %
0.18 %
0.54 %
0.18 %
100 %
GRÁFICO N° 02
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I 250
LEYENDA:
219 201
Subsector A
200
Subsector B Subsector C 150
Subsector D Subsector E
100
Subsector F
80
Subsector G 50
Subsector H
30
Subsector I
10 5
0
1
3
1
1
5.3.2. Sector II El Sector II presenta escasa evidencia cultural, tiene dos subsectores con características similares, por tratarse de un bosque de Eucalipto. Los artefactos registrados en total son 13, los mismos que están distribuidos de manera dispersa en ambos subsectores (Cuadro N° 06 y Gráfico N° 03), sobre todo en las partes donde hay evidencia de erosión, como en los caminos de herradura y en los bordes de barrancos que delimitan el sector.
110
CUADRO N° 06
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR II SECTOR II Subsector A
Subsector B
TOTAL
8
5
13
61.54 %
38.46 %
100 %
GRÁFICO N° 03
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR II 9 8 8 7 6 5 5 4 3 2 1 0 1 LEYENDA:
Subsector A
Subsector B
111
5.3.3. Sector III Es el segundo sector más extenso en términos de anchura y longitud, en los primeros subsectores: A, B y C, no se tiene evidencia de artefactos líticos. Es todo un sector con sembrío de cebada sin ninguna evidencia de material cultural, hecho que cambia en los siguientes subsectores, al ser este parte de bosques de Eucalipto con algunos promontorios de tierra en los bordes de barrancos, sobre los que se encuentran en abundancia desechos de talla. Los demás artefactos están distribuidos de manera dispersa, algunos aislados, pero en su mayoría aledaños o junto a otros artefactos. Véase Cuadro N° 07 y Gráfico N° 04. CUADRO N° 07 DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR III SECTOR III Subsector D
Subsector E
Subsector F
Subsector G
TOTAL
2
28
11
1
42
4.76 %
66.66 %
26.19 %
2.38 %
100 %
112
GRÁFICO N° 04
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR III 30
28
25 20 15 11 10 5
2
1
0 1 LEYENDA: Subsector D
Subsector E
Subsector F
Subsector G
5.3.4. Sector IV La distribución de artefactos de este sector es muy diversa. En el Subsector A hay escases de elementos culturales, por ser este un sector cubierto con restos de ramas de Eucalipto en descomposición (en superficie), que limitaron la visibilidad de los artefactos. En el siguiente subsector B, caracterizado por tener un área con suelo libre de restos de vegetación se evidencian desechos de talla y otros. Cambiando notablemente para el Subsector C, por tratarse de un bosque de Eucalipto añosos, no se tiene ningún registro. Hecho que vuelve a variar para el subsector D, por tratarse de una pampa con paja, logrando registrar artefactos en los caminos de herradura que cruzan el pajonal. En el último subsector se tiene una parte de barranco con un camino que da a un pequeño terreno, es justamente en esta área del camino donde se evidenció abundante material cultural. Además de encontrarse en este espacio reducido
113
una capa estratos con restos de obsidiana, cuarcita, jaspe y otros. La misma que ha sido registrada para la investigación, como un dato importante. Observar Cuadro N° 08 y Gráfico N° 05. CUADRO N° 08
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR IV SECTOR IV Subsector A
Subsector B
Subsector C
Subsector D
TOTAL
2
11
0
19
32
6.25 %
34.37 %
0%
59.37 %
100 %
GRÁFICO N° 05
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR IV 19
20 18 16 14 11
12 10 8 6 4
2
2
0
0 1 LEYENDA: Subsector A
Subsector B
Subsector C
Subsector D
114
5.3.5. Sector V La distribución de artefactos líticos para este sector es casi uniforme, por tratarse de bosque de Eucalipto con similares características de suelo para sus subsectores. A pesar de la poca evidencia, están distribuidos en toda la pampa, subsectores. no están aislados, siempre existe uno cerca de otro, pero el musgo interfiere en la visibilidad de los mismos. Los artefactos registrados fueron hallados en las partes pedregosas (erosionadas). Véase Cuadro N° 09 y Gráfico N° 06. CUADRO N° 09
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR V SECTOR V Subsector A
Subsector B
TOTAL
1
14
15
6.66 %
93.3 %
100 %
GRÁFICO N° 06
DENSIDAD DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR V 16 14
14
12 10 8 6 4 2
1
0 1 LEYENDA:
Subsector A
Subsector B
115
5.3.6. Patrón de distribución de artefactos líticos Partiendo de las distribuciones mencionadas para cada sector, podemos inferir que el patrón de distribución de los artefactos líticos está en función a las características topográficas actuales del sector estudiado, existiendo generalidad en la distribución diversa para cada sector, pero diseminados a lo largo y ancho en todos los sectores (ver lamina N° 02); pero esta distribución no es aislada, al contrario, los artefactos muestran conjuntos artefactuales relacionados entre sí, reflejando una determina actividad social. La distribución de los artefactos líticos registrados en el sector de estudio, a pesar de las limitaciones antes mencionadas, en sentido amplio reflejan patrones generales de distribución, que muestran actividades humanas propias del periodo Arcaico, como actividades de talla de herramientas líticas y actividades de subsistencia como recolección de alimentos. Ver Cuadro N° 10 y Gráfico N° 07 y Lámina N° 02. CUADRO N° 10
RESUMEN DE DISTRIBUCIÓN DE ARTEFACTOS LÍTICOS DISTRIBUCIÓN DE ARTEFACTOS LÍTICOS Sector I
Sector III 42
Sector IV 32
Sector V 15
TOTAL
550
Sector II 13
84.35 %
1.99 %
6.44 %
4.9 %
2.3 %
100 %
652
116
GRÁFICO N° 07
DENSIDAD TOTAL DE ARTEFACTOS LÍTICOS POR SECTORES
600
550
500
400
300
200
100
42 13
32
15
0 1 LEYENDA: Sector I
Sector II
Sector III
Sector IV
Sector V
5.4. Clasificaci Clasificación ón tipológica de artefactos líticos Los artefactos líticos fueron clasificados siguiendo el modelo de Cinthya Klink (ver Cuadro N° 11), para esto se tomó el conjunto de artefactos líticos de los cinco sectores registrados (fichas de registro), considerando que habiendo registrado el conjunto artefactual, estos tienen relación tecnológica y morfológica. Se registraron en total 652 artefactos líticos, lí ticos, los mismos que fueron clasificados tomando en cuenta los conceptos y términos usados por Cinthya Klink, términos que fueron explicados en el Marco teórico y en el Glosario. Véase Anexo 01.
117
Para una mejor sistematización y manejo de datos se elaboraron cuadros de doble entrada, presentados con la clasificación de los artefactos registrados en cada sector. CUADRO N° 11
CLASIFICACIÓN CLASIFICAC IÓN TI TIPOLÓGICA POLÓGICA DE ARTEFACTOS LÍTICOS PARA KASAPATA (2007) TIPO DE ARTEFACTOS NÚCLEOS
S
Núcleos unidireccionales Núcleos bidireccionales Núcleos multidireccionales Núcleos bipolares Piedras probadas o ensayadas
AD A
BIFACES L L A T
Bifaces indiferenciados Herramientas bifaciales
S A R D
UNIFACES IE P
Unifaces expeditivos Unifaces retocados Unifaces formados
LÍTICOS TALLADOS INDIFERENCI INDIFERENCIADOS ADOS DESECHOS DE TALLA S
PIEDRAS NO UTILITARIAS A L L E U H N
HERRAMIENTAS UTILITARIAS DE MOLIENDA O C , S O D U
A S A E L D L A
HERRAMIENTAS UTILITARIAS PARA GOLPEAR
T O
OTRAS PIEDRAS UTILITARIAS N S A R D EI P
PIEDRAS NO TALLADAS, CON HUELLAS DE USO INDIFERENCIAD INDIFERENCIADAS AS PIEDRAS NO TALLADAS
Elaboración propia, a partir de C. Klink (2007: 33 - 44)
118
5.4.1. Piedras talladas Los artefactos considerados en esta categoría muestran evidencias de modificación por la mano del hombre, es decir son producto de tallado, y estas modificaciones son observables macroscópicamente, esta categoría general abarca las siguientes subcategorías: Los Núcleos hallados en la prospección son 50, los mismos que fueron
clasificados en su mayoría como Núcleos multidireccionales. Figuras N° 75, 76, 77, 78, 79, 80 y 82, por tener varias plataformas de extracción de lascas y que estas hayan sido extraídas en varias direcciones. De otro lado, una muestra de Núcleo unidireccional (Figura N° 81) por tener la extracción de lascas en una plataforma y en una sola dirección. Los núcleos registrados en su mayoría son de cantos rodados de pedernal, evidenciando que la materia prima usada en la elaboración de herramientas son los cantos rodados. Figura N° 75
Núcleo multidireccional de pedernal, con huellas de extracción de lascas Código IA17-31.5
119
Figura N° 76
Núcleo multidireccional de pedernal Código IB30-25.3
Figura N° 77
Núcleo multidireccional de pedernal Código IC29-65
120
Figura N° 78
Núcleo multidireccional de pedernal Código ID14-34
Figura N° 79
Núcleo multidireccional de andesita biotitica Código IE2-7
121
Figura N° 80
Núcleo multidireccional de pedernal Código IIB11-1
Figura N° 81
Núcleo unidireccional de pedernal Código IIID6-74
122
Figura N° 82
Núcleo multidireccional de pedernal Código VB50-18a
Los Bifaces sumaron 35, fueron clasificados en Bifaces no
diferenciados (Figuras N° 83, 84 y 85) están trabajados en ambas caras, pero la forma que tienen, no indica un tipo específico. Las
Herramientas bifaciales (Figuras N° 86 al 97) consisten en puntas de proyectil, raspadores, cuchillos y perforadores. Herramientas usuales en sitios del periodo Arcaico, que están asociadas a actividades de recolección de alimentos (plantas) y caza de animales de hombres del periodo Arcaico. Las puntas de proyectil halladas en el trabajo de campo merecen un apartado especial, por ser elementos diagnósticos que permitirán inferir una filiación cronológica relativa de los artefactos estudiados, aunque estos elementos diagnósticos son escasos, muestran una diversidad de tipos de puntas de proyectil de manufactura bifacial, es así que tenemos 6 muestras que se diferencian morfológicamente y permiten identificar los siguientes tipos de puntas:
123
A. Punta bifacial triangular denticulada con escotadu escotadura ra basal, elaborada en pedernal. Figura N° 86. B. Punta bifacial triangular con base recta, dos muestras de este tipo diferenciadas por materia prima de elaboración (pedernal y calcedonia) y el tamaño de las muestras. Figuras N° 87 y 88. C. Punta bifacial fo foliácea, liácea, elaborada en jaspe. Figura N° 89. D. Punta bifacial pe pedunculada, dunculada, elaborada elaborada en pedernal. Figu Figura ra N° 90. E. Punta bifacial triang triangular ular con escotadura ba basal sal prominente, elaborada en obsidiana. Figura N° 91.
Figura N° 83
Bifaz indiferenciado de pedernal, nótese las muescas Código IA30-36.3a
124
Figura N° 84
Bifaz indiferenciado de pedernal, nótese las huellas de extracción de lascas Código IA26-70
Figura N° 85
Bifaz indiferenciado de pedernal, con huellas de extracción de lascas Código IB29-47
125
Figura N° 86
Herramienta bifacial, punta de proyectil denticulada con escotadura basal Código IA36-100b
Figura N° 87
Herramienta bifacial, punta de proyectil elaborada en pedernal, de forma triangular Código IB22-30
126
Figura N° 88
Herramienta bifacial, punta de proyectil elaborada en calcedonia, de forma triangular Código IB39- 61.5b
Figura N° 89
Herramienta bifacial, punta de proyectil foliácea, elaborada en jaspe ja spe Código IB38-32.2
127
Figura N° 90
Herramienta bifacial, punta de proyectil con pedúnculo circular, elaborada en pedernal (incompleta) Código IB40-15.6
Figura N° 91
Herramienta bifacial, punta de proyectil con escotadura basal, elaborada en obsidiana Código IC36-87
128
Figura N° 92
Herramienta bifacial, raspador elaborado en pedernal Código IIIG25-0.10
Figura N° 93
Herramienta bifacial, cuchillo elaborado en pedernal, nótese las huellas de desgaste por el uso Código IVD47-3
129
Figura N° 94
Herramienta bifacial, cuchillo elaborado en pedernal, nótese las huellas de desgaste Código IB34-52.7
Figura N° 95
Herramienta bifacial, cuchillo elaborado en pedernal Código IB51-7.9b
130
Figura N° 96
Herramienta bifacial, perforador elaborado en pedernal Código IB43-73.5a
Figura N° 97
Herramienta bifacial, perforador elaborado en pedernal Có Códi di o IB5 IB522-7a 7a
131
Los Unifaces sumaron 14 (Figuras N° 98 al 105). Entre Unifaces
expeditivos, Unifaces retocados y como herramientas unifaciales específicas. Una punta de proyectil unifacial (Figura N° 98) elaborada en pedernal (materia prima analizada previamente por el ingeniero Mauro Zegarra), además de raspadores y cuchillos, elementos relacionados a actividades de subsistencia del periodo Arcaico. Figura N° 98
Punta de proyectil unifacial elaborado en pedernal Código IC47-22
132
Figura N° 99
Herramienta de raspado unifacial elaborado en pedernal Código IA33-43.15b
Figura N° 100
Herramienta de corte unifacial elaborado en pedernal Código IA17- 31.5a
133
Figura N° 101
Herramienta de raspado unifacial elaborado en pedernal Código IA41-80.5
Figura N° 102
Herramienta de cortado unifacial elaborado en pizarra, obsérvese las huellas denticuladas Código IB45-10
134
Figura N° 103
Herramienta de raspado unifacial elaborado en pedernal, obsérvese la muesca Código IVB9-20
Figura N° 104
Herramienta de cortado unifacial elaborado en pedernal, obsérvese los ángulos agudos en ambos lados Código IVD5-17.5
135
Figura N° 105
Herramienta de raspado unifacial elaborado en pedernal Código VB24-19b
Piedras talladas indiferenciadas (Figura N° 106) totalizan 5 muestras.
Identificadas de este modo por tener evidencia de tallado, pero la forma y tamaño no sugieren forma y función específica. Figura N° 106
Piedra tallada indiferenciada en pedernal Código IB51-65
136
Desechos de talla (Figuras N° 107 y 108) sumaron un total de 538,
subcategoría constituida por elementos muy fragmentarios (pequeños). Figura N° 107
Desecho de talla en jaspe Código IA28- 49b
Figura N° 108
Desecho de talla en calcedonia Código IA30- 36.3c
137
5.4.2. Piedras no talladas, con huellas de uso Categoría que incluye artefactos que no tienen modificación por tallado, porque sirvieron como herramientas para tallar, golpear, moler o martillear otro elemento, producto de esta actividad tienen huellas de desgaste en algún lado de su cuerpo, la clasificación realizada logró identificar las siguientes subcategorías: Se identificó un total de 6 Herramientas para golpear (Figuras N° 109
al 113), que específicamente son los llamados percutores, que fueron una especie de martillo utilizado en la elaboración de los diferentes artefactos identificados en la investigación. Estos artefactos tienen huellas observables de desgaste en uno o ambos extremos, en algunos casos están partidos, pero lo que resalta son las huellas de desgaste del artefacto. Herramientas que son claras muestras de actividad de talla de artefactos líticos. Figura N° 109
Herramienta utilitaria para golpear, percutor de pedernal, obsérvese las huellas de desgaste Código IA33-40.3a
138
Figura N° 110
Herramienta utilitaria para golpear, percutor delgado de pedernal, posiblemente para hacer golpes más finos Código IA47-62
Figura N° 111
Herramienta utilitaria para golpear, percutor de pedernal Código IIIE19-22a
139
Figura N° 112
Herramienta utilitaria para golpear, percutor de pedernal Código VB23-10
Figura N° 113
Herramienta utilitaria para golpear, percutor de pedernal, fragmentado pero huellas de desgaste Código VB23-17
140
Otra subcategoría es Piedra no tallada, con huellas de uso
indiferenciado (Figura N° 114), por no tener huellas de modificación producto del tallado, y que su forma y tamaño no permiten su clasificación tipológica. Figura N° 114
Piedra no tallada, con huellas de uso indiferenciado, nótese que la modificación ilustrada no es producto de talla sobre el elemento lítico, pudo haber sido un percutor que se fragmento de forma irregular Có Códi di o IA IA26 26-5 -57. 7.7 7
5.4.3. Piedras no talladas Piedras no talladas (Figura N° 115), son restos que no presentan modificación, pero su presencia indica que fueron utilizados y
trasladados de otro sector para otras actividades. Se cuenta con 2 restos r estos pequeños de hematita. Cinthya Klink clasifica restos de hematita dentro de este grupo por ser elementos trasladados de otros lugares con fines particulares. A estos se suma una piedra no tallada en pedernal por estar este solo partido en dos y no tener ninguna otra huella de uso o modificación.
141
Figura N° 115
Piedra no tallada, resto de hematita Código IB31-10.3c
142
5.5. Clasificaci Clasificación ón tipológica de artefactos líticos por sectores 5.5.1. Sector I El Sector I tiene mayor incidencia en desechos de talla, seguida de núcleos, bifaces, unifaces, piedras talladas indiferenciadas, herramientas de golpe y piedras no talladas con huellas de uso indiferenciadas (Cuadro N° 12 y Gráfico N° 08). La abundancia de desechos de talla, la presencia de núcleos y percutores sugiere que el sitio fue un taller lítico de manufactura de herramientas de uso en diferentes actividades de subsistencia. CUADRO N° 12
CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA DE ARTEFACTOS ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR I SECTOR I A
B
C
D
E
F
G
H
I
TOTAL
%
9
12
10
3
4
1
40
7.27 % 5.81 % 1.81 % 0.72 % 83.27 %
BIFACES
8
20
4
32
UNIFACES
6
2
2
10
2
1
181
63
SUBSECTORES TIPO DE ARTEFACTOS NÚCLEOS S A D
1
A L L A T S A
LÍTICO TALLADO INDIFERENCIADO DESECHOS DE TALLA R D EI P
N O C O A
D
A
, E
U
S L L D A T
S O L
A L N E U A H R D IE P
174
1 27
5
4 4
1
2
1
458
LÍTICOS NO UTILITARIOS
0
HERRAMIENTAS UTILITARIAS DE MOLIENDA HERRAMIENTAS UTILITARIAS DE GOLPE OTROS LÍTICOS UTILITARIOS LÍTICOS NO TALLADOS, CON HUELLAS DE USO INDIFERENCIADOS LÍTICOS NO TALLADOS
0 2
1
3
0.54 %
0 1
1
0.18 %
2
0.36 % 100 %
1
1
SUMATORIA POR SUBSECTORES
201
219
80
30
10
5
1
3
1
550
%
36.5 4%
39.81 %
14.54 %
5.45 %
1.81 %
0.90 %
0.18 %
0.54 %
0.18 %
100 %
143
GRÁFICO N° 08
FRECUENCIA POR TIPO DE ARTEFACTO SECTOR I 500
458
450 400 350 300 250 200 150 100 40
32
50 0
10
4
0
0
3
0
1
2
5.5.2. Sector II En el Sector II continua la mayor frecuencia de desechos de talla seguida de núcleos. Cuadro N° 13 y Gráfico N° 09.
144
CUADRO N° 13
CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA DE ARTEFACTOS ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR II SECTOR II A
SUBSECTORES
B
TOTAL
%
1
1
7.69 %
TIPO DE ARTEFACTOS NÚCLEOS BIFACES UNIFACES PIEDRAS TALLADAS INDIFERENCIADAS A A R
D IE L
D
A P
A
L T
0 0 0
DESECHOS DE TALLA PIEDRAS NO UTILITARIAS O N S
4
12 0
U
HERRAMIENTAS UTILITARIAS DE MOLIENDA
0
A
D
HERRAMIENTAS UTILITARIAS PARA GOLPEAR
0
A
A
OTRAS PIEDRAS UTILITARIAS
0
PIEDRAS NO TALLADAS, CON HUELLAS DE USO INDIFERENCIADAS
0
O O C ,
E D
S L L
N A R D
L
IE P
8
L E A T
92.3 %
U H
PIEDRAS NO TALLADAS
0
SUMATORIA POR SUBSECTORES
8
5
13
100 %
%
61.54 %
38.46 %
100 %
GRÁFICO N° 09
FRECUENCIA POR TIPO DE ARTEFACTO SECTOR II 14 12 12 10 8 6 4 2
1 0
0
0
0
0
0
0
0
0
0
145
5.5.3. Sector III En el Sector III (Figura N° 14 y Gráfico N° 10) se puede ver la abundancia de desechos de talla en relación a los demás artefactos, con presencia de núcleos, bifaces, unifaces, piedras talladas indiferenciadas y herramientas para golpear. CUADRO N° 14
CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA DE ARTEFACTOS ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR III SECTOR III A
B
C
D
E
1
1
F
G
TOTAL
%
2
4.76 %
1
2.38 %
1
2.38 %
1
1
2.38 %
10
36
85.71 %
SUBSECTORES TIPO DE ARTEFACTOS NÚCLEOS SA
BIFACES D
1
A L L
UNIFACES A T
1
S A R
PIEDRAS TALLADAS INDIFERENCIDAS D EI P
DESECHOS DE TALLA
1
25
PIEDRAS NO UTILITARIAS
0
HERRAMIENTAS UTILITARIAS DE MOLIENDA
0
N O C , O D U
A S A E L
HERRAMIENTAS UTILITARIAS PARA GOLPEAR
L D A T
S O L
1
1
A L N E
OTRAS PIEDRAS UTILITARIAS
0
PIEDRAS NO TALLADAS, CON HUELLAS DE USO INDIFERENCIADAS
0
2.38 %
U A H D
R PI
E
PIEDRAS NO TALLADAS SUMATORIA POR SUBSECTORES %
0 0
0
0
2
28
11
1
42
4.76 %
66.66 %
26.19 %
2.38 %
100 %
100 %
146
GRÁFICO N° 10
FRECUENCIA POR TIPO DE ARTEFACTO SECTOR III 40
36
35 30 25 20 15 10 5
2
0
1
1
1
0
0
1
0
0
0
5.5.4. Sector IV En el Sector IV (cuadro N° 15 y Gráfico N° 11) se mantiene la abundante cantidad de desechos de talla, seguido de núcleos, bifaces, unifaces y material no tallado.
147
CUADRO N° 15
CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA DE ARTEFACTOS ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR IV SECTOR IV SUBSECTORES
TIPO DE ARTEFACTOS
A
NÚCLEOS S A
B
C
1
BIFACES D A
D
TOTAL
%
3
4
2
2
1
2
12.5 % 6.25 % 6.25 %
L L A
UNIFACES T
1
S A R D
PIEDRAS TALLADAS INDIFERENCIADAS P
DESECHOS DE TALLA
EI
N S O O C N
E A S A
L
S
, S A R D D P
L
IE L
L E A T
0 2
9
12
PIEDRAS NO UTILITARIAS
0
HERRAMIENTAS UTILITARIAS DE MOLIENDA
0
HERRAMIENTAS UTILITARIAS PARA GOLPEAR
0
OTRAS PIEDRAS UTILITARIAS
0
PIEDRAS NO TALLADAS, CON HUELLAS DE USO INDIFERENCIADAS PIEDRAS NO TALLADAS
0
SUMATORIA POR SUBSECTORES
2
11
%
6.25 %
34.37 %
0
1
1
19
32
59.37 %
100 %
GRÁFICO N° 11
FRECUENCIA POR TIPO DE ARTEFACTO SECTOR IV 25
20
15
10
5
0
23
71.87 %
3.12 % 100 %
148
5.5.5. Sector V El sector V (Cuadro N° 16 y Gráfico N° 12) muestra desechos de talla en mayor cantidad, seguido de núcleos, unifaces y herramientas para golpear. CUADRO N° 16
CLASIFICACIÓN TIPOLÓGICA DE ARTEFACTOS ARTEFACTOS LÍTICOS SECTOR V SECTOR V SUBSECTORES
A
B
TOTAL
%
3
3
20 %
TIPO DE ARTEFACTOS NÚCLEOS S A
BIFACES D A
0
L L
UNIFACES A T
1
1
S A
PIEDRAS TALLADAS INDIFERENCIADAS R D EI P
DESECHOS DE TALLA , S O D U
A S A E L L D A T
S O L
L N E S U A H R N D O P
IE
0 1
C
8
9
PIEDRAS NO UTILITARIAS
0
HERRAMIENTAS UTILITARIAS DE MOLIENDA
0
HERRAMIENTAS UTILITARIAS PARA GOLPEAR A
6.66 %
2
2
OTRAS PIEDRAS UTILITARIAS
0
PIEDRAS NO TALLADAS, CON HUELLAS DE USO INDIFERENCIADAS
0
PIEDRAS NO TALLADAS
60 %
13.3 %
0
SUMATORIA POR SUBSECTORES
1
14
15
%
6.66 %
93.3 %
100 %
100 %
149
GRÁFICO N° 12
FRECUENCIA POR TIPO DE ARTEFACTO SECTOR V
10
9
9 8 7 6 5 4
3
3
2
2 1 0
1 0
0
0
0
0
0
0
5.5.6. Clasificaci Clasificación ón general de artefactos líticos del área de estudio La observación global de la clasificación tipológica, indica la tendencia de abundancia en desechos de talla, seguido de núcleos, bifaces, unifaces, piedras talladas indiferenciadas, herramientas para golpear, piedras no talladas con huellas de uso indiferenciadas y piedras no talladas (Cuadro N° 17 y Gráfico N° 13), tendencia presente en la mayoría de subsectores. Datos empíricos que afianzan las actividades de manufactura de herramientas, sugiriendo que el sitio fue un taller lítico, sin desmerecer que estos artefactos fueron usados en las diferentes actividades de sobrevivencia del periodo
Arcaico, como la caza y recolección de alimentos, actividades inherentes a 150
etapas tempranas de ocupación humana documentadas ampliamente en los trabajos de investigación abordados en el territorio andino, enmarcados en el periodo Arcaico.
CUADRO N° 17
CLASIFICACIÓN TOTAL DE ARTEFACTOS LÍTICOS SECTORES
I
II
III
IV
V
TOTAL
NÚCLEOS
40
1
2
4
3
50
BIFACES
32
1
2
UNIFACES
10
1
2
PIEDRAS TALLADAS INDIFERENCIADAS
4
1
DESECHOS DE TALLA
458
%
TIPO DE ARTEFACTOS
S A
35
D A L L A T
1
14
2.14 %
5
0.76 % 82.5 %
S A DR EI P
12
36
23
9
7.66 % 5.36 %
538
PIEDRAS NO UTILITARIAS
0
HERRAMIENTAS UTILITARIAS DE MOLIENDA
0
N O C , S O D U
A S A E L
HERRAMIENTAS UTILITARIAS PARA GOLPEAR
L D A T
S O L
3
1
2
6
A L N E S U A H P
EI
D
R
OTROS LÍTICOS UTILITARIOS PIEDRAS NO TALLADAS, CON HUELLAS DE USO INDIFERENCIADAS
0.92 %
0 1 1
1
0.15 %
3
0.46 % 100 %
PIEDRAS NO TALLADAS
2
SUMATORIA POR SECTORES
550
13
42
32
15
652
%
84.35 %
1.99 %
6.44 %
4.9 %
2.3 %
100 %
151
GRÁFICO N° 13
FRECUENCIA GENERAL POR TIPO DE ARTEFACTOS
600 538 500
400
300
200
100
0
50
35
14
5
0
0
6
0
1
3
152
5.6. Análisis cultural de artefactos líticos Para este análisis, es necesario tomar como punto de partida las investigaciones preliminares que conciernen a este tema, bajo el principio de recurrencia y el estudio comparativo morfológico de los artefactos, inferir una filiación cultural aproximada para los artefactos ar tefactos líticos registrados. Estos materiales son considerados como un conjunto artefactual, ubicados en las planicies de los pies de monte, segmentados por barrancos, resaltando que en todo el sector no hubo incidencia de cerámica, salvo en el primer sector (I), Subsector B, un tiesto de cerámica extremadamente erosionada no diagnóstica y sin mayor nexo cultural con otras ot ras evidencias. Este hecho, dilucida la contemporaneidad de los restos arqueológicos hallados en superficie, coadyuvado por las características morfológicas y tecnológicas que tienen en común. Un dato adicional como soporte a las afirmaciones, es el perfil estratigráfico registrado en el área de estudio, ubicado en el extremo sur del cuarto sector (IV), que consiste en una ladera erosionada mostrando una capa de tierra negra, con evidencia de descomposición orgánica, característica no común en todo el sector de estudio. La evidencia que coadyuva en la investigación es la presencia de restos de obsidiana, jaspe, pedernal, andesita de biotita y riolita en la capa negra del perfil estratigráfico mencionado. Además que se pudo registrar mayor evidencia en la capa deslizada hacia el barranco, producto de la temporada de lluvias, hecho que muestra con claridad la unidad temporal y cultural existente de los artefactos líticos registrados en superficie. La capa tiene 1 metro de potencia en prom promedio, edio, debajo de esta se encuentra un estrato geológico sin contenido orgánico, con rocas de diferentes tamaños y arena fina en una franja delgada. Ver Lámina N° 03. La contemporaneidad de los datos empíricos obtenidos durante el trabajo de
campo, facilita la ubicación cronológica relativa de estos en un periodo cultural 153
determinado, evaluando los artefactos de mayor fiabilidad clasificados en el acápite anterior de la tesis. La clasificación realizada, tiene como elementos diagnósticos, artefactos de manufactura bifacial y unifacial, entre raspadores, cuchillos, perforadores y puntas de proyectil; resaltando las puntas de proyectil por sus formas definidas como evidencias confiables al hacer correlaciones morfológicas y cronológicas con otras áreas (método usado por la mayoría de investigadores), las puntas de proyectil halladas en la investigación fueron definidas en seis tipos específicos: A. Punta bifacial triangular denticulada con escotadura basal. Figura N°86. B. Punta bifacial triang triangular ular con base recta. Figuras N°87 y 88. C. Punta bifacia bifaciall foliácea. Figura N° 89. D. Punta bifacia bifaciall pedunculada. Fig Figura ura N° 90. E. Punta bifacial triang triangular ular con es escotadura cotadura basal. Figura N° 91 91.. F. Punta d de e proyec proyectil til unifacial. Figu Figura ra N° 98 98.. Estos seis tipos de puntas representados por escazas muestras y los demás artefactos mencionados, indican la relación existente con los sitios identificados como pertenecientes al periodo Arcaico, periodo definido en el Marco teórico de la presente investigación. Sin embargo, el tercer tipo identificado como punta de proyectil foliáceo dio mayor ámbito de comparación con otros sectores, ya que puede ser comparada localmente con el Grupo 3 (Figura N° 46) de puntas de proyectil clasificados por Klink para el conjunto artefactual lítico hallado en Kasapata (2007: 51), además es considerado por Cardich (1980: 123) como parte de una tradición de puntas denominadas como foliáceas en forma de hoja de sauce o de laurel que se extendió en el territorio andino o Andes Centrales, durante el Holoceno, explícitamente Cardich las denomina como tradición Lauricocha, ubicada cronológicamente en el primer horizonte (Arcaico temprano), para las
que Cardich menciona:
154
“… en este primer horizonte o Lauricocha I, se difundieron ante todo unas típicas puntas foliáceas, es decir las puntas con figuras de hojas, bifaciales y espesas, con formas que van desde la doble punta, osea con la base aguzada, o la punta con base más o menos redondeada. Las más grandes pueden llegar a una longitud de 80 mm y la más corta alrededor de 35 mm… Estas formas básicas van a persistir a lo largo de los siglos y milenios hasta llegan a la etapa alfarera pero irán apareciendo nuevos tipos secundarios, en creaciones regionales, estas mismas puntas foliáceas presentaran pequeñas variaciones en forma, tamaño y en frecuencia” (Cardich, 1980:135).
Descripción relacionada a la punta de proyectil foliácea ilustrada con la Figura N° 89 (IB38-32.2). Los sitios ubicados por Cardich en el primer Horizonte o Lauricocha I son: Lauricocha I, 9 525 años A.P, Toquepala 9 490 y 9 580 años A.P, Junín 9 010 años A.P, Guitarrero 9840 años A.P, Puente Jayhua 9510 años A.P (Cardich, 1980:136), por presentar puntas de tipo foliáceo. Las investigaciones mencionadas en el capítulo II con ayuda de ilustraciones, reafirman las relaciones morfológicas y culturales existentes con registros de costa y sierra del territorio peruano, las cronologías asignadas a dichas evidencias son del periodo Arcaico. Como ejemplo, se tiene la clasificación de los artefactos de Quebrada de los Burros por Laurent Klaric como propios del periodo Arcaico del sur del Perú, en base a afirmaciones de Ravines, Klink y Aldenderfer (Ravines, 1972; Klink y Aldenderfer, 2005, citados citados por Klaric, 2012: 249). Otro dato que coadyuva en las afirmaciones son los estudios comparativos regionales que realizaron Mark Aldenderfer y Cynthia Klink (2005), aunque sus investigaciones abarcan los andes sur centrales, tomando límites desde el río Majes en Camaná, Arequipa; al sur los ríos Camarones y Camiña al norte de Chile; al oeste los flancos occidentales de la cordillera y al este la puna de Chile, Bolivia y Perú. Tomando como datos empíricos los resultados de las excavaciones realizadas por Aldenderfer en Asana, Quelcatani y otros
ubicados en esos territorios, logrando identificar cinco series de acuerdo a las características diagnósticas, dentro de estas series clasificaron los tipos de 155
puntas entre pentagonales, triangulares, foliáceas y otros. Cada serie fue comparada, llegando a identificar las formas existentes en otros sitios como Sumbay, Toquepala y otros. A manera de conclusión, afirman que para el territorio de los andes sur centrales existe homogeneidad en los estilos de puntas de proyectil en territorios del Precerámico temprano, hecho que evidencia la interacción regional existente, durante el Arcaico temprano y medio. Se evidencia una conexión con otras áreas de valles y costas. En cuanto a las puntas de tipo foliáceo, se mantienen desde el Precerámico tanto en costa y sierra de los Andes Centrales, estilos que varían en los periodos del arcaico medio y tardío, para crear estilos de puntas locales, hecho que evidencia la disminución en la interacción regional y el inicio de los cambios sociales en estos grupos humanos. Los tipos de puntas identificados como: punta bifacial triangular denticulada con escotadura basal, punta bifacial triangular con base recta, punta bifacial pedunculada, punta bifacial triangular con escotadura basal y punta de proyectil unifacial pedunculada, al no tener mayor relación con los grupos identificados por Klink (Kasapata, 2007) pueden ser relacionados al Arcaico tardío y final mencionado por Cardich (1980: 126), evidenciando la creación de los estilos locales de periodos tardíos del Arcaico cusqueño. Con estas afirmaciones, tratamos de acercarnos a una cronología relativa aproximada, por ser este trabajo con datos obtenidos en superficie, para corroborar
estas
afirmaciones
y
profundizarlas
debemos
desarrollar
investigacioness que ameritan excavaciones en el sitio de estudio. investigacione No obstante, la cantidad de desechos de talla, núcleos y percutores diseminados en todo el sector de estudio, sugiere la posibilidad de elaboración de herramientas en el sitio prospectado, mientras que los raspadores, r aspadores, cuchillos, perforadores y puntas de proyectil pueden ser indicio de otras actividades realizadas en el lugar, aunque en primera instancia podemos afirmar que estos elementos líticos son parte de las herramientas manufacturadas por los
hombres del Arcaico, además de haber sido utilizadas en las actividades de 156
vida cotidiana de la época, ya que los vestigios muestran huellas de uso por el desgaste de los bordes de los cuchillos y raspadores registrados, actividades relacionadas a la recolección de plantas y caza de animales como venados, camélidos, cuyes y aves; tomando en consideración las afirmaciones de estudios de restos óseos hallados en Kasapata (Defrance, 2007:116). En base a las investigaciones realizadas por Bauer y su equipo en Kasapata (2000), podemos afirmar que el sitio prospectado fue ocupado durante el periodo Arcaico, aunque Bauer et al, indica la existencia de un Arcaico medio para Kasapata, a través de artefactos superficiales; mientras que los hallazgos realizados en las excavaciones datan aproximadamente desde 4 400 a.C. y 3100 a.C., fechas correspondientes a early late Archaic (Arcaico temprano late te late late A rchaic rc haic (Arcaico tardío) y (la (Arcaico tardío tardío) (Bauer et al, 2007: 123). Por
la naturaleza del presente trabajo, enmarco la cronología planteada dentro de un ámbito general, mediante una cronología relativa que ubique los artefactos registrados dentro del periodo Arcaico. Creo necesario hacer comparaciones a nivel de planteamientos cronológicos para el Arcaico de los Andes Centrales, de los que por mucho tiempo el territorio cusqueño estuvo excluido; sin embargo las nueva evidencias científicas presentadas por por Bauer et al, permiten incluir al valle de Cusco dentro del desarrollo Arcaico andino, tomando el planteamiento cronológico de Kaulicke y Dillehay (1999: 11), a partir de una secuencia cronológica en base a los datos disponibles. Para los Andes Centrales peruanos se inicia con Arcaico Temprano (10 000- 8 500 A.P), Arcaico Medio (5 000- 4 000 A.P) y Arcaico final (4 000 a 3 500 A.P), que comparando con la cronología planteada por Bauer (2007: 122) para el valle de Cusco (Cuadro N° 18), el Arcaico es comprendido desde 9 500 hasta 2200 a.C. Ubica un periodo Arcaico temprano entre 9 500 a 7 000 a.C, iniciado por los hombres cazadores y recolectores, sus herramientas fueron muy bien elaboradas con una gran calidad y destreza, estos grupos según Bauer recorrían el valle de Cuzco estacionalmente, el Arcaico medio de 7 000 a 5 000
a.C y el Arcaico tardío de 5 000 a 2 200 a.C.; esta comparación evidencia que, 157
en términos cronológicos la ocupación arcaica del valle cusqueño no está aislada de todo el desarrollo andino.
CUADRO N° 18
CUADRO COMPARATIVO DE PLANTEA PLANTEAMIENTOS MIENTOS CRONOLÓGICOS DEL PERIODO ARCAICO PARA LOS ANDES CENTRALES
El periodo Arcaico Andes Centrales según Peter Valle de Cusco según Brian Bauer Kaulicke (1999) (2007) Arcaico temprano (10 000 – 8 500 Arcaico temprano temprano (9 500 – 7 000 a.C) A.P) Arcaico medio medio (5 000 – 4 000 A.P)
Arcaico final final (4 000 – 3 500 A.P)
Arcaico medio medio (7 000 – 5 000 a.C)
Arcaico tardío (5 000 – 2 200 a.C)
A manera de concluir el capítulo, podemos inferir que existe una marcada incidencia en todo el territorio peruano de tipos de punta foliáceo, sus variaciones de tipo romboidal, triangular, pedunculada y con escotadura basal, además esta incidencia se mantiene para hallazgos de raederas, raspadores, cuchillos que también están relacionados por la materia prima de manufactura. Tradiciones que se mantienen a nivel de todo Sudamérica, desde los registros hechos en Ecuador, Argentina, Bolivia y Chile para etapas tempranas de ocupación humana (Schobinger: 1988). Artefactos que evidencian actividades humanas de periodos tempranos, como recolección y caza de alimentos con fines de sobrevivencia.
158
CONCLUSIONES
El patrón de distribución espacial, las características formales y la unidad temporal de los artefactos líticos hallados en el área de estudio ubicado al norte del distrito de San Jerónimo, son testigos de actividades humanas desarrolladas en el periodo Arcaico, actividades que responden a condiciones ambientales, sociales y económicas en las que habitó el hombre del Arcaico, como la caza y recolección de alimentos, sin eximir la actividad de manufactura de herramientas. Actividades documentadas científicamente por las investigaciones en torno a este periodo de ocupación humana, a lo largo y ancho del territorio andino y para el valle de Cusco. Los datos registrados en el área de investigación como perforadores, raspadores, cuchillos y puntas de proyectil, son vestigios de estas actividades realizadas. Sin embargo y en primera instancia, sugieren que estas son herramientas elaboradas en el sitio, debido a la abundancia en desechos de talla, núcleos y percutores, pero las huellas de desgaste observables macroscópicamente de los cuchillos y raspadores registrados, permite inferir que fueron utilizados en actividades de sobrevivencia propias de la época: recolección de plantas y caza de animales, aunque no podamos concluir que este sitio fue un campamento base por falta de vestigios como los hallados en Kasapata, restos óseos humanos y de animales (Bauer et al, 2007: 122). Las características mencionadas permiten inferir que el sitio en estudio fue un taller lítico. 1. Los artefactos líticos distribuidos en cinco sectores del área de estudio sobre la base de la actual configuración topográfica no implica que los artefactos líticos estén aislados espacialmente. Presentan áreas con mayor densidad artefactual como en los subsectores IA, IB y IC, relacionados con un taller al aire libre para la elaboración de instrumentos líticos. Sin embargo la escases de
artefactos líticos en los demás sectores y subsectores no niegan las 159
actividades humanas antes mencionadas, debido a la abundante cobertura vegetal que limita la visibilidad de los artefactos en comparación con sectores de mayor densidad caracterizados por ser áreas removidas con fines agrícolas y con menor cobertura vegetal. 2. Los artefactos líticos registrados, de acuerdo a los atributos macroscópicos muestran una gran diversidad de tipos. Puntas de proyectil triangulares, foliáceas, pedunculadas y con escotadura basal, asimismo perforadores, raspadores, raederas, cuchillos de manufactura unifacial y bifacial, además gran cantidad de desechos de talla hallados en cinco sectores, que sumaron un total de 538. Restos que evidencian la actividad de manufactura de artefactos líticos en el área de estudio. El aserto previo es corroborado por estudios arqueológicos en este tipo de sitios y con similares instrumentos, afirman que es común encontrar este tipo de artefactos (Klink, 2007: 44). 3. El registro, cla clasificación sificación y an análisis álisis de los artefactos líticos hallados en el área de estudio, comparado con materiales líticos de Kasapata permite establecer que pertenecen al periodo Arcaico del valle de Cusco, cronológicamente ubicado entre 9 500 – 2 200 a.C (Bauer et al, 2007: 122), por consiguiente el sitio investigado es un yacimiento arqueológico ocupado durante el periodo Arcaico. Asimismo la cronología relativa asignada al sitio y artefactos investigados pueden enmarcarse en el Arcaico medio (7000 – 5000 a.C) y Arcaico tardío (5000 – 2200 a.C) en base a los datos publicados por Bauer y su equipo (Kasapata, 2007: 122). Por otro lado el hallazgo de una punta de proyectil de tipo foliáceo en el área de estudio, sugiere una filiación temprana que puede estar relacionada en este caso al Arcaico medio, y los demás tipos de puntas considerados como estilos locales que evidencian una filiación cultural del Arcaico tardío.
160
RECOMENDACIONES
Es nece necesario sario tomar con mayo mayorr importancia los estudio estudioss del p periodo eriodo
Arcaico, especialmente para el vvalle alle cusqueño cusqueño,, como es evidente existe un vacío relativo en cuanto a este tema y periodo del desarrollo humano en el territorio cusqueño, por lo que queda a futuras generaciones de arqueólogos abordar y ahondar las investigaciones sobre estos acápites. Como pudimos evidenciar los sitios prosp prospectados ectados en e esta sta investig investigación ación
se están urbanizando y corren el riesgo de desaparecer, por lo que como arqueólogos tenemos el deber de salvaguardar esta valiosa información y sobre todo ampliar las prospecciones hacia áreas vecinas como Chipchi, Ch´ankicancha, Ch´ankicancha, Waqoto e Ichuorqo (canteras). Además se deben identificar otros sitios con evidencias ssimilares imilares en el
valle de Cusco, con el fin de ampliar las evidencias empiricas sobre el periodo Arcaico. La iinformación nformación vertida a partir de la investiga investigación ción planteada e ess pues puesta ta al
servicio de todos con la finalidad de dar luces para investigaciones más profundas, es decir con la posibilidad de hacer excavaciones, no solo en el sitio prospectado en el presente informe sino de buscar otros sitios aun no ubicados para el valle de Cusco.
161
BIBLIOGRAFÍA Alcina Franch, José 1965
Manual de Arqueología americana, Madrid, Leal S.A.
Aldenderfer, Mark 1999
Cronología y conexiones: evidencias precerámicas de Asana. En El periodo Arcaico en el Perú: hacia una definición de los orígenes , Boletín de Arqueología PUCP 3 (1999). Lima: Fondo
editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 375391
Aldenderfer Mark y Klink Cynthia 2005
A projectile point chronology for the South – – Central andean highlands. En Advances in the Archaeology of the Lake Titicaca Basin, editado por Charles Stanish, Amanda Cohen, y Mark
Aldenderfer. Cotsen Institute of Archaeology, University of California, Los Angeles.
Bauer, Brian S. 1 2008
Cuzco antiguo tierra natal de los incas, Centro de estudios
Regionales Andinos Bartolomé de las Casas.
Bauer S. Br Brian, ian, Br Brandford andford Jone Joness y Klink Cynthia Cynthia 2008
El periodo arcaico y los primeros pobladores del valle del Cusco.
En Cuzco antiguo tierra natal de los incas: 65-77.
Bauer Brian 2007
Kasapata and the Archaic period of the Cuzco valley , Monograph
57, Cotsen institute of archaeology, University of California, Los
Angeles.
162
Barreda Murillo, Luis 1973
Las culturas Inka y pre Inka de Cusco , tesis para optar el grado de
Doctor en Letras y Ciencias Humanas en la especialidad de Historia y Arqueología. Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, Editorial Editorial Mejia Ramos, Cusco. 1995
Historia y Arqueología pre – pre – Inka Inka, Instituto de Arqueología andina
Machupicchu, Cuzco.
Brack Egg, Antonio 1999
Diccionario enciclopédico de plantas útiles del Perú , Cusco:
Centro de estudios regionales andinos “Bartolomé de Las Casas”
Bradford Jones and Bauer S. Brian 2007
Research at the site of Kasapata. E n Kasapata and the Archaic period of the Cuzco valley , Monograph 57, Cotsen institute of
archaeology, University of California, Los Angeles, pp. 1-30.
Bird, Junius 1985
The preceramic excavations at the Huaca Prieta Chicama Valley, Perú, Editado por John Hyslop, Volume 62: part 1, Anthropological
papers of the American Museum of natural history, New York.
Bonavia Duccio y Ravines Roger 1972
El Precerámico andino: evaluación y problemas, en la Revista del
Museo Nacional, volumen XXXVIII
Bonavia Duccio, Laura Johnson –kelly, Elizabeth Reitz, Elizabeth Wing 2001
El Precerámico medio de Huarmey: historia de un sitio (PV35106), en Boletín de estudios andinos: 265 - 333.
163
Burger Richard L. y Glascock 2007
The sourcing of archaic obsidian from Kasapata department of Cuzco. En Kasapata and the Archaic period of the Cuzco valley ,
pp. 118 – 121.
Carlotto Caillaux Victor, Cardenas Roque José y Carlier Gabriel 2011
Geología del cuadrángulo de Cusco Hoja 28-s, Boletín N° 138
Serie A, INGEMMET, Lima – Perú
Cardich, Augusto 1980
Origen del hombre y de la cultura andinos, Historia del Perú Tomo
I, Editorial Juan Mejía Baca.
Castro, Alicia 1998
El análisis funcional de los conjuntos instrumentales líticos de la cueva de Cumbe- Cajamarca: Posibilidades interpretativas , en I
encuentro internacional de peruanistas, estado de los estudios históricos- sociales sobre el Perú a fines del siglo XX- Tomo I.
Centro Guaman Poma de Ayala 1994
Los retos del desarrollo agro- urbano, el caso de San JerónimoCusco, centro de educación y comunicación Guaman Poma de Ayala, taller grafico de tarea asociación grafica educativa.
Chauchat Claude y Lacombe Jean Paul 1984
El hombre de Paiján: ¿el más antiguo peruano?, Gaceta
Arqueológica Andina- instituto andino de estudios arqueológicos. N°11.
164
Chauchat, Claude 2006
Prehistoria de la costa norte del Perú, El Paijanense de Cupisnique, traducido por Santiago Uceda, Instituto francés de
estudios andinos patronato huacas del valle de moche.
Chavez Chaparro, Jorge 1955
Apuntes para una ornitología cuzqueña, aves de Taray , Revista
universitaria de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, año 44, N° 108: 157-174, editorial H.G. Rozas S.A. Cuzco – Perú.
Chepstow - Lusty, Alex; Bauer S., Brian y Frogley, Michael 2008
El impacto humano y la historia del medio ambiente en la región del Cuzco, en Cuzco antiguo tierra natal de los incas. Centro
Bartolomé de las Cazas, pp. 51-63.
Chepstow – Lusty Alex; Bennet K.D., Switsur V.R. y Kendall A. 1996
4000 years of human impact and vegetation change y the central Peruvian Andes – – with events paralleling the Maya record?,
Antiquity 70, pp. 824 – 833.
Chepstow-Lusty Alex, Frogley Michael R., Bauer Brian S., Bush Mark B. y Tupayachi Herrera Alfredo s.f
A late Holocene record of of arid events from the Cuzco region, Peru,
archivo Pdf.
Dillehay Tom D. y Kaulicke Peter 2011
Una introducción, en Tradiciones andinas tempranas: cultura, tecnología y medioambien medioambiente te. En Boletín de Arqueología PUCP 15
(2011). Lima: Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica
del Perú, pp. 9-16.
165
Defrance, Susan D. 2007
Faunal remains from the site of Kasapata , en Kasapata and the
Archaic period of the Cuzco vvalley. alley. En Kasapata and the Archaic period of the Cuzco valley valley , pp. 111 – 117.
Engel Fréderic- André 1988
Ecología prehistórica andina: El hombre, su establecimiento y el ambiente de los andes, la vida en tierras áridas y semiáridas,
Universidad Agraria Lima, CIZA.
Kaulicke Peter y Dillehay Tom D. 1999
Introducción ¿Por qué estudiar el periodo Arcaico en el Perú?. En El periodo Arcaico en el Perú: hacia una definición de los orígenes , Boletín de Arqueología PUCP 3 (1999). Lima: Fondo
editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 9-17
Kaulicke, Peter 1999
Contribuciones hacia la cronología del periodo Arcaico en las punas de Junín. En El periodo Arcaico en el Perú: hacia una definición de los orígenes, Boletín de Arqueología PUCP 3 (1999).
Lima: Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 307-324. 1999
Los estudios del periodo arcaico en el Perú: logros, problemas y propuestas. En El periodo Arcaico en el Perú: hacia una definición de los orígenes, Boletín de Arqueología PUCP 3 (1999). Lima:
Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 417-436.
166
Klaric Laurent y Lacombe Sébastien 2012
La industria lítica tallada de Quebrada de los Burros, en Prehistoria de la Costa extremo sur del Perú, Los pescadores arcaicos de la Quebrada de los Burros (10000 – (10000 – 7000 7000 a. P.), IFEA.
Klink Cynthia 2007
The lithic assemblage at Kasapata. En Kasapata and the Archaic period of the Cuzco valley , Monograph 57, Cotsen institute of
archaeology, University of California, Los Angeles, pp. 30-77.
Lavallée Daniele, Michele Julien, Jane Wheeler y Claudine Karlin 1995
Telarmachay, cazadores y pastores prehistóricos de los Andes ,
Traducido al castellano por Denise Pozzi-Escot, Instituto Francés de estudios andinos.
Lavallée Daniele y Michele Julien 2012
Prehistoria de la Costa extremo sur del Perú, Los pescadores arcaicos de la Quebrada de los Burros (10000 – – 7000 a. P.),
Instituto Francés de estudios andinos.
Lavallée Daniele, Philippe Béarez, Alexander Chevalier, Michele Julien, Pierre Usselmann, Michel Fontugne. 1999
Paleoambiente y ocupación prehistórica del litoral extremo sur del Perú, en El periodo Arcaico en el Perú: hacia una definición de los orígenes , Boletín de Arqueología PUCP 3 (1999). Lima: Fondo
editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 393416.
Lumbreras Salcedo, Luis Guillermo 1984
La unidad arqueológica Socialmente significativa (I) , Gaceta
Arqueológica Andina- instituto andino de estudios arqueológicos. N° 10 167
Lumbreras Salcedo, Luis Guillermo 1984
La unidad arqueológica Socialmente significativa (II): la inferencia científica, Gaceta Arqueológica Andina- instituto andino de
estudios arqueológicos. arqueológicos. N° 11.
Mansur-Franchomme, Mansur-Franchomm e, M Maria aria estela 1987
El análisis funcional de artefactos líticos . Cuadernos serie Técnica
1, Instituto nacional de Antropología, Buenos Buenos Aires.
Matos Ramiro y Ravines Roger 1980
Periodo Arcaico (5,000 -1,800 A.C.), en Historia del Perú Tomo I,
Editorial Juan Mejía Baca.
Morales Chocano, Daniel 1993
Compendio histórico del Perú, Historia arqueológica del Perú (del paleolítico al imperio Inca), Inca), Tomo I , editorial Milla Batres, Perú.
Morh Chavez Karen Linne 1977
Marcavalle: the ceramics from an Early Horizon site in the valley of Cusco, Perú, and implications for south highland socio – economic interaction, dissertation for the Degree of Ph. D. University of Pensylvania.
ONERN (Perú) 1986
Inventario y evaluación de los recursos naturales de la zona alto andina del Perú: reconocimiento: departamento del Cusco - Lima.
Palao B., Juan 1989
Precerámico de Chucuito, Boletín del instituto de estudios
aymaras, Serie 2, N° 33.
168
Pulgar Vidal, Javier 1962
Geografía del Perú, las ocho regiones naturales , Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, Lima – Perú, editorial Ausonia Talleres Gráficos S.A.
Renfrew Colin y Bahn Paul 1998
Arqueología teorías métodos métodos y práctica, traducido por María Jesús
Mosquera Rial, Editorial Akal S.A. Madrid
Ricalde Rios David G., Walker Barry y Daniel Blanco Zamalloa 1990
Resumen de las observaciones ornitológicas en el valle de Cusco,
Boletín de Lima, N° 67, año 12, pp. 37-40, editorial Los Pinos E.I.R.L., Lima.
Rick Jhon y Moore Katherine M. 1999
El Precerámico de Junín: el punto de vista desde Panalauca, en El periodo Arcaico en el Perú: hacia una definición de los orígenes , Boletín de Arqueología PUCP 3 (1999). Lima: Fondo
editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 263296.
Salaverry Llosa, José A. 2006
Macro-ecologia de los andes peruanos, situación actual y dinámica de cambio en los últimos 20000 años.
Salcedo, Luis E. 2011
La fase Proto- Lauricocha de los Andes Centrales y el origen de la tradición andina de puntas foliáceas, en Tradiciones andinas tempranas: cultura, tecnología y medioambiente, Boletín de
Arqueología PUCP 15 (2011). Lima: Fondo editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 205-246.
169
Schobinger, Juan 1988
Prehistoria
de
Sudamérica,
culturas
precerámicas ,
Alianza
editorial, Madrid.
Yataco, Juan José 2011
Revisión de las evidencias de Pikimachay, Ayacucho, ocupación del pleistoceno final en los Andes Centrales, en Tradiciones andinas tempranas: cultura, tecnología y medioambiente , Boletín
de Arqueología PUCP 15 (2011). Lima: Fondo editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 247-274.
Quispe Mamani Virginia y Arizaca Arizaca M Medina edina Eduardo 2005
El periodo Arcaico en la cuenca del río Ayaviri Puno, Tesis
Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
170
AN NEXOS A
171
ANEXO 01 GLOSARIO Piedras talladas: categoría que incluye artefactos hechos en lascas, formados por lascado, y de donde una lasca fue extraída, también escases de evidencia de modificación (intencional o uso) por molienda, abrasión (desgaste por fricción), picoteo, martilleo o taladreo (Traducción propia, Klink, 2007: 31).
Núcleos: funcionalmente, núcleos son herramientas que sirven como fuente material para lascas que son usados como herramientas o modificados para hacer otras herramientas. En términos de morfología y tecnología, núcleos son definidos para Klink como artefactos de donde mínimamente se extrajeron dos lascas largas para usar, no tienen forma bifacial, que típicamente muestra evidencia mínima de una plataforma del núcleo (Traducción (Tr aducción propia, propia, Klink, 2007: 33).
Núcleos unidireccionales: tienen solo una plataforma sobresaliente con lascas extraídas en una sola dirección (Traducción propia, Klink, 2007: 33).
Núcleos bidireccionales: tienen dos plataformas sobresalientes, parecido a un bifas, comparte un borde alrededor o toda la circunferencia de la herramienta, estos difieren de los clásicos bifaces en que estos son típicamente circulares en vista de planta, y de perfil son gruesos (3-5 cm) y hexagonales o romboidales (Traducción propia, Klink, 2007: 33).
Núcleos multidireccionales multidi reccionales:: tienen dos o más plataformas sobresalientes con extracción de lascas orientados en múltiples diferentes direcciones. Si hay dos plataformas, estos no comparten un solo borde, como un núcleo bidireccional (Traducción propia, Klink, 2007: 37).
Núcleos bipolares: tienen lascas extraídas, directamente opuestas a las caras, bordes o superficie, por presión o martilleo (Traducción propia, Klink,
2007: 37).
172
Piedras ensayadas o probadas: tienen solo un poco de lascas extraídas y una pequeña plataforma (Traducción propia, Klink, 2007: 37).
Bifaces: son artefactos con solo dos caras que tienen por lo menos alguna parte de ambas caras modificadas por extracción de lascas (Traducción propia, Klink, 2007: 38).
Bifaces indiferenciados: retienen una forma generalizada bifacial y probablemente sirvió como herramienta y núcleo multifuncional (Traducción propia, Kelly, 1988: citado por Klink, 2007: 38).
Herramientas bifaciales: tienen formas particulares o modificaciones en los bordes trabajados que sugieren que estos fueron manufacturados para un propósito específico. Estos fueron subdivididos de acuerdo a su morfología, modificación del borde o inferencia funcional primaria en puntas de proyectil, taladros, etc (Traducción propia, Klink, 2007: 38-39).
Unifaces: de acuerdo al análisis tecno morfológico los unifaces son artefactos con dos caras y al menos un borde modificado por retoque de borde o por el uso, estos no tienen abundancia de lascas extraídas en ambas caras (Traducción propia, Klink, 2007: 40).
Unifaces expeditivos: poca evidencia de lascado intencional para la forma ya sea en los bordes o en las caras. Estos son identificados por el exceso de modificación en los bordes, presumiblemente resultado del uso (Traducción propia, Klink, 2007: 41).
Unifaces retocados: muestran extracción de lascas intencional a lo largo del margen de la herramienta, diseñado para crear o modificar un borde trabajado (Traducción propia, Klink, 2007: 41).
Unifaces formados (formed unifaces): no solo tiene el borde trabajado sino también otras porciones de la herramienta o una cara intencionalmente lascada para crear una herramienta más específica (Traducción propia, Klink, 2007:
41).
173
Raederas: tiene un borde cóncavo y son generalmente asumidos para hacer trabajos en madera usados para crear artefactos con un perfil circular como un mango o astil de punta (Traducción propia, Klink, 2007: 41).
Perforadores : tiene una estreches, borde punteagudo y son diseñados para crear hoyos o ranuras en una cadena de materiales. Estos son divididos en tipos como taladros, etc (Traducción (T raducción propia propia,, Klink, 2007: 41).
Punta de proyectil (unifacial): definición basada en la forma (Traducción propia, Klink, 2007: 41).
Herramientas de raspado: tiene un ángulo empinado en el borde, predominantemente un borde unifacial usado (Traducción propia, Klink, 2007: 41).
Herramientas
de
cortado: tiene
ángulo
agudo
en
el
borde
y
predominantemente predominantemen te borde bifacial usado (Traducción propia, Klink, 2007: 43).
Chooping tools: muestra borde bifacial usado. Estos son típicamente más grandes y largos que otras herramientas unifaciales. Parecidas a hachas (Traducción propia, Klink, 2007: 43).
Rocas lascadas indiferenciadas: esta clase contiene artefactos que fueron modificados por lascado pero son muy fragmentarios para ser clasificados en un tipo morfológico específico (Traducción propia, Klink, 2007: 44).
Desechos de talla: es cualquier pieza aislada de lasca de roca con poca evidencia de modificación. Estos son los restos en la elaboración de artefactos, y lo común recuperado en sitios arqueológicos. Desechos de talla son típicamente los indicadores de que en el sitio se dio la manufactura de artefactos (Traducción propia, Alher 1989, citado por Klink, 2007: 44).
Piedras no talladas pero con huellas de uso: categoría que incluye artefactos cuyas formas son producto de molienda o que muestren cantidad
sustancial de molienda, desgaste o golpes de uso. Manufactura intencional y mantenimiento de herramientas de roca de campo, también puede involucrar 174
lascado, picoteo o martilleo, taladreo para formar la herramienta o rejuvenecer su trabajo superficial (Traducción propia, Klink, 2007: 31).
Piedras no talladas pero con huellas de uso no utilitarias: estos objetos son de adorno, como cuentas (Traducción propia, Klink, 2007: 55).
Herramientas utilitarias de molienda: son artefactos que tienen una o más superficies molidas por el uso, estos tienen ti enen otra forma de modificación. Además consisten en una especie de mano o metate o mortero. Estas herramientas pueden o no mostrar evidencia intencional de manufactura. Este grupo fue clasificado en cuatro categorías: manos de mortero, morteros, herramientas de molienda no diferenciadas y herramientas de molienda multifuncionales (Traducción propia, Klink, 2007: 56).
Herramientas utilitarias para golpear, martillear: estas herramientas tienen que picotear, golpear o aplastar una o más superficies y no tienen huellas de uso de molienda. Estos pueden o no pueden mostrar evidencia de manufactura intencional. Estos fueron usados como martillos o percutores, para elaborar otras herramientas de piedra (Traducción propia, Klink, 2007: 59).
Otras piedras utilitarias: estos son artefactos con huellas de uso pero que no tienen una forma específica para sugerir una función exacta (Klink, 2007: 60).
Piedras no talladas, con huellas de uso indiferenciadas: estos son muy fragmentarios y que su forma y modificación son muy amorfos para hacer una verdadera clasificación (Traducción propia, Klink, 2007: 31).
Piedras no talladas: esta categoría consiste en artefactos con escases de evidencia de modificación pero que fue transportado al sitio y presumiblemente tiene significancia económica u otra significancia (Traducción propia, Klink, 2007: 31-54).
View more...
Comments