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May 13, 2018 | Author: Gabos Rosero | Category: Business, Nature, Business (General)
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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 ÍNDICE

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………4 pág. FUNDAMENTACIÓN………………………………………………………5 pág. MARCO TEORICO………………………………………………………….8 pág. Capítulo 1: Resiliencia 1.1.Definición conceptual…………………………………………………….8 pág. 1.2.Modelos de resiliencia…………………………………………………..16 pág. 1.2.1. Modelos triádico de Grotbeg…………………………………….16 pág. 1.2.2. Modelo ecológico de Bronfenbrener……………………………..19 pág. 1.2.3. Modelo de la casita de Vanistandael……………………………..20 pág. 1.2.4. Modelo de resiliencia de Richardson……………………………..21 pág. 1.3. Pilares de la resiliencia………………………………………………….23 pág. 1.4. Mandalas de la resiliencia……………………………………………....24 pág. 1.5. Factores de protección, de riesgo y resiliencia………………………....31 pág. 1.6. Personalidad resistente (hardiness)……………………………………..38 pág. 1.7. Resiliencia comunitaria………………………………………………....39 pág. 1.8. Resiliencia, salud mental y psicoanálisis………………………………..41pág. 1.9. Resiliencia y ancianidad………………………………………………...47 pág. Capítulo 2: Bienestar subjetivo 2.1. Calidad de vida…………………………………………………………49 pág. 2.1.1. Concepciones de calidad de vida…………………………….50 pág. 2.2. Bienestar subjetivo……………………………………………………..52 pág. 2.2.1. Concepto……………………………………………………...52 pág. 2.2.2. Elementos del bienestar subjetivo…………………………....55 pág.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 2.2.3. Determinantes del bienestar subjetivo………………………..57 pág. 2.2.4. Modelos Teóricos del bienestar subjetivo…………………….61 pág. 2.3. Bienestar subjetivo en la tercera edad………………………………….63 pág. 2.4. Bienestar subjetivo y resiliencia………………………………………..64 pág. Capítulo 3: Envejecimiento satisfactorio y jubilación 3.1. Adulto mayor: envejecimiento satisfactorio……………………………65 pág. 3.2. Jubilación………………………………………………………………..70 pág. 3.3. Jubilación, bienestar subjetivo y teorías psicológicas…………………..75 pág. 3.4. Jubilación y resiliencia………………………………………………….87 pág. Capítulo 4: Metodología 4.1. Objetivos………………………………………………………………...89 pág. 4.1.1. Objetivo general…………………………………………………..89 pág. 4.1.2. Objetivos específicos……………………………………………...89 pág. 4.2. Variables………………………………………………………………...90 pág. 4.2.1. Definición conceptual…………………………………………….90 pág. 4.2.2. Definición operacional……………………………………………90 pág. 4.3. Tipo de estudio………………………………………………………….90 pág. 4.4. Población y muestra…………………………………………………….90 pág. 4.5. Aspectos éticos………………………………………………………….91 pág. 4.6. Instrumentos que se aplicaron…………………………………………..91 pág. 4.6.1. Escala para le evaluación de la resiliencia en adultos mayores...91 pág. 4.6.2. Philadelphia Geriatric Moral Scale (PGCMS)………………….93 pág. 4.6.3. Cuestionario sobre datos personales en Ancianos………………93 pág.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Capítulo 5: Análisis de datos 5.1. Introducción…………………………………………………………….95 pág. 5.2. Análisis descriptivo de los datos……………………………………….96 pág. 5.2.1. Variables demográficas…………………………………………96 pág. 5.2.2. Variables psicosociales………………………………………….98 pág. 5.2.3. Salud……………………………………………………………100 pág. 5.2.4. Resiliencia……………………………………………………...101 pág. 5.2.5. Bienestar subjetivo……………………………………………..102 pág. 5.3. Análisis relacional de los datos……………………………………….103 pág. 6. Conclusión………………………………………………………………111 pág. 7. Consideraciones finales………………………………………………...115 pág. 8. Sugerencias……………………………………………………………..124 pág. 9. Anexos 9.1. Escala para la Evaluación de la Resiliencia en Adultos Mayores……125 pág. 9.2. Escala de Satisfacción Vital de Filadelfia de Lawton………………..127 pág. 9.3. Cuestionario sobre datos personales en Ancianos……………………128 pág. 9.4.Consentimiento informado…………………………………………….130 pág. 10. Bibliografía…………………………………………………………….131 pág.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene la intención de lograr no sólo una comprensión más profunda de las problemáticas comunes a lo largo del desarrollo teórico y práctico de la carrera, sino que a la vez, se constituyera en una investigación sobre situaciones psicosociales reales, que se producen dentro del contexto donde transcurre la vida de pequeñas, medianas y grandes conglomeraciones humanas. No hay aspecto del ser humano que despierte tanta diversidad de ideas, sentimientos y acciones como la proximidad de la etapa de la senectud o más específicamente, la hoy llamada tercera edad. Se acepta la importancia de este aspecto para el ser humano, su presencia en la vida diaria, pero su discusión abierta y franca aún está encadenada a prejuicios de muy larga data. Sin lugar a dudas, una de las etapas durante la cual la problemática de la edad cobra una compleja e inquietante circunstancia en la historia personal del ser humano, es la entrada a la pasividad o el acceso a la jubilación. Ésta con sus connotaciones sociales y económicas, se acompaña inexorablemente de un desarrollo de la angustia o sensación de vaciamiento psicosocial. Fantasías e imaginarios, comienzan a instalarse en la autoestima del adulto mayor. Asumiendo el papel de investigadora y con la finalidad de aventurarme en la posibilidad de brindar respuestas válidas, se interroga acerca de la posibilidad de encontrar elementos que nos permitan definir más claramente la problemática de los adultos mayores. A partir de estas consideraciones se delimita el tema que me interesa explorar y que a continuación enuncio: “La resiliencia y el bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados”

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 FUNDAMENTACIÓN

Los adultos mayores se encuentran expuestos a cambios y pérdidas, que pueden tener un impacto negativo en ellos, o fomentar sus recursos, sus factores de resiliencia, que les ayuden a sobreponerse a estas situaciones. Cuando hablo de resiliencia me refiero a la definición adoptada por autores franceses, que la definen como la capacidad del ser humano para hacerle frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente. Es el proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad. (Munist; Lutthar, et. al., citado en Melillo & Ojeda, 2003). No se adhiere a la postura norteamericana porque ellos consideran a la resiliencia como el retorno homeostático del sujeto a su condición anterior, sin que se produzca un cambio positivo. La concepción francesa de resiliencia adoptada en esta investigación, la podemos equiparar desde la psicología positiva con el concepto de crecimiento postraumático que no sólo hace referencia a que el individuo enfrentado a una situación traumática consigue sobrevivir y resistir sin sufrir trastorno alguno, sino que además la experiencia opera en él un cambio positivo que le lleva a una situación mejor respecto a aquella en la que se encontraba antes de ocurrir el suceso. Decido estudiar la resiliencia en la ancianidad porque se centra en la capacidad de estas personas para sobrellevar o superar las crisis propias de su etapa vital, los conflictos y tensiones a que se ven expuestos y su capacidad para sortearlos positivamente. (Henderson & Milstein, 2003). En la tercera edad un posible suceso de crisis puede ser la dificultad en la adaptación en la jubilación. El bienestar subjetivo es el grado en que una persona evalúa la calidad de su vida en su conjunto de forma positiva. (Venhoven, 1994; utiliza el término Satisfacción con la vida para esta definición; sin embargo, expresa que el término bienestar subjetivo

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 es un sinónimo). Por ende me focalizo en su aspecto cognitivo, ya que el aspecto afectivo se refiere a las emociones que acompañan la valoración cognitiva. Además ofrece un indicador de la calidad de vida realizada de la persona y las potencialidades que posee una persona para llevar una vida positiva. Si bien, los adultos mayores no son metales ni objetos pero tienen un potencial y mecanismos adquiridos que los llevaron a lo largo de su vida a poder enfrentar las situaciones difíciles y sobrevivirlas con cierto vigor. Por supuesto que en esas condiciones se notan las diferencias que se dan en todas y cada una de las personas, esto es su singularidad. Estas observaciones dieron lugar a preguntar sobre esas diferencias y/o singularidades; a indagar sobre la incidencia de las mismas en relación a la resiliencia y el bienestar subjetivo, es así como surgieron los siguientes interrogantes: ¿Existe una relación fuerte entre resiliencia y bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados? ¿Cómo influye el tiempo que llevan como jubilados en el bienestar subjetivo de los adultos mayores jubilados? ¿Y en los niveles de resilencia, cómo influye? ¿Es relevante la relación entre edad y bienestar subjetivo en los adultos mayores jubilados? ¿Cómo es la relación entre edad y resiliencia en dicha población de estudio? ¿La relación entre género y bienestar subjetivo en los adultos mayores jubilados, presenta diferencias significativas? ¿Entre género y resiliencia, se produce diferencias significativas? Estos y muchos otros interrogantes nos han permitido formular el problema-objeto de nuestra investigación:

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 ¿Cómo se relacionan los niveles de resiliencia, bienestar subjetivo, género, edad, tiempo que llevan jubilados, en los adultos mayores jubilados?

La relevancia de la investigación son las siguientes: •

Existen escasos instrumentos en todo el mundo para medir estas características de personalidad en la ancianidad.



Realizar un aporte teórico-práctico utilizando la Escala para la Evaluación de la Resiliencia en Adultos Mayores (ERAM), la cual ha sido construida y probada a nivel local.



Si somos capaces de entender cómo y porqué unas personas resisten y se benefician de experiencias extremadamente adversas



Si somos capaces de enseñar esta habilidad

los beneficios para el sistema

sanitario mundial serían inconmensurables •

Sería interesante incorporar en el campo de la salud mental el aumento de las fortalezas y la resiliencia e, incluso, el de crecimiento personal. Los resultados esperados son altos niveles de resiliencia y altos niveles de

bienestar subjetivo, lo cual implicaría una correlación positiva entre ambas variables. Y diferencias significativas en: género, edad y tiempo que llevan jubilados.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 1. RESILIENCIA 1.1. DEFINICIÓN CONCEPTUAL La resiliencia o facultad de recuperación es un concepto que no es nuevo en la historia; corresponde a un término que fue inicialmente utilizado en la física, más precisamente en la ingeniería y la mecánica para designar la particular cualidad de algunos materiales para recobrar su forma original después de ser sometidos a una presión deformadora (Vanistendael, 1998). El Dictionaire de la langue francaise y el CD-ROM de la Encyclopedia Universalis sólo se refieren a la física de los materiales, al definir la resiliencia (en kg por cm) como resistencia al choque. En inglés, el término evoca además la robustez corporal y la resistencia del carácter. Según Kotliarenko, Cáceres & Fontecilla, (1997) el concepto de robustez hace referencia a una característica de personalidad que en algunas personas actúa como reforzadora de la resistencia al estrés. Esta capacidad ha sido definida como una combinación de factores de personalidad que tienen un carácter adaptativo y generalmente incluyen el sentido de compromiso, el desafío y la oportunidad. Éstos se manifiestan en situaciones difíciles. La robustez también influye en la sensación de control que tienen algunas personas sobre sus propias circunstancias, como así también la interpretación subjetiva que estos atribuyen a los acontecimientos a los que se ven expuestos. En consecuencia este concepto puede ser considerado afín a la resiliencia. De origen latino, resiliencia viene del verbo resilio, que significa saltar hacia atrás, rebotar, repercutir. (Cristina Ravazzola en Melillo, A. & Suárez Ojeda, E. N., 2003). En psicología, la palabra cobra un sentido distinto, pues no se limita a la resistencia, sino que conlleva un aspecto dinámico que implica que el individuo (…) se sobrepone y se reconstruye. (Amandine Theis en M. Manciaux, 2003)

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Este concepto se ha trasladado recientemente a las Ciencias Sociales, aunque no existe aún una definición universalmente aceptada de resiliencia; se la entiende como “la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado positivamente por ellas” (Munist en Melillo & Suárez Ojeda, 2003) o como “el proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad” (Luthar, et. al., 2000 citado en Melillo & Suárez Ojeda, 2003). Según Saavedra y Villalta (2008), tal concepto se construye a partir de la observación de que no todas las personas sometidas a situaciones de riesgo sufren enfermedades o padecimientos, incluso observándose personas que logran superarlas y salir fortalecidas. Junto con el concepto de resiliencia, a principios de los setenta, surgió una primera generación de investigadores. Se formulan la pregunta: “Entre los niños que viven en riesgo social, ¿qué distingue a aquellos niños que se adaptan positivamente de aquellos niños que no se adaptan a la sociedad?”. Este tipo de investigaciones busca identificar aquellos factores de riesgo y de resiliencia que influyen en el desarrollo de niños que se adaptan positivamente a pesar de vivir en condiciones de adversidad. La gran mayoría de los investigadores de esta generación podrían adscribirse al modelo tríadico de resiliencia, que consiste en organizar los factores resilientes y de riesgo en tres grupos diferentes: los atributos individuales, los aspectos de la familia y las características de los ambientes sociales en que los individuos se hallan inmersos. La segunda generación de investigadores, que comenzó a publicar a mediados de los noventa, se pregunta: “¿Cuáles son los procesos asociados a una adaptación positiva, dado que la persona ha vivido o vive en condiciones de adversidad?”. El foco de investigación de esta segunda generación retoma el interés de la primera en inferir qué

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 factores están presentes en aquellos individuos en alto riesgo social que se adaptan positivamente a la sociedad, a lo que agregan el estudio de la dinámica entre factores que están en la base de la adaptación resiliente. Dos investigadores pioneros en la noción dinámica de resiliencia fueron Michael Rutter (1991), quien propuso el concepto de mecanismos protectores, y Edith Grotberg (1995), quien formuló el concepto que está detrás del Proyecto Internacional de Resiliencia (PIR). La gran mayoría de los investigadores pertenecientes a la segunda generación podrían adscribirse al modelo ecológico-transaccional de resiliencia, el cual tiene sus bases en el modelo ecológico de Brinfenbrenner (1981). La perspectiva que guía al modelo ecológico-transaccional de la resiliencia es que el individuo se halla inmerso en una ecología determinada por diferentes niveles que interactúan entre sí, ejerciendo una influencia directa en su desarrollo humano. Los niveles que conforman el marco ecológico son: el individual, el familiar, el comunitario, el cultural y vinculado a los valores sociales. (Infante en Melillo, Suárez Ojeda, 2003). La definición que mejor representa a la segunda generación de investigadores es la adoptada por Luthar y otros (2000), quienes definen resiliencia como “el proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad”. A lo largo de la historia del concepto de resiliencia ha habido varias definiciones. Kotliarenko (1997 citada en Melillo & Suárez Ojeda, 2003) hace un exhaustivo resumen de los contenidos que diferentes autores dan al concepto de resiliencia: “Habilidad para surgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva” (ICCB 1994 citado en Melillo & Suárez Ojeda, 2003).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 “Historia de adaptaciones exitosas en el individuo que se ha visto expuesto a factores de riesgo o eventos de vida estresantes; además implica la expectativa de continuar con una baja susceptibilidad a futuros estresores” (Luthar & Zinder, 1991, Master & Gramezy, 1985, Werner & Smith, 1994, citados en Melillo & Suárez Ojeda, 2003). “Enfrentamiento efectivo entre eventos y circunstancias de la vida severamente estresantes y acumulativos” (Lösel, et. al., 1989 citados en Melillo & Suárez Ojeda, 2003). “Capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas o incluso, ser transformado por ellas” (Melillo & Suárez Ojeda, 2003). “La resiliencia es parte del proceso evolutivo y debe ser promovido desde la niñez” (Grotberg, 1995, citada en Melillo & Suárez Ojeda, 2003). “La resiliencia distingue dos componentes, la resiliencia frente a la destrucción – es decir, la capacidad de proteger la propia integridad bajo presión- y además de la resiliencia, la capacidad para construir un conductismo vital positivo pese a circunstancias difíciles” (Vanistendael, 1994, citado en Melillo & Suárez Ojeda, 2003). Según Vanistendael (1994, citado en Melillo & Suárez Ojeda, 2003) incluye también “la capacidad de la persona o sistema social de enfrentar adecuadamente las dificultades, de una forma socialmente aceptable”. “La resiliencia se ha caracterizado como un conjunto de procesos sociales e interpsíquicos que posibilitan tener una vida sana, viviendo en un medio insano”. Estos procesos tendrían lugar a lo largo del tiempo, dando afortunadas combinaciones entre los atributos del sujeto, su ambiente familiar, social y

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 cultural. De este modo, la resiliencia no puede ser pensada como un atributo con que los niños nacen, o que los niños adquieren durante su desarrollo, sino que se trataría de un proceso interactivo entre ellos y su medio” (Rutter, 1992, citado en Melillo & Suárez Ojeda, 2003). “La resiliencia remite a la combinación de factores que permiten a un niño, a un ser humano, afrontar y superar los problemas y adversidades de la vida” (Melillo & Suárez Ojeda, 2003). “Concepto genérico que se refiere a una amplia gama de factores de riesgo y a los resultados de competencia (do well). Puede ser producto de una conjunción entre los factores ambientales, el temperamento y un tipo de habilidad cognitiva que tienen los niños cuando son muy pequeños” (Osborn, 1993, citado en Melillo & Suárez Ojeda, 2003). Milgran y Ratti (1993 citados en Melillo & Suárez Ojeda, 2003) definen a los niños resilientes como “aquellos que se enfrentan bien a la adversidad a pesar de los estresores ambientales a los que se ven sometidos en los años más formativos de su vida”. En síntesis, las diferentes definiciones del concepto de resiliencia enfatizan características del sujeto resiliente: habilidad, adaptabilidad, baja susceptibilidad, enfrentamiento efectivo, capacidad, resistencia a la destrucción, conductas vitales positivas, temperamento especial y habilidades cognitivas, todas desplegadas frente a las situaciones vitales adversas, estresantes, etc.; que le permiten atravesarlas y superarlas. También se destacan dos elementos cruciales: la resiliencia se produce en función de procesos sociales e intrapsíquicos. No se nace resiliente, ni se adquiere naturalmente en el desarrollo: depende de ciertas cualidades del proceso interactivo del

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 sujeto con los otros seres humanos, responsable de la construcción del sistema psíquico humano. La mayoría de estas definiciones incluyen tres componentes esenciales en el concepto de la resiliencia; éstos son: 1. La noción de adversidad, riesgo, trauma o amenaza al desarrollo. El término adversidad (también usado como sinónimo de riesgo) puede designar una constelación de muchos factores de riesgo (tales como vivir en la pobreza), o una situación de vida específica (como la muerte de un familiar). La adversidad puede ser definida objetivamente a través de instrumentos de medición, o subjetivamente, a través de la percepción de cada individuo (Luthar, Cicchetti y Becker, 2000; Luthar y Cushing, 1999; Kaplan, 1999). 2. La adaptación positiva o superación de la adversidad. La adaptación positiva permite identificar si ha habido o no un proceso de resiliencia. La adaptación puede ser considerada positiva cuando el individuo ha alcanzado expectativas sociales asociadas a una etapa de desarrollo, o cuando no ha habido signos de desajuste. En ambos casos, si la adaptación positiva ocurre a pesar de la exposición a la adversidad, se considera una adaptación resiliente. 3. El proceso que contempla la dinámica entre los mecanismos cognitivos, emocionales, socioculturales que influyen sobre el desarrollo humano. La noción de proceso permite entender la adaptación resiliente en función de la interacción dinámica entre múltiples factores de riesgo y factores resilientes, los cuales pueden ser familiares, bioquímicos, fisiológicos, cognitivos, afectivos, biográficos, socioeconómicos, sociales y/o culturales. La noción de proceso descarta definitivamente la concepción de resiliencia como un atributo personal. (Infante en Melillo & Suárez Ojeda, 2003).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Luthar y otros (2000) sugieren que la concepción de resiliencia como un atributo personal procede de la ego-resiliencia, la cual explica la adaptación positiva del individuo sobre la base de los recursos internos y de un carácter enérgico y flexible, que le permite relacionarse en una forma positiva con las circunstancias que lo rodean. Infante (en Melillo, Suárez Ojeda, 2003) considera que las diferencias entre entender la resiliencia como un proceso o como un atributo de personalidad son dos: •

La ego-resiliencia no se desarrolla sino que es inherente a algunos seres humanos.



La ego-resiliencia no requiere de la presencia de la adversidad, que es uno de los elementos centrales del enfoque de resiliencia. Según la American Psychological Association [APA] la resiliencia es el proceso

de adaptarse bien a la adversidad, a un trauma, tragedia, amenaza, o fuentes de tensión significativas (…). Significa "rebotar" de una experiencia difícil (…). (Apa Help Center) Se tiene que tener en cuenta, que la resiliencia: - nunca es absoluta, total, lograda para siempre. Es una capacidad que resulta de un proceso dinámico, evolutivo, en que la importancia de un trauma puede superar los recursos del sujeto. - varía según las circunstancias, la naturaleza del trauma, el contexto y la etapa de la vida y puede expresarse de modos muy diversos según la cultura. - es un proceso. - hace referencia a la interacción dinámica entre factores. - puede ser promovida a lo largo del ciclo de la vida. - no se trata de un atributo estrictamente personal. - está vinculada al desarrollo y crecimiento humano.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 - no constituye un estado definitivo. - tiene que ver con los procesos de reconstrucción. - tiene como componente básico la dimensión comunitaria. - reconoce el valor de la imperfección. - considera a la persona como única. - está relacionada con ver el vaso medio lleno. - es una capacidad universal. Hay que significar que el concepto de resiliencia, ha sido tratado con matices diferentes por autores franceses y estadounidenses. Algunos autores franceses como Boris Cyrulnik, relacionan la resiliencia con el concepto de crecimiento postraumático, al entender la resiliencia simultáneamente como la habilidad natural de los individuos de afrontar, resistir e incluso aprender y crecer en las situaciones más adversas. Mientras que el concepto de resiliencia manejado por autores norteamericanos, como Calhoun y Tedeschi; Park; Paton; Smith; Violanti y Eräen; Stuhlmiller y Dunning; Gist y Woodall, es más restringido porque hace referencia al proceso de afrontamiento que ayuda a la persona a mantenerse intacta, diferenciándolo del concepto de crecimiento postraumático. Desde la corriente norteamericana se sugiere que el término resiliencia sea reservado para denotar el retorno homeostático del sujeto a su condición anterior, mientras que se utilicen términos como florecimiento (thriving) o crecimiento postraumático para hacer referencia a la obtención de beneficios o al cambio positivo, tras la experiencia traumática (Carver, 1998, O’Leary, 1998). Esto coincide con Vera Poseck, Carbelo y Vecina (2006) quienes han precisado que “...para la corriente americana, este concepto, aunque está estrechamente relacionado con otros como hardiness o resiliencia no es sinónimo de ellos, ya que, al hablar de crecimiento postraumático no sólo se hace referencia a que el individuo enfrentado a una situación

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 traumática consigue sobrevivir y resistir sin sufrir trastorno alguno, sino que además la experiencia opera en él un cambio positivo que le lleva a una situación mejor respecto a aquella en la que se encontraba antes de ocurrir el suceso.” En este estudio se adopta el concepto de resiliencia desde la perspectiva francesa. El concepto de resiliencia, que fue definido como la capacidad de personas o grupos de afrontar las adversidades de la vida con éxito, y salir fortalecidos de ellas, propone: […] un desafío a los paradigmas tradicionales en cuanto a la forma de abordar los problemas y sufrimientos humanos. Mientras que la mirada tradicional ha enfocado el trauma, el daño, los problemas, las limitaciones, las carencias y las desviaciones, elaborando diagnósticos cada vez más complejos, en el afán de encontrar causas y consecuencias predecibles, así como metodologías de la corrección de la desviación (con respecto a un eje de normalidad) o del síntoma, la propuesta de la resiliencia consiste en enfocar y enfatizar los recursos de las personas y los grupos sociales para salir adelante. (M.C. Ravazzola, veasé pag 113). (Melillo en Melillo, Suárez Ojeda, 2003). Por ende el enfoque de la resiliencia representa un cambio de paradigma: hablamos de factores de riesgo y de factores protectores y del pasaje del modelo de riesgo al modelo del desafío.

1.2. MODELOS DE RESILIENCIA 1.2.1. Modelo triádico de Grotberg Uno de los aportes trascendentes al concepto de resiliencia ha sido el realizado por Edith Grotberg quien fue pionera en la noción dinámica de la resiliencia

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 considerando que ésta es, como decíamos anteriormente, más un estar que un ser, puesto que puede variar a través del tiempo o de las circunstancias y es un proceso dinámico. Define que la resiliencia requiere la interacción de factores resilientes de tres niveles diferentes: • Ambiente facilitador (Yo Tengo) (apoyo) factores de soporte externo o social: incluye acceso a la salud, educación, bienestar, apoyo emocional, reglas y límites familiares, estabilidad escolar y del hogar, entre otros. • Fortaleza interna (Yo Soy) (desarrollo de fortaleza intrapsíquica o fuerzas internas personales); incluye la autonomía, el control de impulsos, la empatía, el sentirse querido, (es muy relevante el vínculo afectivo con una persona significativa, con la cual pueda relacionarse de manera cálida y estable). • Habilidades (Yo puedo) (adquirir habilidades interpersonales o sociales, de resolución de conflictos) incluye el manejo de situaciones, la solución de problemas, la capacidad de planeamiento. (Infante en Melillo, Suárez Ojeda, 2003) Las acciones resilientes contienen declaraciones que Grotberg denomina verbalizaciones y que se expresan diciendo “yo soy”, “yo tengo”, “yo puedo”, “yo estoy”. En todas estas verbalizaciones aparecen los distintos factores de resiliencia, y a su vez, la posesión de estas atribuciones verbales puede considerarse como una fuente generadora de resiliencia. YO TENGO (apoyo) Personas del entorno en quienes confío y que me quieren incondicionalmente. Personas que me pongan límites para que aprenda a evitar peligros o problemas. Personas que me muestran por medio de su conducta la manera correcta de proceder. Personas que quieren que aprenda a desenvolverme solo.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Personas que me ayudan cuando estoy enfermo o en peligro o cuando necesito aprender. YO SOY (fortaleza intrapsíquica) Una persona por la que otros sienten aprecio y cariño. Feliz cuando hago algo bueno para los demás y les demuestro mi afecto. Respetuosa de mí mismo y del prójimo. YO ESTOY (fortaleza intrapsíquica) Dispuesto a responsabilizarme de mis actos. Seguro de que todo saldrá bien. YO PUEDO (adquisición de habilidades interpersonales y de resolución de conflictos) Hablar sobre cosas que me asustan o inquietan. Buscar la manera de resolver los problemas. Controlarme cuando tengo ganas de hacer algo peligroso o que no está bien. Buscar el momento apropiado para hablar con alguien o actuar. Encontrar alguien que me ayude cuando lo necesito. (Grotberg en Melillo, Suárez Ojeda, 2003). Estos factores resilientes pueden promoverse por separado. Sin embargo, cuando una persona se enfrenta a una situación adversa, se combinan todos los factores tomándolos de cada categoría, según se necesiten. La mayoría de las personas ya cuentan con algunos de estos factores, sólo que no poseen los suficientes, o quizá nos saben cómo utilizarlos contra la adversidad. Otras personas, en cambio, sólo son resilientes en una determinada circunstancia y no lo son en otras. Además organiza los factores de resiliencia en un modelo tríadico e incorpora como elemento esencial la dinámica e interacción entre los factores. Las características

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 genéticas están a la base sobre la cual actúan los factores ambientales y sociales. (Puerta de Klinkert, 2002). 1.2.2. Modelo Ecológico de Bronfenbrener El postulado básico de Bronfenbrener es que los ambientes naturales son la principal fuente de influencia de la conducta humana. Este modelo entiende la Resiliencia como un proceso dinámico donde las influencias del ambiente y del individuo interactúan en una ecológica relación recíproca, que permite a la persona adaptarse a pesar de la adversidad. La perspectiva que guía el modelo ecológico-transaccional de la Resiliencia es que el individuo se halla inmerso en una ecología determinada por diferentes niveles que interactúan entre sí, teniendo la influencia directa en su desarrollo humano como una progresiva acomodación entre un ser humano activo y sus entornos inmediatos (también cambiantes). Pero este proceso además se ve influenciado por las relaciones que se establecen entre estos entornos y por contextos de mayor alcance en los que están incluidos esos entornos. Los niveles que conforman el marco ecológico son: •

Nivel individual



Nivel de familia



La comunidad y servicios sociales



La cultura y valores sociales Al descifrar estos procesos dinámicos de interacción entre los diferentes niveles

del modelo ecológico se puede entender mejor el proceso inmerso en Resiliencia. Consecuentemente, el desafío que se plantea es que la identificación de los procesos que están en la base de la adaptación resiliente permitirá avanzar en la teoría e investigación en Resiliencia, además de permitir el diseño de estrategias programáticas dirigidas a promover resiliencia y calidad de vida. (Suárez Ojeda, Munist, Kotliarenco, 2004).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 1.2.3. Modelo de la Casita de Vanistandael Para mostrar la complementariedad de los elementos de la resiliencia y la idea de ésta como un proceso de construcción, Stefan Vanistendael ha desarrollado la imagen de la «casita» de la resiliencia, una pequeña casa compuesta de varios pisos y con varias habitaciones. En la "casita" cada habitación refiere un campo de intervención posible para la construcción o el mantenimiento de la resiliencia. Los cimientos son las necesidades materiales de base, como la comida, los cuidados de salud. La planta baja está constituida por los vínculos, las redes de contactos, formales e informales. Se trata a menudo de un vínculo fuerte y constructivo con al menos una persona, que puede ser un pariente, un conocido, uno de los abuelos, un vecino, un profesional. Es, en todos casos, una persona que cree verdaderamente en el potencial real del niño y que lo acepta fundamentalmente como persona. En el primer piso se encuentra la capacidad de descubrirle un sentido a la vida. Esto puede estar vinculado, por ejemplo, con una fe religiosa, con un compromiso político o humanitario. En el segundo piso, se encuentran varias habitaciones: la autoestima; las aptitudes personales y sociales; y el sentido del humor. En el desván, una gran habitación es dejada abierta para las nuevas experiencias a descubrir. Esto es, una capacidad de creer que la vida no se detiene en el sufrimiento o en el traumatismo y que ella puede aún dar sorpresa. De todo esto, hay que subrayar la importancia vital de dos elementos: el vínculo y la palabra. Los contextos, los problemas, las culturas son demasiadas diferentes y variadas, de ahí que no se puede indicar qué acciones realizar en cada habitación de la "casita". El suelo de las necesidades materiales variara de un país a otro. La cultura local representara en cierta manera el material de construcción de la "casita". (Vanestandael, 2002). (Gráfico nº 1).

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Gráfico nº 1: Modelo de la Casita de Vanistandael. 1.2.4. Modelo de resiliencia de Richardson Richardson, Neiger, Jonson y Kumpfer (1990), elaboraron el Modelo de la Resiliencia, en donde se explica como es que una persona de cualquier edad, que sufre una adversidad (para el caso las implicancias de la discapacidad, personales y sociales), en un principio se pone en contacto con ciertos rasgos propios y ambientales, que amortiguan esa adversidad. Si la persona cuenta con suficiente protección, podrá adaptarse a la dificultad sin experimentar experimentar una ruptura significativa en su vida, lo que le permite permanecer en una zona de bienestar o en homeostasis, así como avanzar a un nivel de mayor resiliencia debido a la fortaleza emocional y los saludables mecanismos de defensa desarrollados en el proceso de superar la adversidad. De acuerdo con el Modelo de la Resiliencia, cuando un individuo de cualquier edad sufre una adversidad, en principio se pone en contacto con ciertos rasgos propios y ambientales que amortiguan esa adversidad. Si cuenta cuenta con suficiente "protección", el individuo se adapta a la dificultad sin experimentar una ruptura significativa en su vida, lo que le permite permanecer en una zona de bienestar, o en "homeostasis", o avanzar a un nivel de mayor resiliencia debido a la fortaleza emocional y los saludables

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 mecanismos de defensa desarrollados en el proceso de superar la adversidad. Sin la necesaria protección, el individuo atraviesa un proceso de ruptura psicológica y luego, con el tiempo, se reintegra de esa ruptura. Una vez más, la disponibilidad de factores protectores personales y ambientales determinará el tipo de reintegración. Como muestra la gráfico nº 2, esta reintegración podría tomar las características de una disfunción, como el abuso de alcohol u otras drogas, o un intento de suicidio, o bien presentar rasgos de inadaptación, como la pérdida de la auto estima o de la capacidad de enfrentar sanamente los problemas. La reintegración también puede dar por resultado el regreso del individuo a la zona de bienestar o el incremento de la resiliencia. El Modelo de la Resiliencia ofrece dos mensajes importantes: que la adversidad no conduce automáticamente a la disfunción, sino que puede tener diversos resultados para el individuo que la sufre, y que incluso una reacción inicial disfuncional a la adversidad puede mejorar con el tiempo. Richardson y sus colaboradores (1990) sugieren que el proceso diagramado en el Modelo de la Resiliencia es aplicable a toda persona, porque es, de hecho, el proceso de la vida.

Gráfico nº 2: Modelo de resiliencia de Richardson

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 1.3. PILARES DE LA RESILIENCIA A partir del hecho de que el individuo siempre se puede hacer y ser, independientemente de la situación adversa en la que nazca y viva, se trató de buscar los factores que logran proteger a los seres humanos más allá de los efectos negativos de la adversidad. Estos atributos que aparecen con frecuencia en los niños y adolescentes considerados resilientes, han sido designados como pilares de la resiliencia, los cuales se pueden estimular una vez detectados o construirlos si están ausentes. Entre ellos cabe mencionar: 1. Autoestima consistente: es la base de los demás pilares y es el fruto de múltiples factores intervinientes, entre los que sobresalen el cuidado afectivo consecuente del niño o adolescente por un adulto significativo. 2. Introspección: es el mecanismo psíquico del sujeto que consiste en la capacidad de preguntarse a sí mismo y darse una respuesta sincera. Depende de la solidez de la autoestima y del reconocimiento recibido de otro significativo. 3. Independencia: desde el tema que nos ocupa se define como saber fijar los límites entre uno mismo y el medio con problemas; la capacidad de mantener distancia emocional y física sin caer en el aislamiento. Depende del principio de realidad que permite juzgar las variables en juego en una situación determinada sin que predominen los deseos del sujeto. 4. Capacidad de relacionarse: posibilidad de establecer lazos y afectos con otros, para balancear la propia necesidad de afecto con actitud de brindarse a los demás. Una autoestima baja o exageradamente alta produce aislamiento. 5. Iniciativa: capacidad del sujeto de proponerse y cumplir cierto nivel de exigencia y de ponerse a prueba en tareas progresivamente más exigentes.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 6. Humor: capacidad de encontrar lo cómico en la propia tragedia. Permite ahorrarse sentimientos negativos aunque sea transitoriamente y soportar situaciones adversas. 7. Creatividad: posibilidad de crear orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden. Fruto de la capacidad de reflexión, se desarrolla desde la infancia a partir del juego. 8. Moralidad: en este contexto se la considera como la consecuencia en extender el deseo personal de bienestar a todos los otros y la capacidad de comprometerse con valores. Está en las biendas de los límites mutuos. Podemos decir, siguiendo a Emanuel Levinas, que la relación de uno con otro, se revela en la transcendencia del “para otro”, y conduce de eso modo a descubrir el “sujeto ético”, a descubrir el “entre nosotros”. 9. Capacidad de pensamiento crítico: es un pilar de segundo grado fruto de la combinación de todos los otros y que permite analizar críticamente las causas y responsabilidades acerca de la adversidad que se sufre para proponer modos de enfrentarla y transformarla. (Melillo, Soriano, Méndez y Pinto en Melillo, Suárez Ojeda y Rodríguez, 2006. Melillo, Estamatti y Cuestas en Melillo, Suárez Ojeda, 2003). 1.4. MANDALAS DE LA RESILIENCIA Steven y Sybill Wollin proponen un modelo de desafío, donde enfatizan que las fuerzas negativas expresadas en daños no actúan de forma lineal en las personas, sino que encuentran en los niños, adolescentes, adultos o comunidad un escudo protector constituido por sus "resiliencias", que transforman esos factores negativos en desafíos que llegan a convertirse en factores de superación.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Este conjunto de fortalezas que son movilizadas en la lucha contra la adversidad, es lo que ellos consideran como resiliencias, en plural. Éstas resiliencias son: insight o perspicacia, interacción o relación, iniciativa, creatividad, humor, moralidad e independencia. (Grafico nº 3).

Gráfico nº 3: Mandalas de la resiliencia

Las siete resiliencias constituyen lo que ellos llaman "Mandala de la Resiliencia", tomando una expresión empleada por los indios navajos del suroeste de los Estados Unidos, para designar a la fuerza interna que hace que el individuo enfermo encuentre su resistencia interna para sobreponerse a la enfermedad.

Un mandala es un símbolo de poder curativo, un dibujo con forma de círculos concéntricos en cuyo centro reside, según la creencia, toda su energía sanadora. Aparece simultáneamente en culturas orientales y mesoamericanas, curiosamente con el mismo significado. En unas y otras fue usado por sacerdotes, curanderos, chamanes y médicos brujos, quienes lo entregaban a los enfermos del cuerpo o del alma que buscaban en ellos curación. (Puerta de Klinkert, 2002)

En el centro del mandala de la resiliencia reside el YO de cada persona, en donde, se encuentra esa fuerza necesaria para superar las adversidades, aprender de

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 ellas y salir fortalecido. El círculo más cercano al centro contiene las diferentes formas que adquieren éstas en la fase de la niñez. El anillo siguiente muestra la etapa de la adolescencia cencia y finalmente en el último aro se encuentra la adultez. Sobre el círculo externo se encuentra el nombre genérico de cada una de las resiliencias y bajo ellas el nombre que adoptan según la etapa del desarrollo. Las resiliencias individuales van cambiando, ando, evolucionando y complejizándose a lo largo del tiempo siendo más intuitiva en la infancia y evolucionando hacia formas más estructuradas y conscientes en la edad adulta. (Wollin & Wollin, 1999). (Gráfico nº 4)

Gráfico nº 4: Mandalas de las resiliencias resiliencias en las diferentes etapas evolutivas

Los esposos Wolin hacen una recopilación a partir de varios autores, que recoge la gran mayoría de los aportes en siete resiliencias (pilares): Perspicacia (Insigth), (Insigth) que permite ver más allá de lo que es visible a simple vista, tanto alrededor como en el propio interior. Es lo que comúnmente llamamos intuición, malicia indígena o sexto sentido. Suele ser el resultado de una actitud permanente de observación y auto observación atenta, a partir de la cual el sujeto se

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 hace preguntas directas, aún si son difíciles y se da a si mismo respuestas honestas. Se le considera como manifestación de resiliencia, porque es lo que permite encontrarle múltiples significados a la tragedia y a los problemas en general, y descubrir lo que se puede aprender de ellos. Está estrechamente ligada a la autoestima, que ayuda a enfrentar con naturalidad y serenidad, hallazgos no muy halagadores.

En la niñez se manifiesta a través de una forma básica de intuición, que le permite al niño percibir que algo a su alrededor no está bien, aunque no sepa claramente qué es lo que está fuera de lugar o cuál es la causa. En la adolescencia surge como capacidad para identificar, nombrar y describir problemas de manera articulada y sistemática. En la edad adulta se agrega la capacidad para relacionar problemas actuales con situaciones anteriormente vividas y soluciones ya experimentadas, que pueden ser adaptadas en la solución de las nuevas situaciones, lo cual no es posible sin la autoestima, que permite el reconocimiento de los éxitos personales logrados en situaciones de conflicto anteriores. (Puerta de Klinkert, 2006)

Autonomía (Independencia), que es la capacidad para fijar los propios límites en relación con un medio problemático, para mantener distancia física y emocional con respecto a los problemas y a las personas, sin llegar a caer en el aislamiento. Se manifiesta en la claridad mental con respecto a la propia identidad, a las fortalezas y las debilidades propias.

En los niños comienza con el alejamiento, la posibilidad de tomar distancia en los problemas familiares, de distanciarse cuando el problema puede sentirse en el ambiente. Por ejemplo: Un niño con esta clase de resiliencia, es capaz de evitar con firmeza y al mismo tiempo con respeto, que sus padres en disputa lo utilicen para herirse mutuamente o para averiguar intimidades el uno del otro. De igual manera, toma

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 con naturalidad sus propias decisiones con respecto a aquellas pequeñas cosas que tienen que ver con su vida y en las cuales no es necesario que intervengan los mayores. (Puerta de Klinkert, 2006) En los adolescentes, se convierte en desconexión emocional, esto es la capacidad de desentenderse de los problemas de la familia y tomar una posición de comando de la propia vida interna. En los adultos toma la forma de separación, la habilidad para balancear las necesidades propias y las demandas del medio, tomando decisiones favorables para si mismos sin perjuicio de los demás. Implica poder tomar el control de uno por encima del propio sufrimiento. (Guzmán y Zuñiga, 2005).

Interrelación: Capacidad para crear vínculos íntimos, fuertes y equitativos con otras personas, con quienes se sabe que se puede contar cuando se necesita apoyo incondicional. Se trata de la capacidad para expresar con naturalidad, con claridad y al mismo tiempo con respeto, las necesidades, opiniones, expectativas y sobre todo los propios sentimientos, al mismo tiempo que para escuchar, para ponerse en el lugar del otro, para aceptarlo tal y como es, sin quererlo cambiar ni tampoco llegar a depender de él. (Puerta de Klinkert, 2006).

La capacidad del niño de conectarse, relacionarse positivamente con otros se adquiere a partir de una buena relación con la madre y es la primera fase en el establecimiento de relaciones íntimas. Las relaciones que establece el niño son la respuesta activa a sus necesidades, el desafío y la oportunidad de verse a sí mismo como amable y amado. En la adolescencia, esta capacidad se convierte en reclutamiento, entendido como la capacidad de establecer una red de apoyo, de amigos, en el trabajo, en la escuela, es la capacidad de encontrar un soporte emocional fuera de la familia. En la adultez, madura en el apego: creación de lazos personales mutuamente gratificantes

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 que son caracterizados por un equilibrio entre el dar y el recibir. La capacidad de unirse a otra persona, ser consciente del dolor y el daño generado en el pasado y elegir relaciones cuidadosamente, sin que lo vivido llegue a bloquear la intimidad. (Guzmán y Zuñiga, 2005).

Creatividad: Es la capacidad para crear orden, belleza y objetivos a partir del caos y del desorden. Constituye un puerto seguro para la imaginación, en donde cada uno puede refugiarse y reestructurar sus experiencias. Permite idear alternativas y caminos de salida ante la adversidad. Una persona creativa generalmente está intentando encontrar alternativas, nuevas ideas, en lugar de quejarse y tratar de refugiarse en la dificultad, cualquiera que esta sea.

Es también la capacidad para pensar los propios pensamientos generando nuevos conceptos, percepciones, hipótesis, posibilidades y todo aquello que puede aumentar las posibilidades de desenvolverse apropiadamente. Tiene sus raíces en la magia del juego. Cuando el ser humano juega, su cerebro funciona en ondas electromagnéticas más amplias, lo que le abre el espacio para esa nueva mirada. Cuando un niño juega a aquello que le causa dolor, temor o ira, tiene la posibilidad de darle un nuevo giro a los hechos y a sus respuestas dentro de su mente, lo que luego se traduce en nuevas actitudes y conductas frente a su realidad difícil.

Humor: Es la capacidad para encontrar el lado divertido de una tragedia, para ver lo absurdo en los problemas y dolores propios, para reírse de sí mismo. Posibilita la superaión de tensiones acumuladas. Generalmente es la manifestación de que la adversidad ya ha sido superada. No debe confundirse con la ironía o el humor ofensivo. La terapia de la risa de Patch Adams se basa en este principio. (Puerta de Klinkert, 2006).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 La creatividad y el humor son resiliencias relacionadas. Ambas comienzan en la niñez con el juego, usando la imaginación para crear un mundo conforme a sus deseos, canalizando en esto sus miedos para recuperarse de situaciones estresantes. Provee una posibilidad de control. En la adolescencia ambas maduran hacia el modelado, es una evolución del juego que implica utilizar el arte y la comedia para dar forma estética a los sentimientos y pensamientos. En los adultos, la creatividad y el humor pasan de formar un solo bloque a separarse en dos direcciones diferentes, cada una con sus propias características. Ambas son una forma de verse desde afuera, de una manera diferente y transformar las cosas en beneficiosas para uno y para los demás. (Guzmán y Zuñiga, 2005).

Iniciativa: Es la fuerza que impulsa a poner en práctica lo que la creatividad propone, el impulso para lograr experiencia. Tiene que ver con la tendencia a exigirse a sí mismo y a ponerse a prueba en situaciones cada vez más exigentes. En este sentido, es la capacidad para la auto - regulación y la responsabilidad personal, necesarias para lograr autonomía e independencia.

La persona con iniciativa suele actuar más por la convicción de que lo que hace es bueno y vale la pena, que porque hay alguien vigilando para que no viole las normas. Por lo general intenta con firmeza buscar los recursos y las oportunidades que necesita para poner a funcionar las ideas que se le ocurren. No se detiene fácilmente ante los obstáculos que se le presentan. (Puerta de Klinkert, 2006).

En el niño es la capacidad de explorar a través de ensayo y error, dejando de lado las frustraciones de los padres y comenzar a seguir su propia curiosidad. En los adolescentes se suma el propósito, organización y el esfuerzo concentrado, la capacidad de trabajo. En los adultos es el entusiasmo de seguir adelante haciendo de la propia vida

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 un ejemplo para otros, es vivir en forma altruista. También puede expresarse en forma de liderazgo grupal o comunitario. Implica la capacidad de equilibrar los proyectos de trabajo con la vida personal. (Guzmán y Zuñiga, 2005).

Moralidad (ética): Abarca dos variables fundamentales: La capacidad de desearle a otros el mismo bien que se desea para sí mismo y al mismo tiempo de comprometerse con valores específicos. Es la actividad de una conciencia informada. Tiene que ver con la capacidad para darle sentido a la propia vida en cada momento y a pesar de cualquier situación. (Puerta de Klinkert, 2006).

Este elemento es importante desde la infancia, pues incorpora cada uno de los pilares de la resiliencia nombrados anteriormente. Comienza con el poder enjuiciar y distinguir lo bueno de lo malo en la familia y de éste modo mantenerse fuera y poder desarrollar nuevas capacidades de relación y de comando de la propia vida. Una vez se reconozcan los propios valores y las experiencias dolorosas, es posible aprender de ellas y comunicarlo a otros. En la adolescencia y la adultez, esta etapa se observa en la capacidad de servicio, tratar de hacer del mundo un espacio mejor.

El modelo de desafío y los siete pilares de la resiliencia son una alternativa en la forma de observar y vivir la vida. No consiste en hacerse invulnerable a las distintas experiencias, u olvidar para siempre el daño de haber crecido en una familia problema. No se puede cambiar el pasado, se puede cambiar la forma de entenderlo y de esta manera crecer a partir de la adversidad. 1.5. FACTORES DE PROTECCIÓN, DE RIESGO Y RESILIENCIA Según Rutter (1985) el concepto de factor protector alude a las influencias que modifican, mejoran o alteran la respuesta de una persona a algún peligro que

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 predispone a un resultado no adaptativo. Sin embargo, esto no significa en absoluto que ellos tengan que constituir experiencias positivas o benéficas. La diferencia crucial entre los procesos de vulnerabilidad/protección, por una parte, y las experiencias positivas y los factores de riesgo, por otra, es que éstos últimos llevan directamente hacia un desorden (leve o severo) o beneficio, mientras que los primeros operan indirectamente y tienen efectos sólo en virtud de su interacción con la variable de riesgo. (Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla, 1997). Los factores protectores son las condiciones o los entornos capaces de favorecer el desarrollo de individuos o grupos y, en muchos casos, de reducir los efectos de circunstancias desfavorables. Se puede distinguir entre externos e internos. Los externos se refieren a condiciones del medio que actúan reduciendo la probabilidad de daños: familia extendida, apoyo de un adulto significativo, o integración social y laboral. Los internos se refieren a atributos de la propia persona: estima, seguridad y confianza de sí mismo, facilidad para comunicarse, empatía. (Munist, Santos,

Kotliarenco, Suárez

Ojeda, Infante, y Grotberg, 1998). Werner (1993, en Kotliarenko, Cáceres & Fontecilla, 1997), considera que los factores protectores operarían a través de tres mecanismos diferentes: Modelo compensatorio: los factores estresantes y los atributos individuales se combinan aditivamente en la predicción de una consecuencia, y el estrés severo puede ser contrarrestado por cualidades personales o por fuentes de apoyo. Modelo del desafío: el estrés es tratado como un potencial estimulador de competencia (cuando no es excesivo). Estrés y competencia tendrían una relación curvilínea.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Modelo de inmunidad: hay una relación condicional entre estresores y factores protectores. Tales factores modulan el impacto del estrés en calidad de adaptación, pero pueden tener efectos no detectables en ausencia del estresor. Nan Henderson (2003, en Guzmán y Zuñiga, 2005) hace una enumeración de los factores protectores tanto internos como ambientales que considera necesarios para la construcción de resiliencia, éstos son: Factores protectores internos: son las características individuales que facilitan la resiliencia. Prestar servicios a otros y/o a una causa. Emplear estrategias de convivencia, como adopción de buenas decisiones, asertividad, control de los impulsos y resolución de problemas. Sociabilidad; capacidad de hacer amigos; capacidad de entablar relaciones positivas. Sentido del humor. Control interno. Autonomía, independencia. Visión positiva del futuro personal. Flexibilidad. Capacidad de aprendizaje y conexión con éste. Automotivación. “Es idóneo” en algo; competencia personal. Sentimientos de autoestima y confianza en sí mismo. Factores protectores ambientales: son las características de las familias, escuelas, comunidades y grupos de pares que fomentan la resiliencia. Promueve vínculos estrechos.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Valora y alienta la educación. Emplea un estilo de interacción cálido y no crítico. Fija y mantiene límites claros, reglas, normas y leyes. Fomenta relaciones de apoyo con muchas otras personas afines. Alienta la actitud de compartir responsabilidades, prestar servicio a otros y brinda “la ayuda requerida”. Brinda el acceso a recursos para satisfacer necesidades básicas de vivienda, trabajo, salud, atención y recreación. Expresa expectativas de éxito elevadas y realistas. Promueve el establecimiento y el logro de metas. Fomenta el desarrollo de valores pro sociales (como el altruismo) y estrategias de convivencia como la cooperación. Proporciona liderazgo, adopción de decisiones y otras oportunidades de participación significativa. Aprecia los talentos específicos de cada individuo. Steven y Sybil Wollin (1999) consideran que estos factores protectores son características comunes en personas que han tenido éxito contra la adversidad y dividen estos factores en cuatro: Personales: amistoso y afectuoso, sentido del humor, tenacidad, tolerancia, temperamento “fácil”. Emocionales: auto-confianza, independencia, auto- control, fuerte auto-imagen, control interno, auto motivado, esperanzado, con sentido de propósito. Sociales: tender a iniciar actividades positivas, amabilidad, sentido de responsabilidad, socialmente competente, flexible, adaptable, empático.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Físicos e intelectuales: competente en al menos una habilidad, capacidad de resolver problemas/ habilidad para tomar decisiones, capacidad de pensamiento crítico, saludable y activo físicamente, orientación hacia el éxito y los logros, capaz de trazar relaciones de causa-efecto. La presencia de estos factores sirve para proteger a los individuos, haciéndolos más resistentes. La ausencia de éstos no condena a las personas al fracaso, pero su presencia puede ayudar a crear una existencia menos estresante y más exitosa (Wollin & Wollin, 1999). En cuanto al enfoque de riesgo y al enfoque de resiliencia, si bien son complementarios pero se refieren a aspectos diferentes. Ambos son consecuencias de la aplicación del método epidemiológico a los fenómenos sociales. Considerarlos en forma conjunta proporciona una máxima flexibilidad, genera un enfoque global y fortalece su aplicación en la promoción de un desarrollo sano. El enfoque de riesgo se centra en la enfermedad, en el síntoma y en aquellas características que se asocian con una elevada probabilidad de daño biológico o social. Ha sido ampliamente utilizado en programas de atención primaria, y el personal de los mismos está familiarizado con sus conceptos y aplicaciones. Es preciso distinguir entre conductas y factores de riesgo. Las conductas de riesgo son aquellas conductas que vayan en contra de la integridad física, mental emocional o espiritual de la persona y que puede incluso atentar contra su vida. Los factores de riesgo, en cambio, son todas aquellas condiciones físicas, psicológicas y sociales que incrementan significativamente las posibilidades de que un individuo incurra en alguna conducta de riesgo, es decir, que son todas aquellas características, hechos o situaciones propias de cada persona o de su entorno que aumentan la

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 posibilidad de desarrollar desajuste psicosocial, son elementos que aumentan la probabilidad de daño e identificarlos permite su prevención. El enfoque de resiliencia se explica a través de lo que se ha llamado el modelo “del desafío o “de la resiliencia”. Ese modelo muestra que las fuerzas negativas, expresadas en términos de daños o riesgos, no encuentran a una persona inerme en el cual se determinarán, inevitablemente, daños permanentes. Describe la existencia de verdaderos escudos protectores que harán que dichas fuerzas no actúen linealmente, atenuando así sus efectos negativos y, a veces, transformándolas en factor de superación de la situación difícil. Por lo tanto, no debe interpretarse que este enfoque está en oposición del modelo de riesgo, sino que lo complementa y lo enriquece, acrecentando así su aptitud para analizar la realidad y diseñar intervenciones eficaces. (Munist, Santos, Kotliarenco, Suárez Ojeda, Infante y Grotberg, 1998). Es importante tener en cuenta que los individuos no son iguales ante el riesgo: son vulnerables en distinto grado. Según Sonit, 1982, págs. 486-487 “…. La vulnerabilidad evoca sensibilidades y debilidades reales y latentes, inmediatas y diferidas. […] la invulnerabilidad […] puede considerarse una fuerza, una capacidad de resistencia al estrés, a las presiones y a situaciones potencialmente traumáticas […] El riesgo evoca la incertidumbre del resultado del enfrentamiento del niño con un estrés ambiental o interno. […] El dominio evoca la capacidad de vencer (activamente) un obstáculo fruto de exigencias internas, del estrés ambiental y de conflictos entre presiones internas y ambientales.” (Amandine Theis en M. Manciaux, 2003). Knopoff, Santagostino y Zarebski comprobaron que logra resiliencia quien es capaz de admitir y conectarse con sus puntos de vulnerabilidad. No son los que se arman como coraza los que la alcanzan; por el contrario, esas corazas finalmente se quiebran. Son en realidad, los que pueden decir: “a veces me sale mal, lloro mucho,

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 sufro mucho”, los que pueden reírse de sí mismos y, en última instancia, los que alcanzan la sabiduría, que tienen que ver con la aceptación de las limitaciones de los poderes físicos, intelectuales y emocionales. (en Melillo, Suárez Ojeda y Rodríguez, 2006). Por lo expresado supra, los individuos resilientes son aquellos que al estar insertos en una situación de adversidad, es decir, al estar expuestos a un conglomerado de factores de riesgo, tienen la capacidad de utilizar aquellos factores protectores para sobreponerse a la adversidad, crecer y desarrollarse adecuadamente; llegando a madurar como seres adultos competentes, pese a los pronósticos desfavorables. En consecuencia la resiliencia es producto de un cierto equilibrio entre factores de riesgo y de protección que se suceden en la vida del sujeto. Cuando el equilibrio es suficientemente estable para resistir los cambios adversos de las circunstancias que vive el sujeto, lo definimos como resiliente. El equilibrio estable nunca es un equilibrio “inmóvil”, sino dinámico. Coincide con Munist, Santos, Kotliarenco, Suárez Ojeda, Infante, y Grotberg (1998) quienes sostienen que es necesario insistir en la naturaleza dinámica de la resiliencia, ya que uno puede estar, más que ser resiliente. El riesgo es inherente a la vida y tanto la sobreprotección como la violencia ejercida sobre el sujeto pueden destruir a largo plazo la resiliencia. (Melillo, Soriano, Méndez y Pinto en Melillo, Suárez Ojeda y Rodríguez, 2006). Rutter (1990) afirma que, tanto la vulnerabilidad como la protección son procesos interactivos. Señala que, una misma variable puede actuar bajo distintas circunstancias, tanto en calidad de factor de riesgo como de protector. Es así como, por ejemplo, para un adulto el hecho de perder el trabajo puede dar lugar a una depresión, y sin embargo el hecho de estar desempleado por un tiempo prolongado, puede actuar

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 como factor de protección en relación a otros acontecimientos vitales amenazantes. (en Kotliarenco, Cáceres y Fontecilla,1997). Como el espíritu de la resiliencia lleva a buscar un equilibrio entre riesgo y protección, Vanistendael y Leconte (2002) plantean que el ser humano debe más bien edificar una estrategia existencial que integre la aceptación de la imperfección y la voluntad de mejorar. Esta doble actitud constituye el núcleo mismo de la resiliencia.

1.6. PERSONALIDAD RESISTENTE (HARDINESS) Un concepto que siempre han estado relacionado con la resiliencia, o que es una clara derivación de ella, es el de dureza (hardiness), el cual también se le conoce por el de personalidad resistente. El concepto de personalidad resistente aparece por primera vez en la literatura científica en 1972, en relación a la idea de protección frente a los estresores. Son Kobasa y Maddi los autores que desarrollan el concepto, a través del estudio de aquellas personas que ante hechos vitales negativos parecían tener unas características de personalidad que les protegían. La dureza sería un factor mediador que actuaría junto a otros mediadores de tipo biológico, psicológico o socio ambiental cuando el sujeto se enfrenta a una circunstancia de alto estrés. Lemos (2005) entiende que la dureza incluye variables cognitivas identificadas como sentido de compromiso e implicación en la situación, sentido de control sobre sí mismo y la situación, mecanismos eficaces de afrontamiento, y por último, sentido de desafío, que implica sentir las dificultades como oportunidades para el crecimiento personal. Un constructo muy parecido al de Kobasa fue propuesto por Antonovsky bajo la denominación de “sentido de coherencia”, que incluye comprensibilidad de las situaciones, manejabilidad, o capacidad para hacer frente a los problemas, y significado,

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 entendiéndolo como la creencia de que merece la pena la vida y tiene sentido implicarse en ella, en los problemas, las situaciones difíciles y las adversidades.

1.7.RESILIENCIA COMUNITARIA La resiliencia comunitaria se trata de una concepción latinoamericana desarrollada teóricamente por E. Néstor Suárez Ojeda, a partir de observar que cada desastre o calamidad que sufre una comunidad, que produce dolor y pérdida de vidas y recursos, muchas veces genera un efecto movilizador de las capacidades solidarias que permiten reparar los daños y seguir adelante. Eso permitió establecer los pilares de la resiliencia comunitaria: autoestima colectiva, identidad cultural, humor social y honestidad estatal. Melillo y Suarez Ojeda (2003) los definen de la siguiente manera: Autoestima colectiva es la actitud y sentimiento de orgullo por el lugar en que se vive. La satisfacción por la pertenencia implica reconocer que uno es parte de una sociedad y que comparte los valores que la inspiran. Puede observarse en comunidades con alta autoestima colectiva una mayor capacidad de recuperación frente a las adversidades. Identidad cultural es un proceso interactivo que se logra a lo largo del desarrollo e implica la incorporación de costumbres, valores, giros idiomáticos, danzas, canciones, etc, que se transforman en componentes inherentes al grupo. Esto otorga al grupo humano o social un sentido de mismidad y pertenencia que le permite afrontar y elaborar las influencias de culturas invasoras. El humor en general ha merecido mayor estudio y reflexión, espacialmente en lo que concierne al desarrollo individual. Entendemos por humor social esa capacidad de algunos grupos o colectividades para “encontrar la comedia en la propia tragedia”. Es la capacidad de expresar en palabras, gestos o actitudes corporales los elementos cómicos,

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 incongruentes o hilarantes de una situación dada, logrando un efecto tranquilizador y placentero. El humor es una estrategia de ajuste que ayuda a una aceptación madura de la desgracia común y facilita cierta distancia con el problema, favoreciendo la toma de decisiones para resolverlo. Al destacar los elementos incongruentes e hilarantes de la situación, promueve un tipo de pensamiento divergente que implica una mayor capacidad para encontrar respuestas originales, soluciones innovadoras, aun en medio de las crisis. Humores asociados a los efectos resilientes: Humor intelectual, basado en el juego de las palabras y su significado, posible gracias a la distancia que existe entre las palabras y las cosas. (Rodíguez, 1997). Según Borges, este humor es siempre una metáfora, la intuición que establece el nexo entre dos imposibles. Humor basado en la ruptura del narcisismo de la figura humana. El humor de los resbalones y las caídas, que habitualmente es difícil de relacionar con los atributos de la resiliencia, salvo cuando el que juega con él es un maestro del calibre de Charles Chaplin. Humor que tiende a desmoronar las convenciones aceptadas cotidianamente. Lo llamamos humor iconoclasta, capaz de poner en duda los mitos que sostienen un falso orgullo nacional. Honestidad colectiva o estatal, implica la existencia de una conciencia grupal que condena la deshonestidad de los funcionarios y valoriza el honesto ejercicio de la función pública. Según Suárez Ojeda (en Melillo & Suárez Ojeda, 2003) la honestidad estatal es un componente de especial trascendencia en América Latina que, no sólo tiene que ver con el manejo decente de los fondos y recursos públicos, sino también con la conciencia, respeto y condena a la deshonestidad por parte de todos los ciudadanos y los propios funcionarios, fomentando así la solidaridad y los valores morales.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 1.8. RESILIENCIA, SALUD MENTAL Y PSICOANÁLISIS El mundo científico abundó siempre en teorías de la enfermedad, pero careciendo de una teoría integral de la salud. Esto último fue uno de los principales obstáculos para la difusión y eficacia de las llamadas acciones de protección y promoción de la salud. La definición de salud fue por mucho tiempo una definición negativa: salud era igual a la ausencia de enfermedad, criterio que el progreso de los conocimientos hizo imposible sostener. (Melillo, Soriano, Méndez y Pinto en Melillo, Suárez Ojeda, y Rodríguez, 2006). Finalmente la Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como “…un estado de completo bienestar físico, psíquico y social y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia” (OMS, 2001). Así se produce la inclusión no sólo de lo psíquico y social como parámetros para analizar al definir salud, sino que introdujo el concepto de bienestar, que en pareja dialéctica con el malestar reemplazan la dupla salud-enfermedad. La salud mental es una parte integral de esta definición. La OMS describe la salud mental como: “…un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, para afrontar las presiones normales de la vida…” (OMS, 2001). En este sentido positivo, la salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad. Según Grotberg la resiliencia es parte de la salud mental y la calidad de vida. De hecho, la resiliencia ha sido reconocida como un aporte a la promoción y el mantenimiento de la salud mental. El rol de la resiliencia es desarrollar la capacidad humana de enfrentar, sobreponerse y de ser fortalecido e incluso trasformado por las experiencias de adversidad. Es un proceso que sin duda excede el simple rebote o la capacidad de eludir esas experiencias, ya que permite, por el contrario, ser potenciado y

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 fortalecido por ellas, lo que necesariamente afecta la salud mental. (en Melillo, Suárez Ojeda, 2003). La promoción de la salud es el proceso de estimular a la comunidad para que, a partir de sus propias fortalezas, controle y mejore, en su ámbito, la salud y el desarrollo humano. El concepto de promoción implica una anticipación a la patología, una capacidad de actuar sobre factores de riesgo, antes que se traduzcan en problemas. Pero también, factores de protección presentes en los sujetos, las familias y/o la comunidad en su conjunto, para promoverlos y compensar los riesgos presentes. A esto apunta la introducción del concepto de resiliencia en el trabajo comunitario. (Melillo, Soriano, Méndez y Pinto en Melillo, Suárez Ojeda, y Rodríguez, 2006). Por ende promover la salud equivale a promover resiliencia apuntando a lograr un desarrollo sano, descubriendo las propias fortalezas del sujeto para superar las adversidades. Esta política, complementa la estrategia de prevención de la enfermedad por disminución de

los factores de riesgo que afrontan los sujetos (pobreza, déficit

alimentario, malas condiciones de vivienda y sanitarias). El reforzamiento de los factores protectores evita que sucumban a la enfermedad, como lo han demostrado investigaciones de epidemiología social. Melillo, Soriano, Méndez y Pinto, realizan la siguiente comparación de los conceptos básicos de salud mental y resiliencia, que presentan en común sugestivas definiciones:

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 SALUD MENTAL Proceso

RESILIENCIA

determinado

culturalmente

en

cada

histórica sociedad.

y Conjunto

de

procesos

sociales

e

Su intrapsíquicos que posibilitan acceder al

preserva y mejora por un proceso de bienestar psicofísico a pesar de las construcción social.

adversidades.

Parte del reconocimiento de la persona en Depende de las cualidades positivas del su integridad biopsícosociocultural y de proceso interactivo del sujeto con los otros las mejores condiciones posibles para su humanos, responsable en cada historia desarrollo físico, intelectual y afectivo.

singular de la construcción del sistema psíquico humano.

Estas coincidencias nos llevan a pensar que lo que se entiende como promoción de la resiliencia en el marco de una comunidad, al producir capacidad de resistir a las adversidades y agresiones de un medio social sobre el equilibrio psicofísico de los componentes de una comunidad (niños, adolescentes y adultos), produce salud mental. Esto no genera una condición definitiva del sujeto sino un proceso variable, un estar del sujeto que siempre es posible promover con adecuadas aproximaciones. Desde una perspectiva psicopatológica cabe preguntarse qué ocurre con los conflictos psicológicos que se perfilan como productores de patologías. La respuesta pasa por considerar a la promoción de la resiliencia como un proceso de consolidación o fortalecimiento de la instancia yoica del sujeto, que de ese modo se vuelve más capaz de mediar los conflictos entre los deseos del sujeto, sus instancias críticas (el superyo y el ideal del yo) y la realidad. El yo aumenta su capacidad para procesar e instrumentar esos conflictos: éstos pueden ser más manejables por el yo resiliente. (en Melillo, Suárez Ojeda, y Rodríguez, 2006).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Boris Cyrulnik (2001) ha realizado aportes sustantivos sobre las formas en que la adversidad hiere al sujeto, provocando el estrés que generará algún tipo de enfermedad y padecimiento. En el caso favorable, el sujeto producirá una reacción resiliente que le permite superar la adversidad. Su concepto de "oxímoron", que describe la escisión del sujeto herido por el trauma, permite avanzar aún más en la comprensión del proceso de construcción de la resiliencia, a la que le otorga un estatuto que incluimos entre los mecanismos de desprendimiento psíquicos. Éstos, descriptos por Edward Bibring (1943), a diferencia de los mecanismos de defensa, apuntan a la realización de las posibilidades del sujeto en orden a superar los efectos del padecimiento. “El oxímoron revela el contraste de aquel que, al recibir un gran golpe, se adapta dividiéndose. La parte de la persona que ha recibido el golpe sufre y produce necrosis, mientras que otra parte mejor protegida, aún sana pero más secreta, reúne, con la energía de la desesperación, todo lo que puede seguir dando un poco de felicidad y sentido a la vida" (Cyrulnik, 2001).

Por eso, si bien hay autores que han traducido resiliencia como “elasticidad”, en nuestro actual concepto nada de eso se mantiene; la resiliencia no supone nunca un retorno ad integrum a un estado anterior a la ocurrencia del trauma o la situación de adversidad: ya nada es lo mismo.

La escisión del yo no se sutura, permanece en el sujeto compensada por los recursos yoicos que se enuncian como pilares de la resiliencia. Con algo de todo eso, más el soporte de otros humanos que otorgan un apoyo indispensable, la posibilidad de resiliencia se asegura y el sujeto continúa su vida. Podríamos decir que el concepto de oxímoron es del mismo orden que el concepto de Freud de la escisión del yo en el proceso defensivo.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Algunos psicoanalistas afirman que el concepto de resiliencia es o puede ser contradictorio con un modelo psicoanalítico de la vida psíquica. Claramente no es así cuando se considera el modelo freudiano de la segunda tópica. En la segunda tópica, la consideración del yo como instancia que debe "pilotear" las relaciones del sujeto con sus deseos conscientes e inconscientes, los requerimientos de su conciencia moral (superyó) y de sus ideales (ideal del yo), y los del mundo externo, es decir la relación con su entorno, pone en evidencia los beneficios de estimular los pilares de la resiliencia, clara e íntimamente ligados a las capacidades del yo. En este modelo psicoanalítico, la fortaleza del yo facilita la tramitación por parte del sujeto de los requerimientos de las otras instancias: es a la vez resultado y causa del proceso de la cura psicoanalítica y del desarrollo de las capacidades resilientes. El trauma puede ser el punto de partida de una estructuración neurótica o psicótica, pero también un punto de llegada en cuanto a generar una fuerte y útil estructura defensiva.

La resiliencia se teje: no hay que buscarla sólo en la interioridad de la persona ni en su entorno, sino entre los dos, porque anuda constantemente un proceso íntimo con el entorno social. Esto elimina la noción de fuerza o debilidad del individuo; por eso en la literatura sobre resiliencia se dejó de hablar de niños invulnerables. Tiene contactos con la noción de apuntalamiento de la pulsión. Como dice Freud (1929) "[...] la libido sigue los caminos de las necesidades narcisistas y se adhiere a los objetos que aseguran su satisfacción". La madre, que es la primera suministradora de satisfacción de las necesidades del niño, es el primer objeto de amor y también de protección frente a los peligros externos; modera la angustia, que es la reacción inicial frente a la adversidad traumática, en grado o medida aún mínima. Va constituyendo un sustrato de seguridad, lo que Bowlby y Ainsworth llaman una relación de apego seguro (Marrone, 2001), derivado de una base emocional equilibrada, posibilitada por un marco familiar y social

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 estables. Son los padres o cuidadores sustitutos, como mediadores con el medio social, los que ayudan a su constitución a través de una acción neutralizadora de los estímulos amenazantes. Si bien esta condición inicial del sujeto sigue existiendo toda la vida, siempre será fundamental un otro humano para superar las adversidades mediante el desarrollo de las fortalezas que constituyen la resiliencia.

En síntesis, el proceso de apuntalamiento de la pulsión lleva al otro humano y evita el atrapamiento en el mortífero solipsismo narcisista. La autoestima, con la ayuda y la mirada de los demás, puede ser reorganizada y reelaborada por medio de nuevas representaciones, acciones, compromisos o relatos. Siendo la autoestima uno de los pilares de la resiliencia y la base de todos los restantes.

Recurrimos al poco usado concepto de mecanismos de desprendimiento del yo, introducido por E. Bibring (1943), que “no tienen por finalidad provocar la descarga (abreacción) ni hacer que la tensión deje de ser peligrosa (mecanismo de defensa). Sin negar que durante el proceso se producen fenómenos de abreacción en pequeñas dosis”, se trata de operaciones yoicas que apuntan a dispersar las tensiones dolorosas en otros complejos de pensamientos y emociones con efectos compensatorios; o bien que, como en el trabajo de duelo, generen el desprendimiento de la libido del objeto perdido para transferirla a otros. Un tercer modo es la familiarización con el peligro para poder superarlo en forma contra fóbica. Para el psicoanálisis serían mecanismos más propios de la cura que de la enfermedad; desde el punto de vista de la resiliencia constituyen la posibilidad de una continuidad de la vida en aceptables condiciones de salud mental.

Freud afirmaba que el largo camino del psicoanálisis se debía a lo difícil que puede ser cambiar las circunstancias del sujeto. Si esto fuera posible, se podría ahorrar tan prolongado esfuerzo. Pues bien, el desarrollo de la resiliencia requiere justamente un

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 cambio en las circunstancias del sujeto si se le permite contar con el auxilio de un otro humano que genera y/o estimula las fortalezas de su yo, favoreciendo sus defensas y capacidad de sublimación. Si el mundo externo produjo una implosión traumática en el sujeto, el auxilio exterior de un otro puede restituir la capacidad de recuperar el curso de su existencia. La resiliencia representa el lado positivo de la salud mental.

1.9. RESILIENCIA Y ANCIANIDAD En la vejez surgen ciertos problemas anteriores y otros recientes. Algunos se relacionan con la renuncia; adaptación a las pérdidas del empleo, los amigos y el cónyuge; la posición complaciente de tener autoridad y el cuestionamiento de las antiguas capacidades; la reconciliación con quienes tienen significación en la vida y con los propios logros y fracasos; la resolución de la aflicción por la muerte de otros y la aproximación de la propia; mantener el sentido de integridad en términos de lo que uno ha sido en vez de lo que uno es, y el interés en la herencia y cómo dejar huellas de uno mismo. (Karl A. Slaikeu., sin fecha, segunda edición en español, traducida de la segunda edición en inglés). En este período, también la imagen del cuerpo juega un importante papel. Los cambios a nivel de piel, de articulaciones y músculos, de los procesos cognitivos, de los órganos más vitales, el contacto con la idea de tiempo y la de muerte propia, las disminuciones sensoriales; se agrega a esto las pérdidas de distinto significado y sus procesos de duelo que muchas veces hacen modificar la estima, creando inseguridades, temores, y necesidad de apelar a las potenciales fuerzas. Por lo tanto podemos observar que en el envejecer se produce una suerte de crisis, crisis que no necesariamente significa algo traumático o doloroso. Si, una crisis como discontinuidad. Y discontinuidad genera incertidumbre, inestabilidad, mayor vulnerabilidad que lleva finalmente al cambio.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 La raíz de la palabra crisis es de origen griego Krinein que significa decidir. La decisión, la renuncia, resistencia o incapacidad para adoptar decisiones es el elemento característico de una crisis. Las crisis constituyen momentos de cambios. En general cuando se enfrenta con éxito una situación de crisis se produce una maduración continua. Por el contrario el individuo que se ve enfrentado a una crisis pero que es incapaz de tomar una decisión experimenta angustia y tensión creciente. Esa tensión si no es manejada adecuadamente puede llevar a una exacerbación de conflictos psicológicos anteriores y latentes hasta ese momento. Según Erikson (2000) en cada estadio del ciclo vital se producen crisis y conflictos particulares, como así también, en cada etapa se presentan componentes sintónicos y distónicos. Las cualidades sintónicas ayudan y sostienen el crecimiento y el desarrollo, son las que proveen soporte frente a los elementos distónicos. Estos últimos son cualidades que representan el conflicto, la tensión característica de cada etapa. Las personas ancianas se encuentran expuestas a cambios y pérdidas que pueden tener un impacto negativo en ellos, o fomentar sus recursos, sus factores de resiliencia, que les ayuden a sobreponerse a estas situaciones. Un posible suceso de crisis en los adultos mayores puede ser la dificultad en la adaptación a la jubilación. Por ende esta investigación se centra en los adultos mayores jubilados, suponiendo que tienen altos niveles de resiliencia, lo cual darían cuenta que si bien tuvieron dificultades para adaptarse al retiro de las fuerzas laborales, pudieron adaptarse a su nueva condición vital; también que una crisis es la fuente ontogénica de fuerzas y de adaptación. Teniendo en cuenta que la resiliencia es la resultante de un proceso dinámico y evolutivo que varía según las circunstancias, la naturaleza del trauma, el contexto y la etapa de la vida. Puede expresarse de muy diferentes maneras en diferentes culturas. (Manciaux, Vanistendael, Lecomte y Boris Cyrulnik, 2001).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 2. BIENESTAR SUBJETIVO 2.1. CALIDAD DE VIDA La calidad de vida es entendida como una vida digna donde la persona se siente plenamente realizada, toda vez que sus objetivos y expectativas van cumpliéndose. Pero, cada sujeto experimenta esa realidad personal de un modo subjetivo, dependiendo de su situación, de su época y de su cultura. Es decir, la vivencia de la calidad de vida es contextual y relativa. Sin embargo, se dan unos límites, por debajo de los cuales, es imposible vivirla. (Cuenca Molina, 2008). El interés por la calidad de vida (CV) ha existido desde tiempos inmemorables; sin embargo, la aparición del concepto como tal y la preocupación por su evaluación sistemática y científica es relativamente reciente. La idea comienza a popularizarse en la década de los 60 hasta convertirse hoy en un concepto utilizado en ámbitos muy diversos, como son: la salud, la salud mental, la educación, la economía, la política y el mundo de los servicios en general. Acordar una definición universal del concepto de calidad de vida ha sido difícil pero actualmente se ha logrado el reconocimiento y aceptación general. La Organización Mundial de la Salud, en el año 1994, propuso una definición de consenso de calidad de vida, considerándola como “percepción personal de un individuo de su situación en la vida, dentro del contexto cultural y de valores en que vive, y en relación con sus objetivos, expectativas, valores e intereses”. Esta visión refleja una amplia perspectiva de bienestar que abarca la satisfacción de la persona con su estatus social, ambiental, psicológico, espiritual y de salud, incluyendo la salud mental en términos de capturar los aspectos positivos como negativos, de la resiliencia, la capacidad de afrontar adversidades, la satisfacción y la autonomía, entre otros. Informe compendiado

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 de la OMS, Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias en colaboración (OMS, 1994). El concepto de Calidad de Vida (CV), es un constructo multidimensional que se aleja del criterio clásico de salud ya que incluye la evaluación del sujeto según sus particulares estándares de satisfacción y bienestar. (Urrutia, Grasso y Guzmán, 2009). Fernandez- Ballesteros (1992), le agrega la caracterización de ser un concepto evaluador y multidisciplinario. Desde el campo de la psicología, la calidad de vida es un concepto básicamente referido al tipo de respuesta individual y social ante el conjunto de situaciones reales de la vida diaria. Es decir, aunque recoge los componentes del bienestar objetivo, se centra en la percepción y estimación de ese bienestar, en el análisis de los procesos que conducen a esa satisfacción y en los elementos integrantes de la misma. (Moreno Jiménez y Xímenez Gómez, 1996). Coincidentemente, los autores Birren y Diekmann (1991, citado en Urrutia, Grasso y Guzmán, 2009) definen a la CV como: “la evaluación de las circunstancias de la vida de un individuo, grupo o población, en la cual se evalúan las características del ambiente físico y social, los estados internos del sujeto y su salud; presentándose dos posibles modos de medición: uno basado en la percepción subjetiva o interna de la CV y otro a través de juicios externos y valoraciones objetivas de la misma”…

2.1.1. CONCEPCIONES DE LA CALIDAD DE VIDA El término "calidad de vida” denota dos significados: 1) la presencia de condiciones consideradas necesarias para una buena vida y 2) la práctica del vivir bien como tal. La diferencia está en quien emite el juicio sobre: qué es necesario para considerar la vida como buena. (Venohoven, 1994).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 En el primer significado el juicio es realizado por expertos en el tema de la calidad de vida, quienes delimitan que condiciones han de ser consideradas. Según Venohoven (1994) se refiere a la Calidad de Vida Supuesta porque toma en consideración las condiciones de vida que los expertos señalan como relevantes para la determinación de la calidad de vida. En el segundo significado es la misma persona cuya calidad de vida se está juzgando, quien dice desde su experiencia y las condiciones que le resulten pertinentes, si su vida es satisfactoria o no; por ende se refiere a la Calidad de Vida Realizada al tomar como elemento determinante la experiencia de vida subjetiva de la vida. Para Lawton (2001), y su modelo ecológico de calidad de vida, se hace necesario evaluar la existencia de cuatro categorías que determinan el nivel de calidad. La primera de estas categorías hace referencia a la calidad de vida física, un dominio centrado en lo biológico donde es importante analizar los estados de salud así como las limitaciones funcionales y cognitivas. En segundo lugar, nos habla de calidad de vida social, que incluye indicadores relativamente objetivos de relación con el mundo externo. Es decir, sería una perspectiva estructural del apoyo social donde lo que interesa son medidas centradas en el tamaño de la red, la frecuencia de contactos o la participación en actividades. En tercer lugar se plantea la calidad de vida percibida, que se centraría en los aspectos más funcionales del apoyo social, representados en la valoración subjetiva de la calidad de vida social, de las relaciones familiares y de los amigos. Por último habla de calidad de vida psicológica, centrada en lo que diferentes autores han denominado bienestar subjetivo, componiéndose tanto de los posibles afectos positivos y negativos, como de la percepción de satisfacción. (Molina Sena, Meléndez Moral, Pardo, 2008).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Tal y como podemos observar a través de estas definiciones, uno de los elementos centrales en la evaluación de la calidad de vida es el bienestar que percibe la persona, aspecto en el que se va a centrar nuestro trabajo.

2.1. BIENESTAR SUBJETIVO 2.1.1. CONCEPTO Se ha definido el bienestar como un tono de ecuanimidad que se sostiene en el fondo, detrás de los eventos cotidianos más intensos, que puede sostenerse a pesar de y durante períodos de infelicidad; un navegar por la vida exitosamente, entendiéndose éxito como satisfacción en diversas dimensiones de la vida (Sheehy, 1987). Existen dos grandes líneas de trabajo en el concepto de bienestar: 1-Concepción eudaimonista plantea el bienestar psicológico. Ryan y Deci (2001) respecto al bienestar psicológico, más asociado al logro de nuestras metas, lo sitúan en el proceso de consecución de aquellos valores que nos hacen sentir vivos y auténticos, que nos hacen crecer como personas y no tanto en las actividades placenteras o displacenteras. 2-Concepción hedonista se centra en el denominado bienestar subjetivo. El bienestar subjetivo, es entendido como el resultado de un balance global entre el placer y el displacer y se compone de aspectos como la felicidad o el resultado de los estados positivos y negativos (componente afectivo emocional) y la satisfacción vital o valoración de la trayectoria vital (componente cognitivo). (Molina Sena, Meléndez Moral, Pardo, 2008). Castro Solano (2010) agrega que la satisfacción vital es el resultado de la integración cognitiva que las personas realizan toda vez que evalúan cómo les fue (o cómo les está yendo) en el transcurso de sus vidas. Los estados emocionales son lábiles

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 y momentáneos. La satisfacción vital es el resultado de un juicio cognitivo y resulta un constructo más estable a lo largo del tiempo. Según Lawton (1983), bienestar es una valoración cognitiva y una evaluación de la congruencia entre las metas deseadas y las metas obtenidas en la vida. Es decir hace hincapié en la perspectiva psicológica de la calidad de vida. El bienestar es un fenómeno subjetivo que se diferencia en gran medida de las condiciones de vida evaluadas, donde es necesario captar tanto las experiencias más enriquecedoras, como las negativas, empobrecedoras y adversas al ser humano. Esto se logra encontrándose con las personas y escuchando de ellas cómo les parece la vida, incluyendo las percepciones, expectativas, sentimientos y valores; para obtener la evaluación que cada uno hace de su vida, basada en los propios criterios. (Georgen en Liberalesso Neri, 2000). Lo cual coincide con Maestro en Izal y Montorio (1999) al sostener que cada persona construye lo que es para sí el bienestar, imprimiéndole un sello propio. Venohoven (en Moreno y Ximenez, 1996) define bienestar subjetivo como el grado en que una persona evalúa la calidad de vida global de su vida en conjunto de forma positiva. El concepto de bienestar subjetivo no procura evaluar la vida que las personas han tenido en su pasado ni la que se piensa que tendrán en un futuro; se centra en la situación presente. Esto no quiere decir que el concepto no incluya la valoración que una persona realice sobre su historia personal o sus proyectos vitales; significa que las personas modifican su percepción sobre la propia existencia. Según Venohoven (1994), el concepto de bienestar subjetivo es sinónimo de satisfacción con la vida, dicho concepto deriva del campo de la calidad de vida realizada; es la práctica de vivir bien como tal, donde es la misma persona cuya calidad

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 de vida se está juzgando, quien dice desde su experiencia subjetiva y las condiciones que le resulten pertinentes si su vida es satisfactoria o no. Esto coincide con el Modelo de Buena Vida desarrollado por Lawton (1983). Este modelo consta de 4 componentes, siendo los 3 primeros de contenido esencialmente psicológico (García Martin, 2002): 1. Bienestar psicológico: coincidencia entre los objetivos deseados y logrados en la vida; contar con un buen estado de ánimo y un nivel afectivo óptimo. Se asemeja a la concepción de Diener (1984, citado en Castro Solano, 2010) sobre el bienestar subjetivo; el cual lo define como el juicio subjetivo que hacen las personas acerca de sus vidas. La definición involucra una autoevaluación acerca del grado en que se alcanzaron los objetivos vitales. 2. Competencia conductual: capacidad del funcionamiento físico y mental y un buen comportamiento social. 3. Percepción de la calidad de vida: satisfacción de la persona consigo misma y con su red de relaciones interpersonales (fliar y amigos), agrado por su trabajo, en el desempeño de las actividades que desarrolla y manifestación de su sentido de pertenencia al lugar donde vive. 4. Medio ambiente objetivo: múltiples características físicas del entorno donde se desarrolla la vida de las personas. Por lo tanto, el concepto de bienestar subjetivo incluye: estado emocional y afectivo que una persona manifiesta en un determinado momento; la satisfacción que ese sujeto logra en los distintos aspectos de su vida; y la valoración personal que hace de su vida.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 2.2.2. ELEMENTOS INTEGRANTES DEL BIENESTAR SUBJETIVO La revisión de los estudios de bienestar subjetivo muestra que hay un acuerdo en cuanto a los elementos integrantes de su estructura. La mayor parte de los autores coinciden en la consideración de estos tres componentes: virtud, satisfacción con la vida y afectos positivos. Según Diener estos son los tres significados esenciales del concepto de bienestar subjetivo.

A. Bienestar subjetivo como virtud.

Cuando el bienestar subjetivo se analiza en términos ideales, lo que está en juego es la posesión de una cualidad deseable. Se podría decir que es una concepción normativa, porque define lo que es bueno, deseable y aceptable. En este sentido, cuando Aristóteles y los filósofos clásicos hablan de la eudaemonía, la consideran como un estado deseable al que sólo se puede aspirar llevando una vida virtuosa o deseable, calificada como tal desde un particular sistema de valores.

En gerontología, un moderno correlato entre bienestar subjetivo y la posesión de una calidad de vida deseable, es la vejez exitosa. Uno de los sentidos de éste término es la buena vejez o vejez feliz, de acuerdo con los valores y las expectativas vigentes en un contexto socio histórico determinado. En ese caso éxito se iguala con el mantenimiento de la salud y de la funcionalidad física y mental, con actividad y participación social. (Rowen y Kahn, 1998 citado en Liberalesso Neri, 2002).

B. Bienestar subjetivo como satisfacción con la vida.

Cuando el foco recae sobre la evaluación que cada uno hace de su vida, según sus propios criterios, la literatura habla de satisfacción con la vida. Para Venohoven

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 (1994), el concepto de satisfacción es probablemente universal, ya sea visto como fruto de virtud o como un aspecto de la calidad de vida.

Las primeras investigaciones sobre satisfacción con la vida en la edad mediana y en la vejez fueron conducidas por Bernice Neugarten y sus colaboradores en los años sesenta. Desde entonces la investigación en esa área avanzó bastante. A partir de los años ochenta se popularizaron dos diferentes acepciones del concepto. Una se refiere al objeto de la satisfacción. La satisfacción global con la vida se considera distinta de la satisfacción relativa a dominios específicos, tales como el trabajo, el matrimonio, la salud, la vejez y las relaciones sociales. Otra acepción alude a las modalidades de evaluación. Las evaluaciones cognoscitivas se refieren a patrones de éxito, mientras que las evaluaciones afectivas se relacionan con diferencias en estados emocionales.

C. Bienestar subjetivo y afectos positivos.

En este caso el énfasis cae sobre experiencias o predisposiciones placenteras. Aunque no haya dudas sobre la existencia de relaciones recíprocas entre bienestar subjetivo y afectos positivos, no se puede afirmar que las experiencias de felicidad, bienestar, satisfacción o calidad de vida excluyen estados emocionales negativos. La experiencia empírica muestra siempre una mezcla de afectos positivos y negativos, los cuales dan un colorido especial a la vida emocional y a la vida en relación con otros. (Diener y Larsen, 1996 citado en Liberalesso Neri, 2002).

En resumen hay tres aspectos centrales en el concepto de bienestar subjetivo:

1. Pertenece al ámbito de la experiencia privada y es relativamente independiente de salud, comodidad, virtud y riqueza.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 2. Las medidas de bienestar subjetivo incluyen tanto la evaluación global, como evaluaciones particulares referidas a dominios específicos, tales como la salud física y mental, las relaciones sociales, la espiritualidad, la sexualidad y otros. 3. El bienestar subjetivo incluye apreciaciones positivas y negativas.

Tabla 1. Componentes del Bienestar Subjetivo. Fuente: Diener, Suh, Lucas y Smith (1999).

2.2.3. DETERMIANTES DEL BIENESTAR SUBJETIVO Existen varios modelos sobre las variables que influyen sobre el bienestar subjetivo. Venohoven, (1994) enumera 4 tipos de factores encadenados en un flujo causal secuencial: oportunidades vitales, curso de acontecimientos vitales, flujo de experiencia y proceso interno de evaluación. 1-Las oportunidades vitales en un sentido amplio se refiere a todas las condiciones que afectan a las probabilidades de buena suerte o adversidad. Si bien el término es también usado con significados más estrictos; en su mayor parte el concepto

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 está restringido a las oportunidades proporcionadas por la sociedad, y no incluye diferencias en las capacidades individuales. Por lo tanto las oportunidades vitales son las condiciones de vida y las capacidades individuales y se clasifican en 3 grandes grupos: Recursos socio-culturales, tales como el bienestar económico, la igualdad social, el respeto por los derechos humanos, la libertad política (democracia), la vida cultural, el orden moral. Son las condiciones de vida que posibilita un país o una comunidad específica. Recursos sociales personales, incluyen la posición social, propiedades materiales, lazos familiares y sociales, status social. Aptitudes individuales, dentro de las que se cuentan la forma física, dentro de lo que podemos incorporar la salud física del individuo, fortaleza psíquica (autoconcepto positivo, tolerancia a las emociones negativas, actitud ante la vida, flexibilidad, variedad de recursos internos), la capacidad social y la habilidad intelectual. Las aptitudes individuales son las llamadas competencias conductuales según Lawton, es decir son todos los recursos físicos y psicológicos que puede poseer un ser humano. Estos elementos citados de las oportunidades vitales que determinan el bienestar subjetivo, engloba el concepto de resiliencia desarrollado en el marco de la psicología positiva. Según Casullo (2005) la resiliencia es un conjunto de factores biológicos, psicológicos y sociales que facilitan la adaptación del ser humano a los acontecimientos estresantes, permitiéndoles sostener su salud física y mental a la vez que experimentan un sentido de felicidad y bienestar.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 2-Curso de acontecimientos vitales, se refiere a lo que le ocurre a las personas en el trascurso de su vida, desde los grandes acontecimientos tales como el matrimonio, nacimiento de los hijos, jubilación, hasta los hechos cotidianos y los inesperados, tales como los accidentes, las catástrofes, ganarse la lotería, reencontrarse casualmente con un viejo amigo. La posibilidad que ocurran acontecimientos recompensantes o aversivos no es la misma para todo el mundo porque según Venohoven (1994), los acontecimientos que ocurren en la vida son en parte asunto de buena o mala suerte como por ejemplo los accidentes; y en parte depende de las condiciones y capacidades dadas, cuestión que la podemos observar en que son menores los accidentes de tráfico en las sociedades bien organizadas entre las personas más atentas. Este nexo causal entre el azar y las oportunidades vitales se encuentra poco clarificado en función de la escasa atención que ha recibido por parte de los investigadores, pero se sabe que la relación existe. Los autores en la temática consideran que el curso de los acontecimientos vitales es un factor resiliente más. 3-El flujo de experiencias se refiere a la experiencia emocional que desencadenan ya sea los acontecimientos vitales como la anticipación de éstos que los humanos realizamos a partir de las evaluaciones sobre nuestras condiciones de vida. Este juicio sobre la vida se acerca particularmente a la experiencia positiva y negativa, dicotomía utilizada por Venohoven, Diener y otros autores clásicos dentro de un marco hedonista de la experiencia humana, el cual ha sido descripto supra. Muchos acontecimientos adversos provocan reacciones similares en la mayoría de la gente, en particular los acontecimientos que exceden la adaptabilidad humana. Sin embargo, dentro de los límites de las facultades humanas, las reacciones tienden a diferir. Por ejemplo, no todo el mundo se siente igual cuando se jubila. Las reacciones

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 varían de acuerdo con anteriores contactos con la adversidad, con el significado atribuido al acontecimiento y con la resistencia psicológica. 4-Proceso interno de evaluación, refiere al procesamiento interno mediante el cual una persona evalúa su vida. El proceso puede realizarse de dos formas: a partir de un cálculo o a partir de una inferencia. Sobre el modo de evaluación de la vida, Schwarz y Strack (1991, citado en Venohoven, 1994), consideran que cuando el procesamiento interno es inferencial implica una tarea global porque la persona parte del estado de ánimo del momento, que puede ser aprehendido muy intensamente, para, a continuación, considerar cómo es de representativo ese estado de ánimo de la experiencia afectiva general. Las preguntas son generales del tipo ¿qué tan satisfecho con su vida se encuentra? Pero cuando el procesamiento interno es por medio de un cálculo donde contaríamos nuestros beneficios e infortunios y entonces haríamos un balance; se trata de una tarea específica. Este proceso implicaría la recuperación de la información específica relevante para dar respuesta a preguntas del tipo ¿se siente útil?; ¿cree que su vida ha empeorado en el último año?; ¿si pudiera volver a vivir, cambiaría muchas cosas?; luego se seleccionará un estándar de comparación para finalmente efectuar con los parámetros elegidos la evaluación y la integración de los elementos en un informe final. Los autores mostraron que las evaluaciones de la vida en conjunto se centran en cómo se siente uno generalmente. Aunque algunas personas puedan realizar el balance de su vida en esta forma calculatoria, no es ciertamente la perspectiva habitual. (Venohoven, 1994).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 2.2.4. MODELOS TEORICOS DEL BIENESTAR SUBJETIVO Teorías universalistas Este grupo de teorías, también llamadas teorías télicas, proponen que la satisfacción se alcanza con el logro de ciertos objetivos o cuando se han satisfecho ciertas necesidades básicas. (Castro Solano, 2010). Modelos situacionales (Botton up) versus modelos personológicos (Top down) Los modelos situacionales proponen que la suma de momentos felices en la vida da como resultado la satisfacción de las personas (Diener, Sandvick y Palvot, 1989, citado en Castro Solano, 2010). Entonces para la teoría del botton up, una persona que está expuesta a una mayor cantidad de eventos vitales felices estará más satisfecha con su vida. En cambio, los enfoques top down suponen que el bienestar es una disposición general de la personalidad y dado que la personalidad es estable, el bienestar también lo es. Según este modelo, las personas felices por naturaleza son aquellas que disposicionalmente experimentan mayor satisfacción en el trabajo, en la familia, con los amigos y en su tiempo libre. Los teóricos de la personalidad, Costa y McCrae demostraron que las personas con alta extraversión y bajo neuroticismo son las más felices. Concluyendo y diferenciando, en las teorías situacionales la satisfacción es un efecto del bienestar percibido en cada una de las áreas vitales de las personas, mientas que en los enfoques personológicos la satisfacción es esclava de las variables temperamentales. Teoría de la adaptación Esta teoría considera que ante el impacto de eventos altamente estresantes, las personas simplemente se adaptan y vuelven a su nivel de bienestar previo (set point). Y

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 la clave para entender la felicidad es la adaptación. Esto coincide con el concepto de resiliencia postulado desde la psicología positiva, al definirla como el retorno homeostático del sujeto a su condición anterior, sin que se produzca un cambio positivo. Frederick y Loewenstein (1999, citado en Castro Solano, 2010) explican que esta teoría se basa en un modelo automático de la habituación, en el cual los sistemas reaccionan a las desviaciones del nivel de adaptación actual. Estos procesos automáticos de habituación son adaptativos porque permiten que el impacto del evento simplemente se diluya. Por lo tanto, las fuentes de recursos personales permanecen libres para poder hacer frente a los nuevos estímulos que requieren atención inmediata. Hay evidencia empírica de que las condiciones externas no explican el bienestar. Sin embargo, Diener, Lucas y Scollon (2006, citado en Castro Solano, 2010) demostraron que las condiciones externas (ganar más dinero, el atractivo físico o las condiciones de salud) explican alrededor de un 15% en la variación del bienestar. Además, hay nuevos aportes al modelo de la adaptación que consideran que las personas no retornan al nivel previo de bienestar después de percibir un evento vital estresante. Algunas personas cambian más y otras cambian menos después d experimentar ciertos eventos vitales. El set point no es enteramente estable, sino que es regulable en función de los eventos vitales de las personas. Esto coincide con el concepto de crecimiento postraumático desarrollado por la piscología positiva o de resiliencia desde la perspectiva francesa, lo cual fue explicado supra. Asimismo el set point varía según el modo como sea evaluado el bienestar, si a nivel de los componentes de afecto positivo y negativo o como una evaluación de la satisfacción global con la vida, como se realiza en este estudio.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Teorías de las discrepancias Michalos (1996, citado en Castro Solano, 2010) propone que el bienestar se explica por la comparación que efectúan las personas entre sus estándares personales y el nivel de condiciones actuales. Por lo tanto las personas con mayor satisfacción son aquellas en las que existe una relación adecuada entre aspiraciones y logros. Identificó seis tipos de teorías basadas en hipótesis de comparación, entendida como la distancia entre dos términos: Aquello que las personas tienen y el objetivo que quieren lograr (teoría del objetivo-logro). Aquello que las personas tienen y su ideal a lograr (teoría del ideal-realidad). Aquello que se tienen en el momento y lo mejor que se obtuvo del pasado (teoría de la mejor comparación previa). Aquello que uno obtiene y lo que otro grupo social significativo tiene (teoría de la comparación social). Adaptación entre medio y sujeto (teoría de la congruencia). Por eso dicho autor considera que la autopercepción del bienestar está multideterminada y no tiene una única causa.

2.3. BIENESTAR SUBJETIVO EN LA TERCERA EDAD Para la gerontóloga Neugarten el bienestar subjetivo es el grado en el cual un viejo: Siente placer en cualquier actividad que realiza en su vida cotidiana. Observa su vida con una mirada crítica y acepta su responsabilidad por lo que fue en el pasado.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Siente que ha tenido éxito en haber alcanzado las metas más importantes de su vida. Posee una auotoimagen positiva y se observa a sí mismo como una persona de valor pese a sus actuales debilidades. Mantiene actitudes optimistas y de buen humor. Esta definición toma en cuenta las cinco dimensiones de la satisfacción vital o bienestar subjetivo y las define operacionalmente de la siguiente manera: Gusto por la vida: entusiasmo y grado de involucración personal en actividades, en personas, e ideas, independientemente de la implicación con otros, la aprobación social o el prestigio. Resolución y fortaleza: extensión por la cual un individuo acepta ser responsable de su vida; es lo opuesto a la resignación, la aceptación pasiva de lo que le ocurrió en el pasado. Congruencias entre aspiraciones y logros: sensación de cumplimiento de las metas prefijadas, da haber sido exitoso en lo que se consideró relevante para su vida. Concepto positivo de sí mismo: valoración positiva de sus atributos físicos y psicosociales. Buen humor: expresión de felicidad, actitudes optimistas y sentido del humor, sensación de placer por la vida y comentarios al respecto. (Salvarezza; 1º ed. 2º reimp., 2005).

2.4. BIENESTAR SUBJETIVO Y RESILIENCIA

Sobre la asociación entre satisfacción vital (bienestar subjetivo) y resiliencia en la tercera edad, Guzmán y Zuñiga (2005) aportaron evidencia empírica; quedando

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 explícito la importancia de incluir ambos conceptos para el estudio de la resiliencia ante un evento crítico. Sin embargo, no se han encontrado estudios sobre la resiliencia y el bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados que analicen el impacto emocional de este evento. En función de lo expresado anteriormente, se plantea el objetivo de conocer tanto el nivel de resiliencia y como el nivel de bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados del PEUAM de la Ciudad de Villa María, Córdoba; con el fin de aportar evidencia complementaria al estudio de Guzmán y Zuñiga (2005). También determinar diferencias significativas, si las hay, en los niveles de resiliencia y bienestar subjetivo según el género, tiempo de acogimiento a la jubilación y edad de la población en estudio.

3. ENVEJECIMIENTO SATISFACTORIO Y JUBILACIÓN 3.1. ADULTO MAYOR: ENVEJECIMIENTO SATISFACTORIO

La vejez se ha nominado con diferentes acepciones: "edad dorada", se utiliza el eufemismo "tercera edad", "adultos en plenitud" y "edad de retiro", entre otros. Nos avergüenza la ancianidad, y se opta por llamarla con nombres ambiguos. El término "senador" evoca esta consideración del pasado. La palabra proviene del latín, anciano. Componen el Senado hombres mayores, exentos de las vacilaciones y los desplantes propios de la juventud. Las culturas antiguas veneraban a los viejos, pues ellos guardaban la tradición, poseían sabiduría y cultivaban la prudencia. Consideraban que esa virtud permitía diagnosticar determinadas circunstancias si una acción acercaba más a la felicidad. La persona prudente determina con acierto la pertinencia de una elección concreta, en orden al deseo último de ser felices. Y para adquirir la virtud de la prudencia hace falta experiencia de vida, circunspección, objetividad, señorío sobre las

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 pasiones, valorar las consecuencias de las propias decisiones. Todas estas cualidades se ganan con la edad. Actualmente en occidente, en cambio, no sucede lo mismo; se desoyen las palabras del anciano, "por no estar actualizado" o por "no comprender los cambios de la época", y por ende, la tradición carece de sentido y ya no se respeta como guardiana de la tradición. Tampoco se aprecia la prudencia, desplazada por el culto al cambio constante. Tales ideas imperan particularmente en la empresa, pues el sistema productivo desprecia a los viejos. Esta concepción despectiva de la ancianidad llega con el espíritu de la modernidad, en donde para algunos ilustrados lo viejo debe estar constantemente superado, se enseña a mirar el futuro en detrimento del pasado, la historia carece de utilidad, ya no se considera "maestra de vida", el ayer es obsoleto, se planea el futuro sin usar la memoria. Innovar es el precepto. La palabra envejecimiento evoca habitualmente cambios físicos desagradables. La tercera edad carece de la vitalidad y de la energía de la juventud. Por eso, en los tiempos que trascurren la vejez se considera de mal gusto y, consecuentemente, muchos se resisten a llegar a viejos. (Meza-Mejía, Villalobos-Torres, 2008).

Vamos a utilizar aquí indistintamente los términos «tercera edad», «ancianos», «envejecimiento » o alguno similar, conscientes de que técnicamente no significan lo mismo, pero en este trabajo quedan asimilados como conceptos análogos, para dar más fluidez al texto. El envejecimiento existe, pero no es una enfermedad. La vejez puede ser una etapa de la vida tan sana como otras, incluso con algunas funciones tanto o más eficaces que otras etapas. La inteligencia, la capacidad de aprendizaje, la experiencia, la personalidad y los sentimientos son funciones que el hombre no pierde con la edad, sino que se enriquecen cualitativamente siempre y cuando encuentren un ambiente propicio.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Así, compartimos la idea de Papalia et al, que caracterizan a los ancianos como un grupo diverso, con fortalezas y debilidades individuales, entendiendo la edad adulta tardía como un período normal del ciclo vital, con su propia naturaleza especial, sus tareas de desarrollo propias y sus oportunidades para el crecimiento psicológico. Esta definición visualiza el envejecimiento como una etapa más del desarrollo, que al igual que las otras posee su naturaleza especial. Muñoz et al, por su parte, consideran el envejecimiento como un proceso natural en el continuo del desarrollo evolutivo (nunca involutivo), gradual, con cambios y transformaciones en el ámbito biológico, psicológico y social, que aparecen en el transcurso de los años, y que va unido al desarrollo y al deterioro. Esta idea es apoyada por el planteamiento de Meléndez et al, que lo definen como un proceso heterogéneo, variable e interindividual, ya que envejecer no significa lo mismo en las diferentes culturas y se da de forma particular en cada persona y en cada contexto. (Molina Sena y Meléndez Moral, 2007).

Tres reglas constituyen la definición del envejecimiento (Barja, 1998: 8-9):

El envejecimiento es universal. Ocurre, en mayor o menor medida, en todas las personas. El envejecimiento es intrínseco. Los fenómenos básicos responsables del envejecimiento son más de origen endógeno, que de origen ambiental o externo. El envejecimiento es progresivo. El proceso de envejecimiento se desarrolla de modo paulatino a lo largo de la vida de la persona. Meza-Mejía, VillalobosTorres, 2008).

El concepto de envejecimiento satisfactorio comienza a utilizarse con los aportes de Havighurst y Neugarten (1961), a partir de los estudios que realizan en relación con el ajuste personal durante el proceso de envejecimiento. Este ajuste hace referencia a la

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 adaptación de la personalidad a los acontecimientos que debe enfrentar en lo cotidiano, en un segmento específico del ciclo vital: la vejez. (Cornachione Larrínaga, 2006). Estos autores, afirman que el envejecimiento óptimo va unido a un estilo de vida activo continuado. Las personas mayores deben prolongar todo lo posible sus actividades acostumbradas y buscar nuevas alternativas para aquellas otras que deban interrumpir por mandato de la edad. Baltes y Baltes (1990) proponen una estrategia para reconocer el envejecimiento satisfactorio y lo hacen a partir del estudio del grado en que las personas pueden manifestar una optimización selectiva por compensación. Esta estrategia surge desde la perspectiva de la psicología evolutiva del ciclo vital y apunta al logro de un envejecimiento con éxito. (Cornachione Larrínaga, 2006). Vejez y éxito no son contradictorios. La persona mayor obtiene también la posibilidad de construir activamente su vida y regularla, según las nuevas exigencias de la edad. Rige para ello el principio de que las capacidades descienden, por lo regular, pero según el postulado de ganancias, estabilidad y pérdidas, la persona mayor dispone de unas reservas y recursos que pueden ser movilizados. Existen para ello estrategias, ejercicios y aprendizajes muy valiosos, eso sí, siempre sometidos a las limitaciones de la edad. Según estos autores, se puede conseguir un nivel funcional estable, una autoimagen positiva y un estado satisfactorio, por medio de tres procesos de adaptación fundamentales: la selección, la optimización y la compensación. Por selección se entiende el proceso de especialización que se da en diferentes áreas de funcionamiento de un individuo y que le permite desarrollarse diferencialmente a lo largo de la vida. Implica restricción, ya que cuando se envejece se limitan estas áreas de funcionamiento, pero también significa

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 adaptación, ya que al reducirse se hace más fácil el manejo de las áreas seleccionadas. La optimización, por su parte, refleja la idea de que los individuos se regulan para funcionar en niveles elevados, eficaces y deseables de ejecución. Es decir, que el individuo se mueve en la dirección de procurar el mejor funcionamiento posible en un número concreto de áreas de la vida. Por último, la compensación hace referencia al proceso que se activa cuando las habilidades de una persona se deterioran como consecuencia de la edad o bien cuando las demandas del contexto aumentan de modo que no es posible alcanzar el estándar de ejecución requerido. La compensación, por ejemplo, implica utilizar elementos conductuales (ayudas externas de memoria), cognitivos (reglas mnemotécnicas) o tecnológicas (ayudas protésicas). La compensación es un proceso natural que es empleado habitualmente por todas las personas en el transcurso de su vida y que, en la vejez, se encuentra especialmente desarrollado debido a la ventaja que supone la acumulación de experiencias y conocimientos. El resultado final de la interacción de estos tres procesos es un sistema de vida satisfactorio, exitoso y activado, aún a pesar de las limitaciones obvias que impone por sí misma la edad. Dentro de este marco, podemos comprobar que cada vez más, la investigación aporta datos que indican que muchas personas de edad avanzada conservan una excelente calidad de vida y experimentan bienestar y satisfacción. Tal y como indica Triadó, el estudio del envejecimiento con éxito nos puede evidenciar modos sanos de envejecer, y nos permite conocer cuáles son los factores que determinan este éxito y que evitan que la persona evolucione hacia un envejecimiento patológico. (Molina Sena y Meléndez Moral, 2007).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 3.2. JUBILACIÓN En la vejez surgen ciertos problemas anteriores y otros recientes. Algunos se relacionan con la renuncia; adaptación a las pérdidas del empleo, los amigos y el cónyuge; la posición complaciente de tener autoridad y el cuestionamiento de las antiguas capacidades; la reconciliación con quienes tienen significación en la vida y con los propios logros y fracasos; la resolución de la aflicción por la muerte de otros y la aproximación de la propia; mantener el sentido de integridad en términos de lo que uno ha sido en vez de lo que uno es, y el interés en la herencia y cómo dejar huellas de uno mismo. (Karl A. Slaikeu., sin fecha, segunda edición en español, traducida de la segunda edición en inglés). En este período, también la imagen del cuerpo juega un importante papel. Los cambios a nivel de piel, de articulaciones y músculos, de los procesos cognitivos, de los órganos más vitales, el contacto con la idea de tiempo y la de muerte propia, las disminuciones sensoriales; se agrega a esto las pérdidas de distinto significado y sus procesos de duelo que muchas veces hacen modificar la estima, creando inseguridades, temores, y necesidad de apelar a las potenciales fuerzas. Por lo tanto podemos observar que en el envejecer se produce una suerte de crisis, crisis que no necesariamente significa algo traumático o doloroso. Si, una crisis como discontinuidad. Y discontinuidad genera incertidumbre, inestabilidad, mayor vulnerabilidad que lleva finalmente al cambio. La raíz de la palabra crisis es de origen griego Krinein que significa decidir. La decisión, la renuncia, resistencia o incapacidad para adoptar decisiones es el elemento característico de una crisis. Las crisis constituyen momentos de cambios. En general cuando se enfrenta con éxito una situación de crisis se produce una maduración continua. Por el contrario el individuo que se ve enfrentado a una crisis pero que es

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 incapaz de tomar una decisión experimenta angustia y tensión creciente. Esa tensión si no es manejada adecuadamente puede llevar a una exacerbación de conflictos psicológicos anteriores y latentes hasta ese momento. Las personas ancianas se encuentran expuestas a cambios y pérdidas que pueden tener un impacto negativo en ellos, o fomentar sus recursos, sus factores de resiliencia, que les ayuden a sobreponerse a estas situaciones. De acuerdo a Erickson (2000), en la ancianidad las personas se debaten entre el mantenimiento de la integridad de su Yo y la desesperanza, la imposibilidad de cambiar las cosas. La presencia cercana de la muerte y la imposibilidad de cambiar la vida vivida, enfrenta a los mayores con la desesperanza pero ellos pueden mantenerse íntegros a pesar de los elementos distónicos a través de la sabiduría. En los adultos mayores un posible suceso de crisis puede ser la dificultad en la adaptación a la jubilación. Por ende esta investigación se centra en los adultos mayores jubilados, suponiendo que tienen altos niveles de resiliencia, lo cual darían cuenta que si bien tuvieron dificultades para adaptarse al retiro de las fuerzas laborales, pudieron adaptarse a su nueva condición vital; también que una crisis es la fuente ontogénica de fuerzas y de adaptación. La jubilación, implica el retiro del mundo laboral por haber cumplido la edad exigida por la ley o por estar incapacitado y a cambio, la persona percibe una renta o pensión. La palabra jubilación proviene del latín jubilare que significa gritar de alegría.

Puede definirse de muchas maneras la jubilación, sin embargo en lo que todos coinciden es que implica un cambio significativo en la vida de aquel que se jubila, como también que presenta diversas formas en cada persona y en cada situación, y esto genera actitudes cambiantes.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 La jubilación es un símbolo social de transición a la vejez. Constituye un signo para el individuo y para la sociedad de que algo importante ha cambiado. A veces, se ha visto el envejecimiento y la jubilación como dos aspectos convergentes. A las personas jubiladas se las suele considerar viejas. Sin embargo, la jubilación es solo uno de los acontecimientos más importantes de la vida de una persona que contribuye al significado de la vejez en nuestra sociedad. (Moragas, 1989).

Según Moragas (1995) en el ámbito laboral actual, trabajo y ancianidad son considerados incompatibles ya que implican roles contradictorio. El trabajo supone un rol activo, productivo, generador de renta, exigencias físicas, psíquicas y sociales, ritmo intenso, obligación, carga, responsabilidad, etc., mientras que la ancianidad supone un rol pasivo, no productivo, receptora de pensión o jubilación, escasa aptitud física y psíquica con exención de obligaciones y responsabilidades. A pesar de que profesionales, agricultores o cuentapropistas demuestren que se puede trabajar hasta el final de la vida, la ancianidad se asocia con la idea de ausencia de trabajo. Esta puede ser una de las razones por las que gran parte de la población considera a los ancianos como un grupo de referencia negativo y presenta resistencias para considerarlo su grupo de pertenencia. Socialmente se ha considerado el rol de jubilado como un rol sin rol, en términos de Burges. Para Buendía (1997), el jubilarse implica interrumpir el ritmo y la actividad que se vino desarrollando durante muchos años para pasar a convertirse en una persona marginada por la inactividad y el aislamiento. Por ello, resulta necesario que el jubilado encuentre actividades sustitutivas que le resulten relevantes y que sean útiles para la comunidad. Según Moragas (1995) hay que convertir ese rol sin rol en un rol con rol que asigne responsabilidades, estatus y prestigio social. Por ejemplo: militar en partidos políticos, participar en asociaciones vecinales, en colegios profesionales, en

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 diferentes grupos que comparten un mismo interés, realizar actividades manuales y/o intelectuales, tareas de voluntariado, etc. La jubilación no puede hacerse equivalente a la vejez. Muchas personas se jubilan a una edad temprana y en una situación personal en la que no pueden considerarse viejas. Además, muchos nunca se jubilan y otros vuelven a trabajar después de jubilarse. (Atchley, 1993).

Afrontar la naturaleza propia de la vejez exige hacer frente al tema de la jubilación y sus implicaciones, en el orden físico, mental y espiritual; prever la parte económica, a partir del patrimonio familiar constituido; necesariamente, se requiere ampliar el campo de intereses para una nueva ocupación de actividades, frecuentar a los amigos y organizar diversas actividades culturales, salir de casa y sentarse a disfrutar del descanso sin sentir culpa por no continuar en el hacer productivo.

Todos estos aspectos positivos de la jubilación no se consideran, porque se vive en una sociedad que concibe el término de la vida cuando se deja de contribuir al producto interno bruto. Sin embargo, cuando se conocen los posibles riesgos de la jubilación, pueden convertirse en oportunidades de crecimiento, en la medida en la que se aprende y se enseña cómo transitar asertivamente por esta fase vital.

Como cualquier situación difícil de la vida, la actitud que se adopta ante ella es crucial. La actitud hacia la jubilación depende, entre otras variables, de factores personales y económicos. Una persona que sea optimista ante la vida y tenga una buena situación económica podrá afrontar su retiro laboral con un mayor éxito de adaptación a su nueva situación socio-familiar; por el contrario, una persona centrada en el trabajo, con escasas relaciones sociales fuera de aquel y con dificultades económicas, afrontará la jubilación como un castigo difícil de superar. Tentativamente se puede definir la

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 actitud hacia la jubilación como una organización aprendida y duradera de creencias y cogniciones, dotada de una carga afectiva a favor o en contra de la jubilación y que predispone a una acción coherente con dichas cogniciones y afectos. Esta predisposición a responder frente a la situación de jubilación en interacción con otras variables disposicionales y situacionales guía y dirige el comportamiento. (Rodríguez Feijóo, 1995). Las cargas subjetiva y objetiva que la jubilación conlleva son muy a menudo divergentes, si se consideran los múltiples factores que intervienen, como los valores y el contexto social de la familia. Entonces podemos concluir que la jubilación para la mayoría de las personas significa un gran cambio: pérdida del rol profesional, modificación de los ingresos, modificación del ritmo de vida cotidiana, reestructuración de los contactos familiares y sociales, disponibilidad de una gran cantidad de tiempo libre, etc., pero sin lugar a dudas la jubilación presenta múltiples formas en cada persona y en cada situación; es tan singular como cada persona.

La jubilación es un proceso continuo, que pasa por una serie de etapas:

1. La prejubilación, que se caracteriza porque la persona se orienta hacia la idea de jubilarse. Dado que la jubilación aún no acontece, se forman fantasías sobre cómo podrá ser la jubilación. 2. La jubilación, que presenta tres tipos de vivencias alternativas: a) la de una luna de miel, donde se vivencia una situación de "euforia", en la que la jubilación se presenta como una oportunidad de hacer todo lo que se deseó y no se pudo hacer en los años de trabajo; b) la fase durante la cual la persona entra en la rutina de la jubilación, que se caracteriza porque se tienen actividades y grupos estables; c) la fase de "descanso" a partir del momento de la jubilación, en la cual entran algunas personas. Esta fase se

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 caracteriza por una reducción temporal de la actividad, de forma opuesta al incremento que se produce en la fase de "euforia". 3. Después de la fase de jubilación, algunas personas pasan por una tercera etapa de "desencanto" y depresión. Esta fase se produce cuando la persona percibe que sus expectativas sobre la jubilación no se cumplen. 4. Como consecuencia del desencanto o de las vivencias de la fase anterior, algunas personas pueden pasar por un proceso de reorientación. En este momento, las personas deprimidas pasan por un proceso de reevaluación y construyen percepciones más realistas de su experiencia de jubilación. 5. Esta fase se caracteriza porque en ella se desarrolla un estilo de vida rutinario. Se generan medios para afrontar rutinariamente los cambios que se han producido como consecuencia de la jubilación. Los estilos estables de jubilado van acompañados de criterios bien desarrollados para hacer elecciones vitales. Aquellas personas con una rutina de jubilado satisfactoria son conscientes de sus capacidades y limitaciones, conocen lo que se espera de ellos y tienen asumido su propio rol. Para algunas personas, el rol de jubilado es irrelevante debido a que vuelven al trabajo o, mas probablemente, debido a una enfermedad o a una incapacidad. En el caso de la enfermedad o la incapacidad, se produce un cambio del rol de jubilado al de enfermo (Atchley, 1989, Vega y Bueno, 2000)

3.3. JUBILACIÓN, BIENESTAR SUBJETIVO Y TEORÍAS PSICOLÓGICAS

Inicialmente, las investigaciones se interesaron en comprobar si la jubilación tenía efectos positivos o negativos sobre el bienestar de las personas. En este sentido proliferaron muchos trabajos que, partiendo de diseños transversales, compararon los niveles de satisfacción entre, por una parte, colectivos de trabajadores en activo y, por

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 otra, colectivos de personas recién jubiladas. (Aymerich Andreu, Montserrat Planes, y Gras Pérez, 2010). Algunos de estos estudios hallaron relaciones estadísticamente significativas entre la jubilación y una disminución en los niveles de satisfacción vital (Bossé, Aldwin, Levenson and Ekerdt, 1987; Bossé, Aldwin, Leven-son and Workman-Daniels, 1990; Elwell and Maltbie-Crannell, 1981; Walker, Kimmel, and Price, 1981). Otros, o bien, no encontraron ninguna asociación negativa entre la jubilación y la satisfacción vital (Gall et al. 1997) o bien la constataron positiva (Midanik, Soghikian, Ransom and Te-kawa, 1995). La falta de consistencia de los datos obtenidos puede ser atribuida, en parte, a las limitaciones metodológicas propias de los diseños transversales basadas en las comparaciones entre diferentes cohortes de participantes. (Barnes and Parry, 2004). Una segunda perspectiva que esperaba obtener resultados más consistentes en cuanto a los efectos que ocasionaba la jubilación sobre la satisfacción vital y el bienestar de las personas, partió de diseños de carácter longitudinal. En vez de comparar diferentes colectivos, se siguieron y estudiaron los mismos individuos durante períodos de tiempo concretos, evaluando su nivel de satisfacción, bienestar, ansiedad o autoestima en diferentes momentos temporales: un año antes de la jubilación versus seis, doce o veinticuatro meses después, según los trabajos. Los hallazgos obtenidos por estas investigaciones no fueron más consistentes que los anteriores. Si bien la tendencia mayoritaria de los resultados se orientaba hacia una disminución de la ansiedad y un aumento en los niveles de bienestar después de la jubilación. (Gall, et al. 1997; Nuttman-Shwartz, 2007; Quick and Moen, 1998; Reitzes, Mutran and Fernández, 1996; Thériault, 1994). Otros trabajos encontraron un claro declive en el bienestar y la satisfacción vital durante los primeros seis meses después de la jubilación (Richardson and Kilty, 1991). A pesar del avance que supusieron estos diseños de tipo longitudinal,

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 también recibieron algunas críticas. Según Kim y Moen (2001, 2002), los individuos pueden tener diferentes tiempos adaptativos ante un cambio vital como es la jubilación, con lo que sería más que probable que transcurrido un tiempo prefijado y constante para todos, pongamos por caso medio año después del retiro laboral, sólo una parte de los individuos hubiera conseguido adaptarse a su nueva condición vital. Existen distintos postulados teóricos que se refieren a la valoración de las consecuencias que la jubilación provoca en el bienestar subjetivo de las personas jubiladas. Entre los más representativos están:

Teoría de la desvinculación Fue desarrollada al inicio de los años sesenta en el seno de un grupo de investigadores sociales pertenecientes al Comité de Desarrollo Humano de la Universidad de Chicago. Entre sus miembros se destacan: Elaine Cumming, William E. Henry, Robert J. Havighurst y Bernice L. Neugarten. La formulación de la teoría como tal (Disengagement Theory) correspondió a los dos primeros. (Cumming y Henry, 1961). Este grupo, al tener en cuenta que la mayor parte de los ancianos continuaban viviendo en la comunidad durante toda su vida, planteó la necesidad metodológica de estudiar a las personas mayores en su ambiente natural de forma continuada, dentro de su entorno cotidiano, y no en los hospitales, asilos o residencias. Observaron un progresivo abandono con el paso de los años de una gran proporción de las actividades que anteriormente formaban parte del patrón normal de actividad diaria desarrollado por las personas evaluadas. Lo que dio lugar a la formulación de esta teoría, cuyo argumento central es que la desvinculación o desconexión es un proceso inevitable que acompaña al envejecimiento, en el que gran

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 parte de los lazos entre el individuo y la sociedad cambian cualitativamente, se alteran o llegan a romperse. Esta actitud ayudaría a los adultos mayores a mantenerse en equilibrio frente al declive o disminución de sus capacidades y de su estado de salud. El proceso de retirada, desconexión o desvinculación tendrá un carácter bidireccional, es decir, tanto de la sociedad hacia el individuo como de éste hacia la primera y resultaría una preparación para la desvinculación última y definitiva: la muerte. Esta teoría es a la vez social y psicológica, pues se ocupa tanto de las relaciones entre el individuo y la sociedad, como de los cambios que acontecen en el interior de la persona a lo largo de este proceso de retirada. Según Cumming y Henry este distanciamiento tiene carácter universal, es decir, los mayores de cualquier cultura son proclives a ciertas formas de distanciamiento social, adoptando modelos de interacción que conllevan la reducción de contactos sociales. Estos autores afirman que esta mutua desconexión es beneficiosa tanto para la sociedad, que de esta manera facilita la incorporación de otras generaciones a la compleja maquinaria social, como para la persona, que se ve liberada de una serie de compromisos y obligaciones sociales implícitas adscritas a su anterior rol más activo.

En el plano psicológico, el individuo "desvinculado", siempre y cuando asuma ese nuevo papel, tiene una sensación de bienestar psicológico. Es decir, conforme envejece, su acción en el plano social decrecerá voluntariamente en la misma medida, produciéndose un alejamiento mutuo de la sociedad y de la persona, que será percibido por el sujeto como "liberador" y que, por tanto, contribuirá a incrementar su satisfacción personal. Esta teoría afirma que las personas mayores desean precisamente esa reducción de los contactos y compromisos sociales, por lo que buscan la tranquilidad en

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 un cierto aislamiento (Aragó, 1986). De acuerdo con lo anterior, la promoción de la actividad en este colectivo iría en contradicción con su tendencia natural.

Esta teoría ha recibido muchas críticas, Bromley (1966, citado en Salvarezza, 2002) señala las siguientes: “…la crítica práctica es que creyendo en esta teoría uno se inclina a adoptar una política de segregación o de indiferencia hacia los viejos o a desarrollar la actitud nihilista de que la vejez no tiene valor. La crítica teórica es que esta teoría no es un sistema axiomático en el sentido científico, sino una prototeoría. La crítica empírica es que la evidencia usada para soportar la teoría es inadecuada o no cierta”. Havinghurst y colaboradores (1968, citado en Salvarezza, 2002) intentaron modificar esta teoría y redefinieron el desapego como un simple proceso más que como una teoría del envejecimiento óptimo, pasando a constituir una de las formas posible. Además, Havighurst considera que lo que se produce no es tanto una disminución cuantitativa en las actividades sociales, sino más bien una reestructuración cualitativa que denomina proceso de "desvinculación-vinculación selectiva", y que lleva a continuar, e incluso potenciar, determinados tipos de actividades. Si bien actualmente esta teoría se considera superada, hay que concederle la importancia que merece al ser el primer intento en ofrecer una formulación explícita en el contexto de la Gerontología Social. Junto con su coetánea teoría de la actividad, han sido las que más atención investigadora han recibido posteriormente.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Teoría de la actividad El iniciador de esta concepción explicativa acerca del proceso de envejecimiento y los cambios sociales que en él acontecen es Tartler (1961), aunque las primeras referencias a esta teoría como tal corresponden a Neugarten, Havighurst y Tobin (1961). Es lo opuesto a la teoría de la desvinculación. Postula que cuantas más actividades se realizan, hay más posibilidades de estar satisfecho con la vida, ya que continúan manteniendo relaciones y roles en el contexto social. En este patrón, los individuos que envejecen con éxito actúan como personas de edad intermedia, manteniendo tantas actividades como sea posible y encontrando sustitutos para las actividades pérdidas debido a la jubilación o a la muerte del cónyuge o de amigos. Según esta percepción, los roles de una persona (trabajador, cónyuge, padre, etc.) son la principal fuente de satisfacción en la vida; cuanto mayor sea la pérdida de roles a causa de la jubilación, viudez, distancia de los hijos, enfermedad, u otras, menos satisfecha estará la persona. Por ello se recomienda que los adultos mayores se mantengan activos a partir de la sustitución de actividades. Han sido muchos los trabajos que se han dedicado a investigar el papel que juegan las actividades en el mantenimiento del bienestar subjetivo entre los mayores. (Lemon, Bengtson y Peterson, 1972; Longino y Kart, 1982; Reitzes, Mutran y Verrill, 1995). Esta teoría, a diferencia de la anterior, predice que la satisfacción de los mayores, independientemente de su edad, estará positivamente relacionada con el número de actividades en que participen. En este sentido, su formulación se planteó con la intención de explicar el envejecimiento exitoso. Lemon, Bengtson y Peterson (1972) enuncian cuatro postulados básicos:

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 1º Cuanto mayor es la pérdida de rol que se produce durante el envejecimiento, mayor es la probabilidad de que la persona reduzca su actividad.

2º A mayor frecuencia y grado de intimidad de la actividad, mayor apoyo de rol recibe la persona.

3º El apoyo de rol que se recibe se relaciona directamente con el autoconcepto experimentado por la persona.

4º El autoconcepto positivo, se relaciona directamente con la satisfacción vital.

Uno de los investigadores de la teoría de la actividad es Fry (1992, citado en Cornachione Larrínaga, 2006) y sobre el particular sostiene que para las personas viejas es importante mantenerse activas, ejercitando sobre todo aquellas que les proveen mayor grado de satisfacción como las de tipo informal, que realizan con amigos o familiares; mientras que las actividades muy formales y a la vez muy estructuradas suelen tener efectos nocivos.

El metanálisis llevado a cabo por Okun, Stock, Haring y Witter en 1984 aporta apoyo a la teoría. Así, en las 107 investigaciones analizadas, de las 506 asociaciones entre actividad y bienestar subjetivo estudiadas, 424 eran relaciones directas. Además, esta relación se veía reforzada cuando se controlaba el efecto de covariables tales como salud, educación, género o ingresos, entre otras. Este efecto era más significativo para las actividades formales. El tipo de medida tanto de bienestar subjetivo (satisfacción/felicidad) como de la actividad social (frecuencia/amplitud), así como las personas con las que se lleva a cabo la actividad (amigos/vecinos) afectaba a la magnitud de la relación; concretamente las mayores relaciones se encontraban cuando

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 se tomaban medidas de felicidad, amplitud de la actividad social desarrollada y actividades desarrolladas con amigos.

Teoría de la continuidad

Su autor, Atchley (1989, 1971), propuso este modelo en 1989 en un intento de superar las críticas recibidas por las dos teorías precedentes. Según esta teoría del desarrollo, el ser humano lleva a cabo una serie de elecciones adaptativas a lo largo de la etapa adulta y del envejecimiento que suponen una continuación de los patrones de comportamiento mantenidos de manera más o menos estable a lo largo de su ciclo vital. Se asume, por tanto, que las habilidades y patrones adaptativos que una persona ha ido forjando durante su vida, van a persistir en el tiempo, estando presentes también en este último tramo.

La Teoría de la Continuidad tiene un enfoque constructivista, ya que asume que las personas, en función de sus experiencias vitales, desarrollan activamente, sus propios constructos o concepciones tanto acerca de sí mismos como de su estilo de vida (Atchley, 1993).

Esta teoría, en línea con la afirmación de Havighurst (1961), de que

diferentes personas con diferentes valores definirán de manera igualmente distinta lo que para ellos es una buena vejez, no trata de prescribir lo que sería un patrón estándar de comportamiento exitoso durante esa etapa, pues éste va a depender de la propia historia del sujeto. Lo que sí establece es que las personas mayores preferirán, como en otras etapas de sus vidas, los patrones de comportamiento que supongan una continuidad a aquellos otros que representen un cambio substancial. Esto no quiere decir que haya una completa ausencia de cambio, sino que lo que predominará es una disposición a mostrar tendencias que supongan la continuación de esquemas anteriores.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Por lo tanto, según esta teoría, durante el proceso de envejecimiento no se puede afirmar con carácter general que se produce una desvinculación social del sujeto, ni que un aumento de su actividad o participación llevará aparejado un incremento en su nivel de bienestar subjetivo en la misma medida. Lo que establece es que el nivel de actividad que una persona va a manifestar en este proceso estará en función de su trayectoria vital y del patrón de actividades que haya presentado durante las etapas anteriores. La continuidad representa, de esta manera, un modo de afrontar los cambios físicos, mentales y sociales que acompañan al proceso de envejecimiento.

La literatura muestra una serie de estudios donde la Teoría de la Continuidad encuentra una corroboración empírica. Así, por ejemplo, Ghusn, Hyde, Stevens, y Hyde (1996) remarcaban en su investigación llevada a cabo con ancianos en residencias, la importancia de tener en cuenta los valores y roles pasados de estas personas de cara a diseñar la intervención sobre este colectivo. Del mismo modo, Quick y Moen (1998), destacan la relevancia de las experiencias previas, así como las diferencias en éstas entre hombres y mujeres, en la satisfacción reportada durante la jubilación. Robbins, Lee y Wan (1994), afirman que el ajuste a los cambios que tienen lugar durante el envejecimiento depende en gran medida de la continuidad de las metas y objetivos presentes en la vida de todo individuo. Stevens (1993), señala que la continuidad que experimenta el anciano con relación a su vida en etapas más jóvenes, así como la adecuación a sus expectativas vitales, se hayan estrechamente relacionados con su satisfacción vital, a través de la influencia que tienen aquéllas en el sentimiento de utilidad que percibe el mayor.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Teoría psicosocial de Eric Erickson: Integridad vs Deseperación Este autor presenta el desarrollo psicosocial a través de diferentes etapas y cada una de ellas caracterizada por un conflicto de tendencias opuestas. La resolución positiva de cada etapa, o sea, de la crisis que la caracteriza, es la clave para afrontar la etapa siguiente (salida sana- positiva). Cuando la crisis específica de cada etapa no es resuelta de manera satisfactoria irá requiriendo energía y causará dificultades en la evolución (salida patológica-negativa). En el proceso de envejecimiento, toman protagonismo las dos últimas etapas: la séptima, correspondiente a la Edad Adulta Tardía, produciéndose la dicotomía entre la generatividad y al estancamiento; y en la octava el conflicto se presenta entre la integridad y la desesperación. Acá la tarea principal es la integración de las resoluciones de conflictos en las etapas vitales, la elaboración de la proximidad de la propia muerte y de la limitación temporal que ésta implica. Como expresa Erickson (2000), “…la integridad tiene la función de promover el contacto con el mundo, con las cosas y, sobre todo con la gente. Es una manera de vivir táctil y tangible…”. El paso a la tercera edad no pone fin a la generatividad de una persona. A medida que la categoría de las personas mayores aumenta, Erikson predice que éstas permanecerán implicadas en los asuntos del mundo durante mucho más tiempo (Erikson y Hall, 1987). Contempla la tercera edad como un período más productivo y creativo que en el pasado. En su crisis final, integridad vs. desesperación, "Erikson considera que las personas de edad avanzada enfrentan una necesidad de aceptar su vida –la manera como han vivido- con el fin de aceptar su muerte próxima. Luchan por lograr un sentido de integridad, de coherencia y totalidad de la vida, en vez de dar vía a la desesperación sobre la incapacidad para volver a vivirla de manera diferente".

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 De acuerdo con Erikson "Las personas que han tenido éxito en esta tarea integradora final construyendo sobre los resultados de las siete crisis previas, ganan un sentido más amplio del orden y del significado de sus vidas dentro de un ordenamiento social más grande, pasado, presente y futuro. La ‘virtud’ que se desarrolla durante esta etapa es la sabiduría, ‘un despreocupado e informado interés por la vida de cara a la muerte en sí misma’"; incluye aceptar lo vivido, sin arrepentimientos importantes sobre lo que pudo haber sido diferente, implica aceptar a los padres como las personas que hicieron lo mejor que podía y por tanto merecen amor, aunque no fueran perfectos, aceptar la propia muerte como el fin inevitable de la vida. Igualmente propone Erikson que las personas que no consiguen aceptar esto son desesperanzadas, porque ya no ven tiempo para reaccionar y enmendar aquello con lo que no están de acuerdo. Resumiendo Salvarezza (2002), señala que la integridad: se logra como resultado de “la maduración de los siete estadios anteriores que se producen en aquellas personas que se han ocupado, a lo largo de sus vidas de los otros y de las cosas, y que se han adaptado tanto a los triunfos como a los engaños de haber sido quienes han producido objetos, ideas y otros seres” (Salvarezza, 2002. Pp 156). se acompaña de un estilo de interioridad caracterizado por un aumento de la reminiscencia, definida como “una actividad mental organizada, compleja y que posee una finalidad instrumental importantísima: la de permitirle al sujeto reafirmar su autoestima cuando sus capacidades psicofísicas y relacionales comienzan a perder vitalidad” (Salvarezza, 2002. Pp 155). La reminiscencia es la forma de recordar las propias experiencias pasadas sin experimentar afectos negativos.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 permite que la personificación de la muerte no sea un “fantasma acuciante sino un mero acontecer” (Salvarezza, 2002. Pp 155). afectivamente, se caracteriza por un sentimiento de paz interna y de aceptación de uno mismo y de la propia vida vivida, pudiendo reconocer lo que se hizo, lo que se dejo de hacer y lo que aún se puede hacer. Entonces, la integridad significa la aceptación de un proceso del cual cada sujeto forma parte y que, proviniendo del pasado, se extiende a un futuro que lo trascenderá. De la misma forma, caracteriza a la desesperación como: “expresión de que el tiempo es corto, es demasiado corto para el intento de iniciar otro tipo de vida y para probar diferentes alternativas que lleven a la integridad” (Salvarezza, 2002. Pp 157). el fracaso de la integridad ya sea cuando ésta no puede conseguirse o por alguna razón se pierde; puede deberse a: perturbaciones más o menos severas a lo largo del ciclo vital o a alteraciones bruscas de un estado de equilibrio, que adquieren la connotación de crisis al no ser esperables. se acompaña de un estilo de reminiscencia caracterizado por la nostalgia, es decir al evocar los recuerdos vitales con un mayor o menor grado de dolor y angustia. la muerte es un fantasma acuciante difícil de aceptar bajo el estado de desesperación Teoría del Apego Salvarezza considera que el hombre tiene la tendencia a asociarse con otros, a formar grupos, a participar en asuntos comunitarios tanto para relacionarse como para

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 satisfacer sus necesidades. Al hombre se lo concibe como un ser social: el hombre aislado ha de ser un problema, nunca un ideal posible. (Salvarezza, 2002) Por ello sostiene

de que las posibilidades de llevar un envejecimiento

satisfactorio está dado por la capacidad de sostener el vínculo con los objetos y las actividades, buscando sustitutos de manera activa cuando los condicionantes biológicos, psicológicos y sociales que aparecen impiden o dificultan el sostenimiento del vínculo. Teoría de la consistencia: Postula que la relación entre jubilación y bienestar subjetivo se apoya en el nivel de expectativas que la persona tiene para con su propio estado de persona jubilada. Estas teorías intentan describir los caminos que deben seguir las personas mayores para cumplir con las exigencias de su edad y llegar a un alto grado de satisfacción en su vida. La satisfacción vital (bienestar subjetivo) se convierte así en el constructo psicológico central. Pero no existe unanimidad entre los autores sobre los procesos que deben seguirse para lograrla.

3.4. JUBILACIÓN Y RESILIENCIA

La salida del sistema laboral puede experimentarse como un acontecimiento de derrumbe, de caída vertiginosa, que afecta por la pérdida del poder adquisitivo sino también por la pérdida del poder cultural que los aleja del circuito productivo en el sentido más amplio. Muchas veces el aumento del tiempo libre toma desprevenidos a éstos sujetos. Es ahí donde interviene la recreación educativa, a través de un atarea que presenta puntos en común con el favorecimiento de actitudes resilientes. La recreación con los adultos mayores tiene como objetivo principal la praxis de una educación permanente

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 que prioriza en cada actividad la apropiación que el adulto mayor pueda realizar sus aprendizajes significativos para el uso creativo de su tiempo libre. . se pretende asegurar las condiciones necesarias para fomentar su desarrollo y la búsqueda de su plenitud, en tanto que favorezca el encuentro de la persona consigo misma y con sus potencialidades, a fin de poder modificar a partir de sus condiciones objetivas, las variables subjetivas referidas a su estilo de vida, de modo de incidir en su calidad de vida. Desde una mirada de la psicogerontología, se suele considerar a la resiliencia como parte del proceso evolutivo. El ser humano se ve sometido inevitablemente, a lo largo de su devenir, a adversidades frente a las cuales pondrá en juego sus posibilidades de recuperarse y seguir adelante persiguiendo fines. Y el envejecimiento es una etapa evolutiva propensa a significar adversidad porque es una puesta a prueba permanente de la posibilidad de conservar y renovar una vida significativa y productiva.

El paso del tiempo supone sucesivas pérdidas en todos los órdenes e implican un desafío para el ser humano: aprender a compensar las pérdidas con ganancias, valorando y reforzando lo que no necesariamente se pierde: la dimensión imaginario-simbólica en la cual se asienta el acceso a la sabiduría en la vejez, la que permite sostener: “a pesar de…aún así…”. (Melillo y Suarez Ojeda, 2003)

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 4. METODOLOGÍA

4.1.1. OBJETIVO GENERAL Indagar los factores asociados a los niveles de resiliencia y/o bienestar subjetivo, en adultos mayores de 50 años jubilados

4.1.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS

Indagar la relación entre resiliencia y bienestar subjetivo en adultos mayores de 50 años jubilados. Identificar los niveles de bienestar subjetivo en relación al tiempo que llevan jubilados, la edad y el género en los adultos mayores de 50 años jubilados. Establecer los niveles de resiliencia en relación al tiempo que llevan jubilados, la edad y el género en los adultos mayores de 50 años jubilados.

4.2. VARIABLES Las variables que se consideran relevantes en este trabajo son: Resiliencia y Bienestar Subjetivo, en adultos mayores jubilados. En tanto que género, edad y tiempo que llevan como jubilados, son variables intervinientes, considerados factores asociados a las dos primeras. 4.2.1. DEFINICIÓN CONCEPTUAL Resiliencia: “Capacidad del ser humano para hacerle frente a las adversidades de la vida, superarlas y ser transformado por ellas. Es el proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad” (Munist; Luthar, et. al., 2000 citado en Melillo & Ojeda, 2003). Bienestar Subjetivo: “Grado en que una persona evalúa la calidad de su vida en su conjunto de forma positiva” (Venhoven, 1994 utiliza el término Satisfacción con la vida para esta definición; sin embargo, expresa que el término bienestar subjetivo es un sinónimo).

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 4.2.2. DEFINICIÓN OPERACIONAL Resiliencia: Para evaluar los niveles de resiliencia se utilizará la Escala para la Resiliencia en Adultos Mayores (ERAM). Se adjunta en el Anexo Nº 1. Bienestar Subjetivo: Para evaluar este atributo se eligió la escala de Satisfacción de Filadelfia (Lawton, 1972) que se adjunta en el Anexo Nº 2. 4.3. TIPO DE ESTUDIO El diseño de investigación será no experimental de corte transversal, cuantitativo de tipo descriptivo por que se pretenderá caracterizar los niveles de resiliencia en adultos mayores jubilados y relacionarlo con el bienestar subjetivo. E indagar otros factores asociados como son: género, edad y tiempo que llevan como jubilados. (Sampieri, Fernández Collado y Baptista, 2003). Según Montero y León (2005), es un estudio «ex post facto» porque son aquellos en los que las limitaciones para el contraste de las relaciones causales vienen dadas por la imposibilidad de manipular la variable independiente. En otros sistemas de clasificación se usa la etiqueta de “correlacionales”. Aquí se prefiere no utilizarla por que hace mención a un índice estadístico y porque es imprecisa con respecto a algunos elementos del plan de investigación (por ejemplo, la distinción entre estudio prospectivo y retrospectivo de grupo único).

4.4. POBLACIÓN Y MUESTRA La población de estudio estará compuesta por adultos mayores de 50 años jubilados. Se seleccionará mediante muestreo no probabilístico, accidental dirigido a aproximadamente N= 100 adultos mayores de 50 años pertenecientes al PEUAM de la Ciudad de Villa María, Córdoba. La muestra la integrarán aquellas personas que informen tener más de 50 años y que estén jubiladas, para lo cual se construyó un cuestionario cerrado, que se adjunta en el anexo nº 3.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Criterios de exclusión: quedaron excluídos de la muestra aquellos adultos mayores que padezcan deterioro cognitivo moderado a grave: demencias seniles, Alzheimer, cuadros psicóticos agudos o graves, retraso mental moderado o severo. Dicha información fue brindada por los directivos del PEUAM. 4.5. ASPECTOS ÉTICOS A los fines de atender los requisitos éticos requeridos para investigaciones en las ciencias del comportamiento, se solicitará la partición voluntaria de los participantes por medio de la entrega de una forma de consentimiento informado donde conste por escrito que en cualquier momento los participantes pueden desistir de participar y retirarse de la investigación, que se resguardará su identidad y se tomarán los recaudos necesarios para garantizar la confidencialidad de los datos personales y de su desempeño, a la vez que se le brindará toda la información que sea posible sobre los procedimientos y propósitos de ésta investigación antes de su participación en ella, información que podrá ser ampliada una vez concluida esa participación (Leibovich de Duarte, 2000). Se adjunta en el anexo nº 4. 4.6. INSTRUMENTOS 4.6.1. Escala para le evaluación de la resiliencia en adultos mayores (ERAM) La Escala para la evaluación de la resiliencia en adultos mayores es una escala tipo lickert que fue construida en la Universidad Nacional de Córdoba con el objetivo principal de contar con un instrumento específico para la medición de los niveles de resiliencia en adultos mayores (Guzmán y Zúñiga, 2005). El instrumento corresponde a una medición ordinal, en la cual se presentan ante un sujeto una serie de juicios ante los cuales se solicita una reacción del mismo en términos del grado de acuerdo que éste presente a cada uno de ellos. Consta de un total de 80 items (10 de cada sub-escala) correspondientes a los 8 pilares de la resiliencia que plantea Melillo y Suárez Ojeda (2003). Estos son: independencia, creatividad, introspección, capacidad de relacionarse, iniciativa, humor, moralidad y autoestima.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 El puntaje final correspondiente a cada individuo se obtiene de la suma algebraica de sus respuestas y lo coloca en un punto que le asigna una posición en el continuo que representa el atributo que se pretende medir. Se ha evaluado la consistencia interna de la Escala de Resiliencia en su versión preliminar a través del alpha de Crombach, arrojando resultados altos de confiabilidad (0.876). En las sub-escalas se mostró significativamente alta en todas ellas, aunque con valores más elevados en las de Humor, Autoestima e Iniciativa. Esto aporta evidencias de validez de dicha escala para evaluar la resiliencia y las cualidades que la posibilitan. Esta versión preliminar de la escala para la resiliencia se administró conjuntamente con la Escala de Satisfacción de Filadelfia, para verificar su validez convergente y la Geriatric Depression Scale (GDS) para estimar su validez divergente. En cuanto a la correlación entre las escalas y sub-escalas, se observa que todas ellas presentan una correlación positiva con la Escala de Satisfacción Vital y una correlación negativa con la G.D.S. Estas correlaciones se muestran más significativas estadísticamente en las sub-escalas de Autoestima (con la G.D.S. r = -.378 y con Satisfacción Vital r = .490), Capacidad de Relación (con la G.D.S. r = -.279 y con Satisfacción Vital r = .421) y Humor (con G.D.S. r = -.234 y con Satisfacción Vital r = .370) e Iniciativa (con la G.D.S. r = -.214 y con Satisfacción Vital r = .493). Esto indica que los rasgos medidos por la Escala de Satisfacción Vital y la Escala de Resiliencia son similares, mientras que con la escala de Depresión Geriátrica estos rasgos serían opuestos. Se realizó un análisis factorial con rotación varimax en el que se escogieron 8 factores que explican el 40.5 % de la varianza total. Los factores restantes fueron descartados ya que su autovalor no superó el 2.4 y hasta el factor 10 solo explica un 5.6 más de la varianza. Si bien se obtuvieron una gran cantidad de ítems, se escogieron los presentaron una saturación mayor a .40. En base al análisis factorial realizado, puede decirse que los ítems tienden a agruparse indicando ciertas características o cualidades de las personas. Estas características de personalidad serían entonces el buen humor, la alegría y la capacidad de disfrute, la iniciativa, la auto confianza, el respeto por las normas y valores morales, la autoexigencia, la valoración de si mismo y sus circunstancias, la habilidad para tomar sus propias decisiones y la posibilidad de establecer relaciones basadas en la confianza.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Estas características se encuentran relacionadas con la resiliencia y son muy similares a los pilares de la resiliencia planteados por Melillo y Suárez Ojeda (2003). 4.6.2. Philadelphia Geriatric Moral Scale (PGCMS) La Escala Moral del Centro Geriátrico de Filadelfia es un instrumento comúnmente utilizado para la medición del nivel de Bienestar Subjetivo en adultos mayores. El instrumento consta de 16 preguntas de respuesta dicotómica (SÍ-NO), que indagan elementos afectivos, de evaluación subjetiva del proceso de envejecimiento. La puntuación se obtiene de la suma de un punto por cada respuesta que coincide con la esperada y ningún punto si no coincide. Las respuestas esperadas aumentan el nivel de bienestar, mientras que las respuestas no esperadas lo disminuyen. El puntaje final es un indicador del estado de bienestar subjetivo del evaluado. A mayor puntaje, mayor nivel de bienestar. El rango de puntuación es de 0 (puntuación mínima) a 16 (puntuación máxima). El punto de corte se encuentra en la puntuación 8. Se ha evaluado la consistencia interna del instrumento a través del alpha de Crombach (Zamarrón y Fernández Ballesteros, 2000). Los resultados arrojan índices altos de confiabilidad (α = 0.83). 4.6.3. Cuestionario sobre datos personales en Ancianos. El cuestionario de construcción propia, incluye por un lado ítems de indagación de factores demográficos: edad, sexo y nivel de instrucción; y por otro lado ítems que indagan sobre la jubilación con respuestas cerradas. Para la formulación de las preguntas se tuvo en cuenta que dieran cuenta del hecho de su jubilación, es decir que son adultos mayores jubilados. El cuestionario es autoadministrado. Las variables consideradas son: 1-Edad. 2-Sexo. 3-Nivel de instrucción: en las siguientes categorías: o Analfabetos

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 o Primaria Incompleta o Primaria Completa o Secundaria Incompleta o Secundaria Completa o Terciario o Universitario Incompleto o Terciario o Universitario Completo. 4-Jubilación: o Jubilado y no trabaja más. o Jubilado y sigue trabajando, con o sin remuneración. o Tiempo que lleva jubilado. 5-Estado de salud –salud subjetiva. El estudio sobre resiliencia y bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados se realizó en diferentes etapas: primero se contactó a los directivos del PEUAM de la Ciudad de Villa María, Córdoba para obtener la autorización. Luego se seleccionó de manera accidental la muestra y después de obtener su consentimiento informado, se aplicaron los instrumentos establecidos. Por último se realizó un análisis de datos de la siguiente manera: para describir se utilizó análisis de frecuencia, para correlacionar el Coeficiente de correlación de Pearson y para comparar, prueba T de diferencia de medias para grupos independientes. El análisis se realizó con el paquete estadístico SPSS.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 5. ANÁLISIS DE LOS DATOS

5.1. INTRODUCCIÓN En este apartado se presentan los resultados del procesamiento estadístico de los datos a través de tablas y gráficos ilustrativos acompañados de párrafos en que se resume el significado de los mismos. Se presentará en todos los casos, en primer lugar el análisis descriptivo de los datos y en segundo lugar un análisis de relación, donde para obtener una mayor prolijidad y simplicidad en el seguimiento de los resultados, se presentaron ordenados según los objetivos específicos de la investigación en tres apartados: Los niveles de bienestar subjetivo en relación al tiempo que llevan jubilados, la edad y el género Los niveles de resiliencia en relación al tiempo que llevan jubilados, la edad y el género La relación entre resiliencia y bienestar subjetivo

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 5.2. Análisis descriptivo de los datos 5.2.1. Variables demográficas Género La muestra está conformada por 100 adultos mayores de 50 años en adelante, de los cuales la mayoría son mujeres con un 84% y una minoría de hombres con un 16%.

GÉNERO masculino 16%

femenino 84%

Edad La población posee unaa media de 66 años, con un mínimo de 51 años y un máximo de 81 años. Los sujetos fueron agrupados en cuatro intervalos de edades cronológicas; de acuerdo a ello el 21% tiene entre 50 a 59 años, prácticamente la mitad se encuentra entre los 60 a 69 años (48%), %), otro porcentaje significativo (29%) lo conforman personas de entre 70 a 79 años y en menor medida (2%) personas entre 80 a 89 años.

EDAD 2% 29%

21% 50 a 59 años 60 a 69 años 48%

70 a 79 años 80 a 89 años

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Estado civil La mayoría de los sujetos (59%) se encuentran casados. Un porcentaje significativo (20%) lo conformann los viudos y en menor proporción (13%) los que están separadosseparados divorciados. La minoría está integrada por solteros (7%) y en pareja conviviente (1%).

ESTADO CIVIL 7% soltero

20%

casado

13%

en pareja conviviente

59%

separado-divorciado divorciado 1%

viudo

Nivel de instrucción En relación al nivel educativo se observa que la mayoría de la población ha finalizado la escolarización obligatoria, diferenciándose entre los que terminaron el secundario (42%) y quienes tienen títulos terciarios y/o universitarios (40%). Siendo una minoría, los sujetos con primario completo (16%) y sin estudios (2%).

NIVEL DE INSTRUCCIÓN 2% sin estudios

16% 40%

primario 42%

secundario terciario y/o universitario

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 5.2.2. Variables psicosociales Profesión:: actividad que se jubiló La distribución entre las categorías de profesiones que se jubilaron los sujetos de la muestra son desparejas, siendo la mitad docentes jubilados (51%) y el 20% jubilados como amas de casa y/o cuenta propistas. En proporciones menores se observan las siguientes categorías: personal administrativo, comerciantes y vendedores con un 9% respectivamente, profesionales técnicos y universitarios (3%), personal de servicios (2%), actividad agrícola ganadera (1%) y un 5% otras profesiones.

5%

otras docente

51%

1%

actividad agrícola ganadera amas de casa y cuenta propistas…

20% 2%

personal de servicios comerciantes y vendedores

9%

personal administrativo

9% 3%

profesionales técnicos y universitarios 0%

10% 20% 30% 40% 50%

60%

Tiempo que lleva jubilado La mitad de la población (49%) lleva más de 6 años jubilados, el 24% entre 4 y 6 años y el 23% entre 1 y 3 años. Siendo una minoría (4%) los sujetos que llevan menos de un año de jubilados os (el 3% entre 7 y 12 meses y el 1% entre 0 y 6 meses).

más de 6 años 49% entre 4 y 6 años inclusive

24%

entre 1 y 3 años inclusive

23% 3%

entre 7 y 12 meses inclusive

1%

entre 0 y 6 meses inclusive 0%

10%

20%

30%

40%

50%

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Estado actual de jubilado Se observa que el 60% de los adultos mayores se han jubilado y no trabajan más; destacándose que el 40% si bien se han jubilados siguen trabajando; diferenciando entre aquellos uellos que no perciben remuneración (27%) y quienes si perciben una remuneración (13%).

ESTADO DE JUBILADO jubilado y no trabaja más

27%

jubilado y trabaja con remuneración

60%

13%

jubilado y trabaja sin remuneración

Grupo de convivencia El 70% de las personas mayores que participaron en la investigación viven en compañía de familiares u otros y el 30% de estas personas viven solos. Cabe diferenciar entre quienes viven con su cónyuge (39%), con su cónyuge e hijos (21%), con hijos (8%) y el 2% con la familia extensa.

GRUPO DE CONVIVENCIA solo

con su conyuge

con hijos

con la flia extensa

con el cónyuge y sus hijos

2% 8%

21% 30% 39%

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 5.2.3 Salud Estado de salud autopercibido El 76% de los sujetos consideran poseer un estado de salud normal-bueno, no un 14% consideran que su salud es excelente y sólo un 10% la consideran mala-regular. mala

SALUD AUTOPERCIBIDA 10%

14%

mala-regular regular normal-buena buena excelente

76%

Satisfacción con el estado de salud actual Se observa que el 72% de los adultos mayores se sienten satisfechos con su estado de salud actual y el 25% está más o menos satisfecho. Lo cual es acorde a cómo autoperciben su salud, inclusive cabe destacar que algunas personas que consideran mala-regular regular su salud, están satisfechas porque sólo el 3% no está satisfecho con su salud.

SATISFACCIÓN CON EL ESTADO DE SALUD ACTUAL 3% 25% si 72%

más o menos no

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100 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 5.2.4. Resiliencia Tal como se puede apreciar en el gráfico Nº 1 Y en la tabla Nº 1 una amplia mayoría de los adultos mayores evidencian altos niveles de resiliencia. El mínimo de puntaje obtenido es de 191 y el máximo es de 295, siendo la media 240. Gráfico Nº 1 Histograma

14

12

Frecuencia

10

8

6

4

2

0 180

200

220

240

260

280

Mean = 240,32 Std. Dev. = 20,63 300 N = 100

RESULTADOS DE LA ESCALA DE RESILIENCIA

Tabla Nº 1. Estadísticos de la Escala de Resiliencia para Adultos Mayores N Media Mediana Moda Desv. típ. Asimetría Error típ. de asimetría Mínimo Máximo

100 240,32 238,5 214ª 20,62 0,12 0,24 191 295 Existen varias modas. Se mostrará el menor de ª los valores.

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101 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 5.2. Bienestar Subjetivo En el gráfico Nº 2 y en la tabla Nº 2, se puede observar que la mayoría de los sujetos tienen altos niveles de bienestar subjetivo. El mínimo de puntaje obtenido es de 1 y el máximo es de 16, siendo la media 11.

Gráfico Nº 2

Histograma

20

Frecuencia

15

10

5

0 0

5

10

15

Mean = 11,83 Std. Dev. = 3,191 20 N = 100

RESULTADOS DE LA ESCALA DE BIENESTAR

Tabla Nº 2. Estadísticos de la Escala de Bienestar Subjetivo N Media Mediana Moda Desv. típ. Asimetría Error típ. de asimetría Mínimo Máximo

100 11,83 12,5 14 3,19 -1,07 0,24 1 16

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102 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 5.3. Análisis relacional de los datos

En función de lo planteado y para una mejor apreciación de los resultados, se detalla a continuación tres apartados con las respectivas relaciones entre las variables estudiadas y las variables intervinientes. 1-Resiliencia y su relación con: edad, género, nivel de instrucción, actividad que se jubiló, tiempo que lleva jubilado, estado civil, grupo de convivencia y satisfacción con el estado de salud actual, no hay diferencias estadísticamente significativas. Cabe destacar que tanto los adultos mayores solteros (N=7) como los viudos (N=20) evidencian altos niveles de resiliencia al superar la media que es de 240. (Gráfico Nº 3) Se constato una relación significativa positiva entre resiliencia y salud subjetiva, tal como lo indican los valores siguientes: r = .303 y α = .002. Por ende quienes perciben su estado de salud actual como excelente (N=14) son quienes reflejan mayores niveles de resiliencia (M= 255.36). (Gráfico Nº 4 y Tabla Nº 3)

Gráfico Nº 3 250

Media de ERAMFINAL

245

240

235

230

225

soltero

casado

en pareja conviviente

separadodivorciado

viudo

ESTADOCIVIL

-

103 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Tabla Nº 3

N mala-regular

Media

Desviación típica

Error típico

Intervalo de confianza para la media al 95% Límite Límite inferior superior

Mínimo

Máximo

10

231

25,39

8,029

212,84

249,16

204

278

76

238,78

18,7

2,145

234,5

243,05

191

273

14

255,36

21,284

5,688

243,07

267,65

214

295

100

240,32

20,63

2,063

236,23

244,41

191

295

normal-buena excelente Total

Gráfico Nº 4 260

Media de ERAMFINAL

255

250

245

240

235

230

mala-regular

normal-buena

excelente

ESTADODESALUDACTUALSUBJETIVA

En concordancia con los resultados expresados supra, no hay diferencias estadísticamente significativas entre las diferentes subescalas de resiliencia en relación a edad, género, nivel de instrucción, actividad que se jubiló, tiempo que lleva jubilado, estado civil, grupo de convivencia y satisfacción con el estado de salud actual. Sí se evidenció diferencias significativas entre salud subjetiva y las siguientes subescalas de la resiliencia: iniciativa (r = .258; α = .010), autoconfianza (r = .297 y α = .003), autoevaluación (r = .309 y α = .002) y confianza (r = .294 y α = .003). Reflejando que los adultos mayores que tienen: la cualidad personal de tomar la iniciativa, conciencia del propio poder para afrontar las posibles dificultades, capacidad de valorar su propia

-

104 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 capacidad y la seguridad en ellos mismos o en las propias cualidades, le permiten definir su estado de salud actual como excelente. (Gráficos Nº 4, 5, 6, 7 y Tabla Nº 4)

Gráfico Nº 5

36

42

35

41

34

40

Media de autoconf

Media de iniciat

Gráfico Nº 4

33

32

39

38

31

37

30

36

mala-regular

normal-buena

mala-regular

excelente

normal-buena

excelente

ESTADODESALUDACTUALSUBJETIVA

ESTADODESALUDACTUALSUBJETIVA

Gráfico Nº 6

Gráfico Nº 7

32

19

18,5

Media de confianz

Media de autoeval

30

28

18

17,5

17

26 16,5

24

16

mala-regular

normal-buena

excelente

ESTADODESALUDACTUALSUBJETIVA

mala-regular

normal-buena

excelente

ESTADODESALUDACTUALSUBJETIVA

-

105 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Tabla Nº 4

SUBESC ALAS ESTADO ACTUAL DE SALUD SUBJETIV A

Correlaci ón de Pearson

Sig. (Bilateral) N

Hum or

Iniciati va

Auto confian za

Auotex i gencia

Autoeval ua ción

Autodet erminaci ón

Confianz a

,190

,258(**

,297(**

-,069

,031

,309(**)

,107

,294(**)

,058

,010

,003

,494

,762

,002

,287

,003

100

100

100

100

100

100

100

100

Consiste nci moral

2-En cuanto al bienestar subjetivo, se observó que no hay relación estadísticamente significativa con el género, estado civil, actividad de que se jubiló, tiempo que llevan jubilados, estado actual de jubilados. Es importante resaltar que los sujetos que presentan niveles altos de bienestar subjetivo son los que están solteros (N = 7) y le siguen aquellos que están casados (N= 59), lo cual se observa en el gráfico N° 8.

Gráfico Nº 8

16

Media de BSFINAL

15

14

13

12

11

soltero

casado

en pareja conviviente

separadodivorciado

viudo

ESTADOCIVIL

-

106 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Se comprueba que hay relación estadísticamente significativa entre bienestar subjetivo y las siguientes variables intervinientes: Hay una relación significativa negativa (r =-.213 y α = .033) entre bienestar subjetivo y edad. Esto se puede observar con claridad aplicando el ANOVA con las diferencias de medias entre las 4 categorías de la edad, siendo las personas entre 70 y 79 años los que tienen menor bienestar subjetivo (29% de la muestra). Siendo una excepción en la muestra aquellas personas que tienen entre 80 y 89 años (N = 2) al presentar una media de bienestar subjetivo alto (M =12) como las personas que tienen entre 50 y 69 años. Esta particularidad no es significativa al ser una proporción muy reducida de la población. (Gáfico Nº 9 y tabla Nº 5) Tabla Nº 5

N

50 a 59 60 a 69 70 a 79 80 a 89 Total

21 48 29 2 100

Media

12,05 12,71 10,21 12,00 11,83

Desviación típica

2,889 2,509 3,913 1,414 3,191

Error típico

,630 ,362 ,727 1,000 ,319

Intervalo de confianza para la media al 95% Límite inferior 10,73 11,98 8,72 -,71 11,20

Límite superior 13,36 13,44 11,70 24,71 12,46

Mínimo

Máximo

6 6 1 11 1

16 16 16 13 16

-

107 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Gráfico Nº 9

13

Media de BSFINAL

12,5

12

11,5

11

10,5

10

50 a 59

60 a 69

70 a 79

80 a 89

edad recodificada

En relación al nivel de instrucción se comprueba una relación significativa positiva (r = .217 y α = 0.30) con el bienestar subjetivo. Indicando que a medida que las personas tienen un nivel de educación superior, tienen mayores niveles de bienestar subjetivo. Siendo excepcional pero no representativo de la muestra, que sólo el 2% de los sujetos que no tienen estudios, evidencian una media de bienestar subjetivo alto (M=13) como las personas que tienen secundario, terciario y/o universitario completo. (Gráfico Nº 10 y tabla Nº 6) Tabla Nº 6 N

sin estudios primario secundario terciario universitario Total

y/o

Media

Desviación típica

Error típico

Intervalo de confianza para la media al 95% Límite inferior Límite superior 13,00 13,00 8,64 12,23 10,39 12,52

Mínimo

Máximo

13 2 1

13 14 16

2 16 42

13,00 10,44 11,45

,000 3,366 3,416

,000 ,841 ,527

40

12,73

2,717

,430

11,86

13,59

6

16

100

11,83

3,191

,319

11,20

12,46

1

16

-

108 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Gráfico Nº 10

13

Media de BSFINAL

12,5

12

11,5

11

10,5

10

sin estudios

primario

secundario

terciario y/o universitario

NIVELEDUCATIVOENGENERAL

Con respecto a cómo definen los adultos mayores su estado de salud actual, se comprobó que aquellos que la definen como excelente (14%) son quienes tienen los niveles más altos de bienestar subjetivo (13.5). En concordancia a lo expresado hay una relación significativa positiva de r =.424 y α = 0.000. (Gráfico Nº 11 y tabla Nº 7)

Tabla Nº 7

N

mala-regular normal-buena excelente Total

10 76 14 100

Media

7,60 12,08 13,50 11,83

Desviació n típica

4,169 2,632 2,902 3,191

Error típico

1,318 ,302 ,776 ,319

Intervalo de confianza para la media al 95% Límite inferior Límite superior 4,62 10,58 11,48 12,68 11,82 15,18 11,20 12,46

Mínimo

Máxim o

1 5 7 1

12 16 16 16

-

109 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Gráfico Nº 11 14

13

Media de BSFINAL

12

11

10

9

8

7

mala-regular

normal-buena

excelente

ESTADODESALUDACTUALSUBJETIVA

Acorde a los resultados anteriores, se refleja una relación significativa positiva entre la satisfacción con el estado de salud actual de los sujetos y el bienestar subjetivo (r = .371 y α = .000). Demostrando que cuando se tiene una autopercepción positiva de la salud, se percibe niveles altos de bienestar subjetivo. (Gráfico Nº 12 y tabla Nº 8)

Tabla Nº 8

N

si más o menos no Total

72 25 3 100

Media

12,51 10,36 7,67 11,83

Desviación típica

2,783 3,451 4,041 3,191

Error típico

,328 ,690 2,333 ,319

Intervalo de confianza para la media al 95% Límite inferior 11,86 8,94 -2,37 11,20

Límite superior 13,17 11,78 17,71 12,46

Mínimo

Máximo

2 1 3 1

16 16 10 16

-

110 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Gráfico Nº 12

13

Media de BSFINAL

12

11

10

9

8

7

si

más o menos

no

SATISFACCIONCONESTADODESALUDACTUAL

3-Sobre la asociación entre resiliencia y bienestar subjetivo: no se encontró una relación estadísticamente significativa (r = .072 y α = .478). (Tabla Nº 9) Tabla Nº 9

RESULTADOS DE LA ESCALA DE RESILIENCIA RESULTADOS DE LA ESCALA DE RESILIENCIA

RESULTADOS DE LA ESCALA DE BIENESTAR

Correlación de Pearson

RESULTADOS DE LA ESCALA DE BIENESTAR 1

Sig. (bilateral)

,072 ,478

N

100

100

Correlación de Pearson

,072

1

Sig. (bilateral)

,478

N

100

100

-

111 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 CONCLUSIÓN En el presente trabajo, se propuso indagar sobre la asociación entre los niveles de resiliencia, bienestar subjetivo, edad, género y tiempo que llevan jubilados en adultos mayores jubilados del PEUAM de la Universidad Nacional de Villa María. El interés por responder a la pregunta sobre la relación entre resiliencia y bienestar subjetivo en la vejez, surge a partir de querer aportar conocimiento científico sobre un tema y población poco estudiado, especialmente a nivel local. Teniendo el plus de utilizar una Escala de resiliencia para el adulto mayor (ERAM), construida para esta población particular y siendo esta investigación, la segunda que lo aplica. Se adiciona la importancia otorgada en el marco de la psicogeriatría al estudio de la calidad de vida del adulto mayor, debido al envejecimiento poblacional; al reconocer que una mayor expectativa de vida no se acompaña necesariamente de mayor bienestar. Pero se observa una modificación de la concepción involutiva de la vejez en la que el anciano posee capacidades de desarrollo y de vida plena sin discapacidad. La decisión de hacer foco solamente en las personas jubiladas se debe a que si bien hay diferentes investigaciones (diseños transversales y longitudinales) sobre los efectos que ocasiona la jubilación sobre la satisfacción vital y el bienestar de las personas, sus resultados son muy disímiles. Lo cual habla de una falta de consistencia de los datos obtenidos, atribuida a diferentes factores. Entonces, se llevo a cabo esta investigación con la intención de poder responder al problema-objeto: ¿Cómo se relacionan los niveles de resiliencia, bienestar subjetivo, género, edad, tiempo que llevan jubilados, en los adultos mayores jubilado? A partir de los datos obtenidos y explicitados en el análisis de datos, se puede concluir que los resultados que se esperaba encontrar eran altos niveles de resiliencia y altos niveles de bienestar subjetivo, lo cual implicaría una correlación positiva entre

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112 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 ambas variables. Y diferencias significativas en: género, edad y tiempo que llevan jubilados. Pero, cuando se realizó el trabajo de campo los resultados obtenidos son:

Altos niveles tanto de resiliencia como de bienestar subjetivo pero sin relación significativa entre ambas variables. Esto puede deberse a que en este estudio se utilizó la versión final del ERAM y la versión abreviada de 16 items de la Escala de Satisfacción de Filadelfia. En cambio en el antecedente de Guzmán y Zuñiga (2005) se encontró una relación estadísticamente significativa entre resiliencia y bienestar subjetivo (r = .338; α = .000).

No se apreciaron diferencias significativas entre las puntuaciones totales de resiliencia y las siguientes variables intervinientes: edad, género, nivel de instrucción, actividad que se jubiló, tiempo que lleva jubilado, estado civil, grupo de convivencia.

Tampoco se comprobaron diferencias significativas entre las puntuaciones de bienestar subjetivo y género, estado civil, actividad de que se jubiló, tiempo que llevan jubilados, estado actual de jubilados, como variables intervinientes.

Se destacó que tanto la resiliencia como el bienestar subjetivo tienen relación directa con la salud subjetiva. Acentuándose la iniciativa, autoconfianza, confianza y autoevaluación, como subescalas de la resiliencia.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Los datos reflejan que se trata de adultos mayores que tienen la capacidad para mantener un funcionamiento adaptativo de las funciones físicas y psicológicas en situaciones críticas, nunca es una característica absoluta ni se adquiere de una vez para siempre. (Manciaux, Vanistendael, Lecomte y Boris Cyrulnik; 2001) E incluso los resultados concuerdan con los modelos teóricos del bienestar subjetivo, que sostienen que aquellas personas que alcanzan satisfacción en sus vidas es porque se trata de adultos mayores que: Lograron ciertos objetivos o han satisfecho ciertas necesidades básicas. (Teoría Universalista) Suman los momentos felices en la vida. (Modelos Situacionales, Botton up) Después de experiementar ciertos eventos vitales como es la jubilación, algunos cambian más y otros menos, ya que el set point no es enteramente estable, sino que es regulable. (Teoría de la adaptación) Esto coincide con el concepto de crecimiento postraumático desarrollado por la piscología positiva o de resiliencia desde la perspectiva francesa, lo cual fue explicado supra. Poseen una relación adecuada entre aspiraciones y logros. (Teorías de las discrepancias)

Sí se demostraron diferencias significativas de los niveles de bienestar subjetivo de acuerdo a la edad y nivel de educación de los participantes. Cabe destacar que la edad ha obtenido una leve correlación con el bienestar subjetivo, reafirmándose la idea de que la satisfacción vital, como medida, parece ser bastante estable con la edad, concretamente con el grupo de mayores de 60 años. En este sentido, la reevaluación, el cambio o el reescalamiento de metas en la vejez puede ser uno de los mecanismos de mantenimiento que la

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 expliquen, en parte, porqué permanece esta medida constante a lo largo de los años, incluso cuando las condiciones vitales se tornan cada vez más amenazantes y las pérdidas superan las ganancias. Es importante enfatizar que si bien el bienestar subjetivo en los diferentes grupos de edades tiende a mantenerse, se observa una disminución notable en el grupo entre 70 y 79 años. En relación al nivel de instrucción, se ha observado que los sujetos con mayor nivel de estudios mantiene también un mayor bienestar subjetivo. En este sentido, se indica que es posible que la educación pueda ejercer efectos indirectos en la satisfacción vital a través de su papel mediador tanto en la consecución de las metas personales como en la adaptación a los cambios vitales que acontecen. Además, cada individuo aprende desde su singularidad pero aprende. En el adulto mayor, la educación va dirigida específicamente a contribuir a una mejor calidad de vida.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 CONSIDERACIONES FINALES

En concordancia, a los resultados obtenidos y a los objetivos que tiene el PEUAM: promover y prevenir la salud a partir de vínculos solidarios y comunitarios; favorecer el aprendizaje a través del conocimiento y de estrategias pedagógicas participativas; iniciar la realización de actividades donde se combinan clases teóricas, trabajos grupales, investigaciones de campo, viajes de estudio, mesas redondas, entre otras; queda demostrado que es posible a través de la educación y de la auto-educación, desarrollar una actitud de vida más saludable y respuestas internas fortalecidas frente a los desafíos de la vida. Por ende los adultos mayores jubilados que concurren a dicha institución son personas salutogénicas; al tener altos niveles tanto de resiliencia como de bienestar subjetivo. En correspondencia, los datos obtenidos indican que se trata de adultos mayores que: 1. Tienen la fuerza que impulsa a poner en práctica lo que la creatividad propone, el impulso para lograr experiencia. Tiene que ver con la tendencia a exigirse a sí mismo y a ponerse a prueba en situaciones cada vez más exigentes. En este sentido, es la capacidad para la auto - regulación y la responsabilidad personal, necesarias para lograr autonomía e independencia. Son personas con iniciativa al actuar más por la convicción de que lo que hacen es bueno y vale la pena, que porque hay alguien vigilando para que no viole las normas. Por lo general intentan con firmeza buscar los recursos y las oportunidades que necesitan para poner a funcionar las ideas que se les ocurren. No se detienen fácilmente ante los obstáculos que se le presentan. (Puerta de Klinkert, 2006)

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 El factor iniciativa, uno de los pilares de la resiliencia, se puede observan en el ERAM en las siguientes afirmaciones: Me gustan las cosas difíciles, los retos, soy una persona muy emprendedora, me gustan los desafíos y me considero una persona decidida; las cuales corresponden a la subescala de la resiliencia: iniciativa. Me atraen las cosas nuevas y excitantes, frecuentemente tengo ideas innovadoras y me gusta intentar cosas nuevas; reflejando creatividad como otra subescala de la resiliencia. Muchas veces tomo decisiones sin consultar con nadie, indicando independencia; otra subescala de la resiliencia. 2. Tienen la conciencia del propio poder para afrontar las posibles dificultades, la seguridad en ellos mismos o en las propias cualidades. Esto indica la confianza y la autoconfianza, uno de los factores del ERAM y que agrupa la autoestima, instropección, independencia, moralidad y capacidad de relación como subescalas de la resiliencia. Las habilidades (uno de los factores resilientes) que incluye el manejo de situaciones, la solución de problemas, la capacidad de planeamiento; se verbalizan en el “yo puedo” y se reflejan en las siguientes afirmaciones en el ERAM: Creo que aún hay muchas cosas que puedo hacer, siento que tengo muchas cualidades buenas, me siento orgulloso de mí mismo y siento que hay muchas personas que me quieren, indican autoestima. Pensar en mis errores me ayuda a cambiar y ser mejor y disfruto la soledad porque me permite pensar; habla de capacidad de instropección. No me molesta comer o salir solo, manifiesta independencia. Soy muy respetuoso de mi mismo y del prójimo, muestra moralidad.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Tengo pocos amigos pero buenos, revela la capacidad de relación. Es importante recordar y aclarar que la resiliencia requiere la interacción de estos factores protectores (habilidades) con otros dos; que son un ambiente facilitador (verbalización “yo tengo”) y fortaleza intraspíquica (verbalización “yo soy”). Esta es la noción dinámica de resiliencia. Por ende, cuando una persona se enfrenta a una situación adversa; se combinan todos los factores tomándolos de cada categoría, según se necesiten. La mayoría de las personas ya cuentan con algunos de estos factores, sólo que no poseen los suficientes, o quizá nos saben cómo utilizarlos contra la adversidad. Por eso los factores resilientes se pueden promoverse por separado. Otras personas, en cambio, sólo son resilientes en una determinada circunstancia y no lo son en otras. (Puerta de Klinkert, 2002). 3. Realizan un proceso de reflexión acerca de la propia acción desarrolada, sobre lo que son y sobre lo que aspiran ser y que buscan el mejoramiento de la calidad. Es decir, efectúan una autoevaluación, otro factor del ERAM cuyas subescalas de resiliencia son: introspección, independencia e iniciativa. En La Escala de Resiliencia para Adultos Mayores, lo observamos en las siguientes afirmaciones:

Cuando tengo que hacer algo analizo todas las posibilidades, cuando tengo que tomar decisiones lo pienso detalladamente, a la hora de tomar decisiones pienso mucho lo que voy a hacer y me siento tranquila con las decisiones que tomé en mi vida porque fueron bien pensadas, se refieren a la capacidad de tener instropección.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Frecuentemente defiendo mis opiniones, yo determino muchas de las cosas de mi vida; nos habla de independencia. Me gusta planificar mi futuro, indica iniciativa.

De esta manera, se puede afirmar que se trata de una población que posee de los nueve pilares de la resiliencia, ocho y son: iniciativa, introspección, independencia, autoestima consistente, capacidad de relacionarse, creatividad, moralidad y capacidad de pensamiento crítico. Seis de estos pilares de la resiliencia, son para Steven y Sybill Wollin un conjunto de fortalezas que son movilizadas en la lucha contra la adversidad y es lo que ellos consideran como resiliencias, en plural. Se trata del modelo de desafío. Las siete resiliencias son: insight o perspicacia, interacción o relación, iniciativa, creatividad, humor, moralidad e independencia que constituyen lo que ellos llaman "Mandala de la Resiliencia". El modelo de desafío y los siete pilares de la resiliencia son una alternativa en la forma de observar y vivir la vida. No consiste en hacerse invulnerable a las distintas experiencias, u olvidar para siempre el daño de haber crecido en una familia problema. No se puede cambiar el pasado, se puede cambiar la forma de entenderlo y de esta manera crecer a partir de la adversidad. Los adultos mayores del PEUAM realizaron un balance global entre el placer y el displacer, dando como resultado altos niveles de bienestar subjetivo. Lo que indica que estas personas evalúan la calidad de vida global de su vida en conjunto de forma positiva. Venohoven (en Moreno y Ximenez, 1996) El concepto de bienestar subjetivo no procura evaluar la vida que las personas han tenido en su pasado ni la que se piensa que tendrán en un futuro; se centra en la

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 situación presente. Significa que las personas modifican su percepción sobre la propia existencia. Los niveles altos de bienestar subjetivo que posee esta población tiene relación directa con la percepción subjetiva del estado de salud (salud subjetiva). Porque tanto aquellos que definen su estado de salud actual como excelente, como también quienes perciben en relación a dicho estado un grado de satisfacción alto; presenten niveles altos de bienestar subjetivo. Estos datos apoyan lo que se conoce como determinantes del bienestar subjetivo y Venohoven, (1994) los enumera como cuatro tipos de factores encadenados, son: 1-Oportunidades vitales: son las condiciones de vida y las capacidades

individuales; destacándose las aptitudes individuales que incluye la salud física del individuo como también la fortaleza psíquica, capacidad social y habilidad intelectual. Estas aptitudes individuales, que Lawton las denomina como competencias conductuales, son todos los recursos físicos y psicológicos y un buen comportamiento social que puede poseer cada uno de los adultos mayores del PEUAM, permitiéndoles sentir un gran bienestar subjetivo. A su vez, estos elementos citados de las oportunidades vitales que determinan el bienestar subjetivo, engloba el concepto de resiliencia desarrollado en el marco de la psicología positiva. Según Casullo (2005) la resiliencia es un conjunto de factores biológicos, psicológicos y sociales que facilitan la adaptación del ser humano a los acontecimientos estresantes, permitiéndoles sostener su salud física y mental a la vez que experimentan un sentido de felicidad y bienestar. 2-Curso de acontecimientos vitales, en esta población se trata de personas que se han jubilado.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 3-El flujo de experiencias, si bien no todo el mundo se siente igual cuando se jubila porque las reacciones varían de acuerdo con anteriores contactos con la adversidad, con el significado atribuido al acontecimiento y con la resistencia psicológica. Se puede afirmar que la experiencia emocional fue positiva ante los diferentes acontecimientos vitales que pudieron tener estos sujetos. 4-Proceso interno de evaluación en conjunto, reflejando que son personas que se sienten generalmente bien. Porque son los sujetos quienes dicen desde su experiencia y las condiciones que les resulten pertinentes, si su vida es satisfactoria o no. Reflejando su calidad de vida realizada. Por eso es que Michalos (1996, citado en Castro Solano, 2010) considera que la autopercepción del bienestar está multideterminada y no tiene una única causa. Sobre la jubilación, paradójicamente el júbilo, que tiene una doble cara: una, el merecido premio al trabajo de tantos años y para gozar de ahora en más de tiempo libre y otra, en la que las personas jubiladas se ven excluidas generalmente de la vida social organizada; realizándose diferentes investigaciones sobre la temática. Lo que nos atañe aquí es saber si en esta población particular, varían los niveles de resiliencia y bienestar subjetivo de acuerdo al tiempo que llevan jubilados. Los datos indican que no se encuentran diferencias significativas. En cambio otros trabajos encontraron un claro declive en el bienestar y la satisfacción vital durante los primeros seis meses después de la jubilación (Richardson and Kilty, 1991). Otros, o bien, no encontraron ninguna asociación negativa entre la jubilación y la satisfacción vital (Gall et al. 1997) o bien la constataron positiva (Midanik, Soghikian, Ransom and Te-kawa, 1995). Y hay estudios que hallaron relaciones estadísticamente significativas entre la jubilación y una disminución en los niveles de satisfacción vital (Bossé, Aldwin,

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Levenson and Ekerdt, 1987; Bossé, Aldwin, Leven-son and Workman-Daniels, 1990; Elwell and Maltbie-Crannell, 1981; Walker, Kimmel, and Price, 1981) Estos resultados apoyan la teoría de la desvinculación, al tomar la jubilación como un proceso inevitable que acompaña al envejecimiento, en el que gran parte de los lazos entre el individuo y la sociedad cambian cualitativamente, se alteran o llegan a romperse. Siendo esta actitud la que cooperaría a los adultos mayores a mantenerse en equilibrio frente al declive o disminución de sus capacidades y de su estado de salud, ya que presentan un gran bienestar subjetivo. En cambio, Havighurst considera que lo que se produce no es tanto una disminución cuantitativa en las actividades sociales, sino más bien una reestructuración cualitativa que denomina proceso de "desvinculación-vinculación selectiva", y que lleva a continuar, e incluso potenciar, determinados tipos de actividades, lo que significarían factores protectores externos promotores de resiliencia. Si bien la teoría de la actividad es lo opuesto a la teoría de la desvinculación; postula que cuantas más actividades se realizan, hay más posibilidades de estar satisfecho con la vida, ya que continúan manteniendo relaciones y roles en el contexto social. Neugarten, Havighurst y Tobin (1961). Por ello se recomienda que los adultos mayores se mantengan activos a partir de la sustitución de actividades. Han sido muchos los trabajos que se han dedicado a investigar el papel que juegan las actividades en el mantenimiento del bienestar subjetivo entre los mayores (Lemon, Bengtson y Peterson, 1972; Longino y Kart, 1982; Reitzes, Mutran y Verrill, 1995). Esta teoría, a diferencia de la anterior, predice que la satisfacción de los mayores, independientemente de su edad, estará positivamente relacionada con el número de actividades en que participen.

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 De acuerdo con Erikson "Las personas que han tenido éxito en esta tarea integradora final construyendo sobre los resultados de las siete crisis previas, ganan un sentido más amplio del orden y del significado de sus vidas dentro de un ordenamiento social más grande, pasado, presente y futuro.” Adaptándose tanto a los triunfos como a los engaños de haber sido quienes han producido objetos, ideas y otros seres” (Salvarezza, 2002. Pp 156). Y concordante a los resultados obtenidos y expresados anteriormente, Salvarezza a través de la teoría del apego se puede explicar que los adultos mayores jubilados tengan un envejecimiento satisfactorio. Esto está dado por la capacidad de sostener el vínculo con los objetos y las actividades, buscando sustitutos de manera activa como lo hacen por medio de los talleres del PEUAM; cuando los condicionantes biológicos, psicológicos y sociales que aparecen impiden o dificultan el sostenimiento del vínculo. Concluyendo y resumiendo, todos los resultados demuestran que los adultos mayores jubilados del PEUAM están resilientes y poseen un gran bienestar subjetivo. El hecho de afirmar que están resilientes es porque:

La resiliencia nunca es absoluta, lograda para siempre. Es una capacidad que resulta de un proceso dinámico que varía según las circunstancias, la naturaleza del trauma, el contexto y la etapa de la vida y puede expresarse de modos muy diversos según la cultura. Como no se trata de un atributo estrictamente personal, puede ser promovida a lo largo del ciclo de la vida y tiene que ver con los procesos de reconstrucción. Por eso las personas pueden estar resilientes en una determinada circunstancia y no lo son en otras. Y las diferentes definiciones del concepto de resiliencia enfatizan características del

sujeto

resiliente:

habilidad,

adaptabilidad,

baja

susceptibilidad,

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 enfrentamiento efectivo, capacidad, resistencia a la destrucción, conductas vitales positivas, temperamento especial y habilidades cognitivas, todas desplegadas frente a las situaciones vitales adversas, estresantes, etc.; que le permiten atravesarlas y superarlas.

Y la afirmación que gozan de un alto bienestar subjetivo, corresponde a ser sujetos que sienten placer en cualquier actividad que realizan en su vida cotidiana, observan su vida con una mirada crítica y aceptan su responsabilidad por lo que fue en el pasado, sienten que han tenido éxito en haber alcanzado las metas más importantes de su vida, poseen una autoimagen positiva y se observan a sí mismos como una persona de valor pese a sus actuales debilidades, manteniendo actitudes optimistas. Estas características según Neugarten son las cinco dimensiones del bienestar subjetivo o satisfacción vital y las define operacionalmente como: gusto por la vida, resolución y fortaleza, congruencias entre aspiraciones y logros, concepto positivo de sí mismos, buen humor.

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124 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 SUGERENCIAS

Los resultados que se obtuvieron en esta investigación, llevan a pensar que: Es necesario seguir investigando tanto de la población particular de adultos mayores, como también la resiliencia y el bienestar subjetivo. Por eso, se sugiere que en los futuros estudios se utilicen las mismas versiones de los instrumentos para poder comparar resultados y complementar la mirada. En cuanto al tiempo que llevan jubilados, sería interesante poder indagar todos los pro y contra que tuvo ese acontecimiento vital y estudiar el efecto que puede tener en el bienestar subjetivo. Sería atractivo poder indagar más de manera retrospectiva (retrospectivamente) a las personas están resilientes para poder ser capaces de entender cómo y porqué unas personas resisten y se benefician de experiencias adversas. Además si somos capaces de enseñar esta habilidad los beneficios para el sistema sanitario mundial serían inconmensurables. Se considera que sería positivo y adecuado incorporar en el campo de la salud mental el aumento de las fortalezas y la resiliencia e, incluso, el de crecimiento personal.

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125 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Anexo nº 1

ESCALA DE RESILIENCIA PARA ADULTOS MAYORES (EMG)

Consigna: Marque con un círculo las respuestas que describan mejor su manera de pensar, sentir y actuar. Las opciones de respuesta son:

Muy de Acuerdo (MdA) De acuerdo (DeA) Ni de Acuerdo Ni en desacuerdo (NAND) Poco de acuerdo (PdA) Nada de acuerdo (NdA)

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32

Mis amigos me consideran una persona divertida. Por lo general soy muy alegre. Generalmente contagio a otros mi alegría. Me es fácil hacer nuevos amigos. Cuando nos juntamos con familiares o amigos nos divertimos mucho. Me gusta divertir a la gente. Cuando me equivoco me da mucha gracia. Me gustan las cosas difíciles, los retos. Me atraen las cosas nuevas y excitantes. Soy una persona muy emprendedora. Frecuentemente tengo ideas innovadoras. Me gustan los desafíos. Me considero una persona decidida. Muchas veces tomo decisiones sin consultar con nadie. Me gusta intentar cosas nuevas. Me gustan los desafíos. Creo que aún hay muchas cosas que puedo hacer. Siento que tengo muchas cualidades buenas. Pensar en mis errores me ayuda a cambiar y ser mejor. No me molesta comer o salir solo. Me siento orgulloso de mi mismo. Disfruto la soledad por que me permite pensar. Soy muy respetuoso de mi mismo y del prójimo. Tengo pocos amigos pero buenos. Me considero una buena persona. Siento que hay muchas personas que me quieren. Pienso que los valores son lo más importante que uno tiene. Me gustaría ser mejor persona. Me agrada saber que hay gente que necesita mi opinión o mi compañía. Estoy feliz cuando puedo hacer algo por los demás. Estoy muy consiente de mis limitaciones y habilidades. Me gusta hacer las cosas por mi mismo.

5 4 3 2 1

MdA 5 5 5 5 5

DeA 4 4 4 4 4

NAND 3 3 3 3 3

PdA 2 2 2 2 2

NdA 1 1 1 1 1

5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5 5

4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4

3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3 3

2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2

1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1

5 5

4 4

3 3

2 2

1 1

5 5 5

4 4 4

3 3 3

2 2 2

1 1 1

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126 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60

Me molesta que se bromee con cosas trágicas. Soy una persona consecuente, hago lo que digo. Cuando tengo problemas me cuesta encontrar la solución. Me es difícil adaptarme a los cambios. Muchas veces me he encontrado riendo en situaciones trágicas. Me considero una buena persona. Me gustaría ser diferente. Usualmente cuando hago algo lo hago bien. No tengo muchos amigos. Cuando tengo que hacer algo analizo todas las posibilidades. Cuando tengo que tomar decisiones lo pienso detalladamente. Frecuentemente defiendo mis opiniones. Me gusta planificar mi futuro. A la hora de tomar decisiones pienso mucho lo que voy a hacer. Yo determino muchas de las cosas de mi vida. Me siento tranquila con las decisiones que tomé en mi vida porque fueron bien pensadas. A veces hago cosas con las que los demás no están de acuerdo. No me gusta pensar mucho en las cosas de mi vida. A veces veo las cosas diferente que los demás. Me gustan las cosas conocidas y de todos los días. Me gusta que me digan lo que está mal para poder mejorar. Me gusta hacer las cosas por mi mismo. Me molesta cuando se comete una injusticia y generalmente peleo por ello. La gente muchas veces no me comprende porque pienso y hago las cosas diferente. Mis amigos están cuando los necesito. Pienso que la palabra de la gente aun tiene valor. Tengo gente con quien hablar de mis problemas. Soy una persona de confianza.

5 5 5 5 5

4 4 4 4 4

3 3 3 3 3

2 2 2 2 2

1 1 1 1 1

5 5 5 5 5

4 4 4 4 4

3 3 3 3 3

2 2 2 2 2

1 1 1 1 1

5

4

3

2

1

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3 3 3

2 2 2

1 1 1

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2 2

1 1

5

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3

2

1

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1 1 1 1

5 5

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2 2

1 1

5

4

3

2

1

5 5 5 5

4 4 4 4

3 3 3 3

2 2 2 2

1 1 1 1

-

127 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Anexo nº 2

ESCALA DE SATISFACCIÓN VITAL LAWTON

Después de leer cada interrogante señale la respuesta que es más aplicable a usted.

1-¿A medida que se va haciendo mayor se ponen las cosas peor para SI Ud.?

NO

2-¿Tiene Ud. Tanta energía como el año pasado? 3-¿Se siente usted sólo? 4-¿Ve bastante a sus amigos y parientes? 5-¿Le molesta ahora más las cosas pequeñas que antes? 6-¿Siente que conforme se va haciendo mayor es menos útil? 7-¿A veces está tan preocupado que no puede dormir? 8-¿A veces siente que la vida no merece ser vivida? 9-¿Ahora es Ud. tan feliz como cuando era más joven? 10-¿Tiene muchas razones por las que estar triste? 11-¿Tiene miedo de muchas cosas? 12-¿Se siente más irascible o se enfada más que antes? 13-¿La mayor parte del tiempo la vida es dura y difícil? 14-¿Está satisfecho con su vida ahora? 15-¿Le cuesta trabajo hacer las cosas? 16-¿Se viene abajo, se altera o disgusta fácilmente?

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128 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Anexo nº 3

Cuestionario sobre datos personales.

Complete los siguientes ítems y marca con una X según corresponda: Sexo:

Femenino 

Masculino 

Edad:

Nivel educativo:  Sin estudio

 Secundario completo

 Primario incompleto

 Terciario y/o universitario incompleto

 Primario completo

 Terciario y/o universitario completo

 Secundario incompleto

Usted es jubilado: SI 

NO 

¿De qué se ha jubilado?............................ Tiempo que lleva jubilado: entre 0-6 meses (inclusive)  entre 7-12 mese (inclusive)  entre 1-3 años (inclusive)  entre 4-6 años (inclusive)  más de 6 años



Es jubilado y no trabaja más  Es jubilado y sigue trabajando con remuneración ( con sueldo)  Es jubilado y sigue trabajando sin remuneración (sin sueldo) 

Estado civil:  Soltero

 Separado-Divorciado

 Casado

 Viudo

 En pareja conviviente

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Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Grupo de convivencia:  Solos

 Con la familia extensa

 Con su cónyuge

 Con el cónyuge y sus hijos

 Con sus hijos

Estado de salud –salud subjetiva:

¿Cómo definiría su estado de salud actual? Mala-regular ( ) Normal-buena ( ) Excelente ( ) ¿Está satisfecho con su estado de salud actual? No ( ) Más o menos ( ) Sí ( )

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130 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 CONSENTIMIENTO INFORMADO

ACEPTACIÓN DE MI PARTICIPACIÓN VOLUNTARIA EN EL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN: “Resiliencia y bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados” A cargo de Mara Martinez Tais Licenciatura en Psicología. Facultad de Psicología, UNC.

Al firmar este consentimiento acepto participar de manera voluntaria en esta investigación.

Se me informó que: En cualquier momento puedo desistir de participar y retirarme de la investigación. Se resguardará mi identidad como participante y se tomarán los recaudos necesarios par garantizar la confidencialidad de mis datos personales y de mi desempeño. Se me brindará toda la información que sea posible sobre los procedimientos y propósitos de esta investigación antes de mi participación en ella. Esa información podrá ser ampliada una vez concluida mi participación.

————————— Firma

————————— Aclaración

———————————————————————— Lugar y fecha

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131 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 BIBLIOGRAFIA Amandine Theis, citado en Manciaux M., (compilador). La resiliencia: ¿mito o realidad, Gedisa, España, 2003. Aymerich Andreu, M., Montserrat Planes, P. y Gras Pérez, M. E. (2010). La adaptación a la jubilación y sus fases: Afectación de los niveles de satisfacción y duración del proceso adaptativo. Instituto de Investigación sobre Calidad de Vida (IRQV), Universitat de Girona. [Versión electrónica]. Anales de psicología 2010, vol. 26, nº 1 (enero), 80-88. Disponible en: http://revistas.um.es/analesps. Extraído marzo del 2010. Apa

Help

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132 -

Resiliencia y Bienestar subjetivo en adultos mayores jubilados. 2012 Brinfenbrenner, U. (1981). Al hacer seres humanos humanos. Publicaciones sabias Ltd. ISBN 0-7619-2712-3. Extraído marzo del 2010. Disponible en: http://www.multilingualarchive.com/ma/enwiki/es/Page_Not_Archived. Birren y Diekmann (1991), citado en Urrutia, A.; Grasso, L. y Guzmán. E. R. Construcción y validación de un instrumento multivariable para la evaluación de la calidad de vida en ancianos. Evaluar, 9 (2009), 54 – 71. ISSN 1667-4545. Extraído de http://www.revistaevaluar.com.ar/n9.htm en marzo del 2010. Bowlby, J. (1985). La separación afectiva. Ediciones Paidos: Barcelona. Carver, C.S. (1998). Generalization, adverse events, and development of depressive symptoms. Journal of Personality, 66, 607-619. En Vera Poseck, B., Carbelo B. B., B y Vecina J., M.L. (2006). Castro Solano, A. (2010). Los fundamentos de la psicología positiva. Editorial: Paidos. Isbn: 9789501260908. Casullo, M. (2005). “El Capital Psicológico. Aportes de la Psicología Positiva”. En prensa. Cyrulnik (2001) Cyrulnik, B.: La maravilla del dolor, Barcelona, Granica, 2001, pág. 16 y sig. Cyrulnik, B. (2002). Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida. Madrid: Gedisa. Cyrulnik, B. (2004). La construcción de la resiliencia en el transcurso de las relaciones precoces. En El realismo de la esperanza. Barcelona: Gedisa. Cornachione Larrinaga, M. A. (2008). Psicología del Desarrollo Vejez. Córdoba: Brujas.

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