Terrorismo en El Peru

February 19, 2019 | Author: Ignacio López Mélinchon | Category: Human Rights Abuses, Peru, Política, Unrest, Crimes
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UNIVERSIDAD CIENTIFICA DEL SUR Facultad de Ingeniería de Negocios Agro - Forestales

ENSAYO

PROFESOR: HECTOR HUERTO

TITULO: TERRORISMO EN EL PERU 1980-2000 ALUMNO: IGNACIO LÓPEZ MÉLINCHON

LIMA  PERU

El 12 de septiembre de 1992, efectivos de la DINCOTE (Dirección Contra el Terrorismo), capturaron al líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán Reynoso, luego de 12 años de que este grupo subversivo sometiera al Perú al caos y la destrucción. Un minucioso e imaginativo estudio de los documentos hallados en la casa de Chacarilla, donde fue apresada Nelly Evans en enero de 1991, permitió seguir la pista de su sobrina, Maritza Garrido Lecca, una conocida e insospechable bailarina de ballet. Se montó entonces un operativo de vigilancia en su casa-taller de ballet  en Surquillo: acuciosos barredores recogían y analizaban la basura, encontrando colillas de cigarros Winston, marca preferida de Guzmán, además de elementos desechados y un volumen de basura que sobrepasaba a las dos personas que supuestamente habitaban esa vivienda. Cuando miembros del Grupo Especial de Inteligencia irrumpieron en la guarida del genocida, mientras que su pareja, Elena Iparraguirre, gritaba y forcejeaba defendiendo como una fiera a su dios, éste atinó a decir !Basta ya de violencia. Calma!, expresión desconcertante del predicador de la violencia y apostol de la destrucción, convirtiéndose irónicamente en un pacifista cuando se trató de su propia integridad. La captura de Abimael Guzmán marca el inicio de la caída de este grupo terrorista que sometió al país a una ola de violencia durante más de una década, en el marco de una guerra declarada al gobierno peruano, bajo las ideas demenciales de este profesor de filosofía salido de las canteras de la Universidad Nacional de Huamanga. Sendero Luminoso fue un movimiento dogmáticamente maoísta, que propugnó la guerra del campo a la ciudad, iniciando sus acciones en mayo de 1980, cuando fueron quemadas las actas electorales en Chuschi, un pequeño pueblo cercano a  Ayacucho, con el propósito de irrumpir contra las primeras elecciones democráticas del país; SL promovió las ideas y escritos de Abimael Guzmán bajo el nombre de «Pensamiento Gonzalo», un desarrollo de las ideas del marxismo-leninismomaoísmo, con el objetivo de lograr su aplicación en Perú.   Al asentarse en el campo ayacuchano en un primer momento, le dio excelentes resultados. Poco a poco fueron creando un ejército con armas y dinamita robadas, entrenando a su gente y extendiendo su influencia. La extrema debilidad del Estado en esas zonas remotas, hizo posible que sobrevivieran, en primera instancia, y luego fueran desparramándose a otras regiones propicias, como el Alto Huallaga y el Mantaro, entre otras regiones del país donde lograron adeptos.

Pero después de seis o siete años, los cabecillas senderistas constataron que por más que crecieran en el campo jamás llegarían a tomar el poder. El Perú de los años ochenta era un país básicamente urbano, con el 70% de su población en las ciudades, siendo Lima la que albergaba a casi un tercio de la población y donde se concentraba el poder político y las élites del país. Además, el agro peruano era cada vez menos importante, aplastado por la masiva importación de alimentos. Llegaron, pues, a la simple y obvia conclusión que el Perú no se parecía a la China de los años 30, que tenía más del 90% de la población rural. Aunque el dogma maoísta permaneció inconmovible, su estrategia cambió y empezaron a poner el centro de su trabajo en las ciudades, sobre todo en Lima. En 1988, tuvieron una discusión interna muy fuerte sobre la posición de   colombianizarse. Es decir, de subsistir indefinidamente como un movimiento guerrillero básicamente campesino, pero sin opción al triunfo; pero eso podía desmoralizar a sus filas. Decidieron entonces forzar a situación y acelerar la toma del poder. De hecho avanzaron muchísimo, causando enormes daños y sufrimiento a la sociedad, aunque sin posibilidades reales de llegar algún día a tomar el p oder. Sendero Luminoso no solo atacó a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional del Perú, sino también a civiles de todas las clases sociales, empleados gubernamentales de todos los niveles y a otros militantes de izquierda, trabajadores que no participaron en las huelgas organizadas por el grupo y campesinos que colaboraran con el gobierno en cualquier forma.. Paralelamente, durante la década de los 80 surge otro grupo terrorista, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), como consecuencia de la unión de la facción marxista-leninista del Partido Socialista Revolucionario (PSR-ML) y de elementos migrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Su primera acción pública armada fue el ataque al puesto policial de Villa El Salvador, en 1984. Sin embargo, en 1982, un grupo inicial del MRTA, asaltó una agencia del Banco de Crédito, al mando de Víctor Polay Campos (camarada  Rolando), quien se convertiría posteriormente en su líder principal. Los miembros del MRTA se asentaron en la ceja de selva de Cusco, para luego trasladarse a las zonas cocaleras de Junín, Huánuco y San Martín, donde forma sus frentes guerrilleros que le permitieron establecer una alianza con las mafias del narcotráfico.

  Víctor Polay Campos, fue capturado, luego que perpetrara con sus huestes al menos medio millar de atentados terroristas, lo cual desarticula el Comité Regional del Centro ubicado en los departamentos de Junín y Pasco; la captura se produce luego de un operativo en el que fueron abatidos 106 terroristas; revés que el MRTA atribuyó a una iniciativa del ex ministro de Defensa, general (r) Enrique López Albújar, quien fuera asesinado en 1990.  A comienzos de la década del 90, la organización terrorista "Túpac Amaru" contaba con cuatro frentes guerrilleros localizados en los departamentos de San Martín, Ucayali, Pasco, Junín, Cusco y Puno. Su actividad urbana se centralizaba principalmente en las ciudades de Lima, Trujillo, Huancayo y Arequipa. En 1990 se produce la fuga de Víctor Polay Campos, con otros 46 militantes del penal Castro Castro, ubicado en Lima, la que se logra a través de un túnel que habían construido. Polay retoma la conducción; pero en 1992 se produce su recaptura con lo que empieza su decadencia, sumada a discrepancias internas del movimiento. La acción más significativa de este período y también de todo su historial, está representada en la incursión realizada el 17 de diciembre de 1996, dirigida por el cabecilla Néstor Cerpa Cartolini, junto con otros dirigentes del grupo, a la residencia del Embajador del Japón en Lima. Se secuestraron ministros de estado, congresistas, embajadores y varias personalidades del mundo político y social de Lima, con la finalidad de chantajear al Gobierno para lograr la liberación de sus militantes condenados por delitos de terrorismo. La repercusión mundial por este acto extremista fue de gran impacto y acaparó las primeras planas de todos los medios de información. El 22 de abril, las Fuerzas Militares Peruanas realizaron una exitosa operación de rescate y lograron sacar con vida a 71 rehenes, lamentándose la pérdida de vida de uno de los rehenes y de dos oficiales, asimismo, murieron los 14 terroristas del MRTA. Desde entonces comienza su decadencia y su actividad se ve limitada cada vez más a secuestros de incautos y a la toma de poblados por unas pocas horas, con la finalidad de dar señales de vida.  Ambos grupos terroristas causaron el terror de la población peruana y victimaron a diversos personajes de la época: ministros, autoridades políticas, autoridades comunales, dirigentes gremiales, dirigentes campesinos, entre otros, no había sólo día en que las primeras páginas de los diarios, dejaran de denunciar la muerte de peruanos a manos de Sendero Luminoso y el MRTA, ya sea directamente o a través de coches bombas puestos en lugares donde produjeran grandes daños.

 Algunas de las conclusiones generales de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), publicadas en el 2003 son las siguientes: 











Se ha constatado que el conflicto armado interno que vivió el Perú entre 1980 y 2000 constituyó el episodio de violencia más intenso, más extenso y más prolongado de toda la historia de la República. Asimismo, que fue un conflicto que reveló brechas y desencuentros profundos y dolorosos en la sociedad peruana. Se estima que la cifra más probable de víctimas fatales de la violencia es de 69,280 personas. Estas cifras superan el número de pérdidas humanas sufridas por el Perú en todas las guerras externas y guerras civiles ocurridas en sus 182 años de vida independiente. Se afirma que el conflicto abarcó una proporción mayor del territorio nacional que cualquier otro, provocó enormes pérdidas económicas expresadas en destrucción de infraestructura y deterioro de la capacidad productiva de la población y llegó a involucrar al conjunto de la sociedad. Se constata que existió una notoria relación entre situación de pobreza y exclusión social y probabilidad de ser víctima de violencia. En el departamento andino de Ayacucho, donde ésta se inició, se concentra más del 40 por ciento de muertos y desaparecidos reportados a la CVR. Al sumar a ellas las víctimas consignadas por la CVR en los departamentos de Junín, Huánuco, Huancavelica, Apurímac y San Martín se llega al 85 por ciento de las víctimas registradas por la CVR. Se ha constatado que la población campesina fue la principal víctima de la violencia. De la totalidad de víctimas reportadas, el 79% por ciento vivía en zonas rurales y el 56 por ciento se ocupaba en actividades agropecuarias. Se ha podido apreciar que, conjuntamente con las brechas socioeconómicas, el proceso de violencia puso de manifiesto la gravedad de las desigualdades de índole étnico-cultural que aún prevalecen en el país. Del análisis de los testimonios recibidos resulta que el 75 por ciento de las víctimas fatales del conflicto armado interno tenían el quechua u otras lenguas nativas como idioma materno.











Se comprueba que, en términos relativos, los muertos y desaparecidos tenían grados de instrucción muy inferiores al promedio nacional. Mientras el censo nacional de 1993 indica que solamente 40 por ciento de la población nacional tiene un nivel educativo inferior a la educación secundaria, la CVR ha encontrado que el 68 por ciento de las víctimas se encontraba por debajo de ese nivel. Se concluye que la violencia impactó desigualmente en distintos ámbitos geográficos y en diferentes estratos sociales del país. Si la tasa de víctimas reportadas a la CVR respecto de la población de Ayacucho hubiera sido similar en todo el país, la violencia hubiera ocasionado 1 millón 200 mil muertos y desaparecidos. De esa cantidad, 340 mil hubieran ocurrido en la ciudad de Lima. Se ha constatado que la tragedia que sufrieron las poblaciones del Perú rural, andino y selvático, quechua y asháninka, campesino, pobre y poco educado, no fue sentida ni asumida como propia por el resto del país; ello delata, a juicio de la CVR, el velado racismo y las actitudes de desprecio subsistentes en la sociedad peruana a casi dos siglos de nacida la República. Se ha hallado que el conflicto puso de manifiesto graves limitaciones del Estado en su capacidad de garantizar el orden público y la seguridad, así como los derechos fundamentales de sus ciudadanos dentro de un marco de actuación democrático. Se ha encontrado una precaria vigencia del orden constitucional y el Estado de Derecho, los que en momentos de la crisis fueron vulnerados.

El terrorismo en el Perú actualmente se ha reducido, quedando residuos de contingentes de SL y del MRTA ubicados en la zona de ceja de selva en el departamento de Ayacucho y en la zona del Aguaytía en San Martín, estos dos grupos no exceden de un total aproximado de 500 hombres en armas. En la actualidad, Guzmán y otros miembros del alto mando de Sendero Luminoso se encuentran recluidos en la Base Naval de la Marina de Guerra del Perú del Callao. El juicio que transcurrió entre septiembre de 2005 y octubre de 2006 concluyó con la condena de Abimael Guzmán a cadena perpetua; mientras que  Víctor Polay Campos cumple una condena de 32 años de cárcel por la Sala Penal

Nacional y se le quiere incrementar 35 años más así como al resto de la cúpula del movimiento Revolucionario Túpac Amaru. Esta reseña merece una reflexión, para la cual se sustenta en el artículo publicado el 4 de julio de este año en el Diario La República, por Alonso Núñez del Prado, bajo el título de Lo importante antes que lo urgente:  El Perú es un país de rupturas profundas en el que es posible vivir sin ver lo que tenemos al lado, es más, nos hemos acostumbrado a eso. Podemos vivir en los barrios residenciales, sin ponernos a pensar que muy cerca, hay miles de personas viviendo por debajo de los niveles de extrema pobreza. Y eso es lo que no nos gustó que nos dijera la CVR. Que durante más de veinte años en realidad muchos más hemos vivido de espaldas a la realidad y para el colmo de males quejándonos por los niveles de delincuencia, por el terrorismo y por la fealdad de los Pueblos Jóvenes, ese eufemismo que inventó el velazquismo, para nombrar a la miseria que nos circunda.  En su discurso de entrega del Informe, Salomón Lerner afirmó que la obligación de hacer justicia y de hacer prevalecer la verdad, la obligación de cerrar las brechas sociales que fueron el telón de fondo de la desgracia vivida  es tarea de un estadista. Me temo que los mejores de la historia fracasarían en el intento, si olvidaran que, en realidad, la labor es de todos o de casi todos, porque no faltarán los que guiados por su poca cultura y sus complejos, pretendan rehuir la responsabilidad escondiéndose en posiciones fascistas, nazis y hasta partidarias del apartheid.  ¿Hasta cuando seguiremos combatiendo las consecuencias? La miopía y egoísmo de nuestra clase dirigente dominante, dirían los marxistas nos ha traído hasta donde estamos. Hemos tenido suerte en la derrota de Sendero, pero si insistimos en lo mismo, la violencia resurgirá, ya que es sólo respuesta a la violencia estructural. No es posible tratar de estrangular a alguien, sin esperar que trate de defenderse.  La oportunidad que nos ofreció el informe de la CVR es única. Podemos, a partir de él, escarbar en nuestra miseria, mirarnos al espejo y no para maquillarnos, sino para lavarnos y curarnos de manera integral y profunda. La reconciliación como en su momento lo dijo un comunicado de la Pontificia Universidad Católica del Perú no se define como un acuerdo con los responsables de la violencia, sino como un proceso de recomposición de los vínculos entre todos los peruanos, que   junto con la verdad, sólo son y serán posibles en una sociedad democrática si entre ellos se hace valer el principio de la justicia.

Bibliografía

1. http://es.wikipedia.org/wiki/Sendero_Luminoso 2. http://es.wikipedia.org/wiki/Abimael_Guzm%C3%A1n 3. Informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Informe Final, 2003. 4. Rabin Chuquisongo. Movimientos Terroristas: Sendero Luminoso y MRTA. Lima, 2008 5. Revista Caretas. Edición Especial. Lima, Septiembre, 1998. 6.   Alonso Núñez del Prado. Lo importante antes que lo urgente. Diario La República, Lima, 4 de julio del 2011.

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