Territorios Sin Diván

TERRITORIOS sin DIVÁN Alicia Kachinovsky ¿Psicoanálisis en la Comunia! En setiembre de 2003 fui invitada por la Asociación Psicoanalítica Argentina, en ocasión de su ‘X Jornada Psicoan!lisis " #omunidad$ Angustia %ocial e &ncertidumbre'$ &ncertidumbre'$ (e correspondió correspondió integrar la ‘(esa )atinoamericana' )atinoamericana' *ue, con id+ntico nombre al del encuentro, acía las veces de apertura$ #onvocada por mi condición de psicoanalista urugua"a, comenc+ mi e-posición diciendo *ue tambi+n estaba allí como representante de la .niversidad de la /epblica, encargada de un servicio clínico$ Agregando luego 1Esta doble pertenencia motivo de un largo debate identitario acen posible mi presencia en la mesa$ )as ideas de entonces encuentran o", a propósito de esta publicación, una fuerte motivación para construir con ellas un nuevo te-to, *ue a continuación se presenta$ Empe4ar+ por considerar la relación del Psicoan!lisis con la #omunidad como una pare5a desavenida, situando una ve4 m!s la cuestión en el e5e del conflicto$ A tales efectos e de recurrir a los orígenes, es decir, al an!lisis de este problema desde algunos documentos fundacionales del movimiento psicoanalítico$ En 6736 la )iga de las 8aciones promovió “que se organizara un intercambio epistolar entre intelectuales representativos, ‘sobre temas escogidos para servir a los comunes intereses de la Liga de las Naciones y de la vida intelectual’...” 9p$6:0; “Una de las primeras personalidades a las cuales se dirigió el nstituto !ue "instein, y #l mismo sugirió como interlocutor a $reud.” 9%trace", 67reud asevera “que una cosmovisión es una construcción intelectual que soluciona de manera unitaria todos los  problemas de nuestra e6istencia a partir de una 'ipótesis suprema& dentro de ella, por tanto, ninguna cuestión permanece abierta y todo lo que recaba nuestro inter#s 'alla su lugar preciso.”  9p$6=?;  agrega m!s adelante “7pino que el psicoan/lisis es incapaz de crear una cosmovisión particular.” 9p$6acultad de Psicología " del propio %ervicio a instituir situaciones de e-cepción for4osas, aun*ue siempre poco deseables$

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 Salvo en ocasiones como ésta, en la cual se procura trasmitir las ideas de un autor con la mayor fidelidad  posible, cuando se haga referencia al Servicio se hablará de 'clínico' o 'clínica' y no de 'analítico' o 'analista'.

Ceca la aclaración, deteng!monos aora en los actos clínicos *ue sí merecen ser anali4ados como modos de transgresión$ %iendo consecuente con el marco teórico *ue sostiene estas refle-iones, no se trata de emitir un 5uicio de valor sobre dicos actos, sino de procurar entenderlos$ )uego podr! apreciarse a *u+ me refiero, pero es menester dilucidar desde el principio la intención *ue se persigue, "a *ue la palabra transgresión evoca en *uien la escuca un de5o de desprecio acia el agente de la misma$ Para una ma"or comprensión del eco, dir+ *ue mi preocupación descansa en a*uellas situaciones en las *ue, ‘por el bien del paciente', los acotados pla4os del /eglamento no an sido respetados " se los a e-tendido m!s all! de lo estipulado$ Eli5o la variable tiempo para e5emplificar estas circunstancias, "a *ue a sido +sta la m!s temati4ada tambi+n la m!s transgredida en los espacios formales e informales de di!logo del e*uipo docente$  aun*ue pueda ser obvio a esta altura, me corresponde e-plicitar *ue el foco de las presentes consideraciones recae sobre la figura del clínico, por*ue es +ste el ‘guardi!n' del encuadre$ Iu+ otra cosa puede acer el usuario consultante, paciente o como se lo *uiera denominar sino intentar transgredirloK Ce a*uí su dereco intentarlo$ (ientras tanto, es al clínico a *uien le corresponde salvaguardarlo$ Ierecos " obligaciones en la clínicaK IPor *u+ noK 8o a" otro modo de pensar lo umano sino en el conte-to de la cultura, " esto supone siempre al menos un mínimo de reglas *ue condicionan todo posible encuentro e intercambio$ e allí deriva ese inevitable ‘malestar' *ue el clínico tomar! a su cargo “...no puede soslayarse la medida en que la cultura se edi!ica sobre la renuncia de lo pulsional, el alto grado en que se basa, precisamente, en la no satis!acción )...1 de poderosas pulsiones.” )$reud, +:;& p. ann" %cLolniL 96777; fundamenta por *u+ el concepto de neutralidad no sería pertinente en el campo analítico, en tanto evoca la ausencia de deseo en el analista$ Por el contrario, al ablar de una ‘regla de abstinencia', dica e-presión le permite trascender su aplicación a la creación de un !mbito de privación, *ue así abilite la emergencia de lo inconciente " el despliegue del deseo del lado del paciente$ En este sentido, agrega =...tal vez no se atiende su!icientemente la necesidad de privación del lado del analista, en tanto sus deseos, que tienen que orientarse b/sicamente 'acia la tarea de analizar, muc'as veces toman otros caminos. %dem/s de los deseos se6uales, que muc'as veces no pueden ser su!icientemente procesados, llevando a un clima trans!erencial erotizado, quisiera destacar la incidencia de las aspiraciones narcisistas de diverso tipo, el a!/n de curación, o la tendencia al materna3e, como tentaciones siempre presentes que requieren ser traba3adas por el analista...=  9p$ B6;

#omo puede verse, el concepto de abstinencia involucra a ambos t+rminos de la pare5a analítica$ Al no satisfacerse los deseos de uno u otro, se apuesta al investimento del propio proceso, a*u+l *ue se asienta como decía Gleger en el no proceso o encuadre$ )a ‘vigilancia' del encuadre, entonces, re*uiere de un constante traba5o de autoan!lisis$ Entre otras cosas, por*ue el deseo con escasa frecuencia irrumpe con estridencia ante nuestros o5os$ %i apel!ramos a una met!fora crom!tica, diríamos *ue si lo figur!ramos de color ro5o no se posaría sobre el negro para ser descubierto por el contraste$ En todo caso, se a de presentar en gris para pasar inadvertido$ ued+monos por un breve lapso en el gris, *ue parece m!s apto para representar la *ue5a o el sufrimiento$ #uando el usuario del %ervicio advertido desde el comien4o de los límites temporales de la prestación asistencial le manifiesta al clínico, en actos o en palabras, *ue no est! preparado para seguir solo, *ue necesita m!s atención, *ue *uedan problemas por resolver$$$*ue necesita m!s tiempo, Ino es acaso este pedido testimonio de su demandaK #uando a tal petición se accede o se reusa, a sabiendas de *ue otros esperan su turno para recibir el mismo dereco, Ino es un problema de amor lo *ue se pone en 5uegoK Ese *ue denominamos usuario, en consideración al convenio, apela desde su ‘falta'$ #uando el clínico asume la dis"untiva de establecer un límite, no es sólo la demanda de a*u+l la *ue se pone en cuestión$ )a identificación con el seme5ante convoca la propia falta ", en consecuencia, la eventualidad de una renuente renuncia a colmarla$

)o paradó5ico se presenta al tener *ue aceptar *ue e-iste una ‘transgresión necesaria’.  M8o satisfacer la demanda, pero procurar su despliegueN I#ómo se entiendeK .na ve4 m!s recurriremos a >ann" %cLolniL, cuando fundamenta la importancia de ingresar en la intimidad del paciente, “traspasando los l(mites de lo conciente y mani!iesto, para incursionar en las oscuridades del inconciente de ese otro, y a la vez contactar con lo que proviene de su propio inconciente.” 9p$ Breud en 6763$ )a memorable a4aOa 91criminal; da cuenta del origen de las organi4aciones sociales$ IFcurrió el crimenK 8o importaQ tal ve4 no$$$ %ólo su verosimilitud nos importa$ Escuce una vo4 en off$$$ Es (arcelo RiOar *ue, reescribiendo el mito, con5etura “@i bien en el mito, como tiempo !undador, 'ay un antes y un despu#s n(tidos, en el desarrollo de la 'istoria y su diacron(a 'abr(a que pensar en momentos alternantes de la estructura )...1 donde el padre de la 'orda y el padre muerto de la Ley, est/n siempre en tensión y son !undamentos posibles de dos modos contrastantes de convivencia.” 9p$ 63;

Irama indefinidamente actuadoK IActuali4ación de la estructura en el seno del espacio docenteK Suarde para sí estas interrogantes, para cuando sea su turno de ingresar al otro lado de la pantalla, como protagonista$ Pero antes de levantarse de la butaca, escuce la palabra de un estudiante *ue, con la sabiduría de su frescura, preguntar! I%iempre es asíK Doda ocasión en la *ue no se obedecen las disposiciones del /eglamento, Ideben ser pensadas como transgresionesK Entonces, la propia Encargada del %ervicio responder! *ue no es posible establecer generali4aciones en el conte-to de la singularidad de la clínica$ Dome en cuenta *ue aora sí, va a ba5ar el telón$ %i fuera murga$$$estaría entonando retirada$ Fcasión de dolor para *uien resigna un lugar entraOable el grupo umano *ue la acompaOó asta aora$ uien fuera ‘la Encargada' mira acia atr!s, " en gesto de reconocimiento al saber   recibido, devuelve al grupo a título de dedicatoria estas o5as escritas$

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 *eferencia a un traba$o anterior+ -l desembarco. na historia sin fin/.

Sin iván( con )aes'%o*** 8o podría terminar estas notas sin de5ar sentada una salvedad en relación al comien4o$ Rolviendo a >reud, su escaso entusiasmo en la correspondencia con Einstein admite otras lecturas *ue merecen sumarse a lo planteado$ %u actitud podría responder a una falta de compromiso con lo social o a un fuerte pesimismo de su parte$ %in embargo, tal ve4 no sea demasiado importante detenernos a  5u4gar al ombre *ue fuera el fundador del psicoan!lisis$  A pesar de este escaso entusiasmo, acia el final de la carta emerge un alo de esperan4a *ue, dados los ltimos " dolorosos acontecimientos mundiales, me permito subra"ar en este final$ ice >reud “"ntretanto tenemos derec'o a decirnos9 todo lo que promueva el desarrollo de la cultura traba3a tambi#n contra la guerra.” 9p$67B;

Re+e%encias Gleger, J$ 967:=;$ %imbiosis " ambigTedad$ 9=@ ed$;$ Guenos Aires Paidós$ >reud, %$ 967B