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INSTITUTO UNIVERSITARIO CARL ROGERS
Instituto Universitario Carl Rogers
Diplomado de: “Terapia de Pareja y Familia” MODULO 1 FUNDAMENTOS DE LA TERAPIA DE PAREJA Elaboro: Ernesto Martínez Olivares
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Modulo 1 Fundamentos de la terapia de pareja
DESCRIPCIÓN DEL CURSO: En este curso se propone ofrecer una VIS Ion de las relaciones de pareja y de los principales problemas que pueden surgir en las diferentes etapas del ciclo vital individual y de pareja, finalmente, que el alumno conozca el enfoque psicoterapéutico empleado en este nivel de intervención. OBJETIVO GENERAL: El alumno será capaz de detectar problemas existentes en la relación de pareja e identificar diversas técnicas de intervención para los problemas de pareja. OBJETIVOS ESPECÍFICOS: El alumno identificará los enfoques y conceptos relacionados con la psicoterapia de pareja. Identificará y practicará las estrategias de intervención para los problemas de pareja en diversas etapas del ciclo vital. Desarrollará habilidades para la aplicación de los contratos matrimoniales a las parejas.
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CONTENIDO: 1. Antecedentes de la terapia de Pareja. 11. Contrato Matrimonial y terapia de Pareja (C. Sager) 111. Perfil de conducta (tipología de pareja) IV. Terapia marital (Framo) V. Momentos decisivos (F. Pittman). REQUISITO DE ACREDITACIÓN: Asistencia. Un
Ensayo (Ideas principales,
idea
central y conclusiones)
Participación. El ensayo del material a entregar el primer día de clase. BIBLlOGRAFIA: Jaén, P. (2005) Terapia de Parejas. CCS. Madrid. Pittman, F. (1998) Momentos decisivos. Paidós. Barcelona Sager, C. (1980) Contrato matrimonial y terapia de pareja. Amorrortu Framo, J. (1985) Matrimonio y terapia marital. En Andolfi, M. y Zwerling, 1. (comp.) Dimensiones de la terapia familiar. México Paidós.
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ANTECEDENTES HISTÓRICOS A LA PSICOTERAPIA DE PAREJA La consideración del matrimonio como la primera célula a partir de la cual se desarrolla la familia ha hecho que las relaciones matrimoniales sean objeto de interés desde diferentes puntos de vista (sociológico, antropológico, religioso, moral, etc.). En el caso de la psicología, el acercamiento al estudio de la relación matrimonial ha ido ligado al desarrollo de las ciencias sociales y psicológicas, y la terapia de pareja, tal y como la conocemos hoy en día, ha recibido las influencias de numerosos campos científicos. En los últimos años, el interés por comprender mejor los mecanismos que regulan los conflictos conyugales y el modo de abordados ha aumentado de forma paralela al aumento de divorcios, separaciones y la aparición de «nuevas estructuras familiares» en el mundo occidental. Una correcta comprensión de la terapia de pareja tal y como la conocemos en la actualidad exige, desde nuestro punto de vista, un acercamiento, aunque sea breve, a la evolución histórica de dicha disciplina y su relación con las corrientes psicológicas principales. En este repaso histórico del desarrollo de la terapia de pareja hemos observado que el estudio científico del matrimonio viene respaldado desde tres áreas de la ciencia sobre todo: la sexología, la psicología y el trabajo social. A continuación resumimos las aportaciones realizadas por cada disciplina a la terapia de pareja y acabaremos por ofrecer una perspectiva del momento actual en que se encuentra.
1.
LAS APORTACIONES DE LA SEXOLOGÍA
El área de la sexualidad humana fue la primera, de entre todos los aspectos relacionados con la relación de pareja, que fue objeto de atención por la ciencia. Si bien los primeros acercamientos a la sexualidad se remontan a finales del siglo XIX, en general se considera que la entrada definitiva en el estudio Científico sobre la sexualidad se produjo con la llegada de los dos informes Kinsey que 4
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recogían entrevistas extensas con más de 12.000 personas. A pesar del rechazo recibido por parte de muchos estamentos sociales, la publicación de estos trabajos marca un hito en el desarrollo de la sexología. A partir de ese momento la terapia sexual comienza entonces a tener un enorme desarrollo con la aparición de la psicología conductual y posteriormente con el enfoque racional-emotivo de A. Ellis (ver Tabla 1) y experimenta el respaldo definitivo para toda una línea de investigación a partir de la obra de Willian H. Master y Virginia E. Jonson (1966) que desarrollaron un modelo de intervención desde un enfoque conductual y cognitivo. A pesar de eso, no todos los autores coinciden en la consideración de la terapia sexual como una psicoterapia. Algunos autores consideran que la terapia sexual es un acercamiento ecléctico a los problemas sexuales en la pareja donde se mezclan la terapia cognitiva, la teoría de los sistemas y la psicoterapia conductual. La ausencia de un cuerpo teórico y su metodología ecléctica hacen que pueda ser considerada más como una modalidad de la terapia de pareja (Simon y cols., 1985). El desarrollo de la sexología ha sido muy importante en el crecimiento de la terapia de pareja, ya que ha puesto de manifiesto la importancia de la sexualidad en el contexto de la relación y ha recuperado los aspectos biológicos que a menudo han sido dejados de lado en el tratamiento psicológico de la relación de pareja. Un importante mérito de la sexología ha sido el desarrollo de instrumentos psicométricos destinados a la medida de diferentes aspectos de la sexualidad y la aplicación de técnicas psicológicas, sobre todo las derivadas de la terapia conductual, a la esfera de las disfunciones sexuales.
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TABLA 1 PRINCIPALES HITOS EN EL DESARROLLO DE LA SEXOLOGíA
2.
DE LA ORIENTACiÓN FAMILIAR A LA TERAPIA FAMILIAR
Algunos autores como Sager (1966), Broderick y Schrader (1981), Ríos (1984), Navarro (1989) o Garrido, Moreno y Sánchez (1996), consideran que anterior a la terapia de pareja es la orientación y asesoramiento matrimonial, actividad ésta que se desarrolló al margen de psiquiatría a cargo de profesionales como médicos, abogados y asistentes sociales interesados por resolver problemas estrictamente matrimoniales. En la siguiente tabla resumimos algunos de los hitos más importantes en el desarrollo de esta profesión. Se podría afirmar que hacia 1963 la práctica del consejo matrimonial tenía una identidad razonablemente bien establecida. 6
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En 1940 se atendía el 89% de las consultas de forma individual, en 1955 el 88%, en 1960 el 83%. Las entrevistas conjuntas se han ido incrementando, si bien no de forma espectacular, del 5% en 1940 al 15% en 1960, constituyendo de algún modo una de las principales señas de identidad de los consejeros matrimoniales (Navarro, 1987). Tal y como recoge este autor (Tabla 2), es posible reconocer la evolución de la terapia marital a través del incremento en el número de publicaciones a lo largo del tiempo, que pasó de 5 antes de 1940 a un total de 415 en 1972 repartidas en, al menos, 50 revistas de diferentes materias: Psiquiatría, Psicología, Trabajo Social, Sociología, etc. Una de las conclusiones de tal revisión es que el autor encontró una gran dispersión en el campo observable por la falta de citas de los trabajos de otros autores en los nuevos trabajos. Entre 1931 y 1968 en una muestra de 178 artículos, el autor encontró que el 68% de los trabajos no eran citados por otros, y que sólo 15 eran citados tres o más veces. Parece que ha sido en la última década cuando se produjo un aumento progresivo de la cohesión en la materia. Parte de culpa en esa dispersión y que constituyó un obstáculo para el desarrollo del campo de la terapia marital fue, según Broderick y Schrader (1981) la ausencia de una revista por parte de la AAMCO. La aparición del Journal of Marriage and Family Counseling en 1975, rebautizado cuatro años después como Journal of Marital and Farnily Therapy a cargo de William C. Nichols contribuyó en gran medida a que la terapia marital se fuese estableciendo como un procedimiento psicoterapéutico independiente y bien definido. En la actualidad, los campos de la orientación familiar y el consejo y asesoramiento marital se hayan muy diferenciados de la terapia familiar y la terapia de pareja, no ocurriendo lo
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HITOS PRINCIPALES EN EL DESARROLLO DE LA TERAPIA MATRIMONIAL
TABLA 3 NÚMERO DE PUBLICACIONES EN TERAPIA MARITAL EN PERíODOS DE TIEMPO SELECCIONADOS
Pre-1940
5
(1,2)
5
1940-1948
11
(2,7)
16
8
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1949-1951
16
(3,8)
32
1952-1954
16
(3,8)
48
1955-1957
21
(5,0)
69
1958-1960
29
(7,0)
98
1961-1963
45
(10,9)
143
1964-1966
68
(16,4)
211
1967-1969
119
(28,7)
330
1970-1972
85
(20,5)
415
Total
415
(100,0)
Fuente: Gurman (1973, pág. 49) en Broderick y Schraeder (1981, pág. 15)., mismo entre estas dos últimas que en ocasiones se confunden. Ello se debe según autores como Simon, Stierlin y Wynne (1984), a que el desarrollo de la terapia de pareja se produjo junto a la terapia familiar ya que desde el punto de vista de la terapia familiar; la pareja es un subsistema dentro del sistema familiar, por lo que el trabajo con el matrimonio no puede hacerse sin tener en cuenta el contexto familiar más amplio. Como se observa, la orientación familiar surge desde el interés de diferentes disciplinas por ayudar a la familia en crisis, lo cual ha influido en la ampliación de la terapia de pareja hacia muchos de esos contextos. Por otro lado, la orientación familiar se ha ido profesionalizando cada vez más, estando algunos de los campos de actuación en la frontera con la terapia de pareja, lo cual hace que algunos de los profesionales de la orientación familiar y el consejo matrimonial ejerzan asimismo como terapeutas de pareja. 3.
EL PSICOANÁLISIS Y LA TERAPIA FAMILIAR
Si bien Freud no ejerció nunca como un terapeuta familiar en sentido estricto, sí puso las bases para la comprensión y desarrollo de La futura terapia familiar (Bowen, 1991; Framo, 1991; Garrido, 1995; Stierlin, 1979). Esta afirmación se 9
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sustenta en la aportación freudiana para la comprensión de la dinámica del enamoramiento y la creación de los vínculos de pareja. La descripción del complejo de Edipo, así como las aportaciones al desarrollo libidinal, supusieron un pilar básico para el entendimiento del crecimiento de la personalidad. Una primera esquematización relativa a la elección adulta del objeto amoroso nos la ofreció Freud en Tres ensayos para una Teoría Sexual en 1905. En ella aludía al tipo de elección mediante apoyo en los modelos paterno y materno. Desde estas aportaciones se abrió un interesante campo de investigación que estudia las relaciones infantiles con los progenitores y su paso hacia la elección de objeto adulto. Freud afirmaba que «la inclinación infantil hacia los progenitores es ciertamente la huella más importante, si no única, que, renovada en la pubertad, señalará posteriormente el camino de la elección de objeto». Más tarde en su obra Introducción al narcisismo (1914), amplió el tema. Para Freud la elección del objeto es doble. Puede ser de tipo narcisista cuando la persona ama lo que ella es, 10 que ella fue y lo que ella querría ser; o cuando ama a la persona que fue parte de su propio yo. Y puede ser del tipo «mediante apoyo», si ama a la mujer nutricia, al hombre protector ya la serie de personas que han hecho sus veces. Como se puede observar, la aparición de la familia en la escena del psicoanálisis es muy temprana. El mismo Freud, ya en 1909, en el tratamiento de la fobia de El pequeño Hans, utilizó al padre del niño como intermediario en la terapia de Hans, y el caso Dora (1905) y en Historia de una neurosis infantil (Caso del hombre de los lobos) (1914-1918) presta gran atención a la influencia familiar en la evolución y formación de la personalidad de los individuos, aparte de que ya había señalado la importancia de la familia en los problemas psicológicos a través del su concepto de complejo de Edipo. La Tabla 4 nos resume algunos de los hitos dentro del psicoanálisis que derivan en el modelo de terapia de pareja psicoanalítico. En los años treinta del siglo xx la expulsión de un gran número de psicoanalistas de Europa debido en gran medida a su condición judía y su posterior 10
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establecimiento en Estados Unidos y Latinoamérica, supuso el encuentro de éstos con profesionales de ciencias como la Sociología y la Antropología que se encontraban en pleno desarrollo. Esto es señalado por Bueno (1985) como uno de los factores que ayudaron a introducir cambios y modificaciones en los presupuestos y concepciones teóricas del psicoanálisis.
«Ejemplos que pueden citarse son Erickson, Fromm, Harry Stack Sullivan, que fue el analista más orientado hacia el terreno de lo interpersonal, con influencia, entre otros, de H. Mead y Cooley, y que, a su vez, tuvo repercusión en terapeutas familiares como Jackson o Bowen. Otros, como Erickson, K. Homeyo PrommReichman permitieron un mayor entendimiento de la relación de la conducta de un paciente y sus experiencias e interacciones familiares» (Bueno, 1985. Pág. 29).
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Un ejemplo de esa evolución la encontramos en Adler, que podría ser considerado como el primer terapeuta familiar de la historia de la psicoterapia, no sólo por su concepción interactiva y finalista del síntoma, sino también por ser el primero en establecer el tratamiento en el seno de la familia. Adler no trabajaba con toda la familia, pero siempre que trabajaba con alguna parte del sistema lo hacía teniendo en cuenta el contexto del individuo y sus prescripciones se orientaban a obtener cambios en ese contexto (Broderick y Schrader, 1991). Algunos de los aportes de la teoría adleriana que han podido influir en el desarrollo de la terapia familiar son: 1.
Planteó la desigualdad de los sexos como un factor importante para la inestabilidad matrimonial (Adler, 1967, pág. 213). Adelantándose de este modo a posiciones de la actual terapia feminista y a otros movimientos que han dado mucha importancia al tema del género.
2.
Destacó el papel de la cooperación de los esposos y de los padres para el bienestar de los hijos (Adler, 1967, pág. 217).
3.
Propició una visión estructuralista de la familia con sus concepciones con respecto a los límites, las triangulaciones y con respecto al papel de chivo emisario de los hijos (Adler, 1967, pág. 111).
4.
Enfatizó el desarrollo de los vínculos extrafamiliares, tanto en la familia extensa como en la comunidad.
5.
Abrió y desarrolló el campo de las relaciones fraternas en el núcleo familiar.
6.
Se ocupó de familias marginales y de situaciones de abandono y maltrato.
Otro interesante ejemplo de la evolución del psicoanálisis a la terapia de pareja lo tenemos en H. S. Sullivan y su terapia interpersonal que desarrolla en 1947 a través de su obra La teoría in ter personal de la psiquiatría. En ella 12
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pone el acento claramente sobre la relación que el individuo «enfermo» mantiene con los otros. El desorden o trastorno mental obedece a la puesta en acción de patrones de relación interpersonal inadecuados e inapropiados, aprendidos en el contacto con las figuras significativas del entorno, particularmente la madre. Por lo tanto, para Sullivan, uno adquiere salud mental en la medida en que se vuelve consciente de sus relaciones interpersonales (Broderick y Schrader, 1991). La ampliación del foco de intervención desde lo intrapsíquico a lo interpersonal, su papel como investigador en relaciones familiares muy perturbadas (permitiéndose incluso grabar sesiones) y en definitiva, su visión sistémica de las disfuncionalidades, son las mayores aportaciones que Sullivan realiza al campo de la terapia familiar y de pareja. Sus trabajos fueron de gran importancia para terapeutas familiares y de pareja como Framo o Stierlin (Stierlin, 1997). Por último señalaremos la obra de Ackerman, otro psicoanalista culturalista, autor de la obra Diagnóstico y tratamiento de las relaciones familiares en 1958, un clásico dentro de los estudios sobre psicopatología familiar. En él hace un enfoque dinámico con perspectiva psicosocial y presenta interesantes aspectos clínicos tras 25 años de experiencia en la Clínica de Salud Mental Familiar de Nueva York y en la Clínica Psicoanalítica de Columbia. Ackerman ha sido considerado como uno de los autores que mejor ha sabido combinar las aportaciones psicoanalíticas y sistémicas. Señaló que la identidad de cada persona tiene varios aspectos: uno individual, otro como miembro de varios subsistemas familiares y otro como miembro de la familia como un todo. Las relaciones entre la identidad individual y la identidad familiar se caracterizan por el sutil interjuego de proceso de combinación y diferenciación. Para Ackerman la identidad individual requiere la identidad familiar, y la identidad familiar requiere a su vez el apoyo de la comunidad más amplia (Ackerman, 1954). El autor concede gran importancia a las emociones dentro del sistema familiar, y a los procesos de individuación, aspectos ambos que se han 13
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convertido con posterioridad en algunas de las señas de identidad de los modelos dinámicos y los modelos humanistas de terapia familiar. En resumen, encontramos que dentro del psicoanálisis se produjo una apertura hacia la inclusión de las parejas y las familias como consecuencia de los fracasos de muchos de los tratamientos psicoanalíticos y también de su duración (Bowen, 1966). Esta apertura se tradujo en una incorporación progresiva de los conceptos derivados de la nueva corriente sistémica y la cibernética, siendo posible en la actualidad, identificar dentro de la terapia de pareja una corriente que ha trasladado los presupuestos psico analíticos al ámbito conyugal, desarrollando toda una teoría del emparejamiento y el conflicto matrimonial con un profundo arraigo psicoanalítico (Milmaniene, 1998; Puget, 1997) y otra corriente que, aun conservando el enfoque dinámico, se ha ampliado dando lugar a las llamadas terapias de tipo experiencial (Greemberg y Jonson, 1988; Satir, 1964; Whitaker et al., 1991) y los modelos intergeneracionales (Boszormanyi-Nagy, 1994; Canevaro, 1986; Framo, 1996). En definitiva, el psicoanálisis ha aportado a la terapia de pareja el interés por lo intrapsíquico y ha permitido realizar una interpretación dinámica de la relación de pareja (Pérez Testor, 2000), centrándose sobre todo en los aspectos disfuncionales de la relación y permitiendo una mejor comprensión de los aspectos dinámicos que mantienen los conflictos. Por otro lado, ha influido en la importancia de la figura del terapeuta en el contexto de la terapia y en la persona del terapeuta como recurso e instrumento clínico.
Reacción autocompasiva de su marido y la actitud protectora de su suegra con respecto al hijo. ¿Por qué ella no le confesaba su cólera al marido? Tal vez por que podía castigado más mediante su silencio y dependencia, que mediante la expresión abierta de sus sentimientos. Al convertirse en una persona mas digna de compasión que él, ella obtenía el control total de la situación. Pero no estaba dispuesta a tolerar nuevos abusos de parte de terapeutas entrometidos o de 14
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perros fríos y mojados. Quizá fue la absurda demostración de amor del perro lo que hizo que su maniobra pasiva-agresiva resultara más innoble. Yo no lo sé; nunca ni la mujer ni nosotros volvimos a mencionarlo. En la situación en la que derribé al muchacho de la silla, ¿por qué la mujer toleraba las matoneadas del hijo? El punto de tropiezo residía en que en esa familia se pensaba que los hombres eran los únicos dueños del poder y había que preservar su dignidad. Las mujeres esperaban que el padre hiciera algo y sin embargo, creían que los hombres podían hacer lo que se les antojara. Si el marido obedecía a su mujer, perdía su áurea de poder; al restringir a su hijo, también demostraba las limitaciones de la libertad viril. Mi maniobra podria haber resultado aun más útil si yo hubiera sido mujer, pero al menos demostré que no todos los hombres creen que debe protegerse la dignidad masculina. Después de la maniobra mencionada, el padre habría perdido la dignidad en caso de que no controlara lo que era preciso controlar. En la situación en que el hombre se puso cabeza abajo, el obstáculo estaba en que la madre no estaba dispuesta a permitir que su hijo hiciera nada sensato hasta que su marido demostrara amor, mientras éste hacía gala de una impaciencia fútil pero apropiada. Esta pareja permitía que su hijo languideciera en la incompetencia funcional mientras ellos debatían la naturaleza del amor. En estos casos la técnica funcionó. La mayoría de las veces no sucede lo mismo, lo cual no constituye un problema, pues al momento siguiente surgirá una nueva oportunidad para aplicar otra técnica. No es que estas técnicas hayan sido planeadas; sencillamente se dieron así. Yo habría podido igualmente escribir una carta a alguien, aplicar una paradoja, hacerme el indefenso, irme a dormir y recordar un sueño o interpretar una escena fantaseada. Cualquiera de estas cosas habría causado algún resultado. Nunca me duermo en una sesión, pero he hecho todo tipo de cosas, a veces con éxito, a veces sin el. En 1971 escribí, junto con mis colegas de Denver, un informe sobre técnicas, en el que incluía la paradoja, la negación de los síntomas, el empleo del propio lenguaje simbólico del paciente, 15
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etc. Estas técnicas amables se asocian con una actitud no culpógena de intolerancia frente al síntoma y de respeto por el mensaje que él simboliza. Cada tanto, el terapeuta tal vez tenga que ir más allá de esta semántica amable. La terapia del cocker spaniel mojado es una metáfora de la inventiva desesperada con la cual el terapeuta da un suave codazo a la familia para que pase por alto su obstáculo. Estos codazos son específicos y difieren de otras técnicas más rutinarias que suelen ser procedimientos desestructurantes para detener el reciclaje de la vieja y repetida definición del problema, mediante la cual la familia impide que ocurra el cambio. Una vez que el problema se ha redefinido y la acción necesaria está perfectamente clara, el codazo no hace más que empujar a uno de los miembros de la familia a realizar un acto simbólico que produzca el cambio sistémico. Al cabo de veinticinco años en esta profesión de la terapia familiar, me asombra comprobar con cuán poca frecuencia es preciso aplicar técnicas dramáticas. Anderson y Stewart (1983) han compilado una invalorable colección de técnicas para superar la resistencia, y casi todas ellas son directas y amables. Estoy seguro de que cualquier terapeuta podría desarrollar' toda su carrera sin tener que echar mano de ningún recurso ni remotamente tan llamativo como los mencionados. Un peligro de estas técnicas fuera de lo común reside en que se las emplee en un momento inoportuno de la terapia. Resultaría grotesco aplicar una paradoja por teléfono cuando alguien llama para pedir la primera cita, o cuando la familia acude a informar sobre su excelente realización de las tareas asignadas. Sería inapropiado que el terapeuta se mostrara arrogante cuando la familia recién llega o se hiciera el indefenso cuando está a punto de irse. Tampoco conviene acostumbrarse a usar como gambito de apertura una técnica de fingimiento, una pantalla en blanco o derribar a alguien de la silla. Además, uno no hipnotiza o medica a los extraños, ni se vuelve loco frente a ellos, ni les monta un espectáculo. Del mismo, modo, no es aconsejable quedarse tranquilamente sentado cuando la gente se niega a hacer algo que solucionaría el mismo 16
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problema sobre el cual siguen lamentándose. PUNTOS CRUCIALES PERO QUE SE DESATIENDEN CON FRECUENCIA En primer lugar, la gente acude a la terapia con el objeto de no cambiar. Acaso estén dispuestos al cambio de muchos y diversos modos, al igual que todos nosotros, pero ahora se hallan bajo presión para lograr un cambio que en cierto modo desean evitar. Usted debe averiguar cuál es ese cambio que tanto temen y, de ser posible, al menos simular que se une a ellos para protegerlos contra el cambio. Una vez logrado ese cambio, todos los demás resultarán menos amenazadores. Segundo, el cambio precede a la comprensión. Salvo el terapeuta, no es necesario que nadie más entienda los motivos fundamentales de un cambio. Este existe como conducta independientemente de la psicodinámica o los conflictos de la familia. Tal vez usted deba producir el cambio antes de que cualquiera quiera se muestre de acuerdo con él. Tal vez nunca vuelva a repetirse en forma voluntaria, pero nunca se borrará. Una vez producido, el cambio pasa a formar parte del repertorio familiar para que se lo pueda evocar cada vez que sea preciso, aunque en un principio haya sido motivado, o no, por la comprensión, la negociación, la paradoja o un perro mojado Tercero, la emoción no es en verdad muy importante, salvo si constituye un obstáculo para la acción. En la terapia, si uno se concentra en los sentimientos les otorga una importancia que distrae del problema en cuestión. La gente espera que los terapeutas tengan la gentileza social de prestar atención a sus sentimientos, pero el terapeuta debe pronto dejarlos de lado V ocuparse de la conducta, Lo que produce tanto el cambio estructural como emocional es el cambio de conducta de un individuo tras otro. Comunicación es conducta. También lo es escuchar. Cuarto, una familia en crisis se halla mucho más abierta al cambio que una familia que no siente que el cambio tan temido es inminente. Las técnicas para 17
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intensificar la crisis son muy diferentes de las empleadas para provocar un cambio mínimo frente al caos. Cuando adapte técnicas de otros terapeutas a su estilo propio, es importante que tenga en cuenta el tipo de familias y las situaciones con las que ellos han trabajado anteriormente. Quinto, las familias no son muy frágiles, Por lo general antes de resolver consultarlo a usted ya han resistido durante algún tiempo a la sabiduría y las buenas intenciones de todos sus conocidos. Tal vez usted logre con sus técnicas que abandonen la terapia, pero es improbable que los lastime, a menos que trate de protegerlos al uno del otro o a todos, del cambio o de la realidad. Sexto, la terapia no es un acto de amor. Los terapeutas pueden muy bien amar la salud, la ampliación de los repertorios de conducta de la gente o el proceso de cambio. Tal vez sientan por sus pacientes el mismo tipo de afecto que los cirujanos tienen por los suyos, o el que demostraba Miguel Ángel por el mármol, pero para un terapeuta es destructivo amar la patología de su paciente y protegerlo del cambio. La terapia es un acto de agresión en el cual usted ataca, aunque lo haga de manera suave e indirecta, la patología que el paciente más venera. Septimo, aunque es provechoso que las familias se sientan cómodas en la terapia y que gusten del terapeuta y éste de ellas, el amor por el terapeuta puede no contribuir a los buenos efectos de la terapia. El hecho de que los miembros de la familia simpaticen mucho o poco con el terapeuta no siempre guarda relación con la simpatía y el amor que sentirán por sí mismos cuando la terapia haya concluido. Si la relación entre usted y la familia es muy huena, pero no ocurre ningún cambio, quizá sea preciso que usted recurra en última instancia a una maniobra dekamikaze. Quizá deba convertirse en una persona lo suficientemente desagradable como para echar a la familia de la terapia, pero con una inolvidable claridad acerca de lo que deben hacer para seguir evitándola. Octavo, la mayoría de los problemas del mundo no son tanto el producto de la patología de la familia de un individuo como de la mala información contra la cual 18
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la gente lucha con valentía para poder abrirse paso. Sus técnicas. son infinitamente menos importantes para usted o para su paciente que su sentido común y su buen juicio. Noveno, las técnicas se reservan para un uso ocasional. Un terapeuta como J ohn Weakland, famoso por su discreta sutileza, puede obrar parte del tiempo de manera apenas diferente que la del terapeuta Mauricio Andolfi, conocido por su teatralidad. Existe una diferencia de estilo entre un terapeuta y otro, pero tal vez se deba sencillamente a una cuestión de personalidad. Las técnicas de terapia familiar están a disposición de los terapeutas de todos los estilos. Décimo, la terapia debe considerarse un proceso mediante el cual la sensatez del terapeuta es transferida al paciente. El terapeuta se niega, con calma, a ver el problema de manera emocional y, en cambio, adopta un punto de vista práctico, que revela a la familia. Esto no puede ocurrir si el terapeuta actúa de modo irracional o incluso emocional ante el problema. De modo que usted no debe comprometer frívolamente su cordura. No obstante, hay momentos en que una conducta suya inesperadamente ilógica, emocional, activa o de cualquier otro tipo, puede ejercer un poderoso impacto. Esto sólo es posible si la familia ya confía en su sensatez, su calma, su objetividad. Las técnicas irracionales, desde la paradoja hasta los cocker spaniels mojados, surten su efecto por contraste con el enfoque habitual. Para desentrañar la asombrosa serie de crisis inherentes a la comedia humana, los terapeutas deben disponer de todo un arsenal de técnicas que les permita emplearIas ocasionalmente cuando los enfoques directos no surten efecto. La poca frecuencia con la que un terapeuta recurra a tales técnicas quizá sea un índice de su destreza. Y el hecho de que se halle dispuesto a emplearlas en las raras ocasiones en que no funciona ninguna otra quizá sea un índice de su inventiva.
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LA NATURALEZA DEL MATRIMONIO y SUS TRANSICIONES Todo O nada "Es imposible estar casado y bien al mismo tiempo." -Palabras de una persona casada. "Cualquier matrimonio, feliz o desdichado, es infinitamente más interesante y significativo que cualquier romance, por apasionado que sea." -W. H.Auden Los profesores de natación que enseñan técnicas para no ahogarse saben que la gente se ahoga cuando le tiene miedo al agua y lucha por mantenerse a flote. Si estas personas pudieran seguir adelante y sumergirse en el agua, descubrirían que pueden flotar sin peligro, respirar con comodidad y relajarse por completo. El esfuerzo que se hace, estando en el agua, para evitar ser tragado por ésta resulta agotador y potencialmente fatal. El matrimonio es algo temible. Muchos se ahogan en lugar de rendirse a él. Tratan de protegerse de él o de ganarle y, por lo tanto, están destinados al fracaso, ante un estado tan sencillo pero tan completamente absorbente. Los matrimonios fracasan con la misma frecuencia con que salen airosos. El matrimonio es claramente frágil y propenso a la crisis. La gente forma pareja, se casa y se divorcia, echándole la culpa a la índole del matrimonio, o a la del sexo "opuesto", o a la de su compañero específico, o al momento de la vida en que se casaron, o a la química, o a los astros, o al desgaste del amor. Pocas personas se preparan para el matrimonio o incluso creen necesaria dicha preparación. Se les dice: "Cuando llegue la persona indicada para ti, lo sabrás y, entonces, ocurrirá el milagro y vivirán felices para siempre". De algún modo la sociedad transmite el mensaje de que el matrimonio funciona mágicamente si se produce entre las personas "adecuadas”, y si no funciona ello se debe a que ninguna de ambas era la "correcta" para la otra.
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La gente se casa con esquemas y expectativas basados en su experiencia anterior en la propia familia, por lo general el matrimonio de los padres que, de algún modo, se les ha mantenido en secreto. Si el matrimonio de los padres era abiertamente conflictivo, es probable que ninguno de ellos haya sido lo bastante objetivo como para dar a sus hijos indicaciones útiles acerca de qué es lo que funciona y qué es lo que no funciona. Si los padres se casaron varias veces, quizá los hijos hayan aprendido algo sobre la transitoriedad de las relaciones o incluso hayan detectado algunas señales acerca de qué es lo que deben evitar. Los hijos de familias divorciadas parecen más propensos al divorcio. Quizá no han aprendido cómo solucionar los problemas maritales pero sí cómo escapar de ellos.
.
En teoría, la gente que ya ha estado casada antes debería lograr mejores resultados en un matrimonio que los primerizos. Son mayores, saben más y hacen elecciones más maduras y con mayor cautela. Pero daría la impresión de que en realidad no es así. La tasa de divorcios para los segundos matrimonios es en verdad más alta que para los primeros. Los psicólogos clínicos observan que es muy frecuente que la gente vuelva a casarse una y otra vez con la misma persona. Esto nos hace pensar que la gente aprende muy poco del primer matrimonio. De modo que las personas se casan con los ojos brillantes y las esperanzas intactas sin tener en cuenta los muchos o pocos matrimonios, propios y ajenos, que han padecido antes. Esperan que éste será diferente porque por fin han encontrado la persona "perfecta". Han encontrado a alguien que es idéntico a sus padres o totalmente diferente de ellos (o que es idéntico a alguna otra persona, o totalmente diferente). Luego reaccionan con horror al descubrir características que les recuerdan a su madre, o a su primer marido, o a su segundo padrastro, o a cualquier otro. No han aprendido que un cónyuge no es alguien que cayó del cielo sino el producto de una capacitación en el lugar de trabajo. Y esta capacitación en el lugar de trabajo del matrimonio no es muy romántica que digamos. TODO LO QUE NO SE DOBLE SE ROMPERA El matrimonio es tanto más propenso a la crisis cuanto menos flexible. 21
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Las inflexibilidades prevalecen más cuando el matrimonio incluye dos personas rígidamente diferenciadas por su sexo, cuando depende de que el romance mantenga invariable su altura emocional, o cuando no hay una red de relaciones funcionales y emocionales que sirvan de apoyo al matrimonio para reforzarlo y darle ductilidad. Por desgracia, los mismos factores que hacen a la intensidad del cortejo -romance, aislamiento de la pareja y fuertes diferencias sexuales- son los que tornan azaroso el matrimonio. Sexo y tendencia a la crisis El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer. Cada uno ha sido educado para formar la mitad de una pareja, y es por lo tanto un ser humano incompleto. A los hijos se los prepara para los rituales del cortejo, extremadamente importantes, Y se los va moldeando en los estereotipos de su sexo. En el pasado, a los muchachos se los preparaba para que fueran duros y seguros, invulnerables, competentes en todo, para que no tuvieran miedo, al punto de convertirse en personas que no demostraban jamás sus emociones. También se les permitía ser groseros, vulgares, materialistas, promiscuos en lo sexual y dominantes e, incluso, los alentaban a -ello sus familiares, sus pares, sus modelos y la sociedad. El estereotipo masculino tradicional, cuando se lo lomaba al pie de la letra, producía seres que reunían todas las características de un tirano psicopático, adicto al trabajo y obsesivo-compulsivo. A las niñas se les enseñaba a ser pasivas, colaboradoras, funcionalmente limitadas, emocionalmente románticas, de buenos modales, dispuestas a sacrificarse, etc. Se las adiestraba para que controlaran las relaciones con el hombre sin mostrar su poder, sin dejar de nutrir a los hombres con lealtad ni dejar de fomentar su confianza en sí mismos. El estereotipo femenino, cuando se lo tomaba al pie de la letra, se parecía bastante a una víctima y mártir histérica, generadora de culpas y pasiva-agresiva. A las mujeres se les exigía que observaran de cerca las relaciones; a los hombres se les prohibía hacerla. A los hombres se les exigía que compitieran en todas las situaciones; a las mujeres se les prohibía hacerla directamente. Sólo por accidente 22
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alguien .podía convertirse en una persona completa después de tal entrenamiento sexual. Los que no lograban alcanzar el ideal de su sexo, quizá vivieran toda la vida avergonzados e inseguros. Pero los que sí conseguían parecerse al estereotipo de su sexo eran a la vez ineptos para las relaciones e incapaces de sobrevivir sin ellas. Se supone que los estereotipos sexuales se relacionan con las verdaderas diferencias biológicas entre machos y hembras. Estas diferencias son, en su mayoría, reales aunque leves. El sexo es más bien un conjunto de convenciones culturales, muy influenciado por la raza, la religión, la política y la economía. Los estereotipos se han morigerado en los últimos años y, quizá, se morigeren más aun, pero nos han dejado una cantidad de generaciones de hombres y mujeres muy diferenciados según el sexo, que se sienten desorientados ante los cambios en las expectativas sexuales de los últimos años. y nos engañamos al pensar que esta morigeración en los estereotipos sexuales ha alcanzado a todos los sectores de la sociedad. Seguimos produciendo hombres y mujeres lisiados por su excesivo sentido del sexo. Tal vez el adiestramiento en la diferenciación sexual prepare mejor a la gente para el cortejo que para la vida; en verdad, es muy probable que una persona que aprende bien los roles de su sexo resulte incapaz de compartir las experiencias de la vida con alguien que ha recibido un adiestramiento y diferenciación sexual totalmente diferentes. Sólo está preparada para una danza estereotipada en la que cada uno desempeña su respectivo papel sexual de manera automática, independiente e impersonal. Los estereotipos sexuales son impersonales y, por lo tanto, deshumanizante. Tal vez el matrimonio no se torne lo bastante personal para funcionar bien hasta que se resquebrajen los límites del sexo, y esto resulta atemorizante, porque a los niños y a las
niñas se les ha enseñado que la
vergüenza y el ridículo esperan a aquellos que no consiguen vivir de acuerdo con el ideal sexual prototípico. Más aun, si la gente piensa en su pareja como "un hombre" o "una mujer", no 23
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como en otro ser humano, y espera determinada conducta basada en la distinción de sexo, puede sentir confusión, decepción e incluso indignación al descubrir al verdadero ser humano que se oculta bajo el estereotipo sexual. Hay quienes se enojan tanto con el sexo "opuesto" que ignoran al ser humano y sólo ven al estereotipo. Acaban creyendo que el matrimonio es o bien "un complot masculino para explotar a las mujeres" o bien "un complot femenino, para esclavizar a los hombres". Estas personas no llegan nunca a funcionar bien en el matrimonio. Las relaciones entre los sexos no pueden ser verdaderamente iguales mientras e! divorcio siga siendo más desventajoso en lo económico para las mujeres que para los hombres, y la moda determine que los hombres de , mediana edad se consideren más deseables como cónyuges que las mujeres' de la misma edad. Tal vez las mujeres no sean capaces de lograr la igualdad dentro de! matrimonio, pero son aún menos capaces de hacerla fuera de él.
.
Nuestros convenios sexuales actuales significan que las mujeres deben valorar más su matrimonio que los hombres: una desigualdad patente. Estos convenios sexuales se hallan en un continuo fluir. El proceso de reevaluación y cambio en el sexo y el matrimonio produce permanentes conflictos, sobre todo cuando una mujer, educada para tener muy en cuenta las relaciones humanas, trata de vincularse con un hombre, adiestrado para seguir las reglas y no advertir nada tan personal como una relación, para no rendirse a las mujeres y no perder ninguna competencia. 3. La desigualdad percibida entre ambos integrantes de un matrimonio debilita a éste y aumenta la probabilidad de resentimiento y rebelión. Hay quienes esperan que su sexo sea más igual que el otro y, por lo tanto, son capaces de calificar de desigual incluso a una relación igualitaria. Si el hombre o la mujer mide el desempeño sexual basándose en cuánto domina uno al otro, la igualdad es intolerable. Los roles sexuales estrictos tornan al matrimonio inflexible y, por lo 24
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tanto, propenso a la crisis. La flexibilidad de los papeles sexuales aumenta la adaptabilidad conyugal y vuelve más abierto el conflicto marital, lo cual para algunas personas es insoportable. Romance Y propensión a la crisis Otro problema del matrimonio es el romance que seduce a la gente y la lleva a esperar demasiado. El romance es maravilloso. Huele como un auto nuevo y desaparece casi tan rápido. Pero no tiene nada que ver con la vida real. 1,11 mayoría de la gente en edad de casarse no ha aprendido aún la diferencia entre el amor y el romance: algunos no lo hacen jamás. El romance, según Webster, es un "cuento ficticio y maravilloso", por lo tanto "una experiencia que encarna la cualidad de lo pintorescamente insólito". Es obvio que tales experiencias, aunque excitantes, no son muy sensatas. por pintorescamente insólito que sea el fondo del Gran Cañón del Colorado ola cima del monte Everest o un día en el circo, muy pocos escogerían vivir siempre allí. Sin embargo, la sociedad ha decretado que el romance debe ser la base a partir de la cual elegir a un compañero para toda la vida. Cuando alguien se siente "arrebatado de amor", especialmente por un extraño que le resulta romántico (es decir, pintorescamente insólito), la sensación es tan intensa y excitante que ambos se sienten dispuestos a firmar para toda la vida. Están enamorados , personalizando así esta excitación romántica y con la esperanza de que el matrimonio la vuelva permanente. Estar enamorado es, desde luego, una forma de locura temporaria. Kubie (1956) lo describe como "un estado obsesivo impulsado en parte por la ira". Puesto que la intensidad de la excitación romántica es directamente proporcional a lo pintoresco y lo singular -y por lo tanto a lo inadecuado- de la relación, las combinaciones mas disparatadas son justamente también las más intensas. Hay mucha gente que desea más la magia del romance que el matrimonio.
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No se pueden tener ambas cosas a la vez: uno es pasajero, el otro es para siempre. Los romanticistas inflexibles no pueden tolerar la intrusión de .mociones carente s de "amor" o de "cariño"; por lo tanto, la ira se convierte en una crisis tan intensa que llega a oscurecer el problema que la causó, tornando así imposible solucionarlo. Algunos tratan de mantener viva la llama de la magia, evitando la mundanidad de la realidad práctica y fomentando, en cambio, experiencias asombrosas y desconcertantes que provean un marco pintorescamente insólito para una relación que se vuelve cada vez más mundana. Tal vez esto sirva de algo, pero el costo suele ser la cordura de alguno o de todos.
l. El concepto de contrato matrimonial y sus aplicaciones en terapia
Los contratos matrimoniales escritos han existido desde los orígenes de nuestra historia. En 1971, el New York Times informó que dos eruditos habían traducido un contrato matrimonial celebrado entre Tamut, una liberta recién convertida al judaísmo, y su esposo Ananiah bar Azariah, funcionario del templo israelita de Elefantina, isla del Nilo. El documento databa del año 449 a. C. La fotografía con rayos infrarrojos, sumada a otras técnicas nuevas, reveló que Tamut debió de haber regateado bastante, y con éxito, ya que el papiro mostraba varias borraduras y correcciones, todas ellas a su favor; por ejemplo, se modificó la disposición de que, en caso de enviudar, heredaría la mitad de los bienes de su esposo; otorgándosele en cambio su totalidad, y se especificó que su antiguo amo sólo podría reclamarle a su hijo, Pilti, a cambio del pago de 50 siclos, que era una suma prohibitiva. Otras modificaciones aumentaron el valor de la dote que ella debía aportar al matrimonio. ¡Evidentemente, la lucha por los derechos de la mujer no comenzó con George Sand!
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Contratos legales En todas las épocas, los códigos legales han institucionalizado los derechos conyugales con respecto a personas y bienes, legislando generalmente a favor del varón. Empero, estos convenios legales son sólo una pequeña parte de los contratos matrimoniales a que nos referimos aquí. Recientemente, Sussman, Cogswell y Ross (1973)* combinaron sus talentos de sociólogos y legistas para emprender un estudio de los contratos matrimoniales usados en la actualidad, observando que estos suelen incluir las siguientes estipulaPara las referencias bibliográficas, Sager indica en cada caso los autores y año de edición. remitiendo al lector a la bibliografía, dividida por capítulos, que se incluye al final de la obra. [N. de la r.]
ciones: 1) división del trabajo domestico; 2} uso del espacio habitacional; 3) responsabilidad de cada cónyuge en la crianza y socialización de los hijos; 4) disposiciones sobre bienes, deudas y gastos de subsistencia; 5) dedicación profesional y domicilio legal; 6) derechos de herencia; 7) uso de apellidos; 8) relaciones lícitas con terceros; 9) obligaciones de la díada marital en diversos aspectos de la vida diaria, como trabajo, esparcimiento, vida social y comunitaria; 10) causales de separación o divorcio; l l ) períodos contractuales iniciales y subsiguientes, y su negociabilidad; 12) fidelidad sexual y/o relaciones sexuales extramatrimoniales; 13) posición asumida con respecto a la procreación o adopción de niños.' Por lo común, cláusulas de este tipo figurarían -aunque no de un modo tan formalen los contratos estudiados en este libro, que son fundamentalmente acuerdos tácitos, no escritos, entre cónyuges y concubinas. El contrato formal que puede firmar una pareja expresa su ideología y resume sus principios; es una expresión concreta de sentimientos y actitudes, en la medida en que los individuos son concientes de ellas. Dichas actitudes también quedan expresadas, aunque de una 27
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manera más simbólica, cuando las parejas omiten la frase «y obedecer» en el juramento matrimonial de la esposa; esta pequeña omisión implica un gran cambio en las relaciones entre marido y mujer. Si bien deben alentarse los contratos escritos, estos no están destinados a contemplar las necesidades, expectativas y obligaciones emocionalmente determinadas, y más o menos concientes, que existen en toda relación íntima. A decir verdad, los contratos con que nos topamos en terapia no son tales: la esencia de la relación es que los integrantes de la pareja no han negociado un contrato, sino que cada cual actúa como si su propio programa rna trimonia1 fuera un pacto convenido y firmado por ambos; cada cual piensa únicamente en su propio contrato, aunque llegue a desconocer partes de él. Así pues, no son verdaderos contratos, sino dos conjuntos diferentes de expectativas, deseos y obligaciones, cada uno de los cuales existe sólo en la mente de un cónyuge. Estos no-contratos representan el ejemplo más común, clásico y devastador (en cuanto al daño que infligen a la condición humana) de falta de comunicación eficaz, de conciencia de Noto que aquí falta un punto que trate de métodos conciliatorios para aquellos casos que los cónyuges sean incapaces de resolver por sí mismos. Sería importante, al parecer, fijar algún sistema de arbitraje o ayuda de terceros a un nivel igualitario, o bien de ayuda profesional.
uno mismo y de una percepción exacta de los demás. Cada miembro de la pareja cree que recibirá lo que quiere, a cambio de lo que él dará al otro. Pero como cada cual actúa basándose en un conjunto diferente de cláusulas contractuales. e ignorado el de su compañero, y como, además. esas cláusulas van cambiando con el tiempo -al alcanzarse distintas etapas del ciclo vital y actuar fuerzas externas sobre la pareja como tal o sobre sus integrantes-, suele ocurrir que uno de los esposos modifique las cláusulas o reglas de juego sin discutidas y, ciertamente, sin el consentimiento del otro. Dadas estas circunstancias, no es 28
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sorprendente que en 1975 haya habido un millón de divorcios en Estados Unidos, lo cual representa, aproximadamente, un divorcio por cada dos rnatrimonios. Lo sorprendente es que, siendo el matrirnonio Ia más compleja de las relaciones humanas, la psiquiatría y psicología recién ahora comiencen a dejar de estudiar y tratar al individuo para ocuparse de los dos esposos dentro de su contexto conyugal. La terapia marital sólo superó la etapa de mero asesoramiento alrededor del año 1930 (Sager, 1966a, 1966b). Berman y Lief (1975) resumen el estado actual de esta especialidad, indicando que en ella se ha hecho común practicar el tratamiento conjunto -o sea, trabajar con ambos cónyuges juntos-, pero que todavía falta un sistema teórico o de diagnóstico amplio, o aceptable en líneas generales, que describa y explique los factores que contribuyen a establecer y mantener una buena o mala relación marital. Aunque los escritos sobre el matrimonio y la terapia marital abundan cada vez más, no se han desarrollado conceptos unificadores. Recientemente, en una revisión crítica de la terapia marital y familiar, se ha confirmado la falta de una base teórica sólida (Olson, 1975). Hace algunos años, mis colegas y yo establecimos el concepto de contrato matrimonial (Sager y otros, 1971), como un paso hacia la elaboración de un medio para conceptualizar y ordenar los innumerables factores intrapsíquicos y transaccionales que determinan la calidad de la interacción marital En este libro expondré mi ampliación y perfeccionamiento de dicho concepto, tal como se aplica en la comprensión y tratamiento de las relaciones defectuosas, utilizando la interacción marital como instrumento para ayudar a cada cónyuge a superar sus fallas individuales.
Contratos matrimoniales individuales Este concepto ha resultado utilísimo en el tratamiento de matrimonios y familias, como modelo para dilucidar las interacciones entre los esposos. Específicamente, 29
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procuramos comprender dichas interacciones en función de la congruencia, complementariedad o conflicto existente entre las expectativas y obligaciones recíprocas de los esposos. Siendo esta «dinámica contractual» un poderoso determinante de la conducta individual dentro del matrimonio y, asimismo, de la calidad de la relación marital, es lógico suponer que el análisis de las transacciones mari tajes basado en este modelo nos permitirá, quizás, aclarar conductas y sucesos conyugales de otro modo inexplicables, y nos proporcionará un foco en torno del cual organizar una terapia eficaz del individuo, matrimonio o familia afectados. Entendemos por contrato individual los conceptos expresados y tácitos, concientes e inconscientes, que posee una persona con respecto a sus obligaciones conyugales y a los beneficios que espera obtener del matrimonio en general y de su esposo en particular, pero subrayando, por encima de todo, el aspecto recíproco de este contrato: lo que cada cónyuge espera dar al otro y recibir de él a cambio de lo otorgado constituyen elementos cruciales. Los contratos abarcan todos los aspectos imaginables de la vida familiar: relaciones con amigos, logros, poder, sexo, tiempo libre, dinero, hijos, etc. El grado en que un matrimonio pueda satisfacer las expectativas contractuales de cada esposo en estos terrenos es un determinante importante de su calidad. Los términos de los contratos individuales son fijados por los profundos deseos y necesidades que cada persona espera satisfacer mediante la relación marital; estas necesidades pueden ser sanas y plausibles, en un sentido realista, pero también las habrá neuróticas y conflictivas. Es importantísima comprender que, si bien cada integrante de la pareja puede tener cierto-grado de conciencia con respecto a sus propios deseos y necesidades, por lo común no advierte que sus intentos de satisfacer los requerimientos de su compañero están fundados en el supuesto encubierto de que con ello satisfará sus propios deseos. Más aún, cada esposo suele ser conciente (al menos en parte) de sus estipulaciones contractuales y de algunas de las necesidades que les dieron origen, pero quizá no lo es, o 10 es apenas, de las expectativas implícitas de su cónyuge. En verdad, 30
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hasta puede suponer que existe un acuerdo mutuo sobre un contrato cuando, en realidad, no es así. En este caso, el individuo actúa como si hubiera un contrato real a cuyo cumplimiento estuvieran obligados por igual ambos cónyuges: al no poder cumplirse puntos importantes del convenio (lo cual es inevitable), especialmente cuando estos escapan a su propia conciencia, el esposo defraudado puede reaccionar con manifestaciones de ira, ofensa, depresión o retraimiento, y provocar una desavenencia conyugal actuando como si se hubiese quebrantado un convenio real. Esto ocurre, sobre todo, cuando cree que él ha respetado sus obligaciones pero su compañero no. En mi propia práctica, los pacientes y el terapeuta elaboran en forma conjunta el contenido del contrato matrimonial individual, dividiéndolo en tres categorías de información
o
estipulaciones:
expectativas
del matrimonio;
determinantes
intrapsíquicos de las necesidades del individuo; focos externos de problemas conyugales, síntomas producidos por problemas suscitados en las dos categorías anteriores. Cada categoría contiene materiales procedentes de tres niveles de conciencia distintos: -concientes y expresados; concientes pero no expresados; no concientes. Como regla general, el terapeuta puede sonsacarIes a los cónyuges mismos las estipulaciones correspondientes a los dos primeros niveles de conciencia, pues las parejas que buscan tratamiento suelen estar preparadas para verbalizar lo ya expresado, e incluso lo conocido pero no expresado por miedo o angustia. Para descubrir el material contractual que escapa a la conciencia, es preciso depender en parte de la interpretación que dé el terapeuta a lo manifestado por los pacientes. Además, los esposos ayudan a menudo a arrojar luz sobre las estipulaciones inconcientes del compañero.
Aplicabilidad del concepto de contrato En terapia marital pueden emplearse muchas técnicas y enfoques, siempre y cuando concuerden con las opiniones y preferencias teóricas del terapeuta. El concepto de contrato matrimonial es adaptable a la mayoría de los enfoques teóri31
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cos. En términos específicos, el terapeuta que utiliza el enfoque contractual supone que los desengaños relacionados con el contrato son una causa fundamental de desavenencias conyugales. Por consiguiente, procura aclarar los puntos importantes de los contratos teniendo en cuenta los determinantes psíquicos de la mayoría de las cláusulas, y, de infringirse estas, trata de ayudar a la pareja a renegociar y elaborar otras más aceptables. Aunque la comprensión y el cambio pueden darse en forma simultánea, también es posible que haya cambio sin comprensión y, a menudo, está sola no basta para 'producirlo. Como no 'siempre sabemos cuál es la manera más eficaz de generar el cambió, el terapeuta necesita disponer de una amplia gama de enfoques teóricos y técnicos. Conviene introducir el concepto de contrato individual a comienzos del tratamiento, subrayando desde un principio los elementos mutuamente satisfactorios que poseen los de los cónyuges. Con frecuencia, podemos plantear dicho concepto en la primera sesión. El temprano énfasis en los elementos contractuales positivos hace que la pareja tome conciencia de los aspectos valiosos de su matrimonio y la motiva para la difícil tarea terapéutica que le aguarda. Es importante que el terapeuta no pierda de vista los elementos positivos de la relación, incluyendo la complementariedad positiva que existe entre dos personas. Por lo general, el paciente experimenta alivio cuando logra percibir (en el sentido de un ínsigbt) las causas de la cólera e irritabilidad exacerbadas que lo perturban y confunden. Empero, también es posible que se desconcierte al verse confrontado con las decepciones sufridas en su matrimonio, por lo cual el terapeuta debe ser sensible a los efectos potencialmente disociadores que sus interpretaciones pueden ejercer sobre' la relación. El fin último del tratamiento es mejorar la relación marital, el funcionamiento de la familia y el crecimiento de los individuos, y como esto exigirá, quizás, una comunicación abierta entre los esposos, en todos los niveles, se alentará a cada uno a declararle a su compañero los aspectos tácitos de sus contratos. No obstante, 32
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el terapeuta debe actuar con máxima sensibilidad y pericia al aclarar y utilizar con eficacia el material contractual, especialmente cuando este refleja la dinámica inconciente o trasunta un intento de solucionar una dificultad intrapsíquica. La interpretación del material contractual inconciente puede provocar reacciones intensas, potencialmente muy constructivas, pero que también encierran el riesgo de un efecto negativo sobre los esposos o sobre el sistema marital. Esta clase de material debe manejarse con respeto, tal como ocurre en cualquier otra modalidad psicoterapéutica. Los progresos técnicos y de conceptualización nos permiten aplicar métodos desconocidos quince' años atrás en el tratamiento de problemas intrapsíquicos en terapia conjunta. De este modo, el esclarecimiento de las transacciones contractuales en terapia arroia luz sobre los factores intrapsíquicos y los modifica, y viceversa; el terapeuta obra guiado por su conocimiento de ambas variables. Cuando un matrimonio es viable, la aclaración de los contratos individuales puede causar una mejoría notable en la relación de pareja, así como en el crecimiento y desarrollo de cada esposo. En algún momento de la terapia, cada cónyuge se ve frente a realidades antes ignoradas por él: «En esta relación no puedo lograr mi deseo A, pero sí mis deseos B y e», o bien: «Mis deseos son quiméricos y nadie puede satisfacerlos». Estas intelecciones tienden a hacer que los individuos se empeñen más en su matrimonio Y opten por aceptar sus limitaciones realistas, 10 cual, a su vez, facilita la resolución de los problemas presentados. Sin embargo, de vez en cuando se da el caso de que la revelación de las cláusulas
contractuales
suscita
el
descubrimiento
de
desacuerdos
e
incompatibilidades' graves, previamente negadas, que pueden acelerar la disolución del matrimonio. Por ejemplo, uno de los esposos se da cuenta de que «Conceda 10 que conceda, no podré obtener lo que quiero de esta unión», o que «Sólo podré satisfacer a mi cónyuge destruyéndome a mí mismo». El 33
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hecho de que una pareja resuelva disolver su matrimonio en el entendimiento, realista y comprensivo, de que no pueden brindarse uno al otro 10 que desean, no significa que el tratamiento haya fracasado. En tales circunstancias, la disolución de un vínculo huero o doloroso puede constituir una experiencia constructiva para ambos; más aún, es posible que esto reduzca a un mínimo las experiencias penosas y destructivas que acompañan a menudo al divorcio. El concepto de contratos matrimoniales individuales ayuda a cada miembro de la pareja a familiarizarse con las necesidades propias y de su compañero, y también con sus respectivas voluntades de brindarse y de señalar los aspectos problemáticos de su relación; los matrimonios suelen mostrarse muy receptivos a esta manera de estructurar sus problemas. Esta técnica resulta particularmente eficaz en las sesiones conjuntas, ya que facilita la comunicación y coloca a los esposos en mejor posición para comprenderse a sí mismos, el uno al otro, y su relación marital al revelar se las estipulaciones contractuales. Entonces se aclaran los motivos de su infelicidad, de su conducta aparentemente irracional, de su acritud o altercados triviales: Es frecuente que, una vez adquirida cierta comprensión de sus decepciones contractuales individuales, los cónyuges se sientan menos desamparados y puedan buscar soluciones más realistas y eficaces para sus problemas.
Las expectativas recíprocas de la pareja son poderosos determinantes de la conducta. Al intervenir activamente en el matrimonio problema, tratando de alterar aspectos cruciales de los procesos generados por las expectativas recíprocas de interacción, el terapeuta puede aplicar métodos basados en la intelección psicodinámica o en la teoría del aprendizaje, junto con un enfoque transaccional sistémico. Los contratos individuales y el de in ter acción proporcionan una guía constante para la fijación de objetivos terapéuticos y para la intervención. El concepto de contrato integra los dos parámetros de los determinantes de la conducta, el intrapsíquico y el transaccional. Las cláusulas individuales derivan de 34
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necesidades y conflictos que se comprenden mejor en términos intrapsíquicos y culturalmente determinados, siendo a menudo intentos adaptativos de resolver conflictos mediante interacciones específicas. El consiguiente proceso de interacción, que constituye el contrato interaccional en sí, se convierte en un determinante fundamental de la calidad del matrimonio o relación. Los contratos individuales nos proporcionan una base dinámica para mejorar o comprender el mecanismo marital, dándonos indicios de por qué, cómo y bajo qué circunstancias se suscitan y exacerban las desavenencias conyugales. El diagnóstico dinámico varía a medida que la terapia modifica el sistema marital: cuando los contratos independientes van aproximándose más claramente a su fusión en un contrato único, con cláusulas conocidas y aceptadas por ambos esposos, cabe esperar que entre estos habrá un intercambio más saludable y satisfactorio. A esta altura, los contratos individuales han entrado en sintonía con los propósitos del sistema marital y las necesidades de cada cónyuge.
2. El contrato individual
Los contratos matrimoniales no escritos contienen cláusulas que abarcan casi todo lo referente a sentimientos, necesidades, actividades y relaciones; algunas son conocidas por el contratante y otras escapan a su conocimiento. Como la desavenencia conyugal suele caracterizarse por presentar unas pocas cuestiones claves referentes a la relación, no hace falta tratar clínicamente todas las áreas. Es posible que algunas de esas cuestiones sean importantes para uno solo de los cónyuges, pudiendo convertirse fácilmente en base de negociaciones quid pro quo cuando salen a luz. Aquí enumeramos las estipulaciones posibles, ordenándolas para que el terapeuta elija, para estudiarlas, aquellas que correspondan al caso en tratamiento.
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Los cónyuges traen a la relación marital sus propios contratos, y deben tratar de elaborar uno conjunto y único. El clínico 'les ayuda a explicitar los objetivos del sistema marital. En algunas áreas, la pareja ya comparte quizás un objetivo común, mientras que en otras habrán de buscar metas de compromiso que tengan en cuenta los deseos más vivos de cada esposo. Los cónyuges deben tratar de formular sus propósitos y objetivos individuales en forma clara e inequívoca, sin ambivalencias, para que afloren las áreas de coincidencia y desacuerdo. Como resulta difícil, si no imposible, ser un cónyuge colaborador y cabal si se advierte que la relación está operando en contra de los propios intereses, el primer paso será elaborar objetivos, metas o funciones comunes en áreas conflictivas. Una vez que se posean objetivos daros, será más fácil asignar tareas y responsabilidades, pudiendo entonces examinar y evaluar la eficiencia con que el sistema avanza hacia el cumplimiento de dichos objetivos y propósitos. Estos deben ir cambiando a medida que surjan nuevas necesidades en el ciclo de vida marital, para reflejarlas, pues de lo contrario habrá dificultades. 'Los profesionales que hacen terapia marital tienen una amplia variedad de listas del tipo y número de áreas que se 'juzgan importantes para evaluar la calidad de un matrimonio. En los últimos quince años, en que me he ocupado de tratar desavenencias maritales, el examen del material recogido de los pacientes (ya sea durante las sesiones clínicas o de sus contratos escritos, cuando los utilicé) me ha demostrado que las áreas más importantes son las que expongo a continuación. Como advertencia previa, aclaro que en un contrato matrimonial puede incluirse un número casi ilimitado de áreas, pero sería un esfuerzo innecesario tratar de mencionarlas a todas. Para nuestros fines, las cláusulas contractuales pueden dividirse en tres categoría:1 Categoría 1. Parámetros basados en expectativas puestas en el matrimonio. El acto de casarse, con o sin la sanción efectiva de la Iglesia o del Estado, denota un importante grado de compromiso, no sólo con el compañero, sino también con una nueva entidad: el matrimonio. Cada persona se casa con ciertos propósitos y objetivos específicos respecto de la institución en sí. Por lo general, no todos ellos 36
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son plenamente concientes. Categoría 2. Parámetros basados en necesidades intrapsiquicas y biológicas. Algunas necesidades individuales son de origen biológico, en tanto que otras nacen del ambiente familiar y del medio cultural total; ambas influyen en las expectativas puestas en la relación marital. Quien ha heredado una diátesis esquizofrénica puede ser más propenso a perder la confianza en su compañero; por lo tanto, es posible que subraye la importancia que ella tiene y sospeche abiertamente de los demás. Este ejemplo constituiría un caso biológico e intrapsíquico. Aunque al tratar de aislar áreas dentro de esta categoría no nos ocupamos de la etiología de las necesidades particulares, cabe aclarar que con frecuencia algunos de estos factores han formado parte de la personalidad del individuo durante largo tiempo, en tanto que otros sólo han estado latentes, manifestándose únicamente en la interacción con un determinado tipo de cónyuge. Por lo común, no hay una separación nítida entre la categoría que nos ocupa y las otras dos, sino más bien una transición gradual, con superposiciones. Buena parte del material escapa al conocimiento conciente y se esclarece extrayendo deducciones de las obras y acciones totales del paciente y su cónyuge. Las descripciones de lo visto en esta categoría variarán un tanto según la orientación del terapeuta, pero algunos aspectos serán percibidos de una manera similar por clínicos y pacientes, sean cuales fueren sus prejuicios o inclinaciones.
Categoría 3. Parámetros que son focos externos de problemas originados en las categorías 1 y 2. Después de haber examinado 750 parejas que acudieron buscando ayuda para sus situaciones conyugales, Greene (1970) estableció que las quejas más comunes, eran las doce siguientes, enumeradas por orden de frecuencia: incomunicación, reyertas constantes, necesidades emocionales insatisfechas, insatisfacción sexual, desavenencias económicas, problemas con los suegros y cuñados, infidelidad, conflictos referentes a los hijos, cónyuge dominante, cónyuge desconfiado, alcoholismo, agresión física. Estas quejas no 37
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constituyen el problema central, sino sus síntomas; describen posibles perturbaciones de las pautas de conducta transaccional, pero no la causa subyacente. De ahí que los agravios que impulsan más frecuentemente a las parejas a buscar ayuda sean de tipo derivativo, debiendo buscarse las dificultades subyacentes en las categorías 1 o 2. Categoría 1. Expectativas puestas en el matrimonio Además de las expectativas de cada esposo respecto a qué recibirá del matrimonio y qué está dispuesto a darle, el sistema marital en sí -como cualquier otro sistema- puede modificar las metas existentes o crear otras nuevas. Las áreas de expectativas iniciales más comunes pueden incluir: 1. Un compañero que sea fiel, devoto, amante y exclusivo, que ofrezca la clase de relación interpersonal ansiada, quizás, en la infancia, pero que nunca se tuvo o que se disfrutó y perdió; alguien con quien crecer y desarrollarse. 2. Un sostén constante contra el resto del mundo. Se espera que los esposos se apoyen mutuamente en la adversidad, ya derive esta de causas externas (p. ej., pérdida del empleo o problemas con la ley) o internas (p. ej., enfermedad física o mental). 3. Una compañía que asegure contra la soledad. 4.El matrimonio en sí es una meta, más que un comienzo. Algunas personas no piensan más allá del día de su boda. En vez de considerar al matrimonio como un punto más dentro de una relación continua que genera constantemente nuevos objetivos, suponen que, una vez que se casen, vivirán siempre felices «por obra de magia». 5. Una panacea contra el caos y la lucha de la propia vida. «Casándonos, todo será tranquilo y ordenado'». 6. Una relación que debe durar «hasta que la muerte nos separe». Tradicionalmente se ha visto en el matrimonio un compromiso a perpetuidad, pero 38
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hoy día muchas personas están cambiando de opinión. 7. Una relación sexual lícita y fácilmente asequible. 8.La creación de una familia, y la 'experiencia de procrear y participar en el crecimiento y desarrollo de los hijos. 9. Una relación donde el acento está puesto en la familia, más que en un simple compañero. Este concepto tiene cierta afinidad con el del «buen miembro del equipo empresario». Actualmente, en Estados Unidos hay dos corrientes contradictorias: una subraya la primacía del individuo; la otra, la primacía de la unidad familiar. 10. La inclusión de otras personas dentro de la nueva familia: padres, niños, amigos y hasta animalitos domésticos. 11. Un hogar donde refugiarse del mundo. 12.Una posición social respetable. Muchas personas creen que el hecho de estar casado, de ser o tener un esposo, confiere cierto status. 13. Una unidad económica. 14.Una unidad social. La familia, como unidad económica y social, contribuye a dar un sentido de continuidad, de planeamiento y construcción para el futuro, que por sí solo otorga un significado y finalidad a la vida del individuo. Así opina la mayoría de las personas: muchos creen (correctamente o no) que sin el matrimonio sus vidas carecen de propósito. 15. Una imagen protectora que inspire deseos individuales de trabajar, construir y acumular riquezas, poder y posición social. . 16. Una cobertura respetable para los impulsos agresivos. Las características competitivas y hostiles' se justifican arguyendo que son pata el bien de la familia. El matrimonio provee un cauce socialmente aceptable para los impulsos agresivos, puesto que se aprueba y alienta que uno mantenga y proteja la propia familia, hogar y bienes. 39
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Categoría 2. Determinantes intrapsíquicos y biológicos Estos parámetros se basan en las necesidades y deseos. que surgen dentro del individuo; en buena medida, están determinados por factores intrapsíquicos y biológicos más que por el sistema marital propiamente dicho, si bien este puede causar grandes modificaciones. Así pues, derivan del individuo tomado como sistema, mientras que los de la primera categoría toman como tal 21 matrimonio y guardan estrecha relación con él. Estos parámetros «individuales» son importantes porque en ellos se diferencia al cónyuge de la institución matrimonial, considerándolo el sub sistema que -según se espera- habrá de satisfacer las necesidades del otro subsistema. En esta área adquiere especial importancia la índole recíproca de los contratos individuales, ya sean concientes o no concientes: «Quiero tal y tal cosa, y a cambio de ellas estoy dispuesto a dar tal y tal otra». 1. Independencia/dependencia. Esta área crucial involucra la capacidad del individuo de cuidar de sí mismo y obrar por sí solo. ¿Necesita un cónyuge para completar su noción del propio yo, o para iniciar lo que él no puede hacer por sí solo? ¿Tiene la sensación de que no podría sobrevivir sin él? ¿Su idea del propio valer depende de la actitud de su espc so, o de lo que este sienta por él? ¿Depende de él para trazar planes, para fijar sus características, ritmo y modalidad? 2. Actividad/pasividad. Este parámetro se refiere al deseo y capacidad del individuo para emprender la acción necesaria a fin de alcanzar lo que quiere. ¿Puede ser tan activo en sus obras como en sus ideas? Si es pasivo, ¿siente hostilidad hacia un compañero activo? Por ejemplo, ¿ejercerá su poder de veto sin sugerir otras alternativas? 3. Intimidad/distanciamiento. ¿Su angustia aumenta con la intimidad, o al descubrir ante el cónyuge los propios sentimientos, ideas o actos? Frecuentemente, las pautas y problemas de comunicación están relacionados con la capacidad o incapacidad de tolerar el trato íntimo. ¿La comunicación es lo bastante abierta como para manifestar necesidades, resolver problemas, compartir sentimientos y 40
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experiencias? «Dime en qué piensas» puede ser una pregunta intrusiva, dominadora, o la invitación a un diálogo abierto, íntimo y sincero. ¿Qué defensas muestra cada cónyuge contra la intimidad? ¿Cuán imperativa es la necesidad de espacio vital propio? ¿Qué grado de resistencia opondrá a una intrusión en dicho espacio? Estos interrogantes pueden llegar a ser impactos reveladores para una buena relación. 4·. Uso/abuso del poder. La relación de poder y su necesidad influyen en la mayoría de los matrimonios. ¿Pueden compartir el poder ambos esposos, o sólo existe la posibilidad de que uno de ellos lo delegue en el otro? Una vez adquirido, el poder puede utilizarse en forma directa o indirecta, delegarse o abdicarse. ¿Puede el individuo aceptarlo y emplearlo sin ambivalencia ni angustia? ¿Teme a tal punto carecer de él que debe dominar siempre, o llega a la paranoia si percibe que su cónyuge posee el poder? Y a la inversa, ¿tiene necesidad de renunciar a su propia ansia de poder, y piensa que su compañero esgrimirá el suyo en favor de él? 5. Dominio/sumisión. (Continuados o alternados: si uno sube, el otro debe bajar.) Este punto puede guardar relación con el 1 (Independencia/dependencia). ¿Quién se somete? ¿Quién domina? ¿O la pareja resuelve sus cuestiones de otro modo? Este parámetro se superpone al de poder, del mismo modo que este se traslapa con el de independencia. 6. Miedo a la soledad o al abandono. El «amor» al esposo, ¿hasta qué punto está motivado por el miedo a la soledad? ¿Qué acciones se esperan de él, que prevengan la soledad y alivien el propio temor a verse abandonado? ¿Qué efecto causan estos miedos sobre el funcionamiento del individuo dentro de la relación? ¿Ha elegido por esposo a alguien proclive a permanecer a su lado, o a alguien que habrá de acrecentar sus temores? 7. Necesidad de poseer y dominar. ¿El individuo necesita dominar o poseer a su cónyuge para sentirse seguro? (Este punto podría incluirse bajo el parámetro de poder, pero se obtiene buena cantidad de datos útiles considerándolo por 41
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separado.) 8. Grado de angustia. Algunas personas se angustian más que otras, por razones fisiológicas y/o psicológicas, manifestando a menudo su ansiedad en forma abierta v directa. ¿Cómo afecta al cónyuge la angustia manifiesta o la defensa contra ella? ¿Puede un esposo aceptar la angustia del otro sin aceptar, al mismo tiempo, que se lo culpe por ella? ¿Responde a esa angustia de manera tal que la aumenta o disminuye? 9. Mecanismos de defensa. ¿De qué modos característicos encara cada cónyuge la angustia y otros estados psíquicos perturbadores? ¿De qué manera afecta esta modalidad al otro compañero? El terapeuta debe buscar los mecanismos de defensa más comunes: sublimación, sometimiento altruista, represión, regresión, formación reactiva, defensa y/o desmentida perceptual, inhibición de impulsos y afectos, introyección (incorporación e identificación), reversión (vuelta sobre la persona propia). desplazamiento, proyección, aislamiento e inte!ectualización, anulación (mágica) y fantasía (para sostener la desmentida). (Este punto lo trato más a fondo en e! capítulo 3.) 10. Identidad sexual. Se entiende por tal «la identidad, unidad y persistencia de la propia individualidad en cuanto hombre o mujer (u homosexual), en mayor o menor grado, especialmente tal como se la experimenta en la conciencia de sí mismo y en la conducta. La identidad sexual es la vivencia Íntima del rol sexual, en tanto que este es la expresión pública de aquella» (Money y Ehrhardt, 1972). El individuo, ¿se siente seguro al respecto? Si es varón, ¿depende de su esposa para tranquilizarse acerca de su masculinidad? Si es mujer, ¿necesita que el marido la haga sentirse femenina? ¿Cuán defensivo y agresivo es cada esposo al reafirmar su sexo? .
.
11. Características deseables en el compañero sexual. Los rasgos deseables en el compañero incluyen, por ejemplo: sexo, personalidad, rasgos y donaire físicos, requisitos de! rol; necesidad de dar y recibir amor; sentimientos, actitudes, aptitud sexual y capacidad para e! goce sexual conyugal; nivel de logros del compañero, 42
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capacidad de supervivencia, habilidades, etc. 12. Aceptación de uno mismo y del otro. Cada esposo, ¿es capaz de amarse a sí mismo tanto como al otro? ¿El narcisismo' interfiere en e! amor objetivo? ¿Se cree que e! amor es sinónimo de vulnerabilidad y, por consiguiente, debe evitarse? 13. Estilo cognitivo. Puede definir se como la manera típica con que una persona selecciona la información que ha de tomar, la procesa y comunica e! resultado a otros. «Si bien el término "cognitivo" suele emplearse para definir el pensamiento conciente, nosotros lo usamos en un sentido más amplio, en el que todos los procesos mentales, concientes o no, adquieren igual importancia dentro de un sistema de recepción y procesamiento de información o datos» (B. y F. Duhl, 1975). Con frecuencia, los cónyuges difieren en su manera de encarar y tratar los problemas, o de ver las situaciones; seleccionan o perciben una variedad de datos, pudiendo llegar a conclusiones muy diferentes. La discusión directa rara vez resuelve esta diferencia: demasiado a menudo el cónyuge no respeta e! valor que encierra el estilo de! compañero y e! hecho de poseer uno y otro conjuntos diferentes de percepciones o procesos. La diferencia de estilos cognitivos, que incluye las discrepancias en la percepción sensorial y los procesos de pensamiento, da origen a muchos conflictos e infelicidad conyugales. Al hablar de las diferencias gonadales tendemos a exclamar « ¡Viva la diferencia!», pero pocas parejas aprenden a aprovechar culturalmente las disimilitudes en esos estilos. El terapeuta debe dirigir su atención y la de los esposos hacia el examen del área cognitiva, para ver si las diferencias allí existentes generan problemas; dicho examen es de suma importancia, porque los profesionales han reparado menos en este parámetro que en otros. Es correcto incluir la inteligencia dentro del estilo cognitiva, pues si su nivel difiere mucho entre los cónyuges, pueden aumentar sus diferencias de modalidad y sus problemas de comunicación, generando innumerables insatisfacciones cuya causa difícilmente perciben. Categoría 3. Focos externos de problemas conyugales 43
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Muchas veces, los síntomas de estos focos parecen ser el núcleo de las desavenencias conyugales cuando, en realidad, suelen ser manifestaciones secundarias de áreas problemáticas surgidas de las expectativas puestas en el matrimonio, o de índole biológica o intrapsíquica. Por lo común, las quejas concretas pertenecientes a esta categoría 3 son las primeras en aparecer, pero generalmente atraen la atención hacia motivos de discordia más importantes, casi siempre inadvertidas. 1. Comunicación. ¿Con cuánta franqueza y claridad intercambian los cónyuges su información y «mensajes»? ¿Pueden expresar abiertamente su amor, comprensión, angustia, ira, deseos, etc.? 2. Estilo de vida. ¿Hay aquí similitudes que facilitan la compatibilidad, o, a la inversa, las diferencias existentes y su percepción conducen a una lucha o subyugación constante? ¿Los cónyuges «marchan cada cual por su lado», llevando existencias paralelas? ¿Uno es «noctámbulo» y el otro «diurno»? ¿Uno sociable y el otro solitario? ¿A uno le gusta permanecer en casa y al otro salir? ¿Uno prefiere los platos sencillos y el otro las exquisiteces de gourmet? ¿Qué otras diferencias importantes se observan en sus gustos? ¿Son estas diferencias el reflejo de otras más fundamentales? 3. Familias de origen. Un cónyuge puede abrigar resentimiento hacia la familia del otro, o hacia determinados miembros de ella (la madre, el padre o algún hermano menor). ¿Como actúa la pareja en lo concerniente a las visitas familiares? ¿Hasta qué punto logran tomar decisiones satisfactorias en cuestiones que afecten sus actuales relaciones con ambas familias de origen? El apego excesivo a la propia familia de origen es causa frecuente de graves problemas. Algunos individuos intentan conservar un rol infantil, en tanto que otros asumen y ejercen una responsabilidad parental con respecto a sus propios progenitores o hermanos menores. 4. Crianza de los hijos. Aquí los principios teóricos no importan tanto, quizá, como la práctica diaria. ¿Quién posee autoridad sobre los niños? ¿Cómo se 44
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toman las decisiones sobre su educación y cuidado? 5. Relaciones con los hijos. ¿Qué alianzas se establecen con ellos y con qué fines? ¿Se considera que determinados hijos pertenecen más a un progenitor que a otro? 6. Mitos familiares. ¿Colaboran ambos cónyuges en el mantenimiento de mitos? ¿Se afanan por presentar una imagen determinada de sí mismos, su matrimonio, su familia? 7. Dinero. ¿Quién lo gana y cuánto? ¿Cómo se controlan los gastos? ¿Quién lleva la contabilidad doméstica? ¿Se lo identifica con amor y/o poder? 8. Sexo. Las actitudes individuales pueden diferir en cuestiones tan fundamentales como: frecuencia de las relaciones sexuales, quién las inicia, objetos sexuales alternativos (relaciones homosexuales, heterosexuales, bisexuales, fetichistas o grupales), medios de lograr o aumentar la gratificación (fantasías
y/o
su
dramatización),
y
fidelidad.
¿De
qué
manera
se
interrelacionan los sentimientos de amor y consideración con el impulso sexual y su satisfacción? 9. Valores. ¿Hay acuerdo general, con respecto a las prioridades (p. ej., dinero, cultura, educación, hogar, vestimenta, código moral personal, religión, política, otras relaciones con terceros)? Aunque se reflejan en la mayoría de las otras áreas aquí enumeradas, los valores también merecen ser considerados en forma específica. LO. Amistades. ¿Cuál es la actitud de cada esposo con respecto a las amistades del otro? ¿Qué pretende cada cónyuge de sus amigos? ¿Pueden tener amistades comunes y también otras personales? ¿Cuáles son sus reglas básicas para trabar amistad con compañeros de trabajo o con personas del sexo opuesto, o para entablar amistades de tipo personal? ¿Comprende cada esposo que no puede, ni debe, tratar de satisfacer por sí solo todas las 45
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necesidades emocionales y recreativas del otro? 11. Roles. ¿Qué tareas y responsabilidades se espera que cumpla cada cónyuge? ¿Quién encargará de cocinar, hacer las compras y demás y demás quehaceres domésticos? ¿Quién se hará responsable del cuidado de los niños, de programar las vacaciones, .fiestas y di verá de atender las finanzas? ¿Los roles están determinados estrictamente por el sexo. son compartidos o se adaptan inclinaciones personales y circunstancias del momento? 12. Intereses. Cuando uno de esposos se interesa por una actividad, ¿insiste en que el otro comparta su interés? ¿Respetan las divergencias ven ellas una ofensa? Deben examinarse los intereses referentes al trabajo y al tiempo libre, teniendo en cuenta su relación con el parámetro intimidad/ distanciamiento d1otegoría 2 ¿Cuál de esos intereses constituye una manifestación de individualidad, y cuál expresa una necesidad J6nciamiento, o de aferramiento y dependencia? Esta lista es forzosamente parcial ya que cada pareja al Igual que las personas tienen problemas determinados por su relación peculiar; por ejemplo, las diferencias raciales, religiosas o sociales son parámetros que incumben a algunas parejas y a otras no. Sin embargo, es lo bastante completa como para que pacientes y profesionales tengan una idea de cuáles son las «áreas difíciles» más comunes que aparecen en terapia marital, feudo añadirse otras cuando así lo indiquen las circunstancias.
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MATRIMONIO Y TERAPIA MARITAL. PLANTEOS y TECNICAS DE LA ENTREVISTA INICIAL James L. Framo Comenzaré por delinear brevemente en este capítulo algunos puntos de vista teóricos acerca del matrimonio. Luego, presentaré una clasificación genérica de los tipos de problemas que llevan a las parejas a la terapia. A continuación, examinaré en forma sintética el problema del tratamiento individual versus tratamiento conjunto de los problemas maritales. Estas observaciones van seguidas por una discusión sobre mis fines generales de terapia, y concluyo con detalles específicos acerca de cómo conduzco las entrevistas iniciales con parejas. Con estas observaciones no pretendo presentar una exposición global o enciclopédica de la terapia marital, ni siquiera de mi propio enfoque. Sólo constituyen una aproximación a mi manera de organizar el material que presentan las parejas que me solicitan ayuda; en ese sentido, representan una traducción de la teoría en la práctica. En este artículo trato de describir algunas de las cosas que he aprendido acerca del matrimonio y de la terapia marital, sobre la base de más de 20 años de trabajo con parejas y familias. Lo que enfoco en buena medida es la fase primera en que se emprende el tratamiento, lapso en el cual, mediante el tipo de preguntas que formulo, preparo a la pareja para lo que va a seguir. El trabajo real de la terapia marital viene después. No pretendo comenzar a describir en palabras el proceso posterior de la terapia y el cambio; no creo que ninguna exposición escrita haya logrado tal cosa. J. L. FRAMO ALGUNAS PROPOSICIONES TEORICAS ACERCA DEL MATRIMONIO Las siguientes nociones teóricas acerca del matrimonio no se presentan de 47
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ningún modo en un orden sistemático; representan, un poco al azar, algunas de las concepciones, incluida la mía, propuestas por los profesionales acerca del matrimonio. Puesto que ninguna observación en particular puede referirse a todos los múltiples niveles de las relaciones íntimas, algunas de las que formularé quizás parezcan contradictorias, y hasta directamente absurdas. Una de las cosas que hacen que el tema del matrimonio resulte atractivo, es que todo lo que uno dice acerca de él es cierto y no lo es. Lo sabemos todo acerca del matrimonio, pero nadie sabe realmente mucho. Los expertos matrimoniales son tan pasibles de incurrir en distorsión acerca del matrimonio, como cualquier otra persona.
1. Se ha postulado que la gente selecciona a su pareja sobre la base de la necesaria complementariedad; que, por ejemplo, el hombre lógico elegirá a una esposa emocional (34). Por otra parte, se ha insinuado que quienes se casan tienden a tener similares necesidades (22). Ambas afinaciones quizás sean verdaderas, según la profundidad y el nivel de inferencia. 2. La teoría del aprendizaje social, trasladada a la práctica clínica por los terapeutas familiares, encara el matrimonio en función de secuencias de conductas de recompensa y castigo entre los cónyuges. La terapia, desde este punto de vista, consiste en establecer negociaciones quid pro quo (algo a cambio de algo) que puedan acrecentar los reforzamientos positivos mutuos (26). (Dice el marido a su esposa: "Te oiré con más atención si no pasas tanto tiempo hablando por teléfono".) 3. Los puntos de vista psicoanalíticos convencionales acerca del matrimonio acentúan que la discrepancia entre pedidos conscientes e inconscientes crea problemas maritales, expresados primero en la elección de un compañero y luego en la subsiguiente evolución de la relación. Kubie (20) describió cómo conflictos surgidos de la familia de origen y basados en la necesidad de "borrar viejos dolores y saldar una vieja cuenta", pueden crear un profundo conflicto y 48
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alejamiento marital, particularmente cuando los cónyuges son inducidos a error por sentimientos románticos. 4. Dicks (5) extendió la teoría psicoanalítica tradicional utilizando la teoría de las relaciones objétales para explicar la complicidad sincronizada Y la reciprocidad bilateral que se producen entre miembros de una pareja casada (o en cualquier relación íntima). Dicks acentuó la complementariedad inconsciente del matrimonio -una especie de división de función por la cual cada partícipe proporciona parte de un conjunto de cualidades o la personalidad conjunta de los partícipes le permite a cada mitad redescubrir aspectos perdidos de las relaciones objétales primarias que ellos habían escindido Y que en su implicación con el cónyuge re experimentan por identificación proyectiva. 5. La definición de lo que es apropiado y normal se basa en la manera en que la familia original de cada uno encaró e hizo cosas. Cuando la gente se casa, ocurre una mezcla de dos sistemas familiares "normales", cada uno de los cuales era "correcto", lo que da origen a profunda perplejidad e incomprensión. Sin embargo, las diferencias mismas entre los esposos son las que los atrajeron al comienzo, pues se abría un camino para elaborar Y vivenciar. A través del cónyuge, los conflictos de esa vieja familia. He postulado que las elecciones de pareja se realizan con profunda precisión Y de una manera bilateral
que
desempeñan
ambos
se
confabulan
recíprocamente
para
funciones
establecer.
psíquicas,
Y
Los
partícipes
hacen
tratos
inconscientes: "Seré tu conciencia si tú traduces en acción mis impulsos". La relación entre lo intrapsíguico Y lo transaccional constituye el núcleo del enfoque que yo adopto (7).
6. La gente tiende a casarse con quienes están en el mismo nivel básico de diferenciación de personalidad; por más diferente que pueda parecer su 49
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funcionamiento social; los esposos, además, tienen pautas opuestas de organización defensiva (3). 7. Las agendas secretas de los cónyuges desafían la realidad. Las personas plantean requerimientos imposibles al matrimonio, basadas en la idea de que un cónyuge debe hacer feliz al otro. Nadie puede hacer ese trabajo. No es posible pasar la vida, con o sin un cónyuge, sin experimentar algún sufrimiento y soledad. Sin embargo, la gente actúa como si el c6nyugelc debiera la felicidad como un derecho inalienable. Nadie puede hacer que alguien lo ame, ni hacer a alguien feliz. Nadie se casa con alguien, no con alguien real, en todo caso: se casa con lo que piensa que la otra persona es; la gente se casa con ilusiones e imágenes. Muchos ponen fin a su matrimonio porque el cónyuge no corresponde a su imagen interna. Jourard (19) dijo que un matrimonio real puede comenzar exactamente en el punto en que la unión parece haber terminado. La excitante aventura del matrimonio consiste en descubrir cómo es realmente el cónyuge. 8. El matrimonio es más que la suma de sus partes; es un sistema dentro de otros sistemas, mantenido en equilibrio por circunstancias tan universales como la manera en que fluye y refluye la dependencia, las luchas por el poder, quién está arriba y quién abajo, quién persigue y quién pone distancia, quién pelea y quién se retrae, quién se acerca al otro sexualmente, qué tareas hace cada uno en el hogar, cómo se maneja a los hijos, quién trata con los parientes, quién es la persona disponible de día y quién de noche, quién se ocupa de cuidar a quién, y quién determina los valores acerca dé cómo debe ser una vida que valga la pena. Los esposos, con el tiempo, cambian a menudo de posición entre estas alternativas. 9. Todos los matrimonios duraderos pasan por estadios, o lo que Warkentin y Whitaker (30) han llamado "impasses seriales" (que comienzan con la luna de miel, y siguen con el primer embarazo y los hijos que vienen luego, con el "síndrome de los diez años", etcétera). Estos autores afirmaron que la 50
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transferencia bilateral sobre la que se basaba originalmente el matrimonio se agotó a raíz del impasse producido a los diez años, y que la pareja se ha "desenamorado". Ya saben cómo herirse uno a otro; en la terapia marital, pueden aprender cómo amarse uno a otro. Sólo después de haberse "desenamorado" podrán 'aprender a .comportarse amorosamente. Las personas son muy diferentes en distintas etapas de su matrimonio; Jourard (19) ha afirmado que él tuvo muchos matrimonios a-lo largo del tiempo, todos con Ia misma persona. Estímulos desiguales de crecimiento pueden hacer que los esposos lleguen a sentirse como extraños. Warkentin y Whitaker (31) también creen que los roles habituales de conducta social no se aplican a las relaciones íntimas, que la lealtad no es apropiada, la coherencia es imposible, la honestidad de hecho no es importante: "todo es legítimo en el amor y en la guerra, y el matrimonio es ambas cosas".
10. Todos los factores sociales y culturales afectan, por supuesto, al matrimonio. Nadie puede regar que las políticas gubernamentales, una creciente sensibilidad individualista, el movimiento feminista, la alta tasa de divorcios, las tendencias demográficas "lmbiantes, los eventos mundiales y la inflación producen su repercusión sobre la familia y la vida marital. También es cierto que las diferencias de raza, edad, religión o clase social influyen sobre el éxito de la relación matrimonial. Pero hay un sector de esa relación que es impenetrable a las condiciones y eventos externos, una especie de mundo privado que es exclusivo de la pareja. Esta es la parte del matrimonio que por lo común no está expuesta ni siquiera a la vista del terapeuta familiar, porque es subterránea Y a veces' 110 la conocen ni los cónyuges mismos. Pero la fuerza de esta experiencia privada (el matrimonio de él, el matrimonio de ella, y el de los dos) puede producir poderosos efectos sobre los sentimientos Y la conducta. El matrimonio puede ser la máxima o la más humillante experiencia de la vida de una persona. Whitaker (32) dijo que el matrimonio es "una experiencia que amenaza el ser del individuo y lo desquicia 51
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desde su raíz. Como la hipnosis, el matrimonio es un estado alterado de la conciencia... Cuanto más se ahonda, tanto más posible es que ocurran cosas" (pág. 70). El matrimonio puede ser como un campo estéril, del que no es posible sacar nada porque nada crece en él. O puede ser como un haya, árbol hermoso para ver de lejos pero frío y oscuro para ponerse debajo de él. O puede hacer que uno se sienta la persona más feliz del mundo. 11. Una hipótesis que 'suscita perplejidad es la propuesta por Napier (24), que tiende a impresionar a quien la analiza: la gente propende a casarse con su peor pesadilla. Más precisamente, ese autor sugiere que es probable que los-cónyuges que temieron el rechazo o el abandono en sus respectivas familias de origen, se casen con quienes se sienten absorbidos por sus padres. El primero de ellos, es decir, el que sintió el rechazo, busca un mayor acercamiento en la relación, mientras que el segundo puja por una mayor separación. Los cónyuges, que se seleccionaron uno a otro sobre la base de sus temores más profundos, también eligieron a la persona que les ofrece la oportunidad de controlar esos temores. Cuando uno se casa, no se casa simplemente con una persona; se casa con una familia. A veces la gente trata de mejorar su familia original al casarse (23). Un paciente me dijo: "Me casé con ella porque su familia parecía tan cálida y acogedora -algo que nunca tuve en mi propia familia-". 12. Los problemas familiares tienden a repetirse de una generación a la siguiente. La máxima dote que los padres pueden dar a sus hijos es una relación matrimonial viable y un sentimiento de sí mismos. El fortalecimiento de los matrimonios es, a mi parecer, la mejor manera de que los hijos estén en libertad para vivir su propia vida. Después de todo, la función primaria de la vida familiar consiste, en suma, en preparar a los jóvenes para la próxima generación.
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CLASIFICACION PRELIMINAR DE LOS PROBLEMAS MARITALES Las siguientes categorías de tipos de problemas y parejas que acuden en busca
de
ayuda
se
basan
en
mi
propia
práctica
privada
y
son
manifiestamente impresionistas. Las parejas que he' atendido, en su mayoría de la clase media alta desde el punto de vista educacional y cultural, tienden a estar más motivadas y a ser más sutiles respecto de la terapia, que la mayoría de las personas que asisten a las clínicas públicas. Debo mencionar, sin embargo, que incluso en la práctica privada la tasa de deserción de la terapia marital conjunta es elevada; alrededor de 1/5 de las parejas' que yo veo no vuelven para una segunda sesión. Hay varias razones por las cuales las parejas no siguen en tratamiento: algunos no pueden pagar los honorarios y les molesta decírmelo; a veces un cónyuge desea la terapia y el' otro no (porque percibe la terapia marital como un compromiso con el matrimonio); algunas parejas no "se conectan" conmigo o sienten mi resistencia a trabajar con ellas; otras que tienen una relación muy lábil, temen que de continuar la terapia terminarán divorciados; hay personas que no tienen idea de cómo actúa la terapia y se descorazonan en la primera sesión; y hay muchas otras razones de deserción, que sería largo enumerar. No todas las parejas que veo están casadas; los cónyuges que viven juntos, sin embargo, están profundamente implicados en una relación que desean mejorar o necesitan ayuda para terminar. En este artículo examinaré todos estos problemas de relación como "problemas maritales". La siguiente clasificación de los problemas maritales se presenta siguiendo el orden del éxito de tratamiento que soy capaz de lograr desde el punto de vista operativo. Quiere decir que, según mi impresión personal, las 'categorías que figuran en la primera parte de la lista son menos difíciles de tratar que las que constituyen la segunda parte. Esta escala de dificultad es muy tosca, Y sin duda ha habido parejas de las últimas categorías cuyo tratamiento dio buen 53
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resultado, así como otros parecían inicialmente muy promisorios y luego no se llegó a nada con ellos en la terapia. La experiencia que voy acumulando me ha enseñado a ser más respetuoso con la enorme complejidad de las relaciones maritales Y con la dificultad que implica tratar de cambiarlas. No creo que este esquema de clasificación sea bastante preciso como para merecer el nombre de diagnóstico marital. La palabra diagnóstico implicaría que se han arbitrado estrategias terapéuticas específicas para cada categoría, y ése no es de ninguna manera el caso.
1. Hay parejas, casadas recientemente o hace mucho tiempo, cuya relación es básicamente sana Y cuyos problemas son relativamente superficiales. Aunque la mayoría de las parejas que solicitan terapia marital se quejan sobre todo de la falta de comunicación, los problemas de esas parejas pueden considerarse realmente como fallas de comunicación. Al esclarecer los malentendidos Y utilizar las sesiones para oír en verdad al otro, este tipo de pareja rehabilita esencialmente su matrimonio y deja la terapia después de unas pocas sesiones. Me parece que lo mejor, en gran medida, es no ponerse en el camino y no hacer nada torpe, como por ejemplo tratar de convertirlos en pacientes. Algunas de estas parejas, dicho sea de paso, solicitaron la terapia a instancias de amigos que habían tenido una buena experiencia con la terapia marital; era "lo que había que hacer". 2. El tipo de matrimonio al que me parece que puedo prestar más ayuda es aquel en que cada cónyuge está comprometido con la relación, y en que cada uno dice de alguna manera: "Yo amo básicamente a mi pareja y sé que él/ella me ama, pero por alguna razón no salimos adelante. ¿Quiere ayudamos para lograr que nuestro matrimonio funcione?" Algunas de estas parejas están bajo el impacto de su primer hijo (" ¿Por qué no nos dijo alguien cómo iba a ser?"), mientras que otras tienen "fobia a las peleas" y temen enfrentar el conflicto. Algunas parejas premaritales, que tratan de determinar si van a casarse o no, 54
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entran en esta categoría, mientras que otras parejas premaritales pertenecen a clasificaciones más difíciles. Aunque la mayoría de los profesionales coinciden en que la terapia premarital es la mejor manera de reducir la tasa de divorcios, son pocas las parejas que en este estadio solicitarán terapia, porque se aman y no desean examinar la relación con demasiada prolijidad. 3. Algunos cónyuges llegan diciendo que en el fondo uno se preocupa mucho por el otro, pero que ya no hay excitación en su relación. Informan que no sienten ningún estímulo recíproco, que el sexo es rutina, y que entre ellos todo es detestablemente predecible. Afirman que su cónyuge es su "mejor amigo", "como un miembro de la familia", y ninguno de ellos desearía estar casado con otra persona. Estos matrimonios de "hermano-hermana" tienen resultados mixtos: algunos se las arreglan para enriquecer su relación; otros llegan a aceptar el status quo; y hay también otros que siguen buscando maneras de recuperar la excitación romántica que una vez experimentaron. Aún no se han desarrollado técnicas terapéuticas -al menos no lo he hecho yo- que permitan aportar excitación a relaciones que están embotadas o son vacías, más bien que conflictivas. Esta categoría probablemente sea mixta, y quizás haya en el, fondo una depresión enmascarada o una hostilidad reprimida. 4. Viene luego lo que llamaríamos el tipo de problema marital (variedad jardín) "multicolor" donde los cónyuges tienen conflictos considerables respecto de una variedad de cuestiones. Uno de ellos puede estar viviendo una aventura y la pareja luchando para ver si la dejará o no. Ambos cónyuges pueden pelearse por la cuestión de si se puede tener abiertamente un arreglo sexual externo. Las parejas en conflicto tienen casi siempre un problema sexual, sea una disfunción lisa y llana o, lo que es más común en la actualidad, una pérdida de interés en el sexo por parte de uno de los cónyuges o de ambos. Los conflictos pueden referirse a los parientes, el dinero, el control, los niños, o, en el caso de parejas en que cada uno tiene una profesión, quién debe prevalecer en lo referente a la 55
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fijación del domicilio. En años recientes, se han presentado con mayor frecuencia en la terapia familiar los problemas feministas, que van desde el hecho de que la mujer quiera conservar su nombre de soltera, a conflictos para lograr un reparto más equitativo de las responsabilidades parentales y de las tareas domésticas. En muchos de estos matrimonios conflictivos, los cónyuges pueden afirmar: "O este matrimonio funciona, o lo terminamos". Un paciente dijo, con esa formulación universal acerca del matrimonio: "Cuando yo la necesitaba ella no estaba allí, y cuando ella me necesitaba, yo no estaba". Algunos de los divorcios que ocurren en este grupo parecen necesarios, pero otros son innecesarios. 5. Los matrimonios en que uno de los cónyuges presenta los síntomas, requieren estrategias sui géneris de tratamiento. En estos tipos de matrimonio, ha existido un acentuado y típico desequilibrio, pues un cónyuge es más abiertamente dominante, o uno de ellos (por lo común la esposa) desea una mayor respuesta emocional del otro, o uno es el paciente y el otro el que prodiga cuidados. Por lo común el cónyuge asintomático no quiere asistir con el otro, o está dispuesto a hacerlo para ayudar al terapeuta a tratar al discapacitado. La mayoría de las veces, es la esposa la que tiene los síntomas y el marido el que no ve ningún problema en el matrimonio. Si la esposa está deprimida, esa depresión se acentúa en general rápidamente cuando ella comienza a expresar sus insatisfacciones con la relación. Cuando el marido se ve incluido en el tratamiento, como suele ocurrir, la pareja pasa a la categoría de "conflictiva". Algunos matrimonios, sin embargo, quedan fijados en esta posición. 6. Hay matrimonios cuyos problemas surgen en gran medida de la maduración marital incompleta. Estos esposos no se han ido realmente nunca de su casa paterna; su lealtad primaria es con sus familias de origen, y se quejan mucho de la interferencia de los parientes políticos. 'Los padres intervienen tanto en el matrimonio, que es necesario incluirlos en el tratamiento. Algunas de estas parejas se las arreglan para abandonar la dependencia y seguir por su cuenta, mientras 56
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otras permanecen ligadas a su familia original. En Framo (13) puede verse la descripción del tratamiento de un caso de este tipo de pareja.
7. Los profesionales de la salud mental presentan una clase especial de dificultad y constituyen todo un desafío. Esos cónyuges se han sometido generalmente a extensos y profusos tratamientos psicoterápicos; han estado en análisis individual o de grupo, pasaron por los más sofisticados tipos de terapia y realizaron peregrinajes para ver a Milton Erickson. Cada cónyuge tiene una profunda comprensión de la dinámica del otro, y cada uno trata de cambiar al otro -lo que nunca, nunca funciona-o Los cónyuges han hablado sobre sus problemas hasta el hartazgo, y su uso 'del lenguaje técnico y de las interpretaciones confunde aun más la situación. Es frecuente que tales parejas tengan mucho miedo de haber pasado el1ímite de la posibilidad de terapia. La principal tarea terapéutica consiste en detener la mala terapia que se están haciendo recíprocamente, y ayudarlos a enfocarse cada uno a sí mismo. 8. Los problemas de quienes vuelven a casarse son generalmente complicados; debido a los fantasmas de la familia anterior y a la recomposición de lealtades. Las secuelas del divorcio son, por 10 común, más intrincadas que las consecuencias de la muerte del cónyuge (por ejemplo, la segunda esposa se resiente por las asignaciones que el marido remite mensualmente a su primera familia). No sólo el primer matrimonio crea problemas en la relación marital, sino que surgen a menudo otros referentes a la relación con los hijos de ambas parejas y la lealtad de los niños a sus padres biológicos. A mí no me parece mal, digámoslo de paso, juntar a ambas familias en las sesiones. 9. Hay parejas que llegaron demasiado tarde a la terapia marital. Se trata en general de personas mayores cuyos problemas de relación se han calcificado y cuyas opciones son limitadas. A veces, es la mujer que experimenta la 57
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soledad porque el último de los hijos ha dejado el hogar. Otras, es el hombre cuya carrera va hacia el ocaso mientras el mundo de su esposa se va abriendo. Los esfuerzos realizados para ayudar a que los esposos encuentren alguna satisfacción mediante trabajos o actividades externas tienen en ocasiones 'éxito en lo que respecta a hacer un poco más cálida la relación. Algunas de estas parejas están cansadas y ya no quieren luchar, y la esperanza reside en poder producir algún conflicto entre ellos. 10. Una de las categorías más difíciles de tratar es el matrimonio que está in extremis. En estas situaciones, uno de los cónyuges puede tener a alguien y desea romper la relación actual, y la pareja viene a la terapia como último recurso antes de ir al abogado. A menudo el cónyuge que da por terminado el matrimonio querría abandonar la terapia Y dejar al otro con el terapeuta, Con algunas de estas parejas se puede intentar la terapia de divorcio
11. Finalmente, hay el tipo de matrimonio que hace mucho que dura, crónicamente desdichado, en que los cónyuges "no pueden vivir uno con el otro ni sin el otro". Estas son las parejas que han tenido muchas experiencias de terapia marital sin éxito; debían haberse divorciado, pero no pudieron. Estos matrimonios alternaron en el pasado entre "la agonía y el éxtasis", pero ahora todo eso pasó, y en algunos casos uno de los cónyuges está esperando que el otro muera. En ocasiones, la grupo terapia de pareja ayuda a estas personas a separarse o a adaptarse a 10 que tienen. A veces puede ser útil realizar sesiones con los hijos mayores.
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Diplomado de: “Terapia de Pareja y Familia” MÓDULO 2 TERAIA COGNITIVO-CONDUCTUAL DE PAREJA
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MODULO 2 TERAPIA COGNITIVO – CONDUCTUAL DE PAREJA
PRESENTACION
Los primeros modelos de tratamiento conductista enfatizaban la teoría del intercambio social y los contratos de contingencia entre las parejas. La teoría de Stuart afirmaba que el cambio más efectivo para iniciar el cambio en la relación es incrementar la tasa de intercambios de conductas positivas en la pareja. Aunque las técnicas conductistas pueden ser efectivas, a veces no son capaces de provocar cambios cognitivos o de actitud en los individuos, es decir, enfatiza muy poco los estilos de pensamiento de los individuos sobre si mismos y sus parejas. La terapia cognitiva se diferencia de la conductista porque destaca especialmente los procesos de pensamiento y sistemas de creencias de la pareja a la vez que reconoce la necesidad del cambio de conducta. Ellis fue de los primeros que planteó un modelo predominantemente cognitivo para parejas. Propuso que la disfunción
matrimonial sucede cuando los esposos
mantienen expectativas irreales sobre el matrimonio y hacen evaluaciones negativas extremas cuando no están satisfechos. Afirma que la alteración de sentimientos y conducta en las relaciones no está simplemente causada por los errores de uno de los cónyuges u otros sucesos adversos, sino por las opiniones que las parejas tienen de las acciones y altibajos de la vida del otro. La teoría racional emotiva sugiere que el sentimiento, pensamiento y acción son interactivos y que cada uno de estos procesos afecta e influye sobre los dos restantes. Ellis afirma que
los matrimonios con problemas aparecen
cuando uno o los dos
cónyuges tienen creencias irracionales. El resultado de este pensamiento irracional es expectativas irreales y exigentes que producen desilusión y frustración al no percibirse que se respetan sino que se violan. Estas respuestas, dan origen a emociones negativas lo que contribuye a un ciclo vicioso de trastornos. 60
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La terapia racional emotiva cuestiona la validez de las creencia irracionales de los cónyuges y les enseña
como reemplazar sus pensamientos defectuosos por
pensamientos más realistas sobre ellos mismos y sus parejas. La terapia cognitiva con pareja s se diferencia de la terapia racional emotiva en que combina muchas de las ideas de las terapias psicodinámicas y muchas estrategias de la terapia de conducta. Los modelos convencionales se combinan en un marco cognitivo, enfatizando los conceptos específicos como los estilos generales de pensamiento, creencia subyacentes sobre la relación y el tipo de interacción de la pareja. La terapia cognitivo conductual cree que el cambio de conducta en sí no es suficiente para producir un cambio duradero en el tipo de interacciones disfuncionales intensas que a veces experimentan las parejas en la vida diaria. Por lo tanto, su objetivo es abordar la estructura de las creencias de cada pareja para fomentar la reestructuración hacia una relación más productiva.
CONCEPTOS CLAVES DE LA TERAPIA Existen tres aspectos fundamentales en la terapia: la modificación de expectativas irreales sobre la relación, la corrección de atribuciones falsas en las interacciones, y el uso de procedimientos de auto-instrucción para disminuir la interacción destructiva. El terapeuta debe identificar las creencias o esquemas sobre las relaciones en general, y más concretamente, sus pensamientos sobre sus propias relaciones. Las creencias básicas sobre la relación y la naturaleza de la interacción de parejas normalmente se aprenden pronto de fuentes primarias como los padres, las costumbres culturales locales, los medios de comunicación de masas y las primeras salidas en pareja. Estos esquemas, o creencias disfuncionales sobre las relaciones muchas veces no están claramente articulados en la mente del individuo pero pueden existir como conceptos vagos de lo que debiera ser. Sin embargo, estas creencias pueden derivarse de la lógica y los temas de los pensamientos automáticos de cada uno.
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El terapeuta debe abordar por igual las expectativas de cada miembro de la pareja sobre la naturaleza de una relación íntima. Además, las distorsiones de las evaluaciones de experiencias derivadas de esas expectativas son clave. Respecto a los pensamientos automáticos, el terapeuta presupone que las expectativas irreales sobre las relaciones pueden dañar la satisfacción y provocar respuestas disfuncionales. Las distorsiones cognitivas pueden verse en los pensamientos automáticos que manifiestan las parejas y pueden descubrirse por medio de un cuestionamiento sistemático respecto al significado que un miembro de la pareja da a un hecho específico.
Los
pensamientos automáticos
de
los
cónyuges
sobre
sus
interacciones normalmente son inferencias sobre las causas de los sucesos agradables y desagradables que ocurren entre ellos. La terapia se centra en las cogniciones identificadas como elementos del problema en la relación y como elementos que incurren en la insatisfacción subjetiva de cada una de las partes respecto a la relación. Este modelo apunta al núcleo de las dificultades de la relación al centrarse tanto en los problemas ocultos como en los obvios del aquí y ahora, más que en profundas búsquedas de traumas infantiles.
CREENCIAS SOBRE LA RELACION.- Las creencias básicas son la base de los pensamientos automáticos y de las acciones en cualquier relación. Para entender estos pensamientos y acciones, el terapeuta debe trabajar para descubrir el sistema básico de creencias y lograr un claro entendimiento de cómo cada esposo ve la relación y su papel en las relaciones humanas en general. Gran parte del modelo implica descubrir las creencias básicas de las parejas y, redefinir principios claves y reestructurar el sistema de creencias, conjuntamente. Puede variar la cantidad de reestructuración necesaria pero se recomienda que el proceso se realice con cada miembro de la pareja en presencia del otro. Al ser testigos de la labor de análisis y reestructuración de las creencias, cada uno puede ayudar mejor al otro en el proceso de tratamiento posterior.
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El descubrir el sistema de creencias básicas permite al terapeuta enseñar a los individuos el primer paso para cambiar su punto de vista sobre la relación.
CREENCIAS
ALTERNATIVAS VERSUS CREENCIAS
DISTORSIONADAS.-
Cuando se trabaja con la pareja pueden surgir desacuerdos sobre si los pensamientos son distorsionados o no. Las creencias ajustadas se definen como creencias que cuentan con evidencia o pruebas a favor. Son creencias no alteradas por los prejuicios o malas percepciones., por otra parte, las creencias distorsionadas están basadas en información errónea
o pensamientos
equivocados y surgen por lo general de datos circunstanciales. Las creencias distorsionadas suelen ser la base de muchos desacuerdos en las relaciones y hay que atacarlas específicamente para poder lograr cambios en la relación. A menudo surgen o resultan de esquemas de pensamiento defectuosos que forman parte de los procesos habituales de pensamiento del individuo. El terapeuta ayudará a sopesar la evidencia existente y cotejar las predicciones hechas en base a esas creencias para estimar su grado de razonabilidad.
EXPECTATIVAS IRREALES.- Las expectativas que cada persona aporta a la relación crea una dinámica importante en cada unión y han sido un aspecto clave para la mayoría de los terapeutas. En casi toda relación, las personas tienen algunas expectativas respecto al gran número de necesidades que su pareja le satisfará. A menudo, estas expectativas o anticipaciones producen distorsiones y se transforman en demandas irreales. Suele pasar un tiempo antes de que estas expectativas aparezcan en la relación, lo que explicaría por qué surgen en muchas relaciones sólo después de un período de tiempo y no en la época del noviazgo. Las expectativas irreales o exigentes inevitablemente producen desilusiones y frustraciones que, frecuentemente, se asocia con interacciones negativas. Al tratar las expectativas irreales, el terapeuta debe referirse a la base misma del sistema de creencias de ambas partes. Al terapeuta le compete ahondar en esos esquemas cognitivos y enseñarles a identificar las creencias erróneas mediante 63
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comparaciones y luego a cotejar estas creencias con evidencias alternativas. Es esencial recordar que los individuos dependen de estas estructuras subyacentes de creencias y si uno intenta quitarlas demasiado rápido puede originar resistencia por ambas partes . ATRIBUCIONES CAUSALES Y ATRIBUCIONES ERRONEAS.- La atribución causal es el término formal del concepto de “echar la culpa” en la relación. Es muy común que la pareja llegue a la terapia inserta en un círculo vicioso de culpa alimentado por la ira, el resentimiento y el rechazo de los dos a aceptar la responsabilidad de la disfunción de la relación. Por lo tanto, existe una externalización de la culpa y una incorrecta atribución del problema a las acciones del otro.
EVALUACION DIAGNOSTICA.
La mayoría de los autores de la terapia cognitivo conductual coinciden en realizar una entrevista inicial conjunta, enfocada a la obtención de información retrospectiva sobre cómo y bajo qué circunstancias se conoció la pareja, sí viven juntos o no, el número de años de convivencia, si estuvieron previamente casados o tuvieron relaciones de larga duración, así como una breve historia del conflicto que presentan. A menudo las parejas retienen información que puede ser vital
para la
comprensión de la dinámica de la relación, bien a sabiendas o sin percatarse de ello. Tal información surge posteriormente durante el proceso terapéutico. Puede entonces ser incorporada a la conceptualización de la relación. Por lo tanto, el proceso de obtención de información no debe concluir tras las primeras sesiones. El historial es fundamental, debe por ello otorgársele adecuada atención. Permite al terapeuta formular una conceptualización inicial sobre como ambos esposos ven su relación y el curso de su conflicto.
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Después de la entrevista inicial conjunta se lleva a cabo una entrevista individual con cada miembro de la pareja. Esto se hace con varios objetivos. Proporciona al terapeuta la oportunidad de interactuar con cada una de las personas sin la presencia de su pareja y les da la oportunidad de manifestar una expresión abierta de sus pensamientos sobre la relación y de evitar la resistencia de decir cómo se siente por miedo a herir los sentimientos de la pareja o causar una reacción de enfado. Las áreas tratadas en la sesión individual habrán de incluir aquellas no tratadas en la sesión conjunta, tales como cualquier abuso físico o sexual sufrido en la infancia o en la edad adulta; casos de violación; éxitos o fracasos; asuntos relacionados con los orígenes familiares; cualquier violencia en la relación actual; y cualquier información específica que el cliente prefiere mantener confidencial. Respecto
al
contenido,
el
objetivo
debería
ser
el
desarrollo
de
una
conceptualización de cómo el individuo ve los problemas de la relación. Se enfatizan los pensamientos y creencias automáticos específicos sobre uno mismo, y los cambios que son necesarios en la relación. A menudo sucede que las parejas esperan hasta que su relación se encuentra en circunstancias extremadamente desesperadas para acudir a la terapia de pareja por lo que debe establecerse cierta orientación a la pareja implementando un calendario de varias sesiones con un plan establecido. Una vez que cada miembro de la pareja ha asistido a sus sesión individual. Se lleva a cabo una nueva sesión conjunta. La segunda entrevista conjunta debería ser una sesión recapitulatoria en la que el terapeuta aúne los resultados de las sesiones de evaluación previas y emplee la información para desarrollar una conceptualización del caso y un plan de acción. Este resumen incluye la presentación de la pareja de una conceptualización del caso y una delimitación de las áreas problemáticas. El terapeuta deberá tomar ciertas decisiones sobre el curso del tratamiento y comenzará a presentar de forma educativa el modelo cognitivo. En general, cuando una pareja llega a la terapia, tiene una idea de lo que quiere ver cambiar en su relación, existiendo algunos que están eficazmente centrados
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en las áreas problemáticas, hasta parejas que tienden a ser vagas y no comunicativas respecto a los problemas existentes. En esta fase puede ser útil emplear cuestionarios que versen sobre los problemas de la pareja, especialmente cuando las parejas tiendan a ser vagas e inespecíficas. El terapeuta debe colaborar con la pareja en la determinación de las áreas en que centrarse inicialmente, para de este modo seleccionar los problemas más urgentes. Una vez que las áreas problemáticas han sido identificadas, el terapeuta y la pareja deben de ordenarlas conjuntamente en una jerarquía en función de su importancia para la pareja y de lo dañinas que son para la relación. Es muy recomendable que los terapeutas inviertan tiempo explorando los recuerdos que tiene la pareja de las relaciones de sus respectivos padres. Eso ayuda a la pareja a entender mejor alguno de sus propios patrones de interacción, de modo que puedan empezar a progresar en el camino del cambio. Lo que importa es que debe quedar claro que los miembros de la pareja deben de abandonar sus creencias sobre lo que funcionaba o no para otros miembros de la familia, y adoptar nuevas pautas para sí mismos. Esto también ayudará a reforzar la noción de que cada uno entre en contacto con las necesidades del otro, así como la importancia del lograr un mejor entendimiento del compañero. Los terapeutas deberán usar la información obtenida durante las sesiones y mostrar activamente a los componentes de la pareja los momentos en que están guiándose por creencias derivadas de la familia de origen. Estas creencias deberán
evaluarse
para
ver
su
funcionalidad
en
la
situación
actual,
determinándose si deben ser mantenidas o abandonadas a favor de otras nuevas. Si se determina que las creencias son obsoletas, debe ponerse énfasis en la adopción de nuevos sistemas de creencias. Una vez completada la fase de evaluación inicial, se conceptualiza el caso y se establece un plan de tratamiento. Este debe ser sintetizado y compartido con la pareja en términos no clínicos que puedan comprender claramente.
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Enseñar a la pareja el modelo de tratamiento es importante, especialmente porque conlleva un abordaje estructurado y colaborativo que debe ser comprendido en sus principios y métodos. Conocer y repasar el modelo hace que la pareja sepa lo que está sucediendo durante el tratamiento y refuerza la noción de asumir la responsabilidad de sus propios pensamientos y acciones.
Dentro del proceso de evaluación, el experto en terapia cognitivo conductual debe investigar a través de una exhaustiva exploración si cada uno de los miembros de la pareja incurre en alguna distorsión del pensamiento específica que conlleve una mala interpretación y genere problemas en la pareja. Muchos de los malentendidos que se crean en las relaciones humanas, son producidos por que los miembros de la pareja intentan leer el pensamiento del otro, entonces juzgan la actuación de la pareja en forma equivocada y tienden a atacar puesto que se sienten agredidos. No obstante, no es posible conocer cuáles son las emociones y los pensamientos de la otra persona y lo que se hace es confiar en determinadas señales erróneas, se interpretan mal esas señales en base al método personal que la mayoría de las veces es equivocada. ADIVINACION DEL PENSAMIENTO.- Todos los seres humanos necesitan seguridad para moverse por la vida y las actuaciones que se realizan buscan tener un efecto en el otro, y generalmente, se quiere saber qué piensa el otro. Pero adivinar el pensamiento del otro normalmente lleva a predicciones inexactas. Se intenta encontrar un sentido y una motivación a todo lo que se dice o se hace pero muchas veces esto resulta demasiado confuso como para hacerlo. PENSAMIENTO INVISIBLE.- En innumerables ocasiones, de manera cotidiana, los seres humanos hacemos un juicio que se basa en una prueba que se sustenta muy poco en un débil argumento. Esto se complica aún más cuando las personas además de hacer estas predicciones comienzan a generalizar sus conclusiones.
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Casi todos los individuos han aprendido que determinadas señales tienen un significado especial para ellos y reaccionan de forma positiva o negativa cuando en realidad, son señales neutras o ambiguas.
ERRORES EN LA LECTURA DE SEÑALES.- Las personas tienden a dotar de significado los sucesos, se les asigna un valor y se aceptan, es decir, se dan por válidos, sin confirmar si realmente ese es su valor real. Si las parejas fueran capaces de hacerse preguntas de forma directa u observar con mayor detenimiento las reacciones de su pareja podrían obtener datos para verificar la lectura del pensamiento que están llevando a cabo.
SIMBOLOS Y SIGNIFICADO.- En todas las dinámicas de relaciones existen circunstancias o situaciones que tiene un significado especial para cada miembro de la pareja, esas interpretaciones que se llevan a cabo de las situaciones se hacen desde un sistema de creencias. Es fundamental aprender a distinguir para la pareja y hacer consciente de que significado otorgan a los sucesos que ocurren dentro de su relación y qué están provocando reacciones emocionales exageradas.
PREJUICIOS.-El modo de pensar muy rígido es la base de muchos de los malentendidos que se dan en las parejas. Esos prejuicios no sólo hacen referencia a cómo vemos a los demás, sino también a como nos vemos a nosotros mismos. Es común que en cada caso de enfado, la persona no se percata de que está distorsionando la visión del otro por sus propias ideas y además está convencida de su interpretación, como si estuviera viendo los pensamientos y las emociones del otro claramente. Es importante comprender la base de los problemas del pensamiento y aprender a identificarlos. Luego, las parejas
pueden examinar sus interpretaciones y sus
mutuas opiniones, y corregirlas conforme a eso, antes de permitir que los pensamientos negativos estropeen su felicidad.
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Al explorar la historia de familia de cada miembro de la pareja, tenemos la oportunidad de encontrar la conformación de su sistema de creencias, que tiene su origen no solamente en el paciente sino en todo su aprendizaje histórico generacional el cual fue transmitido no verbalmente. Al comienzo de la relación, los miembros de la pareja desean estar en forma constante con el otro miembro. La mayoría de las personas, en este estado no se paran a pensar que aquellas características que despiertan su interés sean en realidad falsas. No se dan cuenta, que esta falsedad es provocada por distorsiones que son generadas por el proceso de enamoramiento. Existe, entonces, un “programa de enamoramiento”; en donde, la atracción física es uno de los motivadores más importantes a la hora de elegir pareja, pero no es el único. Cada persona tiene sus motivaciones y necesidades, preferencias y gustos y eso determina la elección. Sin embargo, al comienzo de cada relación hay un proceso de idealización por parte de los miembros de la pareja que los lleva al enamoramiento. Es frecuente que durante el noviazgo, se pueden llegar a obviar todas las conductas negativas o convertirlas en positivas. Cada uno de los integrantes de la pareja es incapaz de ver los defectos del otro. Lo que hace que una persona desee comprometerse con otra son determinados símbolos o situaciones con un significado personal que casi siempre pasan desapercibidos para el que se enamora. Es frecuente que una persona juzgue o adivine como va a ser su relación a partir de las emociones que experimenta durante la primera etapa del enamoramiento. A medida que la relación se va haciendo más estable y va adquiriendo más compromiso,
las
expectativas también
aumentan
respecto al modo de
comportarse del otro. De repente, los errores que comete la otra persona son interpretados cómo que está fallando la relación. Parte de lo que provoca la desilusión en la pareja es que las promesas que se hicieron en la primera etapa de la relación no se lleven a cabo cuando esta se ha consolidado. 69
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Estas promesas en su mayoría no fueron explícitas, se fueron dando por hechas cosas que se convierten en expectativas que terminan por no cumplirse. Otra de las fuentes de desilusión más frecuente que se dan entre las parejas es cuando los cónyuges hacen atribuciones inexactas respecto al otro. Se crean expectativas de cuánto van a obtener de la pareja en base a cuanto invirtieron en ella. Como hemos dicho, cuando alguien está enamorado tiende a ver en su pareja muchas cualidades que no lo son. Progresivamente se da cuenta de su error y la imagen de la pareja comienza a cambiar de positiva a negativa. De pronto, la pareja se convierte en alguien negativo, pero que en realidad nunca cambió, sólo que ahora se ve como realmente era. Uno de los primero cambios en la facilitación del cambio en la pareja consiste en identificar sus pensamientos automáticos. Los pensamientos automáticos son pensamientos que le vienen espontáneamente a un individuo en ciertas situaciones y como consecuencia de un suceso interno. Estos pensamientos pueden hacer que una persona se sienta y actué de forma determinada, incluyendo modos de acción que crean conflictos en la relación de pareja. A pesar de que esta definición puede presentar los pensamientos automáticos como algo fácil de localizar no se encuentran siempre tan accesibles y son a veces difíciles de identificar. El terapeuta debe basarse en ciertas técnicas del proceso evaluativo para señalar estos pensamientos automáticos y debe enseñar a los pacientes a reconocerlos ellos mismos. El modo más directo para identificar los pensamientos automáticos sobre la relación consiste en definir una situación específica y preguntar al paciente: ¿Qué está pasando por su cabeza en este momento? Puede emplearse la imaginación para ayudar a recrear la situación y sus posibles pensamientos. El paciente debe recuperar imágenes y recuerdos, a la vez que pensamientos expresados en palabras. Es importante capturar cualquier imagen o recuerdo, puesto que éstos pueden ser fuente de emociones particularmente fuertes. 70
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En la excavación de un emplazamiento histórico, los arqueólogos emplean herramientas específicas para desenterrar antigüedades. Debido a que este proceso implica
la realización de maniobras tediosas, las herramientas están
diseñadas de forma específica para extraer la tierra de un modo delicado pero efectivo, en un intento de preservar la antigüedad. Este ejemplo es análogo al trabajo de un terapeuta
cognitivo que trata de
descubrir esquemas o creencias subyacentes. Las herramientas empleadas en este caso son los elementos básicos del consejo psicológico y de la psicoterapia; es decir, clarificación, reflejo, y el establecimiento de un vínculo terapéutico efectivo. Sin embargo, la herramienta más precisa es probablemente la pregunta. El método de la pregunta se emplea para descubrir pensamientos automáticos y creencias subyacentes. Tal y como se ha definid o previamente, los pensamientos automáticos son aquellos que ocurren de forma espontánea en la mente de un individuo. Pueden estar basados en una información distorsionada o en una lógica errónea. La pregunta ayuda al terapeuta a revelar pensamientos automáticos de los cuales el individuo puede ser bien consciente o inconsciente. El proceso de identificación de cada pensamiento automático del individuo es la avenida que el terapeuta tiene para descubrir los pensamientos subyacentes sobre la relación, y más importante aún, sus creencias sobre el cambio. Para clarificar la relación entre ambos, los pensamientos automáticos son la manifestación de una idea o el producto de una opinión. Sin embargo, las creencias subyacentes son ideas u opiniones aceptadas como verdaderas y que albergan a los pensamientos automáticos. Son estas creencias subyacentes las que determinan como cada miembro de la pareja piensa, y por lo tanto, interactúa, con su cónyuge. Por lo tanto, una cantidad significativa de tiempo se dedica a identificar esos pensamientos y creencias, puesto que nos dicen mucho sobre como los individuos se conducen. Inicialmente, se identifican los pensamientos automáticos y creencias subyacentes durante la entrevista inicial para evitar interferencias de la pareja o resistencia a admitir creencias de hondo calado. 71
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Posteriormente, es recomendable que la pareja observe el modo en que cada uno piensa, así como que identifique sus pensamientos y creencias compartiendo sus pensamientos automáticos durante las entrevistas conjuntas.
TRATAMIENTO
En primera instancia, enseñar a la pareja el modelo de tratamiento es importante, especialmente para los terapeutas cognitivo-conductuales. Al ser una forma de tratamiento que conlleva un abordaje tan estructurado y colaborativo es esencial que la pareja comprenda claramente sus principios y métodos. Esto es esencialmente importante porque el terapeuta hará constantemente referencia al modelo y a conceptos específicos. Conocer y repasar el modelo hace que ambos miembros de la pareja sepan lo que está sucediendo durante el proceso y esto se lleva a cabo durante la segunda sesión conjunta aproximadamenteUn área importante de la terapia cognitiva de parejas ayuda a que se den cuenta de los pensamientos disfuncionales que tienen en la relación y que llevan al conflicto, enseña formas de comunicarse y resolver problemas que pueden funcionar mejor que los recursos previos. A través de estas técnicas se puede aprender a corregir interacciones erróneas y mejorar una relación. La información debe ser dada en un lenguaje similar al vocabulario de la pareja. Existen una serie de aspectos que deben ser resaltados tras explicar el modelo. La necesidad del terapeuta de estructurar las sesiones es crucial y por tanto debe ser explicada con detalle. Frecuentemente, las parejas con problemas tienden a resistirse a la estructuración dada por el terapeuta especialmente cuando están en medio de una crisis. Por tanto, es importante que el terapeuta intente siempre estructurar las sesiones para mantener el proceso terapéutico. Parte de proceso de estructuración es el establecimiento de la agenda. Normalmente la establece el terapeuta y la pareja al principio de cada sesión para planificar el curso de las sesiones.
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Se deben establecer las reglas básicas del tratamiento. No es raro que el terapeuta de parejas enfrente asuntos tales como la dominación del compañero, en la que uno de los miembros de la pareja intenta repetidamente contactar con el terapeuta por teléfono fuera de las sesiones para controlar el proceso de terapia. Otro dilema frecuente ocurre cuando una parte acusa al terapeuta de aliarse con un cónyuge y no tratar su caso objetivamente. Aquí es donde las reglas básicas del tratamiento pueden servir para proteger a todas las partes durante el proceso terapéutico. Cuando el terapeuta piensa que la pareja conoce bien el funcionamiento del modelo y ha aceptado las reglas básicas, es el momento que se familiarice con el concepto de distorsiones cognitivas y con el cómo identificarlas. Aunque existen
distorsiones cognitivas en muchos ámbitos diferentes del
funcionamiento individual, las distorsiones específica que son objeto de tratamiento en pareja son aquellas relativas a la relación misma. Muy a menudo, surgen distorsiones relativas a aspectos externos de la relación de pareja. Puede que deban abordarse de manera individual, especialmente si son ajenas a la relación. Esta es una decisión que corresponde al terapeuta pues estos pensamientos pueden o no influir en la disfunción de la relación. Identificar las distorsiones y etiquetarlas es una parte importante del elemento estructurador del tratamiento.
IDENTIFICANDO Y ETIQUETANDO LAS DISTORSIONES COGNITIVAS.- Ya que las distorsiones son una parte integral del proceso, es esencial que la pareja aprenda, no sólo a reconocerlas sino también a identificarlas rápidamente. Un ejercicio consiste en que cada parte lleve un registro semanal de los pensamientos negativos y etiquete cualquier distorsión en esos pensamientos. Este diario debe ser revisado por el sujeto y el terapeuta hasta que la persona consiga hacer este ejercicio con éxito. El terapeuta se servirá de la habilidad de la pareja para reconocer e identificar las distorsiones. Cuando la pareja llega a las sesiones debe revisarse conjuntamente
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el registro de pensamientos negativos, identificando las distorsiones descritas más adelante. La identificación de las distorsiones cognitivas implica cierto registro que es fundamental
en la terapia cognitiva para reestructurar los procesos de
pensamiento. Las mismas distorsiones cognitivas presentadas en los primeros escritos sobre terapia cognitiva se usan en el tratamiento de parejas. Las diez distorsiones más comunes en la pareja: Inferencia arbitraria.- Se sacan conclusiones careciendo de un apoyo que sustente la evidencia. Por ejemplo, un hombre cuya esposa llega a casa medio hora tarde del trabajo concluye “me debe ser infiel”. Abstracción selectiva.- La información se saca fuera de contexto resaltándose ciertos detalles mientras que se ignora información importante. Por ejemplo, una mujer cuyo marido no responde a su saludo por mañana concluye “Debe estar enojado conmigo otra vez”. Sobregeneralización.- Uno
o dos incidentes aislados sirven para representar
todas las situaciones similares, relacionadas o no. Por ejemplo, después de haber sido rechazado en su primera cita, un joven concluye “todas las mujeres son iguales, siempre seré rechazado” Magnificación o minimización.- Un suceso o circunstancia se percibe bajo un prisma mayor o menor del apropiado. Por ejemplo, un marido furioso explota al descubrir que su esposa olvidó pagar la tarjeta de crédito y dice a su esposa “Estaremos arruinados con el excesivo pago de intereses”. Personalización.- Se atribuyen sucesos exteriores a uno mismo cuando no existen suficientes pruebas para llegar a una conclusión de ese tipo. Por ejemplo, una mujer encuentra a su marido planchando una camisa ya planchada y piensa, “Está insatisfecho conmigo”. Pensamiento dicotómico.- las experiencias son codificadas como todo o nada, un completo éxito o fracaso total. Esto se conoce como pensamiento polarizado. Por ejemplo, un marido le pregunta a una esposa su opinión sobre la decoración de su despacho y cuando ella critica el color de la alfombra, el piensa para sí, “No puedo hacer nada bien”. 74
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Etiquetado y etiquetado erróneo.- el sujeto usa las imperfecciones
y
equivocaciones del pasado para definirse a sí mismo. Por ejemplo, tras continuos errores en la resolución de problemas matemáticos, afirma “No valgo para nada” en lugar de reconocer que errar es humano. Visión de túnel.- Algunas personas ven sólo aquello que ellos desean ver o lo que se ajusta a su estado mental. Un hombre que piensa que su esposa “hace cualquier cosa que él quiera” puede culparle al otro de elegir algo por razones puramente egoístas. Explicación sesgada.- Este es un tipo de pensamiento casi suspicaz que las parejas desarrollan durante momentos de conflicto, en el que existe una suposición automática de que su compañero tiene una razón para actuar. Por ejemplo, una mujer se dice a sí misma “Está actuando muy cariñosamente porque luego probablemente desea que haga algo que sabe que odio hacer”. Lectura de la mente.- Ya hemos mencionado antes, que este es el don mágico de ser capaz de conocer lo que otros están pensando sin comunicación verbal. Uno termina adjudicando una intención negativa al otro. Por ejemplo, un esposo piensa “Sé exactamente lo que está pensando, conozco su siguiente paso”. Estas distorsiones ocurren frecuentemente en parejas en conflicto, y de hecho se dan en la mayoría de las relaciones en un momento dado Se hace que las parejas se den cuenta de estas distorsiones y entonces se les instruye para identificar si sus propios pensamientos coinciden con estas distorsiones. Siempre que una persona experimente un pensamiento automático sobre su pareja y lo identifique como pensamiento negativo o disfuncional, intenta etiquetarlo como una de las distorsiones anteriormente descritas Cuando las parejas aprenden a asignar etiquetas a sus distorsiones cognitivas, entonces son capaces de revaluar la estructura de sus pensamientos. Debe quedar claro que la habilidad del terapeuta es fundamental a la hora de determinar si existe o no una alteración psicopatológica en el proceso del pensamiento del cliente o paciente. Si no se detecta durante la fase de evaluación, cualquier trastorno del pensamiento, conducta o afecto, puede detectarse con claridad en ese momento. 75
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Si se llegará a presentar alguna situación de excesiva gravedad, pueden plantearse forma de tratamiento alternativas y se decidirá dependiendo de las circunstancias particulares si sé continúa con la terapia de pareja. Cuando no existen problemas que interfieren severamente, se enseña a la pareja a observar sus pensamientos automáticos y a comenzar a identificar las distorsiones sirviéndose de las etiquetas, por ejemplo: “Mi esposa debería de saber que tuve un día muy pesado en el trabajo y que no estoy de humor para escuchar su plática” --------------------------- Lectura de la mente. “Es muy tarde para salvar esta relación, ya no tiene remedio”------------------------------------------------------------ Magnificación.
El objetivo de este ejercicio es que la pareja reconozca que sus pensamientos pueden estar distorsionados por una información insuficiente y ayudarles
a
registrar el tipo y frecuencia de distorsiones que tienen. Este registro constante de sus pensamientos y distorsiones les ayuda a ser más conscientes de cómo su pensamiento afecta a su pareja y a ellos mismos . PROCESAMIENTO ERRONEO
DE LA INFORMACION.- El pensamiento
disfuncional y las distorsiones se originan por el erróneo procesamiento de la información. Se cree que los individuos aprenden formas inadaptadas de procesar la información como resultado de la exposición al medio ambiente y también debido a una tendencia biológica a categorizar y agrupar observaciones. Estos procesos incluyen percepciones e inferencias hechas a partir de ciertos estímulos. La escena típica del niño que tiene miedo a la obscuridad ilustra este proceso. Cada vez que se encuentra en un lugar obscuro, sin considerar las circunstancias, este niño comienza a llorar irracionalmente y se protege como puede. Su creencia subyacente o esquema es que la obscuridad es peligrosa y temible. Al cuestionarlo puede decir que no sabe bien porque teme a la 76
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obscuridad. Si se le presiona puede decir que uno de los padres le enseño que la obscuridad es alarmante. Pero esta es una información insuficiente para sustentar una reacción tan exagerada. Este es un ejemplo de una creencia apoyada en una información insuficiente o falsa, o en pensamientos distorsionados. Carecen de información sustantiva.
ESTRUCTURACION NEGATIVA.- Es interesante notar que las quejas de la pareja durante la fase de evaluación inicial a menudo se refieren a rasgos específicos de su pareja que son lo opuesto o el lado negativo de aquellas características que una vez tanto les atrajeron. Sucede que estos rasgos de personalidad que los impresionaron positivamente reciben ahora una connotación negativa en la que el haber sido visto como espontáneo, ahora se ve como intransigente. Plantear este concepto funciona como una poderosa herramienta para que las parejas comiencen a aceptar la noción de la estructuración negativa y cómo la estructuración negativa en sí misma es muchas veces una mera distorsión de lo que en otro tiempo se consideró una cualidad atractiva. A menudo proporciona a las personas cierta esperanza y también les anima a analizar sus distorsiones. Significativamente aún más importante es que ellos pueden comenzar a cambiar sus percepciones mediante el cuestionamiento de la evidencia que sustentaba sus pensamientos. Una vez que la pareja acepta el concepto de estructuración negativa este puede reforzar el modelo cognitivo. Está técnica se utiliza con ambos cónyuges, preferiblemente durante una sesión conjunta. Alternativamente puede utilizarse durante una sesión individual y luego revisarla durante la sesión conjunta y demostrando al otro cónyuge el proceso de restructuración de un marco negativo a uno más positivo.
ENSEÑANZA DE LA IDENTIFICACION DE PENSAMIENTOS AUTOMATICOS.- la clave del modelo es la identificación de los pensamientos automáticos de los miembros de la pareja sobre ellos mismos y sobre la relación. Los pensamientos 77
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automáticos se definen como pensamientos, que ocurren espontáneamente en la mente del individuo, sobre ciertas circunstancias de la vida o sobre individuos del entorno. Estos pensamientos automáticos pueden ser tanto positivos como negativos. Sin embargo, en la mayoría de las situaciones conflictivas son negativos. Algunos de los pensamientos automáticos más comunes son: _ Si de verdad me amará estaría más tiempo conmigo. _ El solo se preocupa por el mismo. _ Nuestra relación es un fracaso. _ Nada de mi le agrada. _ Todo lo hago mal.
Enseñando a las parejas a observar sus pensamientos y sus patrones de pensamiento, desarrollan la habilidad de identificar pensamientos automáticos que espontáneamente aparecen en sus mentes. Son cogniciones que pueden desencadenar respuestas emocionales y de comportamiento que a menudo causan conflicto. Ya que muchos de estos pensamientos automáticos surgen de creencias desarrolladas lentamente a lo largo del tiempo, se corrigen y reestructuran mediante el uso de la identificación y la práctica. En términos simples, tales identificaciones permiten que los individuos piensen sobre lo que se dicen a sí mismos respecto a una situación o circunstancia. Para mejorar la capacidad de identificar pensamientos automáticos, se instruye a los pacientes a anotar en libretas o cuadernos una breve descripción de las circunstancias que rodean al conflicto. Se debe incluir una descripción de la situación, los pensamientos automáticos que llegan a la mente y la respuesta emocional resultante. A través de este tipo de registro, el terapeuta puede demostrar a la pareja cómo sus pensamientos automáticos están asociados a respuestas emocionales y cómo esto contribuye a ver negativamente al compañero.
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CONEXIÓN DE LAS EMOCIONES CON LOS PENSAMIENTOS AUTOMATICOS.Cuando los esposos han aprendido con precisión a identificar los pensamientos automáticos, se trabaja con la conexión entre pensamientos automáticos y respuestas emocionales. Esto es importante porque se ha visto que muy a menudo los comportamientos impulsivos que dañan la relación son resultado de emociones intensas. Además, a menudo los esposos achacan ciertas experiencias o situaciones o estado de ánimo minimizando su responsabilidad de poder influir en ese estado. Un ejercicio que resulta bastante útil para las parejas es pedirles que revisen sus diarios e indiquen las conexiones entre pensamiento y emoción. Luego utilizan un método de respuesta alternativa o corrección del pensamiento para producir un cambio emocional. USO DE TECNICAS DE IMAGINERIA Y JUEGO DE ROL.- Cuando las parejas identifican sus pensamientos automáticos y creencias básicas, a veces pueden tener dificultades para recordar la información pertinente sobre áreas conflictivas, especialmente durante situaciones emocionales intensas. Las técnicas de imaginería y juego de rol pueden ser extremadamente útiles para provocar los recuerdos de esas situaciones. Estás técnicas pueden también ayudar a la pareja a reavivar sus sentimientos positivos respecto al otro. El uso de la evocación de fantasías para recordar una vieja emoción hacia el otro durante la fase de noviazgo puede ayudar a las parejas a ver que aquellos sentimientos existieron y que pueden recuperarse si se esfuerzan. El terapeuta puede utilizar estas técnicas durante toda la terapia. Pueden ser útiles en las primeras etapas cuando uno o ambos miembros de la pareja afirman que no pueden recordar tiempos más felices. El terapeuta puede sugerir a uno o ambos que se centre en una escena o imagen del pasado, como pueden ser los primeros aniversarios, cumpleaños, el día de la boda, etc.
Está sesión de
imaginería puede ser más fructífera si el terapeuta hace que los sujetos
se
centren específicamente en lo que llevaba él o ella, cómo era la habitación en que estaban entonces. La evocación específica de otras personas presentes, etc. 79
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Detalles como estos pueden servir para desencadenar el recuerdo de los viejos sentimientos. Estos ejercicios pueden avivar sentimientos positivos o sentimientos que se creían perdidos. Una vez que el terapeuta logra una imagen positiva con los individuos, entonces puede comenzar a asociar las emociones y los pensamientos automáticos positivos con dichas imágenes. Las técnicas de imaginería no son ciertamente para cualquier persona y pueden a veces ser negativas. Por lo tanto, deben ser utilizadas con precaución. Las técnicas de juego de rol también se utilizan para hacer surgir sentimientos o pensamientos, especialmente en aquellas parejas que no son comunicativas en las sesiones de tratamiento. El terapeuta debe ser prudente y determinar cuando son apropiadas.
ELIMINACION,
REFORMULACION
Y
ANALISIS
DE
POENSAMIENTOS
AUTOMATICOS.- El proceso de restructuración de pensamientos automáticos consiste en presentar explicaciones alternativas y adoptarlas como parte del repertorio cognitivo del individuo. Para lograrlo, el cliente debe evaluar el pensamiento automático disfuncional. Cuando esto ocurre tiene lugar la reestructuración de la percepción, lo que permite al cliente ver a su pareja o a la situación de manera diferente. Por ejemplo: La secuencia de un hombre que consideraba por la actitud retraída de su esposa que está estaba enojada con él. Pensamiento automático………….. Desde hace algunos días Eva no me platica mucho, lo que significa que piensa
que algo le hice y debe estar enojada
conmigo. Emoción……………. Preocupación. Distorsión cognoscitiva…………………….. Personalización. Pensamiento automático………… Pronto me va a abandonar. Emoción………….. Miedo y tristeza. Distorsión cognitiva…………… Lectura de mente. 80
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El siguiente paso es pedirle que analice sus pensamientos ponderando la existencia de pruebas y considerando explicaciones alternativas . ¿Qué pruebas existen para confirmar estos pensamientos? 1.- No me habla mucho desde hace algunos días y ella es muy parlanchina. 2.-Se ha mantenido un poco distante.
¿Podrían existir explicaciones alternativas para esta conducta? 1.- Tal vez está retraída porque algo le preocupa y no tiene que ser necesariamente algo de mí. 2.- Quizá se ha alejado un poco para reflexionar mejor.
Al ponderar la evidencia existente y ver que en realidad es insuficiente para sacar conclusiones claras, el sujeto puede plantearse una explicación alternativa. Esto probablemente reducirá el marco negativo que ha creado hasta que tenga la oportunidad de reunir datos adicionales. Puede obtenerlos observando durante más tiempo o mediante preguntas no amenazantes, respecto a cuál puede ser la causa del distanciamiento entre la pareja. Esto último requerirá cierto entrenamiento en comunicación por parte de ambos esposos. Esta actividad podría al menos ayudar a establecer un clima de acercamiento en el esposo haciendo que sus preguntas sean mucho menos acusatorias.
INCREMENTO DE LO POSITIVO EN LA RELACION.- En cualquier fase del tratamiento se pueden recomendar tareas conductuales para casa para mejorar la calidad de la relación, reforzar nuevas habilidades o cotejar la validez de los pensamientos tal y como se describió anteriormente. Al comienzo de la terapia el terapeuta cognitivo normalmente asigna tareas para aumentar las interacciones positivas en la relación. En estos días, la pareja actúa con respecto al otro “como si” aún amará al otro, como en los mejores tiempos de la relación. Cada miembro de la pareja escribe 81
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una lista pequeña de actividades positivas y específicas, que le gustaría que su pareja hiciera para con él o ella. Deben ser conductas que no formen parte del conflicto. Después de revisarlas con el terapeuta, la pareja intercambia la lista y acuerda realizar, al menos, cinco actividades diarias. Este aparente pequeño intercambio de conductas positivas puede tener un profundo efecto en la relación de pareja. Muchas parejas encuentran que después de una o dos semanas de realizar y practicar los “días para quererse” sienten cosas más positivas hacia el otro. A menudo, se recuerdan los buenos tiempos de la relación de manera espontánea. Este experimento conductual frecuentemente ayuda a establecer una expectativa positiva para el cambio. También ayuda en las interacciones de la pareja en el hogar.
ENTRENAMIENTO EN COMUNICACIÓN Y RESOLUCION DE PROBLEMAS.Enseñar una comunicación más efectiva y métodos de resolución de problemas es un componente básico de la mayoría de las terapias de pareja. Dado que la terapia cognitiva es un abordaje educativo, es fácil incorporar el entrenamiento en comunicación durante el curso de la terapia- Observando las creencias que puedan intervenir en una buena comunicación y resolución de problemas.
El terapeuta
puede
combinar los
métodos tradicionales
de
entrenamiento en comunicación con los métodos de la terapia cognitiva en orden a identificar y cotejar creencias importantes. Los investigadores han encontrado que tanto los terapeutas como las parejas refieren que las dificultades de comunicación son los problemas más frecuentes en las relaciones conflictivas. La primera tarea del terapeuta es ayudar a la pareja a entender que la buena comunicación no implica acuerdo, sino a aprender a hablar y escuchar de forma que conduzca a un entendimiento mutuo e idealmente a resolver problemas mutuos cuando hay desacuerdo.
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Una de las metas terapéuticas es ayudar a la pareja a ver la comunicación como un proceso de beneficio mutuo más que como una lucha de poder o debate. Uno de los mejores medios para lograrlo es establecer un ejercicio básico de comunicación en la que la pareja hace turnos sucesivamente, tanto para hablar como para escuchar. A cada uno se le indican las cualidades del buen comunicador. Durante el ejercicio el terapeuta puede intervenir y guiar a la pareja en las áreas de mayor dificultad y que requieren mayor progreso. Después de este ejercicio estructurado, el terapeuta puede pedir una retroalimentación a la pareja respecto a las diferencias y similitudes de esta con sus discusiones. El terapeuta utiliza preguntas para guiar a la pareja, empleando sus propias palabras para que vean las ventajas de este tipo de comunicación. Al presentar así el proceso de descubrimiento, el terapeuta les ayuda a integrarla adquisición de habilidades y a incrementar la motivación para ponerlas en práctica. Algunos individuos carecen da habilidades interpersonales básicas, incluso en situaciones no conflictivas. Una forma de evaluar estos déficits es preguntar a la pareja si alguno tiene dificultades al hablar o escuchar en otras relaciones interpersonales y en situaciones de la vida diaria. Observar la capacidad de hablar de cada cónyuge con el terapeuta durante las sesiones, puede ayudar a evaluar posibles áreas problemáticas. Muchas parejas tienen dificultad para comunicarse con claridad cuando están extremadamente furiosos, ansiosos o deprimidos. De hecho, una alta activación afectiva parece estar correlacionada con errores en el procesamiento cognitivo. Si un miembro de la pareja experimenta rabia es difícil e irreal esperar que sea capaz de realizar bien un ejercicio de comunicación. Por tanto, es importante enseñar a la pareja métodos para reducir una emoción intensa y frecuente que pueda interferir en la práctica de habilidades de comunicación. Aunque es necesario enseñar a la pareja a hablar de forma distinta sobre las cosas que les producen rabia, es mejor hacerlo cuando la rabia está en un rango de intensidad bajo o moderado.
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Beck, describe el uso de “zonas de color” para identificar los grados de rabia y control de la pareja. La zona azul representa un rango de calma afectiva con buenas habilidades de comunicación. La zona amarilla describe el rango de rabia donde todavía hay cierto control, sobre los pensamientos, palabras o acciones. La zona roja señala la pérdida de control sobre lo que se dice, algunas veces con ataques físicos y un elevado grado de distorsión del pensamiento caracterizado por una visión extremadamente negativa de la pareja. Se enseña a la pareja a que practique habilidades de comunicación sólo si están en la zona azul. Para así ir progresando paulatinamente hasta llegar al color rojo.
RESOLUCION DE PROBLEMAS.- El aprendizaje de una buena escucha y exposición es la base fundamental de una buena comunicación. Una vez que la pareja lo domine, pueden aprender estrategias de resolución de problemas para aquellas áreas en las que existe desacuerdo. La capacidad de escuchar y resumir el punto de vista de la pareja es un buen punto de partida para la resolución de problemas. Se puede pedir a la pareja que escriba los puntos clave del compañero antes de comenzar a resolver problemas. Idealmente, se buscarán soluciones que satisfagan al menos algunas de las necesidades y expectativas de ambos miembros de la pareja. Un método simple de resolver problemas
es que la pareja plantee todas las
soluciones posibles y que elija una en la que ambos estén de acuerdo. El terapeuta debe animar a la pareja generar todas las soluciones posibles incluso si algunas parecen descabelladas. Aunque este método simple de resolución de problemas puede resolver completamente muchos desacuerdos de pareja, no siempre es el ideal. En algunos casos, un problema puede ser más importante para un miembro de la pareja que para el otro. En este caso, parece más acertado elegir una solución que sea satisfactoria para él miembro de la pareja más preocupado.
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A veces, no hay una solución que satisfaga a ambos. En este caso, la pareja debe decidir quién se beneficiará en la situación presente quizá considerando un beneficio posterior para el otro. En la terapia de pareja es útil explorar todas las alternativas de solución de problemas de tal forma que las parejas se sientan menos bloqueadas cuando estén e n desacuerdo. Durante esta fase de solución de problemas en la terapia, frecuentemente ciertos asuntos ocultos, tanto referidos a temas sistémicos como a la dinámica de poder en la relación, como a creencias que pueden interferir con una exitosa solución de problemas. Para ayudar a crear un ambiente de colaboración en la pareja con estilos de poder rígidos o extremos, el terapeuta necesita a ayudar a la pareja a que se de cuenta de que redunda en su propio beneficio compartir la toma de decisiones. Una forma de lograrlo es preguntar a la pareja sobre las ventajas y desventajas de su actual estilo de toma de decisiones, enfatizando las ventajas de usar los conocimientos y puntos fuertes de cada uno para solucionar problemas. Las diferencias de poder en algunas parejas resultan de la aplicación incuestionada de los valores culturales en los que han crecido. En estos casos, el terapeuta puede hacer preguntas para ayudar a la pareja a identificar las áreas de su vida en las que ya han roto, de forma beneficiosa para ellos, con la tradición. Después el terapeuta y la pareja pueden examinar si seguir la tradición en cuanto a las pautas de toma de decisiones les beneficia o perjudica. EL poder es un constructo cognitivo y conductual. A veces, un compañero altamente influyente se ve así mismo sin poder y por tanto, no asume ninguna responsabilidad respecto a los problemas de pareja. Al examinar los diferentes estilos de expresiones de poder, la pareja puede ver como cada uno ejerce una influencia sobre el otro de formas efectivas e inefectivas. Algunas personas usan métodos de influencia de persuasión directa. La persuasión directa puede lograrse mediante la discusión o puede ser una
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persistente solicitud hasta que la pareja acepte lo que el otro pide. Estos métodos dependiendo de su tono, pueden ser percibidos como positivos o negativos. Hay una serie de creencias comunes que pueden bloquear incluso los
mejores
esfuerzos terapéuticos para enseñar a las parejas técnicas de resolución de problemas. La persona que ya ha transigido demasiado ve cualquier negociación como algo injusto. Por tanto, el terapeuta debe ayudar a ver las ventajas del intercambio de la relación antes de que se pueda dar la resolución de problemas. Un primer paso, puede ser evaluar la percepción del cliente para ver si, de hecho, esta persona ha transigido mucho más que su pareja. A veces la gente no se da cuenta de lo mucho que su pareja transige. La revisión de estos hechos pueda ayudar también a que la pareja se sienta comprendida por el terapeuta. Si ambos miembros están de acuerdo en que hay una desigualdad puede que también sea deseable llevar a cabo un reconocimiento simbólico del miembro que está cargando más con el compromiso de la relación. Si la pareja lleva tiempo con problemas puede que piensen que un pequeño cambia no basta. Otras parejas temen que como el cambio necesario es tan grande nunca lo podrán lograr. Un método útil de lograr explorar estas creencias es presentar un modelo de cambio en el que el objetivo de la terapia sea producir los menores cambios necesarios para lograr el mayor efecto posible. A algunos miembros de la pareja, les resulta difícil resolver problemas porque buscan la solución perfecta. Analizar las ventajas y desventajas de la falta de acción en contra de la acción imperfecta puede muchas veces ayudar a que estás personas flexibilicen sus rígidos estándares. Los desacuerdos que dividen a una pareja pueden provenir de las diferencias fundamentales de la visión. Cualquier incidente por muy trivial que pueda parecer puede romper la relación por estas visiones. La visión negativa que tiene uno del otro les hace llegar a comportarse de forma negativa que acrecientan las resistencias de ambos y refuerzan la opinión negativa que tenían anteriormente.
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PERSPECTIVAS.- Las perspectivas pueden ser abiertas o cerradas. La perspectiva que tenemos de una situación no sólo incluye la propia situación con todos sus detalles, sino también el significado que le damos. Dentro de esta forma de percibir la realidad podemos encontrarnos con perspectivas abiertas que son capaces de contemplar diferentes elementos y también podemos encontrar perspectivas cerradas que son incapaces de ver más que una forma de actuar y sólo pueden otorgar un significado a la situación.
Además, en la perspectiva cerrada la persona interpreta la situación de manera egocéntrica. Cuando la persona tiene una perspectiva abierta es capaz de comprender al otro, e intentar ver el mundo como
la otra persona lo percibe lo que favorece la
empatía y la buena convivencia.
REGLAS.- La mayoría de parejas en conflicto se centran en sus diferentes expectativas y perspectivas y omiten el respeto hacia los intereses del otro, pero ambos deben de encontrar una fórmula aceptable para cumplir con sus responsabilidades en conjunto. En muchas ocasiones hay que esperar a que se viole una regla importante dentro de la pareja para que se ponga de manifiesto una necesidad dentro de la misma. La dificultad surge, porque la mayoría de las veces la regla que se fractura no era clara ni explícita, ni tomaba en cuenta al otro. Normalmente las reglas dentro de la pareja suele empezar siendo derechos que uno de los piensa que posee sobre el otro
y que con el tiempo se vuelven
obligaciones. La persona piensa entonces, que esa regla es universal, que todo el mundo la espera y no entiende cómo es que el otro miembro de la pareja no la respeta. Cuando se hace explícita esta regla el otro miembro de la pareja
se queda
impactado porque no sabía que se esperaba eso de él. Normalmente ambos miembros de la pareja consideran que han hecho todo lo que han podido para salvarla o que han dado mucho más de lo que han recibido. 87
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Una de las maneras en que se estabiliza una pareja y se está en mejor disposición de manejar las crisis es saber exactamente qué podemos esperar del otro. No obstante, hay veces que aunque la persona sepa esto, tiene esperanzas que provocan problemas puesto que son ocultas. Es en este momento, cuando comienzan los “deberías” con respecto al otro y la persona empieza a reclamar muchas cosas. Cuando un miembro de la pareja empieza a exigir al otro que satisfaga todos sus mandatos y cubra todas sus necesidades, el otro ve su personalidad y necesidades anuladas y se comienza una fuente de conflictos. Hay muchas personas que piensan que controlar la conducta del otro miembro de la pareja implica recurrir a la crítica y al reproche; y ven al castigo como el único medio para cambiar al otro. Cuando la pareja comienza a consolidar su relación aparecen las primeras reglas que son las referidas a los roles de marido y mujer. Frecuentemente, después del primer hijo surgen otras reglas que causan más problemas. La madre se siente agobiada por las obligaciones maternales y construye una serie de reglas acerca de la atención
que debería prestar el marido sin consultárselo. A su vez, el
esposo piensa que va a seguir recibiendo la misma atención de su mujer que siempre. El problema surge cuando no se cumplen estas reglas impuestas y se genera frustración y decepción en la pareja. Específicamente en el área de pareja, más que en otras relaciones, sobre todo al inicio de la consolidación de esta, los dos miembros de la pareja sienten que no tienen que hacer ningún sacrificio por el otro y en cambio sienten que obtienen muchas recompensas por ello. De la fusión a la desintegración.- Sin embargo, tiempo después cada miembro de la pareja empieza a intentar hacer valer sus derechos y surgen desacuerdos. Parcialidad egoísta.- Empiezan a surgir diferencias de opinión y cada uno empieza a ver al otro como una amenaza para los propios intereses. Además les cuesta mucho llegar a un pacto por la carga emocional que tiene la relación.
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Establecimiento de normas y juicios sobre el cónyuge.- No es infrecuente que cuando los dos miembros de la pareja trabajan juntos juzguen su actuación con mucha más dureza de lo normal. Cualquier fallo es interpretado como una prueba de ineficacia. La intrusión de significados simbólicos.- Cuando la comunicación en la pareja es pobre y hay expectativas que no se han clarificado, surgen evaluaciones morales hacia el otro miembro de la pareja. Elegir un momento adecuado en el que cada uno explique cómo se sintió y cómo interpreto las acciones del otro es fundamental. Diferentes expectativas acerca de los roles de familia.- Cuando una pareja comienza da poca importancia a las expectativas sobre el otro tipo práctico y da prioridad a temas sentimentales, pero a medida que avanza la relación estos aspectos cada vez se vuelven más importantes.
Campos de conflicto. -
Calidad de tiempo en común.- No se trata sólo del tiempo que la pareja pasa juntos sino también como pasan ese tiempo.
-
División del trabajo.- A menudo un miembro de la pareja tiene la sensación de que el reparto no es equitativo.
-
Crianza de los hijos.- Esto está muy vinculado con cómo fueron tratados ellos como hijos. Los temores o las dudas que surgen en este aspecto son una fuerte importante de conflicto.
-
Relación sexual.- Los problemas en esta área suelen centrarse en la frecuencia de las relaciones sexuales y en localidad de los mismas.
-
Problemas de presupuesto.- Los gastos generados mensualmente, los gastos extras, la distribución del dinero, etc.
-
Problemas con parientes políticos.- En muchas ocasiones un miembro de la pareja se enfurece por la dedicación que el otro hace a su familia.
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AFINAR LA RELACION.- Uno de los pasos más importantes de una relación, es ser consciente de las necesidades del otro, e intentar satisfacerlas de alguna manera. Mostrarle al otro que uno es sensible a lo que necesita. Muchas relaciones están infestadas de cosas negativas, pero también hay parejas que no ven lo bueno en su relación. Usan unos pocos aspectos, que son negativos para descalificar todo lo que va bien en su relación. Se debe establecer un seguimiento de la conducta positiva, y parea hacerlo, un punto fundamental es que cada uno de los miembros de la pareja sepa que cosas de forma objetiva hace el otro y pueda tener una reacción acorde. Esto implica aprender a ver lo positivo que hace la pareja mediante un esfuerzo extra. Goldstein desarrolló un método para ayudar a las parejas a seguir la pista de acciones agradables del otro. A cada miembro de la pareja se le daban varias hojas de papel en las cuales debían registrar las acciones agradables de él o ella y puntuarlas en una escala. Otra técnica consistía en pegar rulos o etiquetas en la pareja y cuando hacia algo bueno se quitaba uno, de tal manera, que al final del día se veía cuantas cosas positivas había hecho el otro.
CAMBIAR LAS PROPIAS DEFORMACIONES.- El primer paso es intentar ver cuáles son las situaciones en la que la persona se siente mal y que significados está dando a estas situaciones. Es básico que la persona no dé por hecho esos pensamientos sólo porque para él lo sean. Los nueve pasos: 1.- Vincule las reacciones emocionales con los pensamientos automáticos. Se identifican las emociones desagradables, se relacionan con la situación existente y se analiza que pensamientos unen ambas cosas. 2.- Use la imaginación para identificar los pensamientos. La persona debe imaginar el suceso desagradable para ver que emociones y pensamientos despierta en él. 3.- Practique la identificación de los pensamientos automáticos.
Identificarlos
puede ser posible pero se requiere práctica y constancia.
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4.- Use la técnica del “replay”: La cual consiste en revivir mentalmente el suceso que causó los pensamientos para ver qué pasaba por su cabeza en ese momento. 5.- Cuestione sus pensamientos automáticos.- Las reacciones emocionales son a menudo desproporcionadas con la situación real, en particular con el matrimonio por eso deben hacerse preguntas sobre la validez de esos pensamientos cómo: ¿Hay otra explicación posible para su comportamiento? 6.-Emplee respuestas racionales.- aprender a sustituir esos pensamientos por otros más racionales. La respuesta racional evalúa si el pensamiento automático es razonable, extrayendo el significado de la misma 7.- Verifique sus predicciones.- Hacer experimentos para corroborar o descartar aquello que nos preocupa tanto. 8.- Cambio de marco.- Consiste en reconsiderar las cualidades negativas bajo una luz diferente. No es necesario que el cónyuge cambie su personalidad para promover una relación más armoniosa. Un cambio de conducta relativamente pequeño es suficiente para dar marcha atrás al círculo vicioso. 9.- Rótulos de las deformaciones.- establecer utilizando
rótulos
como
personalización,
e identificar cuando se están
sobregeneralización,
abstracción
selectiva, etc.
EL ARTE DE CONVERSAR.- Las parejas en conflicto cada vez platican menos y cuando lo hacen pierden fácilmente el objetivo y se desvían hacia recriminaciones, descalificaciones, malos entendidos y ambigüedades. Los problemas más concretos en la comunicación: _ No puedo ser sincero con mi pareja.-La sinceridad total en una pareja resulta imposible y muchas personas cuando intentan ser sinceras con el otro, lo hacen de tal manera que terminan dañándole. Generalmente, las personas confunden el ser honestos con ser directo que lo que se dice en un arranque emocional es lo adecuado. _No puedo ser espontaneo.- Algunas personas piensan que no pueden ser espontáneas con su pareja y dicen que tiene que estar siempre preparados a la defensiva. Aunque, en realidad, hay personas muy toscas al hablar que 91
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necesitarían ser más sutiles, lo cierto es que se puede aprender mediante un esfuerzo. _Mi pareja siempre me grita.- A veces, uno de los miembros de la pareja posee una voz más fuerte que el otro interpreta como señal de enojo o agresión. _ Mi esposo no quiere pensar en sus sentimientos y no le gusta hablar de los míos.- Es un mito, que los varones se resisten totalmente a hablar de los sentimientos, aunque culturalmente no está tan bien visto que un varón se muestre como sensible. _La conversación es fluida pero la relación está estancada. Muchas relaciones que parecen superficialmente satisfactorias, pueden, no obstante, no serlo para ambos esposos. Pueden desenvolverse bien juntos en algunas áreas como: la economía, en las decisiones domésticas, en la crianza y en la educación de los niños pero no están satisfechos. Existen pautas que pueden hacer las conversaciones más agradables, así como también más eficaces. Siguiendo esas sugerencias se podrán prevenir los obstáculos que dificultan muchas discusiones.
Sintonice el canal de su cónyuge & De señales de escuchar & No interrumpa & Formule preguntas hábilmente. & Emplee tacto y diplomacia.
EL ARTE DE TRABAJAR.- A veces, los miembros de la pareja se encasillan en posiciones tan opuestas que parecen incapaces de conseguir siquiera un acuerdo. Se empecinan y se aferran en forma tenaz a sus propios puntos de vista.
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Consideran sus conceptos como eminentemente sensatos y los del cónyuge como irrazonables. Es importante por lo tanto, clarificar que posición tiene el otro y mantener una posición receptiva a las sugerencias que proponga. Hay dos clases generales de luchas matrimoniales. En la primera no hay un auténtico desacuerdo entre los cónyuges, pero la manera en que uno habla con el otro y en la que se oyen mutuamente está tan llena de interferencias que sus mensajes se falsean. En la otra clase de discordias, hay un conflicto real que debe ser resuelto. Desde luego, la mayor parte de las disputas combinan un conflicto verdadero con una comunicación escasa. Las luchas se agravan por el hecho de que, al asumir los cónyuges posiciones contrarias, sus perspectivas mutuas y la del problema tienden a polarizarse mucho; de esa manera, leves diferencias se cargan y se convierten en opuestos aparentemente radicales. Para resolver las diferencias es conveniente determinar qué clase de conflicto está en juego: Diferencias de los deseos específicos. Diferencias de gustos y sensibilidades. Diferencias en régimen, actitud o filosofía Diferencias de personalidad. Diferencias de perspectiva.
Empleo de las preguntas.- Muchas parejas, mutuamente dispuestas y que desean amoldar sus deseos y necesidades al otro, no lograron desarrollar hábitos de comunicación que les ayudan a vitar malentendidos. Aunque las preguntas constituyen la principal vía para obtener información, también suministran información. Así pues, el cónyuge interrogado puede confundir una petición de información con suministro de información. Flexibilidad.- Algunas parejas que tienen mucho en común, que son tiernas y afectuosas cuando no pelean, estallan no obstante cuando de ben tomar decisiones muy sencillas, como las que se refieren al tiempo compartido. Pueden
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vivir según normas tan rígidas que ninguna solución de sus conflictos parece posible. El primer punto para que no se estalle en este tipo de cuestiones es poder tener formas menos rígidas respecto a lo que tiene que hacer la pareja y respetarlo.
ADAPTACION.- Ninguna pareja es de un ajuste perfecto. Las diferencias de estilo o temperamento son a menudo los rasgos que atraen a la pareja entre sí inicialmente, pero más adelante esas mismas diferencias pueden llevarlos hacia un camino incorrecto. Luego entonces, aunque siempre existan diferencias entre los cónyuges se deben de aceptar y pasar por alto las asperezas de su compañero. Viendo estas diferencias desde una perspectiva diferente, se puede encontrar en ellas una cualidad atrayente. Al sacar partido de las diferencias se fortalece la vida en común. En las relaciones bien avenidas, las parejas aprenden a participar en las actividades favoritas del otro y a aceptarlos con estas características.
ESTABLECER PRIORIDADES.- Siempre tiene que existir un equilibrio en la pareja de manera que ninguno de los dos sienta que siempre se hacen las cosas como el otro quiere. Por lo que se debe de desarrollar un efectivo método de negociación en ellos.
CONCILIACION.-Es necesario establecer pautas acerca de cómo conciliar, es decir, como aclarar las quejas y demandas de su cónyuge y responder a ellas. Al practicar una serie de técnicas, se podrá obtener una imagen más específica del problema y así trazar mejor el problema para su solución. Las quejas, conflictos y problemas se abordan mejor, por lo general, en sesiones de conciliación programadas. Entre las pautas para poner en claro los motivos de queja de la pareja y entender las perspectivas, se encuentran las siguientes: 1.- No trate de defenderse, dar excusas o contraatacar 94
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2.- Trate de aclarar con precisión que hizo para trastornar a su cónyuge. 3.- Haga un resumen sucinto de las quejas de su pareja. Es muy difícil intentar ponerse en la mente del otro y conseguir ver la realidad de la perspectiva ajena, pero es necesario intentarlo para conseguir una conciliación. Podemos hacerlo pidiendo al otro miembro de la pareja que nos revele que sucedió en su cabeza frente a es situación conflictiva. Existen algunas normas claras y precisas para sesiones de conciliación: 1.- Determinar un tiempo específico para las sesiones de conciliación, un momento que sea tranquilo y en el que se pueda hablar con libertad. 2.- No incluir incidentes molestos cada vez que sucedan durante la convivencia. Preparar una lista de temas a discutir durante la sesión. 3.- Convenir en el programa al comienzo de la sesión, haciendo una lista de problemas o peticiones. 4.- Turnarse y discutir un problema a la vez. Cuando le corresponda el turno a alguien, exponer el problema con claridad para que su pareja lo entienda. 5.- Sugerir algunas soluciones posibles al problema expuesto. 6.- Sugerir ideas con la pareja para otras soluciones potenciales. Las normas que debe seguir el hablante: -
Ser breve
-
Ser específico
-
No insultar, reprochar o acusar.
-
No establecer rótulos.
-
No permitir palabras absolutas.
-
Formular las cosas de modo positivo.
-
Controlar las deducciones acerca de las acciones de la pareja.
Las normas para el oyente: -
Escuchar con atención.
-
Dar muestras de retroalimentación indicando que escucha.
-
Tratar de entender.
-
No estar a la defensiva 95
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-
Aclarar las razones de la conducta pero no buscar pretextos.
-
No analizar la motivación de la pareja
-
Encontrar puntos de acuerdo
-
Disculparse si ofendió.
-
Resumir en voz alta lo que se entendió de lo escuchado.
ESTRUCTURA DE LA TERAPIA.
CURSO Y FRECUENCIA DE LAS SESIONES DE TERAPIA.- Aunque la duración y el curso de la terapia varían en función de los problemas y recursos de la pareja, es posible especificar las etapas de terapia; las cuales son así: _ Historia y conceptualización de los problemas de la pareja: -
Reunir información para la evaluación
-
Explicar el modelo de tratamiento en función de la historia de la pareja
_ Manejo de las emociones: -
En esta etapa, simplemente enfriar y contener los aspectos negativos.
_ Aumentar las conductas positivas en la relación: -
Restablecer la base positiva de la relación.
-
Ayudar a establecer una expectativa positiva de cambio.
-
Introducir el deseo de colaboración en las interacciones de la pareja en casa.
_ Enseñar a la pareja a identificar, evaluar y responder a pensamientos centrales automáticos: -
Enseñar la identificación de pensamientos automáticos
-
Asignar la tarea de anotar los pensamientos automáticos durante los problemas.
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-
Enseñar a la pareja a evaluar y comprobar sus pensamientos automáticos en la sesiones y en casa.
_Enseñar habilidades de comunicación: -
Usar técnicas estándar.
-
Combinarlo con la comprensión por parte de la pareja de que los pensamientos automáticos interfieren en la escucha y expresión afectiva; evaluar y comprobar estos pensamientos automáticos.
_Explorar el tema de la ira: -
A
nivel superficial, aprender a evaluar los pensamientos automáticos
relacionados con la ira. -
A nivel más profundo, identificar dudas secretas, heridas y temores que alimentan las situaciones constantes de ira.
-
Ayudar a los individuos y a la pareja a responder a estas dudas, heridas y temores, de modo que las amenazas percibidas pueden ser resueltas de manera más constructiva.
_Enseñar estrategias de resolución de problemas: -
Usar técnicas estándar
-
Identificar y cotejar creencias que interfieren en los métodos estándar.
_ Identificación y cambio de actitudes disfuncionales y supuestos centrales: -
Es importante para individuos y parejas con sistemas de creencias rígidos.
-
Aspecto clave de la terapia cognitivo conductual con trastornos de personalidad.
-
Examinar las raíces históricas de las creencias disfuncionales centrales.
-
Comprobar la utilidad y validez actual de tales creencias.
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-
Ayudar a construir actitudes más adaptativas a través de experimentos conductuales cuidadosamente diseñados, registros de predicción y registros de nuevas experiencias.
_ Prevención y recaídas: -
Repasar los principios y estrategias de resolución de problemas aprendidos-
-
Anticipar problemas futuros y proponer soluciones.
-
Fijar una entrevista de seguimiento tras la finalización de la terapia.
Por lo general, las sesiones se fijan una vez a la semana y con una duración de cincuenta minutos. El tratamiento medio es de 12 a 20 sesiones. Como ya se dijo, hay entrevistas a las parejas en forma individual y conjunta, pero generalmente se ve a ambos miembros de la pareja el mismo número de sesiones individuales, ya sea sólo una o varias veces. El tema de la confidencialidad debe abordarse si el terapeuta entrevista a la pareja en una sesión conjunta y a sus miembros de forma individual, y debe de quedar clara, la reserva de la información. El terapeuta puede proteger la confidencialidad individual y a la vez ayudar a la pareja explorando por cada uno por separado los beneficios y pérdidas de discutir estos temas ocultos en las sesiones conjuntas. Un aspecto importante es fijar una agenda al inicio de cada sesión, lo que sirve para dar más controla los pacientes ya que de esta forma no divagan, además, les permite establecer juntos las prioridades de los temas a tratar en las sesiones.
B I B L I O G R A F I A. Beck, Aarón T. CON EL AMOR NO BASTA. Editorial Paidós. 1996Datilio, Frank, M; Padesky Christine A. TERAPIA COGNITIVA CON PAREJAS. Editorial. Desclee de Brouwer. Biblioteca de Psicología. 1995. Riso Walter. PENSAR BIEN, SENTIR BIEN. Editorial gedisa. 1996
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Instituto Universitario Carl Rogers
Diplomado de: “Terapia de Pareja y Familia” MÓDULO 3 PSICOTERAPIA GESTALT DE PAREJA
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MODULO 3 PSICOTERAPIA GESTALT DE PAREJA
Presentación
Pareciera que en este mundo cambiante y lleno de contradicciones, cada día hace falta más y más, la presencia y apoyo profesional del psicoterapeuta que acompañe y guíe a las Parejas y Familias hacia un Bienestar, a partir del Darse Cuenta. Ser Psicoterapeuta Gestalt implica, no únicamente trabajar con técnicas gestálticas, sino, también, representa vivir la Filosofía Gestalt como una Filosofía de Vida. Ser Psicoterapeuta Gestalt representa ser congruente con tu ser, estar en armonía con lo que piensas, lo que sientes, lo que haces y lo que dices. Estar en el aquí y ahora, promoviendo tú darte cuenta. Ser Psicoterapeuta Gestalt de Pareja y Familia, no significa estar bien todo el tiempo y sin conflictos con nadie, significa promover los Valores de la Gestalt que te lleven a un Bienestar a ti y a tu familia. El maestro Joseph C. Zinker nos muestra la técnica de la Psicoterapia Gestalt de Pareja y Familias. Generosamente, también nos comparte la bella esencia de su ser. Es a partir de este encuentro, que me enamoré del trabajo con Parejas y Familias. Es un placer enorme compartir contigo la maravillosa experiencia de ser Psicoterapeuta Gestalt y trabajar con Parejas y Familias. Te invito a que te empapes de los conceptos teóricos y podamos dedicar el tiempo de clase a vivenciar la AVENTURA CREATIVA que es la PSICOTERAPIA GESTALT DE PAREJA
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Temario TEMA I. “Psicoterapia Gestalt de Pareja” 1.1 Introducción 1.2 ¿En qué consiste? TEMA II. “La Pareja o Familia como un Sistema” 2.1. Tipos de Parejas y Familias 2.2. Diagnóstico de su Funcionamiento 2.3. Habilidades Necesarias para su Sano Funcionamiento 2.4. Características de las Familias Felices o Funcionales TEMA III. “El Terapeuta Gestalt de Pareja y Familia” 3.1. ¿Qué hace el Terapeuta y cómo lo hace? 3.2. Los Valores Fundamentales de Terapia de Pareja 3.3. El Rol del Terapeuta en la Terapia de Pareja y Familia 3.4. ¿Lo que hace un Terapeuta, es ciencia, disciplina o arte? 3.5. Apoyo vs. Ayuda TEMA IV. “El Proceso de Psicoterapia Gestalt de Pareja” 4.1. El Proceso de una sesión de Psicoterapia de Pareja 4.2. Pasos de una Sesión 4.3. La importancia del Darse Cuenta 4.4. La importancia de Estar en el Presente 4.5. La Paradoja del Cambio 4.6. Estrategia Terapéutica Psicoterapia Gestalt de Pareja 4
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Asunciones Básicas y Principios de Orientación” 5.1. Celebrando la Buena Funcionalidad 5.2. Definiendo a la Familia 5.3. Subsistemas Familiares TEMA VI. “Valores Cardinales que Apoyan la Terapia Gestalt” 6.1. Valores de Equilibrio 6.2. Valores de Cambio 6.3. Valores de Desarrollo 6.4. Valores de Auto-Conocimiento 6.5. Valores Holistas 6.6. Valores de Forma TEMA VII “El cómo Ayudar” 7.1. Los 5 Órdenes de la Ayuda
CRITERIOS DE EVALUACION
Rubros Porcentajes Un Trabajo por cada uno de los 7 temas………………… 70% Puede ser un Abstract de cada tema que incluya Glosario de Términos; o bien, Resumen ó Mapa Conceptual ó Presentación en Power Point; Cuadro Sinóptico. Uno por cada tema Participación……………………………………………………………… 30%
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NOTA: Para poder asistir a clases de Psicoterapia Gestalt de Pareja, deberá entregar los trabajos antes mencionados. INTRODUCCION…………………………………………………..…………………… 7 Nosotros les enseñamos a las personas cómo vivir Bellamente……………….… 8 La Pareja o Familia como un Sistema……………………………………………… 13 Los Valores Fundamentales de Terapia Gestalt de Pareja y Familia…………… 18 Proceso de una Sesión de Psicoterapia de Pareja y Familia………………..…… 20 Pasos de una Sesión de Psicoterapia de Pareja……………….……………..…… 21 El Rol del Terapeuta en la Terapia de Pareja y Familia…………………………… 23 El Cambio se dará con el Darse Cuenta………………………………………..…… 24
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Una Pareja o Familia Sana siempre está cambiando………………………..………25 La Paradoja del Cambio……………………………………………..………………… 26 Estrategia Terapéutica……………………………………………………….…………………… 27 Características de las Familias Felices o Funcionales…………………………… 29 Asunciones Básicas y Principios de Orientación………………………………..… 31 Valores Cardinales que Apoyan la Terapia Gestalt………………………….…… 43 Valores de Equilibrio……………………….………………………………………… 43 Valores de Cambio…………………………….……………………………………… 45 Valores de Desarrollo………………………………………………………………… 46 Valores de Auto-Conocimiento………………………………………………………47 Valores Holistas………………………………………………………………………… 47 Valores de Forma……………………………………………………………………… 48 BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………… 50
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Introducción
Mi interés es compartirles sobre el trabajo con parejas y familias. Construir habilidades paso a paso. La primera habilidad es estar completamente presente, con la visión completa de uno mismo y una relación compasiva: “Estar ahí”. Sólo cuando nosotros hemos tomado el tiempo para ser afectados por otros y sus experiencias; de ser conectado (o desconectado) con la familia, podemos tener el privilegio de decirles, de la manera más completa, lo que nosotros hemos experimentamos en su presencia. Después de que se fascinan con ellos mismos por sentirse escuchados y vistos a través de los ojos y oídos de otro, ellos usualmente consideraran cambiar su actitud. La familia nos ha honrado permitiéndonos sentarnos con ellos como un testigo a sus luchas. Este "sentarse con" y articulando lo que hemos experimentado, es un ritual estético y espiritual. Además de experimentar la belleza del despliegue de interacciones humanas saludables, las intervenciones terapéuticas también tienen dimensiones estéticas y espirituales que nutren este desdoblamiento. Una observación clara y poderosa emitida de un corazón amoroso es magnético, exuberante, hermoso de admirar y difícil de hacer a un lado.
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Este enfoque terapéutico enseña cómo crear, desarrollar, y completar este ritual. Nosotros aprendemos como sentarnos con las personas, "para entornar" de manera que podamos admirarlos en sus muchas formas: como un organismo, un ser viviente, una metáfora, una danza encantadora o torpe. Nosotros aprendemos a hacer la "danza" dentro de nosotros para que a través de nuestra creatividad nosotros podamos evocar cambios en la "coreografía humana" para alentar a moverse a una pareja o familia con pasos seguros en la solidez de la fortaleza fija. Una pareja o familia “enferma” son actores mediocres, y observarlos es ver teatro deplorable: ellos no pueden levantarse por arriba de sus patrones habituales dentro de la emoción de la autenticidad dramática; ellos no pueden dejarse ir dentro de la alegría de su propia comedia; ni tampoco pueden alcanzarse dentro de las profundidades de sus propias almas para tragedias reales. Les enseñamos cómo vivir auténticamente la verdadera espontaneidad de la improvisación inmediata de sus corazones y voluntad, de su risa y anhelos. Y, en breve, nosotros experimentamos su belleza revelada.
Nosotros les enseñamos a las personas cómo vivir bellamente. 106
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Desde que el estudio del alma fue propuesto por vez primera por Aristóteles, el viejo sillón de debates ha existido sobre la definición del verdadero rol del psicoterapeuta: qué hacemos realmente. ¿Lo que hacemos es una ciencia, una disciplina o un arte? El punto de vista de uno mismo en este debate parece crear una profecía. Si usted cree que es una ciencia, tiende a acercarse a ella como un técnico (uno que está preocupado con la técnica o números y medidas ofrecidas a los dioses gemelos de la "fiabilidad" y "validez"); si usted piensa que es una disciplina, usted necesariamente se vuelve un discípulo (uno que eternamente práctica para convertirse en un maestro); si usted experimenta su trabajo como un arte, usted es un artista (uno que es un creador-testigo). Probablemente no existe una especie pura, porque si lo hubiera, significaría ser sólo parcialmente humano, desde que los tres puntos de vista son lados de diferentes de la misma investigación de la realidad humana. De hecho, en el presente trabajo usted verá todas las tres posiciones combinadas para trabajar con las parejas y familias en la revisión Gestalt, es para comunicar que una validez estética existe en todas las psicoterapias en el momento del contacto interpersonal humano. Dándose cuenta de que el ser humano es una aventura creativa; asistiendo el crecimiento de este conocimiento es una creación aventurera que nos lleva al estudio y curación del alma.
Existe un lado estético en todas las interacciones humanas y en cada estilo terapéutico. Para hacer progreso en una dirección particular durante la hora de terapia significa que los juicios deben realizarse lo que debe decirse, hacerse, verse, escucharse, medirse, grabarse, y así sucesivamente. Este ideal, a su vez, implica un juego de valores: qué es bueno, qué es saludable, qué es el "crecimiento", qué es una "familia", y lo que es una "relación". Entonces, existe "una estética de psicoterapia" así como una "estética de interacción humana," desde que la estética esta dedicada al estudio de la expresión de los valores. Nuestra búsqueda para la buena forma de la interacción
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humana y la práctica de psicoterapia que descubre esa buena forma es subjetiva, intuitiva, y metafórica El conocimiento aprendido y la visión que llevan a “contactar” eran eventos orgánicos que tienen lugar en el límite entre la persona y el ambiente. La transacción en ese límite era donde el material de resistencia a aprender (o contacto) ocurrió y también era el nexo de conectividad y transformación del ego. El funcionamiento pobre era el obstáculo (como retroflexión) de una persona (o un sistema) en una situación inacabada. Involucró un conocimiento helado, en cuerpo y tiempo que necesitó ser superado terminando una situación con éxito. La terapia es un proceso vivo interactivo que incluye el experimento. La terapia Gestalt es una forma integrada de fenomenología y comportamiento. Nosotros respetamos la perspectiva del individuo. La terapia esta basada solamente en la experiencia del cliente y la conducta real. Nosotros usamos este material de comportamiento y experiencia - graduando y modulándolo - en una manera cuidadosa. Esto da a la terapia Gestalt la cualidad única de modificar la conducta consciente del cliente en la situación de terapia. Un experimento en la terapia Gestalt es un tipo de modificación de conducta sistemática que crece fuera de la experiencia, necesidad y cooperación del cliente.
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El experimento es la piedra angular de aprendizaje experiencial.
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Transforma el hablar acerca de lo que hay que hacer y enrancia hablar de cosas pasadas y teorizar en un estar totalmente aquí con toda la imaginación, energía y emoción de uno. El experimento les permite a terapeutas modificar ambos conflictos intrapsíquicos del cliente y los conflictos interpersonales dentro de las parejas y grupos. Nuestra epistemología esta incluida en el existencialismo (lo que es nuestra existencia) y fenomenología (qué es el idioma de una existencia dada). Esta teoría de conocimiento nos lleva a cómo el sistema nos habla con sus temas variados y contradictorios. Se basa en el proceso de desarrollar conocimiento y contacto. El conocimiento no es estático; es un proceso en el límite de un sistema dado o subsistema en una unidad dada de espacio y tiempo. El significado de la conducta de una pareja o una familia no pertenece a ningún miembro, ni se origina en algún otro miembro. Se desarrolla espontáneamente (teoría de los sistemas) en el campo totalmente circunscrito de ese sistema en el proceso del momento-amomento. El significado (o alguna porción diminuta de él) se articula en una intervención de un terapeuta y, si parece creíble o útil, es sustentado por el conocimiento creciente de los miembros del sistema dado. Los significados son "confirmados" por el crecimiento del contacto y después por la pérdida de interés en esa misma experiencia. El significado es asimilado por el sistema, y el sistema está después listo, para la exploración del próximo significado, así sucesivamente. Los significados no sólo son cognitivos; ellos están viviendo, progresando y cambiando los eventos, quizás mas como un baile coreografiado – obras de arte viviente, moviéndose a través de tiempo y espacio. El proceso de terapia es existencial en el sentido que tiene lugar en el aquí y ahora en una atmósfera de responsabilidad por nuestros propios procesos. También es fenomenológico en el sentido que se centra en la experiencia del individuo. Nosotros observamos los cuerpos de los clientes cuando ellos se revelan en la sesión de la terapia. Cuando combinamos el árbol familiar Gestalt con el sistema pensante, se pone claro que en los resultados de las acentuaciones terapéuticas son comprensivas en alcance y poder:
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1. Durante el desarrollo, el niño aprende "quién" está en relación en salud con otros así como en la adquisición de disfunción. 2. Durante el desarrollo, el estilo de carácter y resistencias al contacto, así como estilos de contacto son aprendidas en las relaciones interpersonales y mantenidos por esas relaciones. 3. Desaprender ciertas resistencias o estilos del contacto son mejor cumplidos en un contexto social, o con otro significante o en transferencia con un terapeuta. 4. La causalidad lineal de eventos psicológicos está en cuestión. Para un pensamiento reducido acerca de causas de patología individual y la patología familiar.
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5. Los estudios históricos de una familia u otros grupos están a un mejor arbitraje porque ellos tienden a seguir una narrativa o el modelo lineal. Para identificar modelos de interacción en una pareja o familia como se observa delante de nosotros en el aquí y ahora, sobre todo cuando son validados por miembros familiares. 6. La combinación metodológica más potente de la teoría de los sistemas y Gestalt el estudio del cuerpo humano y conocimiento es un experimento dirigido por una pareja o la familia total. En terapia de Gestalt, nuestra teoría paradójica del cambio es similar: les pide a los miembros familiares que se observen a sí mismos y reporten lo que han experimentado. Consecuentemente, mientras más sepan ellos lo que son, más se transforman. Prefiero el proceso más sutil de dar énfasis a lo que es y cómo esta "enfermedad" cambia el conocimiento y funcionamiento del sistema. Mas tarde, las conductas alternativas son más equilibradas y estéticamente hermosas. Nosotros valoramos los resultados de las experiencias del contacto en el cual la familia participa completamente y son acreedores de su propio éxito. Señalamos, en el idioma de la familia, cómo las resistencias son formas de supervivencia creativa. Nosotros felicitamos y alabamos el sistema para decir no, por ejemplo. Sólo es cuando el "no" se ve, se reconoce y se aprecia es que el "sí" se vuelve accesible para toda la familia. Nosotros damos énfasis al “darse cuenta” del desarrollo de una pareja y familia y en el centro de atención de una familia. La definición del propio comienzo con una familia y su continuación en un forcejeo el equilibrio entre la autonomía y diferenciación. Mucho de lo que nosotros hacemos no parecerá extraño a los terapeutas familiares. Lo que se notara es lo que las personas hablan entre ellos no lo que nos dicen a nosotros, y que nuestras intervenciones son basadas en datos vistos. En la sesión delante de nosotros
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LA PAREJA O FAMILIA COMO UN SISTEMA La pareja o familia es un sistema de individuos comprometidos para estar juntos por un periodo extenso de tiempo. Tal continuidad podría satisfacer la necesidad de prolongar el periodo de vida de un individuo y el conocimiento individual de futuras generaciones. Esta extensión en futura generaciones ayuda a transmitir valores en la cultura existente. Además de solo estar juntos los miembros de una pareja se sienten comprometidos para realizar tareas juntas. Ellos crean un hogar juntos y educan niños e interaccionan con sistemas más grandes; ellos completan un subsistema dentro de grandes sistemas de vecindario, ciudad, país, mundo. La pareja o la familia es una comunidad social cultural y económica de la comunidad. En tiempos modernos, las unidades toman muchas facetas. Hay adultos viviendo juntos algunas veces con combinaciones de niños de 1 o mas matrimonios. Son familias combinadas de adultos provenientes de matrimonios divorciados para crear un hogar común; hay parejas de homosexuales viviendo juntos; y hay acuerdos comunales de varios tipos. Por la mayor parte de las familias consisten de uno o mas adultos viviendo en varios acuerdos con uno o mas niños. Estas configuraciones tienen al limite alrededor de ellas, haciéndolas distintas y separadas de otras familias y grupos del vecindario dentro de los limites de la familia, existen subsistemas estos incluyen individuos, adultos, niños, y combinaciones de adultos y niños. Cada subsistema tiene su propio límite. Bajo circunstancias ideales, los individuos tratan a unos a los otros con respeto, permitiéndoles privacidad unos a los otros, y al mismo tiempo manifestando preocupación e interés por los demás.
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Los límites están constantemente cambiando: algunas veces un sistema está abierto a socializar y sus límites son semipermeables; en otros tiempos, encuentran confort en la separación y, en aquellos momentos, se encuentran firmemente limitados. Individuos en familias funcionales, se conocen unos a los otros lo suficiente para sentir cuando deban estar juntos y cuando separarse. Los cuestionamientos son mostrados a tales temas, las personas se sienten suficientemente cómodas para preguntar, “¿te encuentras disponible para hablar acerca de mis problemas de la oficina, hoy en la tarde?”. Los adultos fácilmente se agrupan en subsistemas. Ellos son el cerebro, los gerentes de la familia. Esperamos que ellos tomen decisiones razonables acerca de la vida diaria de la familia. Los niños se agrupan para jugar, aprender y crecer. Las interacciones gerenciales entre adultos y niños son determinadas por el desarrollo; un niño de 5 años buscara a los padres por mucha más guía diaria que un hijo de 15 años. Las familias funcionales están caracterizadas por subsistemas fluidos y flexibles entre los individuos y agrupaciones de adultos y niños. Las personas se congregan para jugar o trabajar. Papá toma un paseo con su hija adolescente para hablar acerca de la transferencia a otra escuela del novio de su hija. Los niños van al cine en las tardes del sábado mientras que lo padres van a una fiesta. Hay un propósito común, solidaridad, y respuesta, así como un respeto por la privacidad y separación de cada persona. Un ritmo agraciado prevalece - de la unión e intimidad a la autonomía individual. Durante tiempos estables, las personas son capaces de permitirse estar solas. Por otra parte, ellos se dan mucha atención durante periodos difícil de estrés, enfermedad o puro interés. Un flujo similar existe alrededor de la iniciación, desarrollo, ejecución de las tareas comunes. Los miembros familiares se aproximan entre ellos, negocian qué es lo que se necesita hacer, lo hacen, completan sus tareas, disfrutan el contacto, y abandonan sin aferrarse a los otros o trabarse infinitamente discutiendo que fue hecho y que no. Una familia saludable es generalmente un buen equipo de trabajo.
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Todas las familias varían de una protección mutua por un parte, a una falta de atención y un sentido de alineación por la otra. Ninguna familia esta en perfecto balance. Las familias funcionan con más o menos aferramiento o desapego, y el terapeuta sensible atenderá a lo que funciona para una familia dada más que con principios absolutos y monolíticos como la desorganización. Las familias con fronteras impermeables se sobreprotegen como una unidad. El límite alrededor de tales agrupaciones es grueso y rígido. No hay un intercambio fácil o actividad con los vecinos o amigos fuera del sistema. Ellos no se juntan con otros. Dentro de tales familias, frecuentemente encontramos límites pobres individuales. Los padres se incluyen en las vidas de sus hijos adultos o adolescentes, y los hijos podrían permitirles incluirse en sus negocios de ya adultos. En casos menos extremos, la gente puede entrar en los cuartos de cada uno sin tocar. Lo mismo va para sus vidas psicológicas: ellos pueden entrar en las vidas internas de cada uno sin pedir permiso. Mientras que ese tipo de familia tiene limites externos inusualmente rígidos, los limites alrededor de los subsistemas frecuentemente están muy sueltos, muy flexibles, no permitiendo al individuo o su agrupación un sentido de autonomía e independencia; todo el mundo se preocupa todo el tiempo por los demás. Esto puede ser determinado como familias retroflectivas. La retroflexión es una resistencia que contiene energía y previene su expresión. Los miembros de la familia pueden sufrir síntomas psicosomáticos relacionados a contener energía y sentimientos de inadecuada expresión. Vemos a individuos sufriendo desde una manera de ser psicológicamente chocada; asma, dolor de cuello, estreñimiento, dolor de pecho, alergias, desordenes de la piel, cefaleas y anorexia nerviosa, pueden ser manifestaciones de ese sistema cerrado. Madres y padres están constantemente ansiosos que sus hijos comiencen la escuela, y la fobia hacia la escuela en los hijos de estas familias son comunes.
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Los niños pueden tener dificultades al abandonar la casa, al casarse o al ir al colegio. Padres e hijos tienen que vigilarse las vidas entre ellos mismos. Demasiada concentración esta en la familia – muy poca es dirigida al mundo exterior. Al otro extremo, están las familias desorganizadas que sus limites externos están demasiado suelto. Aquí, la gente va y viene sin poner mucha atención hacia otros. Sus casas pueden mostrar una comunidad recreativa, con adultos y niños vecinos yendo y viniendo sin mucha formalidad o alboroto. A la hora de comer, se pueden encontrar la llegada de varios huéspedes espontáneos - si la hora de comer es manejada como una actividad común y regular sobre todo. Nadie toma el tiempo para preguntar acerca de al vida, trabajo, desarrollo escolar o relaciones significantes de otros. Los adultos están alienados entre ellos y de los niños. Los niños pueden ser abandonados psicológica y físicamente. Cuando existe una falta de intimidad y unión, cuando los miembros de la familia no pueden verse uno al otro para sus necesidades, los individuos, pueden recurrir al alcohol u otras drogas para escapar del caos y tratar de captar un sentido de unidad interior, organización o paz. Los niños tienen hambre de atención por parte de los maestros, familia y vecinos. En algunos casos, ellos buscan la atención robando o tomando cosas que no les pertenecen. Ellos pueden recibir atención a través de acciones disciplinarias por parte de la escuela o reforzamiento judicial. Sus sentimientos están profundamente enterrados y sus límites individuales no son fácilmente accesibles. Ellos están bien defendidos contra una falta de respeto y dolor. Entre estos dos extremos, están la mayoría de las familias que funcionan más o menos adecuadamente con sus límites externos e internos, de manera que los miembros de familia pueden sentir un sentido de pertenencia y amor, así como respeto por la privacidad individual y libertad de regresar a casa, así como desarrollarse en el mundo. Los niños no son sobreprotegidos o desprotegidos: La protección de los niños es concebida en relación con sus etapas de desarrollo.
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Esta noción de los sistemas es atractiva para las pareja y terapeutas familiares, porque hemos aprendido que ningún miembro (molécula, particular, parte, y principio), que es únicamente responsable por las peleas de la familia. La trayectoria del desarrollo de la familia es determinada por múltiples factores. El concepto de sistemas, por consiguiente nos permite honorar el complejo de la cualidad estética de la familia o pareja. Usando la noción de límites, obtenemos una imagen diagnóstica de las funciones de la pareja o familia en el mundo. Podemos investigar el grado del cual las parejas o familias se unen en el mundo y permiten que el mundo forme parte de ellos. Los límites también existen alrededor de cada miembro, de cada unidad y nosotros podemos formar relaciones con cada uno de ellos de esta manera también. Todos los sistemas, o son grupos circunscritos de bacterias o sistemas solares, tienen limites y un todo. Su proceso incluye intercambio de información y cambio. Dos cosas no tienen una relación directa y casual. Los procesos no son simplemente lineales, son compuestos y existen simultáneamente a diferentes niveles. Las acciones toman lugar, no secuencial mente a través, tal vez al mismo tiempo y ningún evento es totalmente dependiente o independiente de otro. Así, en la familia humana, ningún carácter causa el problema o es responsable de ninguna situación dada. Todos los miembros actúan en concierto para arreglar y desarreglar sus vidas de una manera que contribuyan a su felicidad y bienestar o su insatisfacción y miseria. Idealmente, una pareja o familia aprende a enfocar su atención en su proceso interactivo, para formar una idea en común y completar la situación.
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Los resultados siguientes están relacionados a las habilidades necesarias para negociar las diferentes fases en el ciclo interactivo con una mínima resistencia. 1. Los límites individuales, subsistemas, y el sistema completo será claro y flexible, así que el contacto agradable es posible. 2. Miembros de la pareja o familia permitirán que cada uno difiera. Ellos aprenderán a apreciar las diferencias y a estimular una expresión completa de lo que se ve, siente, y piensa. 3. Miembros de la pareja y familia aprenderán a animarse a cada uno, y mostrar aprecio y apoyo para ambos y varias formas nutricias. 4. Miembros de la pareja o familia apreciarán su esfuerzo y tendrán compasión por el esfuerzo del otro. Aprenderán el respeto y lealtad mutua. 5. Ellos aprenderán a estar en el presente, terminar una interacción antes de iniciar algo nuevo, e identificar interrupciones en el proceso. 6. Ellos aprenderán a tener paciencia, a desarrollar perseverancia cuando la vida en común se pone en riesgo, y dejar ir cuando es necesario. 7. Ellos estarán auténticamente curiosos de los sentimientos de cada uno, y algunas veces se harán tontos cuando sea una solución necesaria.
Los valores fundamentales de terapia de pareja y familia son:
zo creativo de las personas para hacer una vida mejor para ellos.
afirmación de la fuerza de los pacientes y su habilidad para aprender de ellos mismos.
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tencias de una pareja o de una familia.
fenomenológico del paciente.
sobre su dolor y vulnerabilidad.
compasión por ambos, la víctima y el victimario.
- la experiencia de cada persona es real y debe tenerse en cuenta.
crecer.
estableciendo límites claros.
modela a un buen guía y maestro.
forzarse a una familia dada a cambiar sus valores étnicos o sociales: ellos podrían no aplicarían dichos valores de todos modos.
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Proceso de una sesión de Psicoterapia de Pareja y Familia Primero, pedimos a la pareja o familia que nos digan algo que ellos quieren que nosotros sepamos. Cada miembro de la familia debe hablar. Nadie habla por nadie más y a nadie se le permite interrumpir a otro. Diciendo: "Discúlpeme, pero permita a Juan terminar, y le prometo que usted tendrá una oportunidad para hablar". Cumplir meticulosamente nuestras promesas. El próximo paso es tener la charla familiar entre ellos y prometiendo que ellos pueden acudir con nosotros en busca de ayuda y que nosotros (respetuosamente) les interrumpiremos para decirles nuestras observaciones de su proceso. Después de tomar tiempo para observar a la familia, nosotros los detenemos y les pedimos que nos escuchen comentar sobre su tema en esa sesión. Le pedimos a la familia que elija un tema para trabajar. Le decimos nuestra observación sobre su charla. Por ejemplo, nosotros podríamos decir, "Usted son tan buenos en decir sus verdaderos sentimientos uno al otro no importa cuánto hiera por dentro". Esto se presenta como una fuerza de la familia. La siguiente intervención se hace, en la que explicamos donde esta la fuerza en la familia. Podríamos decir, "¿notó usted que cuándo dices tus verdaderos sentimientos, algún otro miembro de la familia puede encogerse o verter una lágrima porque es tan doloroso? Quizás usted pueda necesitar aprender cómo comprobar algo con otro miembro de la familia antes de decir al resto de la familia un asunto personal, que es demasiado difícil de tomar. ¿Estamos siendo sensibles ante esta observación? Entonces nos hacemos hacia atrás y permitimos al familiar hablar sobre el hecho de que ellos lo han herido repetidamente entre ellos mientras observamos un principio verdad-contundente y "diciéndoselo a todos" en señal de buena fe. Miembros de la familia podrían quejarse unos a los otros acerca de ser criticados abiertamente y herirse en el servicio de decir la verdad y expresar los verdaderos sentimientos. Interrumpiendo a la familia y pidiéndoles que escuchen nuestra retroalimentación.
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Les proponemos un experimento que los ayudaría a practicar la expresión de sus sentimientos sin herirlos tanto" "Bien, una manera de practicar sería para cada persona pensar sobre una idea o un sentimiento que ellos quieren decir a otra persona en la familia y entonces decirle a esa persona cómo ellos imaginan que responderá sin revelar el volumen del sentimiento. Por ejemplo, Juan diría a María, 'Si yo te dijera sobre lo que yo estoy pensando acerca de cómo actúas con tu novio, yo tengo el presentimiento que tu llorarías’. Y entonces María podría decir a Juan, yo estoy preparada para ser criticada por ti sobre esto y yo no estoy lista para oír acerca de eso. ' De esta manera, el experimento enseñaría a la familia cómo expresar gradualmente los sentimientos y al mismo tiempo para protegernos unos a los otros de una herida innecesaria." Luego, yo podría ofrecer otro experimento, posiblemente un tercero, el más simple y más fácil de ejecutar. Entonces muy lenta y cuidadosamente explica el propósito del experimento a la familia y se asegura que todos entiendan a lo que están siendo guiados. Si tenemos suerte, la familia lleva a cabo y, con una pequeña coacción y apoyo, experimentan un grado de éxito en aprender a regular la expresión de sentimientos para que la vulnerabilidad de cada miembro sea respetada. Después, retroalimentamos acerca de qué bien ellos llevaron a la practica el experimento. Para este entonces, la sesión está llegando a su fin, y exhortamos a la familia a practicar su nueva habilidad entre sí en casa. La sesión habrá entonces terminado. El proceso de una sesión de psicoterapia está dividido en los siguientes pasos: 1. Sostener una pequeña plática (contacto inicial) 2. Presentar y dar la bienvenida a la familia. 3. Preguntar a cada uno cómo experimenta el problema familiar. 4. Observar cuidadosamente el comportamiento de los miembros de la familia entre ellos.
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5. Ofrecer una mayor intervención donde nombra el tema y diga las fortalezas de la familia. 6. Después de algunas aclaraciones, proponer a la familia la habilidad que ellos necesitan aprender que no se ha desarrollado totalmente. 7. Enseñarles cómo hacer un experimento intencionado a mejorar su funcionamiento en el área no desarrollada. 8. "Venderles" el experimento a la familia asegurándose que ellos entienden su propósito. 9. Observar a la familia trabajando el experimento y ocasionalmente animándolos si presentan alguna dificultad. 10. Preguntarles lo que ellos aprendieron del experimento y cómo ellos pudieran practicar su nueva habilidad en casa. Completar cada sesión, ofreciendo a todos los miembros de las familias la oportunidad de expresar sus sentimientos. Idealmente, nosotros necesitamos una hora y media para realizar esta hermosa obra de arte acrobático, después del cual, la familia se va experimentando un sentido de nuevo aprendizaje y afirmación de su propia bondad como seres humanos. No malgastar palabras, concebir intervenciones con claridad y completa intencionalidad, y mostrar apreciación genuina por cada esfuerzo familiar para mejorar mucho en sus vidas.
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El Rol Del Terapeuta En La Terapia De Pareja Y Familia Un terapeuta Gestalt observa la pareja o familia interactuar. Una fase especifica llega hacer figura al terapeuta, ya sea porque el sistema es particularmente especial al moverse dentro de esta fase y no es percibido por el, o porque hay resistencia o interrupciones del cual la pareja o familia desconocen. La intervención del terapeuta trata de proveer conocimiento a la pareja o familia de cómo se interactúan: sus fuerzas, lo que ellos ya hacen bien, y sus debilidades, lo que necesitan aprender. La primera tarea del terapeuta de pareja o familia es estimular el interés y la curiosidad del sistema y su propio proceso, para enseñar a las parejas o familiares que vean como interactúan. El terapeuta entonces ayuda a resolver la resistencia, así restableciendo una buena función para sistemas disfuncionales. El terapeuta Gestalt trata de enseñar a la pareja o familia a tratar de probar su proceso interactivo y a un esfuerzo de mejorar sus movimientos a través del ciclo interactivo. El terapeuta es un participante – observador, con énfasis en la observación. Mientras observa a la pareja o familia, el ciclo interactivo es utilizado por el terapeuta para identificar los procesos en el sistema, como en su resistencia. El terapeuta también utiliza su propia respuesta al sistema como una parte importante de la información disponible. Como participante el terapeuta organiza la situación terapéutica para que la pareja o miembros de la familia interactúen directamente con cada uno, en vez de enfocar su atención en lo clínico. Esta estructura libera al terapeuta para poder observar y evaluar la manera en que se relacionan. El terapeuta entonces organiza su observación y respuesta para recoger un punto figurativo para una intervención, que hará memorable algún aspecto
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Del proceso que la pareja o familia puedan usar para conocer más acerca de su situación. Así, el terapeuta crea un conocimiento fresco que abre los ojos de la personas y le dan más posibilidad de elección. Los terapeutas sugieren experimentos relevantes para crear nuevas situaciones que fortalecen a la pareja o a la familia a aprender nuevos comportamientos para experimentar nuevos sentimientos y adquirir nuevos puntos de vista. Así, los familiares aprenden a utilizar nuevas técnicas, aquí y ahora, con su terapeuta presente como entrenador y testigo. Aprenden a engrandecer su competencia. Los terapeutas pueden introducir experimentos en cualquier fase del ciclo donde se requieran nuevos aprendizajes. Ellos pueden señalar donde su limite llega a ser muy “sentimental” (confluentes y unidos) o muy rígido (apretado e impermeable) y puede sugerir experimentos para ahorrar la interacción entre cualquier gente o entre cualquier parte del sistema. Los Terapeutas pueden reportar sobre su propia experiencia de la escena al desarrollarse, usando la imaginación, metáfora, y fantasía para proveer a la pareja con nuevas técnicas, una nueva forma de verse a si mismo. Los terapeutas también observan y trabajan con polaridad, tomando un gran cuidado para señalar a las parejas y familia, a menudo con experimento, las posibilidades creativas. Finalmente, los terapeutas Gestalt están basados, en una presencia amorosa para afirmar, apreciar y elogiar cada esfuerzo, toda fuerza, todo lo que es conmovedor. Los terapeutas son gente compasiva quienes llegan a ser un modelo para la pareja o familia en su comportamiento. El cambio se dará con el Darse Cuenta El flujo de los eventos en la vida incide en la pareja o la familia trayendo cambios. Los niños nacen, crecen, y se van de la casa; los hijos se casan y los padres se vuelven a casar; se enferman o mueren; los nietos nacen; pierden el trabajo y encuentran otro.
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Nueva información constantemente fluye a través de la familia: escuelas, periódicos, televisión, libros, nuevos amigos, nuevos lugares visitados. Una pareja o familia sana siempre está cambiando Cuando las habilidades de una pareja o familia no son adecuadas para asimilar el cambio, cuando su proceso es fijo en vez de flexible, entonces los miembros de la pareja o familia, individualmente tanto como sistema, se frustran. Se tornan ansiosos (la energía se separa de la conciencia), o actúan (comportamiento sin conexión a sus necesidades), o pueden exhibir síntomas físicos (energía bloqueada). Estas parejas o familias frecuentemente buscan ayuda o se les sugiere que la busquen. En terapia de pareja o familiar, el cambio sano puede ocurrir si las personas involucradas se interesan en su proceso interactivo, así como si se disponen a luchar para concientizarse y además trabajen para resolver sus interferencias o resistencias hacia un cambio sano. El darse cuenta si no es bloqueado, está en un proceso de cambio continuo. En psicoterapia, la presencia de un proceso ayuda al paciente a comunicar completamente y claramente su darse cuenta en el momento (retroalimentación). El paciente recibe el mensaje: "Tu darse cuenta de ti mismo y del mundo entero es bueno y útil. Esto te ayuda, así puedes sobrevivir y salir adelante." El paciente aprende: "Mis pensamientos y sentimientos son válidos. Mi organismo me ayuda a entender mi mundo y organiza mi experiencia de él en unidades llenas de sentido. Me siento competente y bien". El paciente puede continuar examinando su vida al expresar lo que ya entiende. En el momento que el paciente se conoce a si mismo el o ella comienza a desarrollar una curiosidad sobre los próximos eventos, justo como si viniera de acabar un capítulo de un buen libro; se muestra ansioso de voltear la página y leer lo que pasa después.
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El cambio ocurre cuando uno se vuelve lo que uno es, no cuando uno trata de volverse lo que uno no es. Edwin Nevis definió el papel del terapeuta en el cambio de la siguiente manera: El cambio no toma lugar a través de un esfuerzo coercitivo por parte del individuo o cualquier otra persona tratando de cambiarlo, sino que este acontece si uno se toma el tiempo y hace el esfuerzo para ser lo que uno es; estar completamente dedicado a sus posiciones actuales. Al rechazar el papel de agente de cambio, hacemos posible el cambio ordenado, con significado. ¿Qué quiere decir cuando decimos que vemos "lo que es" en una pareja ó familia? Nosotros le damos la oportunidad a la pareja o a la familia para que examinen lo que experimentan, que acciones se llevan a cabo, que sentimientos están disponibles y son expresados, tanto como lo que no se comenta. Nosotros invitamos a la pareja y familia a ver y sentir lo bueno, lo útil, la creatividad de lo que ellos descubren cuando se examinan. Nuestra posición básica es que las parejas y familias en general no pueden ver lo bueno y la competencia de sus situaciones en el presente. El asunto para ellos es la incomodidad de su situación cuando los miembros de una pareja o familia comienzan a experimentar su competencia y creatividad aún en situaciones difíciles ellos experimentan afirmación y dignidad las cuales no estaban previamente accesibles a su darse cuenta. Esto, a su vez, les da la valentía de ver lo que falta en su sistema, lo que hay del otro lado de sus fortalezas. Así ellos pueden decir, “hacemos esto bien pero nos cuesta mucho. Posiblemente podríamos tratar de hacer las cosas de otra manera que no nos dejase sintiéndonos tan solos e aislados como hemos estado”. Yendo mas hacia “lo que es” nos permite seguir en el viaje hacia lo que es optimo y ayuda a la adaptación de la vida de una pareja o familia. La paradoja es que entre más una pareja ó familia experimenta lo que es y cómo opera (en vez de como "debería ser”), la mayor oportunidad tendrá de conseguir una mejor vida, una manera más realizada de estar juntos.
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Por otro lado, entre más sea forzada una familia a cambiar su forma de pensar y hacer, más resistirá el cambio. El aceptar "lo que es" es la base de nuestra posición terapéutica. Nosotros nos introducimos en la vida de la pareja ó familia al nivel de curiosidad y darse cuenta. Tratamos de enfocar su curiosidad sobre cómo son, cómo funcionan, lo que es importante para ellos. El momento en que pueden verse uno al otro y comenzar a examinar lo que son; en ese momento exacto ya están envueltos en el proceso de cambio. El nivel de su darse cuenta combinada cambia. Mientras más darse cuenta tengan, mayores opciones tendrán y por lo tanto una mejor oportunidad de tener una buena vida. Estrategia Terapéutica El terapeuta empieza a animar a la familia a hablar entre sí sobre algo que les importe a todos. Esto da al terapeuta una oportunidad de observar el nivel del darse cuenta de la familia dentro de sus propios límites. Después de obtener suficientes datos fenomenológicos, el terapeuta hace una afirmación sobre sus observaciones. Esta es la primera intervención. La observación del terapeuta esta basada en datos reales. Su objetivo es apoyar la competencia de la familia, su bondad y sentido de creatividad; lo que existe es traído al darse cuenta de la familia. El terapeuta da tiempo para que el sistema responda, encuentre excepciones, cambie significados y enriquezca su darse cuenta de como son ellos así tal como son. El terapeuta "se desliza" con la energía generada por la familia, en vez de empujar contra esta energía. La familia, al sentirse apoyada es enganchada por el proceso terapéutico. El terapeuta después se enfoca en el otro lado de la competencia de la familia, es decir, en lo que ellos pagan por su bondad; esto puede ser llamado “el lado oscuro” de la operación del sistema: es el descubrimiento de su incompetencia.
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Esta es la segunda intervención. Muchas veces, esta es un área de dificultad y el terapeuta debe esperar encontrarse con resistencia potencial en la forma de negación, remordimiento de culpabilidad, vergüenza, furia, o simplemente falta de darse cuenta. Aquí nos encontramos con un momento decisivo, sutil, donde el darse cuenta del sistema por si mismo es extendido; el terapeuta encuentra mucho cuestionamiento y discusión. La resistencia, cuando surge, siempre es apoyada. La familia es animada a entender muy bien los datos, poco a poco. El terapeuta que tiene experiencia sabe que si la pareja o familia acepta su visión demasiado rápido, el aprendizaje y el cambio no ocurren. Todas las partes del sistema son apoyadas de igual manera. Las intervenciones están equilibradas. Este enfoque minimiza la polarización tanto adentro del sistema, como entre otras partes del sistema y del terapeuta. Los padres son apoyados con su sentido de cuidado, y los niños adolescentes son apoyados con sus necesidades de salir al mundo exterior. Solamente cuando las necesidades de todos son legitimizadas es cuando el sistema da libertad y se abre al mundo. El terapeuta puede entonces pasar a hacer preguntas sobre lo que se pudiera hacer (operacionalizando lo que se va aprendiendo) para cambiar las reglas implícitas de la situación de atrapamiento a un comportamiento explicito que apoye la pérdida de limites entre los miembros de la familia y el mundo exterior. El terapeuta Gestalt utiliza la experimentación para este propósito. Esta es la tercera intervención. Cuando el darse cuenta de la familia es enriquecido bajo su propia forma de ser, hay más opciones y más posibles cursos de acción. En resumen: Si se apoya lo que es, y no lo que debería ser, el cambio acontecerá. Si se apoya la resistencia al cambio, poca resistencia acontecerá y el cambio se realizará. El darse cuenta enriquecida permitirá al sistema funcionar más fluidamente, tanto adentro de sus límites como en las interacciones con la 128
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comunidad. Los miembros luego pasan a desarrollarse como individuos, y salir al mundo sin perder el sentido de cuidado por los otros. Características de las Familias Felices o Funcionales Todos parecen saber como es una pareja ó familia feliz. Una pareja o familia tiene características que podemos identificar y con las cuales podríamos todos estar más o menos de acuerdo. ¿Cuáles son estas características? Las parejas o familias felices, según nuestra definición, poseen una combinación de las siguientes características.
Ellos: Se escuchan unos a los otros,
dan sus espacios,
– una variedad de necesidades y de deseos,
y sin resentimiento,
s mismos,
otros,
retira lastimado, 129
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Practicar este tipo de comportamiento no es fácil, y usualmente es más fácil hablar de esto que hacerlo. PRIMERO. Funcionar bien requiere trabajo, frecuentemente mucho trabajo. SEGUNDO. Las parejas y familias no están bien preparadas en el arte de la vida familiar. La educación de cada generación es una función de la generación anterior. El malfuncionamiento es transferido de una generación a la otra en forma de intranquilidad; una “falla de carácter" familiar. Dado que uno no se da cuenta de muchos de los patrones de mal funcionamiento, nosotros encontramos que para cada fuerza adentro de nosotros que nos empuja hacia el "buen" funcionamiento dentro de una pareja o familia, uno no se da cuenta que hay una fuerza de igual valencia que nos empuja en contra de ella, la cual crea una "resistencia" al buen contacto entre los miembros de la pareja o familia. TERCERO. Algunos darse cuenta son demasiado dolorosos de soportar y algunas acciones demasiado difíciles de llevar a cabo.
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ASUNCIONES BASICAS Y PRINCIPIOS DE ORIENTACION. Obviamente, los terapeutas usan muchas maneras diferentes, teóricas y bases valiosas al hacer opciones por intervenir en un sistema de familia. Esto provee principios que guían a la selección del terapeuta. Me refiero a estos principios como principios de orientación. Este termino es útil porque sugieren, una perspectiva, tu no estas “atrapado en una piedra” inmutable, y monolítica. Diferentes terapeutas tendrán naturalmente principios de orientaciones diferentes, basados en sus propios valores. Mas allá de cada principio de orientación para la intervención terapéutica se halla un valor principal, una asunción básica, preocupando por una vida satisfactoria para la familia. Esta sección delinea el mayor principio de orientación que guía este trabajo, junto con la básica asunción para cada uno. Presento esto sin ningún orden especial ya que todos ellos parecen igual de importantes. 1.- Celebrando la Buena Funcionalidad 1a.- Asunción Básica: un sistema familiar saludable se apoya a sí mismo al saber lo que hace bien. 1a.- Principio de Orientación: Las familias están frecuentemente sin conocimiento alguno de lo que hacen bien: ayudando a la familia a ver que lo que hace bien tiene un gran impacto en el comportamiento familiar. Cuando remarcas lo que una familia hace bien, los miembros de la familia se interesan en descubrir lo que están haciendo, están menos asustados de sus procesos terapéuticos, y están aceptando más su potencial para poder cambiar, ya que soporta de buena manera a la tarea de levantar los aspectos negativos del proceso familiar. De hecho, frecuentemente se moviliza energía para lidiar con los problemas adhiriendo un aura de esperanza de que las cosas puedan y mejorarán. 1b.-Asunción Básica: vivir en familia es difícil; ninguna familia puede mantener constantemente un nivel ideal de funcionamiento. 1b.-Principio De Orientación: el terapeuta deberá reconocer y celebrar “lo suficiente” y no demandar perfección.
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Teorías del buen funcionamiento son solo teorías. Enriquecer el darse cuenta, fácil relación, acciones llenas de vida, y finales limpios no siempre están presentes. Aceptando una vida “desordenada que logra movernos es frecuentemente mas importante que aferrarse a un ideal. Terapeutas, con modelos para las familias, necesitan darse cuenta y aplaudir cualquier proceso que muestre creatividad y vividez. Enfocar la intervención en lo que hacen bien. Cuando un miembro de la familia expresa un sentimiento dado, todos muestran un interés en los sentimientos de esa persona. Esto tiene un efecto de valentía en todos. El sentimiento respuesta en la familia fue, “somos buena personas. Sin importar el problema, si nos preocupamos uno de los otros. Sabemos como investigar las experiencias de cada uno y demostrar que nos importa haciendo preguntas”. Este sentido de la bondad pone las bases para más intervenciones críticas mas adelante en la sesión. 2. Definiendo a la Familia 2a.- Asunción Básica: La definición de quien es incluido en una familia cambia continuamente, y los límites varían por diferentes eventos en la vida. Los límites de la familia son fluidos. 2a.-Principio De Orientación: Conocimientos fenomenológicos, en vez de estructuras dadas, informa a la definición “diaria” del terapeuta para con la familia. Esta asunción y principio se concentra en determinar quién y qué constituye a la familia. Implica una creativa en vez de una estática definición de la familia, el cual puede incluir amigos, parientes lejanos, y “conocidos” en cualquier momento dado. “conocidos” son gente que parece que no son parte de ese sistema en particular pero que si juegan un papel importante en la familia. No es necesario ser un participante activo o decir algo que es útil o causa más problemas para impactar. Sin embargo, un conocido se vuelve un miembro importante del sistema familiar a través de ser parte del campo fenomenológico.
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Se puede decir a partir de esto que no hay respuesta fácil a la pregunta de quien es la familia. Tal vez haya un vecino que está con un miembro familiar todos los días. ¿Es ese vecino parte de la familia o no? ¿Es un abuelo distante parte de la familia? Es importante hacer una decisión y dibujar un límite para una pieza especifica que se necesita que se haga. Poniendo atención adonde se encuentran los límites de la familia revela cómo cambian ante eventos diferentes. El hijo que se casa o abandona el hogar para ir a la escuela puede ser verdaderamente el campo externo de un problema familiar. De igual manera, a quien la familia le dice cosas, o para quien las cosas necesitan retenerse, no se mantiene constante. Diferentes personas son seleccionadas para influirse en diferentes eventos familiares aunque las familias frecuentemente hacen esta selección sin darse cuenta. Se desarrolla tensión cuando se planean celebraciones como bodas: ¿quien será invitado y quien no? Algunos limites tienen que establecerse alrededor de quien será incluido en el circulo familiar. Aquellos que son invitados definen el límite de la familia en ese momento. Tiempo después, otro círculo puede ser para definir a la familia. Al aprender a redefinir constantemente a la familia, el terapeuta expande el campo de observación e intervención mas allá del trabajo manejado estructuralmente de la familia nuclear e incluir definiciones de familias extendidas que cambian a través del tiempo. 2b.- Asunción Básica: Las familias tienen ciclos de vida. 2b.- Principios De Orientación: La intervención debería de tomarse en cuenta las necesidades de los adulos e hijos en cada etapa del desarrollo
La habilidad de una familia para cambiar con el tiempo es crítico para una buena salud familiar. La mayoría de los cambios no se llevan a cabo en la terapia. Los cambios toman lugar porque las situaciones son nuevas por lo tanto, nuevas soluciones son necesarias. Las soluciones del ayer no sirven hoy porque los eventos del hoy son novedad. Los cambios toman lugar día a día. Cuando el proceso fluido de la vida familiar se traba, es porque nuevas soluciones no surgen, la familia cae en serias dificultades. Por ejemplo, existen problemas cuando las
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reglas para un niño de 11 años son aplicadas igualmente a uno de 16 en esta situación, y la familia usualmente pide ayuda. El cambio es natural en el curso de vivir y esperado de cada sistema abierto. El terapeuta debe de estar familiarizado con el desarrollo de fases de familias y los cambios que se esperan en cada fase. Las intervenciones deben de ser “apropiados para la fase”. 2c.-Asunción Básica: Cada familia es única y cada miembro es individual. 2c.-Principio De Orientación: La intervención debería tomar en cuenta de que cada familia tiene su propia configuración particular, experimental y estructural, y que el aumento del conocimiento de las familias de sus dinámicas puede ser estimulante para un cambio. Cada familia tiene su propia configuración específica. Tiene su manera única de tomar las tareas de la vida, con algunos subsistemas, empujándose juntos mas seguido y algunos menos, y algunos individuos mas importantes el uno para el otro y algunos menos. Cada familia tiene su propia manera de vivir en el mundo. El rango de lo que es “bueno” en cada familia es enorme. Esa es una de las razones que enfatizamos la contra transferencia lo más que podemos. Contra transferencia es un fenómeno en el cual la percepción de los terapeutas y su comportamiento con una familia dada son fuertemente influenciados por sus experiencias personales en sus propias parejas, círculos familiares, o familia de origen. Las intervenciones basadas en contra transferencias son a menudo relacionadas no tanto en lo que la familia necesita, sino en asuntos sin terminar en la vida del propio terapeuta. Si, por ejemplo, un terapeuta ha logrado sobrevivir una difícil situación familiar mudándose lejos de mama, papá y hermano y teniendo contacto muy leve con ellos, este terapeuta puede estar tentado a sugerir una solución similar a un adolescente que está teniendo problemas en casa. O un terapeuta que viene de una familia donde los límites establecidos entre hijos y adultos fueron rígidos, puede preferir a endurecer la separación entre esos dos subsistemas en los pacientes aunque la familia puede, de hecho, necesitar más libertad de ciertos límites.
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Es demasiado común ver a través de la pantalla de algunas familias con quienes trabajamos, y ver como si fuera la misma familia de la que venimos. Los fenómenos de Contra transferencias vienen de todo el rango de las experiencias pasadas del terapeuta, no solo de las situaciones sin terminar de su propia familia. Ciertas ideologías o nociones religiosas acerca de cómo el hombre o la mujer deberían de ser o como los niños debería ser tratados o qué constituye la aberración sexual o lo que es una buena educación o como debería ser una buena dieta familiar pueden influir fuertemente las opiniones y puntos de vista de un terapeuta en un tratamiento familiar. Debemos constantemente confrontar lo que es o fue “bueno o malo” para nosotros y lo que en verdad nos acomoda y no es realista para un tratamiento familiar en particular. Por esta razón, deberíamos de “supervisar” el trabajo de los unos a los otros como colegas, tomar una estrategia de trabajo como terapeutas y regresar a la terapia personal en tiempos cuando los eventos en la vida de un cliente despiertan dificultad, dolor, o sentimientos irracionales en nosotros. Siempre deberíamos estar pendiente de nuestras reacciones a una familia cuando: Reaccionamos demasiado rápido con un comentario u opinión. Sentimos “amar” u “odiar” una familia, pareja, o miembro. Estamos convencidos de lo que “es bueno” para una familia dada sin tomar mucho tiempo observándolos, haciéndoles preguntas, y averiguando sus competencias, historias pasadas y problemas breves. Meterse en argumentos con un miembro de la familia y no poder retirarse, o adoptar una manera de ser rígida con una familia. “Aliarse” con un miembro o su sistema de una familia contra otra parte de la familia. Sentir que una familia es “buena onda” y no necesita ser examinada críticamente. Tolerar excesivos abusos de conducto o cualquier conducta extrema porque asumes que a ti te pasó y todas las familias tienden a ser esto. Nuestra intención como terapeutas no es cambiar la configuración o patrones de una familia en particular: cómo les gusta estar juntos o cómo les gusta resolver sus problemas. Lo que estamos buscando es si alguien está siendo lastimado o si una familia no puede lograr lo que quiere o no 135
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puede funcionar cómo una unidad de trabajo. Los terapeutas son impulsados para estar fascinados con la configuración particular de una familia específica y para respetar cada configuración. Respetando “lo que es” crea el cambio.
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2d.- Asunción Básica: La familia es una unidad de trabajo.2d.-Principios De Orientación: El terapeuta debe de evaluar que también una familia o sub unidad del
sistema
lleva
a
cabo
sus
tareas
diarias.
La familia tiene que crear un refugio, criar niños, vestirlos y alimentarlos, y hacer las tareas diarias de la vida. Ellos tienen que ser una buena unidad de trabajo para lograr esto. Si el trabajo no se puede lograr, el terapeuta tiene que encontrar la razón. ¿Que es lo que obstruye el camino? ¿Están los patrones establecidos de una manera en la que una persona se enfurece si las cosas no funcionan bien? Si eso es, muchas veces esa persona se vuelve el paciente problema. Frecuentemente una persona, o un lugar en el sistema, sienten el dolor. O hay mucha o poca energía concentrada ahí. Ese punto o es “muy caliente” o “muy frío”. Es la tarea del terapeuta evaluar completamente el sistema familiar. Como dijimos previamente las familias necesitan saber que hacen bien o cómo lo están logrando. La mayoría de las familias saben más sobre sus fallas y defectos que de sus talentos y virtudes. Conocer sus propias fuerzas impulsa a la familia en un comportamiento competente y repetitivo. Por otro lado, enfatizar en fallas y obstáculos no necesariamente estimula un cambio positivo. Un buen terapeuta puede encontrar maneras de usar la fuerza de la familia para superar la debilidad.
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2e.- Asunción Básica: Influencias culturales son más probables de influir en una terapia familiar que en una terapia de pareja. 2e.-PRINCIPIOS DE ORIENTACION: Las familias son los transmisores de cultura y valores sociales. Cuando una pareja tiene hijos y se convierte en una familia, la manera de ver, hábitos, y valores de la gran comunidad se vuelven importantes. Religiosos, étnicos, clases sociales, y extender la influencia familiar son mas evidentes en familia que en parejas. Estos valores son menos usados para una pareja sin hijos. El deseo de “verse bien” para el terapeuta puede ser un problema en la terapia familiar porque los padres se sienten responsables de cómo sus hijos se portan. El terapeuta representa el mundo exterior. La cultura de los hijos es frecuentemente rara con la cultura de los padres, ya que cada generación tiene su propia manera de comportarse, jugar, hablar, música, arte y metas. Frecuentemente, los padres e hijos defienden sus acciones sobre las bases de lo que “ellos” hicieron. “ellos” es usualmente una pobre definición de identidad que establece las reglas y representa a la familia extendida, los vecinos, o comunidad social o religiosa: Juanita tiene que ir a la escuela de jardín de niños porque todas las niñas de 3 años lo hacen. Al estar consiente de que las metas de familias y comunidades necesitan ser articuladas y respetadas, el terapeuta proveerá un modelo y un soporte para la familia para examinar, discutir y apreciar la imagen mas amplia. El terapeuta es frecuentemente el mediador en conflictos relacionados con la familia y los valores de la comunidad.
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3.- Subsistemas Familiares. Si piensas en términos de sistemas cuando estás trabajando con una pareja, también debes de pensar en cada individuo como un sistema en su propio derecho. Como un individuo, somos parte intrapsíquica de un sistema que necesita trabajar como un todo coherente. Cuando una persona no opera como un todo coherente, esa persona siente como si sus partes no tienen una manera o si finalmente se juntan para forman una sola figura, un claro pensamiento o gesto. Cuando estás trabajando con una familia, el número potencial de subsistemas necesariamente se incrementa. Si una familia no es capaz de ser una sola entidad, ellos están junto al mismo sentimiento fragmentación de un individuo. Porque
una
familia
tiene
más
subsistemas,
los
subsistemas
cambian
frecuentemente: primero, tienes un padre y un hijo; después otro hijo entra y se forma un nuevo subsistema; después hay otro subsistema si una persona abandona el cuarto y otra entra en su lugar. Los límites alrededor de cada subsistema forman una figura, y esta figura sigue cambiando. Cada combinación de interacciones es importante porque cada uno tiene el potencial para enriquecer la vida de la familia o deshacerla. Con una familia tu veras algunos subsistemas que trabajan bien y con los cuales la gente se siente bien y otros subsistemas en los cuales no se sienten bien. 3a.- Asunción Básica: Para trabajar con una familia es mejor verla como una organización de numerosos, flexibles, y frecuentes subsistemas cambiantes. Mientras más subsistemas trabajen bien más sana estará la familia. 3a.- Principios De Orientación: El trabajo del terapeuta incluye ayudar a la familia a ver las cualidades estructurales y dinámicas de estos subsistemas. Cuando diriges tu atención a una familia, lo que estas buscando es el cambio de subsistemas: ¿Cómo están organizados estos sistemas? ¿Cuáles subsistemas trabajan bien y no permiten a los demás sentirse bien con ellos mismos? ¿Cuáles pueden ser evitados? ¿Cuáles son dolorosos porque la gente no sabe como estar unida?
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3b.-Asunción Básica: Los subsistemas de la organización familiar son tan importantes para el bienestar de la familia como es el sistema familiar completo. 3b.-Principios De Orientación: El terapeuta no siempre trabaja con el sistema familiar total; en tiempos la oposición será trabajar con los subsistemas. En este proceso, es crucial que el terapeuta no señale un paciente identificado de un subsistema especifico, y de que el o ella evitara recoger un o dos miembros de la familia como el centro de todos los problemas familiares. Esto es logrado trabajando con muchos o todos los subsistemas. Primero trabajaras con un subsistema y después con otro, y después otro. No seas decisivo en presenciar un solo subsistema como el problema, porque todos en la familia contribuyen al proceso familiar. Mientras que parezca aparentemente que una persona es el centro de las dificultades, tú debes asumir que todos han contribuido. Esta perspectiva es también útil por otras razones. Algunas veces esta pasando demasiado para lidiar con la complejidad de la dinámica de la familia. Inclusive más critico, trabajando con subsistemas seguidos por nuestra fuerte asunción de que un cambio en cualquier parte del sistema, cambia todo el sistema. La energía es redistribuida cuando un subsistema mejora su funcionalidad. Frecuentemente, la energía es concentrada en una pequeña parte de la familia y poca esta al alcance de otras partes, otros tienen poco espacio para hacer una contribución. Es como pensar que los subsistemas están aplastado contra y una pared. Mientras más pierdes más poderosos los subsistemas se vuelven y enseñan a sus miembros a ver sus procesos, la energía se vuelve libre para negocios sin terminar, otras conexiones, otras personas, nuevos eventos. Un pequeño cambio en uno de los sistemas permite otros subsistemas reformarse en nuevas maneras. La naturaleza del cambio es menos relevante del hecho de que se llevo a cabo. Cuando una resolución se logra en un grupo de relacionesentre madre y padre, hija y madre, hermana y hermano- la tranquilidad abarca a toda la familia, como era pensado que todos respiraron después de estar en un periodo de estar sosteniendo la respiración. Un cambio en uno de los subsistemas 140
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es poderoso y gratificante para todos y abre la posibilidad de cambiar en otras áreas del sistema familiar. También es posible afectar las relaciones a través de las generaciones trabajando con un solo miembro del sistema en relación con otro miembro quien o, no esta presente o murió, inclusive extendiendo generaciones pasadas. Estos patrones-los cuales por la superficie pueden resolverse en un periodo corto de tiempo- usualmente indican la presencia de procesos más profundos que toman un periodo de tiempo más largo para ser completados. 3c.-Asunción Básica: Algunos subsistemas crean mucha energía, y otros subsistemas tienen poca energía. 3c.-Principios De Orientación: Es tentador dirigir la atención de uno mismo a los subsistemas creando mayor cantidad de energía. No sean seducidos lejos de los subsistemas que muestran poca energía. Un sistema esta trabado cuando poca energía fluye; por lo tanto, la atención es más necesitada ahí. En algunas maneras, un terapeuta de una familia debe atender a lo que no parece figurable. Los padres pueden estar teniendo una fuerte discusión mientras el adolescente escucha respetuosamente. La tendencia natural será dirigir la atención a la pareja de padres, pero ¿que están sintiendo los hijos en este momento? En el momento preciso, el terapeuta se torna a los subsistemas más callados para explorar a toda la familia. Puedes preguntarles a los niños, “¿Ustedes ven a sus padres discutir frecuentemente? ¿Cómo es para ustedes cuando ellos tienen una odiada discusión? O puedes preguntarles, “¿pueden ayudarme a entender porque sus padres están tan molestos el uno con el otro?” 3d.-Asunción Básica: La salud de la familia está relacionada directamente con su capacidad de moverse hacia dentro y hacia fuera en numerosos sistemas. 3d.-Principios De Orientación: El terapeuta tiene que estar alerta a reparar gestalt en dentro de los subsistemas familiares. La salud de una familia esta reflejada en su habilidad de cambiar de adulto-adulto, adulto-niño, y niño-niño en sus interacciones, y en usar libremente cualquier posible combinación. Esto puede ser disfuncional, previniendo a los adultos de interactuar entre ellos y previniendo a los niños de ser abandonados. 141
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Terapeutas que notan cuales combinaciones se forman y cuales interactúan fácilmente, podrán ser sometidos a cualquier tipo de trabajo. 3e.- Asunción Básica: Los hijos en una familia forman un poderoso subsistema por su propia cuenta. El acuerdo de salud en sus subsistemas tiene un fuerte impacto e la funcionalidad familiar. 3e.-Principios De Orientación: Una importante tarea del terapeuta familiar es reconocer y apoyar el subsistema de los niños. Los niños necesitan interactuar entre ellos, no sólo con los adultos. Hay poder en los niños formando una sociedad a su propia manera. Además, la buena presencia de modelos a de los cuales los niños puedan observar y aprender, enseñan a sus hijos a como cooperar. Todas estas asunciones básicas y principios de orientación pueden guiar al terapeuta en la psicoterapia Gestalt con las familias. De nuevo, e enfatizado la importancia de reconocer la competencia en la familia y que constituye “lo bueno suficiente” en el funcionamiento. Logrando un cambio terapéutico dentro del sistema familiar en una tarea compleja y cambiante. VALORES CARDINALES QUE APOYAN LA TERAPIA GESTALT VALORES DE EQUILIBRIO 1.- VALOR: Relaciones Equilibradas Principio: El trabajo de nuestras vidas como seres humanos es convertirnos en ambos, dependientes y autónomos. Enseñamos la autosuficiencia y también modelamos apoyo mutuo – El ritmo equilibrado de fusión en una pareja o familia y su diferenciación. La vida ocurre en la porción medio de ser, hacer y tener. Nosotros nos desarrollamos de la fusión con nuestros padres en adultos diferenciados que luego, buscamos fusión con otro, y luego la diferenciamos en una relación. Este es el ritmo de ser y convertirse en relación con otros. El permanecer en fusión es infantil; estar aislado en autonomía es esquizofrénico. En el enfoque gestalt estamos extremadamente sensibles al ritmo natural de la interacción humana. Cuando trabajamos con familias, estamos muy pendientes del grado de protección dado a los niños por los adultos. 142
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2.- VALOR: La Importancia de compartir el poder en la pareja o familia. Principio: Entender y observar el poder en sistemas pequeños. Fuertes discrepancias de poder pueden resultar en comportamientos abusivos. El poder en el sistema de familia debe estar claramente en las manos de los adultos hasta que los niños alcancen las etapas de desarrollo llamando para una completa diferenciación. Las familias no son democráticas, pero deben ser dictaduras benignas hasta que los niños lleguen a cierta edad. Buscamos complementariedad en el uso de poder en las parejas y en los subsistemas adultos de las familias. El poder conlleva obligación y responsabilidad y no debe ser usado como una excusa para comportamientos irresponsables o abusivos. 3.- VALOR: Limites claros en la pareja, la familia y el terapeuta. Principio: Nunca tomes lados o pierdas tus límites. Balancea una intervención con la otra; modela y trabaja para una buena definición y manejo de límites. ¿Que es mío y que es tuyo y que es de nosotros? Un límite incluye y excluye al mismo tiempo, así entonces creando significado. Los límites hacen del vivir algo claro y consciente. VALORES DE CAMBIO 4.- VALOR: Auto-actualización a través de auto-regulación organísmica. PRINCIPIO: Una visión de la pareja o familia así de esforzante por una totalidad, integración, fluidez y espontaneidad del funcionamiento. El sistema lucha por el equilibrio entre la quietud y movimiento de avance. 5.- VALOR: Aprender a través del hacer. Principio: Aprender a través del hacer funciona mejor que sólo discusiones racionales. Nosotros enseñamos, alentamos y apoyamos la experimentación con comportamiento novedoso y fresco, moviendo a la pareja o familia mas allá de su funcionalidad, presente, estancada y limitada. 6.- VALOR: Cambio a través del Darse Cuenta. Principio: El cambio toma lugar a través del conocimiento y opción activa y está más integrado y duradero que el cambio que pasa sin el darse cuenta y la elección. 143
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7.- VALOR: Cambio Paradójico. Principio: Apoyar las resistencias mientras uno se une con la pareja o familia. Mientras más apoyes lo que es, más ocurrirá el cambio. 8.- VALOR: Proceso sobre Contenido Principio: Para diagnosticar bloqueos en la pareja, es más importante cómo se expresa una pareja o familia que lo que se esta discutiendo. VALORES DE DESARROLLO 9.- VALOR: La regla de que hay excepciones para cada regla Principio: Necesitas entender y apreciar el desarrollo y que es apropiado en tus intervenciones. Todas las reglas son potencialmente peligrosas. 10. VALOR: Equidad en el desarrollo experiencial. Principio: Nosotros creemos que los terapeutas, como los pacientes, están en un estado de constante cambio y desarrollo y que ellos necesitan el alimento de exponer su propia terapia, así como también una vida llena en un mundo más grande que su propio arte. VALORES DE AUTO – CONOCIMIENTO 11.- VALORES: La tendencia del terapeuta para “colorear” a la pareja o familia. Principio: Como terapeuta, usted debe constantemente monitorizar sus propios modos, deseos, conflictos, necesidades e ideologías cambiantes, porque la pareja o familia en tu presencia serán afectadas de una manera u otra, conscientemente o inconscientemente. 12.- VALOR: Humildad Profesional Principio: Respetar la integridad del sistema de la pareja o familia. Sin importar que tan disfuncionales parezcan, ellos tienen la capacidad de cambiarse a si mismos. VALORES HOLISTAS 13.- VALOR: Teoría de sistemas – El todo tiene influencia en todas las partes y es más grande que su suma. Principio: Concebimos a la pareja y familia, como relacionados a un contexto de sistemas de la familia extensa, la comunidad y el vasto mundo. Nosotros
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realizamos un esfuerzo para responder a la persona/sistema fuera de una experiencia entendible de este largo contexto. 14.- VALOR: Que “Ningún hombre o mujer son una isla” Principio: Cada intervención debe llevar como base, el patrón del mundo exterior de la pareja o familia. Imagina que todos los caracteres en la vida del paciente están detrás de él o ella con una omni presencia “Coro Griego”. 15.- VALOR: La entidad en tercera persona de la relación. Principio: En la terapia de Pareja, la intervención debe ser tanto sistemática como complementaria. La intervención con una persona y no con la otra – positiva o negativa – no será beneficioso al sistema. VALORES DE FORMA 16.- VALOR: Gestalten Completadas Principio: Nos enfocamos en como la fortaleza de la pareja o familia crea partes no propias en sus vidas interiores. Nosotros siempre comenzamos desde su fortaleza, no de sus debilidades. 17.- VALOR: Buena Forma Principio: Dejamos a la pareja o familia ser, y los dejamos ir. Y a pesar de cómo son y a donde van, apoyamos la buena forma de lo que es “suficientemente bueno”. 18.- VALOR: La importancia de toda la relación terapéutica como una entidad integrada y un evento estético. Principio: Nosotros buscamos el proceso de la terapia (e intervención) y su calidad de movimientos. Nosotros valoramos observar la belleza, así como la fealdad, y la validez estética del forcejeo del sistema-cliente con sus síntomas y patología. 19.- VALOR: La integridad del desarrollo de la terapia Gestalt. Principio: Nosotros buscamos la simple belleza encontrada en la intervención terapéutica, teniendo temas, desarrollo y resoluciones. Cada encuentro de terapia es potencialmente un trabajo de arte.
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20.- VALOR: La integridad de la pareja o familia como están ahora. Principio: Nosotros aceptamos el sistema/persona donde están, uniéndolos, y encontrándolos con un sentido de apreciación para su competencia existente. 21.- VALOR: La fenomenología de el aquí y el ahora. Principio: Buscamos por patrones en el psique y el sistema grande. La observación
mas
útiles
están
basadas
en
observaciones
de
proceso
fenomenológicas actuales. LO MAS IMPORTANTE ES EL SER HUMANO QUE SUFRE Y ACUDE A TI
BIBLIOGRAFIA In Search of God Form” Gestalt Therapy with Couples and Families Joseph C. Zinker A Gestalt Institute of Cleveland Publication Los Órdenes de la Ayuda Bert Hellinger
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Instituto Universitario Carl Rogers
Diplomado de: “Terapia de Pareja y Familia” MÓDULO 4 TERAPIA BREVE DE PAREJA
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MODULO 4 TERAPIA BREVE DE PAREJA
Presentación Imagino a los seres humanos tejiendo relaciones a lo largo de su existencia, y esas relaciones son los lazos que nos unen a los “Seres” con los que nos encontramos en el día a día. Los lazos pueden tener muchas características: pueden ser tan cortos que no nos permiten alejarnos del otro, o tan largos que nos dan mucha libertad; pueden ser frágiles y al primer jaloncito que les damos se rompen, o pueden ser tan resistentes que superan todas la pruebas y los usos que se hagan de ellos; pueden tejerse muy rápido o pueden irse hilando poco a poco. Hay algunos que usamos mucho y otros que ni los recordamos, hasta que por algún motivo los volvemos a tener presentes. Y así conforme vamos viviendo vamos construyendo una red de relaciones que van apoyando, limitando, abriendo o cerrando posibilidades a nuestro “Ser” en el mundo. De todos los lazos que elaboramos hay algunos que son fundamentales y nos determinan, me refiero a los lazos familiares y a los lazos de pareja. La experiencia de tejer los lazos familiares nos proporciona la base con la que seguiremos tejiendo el resto de nuestras relaciones, entre ellas la de pareja. Hilar nuestra o nuestras relaciones de pareja será todo un reto ya que generalmente a ese lazo se le atribuyen muchas funciones: la afectuosa, la económica, la instrumental (limpiar, cocinar, etc.) la de protección, la de reproducción, la de socialización, la espiritual, la de intimidad, etc., etc. A los terapeutas de pareja nos corresponde acompañar a parejas que con su lazo han hecho nudos, o lo han desgastado, seccionado o cortado y no encuentran la forma de estar unidos disfrutando su unión. Los terapeutas de pareja necesitamos tener herramientas necesarias para redefinir esos lazos. La terapia breve centrada en soluciones es un modelo pragmático de atención a las parejas y familias orientado al presente y futuro, y dirigido a lograr objetivos, que permite a las parejas transformar su relación al centrarse en cambiar 148
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acciones, pautas y puntos de vista. Cada pareja puede ir hilando su lazo con los materiales que elija cada uno de sus miembros: pasión, espacio personal, respetar, dialogar, comprender, dar libertad,…amar. La presente compilación proporciona un acercamiento a la Terapia Breve Centrada en Soluciones que por motivos de espacio es reducida, sin embargo está acompañada de bibliografía complementaria. Te deseo una experiencia de aprendizaje que te permita revitalizar tu red de relaciones y ser un guía para las parejas que necesiten retejer o reinventar sus lazos.
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CONTENIDO TEMÁTICO LA TERAPIA BREVE DE PAREJA Y FAMILIA CENTRADA EN SOLUCIONES
ciones. o PRINCIPALES INTERVENCIONES o INTERVENCIONES ESPECÍFICAS.
AMOR ES AMAR CADA DÍA 1. LA POBRE CENIFIENTA ENAMORADA DE UN HOMBRE QUE ODIA DEMASIADO A LAS MUJERES. 2. CÓMO DEJAR DE ANALIZAR TU RELACIÓN Y EMPEZAR A MEJORARLA 3. LA DIFERENCIA ENTRE UN BACHE Y UNA TUMBA SON LAS DIMENSIONES
BIBLIOGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA CRITERIOS DE EVALUACIÓN
MODELO DE TERAPIA BREVE CENTRADO EN SOLUCIONES…………..40% o Portada o Datos generales de la pareja o Descripción de la atención
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LA TERAPIA BREVE DE PAREJA Y FAMILIA CENTRADA EN SOLUCIONES Terry S. Trepper La terapia breve centrada en soluciones (en adelante TBCS1) es un enfoque de la psicoterapia orientado al futuro, y dirigido a lograr objetivos. Inicialmente fue desarrollado por Steve de Shazer e Insoo Berg y sus colegas en el Brief Family Therapy Center (BFTC) – Centro de Terapia Breve de Familia- en Milwaukee, Wisconsin, EE. UU., a comienzos de la década de los ochenta. El enfoque se desarrolló en forma inductiva antes que deductiva y como tal, es más un enfoque pragmático que teórico (Berg y Miller, 1992; Berg y Reuss, 1997; de Shazer, 1985, 1988, 1991 y 1994). Desde entonces este centro se ha convertido no solamente en una de las escuelas líder en psicoterapia, sino que también se ha vuelto una influencia fundamental en campos tan divergentes como el sector comercial, las políticas sociales y la educación. 1 En inglés la sigla es SFBT, para Solution-Focused Brief Therapy Principios fundamentales de la terapia breve centrada en soluciones La
TBCS
no
esta
teórica
fundamentada,
sino
que
fue
desarrolladla
pragmáticamente. Aun así las raíces de la TBCS pueden verse fácilmente en el trabajo inicial del Mental Research Institute de Palo Alto; en la filosofía de Wittgenstein; y en el pensamiento budista. Hay una cantidad de principios que proveen los fundamentos de la TBCS, y que informan, a la vez que conducen a un modelo de intervención. Si no está roto, no lo arregle. Este es el principio más abarcador de la TBCS. Las teorías los modelos y las teorías de intervención son irrelevantes si la familia ya ha resuelto su problema. Nada parecería ser más absurdo que intervenir en una situación que ya está resuelta. Aunque esto parezca de la mejoría, por ejemplo para el “crecimiento”, para “fortalecer logros” o para llegar a “sentidos y estructuras más profundos”. La TBCS es antitética de esto. Si no hay ningún problema, no debería haber ninguna terapia. Si algo funciona, hagan más de lo mismo. Similar al primer principio este otro continua con el enfoque de “¡no lo toques!”. Si una familia está en el proceso de resolver un problema, el rol principal del terapeuta debería ser estimularlos a que 151
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hagan más de lo que funciona. Los terapeutas de TBCS no juzgan la calidad de las soluciones de las familias, solo si estas funcionan. Si no funciona, hagan algo diferente. Para completar los tres principios más obvios, este sugiere que sin importar que tan buena sea una solución, teóricamente, si no funciona no es una solución una de las realidades más extrañas de la naturaleza humana es la tendencia a seguir tratando de resolver los problemas haciendo las mismas cosas que no han funcionado en el pasado. Esto es específicamente cierto para la psicoterapia, donde muchas de las teorías sugieren que si la familia no mejora (es decir, si no resuelve su problema), la culpa es de la familia antes que de la teoría. En la TBCS por ejemplo, su una familia no completa una tarea para hacer en casa, en la mayoría de los casos se abandona dicha tarea. Los pasos pequeños pueden conducir a grandes cambios. Este principio subyace al enfoque de la TBCS en objetivos pequeños y cambios pequeños. En muchos sentidos, la TBCS es un enfoque minimalista. Es decir, trata de reducir los problemas complejos a trozos pequeños, manejables. Pero más importante aun sugiere que una vez que se ha hecho un cambio pequeño, conducirá a otros cambios pequeños, que a su vez también conducirán a otros cambios pequeños. A la larga es muy probable que la familia haya hecho un cambio sistemático mas grande, pero sin causar un trastorno familiar importante. La solución no está directamente relacionada con el problema. Con este principio, la TBCS lleva a cabo un verdadero cambio paradigmático respecto de otros modelos de psicoterapia. Mientras que casi todos los otros modelos tienen secuencias de problemas-que-se-conducen-a-soluciones, la TBCS se centra exclusivamente en la solución. Esto conduce a un modelo de terapia familiar que emplea muy poco tiempo en los orígenes o en la naturaleza del problema, en la historia de la familia, o en el análisis de las interacciones disfuncionales. Aunque estas puedan ser interesantes y posiblemente podrían afectar la conducta familiar, la TBCS se centra casi exclusivamente en el presente y en el futuro. Las exigencias del lenguaje para el desarrollo de las soluciones son diferentes de las que se necesitan para describir un problema. El lenguaje de 152
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los problemas tiende a ser diferente del de las soluciones. Por lo general, el lenguaje de los problemas es negativo, se centra en la historia pasada (para describir los orígenes del problema) y a menudo sugiere la permanencia de un problema. Sin embargo, el lenguaje de las soluciones, por lo general es más positivo, optimista, orientado hacia el futuro y sugiere que los problemas son transitorios. Ningún problema ocurre todo el tiempo; siempre hay excepciones que pueden ser utilizadas. Este principio, que sigue la idea de la transitoriedad de los problemas, sugiere la intervención principal que se usa constantemente en la TBCS. Es decir que las personas siempre manifiestan excepciones sus problemas, incluso pequeñas, que pueden ser utilizadas para hacer cambios pequeños. El futuro es creado y es negociable. Este principio posmoderno ofrece un poderoso fundamento para la TBCS. No se considera a las personas encerradas en una serie de conductas basadas en una historia, un estrato social o diagnostico psicológico, con fuertes raíces en el constructivismo social, este principio sugiere que el futuro es un lugar esperanzado, donde las personas son arquitectos de su propio destino.
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¿Cómo se considera a la familia en la terapia breve centrada en soluciones? La TBCS tiene sus raíces en las terapias familiares basadas en la teoría de los sistemas de la década del cincuenta y del sesenta. Tanto Insoo Berg como Steve de Shazer tenían fuertes conexiones con el Mental Research Institute de Palo Alto, California. Aunque los investigadores en el MRI se centraban primariamente en la formación del problema y en la mejoría del mismo (Watzlawick, Weakland y Fish, 1974) el Brief Therapy Center en Milwaukee comenzó a explorar las soluciones. En el enfoque actual de la TBCS, aunque no es exclusivamente una terapia familiar es, sin embargo una terapia sistemática por una variedad de motivos: primero, los terapeutas de la TBCS, de rutina tratan a los sistemas porque son las parejas y las familias quienes solicitan tratamiento. Los terapeutas de la TBCS toman su decisión respecto de a quién atender en sesión en base a quienes vienen. Quien sea que pase por el umbral de la puerta es atendido. Segundo, la TBCS es sistémica porque las soluciones que se exploran, con mucha frecuencia, son internacionales. Es decir la mayoría de las personas y las excepciones a sus problemas afectan a otras personas, muy a menudo a miembros de la familia o a las parejas. Tercero, la TBCS es sistémica porque una vez que empiezan a ocurrir cambios pequeños, con frecuencia, siguen a estos cambios más grandes, y estos por lo general son internacionales y sistémicos . Con frecuencia surge la interrogante de que es lo que realmente constituye la terapia familiar. Es decir ¿se trata de un formato clínico para hacer otros modelos de terapia, o constituye un modelo de intervención en sí mismo? La TBCS, al ser a teórica, no se preocupa por esta pregunta. La terapia es la terapia. Más importante aun, la búsqueda y puntación de soluciones previas pueden tener lugar en un individuo, en una pareja, en una familia, o en un grupo. Es necesario hacer algunas consideraciones cuando se trabaja con la familia. Estas serán exploradas más adelante en este capítulo. Rol del terapeuta El rol del terapeuta en la TBCS es diferente de muchos otros de enfoques en psicoterapia. Los terapeutas de la TBCS aceptan que existe una jerarquía en el 154
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acuerdo terapéutico. Al mismo tiempo, tiende a ser más igualitaria y democrática que autoritaria. Los terapeutas de la TBCS casis nunca emiten juicios acerca de sus clientes y rara vez hacen interpretaciones de los sentidos detrás de sus anhelos, necesidades o conductas. Se considera el rol del terapeuta como tratando de ampliar las opciones en lugar de limitarlas (Berg Dolan, 2011). Los terapeutas de la TBCS conducen la sesión pero en la forma delicada “guiando desde un paso atrás”, como se ha dicho (Cantwell y Homes, 1944). El terapeuta en lugar de interpretar, “seducir”, amonestar o insistir, “toca el hombro” de la familia (Berg y Dolan, 2011).
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Principios y técnicas terapéuticas PRINCIPALES INTERVENCIONES Una postura, compartida, orientada a las soluciones. Uno de los aspectos más importantes de la TBCS es el tenor y la postura generales que toma el terapeuta. La actitud general es positiva y optimista. Hay una creencia general de que las personas tienen en su interior fuertes resiliencias y que pueden emplearlas para hacer cambios. Además, hay una fuerte creencia en que la mayoría de las personas tienen la fuerza, la sabiduría y la experiencia para efectuar el cambio. Lo que otros modelos consideran como “resistencia”, por lo general se consideran mecanismos protectores naturales de las personas, o el deseo realista de ser cautos e ir despacio. Generalmente los terapeutas de TBCS son excelentes para reformular las situaciones, con una visión positiva, basada en las fortalezas. Todo esto constituye sesiones que tienden a sentirse “simétricas” más que jerárquicas (aunque, como se observo anteriormente, los terapeutas de la TBCS “guían desde atrás”), y cooperativas antes que propias de adversarios. Buscando soluciones previas. La TBCS tiene el supuesto de que la mayoría de las personas han resuelto sus problemas previamente. Esto pudo haber pasado en otra época, en otro lugar, o en otra situación. Puede que el problema también haya vuelto. La clave es que la persona había resuelto su problema, aunque haya sido por un tiempo breve. Buscando excepciones. Incluso cuando una pareja o una familia no tiene una solución que pueda repetir, la mayoría posee ejemplos recientes de excepciones a su problema. Se considera que la excepción es un momento en que podría ocurrir un problema pero no ocurre. La diferencia entre una solución previa y una excepción es pequeña pero significativa. Una solución previa es algo que la familia ha intentado por su cuenta y ha funcionado, pero por algún motivo no han continuado con esa solución exitosa y probablemente se hayan olvidado de ella. Una excepción es algo que ocurre en lugar del problema, por lo general sin que sea algo intencional por parte de la familia o tal vez hasta sin entenderla. Preguntas versus directivas o interpretaciones. Obviamente que las preguntas son un importante elemento de la comunicación en todos los modelos de terapia 156
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familiar. Los terapeutas a menudo utilizan las preguntas en todos los enfoques, en especial al realizar la historia, al registrar los datos al comienzo de una sesión, o al preguntar cómo les fue con una tarea para hacer en casa. Sin embargo la TBCS convierte a las “preguntas” en su herramienta principal de comunicación, y como tal es una intervención abarcadora. Los terapeutas de la TBCS tienden a hacer pocas interpretaciones, si es que hacen alguna y rara vez desafían o confrontan directamente a una familia. Por otra parte, los terapeutas de la TBCS tienden a hacer preguntas como método de comunicación principal, y como intervención. Preguntas orientas al presente y al futuro versus enfoque orientado al pasado. Las preguntas que hacen los terapeutas de TBCS casi siempre están centradas en el presente o en el futuro. Esto se refleja la creencia básica de que los problemas se resuelven mejor al centrarse en lo que ya está funcionando, y en como quisiera la familia que sea su vida, en vez de centrarse en el pasado y en el origen de sus problemas. Elogios. Los elogios son otra parte esencial de la TBCS. Validar lo que los clientes ya están haciendo bien, y reconocer cuan difíciles son los problemas, estimulan al cliente a cambiar, a la vez que transmite el mensaje de que el terapeuta entiende y se interesa por el cliente. “Codear” suavemente para hacer más de lo que está funcionando. Una vez que los terapeutas de la TBCS han creado un marco positivo por medio de los elogios y de la reformulación, y luego han descubierto algunas soluciones previas y excepciones al problema “codean” suavemente a la familia para que haga más de lo que ya ha funcionado previamente o para intentar cambios que han mencionado y que les gustaría probar. Es raro que un terapeuta de la TBCS haga una sugerencia o proponga una tarea que no se base en las soluciones previas o en las excepciones al problema de la familia. Siempre es preferible que las ideas y las tareas surjan de la familia, antes que del terapeuta.
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INTERVENCIONES ESPECÍFICAS. Cambios que se han hecho antes de la primera sesión. Los terapeutas de la TBCS a menudo preguntan “¿Qué cambios han notado que han ocurrido o que han empezado a ocurrir desde que llamaron para pedir la cita para esta sesión?”, por lo general como la primera pregunta en la primera sesión. Esta pregunta tienes tres posibles respuestas. Primero, puede que digan que no ha pasado nada. En este caso, el terapeuta simplemente continúa y comienza la sesión preguntando algo del estilo de: “¿Cómo les puedo ser útil hoy?” o “¿Qué tendría que pasar hoy para que esta sesión fuera realmente útil?” La segunda respuesta posible es que las cosas han empezado a cambiar o a mejorar. En este caso el terapeuta hace muchas preguntas acerca de los cambios que han empezado, solicitando muchos detalles. Esto comienza el proceso de la “conversación-solución”, enfatizar sus fortalezas y resiliencias desde el principio, y le permite al terapeuta preguntar: “Entonces, si estos cambios continuaran en esta dirección, ¿sería ésto lo que a usted le gustaría?”, ofreciendo así el principio de un objetivo concreto, positivo y orientado al cambio. La tercera respuesta posible es que las cosas están más o menos igual. El terapeuta podría preguntar algo de estilo de “¿Es esto inusual, que las cosas no hayan empeorado?” o “¿Cómo se las han arreglado todos ustedes para impedir que empeoren?”. Estas preguntas pueden dar lugar a la información respecto de soluciones previas y excepciones, y puede encaminarlos hacia una modalidad de “conversación-solución”. Objetivos orientados hacia las soluciones. Como en muchos modelos de psicoterapia, los objetivos claros, concretos y específicos son un componente importante de la TBCS. Siempre que sea posible el terapeuta debe tratar de lograr primero pequeños objetivos. Más importante aún, se estimula a los clientes a que formulen sus objetivos como solución, más que como la ausencia del problema. Por ejemplo, es mejor tener como objetivo: “Queremos que nuestro hijo nos hable de mejor modo”, en lugar de “Querríamos que nuestro hijo no nos insulte”.
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También, si un objetivo se describe en términos de su solución, es más sencillo ponerlo en una escala (ver más adelante). La pregunta milagro. Algunas familias, o miembros de las familias, tienen dificultades para expresar cualquier objetivo que sea, mucho más todavía un objetivo orientado hacia las soluciones. Esto es particularmente así para las familias que tiene problemas múltiples, o las familias donde el problema es tan grave que sienten que hasta la descripción de un objetivo, de alguna forma, minimiza la magnitud del problema, o cuan abrumadoramente se lo experimenta. La pregunta milagro es una forma de preguntar el objetivo del cliente de manera tal que transmite respeto por la inmensidad del problema y al mismo tiempo, lleva al cliente a que encuentre objetivos más pequeños y más manejables. La forma de articular esta intervención puede variar, pero la formulación básica es: “Le voy a hacer una pregunta bastante extraña (pausa). La pregunta extraña es esta: (pausa).Después de que terminemos de hablar, se irán a su trabajo (casa, escuela), y harán lo que sea que tengan que hacer el resto del día, como por ejemplo cuidar a los niños, etc. Llegara la hora de ir a dormir. Todos en su casa están en silencio y usted está durmiendo en paz. En la mitad de la noche, ocurre un milagro y el problema que los impulso a hablarme hoy ¡está resuelto! Pero, como esto ocurre mientras duerme, no hay forma de que pueda saber que ocurrió un milagro nocturno que resolvió el problema (pausa). Entonces cuando se despierte, mañana por la mañana cual sería el pequeño cambio que haría que se diga a sí mismo, “¡Guau, algo debe haber pasado, el problema se ha ido!“. (Berg Y Dolan, 2011). Los clientes manifiestan variadas reacciones ante la pregunta. Pueden parecer desconcertados. Pueden decir que no comprenden. Puede que sonrían. Generalmente, sin embargo, si se les da tiempo suficiente para que reflexionen, se les ocurren cosas muy especificas que serian diferentes cuando se les haya resuelto su problema. Lo que dicen puede entonces ser considerado. Como los objetivos de la terapia. Como tales, conducen a una descripción más detallada con respecto de cómo quisieran que fuera su vida, que a su vez puede ayudar a elucidar sus soluciones previas y excepciones. 159
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En la terapia familiar, puede hacerse esta pregunta a los miembros individuales de la familia, o a la familia como un todo. Si se le pregunta a los miembros individuales, cada uno podría dar su respuesta a la pregunta milagro, y otros podrían reaccionar frente a esta. El terapeuta debería tratar apoyo de cada uno de los miembros para lograr el milagro. Si se hace la pregunta a la familia como un todo, los miembros pueden trabajar juntos sobre su milagro familiar. El terapeuta de la TBCS, al tratar de mantener una actitud colaborativa entre los miembros de la familia, puntúa objetivos similares y afirmaciones de apoyo entre los miembros de la familia. Poniendo las preguntas en una escala. Ya sea que la familia provea los objetivos específicos directamente, o por medio de la pregunta milagro, la siguiente intervención importante en TBCS es poner cada objetivo en una escala el terapeuta pide a la familia que ponga en una escala del 1 al 10, el problemasolución, donde estaba peor problema, donde esta ahorra, y donde querrían que esté cuando la terapia sea “exitosa”. Por ejemplo, en una familia donde su intención es mejorar la comunicación: Terapeuta: Lo que quiero que hagan ahora es que pongan el problema y el objetivo en una escala. Digamos que un 1 es lo peor que podría llegar a estar el problema, nunca hablan, solamente se pelean, o se evitan todo el tiempo. Y digamos que un 10 es donde hablan todo el tiempo, con una comunicación perfecta y nunca jamás tienen una pelea. Marido: Eso es bastante poco realista. Terapeuta: Eso sería lo ideal. Entonces, ¿Donde diría que estaba cuando estaba peor que nunca? Tal vez justo antes que vinieran a verme. Mujer: Estaba bastante mal…… no se…… yo diría un 2 o un 3 Marido: Sí yo diría que un 2 Terapeuta: Ok (escribiendo)… un 2 o 3 para usted, y un 2 para usted. Ahora, díganme ¿con que estaría satisfecho cuando la terapia haya terminado y haya sido exitosa? Mujer: Yo estaría contenta con 8 Marido: Bueno, obviamente me gustaría un 10, pero eso es poco realista. Sí, estoy de acuerdo, un 8 estaría bien. 160
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Terapeuta: Y la última pregunta. ¿Cómo dirían que está justo ahora? Mujer: Yo diría que está un poquito mejor, porque él está viniendo acá conmigo, y veo que está tratando… diría que tal vez un 4. Marido: Bueno, es lindo oír eso. Nunca hubiera pensado que ella lo pondría tan alto, yo diría que un 5. Terapeuta: Ok, un 4 para usted y un 5 para usted. Y los dos quieren que llegue a 8 para que la terapia tenga éxito, ¿no es cierto? Hay dos componentes fundamentales de esta intervención. Primero, es un dispositivo de evaluación centrado en las soluciones. Es decir, si se lo utiliza, el terapeuta y los clientes hacen una medición constante de su progreso. Segundo, es una intervención poderosa en sí misma, porque le permite al terapeuta centrarse en soluciones previas y excepciones, y puntuar los nuevos cambios a medida que ocurren. Del mismo modo que con la intervención de los cambios llevados a cabo antes de la primera sesión, hay tres cosas que pueden ocurrir entre sesiones: las cosas pueden mejorar; las cosas pueden permanecer igual; las cosas pueden empeorar. Si las escala sube, y las cosas mejoran de una sesión a otra y el terapeuta elogia los clientes luego obtienen largas descripciones y detalles respecto de cómo pudieron hacer esos cambios. Esto no solamente apoya y fortalece los cambios si no que conduce al obvio “codeo” de “haga más de lo mismo”. Si las cosas siguen “igual”, de nuevo puede elogiarse a los clientes por mantener sus cambios o por no permitir que las cosas empeoren. El terapeuta podría preguntar “¿Cómo pudieron evitar que el problema empeorara?” resulta interesante como a menudo ello conducirá a una descripción de los cambios que si han hecho, en cuyo caso el terapeuta de nuevo puede elogiarlos, y proveer apoyo y estimular mas de ese cambio. Terapeuta: Mary, la semana pasada había puesto un 4 en la escala de buena comunicación me pregunto dónde estará esta semana. Mujer: (pensando) diría que en un 5. Terapeuta: ¡un 5! Guau! realmente, solo en una semana. Mujer: Si, pienso que esta semana realmente nos comunicamos mejor 161
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Terapeuta: ¿Cómo se comunicaron mejor esta semana? Mujer: Bueno yo creo que fue Rich. Parecía tratar de escucharme más esta semana. Terapeuta: Eso es genial. Me puede dar un ejemplo de cuando él la escucho más. Mujer: Bueno, si, ayer por ejemplo: por lo general me llama al trabajo 1 vez por día y… Terapeuta: Perdón por la interrupción, pero ¿dijo que él la llamaba una vez por día? ¿Al trabajo? Mujer: Sí Terapeuta: Estoy un poco sorprendido porque no todos los maridos llaman a sus esposas todos los días. Mujer: Él siempre ha hecho eso. Terapeuta: ¿Es eso algo que a usted le gusta? ¿Algo que no quería que el cambie? Mujer: Sí, claro Terapeuta: Perdón, continúe, me estaba contando de ayer, cuando la llamó. Mujer: Bueno, por lo general es una llamada así rápida. Pero yo le conté de unos problemas que estaba teniendo, y él me escucho por largo rato, parecía interesarse y me dio unas buenas ideas. Eso me gusto. Terapeuta: ¿Entonces eso fue un ejemplo de cómo le gustaría que fuese, donde le puede hablar de algo, de un problema, y él escucha y le da buenas ideas? ¿Apoyo? Mujer: Sí Terapeuta: Rich, ¿Sabía que a Mary le gusto que la llamara y la escuchara? ¿Que para ella eso hizo que subieran en la escala? Marido: Si, creo que sí. Realmente lo he intentado esta semana. Terapeuta: Genial. ¿Qué más ha hecho para tratar de hacer que la comunicación mejorara esta semana? Este ejemplo muestra como repasar la escala con la pareja sirvió como un vehículo para encontrar las soluciones del cliente. El terapeuta reunió cada vez más información acerca de los pequeños cambios que los clientes habían hecho 162
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por su cuenta, que condujo a una mejora en la escala. Esto naturalmente conducirá a que el terapeuta sugiera que la pareja continúe haciendo las cosas que funcionan, en este caso que el marido siga llamándola, y que continúe con esa atención que ella encontró útil. Esperando
encontrar
soluciones,
excepciones
y
puntuándolas.
Los
terapeutas de la TBCS emplean gran parte de la sesión escuchando con atención si hay rasgos de soluciones previas, excepciones y objetivos orientados al futuro. Cuando
éstos
aparecen,
el
terapeuta
los
puntúa
con
entusiasmo
y
manifestaciones de apoyo. Entonces, el terapeuta trabaja para mantener al frente la conversación acerca de la solución. Por supuesto que esto requiere todo un abanico de habilidades diferentes que se emplean en las terapias tradicionales centradas en los problemas. Mientras que el terapeuta centrado en el problema se preocupa si pasa por alto los signos de lo que ha causado o está manteniendo el problema, el terapeuta de la TBCS se preocupa si pasa por alto los signos de las soluciones. Madre: Ella nunca me hace caso, actúa como si yo no estuviera allí, llega a casa de la escuela y corre a su cuarto, quien sabe que hace ahí adentro. Hija: Tú siempre dices que peleamos todo el tiempo, entonces solo voy a mi cuarto para que no peleemos. Terapeuta: Espere un momento ¿cuando “solía hacerlo”? Anita, ¿cuando solías llegar a casa y contarle a tu mamá acerca de la escuela? Hija: Hacia mucho eso, lo hacia el semestre pasado. Terapeuta: ¿Puedes darme un ejemplo de la última vez que lo hiciste? Madre: Yo se lo puedo decir, en realidad fue la semana pasada. Estaba muy entusiasmada porque le habían elegido su proyecto de ciencias. Terapeuta: Cuénteme más, ¿Qué día pasó eso….? Madre: Creo que el miércoles pasado Terapeuta: Y llegó a casa…. Madre: Llegó a casa muy entusiasmada. Terapeuta: ¿Usted que estaba haciendo?
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Madre: Me parece que lo de siempre estaba preparando la cena. Y ella entró toda entusiasmada, y yo le pregunte que había de nuevo, y ella me dijo que habían elegido su proyecto de ciencias para la exposición en la escuela. Terapeuta: ¡Guau! Eso sí que es un honor. Madre: Sí, lo es. Terapeuta: Y entonces, ¿después que pasó? Madre: Bueno, hablamos acerca de eso, me contó todo al respecto. Hija: Seguro, solo fue la semana pasada. Estaba muy contenta. Terapeuta: ¿Y dirías que esta fue una linda conversación, una linda conversación entre ustedes dos? Hija: Seguro, eso es lo que quiero decir, no me voy siempre a mi cuarto. Terapeuta: ¿Hubo algo diferente acerca de ese momento, la semana pasada, que hizo que fuera más fácil que hablaran entre ustedes? Madre: Bueno ella estaba entusiasmada. Hija: Mi mamá me escuchó, no estaba haciendo otra cosa. Terapeuta: ¡Guau! este es un ejemplo bárbaro, gracias. Permítanme que les pregunte esto, si fuera así mas seguido, que Anita le hablara de las cosas que fueron interesantes e importantes para ella, y que usted mamá, la escuchara totalmente, sin estar haciendo otras cosas ¿Es eso lo que ustedes quieren decir cuando se refieren a una mejor comunicación? Hija: Sí, exactamente. Mama: Sí En este ejemplo, la terapeuta hizo una cantidad de cosas. Primero, escuchó con atención para ver si había una excepción a su problema, un momento en el que el problema pudo haber ocurrido pero no lo hizo. Segundo, puntuó esa excepción repitiéndola, enfatizándola, haciendo que les dieran más detalles sobre ésta y elogiándolas por ésta. Tercero, conectó la excepción con su objetivo (o milagro), haciéndoles esta pregunta: Si esta excepción ocurriera con mayor frecuencia ¿Se alcanzaría el objetivo? Tomando un descanso y volviendo a reunirse. Muchos modelos de terapia familiar, comenzando con el enfoque del MRI (Watzlawick, Weakland y Fish, 1974) e incluyendo el modelo de Milán (Boscolo, Cecchin, Hoffman, y Penn, 1987) y los 164
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primeros terapeutas narrativos (Andersen, 1987) han estimulado a los terapeutas para que interrumpan la sesión cerca del final de la misma. Por lo general, esto suponía la supervisión de un equipo de familia, que había estado observando la sesión, ofreciéndole a terapeuta retroalimentación y sugerencias. En la TBCS, también se estimula, a los terapeutas a que se tomen un descanso cerca de la finalización de la sesión. Si hay un equipo, al terapeuta le dan retroalimentación, una lista de elogios para la familia y algunas sugerencias para hacer intervenciones basadas en las fortalezas de los clientes, en las soluciones previas o en las excepciones. Si no hay un equipo disponible, el/la terapeuta de todos modos puede tomarse un descanso para poner en orden sus pensamientos y se le ocurran ideas para hacer elogios y las intervenciones. Cuando el/la terapeuta regresa a la sesión, puede ofrecerle a la familia sus elogios. Terapeuta: Solo quería contarles que el equipo está realmente impresionado con ustedes dos esta semana. Querían que yo le dijera a Ud. Mamá, que creen que realmente parece preocuparse mucho por su hija. Realmente es muy difícil ser madres y usted parece estar tan centrada, y tener tan claro cuánto la ama y como quiere ayudarla. Estaban muy impresionados de que hubiera venido a sesión hoy, a pesar del trabajo y de tener un hijo enfermo en casa. Anita, el equipo también quería felicitarte por tu compromiso con mejorar a la familia. Querían que te dijera cuan inteligente eres y que bien expresas tus ideas y que buena “científica” eres. Sí, que parece que sabes muy bien que pequeñas cosas que ocurren en tu familia podrían Hacer una diferencia… eso es lo que hacen los científicos, observan las cosas que parecen cambiar las cosas, sin importarte cuan pequeñas sean. De todas formas, estaban muy impresionados con ustedes dos. Hija: (parece contenta) ¡Guau, gracias!
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Tareas iniciadas por los clientes para hacer en casa. Aunque muchos modelos de psicoterapia utilizan la tarea para el hogar, entre sesiones, para afirmar los cambios que han comenzado durante terapia, la mayor parte de las veces las tareas son asignadas por el terapeuta. En la TBCS, la tarea por lo general la hace el cliente. Esto en base al fundamento filosófico de que lo que surge del cliente es mejor que si viniera del terapeuta. Esto es así por una cantidad de razones. Primero lo que la familia habitualmente sugiere es algo con lo que están familiarizados. Uno de los principales motivos por los cuales las tareas para hacer en casa de otros modelos no se cumplen es que les son ajenas a la familia, requiriendo que se piense y se trabaje más al respecto para que puedan llevar a cabo. Segundo, la familia generalmente se asigna a si misma más de lo que ya ha funcionado para ellos (una solución previa) o algo que ellos realmente quieren hacer. En ambos casos la tarea más ligada a sus propios objetivos y soluciones. Tercero, cuando una familia hace su propia asignación de tareas para la casa, reduce la tendencia natural de los clientes de “resistirse” a las intervenciones externas, sin importar cuán buena sea la intención. Mientras que la TBCS no se centra en la resistencia, por cierto cuando los clientes inician su propia tarea para el hogar, hay una mayor probabilidad de éxito. Terapeuta: Antes de que terminemos hoy, querría que ustedes dos pensaran acerca de una tarea para el hogar. Si se tuvieran que indicar a ustedes mismas una tarea para el hogar esta semana, ¿cuál sería? Hija: ¿Tal vez que hablemos más? Terapeuta: ¿Puedes decirme más de eso? Hija: Bueno, que puedo tratar de hablarle más a mi mamá cuando llego a casa de la escuela. Y que ella deje de hacer lo que está haciendo y que me escuche. Terapeuta: Me gusta eso. ¿Saben por qué? Porque es lo que ustedes dos estaba empezando a hacer la semana pasada. ¿Qué le parece mamá? ¿Es una buena tarea para el hogar? Mamá: Si, es buena. Terapeuta: Entonces dejémoslo en claro. Anita tratara de hablarle más cuando llegue a casa de la escuela. Y usted dejara de hacer lo que esté haciendo, si 166
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puede, y escuchara y hablara con ella al respecto del tema del que ella le esté hablando. ¿Algo más? ¿Algo que agregar? Mamá: No, así está bien. Lo único que tengo que hacer es dejar de hacer lo que esté haciendo. Creo que es importante escucharla. Terapeuta: Bueno, eso con seguridad pareció funcionar para ustedes dos la semana pasada. Ok entonces esa es la tarea. Veremos la próxima vez como les ha ido. Deberían enfatizarse aquí un par de puntos. Primero, se les pidió a la madre y a la hija que hicieran su propia tarea, en lugar de que el terapeuta se las impusiera. Segundo, lo que se indicaron a sí mismas fluía naturalmente de sus soluciones previas y excepciones de la semana anterior. Esto es muy habitual y los terapeutas de la TBCS lo estimulan. Sin embargo, si la familia surgiera una tarea que no está basada en las soluciones y las excepciones al problema, el terapeuta muy probablemente le brindara su apoyo. Lo que es más importante, es que las tareas provengan del cliente. En algún punto durante la siguiente sesión -posiblemente al principio, o tal vez mas adelante en la sesión- el terapeuta verificará cómo anduvo la tarea. Si la familia hizo la tarea y “funciono” es decir los ayudó a subir en su escala de objetivos -el terapeuta elogiara a la familia.Si no hizo la tarea el terapeuta por lo general lo abandona. Una diferencia entre la TBCS y otros modelos que se basan en tareas para hacer en casa, como por ejemplo la terapia cognitiva-conductual, es que no se requiere la tarea misma para el cambio per se, entonces no completar una tarea es algo que no se trata. Si la familia no completa su tarea, se supone que: algo realista interfirió en su realización, como por ejemplo el trabajo o una enfermedad; alguien de la familia no encontró útil la tarea; básicamente no fue relevante durante una semana. De cualquier modo, no se adjudican culpas. Si la familia hizo la tarea pero las cosas no mejoraron e incluso empeoraron, el terapeuta maneja esto de la misma forma en que lo haría cuando los problemas permanecen iguales o en general empeoran.
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AMOR ES AMAR CADA DÍA Cómo mejorar la relación de pareja tomando decisiones positivas Bill O’Hanlon y Pat Hudson 1 LA POBRE CENIFIENTA ENAMORADA DE UN HOMBRE QUE ODIA DEMASIADO A LAS MUJERES. LA RELACIÓN ORIENTADA A UNA SOLUCIÓN La terapia orientada a una solución (TOS) se centra en la capacidad de las personas y en sus recursos internos, evita un montón de análisis y ofrece a la gente formas concretas de cambiar sus acciones y sus puntos de vista. Rara vez se produce un cambio como resultado de establecer contacto con nuestros sentimientos, como sugiere el enfoque tradicional, tras muchos años ayudando las parejas a resolver sus problemas, hemos descubierto que las acciones ofrecen las claves para las soluciones. Los verbos son palabras de acción, y nuestro propósito es centrarnos en las acciones como puntos clave para que se establezcan una comunicación y un cambio eficaces. Las parejas crean pautas de acción. De lo que se trata es de aprender a identificar y evitar aquellas pautas que provocan conflictos recurrentes en una relación. Así mismo hay que identificar y utilizar pautas de solución del pasado: acciones que han funcionado en el pasado y que tal vez han desestimado como soluciones posibles para problemas actuales. Mostraremos cómo se puede cambiar una relación cambiando la forma de ver las cosas, la interpretación o el punto de vista. Lo fundamental de este enfoque es convertir los problemas y objetivos en acciones. Al identificar claramente lo que se quiere cambiar en una relación y descubrir que cambios le gustarían a nuestra pareja, no solo mejoraremos la relación sino también evitaremos la atribución de culpas y malentendidos. BASTA CON UNO PARA INTERRUMPIR EL BAILE Hemos descubierto que una sola persona puede cambiar una relación de pareja cambiando su parte de la pauta o “del baile” de acciones recíprocas. Aquí ofrecemos métodos sencillos y concretos de provocar el cambio de una relación incluso cuando la pareja no quiere cooperar con ello.
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CENTRARSE EN EL PRESENTE Y EL FUTURO, NO EN EL PASADO Las parejas suelen atascarse al analizar el pasado, identificar el origen de lo que no va bien para establecer quien tiene la culpa. Nuestro objetivo es aclarar lo que no funciona en la relación actual y luego mostrar los medios para crear un futuro mejor. La TOS se orienta hacia un objetivo, se centra en ayudar a conseguir lo que se quiere lo más rápido y directamente posible. LO QUE LOS PSICOLOGOS NO QUIEREN QUE SE DIVULGUE El gremio de los psicólogos tiene un secreto al que prefiere no dar publicidad: Nadie sabe por qué hacemos lo que hacemos. Hay muchas teorías (conductista, genetista, freudiana, etc.), pero no un consenso general sobre cuál de ellas es la acertada. Cuando las cosas no van bien, solemos desarrollar explicaciones sobre lo que no funciona. Teorizar sobre la causa del comportamiento de nuestra pareja rara vez resuelve el problema o da lugar a un matrimonio feliz. Ofrecemos una alternativa para mejorar la relación en la que no hacen falta expertos que expliquen lo que hay que hacer y lo que se debe evitar en las relaciones. Cada uno puede ser su propio experto, las herramientas están en nuestras manos, lo que ocurre es que nadie nos ha dicho como utilizarlas. Cada uno tiene su punto de vista sobre lo que sucede en sus relaciones. Llamamos historias a estas explicaciones para enfatizar el hecho de que nuestros puntos de vista no son la Verdad. Los hechos son diferentes de las historias. Los hechos son cosas con las que todos podemos estar de acuerdo, que todos podemos verificar con nuestros sentidos. Las historias implican opiniones, interpretaciones, teorías y explicaciones. Los hechos son el “que” las historias el “por qué”. Todos recurrimos a historias para explicar lo que sucede en nuestras relaciones, cuando tenemos problemas se pueden convertir en duelos ¿Qué historia es la cierta y cuál equivocada? Ninguna de Las dos. Ambas son explicaciones y es imposible demostrar si son correctas o equivocadas. HISTORIAS QUE DIFICULTAN LAS RELACIONES No todas las historias se crean del mismo modo. Cuando nos encontramos en dificultad creamos historias que no mejoran nuestras relaciones. Llevados por la 169
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frustración, la rabia o el dolor proponemos historias que perjudican “Eres como tu madre” “Te preocupas más por tu familia que por mí”. Hemos identificado tres tipos de historias que entorpecen las relaciones: historias que imputan culpas, historias que invalidan e historias que eliminan la posibilidad de cambiar. Historias que imputan culpas Culpar implica atribuir malas intenciones o malas cualidades a nuestra pareja y también incluye la acusación “Tú eres el problema”. La gente que se siente culpada por los problemas de su matrimonio suele ponerse a la defensiva y atacar a su vez a su pareja “Yo no tendría ningún problema si no fuera por ti”. Las relaciones se convierten en una guerra de desquites y venganzas: los cónyuges se vuelven compañeros de combate en vez de compañeros sentimentales.
Historias que invalidan Otras historias invalidan porque transmiten a la pareja el mensaje de que no puede confiar en sus percepciones o sentimientos. Cuando las personas se sienten invalidadas, empiezan a perder confianza en sí mismas o incluso pueden creer que se han vuelto locas. Frank Pittman en su libro Private Lies, habla de un hombre al que su airada mujer sigue hasta la casa de su amante y pilló desnudo en el cuarto de baño, cuando ella abrió la puerta y lo vio le dijo de forma convincente: “Es una alucinación. No estoy aquí. Te lo estás imaginando todo”. Ella no se dejó engañar pero fue un intento memorable de hacerla dudar de sus propias percepciones. En una relación real probablemente la invalidación se hace de manera más sutil: “¿por qué eres tan sensible?” “Realmente no estás tan enfadada conmigo”. Es una declaración de invalidación. Historias que eliminan la posibilidad de cambiar La idea de que nuestra pareja no puede o no quiere cambiar es tan desalentadora que incluso puede llevarnos a tomar la decisión de poner fin a la relación. No estamos sugiriendo que sea ilusoriamente optimista, sino que evite poner fin prematuramente a una relación por creer en nuestras desalentadoras historias en vez de experimentar para descubrir si es posible el cambio.
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Una vez que decimos que nuestra pareja es de determinado modo, tendemos a dedicarnos a reunir pruebas de esa conclusión, lo que hace muy difícil apreciar cualquier muestra de lo contrario. Otra forma segura de eliminar posibilidades es etiquetar a la pareja y a este proceso lo llamamos endurecimiento de categorías. Se deja de ver a la persona y se empieza a considerar sólo en términos de nuestra historia, lo cual la relega a una categoría: dependiente, alcohólico, etc. Esas etiquetas negativas pasan por alto la complejidad del comportamiento humano y lo reducen a generalizaciones excesivamente simples. “siempre es egoísta” “ella no controla siempre las cosas”. Las etiquetas suelen afectar a la gente aunque estén de acuerdo con ellas “Eres perezoso”, ¿nos inspira a hacer más? AMOR ES AMAR CADA DÍA Amor es amar cada día ofrece dos alternativas que envenenan las relaciones. La primera descrita en detalle en el capítulo 2, consiste en describir lo que está sucediendo en la relación en vez de teorizar. La segunda, detallada en el capítulo 3, anima a ser creativo y empezar a experimentar, en vez de extraer conclusiones desalentadoras sobre uno mismo, la pareja y la relación. El resto del libro aplica estos métodos orientados a una solución a temas comunes en las relaciones: crear e intensificar la intimidad, superar heridas del pasado, resolver los problemas sexuales, crear una relación sexual que satisfaga a ambos miembros de la pareja y mantener los sentimientos de amor y conexión.
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2 CÓMO DEJAR DE ANALIZAR TU RELACIÓN Y EMPEZAR A MEJORARLA CONVIÉRTETE EN TU PROPIO EXPERTO EN RELACIONES Este capítulo ofrece los puntos básicos de nuestro sencillo método para resolver malentendidos y conseguir más que lo que se desea en las relaciones: comunicar las acciones que no nos gustan y pedir las que nos gustarían. Funciona mejor que hablar de teorías, etiquetas o generalizaciones. El lector se volverá experto de su propia relación, en vez de confiar en los demás para que le proporcionen las fórmulas y teorías que equivocadamente cree necesitar. Los organismos unicelulares, como las amebas, no tienen mucha libertad de elección. Reaccionan de formas predecibles: si se las empuja, se alejan, si se pone comida se acercan a ella. Sin embargo, a medida que los organismos se vuelven más complejos, tienen más libertad para elegir cómo responder. Los seres humanos estamos hechos de millones de células como las de las amebas y cada una de ellas hace elecciones y toma decisiones, reúne, filtra y transmite información. Lo que hacemos con esa información es cosa nuestra. Algunas personas se comportan como si fueran amebas: llegado un estímulo, hay una respuesta predecible. Este capítulo se basa en la idea simple: es más fácil para los seres humanos cambiar sus acciones que sus sentimientos o sus características personales. Cuando hay un problema en una relación hablar sobre las acciones y cambiarlas funciona mejor que intentar cambiar el interior. ¿Por qué no seguir el camino sencillo? RECONOCIMIENTO: “RECIBIDO” La forma en que cada persona interpreta y siente en una situación determinada se puede considerar como realidad personal, y lo que realmente se puede verificar, porque nosotros y los otros lo vemos, oímos o tocamos, se puede considerar la realidad compartida. Lo que conduce a los problemas es confundir la realidad personal con la realidad compartida. En las secciones siguientes ofreceremos distintas formas de separar estas dos realidades. En primer lugar, queremos hacer otra sugerencia: evita intentar cambiar o corregir la realidad personal de tu pareja. Si lo intentas, es probable que tu pareja responda de estas dos formas: o bien se 172
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defenderá a sí misma o se alejará de ti. En vez de ello, te recomendamos que simplemente reconozcas la realidad personal de tu pareja: sentimientos, percepciones e interpretaciones. Esto no significa que estés de acuerdo con ella, sino simplemente que le haces saber que has recibido el mensaje. Primero debemos hacerle saber que lo hemos recibido y luego si estamos o no de acuerdo. A veces lo único que está pidiendo nuestra pareja es cierto reconocimiento, no conformidad o sumisión, sino simplemente reconocimiento. PASOS DE ACCIÓN: RECONOCIMIENTO ejemplo: “Veo que te molestó lo que hice” o “Comprendo que te sientas sobrecargada por las tareas de la casas”.
escuchabas o no la comprendías (no la reconocías). ¿Qué hacías o decías? ídele a tu pareja que te hable de las ocasiones en que le parecía que realmente la escuchabas o la comprendías. ¿Qué hacías o decías para contribuir a crearle la sensación de que era reconocida? ar las acciones que le proporcionaron a tu pareja la sensación de ser reconocida
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Diplomado de: “Terapia de Pareja y Familia” MÓDULO 5 MODELO INTEGRADOR DE TERAPIA DE PAREJA
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MODULO 5 MODELO INTEGRADOR DE TERAPIA DE PAREJA
PRESENTACION
El modelo integrador de la terapia de pareja es tomado en principio de la terapia breve como un enfoque que integra diferente marcos teóricos para el abordaje terapéutico con parejas. El modelo integrador que trabajaremos se desprende del trabajo de Mariano Barragán con parejas, esta propuesta terapéutica pretende integrar las diferentes dimensiones de la relación de pareja, así como analizar el vínculo como un vehículo de trascendencia individual. La relación de pareja desde este enfoque tiene como finalidad asumir la construcción de la relación de pareja en cada uno de los individuos, e integrar a nivel psíquico los elementos femeninos y masculinos que la conforman. Así mismo se revisan las dimensiones de poder, intimidad y límites en la relación de pareja y se proponen intervenciones terapéuticas acordes a la etapa del desarrollo evolutivo en que se encuentra la pareja.
ARTURO SANCHEZ PALMA
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TEMARIO I LA CONSTRUCCION DE LA RELACION DE PAREJA 1.1 Constructo de la relación de pareja 1.2 Roles en la relación de pareja 1.3 La pareja actual en México 1.4 Desarrollo individual y relación de pareja 1.5 Dualidades en la relación de pareja 1.6 Espacio interaccional 1.7 II DINÁMICA DE LA RELACIÓN DE PAREJA 2.1 Límites 2.2 Poder 2.3 Intimidad 2.4 Comunicación
III ETAPAS DE LA PAREJA DE LEVINSON 3.1 Elección 3.2 Transición y adaptación temprana 3.3 Reafirmación como pareja y paternidad 3.4 Diferenciación y realización 3.5 Estabilización 3.6 Enfrentamiento con vejez, enfermedad y muerte
IV TECNICAS DE INTERVENCIÓN TERAPEUTICA 176
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4.1Técnicas generales de terapia de pareja 4.2 Técnicas específicas de terapia de pareja
EL ESPACIO INTERACCIONAL
Las parejas se relacionan a distintos niveles. A uno de estos niveles corresponde una modalidad que puede ser llamada “espacio interaccional”. Este es un término convencional para hacer referencia a esa modalidad de la relación, según la cual cada integrante de la pareja se enfrenta, con motivo de la relación a una polaridad que ha sido excluida de su propia vida consciente y que, sin embargo le pertenece. Tal enfrentamiento puede provocar en el individuo cargas emocionales y perturbaciones. Pero a la vez constituye un espacio que ofrece la valiosa oportunidad de llevar a la conciencia esas polaridades que se han mantenido inconscientes. El “espacio interaccional” es por tanto, un espacio, que da la posibilidad de expandir conciencia y a la vez, es un espacio que propicia malestares y enfrentamientos en la pareja. En el espacio interaccional, la pareja seguirá un proceso comparable al proceso que seguían los antiguos alquimistas en la transmutación de los metales. La alquimia se ocupó en tratar de descubrir la piedra filosofal para obtener oro y el elixir de larga vida. Para un hombre y una mujer que forman una pareja estable y sólida, es prácticamente imposible no sufrir una alteración en su composición psíquica individual. El espacio interaccional es como el crisol que sirve para fundir y calcinar algunas sustancias, correspondientes
a importantes elementos psíquicos de cada
integrante de la pareja. Con el fin de alcanzar la meta es necesario reunir las sustancias, la masa confusa, en el vaso hermético, asegurarse que no puede escaparse residuo alguno, someterlas al fuego y darles tiempo suficiente. Jung hace la cita de un texto del Rosarium Philosophorum en Psicología y Alquimia, que alude al proceso:
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Y procura que tu puerta esté sólidamente cerrada para que no se pueda escapar el que está adentro, y así, con la ayuda de Dios, llegarás a la meta: La naturaleza actúa gradualmente, y yo quiero que hagas lo mismo: tu imaginación debe regirse por la naturaleza. Y observa conforme a la naturaleza, que cuerpos son los que se generan en las entrañas de la tierra. E imagina esto de una forma auténtica y no fantástica. Se pretende que el interior sea protegido frente a la irrupción del exterior y la mezcla con éste, como también se debe impedir la huida. Ésta actividad es calificada de opus, es decir, obra. En el proceso, o sea, en el enfrentamiento dialéctico entre contenidos conscientes e inconscientes, existe una evolución, un progreso hacia una meta o un fin. El espacio interaccional se manifiesta, por lo menos, en las siguientes situaciones de la vida de la pareja: la organización de la pareja, las reacciones emocionales desproporcionadas y las fantasías. Los problemas esenciales de una pareja se expresan a través del espacio interaccional. Estas situaciones van a seguir la forma arquetípica según la cual, la psique se va estructurando en una totalidad. Esta forma se va a desarrollar, según lo permitan las resistencias articuladas por el ego.
LA ORGANIZACIÓN DE LA PAREJA El lenguaje que utiliza el inconsciente colectivo para manifestarse es el de los símbolos. Mediante imágenes la energía psíquica se hace presente. Los grandes temas psicológicos se expresan a través de mitos, cuentos y leyendas, que constituyen tesoros y símbolos universales. En realidad los símbolos tienen validez individual, puesto que cobran vida únicamente
cuando encuentran
resonancia emocional en la experiencia individual. De esta manera, la misma realidad individual es el mito o símbolo que representa el tema psicológico que se mantiene vivo y éste a la vez puede encontrar un asombroso paralelo con un mito conocido universal e históricamente. El relato de una relación de pareja, que comprende aquellos rasgos que la hacen particular y que da respuestas a preguntas como ¿Qué hacen?, ¿Cómo lo hacen?, 178
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¿Cómo viven?, ¿Con quién se relacionan?, ¿Qué lugares frecuentan?, ¿Qué participación tiene cada uno en la organización de su vida?, ¿Cómo invierten el tiempo libre?, etcétera, puede constituir el símbolo que representa el tema psicológico a que da lugar la relación. Ese relato v a ser el mito que simboliza el significado de la relación. Contiene datos acerca de la finalidad de la pareja y, con ello, datos acerca de los contrarios que se encuentran separados y que han de evolucionar hacia la integración. La pareja vive su propio mito. La energía que genera la pareja en la interacción se representa a sí misma, dando lugar a la formación del símbolo. La organización de la vida de la pareja responde a un imperativo relacionado con el desarrollo psicológico. No se trata de una organización casual que se pueda explicar simplemente por la inercia de la vida. El mito contiene representaciones tanto dela fuerzas progresivas, como de las regresivas. La organización de la pareja también es el resultado de ese campo de fuerzas. Es la evolución que, en un momento, se encuentra neutralizada por la involución. La finalidad de la pareja es la realización del andrógino y la organización de la pareja representa el camino que ha elegido para cumplir, ahí está la finalidad. Hay caminos llanos y directos, y también hay caminos sinuosos e indirectos. La organización de la pareja requiere de respeto. No se trata de cambiar un diseño por otro, aún si esto fuera posible. En todo caso, se trata de comprender el mito que vive la pareja, asumiendo que está organizada según el diseño exacto que necesita. La organización de la vida de la pareja o la vivencia de su propio mito, proporciona datos acerca de la esencia que le da vida y que es fuente de mantenimiento de la relación. La esencia despide un sutilísimo aroma, que puede ser de diversos tipos: comedia, drama, aventura, ciencia ficción, terror, infantil, etcétera; la esencia es la materia prima para fabricar perfume. Si somos capaces de identificar la esencia de una pareja, o mejor aún, la de nuestra propia relación de pareja, a través del diseño bajo el cual está organizada, estaremos en condiciones de acercarnos al mito y al símbolo que encubre el significado profundo de esa relación.
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REACCIONES EMOCIONALES DESPROPORCIONADAS
Con frecuencia las reacciones emocionales que un individuo emite en respuesta a un estímulo, no corresponden a la magnitud de dicho estímulo, sino que lo sobrepasan. Evidentemente, tales reacciones no pueden ser explicadas por ese estímulo. La explicación, muy conocida de éste fenómeno, consiste en que el individuo hace una conexión en alguna parte de la psique, entre el estímulo externo y alguna condición interna, es decir inconsciente. En la vida infantil existieron vinculaciones frente a las cuales el niño reaccionaba de determinada manera. En la relaciones de pareja se producen reacciones emocionales que corresponden enteramente a reacciones infantiles primarias y muestran la tendencia a reproducir, con respecto al esposo o a la esposa, las experiencias de la niñez. De esta manera el individuo tiende a comportarse como se comportó en otro tiempo. Las reacciones emocionales desproporcionadas en las relaciones de pareja, nada o muy poco tienen que ver con las intenciones del esposo o la esposa. Representan una reedición de los antiguos conflictos, los cuales son transferidos a la situación presente. Los contenidos inconscientes aparecen en primer lugar proyectados sobre personas y circunstancias exteriores. El cónyuge es colocado en el papel singular de un progenitor o en el del hermano o hermana. Estas reacciones desproporcionadas revelan, por lo tanto, un enfrentamiento del individuo consigo mismo. La proyección que se inscribe sobre el cónyuge, remueve las heridas que se produjeron en el pasado y que aún no han sido sanadas. La proyección se facilita siempre que la otra persona proporcione un “gancho” adecuado para ello. De esta manera, a una cualidad mínima existente en la otra persona, se le da un valor exagerado. La identidad que hacemos entre la persona y la imagen subjetiva que vemos en ella, le confiere una importancia que no le es propia. Estamos inclinados a pensar que el mundo y las personas son como los vemos. En realidad proyectamos nuestra psicología sobre los demás. Con bastante 180
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frecuencia atribuimos a un adversario las propias faltas inconfesadas, le reprochamos las deficiencias que son propias. Las
reacciones
emocionales
desproporcionadas
se
deben
a
nuestras
proyecciones. Indican que hay una tarea por realizar: la de separar las imágenes, la real y aquella con la cual hemos investido; restituir la energía disociada, necesaria para el desarrollo.
LAS FANTASIAS
Algunos sucesos casuales en la vida de los niños despiertan en ellos un tipo de envidia que encuentra su expresión en fantasías donde el niño reemplaza a sus padres por otros de mejor posición. En cierta época, la imaginación del niño se emplea en la tarea de liberarlo de los padres, quien actualmente son objeto de desprecio y que el niño desearía reemplazar por otros. De esta manera, el niño emplea su capacidad imaginativa para la satisfacción de deseos y la rectificación de la vida. La actividad imaginativa que lleva a cabo el niño, establece un mecanismo para compensar las actitudes de la conciencia. Jung afirma que lo que ocurre en la fantasía es compensatorio con respecto al estado o la actitud de la conciencia. Lo que podría ocurrir en la vida consciente y no ocurre, se desarrolla en lo inconsciente y alimenta nuestras fantasías y también nuestros sueños. Las fantasías provienen de una energía psíquica que no se halla sujeta l control de la conciencia. Son anhelos, impulsos y acontecimientos simbólicos que la conciencia no puede implementar. Las fantasías cumplen, ante todo, una función compensatoria en relación con la vida consciente. Las fantasías representan la vida que pudo ser vivida, llenan un vacío relacionado con las necesidades y deseos del ego. Los individuos compensamos la vida consciente mediante nuestras fantasías. Los deseos y necesidades insatisfechos relacionados con la vida de pareja se ven “compensados” en la fantasía. En ella quedan representados aquellos polos que no logramos integrar en la vida consciente: el control que no tenemos, las 181
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conductas que no manifestamos, los logros que no hemos merecido, o bien imaginamos al hombre o a la mujer que no hemos sido capaces de evocar en nuestra pareja. Al igual que los niños en relación con sus padres, diseñamos, en la fantasía, un compañero o compañera que es capaz de satisfacer plenamente nuestros deseos y nuestras necesidades. Probablemente, el modelo de nuestra fantasía toma prestadas características de otros modelos que nos proporciona el entorno. Algunas relaciones extramaritales son producto de la insatisfacción que sentimos en nuestra relación de pareja y de la necesidad de materializar nuestras fantasías. Las fantasías eróticas permiten detectar importantes contenidos psíquicos que se encuentran en movilización. Se producen especialmente en el curso del mismo encuentro sexual, en nuestros sueños y en la masturbación. En ellas se encuentran latentes ricas posibilidades para reconocer y contactar a los arquetipos que han adquirido energía. Rafael López-Pedraza otorga una importancia especial a las fantasías que acompañan a la masturbación conducta que se asocia con el dios griego Pan a quien se atribuye su descubrimiento. …mediante las fantasías de la masturbación, la imagen sexual repetitivo-refleja de esa parte que no cambia en la naturaleza de la persona puede ser reconocida y aceptada. …la masturbación hace posible diagnosticar la propia condición psicológica, pues señala que fantasías nos están moviendo psicológicamente… La masturbación es la sexualidad básica y uno de los prodigios de la naturaleza, por que conecta a un mismo tiempo, las imágenes sexuales del hombre con su cuerpo físico y emocional. Las fantasías eróticas constituyen un tema por explorar. Es material que condensa importantes polaridades relacionadas con el cuerpo, la mente y las emociones. La imagen mental que se produce espontáneamente desde el inconsciente es una imagen simbólica, que representa el tema psicológico que el individuo no ha sido capaz de concretar en su experiencia. La posible “perversidad” que se incluye en
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la fantasía no debe tomarse literalmente para su comprensión, debe tomarse simbólicamente para descubrir el significado profundo.
EL ESPACIO INTERACCIONAL SIMBOLIZADO EN ADAN Y EVA
El espacio interaccional da la posibilidad de desarrollo y aprendizaje a la pareja, de acuerdo con los pares de opuestos que ahí contienden. En otras palabras, es el espacio en el que es posible avanzar en el proceso de individuación, según los temas psicológicos que han adquirido energía. Según el relato bíblico, Adán y Eva forman la pareja primigenia a la que dio vida Yahvé. Vivieron en un jardín situado en Edén hasta que fueron expulsados como castigo a su desobediencia. La pareja va a evolucionar, mediante el espacio interaccional, repitiendo el mismo proceso de Adán y Eva desde que fueron formados hasta la expulsión, solo que a la inversa. Adán y Eva han dejado las señales del camino a seguir. La pareja recorre naturalmente ese mismo camino, volviendo sobre las huellas que quedaron marcadas. De la misma manera como en la mitología griega, Teseo encuentra el regreso en el laberinto de Creta ayudado por Ariadna. Ella sencillamente le da un ovillo de hilo de lino, el cual debe ser amarrado a la entrada por el héroe y desenrollado conforme avance. Sin ello, la aventura dentro del laberinto es desesperada. Lo primero en la vida de la pareja es lo último en la historia de Adán y Eva: el encuentro con la división entre el bien y el mal, el espacio interaccional entre la persona y la sombra. En el génesis encontramos el siguiente relato: …tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. Entonces se les abrieron a entrambos los ojos y se dieron cuenta de que estaban desnudos, y cosiendo hojas de higuera hicieron unos ceñidores. Génesis 3, 6-8). Al comer del fruto del árbol del bien y del mal, el hombre ha venido a ser como los dioses en cuanto a conocer el bien y el mal, motivo por el cual es echado por Dios 183
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del jardín del Edén. La pareja vive en el paraíso en tanto no toma en cuenta su propia desnudez. Una vez que lo hace, surge en ella la vergüenza y el ocultamiento: …se ocultaron de la vista de Yahvé Dios por entre los árboles del jardín. Yahvé Dios llamó al hombre y le dijo: ¿Dónde estás? Éste contestó: te oí andar por el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo, por eso me escondí. (Génesis 3, 8-10) La sombra es una realidad “que hay que ocultar”. Surge en el instante en que la desnudez produce vergüenza y miedo. La sombra no es la desnudez, sino los pensamientos acerca de la desnudez. Mientras la pareja vive en el paraíso, no genera pensamientos sobre su desnudez. Conductas que en un momento son inadvertidas, en otro momento son condenadas: Nos detenemos en un hecho y hacemos un discernimiento sobre ese hecho, a la luz del conocimiento del bien y el mal y ese hecho no vuelve a ser visto igual. El paraíso es como algunas experiencias de la relación humana; el enamoramiento por ejemplo. Durante el enamoramiento, la aceptación es casi total entre hombre y mujer. Comemos, entonces, el fruto del árbol del bien y del mal y el enamoramiento se desvanece. Las conductas son reetiquetadas y aparece la conciencia sobre la desnudez. Aparece la vergüenza el ocultamiento y el pecado y desaparece el paraíso. Durante esta operación en la relación de pareja, el ego siente que se le arrebata su ilusoria omnipotencia. Conductas que anteriormente fueron inadvertidas o más aún, fueron consideradas virtudes, son ahora reetiquetadas y atacadas. El ego tiene que sufrir, hasta que se desmoronan las ilusiones y las “convicciones sagradas”. Es la operación más violenta. Crea las más grandes confusiones y dudas acerca del amor, del compromiso y del interés en el compañero o compañera. Lo segundo en la relación de pareja es el encuentro con el componente del sexo contrario. El texto bíblico dice lo siguiente: Entonces Yahvé Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de sus costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla
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que Yahvé Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. (Génesis 2, 21-22). Originalmente Adán era un ser andrógino, de otra manera la mujer no podía nacer de él. Hombres y mujeres somos de naturaleza andrógina. En el hombre existe una mayoría de genes masculinos y una minoría de genes femeninos. En la mujer por el contrario, existe una mayoría de genes femeninos, y una minoría de genes masculinos. En esta fase de la relación de pareja, vamos a recuperar el estado andrógino original, a partir de la división de sexos: Se contraponen los opuestos: el femenino en el hombre y el componente masculino en la mujer, es decir el espacio interaccional entre el ánima y el animus. La costilla es al cuerpo humano, lo que el polvo es a la tierra y a la naturaleza. Es una porción que representa un todo: la estructura ósea. Le da forma y solidez al cuerpo. Es una estructura interna, no externa. Si está expuesta al exterior es solo debido a un traumatismo. El ánima es un componente interno de la psique del hombre, que le da solidez. A la vez protege contenidos esenciales y más profundos, representados por el corazón y los pulmones. El componente análogo en la mujer, es llevado por ella en el exterior, no en el interior, el elemento femenino. Lo que en el hombre es interno, en la mujer es externo. Sin la estructura ósea el cuerpo humano pierde solidez, sin la estructura femenina, el cuerpo psicológico pierde solidez. La operación realizada por Yahvé sobre Adán representa el más claro mecanismo de la proyección: El hombre proyecta el ánima, componente femenino de su psique interior en una mujer, y esa mujer encarna el principio femenino. Mediante la proyección el hombre tiene la posibilidad de reconocerse a sí mismo en una mujer. Cuando la pareja experimenta el espacio interaccional entre el anima y el animus, se contraponen las más grandes contradicciones: debilidad-fortaleza, pasividadactividad, dependencia-independencia, vida-muerte, individual-colectivo, etcétera. Ésta operación requiere de una sabia regulación del fuego: si es excesivo consume, y si es bajo no hay cocción. Lo tercero es el encuentro con la propia esencia. Nuevamente hacemos mención del texto bíblico: “entonces Yahvé Dios formó al hombre con polvo del suelo, e 185
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insufló en sus narices aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente”. (Génesis 2-7). El polvo es aquí la representación de la materia, de la simiente y de la fuerza creadora. El aliento divino es la representación del espíritu, tiene universalmente el sentido de un principio de vida. Yahvé insufla la nariz del hombre un soplo de vida y el hombre, antes inerte, se anima con un alma viviente. En la relación de pareja se crea un espacio interaccional que da la posibilidad de integrar materia y espíritu. El ego se disuelve en el self, y el hombre reúne en sí todos los contrarios. Quedan selladas las fuentes del conflicto se amplía la conciencia. El hombre se posee a sí mismo y solo entonces tienen sentido algunos actos de sacrificio. El sacrificio supone la entrega de algo que me pertenece. La integración de materia y espíritu representa la más acabada integración entre el principio femenino y el principio masculino. Recordemos la frase ya mencionada: “la mujer es la vida y el hombre actúa sobre la vida”. El vientre materno universal, generador de vida, está representado por la materia. Existe una asociación muy general entre la noción de cuerpo o de materia y la idea de la madre o principio femenino y entre la noción de mente, espíritu y la idea de padre y de la masculinidad.
ETAPAS EN LA VIDA DE LA PAREJA
La evolución de la pareja hacia el cumplimiento de sus metas, se ve reflejada, al menos, en tres líneas de observación: los límites, la intimidad y el poder. Durante el proceso evolutivo se produce una gradual transformación, y así, van tomando estas tres líneas, expresiones y modalidades distintas. En tanto que en la vida de la pareja ocurre esta operación, asumimos que se trata de una pareja funcional. Si por el contrario, en la vida de la pareja lo que existe es una parálisis o freno en el proceso asumimos que se trata de una pareja disfuncional.
Límites
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Como resultado de la observación a cientos de parejas durante los diez últimos años, puedo afirmar que sistemáticamente se repite una conducta en las personas, por lo que cabe afirmar que se trata de una conducta arquetípica: la demanda de ocupar el lugar más importante en la vida de la otra persona. Una gran cantidad de dificultades, discusiones y confrontaciones de las parejas ocurren en torno a esta demanda universal. En muchas quejas (por ejemplo debido a la intromisión de familiares y amigos en la vida de la pareja, a que el otro desvía dinero y recursos a otros fines distintos a los de la pareja, a la complicidad con los hijos, a la compulsión por el trabajo, a la infidelidad, etcétera.) subyace la percepción de que uno pierde o no tiene la suficiente importancia para el esposo o la esposa. Ésta demanda perdura a lo largo de la vida de la pareja, aunque las personas van tomando actitudes diferentes frente a ella, según van ocurriendo transformaciones en el proceso de desarrollo. Como todo fenómeno psíquico, esta conducta puede ser estudiada desde un punto de vista casual o bien desde un punto de vista final. La diferencia entre ambos puntos de vista no radica en la conducta misma sino en la actitud que asume el observador. El primer punto de vista, causal, nos lleva a identificar una cadena de acontecimientos que dieron lugar a la aparición de la conducta. ¿Cuáles son las causas que explican que un hombre o una mujer hagan demandas a su pareja con el fin de tener la confirmación de que son lo más importante en su vida? Seguramente que en algunas relaciones de la infancia con personajes significativos, padres y hermanos especialmente, se encuentran las causas, no solo de la necesidad de sentirse importante para la pareja, sino del grado de esa necesidad. El segundo punto de vista final, considera el sentido y la función de una conducta. ¿En qué se traducen las demandas que un hombre o una mujer hacen a su pareja con el fin de representar lo más importante? La respuesta a ésta pregunta esclarece la demarcación de los límites entre la pareja como sistema integrado y el exterior, en distintas etapas de la relación. En el inicio, esta demanda representa la fuerza para establecer los límites entre la pareja y la familia de origen. En una etapa intermedia representa la fuerza para establecer límites entre la pareja y los hijos. En una etapa avanzada significa la 187
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fuerza para establecer los límites entre la pareja y las familias de la siguiente generación. Esta demanda lleva a las personas a asumir una identidad centrada en la pareja, contrario a la identidad centrada en el ego. En este sentido representa la fuerza para romper los límites del ego. Ya no basta con afirmar la identidad individual, porque la unidad ya no es sólo uno sino dos. Ésta demanda nace de la oposición, que al unirse forma la unidad. Un imperativo del orden del universo. Estar dividida la pareja o estar integrada, es la cuestión que necesita respuesta mediante la certeza del lugar que una persona ocupa en la vida de su compañero o compañera. Cuando surge la impresión de no ser lo más importante en la vida del otro o bien que el otro no es lo más importante en la vida de uno, aparece una herida en la relación. Estas heridas con frecuencia generan a su vez otras heridas, un resentimiento que da lugar a más resentimientos. Estas parejas viven una distancia que aumenta gradualmente. A veces, con la herida inicial queda inoculado ya el agente de la separación y el divorcio.
Intimidad Para los antiguos la sexualidad no era un mero fenómeno físico, fuente de placer y una forma de reproducción. La unión física era simbólica para todos los actos de la creación, incluida la fertilización de la tierra e incluso representaba la propia creación. La unión sexual simboliza la búsqueda de la unidad, el apaciguamiento de la tensión, la realización plena del ser. El sexo indica no solo dualidad del ser, sino su bipolaridad y su tensión interna. Es la fuente de la metáfora que indica que a todo lo masculino hay un correspondiente femenino y viceversa. La experiencia sexual revela en el plano físico nuestras dicotomías en el plano psicológico. La disfunción sexual simboliza una tremenda resistencia en el camino de la integración. Indica que el eje de una polaridad fundamental se encuentra bajo tensión.
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La pareja funcional es consciente de las necesidades sexuales individuales y se interesa por la satisfacción de esas necesidades. En contacto con la energía de los instintos es capaz de dar amplitud y profundidad a la experiencia sexual. El aprendizaje es particular a cada pareja y con independencia de experiencias previas. Saben escuchar el cuerpo propio y el cuerpo de la pareja.
Poder
Hablar de poder implica hacer referencia a, por lo menos, dos partes involucradas, Decimos que A tiene poder sobre B. El poder de A sin su referente B es una abstracción que no tiene sentido. Tener poder significa tener capacidad de influencia. A tiene poder de influir sobre B. El poder se sirve de múltiples medios o herramientas para sus fines: influir. Esos medios pueden ser de dos tipos: aquellos que son inherentes a la persona, como la inteligencia, el prestigio, la sabiduría; y aquellos que se encuentran fuera de la persona, como el dinero, la jerarquía, los bienes. Naturalmente, en la demarcación de los límites en a pareja, es casi inevitable el manejo del poder. La capacidad para influir uno con el otro se aplica a la demanda ya muy familiar de representar lo más importante para el otro. El ejercicio del poder se relaciona con necesidades básicas del ego. Mientras vivimos en etapa de consolidación del ego, ejercer poder es parte de ello. En las parejas jóvenes, la lucha por el poder, en mayor o menor grado y mediante unas herramientas u otras, es parte de la vida. En la segunda mitad de la vida la situación es diferente: el ego ha iniciado el camino de regreso hacia su disolución: la necesidad de afirmar el ego mediante el ejercicio del poder va en descenso. La dinámica del poder requiere de las siguientes condiciones: A tiene algo que B no tiene. A puede decidir y disponer sobre ese algo. Se lo puede dar a B. B necesita de ese algo que A tiene B no puede pagar por ese algo que recibe de A. 189
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En lugar de la palabra algo que aparece en las cuatro condiciones de la dinámica del poder, se puede colocar otra que indica la herramienta del poder que se utiliza: dinero, conocimientos, respuesta sexual, expresión de afectos, popularidad, alianza con los hijos, violencia física, etcétera. Así por ejemplo se puede decir: A tiene dinero que B no tiene. A puede disponer de ese dinero y ofrecérselo a B. B necesita dinero. B no está en condiciones de pagarle a A el dinero que recibe. Toda esta situación hace posible que A tenga poder sobre B. La pareja funcional permite que intervengan los mecanismos útiles para la consolidación del ego, en la época de la vida en la que esto es necesario. No es un permitir consciente o propositivo. Es mantener la relación. Es mantener el interés en la pareja por encima de otros intereses. Es aceptar que el otro necesita ejercer un poder y eso cumple alguna función. No se trata de sumisión o debilidad, eso no es funcional, más bien es disfuncional. Tampoco se trata de vivir en pie de guerra eso tampoco es funcional. En la vida de la pareja hay tres estadios completamente diferentes. Primero está el noviazgo que algunos llaman Etapa de selección. Aquí surge la magia del enamoramiento. Es una experiencia inefable que lleva a los sentidos al extremo. Proporciona la fuerza que la pareja requiere para llevar a cabo tareas fundamentales: romper límites con la familia de origen y con la sociedad y asumir un compromiso en un proyecto de vida que representa una gran tarea en el desarrollo. En el inicio, la seducción y el erotismo desempeñan un papel activo determinante. La pareja invierte tiempo interminable en hablar de la definición de la relación: ¿Cómo puedo transmitir el amor tan grande que siento?, ¿Qué puedo hacer para infundir en ti la certeza de mi amor?, ¡Quiero tener también la certeza de que me amas! Una vez que la primera etapa del noviazgo (algunos meses) ha pasado, la relación va tomando sentido de realidad. Se empiezan a ver uno al otro como las personas
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que realmente son. Se va configurando, cada vez con mayor claridad, la disyuntiva decisiva en este estadio: el compromiso o la disolución de la relación.
La pareja disfuncional prolonga demasiado tiempo (más de tres años) la decisión acerca de ésta disyuntiva. Esas parejas suelen aplicar exceso de racionalismos haciendo argumentaciones complejas en uno y en otro sentido, sin llegar realmente a nada. O bien, se desentienden totalmente de resolver la disyuntiva, instaladas en una cómoda relación sin compromiso. La pareja funcional resuelve la disyuntiva dando un paso hacia delante de manera natural. Definen su relación en algún sentido. Estas parejas dan un gran valor al ritual de la boda. Consideran que representa un sistema idóneo para consolidar su compromiso, acompañados de familiares y amigos. Históricamente, la boda es un ritual de iniciación para el matrimonio. Es uno de los rituales más generalizados a través de todos los tiempos, religiones y culturas. Está relacionada con los arquetipos del inconsciente colectivo. Después está el segundo estadio. La pareja sigue impulsos maravillosos que le ha dado la naturaleza para procrear y educar hijos. Durante un largo periodo va a dedicar energía al cumplimiento de tareas de gran importancia: asumen roles de esposo y esposa y de padre y madre; trabajan para la seguridad del sistema familiar y desarrollan intereses individuales y grupales.
La necesidad relativa a la demarcación de límites es cambiante. Se va modificando en función de la aparición y evolución de subsistemas dentro del sistema familiar. La intimidad de la pareja requiere adaptaciones de acuerdo a una mayor o menor privacidad dentro de la familia. El manejo del poder va sufriendo una gradual transformación inversamente proporcional a la madurez de la pareja. El ejercicio de la paternidad requiere de oportunas y delicadas adaptaciones de acuerdo al crecimiento de los hijos. En un principio adquiere principal importancia el papel de la madre y a partir de la segunda infancia, el papel importante corresponde al padre, más adelante desaparecen ambas funciones. 191
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La pareja funcional enfrenta todas estas actividades sin perder o descuidar su relación. Al parecer el arte consiste en mantener la identidad de pareja y otorgarle prioridad, sin dejar de atender sus tareas. Llega un momento en que los hijos se independizan y se inicia el tercer estadio de la pareja: muchas personas han tenido una buena vida matrimonial mientras estaban los hijos, pero como dice Joseph Campbell “interpretaron su unión como una relación medida por los hijos”, no la interpretaron centrándose es su relación, y entonces se producen separaciones a los cuarenta o cincuenta años. Hay que saber en qué te transformas cuando te casas. Ya no eres una persona sola, tu identidad se halla inscrita en una relación. La imagen china del Tao, la relación del yang y el ying, representa lo que es el matrimonio. Y en eso te has transformado cuando te casa. El matrimonio no es una aventura, es una ordalía. En la edad media la ordalía era el “juicio de Dios” que se aplicaba a los acusados. En el matrimonio es el juicio y el sacrificio del ego. Ese sacrificio da lugar a la creación de una entidad trascendente. Algo que se realiza hermosamente en el tercer estadio de la vida de la pareja. Si siguen viviendo como en el estadio anterior, se separarán cuando los hijos se independicen y se vayan del hogar. El tercer estadio llamado “estadio alquímico” por Campbell, requiere de un compromiso auténtico total. Es ante todo un ejercicio espiritual, algo que va mucho más allá de una mera disposición social. Para la pareja funcional en el tercer estadio, los límites no son un problema. El compromiso más importante es la misma pareja. Establece relaciones hacia afuera, pero ello no representa dificultades en cuanto a la demarcación de límites. La intimidad representa una correspondencia entre los planos físico y psicológico. El ejercicio del poder es, en todo caso, situacional. Cada uno reconoce que el otro predomina en determinadas áreas naturalmente. Mantener una lucha de poder por necesidades del ego, es algo que va perdiendo importancia progresivamente. En el tercer estadio se van a recuperar aquellos polos que quedaron excluidos de la experiencia consciente durante las etapas anteriores. Las cosas van a volver a su estado original. La integración de opuestos significa hacer conciencia cabal de 192
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lo que uno verdaderamente es: lo uno más lo otro, contrario a suponer que es lo uno pero no lo otro.
PSICOTERAPIA DE PAREJA: FE EN EL VÍNCULO O EL DASAFÍO DEL MÉNAGE À TROIS
Claudio Des Champas El amor es púes, entre otras cosas, ese sentimiento que hace nuevas las viejas palabras, que estimula la respuesta complementaria y concluye fortaleciendo el vínculo. El rencor es un afecto que cristaliza la palabra reiterada, que estimula la réplica contradictoria y que culmina en la violencia. La curiosidad es una posición que alienta la búsqueda, que no se satisface en la negación de lo dicho por el otro y cuya amplificación enriquece el entendimiento y solidifica el vínculo. (Miguel Mianovich (1973)
Introducción Sucede que durante las grandes crisis sociales, muchas personas pertenecientes a diversos grupos etarios y a distintos sectores de la sociedad pierdan la fe en el vínculo. Por eso algunos van en busca de nuevos vínculos en otras geografías. Tal vez les esté pasando lo mismo a muchos seres humanos de este convulsionado planeta. Y a nosotros, lector(a), ¿qué nos esta pasando al respecto? Tal vez oscilamos entre la confianza y la desconfianza respecto a nuestros semejantes. Depende de quién estemos hablando. O por lo que estemos transitando y de cómo lo afrontemos. Pero el problema es semejante al de esa persona que consulta al psiquiatra porque el hermano cree que es una gallina y entonces el doctor le dice: “pero hombre, ¡intérnelo ya!” A lo cual el hombre le contesta: “imposible, doctor, necesito los huevos”. Parece que, de hecho, como dice Woody Allen en uno de sus filmes, mantenemos las relaciones “porque las 193
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necesitamos” (Desde Champs, 2002ª). “El Corazón tiene razones que la razón desconoce”, decía el filósofo francés Blas Pascal. En busca de esas “razones del corazón”, los resultados de una investigación dirigida por una investigadora argentina, la doctora Martina Casullo, concluyen que el atractivo físico y el desempeño sexual no son para los adolescentes de hoy (entre 13 y 25 años), razones para ponerse de novios y menos para enamorarse. En cambio, les importa la atracción mutua en términos románticos, el amor, la confianza, la simpatía y la madurez emocional. Más allá de la evolución en el tiempo y de las cuestiones propias del ciclo vital de los seres humanos, parece que lo que no sólo nos sostiene, sino que también nos energiza y nos permite construir la esperanza de una mejor ecología relacional, son los vínculos amorosos con nuestros congéneres, los cuales necesitan enraizarse en la confianza,
en la sabiduría
emocional y naturalmente en los pequeños actos de la vida cotidiana. Por otra parte, la riqueza de una relación amorosa, portadora de amor dado y recibido, constituye un mundo de acontecimientos que ningún lenguaje articulado bastaría para explicarlo (Desde Champs 2002b).
Uno de los grandes desafíos de la pareja: el ménage à trois
No deberíamos sólo pensar en el vínculo, deberíamos concentrarnos en él. Pensar crea la idea del vínculo, concentrarse en él crea la relación en sí. Uno de los grandes desafíos de la pareja es pasar de la fase de fusión inicial, donde dos seres distintos pretenden o quisieran ser uno (“mi media naranja” o expresiones por el estilo, en las cuales uno más uno suman uno), a una fase posterior, basada en un intercambio más rico, generalmente fruto de un proceso, de un perseverante e inteligente trabajo relacional, nutrido por la voluntad, el afecto, el deseo de construir y gozar en común, la disposición de atravesar crisis, enfermedades
y
pérdidas
apoyándose
mutuamente,
fase
en
la
que,
esencialmente, aparecen la posibilidad de diferenciarse y de confrontar y seguir adelante. Este momento, crucial en el devenir de una pareja, sería el de la relación triangular o ménage à trois, no en el sentido clásico de estas expresiones que se 194
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refieren a una tercera persona involucrada en la relación diádica, de una u otra manera, sino donde a la suma de uno más uno se le suma la relación, ese “tercero” virtual, que está entre dos personas que se diferencian una de otra pero que tienen en común algo que los incluye y al mismo los trasciende a ambos. Serían él, ella y la relación que ambos eligen, sostienen y construyen. Este último punto, la co-construcción del vínculo amoroso, es gradual, requiere compromiso, actos y una actitud de co-responsabilidad recíproca de ambos protagonistas. Diversos autores, por ejemplo Michael White, mencionan esta tercera parte de una relación de pareja, no sólo en función descriptiva sino también y especialmente, en función de una propuesta de trabajo psicoterapéutico. En el caso de White, lo utiliza para su conocido concepto de externalizar la situación de conflicto o sea, sacarla del “interior” de las personas que, en este caso, componen la pareja, o de la pareja misma como tal, para abordarla, junto a la pareja, casi como si fuese una entidad autónoma llamada “la relación”. Ésta, naturalmente, tiene que ver con los miembros de la pareja, es de hecho responsabilidad de ellos; sin embargo, no es la pareja en sí, ni intrínsecamente sus componentes individuales, sino lo que éstos deciden hacer o dejar de hacer con la misma. Más allá del mencionado concepto de externalización, si la pareja puede hablar en estos términos, se puede decir que al pasar de una especie de fusión en la cual no se sabe dónde termina uno y dónde empieza el otro, comienza la construcción de una alianza implícita, pero sobre todo explícita, desde un lugar de clara diferenciación de uno del otro, que les permitirá dialogar, es decir, comenzar a aprender a escucharse mutuamente y percibir y entender claramente de esta manera los aspectos afines, aquellos que tienen en común y los aspectos que los diferencian, que los distinguen como seres provenientes de distintas “tribus” familiares de origen. A partir de este momento y sólo entonces, podrán construir un sólido y gratificante proyecto en común. Esta particular alianza supone acordar otorgarle un valor importante a la relación, lo cual supone a su vez, no tratar de imponer lo que le conviene a uno o al otro, sino comprender si “esto o aquello” perjudica o beneficia a la relación. De ahí que, como ya fue dicho, toda pareja es siempre un poco, un ménge à trois, como si siempre fuesen tres viviendo de a dos: él, ella y la relación que comparten. 195
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Algunos datos o cuadros de situación de las parejas actuales Si habláramos de la adolescencia hoy, tendríamos que mencionas el síndrome de Pinocho, o sea la dificultad para terminar la adolescencia (que cada día dura más) y asumir la adultez; además, todos parecemos se eternamente jóvenes y cada día aparecer un nuevo artilugio para que así sea (o así parezca. Más allá de la prolongación de la juventud y de la vida en consecuencia, no sucede lo mismo con las parejas, tanto en la más frecuente cohabitación como en los matrimonios civiles y religiosos. Casi la mitad de ellos terminan cada vez más rápido o duran cada vez menos, como se quiera verlo. Las parejas que se divorcian ahora no son como las que se separaban casi dos décadas atrás. Son más jóvenes, suman menos años de matrimonio y tienen hijos pequeños. No se casan, como antes, a los veintitantos años: postergan el momento de formalizar el vínculo hasta los treinta y pico, y deciden que cada uno siga su camino tras pocos años (cada vez menos) de convivencia. Antes, las parejas que se separaban lo hacían después de convivir 20 años; ahora no superan los diez años. Estos datos surgen de tendencias registradas en juzgados y en algunas ONG expertas en el tema, de la ciudad de Bueno Aires. Es esto coincidencia los estudios jurídicos especializados y juzgados civiles con competencia en familia: el promedio de duración del matrimonio se redujo en los últimos años a menos de la mitad. DE veinte años pasó a diez-como máximo. Incluso, muchas parejas esperan a cumplir los tres años obligatorios que fije la ley para obtener el divorcio vincular. Muchas de estas parejas se casaron luego de alcanzar cierta seguridad profesional y económica. Y las mujeres –a diferencia de las generaciones anteriores tienen menos miedo a la separación, por que trabajan,
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e incluso cuentan con mejores ingresos que sus ex esposos, según afirman dichos estudios y juzgados. Pero sus matrimonios son también más “breves”, y llegan a la instancia del divorcio con hijos pequeños, de entre tres y ocho años. Los tribunales de familia confirman la tendencia. La titular del juzgado en lo Civil 102 de la capital argentina, Martha Gómez Alsina, afirma que cada vez más parejas se divorcian con pocos años de matrimonio: “Tal vez convivieron antes de casarse o estuvieron muchos años de novios, pero lo cierto es que en esta crisis mundial que atraviesan los vínculos, las parejas tiene cada vez menos paciencia”, reflexiona. Y apunta que “sólo una de cada treinta audiencias corresponde a una pareja que celebró o se acercó a las bodas de
plata (25 años), se trata de casos
excepcionales”. En el juzgado en lo Civil 7de la Ciudad de Buenos Aires coinciden: “Nos llama la atención lo vertiginoso que se ha tornado todo esto. Es más, hay momentos en que hemos tenido que contar dos veces el tiempo de casados para ver si la pareja está dentro del plazo (de tres años) que fija la ley”. El caso de Jorge M. (45 años, profesor de educación física) de alguna manera ilustra este fenómeno. Tuvo un noviazgo corto: cuatro meses. Y después de cuatro años de casados, y una hija de tres, arribaron a la conclusión de que el amor entre ellos se había terminado. “Los repetidos intentos por restablecer la relación y hasta las sesiones de terapia de pareja fueron en vano. Nos sirvió, sí, pero para tomar impulso y poder alejarnos definitivamente, poder cerrar la persiana”, relata Jorge. Los especialistas sostienen que en parejas con hijos pequeños el divorcio está lejos de convertirse en un “corte”. “Se prolonga en las relaciones con los hijos, en el régimen de visitas, la cuota alimentaria, el rendimiento escolar. La relación no se termina, se vuelve a prolongar en los niños de esos matrimonios: es el post-divorcio, cada vez más complicado”, analiza Haydée Birgin, abogada especializada en familia y titular de la ONG Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). El divorcio de Jorge que acaba de salir. El tramite cuenta demoro cuatro años, lo mismo que duro su matrimonio. A hora dice hallarse más tranquilo, disfruta más la 197
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relación con su mujer (actualmente de siete) y desde hace dos meses y medio esta de novio con una mujer divorciada de 36 años- otro caso que confirman las estadísticas- con menos de 10 años de casados y una hija de trece años. En las oficinas del registro civil llevan una estadística detallada de la edad de los contrayentes, pero no así de quienes se divorcian. “nuestra tareas es registrar la información de las sentencia judicial de divorcio en los márgenes de acta de casamiento. Por eso no se sigue el dato de a qué edad se divorcian”, explica Ivana Centanaro, directora del registro civil de la ciudad de Buenos Aires. Las estadísticas de Buenos Aires dan cuenta de que en los últimos seis años, la gente se casa menos entre los 20 y 24 años. Paralelamente, crece el número de los que lo hacen entre los 30 y 34. Pero de acuerdo con las fuentes consultadas por el diario Clarín (2005) esas uniones son cada vez mas fugases. Será porque el matrimonio esta des jerarquizado, porque hay menos hipocresía, por que los mandatos sociales ya no pesan. Debe haber más razones. Lo cierto es que hoy hay más gente que entra al matrimonio y sale rápido, expresan estos profesionales.
De la inteligencia emocional y la solvencia relacional en la pareja Después de estudiar intensamente matrimonios estables durante 16 años ahora sé que la clave para reanimar una relación o ponerla a prueba de divorcios no reside en como manejamos la discusiones sino cómo se comportan un cónyuge con el otro cuando no está discutiendo JOHN GOTTMAN (2OOO).
Cuando hablamos de inteligencia emocional, nos referimos al concepto acuñado por Daniel Goleman, autor del reconocido libro La inteligencia emocional (1995, 1996), que alude a armonizar al corazón y a la razón, lo que seno significa reprimir la emoción si no de utilizarle de manera inteligente, esto es, en el momento, la intensidad y la forma de adecuados, o sea encontrar el equilibrio inteligente entre ambos. Al analizar la cita Gottman vemos que el autor hace hincapié en la forma habitual de tratarse de los miembros de una pareja no cuando discuten o pelean, 198
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si no precisamente cuando no lo hacen. En efecto, si bien considerado debemos atender también otras variables, a cuerdo con este autor que el trabajo centrado en la rutina relacional cotidiana, más allá de los momentos ásperos o de los desencuentros y discusiones subidas de tono, es importante. Se trata de lo que denomino las reglas de higiene interaccionar de la ecología relacional de pareja. En más de 20 años de trabajo en parejas, en los que el contexto social, pero bien o para mal, ha ido cambiando., comprobé gradualmente que los aspectos psicoeducacionales, el mantenimiento, eventual creación y renovación de ser necesario, de las buenas costumbres y los buenos hábitos de convivencia resultan cruciales en el devenir de las parejas. No es lo único, como desarrollaré más adelante, pero en mi experiencia clínica, en los grupos matrimoniales coordinados y auto gestionados y en mis propios 27 años de matrimonio, es fundamental para el desarrollo de una buena relación de pareja que recontrata, renueva votos cada año, busca ponerse al día, está al tanto de lo que está sucediendo y acompaña a los inexorables cambios de la existencia con actualizaciones individuales y de conjunto. A pesar de mi propia experiencia y de mitos de costumbres muy arraigados, entiendo que relaciones no tan largas en el tiempo pero intensas y comprometidas, o simplemente todas o muchas de las parejas que se unen y luego se separan, cumplen su función en un momento dado, y el hecho de que no duren “eternamente” no significa que no hayan servido o peor aun que hayan fracasado. Tal vez no ocurrió lo que deseaban al comienzo de la relación o solo parte de ella. Quizás, simplemente cumplieron su ciclo, tantas cosas y relaciones en la vida. Y en aquel momento, lugar, circunstancias y nivel de aprendizaje en el que se encontraba, era esa relación y no otra, la que podían elegir y en la que podían estar y expresarse con lo mejor y lo peor de cada una de ellos. Hoy con la “infalibilidad” de la mirada retrospectiva,
con la experiencia actual , con los
progresos personales realizados, entre los cuales tal vez mejoran la autoestima y se hallan en circunstancias muy diferentes y en un contexto histórico social diferente, es probable que puedan aspirar a una mejor, o sencillamente más satisfactoria (y básicamente distinta), relación de pareja. 199
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El día a día de la pareja
No alcanza con saber si aquella que dices o haces es bueno par ti o para mí. Tampoco si aquello que digo o que hago es bueno para mí. Habría que preguntarse si es bueno para la relación, si la nutre o no contribuye a construirla o por el contrario, la maltrata o la amenaza. Muchas veces durante las cesiones pregunto y exploro con las consultantes como es un día habitual de ellos, tanto laboral como de fin de semana. No simplemente las actividades realizadas por uno o por otro que sin embargo ya pueden esbozar el cuadro de situación o de linear cierta tendencia a compartir momentos, actividades o por el contrario mostrar una tendencia a realizar la mayoría de las actividades cada uno por su lado; si no también especialmente, como se saludan al acostarse y a levantarse, quien prepara el desayuno y como se desarrollan el mismo, las descripción de ciertos rituales, formas de preparar la comido y servir la mesa, si conversan durante la cena o miran televisión, si existen gestos de cariño en consideración hacia el cónyuge en amplio sentido de ambos términos, durante el curso del día (excluyendo en esta primera indagación, el área de la sexualidad, salvo que se traiga espontáneamente por uno de la cónyuge). Por supuesto que estas preguntas fueron precedidas por un Genograma de la pareja que incluya las familias de origen de ambos, el tiempo que tienen de convivencia o de matrimonio a si como la actividad profesional laboral de cada uno realizada. La escena corporal
Lo que tu cuerpo cercano o distante, en guardia o entregado dice de ti; lo que mi tono de voz cálido o cortante, enemistado o amigable dice de mí; lo que nuestras miradas, gestos y actitudes conectadas, afectuosos, comprensivas, duras, indiferentes, desconsideradas dicen de nosotros; lo que nuestra amorosa o degradante complementariedad y nuestras apasionadas o violentas escaladas simétricas dicen de nuestra relación.
200
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Vale acortar que, en todo momento, observo el lenguaje corporal, en metalenguaje analógico, miradas, gestos y tono de voz; sino uno mira al otro cuando cuenta algo como interrogándolo con la mirada o buscando asentimiento, o lo ignora y me encara solo a mí. Y lo mismo el que escucha: asiente en el silencio o hace gestos o muecas, pone caras, asiente o disiente, se aburre, sonríe, se hincapié, disfruta o se divierte, quiere interrumpir o simplemente mira hacia otro lado como si no le interesara o estuviera ausente: A veces intervengo para interrogar al lenguaje no verbal del cónyuge que hizo una mueca de fastidio o bufo e impaciente con un: ¿No estoy de acuerdo con lo que dice su marido/esposa (o llamándolo o llamándola por el nombre)? Y así permito, o quizás provoco la respuesta del que callaba ruidosamente hasta ese momento y asiste, o no a una réplica y luego a una contra réplica y tal vez a una escalada simétrica y registro y entonces como discuten, en qué términos hasta donde escalan y como resuelven, o no, la situación antes de mi intervención. Otras veces simplemente observo y registro en silencio las repuestas analógicas más o menos silenciosas, más o menos contenidas del que escucha. Es interesante observar ese silencio grávido de contento, cómplice o contencioso, grávido de decir lo propio o indiferente hasta la exasperación. Todo habla, dice, murmura, o pega alaridos sin palabras. Mis ojos van y vienen de uno al otro miembro de la pareja como una cámara que busca registrar toda la escena en su totalidad.
El otro ménage á trois: la presencia requerida, intrusiva, curiosa, discreta, provocadora, apaciguadora, perturbadora, catalizadora y contenedora del terapeuta La escena que describo como un observador, en qué momento eventual con un equipo o con un supervisor en términos de una primera cibernética, de sistemas observados en realidad me incluye y por ello cada tanto también interrogo introspectivamente al tercer integrante del encuentro en cuestión, al terapeuta allí presente. Si claro me refiero a mí mismo, colega lector: ¿Qué me va pasando a mí hasta ese momento? ¿Cómo me voy sintiendo físicamente? ¿Oprimido, tenso, o cómodo y relajado? ¿O tal vez alerta y expectante? Ese sin fin de señales 201
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corporales me habla y me interrogan a mí también. Me empieza alertar de mis sensaciones, de mis nacientes emociones que tal vez se disipen o se instalen y entonces deberé hace algo al respecto. Si me empiezo a fastidiar con las continuas discusiones o con los gritos de él o el sarcasmo de ella. Si me conmueve, me enternece, me sacan de quicio o me tientan a darles la razón a el por qué ella no para de hablar o de quejarse, o a ella por que el no la escucha, la ignora por completo, no pronuncia palabra alguna. Por ello recurrimos a la técnica y a la teoría que la sustenta aquella que me advierte que soy parte del sistema terapéutico, que me hallo en un marco de segunda cibernética, de sistemas observantes que mi mirada es objetiva y mi participación influye en este contexto desde el mismo momento en el que decidieron venir a mí. Po lo tanto, comienzo la terapia
sistémica:
primero,
observo
desde
mi
lente
circular
sistémico
retroalimentaciones generadoras de circuitos interactivos homeostáticos que producen “juegos sin fin”, en los cuales ella insiste y se queja porque él no la escucha y esto la hace sentir que no la quiere; él calla y la ignora por que ella no le deja meter bocado o simplemente considera que todo fue dicho en la tormenta de palabras lo abruma y se siente menospreciado. Y ambos tienen razón. Y también se equivocan. Son dos personajes de una tragicómica película muda en la cual los protagonistas corren en una puerta giratoria y no se sabe quién corre a quién, quién quiere alcanzar al otro y quién huye de quién y al rato, para aquellos que los observan se trata de dos personas que corren patéticamente hasta el agotamiento, atrapados en una situación que, planteada de esta manera, dispuesta en tal escenario, no tiene salida. Éste es el material casi habitual con el que comienzan las desafiantes consultas de pareja, dedicadas en el comienzo, el interminable y erosivo juego–batalla interactivo denominado “Yo tengo razón y por lo tanto, tú estas equivocado”. Claro que dicho aspecto del escenario relacional de la pareja en conflicto no es el único, existen los celos, la rivalidad, la competencia, la necesidad de ser completado por ese otro u otra, inventado por mis anhelos más íntimos para hacerme feliz (nada menos), hasta que, luego de la “luna de miel” de los primeros capítulos, de los primeros meses de convivencia, este frágil andamiaje, este 202
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castillo de naipes, comienza a desmoronarse, cae el velo de la ilusoria construcción y descubrimiento al otro en su dimensión real, con su pro y su contra, con su humanidad en pleno, con sus virtudes y defectos, con sus seductores aromas y sus fuertes olores y tantas otras cosas que muchas parejas acoplan, armonizan, integran, superan y siguen adelante, conociéndose de verdad y disfrutando de ello; o por el contrario, iniciando una rápida o lenta lucha, más o menos violenta, sórdida y silenciosa como la gota que horada la piedra, o más escandalosa, a los gritos y con participación del público presente, hijos, familia de origen, amigos y vecinos en algunos casos. En ocasiones, para bien o para mal, también es invitado algún tercero o tercera, los conocidos amantes que forman parte de las saga de las relaciones de pareja, provocando rupturas, dramas pasionales, mejorías o fugaces episodios que son absorbidos por el devenir de la pareja. También debemos mencionar al hijo concebido para “salvar” el matrimonio o para iniciar el ciclo vital familiar; el ansiado momento de “ser” una familia a partir de la llegada del primer hijo. Pero detengámonos un momento, cuando hablamos de pareja, ¿De qué pareja estamos hablando? Del matrimonio con muchos años, ¿casados por la iglesia o templo? ¿O una de las cada vez más numerosas relaciones de cohabitación? ¿O tal vez de los que simplemente hicieron “el trámite legal” en el registro civil porque está por nacer el primer hijo? ¿O de parejas muy jóvenes que hacen la “prueba” de convivir juntos para ver cómo les va? Como cualquier tema que no trate en profundidad y con rigurosidad, y el campo de la terapia familiar no es una excepción al respecto, hay que dar cuenta de los cambios históricos y contextuales que sucedieron en las últimas décadas, en un mundo globalizado en continua y acelerada transformación. Precisamente por ello, la actualización de lo que llamamos ciclo vital familiar y de pareja, la puesta al día de los importantes cambios que ha experimentado la pareja en los últimos diez años es fundamental. Tengamos en cuenta que muchas parejas se conocen por Internet, inician un relación y la sostienen durante cierto lapso y en algunos casos terminan casándose, incluso tratándose de personas que viven a miles de kilómetros de 203
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distancia, en países diferentes y que no comparten ni la cultura de origen ni el idioma, sin haberse visto ni haber tenido más que encuentros virtuales a través de medios que cada vez más “realistas”, por medio de los cuales alcanzan cierto tipo de éxtasis sexuales distancia y se comunican en tiempo real. A propósito de la sexualidad, conviene aclarar que aparece a menudo, no siempre ni mucho menos, en las terapias de pareja. Muchas veces, las dificultades, escasez o ausencia o simplemente la insatisfacción en esa área, refleja el estado general de la pareja. Por supuesto que correcciones puntuales en esta área pueden mejorar el estado de ánimo de la pareja pero en general, la sexualidad de las parejas se relaciona en forma bastante directa con la capacidad (o la incapacidad) de dialogar de la misma, de considerar al otro u otra tal, la predisposición a preguntar por los gustos o preferencias ajenas y a expresar las propias, la disposición a pasarla bien, el respeto a uno mismo y el respeto al cónyuge. Las dificultades en este contacto íntimo suelen estar ligadas a otros aspectos, al clima relacional de la pareja, sobre todo cuando ésta lleva ya cierto tiempo de convivencia. Puede seguir mejorando o simplemente desaparecer gradualmente como una metáfora encarnada de la pareja que, en todo caso, siempre puede ser utilizada por el terapeuta si lo considera útil y pertinente, o si la pareja así lo quiere. Primer movimiento hacia un escenario diferente: “el cuento del rabino” o “las razones que les asisten a ti, a mí y a quienes participen”, parcialidad multidireccional, neutralidad y curiosidad Más allá de las muchas páginas que supondría recorrer aspecto importantes de nuestra “aldea global”, lo que indudablemente influye y complejiza nuestra tarea, volvamos a la clínica cotidiana y recordaremos, primero, el concepto seminal de parcialidad multidireccional del psicoanalista Boszormenyi-Naggy (1966), en la que la actitud del terapeuta es de empatía con cada uno de los miembros de la familia, o en este caso, de la pareja, a partir de la cual reconocía los méritos de cada uno de los participantes y tomaba partido de acuerdo con esos méritos. En consecuencia, el terapeuta hacía una distribución reparadora (correctiva) de la 204
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justicia y transmitía a cada uno de los miembros por vez un sentido de valor personal (Simón, Stierlin y Wynne, 1984). Luego avancemos y distingamos este concepto del concepto de neutralidad (Selvini-Palazzoli, Boscolo, Cecchin y Prata, 1980), propio del modelo de la terapia sistemática. “Si bien existe una actitud empática hacia todos los miembros de la familia, el terapeuta neutro preferirá no demostrar predilección por ninguno antes que demostrarla por cada uno de ellos individualmente.
Esta
manera
de
actuar
tiene
por
objeto
asegurar
el
mantenimiento de una metaposición hacia la interacción familiar” (ídem, referencia Vocabulario). Esta posición le permite al terapeuta de pareja mantener una relación equilibrada, de validación de las percepciones y narrativa de ambos miembros de la pareja, como en “el cuento del rabino”, un antiguo relato Jasídico que dice así: Dos hermanos litigan por la posesión de una casa y van a consultar al rabí de su pueblo. Habla primero el mayor de los hermanos y explica los motivos por los que cree que la casa es suya. Al terminar, el rabí le dice: “¡tienes razón!”, y dirigiéndose al menor, le pide: “Ahora habla tu”. Él también explica con énfasis las causas por las que cree que esa casa le pertenece. Cuando concluye, el rabí le dice: “¡Tienes razón!” La mujer del rabí, que estaba tejiendo en la misma habitación al escucharlo exclama: ¡“Pero rabí, los dos están litigando por la misma casa y cada uno dice que le pertenece… los dos no pueden tener razón!” El rabí gira la cabeza hacia ella, la mira y le dice. “¡Tú también tienes razón!...” No sabemos cómo habrá terminado la cuestión, pero sabemos desde tiempos inmemoriales y hemos aprendido lentamente a aplicarlo en terapia familiar y de pareja, en el campo de la mediación y en el área de resolución de conflictos, que cada uno de los protagonistas tiene razón desde el punto de vista de sus argumentos, desde su manera de sentir y pensar, desde sus creencias y, por supuesto, desde su propia conveniencia e intereses individuales. También nos fuimos percatando de que permitir y alentar el despliegue de las “razones” de cada uno, e incluso validarlas, es una condición imprescindible para poder comprender la complejidad de la situación y para ser escuchado cuando nosotros, los terapeutas, emitamos nuestra opinión o cuando les prescribimos alguna tarea 205
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a los miembros de la pareja que nos consulta. Las tareas tienen por objeto concentrarlos en la relación, ponerlos en acción y perturbar el funcionamiento habitual nocivo que desarrollan, proponiéndoles ejercicios que los hagan dejar de estar pendientes de lo que el otro hace o deja de hacer, lograr así salir de esa trama infernal cuya síntesis sería: “solo cuando tú cambies entonces cambiaré yo”, trama laberíntica que sólo contribuye a la perpetuación y agravamiento del conflicto. Asimismo, este foco puesto en la acción y/o reflexión correctiva sirve para desalentar a los miembros de la pareja consultante en el muy frecuente afán de ponernos a nosotros, los terapeutas, en el papel de árbitro de la disputa, de juez y jurado del conflicto para determinar a quién le asiste la razón y quién está equivocado, o peor aún, quién de los dos tiene que cambiar para que las cosas mejoren. Así como actúa el rabino del cuento, diciéndoles a ambos hermanos que tienen razón e incluso a la tercera en cuestión, su propia mujer, cuando ésta, alcanzando un nivel mayor de comunicación, meta comunica, o sea revela lo que hace más que lo que dice el rabino, de la misma forma, el terapeuta suele aceptar, y sobre todo
entender, las razones de ambos miembros de la pareja, validando las
versiones de cada uno de los participantes, lección básica del manual del buen terapeuta, en el cual sabemos que no escuchamos datos objetivos sino versiones de ciertos hechos que cada uno puntúa de una determinada manera y le atribuye el significado desde su propia subjetividad, pero presentada generalmente con la Verdad con mayúscula. A propósito de esto, suelo decirles cordialmente a mis consultantes (a quienes suelo contarles el cuento del rabino), cuando me refieren su visión de los hechos con el énfasis, la convicción y el tono
enardecido,
resignado o desafiante de los primeros encuentros, que me recuerdan al personaje de una novela gran escritor mexicano Carlos Fuentes (2000), descrito por el narrador como una de esas personas para las cuales sólo había dos opiniones posibles sobre un tema, la propia y la equivocada. Esta intervención suele causar gracia y distender la cuestión, además de empezar a introducir la posibilidad de un escenario más literario, donde más que de verdades 206
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incontrovertibles, se trata de diferentes expresiones de un mismo hecho, ambas en general verosímiles más que exactas o “verdaderas”. Luego de ello, mediante técnicas como el interrogatorio circular por ejemplo, inicio los primeros movimientos y palabras hacia la construcción del nuevo escenario (o debería decir, hacia los nuevos escenarios posibles…). Para ello, comienzo a hablar de las ya mencionadas “tribus de origen” y de la cultura e idiosincrasia particular de cada una de ellas, lo cual en general divierte y suele quedar como forma consensuada de referirse a las respectivas familias de origen de cónyuges: “Así que tu tribu por el lado de tus abuelos vino de Polonia escapando de la guerra”; y la tuya es tana ¿eh? (argentinismo por italiana), pero ¿De qué parte de Italia, del sur o el norte? Y así continúo, pasando alternativamente a los abuelos (sobre todo si viven) y a los podres de cada uno de mis consultantes: “y tus padres, (¿a qué se dedicaban, y actualmente qué hacen?; ¿qué costumbres tienen, les gusta reunirse siempre los domingos en casa y quieren que ustedes vayan?; ¿y si no van, qué pasa? De esta manera, conversacional, voy informándome, creando un clima de diálogo, tranquilo, cordial como en la sala de mi casa, tomando un café con amigos, interesándome por sus cosas, costumbres, peculiaridades, desde una amigable posición de curiosidad. Volviendo a la discusión sobre multiparcialidad y neutralidad, decimos que “el terapeuta debe entrenarse para reconocer su propio punto de vista como terapeuta. Desde esta visión, es fundamental validar todas las opciones, respetar el sentido de autoestima de cada miembro de la familia, teniendo en cuenta que la puntuación del terapeuta influirá en la lectura de la situación a resolver. La familia (o los miembros de una pareja en estos casos) no deberá ser juzgada ni culpada, a lo sumo se buscará aumentar su propia capacidad de responsabilizarse de sus acciones y de las consecuencias de éstas. Como explicaba anteriormente, el concepto de neutralidad fue originalmente usado para expresar la idea de evitar activamente la aceptación de cualquier situación dada como más correcta que otra. Sin embargo, el resultado fue que muchos terapeutas consideraron la 207
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neutralidad como el cultivo de una posición de no involucramiento, de no tener opiniones fuertes, de no asumir responsabilidades cuando era necesario-o sea cultivar la posición fría e indiferente de un relativista. Para evitar esta trampa de sobre simplificar la idea de la neutralidad, Gianfranco Cecchin (1987,1989) propuso describirla como la creación de un estado de curiosidad en la mente del terapeuta.
La curiosidad lleva a la exploración e invención de puntos de vista y movimientos alternativos, los diferentes puntos de vista y movimientos alternativos, engendran curiosidad. En esta forma recurrente, la curiosidad y la neutralidad, se contextualizan la una a la otra en un compromiso para con las diferencias evolutivas, con el concomitante distanciamiento de cualquier posición particular (…) Cuando suponemos que ya tenemos una explicación, a menudo a una postura de curiosidad por que creemos haber descubierto una descripción que encaja; las descripciones tienden a ayudarnos a evitar una postura neutral ya que no estimulan nuestra curiosidad… ¿Qué es lo que alienta el desarrollo de múltiples perspectivas y voces? Volvemos nuevamente a la idea de que la curiosidad facilita el desarrollo de la multiplicidad y de la polifonía. En esta orientación sistémica generamos descripciones dentro de un marco de curiosidad más bien que dentro de un marco de explicaciones verídicas y falsas (Cecchin, 1987,1989). Este etilo ameno, que emplea la microtécnica ericksoniana, las técnicas de la escuela de Milán, propone un forma de dialogar, modela una forma de reaccionar y va sembrando el clima para futuras intervenciones ampara el abordaje de temas espinosos o simplemente más íntimos que en algún momento se abordarán con la pareja. Luego de esta primera fase de caldeamiento, de Joinning, de creación de una fuerte alianza terapéutica, esencial para el éxito de un tratamiento como todos sabemos por datos que nos aporta la investigación en psicoterapia, se va constituyendo la relación de trabajo que en el mejor de los casos culmina con la ansiedad y determinante alianza terapéutica, momento ideal para proponerles 208
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alguna tarea para el hogar, tanto individual como en conjunto; por ejemplo, un cuestionario que apunta a revelar qué hace cada uno en relación con el otro, cómo demuestra su consideración o su afecto, con qué frecuencia lo hace y si el otro percibe sus gestos o no. O si es en conjunto, que salgan esta semana a tomar un café o a cenar o al cine, pero que eviten hablar de los temas más conflictivos, o actividades por el estilo. Eso sí, desde el comienzo, cuando desando la historia de la pareja (tanto la de los consultantes como la de los respectivos padres), utilizo, casi sistemáticamente, el sustantivo percepción y el verbo percibir para referirme al modo en que cada integrante de la pareja visualiza, escucha, siente y le otorga significado a las acciones comunicacionales del otro: “Así percibes tú lo que hace José; a ver si entiendo bien, cuando él dice que de quiere salir a correr un rato ¿tu lo percibes como un desaire y una falta de consideración porque preferirías que se acostara a dormir la siesta o simplemente se quedara mirando una película contigo?” Y seguidamente, dirigiéndome al otro cónyuge, podría decir algo como: “Y tú José, cuando ella se fastidia porque saliste a correr y luego te recibe con cara poco amistosa, ¿sientes que Beatriz no piensa en tus necesidades y percibes que cuando no haces lo que ella quiere, suelen discutir? De este modo, van apareciendo ambas percepciones como lo que son, diferentes relatos de la misma situación, versiones contrapuestas de una caleidoscópica realidad, atribuciones de sentido totalmente subjetivas desde las cuales saco conclusiones sobre él o sobre ella y sobre la relación. En la medida que estas opiniones se han solidificado (él o ella es así), los protagonistas de tan reducido contexto relacional y tan pobre guión sólo pueden esperar un milagro: que él o ella cambien espontáneamente. Lo que en general no ocurre. Cuando introducimos las descripciones de secuencias de acciones comunicativas y palabras que denotan la subjetividad, cuando transformaos escenas leídas linealmente en escenas vistas por dos espectadores desde la platea, desde las mejores butacas del teatro como suelo decirles a mis consultantes (e incluso nos sentamos todos juntos mirando hacia delante como si estuviéramos en el cine o 209
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en el teatro, haciéndoles vivir la escena), vamos co-construyendo los nuevos escenarios para el cambio, entramados circularmente, alimentados por acciones y reacciones antes automatizadas, ahora miradas “desde afuera”, pero sobre todo, construimos un nuevo posicionamiento, el de observador comprometido con mi propia obra, crítico y director de la misma, protagonista y responsable de lo que sucedió, está sucediendo y quiero que suceda en el futuro.
Cuando las palabras no bastan…
En numerosas ocasiones las palabras no bastan. Las intervenciones cognitivas, las connotaciones positivas, el interrogatorio circular y todo el repertorio de reformulaciones
no
son
suficientes.
Por
ello,
suelo
proponer
juegos
representativos, teatrales, role playings, esculturas o intervenciones estructurales o cualquier cosa que produzca movimiento, salida de las escenas condenatorias, acusatorias, de mutuas recriminaciones y de posicionamientos rígidos. Para esto contamos con muchas herramientas y técnicas que contribuyen a generar la posibilidad de registrar una experiencia inédita; por ejemplo, juegos de rol donde uno de los miembros de la pareja habla y actúa como el otro y luego el otro hace lo propio. Por primera vez cada uno puede experimentar muy vívidamente qué es lo que siente su pareja en ciertas circunstancias y comprender entonces los sentimientos las acciones hasta esos momentos extraños, absurdos y totalmente “irracionales” de su cónyuge: “Gracias a que me puse en su lugar puede entender por qué actúa de esa manera, ahora la comprendo mejor y me resulta más fácil acercarme a ella”; o por el contrario: “Ahora entiendo que ella (él) tiene necesidad de estar solo o en silencio en ese momento y ya no lo tomo como algo personal, como que me lo hace a mí, sino que tiene que ver con lo que le pasa a ella (él) en esas situaciones”. Tómese como base la teoría binocular del cambio de Gregory Bateson (1979, 1982), la cual explica que si bien un terapeuta no puede modificar por completo, mediante intervenciones, la estructura interaccional basada en la epistemología de 210
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una pareja o de una familia, sí puede introducir un punto de vista ligeramente diferente. A partir de estas dos perspectivas, se puede formar otra que resulta novedosa para el sistema consultante, se trate de una familia o de una pareja. La nueva idea debe ser compatible con las creencias que tiene la pareja sobre sí, sin embargo, lo suficientemente diferente como para crear una nueva alternativa posible. Con base en el establecimiento de esta doble descripción (que a veces se vuelve aún más amplia o una mera duda razonable sobre tal o cual afirmación o creencia), se crea una apreciación de la diferencia que les permite salir a los miembros de la pareja de la “urgencia de mismidad” que describe Michael White (1986,2004), la cual aprisiona a ambos en la búsqueda de la subyugación del otro para forzar que aquél se adscriba a la misma “verdad”. A partir de este nuevo contexto, la diferencia con el otro se vuelve un seductor desafío de descubrimiento, un atractivo territorio por explotar, lo cual promueve una sensibilidad mayor y una mejor predisposición hacia la posición del otro, que puede aportarme puntos de vista muy útiles en una negociación, además de convertirse en una posible fuente de placer intelectual y erótico en el más amplio sentido de este último término.
Algunas observaciones y reflexiones acerca de la psicoterapia de pareja
Cuando las consignas propuestas no son realizadas una vez que han sido acordadas en común; cuando, más allá del clima inicial que suele ser hosco, tenso y defensivo en muchos de los casos, no cede con el transcurrir de las sesiones, o cuando, por ejemplo, no es posible iniciar un dialogo sin que sea interrumpido por la palabra del otro cónyuge; cuando no aparece el humor, la capacidad de reírse de sí mismos; cuando, luego de algunas sesiones uno percibe que sólo concurren a las entrevistas para seguir probando que sólo hay dos opiniones, la propia y la equivocada (a pesar de haber citado al otro y finalmente “reformarlo o evangelizarlo”, y/o para que el profesional a cargo encuentre al “culpable de la situación (en principio el otro o la otra) y continúan exigiéndole que actúe como 211
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“árbitro, juez y jurado” de la situación conflictiva, en todos estos casos, sobre todo cuando pasa el tiempo y la primera entrevista se parece tanto a la décima, mi propósito suele ser pesimista en cuanto al mejoramiento de la calidad de vida conyugal de esa pareja y es poco lo que se puede hacer para la continuidad de la misma (aunque a veces dejan la terapia y continúan igual de mal), por lo menos en el escenario de mi consultorio: recordamos humildemente que muchas veces, las personas que nos consultan resuelven sus problemas sin nuestra ayuda. De hecho, en algunos casos, sugerido por mi o por iniciativa propia, la pareja transita por otros ámbitos y logra mejores resultados. Pero, cuando el antagonismo es la característica básica, también he visto o he sabido que estas parejas actúan de igual forma en cursos o grupos de diversos tipos, conservando siempre la misma actitud. En todo caso, a muchos consultantes, la terapia les ahorra tiempo y sufrimiento y los ayuda a disolver el vínculo en los mejores términos posibles y preservando a los hijos de la “batalla conyugal” lo cual no es poco. De ahí en más, pueden continuar su vida, formar nuevas parejas y evolucionar entendiendo al proceso de separación no solo como duelo o pérdida sino como el pasaje de una realidad a otra, abierta a nuevas y tal vez mejores posibilidades.
De etapas y crisis. Cada etapa es proclive a la crisis, dada la dinámica intrínseca de las relaciones. Incluso a aquellos vínculos que por su misma definición social (“hasta que la muerte los separe” o expresiones por el estilo) sufrirán cambios, se transformarán con el paso del tiempo, por efecto de las circunstancias externas que les toque vivir, el azar de la buena o mala fortuna y naturalmente, de acuerdo con lo que los cónyuges vayan haciendo con esa circunstancias en la relación en sí. En este sentido, el movimiento de Encuentro Matrimonial (un movimiento internacional que propone un trabajo de talleres grupales de parejas, centrado en técnicas y conceptos cuya finalidad es aprender a mejorar la calidad del vínculo, concentrándose en los detalles de la relación cotidiana ) acuño una frase muy acertada, a mi entender, con respecto a las actitudes que promueven la 212
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construcción conjunta de una buena relación matrimonial y aquellas que producen lo contrario: actitudes de “casados casados” o “ casados solteros” . Los primeros son aquellos que asumen desde el principio, o a partir de los primeros avatares o crisis, una actitud positiva y buscan mejorar aspectos propios que básicamente tengan en cuenta a su cónyuge; los otros u otras son aquello que siguen viviendo como si no estuvieran casados instalados en un inamovible tiempo mítico que podría resumirse en un “ya nos casamos, ya está, por ende no tengo que aprender o aportar nada nuevo, simplemente espero que hagas lo que espero que hagas”. En cuanto las crisis en sí, el comienzo de la convivencia es el primer desafío: el espacio compartido, los hábitos, las costumbres de las familias de origen, los olores, las tareas, el otro, siempre ahí, en una película sin cortes o mejor, una telenovela interminable sin solución de continuidad. Otro aspecto a destacar es que, al poco tiempo sucederá “la caída de los dioses”, como cuando nuestros hijos descubren que los padres somos seres humanos, con virtudes y defectos, la des-ilusión (que comenzó con una “ilusión”, o sea con una distorsión de mi percepción que en general favorece enormemente al otro de acuerdo con mis deseo y necesidades), hecho que también constituye un gran desafío para la co-construcción de la pareja. Asimismo, la llegada del primer hijo ocupa un gran espacio; trae bendiciones y emociones impagables pero también noches sin dormir, tensiones por los tiempos acotados para la intimidad de la pareja, discusiones sobre el modo de educar y tantas cosas más. Cada etapa del niño o niña, más la llegada de nuevos hijos, traerá un cimbronazo seguido de un reacomodamiento, siempre efímero, siempre cambiante. La llegada de la adolescencia y la partida cada vez más tardía de los jóvenes de la casa paterna, más el alto porcentaje de divorcios y nuevos matrimonios y familias ensambladas, sucesos imprevistos como enfermedades o accidentes, cada mudanza, más los avatares de la vida laboral en contextos locales y globales, cuya
única variable estable es el cambio y las
transformaciones vertiginosas, impactarán, afectarán y modificarán a esa pareja, protagonista de una especie de rafting que transcurrirá por momentos en aguas calmas y por momentos en aguas turbulentas. Como en un rafting, la buena 213
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predisposición, la inteligencia emocional para formar un buen equipo hará la diferencia de un infierno de a dos, “unidos por el espanto”, o de una bellísima aventura compartida de a dos, unidos por la continua co-construcción del vínculo amoroso, siempre renovado, tomando cada etapa, cada crisis, algunas peores que otras, como oportunidades, como desafíos para ir por más y mejor. Nuestro rol como terapeutas consiste en acompasar primero, contener, entender las razones de cada uno, adoptar parte del lenguaje de la pareja, saber cómo se conocieron y que les gustaba del otro en aquel momento y cuál era la idea que cada uno tenía de la convivencia o del matrimonio (si acaso tenían alguna que fuera algo más que una fantasía idílica). El segundo punto consiste en llevar gradualmente a la pareja a reconocer sus reglas de comunicación actuales, sus pautas organizacionales, sus interacciones recurrentes. Este ámbito es uno d los preferidos, por así decirlo, de la terapia sistémica, en donde el operador propondrá eventualmente la modificación de esas reglas si son perjudiciales para la pareja; o bloqueará los circuitos recurrentes de patrones de conducta que generan escaladas simétricas o complementarias erosivas y determinadas soluciones intentadas que resultan en “más de lo mismo” y conducen, inexorablemente, a los mismos resultados, sumando desgaste y restando motivación y esperanza. El tercer punto, el más importante quizás, consiste en la orientación hacia el futuro, ese que aprendimos de Milton Erickson, con el efecto “bola de cristal”, en el cual los consultantes desarrollan una visión prospectiva de cómo les gustaría estar en un futuro no tan cercano ni tan lejano. Este concepto es retomado creativamente por Steve de Shazer (1982) con su conocida “pregunta del milagro”, en la que la pareja se imagina que en un día muy próximo se levanta y sus problemas y conflictos no existen más: ¿cuál sería la diferencia?, ¿Qué harían que no hacen?, ¿Cómo se daría cuenta de esto una persona que los conocía antes? En fin, una serie de preguntas que los orientaría hacia un lenguaje de solución de problemas, de cómo se comportarían entre sí de no tener dificultades, si no pensaran que él o ella no los quiere o si no creyeran que él o ella está enojado con el otro. 214
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Para nosotros, terapeutas, y para la pareja, éste terreno depende de la construcción de un espacio lingüístico más amplio, más flexible, más abierto a nuevas posibilidades. Esto significa recurrir a un lenguaje más grávido de significado, más rico en ambigüedad (me refiero a aquellas palabras o expresiones cuyo significado es más ambiguo o menos definido y que poseen mucha mayor capacidad de acción) que el anterior. El nuevo lenguaje, centrado en las soluciones, ensancha los espacios internos e interpersonales de los consultantes. Les ofrece variantes que probablemente afectarán sus emociones y sus estructuras cognitivas. En última instancia, reconocemos que las imágenes evocadas por las palabras son independientes de su significado, varían de una generación a otra, de una cultura a otra. Las palabras impulsan la aparición de ciertas imágenes que terminan configurando nuevas situaciones, creando determinados contextos interactivos y provocando emociones. Recíproca y circularmente, esto dará lugar a nuevas interpretaciones, explicaciones, y en definitiva auto justificaciones de las emociones, interacciones y situaciones anteriormente mencionadas. Por lo tanto, el efecto modulador del lenguaje permite la construcción de nuevas alternativa, y sobre todo, de la esperanza. Si bien uno podría decir que en el trabajo con familias con miembros afectados orgánicamente, la esperanza y el optimismo deben ser los elementos siempre presentes, en realidad podría extenderse este concepto a cualquier terapia, a cualquier contexto en donde se busque reemplazar cierto tipo de visión, así como ampliar y mejorar esa percepción, para transformar esa visión reductora que limita el desarrollo evolutivo de la pareja, en este caso, como totalidad y de sus miembros en particular. En esta fase el terapeuta realiza maniobras de aceptación de las posturas, de las expectativas contrastantes, de la discrepancia de la visión de uno y otro miembro de la pareja, elaborando intervenciones del tipo (dirigiéndose primero a uno y luego al otro pero siempre mirando al otro cónyuge, hablando pausadamente y buscando la aprobación o por lo menos la comprensión de ambos). Comprendo la posición que tuvieron que adoptar, probablemente hubieran querido que las cosas fueran diferentes; es más, hicieron todo lo posible para que así 215
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sucediera, y en cierto modo muchas cosas resultaron como ustedes desearon. Claro que, en algún punto, gracias a tu flexibilidad Ernesto, Ana, que tanto se esforzó por tener una buena relación con tus hermanos y que estuvo contigo, acompañándote hasta el final en la agonía de tu padre, ahora tiene que volver a sus ocupaciones y dada la tensión situada con tus hermanos, preferirá no ir a la próxima reunión, para resguardarse y para cuidar a la pareja, evitando ponerte en el medio por que estoy seguro que tú la defenderías si tus hermanos le faltan otra vez al respeto. Ella preserva su dignidad y confía en que sabrás como manejarte sin exponerla. Luego de una pausa, el terapeuta seguirá dirigiéndose a ella: Entiendo tu actitud, Ana, y comprendo cuán difícil debe ser para vos tomar esta decisión de no ir a la reunión. Me imagino que habrás pensado en todos los inconvenientes, en las desventajas de ésta elección, pero sobre todo, en el respeto y el cariño que le tienes a tu marido y sabes perfectamente que aunque solían ir juntos, en esta ocasión él preferirá ir solo a esa reunión, siempre pensando en hallar la mejor solución en relación con el tema de su familia de origen y pudiendo de esta manera, concentrarse en un solo frente. Por supuesto que, para hablarles así, se supone que el terapeuta conoce la forma de pensar de la pareja, que valores comparte, aunque a veces no concuerde en la forma de enfrentar las situaciones o simplemente estén estereotipados en la manera de actuar en ciertas situaciones. Este tipo de intervención atribuye una intención positiva a ambos cónyuges, los connota como preocupados y considerados hacia el otro y les permite actuar de una manera diferente a la habitual – en este caso, que ella pueda no ir a la reunión de la familia de origen de él (como él pensaba que debía ser y como solía suceder anteriormente), evitando así una nueva agresión que desencadenaría una situación aún más tensa, que repercutiría muy probablemente en la pareja.
Un cuarto punto, crucial en muchos casos, consiste en sacar de la cama conyugal y del ámbito de la pareja en general, a los miembros de las familias de origen, muchas veces grosera o sutilmente metidos en las disputas de la pareja. Poco a 216
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poco hay que invitarlos a que vayan saliendo de la escena conyugal para ayudar a la pareja, a construir su propia intimidad primero y su propia “tribu” cuando ésta pase al estadio de familia nuclear. Y un último punto no menos importante, aunque controvertido y difícil de encuadrar dados los permanentes cambios y transformaciones sociales, los mitos y prejuicios correspondientes a cada cultura en particular, son las cuestiones de género, siempre a tener en cuenta. En mi caso particular, me esfuerzo constantemente al respecto para asegurarme que ambos estén cómodos con mis comentarios (salvo que trabaje con una línea provocativa, claro está, pero se tratará entonces de una mera estrategia para un momento o una situación dada) y sin forzar el tema y volverlo omnipresente; lo tengo en cuenta como una variable de contexto, en donde lo “masculino” y lo “femenino”, propio de cada cultura y de cada microcultura en particular (más allá de las consabidas alusiones a lo biológico, por cierto presentes), en constante transformación cuestionando sus premisas día a día, desempeñan un papel explícito e implícito en las aspiraciones, conflictos y visiones de los componentes de las parejas.
El diálogo, la experiencia personal, la creación de la obra y algunas reflexiones acerca de la pareja
El siguiente diálogo entre dos actores argentinos, Susana Cart y Arturo Bonin, pareja en la vida real y co-protagonistas de dos comedias reflexivas sobre la pareja (Hasta que la vida nos separe y Cómo ríe la vida), expresa a mi juicio, la inteligencia emocional y la actitud proactiva de los que apuestan a la vida en pareja: Susana: esta obra partió de la observación de un fenómeno que se venía dando a nuestro alrededor. De todas las parejas amigas contemporáneas a la nuestra, de más de 22 años de convivencia, los únicos “sobrevivientes” éramos nosotros. Y había una frase que era un común denominador en las separaciones: “cuando se fueron los chicos, me di vuelta y no sabía quién era este hombre o esta mujer”…
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La idea es esa, ¿Qué le pasa a esa gente que no puede registrarse, que ha perdido el contacto al punto de no reconocerse? Arturo: Desde ya, al tratar de contar esto desde nuestra perspectiva, surgía un tono dramático que no era lo que pretendíamos, porque entendíamos, eso sí, queríamos hacerlo desde el humor. Accidentalmente y presenciando un espectáculo de un amigo, descubrimos una manera de mirar hechos dramáticos desde una perspectiva similar a la que queríamos y nos contactamos con el autor. Quedamos sorprendidos y aterrorizados, ya que él mismo era un joven de 23 años al que de todas formas convocamos, y nos llevamos la enorme sorpresa de encontrarnos con una mirada (que él luego confesó) que correspondía al hijo de ésta hipotética pareja. Desde donde podía aportar ésta cuota de humor imposible para nosotros. Susana: Tratamos de reflexionar sobre lo que somos, e intentamos modificar lo que entendemos que puede mejorar la relación y por ende nuestra vida. Todo esto desde el humor, porque creemos que es un excelente vehículo para que el espectador se relaje y se identifique con lo que está pasando en el escenario. Arturo: No damos recetas ni soluciones, simplemente, tratamos de cuestionar todo para que a partir del intercambio, surja una posibilidad de cambio. Susana: Cuando comenzamos a representar éstas obras, nos preguntamos ¿por qué la gente tendría que venir a vernos? Y pensamos que tal vez vinieran (y de hecho así fue y sigue siendo) porque va n a pasar una hora tratando de entender que le pasó a esa pareja que tras 25 años de casados se separaron y se reencontraron después de dos años. A lo mejor esto, con una sonrisa, nos hace replantear algunas de las pequeñas cosas de la vida cotidiana de una pareja, que es lo más difícil. Arturo: A lo mejor llegamos a vernos, porque siempre digo que el teatro es un espejo crítico de la realidad: quizás nos veamos reflejados críticamente y como nos sonreímos de ese exabrupto o de esa situación, podemos llegar a 218
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emparentarnos con esto desde otro lugar y decir, siempre con una sonrisa, “a mí también me pasa esto, tendría que tratar de modificarlo. A lo mejor mañana…”
Qué une y qué desune a una pareja
Arturo: Lo que une, amén de la atracción física, es la discusión, abrirse y sincerarse, contar lo que a uno le pasa, no lo que uno piensa. Asumir con responsabilidad la vida, la salud y la integración con el otro. Lo que desune es la indiferencia, el no hablar, los supuestos, los prejuicios.
Susana: Lo que une es la posibilidad de un trabajo ejercido todos los días, que implica mantener la independencia de la pareja del entorno familiar y social. Lo que desune es la deslealtad, la desconfianza, la competencia, el hacer responsable al otro de las desgracias de uno. Ambos: Nosotros somos defensores de la convivencia. Muchas veces nos decimos que tendríamos, por lo menos, cuatro o cinco motivos diarios para separarnos, pero hemos tomado la decisión política de pelear por nuestros vínculos más profundos. (Des Champs, 2002c). Concluyendo…
En éstas líneas finales quiero compartir algunas reflexiones muy sencillas; por ejemplo, que en la desafiante y fascinante psicoterapia de pareja, muchas veces es más útil mostrar y practicar maneras de hacer las cosas de un modo muy diferente del que han sido hechas anteriormente y evitar la retórica argumentativa, aunque uno sea un brillante y carismático expositor (y mucho menos cuando uno no lo es). También, que vale la pena esforzarse para crear un buen clima de trabajo en equipo, el cual habilita a pedirles consejo a los mismos consultantes, a preguntarles como suelen cambiar o mejorar las cosas (y seguro que alguna vez les ha sucedido, lo han logrado), qué herramientas, formas, estrategias utilizan 219
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cuando alcanzan los resultados deseados y, sobre todo, qué considerarían ellos ayuda, muy concretamente, de nuestra parte. Y, no por último menos importante, que querrían lograr en primer lugar uno y otro como resultado de la psicoterapia y no aceptar como respuesta frases hechas, estereotipadas, vagas, e imprecisas, sino hechos concretos, objetivos puntuales, escenas relacionadas realizables en un lapso razonable. En segundo lugar, si tienen objetivos en común, igualmente específicos y, en tercer lugar, si conocen los objetivos, las metas y anhelos de sus parejas o cónyuges y qué actitud tienen al respecto, a lo cual el otro mimbro debe responder si percibe tal o cual actitud. D esta manera, vamos construyendo en forma permanente una percepción circular de las situaciones relacionales en donde siempre ambos puedan percibir la coresponsabilidad de sus respectivas acciones. Finalmente, sugiero preguntar lo más a menudo posible: si les sirve el trabajo que estamos haciendo y, una vez más, cualquiera sea la respuesta y sobre todo si es afirmativa, preguntar qué es exactamente lo que les resulta útil y para qué los modifica y si quisieran agregar alguna cosa o cambiar algo de lo que venimos haciendo. A propósito de esto y como ejemplo paradigmático, en muchos casos discuto con los consultantes cuándo vienen la próxima vez, qué frecuencia de trabajo prefieren, semanal, quincenal o tal vez necesitan más tiempo para alguna tarea encomendada. Siempre prefiero que ellos tomen la decisión, lo cual les permite ir apropiándose del proceso del cambio de acuerdo con
sus propios
ritmos y los va llevando a incorporar la práctica permanente del consenso y del trabajo en equipo. Parafraseando la cita de McCullers, diría que ante todo, la psicoterapia de pareja es una experiencia compartida por tres personas, pero esto no quiere decir que la experiencia sea la misma para las tres personas involucradas. Está el que ama y el amado paro estos dos proceden de regiones distintas (aunque estos roles, el amado y el que ama, sean intercambiables, o los dos se amen por igual, pero no describan ese amor exactamente de la misma manera); y está el tercero en cuestión, el o la terapeuta requerido/a por la pareja, también procedente de una distinta región, de una cultura tal vez parecida pero siempre diferente, con su mapa teórico (más reducido o más amplio), su 220
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entrenamiento profesional y a sus experiencias e vida a cuestas en ese momento en particular. BIBLIOGRAFÍA
NEUHAUSER, J. 2001. Lograr el amor en la pareja. Ed. Herder UBANDO. F. Luis J. 2001. La relación de pareja 2ª parte. Ed. Instituto de estudios de la Pareja EGUILUZ, Luz de Lourdes. 2007. (comp). El baile de la Pareja. Ed. Pax México.
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