terapia familiar estrategica- Cloe Madanes.pdf

November 4, 2017 | Author: Benjamin Andrade | Category: Depression (Mood), Communication, Behavior, Psychotherapy, Family
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~rapia familiar estratégica ·.CJ

~ ,lCloé Madanes Amorrortu editores Buenos Aires - Madrid ;-·1

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BIBLIOTECA DE CIENCIAS SOCIALES YHUMANIDADES

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Biblioteca de psicología y psicoanálisis DirectOres: Jorge Colapinto y David Maldavsky Strategic Famüy Therapy, Cloé Madanes genitores. .. A veces el joven hace una fuerte apuesta para adqulflf poder amenazando con suicidarse. Se le plantean entonces al tera~euta dos opciones: 1) hospitalizarlo, lo que significa que la terapia se reanudará cuando le den el alta, o 2) hacer que los padres se _hagan cargo del hijo y ayudarlos a organizarse de man~ra de evitar el suicidio. Esta es una decisión difícil, que dependera de la graved~d de la amenaza de suicidio, de que haya habido o no intentos ante~o­ res, de la evaluación del interés de los padres por conservar ~on VI~a al hijo y de su capacidad para trabajar de con~uno_ a fm de ~pedir que el acto se concrete. Si el terapeuta no quiere ~temar al Joven, debe planear con cuidado la forma en que colaborara con los ~adres, quienes deberán vigilarlo durante las veinticuatro horas tumandose para que nunca quede solo. Por lo comú~, esto pone a pr:ueba la paciencia de los padres y los lleva a adoptar una postura mas firme ante el joven, exigiéndole que se comporte en forma normal. . .. Si el joven hace amenazas extremas y hasta amagos de s~ICidi?, el terapeuta puede a su vez plantear una amenaza al mat~oruo vinculada con esta conducta disociadora, de modo tal que SI esta continúa los padres se verán perjudicados. Así, el terapeuta exagera paradójicamente una de las dos jerarquías incongru~~tes, aq~ella en la que el joven tiene poder sobre sus padres. La familia reacciOnará reorganizándose de manera más congruente, para que los padres se hagan cargo. 4

· · • f u e Diane Gimber• 4 La terapeuta del caso que se expone a continuaciOn supervisada por la autora.

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Caso 15: Una muchachil autodestructiva Una muchacha de 15 años había tenido una conducta extravagante y varios intentos de suicidio, c1avándose agujas en los brazos, cortándose las muñecas con hojas de afeitar e infligiéndose otras diversas heridas. Decía oír voces que proferían palabras obscenas y la impulsaban a dañarse. La terapia se llevó a cabo con ella, su madre y su padrastro. Este último era un hombre bien parecido, diez años menor que la madre y otros tantos mayor que la hija. La chica era muy bonita y se mostraba muy interesada por el matrimonio de su madre. En cierta oportunidad le dijo en privado a la terapeuta que el padre leía novelas sobre relaciones sexuales entre adolescentes, y que esto preocupaba a la madre. Resultaba claro que con su loco comportamiento la chica ponía en peligro la estabilidad del matrimonio, ya que el padrastro debía aguantar a una hija demasiado grande para ser suya, que actuaba constantemente en forma insensata y suicida. La madre y el padrastro sentían temor ante la peligrosa conducta de la hija, quien estaba a cargo de la situación. Tras varias sesiones durante las cuales se logró que los padres se hicieran cargo de la hija, el comportamiento de esta mejoró, pero comenzó a faltar a la escuela y a emborracharse. Se le dijo a la familia que si bien la chica había mejorado, no estaba aún del todo bien, y como el terapeuta pensaba que las dificultades conyugales podrían estar de algún modo vinculadas a los problemas de la muchacha, la pareja tendría que traer esas dificultades a la terapia para su análisis. La madre respondió que no quería hacerlo, porque temía que eso pusiera en peligro la relación con su marido. El padrastro, que era un hombre tranquilo, musitó que concordaba con su mujer. La hija declaró enfáticamente que sus problemas nada tenían que ver con el matrimonio de sus padres. La terapeuta insistió, arguyendo que, por m:ú; que eso fuera desagradable, debían discutirse abiertamente las dificultades conyugales, y que ese era un sacrificio que debía hacer la madre en aras de su hija. La madre soltó el llanto y dijo que ya había sufrido un divorcio y sabía que también este matrimonio se quebrantaría si se trajesen esas cuestiones. La hija se puso a llorar también y afmnó que el matrimonio de su madre era irrelevante con respecto a sus problemas, y que de todos modos ella no tenía ningún problema ni causaría ningún trastorno. El padrastro permaneció en silencio. La terapeuta puntualizó que la muchacha ya había hecho esa promesa antes y por lo tanto mal se podía creer en sus palabras, y volvió a insistir en que los padres hablaran acerca de su vida matrimonial. Así siguió la sesión durante hora y media, cada uno aferrado a su posición. La intervención de la terapeuta magnificó el poder de la conducta disociadora de la muchacha sobre el matrimonio de sus padres. La familia abandonó la sesión sin haber llegado a ninguna solución. A partir de ese día la chica se condujo correctamente. En el curso

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de la siguiente semana se puso en cont~cto c?n su pa~re verdader~, que vivía a unos pocos kilómetros de _distancia, y le ~IJO que ne_c~Sl- . taba verlo -hacía años que no lo hacta- y que quena que se vtsttaran en forma regular. El padre se sintió com~lacid?, fue a ~:r a su hija y prometió repetir las visitas. Restablectda ast la relac10n co~ su padre, la chica siguió conduciéndose nor;nalm~nte y aband~~o la posición de poder disociadora que habta terudo con relac10n al matrimonio de su madre.

Autoridad conferida a otros parientes Cuanto más perturbado se halle el joven al comienzo de la t.era~~a, mayores son las probabilidades de que, tan pronto la organtZacton jerárquica de la familia nuclear empiez~ a tomarse c_ong~ente, se sume un pariente que influya sobre el JOVen y ~ alte a el, con. ~o cual se corre el peligro de que vuelvan a defmtrse en la familia dos jerarquías incongruentes. El ~erapeuta debe lograr que en vez de aliarse con el joven, esos panentes apoyen a los padres en su empeño por orientarlo. La autodefinición como inepto

Al afanarse por ofrecer orientación al. joven, ~s p.osible que un progenitor se percate mejor de sus propias defict~noias y. fallas, Y, en consecuencia, se trastorne o deprima. En oc~stones, dtcho tr~s­ tomo se relaciona con una lucha librada por _el con sus ~~optos padres, a quienes trata de impedirle que se alten con los JOVenes saltando las barreras generacionales. .. A medida que el joven mejora, las relaciones entre los fan;iliares pueden cambiar en formas a veces penosas para las personas mvolucradas. Tal vez sea entonces el propio progenitor quien ~enace con suicidarse 0 con un colapso psíquico, y sea necesarno. tener algunas sesiones a solas con él, o con la pareja de progerutores, para ayudarlos a soportar este mal trance. La amenaza de quiebra de la unidad parental

Al modificarse las relaciones, las dificultades de los padres pued:n exacerbarse. Estos empiezan a ponerse más exigentes con su hiJO y quizá también entre sí, lo cual quizás origine una amenaza de divorcio. En tales circunstancias, a veces es útil exage~ar el pod
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