Tequila y Limon

July 11, 2017 | Author: mandarina90 | Category: Love, Truth, Mexico, Philosophical Science, Science
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Descripción: Historia inolvidable que les va a enamorar. Transcurre en Mexico y España....

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TEQUILA Y LIMON

CAP. 1 PAOLA La nada agradable sensación de tener que cruzar el atlántico se alojo en mi estomago, volar no me agrada y menos tantas horas, pero lo valía por ver a Mariana tan feliz, mi Hermana menor no lo había pasado bien durante mucho tiempo, el divorcio de mis padres no fue cosa fácil para ninguna de las dos pero para ella menos, y debo admitir que siempre fui como Hermana mayor muy sobre protectora, le llevo casi cinco años; la llegada de Ricardo a su vida fue agua refrescante, el chaval tiene todo lo que se puede querer en un tío, Guapo, simpático, hijo de familia adinerada, y encima sencillo; reconozco que si me gustaran los tíos hasta yo hubiese sentido envidia de mi Hermana. Ricardo es mexicano, aunque tengo entendido que ha radicado fuera de su País por mucho tiempo y a España llego hace cosa de un año para concluir sus estudios y quedarse definitivamente con sus Padres quienes viven aquí desde hace varios años por los negocios de su familia, apenas hace ocho meses que Mariana lo conoció, la atracción fue inmediata y casi desde aquel momento fueron inseparables, cuando Ricardo le invito a viajar con él a México esta se puso como loca, en primera porque no se quería separar de su novio por tantas semanas, y claro que a quien no se le antoja viajar a otro País; pero mis Padres no fueron tan felices como ella, por lo que fue una pelotera con todas las armas que utilizan los hijos para obtener algo que quieren, llanto, enojo, chantaje, etc. Y en el caso de mi hermanita acudir a mí en busca de apoyo, y entre las dos continuamos con la presión hasta que Papá cedió un poco y eso basto para que mi Madre hiciera lo mismo, pero esta ultima puso como condición que yo la acompañase, ahí es donde quede atrapada en esta situación, porque tenía mis propios planes para las vacaciones; fue entonces que toda la artillería de Mariana se me fue encima y tampoco le fue tan difícil vencer mis defensas y aquí estoy, montada en un Boeing 777 rumbo a Ciudad de México. Ricardo: Tranquila Paola –así me llamo- te aseguro que dormirás la mayoría del trayecto. Paola: Tú lo dices. Mariana: Pao ¿de verdad que no te da emoción conocer otro País?, que digo otro País otro continente. Mariana: La verdad que no mucho. Ricardo: Cuando estemos allí vas a cambiar de opinión cuñadita, estaremos apenas dos días en el DF y luego iremos a Guadalajara y de ahí a Tequila a la Hacienda de mis Abuelos, te aseguro que lo pasaras muy bien

Paola: No lo dudo, pero la idea de pasar doce horas a once mil pies de altura me pone mal. Ricardo: En cuanto despeguemos te tomas una bebida y te anestesias un poquito. Paola: Vale – dije aferrada al asiento- pero tendrá que ser mas de una. Ricardo: Jajajajaja Mariana: ¿Y tu Hermana estará en México? - cuestiono dirigiéndose a Ricardo. Ricardo: No, Tzuri está en la hacienda, en cuanto esta libre vuela para allá. Paola: ¿Es mayor que tú? Ricardo: Si, tiene 24 años, me lleva tres. Mariana: ¿Y porque ella no vino a España a vivir vosotros? Ricardo: ¡Ufff! Eso fue todo un drama, mis Papas obvio querían que viniera con nosotros, pero ella se aferro a quedarse, tiene un carácter muy fuerte y con el apoyo de mi Abuelo se quedo, además que tenía 19 años, no era fácil obligarla. Pero ya termino la carrera, y llego el momento de trabajar en el negocio, y esta vez la presión será de toda la Familia, aunque conociéndola creo que no cederá. Paola: ¿Tu Padre es hijo único? Ricardo: No, Tiene un Hermano, mi tío Samuel, él con mi Abuelo se hace cargo de la producción del Agave y la destiladora, y de la distribución del Tequila en todo América, y mi Padre se hace cargo de Europa y el resto del mundo.; y se supone que mi Hermana y yo continuaremos con la labor de mi Padre y mis Primos con la de mi Tío. Mariana: Ahhh ¿pero tienes Primos? Nunca lo mencionaste, ¿y son tan majos como tú? Ricardo: jajajajaja nadie es tan majo como yo- dijo guiñándole un ojo- son tres Fernando que es de mi edad, Xochitl debe tener más o menos la tuya mmm, si como 17 y una escuincla divina, María de diez años. Pero creo que Fer y Xochitl decidieron pasar sus vacaciones fuera del País. Así que solo les tocara conocer a la peque. La conversación me resulto terapéutica porque durante esta el avión se elevo y casi ni me percate de ello, tres Whiskey’s surtieron su efecto y me dormí a pesar de ser las dos de la tarde; desperté unas horas después y comí algo, bebí más y volví a dormir, hasta que la claridad se asomo por las ventanillas, la vista de la Ciudad era impresionante aquello se vislumbraba enorme, una vez que aterrizamos, me sentí extraña, el cambio de horario resulto incomodo, es como si te hubiesen robado el tiempo, ya en el taxi la sensación cambio de a pocos, la vista durante el camino a lo que era el piso de la Hermana de Ricardo era maravillosa, grandes construcciones

antiguas mezcladas con edificaciones modernas, Arboles enormes bordeados de flores de diferentes colores, una muchedumbre de autos y gente, diferentes colores y sonidos; me perdí en todo aquello hasta que el taxi paro en un edificio bastante alto frente a un parque precioso, una vez dentro en aquel piso admire el gusto en la decoración bastante sencilla sin muchos ornamentos, y funcional, Ricardo me llevo hasta una habitación muy amplia con un ventanal enorme con vista al parque, cama de doble plaza, en la que se apreciaban fotografías de una chica preciosa de mirada intensa montada a caballo, abrazada de un Perro enorme, con un grupo de chicas y chicos. Ricardo: Pao, esta es la habitación de Tzuri, espero que te sientas cómoda en ella, o si prefieres ver la otra, él "depa" es pequeño y solo consta de dos habitaciones, cosas de mi hermana que es demasiado practica. Paola: No está queda perfecta para nosotras- dije seria, a sabiendas de la mala pasada que les estaba jugando a estos dos- la vista esta preciosa.- me hizo gracia la expresión de Ricardo y la mirada furiosa de Mariana. Ricardo: ehh, amm, eeeste, mira Pao yo tenía pensado que, pues que, - decía titubeante- tú sabes. Mariana: Por Dios Paola, que Ricardo y yo vamos a dormir juntos, no lo pongas en estas mujer - Dijo esto tomando de la mano a su novio saliendo de ahí para dejarme muerta de la risa. Una vez sola pude satisfacer mi curiosidad inicial y tome una de las fotografías que descansaba en la mesita de noche, la única en donde la chica estaba sola, solo abarcaba su rostro enmarcado por el cabello suelto que caía cual cascada de Chocolate sobre sus hombros, su mirada era de un marrón tan obscuro que sus ojos parecían negros, de tez blanquísima labios carnosos y cálida sonrisa, supuse que era La Hermana de Ricardo, que en ese momento apareció en el marco de la puerta y me dijo: Ricardo: es Tzuri. Paola: Si lo supuse- dije al tiempo que colocaba el portarretratos de nuevo en su sitiohay mucho parecido entre ustedes. Ricardo: si nos hicieron igual de bonitos a los dos- dijo sonriente- como ves si después de ducharnos salimos a que conozcan un poco de la ciudad ¿o prefieres descansar? Paola: No, Salimos ya dormí suficiente durante el vuelo. –dicho esto quedamos en alistarnos para irnos a comer, hacer algún recorrido y luego irnos de marcha. Los dos días en el DF como Ricardo le decía a la Ciudad fueron bastante divertidos, la comida mexicana me encanto, claro no toda porque alguna es demasiado picante, "los antros" como también les llamaba Ricardo fueron suficientes para hacerme pasar

del pesar inicial de haber cambiado mis planes vacacionales. Estábamos alistando todo para partir hacia Guadalajara en donde estaríamos apenas un momento ya que nos estarían esperando para llevarnos hasta la hacienda de la familia de mi Cuñado. Una vez en la salida del aeropuerto Ricardo se dirigió a un Chaval moreno de rostro amigable y que le sonreía de oreja a oreja al tiempo que le abría los brazos en señal de bienvenida; notablemente alegre por verle, Ricardo le abrazo y ambos se palmearon las espaldas. Ricardo: ¿Cómo estas Cabrón?, que gusto me da verte en serio wey, que chingon que ya estés aquí Juan, y que hayas sido tu quien vino por nosotros. Juan: Pinche Españolito, le dije a "Lobo" que si te escuchaba sisear como al pendejo de Hugo Sánchez te iba a agarrar a putazos wey, jajajaja, llegue ayer y cuando Papá me dijo que llegabas hoy, le dije que yo venía por ti, ¿y qué traes novia Wey?. Ricardo: Si, Mira – Volviéndose a nosotras – Amor, Pao, este es mi mejor amigo desde la infancia Juan- esta es mi chava Bato, y ella es mi cuñada. Mariana: Hola que tal, mucho gusto Mariana.- saludo mi Hermana. Paola: Hola mucho Gusto Juan Soy Paola - le dije yo a mi Vez sonriendo, me divertía el modo de hablar de Ricardo en cuanto piso suelo mexicano. Una vez en camino a nuestro destino Ricardo y Juan empezaron a charlar ya que estos iban en la parte delantera, no sé si de pronto se olvidaron de nuestra presencia, por su conversación parecía que así fue. Juan: No pus si Bato, está muy Chula tu chava, y también tu cuñada, ¡mmm! Rosi se va a poner muy celosa – Dijo esto y Ricardo frunció el ceño y la entonación de Juan fue de seriedad- sigue clavada wey. Ricardo: ¿Pero cómo? ¿Después de tanto tiempo?, lo siento de veras yo sé que es tu Hermana bato y sabes que los quiero como si lo fueran míos, caray crecimos juntos, y por eso mismo siempre fui sincero con Rosi, y le dije derecho que esa relación no tenia futuro. Juan: todos se lo advertimos hasta la misma Tzuri… y Rosi lo sabía, pero como ella misma dice carnal, en el corazón no se manda, y se estampo, pero lo peor es que sigue, y ahora con la posibilidad de la convivencia se alboroto otra vez; pero me temo que traes materia de placer para el motivo de sus sueños, y de tortura para ella. En ese momento Ricardo recordó de pronto que escuchábamos, y con evidente nerviosismo pregunto si íbamos cómodas, y aunque dijimos que así era, el rostro de Mariana reflejaba malestar por lo que acabábamos de oír, bueno hasta yo estaba un poco molesta por lo desconsiderado que había sido por parte de Ricardo el estar hablando de la relación que sostuvo con la tal Rosi con tanta frescura enfrente de su novia, aunque manifestara abiertamente que eso nunca tuvo futuro.

El resto del camino fue tenso debido a eso, Ricardo preocupado por Mariana quien estaba evidentemente descompuesta y yo en medio de aquella situación, solo Juan parloteaba alegremente sobre trivialidades. Cuando llegamos a una verja enorme y esta se abrió automáticamente mi mente se disipo de todo para admirar el camino lleno de arboles y topar de frente con una casona enorme hermosa de evidente construcción colonial al bajar de la furgoneta ya nos esperaban una señora muy guapa y elegante que abrazo a Ricardo con efusividad y un señor altísimo muy apuesto y erguido que sonreía franco y nos miro con calidez, Ricardo los presento a ambos como sus abuelos. Ricardo: Miren ella es mi novia Mariana y ella es su hermana Paola- dijo esto tomando de la mano a Mariana y dirigiendo su mirada hacia mí. Abuela: Ven acá niña dame un abrazo, mira que es la primera vez que este truhan me presenta una novia- dijo dulcemente la señora- mira qué bonita estas, - le dijo a Mariana, volviéndose luego a mi me saludo con la misma dulzura que lo hizo con mi Hermana- Que placer tenerlas aquí. Abuelo: A ver Chiquilla, si que estas bonita, y tú no te quedas atrás - dijo esto abrazándome también- mmm Quizá tu también te quedes en la familia, yo sé de alguien que con gusto te echaría un lazo. Abuela: Alberto la vas a asustar- no hagas caso hija- este viejo tiene alma de casamentero y siempre anda buscando emparejar a sus nietos. Abuelo Alberto: jajajaja no me regañes Esther, es que esta niña de ojos azules me gusta para que se convierta en mi nieta favorita. Ricardo: a propósito y Tzuri porque no está aquí. Antes de obtener respuesta se escucharon cascos de caballo a todo galope y todos nos volvimos en dirección al sonido, montada en un animal bellísimo venia la mujer más hermosa que hubiese visto, definitivamente la foto no le había hecho justicia, con movimiento ágil desmonto y con amplia sonrisa y caminar felino se acerco a nosotros. Tzuri: ¡¡¡Enano!!! – Abrazo a Ricardo acariciándolo en la cabeza como si este fuese todavía un crío- que ganas de verte escuincle. Ricardo: ¡¡¡Tzuri!!! Oyeee, que ya no soy un niño- decía medio avergonzado, medio divertido con la situación- mira ven te voy a presentar a tu cuñada, ella es mi Hermana Tzuri mi amor, dijo pasándole el brazo por la cintura a Mariana. *Tzuri: Hola Linda es un placer conocerte al fin- se acerco y tomándole de los hombros le dio un beso en cada mejilla – Así se saluda en tu tierra ¿cierto? *Mariana: Jajajaja, si, para mí también es un placer conocerte Ricardo habla mucho de ti.

*Ricardo: y ella es Paola mi cuñada. Tzuri Marcela: es cero Cool que me dejes en estas amigui. Tzuri: ¿Cambiaria en algo si me quedo Marce? Marcela: Hay Amigui, eso es mucha crueldad de tu parte, que ¡insensibleee! Tzuri: no Marce, eso es practicidad, de verdad no te entiendo, como es posible que sigas con Alonso. Marcela: Ese el problema que no sigo con él, ya terminamos y aparte de eso mi mejor amiga se va a enterrar a la casa de sus abuelos. Tzuri: Marcela, no has terminado nada, esto es otro pleito tonto, e inútil de tu parte con un novio que te pone el cuerno con todo lo que se le atraviesa y que es un estúpido machista. Ya te dije si quieres venir conmigo eres bienvenida. Marcela: Nooooo amigui si está bien que estoy desesperada pero no es para tanto, oye ¿y qué onda con Fernanda? Tzuri: Que onda de que… Marcela: pues que paso con ella, ¿lo suyo sigue? Tzuri: Pues es que en realidad no había algo así como lo "Nuestro", algo que ella no entendió, y deje de verla. Marcela: Amigaaa, eres muy mala, pareces hombre. Tzuri: esto no es cuestión de sexos Marcela, y si tienes razón, no soy nada recomendable como pareja, es algo que ni siquiera analizo, pero no tengo interés en una relación que implique compromiso alguno, y solo me interesa pasar el rato; precisamente por eso te digo que Alonso te va a hacer mucho daño, mas del que te imaginas. Marcela: ¡Hello, Nada que ver!, amigui, mi baby, será todo lo que tú quieras pero siempre regresa conmigo. Tzuri: jajajajaj, Tu baby, solo toma lo que tú le das con tanta facilidad, es muy fácil hacer eso, te lo digo por experiencia; Marce este Chavo de verdad no siente nada por ti. Marcela: Tzuri, me estas hiriendo amigui; además como puedes saber tu de sentimientos si eres una mujeriega, que nunca se ha enamorado.

Tzuri: Lo que menos quiero es herirte, eres quizá mi única amiga, y precisamente por eso te digo que deberías apuntar para otro lado, pero sé que seguirás allí hasta que te des en la cabeza, y donde quiera que esté en ese momento buscare el modo de estar para ti. Marcela: jajaja Si, soy tu única amiga, porque te tiras a cuanta falda se te atraviesa, me debería sentir ofendida por qué conmigo nunca lo has intentado, bueno yaaa, cambiando de tema, ¿qué vas a hacer, te vas a España o no? Tzuri: No sé, no quiero, amo vivir aquí, amo estar en la hacienda, mmm, no sé, puedo contra todos, pero mi Abuelo es otra cosa, el viejo invariablemente me ha apoyado en todo, ha estado para mí en los momentos más difíciles, cuando les solté a mis padres que soy homosexual fue él quien me respaldo, ante ellos y el resto de la familia, cuando la empresa se vio en la necesidad de que alguien se estableciera en Europa y me negué a irme también me apoyo, siempre ha manifestado lo orgulloso que esta de mi, y lo último que me dijo es que había llegado el momento de demostrar porque soy su más grande orgullo, y se refería a que me llego la hora de trabajar junto a mi Padre. Marcela: O sea amigui que te me vas… Tzuri: No se, aún no lo sé. El Trayecto a casa de mis abuelos me pareció eterno, de verdad amo ese lugar, moría por ver a mi viejo y a Yure, mi yegua, una vez allí, mi abue me recibió con la noticia de que Ricardo llegaba en unos días y que venía acompañado con su novia, me hizo gracia mi reacción seguía viendo a mi Hermano como un niño, hacia casi un año que no lo veía, Chelito me preparo unos chilaquiles que me supieron a gloria, mi Abuelo no estaba, y a pesar del cansancio por las horas de manejar me dirigí a las caballerizas, Yure me sintió antes de llegar y comenzó a relinchar, y la estaba acariciando cuando sentí unos pasos acercarse hacia mí, no hice mucho caso, pensé que podría ser Melesio, así que cuando sentí unos brazos rodear mi cintura me sobresalte y me volví abruptamente, Rosi me sonrió, colgándose a mi cuello me beso, por un instante me deje llevar, pero casi de inmediato con la mayor suavidad que pude me retire, lo que menos deseaba era hacerle más daño, no otra vez, ella me miro consternada y me dijo: Rosi: estaba desesperada por verte, por favor no me rechaces. Tzuri: … Rosi, no volvamos a lo mismo, no quiero hacerte daño, sabes que te Quiero, pero no de la manera que esperas. Rosi: Por favor, intentémoslo, ha pasado mucho tiempo y no puedo olvidarte. Tzuri: Ya lo intentamos, ya cometí ese error, y como preví te lastime, no voy a permitirme que pase de nuevo, tu sabes que quiero a Mele y a Chelito como si fuesen mis padres y Juan es casi un Hermano para mi, y tú Rosi, en verdad me importas, no va a volver a pasar. – Dije con firmeza marchándome de ahí.

Pensé que Rosi no estaría, crecimos juntos Ricardo, Rosi, Fer, Xochitl, Juan y yo, fueron nuestros compañeros de juegos, una vez adolecentes Juan se volvió mi confidente, el primero en saber mi preferencia sexual, el primero en mostrarme que el verdadero cariño es comprensión, cuando me di cuenta de que Rosi se sentía atraída por mi ya tenía yo camino recorrido, en mis pininos amorosos tuve unas cuantas relaciones que se podrían considerar serias, pero pronto me di cuenta de que eso no funcionaba para mí, y me convertí en lo que soy, mujeriega, Casanova, como les guste llamarme, que le voy a hacer me encantan las mujeres, y Rosi no fue la excepción, como no gustarme esa morena de cuerpo escultural, y aunque me resistí en principio sobre todo por el afecto hacia su familia y a ella misma, y claro también porque mis abuelos le tienen muchísimo cariño y no me lo perdonarían, pero fui débil ante la insistencia de ella, la diferencia fue tal vez que le advertí cual sería el desenlace, además de que intente que las cosas fueran distintas con ella, pensando que tal vez por el cariño que le tenía podía funcionar, pero no fue así, y aquello no termino bien, Mele y Chelito nunca se enteraron, no sería fácil para ellos darse cuenta de que su hija se sentía atraída por una mujer, si lo mío les costó mucho entenderlo aun ahora Chelito dice que lo que me hace falta es encontrarme un hombre que me sepa llegar; tampoco mis abuelos se enteraron; pero Juan si, y esa etapa logro distanciarnos, y no fue fácil superarla, Ricardo también se molesto conmigo cuando se entero. Definitivamente no repetiría la historia, y aunque ahora la dificultad de rechazarla radicaba mas en un sentimiento de culpa por herirla, sabía que a la postre sería mucho peor que accediera. Los días siguientes fueron tranquilos, me dedique a entrenar para la charreada, a disfrutar a Yure, y a mis Abuelos, y saliendo a montar con María mi primita, y parrandear por la ciudad ligando algo momentáneo; hasta que llego Juan, mi mejor amigo. Tzuri: ¿Que tal la Narro?- La escuela de Agronomía a la que asistía. Juan: Padre, ya estoy por terminar "Lobo"- así me llamaba desde niños. Tzuri: Te extrañe "Pantera" Juan: También yo…- note como intentaba evitar que sus pensamientos se volvieran una oración. Tzuri: Suéltalo… Juan: nada…Bueno si gracias Tzuri: ¿De qué? Juan: Rosi… todavía esta necia contigo, pero parece que lo que le dijiste surtió efecto. Tzuri: Lamento mucho que las cosas hayan sucedido así, pero te aseguro que no volverá a pasar.

Juan: Lo sé Lobo… además mi hermana no era una niña cuando todo aquello paso... Creo que fui injusto contigo. Tzuri: no digas nada, tu sabes que te quiero Pantera, además estoy muy consciente de que no me porte bien; mejor hablemos de otra cosa, ¿sabes que Ricardo llega mañana? Juan: Si me dijo mi Papá- le dije que yo voy por él, que trae novia el Cabron. Tzuri: jajajaja si. Juan: bueno eso si te digo, si lo oigo sisear le parto su madre al wey, jajajajaja. Tzuri: jajajaja, no lo creo pero ¿quién sabe? Me levante temprano, desayune rapidísimo y estaba a punto de salir cuando mi abuela me Salió al paso, Abuela Esther: ¿niña a dónde vas? Tu hermano no tarda en llegar, además viene con visita, ¿no deberías estar aquí para recibirlo? Tzuri: Abue, tengo que entrenar, pero te prometo que estaré aquí para cuando lleguen. Abuela Esther: No, por supuesto que no, tú te quedas aquí, y te preparas para recibir a tu Hermano y a sus invitadas, vas a llegar tarde, a golpe de caballo, y además en fachas, Tzuri, ¡Por Dios! Que Viene la novia de tu Hermano con su Hermana. Abuelo Alberto: Mujer déjala que vaya, anda hija vete, pero eso sí tendrás que estar aquí antes de que llegue tu Hermano. Tzuri: Te adoro Viejo- dije esto dándole un sonoro beso en la mejilla para luego salir corriendo, antes de darle oportunidad a la Abuela. Abuela Esther: Sigue consintiendo todos sus caprichos Alberto, tu Sabes que la Adoro igual que a todos mis nietos, pero gracias a ti Tzuri no tiene medida. Abuelo Alberto: Mi amor, no te voy a negar que de mis nietos es mi favorita, me siento muy orgulloso de su carácter, de su fuerza, del coraje con que defiende su vida, pero en este momento no es cuestión de consentirla nada más porque si, nadie, escúchalo bien, ni siquiera nuestros hijos aman estas tierras como ella, y en poco tiempo se tendrá que ir al otro lado del mundo, déjala disfrutar estas semanas viejita. Abuela Esther: Hay Alberto, me dejas sin argumentos, es verdad Tzuri ama como solo tú lo haces estas tierras; ¡mmm! pero yo no estaría tan segura de que se ira. Abuelo Alberto: jajajaaja ya lo veras. La mañana se me fue rapidísimo, cuando me acorde ya era tardísimo, me despedí de las y los muchachos que participarían en la charreada e hice correr a Yure como a ella

le encanta que la corra, cuando llegue vi la expresión de desaprobación de mi abuela, la mirada tierna de mi abuelo, a mi hermano muy sonriente y dos chicas que apenas detalle, baje de mi yegua y me apresure hasta llegar a mi Hermanito, debo admitir que me deleite jugando un poco con él con la intención de hacerlo pasar un mal rato, fue entonces cuando observe a las dos chicas… carajo que ojos mas lindos, de un azul turquesa intenso, detallándola más toda ella estaba lindísima, mis pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de mi hermano que para ese momento ya tenía tomada por la cintura a la otra chica, a la que me presento como su Novia, luego espere a que me presentaran a la belleza. Ricardo: Mira ella es Paola mi cuñada- menos mal que es la Cuñada y no la novia pensé. Paola: Hola es un gusto conocerte - y a parte tiene bonita voz- esta bellísimo tu caballo- agrego. Tzuri: El gusto es todo mío, y es Yegua y no esta tan bella como tú. – note la mirada fulminante de mi Abuela, ante mi evidente coqueteo, pero poco me importo esto cuando me percate de las mejillas sonrojadas de mi concuña. Cuando nos disponíamos a entrar a la casa mi Abuela se quedo dando órdenes a los empleados para que llevaran el equipaje a las habitaciones, y mi abuelo tomo a las muchachas una en cada brazo adelantándose junto a ellas mientras Juan, mi hermano y yo caminábamos detrás y este me dijo. Ricardo: ¡Quieta veneno! – en un tono juguetón. Tzuri: ¿De qué hablas? – dije con pretendida ingenuidad. Ricardo: Tzuri; no te hagas que la virgen te habla, además de que es la Hermana de Mariana, es una buena chica, y le tengo mucho aprecio, no me hagas esto, por favorme dijo en un tono más serio. Tzuri: ¿Entonces Vas en serio con la chiquita? Ricardo: Muy en serio. – lo dijo con una firmeza que me impresiono. Tzuri: Ok Brother, me portare muy bien, lo prometo, pero antes una pregunta másme miro con el ceño fruncido- ¿tu cuñada es Hetero? Ricardo: ¡Babosa! – en medio carcajadas me dio un pequeño aventón, para luego abrazarme, Juan reía junto a nosotros y así abrazados los tres entramos a la casa.

PAOLA Lo que me ha pasado con esta chica es muy fuerte, digo, claro que me ha gustado más de una mujer a primera vista, pero esto es diferente, solo sentirla cerca me

estremeció, y esa mirada, el choque de su mano con la mía, el roce de nuestras mejillas me han invadido infinidad de sensaciones, y por un momento intuí un intento de flirteo… pero no, que va, una vez en la estancia se comporto de lo más normal, amable como el resto; fue más bien una pequeña jugarreta que mis deseos le hicieron a mi mente, claro, cómo iba a ser que esta tía se me lanzara así tan directamente frente a sus abuelos, hermano, cuñada y amigo; además de donde saco yo que le van las chicas, no pude evitar observarla todo el tiempo que estuvimos en el mismo espacio, creo que incluso ni me enteré de que se habló, apenas reaccione cuando la abuela de Ricardo le indico a una mucama que nos guiara a Mariana y a mí a nuestras respectivas habitaciones. Mucama: Señorita Mariana esta es su habitación- abriendo una pesada puerta labradami nombre es Rosario y estoy para servirle en todo lo que necesite. Mariana: Muchas gracias Rosario- le contestó- Pao nos vemos en media hora para comer. Paola: ¿Cómo? ¿Para comer? Mariana: Mujer ¿en qué mundo vives? la abuela de Ricardo ha dicho que en media hora servirían la comida. Paola: ahhh si eso, vale pues ya esta- evidentemente no me entere de nadaRosario: Niña su habitación es un poquito más adelante- indicándome el camino, le seguí y una vez allí- bueno niña lo mismito que le dije a su hermana le digo usted, estoy para servirle en todo lo que se le ofrezca. Paola: Gracias Rosario eres muy amable. Me tiré un momento sobre la cama -me sentía agotada- y volví a sumergirme en mis pensamientos, hace mucho tiempo que me asumí gay, desde los 15 años no me quedó más remedio que aceptarlo cuando me encontré en la habitación de una compañera de clases comiéndonos la boca, claro que antes de eso sabia sin admitirlo que era diferente a todas mis amigas, mientras ellas babeaban con algún niñato y se pasaban horas hablando del chico que les gustaba, yo miraba a Susy en cada oportunidad que tenia, hasta que logre acercarme a ella y terminamos aprovechando las horas en nuestras respectivas casas con el pretexto de estudiar y ayudarnos en los deberes para explorándonos mutuamente, a partir de ese momento di rienda suelta a mi sexualidad pero siempre en la obscuridad, nunca me he atrevido a asumirme ante mi familia, primero las cosas entre mis padres siempre estaban mal, después vino un divorcio tremendamente difícil, fue una lucha encarnizada que solo se detuvo cuando vieron hasta qué grado afectaron a Mariana que estaba en la edad más complicada; no sé, mis amigas - quienes hace rato abandonaron el armario- dicen que son pretextos, que lo que me pasa se llama miedo, y quizá tengan razón, no hace mucho que termine mi última relación en la que estuve poco más de un año y la razón fue que Sofía se canso de estar en la sombra, no es la primera vez que me pasa, y me duele sí, porque no soy del tipo de jugar, de verdad que busco una relación estable, quizá si fuera de otro

modo me lo llevaría más fácil. Y ahora estaba en una situación extraña, sintiéndome profundamente atraída por la hermana del novio de mi hermana, ¡por Dios que trabalenguas!, no era algo que debía preocuparme mucho, empezando con que seguramente Tzuri era heterosexual, además solo estaríamos unas semanas aquí y claro, lo más importante, mi hermana, su novio y la familia entera de éste, ¿qué pensarían si se enteran que soy homosexual? Me decidí a levantarme de la cómoda cama matrimonial y solo entonces admire la decoración de la habitación, la cama colonial de cabecera labrada, el suelo de barro, el ventanal con balcón, y me dirigí ahí abriéndolo de par en par, "que vista más bonita" esas deben ser las plantas de las que extraen el tequila, por lo menos es el dibujo que traen muchas de la botellas que lo contienen, pero son enormes, no sé porque se me figuraba que eran pequeñas; Y ese pequeño chalet es como de cuento. Me agradó la idea de dejar el ventanal abierto y me acicale un poco antes de marchar al comedor. Abuela Esther: hola hijita, ven siéntate – me recibió esta dulce señora. Ya estaban en el comedor Mariana, Ricardo y en ese momento estaba llegando el abuelo. Abuelo Alberto: niñas, ¿se acomodaron ya? – espero que se sientan como en su casa. Mariana: Si gracias, esta preciosa la habitación. Paola: Si gracias, y en verdad mi habitación también esta preciosa, y tiene una vista de lujo. Tzuri: ¿Abuelo estas de coqueto con estas beldades? – irrumpió repentinamente en la pieza. Abuelo Alberto: No hija, pero sí te puedo decir que estoy empeñado en que esta niña también quede en familia - dirigiendo su mirada gris hacia mí – ¿cómo ves? ¿Crees que se me haga el milagrito, y esta hermosa criatura se convierta en mi nuera favorita? Tzuri: no lo sé abuelo, habrá que preguntarle a Ricardo si dejará que España vuelva a conquistar México. Ricardo: pues si bien recuerdo esa conquista le costó muchas lagrimas a Hernán Cortes. Tzuri: y sangre jajajaja. No, no le fue fácil, pero después le fue re bien. Ricardo: No creo que sea bueno repetir la historia. No es eso lo que dicen, que para eso sirve recordar para no repetir los mismos errores. Abuelo Alberto: mmmm, jajajajaja, mijita veo que ya te jalaron la rienda, jajajaja. Tzuri: jajajaja Si abuelo, pero tú nada más me dices, ya sabes que para mí no hay más jinete que tu, nada mas doy un reparo y hecho la carrera.

Abuela Esther: Dejen de estar hablando de ese modo, miren que dudo mucho que las muchachas los comprendan, ni yo los entiendo, y tu hija no les prestes mucha atención, en esta familia las mujeres bonitas como tú siempre causan alboroto- dijo palmeando mi mano- a ver ya sirvan Chayito, espero que les guste la comida, ordené que no usaran mucho chile; y no respingues niña -dijo en dirección a Tzuri- a ti te preparo Chelito algo aparte. La comida transcurrió entre conversaciones anecdóticas sobre la infancia de Ricardo y la vida de la familia, preguntas acerca de nosotros, nuestra familia y vida, a mi me costaba trabajo concentrarme en la misma, en principio porque la mirada de Tzuri -que estaba sentada frente a mi- me ponía muy nerviosa, y luego quería descifrar lo dicho por el abuelo Alberto como él mismo nos pidió que le llamásemos, Tzuri y Ricardo ¿con quién me querían enrollar?, según recuerdo Ricardo menciono a un solo primo, de lo que no estoy muy segura es de la edad de este chaval, algo dijo de que era de su misma edad o de la de Mariana, pero para el caso sería menor que yo, o por uno o por cinco años, bueno tampoco es que sea mucho, además Ricardo mencionó que sus primos no estarían aquí, -mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuche mi nombre. Abuela Esther: Paola hija, ¿si te gustaría ir a pueblo? Paola: Ehh, Si perdón, si claro. Abuelo Alberto: la tarde está muy agradable, podrían darles un recorrido por los campos. Ricardo: uyyyy hace mucho que no hago eso, es padrísimo, mi amor, Pao ¿qué opinan? Mariana: yo lo que tú quieras amor Paola: Si, claro lo que ustedes decidan por mi está bien. Bueno se decidió a por eso, y nos encaminamos a nuestras habitaciones a fin de acicalarnos y ponernos algo que abrigara más porque según nos advirtieron más tarde la temperatura bajaba y podía llover, una vez lista pase por Mariana para bajar juntas. Nos encaminamos a la estancia y sentí algo extraño en mi estomago cuando vi a Juan y Tzuri tomados de la mano, pero casi de inmediato me olvide de mí cuando vi el rostro de Mariana totalmente descompuesto, y ahí me percate de que Ricardo abrazaba y jugueteaba con una chica guapísima, morena de mediana estatura, de curvas bien pronunciadas y ojazos enmarcados por unas larguísimas pestañas; una vez que percibieron nuestra presencia los cuatro se encaminaron hacia nosotros, apenas alcance a susurrarle a mi hermana que se controlara. Ricardo: Mira mi amor- dijo abrazando a Mariana- ella es mi hermana postiza, Rosi. Mariana se quedo estática, sin embargo la chica se acerco con una sonrisa cálida y franca y le abrazo y le dio un beso en la mejilla.

Rosi: Hola que gusto me da conocerte, Ricardo me ha hablado mucho de ti, estoy feliz de que por fin alguien le haya echado el lazo a este loco. Mariana: Hola el gusto es mío – dijo fríamente, pero la chica ni se inmuto. Ricardo: y ella es Paola mi cuñadita. Rosi: Que tal – dijo extendiéndome la mano. Es curioso pero mostro la misma frialdad al dirigirse a mí que Mariana hacia ella. Paola: Que tal mucho gusto. Tzuri: Espero que no estén muy cansadas, porque pensamos en un pequeño cambio de planes, vamos a recorrer los campos y después iremos a la laguna, ¿se les antoja una fogata?, o por supuesto si prefieren el plan inicial no hay problema. Ricardo: ¿Pao, mi amor, que opinan? Paola: Por mi está bien. Mariana: Como ustedes quieran – aun con el ceño fruncido. Juan: Mis chavas, solo falta saber si saben montar a caballo. Paola: Si claro. Juan: bueno no se diga mas; Lobo, Ricardo voy por los caballos. Tzuri: Yo voy contigo. Rosi: Yo también voy. Una vez que se marcharon y quedamos a solas con Ricardo se desato la hecatombe entre este y mi hermana. Mariana: Es mucho descaro el tuyo ¿No crees? Ricardo: ¿A qué te refieres? no entiendo. Mariana: A que tú te crees que soy tonta, a eso. Ricardo: sigo sin entenderte mi amor. Mariana: Ahora resulta que el tonto eres tú, te parece bien que en mi primer día aquí tenga que soportarme a una ex novia tuya, y una que además sigue colgadita por ti. Ricardo: ..Pero… de que hablas Mariana, ¿cuál ex novia? Mariana: Te estás pasando Ricardo Aragón, menuda gracia me hace a mí que me trates de lunática.

Ricardo: pues no me dejas de otra Mariana Carbajal; por que en verdad no comprendo. Mariana: puffff a ver si te enteras, por si no recuerdas cuando hablabas con tu amigote, estaba escuchando todo, y hablaban de Rosi y de que ella seguía colgada de ti, y estaba esperanzada de que ahora mismo podía surgir de nuevo el romance, pero que esto se le iba por el caño porque traías compañía. Ricardo paso de la expectación a una sonora carcajada, cosa que enfureció todavía más si es que esto se podía a Mariana; mientras yo no sabía si suplicar mentalmente que regresaran pronto con los caballos o que se tardaran lo mas que se pudiera para evitar que se enteraran del pleito de estos dos. Ricardo: Perdona, perdona, pero no pude evitar la risa, amor estas equivocada, yo nunca he tenido nada con Rosi, te lo juro, no hablábamos de mí, es complicado, es decir la situación no es fácil de explicar y claro que pensaba decírtelo, es un tema que definitivamente tenía que tocar contigo, pero con más calma, pero te aseguro que Rosi está enamorada de alguien cercano… pero no de mí Mariana: ahhhh si ¿de quién? – totalmente incrédula de la versión que Ricardo le estaba dando. Ricardo: ok ahora mismo no te voy a poder dar muchas explicaciones, pero te diré de quien y luego con más clama responderé a las dudas que seguramente surgirán del nombre que te daré. Mariana: Vale estoy esperando- yo también quería escuchar-. Ricardo: ¡Tzuri!, Rosi está enamorada de ¡Tzuri! TZURI Juan: Lobo, ¿qué te preparen a Yure? Tzuri: No, Tiene que descansar para los entrenamientos y la charreada, que ensillen a Cancia. Juan: ¿Y para las Chavas? Tzuri: escoge los más mansos, no sabemos qué tan acostumbradas están a montar en este tipo de terrenos. – dicho esto se encamino junto con tres peones. Rosi: Es bonita la novia de Ricardo, ¿verdad? Tzuri: Si, lo es. Rosi: ¿Y la hermana? Tzuri: ¿La hermana qué?

Rosi: Te gusta, ¿verdad? Tzuri: Rosi no me hagas preguntas si sabes que la respuesta no te va a gustar. Rosi: ¿Te gusta? Tzuri: …- jale aire antes de responder- Si me gusta. Rosi: pues no entiendo porque, es muy desabrida. Tzuri: jajajajaja, pues cuando la pruebe te digo, a lo mejor y no sabe a nada, pero chanza y esta deliciosa. Rosi: A veces puedes ser terriblemente cruel, no entiendo como sabiendo todo lo que te amo, no me das la oportunidad de darte todo lo que necesitas. Tzuri: No me gusta lastimarte, pero no me dejas opción, lamento que no comprendas que no hay forma de que puedas satisfacer mis necesidades, creo que no hay nadie que pueda, pero lo que más lamento es que sea tan difícil recuperarte como amiga. Rosi: Pero a ella no te importa lastimarla, es carne nueva y te mueres por tirártela, no como yo que me usaste y me botaste. Tzuri: ¡Carajo Rosi! Nunca te engañe, y lo sabes, no te prometí nada, me conoces de siempre y sabes muy bien como soy, y no te use, de verdad lo intente, pero no funciono, te pido que llevemos la fiesta en paz, quiero por sobre todo que mi hermano se la pase bien, por favor disfrutemos la tarde, hazlo por Ricardo. Rosi: Lo siento, perdóname, es que los celos me enloquecen, y no pienso claramente. Juan: listo ya están los cuacos, "amonos". Menos mal que Juan llego, porque estaba a punto de demostrarle a Rosi lo que era mi faceta cruel, nunca le he soportado a nadie escenas de celos o panchos, lo único que me detenía con Rosi es que de verdad le tenía afecto; pero todo tiene un límite y con ella ya me está llegando, cuando regresamos al casco, note una actitud extraña en todos, Ricardo estaba muy colorado y me esquivaba la mirada, señal de que algo pasó y tenía que ver conmigo, Mariana me miraba diferente, no la conozco como para determinar qué o porqué, y Paola ni me miraba pero estaba también muy roja, Juan y Ricardo ayudaron a las chicas a montarse en sus respectivos caballos y cuando me disponía a hacer lo mismo Rosi me tomo del brazo y me dijo: Rosi: Me ayudas a montar – evidentemente supe cual era su intención, quería marcar territorio, Rosi no necesitaba de ayuda alguna para montar un caballo, pero no iba a provocar una escena discutiéndole nada, así que le di por su lado, total me había hecho el propósito de cumplirle a Ricardo y no dañarle su estadía. Tzuri: a ver – la tome por la cintura para impulsarla, ella pego su espalda contra mi pecho y echo su cabeza hacia atrás besándome en la mejilla diciendo en señal de

triunfo "gracias". Trate de aparentar indiferencia al momento, sobre todo por Juan, monté también y me empareje con él, emprendiendo el galope tratando de ir un poco a parte del resto del grupo; Paola me encantaba pero tampoco quería líos con mi hermano. PAOLA Lo que acababa de escuchar me dejo helada, pero quería respuestas a todas las preguntas que en mi cabeza se acumularon, ¿Tzuri es gay?, ¿hay posibilidades de que regrese con Rosi?, ¿qué fue lo que paso entre ellas? me odié por mi mala memoria y no recordar con exactitud que se dijeron cuando veníamos hacia acá Ricardo y Juan. En ese preciso momento los vi acercarse, Juan venía delante con un caballo y tres hombres cada uno jalando la rienda de los que supongo eran los nuestros y detrás ellas juntas, Rosi muy sonriente acariciándole el hombro y el brazo a Tzuri, Juan le dio la rienda de su caballo a uno de los chicos y me ayudo a montarme, mientras Ricardo lo hacía con Mariana, ellos se disponían a hacer lo mismo cuando escuche la voz de Rosi pedirle a Tzuri que la ayudara, esta soltó a su caballo y tomándola por detrás de la cintura la impulso, cuando vi como la morena se le restregaba al cuerpo y le besaba sentí un ardor en mis entrañas, ¡no puede ser! porque siento esto, ¿son celos?, ¡joder! ¡estoy celosa!, es absurdo, acabo de conocer a esta tía, hace tres horas no la hacía en el mundo. La veo montar con esa agilidad que me impresionó desde que la vi por primera vez, y sin siquiera mirarme se enfila junto a Juan; por lo menos no se fue con esa tipa, pero tampoco conmigo, ¿qué se ha creído?, ni siquiera me ha mirado, joder, no digo que le tengo que gustar, pero soy una invitada, por lo menos podría tener la atención de ir junto a mí, pero nos han dejado un trecho por detrás de ellos, y ahora resulta que voy junto a "esta". Veo como se frenan un poco y un momento después Juan se acomoda con nosotras, por un instante di gracias a por ello, porque me estaba resultando bastante incómoda la compañía, pero el instante se esfumó casi de inmediato porque en cuanto Juan empezó a hablar conmigo de la vista, los agaves, jimadores, Rosi se le emparejo a Tzuri, y sin poder evitarlo eso me puso mal todo el recorrido, por más que lo intenté no pude quitarles el ojo de encima, deseando para mis adentros que nadie se percatara de ello; el ardor en mi estomago se intensificaba cada vez que las veía sonreírse, ¡pero si será resbalosa esta tipa!, había que ver como aprovechaba cualquier excusa para repegársele, acariciarle la cara, palmearle la pierna, bueno pero a mí que me importa, no era mi asunto, pero joder no podía evitarlo; esta sensación acida que te camina de las entrañas a la cabeza, y te sientes caliente, lo único que en ese momento me hubiese aliviado era darle un par de ostias a esa ¡hija de puta!. TZURI Juan: No huyas cobarde – riendo al parecer muy divertido con la situación- de veras que no entiendo cómo le haces lobo para alborotar de esa manera al gallinero, pero lo que menos entiendo es cómo le haces para que te gusten todas. Tzuri: jajajajajaja pues nada más emparejo el gusto. – me alivió que no se haya tomado mal lo que paso con Rosi.

Juan: pero es que estas como dice la canción; "te gustan las altas y las chaparritas, te gustan las gordas también la flaquitas, la viudas, casadas, divorciadas, solteras y las chatitas de caras bonitas". Tzuri: "Yo soy la aventurera puritito corazón, verdad de Dios". Juan: jajajajajaja "y agarras parejo, parejo, parejo", jajajaja – de repente bajó el paso y me dijo al momento en que se giraba, oye creo que les sacamos mucho trecho, ¡no friegues lobo, viene Rosi con tu concuña! Tzurí: lo dices como si eso fuera una catástrofe. Juan: créeme que lo puede ser, desde que Rosi la vio está muerta de los celos, según ella no va a permitir que la española le quite lo que según ella es suyo. Tzuri: No pues estoy frita. Juan: Además es una grosería que no vayas con Paola ¿no crees lobo? Tzuri: No hayo ni para donde hacerme pantera, por un lado tu hermana, y por el otro, Ricardo. Juan: Hija de tu… o sea que si no fuera por lo que te dijo Ricardo, ya le hubieras caído a la chava. –solo le sonreí como respuesta y él se enfilo hacia la muñeca de porcelana y ojos azules. Seguía en el frente del grupo, no me importo la soledad y pensé en disfrutar -el olor de mi tierra siempre me ha embriagado- pero no me duró mucho el placer, pronto sentí la presencia de Rosi a mi lado. Rosi: Perdóname por favor – me dijo poniendo una carita de puchero- por fa, ¿sí? Tzuri: hayyy Rosi que voy a hacer contigo, de verdad te tengo mucho cariño, y me gustaría que por lo menos intentásemos ser amigas de nuevo. Rosi: Te voy a responder lo mismo que tú me dijiste hace dos años… no te prometo que va a funcionar, y que lo que siento va a cambiar, pero vamos a intentarlo. Le devolví la sonrisa y cabalgamos juntas como solíamos hacerlo antes, y los recuerdos de infancia y adolescencia empezaron a fluir entre nosotras, reímos como hace mucho no lo hacíamos, remembrando nuestras travesuras, juegos y vivencias en estos paisajes agaveros. Llegamos a la laguna y buscamos un buen sitio para hacer la fogata, Ricardo, Juan y yo desmontamos de un brinco, al ver que Rosi no lo hizo supuse sus intenciones, así que decidí que las cosas quedarían claras, y antes de darle tiempo a Juan, me encamine hacia Paola y le extendí la mano, ella me miro con el ceño fruncido y expresión extraña, me hizo gracia no sé porque, así que le tome la mano y ella apoyo su pie con más firmeza en el estribó y yo procedí a soltar su mano para asir su cintura con firmeza, ella al brincar se sujeto de mis brazos, ya con sus pies en tierra no se me dio la gana de soltarla, al contrario apreté mas su cintura, ella

tampoco soltó mis brazos, es más creo que los apretó con más firmeza también, quedamos muy juntas con mis labios rosando la punta de su nariz, sentí el impulso de besarla, pero cuando ella levanto la mirada y vi la profundidad de esos ojos turquesa, sentí algo que me asusto y la solté. PAOLA Cuando la vi dirigirse hacia mi y extenderme la mano, me moleste, ¿pues que se cree?, pasa de mi con la mayor facilidad del mundo y ahora quiere ser amable; pero no me dio oportunidad de nada, sonriéndome me miro con esos ojazos y me tomo la mano, sentí la firmeza con que sus manos tomaron mi cintura, casi mecánicamente mis manos apretaron sus brazos saltando, sentí sus labios rozando mi piel, la cercanía de nuestros cuerpos me provoco un calorcillo que me recorrió el cuerpo cual mariposillas revoloteando en todo mi ser, tomando fuerzas de no sé donde levante mi cara y mis ojos se encontraron directo con los suyos, por un momento pensé que terminaríamos besándonos, por lo menos yo lo desee, pero repentinamente ella me soltó, se dio la media vuelta y se fue, regresándome instantáneamente a la cordura, pero qué diablos, ¿qué has estado a punto de hacer Paola? ¿a caso te has vuelto loca? Que fuerte, esto ya no podía cuestionármelo, la atracción que sentía hacia esta mujer era demasiado intensa como para continuar en la negación, ¿y qué si la vi por primera vez hace apenas unas horas?, me estaba pasando y ya, no tenia caso seguir cuestionándome el porqué, total tampoco es que estuviera enamorada, era atracción simplemente, muy intensa sí, pero simple atracción, inconveniente, poco apropiada es verdad, pero que ganaba yo negándomela. Ricardo, Mariana y Juan después de amarrar los caballos se habían ido a buscar leña para armar la fogata, y ella bajaba alforjas que supongo traían alimento y bebidas, Rosi la ayudaba pero ya no se veía tan sonriente como todo el camino, muy al contrario se notaba ira en su rostro, y ahora extrañamente Tzuri parecía pasar de ella, no se habían dirigido la palabra desde que llegamos. Yo me perdí en mis pensamientos mirando ese maravilloso paisaje, siempre he sido amante de la naturaleza y estas tierras eran naturaleza iluminada por un cielo profundamente azul que ahora empezaba a adquirir tonos rojizos, según me dijo Juan aquí los lugareños acostumbraban pescar, pero ahora mismo no era buen momento por lo que habíamos traído vivieres. Ricardo: Que pasó cuñada, ¿verdad que valió la pena el esfuerzo de volar a once mil pies? Paola: Si que lo valió, esto es hermosísimo Ricardo, no sabes cuánto te agradezco que hayas arruinado mis planes vacacionales. Ricardo: No me agradezcas todavía, cuando vayamos de regreso lo haces- me mira de una forma extraña y siento como duda en si continuar hablando, pero de inmediato noto la decisión en sus facciones y continua- Pao hay algo que necesito decirte. Paola: Si dime.

Ricardo: Lo que le dije a Mari, hace un rato, sobre mi hermana y Rosi, - me estremecí y creo que lo noto porque su mirada adquirió más firmeza- Tzuri es lesbiana – me soltó- desde los dieciséis años se asumió como tal ante todo el mundo, en principio no fue fácil para nadie, pero ella no se inmuto y defendió su forma de ser y sentir como lo ha hecho con todo aquello en lo que cree, mi hermana… - titubeo de nuevo, y yo me desespere, pero trate de disimular- ella es un gran ser humano, honesta y buena, apasionada, ama a su familia por encima de todas las cosas, es buena amiga… pero en el amor.. en el amor, no es una buena opción, ¿tú me entiendes?- Dios porque me estaba diciendo esto, acaso tanto se me estaba notado, pero no me dejo interrumpirlo al parecer adivinando mis intenciones – Tzuri no es de relaciones largas, ni de comprometerse, con nadie, tampoco se le da la fidelidad, es decir, ataca todo lo que puede y después lo deja atrás. Eso pasó con Rosi, bueno más o menos porque debo reconocer que Tzuri no tenía ninguna intención con ella, pero Rosi se aferro y mi hermana no pudo o no quiso resistirse, y al final hizo lo que siempre hace, de eso hablaba con Juan en camino hacia aquí. Nuestra charla se vio interrumpida por mi hermana que se acerco en ese momento, y yo me quedé con un desconcierto y también preocupación, no entendía muy bien porque me decía todo aquello, si era solo por excusarse y que también a mi me quedara claro que él nada que ver con Rosi, pero si así era ¿por qué darme tantos detalles?, ahí me venía una punzada en el pecho, porque significaba que me lo decía porque había notado que me estaba babeando por su hermana y quería evitarme el mal rato con ella. Juan: Güerita "engase pa’ca" – me palmeo la espalda interrumpiendo mis pensamientos- ¿pos que hace ahí tan solita? pásele a lo barrido. – y me encamine hasta donde estaban todos, bueno no todos Tzuri y su hermano no estaban. TZURI Trate de obviar lo que me acababa de suceder, y me dedique a ayudar en lo de la preparación de todo para la fogata, una vez que lo que a mí me tocó estaba listo me fui a sentar bajo un árbol, y para mi extrañeza Mariana se fue a sentar a mi lado, me sonrió y me dijo. Mariana: Tenía muchas ganas de conoceros a todos, a los abuelos y a ti, pero debo admitir que mas a ti, ¿sabes? tu hermano te admira muchísimo, está muy unido a ti. Tzuri: A mí también me alegra mucho conocerte y estoy segura de que mis abuelos se sienten igual, y que te digo yo, adoro a mi "enano", aunque a veces me cae gordo; jajajaja. Así estuvimos un rato hablando de tonteras aunque tenía la ligera sospecha de que todo esto iba encaminado a algo más, no sabía bien qué, pero cuando supe me cayó como bomba. Mariana: Me apena mucho lo que os voy a comentarte, pero necesito salir de dudas.

Tzuri: a ver linda si puedo sacarte de dudas, dispara. Mariana: Cuando veníamos hacia aquí con Juan, Ricardo y el hablaron de Rosi, y yo entendí que Ricardo tuvo algo con ella; y además que ella todavía quería algo con él, pero hace un momento cuando le reproche el me dijo que no hablan de él si no de ti, yo la verdad por más pena que sienta necesito saber si esto es verdad. No fue fácil controlar la ira que sentí al enterarme de que estos dos habían ventilado asuntos míos frente a estas chicas, pero no iba a hacer un papelón frente a esta chiquilla que a todas luces lo único que le importaba era su novio. Tzuri: Te dijo la verdad, hablaban de mi- dije intentando de que no se notara mi enojo- no te preocupes, la infiel de esta familia soy yo- trate de sonreírle pero creo que lo que me salió fue una mueca, aunque a ella no le importo, con mi respuesta obtuvo la tranquilidad que necesitan las mujeres celosas, nunca he comprendido ese sentimiento, me parece ridículo, si algo no es tuyo, pues ya está, no lo es. Estuve esperando el momento de hablar a solas con Ricardo y en cuanto tuve oportunidad le pedí que me acompañara con pretextos, él me siguió sin poner objeción, ahí me di cuenta de que sabía de qué iba a hablarle. Tzuri: Me puedes explicar cabron porque tienes que ventilar mis asuntos frente a dos desconocidas. Ricardo: En primer lugar no son desconocidas, una es la mujer con la que me voy a casar, y la otra es mi cuñada, además no fue intencional, Juan saco el tema, y se dio de manera natural, carambas Tzuri, hacia mucho no nos veíamos, ninguno de los dos nos pusimos a analizar que no estábamos solos, además nunca mencionamos tu nombre. Tzuri: Y de que sirve que en ese momento no lo hayan hecho si ahorita Mariana ya sabe que hablaban de mí. Ricardo: No tuve más remedio, mi novia pensaba que se trataba de mí y no voy a cargar con ese muerto, además tú nunca has ocultado tu sexualidad. Tzuri: Que sepan de mis preferencias sexuales es lo que menos me importa, pero detalles de mi vida eso si que no. Ricardo: No me quedó más remedio, además vamos a estar aquí varias semanas, ¿no crees que lo tuyo con Rosi es demasiado evidente como para que se note por sí solo?, ah y también Paola lo sabe. Tzuri: ¡Chingados Ricardo! Ricardo: Ella estaba en el momento en que tuve que explicarle todo a Mariana, y ni modos que no escuchara. Tzuri: No será que te estás curando en salud.

Ricardo: ¿A qué te refieres? Tzuri: A que me pusiste como lo peor de lo peor con la hermana de tu novia para ponérmela difícil. Ricardo: No alucines Tzuri, si lo único que supieron es que tuviste algo con Rosi y termino mal y ella todavía quiere contigo, no es nada del otro mundo, además hermana, ya es hora de que entiendas que no todas las mujeres van a caer rendidas a tus pies, y créeme que Paola esta fuera de tus ligas; no es algo que me preocupe realmente porque no tienes posibilidades con ella, ni una sola posibilidad. Tzuri: jajajajajajajajaajajajajaajajaj ¿tú crees? Ricardo: No, no creo, estoy seguro, tu no la conoces como yo, es lo suficientemente lista como para caer en uno de tus jueguitos, además de que no creo que tu le gustes. Tzuri: hace un rato no parecía eso, sonabas preocupado. Ricardo: Lo que me preocupa es que se pueda sentir incomoda. Tzuri: ¿Ah sí? bueno, si tú lo dices, así será. Ricardo: Así es Tzuri, no te enojes conmigo, pero es que tu vanidad es más grande que el popo y el iztla juntos. Tzuri: jajajaja, sale pues hermanito, mejor vámonos, ya tardamos demasiado. Ricardo: ¿Sigues enojada? Tzuri: si, pero no tanto como para nos disfrutar de la tarde. Ricardo me acababa de retar, y con eso me dio el pretexto perfecto para incumplirle la promesa que le hice. Una vez que regresamos, enfile toda mi artillería hacia Paola, me senté a su lado, en un principio me pareció tensa, nerviosa, pero después de un rato se relajo, estuvimos juntas todo el tiempo, tomamos tequila y reímos como creo que hacía tiempo no me reía, en algo tenía razón Ricardo, Paola era muy inteligente, la conversación fue siempre entretenida, incluso por momentos me olvide que estaba iniciando la cacería, pero solo fue un momento, llegada la hora de irnos no me le despegué y fui yo la que le ayude a montar, y todo el camino de regreso cabalgamos juntas, estando a punto de llegar le pedí que me acompañara al entrenamiento el día siguiente por la mañana, un poco antes de llegar se podía apreciar mi cabaña. Tzuri: Mira esa es mi casa, mi abuelo la mando construir para mí como regalo de cumpleaños 18. Paola: Ah ¿pero tú no duermes en la casa de tus abuelos? Tzuri: No, desde los 18 tengo mi propio espacio, luego te la muestro, me imagino que debes estar cansadísima después de este día.

Paola: Si la verdad que sí. Llegamos a la casa, Juan y Rosi se despidieron, ésta última tenía cara de pocos amigos, luego de un rato mas con ellos y los abuelos me retire yo también, no sin antes decirle a Paola que mañana después del desayuno nos íbamos al lienzo. En cuanto estuve en mi cabaña me desfaje desabroche los botones de la blusa, necesitaba un baño, me encamine a mi recamara, casi arrastrando las botas y cuando abro la puerta siento los brazos de Rosi que se aferran a mi espalda por debajo de la blusa y sus labios empiezan a devorar los míos, ¡carajo! ¿por qué la carne es tan débil? PAOLA Las gotas de agua sobre mi piel me sabían a gloria, me sentía feliz, lo que de inicio no pintaba nada, termino siendo una tarde gloriosa, a partir de que Tzuri regreso con Ricardo me dedicó todo el tiempo a mí y descubrí que además de divina es muy divertida, es… realmente encantadora, estoy volando, y es que esta chica me gusta, que digo me gusta me encanta, solo una cosa me tiene un poquitín mal, y es todo lo que me dijo Ricardo, aunque ahora pasé de la preocupación inicial de que Ricardo hubiese notado mi atracción hacia su hermana a todo lo que me dijo de ella, eso de que solo usa a las mujeres, y no toma en serio a ninguna, pero bueno en fin, tampoco es que yo me pueda tomar muy en serio una romance de vacaciones, ¿ o sí?, enfundada en mi pijama, con mi cabeza enloquecida recordando cada detalle de lo vivido este día y disfrutando la sensación que se había alojado en mi pecho, sentí unos golpes en mi puerta. Mariana: Paola abre mujer que soy yo. Paola: Que pasa Mariana, que haces aquí a estas horas, pensé que si te escabullías a algún sitio sería a la habitación de Ricardo. Mariana: Vengo de estar con él- tomo aire- pero es importante que hablemos- dijo con una seriedad que me dio escalofrío- no digas nada, no me interrumpas porque si no se me va el valor. Pao tu sabes que te quiero y que nada cambiara eso nunca- ahora si sentí miedo-, pues vale, ¡uy! es que me cuesta, hace tiempo que se que te gustan las tías –sentí cómo la sangre se me iba de la cabeza a los pies de un golpe pero no pude articular palabra, me quede muda, ella volvió a tomar aire y continuo – y no me importa, lo único que quiero es que seas feliz, tú has sido más que una hermana para mí y te amo muchísimo. Vale, aquí va la parte difícil – ¿pero es que había más?- tanto Ricardo como yo nos hemos dado cuenta de que tu y su hermana se atraen, a mi eso no me importaría si no fuera porque Ricardo me dice que ella te puede dañar, y yo no quiero verte sufrir Pao, como cuando terminaste con Sofi, sí, era evidente que no era una simple amiga – me dijo al notar mi desconcierto- yo le he dicho a Ricardo que no conozco a nadie más sensato que tu, por eso creo que tu sabrás manejar esta situación, y pues solo espero que no permitas que nadie nunca te tome a juego, porque eso me lo enseñaste tú, bueno vale ya dije todo lo que tenía que decir, ahora me voy, te quiero Pao – me dio un beso en la frente y se marcho dejándome muda.

Me levante de la cama, necesitaba aire; corrí al balcón y salí aspirando profundamente, llenando mis pulmones, cuando mire las luces de la cabaña en donde vivía Tzuri, suspire, no sabía qué hacer, esa mujer me encantaba, y no quería dejar pasar la oportunidad de vivirlo, pero tampoco me gustaba la idea de ser el pasatiempo de nadie, en esas estaba cuando veo salir a Rosi de la casa de Tzuri, a medio vestir… ahí estaba la respuesta frente a mí.

CAP. 3 TZURI Los labios de Rosi besándome, mordiendo los míos; sus manos recorriendo mi espalda, su cuerpo casi desnudo, pegado a mí, me nublaron por completo la cabeza, su boca empezó un descenso lento, dejando la mía y siguiendo su camino hacia mi barbilla, el cuello, la clavícula; sus manos bajaron hasta mis glúteos, subieron a mi cintura desabrochando mi pantalón, sentí sus dedos acariciar mi vulva con suavidad, recorriéndola toda, abriéndose camino entre mis labios vaginales, lo cual hizo sin dificultad puesto que estos ya esperaban ansiosos el contacto de otra piel, mi clítoris hinchado me regalo un placer infinito al ser acariciado por la punta de su dedo índice, y un gemido se me escapo, ella empezó a morder y besar mis senos por encima del sostén, para entonces ya estaba demasiado caliente, la rodee con mis brazos y la empuje a la pared, besándola desenfrenadamente, masajeando esos redondos pechos coronados por una aureola color chocolate, lamiendo su cuello, sus hombros, chupando sus pezones succionándolos,- ¡hazme tuya!- me dijo con voz trémula, la despoje de la única prenda que llevaba, y casi con violencia separe sus piernas, introduciendo mi dedo en su interior, ella dejo escapar un sonido grave, inteligible, mientras mi dedo índice Salía y entraba con fuerza y mi pulgar acariciaba su clítoris, mi otra mano apretaba parte de su trasero, empezó a gritar hasta que estallo en un orgasmo que tenso cada uno de sus músculos… entonces volvió a mí la razón y con ella la desazón, la solté casi de inmediato, apenas esperando a que se recompusiera y me deje caer en el borde de mi cama, ella se quedo aferrada a la pared y con los ojos cerrados aun con su respiración agitada, y el rostro relajado y sonriente. Rosi: Te amo, te amo, - reía al tiempo que abrió sus ojos- me hiciste el amor, cuanto deseaba que me hicieras el amor. Tzuri: No hicimos el amor, fue sexo, solo sexo, y no debió pasar. – le dije fríamente. Rosi: ¿porque haces esto?, ¿Por qué te niegas a sentir?- su mirada se nublo y su rostro se desencajo- no puedes negar que me sentiste.

Tzuri: No me niego a sentir, por supuesto que sentí, pero no te confundas, sentí el placer que me puede proporcionar un cuerpo que me atrae, pero entiende Rosi que lo que tú quieres creer no es y que mi debilidad no significa nada a tu favor – estallo en lagrimas. Rosi: llegará el día Tzuri, en que sentirás en carne propia el dolor que me estas causando en este momento, y comprenderás la magnitud de tu crueldad y lloraras amargamente como lo hago ahora yo. Rosi tomo su ropa y salió corriendo de mi recamara, escuche el golpe de la puerta principal, pase los dedos de ambas manos por mis sienes y solté un grito de ira, ¡porque carajos no puedo controlar mis instintos!, herí otra vez a esta mujer, falte a la palabra dada a mi mejor amigo, me falle a mi misma; dejándome caer por completo sobre mi cama. PAOLA Bendito el cansancio de mi cuerpo, porque si no fuera por él mi mente no me hubiese dejado conciliar el sueño, fueron demasiadas emociones para un día, Mi hermanita me soltó que sabe que me van las tías, que me gusta su cuñada y que esta es una mujeriega que se tira a todo lo que tiene tetas; pero lo que ella no sabe, porque ni yo misma lo alcance a comprender hasta anoche, es que lo de esta mujer no es un simple gusto, yo no creo en el amor a primera vista y esas chorradas, pero si en que a veces te pasa que te encuentras con alguien que hace que la química de tu cuerpo reaccione con mucha más fuerza, algo que tiene que ver con las feromonas que expiden nuestros cuerpos; jajajaja ¡pero qué hacéis Paola!, piensas que el amor a primera vista es una chorrada y el análisis que acabas de hacer no te parece una muy gorda; en fin aunque todavía no sabía bien que iba a pasar, a algo estaba decidida y eso es a no ser el juguetito de esta guapa. Me di una ducha rápida, me enfunde en unos vaqueros, y una blusa azul de tirantes, me maquille levemente y recogí mi cabello en una coleta, voy bajando los escalones que llevan a la estancia y me encuentro con una chiquilla de cabellos rubios que brincaba de un escalón a otro con sus bracitos extendidos como si fuese a volar y una chupeta en la boca, cuando se da cuenta de mi presencia se la saca y me regala una sonrisa de oreja a oreja. Niña: Hola, eres muy bonita, te pareces a mi barbie, ¿quién eres? ahhh ya se, eres una de las novias de Tzuri, ¿a que si? Paola: Gracias por el cumplido preciosa, tu sí que pareces una muñeca… y no soy novia de nadie, estoy aquí de visita con mi hermana que es novia de Ricardo, ¿lo conocéis? Niña: pues sí, es mi primo, igual que Tzuri, me llamo María, ¿y tu cómo te llamas? Paola: ahhh pues me da mucho gusto conoceros María, mi nombre es Paola.

María: oye Paola que bonito hablas, me gusta, ¿quieres ir al monte conmigo?, yo tengo mi caballo, y mi abuelo te presta uno, el que tú quieras, menos a Yure y a Cansia, porque esos son de Tzuri, y nadie más los monta. Paola: ah no ¿y por qué? María: a Yure nunca nadie puede, te tira y a Cansia, porque dice Tzuri que el caballo y la mujer no se prestan. Paola: jajajajajajaja eres adorable. ¿Te parece bien si dejamos lo de ese paseo para otro día?, porque ahora mismo tengo que salir con tu prima. Tzuri: ¡Escuincla! ven acá a darme un beso. – la pequeña salió cual bólido y se le colgó al cuello con sus brazos y le enredó las piernas en la cintura. María: Tzuri ¿puedo ir con ustedes? ¿verdad que Paola parece una barbie? ¿has oído que bonito habla?, dice que no es tu novia – no pude evitar ruborizarme ante esto último. Tzurí: ¡me vas a volver loca chaparra!, a ver, no puedes ir con nosotros porque vamos a hacer cosas de grandes, y si, Paola es más bonita que una barbie y también me gusta muchísimo su voz y su acento… dame chance y le vuelves a preguntar a ver que responde- le dijo guiñándole un ojo y yo no pude evitar el sonrojarme de nuevoAhora anda a la cocina y dile a chelito que vamos a desayunar - la bajó, le palmeo el trasero y María salió corriendo. Con esa actitud que tiene un depredador que se comerá a su presa sin ningún problema se encamino hacia mí, con andar felino y mirada profunda, en conjunto con esa sonrisa que podía derretir un iceberg me beso muy cerca de los labios, momentáneamente me quede inmóvil, luego le sonreí y recordando lo que vi anoche pregunte no sin cierto sarcasmo: Paola: ¿has dormido bien? Tzuri: no tan bien como hubiera querido, ¿y tú? Paola: muy bien. Tzuri: se nota, estas guapísima. Paola: gracias. Tzuri: vamos a desayunar porque tenemos que irnos cuanto antes. Una vez en el comedor pregunte si solo estaríamos nosotros y ella me informo que sus abuelos habían ido a Guadalajara con su Tío Samuel y lo más probable es que no regresaran hasta el día siguiente y que seguramente Ricardo y mi hermana aún dormían, llego una señora muy bonita, bajita y menuda con su cabello recogido en

una trenza muy larga, Tzuri la abrazo con ternura y le beso la frente y volviéndose hacia mí me la presento. Tzuri: Mira Paola ella es Chelito, mi nana. Chelito: cuanto gusto niña. Paola: el gusto es mío señora. Chelito: dime Chelito. Paola: vale, Chelito. Tzuri: Nana solo voy a desayunar fruta, tú Paola ¿qué se te antoja? Chelito es una maga en la cocina. Paola: si me di cuenta ayer, la comida estuvo deliciosa, pero si no os importáis a mí también me apetece fruta, por favor. Después de desayunar, partimos hacia la ciudad, Tzuri, me hablo del lugar al que íbamos, un lienzo charro, me explico que las charreadas son una tradición mexicana y que la época de las fiestas eran en los meses finales del año, pero aun así había charreadas en distintas épocas del año, festejando su día de independencia, en abril y mayo y que este evento en lo particular era para recaudar fondos, que era también un deporte, con reglas especificas que eran inviolables; ella hablaba sin parar y yo solo la escuchaba, el paisaje es divino, este pueblo es mágico, fue como trasladarse al pasado, las casas, los pequeños edificios antiguos, las calles adoquinadas, las varias placitas por las que pasamos, este lugar es de ensueño, ella aparco frente a un lugar que se asemejaba a una plaza de toros pero más pequeño. En la entrada un señor la saludó con ceremonia, unos pasos más adelante estuvimos en un área de gradas que bordeado por un cerco metálico se separaba de la zona del ruedo; una vez dentro vi la diferencia con una plaza de toros, parte del ruedo tenía una abertura bastante ancha que marcaba un espacio asemejando un camino, en el fondo de este se podía apreciar una puertezuela a cada costado y a lo largo en ambos lados, cercos que guardaban un sitio dividido en lo que parecían corrales, ahí se podía observar en ambas partes a varios chicos haciendo movimientos extraños con un lazo, nos encaminamos hasta quedar justo frente a la abertura del ruedo. Tzuri: desde aquí tendrás la mejor vista del entrenamiento de la ezcaramuza. Yo tengo que ir a las caballerizas pero en un momento estaremos en el ruedo. Paola: Que es la escaramuza. Tzuri: es la parte femenina de las charreadas, es un deporte con un grado de dificultad muy grande, que será mejor que veas, porque no es fácil explicarlo. Paola: Vale, entonces desde aquí te veo.

Tzuri: Juancho, lo que necesite la señorita estas al pendiente - le dijo a un hombre que estaba montado en la reja de separación de las gradas y el espacio redondo de tierra, Tzuri dio un brinco hacia el ruedo y salió corriendo hasta perderse tras una de las puertezuelas del fondo. En ese momento me percate de la presencia de un grupo de chicas que me miraban sin reparo y cuchicheaban entre sí, trate de disimular la incomodidad que esto me produjo pero no me dieron oportunidad porque en un momento me vi rodeada de ellas, todas eran guapas, unas menos que otras, vestían ropas a todas luces finas y una de ellas con mirada inquisitiva me dijo. Desconocida: Hola soy Cristina, ellas son Jimena, Manuela y Sandra. Paola: Que tal, Paola- dije a mi vez a modo de saludo. . TZURI No dormí bien gracias a la resaca emocional que me cargaba, apenas hace unos días le había jurado a Juan que nunca volvería a tener algo con su hermana y hacía unas horas que había hecho lo mismo con Rosi asegurándole que no volvería a pasar nada con ella; sé muy bien lo que me pasa, Rosi me gusta un montón, esta buenísima, pero eso no me justifica y ahora que cara le pongo después de lo de anoche, a pesar de la crueldad de mis palabras quizá es de lo único que no me arrepiento, espero que el dolor que le causé sirva para que de una vez por todas me odie y se olvide de mi; salí del baño y me enfunde en unos jeans, botas vaqueras y blusa sin mangas de cuello V, deje mi cabello suelto porque aun estaba húmedo, me disponía a ir a la casa grande cuando recordé que tenía que verificar que ya se hubieran llevado a Yure a las caballerizas del lienzo. Antes de cruzar la puerta me detuve cuando vi a María platicando con Paola, realmente era bonita esta mujer, de cabellos rubios lacios que le llegaban un poco más abajo de los hombros, piel rosada, cejas bien delineadas, nariz respingona, mejillas sonrosadas, labios pequeños y bien formados, cuello fino, figura esbelta pero bien torneada y esos ojos de un turquesa profundo enmarcados por largas pestañas de aguacero. Me volvió de pronto esa sensación extraña que ayer me asusto, sacudí mi cabeza y llame a María; la reacción de Paola ante mis comentarios a mi primita se reflejo en su rostro, me satisfizo, pero era una satisfacción diferente, rara, decidí no darle vueltas y después de desayunar partimos rumbo al lienzo. Me extraña que esta mujer no hable mucho, ese papel por lo general lo juego yo, y ahora me escucho parloteando sin parar mientras ella escucha con atención a todo lo que digo y apenas abre la boca para mencionar algo del paisaje; llegamos y la dejo en las gradas, me entró un poco de escozor ver que estaba ahí el grupito de las niñas gay bien del pueblo, había tenido algo con alguna de ellas y aunque es muy ingenuo de mi parte esperaba que no me hicieran una mala jugada con Paola. Cuando llegue al área de las caballerizas me encontré con la persona que menos deseaba. Carlota: Hola tu, no te da gusto verme –sonriendo sarcástica.

Tzuri: si, el mismo que te da a ti. Carlota: Esperabas hacer una rutina sin mi; ahhh ya se, te querías lucir tu solita, ¿decepcionada por eso? ¿Por qué te voy a hacer sombra como siempre? Tzuri: jajajajajajajaja, Carlota tu no me haces sombra, tu eres mi sombra que es distinto, y por la rutina nadie es indispensable y menos tú, ya teníamos quien te supliera. Carlota Urquidi es mi rival en todo, desde muy jóvenes es así, a veces he llegado a pensar que le gustaron las mujeres porque a mí me gustan, me ha seguido los pasos en todo y hemos compartido más de una chava; o ella levanta lo que yo dejo, o yo me levanto lo que trae, es un juego macabro el nuestro y ahora estaba aquí, mas dolida que nunca porque le gane la capitanía del equipo; dándole la espalda la deje y me fui donde Silverio que preparaba ya a Yure, colocando la albarda, que es la montura reglamentaria mientras yo saqué de mi mochila las botas, me coloque la espuela en el pie derecho, acaricie a Yure que estaba inquieta por iniciar la faena, me dirigí junto a las otras chicas para dar inicio a las suertes en equipo, yo a la cabeza y emprendimos el galope para dar inicio a la rutina que habíamos preparado para la competencia y fiestas del año pasado. PAOLA Allí estaba yo rodeada por estas chicas, me estaban atosigando a preguntas sobre mi relación con Tzuri, pude notar cierto aire de tranquilidad sobre todo de la que se hace llamar Cristina cuando le dije que solo soy la hermana de la novia de Ricardo, pero no del todo y entonces empezaron a hacer un recuento de las conquistas que ha traído aquí para verla entrenar, de que siempre es la misma rutina para impresionar, darles a entender que le importan y luego las deja y viene el otro sabor de la semana. Me estaba desesperando cuando una voz cantarina que provenía de una chica que se hizo un espacio aventando a Manuela o Jimena, a saber cual, y se sentó a mi lado. Desconocida: Te están mintiendo. Una de las aludidas respondió. Cristina: ¡María Inés que Metiche eres! María Inés: y tú que mentirosa, y todas ustedes unas víboras ponzoñosas; hola soy María Inés Bernal a la orden – me extendió su mano sonriendo. Paola: y yo Paola Carbajal. María Inés: No creas una palabra de lo que te digan estas alimañas, están celosas porque ellas están aquí para ver a Tzuri. Cristina: y tu porque supones que hablábamos de Tzuri – dijo con descaro.

María Inés: ¿Por quién más estarían ustedes aquí? y además muertas de celos, por que por eso te lo decían, seguro que tu vienes con Tzuri ¿o no? – dijo en dirección a mí. Paola: pues si vengo con ella. María Inés: ves lo que te digo, lo que les pasa a esta bola es que mueren por ser tú, Tzuri nunca había venido con una mujer, y si es extraordinariamente sorprendente que estés aquí con ella, debes gustarle mucho. Paola: pues creo que me invito porque estoy de visita, mi Hermana es la novia de Ricardo. María Inés: ahhh con razón tu acento, si sabía que Ricardo estaba viviendo con sus padres en España definitivamente. Pues bienvenida Paola, y que no te intimide esta jauría, no son malas, simplemente somos parte del selecto grupo de lesbianas, bisexuales de la sociedad de este pueblo, y Tzuri es bastante asediada; y aunque tú no lo creas, es muy raro que te haya traído a un entrenamiento, y eso solo puede ser porque su abuelo se lo ordeno o porque le gustas más de la cuenta y en verdad te quiere impresionar. Así que imagínate el entripado de estas al verte llegar con ella. Las otras chicas callaron por un momento, pero luego de un rato empezaron a conversar mas amigablemente, en esas estábamos cuando al fondo del camino aquel empezaron a salir por ambas puertecitas varias chicas montadas a caballo, al final vi a Tzuri ponerse a la cabeza de una formación perfecta. Empezaron a sonar los acordes de música de mariachi, y estas en una sincronía pulcra arrancaron hacia el ruedo a una velocidad impresionante, una vez ahí se separaron en dos columnas de cuatro e hicieron círculos perfectos, mismos que deshicieron y se enfilaron hacia el contorno del ruedo, montaban todas en silla de mujer, de lado, cuando ambos grupos quedaron de frente enfilaron a todo galope uno contra el otro, fue impactante ver como se cruzaron yendo cada grupo al extremo contrario, volviendo a rondar sobre el ruedo para luego galopar al centro de éste y formar un rehilete, girando hacia la derecha y con extrema destreza giraron los caballos como si fueran partes de una misma máquina en un engranaje exacto para ir hacia la izquierda, luego cada grupo formó un cuadro y se volvieron a entre cruzar recuperando una formación lineal precisa, la que disiparon haciendo de nueva cuenta dos círculos volviendo a entrelazar uno a uno los ocho caballos velozmente, formaron de nuevo la fila que corría por la orilla, para luego deshacerla en un cuadrado que terminaba siendo un circulo y giraba cual carrusel una y otra vez, después ambos grupos se volvieron a separar en dos filas recorriendo la orilla y uno frente a otro galoparon al centro pero esta vez no se cruzaron, si no que una vez una jinete frente a otra frenaron girando el caballo cada quien en sentido contrario sobre su propio eje. Yo estaba con la boca abierta; luego volvió la formación de ocho jinetes pero esta vez una al lado de la otra cabalgando de la orilla al centro como si una línea invisible cuidara de que cada caballo fuera al mismo nivel que el otro y colocara en el suelo una pata tras otra al mismo compas, lo que más me impacta es la velocidad a la que hacen todos los movimientos y sin hacer una sola pausa, se separaron de nuevo en dos grupos de cuatro que empezaron a realizar giros formando diferentes figuras, regresando al centro rehaciendo el carrusel a toda velocidad, quedando paradas todas al unísono en un semi circulo: mi cara de

asombro era tal que María Inés me pregunto que si era la primera vez que veía una escaramuza, le dije que si, y que ahora entendía porque Tzuri montaba tan bien, si hacia esto desde niña, ella me dijo que no montaba bien, que era la mejor, campeona regional tres años consecutivos. María Inés: mira ahora la veras en la demostración individual. Creo que primero va Julieta, que a propósito es mi prima, luego Carlota y en seguida Tzuri. En el centro del fondo del camino estaba una chica que a una señal emprendió la carrera a mucha velocidad y un poco antes del centro paró el caballo, inmediatamente dio varios giros hacia la derecha y luego hacia la izquierda. Luego fue la otra chica que le imprimió más velocidad, y finalmente observe a Tzuri, que en cuanto le marcaron la salida levanto a su paso una buena cantidad de polvo, venía a una velocidad que pensé que se estamparía directo a la reja, pero no, su yegua paró y empezó a girar también a una velocidad impresionante para un lado y ella totalmente erguida con una sonrisa en los labios, luego fue para el lado contrario y finalmente de frente a nosotras echo a andar a su yegua hacia atrás. María Inés: Ya ves porque es campeona. Paola; Si es verdaderamente impresionante. Vi como Tzuri se encaminaba galopando hacia nosotras, las otras chicas se habían alejado un poco y ya no nos prestaban mucha atención, pero cuando la vieron venir, volvieron a interesarse. Tzuri: Hola María Inés, ¿Cómo estás? María Inés: Bien aquí encantada con esta niña, es muy guapa, no deberías dejarla sola porque te la pueden robar. Tzuri: eso mismo pensé, por eso vine por ella; ven Paola vamos a las caballerizas ¿quieres? Paola: ¿Por dónde voy? indícame el camino. Tzuri: jajajaja, no bonita, ven, cruza la reja y monta conmigo. El grupo de chicas le hablaron y ella las saludo y volvió a dirigirse a mí que no estaba muy convencida de hacer lo que me pedía. Tzuri: anda ven acá,- María Inés me miraba divertida y me empujaba a hacerlo¡anda bonita ven! – decía con sonrisa seductora. María Inés: Hazlo, mira las caras de la bola de urracas que están muriéndose de la envidia, déjame disfrutarlo. Paola: pero tú has visto como corre esta tía en ese animal, me va a tumbar.

Tzuri: jajajaja, Claro que no te tumbaría mi Reyna, anda ven ya. María Inés: Que no te tumba ándale ve. No muy decidida empecé a bajar las pocas gradas que me faltaban para alcanzar la verja, ella me extendió su mano y tomó la mía para ayudarme a dar el brinco, monté frente a ella que con pericia se acomodo en la silla para darme espacio, me rodeó la cintura con sus brazos para tomar la rienda, se despidió de María Inés y a las otras chicas solo les hizo una señal con la mano, giro el caballo y emprendió el galope, yo cerré los ojos no tanto por el miedo por que en verdad no iba muy aprisa, pero sentir su aliento en mi cuello, sus brazos rodeándome, la cercanía de nuestros cuerpos y su piel contra la mía me estaba poniendo muy nerviosa y en un momento estábamos cruzando una de las portezuelas, llegamos hasta lo que a todas luces era la caballeriza y de un salto bajo, luego me tomo por la cintura y me jalo casi cargándome. Paola: oyeeee, que casi me tiras. Tzuri: te dije que no lo haría bonita. En eso se acerco a nosotros una de las chicas que estaban con ella en el ruedo, esta me comió con los ojos y me sonrió con coquetería. Carlota: no, no, no, Tzuri, ¡estas pulgas no brincan en tu petate! son demasiado finas, ¿no te da miedo que te piquen? Tzuri: no mi chula, "No le tengo miedo al chile, aunque lo vea colorado" no soy como tú "que al primer hervor te arrugas". Carlota: ¿Segura?, mira que te puedes indigestar. Tzuri: "Si los he toreado cornudos, 'cuantimás' los toreo sin cuernos". Paola: hey pero no os estoy entendiendo nada y si es de mi de quien habláis me gustaría enterarme si no es molestia – dije verdaderamente enojada. Tzuri: Perdóname Paola, tienes razón, son cosas entre esta persona y yo. Carlota: Por lo menos ten la educación de presentarme, bueno me presento yo; hola preciosa soy Carlota y me encanta conocerte. Paola: Hola que tal. Tzuri: bueno ya te presentaste, ya puedes seguir con tu camino. Carlota: ¿miedo? Tzuri: "si estoy temblando" jajajaja Carlota: Pues deberías Gavilán, porque esta partida te la gano.

Tzuri: ¡pago por ver! Carlota: Paola, linda, nos veremos luego seguro. La chica se fue y yo me volví hacia Tzuri fingiendo molestia, la verdad es que tenía más curiosidad por saber de que había tratado todo aquello. Paola: me podríais explicar que fue todo eso. Tzuri: Lo siento de verdad, Carlota es una chava con la que tengo pleito cazado desde hace años, surgió por la charrería supongo y luego continuo por… Paola: ¿Por qué? Tzuri: bueno supongo que no tiene caso fingir demencia, ya sabes que me gustan las mujeres, te lo dijo Ricardo ¿no? Paola: si me enteré – en ese momento sentí un impulso por decirle que a mí también me van las mujeres y que paso de los tíos, pero me contuve- espero que no te incomode que lo sepa. Tzuri: no en realidad no, es mejor, no es algo que oculte- Hubo un momento de silencio. Paola: ¿te he dicho que me fascina tu yegua?, es bellísima.- dije acariciándola; María menciono que nadie más la puede montar por que tira a quien lo intente. Tzuri: cierto, pero no te preocupes, si montas conmigo no te hará nada, Yure es al amor de mi vida, me la regalaron desde hace 6 años, es muy joven y se parece a mí en lo retobona. Tzuri le ordenó a dos hombres que llevaran su Yegua de regreso y me dijo que me iba a llevar a un lugar muy especial después de comer. Comimos algo que se llama birria, es una especie de sopa de carne muy suave, es riquísima en verdad, tomamos unos tequilas y aunque todavía me pone de los nervios su cercanía puedo controlarlos más. En su coche nos dirigimos por un camino lleno de arboles de distintos tipos y subimos por un camino bastante escarpado, paro de repente y me dijo que teníamos que seguir a pie, caminamos por una vereda bordeada de flores, arboles y hierba, ella me tomo de la mano, y yo no me resistí, de pronto me encontré frente a un manantial en medio de toda aquella vegetación, era hermoso aquello, ella me paso el brazo por la cintura, y se puso frente a mí. Cada musculo mío se tenso ante lo que se avecinaba, quería que pasara, lo deseaba, pero de pronto vino a mi mente la imagen de Rosi saliendo de su casa, aun así mis labios recibieron los suyos, me obligue a no cerrar los ojos, y a mantener a raya mis instintos, la deje besarme pero no le correspondí a pesar de que me sabia a gloria el sentir la caricia de esos labios sobre los míos y de que mi corazón latía a mil, ella se esforzó mas; con su lengua separo mis labios e intento abrirse camino hacia su interior, pero se encontró con mis dientes y entonces se separo. Me miro expectante, yo le sonreí.

Paola: este lugar es precioso, bastante adecuado para traer un rollito. Tzuri: Eso… ¿eso es todo lo que vas a decir? Paola: pues no, si quieres hablamos de otra cosa, pero como me has traído aquí lo lógico es que hable del lugar ¿no crees? Tzuri: ¿No me vas a decir nada? Paola: ¿De qué? Tzuri: Bueno te lo digo yo, te bese y no me correspondiste, perdona, es lógico, no te gustan las mujeres. Paola: no, no es eso, si me gustan y mucho – no pude evitar el regocijo interno que me causo su expresión. Tzuri: Bueno entonces no te gusto yo. Paola: … -la mire analítica antes de responder- ¡pues claro que me gustas!, eres bellísima, como no me vas a gustar. La confusión de su rostro era la locura, me la podría haber comido a besos, pero no Paola, no, esta tía quería jugar, pues juguemos. Tzuri: ¿estás jugando conmigo? Paola: no, no veo porque piensas eso. Tzuri: porque acabo de besarte, me dices que sí te gustan las mujeres, que te gusto, pero no has tenido ni una reacción, ni buena ni mala. Paola: ahhh ya vale, eso, es que en ese momento no me apetecía un beso, pero ahora si quieres – dije acercándome seductoramente mirándola directo a los ojos. Ella solo jalo aire y me sonrió de una manera extraña Tzuri: bueno ahora soy yo la que no tengo ganas. Paola: bien, se entiende, a veces pasa ¿no? Tzuri: bueno pues vámonos, tu hermana y Ricardo deben estarse preguntando por ti. Todo el camino de regreso casi no habló, apenas monosílabos y yo hable como loca, su entrecejo fruncido me dejó ver que estaba furiosa y eso me encanto, cuando llegamos a la casa ella me dijo que tenía que regresar al pueblo, que nos veríamos más tarde, hasta ahí llego mi dicha, -seguro iba a por una chica-, antes de bajar me acerque y le bese en la boca como despedida, por un momento, desapareció su expresión ceñuda -por la sorpresa supongo- y no le di tiempo a nada, baje del auto y

corrí hacia la casa, me volví para ver como el coche salía a toda velocidad patinado las llantas. Reconozco que me quedo un sabor agridulce, había logrado contener mis emociones y no fue fácil, además había disfrutado muchísimo su reacción, pero ahora mismo no podía evitar el pensar que una vez pasado el momento, pasaría de nuevo de mí y se había vuelto al pueblo a buscar a alguna chica, a mi misma me toco ver que mujeres no le hacen falta y volví a sentir el ardor intenso de los celos, en la entrada me encontré con Rosario que sonriente me informo que mi hermana, Ricardo y María se fueron a no sé qué sitio del que no puedo ni pronunciar el nombre y que los abuelos seguían fuera; decidí conocer la casa que era enorme y ayer no se dio la oportunidad de recorrerla. Aprecié en todo lo que vale la majestuosidad de ésta, tenía varias estancias y salas, una biblioteca enorme llena de estantes repletos de libros de encuadernación de cuero, contaba con varios patios llenos de flores, plantas distintas, arboles y una fuente en cada uno de ellos, el ultimo al que llegué y era muy bello tenía sillas colgantes y me apeteció sentarme, el sonido del agua en la fuente y el aroma de las flores medio me tranquilizo, pero mi tranquilidad duro poco, fue ahuyentada por el sonido de una voz familiar. Rosi: Hola. Paola: Hola – me extraño la calidez de su voz, muy distinta al día anterior. Rosi: ¿Qué haces aquí tan solita? Paola: Es que me han dejado sola. – le sonreí. Rosi: pensé que habías salido con Tzuri. Paola: Si, me llevo al pueblo y a dar un paseo, pero me ha dicho que tenia cosas que hacer y me dejó aquí, volviéndose al pueblo. Rosi: Ahh, - su mirada dubitativa me indico que algo quería decir pero no se atrevió. Paola: ¿Tú vives a tiempo completo aquí? Rosi: No, don Alberto y doña Esther son mis padrinos y ellos me pagan la escuela, estudio mecatrónica en el tecnológico de Monterrey en esa ciudad. Paola: ¿y es muy lejos? Rosi: uyyy sí está al norte del país y por eso casi no vengo, aunque extraño mucho a mis papás estoy segura que ellos son felices de que yo tenga la oportunidad de estudiar y mas en esa escuela. Paola: y a Juan no lo extrañas. Rosi: Es que Juan va a la Narro, es una escuela de agronomía que está en la ciudad de Saltillo que está a 45 Km. de Monterrey y a él lo veo más seguido. ¿Y tú estudias?

Paola: Si, yo estudio Biología. Estuvimos charlando por largo rato, era increíble que ayer me hubiera hecho muy feliz golpear a esta chica y ahora mismo me sintiera tan cómoda con ella. Me preguntó si tenía hambre y yo le dije que si, a pesar del enorme plato de birria que ingerí se me volvió a abrir el apetito, fuimos a la cocina y ella preparo unos "taquitos". Paola: esto esta delicioso, me ha gustado mucho. Rosi: pues a mí me encantan los tacos así doraditos y con crema y su salsita muy picosa… estoy muy empanzonda creo que comí de mas. Paola: imagínate yo que me he comido un plato enorme de birria con un montón de tortillas y ahora una cantidad descomunal de tacos. Me miró con un gesto peculiar y de repente soltó. Rosi: Oye yo te quiero pedir una disculpa, ayer me porte grosera contigo y no se vale, en todo caso tu ni culpa tienes. Paola: no, ni lo digas. Pero si me da curiosidad porqué que te he caído tan mal. Rosi: mmm, creo que es evidente que ando cacheteando la banqueta por Tzuri. Paola: ¿cache.. qué?, jajajajajaa Rosi: jajajaja pues que me muero por ella… no te rías, jajajaja, uhhhm – suspiro- la verdad es que en cuanto te vi supe que le gustarías, como no si eres tan bonita, y pues la mera verdad me puse muy celosa. Paola: ¿Y qué te hizo cambiar de opinión? ¿Te diste cuenta que te equivocaste? Rosi: no que va, estoy segura que le encantas, pero como te dije antes, de eso tú no tienes la culpa y de todos modos contigo o sin ti las cosas no serían distintas. El resto de la tarde aunque no fue desagradable, porque llegaron Ricardo y Mariana y poco después se nos unió Juan que tocó la guitarra y nos pusimos a cantar, bueno mi hermana y yo a hacer el intento y pude haberme divertido, pero con el paso de las horas mi inquietud se acrecentó, tenía la esperanza de que alguien sacara a colación a Tzuri, pero nadie lo hizo, era de madrugada cuando nos fuimos a dormir, una vez en mi habitación a través del ventanal del balcón observe la obscuridad de la casa de Tzuri, son pasadas las tres de la mañana, mi mente que en este momento es mi peor enemiga me empieza a torturar con imágenes de ella en los brazos de una mujer que la gozaba y disfrutaba, mientras yo aquí haciendo el tonto. TZURI

De la incertidumbre a la furia, de la furia al desconcierto y ahora la rabia y el coraje que me cargaba, me hubiera esperado cualquier cosa cuando la besé, incluso el rechazo, una bofetada, pero con lo que me salió ¡ja! ¡Simplemente no se le antojaba a la niña!, y luego como despedida me besa como si nada, ahora resulta que los patos le tiran a las escopetas, manejé como loca hacia Guadalajara, era demasiado temprano para ir a un antro así que me fui a la casa que mis abuelos tienen ahí, al entrar me encontré con mi tío Samuel. Tzuri: hola tío – le salude con un beso- se me olvido que estarían aquí. Samuel: es decir que no te da gusto ver a tu tío favorito. Tzuri: jajajaja, si me da gusto verte, pero en serio lo olvide, ¿en donde están mis abues? Samuel: descansando un rato, fue una mañana muy ajetreada, pero todo salió bien, ¿pero qué haces tú aquí? ¿No deberías estar atendiendo a la visita? papá dice que la hermana de la novia de Ricardo esta preciosa Tzuri: tengo algunos asuntos que resolver, por eso me vine. Samuel: jajajaja, y de casualidad no será un asunto de faldas mi querida sobrina. Tzuri: jajajaja, a lo mejor- le di un beso en la mejilla y me despedí, mi tío era más joven que mi Papá y su carácter era muy relajado, siempre me he llevado maravillosamente con él. Ya en mi recamara me recosté sin poder evitar recordar lo que paso con Paola, ¿qué carajos paso?, sí que era extraña, la verdad no entendí que fue lo que me molestó tanto, porque al fin de cuentas no me rechazo, es más me dijo que le gustaba, eso me debería bastar ¿qué no?, total esta chava al parecer no era de clavarse, entonces mejor para mi, nos podíamos divertir sin remordimientos y sin dañarle la estancia a Ricardo, entonces ¿porqué estoy tan encabronada? ¿Por qué chingados no la bese cuando ella me lo ofreció? ¿Porqué me empute cuando me besó? ¿Y por qué no me la puedo sacar de la cabeza? Me quede dormida, cuando desperté me di un baño y busque entre la ropa que tengo en esa casa; escogí un vestido rojo sandalias de tacón también rojas, me maquille ligeramente, me deje el cabello suelto y me dispuse a partir al lugar de ambiente que solía frecuentar aquí en Guadalajara, antes de salir me encontré a mis abuelos. Abuela: niña ¿Qué haces aquí? ¿Dejaste solo a Ricardo con la visita? ¿pero qué grosería es esta? Tzuri: abuela en verdad tenía ya este compromiso previo –mentí. Abuela: Si como no, ¿no se podía cancelar o mejor aún invitarlos a que te acompañaran? – la bese en la mejilla y la abrace con fuerza.

Abuelo: mujer déjala en paz – me le colgué al cuello y le di varios besos en la mejilla- ya zalamera termina de irte de una buena vez, y si vas a tomar te regresas a la casa, mañana nos vamos todos juntos, ¿entendido? Tzuri: si abue. Abuela: como siempre Alberto, consiéntele todo a esta niña – la volví a abrazar apachurrándola con fuerza y besándole la frente- ya, salte con la tuya como siempre, nada mas cuídate mucho hija, y regresas para acá no vayas a manejar de madrugada por la carretera, y menos tomada. Claro que iba dispuesta a ligarme algo que me sacara de la mente a Paola, y no me fue difícil encontrarme con varías posibilidades pero para mi mala suerte ahí estaba el grupo de niñas bien del pueblo con Carlota, bueno menos mal que también esta María Inés. Carlota estaba muy amartelada con Cristina -con quien tuve un acostón-, mi ego fue alimentado por las miradas de las otras tres de quienes ni recuerdo bien el nombre y María Inés me recibió risueña, esta chava siempre me ha caído muy bien y a pesar de ser guapísima nunca hemos tenido nada, es más, nunca he notado interés de su parte, si conviviéramos mas seguramente seríamos grandes amigas pero nos vemos muy poco. Carlota: Ya le cayó un pelo a la sopa. Tzuri: Eso desde que naciste, jajajajaja. Yo nada mas vine a saludar a mis amigas y me voy. Carlota: ahhh pero tienes amigas en esta mesa. Tzuri: todas menos tu. María Inés: Ya párale Carlota que si te pones así te quedas sola en la mesa porque con gusto hasta tu parejita se va con Tzuri. Carlota: Tú no te metas María. Tzuri: ya está bien, yo nada mas vine a saludar, aquí las dejo con el limón pasado. María Inés: No espera, lo que dije fue en serio, yo me voy contigo – y en eso las otras chicas excepto Cristina se le sumaron a María Inés, -en la madre… y mi plan de ligue "huevos" peló gallo- pensé. Pero las cosas resultaron más agradables de lo que imagine, realmente nos estábamos divirtiendo, bailamos todas juntas, Inés reía divertida al ver como las otras tres intentaban seducirme, una de ellas realmente termino por llamar mi atención, Manuela, es morena clara, alta y espigada de largos cabellos castaños, pero se tenían que ir, quede con ella en llamarla y le di el numero de mi celular, una vez que quedamos solas María Inés empezó el interrogatorio.

María Inés: oye de verdad me sorprendió muchísimo ver que fuiste acompañada a un entrenamiento, ¿tanto te gusta esa chiquita? Tzuri: Está de visita, viene desde muy lejos, me pareció buena idea invitarla a ver algo tradicional. María Inés: ajá y yo me chupo el dedo, el hecho de que estuviera ahí contigo ya me indico algo y luego cuando fuiste por ella me imagine que mis sospechas no estaban tan erradas, pero lo que me estás diciendo ahorita me confirma que esta chava te gusta mucho más de lo que estas dispuesta a aceptar. ¿Te gusta cierto? Tzuri: si me gusta, pero no es nada del otro mundo, me gusta cómo me gustan todas las mujeres guapas. María Inés: jajajaja me estás diciendo fea jajaja Tzuri: claro que no, tú sabes que eres lindísima. María Inés: jajajaja, olvídalo entiendo muy bien porque a mí me pasa lo mismo, se que todas quieren contigo, pero la verdad yo no, siempre te he visto como amiga aun cuando casi no nos vemos y te parecerá mentira pero creo conocerte y a ti como que te pasa algo distinto con la española. Tzuri: Pero algo como que, ya te dije que si me gusta y si quiero que pase algo con ella y estoy en esas, pero no es nada especial, la chava estará unas semanas aquí y luego se ira. María Inés: bueno mujer, no te insisto mas, si no quieres admitirlo ahora más tarde lo harás. Tzuri: es que no veo la razón para que digas que es especial o diferente. María Inés: jajajaja a ver dijo un ciego, para ti la escaramuza es sagrada y más los entrenamientos, siempre has sido muy celosa de eso y no han sido pocas las veces que te he escuchado decir que en el entrenamiento no se arriesga al caballo, y tu hoy saliste a dar el espectáculo para una persona, luego tu forma de hablarle, podrían ser las mismas palabras que te he escuchado infinidad de veces decirle a otras mujeres, pero no sonaban igual y rematando en como la miras. Tzuri: jajajajaja, ¿y según tú como la miro? ¿Cuál es la diferencia con otras mujeres? María Inés: mmm ... por ejemplo, ahorita mismo a Manuela la mirabas con deseo, con ganas, te la comías, la desnudaste en tu mente y le hiciste de todo ¿me explico?, y por la mañana tu mirada hacia Paola era muy diferente, era como acariciándola, como tocándola con ella, con un deseo muy distinto al meramente sexual. Tzuri. Jajajaajajajajaajajaajaajaja, me has hecho reír- sus palabras me inquietaron, pero tampoco era algo que quisiera analizar.

María Inés: Jajajaja, pues ríete mujer pero luego me dices si estaba equivocada Tzuri: te lo digo ahora, estas equivocada. María Inés: ok, oye escuche el rumor de que te vas a España muy pronto. Tzuri: ufff, no sé, todavía no lo decido, no es algo que yo quiera, es cuestión del negocio familiar, la familia ya empezó a presionar pero yo todavía no decido nada. María Inés: ¿ves? si aceptas lo que te digo tendrías un buen incentivo para cruzar el charco feliz de la vida. Tzuri: jajajajajaja, mejor sigamos bailando y así dejo de escuchar tus tonterías. La noche fue más que agradable, y si bien logre sacarme el mal humor que me cargaba al llegar, la verdad no deje de pensar en Paola, no eran pensamientos coherentes, era simplemente pensar en ella y por más absurdo que me parecía no podía dejar de hacerlo, cuando me despedí de María Inés era ya muy tarde así que me dirigí hacia la casa de Guadalajara, pero casi automáticamente y sin pensar en ello, me desvié y enfile hacia la hacienda, cuando llegue vi mi reloj de muñeca y marcaba las 4:30 de la mañana, le mande un mensaje a mis abuelos diciendo que no se preocuparan que ya estaba en Tequila, entré a mi casa sin encender las luces, me saque el vestido, avente los zapatos y me metí en mi pijama, que consistía en una pequeña blusa de tirantes y diminuto short, me estaba lavando los dientes, cuando escucho que tocan a mi puerta, quién carajos toca a esta hora, pensé lanzar un improperio, pero me contuve pensando que podía tratarse de una emergencia, cuando abrí la puerta no podía creer a quien tenía frente a mí, y menos después de lo que había pasado. Pero no me dio tiempo ni de abrir la boca, se lanzo directo a mis brazos y me beso. PAOLA: Definitivamente no iba a dormir por más que lo intentara, no lograba sacármela de la mente, ¡si serás cabezotas Paola!, ¿quién te entiende a ti?, ¿a ver quién?, estas en que quieres que pase algo con ella o en que no vas a ser su juguete, pero a que juegas tonta, si tu no es que seas inexperta, pero la verdad es que ni de coña podríais jugar a medir fuerzas con alguien como Tzuri, y menos si estas que te mueres porque te vuelva a besar, porque pase todo con ella y que el mundo ruede, total lo que pasa en las vacaciones se queda en las vacaciones, ¿o no es eso lo que se dice? viene un coche, si lo escucho, ¿será ella? me asomo por el balcón y si es ella, esta aparcando frente a su casa, le veo descender, joder esta que te mueres, que bien se ve en ese vestido, se ve hermosa, saca algo de del maletero y entra a su casa, pero no veo ninguna luz, empiezo a dar vueltas como desquiciada por toda la habitación y sin pensar, porque si lo pienso mucho no lo hago y todo mi cuerpo quiere hacerlo, salgo al pasillo y mis pies enfundados en sandalias que a Dios gracias no hacen ruido parecen volar hacia esa casa, una vez frente a la puerta dudo un poco y me doy la media vuelta, pero me vuelvo a girar e impulsivamente toco a la puerta, no escucho nada, estoy a punto de marcharme cuando escucho el sonido del cerrojo, abre la

puerta; hasta ese momento no analice que es lo que buscaba yendo allí pero en cuanto la vi con esa blusita y el pantaloncillo corto no tuve nada que cuestionarme, me lance hacía ella y le bese, le bese sin control, ella me rodeo con sus brazos, y me respondió con la misma fuerza. TZURI Pero que bien besa y que bien se siente tocarla, pienso mientras mis manos palpan sus nalgas, las soban y hurgan debajo de la tela acariciando su espalda, el beso se prolonga por varios minutos parando solo para tomar aire, mi excitación se intensifica y voy camino de su cuello lamiendo, chupando, mordiendo, levanto la blusita que la medio cubre y me encuentro con sus senos erectos, suaves, pequeños, me los como uno y otro en un frenesí enloquecido, mientras mis manos siguen deslizándose por toda su anatomía, estoy a punto de descender hacia esa parte de su anatomía que ansió saborear, pero ella no lo permite, con fuerza me hala hacia arriba y me vuelve a besar la boca, me empuja al sillón que teníamos detrás y se sienta en mis piernas, su lengua incita a la mía a que como si de dos entes ajenos a nuestro cuerpo se tratara se den mutuo placer, me acaricia los senos por encima de la ropa, e inicia un vaivén con sus caderas que me está transtornando, ahora me besa el cuello, me muerde, me chupa, y de pronto si venir a cuento, suspira me da un beso en la frente y me dice: Paola: Gracias, no podía dormir, me hacía falta esto, ha sido relajante. -parándose y arreglándose la ropa. Tzuri:… ¿Pero qué carajos?.. estás jugando conmigo. Paola: ¡Claro que no! – me mira sonriendo con expresión ingenua y yo me encabrono mas. Tzuri: no fue pregunta chula, lo estoy afirmando, y déjame decirte que yo no me ando con pendejaditas. Paola: ohh veo que te enfadaste, y la verdad no entiendo porque, yo solo quería un poco de morreo, me apetecía – mirándome directo a los ojos sin dejar de sonreír y encogiéndose de hombros. Tzuri: o sea se te antojo venir a calentarme y dejarme así, entradita nomas. Paola: que no, oye no lo pongáis así que no es de esa manera. Tzuri: ahhh no ¿entonces como es? Paola: pues ya te dije, no podía dormir te sentí llegar y pensé que sería rico que nos morreáramos un poco y he venido a por eso, ahora, que si no te gustó, pues no vuelve a pasar y ya está. Tzuri: me quieres ver la cara de estúpida.

Paola: Que no tía, es que no veo cual es el problema, pero como ya te he dicho pues no vuelve a pasar y ya está. Tzuri, ahhh ¿no ves cual es el problema?, a ver te lo canto directo, vienes, me calientas y luego me das el beso de mi abuelita y me dices "gracias por participar", así de directo te pregunto yo a ti ¿qué pedo contigo? Paola: ¿qué, que?, vale ¿todo esto es porque no follamos? pues lo siento, pero no tenía ganas. Tzuri: ¿¡No tenías ganas?! – resople, en serio quería golpearla- entonces se puede saber ¿Por qué chingados viniste? Paola: ah porque me apetecía besaros, tocaros y un buen morreo; pero sexo no, ¿que a ti nunca te ha pasado que no tienes ganas? pero bueno mujer, seguramente me darán ganas en otro momento – me dijo con una tranquilidad exasperante. Tzuri: ¿Y si yo no tengo ganas? Paola: pues si no tienes, no tienes; que se le va a hacer. Sin darme oportunidad a decir nada más se acerco a mí, me beso en los labios y salió corriendo, no entendía nada, ahí me quede, estupefacta, iracunda y caliente; ¿Quién chingados se cree esta niña?, ¿quieres jugar Paola? ¡Pues órale vamos a jugar! PAOLA He estado a punto de… Por Dios Paola, definitivamente tú te has vuelto loca, todavía estoy tratando de recuperar la respiración, he ido hasta la casa de Tzuri hecha una desquiciada, ni siquiera sé a ciencia cierta que me impulsó, pero una vez tenerla frente a mi me la quería comer entera, aquello fue como si mi cuerpo se gobernara solo, mi mente se perdió, no existía, ¿y cómo?, ¡uhhmmm Por Dios! su boca, esa lengua, su piel, toda ella, si no hubiese sido porque en un momento en que abrí los ojos vi un sujetador que por el tamaño y talla no podía ser suyo, me hubiera importado poco que le conocí hace menos de 48 horas, que es una mujeriega, y que seguramente después hubiese perdido el interés por mí, pero vi esa prenda, y eso fue un detonante para que mi mente se encendiera y obligase a mi cuerpo a detenerse, aún así no sé como de mi boca salió todo lo que he dicho, desconozco de donde saque la fuerza para aparentar tranquilidad cuando dentro de mí se estaba desatando una tempestad, definitivamente no podría dormir, pensé, sin embargo, me he quedado dormida y cuando despierto ya son pasadas las diez de la mañana, después de darme un ducha y llevar a cabo el ritual diario al que solemos someternos la mayoría de las mujeres, bajo al comedor un tanto apenada por las horas, ¿pero cómo puedo tener hambre después de lo que paso?, pero así es tengo hambre, en la mesa están desayunando apenas Ricardo y Mariana. Paola: hola.

Ricardo: hola dormilona, ¿descansaste? Paola: si, gracias. Mariana: pues no se nota hermanita, traes una cara. Paola: la que tengo, creo que bebí de más. Ricardo: pues no me pareció que fuera así, como sea te recomiendo el remedio de nosotros para la cruda. Paola: ¿para la que? Ricardo: la cruda, la resaca, jajajajaja, Chayoooo tráele a la señorita Paola un buen plato de chilaquiles y una cerveza. Mariana: ¿cerveza a estas horas? Paola: No, una cerveza no, un jugo mejor Rosario. Rosario: está bien niña, ahoritita mismo se lo traigo. Mariana: Oye amor y tu hermana? desde ayer no le hemos visto- no pude evitar ruborizarme. Ricardo: Se por mis abuelos que ayer estuvo en Guadalajara y que les aviso por la madrugada que ya estaba aquí, ahorita seguramente está en el lienzo, en unos días es la charreada. Mariana: y tu abuelos, ¿cuándo regresan? Ricardo: seguramente hoy por la tarde. Después de comer los chilaquiles mi energía sí que se elevó, y es que no entiendo como los mexicanos pueden comer eso, estaba demasiado picante, rico, pero me quemó hasta las entrañas, todavía estábamos en el comedor cuando se presento Rosi quien después de saludar a todos me invito a dar un paseo por el pueblo y a comer allá, Ricardo y Mariana tenían sus propios planes y preferí dejarles solos, así que me pareció buena idea aceptar la invitación de Rosi. TZURI Prácticamente no dormí nadita, en cuanto ésta pinche vieja se fue dejándome hirviendo me di un baño con agua fría y me recosté un rato, me levante y me vestí para desayunar e irme al lienzo. Salí rumbo a las caballerizas y estuve mimando un rato a Yure y a Cancia, los caballos y las mujeres siempre han sido mi mejor antídoto para el mal humor, pero ahora estaba que trinaba por culpa de una mujer; después de darle indicaciones a Silverio fui a la cocina a desayunar, se que a esas horas lo hacen Mele, Chelito y Chayo, unos frijolitos chinitos y un asado con tortillitas recién

echadas me supieron a gloria, cuando estaba a punto de irme recuerdo que ayer saque de la cajuela la mochila con mi equipo así que regresé a mi casa, escuche ruido y pensé que se trataba de chayito haciendo la limpieza, pero una vez dentro me encontré con Rosi, la verdad me moleste al verla allí y más aún cuando vi que traía un brasier en sus manos. Tzuri: ¿qué haces tú aquí? –dije bastante molesta. Rosi: que voy a hacer, la limpieza, mi Mamá y Chayo no se dan abasto – pero si tanto te molesta mi presencia pues me voy. Tzuri: pues si me molesta, además quiero saber que haces con eso – recargue mi brazo en el respaldo de uno de los sillones y señale con el otro el brasier que tenía todavía en sus manos. Rosi: ¿Esto? – dijo sacudiéndolo al aire - note cierto nerviosismo. Tzuri: si eso, porque no es mío y no entiendo que hace aquí. Rosi: pues yo lo acabo de encontrar y si tú no sabes de quién es menos yo, ya ni siquiera te acuerdas de a quien metes aquí. Tzuri: estoy segura que eso no llegó hasta aquí por alguien que yo metí porque como bien sabes nunca traigo a nadie a mi casa, la única persona que estuvo aquí y no fue porque yo la invitara fuiste tú y eso está demasiado grande para ser tuyo. Rosi: ¿Segura? ¿Segura que nadie más ha estado aquí? – en ese momento recordé a Paola, pero si ese sostén no podía ser de Rosi por el tamaño, mucho menos de Paola, la dueña de ese brasier tenia los senos del tamaño de un melón. Tzuri: sabes qué, olvídalo y no quiero ser grosera pero te voy a pedir que te vayas y no vuelvas a entrar a mi casa si yo no estoy. Rosi: disculpe la señorita, yo solo quería aligerarle la carga a mi Mamá. Tzuri: le puedes ayudar con otras cosas, mi casa no, lamento hablarte así pero de plano ya entendí que entre nosotros no puede ni siquiera existir una amistad.- cuando hizo el ademan de irse- ah y déjame eso aquí, voy a averiguar de quien es. Rosi se fue dirigiéndome una mirada asesina como despedida y aventó el brasier en el sillón, realmente me molestó encontrarla en mi casa, agarre mi mochila con el equipo y guarde el dichoso brasier dentro de la misma, tenía la sospecha de que Rosi se traía algo con esa prenda así que tenía que averiguar que era. Una vez en el lienzo me encontré en el graderío a Manuela Jimena y Sandra en compañía de Cristina; las salude a todas por igual menos a Manuela, a la que le di un picorete en los labios, me dio risa la reacción de la otras y la expresión de triunfo de la referida. Me encamine de inmediato a las caballerizas y me concentre en el entrenamiento, una vez que concluimos le pedí a Silverio que caminara a Yure hasta

que se enfriara y luego se la llevara de regreso a la hacienda, estaba en los vestidores sacándome el equipo cuando unas manos acarician mi cuello, luego siento el calor de unos labios, me imagino quien es y me dejo hacer, una vez que termino de colocarme las botas, me giro y tomo a Manuela por la cintura y la atraigo hacia mí y la beso con pasión, esta chica es casi tan alta como yo, la sigo besando y mis manos empiezan a recorrer su espalda, sus nalgas, sus caderas, le beso la oreja, el cuello, le masajeo los senos, la empujo hacia el baño, y le levanto la parte baja del vestido que la cubre, coloco la palma de mi mano en sus pubis, y mis dedos juegan con sus labios superiores por encima de sus pantaletas, escucho sus gemidos y eso me calienta mucho, le saco la prenda que estorba a mis fines, bajo metiendo mi cabeza en su entrepierna al momento en que ella las abre para darme espacio, colocando una de ella en mi hombro mordisqueo sus labios, con la punta de la lengua me abro paso, recorro toda su raja, una y otra vez, hasta que siento su clítoris hinchado palpitante y me dedico a jugar con él, lo rodeo, lo titileo, los lamo suavemente, sus caderas inician el delicioso vaivén que provoca el deseo de incrementar el placer, mis movimientos se hacen tan rápidos como el movimiento de su pelvis, tomo con ambas manos sus nalgas y aprisiono ese botón de éxtasis y lo hago mío, lo succiono, lo chupo, su danza es enloquecida, sus uñas se entierran entre mis cabellos y ya no gime, grita, un ¡ohhhhh Diiiiooooossss! Enronquecido sale de su garganta estalla en un orgasmo que me deja el rostro y cabellos totalmente mojados. Manuela: Esto ha sido delicioso… eres mejor aun de lo que me habían dicho. Tzuri: qué bueno que te gusto… preciosa ahora si me permites, tendré que asearme un poco, y arreglarme- vi en su mirada decepción - ¿Qué te parece si me esperas en las gradas y de ahí nos vamos a comer y luego por ahí? Manuela: claro te espero – me dio un beso profundo. No quiero regresar a la hacienda, y esta chava me gusta puedo pasarme una buena tarde con ella, me lave la cara y enjuague mis cabellos que al final decidí trenzar hacia atrás, me miré al espejo y sonreí, "estas buena" pensé, siempre me he sentido orgullosa de mi altura que es arriba de un metro con setenta, mi cuello es largo y delgado herencia de mi abuela materna, mis senos son medianos, de cintura estrecha y caderas amplias, "estoy petacona" dije palmeando mi nalgas, firmes, redonditas y paraditas, estire mis piernas largas. "Hay que bonita estoy, que bonita soy, como me quiero, sin mi me muero, jamás me poder olvidar" jajajajajaaja, y a parte sencillita. PAOLA Después de recorrer iglesias, placitas y un museos, ambas tenemos un apetito voraz, le menciono a Rosi que quiero volver a comer birria, "me encanto", y ella me dice que debo probar otra cosa, y me lleva a un lugar divino, con apariencia de cantina, muerta de sed como estoy necesito beber algo y Rosi ordena una bebida que se prepara con tamarindo, su sabor agridulce me fascina y cuando vienen a tomarnos la orden ella me dice "confía en mí".

Rosi: nos trae a ambas carne en su jugo y de entrada unas tostadas y guacamole, ah y nos trae otra jarra de agua de tamarindo. Paola. Oyeee, ordenaste como si fuera a comer un regimiento. jajajajaja Rosi: jajajajaja no te hagas de la boca chiquita porque ya vi que eres de buen diente. Estábamos pasando un buen rato riéndonos y hablando de tonterías, cuando veo entrar a Tzuri acompañada por una chica guapa, su cara me sonaba, ahhhh si claro es una de las tías de ayer, vienen cogidas de la mano, y eso me pone mala, cuando volteo a ver a Rosi imaginando que estará en las mismas que yo me sorprendo al verla mirándome fijamente y con expresión analítica. Rosi: Tú también caíste… hayyy Dios ¿que tendrá esta mujer? Paola: no comprendo de qué hablas. Rosi. Si, has como que la virgen te habla, pero eso no servirá de na… - no termino la frase y no sé porque me tomo de la mano entrelazando sus dedos con los míos. Tzuri: hooolaaaa, que coincidencia, ¿se la están pasando bien? Yo me quede muda y la verdad no se qué cara tenia, ni tampoco que expresión puse cuando Tzuri me vio directo a los ojos y sonriendo me dijo. Tzuri: ¿hoy se te antojó otra cosa? pues que rico ¿no?, y tú te ves muy risueña – volviéndose a Rosi. Rosi: Pues ya sabes el dicho, un clavo saca otro clavo… y pues siempre es divertido hacer la luchita. Tzuri: ok, pues que se sigan divirtiendo y… provecho. Dicho esto se fue a la mesa en donde la niñata ésta le esperaba con sonrisa tonta y cara de boba, Rosi volvió a la carga e insistió en saber que me pasaba exactamente con Tzuri, pero yo no di mi brazo a torcer y fingí desinterés, aunque no sé si me funcionó, pero finalmente cambiamos de tema, me pareció raro que no me soltara la mano y que sus ademanes se tornaran mas coquetos, de repente me sentí en una cita con una chica que estaba intentando ligarme en lugar del paseo inicial y aunque por un instante pensé en aclarar las cosas con Rosi, pronto comprendí que ésta solo estaba intentando provocar los celos de Tzuri y pensé que el juego también podría ser a mi favor. El agua hizo sus estragos y pronto tuve que ir a los servicios, entre casi corriendo y sentí a alguien entrar detrás de mí pero no me volví, tenía mucha urgencia, cuando estaba a punto de salir del servicio tropiezo con alguien, levanto la vista encontrándome con esos ojos que me hipnotizan, me empuja levemente hacia dentro, cierra la puerta detrás de ella y me hala por la cintura con un brazo y con la mano libre toma mi rostro y me besa, sus labios aprisionan los míos con movimientos suaves, sus dientes me dan pequeños mordiscos en el labio inferior y su lengua

empieza a hacerse paso en mi interior, estoy extasiada, me le cuelgo al cuello y ella me empuja a la pared acariciando mis pechos por debajo de la blusa, mis manos caminan hacia su espalda y le acaricio impulsivamente, ella levanta mi falda y siento sus dedos, la palma de su mano recorriendo la piel de mis muslos en movimientos acompasados con los dedos, a penas y me toca la vulva, apenas es un roce y se me escapan gemidos, abro mis piernas para darle entrada ya loca del deseo y ella retira su mano, me mira a los ojos, me toma de la cara con suavidad y me acerca a sus labios. Tzuri: ¡Muua! – Me planta un sonoro beso – tenias razón bonita, ¡que rico es hacer esto!, y se marcha de ahí dejándome aferrada a la pared del servicio con mis piernas temblando por la excitación y sintiendo una rabia descomunal. Cap. 4 TZURI Juan: Lobo pareces nerviosa, eso sí que es muy raro, siempre he supuesto que te dan nervios antes de salir a hacer las suertes pero nunca te los había notado, ¡estás muy rara últimamente! Tzuri: Si, siempre me pongo nerviosa pero suelo controlarme, ni yo sé porque estoy tan inquieta – le decía mientras me plisaba el vestido y me disponía a colocarme el sombrero. Juan: hasta cuando me vas a contar que es lo que está pasando Lobo, tienes días actuando de manera muy extraña, pasas de volada de un estado anímico a otro. Tzuri: Pantera no te cuento nada porque ni yo misma sé que me está pasando. Juan: Haber Lobo, si de verdad quieres hurgarle pues yo te doy el empujón que necesitas, porque para nadie es desconocido que sea lo que sea que te está pasando tiene que ver con la española. Tzuri: No quiero cuestionarme nada – le decía mientras nos encaminábamos a Yureno quiero analizar nada… Pantera la verdad es que no sé ni lo que me sucede –monté. Juan: Pues sabes que, yo creo que será mejor que tú solita encuentres el camino, pero ahora – me sonrió con ternura mirándome y acariciando a Yure- concéntrate, ve a lucirte, que todo mundo vea lo chingona que eres pinche Lobo. Estos días habían sido una locura, el juego que Paola y yo iniciamos se ha ido intensificando, cuando no es ella soy yo, nos besamos, nos cachondeamos y luego nos damos con un palmo de narices y ahora resulta que Rosi no se le despega, se van a montar juntas, salen a pasear y no han sido pocas las veces que las he encontrado muy agarraditas de la mano, yo por mi parte le paso por enfrente con Manuela; me encabrona haber caído en este juego de los picones, es ridículo lo que estoy haciendo, ¡carajo ni de adolescente!, pero es que la verdad lo que en principio me fastidiaba termino por volverse vicio, eso de jugarle al desinterés y luego arrinconarnos la una o

la otra para besarnos hasta que nos duelen los labios, tocarnos hasta casi estallar de placer y luego dar la media vuelta y actuar como si nada; o comernos con la mirada desde lejos pero cuando estamos cerca actuar con total indiferencia, pero sobre todo, eso de estar pensando todo el tiempo en ella, no poder sacarla de mi mente me tenía que me llevaba la chingada; Julieta me saco de mis pensamientos. Julieta: ¿Formamos filas ya? Tzuri: Si Julieta, demos inicio. PAOLA Estos días he experimentado emociones desconocidas antes para mí, la fuerza del imán que me atrae a Tzuri me está enloqueciendo, ya no pienso, no razono, actuó por instinto, lo mismo para enfadarla que cuando me entrego por completo a sus besos y a sus caricias, esos momentos de demencia en los que parecería que nos fundiremos en una y que terminan siempre abruptamente por una de las dos, pero cuando soy yo la que lo detiene ya no es razonado, ni siquiera puedo decir que es para hacerla rabiar, es extraño lo que me pasa, pero creo que lo hago porque siento que es la única manera de sentirla mía, ¡pero qué estúpida que sois Paola!, no queréis ver la verdad aunque esta te azote en las narices, ahora mismo estoy exasperada y todo porque no le he visto en toda la mañana y parte de la tarde y es que tenerle cerca, verle, sentirla se me ha vuelto una necesidad, así sea para fastidiarnos la una a la otra; sin conciencia de lo que esto significa porque por primera vez en mi vida no quiero analizar nada, me da miedo hacerlo, así que solo me dejo llevar. Estoy en las gradas casi en el mismo sitio que la primera vez que ella me trajo a verle entrenar, la diferencia es que ahora este sitio está repleto y yo me encuentro en compañía de su familia y mi hermana, ellos ríen, hablan, están disfrutando el momento, pero yo no puedo, tantas horas sin ella me ponen mala. María Inés: Hola Chiquilla, estas muy pensativa – llegó esta chica que en estos días se había convertido en mi pepe grillo. Paola: hola, nada aquí esperando a que inicie la función. María Inés: jajajajaja niña pero si ya ha empezado hace un monton, que no ves las faenas que están haciendo los chicos con las reses, los caballos… ahhh ya… jajajaja te refieres a la parte que a ti te interesa. Paola: eee.. no.. es que.. no me di cuenta de que esto había empezado. María Inés: jajajaja, no si no me lo dices ni en cuenta, pero no te preocupes que Tzuri está a punto de salir. Paola: ¿Tzuri? … no, no es lo que me interesa, es decir, si, pero todo, es decir a todas las quiero ver.

María Inés: jajajajaja si claro. Paola: bueno ya basta tía tampoco te burles, que tu sabes que me ha encantado lo de la escaramuza y que es por eso que quiero verles. María Inés: no si son tal para cual. En ese momento la voz de María Inés se perdió entre la multitud y en mi cabeza ya no hubo más sonidos, en el fondo vi salir a todas las chicas y como la vez anterior Tzuri salió al final pero esta ocasión hizo reparar varias veces a Yure que relinchaba mientras que su ama le jalaba la rienda y le hacía pararse en dos patas, se veía preciosa en ese vestido y con su sombrero charro, toda la rutina mis ojos estuvieron posados en ella, impresionada de lo que era capaz de hacer sobre esa yegua y asustada porque temía que sufriera algún percance, estaba montando de manera más temeraria; mi mente estuvo jugando conmigo porque varias veces me pareció que sus ojos me buscaban y cuando nuestras miradas se encontraron ella me sonrió, pero debió ser mi cabeza movida por mis deseos de ser tan importante para ella como lo es ella para mí, pero por lo menos eso es lo único que me quedaba de conciencia, la completa certeza de que su interés por mí es por el juego que hemos entablado y que una vez que obtenga lo que desea pasara de mí y si logro irme sin que esto suceda no tardara nada en entretenerse con otra. TZURI Estaba nerviosa, si, muy nerviosa y Yure lo sentía, bailoteamos juntas en un intento de calmarnos mutuamente, ella relinchaba como exigiendo que me concentrara, yo lo intente pero algo no me dejaba, empezamos la rutina y a Dios gracias que mi yegua es especial porque yo no tenía cabeza en esos momentos más que para buscar entre la multitud esos ojos turquesa que necesitaba ver, la busque entre el gentío mientras Yure galopaba a toda velocidad y cuando me encontré con su mirada fija en mi un estremecimiento que jamás había sentido me recorrió todo el cuerpo, no pude evitar una sonrisa ni tampoco la sensación que se alojo en mi pecho al notar en esa mirada azul algo especial, preocupación quizá, admiración, no lo sé, pero eso me basto para desear dar la mejor cabalgada de mi vida y creo que lo logre. PAOLA Lo que hizo Tzuri esta noche ¡ha sido increíble!, ¡fenomenal!, no sé qué adjetivo darle, estuvo maravillosa, mis sentimientos me juegan una mala pasada porque toda la rutina tuve esa sensación de que ella estaba corriendo en ese caballo, realizando todos esos movimientos para mí, al final de la rutina vuelvo a sentir la profundidad de su mirada posarse en mí, me río de mi, ¡tan tonta Paola!, pero me niego a dejar de sentir la emoción que esto me produce. Una vez que terminó su actuación individual se quito el sombrero y lo extendió y … si, esta vez no pudo haber sido un juego de mi mente, se ha dirigido a mí, y me desmorono al ver su sonrisa seductora y esos ojos obscuros posarse directo en mi, siento que estoy volando, el cosquilleo en mi estomago me hace reír y ella me devuelve el gesto a lo lejos, cuando se da vuelta, me

vuelvo a cuestionar si no he imaginado todo aquello pero bendito Pepe Grillo que me habla al oído. María Inés: Uyyyy este arroz ya se coció. Paola: ¿de qué hablas? –le dije con una sonrisa tonta en la cara. María Inés: De que voy hablar mujer, ojala pudieras verte la cara jajajaja, y lo que más me gusta es que estuve aquí para verlo. Paola: ¿para ver qué? – quería que me lo dijera, quería escuchar de otra persona que lo que acaba de pasar no había sido una fantasía. María Inés: jajajaja te digo si tu por fin me confiesas que estas hasta las manitas por esa mujer que casi se mata hoy en el ruedo. Sería tan fácil decirlo, pero no, era muy difícil porque una vez que lo dijera no había marcha atrás, moría del miedo, sé que es muy tonto pero no puedo decirlo, ni siquiera puedo pensarlo, es como si el no hacerlo me proporcionara una seguridad a la que necesito aferrarme. Paola: jajajaja amiga, no te puedo decir eso porque no es así. María Inés: lo dicho, son tal para cual. Jajajajajaja. Abuela: bueno vámonos porque la gente no tardara en llegar a la hacienda, ¿hijita vienes con nosotros de una vez? – dirigiéndose a María Inés. María Inés: Si doña Esther, seguramente mis tíos se irán directo para allá. Abuelo: bueno pues entonces nada más vamos a las caballerizas a felicitar a mi nieta por lo que acaba de hacer y nos vamos. Abuela. Hayyy esa niña, me tuvo todo el tiempo con el corazón en la garganta, se arriesgo demasiado hoy, ni que estuviera en competencia. Abuelo: lo esta mujer, lo está y quizá la más importante de su vida. Abuela: hay Alberto tú siempre con tus frases a medias. Ricardo, Mariana, María, Samuel, María Inés y yo los mirábamos riendo al tiempo que nos encaminábamos todos hacia el área de las caballerizas. Mi corazón empezó a latir a mil cuando la vi, realmente se veía hermosa enfundada en ese vestido blanco con vistos de diferentes colores de vuelos y holanes, botas largas de piel; su cabello totalmente trenzado dejaba ver su rostro anguloso totalmente despejado, adornado con unas arracadas de oro bellísimas, sus perfectas y bien delineadas cejas, nariz afilada, labios carnosos y sobre todo esos ojazos, ella no se había percatado de nuestra presencia, hablaba con el resto de las chicas y se abrazaban unas a otras, Juan se acerco a nosotros y dio aviso a Tzuri de nuestra llegada. Ella se acerco y abrazo a

sus abuelos que venían primero, a su tío Samuel, luego a Ricardo, Mariana, María y María Inés, a mí me temblaban las piernas tenía pánico de darme cuenta de que lo que acababa de vivir hace un momento fuese solo producto de mi imaginación, para cuando llego frente a mí los demás se habían encaminado a felicitar al resto del equipo, sonrió y me miro igual que en el ruedo mientras se iba acercando en un acto impulsivo me le colgué al cuello y apreté mi cuerpo contra el suyo, ella me rodeo con sus brazos y me susurro al oído. Tzuri: ¿Te ha gustado? Paola: Me ha encantado – dije también en un susurro. Tzuri: Que bueno, porque lo he hecho solo para ti. Cerré mis ojos y me deje llevar por la intensidad de las emociones que sacudían a mi cuerpo, nos abrazamos con mas fuerza, sentí el latido de su corazón en sincronía con el mío. Paola: me fascino pero moría del miedo, a momentos sentía que ibas a caer. Tzuri: ¿Te preocupaste por mi bonita? – pego sus labios a mi oído y acaricio mi espalda con sus manos apretándome más contra ella, yo sentía que estaba en la gloria. Paola: si mucho, me dio muchísimo miedo que cayeras, que te sucediera algo, y es que yo no lo hu… Manuela: mi aaamoooorr, ¡estuviste genial!, estoy tan orgullosa- la voz de Manuela acabo de golpe con toda la magia del momento y me volvió a la realidad cuando jalo a Tzuri atrayéndola para sí – verte montada allí y saber que eres mía. Dicho esto la tomo por la cara con ambas manos y le beso, en ese instante se apareció Carlota y la rabia y los celos que me estaban consumiendo provocaron lo que siguió. Carlota: hola preciosa, no me vas a felicitar; mira que a mí también me aplaudieron. Paola: si claro que si – la abrace- ¿vendrás a la reunión que se está preparando en la hacienda? Carlota: Pues si tú me invitas y prometes estar siempre conmigo claro que iré. Paola: Pues yo también estoy de invitada, pero no creo que haya ningún problema. Tzuri: Claro que no hay ningún problema Paola, tu sabes que no eres una simple invitada, esa es tu casa – dijo esto sonriendo de esa manera que me sacaba de quicio mientras Manuela que estaba detrás de ella le abrazaba por la cintura haciendo añicos todas las ilusiones que me había hecho hacia un momento, ¡pero qué estúpida soy! Paola: pues nada, ya esta, entonces marchémonos de una vez, ¿te importaría si nos vamos juntas Carlota?

Carlota: no claro que no preciosa, vamos. TZURI Abrace a todos y cada uno de manera mecánica deseando llegar hasta ella, cuando la tuve frente a mí me quede inmóvil, ¡por Dios estaba nerviosa!, pero ella rompió la barrera colgándose a mi cuello y yo la abrace con todas mis fuerzas, mi corazón empezó a latir desbocado cuando sentí en mis brazos el temblor de su cuerpo, sentía la necesidad de sentirla mía y la apreté con más fuerza, le dije que la faena había sido para ella, sentí la emoción que provocaron mis palabras y me confirmó que había sentido temor a que algo me ocurriera en el ruedo, la acaricie con una ternura de la que nunca me creí capaz con una mujer, ella está a punto de decirme algo, presiento que todas mis defensas están a punto de caer pero en ese instante se aparece Manuela interrumpiendo ese momento en que pareciera que no soy yo, en principio no puedo reaccionar y cuando estoy a punto de hacerlo se presenta Carlota, estaba por mandar a las dos intrusas a volar cuando Paola se comporta demasiado amigable con Carlota y eso me fastidia, entonces una señal de mi cerebro me dice que así está mejor y empieza de nuevo el jueguito entre nosotras. Pero también ha llegado el momento de poner las cosas en su sitio con Manuela. Manuela: ¿Nos vamos ya mi amor? Tzuri: Manuela, si quieres ir a la fiesta estas invitada pero antes tu y yo tenemos que aclarar las cosas, yo no soy de nadie y tu y yo no somos pareja, novias ni nada que se le parezca, salíamos juntas, nada más. Manuela: pero es que yo pensé… tenemos más de una semana viéndonos casi todos los días. Tzuri: a ver, cuando tu y yo empezamos a salir te dije que yo no era de relaciones serias, ¿no?, que no me comprometía a nada contigo y me dijiste que tenias eso perfectamente claro. Manuela: pues si pero eso fue al principio, durante el transcurso de los días las cosas han podido cambiar. Tzuri: No insultes mi inteligencia, tú has armado todo el teatrito de hace un rato para fastidiar a Paola y de paso a mí. Manuela: pues sí, es que me pudre ver como la tratas, como la miras y quiero que se dé cuenta de que no eres para ella. Tzuri: pues lastima Manuela, la estábamos pasando bien. Manuela: Por lo menos dime en mi cara que me estas mandando a volar por esa pinche vieja.

Tzuri: Te estoy mandando a volar por qué no me gustan los panchitos ni que digan que tengo dueña, adiós Manuela, si quieres venir a la fiesta eres bienvenida, pero no conmigo ¿te queda claro? No sé qué carajos me está pasando, ni por qué hice lo que hice en el ruedo ni por qué le hable así a Paola; por qué me sentí así con ella y en este momento no quería saber, lo único que quería era un tequila, toda la familia se había marchado ya, solo me esperó Juan y partimos a la hacienda, llegue y me fui directo a mi casa a cambiarme de ropa, solté mi cabello, me puse una falda y una blusita de tirantes y sandalias de piso, quería comodidad. Salí rumbo al espacio en donde se desarrollaba la fiesta que ya estaba en su apogeo, estaba allí medio pueblo, mis abuelos felices, María correteando con otros chiquillos, Mariana, Ricardo, Juan y Rosi en una mesa, Paola en otra con Carlota y María Inés, todos comían, había carnitas, birria, tostadas, enchiladas, guacamole; mis tripas me reclamaron, me serví un buen plato y me senté aislada a comer, mi abuelo se acerco a mí con su mirada tierna. Abuelo: ¿Ya encontraste tu correa huarache? Tzuri: Viejito mula – le dije sin dejar de comer. Abuelo: ¿sabes por qué eres mi nieta favorita?, ¿porque me siento tan orgulloso de ti? Tzuri: porque soy divina – lo besé en la mejilla. Abuelo: aparte, porque desde niña nunca te ha ganado el miedo a nada, si algo te asustaba lo enfrentabas, no le sacabas la vuelta, cuando nos dijiste que eras diferente, que eras homosexual, te apoyé por tu determinación a defender lo que eres y lo que sientes, no fue fácil hijita, esta ha sido una familia conservadora durante siglos, en una sociedad igual de conservadora tú lo sabes, pero no dudé en apoyarte abiertamente porque admiro profundamente tu entereza, tu temple. Tzuri: tú sabes que siempre te voy a agradecer todo tu apoyo viejo, pero la verdad no sé por qué me estás diciendo todo esto. Abuelo: jajajaja, ya veo… mi niña este momento puede definir tu vida, ¿me estas escuchando? tu vida; piénsalo – y se marcho dejándome con un montón de dudas en la cabeza ¿pues que se trae mi abuelo? PAOLA Los celos y la rabia me nublaron la razón, últimamente no razonaba casi para nada y solo me di cuenta del lío en que me había metido cuando sentí la mano de Carlota posarse en mi cintura, con la mayor sutileza de que fui capaz me solté y me acerque a María Inés que estaba a unos pasos con el resto de la familia Aragón, ella me miro curiosa y divertida a la vez María Inés: ¿y ahora que pasó entre ustedes dos? – no pocas veces me sorprende la suspicacia de esta tía.

Paola: Que me enerva Tzuri, eso es lo que ha pasado – dije ya incapaz de mentirle- y la rabia me ha llevado a meterme en un lio gordo con esta tía, ¿me haríais el favor de no dejarme a solas con ella? - le hice una mueca suplicante. María Inés: jajajajaja pues si que te has metido en un problema, Carlota no es fácil de manejar, no te apures que seré tu chicle. Paola: gracias te adoro ¿sabes? – le hice un puchero de agradecimiento. Antes de partir a la hacienda pasamos a casa de Carlota a que ésta se mudara de ropa, la chica no estaba muy feliz con la compañía de Inés pero eso de alguna manera me dio la oportunidad de dejarle claro que mi intención al invitarla fue solo amistosa, situación no del todo cierta pues la verdad es que lo hice cegada por la ira, para darle en la cabeza a Tzuri. María Inés: aprovechando que estamos solas, dime, ¿qué paso con Tzuri? Paola: uffff… ¿qué paso?, es que… me cuesta... me cuesta decirlo… María Inés: a ver te ayudo un poco, dijo o hizo algo que provoco que quisieras darle en la torre y Carlota fue la opción del momento ¿algo así? Paola: podría deciros que no, podría continuar mintiéndote y mintiéndome pero ya no lo soporto, estoy que me ahogo… esto se ha vuelto como una montaña rusa, por momentos siento que vuelo para luego sentir que me muero. María Inés: pero dime exactamente qué pasó. Paola: umhhh… -eché mi cabeza hacia atrás y me cubrí el rostro con las manos- que por un instante pensé que estaba tocando el cielo, pero llegó Manuela gritando lo orgullosa que estaba de su mujer, besándola, abrazándola… y… y…-me costaba, me era difícil decirlo, pero a la vez ya no podía y estalle- ¡yo enloquecí de celos!, ¡de rabia!, ¡de ira!, ¡todo junto! … ¡haaaaaaa! – grite. María Inés: algo así imagine – me miraba con ternura. Paola: en ese momento llegó Carlota y llevada por la rabia le invite a la reunión, quería fastidiarla, quería que padeciera como yo, pero que va Inés, soy una imbécil. María Inés: jajajaja no no amiga, no eres una imbécil, eres una mujer enamorada eso es lo que eres, ¡ah! no me lo niegues –mostrándome la palma de su mano para detener las palabras que estaban a punto de contradecirla- pero no te tortures, mira que no has hecho del todo mal, estoy segura que en este momento Tzuri esta que se la carga la chingada. Paola: puff no lo creo... es que si la hubierais escuchado, no tuvo reacción alguna, me dijo que yo podía invitar a quien quisiera y seguía ahí dejándose abrazar por la flaca esa sonriendo como si nada.

María Inés: jajajajaja lo dicho las mujeres enamoradas se vuelven brutas, amiga; Tzuri es un lobo viejo no esperes que pierda el control fácilmente y menos delante de su archirecontraenemiga, no, para eso hay que llevarla al límite y sabes que esta noche vamos a empezar. Paola: ¿Qué estas tramando tía? María Inés: tu solo déjate llevar un poco por Carlota esta noche, déjala que medio avance contigo… pero eso si mantenla a raya. Paola: pero ¿no os parece que ese juego es demasiado peligroso?, que esta tía tampoco es fácil de mantenerla a raya. María Inés: tú puedes amiga y ya verás, además pronto recogerás los frutos, a lo mejor no esta noche, pero si eso no pasa hoy ya se me ocurrirán las oportunidades para que suceda. Paola: ¿por qué haces esto? María Inés: porque me parece muy divertido, porque me caes muy bien y porque soy así de adorable – paso su brazo sobre mi hombro y me guiño un ojo. En eso llego Carlota quien todo el camino y hasta que llegamos le hizo saber de todas las maneras tanto directas como indirectas a María Inés que estaba sobrando, pero ésta, divertida con la situación me dijo que no le daría gusto hasta que llegara el momento optimo, la verdad es que yo no me quería quedar a solas con esa chica, había algo en ella que no me gustaba, no me sería nada sencillo permitirle ciertos avances. Tzuri seguía sin aparecer, todos estaban ya menos ella; Inés me dio un golpecito con su pie y me señalo con su mirada hacia Tzuri que estaba donde la comida, me encanta que lleve el cabello suelto, se sentó en una mesa sola y se dispuso a comer sin prestarle atención a nada, su Abuelo estuvo un rato con ella y le vi sonreír, en ese momento Inés me miro y sonrió con complicidad indicándome así que era hora de empezar con ese plan en el que yo no confiaba mucho, pero necesitaba intentarlo. TZURI María Inés: hola amiga ¿te puedo hacer compañía? Tzuri: Claro. María Inés: ¿y eso que estas solita? Tzuri: mmm no sé, no te pasa de repente que tienes ganas de estar sola. María Inés: jajaja hay amiga esa fue una indirecta muy directa, hoy como que en todos lados sobro jajajaja. Tzuri: no, no digas eso, no lo decía en ese sentido, me refería a otro tipo de compañía.

María Inés: jajajaja bueno menos mal ¿porque no has ido a la mesa de Ricardo, su novia, Juan y Rosi? Tzuri: mmm solo te puedo decir que no es conveniente para mí estar en esa mesa. María Inés: ahhhhh no me digas… ¿con Rosi? – no tuve que responder ella solo rió con ganas – que bárbara amiga no dejas títere con cabeza. Tzuri: ¿y tu porque dijiste que en todos lados sobrabas? María Inés: pues ya sabes amiga como dice el onceavo mandamiento, no estorbar, o como es el otro, donde hay dos que se interesan tres son multitud. Tzuri: ahhh – sentí una punzada en el estomago. María Inés siguió hablando de trivialidades, hicimos lo que la mayoría de las mujeres hacen, heterosexuales, lesbianas o bisexuales, criticar a todo mundo, reíamos, pero mi malestar no se me pasaba y a decir verdad estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no mirar hacia donde estaba Paola y por no cuestionar a María Inés sobre el asunto, pero ella saco el tema a colación. María Inés: oye ¿tú crees que Carlota logre algo con Paola?, la verdad me extrañó mucho verlas juntas y en un principio me quede con ellas pensando que Pao se sentiría más cómoda, pero al final me di cuenta de que sobraba. Tzuri: ahhh ¿entonces Paola se la está pasando muy bien? – sentí un vuelco mas en mi estomago. María Inés: pues vieras que sí, bueno ya sabes que Carlota cuando anda en plan de conquista puede ser encantadora… y guapa es. Tzuri: ¿se han hecho muy amigas tú y Paola? María Inés: Si, la verdad es que Paola es súper encantadora y te digo algo, si no fuera porque en este momento realmente estoy enamorada de mi pareja seguro que ya me habría apuntado también para hacer mi luchita con ella. Tzuri: ¿también? María Inés: ajá, tú qué piensas ¿quien ganara? ¿Rosi o Carlota? digo porque también con Rosi Paola se ve muy cómoda ¿no crees? Lo que estaba sintiendo ya no era un simple malestar, es una sensación desconocida este calor agudo que me recorre todo el cuerpo y me está tensando cada uno de los músculos, mi estomago me arde, ¿qué me pasa? ¡estoy furiosa!, eso es lo que me pasa, ¿pero por qué? ¡Carajo!. María Inés: ¿te pasa algo?

Tzuri: no nada ¿porque la pregunta? – ¿si me pasa algo? ¡quiero matar a alguien!, pero no se a quien… ¡si se!, ¡a Carlota!, a ¡Rosi!… ¡a ti María Inés por dejarlas solas!. María Inés: no se de repente te pusiste muy seria y tu expresión cambio, ¿te molesto lo que dije? Tzuri: no porqué me habría de molestar – ¿me molesto?... no... me encabronó... pero que chingados, ¡que carajos me pasa! María Inés: bueno pues porque a ti también te interesaba que pasara algo con Paola, pero como te he visto muy amarteladita con Manuela por más de una semana pensé que habías perdido totalmente el interés por Paola… o que de plano te diste cuenta de que a ella no le interesabas. –aouch eso si me dolió. No sé qué decirle y es que, ¿qué le digo?, que si quería, que si quiero que pase algo con Paola pero que ha saber por qué fregados se me complicaron tanto las cosas, que Manuela fue solo una ficha mas en este juego que tenemos, ni yo misma sé que estoy haciendo ni qué es lo que realmente quiero, a lo mejor lo único que quiero es que las cosas sigan como siempre en mi vida, sin complicaciones emocionales, pero también quiero tenerla, no falta mucho para que se vaya ¿acaso me voy a quedar con las ganas? María Inés: Heyyy ¿qué te pasa Tzuri?, estas como ida amiga. Tzuri: nada, cansancio creo… si eso, estoy cansada. María Inés: ahhh pues mira tengo un remedio para eso, que te parece si nos vamos a Vallarta unos días. Tzuri: heyy esa es una idea genial. Al final caí en la tentación de mirar hacia donde estaba Paola, tuve que hacer acopio de toda la fuerza de la que soy capaz para controlar la ira que me invadió al verla muy sonriente mientras Carlota le hablaba al oído y dejaba con singular alegría que esa bruja le acariciara el brazo y la mano, para esos momentos Juan estaba con nosotros pero estaba enfrascado con María Inés en una charla al parecer muy animada porque ningunos de los dos parecía acordarse de mi presencia, de algún modo tenía que separar a esas dos, ¿pero cómo? con Pantera de plano no contaba, es extraño pero tengo la impresión de que estos dos están como que muy raritos, bueno en este momento eso no me interesa, ¿quién?, ¿quién?… ahhhhh ya se me prendió el foco, no pude evitar una sonrisa maliciosa. PAOLA Esto definitivamente no estaba funcionando, Tzuri ni siquiera me ha mirado en todo lo que va de la noche, soy yo la que no ha podido dejar de mirarla, se la ve tranquila hablando con María Inés, bebiendo, algo que si es extraño es que casi no le he visto

sonreír eso si es muy raro en ella que casi siempre tiene esa sonrisa que me derrite la mayoría de la veces y otras tantas me saca de quicio, está demasiado seria. Lidiar con Carlota ha sido menos complicado de lo que pensé, me habla al oído, me pasó un brazo por la espalda pero basto con inclinarme un poquitín para que lo dejara colocado en el respaldo de la silla, con su otra mano si me da ligeros toquecitos en la mía, me dice cosas tontas intentando endulzarme el oído, ni de coña le podría hacer competencia a Tzuri a pesar de ser guapa, creo que se ha percatado de mis miradas furtivas hacia Tzuri a pesar de mis intentos de disimularlo pero no ha dicho nada. Ya está Juan con ellas en la mesa, me pregunto en donde esta Manuela, pensé que estaría aquí con ella pero no ha aparecido ni ella ni ninguna de las otras; uhhhmm que bella te ves tan seria y pensativa, con la mirada perdida… el viento jugando con tus cabellos, me llama la atención que aunque tu figura siempre esta erguida ahora pareces tensa, muy tensa… y ahí está esa sonrisa y me pregunto en qué estaréis pensando, te veo levantarte… ¿a dónde vas? y te me pierdes… ¿qué voy hacer con esto que estoy sintiendo por ti Tzuri? ¿qué voy a hacer conmigo? oigo la voz de Carlota sin escuchar, le respondo con frases cortas como autómata, sonrió igual mecánicamente, siento unas ganas de llorar, me siento estúpida haciendo esto quisiera estar en casa, quisiera no haber venido nunca… no… no te mientas Paola cuando el atlántico me separe de esta mujer, cuando no respire su mismo aire, cuando al despertar tenga la certeza de que no le veré, cuando no exista la posibilidad de sentirla… creo que entonces sabré lo que es el dolor. Unas manitas que se aferraron a mi brazo me sobresaltaron. María: Paolaaaa ven conmigo que te quiero enseñar algo, ándale siiiiii ven – me halaba y yo me encontré con la oportunidad perfecta para deshacerme aunque sea momentáneamente de esta chica. Paola: Carlota voy un momento con la niña – me levanto y me marcho sin darle oportunidad a que proteste, dejándome conducir por María que me lleva de la mano hacia no sé dónde. Caminamos hacia la parte oeste de la casa grande y ahí me di cuenta de que íbamos hacia las caballerizas y fuera se encontraba un caballo ensillado y cargado con algunas alforjas. Paola: oye cariño no creo que sea buena idea el ir a ese paseo que te debo – le dije recordando que le tenía prometido eso. María: no Paola lo que quiero es que conozcas al nuevo potrillo, nació apenas y esta chiquito. Paola: ah vale – me haló con más fuerza y casi entramos corriendo a las caballerizas. María: ¿mira verdad que esta bonito? Paola: si muy bonito – sentí unos pasos detrás de nosotras y me volví a la vez que lo hizo María.

María: Tzuri ¿lo hice bien? ¡a que si!, le quitamos nuestra barbie a la odiosa esa.- la niña corrió hacia ella. Tzuri: si escuincla lo has hecho muy bien, gracias por el favor- le guiño el ojo y la niña le sonrió- ahora corre que te esperan tus amiguitos para seguir jugando, te quiero mucho – le beso. Ahí estaba yo de pie con la respiración agitada y muriendo de los nervios, con el corazón acelerado y ella mirándome sonriente, se había mudado de ropa -ahora llevaba unos vaqueros y botas-, camino hacia mí con esa seguridad de siempre, desde que le conocí me atrapó con esa manera de moverse, podía ser tan femenina pero tan ruda, sigilosa y atrevida. Paola: ¿Qué pretendes tía? Tzuri: robarte Paola: ¿ccc.. cómo? Tzuri: sí, te voy a secuestrar – me susurro al oído. Paola: pero que te has creído, mira que a mí me espe… - me interrumpió clocando su mano en mis labios. Tzuri: Shhh no digas nada. Me tomo de la mano y como hechizada me dejé conducir hasta el caballo que estaba fuera, como si fuese una cría me deje colocar una chaquetilla y monté, ella se coloco detrás mío con su acostumbrada agilidad y con la misma me halo con sus brazos hasta que nuestros cuerpos quedaron casi pegados, sus brazos me rodearon para asir la rienda y emprendió el galope hacia la obscuridad. Me dio temor, el caballo corría a toda velocidad cruzando el campo agavero. Paola: ¡Tzuri por Dios no corras tanto!, ¿a dónde vamos en medio de esta obscuridad? Tzuri: no temas barbie, te prometo que nada malo te sucederá – besó sutilmente mi cuello. Llegamos a una construcción antigua semejante a una enorme bodega, estaba resguardada por un gran portón de madera. Tzuri saltó y tomándome por la cintura me halo hacia ella, amarro al caballo, tomo las alforjas y procedió a abrir el cerrojo, se perdió por un momento dentro de esa negrura que en segundos se vio iluminada ligeramente. Tzuri: entra -me dijo-, di unos pasos y aquello se empezó a iluminar mas, pude verla encendiendo varias candilejas y me quede maravillada por aquel sitio, la sentí acercarse, rodeo mi cintura y descanso su cabeza en mi hombro.

Tzuri: ¿verdad que esta es una mucho mejor vista que la horrenda cara de Carlota?. Paola: esto es… hermoso dije ante lo que tenia frente a mí, estábamos en una bodega llena de barricas acomodadas en montones que hacían varias pirámides, entre cada una de estas había una mesa de roble con sillas, sentí que me soltó pero yo seguí embobada con el lugar, recorrí las paredes que estaban labradas con diferentes ornamentos, en una estantería vi diferentes recipientes artesanales que contenían tequila, las botellas lucían bastante antiguas, cada de una de ellas diferentes y todas estaban fechadas en distintas épocas y tenían grabado el nombre de la hacienda. Tzuri: Cual quieres que bebamos – me dijo poniéndose a un lado mío – escoge la botella que más te guste para que te la quedes. Paola: ¿pero vamos a beber una de estas? por las fechas estas deben valer una fortuna. Tzuri: pues sí, si se vendieran serian muy caras, pero estas no están en venta son para ocasiones especiales o para antojos personales. Paola: ¿y esto qué es? ¿una ocasión especial o antojo personal? Tzuri: mmm te propongo un trato, vamos a disfrutar este momento, a tomarnos el mejor tequila del mundo, comer rico… y.. Paola: ¿y? Tzuri: y solo lo que tú quieras. Y ese era el problema, lo que yo quería, mi cuerpo me jugaba en contra, yo quería que pasara todo, quería entregarme por completo a ella, a sus besos a sus caricias, a satisfacerla, darle el gusto de que me follara -porque eso sería para ella-, solo eso, una follada, ¿Qué hacer? ¿Regresar a Madrid sin haberla tenido por completo? o ¿regresar a Madrid totalmente derrotada por mis deseos hacia una mujer que nunca sería para mí? ¿qué sería peor? ¿qué me haría menos infeliz?.. si resisto y no me rindo me llevare por lo menos el sabor agridulce de un triunfo ante ella y si cedo me llevare el agridulce recuerdo de haber hecho el amor con la mujer de mi vida aunque para ella solo signifique un polvo. Estábamos comiendo, charlando, bebiendo y el calorcillo que produce el tequila en mi organismo solo incrementa mi apetito por ella, este anhelo en concederme completa a los deseos de mi cuerpo, de mi alma… de mi corazón. TZURI Daria lo que fuera por saber que piensa, creo que está un poquito tomada, sus pupilas están dilatadas, podría ahogarme en sus ojos, ya no soporto y tomo su rostro con mis manos, acerco mis labios a los suyos lentamente, los rozo, los acaricio la beso despacito, la saboreo, me pongo de pie sin dejar de besarla levantándola al mismo

tiempo, la acerco a mí, al abrazarla siento el temblor de su cuerpo, la escucho suspirar, sus manos en mi pecho, mi corazón se acelera, las sensaciones que estoy experimentando me dan miedo pero me embelesan y no quiero dejar de sentirlas, el beso se profundiza, nuestras lenguas se mueven en una sinfonía lenta, deliciosa, no sé cuánto tiempo a trascurrido, mucho seguramente pero siento que es poco porque quiero más, no quiero soltarla, no quiero parar, pero la necesidad de respirar nos obliga, mis brazos se niegan a soltarla y la aprieto mas, recargo mi cuerpo sobre la mesa, mis manos recorren su espalda, me deleito al sentir su aliento en mi cuello, acaricio sus cabellos y volvemos a besarnos, después de otro larguísimo beso ella se acurruca en mis brazos hundiendo su cabeza en mi cuello, la beso en la frente, no sé por qué estoy haciendo esto y como siempre no quiero saber, la traje aquí con toda la intención de seducirla, de poseerla, pero no quiero hacerlo así, no en este sitio, sería burdo, tosco, grosero, no con ella, no sé porque, pero no deseo eso con ella… llevamos varios minutos así fundidas en un abrazo, besándonos a momentos en silencio, estoy embriagada por su aroma, por el sabor de su boca en la mía. Tzuri: tenemos que regresar a la casa – le dije en un susurro, odiando la idea de hacerlo, de romper ese momento. Paola: Si se deben estar preguntando dónde estamos. Tzuri: es muy probable, aunque la fiesta debe seguir en su apogeo, pero si no te regreso mi abuela te obligara a casarte conmigo – me reí al decirle esto, ella suspiró y me miró, rodeó mi cuello con sus brazos y nos besamos otra vez. Durante todo el camino de regreso seguí besándola, acariciándola, caminamos de las caballerizas a la casa tomadas de la mano, la acompañe hasta la puerta de su habitación. Tzuri: sueña con los angelitos – la tome por la cintura y la bese con ternura, ¡caray! Yo besando con ternura. Paola: tu también – su mirada tenía un brillo especial, estuve a punto de empujarla a su recamara y… pero no quería romper el encanto, no quería que aquello fuera algo furtivo. Tzuri: te veo en unas horas – la bese una vez más, espere a que entrara y me fui a mi casa, quería meterme en la cama y repasar lo que acababa de vivir, no quería razonarlo, pero mi mente quería otra cosa ¿qué diablos me esta pasando con esta mujer? pensé. No, no quiero saber. PAOLA El brillo de esos ojos obscuros bajo esta tenue luz me magnetizan más que de costumbre, me está mirando fijamente, me pregunto qué piensa, ¡Dios! Sus labios, sus manos en mi cintura, la proximidad de nuestros cuerpos me produce una serie de temblores extremadamente placenteros, me pierdo completamente en su boca, en sus brazos, todo deja de existir para mí, no hay miedo, ni tiempo, ni incertidumbre solo

existe este momento que quiero que sea eterno. Ya no importa nada solo el sentirla como ahora… mía la siento plenamente mía, me hundo en este abrazo, en cada beso soy íntegramente suya, puede hacer de mí lo que desee, pero no lo hace, solo me abraza mas, me acaricia y me vuelve a besar, me dice que tenemos que volver… no quiero… bromea… pero su broma no me hace reír… suspiro al escuchar esas palabras. Abandonamos ese lugar en el que he vivido las horas más felices de mi vida; pero las horas maravillosas aun no se extinguen, vamos montando a paso lento, siento su mano firme sobre mi vientre y el sabor de sus labios de cuando en cuando, así estamos frente a la puerta de mi habitación donde nos volvemos a besar, se despide de mi, deseo pedirle que nos se vaya, que la quiero en mi cama, que necesito que me haga suya, pero ella no me da oportunidad, me besa una vez más con infinita ternura y se marcha. La delicadeza, la ternura con que me ha tratado estas horas me tienen sumida en un profundo éxtasis, no siento el peso de mi cuerpo, en mi mente solo hay cabida para remembrar cada beso, cada caricia, el calor de sus brazos y me entrego a esos pensamientos hasta que me pierdo en un sueño placentero. Cuando abro los ojos temo que todo haya sido un sueño, pero en mi boca tengo su sabor, una corriente eléctrica recorre toda mi anatomía y sé que ha sido real, muy real. Paola: hola buenos días – digo sonriente al llegar al comedor, están ahí todos menos Tzuri. Ricardo: Hola cuñadita ¿qué paso contigo anoche de repente te perdiste?- me ruborice, si notaron mi ausencia con más razón la de Tzuri. Paola: ahhh la verdad que me sentí un poquito mareada y me he ido a dormir temprano –mentí esperando que nadie haya ido a buscarme a mi habitación. Abuela: pero ya estás bien hijita. Paola: si gracias, muy bien. Estaba inquieta por la ausencia de Tzuri, lo regular era que a esta hora no estuviese en el comedor porque estaba en el entrenamiento pero ya no tenía por qué ir, me tuve que morder la lengua para no preguntar por ella, en ese momento me regresaron todos los miedos y la desconfianza. Ricardo: también Tzuri se desapareció anoche, estaba muy rara mi hermana prácticamente se aisló. Abuelo: si mijito tenía muchas cosas en que pensar, a veces es bueno estar solito para eso. Abuela: Esa niña parece potro desbocado, esta mañana salió rumbo a México como alma que lleva el diablo por que le hablo no sé quien que le pasó algo a una tal Marcela, ni siquiera se llevo su coche, Juan la llevo a Guadalajara a que tomara un vuelo - ¿cómo? ¿quién es Marcela?

Ricardo: ahhh ¿y no te dijo que le pasó a Marcela? – será que alguien puede explicarme quien es ella. Abuela: no, no me dio detalles, ya la conoces, solo me aviso que se tenía que ir, que era una emergencia, por más que le dije que era una grosería teniendo visita en casa, ni siquiera me dijo cuando vuelve. – mi sangre se fue de golpe a la cabeza, ¿cómo? yo estaba a un poco más de una semana de marcharme y ella no tenía para cuando volver. Ricardo: en un momento le hablare para ver que le paso a Marce. Mariana: ¿me podríais decir quién es Marcela mi amor? – benditos los celos de mi hermana, a ver si así calmaban los míos. Ricardo: Marcela es la única mujer que le importa a Tzuri fuera de las de la familia, la quiere muchísimo. ¡Joder!, ¡joder!, ¡mierda!, se suponía que este tío iba a calmar mi celos no a atizarlos, ¿pues qué no se suponía que para Tzuri no había ninguna mujer importante? y ahora resulta que esta mujer es única, que le quiere muchísimo, joder cálmate Paola, que todos se van a dar cuenta de lo que te está sucediendo. Rosario: Niña Paola, está ahí la señorita María Inés que viene a buscarla – hayyy Pepe Grillo que apareces cuando más te necesito. Abuela: pero criatura hazla pasar, que grosería es esa. María Inés entro al comedor, a Dios gracias declino la invitación a desayunar de la abuela Esther, yo me disculpe, la tome de la mano y casi salimos corriendo, necesitaba hablar con ella, soltarle todo lo que llevaba dentro porque si no explotaría, estaba enojada decepcionada, frenética, defraudada, furiosa, odiaba a la tal Marcela, odiaba a Ricardo por decir lo que dijo, odiaba a la Abuela por no detenerla, odiaba a Tzuri… me odiaba a mi por ser tan imbécil. María Inés: ¿Qué te pasa? yo vine pensando que me las iba a encontrar juntas, como anoche se desaparecieron las dos... Paola: me pasa que soy una imbécil, una idiota, una estúpida…. ¡ahhhh! Soy una tonta, una subnormal, eso es lo que soy - estalle en lagrimas. María Inés: cálmate amiga, tranquilízate, dime que pasó, ¿porque estas así? Paola: por que anoche me hizo sentir que… me hizo pensar que… y yo la muy tonta… he caído, he caído… María Inés: ¿tuvieron sexo? Paola: … no – dije limpiándome las lagrimas y vi su expresión de desconcierto.

María Inés: Haber, ya me perdí, explícamelo con manzanitas. Paola: pues anoche María, la niña me ha dicho que quería enseñarme algo y yo que quería zafarme de Carlota me he ido con ella y me llevo a las caballerizas y ahí estaba Tzuri, nos fuimos en caballo a una bodega de barricas y ahí bebimos… y … y … ella… y yo… nos besamos mucho, estuvimos abrazadas todo el tiempo, fue tan dulce, tan cariñosa, tan especial… me acompaño hasta mi habitación y me quede ahí alucinando, hoy me levanto con la noticia de que se ha marchado a la capital del país corriendo por una tía… por una tal Marcela y Ricardo dice que es la única mujer que le importa a Tzuri… y yo me estoy muriendo Inés, me estoy muriendo, quiero desaparecer… me he enamorado Inés, me he enamorado como una loca, me he enamorado de una mujer que se fue siguiendo a otra y yo la quiero aquí conmigo, ¡quiero que regrese ahora mismo! – grite y me abrace a ella bañada en lagrimas. María Inés: shhhh ya mi niña, llora, necesitas sacarlo, han sido muchos días conteniéndote, tratando de controlarte – me consolaba acunandome. Paola: la amo, Inés, la amo y ya no puedo callarlo… necesito decirlo, pero duele, duele mucho Inés, duele mucho saber que ella no siente lo mismo, saber que ha ido corriendo a ver a la única mujer que le importa. María Inés: mmm yo no estaría tan segura de ninguna de esas dos cosas, me corto una bubi si me equivoco, Tzuri siente algo más que atracción por ti y en cuanto a esa chava Marcela primera vez que la escucho mencionar, no creo que sienta amor por ella. Paola: jajajaja – reí irónica- Tzuri no me ama y Ricardo ha dicho que esa tal Marcela es la única mujer que siempre le ha importado. María Inés: Yo no me atrevería a decir que te ama porque sería muy arriesgado aseverarlo, principalmente por como es Tzuri, pero te aseguro que siente algo muy fuerte por ti, desde que te vi por primera vez en el lienzo lo pensé y ayer lo confirmé, su reacción con lo que le dije fue muy obvia, si no fuera porque en serio tiene un gran autocontrol te juro que hubiese golpeado a Carlota, a Rosi y en ese momento hasta a mí y luego lo que me cuentas de anoche, te tuvo en bandeja de plata, tuvo la oportunidad de llevarte a la cama ¿y no lo hizo? Y como me dices que se comporto, ¡ah! ¡ah! Tzuri siente algo por ti; en cuanto a lo que dijo Ricardo de esa chava, pues puede tener infinidad de explicaciones, la que se me viene en este momento a la mente es que sea una gran amiga, la verdad es que Tzuri y yo no nos vemos mucho, pero sería muy extraño que siendo esta chava alguien que le importe tanto en el plano romántico nunca la haya traído… no sé. ¿Cuando dices que regresa? Paola: ¡Qué no tiene para cuando! – dije exaltada- quiero que regrese Inés, la quiero lejos de esta chica, la quiero lejos de cualquier chica, la quiero conmigo. María Inés: jajajaja bueno por lo menos ya avanzamos y que hayas reconocido tus sentimientos nos va a servir mucho ¿quieres que regrese volando?

Paola: si eso quiero, pero no soy tan optimista como tú. María Inés: pues te voy a demostrar que no soy optimista, solo inteligente. Nos vamos a Vallarta. Paola: ¿nos vamos? ¿quiénes? María Inés: Tu, yo mmm... Carlota, Rosi… Juan, por supuesto y Ricardo y tu hermana si quieren venir con nosotros. Paola: Y que te hace suponer que eso hará que Tzuri deja a la tipa esa y regrese. María Inés: te apuesto mi otra bubi a que lo hará. En cuanto se entere de que estas en Vallarta entre Rosi y Carlota la tendremos allí. Paola: ahh ¿y cómo se enterará de que vamos todos?, no creo que Ricardo le avise y aun si lo hiciera no le daría muchos detalles. María Inés: ayer le dije que debíamos ir a Puerto Vallarta así que le llamare para decirle y yo si le daré detalles. Paola: ¿cuándo nos vamos? María Inés: jajajaja no comas ansias, hoy de plano no podemos, mañana tengo un compromiso en casa de mis tíos, así que tendríamos que irnos hasta pasado mañana. Si, ya se para ti suena a una eternidad – sonrió adivinando mis pensamientos- ¡Hayyy con las mujeres enamoradas! sí que nos ponemos desquiciadas – me dio un codazo. TZURI El sonido de mi celular me sobresaltó al sacarme abruptamente del profundo sueño. Tzuri: bueno – contesté. Voz: Tzuri – escuche sollozos – habla Mary. Tzuri: Mary, ¿te pasa algo?, ¿estás bien? – Mary es la hermana de Marcela, me extrañó su llamada, no somos nada cercanas. Mary: No a mi no me pasa nada, es Marce, está en el hospital, está muy mal Tzuri – el llanto se intensifico. Tzuri: ¡¿pero que tiene?! ¡¿Qué le paso?! ¿Sufrió un accidente? Mary: noooo, es algo mucho peor, ha intentado suicidarse Tzuri, desgraciadamente nos dimos cuenta demasiado tarde y está en coma, te llamo porque dejo una nota para ti… está muy mal… dicen que se va a morir Tzuri.

Tzuri: ¡no! no por Dios no digas eso Mary, salgo inmediatamente para allá – dije con el llanto a flor de piel- ¿en qué hospital esta? Mary: en el Ángeles del Pedregal. Mi amiga, ¡no mi amiga!, la única amiga que he tenido, la que ha estado conmigo en todas, mi seso hueco no podía ser, porfa Diosito que se ponga bien, salgo corriendo en busca de Juan, solo tomo mi cartera, necesito que me lleve a Guadalajara y tomar el primer vuelo a México, mientras Juan prepara la camioneta voy a avisar a mis Abuelos, mi Abuelo como siempre comprensivo, mi Abuela no se lo toma muy bien, es lógico ellos ni conocen a Marcela no tienen idea de que ha sido mi amiga desde la preparatoria; ni siquiera escucho las objeciones de mi abuelita salgo como un rayo y le pido a Juan que maneje lo más rápido que pueda, tomo el primer vuelo que sale, tuve suerte de encontrar lugar, es temporada alta. Durante el vuelo mi mente era un nudo de pensamientos entre mi preocupación por mi amiga y Paola, mis ¿sentimientos? Hacia ella, aun no sé qué me pasa con ella, que es lo que siento, pero no tiene caso no aceptar que siento algo, no sé bien que es, pero algo me mueve esa niña, de repente caigo en cuenta de que me fui sin decirle nada…. ¿pero por qué me preocupa el no haberle dicho nada?, carajos no se pero me siento incomoda sin haberme siquiera despedido, sin haberle dicho el motivo para irme así tan de prisa, la voz de la azafata indicando que estábamos a punto de aterrizar me saco de mis pensamientos. Prácticamente volé por el pasillo para llegar hasta la salida, compré el boleto para el taxi, el trafico en periférico me exasperó me pareció que duró más mi trayecto del aeropuerto al hospital que de Guadalajara para acá. Llegué a la sala de espera en donde me indicó la recepcionista que se encontraba la familia de Marcela, me encontré a sus padres totalmente abatidos, Mary destrozada, los tres llorando. Mary: Tzuri, marcela nos está matando a todos con ella – me dijo bañada en lagrimas abrazándose a mí. Tzuri: no digas eso Mary, Marce se va a poner bien, se tiene que poner bien. Salude a sus padres y trate de consolarlos, como si eso fuera posible, Mary me dio la nota que me escribió Marcela y que ella guardo para evitar que sus padres sufrieran más todavía. "Ami" sé que es cero cool lo que hice, que estoy haciendo el oso de mi vida, pero lo bueno es que ya no estaré aquí para soportarme las burlas de las brujas que me odian por ser bonita. Ami… Alonso se casó, ¡se casó!, estaba comprometido no se desde cuándo y yo de tonta, tú tenías razón, mi baby no me quería, nunca me quiso, pero yo no puedo vivir sin él, no puedo princcess. Lo único que me puede de hacer esto son mis padres, la histérica de mi hermana

y tú amiguis, porque sé que te voy hacer falta, siempre me dijiste que soy un seso hueco y si ami, tienes razón, pero ¿sabes? te quiero mucho y esa vida que estas llevando o sea nada que ver. Cuidate TQM Marce Como puede alguien querer morirse por otra persona, como fue capaz de hacer esto Marcela, como no pensó en la gente que la quiere, en el dolor de sus padres, me quede con ellos todo ese día esperando a tener noticias de los médicos, solo fui un momento a mi departamento para darme un baño y cambiarme de ropa ya que salí con lo puesto. Pasaban las horas y no nos decían nada, es desesperante esta situación, me permiten pasar un momento a ver a Marcela. Verla ahí llena de tubos, tan indefensa, me dio mucho coraje y la empecé a regañar como siempre, solo que esta vez no escuche su vocecita tonta revirarme; ¡carajo Marce no podías ser más tonta!, mira que hacer esto por ese hijo de la chingada, ¿no podías haberme llamado?, te dije que siempre estaría ahí para ti "ami"… seso hueco, niña fresa… despierta porfa, si no abres los ojos no vas a verme llorando como una niña, te perderás la oportunidad de verme sufriendo… Marce… te necesito Marce… ahora te necesito tanto "ami", tengo que contarte algo, algo que seguramente te divertirá mucho y podrás burlarte de mí, pero si no abres lo ojos no te lo diré, -me derrumbe al pie de su cama llorando-. Han pasado tres días y Marcela sigue sin reaccionar, le están haciendo estudios y hay que esperar a ver que indican, no me he movido casi para nada de aquí, no he llamado a mis abuelos, no he sabido nada de ella… de Paola… los días avanzan y pronto se ira, pero no me puedo regresar, no puedo irme hasta saber algo en concreto del estado de Marcela. Sus padres y Mary me obligan a irme un rato a mi departamento y cuando llego veo mi celular sobre la cama, lo deje aquí y ni cuenta me di, tengo varias llamadas perdidas, son de María Inés, de Ricardo y de mi abuelo. La contestadora señala varios mensajes. Abuela: Niña ¿por qué no respondes? ¿Por qué no te reportas? Estamos preocupados por tu manera de irte, ya han pasado dos días y ni tus luces. Comunícate en cuanto escuches este mensaje. Ricardo: Heyyyy sist ¿Qué le paso a Marce? Espero que no sea nada grave, llámame al cel. Porque vamos llegando a Vallarta todos… bueno no todos jajajaja pero me gustaría que nos alcanzaras. Ya falta poco para que regrese a Madrid, bueno avísame qué onda con Marce, bye. – ¿en Vallarta? ¿quiénes? Abuelo: Hijita ¿está todo bien? Supongo que sí, las malas noticias vuelan, pero aun así repórtate hace tres días que te fuiste y tu abuela me va a volver loco.

María Inés: Amigaaaaa que onda ¿on tas?, te he dejado un millón de mensajes en tu cel. quedamos en ir a Vallarta recuerdas, nosotros ya estamos aquí, mmm te estás perdiendo la pelea cuerpo a cuerpo entre Rosi y Carlota… ¿a cuál le apuestas?, no sería una apuesta justa te llevo ventaja porque yo estoy viendo quien va ganando jajajaja, bueno llámame al cel. Estamos en el Hacienda San Ángel, ojala que puedas venir… bueno llámame. Espera, espera, ¿Carlota y Rosi están en Vallarta con Paola?, la pelea entre estas dos…. ¿quién va ganando? me entro desesperación, le marco a María Inés pero ésta no responde, llamo al hotel, pido con la habitación de María Inés Bernal y no contesta, se me ocurre pedir que me comuniquen a la habitación de Paola Carbajal y timbra una, dos, tres… Voz: Bueno…. Bueno… - Que carajos…¡que hace Carlota es esa habitación! ¡Puta ma…! Colgué. ¿Qué hago? ¿Qué hago?, no me puedo ir, pero si no me voy… por lo menos tengo que esperar los resultados de los estudios de Marcela, no, no me puedo ir, aun así Reserve habitación, me toco tomar la presidencial por que no había otra y reserve vuelo directo a Vallarta y solicite que me lo dejaran abierto. Seguí marcándole a María Inés como desquiciada pero no responde, marco a la hacienda y tranquilizo a mi abuela, no le digo que planeo ir a Vallarta, me devuelvo al hospital, estoy temblando del coraje, de la rabia, de… no eso no. PAOLA Puerto Vallarta es un paraíso, es una hermosa bahía enmarcada por majestuosas montañas bordeadas por playas de aguas color turquesa y esmeralda, la modernidad y elegancia de los hoteles contrasta con ese aire encantador de estar en un viejo pueblo mexicano que le proporcionan las casas blancas con tejados de barro adornadas con jacarandas y buganvilias así como sus calles empedradas, el hotel en que nos hospedaremos es bellísimo, una antigua hacienda de no muchas habitaciones, este es un sitio propicio para el romance, para la sensualidad, pero a decir verdad, toda ésta perfección, toda ésta belleza me resulta vacía, ya no me vale ni enfadarme conmigo misma por sentirme así, hace dos días que hemos llegado y cuatro que estoy sin ella, sin su presencia, sin su mirada y ya estoy mas allá de la desesperación, de los celos, se que Ricardo la llamó, también antes de viajar hacia acá su abuela lo ha hecho e Inés la llamo varias veces a su móvil y al teléfono de su piso en la ciudad de México, pero no responde, ¿qué significa eso? Ricardo no da detalles de la tal Marcela, escuetamente le ha dicho a Inés que es amiga de Tzuri, pero ¿qué clase de amiga?, Rosi me ha dicho que Tzuri no tiene amigas, se que ya debe saber que estamos aquí, Inés le ha dejado mensajes diciéndole que veníamos y no le ha importado. En principio Carlota ha dicho que no podía acompañarnos, pero ya estando aquí nos ha alcanzado y resulta que el hotel está al tope de su capacidad, mi hermana y Ricardo comparten una misma habitación, Juan, Rosi, María Inés y yo estamos solos, y al decidir quién compartiría habitación con Carlota, mi adorado Pepe Grillo me salvó y le cedí la mía a Carlota compartiendo yo con Inés, aunque esto no es del todo

cierto pues en las dos noches que hemos pasado aquí he dormido sola, Inés me ha confesado que desde hace varios meses tiene una relación con Juan, que ella estudia en la ciudad de Monterrey y allá se encontró de casualidad con él y las cosas se fueron dando y para cuando se han dado cuenta ya estaban liados, según me dice han mantenido su relación en reserva de todos sus conocidos por varias razones, la diferencia de clases, además la bisexualidad de Inés, en fin que es asunto de ellos y si me ha pedido discreción pues no me corresponde a mi juzgar sus motivos. Paola: pues tendrás que cortarte ambas tetas Inés, porque ya esta visto que Tzuri no vendrá y que le importo nada. – le dije con la mirada perdida en ese mar. María Inés: hay amiga, la verdad es que yo estoy muy sacada de onda, enserio que yo juraba que vendría de inmediato, es muy extraño que no conteste ningún teléfono y no se haya reportado, lo que me hace pensar que algo realmente serio está ocurriendo. Paola: ¿algo serio está ocurriendo? tía… acaso estas bromeando, estoy a punto de volverme loca, loca de celos, de desesperación, de abstinencia, ¿te parece suficientemente serio? María Inés: jajajaja … perdón, perdón – dijo ante mi mirada asesina- lo siento amiga, lo que quise decir es que creo que la razón por la que Tzuri se fue a México es más grave de lo que pensamos y que ni siquiera sabe que estamos aquí. Paola: ¿de verdad lo piensas? María Inés: si claro, no es lógico que no se haya reportado con nadie, ni con sus abuelos ni con Ricardo, además de que Tzuri es todo lo mujeriega que quieras pero no grosera, si hubiese visto mis mensajes ya se hubiera comunicado; mira déjame le marco una vez más – hurgo en su bolso para sacar su móvil- ¡auch chihuahuas! Se me olvido el cel. en la habitación… déjame ir por él. Paola: no tía, que no voy a arruinarte tu bronceado por mi histeria, si no le interesa pues no le interesa y ya está. María Inés: anda vamos, que de todas maneras casi es hora de comer – me tomó de la mano levantándome junto con ella. Cuando llegamos a la habitación e Inés tomo su móvil una sonrisa maliciosa apareció en su rostro. María Inés: jajaja ¿qué te dije? Si yo nunca me equivoco- me dijo poniéndome de frente la pantalla del móvil – ya viste cuantas llamadas perdidas de tu amor tengo jajaja ¿ves? te dije que no había visto mis mensajes y aquí está la prueba. Paola: dieciséis llamadas perdidas – mi corazón latió con fuerza al ver su nombre en la pantalla y la cantidad de veces que ha llamado- llámale por favor Inés- le pedí devolviéndole el aparato.

María Inés pulso un botón y luego otro para poner el alta voz escuche un timbrazo, luego otro y… Tzuri: ¡bueno! Inés ¿por qué no me respondes? te he llamado varias veces. María Inés: sorry amiga deje olvidado mi cel en la habitación y hasta ahora que regresé vi tus llamadas – solo oír su voz a través de ese aparato me provocaba la sensación de un millón de mariposas en mí estomago- amiga donde te metes, ¿si será que vienes a Vallarta? Tzuri: Una amiga sufrió un accidente y está hospitalizada, espero poder viajar a mas tardar mañana… dime una cosa güera… ¿esta pasando algo con Paola y Carlota? – Inés me hizo una mueca en señal de triunfo. María Inés: ahhh pues sí, ya sabes... el ambiente de "bahía banderas" es más que propicio, la playa, el mar, la brisa marina en las noches, ¿por qué amiga? – con tono de voz ingenuo pero sonrisa malévola. Tzuri: … no por nada… no digas que has hablado conmigo… estoy allá mañana mismo. María Inés: sale aquí te esperamos un beso amiga bye. – y corto. Paola: ¿Qué fue eso de Carlota y yo? María Inés: amiga recuerdas que te dije que teníamos que llevar a Tzuri al límite – asentí con la cabeza- pues ha llegado el momento y vas a hacer lo que te diga, tienes que ser fuerte y no dejarte llevar por lo que sientes ¿eh?, mañana vas a comprobar que lo que te digo es verdad y la misma Tzuri te lo va a demostrar. TZURI El avión esta por aterrizar y mi cabeza es una revolución, por lo menos estoy más tranquila en lo referente a Marce, los estudios indican que tiene actividad cerebral y que solo queda esperar a que reaccione; soy un manojo de emociones desconocidas, el aroma delicioso de Vallarta me despeja un poco y mi mente y cuerpo cobran fuerza ¿pelea entre Carlota y Rosi? ¡ja! Si como no, ¡ya estoy aquí! ¡y ninguna de estas pendejas va a quitarme lo que es mío!.

Cap. 5 TZURI La suite presidencial, demasiado grande y ostentosa, pero no me quedo mas remedio, no había otra, lo único que me parece espectacular es la vista que tiene y el hecho de que los ventanales del tamaño de ambas paredes diagonales se corran por completo dando paso libre a la grandísima terraza haciendo la ilusión de que flotas sobre el

mar, la cama colonial King size, la antigüedad de los muebles me hace sentir que estoy en una de las habitaciones de la hacienda, la panorámica que ofrece la terraza del centro de Vallarta y de la bahía me empuja a fantasear con Paola completamente desnuda sobre uno de los camastros de la misma, cierro los ojos sumergiéndome en las imágenes de mi mente…mmm, la brisa marina me revitaliza, estos han sido días muy pesados, la angustia por la salud de Marce me agotó física y mentalmente, no puedo obviar la ansiedad por no saber nada sobre Paola y el stress de las horas previas a mi llegada; aun sigo sin saber qué es exactamente lo que siento y sin querer definirlo, no quiero complicarme más, estoy segura de que la quiero para mí y no le voy a dejar el camino libre a nadie, lo que pase después… no se… por ahora la única certeza que tengo es que muero de ganas por verla, por volver a tocarla, no se todavía en que plan voy a llegar, tampoco quiero ponerla en camisa de once varas, me da la impresión de que si bien su sexualidad está completamente definida no la vive con la misma libertad que yo… bueno supongo que actuare de acuerdo a las circunstancias con que me encuentre, la verdad es que aunque siempre he sido muy segura de mi misma no puedo olvidar el hecho de que cuando llamé a su recamara contesto Carlota, le he dado mil vueltas a esa situación y me produce una sensación que se me va haciendo común estos últimos días, un calor agudo en todo mi cuerpo, un ardor en mis entrañas, ¿serán…? no por favor no, yo no podría sentir eso, es un sentimiento marginal, absurdo y ridículo. Estudio la imagen que me regresa el gran espejo que reposa en la pared a un costado de la cama, necesitas un buen baño Tzuri y maquillaje, luces terriblemente demacrada y cansada, cuando esté lista le llamare a Pantera, espero que me ayude a caer de sorpresa, presiento que algo se trae con María Inés, no sé bien que es pero su actitud en la fiesta fue muy rarita. PAOLA María Inés: Dime Juan Alberto, mirándome a los ojos dime que Tzuri no te ha llamado – prácticamente acorralándolo. Juan: mi amor ya te dije que Lobo no se ha comunicado conmigo, caray María no lo ha hecho con nadie, ¿por qué estas tan segura que a mí me ha llamado? – al igual que Inés me parecía que si a alguien le hablaría sería a Juan. María Inés: te voy a pedir que cuando te llame a preguntar en donde estamos, -porque lo va a hacer- me lo digas amor, si no tendremos un problema tu y yo. – la expresión de Juan fue la de quién acaban de poner entre la espada y la pared. Juan: bueno ustedes las mujeres no entienden que para los hombres es muy difícil traicionar la amistad. María Inés: Los hombres siempre sirven de tapadera de otros hombres… Tzuri es mujer –en ese momento intervine interrumpiendo los argumentos de Inés y la intención de Juan por debatirla. Paola: sé que me conoces de hace muy poco Juan, ¿pero acaso no me consideras tu amiga también? – Dije en considerable tono de chantaje – a estas alturas en que he

compartido con vosotros tantas cosas no voy a mentiros, estoy colgadisima de tu amiga y por lo menos quiero estar preparada emocionalmente para cuando le vea. Juan: claro que te considero una amiga, no cualquier amiga Pao, pero si Lobo se comunica conmigo y me pide no decir nada pues no lo voy a hacer. María Inés: pues te voy a decir una cosita mi amorcito si Tzuri nos cae de sorpresa vas a dormir tu solito lo que resta de estas vacaciones ¿me has entendido? Juan: Hayyy que complicadas son ustedes las mujeres… no las entiendo, así como ustedes no entienden que no puedo jugarle chueco a Lobo. María Inés: ¿jugarle chueco? Pero si esto es también por su bien, hazle un favor a tu amiga y ayúdanos, te aseguro amor que esto también es por su bien. – Juan nos miro a ambas con un "ni de coña" dibujado en su rostro. Paola: Por favor Juan, tampoco te estoy pidiendo que le mientas solo que me aviséis que ya llegó, ayúdame por lo menos a no hacer el tonto ¿sí? – le mire suplicante. En eso el móvil de Juan empezó a sonar, Inés y yo le vimos con cara de ¿es ella? Cuando vimos su expresión al ver la pantalla, Inés le quito el aparato y antes de responder junto sus manos en señal de suplica pulso para admitir la llamada y la puso en alta voz. Tzuri: ¿Pantera? … bueno Juan ¿estás ahí? - ahora las dos teníamos las manos juntas rogándole a Juan. Juan: Lobo… si, dime… ¿dónde te has metido? – respondió Juan al fin con el seño fruncido. Tzuri: en el DF (ciudad de México) pasó algo y tuve que ir allá, pero ya estoy aquí… ¿me tienes en spekaer? Juan: si, si – nos hizo una mueca como diciendo "ya ven"- es que me estaba lavando la cara Lobo. Tzuri: ahhh … pues te decía que llegue hace un rato, quiero saber qué planes tienen para hoy, ¿dónde van a estar? Juan: ahorita quedamos de vernos en la playa. Tzuri: Juan ¿en qué habitaciones están? Juan: yo estoy en la "crown view", Ricardo y Mariana están en la "angel’s view", Rosi está en la "serafín", Carlota en la "ángel dome", María Inés y Paola en la "san Gabriel". Tzuri: ¿María Inés y Paola están compartiendo habitación? ¿porque? – le hacíamos señas de que no dijera mas pero el nos obvio.

Juan: Carlota nos alcanzó y ya no había habitación, Pao le cedió la suya y por eso comparte con María. ¿tú en cual estas? – por lo menos le preguntó. Tzuri: en la presidencial, es la única que alcance, bueno Pantera les caigo en la playa bye. María Inés le reprocho el haberle dado tantos detalles, pero este le reviro diciéndole que lo que le pidió fue que nos dijese cuando llegara y eso ya lo sabíamos. Al final le dejamos y quedamos de vernos en la playa. María Inés: bueno ¿lista amiga? Paola uuhhhmmm –suspire profundo- ¡no! – la mire con susto. María Inés: tienes que tranquilizarte, recuerda en cuanto la veas trátala con cortesía, se muy amable pero marca distancia, muestra poco interés por su ausencia en estos días, tienes que ser fuerte a su cercanía y verte cómoda en la compañía de Carlota o de Rosi fíjate bien con cual se pone peor y entonces eliges, una vez que elijas te tocara llevar las cosas más lejos Pao, pero sutilmente solo deja que la elegida haga su labor. Paola: ¿hasta dónde permitiré que lleguen las cosas? María Inés: hasta donde Tzuri lo permita – mi expresión debió ser de mucha angustia – jajajajaja no seas tonta amiga, te aseguro que no permitirá que lleguen a mucho. Quisiera tener la seguridad de Inés, pero no, estoy padeciendo desde ya por lo que tengo que hacer, me va a costar un mundo mostrarle desdén y no creo ver un atisbo de celos por mi cercanía a Carlota o Rosi, en ambas situaciones he estado ya y nunca ha demostrado nada, Inés dice que el amor embrutece y que por eso no me he dado cuenta, pero que si me lo propongo lo notare y si no en todo caso ella me lo dirá, estoy segura de que a la postre eso es lo que pasara, Inés tendrá que decidir por mi y haré lo que sigue con la duda de que verdaderamente sirva de algo. TZURI Juan estaba raro, podría jurar que no estaba solo, ¿me estoy lavando la cara? Eso estuvo bizarro, pero ¿será? o realmente se estaba lavando la cara y estoy paranoica, sí estoy paranoica, no le dije nada de lo que tenía pensado decirle, de cualquier manera fue fructífera la llamada, es un alivio saber porque razón está Carlota en la habitación que supuestamente es de Paola; estoy hecha un lio con la ropa, de plano no se que ponerme, nada me parece, nada me gusta, un bikini, nada extremo top y tanga, un short, sandalias, el cabello medio recogido, maquillaje -en serio que sin él me veo demacrada-, ok me miro no muy convencida, me da risa la manera en que me estoy viendo al espejo, siempre he sido muy vanidosa y me gusta hacerlo pero creo que es la primera vez que lo hago de esta manera, parto rumbo a la playa, tengo la boca seca y las manos sudorosas…¿estoy nerviosa? ¿por qué?, ya me estoy hartando de preguntarme eso; ya estoy en la playa, sacudo las manos, necesito beber algo, antes

de empezar a buscar tomo algo en el bar, miro con calma, ubiqué a Ricardo con Mariana, cerca esta Juan con Inés y Rosi no veo a Paola, sigo buscando… la veo… ¡carajo! ¡la veo! y siento fuego en mis venas necesito un trago, necesito serenarme, necesito la botella de tequila… ¡hija de su…! PAOLA Toda yo soy un cumulo de sentimientos, de sentimientos encontrados, estoy nerviosa, angustiada, tengo miedo… pero estoy emocionada, tiemblo solo de saber que la voy a ver, casi cinco días sin verle, sin sentirla cerca y saber que en un momento mi necesidad será saciada provoca que se me erice la piel de solo pensarlo, tengo que ser fuerte, lograr que no se me note el estallido de felicidad que está a punto de brotar desde mis adentros va a ser toda una hazaña, tengo que ser fuerte… tengo que ser firme… tengo que controlarme, me concentro todo lo que puedo. Carlota: tienes cara de estar a punto de presentar un examen de física nuclear jajajaja Paola: uyyy eso sonó a que tengo una cara muy fea. Carlota: tú nunca podrías tener una cara fea – anda ya Paola, tía respóndele algo, concéntrate. Paola: Gracias es bonito que le digan a una cosas lindas. Carlota: ummm pues me la pones muy fácil, contigo las cosas lindas salen solitas. Paola: vas a provocar que me ruborice. Carlota: eso estaría muy bien, ¿quieres ir a nadar? – sentí la mirada de Inés penetrándome. Paola: Vale vamos – me tomó de la mano y yo eché a correr soltándola, me costaba, en verdad me era muy difícil. Ya adentradas en el mar me dedique a disfrutar del agua y la espuma en mi piel, nadamos, brincábamos las olas, parecíamos dos crías jugando, Carlota aprovechaba cualquier oportunidad para tomarme entre sus brazos, desde un revolcón de las olas, hasta un momento de risa por alguna situación divertida, yo estaba muy consciente de lo que estaba haciendo pero me dejaba hacer sabiendo que en cualquier momento Tzuri se podría aparecer, dudosa de que esto surtiera algún efecto en ella. TZURI ¡Un Tequila derecho! -le pedí al cantinero- me miró con extrañeza cuando puse el caballito sobre la barra -¡otro! – y a este le siguieron no sé cuantos más, los necesarios para calmarme, mi cerebro repasaba una y otra vez la imagen de Paola risueña mientras Carlota con su cuerpo pegado a su espalda la sostenía con firmeza de la cintura con ambos brazos, tomándose de las manos, ¡ver como Paola se le colgó

del cuello!, -¡otro! -le dije al cantinero-, me lo tome de golpe al igual que los otros, un poquito de sal en mi mano una chupada a un limón y ¡vámonos! Tzuri: Hola – dije a modo de saludo evitando el besito y colocándome en una tolla sobre la arena. Juan: ¿vienes entrada Lobo? – evidentemente mi tufo a tequila era muy escandaloso ¿será que me vieron? Tzuri: entradita nomás. Ricardo: ¿Que le paso a Marce? ¿Fue muy grave? Tzuri: si es muy grave, está en coma, pero el diagnostico es muy alentador. Ricardo: ¡¿en coma?! Pero ¿Cómo paso? Tzuri: un accidente – mentí no era cosa de ventilar la privacidad de mi amiga. María Inés: y quien es Marcela amiga, ¿es tu novia? Ricardo: jajajajaajajaja noooo, Marce es heterosexual. María Inés: ahh entonces es la única mujer que te ha dicho no. Tzuri: Es mi mejor amiga quizá la única amiga que tengo -dije molesta por el comentario- y hay muchas heterosexuales en el mundo que seguro no estan interesadas en mi. Juan: no te molestes Lobo, María no lo dijo con mala intención -seguramente así era, no la tenía en ese concepto pero como ando ahorita, no era quien me la debía si no a quien se la cobraba. Continuamos hablando de trivialidades, yo haciéndome la loca para no voltear hacia donde estaba Paola con esa bruja, en eso llego un chico güerito de buen cuerpo, alto, rojo como un camarón producto del sol intentando darse a entender en español. Chico: Hola, yo te está viendo y pensé si me podía estar a ti y hablar uno poquito conmigo y tomar algo tu y yo, tú ¿piensas que pu… ee do?- me dijo con evidente esfuerzo. Tzuri: Si claro por qué no, me pareció divertida la situación y me levante para ir con él, pedimos algo de beber y estuvimos charlando un rato, pude facilitarle las cosas y hablarle en ingles pero me pareció muy divertido escucharlo, no es que me burlara, no al contrario, siempre he admirado como los canadienses y los estadunidense no le temen a hablar nuestro idioma y me choca un poco que a nosotros nos da pena hablar en inglés por vergüenza a que nos escuchemos mal, carajo si no es nuestro idioma, es lógico que cometamos errores, bueno el caso es que Keith resulto muy agradable, es corredor de bolsa en Nueva York vive en Manhattan y tiene veintinueve años es

soltero y heterosexual y "según él" cuando vio mis ojos pensó que había conocido a la mujer con la que se casaría, su expresión fue graciosa cuando le dije que yo no me casaría y que en el remoto caso de que lo hiciera lo haría con una mujer, después de un momento incomodo seguimos charlando por un buen rato mas, nos despedimos con la promesa de salir a disfrutar de la vida nocturna antes de que cualquiera de los dos dejara Vallarta, regrese donde los demás y ya estaban ahí Paola y Carlota, a diferencia del resto me acerque a saludar a Paola y le bese en la mejilla. Tzuri: Hola Pao ¿Cómo te lo estas pasando? Paola: Muy bien gracias. Carlota: ¿y a mí no me saludas? Tzuri: por supuesto Carlota "es un placer encontrarte aquí" María Inés: oigan como que es hora de que vayamos a comer algo ¿no? Decidimos ir a nuestras habitaciones a darnos un baño y cambiarnos de ropa para ir a comer, más bien cenar y después irnos de antro, Paola estuvo... como decirlo… seca conmigo, fue amable y cordial pero seca… aunque el tequila había hecho su labor y podía aparentar tranquilidad, por dentro estaba que me cargaba la chingada. PAOLA Desde el instante en que le vi llegar a donde estaban todos con ese aire seguro que siempre tiene, todos mis esfuerzos se fueron por el caño, ya no pude hacer otra cosa que mirarle, mirarle sin importarme que Carlota se diera cuenta, sin importar los consejos de Inés, mis ojos no obedecían solo ansiaban deleitarse con ella, con su figura, con esas largas y bien torneadas piernas, su cintura bien acentuada por el perfecto tamaño de sus caderas, sus senos de mediano tamaño, pero como siempre sus ojos, esos ojos que me embrujan y mi cuerpo traicionero vibra ante su sola presencia, así esté a tantos metros de distancia, en cambio a ella se la ve tranquila, sonriente como casi siempre, ni siquiera me ha buscado, no he visto una señal de interés por mi ausencia, sus ojos permanecen en dirección a todos y a nadie… espera, espera… se le ha acercado un tío… y ella le sonríe, se levanta y… ¡¿se va con él?!, ¡mierda! Paola todo te sale al revés, ¿pero que no se suponía que la que tendría que estar ardiendo en celos es ella?, todo mi cuerpo adquiere vida aparte alimentado por la cólera y camina solo hacia donde están todos, Inés me mira intentando calmarme, pero nada puede hacerlo, no puedo dejar de verla divertida con el tío ese que se la come con los ojos, le acaricia el cabello y ella lo permite, ¡¿Por qué coños lo permite?!... no entiendo nada, que no se supone que no le van los tíos. María Inés: Pao quita esa cara mujer… ¿en qué quedamos? – me hablo al oído. Paola: ¿pero es que tu le has visto?

María Inés: no digas nada, que ahí viene, al ratito hablamos y has todo como quedamos… sí puedes Paola, sí puedes. Sentirla… su cercanía, joder, no fue fácil controlar los estremecimientos de mi cuerpo y de mi voz, pero creo que no ha ido tan mal. Ella fue… ¿cálida conmigo?… si sentí calidez en su mirada y en su voz… y como siempre mi imaginación juega conmigo y creo haber notado un dejo de tristeza al sentir mi frialdad, sus palabras hacia Carlota fueron corteses pero sonaron irónicas, claro que eso no necesariamente tiene que ver conmigo, ellas siempre se han odiado. De cerca pude ver cansancio en su rostro, me da rabia no poder preguntarle donde es que ha estado estos días, Inés casi me lleva volando a la habitación cuando nos separamos del resto del grupo. María Inés: Hayyy Pao me han entrado unas ganas de matarte, pero que suerte has tenido de que Tzuri no volteara a verte cuando por fin se hizo presente, porque si lo hubiera hecho lo habrías arruinado todo. Paola: ¿suerte? dices que eso fue suerte, ¡paso de mi Inés!, con toda la facilidad del mundo, pasa de mí, no le intereso nada ¡¿y tú le llamas a eso suerte?! – Ella me miraba divertida, cosa que a mí me enfureció mas- ¡no le veo la gracia tía! ¿va a ser necesario que folle con Carlota frente a sus narices a ver si así por lo menos se rasca? María Inés: ¡claro! – sonó como comprendiendo mi reacción-… es que tú no la viste cuando llego. Paola: si le he visto… le he visto desde que llego. María Inés: no Pao tú la viste cuando llego con nosotros no cuando llego a la playa, creo que solo Juan y yo la vimos, te vio con Carlota amiga y le cayó como bomba. Paola: ehh… ¿Cómo?.. ¿en qué momento? María Inés: llego al pie de la playa la vi desde que nos empezó a buscar con la mirada y cuando no te ubico empezó a buscarte y te vio con Carlota jugueteando en el mar… créeme amiga que estaba enojadísima, se fue al bar y estuvo bebiendo un buen rato, supongo que para calmarse. Algo tienes que tener muy claro Pao, Tzuri no va a perder los estribos fácilmente, en serio vas a tener que poner mucho de tu parte para que eso suceda. Paola: ¿y si se ha puesto así por la rivalidad que tiene con Carlota? ¿ si no es por mi? María Inés: ¡Paola me desesperas!... me ha tocado ver a estas disputarse campeonatos y mujeres muchas veces y Tzuri se divierte en esas disputas, nunca la he visto enojada y hace un rato estaba encabronada mujer, muy encabronada. Paola: ¿de verdad?- le sonreí poniendo carita de niña que le acaban de decir que le van a regalar la muñeca que tanto desea.

María Inés: de verdad… tonta jajajaja, ahora porfa amiga ¡hazme caso! ¿sí? –asentí con la cabeza llena de emoción, deseando que todo eso fuera realidad y que el ridículo que iba a hacer valiera la pena –bueno ahora toca escoger que vas a usar esta noche, tienes que ir a matar niña. TZURI ¿Qué pedo contigo Tzuri?, esta niña me está afectando demasiado, no me gusta, no me gusta lo que acabo de experimentar ¿qué es esta sensación?… ¿me pudo?, si me pudo su indiferencia, me trato como si nos hubiéramos visto ayer, al parecer mi ausencia le fue inclusive, es evidente que se la está pasando bomba… es que ¿acaso lo que paso entre nosotras la noche anterior a mi partida no significo nada para ella?... ¿y para mí que significo?, ¿por qué con ella soy así?, ¿por qué con ella me siento así?... ¿qué me está pasando contigo Paola? Después de otra batalla con el espejo, decidí dejarme lo último que me estaba probando cuando me di cuenta de la hora, pensé que podría interrogar a Juan, pero lo deseche de inmediato porque para hacerlo tendría que darle respuestas así que me toca irme a ciegas en esto. He sentido a esa mujer temblar en mis brazos, la he escuchado suspirar con mis besos. NO ME LA VOY A DEJAR QUITAR. PAOLA María Inés: mmm no rojo no… negro tampoco… mmm ¿rosa?... tampoco – ambas camas eran una montaña de ropa la mía y la de ella, sonrió con expresión de haber encontrado por fin la armadura perfecta para esta noche y es que me siento como a punto de entrar a un campo de batalla -el azul es perfecto resalta el color de tus ojos, tu cabello y tu piel… sí resalta esa belleza etérea que tienes. Me sentía muy ridícula haciendo todo esto, como si fuera una púber jugando a la gran conquistadora, pero es tanta mi ansia por conquistarla que estoy dispuesta a hacer lo que sea, a dar lo que sea necesario, hasta mi sensatez, claro que ésta hace rato que la he perdido, ahora solo soy un manojo de emociones y pensar que según yo me he enamorado antes varias veces, pero esto que siento es tan distinto, un millón de veces más intenso, me controla todos los sentidos, me pierde, me impulsa, llevándome a la gloria y al infierno… estoy enamorada hasta la medula de la persona más peligrosa para mi corazón y temo que voy a salir herida, pero es tanta mi locura que no me importa nada ya, quiero vivirlo, quiero llevarme este recuerdo así me duela el resto de mi vida. TZURI Ahhhh Parece un ángel… ¡Dios!, ¡que bella esta!, esta sensación en mi pecho, en mi estomago, estas ganas de abrazarla, de acariciarla, necesito saber que es mía, pero está resguardada de un lado por Rosi y del otro por Carlota, una le acaricia el brazo la mano, la otra la mejilla, el cabello y le habla al oído y yo paralizada, sin atreverme a hacer nada y es que nunca le he pelado una mujer a nadie, nunca he sentido esa necesidad, ni siquiera con Carlota, es decir confieso que si le he bajado varias chavas,

pero… era… como decirlo… natural… y en este momento mi mente y mi cuerpo no son capaces de coordinarse, Rosi me mira a cada movida que da con Paola, se que lo que pretende es hacerme rabiar, pero a pesar de tener la certeza de que su interés no es verdadero detesto que la toque; y Carlota mi eterna rival… es curiosa mi sensación, pero me sucede exactamente lo mismo, no es que quiera ganarle de nuevo la partida no… lo que quiero es que le quite las manos de encima, que deje de hablarle al oído ¡carajos será que Paola puede dejar de sonreírle así! ¡porque la deja tocarla de esa manera!, ¡no quiero que la toque! ¡ no quiero que la toque!, estoy a punto de saltarles encima, respiro profundo y me levanto para salir casi corriendo a los baños, una vez ahí golpeo la pared con todas mis fuerzas y grito todos los improperios que me sé, me mojo la cara, respiro profundo tratando de calmarme y me dirijo tratando de dibujar la mejor de mis sonrisas hacia la mesa. Ricardo: estamos discutiendo que tipo de antro escoger ¿Tu qué piensas?- me cuestiona mi hermano ajeno totalmente a mi tempestad interna. Tzuri: el que ustedes decidan por mi estará bien. Carlota: uno romántico y que sea mixto, para sentirnos cómodos todos –hija de su puta… -y para que te ligues algo Tzuri es deprimente estar solita en Vallarta.- ¡vas y chingas a tu m..! Sola te vas a quedar tu cabrona, pensé mientras le sonreía, no le voy a dar el gusto de verme emputada. María Inés: vaaaaamoooonoooossss que la noche es joven. Arribamos a un lugarcito bastante mono a media luz, en la zona romántica de la bahía, en un momento se esfumaron Ricardo y Mariana, María Inés y Paola se perdieron unos minutos pero en cuanto volvieron Carlota se adueño de ella y Juan se fue a Bailar con Inés, nos quedamos Rosi y yo solas, pero no estaba el horno para bollos y respondí a sus iniciativas de conversación con monosílabos, así que se fue furiosa no se adonde. Yo no le podía quitar los ojos de encima a Paola que realmente se veía hermosa en ese vestido azul cuya tela caía sobre su cuerpo dibujando sutilmente las formas que cubrían dejando a la imaginación el resto de los trazos, en esos momentos solo bailaban, no me gustaba pero por lo menos no pasaba nada mas allá, no me entendía, vine aquí decidida a quitar de en medio a quien se me pusiera enfrente y ahora mismo me sentía incapaz de hacer nada, me daba pánico que los demás se dieran cuenta de lo que me estaba pasando, no podía controlar esta situación como tantas otras porque todas mis energías estaban puestas en controlar esta tormenta interna, no quería perder los estribos, no quería hacer el ridículo, me dedique a observar refugiada por esta semioscuridad cada uno de los movimientos de ese cuerpo que deseaba como nunca he deseado nada en mi vida, una sensual voz me saco de mi ensimismamiento. Desconocida: hola io soy Adua te estoy viendo desde hace un momento, estas multo sola, te importaría si me siento contigo - me volví en dirección a ese sonido casi musical para encontrarme con unos ojos verdes propiedad de una chica muy morena de cabellos muy cortos, bellísima.

Tzuri: hola Adua yo soy Tzuri y me encantaría tu compañía –le sonreí haciendo un ademan con mi mano para que se sentara. Adua: perdona si soy muy directa, pero io soy así y tú me gustas mucho, me interesa saber si no me estoy equivocando y quizá no estés interesada. Tzuri: pues si que eres directa -le dije con verdadera sorpresa- ¿y cómo no estar interesada en una mujer tan bella. Adua: ohh eso es muy lindo oírlo, es una verdadera lástima que ahora mismo me tengo que ir, mi vuelo sale en unas horas pero me darías tu teléfono io voy a regresar en unos días a la capital, te llamo y quedamos, io voy hasta donde tú me digas. Tzuri: claro que si –busqué en mi cartera y le di una tarjeta de presentación con la certeza de que no volvería a saber nada de ella pero al leer la tarjeta me dijo. Adua: ¿tu vives en la ciudad de México?, io viajo mucho para ahí por negocios. Te llamare ciao -y se marcho dándome un pequeño pico en los labios. Cuando mi mente y mis ojos regresaron a lo que verdaderamente les importaba me di cuenta de que ya nada podía detener lo que estaba a punto de desatarse, no había anestésico posible, mi cuerpo entero se convirtió en un volcán. PAOLA ¿Será posible?... o como siempre lo estoy imaginando, me mira de una forma extraña, con admiración, con deseo, pero un deseo mas allá de lo carnal, mil hormigas recorren mi piel, me estremezco, pero me enfoco en lo planeado, esta vez no daré paso en falso, me dejo conducir por Carlota hasta la mesa y recibo alegre las caricias furtivas y mal intencionadas de Rosi, que pasea su mano desde mi hombro hasta mi antebrazo, descansa su mano sobre la mía, se con claridad cuáles son sus intenciones a diferencia de las de Carlota que si está en verdadero plan de ligue y es mucho más atrevida, pega sus labios en mi oreja, me pasa los nudillos por la mejilla y no sé si a ella le importa pero por lo menos no me ha quitado el ojo de encima, su expresión es seria, lo que me da un rayo de esperanza en que esto verdaderamente funcione. Estamos en un sitio muy bonito con ambiente bastante bohemio y romántico, hay parejas de chico y chica, chico y chico y chica con chica, Inés me dice que la elegida debe ser Carlota y concuerdo con ella. Estoy en la pista con Carlota y bailo normal, no me atrevo a nada más y me cuesta permitirle avances, es decir no soy una santa pero nunca he sido de ligues casuales y cuando mi corazón está comprometido simplemente me resulta imposible ver a alguien más con deseo o gusto y ahora mismo mi corazón ya no es mío, le pertenece completamente a esa mujer que no hace sino mirarme con expresión extraña. En ese momento vi a Tzuri hablar con una mujer muy bella, la vi sonriente ligándose a la morenaza esa y la ira y los celos me brotaron por cada poro, sin poder evitar el resoplido que emití.

Carlota: Ella no es para ti Paola –su voz suena gentil, sin afán de herir- no pienses que te lo digo por mi rivalidad con ella, hay muchas cosas que tendría que explicar más profundamente para que entendieras la sinceridad de mis palabras, lo que te digo es que Tzuri no es para ti porque no es para nadie -noté como su mirada se nublo y algo dentro de mí se movió comprendiendo de pronto una verdad acojonante. Paola: pero… es que tú… ¿tú sientes algo por ella? Carlota: … -suspiro- nunca imagine decirlo en voz alta y menos a otra de sus chicas… desde niña, pero por mi forma de ser no encontré otra manera de estar siempre presente en su vida que así, no soy una persona fácil ¿sabes? no me conformo fácilmente y decidí que si no podía tener su amor tendría su odio –calló, cabizbaja continuó- me apena muchísimo reconocer que mis intenciones al acercarme a ti inicialmente no fueron muy diferentes a las de Rosi, digo eres bellísima pero también me movieron los celos… si, también me he dado cuenta de que tú eres especial para ella… pero sinceramente te digo que creo que vas a salir lastimada, espero que no… pero Tzuri es como es y no creo que cambie, no lo hace por maldad, es simplemente su naturaleza… pero quién sabe, a lo mejor lo que intentas funciona… no te sientas mal conmigo – dijo serenamente al notar la vergüenza reflejada en mi cara- pero hay que hacerlo más contundente, úsame, mira que no ha dejado de verte, no sé si de verdad se logre el propósito, pero vamos a intentarlo. Me brindo una sonrisa franca, sincera y yo le devolví el gesto, entrelace mis brazos alrededor de su cuello en un gesto comprensivo, empático. Paola: ¿me besarías? Por favor –le pedí a Carlota. Carlota: ¿segura? – asentí ligeramente con la cabeza. Ella fue acercándose poco a poco a mis labios mientras yo cerré mis ojos, temiendo que de no hacerlo me retractaría, fueron segundos pero se me hicieron eternos, apenas note el aliento de Carlota cruzarse con el mío cuando sentí unos dedos enterrándose en la piel de mi brazo y halarme con fuerza, abrí los ojos sobresaltada y vi su rostro enrojecido, esos ojos negros que adoro parecían dos hogueras y sus labios generalmente húmedos, rojos y carnosos lucían tensos carentes de color. Tzuri: ¡Ya fue suficiente! ¡Tú y yo nos vamos ahora mismo! –mirándome fijamente y pasando de Carlota. Carlota: Estúpida ¿no te das cuenta de que ella está conmigo?, de que quiere estar conmigo. Tzuri: NO, ella está conmigo, ella se va conmigo… –lo dijo de tal forma que dejo muda a Carlota, soltó mi brazo y tomo mi mano halándome con delicadeza pero firmemente hacia la salida. TZURI

Ver cómo estaban de pie en la pista sin bailar solo mirándose de esa manera extraña, diciéndose no se qué cosas, hizo que el esfuerzo por contener toda la rabia acumulada fuera nulo, desbordándose cual caudal embravecido, mientras caminaba hacia ellas las vi abrazarse, estaban a punto de besarse y apresure el paso, casi corrí, en ese momento ya no supe de mí, no sé que dije ni que hice, solo recobre la conciencia cuando fuera de ese lugar seguía caminando sin saber a dónde con Paola de la mano. Paola: ¿me puedes decir que coños te sucede tía? – Me dijo soltándose de mi manoque yo no soy un objeto, te enteras… no soy una de tus mujercitas, no soy de tu propiedad. Tzuri: yo… yo solo… no sé que me paso... – balbucee. Paola: ahhh no sabes que te paso… pues te diré que te paso tía… ¡que la señorita está acostumbrada a que lo que toca le pertenece y que solo ella decide cuando lo bota! ¡eso es lo que te sucedió ahí dentro! Tzuri: ¡Noooo!, no es así – grite tomándola por los hombros volviéndola hacia mí. Paola: ¿no? ¿no es así? dime como es entonces Tzuri, has actuado como si fueras mi dueña, segura de que me puedes tomar a la hora que se te dé la gana y desecharme igual --vi las lágrimas empezar el recorrido por sus mejillas y eso me quebró. Tzuri: no Paola, eso no es así, yo… yo no actué así porque te considere un objeto…. Paola: dime entonces por qué lo has hecho, porque yo ya no soporto este juego Tzuri, me rindo, tu ganas, vale ¡tu ganas! – se cubrió su rostro con sus manitas, sollozando. Tzuri: Lo lamento…-me acerque temerosa- lamento lo que dije allá dentro, pero no estaba pensando, ¡no lo soporte más! ¡son horas torturándome! ¡Imaginado a Carlota o Rosi tocándote! y llego y te veo en sus brazos, feliz todo el día con ella y cuando te vi mirarla de esa forma, abrazarla de esa forma, ya no pude…- levante su rostro para que me viera se lo quería decir mirándola a los ojos, necesitaba que su mirada azul me diera las fuerzas necesarias para asumir que experimente con toda la intensidad de que era capaz ese sentimiento primario y absurdo que siempre he considerado ridículo -¡estoy celosa! estoy tan celosa que no sé cómo me contuve para no golpear a Carlota el día de hoy, no sé cómo no la golpee cuando estaba a punto de besarte, ¡muero de los celos si alguien te toca, si te miran con deseo, si te veo sonreírle a cualquiera como te vi hoy hacerlo con ella! La abrace con toda la ternura de que soy capaz, la tome por la barbilla y la besé suavemente, despacito, saboreando cada parte de sus labios, inspeccionando con mi lengua cada espacio de su boca y permitiéndole a la suya hacer lo mismo, ella separó sus labios de los míos y me susurro al oído. Paola: vámonos ¿sí?

Yo no respondí con palabras, caminamos abrazadas, besándonos de cuando en cuando, me deje llevar por las sensaciones que cada roce y cada beso producían en mí, llegamos a mi habitación, estábamos en silencio, no sé cuánto tiempo me perdí en sus ojos azules, acariciándole el cabello de la raíz a la punta con ambas manos, dibuje con la yema de mis dedos el contorno de su rostro, de su cuello, sus hombros, le tome con delicadeza del cuello y el mentón con ambas manos y la atraje hacia mí cubriendo su boca de breves besos, sus mejillas, su nariz regresando de nuevo a esos labios, recorriendo de nuevo cada poro de la piel de su rostro apenas en un roce, nuestras miradas se encontraron, mi frente pegada a la suya, sus manos caminaron hacia mi cuello y mi boca hacia la suya, movimientos leves, suaves, sutiles, probándonos, saboreándonos de nuevo por largo rato para después dejar que nuestras lenguas iniciaran un baile lento, pausado, que se fue intensificando, mis manos se deslizaban sobre su espalda por encima de la tela que la cubría, ella desataba mi cabello, con movimientos suaves sin dejar de besarla le desabroche la cremallera y en una caricia escurrí los tirantes que se ceñían a sus hombros, la tela de su vestido se deslizo por su piel hasta llegar a sus pies, yo seguí besándola mientras sus dedos desabrochaban uno a uno los botones de mi camisa, sus manos fluyeron sobre mi vientre, abdomen, mis senos, aunque cubiertos por la tela que los arropaba se erizaron ante su paso, mi clavícula, mi cuello y hombros, extendí mis brazos hacia atrás permitiendo que me despojara de esa prenda, nuestros labios unidos, separándose solo lo necesario para tomar aire, nuestra lenguas entregadas a esa danza deliciosa, el coloquio de nuestros cuerpos entendiéndose a la perfección, nuestras manos quitando una a la otra las ultimas prendas que nos estorbaban para que todo fuera piel, su piel y mi piel, su cuerpo y el mío, unidos en lo que en ese momento parecería una masa amorfa de movimientos cadenciosos, de extremidades entrelazadas, con mis labios pegados a los suyos le susurre -"te necesito" - mi lengua resbalo hasta su cuello, a sus hombros, conduciéndola hacia la cama recorrí con manos, lengua y labios toda su piel de la cabeza a los pies reconociéndola entera, mi peso sobre ella deleitándome en el contacto de nuestros cuerpos, nuestras bocas saboreándose con desespero, entrepiernadas sintiendo la humedad de su intimidad, reglándole la mía en una antología de besos y caricias, de susurros inteligibles, de gemidos ahogados retrasando al máximo el momento, hasta que nuestra carne no pudo más y mis dedos palparon con suavidad los mojados labios vaginales, examinaron cada área de su intimidad, sus piernas me abrieron camino para saciar mis ganas de sentir lo que en este momento sentía mío solo mío y toque, sentí, acaricie, aquella zona que me recibió húmeda, caliente, palpitante, sentí su mano aprisionar mi vulva, sus dedos juguetones y tiernos internarse en mi, nuestras caderas iniciaron movimientos rítmicos, acompasados, nuestras bocas y lenguas siguieron besando, lamiendo, queríamos mas y hurgamos ambas en nuestro interior, nuestras caderas pasaron de movimientos lentos a meteóricos, su brazo libre me aprisiono con fuerza, nos mirábamos fijamente hasta que ambas explotamos en una marea de placer, mi cuerpo se desvaneció sobre el suyo que se había liberado del último átomo de energía al abrazarme; la humedad de sus ojos desparramarse sobre su rostro me lleno de un sentimiento de infinita ternura, no dijimos nada, en ese delicioso silencio solo se escuchaban las olas del mar y la respiración de dos mujeres con brazos y piernas entrelazadas, cada espacio de nuestros cuerpos húmedo y pegajoso, estuvimos así hasta que el cansancio producto del éxtasis nos hizo caer en un profundo sueño.

PAOLA Desperté, sentirme aprisionada en esos brazos me hizo abrir los ojos para constatar que era ella la que me abrazaba, que era su respiración la que sentía en mi rostro, le miré por largo rato, extasiada en sus rasgos, en su respiración pausada, el aroma a salitre y la brisa marina me dieron ganas de salir a la terraza, con suavidad me desprendí de ese abrazo, me enrede en la sabana y me encamine hacia la barandilla, suspiré, a lo lejos se escuchaba un mariachi entonando unas letras que me estremecieron. Despacito, muy despacito se fue metiendo en mi corazón Con mentiras y cariñitos la fui queriendo con mucho amor Despacito, muy despacito crecía la llama de mi pasión Y sabiendo que no era buena le di mi vida sin condición Y hoy que quiero dejarla de amar no responden las fuerzas de mi alma Ya no sé dónde voy acabar, pero yo ya no puedo olvidarla Despacito, muy despacito, me dijo cosas que nunca oí Me enseño lo que tantas veces con otros labios no comprendí Pero todo, todo se acaba La dicha grande también se va Y nos deja nomas recuerdos, recuerdos de ella que no vendrán Y hoy que quiero dejarla de amar no responden las fuerzas de mi alma Ya no sé dónde voy acabar, pero yo ya no puedo olvidarla Aquellas frases me llegaron al alma y volví a sentir el temor atenazando mi corazón, saldría herida como me habían advertido, como yo misma sabía, pero lo que había pasado no lo cambiaba por nada, esta noche sentí que por primera vez en mi vida hice el amor, esta noche por primera vez supe lo que es amar de verdad, me entregue como nunca antes lo hice y sentí que ella se ha entregado a mí con la misma pasión, con la misma ternura. Sus brazos me rodearon, sacándome de mis pensamientos, besándome la mejilla, me volví encontrándola frente a mi completamente desnuda. Paola: jajajaja pero tú estás loca tía, que te pueden ver. Tzuri: hazme un espacio dentro de la sabana – me la quitó y la volvió a colocar encima de las dos, tirité al sentir el calor de su piel y su boca en la mía- ¿tienes frio

mi amor?- pregunto con sus labios pegados a los míos, mi temblor al escuchar esas palabras se acrecentó. Paola: no – dije sin dejar de besarla. Tzuri: ¿no? –Se separo mirándome a los ojos con picardía – ¿entonces soy yo la que te provoco ese estremecimiento? Paola: engreída –le di un empujón quedando yo fuera de la sabana. Ella termino por aventarla y me volvió a abrazar, besándome con más pasión nos fue llevando hasta recostarnos en uno de los camastros. Tzuri: ¿sabes? Esta mañana cuando llegue te imagine desnuda aquí mismito y te hacia cositas muy ricas. Paola: ah sí ¿qué cositas? Tzuri: ¿te las platico o te las hago? – me dijo metiendo su lengua en mi oreja provocando un gemido involuntario. Paola: no se, ¿puedes hacerlas y platicarlas a la vez? Tzuri: pues esta difícil, porque lo que imagine requiere de mucha lengua. Me besó apasionadamente, frotando su cuerpo sobre el mío, dejo mi boca y descendió con lentitud lamiendo mi cuello, el nacimiento de mis senos, me chupo los pezones y sus manos acariciaban mis caderas, mis piernas, su lengua seguía su viaje hasta mi abdomen, mi piernas se abrieron y sentí el roce de un pezón en mi clítoris, mis gemidos se atropellaban con mi respiración entrecortada y mis caderas iniciaron un vaivén frotando con más fuerza toda mi vulva con su seno, sentí su dientes clavarse en mi vientre, luego en mi ingle, abrí mas mis piernas para recibir esa lengua que me transitó de punta a punta, explorándome toda, suavecito, con movimientos ondulantes, por largo rato, hasta que se tensó introduciéndose en mi vagina haciendo movimientos circulares en mi interior, eso y la punta de su nariz en mi clítoris hicieron que mis gemidos fueran gritos, ella me halo colocando mis piernas sobre sus hombros, mis pies paseaban sobre su espalda… esa lengua que era la gloria entraba y salía de mi, dándome un placer difícil de describir, deseaba prolongar más el momento, pero mi cuerpo no me lo permitió estallando en un orgasmo impetuoso que me dejo con la boca seca y sin fuerza alguna, ella se quedo recostada en medio de mis piernas que la rodeaban posesivamente. Hicimos el amor una y otra vez, nos saboreamos sin saciarnos, hasta que el cansancio de nuestros cuerpos termino por vencernos y nos quedamos dormidas. Desperté con el delicioso sabor de su sexo en mi boca y la placentera sensación de su cuerpo pegado a mi espalda y sus brazos aprisionando mi vientre.

Tzuri: no te levantes, no te muevas – me dijo al sentir la intención de mi cuerpoquédate así conmigo -me apretó mas entre sus brazos. Paola: necesito ir al servicio - le dije acariciando sus brazos. Tzuri: hazte pipi aquí – me beso en la nuca. Paola: jajaja tu sí que estás loca tía. Tzuri: estoy loca por ti mi amor – me volvió hacia ella colocándose encima de mí, "mi amor" me estremezco al escuchar esas palabras, seguramente la intención de ella al pronunciarlas no es la misma con que las reciben mis oídos, pero amo escucharlas, me besa el cuello, la boca, los senos, sus manos me recorren toda de nuevo, las piernas se abren, friccionamos nuestras vulvas rozando clítoris contra clítoris, nuestros movimientos pasan de pausados a frenéticos, hasta que nos tensamos por el estallido de placer. Paola: cariño – me sorprendo ante esa palabra que pronuncia mi boca porque me sale del alma- en serio tengo que ir al baño. Tzuri: sale pues vete, abandóname – me hace un puchero que me hace tomarle la cara con ambas manos y besarla, doy un brinco y corro al servicio. Escucho el teléfono de la habitación sonar y a ella responder. Tzuri: hola… si está conmigo, sale gracias María Inés… no sé… te envió un mensaje ¿va? … yo tengo otros planes… pero no se ella… por eso te envió un mensaje en un momento. La veo de pie en el marco de la puerta del servicio a través del espejo, me sonríe, adoro verla desnuda solo esa cascada de chocolate que cubre espalda, hombros, brazos hasta la cintura. Tzuri: era María Inés, no sé si tendrás problema con eso, pero le dije que estábamos juntas, estaba preocupada por ti, le dijo a todos que seguías en la habitación, creo que tienes que comunicarte con Ricardo o tu hermana, para que los tranquilices…- me miró dubitativa, con expresión de no encontrar las palabras para decir lo que quería decir- también quería saber si los alcanzábamos, creo que quieren dar un paseo en yate, le dije que te preguntaría… pero a decir verdad a mi me gustaría que pasáramos el día tu y yo aparte. Su mirada era muy diferente, me volví recargándome sobre el lavabo y estire la mano en ademan de que se acercara, al hacerlo me levanto hasta hacerme sentar sobre la superficie plana de éste quedando a su altura, se acomodo entre mis piernas, entrelace mis brazos alrededor de su cuello, ella me rodeo la cintura con los suyos, pegue mi frente a la suya.

Paola: pues claro que prefiero que estemos solas tú y yo – le bese mordisqueándole los labios, ella me abrazo con más fuerza y por primera vez la escuche suspirar. Tzuri: tengo hambre ¿nos damos un baño rapidísimo para ir a desayunar fuera? – me dijo sonriente. Paola: vale pero antes hay que hacer llamadas, tu le avisáis a Inés y Juan, y yo hablo con Ricardo y Mariana. Tzuri: ¿a Inés y Juan? – me miro con cara de desconcierto y mi expresión fue la de alguien que ha dicho algo que no debió. Paola: bueno quise decir a Inés. Porque ella es mi amiga y a Juan porque es el tuyo… y… pues eso – me hice una pelotas impresionantes desparramándola más todavía. Tzuri: jajajajajajajaja si mi amor intenta componerla – suspire al escuchar esas dos palabras otra vez. Paola: vale pues ya he metido la pata hasta el fondo, pero por favor podrías fingir que no estás enterada. Tzuri: sale, pero quiero detalles - hable a la habitación de Ricardo y Mariana y he preferido decir la verdad que estoy con Tzuri y que pasare el día con ella, sé que no les ha hecho mucha gracia pero no me han dicho nada, Tzuri le hablo a Inés diciéndole que hoy no les veríamos. Luego del baño "rapidísimo" que tomamos juntas fuimos a mi habitación a que me mudara de ropa y salimos sin rumbo fijo. TUZRI Me desperté y sentí un desasosiego al verme sola en esa enorme y revuelta cama totalmente desnuda, escuche música a lo lejos y cuando me incorpore mis ojos la vieron enredada en la sabana al borde de la terraza, me encamine hacia ella y la abrace con fuerza, en un jugueteo ella quedo frente a mí en todo el esplendor de su desnudes muy cerca de un camastro trayendo a mi mente mi fantasía de hacia una horas y procedí a hacerla realidad, hemos estado juntas una y otra vez, y mis ganas de ella no se agotan, lástima que mi cuerpo sí y me quedo dormida con ella en mis brazos. Cuando despierto la veo dormida aun, nuestros cuerpos se han separado durante el sueño, pero necesito sentirla y me pego a su espalda y la abrazo, aspiro profundamente deseando llenarme de su olor, sigo sintiendo un profundo temor a mis sentimientos por esta mujer, pero me niego a dejar de sentirlos, me inundan los recuerdos de anoche cuando la tuve por primera vez, nunca en mi vida he sentido a una mujer como al he sentido a ella, nunca me he entregado como lo hice con ella, no fue solo corporal fui mas allá en cada beso en cada caricia iba algo muy mío, muy de mis adentros, todavía no me atrevo a ponerle nombre, lo único que quiero es disfrutar de estos momentos, se que se irá pronto y yo todavía no decido nada sobre mi futuro y tampoco sé si seré capaz de entregarme a una relación, de estar solo con una mujer y tengo la certeza de que con ella las cosas tendrían que ser así, mi única convicción

en estos momentos es que los días que este aquí la quiero para mí y me quiero con ella. Siento el impulso de su cuerpo intentando levantarse, la aprieto mas y se lo impido, bromeo con ella y volvemos a entregarnos al placer que nuestros cuerpo se producen, me sorprende lo cariñosa que soy con ella, es decir, soy una persona muy cariñosa, lo soy con mi familia, con mis caballos, lo era con Chocolate el perro gran danés que recibí como regalo en mi cumpleaños 9, pero nunca he sido cariñosa y tierna con una mujer, pero con ella las palabras melosas me brotan solas, sin pensarlas, sin poder evitarlas, me sorprendo también ante la emoción que me produce cuando se comporta cariñosa conmigo, cosa que siempre deteste con otras mujeres, María Inés llama preocupada porque que Paola no ha ido a dormir a su habitación, me extraña que haya llamado hasta ahora, la tranquilizo y reconozco que está conmigo, después de una breve conversación voy al baño en busca de Paola, la observo frente al espejo del lavabo, se ve preciosa despeinada, desnuda, me invita a acercarme y aprovecho para volver a meterle mano, nos ponemos de acuerdo para pasar el día y una vez que resolvemos lo acordado la veo meterse a la ducha y la sigo, siento su piel mojada en la mía y me extasió, la beso, la acaricio recorriéndola toda, la empujo contra la pared con suavidad y bajo hasta su pubis separando sus piernas, comiéndomela entera saboreando el producto de su éxtasis. Ambas estamos hambrientas y vamos en busca de un sitio donde comer, quiero llevarla a un lugar especial, deseo que este día sea inolvidable para ella, para las dos, decido que vayamos a la isla Rio Cuale. Me fascina ver su expresión embobada al ver el paisaje que se presenta ante sus ojos, comemos en un restaurantito a orillas del río, yo ordeno chilaquiles y ella me arma pulla entre risas por no ordenar algo del mar, me da toda una cátedra de los valores nutricionales del pescado y los mariscos, después de escuchar que no me gustan, me hace reír, me obliga a probar de su pescado zarandeado y yo le obligo a comer de mis chilaquiles, me mato de la risa al ver el enrojecimiento de su cara y dar brinquitos en la silla haciéndose aire con ambas manos, ella me da un golpe en el brazo por mis burlas, le veo tomarse su bebida y la mía de golpe pero no se le quita lo enchilado, la tomo de la mano y sacudo el salero en su palma, le digo que chupe y repito la operación varias veces, hasta que siente que se le pasa un poco. Paola: ya una vez comí esto en casa de tus abuelos pero no estaban tan picantes… como puedes comer eso corazón te vas a quedar sin estomago. Tzuri: es que los que comiste en la casa seguro te los prepararon con casi nada de picante sabiendo que eran para ti jajajaja y no te preocupes por mi yo estoy acostumbrada a comer chile desde que tengo uso de razón, la comida no me sabe a nada sin picante. Paola: estás loca, como puedes disfrutar de una comida que te quema los labios, la lengua, la boca entera, el esófago y las tripas. Tzuri: te digo que es cuestión de costumbre.

Paola: anda ya, yo nunca me acostumbraría. Tzuri: ¿no?- me le acerque seductora, verla así me habían dando unas ganas locas de besarla, no me importó la gente y la bese, fue un beso chiquito, un picorete. Paola: no, no me acostumbraría – me beso también. PAOLA Durante la comida un grupo de mariachis amenizaba y escuche las letras de la canción que anoche oí desde la terraza. Paola: oye esa canción ¿Cómo se llama? – ella sonrióTzuri: Despacito de José Alfredo Jiménez. ¿te gustó? Paola: si es hermosa la música y la letra – respondí-, y es lo que me está pasando contigo pensé. Tzuri: José Alfredo Jiménez tiene canciones bellísimas, muy tequileras. Paola: ¿Tequileras? Tzuri: jajajaja si, canciones para enamorados, para despechados, canciones para llorarle al amor con una botella de tequila. Paola: ahhh – ella me beso y decidimos que era hora de marcharnos. Caminábamos tomadas de la mano por la orilla de un rio serpenteado de ornamentación de todos los colores, árboles, arbustos que lo llenaban de verde intenso, flores silvestres rojas, blancas, amarillas, construcciones en ladrillo bastante rusticas adornadas con pequeños balcones adornados con flores que le dan un aire verdaderamente pintoresco al sitio, nos introducimos en pequeñas callecitas adoquinadas repletas de coloridos puestos de vendedores de artesanías, plata y talavera, admire la belleza de la iguanas que entre los arboles lucían un tamaño descomunal y según nos conto un niño que jugaba junto a otros en el río son orgullo del lugar, Tzuri se empeño en tomarme una fotografía muy cerca de uno de esos bichos y estaba muy divertida por la expresión que quedó plasmada en la foto. Cuando nos cogió el atardecer después de ir a comer regresamos a la ciudad y caminamos por la playa, mi cuerpo tenía necesidad de ella, de sentirla de nuevo y después de disfrutar de la puesta del sol corrimos a la habitación para dar rienda suelta a nuestros deseos, nos volvimos a entregar con desenfreno y de nuevo me he quedado dormida extasiada entre sus brazos, al día siguiente también lo pasamos solas recorriendo los alrededores de ese puerto que no están dentro de la guía turística pero que son bellísimos, llega la noche y una sensación de nostalgia adelantada se aloja en mi pecho, mañana partiremos de nuevo rumbo a la hacienda y en unos días regresaremos a España, es unos días un océano me separara de ella… necesito hablar, decirle como me siento, lo que siento, pero no me atrevo, me gana el temor a

escuchar algo que rompa el cuento de hadas que estoy viviendo y prefiero callar ante esa posibilidad y disfrutar los pocos días que me quedan en este País, en estas tierras de las que me he enamorado y en las que nació la mujer de mi vida. TZURI Amanecí otra vez entre sus brazos, sintiendo su piel pegada a la mía, feliz, liberada, plena; así me siento y no quiero pensar en mañana, ni en los días que faltan para que se vaya, no quiero pensar en nada, solo quiero vivir este momento, la he hecho mía infinidad de veces pero aun me parecen pocas, me he entregado a ella otras tantas y mi cuerpo siempre me pide más de ella, prácticamente estos días no hemos visto a nadie, ella abre sus ojos y me pierdo en ellos, hace el intento por decirme algo pero no la dejo, la beso con pasión, mis manos resbalan por esa piel, tocándola toda, acariciándola, me pierdo en su cuello, entre sus senos, devorándolos, lamiendo y succionando esos pezones, escuchar sus gemidos me excita mas y mi lengua enloquece, bajo hambrienta de ella, deseosa de sentir ese sabor de nuevo en mi paladar y la lamo, la chupo, la penetro, adoro los movimientos de sus caderas, de sus piernas que se abren de par en par, dejándome poseerla, me mojo de placer cuando le sobreviene el orgasmo. Estos días nos hemos aislado de todos, se supone que tendríamos que regresar mañana pero le pido que nosotras nos quedemos mas días, la expresión de su rostro me provoca comérmela a besos, es tan transparente no intenta ocultar la felicidad que le causa mi petición. Paola: ¿de verdad? ¿no se molestaran tus abuelos? – me mira con esos pedazos de mar que tiene por ojos. Tzuri: no mi amor, no lo creo, en todo caso Ricardo regresa con Mariana y es quien creo que debe pasar… - mis palabras se detienen en mi garganta, es la primera vez que soy consciente de que en unos días se habrá ido al otro lado del mundo -más tiempo con ellos. Paola: si, si quiero pasar más días contigo aquí. Pasamos esos días sin separarnos para nada, nunca había pasado tanto tiempo con una misma mujer, nunca había sentido de esa manera a ninguna otra y sabia que en unos días tendría que desprenderme de ella, no me iba a sentir liberada después de todo como pensaba, me dolía el solo pensarlo, esa última noche en Vallarta cenamos en la terraza de la habitación. Tzuri: ¿te gusto venir a México barbie? Paola: me enamore de México. Tzuri: ¿de verdad? Paola: si de verdad – bajo su cabeza ocultando su mirada, levante su barbilla.

Tzuri: ¿qué te pasa linda? Paola: me… me gustaría saber si… ¿vas a ir a Madrid? Ahí estaba la pregunta tan temida, no sabía a estas alturas que era lo que sentía por ella pero si sabía que no deseaba herirla. Pero tampoco quería mentirle. Tzuri: mi amor, podría decirte que iré de visita y con eso irme por la tangente, pero sé que tu pregunta se refiere a la decisión pendiente de irme a vivir definitivamente para allá – ella volvió a agachar su cabeza y esta vez le tome con ambas manos la cara levantándosela con toda la dulzura de que fui capaz- todavía no decido nada, pero honestamente te digo que mis deseos de quedarme a vivir aquí no han cambiado y no sé si al final cederé a la presión de mi familia. Paola: aunque no lo creas te entiendo, yo también amo a mi patria y si estuviera en tu lugar no sabría que hacer… pero hay algo que necesito decirte esta noche… desde que te vi por primera vez… es mas antes de verte en carne y huesos cuando vi tu fotografía en tu piso… yo me… me sentí profundamente atraída por ti y he vivido una vorágine de sentimientos hasta admitir que estoy locamente enamorada de ti y aunque no nos volvamos a ver necesito que lo sepas. No conceptualizar lo que sentí al escuchar aquello, lo que sentí al ver anegada de lagrimas esa mirada azul, solo sé que enmudecí y me puse de pie tomándola en mis brazos con mi corazón desbordándose, le bese los cabellos, los ojos, el rostro completo, me fundí con ella en un abrazo eterno y luego la bese profundamente, pausadamente le bese el cuello, la desnude poco a poco dejando un camino de prendas de la terraza a la cama, besando cada parte que iba quedando libre de tela, lamiendo cada espacio de piel, acariciando hasta la última partícula de su cuerpo, me hice paso hasta su interior deleitándome en el, mientras besaba su boca, su cuello, su clavícula, el nacimiento de sus senos, sus pezones, su vientre; me hundí en esa cueva que sentía tan mía, la lamí, la saboree anhelando que quedase eternamente su sabor en mi boca, ella se obsequio a mí, me entrego todo su placer y en ese momento… le puse nombre a esa entrega corporal que solo vivía con ella… la ame, la ame con locura… le hice el amor hasta desfallecer durante toda la noche, la mañana y hasta el momento de marcharnos. PAOLA Soy incapaz de describir en palabras lo que sentí cuando me propuso que pasásemos mas días solo nosotras en este lugar que se ha vuelto mi paraíso y es que si por mi fuera nunca nos iríamos de aquí; he disfrutado cada segundo que paso con ella, pero el tiempo cruel avanza sin detenerse. Esta última noche estoy decidida a saber que pasara con nosotras, necesito saber si hay un nosotras o si me tendré que quedar con el recuerdo de lo aquí vivido, tengo mucho temor como siempre, principalmente porque tengo la certeza de su respuesta aún así hago acopio de coraje y le cuestiono, ella comprende a que me refiero y aunque sus palabras sonaron dulces me hieren, ha sido honesta conmigo y no ha ocurrido nada dentro de ella que le haga desear vivir en España y dejar México y le miento le digo que le comprendo porque yo en su lugar

sentiría lo mismo, pero que gran mentira Paola, si tú en su lugar no durarías en dejarlo todo por estar con ella. Sin embargo en un impulso le confieso lo que en verdad siento por ella, esperanzada por encontrar eco a esos sentimientos, pero ella se queda en silencio, solo me mira con ternura y me besa, me hace el amor como me lo hizo la primera vez, pero esta ocasión la siento más entregada, mas mía, aun así no dice nada que me dé a entender que corresponde a mis sentimientos, hacemos el amor toda la noche, no hemos dormido, seguimos en esa entrega delirante aun cuando nos duchamos, hasta que el tiempo apremia y tenemos que prepararnos para partir, llegamos a la hacienda y nos separamos, tengo el tiempo justo para preparar mi vuelta a Madrid. María Inés: Amiga me lo tienes que contar todo y con detalles- me decía mi adorado pepe grillo sentada en la cama mientras yo terminaba de hacer mi maleta en unas horas partiríamos hacia la ciudad de México. Paola: amiga ahora no me alcanzaría el tiempo para darte detalles, solo que sepas que tus bubis están a salvo por qué tenias razón en todo lo que has dicho. María Inés: jajajaja no creas que con eso me conformo, por lo menos me merezco que me cuentes algo más. Paola: que te digo, que estos últimos días han sido los más felices de mi vida, que me llevo el recuerdo de haber sentido mía a la mujer que amo y que a partir de este momento empieza el calvario para mí – mis lagrimas brotaron – y que te quiero mucho y te estoy muy agradecida por todo lo que has hecho por mí. María Inés. Ven acá – me abrazó- pero es que ¿no han quedado en nada?, ella no te ha dicho nada en concreto, no te dijo si te alcanza en España. Paola: ha sido honesta conmigo y me ha dicho que su deseo es quedarse a vivir aquí y que no ha decidió nada aun, eso significa amiga que no siente lo mismo que yo porque si lo sintiera me hubiera pedido que me quedara. María Inés: ¿te quedarías a vivir aquí si te lo pide? Paola: con ella me iría al fin del mundo Inés. Caminé rumbo a la casa de Tzuri, es curioso pero salvo la vez que por impulso fui hasta allí nunca más volví a entrar y esa ocasión solo llegue esta el living, ella me hala en cuanto abre esa puerta y me besa con desesperación llegamos ya a medio vestir a su habitación, siento sus manos tocarme y me estremezco pero esta vez no es de placer, es agridulce esta sensación de sentir el gozo que me producen sus caricias y saber que quien sabe cuando las volveré a sentir, mas aun quien sabe si las volveré a sentir, le suplico que me muerda ansiando que me deje marcas en mi cuerpo que perpetúen un poco más allá este momento, soy consciente de cada gemido, de cada suspiro que escapa de ella, de los míos propios, del tacto de mis manos en su piel, del sabor de su boca, los movimientos de su lengua dentro de la mía, del calor de su vagina, de las contracciones de la mía que aprietan sus dedos en mi interior, quiero

probarla y lo hago deseando llevarme su sabor y no olvidarlo jamás, los jugos que produce el orgasmo que detona en mi cuerpo no son la única humedad que se produce en mi organismo, siento lagrimas recorrer mis mejillas, las limpio antes de que ella se dé cuenta y le vuelvo a decir que le amo, desde que se lo he dicho por primera vez fluye con facilidad y me deleito en decirlo. Paola: ¿vendrás con nosotros a México? -pregunto con un hilo de voz. Tzuri: por supuesto linda. Paola: ¿aunque solo sea para despedirnos unas horas después en el aeropuerto? Me besó con ternura y no dijo nada más, solo me abrazo. Las despedidas nunca han sido fáciles, me he encariñado con todos, me despido de Chelito, Rosario, Melesio y parto rumbo a la estancia a despedirme del resto, ahí están los abuelos, María, el tío Samuel, Rosi, Juan y mi Pepe Grillo, al despedirme de ella le abrazo con fuerza y le pido que sigamos en contacto, le suplico que me despida de Carlota y que le dé las gracias de mi parte por aquel momento, al ver su cara de extrañeza le pido que solo le diga eso, que ella entenderá, prudente como siempre no insiste mas, solo me dice que le puede mucho el que su vuelo hacia México salga unas horas después que el nuestro, que le hubiera gustado despedirme allá, pero que cuando yo este partiendo ella apenas estará llegando, me cuestiona para asegurarse de que tengo sus teléfonos de Monterrey y México y su correo electrónico y me abraza muy fuerte; la abuela Esther, esa tierna señora que siempre intenta hacerse la mala llora al abrazarme, Juan, me carga y me da vueltas antes de decirme que seguramente nos veremos antes de lo que pienso, María también llora y me pide que me quede con ella, hago un esfuerzo sobrehumano para no llorar también, Rosi me abraza y me dice al oído que a pesar de todo no puede evitar que le caiga yo muy bien y le correspondo el gesto, el tío Samuel me abraza muy fuerte y me ratifica que ésta es mi casa, siempre que quiera venir me esperaran con los brazos abiertos. abuelo Alberto: Quédate mi niña… no esperes a que ella te lo pida, hay ocasiones que hay que tomar decisiones por ella, es muy testaruda pero te aseguro que está muriéndose porque te vas –me susurra al oído y me abraza con fuerza. Paola: quisiera estar tan segura como usted abuelo – me afirmo con su tierna mirada lo que antes había dicho. Durante todo el trayecto a Guadalajara apenas y nos rozábamos las manos, lo mismo en el avión rumbo a México, ya en el aeropuerto en la espera comimos algo y en un momento en que Mariana y Ricardo se fueron a comprar algún libro o revista, me perdí en esos ojos obscuros y le repetí acariciando su mejilla que le amo, ella siguió mi caricia y vi como sus ojos se nublaron atizando mi esperanza de escuchar decir al menos un te quiero de esos labios, pero no fue así, vi como abrazaba a Ricardo y mi hermana de pie a punto de cruzar la línea de revisión para abordar. Mariana: me ha encantado conoceros, espero veros a todos muy pronto por Madrid.

Tzuri: a mí también me ha gusto mucho conocerte, a todos nos ha gustado mucho. Ricardo: sister, cuídate mucho, recuerda que te extrañamos un chingo y estamos en contacto. Tzuri: dale besos a Papá y Mamá, diles que los quiero y tú cuídate mucho, te quiero bro. Ellos se introdujeron dándonos oportunidad de despedirnos a solas, trate de que mis lagrimas no me traicionaran sin éxito, ella me miro con ternura con esos ojos que adoro y me abrazó con fuerza, me besó y mis labios se abrieron para recibir los suyos sin importarme nada que nos viera todo mundo. Tzuri: Cuídate mucho bonita… te…. – mi corazón se acelero- voy a extrañar mucho, -me miró a los ojos -¿te he dicho que me fascinan tus ojos? Paola: no – forcé una sonrisa- cuídate mucho, vale… te amo – la abrace con todas mis fuerzas, le volví a besar y salí corriendo sin mirar atrás. Cruce la revisión y me entregue al llanto que inundaba mis ojos y me bañaba el rostro sin importarme nada, nadie, ni Ricardo y Mariana. En la sala de espera para el abordaje, mi hermana se sentó en un costado y Ricardo en el otro. Apenas hacia una hora que me había separado de ella y sentía que me estaba ahogando. Mariana: Pao no me gusta verte así… a lo mejor has debido quedarte un poco mas de tiempo, hasta que resuelvan algo tu y Tzuri… díselo tu Ricardo. Ricardo: Pao… la verdad es que yo nunca había visto a mi hermana así con nadie, quizá si debiste forzarla a que enfrente sus sentimientos, estoy seguro de que se siente igual que tu. Paola: ¿Por qué me dicen esto ahora? ¿porqué no me lo han dicho antes? Ricardo: la verdad no me atreví, pero todavía estas a tiempo, tu billete puede ser cambiado a cualquier otra fecha, quédate, ve con ella y resuelve lo que esta inconcluso entre ustedes. Lo miré entre desconcertada con sus palabras y esperanzada con la opción. Paola: pero si no llego con Mariana mis padres se cabrearan en serio. Mariana: nuestros padres se han pasado la vida anteponiendo sus propios intereses por encima de nosotras, es hora de que tú hagas lo mismo hermana, anda hazlo, ve. Ricardo: ten la llave del departamento, dale la sorpresa. Les mire y empecé a reír, recordé las palabras del abuelo, les bese y salí corriendo por esos pasillos hasta la taquilla de los billetes del taxi.

TZURI Te amo le escucho decir una vez más, me estremezco como cada vez que lo escucho, le digo que la voy a extrañar, ¿por qué le digo eso? no es eso lo que quería decir, pero me cuesta un mundo decirle lo que siento, me da pavor sentirme atrapada por alguien, así sea por ella, mis brazos no quieren soltarla, mi cuerpo desea suplicarle que se quede, pero mi mente no lo permite, ni siquiera logro llorar, al verla cruzar la división hacia las salas de abordaje salgo corriendo del aeropuerto quiero estar en mi departamento a solas, estallo en lagrimas una vez me siento bajo ese resguardo, me maldigo por no detenerla, por no pedirle que se quede más tiempo, por no decirle lo que siento, me estoy partiendo en pedazos en la obscuridad de mi sala, escucho el timbre de mi puerta y trato de recomponerme antes de abrir. Me sorprendo cuando veo frente a mí a esa mujer, no recuerdo siquiera como la conocí, pero ella no me da oportunidad de nada, entra cerrando la puerta avienta su bolsa y abrigo y me besa palpando mi boca con urgencia, en principio me paralizo y no respondo, pero luego siento que me puedo aferrar al placer que me puede proporcionar el cuerpo que tengo en mis brazos y me entrego a las caricias sexuales con esta mujer de la que ni siquiera recuerdo su nombre y la conduzco hacia la recamara. Adua: io tenía muchas ganas de esto desde que te vi en aquel bar de Vallarta y he venido con la sola esperanza de encontrarte. Ahí recordé donde fue que la conocí y que le di mi tarjeta, el solo recuerdo de un momento en que mi Paola estaba todavía conmigo me lastimó por dentro. Toque con lujuria aquel cuerpo, era un festín de lenguas enredadas y manos toqueteándose sin pudor alguno, necesitaba adormecer lo que siento, necesitaba aturdirme. Me odiaba por mi cobardía, me odiaba por mi incapacidad de renunciar a la vida que he llevado hasta ahora, me odie por mi inhabilidad para pertenecerle a alguien… estúpida de mi si le pertenezco ya, ya no soy dueña de mi… PAOLA Mi pulso acelerado, mis manos sudorosas frente a este edificio en el que estuve semanas atrás sin siquiera imaginar el vuelco que daría mi vida, llena de emociones encontradas, la emoción de volver a sentirla después de que pensé que ya no podría ser y el miedo a su reacción al verme aquí, no hay luces en su piso, parece que no ha regresado así que me introduzco sin encenderlas, deseo esperarla en la obscuridad y caerle de sorpresa… escucho un ruido proveniente del área de las habitaciones, camino sin hacer ruido hacia allí, viene de la misma habitación que ocupe en mi estancia aquí: su habitación… Cap.6 También de dolor se canta cuando llorar no se puede TZURI

Masajeo esos senos con ambas manos sobándolos con fuerza, con rudeza, le muerdo el cuello, mis manos bajan hasta sus nalgas, las aprieto, levanto su falda y meto mi mano dentro de su tanga pellizcándola, ella gime, lo hago casi mecánicamente, la toco con lujuria, mis caricias son vulgares, burdas, pero al cuerpo que las recibe le agradan, sus gemidos son mucho más continuos y fuertes, imágenes de Paola vienen a mí, sus ojos, su sonrisa, su piel rosada, sus labios pequeños, flashazos de los momentos vividos en los últimos días inundan mi mente, su risa, su voz diciendo te amo, sus lagrimas en nuestra despedida en el aeropuerto, de pronto me siento asqueada de lo que estoy haciendo y suelto el cuerpo gimiente que tengo en mis brazos, me rehago y la miro, ella está sorprendida, desconcertada, se ve molesta, trato de recomponerme y de pie frente a ella llevándome una mano a la cabeza le digo que lo lamento pero que no puedo estar con ella, me revira diciendo que si estoy bromeando, le respondo que no, me insiste en que le diga si no puedo o no quiero y con firmeza le digo que no quiero, le pido que se marche, ella me dice no se qué tantas cosas en su idioma, pero no sonaron precisamente a "no importa te entiendo, no hay problema" y sale hecha un demonio de mi habitación, me fui tras ella temiendo que me hiciera una diablura en el departamento por que iba furiosa, cuando llegamos a la sala la veo salir disparada después de tomar su abrigo y cartera por la puerta que se encontraba abierta, me pareció extraño que estuviera así, recordé que esta chava la cerro en cuanto entró, sacudí la cabeza; en estos momentos la puerta era una nimiedad, lo que quería y necesitaba es llorar, volver a llorar, grite de desesperación, me recargue sobre el enorme ventanal de la sala sintiendo el golpeteo de las gotas de lluvia en el cristal sobre mi espalda todo mi ser pedía a gritos la presencia de Paola, pero mi mente se le contraponía, no me siento capaz de ser de una sola mujer, no sé si podre ser fiel, me gusta mucho la vida que he llevado y no creo que quiera renunciar a ella; me gustan demasiado las mujeres y tengo conciencia de la atracción que ejerzo sobre ellas, no creo poder resistirme a esa tentación y sé que Paola no lo toleraría, se que con ella solo hay una manera y a la primera que le hiciera me mandaría a volar y lo más importante, se que la lastimaría y no quiero hacerlo, me importa, me importa mucho; lloro, lloro sin parar, se que quiero a esa mujer, ya no puedo negarlo, pero tampoco puedo negar quién soy, lo que soy… PAOLA Sé que está lloviendo a cantaros porque veo a las gentes que caminan apresuradamente tratando de evitar el mojarse, pero yo no siento el agua, ni el frío a pesar de estar empapada, no siento nada, ni siquiera mi cuerpo, toda yo soy dolor, un dolor intenso que jamás imagine que se pudiera sentir, mis lagrimas se mezclan con la lluvia, torrenciales como ella, me siento en un banco y una señora que se cubre con un paraguas me dice que aparte de que me estoy mojando es muy peligroso este parque a estas horas, me toma por el brazo y me lleva hacia una plaza comercial pequeña, la dulzura en sus ojos me hace seguirla, me pregunta si puede hacer algo mas por mí, entre sollozos incontrolables le digo que necesito un teléfono, estoy sola en un País ajeno y hecha pedazos… solo mi instinto de supervivencia me hace recordar que Inés ya debe estar en esta ciudad y pienso en llamarle, la buena señora me hace de su móvil y me dice que puedo hablar de él, le miro agradecida y busco en

mi cartera la agenda, pulso las teclas de los números y cada timbrazo me parece eterno. María Inés: bueno – le escucho responder. Paola: Inés – le digo entre sollozos María Inés: ¿Paola? ¿pero qué te pasa?, te hacía en un avión, dime ¿qué ha pasado? – me estoy muriendo… eso ha pasado, pero no tengo fuerzas para explicarle nada, las que tengo solo me alcanzan para llorar. Le explico solo que estoy sola en una plaza comercial frente a un parque y pregunto si puede venir a por mí, ella cuestiona donde estoy exactamente y yo no sé decirle solo alcanzo a llorar con más fuerza, la señora frente a mi me quita el aparato y habla con ella, le escucho decirle donde estamos con exactitud y asegurarle que esperara aquí hasta que llegue, ésta buena persona me toma en sus brazos en un intento de consolarme, yo me acurruco en ellos como si fuera una niña, Inés no tarda mucho en llegar y agradece a la mujer sus atenciones, me percato de la presencia de Juan pero no me sorprendo y entre los dos me llevan a un piso muy amplio y elegante. Juan: Amor insisto, deberíamos avisarle a Lobo que Paola esta aquí. María Inés: si ella me llamo a mí por algo fue, no le diremos a nadie hasta saber que pasó. Paola: por favor Juan no le digas nada a Tzuri, nunca le digas nadie que me has visto esta noche, por favor – suplique con un hilo de voz. Juan solo asintió con expresión de desconcierto y se encaminaron conmigo a una habitación, una vez solas Inés me desviste cobijándome con una toalla mientras me prepara el baño, yo no paró de llorar, apenas si le observo abrir la llave para que se llene la tina y templar el agua, una vez llena me indica que me introduzca y me coloca una almohadilla en un intento por relajarme, se inclina sobre mí y me dice dulcemente que esperará en la sala a que este lista, trato de relajarme en la cálida agua pero no puedo, mi llanto no deja de manar hasta que decido que es hora de salir, me enfundo en un chándal que Inés ha dejado sobre la cama para mi, pasan unos minutos hasta que por fin siento las fuerzas para salir, ellos se merecen una explicación. Les veo sentados en un sillón doble y en cuanto notan mi presencia Inés se hace en el otro sillón extendiendo su brazo en ademán de que le acompañe. Paola: Inés, Juan, quiero agradeceros por esto que estáis haciendo por mi… lamento teneros en esta nerviosismo – ella me miró con dulzura y Juan con expectación, pero ninguno hablo esperando que yo lo siguiera haciendo- estaba a punto de partir, cuando los chicos me han convencido de que debía quedarme y hablar con Tzuri, no se esforzaron mucho porque era lo que yo anhelaba, Ricardo me dio la llave de su piso y cuando he llegado ahí estaban todas las luces apagadas, pensé que no había llegado todavía y decidí esperarla… - volví a romper en llanto, ambos lo respetaron y no hicieron intento alguno por presionar mis palabras, esperando con paciencia a que

siguiera - … escuche un ruido y me acerque, fue entonces cuando vi que sí estaba ahí… no estaba sola… estaba con una mujer… estaban… estaban.. la vi tocarla… tenía sus manos… en… esas mismas manos que esta mañana me acariciaban a mi – gemí de dolor al recodar esa imagen-… y ese cuerpo que bese completo apenas hace unas horas estaba siendo manoseado impúdicamente por otras manos, al mirarla me quede muda, estática, no he sido capaz de nada solo salí de ahí lo más rápido que pude, herida de muerte he caminado no se por cuánto tiempo ni por donde…. Soy una estúpida Inés… - mis sollozos se tornaron ahogados. María Inés: no cariño tú no eres una estúpida, la estúpida es ella por no darse cuenta de que te está dejando ir, la imbécil es ella no tú – me dijo acariciando mis cabellos. Paola: no Inés… ni siquiera ese consuelo tengo, el de poder odiarla, ella nunca me mintió, nunca me dijo nada que indicara que correspondía a mis sentimientos, fue honesta en todo momento, nunca se comprometió a nada conmigo. María Inés: pero todavía la defiendes – me dijo enfurecida por mis palabras. Paola: no, no le defiendo, o por lo menos no es mi intención al decir lo que he dicho, es que es la verdad, Tzuri fue estos últimos días muy especial conmigo pero nunca dijo siquiera un "te quiero", fue muy clara al decirme que no había nada que la hiciera desear vivir en España, yo estaba consciente de que al final sufriría por ella y aun así he decidido correr ese riesgo y vivirlo… y no me arrepiento Inés, pero no puedo más, esto es por mucho más doloroso de lo que imagine; espero poder cambiar mi billete para viajar mañana mismo si es posible y no volveré a mirar atrás. En ese momento Juan intervino Juan: Yo creo que Tzuri si te quiere, es mas creo que se ha enamorado de ti…. María Inés: ¿y porque entonces la deja ir?, ¿por qué esta ya con otra mujer?, con una fregada Juan… si apenas acaba de despedirla en el aeropuerto y ya metió a alguien en su cama, ¡Tzuri no tiene madre! Juan: ella tampoco debe estarla pasando bien, se los podría jurar… es solo que debe estar hecha un lio, no sabe cómo lidiar con lo que está sintiendo. María Inés: Eso que dices es peor, la hace una cobarde incapaz de enfrentar lo que siente. Juan: no, no es cobardía, es solo que es algo que nunca imaginó posible en su vida, el enamorarse no estaba en sus planes de vida y no sabe qué hacer con eso, seguramente se siente incapaz, Inés tú la conoces pero no como yo, Tzuri es mujeriega no por simple inercia, no nació así, la atracción que ejerce sobre las mujeres la fue envolviendo en una forma de vida que no le resultaría fácil cambiar, yo creo, casi me atrevería a asegúrate que Lobo está consciente de que tú – dijo refiriéndose a mí- no le aguantarías lo que las otras, de que contigo tendría que caminar derecho y seguramente y con razón no se siente capaz.

María Inés: Entonces no es amor de verdad. Juan: no, no María tu estas juzgando las cosas desde tu perspectiva, desde tu forma de vivir y sentir… y no es absoluta, es decir lo es para ti y para muchas mujeres, pero no para alguien como Tzuri… María Inés: pues no te entiendo y no estoy de acuerdo contigo. Paola: la verdad yo tampoco –intervine más tranquila, con el mismo dolor alojado en el pecho, pero desenado darle una salida al comportamiento de Tzuri. Juan: tratare de explicarme… Ustedes dos son mujeres muy bellas, hermosísimas y seguramente están acostumbradas a ser centro de atención, atraer miradas y galanteos de ambos sexos, ¿cierto?- ambas asentimos- pero dudo mucho que todos estos sean desmesurados, directos, que se les entreguen y se les pongan en bandeja, digo habrá alguna ocasión en que haya sido así, no lo dudo, pero ocasionalmente – volvimos a asentir- en mi caso y el muchos otros hombres que no somos mal parecidos, … mmm hablare en mi caso particular.. Si bien se que llamo la atención de las mujeres, nunca me he sentido asediado, alguna ocasión me ha pasado que se me han lanzado directamente, pero vuelvo a lo mismo esto ha sido ocasional. María Inés: a dónde vas con todo esto – con el entrecejo fruncido. Juan: perate tantito que llego al punto… bueno decía que para la gran mayoría de los humanos hombres o mujeres, inclusive los bellos físicamente, no es el común denominador que el sexo que te atrae te asedie, se te ofrezca con facilidad… pero hay personas especiales, que tienen un "no sé qué", que emanan algo que atraen, que son como miel para las abejas… Tzuri es así, tiene algo desde siempre, desde que era una niña algo en ella era especialmente atrayente para todos y cuando se fue haciendo mujer y definió su gusto por las mujeres, estas se le ofrecían por montones, la seguían, la asediaban; de chavita incluso tuvo novias, digo a las que les dio ese lugar, pero con el tiempo fue modificando esa conducta, por que las mujeres se le ofrecían fácilmente y es muy difícil no sucumbir ante esa tentación. Si ya sé que ustedes dirán lo contrario, porque es muy difícil comprender una situación en la que no se está y porque son mujeres. María Inés: pues claro que eso no la justifica… además ¿Qué quieres decir con eso de que somos mujeres?- con expresión realmente ofendida. Juan: no te enojes güera, yo no la estoy justificando, simplemente trato de comprender lo que siente mi amiga y respondiendo a tu pregunta… sin generalizar porque hay excepciones claro, las mujeres y los hombres sienten y actúan de manera muy distinta… los hombres son mas… como decirlo… carnales, piensan en sexo de una manera más cruda, menos romántica, no todos, habrá su excepciones como ya dije pero la mayoría de los hombres fantasean con el hecho de ser centro de atracción sexual para el sexo que les atrae, heterosexuales u homosexuales quisiéramos provocar en el sexo que nos interesa el deseo y atracción que provoca Lobo.

María Inés: es decir que si a ti se te ofrecieran un montón de mujeres como le pasa a Tzuri tú también caerías en la tentación. Juan: no es eso lo que quise decir, porque como nunca he estado en esa situación no sabría qué hacer, es decir, sí se me han lanzado chavas, pero no como a Tzuri, lo que quise decir es que si me pasara algo como lo que le ocurre a ella no sé si resistiría la tentación, la única diferencia entre tú y yo es que yo lo reconozco amor tu no y no por qué no quieras, está en tu naturaleza rechazar la idea de plano, pero si estuvieras en la situación de que un hombre tipo Brad Pitt o el tipo este que te fascina Christian Bale o la otra chava que también te súper gusta Scarlett Johansson, se te acercaran y se te lanzaran, dime sinceramente ¿les vas a decir que no?. María Inés. Bueno ya entendí el punto… aunque sigo sin estar de acuerdo. Paola: yo también lo comprendí, pero no me vale, me deja en el mismo sitio… yo quiero pediros a los dos un gran favor, nunca le digáis a Tzuri que no subí al avión y que le he visto con esa mujer, nunca le digáis lo que os he dicho esta noche, por favor no le reprochéis ni la interroguéis sobre nosotras… yo sabía desde el principio que las cosas terminarían así y no me arrepiento de lo vivido, ahora usare todas las fuerzas que posea para sacarme de dentro este sentimiento. Estoy otra vez en este sitio donde estuve entre sus brazos por última vez, ahora con la plena conciencia de que esa fue la despedida, no imagine que un ser humano fuese capaz de derramar tantas lágrimas pero estas no cesan, Juan me abraza con ternura me pide que le dé una oportunidad a su amiga, me asegura que ella va a ir a buscarme y que espera que cuando eso suceda me dé la oportunidad de escucharle, no digo nada, le hago una mueca que intenta ser una sonrisa, me abrazo a Inés, esta chica que en unas semanas se ha convertido en una gran amiga, no me dice nada, excepto que cuento con ella incondicionalmente y que espera que sigamos en contacto, le digo que siempre estaremos en contacto y que le espero en Madrid, les recuerdo la promesa de no decir a nadie lo que ha ocurrido. Los abrazo de nuevo a ambos por última vez. El avión emprende el vuelo, hecho un último vistazo por la ventanilla, mi llanto se intensifica al saber que me estoy alejando de ella, mi corazón se encoge, traicionero a su propio dolor todo mi cuerpo empieza a extrañarla… recuerdo haberle dicho alguna vez a una amiga que lloraba amargamente por un amor, que debía guardar esas lagrimas para cuando muriera un ser querido… siempre tan analítica Paola… ¿Por qué lloras de este modo?... es que me he muerto, me morí…. TZURI Marce la deje ir… la deje ir sin decirle que la quiero… y siento que me estoy volviendo loca… no hago si no pensarla… repaso una y otra vez en mi mente cada momento que vivimos juntas… anhelo mirarme en esos ojos… tiene unos ojos bellísimos… te lo dije ya, grandes, con pestañas de aguacero, tristones y de un azul turquesa intenso, has de cuenta las aguas de Cancún… Marce la quiero, de verdad la quiero… ni supe como… cuando me di cuenta ya la quería… pero aun así la deje ir

sin decirle… sin hacer el intento de plantearle una relación y es que tú me conoces, tu sabes cómo soy, ¿tu crees que la gente puede cambiar?, amiga ¿tú crees que yo puedo cambiar? ¡Despierta Marcela! te necesito seso hueco… necesito que me abraces y me digas que no soy mala, que si puedo estar con ella sin hacerle daño, que tengo derecho a intentarlo… estoy llorando por una mujer y tú te lo estás perdiendo mensa... despierta amigui.

Cuantas semanas han pasado ya perdí la cuenta, ¿semanas? Han sido meses, vivo entre las labores de la hacienda y esta cantina, es irónico, me negué a detenerla o a seguirla por mi temor a perder mi libertad, a perder la vida que llevaba y desde que ella se fue mi libertad me sirve para una fregada y no tengo vida… me refugio en el tequila y las canciones que me ayudan a sufrir más… quiero que me duela… merezco que me duela… "estoy en el rincón de una cantina oyendo una canción que yo pedí, me están sirviendo "orita" mi tequila, ya va mi pensamiento rumbo a ti" Juan: Lobo que feo cantas wey jajajaja. Tzuri: "quiubo" Pantera ¿Qué haces aquí no deberías estar en Saltillo? Juan: Lobo ya viste que fecha es… ¿Qué no vas a participar en las fiestas? Tzuri: no… no Panterita no estoy de ánimos… tomate un trago amigo y sí, yo canto muy feo, mejor canta tu que lo haces rete bonito. Juan: pinche lobo ya estás bien ebria. Tzuri: si ando medio peda ya… canta conmigo… "quisiera detener en ti la vida, quisiera revivir aquel pasado, volver a ser el dueño de tus ojos, quedarme entre tu amor aprisionada, me están sirviendo ya la del estribo, "orita" ya no sé si tengo fe, "orita" solamente ya les pido que toquen otra vez la que se fue, yo lo que quiero es que vuelva que vuelva conmigo la que se fué"… ves amigo así acompañada me oigo más bonito. Juan: dirás menos "pior" jajajajaja… ¿en qué viniste Lobo? no vi tu coche afuera, ni la pick up, ¿te viniste a caballo piche loca? Tzuri: no, me trajo Silverio... ¡hey! Anselmo échate otra botella, vas a tomar conmigo verdad panterita. Juan: ta bueno Lobo… vamos a ponernos hasta las chanclas… pero mañana cuando estés sobria, con todo y cruda vamos a hablar tú y yo muy seriamente. Por lo menos esta vez no estoy sola, aquí está mi amigo, mi mejor amigo, mi hermano tomando conmigo, por lo menos esta vez no voy a chillar sola, porque lloro por ti Paola, pienso en ti, me ahogo en tequila y luego chillo por ti, siempre sola…

pero ahora está aquí panterita conmigo… y ya no me importa que se dé cuenta de que estoy que me lleva la fregada por ti. Tzuri: Anselmo ¡otra botella! Juan: Lobito no voy a poder manejar. Tzuri: no importa… Silverio viene por nosotros… heyyy muchachos tóquense que "te vaya bonito" – cántala conmigo bro, pa que suene fuerte, a ver si llega hasta España. "Ojala que te vaya bonito… ojala que se acaben tus penas, que te digan que yo ya no existo, que conozcas personas más buenas, que te den lo que no pude darte, aunque yo te haya dado de todo, nunca más volveré a molestarte te adore, te perdí ya ni modo, cuantas cosas quedaron prendidas hasta dentro del fondo de mi alama, cuantas luces dejaste encendidas yo no sé cómo voy apagarlas… ojala que mi amor no te duela y te olvides de mi para siempre, que se llenen de sangre tus venas y te vista la vida de suerte yo no sé si tu ausencia me mate, aunque tengo mi pecho de acero, pero nadie me llame cobarde, sin saber hasta dónde la quiero, cuantas cosas quedaron prendidas hasta dentro del fondo de mi alma, cuantas luces dejaste encendidas yo no sé cómo voy apagarlas… ojala que te vaya bonito" Mis lágrimas empezaron a correr silenciosas en cuanto iniciaron los primeros acordes de esta canción, las imágenes de los días en Vallarta me laceraban el alma, no pude cantar, Pantera solo me miraba comprensivo, me dejo llorar sin decir palabra, acompañando mi llanto solo con un choque de nuestros caballitos, me acompaño bebiendo conmigo, entendiendo mi necesidad de ahogar este dolor en mi pecho en tequila y canciones rancheras todas y cada una de las que en lugar de apaciguarlo le echaban mas sal a la herida… tequila y limón y por tu maldito amor … "el día que te encontré me enamore… por tu maldito amor no puedo terminar con tantas penas quisiera reventarme hasta la venas, por tu maldito amor no logro acomodar mis sentimientos y el alma se me sigue consumiendo"… las llaves de mi alma "aquí tienes las llaves de mi alma, puedes entrar a la hora que tú quieras para que veas si hay alguien en el mundo que pueda darte lo que yo quisiera, ya he tratado de sacarte de mi vida, yo no puedo quererte limpiamente, pero que quieres que haga vida mía si el corazón no ve tan solo siente, tu boca, tus ojos y tu pelo los llevo en mi mente noche y día…de qué manera te olvido "de qué manera te olvido, de qué manera yo entierro este cariño maldito que a diario atormenta a mi corazón, si te miro en cualquier gente"… paloma querida "me encontraste en un negro camino, como un peregrino sin rumbo y sin fe y la luz de tus ojos divinos cambiaron mis penas por dicha y placer desde entonces yo siento quererte con todas las fuerzas que el alma me da, desde entonces paloma querida mi pecho ha cambiado por un palomar", amanecí en tus brazos "amanecí otra vez entre tus brazos y desperté llorando de alegría, me cobije la cara con tus manos, para seguirte amando, todavía, te despertaste tu casi dormida y me querías decir no se qué cosa, pero calle tu boca con mis besos y así pasaron muchas, muchas horas"

Este sentimiento que se me desbordaba en el pecho me hacia escuchar en cada canción una parte de mi para ti Paola… ya no siento que te quiero, ya sé que no te quiero…ya sé que estoy perdidamente enamorada de ti, ya no importa ninguna otra mujer, porque ninguna es tú. Entramos a mi casa, Juan me sentó en el sillón individual en el que me desparrame no tenia control de ninguna parte de mi cuerpo y él se acomodo en la mesa de centro frente a mí, estaba mucho menos ebrio que yo. Tzuri: la perdí Juan… la perdí… Ricardo me dice que no la busque… que la deje en paz…que ella ya se olvido de lo que paso entre nosotras, no me quiere dar su número de teléfono, no me quiso dar ni un dato para localizarla y ella tampoco ha hecho por comunicarse conmigo. Juan: Lobo mañana cuando estés sobria hablamos, necesito que me repitas lo que estás diciendo pero sobria. Tzuri: ¿Por qué? No me crees que me enamore de ella. Juan: no solo te lo creo; lo sé… pero te conozco y no sé si buena y sana vas a admitir lo que me estás diciendo borracha. Tzuri: en serio Pantera… adoro a esa mujer, la adoro, la idolatro, la amo. Juan: me lo dices mañana ¿va? Tzuri: te lo digo mañana, pasado y el resto de mi vida… me rindo pantera… me rindo, me cazaron y ni cuenta me di… y estoy que me parto en dos… siento que me muero sin ella… y ya ni sé qué hacer. En eso mi abuelo entro y me miro como nunca lo había hecho, sus ojos denotaban tristeza, desilusión con todo lo borracha que estaba, eso termino de partirme. Abuelo: Juan me dejas solo con mi nieta por favor. Juan: claro que si Don Alberto… Lobo tenemos una plática pendiente. Juan se fue y mi abuelo se sentó en el sillón de un costado, no me miraba, su expresión era adusta, estuvo en silencio unos minutos y cuando vio mi intención de hablar con un ademán me hizo callar. Abuelo: nunca me he sentido avergonzado de un miembro de esta familia y no tienes idea hija de cómo me duele que tu, mi favorita entre todos, mi preferida, mi orgullo más grande seas la primera en provocar este sentimiento. No digas nada -me calló al notar mi intención de interrumpirlo- no vine a que me dieras explicaciones vine a que me escucharas… desde antes de nacer mostraste coraje, valentía, tu madre tuvo un embarazo muy difícil casi se la paso en reposo hasta que decidiste que era hora de venir al mundo, le dieron pocas esperanzas de que se lograra, pero tu decidiste nacer, te aferraste a hacerlo y una vez aquí te agarraste a la vida a pesar de los pronósticos y

a pesar de los presagios de una niña enfermiza y delicada fuiste lo contrario, fuerte y aguerrida, nadando siempre contra corriente, la primera vez que viste un caballo éste reparó y de inicio te asusto, pero en lugar de amedrentarte te forzaste a acercarte y lo acariciaste, decidiste que querías montarlo y no hubo poder humano que lo impidiera y te convertiste en una de las mejores jinetes que yo haya conocido en mi larga vida; decidiste vivir abiertamente como homosexual en una de las sociedades más homofóbicas, en uno de los pueblos más tradicionalistas, en el seno de una de las familias más antiguas y conservadoras, te impusiste… se trataba de tu vida y la defendiste con uñas y dientes… ¿y qué haces cuando te encuentras lo más importante de la vida? ¿Cómo reaccionas cuando se te presenta la oportunidad de vivir el más pleno de los sentimientos? ¡Te niegas a vivirlo! ¿Y por qué? … porque preferiste por primera vez en tu vida tomar el camino más fácil, el mas cómodo y cuando te vienes a dar cuenta del error que cometiste ¿Qué haces? … lo que todo macho y charro mexicano… llorar ahogada de borracha cantando tu penas… pues te voy a decir una cosa hija… tu ni eres macho ni eres charro y si sigues así para mí lo único que eres es una cobarde… ¡no!- paro de nuevo mis palabras- ya te dije que no vine aquí a escucharte no hay nada que me puedas decir que cambie lo que siento en estos momentos… las palabras se las lleva el viento, los hechos son los que valen, me siento profundamente defraudado por ver cómo te negaste a vivir el amor, ese sentimiento que mueve al mundo ¿y para qué? para seguirte sintiendo adorada por las mujeres, teniéndolas de a montones pero ninguna, esa mijita es una vida muy vacía. Salió dejándome con un desasosiego clavado en mi alma, nadie me había hablado así y que lo hubiera hecho mi viejo me caló hasta los huesos, me lanzo la verdad a la cara, soy una cobarde, como pude llegué a mi recamara, me tire sobre la cama y pensé, pensé en las palabras de mi abuelo, en lo estúpida que he sido, en las malas decisiones que he tomado… pensé en ti Paola hasta que me quede dormida. La luz del día me golpea el rostro despertándome abruptamente, el brillo del sol me pega en los ojos por lo que me llevo una mano a la frente tratando de menguarlo, adormilada todavía no reacciono del todo a la silueta que se empieza a dibujar al pie de mi cama, hasta que el sonido que emana de ella termina por despertarme del todo. Juan: Lobo párate, necesitamos hablar, ponte decente, te espero en el comedor te traje de desayunar – entonces sentí mi cabeza a punto de estallar y el profundo malestar estomacal. Tzuri: ¡Ayy Diosito si borracha te ofendí en la cruda me sales debiendo! Juan: ten con esto se te pasara un poco – me dijo extendiéndome el vaso tradicional de contenido burbujeante que ingerí con avidez. Tzuri: Pantera corre las cortinas, esa luz me está matando. Juan: ya levántate vamos a almorzar juntos, traje todo lo necesario para que estés lista "pa" la que sigue – bromeó.

Me puse una camiseta, unos jeans y salí al comedor, me senté frente a un gran plato de humeante "menudo", el aroma en si ya me significo alivio, antes de comer me bebí la botella de agua que mi conocedor amigo me coloco a un costado del plato que empecé a saborear. Juan: ¿cómo te fue con don Alberto anoche? Tzuri: de la chingada… pase de sentirme chancla, a suela de huarache… Juan: ¿recuerdas todo lo que me dijiste? Tzuri:... dije muchas cosas… a que te refieres –no sé donde me salía lo mula sintiéndome como me sentía. Juan: Ya sabía yo… Tzuri: ¿Qué sabias pantera? – le revolví el cabello a manera de mimo. Juan: que buena y sana ibas a volver a las mismas. Tzuri: pues no me dices a que te refieres… dije muchas cosas… y tu también, no olvido que dijiste que canto muy feo… ves como si me acuerdo. Juan: es que en serio cantas feo…no feo no. Horrible, eso sí valiente si eres, por que mira que atreverte a aullar de ese modo en público y a todo pulmón – le avente la mitad de un limón. Tzuri: ¡pinche viejo gacho! … Juan: ¿te vas a seguir haciendo la loca? porque si así va a ser, yo también puedo seguir quedándome callado y no decirte algunas cosas que se que te interesan. Su expresión entre divertida y sería me hizo dudar en si solo estaba muleando o si verdaderamente sabría algo que me sirviera… recordé lo que le saque casi por la fuerza a Paola… Juan tiene una relación con María Inés… ellas se volvieron uña y mugre aquí, no era difícil que siguieran en contacto… me decidí a dejar de jugar a la enigmática y solté por fin. Tzuri: mmmm quieres que te repita hoy que estoy enamorada hasta los huesos de Paola, que me muero por verla… que la extraño, que la quiero conmigo y que me estoy matando a mi misma por la estupidez que hice al dejarla ir sin decirle lo que siento, por ni siquiera intentar definir una relación con ella. El puso una cara de verdadera sorpresa, creo que de verdad no pensó que lo admitiera. Juan: si Lobo a eso me refiero…. una pregunta más ¿me lo estás diciendo solo por la tentación de enterarte de qué es lo que sé?

Tzuri: no, te lo estoy diciendo por lo mismo que te dije ayer, lo repito hoy y te lo repetiré mañana y seguramente lo repetiré hasta que me muera, ya no me importa Pantera, nada de las cosas que me impedían admitir mis sentimientos hacia esa mujer me importan ya. Juan: Lobo las cosas con Paola tendrían que ser muy derechas… no es mujer que te aguante "el tu pa mi y yo pa todas". Tzuri: Yo lo sé… uno de mi temores era ese… que sé que con ella las cosas tendrían que ser diferentes y yo pensé que no podría dejar de ser como soy… serle fiel, pero desde que ella se fue no he estado con otra mujer, porque no quiero estar con nadie, no me dan ganas, no me he esforzando ni un poquito en rechazar a cualquier mujer… ninguna es ella Pantera, ¡la quiero a ella!. Juan: no seas mentirosa Lobo, no digas que no has estado con nadie, ¿y la chava con la que estuviste en tu depa el mismo día que Paola se iba? Tzuri: ahhh pero esa chava me cayó de sorpresa… no me dio tiempo de na…. Hey perame ¿tu como sabes eso? – Se atraganto con la comida y sus ojos se desorbitaron eso nadie lo sabe… es más si no lo mencionas ni siquiera lo recodaría. Juan: ehhh ¿no me lo dijiste tu? ejem…ejem. Tzuri: Yo no he podido decirte nada Pantera, desde que fui a dejar al aeropuerto de México a Paola, no nos hemos visto si no hasta ayer… explícame como sabes que ese mismo día una mujer estuvo en mi departamento. Juan pasó los dedos de ambas manos entre sus cabellos y puso expresión de haber cometido una terrible indiscreción… y de sentirse atrapado en algo. Tzuri: tu expresión me lo está diciendo todo, dime – dije con el corazón desbordándoseme por la incertidumbre. Juan: uffff… Lobo se que te vas a encabronar… y mucho… pero no me correspondía a mi decir nada… Tzuri: ¡habla ya por Dios! Juan: el día que ustedes viajaron para el DF… unas horas después María y yo también lo hicimos… ella y yo llevamos un rato de novios… - me empezó a faltar el aire- no teníamos mucho en su depa cuando sonó el Teléfono y cuando contesto le vi una expresión de desconcierto y de angustia a la vez… la que llamó fue Paola – en ese momento me estaba sintiendo fuera de mi, rogando porque lo que estaba a punto de escuchar no fuese cierto… no Dios mío que no sea cierto suplique mentalmenteno dijo mucho, solo le pidió a María que fuera por ella a una plaza ni siquiera sabía en donde estaba, alguien que la acompañaba, una señora le dio la dirección a María y salimos volados para allá… antes de salir yo le dije a María que debíamos avisarte

pero no me lo permitió, me dijo que si Paola hubiese querido que te enteraras te habría llamado a ti… Tzuri: ¡hay noooo por Dios es lo que estoy pensando! – Dije ya sin poder contenerme dando vueltas como una loca alrededor de la mesa -por favor Juan dímelo todo– le suplique. Juan: Paola estaba empapada, esa noche llovió a cantaros y sabrá cuanto camino, lloraba de manera incontrolable y apenas podía sostenerse en pie – me sostuve colocando ambas palmas sobre una de las paredes, con mi respiración completamente agitada con los ojos cerrados- no dijo nada ni aun cuando llegamos al departamento, la llevamos a una habitación y las deje solas, María salió un rato después y de inmediato te culpo a ti… me dijo que sea lo que fuera que le hubiera ocurrido, solo por ti Paola estaría todavía en México y en ese estado.. Mucho tiempo después Paola salió a la sala y nos conto lo que había sucedido… los muchachos al verla tan mal en la sala de espera la convencieron para que se quedara y tratara de darle una conclusión a lo de ustedes, nos dijo que no fue difícil tomar la decisión de quedarse, al parecer Ricardo le dio la llave de tu depa, y cuando llegó pensó que no estabas y decidió esperarte para darte la sorpresa, pero la sorpresa de la llevo ella, escucho ruidos en tu cuarto y al ir te vio con una mujer en una situación que no necesitaba de muchas explicaciones, no se atrevió a decir nada, salió de ahí y deambulo quien sabe por dónde y por cuánto tiempo. Mientras escuchaba hablar a Juan todo mi cuerpo perdía fuerzas resbalándome hasta caer sobre el suelo con mi cabeza metida entre las piernas, mi respiración agitada se empezó a intercalar con un llanto ahogado que se negaba a explotar provocándome un dolor agudo en el pecho, Juan hizo el intento de acercarse para darme consuelo pero no lo permití, en esos momentos estaba fuera de mi totalmente, odiándome, odiándome con una intensidad de la que no me creí capaz de odiar a nadie, maldiciéndome. Tzuri: ¡¡¡¡¡¡¡¡¡ahhhhhhhhhh!!!!!!!! – Solté un grito desgarrador, por que el dolor en mis adentros era tan grande que ni siquiera podía llorar -¡chiquita!, ¡mi barbie!, que te hice mi amor, ¡que te hice!…. ¡pendeja! ¡pendeja! ¡pendeja!... ¡Dios! Si le hubiera pasado algo ¡Dios mío! … si algo le hubiera pasado… ¿Qué pensó?, ¿Qué se imagino? Después de lo que vivimos los últimos días, después de que me dijo que me amaba… y verme con otra mujer el mismo día que se iba… Juan: uuuuhhmm – suspiro- te disculpó, de hecho se culpo a si misma por ponerse en esa situación, dijo que tu siempre fuiste honesta con ella y que ni odiarte podía… también nos hizo prometerle que nunca diríamos nada y … se fue segura de que tu no sentías nada por ella y decidida a olvidarte y no ver "pa’tras" nunca. Tzuri: pero eso no es así Juan yo la amo, la adoro… ella es mi vida… sin ella mi vida ya no tiene sentido… dime Juan ¿ya la perdí?, ¿ha hablado María Inés con ella? Juan: si ellas hablan seguido… pero le pidió a María que no le hablara de ti.

Tzuri: ¡la perdí! – Dije levantando los brazos- ¡la perdí!... la mujer de mi vida, la única de la que me enamore… y la perdí… Juan: Lobo… yo no creo que ella te haya olvidado… es mas creo que va a ser muy dificil que pueda hacerlo … pero de eso a que vuelva a tener algo contigo hay mucho trecho… es que no mames Lobo… ya ni la chingas… ¿ni dos horas que te habías despedido de ella y ya tenias una vieja en la cama? Tzuri: ¡jum! ¿sabes qué es lo irónico de toda esta situación? … no paso nada con esa mujer… estuve a punto… pero me detuve… no pude estar con ella porque tenía a Paola en mi mente y todo mi ser la quería a ella y a nadie más… esa mujer se fue y yo me quede llorando toda la noche, perdida entre lo que sentía y lo que he sido, lo que hasta ese momento había sido. Juan: ¿pero tú crees que por ella puedes dejar tu vida?, ¿que vas a ser capaz de serle fiel?, ¿que no vas a caer en la constante tentación de las mujeres que buscan algo contigo? Tzuri: ella es mi vida… soy de ella, le pertenezco… no le puedo ser infiel ni aunque no la tenga conmigo, no puedo estar con nadie, no quiero… pantera o es ella o ninguna. Juan: entonces Lobo, saca la casta wey… ve por ella… y ni modo te va a tocar luchar como gata panza arriba, pedir perdón, arrodillarte y lo que sea necesario. Tzuri: Si, si Juan como gata panza arriba si es necesario con uñas y dientes pero no la puedo perder, si la pierdo me muero… me voy, me voy a España ahoritita mismo. Juan: ¿ahoritita mismo? Tzuri: si… ahorita…. Carajos ojala que me pudiera ir ya mismo, pero tengo que resolver muchísimas cosas antes porque me voy definitivamente, me voy a vivir a Madrid Pantera. No hay nada más importante para mí que ella, no hay nada que ame más. PAOLA Ni el tiempo, ni el dolor, ni el hecho de que ni siquiera me ha buscado han podido menguar este sentimiento que a pesar de todo es lo único que le da vida a este cuerpo, desde mi llegada han cambiado tantas cosas: México me empujo a desear ser libre en todos los aspectos de mi vida, me hizo fuerte, capaz de enfrentar lo que sea y por fin he salido del armario, mis padres no se lo han tomado muy bien como era de esperarse, con mi madre fue peor, eso se volvió una guerra de insultos y presiones diarias, de amenazas desde que me voy a ir directo al infierno hasta que me quedare sin madre; mi Papá lo ha ido asimilando mejor, a él solo le preocupa lo que los demás piensen y me suplica discreción; acabé por marcharme de casa para evitar disgustos y presiones, ahora comparto un piso con Pilar, amiga desde hace muchos años que esta chaladisima pero es más buena que el pan; a Mariana se le presentó una oportunidad

muy buena, ganó una beca y se ha marchado a estudiar a Suiza y la distancia hizo lo suyo terminando por dar al traste con su relación, ¿por qué no me pasa a mi igual? ¿porque la distancia no mengua siquiera un poquito lo que siento?, me he quedado sin lazo con mi amor y no es que Ricardo me la mencionara mucho, aunque nunca les dije exactamente lo que pasó quedo claro para él que su hermana no sentía nada por mí, pero aun así él era un vinculo que aunque me odio por sentirlo así, me quedaba con ella. A Dios gracias tengo muchas cosas en que ocupar mi mente, estoy trabajando de medio tiempo en un laboratorio, mi independencia me ha costado renunciar a ciertos privilegios, entre el trabajo y la escuela tengo poco tiempo, de vez en cuando me voy con las chicas de marcha, mas forzada por Pilar y el resto que por qué me apetezca ¿y de chicas? han surgido algunas posibilidades pero por desgracia nadie me interesa, nadie me gusta, nadie es ella, aunque he conocido a una mujer unos tres años mayor que yo en el laboratorio, después de algunas salidas a almorzar en plan de compañeras me ha hecho saber directamente que tiene pretensiones conmigo, es agradable no puedo negarlo y guapísima, por lo menos eso dicen mis amigas, de verdad que eso de que el amor te vuelve ciega, sorda y bruta es tan cierto… ninguna otra mujer para mi es guapa, atractiva o deseable, ninguna me podría tocar como ella, ninguna tiene sus ojos… soy masoquista, me lo dice todo mundo y sé que es verdad, porque me muero por saber que ha sido de ella pero desde la primera vez que hable con Inés le pedí que no me la mencionara, decidida a olvidar como llegué eso era lo más razonable, pero la verdad es que ahora la razón para no atreverme a preguntar es mas por temor a la respuesta teniendo la certeza de cuál será … joder Paola… pues que va a ser de su vida… está feliz, en esas tierras que ama, con su familia y rodeada de mujeres… no piensa en ti, seguro ya ni te recuerda. Sin embargo yo estoy aquí pensando en ella y escuchando esa canción que oí la primera vez que hicimos el amor, no es que no haya hecho el intento de olvidarla, de sacármela de dentro… he puesto mucha energía en eso, pero no puedo, como dice esta canción no me alcanzan las fuerzas del alma. Pilar: Otra vez la misma canción, tía… pero que cansancio contigo – estaba llegando de improviso. Paola: pues nada… que soy masoquista, ¿no es lo que me repites hasta el cansancio? Pilar: oye mujer… que a mí también me han pillado muchas veces, pero lo tuyo no parece amor, es más bien una enfermedad crónica, tía que deberías darle la vuelta a esa hoja ya joder… Paola: ojala pudiese Pilar, ojala fuese así de sencillo como solo tomar la decisión. Pilar: es que de veras que no entiendo que te ha dado la mexicana para que sigas así… Paola: si la conocieras lo entenderías… uhhhmm se que tengo que olvidarla y seguir con mi vida pero no sé cómo hacer… incluso he llegado a plantearme la posibilidad de una relación con Silvia, pero…

Pilar: ni de coña… no hagas eso a menos que de verdad sientas que quieres estar con ella, que por lo menos te gusta, porque si lo haces solo para ver qué sucede terminarías por lastimar a la chica y enredada en una situación muy desagradable, atrapada quizá por el agradecimiento o por cualquier otro motivo que nada tenga que ver con deseo o amor. Paola: pero tú crees que Silvia sea tan mala opción. Pilar: esta buena, atractiva, le va bien en el plano profesional, tiene todo lo que cualquier mujer que le gusten las chicas desearía, pero tu Paola no dejas de pensar en otra y Silvia está demasiado colgadita por ti, se desvive en atenciones contigo, si inicias algo con ella en estas condiciones seguro que no funciona y conociéndote eres capaz de quedarte en una relación sin sentimiento alguno por tu parte solo porque la tía se porta bien contigo. Paola: pero bueno, tu ya te hiciste toda una historia, que solo fue una pregunta. Pilar: venga ya, entonces déjate de chorradas y vamos al garito que ya nos esperan. Paola: que no me apetece tía, anda tu… y discúlpame con las chicas. Pilar: mujer que te vas a quedar ahí hasta que te salgan telarañas… una cosa es que te diga que no te enrolles con Silvia y otra que te quedes tejiendo la mortaja, venga que quien quita y camelas algo, pasas un buen rato y luego te regresas a que ese tío te cante de nuevo la misma canción. Paola: de verdad tía que estoy cansada. Pilar: no me jodas Paola… que pareces una anciana… y esta vez no te estoy preguntando… ala que nos vamos. Paola: ¿esta vez? –puse cara de siempre es lo mismo. Pilar: pues ésta y las que hagan falta. No me ha quedado más remedio, que a Pilar no se le podía decir que no, no sé cómo no se cansa de mí, siempre es la misma escena, yo diciendo que no, ella tratando de convencerme y al final no me da opción. Abrí mi armario buscando que ponerme, pasando de todo lo que veía casi automáticamente sentí en mis manos la suavidad de un vestido de tirantes de seda azul cielo, en segundos mi mente se anego de sensaciones que viví la última vez que use ese vestido, me llene de ella, de sus caricias, su piel y la mía como si fuesen una sola, avente la prenda refundiéndola lo más que pude, odiándome por ser tan gilipollas, aquí babeándome por la señorita y ella comiéndose a saber a quién a estas horas… bueno a esta hora en México están comiendo… jajajaja Paola estas chalada. Acabé de vestirme y salimos rumbo al garito de costumbre a encontrarnos con Teresa y Ana.

Paola: no me jodas Pilar, pero como me hacéis esto – dije al ver que las chicas estaban acompañadas por Silvia. Pilar: no mujer que en esto yo no he tenido nada que ver, te lo juro, pero tampoco es para que te cabrees así, hombre ni que la chica fuera un adefesio insoportable. Paola: es que no estoy de ánimos de aguantarme galanteos, déjame volverme al piso anda. Pilar: que no, que te quedas – me tomo del brazo prácticamente empujándome hacia la mesa. Estoy muy consciente de mi estupidez pero no podía evitarla, Silvia me agradaba, es muy maja y debo reconocer que no fue hasta que me ha dicho sus intenciones para conmigo que su compañía me empezó a resultar desagradable… no, desagradable no es la palabra, me incomoda… me hace sentir mal… como si estuviera siendo infiel… si, si lo sé soy una imbécil, pero que le voy hacer si así me siento, además no quería que la chica pensara que tenía alguna posibilidad conmigo y aunque desde el principio se lo dejé muy claro ésta parecía no darse por enterada, no le he dicho nada sobre mis sentimientos por otra persona ni lo vivido en mis últimas vacaciones, dudo que no lo sepa porque mis queridas amigas son lo suficientemente cotillas para haberla enterado ya, llegamos a la mesa y nos saludamos, las chicas se hicieron a un lado y quede como seguramente lo tenían planeado a un lado de Silvia. Silvia: ¿qué vais a tomar? –preguntó. Pilar: yo una cerveza obscura. Paola: un tequila solo para mí por favor, ah y me trae limón -le dije al chico que estaba en espera de nosotras. Silvia: no imaginé que bebieras fuerte. Paola: pues ya ves. Silvia: estas hermosa esta noche. Paola: gracias – dije cortante. Silvia: dime porque te molesta tanto mi presencia... Antes de que me sincerara eras diferente conmigo. Paola: perdona, es que no sé cómo reaccionar, lo siento pero quiero que comprendas que no hay posibilidad de que entre nosotras pase algo. Silvia: pero ¿por qué tan tajante? podrías esperar al menos a que me hayas dado la oportunidad de conocerme en este plan ¿no?

Paola: ¿sabes? es que no he sido del todo sincera contigo… yo estoy enamorada de otra persona, muy enamorada. Silvia: ¿pero es que tu estas con alguien? – su expresión fue de sorpresa y de disgusto, ahora va resultar que no le han contando nada. Paola: no, no estoy con ella… pero le amo y es un sentimiento muy fuerte y no se me pasara… al menos en un muy buen tiempo. Silvia: ¿has estado antes con ella? Paola: es complicado explicarlo… hay mucha distancia entre nosotras. Silvia: me perdí ¿distancia? ¿distancia física, emocional, a que te refieres? Paola: … -suspire- las dos… nos separa el atlántico y sentimos diferente. Silvia: Paola dame la oportunidad de conocerme como mujer… déjame sacarte de dentro ese sentimiento que por lo que dices no va para ningún lado… no te pido una relación… solo una oportunidad de tratarnos, de ganarme poco a poco tu interés. Le mire indecisa… no quería complicarme más la vida… Paola: no estoy preparada para darme una oportunidad con nadie… además no te quiero lastimar… te puedo ofrecer mi amistad… solo eso por el momento. Silvia: aunque no me mola… con eso me vale por el momento. El resto de la noche fue agradable, Silvia cambió su actitud de conquista por una personalidad agradable y simpática, eso me relajó. Los días han seguido su curso, mis sentimientos hacia Tzuri por fin parecen haberse dormido, sé que no la he olvidado, que lo que siento sigue ahí dentro de mí, pero esta anestesiado… para mí eso ya es mucha ganancia, estoy considerando darme una oportunidad con Silvia, ella no me ha vuelto a pedir nada… pero yo cada vez me siento mas cómoda con su compañía, incluso a veces la extraño y si lo vuelve a hacer seguramente no le diré que no. Mientras me miro al espejo preparándome para salir pienso cuantos meses han pasado… muchos, pasaron las fiestas navideñas, ya es otro año y sigo enamorada de un espejismo, de una mujer que es única, especial, atrayente y peligrosa, una que me llevo a la gloria y después al infierno, no he tenido contacto con Inés durante un buen rato la última vez que hablamos me ha dicho que viajaría durante todas las festividades con su familia a china y la india, y esa vez tampoco pregunte por Tzuri. Este año termino la universidad y se definen un montón de cosas en mi vida… debo confesar que Silvia cada vez me agrada mas, no sé si alguna vez llegare a quererle, pero me proporciona paz y tranquilidad, sigue sin decirme nada pero presiento que lo hará mañana, me ha invitado a cenar a un lugar especial y solo iremos nosotras, estoy decidida a darme la oportunidad de una relación con ella, estoy decidida a por fin dar

por terminado aquel capitulo de mi vida así sea solo en la práctica, porque el corazón no obedece a mi mente, dejó de ser mío y le pertenece para siempre a ella. Es un día especial, diferente, por lo menos así lo siento desde que he abierto los ojos con el presentimiento de que este día marcara el rumbo de mi vida, creo que estoy feliz por primera vez en mucho tiempo, sin saber a ciencia cierta el porqué, sin darle muchas vueltas se lo adjudico a la posibilidad de que esta noche se defina una relación con Silvia, es verdad que no siento amor por ella, pero me cae bien y su compañía me resulta por demás agradable, también es cierto que este corazón solo late por mi mexicana de ojos negros, pero he resucitado, tengo que seguir con mi vida y he decidido dejarla ir, o por lo menos morir esta vez en el intento, me siento tan bien que busco en mi armario algo especial para ponerme… recuerdo las palabras que un día me dijo mi Pepe Grillo y escojo un jersey azul y pantalones que van a tono, dejo mi cabello suelto y como siempre maquillaje natural, he quedado con las chicas para vernos en un mesón que es exclusivo para chicas, es un lugar que nos gusta desde siempre, me funcionara tomarme algo antes de mi cita con Silvia. Teresa. Joderrrr tía que te has vestido para matar, te va bien ese color – reí para mis adentros. Ana: de verdad te ves preciosa Pao. Paola: se les agradece. Pilar: en serio te ves guapísima, ¿sigues decidida a intentarlo con Silvia? -antes de que responda Teresa interviene. Teresa: por Dios Pilar que nos ha costado un ovario a cada una que por fin se anime… no vayas tu a meter tu cuchara, -Pilar seguía sin convencerse de que era una buena idea lo de Silvia. Paola: no pasa nada Tess, que nada ni nadie me hará cambiar de opinión. En eso vi como los ojos de Ana se desorbitaron tanto que parecerían salirse de sus cuencas. Ana: ¡jo…der! Pero qué es eso que está entrando por esa puerta… que acaso nos equivocamos de lugar y estamos en el Olimpo… porque eso no es una mujer… eso es una deidad. Teresa y Pilar apuntaron su mirada hacia donde la tenía puesta Ana y pusieron la misma cara de tontas que esta última. Pilar: ¡jo! Pero es que esa sí que es una diosaaaa, esta que te mueres, esta que te la comes… pero que tía más buena. Teresa: pellízquenme a ver si no estoy soñando, eaaaa y está mirando hacia acá… no que me mueroooo. Mirad que ojazos tiene esa diosa.

Yo que me encontraba de espaldas a la puerta que es a donde miraban no tuve más remedio que volverme, al ver la expresión de mis amigas y la de las chicas que se encontraban en las mesas aledañas viendo en la misma dirección con cara de bobas, me entro verdadera curiosidad, entonces el mundo se abrió bajo mis pies, mil sensaciones diferentes se apoderaron de todo mi ser, toda yo trepidé como si un terremoto se estuviese gestando en mi interior, cuando unos ojos profundamente obscuros y enigmáticos se posaron directo sobre mí, mi corazón inicio un galope desbocado reconociendo a su dueña….

Cap.7 Referencias musicales: Deja que salga la luna, Pedro Infante; Cien años, Pedro Infante, Sabes una cosa, Luis Miguel; Cucurrucucu paloma, Lola Beltrán, Libro abierto, Roció Banquells; Perdón, Vicente Fernández; Cielo Rojo, Flor Silvestre. ¡Hay Jalisco hasta que te toco perder! TZURI Vísperas de Enero, he llegado apenas hace unos días, mi viaje se vio interrumpido por una buena noticia, Marce por fin reacciono, tocará que reciba terapia durante un buen tiempo porque todo coma deja secuelas pero gracias a Dios las de ella con paciencia y rehabilitación podrán revertirse, me he enterado apenas llegar que Ricardo ya no tiene relación con Mariana y que desconoce la nueva dirección de Paola que se marcho de su casa poco después de llegar de México, al parecer los padres de mi barbie son bastante especiales, están divorciados y según me dice no sabe que reacción tendrán si me les presento a preguntar por su hija ya que Paola a su regreso les revelo cosas que antes se tenía reservadas y tuvo problemas serios con ellos. María Inés se fue durante las fiestas a un viaje por China con su familia y de cualquier forma por lo que Juan me dijo, no creo que ella me quisiera dar información ya que dejé de ser santo de su devoción, así que le pedí a mi amigo que por lo menos no le comentara a su novia que vendría a buscar a Paola, me toca iniciar de cero, lo primero es encontrarla cosa no muy sencilla tomando en cuenta que esta Ciudad debe albergar varios millones de habitantes, mis padres me han recibido con verdadero entusiasmo, mi padre más por la empresa -no es que no le gane el cariño por su hija-, sé que me adora pero así es mi papá, demasiado entregado al trabajo y al negocio, responsable y serio nada que ver con mi tío Samuel que tiene un carácter mucho mas jovial y juguetón y mi madre porque hace rato no la hacía de Mamá consentidora conmigo y no puedo negar que es delicioso dejarse consentir un poco pero la desesperación empieza a consumirme al grado de que estoy casi decidida a contratar los servicios de algún profesional para que la localice, la guía telefónica no ha sido muy buena opción; no hay nadie con su nombre en ella y hay un montón de Carbajal Cazares, que es su segundo apellido según me acabo de enterar, estoy nerviosa y asustada de las condiciones en que la encuentre ¿y si ya está con alguien?

¿si de plano me olvido por completo? pero ni así me rendiré, la peleare hasta lo último. Fernando: hija esta será tu oficina, la tengo reservada para ti desde mediados del año pasado, no tiene mucha decoración porque creo que tu querrás ponerle tu toque, tu asistente será Carmen -extendió el brazo en dirección a una chica muy guapa morena de grandes ojos avellana que me sonrió con coquetería cuando mi padre me presento como su hija y le informó que a partir de ese momento sería mi asistente- es muy eficiente y sobre todo muy paciente y eso es lo que creo que tú necesitas. Tzuri: gracias papá, pero esta muchacha va a pensar que soy un ogro o una tarada -le extendí la mano acentuando el tono de cordialidad que marca limite, esta niña a la de ya me estaba coqueteando y no iba a comenzar con esas. Mi padre se despidió de mí y yo me dedique buena parte de la tarde a revisar papelería de exportaciones, aranceles y los más recientes boletines del CRT (Consejo Regulador de Tequila) para empezar a familiarizarme con mi función; así pasaron unos días en los que me vi inmersa en mi trabajo sin dejar de lado la búsqueda de Paola hasta que llego el sábado, toda la mañana estuve entre papeleos y reuniones de trabajo, cuando llegó la tarde sentí una necesidad apremiante de salir de allí y casi como autómata tome un taxi al que le di indicaciones de que me llevara a un mesón donde se pudiera comer y beber bien. Me dejó en una calle muy cerca de la plaza mayor en donde me dijo que estaban los mejores de la ciudad, le agradecí, baje del auto y camine con lentitud sobre esa calle cuando mis pies se detuvieron frente a un local de aspecto viejo pero bien cuidado, sin razón ni motivo mi corazón empezó a latir y un estremecimiento me recorrió todo el cuerpo, una vez dentro sin saber que hacer me quede a unos pasos de la puerta observando el lugar, las miradas de varías mujeres que estaban en el sitio se clavaron en mi y caí en cuenta de que se trataba de un lugar "les", busque con la mirada una mesa y en ese momento el tiempo se detuvo… mi cuerpo entero fue sacudido por fuertes espasmos…. ahí estaba… mi barbie… dándome la espalda, observe inmóvil esa cabellera que reconocería entre miles, lentamente la vi girarse y casi me desmayo cuando me vi observada por esos ojos que añoré tanto… mis pies parecían dos pesadas piedras, me sentía incapaz de moverme, le vi ponerse de pie, entonces le sonreí y me liberé del suelo, camine hacia ella llena de emoción, de ansiedad y también de un temor profundo.

PAOLA Mi cuerpo se convirtió un ente aparte de mi mente como siempre que se trataba de ella y me aferre al respaldo de la silla para ponerme de pie, juro que sentí que el suelo se movía bajo mis pies cuando le vi sonreír y acercarse lentamente.

Pilar: Pero que haces Paola – debí parecerles en ese momento una loca. Paola: es Tzuri –alcance a decir en un murmullo. Pilar, Ana y teresa, pegaron un grito al unisonó. ¡joooodeeer! Pilar: jooo mujer pues ahora casi, casi te comprendo… es que esa tía es impresión… Tzuri: hola Barbie – dijo con una voz aterciopelada, llena de dulzura. Paola: hoo hola - balbucee- ¿qué haces aquí? Tzuri: buscando un sitio donde comer y beber algo – me dijo tomándome de los hombros – ¿me regalarías un beso de bienvenida bonita? El mundo entero había desaparecido, nada de lo que creía unos segundos antes a su aparición fue verdadero, mi amor por ella despertó azotándome el alma con toda su fuerza… me acerque a ella y me deje abrazar con más profundidad hundiendo mi cara en su cuello, le bese la mejilla. Tzuri: gracias barbie… no sabes cómo te he… Silvia: hola perdón por interrumpir cariño, pero apenas tenemos tiempo para llegar – su voz evidentemente agitada, como si hubiese corrido me trajo infranqueablemente a la realidad, entonces vi la expresión indescifrable en los rostros de mis amigas, la cara de angustia de Silvia y de desconcierto en Tzuri. Paola: dame un momento Silvia -le respondí volviéndome hacia Tzuri- dime ¿te estás quedando en casa de tus padres? ¿cuánto tiempo estarás en Madrid? ¿te puedo llamar y quedamos después?, perdona es que ahora mismo tengo que irme –dije atropelladamente con los nervios comiéndome, deseaba tener el coraje suficiente para maltratarla y herirla como ella lo había hecho antes conmigo, o para mandar todo al averno y salir de ahí corriendo de su mano pero no me alcanza el valor para ninguna de las dos opciones. Tzuri: Estoy viviendo en Madrid desde hace unos días… - y ahí va mi corazón a salírseme del pecho y mis piernas a volverse fideos ¿se ha decidió a venir a vivir aquí?, joder Paola no empieces a alucinar…que no lo ha hecho por ti- por el momento si estoy en casa de mis padres en lo que consigo un departamento para independizarme y no hay otra cosa que desee más que verte y poder hablar… hay tantas cosas que te quiero decir. Silvia: pues perdón por presionaros –dijo ya con evidente tono de molestia- pero vamos a perder la reservación. Tzuri: no te incomodes por mí barbie… dame un número en donde me pueda comunicar contigo –¿noté un dejo de tristeza en esa mirada penetrante? noooo por favor Paola no empieces a imaginar cosas tía.

Paola: vale -le extendí una tarjeta de presentación del laboratorio y le anoté mis otros números– me ha gustado mucho verte –le dije torpemente. Estaba a punto de irme, todo mi cuerpo deseaba quedarse ahí con ella, sentí sus dedos sobre mi brazo halarme suavemente y me entregue de nuevo a sus brazos rodeándome, ella me soltó mirándome fijo a los ojos me dio un beso muy cerca de la boca y me susurro al oído. Tzuri: vine por ti barbie. Silvia me tomo del otro brazo sacándome de prisa de aquel lugar. Hicimos todo el trayecto en silencio, yo no podía articular palabra, mi mente se encontraba atestada de imágenes de lo vivido en México, de palabras y caricias de mi tormento de ojos negros, mi cuerpo atrapado por la infinidad de sensaciones que su sola presencia me producía y que se elevaban un universo con el simple tacto de su piel sobre la mía, el saberla aquí había puesto patas arriba mi mundo otra vez con una facilidad dolorosa y no sabía que pensar al respecto, lo único claro son mis sentimientos: esos que creí dormidos se me habían revelado cual volcán en erupción desde el momento en que me volví a perder en esa mirada obscura, cuando vi esa sonrisa dibujarse en esos labios que mi mente evocaba a veces con dolor y otras tantas, la mayoría, anhelando su suavidad, su humedad sobre los míos. Llegamos al restaurante demasiado pronto ya que estaba a unos pasos de donde se quedó mi corazón, mis pensamientos y mi alma, casi frente a la plaza mayor. Una vez sentadas una frente a la otra pude notar la expresión de Silvia… me vi reflejada en ella… sentí su sufrimiento y me sentí profundamente mal al saber que era la causante de él. Paola: es bellísimo este sitio –dije sin saber qué hacer para romper la tensión. Silvia: si… pensé mucho en el lugar para este momento y ninguno me parecía el indicado… deseaba que este momento fuera perfecto…. Paola yo quiero – coloco una mano sobre la mía Paola: Silvia… yo… - le interrumpí pero ella decidida a seguir no me dejo. Silvia: dame una oportunidad… permite que te muestre de lo que soy capaz por ti. Esta mañana estaba decidida a darle y darme una oportunidad, hace unos momentos dije que nada ni nadie me harían cambiar de opinión pero el solo verla, el saberla aquí… volver a sentirla han echado abajo todo despertando este amor con la furia de una fiera… ahora vuelvo a ser incapaz de ser tocada por otras manos que no sean las suyas, de que me besen otros labios… para bien o para mal ella ha venido a demostrarme que no solo mi corazón le pertenece… mi piel entera es solo de ella…sé que soy una imbécil pero no puedo ni quiero estar con Silvia ni con nadie.

Paola: lo lamento Silvia pero no puedo. Silvia: es por la chica que estaba contigo – su expresión cambio de repente- Paola estoy decidida a no perderte y no voy a permitir que lo que he avanzado contigo se venga abajo solo porque ese fantasma se apareció de nuevo en tu vida. Paola: pero de que estás hablando… Silvia: esa mujer con la que te he encontrado es Tzuri- mi cara debió expresar todo lo que me estaba pasando por la mente porque ella continuo diciendo- si… lo sé… Tess me lo ha contado… y ella misma me envió un texto hace un momento que no decía mucho, solo que lo nuestro estaba en peligro. Paola: ¿lo nuestro? perdona Silvia, ¿pero de que me perdí?... no hay lo nuestro –me sentí molesta, manipulada- entre nosotras solo ha existido una amistad y creo haber sido lo suficientemente clara contigo. Silvia: si has sido clara… ahora te pido que me digas honestamente si no es verdad que pensabas aceptarme antes que esa mexicana de mierda viniera a echar todo a perder. Yo estaba estupefacta…. Silvia había perdido completamente la compostura y yo estaba a un pelín de lo mismo. Paola: pero es que todo este tiempo me habéis manipulado. Todo este tiempo os habéis puesto de acuerdo con Teresa y Ana…- de pronto como si un rayo de luz me penetrara recordé mi complicidad con mi Pepe Grillo en mis días en México, recordé de lo que fui capaz de hacer por amor y volví a sentirme apenada con Silvia, suspire y le hable con mas clama- Silvia será mejor que nos calmemos, vale… tienes razón no voy a mentirte… la mujer con la que estaba cuando has llegado al mesón es de la que te hable antes sin darte muchos detalles, pero ahora lo hare porque creo que te mereces al menos una explicación… yo amo a Tzuri con todas las fuerzas de mi alma, entre nosotras pasaron cosas muy fuertes durante mi estancia en México y otras tantas quedaron inconclusas... hasta hace unas horas pensé que jamás le volvería a ver, igual que pensé que mis sentimientos hacia ella estaban dormidos… no te voy a mentir, nunca he dejado de amarla ni de pensar en ella pero sinceramente creí que podía darme una oportunidad contigo para seguir con mi vida y estaba dispuesta a ello… pero solo verla… solo saberla aquí… me enfrentó a la realidad de las cosas… no puedo estar contigo… ni con nadie más… no sintiendo lo que siento… lo peor que podría hacerte y hacerme a mi misma es estar contigo pensando en otra persona y mas conociendo lo que sientes por mi… eso me haría sentir muy baja… sucia… y no puedo… no está en mi. Silvia: perdóname… los celos y la desesperación han hablado por mí… antes me has dicho que de esa mujer no solo te separaba la distancia si no la diferencia de sentimientos… me diste a entender que no eres correspondida.

Paola: recuerdo con exactitud lo que te he dicho… y como te dije en aquel momento lo mío con Tzuri es… complicado… no puedo hablar de los sentimientos de ella – Paola sí que eres tonta… solo le basto decirte tres palabras bonitas y ya estas alucinado de nuevo- pero en todo caso Silvia aquí los que importan para dejar las cosas en claro contigo son los míos. Silvia: ¿te vas a quedar eternamente esperando por ella?, ¿vas a continuar negándote a vivir. Paola: no voy a responderte eso… porque no tengo respuesta, pero tengo muy claro que no puedo ni quiero hacerte daño. Silvia: eso déjamelo a mí, mi amor… dame una oportunidad real de conquistarte… déjame entrar verdaderamente en tu vida. Le tome por ambas manos mirándole a los ojos directamente, buscando las palabras exactas… deseando lastimarla lo menos posible. Paola: no sería correcto hacer lo que me pides… ni para ti… ni para mí… si intentamos algo en estas condiciones vamos a salir lastimadas la una o la otra… o las dos… Silvia: te repito que no decidas por mí… Paola: estoy decidiendo por mi… necesitarías ver dentro de mí para que entendieras que no puedo ni debo tener nada contigo sintiendo lo que siento por otra mujer… no funcionaría… quizá después de hoy ya no quieras saber nada de mi… porque desgraciadamente para mí todo lo que te puedo ofrecer es amistad. Silvia: ¿vas a volver con ella? – sus ojos vidriosos denotaban las lagrimas a punto de brotar. Paola: No… no, estoy convencida de que eso no es conveniente para mí… Tenía muy claro mis sentimientos… es verdad… pero también sabía que Tzuri no es para mí… ni para nadie, no me consentiría repetir la historia… viví ya en carne propia el dolor que me causo el haberme permitido ese placer… sé que no tengo la fortaleza para repetirlo… morí de dolor… apenas y reviví… esta vez me perdería por completo irremediablemente si me dejo llevar por los deseos de mi ser.

TZURI Volver a sentir su cuerpo estremecerse entre mis brazos me devolvió a la vida… pero todos mis temores se cristalizaron en segundos cuando de manera intempestiva alguien me la arrebato de entre ellos haciéndome comprender que deje pasar demasiado tiempo… que nunca debí haberme permitido dejarla ir.. Esta mujer que la trata como suya es muy guapa y me mira retadora mostrándome que esa mujer que

tenía en mis brazos le pertenece… ¿le pertenece?... eso me encoje el corazón, apenas intercambiamos unas palabras… algo me dice que me vaya con cuidado… no quiero presionarla así que la dejo ir no sin antes hacerle saber que estoy aquí solo por ella, se ve tan hermosa… me quedo de pie por unos segundos antes de que mis pies decidieran sacarme de ese lugar… necesitaba estar a solas, me dolía el pecho… me estaba ahogando… pero esto apenas empezaba, nada me haría cejar en el intento de recuperarla, nada ni nadie… solo la muerte. Pilar: heyyy pero niña… espera –una voz que provenía de la dueña de la mano que me asió del ante brazo parando mi intención de salir de ese lugar me sorprendió– para dónde vas tan rápido, que apenas vas llegando mujer. Tzuri: Discúlpame… pero de verdad tengo que irme. Pilar: que no tía tú te quedas… que yo necesito conocerte – me dijo con una seguridad y firmeza que me hicieron gracia. Tzuri: mira –le dije sonriendo- te agradezco mucho el interés, pero de verdad que me tengo que ir. Pilar: ¿pero es que tú te piensas que te estoy ligando? – soltó una sonora carcajada y yo estaba ahí parada frente a ella viéndola reírse a sus anchas de mi- que no… bueno mira que buena sí que estas… pero yo siempre he respetado las mujeres de las amigas… ni ver, ni oler, ni tocar… bueno lo de ver a lo mejor un poquitín… y es que te cargas una pinta… - yo la miraba con el ceño fruncido pensando que esta tipa estaba completamente loca o estaba utilizando una táctica muy rara- pero deja de mirarme como si estuviera loca… de verdad que estabas tan perdida hace un rato y no te has dado cuenta de que esta que tú ves aquí ocupaba una silla en la misma mesa de Paola. Tzuri: lo siento… es que… Pilar: que si… que me he dado cuenta de que no has visto na’ mas… ven a sentarte a nuestra mesa un momento… anda venga. Tzuri: de verdad te lo agradezco…-hice un esfuerzo por recordar el nombre que me acaba de dar y ella debió notarlo. Pilar: Pilar –se acerco y me dio un beso en cada mejilla- es un placer ponerte rostro por fin Tzuri. Tzuri: gracias Pilar… pero de verdad que no tengo muchas ganas de quedarme aquí... necesito salir y caminar – le dije con sinceridad sin saber por qué. Pilar: pues claro que lo necesitas… ale vamos que tú necesitas aire y yo hablar contigo, espera que cojo mis cosas y salimos de aquí.

Me hizo mucha gracia esta chava… hablaba como tarabilla; su voz ronca y sonrisa franca me provocaron esperarla y hasta desear su compañía… me sentía sola en esa ciudad… además si estaba en la misma mesa de Paola mínimo serían conocidas y no estaba yo como para andarme con rodeos y tonterías necesitaba saber que había pasado con ella todos estos meses necesitaba que me dieran la estocada confirmándome que mi barbie ya tenía una "Ken". Caminamos sin rumbo y con calma, Pilar me miraba con expresión curiosa y divertida, estudiándome hasta que pareció por fin decidirse a formular una pregunta directa, muy directa. Pilar: ¿tú la amas? – mi expresión debió hacerle mucha gracia porque soltó una sonora carcajada – tía no pongas esa cara ya sé que parece que estoy metiendo mis narices en donde no debo pero resulta que si me importa, porque yo también le amo. Tzuri: ¿tú la amas?.... mi desconcierto era tal que me quede inmóvil, ella me tomo del brazo y me guio hacia una mesa en las afueras de un café, una vez sentadas con una expresión más seria continuo. Pilar: pues no estoy yo en este momento para andarme por entre las ramas… si la amo, no te diría que desde que la conocí porque no fue así pero para cuando me he dado cuenta ya la amaba, por desgracia para ese entonces Paola ya me consideraba casi una hermana y resulta que el incesto pues no se nos da a ninguna de las dos – volvió a reír pero al ver mi rostro decidió continuar- pero bueno mujer ¿que en México no tienen sentido del humor? Tzuri: no, no es eso…. es que estoy tratando de comprender porque me estás diciendo esto a mí. Pilar: pues porque va a ser… porque tú la amas también… te lo he visto en los ojos… y es que hija ¡qué manera de mirarla!. Tzuri: pues si la amo… y he venido por ella - ella me interrumpió. Pilar: para ahí mujer… que tu rival no soy yo eh… te he dicho que la amo… pero sé perfectamente que Paola nunca me correspondería…. Te lo he dicho para que entiendas la razón de mi interés en esto… cuando se ama a alguien verdaderamente lo único que deseas para esa persona es que sea feliz y ahora mismo la mujer de nuestros sueños está a punto de cometer una estupidez mayúscula ¿has visto a la chica que se la ha llevado? Tzuri: si. Pilar: pues se llama Silvia y tiene meses tras Paola, poco a poco ha ido venciendo su resistencia y hoy estaba decidida a aceptarla –presa del temor que esas palabras me causaron quise interrumpirla pero ella vio la angustia reflejada en mi rostro- no, por el momento yo creo que no debes preocuparte que después de haberla visto como la

he visto hoy… es que no creo que le vaya muy bien a Silvia… pero no cantes victoria, no eh... que no, no la tienes nada fácil. Tzuri: ¿a dónde han ido? – dije desesperada en un impulso desbocado por ir a pelearle lo que sentía mío a esa mujer. Pilar: cálmate mujer que tú no estás en posición de cometer errores y de actuar por impulso, te tienes que ir con mucho cuidado… hija que me la has hecho sufrir mucho ¡lo que ha llorado por ti esa niña!. Tzuri: te aseguro que cada lagrima de ella la estoy pagando con creces – bajé la mirada avergonzada de mi misma- pero la adoro Pilar… Pilar: eso es lo que te salva conmigo, eso y que ella te ama a ti y no podrá ser feliz con nadie más… no lo vas a tener nada fácil rica… cuando ha llegado de México estaba hecha pedazos, su dolor fue tan grande que el miedo a volver a experimentarlo puede ser más fuerte que su amor por ti. Tzuri: ¿me estás diciendo que ya la perdí definitivamente? - ese dolor agudo en el pecho que no me ha abandonado desde que hable con Juan se hizo más intenso. Pilar: no… no la has perdido… pero tienes que irte con tiento… ganarte su confianza poco a poco… no puedes actuar impulsivamente… en principio dile lo que sientes, porque ella necesita escucharlo con todas sus letras, pero no esperes que por eso va a arrojarse a tus brazos…. porque no será así, te toca sufrir mexicana. Tzuri: lo sé… créeme que lo sé y te agradezco mucho lo que me has dicho. Pilar: no me agradezcas que no lo he hecho por ti… lo hago por ella…. pero hay de ti donde le vuelvas a hacer daño. Tzuri: te aseguro que hacerle daño a Paola es como lastimarme a mí misma, nunca le haría daño de manera consciente y cuidado tendré de hacérselo inconsciente. Pilar me conto que comparten un departamento, que mi barbie tiene que trabajar de medio tiempo por problemas con sus padres, me recalco de nuevo que tengo muchas cosas en contra… pero por lo menos cuento con ella… es curiosa esta situación, que me este ayudando una mujer que ama a la mía….¿mía? Si mía. Y desde ahorita tengo que empezar a pelear por lo que es mío. Gabriela: ¿pero hija donde te metes? Tzuri: lo siento Mamá perdón por no llamarte, salí a dar un paseo… ahora necesito hablarle a mi abuela. Gabriela: ¿pero que tienes mi amor? pareces ida… Tzuri: solo estoy pensando… ¿quieres tener nietos por mi parte?

Gabriela: Hayyy hija tu sabes que si… mmmm ¿de repente te gustaron los hombres? Tzuri: hay madre, hay maneras de que tus nietos sean de una mujer… Gabriela: bueno de mujer o de quimera pero ¡siii quiero nietos!. Tzuri: bueno entonces ayúdame… porque lo que necesito solo la abuela me lo puede conceder. Gabriela: Tzuri que se te ha ocurrido…. Tzuri: nada malo mami solo un poquito laborioso. PAOLA Me estoy odiando en este momento por ser tan imbécil… cómo es posible que con solo aparecerse me mueva el mundo, ayer por la mañana me sentía feliz y ahora mismo no sé ni que siento… no te mientas Paola… que solo con verle te ha vuelto la vida… la vida de verdad… pues sí, pero para que… para que me mate otra vez… porque con ella no puedo esperar otra cosa… y es que soy tan tonta que no puedo dejar de sentirme feliz de haberla visto de nuevo, de sentirla cerca otra vez, pero también muero de miedo, miedo a no poder resistir la tentación de volver a estar en sus brazos, de dejarme llevar por mis ganas de ella, ya pague ese precio, no creo soportar otra vez ese dolor…. ¡pero si ya me duele joder!… el saberla aquí tan cerca y tan lejos ya me duele. Pilar: buenos días dormilona – me extendió una taza de café. Paola: pero si ni he podido dormir. Pilar: pues claro, ¿y es que como con lo que te ha pasado ayer? Paola: Pilar ¿qué me paso ayer? – a ver si ella me lanzaba una luz en este caos. Pilar: ayer se te apareció el amor y te azoto para que no le saques la vuelta, el amor de verdad, ese con el que todas soñamos y que rara vez se encuentra y con la suerte de ser correspondido. Paola: pero tú que estás diciendo… ¿correspondida? que no tía… no te confundas, solo porque has visto esa mirada y sonrisa encantadora… que así es ella… y claro por eso es fácil caer rendida a sus pies… porque te hace sentir especial, adorada… pero nada… que no, Tzuri es incapaz de amar. Pilar: pues yo creo que si te ama. Paola: te equivocas, alguien me dijo una vez que Tzuri no es para mí, que no es para nadie… y tenía razón… no es mala… no es deshonesta… porque aunque cuando está contigo de verdad te hace sentir amada… nunca te lo dice porque nunca lo siente.

Han pasado dos días y no he sabido nada de ella… pero es que como siempre mi mente dice una cosa pero todo el resto de mi ser me pide otra… y es que estoy al punto de la desesperación por que no me ha buscado… pero que esperaba, si ha sido solo el momento de verme y luego paso de mi, claro… la cantidad de mujeres que estarán ahora mismo tras ella, Tess y Ana me han vuelto loca con preguntas acerca de Tzuri… me inquieta tanto interrogatorio. Pilar: mujer pero que no oyes que están llamando… -casi me gritó dirigiéndose a la puerta. Escuche una voz y un acento que me resulto familiar… pero no, como sería eso posible, me levante como autómata a verificar que ya alucinaba en serio. Pero no, ahí estaba de pie frente a mí sonriendo con dulzura esa mujer menudita de mirada tierna. Chelito: niña Paola que gusto verla le traigo un encargo, ¿si podemos pasar? Paola: pero Chelito… claro, claro pasen – dije extendiéndole los brazos. Ella me abrazó y me entrego un sobre mientras un grupo de meseros entraba empezando a colocar en nuestra pequeña mesa cazuelas de barro y platos. Chelito: niña necesito que me preste su estufa. Paola: ¿la estufa? si claro… claro- dije sin entender, ella me sonrió y tomándome de las manos sacudió el sobre. Chelito: léala y así entenderá mejor, mientras yo empiezo a calentar. Pilar: vamos yo le acompaño. Abrí el sobre muerta de los nervios y empecé a leer. Mi amor: Han sido 48 horas de ansiedad y desesperación para no salir corriendo en tu busca… pero necesitaba darte algo muy especial antes de enfrentarte y decirte lo que siento, algo que no deje dudas en ti de la sinceridad de mis sentimientos y he querido darte lo que más había amado hasta ahora, pero es tan grande que no pude traértelo todo, así que solo puedo darte un pedacito de mi México… España volvió a conquistar México barbie. Completamente tuya Tzuri Mis lagrimas empezaron a correr… estaba temblando y apenas pude sentir los brazos de Pilar abrazándome.

Pilar: pues me temo que la razón la tengo yo tía, porque mira lo que te ha mandado esta mujer… oye que cualquiera manda flores o chocolates. Chelito vengan a comer niñas ya está todo listo. Nuestra mesa estaba cubierta por un mantel precioso de manta bordada que le quedaba muy grande por cierto, adornada por un precioso arreglo de las mismas flores silvestres que me hacían flipar en los jardines de la hacienda y una gran jarra de vidrio soplado llena de agua de tamarindo, dos platos de barro que contenían birria… cuando la he visto he llorado todavía con más fuerza… ¡birria!... se ha acordado… casi grite… Chelito: si y también hay tamalitos dulces de elote con canela y piña y chilaquiles niña, son de chile del que no pica, pero siéntense que se les va a enfriar. Paola: ¿pero es que de verdad Tzuri ha hecho esto para mí? Chelito: si niña nomas para usted, no fue fácil que doña Esther me soltara, pero mi niña no le dejo de otra y ha sido un correteadero para poder viajar y don Samuel movió todas sus influencias para sacar pronto mis papeles para poder venir… mire que nada mas por ella fui capaz de subirme a esa pajarote de fierro… pero ya siéntese y ya no chille que las lagrimas agrian la comida. Pilar: jooo esto esta exquisito… Paola: si es delicioso… Chelito siéntese por favor y cuénteme cuando ha llegado usted. Chelito: pues hoy por la mañana de aquí niña, que para mí es de noche, ando toda "cuatrapeada", en "cuantito" llegué me puse a cocinar… qué bueno que les gustó – dijo agradecida de ver nuestras caras de placer al comer- me va usted a perdonar señorita Paola… pero pues yo soy gente de campo, ignórate y pues yo no le entiendo mucho a eso de que a mi niña no le cuadren los hombres, como es la costumbre y que "ora si" como son las cosas de verdad "pos" prefiera las muchachas… pero yo la quiero mucho, ella es tan buena, un poquito alebrestada eso sí, pero es muy buena y la mera verdad es que yo nunca antes la había visto así por alguien… de verdad que la quiere mucho a usted. Paola: ojala yo estuviera tan segura como usted Chelito – la tome de la mano correspondiendo en todo lo que vale esa expresión dulce en su rostro. TZURI Chelito: "pos" ya te dije mi niña que si se emocionó mucho cuando vio la comida y también con tu cartita… y eso sí, que comieron de todo ella y su amiga, la que estaba ahí en su casa y lloro y me hizo muchas preguntas, yo le dije que eso lo habías hecho porque la querías harto pero ella me dijo que no creía eso… que no puede creerlo dijo… ¿"pos" que le hiciste a esa muchacha niña?

Tzuri: si te cuento nana me cintareas. Chelito: líbreme Dios de ponerte una mano encima "mija". Tzuri: pues si supieras te aseguro que no me libraría de unos buenos chicotazos de tu parte. Chelito: no chille "mija"… ahora sí que si ya andas en esas… "pos" compórtese como "macho" y saque el coraje para conquistar a su mujer… gánatela a la buena mi niña, demuéstrale que eres sincera con ella y háblale de frente… no seas "coyona". Tzuri: no me da miedo decirle lo que siento nana, me da miedo que suene falso… que ni así me crea… me he ganado a pulso su desconfianza. Chelito: pues díselo bonito… mi niña tu eres mexicana, de Jalisco y toda una charra, díselo con música, llévale serenata ah y también mándale el otro regalito que me encargaste que te trajera; ah una cosa más mi niña… por estas tierras habrá mariachis o tendrás que traértelos también… porque a ti lo de la cantada no se te da "mijita". Tzuri: jajajajaja eres una sabia nana… te adoro. PAOLA Silvia: dime ¿vas a volver con ella?... a pesar del daño que te ha hecho. Paola: no… no lo sé Silvia. Silvia: joder Paola ten dignidad… quiérete un poquito. Paola: he intentado no herirte Silvia porque sé muy bien el dolor que puede causar un amor que no es correspondido… pero no te voy a permitir que me hables así, ni tu ni nadie es quien para juzgar mis sentimientos y mi vida… y si regreso o no con Tzuri es cosa mía y no tengo porque justificarme ni contigo ni con nadie, te enteras. Salí del laboratorio rumbo a mi casa muy cabreada, no sé si era con Silvia o conmigo misma porque sabía que en el fondo tenía razón… como siquiera contemplo la posibilidad de volver a meterme en la boca del lobo, pero la batalla que mi mente está librando para combatir con todo el resto de mi es encarnizada, toda yo quería, deseaba creer que eso que al parecer podía ser cierto, pero no, no me fio y es que ya he visto antes a ese torbellino en acción, sé muy bien que para ella no existe el no… y aun cuando no le he dicho que no… supongo que algo se habrá imaginado al verme con Silvia y simplemente le apetece a la niña demostrar que sigo rendida ante ella. Paola: y esto que es – pregunte a Pilar al encontrar sobre la mesa un cofre de madera labrado bellísimo. Pilar: pues es para ti ha llegado hace un rato, ahí está la tarjeta que la acompaña.

Tomé el pequeño sobre y al abrirlo me encontré con una llavecita de oro y una tarjeta, al leerle sentí esa energía tan conocida por mi cuerpo recorrerme. Mi amor: Te hago entrega de mi, esto fue creado especialmente para recibirme en este mundo, es único, tanto su contenido como su envase, es mi esencia, es lo que soy, soy yo… eso me dijeron el día que me la entregaron y como yo dejé de ser dueña de mi hace ya muchos meses ahora la entrego a su dueña… a mi dueña, que eres tu Paola, mi pequeña Paola. Tzuri El cofre tenía un pequeño cerrojo que abrí utilizando la llavecita, al abrirlo por completo me encontré descansando sobre una base de terciopelo azul una bellísima botella de vidrio soplado totalmente cristalina, en el interior se podía apreciar una diminuta planta de agave de su característico color azul intenso perfectamente formada, el resplandeciente tequila que contenía acrecentaba su belleza, con sumo cuidado tome la botella entre mi manos y pude así observar el grabado sobre el cristal, una frase que rezaba, " el milagro más maravilloso que nos ha dado esta tierra" Tzuri y una fecha. Con manos temblorosas coloque la botella de nuevo en su sitio. Con los latidos de este corazón que clamaba por su dueña profusamente acelerados, los espasmos en este cuerpo que le reclamaba a mi mente ser liberado y mi alma llenándose de un gozo que iba en contra de mi voluntad luchando con mi mente, pero el miedo y la desconfianza hacían a ésta mas fuerte manteniendo en prisión a todo mí ser. TZURI Dios he pensado tanto en este momento, en lo que le voy a decir y ahora mientras espero a verla aparecer me estoy muriendo de los nervios y todo lo que había pensado se me borro, mi mente me esta traicionando, hay tantas cosas que necesito decirle, explicarle, pero sé que piso terrenos muy escabrosos no será fácil que confié en mi, que me crea lo que siento por ella ¿Cómo borrar de su mente la última imagen que se llevo de mi en México? Y es que tratar de explicarle que nada paso con esa mujer no me servirá de nada al contrario puede jugarme en contra, porque aun cuando no se consumaron las cosas es injustificable lo que hice, no sé qué le diré pero se lo diré hoy, aquí estoy esperándola en las afueras del edificio donde trabaja, no he querido esperar a que llegue a su departamento, muero por verla y necesito decirle lo que siento, estoy tan ensimismada en mis pensamientos que no me doy cuenta de que tengo a alguien frente a mí si no hasta que me habla con un tono muy poco amable. Silvia: Tzuri ¿no? Ese es tu nombre… - le sonreí sarcástica al reconocerla.

Tzuri: "eit" ese es mi nombre -la mire directo a los ojos respondiéndole el reto que me lanzaron los suyos. Silvia: ¿y se puede saber que haces aquí? Tzuri: ¡mmm!... no - le respondí mostrándole la mejor de mis sonrisas e hice gala de todo el sarcasmo del que soy capaz. Silvia: pues si lo que estas buscando es a Paola ya te puedes ir marchando… por que ella no se irá contigo…. Tzuri: ¿de veras? – le dije burlona. Silvia: te lo aseguro – me miró con verdadera fiereza. Tzuri: Pues que me lo diga ella. Silvia: te lo estoy diciendo yo. Tzuri: híjole mi chula, pues me vas a disculpar la grosería pero a mí lo que digas tu me vale madres… para que me entiendas me da lo mismo. – sin dejar de mirarle fijamente. Silvia: pues no debería "valerte" guapa porque yo no te voy a permitir que te le acerques a mi mujer. Tzuri: ahhhh ¿pero es tu mujer? jajajajaja Silvia: aunque te cause mucha risa mexicanita… así que será mejor que te vayas por dónde has venido y no regreses porque esa mujer ya tiene dueña, te enteras. Tzuri: jajajaajajaja ¡híjole! españolita… no se va a poder… porque esa mujer si tiene dueña y NO eres tú. Silvia: ¿entonces tú? – le vi sonreír burlona. Tzuri: no responderé algo que ya sabes, ahhh y NO te la voy a dejar, NO me voy a ir, vine por lo que es mío, mío, te enteras – la mire desafiante. Silvia: pues te advierto que yo tampoco voy a desaparecer, me convertiré en el peor rival que hayas imaginado. Tzuri: Órale, estamos advertidas las dos. En ese preciso momento vi salir a mi barbie, sus ojos azules se abrieron como platos al vernos juntas, le sonreí en un intento de calmarla porque su expresión era de susto, no quería que pasara por ningún momento desagradable causado por mí.

Paola: Hola Tzuri- me dijo con voz temblorosa, evidentemente nerviosa por la situación- ¿Qué haces aquí? Tzuri: vine por ti barbie- la tome por los brazos acercándome hacia ella bese su mejilla. Paola: Silvia, te hacia fuera de la ciudad. Silvia: decidí quedarme y pasar mis vacaciones contigo – la tomo del brazo jalándola hacia ella pero mi barbie con delicadeza se soltó y cruzo sus brazos. Paola: perdonen no las he presentado, Tzuri ella es Silvia una compañera de trabajo y amiga… Silvia ella es Tzuri… - vacilo sin saber que decir y aproveché ese momento para terminar de poner las cosas en claro completando la frase inconclusa. Tzuri: La mujer que cruzo el atlántico para estar contigo barbie… Paola: e este… bueno pues eso… yo… Silvia: pues te has tardado demasiado ¿no te parece? Tzuri: disculpa Silvia, "amiga y compañera" de Paola, eso es algo que no te corresponde a ti juzgar. Silvia: ¡Tu a mi no me dices que puedo o no juzgar! Tzuri: ¡si te metes en lo que no te importa te digo lo que me venga en gana! Silvia: ¡Me importa, porque yo a diferencia de ti si amo a Paola y no voy a permitirte que le destroces la vida! Paola: ¡basta! dejen de actuar como si yo no estuviera… ¡a ti ya te he dicho de todas las maneras posibles que mi vida es cosa mía y no permito intromisiones! – dijo enfrentando a Silvia- … y…y tu… - volviéndose a mí con el rostro enrojecido- ¡deja de ser tan engreída¡…. ¡¿qué es lo que quieres?¡… ¡¿demostrar que después de ti ya no puede haber nadie más?¡…!¿que no puedo desear otras caricias que no sean las tuyas?! … ¡¿qué tu sola presencia es capaz de voltearme el mundo de cabeza?!... ¿sabes qué? – su voz queda sonaba a lamento y resignación- …tienes razón… no hay nadie más… mi piel no quiere otras caricias que no sean las tuyas… después de ti no hay vida… por un momento creí que se podía pero has llegado y... no, no hay… ¿contenta?... tienes razón…. ¿podrías perdonarme la vida y dejar este juego cruel? ¿será que saberlo será suficiente para que tu vanidad no sufra estragos? Tzuri: Mi amor ¡no! mi amor, Paola yo te amo – la sujete con fuerza de los brazos mirándole a los ojos- las cosas no son así, yo tampoco puedo ni quiero estar con nadie que no seas tú, la única razón por la que vine aquí fue por ti…. Yo te amo…. sin ti no tengo vida…

Ella no me quiso ni mirar, se zafo y subió a un taxi… corrí tras ella pero no pude alcanzarla… ¡por Dios como fui tan estúpida para no controlar mis impulsos!…. ¡Cómo no controle estos celos que me están matando!… ¡¿pero cómo se puede controlar esta fiera interna que me surge al pensar que esta tipa o cualquier otra la mire, o me la toque?!… carajo la rabia y los celos han dado al traste con este anhelado momento, deseaba decirle tantas cosas… y todo salió tan mal… ¡carajos¡…. me ha dicho que es mía…. que sigue siendo mía… me lo gritó a la cara con tanto dolor que sus palabras fueron cuchillos que se me clavaron todos certeramente en lo más profundo de mi… estoy aterrada…. Aterrada de no poder romper ese muro que yo misma construí entre las dos. PAOLA Toda yo era un enjambre de emociones encontradas como siempre que se trataba de Tzuri, mi corazón, mi alma, mi cuerpo entero la desean, pero mi mente más clara que nunca sabe que aunque no es mala persona es demasiado competitiva y vanidosa, lo que le sucede es que me vio con otra mujer y quiere a toda costa dejar sentada su supremacía, pero la verdad es que quiero creer que puede ser posible ¡si tan solo fuera posible!. Estoy agotada por el esfuerzo de concentrarme en cumplir con mi responsabilidad en el trabajo y sacármela de la mente, lo que más deseo en estos momentos es salir de aquí e irme directo a mi cama, me despido mecánicamente de todos, en la puerta me encuentro con una imagen que me deja perpleja en principio y luego me asusta, Tzuri con Silvia, la postura de ambas me indica que están discutiendo, cuando esos ojos negros me descubren su dueña me lanza una sonrisa de esas que siempre me derriten, me acerco hasta ellas con los nervios comiéndome las entrañas, una vez teniéndola cerca toda posibilidad de resistencia parece nula sin embargo me esfuerzo, hago el intento de presentarlas: Silvia es una amiga y compañera de trabajo; eso lo tengo más que claro, pero cuando tengo que clasificar que posición juega Tzuri en mi vida no sé qué decir, sorpresivamente ella suelta algo que me deja helada, feliz, enojada conmigo, deseando saltar a sus brazos, odiándome por ser tan tonta, todo contradicción; Silvia la increpa y ella reacciona desafiante… y vuelve a mí la razón, no es por mi… simplemente es una competencia para ella… y reacciono enfurecida, dolida y harta, le repito a Silvia que deje de intervenir en mis cosas, ¡le grito a Tzuri lo que pienso!, soltándole que tiene razón, ¡me tiene!, ¡es dueña de mi!, le digo casi en una súplica que deje de hacerme daño, que deje este juego cruel de su vanidad, para ese momento me siento fuera de mi, me desconozco, ella me habla dice no se qué cosas pero no escucho, me cierro por completo porque no quiero escuchar, no quiero caer en sus mentiras, cierro los ojos y lucho por zafarme de sus manos que me aprisionan, en cuanto lo logro salgo huyendo de ella… de mí, no sé si tenga fuerzas para volverle a enfrentar, para resistirme a sus deseos… a los míos.

TZURI Estoy destrozada, temblando del miedo de saberla perdida, de la rabia de haber sido tan imbécil, el peor de mi temores se cristalizo y mis palabras sonaron huecas… no me cree… ¿y es que como creer en mí después de cómo he actuado desde que me conoció? ¿Cómo creer en las palabras de una persona que ha sido como yo? no alguien como ella, no una mujer con su integridad. Pero no la voy a perder… no estoy dispuesta a rendirme… Tzuri: Carmen… investígueme por mariachis que actúen en esta ciudad, los necesito para hoy por favor, quiero una lista de los que sean los mejores con numero telefónico y dirección. Carmen: en un momento se la hago llegar. Telefonee a Pilar, necesitaba una aliada en esta situación en la que tenía todo en contra. Pilar: dígame. Tzuri: Hola Pilar… perdona que te moleste… Pilar: ya, no sé porque me olía que iba yo a recibir una llamada tuya guapa. Tzuri: supongo que has visto ya a Paola – dije segura al escuchar el tono de su voz. Pilar: pues claro... ha llegado hace un rato hecha polvo sin querer hablar y se ha encerrado en su habitación y en ese estado solo la pones tú tía. Tzuri: si cometí una estupidez… necesito verte… ¿será eso posible? Pilar: mujer… ¿qué parte de "tienes que irte con cuidado" no te ha quedado clara?. Tzuri: que te parece si nos vemos y me regañas en persona Pilar. Pilar: ala ¿Dónde y a qué hora quedamos? Tzuri: ¿te parece si te recojo fuera de tu departamento en una hora? Pilar: vale, hasta entonces. Carmen llegó con un listado como de 15 mariachis y sus características, concluí rápidamente con los pendientes y partí a buscar a Pilar. Pilar: bueno tía y me vais a explicar que os ha pasado a vosotras, yo me quede en que pasarías a por ella a su trabajo. Tzuri: que la cague Pilar… eso pasó, antes de que saliera Paola, me tope con la fulana esa… Silvia y obvio discutimos, cuando mi barbie se apareció… de verdad pensé en

controlarme… pero es más fuerte que yo… detesto a esa mujer que se comporta como si tuviera derechos sobre ella y… se me soltó la lengua… y me gane que la desconfianza de Paola se acrecentara, si es que se puede más. Pilar: pues si que la has cagado tía… ¿y qué pensáis hacer? Tzuri: jugarme el ultimo haz que me queda… así no la recupere necesito que sepa que la amo con toda mi alma, necesito que lo crea… necesito de tu ayuda. Pilar: ¿y qué puedo hacer yo? Tzuri: solamente impedir que salga de casa hoy y si lo hace no te le despegues y avísame en donde están. Pilar: vale, cuenta con eso. Pues si hay mariachis en Madrid, el primero que vi solo hacia serenatas de cuatro integrantes, no me valió nada, ni ofrecerles el pago como si de un evento se tratara, ni explicarles que para que se considere mariachi tiene que ser mínimo 8 integrantes, así que me toco ir por el segundo, que me salió con instrumentos como arpa, flauta, acordeón y marimba así que "next", el que siguió cantaban bien no se puede negar, pero un mariachi siseando suena muy raro, caray que eso los mexicanos solo lo adorábamos en nuestra española mas mexicana es decir Roció Durcal… pero siete cabrones siseando amanecí en tus brazos se escuchaba muy bizarro, hasta que di con un mariachi chingonsisimo, y lo más sorprendente es que todos eran españoles, 12 como debe ser, vihuela, guitarra, guitarrón, violines y trompeta, un amplio repertorio y lo mejor de todo su solista es mujer. La cita fue a las doce de la noche afuera del edificio de departamentos en donde dormía mi ángel; con Pilar como cómplice, la luna que estaba reluciente y llena como testigo y varias botellas de tequila, ahí estaba yo con mi traje de charra de gala negro con botonadura de plata, sombrero bordado, arracadas de plata, botas negras de piel y el corazón en la mano para jugarme el todo por el todo… esta noche me gano la gloria… o me carga la chingada. PAOLA No sé cuánto tiempo tengo en la ducha… como si el agua pudiera llevarse todo el caos en mi mente y mi alma, lagrimas y mas lagrimas… joder parezco la protagonista de un culebrón… nada más me falta que se me aparezca una tía a decirme que está esperando un hijo de Tzuri… joder que si no fuera biológicamente imposible seguro que me pasaba… estoy tan exhausta, me enfundo en un pijama me acuesto y de inmediato me quedo dormida. Un sonido dulce e intenso que reconozco de inmediato me despierta, por un momento me cuestiono si es real o más bien estoy dormida y soñando con México como tantas veces me ha sucedido, me tallo los ojos para desperezarme y no, estoy escuchando bien, el sonido viene de afuera, es fuerte y claro…

"Deja que salga la luna, deja que se meta el sol, deja que caiga la noche "pa" que empiece nuestro amor, deja que las estrellitas me llenen de inspiración, para decirte cositas muy bonitas corazón, yo sé que no hay en el mundo amor como el que me das y sé que noche con noche va creciendo mas y mas… y sé que noche con noche va creciendo mas y mas. Cuando estoy entre tus brazos siempre me pregunto yo, cuanto me debía el destino que contigo me pago, por eso es que ya mi vida toda te le entrego a ti tu que me diste en un beso lo que nunca te pedí." Salí con el corazón fuera del pecho, vi a Pilar de pie frente a la ventana a obscuras, me sonrió y yo no podía salir de mi estupor Pilar: venga tía que esto es para ti. Me coloque junto a ella y sin correr la cortina del todo le pude ver hermosa, charra, erguida con su negra mirada clavada en dirección a mi ventana, estaba preciosa, hay ¡por Dios! es que mis ojos podían verla todavía más bella… pues si… se veía bellísima, -"cien años muchachos"- le escuche decir. "pasaste a mi lado con gran indiferencia, tus ojos ni siquiera voltearon hacia mí, te vi sin que me vieras, te hable sin que me oyeras y toda mi amargura se ahogo dentro de mí, me duele hasta la vida saber que me olvidaste, pensar que ni desprecios merezca yo de ti. Y sin embargo sigues unida a mi existencia y si vivo cien años, cien años pienso en ti" Paola: joder ahora resulta que la mala de esta historia voy a ser yo… -dije con fingida molestia al escuchar la letra de esa canción, mas como resistencia a la necesidad desbocada de bajar corriendo y lanzarme a sus brazos. Pilar: me no jodas Paola… que esa canción es muy bonita. Paola: te parece bonito que venga a decirme que mi indiferencia le hace sufrir… ojala hubiera sido yo capaz de ser indiferente, en otras estaría yo. Tzuri:¡Muchachos… "sabes una cosa"! -le escuche decir, le vi tomar un gran trago a la botella de tequila que sostenía en una de sus manos. "¡Sabes una cosa!", tengo algo que decirte y no sé cómo empezar a explicar lo que te quiero contar, ¡sabes una cosa!, no encuentro las palabras ni verso rima o prosa, quizá con una rosa te lo pueda decir, ¡sabes una cosa!, no sé ni desde cuando llegaste de repente mi corazón se puso a cantar, ¡sabes una cosa!, te quiero niña hermosa, y te entrego en esta rosa la vida que me pueda quedar, doy gracias al cielo, por haberte conocido, por haberte conocido, doy gracias al cielo, y le cuento a las estrellas lo bonito que sentí, lo bonito que sentí, cuando te conocí, ¡saaaabeeees!, ¡saaabes una cooosa!, que yo te quierooo, que sin tiii me muero si estas lejos" Pilar: bueno rica… y a esa letra que pero le vais a poner... porque esa mujer que esta allá abajo te está diciendo que te quiere.

Paola: Pilar…. que tú no la conoces… lo que le pasa a Tzuri es que me volví un reto de nuevo para ella… y a ella le gustan los retos… eso y que quiere demostrarle a Silvia quien manda aquí. Pilar: joder Paola… que lo tuyo ya es terquedad…. Me parece a mí que ya te gustó el papel de sufrida… mira acércate y mírale… ¿no te parece esa una mujer enamorada? Tzuri: "Cucurrucucu paloma" -su voz sonaba melancólica, desesperada. "dicen que por las noches nomas se le iba en puro llorar dicen que no dormía nomas se le iba en puro tomar, juran que el mismo cielo se estremecía al oír su llanto, como sufrió por ella que hasta en su muerte la fue llamando, cucurrucucu cantaba, hay ayyayayaaaaay gemia ayayayayayaaaaaay lloraba, de pasión mortal moría…. Las piedras jamás paloma, que van a saber de amores, cucurrucucu, cucurrucucu, paloma ya no le llores" Paola: Ves lo que te digo, ahora ella es la víctima y la que le ha hecho sufrir soy yo. Pilar: ¡Noooo jodeeeer! Que te está diciendo que se está muriendo de amor por ti. Paola: joder Pilar… que tu amiga soy yo… por si se te ha olvidado – sonrió negando con la cabeza. Tzuri: "Libro abierto" -dijo con voz enronquecida. "dicen de mí que yo he sido un libro abierto, donde mucha gente ha escrito, no hagas caso nada es cierto, en blanco esta nadie supo escribir nada, no dejaron ni una huella, nadie me importaba nada, me importas tú, tú si escribes muy bonito, para ti soy libro abierto, escribe en mi te necesito." Paola: ¡¿porqué me haces esto?! ¡¿porqué me haces esto?!, no te entiendo Tzuri… ahora pienso que eres demasiado cruel… eres mala, sí… no te ha bastado con lo que te he dicho… tu vanidad es tan grande que necesita más. –empecé a dar vueltas alrededor de la estancia deseando no escuchar cada palabra de aquella canción, no puedo permitirme caer, no de nuevo, ¡ya no!, ¡ya no! Pilar: Pao, esta resistencia absurda a tus sentimientos te está causando más dolor que el que temes sufrir si te das otra oportunidad, si se la das a ella. Tzuri: "perdón"… ¡echenle! – le vi llevarse de nuevo la botella a la boca. "Perdón, vida de mi vida, perdón, si es que te he faltado, perdón cariñito amado, ángel adorado, dame tu perdón, jamás habrá quien separe amor de tu amor al mío, porque si adorarte ansió, es que el amor mío, pide tu perdón, sí, tu sabes que te quiero con todo el corazón, tu sabes que te quiero, con todo el corazón, que eres el anhelo de mi única ilusión, que tu eres mi esperanza, ven calma mis angustias, eres la dicha que me alcanza, con un poco de amor que es todo lo que ansió cuando abra mi pobre corazón."

Pilar: ¿eso te parece a ti que es para satisfacer su vanidad? ¡Joder Paola! estas pecando de soberbia y orgullo… esto ya no es por miedo… es porque no se te da la gana perder. la miré sin responder, no había forma de hacerlo… ella corrió por completo las cortinas y me desafío… Pilar: venga… dale la cara, de frente hazle saber que no vas a volver a caer y que no le crees nada. La miré con furia… y le mire… le mire con rabia directo a los ojos… esos ojos negros que tenían una expresión que nunca antes vi en ellos. Su mirada extrañamente parecía triste, nostálgica, desolada y a pesar de la mía que forcé gélida, me la sostuvo mientras me decía. Tzuri: Barbie. Ya no importa que tenga que pagar con la vida los errores que cometí contigo, el daño que te causé, porque créeme mi amor que el no tenerte a mi lado es quedarme sin vida… me lo merezco… soy dolorosamente consciente de ello… te prometo que después de esta noche me iré de tu vida para siempre y no te causaré más dolor…esta es la última canción, después me iré si eso es lo que quieres, pero antes de irme quiero que sepas que dejé México solo por ti… que te amo con toda mi alma y esa es mi verdad. – su voz quebrada poco a poco venció mi voluntad y mi cuerpo se entrego por completo al estremecimiento que me causaba esa mirada, esas palabras. Tzuri: Va mi resto "mija", a Cielo Rojo échale el alma.. –dijo a la cantante "Sola… sin tu cariño, voy caminando, voy caminando y no sé qué hacer, ni el cielo me contesta cuando pregunto por ti mi bien, no he podido olvidarte desde la noche, desde la noche en que te perdí, sombras de duda y celos solo me envuelven pensando en ti, deja que yo te busque y si te encuentro y si te encuentro vuelve otra vez, olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer, olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer, mientras yo estoy dormida sueño que vamos las dos muy juntas a un cielo azul, pero cuando despierto el cielo es rojo me faltas tú, aunque yo sea culpable de aquella triste, de aquella triste separación, vuelve por Dios tus ojos, vuelve a quererme, vuelve mi amor, deja que yo te busque y si te encuentro, y si te encuentro vuelve otra vez, olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer, olvida lo pasado ya no te acuerdes de aquel ayer. Ella me miraba fijamente y sus ojos anegados de lagrimas que empezaron a resbalar a raudales sobre su hermoso rostro me provocaron un profundo aguijonazo en el pecho, el estomago me dolía, el alma me dolía, mi respiración entrecortada y agitada a la vez, un llanto que se negaba a salir y no era porque yo lo quisiera contener me causaba un dolor intenso que se alojo desde mi garganta hasta mis pulmones, verle parada con su sombrero en las manos, su carita descubierta bañada en lagrimas me estaba llevando a una agonía ni siquiera comparable a la que sufrí en mis últimas horas en México. Deseaba correr a sus brazos pero mis pies no me obedecían y me

quede ahí mirándole; cuando termino la canción ella suspiro… asintió con la cabeza mirándome en señal de que se rendía como prometió al inicio de ésta, agacho la cabeza unos segundos y cuando volvió a mirarme sus labios me volvieron a dibujar un "te amo", se coloco el sombrero y se dio la vuelta hacia el grupo de mariachis que la observaban expectantes. Solo cuando le vi encaminarse hacia ellos dándome la espalda me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer, fue cuando acepte que había querido castigarle inconscientemente porque todo mi ser me gritó desde que le vi el primer día que ella estaba aquí por mí y mis pies volaron hasta la puerta de mi piso, ni siquiera quise esperar el elevador, corrí escaleras abajo bañada en lagrimas desesperada por detenerla, una vez en el portal al ver como se alejaba de mi… corrí a mitad de calle y le grite. Paola: ¡Tzuri!.... Ella se volvió y note la agitación en su pecho, sus ojos irritados por las lagrimas volvieron a adquirir el brillo que tanto amo, se encamino con lentitud hacia mí titubeante y evidentemente nerviosa, sonreí al notarlo con mis ojos llenos de lagrimas, ella se paro frente a mí, su respiración era agitada y me miró con dulzura. Paola: … No te vayas… Cap.8 "qué bonito amor, que bonito cielo, que bonita luna, que bonito sol, que bonito amor, yo lo quiero mucho, porque siente todo lo que siento yo, ven juntito a mí, quiero que tus manos me hagan mil caricias quiero estar en ti, dame mas amor, pero mas y mas, quiero que me beses, como tú me besas y después te vas, yo comprendo que mi alma en la vida no tiene derecho de quererte tanto, pero siento que tu alma me grita, me pide cariño y nomas no, no me aguanto, que bonito amor, que bonito cielo, que bonita luna, que bonito sol, si algo en mi cambio te lo dejo a ti, porque aquel cariño que quisieron tantas me lo diste a mí. Qué bonito amor." Autor: José Alfredo Jiménez Intérprete: Lola Beltrán. TZURI Aquí estoy como dentro de una vieja película mexicana, de pie frente a tu ventana. Las piernas me tiemblan… toda yo tiemblo; es miedo… no, miedo no, terror, me estoy jugando la vida, suena muy dramático pero así me siento, esta tarde se me vino el mundo encima al darme cuenta de que la mujer que amo con el alma me corresponde pero aun así la muralla de desconfianza que me encargue de edificar entre nosotras es demasiado solida, quizá tanto que aun el amor que me tiene sea insuficiente para derribarla. Bebo un trago de tequila en un intento de aliviar la angustia alojada en mi pecho, tratando de volar con el tema que intenta decirle a mi

barbie lo que siento, que intenta hacerla entender que este sentimiento es verdadero, me he repetido hasta el cansancio que no me rendiría, pero dentro de mi algo cambio, hoy tuve conciencia de la dimensión del amor que le tengo a esta mujer, no quiero seguir siendo causa de su dolor, esta noche me juego la vida porque si no logro que crea en lo que siento me he prometido alejarme para que ella pueda continuar con su vida, así pierda la mía, porque sin ella para mí ya no hay vida. Una canción tras otra y un pedazo de mi alma se va en cada nota, toda yo soy dolor puro, estoy muriendo de a poco, se que está detrás de esa ventana, se que está escuchando pero no me significa consuelo alguno, no calma mis miedos, no detiene esta agonía, para eso necesito mirarme en esos ojos que amo, en su dulzura. Apenas me alcanza el aliento y ella sigue sin salir, nunca imagine que todavía se pudiera sentir más dolor, el tequila que debería tener un efecto anestésico contrariamente lo agudiza, aun así sigo tomando, siento las lagrimas luchando por liberarse, pero hago acopio de la fuerza que me queda para contenerlas. Veo la cortina correrse con brusquedad y mi alma vuela por un leve momento para enseguida desplomarse de golpe al sentir esa mirada azul gélida posarse directo sobre la mía, entonces comprendo que he perdido esta pelea, me derrumbo, agonizo y con mi último aliento consciente de mi derrota dejo que hable por mí el corazón que aunque ella se niegue a creerlo le pertenece, pongo el alma en cada palabra aferrada al último halito de esperanza de no perderla, de no perderme. Casi en una súplica le pido a la cantante que ponga el alma en la última canción "cielo rojo", me pierdo en la melodía y notas nostálgicas de la canción, esa mirada azul siempre dulce, se posa desafiante y fría sobre mis ojos y eso termina de matarme, desfallezco, no me quedan fuerzas, el llanto inunda mi visión y corre a raudales sobre la piel de mi rostro y cuello, la miro, me quiero llevar grabada en el alma su imagen, pero para mi desgracia las lagrimas en mis ojos la desdibujan volviéndose solo una silueta inmóvil, en cada nota se va un pedazo de mi alma hasta que ya no queda nada… perdí… perdí… la perdí. Le vuelvo a mirar en un intento de hacerle saber que la amo y es por eso que me rindo. Muerta en vida camino hacia los muchachos del mariachi, los despido, el amor que es lo único vivo dentro de mi me obliga a dar una última mirada a esa ventana donde deje la vida… vacía… di un último trago a la botella de tequila, mis pies se movían por inercia, lo mismo que el resto de mi cuerpo, a unos pasos de mi auto escuché el sonido más bello que jamás hubiese oído… su voz pronunciado mi nombre, todo dentro de mí se agitó, los latidos del corazón, la sangre corriendo por mis venas, mi alma revoloteando por la esperanza de resucitar. Todo mi cuerpo se sacude al momento en que me giro para verificar que no ha sido un sueño provocado por el ansia y el anhelo, sus ojos… su mirada de mar tiene de nuevo la calidez de siempre y están bañados en lagrimas como los míos, me sonríe al ver el miedo y nervios al acercarme, un sonido melódico sale de su garganta y se dibuja en sus labios… ¡no te vayas!... una corriente eléctrica recorre mi cuerpo entero al escuchar aquellas palabras y mis lagrimas silenciosas hasta ese momento se

desbordan provocando gemidos desesperados liberándose mi pecho del dolor agudo que lo atenazaba desde hacía meses. Tzuri: Te amo barbie… te amo mi amor… - alcance a decir en un halo de voz. PAOLA Sin perder esa majestuosidad felina que le envuelve, le veo llorar como si fuese una cría, sin pudor, revelándose ante mí totalmente vulnerable, mi cuerpo sintiéndose por fin liberado se lanza hasta ella, me cuelgo de su cuello y pego mi frente con la suya, lloro igual que ella, así permanecemos no se por cuanto tiempo, hasta que tomo su carita entre mis manos y beso cada parte de ella, paladeando el sabor salado de sus lagrimas, siento sus brazos rodear mi cintura, apretándome contra su cuerpo con fuerza y me pierdo en su aroma, en el calor de su piel; nuestras bocas se buscan, nos miramos y nos decimos sin palabras todo, desfallezco al sentir esos labios que tanto añore sobre los míos en apenas un roce, acariciándose, reconociéndose, nuestras bocas abrieron lentamente paso a las lenguas que en cuanto se sintieron una a la otra iniciaron una danza ansiosa, sus brazos me apretaron más todavía, posesivamente, aprisionando mi cuerpo como si me le fuese a escapar, éste instintivamente deseando hacerle saber que le pertenecía por completo se pego mas a ella, permitiéndole a ese corazón que tenía hambre de su dueña que galopara hasta su pecho… No puedo siquiera describir lo que he sentido cuando percibí que los latidos del suyo corrían hasta dentro de mí, si había alguna duda hasta ese instante fue derrumbada en un santiamén por su boca, su aliento entrecortado, el palpitar en su pecho y cada movimiento de ese cuerpo, al unísono y sin necedad de palabras me dicen que es mía…. mía sí, esa mujer a la que ame desde que la vi por primera vez, la mujer de mi vida, es mía, me pertenece. No sé cuánto tiempo ha pasado, cuánto tiempo llevamos fundidas en este abrazo sin decir nada, dejando que lo hagan por nosotras nuestros cuerpos, le acaricio el rostro y su largo y fino cuello, sin dejar de besarla y parando solo por instantes para tomar aire, sus dedos me recorren la espalda en una caricia que me estremece. Tzuri: Barbie, mi amor, tienes frio… esa pijama no te cubre nada – me apretó mas fuerte todavía y hablo sin despegar sus labios de los míos. Paola: ¿ves lo que provocas demonio de ojos negros? he salido como una loca, casi desnuda y descalza, ¿entramos? Tzuri: Si… pero hay un problema, no te quiero soltar – nos reímos las dos. Abrazadas, haciendo paradas como si de una distancia enorme se tratara nos besábamos, tenía hambre de ella, de su sabor. En el umbral de la puerta me beso una vez más, fue un beso dulce, tierno, lleno de amor, me miró de esa forma que hace que invariablemente mi cuerpo vibre, la suavidad de sus dedos se deslizaron sobre la piel de mi cara para luego enredarse entre mis cabellos.

Tzuri: Paola… muero por estar contigo, por hacerte el amor, comerte entera… he sido lo que tú sabes, pero contigo es diferente, tu eres los más bello que me ha ocurrido en la vida, deseo vivir a tu lado todo lo que implica una relación, así que si no te parece muy mala la idea, ¿te parece bien si vamos despacito? Escucharla decir aquello me provoco un placer inmenso, la deseaba, la deseaba mucho, pero me estaba diciendo que me amaba con esas palabras. Paola: vale cariño, vamos despacio – le respondí besándole una vez más. Tzuri: ¿Trabajas mañana mi amor? – pregunto con voz aterciopelada, aprisionando mi cintura con un brazo y la mano que le quedaba libre me acariciaba el cabello y el rostro. Paola: si amor… trabajo mañana medio día – respondí mientras mi cuerpo se deleitaba con ese contacto con el suyo, mis sentidos todos enfocados en ella, el tacto con su piel firme y suave, su sabor a tequila y limón, el aroma de su perfume, el divino sonido de su voz y respiración, las facciones perfectas de su rostro… sus ojos grandes, expresivos, tan obscuros que parecen negros, enmarcados por largas y rizadas pestañas. Tzuri: ¿puedo pasar por ti mañana a tu trabajo? Paola: sería mejor que nos viéramos aquí. Tzuri: no… no sería mejor, porque tendría que esperar más tiempo y no quiero – sus ojos pasaron de ser dos gatitos mimosos a panteras a punto de atacar- o no quieres que me encuentre con "tu amiga y compañera" Paola: jajajaja, ¿amor estas celosa? – sentí rico al ver la expresión de celos reflejada en su cara. Tzuri: Siiiii mucho muy celosa… no quiero que pienses cosas que no son, no es una competencia barbie… es solo que detesto como te mira, como te toca, como te trata esa tipa. Paola: es solo una amiga mi amor. Tzuri: okey finjamos que me creí eso… ¿puedo ir por ti mañana a tu trabajo? Paola: siiii amor mañana y cuando quieras ir por mí a donde sea que este yo – le di un pico en la nariz y me le volví a colgar del cuello pegándome de nuevo a ella que me sonrió con satisfacción. Nos volvimos a besar una y otra vez, ninguna quería soltarse de la otra, pero estaba casi a punto de amanecer y no quedo más remedio que despedirnos, eso sí con un larguísimo beso, Tzuri espero a que entrara, me quede en la puerta escuchando el sonido de sus botas encaminarse al elevador y como una púber enamorada por primera vez corrí a la ventana a verle partir, se veía tan bella en ese traje ¡y es que

tiene un garbo!, un andar tan elegante y sinuoso, ella se volvió hacia mi ventana, al verme me regalo una gran sonrisa. TZURI Estoy feliz, siento que estoy en una nube… es extraña esta sensación, siento maripositas en la panza, en el pecho y esta necesidad de tenerla cerca, de sentirla, no quería irme, estaba desesperada por tenerla, por hacerle el amor, por pasar toda la noche con ella, pero me sucedió algo raro, cuando estábamos en la puerta de su depa me sentí en un momento especial, como en un noviazgo ¿mi novia? yo con novia, … suena tan raro, sin embargo me agrada tanto la idea, es que fue un momento tan especial, casi no dijimos nada, solo quería tenerla abrazada, besarla, olerla, sentirla; es la primera vez que experimento esto y quiero vivirlo con intensidad, en todas sus etapas, de pronto estando frente a esa puerta a punto de entrar me entraron ganas de vivir todas esas cosas cotidianas que hacen las parejas; ganas de ir al cine con ella, de comer juntas, salir de paseo y regresarla a su casa para dejarla entrar después de mil besos, presentarla con mis papás y con mi hermano aunque ya la conocen -por lo menos Ricardo-, sería la primera novia que les presento, esperar y buscar ese momento especial para estar con ella. Estoy pensando en ella impregnada de su aroma, con su sabor en mi boca, es increíble como esa mujer me llevo del infierno a la gloria en un soplo, hoy fui dolor, agonice, morí y solo dos palabras emitidas por su boca me volvieron a la vida y trasformaron el dolor en dicha, en placer, alegría; que contradictorio sentimiento es el amor, puede provocarte el sufrimiento más profundo y el júbilo más intenso, quiero seguir pensándola, repasando cada beso, cada caricia, cada gesto, pero el cansancio me vence y me duermo. Cuando despierto me pregunto si no fue un sueño y un leve sopor en mi pecho me agobia, pero el leve perfume que despide mi piel me serena, es su olor, a regañadientes me decido a bañarme, la volveré a abrazar, la tendré de nuevo pegada a mí y volveré a quedarme con su fragancia. Volteo al revés mi closet en busca del atuendo perfecto, botas, jeans que marcan bien mis piernas, blusa roja con escote que permite ver solo lo suficiente, cabello suelto y poco maquillaje, a pesar de la desvelada y las pocas horas de sueño esta felicidad me ayuda a verme reluciente. Antes de salir de la habitación hecho un último vistazo a mi silueta frente al espejo, me veo para ella no para mí, quiero gustarle. Ricardo: heyyy sist, ¿qué te hiciste? Tzuri: ¿Por qué? – dije sonriente. Ricardo: mírate… estas resplandeciente, radiante, te ves guapísima. Tzuri: yo siempre – le dije mientras mordía una manzana. Ricardo: jajajaja tu siempre tan modesta

Gabriela: hola mis amores, es delicioso tenerlos a los dos juntos… mi amor que bonita te ves – comento mi madre con cara de sorpresa. Tzuri: uyyy yo que siempre me he creído guapa y bonita, me están haciendo sentir que he vivido en el engaño jajajaja. Gabriela: nooo hija, lo que pasa es que te ves, diferente, como luminosa. Tzuri: ¡es que estoy feliz mami! Fernando: ¿Quién está feliz? – dijo mi Papá con el periódico en la mano besando a mi Mama. Gabriela: tu hija. Fernando: ves corazón y tú que no querías venir, ¿desayunamos? Me dio risa, ese es mi papá, siempre abstraído a sus cosas, lo adoro pero es tan serio, desayunamos en familia, realmente lo disfrutamos entre juegos de Ricardo y míos, mimos de mi mamá y el ceño fruncido de papá riñéndonos por no comportarnos en la mesa, recordé que hacia tantos años que no teníamos ese tipo de momento los cuatro. Ya en la oficina me dedique a revisar documentación, especificaciones de exportaciones, y algunas otras cosas, Carmen entro solicita como siempre desde que llegue a ofrecerme un café, esta chica se me coquetea insinúa, soy cortante con ella, es hetero se lo noto a leguas, pero como sabe que soy gay, la hija del dueño y heredera de todo esto le mueve otro interés, me da risa el empeño que pone a mostrarme sus atributos que no son pocos, pero ni en otro momento hubiera tomado lo que se me ofrece con tanta facilidad de una chava que lo único que le interesa de mi es mi posición, menos ahora, le digo que no necesito nada y que no deseo ser molestada. La agitación por ver a mi barbie me come, termino lo que estoy haciendo y le hago saber a mi asistente que no regresare, me despido de mi padre y salgo corriendo. Llego y de inmediato mi mente me transporta a lo que ocurrió apenas ayer en ese mismo lugar, un grupo de chicas que pasaba frente a mi me devoran con la mirada, pasan de largo y las escucho reír lo que provoca que voltee a mirarlas, están muy bien las tres sin embargo mi mente solo piensa en mí muñeca rubia; estoy perdida en mis pensamientos cuando una chava trigueña bastante guapa se me para enfrente. Desconocida: hola guapa… a mis amigas y a mí se nos ha ocurrido que quizá te apetecería acompañarnos. Tzuri: te agradezco la invitación pero no puedo. Desconocida: anda ven con nosotras, mirad que podemos pasarlo fenomenal.. Tzuri: de verdad, no puedo estoy esperando…

Paola: ¡a su novia! – dijo interrumpiéndome mi ángel de ojos azules, con voz enardecida. Desconocida: ¡vale tía! perdona eh, que no lo sabía. Paola: pues ya lo sabes. Mire divertida su carita enrojecida. Paola: ¡pero es que contigo no se puede tía! ¿y todavía te ríes? Tzuri: no me rio amor – es solo que me gusta que me celes – la tome por la cintura atrayéndola hacia mí, sus cejas enarcadas y expresión de puchero me provocaron comérmela a besos y no me quede con las ganas. Paola: tú sientes bonito de que muera de celos y yo siento horrible, ¡que es muy difícil esto de que le gustes a todas…! Tzuri: pero a mí solo me gustas tú. Paola: ¡mentirosa! Tzuri: es verdad Barbie, solo me gustas tú, solo te quiero a ti, solo quiero estar contigo. Paola: mira que le he dicho a esa tía que soy tu novia llevada por la furia, de verdad Tzuri que me pone mal ver como las chicas se babean por ti. Tzuri: mi amor eres mi novia y no deberías ponerte mal porque yo me babeo por ti y solo por ti. Paola: no somos novias… no me lo has pedido -dijo pícaramente, apartándose un poco de mi. Tzuri: ¿Cómo que no te lo he pedido? ¿y lo de anoche que fue? Paola: pues lo de anoche fue otra cosa. Tzuri: jajajaja –la volví a tomar por la cintura apretándola fuerte contra mí, incline la cabeza hasta casi topar con su frente – Paola ¿Quieres ser mi novia? Ella cruzo sus brazos alrededor de mi cuello, me beso y con sus labios sobre los míos me dijo Paola: si mi amor, si quiero.

PAOLA Nunca hasta este momento entendí el significado de la palabra felicidad, soy la persona más feliz del planeta, nada me ha importado no dormir, sigo extasiada con la sensación de sus labios en los míos, paladeando todavía el sabor de su boca, mi piel y mi cabello huelen a ella, a su perfume, me ducho y me cambio ilusionada, feliz de que en unas horas que me parecerán una eternidad volveré a estar en sus brazos, me he mudado de ropa no sé cuantas veces, al final me he dejado lo último que me probé, cuando salí me esperaba Pilar con una taza de café. Pilar: ¿Feliz? Paola: ¿Qué te digo mujer? más que eso… es que no lo puedo creer todavía, nunca me imagine esto posible. Pilar: ¿ya son novias? Paola: pues no me lo ha pedido. Pilar: joder Paola, que eso ya no se usa, se da por sentado, si hubo besitos, abracitos… Paola: pues me lo tiene que pedir o se lo pediré yo, porque con Tzuri no puedo dar por sentado nada, que ya antes hubo besitos, abracitos y… pues nada que a mí me lo pide con todas sus letras o no me consideraré su novia. Pilar: jo que ganas de complicarse la vida. Paola: bueno Pilar que me voy... que ya voy tarde tía, no sé a qué hora llegue hoy, que va Tzuri por mí – le informe. Pilar: ¡lo que te digo… que ya son novias! – me grito antes de que terminara yo de salir. Me consumían los nervios y la desesperación por que el tiempo volara, necesitaba verle estar con ella, besarla de nuevo, no me cansaba de sus labios, de su lengua, ¡jodeeer! que lentitud, el tiempo parece estancado, los segundos me saben a eternidad, cuando por fin me da la hora de salir me apresuro a dejar todo en orden y corro hacia la puerta tras la que estará lo único que calmara esta sed, la miro de pie con sus brazos cruzados lindísima como siempre, amo su cabello libre, una chica en actitud seductora esta parada frente a ella, mi demonio de ojos negros le mira con expresión distraída, los celos y la rabia que siempre me provoca que alguien se le acerque o la mire, me lanzan enfurecida hacia donde están, hago una escenita de celos digna de un culebrón además de que le lanzo a la cara a la atrevida esa que soy la novia de la chica que pretende llevarse, me exaspera un poco la expresión divertida de Tzuri después del circo que acabo de hacer, pero ella con la calidez de su voz me tranquiliza y en segundos me encuentro en sus brazos, perdiéndome en esa boca que

me hace delirar, cual cría le hago pucheros y ella me los consiente, le doy un tirón a la situación hasta que ella me pide que sea su novia, entonces alcance el nirvana. Paola: ¿A dónde me vas a llevar? Tzuri: amor esta es tu ciudad, más bien dime tu a donde vamos. Paola: ¿has comido ya mi amor?, yo muero del hambre. Tzuri: no Barbie, no he comido y también tengo hambre. Paola: que te parece si vamos a comer a un lugarcito donde podemos tener privacidad y después vemos. Tzuri: vamos a donde tú quieras. Paola: vale, vamos. Caminamos hasta su coche tomadas de la mano, antes de abrirme la puerta del copiloto me tomo de la cintura y me beso, nada me importaban las miradas curiosas de algunas personas que transitaban, estaba tocando el cielo con las manos, me abrió la puerta y espero a que estuviera dentro para cerrarla, corrió para montarse también, solo observarla me producía un millar de emociones, su larguísimo cabello acariciado por el viento y esa silueta de perfectos movimientos, todavía no me creo que me ame, que sea mía, que seamos novias, cuando estuvo a mi lado le mire con cara tonta. Tzuri: ¿porque me miras así amor? – me miro extrañada. Paola: porque eres hermosísima y me encantas – se inclino hacia mi estirando su cuello y me beso. Tzuri: tú me enloqueces bonita. Y para donde vamos. Paola: vamos yo te guio. Tzuri: Ok amor. Encendió el motor emprendiendo la marcha, durante el trayecto entrelazo su mano con la mía y no la soltó ni para hacer los cambios, esto es tan perfecto que por momentos me entra un poco de miedo, me embebo al verla conducir, me embriago en los besos que nos damos en cada alto. Paola: ¿cómo es que has aprendido a moverte con tanta facilidad por las calles de esta ciudad? Tzuri: amor no he aprendido nada, el GPS es un gran invento – me dijo acariciándome el cabello ya estacionadas frente al restaurant.

Una vez en el interior del sitio cogimos un privado. Sentadas una al lado de la otra esperamos por el menú, camino hasta allí, varias miradas se posaron en mi chica, esta vez no sentí celos, me sentí orgullosa porque es a mí a quien lleva tomada de la cintura, es a mí a quien ella mira. Paola: ¿has visto como te han mirado nada más entrar? Tzuri: no me miraban a mi amor, te miraban a ti. Paola: jajajaja, no amor te han mirado a ti, no es reproche, es que es verdad, allá en México no he puesto mucha atención a eso porque estaba en las mismas que esa gente que te mira sin pudor, pero el día que te volví a ver en el mesón, prácticamente todas las chicas que se hallaban en el lugar te comían con los ojos, desde mis amigas y aquí paso lo mismo. Tzuri: aquí me miraban con envida, por la novia que me cargo – me beso la punta de la nariz y los labios. Paola: jajajaja, pues si que has tenido mucha suerte. Tzuri: si que la he tenido Barbie. Paola: ¿Por qué me dices Barbie? – fruncí un poco el ceño. Tzuri: porque pareces una Barbie, ¿no has oído a María? mira que mi primita es experta en esas muñequitas. Paola: es decir que parezco hueca y artificial. Tzuri: no mi amor, perfecta y angelical, para María eso parecen sus muñecas barbies y cuando la escuché llamarte así me pareció perfecto el adjetivo, porque aunque en ese momento no lo aceptaba todavía, así te veía yo. Llego el mesero a tomar nuestra orden, Tzuri me dejo ordenar por ella y el mesero se fue. Paola: ¿a partir de cuándo te fijaste en mí? Tzuri: desde que te vi. Paola: Mentirosa Tzuri: haaaa es en serio Barbie desde que te vi, bueno desde que vi tus ojos, ¿te he dicho que me encantan tus ojos? Paola: no nunca, pero yo si te he dicho que me enloquecen los tuyos. Tzuri: si me lo has dicho – dijo quitando de mi rostro un mechón de cabello.

Paola: y si te gusté desde que me viste, ¿por qué durante las primeras horas fuiste tan fría y distante conmigo? Tzuri: jajajaja Paola: no te rías de mi – le di un leve empujón. Tzuri: no me rio de ti amor, me da risa que lo recuerdes. Paola: pues claro que me acuerdo, me invitas a un paseo a caballo y me dejas sola. Tzuri: no te deje sola íbamos todos juntos. Paola: no todos juntos no, tu ibas con Rosi. Tzuri: jajajajaja no ella iba conmigo. Pala: engreída – le dije torciendo la boca y volteando mi cabeza totalmente de frente a la mesa. Tzuri: jajajaja mi amor, no me acerque a ti por que Ricardo me lo pidió – dijo tomando mi cara con ambas manos hasta tenerme frente a la suya. Paola: ¿y tu muy obediente? Tzuri: mmm, pues ni tanto ¿no? a ver, si estamos en la sesión de reproches yo también recuerdo como me hiciste rabiar. Paola: te lo merecías. Tzuri: ahhhh me lo merecía, ¿y por qué? Paola: porque has estado de coqueta conmigo toda la tarde y yo toda emocionada y vas y te follas a Rosi por la noche – dije con verdadera rabia al recordarlo. Tzuri: ¿Cómo? – Dijo con expresión estupefacta – perdona amor… no voy a empezar con mentiras, pero es que como te diste cuenta pregunto. Paola: la vi salir medio desnuda de tu chalet. Tzuri: te voy a contar algo mi amor… - sus ojos lucían sinceros con un dejo de tristeza – yo quiero mucho a Rosi, crecimos juntas, cuando vi que ella tenía interés en mi como mujer te lo juro Barbie que me resistí, no quería hacerle daño pero al final me gano el instinto, aun así de verdad trate de quererla como ella esperaba pero pues no se dio y termine con ella, no fue fácil porque sabía que la iba a lastimar, siempre estuve consciente de que sus sentimientos eran honestos pero también de que si seguía con ella iba a ser peor, esa noche de la que hablas… desgraciadamente me volvió a ganar el instinto y volví a lastimar a esa muchacha.

Paola: ok amor… pero y Manuela. Tzuri: ha de Manuela tuviste la culpa tú bonita. Paola: jajajajaa pero que morro el tuyo tía. Tzuri: ¡siiiiii!, tuviste la culpa tú, estaba tan enojada y tan despechada que me agarre de Manuela, a poco crees que sentía muy bonito de verte muy agarradita de la mano de Rosi y andado con ella para todos lados; o qué es eso de tentarme y dejarme ahí toda entrada; o cuando te besé y me diste en la cabeza…¡porque no te apetecía!... Paola: jajajajajajajaja Tzuri: y te ríes de mi. Paola: no amor, me rio de que lo recuerdes ¿te digo algo? ni siquiera sé de donde saque las fuerzas para poder hacer todo eso que me has recordado porque me moría porque me besaras y por estar contigo. Pero no se me daba la gana que jugaras conmigo. Tzuri: así que preferiste hacerme rabiar de los celos. Paola: ¿te daban celos? –dije con emoción. Tzuri: ¡me moría de los celos!… me da una rabia solo recordar el día de la charreada que te largaste sin más con Carlota y luego verte ahí con ella toda arrumaqueada. Paola: arrumaque? Jajajaja Tzuri: ahí toda acaramelada, muy agarradita de la mano, dejándola que te hablara a la orejita. Paola: jajajajajajajaaja ¿pero me has mirado? Tzuri: pues claro que te mire… que pensabas. Paola: pues la verdad yo estaba enojada y frustrada porque parecía que a ti te importaba poco con quien y que estuviera haciendo. Tzuri: pues estaba que me cargaba la chingada, por qué crees que mande a María a que rescatara a nuestra Barbie. Paola: esa noche fue maravillosa, fue tan especial. Tzuri: si bonita, también para mí lo fue. Paola: pero al día siguiente me desayune la noticia de que te habías marchado a por una chica.

Tzuri: mmm cierto bonita, nunca te hable de Marcela. Paola: ¡no! – dije con los celos volviéndome a quemar las entrañas. Tzuri: mi amor – me abrazo notándolos – Marcela es mi mejor amiga, mi única amiga, además es heterosexual, le gustan más los hombres que a los leones la carne. Paola: pues si pero has salido corriendo tras ella. Tzuri: Salí corriendo por que tuvo un accidente, su hermana me llamo para avisarme que estaba muy mal, pensamos que se moría, - al escuchar esto me sentí culpable por que en verdad odie a esa chica – estuvo en coma mucho tiempo… además te voy a decir algo que seguro te complacerá escuchar. Paola: a ver dime. Tzuri: en cuanto he sabido que estabas en Vallarta con Carlota y Rosi, me volví loca de celos y ahí sí que nada me importo y salí prácticamente corriendo para estar contigo. Paola: ¿de verdad te has puesto celosa? Tzuri: ¿tú qué crees?, celosa es poco, no sé cómo no golpee a Carlota, de veras no sé de donde saque la fuerza para controlarme y es que no soporto que te toquen amor, no lo soporto. La bese con pasión al escucharle decir esto, en eso llego la comida que me significo un alivio porque en este recordatorio no quería llegar a uno de los momentos más dolorosos de mi vida, no quería saber nada de aquella mujer que vi en sus brazos, solo pensarlo me produjo un malestar estomacal que ella noto. Tzuri: ¿estás bien barbie? Paola: si amor estoy bien. No quería tocar ese tema, es demasiado doloroso, además de que ella no sabe que estuve más tiempo en México, ni que estuve en su piso aquel día, el resto de la tarde fue maravilloso, entre remembranzas, besos, caricias, abrazos y más besos y más caricias. Llegamos al edificio donde vivo y nos quedamos dentro del coche un buen rato besándonos, adoro la suavidad de sus labios, son tan ricos, carnosos y besa tan bien, se siente deliciosa su lengua hurgando mi interior enredándose con la mía, sus manos se deslizan por mi espalda mientras las mías acarician su cuello, ese simple contacto me excita, me hace desearla con locura pero también quiero quedarme así eternamente. Ella baja del coche para abrirme la puerta y una vez fuera de éste volvemos a entregarnos la una a la otra en un abrazo intenso, nuestras bocas se vuelven a encontrar insaciables; nos separamos a regañadientes para volver a entregarnos con la misma furia en el interior del elevador y de nuevo frente a la puerta de mi piso, quiero pedirle que entre pero también me gusta esta actitud de ella

que me vuelve a besar y me abraza con fuerza para soltarme y decirme que es hora de que entre. Tzuri: Barbie es hora de que vayas a la cama amor, seguramente no has dormido casi nada. Paola: de hecho no he dormido nada, pero no quiero que te vayas – dije mimosa enterrándome más entre sus brazos y pecho. Tzuri: ni yo quiero dejarte pero serán solo unas horas, mañana vengo por ti okey, ¿se te antoja ir al cine? yo hace años que no lo hago. Paola: contigo me apetece ir a donde sea cariño. Tzuri: bueno vengo mañana, comemos juntas y nos vamos al cine ¿va? Paola: vale. Su boca se acerco a la mía que le esperaba ansiosa y entreabierta permitiéndole la entrada a esa gloriosa lengua que me hacia subir al cielo, que esos brazos me aprieten se me está volviendo un vicio y dejarla ir es tan difícil. Ya en la soledad de mi habitación me desvisto para colocarme el pijama, me acuesto para que mi mente me lleve a revivir cada minuto que he pasado con ella durante el día. TZURI El fin de semana más feliz de mi vida, lleno de caricias, besos, hablar horas y horas de trivialidades, reírnos por nada, simplemente por sentirnos felices, y es que estoy disfrutando de cada instante a su lado, de la cotidianidad de ser pareja, como comprar palomitas antes de entrar a la sala del cine, pasar toda la película cogida de su mano, me regocijo en esa sensación que me produce el contacto con su piel o simplemente pensar en ella… estoy enamorada. Carmen: ¿Tzuri te traigo café? Tzuri: Si por favor – dije sonriéndole con esta expresión de tonta enamorada que no se me puede quitar de la cara. El que dijo que cuanto te sientes verdaderamente feliz todo lo que te rodea está bien tuvo mucha razón. Tres semanas han pasado y sigo viviendo como en una novela rosa de esas que siempre me han parecido extremadamente cursis y empalagosas pero estoy feliz de ser la protagonista de mi propia historia, hoy vamos a ver departamentos, ya es hora de mudarme a mi propio espacio, sé que voy a extrañar el vivir en familia puesto que hacía años que no lo hacía, pero además de que estoy acostumbrada a ser completamente independiente quiero un lugar para mí y Paola, no pienso proponerle que vivamos juntas eso sería muy apresurado, de verdad estoy disfrutando de esto del

noviazgo Estoy enfrascada en una documentación cuando entra Carmen con una expresión seria y poco amigable. Carmen: Tzuri te busca una señorita, ya le dije que estas muy ocupada pero insiste – me anuncio. Tzuri: ha dicho a que viene y su nombre – cuestione volviendo a los documentos sobre mi escritorio. Carmen: explica que es personal y dice llamarse Paola Carbajal. Me puse de pie caminando hacia la puerta sin decirle nada a mi asistente, Paola se encontraba de pie frente al escritorio de Carmen con expresión de pocos amigos y tensión en su cuerpo. Tzuri: ¡mi amor!, que sorpresa – le dije atrayéndola por la cintura y besándole los labios. Paola: me han dicho que estás muy ocupada – noté molestia en su voz. Tzuri: Barbie para ti nunca estoy ocupada, Carmen – me dirigí a mi asistente que nos miraba evidentemente descompuesta – ella es Paola mi novia, amor Carmen es mi asistente – dije volviéndome hacia Paola a la que tenia aun entre mis brazos. Paola: mucho gusto Carmen – le extendió una mano recargando su cuerpo sobre mí mientras yo la sostenía por la cintura, con sonrisa triunfante, en ese momento me pregunté qué habría pasado entre ellas. Carmen: igualmente señorita – respondió ésta con expresión seria. Tzuri: amor esta padre que hayas venido, ya te extrañaba – le dije conduciéndola al interior de mi oficina. Paola: Tzuri ¿que se trae esa mujer contigo? Tzuri: ¿Cómo? Paola: fue muy grosera, no me quería dejar entrar. Tzuri: Barbie, Carmen es solo mi asistente y le dije que no quería ser molestada, eso fue todo. Paola: a esa tipa le interesas. Tzuri: me encanta que me celes. Paola: ¡no es divertido Tzuri! No me hace ni tantita gracia que pases tantas horas al lado de esa tía, es más que evidente que le pasa algo contigo.

Tzuri: ¡bonita! es solo mi asistente. Paola: ¿te gusta? Tzuri: ¡no! – solté una carcajada. Paola: no me hace ni puta gracia Tzuri, que por más que me cueste reconocerlo esa tía está muy buena. Tzuri: y me lo dices en mi cara, la celosa debería de ser yo. Paola: ¡no estoy bromeando Tzuri Aragón! Tzuri: okey amor me pongo seria, si esta guapa y si me coquetea, pero no me interesa nada, amor que voy a tener que hacer para que asumas que no tengo ojos para nadie más que para ti. Carmen es eficiente pero si voy a tener problemas contigo por ella la hago trasladar a otra sección o la despido. Paola: mmm… no creas que me quedo tranquila, pero no te podría pedir eso, me vale con que le quede claro que tu eres todita mía – se acerco sensualmente entrelazando sus brazos por mi cintura y besándome. Tzuri: Te amo Barbie, ¿te lo había dicho ya? Paola: no lo suficiente. Volvimos a besarnos suavemente, los jugueteos cadenciosos de nuestras lenguas se fueron volviendo poco a poco enardecidos, mis manos que acariciaban su espalda se deslizaron lentamente hasta donde esta pierde su nombre, las suyas resbalaron en una caricia deliciosa sobre mi cuello hasta el borde de mi pecho, con pasos lentos y movimientos suaves me fue llevando hasta el borde del escritorio, su boca abandono la mía apoderándose de mi cuello, el placer que su lengua producía sobre mi piel hizo que echara la cabeza hacia atrás, sentí su aliento en el nacimiento de mis senos; desabrocho los botones de mi blusa sin dejar de regalarle a mi piel pequeños besitos, sus manos se escurrieron por debajo de la tela desabrochando mi brasier, una vez que mis senos fueron libres de esa prisión su deliciosa boca los devoro con desespero, el placer profuso me obligo a sostenerme con ambas manos del escritorio mientras ella deslizaba las suyas por debajo de mi falda, la que subió hasta mi cadera, su boca seguía comiéndome los pezones, succionándolos, sus dedos deslizaron mis pantaletas y perdida de placer me senté por completo sobre la mesa. Paola deslizo su lengua desde mis senos hasta mis labios para bajar de nuevo, con su mano izquierda sobre mi cuello me dio un leve empujón indicándome que me recostara, obediente me deje llevar sostenida por mis codos sobre la superficie, con la mano derecha masajeaba mi vulva introduciendo sus delicados dedos entre los labios vaginales, con lengüetazos y mordiscos inicio un descenso pausado hasta llegar a mi sexo, una vez tuvo su rostro entre mis piernas la sentí aspirar profundamente, esto provoco palpitaciones aceleradas en él, su lengua se abrió paso y me recorrió desde el

ano hasta el clítoris, una y otra vez, nuestras respiraciones entrecortadas y agitadas se acompañaban en un mismo compás, cuando sus deliciosos labios aprisionaron mi clítoris me tuve que morder los labios para no gritar de placer, sus dedos me penetraron con delicadeza, mis caderas iniciaron un meneo armónico con sus dedos, me incorpore tomándola de los hombros obligándola a subir hasta quedar frente a frente urgida de su boca y lengua, nos besamos con avidez mi pelvis rabiosa por el placer producido por la penetración se agitaba vigorosamente al igual que sus dedos que salían y entraban en mi con la misma energía, me abrace con fuerza de ella cuando alcance el clímax, cada musculo de mi cuerpo se relajo destrabándose entre sus brazos que me apretaban sosteniéndome, enredo sus manos con mis cabellos besándome con ternura. Paola: Te amo Tzuri… Te amo – me dijo en un susurro. Tzuri: yo te adoro Barbie – mi boca estaba seca, mi cuerpo sin fuerza. Paola: ansiaba hacerte el amor bebé. Tzuri: yo también estoy muriendo del deseo de comerte entera amor. Paola: por eso he venido ojos negros, para secuestrarte. ¿Crees que puedas ausentarte todo el fin de semana?. – me dijo a la vez que me arreglaba el cabello son sus dedos y me abrochaba la blusa. Tzuri: si Barbie, ¿a dónde me vas a llevar? Paola: a Altea Tzuri: ¿y dónde queda eso? Paola: En la provincia de Alicante. Tzuri: okey, ¿y cuando nos vamos amor? Paola: mañana, ¿te parece bien? Tzuri: todo lo que venga de ti me parece bien – termine de arreglarme la ropa – ahora vamos a comer algo y me acompañas a ver unos departamentos que me está proponiendo la inmobiliaria. Paola: vale "ojos negros" ¿me puedo quedar con estas? – pregunto sonriente sacudiendo mis diminutas pantaletas. Tzuri: mmm. Okey ¿pero no te importa que vaya por la vida sin ropa interior? Paola: no, así será más fácil meterte mano mientras conduces – mordió mi labio inferior.

PAOLA Estoy preparando un viaje romántico, tenemos ya tres semanas de novias y ardo en deseos de hacer el amor hasta el cansancio pero quiero que sea especial, creo que a Tzuri le sucede lo mismo. Pensando en un sitio que se le asemeje un poco al paraíso mexicano en donde estuvimos juntas por primera vez, estudio varias opciones. Ana: pues yo te recomendaría Sevilla o Barcelona ¿podría ser no? Teresa: Todavía no entiendo cómo has podido perdonarle. Paola: eso no está a discusión Tess. Pilar: Jodeeer ya quisiera yo verte diciéndole que no a esa diosa Teresa. Teresa: jo no es para tanto… Pilar: si mal no recuerdo la primera vez que le has visto se te cayo la mandíbula al suelo. Teresa: Ya vale… pero que se ha portado muy mal con Paola y que no entiendo como rechaza a alguien como Silvia por una tía que seguramente le pintara cuernos en la primera oportunidad. Paola: ¡Joder! Teresa, ¡basta ya!... te quiero amiga pero no me gustan tus comentarios sobre mi novia, para ya con eso, te lo digo en serio. Ana: ¡Altea! – pegó un grito. Pilar: ¿y a ti que te pasa tía? Ana: Que es romántico, ahí podrían disfrutar como pareja. Por lo menos Ana termino con la discusión y la opción era más que buena, Altea es una ciudad de pocos habitantes, es muy bella y se encuentra en la costa del mar mediterráneo. Pilar estaba feliz con mi relación y Ana parecía también empática a mi dicha, pero Teresa desde que se entero de ésta no había hecho otra cosa que reñirme y criticar a Tzuri, cualquier oportunidad era buena para meterme dudas sobre mi novia o reprocharme que ya casi no nos viéramos. Pilar me decía que no le tomara mucho en cuenta y que era natural que la mayor parte de mi tiempo libre deseara pasarlo con Tzuri. Silvia también aprovechaba cada oportunidad que tenia para hablarme de sus sentimientos y pintarme un panorama negro con mi novia. Silvia: ¿te marchas ya?

Paola: si ya termino mi turno. Silvia: también el mío, ¿te llevo a tu piso? Paola: no gracias, además no voy para allá. Silvia: ¿otra vez te está esperando la mexicana? –llené de aire mis pulmones antes de responder. Paola: ¡no Silvia!, Tzuri no ha venido por mí, ya he perdido la cuenta de las veces que hemos tenido esta misma conversación, de verdad que no quiero herirte pero me estoy cansando, detesto que llames a mi novia "la mexicana" con ese desprecio. Silvia: no te cabrees Pao, lo digo porque me importas, esa mujer te hará daño otra vez, la gente no cambia y me duele que vayas a sufrir de nuevo… yo si te amo. Paola: por enésima vez Silvia, no voy a discutir mi vida contigo, respeta mi relación, respeta mi vida y déjame en paz. Silvia: Te amo Paola, no me pidas que me quede como si nada cuando veo como arruinas tu vida. Paola: pero yo no te amo, amo con locura a esa mujer como la llamas tú, para ya, ¿dime de qué modo te lo pido? Me marche de ahí cabreada, en el trayecto a las oficinas de la empresa de Tzuri me fui calmando, ya antes había estado ahí con Mariana, quería darle la sorpresa, en la recepción me indicaron el camino Sentada frente a un escritorio se encontraba una chica muy guapa y bien vestida que en principio fue amable al cuestionarme que se me ofrecía, cuando le he dicho que buscaba a Tzuri su expresión cambio lo mismo que su tono. Carmen: está muy ocupada y no se la puede molestar. Paola: le puedes informar que está aquí Paola Carbajal – le mire con el mismo desafío que ella me lanzo con sus ojos. Carmen: ya te dije que no puedo molestarla. Paola: vale tía, no le digas que estoy aquí, le llamo a su móvil y le informo que estoy aquí afuera y no has querido avisarle. Carmen: No sé quién eres, pero yo solo sigo órdenes. Paola: pues después de que hable con ella te aseguro que saldrá por esa puerta y te enteraras de quien soy ¿prefieres eso y vemos que sucede? Carmen: vale, espera.

Dicho esto se levanto de mala gana y se perdió detrás de la puerta, me cayó muy mal la actitud de esa tía, fue evidente para mí el interés que tenía en su jefa y todos los miedos regresaron a mi cuerpo, la tía es muy guapa, en instantes vi salir a Tzuri sonriente aprisionando mi cuerpo y besándome pero el malestar no se me pasaba, evidentemente notó cual era mi molestia y me presento a su asistente como su novia, ya dentro del despacho después de hacerme rabiar un poco, encontró las palabras necesarias para medio tranquilizarme, solo entonces la observe, ataviada con una blusa blanca de botones y falda ceñida a su figura que le llegaba hasta la rodilla, tacones altos, cabello suelto, hermosa como siempre, nos entregamos a las caricias y besos como cada vez que estábamos cerca, el entorno me excito y me deje llevar por las ganas de poseerla, hacia tanto que no la tenía por completo, la iniciativa para aquello fue totalmente mía y le hice el amor sobre su escritorio, el placer de su cuerpo fue más para mí que para ella misma. Salimos de la oficina y antes de partir Tzuri se dirigió a su asistente. Tzuri: Carmen me marcho, ya no regreso, no me programes nada para el viernes, sábado y lunes próximos, mmm, una cosa más, mi novia no necesita ser anunciada, pasa directo a mi oficina cada vez que venga ¿okey? eso es todo, nos vemos. Carmen: bien Tzuri como tu digas – sus labios apretados y las cejas enarcadas denotaban enojo. Comimos en un restaurante de comida rápida y de ahí partimos a la inmobiliaria en donde nos esperaba un agente que le mostraría una serie de pisos a Tzuri. Hicimos un recorrido de cuatro pero ninguno le gustaba a mi quisquillosa novia, la verdad a mi todos me parecieron muy bonitos, cuando llegamos al quinto un tipo loft que me recordó al de México instintivamente supe que se quedaría con ese, dos habitaciones, dos baños, amplio y funcional con grandes ventanales. Tzuri: ¿te gusta bonita? – me abrazo por detrás Paola: me recuerda al tuyo – recargue mi cabeza a la altura de su cuello, entrelazando mis manos con las suyas. Tzuri: "sip", se parece, ¿pero a ti te gusta? Paola: te gusta a ti que es lo que importa "ojos negros". Tzuri: me importa que te guste también a ti Barbie. Paola: pues claro que me gusta. Tzuri: okey, nos lo quedamos – se dirigió al agente. Al escuchar esa frase una sacudida intensa estremeció mi cuerpo.

Al día siguiente marchamos a Altea, me decidí por un hotel que fue construido en una vieja casona de pocas habitaciones, escogí una con vistas al mar en un intento de remembrar Vallarta, la habitación de pisos de madera y decoración minimalista de amplios ventanales que dejaban a la vista un hermoso paisaje de rocas y mar con una pequeña terraza seria un excelente marco para este fin de semana en el que seriamos solo nosotras. Una vez a solas en la habitación su negra mirada se encendió, me tomo entre sus brazos y pego sus labios a mi oído. Tzuri: hoy no vamos a salir, te necesito barbie – escucharla hizo que un calorcillo recorriera toda mi anatomía. Tomo mi cara entre sus manos y me acerco hasta ella, su boca devoro la mía con ímpetu, la ropa nos estorbo y la arrancamos de nuestra piel con frenesí la una a la otra. Sentí sus dientes en mi cuello, mis uñas arañaron su espalda, entre jadeos, gemidos, caricias y lenguas llegamos a la cama, ella coloco su cuerpo sobre el mío y aprisiono mi boca de nuevo introduciendo su deliciosa lengua que se paseaba gustosa en mi interior haciéndole el amor a la mía, friccionando su pecho y caderas en mi piel, sus manos sostenían las mías sobre la superficie de la cama con los dedos entrelazados, con movimientos llenos de fogosidad inicio un recorrido con lengüetazos, mordidas, besos, succiones sobre mi piel desde el cuello en un lento descenso, pasando por mi clavícula, senos, pezones, estomago, vientre; lamio, chupo y beso cada espacio de la dermis sobre mis muslos. Cuando llego a mis pies me dio pequeñas mordidas en los talones y el arco para luego chupar uno a uno los dedos de ambos, mis gemidos se volvieron gritos para ese momento, todo su cuerpo era placer para el mío que se contorsionaba serpenteante sobre la cama; manos acariciando, masajeando, lengua, labios, piel, cabellos que al roce con mi piel me provocaban un goce indescriptible, abrí mis piernas al sentir la suavidad de su cabellera y la exquisitez de su lengua subir por mi entre pierna, mi sexo la recibió empapado y palpitante de deseo, los labios vaginales, clítoris y músculos vaginales adquirieron vida propia al reconocer esa experta lengua que vehemente degustaba los jugos producto del ardor de mi cuerpo, la delicadeza y suavidad de esos labios carnosos se apoderaron de mi hinchado clítoris, los jadeos se tornaron alaridos, me aferre con las uñas a las sabanas mientras alcanzaba el paraíso, el vaivén de mis caderas era furioso, delirante, hasta que estalle en un impetuoso espasmo gritando su nombre, el nombre de mi mujer, ella se deslizo sobre mí besándome en cada sitio a su paso hasta llegar a mi boca entregándome su sabor mezclado con el agridulce gustillo de los líquidos emanados por mi éxtasis, una frente a la otra penetrándonos, con nuestras caderas moviéndose en una concordancia perfecta nos volvimos una sola entidad, amándonos con exacerbación una y otra vez, ninguna de las dos parecía saciar esas ganas que teníamos de bebernos, de comernos, trascurrieron horas.

Hambrientas de nuestra carne, sedientas de éxtasis, solo el cansancio de nuestros agotados organismos pudo postergar la necesidad de saciar el deseo. La luz del día entrando por el amplio ventanal me despertó, Tzuri dormía a mi lado plácidamente, me coloque de costado descansando la cabeza sobre la palma de la mano. Me dedique a observar la belleza de mi bella durmiente, detallé sus finas facciones, cejas bien delineadas enmarcaban ese par de hermosos ojos, sus suaves parpados bordeados por largas pestañas rizadas naturalmente, la línea de su nariz respingada, la belleza de sus labios que asemejaban un carnoso corazón carmesí, la sinuosidad del contorno de su rostro, la espesa cabellera que descansaba desparramada sobre la almohada y sabanas, cuello largo y fino, las formas de su silueta, torso perfecto senos firmes coronados por aureolas y pezones rosados, caderas que acentuaban la estrechez de su cintura, largas y bien torneadas piernas y tez nacarada hacían de ella una obra de arte. Dormida con cada uno de sus músculos relajados parecía una escultura, con lentitud abrió sus ojitos y me regalo una mirada penétrate y tierna a la vez, se desperezo y sin decir palabra me atrajo hacia sí rodeándome con sus brazos, besando con dulzura mis mejillas y labios. Paola: ¿Tienes hambre bebe? , ayer ya no hemos comido nada. Tzuri: si amor tengo hambre. Paola: nos damos una ducha, vamos a comer y recorremos un poco la ciudad. Tzuri: si pero después. Mi hambre de ti es más grande. Nos entregamos de nuevo al deseo insaciable de nuestros cuerpos, besando cada parte de nosotras, permitiendo que la pasión nos absorbiera por completo, piel con piel, piernas entrelazadas, pelvis contra pelvis, clítoris contra clítoris, labios con labios, lenguas enredadas, frotándonos la una contra la otra, sudorosas, sofocadas, gimientes, entre susurros apagados de promesas de amor, en una entrega de cuerpo y alma. Después de ducharnos juntas, amándonos de nuevo bajo el agua, nos vestimos entre besos y caricias, salimos a caminar por la parte vieja de la ciudad buscando un sitio donde comer, cogidas de la mano, abrazándonos, satisfaciendo esa necesidad del tacto con nuestra piel. TZURI Ni la belleza de las angostas calles empedradas bordeadas de casitas de ensueño, o el paisaje marino de esa ciudad se comparaba a la de mi mujer, embebida en sus ojos azules, delicada piel rosada, boca pequeña, la armonía de su cuerpo, no podía dejar de mirarla y tocarla. Caminamos sobre lo que se denomina el casco viejo según me explico mi barbie, decidimos comer en la terraza de un restaurant con vista al mar, de entrada tapas

frías, paté casero con toque de arándanos, como plato principal Paola ordeno lubina a la sal con patatas y verduras y yo medallones de solomillo ibérico en salsa de setas, peleo conmigo como aquella vez en Vallarta por no ordenar comida del mar, acompañamos con vino rioja crianza y de postre helado. Tzuri: Te amo Barbie- dije suspirando. Paola: Yo te adoro "ojos negros" Con la mano sobre su cuello y mentón la bese, acariciando sus labios con los míos por largo rato antes de que las lenguas se encontraran enmarañándose en un muto deleite. Caminamos por la playa tomadas de la mano besándonos continuamente, con caricias atrevidas y furtivas, volvimos a la habitación ávidas de deseo mutuo, nos entregamos de nuevo sin mesura alguna, tiernamente, salvajemente, llenas de amor. PAOLA Ninguna de las dos quería regresar a la realidad de Madrid, la reminiscencia de Vallarta fue casi exacta, con la afortunada salvedad de que no nos separaríamos, Pilar nos esperaba expectante, si no fuera porque se trata de la mujer de mi vida y mi mejor amiga me sentaría un poco celosa de la relación que han entablado entre ellas, después de beber unas cervezas y platicar entre risas llego el momento de la despedida, no quería dejarla ir, deseaba tenerla una vez más, pero no me quedo más remedio que soltarla, quedamos en que al día siguiente pasaría por mí al laboratorio para buscar muebles para el piso, ambas necesitábamos con urgencia que se mudara en cuanto se lo entregaran. Cuatro meses de novias, hoy cumplimos cuatro meses de novias y ha sido increíble, fenomenal, sigo viviendo como en un sueño, desde que se ha mudado han sido contadas las noches que no hemos dormido juntas, no he dejado mi piso al que voy de vez en cuando porque ella no me ha pedido que me mude formalmente con ella, la sincronía con que hemos llevado nuestra relación es asombrosa, desde el primer día sin decírnoslo comprendimos que ambas deseábamos vivir esto lentamente. Sin prisas, podría decir que me siento completamente segura de ella, de su fidelidad, pero eso no es del todo cierto, cuánta razón tenía Juan, la atracción que ejerce Tzuri sobre otras mujeres es abrumadora y aunque ella de verdad no mira a nadie si no a mí, no estoy suficientemente segura de que será así siempre, "la gente no cambia", " ella es lo que es", "mira nada mas la cantidad de tías que la atacan sin importar que estés a su lado", son frases que escucho con demasiada frecuencia y a momento merman mi seguridad en ella, pero luego me mira con ese par de panteras negras que Dios le dio por ojos y que conmigo parecen gatitos mimosos y todos mis temores se esfuman.

Paola: "ojos negros", amor hoy voy con las chicas al mesón de siempre, ¿nos alcanzas allá? – la llame al móvil a sabiendas de que me diría que no, no le va muy bien estar en el mismo sitio que Tess, pero tenía la esperanza de que me dijera que sí. Tzuri: Barbie, no puedo bonita, tengo que sacar mucho trabajo pendiente, aprovecho hoy para eso, diviértete y pásalo bien con tu amigas. Yo estaré aquí en la oficina hasta que me llames y voy por ti, ¿va? Paola: vale… ¿te quedaras tu sola en la oficina o se quedara tu odiosa asistente contigo? Tzuri: mi amor, estará conmigo un rato y en cuanto no me sea necesaria se va, Te amo Barbie. Paola: y yo a ti "ojos Negros", pero no me quedo muy tranquila eh. Tzuri: jajajaja lo sé mi amor, ¿Cuánto me costara ganarme tu confianza por completo? Paola: En ti confío Tzuri, pero en ella no... bueno vale amor, te llamo y vas por mí. Tzuri: si corazón espero tu llamada, diviértete con la arpía y tus amigas jajajajaja. Nos pasamos una tarde muy agradable, hacía rato que no estábamos las cuatro juntas, mi relación con Tzuri absorbía todo mi tiempo, no es por ella, es decir, siempre me ha hecho saber lo importante que es el que ambas conservemos nuestra individualidad y nos demos espacio, ha sido más por mí que me cuesta mucho pasar tiempo lejos de ella. Ana: oye rica, cuéntate algo anda – su expresión de picardía me indicaba por donde iban los tiros. Paola: que quieres que os cuente. Ana: pues ya sabemos que tienes por novia a una deidad… pero y en la cama… ¿cómo es? Paola: ¡no seas cotilla Ana!, eso es privado. Teresa: eso me suena a que tu amor estará muy bueno pero en la cama no pasa nada. Pilar: Te habías tardado Teresa, ¿sabes que analizando tu actitud he llegado a la conclusión de que, uno, estas enamorada de Silvia, dos, estas enamorada de Paola, o tres, Tzuri te pillo a primera vista y quieres enrollar a las otras dos para que te quede el camino libre. Teresa: no digas estupideces. Pilar: Tú deja de decir estupideces guapa, porque das mucho que pensar.

Ana: joder ya basta chicas, volvamos a lo importante… anda Paola dinos, es que no quieres hacerlo por lo que dice Tess. Paola: mi novia es una Diosa en todos lados, que les baste saber eso. Se acercaba el momento de marcharnos, por lo que llame a Tzuri, tras varios timbrazos me respondió un tanto agitada, eso me inquieto un poco, pero me calme rápidamente cuando con voz dulce me dijo que estaría por mí en cuestión de minutos. TZURI Había que preparar una presentación para los dueños de una cadena de clubs japoneses con los que nos reuniríamos en tres días, así que cuando Paola me comunico que se iría con sus amigas fue una buena noticia porque ese día tendría que quedarme trabajando hasta entrada la noche, una vez que la presencia de Carmen no me era indispensable le indique que podía retirarse. Carmen: no Tzuri yo me quedo contigo, juntas terminaremos más rápido. Tzuri: no Carmen, de verdad que lo que queda puedo hacerlo sola. Carmen: en serio prefiero quedarme hasta que concluyamos con todo. No insistí mas, tenía razón, con ella aquí terminaríamos mucho más pronto, debo reconocer que mi asistente es muy eficiente aunque a ultimas sus insinuaciones casi rayaban en el acoso; una vez que terminamos nos dirigimos juntas hacia los elevadores, ella pulso el botón del primer piso que es donde está la recepción. Tzuri: ¿tienes que pasar todavía a recepción por algo en especial? Carmen: no, pero ahí está la salida principal – sonrío con coquetería. Tzuri: ¿y tu auto? Carmen: de momento no tengo, tomare un taxi. Tzuri: no a esta hora no es conveniente, vamos te llevo a tu casa – indique. Durante el trayecto que ella me iba indicando, su actitud casi siempre extrovertida se torno tímida. Hablábamos casi nada, salo trivialidades de la oficina, una vez que estuvimos frente a un edificio de departamentos, me dio las gracias e hizo ademan de disponerse a descender, le di las buenas noches esperando a que bajara pero no lo hizo; cerrado la puerta de golpe se lanzo a mis labios besándome y agarrándome totalmente desprevenida, casi por instinto estuve a punto de corresponder el beso pero me contuve alejándola con suavidad.

Carmen: lo siento mucho Tzuri - me dijo ruborizada – no me quería quedar con las ganas de hacerlo, he hecho de todo para llamar tu atención, tú me gustabas desde hace tanto tiempo, pasaba mucho tiempo mirando la fotografía que tiene tu padre de ti en su oficina, cuando supe que venias tontamente me hice ideas en la cabeza y he hecho de todo para llamar tu atención pero tu ni siquiera me miras y en este afán de conquista he terminado por enamorarme de ti. Yo la miraba estupefacta, note cierta sinceridad en sus palabras, no sabía que decir, totalmente incomoda con esa situación. Tzuri: Carmen, en verdad lamento escuchar esto, quizá en otras circunstancias las cosas hubieran sido distintas, pero yo… Carmen: si lo sé, tu novia, se que estas muy enamorada de ella. Tzuri: si mucho, ella es la verdadera razón por la que he venido a vivir aquí y no haría nada que pusiera en riesgo mi relación ¿comprendes? Carmen: si comprendo, pero en el amor y la guerra todo se vale. Se lanzo hacia mi devorándome los labios, aprisionando mi cuerpo, el sonido de mi celular me hizo reaccionar empujándola esta vez con brusquedad. Tzuri: ¡bueno! – Respondí con agitación- si mi amor enseguida voy por ti, en cuestión de minutos estaré ahí. Carmen – dije con seriedad - tu eres muy eficiente y he trabajado hasta ahora muy bien contigo, pero si vuelves a intentar algo como lo que ha ocurrido ahora me voy a ver en la necesidad de solicitar que te transfieran o de despedirte, no estoy dispuesta a poner en peligro mi relación por un simple acoston, espero que quede muy claro; ahora baja por favor me tengo que ir. Descendió con expresión rabiosa. Enojada conmigo misma por ponerme en esa situación vulnerable me puse en marcha para ir por Paola. La carita radiante de mi Barbie me hizo olvidarme de todo y enfocarme solo en ella y su boca, desde que me he mudado prácticamente no hemos pasado una noche separadas, han sido contadas, adoro dormir con ella, hacer el amor antes de dormir y por las mañanas, desayunar juntas y salir corriendo por que va tarde a su trabajo y el esfuerzo que hago para liberar sus labios en el beso de despedida dentro del coche. Un día más de mi vida en este país que he llegado a amar tanto porque me ha dado lo que más he amado en mi vida, mi madre llaga de improviso a mi oficina con esa expresión que le conozco tan bien. Gabriela: mi amor hace mucho que no vas a comer por casa. Tzuri: Mama comimos juntas hace apenas dos días. Gabriela: esa no cuenta, solo estábamos Ricardo tu y yo, no estaba tu papá.

Tzuri: Mami, te conozco, dime que es lo que realmente quieres. Gabriela: está bien Tzuri, vine porque quiero que el sábado lleves a tu novia a comer en casa, quiero conocerla. Tzuri: ya la conoces Madre, es hermana de Mariana la ex novia de Ricardo – dije muleando un poco. Gabriela: pues si la vi una vez creo, pero ahora es tu novia no la hermana de la novia de tu hermano y por lo que se es una relación seria, ¿o no? Tzuri: Si mamá, lo es. Gabriela: ¿entonces? no es lógico que la presentes a la familia. Tzuri: jajajaja si madre, ya lo había pensando, el sábado iremos a comer y les presentare oficialmente a mi novia, pero te voy a pedir un favor mami, se prudente con tus comentarios. Gabriela: ¿Por qué la advertencia? que podría decirle. Tzuri: mami te conozco. Gabriela: me ofendes Tzuri – su expresión risueña me dijo que me iba a poner en aprietos frente a Paola. PAOLA Tzuri: Barbie, tenemos compromiso para comer el sábado – me comunicó mientras nos preparábamos para ir a la cama. Paola: ¿con quién "ojos negros"? – le dije con el cepillo de dientes en la boca. Tzuri: con tus suegros amor – mi mirada no se cansaba de su piel desnuda. Paola: ¿c…con mis suegros? – no sabía que sentir, de momento nervios. Tzuri: ¿no quieres? – preguntó enfundandose en un pijama de top y panti que sabe me encanta. Paola: si, si quiero, pero me da nervios. – se acercó introduciendo sus manos por debajo de mi camisón. Tzuri: mi amor, mis padres no te van a comer… bueno mamá a preguntas quizá, además ya los conoces – sus manos masajeando mis nalgas y subiendo y bajando sobre mi espalda. Paola: Ricardo me presentó con tu madre una ocasión y a tú padre no le conozco.

Tzuri: Te quieren conocer, eres mi novia, la única de la que se han enterado – su lengua en el lóbulo de mi oreja me estaba excitando. Paola: ¿has tenido novias antes?. – cuestione con voz entrecortada. Tzuri: tuve unas dos siendo muy chavita, a las que se podría llamar novias, ya sabes noviecitas, pero ambas fueron relaciones efímeras. – ahora su lengua resbalaba sobre mi cuello. Paola: ¿qué edad tenias? – es delicioso su tacto. Tzuri: dieciséis años durante los dos noviazgos – sus dientes y labios podían hacerme enloquecer. Paola: ¿tan poco duraste en esas relaciones? – me dejé conducir por ella hasta la cama. Tzuri: Barbie… - sus manos se quedaron quietas pegando su frente con la mía antes de responder - muy joven me di cuenta de que no era de compromisos, eso pensaba hasta que se me atravesó una muñeca de ojos azules. – ya no me permitió preguntar nada mas adueñándose de mi boca. Levanto mi camisón a la altura de mis pecho dejando libres de tela mis erizados senos, sus labios iniciaron una placentera succión en uno de ellos, luego paso al otro, lamiendo, chupando, las caricias que esos hábiles dedos hacían sobre mis muslos produjeron sonidos guturales involuntarios de mi garganta, cuando sentí la cercanía de estos a mi vulva me abrí para recibirla y le suplique que me dejara hacerle lo mismo, obediente le dio entrada a la mano ansiosa que hurgando entre los labios vaginales masajeo embelesándome con la humedad de su sexo, el recorrido de sus dedos sobre el mío me hizo jadear, ella imito mis sonidos cuando la penetre, con la habilidad que da la práctica nos acomodamos una sobre la otra friccionando los hinchados clítoris, penetrándonos mutuamente entrando y saliendo acompasadamente, hasta que alcanzamos el clímax. Sábado por la mañana, Tzuri me miraba divertida sentada sobre la cama en posición de loto mientras yo corría por toda la habitación después de haberme probado un sinfín de atuendos y ninguno me convencía. Paola: joder Tzuri, podrías ayudarme un poco y decirme cual te ha parecido el más apropiado. Tzuri: ese Barbie – la mire con cara de no me hace ni puta gracia – ¿qué amor?, yo quisiera tenerte así siempre, desnudita – me halo de uno de los brazos hasta hacerme caer encima de ella, besándome. Paola: ¿ah sí?, ¿te gustaría que todo mundo me viera así? Tzuri: okey, tienes razón – enarco una ceja – así solo para mí.

Paola: vale, ¿entonces?, dime con que ropa te he gustado más – me soltó poniéndose de pie y cogió un vestido verde de ligera tela que puesto caía con suavidad sobre mi silueta y una zapatillas de tacos no muy altos de un tono marrón obscuro. Una vez aparcamos frente a la casa de sus padres la tensión de mi cuerpo me delato ante ella que me tomo de la mano y trato de tranquilizarme. Tzuri: mi amor tranquila, no pasa nada, solo son mis padres y Ricardo. Paola: si lo sé, pero me da miedo no gustarles. Tzuri: no creo que exista nadie en este mundo a quien tú no le gustes. Con cada paso hacia la puerta principal mis nervios se acrecentaban, Tzuri apretaba mi mano proporcionándole ligeras caricias con sus dedos, en cuanto entramos Ricardo salió a nuestro encuentro. Ricardo: Pao, cuñada… estábamos destinados para cuñados – sonriente como siempre y con la calidez de antes me abrazo y beso en ambas mejillas. En ese momento se apareció la madre de Tzuri, aunque le había visto antes no le recordaba muy bien, solo que era muy guapa, aunque más bajita de estatura, se nota que de ella heredo Tzuri su figura, cuello y movimientos elegantes, sonriente me dio una abrazo muy fuerte regalándome un sonoro beso en la mejilla derecha. Gabriela: eres preciosa, sí que lo eres, discúlpame pero es que no te recordaba muy bien, bienvenida a la familia mi amor, mi nombre es Gabriela y como ya sabes soy la mamá de esta granuja que tienes por novia. Paola: es un placer volver a verle. Tzuri: ¿y mi papá? Gabriela: hay hija ya conoces a tu padre, trabajo, trabajo y más trabajo, acabo de hablar con él está por llegar, discúlpalo mi amor- su mirada se dirigió a mi – pero tendrás que acostumbrarte porque ser esposa de un Aragón es entender que su vida y mundo es el tequila. Tzuri: ¡Mamá! Gabriela: no he dicho nada malo, ¿o si Paola?, si vas a ser la mamá de mis nietos, serás la esposa de mi hija. Tzuri: ¡Mamaaaaa! Gabriela: Haaa no, no me vayas a salir con que siempre no, ¿eh?, tú a mi me prometiste nietos, por eso te ayude con Esther logrando que te prestara a Chelito.

Las palabras de Gabriela fueron música para mis oídos y la cara de "ojos negros" un poema, nunca pensé que llegaría el día que le vería ruborizarse. Paola: Es lo que más deseo Gabriela, llegar a ser la esposa de su hija y la madre de sus nietos, pero creo que no será sencillo lograrlo, claro que con su ayuda a lo mejor le sometemos, le guiñe un ojo – Tzuri me miro con extrañeza, yo misma me sorprendí ante mis palabras. Gabriela: cuentas conmigo, además no creo que te cueste tanto esfuerzo, mira que haber logrado que se comprometiera en un noviazgo ya es algo, pero pasemos a la sala, estaremos más cómodas, en cuanto llegue Fernando pasaremos a la mesa. Tzuri volvió a pasar su brazo por mi cintura y me susurro al oído cuando nos encaminábamos a la estancia. Tzuri: ves como fue muy fácil, te amo bonita. Después de unos minutos de animada plática entro un señor muy alto y erguido que me recordó de inmediato al abuelo Alberto pero con expresión más seria, al acercarse su mirada se torno amable y cálida hacia mí, Tzuri se puso de pie halándome con suavidad para que hiciera lo mismo. Tzuri: hola papá, te presento a mi novia – poso ambas manos sobre mi cintura protectoramente, dándome el soporte que adivinó necesitaba, la presencia del padre de mi novia es imponente. Fernando: ven acá chiquilla déjame abrazarte, eres muy hermosa. Hija buen gusto tienes, no se puede negar. Gabriela: bueno pasemos al comedor. La convivencia durante la comida fue amena, divertida, en poco tiempo me sentí cómoda y relajada, Ricardo bromeo en todo momento poniendo en aprietos a su hermana, al despedirnos los padres de Tzuri me besaron y abrazaron con mucho cariño arrancándonos a ambas la promesa de que la visita se repetiría pronto. Estos últimos días he visto poco tiempo a mi chica por cuestiones de trabajo, es la primera vez desde que iniciamos nuestra relación que el tiempo para vernos se ha espaciado tanto y para colmo me ha informado que tiene que viajar a Tokio por cuestiones de negocios y que estará fuera por varios días, eso me pone mal. Escucho el sonido incesante de mi móvil, corro a responder y escucho una voz de mujer. "Paola, ¿sabes que te están viendo la cara?" – ¿Quién llama? cuestiono enojada pensando que es una mala broma – "una amiga, me da pena que te estén engañando, tu novia se entiende con Carmen su asistente" – sino me dice quien es voy a colgar-,

ante el silencio estoy por hacerlo pero la voz vuelve decir – "yo cumplí con decirte tu veras que haces" Cortó inmediatamente después de decir esto, dejándome en un mar de dudas y celos. Pilar: ¡pero qué te pasa mujer! ¿quién llamó? Paola: me han llamado para decirme que Tzuri está enrollada con su asistente. Pilar: no iras a tomar en serio una llamada anónima Pao. Paola: pues no se… como es que sabía mi nombre y el de mi novia y peor aun el de su asistente. Pilar: tú misma me has contado que esa mujer quiere algo con tu chica, ¿Quién te dice a ti que no ha sido ella la que armo todo este numerito para sacarte del camino? Paola: eso me suena a culebrón. Pilar: por eso mismo, Tzuri no te ha dado pie para que la pongas en duda, ¿o sí? Paola: pues… no. Pilar: pues ale, olvídate de esa llamada que tu chica se va mañana, disfruta de esta noche. Paola: tienes razón, no me voy a amargar esta noche. Decidí no decirle nada a Tzuri, fuimos a cenar y luego de marcha, bebimos, bailamos y nos divertimos como dos adolecentes en su primera cita, luego en su piso hicimos el amor por horas, entregándonos plenamente al amor y pasión. Tzuri: amoooooor me voy a morir sin verte por tantos días, necesito que me llames diario y que me contestes siempre amor, sino voy a enloquecer, Paola: pues claro, que te crees, te voy a llamar todo el tiempo. Cuando la luz del día nos sorprendió ella no me dejo levantarme, me deje llevar por mis ganas y volvimos a hacer el amor una y otra vez sin tener conciencia del tiempo, para cuando nos percatamos de la hora, brincamos amabas de la cama, apenas quedaba tiempo para que llegáramos al aeropuerto, una vez ahí se me revolvió el estomago al encontrarme con Carmen que me lanzo una mirada triunfante al notar mi malestar, Tzuri, me beso largamente recordándome la promesa de llamarle todo el tiempo y de quedarme en su piso estos días, la vi partir y me volví a su piso, sentía una congoja extraña en el pecho, como aquella que viví en las últimas horas en México, no tenía razón de ser, el sonido de un móvil que no era el mío me saco de mis pensamientos, cuando encontré el aparato que producía el sonido me entro frustración - ¡joder! Se ha dejado el móvil -

Paola: diga – respondí. Tzuri: Barbie, se me quedo el celular. Paola: ya, me he dado cuenta, ¿de dónde me estás hablando? Tzuri: desde el aeropuerto, todavía no abordamos, amor llámame al hotel, ya tienes los datos, te amo y te estaré llamando yo. Paola: vale cariño, te amo. Pasaron las horas y moría por llamarle calculando que ya debía haber arribado, pero por la diferencia horaria pensé que sería imprudente llamar así que decidí por esperar a que ella me hablara a mí, pasé a mi piso a coger ropa y cosas que necesitaba. Pilar: hey Pao te he estado llamando y tu móvil brinca a buzón de inmediato. Paola: ¡joder que imbécil! Que olvide ponerle carga. Decidí partir de inmediato al piso de mi novia y cargar mi móvil ahí, pensando que tal vez la incomunicación había sido por eso y que seguro me estaría llamando al fijo. TZURI Durante la visita a casa de mis padres me di cuenta de que no sé que he estado esperando para pedirle a Paola que vivamos juntas, cuando escuche a mi madre hablar de matrimonio, contrario a lo que me había imaginado, me dio ilusión, mi Barbie mi mujer, mi compañera de vida, hijos con ella, me agradaba mucho la idea, decidí que regresando de Tokio le propondría que viviéramos juntas, lo del casamiento después porque quería que lo hiciéramos en México, en la corredera no me di cuenta de que se me olvido el celular, le llame desde un público y quede de comunicarme con ella en cuanto llegara. Cuando arribamos al hotel en Tokio estábamos en la recepción a punto de registrarnos y me informaron que tenía varios mensajes de mi Padre diciendo que era urgente que me comunicara, angustiada me comunique de inmediato. Gabriela: !!!Tzuri!!! Te hemos llamado al celular no sé cuantas veces hija y nos manda a buzón ¿porqué no lo has encendido al llegar? Tzuri: Mamá que sucede, voy prácticamente llegando y el cel. se me olvido en mi depa, ¡¿Qué pasa mamá?! – casi grite al escuchar sus sollozos. Gabriela: tienes que irte de inmediato para México mi amor, ha ocurrido una desgracia. Tzuri: ¡¿le ha pasado algo a mis abuelos?!

Gabriela: no hija son tu tío Samuel, Fernando y Xochitl, estaban en una convención en Brasil, tomaron un vuelo rumbo a Francia el avión se cayó hija, Tu Papá tomo el primer vuelo a Sao Paulo y Ricardo y yo estamos a punto de salir al aeropuerto nuestro vuelo sale en tres horas, nos vemos en la Hacienda mi amor, tus abuelitos están destrozados y María mi amor – el sopor en mi pecho no me dejaba llorar. Tzuri: si mamá nos vemos allá, viajare en el primer vuelo que encuentre. Camine como autómata hacia Carmen. Tzuri: Carmen me tengo que marchar, ha ocurrido algo muy grave, tú te quedas, hazte cargo de la situación por favor. Carmen: ¿Te puedo ayudar en algo más?, te ves muy mal, me voy contigo al Aeropuerto. Conseguí un vuelo rápidamente, desde el aeropuerto llame varias veces a Paola al teléfono del departamento pero no contesto nunca y su celular siempre me mando a buzón, en el último intento le deje un mensaje – Amor, mi tío Samuel y mis Primos Fernando y Xochitl tuvieron un accidente, me dieron aviso apenas llegando, estoy por abordar un vuelo rumbo a México, te necesito mi cielo, ojala que me puedas ver allá, llama a la hacienda en cuanto escuches este mensaje – tenía que ingresar a las salas de abordaje. Tzuri: Carmen no me pude comunicar con mi novia, ella llamara al hotel seguramente, pide que te trasfieran mis llamadas a tu habitación y dile que he tenido que viajar a México, que se comunique a la hacienda y que la necesito allá conmigo. Carmen: muy bien Tzuri yo le doy tu mensaje y sabes que cuentas conmigo- me abrazo y me dejé, necesitada de un poco de consuelo. Paola: una vez en el piso me percate de que había varias llamadas perdidas, el identificador no mostraba los números de las que provenían, así que asumí que Tzuri me había llamado, la llame de inmediato al hotel y pedí que me comunicaran con su habitación, tras varios timbrazos una voz sensual que sonaba adormilada respondió – "diga"Paola: perdón creo que me han comunicado mal – estaba por colgar. Carmen: ¿buscas a Tzuri?, soy Carmen, Espera que se ha quedado dormida… mi amor, amor, despierta que están al teléfono esperando por ti – escuche como en un murmullo, sintiendo que mi alma se rompía en mil pedazos. – lo lamento pero no despierta ha quedado muy agotada, ¿tu comprendes no? Azote el auricular, ni siquiera pude llorar, estúpida, estúpida de mi, bien merecido me lo tengo por imbécil, por idiota…

Cap.9 y final TZURI Chelito: ¡hayyyy mi niña!... bendito sea Dios que llegaste con bien…- mi nana estaba temblorosa, bañada en lagrimas. Tzuri: ¡Nana!… - me perdí en esos brazos que tantas veces me consolaron de niña y pude dejar escapar el lamento ahogado en mi pecho, llore, lloramos juntas por un largo rato – nana, mi madre y Ricardo han llegado ya, supongo. Chelito: Doña Gabriela esta con tu abuelita que está muy mal, vino el doctor y le dio algo para dormirla, el niño Ricardo se fue con don Alberto para alcanzar a tu papá allá. Tzuri: Nana ¿Paola ya llego o alguien fue por ella? Chelito: no "mija" ¿la niña Paola viene para acá? Tzuri: ¿no ha llamado? – pregunté sin responder, sin entender nada. Chelito: no mi niña no ha llamado. No entendía él porqué Paola no se había comunicado, pero en ese preciso momento en que yo mas la necesitaba a ella mi familia me necesitaba a mí, me dirijo a la habitación de mi abuela que dormía con la expresión de angustia y dolor marcándole el rostro, mi mamá a su lado con los ojos irritados y totalmente descompuestos me explico que apenas llegaron a México mi abuelo estaba ahí esperándolos con Juan y que casi de inmediato Ricardo y él partieron a Brasil; también me informo que María todavía no sabía nada, mi primita se encontraba de interna en un colegio de Guadalajara, este iba a ser un golpe devastador para ella, mi tío Samuel lo era todo en su vida, casi a los pocos meses de nacida su mamá murió. Gabriela: No puedo dejar sola a tu abuela mi amor, la recuperación de los cuerpos no será nada fácil, como tampoco lo serán los trámites para trasladarlos, sé que es demasiado lo que te voy a pedir cariño, pero tienes que ir por María a Guadalajara y evitarles el trago amargo a tus abuelos y a tu padre de informarla de la muerte de su papá y hermanos – su voz temblorosa denotaba la conciencia de lo que me estaba pidiendo. Tzuri: ¡carajo solo tiene nueve años mamá! - la rabia y la ira se apoderaron de mi – ¿cómo le explico yo a una niña de esa edad que acaba de perder a su familia entera?, ¿que no volverá a ver ni a su papá ni a sus hermanos?, ¿cómo le explico a María que su mundo nunca más será el mismo? Pero sé que mi mamá tiene razón, es lo único que puedo hacer, el dolor de mi abue que acaba de perder a un hijo y dos nietos es tan enorme que han tenido que sedarla, ni siquiera puedo imaginar por lo que están pasando mi abuelo, mi papá y Ricardo…

es tan extraña esta sensación, siento mi cuerpo adormecido, mi mente separada de todo el resto, como si esto fuera una pesadilla, pero no me despierto, he llamado tantas veces a Paola que he perdido la cuenta, no entiendo porque no responde. Estoy a punto de partir hacia Guadalajara, es necesario que María esté aquí con nosotros, nos preocupa que se entere por alguna indiscreción en su entorno. En el camino vuelvo a llamarla, sigo en el intento de comunicarme con mi Barbie, por fin escucho después de varios timbrazos una voz que no alcanzo a reconocer - Si dígame - perdón con quién hablo, cuestiono – ¿con quién quieres hablar? – la voz suena cortante y grosera y entonces la reconozco al fin. Tzuri: Teresa… ese es tu nombre creo, necesito hablar con Paola, me la pasas por favor. Teresa: no… ella no quiere hablar más contigo, así que te recomiendo que la dejes en paz y dejes de llamar, no la vuelvas a buscar. Tzuri: ¡pero quien carajos te crees tú para tomarte esas atribuciones!… ¡pásame a mi novia ya! Teresa: Que tú no entiendes tía, que no quiere saber nada de ti, sigue follándote a tu secretaria y a Paola déjala en paz. Tzuri: ¡¿pero de que carajos hablas?! Ya no pude decir nada más, me colgó, hice varios intentos de comunicarme de nuevo a su celular y a su departamento pero nada otra vez, angustiada por la causa que llevó a Paola a pensar que le estoy siendo infiel; pero de repente me invadió una rabia infinita, como me hace esto ahorita, en este momento ¡carajo! ¿Que acaso no le he demostrado lo suficiente que la amo?, ¡que no hay nadie más! mi furia sumada al dolor fueron tales que decidí no llamarla más. PAOLA Pilar: ¡no me jodas Paola es que no me lo creo! No puede ser que seas tan ingenua. Paola: ¿ingenua?, sí, tienes razón he sido una ingenua, una imbécil por fiarme de la mujer más mujeriega del mundo. Pilar: ¡no me lo cambies!... que no entiendo cómo te has tragado el montaje de esa mujer. Paola, ¡por Dios Pilar!... ¿cual montaje? A saber desde cuando se estará follando Tzuri a su asistente, que te lo he dicho desde antes, que no me fiaba de esa zorra y además está la llamada que me hicieron, ¿te acuerdas? Pilar: precisamente por eso, que es eso lo que lo hace más evidente, por lo menos déjale explicarte que paso, no le facilites las cosas a esa mujer, no seas tonta Paola,

no te comas ese cuento así de fácil, cógele la llamada a Tzuri o por lo menos déjame hacerlo yo y ver que tiene que decir a todo esto. Paola: ¡que no Pilar! Y si lo haces te juro que no te volveré a hablar en mi vida, me escuchas. Pilar: vale mujer… haz lo que quieras... pero que te lo digo, que estas cometiendo un error y terminaras arrepintiéndote, a ver si cuando te vengas a dar cuenta no es demasiado tarde. Con cada llamada de Tzuri mi rabia crecía, en ese momento llego Teresa, eso me ponía mas mal, tener que ponerle la cara a quien me había advertido que pasaría esto. Teresa: heyyy pero que caritas se cargan, ¿han visto lo del avionazo? – ambas la miramos sin responder. Pilar: yo mejor me marcho porque si me quedo seguro se me revienta la tripa. Teresa: ¿pero qué pasa aquí, ¿están peleando ustedes dos? El sonido de mi móvil nos distrajo a las dos. Teresa: ¿es que no vas a responder? – cuestiono al verme tomar el teléfono y aventarlo sobre la mesa. Paola: no Teresa: ¿pero qué sucede aquí? Paola: que tenias razón… eso sucede - dije al borde de las lágrimas. Teresa: ¿en que tenía razón? Paola: Tzuri se enrollo con su asistente. Teresa: ¡será puta! El sonido incesante del móvil me hizo pegar un grito de impotencia, Teresa lo cogió y acepto la llamada, todavía no se por qué se lo permití, inmediatamente colgó; algo dentro de mi me decía que había hecho muy mal: Tzuri volvió a llamar varias veces más al móvil y al fijo, hasta que las llamadas cesaron, ya no hubo más y me desesperé - ¡pero quien te entiende Paola! ¿No era eso lo que querías, que dejara de llamar? – sin embargo una extraña angustia me acometió, ¿y si estoy equivocada?, pero no, como estar equivocada, joder Tzuri has vuelto a hacerme pedazos la vida. TZURI Arribe al colegio de María y me quede varios minutos prendada al volante del auto, aferrada a él como si fuera una tabla de salvación en mar abierto, el miedo y la

angustia de lo que estaba por suceder me carcomía las entrañas, le suplique a Dios que me diera las fuerzas para hacerlo, que guiara mis palabras, ¡es tan pequeña!, aspire profundamente antes de decidirme a dejar la insulsa seguridad que me proporcionaba el interior del auto, mis pies que parecían pesadas lozas me llevaron hasta la dirección, a mi paso sentía las miradas compasivas del personal de la escuela, la secretaria después de darme el pésame me hizo pasar de inmediato a la oficina de la Directora. Directora: Buenas tardes Señorita Aragón, ¡Lamento tanto la pena por la que está pasando su familia!... sé que no hay nada que le pueda decir que sirva de algo, pero estamos con ustedes, hágaselo saber a sus señores abuelos y padres. Tzuri: buenas tardes profesora Gálvez, le agradezco sus palabras y sobre todo le agradezco el cuidado que han tenido para que María no se enterara, he venido por ella, supongo que no hay ningún problema en que me la lleve. Directora Gálvez: por supuesto que no, la niña de un momento a otro estará aquí. Tzuri: ¿Dónde se encuentra en este momento? Directora Gálvez: debe estar camino a su dormitorio para preparar su equipaje, solo se le informo que su familia pidió llevársela unos días. Tzuri: le agradezco nuevamente y quisiera pedirle que me permita ir hasta allí con ella. Directora Gálvez: por supuesto, enseguida la llevaran allá, de nuevo le doy mi más sentido pésame y le suplico que nos haga llegar la información de donde se llevaran a cabo los funerales, usted sabe muy bien que en esta institución apreciamos mucho a su familia. Tzuri: Si señora, les avisaremos, de nuevo muchas gracias. Devastada, me deje guiar por la secretaria por los anchos pasillos del antiguo colegio, frente a la puerta del dormitorio de María el temblor de mi cuerpo se apodero de mi al igual que la desazón en el alma - ¡Dios Ayúdame! ¡Dame fuerzas! – al abrir la puerta vi a mi pequeña primita corriendo de un lado a otro dentro de su habitación guardando cosas en su maleta con ese aire juguetón y gracioso con que suele hacer todo y su eterna expresión de felicidad, de paz y tranquilidad, mis lagrimas corrieron sin permiso sobre mi rostro por el dolor de saber que en unos momentos todo el mundo de esa pequeñita iba a ser sacudido y a partir de ahora todo cambiaria para ella. Cuando se percato de mi presencia me regalo una adorable sonrisa y sin notar siquiera mi llanto se abalanzo sobre mí como siempre, colgándose a mi cuello y enredando sus piernas en mi cintura. María: ¡Tzuriiiiii!... has venido tú por mí, ¿por eso me sacan de las escuela unos días? ¿Están aquí Ricardo y mi tía Gaby y mi tío Fer?... ¡te extrañe Tzuri! – me lleno la

cara de besos y fue entonces que se dio cuenta de mis lagrimas - ¿por qué lloras? – musito limpiando con sus manitas mis ojos. Tzuri: mi amor, ven vamos a sentarnos un momento ¿sí? María: si – me dijo al tiempo que se soltaba de mi cuello y tomaba mi mano guiándome hacia su cama. Tzuri: cariño… tu tía Gaby si está en la hacienda, pero Ricardo y tu tío Fer junto con el abuelo están en Brasil. María: ¿en Brasil? Mi papi, Xochitl y Fernando están en Brasil, ¿fueron por ellos? – hice un esfuerzo descomunal para contener las lagrimas que de nueva cuenta amenazaban con desbordarse. Tzuri: si mi amor, fueron por ellos… María… mi amor, hay algo que tengo que decirte, tu Papi y tus hermanos…. - ¡carajo!, ¡carajo! - amor a veces Dios necesita de ángeles chiquita y busca de entre las personas quienes pueden ser y cuando encuentra a las mas buenas se las lleva – para ese momento su carita se fue transformando, me sentía una idiota al decirle aquello – ahora tu papi y tus hermanos… María: ¡nooooooooooooooo!, ¡nooooooooooooo!, mi papi y mis hermanos no se pueden ir al cielo como mi mamá, ¡nooooooooooooo! – gemía, gritaba bañada en llanto, manoteando, con su carita llena de dolor, un dolor que no es propio de una niña, intente abrazarla con fuerza, pero su pequeño cuerpecito luchaba contra todo lo que lo rodeaba en ese momento, así que la deje llorar, patalear, golpear todo lo que pudiese, en silencio, acompañándola solo con mi propio llanto y dolor – ¡Ahhhhhh¡ ¡papito!, ¡papito!, no me dejes papito, ¡Xochitl! prometo ya no agarrarte tus cosas, prometo no volver a ponerme tus zapatos ¡pero no te vayas! ¡Fer! ¡Fer! No me dejes hermanito, ¡nooooooooooo!. Tzuri: María mi amor… no te están dejando amor, ellos estarán junto con tu mami desde el cielo cuidándote. María: pero yo quiero que me cuiden aquí, yo los quiero aquí. Entonces se acurruco en mis brazos, su cuerpecito tembloroso, sollozante se quedo en silencio por largo rato, sin fuerzas, yo solo atiné a acariciarle los cabellos y arrullarla, meciéndola con toda la ternura que podía, no se por cuánto tiempo estuvimos así, hasta que con un hilo de voz rompió el silencio. María: ¿Por qué Dios siempre se lleva de ángeles a mi familia?, mi papi me dijo que mi mami era un ángel en la tierra y que se fue porque tenía que regresar a su casa y que desde allá me cuidaba y ahora Dios se lleva a mi papi y a Xochitl y Fer… ¿por qué? – sollozaba de nuevo con fuerza - ¿por qué no me lleva también a mí? ¿porque Tzuri? yo también soy buena, de verdad soy buena, me porto bien, no me peleo con nadie, ni como muchos dulces, ni digo mentiras… ¿verdad que soy buena Tzuri?

Tzuri: eres la niña más buena del mundo María, la más buena. María: ¡entonces por qué Diosito no me lleva a mi también de ángel, ¿por qué?.... ¡dile que me lleve Tzuri!, yo quiero estar con mi mami y con mi papá y con Xochitl y con Fer, ¡llevameeeee! ¡Por favor llevameeeee!, - dijo en un alarido de dolor, rompiendo en un llanto desesperado de nuevo - soy buena, soy buena, soy buena – repetía sin cesar y yo sentía mi alma romperse en pedazos, la abrace con más fuerza, suplicándole a mi vez a Dios que me ayudara, que pusiera las palabras necesarias en mi boca. Tzuri: Escuincla, Dios no te puede llevar mi amor… porque tú eres tan buena, tan buena mi amor, que eres un angelito que Dios escogió para que nos cuide aquí en la tierra – me miro con sus ojitos anegados de lágrimas y su pecho agitado por los sollozos entrecortados - ¿Qué harían los abues sin ti? ¿y el tío Fer y la tía Gaby? ¿Qué haría Ricardo sin ti? ¿Qué haría el negro sin ti? …. ¿Qué haría yo sin ti mi adorada María?, todos te necesitamos María, yo te necesito mi amor. María: ¿tú… tú puedes ser mi mamá Tzuri? – murmuro con infinita ternura. Tzuri: si María, si tu quieres yo quiero ser tu mamá mi amor. María: y nuestra Barbie ¿también será mi mamá? No pude responder a eso, solo le mire con dulzura, acariciándole la cara, deseando proporcionarle la seguridad que en ese momento necesitaba, en ese momento no podía pensar en Paola, ni preocuparme por ella, María es más importante, mi familia es más importante en este momento, mi familia me necesita… y yo la necesito a ella… pero no está para mi, nunca ha confiado en mí. MARIA INES María Inés: ¿pero como que Paola no está aquí Juan? Juan: Lobo no me ha dicho gran cosa, como comprenderás no tiene cabeza para mucho, esto que ha pasado es terrible güera, solo sé que tu amiga piensa que Lobo le está siendo infiel con su secretaría y que no le ha tomado ni una sola llamada. María Inés: ¿pero cómo?... es que no entiendo nada… las últimas veces que hable con Pao la sentía tan feliz, tan segura de su relación, ¿Qué pudo haber pasado para que piense eso? dime la verdad Juan ¿Tzuri le puso el cuerno a Paola con su secretaría? Juan: pues ella dice que no, que no comprende de donde saco eso Paola, ésta muy dolida con la actitud de tu amiga, súmale eso al dolor por el que está pasando, son tres días ya María y Paola según Tzuri ya debe estar enterada de lo que le está pasando y ella no se ha comunicado para nada, aun si pensara que Lobo le puso cuernos por lo menos en una situación así una llamada... ¿digo, no?

María Inés: Es que eso es lo que no me checa, conozco a Paola, es una persona súper sensible, no dejaría que la rabia le ganara en estos momentos, además no solo es Tzuri, ella se relacionó aquí directamente con los abuelos, con el propio Samuel y sobre todo se apego muchísimo a María. Juan: ¿entonces? María Inés: entonces… pues algo muy raro pasa aquí, ni a mí me ha tomado las llamadas, ¿sabes qué?, me voy a Madrid, me tiene que dar la cara, tengo que saber por qué tanta indolencia. Juan: ¿Qué, que? estás loca güera… ¿cómo que te vas a Madrid? Si me voy ahora mismo, en el primer vuelo disponible. Por lo menos corrí con suerte encontré vuelos casi a la par de Guadalajara a México y de México a Madrid, ni siquiera le avise a Paola que iba hacia allá, no estaba en condiciones de permitirle que intentara evadirme así que decidí caerle por sorpresa y no darle tregua, sigo sin creer que Paola este haciendo esto de manera consciente, tengo casi la certeza de que no está enterada de lo que está pasando, por más que Juan me diga que Tzuri le aseguro que si lo sabe, que antes de viajar de Tokio hacia acá le dejo un mensaje en su buzón de voz, además de que la secre - que es la manzana de la discordia - se encargaría de ponerla al tanto, en primera nadie oye nunca sus mensajes de voz y en segunda eso de la secre… mmmm… esto apesta, hiede. Tengo que esperar dos horas para abordar el vuelo a Madrid, mi cabeza es un manojo de ideas distintas, estoy intentando que me cuadre toda la información que tengo, que por cierto no es mucha, cuando una voz dulce me saca de mis pensamientos - ¿me puedo sentar aquí? – la miré sin responder, extrañada, se trataba de una chica de figura menuda, estatura normal, con un rostro precioso; largos cabellos negros le caían sobre los hombros hasta la cintura, lacios con un corte moderno, su mirada expresaba picardía, coquetería, esas dos ventanas marrones oscuras me hicieron estremecerme – que poca madre la tuya María Inés, no es éste el mejor momento para ligar - ¿ligar?, ¿me gusta esta niña? Es una chavita – che decime si me puedo sentar, es que no hay lugar – volvió a decir sonriendo ante mi evidente nerviosismo. – Siéntate- pude responderle finalmente. 

Hola – expresó extendiéndome su mano.

María Inés: hola – al contacto con su piel la mía se erizo ¿qué carajos me pasa? Heyyy yo tengo novio. Romina: ¿y vos para donde viajás? - pregunto sonriendo con esa expresión segura en su rostro. María Inés: ah... Voy a España – ni siquiera sé porque le respondí, es una chica lindísima sí, pero una desconocida, nunca soy tan imprudente.

Romina: Ahhh mirá vos vas y yo vengo, estoy esperando el transbordo, voy para Monterrey ¿así se llama? María Inés: ¿Monterrey? Romina: y si… voy a una facultad que está en ese lugar, me gane una beca – dijo esto con el seño fruncido, como con fastidio. María Inés: no pareces muy feliz. Romina: que te digo, sin ofender pero no me gusta tu país – dijo aquello con tanto desdén que sí me ofendió, no sé porque, no soy del tipo súper nacionalista, pero me ofendí y me enojé. María Inés: ¿y entonces qué haces aquí? – la mire directo a los ojos y mi voz sonó desafiante. Romina: para logar el objetivo de hacer mi maestría en Francia tuve que aceptar esta beca, es casi un requisito – la sonrisa que se dibujo en su cara denotaba que realmente se estaba divirtiendo con mi molestia y eso me enfureció aun mas. María Inés: ¿conoces México? Romina: no – dijo encogiéndose de hombros, mirándome directo a los ojos con amplia sonrisa. María Inés: ¿y cómo aseguras que te disgusta tanto algo que ni siquiera conoces? Romina: porque sé que acá no nos quieren a los argentinos – recargó ambos codos sobre la mesa y se inclino hacia mí con gesto divertido y seductor. María Inés: en México viven muchos argentinos, muchos extranjeros, creo que estás equivocada, en este país recibimos al extranjero como si fuera su casa – dije con seriedad recargándome al igual que ella sobre la mesa y enfrentándola. Romina: y bueno, en algo avanzamos, porque vos me gustás y sos mexicana - por un momento me quede sin habla, esta chiquilla me estaba retando, su lenguaje corporal, su mirada, esa sonrisa seductora y sarcástica a la vez, y… lo peor de todo es que quería aceptar el reto, la deseaba desde que la vi, su belleza natural, con ese aire seguro y su vestimenta tan setentera, tan especial suya, me siento profundamente atraída hacia ella, pero por otra parte me choca su actitud… y está Juan, ¿Por qué es que me siento tan atraída por esta chica? María Inés: yo me despido, en un momento tengo que abordar, espero que le encuentres el chiste a mi país porque si no va a ser un suplicio tu estancia aquí, cuídate y bye – busqué darle la tonalidad mas indiferente que pudiese a mi voz tratando de evitar que algo me delatara frente a ella, en realidad el deseo desaforado de tomarla de la mano y guiarla hacia algún sitio más privado y hacerle el amor me

estaba consumiendo, yo no soy así, ese nunca ha sido mi estilo, no sé que me estaba sucediendo con esta chica. Romina: ¿y te vas a ir así nomas?, ¿no me vas a decir tu nombre, ni tampoco me vas a dar tu numero?… - tiró de mi brazo con suavidad acercando sus labios a mi oído, susurrándome aquellas palabras, yo me le coloque de frente. María Inés: Mira lo que son las cosas mi chava, a mi me fascinan los argentinos, pero tú no me gustaste, bye – me incorpore alejándome con rapidez de aquella tentación pero no pude vencer la de girarme y verla por última vez, ella reía completamente divertida haciéndome un ademan de adiós con la mano y me lanzo un beso, aquello me provoco sentimientos contradictorios, me encanto esa actitud tan fresca y me encabrono, lo bueno es que no la volveré a ver. Llegando a Madrid decidí que lo mejor sería comprar los boletos de regreso enseguida, así que me dirigí a una de las agencias antes de abordar un taxi, compre boletos con destino a Guadalajara para ambas, algo me decía que Paola viajaría conmigo y dejé listo lo del regreso. Contábamos apenas con unas horas, así que me encamine hacia su departamento, esperaba que por la hora la encontrara en casa. PAOLA Tzuri no ha vuelto a llamar y yo empiezo a tener dudas de haber hecho bien al no cogerle el teléfono, entre los equipos que han formado Pilar y Ana contra Tess y Silvia me están enloqueciendo pero como dudar de lo que escuché, pedí que me comunicaran a su habitación y me respondió Carmen, qué duda cabe, pero algo me decía que estaba equivocada, ese algo estuvo dentro de mí pequeñito por la rabia, pero una vez que ésta se fue calmando fue creciendo. Pero ahora no me llamaba y yo no tenía el coraje para hacerlo, tome el teléfono impulsivamente y digite los números del hotel pero antes de que respondieran colgué de inmediato, aquí estoy con el auricular en la mano sentada en el sillón. ¿Qué poder tienes sobre mi Tzuri? Ni siquiera la certeza de que estas enrollada con otra mujer me hace dejar de amarte, de pensarte, quiero, deseo encontrar una salida para ti, para nosotras y es que no puedo vivir sin ti mi amor, me haces tanta falta, eres el aire que necesito para vivir, tanto así que temo por mi dignidad, temo estar dispuesta a disculpar lo que sea con tal de no perderte. El sonido de que alguien llama a la puerta me vuelve a la realidad. Menuda sorpresa la que me llevo cuando abro; sin saber las razones por las que está aquí, sin importarme siquiera, me lanzo a sus brazos hecha un mar de llanto, buscando el consuelo y la paz que mi Pepe Grillo siempre me proporcionó, ella me arropo en sus brazos con la ternura acostumbrada. María Inés: Poa linda, dime que es lo que está pasando, te he llamado mil veces y no respondes, he tenido que tomar un avión para poder hablar contigo. – aquello me sorprendió.

Paola: ¿Cómo?, ¿has venido hasta aquí solo para hablar conmigo? María Inés: si Pao, solo he venido por ti, porque no puedo creer que seas tan insensible, porque algo me dice que este hoyo es más profundo de lo que parece. Yo no puedo creer que no hayas llamado solo por la rabia. Paola: ¿de qué hablas Inés? ¿insensible? no te entiendo… rabia si estoy... o estaba ya no se, furiosa, decepcionada es que tú no sabes… María Inés: ¿Que según tú Tzuri tiene algo con su secretaria? – la mire pasmada. Paola: ¿p… p pero tu como lo sabes? María Inés: porque Juan me lo dijo… amiga Tzuri esta deshecha en este momento, ella dice que no es cierto, que no tiene nada con esa mujer, pero ahorita eso es lo de menos. Paola: ¿Cómo que es lo de menos? ¿Y como si no es importante lo habló con Juan? ¡Joder Inés! ¡que no es poca cosa enterarme de que mi novia se está follando a su asistente! María Inés: a ver, antes que nada necesito preguntarte algo, después veremos de qué manera desenredamos esto que está peor de lo que pensaba, dime Paola ¿tienes tu pasaporte en regla? Paola: si… si ¿por qué la pregunta? María Inés: porque viajamos en unas horas a Guadalajara. Paola: perdona Inés ¿pero qué cojones voy yo a hacer en Guadalajara? María Inés: en principio a darle apoyo emocional a tu novia, a ese par de viejos adorables que tanto se encariñaron contigo y también a María. ¡carajo Paola! que voy a creer que de verdad no te conozco. Paola: ¿apoyo emocional? ¡¿le paso algo a Tzuri?! - dije desesperada y mi grillo me miro con el entrecejo fruncido. María Inés: mmm creo que ya voy entendiendo… mira te cuento exactamente que paso y luego tú me das tu versión, para no hacernos bolas. Paola: ¡¿pero Tzuri está bien?! – ella suspiro antes de responder lo que provoco que me invadiera un profundo temor. María Inés: físicamente está bien amiga, pero emocionalmente está muy, muy mal… ya sabía yo que tú no podías estar enterada, Pao, hace cuatro días murieron Samuel y sus hijos mayores en un accidente de avión. Paola: ¿queeeee? ¿cuatro días?

María Inés: si, Tzuri se entero apenas llego a Tokio según tengo entendido y de ahí viajo enseguida para la hacienda, Fernando se fue a Brasil y Gabriela y Ricardo también para México, Pao, Tzuri al igual que toda la familia está destrozada. Yo no podía creer lo que estaba escuchando, no entendía nada, entonces… ¿cuándo hable a Tokio Tzuri no estaba ahí? Paola: ¿por qué no me lo dijo? yo no sabía nada Inés – le dije llorando ya como una loca. María Inés: ella dice que te dejo un mensaje en el buzón de tu cel. Y que dio instrucciones a la fulana esta para que transfirieran sus llamadas a su habitación y te informara. Paola: ¡pero es que soy una imbécil! ¡una subnormal¡ ¡soy gilipollas! es que merezco que me maten, he caído como una tonta… ¡joder Grillo! Tzuri debe estar odiándome ¿cierto? – musite ahogada por el llanto. María Inés: no Paola… pero si está muy dolida, en realidad yo no he hablado con ella, de todo me enteré por Juan y casi de inmediato algo me olio mal y al ver que no respondías mis llamadas decidí que era mejor venir. Paola: ¡vámonos ya Inés quiero estar con ella! ¡ahhhhhhhh! ¡pero qué estúpida soy!, María Inés: salimos en unas horas amiga, tranquilízate, tienes que estar muy serena Paola, deberíamos hacer tus maletas, quien sabe en cuanto tiempo podrás regresar, como están las cosas el panorama para tu novia cambió radicalmente, pero bueno amiga eso ya les concierne hablarlo a ustedes, ahora mismo no creo siquiera que Tzuri lo hayan meditado, vamos te ayudo a hacer tu equipaje o dime que necesitas que haga por ti, tenemos poco tiempo Pao. Paola: ¿Cuánto tiempo? María Inés: en cuatro horas tenemos que estar en el aeropuerto – dijo mirando el reloj que descansaba en su muñeca. La pesadumbre en mi pecho, mi consternación, la ansiedad por estar con mi "ojos negros", me sentía tan estúpida y enojada conmigo misma, temerosa de su reacción al verme, le había fallado, le falle en el momento en que más necesita de mí, le fallé, ¡Dioooooss solo espero que perdone mi estupidez! ¡mi inseguridad! Llamé a mi jefe directo para explicarle que me ausentaría y no sabía por cuanto tiempo, poniéndole a disposición mi puesto, nada me importa, nada, solo estar con ella, avisé a mis padres sin darles oportunidad de decirme nada, cuando me disponía a llamar a Pilar a su móvil ésta llegó. Pilar: ¿Qué haces tía? ¿a dónde vas? – cuestionó al ver las maletas apiladas en el living.

Paola: a México Pilar… tenias razón mujer, que he sido una completa imbécil – grite exaltada, llorando. Pilar: vale, que yo siempre tengo razón, ¿pero por qué lloras de esa manera Paola? ¿Qué ha pasado? Paola: Pasa que Tzuri está en México y que para cuando yo he llamado ella ni siquiera estaba ya en Tokio, pasa que me he dejado engañar y con eso le he fallado a mi mujer cuando más me necesitaba, ahora me marcho, no sé cuando regreso, no sé si regreso – la abrace con fuerza. María Inés: hola soy Inés -dijo mi grillo saliendo de mi habitación y presentándose con Pilar. En ese instante se aparecieron también Ana, Tess y Silvia, las tres mostraron la misma expresión de extrañeza que minutos antes Pilar. Ana: ¿y estas maletas? Teresa: ¿alguien se muda con vosotras? Pilar: Paola se va Silvia: ¿t…te vas? ¿a dónde? Teresa: ¿pero tantas maletas? ¿es que acaso te vas del todo? Paola: no lo sé… no sé cuando regresare, ni tampoco si regresare. Silvia: ¿p… pero…porqué? ¿ a dónde vas? Paola: me voy a México, lo lamento chicas, pero no cuento con tiempo, ya vamos retrasadas, prometo llamarles y explicarles luego. Silvia: ¡Paola no hagas esto!... no vayas tras ella… esa mujer no ha hecho otra cosa que hacerte daño, ¡no te vayas Paola!.. Yo te amo. Paola: lo sé - murmuré agradecida por ese sentimiento – pero yo le amo a ella. Me abrace a todas, Pilar se empeño en acercarnos al aeropuerto. Pilar: si pudiera me montaría en ese avión con ustedes, dale un abrazo muy fuerte a Tzuri de mi parte mujer, dile que le envió todo mi cariño ¿vale? – Me abrazó con fuerza – lástima que nos conozcamos en estas condiciones, pero ya habrá otra oportunidad espero tía y cuídamela ¿eh? – le dijo a Inés. María Inés. Claro que si, espero que tengamos una mejor oportunidad de conocernos.

Paola: Te quiero amiga, te llamo en cuanto lleguemos a la hacienda, deséame suerte, Tzuri debe estar odiándome. Pilar: esa mujer te ama… y el amor no entiende de rencores. Paola: ojala tengas razón también esta vez. Pilar: ya deberías entender que yo siempre tengo razón. En el avión no pude evitar remembrar que fue precisamente en un Boeing 777 que se inició ésta historia, nuestra historia mi amor. Cuanto miedo tenia aquel día a volar, cuanto desgano por mi destino, ¡es todo tan distinto esta vez!, estoy temerosa de verme en esos ojos que adoro, del justo reproche por mi falta de confianza, de que no puedas perdonarme el no haber estado contigo cuando más me necesitabas, ésta vez me come el ansia por llegar a mi destino, por llegar a ti. TZURI La salud de mi abuelita me preocupa mucho, no hemos tenido más remedio que mantenerla sedada casi todo el tiempo, no alcanzo a imaginar el dolor por el que está pasando, mi mamá no se le ha despegado, todos lloran a mi alrededor y yo no puedo darme ese lujo, mi familia me necesita fuerte, sin mi abuelo y sin mi tío, me toca a mí ver que todo funcione en la hacienda y en la destiladera, así como estar al pendiente de los movimientos de la empresa tanto aquí como en España, mi padre no tiene cabeza para nada mas ahorita, las buenas noticias si es que se les puede llamar así, son que los cuerpos de mi tío y primos fueron recuperados, ahora solo falta cumplir los trámites para trasladarlos hacia aquí. Si no fuera porque mi nana me insiste en que coma no lo haría, me siento fuera de mí, aparento una tranquilidad que estoy lejos de sentir, soy una tormenta interna; el dolor de la perdida por la que estamos pasando y mi perdida personal. No puedo dejar de pensar en Paola, me aterra haberla perdido y mas sin motivos, por primera vez en mi vida me entregué sin condiciones, completamente; por primera vez no miré a ninguna mujer que no fuera la mía, pero como dice Melesio, "crea fama y échate a dormir", nunca confío en mí ¿acaso puedo culparla?, ¡sí! si puedo, no puede ser que no haya sentido mi amor por ella. Juan: Lobo hay alguien preguntando por ti en la estancia. Tzuri: ¿alguien? ¿quién, no dijo su nombre? Juan: híjole Lobo, mi mamá solo me dijo que te avisara, la mera verdad no se me ocurrió preguntar, creo que es una chava. Tzuri: ok voy, te haces cargo mientras de que carguen bien las "piñas". Juan: de veras que me sorprende como puedes tener cabeza para esto ahorita. Tzuri: alguien se tiene que hacer cargo Pantera; voy y vuelvo.

Me encamine a la casona pensando quien podría estar buscándome… ¿Marce?... no, no lo creo, está en plena recuperación, no he querido avisarle siquiera en las condiciones en que me encuentro por no agregarle problemas a su situación. Tzuri: ¡Carmen! – Realmente me sorprendió verla ahí - ¿paso algo en la negociación en Tokio? Carmen: no, no Tzuri, perdona por presentarme así, pero no pude soportar el estar lejos de ti en estos momentos, solo he venido para verte y… - su expresión tímida me conmovió. Tzuri: no, no te preocupes… te agradezco mucho el detalle de venir hasta acá. Carmen: ¿Cómo estás?... que pregunta tan tonta la mía – se sonrojo avergonzada. Tzuri: no te avergüences, de verdad que te agradezco mucho la preocupación, no estoy bien como comprenderás, pero estoy intentándolo, debes estar muy cansada por el vuelo, déjame pedir que te preparen una habitación. Carmen: no, no quiero dar molestias, me quedare en un hostal, si alguien me puede llevar a uno por favor. Tzuri: no, por supuesto que no, te quedas aquí. Carmen: gracias, de verdad espero no causar molestias. Tzuri: no para nada, al contrario, creo que me caíste del cielo, perdona pero voy a abusar de tu estancia aquí, hay mucho trabajo y me vendrá de maravilla que me ayudes si no te molesta. Carmen: no por supuesto – me sonrió. Ordené que la llevaran a una habitación y me disculpe con ella, tenía que regresar a ocuparme del cargamento. Juan: ¿y quién te buscaba Lobo? Tzuri: Carmen, mi asistente. Juan: ¿la chava con la que supuestamente le estas siendo infiel a Paola? Tzuri: ajam – Juan me miro detenidamente, antes de volver a hablar. Juan: Lobo, ¿y qué hace ella aquí? Tzuri: en realidad no lo sé. Juan: Lobo… dime la verdad ¿tienes algo con esa chava?

Tzuri: ¡no! – respondí exaltada. Juan: no te encabrones, pero es muy extraño que siendo tu secretaría se haya presentado aquí así nada más – suspire antes de darle respuesta a sus dudas Tzuri: siente algo por mí… pero nunca, de verdad Juan, nunca he estado con ella. Juan: ¿y Paola sabe de los sentimientos de tu secre hacia ti? Tzuri: no... bueno, la verdad es que siempre tuvo desconfianza de ella, desde que la conoció se dio cuenta del interés de Carmen por mí. Juan: ¿y se va a quedar aquí? Tzuri: pues sí, no me parece bien que si vino hasta aquí la deje irse a un hotel. Juan: mmm Lobo creo que estás haciendo mal, si la chava te gusta o te interesa pues bien, pero si no, te vas a meter en mas líos con tu novia. Tzuri: hay Pantera a estas alturas ya ni sé si tengo novia y no, Carmen no me interesa, pero me parecería una grosería no darle un buen trato después de que ha venido hasta aquí. Juan: uuuhhhh Lobo, Lobito me parece que te vas a meter en problemas con Paola. Tzuri: Paola no está aquí Juan, Paola ni siquiera me ha tomado una llamada, su desconfianza y sus celos han sido más fuertes, tanto que ni siquiera le ha importado por lo que estoy pasando y ni siquiera sé de dónde sacó que le estoy siendo infiel. Juan: tú me dijiste que le dejaste un mensaje en su cel. y que la chava ésta, tu asistente le informaría de lo que sucedió, ¿por lo menos le preguntaste que pasó cuando hablo con Paola?… si es que hablo con ella. En ese momento caí en cuenta de que no le había preguntado nada a Carmen, ni siquiera me paso por la mente hacerlo y es que no tengo cabeza con todo lo que me cargo en este momento - Juan notó algo en mi expresión. Juan: y es que si lo piensas un poquito Lobo, está muy raro que esa chava haya venido hasta aquí, digo no me has dicho gran cosa pero si está interesada en ti y sabe que tú tienes novia ¿cómo fue que se animo a venir? – mi mente empezó a elucubrar, a hilar ¿cómo no se me ocurrió antes llamar a Carmen para preguntar si había hablado con Paola? nunca supe si habló con ella; ¿cómo no pregunté nada ahorita?, simplemente me pareció agradable la idea de alguien en quien apoyarme, más que emocionalmente en el trabajo – raro ¿verdad Lobo? No respondí, continuamos con la labor de enviar la carga de "piñas" a la destiladora, de momento eso era lo más importante, en cuanto regresara a la casona cuestionaría a Carmen. Las ideas que se acumularon en mi mente me hicieron sentir por momentos

estúpida ¿será?, no, es que es absurdo, no puedo creer que esas cosas pasen, sería una pendejada estar en ésta situación por… sacudí la cabeza, no puede ser. Juan: ponte buza Lobo, me extraña que siendo araña… tú que conoces tan bien a las mujeres ¿de verdad no te parece que te tendieron una trampa? – inquirió Juan adivinando mis pensamientos. Tzuri: ¿no se te hace… demasiado novelesco Pantera? – dije con expresión de sentirme ridícula de pensarlo, pero aun más de haber caído en algo así – él solo se encogió de hombros. Juan: ya casi terminamos aquí, porque no vas y sales de dudas. Sí necesitaba desesperadamente salir de dudas, así que le encargue a Juan los últimos detalles y me encamine a la casona. PAOLA Aspiré profundamente llenándome los pulmones del aire con olor a tierra mojada y hierba de esta tierra que amo en un intento de tranquilizarme y darme fuerza, con la mirada perdida en éste camino que recorrí por primera vez hace tanto tiempo y que tantas veces transité con ella, mi "ojos negros", estoy muerta de miedo y de angustia, me aterra que no pueda perdonar mi estupidez, mi corazón late con fuerza nada más sentir la cercanía con ella. Al estar aquí aparcando el coche frente a ésta casona mi impaciencia se incrementa, al descender Inés me toma la mano en un esfuerzo de darme tranquilidad adivinando como siempre mi grillo lo que pasa dentro de mí, conforme avanzo, el temblor de mi cuerpo se hace más intenso lo mismo que el sobresalto que siento; pero en cuanto llego a la estancia y veo descender por la escalera a esa mujer todo se torno ira, rabia, cólera, violencia pura, me desconozco. Paola: ¡qué morro el tuyo! ¿qué pensabas? ¡ésta es una pija imbécil y fácil le quito de en medio! ¡te jodes zorra! ¡y te vais a coger tú sola por el culo! ¡puta de mierda! ¡te largas ahora mismo! ¡te largas de la vida de mi novia! ¡MI NOVIA! – enloquecida a punto de írmele encima, diciendo palabras que nunca imagine salieran de mi boca, pero Inés me contuvo tomándome de los brazos. María Inés: Pao no vale la pena – solo por un momento su expresión parecía de susto, pero enseguida se compuso y me miro retadora. Carmen: ¿tu novia? ¿segura que es tu novia todavía? ¿segura de que no eres tú la que sobra aquí? Paola: eres una guarra… como sigas aquí, te voy a dejar sin cara, ofrecida.

Carmen: ¿pero es que tú eres tonta? ¿no te queda claro que estoy aquí porque Tzuri así lo quiere?, que he venido porque ella me lo ha pedido imbécil, ¿no te quedó claro la última vez que hablamos? "tu novia" está conmigo ¿te enteras? Tzuri: ¡¡¿qué carajos estás diciendo Carmen?!! Su voz sonó como un trueno y su expresión fue indescifrable, con grandes zancadas llegó hasta nosotras - ¡a ver aclárame como ésta eso de que yo estoy contigo! Carmen: n…n… no, no hablaba de ti. Tzuri: le has dicho a Paola que su novia está contigo, ¡¿es que ella tiene otra novia?! Carmen: e…e… Tzuri… tú sabes lo que yo siento por ti, yo solo hice lo necesario para tener una oportunidad contigo. María Inés: esta tipa le hizo creer a Paola que estabas acostándote con ella – dijo mi grillo ante mi mudez. Tzuri: ¿y tú has creído eso Paola? Paola: yo… te llame, pedí con tu habitación, ella cogió el teléfono y me hizo creer que estabas ahí durmiendo y que acaban de… he sido muy tonta amor lo lamento – musite. Carmen: ¡no te merece Tzuri, ¡lo que he hecho lo hice por ti, porque te amo! Tzuri: ¡¿me amas?! ¡con una chingada!, ¿me amas? ¿crees que soy pendeja?, Carmen te voy a pedir que te vayas, en cuanto estés lista para hacerlo alguien ya te estará esperando para llevarte hasta el pueblo, ¡sobra decirte que estas despedida! Carmen: ¡Tzuri por favor! Tzuri: no Carmen, sube y prepara tus cosas lo más pronto posible, no te preocupes se te liquidara bien, no quiero volver a verte. Dicho esto me miro sacudiendo la cabeza y se dio la vuelta marchándose de prisa. María Inés: qué esperas Paola ¡síguela! - me quede pasmada por unos segundos y luego salí casi corriendo tras ella. Paola: ¡Tzuri! ¡Mi amor! – le grite pero ella continuo caminando obligándome a avanzar más de prisa hasta ponérmele enfrente – lo siento amor, lo siento – le tome el rostro. Tzuri: ¿lo sientes? ¿Paola tienes idea de lo que he pasado los últimos días? Paola: amor no sabía, me entere hace nada.

Tzuri: ¡no! ¡claro que no sabias! ¡ni para eso fui digna para ti! ¡ni para que me dijeras que había hecho mal!, si no es por tu "amiga" que disfrutó diciéndomelo ni siquiera hubiera sabido el porqué de tu silencio, el porqué de tu indiferencia. Paola: lo sé… que me he llenado de ira, de rabia y celos, cuando esa mujer cogió el teléfono y me ha dicho… Tzuri: sí, ya sé lo que ocurrió, ¿pero así de fácil Paola? ¿así de fácil fue culparme y mandarme al demonio? Paola: yo… es que soy tonta. Tzuri: no, no Paola, no eres tonta, es simplemente que no confías en mí, no soy digna de tu confianza – vi la decepción en sus ojos y eso hizo que rompiera a llorar. Paola: Tzuri yo te amo. Tzuri: si me amas, eso lo sé, pero no confías en mí, nunca confiaras haga lo que haga, porque desde que estoy contigo me entregue a ti completamente, no te di motivos para que dudaras pero la palabra de una mujer que ni conoces realmente basto para echar por la borda lo nuestro. Paola: amor no digas eso, se que fui una imbécil al caer en el juego de esa mujer, pero no digas eso. Tzuri: ahora fue Carmen Paola, pero luego será otra situación, siempre estaré a prueba contigo, no sé si pueda con eso. Paola: amor… - que decirle ante esas palabras, es la verdad, el miedo constante a que me sea infiel siempre ha estado dentro de mí, ella me miró también con los ojos anegados por las lagrimas y se marcho, esta vez no le seguí, me quede de pie viendo como se alejaba de mi. No sé cuánto tiempo estuve ahí de pie llorando sin poder moverme hasta que Inés llego y me abrazo, entonces mis lágrimas fueron un lamento. Paola: la he perdido Grillo, la he perdido – sollocé. María Inés: no Pao, no la has perdido, está dolida es lógico, pero te necesita más que nunca. Paola: tienes razón Grillo, no voy a permitir que lo nuestro se vaya a carajo como dicen vosotros – dije limpiándome las lagrimas. TZURI Verla llorando me rompe pero estoy demasiado dolida, la amo y sé que me ama, pero también tengo la certeza de que no confía en mí; soy consciente de lo que ha sido mi vida, yo misma me califiqué a mí misma como poco conveniente para el amor; sin

embargo desde que me dio la oportunidad de estar juntas le he demostrado lo que significa para mi, el amor que siento y ahora soy yo quien se siente insegura de que nuestra relación pueda funcionar, como fundamentar algo sin confianza. Mi abuelo, padre y Ricardo vienen ya con los cuerpos, entre María Inés y Pantera la carga de atender el negocio se me aligero y Paola, mi barbie, se echó encima la carga de la casa y la preparación de los funerales. Gabriela: hija ¿pasa algo entre tú y Paola? Tzuri: ¿a qué te refieres mamá? Gabriela: a que están distantes la una de la otra, bueno no, tú de ella, porque esa criatura no ha hecho otra cosa que tratar por todos los medios de acercarse a ti. Tzuri: mamá… es que. Gabriela: Tzuri, ya me había resignado yo a que no tenías remedio y cuando te vi como te vi con esta niña me sentí feliz por ti, el amor, la pareja, son un regalo que la vida nos da y que ahora parece estar demodé y tú con tu forma de ser, de verdad que llegue a imaginar que nunca te comprometerías con alguien en una relación de verdad; Tzuri si el encanto por tu novia ya se te paso por lo menos ten la decencia de ser honesta con ella y díselo porque es evidente que ella te adora. Tzuri: ¡no¡ ¡no mamá! yo la amo, la adoro, es solo que… Paola no confía en mí, creyó que le fui infiel y ni siquiera me dio la oportunidad de explicarme con ella. Gabriela: ¿y no le fuiste infiel? Tzuri: ¡mamaaa! Gabriela: perdóname hija pero te conozco. Tzuri: ese es el problema… que al parecer no soy digna de la confianza de nadie. Gabriela: hija desgraciadamente en la mente se nos quedan muy grabadas las cosas malas, más que las buenas, y te tocara construir esa confianza con tu novia. Tzuri: pero ¿será que algún día confíe en mi plenamente? Gabriela: si lo hace será muy tonta. Tzuri: ¡mamaaaa! Gabriela: no me mal interpretes hija, lo que quiero decir es que Paola tiene una novia que ha sido muy mujeriega y que es muy atractiva y no se trata de que eso la torture, pero tampoco que se descuide.

Tzuri: pero mamá desde que estoy con ella… es mas desde antes no tengo ojos para nadie más, de verdad, ¿porque resulta tan difícil creerme? Gabriela: te creo cariño, pero dime tú, poniéndote en la situación de Paola, que no se cual haya sido, ¿cómo hubieras reaccionado?, no me respondas, pero ponte de verdad en sus zapatos y responde para ti hija, los celos, la rabia son malos consejeros, pero cuando se ama es difícil evitarlos y controlarlos, nunca dejas de sentirlos, es solo que con el tiempo la comunicación fortalece la confianza. Tzuri, sería una tontería que terminaran su relación al primer problema que enfrentan… además quiero nietos, me los prometiste –acaricio mi mejilla como si fuera yo una niña pequeña – cariño una relación de pareja se construye día a día, es una conquista diaria en la que te tocara demostrarle a tu mujer siempre que la amas, con hechos y con palabras, no bastan unos meses mi amor, hablen, dile como te sientes y sobre todo escúchala. PAOLA Ame a Tzuri desde que la vi por primera vez y ese amor creció desbocado, intenso, pero estos días al verla actuar ante esta tragedia que lo invade todo, la amo más que nunca, admiro su fortaleza, la grandeza con la que se ha echado encima el dolor de los que la rodean, el coraje y la templanza que demuestra ante su familia, la infinita dulzura con que envuelve a la pequeña María y a su abuela; cuando han arribado el abuelo, Ricardo y Fernando fue Ojos negros quien les dio consuelo, me sentí orgullosa de amar como amo a esa mujer que cobijó entre sus brazos a ese adorable viejo quien se desplomo entre ellos en un lamento desgarrador como si fuese un pequeño, ella supo darle calma, lo hizo una y otra vez con cada miembro de esta familia. ¿y quién te la da a ti mi amor? , no me atrevo a acercarme a ella, se que necesita que le abrace, se que necesita quien la sostenga y le de consuelo, se me han acabado ya todas las palabras de reproche, me las he repetido todas y cada una de ellas mil veces; la admiro, la amo y sé que necesita llorar, desahogarse y me estoy muriendo por no poder abrazarla y consolarla, he hecho lo único que podía, apoyar a Gabriela con la preparación de los funerales y enfocarme en María. María: Barbie ¿te vas a quedar conmigo? Paola: si preciosa estaré todo el tiempo contigo, pero tus abuelos te necesitan con ellos – respondí pensando que la niña se refería a los funerales. María: pero yo quiero que te quedes a vivir aquí conmigo y con Tzuri, ¿te quedaras? – no supe que responder a eso, es lo que más deseo, estar siempre al lado de Tzuri, egoístamente la zozobra que se apodera de mi interior es por el temor a perderla. En la entrada a la capilla quise apartarme de la familia, pero unos dedos se clavaron en mi brazo halándome con suavidad. Fernando: tú entras con nosotros hija, la familia tiene que estar junta en estos momentos.

Sus palabras me dieron un consuelo que necesitaba en esos instantes y me aferre a su brazo, él asió mi mano con fuerza, ya dentro Ricardo se abrazo de mí y durante el servicio mire a Tzuri que sostenía a su abuela con fuerza y dulzura. Aquello era un enjambre de gente, se notaba el aprecio que le tenían a esta familia, el pueblo entero se encontraba ahí, amigos, gente importante de las tequileras y políticos, según me explico Rosi mientras estuve unos momentos en la cocina organizando lo necesario con ella y con Chelito. Abuelo: ven hijita te quiero presentar con alguien – me miró dulcemente – mire señor Gobernador le presento a mi nuera. El hombre me miró y me saludo con ceremonia - ¿su nuera don Alberto, es que Ricardo se les caso ya? – Cuestiono, el abuelo sonrió y me abrazo, no, todavía no es mi nuera formalmente pero lo será, es la novia de mi nieta Tzuri, había algo extraño en la mirada del abuelo, la expresión del sujeto cambio al escuchar esto último, pero de inmediato la volvió a modificar y con fingida amabilidad felicito al abuelo por la relación. Abuelo: perdona hijita, me entraron ganas de fastidiar a ese fulano – me explico una vez que el hombre se retiro. Pala: ¿y eso porque abuelo? Abuelo: porque ese sujeto me cae muy mal hija – dijo esto y me abrazo con fuerza. Poco a poco la hacienda se fue vaciando, ya era tarde, Chelito informó que la cena estaba lista, pero a nadie le apetecía comer, la abuela había hecho un esfuerzo sobre humano y estaba agotada, el abuelo y Fernando les indicaron a Tzuri y Ricardo que se reunieran en el estudio. Gabriela: Esther vamos a tu habitación, necesitas descansar, ¿nos acompañas hija? – dijo dirigiéndose a mí. Paola: Si, por supuesto. Entre ambas llevamos a la abuela hasta su pieza, su agotamiento era más emocional que físico, una vez ahí ya recostada Gabriela le allego una píldora para que durmiese. Abuela: Hijas, gracias, ahora vayan a hacerle compañía a sus parejas, sobre todo tu mi niña, Tzuri es la que más necesitada esta de consuelo, mi nieta ha demostrado con creces porque su abuelo la considera la más fuerte de esta familia, ha cargado con el dolor de todos olvidándose de ella misma; abrázala, que llore contigo, necesita desahogarse. Paola: si abuela, en cuanto te duermas bajare, pero ahora trata de descansar y no preocuparte mas – le pase los nudillos por la mejilla.

La abuela se quedo dormida casi de inmediato por el efecto del somnífero, en ese momento Gabriela me pidió que saliéramos de la habitación. Gabriela: cariño, no quiero parecer la típica suegra metiche, pero es más que evidente que las cosas entre tú y mi hija no andan bien, no te quiero presionar, pero si me gustaría que me tuvieras confianza y me hablaras sobre lo que sucede, no te sientas comprometida a contármelo, si no quieres o no puedes dímelo con confianza. Paola: Es que… mis lagrimas se desbordaron – ella me tomo de la mano guiándome hacia una salita de estar y sentadas ahí esperó pacientemente a que yo pudiese hablar – soy muy tonta Gabriela y muy insegura, Carmen la asistente de Tzuri me hizo creer que estaban enrolladas y yo le creí, me dejé llevar por los celos y la rabia sin dale oportunidad a Tzuri de que se defendiese y ahora ella… está muy dolida, creo que la perdí – mis sollozos ahogados se tornaron un llanto desesperado. Ella me dejo llorar por un buen rato acariciándome el cabello y cuando me tranquilice un poco me miró con ternura y me sonrió. Gabriela: Paola, hija, no te culpes de esa manera por lo que pasó, tarde o temprano tenía que pasar algo por el estilo entre ustedes, lo único realmente malo fue el momento – ella amplio su sonrisa al ver mi expresión estupefacta ante sus palabras – mira cariño, ambas sabemos lo que ha sido mi hija y también la atracción que ejerce sobre las mujeres, sería ilógico que no te dieran celos o que te confiaras. Paola: ¿pero entonces tu no piensas que he hecho mal? Gabriela: en sentir celos no, en lo que hiciste mal es en no hablarlo de inmediato con ella, la confianza es muy frágil, hay que edificarla día con día a base de comunicación sobre todo, de amor también, pero sobre todo de comunicación. Mira hija te voy a contar algo, ahí donde tú ves a ese señor que es tu suegro, tan serio y bien portado, cuando lo conocí era igualito que la hija ¡y lo que me costó quedármelo! – asintió sonriente al ver mi extrañeza – si hija, no fue nada fácil hacer que Fernando renunciara a su vida de soltero y mujeriego empedernido, pero todavía fue más difícil los primeros años de casados, guapo, millonario, atractivo, no fueron pocas las ocasiones en que me toco ponerme a las vivas y enfrentar al monstruo de las siete cabezas llamado celos, pero con el tiempo aprendí a controlarlos y encausarlos. Paola: ¿pero es que se pueden controlar? Gabriela: si hija, si se puede, es cuestión de tiempo y practica, te toco una mujer muy complicada, es hermosa, extraordinariamente atractiva y hasta que se enamoro de ti, muy pero muy mujeriega, créeme que estoy segura que mientras te ame, nada ni nadie lograra que ponga en riesgo su relación contigo, pero a ti te toca mantener su amor por ti vivo todos los días, conquistarla al grado de que no haya otra mujer sobre esta tierra con la que ella desease compartir su vida, celarla con inteligencia, ponerte firme, pero sobre todo mi amor, no dormirte en tus laureles. Paola: ¿cómo? No entendí.

Gabriela: lo que paso con esta chica Carmen, ¿Por qué sucedió? Paola: mmm cuando llame a Tokio ella cogió el teléfono y me ha hecho creer que Tzuri estaba ahí dormida con ella y unos días antes recibí una llamada anónima diciéndome que entre ellas había algo… Gabriela: no, eso fue la consecuencia, dime que provoco que las cosas llegaran hasta ahí – medite por unos minutos antes de responder poniendo en orden los acontecimientos. Paola: esa tía estaba interesada en mi novia, lo note desde que le vi por primera vez, desde el primer momento se mostro ante mi desafiante. Gabriela: exacto, ahí desde ese momento en que identificaste que esa chica era un peligro a partir de ahí debiste tomar cartas en el asunto, Tzuri no debió haber viajado nunca a solas con esa muchacha, es mas no debió conservarla como su asistente, porque conociendo a mi hija como la conozco dudo que no se haya percatado del interés de la chica por ella. Paola: ¿entonces? – murmuré sin entender nada. Gabriela: entonces esto te debe servir de experiencia, aprende de esto, a estar siempre alerta sin que se convierta una tortura, actuar antes de que las cosas lleguen más lejos y sobre todo a hablar con Tzuri, nunca dejes vacios. Paola: pero ¿actuar como?, es que acaso tendré que alejar de ella a cualquier mujer que quiera tener algo con ella. Gabriela: no hija – soltó una sonora carcajada - para eso tendrías que aislarla del mundo, lo que te digo que es que si en su entorno hay alguien que no solo se siente atraída hacia tu mujer, sino que además evidentemente te lo hace saber y te reta de cualquier forma entonces sí, le exiges a Tzuri que te de tu sitio. Paola: si he debido ser más clara con ella, pero no hice bien las cosas y temo que ahora le perdí, he visto la decepción en su mirada. Gabriela: no, no cariño, esto te lo digo como madre de ese lastrecito que has decidido echarte encima, a mi hija no le das opciones, no, ahora mismo bajas y le tomas de la mano, no le das elección y te la llevas, hablas con ella, no te disculpes por lo que pasó, que culpa han tenido amas, dile como te sientes al respecto, escucha como se siente ella y hazle saber que no puedes prometerle confianza ciega y dile porque, abrázala, mímala que buena falta que le hace. Paola: ¿pero ahora mismo?, ellos siguen ahí dentro. Gabriela: pues entras, te disculpas y te la llevas; hija al toro por los cuernos y es que si esperas quien sabe si tengas los bríos mas tarde, mira que conociendo a mi marido y a tu novia esa reunión de trabajo puede hacerse eterna.

Paola: vale, entonces entro ahí y me la llevo. Gabriela me sonreía de oreja a oreja y asentía, me encamine temblorosa pero firme ya con la mano en la perilla aspire aire profundamente. TZURI Fernando: entonces el trato con Tokio es un hecho hija. Tzuri: Si… ya se está preparado la primera entrega, ah y papá despedí a Carmen – me miro con el entrecejo fruncido – mis motivos son lo suficientemente serios como para no dar marcha atrás en esa decisión papá. Fernando: no cuestionaría ninguna de tus decisiones hija, confió plenamente en ti. Ricardo: entonces yo me encargo de la convención de exportadores en Barcelona. Mi abuelito nos miraba sin hablar casi. Tzuri: si, creo que es evidente que alguien se tiene que quedar aquí a apoyarte abuelo y creo que debo ser yo. Abuelo: si, hijos, esto ha partido de todas las maneras a la familia – dijo con sus ojos grises anegados de lagrimas, estaba a punto de acercarme cuando mi padre adelantándose a mis intenciones se allego hasta él y le abrazo con una ternura que antes nunca le vi. Fernando: no, papá, mi hermano y sobrinos están con nosotros, tu nos enseñaste a amar a la tierra por encima de todo, desde pequeños nos decías que de la tierra nos alimentábamos y que algún día nosotros la alimentaríamos a ella, que de ese modo nos perpetuaríamos, quiera Dios que mis hijos y yo sepamos hacerle honor a la memoria de Samuel, Fernando y Xochitl, hacerle honor a tu nombre. Mi abuelo y mi padre se abrazaron con fuerza y a partir de allí mi abuelo entro de lleno en la discusión de cómo habían marchado las cosas en estos largos días de ausencia, estaba claro que mi vida daría de nuevo un giro regresándome a la tierra que tanto amo, el futuro de la empresa en México ahora descansaría en mis manos y esperaba que con la ayuda de mi abuelo supiera hacerle frente; teníamos un largo rato charlando, mucho más tranquilos, con el dolor alojado en el pecho, pero viendo para adelante cual debía ser, cuando la puerta se abrió con lentitud. Paola: perdonad la interrupción, pero no os podía esperaros mas tiempo – dijo acercándose a mi abuelo mirándole directo a los ojos y besándole, después se dirigió a mi Padre – Fernando espero me perdonéis, pero me voy a llevar a mi novia, creo que se merece un momento para ella, ¿no lo crees? Fernando: claro que si hija, tienes razón.

Tzuri: p… pero… - ella no me dejo decir nada más, me miro con dulzura y me tomo la mano con firmeza jalándome hacia la salida. Entrelazo sus dedos con los míos y a paso seguro nos caminamos hacia mi cabaña. Una vez dentro me guio hasta la habitación. Paola: necesitas darte un baño, estas agotada. Procedió a desvestirme, a mi las palabras se me ahogaban, no podía pronunciar nada, así que la deje hacerlo, ella me acariciaba al despojarme de cada prenda, sus caricias no eran sexuales, más bien parecían las que le prodiga una madre a su hija pequeña después de que ha sufrido una caída, del mismo modo de la mano me llevo hacia el baño y después de templar el agua me indicó con movimientos suaves que me introdujera, lavó mi cabello y la piel de mi cuerpo, me enredó en una toalla y me llevó hasta la cama, me enfundo en una pijama y me abrazo con fuerza, con ternura, besándome el cabello, la frente, las mejillas, entonces mis lagrimas contenidas por días empezaron a fluir silenciosas en principio, sollozantes después, no sé cuánto tiempo estuvimos así, yo abrazada a ella y ella acariciándome, mimándome en silencio, hasta que me quede dormida en sus brazos. Cuando la luz del día provocó que mis ojos se abrieran, estaba sola en la cama, antes de que empezara a buscarla ella se apareció en el marco de la puerta con una taza de humeante café, se acerco extendiéndomela y se sentó frente a mí. Paola: amor no estoy dispuesta a perderte, ¿te enteras?, sé que he sido muy estúpida, pero no por lo último que ha pasado, no, he sido muy tonta porque no he sabido cómo reaccionar desde un principio, por no decirte las cosas claras, no hablarte de mis dudas e intentar hacerme la fuerte. Tzuri: siempre has tenido dudas – dije cabizbaja, ella me tomó del mentón obligándome a mirarla. Paola: si amor, siempre y siempre las tendré, no me malentiendas Tzuri, es normal que los celos me asalten, eres una mujer muy atractiva y en el camino me encontrare con muchas Carmen, no he sabido cómo manejar la situación, desde un principio me di cuenta de que esa mujer quería estar contigo a pesar de mí, se que debí ser más clara contigo respecto a cómo me sentía por ella, no debí fingir que no pasaba nada por viajar con ella a solas, he debido ser más honesta contigo, hacerte saber mis celos; no te puedo prometer que no te voy a celar, siempre tendré celos amor, siempre, lo único que puedo prometerte es que la próxima vez te lo diré, ¿vale? – su sonrisa, la expresión de niña en su carita me desmoronaron y me abrace a ella besándola con suavidad. Tzuri: lo lamento Barbie, se que ha sido culpa mía, yo sabía del interés de Carmen, peque de ingenua… Paola: las dos hemos tenido algo de culpa, pero no quiero perderte.

Tzuri: no quiero perderte, te amo Barbie. Me prendé a su boca, a esos labios pequeños que eran mi mayor éxtasis, nuestras lenguas se enredaron, mis dedos se clavaron en la piel de su cintura los suyos en mis mejillas, profundizamos el beso, nuestras respiraciones agitadas denotaban el deseo de nuestros cuerpos, sus piernas se abrieron acomodándose a horcajadas sobre mí, mientras mis manos se deslizaban debajo de su blusa las suyas me despojaban del top de mi pijama, mi boca abandonó la suya dirigiéndose ávida hacia sus senos; con los labios aprese uno de sus pezones succionándolo, lamiéndolo pasando la humedad de la lengua sobre la suavidad de sus mamas, sus dedos se enredaron entre mis cabellos enterrándome las uñas en el cráneo, la sostuve con fuerza cuando ella se echo hacia atrás regalándome más de su piel, la desvestí con hambre, besando cada pedazo de piel que quedaba libre, me embebí entre sus piernas aspirando el olor de su sexo, ese olor al que soy adicta internándome a sus profundidades, bebiéndome sus jugos, hurgando en el interior de su vagina, en cada pliegue de sus labios sexuales, llegando a mi propio clímax solo con el hecho de que ella obtuviera el suyo. Paola: Te amo "ojos negros", te amo. Tzuri: te amo Barbie – dije besándola de nuevo, mi hambre insaciable siempre, mi eterna necesidad de ella. Tantos días de ausencia de su piel, de su aroma y su sabor, provocaron que la amara una y otra vez, que me entregara de igual forma a sus caricias, su tacto, al fuego de su lengua. Paola: creo que ya es muy tarde amor. Tzuri: lo sé, no quiero soltarte, no quiero salir de aquí en una eternidad pero es necesario que vayamos a la casa grande, espero que mi abue este mejor hoy, por lo menos más tranquila. Paola: de aquí en adelante no te voy a soltar nunca "ojos negros". Nos dimos un baño juntas ella se colocó algo de mi ropa y partimos hacia la casa en donde mi madre nos recibió con una amplia sonrisa en la estancia. Gabriela: niñas me alegro de que por fin les amaneciera, ya está servida la comida, pasemos al comedor. Tzuri: ¿mi abue, como amaneció mami? Gabriela: mucho más tranquila hija, pero hay que continuar prodigándole cuidados. Fernando: hola hijas – apareció mi padre dándole un beso a mi mamá y sonriéndonos a nosotras - después de comer tenemos que reanudar la reunión de ayer hija, ¿me la prestas un momento hija? – se dirigió a Paola provocando el enrojecimiento en sus mejillas, al notarlo mi padre soltó una sonora carcajada – no te apenes hija, has hecho bien, lidiar con los Aragón cuando hablamos de trabajo no es tarea fácil, anoche me quedó claro que estas hecha para ser mujer de mi hija – la abrazo.

Paola: eso espero Fernando. Entre sonrisas nos acercamos al comedor en donde ya nos esperaban Ricardo, el abuelo y María, después de comer mi padre le pidió a Rosario que no hiciera llegar café al estudio, durante la reunión quedó claro que a partir de este momento me haría cargo de las funciones que desempeñaba mi tío, no regresaría a Madrid, por lo menos no de momento, había un millar de asuntos pendientes de resolver que requerían de mi inmediata atención, mi papá y Ricardo partirían al día siguiente mientras mamá se quedaría unos días mas en apoyo a mi abuela, unas dos horas habían trascurrido cuando mi papá por fin dijo que iría a la habitación de mi abue para estar un buen rato con ella, mientras Ricardo dijo que llevaría a María a montar un rato. Abuelo: ¿Qué te preocupa hija? Tzuri: nada abuelo, bueno si, me preocupa no dar el ancho para lo que se me viene encima. Abuelo: no tengo duda alguna de que sabrás desempeñarte muy bien hija, pero no creo que sea eso lo que te tiene tan meditabunda y con ese gesto que conozco tan bien. Tzuri: a ti no te puedo engañar abue, no sé qué va a pasar con Paola, ella está a punto de terminar su carrera, tiene un trabajo, una vida allá, no me atrevo a pedirle que mueva toda su vida por mí. Abuelo: no decidas por ella, es lo único que te puedo decir hija, no cometas el error de pensar por ella, dile cuales son las circunstancias actuales para ti y escucha que tiene que decir, pero sobre todo hija hazle saber que la quieres a tu lado y a partir de ahí pues deciden como lo resuelven. Pero no lo olvides, se honesta con ella dile que tú la quieres aquí contigo, no esperes a que ella lo de por sentado. Tzuri: eres un sabio abuelo, ¿lo sabes? Abuelo: si hija lo sé – rio. Me encamine a buscar a Paola, chelito me dijo que estaba en uno de los patios con Rosi, cuando llegue hasta ahí me disculpe con Rosi y le pedí a Paola que me acompañara, al mal paso darle prisa, mi sueño de vivir en este lugar para siempre se estaba cristalizando pero si no era a su lado cualquier lugar seria una pesadilla. Paola: estas muy seria amor, ya me preocupaste. Tzuri: no te preocupes bonita, es solo que tengo que hablar contigo y me gustaría hacerlo en una sitio especial, ¿te parece si montamos? Llegamos a la caballeriza y me acerque a hacerle mimos a Yure que relincho en cuanto me sintió, ni siquiera le había puesto atención a mi yegua, mi Barbie me miraba curiosa, su mirada azul denotaba dulzura y diversión al verme así.

Paola: de verdad adoras a tu yegua. Tzuri: si, la adoro, la amo. Paola: me voy a poner celosa. Tzuri: no hay nada, nada bonita que ame más que a ti – dije atrayéndola hacia mí con un brazo, besándola suave pero profundamente. Paola: vale, ahora la celosa es ella – dijo mi barbie al notar la inquietud de Yure, ambas reímos y la acariciamos para tranquilizarla. Una vez ensillada nos encaminamos por los campos agaveros, decidí que fuéramos a la laguna, durante todo el trayecto la bese y acaricie, reímos al recordar aquella primera cabalgata, cuánto tiempo ha pasado, como han cambiado las cosas. Una vez en el sitio exacto de aquella vez, desmontamos, primero yo, la tome por la cintura y tal como aquella vez ella se sostuvo de mi hombros, el mismo estremecimiento recorrió mi piel y al mirarme en esos ojos turquesa el ansia de besarla me ganó, pero a diferencia de aquel entonces mi necesidad fue saciada, me apodere de sus labios jugueteando con ellos, introduciendo con lentitud pasmosa mi lengua en su interior, llamando a la suya para que iniciasen ese delicioso encuentro, entregándose a un vaivén exquisito, largo, profuso, antes de despegar nuestros labios por completo nos prodigamos pequeños besos, suspiré y me abrace con fuerza a su cintura, apretándola, aprisionándola posesivamente. Paola: amor, que sucede, me abrazas como si me fuera a ir, te siento extraña – suspiré antes de responder. Tzuri: Barbie, mi situación ha cambiado, con la muerte de mi tío y mis primos, mi abuelo se queda solo con la responsabilidad de la jima, de la destiladora y de la empresa aquí, yo me tengo que quedar del todo en México, ya no podre regresar a Madrid, no para vivir, y yo se que tú tienes tu vida allá, tu carrera, tus planes profesionales… yo te quiero conmigo, sin ti no funciono… Ella me sonrió ampliamente, se abrazo a mí, apretándome con fuerza. Paola: Tzuri, amor mis planes no funcionan si no estás tú en ellos, no hay nada más importante para mí que tú, que estar contigo, mi vida esta donde estés tú "ojos negros". Tzuri: ¿te quedarías a vivir aquí conmigo? Paola: ¡pues claro! – se colgó a mi cuello esbozando una amplia sonrisa, besándome y sobre todo devolviéndome la tranquilidad. Tzuri: ¿y tu trabajo?, ¿tu escuela amor?

Paola: a mi trabajo renuncie antes de viajar aquí y pues lo de la escuela ya se verá amor, ahora misma lo único que importa es que tu familia te necesita aquí, que tú necesitas estar aquí y yo te necesito a ti. Tzuri: te necesito a ti. PAOLA Pilar: ¿entonces te quedas del todo? Paola: que si mujer, me quedo, por el alquiler no te preocupes, te he hecho el depósito de la pasta del mes y te estaré enviando hasta que te consigas otra compañera vale. Pilar: ni lo digas mujer, que eso no importa, es solo que si me descoloca un poquitín que ya no vuelvas. Paola: que si regresare, tengo muchas cosas que resolver, pero ahora mismo no puede ser, ya los padres de Tzuri y Ricardo se han vuelto a Madrid, su abuela no está del todo bien y la carga de trabajo de mi chica es demasiada, en lo que las cosas se van asentando no viajare, pero en cuanto me sea posible iré Pilar. Pilar: ¿has hablado con tus padres? Paola: pues si… menuda gracia les hizo como podrás imaginaros. Pilar: pues ya, ya me lo imagino, vale mujer, que no dejes de llamarme ¿eh? Se te extraña, dale recuerdos a Tzuri, un beso tía. Paola: un beso Pilarica, te quiero hasta pronto. Parece mentira que ya han pasado casi tres meses desde que Gabriela se ha marchado, la abuela va mejorado anímicamente día con día, físicamente está del todo bien, Tzuri va y viene casi todos los días de Guadalajara a la casona, de vez en cuando le acompaño, trato de estar el mayor tiempo posible con la abuela, María ha regresado a la escuela, lo mismo que mi grillo, Juan y Rosi, y hoy por la mañana Tzuri me ha dicho que tendría que ir al DF no entendí muy bien a que, solo sé que vuelve hasta mañana. Chelito: ¿Qué tanto piensas niña? Paola: en todo y en nada nana. Chelito: extrañas a mi niña ¿verdad? Paola: la verdad que si, ¿no te parezco muy tonta nana? Chelito: nomas eres una mujer enamorada, "asina" somos las mujeres enamoradas, "nomas queremos tener a la querencia cerquita.

Abuela: hija yo creo que cenamos ya, Alberto y Tzuri no regresaran hasta mañana. Paola: si abuela – suspire. Abuela: hay "mija" acostúmbrate a estos viajes, aunque deberías haberte ido con ellos, estas muy joven para estar encerrada aquí con esta vieja "chocha". Paola: no digas eso abuela, que a mí me gusta mucho estar contigo, además Tzuri y el abuelo se quedan más tranquilos. Abuela: que suerte tiene mi nieta contigo hijita. Paola: suerte la mía abuela. Cenamos tranquilamente hablando de trivialidades, parece mentira lo cómoda que me siento en el papel de ama de casa que me ha tocado asumir estos meses, yo que siempre me precie de independiente, me hace gracia, porque soy feliz, estoy con ella, me siento plena. Estoy en la misma habitación que me designaron cuando he venido la primera vez, en cuanto la abuela se ha sentido mejor, nos hizo saber que en tanto no seamos formalmente mujer y mujer tendremos que comportarnos como novias, me hace gracia los berrinches que hace Tzuri por la estricta vigilancia a la que nos tiene sometidas la abuela, que bien podría haber sido miembro de la Gestapo porque difícilmente nos hemos podido escapar a su vigilancia. Mirando los campos de agave por el balcón me remonto hacia esos días, cuanto ha pasado desde entonces, el sonido de mi móvil me saca de mi ensoñación. Tzuri: hola amor ¿te desperté? Paola: no amor, no puedo dormir. Tzuri: yo tampoco bonita, te extraño. Paola: yo también te extraño. Tzuri: ¿todo bien por allá? Paola: si "ojos negros", tranquila, todo está bien, tu abuela cada día está mejor, ¿regresas mañana? Tzuri: si bonita, mañana estaré ahí, a más tardar a medio día calculo yo; oye fíjate que tengo que arreglármelas para entrenar un poco, tengo que participar en la charreada de las fiestas. Paola: mmm, amor me tocara estar en cada uno de esos entrenamientos, ya me imagino a la jauría haciéndote antesala. Tzuri: ¿vas a ir por mí o por Carlota?

Paola: jajajaja, amor no eres tú quien se tiene que preocupar por Carlota. Tzuri: ¿cómo que no? Paola: no me hagas caso que yo me entiendo. Tzuri: como sea, la idea de que estés conmigo cada entrenamiento me encanta. Paola: pues ahí estaré. Tzuri: ok Barbie te veo mañana, te amo, ya duérmete. Paola: vale, tú también, te amo.

Entramos a ese sitio como hace más de un año, claro que las circunstancias eran muy distintas, ahora esa chica que me envolvió desde el inicio me llevaba tomada de la mano y antes de irse hacia las caballerizas me besó. Cuando hemos llegado estaban ahí Cristina Jimena y Manuela para completar el cuadro por entero, fueron indiferentes a mi presencia pero no a la de ella a quien saludaron con coquetería, ella sin dejar de aprisionar mi cintura solo les hizo un ademan a modo de saludo con la cabeza, me volvió a besar y se alejo a grandes zancadas dando un brinco hacia el ruedo con agilidad, entonces dirigieron su artillería hacia a mí. Cristina: ¿y lo de ustedes va en serio? Paola: hola también me da gusto verles – dije irónica por respuesta. Manuela: pues no deberías estar muy segura, Tzuri no es exclusiva de nadie. Estaba a punto de responder cuando una voz cantarina que me regocijo reconocer lo hizo por mí. María Inés: ¡eso quisieras Manuelita!, pero se fregaron chulas, lástima que las arpías no tengan alas si no las mandaría a volar. Cristina: ja ja muy graciosa María Inés. María Inés: hola Poa, llegue a tiempo ¿no? Paola: siii que gusto verte grillo, te he extrañado mucho, ¿Cuándo has llegado? María Inés: hace unas horas, me imaginé que te encontraría aquí. Paola: ¿tan predecible soy? Ella solo rió, nos pusimos al día sobre nosotras y disfrutamos el entrenamiento.

Desde temprano Tzuri se ha marchado al lienzo, han llegado desde Madrid Gabriela. Fernando y Ricardo, estaba a punto de salir cuando mi grillo y María me lo impidieron diciendo que vestía demasiado sencilla. María Inés. Vas demasiado sencilla Pao, hoy tienes que lucir fabulosa. Paola: pero todos van así. María Inés: pero tú no eres todos, tienes que verte sensacional. María: si Barbie porque… María Inés: porque todos estarán al pendiente de tu novia esta tarde – dijo interrumpiendo a María, quien soltó una risita nerviosa. Paola: bueno vale. Pensé que me sentiría extraña al verme enfundada en ese vestido, pero cuando he bajado y he visto al resto de la familia agradecí el no desentonar con ellos. TZURI Juan: lobo estas hecha un manojo de nervios, es solo exhibición. Tzuri: no me chingues Pantera, las suertes no son lo que me tiene así. Juan: jajajaja, lo sé, vas a poner al pueblo de cabeza con lo que vas a hacer. Tzuri: si lo sé, pero eso es lo que menos me preocupa. Juan: ¿Qué te preocupa Lobo? Tzuri: que se me desmaye mi Barbie… o que me diga que.. Juan: desmayarse a lo mejor, lo otro ni lo sueñes Lobo, así que todavía estas a tiempo, porque después no hay "pa’tras". Tzuri: no quiero ir "pa’tras" – dije montando a Yure que parecía extrañamente tranquila y juguetona. PAOLA No sabía bien el que, pero algo se me había instalado en el estomago, nervios, ansiedad, por primera vez todos reían, se les notaba felices. Fernando: te ves hermosa hija. Ricardo: si cuñada te ves bellísima, mi hermana va a ser la envidia de muchos – Gabriela le dio un codazo.

Gabriela: claro que mi hija es la envidia de muchos. Paola: yo soy la envidia de muchas – dije sonriendo tratando de entender que estaba pasando. Como la vez anterior no puse atención en nada de lo que ocurría en el ruedo, estaba inquieta, nerviosa. María Inés. Hey Pao, ¿Qué te sucede? Paola: no lo sé, estoy… no sé. María Inés. Tranquila mujer, mira ya viene la escaramuza. Verla enfundada en ese traje negro con motivos de varios colores, el porte con que montaba a Yure, los gráciles movimientos me calmo y me embebí en ella por entero, sus ojos negros esta vez no me miraban, la rutina era completamente distinta a la anterior, su rostro que sonreía denotaba total concentración. El estallido en las gradas en cada suerte era estruendoso, realmente es un espectáculo asombroso, una vez que terminó una voz anuncio que la capitana de la escaramuza haría una demostración individual, pero esta vez todo fue diferente, el resto del equipo se quedo en el ruedo formando dos semi círculos que bordeaban al ruedo, mientras que Tzuri se perdía por el camino hacia las caballerizas, la vi arrancar el galope pero no freno, llego hasta el borde del barandal donde nos encontrábamos, quedando justo frente a mí, me sonrió e inicio una serie de giros sobre Yure, antes de terminar el resto de las chicas iniciaron el galope entrecruzándose detrás de ella, le entregaron un micrófono, ella se quito el sombrero y con expresión nerviosa me miro, mi corazón empezó a latir con brío, mi respiración se agito, ella lo noto y río. Tzuri: Barbie, te ame desde que me vi reflejada en esas ventanas azules, se que tarde demasiado en demostrártelo, pero te ame – todo el sitio era silencio – Te amo y sé que nací para amarte, para ti, no hay nada que desee más que pasar el resto de mi vida a tu lado, Paola Carbajal ¿quieres casarte conmigo? Mis ojos se llenaron de lagrimas, la agitación de mi pecho no me dejaba reaccionar – Paola hija levántate y respóndele – me animo el abuelo, me puse de pie acercándome hacia el barandal, la mire con emoción, con ganas de comérmela a besos y solo atine a asentir con la cabeza y grite con fuerza ¡si, si quiero! ¡te amo! Tzuri: para los que no escucharon me acaban de dar el sí – la gente estallo en aplausos y silbidos, ella se acerco extendiéndome la mano – vamos amor, ven aquí. Paola: amor, que traigo vestido – su mirada no me dio opción a mas excusas, me acerque lo suficiente para que ella con pericia me acomodara en la silla rodeando mi cintura, galopamos hacia el centro y ahí me coloco un anillo precioso de platino con un diamante azul, el resto de la escuadra nos rodeaba galopando cual carrusel.

Tzuri: te amo Barbie. Paola: te amo "ojos negros". Nos besamos, la multitud vitoreaba, silbaba, gritaban y me sentí apenada así que escurrí mi cabeza entre su cuello, ella me aprisiono con fuerza con la mano con la que sostenía la rienda, y con la otra se coloco de nuevo el sombrero y a una señal todas las chicas emprendieron el galope hacia las caballerizas y con agilidad Tzuri guió a Yure en medio de ellas. Una vez todas en las caballerizas, nos abrazaban y felicitaban cuando estuve frente a Carlota esta me miró con dulzura. Carlota: te has quedado con la mujer de nuestra vida Pao, hazla muy feliz, ¿me lo prometes?. Paola: te lo prometo Carlota – nos fundimos en un abrazo cómplice. Tzuri: ¡epaaaa! no pierdes el tiempo Carlota. Carlota: jajajaja tú sabes que no, pero bueno te quedaste con el premio mayor, ¿será que me quedo con todos los reintegros y firmamos la pipa de la paz? Tzuri: toditos tuyos – dijo riendo y le abrazo, mi "ojos negros" no pudo ver la expresión llena de amor de su "rival" ante ese abrazo. En ese momento llegaron Juan, mi grillo y el resto de la familia, quienes nos abrazaron a ambas con emoción, partimos a la hacienda todos juntos a festejar con el pueblo entero nuestro compromiso matrimonial, una vez en casa me encontré con que había todavía más sorpresas, estaban ahí mis padres y Mariana. Fernando: me da mucho gusto que estén con nosotros, Fernando Aragón - se presentó extendiéndole la mano a mi padre quien respondiendo el saludo se presentó a su vez Luis Carbajal es un placer conocerlo. Procedieron las respectivas presentaciones de mis padres con toda la familia Aragón, me tenía muy sorprendida lo cómodos y contentos que se les veía, una vez en el amplio salón todos sentados, Fernando se dirigió con solemnidad a mis padres. Fernando: quiero, como se acostumbra aquí en México, pedirles formalmente la mano de su hija para mi hija, se que suena extraño, pero espero que al igual que a Gabriela y a un servidor, a ustedes lo único que les importe es la felicidad de su hija, nosotros sabemos que la felicidad de la nuestra está al lado de esta preciosa muchacha. Luis: tiene usted toda la razón y estoy seguro de que hablo por Marina también – dijo mirando a mi madre - le entregamos con todo el amor y confianza a nuestra hija a Tzuri.

Paola: gracias papá. Luis: gracias a ti hija, por tu valentía, por ese corazón tan grande que has demostrado siempre. Marina: yo también quiero abrazaros a las dos – dijo mi madre mirando a Tzuri – hazla muy feliz, me lo has prometido – le abrazó – te quiero mucho hija y lo único que me importa que es seas muy dichosa. Mariana: hey mamá, déjame algo, que te las vas a acabar. Te quiero hermana, te quiero mucho – y tú pórtate bien con ella ¿eh? – abrazó a Tzuri. Tzuri: te lo prometo cuñada. TZURI Marcela: Amix tenemos mil ocho mil cosas por hacer todavía – dijo presurosa mi loca amiga. Tzuri: Marce ya está todo listo. Marcela: no amigui falta checar tu ropa interior. Tzuri: ¿mi ropa interior? Estás loca Marce. Marcela: nooo, no estoy loca, ósea como es que de luna de miel te vas a Vallarta, eso esta cero cool, no quiero pensar que llevas para tu noche de bodas. Tzuri: está bien "seso hueco" chaca lo que quieras. Marcela: mínimo amigui, por que no estuvo nada padre que se te ocurriera enamorarte mientras yo tu amigui del alma estaba ahí postrada en una cama, ósea hellooo – me encantaba ver a mi amiga así, como siempre – amix insistes en ir de charra a tu boda, ósea nada que ver ¡eh!, está bien ser patriota el 16 se septiembre pero estamos en diciembre amix. Tzuri: eso no está a discusión Marce. Marcela: okey, okey… pero no está nada padre. Las horas se me hicieron eternas, Paola, sus padres, Mariana y amigas, estaban en la casa de mis abuelos en la Ciudad de México, ahí sería la ceremonia civil que nos uniría en matrimonio, estaba ansiosa. Ricardo: bueno niñas listas, llego la hora de irnos, apenas llegaremos con tiempo, te ves hermosa sister. Tzuri: gracias Bro.

Marcela: uff pues si te ves así híper ¡wooow!. Tzuri: vámonos ya. Ricardo: que ansiedad la tuya sister. Una vez en la casa mis nervios se intensificaron, hacia mucho frio, pleno diciembre y al aire libre, mi madre, mis abuelos, mi padre, Juan, María Inés, Pilar, todos se acercaron a mi intentando calmarme, pero mi ansiedad crecía a cada minuto, la Juez llego y todos tomaron su sitio, en el fondo del camino que se abría entre las sillas estratégicamente acomodadas, apareció como un ángel mi Barbie, ataviada en un vestido blanco de seda, solo verla sonreírme me devolvió la calma, durante la ceremonia me perdí en ella, detallándola, ansiando el momento de estar a solas con ella. Juez: por el poder investido en mi las declaro legalmente unidas en matrimonio – escuche al fin, después de que ambas firmamos el libro de actas – felicitemos a la feliz pareja. Aplausos, abrazos, fotografías, lágrimas de mi Madre, de la madre de Paola, de la abuela, caras de dicha nos rodeaban, entramos al amplio salón y los mariachis irrumpieron. "de la sierra morena cielito lindo vienen bajando, un par de ojitos negros cielito lindo de contrabando, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, vienen bajando un par de ojitos negros cielito lindo de contrabando, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay!, yo a las morenas quiero desde que supe, que morena es la virgen cielito lindo de Guadalupe, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ayyy!, es bien sabido, que el amor de morena cielito lindo nunca es fingido, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ayyy!… de domingo a domingo te vengo a ver, cuando será domingo cielito lindo para volver, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ayyy!, yo bien quisiera que toda la semana cielito lindo domingo fuera, !ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! dicen que no se siente la despedida, dile a quien te lo dijo cielito lindo que se despida, ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡ayyy!, del ser que adora y veras que se siente cielito lindo y hasta se llora" "si nos dejan nos vamos a querer toda la vida, si nos dejan nos vamos a vivir a un mundo nuevo, yo creo podemos ver un nuevo amanecer de un nuevo día yo pienso que tu y yo podemos ser felices todavía, si nos dejan, buscamos un rincón cerca del cielo, si nos dejan hacemos de con las nubes terciopelo y ahí juntitos los dos, cerquita de Dios será lo que soñamos si nos dejan te llevo de la mano corazón y ahí nos vamos, si nos dejan buscamos un rincón cerca del cielo, si nos dejan, hacemos con las nubes terciopelo y ahí, juntitos los dos cerquita de Dios será lo que soñamos, si nos dejan te llevo de la mano corazón y ahí nos vamos, si nos dejan de todo lo demás nos olvidamos, si nos dejan, si nos dejan" Tomadas de la mano abordamos el avión que nos llevo a Vallarta, tomadas de la mano arribamos a esa misma habitación en donde la hice mía por primera vez, donde me entregue a ella para siempre.

Paola se encamino hacia la terraza, su mirada se perdió en el paisaje y yo me perdí deleitándome en ella, rodee su cintura con mis brazos, pegando mi pecho a su espalada y mi mejilla a la suya, estuvimos así varios minutos hasta que ella so coloco frente a mí, acaricie sus cabellos, las yemas de mis dedos se embelesaron en su terso cutis, nuestras bocas se buscaron fundiéndonos en un beso delicado, prolongado, deslice mis manos sobre la tela de su vestido, oprimiendo la firmeza de su carne, mis dedos ansiosos del tacto con su piel la desnudaron, mi boca la recorrió palmo a palmo, despacito la lleve hacia la cama, besándola, capturando su cuerpo, con apetito equivalente al mío me desnudó, la suavidad de su cuerpo debajo del mío me transportó a un mundo aparte, saboree cada poro de su piel, la hice mía - ¡te amo!, ¡te amo! – le susurre mil veces al oído mientras la amaba con mi cuerpo entero, con el alma, bebiéndome el placer de su cuerpo. Seis años después… PAOLA Estamos de fiesta, María cumple 15 años, todo es alegría en esta casa, mi vida es casi un ensueño, soy la feliz madre de un chico de mirada profunda y oscura como la de su madre. María Inés: que feliz se te ve amiga. Paola: soy feliz grillo, muy feliz, tengo a la mujer más maravillosa del mundo a mi lado, dos hijos bellísimos, una familia hermosa y las mejores amigas, ¿Qué más se le puede pedir a la vida? María Inés: tienes razón Pao – noté un dejo de nostalgia en su mirada. Paola: ¿y tu Grillo? te noto triste. María Inés: como ya lo sabes amiga mi vida se complico un poquito, pero no es momento de mis tristezas y perdidas; los abuelos, Fernando, Gabriela y Ricardo se ven felices. Paola: si todos están muy bien, Ricardo resulto un as en los negocios y esta por casarse con Marcela ¿la recuerdas? la amiga de Tzuri, los abuelos están locos por el pequeño Samuel, y María como bien sabes es también una hija para nosotras. María Inés: ¿y tu familia? Paola: le va muy bien, mi madre se casó de nuevo, Mariana trabaja para la ONU y mi padre es quien viene más seguido, casi cuatro años sin verte por aquí grillo. María Inés: si casi cuatro… ¿Juan se caso verdad? Paola: si, se caso y se convirtió en la mano derecha de Tzuri, Rosi se fue a estudiar una maestría en Princenton y se nos quedó por allá, también le va muy bien.

Samuel: mamá quiero bailar con María. Paola: si cariño, en un momento más bailas con tu hermana, vale, tiene que bailar con sus amigos. María Inés: esta hermosísimo tu hijo ¿Cómo fue que lo concibieron? Paola: in vitro, me fertilizaron con un ovulo de Tzuri y esperma de un donante. María Inés: saco sus ojos. Paola: Si, es igualito a su madre, en todo. Carlota: hola Inés ¿Cómo estás? María Inés: hola Carlota bien muy bien ¿y tu como estas? Carlota: bien, te la robo un momento Pao, ¿bailarías conmigo Inés? Paola: si claro, vayan a bailar. María Inés: vamos pues, hace mucho que no bailo esto. Mirando a María bellísima, feliz, a todos riendo y disfrutando, a Carlota y mi grillo bailando divertidas, sentí unos brazos rodeando mi cintura. Tzuri: te voy a secuestrar Barbie. Paola: jajajaja suena interesante, pero María, los invitados, tu hijo, la fiesta… Tzuri: los invitados dudo de se den cuenta de nuestra ausencia, Samuel esta bajo la mirada vigilante de sus abuelas, María se sentirá mas cómoda sin la mirada inquisidora de sus madres y yo te quiero para mí solita. Paola: ale, ¿y a donde vamos? Tzuri: a un sitio especial. Me tomo de la mano y nos encaminamos rumbo a las caballerizas, me dio risa al ver a Yure ensillada ya. Paola: ya lo tenias todo listo ¿eh?, que tal que te hubiera dicho que no. Tzuri: nunca has podido decirme que no. Paola: engreída – le di un suave aventón, ella en respuesta me halo por la cintura besándome. Montadas en Yure continuamos como siempre que estábamos cerca, besándonos, reconocí el camino de inmediato a pesar de la oscuridad, recordé la primera vez que

estuvimos juntas en aquel lugar, la vieja bodega de barricas, la diferencia es que ahora la puerta estaba abierta de par en par y el interior se encontraba iluminado tenuemente por la débil luz que despedían las candilejas, las mesas de roble habían desaparecido, en medio había un tendido de mantas de plumas de ganso y una canastilla con vivieres. Paola: ¿Qué tienes en mente? Tzuri: hacer realidad un sueño inconcluso de hace siete años – dijo cerrando el pesado portón detrás de nosotras. Bajo la luz del fuego esos ojos negros destellaban amor, deseo, pasión, sus labios carnosos de un carmesí vivo natural aprisionaron los míos, comiéndoselos enteros, me colgué a su cuello dejándome llevar por las infinitas sensaciones que solo ella puede provocarme, me estremezco entre sus brazos, tiemblo de deseo, su sabor, sus aliento, el tacto de su piel me excitan, nos desnudamos con parsimonia, sin prisa alguna, embelesándonos en cada parte de nuestra anatomía que queda libre de tela, mi boca se prenda de su largo y bello cuello, lo lamo, lo chupo, lo muerdo, sus gemidos, los míos, nuestra respiración agitada, es la música que sirve de fondo para esta entrega, disfruto los movimientos que hace su exquisita lengua sobre mi piel, recostada me abro por completo para ella, que me devora el sexo por entero, mis piernas rodean posesivamente su espalda, bebe de mí, se desliza sobre mi cuerpo hasta que su boca encuentra la mía, solo nos cubre esa cascada chocolate que tiene la suavidad de la seda y me hace cosquillas en cada parte del cuerpo que toca, mis dedos se abren paso en esa cavidad que los recibe húmeda, mía, ella abre sus piernas haciéndomelo fácil, su mano me indica que haga lo mismo, nos penetramos, fundiéndonos en una, prodigándonos palabras de amor, de pasión, con voces enronquecidas por el ardor, en una entrega total, besándonos sin sosiego, friccionando nuestra carne, hasta que llegamos al clímax mutuo en un estallido acompañado por el de los fuegos artificiales que venían desde la hacienda junto con la música del mariachi. "Voz de la guitarra mía, al despertar la mañana, viene a cantar su alegría a mi tierra mexicana… yo le canto a sus volcanes a sus praderas y flores que son como talismanes del amor de mis amores….." Tzuri: te amo, te amare siempre Barbie. Paola: te amo "ojos negros" FIN ____________________________________________________________________ ___ Gracias a todos y cada uno de ustedes los que me hicieron el favor de acompañarme en esta historia que me dio la oportunidad de conocer a gente preciosa en el camino.

Arleny gracias por compartir tu propia historia conmigo, tienes toda mi admiración y mis mejores deseos para ti; Rubí gracias por tu confianza y por brindarme tu amistad; "Beba" un abrazo enorme; Xavarter gracias amigo por tu generosidad de compartir tu trabajo conmigo (cuídate esa rodilla); Ana Luisa gracias por reír conmigo (ja ja ja); Rose Black mil gracias por brindarme tu amistad; todos y cada uno de los que me enviaron mails muchas gracias; Mónica gracias mil por esas palabras en nuestra primera conversación; Mica gracias a ti por cada una de nuestras conversaciones; Cinthia baby gracias por siempre sacarme una sonrisa, un beso preciosa; Rosalía gracias por no ceder a mis chantajes, por estar ahí proporcionándole una salida a mí atribulada mente cuando más lo necesitaba, te quiero mi fan #1; Mujer, gracias por sus palabras en cada uno de los capítulos de esta historia, de verdad lo atesoro por venir de alguien que escribe con tanta perfección, le reitero mi admiración. "Bonita" gracias por tu cariño, por tus palabras de amor hacia mí, desearía de verdad estar en capacidad de corresponder en todo lo que vale a tus sentimientos, sabes que eres muy importante y siempre estaré para ti. Piojito; para cuando por fin llegues a este capítulo será el año 2012 jajaja, mil gracias por aceptarme como soy, por aguantar mí acido sentido del humor, por darnos al "conejo" y a mí con tanta generosidad tu amistad, solo nos hace falta una buena borrachera con el "prostipirugolfo". Te quiero Amiga. Gracias a todos y cada uno de los que me agregaron a su msn y me permitieron la posibilidad de una conversación. Gracias a todos y cada uno de los que comentaron y valoraron esta historia. Conejito; esta historia es tuya, lo sabes te lo he dicho muchas veces, gracias por tu eterna comprensión, amor y dulzura, por ser amiga y compañera siempre, por tu elocuencia; gracias por soportar mis locuras y reír conmigo de ellas… ¿sabes una cosa? … yo se que sabes.

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