Teoria Economica del Mercado - Homero Cuevas.pdf

May 17, 2020 | Author: Anonymous | Category: Mercantilism, Trade, Wealth, Keynesian Economics, Capital Accumulation
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TEORÍA ECONÓMICA DEL MERCADO

Hornero Cuevas

TEORÍA ECONÓMICA

,i

SEGUNDA PARTE 2002

UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

CONTENIDO SEGUNDA PARTE

PREFACIO

.

13 (

SEGUNDA PARTE CAPÍTULO I. MERCANTILISMO

I

y FISIüCRACIA

1.1

Mercantilismo

17

1.1.1 1.1.2 1.1.3

Unificación, poder, expansión Metales preciosos (expansión y teoría cuantitativa) La transición hacia el librecambio (teoría cuantitativa y ajuste automático) Otros elementos (dinero, tasa de interés, inversión, exportación de capitales)

17 24

1.2

Fisiocracia

38

1.2.1 1.2.2 1.2.3 1.2.4 1.2.5

Antecedentes Orden natural y laisser-faire El producto neto El impuesto único Las clases sociales y el "Tableau Econornique"

1.1.5

31 36

: \

ISBN 958-616-010..6

© ©

HOMERO

CUEVAS· 2002

UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA· 2002 Derechos exclusivos de publicación y distribución de la obra Calle 12 N° 1-17Este Bogotá - Colombia, FAX 2843769 Primera edición: Segunda edición: Tercera edición: Cuarta edición actualizada: Quinta edición actualizada: Reimpresión: Reimpresión parcial:

1986 1988 1990 1992 1993 mayo de 1997 febrero de 2002

CAPÍTULO

. . .

38 41

46 . .

54

57

CLÁSICA

2.1

Adam Srnith

.

65

2.1.1 2.1.2 2.1.3

Antecedentes, manufactura y división del trabajo El precio natural y las clases sociales Las tasas naturales de salarios, ganancia y renta. Sus tendencias El precio real y la teoría del valor-trabajo La división del trabajo y la libertad del mercado. Perspectiva del capitalismo

. .

65

. .

74 86

.

91

Davidad Ricardo

.

93

2.1.4 2.1.5,

Impresión y encuadernación: Sigma Editores Ltda. Impreso en Colombia Printed in Colombia

n LA ECONOMÍA

2.2

I

69

(

2.2.1 2.2.2 2.2.3 2.2.4 2.2.5

Las leyes de granos y el desarrollo de la maquinaria Distribución y medida del valor Cantidades de trabajo y precios relativos Variaciones de salarios y variaciones de precios Variaciones de las cantidades de trabajo y variaciones de precios Valor y riqueza Salarios, renta y ganancia Naturaleza de la renta del suelo La acumulación de capital, la renta y la "Ley de Say", El "Estado estacionario"

. . . .

2.3

Thomas Robert Malthus

2.4

John Stuart Mill

2.2.6 2.2.7 2.2.8 2.2.9

·········

93 98 101 106

3.10

Utilización de la plusvalía. La acumulación (usos de la plusvalía, la espiral acumulativa, el esquema de reproducción ampliada) Acumulación y crisis (el ejército de reserva, las crisis, concentración y centralización de capitales La economía socialista

. . . .

110 115 117 128

3.11

.

131

INTERCAPÍTULO

.

135

.

137

APÉNDICE A-III. LA TRANSFORMACIÓN

4.1

4.3 145 153 4.4 .

155

.

162

.

175

4.5

4.6 .

199

. .

205 212

.

225

.

231

.

237

.

244

.

257

.

265

.

271

.

277

. .

285 291

DE VALORES

(III-IV). UNA NOTA SOBRE BENTHAM

. CAPÍTULO IV. LA ECONOMÍA NEOCLÁSICA

3.1

. .

.

EN PRECIOS DE PRODUCCIÓN

4.2

CAPÍTULO lIl. LA ECONOMÍA DE MARX .;-Consecuencias de la Revolución Industrial (sobre: ~trabajo infantil y femenino, salarios, la jornada de trabajo, ~intensidad del trabajo y régimen fabril, movimiento ;. obrero, la ideología socialista) 'f' ".' O" • 3.2 ¿~El·matenallsmo histonco 3.3 LValor y trabajo abstracto (distribución del ingreso y su medición, trabajo abstracto y constitución social) 3.4 Plus valía y salarios (trabajo agregado e ingreso nacional, masa de plus valía, tasa de salarios, tasa de plusvalía, plusvalía absoluta y relativa, intensidad del trabajo) 3.5 -Distribución de la plusvalía: renta y ganancia -z; (renta diferencial I, II y absoluta) Distribución de la plusvalía: ganancias individuales 3.6 y ganancia media (tasa media de ganancia, ganancia media, expresiones reales y monetarias) Precios de producción y cantidades de trabajo 3.7 .(capital variable y plusvalía; capital constante; producción, distribución y transferencias de plusvalía, los precios de producción) ., La tasa media de ganancia y su tendencia 3.8 (composición orgánica del capital, relación de ésta y Iatasa de ganancia, tendencias en la economía capitalista) ;

3.9

179 4.7

.

184

4.8

.

196

4.9

Antecedentes (cambios sociales durante la segunda mitad del siglo XIX) : La utilidad marginal y equilibrio del consumidor (utilidad cardinal y ordinal, utilidad marginal decreciente, equilibrio del consumidor, la utilidad marginal y los precios de los bienes Equilibrio del consumidor y curvas de indiferencia (la curva de indiferencia, mapa de indiferencia, la línea de presupuesto, equilibrio, la función demanda) La productividad marginal y el equilibrio de la firma (premisas, los factores y la productividad marginal decreciente, equilibrio de la firma, precios de los factores . y distribución del ingreso) Las isocuantas y el equilibrio de la firma (la isocuanta, mapa de isocuantas, línea de presupuesto, equilibrio de la firma) El mercado competitivo y el equilibrio de la firma (el costo marginal, el ingreso marginal, equilibrio, la función oferta neoclásica) La eficiencia del mercado perfectamente competitivo (óptimo de Pareto en el consumo, óptimo de Pareto en la producción, el óptimo general) Posibles fallas del mercado y su rectificación (introducción, divergencia de costos privados y sociales, daño ecológico, externalidades en el consumo, bienes públicos, imperfecciones competitivas) Las limitaciones de la optimalidad Paretiana

4.10 4.11

Criterios de compensación preferencia social y ética Nuevos horizontes

APÉNDICE A-IV. EL PROBLEMA DE LA FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN Y LA MEDIDA DEL CAPITAL A.4.1 A.4.2

Introducción El período de producción y los corolarios neoclásicos (procesos indirectos, espera, período de producción, elección de procesos, la reversión de técnicas y la función de producción de "mal comportamiento")

INTERCAPÍTULO·(IV-V). CAPÍTULO 5.1 5.2 5.3 5.4 5.5

5.6

5.7 5.8

5.9 6.10 5.11

UNA NOTA SOBRE SFRAFFA

292 295

. .

.

395

.

400

.

301

EL MERCADO DE BONOS

.

404

.

301

POST-CAPÍTULO

.

409

.

413

.

414

6.4 6.5 6.5.1 6.5.2 6.5.3 6.5.4 6.5.5

Introducción La síntesis neoclásica y el modelo IS-LM (Microeconomía y macroeconomía, funciones IS y LM, monetaristas y fiscalistas) Curva de Phillips, expectativas racionales y radicalismo ofertista Crisis de la síntesis neoclásica La escuela poskeynesiana Características generales Competencia imperfecta Conexión entre lo "microeconómico" y lo "macroecónomico'' Incertidumbre y equilibrio Factores institucionales

. . . . . . . .

420 424 426 426 427 428 431 436

6.6

La escuela neo-Ricardiana

.

439

.

443

(V). UNA NOTA SOBRE KALECKI

CAPÍTULO VI. LA ECONOMÍA POSKEYNESIANA .

303

.

317

Y. LA ECONOMÍA KEYNESIANA

Antecedente (el escenario, antecedentes y consecuencias inmediatas de la gran depresión) Tasa de desempleo y tasa de salarios (planteamiento de la teoría ortodoxa, crítica de Keynes) La Ley de Say y la Teoría General de Keynes (la ley de Say, principio de la demanda efectiva) La oferta agregada y sus componentes (valor real de la oferta agregada, consumo, ahorro) La demanda agregada y sus componentes (consumo e inversión planeada, la función consumo, la función de demanda agregada) El ahorro, la inversión y el nivel de empleo de equilibrio (pendiente de la función de oferta agregada, interacción con la demanda agregada, el nivel de ingreso de equilibrio, el desempleo involuntario) Los incentivos para invertir (la eficiencia marginal del capital, la función de la inversión) •........................................ La tasa de interés (noción Keynesiana del interés, la demanda de dinero, preferencia por la liquidez, la oferta de liquidez, oferta monetaria y nivel de empleo) Las exportaciones netas y el desempleo involuntario La intervención del Estado y el déficit fiscal La reacción ofertista (influencia de la "Teoría general", nivel de precios y monetarismo)

APÉNDICE A-Y. EL MULTIPLICADOR DE LA INVERSIÓN LA EFICIENCIA MARGINAL DEL CAPITAL Y LA EVALUACIÓN DE PROYECTOS DE INVERSIÓN

6.1 6.2

6.3

.

321

.

327

.

330

.

336

.

338

.

342 354

. . .

361 374 379

.

386

Bibliografía complementaria

(

Prefacio

Junto con el Editor hemos sido sorprendidos por la demanda sobre la segunda parte de mi descontinuada Introducción a la economía, 5a. edición, enfocada sobre los sutiles y complejos problemas que sólo encuentran su expresión en el conjunto de los diversos sistemas teóricos y doctrinarios. La primera parte de tal libro ha sido reelaborada y publicada bajo el título de Fundamentos de la economía de mercado. En contraste, no he podido disponer del tiempo necesario para la correspondiente reelaboración de la segunda parte. Y no imaginamos que durante este lapso se revelará una urgente demanda sobre esta última. En consecuencia, quedamos entre la difícil disyuntiva de un servicio oportuno para la comunidad académica y los patrones de calidad editorial que caracterizan a las publicaciones 'de la Universidad Externado de Colombia. Después de mucha dubitación, hemos decidido concederle la prioridad a la primera alternativa, con el resultado de esta reimpresión, un tanto excepcional desde el punto de vista de la presentación editoriaL En particular, me pareció que el título seleccionado para este efecto, Teorías económicas del mercado, informa con fidelidad sobre el contenido del presente volumen. Sin embargo, para mayor transparencia con los eventuales usuarios, antiguos y nuevos, hemos optado por precisar desde la portada misma que se trata de la mencionada reimpresión. Con estas decisiones esperamos, por lo tanto, contribuir de manera positiva y oportuna en el complejo proceso de una formación idónea para el análisis de la economía, a pesar de las restricciones que hayamos podido encontrar en el camino.

Homero Cuevas

Bogotá, D.C., febrero 26, 2002.

.(

Segunda parte Capítulo 1 Mercantilismo y Fisiocracia

SEGUNDA PARTE CAPÍTULO 1 MERCANTIUSMO 1.1.

y FISIOCRACIA

Mercantilismo

1.1.1 Unificación, poder, expansión Se ha designado con este nombre a un conjunto de .ideas que dominaron el pensamiento económico en la primera fase de desarrollo del capitalismo moderno, en que se empezaba a consolidar el mercado de fuerza de trabajo en Europa; empezaban a forjarse los cimientos de la llamada revolución industrial, transformando los sistemas productivos tradicionales con una serie de aplicaciones de nuevos descubrimientos tecnológicos y con el desarrollo del sistema fabril; se expandían la navegación y el comercio internacionales, y se consolidaban los estados nacionales modernos reafirmando una autoridad central en contra de la antigua autoridad dispersa de los señores feudales. El mercantilismo coincide, pues, con la transición de la organización socioeconómica feudal a la capitalista en Europa, durante la cual el "capital comercial" (ganancias acumuladas por los comerciantes, principalmente del comercio internacional) empezaba a desarrollarse como capital industrial, esto es, como inversión en unidades productivas que empezaban a emplear trabajo asalariado y a reemplazar los métodos artesanales por los fabriles. (Véase Cap. II). Las ideas mercantilistas empezaron a cobrar fuerza desde el siglo XV, siendo resumidas y debatidas por un conjunto de escritores, principalmente. entre comienzos del siglo XVII y mediados del siglo XVIII, y de acuerdo a lo

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

18

arriba expuesto no debe extrañar que los más sobresalientes de ellos fuesen comerciantes o desempeñasen altos cargos estatales o en importantes compañías comerciales intercontinentales, como la Compañía de las Indias Orientales. Entre los principales mercantilistas figuran los siguientes (donde los años entre paréntesis se refieren al período en que vivieron o a la fecha de . publicación de su obra más notable): Juan Botero (1540-1619, Italia); John Gells (1581, Inglaterra), Juan Bodino (1530-1596, Francia), Antoine Montchrétien (1615, Francia); Gerald Malynes (1622, Inglaterra): Thomas Mun (1571-1641, Inglaterra); Eduardo Misselden (1608-1654, Inglaterra): Josia~ Child (1639-1690, Inglaterra) y Guillermo Hornigk (1638-1712, Austria). Y entre los principales autores de la literatura mercantilista más madura pero anterior a la publicación de la Riqueza de las Naciones de A. Smith (1776), que se caracteriza por refinar las tesis mercantilistas originales, o que parte de éstas pero que entra a cuestionar y a cualificar, y a desbrozar el camino para los planteamientos teóricos que habrían de conducir al sistema clásico de Smith y Ricardo, figuran: William Petty (1623-1687, Inglaterra); Charles Davenant (1619, Inglaterra); Dudley North (1691, Inglaterra); John Locke (1691, Inglaterra); John Law (1705, Inglaterra); David Hume (1752, Inglaterra); Richard Cantillon (1755, Inglaterra) y James Stuart (1767, Inglaterra).

El hecho de que se agrupe a tantos autores bajo un mismo título no significa que tuvieran una posición idéntica sobre todos los pro blemas, presentándose aun puntos de vista contradictorios entre ellos. Raymond De Roover, uno de los profundos investigadores sobre la era del mercantilismo, ha afirmado; "El Mercantilismo no constituyó un sistema lógico. Aun podría argumentarse razonablemente que ... el tan mentado sistema mercantilista no era siquiera un sistema".' No obstante, lo que parece haber en común en la obra de todos esos primeros economistas, que podríamos llamar autores de la literatura mercantilista, es una preocupación por un conjunto definido de problemas, por lo cual Eli Heckscher, autor de una de las obras más famosas sobre el mercantilismo, sin ignorar las objeciones a considerarlo como un sistema, sino más bien para responderlas, ha afirmado: "El Mercantilismo es un concepto instrumental que... nos posibilita para entender un período histórico particular más claramente de lo que podríamos careciendo de tal concepto"."

Tales preocupaciones generales y fundamentales para los autores de la "Literatura Mercantilista", para usar la distinción de Schumpeter en su Historia del Análisis Económico;' fueron el poder del Estado, la economía internacional, la cantidad de dinero en la forma de metales preciosos, y la interrelación de éstos entre sí y con la riqueza nacional. Por las circunstancias de la época, en que un poder estatal central se requería para romper los remanentes de los privilegios locales de los señores feudales, que con sus tributos a los comerciantes por los derechos de tránsito a través de los feudos y con su oposición a la libertad laboral de los siervos y habitantes de los burgos obstaculizaban el desarrollo del capitalismo, y en que un estado nacional fuerte política y militarmente era necesario para respaldar la expansión comercial y colonial en ultramar frente a otras naciones en el mismo proceso de consolidación y expansión, el apuntalamiento del poder de un estado nacional unificado no podía menos que constituir un elemento central del pensamiento mercantilista. Es así como Gustav Schmoller, historiador. económico alemán, en una obra dedicada al mercantilismo, dice: "Esta época precisa +la segunda mitad del siglo XVI y el siglo XVIl- fue una época que produjo todos los incentivos para una transformación económica. El camino ya estaba despejado fuera del círculo estrecho del pequeño territorio hacia una unión más amplia de fuerzas posible sólo en el gran estado. Un horizonte inconmensurable se había abierto al comercio mundial en India y América; la posesión de colonias productoras de especias, y de los nuevos países ricos en oro y plata) prometía milagrosas riquezas a aquellos estados que entendían cómo tomar su parte del botín. Pero era claro que para jales propósitos se hacía necesario tener poderosas flotas y grandes compañías comerciales y organizaciones estatales equivalentes". "Internamente, cambios económicos de no menor importancia también tomaron lugar. El nuevo servicio postal creó un sistema completamente nuevo de comunicaciones. Letras de cambio, y las grandes operaciones cambiarías en ciertas ferias, junto con los bancos que estaban haciendo su aparición produjeron una maquinaria de crédito enorme y de vastas irnplicaciones". "Aún más, en los diversos países tomó lugar una división geográfica del trabajo, que rompió la vieja dispersión de la industria citadina; la manufactura lanera se estaba agrupando en ciertos vecindarios alrededor de ciertas ciudades en otros la manufactura del lino; en otros el comercio de curtiembres y en otros el de ferretería. La vieja manufactura ... empezó a convertirse en una

1 1

De Ro ovcr R, "Scholast icisrn and Mercantilism : A Co ntrast". LX IV (1955).

2

Citado 1969,

por

Minchiton

pág. xv,

Walter

,

Mer

c ant

ilísm:

The Quurtcrlv

SystC'111 or l';xpl'dh.·llI.::y'!.

19

MERCANTILISMO y FISIOCRACIA

Ravtheon

Journa!

of Eco no mícs.

EJ ..

Le

xingt

o

El término

"Literatura

Mercantilista",

con

que

intitula

Schumpeter

el Cap. 7 de la 2a. parte

de su

"Mercantilismo", permite una mayor precisión histórica, pues no da lugar como el último, por indicar un "ísrno ", a la falsa apreciación de que todos los autores de la literatura mercantilista anterior a A. Smith cornpar t ian el mismo punto de vista sobre diversos problemas. gran

obra,

en

lugar

de

n,

Más bien,

permite

o políticas

comunes.

apuntar

hacia

el hecho

histórico

fundamental

de unas

preocupaciones

teóricas

20

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

industria doméstica ... ; el viejo comercio del algodón, efectuado personalmente por los mercaderes, empezó a asumir su forma moderna con agentes, comisionistas y especulación. Todas estas fuerzas convergieron compeliendo a la sociedad a reorganizarse sobre una base más amplia, y apuntaron hacia la creación de los estados nacionales con una política correspondiente". "La historia interna completa de los siglos XVI y XVII, no sólo en Alemania sino en todas las demás partes, se resume en la oposición de la política económica estatal a la del municipio, el distrito y las diversas propiedades territoriales particulares; la historia externa completa se resume en la oposición de los intereses separados de los nuevos estados nacientes, cada uno de los cuales buscaba obtener y retener su lugar en el círculo de las naciones europeas, y en el ?el ,co~ercio exterior que ahora incluía a América e India". "En su esencia íntima, el mercantilismo no es otra cosa que construcción del Estado ... La esencia del sistema descansa en la total transformación de la sociedad y su organización, como también la del Estado y sus instituciones, en la sustitución de una política económica local y territorial por una del estado nacional";' Y Hecksher añade: -"Si uno considera el mercantilismo primero que todo como un sistema de unidad nacional económica, es perfectamente claro que una enorme tarea estaba esperando a los gobernantes de la mayoría de los estados continentales (europeos) al final de la Edad Media. Bajo el feudalismo, pequeños gobernantes independientes y aun terratenientes ~artic~lares ordinarios habían usurpado el poder del Estado, saboteando e Impidiendo el comercio y la industria, poniéndolos bajo tributos para su propio beneficio. Entre las numerosas manifestaciones de esta tendencia la más importante fue quizás la casi interminable confusión causada a través de Europa por peajes sobre ríos y caminos, como también por l~s impedimentos que. se ponían al comercio entre diferente~ provincias':. '.'Sobre todo~ los gr~~des nos había peajes separados para cada diez o a lo maxtmo cada qumce kilometros, que el comerciante tenía que pagar sucesivamente. El trabajo de un~ficación requería terminar con todo esto y la creación de un sistema nacional de aduanas't.? Por su parte, Marx dice: " ... la Edad Media había legado dos formas distintas de capital, que alcanzaron su sazón en los más diversos tipos económicos de sociedad y que antes de llegar a la producción capitalista son considerados cuma el capital por antonomasia: el capital usurario y el capital comercial".

1

Gustav Schmoller. págs. 46· 48.

2

Heckscher.

The Mercantile

Sy st ern and Its Historieal

"Mercant ílisrn, A Thcor y of Soeiety",

NY, X, pág. 333.

Significance,

21

MERCA..'\!TJLISMO y FISIOCRACIA

Macmillan,

NY, 1914,

"El régimen feudal, en elcampo, y en la ciudad el régimen gremial, impedían al dinero capitalizado en la usura y en el comercio convertirse en capital industrial. (Todavía en 1794, los pequeños fabricantes de paños de Leeds enviaron una diputación al parlamento solicitando una ley que prohibiese a todos los comerciantes convertirse en fabricantes). Estas barreras desaparecieron con el licenciamiento de las huestes feudales y con la expropiación y desahucio parciales de la población campesina. Las nuevas manufacturas habían sido construidas en los puertos marítimos de exportación o en lugares del campo alejados del control de las antiguas. ciudades y de su régimen gremial. De aquí la lucha rabiosa entablada en Inglaterra entre los corporate towns y los nuevos viveros industriales. El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista. Estos procesos idílicos representan otros tantos factores fundamentales en el movimiento de la acumulación originaria. Tras ellos, pisando sus.huellas, viene la guerra comercial de las naciones europeas, cuyo escenario fue el planeta entero. Rompe el fuego con el alzamiento de los Países Bajos, sacudiendo el yugo de la dominación española, cobra proporciones gigantescas en Inglaterra con la guerra antijacobina, sigue ventilándose en China, en las guerras del opio, etcétera. Las diversas etapas de la acumulación originaria tienen su centro, por un orden cronológico más o menos preciso, en España, Portugal, Holanda, Francia e Inglaterra. Es aquí, en Inglaterra, donde a fines del siglo XVII se resumen y sintetizan sistemáticamente en el sistema colonial, elsistema de la deuda pública, el moderno sistema tributario y el sistema proteccionista. En parte, estos métodos se basan, corno ocurre con el sistema colonial, en la más avasalladora de las fuerzas. Pero todos ellos se valen-del poder del estado, de la fuerza concentrada y organizada de la sociedad, para acelerar a pasos agigantados el proceso de transformación del régimen feudal de producción en el régimen capitalista y acortar los intervalos. La violencia es la comadrona de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva. Es, por sí misma, una potencia económica".'

y con respecto al poder estatal nacional para respaldar la expansión interna-. cional agrega William Cunningham, uno de los fundadores de la historia económica inglesa: "Los grandes descubrimientos de las últimas décadas

Encycloped ia of the Social Science s, Macmillan, I

Marx, El Capital, Vol. 1, Cap. XXIV, La Llamada Acumulación

Originaria,

sección 6.

22

del siglo XV produjeron una revolución en el comercio del mundo, porque abrieron las comunicaciones entre las partes más distantes y así sentaron los fundamentos para el gran comercio internacional de nuestros tiempos". "Antes de que ocurriera esta revolución comercial, la industria y el comercio habían sido considerados enteramente con referencia a la condición interna del país (Inglaterra)... Los intereses locales habían caído más y más a un segundo plano, y el parlamento legisló para la prosperidad de Inglaterra como un todo; pero a la larga se vio que para conservarla había que mirar más lejos. Ya hemos trazado el desarrollo de la idea de un interés nacional; en los tiempos modernos, esta concepción ha sido conscientemente entendida y ha dominado toda política comercial. Nuestros estadistas han considerado la condición y el progreso de Inglaterra no en sí mismo, sino relativamente a los de otras naciones; lo que ellos buscaban no era el simple progreso dentro de su propia tierra, porque deseaban prosperar en relación a -otras naciones. No estaban satisfechos con el objetivo de mantener un nivel de comodidades, deseaban ejercer una influencia sobre los pueblos del mundo. De hecho, el objeto de su ambición era aumentar el poder de la nación, y un mayor poder implica un avance relativo mayor; un mayor poder podía ser obtenido infligiéndole pérdidas a otros como también alcanzando ganancias positivas para Inglaterra; ello tiene una típica referencia a una condición relativa". "La idea fundamental de política que causó tanta rivalidad nacional, y condujo a los estadistas a darle tanta importancia al mantenimiento del "balance" en Europa, fue esta aspiración por el poder nacional, o la relativa superioridad". "Los políticos de los siglos XVI, XVII y la mayor parte del XVIII estaban de acuerdo en tratar de regular todo comercio e industria, para que el poder de Inglaterra relativamente al de otras naciones pudiera ser promovido; y para alcanzar este objetivo ellos no tuvieron escrúpulos para pisotear intereses privados de cualquier clase". "Los principios fundamentales del esquema de política que dominó en Inglaterra durante este largo período han sido delineados arriba, pero puede ser conveniente repetirlos un poco más completamente, porque ellos suministran el marco dentro del cual los hechos de los períodos subsiguientes en la vida nacional pueden ser más claramente exhibidos. El poder depende de: a- la acumulación de tesoro; b- el desarrollo de la flota naval; y e- el mantenimiento de una población efectiva. a- La acumulación de tesoro, en un país que no tiene minas, depende de la administración aduanera del comercio, ya sea por medio de: 1- establecer regulaciones para el movimiento de los metales preciosos y los cambios (entre naciones), ó 2- de establecer regulaciones para la importación y exportación de mercancías". "Tal es en breve la racionalidad del llamado Sistema Mercantilista, que se había venido poniendo en operación desde

23

MERCANTILISMO y FISIOCRACIA

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

el tiempo de Ricardo II, y que sobrevivió con mucho vigor en algunas de sus partes hasta que Cobden y Bright completaron la revolución en la política inglesa". 1 (Con alguna razón reclamaba, pues, List que Inglaterra defendía el libre-cambio después de haberse hecho poderosa mediante la regulación o protección de su comercio exterior, véase sección 9. 10. 1).

.-

Y Viner remata: "¿Cuál es la interpretación correcta de la práctica y doctrina mercantilista con respecto a los papeles del poder y de la abundancia como fines de la política nacional? Yo creo que prácticamente todos los mercantilistas, de cualquier período, país o posición social del individuo en cuestión, estarían de acuerdo con todas las proposiciones siguientes: 1- la riqueza es un medio absolutamente esencial para el poder, ya sea por seguridad o para agredir; 2- el poder es esencial o valioso como un medio para adquirir o retener la riqueza; 3- la riqueza y el poder son cada uno fines últimos adecuados de la política nacional; 4- existe una armonía de largo plazo entre estos fines, aunque en circunstancias particulares puede ser necesario durante un tiempo hacer sacrificios económicos en interés de la seguridad militar y por tanto también de la prosperidad en el largo plazo. La omisión de cualquiera de estas cuatro proposiciones resulta en una interpretación incorrecta del pensamiento mercantilista, mientras que la adición de otras proposiciones implicaría probablemente debates internos entre los mercantilistas". 2 Indudablemente, esta descripción de la esencia del mercantilismo como objetivo de política nacional, sobre todo teniendo en cuenta que según Cunningham "un mayor poder implica un avance relativo mayor", suscita la reacción aparentemente inevitable de pensar que el mercantilismo no es una política exclusiva de hace dos, tres o cuatro siglos, sino que ha sobrevivido con fuerza hasta el mundo de hoy, más si las tesis del proteccionismo y el imperialismo son involucradas dentro del cuadro. Hay, pues, quienes piensan que la doctrina mercantilista no debe ser estudiada como letra muerta sino que es un legado de gran importancia para poder comprender las relaciones económicas internacionales del presente. No fue por azar, pues, que Kari Levitt, en la obra que describe la toma de la economía canadiense por el capital extranjero ("Silent Surrender"), hubiese intitulado un capítulo "Ell Viejo Mercantilismo y el Nuevo".

1

William Cunningham, "Mercantilism as Power ", from Growth of English Industry 1, Cambridge University Press, 1905, págs. 473- 83.

2

J acob Viner, "Power Versus P1enty as Objetivesof Centuries", World Potities, 1(1948-49). Pág. lO.

Foreign Policy in the Seventeenth

and Co rnmerce,

and Eighteenth

UNIVERSIDAD DE ANTIOQmA BIBLIOTECA

CENTRAL

24

INTRODUCClON

A LA ECONOMIA

1.1.2 Metales preciosos Se ha notado ya cómo la rápida expansión del comercio tanto nacional como internacional constituía una necesidad impuesta por las nuevas divisiones del trabajo y la rápida acumulación de capital; era una dinámica irresistible' producida por las transformaciones que lentamente se habían venido gestando de tiempo atrás. Por esta razón, los comerciantes y las nuevas clases sociales se estaban convirtiendo en una poderosa fuerza social cuyo objetivo inmediato era destruir los obstáculos que se oponían al desarrollo del comercio interno. Tanto los obstáculos políticos, para lo cual propiciaban la unificación nacional a través de un poderoso estado central, capaz de eliminar los privilegios locales que con sus peajes, reglamentos gremiales y otras regulaciones . se oponían al desarrollo y unificación del mercado nacional, como los obstáculos económicos. Y, entre éstos, la escasez de un medio general de cambio y' de pago es verdaderamente relevante, pues las dificultades que el trueque impone para el intercambio de mercancías y la acumulación de capital son evidentes (véase sección I 8.1). Para la rápida expansión del comercio se requería, pues, un crecimiento acelerado de la cantidad de dinero en circulación. 1 En caso contrario, se frenaría el comercio y se presentaría la tendencia a una disminución en el nivel de precios de las mercancías;' lo cual traería desconcierto y caos al mercado, impidiendo su desarrollo natural. Pero, en una época en que el dinero era dinero-mercancía constituido por metales preciosos (debido a las razones explicadas en la sección 18.2.1), la conclusión anterior equivale a decir que el rápido desarrollo de los mercados internos nacionales requería de la disposición de cantidades crecientes de metales preciosos. Que la literatura mercantilista había racionalizado en un alto grado las circunstancias anteriores, se demuestra por su capacidad para llegar finalmente a la formulación y desarrollo de la ecuación cuantitativa (MV = PQ) y la teoría cuantitativa del dinero. Así, por ejemplo, comentando la obra de Locke intitulada "Algunas Consideraciones sobre las Consecuencias de la Baja Tasa de Interés y el Aumento del Valor del Dinero (1691)", dice Eric Roll, en su Historia de las Doctrinas Económicas: " ... fue la importancia

I

Como la velocidad lentamente, como un valor creciente es, por la ecuación ser proporcional al

2

SecciónI8.10).Si

de circulación del dinero depende de factores inst itucionales que cambian muy el Sistema de Comunicaciones, es evidente que para realizar transacciones por (PQ) se requiere una cantidad de medios de pago también creciente (M). Esto cuantitativa, PQ = VM. si V tiende a ser .constant e, el crecimiento de M debe de PQ. (Véase sección 18.10),

Q tiende a crecer y M no, entonces

P se reduce.

MERCA..\fTILISMO y FISIOCRACIA

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que Locke dio al dinero lo que le sirvió de punto de partida para su estudio posterior ... Se basó dicho estudio sobre la teoría cuantitativa del dinero ... " y no sólo Locke sino North ("Disertaciones sobre el Comercio", 1691 l, Hume ("Del Dinero", "Del Interés", "Del Comercio" y "De la Balanza Comercial", en sus "Discursos Políticos", 1752), Cantillon ("Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General", 1755) y muchos otros, hicieron amplio uso para sus análisis de una teoría cuantitativa del dinero bien desarrollada. En su Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General, que Rol! califica como "la exposición más sistemática de principios económicos anterior a La Riqueza de las Naciones (de A. Smith)", Cantillon describe con tal maestría el proceso y los efectos sobre la economía de un aumento en la cantidad de dinero en circulación, y enriquece con ello a tal grado la teoría cuantitativa del dinero que cualquiera se ve obligado a asentir cuando Rol! agrega: "aquí (Cantillon) se muestra capaz de combinar su penetración en los principios económicos con su experiencia comercial, y escribir frases que podrían figurar en cualquier obra moderna sobre estas materias". De otro lado, y en relación con el mismo tema de la importancia que la literatura mercantilista da a la abundancia de metales preciosos en el interior de países como los europeos, que carecían de minas para producirlos directamente viéndose forzados a recurrir a otros medios para adquirirlos del exterior y conservarlos, Schmoller en su obra ya citada anota: " ... lo que es peculiar a todos los escritores. mercantilistas no son tanto las regulaciones al intercambio (internacional) que ellos proponen para el aumento de los metales preciosos como el énfasis que ellos le dan a la activa circulación del dinero, especialmente dentro del mismo Estado". (Subray. agregado). Asimismo, Schumpeter califica de "crítica torpe" a aquella que pretende ver en la preocupación de los mercantilistas por la abundancia de metales preciosos una mera confusión ingenua: " ... nada se ha dicho hasta ahora (en el análisis de Schumpeter sobre la literatura mercantilista) sobre la famosa 'confusión de la riqueza +o riquezas- con la moneda'. Ninguno de los errores del análisis que hemos mencionado llega a tal confusión, o la implican. Además, que yo sepa, no se encuentra proposición alguna en los autores 'mercantilistas' que no pueda explicarse -por errónea que pueda parecer- sin suponer que pensaron en que la riqueza era lo mismo que el dinero o que el metal en barras, o que el 'atesoramiento', o que confundieron la moneda con lo que el oro y plata en barras pueda comprar. Así tenemos pocos motivos para gastar espacio en una cuestión que carece totalmente de interés. Pero los lectores pueden creerse con derecho a un comentario sobre lo que se ha convertido en un tema generalizado de la historiografía de la

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economía desde que Adam Smith, con su crítica torpe del 'sistema comercial o mercantil', dio el mal ejemplo".' Otra evidencia sobre el hecho de que la importancia que dio la literatura mercantilista a la abundancia de metales preciosos obedecía a su preocupación de superar los obstáculos económicos que se oponían a un rápido desarrollo del comercio y la producción internos, y no a la idea ingenua que la única riqueza verdadera consistía en la posesión de estos metales, olvidándose de que la producción real de toda clase de bienes es la verdadera fuente de riqueza, se encuentra en los debates que desarrollaron sobre la posibilidad de utilizar como dinero el papel moneda, superando de esa manera la escasez de oro y plata en los países europeos carentes de ese tipo de minas. Así, Roll refiriéndose a Law y a su obra "Consideraciones sobre el Numerario y el Comercio" dice: "(Law) compartía ... la idea mercantilista de que el dinero poseía una fuerza activa y que era necesaria una buena cantidad de él a fin de crear fuentes de trabajo" .. " ... sugirió la emisión de papel moneda, proposición que en aquel tiempo fue formulada con frecuencia, aunque con menos consecuencia, y que' Law pudo llevar a la práctica con resultados desastrosos. Como buen mercantilista, deseaba que el estado tuviera un acervo de tesoro, y esperaba que sus billetes ocuparían el lugar del dinero en metálico en las transacciones del público y que, así, el metálico se acumularía en la tesorería del estado. La inflación que produjo su política fue una de las más. graves de los tiempos modernos, y causó, junto con la ruina del propio Law, la destrucción de muchas empresas especuladoras", Si no estaban dadas las condiciones para que el Estado emitiera el dinero requerido, bajo la forma de papel moneda inconvertible, y si Europa carecía de minas de oro y plata, y si el objetivo era crear las condiciones para un acelerado desarrollo del comercio y la industria, la solución propuesta por los mercantilistas aparece como completamente racional: incentivar por todos los medios posibles la importación de oro y plata, lo cual los conduce a sus tesis y políticas sobre la balanza comercial favorable, que se comentan más abajo, y establecer regulaciones para impedir la salida del país de los metales preciosos. Y estas tesis se acentuaban tanto más cuanto, por el lado externo, la competencia por mercados extranjeros y colonias, y el objetivo de poder, ponía a los nacientes estados capitalistas en una situación de enfrentamiento permanente, en una situación latente de guerra y de necesidad de fortalecer el aparato militar contra el exterior, que demandaba al estado la capacidad permanente de adquirir provisiones internas y externas para lo cual requería tesoro. 1 Sc humpeter,

Historia del Análisis Económico, "La Literatura Mercantilista", sección 4, sub numeral e-o

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No debe olvidarse que, haciendo un recuento solamente de las guerras y conquistas mayores, entre 1338 y 1453 se desarrollala "guerra de los cien años entre Francia e Inglaterra"; entre 1419 y 1485, gracias a que Portugal se había convertido en una potencia comercial, debido a que sus puertos eran escala obligada para el floreciente comercio entre Flandes e Italia, dicho país descubre e inicia la conquista de Madeira, las Azores, Guinea y e,l~ur de Africa, así como el comercio con el Lejano Oriente; en 1492 se micra la conquista de América; entre 1550 y 1560, la guerra entre España y Francia; entre 1570 y 1580, entre España y Holanda: entre 1580 y 1590, entre España e Inglaterra; entre 1618 y 1648 la Guerra de los Treinta Años, en que intervinieron Alemania, Dinamarca, Suecia, Austria, España y Francia;en 1689 se inicia la guerra de la Liga de Augsburgo entre Francia e Inglaterra; entre 1700 y 1721 se desarrolla la Gran Guerra del Norte entre Rusia y Suecia con los Estados Bálticos; entre 1701 y 1714 se desarrolla la Guerra de la Sucesión Española, entre Inglaterra, Austria, Prusia y Holanda por un lado, y España y Francia por el otro; entre 1740 y 1748, la Guerra de la Sucesión Austríaca (España contra Austria e Inglaterra); entre 1755 y 1763 la Guerra Franco-India (Inglaterra contra Francia); en 1755 se inicia la Guerra de Independencia de los Estados Unidos contra Inglaterra y en 1796 se inician las Guerras Napoleónicas de Francia contra las restantes potencias de Europa.

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La pretensión de ver en la importancia que otorgaban los mercantilistas a la abundancia de oro y plata una ingenuidad sería, pues, de acuerdo a lo anterior, ella sí, una ingenuidad. Per~ es necesario reconocer que por la época en que se inicia la crítica frontal a las ideas mercantilistas, mediados del siglo XVIII, los problemas centrales se habían modificado en forma importante, entre otras cosas porque con la conquista de América, y la gigantesca explotación de las ricas minas de oro y plata de este nuevo continente durante ya un largo tiempo, Europa presenció tal inundación de metales preciosos a través fundamentalmente de España, que la dramática inflación de precios en este país condujo a la ruina de su posición comercial en el viejo continente, y a través de su comercio y la política mercantilista los demás países europeos habían podido superar los obstáculos iniciales. De otro lado, los estados nacionales se habían establecido más sólidamente y la política de libre-cambio para los países más avanzados constituía a sus ventajas absolutas y relativas (sección 9. 9) en el mecanismo automático de su poder comercial en el mundo, reemplazando hasta cierto punto cualquier tipo de regulación e incentivos estatales.

1.1.3 La balanza comercial Antes de ~omentar las tesis mercantilistas sobre la balanza comercial (véase sección 1 9.2.2), es necesario tener en cuenta la contribución a la teoría

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INTRODUCCION A LA ECONOMIA

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de la economía internacional que los mercantilistas hicieron con el sólo descubrimiento y aplicación de este concepto analítico. Como bien lo señala, Schumpeter, "Lo primero que es preciso en relación con este concepto es que en realidad se trata de un instrumento analítico. La balanza de comercio no es algo concreto como el precio o como una carga de mercancía. No se. mete por sí misma por los ojos de la gente inculta. Es menester desarrollar un esfuerzo analítico preciso para tener una idea clara del mismo y para percibir sus relaciones con otros fenómenos, económicos, por insignificante que aquel esfuerzo pueda ser. La historia de la física teórica pone de manifiesto que una conquista de esta clase es difícil y que requiere más tiempo que el que podría esperarse; las ideas han estado durante siglos al parecer al alcance de cualquiera, e incluso han sido formuladas de cierta forma estéril de cuando en cuando sin que realmente llegaren a ser captadas plenamente por nadie. Si reflexionamos sobre esta dificultad dejaremos de subestimar aquella conquista específica". 1 Desde un punto de vista histórico, Schmoller encuentra tal "conquista" ligada indisolublemente al proceso de unificación estatal característico de la época mercantilista: "La idea y la doctrina de la balan,.,zacomercial, tal como surgió, fue únicamente la consecuencia secundaria de uiÍa Goncepción de los procesos económicos que los agrupaba de acuerdo "t::"".a los¡:estados. Justamente, tal como .hasta este tiempo la atención se había fijad(¡len la exportación desde y en la importación hacia particulares ciudades y ter.torios, ahora la gente trataba de esclarecer en sus mentes el comercio del e~ado como un todo, y de resumirlo en tal forma que pudiesen alcanzar una rtiejor comprensión de él y algunas implicaciones prácticas". 2 La te.sis mercantilista de la balanza comercial se pone de manifiesto con la simple observación de que los mercantilistas llamaban favorable a una balanza comercial con superávit y desfavorable a una balanza comercial con déficit (véas~ sección 19.2.2), Y esta identificación alcanzó tal arraigo que hasta recientemente seguía utilizándose aunque sin otorgarle unánimemente un mayor valor que el de una mera tradición terminológica. Es d~_cir, los mercantilistas consideraban favorable para un país que sus exportaciones de bienes e "invisibles" (servicios de transporte, embalajes, seguros, etc.), tuviesen un mayor valor que sus importaciones por los mismos ea nceptos, (y desfavorable lo contrario), sin contabilizar dentro de las importaciones y exportaciones de "bienes" las importaciones y exportaciones de metales preciosos (oro y plata), por ser éstos considerados como dinero.

1

Schurnpeter',

op. cit., sección 4, sub numeral d-.

2

Scbrnoller , op. cit.

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De esta forma, el exceso de exportaciones sobre importaciones, del país que experimentaba el superávit, debía ser pagado por el resto del mundo en oro y plata, lo cual aumentaba la cantidad de metales preciosos en poder del país con superávit y la reducía en los países con déficit. Las razones por las cuales tales superávits eran considerados favorables, y tales déficits desfavorables, por parte de los mercantilistas, así como si tales razones eran "correctas" o "incorrectas", han dado lugar a un larguisimo debate entre los historiadores del pensamiento económico así como dentro de los actuales marcos de la teoría económica. Así, por ejemplo, desde el punto de vista de la crítica simplista de que los mercantilistas confundían ingenuamente el dinero con la riqueza, la tesis de la balanza comercial favorable sería un mero subproducto de la misma confusión. Pero, como se anotó en las secciones anteriores, tal simplicidad, aparte de las evidencias literarias en sentido contrario, pierde de vista las verdaderas condiciones históricas a las que respondía el pensamiento mercantilista. De un lado, la rápida expansión del comercio interno y de la acumulación de capital, con sus requerimientos de una mayor cantidad de dinero (oro y plata en la época) en circulación junto con la ausencia de las minas correspondientes en Europa, suministra un objetivo racional propio a la tesis mercantilista: solamente a través de superávits en la balanza comercial era posible disponer de estos aumentos requeridos en. la cantidad de dinero, transfiriéndolo de otros países. De otro lado, como registra Schumpeter, " ... con frecuencia sorprendente se olvida por los críticos de las 'teorías mercantilistas' que aquella edad fue la edad del imperialismo filibustero y que el comercio iba asociado con la colonización, con la explotación ilimitada de las colonias fundadas, con la guerra privada ... y con situaciones que permanentemente convergían en la guerra". Es decir, no pueden olvidarse "la oposición de los intereses separados de los nuevos estados nacientes, cada uno de los cuales buscaba obtener y retener su lugar en el círculo de las naciones europeas, y en el del comercio exterior que ahora incluía a América e India", de que habla Schmoller, ni "la guerra comercial de que habla Marx". En este contexto, de búsqueda de la supremacía en los mercados del mundo, la pretensión de cautivar el mercado mundial para la industria nacional, cerrándolo al mismo tiempo para la industria de las naciones rivales, 'bien podría expresarse en la tesis de la balanza comercial favorable. Y, en efecto, las tesis mercantilistas consideraban como lo ideal importar materias primas (entre ellas los metales preciosos) de los países atrasados sin una industria competitiva, y exportar en cambio los productos manufacturados. El mercado externo sería uno de los pilares del crecimiento de la industria nacional, una forma de promover el desarrollo industrial al interior de la nación, y como parte de este mecanismo figuraba la protección del

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mercado interno de productos manufacturados para la industria nacional. y es que, efectivamente, con una balanza comercial "equilibrada", y cuyas exportaciones e importaciones fuesen por igual productos manufacturados, el mercado externo no constituiría una ampliación neta del mercado total para la industria nacional, pues, con exportaciones = importaciones, el valor del mercado externo que se gana en el exterior sería idéntico al valor del mercado interno que se pierde frente a las manufacturas extranjeras. Así, pues, una ampliación neta del mercado total para los productos manufacturados de una nación, en un mercado mundial dado, no se alcanzaría sino estimulando la importación de productos no manufacturados (materias primas) -en vez de los manufacturados- y/o' manteniendo un superávit en la balanza comercial. Obviamente, si por materias primas se entendieran también los metales preciosos, el estímulo a la exportación de manufacturas y la importación de materias primas serían una y la misma cosa con el intento de obtener un superávit en la balanza comercial, pues los metales preciosos se consideraban simultáneamente como dinero. De esta manera, tanto el valor de las importaciones de materias primas (sin contar dentro de ellas los metales preciosos), como el valor del superávit en la balanza comercial (es decir, el valor de las importaciones de oro), o sea, en términos generales, el valor de las importaciones (contando el oro) diferentes a productos manufacturados, serían una medida de la ampliación neta del mercado mundial para las manufacturas del país y, por consiguiente, del nivel de producción y del grado de desarrollo de la industria nacional. Esta conclusión es muy importante, porque significa: i- que impulsar un sistema basado en la exportación de manufacturas y en la importación de materias primas, y la búsqueda de una balanza comercial favorable, desde el punto de vista de su objetivo, son una y la misma cosa: el rápido crecimiento industrial. Y no sólo en términos absolutos sino con relación a los competidores, pues ante un mercado mundial dado la ampliación neta para unos no puede sino significar una contracción relativa para otros; y, ii- que la acumulación continuada de metales preciosos bajo tal esquema de comercio, como producto indisoluble de los superávits, es apenas la faceta monetaria de un significativo hecho real: el crecimiento de la industria nacional debido a la ampliación neta del mercado mundial conseguida para sus productos. Tal vez un solo ejemplo histórico, entre los muchos posibles, pueda ilustrar suficientemente la relevancia de la argumentación anterior: "Por lo que se refiere a los oficios y a la industria, las colonias norteamericanas fueron mantenidas en tal servidumbre por la madre patria, que, aparte de las industrias domésticas y los oficios manuales corrientes, no se les permitía ninguna clase de fabricación. Todavía en 1750, la instalación de una fábrica de sombreros en el Estado de Massachusetts despertó de tal modo la atención y el recelo

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del parlamento (inglés), que declaró como perjudiciales para el interés público toda clase de fábricas, incluso las herrerías, no obstante poseer el país una gran producción de los materiales necesarios para la fabricación de hierro. Y en el año 1770 declaró el gran Chatham, intranquilo por las primeras tentativas industriales de los nuevos ingleses, que no se debía permitir fabricar en las colonias ni un clavo de herradura. A Adam Smith se debe haber llamado la atención por primera vez sobre lo injusto de esta política. El monopolio. de la industria por parte de la metrópoli es una de las causas principales de la revolución americana. El impuesto sobre el té fue simplemente el fulminante para que estallase".' Así, la preocupación de los mercantilistas por el influjo de metales preciosos del exterior, o sea por una balanza comercial superavitaria, sería apenas la faceta más superficial de una preocupación más profunda, radicada en el . desarrollo de una poderosa industria nacional. Parafraseando a Heckscher asegurando la abundancia de metales preciosos los mercantilistas podían "matar dos pájaros de un solo tiro" solucionar la escasez de medio circulante y apuntalar un mayor desarrollo relativo de la naciente industria nacional, Es evidente, además, que el capital invertido en el comercio y los transportes, que participan de las exportaciones "invisibles", no estaban ajenas a estos beneficios de la ampliación neta del mercado. Esta conjugación de intereses por una ampliación neta, que implicaba contracciones netas relativas paraotras naciones, no podría menos que describirse como "oposición de intereses", oposición que le dio su peculiar ambiente de guerras comerciales a la época mercantilista.

1.1.4 La transición hacia el libre-cambio Por diversas circunstancias, la concepción de los escritores de la época mercantilista sobre las regulaciones estatales para controlar las importaciones y estimular las exportaciones de manufacturas, cuya necesidad habían difundido con tanto énfasis, empezó a experimentar rápidos cambios, particularmente entre fines del siglo XVII y mediados del siglo XVIII, período que marca el periplo del pensamiento mercantilista, específicamente en Inglaterra y Francia, sentando las bases de lo que sólo un cuarto de siglo más tarde habría de convertirse en la nueva ortodoxia teórica dominante sobre el comercio internacional a partir de la publicación de la Riqueza de las Naciones (1776) de Adam Smith: el libre - cambio o libertad total del comercio entre las naciones. 1

List Friederich, Sistema Nacional de Econom ía Pc l it íca, 1840.

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Entre tales circunstancias pueden haber jugado un papel muy importante las siguientes: i- la adopción generalizada de las mismas tesis mercantilistas por un número creciente de naciones, no sólo rivales con grados similares de desarrollo, sino incluso por las mismas colonias, en trance de independencia, lo cual anulaba la posibilidad de una expansión neta ulterior, y más bien. podía conducir a contracciones netas, ya que sobre un n:erca~o mundial dado no todos los países podían alcanzar expansiones netas simultáneamente. Así la política mercantilista sólo podía ser ventajosa en tanto que no todo el mundo estuviera en disposición o capacidad de responder con la misma moneda. Pero con la independencia de colonias muy importantes, que la misma política mercantilista había contribuido a generar, como anota List, 'y con una política similar por parte de naciones rivales, la política mercantilista perdía su efectividad para los propósitos buscados.

Así, por ejemplo, con respecto a la época de la independencia ~e los Estados Unidos, que coincide con el ocaso del mercantilismo como doctrina dominante en Inglaterra, anota List: "Todos los Estados, sin exceptuar N ue.va ~ ork y C4rolina del Sur, pidieron al Congreso medidas protectoras ~~ra la industria nacibnal, y (George) Washington llevó el día de la inaug~raclOn un tra~e de pañtfnacional 'para -como dice un periódico contamporaneo neoy?rqulllodar ~na lección inolvidable, con el estilo sencillo y expresivo propio de este gran.l7hombre, a todos sus sucesores en el cargo y a l~s, l,:gislad?res f~turos acei~'a de cómo hay que estimular el bienestar del pais . (Que tan importantaspueden llegar a ser en la actualidad los remanentes de los problemas que preoEupaban a los mercantilistas lo indica el hecho de que en 1977, si~ie~~o el ejemplo de Washington, el presidente Jimmy Carter en unacto,slgmfl~a"lvo cambió el carro importado de la presidencia por uno de fabricación nacional),

U 11 acomodamiento

internacional

diferente,

y lo nuevos instrumentos,

eran

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que sucumbir ante la competencia de no haber venido 1812, el embargo y la declaración de guerra".'

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en su auxilio,

en

Así, pues, para lograr y mantener expansiones netas en el mercado mundial de manufacturas, había surgido un arma mucho más poderosa que los aranceles y la protección estatal, convirtiendo a estos instrumentos en obsoletos en los países más avanzados, en los cuales, por otra parte, se marcaba la pauta en el desarrollo de la teoría económica. Y, iii- El hecho de que los últimos adelantos de la teoría económica tomaban lugar simultáneamente en los países más avanzados, con lo cual las circunstancias de éstos y sus preocupaciones principales no podrían dejar de reflejarse en los nuevos productos teóricos. Así, mientras que con las dos razones arriba expuestas la literatura mercantilista tradicional entraba francamente en su ocaso en Inglaterra, abonando en vez el terreno para las tesis sobre las ventajas de la libertad del comercio entre las naciones, las prácticas mercantilistas o parte de ellas (como las referentes a la protección de la industria nacional) venían hasta ahora a nacer en Norteamérica y otros países. Aún más, un siglo después de este ocaso en Inglaterra, veían hasta ahora su amanecer en Alemania con la obra de List, y todavía un siglo adicional después de esto servían de inspiración en Latinoamérica. Es que, quizás, en última instancia las ideas mercantilistas sobre la protección de la industria nacional se podrían reducir a esta descripción tajantede List:"Los norteamericanos comprendieron, finalmente, que una gran nación no ha de proponerse exclusivamente las ventajas materiales inmediatas; que La civilización y el poder, que, como Adam Smith reconocía, son bienes más importantes y valiosos que la riqueza material, únicamente se pueden alcanzar y conservar mediante la posesión de una fuerza manufacturera propia; que una nación que se sienta llamada a ocupar y mantener un puesto entre las naciones más potentes y civilizadas no puede escatimar ningún sacrificio para conseguir estos bienes ... "

ahora requeridos.

ii- Lás "ventajas absolutas" (véase sección 9. 9. 1) en el mercado mundial, que:para sus manufacturas habían alcanzado ya los países más av.anzados, part-¡cularmente Inglaterra, gracias al desarrollo precedente de su mdust~la nacional. Así, List dice: "Pronto se evidenció la insuficiencia de esta protección (la primera tarifa aduanera norteamericana de 1789), ya que el efecto del reducido derecho arancelario pudo ser fácilmente soportado por las manufactura§ . inglesas, cuyos procedimientos se habían perfeccionado". "Bajo .la protección del arancel de 1804, la fuerza manufacturera de Nortea:ne:lca se mantuvo a duras penas frente al grandioso desarrollo de las,. fahfl.p.as inglesas, apoyado en continuos perfeccionamientos, y sin duda habría tenido

Ya dentro de un plano específicamente teórico, la transición de la literatura mercantilista tradicional hacia el libre-cambio se pone de manifiesto a través de la integración de los dos grandes elementos teóricos desarrollados por los mercantilistas, la teoría cuantitativa y la balanza comercial, en uno nuevo: la teoría del ajuste internacional de las diferentes balanzas comerciales de los diversos países, en la cual se hace evidente la preocupación por situar las tesis mercantilistas tradicionales, forjadas desde el punto de vista de una sola nación, en el contexto del conjunto de todas las naciones. Esto es indicativo, además, del alto grado de integración que había alcanzado la economía mundial hacia mediados del siglo XVIII. 1

[bid.

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El debate, que así vio la luz, se centra en el argumento de que un superávit en la balanza comercial, con el influjo de oro que implica, y dada la tendencia a una constancia en la' velocidad de circulación del dinero, produce una presión al aumento del nivel de precios dentro del país con superávit. Y, por el contrario, el país con déficit experimenta una salida de oro, equivalente, a una reducción en el volumen de sus medios de pago, con una consiguiente presión a la reducción de su nivel general de precios. De esta manera, al encarecerse las mercancías en el país con superávit y abaratarse en el país con déficit, las del primero perderían competitividad y las del último la ganarían, invirtiéndose las tendencias del comercio, es decir, el país con superávit vería reducirse sus exportaciones y aumentar sus importaciones, y el país con déficit vería aumentar sus exportaciones y reducirse sus importaciones. En otras palabras, los correspondientes flujos de oro entre los países actuarían como un mecanismo automático que tendería a anular tanto el superávit en un país como el déficit en el otro. Las balanzas comerciales tenderían, pues, automáticamente hacia una situación sin superávit ni déficit, situación que podría calificarse de equilibrada, porque ya alcanzada no h abría transferencias de oro que hicieran cambiar los precios ni los flujos 08 comercio. Así, con esta formulación que se encuentra ya muy desarrollada, aun~ue no examinada por primera vez, en los trabajos de Hume y de Cantillon, hacia 1750, se presenta al mundo la primera teoría sobre un mecanismo automático de ajuste de la balanza comercial, de acuerdo al cual pretender acumular superávits sucesivos para un país determinado sería un intento autoderrotado por las fuerzas "naturales" del mercado, por la relación automática y directa entre la cantidad de oro y el nivel de precios. Esto no impide, sin embargo, que Cantillon concluya su capítulo "Del Comercio con el Extranjero" con la tesis más puramente mercantilista de .que "hace falta siempre empeñarse en mantener una balanza favorable con el exterior".

Es evidente, pues, que ya para esta época era común contemplar la posibilidad de un "exceso" de metales preciosos, en el sentido de que la cantidad poseída de

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no había sido aún desalojado por el moderno Principi~de la libertad industrial. Para entender el origen del sistema medieval debé~()s regresar a una época en que el Estado todavía se concebía como una:~ºstitución religiosa que abarcaba la totalidad de la vida humana. En una';~"pocacuando se juzgaba que era deber del Estado vigilar al ciudadano privaa;* en todas sus relaciones, y suministrarle no sólo su protección contra la vít>lencia y el fraude, sino también para su felicidad eterna, era apenas nat~ral que aquel intentara la imposición de una tasa legal de interés, salarios jU¡¡tos,mercancías honestas. Las cosas de importancia vital para la vida del h~ltlbre no eran dejadas al juego del azar o del egoísmo. Pues ninguna filosofi~."había intentado todavía identificar a Dios con la naturaleza: ninguna teqtía optimista del mundo había' reconciliado el interés público con los irl;tereses privados". Pero, ahora, los fisiócratas empezaban a hacerlo. Ahora Aún, con un enfoque diferente, compárese el pO$~~ladode Marx de que un sistema social entra en crisis revolucionaria para (lar lugar necesariamente a uno nuevo cuando sus "relaciones de producciQ'p;" se oponen (o dejan de corresponderle) al "desarrollo de las fuerzas prod;llctivas", con la siguiente descripción del "orden natural" que hace Dupo~tde Ne~ou~s ,~n la I~troducción a "Del Origen y de los Progresos de una,.xN"ueva CIenCIa ,pubhcada en 1768: "Existe, pues, un orden natural, esencilil y general, que encierra las leyes constitutivas fundamentales de toda$i:l~s sociedades.; un ord~n del cual las sociedades no pueden separarse sintser menos sociedades, sm que el estado político tenga menos consistenci~~!sin que sus miembros se encuentren más o menos desunidos en una situa4%ónviolenta; un orden que no se podría abandonar enteramente sin operar l~disolución de la sociedad y pronto la destrucción absoluta de la espe O, se concluye de las columnas e y D del cuadro anterior que Pp / Pm > Tp / Tm y Pp / Pt > Tp / Tt, es decir, que el precio del paño es más del dobl~ qu.e el precio del maíz o que el precio de los telares, mientras que la cantidad de trabajo que costó producir el paño es apenas el doble de la cantidad de trabajo que costó producir el maíz o que costó producir los telares. Los precios relativos del paño frente a las otras dos mercancías no coinciden, pues, con los costos en trabajo de las mercancías. El caso de los precios relativos de los telares y el maíz, Pm / Pt, es diferente, pues en este caso Pm / Pt = Tm / Tt, es decir, los precios relativos de estos

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productos sí coinciden con sus costos en trabajo. ¿Por qué, pues, al sacar el paño del cuadro se llega a una conclusión y al incluirlo se llega a la opuesta? Precisamente porque, de los tres productos considerados, el paño es el único que se produce utilizando maquinaria, que ha tenido que ser producida en un período anterior a la producción del paño mismo. En cambio, se supuso que para producir los telares y el maíz ninguna maquinaria era requerida o, más precisamente, se supuso que no se requería ninguna producción anterior. La diferencia está, pues, en que la producción de paño no podría empezar si en un período anterior no se hubiera invertido capital, mientras . que el maíz y la tela pueden producirse sin ninguna inversión anterior de capital. Ricardo diría que los telares y el maíz son producidos, entonces, bajo "condiciones idénticas" mientras que el maíz y el paño, o los telares y el paño, son producidos bajo "condiciones diferentes". Y concluye, dado que en la economía capitalista sólo por coincidencia excepcional dos mercancías diferentes son producidas bajo "condiciones idénticas", que en el caso general los precios relativos difieren de los costos en trabajo de los productos. Sólo en el caso del estado "primitivo y rudo" de la sociedad que antecede a la acumulación de capital, o una situación de producción mercantil simple (Cap. 1II), donde la tasa de ganancia sería cero, g = O, evidentem~nte, por la columna D, los precios relativos sería iguales a los costos en trabajo. Pero no en la sociedad capitalista donde g > O. Por supuesto, en la realidad, "condiciones idénticas" de producción ~o significa solamente, como en este ejemplo tan simplificado, que las mercancias requieren o no "una" producción anterior o "una" inversión de capital anterior. Lo verdaderamente relevante es cuánto de producción anterior y cuánto de inversión anterior. Basta con que para producir 1 par de medias se requieran $10 de inversión anterior (en maquinaria e instalaciones) y para producir una camiseta se requieran $11 de inversión anterior para afirmar que NO son producidas bajo "condiciones idénticas" sino bajo condiciones "diferentes" y, por tanto, costando ambas mercancías igual cantidad de trabajo, sus precios serán diferentes. Puede con este ejemplo verse, pues, la extraordinaria coincidencia requerida para que diferentes productos tengan "condiciones idénticas" de producción. Siguiendo en forma precisa a Ricardo, se diría que dos mercancías se producen bajo condiciones idénticas cuando sus "proporciones de capital fijo a capital circulante" son idénticas (y cuando los tiempos que permanecen invertidos los capitales hasta vender las mercancías también son idénticos) y, como se vio en la última sección sobre A. Smith, éste ya había observado que tales proporciones variaban de una industria a otra.

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Y, ¿por qué razón las diferencias en estas proporciones (y en tiempos) impiden que los precios relativos sean iguales a los costos relativos en trabajo de las mercancías? Según la explicación de Ricardo, en el fondo del asunto hay un problema similar al del interés compuesto pues, para volver al ejemplo utilizado, toda la diferencia entre las condiciones de producción del paño y los otros dos productos puede reducirse al hecho de que, para recuperar el capital invertido en los telares, por parte de la clase capitalista en su conjunto, hay que esperar dos años, un año mientras se producen los telares y otro año mientras se produce la tela. Sólo al terminar de producirse la tela y venderse, los capitalistas como clase recuperarán finalmente el capital invertido en los telares (ya que el precio de éstos forma parte,' como costo, del precio de la tela). Los capitalistas que compran los telares pagan la ganancia del primer año a los capitalistas que invirtieron para fabricar los telares. Pero los primeros no actuarían de tal forma si no obtuvieran en el segundo año una ganancia (o interés) por el capital que inmovilizan durante un año en telares. Pero esta ganancia, durante el segundo año, ya no será proporcional sólo al costo en salarios (como el primer año cuando se venden los telares o el maíz). Pues el capital invertido en telares por quienes fabrican la tela es (1.000u) (1 + g). Y su ganancia del segundo año sobre este capital invertido se calcula sobre el capital completo, 1000u (1 + s), no solamente sobre (1.000u) como en el primer año. Así, el segundo año se cobra una ganancia sobre el capital que representa la ganancia del primer año. Y si el proceso se demorara 3 años, el tercer año se cobraría una ganancia sobre la ganancia del 20. y el 1er. año, etc., etc., lo mismo que cuando se pone una suma a interés, en el segundo año se ganan los intereses sobre los intereses que se capitalizaron en el primer año, etc., etc. Mientras más se avance en este proceso, mayor será, entonces, la desviación de la ganancia final obtenida con respecto a la inversión inicial en salarios. (O, en el caso del interés compuesto, mientras mayor número de años se tenga una suma colocada a interés, mayor será la desviación de la suma finalmente recibida con respecto a la suma inicialmente colocada, debido a la capitalización de intereses). De esta manera, mientras mayor sea el valor del capital fijo utilizado, mayores serán los intereses que deben cobrarse al segundo año sobre el capital que representa la ganancia del primero y, por tanto, mayor será la desviación entre el costo inicial en salarios y el precio final del producto, es decir, entre los precios de los productos y sus costos en trabajo. (Es por esta razón que, en la sección 3. 6, se afirmó que en general, Wx / Wy =1=p 'x / p'y bajo condiciones de producción capitalista). Así, Ricardo concluye: "Aquí tenemos, entonces, a capitalistas que emplean la misma cantidad de trabajo al año en la producción de sus mercancías, y sin embargo los bienes que ellos producen difieren en valor debido a las diferentes cantidades de capital fijo, o trabajo acumulado, empleado por

1 1

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I

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INTRODUCCION A LA ECONOMIA

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cada uno respectivamente", ("Principios", Cap. l, sección IV). Evidentemente, Ricardo entiende por "valor" el precio de las mercancías. 2.2.4 Variaciones de salarios y variaciones de precios Supóngase que los salarios anuales por trabaj ador se elevan 200/0 pero que; en un primer momento, los precios de los productos (maíz, telares y paño) no sufren alteración alguna. Volviendo al mismo ejemplo de la sección anterior se tendría, entonces, la siguiente situación:

Pm Pt Pp

1.200u + G'm 1.200it + G't Pt + 1.200u + G'p,

donde G'm es la ganancia total que queda al capital que produce maíz después del alza de salarios, y sirnilarmente para G't y G'p. Puesto que se parjió .del supuesto de que Pm, Pt y Pp están constantes, resulta evidente qwfG'm es inferior en 200u (que es el 200/0 de 1.000u) a la ganancia que obtenía el capital que produce maíz antes del alza de salarios. Es decir, redbiendo el capitalista los mismos ingresos por ventas que antes, pero pagándo en cambio 200u adicionales en salarios, su ganancia tiene que verse reducida en estas 200u. Y lo mismo ocurre para los capitales que producen telares y paño. (En este último caso la ganancia también se reduce solaen 200u, pues el resto de los costos, que son los telares, permanecen constantes, ya que se ha supuesto que ningún producto se vende a un precio superior. Por tanto, los telares se venden al mismo precio y el capital que produce paño no ve elevarse sus costos por este concepto). Ahora bien, lo anterior significa que el alza total de costos fue también de 200/0 en la industria del maíz y la industria de los telares. (Ya que los costos totales de cada una de estas industrias estaban constituidos sólo por salarios equivalentes a 1.000u). Pero, en cambio, el alza total de costos fue inferior al 20% en la industria de los paños, ya que en ésta los costos totales están constituidos no solamente por salarios sino también por el pr¡~io de los telares. En otras palabras, el costo total de los paños es Pt + 1. d60u y ,por consiguiente, el alza porcentual de los costos totales en la industria de los paños es

200u Pt + 1.000 u

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Puesto que Pt es mayor que cero, es evidente que alza en el costo total de los telares es inferior al 200/0. Aún más, revisando el cuadro 11. 2. 1, se encuentra que el precio de los telares es 1.OOOu (1 + g), es decir, mayor a 1.000u puesto que s > O. En otras palabras, Pt + 1.000u > 2.000u y, por consiguiente, el alza de salarios significó para la industria de paños un alza de costos totales inferior al 10010, que contrasta con el 200/0 en las industrias del maíz y los telares. Ahora bien, para obtener el cuadro 11. 2. 1 se mostró en la sección anterior que Pm = 1.000u (1 + g), donde 1.000u es el costo total de producir maíz. y que, en general, para las otras mercancías basta mul tiplicar el costo total (CT) por (1 + g) para obtener el precio. Por tanto, puede escribirse: Pp

(CTp) (1 + gp)

Pm

(CTm) (1 + gm)

donde CTp es el costo total del paño; CTm es el costo total del maíz; gp = Gp / Kp es la tasa de ganancia que se obtiene en la industria del paño, y gm = Gm / Km es la tasa de ganancia que se obtiene en la industria del maíz. Pero, puesto que la competencia tiende a igualar las tasas de ganancia en las diferentes actividades (es decir, en equilibrio todas son iguales), 1 se deduce que los precios tienden hacia el nivel en que las tasas de ganancia se igualan. y cuando las tasas de ganancia se igualan, es decir, cuando gp = gm; entonces (1 + gp) / (1 + gm) = 1 y, por consiguiente Pp

(CTp)

(1 + gp)

CTp

Pm

(CTm) (1 + gm)

CTm

En otros términos, los precios relativos de los productos vienen a quedar determinados, debido a la competencia, por sus costos relativos/(Obsérvese que esto no significa que Pp = CTp y que Pm = CTm, porque en ese caso las ganancias serían cero y ningún producto se produciría. Lo que significa es que si el costo del paño es el doble del costo del maíz, entonces su precio también será el doble). Pero si esto es aSÍ, ello implica que, al crecer el costo total del paño en menos del 100/0 mientras que el costo total del maíz crece en 200/0, cuando suben los salarios, CTp / CTm se reducirá (ya que el denominador aumenta más que el numerador) y, por consiguiente, Pp / Pm también se reducirá. En otras palabras, el precio del paño cae en relación con el .del maíz, o el de este último aumenta en relación con el del primero.

x 100 1

Sobre este mecanismo,

véanse secciones 3. 6 Y 11. 1,2.

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INTRODUCCION A LA ECOEOMIA

LA ECONOMIA CLASICA

Así, Ricardo llega a la conclusión de que un alza en valor del salario por trabajador reduce los precios de los productos con una alta proporción de capital fijo (instalaciones y maquinaria) a circulante (salarios), como es el caso del paño que requiere telares para su producción, y aumenta el precio de los productos con una baja proporción de capital fijo a circulante, como es el caso del maíz cuya producción no requiere de maquinaria alguna en el ejemplo. (Y en el caso de una reducción en el valor del. salario por trabajador, llega al resultado contrario por el mismo procedimiento).

se

La razón para esto, evidente ahora, es que naturalmente las industrias en que los salarios constituyen una menor proporción del costo total (alta proporción de K fijo a circulante) se ven proporcionalmente menos afectadas en sus costos totales al variar los salarios que las industrias en que los salarios constituyen una alta proporción (baja proporción de K fijo a circulante). Estas conclusiones de Ricardo sobre la relación entre variaciones de salarios y precios fueron extremadamente importantes porque: [, Hasta ese momento prevalecía la idea, recogida de A. Smith, de que uIÍ alza del valor del salario por trabajador elevaba en general los precios. Ricardo demuestra que, en realidad, unos precios se elevan y otros se reducen dependiendo de sus "condiciones de producción". Es decir, que en términos de un hipotético dinero con valor real constante unos precios se reducen mientras que otros aumentan como efecto de un aumento del valor del salario por trabajador o tasa de salarios. ii- Es interesante notar que si al aumentar la tasa de salarios los precios cambian de acuerdo a las proporciones entre capital fijo y circulante en las diversas industrias, con el mayor aumento en las industrias con mayor proporción de capital circulante, con aumentos menores en las industrias con proporciones de capital circulante un poco más bajas que las anteriores, y con aumentos negativos (reducciones de precios) en las industrias con menores proporciones de capital circulante, intuitivamente cabe suponer la existencia de una o algunas industrias "intermedias" que, por no tener una proporción tan alta ni tan baja, no experimentarían ninguna variación de su precio. Se estaría así en disposición, a través de los productos de estas industrias "intermedias" o con una proporción promedia en relación con toda la economía, de unos precios que jamás cambiarían con las variaciones de salarios. Tales precios constituirían, según Ricardo, la unidad de medida invariable buscada para medir los valores de todas las demás mercancías y de todos los ingresos. Porque al medir cualquier precio o ingreso en términos de tal unidad de medida, cuando la distribución del ingreso cambia (los salarios se reducen o aumentan), según Ricardo, se tendría la plena certeza de que las magnitudes medidas no contienen una distorsión debida a un cambio

111

en la propia unidad de medida, sino que sus variaciones obedecen a un cambio real de su magnitud. (La longitud no se tomaría como mayor porque ahora el metro es más pequeño, sino porque en realidad ha aumentado ya q~e el me~ro con que se mide no ha sufrido ninguna variación). En realidad, Ricardo ~I:,nta con esta conclusión la base fundamental para poder definir ~on ~rec.lSlon las "c?ndiciones de producción" requeridas por la mercancía imaginana que podría servir de "mercancía patrón". Pero ello no es más que la base fundamental, el cimiento del edificio, no el edificio completo. Porque, como Marx tendría oportunidad de señalar en su capítulo XII del volumen II~ de El Capital, y como Sraffa iría a mostrar siglo y medio después de RIcardo, para que el precio de una mercancía permanezca invariable cuando ?ambia l~ tasa de salarios no basta que ella sea producida con una "proporción intermedia de capital circulante a fijo", aunque ésta sea una condición imprescindible. También se requeriría que todas las mercancías utilizadas para producir esa mercancía (máquinas, materias primas, etc.) -en una palabra todos sus insumos- tuvieran una "proporción intermedia". Y que todos los insumos requeridos para producir esos insumos tuvieran la misma "proporción intermedia" y aSÍ, indefinidamente, de estrato en estrato de insumos. La mercancía imaginaria de Ricardo era pues, mucho más difícil de enco.ntrar de lo que él mismo imaginó, no obstante que aún el cumplimiento d: ,I~sImple. condición base que él definió le pareció de por sí bastante dificil SI no Imposible, y llevó a la teoría de la "mercancía compuesta" de Sraffa que, como ya señaló atrás, no obstante los ingentes esfuerzos de Sraffa y su lucidez en definir con precisión las condiciones suficientes requeridas, no logra cumplir tampoco el propósito de servir como unidad de medida invariable en un sistema económico real. Y, iii- Es evidente de todo lo. anterior, que Ricardo analiza los efectos de una variación de la tasa de ~alanos sobre los costos totales y sobre los precios. Es decir, desea observar que ocurre con los precios cuando varían exclusivamente los salarios. Por consiguiente, es lógico concluir, que por el propio razonamiento de Ricardo y por sus ejemplos aritméticos, que lo importante en este análisis es solamente la proporción d: los salarios dentro de los costos totales, ya que de acuerdo a .esta. proporcion es que los diversos precios se ven afectados en diferentes dIreccIO.nesy magnitudes. Sin embargo, Ricardo razona no con la proporción de salarios a costos totales, como es debido para el propósito buscado sino con la proporción de capital circulante a costos totales (o al capital total), lo c~al es Inexacto po~que, si bien es cierto que los salarios son parte del capital cIrcu~~nte, ~o .es CIerto que sean la totalidad del capital circulante (pues tam?Ien estan Incluidas dentro de éste las materias primas) como tampoco es CIerto que en todas las industrias la proporción del valor de los salarios al valor de las materias primas sea la misma. Habiéndose fundamentado en el ?ná.lisis de Ricardo, Marx toma conciencia de este hecho y en sus propios análisis sobre el punto utilizará, pues, la proporción de salarios a capital total (o costos totales) o, viéndola desde otro ángulo, su complemento

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INTRODUCCION

A LA ECONO,~

~~~t LA ECONOMIA

CLASICA

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>-;";.f;; ;,}:'~:~ltado lógico de que el costo de producción por tonelada va aumentando y,~ última instancia, que la cantidad de trabajo que cHesta producir una tcm~1ada de maíz va aumentando, ya que los mismos 100hombre.s producen m~Íi.ósmaíz en las tierras de peor calidad que en las de mejor calidad. Así, el precio se va elevando, paulatinamente, desde 1.2u por tonelada, cuando sólo se explota la tierra de clase A y 100 hombres producen 1.000 toneladas, hasta 3u por tonelada, cuando ha entrado en producción la peor tierra de todas y los mismos 100 hombres producen en esa clase de tierra sólo 400 toneladas. ii.•El precio por tonelada de maíz está determinado por la tasa de ganancia yel costo de producción en la tierra de peor calidad, (no por el costo de producción en las tierras de mejor calidad), pues si esto no fuera así, entonces no se podría obtener la ganancia ordinaria en las tierras de peor calidad y ellas no entrarían bajo cultivo, presentándose un exceso de demanda sobre oferta de maíz que haría subir el precio. Al subir el precio, precisamente se dan las condiciones para que las tierras de peor calidad entren a producir, pues con precios más altos pueden pagarse sus mayores costos y, no obstante, obtener la ganancia ordinaria. Por ello, Ricardo obtiene una conclusión fundamental para su teoría: que el precio de los productos agrícolas está regulado por el costo de producción en las tierras de peor calidad. Por ejemplo, si el precio estuviera regulado (determinado) por los costos de la mejor tierra, A, entonces sería de 1.2u por tonelada de maíz. Pero a este precio no entraría bajo cultivo ninguna otra clase de tierra, ni siquiera la tierra ociosa de mejor calidad (B) pues, con una producción de 800 ton. x

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Ha. y un precio de 1.2u por tonelada, el capitalista sólo obtendría un ingreso bruto total de 960u, lo cual no sería suficiente rara recuperar siquiera su capital. El precio tiene que ser mínimo 1.5u para que la tierra B pueda explotarse rentablemente, y mínimo 3u para que la tierra D pueda explotarse rentablemente. Es decir, el precio tiene que crecer proporcionalmente a los costos de producción de la tierra de peor calidad para que ésta pueda entrar bajo cultivo y llenar los excesos de demanda. iii- El precio se va elevando, pues, de acuerdo a los costos de las tierras de peor calidad que van entrando bajo cultivo. Pero no por ello los costos aumentan en las tierras de mejor calidad. Ellos permanecen constantes. Esto significa, entonces, que al subir paulatinamente el precio la ganancia en las mejores tierras bajo cultivo (todas excepto la peor) también aumenta paulatinamente. Así, por ejemplo, cuando sólo se cultiva A, cuadro 11. 2. 3, la ganancia por Ha. es de 200u, que es la ganancia normal u ordinaria (200jo de l.OOOu invertidos). Pero, tan pronto entra B en cultivo, cuadro 11. 2. 4, se obtiene la ganancia normal, 200u por Ha., en B, y la ganancia total por Ha. en A .se eleva a500u. Puesto que la ganancia normal es 200 lo del capital invertido (l.ooqt:i), aparece una ganancia extraordinaria de .'JOOu (columna 6) por cada 1.000uque se inviertan en las tierras de calidad A. De la misma mah-era, cuando entra C en cultivo, cuadro 11. 2. 5, la ganancia extraordinaria P9r cada 1.000u invertidos se eleva a 800u en A y aparece una g~nancla extraordinaria de 400u por cada 1.000u invertidos en B. En C se obtiene apenas la ganancia normal u ordinaria. Y, fin~lmente, c~ando entra D en cultivo, cuadro 11. 2. 6, aparece una ganancia extraord.mana en C, que antes no existía, igual a 600u (columna 6) por cada 1.000u invertidas en C. La ganancia extraordinaria de B se eleva a 1.2.00u y la de A a 1.800u por cada 1.000u invertidos en tierras de esas calidades. El capital invertido en D apenas recibe la ganancia normal de 200u por cada 1.000 invertidos en esa clase de tierra, que es la peor bajo cultivo en ese momento. Pero, ¿pueden los capitalistas embolsillarse la ganancia extraordinaria que va surgiendo y aumentando en las tierras de mejor calidad, a medida que entran a ser explotadas cada vez tierras de peor calidad? La respuesta de Rlca:do es negativa, en razón a que la competencia entre los capitalistas por las tierras de mejor calidad, que inicialmente prometen mayores ganancias, termina por. hacer que toda ganancia extraordinaria vaya &. parar a manos del .te~atemente, es decir, se transforme en renta del suelo. En efecto, los capitalistas compe~lfan por las tierras de mejor calidad, ofreciendo pagar rentas cada vez mas altas a los terratenientes, hasta que la renta absorba la totalidad de la ganancia extraordinaria. En ese momento será indiferente para los capitalistas invertir en las tierras de mejor o peor calidad, pues en .,,'

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INTRODUCCION

LA ECONOMIA CLASICA

A LA ECONOMIA

cualquier clase de tierra sólo obtienen la ganancia normal ya que toda ganancia extraordinaria se ha convertido por gracia de la competencia en renta del suelo. Este es, pIMS,el origen de la renta del suelo según Ricardo. iv- Puesto que la tierra de peor calidad bajo cultivo no produce ninguna ganancia extraordinaria, entonces su renta tiene que ser cero. Y, las mejores tierras producen una renta, en cambio, sólo por su diferencia en fertilidad (o localización). De aquí que la teoría de Ricardo sobre la renta haya sido llamada "Teoría de la Renta Diferencial". v- De acuerdo a lo anterior, todo lo que aumente las diferencias entre las tierras de peor y mejor calidad aumentará la renta del suelo, y todo lo que reduzca tales diferencias disminuirá la renta. Así, mientras peor sea la tierra bajo cultivo mayor será la renta total. A medida que se pasa de A a B, a y a D, tanto la renta de las mejores tierras como la renta total aumentan.

e

vi- La acumulación de capital, que al aumentar la demanda por fuerza de trabajo eleva los salarios, y con ello genera un aumento continuado de la población, de acuerdo a la "ley de bronce de los salarios" de Smith y Ricardo, ·'·produce como corolario una demanda creciente por alimentos y productos agrícolas en general que implicaría la necesidad de recurrir cada vez a peores tierras, con lo cual los precios (reales) de los productos agrícolas y la renta aumentan continuamente. (Por el contrario, si, por ejemplo, se importan alimentos más baratos del exterior, se reducirá la demanda por tierras en el interior con lo cual no hay necesidad de recurrir cada día a peores tierras y la renta dejaría de crecer. Ese sería un efecto, pues, de derogar las "leyes de granos"). La renta total aumenta con el crecimiento de la población, entonces, porque la tasa de renta por hectárea de todas las tierras bajo cultivo, excepto las peores, aumenta. En síntesis, la teoría ricardiana de la renta del suelo parte de que no se paga renta en las peores tierras, porque la renta es de tipo diferencial; de que el precio de todo producto agrícola está regulado por el costo de producción en la peor tierra; de que en este precio regulador no entra para nada la renta, puesto que las tierras de peor calidad no dan lugar a una renta; de que todo lo que aumente las diferencias de calidad de las tierras aumenta la tasa de renta (por ha.) y la renta total; y de que el proceso de acumulación de capital obliga a recurrir a tierras cada vez peores, con lo cual tanto la tasa de renta (x ha.) como la renta total tienden a aumentar continuamente*.

* Se subraya que la teoría ricardiana parte de esta forma expositiva, porque es la más simple. Pero Ricardo generalizó su teoría (Principios, cap. XXIV) al caso de aumentos en la intensidad del capital, en vez de extensiones en el área cultivada, en el cual puede aparecer una renta diferencial también en la peor clase de tierra, porque lo importante para su teoría no es que haya una porción de tierra sino una porción de capital invertido en la agricultura que no pague renta. Este punto se desarrolla en la sección 12.5.

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Ganancias Es imposible entender la teoría de Ricardo sobre la tendencia de la tasa de gana.ncia sin comprender su teoría sobre los factores que determinan el precio (real), sección 11. 2. 5, Y su teoría de los salarios y la renta. Es decir podría ~firmarse que en Ricardo la ganancia es un residuo del precio sobre los salanos y la renta. Por esto, en su libro, la renta y los salarios son analizados antes que las ganancias. Este es un viraje radical respecto a Adam Smith pues, como se recordará, para éste, por el contrario, la renta era el residuo y por ~llo postergó su estudio hasta después del análisis de los salarios y la ganancia. Ahora .bien, siguiendo a Ricardo, como en la peor tierra agrícola, que regula el precio de los productos agrícolas, no se paga ninguna renta, puede afirmarse que en estas tierras la ganancia obtenida es simplemente un residuo del precio re~l.del producto después de pagar los salarios (y otros costos, que por su simplicidad se consideran aquí constantes). Esto también es cierto prosigue Ricardo, para los productos manufacturados, para producir los cuales no h~~ necesidad de pagar renta.' O sea que, en los productos manufacturados, también la ganancia es un residuo del precio después de pagar los salarios.

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"Ni el granjero que cultiva esa cantidad de tierra, la que regula el precio, ni el manufacturero, que manufactura bienes, sacrifican porción alguna del producto para el pago de renta. El valor total de sus mercancías se divide en dos porcio~es únicamente: una que constituye las ganancias del capital, la otra que constituye los salarios del trabajo" (Principios, Cap. VI).

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Lo que Ricardo ha logrado hacer es, pues, observar unos precios en los cuales la renta está totalmente ausente. Y si este precio se distribuye en salarios y ganancia únicamente, es evidente que para saber qué ocurre con la ganancia como residuo, es necesario sabe'! qué pasa con el precio y qué pasa con los salarios. Pero, de una vez, resulta obvio que si el precio permanece constante y los salarios aumentan, entonces las ganancias disminuyen.

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Y, ¿cómo se hace para saber qué pasa con los precios reales y con los salarios? Pues con su teoría de que el precio real sólo se modifica cuando la cantidad de trabajo necesaria para producir las mercancías se modifica, sección 11. 2. 5, y con su teoría de la renta y de la tasa natural de salarios, Ricardo ha suministrado ya la respuesta. 1 Hoy en día este supuesto, también de Smith, parecería totalmente injustificado ya que la tierra urbana que sirve de espacio

a la manufactura,

y que hay que pagar, es mucho más cara que la

rural. Sin embargo, también hoy en día se puede demostrar que la conclusión obtenida por Ricardo es válida aun eliminando dicho supuesto. Véase sección 12.5.

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L"ITRODUCCION A LA ECONOMIA

En efecto, mientras no varíe la cantidad de trabajo requerida para producir los productos manufacturados, el precio real de éstos permanecerá constante. Pero mientras estos precios están constantes, (o aun reduciéndose porque el progreso permanente de la técnica va reduciendo continuamente la cantidad de trabajo requerida para producirlos), los precios reales de los productos agrícolas se van incrementando continuamente como resultado de que el aumento de la población obliga a la sociedad a recurrir a tierras de peor calidad cada vez, pasando como en los cuadros 2. 2. 3 a 2. 2. 6, de tierras clase A, a tierras clase B, a tierras clase etc., en las cuales se requiere una cantidad de trabajo cada vez mayor para obtener una tonelada de producto.'

e,

Ahora bien, esto no es independiente de la tasa de salarios. Porque para suministrarle a cada trabajador la "canasta" dada de productos que garantiza su subsistencia y la de su familia, y la reproducción de la clase obrera, es decir, la canasta que concuerda con la tasa natural de salarios, la sociedad requiere gastar una cantidad creciente de trabajo ya que en esa canasta juegan un papel muy importante los productos agrícolas. Así, el aumento en el precio de los productos agrícolas se traduce, a través del mecanismo de la tasa natural de salaríos,en el aumento continuado del valor real del salario por trabajador. Así, pues, empleando la misma cantidad de trabajadores las manufacturas no 'pueden venderse por un precio real mayor (porque precisamente el precio no puede aumentar si no aumenta la cantidad de trabajo requerida para producir las mercancías), pero en cambio deben pagar un mayor valor real por concepto de salarios, puesto que el salario por trabajador se ha elevado como resultado del alza en el precio real de los productos agrícolas. De esta manera, las ganancias se reducen en las manufacturas y, más especíñcamente, la tasa de ganancia (g = G I K) sufrirá una reducción inequívoca. no sólo porque G disminuye en términos absolutos sino porque el capital invertido (K) debe aumentar, ya que los salarios que "adelanta" el capitalista, corno inversión, son mayores. En términos más generales, el valor producido por trabajador no puede aumentar, pero en cambio el salario por trabajador sí aumenta, con lo cual se reduce la ganancia por trabajador y la tasa de ganancia. y ¿qué ocurre en la agricultura?

Pues, prácticamente lo mismo porque, aunque los precios de los productos agrícolas aumentan, este aumento es, por un lado, un simple aumento de costos y, por el otro, aumenta la

1

Ricardo también tuvo en cuenta el progreso técnico en la agricultura, e incluso investigó los efectos de distintos tipos de progreso sobre la renta, pero mantuvo la posición de que estos progresos no eran suficientes para anular la tendencia descrita de la renta y los precios de los productos agricoíaa

LA ECONOMIA CLASICA

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r~nta. de los terratenientes pero no las ganancias de los capitalistas. En otros terminos, como los precios de los productos agrícolas están regulados por los costos de producción en las tierras de peor calidad, por las cuales no se paga renta, entonces los precios de los productos agrícolas no pueden aumentar sino en la proporción en que aumenta la cantidad de trabajo requerida p~a producirlos en las tierras de peor calidad. (Esto se puede comprobar aritrneticamente en los cuadros 2. 2. 3 a 2. 2. 6. Por ejemplo, en el cuadro 11. 2. 4 el precio por ton. de maíz es 1.5u y en el cuadro 11. 2. 6 es de 3u. Pero esto ocurre porque en el primero, con 100 hombres- año se producen 800 ton., mientras que en el segundo con los mismos 100 hombres-año se producen 400 ton. Es decir, porque la cantidad de trabajo que ha costado producir una tonelada también se ha multiplicado por dos). Es decir, los precios de los productos agrícolas, al estar determinados por los costos en las tierras en que no se paga renta, son determinados en la misma forma que los de los productos manufacturados. De acuerdo con esto, los precios de los productos agrícolas se elevan sólo en la misma proporción en que aumenta la cantidad de trabajo o el número de hom?re~ requeridos para producirlos, Pero, en cambio, los costos para los capl~a[¡stas en las peores tierras aumentarían proporcionalmente al mayor nu:nero de hombres requeridos en la producción si y sólo si el salario por trabajador fuese constante. Pero, como el salario por trabajador está aumentando continuamente, se concluye que los costos aumentan más que proporcionalmente que los precios de los productos agrícolas. (Los costos aumentan por. dos razones: porque aumenta el número de hombres por t?nelada y porque el salario por hombre se eleva. Mientras que los precios solo aumentan por una razón: porque el número de hombres por tonelada se eleva). Como resultado, la ganancia y, más especificamenta, la tasa de ganancia resulta reducida. Una form~ ~ássimple de ver el problema es, quizas, reconocer que la com?etencla iguala las tasas de ganancia en todas las actividades (por la teona del precio natural). Por consiguiente, al caer en las manufacturas irremediablemente también debe caer en la agricultura, Y, ¿qué. pasa con la ganancia de los capitalistas que no producen en las peores smo en las mejores tierras? Pues exactamente lo mismo. Su tasa de ganancia dlsml~uye al mismo nivel que la de los capitalistas produciendo en la~ peores tierras y produciendo manufacturas porque, como se mostró anteriormente, aunque al recurrir a peores tierras y subir el precio de los p,roductos a~lcolas aparece una ganancia extraordinaria en las mejores tierras, ~ través de la competencia entre los capitalistas esta extraganancia es convertida en renta hasta que no queda para ellos sino Laganancia ordinaria,

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA CLASICA

natural, normal, media o de equilibrio, es decir, hasta que su tasa de ganancia es idéntica a la de las demás actividades, la cual, como ya se demostró, ha disminuido.

por dos razones fundamentales: i- porque la renta del suelo y el interés del capital no obedecen a las mismas leyes, ni suelen moverse en la misma dirección, como acaba de verse, debido a que la renta del suelo tiene una naturaleza diferente, específicamente ligada a la naturaleza de los precios de monopolio, tema que se comentará brevemente en esta sección; y, iiporque, en la teoría de Ricardo, renta y el interés juegan papeles completamente diferentes en relación a la capacidad de acumulación de capital, tema que se comentará en la siguiente sección.

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Esta es, pues, la teoría de Ricardo sobre la tendencia decreciente de la tasa de ganancia, que se reduce, en última instancia, a su teoría de la renta del suelo y a la proposición de que con el proceso de la acumulación de capital la sociedad debe pagar un tributo creciente a los terratenientes, una renta creciente, en detrimento de las ganancias del capital. Pero, debe subrayarse que este proceso ocurre a través de un aumento continuado del valor real de la tasa de salarios, explicación que llevó a demostrar a Ricardo, por primera vez en la historia del pensamiento económico, que existía una ineludible relación inversa entre la tasa de ganancia y la tasa de salario s, aunque la clase trabajadora fuese simplemente el medio pasivo de ese proceso, pues ella sólo seguía subsistiendo de acuerdo a una "canasta" de productos en cuyo tamaño no podía incidir voluntaria o conscientemente debido a "la ley de hierro de los salarios", debido a unas fuerzas que estaban totalmente nor fuera de su control. En cambio, los terratenientes con sus "leyes de granos" que impedían la importación de suficientes alimentos baratos eran .la causa activa, más allá del medio pasivo, de que tal tributo fuese muy superior al que existiría bajo una situación de perfecta libertad de comercio, de perfecto "orden natural" como dirían los fisiócratas y A. Smith.'

2.2.8 La naturaleza de la renta del suelo Para Ricardo es esencial distinguir nítidamente entre la renta del suelo y el interés (o ganancia) del capital, no obstante tener ~llos en comú~, la característica de ser ingresos de los propietarios de los medios de producción,

I

Nota para el lector avanzado: Del')c notarse que al aumentar la renta Y los precio.s?e lo~ pro~uctos agrícolas, y con ello la tasa de salarios, la reducción en la tasa de ganancia producirá, se~un RI~ardo. un "leve" efecto sobre todos 10$ precios, en todo caso. no significante en su razonamiento, trenre a las variaciones en las cantidades de trabajo (sección 2.2.5). Por ello, el hecho de qu: se haya considerado constante ln tasa de ganancia. para calcular los precios de los productos agr icolas, e n los cuadros 2.2.3 a 2. 2. 6, -sólO implica que se ha recogido el postulado ricardiano de que las variaciones en las cantidades de trabajo producen el nic o efecto "importante" sobre las variaciones Lie precios. siendo despreciables. para las variaciones de precios, los movimientos en la tasa de ú

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Es así como, sobre el primer aspecto, Ricardo empieza citando el siguiente 'párrafo de la "Economía Política" (1803) de Jean Baptiste 8ay: "La tierra, como ya hemos visto, no es el único agente de la naturaleza que tiene una fuerza productiva; pero es el único, o casi el único, que un conjunto de hombres puede apropiarse, con la exclusión de los demás; y del cual, por consiguiente, pueden apropiarse los beneficios. Las aguas de los ríos, y del mar, por la fuerza que tienen para dar movimiento a nuestras máquinas, para transportar nuestros barcos, para producimos peces, también tienen una fuerza productiva; el viento que mueve nuestros molinos, y aun el calor del sol, trabajan para nosotros; pero felizmente nadie ha podido decir hasta ahora, el 'viento y el sol son míos, y el servicio que ellos prestan debe ser pagado' ". En esto, 8ay seguía a Smith quien, sobre el tema, había concluido: "La renta de la tierra, por consiguiente, considerada como el precio que se paga por el uso de la tierra, es naturalmente un precio de monopolio. No guarda ninguna proporción con lo que el terrateniente pueda haber gastado en el mejoramiento de la tierra, o con lo que éste necesite; sino con lo que el granjero pueda estar en capacidad de pagar". Y, en cuanto a los peces del mar, Srnith había observado ya: "En la vecindad de las islas de Shetland el mar es más que comúnmente abundante en peces, que constituyen una proporción importante de la subsistencia de los habitantes. Pero para poder obtener beneficios del producto del agua, ellos deben habitar en las proximidades. La renta del terrateniente es en proporción, no a lo que el granjero puede obtener de la tierra, sino a lo que él puede obtener tanto de la tierra como del agua".

ganancia. De otro lado, también es conveniente observar que Ricardo generalizó su dem~stración de la relación inversa entre tasa de salarios y tasa de ganancia, Y puede decirse que su teorra de la renta, a u na situación en que también se paga renta en la peor tierra, renta que también es diferencial y que surge de los diferentes rendimientos de inversiones sucesivas de capital, renta que Marx denominó diferencial de tipo 11. Por eso en el texto se dice que Ricardo "empieza" estudiando una situación en que no se paga renta en la peor tierra bajo cultivo. Pero, como Ricardo mismo explica tal presentación simplificada expone adecuadamente los principios fundamentales de su teoría. '(Véase. Principios, Cap. XXIV o ejemplo de la sección 12.5, más adelante).

Y, Ricardo agrega por su propia cuenta: "Con una cantidad dada de materiales, y con la asistencia de la presión atmosférica, y la elasticidad del vapor, las

máquinas pueden trabajar, y abreviar el trabajo humano en gran medida; pero ningún pago se hace por el uso de estas ayudas naturales, porque ellas son inagotables, y están a disposición de cualquier persona. De la misma manera, el cervecero, el destilador, el tintorero, hacen uso incesante del

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INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

aire y del agua para la producción de sus mercancías; pero como la oferta es ilimitada, aquellos no tienen precio. Si toda la tierra tuviera las mismas propiedades, si fuera ilimitada en cantidad, y uniforme en calidad, ningún precio se pagaría por su uso, a menos donde poseyera ventajas especiales de localización". Y concluye: "La renta es la proporción del producto de la tierra, que 'se paga al terrateniente por el uso de las fuerzas originales e indestructibles del suelo". Esta última frase es utilizada por Ricardo para exponer lo mismo que Smith en "La Riqueza de las Naciones": que no debe confundirse la renta del suelo con los intereses del capital que se haya invertido en el mejoramiento de la tierra. Que estos dos conceptos, aunque cuantitativamente puedan sumarse en el pago final al terrateniente, son plenamente diferenciales: la una es un pago por "fuerzas originales e indestructibles del suelo", es decir, que como el aire el sol el mar y la presión atmosférica no fueron el producto de la industria humana ni de la inversión de capital, mientras que el interés es proporcional a una inversión de un valor real qua ha sido creado por el trabajo humano, el capital, y esta distinción es esencial porque "las leyes que regulan el progreso de la renta, son ampliamente difer:ntes ~e la~ ,q~; regulan el progreso de las ganancias, y rara vez operan en la misma dirección . (Principios, Cap. Il). Cuando la renta crece, pues, lo hace sin que ello constituya la retri.bución a costo alguno, y aun sin proporción a costo alguno. Sólo la finitud o escasez de la tierra con determinadas características, que garantizan su monopolio, son suficientes para el enriquecimiento permanente de la clase terrateniente en el proceso de acumulación de capital. Fue así como Smith concluyó "Ellos (los terratenientes) constituyen el único de los tres órde~es c~yo ingreso no les cuesta trabajo ni dedicación, sino que les llega por asi declr~o, automáticamente, e independientemente de que tengan que formular cualquier plan o proyecto". Pero he aquí que en el t.ie~po ~e Ricardo no sól~ formularon un proyecto sino que lo llevaron a feliz término: el acrecentamiento de su poder monopólico mediante las "leyes de granos". De todas maneras, los poderes naturales e indestructibles del suelo habían estado allí por milenios, siempre. La renta no aumentaba porque aumentaran estos poderes, o porque ellos costaran más, sino porque su poder monopólico aumentaba, es decir, el pago que se podía exigir por ellos crecía día a día, como resultado del aumento continuado en la demanda por alimentos. O sea, en un polo, la renta crecía sin necesidad de inversión alguna de capital, mientras que, en el otro polo, la tasa de ganancia se reducía junto a una inversión creciente de capitaL Y en la raíz de tal oposición se encontraba, pues, la naturaleza específica de la renta como un. pago "por el uso de l~s fuer~as na~~rales e indestructibles del suelo", en las cuáles no entra ninguna mversion de

LA ECONOMIA CLASICA

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capital. " ... cuando quiera que yo hable de la renta de la tierra, deseo que se me entienda que hablo de esa compensación, la que se paga al propietario de la tierra por el uso de sus fuerzas originales e indestructibles". (Principios, Cap. II).

2.2.9 La acumulación de capital, la renta y la "Ley de Say" "La tendencia natural de las ganancias es entonces a caer; porque en el progreso de la sociedad y la riqueza. la cantidad adicional de alimentos requeridos es obtenida por el sacrificio de más y más trabajo. Esta tendencia, esta especie de gravitación de las ganancias, es felizmente frenada en forma transitoria, a intervalos repetidos, por los mejoramientos en la maquinaria relacionada con la producción de subsistencias, como también por los descubrimientos en la ciencia de la agricultura que nos permite ahorrar una porción del trabajo antes requerido, y por lo tanto disminuir el precio de las mercancías de primera necesidad del trabajador. El aumento en el precio de los bienes de primera necesidad y en los salarios es sin embargo limitado; porque tan pronto como los salarios sean iguales a... la totalidad de los ingresos del granjero, la acumulación debe finalizar; porque ningún capital puede entonces rendir una ganancia, y no puede ser demandado trabajo. adicional, y consiguientemente la población habrá alcanzado su más alto punto. Pero mucho antes de este período, la tasa de ganancia tan baja habrá paralizado toda acumulación, y casi la totalidad del producto del país, después de pagarle a los trabajadores, pertenecerá a los propietarios de la tierra y los perceptores de diezmos e impuestos". (Principios, Cap. VI). Resalta en esta famosísíma argumentación de Ricardo, en la cual prevé un "estado estacionario", en el que todo crecimiento y progreso económico queda detenido, que recuerda nuevamente a los fisiócratas y a Smith, la proposición de que, a medida que los terratenientes se apoderan de una mayor parte del producto nacional, en detrimento de las ganancias, la acumulación se va reduciendo hasta llegar el momento en que podría paralizarse totalmente. Pero, es legítimo preguntar la razón por la cual los terratenientes no acumulan capital, no se vuelven capitalistas, o en el peor de los casos no deciden vivir de una nueva "renta": los intereses sobre un capital que acumulan de sus rentas crecientes y prestan a los capitalistas. Y aparentemente habría dos respuestas posibles: i- porque con una tasa de ganancia e interés que se reduce paulatinamente, hasta llegar a hacerse insignificante, se anula el "incentivo" para la acumulación, es decir, se prefiere el consumo. Por esto Ricardo prevé que la acumulación cesa antes de que haya desaparecido la ganancia completamente. Basta que alcance un nivel "muy bajo". En otras palabras, se supone que el único incentivo para la acumulación es la ganancia. y si los terratenientes se conformaran inicialmente con una baja tasa de

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA CLASICA

interés, al no consumir sus crecientes ingresos acelerarían el proceso de acumulación precipitando en forma más acelerada el "estado estacionario". Desde este punto de vista, aun si los terratenientes estuvieran inicialmente predispuestos a acumular, con ello sólo lograrían acelerar el resultado final; y, ii- porque a los terratenientes de por sí sólo les interesa el consumo y, por, ello, gastan en consumo todas sus rentas aunque pudieran obtener un interés positivo sobre ellas, como podría ser el caso de una nobleza terrateniente afamada por tender a gastar siempre más de lo que recibe. Desde este punto de vista el estado estacionario también llegaría aunque más lentamente, por ser menor la acumulación.

más, todos podrían obtener mayores ingresos 'y podrían vivir en mayor abundancia'''. Y en 1714 Bernard de Mandeville publicó en Londres su "Fábula de las Abejas o, Vicios Privados, Beneficios Públicos", que causó gran escándalo y cuya trama trata de una sociedad de abejas amantes del lujo, las modas, el consumo exagerado y la ostentación, que vive en la plétora, y que al volverse virtuosas, recatadas y austeras se arruinan económicamente arrastrando a toda la sociedad en ello.

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Así, el problema que plantea Ricardo, sobre un límite al crecimiento, no podría resolverse aun si los terratenientes se volvieran tan ahorradores como los capitalistas, y ello aceleraría más bien el proceso. Nada de extraño tiene, pues, que Ricardo viera en la derogación de las "leyes de granos" la salida del problema, una solución traída de afuera: alimentos importados y baratos. Con ello los salarios no aumentarían, ni las rentas tampoco y la tasa de ganancia no caería. El estímulo para acumular no disminuiría y el crecimiento y el progreso podrían continuar indefinidamente o, al menos, por un horizonte de tiempo mucho mayor que en el caso contrario. El progreso social y el camino hacia la riqueza imponían como costo, pues, un sacrificio de rentas para los terratenientes. Pero, ¿podía estar seguro Ricardo de que el único obstáculo económico a esta acumulación indefinida era el continuado aumento en el precio de los alimentos y la renta del suelo? Muchas señales de precaución confluían para minar esta seguridad o, al menos, para que no pudiera tomar por garantizado ese resultado y se viera forzado a intentar una demostración positiva y explícita en ese sentido. Pero antes de hablar de la demostración que intentó Ricardo, es necesario r~ferirse aunque sea muy de pasada a las señales o circunstancias que lo obligaron a ello. Cuenta Keynes, en su "Teoría General del Empleo, el Interés v el Dinero" famosísima obra moderna que, entre otras cosas fue un resultado histórico de la polémica que dejó planteada Ricardo sobre el punto en discusión, que ya en el año de 1662 ese gran pionero de la ciencia económica que fue William Petty "justificaba" 'las diversiones, los espectáculos mazníficos, los arcos triunfales, etc.' sobre la base de que sus costos iban a parar a los bolsillos de los cerveceros, panaderos, sastres, zapateros, etc. . Es decir, que el consumo (lo contrario al ahorro o acumulación) estimulaba la actividad económica y el crecimiento. y que "Barbon (1690) escribió que 'El gasto generoso es perjudicial al individuo, pero no a la industria .. , La codicia es un vicio, perjudicial tanto al individuo como a la industria' '~ y sigue Keynes: "En 1695 Cary argumentó que si todo el mundo gastara ti

,

"

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Pero esto no era todo. En 1776, al publicar su "Riqueza de las Naciones", en su capítulo sobre las ganancias del capital, Adam Smith había advertido que "Se hace gradualmente más y más difícil encontrar dentro del país una forma rentable de emplear cualquier capital adicional", tal como se vio en la sección 11. 1. 3. Y, precisamente, Ricardo vio en esta proposición de Smith una amenaza frontal a toda su estructura teórica, pues si fuese cierto que el sistema tendía a producir un "exceso" de acumulación de capital, no seria necesariamente cierto que una reducción en la acumulación sería "dañina" para el crecimiento y el progreso, y no sería necesariamente cierto que al transferir ganancias a los terratenientes bajo la forma de rentas crecientes, y consumirlas éstos, se perjudicaría el progreso económico. Por el contrario, surgía la posibilidad de que el "exceso" de acumulación (mucha capacidad productiva ante poca demanda) se convirtiera en un obstáculo al crecimiento, undesestímulo a los negocios, y que al consumir este "exceso" se removiera el obstáculo, pero entonces esto implicaba lo contrario al razonamiento de Ricardo, porque el aumento de las rentas (con tendencia a ser gastadas en consumo), en detrimento de las ganancias (con tendencia a ser acumuladas), removería un obstáculo al crecimiento en vez de levantarlo. En otras palabras, los planteamientos de Petty, Barbon, Cary y Mandeville, aunque no eran argumentos económicos elaborados, apuntaban a que la falta de consumo (el exceso de ahorro o de acumulación) podía constituir una insuficiencia de demanda y, con ello, un obstáculo al crecimiento y al aumento de la riqueza, ya que la economía capitalista sólo produce para satisfacer la demanda, y la observación de Smith venía, con todo el peso de su autoridad, a reforzar la posibilidad de que tal planteamiento fuese correcto. Aún más, el consumo "suntuario" que describían Petty y Mandeville sólo podía ser típico de una clase pródiga en el consumo, como los terratenientes ingleses, y no de. una clase frugal como los capitalistas. Ricardo no podía ignorar estos planteamientos y mucho menos cuando su íntimo amigo y polemista Thomas Robert Malthus (1776-1834), célebre por su "Ensayo sobre el Principio de la Población", y que también escribió sus "Principios de Economía Política" (1820), se encargó de recordarle permanentemente estos argumentos, de defenderlos y de obligar a Ricardo a responderlos. Ante estas circunstancias, Ricardo no tuvo más alternativa que enfrentar directamente la proposición' de Smith, que resumía en términos generales

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INTRODUCCION

LA ECONOMIA CLASICA

A LA ECONOMIA

la posición contraria, a lo cual dedica casi con exclusividad el capítulo XXI de los "Principios". Dice allí Ricardo: "Adam Smith, sin embargo, uniformemente adscribe la caída de las ganancias a la acumulación de capital, y a la competencia que resultará de ello sin advertir jamás sobre la creciente dificultad de proveer alimento para el número adicional de trabajadores que-el capital adicional empleará". "Adam Smith habla aquí de un aumento de salarios, pero es de un aumento temporal, procedente de fondos que se han incrementado antes de que la población se haya incrementado; y parece no darse cuenta de que, al mismo tiempo que el capital es incrementado, el trabajo a que da lugar el capital también es incrementadoen la misma proporción. El señor Say, sin embargo, ha mostrado de la forma más satisfactoria, que no existe cantidad alguna de capital que no pueda ser empleada en un país, porque la demanda está únicamente limitada por la producción. Ningún hombre produce sino con miras a consumir o vender, y nunca vende sino con la intención de comprar cualquier otra mercancía, que le pueda ser Útil inmediatamente, o que pueda contribuir a la producción futura. Produciendo, entonces, él necesariamente se convierte en el consumidor de su~.¡p...· ropios bienes, o en el comprador ~ consumidor de los bienes de ~lguna otrlcpersona". "Las producciones son SIempre compradas por producciones, o ~f¡¡ervicios; el dinero es únicamente el medio por el ~ue el ~ntercambio sejfectúa. Se puede producir demasiado de una mercancra particular, de la. cuaIpuede haber tal exceso en el mercado, que no alcance a pagar el capital gastádo en ella; pero esto no puede ocurrir con respecto a todas las mercancías': Y, después de citar otros pasajes de la obra de Smith, concluye: "Se sigue de estas admisiones que no existe límite para la demanda, ningún límite al empleo del capital mientras él rinda una ganancia, y que por abundante que el capital pueda ser, no existe ninguna otra razón adecuada para una caída de las ganancias que una elevación de salarios, y puede agregarse, además, que la única causa adecuada y permanente para el aumento de salarios es la dificultad creciente de proveer comida y artículos de primera necesidad para un creciente número de trabajadores". (Sub, agregado). Para la defensa de su teoría sobre la acumulación y la tasa de ganancia, Ricardo adopta entonces la llamada "Ley de Say" (véase sección 2',2 '.3. "G~nancias y Rentas"), lo cual llevó a Marx a afirmar, con su característico estilo, que tal ingenuidad podía ser propia de Say pero que era indigna de un gigante del pensamiento económico como Ricardo, y a Keynes a exclamar: "Cuánta mayor cordura y riqueza habría en el mundo si el tronco de la economía política del siglo XIX hubiera sido Malthus, en lugar de Ricru:?o". Claro está que la exclamación de Keynes se fundamenta en la observación y el análisis de la peor crisis de "sobreproducción" que presenció el mundo capitalista, por la tercera década del siglo XX, más de cien años después de publicados los "Principios", y puede afirmarse que por el tiempo en que

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Ricardo escribió esa realidad no era tan aplastante, pues como Marx mismo señala en el prefacio a El Capital, " ... la gran industria empezaba por aquel entonces a salir de su infancia, como lo demuestra, entre otras cosas, el hecho de que la crisis de 1825 inaugure el ciclo periódico de su vida moderna". Pero, aparte de lo anterior, habría que volver a empezar este capítulo para reseñar nuevamente las contribuciones del pensamiento de Ricardo a la ciencia económica moderna, a lo cual habría que añadir su contribución a la teoría del comercio internacional 1 , del dinero y de los impuestos, pues el rigor de su pensamiento y la coherencia recíproca de todas sus proposiciones no se dejan resumir fácilmente. Baste, pues, con decir que, en este último sentido, como se citó una opinión al comienzo, fue quien "hizo de la economía una ciencia positiva", que muchas de sus proposiciones fundamentales siguen incólumes, que muchas otras han servido de fundamento, por acción o reacción, a prácticamente todos los desarrollos importantes de la ciencia económica moderna, que constituyó el punto de referencia obligado, si no el de partida, para los grandes troncos doctrinales del siglo XIX que todavía son la base de¿las teorías contemporáneas y que, por todo ello, constituye una obra magnáen la historia del pensamiento económico.

2.3

Thomas Robert Malthus (1766-1834)

Ninguno de los dos famosos economistas que se tomaron el trabajo de intentar una definición de economía clásica incluirían dentro de ella la obra de Malthus. Marx, porque sin haber ocultado su hostilidad hacia las ideas de Malthus, jamás mostró la menor intención de colocarlo en el mismo pedestal que a Petty, Smith o Ricardo, calificando, por el contrario, de plagio superficial sus ensayos sobre la población y la renta, y señalando que se destacó por redescubrir lo que Sismondi ya había mostrado. Keynes, porque no lo consideró un continuador de las ideas de Ricardo, sino precisamente su más digno opositor. Así, al escribir su biografía, Keynes reclama para Malthus el puesto de primero de los economistas de Cambridge, y llega a afirmar que el predominio de las ideas de Ricardo sobre las de Malthus fue un desastre para el progreso de la economía durante un siglo, y que el mundo actual sería mucho más rico y cuerdo si la base de la teoría económica en el Siglo XIX hubiese sido Malthus en vez de Ricardo. Por consiguiente, sería difícil evitar la sensación de un vacío si se continuara adelante, sin una mínima referencia a tan controvertido economista.

1. Véase sección 9.9.2

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INTRODUCCION A LA ECONOMIA

La importancia que Keynes concede a Malthus no proviene, por supuesto, de las tesis malthusianas más populares sobre la necesidad de un control consciente, o autocontrol, sobre el número de descendientes como única forma de enfrentar la pobreza, sino de las tesis acerca de la acumulación de capital. En efecto, como contemporáneo de Ricardo, y aún siendo su afectuoso e íntimo amigo, Malthus fue el principal contradictor de la "Ley de Say", en la cual Ricardo fundamentó toda su teoría sobre la acumulación de capital y la tasa de ganancia (sección 2.2.9), y toda su posición política contra las "leyes de granos" (sección 2.2.1). Una refutación nítida de la Ley de Say es presentada en la sección III del Capítulo 1 del libro II de los Principios de Economía Política de Malthus, libro publicado en 1820, tres años más tarde que la primera edición de los Principios de Ricardo. En síntesis, y de manera incontrovertible, allí se argumenta que las mercancías no se cambian solamente por mercancías, sino también por fuerza de trabajo, de lo cual puede resultar un exceso global de oferta de aquéllas con relación a ésta, es decir, un exceso de demanda en el mercado laboral, que al deprimir los precios de los productos deprime la rentabilidad, dando lugar con ello a una liquidación de los incentivos para producir, es decir, a una crisis recesiva con todas sus secuelas. Ricardo no negó esta objeción, pero argumentó que dicha situación sería apenas "transitoria", pues, con base en el mecanismo de la tasa natural de salarios de Smith (sección 11.1.3), el alza de salarios traería como consecuencia un aumento de la población, eliminándose en definitiva la desproporción. Malthus contraatacó puntualizando que esa reacción tomaría entre 16 y 18 años, o sea el tiempo necesario para que la nueva población alcance en efecto el mercado laboral. Ricardo respondió que ese hecho no ínvalidaba el principio general. Malthus protestó, indicando que una crisis de sobreproducción que dure entre 16 y 18 años debe invalidar cualquier principio general. De ahí en adelante el argumento de Malthus no es tan claro, afirmando que en último término tampoco el aumento de población resolvería el problema, y limitándose a repetir las consabidas tesis, que tanto irritaban a Marx, sobre la conveniencia y bondades de un consumo suntuario e improductivo por parte de los terratenientes, (por lo cual se justificaría el aumento de sus rentas, en oposición directa a la tesis ricardiana), y los capitalistas, si estos últimos lo hiciesen factible. De la argumentación de Malthus es necesario destacar la transparencia expositiva de la tesis central, el desarrollo que ella implica en términos de la distinción entre el "largo plazo" (Ricardo) y el "corto plazo" (Malthus), y la definida preferencia e importancia otorgada a este último factor, lo cual, quizá, inspiró a Keynes para afirmar que "en el largo plazo todos estaremos muertos", implicando una actitud de acción en vez de pasividad frente a los resultados del mercado. Estas implicaciones son, en verdad, muy importantes

LA ECONOMIA CLASICA

139

y justifican una obligada referencia a Malthus en la teoría de la acumulación. Pero constituye, tal vez para siempre, un insondable misterio de la historia del pensamiento económico el hecho de que Keynes haya ignorado la paternidad de Adam Smith quien, en su monumental teoría de la acumulación de capital y la tasa de ganancia, presenta ya las tesis que Malthus posteriormente levanta ante Ricardo. La mejor prueba de esto la da Ricardo mismo en el Capítulo XXI de los Principios, dedicado a refutar a Smith en la misma tesis en la cual le polemizaba Malthus. Levantando ese velo, y teniendo en cuenta la estructura y alcances de la obra de Smith, Keynes bien pudo haber presentado la teoría de la acumulación de esté último como la verdadera alternativa frente a la fundamentación ricardiana en la Ley de Sayo

2.4

John Stuart Mili (1806-1873)

Los Principios de Economía Política de Mill, publicado por vez primera en 1848, tienen una extensión equivalente y, a juzgar por la amplitud e importancia política de su temática, pretenden un alcance similar a la Riqueza de las Naciones de Smith. Sin embargo, aparte de las naturales diferencias de tiempo y lugar, y de la popularidad e influencia que cada una de estas obras efectivamente alcanzó, desde el punto de vista de la estructura teórica hay dos hechos que parecen dignos de mención. En primer lugar, la obra-de Mili, en contraste con la de Smith o Ricardo, no presenta contribuciones teóricas nuevas e importantes, constituyendo más bien un intento de síntesis que, además, desde el punto de vista del rigor teórico, no ha recibido las mejores apreciaciones. Así, por ejemplo, Marx escribió: "Pero, qué decir cuando, medio siglo después de Ricardo, viene Mr. John Stuart Mill y, con gran aparato, proclama su superioridad sobre los mercantilistas repitiendo, mal repetidos, los pobres subterfugios de los primeros vulgarizadores de Ricardo?" l. Schumpeter, por su parte afirma: "Puede asegurarse que ninguno de los elementos de la obra de Mili son originales" 2. Y, por ejemplo, acerca de las relaciones entre la teoría de un fondo de salarios y el ahorro, básicas en la argumentación de Mill, agrega Schumpeter: "Lo que él (Mill) quiso expresar está comprendido en un estudio confuso y embarazoso que ha producido asombro a sus partidarios no menos que a sus oponentes" 3. Y Eric Roll concluye que "La búsqueda de una transacción realizada por Mill tuvo menos éxito en el campo de la teoría económica que en los de la filosofía social y

1. El Capital, vol. 1, pág. 432. Fondo de Cultura Económica. 2. Historia del Análisis Económico, pág. 601. Fondo de Cultura Económica. 3. lb, pág. 552.

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lNTRODUCCION

A LA ECONOMIA

la política pública" 1. En segundo lugar, la síntesis de Mili, involucrando una serie de elementos claves pero extraños al sistema clásico, los cuales ya se difundían como nuevas corrientes teóricas, tales como el distanciamiento del problema de la medida invariable del valor y la aproximación a éste como un concepto relativo, la reafirmación de la Ley de Say bajo el argumento de que las llamadas crisis de sobreproducción se debían a un fenómeno puramente monetario y la concepción del interés del capital como una retribución a la "abstinencia" del consumo, marca, en realidad, una fase que corresponde a la desintegración de la economía clásica en dos nuevas vertientes radicales y, en principio opuestas, la economía marxista y la economía neoclásica, como se verá más adelante: . Pero es precisamente en este punto cuando la obra de Mili cobra actualidad y revela su verdadera importancia, como premonitoria del desarrollo moderno de la economía mixta 2. Pues, no por simple eclectisismo, sino a través de un análisis explícito, dentro de lo que puede considerarse el espíritu clásico, Mill sopesa las ventajas y desventajas del socialismo y de la libre competencia, alcanzando la conclusión de que ninguna de estas fórmulas constituía, en realidad, el ideal completo que pregonaban sus adeptos ni el vacío completo de virtudes que indicaban sus oponentes. Para empezar, refuta el cargo más importante contra el socialismo en su época: el de su imposibilidad. Luego, argumenta que, aún aceptando que el trabajo comunista presente menos aliciente que el de los trabajadores propietarios, o por cuenta propia, de todas maneras este último incentivo tampoco existe para la inmensa mayoría de asalariados y empleados a sueldo fijo del sistema competitivo. Y agrega: "La humanidad es capaz de mostrar espíritu público en un grado mucho más elevado del que se acostumbra suponer posible en la época actual". (Principios, Libro Segundo, Cap. 1, F.C.E.). Además, sobre este punto le concede una ventaja a la mayor educación que implicaría el socialismo. A todo ello suma los beneficios de una distribución más equitativa del ingreso y una opinión pública más comprometida con sus intereses. Finalmente, a través del análisis de las tesis y los experimentos prácticos de socialistas como Louis Blanc, Fourier, Saint Simon y Owen, muestra que el modelo socialista podría ser flexibilizado hasta el punto de eliminar prácticamente todas las objeciones de sus opositores. Sin embargo, por otro lado, advierte: "Son errores comunes a todos los socialistas olvidar la natural indolencia de la humanidad, su tendencia a la pasividad, a ser esclava de las costumbres, a persistir indefinidamente en un

1. Historia de las Doctrinas Económicas, pág. 437. Fondo de Cultura Económica. 2. Véase sección 3.10.

LA ECONOMIA CLASICA

141

camino que haya escogido. Existe el peligro de que una vez que los seres humanos hayan alcanzado una existencia que juzguen tolerable, tiendan a estancarse, que no quieran esforzarse por mejorarla y que, dejando sus facultades atrofiarse, pierdan incluso la energía necesaria para impedir que empeore. Tal vez no sea la competencia el mejor de los estímulos, pero en la situación actual es indispensable y aún no se puede prever cuándo llegará el tiempo en que no sea necesaria para el progreso". (Principios, Libro IV, Cap. VII, F.C.E.). Y, en su ensayo Sobre la Libertad, previene: " ... en la especulación política se incluye ya la 'tiranía' de la mayoría' entre los males contra los cuales debe ponerse en guardia la sociedad ... (porque podría ejercer) una tiranía social más formidable que muchas opresiones políticas, ya que '" deja menos medios de escapar a ella, pues penetra mucho más en los detalles de la vida y llega a encadenar el alma". (Introducción, Sarpe Ed.). También en los Principios subrayó el tema: "La cuestión real es si quedaría algún asilo para la individualidad del carácter; si la opinión pública no se convertiría en un juego tiránico .. (y) oprimiría a todos bajo la misma mansa uniformidad de pensamientos, sentimientos y acciones ... Falta aún comprobar si el plan comunista sería compatible con aquel desarrollo multiforme de la naturaleza humana con aquellas múltiples desemejanzas, aquella diversidad de gustos y talentos y variedad de puntos de vista intelectuales, que no sólo constituyen una gran parte del interés de la vida humana, sino que, procurando el choque estimulante de las inteligencias y presentando a cada uno innumerables ideas que él mismo no hubiera podido concebir, son el resorte principal del progreso espiritual y moral" 1 • Quien se haya interesado en los diagnósticos que condujeron a la Perestroika y el. Glasnot en el bloque socialista mundial, casi siglo y medio después de publicada la obra de Mili, no puede menos que reconocer la agudeza de ésta y la necesidad de penetrar con mayor detalle en ella. Pero, por el momento esto parece suficiente, ya que hace falta, de otro lado, mencionar su posición sobre el sistema de libre competencia. El punto de partida de Mill es que el sistema de libre empresa realmente existente en su tiempo presentaba vicios tan graves 2, que si en esa forma cruda se cor;np.araracon el socialismo no abrigaría dudas sobre la preferibilidad de este último. Pero tal curso de análisis, prosigue, sería correcto sólo si las

1. Libro Il, cap. l. F.C.E. Compárese con las palabras y posición de Keynes, en el párrafo final de la sección 14.10. 2. Sobre este aspecto, véasela sección 12.1.

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INTRODUCCION

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reformas deseables fuesen completamente imposibles para el sistema competitivo. Puesto que éste no es el caso, argumenta, lo verdaderamente correcto es identificar tales reformas y, sólo después de esto, comparar el sistema socialista con el sistema competitivo depurado de sus distorsiones, cuya verdadera naturaleza radicaría en el derecho de cada quien para disfrutar los resultados de su propio esfuerzo, iniciativa y creatividad. Tales reformas deberían dirigirse, entonces, fundamentalmente, a eliminar o reducir a un mínimo los exagerados derechos económicos de las personas ociosas, que en nada contribuyen al progreso social; limitar los derechos sobre las herencias, entendidos estos como. el proceso automático distinto de libre voluntad de legar; establecer limitaciones al derecho de propiedad sobre recursos que sean indispensables para el bienestar público; garantizar la educación universal de la clase trabajadora, como el medio indispensable para permitirle a ella misma librarse de la degradación, de la esclavitud ciega a los trabajos en los que no encuentra ningún interés, de la falta de esperanza y de libertad, y de su supeditación a instintos que la llevan a la reproducción irracional; garantizar, a través de un mecanismo de seguridad social, un nivel de ingreso mínimo para todo el mundo, siempre y cuando éste no sea mayor que el ingreso que se devengaría trabajando; generalizar la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, de acuerdo con sus esfuerzos y los resultados alcanzados en éstas; y, promover la asociación de trabajadores independientes y el desarrollo de las cooperativas. Especial importancia otorgó Mili a la independencia de los trabajadores frente a mecanismos patriarcales o paternales, y cabe subrayar que hizo extensivo ese argumento a la liberación de la mujer, y a la igualación de sus derechos, a cuya causa dedicó no solamente parte de su obra sino una militancia efectiva hasta el fin de su vida. En síntesis, la esencia de sus tesis se expresa en la conclusión de que "sólo en los países atrasados del mundo es todavía un asunto importante el aumento de la producción; en los que están más adelantados, lo que se necesita desde el punto de vista económico es una mejor distribución, para lo cual es un medio indispensable la restricción más severa de la población. Las instituciones niveladoras, sean justas o injustas, no pueden conseguirlo por sí solas; pueden rebajar las partes más altas de la sociedad, pero no pueden, por sí mismas, elevar permanentemente las clases más bajas". Y aboga por "un sistema legislativo que favorezca la igualdad de las fortunas en tanto sea compatible con el justo derecho del individuo a los frutos, pequeños o grandes, de su propia actividad". (Principios, pág. 642, FCE). En general, Mili concluyó que "casi no hay nada que importe en realidad a los intereses generales y no sea deseable o incluso necesario que se encargue de ello el gobierno, no porque no puedan realizarlo los particulares, sino porque no lo harán" (pág. 835 l. Pero, como una advertencia perentoria de que esa intervención debe confinarse estrictamente dentro de los límites marca-

LA ECONOMIA

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CLASICA

dos por las fallas del mercado 1, garantizando la libertad de las fuerzas competitivas para las amplias tareas que están en capacidad de cumplir adecuadamente, dejó como legado esta máxima: "En resumen, la práctica general debe ser laisser-faire; toda desviación de este principio, al menos que se precise por algún gran bien, es un mal seguro", (pág. 812). Esta actitud analítica y pragmática de Mili se manifiesta más nítidamente, si se tiene en cuenta, en primer lugar, su más profunda convicción histórica y filosófica sobre la competencia, que expresó así: "Confieso que no me agra-. da el ideal de vida que defienden aquellos que creen que el estado normal de ' los seres humanos es una lucha incesante por avanzar; y que el pisotear, empujar, dar codazos y pisarle los talones al que va delante, que son característicos del tipo actual de vida social constituyen el género de vida más deseable para la especie humana; para mí no son otra cosa que síntomas desagradables de una de las fases del progreso industrial '" Mientras las inteligencias son groseras, necesitan estímulos groseros" (pág. 641). Y, en segundo lugar, si se toma cuenta de su perspectiva final sobre el destino comparado del sistema socialista y el de mercado reformado: "Si se nos permite aventurar una opinión, la elección final dependerá probablemente y de manera principal de la siguiente consideración: cuál de los dos sistemas es compatible con la mayor suma de libertad y espontaneidad humana. Una vez asegurados los medios de subsistencia, la más fuerte de las necesidades de los seres humanos es la libertad; y ésta -a diferencia de las necesidades físicas, que a medida que la civilización avanza son más moderadas y más fáciles de controlar- aumenta en lugar de disminuir en intensidad a medida que la inteligencia y las facultades morales se desarrollan más y más" 2.

1. Véanse secciones 2.

Principios,

3.9.3 y 3.10.

pág. 200. F.C.E.

UNiVERSIDAD DE ANTIOQUlA BIBLIOTECA

CENTRAL

Capítulo In La economía

de Marx

CAPÍTULO III LA ECONOMÍA DE MARX 3.1

Consecuencias de la Revolución Industrial (a partir de 1780)

I

I

3.1.1 El trabajo infantil y femenino . ( "La maquinaria, al hacer inútil la fuerza del músculo, permite emplear obreros sin fuerza muscular o sin un desarrollo físico completo, que posean, en cambio, una gran flexibilidad en sus miembros. El trabajo de la mujer y el niño fue, por tanto, el primer grito de la aplicación capitalista de la maquinaria. De este modo, aquel instrumento gigantesco creado para eliminar trabajo y obreros, se convertía inmediatamente en medio de multiplicación del número de asalariados, colocando a todos los individuos de la familia obrera, sin distinción de edad ni sexo, bajo la dependencia inmediata del capital. Los trabajos forzados al servicio del capitalista vinieron a invadir y usurpar, no sólo el lugar reservado a los juegos infantiles,sino también el puesto de trabajo libre dentro de la esfera doméstica y, a romper con las barreras morales, invadiendo la órbita reservada incluso al mismo hogar". "Antes, el obrero vendía su propia fuerza de trabajo, disponiendo de ella como individuo formalmente libre. Ahora, vende a su mujer y a su hijo. Se convierte en esclavista". "En el célebre distrito londinense de Bethnal Green se celebraba todos los lunes y martes, por las mañanas, un mercado público, en el que niños de ambos sexos, de 9 años para arriba, se ofrecían en alquiler a las manufacturas sederas de Londres". (Marx, El Capital, 1867, vol. 1, cap. XIII).

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INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

"Ya hemos hablado de la degeneración física de los niños y jóvenes, de las mujeres obreras a quienes la maquinaria somete a la explotación del capital, directamente en las fábricas que brotan sobre la base de las máquinas, e indirectamente en todas las demás ramas industriales. Por tanto, aquí sólo nos detendremos en un punto: la enorme mortalidad de niños de obreros en edad temprana". "Según demostró una investigación médica oficial abierta en 1861, estas elevadas cifras de mortalidad se deben principalmente, si prescindimos de circunstancias de orden local, al trabajo de las madres fuera de casa, con el consiguiente abandono y descuido de los niños, alimentación inadecuada e insuficiente de éstos, empleo de narcóticos, etc., aborrecimiento de los niños por sus madres, seguido por abundantes casos de muerte provocada por hambre, envenenamiento, etc." (Ibid.). "La depauperización moral a que conduce la explotación capitalista del trabajo de la mujer y el niño ha sido descrita tan concienzudamente por F. Engels en su obra la Situación de la Clase Obrera en Inglaterra (1845), Y por otros autores, que me limitaré a recordarla aquí. La degeneración intelectual, producida artificialmente por el hecho de convertir a unos seres iGeipientes en simples máquinas- para.la fabricación de plusvalía ... obligó ~rfin al parlamento inglés a decretar la enseñanza elemental como condición lég~l para el consumo 'productivo' de, niños menores de 14 años, en todas áquellas industrias sometidas a ia ley fabril". (Ibid.). "S610 un cuarto de los trabajadores en las fábricas de algodón, de 1834 a 1847, eran hombres adultos". (Hobsbawm, Las Revoluciones Burguesas, 1965). 3.1.2 El salario "La maquinaria, al lanzar al mercado de trabajo a todos los individuos de la familia obrera, distribuye entre toda su familia el valor de la fuerza de trabajo de su jefe. Lo que hace, por tanto, es depreciar la fuerza de trabajo del individuo". (Marx, op. cit.). En realidad, el efecto combinado del ahorro de fuerza de trabajo que implica la máquina en un proceso productivo dado, lo cual ya había sido observado por Ricardo, y la multiplicación súbita de la fuerza de trabajo, al ingresar a este mercado las mujeres y niños que antes eran ajenos al mismo, en un período de tiempo relativamente breve, no podía dejar de hacer sentir sus efectos depresivos sobre el desempleo y los salarios. Así, Toynbee en su "Revolución Industrial" nos informa: "El problema de la miseria cayó sobre los hombres en su forma más terrible entre 1795 y 1834". (Cap. IX). Y pasa arnostrar que la ayuda oficial percápita para paliar los efectos de la miseria en Inglaterra tuvo que multiplicarse por más de 4 entre 1760 y 1818.

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"Dupont- White describía la situación de los trahajadores (en 1846) así: 'No tienen propiedad ninguna, sus vidas se hacen cada vez más cortas, su alimento es cada vez peor, toda su estirpe y su moral desaparecen' ". (Kuczynski, Historia de la Clase Obrera, último capítulo). "Pierre Leroux declaraba (en 1845): 'Antes de la revolución de 1789 (en Francia) un obrero ganaba en seis días lo que hoy gana en siete' ". (Ibid). "En Francia fue un poeta, Víctor Hugo, (quien en su obra Los Miserables dejó en testimonio dramático de las condiciones de vida de los trabajadores por mediados del siglo XIX), quien decía (en 1853), de las viviendas de Lille: 'Sótanos de Lille, la gente perece debajo de vuestros techos de piedra'. Estas cuevas eran las que Adolphe Blanqui (1848) describía así: 'una sucesión de ísletas separadas por callejuelas oscuras y estrechas; al final, pequeños patios llamados courettes, que sirven al mismo tiempo de cloacas y de depósitos de inmundicias ... La mayoría de estos infelices van casi desnudos y los mejor cuidados, cubiertos de harapos ... La mayoría yacen en el santo suelo sobre restos-de paja... El pozo en que languidecen está limpio de todo mobiliario ... Más~e tres mil de nuestros conciudadanos llevan esta horrible existencia en las cl{l'vasde Lille' ". (Ibid, cap. 3). s-. "El Breslauer Zeityng del 5 de diciembre de 1834 describía así el efecto de (un) artículo (sobre las condiciones de vida de los trabajadores): 'Es un hecho curioso que las noticias sobre el proletariado hayan acaparado de repente toda nuestra atención. Solíamos vivir tan tranquila y pacíficamente, íbamos a teatros,conciertos, bailes, y de repente nos encontramos con la pobreza y la miseria, y al punto nos hemos hecho compasivos, contribuimos con dinero y visitamos la casamatas' " (Ibid.). Si Adam Smith, para describir las condiciones de vida de los trabajadores de su tiempo las había comparado favorablemente frente a las de cualquier monarca primitivo, indicando con ello el progreso de los tiempos, ahora, algo más de medio siglo después, el tema dominante era la miseria. 3.1.3 La jornada de trabajo "Si la maquinaria es el instrumento más formidable que existe para intensificar la productividad del trabajo, es decir, para acortar el tiempo de trabajo necesario en la producción de una mercancía, como depositaria del capital, comienza siendo, en las industrias de que se adueña directamente, el medio más formidable para prolongar la jornada de trabajo haciéndola rebasar todos los límites naturales. De una parte, crea nuevas condiciones, que permiten al capital dar rienda suelta a esta tendencia constante suya, y de otra, nuevos

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motivos que acicatean su avidez de trabajo ajeno". "Así se explica ese singular fenómeno que nos revela la historia de la industria moderna, consistente en que la máquina eche por tierra todas las barreras morales y naturales de la jornada de trabajo". (Marx, El Capital, Vol. 1, Cap. XIII).

"El contrato por medio del cual vendía su fuerza de trabajo al capitalista demostraba a ojos vistas, por decirlo aSÍ, que disponía libremente de su persona. Cerrado el trato, se descubre que el obrero no es 'ningún agente Libre', que el momento en que se le deja en libertad para vender su fuerza de trabajo es precisamente el momento en que se ve obligado a venderla y que su vampiro no ceja en su empeño 'mientras quede un músculo, un tendón, una gota de sangre que chupar"'. (El Capital, Vol. l. Cap. XII).

Las condiciones a que se refiere Marx son, de un lado, la "resistencia" artificial de la máquina, ante la cual el obrero actúa como "apéndice", tratando de seguirla hasta que lo permitan sus propias fuerzas. Si en la manufactura el obrero era el "amo" del instrumento, en la gran industria él es apenas parte de un "engranaje objetivo" ajeno a su voluntad. Y, de otro, el debilitamiento que produjo la introducción generalizada de la maquinaria sobre la capacidad de negociación del obrero individual, al generalizar el trabajo femenino e infantil y reducir simultáneamente el crecimiento de la demanda por fuerza de trabajo. Los nuevos motivos se refieren a que para minimizar costos utilizando maquir ....:ia de gran valor se requiere mantenerla activa el mayor tiempo posible, mantenerla parada el mínimo posible. Esto 'generalizó el trabajo nocturno, antes desconocido, los. "turnos" sucesivos de trabajo y creó una gran presión hacia la prolongación de la jornada de trabajo. Las circunstancias, es decir, la debilidad del obrero individual para resistir el aumento de la jornada y los nuevos motivos serían así fuente de la extensión de la jornada. "Como hemos visto, el capital necesitó varios siglos para prolongar la jornada de trabajo hasta su límite máximo normal, rebasando luego éste hasta tropezar con las fronteras de la jornada natural de 12 horas; pues bien, con el nacimiento de la gran industria, en el último tercio del siglo XVIII, se desencadenó un violento y desenfrenado proceso, arrollador como una avalancha. Todas las barreras opuestas por las costumbres y la naturaleza, la edad y el sexo, el día y la noche, fueron destruidas ... Fueron los tiempos orgiástico s del capital". (Ibid). Y Marx cita al Daily Telegraph de Londres, de enero 17 de 1860: ' ... A las 2, a las 3, a las 4 de la mañana, se sacan a la fuerza de sus s~cias camas a niños de 9 a 10 años, y se les obliga a trabajar para ganarse un mísero sustento hasta las 10, las 11 y las 12 de la noche, mientras su musculatura desaparece, su figura se va haciendo más y más raquítica, los rasgo~ de su cara se embotan y todo su ser adquiere un pétreo torpor, que con solo contemplarlo hace temblar .. , ¿Qué pensar de una ciudad en la que celebra una asamblea pública para pedir que la jornada de trabajo de los hombres se reduzca ¡a 18 horas al día!? ... Nos hartamos de clamar contra los plantadores de Virginia y de las Carolinas. Pero, ¿es que sus mercados de negros, aun cO,n todos los horrores del látigo y del tráfico en carne de hombres, son mas abominables que esta lenta carnicería humana que se ha montado aquí para fabricar velos y cuellos de encaje en provecho del capitalista?" (Ibid),

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La última expresión, que toma Marx de "La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra" (1845), de Engels, indica, quizás, el espíritu de aquel tiempo.

3.1.4 La intensificación del trabajo y el régimen fabril "Es evidente que, al progresar la maquinaria, y con ella la experiencia de una clase especial de obreros mecánicos, aumenta, por impulso natural, la velocidad y, por tanto, la intensidad del trabajo". "Esto se consigue de un doble .modo: aumentando la velocidad de las máquinas y extendiendo el radio de acción de la maquinaria que ha de vigilar el mismo obrero, o sea, el radio de trabajo de éste". (Ibid), Y cita Marx la obra de John Fielden (1836), un fabricante inglés: "Comparado con tiempos anteriores, el trabajo que hoy se ejecuta en las fábricas ha crecido considerablemente, pues, al aumentar en proporciones notables la velocidad de la maquinaria, ésta exige del obrero mayor cuidado y actividad". Y a Lord Ashley quien, en un discurso ante la cámara de los comunes (1844), decía: "El trabajo de los obreros empleados en procesos fabriles es hoy tres veces mayor que al introducirse estas operaciones. Es indudable que la maquinaria ha venido a realizar una obra que suple los tendones y los músculos de millones de hombres, pero ha venido también a aumentar prodigiosamente el trabajo de los hombres sometidos a sus espantosos movimientos ... En 1815, cada operario debía realizar 820 operaciones de vaciado de cada mule al cabo de las 12 horas, lo que hacía una suma total de 1.640 operaciones al día. En 1832, el número de operaciones de este género que tenía que ejecutar era de 2.200 para cada mule, o sean 4.400 en total; en 1844, eran ya 2.400 para cada mule, ó 4.800 en total. .. ". Pero todos estos resultados no podrían ser alcanzados sin un nuevo elemento indispensable en el proceso productivo: la disciplina fabril. Cita Marx la "Philosophy of Manufactures" de Ure (1835): "La principal dificultad, en la fábrica automática ... estribaba ... en la disciplina necesaria para hacer que los obreros renunciasen a sus hábitos irregulares dentro del trabajo, identificándolos con la regularidad invariable del gran autómata. Pero, el encontrar y aplicar con éxito un código disciplinario congruente con las necesidades y con la rapidez del sistema automático, era una' empresa digna de Hércules,

(

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INTRODUCCION

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empresa que llevó a cabo Arkwright consu noble obra". Ya Engels ("Situación de la Clase Obrera en Inglaterra"): "Esa triste rutina de una tortura inacabable de trabajo, en la que se repite continuamente el mismo proceso mecánico, (que, entre paréntesis, fue caricaturizada en el siglo XX por Charles. Chaplin en su famosa película "Tiempos Nuevos") es como el tormento de Sisifojla carga de trabajo rueda constantemente sobre el obrero agotado, como la roca de la fábula". Sigue Mane "El trabajo mecánico afecta enormemente el sistema nervioso, ahoga el juego variado de los músculos y confisca toda libre actividad física y espiritual del obrero". Y concluye: "La supeditación técnica del obrero a la marcha uniforme del instrumento de trabajo y la composición característica del organismo de trabajo, formado por individuos de ambos sexos y diversas edades, crean una disciplina cuartelaria, que se desarrolla hasta integrar el régimen fabril perfecto, dando vuelos al trabajo de vi~ilancia a que nos hemos referido más atrás y, por tanto, a la división de loS obreros en obreros manuales y capataces obreros, en soldados rasos y suboficiales del ejército de la industria". (Capital, Vol. 1, Cap. XIII). 3.1.5 El movimiento obrero

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producido entre la clase dirigente por la Revolución Francesa, preparando el camino para que el parlamento aprobase apresuradamente en 1799.1800 las leyes antiunionistas". (Citado por Kuczynski). Pero las huelgas se producen en forma sucesiva, muchas de ellas dirigidas por mujeres, y si por 1833 la ley inglesa consideraba como normal una jornada de trabajo de 5 1/2 a. m. a 8 1/2 p. m., que incluía tiempo para comidas, por 1838 los obreros abrazan de forma general como objetivo de lucha la "ley de las 10 horas" como jornada normal, y ello. de mayo de 1848 entra en acción en Inglaterra la ley de las 10 horas para los obreros de 13 a 18 años y todas las obreras. Y es que por el mismo año de 1848 la situación de lucha económica y política ha llegado a un clímax. En Francía, los obreros que habían participado activamente en "las tres gloriosas jornadas" de 1830, en que Ca~los X fue derrotado por una insurrección liberal y popular, y que permaneClan armados, se lanzaron a una insurrección en junio de 1848, que duró cinco días, al cabo de los cuales fue derrotada, pero que era apenas un presagio del levantamiento obrero de marzo de 1871 que proclamó la "Comuna de París" y que logró supervivir dos meses. Por 1847 ya existían en Europa un puñado de partidos socialistas, que participaron en estas insurrecciones, e~tre ellos la "liga de los comunistas", a la cual pertenecían Engels y Marx. Por 1860 empieza a extenderse la consigna de la jornada de las 8 horas y en t864 se funda la "Asociación Internacional de Trabajadores':

"Las batallas libradas por los trabajadores contra la máquina fueron violentas, sangrientas, crueles y ampliamente dispersas, y, naturalmente, no tuvieron éxito. Las mayores batallas de este tipo tuvieron lugar en Inglaterra donde la maquinaria se empleó extensamente por primera vez". "Destructores de máquinas se encuentran dondequiera que se introducía- la maquinaria: Inglaterra, Alemania, Francia, Bélgica, Norte de Italia y otras partes, pero relativamente pocos en los Estados Unidos, porque allí había escasez de mano de obra ... " (Kuczynskí, Historia de la Clase Obrera, Cap. 2). Sin embargo, la maquinaria se impuso a un ritmo veloz y en forma general. Ante esto, empezaron las luchas contra algunas de sus consecuencias, particularmente contra las extensas jornadas de trabajo, lucha en la cual se originan las primeras huelgas y se crean las primeras asociaciones obreras.

Junto con el movimiento obrero, o como parte de éste, se desarrolla una ideología "socialista" o, mejor, una amplia gama de ideas socialistas, divergentes en muchos aspectos unas de otras, pero con la característica general de servir como medio de expresión intelectual a la protesta del proletariado por sus .condiciones-de vida, de plantear unas alternativas para remediar sus males, señalarle unos objetivos generales y guiarlo en sus, luchas prácticas.

Dice Hutt en su "British trade unionism": "A finales del siglo XVIII habían empezado a arraigar sociedades profesionales en la forma de clubs locales que generalmente se reunían en las tabernas y ofrecían un carácter social notable (el licor era un elemento importante en los gastos oficiales). En su mayor parte, estos clubs se habían desarrollado entre la 'aristocracia' artesana, los artesanos cualificados cuyos métodos de trabajo y condiciones había dejado intactos la revolución industrial; estaban compuestos por toneleros, carpinteros, ebanistas, mueblistas, carpinteros de ribera, papeleros, etc ... Pero a partir de 1792 empezaron a extenderse entre la sección más importante de los nuevos obreros industriales, los hiladores de algodón de Lancashire; y esta amenaza potencial para los empresarios capitalistas se unió al pánico

Los más destacados representantes de los primeros teóricos socialistas, a quienes Engelsy Marx llamaron "socialistas utópicos" fueron Claudio Enrique de Rouvroy, Conde de Saint Simon (1760 -1825), francés, quien ya en 1802 incluyó a la clase de los "desposeídos" como clase activa en sus análisis de la pugna por el poder y en 1815 planteó la lucha política como una lucha económica y predijo la extinción del Estado; criticó el sistema industrial y su consigna célebre fue, la de que "todos los hombres deben trabajar"; Francisco María Carlos Fourier (1772-1837), francés, quien vio en el sistema industrial un sistema de explotación, una "monstruosidad provisional" y una fuente de miseria; propuso el "falansterío ", una "organización social por acciones", extendiendo la propiedad a los que carecen

3.1.6 La ideología socialista

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INTRODUCCION

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de ella; y, Robert Owen (1771-1858), inglés, comerciante e industrial, quien establece fábricas especiales en que la jornada de trabajo es menor, hay guarderías y escuelas para los niños y, en general, las condiciones de trabajo y de vida se establecen en un nivel considerado ideal que difiere en gran medida de las fábricas comunes. Sin embargo, tienen que terminar cerrándose. También deben mencionarse Simon de Sísmondi (1773-1842), suizo, quien explicó en forma crítica muchas de las características del régimen de la gran industria, haciendo énfasis en las crisis económicas que engendraba el exhorbitado deseo de acumular, en el desempleo que producía la maquínización y en la oposición entre propietarios y trabajadores. Y Pedro José Proudhon(1809-1865), francés, famoso por su frase "La propiedad es un robo". Sin embargo, Marx y Engels clasificaron a Sismondi como "socialista pequeño -burgués" y a Proudhon como "socialista conservador o burgués". Al primero por considerar como ideal la pequeña propiedad campesina, y al segundo por desear "remediar los males sociales con el fin de consolidar la sociedad burguesa". Proudhon mismo llegó a ser un opositor teórico y político de Marx. Pero con estas clasificaciones del socialismo, Marx (1818-1883) y Engels (1820-1895) desean también clasificar su propio socialismo al cual, para diferenciarlo de los demás, llaman "socialismo científico". Y es que, en efecto Marx y Engels no pretenden una mera condena moral del capitalismo así como tampoco pretenden que el socialismo sea un mero "ideal" que los hombres construirán a voluntad. Para ellos la sociedad está sujeta a leyes ineluctables, el capitalismo surgió por una irremediable necesidad histórica, pero ello también significa que su abolición, el socialismo, es asimismo una irremediable necesidad del desarrollo histórico. Este socialismo debe tener, pues, características que no dependen del puro "quere~". o de la noción de "ideal" de algunos hombres, sino de las leyes específicas del desarrollo histórico de la sociedad, y de las leyes específicas del desarrollo del capitalismo, porque son ellas las que dan lugar al socialismo. Por esto, su objetivo fundamental es "descubrir y exponer" tales leyes mediante el proceso de análisis científico. Es así como Engels subraya en su Discurso ante la Tumba de Marx lo que él considera la principal contribución de éste al pensamiento humano: "Así como Darwin descubrió la ley del desarrollo de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana ... ". De la misma manera, es ello lo que explica que el propio Engels se haya lanzado al estudio del origen del hombre y de la sociedad primitiva, y que Marx haya dedicado su vida a un detallado análisis ~el ~api~li.s~o, legando ~~ teoría económica que no puede ser ignorada en nmgun análisis de la evolución del pensamiento económico, y cuyos fundamentos constituyen precisamente el objeto de este capítulo. Pero, dado que su exposición sobre las leyes ~el desarrollo capitalista se enmarca dentro y son producto de su concepción

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LA ECONOMIA DE MARX

de "la ley del desarrollo de la historia humana", no podría seguirse adelante sin decir unas breves palabras sobre ésta, así sean excesivamente esquemáticas en relación a la hondura polémica que demanda el tema.

3.2

El materialismo histórico

Es ya un lugar común señalar que las tres fuentes básicas de que se valieron Marx y Engels para desarrollar su concepción de la historia y el capitalismo fueron: i- el pensamiento materialista francés de fines del siglo XVIII, que llamaron "materialismo mecaninicista", y que fue brillantemente expuesto por los enciclopedistas. El "socialismo utópico", por el cual profesaron gran admiración intelectual como ideología pionera en la crítica del capitalismo, fue precisamente un desarrollo natural e inmediato de este materialismo, que echó por la borda todos los prejuicios de su tiempo acerca de que las ideas y valores fundamentales del hombre eran de carácter innato, poniendo en cambio como fundamento explicativo de tales ideas el medio social. De tal importancia consideraron este aspecto que en su obra clásica "Ludwig Feurbach y el Fin de la Filosofía Clásica Alemana", (1886), Engels escribió: "El gran problema cardinal de toda la filosofía, especialmente de la moderna, es el problema de la relación entre el pensar y el ser"; ii- la dialéctica de la "Filosofía Clásica Alemana", particularmente de Hegel, que es un método de análisis consistente en "el examen de los fenómenos en su desarrollo; en su origen y destrucción" (Plekhanov, "El Punto de Vista Monista de la Historia"), y, iii-Ia economía política clásica inglesa que explicó las primeras leyes sobre las "contradiccienea.económicas" en el seno de la sociedad capitalista. ,

Naturalmente, aunque Marx y Engels reconocieron explícitamente estas tres influencias básicas para la conformación de su teoría, también se apresuraron á afirmar que ésta última no era una simple suma de las tres anteriores y que su "síntesis" representaba una especie de "cambio de cantidad en calidad" en que el producto no es igual a la suma de las partes. Así, por ejemplo, encontraron "mecanicista" al materialismo francés del siglo XVIII, en oposición a su propio materialismo "dialéctico"; encontraron "idealista" a la dialéctica hegeliana, en oposición a su propia dialéctica "materialista", lo cual llevó a Marx a decir que la dialéctica está en Hegel "invertida, puesta de cabeza" y que hay "que darle la vuelta, mejor dicho ponerla de pie"; y, encontraron ahistórica, en cierta forma antidialéctica, a la economía política clásica inglesa por ver implícitamente en las relaciones capitalistas de producción unas "relaciones naturales y eternas", no unas relaciones sujetas a cambio y destrucción, no obstante que Marx consideró un gran mérito de Smith y de Ricardo el que, a través del mero análisis interno de la acumulación capitalista, hubiesen llegado a descubrir un límite histórico para la misma, con lo cual se refería obviamente al famoso "estado estacionario".

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LA ECONOMIA DE MARX

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

Sobre estas bases, que los conduce al análisis histórico de las formaciones económicas precapitalistas (los estudios de Engels sobre la comunidad primitiva, y los de Marx sobre el "modo de producción asiático", el esclavismo y el feudalismo), llegan, pues, a formular su concepción materialista de la historia, cuyo mejor resumen lo ha hecho el propio Marx en el prólogo a la "Contribución a la Crítica de la Economía Política" (1859): "Mi investigación desembocaba en el resultado de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que radican, por el contrario, en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel, siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de 'sociedad civil', y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la Economía Política". "El resultado general a que llegué y que, una vez obtenido, sirvió de hilo conductor a mis estudios, puede resumirse así: en la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase del desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social, El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra, las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar a estas épocas de revolución por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece

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antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso, en la formación económica de la sociedad, el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por tanto, la prehistoria de la sociedad humana. Federico Engels, con el que yo mantenía un constante intercambio escrito de ideas desde la publicación de su genial bosquejo sobre la crítica de las categorías económicas, había llegado por distinto camino al mismo resultado que yo". Cualquier intento de resumir más claramente lo que el mismo Marx ha expresado en una página, entonces, sobra. Sólo cabría subrayar, ahora que se inicia el estudio de su teoría económica, que Marx no sólo, para utilizar las palabras de David Ricardo, está "junto con todos aquellos que reconocen la importancia de la ciencia de la Economía Polítíca", sino que le ha dado a esta importancia una nueva y gigantesca dimensión: no sólo la historia de los hechos humanos resultaría incomprensible sin esta ciencia, sino que todas "las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas" y, en una palabra, la propia conciencia del hombre también lo serían. Difícil encontrar, pues, unas palabras que describieran con mayor énfasis que las del mismo Marx la importancia que éste otorgaba a la teoría económica y, particularmente, al estudio de las leyes que rigen el desarrollo de la economía capitalista, cuyos resultados fundamentales en la versión de Marx se intenta resumir a continuación. 3.3

Valor y trabajo abstracto

3.3.1 La distribución del ingreso y su medición Independientemente de la similitud o diferencia en las razones para ello, el problema de las leyes que regulan la distribución delingreso entre las clases

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INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

que componen a la sociedad capitalista es para Marx, como para Smith y Ricardo, un problema fundamental que debe abordar y resolver la Economía Política. Precisamente, ésta puede ser una de las pocas, o quizás la única proposición sobre la teoría de Marx absolutamente indisputada en cualquier versión de la historia del pensamiento económico. La verdad de esta proposición es tan evidente que no requiere de ninguna ilustración. Pero, por si acaso, baste con recordar que Engels definió la Economía Política como "la ciencia que estudia las relaciones sociales de producción, distribución e intercambio" (Anti-Duhring, Cap. 7 sub. agr.), y que Marx dedicó prácticamente todo el volumen 1 de El Capital a examinar la distribución entre salarios y plusvalía, de lo cual sale su teoría de la acumulación, y prácticamente todo el volumen III al mismo tema en mayor detalle (salarios y ganancias de los capitales individuales, ganancia industrial, ganancia comercial, interés y renta del suelo). La teoría de la distribución del ingreso es, pues, una parte absolutamente fundamental de la teoría económica de Marx. Pero, como ya se ha visto en diversas secciones anteriores, incluyendo la seco1 7. 3 y las secciones 2. 1. 4 Y 2. 2. 2 sobre Smith y Ricardo, respectivamente, no hay proposi'ción alguna que válidamente pueda formular cualquier teoría económica sobre la distribución del ingreso, si previamente no dispone de una unidad de medida del ingreso real, es decir, de su valor. En otros términos, puesto que, como se vio en tales secciones, de un lado, la agregación económica no puede ser física sino que requiere una valuación y, de otro lado, el dinero no puede servir como unidad de medida del ingreso real (ni de cualquier valor real), ya que su propio valor está cambiando permanentemente, toda teoría de la distribución, incluida la de Marx, debe recurrir a una unidad de medida invariable del ingreso real que no sea el dinero, es decir, a una teoría de la valuación del ingreso real o sea a una teoría del valor. En síntesis, para formular cualquier proposición válida sobre la distribución del ingreso se requiere poder medir el ingreso real y sus partes componentes (salarios, ganancias, rentas); para poder medir el ingreso real se requiere de una unidad de medida invariable (como el metro para medir longitudes), que no sea el dinero; y, como el ingreso es un valor, y.sus partes componentes son valores, y por ello todo precio es un valor, puede concluirse que para poder formular una teoría válida de la distribución se requiere de una unidad de medida invariable de los valores en general (o del ingreso), o sea de una teoría del valor. y de tal requerimiento no podía escapar Marx, lo cual era perfectamente

sabido por éste, como lo demuestra el hecho de que antes de decir en El Capital la más mínima palabra sobre la distribución se ocupa, primero que todo, de la teoría del valor.

LA ECONOMIA DE MARX

159

A partir de esto, Marx adopta el trabajo como la única unidad de medida invariable de todo ingreso y de todo precio real, es decir, mide todos los valores reales en unidades de trabajo humano, paso que da en el primer capítulo del primer tomo de El Capital, antes e independientemente de la elaboración de cualquier teoría de la determinación de los precios, tópico éste que relega Marx hasta el tercer tomo de El Capital. ("El trabajo es la sustancia y la medida inmanente de los valores, pero de suyo carece de valor". El Capital, tomo 1, cap, XVII). En esto, el procedimiento de Marx es similar o idéntico al de Smith (secc. 11. 1. 4), en el sentido de que suelección de la unidad de medida es absolutamente independiente de las magnitudes de aquello que va a medir (así como el metro es absolutamente independiente de que las longitudes que mida puedan ser más grandes o más pequeñas). Smith define la unidad de medida antes de saber o de decir cuánto miden los precios, y Marx también define la unidad de medida antes de medir los precios. Que los precios sean mayores o menores, que suban o bajen, que no suban ni bajen, etc., es absolutamente indiferente para la unidad de medida de Srnith y de Marx. Precisamente, más bien a la inversa, si se puede saber que los precios reales subieron o bajaron, que son mayores a... o menores que ... , es porque, ya de antemano, se poseía una unidad invariable para medidos. De la misma manera que se puede saber que la estatura de una persona aumentó o disminuyó en tanto o que es mayor o menor que la de otra en tanto, porque se posee de antemano una unidad de medida invariable para su medición, que es el metro. Ricardo, por el contrario, llega al trabajo como unidad de medida de los precios por una vía indirecta y completamente diferente. Como se recordará, en una primera instancia Ricardo no adopta el trabajo como unidad de medida del valor, sino el precio de una mercancía imaginaria que es siempre invariable, Puesto que Ricardo reconoció como inexistente tal mercancía, (aunque Sraffa creyó encontrarla en la "mercancía compuesta") entonces argumenta que aunque el trabajo no es la única causa de variación y determinación de los precios sí es la causa más importante, considerando los efectos de las otras causas como "leves"y despreciables en la práctica. De esta forma, mediante una aproximación 'empírica, no obstante haber demostrado conclusivamente que los precios no pueden estar determinados por las cantidades de trabajo que cuesta producir las mercancías, adopta en la práctica el supuesto, 'debido a lo que él creía una aproximación cuantitativa "aceptable",-de que los precios sólo cambian cuando cambian las cantidades de trabajo necesarias para producir las mercancías, es decir, adopta un supuesto sobre la forma como se determinan los precios (por las cantidades de trabajo), Llegado a este punto, si el precio sólo puede cambiar cuando . cambia la cantidad de trabajo, entonces el precio es constante siempre que no cambie la cantidad de trabajo. Pero un precio siempre constante es la

160

LNTRODUCCION A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA DE MARX

unidad de medida invariable que buscaba Ricardo y, por consiguiente, la cantidad de trabajo que contiene ese precio invariable termina así, indirectamente, convertida en la unidad de medida de todos los precios y valores.

puede entonces formularse como una objeción al procedimiento de Ricardo para obtener su unidad de medida, diciéndole que su "aproximación" no era tan buena como él creía, o aun que la precisión conceptual no se demuestra con una aproximación empírica, pero nada tiene que ver en absoluto con la unidad de medida de Smith y Marx. Tratar de descalificar la consistencia del trabajo como unidad de medida en Smith y Marx mediante la propia demostración de éstos de que las cantidades de trabajo no determinan los precios, es ento~ces como amenazar al diablo con expulsarlo del paraíso, una amenaza que solo pone de manifiesto la ignorancia de quien la profiere y que, desafortunadamente, es muy frecuente en los textos usuales de doctrinas económicas.

Por consiguiente, el procedimiento de Ricardo no sólo es diferente al de Smith y Marx sino que es precisamente opuesto. Mientras que Smith y Marx parten, de principio, del trabajo como unidad de medida para poder saber cómo cambian los precios, Ricardo parte de un supuesto acerca de cómo cambian los precios para llegar al trabajo como unidad de medida. Mientras que la unidad de medida de Smith y Marx es absolutamente independiente de la forma como se determinan los precios, la unidad de medida de Ricardo depende absolutamente de su supuesto sobre la forma como se determinan los precios.

Pasar por alto la anterior nposícíón es fuente de la tergiversación más grotesca q1;le,se ha podido hacer y que se puede hacer de la teoría de Marx y de S1nith~ La validez de la unidad de medida de Smith y de Marx no depende e4\.a.bsoluto de si los precios suben o bajan, permanecen invariables o no, o d~ si sólo varían cuando varían las-cantidades de trabajo, como en Ricardo, PÍír'elcontrario, Marx adopta el trabajo como unidad de medida con pleno conocimiento de que este procedimiento es absolutamente independiente de la forma como se determinan los precios, ya que en 1865, dos años de publicar el tomo 1 de El Capital (donde expone su teoría del valor), había terminado los borradores del tomo III en los cuales demuestra la imposibilidad de que los precios estén determinados en una economía capitalista por la cantidad de trabajo que cuesta producir las mercancías. Más aún, en el cap. XII del tomo III, adelantándose casi un siglo a Sraffa, demuestra cómo la desviación entre las cantidades de trabajo y los precios no podía ser tan "leve" como suponía Ricardo, pues al entrar unas mercancías como insumos en la producción de otras, estas desviaciones se van agravando o potenciando hasta hacer perder de vista cualquier conexión entre la cantidad de trabajo y el precio. Todavía más, en el mismo tomo 1 (pág. 120), Marx afirma explícitamente: " ... porque los precios medios no coinciden directamente con las magnitudes de valor (de trabajo) de las mercancías, como entiende A. Smith, Ricardo y otros". (Sub. agr.), aunque esta afirmación realmente pueda ser una injusticia para con Smith. La proposición de que las cantidades de trabajo que cuesta producir las mercancías no determinan en la realidad los precios de las mismas, que como ya se sabe fue inicialmente formulada por el mismo Smith, luego demostrada por el mismo Ricardo, y luego nuevamente demostrada por el mismo Marx,

161

(Un ejemplo conclusivo de que para adoptar el trabajo como unidad de medida del ingreso real, y por tanto de todos los precios e ingresos, es decir, de todos los valores, no se requiere siquiera la más leve referencia a la forma como se determinan los precios, es el procedimiento seguido en la sección 7. 3. 4., donde el ingreso nacional real se calcula a través del trabajo agregado en la producción, es qflcir, donde se adopta el trabajo como unidad de medida para resolver el problema de que los agregados monetarios son Inapropíados para el análisis de la distribución). Pero, perder deyista lo anterior es tanto más injustificable cuando de la forma más explícita posible Smith y Marx dejaron por sí mismos señalada la diferencia entre sus procedimientos y el de Ricardo. En efecto, se vio en la sección 11. 2. 5 cómo Ricardo justifica el trabajo como unidad de medida única y exclusivamente por su conclusión de que era la causa más importante de variación de los precios, mientras que Smith no se refiere en lo más mínimo a este argumento, y ni siquiera a alguno que pueda tener relación con él, ya que, como se vio en la sección 11. 1. 4, Smith justifica el trabajo como unidad de medida invariable porque "Puede decirse que iguales cantidades de trabajo, en todos los tiempos y lugares, tienen el mismo valor para el trabajador. En su ordinario estado de salud, fortaleza y ánimo; en el grado ordinario de su calificación y habilidad, él tiene que dar siempre la misma porción de su comodidad, su libertad y su felicidad. El precio que él paga debe ser siempre el mismo, cualquiera que sea la cantidad de bienes que recibe como recompensa por ello". (Sub. agr.) ¿Qué tiene que ver esta justificación de Smith con la de Ricardo? Aun en los términos más rigurosos posibles, la verdadera respuesta es: absolutamente nada. Y si no existe una relación siquiera remota entre la argumentación de Smith y la de Ricardo sobre este punto, puede afirmarse que entre la de Ricardo y la de Marx no sólo media un mundo de diferencia sino también toda una diferericia en la concepción del mundo, como se verá a continuación, en la justificación de Marx.

162

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

LA ECO:-¡OMIA DE MARX

3.3.2 Trabajo abstracto y constitución social "Uno de los defectos fundamentales de la economía política clásica es el no haber conseguido jamás desentrañar del análisis de la mercancía, y más especialmente del valor de ésta, la forma del valor que la convierte en valor de cambio. Precisamente en la persona de sus mejores representantes, como Adam Smith y Ricardo, estudia la forma del valor como algo perfectamente indiferente o exterior a la propia naturaleza de la mercancía. La razón de esto no está solamente en que el análisis de la magnitud del valor absorbe por completo su atención. La causa es más honda. La forma del valor que reviste el producto del trabajo es la forma más abstracta y, al mismo tiempo, la más general del régimen burgués de producción, caracterizado así corno una modalidad específica de producción social y a la par, y por ello mismo, como una modalidad histórica. Por tanto, quien vea en ella la forma natural eterna de la producción social, pasará por alto necesariamente lo que hay de específico en la forma del valor y, por consiguiente, en la forma mercanc ía, que, al desarrollarse, conduce a la forma dinero, a la forma capital, etc." (El Capital, tomo I, cap. I).Marx empieza señalando, pues, que una diferencia esencial con el análisis del""fafor de los economistas clásicos (aun incluyendo a Smith), es que éstos abordan el fenómeno del vai~rcomo un fenómeno natural y ahistórico, mientras que él (Marx) descubre en este fenómeno una forma histórica particular de las relaciones sociales de producción y distribución, (división del trabajo, propiedad privada sobre los medios de producción, trabajo asalariado), que es precisamente "lo que hay de específico en la forma de mercancía". Pero, " ... el valor no lleva escrito en la frente lo que es. Lejos de ello, convierte a todos los productos del trabajo en jeroglíficos sociales. Luego, vienen los hombres y se esfuerzan por descifrar el sentido de estos jeroglíficos, por descubrir el secreto de su propio producto social, pues es evidente que el concebir los objetos útiles como valores es obra social suya, ni más ni menos que el lenguaje". Sin embargo, "todo el misticismo del mundo de las mercancías, todo el encanto y el misterio que nimban los productos del trabajo basados en la producción de mercancías se esfuman tan pronto como los desplazamos a otras formas de producción" (Ibid.). Es decir, en las formas históricas de producción no mercantil, sin propiedad privada sobre los medios de producción, no existía un problema del valor, no existía el problema de descifrar los jeroglíficos en que se convierten los productos tan pronto como se vuelven mercancías, tan pronto como surge la propiedad privada sobre los medios de producción. Porque en tales sociedades primitivas o, para el caso, en "una asociación de hombres libres que trabajen con medios colectivos de producción y que desplieguen sus numerosas

163

fuerzas individuales de trabajo con plena conciencia de lo que hacen, como una gran fuerza de trabajo social, .. las relaciones sociales de los hombres con su trabajo y los productos de su trabajo son perfectamente claras y sencillas, tanto en lo tocante a la producción como en lo que se refiere a la distribución". (Ibid.). Por tanto, "¿De dónde procede, entonces, el carácter misterioso que presenta el producto del trabajo, tan pronto como reviste forma de mercancía? Procede evidentemente de esta misma forma". Y, "Si los objetos adoptan la forma de mercancías es, pura y simplemente, porque son productos de trabajos privados independientes los unos de los otros. El conjunto de estos trabajos privados forma el trabajo colectivo de la sociedad". Pero, "como los productores entran en contacto social al cambiar entre sí los productos de su trabajo, es natural que el carácter específicamente social de sus trabajos privados sólo resalte dentro de este intercambio. También podríamos decir que los trabajos privados sólo funcionan como eslabones del trabajo colectivo de la sociedad por medio de las relaciones que el cambio establece entre los productos del trabajo y, a través de ellos, entre los productores". (Ibid, Sub. agr.).

1

..

En síntesis, a través de la historia, el hOlilbre sólo se ha podido producir en sociedad, estableciendo relaciones de unos con otros, y en ese sentido utilizando la suma de todos los trabajos individuales como una fuerza de trabajo colectiva. Sin propiedad privada sobre los medios de producción, estas relaciones son directas y sencillas, "perfectamente claras". Pero, con el desarrollo de la propiedad privada sobre los medíos de producción, aunque este hecho no puede impedir que los hombres .deban seguir produciendo en s~ciedad, cooperando y actuando como fuerza de trabajo colectiva, las relaciones de unos trabajos individuales con otros sólo toma lugar en forma ya no directa, sino indirecta, a través del intercambio de los productos. Y en este intercambio, los productos, ya mercancías, se aparecen como valores . El valor, entonces, no sería sino la forma en que se manifiesta este intercambio de "trabajos privados independientes los unos de los otros", la única forma que la propiedad privada conoce para manifestar el carácter social que tiene todo trabajo privado. Y tal hecho no se afecta en lo más mínimo porque unos trabajos privados difieran de otros en su forma concreta (carpintería, sastrería, plomería, agricultura, minería, etc.). Por el contrario, la división del trabajo, la otra condición de la producción mercantil, presupone estas diferencias. Son ellas, precisamente, las que dan lugar a que no se rompan la cooperación ni la necesidad del trabajo de unos por parte de los otros. Y, de otro lado, todos estos trabajos concretos no son sino formas en que se gasta la energía humana

INTRODUCCION

164

A LA ECONOMIA

general en el proceso productivo, no son sino formas de "un gasto productivo de cerebro humano, de músculo, de nervios, de brazo, etc. ", de un gasto de trabajo humano en general, de trabajo humano abstracto en este último sentido. Marx descubre, de esta manera, pues, detrás de todas las formas del valor un mero medio a través del cual los hombres intercambian sus trabajos abstractos, intercambio que, a su vez, es la única forma en que se mantiene el carácter social de los trabajos individuales bajo las condiciones de la propiedad privada so bre los medios de producción. Y debe subrayar se que esta proposición, de por sí, es independiente de cualquier relación de magnitudes específicas en el proceso de intercambio. Así, por ejemplo, es posible que un hombre, muriendo de sed en el desierto, esté dispuesto a dar su trabajo de un año a cambio de un vaso de agua que sólo puede costar 10 minutos de trabajo, o ningún trabajo. Pero esto nada le quita ni le pone a la proposición de que, en tal transacción, uno o más trabajos individuales cobran, a través de esa vía, su carácter social, es decir, que son trabajos puestos al servicio de los demás. de Smith es completamente diferente de la de Ricardo, la de Marx se sitúa, pues, simplemente en un mundo diferente. Sólo cabe, eritonces, lamentar que algunos juicios usuales que no distinguen las vías que han usado estos tres autores para llegar a la "teoría del valor-trabajo", hayan dado lugar a las más grotescas desfiguracíones y tergiversaciones sobre la "teoría del valor-trabajo", originando algunas polémicas no sólo inútiles sino que han "enseñado" a algunas generaciones de economistas que el castigo apropiado para el diablo es expulsarlo del paraíso. No obstante, ya en 1901, en su crítica a la crítica de Bohm-Bawerk a Marx, Rudolf Hilferding había escrito: " ... el trabajo es el principio del valor ... porque el trabajo es el vínculo que mantiene unida a la sociedad descompuesta en sus átomos ... "

LA ECONOMIA DE MARX

165

Y, para .hacer del trabajo la unidad de medida del ingreso real, sin ninguna a la magnitud o a la forma como Se determinan los precios de las mercancías individuales, basta con definir el valor agregado real de la sociedad en su ?onjunto, d~rante un período de tiempo dado, como el trabajo agregado o realizado por dicha sociedad en el mismo período de tiempo., Esto es así porque, (haciendo abstracción, por simplicidad, de las relaciones económicas mt~macion~les), e~ valor agregado real es igual al valor real del producto ?aclOnal y este es Igual al ingreso nacional real (cap. 7). De esta manera el ingreso nacional real será siempre igual al trabajo agregado por la sociedad du~nte un períod~ de tie~po determinado, y toda fracción del ingreso nacional rea.l, es decir, todo ingreso (ya sea salario, ganancia o renta) quedará e.xpresado sl~mpre como. una magnitud de trabajo, es decir, el trabajo será siempre la unidad de medida de todo ingreso real. referencia

Se .tiene así que. el valor agregado real por la sociedad en su conjunto (VAR) es igual al trabajo total realizado por la sociedad en su conjunto (T) durante un período de tiempo determinado, y también es igual al ingreso' nacional real (YNR) durante ese período, o

Sí.Ia argumentación

3.4

Plusvalía y salarios

3;4.1 Trabajo agregado e ingreso nacional La demostración de que los precios de las mercancías no están determinados por las cantidades de trabajo que ha costado producirlas puede ser suficiente para invalidar la teoría del valor de Ricardo pero, como acaba de verse, es absolutamente independiente de la teoría del valor de Smith y de Marx. En otros términos, el trabajo como unidad de medida del ingreso nacional y de todo ingreso en general es escogido por Marx, independientemente de los precios de las mercancías, aun sin conocer cómo se determinan estos últimos.

I'-

V_A_R __

T__ YN_R.....Jl,(Eq. 3. 4. 1)

Ahora bien, cualquier magnitud de ingreso real es obtenida en la práctica sólo bajo la forma de un ingreso monetario, es decir, sólo bajo la forma de una cantidad dada de dinero que equivale a una determinada magnitud de ingreso real. Pero una unidad monetaria, no equivale siempre, a través del tiempo, a la misma magnitud de ingreso real. (Si así fuera, entonces el dinero también podría ser una unidad de medida invariable del ingreso real). Si se desea conocer el ingreso real que corresponde a un ingreso monetario dado, que es el visible en la práctica, es necesario entonces conocer el valor real que representa cada unidad monetaria en un momento dado. Y esto se puede hacer obteríiendo el cociente de

I YNR!

YNM

1= d

(Eq. 3. 4. 2)

1 Sobre la definición de valor agregado, en caso de no recordarse con precisión, véase la sección 7. 2. Sobre el valor agregado real, véase sección 7. 3.

166

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

donde YNM es el ingreso nacional monetario o nominal (sección 7. 2), porque, en cada momento dado del tiempo, el dinero tiene la particularidad que 2 de sus unidades compran el doble de valor que 1 unidad, 3 compran el triple, ... 10 unidades compran 10 veces más que 1,... , 1.000 compran 1.000 veces más, etc., etc. Por tanto si un millón de unidades monetarias compran todo el YNR, una sola unidad monetaria, cualquiera de ellas, comprará una millonésima parte de YNR, o YNR / 1 '; si son 5' de unidades monetarias las que se requieren para comprar la totalidad del YNR, entonces una sola unidad comprará YNR/5', etc., etc. Es decir, dividiendo el YNR por el valor monetario del ingreso nacional (YNM), se obtiene el ingreso real equivalente a cada unidad monetaria, o a cada unidad de ingreso monetario, que es igual a d. I Por consiguiente, al multiplicar cualquier suma de ingreso monetario por d, se obtendrá la magnitud de ingreso real que corresponde a la misma.

(Por ejemplo, sea x una magnitud dada de ingreso monetario, entonces: = u, donde u es la correspondiente magnitud de ingreso real. Por consiguiente, u Id = x, o sea que multiplicando la magnitud de ingreso real por 1 / d se obtiene la respectiva magnitud de ingreso monetario).

x . d

Se desprende de lo anterior, entonces, que a todo ingreso monetario corresponde una determinada magnitud de YNR y, por tanto, del VA-R y de T. Pero esto significa que si las ganancias y la renta monetarias, como remuneración a la propiedad sobre los medios de producción, son mayores que cero, entonces también corresponde a ellas una fracción del YNR, del VAR y de T. Puesto que en toda sociedad capitalista las ganancias y la renta monetarias son siempre mayores que cero, se deriva de lo anterior que la remuneración al trabajo (salarios) jamás podrá ser la totalidad del YNR, ni del VAR ni, por tanto, de T. En otras palabras, la remuneración al trabajo, el valor real de los salarios de la nación (8), será siempre menor que T, o

L:«} P Por tanto, reemplazando este valor de G en la serie de ecuaciones anteriores se tiene: G¡

=

(1 - a) P. (K¡ I K)

G2

=

(1 - a) P. (K2 I K)

G3

=

(1 - a) P. (K3 I K)

e, ~(1-

a) P. (KnI K). UNIVERSIDAD

DE ANTlOQmA

RTBLIOTECA CENTRAL

184

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA DE MARX

Nótese que K¡ I K da el porcentaje (o fracción) que ocupa K¡ dentro del capital total; que K¡ I K da el porcentaje (o fracción) que ocupa K, dentro del capital total, etc., etc. Y que K¡ I K + K¡ I K ... + K« I K = (K¡ +

185

monetaria por d, o sea por (YNR I YNM) que no es otra cosa que el inverso del deflactor implícito del ingreso nacional. O que toda magnitud real puede ser pasada a unidades monetarias multiplicando por 1/ d.

K, +K3 ... +Kn)IK=KIK=1. K¡ + K3 ... + K«) I K

K I K¡

= 1. Es decir, obviamente, que la suma de todos estos porcentajes individuales es 100010 (o que la suma de las fracciones =

es 1 l. Así, si K ¡ I K = 0.02, ello significa que K ¡ ocupa el 20 lo dentro del capital total, etc., hasta que K« I K completa exactamente el 1000 lo. Por consiguiente, volviendo a la serie de ecuaciones, si K ¡ I K = O.Q2, ello . significa que G¡ = 0.02 (l - a) P, es decir, que G¡ es 0.02 de (1 - a) P, o 2010 de (1 - a) P. Si K¡ I K = 0.05, ello significa que G2 = 0.05 (1- a) P, o sea que G2 es el 5010 de (1 - a) P, etc., etc. En otros términos, del total de la ganancia real disponible para distribuir entre todos los capitales, esto es, de la plusvalía total después de descontada la renta, a cada uno corresponde un porcentaje que es idéntico al porcentaje que constituye diche caRital individual dentro del capital total de la sociedad. Aún en otras pai?bras, entre los capitales, la plusvalía disponible se reparte de acuerdo al porcentaje que ocupa cada capital individual dentro del capital total.' Co.fuo la suma particular de ganancia así obtenida por cada capital se obtiene de¡Í.plicarle la tasa media de ganancia a tal capital individual, Marx la llamó (a 91> G2 ••• Gn) GANANCIA MEDIA.

3.6.3 Precios, expresiones reales y expresiones monetarias Justamente, puede preguntarse si para medir K¡ IK, K¡ IK, etc., se utilizaron unidades de trabajo (precios reales) o unidades monetarias (precios nominales). y la respuesta a esta pregunta es que ello es totalmente indiferente, como se muestra a continuación. En efecto, supóngase que K t , K2, K 3 ••• Kn y K fueron medidos en unidades de trabajo (unidades de ingreso real). Pero, de acuerdo a las definiciones de ingreso real e ingreso nominal dadas en la sección 3.4. 1, se demostró, en la misma sección, que toda magnitud monetaria puede ser pasada a unidades reales (de trabajo) simplemente multiplicando la respectiva cifra

1

Si las imperfecciones competitivas impidiesen que la igualación de las tasas de ganancia como centro de gravedad del mercado, corno cuando actúan diversos grados de mo nopo lio 3". 7), la distribución porcentual de la píusvalía sería evidentemente diferente, pero ello cambiaría el hecho de que la suma de todas las ganancias reales seguiría siendo (1 -~) P, una masa de plusvalía determinada.

actuara (sección en nada es decir,

Por consiguiente, el valor monetario de K¡ será K¡ . (1 Id), el de Kz será K2 (1 Id), etc., y el de K será K. (1 Id). Pero, así las cosas, entonces

K¡ . (1 Id) ----



K . (1 Id)

K

K¡ . (1 Id)



K . (1 Id)

K

x.,

s,

-- ---=(1 Id)

K . (1 I ,ti}

K

Es decir, cualquier proporción (o tasa) entre dos magnitudes monetarias es necesariamente idéntica a la proporción entre las respectivas magnitudes reales (o en unidades de trabajo), por la sencilla razón de que el factor de conversión de unidades reales a monetarias es el mismo tanto en el numerador como en el denominador. Por tanto, lo anterior es cierto para la tasa de ganancia, la tasa de plusvalía y cualquier otra tasa o proporción de magnitudes reales y monetarias. Por ejemplo, en el caso de la tasa de ganancia se tendría que la ganancia real total es (1 - a) P y el capital real total es K. y en términos monetarios serían ((1 - a) Pj (1 Id), y K (1 I d) respectivamente. Pero en términos de tasa se tendría: [ (1 - a) Pj (1 Id) g=-----K (1 Id)

(1-0.) P

K

y en el caso de la tasa de plusvalía se tendría, por ejemplo, el valor de los salarios monetarios observados como SM, y el valor de las ganancias y las rentas monetarias observadas, GM y RM, respectivamente. Entonces:

SM.d=S GM. d = G RM. d

=

R

186

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA DE MARX

Entonces,

S R

SM. d

+G

GM. d

+ RM. d

SM GM+RM

1 al'la. La tasa real de plusvalía , es aSI, 1idéentiica a la tasa monetaria de piusv

, es igual a de la Puesto que el capital invertido en ead a proce,so productivo , d ' trumentos compra de instalaciones, de, equipo, de ~aqu~ana, d: ~~:rza de trabajo, materias primas, de combustibles, de matenas pnmas YK K K y 1, 2. de . . cada 3 puede suponerse aqui,'t en onces, .que para calcular . d mercado una simplemente se tomaron los precios mon~tarl°k el K K I K K IK de estas mercancías, de los cuales se ?btuvleron , 1 'bu~ió~ de ~lus~alía: es decir" los porcentajes ~ue ,d;ter:l~:~~~r!~t~l~~e estén calculados sobre porcentajes que, como s~ a ~ISo, it des reales Pero de lo que se trata las magnitudes monetarl~s o ,~~ ~aa~lr~a con ba~e en la cual se distribuye es de subrayar que para escn Ir, , h cer el más, mínimo la plusvalía entre los divlersos,caPI~:a n~es~:i~;~e~a:~obrea los precios de las supuesto ni establecer a mas mi" 1 instalaciones, la maquinaria, las materias primas, etc. ,

s,

i~'

3.7

Precios de producción y cantidades de trabajo

) ,'~

3.7.1 Capital variable y plusvalía "

.

bIe" a la magnitud del valor real de los salarios, capital invertido el capitalist~ adquiere endel , porque c, . , roduce valor y plusvalia: la fuerza e mercado la umca mercancia que p . S _ N es decir con S se . h ues como ya se ha Visto, - s., , trabajo umana.' p de fuerza de trabajo, la que produce todo el valor compra la cantidad S 2 En otras palabras la fuerza de

Como sólo la fuerza de trabajo humana tiene la capacidad de realizar trabajo humano, que es lo que se ha definido como el valor, entonces es lógico concluir que, (dada una jornada de trabajo (t), una intensidad del trabajo, y una tasa de salarios (s), es decir, dada una tasa de plusvalía, porque estos son los 3 factores que la determinan, sección 12. 4. 3), un mayor capital variable (S) podrá producir un mayor valor que un capital variable menor. En efecto, sea SI = 1 'u Y S2 = 2'u. Si la tasa de salarios (s) es lu, s = lu, entonces con Sise podrán contratar l' de trabajadores al año (NI = 1 '), mientras que con S2 se podrán contratar 2'. (N2 = 2'). Nótese que para que esta afirmación sea cierta es necesario que s sea-la misma (s = lu) tanto para SI como para S2' (Porque, en caso contrario, podría suceder que aunque S2 > SI, se pueda comprar menos fuerza de trabajo con S7.. Por ejemplo, si 52 = 4, entonces con S2 sólo se podría comprar N2 = 0.5'). Así, pues, con s igual para SI y S2, sí puede concluirse que a mayor capital variable (S) mayor es la cantidad de fuerza de trabajo que puede comprarse. Pero, una cantidad mayor de fuerza de trabajo no realiza necesariamente más trabajo (valor agregado) que una menor cantidad, a menos que lajomada de trabajo y las intensidades sean iguales para las dos situaciones. (Por ejemplo, 2' de hombres realizan el doble de trabajo que 1', si y sólo si trabajan el mismo número de horas al año y con la misma intensidad. Porque, si los 2' trabajaran apenas 1/4 del número de horas que trabaja el otro millón, entonces los 2' realizarían apenas la mitad del trabajo que realiza el millón. 1/4 x 2' = 0,5'. O si trabajan con sólo 1/4 de la intensidad se alcanzaría el mismo resultado).

V'

SMarxllama o;:~~alp~:ladel

N

:~:~:~ ~r;~~c: ~~ :~~re(;;~:: !U~a;or a su propio Val?~,valor por la cual fJue compra da (S'1l. Este mayor valor es entonces la plusvalía (P).

Resumiendo, pues, con s igual o constante para todos los casos, si SI> S2 , entonces NI > N2• Y si t y la intensidad es igual en todos los casos, entonces TI (Trabajo realizado por NI ) > T2 (Trabajo realizado por N2 ). Más precisamente, si la tasa de plusvalÍa es la misma y constante (s, t y la intensidad permanecen invaríablesj, entonces con un mayor capital variable (S) se producirá más valor agregado que con menor capital variable, de tal forma que: siSI = 3S2 entonces TI = 3 T2 siSI = 4 S2 entonces TI

1

2

187

, . rocedímiento tan poco ortodoxo seguido en esta sección, avanzado notara q.ue mediante el p 1 l' de ser expuesta sin las controvertidas di ib .' de la p usva la pue ~ la norma de Marx sobre la Ist~l, ~clon volumen III de El Capital. Pero ello supone. de tO,das limitaciones de su propia e~poslclOn en el., 1" bre el "problema de la transformacion" maneras, referirse en última mstancía a la solución ogica so que ya ha sido referida anteriormente, El lector

., 12 , 6 , 3 • para obtener la , magnitud específica De acuerdo a la seccron '1 d suma de los salarios monetarios observados Y multiplicar a por ,

de S. bastaría

con tomar la

=

4 T2

si SI = 10 S2 entonces TI = 10 T2 , etcétera. Pero, además, como la tasa de plusvalía mide las proporciones en que se divide T (el valor agregado total) entre S y P, (sección 12.4.3), decir que la tasa de plusvalía es igual y constante, es lo mismo que decir que la proporción de P dentro de T es también igual y constante. (Y, obviamente, ello signifca que la proporción de S dentro de T es también igual y constante).

l88

L\ ECONOMIA

INTRODUCCION A LA ECONOM!A

Así, si con la tasa de plusvalía igual y constante el valor agregado que se produce (T) es proporcional a la magnitud de S, con la tasa de plusvalía constante también la masa de plusvalía que se produce (P) es proporcional a la magnitud del capital variable (S). ¡ Por consiguiente, con la tasa de plusvalía (p) igual y constante, la masa de plusvalía producida (P) es directamente proporcional a la magnitud del capital variable invertido en la producción (S). O, más brevemente, como p = P / S ~ P = p. S. y si P = constante =~, ~ P= s , S. Entonces:

IP = ~. S,I sip 12. 7. 2

es constante, (Eq. 3. 7. 1).

El Capital Constante

Marx llama capital constante al capital invertido total (K) menos el capital Variable (S). Y, al restar S de K, queda solamente el equivalente del capital invertido en instalaciones, muebles y equipo, maquinaria, instrumentos, combustibles, materias primas, es decir, el capital invertido en medios de producción (M). En otras palabras, el capital total se invierte en salarios (S) y-medios de producción (M), que son los elementos indispensables para que pueda darse un proceso de producción. Por tanto,

IK = S + ~

2

(Eq. 3. 7. 2).

rJE MARX

intermedias", o del "consumo intermedio bruto" de las empresas, y cada átomo de M que llegare, por error, a contabilizarse dentro del valor agregado no sería otra cosa que una engañosa "múltiple contabilización" de ingresos (o valores agregados) ya contabilizados de antemano. (V éanse secciones 17.2.1 a 7.2.4). El caso más hipotético e irreal puede contribuir a aclarar conceptualmente 10 dicho anteriormente. Imagínese, por un momento, una empresa cuyo todo capital fuere invertido en M (máquinas) y no emplease ni una persona (S = O). Como en tal empresa no se realiza trabajo humano, entonces ningún valor agregado es producido o creado en dicha empresa (puesto que el valor agregado ha sido definido como el trabajo humano agregado). De la misma manera, en cualquier empresa real, ni las máquinas, ni los edificios, etc., son capaces de realizar trabajo humano (de lo contrario no serían máquinas o edificios, sino hombres), y por ello son incapaces de agregar valor. Por consiguiente, M crea cero valor agregado (T). Y como la plusvalía no es sino una fracción o parte del valor agregado (T), entonces puede concluirse que el "capital constante" (M) no produce ni un átomo de plusvalía. Así, la producción de plusvalía depende solamente del capital variable, como se había concluido en la sección anterior, conclusión que se esquematizó con la eq.3.7.1:;

I

P = ~.

S I

3.7.3 Produccíén de plusvaIía y distribución Marx llama capital constante a M porque con M, por definición, no se adquiere ni un átomo de fuerza de trabajo, que es la única mercancía que agrega (varía el) valor, entonces es lógico concluir que M no permite agregar en el proceso de producción ni un átomo del valor, que no es capaz de hacer variar el valor agregado enlo mas mínimo. Pero, desde un punto de vista más moderno y más prosaico, también habría que decir que ni un átomo de M puede formar parte del valor agregado, en ninguna empresa ni en la economía como en todo, porque el valor de M pre-exíste a cada proceso de producción en cuestión, es decir, M no es otra que el valor de las "compras

189

de plusvalía

Dada una tasa de plusvalía uniforme y constante, la producción de plusvalía depende única y exclusivamente de la magnitud del capital variable, esto es, P = ~ '. S. y ello significa que una empresa que invierta más capital variable que otra, también producirá proporcionalmente una mayor masa de plusvalía. Es de tal forma proporcional que la plusvalía se produce. Pero, ¿de qué forma se distribuye? Esta pregunta también ha sido respondida ya, en la sección 3.6.2, 'concluyéndose que "entre los capitales, la plusvalía disponible se reparte de acuerdo al porcentaje que ocupa cada capital individual dentro del capital total", es decir, de acuerdo a K¡ / K, K2 / K ... K, porque la competencia tiende a igualar las tasas de ganancia (sección 12. 6.1). (Recuérdese que cada K es el capital total invertido, es decir, la suma de variable -S- más constante -M).

s, /

t

Supóngase que la tasa de ptusvalía del valor agregado total (T), S es entonces P 10 millones; sí S permanece constante = 1, entonces

=

2

=

p = PIS = 1 = ¡000 lo. Esto significa que P = S, o sea que dentro igual a P, o sea que S 1/2 T. De esta manera, si S ¡O millones, 20, Y P permanece constante, entonces P = 20' ; sí S = 30', Y P P 30' etc.

=

=

=

t

Como se desprende de la sección 12. 6. 3 para obtener la magnitud real de M, todo lo que se requiere e, conocer los precios monetarios de mercado de los medíos de producción, los cuales son transformados a magnitudes reales o precios reales multiplícándolos por d.

Y, ¿qué implicaciones tiene el hecho de que la plusvalía se produzca de acuerdo a un principio (capital variable solamente) pero se reparta de acuerdo a otro

190

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA DE MARX

191

diferente (capital total invertido)? A continuación se desarrolla la respuesta a esta pregunta, empezando por mirar en forma más detallada la composición de los capitales en términos de capital variable (S) y capital constante (M), que es mostrada en el cuadro 3.7.1 (Una ilustración aritmética se presenta en el Apéndice A-III al final del capítulo).

e;

CUADRO 3.7.1 La Plusvalía y la Composición

(1)

')

(2)

Proporciónde Capital Variable

KI

S¡ I K¡ =A¡

(A¡ K¡).~

K2

S2 I K2=A2

K3

S3

I K) =A3

Kn

s, / Kn=An

K

S /

(4)

(3)

Capital Individual

TOTAL:

de los Capitales

Col. (4) Col. (5)

(A¡lA) (K¡ I K)

(K¡I K)

(A¡ lA)

(A2KÚ·~

(A2/ A)(K2 / K)

(K2/ K)

(A2/ A)

(A) K). ~

(A3lA) (K3 I K)

(K3I K)

(A3lA)

(An~n).~

(AnlA) (KttI

(KnI K)

(AnlA)

de

Plusvalíal

Contribución0/0

(6)

O/0

Producción

(AK).~

N=A

(5)

a la Producción de p2

1 = 100°/0

K)

Participación

en el 3 Repartode P

1 = 1000/0

Empiécese por notar, en la columna (6), que SiAl = A, A2 = A, A3 = A ... An = A, es decir, si la proporción del capital variable dentro del capital total fuese idéntica a la pro media de la economía como un todo (A) para todos y cada uno de los diversos capitales individuales, entonces, A¡ / A = 1, X2 / A = 1 ' .. An / A = 1 y, por tanto, la columna (4) sería idéntica a la columna (5) o, en otras palabras, cada capital recibiría como ganancia real, en el reparto de la plus~alía, un porcentaje de la plusvalía total igual al porcentaje en que contribuyó a la producción de la misma plusvalía total. Esto es, dada cualquier cifra para P, cada capital recibiría como ganancia real una magnitud d.e plusvalia idéntica a la que produjo (con su capital variable). En síntesis, SI se llama P, a la masa de plusvalía producida por K¡ , es decir, por SI; P2 a la producida por K2 (es decir, por S2), etc., etc., entonces:

1

Puestoque P = ~ . S, en general,entoncesp¡ = i~ . de dondePI = ~(Al K¡), y así sucesivamente.

2

(A¡.K¡.¡t¡/(A.K.¡t¡=(A¡

3

Conclusióndesección12. 6. 2.

SI' Y

comoS¡ I K¡ = A¡. entonces S = A K ¡ ¡ ¡.

K1)!(AK)=(A¡!A)(K¡/K),yasísucesivamente.

r,

si y solamente si A¡ = A, A2 = A ... An = A. (Siendo G¡ la ganancia real o la masa ~e plusvalía recibida como ganancia por K¡, etc., etc. Véase sección] 6._~para la definición de GI, G2, etc.). De la misma manera, si Al > A, entonces A¡ / A> 1, Y (A¡ / A) (K¡ / K¡) K¡ I K. Es decir, si la proporción del capital variable dentro de un capital individual cualquiera es mayor que la promedia para toda la economía (A), entonces dicho capital contribuye él la producción de plusvalía en mayor porcentaje que el porcentaje que recibe como ganancia real en el reparto de la plusvalía total. Esto es, para cualquier i, dado P:

(

>

si Ai > A Tal capital reparto.

Y, si para (K¡ I K)

produce,

pues,

más plusvalía

de la que le corresponde

<

i;

en el

<

por ejemplo n, An A, entonces, An / A 1, y, (Al lA) Es decir, si la proporción del capital variable dentro de un capital individual cualquiera es menor que la promedia para la economía como un todo (A), entonces dicho capital contribuye a la producción de la plusvalía total en un menor porcentaje que el porcentaje que recibe como ganancia real en el reparto de la plusvalía total. Esto es, para cualquier i; y dadoP: otro

I (

o. < Pi

=>

< (K¡

I

I K).

Tal capital produce, pues, menos reparto de la plusvalÍa total.

plusvalía

de la que le corresponde

en el

Pero, como no se puede repartir más plusvalía de la que se produce, es evidente que los capitales con Ai > A tienen que transferirle parte de la plusvalía que producen a los capitales con Ai A. Este proceso de transferencias de plusvalía se produce a través del mercado y las leyes que determinan los precios, pues es precisamente la igualación de las tasas de ganancia por la competencia = g2 = g3 '" gn = g), igualación que actúa

<

te.

i (

I (

192

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA DE MARX

como "ley interior" de los precios en la economía capitalista, la que obliga a un reparto de la plusvalía de acuerdo a K¡ / K, K; / K, etc., es decir, de acuerdo a la columna (5) Y no de acuerdo a cómo se produce (I\¡ / /\) (K¡ / K), etc. (columna 4). Sólo en el caso excepcional, si es que en forma precisa llega a existir alguno, en que algún capital llegue a tener su /\i idéntica a /\, su ganancia (media) podría ser exactamente igual a la plusvalía que produce, como se mostró más arriba. 1 Pero, como se vio anteriormente, ya Smith y Ricardo habían descubierto que las proporciones de capital circulante a fijo, y por tanto las proporciones de salarios (capital variable) a capital total, eran completamente diferentes en las diversas ramas de la producción. (Esto se ha constatado, fácilmente, en forma empírica). Es decir, /\ ¡ /\z n. Por consiguiente, sería ya una gran coincidencia que aún una sola empresa llegaré a cumplir exactamente que /\ i = /\. Por esto, Marx concluye en los capítulos IX y XII del volumen III de El Capital que, en general, /\ i y, por tanto, que en general

'* '* /\) ..,'* /\ '* /\

'* P, G '* P G) '* P Gn '* P«



2

193

3.7.4 Los precios de producción Marx llama precio de producción a aquel precio que rinde precisamente la ganancia media (sección 3. 6. 2), es decir, a aquel precio que, después de descontados los costos de producción para el capitalista o la empresa, permite obtener una tasa de ganancia idéntica a la tasa general de ganancia o tasa media de ganancia (sección 3. 6. 3). Y, ya se sabe que esta condición, g¡ = gz = g) ... = gn = g, es la que actúa como "ley interior" regulando a través de la competencia los precios del mercado (secciones 13.6, II 2.2.2, 2.2.3,3.6. 1). Por tanto, los precios de producción son los precios "reguladores", "naturales", "medios" (como los llama Marx) o de "equilibrio", bajo condiciones de competencia. El "precio de producción" ( rr), entonces, como todo precio, se descompone en el costo para la empresa o el capitalista, y el remanente del precio sobre el costo, que es la ganancia, con la particularidad de que tal ganancia es la Ganancia Media (Gm). A su vez, los costos se descomponen en las compras de medios de producción (materias primas, instalaciones, máquinas, etc.), M, que Marx llama capital constante y los pagos de salarios, S, que Marx llama capital variable. O sea ique los precios de producción de todas las mercancías producidas con los-capitales K¡, K, ... K«, pueden escribirse así:

2

CUADRO 3.7.2

3

Los Precios de Producción=

aunque, naturalmente, G¡ + Gz + .•. + G« '" G no puede ser otra cosa que la masa de plusvalía total disponible para distribuir entre los capitales como ganancia ya que, por definición, T = S + R + G, y por tanto G = T - S - R, es decir, la suma de las ganancias reales no es otra cosa que el valor agregado remanente del pago de salarios y renta, es decir, una magnitud de trabajo excedente, es decir, plusvalía 2 Nota para el lector avanzado: No obstante, aún para que esta afirmación fuese cierta sería necesario hacer abstracción plusval ia disponible hay que descontar

de la renta del suelo, o suponer que la renta es cero. Porque recuérdese

para distribuir en ganancias no es p. sino apenas (1 - a) p. eco 12.5. 1.. y~ que la renta. Así. un capitalista con;\.¡ = /\ podría contribuir a La produccion de

plusvalía con el 100/0. Pero cona>O. R>O. y (1 -a) P P, =1=G, => Wi =I=/¡ i para casi todos los productos de la economía. Es decir, la cantidad de trabajo que cuesta producir las mercancías (Wi) no coincide en general con su precio de producción (rr i). Y, Mi no es sino el precio de los medios de producción utilizados en el proceso productivo (edificios, maquinaria, materias primas, etc.), es decir, el costo para el capitalista cuando adquiere tales mercancías en el mercado, pagándolas obviamente a su precio. Y si los precios que se pagan, en general, por las mercancías no coinciden con la cantidad de trabajo que ha costado producirlas (Wi =1= 1T i) porque G, =1=Pi, como ya se señaló, entonces el precio de los edificios, maquinaria, materias primas, etc., que son mercancías (Mi), tampoco tiene porqué coincidir con la cantidad de trabajo que ha costado producirías (Wi). O sea, también en el caso general Mi =1=ei. Esto implica, evidentemente, que aun en el caso en que Ai : A y, por tanto, Gi = Pi, para un capital específico, de todas maneras se obtendrá Wi =1=m para las mercancías producidas con ese capital, porque los medios de pro-

1

= Mi + Si,

Nótese que para obtener dicha conclusión la proporción se midió sobre Ki todo capital. Es decir, se tomaron los precios ue los medios de producción avanzado: No sobre xr= Ci Si 1).

+

197

M. (Para

Y así para el lector

Marx demuestra, entonces, (cap. XII, vol. III, El Capital), que los precios competitivos "medios" o "naturales", o de "equilibrio", no están determinados por las cantidades de trabajo que cuesta producir las mercancías, no solamente por la causa que había señalado Ricardo, A i =1=A, sino además porque la simple "desviación" original entre P, y Gi, produce desviaciones en los precios de los medios de producción que van a "desviar" ulteriormente los costos.que así son una nueva fuente de divergencia entre 1fi y Wi,etc., etc. (A propósito de tal interrelación entre precios finales y costos que va potenciando la "divergencia" entre ir i Y Wi, originalmente sólo ocasionada por Ai =1= A, debe mencionarse nuevamente la obra de Sraffa, Producción de Mercancías por . Medio de Mercancías, quien desarrolla de manera general y sistemátícaménte, hasta sus últimas consecuencias, sobre el modelo de Ricardo, la "segunda causa" señalada por Marx, También cabe señalar aquí, que la única forma de calcular los precios de producción en forma correcta es, por tanto, tomando en cuenta todas las interrelaciones de unos con otros, en forma similar al modelo de Sraffa y como introductoriamente se describe en la sección 17. 4) Antes de finalizar debe subrayarse, sin embargo, por la frecuencia con que suele perderse de vista, lo que hasta aquí debe haber parecido más que obvio, y es que la teoría de los precios en Smith, Ricardo y Marx es apenas un componente de la teoría de la distribución del ingreso real. Fue ello lo que llevó a Smith a elaborar los conceptos de precio real y precio natural, a Ricardo a buscar su unidad de medida invariable de todos los precios, y a Marx al concepto de precio de producción. Así, en el cuadro 3. 7. 2 'se ve cómo la suma de todos los precios no es más que el valor bruto de la producción. (sección 1 7.2), es decir, M + S + G, donde M es el consumo intermedio bruto nacional, y S + G es el valor agregado total (haciendo abstracción de la renta por un momento). La determinación de los precios de producción permite, pues, examinar la distribución del ingreso, y no sólo entre S y G, sino que al determinar los precios de todas las mercancías

1

El mismo análisis puede extenderse también al caso en que Si es diferente dentro de Wi y dentro de ¡río tal como se demuestra en: H. Cuevas, La Teoría del Valor- Trabajo y El Sistema de Precios, a la cual el lector avanzado es referido.

INTRODUCCION

198

A LA ECONOMIA

199

LA ECONOMIA DE MARX

individuales permite la determinación de todas las ganancias individuales. (Véase también sección 17.4). On = Mn

Es, precisamente, por esta ineludible simbiosis de la teoría de los precios y la teoría de la distribución, que es necesario llegar a medir el precio en unidades de ingreso real, pues sus partes componentes fundamentales, salario, ganancia y renta tienen que ser medidos en una unidad invariable que no puede ser el dinero. El trabajo en Srnith y Marx, y finalmente por aproximación, también en Ricardo. Pero, de otro lado, no debe confundirse el hecho de que el precio real sea una magnitud de trabajo con la proposición de que el precio está determinado por la cantidad de trabajo que cuesta producir las mercancías. El único que liga estas dos proposiciones es Ricardo, por su "aproximación", como y-:. se ha visto. Pero Smith distingue claramente entre la cantidad de trabajo que cuesta producir una mercancía y su precio real que es "la cantidad de trabajo que esa mercancía puede comprar". En otras palabras, el precio real es la magnitud de ingreso real que se tiene que pagar por una mercancía, y esta magnitud no tiene porqué ser idéntica con la cantidad de trabajo que ha costado producirla, como demuestra Marx y como acaba de verse en esta sección. Pensar que por el hecho de que dos magnitudes están medidas en la misma unidad tienen que ser iguales, es tan absurdo como pensar que, por ser el metro la unidad de medida de las longitudes, todas las cosas debieran tener la misma longitud. Asimismo, la cantidad de trabajo que cuesta producir la mercancía está medida en la misma unidad que su precio real, pero en cuanto a magnitud ellas pueden ser tan diferentes como un kilómetro de 100 metros. "En efecto, sólo si el precio de producción es cualitativamente igual al valor -porque ambos son expresión de trabajo objetivado- es posible comparar sus sumas aunque sean cuantitativamente distintos". (Hilferding, Crítica a Bohm . Bawerk).

3.8

La tasa media de ganancia (g) y su tendencia

3.8.1 La composición orgánica del capital

s., «;

En el cuadr¿ 3.7.1 se definió A 1=81 IKI, A 2 =S2 I K2 ... A n = De la misma manera, se puede tomar la proporción del capital constante al total como: al

=MI IKI

O2

=

1\12 I K2

/



o =M/K la cual será denominada "composición orgánica del capital". Ahora bien, puesto que SI + MI = KI => SI / KI + MI / KI KI = KI / KI = 1. De donde, MI / KI = 1 -'SI I KI, esto es, 01 =

(1-A

:=

(SI

+ MI)/

1) (Eq. 3. 8.1)

y así sucesivamente para

O2,

03

o ••

On

yo.

Por tanto, existe una relación inversa entre 011 y Al, siendo la primera apenas el complemento de la última. Por ello, todas las conclusiones anteriores basadas en el análisis de A i pueden ser puestas también en términos de la composición orgánica del capital, solamente teniendo en cuenta que cuando A i es "alta", Oi es baja y viceversa. -i

3.8.2 Composición orgánica y tasa de ganancia Se ha visto en la sección 3. 6. 2 cómo la tasa media de ganancia, para la economía como un todo, es g = G I K, y dado que G = (1 - 0:) P, entonces: g=

(1 -0:) P

(Eq. 3. 8.2),

K

de donde resulta claro que dado 0:, es decir los factores que determinan la renta del suelo, la tasa de ganancia es una función directa de P I K, es decir, leyendo el quebrado, de la magnitud de plusvalia que produce el sistema por unidad de capital. Pero, también se demostró tasa de plusvalía constante, cionalmente más plusvalía proporcionalmente menos partícipe en lo más mínimo

en las secciones 3.7. 1 Y3.7.2 que, dada una a mayor capital variable (8) se produce propor(P), y a menor capital variable (S) se produce plusvalía (P), sin que el capital constante (M) en la producción de plusvalía,

Evidentemente, de la fórmula 12. 8. 2 y de lo anterior resulta claro que si, por ejemplo, todo K fuese únicamente capital constante (K = M), la producción

(

200

LA ECONOMIA DE MARX

TNTRODUCCION A LA ECONOMT A

pues, de la de Smith (solamente por una saturación continua del mercado) y de la de Ricardo (aumento permanente de la renta del suelo y el valor real de la tasa de salarios).

~leplusvalía sería cero y g = O. y que, para cualquier valor de K, en la medi.da en que se parte de la situación en que todo K = M y S = O, que implica 'A = O, o = 1, P = O y g = O, y se va reemplazando poco a poco cierto porcentaje de capital constante (M) por variable (S), pues con el mismo capital se producirá más plusvalía, dado que, como se repitió arriba, con una tasa de plusval ia constante a mayor capital variable se produce proporcionalmente más plusvalia. Y, precisamente, se ha aumentado el variable (S) en detrimento del constante (M). Es decir, se ha aumentado el porcentaje de variable dentro del total ('A) y se ha reducido el porcentaje de constante (o). Así, al disminuir o (aumentar 'A), con una tasa de plusvalía constante, aumenta la producción de plusvalía con cualquíer capital total dado, esto es, P / K aumenta y, por tanto, la tasa media de ganancia también aumenta.

Sin embargo, se refirió a una "tendencia" y no a un hecho inevitable porque, como se explicó en la sección 3.8.2, el supuesto básico para poder deducir que el aumento de o reduce g es que la tasa de plusvalía permanece constante. Porque si la tasa de plusvalía también aumenta, entonces un mismo número de obreros puede producir cada vez más plusvalía, o incluso un menor número de obreros puede producir una mayor masa de plusvalía, debido a todos los factores que modifican la tasa de plusvalía, que fueron estudiados en la sección 12.4.3 Y que Marx consideró como variables. (Véase nota 25). Como se vio, Marx dio particular énfasis a las variaciones de la tasa de plusvalía generadas por la producción de "plusvalía relativa" y, por ello, consideró que los efectos del continuo aumento de o sobre g podrían ser contrarrestados por variaciones en la tasa de plusvalía. (El Capital, vol. III, Cap. XIV, "Causes que Contrarrestan la Ley").'

y también se puede hacer el ejercicio inverso. Supóngase que, inicialmente, K = S y, por tanto, M = O. Ahora, para cualquier valor dado de K, con una tasa de plusvalía constante, empieza a aumentar M en detrimento de S. Entonces la masa de plusvalía producida por el capital total cae porque a menos S menos P. P / K cae, pero esto significa que la tasa media de ganancia cae. Es decir, si 'A disminuye, o aumenta, g cae. 1

3.9

De esta manera, Marx encuentra que con una tasa de plusvalía constante existe una relación inversa entre la tasa media de ganancia y la composición orgánica del capital. (El Capital, Vol. III, Cap. XIII).

En sus análisis específicos sobre el desarrollo del capitalismo, Marx también encontró aue la introducción creciente de la maquinaria y el perfeccionamiento continuo de ésta, la tendencia del capitalismo a la automatización de los procesos productivos, implicaba que el valor real del capital inv~rtido en medios de producción por trabajador, esto es, el valor deM por trabajador, aumentaba continuament.e. Pero, esto es lo mismo que un aumento en la composición orgánica del capital, dada una tasa de salarios. Porque dado un salario por trabajador (5), si M por trabajador aumenta, esto es, M / N aumenta, (donde N = No. de trabajadores), entonces M / N . 5 = M / S aumenta. Es decir, el capital constante aumenta en proporción al variable. De aquí deduce Marx que, debido al aumento continuo de la composición orgánica del capital, la tasa media de ganancia experimenta una "tendencia" hacia el descenso permanente. Su explicación de esta tendencia difiere,

=

Quienes razonan más fácilmente con símbolos pueden partir de que g (I - Ci) P I K. Pero, dado que la tasa de plusvalia P P / S => P p . S. Reemplazando, g (l - Ci) P . S I K (l - Ci) P . 'A

=

(l - Ci) P . (1 - o). Es decir, g

= (I

=

- o}. P . ( 1 - o).

=

=

Utílízacíón'dela plusvalía. La acumulación

3.9.1 Usos de la plusvalía

3.8.3 La tendencia de g en la economía capitalista

1

201

=

La masa total de plusvalía producida en el sistema, P, como ingreso de los propietarios de los medios de producción sólo es usada para los fines específicos que aquellos determinan, de acuerdo a sus propios intereses. Sin embargo, en términos generales, la plusvalía se agota totalmente en dos usos: Consumo de los propietarios de los medios de producción (Pe) y Acumulación de capital (PA). Así,

P

=

Pe + PA .(Eq. 1. 9.1).

Pero, siguiendo a Marx, con todo lo importante que pueda ser el consumo para la propia existencia de las clases propietarias, la fuerza motriz de la dinámica de éstasy de la del propio sistema descansa en el ímpetu irrefrenable hacia la acumulación indefinida. Dice Marx: "Sólo cuando es capital personificado tiene el capitalista un valor ante la historia y ese derecho histórico a existir que, según el ingenioso Líchnowsky, no data. Sólo entonces, su propia necesidad transitoria va implícita en la necesidad transitoria del 1 También recientemente se ha venido a cuestionar la observación de que o aumenta permanentemente con el argumen to de .que el capitalismo moderno (cibernética, aeroespacíal, e tc.jno es intensivo en máquinas como el surgido de la Revolución Industrial, sino en trabajo (intelectual). Pero este argumento olvida que lo importante para definir el capital constante no es en aué se materializa éste, sino el hecho de que es "trabajo PASADO ••.. (Véase sección 3. 7. 4). .

202

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

régimen capitalista de producción. Maspara ello no ha de tomar como impulso motor el valor del uso y el goce, sino el valor de cambio y su incrementación. Como un fanático de la valorización del valor, el verdadero capitalista obliga implacablemente a la humanidad a producir por producir y, por tanto, a desarrollar las fuerzas sociales productivas y a crear las condiciones materiales de producción que son la única base real para una forma superior de sociedad cuyo principio fundamental es el desarrollo pleno y libre de todos los individuos. El capitalista sólo es respetable en cuanto personificación del capital. Como tal, comparte con el atesorador el instinto absoluto de enriquecerse. Pero lo que en éste no es más que una manía individual, es en el capitalista el resultado del mecanismo social, del que él no es más que un resorte. Además, el desarrollo de la producción capitalista convierte en ley de necesidad el incremento constante del capital invertido en una empresa industrial, y la concurrencia impone a todo capitalista individual las leyes inmanentes del régimen capitalista de producción como leyes coactivas impuestas desde fuera. Le obliga a expandir constantemente su capital para conservarlo, y no tiene más medio de expandirlo que la acumulación progresiva

LA ECONOMIA DE MARX

203

Para Marx, pues, el capitalista, como "personificación del capital", tiene como fin exclusivo y último el mismo capital. Por eso, siguiendo a Aristóteles, en cuanto fin último, no tiene un límite, y es sobre esta conclusión que Marx desarrolla su principio básico de la acumulación capitalista: acumular por acumular, acumular plusvalía para acumular más plusvalía, acumular como fin exclusivo, acumular sin límite. 3.9.2 La espiral acumulativa "Antes, hubimos de estudiar cómo brota la plusvalía del capital; ahora investiguemos cómo nace el capital de la plusvalía. La inversión de la plusvalía como capital o la reversión de la plusvalía a capital se llama acumulación de capital" (El Capital, vol. I, cap. XXII). Así, pues, el proceso de acumulación consiste en que una importante fracción de la plusvalia (PA), descontando los gastos de consumo de los capitalistas (Pe), se convierte nuevamente en capital, esto es, se invierte en la compra de medios de producción y fuerza de trabajo adicionales, es decir, pasa a Incrementar K, el stock de capital de las empresas. (

)

:111

Por tanto, en la medida en que sus actos y omisiones son una mera función del capital personificado en él con conciencia y voluntad, su consumo privado se le antoja como un robo cometido contra la acumulación de su capital, como en la contabilidad italiana, en la que los gastos privados figuraban en el "Debe" del capitalista a favor del capital. La acumulación es la conquista del mundo de la riqueza social. A la par con la masa del material humano explotado, dilata los dominios directos e indirectos del capitalista". (El Capital, vol. l, cap. XXII).

"La circulación simple de mercancías +el proceso de vender para comprarsirve de medio para la consecución de un fin último situado fuera de la circulación: la asimilación de valores de uso, la satisfacción de necesidades. En cambio, la circulación del dinero como capital lleva en sí mismo su fin, pues la valorización del valor sólo se da dentro de este proceso constantemente renovado. El movimiento del capital es, por tanto, incesante". (Ibid, cap. IV). Y cita esta reflexión de Aristóteles: " ... la riqueza a que aspira la crematística (cuyo único fin es el lucro) es ilimitada, como lo es en su ambición todo arte que considera su fin, no como medio, sino como fin último y supremo, pues se esfuerza por acercarse cada vez más a él; en cambio, las artes que sólo persiguen medios para un fin no son ilimitadas, pues el propio fin se encarga de trazarles un límite; así, esta crematística no encuentra ningún dique a su ambición, que es enriquecerse de un modo absoluto".

En efecto, tal como se explicó en la sección 12. 7. 4, cada ernpresa vende su producción por un precio 1Ti, tal que 1Ti = Mi + Si + G,

(Eq. 3. 7. 3)

donde G, es una fracción de la masa total de plusvalía. De esta manera, al finalizar cada ciclo o proceso productivo cada empresa recupera o repone el capital invertido (Mi + Si = K;J al iniciar el ciclo, y además queda en posesión de un remanente de valor adicional que es Gi, una magnitud dada de la plusvalia que se ha producido durante el proceso. Este G, es, a su vez, fraccionado en una parte para consumo del capitalista Pci y una parte para ser acumulada, o invertida como capital adicional, PAi.

Con PAi el capitalista adquiere, entonces, medios de producción adicionales (instalaciones, materias primas, maquinaria, etc.) y fuerza de trabajo adicional. Es decir, PAi también se fracciona en el precio real de los medios de producción adicionales ( 6. Mi) y en el valor real de los salarios de la fuerza de trabajo adicional ( 6. Si). Así, al comenzar el nuevo ciclo o período, el capitalista está en posesión de un capital incrementado igual a (Mi + Si) + ( 6. Mi) + ( 6. Si) = K, + 6.Ki. El incremento neto del valor real de su capital ha sido pues, 6. K, = 6. Mi + 6. Si, y a este incremento equivale su acumulación de capital, la plusvalia invertida, la plusvalía dando origen a nuevo capital. Este proceso ruede esquematizarse así:

204

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA DE MARX

CUADRO 3.9.1

205

la producción total de cada uno de estos dos departamentos acuerdo a la sección 3.7.4:

será, pues, de

La Espiral Acumulativa

CUADRO 3.9.2 PUNTO DE PARTIDA

MERCADO

(1)

INVERSION INICIAL DE CAPITAL Ki=Mi

PROCESO

PUNTO DE LLEGADA:

de Plusvalía

Departamento Gi se realiza como Ganancia. L~

= Mi + Si

('l o

\

El proceso se repite pero con una masa de capital mayor, K'i

Departamentos 1 y II - Precios de la Producción

PRODUCTIVO

Producción

+si

DEL PRODUCTO (2)

I

MI

II

MII

+ SI + Gr =

Ir

1

o e-

+ llMi + llSi

~

t~ '!-

;.,.

MERCADO DE MEDIOS DE PRODUCCION y FUERZA DE TRABAJO (3) PAi

= llMi

+ SIl + GIl = 1TIl

Y, sabiendo, por la sección 3.9.2 que Gi = PCi + PAi, donde PAi = II Mi + IISi, y que, por tanto G, = PCi + 6 Mi + 6 Si, el cuadro 12. 9. 2 puede reescríbirse como:

CUADRO 3.9.3

+ llSi

Medios de Producción y Fuerza de Trabajo son adq uiridos.

Departamentos 1 Y II - Precios y sus Componentes

D~partamento Pero, no bien termina un proceso cuando se inicia uno nuevo, indefinidamente en esa forma circular, pero cada vez a un nivel mayor de acumulación, "según expresión de Sismondi, en forma de espiral" (Marx, El Capital, vol. l, cap. XII).

+ SI + PCI + 6Mr + 6S1 =

I

MI

II

MI¡

+ SIl + PCIl + 6MII + llSIl

7f 1

=

rr

Il

3.9.3 El esquema de reproducción ampliada El anterior proceso de reproducción del capital (porque se reproduce o se recupera el capital inicial K: = Mi + Si), en escala ampliada (porque se incrementa o amplía dicho capital, en 6 K, = 6 Mi + 6 Si), tiene además otras importantes características, de las cuales se reseñará en esta sección la referente a la proporción entre los distintos sectores económicos, tema que aborda Marx con sus famosos "esquemas" de reproducción que, guardadas las proporciones históricas, traen a la mente el "tableau economique" de Quesnay (sección 10. 2. 5). En el volumen II de El Capital, donde describe sus esquemas, Marx divide la economía en dos grandes sectores o departamentos: todas aquellas industrias que producen medios de producción, que agrupa bajo la denominación del departamento l, y todas las restantes, que producen las mercancías de consumo para los obreros y capitalistas, o departamento 11. El precio de

Leyendo de izquierda a derecha cada renglón, l y Il, del cuadro 12. 9. 3, se van sumando, pues, los componentes del precio hasta completar el precio total de la producción de cada uno de los departamentos. Este es, en realidad, el precio de producción de las mercancías ofrecidas en el mercado por 1 y Il, pues tanto la producción de l como la de II deben ser vendidas en el mercado. Ahora, .leyendo en forma vertical de arriba hacia abajo, columna por columna se tiene:

M¡ +

Mil

=

Valor de los medios de producción utilizados y gastados en el proceso productivo tanto por 1 como por Il. Para continuar el proceso de acumulación, estos medios de producción gastados deben ser repuestos, es decir vueltos a comprar. Como, por definición, sólo l produce medios de producción, entonces la suma de esta columna, MI + MIl, constituye una demanda por la producción del departamento 1.

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

206

SI

Valor de los salarios que los trabajadores (tanto de 1como de II) gastan enteramente en mercancías de consumo, puesto que, como no son capitalistas, no compran medios de producción. Dado que, por definición, sólo el departamento II produce las mercancías de consumo, entonces la suma de esta columna, SI + Sil, constituye una demanda por la producción del departamento n.

+ Sil

PCI

Gasto de los capitalistas (tanto de 1 como de II) en mercancías de consumo. Luego es una demanda por la producción de Il.

+ PCII

6. MI

LA ECONOMIA DE MARX

+ 6MII

Acumulación (tanto de I como de Il) en medios de producción adicionales. Es decir, es el gasto de los capitalistas en medios de producción adicionales, que sólo produce 1, siendo por tanto la suma de esta columna una demanda por la producción de 1. Acumulación de los capitalistas (tanto de 1 como de II) para contratar obreros adicionales y poder ampliar el proceso productivo. Esta suma se convierte, por consiguiente, en salarios adicionales que son gastados en consumo por los obreros que los perciben. Como sólo II produce mercancías de consumo, entonces la suma.?e esta columna constituye una demanda por la producción de n.

6. SI + 6811

Ahora, haciendo cuentas totales, se tiene que las demandas totales por la producción del sector I suman: MI + MlI

+ 6MI + 6MIl

y la oferta total del sector I asciende, obviamente, al precio de sus mercancías ' ofrecidas en el mercado, que es (cuadro 12.9.2): =MI

+ SI + PCI + 6MI + 6S1

(Menos:) -MI

-MII-6

-----------------------

IGUAL

= O

o sea: Ahora bien, este es el valor de la oferta total menos el valor de las demandas totales del sector I. Por consiguiente, para que el valor de la oferta fuese igual al valor de la demanda, su diferencia tendría que ser cero, o sea:

Oferta 1 = Demanda 1 si SI + PCI + 6.SI - MIl - 6MII o lo que es lo mismo: siS!

Mil

+ SI + PCI + O + 6SI -MIl - 6MIl,

+ PCI + 6S1

= MII

+ 6MII.

=

O, (Eq. 12. 9. 2)

Esta condición para el equilibrio o igualdad entre el valor de la oferta y el de la demanda dice, entonces, que el valor de las demandas por mercancías de consumo que hace el sector 1 al sector 11, que las produce, (Sr + per + 6. Sr) debe ser igual al valor de las demandas por medios de producción que hace el sector II al sector 1, que los produce, (Mil + 6. MII). (Repitiendo el ejercicio para ofertas y demandas del sector II se llega exactamente a la misma condición de equilibrio). Es decir, el valor de lo que demanda el sector 1 al sector II debe ser igual al valor de lo que demanda el sector II al sector l. En caso de no cumplirse tal igualdad se presentará un desequilibrio, o "desproporcionalidad", en el mercado que hará subir los precios de un sector (el que tenga exceso de demanda) y bajar los precios en el otro (el que tenga exceso de oferta). De esta manera, la rentabilidad aumentará en el primero y disminuirá en el segundo, forzando así una reasignación de recursos que moverá la producción y la oferta de cada sector a sus proporciones de equilibrio, situación ésta en que las mercancías se venden por precios que arrojan apenas la ganancia media, es decir, por sus precios de producción. Pero, lo verdaderamente importante de lo s esquemas es cómo ellos indican que, debido a la interconexión productiva y de demandas entre todos los sectores de la economía, el proceso de acumulación exige como un requisito que uno no pueda crecer independientemente del otro y, aún mas, que existe una proporción requerida y específica entre el crecimiento del uno y el del otro. Y esto es de particular importancia para la teoría de las crisis y depresiones, como se esbozará a continuación. 3.10

Restando de este valor total de la oferta, el valor total de las demandas, se tiene: MI + SI + PCI + 6MI + 6.S1

207

Acumulación y crisis

3.10.1 Acumulación y ejército de reserva La plusvalía acumulada como capital adicional se desdobla, pues, en la adquisición de medios de producci6n adicionales y fuerza de trabajo adicional, como se vio en la sección 12. 9. 2. Así, concluye Marx: "La acumulación del capital supone, por tanto, un aumento del proletariado" (El Capital, vol. 1,

(

(

208

INTRODUCCION

LA ECONOMIA DE MARX

A LA ECONOMIA

cap. XXIII). Y naturalmente, este aumento requerido del proletariado será tanto mayor cuanto mayor sea la acumulación. Pero, la acumulación, a su vez, será tanto mayor cuanto mayor sea la tasa de plusvalía, porque la masa de plusvalía (acurnulable) depende de esta tasa (sección 3.4.3). Por tanto, si la tasa de plusvalía aumenta "demasiado", la acumulación de capital será excesivamente acelerada en relación con el crecimiento de la población proletaria. Y este exceso relativo se traducirá en un paulatino agotamiento de la fuerza de trabajo disponible (desernpleada), proceso en el cual los capitalistas deben competir unos con otros por la fuerza de trabajo escasa pagando mayores salarios. Sin embargo, prosigue Marx, el sistema posee su propio mecanismo automático de control, que implica que la tasa de salarios "se mueve siempre dentro de límites que no sólo dejan intangibles las bases del sistema capitalista, sino que además garantizan su reproducción en una escala cada vez más alta" (Ibid), Según Marx, este mecanismo consiste en la formación y reconstrucción periódica de un "ejército de reserva" de trabajadores desempleado s pues, por la razón antes anotada, "la producción de una población sobrante relativa, es decir, soorante en relación con las necesidades medias de explotación del capital, es cpl\dición de vida de la industria moderna". "A la producción capitalista no lé:basta, ni mucho menos, la cantidad. de fuerza de trabajo disponible que le suministra el crecimiento natural de la población. Necesita, para poder desenvolverse desembarazadamente, un ejército industrial de reserva, libre de esta barrera natural". (Ibid). Para formar el ejército de reserva, el sistema posee dos medios fundamentales, aparte del proceso "natural" de proletarización de las masas de campesinos, artesanos y, en general, trabajadores independientes, que son: i- el "estiramiento" de la jornada de trabajo y de la intensidad del trabajo, que permite realizar el mismo trabajo con menos obreros; y, ií- el aumento permanente en la composición orgánica del capital, (sección 3. 8), que reduce permanentemente el número de trabajadores requeridos por cada monto de capital real dado. De esta manera, "Durante los períodos de estancamiento y prosperidad media, el ejército industrial de reserva ejerce presión sobre el ejército obrero en activo, y durante las épocas de superproducción y paroxismo pone un freno a sus exigencias", y así "el movimiento general de los salarios se regula exclusivamente por las expansiones y contracciones del ejército industrial de reserva, que corresponden a las alternativas periódicas del ciclo industrial" (Ibid). No obstante, tales medios de formación del ejército de reserva no prueban ser suficientes para desembarazarse de la "barrera natural" que impone el crecimiento de la población a la acumulación capitalista. Llega un momento en que el ímpetu de la acumulación la conduce a un "exceso", a una "sobre-

209

producción absoluta de capital" que ocurre "tan pronto como el capital acrecentado sólo produjese la misma masa de plusvalía o incluso menos que antes de su aumento", es decir, tan pronto como ocurre "una fuerte y súbita baja de la cuota general de ganancia ... por razón ... a un alza del valor del dinero del capital variable -a consecuencia de la subida de salarios- y la correspondiente reducción en la proporción de trabajo excedente a trabajo necesario", (El Capital, vol. IlI, cap. XV). O sea la correspondiente reducción en la tasa de plusvalía. Es decir, no obstante los medios i- y ii- arriba señalados, la dinámica de la acumulación capitalista agota el ejército de reserva (elimina el desempleo), pero tan pronto esto ocurre (se alcanzan niveles próximos al pleno empleo de la fuerza de trabajo), todo estímulo a la ampliación productiva adicional cesa porque, de hecho, tal ampliación sería imposible (sin fuerza de trabajo adicional disponible) y porque, antes de eliminar en términos absolutos el desempleo, los salarios se han elevado tanto que la reducción abrupta en la tasa de ganancia indica la inutilidad desde el punto de vista del capital, desde el punto de vista de su rentabilidad, de cualquier intento de ampliar aún más la producción. En este momento sobreviene la crisis.

3.10.2 Las crIsis La crisis de '(sobreproducción de capital", en el sentido antes definido, se manifiesta en forma inmediata, pues, en una parálisis del proceso de inversión de capital (plásvalía) adicional, en una supresión de todos los planes para lograr ampliaciones ulteriores de la capacidad productiva que, con el ejército de reserva agotado, serían inútiles desde el punto de vista del capital, serían no rentables. Esto significa, volviendo al cuadro 12. 9. 1, que la espiral acumulativa sufre una ruptura, inicialmente en una de sus partes. En efecto, cada capitalista individual aspira a culminar con éxito su llegada al punto (2) de la espiral, realizando sus mercancías por un precio In = Mí + Sí + Gí, que le permite recuperar su capital inicial y obtener su ganancia Gí, la cual es fuente de su consumo personal (PCí) y de su acumulación (PAí) que, en ausencia de cualesquier trabas, se convertiría en 1:::.Mí + 1:::.Sí. Pero, ahora, con el ejército de reserva agotado, con una "sobreproducción de capital" y, por tanto, siendo toda inversión ulterior inútil desde el punto de vista del capital, cada capitalista tratará de retener bajo la forma de dinero la parte de sus ganancias que bajo otras circunstancias iría a parar directamente al punto (3) de la espiral (PAí), es decir, la parte de G, que bajo otras circunstancias se convertiría en 1:::. Mí + I:::.Sí. En otras palabras, cada capitalista se abstiene ahora de demandar fuerza de trabajo adicional y medios de producción adicionales, hasta tanto la rentabilidad no vuelva a ser "adecuada". Pero, yendo al cuadro 12. 9. 3 y su explicación, se observa claramente que 1:::. Mí + 1:::. Mil, o sea la suma total de todos los 1:::. Mí individuales de la eco-

210

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

no mía, es precisamente un elemento constitutivo de la demanda por la producción del departamento I (productor de medios de producción). Por consiguiente, al paralizar los capitalistas individuales el proceso de conversión de PAi en 6 Mi, el departamento I sufre una reducción en su demanda igual a 6. MI + 6 MI\, es decir, se enfrenta a un exceso de oferta que se manifiesta tanto en la reducción de los precios de sus mercancías como en la acumulación de inventario s "indeseables" de las mismas. La crisis empieza manifestándose, pues, como una reducción en la demanda por medios de producción y, por tanto, como una sobreproducción de los medios de producción producidos (por el departamento I), es decir, como una "sobreproducción de mercancías" en el departamento 1. Así, la "sobreproducción de capital" se ha transformado en una "sobreproducción de mercancías". Pero todo no termina allí. El departamento I, respondiendo a la reducción en la demanda por sus mercancías, reduce su oferta, es decir, su producción. Para ello, por supuesto, paraliza parte de su maquinaria y de su fuerza de trabajo, es decir, despide trabajadores, empezando a presentarse así una reducción absoluta de la producción en la economía y un aumento paralelo del desempleo, del ejército de reserva, que permite reducir la tasa de salarios (debido a la competencia entre los trabajadores desempleados). De otro lado, esta reducción simultánea tanto en la tasa de salarios (s) como en el volumen de empleo (N) reduce el monto total (real) de salarios pagados en la economía (S = s . N, eco 12. 4. 7). Pero este monto total de salarios es igual, precisamente, volviendo al cuadro 12. 9. 3, a SI + Sil + 6. SI + 6. SlI que, a su vez, no son más que componentes de la demanda por la producción del departamento II (bienes de consumo), ya que los trabajadores gastan sus salarios en bienes de consumo. Así, al aumentar el desempleo y reducirse los salarios la demanda por la producción del departamento II también resulta reducida, es decir, se presenta también un exceso de oferta sobre demanda en el departamento Il, o una "sobreproducción de mercancías" también en el departamento n. Respondiendo a ésta, los capitalistas del departamento II reducen su producción, es decir, lanzan al desempleo a un mayor número de trabajadores, incrementando aún más el ejército de reserva, y haciendo aún más innecesaria su adquisición o reposición de medios de producción, o sea, reduciendo aún más la demanda por la producción del departamento I, el cual reiniciará el proceso de descenso de la producción y de aumento del desempleo, dando lugar a una nueva espiral pero en sentido contrario. Este proceso crítico va acompañado necesariamente de una crisis fina:nciera porque, al interrumpirse el crecimiento esperado en las ventas (tanto de medios de producción como de consumo), al acumular inventario s "indeseables" de mercancías que no pudieron convertirse en dinero, los capitalistas individuales

LA ECONOMIA DE MARX

211

se ven imposibilitados para redimir a tiempo las deudas contraídas (con otros capitalistas) anteriormente con el propósito de financiar sus expansiones, imposibilidad que a su vez deja "il iquidos" a los prestamistas, quienes por tal motivo incumplen otros compromisos, etc., etc., estableciéndose así una cadena de quiebras sucesivas por "iliquidez ", Además, esta situación en sí conduce a un colapso del mercado de acciones pues éstas apenas representan la rentabilidad y la situación de las empresas que las emiten, cuyo estado depresivo acaba de delinearse. La demanda por acciones, pues, cae también, cayendo con ello su precio.

La cadena de quiebras aruina definitivamente a muchas empresas, particularmente a las más débiles o pequeñas, con lo cual se destruye capital "en funciones", es decir, se saca por la borda de la competencia del mercado a un número dado de capitalistas y de sus respectivos capitales. Pero al proceso de destrucción de capital "en funciones" también contribuye la propia inactividad de los medios de producción porque "aunque ... el tiempo afecta-y perjudica a todos los medios de producción (excepto la tierra) ... el principal efecto en este caso sería el-de que estos medios de producción dejan de funcionar como tales, el de que su función como medios-de producción sería interrumpido por un período ya sea corto o largo". (El Capital, vol. III, cap. XV).

Al profundizarse la depresión de la actividad económica, con su destrucción de capital en funciones, es decir, eliminando transitoriamente el exceso de medios de producción que actúan como capital activo, (el exceso o sobreproducción de capital), y con su reconstrucción masiva del ejército de reserva de desempleados, se crean las condiciones requeridas para una nueva espiral expansiva y el proceso de acumulación recomienza: " ... la paralización de la producción así operada preparará una ampliación posterior de la producción dentro de los límites del propio capitalismo. De este modo se reanudará de nuevo el ciclo". (El Capital, vol. III, cap. XV). Así, Marx concluye: "El curso característico de la industria moderna, la línea +interrumpida sólo por pequeñas oscilaciones- de un cilo decenal de períodos de animación media, producción a todo vapor, crisis y estancamiento, descansa en la constante formación, absorción más o menos intensa y reanimación del ejército industrial de reserva o superpoblación obrera". (El Capital, vol. 1, cap. XXIII). y sitúa el surgimiento de esta característica moderna, esta aparición de un exceso de capital, en Inglaterra en pleno apogeo de la revolución industrial, cuando señala: "La gran industria empezaba por aquel entonces a salir de su infancia, como lo demuestra, entre otras cosas, el hecho de que la crisis de 1825 inaugure el ciclo periódico de su vida moderna". (El Capital, vol. I, Prólogo del Autor a la la. edición, Sub. Agregado).

212

INTRODUCCION

A LA ECONOM!A

3.10.3 Concentración y centralización de capitales La "espiral acumulativa" se desarrolla, entonces, a través de "ciclos periódicos"; en los cuales las crisis y depresiones económicas constituyen el mecanismo encargado de reducir la presión de la "sobreproducción" de capital sobre los salarios, reconstruyendo periódicamente el ejército de reserva de desempleados. Pero, aparte de esto, y de que el aumento permanente de la composición orgánica del capital constituye una válvula de escape en el mismo sentido (sección 12. 10. 1), Marx señala otros dos sub productos esenciales del proceso de acumulación capitalista. En primer lugar, señala otra válvula de escape a las presiones de la sobreproducción de capital en los países más avanzados, que es la exportación de capitales hacia países en los que la tasa de ganancia es mayor, es decir, la inversión en el extranjero, dando ello lugar a la conformación de una economía mundial basada en la exportación de capitales. "Cuando se envía capital al extranjero, no es porque este capital no encuentre en términos absolutos ocupación dentro del país. Es porque en el extranjero puede invertirse con una cuota más alta de ganancia. Pero este capital es, en términos absolutos, capital sobrante con respecto a la población obrera en activo y al país de que se trata en general". (El Capital, vol. m, cap. XV). (Sobre este punto desarrolla Lenín su. teoría del Imperialismo -véase sección 9. 10. 2-. Véase también sección 10. 1. 5 acerca de la relación que establece Keynes entre exportación de capitales, balanza comercial favorable, sobreproducción de mercancías y nivel de empleo).

Y, en segundo lugar, Marx señala también el proceso de "concentración y centralización" de capitales como un subproducto esencial de la espiral acumulativa. Tal proceso consiste en el dominio de la producción y del mercado por un número cada vez más pequeño de capitales cada vez más grandes. La "concentración" se refiere al proceso de acumulació~ c~mo tal, en el que a una tasa de ganancia dada, un capital grande crece en termmos absolutos mucho más que en capital pequeño. Por ejemplo, a una tasa de ganancia de 200/0, un capital de $1000' crece anualmente en $200', mientras que un capital de $10' sólo crece en el mismo ~apso en $2'. Y, a; s~guient; año, el primer capital, ahora de $1.200', crecera en 0.2 x ($1.200 1 o $240 , mientras que el segundo sólo lo hará en 0.2 x ($12') = $2.4'. De esta manera, el primer año el capital mayor crece más que el menor, con una diferencia de $200' - $2' = $198'. Y, el segundo año también crece más pero con una diferencia mayor, igual a $240' - $2.4' = $237.6'. Y así acumulativamente ... Por tanto, dice Marx: "Todo capital individual es una concentración, mayor o menor, de medios de producción, con el mando consiguiente sobre un ejército más o menos grande de obreros. Toda acumulación sirve de nueva acumulación. Al aumentar la masa de riqueza que funciona como capital,

LA ECONOMIA DE MARX

213

aumenta su concentración en manos de los capitalistas individuales, y, por tanto, la base para la producción en gran escala y para los métodos específicamente capitalistas de producción". (El Capital, vol. 1, cap. XXIII). La "centralización" de capitales, por otra parte, no se refiere al incremento de la acumulación como tal, "se trata de la concentración de los capitales ya existentes, de la acumulación de su autonomía individual, de la expropiación de unos capitales por otros, de la aglutinación de muchos capitales pequeños para formar unos cuantos capitales grandes". "Se trata de una verdadera centralización, que no debe confundirse con la acumulación . y la concentración". "No podemos exponer aquí las leyes que rigen esta centralización de los capitales o la atracción de unos capitales por otros. Baste con unas simples referencias de hecho. La lucha de la competencia se libra mediante el abaratamiento de las mercancías. La baratura de las mercancías depende, Caeteris Paribus, del rendimiento del trabajo y éste de la escala de la producción. Según esto, los capitales más grandes desalojan necesariamente a los más pequeños. Recuérdese, además, que al desarrollarse el régimen capitalista de producción, aumenta el volumen mínimo del capital individual necesario para explotar un negocio en condiciones normales. Por tanto, los-capitales más modestos se lanzan a las órbitas de producción de que la gran industria sólo se ha adueñado todavía esporádicamente o de un modo imperfecto. Aquí, la concurrencia actúa vertiginosamente, en razón directa al número y en razón inversa al volumen de los capitales que rivalizan entre sí. Y termina siempre con la derrota de los muchos capitales pequeños, cuyos capitales son engullidos por el vencedor, o desaparecen. Aparte de esto, la producción capitalista crea una nueva potencia: el crédito, que en sus comienzos se desliza e insinúa recatadamente, como tímido auxiliar de la acumulación, atrayendo y aglutinando en manos de capitalistas individuales o asociados, por medio de una red de hilillos invisibles, el dinero diseminado en grandes o pequeñas masas por la superficie de la .sociedad, hasta que pronto se revela corno un arma nueva y temible en el campo de batalla de la competencia Y acaba por convertirse en un gigantesco mecanismo social de centralización de capitales". (Ibid}. Pero, el propósito final del análisis de éste y los demás aspectos de la acumulación, como leyes de desarrollo de la economía capitalista, es en el sistema teórico de Marx el de demostrar la inevitabilidad histórica del socialismo como fase sucesoria de la capitalista en el proceso de desarrollo social, así como consolidar la construcción de una ideología del "socialismo científico", tal como se indicó en la sección 11. 1. 6 antes de empezar: esta apretada síntesis de su teoría económica. Por ello, la exposición anterior quedaría trunca sin una referencia, así sea muy breve, a tales aspectos de su pensamiento, lo cual se hace a continuación.

214

3.11

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

La economía socialista

Como queda claro de las citas de Marx en la sección 3.9. 1, para éste "el régimen capitalista de producción" constituye apenas una "necesidad transitoria" históricamente, consistiendo tal necesidad en su tendencia y su capacidad para "crear las condiciones materiales de producción que son la única base real para una forma superior de sociedad cuyo principio fundamental es el desarrollo pleno y libre de todos los individuos". Tales condiciones se refieren, en resumen, a la creación de la gran industria moderna, con su aplicación de la ciencia, la tecnología y la maquinaria a la producción, y con su concentración de hecho de un vasto número. de trab.aj~d?res, cada vez en mayor escala, en el mismo proceso productivo, socializándose en forma creciente todo proceso productivo. Y, esto lo logra el capitalismo a través de cada "verdadero capitalista (que) obliga implacablemente a la humanidad a producir por producir", es decir, colocando la acumulación como el único fin verdadero del proceso económico. Pero, mediante el desarrollo de tal proceso llega un momento en que el sistema alcanza una "sobreacumulación", la cual se manifiesta en las crisis de "sobreproducción" y depresiones, que para Marx constituye el indicado~ e?~nómico de que la acumulación como objetivo ha cumplido ya su papel histórico y ha pasado de ser un factor de desarrollo social (el factor que permite "crear las condiciones materiales de producción que son la única base real para una forma sup~rior de sociedad") a ser un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas, lo cual se evidencia en que para contrarrestar tal "sobreacumulacíón" tenga que destruirse capital "en funciones", debe paraliza:~e y retrotra~rse la producción de riqueza y tenga que lanzarse a la inutilidad productiva del desempleo a millones de individuos, aun contra el deseo ~e. estos y a c~sta del bienestar de éstos. Así Marx y Engels afirman en el Manifiesto Comunista (1848): "Desde hace algunas décadas, la historia de la industria y del comercio no es más que la historia de la rebelión de las fuerzas productivas modernas contra las actuales relaciones de producción, contra las relaciones de propiedad que condicionan la existencia de la burguesía y su dom~nación. Baste mencionar las crisis comerciales que, con su retorno periódico, plantean, en forma cada vez más amenazante, la cuestión de la existencia de toda la sociedad burguesa". "Las relaciones burguesas resultan demasiado estrechas para contener las riquezas creadas en su seno". Pero según su propia teoría de la historia, cuando las relaciones de producción se oponen al desarrollo de las fuerzas productivas, se abre un período de revolución social, las primeras saltan hechas añicos y el orden social es sustituido por uno nuevo (véase sección 3.2). Por eso Marx y Engels afirman: "El Manifiesto Comunista se propuso como tarea proclamar la desaparición próxima e inevitable de la sociedad burguesa". (Prefacio a la edición rusa de El Manifiesto, 1882, sub. agregado).

LA ECONOMIA DE MARX

215

De otro lado, dentro de tal contexto, según Marx, el proceso de concentración y centralización de capitales produce, por una parte, una socialización creciente de la producción: "Al crecer las proporciones de los establecimientos industriales, se sientan por doquier las bases para una organización más amplia del trabajo colectivo de muchos, para un desarrollo mayor de sus impulsos materiales ... ". Y, por otra parte, al contrario, concentra cada vez más la propiedad privada en menos manos: "Si el capital aumenta en proporciones gigantescas en una sola mano, es porque muchas manos se ven privadas de los suyos". Pero, según Marx, "La centralización de los medios de producción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se hacen incompatibles con su envoltura capitalista". (El Capital, vol. 1, cap. XXIV). Y, para completar el cuadro, Marx y Engels afirman en El Manifiesto: "Pero la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios". Y, sigue Marx: " ... crece también la rebeldía de la clase obrera, cada vez más numerosa y disciplinada, más unida y organizada por el mecanismo del mismo proceso capitalista de producción". "Esta (envoltura capitalista) salta hecha añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada capitalista. Los expropiadores son expropiados". "La transformación de la propiedad privada dispersa y basada en el trabajopersonal del individuo en propiedad privada capitalista fue, naturalmente, un proceso muchísimo más lento, más duro y más difícil, de lo que será la transformación de la propiedad capitalista, que en realidad descansa ya sobre métodos sociales de producción, en propiedad social. Allí, se trataba de la expropiación de la masa del pueblo por unos cuantos usurpadores; aquí, de la expropiación de unos cuantos usurpadores por la masa del pueblo". (El Capital, vol. 1, cap. XXIV). Según Marx, esta expropiación de la propiedad privada capitalista, es decir, la colectivización o socialización de la propiedad sobre los medios de producción se realiza y consolida mediante "la dictadura revolucionaria del proletariado", ya que "Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado", (Marx, Crítica del Programa de Gotha, 1875). (Marx y Engels daban al término "dictadura" un significado específico, como la dominación de una clase sobre otra u otras, incluyendo como "dictaduras" a todas las democracias en que existe el Estado, porque "En realidad, el Estado no es más que una máquina para la opresión de una clase por otra, lo mismo bajo la república democrática que bajo la monarquía ... " (Engels,

(

216

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

Introducción a la Guerra Civil en Francia). Así, a partir de esta tesis, el Estado llegaría a extinguirse sólo con la desaparición de las clases y su lucha). El cuadro que dibuja Marx sobre la organización económica de esta fase intermedia entre el capitalismo y el comunismo, hoy llamada socialismo, se aprecia más íntegra y nítidamente que en cualquier otro de sus escritos, quizás, en el apartado 3. de la Crítica del Programa de Gotha (1875), en el que precisamente critica el planteamiento de Fernando Lassalle de que "La emancipación del trabajo exige ... un reparto equitativo del fruto del trabajo". Por ello, y porque su propia descripción, ya sintetizada por el propio autor, no es susceptible de reducciones ulteriores sin posibles desfiguraciones es inevitable terminar este capítulo con una transcripción literal de la misma. En efecto, después de mostrar que antes de repartir el producto social global entre los trabajadores la sociedad tiene que deducir "una parte para reponer los medios dé producción consumidos", "una parte suplementaria para ampliar la producción", "el fondo de reserva o de seguro contra accidentes, transtornos debidos a calamidades, etc.", "los gastos generales de administración no concernientes a la producción", "la parte que se destine a la satisfacción colectiva de las necesidades, tales como escuelas, instituciones sanitarias, etc.' y "los fondos de sostenimiento de las personas no capacitadas para el trabajo", dice Marx:

LA ECONOMIA DE MARX

217

entreg~ un bono consignando que ha rendido talo cual cantidad de trabajo (despues de descontar lo que ha trabajado para el fondo común), y con este bono saca de los depósitos sociales de medios de consumo la parte equivalente a la cantidad de trabajo que ha rendido. La misma cuota de trabajo que ha dado a la sociedad bajo una forma, la recibe de ésta bajo otra forma distinta. Aquí reina, evidentemente, el mismo principio que regula el intercambio de mercancías, por cuanto éste es intercambio de equivalentes. Han variado la forma y el contenido, porque bajo las nuevas condiciones nadie puede dar sino su trabajo, y porque, por otra parte, ahora nada puede pasar a ser propiedad del individuo, fuera de los medios individuales de consumo. Pero, en lo que se refiere a la distribución de éstos entre los distintos productores, rige el mismo principio que en el intercambio de mercancías equivalentes: se cambia una cantidad de trabajo, bajo una forma, por otra cantidad igual de trabajo, bajo otra forma distinta. Por eso, el derecho igual sigue siendo aquí, en principio, el derechóburgués, aunque ah,ora el principio y la práctica ya no se tiran de los pelos, mientras que en el regimende intercambio de mercancías, el intercambio de equivalentes no se da más que como término medio, y no en los casos individuales. ~ ?esa.~ de este progreso este derecho igual sigue llevando implícita una burguesa. El derecho de los productores es proporcional al trabajo que han rendido; la igualdad, aquí, consiste en que se mide por el mismo rasero: por el trabajo. limitación

"En el seno de una sociedad colectivista, basada en la propiedad común de los medios de producción, los productores no cambian sus productos; el trabajo invertido en los productos no se presenta aquí, tampoco, como valor de estos productos, como una cualidad material, inherente a ellos, pues aquí, por oposición a lo que sucede en la sociedad capitalista, los trabajos individuales no forman ya parte integrante del trabajo común mediante un rodeo, sino directamente. La expresión "el fruto del trabajo", ya hoy recusable por su ambigüedad, pierde así todo sentido. De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base sino de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede. Congruentementé con esto, en ella el productor individual obtiene de la sociedad -después de hechas las obligadas deduccionesexactamente lo que le ha dado. Lo que el productor ha dado a La sociedad es su cuota individual de trabajo. Así, por ejemplo, la jornada social de trabajo se compone de la suma de las horas de trabajo individual; el tiempo individual de trabajo de cada productor por separado es la parte de la jornada social de trabajo que él aporta, su participación en ella. La sociedad le

Pero unos individuos son superiores física o intelectualmente a otros y rinden, pues, en el mismo tiempo, más trabajo, o pueden trabajar más tiempo; y el trabajo, para servir de medida tiene que determinarse en cuanto a duración o intensidad, de otro modo, deja de ser una medida. Este derecho igual es un derecho desigual para trabajo desigual. No reconoce ninguna distinción de clase, porque aquí cada individuo no es más que un obrero como los demás; pero reconoce, tácitamente, 'como o tras tantos privilegios naturales, las desiguales aptitudes de los individuos, y, por consiguiente, la desigual capacidad de rendimiento. En el fondo es, por tanto, como todo derecho, el derecho de la desigualdad. El derecho sólo puede consistir, por naturaleza, en la aplicación de una medida igual; pero los individuos desiguales (y no serían distintos individuos si no fuesen desiguales) sólo pueden medirse por la misma medida siempre y cuando que se les enfoque desde un punto de vista igual, siempre y cuando que se les mire solamente en un aspecto determinado; por ejemplo, en el caso concreto, sólo en cuanto obreros, y no se vea en ellos ninguna otra cosa, es decir, se prescinda de todo lo demás. Prosigamos: unos obreros están casados y otros no; unos tienen más hijos

218

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

que otros, etc., etc. A igual rendimiento y, por consiguiente, a igual participación en el fondo social de consumo, unos obtienen de hecho más que otros, unos son más ricos que otros, etc. Para evitar todos estos inconvenientes, el derecho no tendría que ser igual, sino desigual. Pero estos defectos son inevitables en la primera fase de la sociedad comunista, tal y como brota de la sociedad capitalista después de un largo y doloroso alumbramiento. El derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado. En la fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, la oposición entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajó no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués, y la sociedad podrá escribir en su bandera: iDe cada cual, según su capacidad; a cada cual, según sus necesidades!". "Aun prescindiendo de lo que queda expuesto, es equivocado, en general, tomar como esencial la llamada distribución y hacer hincapié en ella, como si fuera lo más importante. La distribución de los medios de consumo es, en todo momento, un corolario de la distribución de las propias condiciones de producción. Y esta distribución es una característica del modo mismo de producción. Por ejemplo, el modo capitalista de producción descansa en el hecho de que las condiciones materiales de producción les son adjudicadas a los que no trabajan bajo la forma de propiedad del capital y propiedad del suelo, mientras la masa sólo es propietaria de la condición personal de producción, la fuerza de trabajo. Distribuidos de este modo los elementos de producción, la actual distribución de los medios de consumo es una consecuencia natural. Si las condiciones materiales de producción fuesen propiedad colectiva de los propios obreros, esto determinaría, por sí solo, una distribución de los medios de consumo distinta de la actual. El socialismo vulgar (y por intermedio suyo, una parte de la democracia) ha aprendido de los economistas burgueses a considerar y tratar la distribución como algo independiente del modo de producción, y, por tanto, a exponer el socialismo como una doctrina que gira principalmente en torno a la distribución. Una vez que está dilucidada, desde hace ya mucho tiempo, la verdadera relación de las cosas, ¿por qué volver a marchar hacia atrás?".

(

Apéndice A-In La transformación de valores en precios de producción

APÉNDICE (A-UI) LA TRANSFORMACIÓN DE VALORES EN PRECIOS DE PRODUCCIÓN 1. llustración aritmética para el cuadro 3.7.1 (tres industrias).

; Capital (2) J'Variable

(5)

Tasa de Plusvalía p

(1)

Industria

K 100

0,8

80

80

801150=53,3%

100{300=33,3°10

1,6

I1

100

0,5

50

50

50/150=33,3°10

100{300=33,30/0

1,0

III

100

0,2

20

20

20/150=13,3%

100{300=33,3oI0

0,4

TOTAL

300

0,5

150

150

150/150=100%

300/300=100010

1,0

A

S ,';

(3) P

(4)

(6)

:olumnas:

°10 P

°10 en reparto P

(4) / (5)

2. llustración aritmética para el cuadro 3.7.2 a. Valores de las mercancías producidas en las industrias 1, II Y lIL

Industria

Capital

Capital

Valor

Tasa de

Constante

Variable

Plusvalía

Total

Ganancia

C

S

P

W

,,1

MIK =0

20

80

80

180

0,8

0,2

Il

50

50

50

150

0,5

0,5

III

80

20

20

120

0.2

0,8

TOTAL

150

150

150

450

0,5

0,5

1. Suponiendo que las mercancías se vendiesen hínotéticamente por sus valores.

222

b. Precios de Producción,

según la "transformación"

o cálculo de

Marx.

Industria

Capital

Capital

Ganancia

Precio de

Tasa de

M

Constante

Variable

Media

Producción

Ganancia

K

M

S

G

'Ir

g

=0

20

80

50

150

0,5

0,2

11

50

50

50

150

0,5

0,5

III

80

20

50

150

0,5

0,8

TOTAL

150

150

150

450

0,5

0,5

~ ,.

Para obtener los precios de producción, simplemente Marx agregó a los valores del capital constante y variable, C +8, la ganancia media, g.K = 0,5K, en . vez de la plusvalía producida. La tasa media de ganancia, g, a su vez se obtíene dividiendo la plusvalía producida total por K, o seaP/K = 150/300 = 0,5.

Industria [

(20x

+ 80)

(1

+ g)

180x

[[

(50x

+ 50)

(1

+ g)

150y

[[[

(80x

+ 20)

(1

+ g)

120z

donde la industria I produce los medios de producción, x es la proporción en~e el precio de producción y el valor para la industria l, y para la industria II y z para la industria III. Teniendo en cuenta que g = P/K = 150/(150x + 150), Y reemplazando en I, se obtiene x = 0,8299, o sea, de la expresión anterior, g = 0,546. Reemplazando estos valores en II y III, se obtiene y = 0,9433 Y z = 1,1133. Con e~tos datos se pueden reconstruir los precios de producción correctos, como SIgue: , Industria

~: .. ., "!

223

APENDICE (A· XIII)

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

Al comparar los precios de producción con los valores, en ese cálculo, se obtienen una serie de conclusiones tales como: el precio de producción, 1T , es mayor que el valor, W, cuando M/K, o la composición orgánica de la industria, es mayor que el promedio para el total de la economía (caso III); 1T < W cuando M/K de la industria < M/K promedio (caso 1): 'Ir = W cuando' M/K industria = M/K promedio (caso I1); la ganancia media, G, es igual a la plusvalía producida, P, cuando M/K es igual al promedio (caso II); G > P cuando M/K > promedio (caso I1I); G PMAT, la firma podría aumentar sus ganancias simplemente cambiando la composición de su gasto, pasando una parte de su presupuesto de T hacia porque con tal cambio aumentaría su producto total. En otras palabras, sf para el último $1 gastado llegare a ocurrir que PMAK PMAT, entonces lá' firma no estaría obteniendo la máxima ganancia posible, ya que podría aumentar su ganancia simplemente cambiando la composición de su gasto. (Y, obviamente, algo que puede aumentar no es de por sí el máximo posible).

Cuando la firma alcanza este máximo también alcanza su equilibrio pues, en tal situación, no existe ningún estímulo o incentivo para cambiar el empleo (relativo o proporcional) de los factores, ya que nada ganaría con ello (y en un caso extremo, de cambio drástico, resultaría por el contrario perdiendo). En cambio, cuando para el último $1 gastado ocurre que PMAK > PMAT o PMAK < PMAT, la firma está en desequilibrio, pues existen estímulos para cambiar la composición de su gasto y., por tanto, la composición del empleo de los factores. Puesto que la firma tiene como objetivo maximizar ganancias, siempre tenderá hacia la situación en que, para el último $1 gastado, PMAK = PMAT. El equilibrio es, pues, una condición hacia la cual tiende la firma.

K,

De otro lado, el hecho de que la firma en competencia perfecta con los precios dados, gaste cada $1 según el criterio de obtener la máximaPMA posible con el mismo, implica que la firma, al buscar maximizar sus ganancias, también busca producir el máximo que le es posible con cada $1 de que dispone.

>

Y, a la inversa. Si para el último peso gastado en cada factor llegara a ocurrir que PMAK PMAT, entonces la firma tampoco estaría obteniendo la máxima ganancia posible, pues podría aumentar su ganancia simplemente transfiriendo parte de su gasto de K hacia T.

<

En síntesis, la firma NO está obteniendo la máxima ganancia para el último $1 gastado en cada factor, ocurre que

PMAK

>

PMAT

o que

PMAK

posible cuando,

< PMAT.

Por tanto, la firma llega a obtener la máxima ganancia posible cuando, para el último $1 gastado en cada factor, ocurre que

PMAK

4.4.4 El equilibrio de la firma, los precios de los factores y la dístríbucién del ingreso Se ha visto cómo; al perseguir la máxima ganancia posible, según los demás postulados del modelo neoclásico, la firma termina haciendo que el producto marginal del último $1 gastado en K sea idéntico al producto marginal del último $1 gastado en T. Ahora, si se llama PMAK a la cantidad adicional de x (producto marginal) que se obtiene mediante el empleo de una unidad adicional de K, y PMAT a la cantidad adicional de x (producto marginal) que se obtiene mediante el empleo de una unidad adicional de T, entonces para conocer cuál es el producto marginal (o cantidad adicional de x) que se obtiene por cada $1 invertido en la compra de la unidad adicional de K, es necesario dividir PMAK por el precio de esta unidad adicional de K (pK). l

solamente

= PMAT. l

En este último caso la firma está maximizando su ganancia, dado su presupuesto para adquirir factores de producción y dados los precios de éstos, porque no puede aumentarla ni un centavo más cambiando la composición de su

Por ejemplo, si una unidad adicional de K produce S unidades adicionales del producto x, y esa unidad adicional de, K le cuesta a la firma $5, entonces el producto marginal de la unidad adicional de K fue S. Pero el producto marginal por cada $1 invertido en la compra de la unidad adicional de K fue evidentemente, en promedio, SI $5 1. (No debe confundirse, pues. el producto marginal obtenido por el empleo de una unidad de K con el producto marginal obtenido por cada $1 invertido en la unidad de K. Sólo en el caso especial en que pK = $1, las dos cifras son iguales).

=

266

Es decir:

y similarmente:

Producto Marginal obtenido por cada $1 invertido en la compra de la última unidad deK

PMAK pK

Producto Marginal obtenido por cada $1 invertido en la compra de la última unidad de T

PMAT pT

Por tanto, la firma maximiza ganancias y está en equilibrio cuando

PMAK

PMAT

pK

pT

(Ec. 13. 4. 1),

que también puede escribirse como

I

i

PMAK

pK

PMAT

pT

(Ec. 13. 4. 2).

4.5

Formalmente, una ,is?cua~ta. es.~déntica a una curva de indiferencia (sección con la uruca distínción de que, mientras la curva de indiferencia s~ refiere a un nivel de utilidad constante que el consumidor deriva de diversas ' . com bi~naclOnes d e consumo de los bienes x e y, la isocuanta se refle:e a un nivel de producción constante que la firma deriva del empleo de diversas combinaciones de los factores K y T como A B en el gráñ 4 5 l2 P .. ' , , a ICO . . '. or tanto, los ejes que sirven de referencia a la isocuanta indican las cantidades e~pleadas por la firma de K y T, en vez de' las cantidades de x y y consumidas por el consumidor, tal como muestra el gráfico 4, 5. l. 4.3. 1):

e

La isoc~anta de la gráfica representa el nivel constante de producción Qo de una .fIrma determinada. Puesto que la producción de cualquier producto sí es cardinalmente medible (500 toneladas, 10.000 unidades, etc.), a diferencia de la utilidad del consum,idor, que sólo es ordinalmente expresable (secciones 13. 2. 1 y13. 3. 3), la isocuanta, a diferencia de la curva de indiferencia expresa una magnitud particular y no solamente un orden de mayor a menor:

;.a que para m~ximiz~ ganancias, al comprar los factores de la producción en el mercado la ~rma comparar!a también la PMA de la tierra po~ cada $1 gastado, así como lo hizo con el K y :1 T. e otro lado, notese que, partiendo de la condición de equilibrio,

Es decir, la ecuación

PMAK pK

13.4.

1 puede escribirse como:

PMA Tierra

=~ pT

p

Tierra

PMAK

PMAT

pK

pT

si pK llegase a aumentar, PMAK

(Ec. 4, 4,1)

permaneciendo

todo lo demás constante

entonces

ocurriría

que

PMAT

-- CMAx y, por tanto, la firma podría aumentar sus ganancias totales aumentando la producción, pues obtendría una ganancia adicional por cada unidad adicional producida. En síntesis, tampoco estaría la firma obteniendo la máxima ganancia posible con un nivel de producción menor que Qo, ya que en tal situación podría aumentar sus ganancias totales aumentando su producción. Puede concluirse, entonces, que si la firma produjera una cantidad mayor que Qo, podría aumentar sus ganancias reduciendo la producción, y que si produjera una cantidad menor que Qo podría aumentar sus ganancias aumentando la producción. Por consiguiente, el único nivel de producción donde obtiene la máxima ganancia posible es Qo, correspondiente al punto E, donde el YM,Aes exactamente idéntico al CMAx, es decir, donde el YMA no es ni mayor ni menor que el CMAx. (En el gráfico 4.6.3, en el punto E se i~tersectan las líneas que representan el YMA y el CMAx, indicando su igualdad), Si produjera menos que Qo (YMA > CMAX) estaría dejando de percibir algunas ganancias posibles, y si produjera más que Qo (YMA < CMAx) obtendría pérdidas por algunas unidades producidas de x. Este nivelQo es también el nivel de equilibrio para la firma porque, después de alcanzado, la firma no tiene estímulos para aumentar o reducir la producción, y porque siempre tiene un incentivo para moverse hacia tal nivel. En otras palabras, con un CMAx creciente! , la firma sólo obtiene la máxima ganancia posible cuando L...I

y_MA

O_M_Ax....l1 (Ec. 4. 6. 1)

1 Como se señaló anteriormente un CMA creciente se deriva del supuesto de que siempre permanecen fijos algunos factores de la producción, lo cual conduce al planteamient o de la productividad marginal decrecíent .• del factor variable. Estos factores fijos corresponde, en general, al tamaño de la planta (instalaciones y maquinaria) y, por ello, podría decirse más precisamente que, con un tamaño de planta dado, y un presupuesto determinado, la firma maximiza ganancias cuando iguala el CMA, determinado por la productividad marginal del factor variable que le permite aumentar la producción, al YMA.

278

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

Pero, ya se ha visto cómo, bajo condiciones de competencia perfecta, el YMA es idéntico al precio del producto que vende la firma (px), (sección 4. 6.2). Por tanto, puede decirse que bajo condiciones de perfecta competencia la firma alcanza su máxima ganancia y su nivel de producción de equilibrio cuando

YAIA

=

px

=

CMAx

(Ec. 4. 6. 2),

o más simplifieadamente, cuando

y lo mismo, en general, para cada una de todas las firmas y todos los n productos de la economía, la cual es una conclusión básica para los resultados que obtiene la economía neoclásica sobre la "eficiencia" del mercado en la asignación de recursos y la satisfacción de las necesidades, indagación culminante de este sistema teórico, a la cual se hará una breve introdu.cción después de la siguiente sección.

LI

Por tanto, para guardar el equilibrio, YMA = CMA, la firma aumenta la cantidad producida (de Qo a QI a Q2) a medida que aumenta el precio, a lo largo de la curva de costo marginal. En otros términos, la curva de costo marginal dice cuál es la cantidad que la firma está dispuesta a producir a los diversos precios, o sea que constituye la misma función de oferta. De otro lado, cada cantidad determinada por esta función de oferta (Qo, Q 1, Q2, etc.) corresponde a un punto óptimo (E, E', E", etc), respectivamente, por lo cual la función de oferta neoclásica es el conjunto de óptimos en la producción (YMA = CMA = Máxima ganancia en competencia = Costo mínimo, como se vio en la sección 4.5.4).

(Ec. 4. 6. 3),

I px = CMAx 1

t

279

LA ECONOMIA NEOCLASICA

4.7

La eficiencia del mercado perfectamente competitivo

4.7.1 Óptimo de Pareto en el consumo En las secciones 4.2.4 Y4.3.4 se vio cómo el consumidor maximiza su utilidad y alcanza su equilibrio cuando se da la condición de que

4.6.4 La función oferta neoclásica Si el precio de x se eleva en el gráfico 4.6.3, los puntos de equilibrio de la firma se desplazan tal como muestra el gráfico 4.6.4.

UMAx

px

UMAy

py

(Ee. 4. 2. 2 Y eco 4. 3. 2),1

Ahora bien, cuando todos y cada uno de los consumidores de la economía han alcanzado su equilibrio y están obteniendo la máxima utilidad posible, dado el ingreso de que disponen, se dice que la economía ha alcanzado un "Óptimo de Pareto en el Consumo", situación que puede simbolizarse como

GRÁFICO 4.6.4 CMA, YMA

px = UMAx

CMAx

py YMA"

PI

~

~E' __+-_______

(1)

UMAx

(z)

= UMAx

UMAY(I)

UMAy

(2)

UMAy

(3)(3)

=

UMAx(nl UMAy

(Ec. 4. 7. 1),

(n)

donde los subíndices entre paréntesis identifican a cada uno de los distintos consumidores de la economía.

YMA'

YMA

Debe recordarse que los precios (px / py) están dados por el mercado y, por consiguiente, son iguales para todos los consumidores. De esta manera, si el consumidor (1) maximiza su satisfacción haciendo que

1

Condición que es válida en general para cada pareja de bienes que pueda formarse con los n productos de la economía, aunque el texto, por simplicidad expositíva, siga ilustrando las conclusiones generales con una mera pareja de bienes.

280

INTRODUCCION

UMAx

(l)

px

UMAy

(1)

PY

yel consumidor (n) maximiza la suya haciendo que UMAx

(n)

UMAy

(n)

px

=--, py

es obvio que se obtiene como resultado UMAx

(1)

UMAy

(1)

UMAx

(n)

UMAy

(n)

LA ECONOMIA NEOCLASICA

A LA ECONOMIA

=-----,

y..así sucesivamente para todas las demás parejas posibles de consumidores (con todas las parejas posibles de bienes). Un óptimo de Pareto en el consumo, o la maximización de su utilidad por parte de cada uno y todos los consumidores, implica entonces la igualación de la relación de las utilidades marginales de los bienes para todos los consumidores, como indica la ecuación 4. 7. 1. Esevidente que esta situación es un óptimo general pues cada uno de los consumidores ha alcanzado su propio óptimo (la máxima utilidad posible), dado el ingreso de que cada uno dispone. Si tal igualación no se produjera, entonces al menos uno de los consumidores no estaría obteniendo la máxima satisfacción que le es posible obtener con su ingreso, (su UMAx / UMAy diferiría de px / py), y la situación global podría, por tanto, mejorar al menos para una persona, sin desmejorar la situación de alguien más, que es la significación precisa de un óptimo de Pareto. En otras palabras, en una situación de no óptimo sería posible que alguien mejorara su nivel de utilidad simplemente cambiando la composición de su consumo, sin gastar más de lo que gasta (simplemente pasando de un punto como B al punto E sobre la misma línea de presupuesto en el gráfico 4.3. 5), mientras que en una situación de óptimo nadie podría mejorar su nivel de utilidad sin gastar más (esdecir, sin disponer de un mayor presupuesto), lo cual implicaría, con un ingreso social dado, que para alguien mejorar, al menos otra persona tendría que ver desmejorada su posición de utilidad (ver reducido su ingreso). Por consiguiente, en una situación de óptimo de Pareto es imposible mejorar la situación de alguien sin perjudicar a otros,

281

porque todo el mundo está derivando la máxima utilidad posible con el ingreso de que dispone. En cambio, si las condiciones del óptimo no se dieran, muchos, varios o al menos un individuo podrían mejorar su nivel de utilidad, y en ese sentido mejorar el nivel de satisfacción social, sin gastar un centavo más de su propio ingreso y del ingreso real de la sociedad. El óptimo de Pareto se refiere, pues, a la máxima utilidad que cada quien puede obtener dado su propio ingreso y el ingreso global de la sociedad en un momento determinado.'

4.7.2 Óptimo de Pareto en la producción Asimismo, en la sección 4. 6. 3, se vio cómo la firma en el mercado de perfecta competencia alcanza su máxima ganancia posible y está en equilibrio cuando iguala el costo marginal del producto que produce con el precio del mismo. Es decir, cuando

. CMAx =ipx,

(Ec. 4. 6. 3), para un producto x.

Ahora bien, cuando en un mercado perfectamente competitivo todas y cada una .de las firmas de la economía están obteniendo la máxima ganancia posible y están en equilibrio, se dice que la economía ha alcanzado un "Óptimo de Pareto" en la producción, pudiendo simbolizarse la situación de la manera siguiente:

1

Es evidente, entonces. que este concepto de óptimo deja por fuera de ea nsideración cualquie~ juicio sobre la distribución del ingreso, partiendo de una distribución del ingreso que toma como dada. Es decir, este concepto de óptimo toma como un dato el ingreso de cada consumidor, aunque para unos implique pobreza y para otros abundancia, absteniéndose de formular cualquier juicio sobre lo que pasaríacon el nivel de "utilidad social" si la distribución del ingreso cambiara. Así, en principio hahría un óptimo tanto para el consumidor que dispone de $1 diario (la máxima utilidad que el consumidor puede alcanzar con $\) como para el que dispone de $\ '. El óptimo de Pareto sería compatible, pues, con ésta y con cualquier distribución del ingreso, lo cual es un resultado directo del postulado de que la utilidad de diversos consumidores no es medible, ni comparable, ni agregable en términ~s de magnitud absoluta (que es un fenómeno or dinal y no cardinal), y de que por lo tanto no puede saberse lo que pasa con el nivel agregado de satisfacción de la sociedad en su conjunto, cuando se le quita ingreso a un individuo para aumentar el de otro individuo. Esto no significa, por supuesto, que la teoría neoclásica no le haya dedicado arduos. esfuerzos a este tema de la distribución, ya que particularmente durante los últimos cincuenta años él ha ocupado quizás la fracción más importante del trabajo neoctásico, que se refleja en intentos de conclusión como el "principio de compensación", los "contornos de Bergson ", las "curvas sociales de indiferencia" y la t e or ia misma de la votación que, sin embargo, no caben dentro del presente contexto elemental. (Las implicaciones de una situacion No óptima también son estudiadas en mayor detalle por la teoría neoclástca, reuniendo sus conclusiones al respecto en el concepto de las "Cajas de Edgeworth", que se encuentra en cualquier texto de Microeconomía).

282

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

= px, para la firma que produce x, CMAy = py, para la firma que produce y,

CMAx

y por consiguiente, CMAx

px

CMAy

py

(Ec. 4. 7. 3).

para el conjunto de todas las firmas de la economia.' Como bajo condiciones de perfecta competencia cada firma en equil ibrio alcanza la máxima producción posible con un presupuesto o costo total dado, ya que para llegar al equilibrio cada $1 de este presupuesto lo gasta en el factor con la mayor productividad (sección 4.4.3), entonces con todas las firmas en equilibrio la economía alcanza la máxima producción posible (ante un presupuesto dado para cada firma) y por eso se denomina tal situación como óptima. En otras palabras, la economía estaría utilizando los factores de producción en las combinaciones que permiten obtener la máxima producción posible en cada firma, sin que sea posible aumentar esa producción cambiando simplemente la combinación de los factores en cada firma, como sí sería el caso si varias o al menos una firma estuvieran en desequilibrio (véase sección 4. 5. 4). Es decir, bajo condiciones de perfecta competencia, la iniciativa privada de cada firma, buscando maximizar sus ganancias, garantizaría la selección de la combinación más eficiente posible de los factores desde el punto de vista de la máxima producción posible como objetivo. Así, las fuerzas libres del mercado, sobre la base de cada ente

1

Nuevamente, por mera simplicidad ex posit iva se toma el caso de solamente .dos firmas para ver la relación de la misma pareja de bienes (x e y) tomados en la sección 4.7. J pero, el argumento es inmediatamente generalizable a n productos. estableciéndose relaciones similares entre precios y costos marginales para toda pareja de productos que pueda formarse. También debe recordarse, (secciones 4.4.4 Y 4.5.4), que cuando cada firma está.en equilibrio, maximizando ganancias, entonces PMAK! pK = PMAT (pT (ec. 4. 4. 1 Y4.5.2), condición que forma, por tanto, parte del óptimo de Pareto en la producción, y que significa que cada firma está produciendo el máximo posible con el presupuesto de que dispone, ya que ha seleccionado la combinación de factores que le permite obtener el máximo producto posible. En otras palabras, estando cada firma en equilibrio es imposible que la producción de la economía pueda aumentarse cambiando simplemente la combinación de factores, sin aumentar el presupuesto o costo total de varias o al menos una de las firmas. En cambio, con cualquier firma en desequilibrio, PMAK! pK ¿PMAT I p T, la producción podría aumentarse sín aumentar su presupuesto o costo total, cambiando simplemente su cornbinacíón de factores, moviéndose a lo largo de la misma línea de presupuesto y pasando de un punto como B al punto E en el gráfico 4.5.4. lo cual le permitiría alcanzar una iso cuanta más alta, es decir. un nivel mayor de producción. Con cada firma en eq uilibr io la producción social es pues máxima, dado un presupuesto total de costos, y por eso se dice que es una situación óptima.

LA ECONOMIA NEOCLASlCA

283

privado buscando su beneficio se encargarían de generar automáticamente la situación más eficiente posible desde el punto de vista de la asignación de los recursos productivos (lo cual debe empezar a sonar familiar con los postulados de los fisiócratas y de A. Smith). Por esto tal situación se considera óptima. y se le llama "de Pareto" porque, en esa situación de máximo, ninguna firma puede aumentar su producción sin aumentar su propio presupuesto para gastar en factores, lo, que con un presupuesto social dado implicaría reducir el presupuesto y la producción de al menos otra firma, mientras que si hubiera alguna firma en desequilibrio podría aumentar la producción sin aumentar su presupuesto y, por tanto, sin reducir la producción de otras firmas, simplemente cambiando su propia combinación de factores, proposición que estableció Vilfredo Pareto en forma muy precisa. Menos precisamente, pero quizás muy ilustrativamente, podría decirse que tal situación es óptima en lo referente a la asignación de los recursos productivos porque no existe ninguna forma mejor de combinarlos desde el punto de vista de maximizar la producción social. 4.7.3 IjI Óptimo general Ahora, es perfectamente lógico concluir que si, por un lado, los consumidores maximizan sus niveles de utilidad y simultáneamente, por el otro lado, las firmas maximizan sus ganancias, se tenderá hacia un equilibrio simultáneo tanto de cada consumidor como de cada firma, es decir, hacia un óptimo de Pareto simultánemanete tanto en el consumo como en la producción. Esto es, las condiciones UMAx

px

---

= --,

UMAy

py

CMAx

px

CMAy

py

para todo consumidor, y

, para el conjunto de todas las firmas de la econom ía, se

darán simultáneamente. Por consiguiente, las dos condiciones anteriores implican para el conjunto de todos los consumidores y todas las firmas que UMAx px CMAx (Ec. 4.7.4), o py UMAy CMAy UMAx

CMAx

UMAy

CMAy

1

(Ec. 4. 7. 5),

1

Y símilarmente

para toda pareja posible de productos.

284

INTRODUCCION

que expresa la situación de un óptimo general en la economía, es decir, tanto en el consumo como en la producción simultáneamente. La ecuación

4. 7. 5 expresa que, dado un ingreso para cada consumidor

1

y dado un presupuesto para cada firma, el equilibrio simultáneo tanto de

consumidores como de firmas en un mercado perfectamente competitivo conduce al sistema económico a una situación inmejorable desde el punto de vista de la satisfacción (o utilidad) que las personas que componen tal sistema económico pueden derivar del mismo. Pero, para entender porqué la ecuación 7.5 expresa tal proposición es mejor, quizás, primero observar lo que ocurriría en cualquier circunstancia diferente, es decir, en circunstancias en que

ia

UMAx

CMAx

---> -UMAy

UMAx 0--

CMAy

UMAy

>

CMAx CMAy

CMAy

UMAx es idéntico a CMAx

UMAy,

(des. 4. 7. 6),

> CMAy

donde, como todo quebrado, UMAx / CMAx y UMAy / CMAy expresan cuántas unidades de numerador hay en promedio por cada unidad de denominador. De acuerdo a esto la desigualdad 4.7.6 expresa que la utilidad adicional derivada por los consumidores de cada $1 adicional gastado por la sociedad en incrementar la producción de x (UMAx / CMAx) es mayor que la utilidad adicional derivada por los consumidores de cada $1 adicional gastado por lá sociedad en incrementar la producción de y (UMAy /CMAy). Por consiguiente, la sociedad podría aumentar el nivel de satisfacción de los consumidores reduciendo el gasto en la producción de y, y aumentándolo en la producción de x, ya que por cada $1 transferido de la producción de y hacia x la ganancia en utilidad por consumir más x sería mayor que la pérdida de utilidad por dejar de consumir algo de y, (UMAx / CMAy > UMAy / CMAy), obteniéndose una ganancia neta de utilidad por cada $1 transferido de la producción de y hacia la de x, mientras persista la circunstancia de que UMAx / CMAx

>

Obviamente, repitiendo el razonamiento anterior, si llegara a darse la situación inversa de que UMAx/CMAx < UMAy /CMAy, los consumidores obtendrían una ganancia neta de utilidad si la sociedad transfiriera parte de su gasto en la producción de x hacia la producción de y, y esto seguiría siendo cierto mientras persistiera tal desigualdad. Por tanto, si el nivel de satisfacción de los consumidores puede aumentarse simplemente cambiando la composición de la producción y de un gasto dado cuando UMAx/CMAx > UMAy/CMAy, y también cuando UMAx/CMAx < UMAy / CMAy, en ninguna de estas situaciones se estaría obteniendo la máxima satisfacción posible ante un gasto o costo real dado de la sociedad y, en ese sentido, ambas situaciones indicarían una ineficiencia en la asignación de los recursos productivos de la sociedad.

CMAx



z

>y

>

>z

z

>

x y

>x

Convirtiendo estas expresiones de los ordenamientos de las preferencias individuales en un ordenamiento colectivo, se obtendría la siguiente votación: entre x e y, A preferiría x pero B y C preferirían y. Por lo tanto, colectivamente y > x. Siguiendo con la votación, los restantes resultados colectivos serían entre x y z, x > z: entre y y z: Z > y. En síntesis, como resultado del ordenamiento colectivo se obtiene: • y > x;

x > z;

z>y

296

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

Puede observarse, entonces, que y es preferible a x, y x es preferible a z, por lo cual, si se cumpliera la propiedad de la transitividad, y debería ser preferido a z, Pero, por el contrario, el resultado encontrado es z preferido a y. y, unavez más, si hubiera transitividad, z sería preferido a x, al contrario del resultado observado, y así en general. Para intentar una aproximación a las implicaciones de estos resultados retrocedamos al Gráfico 4.3.3. (Secc. 4.3.2), en el cual el mapa de indiferencia es una representación gráfica de la función de preferencias de consumo de un individuo. Allí, inequívocamente, VIII > VII > .., > II > 1, es decir, el ordenamiento O la función de preferencias es transitiva. Si II > 1YVII > Il, entonces, VII > 1, lo cual se expresa en que VII es siempre una curva de indiferencia más alta que 1. Ahora, intentando percibir lo que ocurriría si la transitividad desapareciera, vayamos al Gráfico 4.3.5 (Secc. 4.3.4). ¿Qué ocurriría si la curva de indiferencia I no estuviese siempre por debajo de I1 y de IlI, sino algunas veces pudiera situarse por encima de Il, es decir, en la posición de IIl, mientras que IIJ pudiera situarse por debajo de n, en la posición de I? Al parecer, el mismo nivel de satisfacción (1)podría alcanzarse algunas veces con un nivel de ingreso más alto (con la línea de presupuesto que es tangente a UD y otras veces corrun nivel de ingreso más bajo (una línea de presupuesto que sería tangentea 1 en su posición del Gráfico 4.3.5 Es decir, el nivel de satisfacción sería independiente del nivel de ingreso; o bien, cada curva no representaría un nivel de satisfacción determinado. Pero cualquiera de estas conclusiones resulta fatal para el planteamiento paretiano, porque contradice sus premisas esenciales. Basta ahora con visualizar el mapa de indiferencia de los gráficos 4.3.3 y 4.3.5 como si no fuera simplemente el de un individuo sino el de la colectividad, para intuir los destrozos conceptuales que la ausencia de transitividad de la FPS introduciría en el modelo paretiano. En esencia, la situación de un máximo bienestar colectivo perdería su significación o quedaría indeterminada en términos de la conceptualización paretiana, volviéndose al punto de partida, Por consiguiente, parecería inevitable la conclusión de que, en el sentido paretiano, resulta imposible definir una FPS basada exclusivamente en las expresiones de las preferencias o juicios individuales; lo cual, quizás, inspiró el ensayo de Sen titulado "La Imposibilidad de un Liberal Paretiano" (1972), título que sintetiza de cuerpo entero las dificultades aludidas, y arroja alguna luz sobre las nuevas tendencias que han empezado a cobrar fuerza en el campo de la teoría. Por supuesto, el grado de las dificultades aumentaría si, más allá del problema de elegir un solo óptimo paretiano entre todos los que son posibles, se

LA ECONOMIA NEOCLASICA

297

planteara el conflicto entre uno de tales óptimos y una situación elegida colectivamente que no fuera "óptima" en dicho sentido, Pero, en cualquier caso la aplicación de juicios éticos explícitos parecería indispensable para aproximarse a ur:a .conclus.ión.Este resultado, de otro lado, no debería ser sorprendente, pues SIbien es CIerto que el enfoque paretiano se ha resistido denodadamente ~ la aplicación explícita de juicios éticos, como bien lo han subrayado especialistas como Bergson (1938) y Wmch (1971), dicho enfoque está fundamentado en nada más ni nada menos que en otro juicio ético. A ~a~era de conclusión, podría decirse que los intentos para establecer un límite Impermeable e~tr~ "lo eco~óI:lÍco"y ''lo no económico" (ética, política), y para hacer de los criterios economicos, en su sentido más estrecho, juicios absolutos y autosuficientes, han perdido legitimidad en los desarrollos teóricos :ná~ recientes. Ello implica, naturalmente, que con todo lo importantes y aún indispensables que tales criterios puedan revelarse, tienden a situarse como condiciones necesarias pero no suficientes del análisis, requiriendo el complemento ~e otros el:mentos de juicio o, más precisamente, una mayor amplitud de su n;-Ira,lo :u~abre una perspectiva más rica, compleja e interesante para la teoría economica contemporánea. De esta manera, el análisis del mercado cobra una mayor fluidez y se interconecta de manera indisoluble con las teorías de la justicia (ética), de los procesos electorales (elección colectiva) y, dentro d~ este :o~t~xto, con las teorías del comportamiento de otros agentes e,s~nctales, dIstmtb~ de los consumidores y las empresas, como los partidos políticos, la burocracia, los grupos de presión y, en general, el mismo Estado como agente individual más importante, no sólo por su peso cuantitativo en las economías modernas, sino también como diseñador y ejecutor final de la política.

4.11 Nuevos horizontes Dentr~ del anális~s tradicional parecía natural la expectativa de que el Estado entraría a corregir las falla~ en que puede incurrir el mercado, en su libre juego de ofertas y demandas. Sin embargo, en los desarrollos teóricos recientes se ha vue.lto cad~ vez ~ás. frecuente reclamar un análisis detallado para estos prop6~ltos, bajo e~principio general de que si el mercado puede equivocarse, ~o existe ~na razon pa.ra ~uponer a priori que las decisiones políticas quedan lIbr:,s de dicha falla. Siguiendo este razonamiento, dos nuevas líneas de indagacion se han abierto. En primer lugar, un replanteamiento de las causas que conducen a las fallas del mercado, el cual ha sido sintetizado de manera nítida en el Teorema de Coase. En ge~eral: éste establece que si los derechos de propiedad sobre todos los recursos (incluidos los naturales) estuviesen perfectamente definidos, y si

298

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

los costos de las negociaciones voluntarias entre particulares fuesen cero, los procesos de libre contratación entre individuos conducirían por su propia dinámica a una situación óptima. No obstante, resulta pertinente señalar que Coase mismo (1992) ha aclarado que su famoso teorema, aunque basado en sus trabajos, no fue acuñado por él, sino por Stigler. y que, por otra parte, en la realidad los costos de la contratación voluntaria entre particulares nunca son cero, por lo cual no cabe presuponer de entrada la exclusión de la intervención política del Estado en la corrección de las fallas del mercado. Por el contrario, su conclusión es la de que resulta indispensable evaluar tal intervención sobre la base de las condiciones específicas, y precisar el análisis de los costos de las negociaciones y contrataciones voluntarias. De todas maneras, dentro de este contexto se destaca que los costos positivos de las negociaciones voluntarias tienen profundas implicaciones para un adecuado planteamiento de la teoría económica. En particular, se concluye que el espontáneo juego de las libres iniciativas del mercado es insuficiente para conducir a resultados óptimos. y, más específicamente, que en el análisis de dicho juego deben tomarse en cuenta los sistemas de planeación que de manera deliberada implementan las empresas, así como la estructura y particularidades del sistema legal (el cual enmarca, regula y da fuerza a los contratos). En otras palabras, que "sin las instituciones adecuadas ninguna economía de mercado con algún grado de significación es posible". En esta forma, una teoría económica verdaderamente significativa sólo podría desarrollarse a través de un análisis orgánico que interconecte el sistema de precios con la estructura de las instituciones y el sistema legal. Un corolario de lo anterior tiene que ver con un incipiente cambio de énfasis de las transacciones estrictamente voluntarias, en cuyo análisis se centra de manera exclusiva el enfoque teórico tradicional, hacia las negociaciones y el conflicto en los cuales intervienen de manera decisiva distintos grados de fuerza y poder. Con todo lo interesante e importante que este enfoque resulta, retornando algunas páginas olvidadas, resulta necesario reconocer que, por el momento, es un campo muy incipiente sobre el cual la teoría económica establecida tiene todavía muy poco que decir. La segunda línea de desarrollo tiene que ver con los objetivos del Estado, los procesos para determinarlos y los mecanismos mediante los cuales se persigue su implementación. En este sentido, los desarrollos de la teoría económica también tienden a interconectarse con el análisis del sistema político. En particular, con el estudio de las reglas de juego para la toma e implementación de las decisiones públicas, y con la idoneidad de los partidos políticos y los mecanismos electorales para conducir a resultados socialmente óptimos.

LA ECONOMIA NEOCLASICA

299

Los nuevos horiz.ont~s también pueden otearse en autores modernos como Bu~~:na:, ~~ra qUle~ el paradigma de la contratación" debería tener precedente ~o re el ~ara.d~gma de la optimización". y, con este cambio de énfasis, las ona~ ,de la Ju~tlc~a, de los consensos e intercambios políticos y de la "interpretacíón constltuclOnal", como la llama Buchanan, parecen insinuar la senda que se abre en el futuro para los nuevos desarrollos de la teoría económica.

(

(

Apéndice A-IV El problema de la función de producción y la medida del capital

APÉNDICE (A-IV) EL PROBLEMA DE LA FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN y LA MEDIDA DEL CAPITAL

A.4.1 Introducción Se ha visto cómo la teoría neoclásica concluye que, bajo condiciones de competencia perfecta, toda firma en equilibrio remunera a cada factor de acuerdo a su productividad física marginal decreciente (secciones 4.4.2, 4.4.4 Y4.5.4). En concordancia con esto, si la cantidad de capital (K) empleada por la firma aumenta, con los demás factores constantes, la remuneración del factor capital, esto es, la tasa de ganancia normal, o "la" tasa de interés, por brevedad (i), deberá disminuir. Aunque la conclusión general de que al aumentar la proporción de capital con respecto al trabajo se reduce la tasa de interés puede que no sea discutible en sí misma, yse encuentra en A. Smith como observación histórica y como teoría de la acumulación, y aun en Marx como teoría de la tasa de ganancia. y la composición orgánica del capital, la explicación específica que suministra la teoría neoclásica para tal fenómeno, y de la cual depende directamente su teoría de la distribución, ha dado lugar en cambio a un cuestionamiento y a una demanda de mayor clarificación de sus propias bases, con mayor énfasis desde mediados de los años cincuenta, cuando se publicó el ahora famosísimo artículo de Joan Robinson intitulado "La Función de Producción y la Teoría del Capital". UNiVBltSIDAD

IHBLlOTECA

DB AMTIOQUIA CENTRAL

304

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

En efecto, para obtener tal deducción se parte de establecer una relación unívoca de la cantidad de capital empleado (por trabajador, es decir, con el otro factor constante) como determinante de la PMA decreciente del capital (a mayor empleo de K, menor PMA K), relación que suele denominarse la función de producción neoclásica, Es evidente, entonces, que para poder; determinar la PMA K se requiere primero conocer la cantidad de capital, K. Pero, para medir K, previamente se requiere una unidad de medida de K, es decir, estipular qué es la magnitud de capital, (Por ejemplo, si se dice que K = 1.000 es necesario estipular 1.000 unidades de qué cosa o sustancia: ¿pesos?, ¿máquinas?, ¿kilos?, ¿metros?, etc.). La función de producción neoc1ásica no puede adoptar, para sus fines explicativos, la noción de que la cantidad de capital (K) es la suma de los precios de los bienes de capital que usan las firmas, porque en ese caso, al aumentar o disminuir tales precios, la "cantidad de capital" cambiaría pero ello no tendría porqué dar lugar a un cambio en el PMA físico del capital. Por ejemplo, la misma máquina no se haría ni más ni menos productiva físi9amente por el hecho de que su precio haya aumentado o disminuido. CoUtal forma de medición, es entonces evidente que K podría aumentar sin quepaPMAK se redujera, lo cual contradiría lógicamente la relación que establece la función de producción neoclásica de una reducción de PMAK antéun aumento de K. Por consiguiente, si se adopta como punto de partida la función de producción neo clásica, es decir, una relación unívoca inversa entre K y PMA K, se hace necesario rechazar, por coherencia lógica y para fines explicativos, la noción de que la cantidad de capital es un valor (una suma de precios), lo cual deja como única alternativa la noción de que la cantidad de capital (K) está medida en unidades físicas. Lógicamente, lo anterior no significa que se recurra al expediente de sumar físicamente edificios con máquinas de diverso tipo, éon herramientas diferentes, con materias primas, etc., pues la cifra resultante (¿por número?, ¿por peso?, ¿por longitud?) sería carente de cualquier significado inteligible y útil económicamente. La verdadera dificultad de la teoría neoclásica radica, pues, en encontrar una unidad física de medida del capital, que no incurra en el infantil sin-sentido antes ejemplificado, y que tampoco sea el trabajo involucrado en los bienes de capital (como en los economistas clásicos y Marx) pues, en este último caso, el capital no constituiría un factor de la producción diferente del trabajo, que es el supuesto neoclásico fundamental. Fueron los economistas de la escuela austríaca, y particularmente BombBawerk, quienes suministraron una respuesta al interrogante planteado, haciendo del "período de producción" la unidad de medida física del capital

APENDICE (A . XIII)

305

que debería servir de soporte a la función de producción neoclásica y sus corolarios derivados, como se intenta ilustrar a continuación.

A.4.2 El período de producción y los corolarios neoclásicos 4.2.1 Procesos indirectos, espera y período de producción Para Bomh-Bawerk y la escuela austríaca, la noción de capital está indisolublemente ligada a la noción de "espera" o "abstinencia", a la renuncia de consumo presente (de algún bien), lo cual permite utilizarlo posteriormente como medio de producción (capital). La "espera" o "abstinencia" permite, pues, recurrir al uso de medios de producción o, en otras palabras, permite producir los productos de COnsumo final de manera indirecta, y mediante el uso de medios de producción, por mediación de los medios de producción, a diferencia de las formas de producción primitivas, cuando no existe la acumulación, y se produce en forma directa con el trabajo y sin la ayuda del "capital". Así, a mayor abstinencia del consumo presente, mayor será la acumulación de capital, mayor será la disponibilidad de medios de producción en el futuro y más indirectos serán los procesos. Por ejemplo, tomar el agua directamente de una fuente natural con la mano, sin ayuda de ningún medio de producción, sería un proceso de producción absolutamente directo, sin el uso de ningún "capital". Pero satisfacer la necesidad de consumir agua mediante el uso de recipientes para transportada y almacenada, sería un proceso más indirecto que el anterior y requeriría de haberse abstenido en un período previo de gastar todos los frutos de trabajo en consumo, para poder producir los recipientes que servirían en el futuro. Y si se utilizan acueductos, para los cuales fue necesario producir previamente tubería, previamente a la tubería acero, previamente al acero hierro, previamente al hierro herramientas, etc., se estaría en presencia de un proceso todavía más indirecto, que recurre al uso de mayores "cantidades" de capital. De esta manera, la medición del capital resulta vinculada a la "espera", "abstinencia" o grado en que los procesos logran ser "indirectos", todo lo cual está vinculado al tiempo. A esto se refería Bomh-Bawerk cuando tomaba el período de producción como un indicador del grado en que un proceso es indirecto. De otro lado, la ventaja de utilizar procesos indirectos es que permiten obtener un mayor producto con la misma cantidad de trabajo, u obtener un producto dado con menos trabajo. Para precisar un poco más estas ideas, se presenta a continuación una ilustración en que una unidad del mismo producto x puede ser producida

306

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

APENDICE

mediante 4 procesos diferentes, es decir, donde unos procesos son más indirectos que otros, con el correspondiente ahorro de trabajo por aumento de la productividad.

CUADRO A.4.1 Procesos para Producir Ix' PERIODO

lo.

PROCESO

PROCESO

PROCESO 11

12 T

ST

3T

2T

ST

3T

2T

3T

2T

20. 30.

12 T

lO T

9T

8T

El proceso 1 es directo porque no hay ninguna abstinencia ni, por tanto, se usan medios de producción acumulados de períodos anteriores. De una vez en el período 10. se produce y se consume l x, mediante el gasto de 12 unidades de trabajo (12 T). El II es indirecto, porque Lx se produce en forma indirecta, produciendo previamente en el período 10. un medio de producción (con 5 T), absteniéndose de consumir x en este período, y utilizando este medio de producción con 5 unidades adicionales de trabajo (5 T) en el período 20., para obtener 1x y consumirlo en este período. Como resultado del método indirecto, se ahorran 2 unidades de trabajo (2 T) con relación a lo que costó producir Lx con el proceso I, pero hubo que "esperar" más con relación al proceso 1, para consumir x. Nada se consumió de x, sino hasta el final del 20. período. De la misma manera, para poder consumir x, hay que esperar hasta el final del tercer período si se utiliza el proceso IIIy hasta el final del cuarto período si se utiliza el proceso IV, es decir, IV es más indirecto que IlI, éste es más indirecto que II y éste es más indirecto que I. O, mirándolo desde otro ángulo, con el proceso 1 no se utilizan medios de producción elaborados previamente por la sociedad, con el proceso II se utilizan medios de producción que se elaboran mediante un período previo, con el proceso III se utilizan medios que se elaboran mediante 2 períodos previos y con el proceso IV se utilizan medios que se elaboran durante 3 períodos previos (como en el caso

1

307

más sofisticado de provisión de agua mediante acueductos). También desde este punto de vista, entonces, a medida que se avanza del proceso I hacia el IV los procesos son cada vez más indirectos. Naturalmente, a tal avance corresponde, en cada caso, un ahorro en la cantidad de trabajo necesaria para producir Ix, pues esa es precisamente la razón que justifica el uso de métodos cada vez más indirectos. Por ello, la cantidad de trabajo total invertida por la sociedad para producir l x se va reduciendo paulatinamente, de 12 T en I hasta solamente 8 T en IV.

IV

2T

40. TOTAL

III

PROCESO 1

(A . XIII)

Esta ilustración y las que siguen sobre el tema se basan en la ejemplificación de Pau\ Sarnuels on en "A Surnrning Up", Quarter\y Journal of Economics, Vol. 30, 1966. Reproducido en "Capital and Growth", Harcourt y Laing editores, Penguin Books ¡971.

Más precisamente, cuando se utiliza el proceso 1, debe esperarse un período para obtener el rendimiento final de cada unidad de T invertida. Puede decirse, entonces, que el "período medio de producción" (el tiempo promedio de espera para obtener el fruto de cada unidad de T invertida) en el proceso I es de 1 período. Cuando se utiliza el proceso II, el "período medio de producción" o tiempo promedio de espera para obtener el fruto de cada unidad de T invertida es: 2 períodos para cada una de las primeras 5 T invertidas en el período 10. y 1 período para cada una de las últimas 5 T invertidas en el período 20. Luego, en promedio será: (2 + 1) / 2 = 1.5 Cuando se utiliza el proceso III, "el período medio de producción" será: 3 períodos de espera para cada una de las primeras 3 T invertidas en el período 10., 2 períodos de espera para cada una de las 3T invertidas durante el período 20. y un período de espera para cada una de las 3T invertidas durante el período 30. Es decir, en promedio, para cada unidad de T invertida durante todo el proceso III, la espera fue de (3 + 2 + 1) / 3 = 2. Y, cuando se utiliza el proceso IV, el "período medio de producción" será: 4 períodos de :spera para cada una de las 2 T invertidas durante el período 10., 3 períodos de espera para cada una de las 2 T invertidas durante el 20., 2 períodos de espera para cada una de las 2 T invertidas durante el 30. y 1 penado de espera para cada una de las 2 T invertidas durante el 40. período. O sea, en promedio (4 + 3 + 2 + 1) /4 = 2.5. Llamando 9 al período medio de producción, se tendría entonces:

el

1

eti

1.5

e 111

2

etv

2.5,

lo cual suministra una medida precisa del grado en que cada proceso es más o menos indirecto que los demás, o más intensivo en capital, y que como cuantificación física, en términos de tiempo, permitiría resolver, en primera instancia, el problema de la medición del capital, con sus consiguientes corolarios neoclásicos como se muestra en seguida.

4.2.2 La elección de procesos (o tecnologías) y los corolarios neoclásícos A simple vista, podría pensarse que la firma competitiva, buscand o reducir los costos al mínimo posible, ante la alternativa de elegir libremente cualquiera de los procesos estudiados en el cuadro A. 13. 1, seleccionaría el más indirecto, el No. IV. Sin embargo, razonar de tal manera sería ignorar que el capital tiene un costo para la firma, que es la tasa de interés y que no aparece en el cuadro A. 13. 1 porque éste sólo muestra los costos en trabajo. Por consiguiente, para poder saber en realidad cuál sería el proceso (o "técnica") menos costoso para la firma es necesario tener en cuenta los costos del capital, es decir, la tasa de interés pues, con tales costos, no necesariamente los procesos más intensivos en capital (como el IV) resultan los más económicos para la firma. Supóngase entonces, para empezar, que la tasa de interés fuese igual a 0.5 ó 500/0 por período. ¿Cuál sería el proceso menos costoso para la firma?, es decir, ¿cuál proceso permitiría la producción de 1x al mínimo costo posible para la firma? Los cálculos que permiten llegar a una respuesta final se presentan a continuación. 1 Costo de Producir Ix con el Proceso 1,91

=

1

=

en = 1.5

Inversión de 5T más sus intereses por dos períodos Inversión de 5T más sus intereses por un período TOTAL

= =

5T (1.5)2 5T (1.5)

=

11.25 T

=

7.50 T 18.}5 T

Para efectuar estos cálculos es necesario operar con el interés compuesto. Entonces, debe recordarse q ue, si T es la suma prestada sobre la cual se pagan intereses, e i es la tasa de interés: i , T serán los intereses del primer período, de donde, al final del primer período, se recupera el capital invertido T más sus intereses i. T. o T+iT=T (1 +í). Si la suma T permanece invertida durante dos períodos, entonces los intereses del primer período serán í'I': los del segundo per iodo serán también iT pero deben adicionarsele además los intereses (i) sobre los intereses acumulados del primer período (iT), o sea. deben adícjonarse le i (iT) =i2 T (interfes compuesto). En total, los intereses de una suma T que permanece invertida durante dos períodos serán pues: i T + iT + i2 T. Y, al final de los dos períodos, se recogerán entonces, estos intereses T (i +i2) más la recuperación de la suma invertida (o prestada), T. Es decir, al final de los dos períodos se recoge: T+iT+iT+i2T=T(1

+2i+i2)=T(l

+i)2

Si la suma T permaneciera invertida durante 3 períodos, siguiendo un razonamiento final se recogería T (1 + i)3 Y. en general, si la suma T permaneciera invertida durante al final se recogerían T (1 + ¡)n. Esta fórmula se Usa a continuación.

Costo de Producir Ix con el proceso IU,

etu = 2

Inversión de 3T más sus intereses por 3períodos + Inversión de 3T más sus intereses por 2 períodos + Inversión de 3T más sus intereses por 1período COSTOTOTAL

3T (l. 5]3 = 3T (1.5)2 = 3T n.5)

=

10.125 T = 6.750 T = 4.500 T 21.375 T =

Costo de Producir Ix con el proceso IV, 9IV = 2.5

Inversión de 2T más sus intereses por 4 períodos + Inversión de 2T más sus intereses por 3 períodos + Inversión de 2T más sus intereses por 2 períodos + Inversión de 2T más sus intereses por 1período COSTO TOTAL

= 2T{1.5)4 = 1O.125T = 2T (1.5)3 = 6.750 T = 2T (1.5)2 = 4.500 T = 2T (1.5) = 3.000 T 24.375 T

Puede concluirse entonces, que con una tasa de interés tan alta como 500/0, los procesos más indirectos, es decir, más intensivos en capital (mayor e) resultarían los más costosos para producir 1 x y, por lo tanto, la firma seleccionaría la tecnología menos intensiva en capital (ya que el capital es tan costoso), es decir, el proceso 1 que arroja el menor costo total entre todos los procesos,

1

Inversión (12T) más sus intereses por un período, (i) (12T) (12T) + (i) (12 T) = 12T (1 + i) = 12T (1.5) = 18T Costo de Producir Ix con el Proceso I1,

309

APENDICE (A· XIII)

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

308

similar, al n períodos,

Ahora, si la tasa de interés se redujera a 250 lo, (0.25), repitiendo el proceso anterior para calcular nuevos costos, se obtendría: Costo Total de Producir 1x con i = 0.25

el eII eIII eIV

1 1.5 2 2.5

Proceso Proceso Proceso Proceso

I II II1 IV

T 140625 T 14.3329 T 14.4141 T 15

Se observa así., cómo ante una reducción en la tasa de i.nterés los procesos más intensivos en capital (mayor 9) empiezan a hacerse más baratos que los menos intensivos (menor e), al punto de que en la nueva situación el proceso menos intensivo en capital de todos, el menos indirecto, (con menor e), el proceso 1, se ha vuelto el más costoso de todos. La firma seleccionaría ahora, entonces, el proceso II, que es el que permite producir x a menores costos y que es más intensivo en capital que el proceso I, ya que su período de producción, elI = 1.5, es mayor que el período medio de producción del

310

APENDICE (A . XIII)

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

311

proceso I, 91 = 1.0. De esta manera, el aumento en la tasa de interés vino acompañado de una mayor intensidad en el uso del capital. (Al pasar del proceso I al Il, se redujo la cantidad de trabajo total, T. y se aumentó la "cantidad de capital", (}aumentó).

ii- Sobre la base de los anteriores supuestos demuestra que cuando la firma está en equilibrio (secciones 4.4.4 Y4. 5. 4), entonces

Y, aunque siguen existiendo tecnologías más intensivas en capital (con mayor 9) que la Il, como la III y la IV, puede mostrarse que con reducc:iones sucesivas en la tasa de interés, paulatinamente se sigue avanzando en la adopción de procesos cada vez más y más "capital - intensivos".

es decir, que la remuneración al capital está determinada por su productividad física marginal. Y,

En efecto, si la tasa de interés cayera ulteriormente a 200/0 por período los costos para la firma de producir una unidad de x con cada proceso serían:

PMAK =pK= i

iii- Puesto que

PMAK t siK t', deduce que i t siK t

Costo Total de Producir Ix con i = 0.2 9l

1

Proceso l

9[[

1.5

Procesoll

«tu

2.0

Procesolll

9lV

2.5

Proceso lV

= = = =

14.4 T

Ahora, en la ilustración anterior, se ha definido

K

13.2 T 13.1 T

Podría concluirse, entonces, que reducciones en la tasa de interés van siempre acompañadas de cambios a procesos que demandan mayores períodos de producción, es decir, mayores cantidades físicas de capital por unidad de trabajo, confirmándose así el postulado neo clásico esencial sobre la función de producción de que existe una medida física del capital' que es compatible en el resto de las proposiciones neo clásicas sobre la distribución (Si K t => PMAK j. => it ). En otros términos, y para usar un esquema: i·de un lado, la teoría neoclásica, al iniciar el estudio de la firma (secciones 4.4. 1 Y4.4.2), postula que el capital puede medirse como una cantidad física K, diferente de los demás factores. Y que,

1

=>

más precisamente,

si i t

=>

et

=>

K

t,

lo cual está en perfecta concordancia con la deducción consiguiente, la definición K = 9 estaría en perfecta todos los corolarios neoclásicos, y permitiría saltar de la i·, arriba, es un supuesto sin sustento a la afirmación de existe una medición física del capital, que es

e.

del punto iii-, Por concordancia con afirmación de que que efectivamente

La teoría austríaca del capital suministraría, pues, el soporte requerido para la teoría de la firma, de su equilibrio y de la remuneración a los factores. Sin embargo, como dice Samuelson al resumir más de un decenio de debate sobre el tema, en el cual él mismo fue protagonista principal, "los académicos no han nacido para llevar una existencia fácil". Y la ilustración anterior hace aparecer tal existencia como demasiado fácil. Por ello, es necesario completar el cuadro con aquellos aspectos de la realidad que no dejan que la vida de los académicos se convierta en un lecho de rosas (sin espinas).

4.2.3 La reversión de técnicas y la función de producción de "mal comportamiento"

PMA K t

Nota para el lector avanzado: en palabras de Sraffa.

9

y se ha encontrado que

12.9 T

Ahora, el proceso más intensivo en capital, más indirecto, con 9IV = 2.5, se ha convertido en el que permite producir x al mínimo costo posible, por lo cual es adoptado por la firma, en preferencia a todos los demás procesos, menos indirectos, menos capital - intensivos.

si K t

=

"independiente

de la distribución

Yde los precios",

El cuadro A. 4. 2 ilustra dos procesos (o técnicas) diferentes, con sus respectivos períodos medios de producción, para la producción de una

312

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA APENDICE

unidad del producto y (ly). Con el proceso 1 se invierten 7 T en el primer período y, aunque no es necesario realizar inversiones adicionales, es necesario esperar hasta el fin del segundo período para obtener los frutos de la inversión, (como en el caso de la explotación de bosques en la cual, después de sembrados los árboles, es necesario esperar hasta que éstos crezcan). Con el proceso U se invierten 2 T en el primer período, pero debe esperarse hasta el fin del segundo período para poder tratar el producto intermedio resultante con 6 T adicionales de inversión en el tercer período y obtener el fruto de las inversiones al final del período 30. De acuerdo al período medio de producción el proceso 1 es más capital- intensivo (emplea mayor cantidad de capital por unidad de trabajo), porque el = 2 Y gIl = 1.51.

Períodos

Proceso I

lo. 20.

Períodos

Proceso II

7T

lo.

2T

O

20.

O

7T

30.

6T 3T

91

91=2

911

= 1.5

Sobre la base de la anterior información, los costos totales de la producción de ly para la firma, esto es, incluyendo la tasa de interés del capital y siguiendo el mismo procedimiento de cálculo explicado en la ilustración de la sección anterior, serían los siguientes, para los dos procesos y para diferentes niveles de la tasa de interés (i):

o

313

XIII)

Costo Total para la Firma de Producir ly

Con i = 1.51

01 OIl

2 1.5

Proceso 1 Proceso II

Coni=0.6

Coni=O.l

43.750*

17.920

8.470*

46.250

17. 792*

9.262

Así, el proceso más barato (marcado con un asterisco) y, por tanto, el seleccionado por la firma sería:

1 cuando i = 1.5 11 cuando i = 0.6 1 cuando i = 0.1

CUADRO A 4.2 Proceso o Tecnologías para Producir ly

(A

De esta manera, de. un lado, al disminuir la tasa de interés de 1.5 a 0.6 se pasaría de un proceso muy capital intensivo (91 = 2) a uno menos capitalintensivo (811 = 1.5), i,¡. => K l , Y, de otro lado, la misma técnica (I) puede ser abandonada (a cambio de 1I) y nuevamente volver a ser adoptada (1) a medida que la tasa de interés sigue reduciéndose (como cuando pasa de i = 0.6 a i = Estos dos resultados están estrechamente vinculados entre sí, conociéndose el primero como un "mal comportamiento" de la función de producción neoclásica y el segundo como "reversión de técnicas", y los dos son contradictorios con los postulados fundamentales de la función de producción neoclásica.

O.n

En otros términos, como ya se sabe, la función de producción neoclásica plantea que Si K t

=>

PMA K = i ,¡.

mientras que anteriormente se ha mostrado que si i!¡.=>e=K,¡.

1

En el proceso 1, el rendimiento por cada unidad de T invertida se obtiene sólo al cabo de dos períodos, luego su período medio de producción es de 2 períodos, ó " 2. En el proceso 11, el rendimiento por cada unidad de las 2T invertidas durante el período lo. se obtiene sólo al cabo de 3 períodos. y el rendimiento por cada unidad de las 6T invertidas durante el período 30. se obtiene al final del mismo período 30., es decir, al cabo de 1 período. Pero, para obtener el período promedio de producción para el total de las 3T invertidas no puede procederse con un promedio simple, (3 1) f2, como en los procesos del cuadro A. 4. 1, don de la inversión total se dist rtb u ía en partes exactamente iguales en cada período (505,3-303,2020202). En realidad, aquí solamente el 250/0 de la inversión total (2/8 = 0.25) se efectúa en el período 10., mientras que el 750/0 restante (6j3 = 0.75) se realiza en el período 30. Entonces se trata de un promedio ponderado, esto es, el primer período pesa sólo 250/0 mientras que el tercero pesa 750/0. Aplicando estos pesos o ponderaciones se obtiene, pues: SU 3 (0.25) 1 (0.75) = 1.5.

=

+

=

+

Por consiguiente, los resultados encontrados, que K e i se mueven en la misma dirección, (i ,¡. y K ,¡. simultáneamente) contradicen el postulado neoclásico de que K e i se mueven inversamente (i t si K t ). Es decir, el período medio de producción (9) no puede constituir una medida física del capital coherente con el resto de los postulados neoclásicos fundamentales.

1

Sobre la exageración ilustrat iva de i, "El lector puede pensar de cada períoc o como de una década si pretende ser realista", como aconseja Samuelson.

314

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

Por ello, en su crucial obra "Producción de Mercancías por Medio de Mercancías", (1960), cuando Piero Sraffa demostró, en términos generales, la posibilidad de la reversión de técnicas, concluyó: " ... el caso considerado parece concluyente en mostrar la imposibilidad de agregar los 'períodos' ... en una sola magnitud que pueda considerarse como representativa de la cantidad de capital. La reversión ... no puede ser reconciliada con cualquier noción de capital como una cantidad medible independiente de la distribución y los precios". Y Paul Samuelsonv.cuyos brillantes esfuerzos por consolidar la coherencia de la teoría neoclásica no requieren presentación, agregó en '1966, como síntesis del debate: "Si todo esto causa dolores de cabeza a los nostálgicos de las viejas parábolas de los escritos neoclásicos, débemos recordarnos a nosotros mismos que los académicos no nacen para vivir una existencia fácil. Debemos respetar y valorar, los hechos de la vida". (Op, cit).

Por supuesto, si quizás la única alternativa neoclásica para verificar su supuesto de el capital como una magnitud física agregada y homogénea, diferente del trabajo, se cierra, es lo más natural esperar que los esfuerzos de los teóricos neoclásicos se vuelquen en primera instancia hacia la exploración de la posibilidad de prescindir completamente de la noción del capital como una magnitud agregada y, en efecto, los últimos esfuerzos se han encaminado en ese sentido, buscando construir modelos de "bienes de capital heterogéneos" en los cuales cada bien de capital por separado pudiera tomarse como un factor de la producción diferente.' Lógicamente, mientras que estas experimentaciones fructifican, si es que ello tiene alguna posibilidad verdadera, permanecerá la dura duda sobre la relevancia y la significación de que la sustitución de la noción de capital (por más de dos siglos usada en la teoría económica) por la noción de miles de bienes "heterogéneos", incomparables, no agregables y posiblemente no sustituibles entre sí (a diferencia de los "factores") pueda tener para reclamar la coherencia de un cuerpo de ideas que siempre ha pretendido suministrar una interpretación racional de la distribución entre las clases en la economía capitalista. En cualquier caso, cabría agregar que si la teoría neoclásica de la distribución sale maltrecha de ese exhaustivo examen, su desarrolló de la noción de 1

Nota par. el lector avanzado: Aunque "The Surrogate Production Funct ion", (1962), de Samuelson, es un trabajo pionero en este sentido, el texto no se refiere obviamente a los intentos de derivar las "parábolas" neoclásicas ("como sí") de un modelo de bienes heterogéneos. Por el contrario, se refiere a la renuncia a tales "parábolas", como debería ser evidente después de la cita de Samuelson de 1966. Como es sabido, la "función de produccíón sustítutíva" de Samuelson sólo es válida para el irrelevante caso de relaciones Capital! Trabajo idénticas en todas las industrias, lo cual llevó a decir Harcourt (en su "Teoría del Capital") que sería un sarcasmo de la historia que la teoría neoclásica del capital tuviera que terminar refugiándose en el mismo supuesto del Vol. I de El Capital por el cual la teoría de Marx ha sido atacada siempre sin cuartel por la teoría neoclásica.

APENDICE (A· XIII)

315

eficiencia económica permanecerá como su contribución distintiva al desarrollo de la ciencia económica. Quienes disfrutan de la exploración intelectual y no temen a los caminos desconocidos, podrían aún encontrar que la sustitución del costo marginal neoclásico (ligado a la cuestionada función de producción) por otra noción más firme de costo social, dentro del mismo sistema de óptimos en el consumo, podría arrojar emocionantes sorpresas.

I I

Intercapítulo (IV. V) Una nota sobre Saffra

INTERCAPÍTULO (IV-V)

Después de la Reversión de Técnicas Una Nota sobre Sraffa "Producción de Mercancías por medio de Mercancías", terminado por Sraffa en marzo de 1959, y que fue escrito al responsable ritmo de 3 páginas en promedio al año, para un total de 95 páginas, lleva el modesto subtítulo de "Preludio a una Crítica de la Teoría Económica". Sin embargo, allí, en menos de 5 páginas, yeso como un asunto incidental, accesorio a la discusión principal;' Sraffa demuestra en términos generales la "reversión de técnicas, lo cual habría de permear todos los desarrollos subsiguientes de la teoría neoclásica. No obstante, no fue esta la única "reversión" que demostró Sraffa. También demostró, por ejemplo, una "reversión" de los precios con respecto a la tasa de salarios en los modelos de Ricardo y Marx para el efecto, esto es, que ante una variación de los salarios los precios podrían comportarse en forma inversa a lo esperado de acuerdo a tales modelos. En general, ninguna estructura teórica de las que le precedieron permaneció incólume después de la publicación de "Producción de Mercancías por medio de Mercancías" pudiendo, por ello, calificársele justamente de obra crucia!. Más aún, tuvo la rara virtud de recoger dentro de una misma estructura lógica la crítica a las diversas escuelas teóricas, es decir, de referirse a aspectos esenciales de todas ellas dentro de un solo modelo, algo que, dadas las

1

Sobre el papel principal

2.2.2.

de la obra de Sraffa como desarrollo

de la de Ricardo,

véase la sección

320

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

diferencias de enfoque tradicionalmente reconocidas, sigue pareciendo un extraño logro. Y el poderoso instrumento general que utilizó Sraffa para todo ello fue el de tomar en cuenta prácticamente todas las relaciones intersectoriales con un modelo cuyas características elementales son recogidas en el simplificado modelo de precios, agregación y distribución que se ilustra en la sección 1 7.4 *.

Capítulo V La economía Keynesiana



Sobre Sraffas véase también

la sección 6.6.

CAPÍTULO V

LA ECONOMÍA KEYNESIANA 5.1

Antecedentes

Desde comienzos del siglo XX, el centro y el dinamismo del desarrollo económico capitalista empezaron a trasladarse, cada vez con mayor fuerza, de Europa, y particularmente de Inglaterra, que fue la cuna del capitalismo clásico, hacia Norteamérica, cuyo desarrollo industrialista presentaba importantes diferencias con el que había tenido lugar desde un siglo antes en la madre patria inglesa. Entre los factores más importantes que contribuyeron a tales diferencias pueden citarse: i- La ausencia previa de entrabamientos feudales al desarrollo del capitalismo en Norteamérica, ya que, de un lado, las comunidades inmigrante s buscaban originalmente escapar precisamente de las restricciones del viejo orden europeo y, por el otro lado, encontraron a las comunidades nativas todavía en un estadio primitivo de desarrollo, absorbiéndolas cultural mente o aniquilándolas. Asimismo, la contratación de mano de obra esclava, particularmente en el sur de los Estados Unidos, producto no de un desarrollo nativo, sino del negocio colonial de las potencias europeas con su conquista de Africa, fue exitosamente erradicada pasada la mitad del siglo XIX, con el triunfo del ejército unionista del norte sobre el secesionista del sur en la Guerra de Secesión; ií- La gran riqueza de recursos naturales, y particularmente de tierras libres y fértiles aptas para ser colonizadas lo cual daba una importante alternativa de subsistencia a los desposeídos, y permitía un relativamente alto nivel de consumo frente a las masas pobres de Europa, presionando, además hacia un alto nivel de

(

324

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

salarios capaz de incentivar a la mano de obra para que cambiara sus perspectivas de colonización independiente por las de alquilarse; y, iii- Su constitución política que desde un comienzo, después de la independencia de Inglaterra a fines del siglo XVIII, garantizó las libertades económicas y políticas requeridas para un pleno desarrollo del capitalismo, ccnñgurando desde el principio la democracia capitalista más plena y desarrollada del mundo, en contraste con el tortuoso camino de luchas políticas que tuvo que seguir el capitalismo en Europa. Como resultado de tales condiciones óptimas para el desarrollo capitalista, ya por 1901 la empresa capitalista más poderosa del mundo se encontraba en Estados Unidos y no en Europa. El descubrimiento de nuevas aplicaciones industriales para el petróleo y de grandes yacimientos en América, a fines del siglo XIX y comienzos del presente, también reforzaron esta dinámica. Y, por otra parte, la revolución industrial no cobró en Norteamérica el aspecto de sufrimiento, miseria y degradación que se observó en Inglaterra, presentando, por el contrario, un aspecto de pujanza y mejoría en las c~lidiCiones de vida de la mayoría de los trabajadores libres. La bandera la~Qral de la jornada de las 8 horas fue levantada en Norteamérica por un cangreso de trabajadores ya en 1863.

~

Tedasesas características, en cuanto a las condiciones de vida de la clase trábajadora; en cuanto a su dinámica, que la conducían aceleradamente a convertirse en la economía capitalista más desarrollada del mundo, y en cuanto a su sistema político, hicieron que la economía norteamericana se convirtiera en el prototipo del capitalismo del siglo XX, así como Inglaterra había sido el prototipo capitalista del siglo XIX. Esto justifica, pues, que sea hora de cambiar de continente y que los acontecimientos económicos que han sacudido al siglo XX y que han dado lugar durante éste a revoluciones en el campo de la teoría económica sean miradas preferentemente a través de la lente de los Estados Unidos. En efecto, si por 1870 la producción manufacturera de Inglaterra representaba 320/0 de la mundial, mientras que la de Estados Unidos sólo llegaba en el mismo año a 280/0, ya para 1913 la parte de Inglaterra había caído a 14% y la de Estados Unidos había aumentado a 360/0. Por otra parte, entre 1897 y 1914 las inversiones de los Estados Unidos en el extranjero se multiplicaron por 5 veces, mientras que las inglesas lo hicieron sólo por 3 veces. Después de la primera guerra mundial (1914-1918), que produjo grandes destrozos físicos y financieros a los países europeos, la posición de los Estados Unidos se consolidaba en forma todavía más clara. Por 1919 los Estados Unidos dejan de ser un receptor neto de capitales para convertirse en una potencia financiera exportadora neta de capitales.

LA ECONOMIA KEYNESIANA

325

La dinámica económica de esta primera posguerra fue tan acelerada y profunda en los Estados Unidos (con la breve interrupción de una corta recesión entre 1920 y 1921), que aún un recuento completo de los principales acontecimientos sería insuficiente para dar una idea precisa de las profundas transformaciones que tal dinámica indujo sobre los mercados y la vida social, revolucionando enteramente las formas tradicionales de vida en un breve período de tiempo y confiriéndole a la sociedad capitalista la abundancia de bienes de consumo durable, el estilo de vida y la fisonomía moderna que algunos han tratado de tipificar bajo el concepto de sociedades de consumo masivo. Por ejemplo, el número de autos construidos por la Ford en 1909 fue de solamente 10.660. Pero, junto a la revolución de la producción en serie y la "administración científica", (que le permitió a Henry Ford multiplicar por 2 ó 3 veces los salarios de sus trabajadores y simultáneamente reducir los precios de los autos a menos de la mitad), el número de carros rodando en las carreteras de Estados Unidos había aumentado a 6.7 millones en 1919 y a 27 millones en 1929, para una población total que no sobrepasaba los 30 millones de familias. Estaría de sobra tratar de subrayar la revolución que esto significó para la industria del petróleo, del acero, para la construcción de vías, en el transporte, en el consumo, en la forma de utilizar el ocio y, en una palabra, en la vida social. Otro ejemplo: el consumo de energía eléctrica se duplicó durante el decenio de los años veinte, con un aumento semejante en la producción de maquinaria eléctrica y la consecuente revolución en los métodos productivos, reemplazando muchas industrias de carbón y chimenea por procesos mucho más modernos y sofisticados. Pero no menos importante fue su efecto sobre los bienes de consumo durable comúnmente llamados electrodomésticos, cuya variedad se multiplicó y cuyo uso se masüicó al punto de que empezó a generalizarse su promoción por revistas y su envío por correo. Un indicador: el valor anual real de las ven~as de radios se multiplicó por 14 veces entre 1922 y 1929, lo cual equivale a una tasa anual compuesta de crecimiento próxima a 50010. Los ra~i~s .domésticos eran el producto de última moda y la importancia que el 100CIO d~ su uso generalizado tuvo para la vida social es difícil de imaginar hoy en día. Baste con recalcar que el hogar medio no tenía teléfono ni tel.ev~or (que .?o se había perfeccionado ni comercializado todavía). La aviacion también empezaba a convertirse en una actividad propiamente comercial. El cine se generalizó como entretención popular, dando lugar a una nueva industria de proporciones masivas. La industria química creaba nuevos productos de consumo e intermedios, y ello junto con la revolución en el transporte y en la industria de maquinaria y de vehículos ocasionaba también una gran revolución en la producción agrícola. El comercio no pudo escapar al movimiento, dando lugar a las modernas cadenas de distribución. Fueron los años lujuriosos de las comodidades recién descubiertas del auto los radios, los dríve-in, los gramófonos, el cine y el charlestón. '

326

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

Más simplificadamente, entre 1922 y 1929 la inversión creció .a una tasa anual real superior a 60/0, la producción manufacturera lo hlz? a ~asas cercanas a 90/0 anual, la tasa de desempleo se mantuvo en niveles inferiores a 40/0, con algunos años aproximándose a 20/0, Y las accion~s en l~ b~lsa se valorizaban a tasas superiores al 100/0 anual. Las revoluciones t~cmeas operadas, la dinámica del crecimiento, el aumento del consumo, el chma de abundancia y prosperidad y, en una palabra, el claro contraste con ~ form~ de vida y la pobreza relativa de décadas anteriores, y de .otros paises, asi como la perspectiva de todavía un mayor progreso sostemdo en el futuro, llevaron al presidente Herbert Hoover a decir, a mediados de 1928: "En América hoy estamos más cerca al triunfo final sobre la po~reza que ~unca antes en la historia de cualquier nación. La casa de caridad esta desapareciendo de entre nosotros. Todavía no hemos alcanzado ese fin, pero, co~ la oportunidad de seguir adelante con las políticas de los últimos ocho anos: pronto veremos, con la ayuda de Dios, el día cuando la pobreza sera desterrada de esta nación". Algo más de un año después el jueves 24 de octubr~ de 1929, lla~ado ahora "el Jueves Negro", se ofrecían en venta 13 millon:s de acclO.nes en la Bolsa de Nueva York, ante una demanda casi nula. Calda en precios: casi 500/0. El martes siguiente, 29 de octubre, se ofrecieron e~ venta. 33 millones de acciones. Caída de los precios similar a la del día anterior. Acciones de las empresas industriales más importantes, de los ferroc~riles y aun títulos de la deuda pública perdieron ,en~re 1929 y 1933 mas del 800/0 de su valor previo de mercado. Las pérdidas de l.os poseedor:s de acciones durante este período se estiman en 450.000 millones de dolares con poder adquisitivo de 1983. Pero esto era apenas un reflejo en el papel de lo que estaba ocurriendo con la economía real. La tasa de desempleo aumentó de 3.20/0 en 1929 a 250/? en 1933. "Filas para recibir pan de caridad, tugurio s de chozas de carton llamadas 'Hooverlandias', y grises ejércitos de personas a la caza de un empleo se convirtieron en los símbolos del período" (Bussinessweek, sept. 3(79, pág. 12, en el 50 Aniversario de la "Gran Depres,ión"). E? 1933, el p~oducto nacional bruto de los Estados Unidos se habla reducido a la mitad, La inversión privada bruta se redujo, durante el mismo período, a menos del 100 (o de su nivel de fines de los años veinte ".Los salan~s pagados a .l?s obreros agrícolas se redujeron a menos de la mitad, y en 19u~ prOp?rCIOn se redujeron los ingresos brutos percibidos por los emp:esanos agrícolas. 9.000 bancos y en total 85.000 empresas quebraron; 9 millones de cuentas de ahorro se perdieron. . C' fue posible tan súbito cataclismo económico, tan aterrador como " amo cualquier terremoto natural? Es cierto que Marx h abíla pre dilCh o que t odo

LA ECONOMIA KEYNESIANA

327

período de prosperidad sostenida, al conducir al límite del pleno empleo, es decir, en sus palabras, al límite del agotamiento del "ejército de reserva" industrial, llevaba implícito en sí mismo el germen de la próxima crisis y depresión que reconstruiría nuevamente el "ejército de reserva" (sección 3. 10. 1 Y 3. 10.2). Pero las depresiones eran conocidas desde un siglo antes. Al fin y al cabo, el mismo Marx había situado en 1825 la fecha de adquisición de la mayoría de edad por parte de la industria inglesa, debido a que en este año sufrió su primera depresión generalizada, y había observado que a partir de ese momento empezó a sufrir una depresión cíclica cada 10 años en promedio. Para no ir tan lejos, durante el presente siglo y antes de iniciarse la prosperidad de los años veinte los Estados Unidos habían sufrido recesiones durante 1907, 1913 y 1921. Yaún en medio de la tendencia sostenida del auge de los veinte, durante 1927 sufrió otra recesión. Sin embargo, nunca ninguna recesión había sido tan profunda, ni tan generalizada, ni tan larga. Después de 1 ó 2 años el período de auge se reiniciaba nuevamente, dando lugar a la tendencia de crecimiento de largo plazo en medio de relativamente leves oscilaciones como las anteriormente indicadas. La gran depresión de los años treinta presentaba, pues, una gravedad peculiar. No solamente durante un período sostenido de 4 años los niveles de actividad económica se habían reducido en una magnitud nunca antes observada, sino que precipitadamente se extendió internacionalmente: entre 1929 y 1933, la producción industrial se redujo en más de 400/0 en Alemania y Canadá, en más de 300(0 en Bélgica, Italia, Checoslovaquia y Polonia, en 280/0 en Francia y en más de 160(0 en Hungría, Rumania, Holanda e Inglaterra. Aún los países capitalistas que no habían alcanzado su "mayoría de edad", y carecían por ello de las características para autogenerar su depresión, sufrieron a través de los nexos del comercio exterior los impactos de la crisis, alimentando, de paso, en algunos de ellos, la necesidad de desarrollar su industria autóctona. Así, por ejemplo, el valor de las exportaciones de Colombia (prácticamente todas constituidas por productos primarios dirigidos a los países en "mayoría de edad") se redujo a la mitad entre 1929 y 1933. Como resultado de esto, y del consiguiente cierre total del crédito externo al país, el nivel de las importaciones colombianas cayó en 1932 a apenas la quinta parte del nivel que habían alcanzado en 1928. Para poder responder a las circunstancias, el país, siguiendo el ejemplo de países más desarrollados, instrumentó una política abiertamente proteccionista y de sustitución de importaciones que estimuló su propio crecimiento industrial. Pero esto no fue todo. En 1933, el nuevo y recién posesionado presidente Franklin D. Roosevelt, hizo de la lucha contra el desempleo y la depresión el objetivo central de su gobierno, poniendo en práctica algunas políticas de intervención estatal antes desconocidas y totalmente desaprobadas, como

(

328

INTRODUCCION

LA ECONOMIA KEYNESIANA

A LA ECONOMIA

un riguroso control estatal del sistema financiero, cuya estructura moderna data de esa época, y la realización de algún gasto público con el objetivo explícito de mejorar la situación de desempleo. En esto fue alentado por un grupo de jóvenes precursores que anticipaban la nueva era de la necesidad de la intervención estatal para regular los niveles globales de actividad económica, entre los cuales sobresalía el joven economista al servicio de la Casa Blanca Lauchlin Currie, quien en sus memorandos recomendaba con osadía efectuar un mayor gasto público en obras civiles mediante déficits fiscales. Sin embargo, los desequilibrio s fiscales eran considerados todavía como el peor pecado económico, y por ello, en 1939, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, la tasa de desempleo en los Estados Unidos seguía siendo superior a 170 lo, prolongándose así la "gran depresión" por todo un decenio y viniendo a ser radicalmente cortada solamente por el indicio de la gran guerra. Fue así como "La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero", cuya primera edición data de febrero de 1936, que iría a signar en adelante la teoría y la política económica, revolucionando la concepción tradicional sobre el papel del Estado en las economías capitalistas altamente desarrolladas, fue escrita por el economista inglés John Maynard Keynes, publicada y empezada a ser discutida durante la gran depresión". Pero, lejos de ser ello .una coincidencia, su autor mismo la identifica como una respuesta a la gran depresión, al menos en 3 direcciones fundamentales: i- Como respuesta teórica a la explicación de un hecho que la teoría "Ortodoxa" (no marxista), dominante en el tiempo, había sido incapaz de explicar con coherencia, siendo incapaz por tanto de recomendar las políticas adecuadas. Así, Keynes empieza su prefacio diciendo: "Este libro se dirige principalmente a mis colegas economistas. Espero que sea inteligible para otros. Pero su propósito principal es tratar las difíciles cuestiones de teoría, y solamente en segundo lugar la aplicación de esta teoría a la práctica. Porque si la .econornia ortodoxa falla, el error no se encuentra en su superestructura, que se ha levantado con gran cuidado para su consistencia lógica, sino en una falta de claridad y de generalidad en las premisas"; ii- Como alternativa a las respuestas de tipo fascista y militarista, tipo Hitler, que "curaron" la depresión preparándose para desencadenar la Segunda Guerra Mundial mediante exhorbitantes gastos militares del Estado, lo cual ha llevado a Joan Robinson, la más connotada discípula de Keynes, a decir que fue una desgracia que "La Teoría General" llegara demasiado tarde, porque "antes de que Keynes terminara dé explicar porqué el desempleo ocurre, Hitler ya había descubierto cómo curarlo"; y, iii- Como alternativa al socialismo marxista, intentando encontrar para el Estado capitalista la posibilidad de una respuesta consciente y efectiva para eludir o al menos paliar los grandes problemas de la economía capitalista, en lugar de cerrar . los ojos ante los mismos, con lo cual el sistema se hundiría rápidamente sumido en sus propias contradicciones y de manera ineluctable, tal como

329

aparecía en el inexorable mundo de Carlos Marx. Así, al respecto, opina Keynes: "Los sistemas estatales autoritarios de hoy en día parecen resolver el problema del desempleo a expensas de la eficiencia y la libertad. Es cierto que el mundo no tolerará por mucho tiempo el desempleo que, aparte de breves intervalos de auge, está asociado -y, en mi opinión, inevitablemente asociado- con el individualismo capitalista presente. Pero puede ser posible, mediante un correcto análisis del problema, curar la enfermedad preservando la eficiencia y la libertad". ("Teoría General" -T. G.- pág. 381). Es decir, postula que el capitalismo, funcionando por sí mismo y en forma automática, podría conducir efectivamente en poco tiempo a su propia destrucción, yal socialismo. Y esta preocupación no constituía ninguna exageración en una época en que se organizaban marchas del hambre a Washington, en que en una sola huelga en la industria del acero hubo 10 trabajadores muertos, en que el número de afiliados a los sindicatos aumentó de algo más de 3 millones (120/0 de la fuerza laboral) en 1930 a más de 14 millones en 194&, y en que las empresas tenían contratados 200.000 espías para ayudar a reprimir la militancia laboral impulsada por la desesperante situación general, (BusinessWeek, Sept. 3/79, pág. 26), mientras que, entre 1929 y 1932;lapcoducción inqustrial crecía en más del 800/0 en la Unión Soviética. pero,de otro lado,K.eyn~s llega a la conclusión de que, mediante un correcto análisis, sería .posible encontrar una alternativa para preservar el capitalismo, sin caer tampoco el nazismo como ocurrió en Alemania durante los años treinta.

en

Naturalmente, como Keynes mismo ha advertido en su Prefacio de "La Teoría General", esta conclusión de su obra fundamental se basa en su análisis de "las difíciles cuestiones de teoría" que ha sido dirigido "principalmente a (sus) colegas economistas" y, por ello, ha llegado el momento inaplazable de entrar a examinar los fundamentos de su teoría económica.

5.2

La tasa de desempleo y la tasa de salarios

En la época de la gran depresión la explicación de la economía ortodoxa, 1 al aumento masivo y en apariencia permanente del desempleo, consistía en la 1

Keynes incluye entre los economistas clásicos, adei lás de "los fundadores de la teoría que culminó en la economla de Ricardo" a "1. S. Mill, Marshall, Edgeworth y el profesor Pigou". Como se ha visto anteriormente, (sección 4.1), Marshall y Edgeworth fueron fundadores de la escuela hoy llamada neoclásica y Pígou era el principal representante en Inglaterra, en la época de Kevnes, de esta misma escuela. En realidad, cuando Keynes critica a lo que él llama "escuela clásica" o "clásicos", se refiere, en estricto sentido! solamente a la versión ricardiana de la Ley de Say (sección 2.2.9) y a toda la superestructura neoclásica que sobre ella se había desarrollado hasta su época, es decir, adoptando como punto de partida la Ley de Sayo La confusión a que puede conducir el US~ del término "economía clásica" en versiones tan diferentes como la de Marx y Keynes, y el mismo hecho de que frente a la Ley de Say haya no solamente diferencias radicales sino posiciones' teóricas irreconciliables entre Srníth y Ricardo (sección 2. 2. 9), hace aconsejable dejar de lado

330

WTP.ODUCCION A LA ECONOMIA

proposición de que éste era, en cierta forma, "voluntario" por parte de los trabajadores. Es decir, postulaba que estaba ocasionado por la negativa de los trabajadores a aceptar salarios reales más bajos, quienes, de esa manera, a través de las organizaciones sindicales, impedían que el exceso de oferta de fuerza de trabajo sobre su demanda se tradujera en una reducción del precio de la fuerza de trabajo: el salario real. Si el salario real no podía reducirse, porque los sindicatos lo impedían, proseguía el argumento, ento~lCes el mecanismo del mercado para reducir el exceso de oferta, que sena la reducción del precio, estaba impedido para operar. De esta manera, se concluía, la acción sindical impedía el libre funcionamiento del m~rcado, entrabando su mecanismo para eliminar el exceso de oferta y terminando por perpetuarlo, es decir por perpetuar el desempleo. La acción sindical, como una distorsión del mecanismo del, mercado, sería así, pues, la causa del masivo desempleo. Los trabajadores, con su acción concertada, habrían creado su propio desempleo por lo cual éste, a nivel de conju.nt~, .sería "voluntario", aunque ello no fuese evidente a nivel de cada índividuo. Keynes empezó refutando esta teoría del desempleo con dos argumentos: i- Aun aceptando, en gracia de discusión, que el nivel de los salarios determina el nivel de empleo, se estaba confundiendo el salario nominal, SN, (una cantidad dada de dinero) con el salario real, SR, (una magnitud de ingreso real que puede cambiar como efecto de la depreciación del valor de cada unidad monetaria, lo cual se manifiesta en la llamada "inflación de precios" o "elevación en el nivel general de precios", aunque la cantidad de dinero recibida permanezca fija, como se vio en las secciones 17.3,8.11 Y 9.5). En otras palabras, el salario nominal (SN) puede permanecer fijo y, sin embargo el salario real (SR) disminuir si cada unidad monetaria se desvaloriza en términos reales (o, como algunos prefieren decir, si hay "inflación del nivel de precios").! Pero, de otro lado, continúa Keynes, los sindicatos l

Denominando 1 al deflactor implícito del producto nacional, (o, como algunos prefieren, llamando 1 al nivel de precios), o sea al factor que permite convertir todo ingreso monetario en su correspendiente magnitud de ingreso real, mediante el proceso de deflactación (secciones 17.3 Y \I.), .•e tendría: SN SR=-1Por tanto, SR puede reducirse con

Un

aumento de I aunque SN permanezca constante.

en este capítulo el término d-e "economía clásica", adoptando en su .l~~gar el de uecon~mía ortodoxa", también usado por Keynes, para referirse con mayor precision ~ .l~~ econ~~llstas neocláslcos (cap. XlII) del tiempo de Keynes, contra quienes eO,ncretamente dll"lg~? su crrnca, y o ue prácticamente concentraban toda la influencia académica y publica de la profeswn; Se subraya que del tiempo de Key nes, porque muchos teóricos neoclásícos modernos ~o .vacl~na~ ¡!:n dar le la razón a Key nes en los puntos específicos de su debate, y operan en la practica slmultane~ante con la teoría keynesiana para el análisis de las fluctuaciones en los niveles de empleo y .~reclos, y con el modelo neoclásico para los problemas de distribución y eficiencia e~ la asignación de I~ recursos. lo cual ha conducido a la célebre dicotomía entre Macro-economia Y Micro-eco norrna.

LA ECONOMIA KEYNESIANA

331

están en capacidad, cuando más, de fijar el SN pero nunca "el nivel general de precios", el cual está determinado por complejas fuerzas de la economía pero, en particular, por la oferta monetaria que sólo el gobierno puede manipular conscientemente (secciones 1 8.8, 8.10 Y8.11). Por consiguiente, sería correcto decir que los sindicatos impiden la flexibilidad de los salarios nominales a la baja, pero es incorrecto concluir de esto que pueden impedir la flexibilidad de los salarios reales a la baja. Como lo que importa económicamente es el ingreso real y no el nominal (sección 1 7.3), 1 enton ces la inflexibilidad de los salarios nominales a la baja, como resultado de la acción sindical, habiendo flexibilidad de los salarios reales a la baja, nada tiene que ver con la situación del mercado de trabajo ni con el desempleo en particular. (Keynes agrega, además, la observación empírica de que durante la depresión los obreros estuvieron dispuestos a recibir menores salarios tanto nominales como reales sin que ello hubiese aliviado la situación de desempleo). Y, ii- El postulado de la economía ortodoxa de que existe una relación inversa entre la tasa de salarios y el nivel de empleo está directamente asociada a su proposición de que, en equilibrio, la firma paga al "factor trabajo" (T) en proporción a su productividad física marginal (PMAT), (secciones 4.4.4 Y4.5.4), Y al supuesto de que esta última decrece a medida que aumenta su volumen de empleo, dada cierta "cantidad" de capital (sección 4.4.2). En otros términos, postula quePMAT = s (donde s es la remuneración por unidad de trabajo, es decir, la tasa de salario real por trabajador) y suponé que PMAT t si T,¡. o

PMAT'¡'

si T t

Luego, haciendo PMA

T

=

s, deduce:

st si T,¡. s i si T t A su vez, de esta deducción concluye que el volumen de trabajo empleado sólo puede aumentar (T t) si y solamente si la tasa de salario se reduce (s '¡'). (De aquí deriva su argumentación del punto anterior sobre el desempleo "voluntario" ).

! O, en otras palabras, lo que afecta el nivel de las ganancias real, no el nominal (sección 17.3.4) _

reales y a los empresarios

es el salario

i.i!

INTRúDUCCION

332

LA ECONOMIA KEYNESIANA

A LA ECONOMIA

Keynes acepta en primera instancia que s y T están relacion~d.asinversamente, pero plantea que esto es todo lo que puede decir en sana lógica el ar~mento ortodoxo. Es decir, aunque efectivamente se pudieran observar los movimientos Tts~yT~st ello nada permite afirmar sobre cuál es la causa y cuál es el efecto. Podría ser que los movimientos de s fueran un mero efecto (y ,no la causa) de ~?S movimientos de T, caso en el cual los movimientos prevlSt~s por la func,ton de producción neoclásica (T t s ~ y T ~ s t) nada explicanan so~re el nivel de empleo, I quedando por construir la teoría sobre los determmantes de éste. Y, en efecto, Keynes concluye que el volu~en de empleo ~T) ~s la causa o variable independiente mientras que s sena la resultante o: va~table dependiente. Esto es, que T determina PMA T Y la PMAT determina s. Pero, evidentemente, la pregunta de qué determina el volumen de empleo T quedaba así sin respuesta. La teoría del empleo quedaba entonces por suministrarse. Lb anterior implica, en primer lugar, que la,teoría ortodoxa del desemp~~o q\Íedaría sin bases (í y ii); en segundo lugar, que el ~esempleo d~ la depresíon nosería de carácter "voluntario", porque no dependía de los salarios nominales ni, por tanto, de la voluntad colectiva de los trabajadores, siendo, por co"nsiguiente de carácter "involuntario". La discusión de Keynes con la teoría ortodoxa se puede resumir entonces en la noción de desempleo "involuntario" como una categoría nueva dentro de las teorías no marxistas. Y, en tercer lugar, que quedaba por suministrar una teoría sobre los factores determinantes del desempleo "involuntario". Obviamente, a esta tarea se dedicó Keynes en forma inmediata. 5.3

La Ley de Say y la teoría general de Keynes

5.3.1 La teoría ortodoxa y la Ley de Say E~iden temente la teoría del desempleo "voluntario" implica que si los salarios fuesen suficientemente bajos la economía podría generar una demanda de empleo lo suficientemente alta para que nadie estuviera desempleado (a menos que así lo deseara), ya que esto no es SInOotra fo~m~ de decir que la baja del precio de la fuerza de trabajo es suficiente para ehmmar su exceso de oferta, en lo cual se funda tal teoría. Pero, también es evidente que esta.

proposición está suponiendo implícitamente que siempre es posible para el conjunto de las empresas vender rentablemente toda la producción que obtienen de emplear toda la fuerza de trabajo disponible, pues es obvio que si no se hiciera este supuesto debería concluirse que las empresas no contratarían mano de obra por bajos que fuesen los salarios (porque la producción así obtenida arrojaría pérdidas en vez de las esperadas ganancias, que constituyen el móvil de la empresa capitalista). En otras palabras, una condición necesaria (aunque no suficiente) de la teoría del desempleo "voluntario" es que la Ley de Say siempre se cumpla.' Esto es, parte del supuesto de que todo lo que producen las empresas puede venderse siempre a unos precios rentables para las empresas, o sea de que toda oferta tiene su propia demanda asegurada tal como intentó demostrar Ricardo (sección 2. 2. 9), aunque tal proposición ya había sido puesta en tela de juicio por Smith (sección 2. 1. 3), enfáticamente rechazada por Malthus y por Marx (sección 2.2,9) y prácticamente refutada por este último (secciones

3.10, 1 Y 3. 10.2). La explicación de Keynes, de porqué la teoría del desempleo "voluntario" es falsa y porqué en cambio el desempleo es de carácter "involuntario", . descansa entonces en su proposición de que la Ley de Say no se cumple bajo las condiciones del capitalismo moderno y desarrollado. De esto concluye que las enseñanzas de la teoría ortodoxa son "erróneas y desastrosas si tratamos de aplicarlas a los hechos de la experiencia", lo cual, (por la época de la gran depresión), "casi destruyó la influencia práctica de la teoría económica", La lucha de Keynes se enfila, pues, contra el intento de aplicar al capitalismo desarrollado moderno la noción ricardiana de la Ley de Say y todas las implicaciones prácticas que puedan derivarse de ella. 5.3.2 La Ley de Say y el principio de la demanda efectiva La Ley de Say, o el postulado de que toda la oferta agregada o global de la economía en su conjunto es exactamente compensada por una demanda global idéntica (que permite a las unidades productivas vender toda su producción obteniendo la ganancia normal), también puede expresarse entonces, como, una identidad entre la oferta global (o agregada) y la demanda global (o agregada). Esto llevó a Keynes a decir que el supuesto falso fundamental de la teoría ortodoxa y la de Ricardo era la suposición de que "la función de oferta agregada" era idéntica a "la función de demanda agregada". 1

I

ror supuesto,

modernamente

puede con ducir a

r i si e r t st

se podría agregar que la "reversión

de técnicas"

(Ap!:::.C / !:::.Y =.0.4, que es el punto de partida de Key nes sobre la propensión a consumir. Como

5.5

La demanda agregada y sus componentes

5.5.1 Adición del consumo y la inversión planeada

resultado,

la proporción

a medida que aumenta

Y.

Además, dado que Y=C

Laderrianda agregada total de la economía está constituida por la demanda qué" hacen los individuos para satisfacer su consumo directo personal y familiar, es decir, por el consumo, e, más la demanda que hacen voluntaria-

C / Y se va reduciendo

+ A=>Y

I Y=C/Y

+ Al

se tiene que si CI Y disminuye entonces proporción que se ahorra de éste.

Y => J =C/

y

+ A/Y,

Al Y aumenta.

Decir que A I Y aumenta equivale entonces

Es decir, al aumentar

el ingreso aumenta

a lo mismo que decir que C I Y disminuye.

la

342

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

LA ECONuMIA KEYNESIANA

GRÁFICO 5.5.1 LA FUNCION CONSUMO

e

~" ,{ ,

Q

U

A

.~

. ,+-; I

ea

t

/: , ( L.'_--I.I

'

Y~

I

,

e

R

1

I

1 I I

, 1

-I- __



I

--I._---+

Y

Y2

El eje horizontal del gráfico mide los niveles de ingreso y el vertical los niveles de consumo. Si el ingreso fuese gastado siempre por la comunidad totalmente en consumo, (si el ahorro fuese siempre cero), entonces 6. Y sería siempre idéntica a 6. e, es decir, 6. e/ 6. Y = 1 siempre. Este hipotético caso es ilustrado por la línea punteada, para la cual e = y en todos sus puntos. (Para todo punto de esta línea el valor de -sobre el eje vertical- es idéntico, pues, al valor de Y +sobre el eje horizontal- y su pendiente es la unidad: 6.C / 6. Y= 1).

e

Pero, en realidad, como observó Keynes, el ahorro no solamente es positivo sino que aumenta a medida que aumenta Y. 0, en otras palabras, cuando y aumenta, e también aumenta pero en una cantidad menor ( 6. e < 6. Y), como consecuencia de lo cual e/y va reduciéndose con los aumentos de Y. A este caso real correspondela función consumo de la línea continua, menos inclinada que la línea punteada puesto que su pendiente es, por definición, inferior a la unidad ( 6. e/ 6. Y < 1 o 6. e < 6. Y). De esta manera, puede concluirse que la característica fundamental de la función consumo que refleja la realidad observada por Keynes es que su pendiente es inferior a la unidad;' o sea que tiene una menor pendiente o inclinación que una línea cuyos puntos representan todos un valor igual para la variable del eje vertical y para la variable del eje horizontal (como la línea punteada cuya pendiente es igual a la unidad). 1

A la derecha del punto Q, donde se intersectan la línea punteada y la continua, a cada nivel de ingreso, como Y2, corresponde un nivel de consumo real (medido por la línea continua o función consumo verdadera) menor que el nivel de ingreso medido por la línea punteada, es decir, menor que el consumo hipotético que existiría si todo en ingreso se gastara en consumo. Esto se expresa en que la altura OR es menor que la altura OS, donde la diferencia RS es el ahorro (diferencia entre el consumo verdadero, OR, y el ingreso total o consumo hipotético si todo el Y se gastara en consumo, OS). Por tanto, a la derecha de Q, punto en que se intersectan las dos líneas, el nivel de ahorro es positivo y va aumentando a medida que aumenta el ingreso, lo cual se refleja en la creciente brecha entre las dos líneas.

i I

1

1I

, ,

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o

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0!

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I

ct,,"

343

Nota para el lector avanzado: es evidente que el texto busca simplificar al máximo la exposición y por ello no examina el caso en que la pendiente de la función consumo es decreciente, que es el caso estrictamente relevante pero que nada agrega a las conclusiones requeridas por el momento.

A la izquierda de Q, es decir, a niveles de ingreso menores que Y¡ ,como Y3, ocurriría lo contrario: el consumo verdadero medido por la línea continua, cuyo nivel sería la altura OU, es mayor que el ingreso, (o sea que el nivel de consumo hipotético si todo el ingreso se gastara en consumo), medido por la altura OT sobre la línea punteada. Un consumo mayor que el ingreso sería posible, en el caso extremo, porque la sociedad gastaría sus ahorros de períodos pasados. Esto se refleja en el hecho de que para el nivel de ingreso Y3 el ahorro es negativo: y. e = OT· OU < cero. En el límite, si para el período considerado el ingreso fuese cero, entonces el consumo verdadero sería o. Este nivel de consumo verdadero, cuando Y = O, recibe el nombre de "consumo autónomo" y está medido por la intersección de la función consumo verdadera (línea continua) con el eje vertical.

e

Fue esta naturaleza de la función cnsumo verdadera, es decir, que 6 e / 6. Y < 1, lo que permitió a Keynes empezar a explicar porqué la función de demanda agregada (DA) tiene una inclinación menor que la función de la oferta agregada (OA), tal como se postuló en el gráfico 14. 3.2. Como esta explicación es la que se está buscando, es entonces necesario mostrar la relación existente entre la función consumo y la función de la demanda agregada.

5.5.3 La función de demanda agregada Se ha visto en la sección 5.5. 1 que la demanda agregada es igual a la suma del consumo más la inversión planeada, DA = + Ip, (ec. 14. 5. 1). Por consiguiente, para obtener la función de la demanda agregada, esto es, DA para cada nivel de Y, a medida que Y crece, basta con sumarle a la función consumo el valor de Ip. Suponiendo, en primera instancia, que Ip es un valor constante, por ejemplo, Ip = Z, donde Z es una constante,' entonces basta con sumarle al nivel de consumo correspondiente a cada nivel de

e

I

Estrictamente,

un parámetro.

UNiVER.SIDAD DE ANTlOQUIA BIBLIOTECA

CENTRAL

I

(

344

INTRODUCCION

LA ECONOMIA KEYNESIANA

A LA ECONOMIA

ingreso (es decir, a la función consumo verdadera del gráfico 5.5.1) el valor Z para obtener la función de la demanda agregada. Esto se muestra a continuación.

345

GRÁFICO 5.6.1 LA FUNCION DE LA OFERTA

AGREGADA

GRÁFICO 5.5.2 LA FUNCION

DE LA DEMANDA

AGREGADA,

CON Ip = Z

C. Ip

O~------------------~Y Porco~~iguiente, la igualdad Y = OA debe cumplirse para todo punto de la función de of~rta agregada, lo cual significa, poniendo OA en un eje y Y en el otro eje, ~ue 6. Y = 6. (OA) siempre, o lo que es lo mismo, que 6. (OA) / 6. Y = 1 Siempre, es decir, que la pendiente de la función de la oferta, agregada es siempre igual a la unidad, propiedad que corresponde a la línea punteada del gráfico 5.6.1, línea que divide el plano OA-Y exactamente en dos mitades iguales. .

e

La función DA = + Ip muestra, pues, la demanda agregada correspondiente a 'cada nivel de ingreso, obtenida de sumarle a la función consumo, en cada uno de sus puntos, el valor de la inversión planeada, considerada inicialmente como una constante igual a Z. Lo anterior, (Z = constante), implica que la función DA es precisamente paralela a la función consumo. Por consiguiente, sus pendientes son idénticas en el caso ilustrado, lo cual significa que, con Ipconstante, la pendiente de la función de la demanda agregada es inferior ala unidad. (sección 14.5.2).

5.6.2 Interacción de las funciones de oferta y demanda agregadas

GRÁFICO 5.6.2 EXCESOS DE AHORRO

E INVERSION

PLANEADA

OA=C+A

C, A, Ip

R/ ,f ,,

,, El ahorro, la inversión y elnivel de empleo de equilibrio E/

5.~.1 La pendiente de la función de la oferta agregada

,

,/

'

,'Q

, ,

T~ I ,

Se. vio en la sección 14. 4. cómo la oferta agregada es siempre idéntica al ingreso nacional y, por tanto, a la suma del consumo más el ahorro, es decir: OA= Y, OA

= e + A,

(Ee. 5. 4. 2)

Ca + z( ,,' I

(Ec. 5. 4. 4)

o

I

,//r~' I I

YI

INTRODUCCION

346

A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA KEYNESIANA

e,

Si en el eje vertical de un plano cartesiano se miden el consumo, el ahorro, A, y la inversión planeada, Ip, entonces las funciones de oferta y demanda agregadas pueden ponerse juntas en este mismo plano ya que el eje horizontal, y, también es común a ambas funciones. Esto es lo que muestra el gráfico 15.6.2.

Si DA

Ello implica que solamente existe un punto en que la DA es idéntica a la OA, es decir un punto común a las dos funciones, que es obviamente el punto E donde ellas se intersectan. (Nótese que si todo el Y se gastara siempre en e, entonces 6. Y = 6. e o 6. e/ 6. Y = 1, y la pendiente de la función de DA sería entonces la unidad, con lo cual las funciones de OA y DA coincidirían en todos sus puntos, serían idénticas, como postula la Ley de Say). Por consiguiente, solamente en el punto E se tiene que

OA = DA, entonces:

e + A = e + Ip, o A = Ip

Es decir, solamente en el punto E (al nivel de ingreso YE) se obtiene la igualdad precisa entre el ahorro y la inversión planeada, o A

=

Ip, solamente en E, (Ec, 5. 6. 1).

A la derecha de E, es decir, para niveles de ingreso mayores que YE, como Y¡ , la OA se hace cada vez mayor que la DA, dejando una brecha creciente, que es un exceso creciente de ahorro sobre la inversión planeada, ya que: Si OA > DA, entonces

e + A > e + Ip, de donde: A > Ip

Por tanto, todo exceso de oferta agregada sobre demanda agregada consiste en un exceso de ahorro sobre el nivel de la inversión planeada. (Por ejemplo, al nivel Y¡ , el exceso de ahorro sobre Ip es OA -DA = A -Ip = RQ). A la izquierda de E, es decir, para niveles de ingreso menores que YE, como Y2, la demanda agregada es mayor que la oferta agregada, lo cual se traduce en un exceso de inversión planeada sobre ahorro, ya que:

de donde: Ip

>A

oA

< lp,

Por tanto, todo exceso de demanda agregada sobre oferta agregada consiste en un exceso de inversión planeada sobre el nivel de ahorro en ese momento, a ese nivel de ingreso. (Por ejemplo, al nivel Y2, el exceso de Ip sobre A es

DA-OA Puesto que se ha demostrado anteriormente que la pendiente de la función de la oferta agregada, [6. (OA) / 6. Y o 6. (e + A) / 6. Y l, es igual a la unidad, mientras que la pendiente de la función de la demanda. agregada, [ 6. (DA) /6. Yo 6. (e + Ip) /6. Y l, es inferior a la unidad (sección 5.5.3), en primer lugar, las dos funciones tienen que ser diferentes y, en segundo lugar, la función de la demanda agregada tiene que ser menos inclinada que la función de la oferta agregada, tal como muestra el gráfico 14. 6. 2.

> OA, entonces e + Ip > e + A,

347

= Ip-A =

ST).

Recordando las definiciones de ahorro e inversión planeada, es fácil descubrir el significado de un exceso de A sobre Ip. (A > Ip}. En efecto, puesto que el ahorro es la parte del ingreso nacional (o del producto nacional, o del valor agregado) que los individuos no gastan en satisfacer directamente sus necesidades personales o familiares, y que por lo tanto dejan a disposición de las empresas o unidades productivas para que éstas dispongan de ella, mientras que la inversión planeada es la parte del ingreso nacional (o del producto nacional, o del valor agragado) que las empresas voluntariamente desean gastar en la ampliación de sus capacidades productivas, un exceso de A sobre Ip no puede significar otra cosa que un exceso del valor agregado producido que queda en manos de las empresas sobre el monto de valor agregado (de ingreso) que éstas desean gastar en ampliar sus capacidades productivas. ¿En qué puede traducirse, pues, esta parte de la producción social que no es consumida por los individuos (puesto que es ahorro) y que tampoco las empresas desean utilizar productivamente, aunque esté en manos de ellas? Evidentemente, en un conjunto de productos inactivos, que actúan como un peso muerto y que simplemente tienen que ser almacenados sin cumplir función positiva alguna, es decir, sin actuar para satisfacer al consumidor ni tampoco actuar como medio de producción efectivos. Este conjunto, o más precisamente, este valor de la producción recibe el nombre de "inventario s indeseados" (Ini) porque, aunque las empresas los poseen, ello ocurre simplemente porque no han podido venderlos ni a los consumidores ni a otras empresas (para ampliar su capacidad productiva), no porque deseen mantenerlos almacenados en depósitos, lo cual cuesta, sin obtener utilidad alguna de ellos. Por tanto, puede concluirse que:

A - Ip

= 6. (Ini), y si A

- Ip

> O,

entonces 6. (Ini)

> O.

Por supuesto, habría muchos individuos e instituciones dispuestas a recibir estos inventario s indeseados, dada la existencia de muchas necesidades insatisfechas socialmente, máxime cuando una depresión puede ir acompañada de miseria y privación para muchos, como ocurrió durante la Gran Depresión de los años treinta. Pero esto no resuelve el problema de los "Ini", pues para las empresas de una economía capitalista el problema no es la falta de receptores de su producción como tales sino la falta de "compradores solventes", es decir, que no sólo estén dispuestos a recibirlos sino a pagar

348

INTRODUCCION

LA ECONOMIA KEYNESIANA

A LA ECONOMIA

precios que resulten rentables para las empresas. Por la misma razón, la reducción de los precios de las mercancías que conforman los "Ini", por debajo de su nivel normal, aunque pueda reducir y aun eliminar totalmente los "Ini", no constituye ninguna solución al problema. Con estas reducciones de precios por debajo de su nivel normal, dados los costos corrientes, las empresas obtendrían pérdidas en relación a sus niveles de ganancia normal. y éste es el punto central. El hecho clave es que las empresas no pueden vender toda su producción rentablemente, no importa cómo se manifieste ello, si como una acumulación de "Ini" o como una acumulación de pérdidas a consecuencia de las bruscas reducciones de precios. En este sentido, la teoría de Keynes puede ser directamente aplicable. tanto a una situación en que los precios son "inflexibles" y el exceso de OA, (A > Ip}, se manifiesta en .acumulación de "Ini", como a una situación de precios enteramente "flexibles", en que el exceso de OA, (A > lp), se manifiesta en acumulación de pérdidas. La creencia de algunos de que la teoría Keynesiana es aplicable sólo dentro de un marco de precios "inflexibles" sólo proviene, pues, de una observación demasiado superficial del fenómeno de las depresiones. Por copsiguiente, .en adelante, cuando quiera que se haga una referencia a una sit!iación de exceso de OA, o de que A > Ip, o dé que hay acumulación de "Itti", debe tenerse presente que [as mismas conclusiones generales son v~das tanto para precios flexibles como inflexibles. De otra parte, en la re~Iidad de una depresión se mezclan algo de acumulación de "Ini" y algo de caRia de precios (reales), por lo cual es posible que ninguna situación extrema de flexibilidad o inflexibilidad la reflejaría totalmente. La aclaración que acaba de hacerse permite, entonces, concluir que el modelo keynesiano está en-capacidad de operar con esta mezcla real de "flexibilidad" e "inflexibilidad" simultáneas, es decir, de flexibilidad imperfecta o, si se quiere, de inflexibilidad imperfecta, aunque por simplificación expositiva toda diferencia entre ahorro e inversión planeada seguirá presentándose como una variación en elnivel de inventario s indeseados, es decir se seguirá utilizando la definición A 4p = /::,.(Ini). Por el contrario, a la izquierda de Y E, cuando la DA es mayor que la OA en una-magnitud que es idéntica al exceso de inversión planeada (Ip) sobre ahorro (A), las empresas desean utilizar para ampliar su capacidad productiva un~mayor parte de la producción del valor agregado (Ip] de la que el público ha puesto a su disposición (A). Por consiguiente, estando la DA por encima dejos niveles de la producción corriente (OA), es necesario recurrir a gastar parte de los inventario s producidos con anterioridad y que las empresas mantienen normalmente para sus operaciones ordinarias. De esta manera, mi~ntras que un exceso de A sobre Ip, (A > Ip), implica una acumulación deé'"inventarios indeseados" (Ini), aumentando el nivel de los inventario s deIas empresas por encima de su nivel normal, un exceso de Ip sobre A,

349

(A < lp}, implica una reducción de los inventario s que mantienen las empresas situándolos por debajo de su nivel normal. En otras palabras, partiendo del hecho observado en la realidad de que las empresas siempre operan con un nivel normal, planeado y deseado de inventario s, para hacer frente a sus transacciones cotidianas, un exceso de A sobre Ip implica un aumento de los inventarios por encima de este nivel normal, es decir, una acumulación positiva de inventario s indeseados (A > lp ~ A -Lp = /::,.(Ini) > O), mientras que un exceso de Ip sobre A implica lo contrario, una reducción de los inventario s por debajo de su nivel normal, lo cual equivale a una acumulación negativa de inventarios indeseados (A DA > OA

Y, solamente si DA

~A

> Ip ~

~A

< Ip

A - Ip

"" A - Ip

> O=>/::" (1nO > O

< O~

/::,.(Ini)

O), y los excesos de demanda como una reducción de los inventario s por debajo de su nivel normal o, en otras palabras, como una acumulación negativa de inventaries indeseados (/::,. Ini < O). (Véase Apéndice A· XIV, sección. A. 14.5).

5.6.3 El nivel de ingreso de equilibrio Volviendo al gráfico 14. 6. 2, a la derecha de YE se presenta un exceso creciente de OA sobre DA, es decir A > Ip o 6. (Ini) > O. Esta acumulación de inventarios indeseados les hace ver a las firmas que están produciendo más de lo que el mercado puede absorber a los precios rentables. (Si los

LA ECONOMIA KEYNESIANA

precios fueran enteramente flexibles, la reducción de las ganancias por debajo de su nivel normal como resultado de las reducciones de precios serían el medio para indicar a las firmas que están produciendo en exceso con relación a la capacidad de absorción del mercado a precios rentables). Por consiguiente, las firmas ajustan su oferta a las condiciones existentes de demanda reduciendo sus niveles de empleo y de producción. Caen así el valor agregado y el ingreso nacional.

A la izquierda de YE se presenta un exceso de DA sobre OA, es decir, < Ip, (A -Ip < O), o 1:::.(Ini) < O. Esta reducción de inventarios por debajo de su nivel normal les hace ver a las firmas que están produciendo menos de lo que el mercado puede absorber a los precios rentables. (Si los precios fueran enteramente flexibles, entonces sería el aumento de las ganancias por encima de su nivel normal, como resultado de los aumentos de precios, lo que indicaría a las firmas que están produciendo a un nivel menor del que el mercado está en capacidad de absorber rentablemente). Ante este estímulo las firmas ajustan entonces su producción, aumentando el nivel de empleo y el ingreso nacional.

A

" ~

I

351

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

350

I

Si Y

Si la oferta de fuerza de trabajo fuese equivalente al nivel Y¡ ,1 en el gráfico 14. 6. 2, es evidente que el nivel de ingreso de equilibrio YE sería insuficiente para garantizar el empleo en la economía y ésta, abandonada a las libres fuerzas del mercado, tendería a generar y mantener un desempleo involuntario equivalente a la diferencia Y¡ - YE. Involuntario porque, de acuerdo a la discusión de la sección 14. 2, su causa específica sería la insuficiencia de la demanda efectiva para permitir alcanzar el nivel de ingreso y de empleo Y¡, que correspondería al pleno empleo. Se tiene así ilustrado el caso esencial de la Teoría General de que el equilibrio de la economía (A =: Ip o 1:::.Iin =: O) es compatible con niveles positivos de desempleo involuntario. Aún más, se tiene así ilustrada la proposición de Keynes de que este no solamente es un caso posible sino que es el caso, en efecto, característico de las modernas economías capitalistas maduras. (Recuérdese que en su opinión el desempleo está "inevitablemente asociado con el individualismo capitalista presente", T. G. pág. 381). Ahora bien, en príncipio esta situación es posible porque no todo el ingreso se consume, ahorrándose una fracción creciente del mismo, ya que si todo el ingreso fuese consumido (Y =: siempre), la función consumo tendría como pendiente la unidad (1:::. 1:::. y=: 1) y coincidiría enteramente con la función de la oferta agregada, constituyendo ello un caso extremo de la Ley de Say, de acuerdo a la cual la demanda agregada no constituye ningún obstáculo para alcanzar el pleno empleo. Pero, obviamente, tampoco sería coherente esperar encontrar una sociedad contemporánea en que el ahorro fuera siempre cero, como en las comunidades más primitivas, cuyo atraso se explica por tal característica entre otras cosas. El problema verdadero es menos extremo y, por ello, (como siempre), más complejo. En realidad, Keynes no buscaba una explicación al hecho de que el ahorro existiese como tal, sino una explicación al hecho de que el ahorro fuese igual a la inversión planeada únicamente a un nivel de ingreso inferior al correspondiente al de pleno empleo, como se muestra en el gráfico 14. 6. 2 suponiendo que Y¡ es el nivel de pleno empleo.

e/

En conclusión: Si y> Yr:

5.6.4 La propensión a consumir, la inversión y el desempleo involuntario

=>

< YE =>

Y

t

Y t

Y, cuando Y = YE, entonces 1:::. (Ini) = O, es decir, las firmas están produciendo exactamente, ni más ni menos, lo que el mercado puede absorber rentablemente. (A este nivel de la producción, en otras palabras, realizan exactamente su ganancia normal, sin pérdidas que las induzcan a reducir la producción, ni ganancias extraordinarias que las induzcan a aumentarla). Si in tentaran producir más allá de YE, se pondrían inmediatamente mecanismos en acción que las harían reducirla nuevamente. Y si intentaran producir menos, inmediatamente se activarían mecanismos para inducirlas a producir más. YF es, por consiguiente, el nivel de ingreso nacional, de producción yde empleo de equilibrio, hacia el cual tienden siempre las fuerzas automáticas del mercado. Naturalmente, cuando Y =: YE, entonces OA =: DA, Ip =: A, Y 1::.(1 ni) =: O. Como ya se sabe, este punto de intesección de OA y DA recibe el nombre de demanda efectiva (sección 14. 3. 2) y, por ser la condición de equilibrio, es el principio regulador de los niveles de empleo, producción e ingreso.

e

(En otros términos, al nivel de pleno empleo, Y¡, se produciría un exceso de ahorro sobre inversión planeada equivalente a la distancia entre los 1

Debe recordarse que Keynes mide el ingreso real en unidades de empleo Y. por ello, siguiendo este procedimiento, cada nivel de ingreso real corresponde a un nivel equivalente de empleo. En la práctica,

y dejando

de lado algunas especulaciones

de que el eje horizontal de empleo.

del gráfico

5.6.2

que no vienen al caso, puede partirse

mide indiferentemente

entonces

niveles de ingreso real o niveles

(

INTRODUCCION

352

A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA KEYNESIANA

puntos R y Q, (R Q). Este exceso, también equivalente a una acumulación positiva de inventario s indeseados, ya que A - Ip = 1:::.1in, es suficiente por sí mismo para forzar a las empresas a reducir la producción hasta YE, como anteriormente se ha visto, generando con ello desempleo involuntario). El verdadero problema puede visualizarse, entonces, de la siguiente manera: aceptando que al aumentar el ingreso alguna fracción de este incremento se ahorra, es decir, la "ley psicológica fundamental" que enuncia Keynes de que el consumo no aumenta en la misma cantidad que el ingreso, que se resume en que 1:::. e/ 1:::. Y < 1, (sección 14.5. 2), ¿no sería posible aumentar lapropensión a consumir, aumentar 1:::. 1:::.Y, de tal suerte que, aunque siga siendo inferior a la unidad, la demanda agregada aumente hasta hacerse igual a la oferta agregada al nivel de empleo Y¡ en el gráfico 14. 6. 2?! En otros términos, ¿no podría convencerse a los individuos de que al aumentar su ingreso gasten un poco más de este aumento en consumo, de tal manera que aunque ahorren algo del mismo no ahorren tanto como antes, haciendo de esa manera que al nivel de empleo Y¡ el ahorro fuera apenas suficiente t~aigu~ar la inversión planeada?

e/

:!'hlposibilidad y sus consecuencias se ilustran en el gráfico 5.6.3.

f. .

.

f

GRÁFICO 5.6.3 AUMENTO

DE LA PROPENSION

MARGINAL

A CONSUMIR

(I:::.c ¡I:::.Y)

C, A, Ip

¡,E ¡

Ca +Z

(

,

,/!

"

LI

o

= =

I

Recuérdese que con lp Z constante de la función consumo, esto es,

I

~ __~

~Y



la pendiente de la función de la DA es idéntica a la pendiente i y la Ip podría aumentar hasta 12 • Por consiguiente, debido a que siempre se invierte en los proyectos para los cuales EMK > i, la inversión es empujada o tiende a aumentar hasta el punto en que.EMK = i; pero sin poder pasar de este punto. Y, al reducirse la tasa de interés, dada una curva de la EMK (como la del gráfico 5.7.2), los niveles de inversión son empujados hacia el aumento de tal manera.

361

este punto Q corresponde el nivel lo de Ip; al nivel i" corresponde el punto R y, por tanto, el nivel I¡ de Ip; al nivel i" corresponde el punto S y, por tanto, el nivel 12 de Ip, etc.).' Esta relación inversa entre el nivel de la inversión planeada (Ip) y el nivel de la tasa de interés (i), sobre una curva dada de la EMK, será llamada la función (Keynesiana) de la inversión y se ilustra a continuación. GRÁFICO 5.7.3 LA FUNCION (KEYNESIANA)

DE LA INVERSION

GRÁFICO 5.7.2 LA EMK, LA TASA DE INTERES

y EL NIVEL DE LA INVERSION

PLANEADA

EMK, i

EMKO __

__

EMK¡

0.. I IR." ,- _ _

,

.i'

_

_

.• _ .•.•.•.•

_ .••

~ 1

,, 'I --r----r---,

I

,

I

I

1:

E:A1r.:

I ~~

o

__-L

lO

o

I

~

~lp



En síntesis todas las unidades de inversión entre cero e lo tienen lugar eri la práctica si su EMK es mayor que i'; todas las unidades de inversión en.trecero e I¡ son llevadas a la práctica si su EM.l( es mayor que i", y todas las _unidades de inversión entre cero e 12 son efectuadas realmente si su EMK es mayor que i" '. Puesto que 12 > I1 > lo, e i" , < i" < i', Keynes concluye que, dada una curva de la EMK, existe una relación inversa entre la tasa de interés y el nivel de la inversión planeada. Esta relación inversa, como puede observarse en el gráfico 5.7.2, se obtiene proyectando el nivel de la tasa de interés, (i', i", i"', etc.) sobre la curva de la EMK y observando qué nivel de Ip corresponde a ese punto. (Por ejemplo, al nivel i'corresponde el punto Q de la curva de la EMK del gráfico 5.7.2. ya

Es obvio que, después de este arduo trecho, Keynes ha intentado sintetizar las causas últimas o incentivos para la inversión, es decir, la explicación de los niveles en que se establece la inversión en un momento dado y de sus fluctuaciones, en dos factores esenciales: i- la eficiencia marginal del capital, y ii- la tasa de interés. "Caídas" o "alzas" de la primera pueden hacer disminuir o aumentar la inversión planeada (por simples cambios de expectativas) sin que la tasa de interés cambie (Véase nota 1), y cambios en la tasa de interés

1

Nótese que si la EMK se redujera para cada unidad adicional de inversión, esto es, a cada nivel de Ip correspondiera ahora un menor EMK, entonces la curva de la EMK resultaría desplazada hacia abajo (o lo que es lo mismo, hacia la izquierda), ya que la curva no es otra cosa que el conjunto de puntos que tienen como coordenadas (Ip, EMK). Así, a cada Ip correspondería una EMK de menor altura, lo cual equivale a un desplazamiento de la curva hacia abajo. Símilarmente, si la EMK aumentara para cada unidad adicional de inversión, la curva de la EMK se desplazaría hacia arriba (o hacia la derecha, que significa lo mismo). La relación inversa entre Ip e i corresponde a una curva dada, fija o estable. Si la curva se desplaza, Ip puede aumentar o disminuir sin que cam bie la tasa de interés. En general, en adelante se entenderá por una "caída en la EMK" el desplazamiento de la curva hacia abajo y por un "alza en la EMK" un desplazamiento de la curva hacia arriba, implicando la primera una reducción y la última un aumento en Ip dada una tasa de interés constante.

362

INTRODUCCION

A LA ECONOMIA

podrían aumentar o disminuir la inversión planeada, sobre una curva estable de la EMK, (sin desplazamientos de la misma), es decir, sin cambios en las expectativas. Ahora, aparentemente, se estaría en proximidad de las respuestas a las preguntas planteadas al final de la sección 5. 6 Y específicamente con relación al gráfico 5.6.4, de porqué razones las empresas no realizan espontáneamente el nivel de inversión planeada que se requiere para absorber todo el ahorro que se generaría al nivel de pleno empleo, eliminando de esa manera todo el desempleo involuntario; de si es posible inducirlas o no a realizar ese nivel de inversión y mediante cuáles mecanismos, retornando así al hilo central de la discusión que es el desempleo involuntario, sus causas y posibles remedios. Sin embargo, esta proximidad no es tan inmediata como parece a primera vista. Como en el caso de la propensión a consumir, Keynes reconoce la importancia y la necesidad de crear un clima de expectativas más adecuado para estimular la inversión planeada y aumentar a través de esa vía la demanda agregada. Inclusive dedica los capítulos 5 y 12 de su Teoría general al examen de este aspecto. No obstante, también como en el caso de la propensión a consumir, termina reconociendo que la EMK, y en general las expectativas, constituyen más un complejo dato del cual debe partirse que una variable sistemáticamente manipulable a través de principios generales para alcanzar un resultado predeterminado. De hecho, debido a que las expectativas sobre el futuro se forman generalmente sobre la base de la situación económica presente, es muy probable que aquellas no mejoren hasta cambiar ésta, presentándose así un círculo vicioso que elimina o minimiza la posibilidad de que las expectativas puedan actuar por cuenta propia en un sentido deseable, durante muchas circunstancias.' En otras circunstancias, en que las expectativas actúan como una variable verdaderamente independiente del nivel de empleo y de ingreso presentes, es decir, cuando son conformadas más bien por factores extraeconómicos, (como los resultados de unas elecciones o una situación de guerra), la dificultad estriba en la imposibilidad real de moldear a voluntad de los diseñadores de la política económica los desarrollos y resultados de tales eventos para crear artificialmente el clima de expectativas más deseable. Las expectativas y por tanto su expresión más concreta, la

1

Keynes se queja, por ejemplo, de que existe una tendencia generalizada a tomar las decisiones de inversión sobre las expectativas de corto plazo aunque las inversiones sean de largo plazo (cap. 12, T. G.). Sin embargo, aparte de un llamado simbólico a cambiar tal actitud, no parece existir una fórmula inmediata para generar tal cambio que, además, según el mismo Keynes, podría traer efectos negativos compensatorios por otro lado: si los inversionistas pensaran siempre que su inversión no es liquidable en el corto plazo, considerarían mayor el riesgo y ello podr ia terminar reduciendo la inversión en lugar de aumentarla.

LA ECONOMIA KEYNESIANA

363

eficiencia marginal del capital, no podían constituir, pues, en el modelo de Keynes la variable primaria manipulable a voluntad, con unos resultados previstos y garantizables, para dar una salida real al problema del exceso de ahorro sobre inversión planeada a niveles de pleno empleo. En sus propias palabras: " ... no es fácil revivir la eficiencia marginal del capital, ya que está determinada por la incontrolable y desobediente psicología del mundo de los negocios. Es el retorno de la confianza, para hablar en lenguaje ordinario, lo que es tan incontrolable en una economía de capitalismo individualista". (Keynes, T. G., pág. 317). Queda por voltear la mirada, entonces, hacia la tasa de interés ya que, según la función Keynesiana de la inversión (gráfico 1 7.4.3), ¿no sería posible aumentar la inversión planeada hasta el nivel deseado mediante sucesivas reducciones de la tasa de interés? Naturalmente, para darle respuesta adecuada a esta pregunta es necesario primero indagar si la tasa de interés, a diferencia de la EMK, puede ser una variable artificialmente manipulable en la dirección deseada y, de otro lado, si su sola reducción podría ser lo suficientemente efectiva para desplazar la función de la demanda agregada, a través de los aumentos en Ip, hasta intersectar a la función de la oferta agregada al nivel de pleno empleo (punto R del gráfico 5.6.4), resolviendo así el grave problema planteado. Pero esto supone -Obviamente, el estudio inaplazable de las fuerzas que determinan la misma tasa de interés, sobre lo cual nada se ha mencionado hasta el momento. 5.8

La tasa de interés

5.8.1

Noción Keynesiana del interés

Si según los fundamentos austríacos de la teoría neoclásica, imperantes en el tiempo de Keynes como parte de la teoría ortodoxa, el interés del capital es el pago a la "abstinencia" de consumir, a la "espera", al ahorro, (véase Apéndice A· XIII, sección 4.2.1), para Keynes esta noción no tiene asidero en la realidad. Su argumentación, en términos crudos pero en esencia, es la siguiente: ponga usted sus ahorros, el producto de su abstinencia de consumir, debajo del colchón. ¿Cuántos intereses gana? Nada. Este es el pago al ahorro, a la abstinencia, como tal. Ahora sáquelos y póngalos a préstamo en el mercado financiero. Como pago se reciben intereses positivos. Por consiguiente, los intereses positivos no se pagan por el acto de ahorrar en sí, de abstenerse de consumir sino por el acto de prestar el dinero ahorrado, por ceder el uso de ese dinero durante algún tiempo a otras personas. De esta manera, Keynes concluye que el interés es recibido como recompensa por "quienes poseen dinero por renunciar a su control líquido sobre él". (T. G., Cap. 13).

364

INTRODUCClON

A LA ECONOMIA LA ECONOMIA KEYNESIANA

Si una persona decide ahorrar una suma dada de dinero, razona Keynes, no por ello recibe la recompensa de los intereses. Esta llega solamente cuando. la persona renuncia a su "liquidez", a su control sobre ese dinero por un plazo determinado y lo cede a otra persona. Es más, de acuerdo a esto, la tasa de interés es el factor (la recompensa) que induce a una persona a ceder temporalmente a otra su dinero o liquidez;' y el precio que otra persona está dispuesta a pagar por tal liquidez. Por consiguiente, la tasa de interés del mercado es el precio que induce a los oferentes de liquidez a ofrecerla y que están dispuestos a pagar los demandantes. En otras palabras, la tasa de interés del mercado estaría determinada por la demanda y oferta de . liquidez (de dinero a préstamo), por lo cual el estudio de las fuerzas que la determinar¡ conduce al examen obligado de estos factores. 5.8.2

d~nde L2 es la cantidad de liquidez (o dinero) demandada para especular e 1 es la tasa de interés, tal que

Esta ,función es con?~ida como la "función de la preferencia por la liquidez" y se ilustr~ en el gráfico S, 8, 1, que también sirve para obtener la demanda total del dinero por todos los motivos.

GRÁFICO 5,8,1

) FUNCION

La demanda de dinero (demanda por liquidez)

De acuerdo a Keynes, los motivos para demandar dinero o liquidez pueden servclasiñcados en tres grupos: i- para efectuar transacciones de bienes y se~i.~liO ..S; ii- como precaución contra imprevistos; y, m- para especular en el m~ado financiero buscando ganancias.

DE LA DEMANDA

Y LA PREFERENCIA

POR

LA LIQUIDEZ

B I

i1

L1

POR DINERO

iO

;(,:

K'es considera ,que ii- p~ed~ tomarse como una proporción de i:, siendo la tiemanda de dinero o liquidez por la suma de estos dos motivos una furtcíón directa del nivel del producto o ingreso nacional, ya que mientras mayor sea el valor de éste mayor será el valor de las transacciones requeridas en Jaeconomía. Esta proposición puede expresarse como:

365

I I I

--,- -

Q

I

= t(Y)

donde L1 indica la cantidad de dinero demandada conjuntamente por los motivos i- y íi-, e Y indica el valor del producto o ingreso nacional. Así, al crecer el valor total de las transacciones requeridas, es decir, el valor total de la producción ( Y), L1 también aumentará. Y este aumento será proporcional, pues, Keynes acepta que en el corto plazo Y I L1, llamada la "velocidad ingr,eso" del dinero, V, tiende a ser constante (T. G., Cap. 15). i:_·)

De~otro lado, la "demanda de dinero por motivo especulación" (motivo iíifdepende en parte de las expectativas y se comporta inversamente con la 'tasa de interés. Esto es, la cantidad demandada de dinero o liquidez para especular aumenta a medida que la tasa de interés se reduce, o

1 _ Sobre los conceptos

de dinero y liquidez, véase la sección 8. 1, Funciones,

k

El eje vertical mi~e el nivel de la tasa de interés y el horizontal la suma de las demandas de dinero por todos los motivos (L + L ) La di t iz D]. b 1'" 1 2 • lS ancia L'l so re e eje, honzontal mide la demanda de dinero por motivo transacciones (L.l), que depende del nivel de ingreso (Y). Por tanto Ol: no a b' t dif , 1 C m la mien ras no se mo 1 ique el nivel de ingreso (lo cual se supone en el áf" , . ') . gr ~ ' en pnmera ínstancía Ahora, para obtener la demanda total de dinero (L + L ) , OL ' 1 2 es necesario sun;.ar. a 1 la demanda de dinero por motivo especulación. Como ésta vana mversam~nte con la tasa de interés, sería prácticamente nula a niveles ~uy altos d~ 1, tales como io, (punto B) en los cuales toda la demanda de dmero estalla constituida apenas por OL (L '" ) S' did . 1 , 2 cero. m embargo a me ~ a que se red~ce la tasa de interés empieza a aparecer una dema~da de dmero por motivo especulación (L2) que se va sumando a la demanda

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

366

por motivo transacciones y precaución (LI) para obtene~ la d;rnanda total (LI + L2). Por ejemplo, en el punto B, con una tasa de .mteres extremadamente alta, L2 sería cero y, por tanto, LI + L2 = LI' Sin ~mbargo, al c~er i hasta il (punto Q) aparece una demanda de dinero por mO~lvoespeculación igual a la demanda total (OL'2 ) menos la demanda por motivo transacclO~es (OL ) igual a L L' . Al caer i hasta i2 (punto R) la demanda por motivo 1 1 2 -L L" 2 = OL" 2 • especulación aumenta aL 1 L" 2 Y la demanda total a OL 1 + 1 etc. En síntesis, proyectando la tasa de interés sobre la función de la preferenc~ por la liquidez se obtiene un punto cuya coordenada (o valor) e? el eje horizontal corresponde a la demanda total de dinero. Pero es necesano tener presente que este total incluye tanto la demanda "especulativa" que depende inversamente de la tasa de interés, tal como muestra la función de la preferencia por la liquidez, como la demanda transaccional (OLI ) que depende del nivel de ingreso. Para obtener la cifra neta de L2 habría entonces que restar a la demanda total OLI. Puesto que L2 va aumentando a medida que i se reduce, y LI permanece fija, dado que el ingreso esté constante, entonces la demanda total también va aumentando a medida que i se reduce. (De otro lado, si Y llegara a aumentar entonces OLI se haría también mayor, lo cual significa que la línea paralela al eje vertical que arranca del val~r L 1 se desplazaría hacia la derecha. Como resultado la curva de. la pr:fer:ncla por la liquidez también se desplazaría hacia la derecha. SI Y disminuye entonces la curva se desplazaría hacia la izquierda). I Ahora bien las razones que da Keynes para que L2 aumente a medida que . ' es " muy alta" i se reduce, pueden resumirse así: a- Si la tasa de ~ter~s resulta muy costoso mantener dinero líquido porque, SI:1 dm~ro es prestad?> los intereses que deben pagarse son "muy altos", y SI,el dinero es .~roplo los intereses que dejan de percibirse por no darlo en prestamo tambíén son muy altos. De esta manera, con tasas de interés "muy altas': n~ es deseable mantener dinero líquido, es decir, la preferencia por la liquidez es muy baja. A medida que baja la tasa de interés, por el co~trario, e~ costo de mantener dinero disminuye (tanto si es prestado como SI es propio y no es dado en préstamo) lo cual hace más aceptable la posesión de liquidez, es decir aumenta correlativamente el deseo de pedir prestado y el de mantener la pr~pia liquidez. En otros términos, aumenta la prefer~ncia por la líquídez; y, b- Si la tasa de interés es "muy alta", por encima del nivel que se co~slde? normal, la expectativa más probable sobre el futur? e~ que la tas~ de interés disminuya. Por tanto, los individuos que tienen liquidez querran darla en I

Evidontemente, la curva L también sufriría desplazamientos s~ el públi~o c,ambiara los niveles de liquidez que desea mantener a cada nivel ,de. la tasa d~ inter:s, es decir, SI su ~referencla por la liq uidez se modificara por razones psícologicas o SOCIales diferentes de cambios en la tasa de

interés.

LA ECONOMIA KEYNESIANA

367

préstamo rápidamente, cuando pueden pactar altos intereses, antes de que i caiga a su nivel normal cuando tendrían que conformarse con intereses menores. Es decir, están ansiosos por desprenderse muy rápidamente de su liquidez, lo cual hace que su preferencia por la liquidez sea muy baja. Y los individuos que no tienen liquidez propia también tienen una baja preferencia por la liquidez en ese momento, pues esperando a que las tasas de interés caigan a su nivel normal podrían obtener préstamos más baratos en el futuro que en el presente. En síntesis, su preferencia por la liquidez es también muy baja y, por consiguiente, la preferencia por la liquidez es baja en general. Por el contrario, si latasa de interés es "muy baja", colocándose por debajo de su nivel normal, la expectativa más probable sobre el futuro es que ella subirá, por lo cual los individuos que tienen liquidez propia esperarían ganar nanteniendo su liquidez en ese momento para ofrecerla en préstamo sólo posteriormente, cuando las tasas de interés les-permitan colocar sus préstamos con una mejor rentabilidad. Y los individuos que no tienen liquidez propia y la necesitan, desearían tenerla inmediatamente, tomándola en préstamo, pues de esa forma pagarían menos por ello que en el futuro próximo cuando los intereses tendrían que ser mayores; ASÍ, con una tasa de interés "muy baja" la preferencia por la liquidez sería en general "muy alta". Finalmente, Keynes postula que existe un valor mínimo de la tasa de interés, más allá del cual ésta no puede caer. Ese valor mínimo seseñala en el gráfico S. 8. 1, en el eje vertical, como i min, Por consiguiente ta curva de la preferencia por la liquidez se vuelve completamente paralela al eje horizontal, tan pronto como i alcanza ese valor mínimo, punto S, es decir, la función se torna completamente horizontal a partir de este valor para indicar la imposibilidad de que i siga disminuyendo. Una implicación importante de esta característica de la función de la preferencia por la liquidez, que debe tenerse presente, es que a tal tasa de interés mínima la demanda de dinero por motivo especulación bien podría ser L 1 L"'2 (en el punto S), LI L""2 (en el punto T) y cualquier otro valor a la derecha de éste, en forma indefinida y tendiendo hacia el infinito. La razón de esta preferencia casi infinita por la liquidez es, obviamente, que a una tasa tan baja de interés los costos de mantener la liquidez son los mínimos imaginables y la única expectativa posible sobre el futuro es la de que la tasa de interés vuelve a aumentar. Por otra parte, las razones que da Keynes para la posibilidad de que exista un nivel mínimo más allá del cual no pueda caer la tasa de interés son: í- el riesgo implícito en todo préstamo, riesgo que debe ser compensado con un rendimiento positivo sobre el préstamo, lo cual implica que mientras el riesgo sea positivo la tasa de interés debe cubrir por lo menos ese valor, por debajo del cual no puede caer; ii- los costos de la intermediación ñnan-

368

INTRODUCCION

ciera, (sistema bancario y ramificaciones), requerida para poner en contacto a quienes dan en préstamo y a quienes toman prestado, costos que debe cubrir la tasa de interés de los préstamos y que siempre son positivos; iii- la existencia "psicológica" o "convencional" de un nivel "normal" de la tasa de interés, lo cual hace que cuando ésta cae por debajo de ese nivel "normal" tome lugar la expectativa de que volverá a subir, lo cual hace tender la preferencia por la liquidez hacia infinito (vuelve la función horizontal) como antes se explicó. '

5.8.3

LA ECONOMIA KEYNESIANA

A LA ECONOMIA

5.8.4

Interaccion de la oferta y demanda monetarias: El nivel de la tasa de interés GRÁFICO 5.8.2



La oferta de dinero (oferta de liquidez)

I

Después de tanto camino recorrido, se encuentra una variable esencial riel mercado cuyo nivel puede ser fijado, de acuerdo a criterios de política previamente determinados, por el gobierno. Es cierto que no todos los .factores de la oferta monetaria están en poder absoluto de la autoridad púqliGa, pues algunos de ellos, como la situación del mercado mundial que afe~!a a través de la balanza de pagos la oferta monetaria, pueden estar tot~o parcialmente fuera de su control. Sin embargo, la mayoría y casi tod,8s los factores determinantes de la emisión mónetaria y de los medios de pago en circulación, tales como el crédito del Banco Central, las operaciones de mercado abierto y el encaje bancario están sujetos a su manejo discrecional, 1 por lo cual, en general, el gobierno tiene la capacidad técnica de contrarrestar el erecto de los pocos elementos que escapan a su control con su manejo discrecional de los restantes factores, que constituyen la mayoría y que permiten establecer el nivel de la oferta monetaria dentro de ciertos límites predeterminados oficialmente. 2

De-esta manera, y siguiendo a Keynes, la oferta de dinero puede ser tratada en primera instancia como una cantidad determinada (exógenamente a las libres fuerzas del mercado) por el gobierno, tal como muestra el gráfico 5.8.2.

2

scibrelos

determinantes

de la oferta monetaria,

véase secciones

M'¡

M"¡

, I ---r-, -

io

1

369

~

i¡ i2 imín•

E

--+---~-,

E' E"

--~-, I

L LI +L2'

o

LI



M'I

\111

M"I

El gráfico 5.8.2 solamente difiere del 5.8. 1 en que la cantidad de medios de pago puestos en circulación por el gobierno (oferta monetaria), que inicialmente es OMI, es mostrada explícitamente. Esta cantidad se representa como una paralela al eje vertical para indicar precisamente que es un parámetro que solamente puede cambiar cuando el gobierno así lo decide sin que, en primera instancia, lo afecte en forma inmediata cualquiera de las demás variables examinadas (es un valor "exógeno" a las variables i y L, que se mide sobre el eje horizontal porque éste mide cantidades de dinero, y que se proyecta como una recta paralela al eje i porque depende del gobierno y no inmediatamente de los valores de i). Por consiguiente, cuando la oferta monetaria, MI, aumenta, esta recta paralela se desplaza hacia la derecha, lo cual debe ser obvio pues OM 1 < OM' I < OM''¡. y cuando M t se reduce, la recta que indica el valor de MI se desplaza hacia la izquierda.

18.5 a 8. 9.

Nota para el lector avanzado: " ... podemos trazar la línea entre 'dinero' y 'deudas' en el punto que sea más conveniente para manejar un problema particular" (Keynes, T. G., pág. 167 •. En el texto, y para los fines inmediatos, los medios de pago en circulación (MI) se consideran como la oferta de dinero, sin entrar en consideraciones acerca de si aquí la línea está trazada en el punto más conveniente posible dentro de una perspectiva teórica. Simplemente se ha trazado la línea ~. el punto que permite la exposición más sencilla posible de las interacciones entre demanda y oferta monetaria.

Ahora bien, con una curva de preferencia por la liquidez estable, sin desplazamientos de índole alguna, como L, se observa lo siguiente, cuando el nivel de la oferta moentaria es OMt: si la tasa de interés fuera mayor io, entonces la demanda total de dinero, que como se vio en la sección anterior se obtiene proyectando la tasa de interés en cuestión hasta la curva L, sería inferior a la oferta total de dinero (MI ). Es decir, se presentaría un exceso de oferta sobre demanda de dinero igual a la distancia que separaría, a ese nivel de la

370

INTRODUCCION A LA ECONOMIA

tasa de interés, a la curva L de la curva MI' Es evidente que este exceso se debería a que al nivel de esta tasa de interés tan alta la preferencia por liquidez es muy baja para absorber toda la liquidez disponible en el mercado de dinero (financiero). Este exceso de oferta de liquidez significa que quienes tienen fondos en exceso (que no han podido colocar en préstamo) están perdiendo todos los intereses que podrían ganar sobre ese dinero inactivo. Necesitan, pues, colocarlo en préstamo, pero para que ello ocurra es necesario que la demanda por dinero aumente. Pero, a su vez, los demandantes de liquidez pueden ser inducidos a demandar una mayor liquidez solamente si la tasa de interés se reduce, dada la relación inversa entre L2 e i. En síntesis, un exceso de oferta sobre demanda de dinero envía la tasa de interés a la baja.

Ahora bien, si i cae por debajo de i«. se presentará la situación contraria: la demanda total de dinero (dada por la proyección de la tasa de interés menor que io sobre la curva L) será mayor que la oferta monetaria, dada por la curva MI' equivalente a la distancia que separa estas dos curvas a ese nivel de la tasa de interés. Ahora, el público demanda una mayor liquidez que la que hay disponible. Todo demandante querrá inducir a los oferentes a que le satisfaga su necesidad de liquidez. Pero los oferente s no pueden aumentar la liquidez total ya que esta acción corresponde exclusivamente al gobierno. Por tanto, si éste mantiene constante la oferta monetaria, los oferentes tienen que racionar la poca liquidez disponible entre los muchos demandantes existentes, y como los primeros van al mercado movidos por el incentivo de obtener la máxima rentabilidad posible para su dinero, racionan seleccionando a los demandantes que ofrezcan pagar la mayor tasa de interés, corno en una subasta pública. Por su parte, los demandantes compiten entre sí ofreciendo cada vez mayores tasas de interés hasta que ésta haya subido tanto que la preferencia por la liquidez deje de ser excesiva con relación a la oferta. Un exceso de demanda de liquidez sobre oferta empuja, pues, la tasa de interés al alza. (Véase Apéndice A - XIV, secc. A. 5.7). e

Por consiguiente, dadas las curvas L y MI, la tasa de interés no estará en equilibrio cuando es superior ni cuando es inferior a io _ Es más, cuando es superior es lanzada hacia el nivel i«. y cuando es inferior también es lanzada hacia el nivel io. Por el contrario, si la tasa de interés fuera io, a dicho nivel la oferta y la demanda de liquidez serían exactamente iguales, sin excesos de oferta que empujaran i a la baja ni excesos de demanda que la empujaran al alza. io, la tasa de interés correspondiente al punto E, donde se intersectan las funciones de oferta y demanda de dinero, es pues la tasa de interés de equilibrio, hacia la cual tienden siempre las fuerzas del mercado. De esta manera, la tasa de interés resulta como el precio que permite la igualación

LA ECONOMIA KEYNESIANA

371

de la demanda y la oferta de dinero (o de liquidez) o, para simplificar, como el "precio de la liquidez" en las palabras de Keynes,' Ahora, si el gobierno aumentara sucesivamente la oferta monetaria OMI , a OM'¡ ya OM''¡ , es decir, si la línea MI se desplazara aM'1 y aM''¡, entonces, siguiendo en cada caso el mismo razonamiento anterior, se encontraría que la tasa de interés del mercado pasaría a quedar determinada por E' y por E", respectivamente, es decir por las nuevas intersecciones de L con las nuevas líneas que representan la oferta monetaria. 2 En síntesis, si la curva

(Digresión ahorro).

Opcional

sobre la crítica

Keynesiana

a la Definición

ortodoxa

de i como

precio del

Keynes da mucha importancia a esta conclusión, y la contrapone a la noción ortodoxa de que i es el precio que iguala la oferta de ahorro con la demanda de ahorro (que es la misma inversión . planeada), pues si esto último fuera cierto la tasa de interés sería un mecanismo cuya flexibilidad o reducciones permitirían eliminar siempre cualquier exceso de A sobre Ip, obteniéndose de eUo la conclusión de que las reducciones en la tasa de interés (ante situaciones de A >Ip) nunca permitirían un exceso de OA sobre DA, es decir, garantizando el cumplimiento de la Ley de Sayo Para refutar por otra vía este planteamiento. Keynes presenta el argumento de que el ahorro depende del nivel de ingreso, lo cual parece evidente. Entonces, si esto es cierto, el A puede aumentar o reducirse sin que cambie la tasa de interés, simplemente como resultado de cambios en Y. La oferta de ahorro no podría conocerse, pues, sin conocer el nivel de ingreso. De donde, sin conocer y no podría construirse un gráfico con la demanda de ahorro (Ip) y con la oferta de ahorro cuya intersección sería la tasa de interés, como plantea la economía ortodoxa. Es decir, sin conocer y no podría conocerse la tasa de interés porque la función de oferta de ahorro (los niveles de ahorro) sería totalmente desconocida. Como la teoría ortodoxa razona siempre con el supuesto implícito de que las fuerzas libres del mercado conducen a la economía al pleno empleo, entonces el único nivel de ingreso que puede tomar por conocido es el caso' especial" del pleno empleo. En cambio, para el caso "general" de desempleo, la teoría ortodoxa no podría dar por conocido el nivel de Y ni, por tanto, los niveles de A, ni por tanto la curva del ahorro, ni por tanto su intersección con la curva de la demanda de ahorro, ni por tanto la tasa de interés. (T. G., cap. 14).

2

La argumentación "como si" sólo existiera una tasa de interés, con "la" tasa de interés, se trata evidentemente de una simplificación expositíva, ya que en la realidad existe toda una estructura de diversas tasas de interés que difieren entre sí de acuerdo a distintas condiciones de riesgo, madurez, liquidez y cargas tributarias, principalmente. Puede suponerse, entonces, que "la tasa" de interés a que se refiere el texto es, por ejemplo, la tasa pagada por un banco comercial importante dado sobre los depósitos a términos con madurez de 12 meses, tasa sobre la cual las primas de otras instituciones y otras condiciones de préstamo (por mayores riesgos, menor liquidez, etc.) determinan toda la compleja estructura de las diversas tasas restantes. Además, es necesario tener presente que ofrecer liquidez es lo mismo que demandar títulos de deuda como letras, pagarés, bonos, etc., (por simplicidad "bonos"), ya que toda entrega de dinero en préstamo supone el recibo de cualquiera de estos "comprobantes" o títulos de deuda. De esta manera, por ejemplo, un bono del gobierno que éste ofrece en venta ello. de enero de un año dado en $ 1.000 con el compromiso de redimirlo (devolver el dinero prestado o recomprar el bono) el lo. de enero del año siguiente en $ 1.200 implicaría una tasa de interés de 200/0. Pero si el público empieza a revenderlo y recornprarlo en la bolsa de valores, con el resultado de que el precio del bono se eleva a $ 1. 100, entonces la tasa de interés de los nuevos compradores sería $ 1.200 - $ L100 11.100 = 9.090/0. Es decir, un alza en el precio de los "bonos" (o papeles financieros) equivale a una reducción en "la" tasa de interés y viceversa.

INTRODUCCION

372

A LA ECONOMIA

LA ECONOMIA KEYNESIANA

373

L permanece estable, el gobierno podría reducir la tasa de interés media~~e

L debilitando el efecto del aumento de MI sobre la tasa de interés. Pero este

aumentos discrecionales de la oferta monetaria, lo cual parece una conclusión extremadamente importante, en vista del posible efecto de la reducción de la tasa de interés sobre la inversión planeada (gráfico 5.7.2). del efecto del aumento de ésta sobre la demanda agregada y el nivel de empleo (gráfico 5.6.4), Y del hecho de que la oferta monetaria es, por fin, una variable que ofrece un manejo discrecional por parte del gobierno. Aparentemente, Keynes habría encontrado la ansiada panacea para curar el desempleo involuntario ¿Resistirá esta apariencia el requerido análisis de fondo? Veamos la respuesta de Keynes.

debilitamiento podría resultar más relevante si se supone que el público, con sus expectativas de inflación, trata de adelantarse a los efectos de los aumentos de M 1 buscando reajustes rápidos de los precios, como ocurre en un medio social ya acostumbrado a la inflación según recientes hipótesis de comportamiento.

5.8.5

La oferta monetaria y el nivel de empleo

Antes de aventurarse a sacar una alegre conclusión sobre los efectos que los aumentos de la oferta monetaria (política monetaria) pueden ocasionar sobre el nivel de empleo, en presencia de desempleo involuntario, es necesario avertturarse aunque sea muy tangencialmente por una serie de pasos tortuo~os qu~existEm entre el punto de salida y el supuesto dé llegada. Esto es lIDprelcindible; pues con U? solo traspiés que nologresuperar~e exit~san;ente, la polttica monetaria habrá pasado como otra esperanza p~rdIda, o sImplemen~ irre~evante, para actuar como la poderosa palanca que impulse a la economía fuetá de la depresión económica. En~rimer término, es necesario tener presente que un .aUl;nentode M.l .sería incapaz de reducir la tasa de interés si alguna de las siguientes condiciones se hJciera presente:

Si

ila función de preferencia por la liquidez (curva L) se d~splazara simultáneamente a la derecha como para compensar el desplazarmento de 1. ;Esto puede ocurrir si, por ejemplo, e~ nivel g?ne~l de pr~cios aume~ta signifiéativamente al aumentar MI (Teoría Cuantitativa del Dinero, seccion 8. 10), ya que al aumentar los precios se requiere mayor cantidad de dinero pata hacer las transacciones del producto real, con lo cual .~Ll aumenta. desplazándose la línea L1 y con ella toda la curva L (sección l_~.4.2). En realidad, esta posibilidad no preocupó mucho a Keynes, pu:s creta ~~e con desempleo involuntario de mano de obra y el equipo productivo subutílizado, (al crecer M 1 los precios crecerían pero menos que proporcionalmente (debido al crecimiento del producto real) hasta al?anz~ el nivel de pleno empleo, cuando, dada la imposibilidad de la prOQUCClOnreal para crecer ulteriormente, todo el aumento de M 1 sí se traduciría en alzas puras de pr~cios. De todas maneras, los precios crec:rían en alguna medida, lo cual, aunque no implicaría un eumento proporcional de OL1 que anulara to~~~nte el aumento de MI' sí implicaría algún desplazamiento de la función

ii- Si la función de la preferencia por la liquidez, curva L, tiende a ser muy "acostada", con muy poca pendiente, más precisamente, muy elástica, entonces inclusive aumentos muy grandes de MI' tienden a producir reducciones insignificantes sobre la tasa de interés (basta con imaginar, sobre el gráfico 14. 8. 2, que la parte descendente de la curva L fuese mucho más acostada para visualizar cómo i de equilibrio caería menos de lo que cae con la mayor inclinación ante los desplazamientos de M'¡ y M"2 ). Esto es así porque, precisamente, una mayor elasticidad de la curva significa que una pequeña reducción en la tasa de interés implica un aumento porcentual mucho mayor en la preferencia por la liquidez y, por tanto, en la demanda total del dinero. Los aumentos de la oferta monetaria al presionar levemente hacia la baja la tasa de interés irían acompañados, aSÍ, también de un gran incremento en la cantidad demandada de dinero que impedirían la creación de drásticos excesos de oferta y, por tanto, impedirían drásticas reducciones de 1: Este punto preocupaba de manera especial a Keynes quien le dio mucha importancia al mismo. La razón argumentada es el hecho de que el público mantiene por atavismo "psicológico" o por convencionalismo social una noción muy arraigada del nivel de la tasa "normal" de interés. De esta manera, una caída sorpresiva de la tasa de interés puede ser recibida como algo transitorio, dando lugar a la expectativa de que rápidamente volverá a su nivel "normal". Pero, como ya se ha visto en la sección 14. 8. 2, esto incita a un gran aumuento de la demanda por liquidez. El aumento en MI podría entonces ir acompañado también de un aumento muy importante en la preferencia por liquidez y, por tanto, en la demanda total de dinero, tendiendo a anular el efecto del primero. La dificultad para cambiar la noción de la gente sobre cuál es el nivel "normal" de la tasa de interés y para inducirla a pensar que las variaciones de i son "permanentes" o de "largo plazo" podría convertirse, entonces, en un gran obstáculo para la reducción de la tasa de interés mediante aumentos enM1• Y, iii- Si el nivel de la tasa de interés se encuentra en UIl valor próximo a su valor mínimo posible (i mín. en el gráfico 5. 8. 1). cuando la curva L se torna completamente horizontal, o totalmente elástica, entonces, no importa qué aumentos tan grandes de MI se hagan, es imposible que la tasa de interés sufra reducciones ulteriores. Sobra todo comentario en este caso

374

INTRODUCClON

LA ECONOMIA KEYNESIANA

A LA ECONOMLt\

acerca de la efectividad de aumentar M ¡ como instrumento para reducir i: Solamente cabe añadir que hoy en día es un caso popularizado con el nombre de "trampa de liquidez", y que constituye un caso extremo al cual se aproxima la economía solamente en circunstancias "muy anormales" de crisis como "en los Estados Unidos en ciertos momentos de 1932 ... cuando casi nadie podía ser inducido a desprenderse de sus tenencias de dinero en cualesquier condiciones razonables" (Keynes). Pero lo anterior no agota las dificultades. Aun si la tasa de interés pudiera ser reducida, quedan por sortear los siguientes peligros ocultos: iv- La función de la inversión (gráfico 5. 7. 3) podría tener una pendiente muy alta o, precisamente, estar caracterizada por reacciones muy inelásticas de la inversión planeada ante variaciones de la tasa de interés, es decir, variaciones significativas de la tasa de interés podrían producir variaciones insignificantes en los niveles de inversión o al menos insuficientes para poder cumplir con éxito la función de absorber todo el exceso de ahorro y llevar a la economía hasta niveles de pleno empleo. (Esta situación puede visualizarse en el gráfico 5.7. 3 imaginando que la curva se aproxima cada vez más a una posición vertical. A medida que estó ocurre, la misma reducción en la tasa de interés produce una variación cada vez menor en el nivel de la ínversiú planeada). Por consiguiente, el aumento requerido en el nivel de la inversión planeada podría implicar variaciones exageradas e impracticables de la tasa de interés. Aunque no ocurra lo anterior, el peligro supremo es la posibilidad de una alta inestabilidad de la función de la eficiencia marginal del capital (gráfico 5. 7. 2 -y nota 1, pg. 606), pues una caída "súbita" de laEAIK podría anular completamente cualquier caída de la tasa de interés por significativa que ésta hubiera logrado ser y aun en el caso ideal de que se hubieran sorteado con éxito todos los obstáculos antes enumerados. En efecto, al reducirse la EMK la curvaEMK del gráf. 5. 7.2 se desplaza hacia abajo (nota 1, pg. 606), lo cual puede contrarrestar la caída de la tasa de interés desde i" hasta i" " por ejemplo (para visualizar este efecto basta con suponer que en gráfico 5.7.2 la EMK se redujo en una distancia igual o mayor que la existente entre ElYfK¡ y EMK2• Cada punto de la nueva curva EMK estará en el equivalente de esta distancia por debajo de la curva original y, con ello, el nivel de Ip no ha podido aumentar o incluso resulta reducido). Además, según Keynes, ésta no es una mera posibilidad sino que constituye de hecho la causa típica de las depresiones. (" ... la eficiencia marginal del capital (está) sujeta a fluctuaciones más o menos violentas que son la explicación del ciclo económico", Keynes, T. G. pág. 144; "Sugiero que una explicación más típica de la crisis, y frecuentemente la predominante, no es un aumento en la tasa de interés primero, sino un colapso súbito en la eficiencia marginal

375

del capital", Ibid. pág. 315). Así, en una depresíon profunda La política monetaria podría estar condenada al fracaso desde antes de intentar siquiera superar los obstáculos i- a iv-oY, vi- Finalmente, sería necesario tener en cuenta la posibilidad de reducciones en la propensión marginal a consumir (6 /6 Y) que podría debilitar, a través de su efecto sobre la demanda de consumo, el efecto final que sobre la demanda agregada total pudiera tener, a través de la demanda por inversión, una reducción en la tasa de interés (véase sección 5.6.4 Ygráfico 5. 6.3).1

e

Por todas estas vicisitudes, Keynes vio con un claro escepticismo la posibilidad de que un manejo deliberado de las tasas de interés pudiera constituir la poderosa palanca que estaba buscando para librar a la economía capitalista del mal que, en su opinión, estaba minando sus cimientos, dándole más bien a la tasa de interés el lugar subsidiario de una condición necesaria pero no suficiente: "Pero ésta -la tasa de interés- puede fluctuar por décadas alrededor de un nivel que es crónicamente demasiado alto para el pleno empleo ... " (Keynes, T. G., pág. 204); "Por mi propia parte, ahora soy algo escéptico del éxito de una política meramente monetaria dirigida a influenciar la tasa de interés", (Ibid, pág. 164). " ... una reducción en la tasa de interés podrá ser de gran ayuda para la recuperación y, probablemente, una condición necesaria para ello. Pero, por el momento, el colapso en la eficiencia marginal del capital puede ser tan completo que ninguna reducción de la tasa de interés posible en la práctica será suficiente". (lbid. pág. 316).

v-

Keynes reconoce la importancia que las variaciones en la tasa de interés pueden tener, cuando ésta tiende a situarse en un nivel muy alto y éuando la tasa de desempleo es baja, es decir, bajo condiciones que se aproximan más a un auge que a una depresión. "El remedio correcto para el ciclo económico no se encuentra en la abolición de los auges, manteniéndonos de esa manera en una permanente semidepresión; sino en abolir las depresiones manteniéndonos así permanentemente en un semiauge". Y, " .. _ (una tasa de interés más baja) puede permitirle al denominado auge ser un fenómeno duradero". (Keynes, T. G. pág. 322). De esta manera, Keynes reconoce la importancia de la tasa de interés para ayudar a mantener el auge económico y aun como auxiliar valioso para ayudar a salir de una depresión, pero la

1

Una reducción súbita en 6c / 6 y sería en verdad muy improbable, sin que existan razones previsibles para ello. Sin embargo, la verdadera función consumo, libre de una de las extremas simplificaciones de la sección 5.6.4, presenta una 6c / 6 y que disminuye a medida que aumenta Y, es decir, no es una recta sino una curva ligeramente cóncava mirada desde abajo. Bajo estas condiciones, el aumento en el nivel de ingreso y empleo que genera un aumento dado en la inversión planeada es cada vez más pequeño, debido precisamente al debilitamiento de la dinámica del consumo al crecer Y.

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lNTRODUCCION

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juzga incapaz de ser suficiente por sí misma para producir este último resultado. La búsqueda, pues, no ha terminado. Esperanzadoramente para Keynes, quedan dos posibilidades por examinar, inspiradas las dos, irónicamente para la teoría ortodoxa, que se había empeñado en recomendar la aplicación de la fórmula de "la mano invisible" y del "laissez faire - laissez passer" en toda su plenitud posible y hasta sus últimas consecuencias, en la doctrina mercantilista. Los muertos parecían así resucitar, como una demostración más de que quienes olvidan o ignoran las lecciones de la historia del pensamiento económico están condenados a estudiarlas más tarde o más temprano. Y mejor más temprano que tarde. Que lo digan las memorias de la gran depresión.

e

Hasta ahora para la determinación de la demanda agregada (DA == + Ip ), no seha tenido en cuenta la posible demanda de otros países, del resto del mundo. De hecho, esta símplíñcación equivale al supuesto de que el país en ci.t~tíón tiene una balanza comercial equilibrada, (sección 19.2.2), con el va16r dé sus exportaciones compensando exactamente el valor de sus imp~rtáciones, ya que en tal caso la demanda .externa por los productos del ~al$(exportaciones) es exactamente compensado por el ingreso del país que'~e:gasta en productos extranjeros (importaciones), o sea pO,rla demanda interila que se fuga hacia el exterior, sin que se produzca as! efecto neto alguno sobre la demanda agregada total. Ciertamente, el valor de las exportaciones, X, debe sumarse a C + Ip para obtener la demanda agregada total por bienes y servicios del país. Pero, de otro'lado, el valor de las importaciones del país es una parte de su demanda que.se desvía de productos de la industria nacional hacia productos de la industria extranjera, lo cual también debe tenerse en cuenta para calcular la DA total. En otros términos: C = CN

+ CM e Ip

= IpN

+ IpM

e

doride es el valor del consumo total e Ip de la inversión planeada total delpaís, y los sub índices N y M representan el origen nacional o importado de ¡os bienes y servicios demandados, respectivamente. Por consiguiente: CN = C - CM

e IpN

= Ip

- IpM .

-;

De .donde, la demanda agregada total que se realiza por la producción nacional, o dirige a las unidades productivas del país, siendo igual al consumo de

se

bienes y servicios nacionales (CN) más la lp en bienes y servicios producidos en la nación (IpN ) más la demanda externa por bienes y servicios nacionales (X), también es igual a:

+ X= (C-CM) C + Ip + X - (CM + IpM)

DA = CN +IpN

+ (Ip-IpM)

+ X=

Y, como las importaciones de bienes y servicios de consumo e inversión (CM + IpM ) constituyen el total de las importaciones, M, es decir, CM + IpM == M, entonces: DA :::C + Ip

La demanda externa y el desempleo involuntario

5.9

377

+ X - M, (Ec. 14. 9. 1),

donde X - M es el saldo de la balanza comercial. Por consiguiente, si X = M, o X - M = O, entonces DA = C + lp, tal como se ha supuesto hasta ahora. Es decir, se ha supuesto que la balanza comercial se mantiene equilibrada. Pero, naturalmente, en la realidad, tal como se vio en la sección 9. 2, no razón para esperar que esto sea siempre así. Aún más, nótese cómo la demanda agregada por la producción nacional aumenta en la misma magnitud de un superávit de la balanza comercial (X - M > O) y se reduce en la misma magnitud de un déficit de la balanza comercial (X - M < O). Por consiguiente, volviendo al gráfico 14. 6. 4, un superávit en la balanza comercial (SBC), en cuanto adición neta a la demanda agregada (DA) produce exactamente el mismo. efecto que un aumento en la inversión planeada (6. Ip), es decir, un desplazamiento de la función DA hacia arriba, con lo cual un SBC de la magnitud RQ sería suficiente para elevar el nivel de empleo desde YE hasta el nivel de empleo Y[. En otros términos, el exceso de ahorro RQ que de poducíría al nivel de ingreso correspondiente al pleno empleo (Y[) podría ser alternativamente absorbido por un SBC de la misma magnitud, eliminándose de esa manera todo el desempleo involuntario. (DA se desplazaría hasta DA ", pasando el equilibrio de E a R ). Por el contrario, un déficit de la balanza comercial (DBC), al constituir una reducción neta de la DA, (X - M < O), produce el efecto contrario, desplazando la función de la demanda agregada hacia abajo, dando lugar, ceteris paribus, a un exceso de ahorro sobre inversión, de OA sobre DA, lo cual reduce el nivel de empleo y aumenta la magnitud del desempleo involuntario. (En el gráfico 14. 6. 4 puede representarse como un desplazamiento de DA" hasta DA. Entonces aparece un exceso de OA sobre DA igual a RQ, el nuevo punto de equilibrio se desplaza de R a E y el nivel de

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INTRODUCCION

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A LA ECONOMIA

empleo se reduce de Y¡ a YE). Difícilmente, entonces, algo peor podría ocurrirle a un país golpeado ya por la depresión de la demanda interna que sumarle a esta situación un déficit en su balanza comercial. ¿No tenían razón los mercantilistas al llamar favorable a un superávit en la balanza comercial, desfavorable a un déficit y en recomendar como objetivo de política el primero?, pregunta Keynes con razón (sección 1. 1. 5). Y, en efecto, reconoce que un país podría resolver el problema de sus excesos de ahorro (sobre Ip), excesos de OA, y de desempleo involuntario mediante superávits en su balanza comercial. Pero, evidentemente, puesto que las exportaciones de unos países son las importaciones de otros, a nivel del mundo en su conjunto el total de importaciones debe ser siempre igual al total de exportaciones, siendo imposible que simultáneamente todos los países puedan experimentar superávits en sus balanzas comerciales. Necesariamente, entonces, para que unos países puedan tener superávits otros deben consentir en tener déficits. (¿Habrá alguien interesado ?). Por supuesto, si se iniciara una carrera por venderle cada vez más al vecino y comprarle cada vez menos, como algunas veces ha ocurrido, particularmente en períodos de recesión, los resultados finales serían: i- unas menores importaciones de todo el mundo, es decir, unas menores exportaciones de todo el mundo, con lo cual todo el mundo sale perjudicado, pues la contracción del comercio mundial elimina las ventajas de costos logradas por el intercambio y la división internacional del trabajo (sección 1 9.9); li- mayores fricciones internacionales no sólo de carácter económico sino también político; iíí- la internacionalización de la depresión de unos países hacia otros mediante una contracción encadenada de las reducciones de la demanda agregada, reduciéndole la demanda a los socios comerciales; y, iv- finalmente, ningún país podría obtener un superávit pues ello requeriría la aceptación de un déficit por parte de otros cuyo objetivo es también un superávit. En lugar de encontrarle una salida a los problemas de la economía capitalista en su conjunto tal manejo de la situación terminaría, así, más bien agravándolos. Por supuesto, para llegar a la anterior conclusión es necesario suponer que todos los países capitalistas experimentan excesos de ahorro a los niveles de pleno empleo. Pero un superávit en balanza comercial, sin aumento de reservas internacionales, significa un crédito dado a otros países, equivalente a la diferencia entre el valor de las exportaciones y el de las importaciones. Es decir, una exportación neta de capitales, una exportación de ahorro, como Keynes subraya. Por el contrario, un déficit en balanza comercial, sin movimiento en reservas, implica la recepción de crédito, de ahorro externo (sección 1. 1. 5). Por consiguiente, si existieran unos países "subdesarrollados", sedientos de acumulación, con insuficiente ahorro propio, con insuficiente

379

capital propio, "necesitados" de ahorro externo para dar pleno empleo a su "explosiva" población, ¿no serían compatibles las necesidades de importar ahorro de los unos, con "escasez" de capital, con las necesidades de exportar ahorro de los otros, con exceso de capital? Mejor dicho, ¿no sería compatible la necesidad de superávit de los unos con la "necesidad" de déficit de los otros? En este punto se llega, pues, al complejo problema de la inversión extranjera, el subdesarrollo y el imperialismo, que engloba no sólo elementos económicos sino también políticos (sección 19.10.2). Sería ingenuo, entonces, pretender suministrar respuestas fáciles. Siñ embargo, para los propósitos inmediatos puede señalarse lo siguiente: a.. La exportación de capitales como una salida a los excesos "de ahorro; de acumulación, de los países capitalistas desarrollados, que se desprende nítidamente del modelo de Keynes, constituye quizás la forma más clara de señalar la naturaleza de las causas de las depresiones económicas; b- este diagnóstico Keynesiano coincide con el de crisis de "sobreacumulación" de Marx (sección 3. 10. 1), que ha dado lugar a desarrollos teóricos como el de Rosa Luxemburgo sobre el imperialismo y la acumulación de capital (1913), y el de Kalecki (1932)1, en los cuales la exportación de capitales aparece como una pieza clave de la teoría de la acumulación y del empleo. Más recientemente, como se' señala en la sección 19.10.2, se ha desarrollado un conjunto de tesis en diversas direcciones, que intentan evaluar la importancia de este factor dentro del conjunto de la acumulación capitalista mundial; e- si es cierto que los países desarrollados necesitan exportar ahorro para lograr el pleno empleo, mientras los subdesarrollados necesitan importarlo para alcanzar el mismo objetivo, entonces la naturaleza de sus problemas no sólo es diferente sino también opuesta, lo mismo que la de muchas soluciones a sus problemas. Los primeros constituirían el mundo keynesiano, los últimos el mundo ricardiano, y entre todos el mundo completo, lo cual es extensivo a la teoría económica completa. 2 La aplicación mecánica del

1

Rosa Luxemburgo, "La Acumulación de Capital". Un excelente y completo ensayo sobre la controversia que despertó este libro se encuentra en Sweezy Paul, "Teoría del Desarrollo Capitalista", 1942, La Controversia sobre el Derrumbe. El análisis teórico más preciso, brevísimo y excelente, como todos los suyos, es el de Kalecki, "El Problema de la Demanda Efectiva con Rosa Luxemburgo y Tugan Baranowsky ", 1967. Sobre la verdadera importancia de las contribuciones de Kalecki, véase Postcap ítulo X IV .

2 Siguiendo a Marx, podría distinguirse entre los países cuyo capitalismo no ha salido de la infancia (su propia acumulación no ha dado lugar a crisis endógenas de sobreacumulación) Y países cap italistas con mayoría de edad (los restantes). La teoría "completa" debe explicar todos los casos.

(

I

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INTRODUCCION

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modelo de medio mundo al otro medio mundo, sin una previa disección crítica puede resultar, pues, en las más desconceptualízadas paradojas, aunque de esto no se percaten muchos, debido a que la mayoría de los textos de economía suelen ser mecánicamente enseñados en los países subdesarrollados; Y, d-debido a que los países subdesarrollados para dar pleno empleo a sus recursos requieren no solamente capital sino también mercado para sus productos, (sección 19.10.1), no puede inferirse que la escasez de capital los condicione automátícamente a ser jubilosos creadores de sus propios y masivos déficits en balanza comercial, Por el contrario, muchos si no la mayor parte de estos países buscan balanzas equilibradas. Esta posición, que equivale a una preocupación sobre la conservación de sus mercados internos y su industria nacional, y para no exceder ciertos niveles de recepción de inversión extranjera, puede tener una motivación no sólo económica en forma directa sino también política (sección 9. 10. 2), que escapa al control de los países desarrollados. Tesis más radicales como la de Baran y Sweezy en Ef Capital Monopolista plantean que debido al retorno de utilidades, interé$es y dividendos, los países desarrollados no son exportadores netos sino imp()rtadores netos de ahorro de los países subdesarrollados. De ot.r()lado,· constituiría una mera caricatura pintar el cuadro de la inversión extranjera como si los capitales de los países desarrollados estuvieran dispuestos a fluir hacia los subdesarrollados en toda la magnitud que éstos sean capaces de recibir (sección 19.10.2). En general, la inversión en el extranjero está regida por las mismas motivaciones que la inversión interna: la relación entre la eficiencia marginal del capital externa y la tasa de interés interna. Expectativas menos favorables de riesgos económicos y políticos, el desarrollo de los mercados más dinámicos en los países más adelantados, la misma magnitud absoluta del mercado, la posible insolvencia de algunos países subdesarrollados y los obstáculos políticos a la inversión extranjera, son todos factores que hacen extremadamente complejo el cuadro de la exportación de capitales. Tesis radicales como las de Servan Schreiber en el "Desafío Americano" sostienen que la inversión externa de los países desarrollados se dirige preferencialmente en el mundo contemporáneo hacia-otros países desarrollados y no hacia los subdesarrollados. En síntesis, el superávit en balanza comercial, como medio de exportación de los excesos de ahorro, para reducir los niveles de desempleo involuntario en el subgrupo de países desarrollados es una clara y coherente posibilidad teórica que Keynes.reconoce, 10 cual lo lleva a reivindicar la tesis mercantilista en tales términos. Sin embargo, aunque tal válvula de escape pueda tener un

LA ECONOMIA KEYNESIANA

381

efecto práctico, no se sigue de ello que sea suficiente, que actúe como un mecanismo automático regulador ni mucho menos como un instrumento discrecionalmente utilizable en la oportunidad y la magnitud que las circunstancias exijan. Que no es automáticamente regulador lo demuestran prácticamente la gran depresión y toda la historia de las crisis y recesiones; que no es discrecionalmente utilizable lo demuestra el sinnúmero de factores que escapan a la mera voluntad política de un gobierno. Si la propia inversión planeada interna está fuera de su control, por la misma naturaleza de la economía capitalista, "por la incontrolable y desobediente psicología del mundo de los negocios" en las palabras de Keynes, con mayor fuerza puede concluirse lo mismo de la inversión externa, que a lo anterior suma la voluntad política de otros gobiernos, los intereses económicos de otras naciones y los complejos problemas económicos del mundo subdesarrollado. Si la posibilidad de manipular a voluntad la inversión planeada interna, de acuerdo a las cambiantes circunstancias de la economía, tuvo que ser desechada como alternativa efectiva para regular el nivel de empleo, con mayor rallón tenía que serio la posibilidad teórica de regularIo mediante una manipulación discrecional de la inversión externa. La búsqueda continúa, entonces, aunque con la seguridad de que, para bien o para mal, el siguiente recodo del tortuoso camino también será el último, porque todas y cada una de las demás alternativas posibles han probado ser inadecuadas. 5.10

La intervención del Estado y el déficit fiscal

Tampoco se ha tenido en cuenta hasta ahora, para la determinación de la demanda agregada, (C + lp + X - M, eco 14. 9. 1) la posibilidad de un déficit fiscal del gobierno, lo cual equivale al supuesto de que los gastos del gobierno son exactamente iguales al valor de los impuestos que recauda durante el período en cuestión. 1 En efecto, llamando R al valor de los impuestos recaudados por el gobierno, y G el valor de sus gastos totales durante el mismo período, R constituye la parte del ingreso nacional (o del valor del producto nacional) que el gobierno sustrae de los particulares para sus propios gastos. Por consiguiente, R es un valor que el gobierno sustrae a la capacidad de demanda de los particulares (al ingreso de éstos), pero de otro lado G es obviamente una demanda que adiciona el gobierno a la de los particulares por bienes y servicios de la economía. De esta manera, la sustracción que por un lado hace el gobierno a la demanda agregada, mediante

1

Nota para el lector avanzado: por sencillez, se dejan aquí de lado el efecto de una posible diferencia entre la suma de las propensiones marginales a consum ir y a invertir del sector privado y la propensión marginal a gastar del gobierno, lo mismo que el tema del multiplicador del presupuesto equilibrado, ya que lo primero es meramente accesorio al tema central y lo último es objeto de una discusión que rebasaría el nivel introductorio, desviando la atención del argumento principal.

INTRODUCCION

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LA ECONOMIA KEYNESIANA

A LA ECONOMIA

los impuestos, es exactamente igual a la adición que por otro lado hace el gobierno a la demanda agregada mediante su gasto, cuando R '" G. Es decir, cuando el presupuesto del gobierno es equilibrado (R '" G), sir1 que haya déficit fiscal (G > R) ni superávit fiscal (R > G), la acción del gobierno con relación a la demanda agregada es neutra, ni la aumenta ni la disminuye. Por tanto, no tener en cuenta al gobierno para la determinación de "lademanda agregada, como en las secciones precedentes, es lo mismo que suponer que su papel es neutro, o que R '" G. Sin embargo, resulta claro de lo anterior que si el gobierno tuviera un déficit fiscal, G > R, entonces lo que sustraería de la demanda agregada (R) sería menor que lo que adicionaría a la demanda agregada (G), dando lugar de esa manera a un aumento neto de la demanda agregada. Puede concluirse, entonces, que unos gastos netos del gobierno positivos (G > R, o G - R > O), o un déficit fiscal, producen un aumento neto de la demanda agregada. I Es decir, G - R debe ser adicionado a e + Ip + (X - M) para obtener la demanda agregada total que, entonces, es: DA'"

e + lp

+ (X -M)

+ (G- R), (ec. 5.10.1).

e

Obviamente, cuando X - M '" O y G - R '" O, entonces DA '" + Ip, como se tenía al comienzo, en el gráfico 14. 6. 4, donde Ip '" Z. Partiendo de esta situación inicial, supóngase ahora que, derrotados todos los intentos para incrementar Ip en 1::.Ip sobre su nivel inicial (Z), y para generar un superávit en balanza de pagos, el gobierno decide entonces aumentar sus gastos mediante un déficit fiscal (G - R > O), igual a la distancia RQ en el gráfico 5.6.4. Como resultado, a cada nivel de Y, la demanda agregada estará dada por el valor del consumo más el valor inicial de Ip, que es Z, (lo cual da la curva DA = + Ip), más G - R '" RQ, lo cual implica un desplazamiento de la función DA hasta DA ", un desplazamiento del equilibrio desde E hasta R una eliminación del exceso de ahorro sobre inversión planeada (RQ ) que de otra manera se presentaría a nivel de pleno empleo, una igualación de la oferta y demanda agregada (R) al nivel de pleno empleo y, por consiguiente, un aumento del empleo desde Y E (donde se daría un desemple~ involu~ta~o igual YI - Y ), hasta Y I que es el nivel de pleno empleo. (Véase Apendice E A - XIV, secc. A. 14.4).

e

I

Un superávit

fiscal,

° gastos

netos negativos,

G
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