Tengamos El Sexo en Paz
May 5, 2017 | Author: Itzel Meza Castro | Category: N/A
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TENGAMOS EL SEXO E N PAZ
de Franca, Jacopo y Dario Fo
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EL SEXO SEGÚN LOS FO
El último texto de Franca R a m e y Dario Fo nace de un pequeño complot familiar. Su hijo, J a c o p o , había escrito en 1 9 9 2 un irónico manual de terapia sexual, titulado El Z e n o el arte de follar, que, sin lanzamiento ni reseñas, en lugar de pasar inadvertido, vendió más de 7 0 . 0 0 0 ejemplares. Escrito partiendo "de mis problemas personales, para de alguna manera exorcizarlos", en palabras de Jacopo Fo, el libro se planteaba aclarar "las numerosas zonas oscuras que existen en la sexualidad, gracias a la desinformación que siempre ha rodeado el tema". El segundo paso lo dio la m a d r e , Franca R a m e , quien, como cuenta en la introducción del espectáculo, empezó a observar que los jóvenes acudían a los espectáculos de la pareja provistos de fotocopias del libro -ya agotado- y comentaban que era prácticamente su l i bro de cabecera. De esa sorpresa, y de la constatación de que, con el 2 0 0 0 a la vuelta de la esquina, los jóvenes andaban aún escasos de buena información y educación sexual, surgió el impulso de convertirlo en una especie de charla-conferencia, teatralizada en el más puro estilo de los anteriores monólogos escritos por Dario e interpretados por Franca. Y así, Dario remató la operación realizando la dra-
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maturgia final, que, partiendo del libro de Jacopo, recogía experiencias y recuerdos de Franca, añadiendo en clave satírica temas ligados al amor y la sexualidad y su importancia en la existencia. Dario Fo introdujo además en el proyecto inicial dos fábulas al estilo de su "Misterio Bufo", la primera "robada" a Boccaccio para dramatizar la ignorancia en materia de sexo desde tiempos de... Adán y Eva, y la que cierra el espectáculo, inspirada en una fábula medieval, que aconseja a los jóvenes profundizar y ampliar el amor, en lugar de multiplicar las ocasiones del sexo. Dario Fo dirigió además el espectáculo, prestando su voz a una burlona canción "orgásmica", que además de abrirlo y cerrarlo, subraya irónicamente otro momento de gran carpintería teatral, la "clase" de orgasmo, parodia de la moda de los vídeos de aerobic. El resultado de esta cadena de colaboraciones familiares fue un espectáculo estrenado en noviembre de 1995, con dos títulos: el original de El Zen y el arte de follar, y otro quizás más pacato, "¿Sexo? Gracias, por no despreciar...", dejando la elección a los programadores teatrales. Como ahora veremos, se quedaron cortos en precaución, y con el segundo y definitivo título, el espectáculo sigue desde entonces llenando teatros por toda Italia.
El sexo y el arte de censurar
Pero la familia Fo decide, y la censura prohibe. Lo que, por otro lado, no es nuevo para los Fo, que han su8
frido la intervención de los censores en otras 40 ocasiones antes de ésta. Se podría pensar que los tiempos han cambiado, y que en este fin de siglo habrían por lo menos disminuido los rigores de un fundamentalismo hipócrita en temas de sexo. Pero basta con leer el lenguaje retórico y los argumentos arqueológicos del decreto censorial para ver que, en Italia, el sexo sigue siendo intocable para algunos. Todo nace de la petición que la Compañía Fo/Rame dirige al Departamento de Espectáculos de la Presidencia del Consejo de Ministros, en diciembre de 1994, para que el espectáculo sea calificado para menores de 18 años, y pueda ser llevado a los numerosos colegios que lo han solicitado. Esta fue la respuesta, que reproducimos parcialmente: "CONSIDERANDO que la Comisión constituida al amparo del art. 11 de la ley n. 161 de 21.4.1962, ha expresado parecer contrario a la admisión de menores de 18 años a las representaciones del citado espectáculo teatral con la siguiente motivación: "El texto, salpicado de humor satírico, a pesar del fin didáctico explícitamente mencionado, en realidad, a través del crudo lenguaje que utiliza, no del todo científico, podría provocar ofensa en el sentir general, que exige respeto a la intimidad, provocando en el mundo adolescente de los espectadores una conturbación con posibles repercusiones futuras en su actitud con relación al sexo, que no es tan sólo un listado minucioso de partes y conductas anatómicas", DECRETA que los menores de 18 años queden excluidos de las representaciones del espectáculo". 9
Realmente, no tiene desperdicio. Pero.los Fo, avezados en estas lides que creían olvidadas, convocaron rápidamente una rueda de prensa y desataron un escándalo con interpelaciones parlamentarias, apoyos masivos, ganando finalmente el recurso que presentaron. Una vez más, y en la Italia de Berlusconi y Rete 5, los Fo han defendido la característica irrenunciable de su teatro, ese compromiso cívico de despertar y difundir entre los espectadores la conciencia de los problemas más urgentes y delicados, ya sean políticos, o, como en este caso, vinculados a la salud colectiva. Porque se habla de clítoris, de impotencia, de la timidez y torpeza de las primeras relaciones sexuales, pero también de temas serios y conflictivos como el SIDA o el aborto, aunque con tacto, delicadeza, y sonriente complicidad tanto con las mujeres como con los hombres, en este exorcismo laico para desterrar miedos e ignorancia.
Tengamos el sexo en paz
Con este tercer título llega el texto a nuestro país, el primero donde se edita y representa fuera de Italia. Y no sólo ha sufrido la transformación del título, inevitable al ser la frase idiomática del segundo ("¿Sexo?...) difícilmente convertible en una frase coloquial en castellano. Ha habido también muchos ajustes en el propio texto, para adecuarlo a otro entorno y a otro imaginario, que, pese a ser bastante cercano al italiano, 10
posee sus referentes propios, sus propios fantasmas y realidades, como en el tema del SIDA y del aborto. He modificado también los recuerdos más personales de Franca, sus referencias al hijo y sus experiencias con Dario marido y padre, tratando de encontrar cierta neutralidad y generalidad, que permitiera a cada actriz que se enfrente al espectáculo desarrollar su propio discurso personal. En estos días se estrena el espectáculo que dirige José Carlos Plaza e interpreta Charo López, quien lleva a escena "otro" texto, diferente a este que se publica, surgido de sus improvisaciones, enriquecido y alegremente contaminado por sus opiniones y vivencias. Quizás sea éste el texto mas abierto de cuantos han escrito Dario Fo y Franca Rame, precisamente por su lado autobiográfico en una esfera tan íntima e intransferible como es la propia vida sexual, y por ello nunca podrá ser igual con otra actriz y otro director. Y por otro lado, en su carácter universal de tierna e irónica reflexión de una mujer de nuestros días sobre cómo vivir bien la sexualidad, está su riqueza de jugosa plataforma para otras posibles opciones. Sobre su oportunidad, dice Franca Rame: "Es un monólogo tierno, centrado en las relaciones sentimentales y también físicas, sobre las que doy consejos a los más jóvenes... y a los que ya no lo son. Tenemos miedo hasta de las palabras. Nuestra sociedad no enseña a amar, ni con el cuerpo, ni con el alma. En el espectáculo los sentimientos están en primer plano. Hay momentos irónicos, cómicos y poéticos, pero también se habla de la frigidez femenina y masculina, del orgasmo, de la musculatura íntima del hombre y de la 11
mujer, o del famoso punto G. Son informaciones elementales, pero su desconocimiento provoca problemas sexuales, y en muchas ocasiones, enfermedades que podrían limitarse con un mínimo de información. De ahí nacen las neurosis, las frustraciones y muchas rupturas de pareja. Es la exaltación de la ignorancia". Contra estos peligros lanza su ofensiva la burlona familia Fo, declarando guerra abierta tanto a los prejuicios y la moralina, como a la falta de comprensión y amor. Carla
Matteini
Madrid, Enero 1996
INTRODUCCIÓN
Buenas noches a todos, bienvenidos. El título de esta charla que voy a mantener con vosotros es: Tengamos el sexo en paz. ¿Cómo surgió la idea de este espectáculo sobre un tema tan insólito? Nació de un libro escrito por Jacopo, hijo de Franca Rame y Dario Fo, un libro con un título un poco... bruto: El Zen o el arte de follar. Los dos actores, padres del autor, se encontraron con que en la temporada pasada llegaban a su anterior espectáculo montones de chicos y chicas con fotocopias del libro bajo el brazo, para que se las firmaran. Ellos preguntaban: "¿Por qué traéis fotocopias?" "Porque el libro está agotado y queremos tenerlo. Nos ha . enseñado muchas cosas que no sabíamos..." Una chica incluso les dijo: "Me ha salvado la relación con mi novio..." Entonces Franca volvió a leer el libro, una y otra vez... "¡Sí, se puede hacer!" Y Dario le dijo: "¿Estás loca?" Jamás podrás llevar a un escenario un discurso tan insólito, tan íntimo... y encima, siendo mujer..." Franca le contestó: "Quiero ayudar. Si el libro ha sido útil a tantos jóvenes, llevándolo al teatro puede serlo para los jóvenes, y, por qué no, también para los adultos". Y lo hizo. Y si ha sido útil para los jóvenes y adultos italianos... ¿por qué no va a serlo para los españoles? Nos creemos que
lo sabemos todo sobre el tema, que hemos vivido u n a au-
cuidad, cruzada moral! En resumen, lo de siempre: el sexo es
téntica revolución sexual... pero hay m u c h a s , - m u c h í s i m a s
un p e l i g r o , una amenaza... un pecado, al fin y al cabo.
cosas que desconocemos, que no hablamos ni con nuestra mejor a m i g a , o a m i g o , y que los jóvenes, mucho m á s liberados que los de mi generación -esa que les abrió camino, por otro lado- desconocen. Lo veremos juntos.
Pero no nos pongamos tan serios, no hay que exagerar. Hay q u e informarse, y la situación es seria, no hay que negarlo. De hecho, España es el país europeo con mayor número de afectados, ¡ 3 0 8 por cada 1 0 0 . 0 0 0 habitantes! Y en
Vivimos unos tiempos deprimentes, la verdad... con g u e -
continentes como Asia, y sobre todo África, el SIDA puede
rras, racismo, corrupción... delincuencia, violencia... un jo-
l l e g a r a ser u n a p a n d e m i a . Pero la v e r d a d es q u e v e m o s
ven a los veinte años ya ha visto en televisión miles de ho-
cómo cada vez hay más seropositivos que no desarrollan la
m i c i d i o s , de estupros... y esos horribles reality-shows... la
enfermedad, o que en tal caso la controlan bien, y que los
subida del IPC, la bajada del PIB... miseria, aumento de las
nuevos fármacos y la i n m i n e n c i a de la vacuna van desdra-
bolsas de m a r g i n a l i d a d , inflación, m i l l o n e s de parados en
matizando el tema.
todo el mundo... soledad, depresión, suicidio de jóvenes... y podríamos pasar toda la noche enumerando los horrores que nos rodean, pero no. Estoy profundamente convencida de que, en momentos como estos, hablar de sexo es una opción cívica y política, que nos va a p e r m i t i r volver a encontrar el
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Eso sí, atención, padres, explicad a vuestros hijos e hijas que sus relaciones deben estar absolutamente protegidas, y cuando salgan con su l i g u e los fines de semana, junto con la paga m e t e d l e s en el bolsillo t a m b i é n un preservativo... o dos, q u e nunca se sabe cómo acabará la noche.
placer de vivir, y recuperar, a través de la relación amorosa, el amor en su sentido m á s pleno: amor de los sentimientos
Lo m á s importante es que nos conozcamos bien, que ha-
y amor físico... la a l e g r í a de vivir... y algo de esa moral y esa
gamos el sexo bien, con pareja estable o sin ella, con q u i e n
sinceridad que se han ido perdiendo en otras cosas.
queramos, cuando queramos y como queramos, y por eso hablaremos de sexo y de amor, de la relación amorosa com-
Si hablamos de amor físico, no podemos dejar de mencionar un tema m u y grave de nuestra sociedad: el SIDA. Es
pleta, positiva, que a y u d a a crecer a la pareja y ai i n d i v i d u o , en su relación con la sociedad. Hablaremos de amor.
un elemento nuevo, que antes no existía, y q u e sin d u d a l i m i t a m u c h í s i m o la libertad sexual. Por cierto, os habéis fijado, qué casualidad... una vez conquistada la libertad sex u a l , va y aparece el SIDA... curioso, ¿verdad? ¡Y cómo se ha utilizado! Primero, que si era cosa sólo de homosexuales (pervertidos, era el subtexto), que lo propagaban, y contaminaban, así que mucho ojo con ellos... Después,
¿Cómo se mantiene viva una relación amorosa? No lo sabemos. ¿Qué hay que hacer? ¿Pasar revisión cada diez m i l k i l ó metros... abonarla en primavera? No se sabe, y nadie nos lo enseña. Y amores m a r a v i l l o s o s q u e c r e í a m o s eternos, de pronto se acaban.
al comprobarse que el índice de afecrados aumentaba verti-
M u c h a culpa la tiene la ignorancia y la mixtificación que
ginosamente entre los heterosexuales... ¡guerra a la promis-
existe en torno al sexo. Nos creemos que lo sabemos todo, y
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con el constante bombardeo pornográfico al que nos someten, nos creemos maestros. Pues no es así, y esta falta de conocimientos viene de m u y lejos, ni más ni menos que desde la B i b l i a , desde la
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aparición de A d á n y Eva. No conocemos n i n g ú n diálogo de amor entre ellos.
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A D Á N Y EVA: LA PRIMERA RELACIÓN SEXUAL
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Para descubrir cómo fueron realmente las cosas, hemos
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tomado prestada u n a idea del Decamerón de Boccaccio. "No sé qué le ocurre a Adán. Lleva un t i e m p o obsesioA d á n y Eva h a n sido creados hace poco tiempo, casi no se conocen, no saben nada de nada. N a d i e les ha explicado
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nado con la idea del Demonio... yo no sé q u i é n es ese Demonio y él tampoco se aclara.
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nada... y menos aún, el amor y el sexo. La culpa la tiene ese ángel que apareció de pronto en el cielo... un volátil, q u e daba vueltas sobre nosotros con las alas desplegadas, como un aguilón, gritando: "¡Debéis temer
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al Diablo-Demonio que anida en cada criatura disfrazado de hermosura! ¡Cuando lo veáis, arrojadlo de i n m e d i a t o al infierno para su castigo!"
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Y v u m , v u m , v u m , ¡allá que se fue! ¡Desaparecido!
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Y yo pregunto: ¿os parecen maneras de dar un mensaje? Vuelve, pajarraco.,.-: espera un momento, ¿no? ¡Y explícate! Por la bronca del á n g e l mi pobre A d á n quedó trastornado, y me g r i t a b a :
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"¡Eva! ¡Eva!... ¿quién es ese Diablo-Demonio?" "Adán, no me g r i t e s , que estamos solos en el m u n d o y no estoy sorda. Debe ser a l g u i e n q u e está contra Y a h v é
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Dios". " ¿ Y dónde está, Eva?"
( "Dice que a n i d a en cada criatura disfrazado de h e r m o sura..." / 17
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"Entonces, Eva, t a m b i é n puede anidar en m í " , me dice. "Bueno", le d i g o para que se tranquilice, "entonces también puede esconderse dentro de mí..." "Sí, Eva, es más fácil que esté dentro de tí ese DiabloDemonio, disfrazado de hermosura..." / ¡Yo! ¡Yo podía ser el Demonio disfrazado de hermosura! ¡Me sentí enrojecer tanto que casi me desmayé! ¡Hermosa! ¡Me ve hermosa! ^£>
Nada, no me contestó nada. Me acurruqué fuera. Esperé... sentí a l g o que me apretaba aquí, en la garganta. <
"¿Qué e s ? " El "dolor"... es la p r i m e r a vez que siento "el dolor" Intento llorar un poco, por si me sirve de consuelo. No me sale ni una l á g r i m a , y siento una pena sorda que me parte el corazón. Se va la luna... la noche oscurece... ya no se ven las es-
Me dieron ganas de abrazarle. De echarme a su cuello
trellas... Un súbito z i g - z a g de relámpagos surca el cielo...
g r i t a n d o : "Sí, yo soy el hermoso Diablo-Demonio... ¡y te
¡Un estruendo! Y llueve, l l u e v e a cántaros... estoy tan de-
arrastraré al infierno!"
sesperada q u e no me i m p o r t a correr en busca de refugio.
¿El infierno? ¿Qué es eso del infierno? Un lugar. Pero
M á s relámpagos. Caen trozos de hielo. ¿Qué será? Em-
¿qué l u g a r ? Tal vez un barranco, una prisión donde hay que
piezo a t e m b l a r de frío. No siento las manos... las piernas.
encerrar a ese Diablo para darle castigo. ¡Yahvé Dios, la q u e había liado el pajarraco! El bobo de mi A d á n ahora veía al Demonio en todas partes. Y la tomó conmigo. Me echó de la cueva. "¡Fuera!", g r i taba, "¡Vete fuera!"
Me quejo... "Ohooo" me quejo. La cerca se mueve. ¡Por fin se ha decidido! Se asoma el hombre. Me siento m a l . . . me l e v a n t a en brazos... me lleva a la
"¿Pero qué te p a s a ? " Estábamos j u g a n d o como dos chi-
guarida... me frota con hojas... me frota por todas partes. Me
q u i l l o s , revoleándonos abrazados en la hierba, y al levan-
llama: "Eva"... no puedo contestar. Tengo la l e n g u a entu-
t a r m e en brazos me soltó de g o l p e , alejándome. "¿Te has
mecida. Me l l a m a g r i t a n d o : "¡Eva! ¡Eva!" ¡Qué bonito es mi
vuelto loco?"
nombre en su boca!
"Vete a tu infierno", g r i t a , y se encierra en la cueva, tapando la entrada con la cerca. Traté de entrar, le supliqué. ¡Nada! Se había atrincherado. "Adán, no me dejes sola... No soy el Diablo, ¡te lo juro!
Me abraza, trastornado. Me aprieta. Me sopla su aliento en la cara... me la l a m e . Llora. ¡El hombre llora! Poco a poco vuelvo a sentir un poco de calor. Consigo
Se está haciendo de noche, Adán, y no quiero dormir sola.
mover con esfuerzo los dedos y los brazos. Yo t a m b i é n le
¡Tengo miedo!"
abrazo. 19
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Siento una cosa que se clava en mi vientre... "¡Yahvé Dios! ¿Qué es? ¿Un ser v i v o ? " A d á n se s e p a r a a p e n a s : "No s é " , responde, a z a r a d o , " t a m b i é n me ocurrió el otro d í a al levantarte en brazos, cuando j u g á b a m o s . ¡Por eso te eché!" " ¿ Y por q u é ? ¿Qué tengo yo que ver con ese apéndice tuyo q u e se pone tan travieso y sale hacia fuera?" "Pero sólo sale cuando te acercas... sobre todo si te fíes... y t a m b i é n por tu olor." "¿Siente curiosidad por las risas y el olor? ¿No será un m a l , una dolencia? No sé... ¿como un bubón risueño?"
"A mí también... siento la m i s m a calentura, ¿probamos otro revolcón?" Y así volvimos a abrazarnos, enredándonos en juegos y caricias. "Ya está o t r a vez ese d e m o n i o e m p u j a n d o . . . ¿ D ó n d e quiere meterse?" "Déjale, Eva... quiero saber hacia dónde se encamina..." "¡Yahvé Dios! Quiere meterse a q u í abajo... y empuja... Me falta el aliento..." "No quiero ofenderte", jadea con esfuerzo A d á n , "pero juraría que dentro de tí se esconde el infierno..."
"No, no me duele, ¡todo lo contrario! Pero me turba... me provoca m u c h o calor, hasta en la cabeza." "¿Calor en la cabeza? Entonces no es cosa natural. ¿Crees que anda por m e d i o el Demonio?" "Sí, creo q u e sí, Eva... creo que es el m i s m í s i m o D e m o nio en persona... ¡disfrazado de hermosura!"
Palidezco. "Y yo creo A d á n q u e sé dónde está ese l u g a r . . . ¡pues siento ahí el fuego del infierno!" "Debemos obedecer al ángel de Yahvé Dios que nos dijo: "¡Cuando veáis al demonio, arrojadlo de i n m e d i a r o al infierno para su castigo!" ¡Pues c a s t i g u e m o s a este diablote
"Bueno, no exageres, no veo yo tanta hermosura... ¡ N i
malvado, castiguémoslo!"
siquiera tiene ojos!" "¡Está claro que el Diablo es ciego!" "Entonces, ¿por qué se pone tan contento, si no me v e ? "
abrazan suspirando... el a g u a rebulle hasta el mar. Incluso
"¡Será que el amor es ciego!"
los animales callan.
"¿El amor? ¿De dónde te sacas A d á n esa p a l a b r a , "el amor", que no la había oído antes?" "No sé, me ha salido sola... de pronto, de los labios... cuando siento estas ganas locas de abrazarte... de estrujarte a revolcones. Me sale g r i t a r t e ¡Amor!"
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Fueta, el cielo estalla en relámpagos... ráfagas de viento azotan con violencia los árboles, que al i g u a l que nosotros se
Sólo nosotros g e m i m o s , casi maullando. ¡Yahvé Dios! Como el Diablo de Adán encuentre tanto júbilo como yo con mi infierno... ¡se volverá loco! Me e m b a r u l l o toda... jamás podré explicaros el zarandeo... el revoloteo... el retozo... el regocijo...
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¡Qué idea la tuya, Yahvé Dios, de imponer a Adán el Demonio, y a mí el profundo infierno! Qué pedazo'de milagro has hecho Señor... ¡Eres el Sumo Hacedor, el Gran arquitecto! ¡ A l e l u y a , aleluya! ¡Y amén!"
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¿PROBLEMAS?
Y nosotros, un m i l l ó n de años más tarde, seguimos preguntándonosi-"¿No será el demonio?"
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Estamos llenos de miedos, de falta de confianza en nuestro cuerpo... Muchos de nosotros tenemos problemas sexua•
les. Pero no hay q u e desmoralizarse, p o r q u e todos tienen problemas sexuales... los divos, las pornoestrellas, los fonta- v ñeros... los terroristas... los reyes, los príncipes... Acordaos
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del p r í n c i p e Carlos de I n g l a t e r r a ; q u e escribía a C a m i l l a : "Quisiera estar dentro de tus bragas, q u i s i e r a ser tu Tampax..." Si eso no es tener problemas s e x u a l e s ^ ^ " " " Sí, estamos llenos de problemas, y a d e m á s sabemos poq u í s i m o de sexo. Puede que en teoría lo sepamos todo, pero en la práctica mucho menos. j~t> -e. C deJ/we^-t' rCAC 1Vp>0
Queda el pequeño problema de cómo encontrar el alma gemela... o, por lo menos, el a l m a prima... es difícil, pero recordad que no sólo hay que romar, recibir, Sino dar, dar generosamente. El amor es g r a n d e . Por él vale la pena soportar las colas
¡FANTASÍA, MUCHACHOS!
extenuantes, insoportables, en las ventanillas de la vida. De todos modos, la técnica, el conocimiento, tienen sü importancia. No sabet nada de tu propio cuerpo y del de tu a m a n t e no a y u d a a comprenderse.
H a y cosas que d i s g u s t a n t a m b i é n a las chicas. Por ejemplo, además de la falta de delicadeza, las mujeres reprochan
Por ejemplo, muchas mujeres se dejan impresionar por
a los hombres su escasa fantasía. Para el h o m b r e , el arte
la idea del hombre fuerte, inoxidable, indestructible. Y en
amatoria se reduce a m e n u d o a un m o v i m i e n t o obsesivo en
cambio los hombres son m u y frágiles, hay que m i m a r l o s ,
émbolo, como si desatascase un lavabo... s i n d u d a m u y agra-
rratarlos con suavidad.
dable para él, que tiene síndrome de fontanero... pero para
Su... cosa t a m b i é n es delicadísima, hipersensible. Si la
nosotras, no ranto.
a g i t á i s como si se tratara de una zambomba... ellos no di-
Atención, hombres: hay qUe tener oído, es fundamental.
cen nada, por no quedar m a l , pero en realidad sufren... no
Sólo si escucháis y lográis complacer los deseos de vuestra
les g u s t a nada que se la restreguéis conrra la cremallera del
compañera, p o d r é i s r e g a l a r l e sensaciones placenteras. A s í
pantalón, o se la esrrujéis como un calcetín.
que calmaos. Ella no es u n a m á q u i n a "flipper". Esto para los hombres. En cuanto a las chicas y las m u jeres... convendría q u e , j u n t o con las notas de octavo de E C T B , se les entregara un m a n u a l con el título: "La Florida... y aledaños, instmcciones para el uso".
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incontinencia en pocos meses. Lo m a l o es que nadie nos lo ha dicho. También se ha descubierto una estrecha relación entre la atrofia de los músculos pélvicos y la frigidez. A u n q u e es ob-
¡CANTA!
vio que la dificultad para alcanzar el orgasmo tiene causas no sólo musculares, sino también psicológicas. Pero lo cierto es que muchas mujeres han conocido el
A propósito de no saber las cosas, hay algo m u y impor-
orgasmo sólo tras haberse ejercitado en la g i m n a s i a v a g i n a l .
tante y m u y serio de lo que os quiero hablar: la g i m n a s i a se-
H a y q u e mencionar que la movilización v a g i n a l puede a y u -
xual.
daros en ios casos de dificultad pata quedaros embarazadas... es una a y u d a mecánica para los espermatozoides en marcha
Se la enseñan a las mujeres cuando van a dar a l u z , pero
hacia la ansiada meta: " ¡ Á n i m o , chicos, corred!"
c o n v i e n e saber q u e d e b e t a m b i é n a p l i c a r s e e n e l amor. Suena t e r r i b l e . . . en fin, es la g i m n a s i a v a g i n a h ¡Qué e s panto!
Estos músculos también son importantes en la relación sexual. Viene a verme una a m i g a , a d u l t a , no una jovencita inexperta, llorando desconsolada. " ¡ M e ha dejado! La culpa
En los países escandinavos enseñan esta g i m n a s i a en el b a c h i l l e r a t o inferior, a las chicas y t a m b i é n a los chicos. ¿Por q u é es i m p o r t a n t e esta g i m n a s i a ? Para los hombres: evitará que a los 50 años empiecen a tener molestias en la próstata, que pueden desembocar en operaciones... porque el stress de tantas decepciones, los esfuerzos, las a l e g r í a s , las relaciones sexuales acaban ahí, en la próstata. P a t a las mujeres: el sexo femenino es un p r o d i g i o de i n g e n i e r í a g e n é t i c a , q u e contiene unos m ú s c u l o s q u e n o u t i l i z a m o s , y por lo tanto se van d e b i l i t a n d o , lo q u e p r o voca... no es m u y poético... después de la menopausia, la incontinencia u r i n a r i a , a p r o x i m a d a m e n t e en el 5 0 % de las mujeres. Un trastorno q u e aún hoy hay q u e resolver con cirugía. Desde hace más de 50 años se sabe, por el contrario, q u e la reeducación m u s c u l a r p e r m i t e a la mujer liberarse de la 68
es m í a ^ q u e no lo sé hacer..." "¿Qué es lo que no sabes hacer?" "No sé acariciarle el sexo". "Bueno, no te desesperes, no es tan difícil... i m a g í n a t e que estás haciendo la masa para la empanada... sin rodillo, claro... a menos q u e sea masoquista..." "No, si eso sí, no es por presumir, pero me sale m u y bien. No sé acariciarle con mi sexo. Estábamos haciendo el > amor... "¡Basta, me voy!", me dice. "¿Pot q u é ? " "Tu sexo está paralizado, ¡atrofiado!" "¿Atrofiado? ¡Dios mío!" "Sí, no respira, no me acaricia... no habla... no canta... ¡está mudo!", y se largó. P e r d o n a l a p r e g u n t a i n d i s c r e r a , pero eres m i m e j o r a m i g a . . . ¿el tuyo canta?" ¡Qué apuro! "Si canta, yo nunca lo he oído. Vamos a informarnos". 69
Vamos a ver a una a m i g a común, una tal Rosalía, una
Y vi realmente cómo mi a m i g a cogía su cerebro y lo m e -
morena imponente, toda corazón-sexo-experíencia. Seguro
tía ahí... se concentró, y la otra le decía: "Respira a fondo.
que su Florida cantaba, y hasta hacía gorgoritos... Los hom-
Contrae los músculos".
bres se volvían locos por ella.
Mi a m i g a la de la Florida atrofiada estaba concentradí-
"Vosotras, las mujeres -griró, como si ella fuera un hom-
sima, y de pronto empezó a gritar: "¡Se mueve! ¡Ya sé, ya
b r e - estáis poco f a m i l i a r i z a d a s con esa zona de vuestro
sé! ¡Lo he conseguido! ¡Ya habla... y pronto cantará!", y des-
cuerpo. Es una zona abandonada. Es como si tuvierais un
nudándose por el camino corrió a los brazos de su amado.
Biafra entre las piernas". Me quedé muerta. ¡Y yo que creía tener una Florida!
(Alpúblico) Ahora os toca a vosotros. A q u í no, bonita, no tenemos tanta confianza... Practicad en casa continuamente, tanto si sois jóvenes como si ya no lo sois tanto. En cual-
"Por eso vuestros hombres os engañan. Tenéis que ejer-
q u i e r lugar, en el metro, o en el dentista.
citarla, controlarla, ¡relajarla! U n a Florida viva y adiestrada es como la escalera de caracol del Parnaso... se contrae, se enrosca, se desdobla, ¡baja y sube! La m í m i c a del sexo femenino es m u y ' v a r i a d a " .
Es evidente que el hombre puede sentirse desplazado... ya no es él quien d i r i g e la danza. Su sistema de "adelanteatrás" se reduce a una banalidad de aficionado frente a vuestras posibilidades orquestales de solistas de' arpa y clavicor-
"¿La m í m i c a ? " , preguntamos las dos, atónitas.
dio bien afinado.
" ¡ S í , habéis oido bien, la m í m i c a ! Podéis hacerla expre-
Cara a cara con esa Florida prensil, el hombre puede sen-
siva... en actitud asombrada... deslumbrada... risueña... me-
tirse atenazado en los anillos de una anaconda de ocho m e -
lancólico-ausente..."
tros, y, tras la primera "caricia interna" q u e le hagáis... ¡es
"¡Oh, Dios mío!" "¡Oscila, se estremece! Podéis m o d u l a r ' g e s t o s íntimos, como si fuese una mano... Podéis bascular e incluso aspirar a un hombre dentro de vosotras... Lo bueno de estds m ú s culos es que podéis ejercitarlos en cualquier parte, porque n a d i e os ve hacer esra g i m n a s i a . Podéis h a c e r l a i n c l u s o ahora, no os dé vergüenza. ¡Es la liberación sexual! Á n i m o , probad". Yo dije: "Yo no pruebo nada", pero mi a m i g a : " ¡ D i m e , d i m e lo que tengo que hacer!" "Mete tu cerebro a h í dentro". 70
capaz de huir atetrorizado! No p e r m i t á i s q u e le de un síncope del susto. Recordad q u e el 9 0 % de los "infartos copul a n d i " se producen por "shock de v a g i n a neumática". Pero un hombre que h a g a el amor con vosotras... si no se asusta demasiado... se volverá l o c ó , y vendrá a buscaros a g a t a s , maullando...
"Gracias, viejo sabio santón, hemos comprendido... cada d í a un amor diferente, rico en fantasía..."! Y empiezan a enroscarse en apareamientos tan enrevesados, q u e luego no conseguían desenredarse... Hacen el amor
LA F Á B U L A DE LOS TRES DESEOS
cabeza abajo, dando v o l t e r e r a s . J El joven inventa el amor encestado: hace sentar a su a m a o a en u n a g r a n cesta sin fondo, con las piernas colgando, y la suspende con tres cuerdas de u n a v i g a del techo... luego hace g i r a r el cesto. Las
Y ahora, para terminar el espectáculo, una a n t i g u a fá-
cuerdas se trenzan, la cesta sube... él, desnudo y excitado,
bula m e d i e v a l , un "fablieux" de origen provenzal, t i t u l a d o :
con su pirindolo tieso hacia arriba, se tiende desnudo de-
"La fábula de los ttes deseos".
bajo de la cesta sin fondo, por la que, asoman las nalgas de su a m a d a . " ¡ S u e l t a las cuerdas!" Las cuerdas se desenroscan,
C u e n t a la h i s t o r i a de dos jóvenes enamorados q u e se
la cesta baja g i r a n d o como un sacacorchos, y él la ensarta,
quieren tanto, pero tanto tanto, que están siempre enrosca-
en un remolino vertiginoso... los dos a m a n t e s g r i t a n , enlo-
dos y abrazados, amándose en su amor desnudo, cubiertos
q u e c i d o s . ¡Después, un estruendo! Las cuerdas se parren.
tan sólo por sus brazos y piernas y manos y boca abierta, be-
¡Dios, qué destrozo! Cesta-piernas-nalgas en un montón de-
sándose por todas p a i t e s , apasionados hasta la locura. Pero
sastrado... a u l l i d o s de placer como si les descuartizaran...
entre tanto j ú b i l o sienten u n a congoja, u n a aprensión de
Después, él tiene que caminar doblado en dos, y ella pasa
miedo.
u n a semana sentada en un batreño con hielo, temblando.
'¿Nos ocurrirá como a tantos enamorados q u e conocemos, q u e estaban también ciegos de amor, y m a u l l a b a n a la l u n a en todas las noches de este m u n d o ? Pero en un i n s tante su pasión se disolvió como por encanto, y ahota ya casi ni se conocen.^/VJ /Los ^aráarítcjá'acuden en busca de consejo a casa de un
¡Pero no hay q u e rendirse y decir basta! Y de nuevo tienen q u e i m a g i n a r maneras fantásticas de hacer el amor. Se sientan en dos columpios q u e c u e l g a n uno enfrente del otro. Él a un lado, ella al otro, se lanzan... " ¡ A h ! ¡Ahahaah!", se encuentran. ¡Dios, qué choque! ¡ N A C ! A u l l i d o s de tigres y leorjas. ¡Como animales desriñonados, pero feli-
viejo sabio, un santón, que les espeta esta sentencia: " H i jos, si queréis s e g u i r enamorados hasta el infinito, tendréis
¡Y no se detienen! Hacen el amor bajo el a g u a , en el
que i m a g i n a r cada d í a nuevas formas de amor, ricas en fan-
mar, abrazados en un río crecido, entre petatdos y fuegos
tasía".
artificiales... abrazados en la grupa de un caballo al galope...
'¿Cada d í a ? "
Por fin, destrozados, se acercan a la orilla del río a tomar el aire:
'¡Cada día!" 73
"¿Qué hacemos ahora?" Ya no les quedan ideas... ¡se han vaciado! Pero.... ¿ q u i é n b r i n c a entre las p i e d r a s , al borde del a g u a ? Es un pez... un pez de oro, q u e g r i t a : "¡Socorro! ¡Socorro! U n a ola me ha arrojado a la orilla y no sé regresar al a g u a . . . si me a y u d á i s , os' h a r é un b u e n r e g a l o . " Los amantes arrojan al pez de oro al río. "¡Gracias, hijos!", chil l a el pez, saltando sobre las olas. "Para demostraros mi a g r a d e c i m i e n t o por vuestra generosa a y u d a os concederé el don de expresar rres deseos q u e se harán r e a l i d a d " , y desaparece.
dos mariposas bajo las axilas, y en el ombligo... hasta en las p a l m a s de las manos, y en las plantas de los pies. ¡Qué banquete, esto sí que es hacer el amor! ¡Cómo gritan! Jadeos, temblores, quejidos en falsete, m a u l l i d o s , revolcones... Y las fieras del bosque: "¿Pero qué bicho es ese?" U n a s e m a n a más tarde, g r i t a n al unísono: " ¡ B a s t a yal ¡Respiremos!" "Tengo hambre", jadea ella, extenuada. "¡Yo también!", g r u ñ e él, casi sin aliento. "Pero cómo voy a ir a la compra... m í r a m e -dice ella- ¿Cómo voy a aparecer delante de la gente con una mariposa en la frente y otras dos, bien a la vista, en las orejas? Y no sé cómo podré caminar con estas dos debajo de los pies... ¡y además tendré que po-
"¿No será una broma?", dice ella. "Bueno, por probar...
nerme las bragas en las manos, para tapar estas dos, que pa-
Pez de oro, quisiera hacer el amor con mi enamorada sin
recen e s t i g m a s ! " "Yo t a m b i é n -dice él- con tantos p i r i n d o -
decir basra. Para ello necesito que me broten muchos p i r i n -
los en l u g a r de los dedos de los pies, ¿qué zapatos me voy
dolos por todo el cuetpo". Y, ¡PLAM!, ¡ M I L A G R O ! , al jo-
a poner? ¡Por no hablar de esta nariz en pirindolo, que se
ven le brota un p i r i n d o l o en la cabeza. "¡Oh, m a r a v i l l a !
me pone tiesa cuando pasa una muchacha!"
¡ M á s , quiero m á s ! " ¡PLAFF!, le sale otro en el o m b l i g o .
De golpe, por p r i m e r a vez, el joven contempla a su ena-
" ¡ M á s , más!", dos en las rodillas... ¡Dos en las n a l g a s ! Y
morada en su totalidad. Suelta una gran carcajada: " ¡ J a , ja,
también en los dedos de las manos... y dos grandotes en los
perdóname,' pero no tienes m u y b u e n aspecto con tantas
dedos gordos de los pies... y en los otros dedos, unos p i r i n -
mariposas! ¡Pareces un colador!"
dolitos más pequeños... ''Pues tú no te has visto con tanto pirindolo... ¡Si pare"Por ahora basra, g r a c i a s " , y se van a hacer el amor. "¡Qué maravilla!", dice él. "Sí, sí, parece que estamos en una feria -jadea ella, m e d i o desmayada- pero me sienro como un huevo escalfado, picoteado por treinta g a l l i t o s . No puedo seguirte, para esrar a ru altura tendrían que brotarme tantas mariposas como tú tienes pirindolos". Dicho y hecho: el segundo deseo se hace realidad. A la joven le brota una l i n d a mariposa en la frente, y otras dos en las orejas, ¡tan graciosas! En cada n a l g a le nace un bosq u e c i l l o de labios y labiecitos de placer... Le brotan otras 74
ces u n a m i n a con piernas!" Se ríen los dos como locos... pero poco a poco sus risas se transforman en sollozos desesperados. " ¡ M i r a , somos dos monstruos!" "¿Sabes lo q u e te d i g o ? -dice él- Vamos a usar el tercer deseo para volver a ser como antes". Dicho y hecho: desaparecen pirindolos y mariposas de m á s , y se abrazan, por fin contentos. "¡Necios, locos! -les g r i t a el viejo sabio santón, asomándose por la ventana- ¿En qué lío os habéis m e t i d o ? " 75
"¡Pero si nos lo has aconsejado tú, santón: i m a g i n a o s cada d í a nuevas formas de hacer el amor!" "Sí, pero no para inventaros un K a m a s u t r a exagerado, con doscientas posturas y ese montón de pirindolos y m a r i posas para acoplaros en m ú l t i p l e s combinaciones. ¡Vaya par de bobalicones! El amor se salva renovando su ternura. La fantasía maravillosa *s volver a encontrar juntos, h e m b r a y varón, maneras nuevas y diferentes de ofrecerse m u t u a m e n t e un sutil s e n t i m i e n t o " . "¡Oh, q u é idiotas!" -dice e l l a - Lo hemos entendido todo m a l . Ahora creo q u e descubrir nuevos sentimientos es un empeño m u c h o m á s difícil que acoplarse con cien p i r i n d o los y cien mariposas para renovar continuamente el placer". Y van los dos a pasear a la orilla del río, con las manos enlazadas, y la joven dice: "Qué hermoso está el cielo... qué precioso el sol cuando se pone..."
.
Se lanzan tiernas miradas... se dan besitos en la nariz... sonríen, contentos, y dicen: "¡Esto sí que es s e n t i m i e n t o ! ¡Esto sí q u e es amor!" (Baja lentamente la luz)
F i n del espectáculo.
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