Templo de San Matias Jalatlaco
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Description
Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.
Facultad de Arquitectura C.U
Estudiante:
Martin Eduardo Ayala Guzmán .
Catedrático:
Arq. Laura Olivia Baca Ángeles
3° Semestre
Grupo: B
ARQUITECTURA DEL PERIODO COLONIAL, SIGLO XVI AL XVIII.
TEMA:
SAN MATIAS JALATLACO.
SAN MATIAS JALATLACO
En 1521 después de que Francisco de Orosco hizo su entrada a Huaxyacac, los hermanos pedro y Jorge de Alvarado quienes se encaminaban a Guatemala arribaron a esa población. Es probable que ese año o el siguiente los mexicas que acompañaban a los Alvarado fundasen el pueblo de Jalatlaco con los indios nahuas que llegaron del altiplano, estos dividieron sus asentamientos en calpullis siguiendo la tradición náhuatl. Los españoles sin cuidarse mucho de la significación que los aztecas daban a sus demarcaciones comenzaron a llamar a sus sectores “barrios” y hasta la fecha se designa así a esos lugares. Jalatlaco era, dice Van Doesburg lo habitaban nahuas procedentes de Tenochtitlan, Huejotzingo, Cholula y Tepeaca que trabajaban mayormente en ocupaciones urbanas (panadería, artesanías, carniceros etc.) Van Doesburg comenta que en 1630 “el cabildo de Antequera recordó que el pueblo de Jalatlaco, arrabal de la dicha ciudad, fue fundado de algunos indios mexicanos que se juntaron con los conquistadores que conquistaron dicha ciudad y provincia […] y son panaderos de aquella ciudad, zapateros y sastres”.
Fue fundado durante los primeros años de conquista de nuestro territorio, por indígenas mexicas, los cuales fueron los primeros pobladores de la ciudad, estos pobladores fueron instruidos por padres jesuitas con quienes edifican la iglesia a finales del siglo XVI. En 1646, en Jalatlaco se comenzó la edificación de la iglesia; entre tanto, en Antequera se reconstruía la catedral, el palacio episcopal, los conventos de los betlemitas, de los carmelitas, de San Juan de Dios, de San Hipólito, la iglesia de la Sangre de Cristo, la cárcel de la perpetua, el templo de la soledad, el colegio de niñas, el sagrario del Santísimo Sacramento, la capilla de Nuestra Señora de Guadalupe, el convento de religiosas capuchinas, el templo de San Felipe Neri y la iglesia del Patrocinio. También se alzaron las casas reales, la alhóndiga, los acueductos, la plaza de armas, las garitas de San Antonio y la Trinidad, las estancadas de los ríos Atoyac y Jalatlaco y los puentes que rodeaban la ciudad. Jalatlaco como pueblo, si bien estaba bajo la jurisdicción de Antequera tenían un cacique indio, de ascendencia náhuatl. En 1729 el principal indígena de Jalatlaco era don Antonio de Velasco y Moctezuma. A diferencia de los otros barrios de Oaxaca, Jalatlaco permaneció mucho tiempo sin iglesia, hasta que los jesuitas, llegados en 1576 se preocuparon porque no se quedaran sin doctrina, haciendo caminar a los indígenas recién convertidos al catolicismo, al templo de san José para iniciarlos en el aprendizaje del catecismo, en tanto les construían una ermita, cuyos trabajos comenzaron en 1669 y dedicaron a Santa Catarina Mártir. Tal vez esta ermita fue destruida por uno de tantos temblores que tuvieron lugar en aquella época; el caso fue que en 1754, al tomar posesión de la silla episcopal el llamo. Buenaventura blanco y Elguero, acudió a consolar a los feligreses de este barrio por los estragos que sufrió su templo, que reparado con tanto sacrificio volvió a ser destruido por otro sismo hasta que pudo ser restaurado en el año de 1700 cuando se puso la advocación de San Matías apóstol. Se sabe que otro temblor le causo serias cuarteaduras, por lo que volvió a restaurarse en 1713 según reza una inscripción que aparece en la puerta principal.
El templo, que carece de crucero y cúpula mira al sur y es de una sola nave cubierta por una bóveda semicilíndrica de cañón corrido con lunetos. A ambos lados se construyeron unas ventanas para permitir mayor entrada de luz. La fachada es interesante, su espaciosa puerta principal luce un arco de medio punto y está decorado con cruces medallas y flores y a los lados, sendas columnas embebidas con plintos bellamente decorado, con rombos que siguen en líneas ascendentes y en zigzag, hasta llegar con un estriado que termina con un par de capiteles jónicos, arriba del arco esta esculpido el escudo jesuita y sobre el cornisamento del primer cuerpo se construyó una ventana ochovada en cuyos lados se hallan sendas pilastras decoradas con rombos y rosetas ingeniosamente labrados en cantera amarilla, esta ventana ilumina el coro alto arriba tiene una hornacina vacía que se cree fue ocupada por una estatua de San Matías, y a los lados aparecen 2 flameros en relieve. Remata esta fachada un campanario de columnas adosadas en sus cuatro esquinas.
La portada lateral oriente, cuenta con dos pilastras, es de diseño sencillo, sin embargo no exento de belleza debido a que sigue en parte el decorado que se plasmó en la portada principal, pues las pilastras que flanquean el arco de acceso están decorados con rosetones y puntas de diamante mientras el arco luce una línea de almohadillados romboidales en cuyo extremo superior se ve un monograma de Jesús, más arriba se halla un entablamento sencillo que une las pilastras y soporta un frontón triangular, en cuya base hay una hornacina vacía y arriba de este frontón existe una ventana.
Tanto por el oriente como por el sur, se extiende un atrio enladrillado de regulares dimensiones que se alegra con unos frondosos tulipanes africanos. Se sabe que este atrio existió un panteón que fue clausurado por las leyes de Reforma (1860).
El retablo principal, está dedicado a San Matías apóstol, al centro se encuentra una escultura de este, flanqueado por dos columnas de fuste liso.
A decir verdad pocas son las obras de arte que posee este templo; sin embargo los nativos del barrio se ufanan por tener en el altar principal una hermosa imagen del señor de Jalatlaco o de Tepeaca como se le llama también, pues a corta distancia quedaba el templo de Tepeaca cuyas ruinas conocimos en nuestras niñez allá por 1930, pues queda un paredón viejo que se negaba a caer a pesar de los pelotazos que recibía de los soldados que allí iban a jugar frontón, a los lados de esta imagen se hallan de pie a la virgen y San Juan Evangelista, mientras allá en el cielo raso existe un óleo con el bautismo de Jesús y en la sacristía un cuadro de San Ignacio de Loyola. Cuenta además con dos candiles de cristal cortado que penden de la nave. Jalatlaco se presupone que fue parte de Antequera, fue un pueblo de panaderos. El Arquitecto e historiador Carlos Lira Vásquez ha señalado que Jalatlaco ya desde fines del siglo XVIII era famoso por sus talabarterías, también apunta que en la década de 1970 y para evitar que continuara siendo un foco de infección una parte del rio de Jalatlaco fue entubada para construir la actual Calzada de la Republica.
Bibliografías.
PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD 4ª EDICION CORREGIDA Y AUMENTADA……….. CARLOS VELASCO PEREZ
OAXACA ARQUITECTURA RELIGIOSA (TEMPLOS CRISTIANOS DE OAXACA)……….. ARQ. BERTHA CRUZ SANTOS
ARQ. CARLOS RAMIREZ MONTES
IDENTIDAD DE LOS BARRIOS DE OAXACA……… OLGA MONTES GARCIA, JORGE PECH CASANOVA LEONARDO PINO
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