Tema 62. Velázquez y Goya en Su Contexto Histórico PDF

August 14, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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TEMA 62 VELÁZQUEZ Y GOYA EN SU CONTEXTO HISTÓRICO RESUMEN.  Diego de Silva y Velázquez es reconocido como un genio de la Historia del Arte, su obra pertenece al Barroco, considerado el Siglo de Oro de nuestra pintura española. Fue coetáneo de grandes artistas como Zurbarán, Ribera y Murillo, y entre sus obras más importantes destacan Las Meninas, La Venus del Espejo y Las Lanzas. Francisco de Goya y Lucientes es considerado otro de los genios de la pintura universal, a diferencia de Velázquez vivió en un periodo donde no destacó ningún artista importante, sin embargo, él siempre recorrió un camino artístico singular  anticipándose a muchos de los ismos del Arte Contemporáneo. Entre sus obras más importantes debemos mencionar La Familia de Carlos IV, la Maja vestida y Los fusilamientos del 3 de mayo.

I. CO CON NTE TEXT XTO O HIS HISTÓ TÓRI RICO CO DE DE VELÁ VELÁZQ ZQUE UEZZ Velázquez nace en 1599, un año después de la muerte de Felipe II, cuando todavía España era la potencia más grande y temida de Europa, pese a que mostraba ya evidentes signos de su decadencia imperial. En el otro extremo de su vida, muere en 1660, un año después de que la Paz de los Pirineos selle el traspaso de la hegemonía a Francia con Luis XIV. La Lass vie viejas jas mo monar narqu quías ías uni unifca fcadas das (Es (Espa paña, ña, Franci Francia, a, Ing Inglat laterr erra) a) se dis dispu putab taban an el predominio sobre los pequeños estados italianos y alemanes, que no han conseguido su un unid idad ad (que (que se demo demora rará rá hast hastaa 18 1870 70). ). Tam ambi bién én sur suree Eu Euro ropa pa un co conv nvul ulso so enrentamiento religioso: hasta entonces la religión había sido el elemento de nexo en Europa, por encima desidierencias idiomáticas o culturales, a partir de ahora iba a transmutarse en un elemento disgregativo. Y sin embargo, en un siglo incurso en una enorme crisis agrícola, demográfca demográfca y política, tuvo lugar una asombrosa ase creativa. En el caso de España, una "edad de oro" de la cultura, de la que Velázquez es su representante pictórico. Pero el caso de Velázquez no es una excep excepción. ción. Su época es también la de Rembran Rembrandt, dt, Bernini, Bernini, Pascal Pascal,, Galil Galileo, eo, Monteverdi... España tenía en 1600 algo menos de 8 millones de habitantes, inerior al que requería el mantenimiento de una política de dominio mundial, teniendo en cuenta que además

 

nutría de emigrant nutría emigrantes es a Amér América. ica. El desequi desequilibri librio o se acen acentúa túa a lo larg largos os del siglo XVII debido a epidemias, la expulsión de los moriscos, la inmigración i nmigración a América, etc. En el plano económico se producen crecientes contribuciones y arbitrios ruinosos, como la venta de cargos públicos. También la nobleza y clero suren una disminución de sus rentas, aunque aumenta el número de nobles y curas, por ser el único medio de tener privilegios. La Corte era un entidad autosufciente, con miles de personas componiendo esta comunidad escasamente productiva, desde sabios a clérigos, desde tecnócratas a adivinos. El avorito del rey Felipe IV será el Conde Duque de Olivares. Felipe IV es una persona gran cultura, domina varios idiomas, y desarrolla en su corte una pródiga vida cultural. La vida de Velázquez aparece condicionada desde temprano momento por su actividad artística. Excepto sus dos viajes a Italia, su vida transcurre en el taller de Sevilla y en el alcázar madrileño, sin dramáticos episodios ni sucesos que turben su actividad pictórica. Como artista encaja perectamente en el ambiente de su época: es un exponente de la prosperidad de Sevilla hasta el siglo XVII, trasladándose a partir de dicho momento el centr cen tro o de imp impor ortan tancia cia a Mad Madrid rid,, que que tam tambié bién n sup suplan lanta ta a Sev Sevill illaa com como o oc oco o del mece me cena nazg zgo: o: al allílí enca encami mina nan n su suss pa paso soss Veláz elázqu quez ez,, Zurb Zurbar arán án y ot otro ross arti artist stas as y pensadores. Cuando Velázquez va a Madrid, ésta está bajo la égida de Gaspar de Muñoz, que en sus años jóvenes recuentó los círculos de Pacheco (suegro de Velázquez), avoreciendo a sus amigos sevillanos: será decisiva su inuencia en el nombramiento de Velázquez como pintor real. Diego Velázquez ambiciona obtener una pública declaración de nobleza para superar los prejuicios de sus orígenes (es de padre portugués) y proesión (no existe todavía una clara separación entre artesano y artista en España al contrario que en Italia).

II. CAR CARACTE ACTERÍS RÍSTIC TICAS AS Y ESTIL ESTILO O DE LA OBR OBRA A DE VELÁZ VELÁZQUE QUEZZ Podría caracterizarse diciendo que Velázquez conjuga una retina portentosa con una mano inalible, que detiene la realidad suspensa en un instante de vida ulgurante. Porque el valor de la temporalidad, de lo eímero, del juego de luces, marcan una constante en la pintura de Velázquez. El pinto pintorr tie tiene ne una pro prodig digios iosaa ac acili ilidad dad para para con conjug jugar ar preci precisió sión n rig rigur urosí osísim simaa con sorprendente libertad, sin halagos eectistas ni imágenes cargadas de resonancias

 

expresivas. Retratista ante todo, conocedor del hombre y sus miserias, penetra en sus modelos y nos los detiene "salvados", suspendidos. Desde el punto de vista técnico, se vale de los recursos de la perspectiva aérea hasta extremos nunca entonces logrados. En otro orden de cosas, su pintura (tras los inicios naturalistas) evolucionará progresivamente hacia una pincelada más suelta, siendo un precursor en la distancia del impresionismo. Velázquez evoluciona así desde sus comienzos sevillanos, impregnados de la tradición del naturalismo tenebrista hasta sus últimas obras donde la desmaterialización se hace extrema. Su doble actividad de artista y cortesano marca por entero su biograía y se proyecta en su producción, libre de los condicionamientos, limitaciones e incluso imposiciones que suren otros artistas españoles de su misma época, dependientes casi siempre de la clientela eclesiástica. El pintor muestra una independencia sorprendente: tiene una escasa importancia el elemento religioso en su producción, especialmente en su madurez, y ésta responde casi siempre a encargos reales. En cambio, otorga gran importancia a la pintura mitológica (Las (Las hilanderas): hilanderas): pero su amor a lo cotidiano, sensible y trascendido, le lleva a vestir vestir de reali realidad dad inme inmedia diata ta a los dios dioses es y hér héroes oes (has (hasta ta el XIX se cre creía ía que Las hilanderas era hilanderas  era un cuadro realista, unos tapiceros, cuando es una compleja ábula con el mito de Palas y Aracne), y renuncia a las ormas de lo heroico y de lo olímpico en avor del estudio de la condición humana, del mundo interior, del surimiento y la nobleza de las clases humildes (como en La fragua de Vulcano) Vulcano) Es un ar arti tist staa de lo in inme medi diat ato, o, pe pero ro de esti estirp rpee bien bien dist distin inta ta de dell natu natura ralilism smo o decimonónico, artistas de los cuales cuales se le ha querido a vece vecess considerar errónea erróneamente mente su precedente: bajo su apariencia guarda un crecido número de enigmas, complejo cabalismo en sus obras más amosas (Las (Las Meninas, Meninas, Las hilanderas, hilanderas, etc.). A. LOS A AÑOS ÑOS SE SEVIL VILLAN LANOS OS (1 (1599 599-16 -1623) 23) Los años sevillanos constituyen el marco del inicio de su ormación pictórica. Hacia 1609, apenas cumplidos los 10 años (en un sistema de aprendizaje gremial), pasa algunos meses en el taller de Herrera el Viejo, pintor prestigioso cuyo carácter no so sopo port rta, a, term termin inan ando do su cont contra rato to de apre aprend ndiz izaj ajee co con n Pach Pachec eco, o, arti artist staa letr letrad ado, o, conocedor de la literatura clásica, buen conocedor de la teología pero amante del humanismo sevillano, pintor al servicio de la alegoría. En 1617, cumplidos los 6 años preceptivos de contrato, rinde examen ante el gremio de pintores de Sevilla, quedando inscrito como uno de ellos. Antes de los 20 años se casa con la hija de Pacheco: el panorama que se le orecía entonces era el de continuar la

 

tradición del taller del suegro, dependiente por entero de la demanda de una clientela casi exclusivamente eclesiástica, con una pintura sujeta a tópicos y cánones prefjados y por tanto escasamente creativa. El am ambi bien ente te idea idealilist staa del del ma mani nier eris ismo mo en qu quee se ub ubic icab abaa Pach Pachec eco o va ce cedi dien endo do paulatinamente terreno hacia el estudio del natural. En esos años se va raguando un tono naturalista que lacon Iglesia va a emplear aproximar aintelectual las consciencias el hecho religioso y combatir, la imagen directa,para la abstracción de la Reorma protestante. El joven Velázquez va a interesarse por los aspectos más inmediatos de la realidad. En sus cuadros procura dominar el natural, lograr la representación del "relieve" y de las "calidades", sirviéndose del tenebrismo, de la uerte luz dirigida que acentúa los volúmenes y singulariza las cosas al atraerlas a un primer plano de luz y signifcación. cuad adro ro de gé géne nero ro,, de "b "bod odeg egón ón"", es un exc El cu xcel eleent ntee banc anco de prueb ruebaas y probablemente probablem ente algunos de los lienzos que pinta en esta época no son sino ejercicios de virtuosismo (El (El aguador de Sevilla, Sevilla , Dos jóvenes comiendo). comiendo). También su producción se vuelca, como es lógico, hacia lo religioso religioso.. En primer lugar hay que evocar una serie de obras de carácter piadoso, concebidas como cuadros de género en los que el espectador percibe ante todo una escena de cocina o de taberna, y sólo en el segundo término se puede identifcar el episodio bíblico o evangélico, situado en otro espacio menor o secundario. Son tres obras: Cristo en casa de Marta, Marta , Cristo en Emaús, Emaús, La mulata. Otra Otrass de su suss ob obra rass son son de cará caráct cter er má máss senc sencililla lame ment ntee devo devoci cion onal al ( Inmaculada concepción, Adoración de los Reyes, San Pablo o San Juan en Patmos ), enteramente conservadores y se relacionan con los que muestran dibujos y pinturas de Pacheco, pero con una iluminación intensa y tonos cálidos. Durante estos años emplea una técnica de pasta densa, espesa y modeladora. Su dibujo es preciso, detallado, y concluye cuidadosamente las ormas y atiende al por menor con exactitud. El color es de predominios terrosos, tierras y ocres densos, a veces con manchas de verdes proundos, rojos cálidos y sombras espesas, con abundancia de betunes. B. DESCU DESCUBRIMI BRIMIENTO ENTO DE LA C CORTE ORTE (1623 (1623-1628) -1628) En 1621 muere Felipe III, y el joven Felipe IV avorece como su valido a Gaspar de Guzmán, conde Olivares, de origen sevillano. Hasta cierto punto puede decirse que Sevilla encuentra las puertas abiertas en la Corte. Pacheco procuró que su discípulo

 

probase ortuna en Madrid, al amparo de una coyuntura avorable. Un primer viaje en viaje en 1622   no produce los eectos deseados, pero si permite a Velázquez relacionarse y 1622 retratar a Góngora por encargo de su suegro, y ver las colecciones reales que tanto habrían de contribuir después a su ormación defnitiva. Al año siguiente el conde duque le llama para retratar al joven rey: Velázquez realiza un retrato ecuestre. En 1623 ya está establecido defnitivamente en Madrid y es nombrado pintor real, lo que constituía una carrera ulgurante. Velázquez en la corte procura liberarse de las ataduras sociales y económicas que le habían limitado en Sevilla: rehúye el encargo si le es posible. Apenas trabaja para personas privadas o congregaciones, y casi desde su llegada a Madrid desaparece la pintura religiosa. Su contacto con las colecciones reales, sobre todo pintura veneciana, aecta a luz de sus obras, pasando a los grises y azules transparentes, que predominan en cuadros que tienen generalmente temas proanos. De este período hay que destacar la extraordinaria capacidad de captar y fjar la individualidad de sus modelos: sus muchos enemigos decían de él que su habilidad era "saber pintar una cabeza"; por eso se ve orzado a realizar algunas obras para demostrar sus capacidades compositivas en la invención, algunas de de las empeño, cuales se perdieron en el incendio del Palacio del Buen Retiro, como sucede con La expulsión de los moriscos (1627) moriscos (1627). De esta época es también Los borrachos (1628-29), cuadro mitológico de Baco. Alejado de la línea con que sus contemporáneos amencos (Rubens) o ranceses (Poussin) arontan el tema: Velázquez Velázquez lo hace desde la cotidianeidad, y ore orece ce una reunión de pobres gentes, campesinos y soldados de los Tercios, siendo Baco un joven vulgar y apicarado. Todo representado representado con luces y técnicas al modo veneciano. En 1628 Rubens pasa un año en España, y es conocido por Velázquez, que queda uertemente impresionado por él, por su técnica cromática, por la extraordinaria libertad de su pincel. Es él quien le estimula a viajar por Italia y conocer los clásicos. C. EL PR PRIME IMER R VIA VIAJE JE A IT ITALI ALIA A (192 (1929-1 9-1931 931)) El primer viaje a Italia es en realidad lo que llamaríamos un viaje de estudios: visita Génova, Milán y Venecia, que será para él el horizonte estético ideal y su modelo pictórico: realizó copias de obras de Tintoretto y otros pintores. Posteriormente irá a Roma viviendo en ella la polémica por entonces candente entre el naturalismo y el clasicismo algo amanerado que representaba la línea de Reni y Guercino. En ese ambiente Velázquez parece sentirse totalmente a gusto: la usión de rigor, equilibrio y razó razón n del del mu mund ndo o bo bolo loñé ñés, s, con con la pale paleta ta colo colori rist staa ve vene neci cian ana, a, es lo qu quee pu pued edee

 

descubrirse en las obras que pinta en Roma durante su estancia: La fragua de Vulcano, Vulcano , y La túnica de José, José, ambas pintadas en 1930. Son las obras de carácter más académico que pintó Velázquez. En Roma también copió obras de Raael y Miguel Ángel, además de conocer a Ribera, establecido en Nápoles 15 años antes. Además, pintó dos cuadros de pequeño tamaño (que Vistas delquerido jardín dever la un Villa Medicide enlaRoma Roma), ), deimpresionista pincelada rápida, casi abocetada, en los se ha anticipo pintura posterior. A su regreso tiene 32 años, inicia su madurez y su arte está muy por encima de cualquiera de los pintores de la corte. D. EL AFI AFIANZ ANZAMI AMIENT ENTO O COR CORTES TESANO ANO.. retratos como A su llegada a España realiza varios retratos  como el de Baltasar Carlos (1631), Carlos (1631), y otros de enan enanos os y di dive vers rsos os pe pers rson onaj ajes es cort cortes esan anos os,, en los los qu quee demu demues estr traa un unaa ho hond ndaa capacidad de análisis psicológico de los retratados. Son Son añ años os de un unaa in inte tens nsaa acti activi vida dad d pala palaci cieg ega, a, ta tamb mbié ién n co comp mple leme ment ntad adaa co con n la realización de las pinturas para decorar el Palacio del Buen Retiro: retratos ecuestres de Felipe III, III, Felipe IV , de sus esposas esposas   y del príncipe heredero destinados heredero destinados a decorar el Salón del Reino, Reino, mostrando los triunos de la monarquía. En esta misma línea de intenc int encion iones es se le enc encar arga ga La rendición de Breda  Breda  (1634-35), si bien la estructura del cuadro huye de los vacuos ideales imperialistas y de todo maniqueísmo. Sus lienzos de esta época de madurez son sin excepción obras magistrales. En todos ellos el paisaje, en el que se adivinan las montañas de la sierra de Guadarrama, resulta de una ext extraor raordinar dinaria ia vivac vivacidad idad,, directa directa y "ple "plenaris narista". ta". Especialm Especialmente ente el retrato del  joven príncipe Baltasar Carlos Carlos   (1634-35).  La técnic técnicaa se hace hace u uid idaa en ex extr trem emo o y comienza a advertirse que, enbien ocasiones, noacuarela. cubren la trama de la tela, dejando zonas de preparación visibles,los al pigmentos modo de una También trabaja para un palacete de caza próximo al Pardo, donde Felipe IV reunió una También gran colección de obras amencas: Velázquez pintó retratos de miembros de la amilia real vestidos en traje de caza, en un tono más directo y sencillo que los retratos cortesanos (El (El príncipe Baltasar Baltasar Carlos cazado cazadorr (16 (1635) 35),, Felipe IV en traje de Cazador  (1632))). (1632) Ta Tambié mbién n pinta fgura fgurass de carácte carácterr mito mitológic lógico o o liter literario ario como el Marte Marte,, y Menipo Menipo   y Esopo (1639-41), sorprendentes en el tono de absoluta vulgaridad: Marte es un soldado desnud des nudo o sum sumido ido en un melan melancól cólico ico aband abandono ono.. Los Los perso personaj najes es gri griego egoss son com como o vagabundos.

 

El Cristo crucicado  crucicado  (h. 1632) destinado al convento de San Plácido es un soberbio testimonio de hasta qué punt punto o asimiló el clasicismo italiano. También realiza retratos de ciertos personajes que constituyen, por su simplicidad, uno También de los sectores más amosos y estimados de toda la producción del pintor: los retratos de enanos y bufones de la corte, corte , personajes singulares, herencia de otros tiempos, que pululan alrededor desde tiempos remotos "hombres de placer" recoge habían sido retratados pordel losrey: mismos pintore pintores s que retratanestos los soberanos. soberano s. Velázquez una tradición, pero la da un enoque muy distinto. No sabemos si los pinta por iniciativa propia o por requerimiento del monarca (seguramente): pero es indudable que los retratos ocupan una parte muy importante de su tiempo, y que en ellos nos ha dejado una galería impresionantes de seres tristes, vistos con un tono de severa melancolía y conmis con misera eració ción: n: Calabacillas Calabacillas,, el in inte telilige gent ntee Buf Bufón ón el Pri Primo mo,, el ausente El Niño de Vallecas... E. LA VUE VUELT LTA A A IT ITALIA ALIA Y LOS ÚL ÚLTIMOS TIMOS A AÑOS ÑOS (1 (1649-1 649-1660) 660) Velázquez regresa a Italia poco después de cumplir 50 años. En realidad, la excusa de este viaje es adquirir obras de arte para la colección real y contratar decoradores al resco. Por aquel entonces no hay ya en Italia ningún artista vivo (excepto Bernini) cuya lección le interese. En Roma retrata a Inocencio X (1650), X (1650), pero antes retratará a su criado Juan criado  Juan de Pareja (1649-1650), mulato, retrato que sorprenderá en Roma, y de inmediato se abrieron para Velázquez las puertas de la Academia de San Lucas. El retrato del papa quizá sea el mejor retrato de toda Roma; consigue, sin apartarse del esquema tradicional del retrato pontifcio, vigente desde tiempo de Raael, imponer con su técnica y su diícil acorde de colores rojos fjar la personalidad cruel, recelosa y en el ondo vulgar del papa. Velázquez dilata cuanto puede su vuelta a España, pese a la insistencia del monarca en regresar para continuar con sus obligaciones de pintor de la Corte. en   1651 1651.. Para las salas del Alcázar pinta cuatro cuadros, Finalmente vuelve a Madrid en  conservándose Mercurio y Argos (1659), Argos (1659), cuadro de pincelada casi inmaterial y gama de una colores en grises y malvas refnadísimos. De echa desconocida es la Venus del espejo (1649-1650) espejo (1649-1650) y Las hilanderas (1655-1660): hilanderas (1655-1660): en la primera trata el desnudo emenino, escaso en el arte español. En el plano de si sign gnif ifca cado do icon iconol ológ ógic ico, o, la obra obra an anal aliz izaa la be bellllez ezaa co como mo espe espejis jismo mo,, recr recrea eand ndo o parcialmente el mito de Narciso. Las hilanderas es una pintura sobre la Pintura y sobre la tradición pictórica (metapintura), teniendo como marco la disputa mitológica de Palas

 

y Aracne, la cual en el siglo de Oro se interpretaba en términos de creación artística . En esta pintura alcanza un dominio de la perspectiva aérea como nunca antes se ha hecho. En 1656 pinta Las meninas  (La familia, como se la conoció en la época), culminando la doble actitud del genial artista que junta la verdad inmediata de lo visivo y el enigma de meninas tienen un signifcado inmediato: el retrato en grupo de la lo intelectual. Las meninas inanta y otros personajes. Pero histó en unrico-artís análisis más,proundo una grane variedad varie dadMargarita de inte interpre rpretacio taciones: nes: polít políticas, icas, históricoartísticas ticas, sobr sobree losexiste límit límites es entr entre pintura y realidad, etc. Velázquez Velázqu ez allece el 6 agosto de 1660.

II III. I. GO GOY YA Y SU SU ÉPOC ÉPOCA A Goya ha sido tratado casi como un contemporáneo por los artistas más modernos del siglo XIX y XX, y su inuencia perdura en el siglo XXI por su capacidad de abrir nuevos caminos. Fue un testigo excepcional de un período entre dos siglos y dos épocas, de fnes del siglo XVIII a principios del siglo XIX: vivió el fnal del Antiguo Régimen y presenció el momento en el que se originó el mundo contemporáneo con el pensamiento ilustrado y las consecuencias de la Revolución rancesa. Fue testigo directo de la Guerra de la Independencia y a dierencia de otros pintores, Goya revela la conexión intima del arte, la existencia y la Historia. Renunció a la condición de artista distanciado y aislado para convertirse en un protagonista apasionado de su época. Esta actitud explica su aceta de grabador, un soporte más inmediato, en el que podía hacer crítica de la sociedad de su tiempo. La evolución estilística de Goya no es convencional: superó el tardobarroco y el rococó en su juventud, pero no se incorporó de lleno al neoclasicismo imperante en Europa y en España en las últimas décadas del siglo XVIII y comienzos del XIX. Goya ue por delante del arte de su tiempo, tanto en pintura como en grabado, sin someterse a lo convencional. Su obra presagia el uturo desarrollo del arte del siglo XX, especialmente movimientos con el Expresionismo o el Surrealismo, por su libertad rente a la realidad y por la inclusión en sus creaciones del mundo de los sueños, así como por la violenta deormación expresiva presente en buena parte de sus obras a partir de Los Caprichos, Caprichos, publicados en 1799.

IV.. VI VIDA DA Y OB OBRA RA DE DE GOY GOYA IV

 

Siguiendo a José Manuel Pita Andrade, vamos a dividir la obra de Goya en tres etapas que coinciden con momentos claves de su vida y de la historia de España: 



1ª Etapa. Desde su nacimiento en 1746 hasta 1792, momento en el que sure una crisis personal con el inicio de su enermedad. 2ª Etapa. Desde 1793 hasta 1814, con el comienzo de la invasión rancesa y la posterior Guerra de la Independencia.



3ª Etapa. Desde 1814 hasta 1828, año de su muerte.

F. PRI PRIMER MERA A ET ETAP APA. A. 174 1746-1 6-1792 792.. Goya nació en Fuendetodos (Zaragoza) en 1746, aunque ya en 1760 residía en Zaragoza, en donde ue discípulo de un modesto pintor llamado José Luzán, de quién aprendió las técnicas esenciales de la proesión. Sus primeras obras son, en su gran mayoría, de tema religioso y estilo tardobarroco como La venida del Pilar a Zaragoza  Zaragoza   o La triple  generación. Goya ue consciente de la necesidad de ampliar sus estudios viajando a Italia, de ahí que se presentara dos veces al Concurso de la Academia de Bellas Artes de San Fernando (1763 y 1766), sin conseguir ser elegido entre los aspirantes. A pesar de ello, decidió realizar el viaje por su cuenta en 1769. En Italia permaneció dos años, la mayor parte en Roma, ormándose con pintores que oscilaban entre el último Barroco y el primer neoclasicismo. De este período tenemos varias obras documentadas. Aníbal documentadas. Aníbal vencedor  vencedor , hecha para el concurso de la Academia de Bellas Bel las Artes Artes de Par Parma ma de ten tenden dencia cia barr barroca oca,, Venus y Adonis  Adonis  o Sacricio de Vesta, Vesta, hechas rápidamente para costearse los gastos en Italia. En la segunda mitad de 1791, Goya regresó a Zaragoza, donde trabaja en la Basílica del Pilar   o een n llaa Cartuja del Aula Dei, Dei, también en Zaragoza, pinturas que reejan los estereotipos de la pintura religiosa tardobarroca. En 1793 se casa con Josea Bayeu, hermana de Ramón y Francisco Bayeu, pintores también zaragozanos, y al año siguiente, en 1794, se instala en Madrid, iniciando sus trabajos en la Real Fábrica de Tapices y su carrera como retratista. Sus primeros cartones para tapices los realiza bajo las órdenes de Antón Mengs (primer pintor de la corte de Carlos III que ejerció una decisiva inuencia en el arte cortesano español). Desde el año 1776 hasta el año 1793 pintó para la Real Fábrica una serie de modelos en cartón que luego serían pasados a tela por los bordadores. Realizó siete series destinados a la decoración de diversas dependencias de El Escorial y El Pardo. Todos los cartones repiten temas costumbristas (majas, juegos, festas populares, etc.),

 

aunque Goya les imprime una manera nueva de ver la realidad cotidiana. Estos cartones le abrieron las puertas a una clientela de la que hasta ese momento estaba alejado y le incitaron a pintar de manera que le alejaba del tardobarroco del que había aprendido. Sin los primeros los realizó bajo las órdenes de Mengs y de Francisco Bayeu, poco a poco po co irá irá lilibe berá ránd ndos osee haci haciaa un unaa pi pint ntur uraa má máss co colo lori rist staa y de co comp mpos osic icio ione ness má máss complejas comp lejas.. Ejem Ejemplos plos de esto estoss cart cartones ones son El Quitasol  Quitasol  o La Vendimia, Vendimia, de estructura piramidal ambos, así como El Cacharrero, Cacharrero, La Pradera de San Isidro o Isidro o La gallina ciega. ciega. En el año 1780 ue nombrado miembro de la Academia de San Fernando con una pint pintur uraa titu titula lada da Cristo cruc crucica icado do.. Co Con n ond ondo o ne negr gro, o, segú según n la tr trad adic ició ión n barr barroc ocaa española, aunque reelaborada según los preceptos del neoclasicismo imperante en la Academia. El modelo que sigue Goya está tomado de un Crucicado Crucicado que  que hizo Mengs para Aranjuez. En estos primeros años de la década se le encargarían, junto a otros pintores, las decoraciones de la bóveda de la Basílica del Pilar  y  y diversas obras para la iglesia de San Francisco el Grande en Grande en Madrid. A lo largo de la década de 1780 se convertirá en uno de los más codiciados retratistas de su tiem tiempo po y serv servir iría ía a la más más alta alta ar aris isto tocr crac acia ia,, en entr tree cu cuyo yoss miem miembr bros os tu tuvo vo importantes protectores, como los duques de Osuna o los duques de Alba. Pero también estuvo muy relacionado con políticos e intelectuales ilustrados como Gaspar Melchor de Jovellanos o Juan Agustín Cean Bermúdez. Estos aportaron a Goya nuevas inquietudes intelectuales, morales y políticas, que se reejarán en sus obras. Ejemplos de retratos de esta época son los del Conde de Floridablan Floridablanca ca,, de Ventura Rodríguez, Rodríguez, la Marquesa de Pontejos  Pontejos  o Los duques de Osuna y sus hijos hijos,, cuyo modelo podría venir de modelos ingleses conocidos por Goya a través de estampas, aunque la composición piramidal procede de Mengs, y la creación del espacio por medio de luces y sombras de Velazquez. Velazqu ez. De Goya es la delicadeza en el retrato de los niños y la sutil paleta cromática. G. SEG SEGUND UNDA A ETAP ETAPA. A. 17 179292-181 1814. 4. Tras la muerte de Carlos III, el advenimiento al trono de Carlos IV en 1788 supuso para Goya la conse consecució cución n de nuevas mejor mejoras as en su condició condición n socia sociall y artística artística.. Así, en 1789 ue nombrado pintor de cámara, una de sus más altas aspiraciones. Sin embargo, pocos años después, en 1793, cuando contaba 47 años, una grave enermedad, que se prolongó a lo largo de diez meses, puso en peligro su vida y le originó una prounda sordera, que le llevó a mutaciones en el carácter, el modo de concebir la vida y en su arte. Comienza a pintar uera de encargo, buscando una libertad creativa que no encuentra en esas obras. De esta libertad creativa surgirán en 1799 un conjunto de 80

 

grabados,, hecho grabados hechoss a agua aguauer uerte te y agua aguatinta tinta,, titul titulados ados Caprichos Caprichos.. Tuvieron una gran diusión internacional, sobre todo en Francia, donde Delacroix o Daumier usarán temas sacados de la colección. La intención de estos grabados es satírica, de crítica, mediante distingue  o dos temas principales: las relaciones amorosas (¡ ( ¡Que se la llevaron!, llevaron! , Ni así la distingue o ¡Qué sacricio!) sacricio!) y el mundo de la brujería ( A ( A caza de dientes, Volav Volaverunt erunt o Soplones Soplones). ). Pero también hay otros: el “mundo al revés”, el anticlericalismo, etc. Sin embargo, en estas sátiras no encontramos un reerente moral claro que se contraponga a lo criticado. El mism mismo o añ año o de la publ public icac ació ión n de los Caprichos Caprichos,, ue nombrado primer pintor de cámara. Sin embargo, esta acomodada situación proesional no determinó un giro en su obra hacia un estilo acomodado. Hace retratos, algunos memorables —entre todos, La familia de Carlos IV —, — , la duquesa de Alba, Alba , las dos Majas Majas o  o el retrato de Melchor  Gaspar de Jovellanos. Jovellanos. E incluso pinturas que podemos considerar más próximas al Neoclasicismo de lo que en él era habitual: La marquesa de Santa Cruz. Cruz . Pero, junto a estos retratos y pintura cortesana, realiza otras que inauguran un género nuevo en España, el retrato burgués: Bartolomé Sureda o Isabel Porcel. Porcel. A partir de 1808, con la invasión de las tropas rancesas se precipitaron un cúmulo de acontecimientos que habrían de incidir signifcativamente en la persona y la obra de Goya. Los años de permanencia en la corte habían hecho de Goya una persona ilustrada, abierta a ideas nuevas y avanzadas, que en muchos aspectos concordaban con el pensamiento que Napoleón intentaba imponer en toda Europa. Por ello, un buen número de intelectuales españoles, entre los que se encontraba él, vieron con cierta simpatía y agrado la posibilidad de que un nuevo orden de valores se impusiese en España. Sin embargo, los años de la Guerra de la Independencia tuvieron que suponer para pa ra él una terr terribl iblee decep decepció ción, n, que que re reejó ejó en sus ob obras ras,, ale alejad jadas as de la est estric ricta ta repr repres esen enta taci ción ón de las las anéc anécdo dota tass conc concre reta tass de la gu guer erra ra.. En la lass esta estamp mpas as qu quee componen la serie de Los desastres de la guerra o guerra o en pinturas como El Coloso, Coloso, El 2 de mayo de 1808 y 1808 y El 3 de mayo de 1808 en Madrid, Madrid , universalizan el mundo patético de la guerra gue rra,, su cruel crueldad dad y su vio violen lencia cia.. En Los desastres  desastres  la negatividad es absoluta. Las escenas se componen como variaciones sobre temas: las distintas ormas de la muerte, de la tortura o del hambre. Se pierde el sentido heroico de la muerte, tan presente en otros artistas. Son acontecimientos próximos que han perdido cualquier grandeza grandeza.. H. TER TERCER CERA A ET ETAP APA. A. 18 181414-18 1828. 28. Tras ras la ex expu puls lsió ión n de los los r ran ance cese sess y la lllleg egad adaa de Fern Fernan ando do VI VII, I, Go Goya ya supe superó ró el expediente de depuración a que ueron sometidos los uncionarios de palacio. Siguió ejerciendo un tiempo como pintor de cámara, aunque a partir de 1816, sustituido por el

 

joven Vicente López, ue sintiéndose cada vez menos cómodo en Madrid en el que encarcelaban a sus amigos, acusados de aracesados y liberales, y se encerró en su círculo más íntimo. En 1819 compró una propiedad a la orilla del Manzanares, la Quinta del Sordo, que sería su reugio y su retiro. Goya realizó en la quinta una serie de pinturas (14), que se conocen con el nombre negrasexista negras. . Estasconsenso pinturas han suscitado abundantes interpretaciones, sin que de porPintura el momento entre los historiadores. La ex exis iste tenc ncia ia de un pr prog ogra rama ma un unit itar ario io ch choc ocaa con con la disp dispar arid idad ad de los los te tema mass y la imprecisión de los títulos. Algunos hacen reerencia a asuntos que podemos considerar contemporáneos contemporáne os (Duelo a garrotazos, garrotazos, La romería de San  San  Isidro Isidro,, Paseo del Santo Ocio), Ocio), otros, otr os, por el con contra trario rio,, posee poseen n un ue uerte rte sen sentid tido o mit mitoló ológic gico o ( Átropos  Átropos,,  Asmodea  Asmodea,, Saturno), Saturno ), y otros resultan de diícil adscripción: El perro o perro o Dos jóvenes burlándose de un hombre.. Al hombre Algu guno noss auto autore ress han han ha habl blad ado o de “b “baj ajad adaa a lo loss infe infern rnos os”” o de un unaa representación del mundo de la noche. Goya las llevó a cabo con toda libertad, sin que queda qu edasen sen en ell ellas as nin ningún gún ra rastr stro o de academ academicis icismo, mo, con una mar marcad cadaa libert libertad ad de pincelada, con grandes contrastes lumínicos y de color, etc. Las pinturas negras guardan estrecha relación con la serie de veintidós estampas al aguauerte y aguatinta conocida con el título de Los disparates, disparates, publicados después de la muerte de Goya. Al igual que sucede con las pinturas, nos encontramos en un mundo nocturno. La invasión de los Cien Mil Hijos de San Luis al mando del duque de Angulema y la restauración brutal del absolutismo, en uno de los periodos más negros de nuestra historia contemporánea, dominado por los encarcelamientos, torturas y ejecuciones, ue razón más que que sufciente para Goya decid decidiera iera marchar de Espa España. ña. Tiene setenta y siete años, pero continúa pintando y aprendiendo —tal como afrmará en uno de sus dibujos dibuj os más céle célebres bres,,  Aun aprendo aprendo—. —. En 1824 pidió licencia de seis meses para ir al balneario de Plombiers, que sirvió como pretexto para viajar a Francia donde se instalaría en Burdeos. Allí dibuja, pinta y hace litograías. Entre sus pinturas fnales, dos magnífcas, La lechera de Burdeos, Burdeos, que suele considerarse como obra que anuncia el impresionismo, y el retrato de Juan de  Juan Bautista de Muguiro Muguiro.. Falleció en Burdeos en 1828. I. LA ORIG ORIGIN INAL ALID IDAD AD D DEE G GOY OYA A La importancia que orece Goya en la historia de la pintura se comprende mejor al estudiar el pobre ambiente neoclásico en que vivió. Goya arranca de los últimos estertores del gusto rococó y termina su vida cuando ya alborea el romanticismo. Una copi co pios osaa se seri riee de pi pint ntur uras as,, di dibu bujo joss y gr grab abad ados os son son la me mejo jorr prue prueba ba del del pu pues esto to

 

excepcional en la historia de la pintura que ocupa Goya. No sólo por el viraje que supo imprimir a la estética de su tiempo, sino también por la gran riqueza de aspectos que muestran sus obras. Goya empleó comúnmente procedimientos de composición neoclásicos. Eso signifca que propende a la ordenación geométrica regular. Las fguras se agrupan conorme a triángulos regulares, cuadrados, rectángulos, rombos, pirámides, etc. Para que resulten bien bie n dis distin tingui guible bless los perso personaj najes es en los re retra tratos tos col colect ectivo ivos, s, cre creaa líneas líneas paral paralela elass oblicuas. Sin embargo, en la etapa de la madurez, busca la libertad compositiva. Nosdstrom ha mostrado cómo Goya no es sólo un personaje de su tiempo y un proeta del arte moderno, sino que respeta la tradición al estudiar los temas y elementos icon iconog ográ ráfc fcos os.. Sus Sus maes maestr tros os uer ueron on,, segú según n su prop propia ia decl declar arac ació ión, n, Veláz elázqu quez ez,, Rembrandt y la Naturaleza. Del primero hereda el amor para el retrato psicológico; del segundo, la prounda espiritualidad y la técnica pastosa. De su tercer maestro –la naturaleza- hay abundantes pruebas en los paisajes que pintara, principalmente en los cartones para tapices. Pero aún hay otro actor: la imaginación. Bajo una condición plebeya, tenía la mentalidad de un doctrinario. Él vio la terrible virule virulenci nciaa del pu pueb eblo. lo. Per Percib cibimo imoss la vid vidaa del pu puebl eblo o com como o ele elemen mento to po polít lítico ico,, la agitación de las masas, precursora de las grandes conmociones de nuestra época. Y porque Goya amó la verdad no se detuvo ante lo más horrible; pintó lo bello con delicadeza exquisita, pero supo también destacar la contrapartida, lo eo, lo terrible y monstruoso. En Goya apunta algo que, según Víctor Hugo, es propio del mundo moderno: lo grotesco. Como coloón a lo que signifca Goya, recordemos que este pintor es coetáneo de David y que Goya representa pictórica pictóricamente mente el antipolo de su pintura. Mientras Europa enter ent eraa se rendí rendíaa ant antee la dic dictad tadura ura david davidian iana, a, Goy Goyaa ena enarb rboló oló la bande bandera ra del más desenrenado individualismo. Los realistas amaron a Goya por la atención que éste había dispensado a las clases humildes. Los impresionistas recordaron su pincelada suelta, liberada de la línea. Con mayores motivos el expresionismo de nuestro siglo, que ama los estados exasperados sin cuidarse de la orma, tiene en Goya un precursor. Y otro tanto cabe decir del surrealismo.

V. CONCLUSIÓN Velázquez y Goya son dos genios de la pintura española y también universal. La actitud de Velázquez ante la obra era de impasibilidad —el artista se desentendía de su obra pretendiendo plasmar la realidad objetiva—, aunque esa dura realidad que el artista

 

percibía del mundo que le rodeaba le conmovía lo necesario, de modo que Velázquez siempre estuvo por encima de los acontecimientos, veía el mundo como si de un flósoo o un pensador se tratara. En Goya, en cambio, encontramos a un artista comprometido, que en ocasiones deorma la realidad que contempla —como claro producto de un espíritu atormentado—. Goya materializa la confrmación de que la esencia de la pintura está en el color y no en la línea, por eso se ha dicho de él que es el primer pintor moderno, anticipándose a muchas vanguardias artísticas de principios del siglo XX, como son el impresionismo, el surrealismo y el expresionismo.

VI.. BI BIBL BLIO IOGR GRAF AFÍA ÍA VI La bibliograía utilizada para la realización de este tema ha sido la siguiente: eláz ázqu quez ez Sobr Sobree Vel eláz ázqu quez ez:: Vel

de Ismael Ismael Gutiér Gutiérrez rez (Cu (Cuade aderno rnoss His Histor toria ia 16, 19 1996) 96);; Velázquez. Pintor y hombre del rey  de Joan Sureda (Lunwerg, 2009); Estudios completos sobre Velázqu Velázquez ez  de Diego Angulo (Centro de estudios Europa Hispánica, 2007); y Velázquez: obra completa de Fernando Checa (Electa, 2008).

Sobre Goya: Goya y el gusto moderno  de Valeriano Bozal (Alianza Forma, 1994); también de Valeriano Bozal, Goya (Machado libros, 2010); Arte, ideología y originalidad en la obra de Goya de Nigel Glendinning (Universidad de Salamanca, 2008); y Goya y el espíritu de la Ilustración, catálogo exposición dirigido por Alonso Sánchez (Museo del Prado, 1989).

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