TEMA 55 LITERATURA S.XVIII

September 17, 2017 | Author: Alejandra Alonso Hernández | Category: Age Of Enlightenment, Poetry, Science (General), Science, Philosophical Science
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TEMA 55: LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVIII 1. INTRODUCCIÓN -Guerra de Sucesión: instauración de los Borbones. Llega la Ilustración -Razón como fuente de conocimiento, separación del poder civil del eclesiástico, desarrollo de la burguesía -Peculiaridades de España -Tardía implantación. Segunda mitad del s.XVIII. Tres vías de desarrollo: dinastía borbones, periódicos, intercambios culturales y traducciones -Alcance limitado -Manifestación moderada -Apoyo de la monarquía 2. LA LITERATURA DEL SIGLO XVIII 3. LA PERIODIZACIÓN LITERARIA DEL SIGLO XVIII 4. LA PROSA DEL SIGLO XVIII -Desaparece la novela picaresca: Vida, de Torres Villarroel -Importancia de la prosa didáctica, fines educativos -Escritos de investigación BENITO JERÓNIMO FEIJOO -Obra tardía -Cambiar la idea de ciencia, divulgaciones científicos y avances europeos -Teatro Crítico Universal, escrito en forma de discurso JOSÉ CADALSO -Hombre de vasta cultura. Viajes Europa -Cartas Marruecas, forma epistolar -Los eruditos a la violeta -Noches lúgubres GASPAR MELCHOR DE JOVELLANOS -Observación, males y remedios. -Multitud de informes -Ensayo -Informe de la Ley Agraria: problemas del campo, solución, desamortización -Memoria teatro

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5. LA POESÍA DEL SIGLO XVIII -La Poética de Luzán 1737 en cuatro libros, vuelta a la estética clásica, lo universal y verosimil; en teatro respeto a las tres reglas: tiempo, espacio y acción -Rechazo de la comedia nacional: ni arte, ni razón. Pero ‘depósito de preciosidades poéticas, naturalidad’. -Cuatro etapas de la poesía: 1) Primera mitad de siglo: Poesía postbarroca: Alonso Verdugo Castilla Deucalión 2) 1750-70: Poesía rococó: Nicolás Fernández de Moratín. Grupo madrileño, grupo salmantino, Juan Meléndez Valdés 3)Poesía ilustrada: prosaica, José María Vaca Guzmán, se acerca a la fábula, Las naves de Cortés destruidas, Granada rendida 4) Poesía prerromántica: Nicasio Álvarez de Cienfuegos. 6. EL TEATRO DEL SIGLO XVIII -Influencia poética de Luzán -Rechazo del teatro barroco -Prohibición de los autos sacramentales: 1765 -Rechazo mayoritario del público .-Excepción : Raquel de García de la Huerta; Leandro Fernández de Moratín: El sí de las niñas 7. CONCLUSIÓN -Literatura social y política -De erudición y no de creación -Cultura oficial impuesta desde el poder: despotismo ilustrado -Nexo Cadalso, escepticismo del barroco, confianza en el progreso, patriotrismo y prerromanticismo: Noches lúgubres -Siglo de las Luces, a la sombra áurea del siglo anterior.

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TEMA 55: LA LITERATURA ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVIII 1.- INTRODUCCIÓN El siglo XVIII se presenta como un siglo de cambios, tanto en lo social como en lo cultural. Tras la muerte del rey Carlos II se abre un conflicto internacional por la sucesión al trono desde 1701 hasta 1715 aproximadamente. La Guerra de Sucesión concluirá con la instauración en el trono español de la Dinastía de los Borbones, procedente de Francia. Con la Casa de los Borbones en la cultura española se introducirá el pensamiento cultural y filosófico racionalista que ya desde la segunda mitad del siglo XVII predomina en Francia, denominado Ilustración. Los ilustrados dan supremacía absoluta de la razón humana sobre otras fuentes de conocimiento como la tradición o la autoridad de los antiguos. Frente a las concepciones religiosas del pasado, se impone ahora una concepción materialista y burguesa del mundo para lo cual lo importante es aquello que es útil. Predican la liberación del poder civil respecto del eclesiástico, consecuencia del deísmo o ateísmo ilustrado. En el campo de las ideas estéticas se vuelve la mirada al clasicismo francés y a los modelos clásicos greco-latinos. Es el llamado Neoclasicismo, según el cual las obras de arte deben estar también sujetas a la razón. 3

La Ilustración en España presenta unas cuantas peculiaridades que la diferencian de otros países europeos:  El pensamiento ilustrado llega tardíamente a

España. En la primera mitad del siglo empiezan a conocerse y a divulgarse las nuevas ideas, pero no se puede afirmar que exista verdaderamente hasta la segunda mitad del XVIII. Las vías de entrada del pensamiento ilustrado en España son cuatro: La llegada al trono de la dinastía borbónica procedente de Francia (recordemos que Francia es uno de los países que llevan la voz cantante de la Ilustración). Los viajes y relaciones comerciales que ponen en relación los distintos países europeos. Los periódicos, que nacen en esta época y se abren a la difusión de las nuevas ideas. La internacionalización de la cultura, conseguida mediante las constantes traducciones de obras y contactos entre intelectuales.  Alcance limitado. En España, esta corriente de pensamiento afectó solamente a una minoría de políticos, intelectuales y periodistas, pero fue rechazada por el pueblo y la nobleza, apegados a valores del pasado como el estilo barroco.  Carácter moderado. Frente al radicalismo de otros países -como es el caso de Francia-, en España nunca se cuestionaron algunos aspectos básicos, como la monarquía absoluta o los dogmas religiosos.  Apoyo de la monarquía. Las ideas de los ilustrados fueron apoyadas por la monarquía, sobre todo, durante el reinado de Carlos III. Las reformas que se iniciaron fueron, por tanto, impuestas desde el poder absoluto. 2. LA LITERATURA DEL SIGLO XVIII En la Literatura, como en toda la cultura de este siglo, va a predominar lo político y lo social. La literatura de los dos siglos anteriores, a pesar de su densidad, puede estudiarse 4

en la obra de las grandes figuras. En el siglo XVIII es importante, en cambio, la acción del grupo, la aparición de ciertos movimientos o corrientes de opinión, de las que el escritor es siempre intérprete. La literatura se socializa, por decirlo así, va movida por la aspiración al bien común. Cobran también importancia las instituciones, de carácter público o particular. La acción del escritor obedece a inspiraciones estatales pues el Estado interviene en todo. En materia de cultura, el Estado impulsa la educación, crea nuevos institutos y escuelas, protege el desarrollo de las ciencias, etc... 3. LA PERIODIZACIÓN LITERARIA DEL SIGLO XVIII Si atendiéramos a la cronología histórica del siglo, podríamos considerar éste dividido en cuatro periodos, el primero y el último de los cuales se prologan en los siglos precedente y subsiguiente respectivamente. 1.- El primer periodo significaría la perpetuación del barroquismo. El Barroco sobrevivió en fórmulas estereotipadas y con carácter mimético. En poesía y teatro hasta la mitad del siglo la influencia de Góngora y de Calderón son visibles de manera casi absoluta. Por ello identificar Neoclasicismo con el siglo XVIII es un error. 2.- El segundo periodo vino marcado por un carácter renovador y de reacción contra el periodo anterior. Abarcaría los reinados de Carlos III y IV. Su fundamento estético se encuentra en las corrientes neoclásicas francesa e italiana y abarcaría hasta 1808. 3.- El tercer periodo se caracteriza por el predominio absoluto de la corriente ilustrada en la que dominan el ensayismo, la crítica y la investigación. Este tercer periodo estaría limitado a cuatro años, los que transcurren entre 1808 y 1812. 4.- El cuarto y último periodo, simultáneo con el anterior en el tiempo, se caracteriza por su tono prerromántico y llena el periodo liberal entre 1810 y 1814. 4.- LA PROSA EN EL SIGLO XVIII

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La producción de la primera mitad del siglo XVIII deriva de las tendencias barrocas, y los modelos que gravitan sobre la prosa son Quevedo y Gracián. El género narrativo en prosa apenas fue cultivado en el siglo XVIII. La novela picaresca acaba por desaparecer. El salmantino Diego Torres Villarroel convirtió su Vida en obra literaria, relatada de forma parecida a la novela picaresca, aunque él no pretende pasar por pícaro, ya que Villarroel la escribió para justificar su persona y su obra literaria. En ella describe sus viajes , pero interesa más la descripción de la vida universitaria. Tejida a base de recuerdos es ajena al espíritu de obras como Guzmán de Alfarache o el Buscón. La mayor parte de la prosa del siglo XVIII aparece teñida de didactismo, ya que incluso en la novela se concede más interés al fin educativo que al libre vuelo de la imaginación o la belleza del estilo. De ahí que lo más positivo de la producción de la época haya que buscarlo en el campo de la investigación, y no en el de la pura creación literaria. Feijoo y Luzán inician lo que habrá de ser el centro de pensamiento y de la estética en la segunda parte de la centuria. Ambos coinciden en señalar la decadencia de las letras españolas, pero mientras Feijoo atribuye el empobrecimiento literario a la falta de ingenio de sus creadores, Luzán culpa a los escritores de haber hecho caso omiso de los preceptistas literarios. Tres son las grandes figuras de la segunda mitad del siglo, en quienes la adhesión a las corrientes europeas se alía a un gran amor a España y a su mejor tradición cultural: Feijoo, Cadalso y Jovellanos. Fray Benito Jerónimo Feijoo comenzó a escribir su obra ilustrada a los cincuenta años. Se rebela contra el criterio de autoridad aplicado a temas científicos e inicia una tarea investigadora apoyada en la razón y la experiencia. Con ella quiso conseguir dos objetivos: · Deshacer los errores populares basados en la tradición o en la rutina. 6

· Combatir una idea de la ciencia, la de las universidades de la época, que daba por válidas las afirmaciones científicas de la Biblia, Aristóteles o Santo Tomás sin someterlas a crítica y experimentación racional. La importancia de Feijoo radica fundamentalmente en la divulgación de las novedades científicas y del pensamiento europeo. Además creó un nuevo estilo, un nuevo lenguaje para la comunicación: toma como modelo la naturalidad y la proximidad a la lengua hablada en contraposición con el Barroco. Sus obras tienen como objetivo el clásico horaciano: enseñar deleitando. A la tarea de liberar España de la superstición y de la ignorancia dedica su Teatro Crítico Universal, que se compone de ocho volúmenes en los que se incluyen 118 discursos. La forma que elige para esta obra es el discurso, que es una forma de exposición didáctica. El término “teatro” debe tomarse en sentido etimológico (La palabra teatro proviene del latín theatrum, que a su vez proveniente del griego theatron, que a su vez se derivó del verbo theasthai=mirar, observar, contemplar): estamos ante una obra que es “una mirada crítica a todo género de materias” y cuya clasificación temática es imposible ya que trata de Astronomía, Geografía, Derecho, Filología, Filosofía, Matemáticas… Feijoo mostraba una actitud crítica y tenía afán de difundir conocimientos prácticos. Por todo esto es considerado el pionero de la Ilustración española. En la segunda mitad del siglo XVIII destaca la figura de José Cadalso. Hombre de vasta cultura europea, a los veinte años había realizado diversos viajes por Inglaterra, Francia, Alemania e Italia. Su inteligencia y noble espíritu, junto con su atractivo temperamento, finamente irónico, le granjearon el aprecio de cuantos le conocieron. Todo ello, unido a las circunstancias heroicas de su muerte, en el asalto a Gibraltar, hacen del gran ensayista una de las figuras más sugestivas y simpáticas de nuestro siglo XVIII.

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Entre las obras capitales de Cadalso están Las Cartas Marruecas, que sigue la veda abierta por las Lettres personnes de Montesquieu o las Cartas chinas de Goldsmith, en los que se utilizan, las opiniones de un extranjero de distinta civilización para poner de relieve, por contraste, los defectos de la sociedad occidental. En la obra de Cadalso, el africano Gazel comunica también, en forma epistolar, a Ben Beley, un antiguo maestro suyo, sus impresiones sobre España, país que conoce de la mano de Nuño Núñez, español enamorado de su patria, pero libre de todo prejuicio nacional. Cadalso se vale de ellas para trazar un amplio cuadro de la vida económica, social y cultural del país, subrayando las causas de la decadencia nacional y los remedios más indicados para combatirla. Según él, el motivo principal del fracaso de España reside en las continuas guerras que la han arruinado, dejando yermo al país y destruyendo el hábito del trabajo, a lo que han contribuido también “los muchos caudales adquiridos rápidamente en Indias”. Esto a su vez a dado lugar a un considerable atraso científico y a que la cultura española haya degenerado en superficialidad, pedantería y superstición. Lejanos ya los tiempos de “los inmortales príncipes”, Don Fernando y Doña Isabel, la nación, tras el lamentable gobierno de los Austrias, es ya sólo “el esqueleto de un gigante”. Sin embargo, el origen de la decadencia española hay que buscarlo también en el temperamento nacional, cuyos defectos capitales son el orgullo, la poca afición al trabajo y un espíritu rutinario que le lleva a oponerse a toda innovación beneficiosa. El contenido satírico de lo que acabamos de citar, se halla inspirado en un patriótico propósito de reforma. El espectáculo que ofrece España a sus ojos le hace sonreír con frecuencia, así cuando se refiere al afán extranjerizante de los petimetres de la época, pero también le apenas, moviéndole a buscar un remedio a sus males.

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Educado en las ideas de la Ilustración, verá en el cultivo de la ciencia y de la virtud el recurso más eficaz para hacerla salir del marasmo en que se encuentra. Las Cartas Marruecas son el producto de un espíritu inteligente y culto que acierta a ver, como nadie en el siglo XVIII, los diversos aspectos de la sociedad de su tiempo, señalando defectos y apuntando remedios con la sana intención de un verdadero patriota. Los eruditos a la violeta es otra de las obras de Cadalso escrita en prosa donde encontramos una sátira contra la superficialidad en los intelectuales y eruditos de la época. En ella se presenta el debate entre lo “nacional” y lo “extranjero” o, lo que es lo mismo, el enfrentamiento tan del siglo XVIII entre las tradiciones y el progreso. Pero Cadalso también se adelantó a su tiempo con una novela Noches lúgubres, que gozo de una fama extraordinaria no en el siglo XVIII, sino en el XIX, y que es considerada como un antecedente del Romanticismo. Se relaciona con un episodio sentimental de Cadalso, quien empieza a escribir la obra a imitación de las Nigths Toughts de Edward Young. Sin embargo los temas que sus protagonistas discuten (Tediato y Lorenzo) están dentro de la corriente de la Ilustración: la razón y lo irracional, la naturaleza de la justicia, etc...El protagonista medita sobre sus adversidades y sobre la condición humana y aprende a aguantar filosóficamente sus infortunios. Gaspar Melchor de Jovellanos es el más señalado de todos los ilustrados del siglo, por lo polifacético y prolífico de su obra. Fue un atento observador de la España de su tiempo, dedicó toda su vida a estudiar y resolver en la práctica los problemas del momento. La mayor parte de la prosa de Jovellanos no es propiamente literaria ya que consiste en ensayos dedicados a la reforma de diversos aspectos de la sociedad: agricultura, educación, espectáculos públicos.

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Entre sus obras se encuentran el Discurso de ingreso en la Academia de Historia, Elogio a Carlos III, aunque probablemente la más destacada es el Informe sobre la ley agraria en al que estudia el retraso en la agricultura del país y propone una serie de medidas para solucionarlo. Su propuesta más innovadora es la desamortización. En Memoria para el arreglo de la política de espectáculos y diversiones públicas, propone una reforma del teatro, conforme a las ideas ilustradas: útil, didáctico y moral. La enseñanza es fundamental para educar al pueblo, enseñanza que se debe basar en los saberes útiles. El ensayo ilustrado tuvo un cauce de difusión muy importante en los periódicos. Aunque habían aparecido esporádicamente en siglos anteriores, es durante el XVIII cuando se produce un desarrollo pleno del periodismo. La rápida divulgación de la prensa escrita (gracias a una lectura cómoda y barata) tuvo dos consecuencias: · La toma de conciencia de la importancia de una información sistemática. · El reconocimiento por parte de los gobiernos de la capacidad de influencia del periodismo en la opinión pública. La finalidad de los periódicos del siglo XVIII no pudo ser informativa (dadas las dificultades de comunicación y lo tardío de la llegada de las nuevas noticias), sino que fue educativa y divulgativa. Escrito en prosa, la Poética (1737) del aragonés Ignacio de Luzán (1702-1754), debe citarse como uno de los textos que más influyó sobre la poesía ilustrada de su época.

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En los cuatro libros que la componen1, establece una serie de principios para encauzar la literatura posterior en verso: sencillez en la forma, frente a las exuberancias posbarrocas; elevación estilística sin excesos ornamentales; utilidad de los temas tratados. Luzán seguirá los principios horacianos del Arte poética y propondrá una primera reforma de la poesía española, inspirada, aunque no anclada, en las modas francesas que dominan este siglo. Su práctica poética no está, sin embargo, a la altura de su teórica. Escribió poemas épicos y alegóricos que, pese a mostrar un nuevo enfoque del tema, no ofrecieron modelos de verdadero interés a las generaciones posteriores 5.- LA POESÍA DEL SIGLO XVIII. La Poética marca un jalón importantísimo en la evolución de la literatura española, ya que con ella se introduce en España la tendencia neoclásica en lírica y teatro. El rasgo más notable de la obra de Luzán es su sentido independiente y su tolerancia. Aunque afirma que la poesía ha de basarse en la imitación de lo universal y verosímil admite lo particular y, en cierto modo, hasta lo fantástico, como tema poético, y señala la existencia de una importante producción literaria en la que lo esencial no es la utilidad sino el deleite. Aunque ataca al siglo XVII, calificándolo como un periodo de corrupción literaria, sabe apreciar ciertas bellezas que otros críticos de la época no alcanzaron a ver. Calderón le parece monótono y a menudo inmoral, pero reconoce la elegancia y la habilidad técnica de sus obras (“un inmenso depósito de preciosidades poéticas, naturalidad y buen estilo”). Libro 1: consideraciones poetas Siglo de Oro para concluir que está la poesía útil o de mera diversión. Libro 2: examen de los géneros poéticas y conclusión de que hay que huir de la afectación y buscar la naturalidad. Libro 3: división de poesía dramática, épica y lírica. Importancia de la dramática (respeto tres unidades, separación comedia y tragedia). Libro 4: finalidad de la epopeya y ejemplo de Homero y Virgilio 1

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La Poética de Luzán, aunque fomentó un estado de opinión contrario a nuestra literatura barroca, no hay que achacarle todos los errores de quienes al seguirle mostraron intransigencia. La crítica tradicional2 ha distinguido entre la poesía de este siglo dos periodos diferenciados: la poesía de tradición barroca y la nueva poesía dieciochesca, en el que el primer periodo se extiende durante la primera mitad del XVIII y la segunda mitad ya corresponde con formas y contenidos ilustrados. En medio están Ignacio de Luzán, y Feijoo, que inauguran lo que había de constituir el núcleo del pensamiento y de la creación estética en la segunda mitad de la centuria: la actitud crítica y la tendencia neoclásica. En la poesía del Siglo de las Luces suelen establerse cuatro etapas, con el fin de poder apreciarla con mayor claridad: La Poesía postbarroca: Este tipo de poesía se da durante toda la primera mitad del siglo. Se trata de una continuación de la poesía barroca y una imitación constante de los maestros de ese movimiento: Góngora y Quevedo. Así el sevillano Álvarez de Toledo manifestó un gusto por la metáfora complicada, las alusiones clásicos y el hipérbaton. Destaca también Alonso Verdugo Castilla, conde de Torrepalma, figura fundamental en los círculos intelectuales y artísticos (Academia de la Historia, de la Lengua, del Trípode, y del Buen gusto), que debió su fama al poema Deucalión, ampliación del libro I de la Metamorfosis de Ovidio, en octavas un tanto gongorinas. Poesía rococó: Entre 1750 y 1770 aproximadamente nos encontramos con una nueva forma de hacer poesía, concretada por la Poética, que recoge ya las nuevas tendencias europeas. Los rasgos que la definen son: -Enfrentamiento con el estilo barroco. -Vuelta a los modelos clásicos (griegos y romanos) y del Renacimiento español. -Los temas más destacados son: pastoriles, el amor, visto de una forma sensual y tierna, los placeres de la vida: el vino, las fiestas, el cuerpo femenino, etc... 2

Alborg, y Joaquín Arce

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Nicolás Fernández de Moratín (Moratín padre), fue un eje principal de una academia burguesa, no aristocrática, abierta a la literatura extranjera, que se conoce como el grupo madrileño y que tiene su centro en la Tertulia de la Fonda de San Sebastián. A pesar de su apasionada defensa del neoclasicismo, lo mejor de su lírica es de carácter nacional y tradicional, como Fiesta de los toros en Madrid, quintillas de ambiente caballeresco y morisco, con tono popular y sencillo; Oda a Pedro Romero, torero insigne;… además escribe 26 sonetos y tres sátiras, entre otros. Como muestra del interés ilustrado por el erotismo y del conocimiento moratino del Madrid nocturno, su Arte de las putas. Citaremos también, el grupo salmantino se desarrolla en el ambiente universitario y humanista de esta ciudad, en la década de los setenta. Lo integran Meléndez Valdés, Fray Diego González y por poco tiempo, Cadalso. Su poesía es mayoritariamente anacreóntica, con una legorización del amor en la que éste se envuelve de una escenografía clave: fuentes, bosques, arroyos y grutos. Introducen elementos mitológicos, el aire de fiesta con alabanza al vino y la danza. En 1776, Jovellanos les escribe desde Sevilla la famosa Carta de Jovino a sus amigos salmantinos, en la que les exhorta a que abandonen la poesía amorosa e intrascendente y cultiven otra de enaltecimiento de la patria. Hablamos ya de… Poesía ilustrada: Desde 1770 hasta 1790, aproximadamente, la poesía española del XVIII se llena de los grandes temas que preocupan a los ilustrados: la amistad y la solidaridad, la búsqueda de la felicidad y del bien común, la importancia de la educación, el papel de la mujer en la sociedad, la crítica de las costumbres. Los autores se someten estrictamente a las reglas, piensan que existen unas normas que marcarán lo que debe ser una obra literaria correcta. La finalidad de la poesía, entienden, que debe ser didáctica. Esto explica la abundancia de fábulas género muy útil para conseguir el ideal ilustrado de "enseñar entreteniendo".

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La obra de José María Vaca Guzmán, de gusto académico, conmemorativa y solemne, acumuló premios de la Real Academia Española con el poema épico Las naves de Cortés destruidas y Granada rendida (romance endecasílabo con el que derrotó a Moratín hijo). A pesar de esta poesía ilustrada, prosaíca, reglada y didáctica, el fracaso de los ideales ilustrados por la política regresiva de Carlos IV tras la revolución Francesa trajo consigo las notas tristes de la... Poesía prerromántica: En los últimos años del siglo empiezan a aparecer autores y obras en las que se expresa de un modo directo los sentimientos más íntimos sin someterse a las normas preestablecidas. Los caracteres que la definen pueden ser: -Los temas más característicos son la soledad, el fracaso amoroso, la muerte. -La ambientación tenebrosa (tumbas, ruinas, noches tormentosas y misteriosas). -Lingüísticamente se caracterizan por la abundancia de exclamaciones, apóstrofes. Nicasio Álvarez de Cienfuegos realiza una auténtica ruptura en el nivel métrico y en el léxico-semántico, donde se hace eco de profundas inquietudes humanitarias, de fraternidad y progreso. A finales del siglo escribe su obra más personal (El otoño, Mi paseo solitario de primavera, Un amante al partir su amada, La rosa del desierto….) donde incorpora palabras inusuales, arcaicas o neologismos. 6.- EL TEATRO DEL SIGLO XVIII. Como ya hemos anotado, en la segunda mitad del XVIII, la posición crítica frente a nuestro teatro nacional, iniciada por Luzán de forma ponderada, adquiere una virulencia extraordinaria en nombre de la razón y de las tres unidades. Un pequeño grupo de preceptistas lleva a cabo esta ofensiva antitradicional. El gusto francés triunfa sobre el español, y lo castizo sufre el acoso de lo europeo, que le obliga a refugiarse en ambientes populares.

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No obstante, la censura de las formas lopescas y calderonianas no llegó a ser unánime, entablándose vivas polémicas entre atacantes (Nasarre, Moratín padre…) y defensores (Romea y Tapia, García de la Huerta, etc.). Los argumentos utilizados por los primeros solían ser de orden moral y estético, ya que reprochaban a nuestros grandes dramaturgos no haberse ajustado a los preceptos clásicos, creando al mismo tiempo una escuela de corrupción moral. Durante el reinado de Carlos III, semejantes opiniones llegaron a tener validez oficial y provocaron la prohibición en 1765, de uno de los géneros más característicos de la literatura barroca: los Autos Sacramentales, considerados por uno de aquellos críticos (Clavijo y Fajardo) como irreverentes y de mal gusto. Hasta mediados de siglo, la producción escénica sigue la técnica barroca, como la obra de Antonio Zamora No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague y convidado de piedra, versión del Burlador de Tirso y un paso más en la evolución del mito hacia el personaje de Zorilla. La política asumirá la reforma dramática, además de con la prohibición ya mencionada, con la promoción de un teatro educativo que sirviese a los principios ilustrados del monarca. Así surge este teatro neoclásico preocupado por la finalidad educativo y al servicio de una transformación de la sociedad. Sus características fundamente proceden de la Poética. 1. Respeto a las tres unidades: de lugar, tiempo y acción. A la vez esas tres unidades estaban supeditadas a otra superior: la verosimilitud. Sin verosimilitud no se puede convencer y por tanto, no se puede educar. 2. Se huye de lo irreal: imitan la realidad 3. El teatro tiene una finalidad didáctica y moral por lo que se someten a análisis los vicios y errores frecuentes 4. No se debe mezclar la prosa con el verso, ni lo trágico con lo cómico. 5. Los personajes han de mantener su decoro, es decir, han de actuar y moverse de acuerdo con su condición social.

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Las nuevas teorías dan lugar a la aparición de un teatro basado en el francés. Corneille y Racine serán los modelos preferidos para la tragedia, Molière para la comedia. El resultado fue un fracaso, en palabras de Ruiz Ramón, “por el excesivo mimetismo a los modelos galo-clásicos, por la primacía de los aspectos puramente formales, por la ausencia de sentido teatral en la construcción de la pieza dramática y por la inexistencia de una tradición y un público”. Este teatro fue objeto de la repulsa por parte del público que acudía, en cambio, complacido a las representaciones inspiradas en las formas tradiciones. A pesar de esta opinión, parece que hubo un hecho incuestionable: la enorme difusión y arraigo que el espectáculo teatral tuvo a lo largo de todo el siglo XVII. Nunca fueron tan abundantes las representaciones ni jamás se escribió, teorizó ni polemizó tanto sobre el teatro como en aquellos años. Recordemos la memoria de Jovellanos. Por eso los ilustrados lo quisieron emplear como escaparate, pero tropezaron con la resistencia del público, que llenaba los locales para aplaudir obras del siglo XVII. Contra ellos se cebaron críticas y sátiras, pero fue en vano, porque el público prefería sus desarreglos imaginativos y aventureros a los muy razonables dramas neoclásicos. De este teatro destacaremos dos obras: una tragedia de Vicente García de la Huerta, Raquel por ser una de las más interesantes y discutidas de la época, y El sí de las niñas, de Moratín hijo, por el sonoro éxito de público pese a ser una obra de tendencia neoclásica. 6.1. Raquel de Vicente García de la Huerta3 La obra relata los amores del rey Alfonso VIII con una judía de Toledo, Raquel, famosa por su hermosura y por su ambición de poder, que provocan el desorden político y, consiguientemente, el disgusto y malestar de todos por la pérdida de autoridad del monarca. Asistimos a la sublevación popular ante el catastrófico estado en que se ve sumido el reino. Los nobles y el pueblo se unen en contra de Raquel y en defensa de su soberano. El final se resuelve con la muerte de la hermosa judía durante la ausencia del rey a manos de su consejero Rubén, consejero que es ajusticiado por el monarca cuando se produce su regreso a la corte. 3

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El asunto aparece en varias crónicas medievales y había sido ya dramatizado por Lope de Vega. Está escrita en endecasílabos heroicos (acentos en segunda, sexta y décima) y respeta las tres unidades. Hay críticos que la consideran como una comedia heroica y no puramente neoclásica. 6.2. El sí de las Niñas de Leandro Fernández de Moratín Antes de Moratín hijo no fueron muy felcies los intentos de creación de una comedia según las reglas. El último periodo del siglo XVIII conoció el auge de la llamada comedia sentimental dentro de la que destaca El delincuente honrado de Jovellanos. Este drama respondía a la función didáctica que exigía la Ilustración donde los hechos sociales importaban más que la estética. Pero fue Leandro Fernández de Moratín el único de nuestros dramaturgos neoclásicos que consiguió crear una forma valiosa de comedia, resultado de la armonización de la comedia urbana y de la sátira de costumbres. En ella convergen dos actitudes: • Una crítica de raíz intelectual, poniendo de relieve los vicios y errores de la sociedad • Otra sentimental de raíz afectiva. Para Moratín ees fundamental la finalidad docente de la comedia. En sus obras pinta, sobre todo, a la clase media y trata de reflejar sus problemas más específicos, la educación, la familia, las relaciones sociales...El tema fundamental para Ruiz Ramón, del teatro de Moratín es “la falta de autenticidad como forma de vida”. El sí de las niñas es la culminación de su producción dramática y la obra con la que abandona los escenarios. En ella, Don Diego, tío de Carlos, cede a éste la mano de su prometida, Doña Paquita, al saber que ambos ya estaban enamorados. Es el mismo argumento de Entre bobos anda el juego, de Francisco de Rojas, pero así como ésta está concebida con intención cómica y su protagonista es un personaje grotesco, El sí de las niñas ofrece un tono dulzón 17

y emotivo que se adapta perfectamente a su propósito moralizador. Su estructura formal se ajusta a las normas del neoclasicismo. Se respetan las tres unidades: el lugar es siempre el mismo, la posada de Alcalá de Henares. El tiempo va de las siete de la tarde a las cinco de la mañana y la acción se centre únicamente en el episodio de la concertación de las bodas de Doña Francisca. Su contenido participa por igual del racionalismo del XVIII y del prerromanticismo, ya que los derechos sentimentales de los dos personajes jóvenes se defienden con argumentos de índole intelectual. El viejo razona su decisión de ceder la mano de Doña Paquita, pero su generosa renuncia se halla envuelta en un tono de melancolía que refleja la nueva sensibilidad de comienzos del XIX. El problema planteado es el del conflicto entre el dominio paterno y la libertad de los hijos. Tiene el propósito de llamar la atención sobre los peligros de la falta de autenticidad en los matrimonios concertados sin la voluntad de los que van a casarse. Se critica también la educación hipócrita de los jóvenes que, por temor a no disgustar a sus progenitores, están dispuestos al sacrificio de sus sentimientos. El sí de las niñas ataca sin paliativos la educación severa y poco formativa que recibían las mujeres en la época y preconiza la libertad de las jóvenes para elegir marido, tema ya visible en El viejo y la niña, de 1790. 7.- CONCLUSIÓN. De lo dicho se desprende que en la literatura, como en la cultura toda, del siglo XVIII va a predominar lo político y lo social. La literatura de los dos siglos anteriores, a pesar de su densidad, puede estudiarse en la obra de las grandes figuras. En el siglo XVIII es importante, en cambio la acción del grupo, la aparición de ciertos movimientos o corrientes de opinión, de las que el escritor con frecuencia es siempre expositor o intérprete. La literatura se socializa, por decirlo así; va movida por la aspiración al bien común. 18

En la persona de Cadalso encontramos el hilo de conexión entre diferentes percepciones, por un lado observamos en su pensamiento un escepticismo pesimista heredado del siglo XVII “todas las cosas son buenas por un lado y malas por otro”, “el hombre es mísero desde la cuna al sepulcro”, junto a una gran confianza en el hombre y en el progreso, contrasta con el radical pesimismo de un Quevedo, en quien la amarga visión de la decadencia nacional no se halla compensada por ningún propósito práctico ni por un sentido de esperanza consoladora. Por otra parte, si Cadalso volvía los ojos con nostalgia hacia las viejas virtudes españolas, veía también en la cultura de los países europeos contemporáneos un modelo digno de ser tenido en cuenta. Este sentido europeísta, unido a la patriótica preocupación por España y a la crítica de ciertos valores históricos, hacen de este autor un notable precedente de la Generación del 98. Pero si por algo se caracteriza el siglo XVIII es por se el siglo de la erudición y de la historia frente a la pura creación. Al igual que en el terreno social y político se llevan a cabo importantes reformas: creación de los ministerios, de los catastros, la desamortización…en el campo literario también se reforma de forma ofical la concepción literaria, se crea en 1714 la Real Academia de la Lengua, tres años antes, en 1711 la Biblioteca Real, antecedente de la Biblioteca Nacional; en resumidas cuentas, hay una política cultural dirigida desde el poder y la máxima del despotismo ilustrado de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo” se puede aplicara a la vida cultural. Si bien es cierto que en el XVIII no nacieron grandes genios de la literatura, por lo que acabamos de decir, fue un siglo de erudición más que de creación, sí dio nombres ilustres a las letras españolas, como los que acabamos de citar en el tema. El afán de reformismo de España a través de la educación será un tema al que recurrirá la afamada Generación del 98. La mala suerte del siglo XVIII es su emplazamiento cronológico. El conocido como Siglo de las Luces queda, paradójicamente, a la sombra áurea del siglo anterior.

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BIBLIOGRAFÍA: -José Luis Alborg: Historia de la Literatura española, Volumen III, siglo XVII, Gredos, Madrid, 1983 -José Miguel Caso González, Historia de la Lit. española Vol. III, S. XVIII, XIX y XX, Everest, León, 1995 y Vida y obra de Jovellanos, Rotedic. Madrid, 1993. “Ilustración y neoclasicismo” en Historia de la Literatura Española de Francisco Rico, Ed. Crítica. -Francisco Ruiz Ramón, Historia del teatro español, desde sus orígenes hasta 1900, Cátedra, Madrid, 2000.

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