Tema 44. La Prosa Medieval

September 17, 2017 | Author: quijotesko | Category: Translations, Historiography, Late Middle Ages, Books, Religion And Belief
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Tema 44. La prosa medieval. La escuela de traductores de Toledo. Alfonso X el Sabio y Don Juan Manuel. I. Orígenes de la prosa castellana II. Primeras manifestaciones de la prosa - Los romanceamientos del latín: Crónicas latinas y romanceamientos bíblicos. - Los romanceamientos del árabe: Literatura sapiencial y recopilaciones de cuentos. III. Alfonso X el Sabio III.1. La Escuela de Traductores de Toledo III.2. Obra: Obras jurídicas, obras históricas, tratados científicos. IV. La prosa en el siglo XIV. Panorama general IV.1. Nueva ideología y ficción vernácula IV.1.1. El Libro del Caballero Zífar IV.2 Don Juan Manuel. IV.2.1. El Conde Lucanor IV.3. El canciller P. López de Ayala V. La prosa del siglo XV (Según N. Baranda) V.1. La prosa humanística, el Sermón y los ejemplarios V.1.1. El sermón y los ejemplarios V.2. La historiografía V.3. La novela sentimental V.4. La novela caballeresca V.5. Libros de viajes VI. Conclusiones I. Orígenes de la prosa castellana Siguiendo a Nieves Baranda, a principios del siglo XII la Península continúa dividida en varios reinos, cristianos y musulmanes (Portugal, León, Castilla, Aragón, Navarra, Granada), entre los cuales destaca Castilla por su dominio geográfico y político. No obstante, el reino de Castilla sintió la necesidad de ser avalado por unos instrumentos de representación y propaganda, principalmente en busca de dos efectos: omnipresencia y sensación de solidez. Con este fin, Alfonso VIII recurrió a la escritura, especialmente a la redacción de crónica y anales, que debería servir para promover la identidad cultural e histórica de su reino. Un hito en este proceso es el Tratado de Cabreros (1206), entre los reyes de León y Castilla, considerado actualmente el primer documento de cierta extensión escrito en castellano, anterior por tanto al Cantar de Mío Cid, cuya fecha de 1245 –según la Era Hispana1- corresponde actualmente a 1207. Paralelamente a la necesidad sentida desde la corte de poner por escrito en castellano acontecimientos importantes, el IV Concilio Lateranense (1215) puso de manifiesto la preocupación por elevar el nivel cultural de los religiosos. Con este fin, se celebra el Concilio de Valladolid (1228) cuya principal medida será promover e impulsar las actividades del Estudio General de Palencia (f. 1212), primera universidad de la península y cuyos valores eran manifiestamente afines a la ideología del Concilio. Aunque la existencia del studium palentino va a ser breve, en 1218 se funda otro studium en Salamanca, que será el germen de la futura Universidad de Salamanca que heredará el apoyo de la Corona, primero por Fernando III y luego por Alfonso X. En la península, desde finales del s. XI existían escuelas catedralicias, algunas de gran brillantez, pero a principios del siglo XIII se muestran insuficientes para responder adecuadamente a las nuevas necesidades culturales.

II. Primeras manifestaciones de la prosa 1

Era Hispana: En Castilla, hasta el año 1383, el cómputo cronológico se hacía según el calendario de la era hispana, que tiene como punto de partida el uno de enero de 716 del calendario romano, que coinci con el 38 a.C.

Tema 44. La prosa medieval Los textos históricos se escribían en latín, aunque a finales del s. XII empiezan a anotarse algunas noticias en lengua romance, en forma de anales, como los Anales toledanos de Castilla y los Anales navarro-aragoneses. Las obras históricas extensas se seguirán escribiendo en latín, hasta que Alfonso X tome la decisión de redactar sus obras historiográficas en romance a la vez que traduce crónicas del latín y del árabe. - Los romanceamientos del latín:  Crónicas latinas de la primera mitad del s. XIII: En la primera mitad del siglo XIII se escribieron dos obras latinas fundamentales que servirán de modelo a las obras alfonsíes: el Chronicon mundi (1236) de Lucas de Tuy y De rebus Hispaniae (h. 1243) de Rodrigo Jiménez de Rada. El autor del Chronicon mundi pretende redactar una historia universal, en la que acaban dominando hechos coetáneos al autor, que incluye además poemas épicos de propaganda pro-leonesa. De rebus hispaniae destaca porque su autor aprovecha materiales de procedencia muy diversa para crear una obra en la que él mismo adquiere individualidad. 

Romanceamientos bíblicos: En torno a mediados del siglo XIII se testimonia el interés por traducir al romance el texto sagrado, la Biblia. Entre estas traducciones hay que ubicar, La fazienda de Ultramar, obra datada por Moshé Lazar en la primera mitad del siglo XII y considerada por Bustos Tovar una traducción hecha entre 1220 y 1230. Se trata de una versión de la historia sagrada a partir del Génesis en la que evidencia un claro interés histórico. - Los romanceamentos del árabe:  Literatura sapiencial: En siglo XIII se traducen obras sapienciales, clásicas y muy difundidas en Oriente del hebreo y árabe al castellano. Algunas de las más conocidas son el Libro de los buenos proverbios, colección de sentencias atribuidas a sabios griegos, de Ibn Ishaq; el Poridat de las paridades, de Yuhanna ibn al-Bitriq y una compilación de dichos que será origen de los Bocados de Oro. 

Colecciones de cuentos: En el el mismo marco cultural se enmarca la adaptación al romance, procedente del árabe o del latín de colecciones de cuentos entre los que cabe destacar el Calila e Dimma, Sendebar y una peculiar colección de sentencias puestas en boca de una mujer: Historia de la doncella Teodor. Del Calila e Dinma se ha dicho que es el libro más leído después de la Biblia. Compuesto probablemente por un sabio hindú del Siglo IV, llegó a los árabes de cuya traducción se vertió al castellano por orden de Alfonso X. El marco general son las conversaciones entre un rey y su filósofo-consejero, en las que éste, a través de fábulas de animales da consejos a su amo sobre moral práctica. El original del Sendebar pudo estar escrito en sánscritio o pahlevi. Al igual que en la obra anterior, dentro de una estructura principal se van introduciendo relatos de los que el lector debe extraer enseñanzas. Finalmente, La historia de la doncella Teodor, parte de un cuento recogido en Las mil y una noches, en el que una joven obtiene su libertad, tras demostrar sus vastos conocimientos al califa y su consejo de sabios.

III. Alfonso X el Sabio

Tema 44. La prosa medieval III.1.- La Escuela de Traductores de Toledo (MAD III: Pág 405-407) Entre los siglos XII y XIII se desarrolla en Toledo un fenómeno cultural conocido como Escuela de Traductores. Esta denominación no debe llevar a pensar en un centro educativo con profesores y estudiantes, sino más bien en un grupo de personas que trabajaron juntas o siguieron unos métodos comunes para trasladar a Europa la sabiduría de Oriente y -en especial- la de los antiguos griegos y los árabes. La Escuela de Traductores de Toledo tuvo dos periodos separados por una fase de transición.  El primero fue el del arzobispo don Raimundo que, en el siglo XII, impulsó la traducción de obras de filosofía y religión del árabe al latín.  Con la llegada del rey Alfonso X, ya en el siglo XIII, comienza la etapa de las traducciones de tratados de astronomía, física, alquimia y matemática. La recepción de un caudal de conocimientos tan enorme fructifica en la composición, a instancias del rey, de obras originales como el Libro de las Tablas Alfonsíes. Los métodos de traducción evolucionaron con el tiempo. En un primer momento, un judío o cristiano conocedor del árabe traducía la obra original al romance oralmente ante un experto conocedor del latín que, a continuación, iba redactando en esta lengua lo que escuchaba. Más tarde, en la época de Álfonso X, los libros fueron traducidos por un único traductor conocedor de varias lenguas, cuyo trabajo era revisado al final por un enmendador. Alfonso X, impulsor de la Escuela de Traductores de Toledo, fue un rey polifacético interesado por multitud de disciplinas de la época: las ciencias, la historia, el derecho, la literatura… Su labor consistió en dirigir y seleccionar a los traductores y obras, revisar su trabajo, fomentar el debate intelectual e impulsar la composición de nuevos tratados. III.2. Obra de Alfonso X (Alborg I: 158 - 172) Como es sabido, Alfonso X no fue el escritor de todas sus obras. Sí fue el director, supo rodearse de un buen equipo de colaboradores, procedentes de las tres comunidades que cohabitaban en Castilla. Según Gonzalo Mdez. Pidal en el conjunto de la obra alfonsí podemos distinguir dos etapas fundamentales: la primera etapa –hasta 1269- sería el llamado periodo de las traducciones, en el que los equipos alfonsíes estarían fundamentalmente dedicado a “trasladar” escritos al castellano. En la segunda etapa-o periodo de las composiciones- se aborda la creación de las obras más importantes de Alfonso X. Este proceso de creación constaba de cuatro fases: 1. Recopilación de materiales recogidos desde diferentes puntos del reino. 2. Selección de los materiales. 3. Traducción de los textos que no estuviesen en castellano. 4. Unión ordenada de las obras en un conjunto coherente. Por otro lado, desde el punto de vista temático, las obras de Alfonso X, pueden clasificarse, como hace Alborg, en jurídicas, históricas y tratados científicos y de recreo.  Obras jurídicas: El Fuero Real se debió terminar antes de 1255 y supone una labor de síntesis, basándose en fueros anteriores. Las partidas, desarrolladas en tres etapas enmarcadas dentro de los años 1256 – 1275, representan un vastísimo conjunto de normas para regular las más diversas acciones humanas y las relaciones entre sí de los individuos y de las clases [Alborg, I: 159].  Obras históricas: Las dos magnas compilaciones históricas de Alfonso X son la Crónica general de España (= Estoria de España) y la Grande e general historia. Ramón Mdez. Pidal sostuvo que la Primera Crónica General se empezó a redactar no antes de de 1270, simultáneamente a la General estoria. El propósito de esta magna obra era narrar la historia de la humanidad desde el principio de los tiempos hasta el momento mismo en que vive Alfonso X.  Tratados científicos y obras de recreo: pueden considerarse obras científicas los Libros del saber de astronomía, las Tablas Alfonsíes, el Lapidario y el Setenario. Además de estas obras, merecen mención los Libros de açedrex, dados e tablas y el Libro completo de los juicios de las estrellas2. 2

Libro complido de los judizios de las estrellas

Tema 44. La prosa medieval Además, de esta magna obra en prosa, Alfonso X compuso las Cantigas de Santa María, 427 composiciones religiosas escritas en gallego-portugués. IV. La prosa en el siglo XIV. Panorama general IV.1. Nueva ideología y ficción vernácula La orientación de Alfonso X implicaba la integración de elementos culturales muy diversos bajo un mismo designio. Esta orientación ideológica cambia con su hijo Sancho IV. La sede arzobispal de Toledo le sirve de apoyo político y guía intelectual. La iglesia toledana se convertirá en el centro cultural más importante del momento y su postura será de ortodoxia religiosa. Esta tendencia se reflejará en las obras literarias tanto del reinado de Sancho IV como de sus sucesores. Así comprobaremos la importancia del adoctrinamiento religioso en obras como el Lucidario, Los Castigos de Sancho IV o el Barlaam y Josafat, versión castellana de la vida de Buda. La labor compilatoria de Alfonso X, propicia el uso de la lengua romance en materias como la ciencia o la historia, antes exclusivas del latín. Gracias a este uso, la lengua romance adquiere la técnica y la flexibilidad necesaria para ser utilizada en la ficción. Hasta el siglo XIV la prosa de ficción no se desliga de la histórica. Por ejemplo, la leyenda del Caballero del Cisne, se insertaba junto con otros relatos de ficción, en una crónica de las cruzadas. Pero algunos relatos como Libro de Caballero Zifar, Amadís de Gaula, y los relatos derivados de la materia de Bretaña, Tristán o Demanda del Santo Grial, tendrán existencia autónoma. IV.1.1. El Libro del Caballero Zífar El Libro del caballero Zifar, compuesto entre 1303 y 1350, representa como ninguna historia ficticia las diversas vías que confluyeron en la narrativa del siglo XIV y las dificultades que en su manejo hubieron de afrontar los autores. La materia artúrica, los relatos hagiográficos de aventuras, los exempla, la prosa historiográfica, jurídica y la literatura sapiencial, obras de Oriente y Occidente, en latín y en castellano, fueron fundidas por el autor del Zifar en la obra, teniendo en cuenta únicamente sus propios intereses literarios. IV.2 Don Juan Manuel. El Conde Lucanor Don Juan Manuel se tomó más molestias que ningún otro escritor medieval en preservar su obra, depositando una colección completa de las mismas a perpetuidad en el monasterio de dominicos que fundó en Peñafiel. Sin embargo, estos textos se perdieron, y ahora para conocer qué obras compuso nos tenemos que referir a otras fuentes, como el llamado “Prólogo General”, que nos ofrece una lista de once obras De estas once obras, se han perdido, cinco y no están incluidos: el Tratado de la Asunción de la Virgen María (escrito con posteridad a 1335) ni su obra más famosa, el Libro del conde Lucanor. En esta lista, don Juan Manuel agrupa las obras temáticamente (1º familia y linaje, 2º formación de caballeros, 3º históricas y 4º saberes particulares). Para establecer una sucesión temporal, la crítica ha señalado como absoluta novedad en su época el hecho de que cada libro que don Juan Manuel escribió estuviera supeditado a las circunstancias personales por las que el autor atravesaba en ese momento. Así, se pueden emplear criterios de contenido para ordenar cronológicamente toda su producción en las siguientes etapas: - 1ª etapa 1325-1326: obras que se pueden considerar herederas del Scriptorium alfonsí, en temas y fórmulas. Pertenecen a esta etapa la Crónica abreviada (anterior a 1325), el Libro de la caça (1325-26) y un texto no conservado: el Libro de la cavalleria (hacia 1326) - 2ª etapa 1327- 1337: coincide con el período más turbulento de la vida de don Juan Manuel. Encontramos sus obras maestras: el Libro del cavallero et del escudero (1326-28), el Libro de los estados (1330), el Conde Lucanor y el perdido Libro de los engeños. En las tres obras conservadas adoptó la técnica del diálogo didáctico como medio para acercar los saberes a un receptor ajeno a la alta cultura. - 3ª etapa a partir de 1336: establecimiento de la tregua con el rey. En estos años redacta el Libro infinido, el Libro de las armas, y el perdido Libro de las reglas de cómo se debe trovar. La última de sus obras es el Tratado de la Asunción de la Virgen María. En esta nueva época, el

Tema 44. La prosa medieval autor-narrador se implica en el relato. Ya no se emplean marcos ficticios para desarrollar una enseñanza, sino que el mismo don Juan Manuel toma la palabra directamente. IV.2.1. El Conde Lucanor A. FECHA Y PROCESO DE COMPOSICIÓN Sólo se conserva un códice de las obras de DJM, aunque de El Conde Lucanor se han rescatado 5 manuscritos. La fecha de terminación: 12 de junio de 1335. Ya desde 1328 Don Juan Manuel se hallaba redactando este libro. Primero circularon independientemente los exempla y en 1335 añadió la segunda parte –la de los proverbios-. Debemos encuadrar El Conde Lucanor en lo que se considera la segunda época del autor, que es cuando redacta sus obras más divulgadoras y extensas. B. CONTENIDO Y ESTRUCTURA Tradicionalmente el Conde Lucanor se ha venido dividiendo en : 2 prólogos; una Primera parte: 51 enxiemplos; Segunda, tercera y cuarta partes: proverbios; y la Quinta parte: exposición doctrinal Esta fragmentación interna no quiere decir que nos encontremos ante la suma de varios textos, sino ante una obra única. Esto se reconoce por: - Presencia de un marco único, con 2 interlocutores: Lucanor y Patronio - Voluntad de tratar los mismos temas a través de diversos procedimientos - Proceso progresivo: de menor a mayor dificultad. El enxiemplo es lo más fácil, se complica un poco con el uso de los proverbios, y finalmente utiliza la exposición doctrinal. La crítica habla de dos posibles divisiones de la obra: - Bipartita: Esta tesis se apoya en la división, por un lado, de los enxiemplos, y por otro, de lo demás. - Tripartita: Esta, en cambio, se basa en las tres distintas formas de tratar los temas (exemplos, proverbios y exposición doctrinal). Los temas son más bien seculares para los exempla y los proverbios, y doctrinales (salvación del alma) en la exposición. A estas tres partes habría que añadir los prólogos. B.1. Las partes integrantes de El Conde Lucanor 1. Los prólogos El Conde Lucanor tiene la particularidad de tener 2 prólogos: El “anteprólogo” parece ser obra de un refundidor. Por otro lado, el prólogo en sí lo escribió Don Juan Manuel. Hace su declaración de intenciones, se presenta como autor, insiste en el valor didáctico de la obra y hace notar el cuidado formal (siguiendo la retórica) que ha puesto al escribir la obra. Este doble prólogo con dos autores, así como las dos listas de obras que se presentan, ha provocado diversas polémicas acerca de las obras de DJM, cuya conclusión es que se trata de dos ediciones de “obras completas” distinta. 2. Los exemplos. La primera parte de la obra se compone de 51 exemplos. Esta fórmula era ya conocida tanto en latín como en castellano, o en traducciones de origen árabe (Sendebar, Calila e Dimna, Decamerón). También había recopilaciones de exemplum para servir de repertorio a los predicadores en sus sermones. Un relato en sí, no es didáctico, lo que lo convierte en didáctico es hacer una interpretación de él que lo dote de valor moralizante. Por tanto, para poder hablar de ejemplo tiene que haber tres elementos: o Un relato o descripción. o Una enseñanza moral o religiosa. o Una aplicación de esto al receptor. Los relatos, aún siendo independientes entre sí, no tenían por qué agruparse en una sarta sin más, sino que muchas veces se integraban dentro de un relato que los englobaba a todos y que denominábamos “relato marco”.

Tema 44. La prosa medieval El marco empleado en El Conde Lucanor, son dos personaje que dialogan; El Conde Lucanor, un noble, y su consejero, el sabio Patronio. La situación inicial entre ambos en cada ejemplo es casi siempre igual: Lucanor le expone a Patronio el problema que tiene pidiéndole consejo; éste responde contándole un breve relato, después del cual hace una aplicación del caso del relato a la situación concreta del Conde Lucanor. Se remata el ejemplo con variaciones sobre la frase: “Al conde plogo mucho del consejo que Patronio le dava. Et fízalo así et fallóse ende... El mismo Don Juan Manuel aparece como un personaje más de su obra, conversando con su ayo Patronio, lo que supone una novedad absoluta: una vez que se cierra la intervención de los personajes ficticios se presenta él como autor en tercera persona, del siguiente modo: o o o o

Don Juan Manuel ve que el ejemplo es bueno. Manda que se incluya en esta obra. Compone unos versos en los que se sintetiza el mensaje del ejemplo. Versos de síntesis.

Así Don Juan Manuel aparece en cada ejemplo (como semi-personaje), organizándolo para que este vaya de lo particular (Lucanor) a lo general (los lectores). El marco se hace imprescindible, porque es el medio que aporta el didactismo. El personaje de Lucanor va evolucionando a lo largo de la obra (según va asimilando las enseñanzas de Patronio) y así a la mitad del libro, ya Lucanor va aconsejando a su vez a otras personas jóvenes; cuando ya es maduro suficientemente, Patronio empieza a contarle proverbios. Los exemplos son una forma didáctica más sencilla; los proverbios más oscura. 3. Los proverbios. Antes de esta parte Don Juan Manuel inserta un prólogo dedicando la obra a su amigo D. Jaime de Jérica. El tema va a ser el mismo que los exemplos: alma y cuerpo, honra.., pero con medios retóricos más complejos (uso del hipérbaton). Siguen tres bloques de proverbios. Cada bloque es más complejo que el anterior. El autor desea fablar oscuro. 4. El tratado doctrinal. Los procedimientos cambian en la última sección de la obra, precedida por la acostumbrada justificación de Patronio para poder insertar esa nueva materia. Ahora el contenido es un extracto de la doctrina de la Iglesia sobre la salvación: los artículos de la fe, los sacramentos, la salvación, el hombre y el mundo. Se ve en su exposición las interrelaciones entre Dios, el hombre y el mundo. C. EL ESTILO: Es difícil hablar de un único estilo; la unidad estilística reside en el cuidado de las formas y el uso de la retórica que hace Don Juan Manuel. En los exemplos, los prólogos y la última parte se usa la técnica de la amplificatio. En los proverbios, en cambio, se emplea la técnica opuesta, la de la abbreviatio. IV.3. El canciller P. López de Ayala Después de la Crónica General del rey Sabio, que inaugura la historia “poética y legendaria” de la EM española, las crónicas del Canciller representan la aparición en nuestra literatura de la historia dramática, viva, concebida como obra de arte [Alborg, I: 304]. Ayala escribió las cuatro crónicas particulares de los cuatro reyes a los que sirvió: Pedro I, Enrique II, Juan I y Enrique III, interrumpida esta última por la muerte del escritor. De las cuatro crónicas, la de Don Pedro puede considerarse la obra maestra del Canciller. En ella, la historia se presenta como modo de reflexión humana, tejida con los pasajes más dramáticos que muestran la in fluencia de Tito Livio, autor latino a quien tradujo. V. La prosa del siglo XV (Según N. Baranda) Consultar Alborg, I: 438-480 V.1. La prosa humanística y el Sermón Durante el S. XIV, la aparición del humanismo en Italia pasa a dominar la cultura europea cambiando las bases del cristianismo. Este movimiento, dedicado a recuperar, interpretar y asimilar el saber y los valores de las antiguas Grecia y Roma, pretende hacer renacer la antigüedad y con ella

Tema 44. La prosa medieval alumbrar una nueva civilización que la iguale o la supere, convirtiendo el pasado en un modelo ideal de futuro. El dominio de la palabra y el lenguaje son la esencia de lo humano. Siguiendo a Guillermo Serés, podemos distinguir tres etapas entre los representantes del humanismo castellano. Según el grado de asimilación y el conocimiento de este movimiento: (1) Pero López de Ayala (1332-1407); Enrique de Villena (1384- 1434): y Alfonso de Cartagena (1384-1456) se presentan como iniciadores en España del Humanismo, (2) asimilado ya en la primera mitad del siglo XV, mediante el perfeccionamiento y aumento de las traducciones. (3) Fernán Pérez de Guzmán (1378-1460), el Marqués de Santillana (1398-1458) y El propio rey Juan II (1406-1454) serán los principales prosistas de la primera mitad del s. XV EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XV (reinado de Enrique IV, e incluso los Reyes católicos), los autores clásicos están mejor asimilados y su influencia es más profunda pues afecta también a los géneros; historiografía, epístola y diálogo). La nómina de sus autores ya maduros coincide en parte con el grupo anterior. Como correlato a estas nuevas ideas en el s. XV surgen nuevos géneros en prosa, entre ellos, la epístola y el sermón. En Castilla es Enrique de Villena el primero en introducir la epístola como ejercicio literario, pero aún utiliza los preceptos del "ars dictaminis". Tanto el Marqués de Santillana, como Fernán Pérez de Guzmán y Alfonso de Cartagena procuran evitar la estructura formal y retórica de la escolástica. Ya en la segunda mitad del S.XV, Fernando del Pulgar habla de esa tradición de la que se siente continuador cuando recopila sus letras. Sigue el modelo ciceroniano escribiendo cartas de distintas materias mezclando lo jocoso con lo grave, lo personal con lo público. Finalmente, como última gran figura de la prosa medieval con personalidad propia cabe destacar a Alfonso Martínez de Toledo, cuya obra El Corbacho se considera una reprobación del amor mundano, según los tópicos de efectos, causas y resolución de posibles objeciones. Además de esta obra, Alonso Martínez es el autor de Atalaya de las crónicas, composición histórica y las hagiografías Vida de San Ildefonso y Vida de San Isidoro. V.1.1. El sermón y los ejemplarios En cuanto al sermón, la Iglesia lo utiliza como forma de comunicación de su doctrina tanto para fieles como para los paganos. Desde que S. Agustín renueva las pautas de la predicación, éstas no cambian hasta el S. XIII. En el S. XIII tiene lugar la auténtica renovación del sermón, debido a tres factores: el sermón universitario, el método escolástico y el impulso de los sucesivos concilios. En la segunda mitad del S. XIII empiezan a aparecer recopilaciones de exempla o ejemplarios, como algo práctico a lo que pueden recurrir los predicadores de forma rápida (la mayor parte entre 1250 y 1350). Suelen estar organizadas por materias con una tabla que ayuda en su localización, aunque sólo desde finales del s. XIII esa tabla se organiza alfabéticamente. En el s. XIV en algunos ejemplarios cada exemplum va acompañado de moralizaciones, que pueden ser más amplias que la propia narración. Así llegaron a convertirse en obras de lectura para las élites laicas de la Edad Media. España no quedó al margen de los ejemplarios latinos como demuestra su presencia en muchas bibliotecas españolas o las fuentes de El conde Lucanor. Existen tres compilaciones en lengua vernácula compuestas entre finales del S. XIV y mediados del XV. Tienen en común que son traducciones al castellano de ejemplarios latinos bastante anteriores y bien difundidos, por lo que recogen muchos cuentos conocidos en la tradición hispana. V.2. La historiografía La historiografía en el siglo XV no es un género uniforme y único, sino que presenta una rica variedad de formas (biografías, crónicas, relaciones de hechos particulares etc. Durante la primera mitad del XV, las crónicas registran los hechos basándose en la documentación, son documentos de cancillería con lo que presentan cierto esquematismo y sus autores se desconocen No obstante, ya en la segunda mitad del siglo los cronistas ya no son meros funcionarios, sino letrados conocidos y su estilo supera el esquematismo de la etapa anterior transformando sus

Tema 44. La prosa medieval escritos en piezas de carácter literario.Esta transformación se produce quizá a partir del nombramiento de Juan de Mena (1444) como cronista oficial.

V.3. La novela sentimental La novela sentimental se inicia hacia el 1440 con el Siervo libre de Amor de Juan Rodríguez del Padrón.  Constituida por elementos medievales y otras influencias de muy diverso origen como la literatura epistolar de Ovidio y Boccaccio; las teorías del amor cortés y la poesía cancioneril y alegórica  Se trata de obras muy innovadoras desde el punto de vista formal con tendencia a experimentar en técnicas narrativas.  Su temática es idealizante y aristocrática, predominando los argumentos amorosos, aunque en ocasiones hay alguna acción caballeresca  La obra más destacada del género es la Carcel de Amor (1492) de Diego de San Pedro, obra maestra del género, que cuenta la historia de un amor correspondido con final dramático, pues Laureola antepone el concepto de honor al amor. : fue evolucionando, la obra de la Cárcel de amor responde a la reforma estilística propugnada por el humanismo en tiempos de los RR.CC. V.4. La novela caballeresca Aunque no es un género nuevo (véase el Libro del caballero Zifar), a finales del XV la novela caballeresca alcanza un brillo inusitado que se prolongará después en el XVI. Destaca la revisión sobre el viejo Amadís de Gaula, llevada a cabo por Garci Rodríguez de Montalvo a finales del XV, que constituyó un gran éxito. En este tipo de relatos predomina la acción, sin que falte la referencia al amor. V.5. Libros de viajes Durante los XIV – XV también se popularizó el relato de viajes, que ofrece una frontera lábil entre la literatura y otras manifestaciones (guías de peregrinación, enciclopedias geográficas, etc.). En este género destacan La Embajada a Tamorlán (concebida como género historiográfico); El Tratado de las andanzas e viajes de Pero Tafur (género historiográfico); El Libro del infante de don Pedro de Portugal (historia caballeresca) y Los Misterios de Jerusalén ( de carácter más devoto que narrativo). Los libros de viajes se distinguen de otros géneros en los que también aparecen relatados viajes (crónicas, biografías, etc.)por la importancia otorgada a las descripciones; se describe la realidad como un espectáculo para la indagación y la admiración. VII. Conclusiones La prosa medieval es una fuente de información enorme para entender muchos aspectos de la historia de nuestro país, así como de su tradición cultural y por lo tanto, literaria, y de la evolución en todos los niveles lingüísticos de la lengua castellana. Una característica importante de la Edad Media es la pérdida de muchos textos, en cuanto a la prosa podemos leer las palabras ejemplificadoras de Blecua: Podemos considerar como obras perdidas las siguientes: el Libro de los sabios. Sabemos, en cambio, algo más del Libro de la cavallería. Nada sabemos de la Crónica complida. El Libro de los egennos quizá fuese un tratado de máquinas bélicas, al paso que el Libro de las cantigas o Libro de los cantares sería una colección de poemas, y el de las Reglas de trovar un arte poética. A través de las obras que ilustran a nuestros primeros autores prosísticos podremos comprobar como las influencias temáticas provienen tanto de las clásicos grecolatinos como de oriente. Nos sirve para entender la razón que hizo posible que el castellano fuera lengua de cultura y en definitiva, para entender como avanzó el uso del castellano en todos los ámbitos.

Tema 44. La prosa medieval BIBLIOGRAFÍA · Alborg, J.L.: Historia de la literatura española I: Edad Media y Renacimiento. 8ª reimp. 1997, Madrid, ed. Gredos. Págs. 438 -483 · Baranda, N: La prosa y el teatro medievales, Madrid,UNED. 2001. Págs. 21-254 · VV. AA.: Historia de la literatura I, 1991, Madrid, UNED, Temas 4 y 9

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