TEMA 40
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Tema 40 Oposiciones Lengua y literatura...
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El ensayo es un «género no marcado» (Aullón de Haro), en cuanto que es un tipo de texto que se encuentra entre el científico y el literario, destinado reflexivamente a la crítica o presentación de ideas. Es el gran prototipo moderno de la creación literaria y de la perspectiva histórico-intelectual de Occidente. Se trata del género de la individualidad moderna, un intento personal de dar sentido al mundo. Al ser una tentativa, renuncia al dogmatismo y afirma la libertad de espíritu. El periodismo, por su parte, más allá de la polémica sobre su condición de género literario, toma de la literatura la técnica pero pretende cubrir la verdad. La relación del periodismo con la literatura, como dice Chillón es «promiscua», en tanto que bidireccional: «La industria periodística, en concreto, ha transformado las pautas de producción, consumo y valoración social de la literatura: por un lado, contribuyendo a la formación de géneros nuevos —así, la novela realista del XIX o el costumbrismo periodístico-literario de Dickens, Larra o Vilanova—; por otro, impulsando el desarrollo y la difusión de géneros literarios de carácter testimonial, como la prosa de viajes y el memorialismo; en último lugar generando modos singulares de escritura periodística — reportaje, crónica, ensayo, columna y artículo, guion audiovisual— que, en ciertos casos al menos, han alcanzado un alto valor artístico, hasta el punto de influir en la fisonomía de las formas literarias tradicionales» 1. -" ./ .$012' 2 0) (.3#$#*#+$
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El ensayo es un escrito en prosa de extensión moderada que se caracteriza por ser se r una cala profunda sobre un tema que no se pretende agotar. ago tar. El ensayo es una reflexión desde la perspectiva personal de un autor implícito que se presenta como proyección artística del autor real. Es un género literario en el que el fin estético surge entrelazado con el proceso reflexivo sin sacrificarse el uno al otro. Muestra las ideas en el proceso de su formación, por lo que el juicio que se articula es tan importante como el proceso mediante el cual se conciben y organizan las ideas. Como todo escrito, nace en tensión con el ambiente cultural en que se concibe, pero busca trascenderlo al hacer del ser humano punto de partida y destino a la vez. La ensayística procura alejarse del dogmatismo que aporta el pensamiento pen samiento hecho –del tratado, por po r ejemplo– al presentar la idea en su gestación y como invitación, implícita o explícita, al lector a participar y
a continuar las reflexiones en su propio pensamiento. (Gómez Martínez, Teoría del ensayo). !"1"
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Desde la perspectiva del género literario, el ensayo puede considerarse como género natural en cuanto que busca la comunicación persuasiva mediante la reflexión 3. Como género literario histórico, el ensayo surge como forma de pensar sin una retórica precisa, sin una serie de características formales que lo delimiten. Podemos considerar como antecedentes del ensayo los Diálogos de Platón en la Grecia clásica o las Epístolas de Séneca, aunque sabemos que el término lo fija Montaigne en 1580 (essais), quien, junto con Bacon en 1597, fija los principios básicos del ensayo. Como género natural, es decir, atendiendo a la comunicación que implica, podemos señalar una serie de características propias del ensayo en relación con los participantes de la comunicación, fundamentalmente desde el autor, el propio texto y el lector. CARACTERÍSTICAS DEL ENSAYO DESDE LA PERSPECTIVA DEL AUTOR : Influir en la opinión del lector, no dando ideas hechas, sino adoptando su modo de pensar . El ensayo tiene
como función sugerir. Desde el texto, el autor caracteriza al ensayo como una forma de pensar, como confesión intelectual con frecuentes digresiones y carácter dialogal. El objetivo de un buen ensayo no es darnos datos, sino ideas y sugerencias que nos ayuden a reflexionar.
Unamuno: «No espere el lector hallar aquí más que indicaciones y sugestiones, meros puntos de reflexión que ha de desarrllar por sí mismo» Ortega y Gasset: «Yo solo ofrezco posibles maneras nuevas de mirar las cosas». Exterioriza su subjetividad en el ensayo, es una confesión intelectual, por lo cual se usa la primera persona El valor de las ideas del ensayo se juzga por !
el grado de sinceridad con que el autor las proyecta. Nos importa la humanidad del ensyistas, de otro modo no toleraríamos que tratara temas generalmente del campo de la ciencia o la filosofía y que al mismo tiempo se evadiera de las barreras que la objetividad impone. El tono confesional de los ensayos es la muestra del egotismo connatural al ensayista que, sin embargo, no nos es desagradable ni nos ofende, puesto que nos sitúa como un igual, dispuesto a considerar nuestras opiniones. Estructura próxima a la comunicación oral, lo que da lugar a digresiones. Estas digresiones son una de las
diferencias más relevantes del ensayo frente al artículo académico, el tratado o el artículo periodístico, y radica en su estructura, como veremos a continuación, orgánica.
Temas de actualidad en relación con la condición humana. Mientras que el valor de un artículo
periodístico depende del momento en que se escribe,
1 CHILLÓN, Albert (1999): Literatura y periodismo. Una tradición de relaciones promiscuas. Barcelona: UAB 2
Este apartado y el 1.2. están basados en José Luis Gómez-Martínez.
Teoría del ensayo. México: UNAM, 1992, resumida en www.ensayistas.org www.ensayistas.org.. 3
Con género natural nos referimos a diferencias fundamentales en el acto de la comunicación. Por ello, los primeros filósofos concebían únicamente tres géneros, que ellos denominaron lírica, épica y dramática.
Con el primero, lírica, el autor mantiene su persona; en el segundo, épica, crea personajes para exponer su pensamiento; el tercero, la dramática, utiliza la representación para expresar sus ideas. A estos tres géneros se añade tradicionalmente un cuarto, la ensayística, cuyo objetivo es la comunicación persuasiva mediante mediante la reflexión. Estos objetivos en la comunicación, que podemos considerar personal , mimético, dramático y persuasivo, dieron lugar a las primeras clasificaciones en géneros.
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el del ensayo trasciende el paso del tiempo. Se replantean problemas humanos ante los valores que individualizan y diferencian cada época de las anteriores. El ensayista reflexiona sobre el presente, apoyado en la sólida base del pasado y con el implícito deseo de anticipar el futuro por medio de la comprensión del momento actual. Reflexiona sobre un tema sin pretender ser exhaustivo . El ensayo entrega únicamente una
reflexión que se caracteriza por su profundidad y su brevedad. Trata su tema desde una de sus perspectivas y busca establecer un nuevo enfoque que confronte nuestra realidad y motive nuestra reflexión. Escribe para la generalidad de los cultos . Lo importante del ensayo es la nueva perspectiva que se da al tratamiento de un tema, por lo que no es ni de especialistas ni de vulgarización. El buen ensayo evita los términos especializados, pero sus reflexiones giran en torno a referencias culturales que demandan cierta preparación humanística al lector. 4 CARACTERÍSTICAS GENÉRICAS DEL ENSAYO: Hay que tener en cuenta que en el ensayo lo que importan son las reflexiones, mientras que en un artículo la importancia la adquieren los datos. Son rasgos del ensayo: Escrito en prosa de extensión limitada (un máximo de 30 páginas). La extensión y los objetivos son para tratar un solo tema. Como hemos dicho, el tratado no busca ser
exhaustivo, sino que presenta un modo de pensar, que se expresa según fluye en su mente, con una estructura orgánica: interna, emotiva, que proporciona al texto sensación de espontaneidad. Procede de la experiencia que nos muestra el “yo” a través del sentirse reaccionar ante “lo demás”, “lo otro” sí mismo. En el ensayo, el tema principal puede llegar a convertirse en secundario en relación con las posibles digresiones en las que el ensayista se proyecte.
La publicación del ensayo suele ser en periódicos o revistas, dado que busca un público inmediato . Esto se ve reflejado en su carácter dialógico. Lo dialogal
del ensayo se encuentra en el tono conversacional. Pérez Ayala decía sobre la actitud para escribir que «consiste en suponer, al momento que estoy escribiendo, no tanto que manejo la pluma cuanto que mantengo una conversación, de innumerable radio, con los lectores». La lectura del ensayo, por ello, no puede ser pasiva, dado que deja abierto su radio de acción. El ensayo omite la documentación del artículo. El carácter de reflexión ante la propia herencia cultural del ensayo motiva que sean frecuentes las referencias a las fuentes que establecen los temas de actualidad. Pero estas referencias se encuentran en función del ensayo; sirven únicamente como perspectivas al desarrollo de un pensamiento. Su objetivo no es el de corroborar un dato o confirmar una afirmación. Por esta razón, no se busca la precisión en la cita, que es algo esencial en el artículo especializado o erudito. Decía Maetzu un «de cuya letra me he olvidado, pero cuyo fondo se me ha 4 Su misma existencia depende no ya solo de que hable sobre «algo» creado, sino que ese «algo», además, debe estar ya asimilado por los lectores. Al mismo tiempo, el ensayista debe ser un especialista de la interpretación, siente la necesidad de decir algo, pero sabe que lo hace
grabado indeleblemente en la memoria». La cita ha evolucionado en la tradición ensayística: mientas que Antonio de Guevara (s. xvi) imaginaba fuentes ficticias y atribuía a escritores y filósofos ideas propias con el fin de convencer al lector con aparente erudición, Montaigne en el xvii ya usaba citas reales aunque con el mismo valor de soporte erudito. Ortega y Gasset y Unamuno, en el xx incorporaban la cita como parte de la reflexión. Cuestiona los contextos culturales de su momento al presentarlos desde una perspectiva personal .
ENSAYO DESDE LA PERSPECTIVA DEL LECTOR : El lector se aproxima al ensayo con una percepción de lo que es el género del ensayo. Con la lectura de
un ensayo buscamos el diálogo del que ya hemos hablado. El lector no busca conclusiones en el ensayo, sino que desea encontrar nuevas perspectivas El lector lee los textos como un participante activo. El
ensayo debe propiciar que la lectura sea reflexiva a la vez que requiere un lector activo que cuestione y dialogue con el ensayo.
Cuando leemos un ensayo, buscamos a un autor particular sin que nos importe mucho el tema que trata. Cuando hablamos del valor de un ensayista nos referimos tanto a las ideas que expresa como a la forma artística. Tiene que ver con que el autor tiene
una voluntad de estilo, un deseo consciente de que su ensayo sea una obra literaria: el “cómo” y el “qué” se dice ocupan un mismo plano de valor. !"8"
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Ya hemos considerado más arriba el origen del ensayo y de las obras ensayísticas. El padre innegable del mismo es MICHEL DE MOINTAIGNE, que escribió Essais, limitando con el género memorias e incluso con la autobiografía como relato elogioso de la propia personalidad. Aprehende el presente constante del yo, moral personal y un conocimiento pleno de la propia individualidad: se incurre por ello en el fragmentarismo y la sistematicidad, de forma que da la sensación de asistir a la realidad del propio existir. Para él, el concepto más consistente para tratar la consistencia del género es el dépouillement , la renuncia a elementos ilusorios como las doctrinas establecidas y fijadas en los tratados, la experiencia ajena, la autoridad de referentes de la cultura, imposiciones de la vida social que impiden la libertad de ser de uno mismo. Capta el presente absoluto, aplicando el juicio personal a ciertos aspectos de la realidad desde nuevos ángulos, con libertad de opciones. Por su parte FRANCIS BACON en Ensayos o Consejos políticos y morales adopta un punto de vista pragmático. Insiste en la utilidad de los aspectos tratados. Entre ambos límites se moverán en Occidente ensayos como los de Locke, Condillac, Voltaire, Rousseau, Unamuno, Ortega, Pope, Manzoni, David Ricardo o Gregorio Marañón. En España, Marichal sitúa los orígenes del ensayismo hispánico en el S. XV 5 . La intención ensayística se vislumbra en Gutierre Díez de Games ( El victorial, 1444) y en Antonio de Guevara ( Epístolas familiares, 1539). La vocación ensayística profunda aparece en Quevedo, en la España defendida. En el XVIII será el momento del surgimiento del ensayo con Feijoo. Hoy el ensayismo adquiere un cierto papel de tutela del pensamiento y la ética de los ciudadanos. 4" 5.'(#06' 2 /#%.&1%)&1
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Los géneros periodísticos pueden definirse como modalidades de creación literaria destinadas a ser divulgadas por cualquier medio de difusión colectiva. Esta creación literaria se basa en la interpretación de la realidad a través de convenciones sociales encarnadas en los diferentes géneros periodísticos. La frontera entre periodismo, literatura y ensayo no tiene oposición de los ricoshombres, mucho más limitados ideológicamente en su libertad de criterio y, también, faltos de formación. Juan Marichal en La voluntad de estilo. Teoría e historia del ensayismo hispánico .
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límites claros en muchos casos; ni siquiera el informativo puro se distingue nítidamente de la literatura. Chillón mantiene que el deslinde entre comunicación periodística/comunicación literaria no tiene sentido desde el punto de vista lingüístico, frente a lo que se siempre se ha mantenido6. Manuel Vicent ha sugerido que el periodismo es un género literario autónomo que se encumbra en el XX, desarrollando una complejidad que va paralela al papel que ha tenido la prensa en la formación de la sociedad abierta que ha tenido la prensa en la formación de la sociedad abierta en los tiempos contemporáneos. García Márquez pedía en 2005 7 que se considerada al periodismo ya como un género maduro. La prensa escrita ha sido reducto de la escritura como interpretación de la realidad frente a formas orales de periodismo. El público es hoy más exigente con el texto escrito y reclama escritura transparente, de fácil acceso, con formas y estructuras conceptuales preestablecidas. El tiempo, además, funciona como constricción tiránica en la columna o la crónica, al mismo tiempo que es un excitante para la creación. TIPOLOGÍA DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS: Es el medio periodístico el que transcribe la complejidad de lo real en noticia, reportaje, crónica, etc., y así crea un orden que beneficia al periodista y a la capacidad de comprensión e interpretación del público. Los géneros periodísticos se clasifican en dos grupos: informativos (dan a conocer hechos en forma expositiva, descriptiva y narrativa) y de opinión (propagan ideas y usan la forma argumentativa). 1) GÉNEROS INFORMATIVOS: a. Noticia: trata de lo que ocurrió o va a ocurrir y tendrá repercusión social. Se trata que la subjetividad sea mínima. La información responde a las 5 W y la estructura depende del espacio disponible, pero la forma más común es la de pirámide invertida. b. Entrevista: el periodista dialoga con un personaje relevante por interés general. Es como un sistema de comunicación en que el entrevistador sería el emisor, el público-lector el receptor y el medio de la publicación sería el canal. Se ha dividido entre entrevista informativa y de creación (intervienen las dotes personales de quien la realice para captar observaciones, ambientes…)8 c. Crónica: Se define como “información sobre unos hechos ocurridos en un período de tiempo desde el lugar próximo a donde han ocurrido por un informador que es también protagonista, testigo o investigador y que conoce las circunstancias que los rodean”. Su carácter híbrido hace que se mezclen hechos objetivos con interpretaciones del cronista. Su estilo está entre el periodismo informativo y de opinión. La libertad de estilo tiene límites: es necesario un texto claro, conciso, transparente, donde dominan la oración simple y el párrafo breve. d. Reportaje: Se combinan narración y descripción, pero puede incluir géneros como la entrevista. Profundiza en la noticia con sus antecedentes u otros aspectos siempre 6 Se ha considerado siempre que en el periodismo destaca la función informativa, por lo que su lenguaje debe ser asequible para permitir una captación inmediata por amplios públicos. En la literatura importaría más la plenitud de la expresión, condición que influye para retardar la lectura, crear perplejidades, que deben ser superadas por un lector más reflexivo y restringido. RIFFATERRE, Semiotics of Poetry , Indiana: 1984. 7 Seminario sobre El futuro del periodismo y el desarrollo profesional de los periodistas de América Latina. Tenía entre sus iniciativas García Márquez la Fundación Nuevo Periodismo, creada en el 95. 8 Miguel Ángel Bastenier sostenía que es imposible ser observantes rigurosos del discurso verbal de los entrevistados, es decir, ser enteramente
que se consideren de interés. El reportaje trata una actualidad no tan efímera como la noticia o la crónica 9. 2) GÉNEROS DE OPINIÓN: a. Artículo de opinión: goza de notoriedad en la prensa actual porque está ligado a especialistas o escritores que establecen una relación firme con su público. En ocasiones pueden estar en contra del periódico como empresa de comunicación. b. Editorial: opinión del medio, no tiene firma y comenta aspectos de gran actualidad. c. Columna: ha representado de forma excelsa el periodismo crítico y exhibe excelente calidad literaria. Sus características son: periodicidad, titulación fija en nombre y tipografía y carácter eminentemente personal. En nuestro tiempo han sido o son columnistas de referencia Francisco Umbral, Manuel Vicent o Raúl del Pozo.10 d. Crítica: cumple tres funciones simultáneas: informa, orienta y educa al lector. La mayor parte se concentran en la sección cultural y de espectáculos. e. Cartas al periódico: son un órgano de expresión ciudadana, en teoría libre, aunque siempre está sometido a los intereses de la publicación.
EL
PROBLEMA DE LA OBJETIVIDAD EN EL GÉNERO PERIODÍSTICO:
Más allá del estilo informativo que caracteriza el estilo periodístico, subyace en él la intención de transmitir la verdad de forma fiel y sin aderezos de ficción, según una noción de lenguaje como moldeador de la realidad: alejarlo de la ficción. Sin embargo, el lenguaje, como tal, sirve para transmitir sentimientos, ideas y deseos, por lo que la actividad periodística es susceptible de verse afectada por los sentimientos, ideas y deseos de quien escribe. No cabe duda de que el lenguaje está ligado a la intención, transmite ideología, condena o salva el comportamiento de los ciudadanos. El periodista actúa como mediador entre la realidad del mundo y el ciudadano, pero esta mediación es interesada y se usa la fuerza del lenguaje literario para trastornar las convicciones del público lector y así predisponer sus juicios o seducir sus conciencias. A partir de los años 60, con el Nuevo Periodismo, se critica el concepto de objetividad y la manipulación informativa se concibe no como efecto deliberado, sino como resultado de condicionantes inexorables: - El acontecimiento excepcional y efímero no deja ver claramente lo que tiene de común con otros fenómenos más permanentes. - La fragmentación de lo real exagera la variedad y la pluralidad de la realidad. - El efecto de verdad que da este producto resultante de la industria mass media encubre los mecanismos del sistema y paraliza la capacidad crítica.
objetivos, porque «lo que la gente habla no se entiende y lo que publicamos no se ha dicho», con lo que venía a concluir que las comillas eran el gran enemigo del periodismo. 9 García Márquez considera que resulta difícil distinguir entre reportaje y crónica, e incluso entre estos géneros periodísticos y el cuento o la novela. 10 En cuento a la columna y su relación con otros géneros, Francisco Umbral sugirió: «Para conseguir un buen artículo (columna, por influencia anglosajona), hay que sacrificar una noticia, un ensayo y un soneto. (…) El artículo es el solo de violín de la literatura entre la multitud tipográfica del periódico».
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Otros condicionantes de la objetividad de carácter voluntario son los relacionados con interesa o ideologías. Kline en 1982 analizó tipos de sesgos: - De contenido - De elección de fuentes - Temático - Retórico Como el público se vuelve cada vez menos inocente, los periodistas establecen estrategias para convencer de la objetividad en su narrativa: señalan fuentes, presentan pruebas suplementarias, usan comillas y estructuran la información de forma adecuada y previsible. 11 1"1"
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Con la Modernidad aparecen publicaciones artesanales, a veces escritas a mano y sin firma de autor, en la que se publican avisos como Canards. Desde 1609 se publican gacetas bajo protección estatal y como medios de propaganda estatal. También aparecen los mercurios, publicaciones semestrales de origen alemán para orientar sobre la actividad comercial en las ferias. El primer diario nació en Inglaterra, el Daily Courrant (1702). El espacio en que la prensa se comentó fue el café, donde nace la opinión pública. En el S. XVIII se inicia la prensa en España, con los “papeles periódicos”, que se consolida hacia 175013. Frente al libro, el periodismo tenía una difusión que lo convertía en órgano idóneo para la comunicación de cualquier contenido que aspirara a convertirse en un estado de opinión, fuera político o, por supuesto literario. Desde la libertad de prensa (1869) se desarrolla la prensa informativa con más lectores y mayor tirada. Su aspecto externo es ameno, con contenidos políticos, secciones literarias, pasatiempos, humor, folletines por capítulos… Durante el siglo XIX, con una prensa marcada por la exaltación política, pero también por la crítica literaria y por el costumbrismo (Mesonero Romanos y Mariano José de Larra, principalmente, si bien en los orígenes de la obra de ambos se observan diferencias); junto con la prensa periódica más convencional, verán la luz un buen número de colecciones literarias y de revistas de creación artística e incluso de divulgación científica e investigadora. Además del romanticismo, habrá otras corrientes y movimientos literarios y periodísticos, tales como el realismo y el naturalismo.
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Tras las fuentes, sin embargo, hay trampas, como señala U. Eco en 1979. La sumisión a la fuente no señala una realidad objetiva independiente, solo explica el testimonio de un presunto hecho. Se corre el peligro de actuar para producir noticias entrando en una “situación de idealismo objetivo”, tal como ocurre con ciertos actos terroristas. Ante estos hechos la prensa debe tomar partido, buscar motivaciones. 12 El periodismo literario —que otros autores llaman periodismo narrativo, denominación más común en América Latina frente a la primera, predominante en Europa— debe ser entendido “no como la literatura publicada en los periódicos y las revistas (las obras f icticias o poéticas), sino como un macrogénero que, bajo otros géneros, agrupa un conjunto de textos que son al mismo tiempo Periodismo y Literatura” (Rodríguez Rodríguez y Angulo Egea, 2010. Pág. 268). 13
Podemos hablar de tres etapas: (1) Consolidación de la prensa (17371750) en el Diario de los Literatos, con labor divulgadora; (2) Madurez (1750-1770), con Ninpho y su fundación del primero diario español (1758),
Sin duda, el artífice de la transformación más fértil en esa época del periodismo y su vinculación con la literatura es MARIANO JOSÉ DE LARRA (1809-37), quien pasa de la actualidad cotidiana y pintoresca a los sentimientos y anhelos que afectan al ser humano, en especial al español con su idiosincrasia. Encerró todo ello en la fórmula del artículo, con el presente y un toque atemporal que aún nos cautiva. Se ha dicho que la obra de Larra se mueve en torno a un solo objetivo, la libertad; acaso sea esa la necesidad de todo el periodismo. La polémica salía de la tertulia o la academia al periódico o revista de tal forma que los distintos movimientos (Ilustración, romanticismo, naturalismo, modernismo o vanguardismo) escapaban de un círculo de iniciados para desarrollarse frente a un público espectador. Solo en ese teatro de miles de espectadores podía Pardo Bazán calificar el naturalismo como una cuestión palpitante, o podían adquirir resonancia social los manifiestos vanguardistas europeos. La relación entre periodismo y literatura se acentúa cada vez más a medida que llegamos entramos al siglo XX, como hemos dicho en la introducción, de manera bidireccional: el periodismo y sus facetas primordiales de información y actualidad influirán en una buena parte de la literatura no necesariamente periodística. Así, Delibes escribía que “mi condición de novelista se apoya en mi condición de reportero; el periodismo ha sido mi escuela de narrador”. Es de destacar el papel del llamado “Nuevo Periodismo” iniciado en el ámbito anglosajón por Tom Wolfe junto con Gay Talese. Para Tom Wolfe, lo que se hizo fue arrebatar el centro a la agonizante y esterilizada novela para que el periodismo se convirtiera en el género literario más rico de la época. Los periodistas se sumergían en los lugares y los ámbitos donde ocurrían los acontecimientos, hacían preguntas arriesgadas y entraban en contacto con los más completos desconocidos. Otra consecuencia del movimiento fue el retorno a la gran novela realista que habían visto alumbrar los siglos precedentes. En el caso del panorama español, Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester, Antonio Gala o Carmen Martín Gaite son solamente algunos de los nombres de quienes realizaron un trabajo que se puede considerar como periodismo literario. Cultivaron diversos géneros periodísticos, desde el artículo de prensa y el ensayo hasta el diario personal. Pese a su variedad de estilos, temas y visiones, todos Diario noticioso, curioso-erudito y comercial, público y económico, de Madrid y El Duende Crítico; (3) Decadencia (desde 1770), paralela a la Rev.
Francesa con la información política y militar monopolizada por periódicos oficiales como la Gaceta de Madrid o el Mercurio histórico y político. Mientras tanto, la prensa popular se desarrolla en el XVIII con almanaques y pronósticos. Destaca Torres-Villarroel. Esta crisis registra reacciones como la del semanario El Censor, fundado en 1781 por Luis García del Cañuelo, crítico con los usos sociales del pasado. En el XIX aparecen el telégrafo y el tren, lo que ayuda tanto a la difusión de noticias como de los diarios. En España la Guerra de la Independencia acentúa la demanda de información y en 1810 los liberales reconocen la libertad de prensa. Fernando VII vuelve a prohibir toda publicación no oficial, pero tras su muerte en 1834 regresan los liberales exiliados con formas de periodismo traídas de Inglaterra. Al final del reinado de Isabel II, con la Ley de Imprenta de González Bravo nace el Imparcial.
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ellos aparecen unidos por la característica común de la calidad en el dominio del lenguaje, con un conocimiento certero tanto del registro plenamente literario, asociado a la novela o al cuento, como del periodístico, más propio de la actualidad informativa diaria. En los últimos decenios del pasado siglo los lectores españoles de prensa disfrutaron con la extraordinaria pluma de guras como Francisco Umbral o Manuel Vázquez Montalbán, como hoy lo hacen de otras como Manuel Vicent, Rosa Montero, Antonio Muñoz Molina, Javier Marías, Manuel Rivas o Juan José Millás, por citar sólo unos pocos entre los más sobresalientes En el momento actual se está produciendo un notable auge del llamado periodismo narrativo. Destacan hoy diversos nombres de periodistas de América Latina que demuestran un dominio sin suras del género de la crónica, a modo de híbrido entre la información periodística y la literatura. Son muchos los ejemplos. Uno de ellos, con muchos seguidores en el extenso ámbito de la lengua española, el de Leila Guerriero. Y qué decir de los consagrados maestros como Gabriel García Márquez (Premio Nobel de Literatura en 1982) o del también premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa. Ambos se encuentran por méritos indudables en la nómina de los más grandes autores contemporáneos dentro de la creación no sólo literaria sino también periodística. Al igual que el estadounidense, también existió un “nuevo periodismo” español, pese a que no contara con una gura central, como la que ocupaba el ya citado TomWolfe en el caso americano “Desde finales de los años sesenta y hasta los primeros ochenta, coetáneamente a la eclosión y la proliferación de los nuevos periodismos en Europa y en Estados Unidos se desarrolló en España una corriente periodístico-literaria marcada, entre otras cosas, por una actitud de acento crítico e intelectual, heredada de la mejor tradición periodística española. La nueva corriente, integrada en su mayor parte por autores nacidos en los años treinta, cuarenta y los primeros cincuenta, recibió un fuerte impulso durante el ocaso del franquismo y los primeros compases de la transición, al amparo de las importantes mudanzas que estaba experimentando la prensa escrita del país”. Chillón.
Revistas como Destino, Triunfo, Cuadernos para el Diálogo, Hermano Lobo, Cambio 16, Interviu, La Calle o El Viejo Topo son dignas de mención, así como los siguientes periódicos, entre otros: Informaciones, Madrid, Diario 16, La Vanguar- dia y, sobre todo, El País. Y periodistas como los ya mencionados Manuel
Vázquez Montalbán, Francisco Umbral, Manuel Vicent o Maruja Torres. Chillón ha destacado que el periodismo y la novela moderna son coetáneos 14 , lo cual demuestra la adecuación de la evolución de “lo literario” a “lo social” desde la constatación de la evolución de la propuesta lingüística compartida por el emisor y el lector, cada vez más determinante y cualificado. En el tránsito a la sociedad de masas, el periodismo literario comienza a ser una propuesta poética. Cita este autor a J. M. Valverde, para quien el periodismo es la propuesta literaria más propia de nuestro tiempo. Considera que
la literatura española contemporánea hay que buscarla entre los columnistas. 7" *'$*/)0#'$.0 ! Panorama de la literatura actual a la luz de los géneros modernos: Premio Nobel 2015, Svetlana Alexiévich, periodista y escritora. Antonio Muñoz Molina y el género ensayístico. ! La importancia del lector en la configuración de los nuevos modos literarios: “Superados Proust y Joyce, el lector del último cuarto del XX no necesita la obviedad ficcionalizadora de Flaubert o Dostoievski y puede aportarla por su cuenta a partir de la propuesta de A sangre fría, de Capote” (Manuel Vázquez Montalbán). ! Lectura crítica: En nuestro momento actual vivimos una cultura de la información que demanda una lectura crítica. La antigua afirmación de “es verdad porque lo he visto escrito”, nunca fue totalmente cierta. Pero antes, la publicación de un libro o un artículo pasaba por numerosas etapas de evaluación. Hoy en día, cualquier persona puede publicar en Internet lo que desee. Por eso, la lectura crítica se ha convertido en una nota distintiva de la persona culta. Podemos decir que hoy día se impone una lectura ensayística de cualquier texto.
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AULLÓN DE HARO, P. (1992) Teoría del ensayo, Madrid: Verbum ---- (2005) «El género ensayo, los géneros ensayísticos y el sistema de géneros», El ensayo literario, Murcia: UM CARBALLO PICAZO, (1954) «El ensayo como género literario», Revista de Literatura , Madrid: CSIC CHILLÓN, Albert (1999): Literatura y periodismo. Una tradición de relaciones promiscuas. Barcelona: UAB. GÓMEZ APARICIO (1971), Historia del periodismo español , Madrid: Editora Nacioanl. GÓMEZ MARTÍNEZ, J. L. (1981) Teoría del ensayo. Salamanca: Ediciones de la universidad GOMIS, L. (1991), Teoría del periodismo, Barcelona: Paidós. MARICHAL, J. (1971) La voluntad de estilo, Madrid: Revista de Occidente ----- (1984) Teoría e historia del ensayismo hispánico , Madrid: Alianza editorial PALOMO, María del Pilar (1997): Movimientos literarios y periodismo en España . Madrid: Síntesis. TIJERAS, Ramón (2013): Periodismo narrativo y no cción. Comunicación 21. Revista Vivat Academia, no 3
14 Es Daniel Defoe quien publica en 1722 el primer reportaje novelado que se conoce, A Journal of the Plague Year (Diario del año de la peste ), una reconstrucción detallada de la epidemia de peste bubónica que sufrió Londres en 1665.
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