TEMA 3 Al Andalus

February 17, 2017 | Author: Alfredo | Category: N/A
Share Embed Donate


Short Description

Download TEMA 3 Al Andalus ...

Description

TEMA: 3. LA PENÍNSULA IBÉRICA EN LA EDAD MEDIA: AL-ÁNDALUS La invasión musulmana de la Península en el 711 significa una verdadera ruptura respecto a las tendencias anteriores del Bajo Imperio Romano y de los Visigodos. Al Andalus es el nombre que los musulmanes daban a los territorios de la Península Ibérica que ellos mismos dominaron políticamente entre 711 y 1492 y que fueron mermando paulatinamente a medida que avanzó la Reconquista cristiana. Se puede decir que con la conquista musulmana comenzada en 711 se inicia la Edad Media española en la que podemos distinguir tres fases: - La Alta Edad Media (siglos VIII-X) es la etapa en que Al -Ándalus abarca la mayor parte de la Península y vivía su máximo esplendor. Los núcleos cristianos atravesaban una situación de estancamiento y pobreza. - La plena Edad Media (siglos XI-XIII) en la que Al Andalus entra en crisis tras el hundimiento del Califato y los reinos cristianos experimentan una fase expansiva que impulsó el avance reconquistador, hasta dejar reducido el poder islámico al reino de Granada. - La Baja Edad Media (siglos XIV-XV), siglos de crisis general con que se cerró esta etapa. 3.1.- EVOLUCIÓN POLÍTICA: CONQUISTA, EMIRATO, CALIFATO DE CÓRDOBA LA CONQUISTA MUSULMANA Sin duda las desavenencias entre los visigodos facilitaron la penetración en la península de los árabes, que desde el 710 se encontraban establecidos en el Norte de África. La Península Ibérica, con sus fértiles tierras y sus prósperas ciudades, se convirtió en su principal objetivo. Musa, emir del Magreb, y su oficial bereber Tariq, con un cuerpo de ejército de 7.000 hombres, cruzaron el estrecho el año 711 en ayuda de un grupo de visigodos que apoyaban al hijo de Witiza en su lucha por el trono contra el recién elegido rey don Rodrigo. Este fue derrotado en la decisiva batalla de Guadalete y con la muerte del último rey visigodo se hundió la débil monarquía de los godos. Tras dominar la mayor parte de la península (712-714), realizaron una serie de razzias por el sur de las Galias con el fin de extender por allí el Islam, hasta que fueron derrotados en la llamada batalla de Poitiers (732). La causa de esta rápida conquista hay que buscarla, además de en la debilidad del reino visigodo, en las capitulaciones o pactos que en algunas ocasiones se llevaron a cabo entre los conquistadores y conquistados (nobles godos como Teodomiro siguieron siendo señores de Murcia, con sólo convertirse al Islam y cambiar su nombre por Tudmir). Así como la tolerancia hacia cristianos y judíos a los que los árabes dejaban practicar su religión a cambio de pagar un impuesto por ser también gentes del libro. EL EMIRATO Y EL CALIFATO DE CÓRDOBA. Emirato dependiente de Damasco (711-756) A la muerte de Mahoma, dirigieron a los musulmanes la familia de los Omeyas, la cual estableció la capital en Damasco. Desde allí se dirigieron las conquistas del Islam, incluida la España Visigoda que pasa a llamarse Al Andalus, donde se establece el Emirato o provincia dependiente del Califato de Damasco. Política y administrativamente es una provincia del Imperio Islámico. Fueron años de gran inestabilidad política y fuertes enfrentamientos entre los propios grupos musulmanes. No cesaron las campañas militares aunque algunas concluyeron en contundentes derrotas que marcaron los límites del avance islámico hacia el norte (722,Covadonga (Asturias) y 732,Poitiers (Francia))

Emirato independiente (756-912) Las revueltas ocurridas en Damasco por conseguir el poder terminaron con la matanza de la familia gobernante de los Omeyas a manos de los Abbasidas. Un omeya, Abderramán, logró huir y llegar a Al –Andalus, donde, después de derrotar al gobernador, establece en el año 756, un reino (emirato) independiente de Oriente en lo político, aunque no en lo religioso. Durante su reinado, Abderramán I se esforzó por crear un gran Estado musulmán en occidente. En general, se puede considerar el emirato independiente como una etapa de consolidación y reorganización en Al Andalus, aunque tampoco faltaron las tensiones sociales, entre los musulmanes y entre la población cristiana (mozárabe) y judía. Califato de Córdoba (912-1.031) En 929 Abderramán III se autoproclama Califa y Príncipe de los Creyentes, independizándose de Oriente también desde el punto de vista religioso. Es la época de máximo esplendor cultural y artístico del Islam en España, en especial durante el reinado de AlHakam II, hijo y sucesor de Abderramán III. En el terreno militar la figura más destacada fue la de Almanzor quien ejerció el poder en nombre del califa. El califato se convirtió bajo su mando en una dictadura militar. Emprendió numerosas campañas contra los cristianos del norte, con efectos devastadores sobre ciudades de especial significación (Santiago, Barcelona). No fueron campañas de ocupación, sino razias cuyos objetivos eran la destrucción y la rapiña. Muerto Almanzor (1002) el califato acabó desintegrándose en numerosos reinos de taifas.

3.2.-LA CRISIS DEL SIGLO XI: LOS REINOS DE TAIFAS E IMPERIOS NORTEAFRICANOS La crisis del siglo XI y los reinos de Taifas (1031-1090) Desde comienzos del siglo XI, algunos territorios habían comenzado ya a independizarse, aprovechando la crisis y debilidad del califato. Finalmente en el 1031 una rebelión en Córdoba depuso al último califa- Hisham III-y con él desapareció el último símbolo de la unidad de Al Andalus, que se fragmentó en un multiplicidad de reinos de taifas, algunos realmente minúsculos. La compleja historia de esta etapa podría resumirse en algunos rasgos:

1. Fueron muy frecuentes la disputas entre los diferentes reinos de taifas- el término taifa significa en árabe, facción o bandería. 2. Su elevado número inicial se fue reduciendo sobre todo por la incorporación de los más pequeños en otros mayores. Reinos importantes: Toledo, Badajoz, Zaragoza. 3. Frente a la superioridad militar de los reinos cristianos, especialmente visible tras la toma por parte de Alfonso VI de Toledo en el año 1085, la supervivencia de los reinos de taifas dependía con frecuencia del pago de parias (tributos) a los reinos cristianos del norte. 4. Su debilidad política no se tradujo, sin embargo, ni en crisis económica-seguían siendo territorios ricos y prósperos- ni en decadencia cultural; las cortes de algunos de estos reinos fueron famosas por su labor de mecenazgo y el prestigio de sus intelectuales y artistas.

Los imperios norteafricanos Los almorávides (1090-1145) Tras la conquista cristiana del enclave estratégico de Toledo (1085), los reyes taifas comprendieron su peligro y pidieron el apoyo de los almorávides, musulmanes ultraortodoxos que habían creado un imperio en el Norte de África. Estos desembarcaron en la Península en el año 1086 y vencieron a las tropas de Alfonso VI de Castilla en la batalla de Sagrajas, Badajoz. Pero una vez detenido el avance cristiano los almorávides conquistaron poco a poco el resto de los reinos de Taifas. La unificación de Al Andalus bajo su mando tuvo una breve duración, por varias razones: 1. La pérdida de ciertos territorios- como Zaragoza- o la incapacidad de tomar Toledo, contribuyeron al desprestigio de los almorávides entre la población hispano-musulmana. 2. Su fanatismo religioso provocaba el descontento no sólo de cristianos y judíos, sino de amplios sectores de la población musulmana. 3. La aparición en el norte de África, a mediados del siglo XII, de un nuevo movimiento político-religioso, el almohade, que se erigía sobre las ruinas del decadente imperio almorávide. Hacia 1145 la descomposición del poder almorávide propició en Al Andalus una nueva fragmentación política- los segundos reinos de taifas- viviéndose de nuevo una situación de inestabilidad.

Los almohades (1146-1232) Los almohades, también muy rigoristas en la interpretación del Corán, fueron los protagonistas de una segunda reunificación de las taifas en Al Andalus. En el año 1172 conquistan Sevilla que convierten en la capital. Los últimos años del siglo XII representan su momento de máximo esplendor, con victorias sobre los cristianos (Alarcos, Ciudad Real). Pero los cristianos reaccionaron unificando sus fuerzas y derrotaron los almohades en la decisiva batalla de Las Navas de Tolosa (1212), con la comenzó el declive almohade en la Península y un nuevo impulso reconquistador de los reinos cristianos. Fernando III de Castilla tomaría Córdoba y Sevilla, preludio de su derrota definitiva en territorio magrebí de una nueva fuerza religioso-tribal: los benimerines. Tras estas derrotas la presencia musulmana en la península queda reducida al reino taifa de Granada que conocería largos períodos de paz hasta que en 1492 y tras su conquista por los Reyes Católicos, finalizaría la presencia musulmana en la Península. 3.3.-AL ANDALUS: LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL La sociedad. Los musulmanes conquistadores no presentaban una unidad étnica ni social. Desde el punto de vista étnico, junto a los elementos árabes que llegaron en las primeras oleadas y se asentaron en los valles del Ebro, Tajo y Guadalquivir y en el litoral levantino, se comprueba la existencia de otras razas en sucesivas invasiones. Así tenemos a los sirios; a los beréberes, procedentes del norte de África, que ocuparon las tierras altas de la Meseta y zonas de Ronda, Málaga y Sierra Nevada. Los muladíes eran los hispanos convertidos al Islam. Abrazar la nueva religión facilitaba una mayor integración social y eximía de los tributos especiales exigidos a la población no musulmana. Desde el punto de vista social aunque se ha hablado de una sociedad sin clases, lo cierto es que son perfectamente detectables, si no clases sociales, al menos categorías sociales. Así distinguimos entre una aristocracia musulmana, compuesta por los árabes y sus parientes más o menos lejanos; una alta burguesía y nobleza de servicio formada por comerciantes y juristas; y una baja burguesía, o clase media. Y en el nivel inferior: la población urbana (artesanos y jornaleros), de vida miserable, y los campesinos, muchos de ellos cristianos. Esta diversidad étnica, social y religiosa no podía menos que originar revueltas. Las minorías no musulmanas: Los judíos: gozaron bajo el Islam de una política de tolerancia. Su colaboración con los musulmanes en el momento inicial de la conquista fue notable. Los mozárabes: cristianos residentes en territorio musulmán, fueron disminuyendo en número. Sus relaciones con los musulmanes empeoraron con el rigorismo de almorávides y almohades. Los eslavos o esclavones: eran prisioneros de origen europeo. Muchos de ellos, tras su manumisión, se incorporaron a los ejércitos califales. Los negros: de origen sudanés, la mayoría solían emplearse en el servicio doméstico. La organización económica La ciudad A lo largo de la Edad Media proliferaron las ciudades en la Península Ibérica. En efecto, para la economía musulmana de Al-Andalus, la ciudad se convierte en centro de producción y de consumo, ya que en ella se concentran los artesanos y reside la mayor parte de los funcionarios de la extensa burocracia musulmana. Frente a los trazados regulares de las ciudades romanas, las musulmanas crecen sin norma alguna aparentemente. Calles estrechas, inexistencia de plazas y fragmentación por barrios de artesanos y de determinados grupos sociales. La zona principal es la medina, núcleo central alrededor de la Mezquita mayor o aljama. En ella se encuentra la alhóndiga y el zoco, lugares vinculados al comercio. Los arrabales, barrios exteriores a la medina que también se amurallaban, eran los lugares donde se establecían los emigrantes campesinos que acudían a la

ciudad en busca de trabajo. La Alcazaba, o ciudad defensiva, albergaba la residencia de la autoridad civil. La economía Al-Andalus experimentó un avance considerable en su economía durante el dominio musulmán. La agricultura. Fue una de sus principales riquezas. Podemos distinguir tierras de secano y de regadío. Las de secano se dedicaban al cultivo de cereales, olivo y vid. El olivo es extendió considerablemente en tiempos de los omeyas, exportándose aceite como en los tiempos de los romanos. En las tierras de regadío predominaban las huertas, regadas por sistemas adoptados de los romanos o introducidos por los propios árabes. Estos adaptaron algunos cultivos exóticos al clima peninsular: el arroz, el naranjo, la caña de azúcar, las palmeras, así como plantas aromáticas, medicinales y colorantes (azafrán). Las plantas textiles (algodón, lino) fueron también extensamente cultivadas. La industria y el comercio. La producción industrial se concentró en las ciudades, sobre todo en los zocos, en forma de artesanía. Los fabricantes, comerciantes y artesanos vendían directamente a sus clientes el producto de su trabajo. Los comercios de lujo se localizaban en bazares (alcaiceria). El comercio a largas distancias. La expansión islámica desde el Indo al Ebro permitió revitalizar el comercio a larga distancia que habían puesto en marcha las ciudades helenísticas primero y las bizantinas después. El desarrollo de este comercio se debió a la unidad política, económica y monetaria e incluso lingüística conseguida por el imperio islámico. Se dinamizan ahora las rutas marítimas del Mar Rojo y la terrestre de Mesopotamia, Siria e Irán, ambas hacia la India. Hacia occidente, la ruta del Mediterráneo, en cuyo extremo se encontraba Al-Andalus. A su vez, Al-Andalus, se convierte en centro de otras rutas comerciales: la ruta del oro del Sudán, la ruta hacia Europa, por tierra a través de Pamplona, y por mar desde Almería y al decaer este puerto, desde Málaga. Por estas rutas se exportaban a Europa y norte de África: tejidos, aceite, armas, cuero y cerámica. Se importaban de Oriente: productos de lujo, especias, esclavos y, del Sudán, oro. Todo este comercio se basó en la circulación monetaria- dinar: oro; dirhem: plata y felus: cobre.

3.4.- AL-ANDALUS: EL LEGADO CULTURAL La cultura islámica andalusí está considerada como una de las épocas más brillantes del Islam. Se fundamenta en el islam suni, seguidor de los preceptos islámicos pero no intransigente, y utiliza el árabe clásico en sus escritos. El mayor esplendor se inicia a mediados del siglo IX y durante el siglo X (época del Califato) en consonancia con el político y económico. Córdoba se convirtió en un centro cultural de primer orden.

La espiritualidad andalusí fue una de las más prestigiosas de la cultura islámica. Abundan los eremitas y místicos; Ibn Arabí (siglo XII-XIII), asceta murciano, escribió una obra sobre los ascetas andalusíes, fundamental para conocer el ambiente espiritual y la sociedad de la época. La enseñanza se basa en el Corán y la suna, se hace en árabe y presta una mayor atención a la antigüedad clásica. Se organizan los saberes en trivium (religión, historia y filología); y quadrivium (matemáticas, medicina, astronomía y filosofía). La educación estaba generalizada entre la aristocracia (lo contrario que en el mundo cristiano). Fue el estudio de la antigüedad clásica lo que dio esplendor a la cultura islámica. La poesía fue muy cultivada. Durante el período califal, los poetas se concentran en Córdoba. Uno de los más importantes fue Ibn Hazn, autor de El collar de la paloma, su poesía musicalizada cantaba a la vida y al amor. Durante los reinos de taifas, los poetas abundaron como signo de prestigio y muchos de ellos fueron itinerantes. En el período nazarí, se

mantuvieron los temas, aunque se prestó atención a los hechos históricos y a la sensación del fin del Islam en la Península. La prosa fue, ante todo, el vehículo del pensamiento religioso, místico, filosófico y científico. La filosofía tiene una importancia fundamental en la historia de la filosofía occidental. Se basa en la tradición religiosa y en el pensamiento griego, principalmente Aristóteles, introducido por el persa Avicena. Avempace (siglo XI-XII) fue uno de los más importantes de Al –Andalus. Comentó la física de Aristóteles y se planteó el tema de la ciudad y la sociedad ideal. Pero la cima de la filosofía andalusí y de la filosofía islámica fue Averroes. Su obra muy extensa, abarca temas de literatura, historia, derecho, teología y el único autor que habla de la condición de la mujer en el mundo islámico. Los comentarios de Averroes sobre Aristóteles difundieron el pensamiento filosófico griego por Europa. Predominan las disciplinas prácticas, como la medicina, la agricultura, la navegación, la arquitectura, la física, etc. Todas de gran desarrollo pero a la luz del pensamiento griego. Las ciencias más avanzadas fueron las matemáticas (sistema de numeración de origen indio, valor del cero...) y la astronomía, muy por delante de sus contemporáneos cristianos. La medicina, de gran prestigio y más avanzada que la cristiana. Ejercida, fundamentalmente, por mozárabes y judíos. Se escribieron tratados sobre los medicamentos sacados de los árboles. La lengua árabe también dejó su impronta en la lengua castellana, que contiene un gran número de palabras de este origen. 3.5.- LA MEZQUITA Y EL PALACIO EN EL ARTE HISPANO-MUSULMÁN El culto musulmán no permitía la representación de imágenes humanas ni empleaba la música en las ceremonias religiosas, lo cual limitó la expresión artística. Por ello, se trata de un arte muy abstracto, caracterizado por el empleo de la caligrafía, los dibujos geométricos y las filigranas y la estilización de las figuras animales. Las manifestaciones artísticas más desarrolladas en Al-Ándalus fueron las artes decorativas (artesanía, azulejo, cerámica, orfebrería, marfil) y, sobre todo, la arquitectura. En la arquitectura religiosa destacaron las mezquitas, especialmente la mezquita de Córdoba, de época omeya y ampliada varias veces; o la de Sevilla, de época almohade, de la que solo se conservan restos como el patio (denominado de los Naranjos) y el cuerpo inferior del alminar o minarete (torre desde la que el almuédano llama a los fieles a la oración), más conocido por el nombre de la Giralda. Con respecto a la arquitectura civil, de la época omeya destacan las ruinas de la ciudad palacio de Madinat al-Zahara y de la época los taifas el palacio de la Aljaferia de Zaragoza y de la época almohade, la Torre del Oro de Sevilla, entre otros. De época nazarí (siglos XIII –XV) sobresale el palacio alcazaba de Granada conocido como la Alhambra (el castillo rojo o “la Roja”), y que integra lo artificial – la construcción – con lo natural – vegetación, agua – mediante patios porticados, albercas, fuentes y jardines. Es el edificio mejor conservado de la civilización hispano-musulmana. En su conjunto la Alhambra es a la vez fortaleza, corte y residencia privada de los reyes nazaríes. - A la fortaleza se le llama Alcazaba; - la corte o palacio público, posee la Torre de Comares, que venía a ser el salón del trono y de recepciones, y el patio de los Arrayanes. - y el palacio privado o Harem en torno al patio de los Leones, dividida a su vez en otras unidades menores: las salas de los Abencerrajes y de las dos Hermanas y otros jardines y patios interiores.

View more...

Comments

Copyright ©2017 KUPDF Inc.
SUPPORT KUPDF