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October 10, 2017 | Author: benyafe | Category: Jewish Texts, Hebrew Words And Phrases, Hebrew Bible, Jews And Judaism, Religious Texts
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Tefilat Hashlá Hakadosh

Tefilat Hashlá Hakadosh Libro escrito especialmente para Leiluy Nishmat Shelomó Hilu ben Zahie 29 Iyar 5773 Copyright 2010 by Smashwords Edition

Tefilat Hashlá Hakadosh

29 Iyar Año con año, esta fecha histórica ha sido marcada desde hace aproximadamente 400 años como el mejor momento, el momento propicio, el más importante, el día más grande para hacer Tefilá por nuestros hijos. Miles y miles de labios han rezado, pedido, agradecido, llorado y suplicado con emoción y devoción en este día la Tefilá compuesta por Rab Yeshayahu Horovitz, “el Shlá Hakadosh” (1558–1630), que, llena de alabanzas a D-os, nos enseña que debemos suplicar a D-os por nuestros hijos. El 29 de Iyar del año 5773 (9 de mayo del 2013), Salomón Hilu Hilu, “Shelomo ben Zahie, zz”l, partió de este mundo a uno mejor estando rodeado de su esposa, sus Jajamim, sus hermanos y hermanas, sus hijos e hijas, yernos y nueras, nietos y nietas. Dejando marcado con su fecha de partida, un legado ético en el que nos enseñó la forma ideal de vivir. Hoy, en su primer aniversario, presentamos Leiluy Nishmató la “Tefilat Hashlá”, que es considerada este día, 29 de Iyar, como una oración obligatoria, y a la familia Hilu en especial nos quedó como un legado hermoso del camino a seguir en la vida, y como recuerdo eterno de la memoria de nuestro padre: Shelomó ben Zahie, zz”l.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Es para eterno recuerdo nuestro, resaltar algunas frases que incluyó el Shlá Hakadosh en su Tefilá, para que queden como herencia eterna en nuestros corazones: • “Y por eso yo vengo ante Ti, Eterno, Rey de reyes, y presento mi súplica. En Ti pongo mi deseo de que me concedas gracia y escuches mi oración, enviándome hijos e hijas, y que ellos y la descendencia de ellos también se fructifiquen y multipliquen hasta el fin de todas las generaciones, a fin de que todos nos dediquemos a Tu sagrada Torá, para aprender, enseñar, guardar, cumplir y mantener todas las palabras de estudio de Tu Torá con amor • Concédenos a todos una larga vida llena de bendición. • Que para siempre mi descendencia entera sea considerada apta ante tus ojos. Que nunca se halle en mí o en mi descendencia entera ningún defecto, invalidación o impureza, sino que tenga paz, verdad, bondad y rectitud ante los ojos de D-os y de los hombres. • Que todos mis descendientes sean estudiosos y cumplidores de los preceptos, generosos y hagan el bien, y sean altruistas. • Que Te sirvan con amor y temor sincero y profundo.

Tefilat Hashlá Hakadosh

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Otorga a cada uno de ellos lo suficiente para su manutención con honor. Concédeles salud y energía, buena presencia y hermosura, gracia y encanto. Que entre ellos haya amor, hermandad y paz. Preséntales su pareja idónea, progenie de eruditos en la Torá y hombres justos, y que sus parejas sean igual a ellos en todo lo que he rezado por ellos. Que las ramas sean iguales a las raíces. “Tu mujer será como una vid fructífera en los aposentos de tu casa. Tus hijos serán como vástagos de olivos alrededor de tu mesa.”

Y ahora, presentamos esta hermosa Tefilá con comentarios y explicaciones para que quede acompañada para siempre en nuestra plegaria eterna al creador.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Tefilat Hashlá Hakadosh Comentarios y explicaciones sobre la Tefilá escrita por el Shlá Hakadosh, que se recomienda decir un día antes de Rosh Jodesh Siván para el éxito de nuestros hijos Salomón Michán M. Edición 2014

Tefilat Hashlá Hakadosh

Este libro es dedicado Leiluy Nishmat de nuestro muy querido Salomón Hilu ben Zahie Por su querida familia: • • • • • •

Linda Alfille. Moy z´l y Diana Daniel. Salo, Linda, Moy y Beto. Alan y Regina, Dani, Niza y Diana. Gabi y Rachel. Isaac Hanono y Liz. Ruben, Olga, Alberto, Alan, Daniela y Natali. Salo, Ailin, Rafa, Isaac y Alejandro. Moy, Debbie, Jennifer, Amin, Isaac y Lizette. Isaac y Ana Chayo. Nathan, Linda, Abraham, Isaac y Esther. Salo, Miriam y Ana. Dany e Ivonne. Zury, Yosef, Debbie, Moshé y Daniel. Salvador Daniel y Rebe. Salo, Rosy y Jennifer. David, Sharon y Chava. Salo, Linda y Tere. Carlos y Sharon. Gabi y Rebeca Nahmad. Linda, Salo, Margot y Sofia.

Que su neshamá sea enaltecida por las enseñanzas que nos dejó.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Introducción del autor Después de analizar y ahondar en las profundas palabras del Shlá Hakadosh que escribió en su Tefilá por los hijos, podemos concluir sobre la importancia tan grande que es hacer Tefilá por ellos. Y no sólo eso, sino aprendemos “qué debemos pedir por nuestros hijos”. Al profundizar en las palabras del Shlá, ante todo debemos valorar el hecho que tenemos hijos. Después de sentir ese sentimiento de agradecimiento, debemos hacer todo lo posible para que crezcan dignos, rectos y, principalmente, vayan por el camino de la Torá. Como veremos en esta Tefilá, no basta con pedir a Hashem el mérito de tener hijos estudiosos de la Torá, sino también que sean sabios, que cumplan las mitzvot con alegría, que estudien Torá con gusto, que puedan enseñar a otros, que sean dadivosos con el mundo, que haya paz en sus vidas, etc. Incluso que el Shlá escribió que es muy propicio leer esta Tefilá un día antes de Rosh Jodesh Siván (más adelante se explicará el motivo), pienso que no basta con leerla sólo una vez al año, ni una vez al mes, sino que debemos leerla todos los días de nuestras vidas. Me gustaría compartir unas palabras del famoso Jazón Ish: “Por medio de la Tefilá la persona es capaz de mejorar las situaciones difíciles, mucho más de lo que podría por medio de un esfuerzo o trabajo”. Esto aplica únicamente cuando le damos valoramos la Tefilá. Como dijo Rab Matitiahu Solomon: “La emuná que le tengas a tu Tefilá es la fuerza que tendrá”.

Tefilat Hashlá Hakadosh Hay una regla muy grande en la Torá: La mitzvá adquiere el valor que le da el que la realiza. Asimismo, la Tefilá servirá de acuerdo con el valor que uno le da. Si pensamos que la Tefilá puede hacer milagros, entonces ocurrirán. Pido a Hashem que se cumpla esta Tefilá y todas las berajot que puedan existir sobre nuestros hijos, sobre nosotros y sobre todo el pueblo de Israel, Amén. Salomón Michán M.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Índice: Hashlá Hakadosh....................................................................1 Introducción del autor.............................................................7 Introducción a la Tefilá del Shlá Hakadosh..........................11 Tefilat Hashlá Hakadosh en hebreo......................................13 Tefilat Hashlá Hakadosh en español.....................................16 Tefilat Hashlá Hakadosh en fonética....................................20 Tú eres el Eterno, nuestro D-os............................................23 Nuestra finalidad en la vida es dar a conocer el nombre de Hashem en el mundo.............................................................26 El mundo fue creado por la Torá y por Israel.......................29 El pueblo de Israel fue el elegido para recibir la Torá y estar unidos a Él............................................................................31 Hashem nos pide que nos multipliquemos y enseñemos Torá a nuestra descendencia..........................................................36 Fructifíquense y multiplíquense........................................37 “Y enseñarán (las palabras de Torá) a sus hijos…”..........39 Consejos de Jajamim para ver a nuestros hijos en el camino de la Torá..............................................................................41 Hacer Tefilá por ellos.......................................................42 No perderlos de vista........................................................44 Enseñarles Torá.................................................................45 Ejemplo de los padres.......................................................47 Influencias y amistades.....................................................48 Una vida de bendiciones combinada con una vida espiritual eterna.....................................................................................50 Que nos dé una vida llena de bendición...........................51 Pedimos a Hashem una vida espiritual eterna..................53 Una descendencia sobre la que gobierne la paz, la verdad, la bondad y la rectitud...............................................................55 Paz.....................................................................................56 Verdad...............................................................................58

Tefilat Hashlá Hakadosh Bondad..............................................................................60 Rectitud.............................................................................64 Tener descendencia sabia y conocedores de los secretos de la Torá.......................................................................................70 Que cumplan mitzvot............................................................76 Generosos y hacedores del bien y altruistas.........................79 Servir a Hashem con amor y temor......................................85 Servir a Hashem con amor................................................85 Servir a Hashem con temor ..............................................87 Servir a Hashem con amor y temor al mismo tiempo.......91 Otorga a nuestros hijos manutención con honor...................94 Concédeles salud y energía...................................................96 La opinión de los Jajamim acerca de la salud...................98 Hijos de buena presencia y hermosura, gracia y encanto...104 Que haya en ellos amor, hermandad y paz.........................110 Shalom............................................................................110 Si no hay paz, puede haber odio.....................................113 Hermandad......................................................................115 Aprender a ceder.............................................................118 Presenta a nuestros hijos su pareja idónea..........................125 Tú, Hashem, conoces todos los misterios y nuestros secretos del corazón..........................................................................129 Nuestra intención es en aras de enaltecer Tu Nombre........133 Respóndeme gracias al mérito de Abraham, Itzjak y Yaacob ............................................................................................136 Contéstanos por el mérito de David Hamélej.....................138 Explicación del Salmo 128.................................................139 Fin de la Tefilá del Shlá Hakadosh.....................................142 Biografía del Shlá Hakadosh, Rab Yeshayahu Horovitz....144 La grandeza de la Tefilá......................................................148 La fuerza de la Tefilá..........................................................152 Todo nace desde la Tefilá...............................................153 La fuerza de la Tefilá .....................................................154 Todo el que bendice, será bendecido..................................160

Tefilat Hashlá Hakadosh

Introducción a la Tefilá del Shlá Hakadosh Esta Tefilá de los padres sobre los hijos, que será comentada en este libro, fue escrita por el Shlá Hakadosh, Rab Yeshayahu Horovitz. Esta Tefilá es muy propicio decirla todos los días, pero especialmente un día antes de Rosh Jodesh Siván. La grandeza de la víspera de Rosh Jodesh Siván es expuesta por el Shlá Hakadosh en su libro, y estas son sus palabras:1 “Todos tenemos la obligación de rezar a Hashem por todas nuestras necesidades, ya que todo depende de Él. Por eso, por cualquier necesidad que se tenga en cualquier momento, la persona debe acostumbrarse a hacer Tefilá. Pero mucho más necesitamos hacer Tefilá para que tengamos descendencia buena y kasher por siempre. Ya que todo lo que tendrán nuestros hijos y con quién se casarán, dependerá de Hashem. Y mi corazón me dice: un tiempo de Voluntad Divina es la víspera de Rosh Jodesh Siván, ya que es el mes en que se entregó la Torá, y ahí fue dicho que somos los “hijos” de Hashem. Es propicio que el hombre y su mujer ayunen ese día y hagan teshubá, y revisen todas las leyes pertinentes del kasherut de la casa. También es bueno dar tzedaká ese día”. 1

Shlá Hakadosh en Maséjet Tamid, Pérek Ner mitzvá 100.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Asimismo, escribe el Shlá en otro de sus libros: “Que siempre tenga la persona en su boca una Tefilá para sus hijos, para que sean estudiosos de la Torá, tzadikim y crezcan con buenas virtudes y cualidades. Debemos prestar mucha atención en las Birkot Hatorá cuando decimos “Nuestras generaciones”, para que nuestros hijos crezcan en el buen camino. Y en cualquier lugar en la Tefilá donde se refiere a nuestros hijos, debemos prestar mucha atención, para que se cumplan todas las berajot en nuestros hijos”.2

2

Shaar Aotiot 4.

‫‪Tefilat Hashlá Hakadosh en hebreo‬‬ ‫תפילה לבנים מאת המקובל הרב ישעיה הלוי הורוויץ זצ"ל‬ ‫בעל השל"ה הקדוש‬ ‫תפילה לכל עת ובפרט לערב ר"ח סיון‪ ,‬להתפלל‬ ‫על עצמו ועל צאצאיו לילך בדרכי ישרים‬ ‫אתָה הוא יְהוָה אֱלהֵינו עַד שֶלא בָרָאת הָעולָם‪ ,‬וְאתָה הוא‬ ‫אֱלהֵינומִשֶבָרָאתָ הָעולָם‪ ,‬ומֵעולָם וְעַד עולָם אתָה אֵל‪.‬‬ ‫ובָרָאתָעולָמְךָ בְגִין לְהִשְתְמודָעאֱלָהותָךְ בְאֶמְצָעותתורָתְךָ‬ ‫הַקְדושָה‪ ,‬כְמו שֶאמְרו רַבותֵינו זִכְרונָם לִבְרָכָה "בְרֵאשִית"‬ ‫בִשְבִיל הַתורָה ובִשְבִיל יִשְרָאֵל‪ .‬כיִ הֵםעַמְךָוְנַחֲלָתֶךָ אֲשֶר‬ ‫בָחַרְתָ בָהֶם מִכל הָאֻמות‪,‬וְנָתַתָ לָהֶםתורָתְךָ הַקְדושָה‪,‬‬ ‫וְקֵרַבְתָםלְשִמְךָ הַגָדול‪:‬‬ ‫וְעַל קִיום הָעולָם וְעַל קִיום הַתורָה בָא לָנומִמְךָ יְהוָה אֱלהֵינו‬ ‫שנְיֵ צִוויִים‪,‬כָתַבְתָבְתורָתֶךָ "פְרו ורְבו"‪,‬וְכָתַבְתָבְתורָתֶךָ‬ ‫"וְלִמַדְתֶם אֹתָם אֶת בנְֵיכֶם"‪ ,‬וְהַכוַָנָה בִשְתֵיהןֶ אחַת‪ ,‬כיִ לא‬ ‫לְתֹהובָרָאתָ כיִ אִם לְשֶבֶת‪,‬וְלִכְבודְךָבָרָאתָ‪,‬יָצַרְתָ אףעָשִיתָ‪,‬‬ ‫כְדיֵ שֶנִהְיֶה אֲנַחְנו וְצֶאֱצָאֵנו וְצֶאֱצָאיֵ כלעַמְךָ בֵית יִשְרָאֵל‬ ‫יודְעיֵשֶמֶךָ וְלומְדיֵתורָתֶךָ‪:‬‬ ‫ובְכןֵ אבואאֵלֶיךָ יְהוָהמֶלֶךְ מַלְכיֵ הַמְלָכִים‪ ,‬וְאפִיל תְחִנָתיִ‪,‬‬ ‫וְעֵיניַלְךָ תְלויות עַד שֶתְחנָנֶיִ וְתִשְמַע תְפִלָתיִ‪ ,‬לְהַזְמִין ליִ‬ ‫בנִָים ובָנות‪ ,‬וְגַם הֵם יִפְרו וְיִרְבו הֵם ובנְֵיהֶם ובנְיֵ בנְֵיהֶם עַד‬

‫‪Tefilat Hashlá Hakadosh‬‬

‫סוף כל הַדורות‪ ,‬לְתַכְלִית‪ ,‬שֶהֵם וַאנֲיִ וַאֲנַחְנו כֻלָנו‪ ,‬נַעֲסק‬ ‫בְתורָתְךָ הַקְדושָה לִלְמד ולְלָמֵד לִשְמר וְלַעֲשות ‪ ,‬ולְקַיֵם אֶת‬ ‫כל דִבְריֵ תַלְמודתורָתְךָ בְאהֲבָה‪ ,‬וְהָאֵר עֵינֵינובְתורָתֶךָ וְדַבֵק‬ ‫לִבֵנובְמִצְותֶיךָ לְאהֲבָה ולְיִרְאה אֶתשֶמֶךָ‪:‬‬ ‫אבִינו אב הָרַחְמןָ‪ ,‬תןֵ לְכֻלָנו חיִַים אֲרֻכִים ובְרוכִים‪ ,‬מיִכָמוךָ‬ ‫אב הָרַחֲמִים זוכֵר יְצורָיו לְחיִַים בְרַחֲמִים‪ ,‬זָכְרֵנו לְחיִַים‬ ‫אבְרָהָם אבִינו "לו יִחְיֶהלְפנֶָיךָ"‬ ‫נִצְחיִִים‪ ,‬כְמו שֶהִתְפַלֵל‬ ‫ופִרְשו רַבותֵינו זִכְרונָם לִבְרָכָה "בְיִרְאתֶךָ"‪:‬‬ ‫כיִ עַל כןֵ בָאתיִ לְבַקֵש ולְחנַןֵמִלְפנֶָיךָ‪ ,‬שֶיְהֵא זַרְעיִ וְזֶרַע זַרְעיִ‬ ‫עַד עולַם זֶרַע כָשֵר‪ ,‬וְאל יִמָצֵא ביִ ובְזַרְעיִ ובְזֶרַע זַרְעיִ עַד‬ ‫עולַם‪ ,‬שום פְסול וְשֶמֶץ ‪,‬אךְ שָלום וֶאֱמֶת וְטוב וְיָשָר בְעֵיניֵ‬ ‫אֱלהים ובְעֵיניֵ אדָם‪ .‬וְיִהְיו בַעֲליֵ תורָה‪ ,‬מָאריֵ מִקְרָא‪ ,‬מָאריֵ‬ ‫מִשְנָה‪ ,‬מָאריֵ תַלְמוד‪ ,‬מָאריֵ רָזָא‪ ,‬מָאריֵ מִצְוָה‪ ,‬מָאריֵ גומְליֵ‬ ‫חֲסָדִים‪ ,‬מָאריֵ מִדות תְרומִיות‪,‬וְיַעַבְדוךָ בְאהֲבָה ובְיִרְאה‬ ‫פנְִימִית‪ ,‬וְלא יִרְאה חִיצונִית‪ .‬וְתןֵ לְכל גוְִיָה וגוְִיָה מֵהֶם דיֵ‬ ‫מַחְסורָה בְכָבוד‪ ,‬וְתןֵ לָהֶם בְרִיאות וְכָבודוְכֹחַ ‪ ,‬וְתןֵ לָהֶם‬ ‫קומָה וְיֹפיִ וְחןֵ וְחֶסֶד ‪ ,‬וְיִהְיֶה אהֲבָה וְאחֲוָה וְשָלום בֵינֵיהֶם‪,‬‬ ‫וְתַזְמִין לָהֶם זִווגִים הֲגונִים מִזֶרַע תַלְמִידיֵ חֲכָמִים‪ ,‬מִזֶרַע‬ ‫צַדִיקִים‪ ,‬וְגַם זִווגָם יִהְיו כְמותָם כְכל אֲשֶר הִתְפַלַלְתיִ עֲלֵיהֶם‪,‬‬ ‫כיִ זִכְרון אֶחָד עולֶה לְכָאן ולְכָאן‪:‬‬ ‫אתָה יְהוָהיודֵעַ כל תַעֲלומות‪,‬ולְפנֶָיךָ נִגְלו מַצְפוניֵ לִביִ‪ ,‬כיִ‬ ‫כוַָנָתיִ בְכל אֵלֶה לְמַעןַשִמְךָ הַגָדול וְהַקָדוש ‪ ,‬ולְמַעןַתורָתְךָ‬ ‫הַקְדושָה‪ ,‬עַל כןֵ ענָנֵיִ יְהוָה ענָנֵיִ‪ ,‬בַעֲבור הָאבות הַקְדושִים‬ ‫אבְרָהָם יִצְחָק וְיַעֲקב ‪ ,‬ובִגְלָלָםתושִיעַ בנִָים לִהְיות הָעֲנָפִים‬

‫‪Tefilat Hashlá Hakadosh‬‬

‫דומִים לְשָרְשָם‪ ,‬ובַעֲבור דָוִדעַבְדְךָ רֶגֶל רְבִיעיִ בַמֶרְכָבָה‪,‬‬ ‫הַמְשורֵרבְרוחַקָדְשֶךָ‪:‬‬ ‫שִיר הַמַעֲלות אשְריֵ כָל־יְרֵא יְהוָההַהלֵךְ בִדְרָכָיו‪:‬יְגִיעַ‬ ‫כַפֶיךָ כיִ תֹאכֵלאשְרֶיךָ וְטובלָךְ‪:‬אֶשְתְךָ | כְגֶפןֶ פֹרִיָה‬ ‫בְיַרְכְתיֵבֵיתֶךָבנֶָיךָ כִשְתִליֵ זֵיתִים סָבִיבלְשֻלְחָנֶךָ‪ :‬הִנֵה כִי־כןֵ‬ ‫יְבֹרַךְ גָבֶר יְרֵא יְהוָה‪:‬יְבָרֶכְךָ יְהוָה מִצִיון ורְאֵה בְטוב יְרֽושָלָם‬ ‫כל יְמיֵחַייךָ‪ :‬ורְאֵה בנִָים לְבנֶָיךָ שָלום עַל־יִשְרָאֵל‪:‬‬ ‫אנָא יְהוָהשומֵעַ תְפִלָה‪ ,‬יְקֻיַם בָנו הַפָסוק‪" ,‬וַאנֲיִ זאת בְרִיתיִ‬ ‫אותָם‪ ,‬אמַר יְהוָה‪ ,‬רוחיִ אֲשֶרעָלֶיךָ ודְבָריַ אֲשֶר שַמְתיִ‬ ‫בְפִיךָ‪ ,‬לא יָמושומִפִיךָ ומִפיִזַרְעֲךָ ומִפיִ זֶרַעזַרְעֲךָ‪ ,‬אמַר‬ ‫יְהוָה‪ ,‬מֵעַתָה וְעַד עולַם"‪ .‬יִהְיו לְרָצון | אִמְרֵי־פיִ וְהֶגְיון לִביִ‬ ‫לְפנֶָיךָ יְהוָה צוריִ וְגאֲלִי‪.‬‬

Tefilat Hashlá Hakadosh en español Plegaria escrita por el gran cabalista Rab Yeshayahu Horovitz, z”l, conocido como el “Shlá Hakadosh” (1558-1628), para ser dicha en todo momento, especialmente en la víspera de Rosh Jodesh Siván. Tú eres el Eterno, nuestro D-os, antes de haber creado el universo, y Tú eres nuestro D-os desde que creaste el universo, y eternamente Tú eres el Poder único. Tú creaste Tu mundo a fin de dar a conocer Tu divinidad por medio de Tu sagrada Torá, como afirmaron nuestros sabios, de bendita memoria: Bereshit, “Por el principio”, por la Torá y por Israel (fue creado el universo)”. Pues ellos son Tu pueblo y Tu heredad que Tú escogiste entre las demás naciones, y les entregaste Tu sagrada Torá y los acercaste a Tu gran Nombre. Y para preservar el mundo y preservar la Torá, nos trasmitiste dos mandamientos, como escribiste en Tu Torá: “Fructifíquense y multiplíquense” (Bereshit 1:22), y “enseñarán (las palabras de Torá) a sus hijos” (Debarim 11:19). Y realmente el propósito de ambos es el mismo, ya que el mundo no fue creado para quedar desolado, sino para ser habitado, y para Tu honor lo creaste y

Tefilat Hashlá Hakadosh

perfeccionaste, para que nosotros y nuestra descendencia, así como la descendencia de todo Tu pueblo Israel, conozcan Tu nombre y estudien Tu Torá. Y por eso yo vengo ante Ti, Eterno, Rey de reyes, y presento mi súplica. En Ti pongo mi deseo de que me concedas gracia y escuches mi oración, enviándome hijos e hijas, y que ellos y su descendencia también se fructifiquen y se multipliquen hasta el fin de todas las generaciones, a fin de que todos nos dediquemos a Tu sagrada Torá, para aprender, enseñar, guardar, cumplir y mantener todas las palabras de estudio de Tu Torá con amor. Ilumina nuestros ojos con Tu Torá, y haz que nuestro corazón se apegue a Tus preceptos, con el propósito de amar y temer Tu nombre. Padre nuestro, Padre misericordioso, concédenos a todos una larga vida llena de bendición. ¿Quién es como Tú, Padre misericordioso, que con piedad recuerdas a Tus criaturas para la vida? Recuérdanos para una vida espiritual eterna, tal como rezó nuestro padre Abraham: “Ojalá viva delante de Ti”. Y explicaron nuestros sabios, de bendita memoria, que el sentido es que viviera “con temor a Ti”. Por ello es que he venido a pedir y suplicar ante Ti, que para siempre mi descendencia entera sea apta ante tus ojos. Que nunca se halle en mí o en mi descendencia ningún defecto, invalidación o impureza, sino que tenga paz, verdad, bondad y

Tefilat Hashlá Hakadosh

rectitud ante los ojos de D-os y de los hombres. Que todos mis descendientes sean estudiosos de la Torá, sabios en las Escrituras, sabios en la Mishná, sabios en el Talmud, conocedores de los secretos cabalísticos, cumplidores de los preceptos, generosos y que hagan el bien, y sean altruistas. Que te sirvan con amor y temor sincero y profundo, y no con temor superficial. Otorga a cada uno de ellos lo suficiente para su manutención con honor; concédeles salud y energía, buena presencia y hermosura, gracia y encanto, y que entre ellos haya amor, hermandad y paz. Y a cada uno de ellos preséntale su pareja idónea, progenie de eruditos en la Torá y hombres justos, y que sus parejas sean igual a ellos en todo lo que he rezado por ellos, ya que una misma remembranza vale para todos. Tú eres el Eterno, que conoce todos los misterios, y delante de Ti están revelados los secretos de mi corazón. Tú sabes que en todo esto mi intención es en aras de Tu Nombre grandioso y santo, así como en aras de Tu sagrada Torá. Por tanto, respóndeme, oh Eterno, respóndeme, gracias al mérito de nuestros ancestros, Abraham, Itzjak y Yaacob, y salva a sus descendientes por ellos, para que las ramas sean iguales a las raíces, y también por Tu siervo David, que es el cuarto pilar del “carruaje celestial”, y el poeta de inspiración profética. “Canto de ascensiones. Dichoso es todo aquel que teme al Eterno, aquel que anda en Sus caminos.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Cuando comas del esfuerzo de tus manos, venturoso eres y te irá bien. Tu mujer será como una vid fructífera en los aposentos de tu casa. Tus hijos serán como vástagos de olivos alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el varón que teme al Eterno. El Eterno te bendecirá desde Tzión, y verás lo bueno de Yerushaláim todos los días de tu vida. Y verás a los hijos de tus hijos; paz para Israel”. Por favor, oh Eterno, que escuchas la oración, que en nosotros se cumpla el versículo que dice: “Y en cuanto a Mí, he aquí Mi pacto con ellos, dijo el Eterno: Mi espíritu que está sobre ti y Mi palabra que he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca ni de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la progenie de tu descendencia, afirmó el Eterno, desde ahora y para siempre” (Yeshayahu 59:21). “Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, D-os, mi fuerza y mi salvación”.

Tefilat Hashlá Hakadosh en fonética Plegaria escrita por el gran cabalista Rab Yeshayahu Horovitz, z”l, conocido como el “Shlá Hakadosh” (1558-1628), para ser dicha en todo momento, especialmente en la víspera de Rosh Jodesh Siván. Atá Hu Ado-Nay Elo-Henu, Ad Shelo Barata Aholam, Veatá Hu Elo-Henu Mishebarata Aholam, Umeolam Vead Olam Ata El. Ubarata Olameja Beguin Leishtemodá Elahutaj Beemtzaut Torateja Hakedoshá, Kemo Sheamru Rabotenu Zijronam Libraja; “Bereshit”, Bishbil Hatora Ubishbil Israel. Ki Hem Ameja Venajalateja Asher Bajarta Bahem Mikol Haumot, Venatata Lahem Torateja Hakedoshá Vekerabtam Leshimja Hagadol. Veal Kium Aholam Veal Kiyum Hatorá, Ba Lanu Mimeja Ado-Nay Elo-Henu Shené Tzivuyim, Katabta Betorateja “Perú Urbú”, Vekatabta Betorateja “Velimadtem Otam Et Benejem”, Veakavaná Bishtehem Ajat: Ki Lo Letohu Barata, Ki Im Leshebet, Velijbodja Barata, Yaztarta Af Asita, Kede Shenihiye Anajnu Vetzeetzaenu Vetzeetzae Kol Ameja Bet Israel Yode Shemeja Velomde Torateja.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Ubjen Abo Eleja Ado-Nay Melej Hamelajim, Veapil Tejinati, Veene Leja Teluyot Ad Shetejoneni Vetishmá Tefilati, Leazmin Li Banim Ubanot, Vegam Hem Ifru Veirbu Hem Ubnehem Ubne Benehem Ad Sof Kol Hadorot, Letajlit, Shehem Vaani Vaanajnu Kulanu, Naasok Berotareja Hakedosha Lilmod Ulelamed Lishmor Velaasot, Ulkayem Et Kol Dibre Talmud Torateja Beahaba, Vehaer Enenu Betorateja Vedabek Libenu Bemitzvoteja Leahaba Ulirá Et Shemeja. Abinu Ab Harajaman, Ten Lekulanu Jaim Arukim Ubrujim, Mi Jamoja Ab Harajamim, Zojer Yetzurav Lejaim Berajamim, Zojrenu Lejaim Nitzjiim, Kemo Sheitpalel Abraham Abinu “Lu Ihiye Lefaneja” Upirshu Rabotenu Zijronam Libraja “Beirateja”. Ki Al Ken Bati Lebakesh Uljanen Milefaneja, Sheyehe Zari Vezera Zari Ad Olam Zera Kasher, Veal Imatze Bi Ubzari Ubzera Zari Ad Olam, Shum Pisul Veshemetz, Aj Shalom Veemet Vetob Veyashar Beene Elo-Him Ubeene Adam. Veihiyu Baale Torá, Mare Mikrá, Maré Mishná, Maré Talmud, Maré Razá, Maré mitzvá, Maré Gomlé Jasadim, Maré Midot Trumiot, Veyaabduja Beahaba Ubeira Penimit, Velo Irá Jitzonit. Veten Lekol Gueviá Ugvuiá Mehem De Majsora Bejabod, Veten Lahem Beirut Vejabod Vekoaj, Veten Lahem Koma Veyofi Vejen Vejesed, Veihiye Ahaba Beajva Veshalom Benehem, Vetazmin Lahem Zivuguim

Tefilat Hashlá Hakadosh

Mizera Talmide Jajamim, Mizerá tzadikim, Vegam Zivugam Ihiyu Kemotam Kejol Asher Itpalalti Alehem, Ki Zijron Ejad Olam Lekan Ulekan. Atá Ado-Nay Yodea Kol Taalumot, Ulfaneja Niglu Matzpune Libi, Ki Kavanati Bejol Ele, Lemaan Shimja Hagadol, Ulmaan Torateja Hakedosha, Al Ken, Aneni Ado-Nay Aneni, Baabur Abot Hakedoshim Abraham Itzjak Yaacob, Ubiglalam Toshia Banim Lihiyot Haanafim Domim Leshorsham, Ubaabur David Abdeja Reguel Rebií Bamerkaba Hamishorer Beruaj Kodsheja. Shir Hamaalot Ashre Kol Yeré Ado-Nay Haholej Bidrajav. Yeguiá Kapeja Ki Tojal Ashreja Vetob Laj. Eshtejá Keguefen Poriá Beyarketé Beteja Baneja Kashtile Veitim Sabib Leshuljaneja. Hine Ki Jen Yeboraj Gueber Yeré Ado-Nay. Yebarejeja Ado-Nay Mitzion Ure Betub Yerushaláim Kol Yeme Jayeja. Ure Banim Lebaneja Shalom Al Israel. Ana Ado-Nay Shomea Tefila, Yekuyam Hapasuk “Vaani Zot Veriti Otam, Amar Ado-Nay, Ruji Asher Aleja Udbarai Asher Samti Bepija, Lo Yamushu Mipija Umipi Zaraja, Umipi Zera Zaraja, Amar Ado-Nay, Meata Vead Olam”. Ihiyu Leratzon Imre Fi Veheguion libi Lefaneja Ado-Nay Tzuri Vegoali.

Tú eres el Eterno, nuestro D-os ‫ וְאתָה הוא‬,‫אתָה הוא יְהוָה אֱלהֵינו עַד שֶלֹא בָרָאת הָעולָם‬ ‫ ומֵעולָם וְעַד עולָם אתָה אֵל‬,‫אֱלהֵינו מִשֶבָרָאתָהָעולָם‬ “Tú eres el Eterno, nuestro D-os, antes de haber creado el universo, y Tú eres nuestro D-os desde que creaste el universo, y eternamente Tú eres el Poder único…” La Tefilá del Shlá comienza con alabanzas al Creador. Sobre esto, dice el Zóhar Hakadosh: “Cuando la persona quiere bendecir a su prójimo o a su hijo, debe alabar primero a D-os. Si no hace esto, la bendición no se recibe”. Así acostumbraba hacer el famoso Jidá, quien, cuando alguna persona iba con él para pedirle una berajá, ponía su mano en la cabeza del otro, alababa primero a D-os y decía: Itbaraj Shemó Shel Hakadosh Baruj Hu, “Bendito sea el Nombre del Santo, bendito es”, y luego daba la berajá.3 Otro de los consejos para que se reciban las berajot es que quien está bendiciendo se halle cerca de la persona a la que bendecirá.4 3 4

Pele Yoetz, Berajot. Derashot HaRan Drush 1.

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La berajá es más fuerte si se dice frente a frente. Por eso los Cohanim se voltean para quedar frente a toda la congregación, a fin de dar la berajá frente a frente.5 Comienza la Tefilá del Shlá con una manifestación de que Hashem es nuestro D-os desde antes de haber creado el mundo y después de haberlo creado, y por siempre lo será. La Torá comienza diciendo: Bereshit, bará Elokim et hashamaim veet haaretz, “En el principio, creó Hashem los Cielos y la Tierra”6. Explican los Jajamim que la expresión: “En el principio”, quiere decir que lo primero que un yehudí debe saber es que Hashem creó el cielo y la tierra, y que hay un Conductor de este mundo, además de que no hay nada ni nadie que pueda impedir que lo haga ni frenarlo.7 Con respecto a esto, en el Shulján Aruj, el código de leyes judías, está escrito que al recitar el Kriat Shemá debemos pensar que Hashem gobierna en los Siete Cielos y en la Tierra.8 Dicen nuestros Jajamim que no basta con pensar que Hashem gobierna en los Cielos y en la Tierra, sino que también gobierna sobre todos y cada uno de nosotros. A esto se le conoce como 5

Jatam Sofer sobre la Torá, Balak. Bereshit 1:1. 7 Rab Menajem de Kotzk. 8 Shulján Aruj 61, 6. 6

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Hashgajat Pratí, que Hashem nos supervisa y gobierna sobre nosotros en una manera particular. Muchas veces podemos sentir la grandeza de Hashem al ver su Creación, pero no debemos olvidar que también nosotros somos su creación y que nuestro propósito en este mundo es “servirle a Él”. Es por eso que comenzamos la Tefilá con la frase del principio, para saber que todo lo que pasa en el mundo viene de Él y Él es el Único que gobierna el mundo.

Nuestra finalidad en la vida es dar a conocer el nombre de Hashem en el mundo ָ‫ובָרָאתָעולָמְךָבְגִין לְהִשְתְמודָע אֱלָהותָךְבְאֶמְצָעות תורָתְך‬ ‫הַקְדושָה‬ Tú creaste Tu mundo a fin de dar a conocer Tu divinidad por medio de Tu sagrada Torá Escribió el Rambán, hace aproximadamente 800 años,9 que la finalidad de todas las mitzvot es creer en Hashem y agradecerle por crearnos. Tal es el objetivo de toda la Creación y no tiene ésta otra intención. Rab Yosef Shalom Elyashib, z”l, comentó en una oportunidad que cada generación posee una mitzvá que es especialmente significativa para esa época. La mitzvá de nuestros días, dijo Rab Elyashib, es “hacer que Hashem sea amado por medio de ti”. De este modo, cuando nos regimos por el comportamiento que Hashem nos pide en su Torá, adquirimos cualidades tan finas que, de forma automática, estamos santificando el Nombre de Hashem y, así, las naciones del mundo alabarán a los hijos de D-os debido a su conducta. 9

Al final de Perashat Bo.

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La responsabilidad principal de cada yehudí es generar “actos” positivos para enaltecer el Nombre de Hashem. Ciertas mitzvot claramente logran este objetivo; por ejemplo, comer Matzá en Pésaj. Cuando pasamos una semana entera buscando y retirando las migajas de pan de todos los rincones de la casa, ¡la única motivación posible es que Hashem lo haya dicho! Al comer Matzá hacemos que aumente el respeto por Hashem en el mundo. Esto es la esencia del Kidush Hashem (santificación del Nombre de Hashem). Otro ejemplo evidente es la mitzvá de Brit Milá, la circuncisión. ¿Quién haría esto a un inocente bebé de apenas ocho días de nacido, aparte de un médico en un hospital, y sobre tan delicada parte del cuerpo? Por tanto, cuando un judío realiza el Brit Milá hace un Kidush Hashem y nos hace tomar conciencia de la Presencia de D-os en nuestra vida. Escribió Maimónides, el famoso Rabino y doctor conocido como el Rambam: “Dijo D-os: Para eso los saqué de Egipto, para que santifiquen mi Nombre en público”.10 Dijo Rab Nisim Yaguén, zz”l, en una ocasión: “Muchas veces a lo largo del día tenemos la oportunidad de hacer Kidush Hashem, ya sea entre yehudim o con goyim. Por ejemplo, si una persona con kipá saluda correctamente, se comporta como es debido, es recta en los negocios, etc., estará 10

Rambam, Séfer Hamitzvot, Mitzvat Asé 9.

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provocando que la gente diga: ‘Vean a este yehudí religioso. Vale la pena ser como él’. Si la gente valora y habla bien de este religioso, ello estará provocando un Kidush Hashem muy grande, ya que estará dándose valor y honor a Hashem”. Acercar por medio del ejemplo a la gente alejada del judaísmo es un gran Kidush Hashem.11

11

Netibé Or, página 233, Rab Nisim Yaguén.

El mundo fue creado por la Torá y por Israel ‫כְמו שֶאמְרו רַבותֵינו זִכְרונָם לִבְרָכָה "בְרֵאשִית" בִשְבִיל‬ ‫הַתורָה ובִשְבִיל יִשְרָאֵל‬ Como afirmaron nuestros sabios, de bendita memoria: “‘Bereshit’, ‘Por el principio’, por la Torá y por Israel (fue creado el universo)”. La Mishná en Pirké Abot nos dice: “Sobre tres cosas el mundo se sostiene (el mundo fue creado para tres cosas12): una de ellas es la Torá”.13 Rashí, al principio de Séfer Bereshit escribe: “Si el Pueblo de Israel no hubiera recibido la Torá, no se hubiera creado el cielo y la tierra”.14 Dice el Talmud: “Cuando el Pueblo de Israel estaba por recibir la Torá y todos estaban reunidos al pie del Monte Sinaí, Hashem los obligó a recibir la Torá y les dijo: Si la reciben, bien; de lo contrario, aquí será su fin”.15 Vemos de estas fuentes que el mundo fue creado para el cumplimiento y estudio de la Torá.

12

Así explica Rab Obadia de Bartenura. Pirké Abot 1:2. 14 Así mismo se explica en Pesajim 68b. 15 Shabat 88a. 13

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Por otro lado, vemos que el mundo fue creado para el Pueblo de Israel, como está escrito: “Por la Torá y por Israel fue creado el universo”. Realmente esto no se contradice: el mundo fue creado para la Torá y asimismo para el Pueblo de Israel. ¿Cómo se explica esto? El mundo fue creado para que Hashem beneficie a sus hijos, que somos nosotros: el Pueblo de Israel. Cuenta el Midrash que, cuando Hashem quiso crear al hombre, los ángeles se pusieron celosos y no querían que hubiera “otros” aparte de ellos. Pero Hashem les dijo: “Esto se parece a un rey que tiene los mejores manjares, los mejores regalos, etc., y no tiene con quién compartirlos”. Eso mismo pasa con el hombre. Hashem desea favorecernos con sus tesoros. ¿Y cómo nos beneficia? Por medio de la Torá. En otras palabras, la creación del mundo fue para que el Pueblo de Israel recibiera la Torá y se beneficiara con ella disfrutando de su belleza. Ahora ya podemos entender que la creación del mundo fue para que se entregara la Torá y para el Pueblo de Israel. A final de cuentas es lo mismo, ya que la Torá se entregó al Pueblo de Israel para que la disfrute.

El pueblo de Israel fue el elegido para recibir la Torá y estar unidos a Él ‫ וְנָתַתָלָהֶם‬,‫כִי הֵם עַמְךָוְנַחֲלָתֶךָאֲשֶר בָחַרְתָבָהֶם מִכל הָאֻמות‬ ‫ וְקֵרַבְתָם לְשִמְךָהַגָדול‬,‫תורָתְךָהַקְדושָה‬ Pues ellos son Tu pueblo y Tu heredad que Tú escogiste entre las demás naciones, y les entregaste Tu sagrada Torá y los acercaste a Tu gran Nombre. En esta parte de la Tefilá del Shlá manifestamos que el Pueblo de Israel fue elegido por Hashem para entregarle la Torá. Relata el Midrash que cuando Hashem quería entregar la Torá no fue directamente con el Pueblo de Israel para entregársela, sino que se presentó con las demás naciones para ofrecerles la Torá.16 Comenzó ofreciendo la Torá a los hijos de Esav. Hashem les preguntó: “¿Quieren recibir la Torá?”. Ellos preguntaron a Hashem: “¿Qué está escrito en ella?”. Hashem les respondió: “No matarás”. Al escuchar tal cosa, ellos no quisieron recibir la Torá. Hashem continuó con los pueblos de Amón y Moab. Les preguntó: “¿Quieren recibir la Torá?”. Ellos preguntaron a Hashem: “¿Qué está escrito en 16

Sifrí Debarim, Vezot Haberajá 2.

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ella?”. Hashem les contestó: “No cometerás adulterio”. Al oír esto, rechazaron la Torá. Hashem prosiguió con los del pueblo de Ismael y les preguntó: “¿Quieren recibir la Torá?”. Preguntaron a Hashem: “¿Qué está escrito en ella?”. Hashem les respondió: “No robarás”. Al escuchar eso, se rehusaron a recibir la Torá. Y así pasó con todos y cada uno de los pueblos, y ninguno quiso recibir la Torá. Pero el Pueblo de Israel sí la recibió, con la declaración conocida: Naasé Venishmá, “Haremos y escucharemos”. Era un Yom Tob cuando llegó una persona muy desanimada con el famoso Baal Shem Tob y comenzó a contarle todas sus penas: que no le iba bien en el negocio, que tenía problemas familiares, etcétera. Este hombre preguntó al Baal Shem Tob: — ¿Cómo es posible cumplir con la mitzvá de Vesamajtá Vejagueja, “Y te alegrarás en las festividades”, en Yom Tob si hay tantos problemas? El Baal Shem Tob contestó: —Con la Tefilá que vayas a decir, te alegrarás. Le preguntó el hombre: — ¿Cuál es esa Tefilá? El Baal Shem Tob le dijo: —Cuando en la Amidá de Yom Tob yo digo las palabras: Atá bajartanu mikol haamim… Ahabta

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otanu veratzita banu…, “Tú nos escogiste de entre todos los pueblos... Nos amaste y nos quisiste…”, se despierta en mí una enorme alegría. Cuando la persona toma conciencia de que Hashem nos escogió, que nos ama, que nos quiere, que se preocupa por nosotros, debemos sentirnos felices. Dice la Guemará que preguntaron a los grandes Jajamim, a los sabios y a los ángeles el motivo de la destrucción del Bet Hamikdash. Pero la Guemará señala que no se obtuvo respuesta hasta que vino el mismísimo Hashem a contestar. Y la respuesta fue la siguiente: “Por cuanto que abandonaron mi Torá”17. La Guemará trae una opinión para entender a qué se refirió Hashem con su respuesta, ya que en ese tiempo realmente sí se estudiaba Torá. Sin embargo, la explicación es la siguiente: “Debido a que no bendecían a la Torá primero”. Explica Rashí18 que la berajá que no recitaban era la de Asher bajar banu mikol haamim, venatán lanu et Torató, “Que nos escogiste de entre todas las naciones y nos diste la Torá”. Quiere decirnos Rashí que en esa generación sí estudiaban la Torá, pero al no recitar la berajá de agradecimiento por haberla recibido manifestaban que ese regalo no era tan especial. 17 18

Maséjet Nedarim 81 y Babá Metzía 85b. En Babá Metzía 85b.

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Explica Rab Tzbí Yehuda Kuk: “Debido a que en esa generación no estudiaban la Torá con el amor y el gusto por haber sido los elegidos para recibirla, ellos fueron los responsables de que se destruyese el Bet Hamikdash”. Esto nos enseña que debemos estudiar y cumplir la Torá sintiendo felicidad por el grandioso regalo de Hashem al elegirnos para recibir la Torá. El Tur Shulján Aruj19 nos explica las berajot que recitamos todas las mañanas, las de la Torá. • La primera berajá es Al Hatorá, “Sobre la Torá”, por la obligación que tiene cada yehudí de estudiar Torá. • La segunda constituye una petición a Hashem: Veareb ná, “Que sea para nosotros dulce la Torá”, es decir, que podamos deleitarnos con ella. No basta estudiarla, sino que debemos disfrutarla. • La tercera berajá “es de agradecimiento a Hashem, por haber sido nosotros los elegidos para recibir la Torá”. Al pronunciar esta berajá debemos imaginar el gran acontecimiento de habernos acercado al Monte Sinaí, que escuchamos la voz de Hashem dentro del fuego y pudimos recibir la sagrada Torá, que es nuestra vida. Para poder sentir el gusto de haber recibido la Torá, es forzosamente estudiarla y profundizar 19

Simán 47.

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en ella; ya que de lo contrario, no conocemos la sagrada Torá, que de ahí nace la verdadera felicidad.

Hashem nos pide que nos multipliquemos y enseñemos Torá a nuestra descendencia ‫וְעַל קִיום הָעולָם וְעַל קִיום הַתורָה בָא לָנו מִמְךָיְהוָה אֱלהֵינו‬ ָ‫ וְכָתַבְתָבְתורָתֶך‬,"‫ כָתַבְתָבְתורָתֶךָ"פְרו ורְבו‬,‫שנְיֵ צִוויִים‬ ‫ כיִ לא‬,‫ וְהַכוַָנָה בִשְתֵיהןֶ אחַת‬,"‫"וְלִמַדְתֶם אֹתָם אֶת בנְֵיכֶם‬ ָ‫ית‬ , ִ‫אתָ יָצַרְתָאף עָש‬ , ָ‫ וְלִכְבודְךָבָר‬,‫לְתהו בָרָאתָכיִ אִם לְשֶבֶת‬ ‫כְדיֵ שֶנִהְיֶה אֲנַחְנו וְצֶאֱצָאֵנו וְצֶאֱצָאיֵ כל עַמְךָבֵית יִשְרָאֵל‬ ָ‫יודְעיֵ שֶמֶךָוְלומְדיֵ תורָתֶך‬ Y para preservar el mundo y preservar la Torá, Hashem, nos trasmitiste dos mandamientos, como escribiste en Tu Torá: “Fructifíquense y multiplíquense” (Bereshit 1:22), y “enseñarán (las palabras de Torá) a sus hijos” (Debarim 11:19). Realmente el propósito de ambos es el mismo, ya que el mundo no fue creado para quedar desolado, sino para ser habitado. Y para Tu honor lo creaste y perfeccionaste, a fin de que nosotros y nuestra descendencia, así como la de todo Tu pueblo, Israel, conozcan Tu Nombre y estudien Tu Torá. En esta parte de la Tefilá del Shlá veremos la importancia de tener descendencia y de que todo el propósito de tener hijos es para que estudien Torá. Veamos algunos versículos del Tanaj, donde se

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nota la importancia que Hashem da a que tengamos descendencia. Fructifíquense y multiplíquense Después de que Hashem creó todo el universo, creó también a los primeros seres humanos, que fueron Adam y Javá. Está escrito en la Torá que Hashem habló con ellos y les indicó: “Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra”.20 Luego de que cesó el diluvio, Hashem bendijo a Nóaj de la siguiente manera: “Bendijo Dios a Nóaj y a sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra”.21 La voluntad de Hashem es que poblemos la tierra, así como escribe el profeta: “Porque así dijo Hashem, que creó los cielos; Él es Dios, el que formó la tierra, el que la hizo y la compuso. No la creó en vano, sino para que fuese habitada la creó”.22 Cuando el Pueblo de Israel fue exilado de la Tierra de Israel a Babel, se acercó a ellos el profeta Irmeyahu y dijo: “Cásense y engendren hijos e hijas; den mujeres a sus hijos y den maridos a sus hijas, para que tengan hijos e hijas. Y multiplíquense ahí, y no se disminuyan”23. 20

Bereshit 1:28. Bereshit 9:1. 22 Yeshayahu 45:18. 23 Irmeyahu 29:6. 21

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De aquí que en la Torá se halle la mitzvá de casarse y tener descendencia. Como vemos en tantos lugares del Tanaj, Hashem se preocupa por tener su mundo habitado. Nos cuenta la Guemará24 que Jizkiyahu no quería casarse y tener descendencia, pues había visto por rúaj hakódesh, inspiración divina, que sus descendientes iban a ser gente malvada. Pero el profeta Yeshayahu le dijo, en nombre de Hashem, “…morirás y no vivirás”, es decir, que moriría en este mundo y no viviría en el Mundo Venidero. Preguntó Jizkiyahu a Yeshayahu: — ¿Cuál es la causa de un castigo tan grade? Le contestó el profeta: —Debido a que no te ocupaste de la mitzvá de fructificarse. —Pero vi por rúaj hakódesh que iba a tener descendencia malvada —dijo Jizkiyahu. Contestó Yeshayahu: —Eso no importa. Tú debes hacer lo que la Torá ordena, que es fructificar, sin ver lo que vaya a pasar en un futuro. Dice la Guemará: “Todo el que no se ocupa en fructificarse, se considera como un asesino”25. La explicación es: por cuanto que no quiere tener descendencia, está frenando la continuación del Pueblo de Israel en el mundo y eso va contra la 24 25

Maséjet Berajot 10a. Maséjet Yebamot 63.

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Voluntad de Hashem. “Y enseñarán (las palabras de Torá) a sus hijos…” Después de haber entendido que la Voluntad de Hashem es que habitemos la tierra y continuemos la humanidad en este mundo, describiremos ahora la importancia y la obligación que tenemos de enseñar la Torá a nuestros descendientes. El padre está obligado a enseñar Torá a su hijo, como está escrito: “Y enseñarán (las palabras de Torá) a sus hijos”26. Dice el Midrash27: “Señaló Rab Yosi ben Akibá: Desde que el hijo comienza a hablar, el padre debe enseñarle Torá, y si le enseña Torá, alargará sus días, así como está escrito: ‘Y la enseñarás a tus hijos’28, y más adelante está escrito: ‘Para que alarguen los días de sus vidas’”.29 El motivo de la mitzvá de fructificarse, nos explica el Jinuj30, es que Hashem quiere que el mundo esté habitado para que todos puedan cumplir mitzvot, ya que el mundo fue entregado a los hombres y no a los ángeles. Está escrito en el libro Pele Yoetz: “Lo principal 26

Debarim 11:19. Sifrí en Debarim, Piská 46, lo menciona Rashí en Debarim 11:19; Maséjet Sucá 42a; Maséjet Kidushín 29b. 28 Debarim 11:19. 29 Debarim 11:21. 30 Mitzvá 1. 27

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de la mitzvá de ‘Fructificarse y multiplicarse’ es estudiar Torá y descubrir secretos en ella, y crear alumnos que estudien Torá para que iluminen al mundo con sus conocimientos”.31

31

Pele Yoetz en el tema Piriá Beribiá.

Consejos de Jajamim para ver a nuestros hijos en el camino de la Torá ,ִ‫ וְאפִיל תְחִנָתי‬,‫ובְכןֵ אבוא אֵלֶיךָיְהוָה מֶלֶךְמַלְכיֵ הַמְלָכִים‬ ‫ לְהַזְמִין ליִ בנִָים‬,ִ‫וְעֵיניַ לְךָתְלויות עַד שֶתְחנָנֶיִ וְתִשְמַע תְפִלָתי‬ ‫ וְגַם הֵם יִפְרו וְיִרְבו הֵם ובנְֵיהֶם ובנְיֵ בנְֵיהֶם עַד סוף כֹל‬,‫ובָנות‬ ָ‫ נַעֲסק בְתורָתְך‬,‫ שֶהֵם וַאנֲיִ וַאֲנַחְנו כֻלָנו‬,‫ לְתַכְלִית‬,‫הַדורות‬ ֵ‫ ולְקַיֵם אֶת כל דִבְרי‬,‫הַקְדושָה לִלְמד ולְלָמֵד לִשְמר וְלַעֲשות‬ ‫ וְהָאֵר עֵינֵינו בְתורָתֶךָוְדַבֵק לִבֵנו‬,‫תַלְמוד תורָתְךָבְאהֲבָה‬ ָ‫בְמִצְותֶיךָלְאהֲבָה ולְיִרְאה אֶת שֶמֶך‬ “Y por eso yo vengo ante Ti, Eterno, Rey de reyes, y te presento mi súplica. En Ti pongo mi deseo de que me concedas gracia y escuches mi oración enviándome hijos e hijas, y que ellos y la descendencia de ellos también fructifiquen y se multipliquen hasta el fin de todas las generaciones, a fin de que todos nos dediquemos a Tu Sagrada Torá, para aprender, enseñar, guardar, cumplir y mantener todas las palabras de estudio de Tu Torá con amor. Ilumina nuestros ojos con Tu Torá y haz que nuestro corazón se apegue a Tus preceptos, con el propósito de amar y temer Tu nombre…” En esta parte de la Tefilá del Shlá pedimos a Hashem, en forma general, que nuestros hijos crezcan y se conduzcan en el camino de la Torá,

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para lo cual vamos a dar varios consejos de nuestros Jajamim para esto. Hacer Tefilá por ellos Una de las berajot que mencionamos todos los días en la mañana, en Birkot Hashajar (Veareb na), es una petición a Hashem para que nuestros hijos se ocupen en la Sagrada Torá, y no sólo eso, sino también que la Torá les sea dulce y agradable. Dijeron los Jajamim que una gran parte de la educación de los hijos depende de la Tefilá que hacen los padres. Es decir, aunque los padres sean un buen ejemplo para los hijos, y eduquen a sus hijos con buenas virtudes ofreciéndoles cariño y amor, todavía necesitan hacer algo más importante: “Hacer Tefilá por ellos”. Mas hoy, cuando el mundo presenta circunstancias complicadas para educar a nuestros hijos, sólo la Tefilá puede protegerlos de tanta suciedad que hay en las calles y tiene también la fuerza de inyectarles Torá e irat Shamaim32. Dijo el Rab de Beltz: “¿Ya tuviste hijos? Ahora trata de que no pase ninguna Tefilá sin que pidas por ellos. Si lloras mucho por la educación de tus hijos, tendrás hijos buenos”. Cuentan que el libro de Tehilim de la madre del Jafetz Jaim recibió cientos de lágrimas de ella, por 32

Rab Shalom Arush.

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los muchos pedidos que hizo a Hashem para que su hijo creciera en el camino de la Torá. En cierta ocasión, preguntaron a Rab Shelomo Volve, zz”l: — ¿Por qué en ninguna de las bendiciones de la Amidá (el rezo silencioso) hacemos una petición por los hijos? Respondió Rab Shelomo: —Primeramente, no hay un texto universal para pedir a D-os por los hijos. Cada uno tiene requerimientos diferentes y no es posible hacer un texto único. Y en segundo lugar, uno no debe esperar hasta que comience el siguiente rezo, sino que debe pedir a Hashem en todo momento que se necesite… Todo lo que he ameritado por el estudio de la Torá se debe a mi madre, a quien veía rezando por mí… incluso diez veces al día. Había una familia donde yacían varias hermanas. Una de ellas era la distinguida por su belleza, cualidades, virtudes, inteligencia, etc. Las demás hermanas, eran las “normales” y tal vez con varios defectos. Los padres de estas niñas se dedicaron a rezar mucho por todas ellas para que se casen con buenos hombres, a excepción de la “hija especial”, que era seguro que se casará con el mejor hombre de la comunidad, pero por las demás, debían rezar mucho para que les vaya bien.

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Así pasó mucho tiempo hasta que llegó el tiempo de casarlas. Al final de cuentas, todas las jovencitas “normales” se casaron con muy buenos hombres; y la “hija especial” se tardó muchos años en casarse. Cuando hay Tefilá, hay éxito sin duda. No perderlos de vista Es una obligación del padre y de la madre enseñar Torá a sus hijos para que se encaminen por el sendero de Hashem. No basta con hacer Tefilá por ello, sino que el padre y la madre deben ocuparse y hacer todo lo posible para que siempre sigan ese camino. Uno de los puntos básicos de la educación de los hijos es que los padres no los pierdan de vista en ningún momento, de la misma manera en que no está permitido distraerse siquiera un breve momento cuando se tienen puestos los tefilín. Esto se aprende de la cercanía de los versículos que en la Torá: así como está escrito: “Se amarrarán los tefilín”, luego está escrito que debemos enseñar Torá a nuestros hijos. Los Jajamim aprenden de esta cercanía de versículos que los padres no debemos perder de vista a nuestros hijos igual que con los tefilín, es decir, ni un solo momento.33 Por ejemplo, Jajam Obadia Yosef, zz”l, aunque siempre se dedicó al estudio de la Torá, a escribir 33

Meam Loez.

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libros, a dar clases, etc., nunca perdió de vista a sus hijos y sabía exactamente qué necesitaba cada uno o cómo iban en la escuela. Una vez cada dos semanas, Jajam Obadia Yosef iba de visita a casa de sus suegros y, en el camino, platicaba con su esposa sobre cómo cada uno de sus hijos iba en el estudio, en la yeshibá, etc., y el sabio dictaba la conducta correcta que debía observar cada uno de ellos. Hoy podemos constatar la gran educación que él implantó en sus hijos. Enseñarles Torá Dice el pasuk: Veshinantam lebaneja bedibartá bam, “Y les enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas (de las palabras de Torá)”34. Dice el Jatam Sofer: “El secreto para enseñar a los hijos a estudiar Torá es, primero, que el padre estudie Torá”, así como dice el pasuk: “Para enseñar a nuestros hijos”, ¡primero debemos estudiar Torá nosotros! No sólo los hombres tienen la obligación de enseñar Torá a sus hijos, sino también las mujeres. Principalmente ellas deben apoyarlos, ya que las mujeres pasan la mayor parte del tiempo con ellos. Dijo Jajam Obadia Yosef, z”l: “La mujer que manda a su esposo a estudiar Torá tiene pago como 34

Debarim 6:7.

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si ella hubiera estudiado Torá”. Si la mujer supiera del valor tan grande de que su esposo estudie Torá, y estuviera consciente del pago tan grande que recibirán (ella y él) en este mundo y en el venidero, ¡a escobazos obligaría a su esposo a estudiar Torá, y hasta limitaría su tiempo de comida sólo a fin de que fuera rápido a estudiar Torá! Escribió Rabenu Yoná: “Que la mujer no olvide rezar por la mañana, tarde y noche, y al final de su Tefilá que pida mucho por sus hijos e hijas para que sean temerosos de Hashem y tengan mucho éxito en su estudio de Torá. El principal mérito de la mujer en el Mundo Venidero es que sus hijos sirvan a Hashem y hagan Su Voluntad”. Cuando la mujer se encuentre en el Mundo Venidero y sus hijos se conduzcan con temor a Hashem, estudien Torá y cumplan las mitzvot, se considera como si ella en este mundo hubiera cumplido con todas las mitzvot y estará en un lugar muy elevado en el Shamaim. Dice la Guemará35 que las mujeres que mandan a sus hijos a estudiar Torá es como si ellas mismas hubieran estudiado Torá con esfuerzo y dedicación. Jajam Obadia Yosef, z”l, una vez contrató a un Moré especializado en tonos de la Tefilá para que les enseñara a sus hijos y aprendieran bien a rezar.36 35 36

Maséjet Berajot 17a. Hiljot Musar 410.

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Uno de los consejos para que nuestros hijos amen la Torá es que nosotros, como padres, la valoremos. Dijo Rab Nisim Yaguén, z”l: “Si valoraras la Torá como a tu trabajo; si amaras la Torá como al helado, nunca estarías cansado ni te dormirías mientras estudias Torá”. Ejemplo de los padres El comportamiento de los padres es la mejor educación que pueden dar a sus hijos, ya que éstos los ven y quieren seguir su ejemplo. Cuentan que llegó una pareja con el Jafetz Jaim a fin de pedirle una berajá para la buena educación de sus hijos. Les dijo el Jafetz Jaim: — ¿Por qué vinieron hasta ahora? Debieron haber venido hace veinte años. La pareja pensó que el Jafetz Jaim cometía un error, pues ellos hacia apenas unos años que habían tenido hijos, y no veinte, como el Jafetz Jaim pensaba. Estos jóvenes dijeron al Jafetz Jaim que sus hijos aún eran pequeños y querían una berajá para que crecieran con buena educación y grandes virtudes. Les contestó el Jafetz Jaim: —Yo sé que sus hijos son pequeños, pero me refería a que debieron venir hace veinte años para que los bendijera, y ustedes mismos hubieran crecido con buenas virtudes. Por eso, si ustedes

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muestran buenas virtudes y buena educación, seguramente sus hijos seguirán su ejemplo y crecerán así. Aprendemos de estas palabras que, antes de querer educar a nuestros hijos, debemos educarnos a nosotros mismos. Así, nuestro ejemplo será la mejor educación que podemos darles.37 Los hijos ven todo lo que los padres hacen y es casi imposible tratar de “esconderles” algo. Los niños no son tontos. Ciertamente saben y conocen la esencia real de su padre y su madre. En una escuela pidieron a los alumnos que pintaran a su papá. Uno de los niños dibujó a su papá sentado en el sillón leyendo el periódico. Otro niño lo dibujó arreglando la casa. Un tercero lo dibujó tomando café y viendo la televisión. Y uno más dibujó a su papá estudiando en su shtender y con libros de Torá frente a él. Todo niño mira y observa lo que hacen los padres. Es por ello que debemos darles buenos ejemplos a nuestros niños respecto a lo que hacemos y qué es lo importante en esta vida. Influencias y amistades Uno de los puntos más importantes para que nuestros hijos crezcan en el camino recto, derecho, sano y limpio es cuidar y vigilar sus amistades. 37

Rab Shalom Arush.

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Cuando uno de nuestros hijos se junta con amigos de mentalidad “diferente” de la suya, o de “distinta” educación de la que esperamos de él, debe saber que está enfrentando un grave peligro. Dice la Mishná en Pirké Abot38: Arjek mishajen ra, “Aléjate de un mal vecino”. Dicen los comentaristas que “mal vecino” se refiere al hombre enojón, presumido, envidioso, etc. Es decir, con malas cualidades. No basta que nuestro hijo “no se junte con ellos”, sino que deberá “alejarse” de cualquier persona así.39 Debemos estar muy atentos a que nuestros hijos se apeguen a amigos de buenas virtudes y con perspectivas de vida espiritual, no material. ¡Incluso deberíamos pagar para dar a nuestro hijo un buen amigo! Así dice en el Pirké Abot40: Ukné lejá jaber, “Compra para ti un amigo”. Explican los Jajamim que, aun cuando cueste mucho dinero, es necesario gastarlo para adquirir un buen amigo.

38

Pirké Abot 1:7. Tiféret Israel sobre Pirké Abot 1:7. 40 Pirké Abot 1:6. 39

Una vida de bendiciones combinada con una vida espiritual eterna ָ‫ מיִ כָמוך‬,‫ תןֵ לְכֻלָנו חיִַים אֲרֻכִים ובְרוכִים‬,ָ‫אבִינו אב הָרַחְמן‬ ‫ זָכְרֵנו לְחיִַים‬,‫אב הָרַחֲמִים זוכֵר יְצורָיו לְחיִַים בְרַחֲמִים‬ ‫ כְמו שֶהִתְפַלֵל אבְרָהָם אבִינו "לו יִחְיֶה לְפנֶָיךָ" ופִרְשו‬,‫נִצְחיִִים‬ ָ‫"רַבותֵינו זִכְרונָם לִבְרָכָה "בְיִרְאתֶך‬ Padre nuestro, Padre misericordioso, concédenos a todos una larga vida llena de bendición. ¿Quién es como Tú, Padre misericordioso, que con piedad recuerdas a Tus criaturas para la vida? Recuérdanos para una vida espiritual eterna, tal como rezó nuestro padre Abraham: “Ojalá viva delante de Ti”. Y explicaron nuestros sabios, de bendita memoria, que el sentido es que viviera “con temor a Ti” En este fragmento de la Tefilá del Shlá, le pedimos a Hashem que nos conceda una vida llena de bendiciones, combinada con una vida espiritual eterna. A fin de entender esta parte de la Tefilá, dividámosla en dos partes: 1. Pedimos a Hashem que nos dé una vida llena de bendición. 2. Le pedimos también una vida espiritual eterna.

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Que nos dé una vida llena de bendición No debemos pensar que únicamente las cosas materiales son las bendiciones que pedimos a Hashem en esta parte de la Tefilá. Le pedimos una vida llena de bendiciones de todo tipo. Por supuesto, vivir con una situación económica confortable es una bendición, así como poder vestir un bonito traje o poder viajar y disfrutar de la vida, ya que todo esto alegra al corazón. Sin embargo, debemos saber que la bendición más grande que podemos recibir en este mundo es tener alegría espiritual. ¿Acaso ver a tus hijos en Shabat alrededor de esa mesa digna de reyes que preparó tu esposa y escucharlos cantar Shalom Aléjem no te da una indescriptible alegría? ¿Acaso no es alegría reunirse con casi 100,000 yehudim de todo el mundo en un estadio por la finalización del Shas (todo el Talmud)?41 ¿Acaso no es una inmensa alegría mantener a una familia pobre donando dinero —que consideramos como propio— para ellos? La verdadera bendición es la alegría eterna, es “saber disfrutar lo que uno tiene”. Puedes sentirte feliz al tener muchos millones y gastarlos alrededor por todo el mundo; pero sentirás mayor felicidad al dar tzedaká a un hombre pobre que al viajar por todo el mundo. 41

El Siyum mundial número doce se realizó en el MetLife Stadium en el año 2012.

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¿Cuál es la verdadera bendición que pedimos en esta parte de la Tefilá del Shlá? Podemos verla en la Torá: Yaacob Abinu pidió a Hashem: “Dame pan para comer y ropa para vestir”42. Preguntan los Jajamim: “¿Acaso el pan es para vestir o la ropa para comer?”. La respuesta es: “La máxima bendición que puede tenerse es poder disfrutar de lo que se tiene. ¿Cuántos ricos lo tienen todo y son los más pobres (de alegría) de la ciudad? ¿Cuánta gente puede tener las mejores ropas, pero sólo las utiliza para avergonzar a su prójimo? Cierta vez llegó una persona muy rica con Rab Matitiahu Solomon para hacerle una pregunta: —Tengo ganas de comprarme un coche demasiado fino y costoso, y vengo a pedir su consejo. Rab Matitiahu Solomon le hizo dos preguntas antes de contestarle: — ¿Tienes el dinero suficiente para comprarlo o lo pagarás a plazos, en varios años, y te embarcarás con la deuda? Le contestó el hombre que sí tenía mucho dinero, que incluso le sobraba. La segunda pregunta fue: —Si compras ese coche, ¿tus amigos se sentirán mal o sentirán envidia de ti? 42

Bereshit 28:21.

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La respuesta del hombre rico fue: — ¡Sí! Realmente mis amigos me tendrán envidia y se sentirán mal, pues ellos no pueden adquirirlo. La respuesta de Rab Matitiahu Solomon fue: — ¡No compres ese coche, ya que tus amigos se sentirán mal! La verdadera alegría y bendición es disfrutar de lo que tenemos y no necesitar de los otros para disfrutar más de lo que tenemos queriendo presumirles o exhibir ante ellos nuestros bienes. Pedimos a Hashem una vida espiritual eterna Esta es una de las Tefilot que los Jajamim aumentaron en la Amidá para los días de Aséret Yemé Teshubá (los diez días entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, inclusive): “Zojrenu lejaim, Mélej jafetz bajaim, kotbenu beséfer jaim, lemaanaj Elokim Jaim”, “Recuérdanos para la vida, Rey que desea la vida. Inscríbenos en el libro de la vida. Para Ti, D-os, queremos vivir”. Sobre las últimas palabras de esta parte de la Amidá podemos observar que, con el objetivo de que Hashem nos dé vida, debemos “exponerle” que la queremos a fin de “vivir para D-os”. Es decir, que vivamos para darle satisfacciones. Por otro lado, como ya dijimos, en la Tefilá del Shlá pedimos una “vida espiritual eterna”. Es decir,

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en la Tefilá de la Amidá decimos: “Para Ti, D-os, queremos vivir”. Y en la Tefilá del Shlá decimos: “Queremos vida espiritual eterna”. ¿Cuál es la diferencia? En la Tefilá de la Amidá no está escrito: Lejaim Nitzjiim, “…una vida eterna”, y en la Tefilá del Shlá no está escrito: Lemaanaj Elokim Jaim, “…para Ti queremos vivir”. Pero si analizamos el propósito de las dos Tefilot, llegamos exactamente a lo mismo: “servir a D-os”. En la Tefilá de la Amidá pedimos que Hashem “nos dé vida para servirlo a Él”, y en la Tefilá del Shlá pedimos que Hashem “nos dé una vida para la eternidad”.

Una descendencia sobre la que gobierne la paz, la verdad, la bondad y la rectitud. ִ‫יךָ שֶיְהֵא זַרְעיִ וְזֶרַע זַרְעי‬ , ֶָ‫כיִ עַל כןֵ בָאתיִ לְבַקֵש ולְחנַןֵ מִלְפנ‬ ‫ וְאל יִמָצֵא ביִ ובְזַרְעיִ ובְזֶרַע זַרְעיִ עַד‬,‫עַד עולַם זֶרַע כָשֵר‬ ֵ‫ אךְשָלום וֶאֱמֶת וְטוב וְיָשָר בְעֵיני‬,‫ שום פְסול וְשֶמֶץ‬,‫עולַם‬ ‫אֱלהים ובְעֵיניֵ אדָם‬. “Por ello he venido a pedir y suplicar ante Ti que para siempre mi descendencia entera sea toda apta ante Tus Ojos. Que nunca se halle en mí o en mi descendencia entera ningún defecto, invalidación o impureza, sino que tenga paz, verdad, bondad y rectitud ante los ojos de D-os y de los hombres.” En esta parte de la Tefilá pedimos a Hashem que nuestra descendencia sea buena, pura, limpia y apta ante Sus ojos. Una de las maneras con que podemos saber si somos queridos y amados por Hashem es la escrita en el Pirké Abot: “Toda persona que es querida por las personas es querida por Hashem”43. Una señora tenía cuatro hijos, a los que llevó a una tienda de ropa y pidió que los vistieran de pies a cabeza. Mientras sus hijos estaban probándose la 43

Pirké Abot 3:10, según la explicación de Rab Obadia de Bartenura.

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ropa, en la puerta de la tienda apareció un niño pobre que sólo se quedó mirándoles. La mujer pidió al niño pobre que entrara y pidió que lo vistieran exactamente igual que a sus hijos, con pantalón, camisa, zapatos, etcétera. Cuando el niño pobre quedó listo, totalmente vestido y arreglado, preguntó a la señora: —Disculpe, señora, ¿usted es D-os? La señora respondió que no era D-os, sino “hija de D-os”. A esto el niño agregó: — ¡Ya sabía que ustedes eran parientes! Por medio de este tipo de acciones y actos podemos ganarnos el inmenso privilegio de ser queridos por la gente y, de manera automática, también por Hashem. En la Tefilá del Shlá también pedimos a Hashem que nos mande hijos sobre los que gobiernen la paz, la verdad, la bondad y la rectitud, pues por medio de estas virtudes podemos ser queridos por la gente y por Hashem. ¿Para qué pedimos estas virtudes para nuestros hijos? Paz Dijo David Hamélej en Tehilim: “Busca la paz y persíguela”44. 44

Tehilim 34:15.

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¿Cómo podemos perseguir la paz? Debemos siempre promover la paz entre los integrantes del Pueblo de Israel de la misma manera que hacía Aharón Hacohén, como está escrito: “Busca la paz y persíguela”45. Rabí Shimón ben Eleazar dijo: “Si la persona está sentada en su lugar y callada, ¿cómo podrá perseguir la paz entre los integrantes del Pueblo de Israel? Esto no es posible, sino que la persona debe salir y buscar la paz en cualquier parte del mundo, como dijo David Hamélej: “… persíguela”46. “Busca la paz” en el lugar en que estás y “persíguela” en otro lugar47. Cuenta el Midrash, que Rabí Meír estaba dando una clase de Torá a la que asistía una mujer. Al terminar la clase, fue la mujer a su casa y al llegar su marido le preguntó dónde había estado. Ella le contestó que en la clase de Torá de Rabí Meír. Debido a que el esposo era un poco burlón, dijo a su esposa que no podía entrar a su casa sino hasta que escupiera a Rabí Meír en la cara. La mujer salió de su hogar muy preocupada, sin saber qué hacer. En ese mismo momento, se presentó Eliyahu Hanabí a Rabí Meír y le dijo que, por él, la mujer había tenido problemas en su casa y le contó lo que había pasado. 45

Ibíd. Abot d’Rabí Natán 12:6. 47 Rashí a Tehilim. 46

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¿Qué hizo Rabí Meír? Fue al Bet Hakenéset principal de la ciudad y anunció que tenía un problema de salud en la cara, y que la única curación era que le escupieran en la cara. La mujer se encontraba ahí e inmediatamente se ofreció a hacerlo. Enfrente de todo el público, la mujer escupió al Jajam en la cara. Dijo después Rabí Meír a la mujer: —Ve y di a tu esposo que ya me escupiste. Cuando llegó la mujer con su marido y le dijo lo que había hecho, volvió la paz a su hogar.48 No basta con “querer hacer la paz”, sino que debemos “perseguir hacer la paz”. Verdad Dijo el Rab de Satmer: “No basta con ‘No mentir’, sino ‘Decir siempre la verdad’”. Así debe ser el ejemplo y la enseñanza a nuestros hijos, como escribió el Rambam: “Es necesario enseñar a los hijos a hablar siempre con la verdad”49. Está escrito en Tehilim: Vedober emet bilbabó, “Y dice la verdad en su corazón”50. Está escrito que este versículo fue dicho para describir la conducta de Rab Safrá, ya que él no sólo no cambiaba lo que decía, sino que ni siquiera sus pensamientos diferían. 48

Debarim Rabá 5. Halajot Shebout 12:8. 50 Tehilim 15:2. 49

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Se cuenta que una vez Rab Safrá puso a la venta un objeto y llegó un hombre a comprarlo. En ese instante, Rab Safrá estaba pronunciando el Shemá Israel (en el momento de pronunciar el Shemá Israel no debe hacerse ninguna seña, y mucho menos hablar). El hombre que fue a comprar, al ver que Rab Safrá no contestaba a sus preguntas, creyó que no estaba interesado en la oferta que le hacía y, por tanto, aumentó el precio considerablemente. Cuando Rab Safrá terminó el Shemá Israel, dio al comprador el objeto y le pidió la cantidad que éste había ofrecido originalmente. —Yo te ofrecí más —le dijo el hombre. —No importa —respondió Rab Safrá—. Cuando tú llegaste, yo ya había pensado en venderte el objeto a ese precio.51 Cuando una persona piensa (sin decirlo) que va a donar algún objeto o que va a hacer una tzedaká, ese pensamiento se considera como su palabra y debe cumplir lo que decidió realizar en su corazón.52 Así se comportaba Rab Safrá: su pensamiento era suficiente, aunque no hubiera dicho nada, y no lo cambiaba por ningún motivo.

51

La historia es contada por Rashí en Macot 24a. El Talmud en Babá Batrá 88a menciona que esto aplica para las personas temerosas de Hashem. 52

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Bondad Los yehudim, con el paso de los años, nos hemos caracterizado por la bondad, jésed, ayuda o favor que tenemos y hacemos con nuestros hermanos. Al principio del Séfer Shemot, después de que el Faraón volvió a decretar sus leyes contra los yehudim, está escrito que el Pueblo de Israel se incrementó: Ubné Israel parú vaishretzú, vairbú, vayaatzmú meod, vatimalé haaretz otam, “Y los Hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra”53. Explica Rashí que las mujeres daban a luz seis hijos en cada parto.54 Aparentemente, el hecho de que se incrementaran no era bueno. Dado que había un decreto contra los yehudim de que debían trabajar como esclavos, entonces, ¿para qué Hashem mandó a más yehudim al mundo? Explica el Oraj Jaim Hakadosh el motivo por el cual Hashem quiso que se aumentara la cantidad de personas del Pueblo de Israel. Por cuanto que el Faraón iba a decretar “una cantidad” de trabajo en Egipto, entonces Hashem hizo que naciera más gente, a fin de que la carga de trabajo de cada integrante del Pueblo de Israel se dividiera entre ellos y cada uno ayudara a su compañero. 53 54

Shemot 1:7. Rashí a Shemot 1:7.

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Vemos de esto que la esencia del yehudí es ayudar a su prójimo y pensar en su compañero. Escribió Rab Jaim MiVolojin: “La persona no nació para sí misma, sino para ayudar a su prójimo en todo lo que pueda y esté a su alcance hacer”55. Relata la Guemará que cierta vez reinaba una gran alegría en la casa de Rabí Akibá, ya que su hija estaba por casarse con Rabí Yehoshúa. Todos los amigos de Rabí Akibá, los grandes Jajamim de su generación, sus numerosos discípulos y varios pobres se congregaron para participar de esta feliz ocasión. —Nuestra alegría no será completa a menos que los pobres también coman hasta saciarse —había dicho Rabí Akibá. Solamente una persona, la propia novia, quien tendría que haber sido la más feliz de todos, parecía estar angustiada. Un aire de tristeza rondaba a su alrededor mientras caminaba entre los invitados a la boda. Cuando ella era todavía una niña pequeña, los astrólogos dijeron a su padre, Rabí Akibá: “A tu hija le espera un destino terrible. Las estrellas dicen que en el día de su casamiento una víbora la morderá”. Ante esto, Rabí Akibá comenzó a rezar para que este tremendo decreto celestial fuera abolido. Siempre solía tranquilizarla con la idea de que los 55

En la introducción a su libro Nefesh Hajaim.

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judíos no estaban sujetos a las leyes de las estrellas. —Los judíos no tenemos ninguna “suerte destinada”. Seguramente Hashem tomará en cuenta todos tus actos buenos, se compadecerá de ti y te evitará la muerte —solía tranquilizarla. Los temores de su hija se calmaron con esas palabras de consuelo. Es decir, hasta que llegó el día de su boda. Entonces, la terrible predicción volvió a obsesionarla y disipó toda la felicidad de esa alegre ocasión. El festejo continuó durante todo el día. Muchas personas llegaron a felicitar a Rabí Akibá. Hacia el anochecer, pidieron a todos que se lavaran las manos y que se sentaran a disfrutar de la comida de casamiento. Los sirvientes iban y venían de aquí para allá llevando porciones para todos los invitados. El mismo Rabí Akibá sirvió a la novia. Cuando estaba por comer, ella observó a un hombre pobre que acababa de entrar al comedor. Éste se paró junto a la puerta y pidió a los sirvientes que pasaban que le dieran algo para comer, pero éstos se hallaban tan ocupados que no le prestaron atención. Silenciosamente, sin llamar la atención, la novia se levantó de su asiento y llevó su propio plato al hombre pobre. “¡La mismísima novia me está sirviendo!”, murmuró el hombre, sorprendido, y le agradeció afectuosamente por su amabilidad. Ella volvió a sentarse entre sus familiares y

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amigos. Inconscientemente, se quitó un prendedor de oro que adornaba su velo y lo metió en una grieta entre dos piedras de la pared. Los festejos continuaron durante varias horas. Nadie notó que la novia no había comido… A la mañana siguiente, la novia buscó su prendedor. Recordó que lo había puesto en una grieta de la pared. Cuando quiso sacarlo, tuvo dificultad para extraerlo. “¿Cuál es el problema?”, se preguntó. Al jalar con mayor fuerza, descubrió que había clavado la joya en la cabeza de una víbora que se encontraba ahí. — ¡Debe ser la víbora sobre la cual hablaron los astrólogos a mi padre! —exclamó y corrió en busca de Rabí Akibá. El sabio se alegró al verla. Estaba convencido de que su hija había realizado un acto de bondad que le salvó la vida. — ¿Qué mitzvá hiciste? —preguntó a la muchacha. Ella le contó que había servido su propio platillo de bodas a un hombre pobre. —Tu gran acto de bondad logró anular la sentencia que estaba en suspenso sobre tu frente —le explicó—. ¡Yo tenía razón! ¡Los judíos no están gobernados por las estrellas! Hay una regla de oro para la mitzvá de la bondad: “Deja de pensar en ti y piensa en los demás”.

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Para la Torá, el lado derecho es muy importante. Hay varios actos que la persona debe hacer, comenzar o realizar por el lado derecho. Por ejemplo, debemos comenzar a bañarnos desde la parte derecha. Al decir una berajá, debemos tomar la comida o la bebida con la mano derecha. Si alguien está perdido, debe tomar el lado derecho del camino. Asimismo, debemos tomar la copa de Kidush con la mano derecha, y muchas otras cosas. Preguntó un Jajam: “Si la derecha es tan importante, ¿por qué el corazón está en el lado izquierdo de nuestro pecho?”. La respuesta es que, realmente, el corazón está inclinado hacia el lado izquierdo, pero cuando los demás nos ven de frente, está hacia el lado derecho. Aprendemos de esto que el corazón es para el prójimo. Rectitud La Torá es un libro que nos expone claramente cómo debemos comportarnos, ya sea en la vida cotidiana, en los negocios, con nuestra pareja, en la educación de nuestros hijos, etcétera. Por ejemplo, en el área de los negocios, uno de los puntos más importantes que nos enseña la Torá es ser recto y trabajar con fidelidad. Eso se menciona en varios lugares de la Torá. Veamos algunos ejemplos de lo que la Torá nos pide y de algunas conductas de nuestros Jajamim.

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La Torá nos ordena claramente que no debemos tener “balanzas y pesas incorrectas”: “Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendrás”56. Incluso el Rambam enumera esta ley como una mitzvá de la Torá.57 El versículo completo dice: “Balanzas justas, pesas justas y medidas justas tendrás. Yo, Hashem, que los saqué de la tierra de Egipto”58. Explica Rashí que con esta condición Hashem nos sacó de Egipto: que podamos cumplir con las leyes de tener balanzas y medidas correctas en los negocios. Explica el Jafetz Jaim que, tal como en Egipto sentimos la Mano de Hashem y la supervisión Divina sobre cada uno de nosotros, eso mismo pasa con las leyes de las medidas correctas: que Hashem nos supervisa y nos mira a cada instante de nuestra vida y Él es el único que sabe si trabajamos con rectitud o no. Y el Rambam dice: “Todo el que reniega de las leyes de las medidas y básculas, es como si renegara de la salida de Egipto”. Dice la Guemará: “Es más duro el castigo por transgredir las leyes de medidas y básculas que por cometer adulterio, ya que quien peca con mujeres puede hacer teshubá, pero para la persona que peca 56

Vayikrá 19, 36. Rambam, Hiljot Guenebá 8:31 y 39. 58 Vayikrá 19:36. 57

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y engaña a la gente con medidas y básculas erróneas es muy difícil hacer teshubá, ya que la teshubá (la forma de arrepentirse) para la persona que roba es devolver lo robado. Pero debido a que es muy difícil regresar todo lo robado (pues al final no sabe a cuánta gente robó), se le complica hacer teshubá.59 Cuentan sobre Rab Israel Meír Hacohén, mejor conocido como el Jafetz Jaim, que en la época en que su esposa manejaba el almacén con que el matrimonio se mantenía, él frecuentaba el lugar para ayudarle y, en especial, para asegurarse de que las pesas fueran correctas y que la mercancía que se vendía fuera de la mejor calidad. Los clientes supieron apreciar estos gestos y la cantidad de ellos fue creciendo rápidamente. Rab Israel Meír temió que de ese modo causaría que los demás comerciantes de la vecindad obtuvieran menos ingresos, por lo cual restringió el horario de atención. Sin embargo, la clientela insistía en acercarse a hacer sus compras en ese horario. Así, el Jafetz Jaim decidió cerrar la puerta delantera del negocio y dejar abierta exclusivamente la puerta trasera, conocida sólo por los vecinos. Más de una vez el Jafetz Jaim aclaraba a los compradores que posiblemente podían conseguir mejor mercancía en otros locales. Incluso, cuando 59

Babá Batrá 88b.

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los productos no estaban a la altura que él creía adecuada de acuerdo con el precio, la descartaba. Cuando alguna persona pedía mercancía fiada, él evitaba pasar por delante de la puerta de ésta, para no transgredir la ley que prohíbe exigir la devolución de un préstamo cuando se sabe que el deudor no tiene con qué responder.60 En cierta ocasión quedó en su poder un arenque que un cliente olvidó en el local de venta. Al no poder identificar al cliente y para evitar caer en la trasgresión de robar a un gentil, el día de feria siguiente repartió un arenque a cada cliente que visitó su tienda… Algo similar ocurrió cuando, en cierta ocasión, revisó las balanzas y se percató de que en aquella donde pesaba la sal había quedado pegada un poco de ésta a una pesa. Rab Israel Meír se afanó mucho en encontrar a la clienta gentil que había comprado la sal, y finalmente se enteró de que provenía de la aldea vecina, Kuzkuitsizna. Así que envió gente para ponerse en contacto con ella, pero nadie la encontró. Ante ello, repartió bolsitas de sal a todas las clientas que iban a su tienda desde aquel lugar. Una Mishná enfatiza cuáles son los caminos correctos que debemos seguir en nuestra vida conduciéndonos con rectitud ante todo.61 Rabí Meír dijo: “La persona debe enseñar a su 60 61

Ver Shemot 22:24 y Babá Metzía 75. Mishná Kidushín 4, 14.

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hijo un oficio limpio y fácil”. Explican nuestros Jajamim que “limpio” significa: “limpio de robo”, y “fácil” significa: “que no tenga muchos gastos”. Además, debe enseñarle a rezar mucho al Dueño de todo el mundo, Hashem. La Mishná continúa y nos da algunos ejemplos de “qué trabajos no debemos enseñar a nuestros hijos”, tomando en cuenta los niveles de rectitud que nos indica la Torá. Transportador de burros, camellos, etc.: por cuanto que los burros, camellos y animales de esta clase van todo el tiempo por caminos largos y es posible que, si llegan a sentir hambre, vayan a comer en pastos ajenos. Pastor: ya que normalmente lleva a pastorear a sus animales a jardines ajenos, y eso no está permitido. Abarrotero: debido a que resulta muy complejo cumplir todas las leyes halájicas en este oficio. Por ejemplo, pesar bien la comida, dar bien el cambio, utilizar correctamente las balanzas, calibrar las pesas, etcétera. Una de las claves para comportaste con rectitud es: saber que Hashem mandará el sustento a todos y cada uno de nosotros, sin importar qué tipo de trabajo u oficio desempeñe. Uno de los pecados por los cuales Hashem más se enoja es el del robo, ya que Hashem dice: “Igual iba a dártelo. Entonces, ¿para qué lo tomas de

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manera prohibida?”. Dice la Guemará62 que cuando lleguemos al Juicio Celestial nos harán varias preguntas. La primera será: ¿Nasata venatata beemuná?, “¿Comercializaste con emuná - fe?”. Explican los Jajamim que la verdadera intención de esta pregunta es: “¿Fuiste recto en los negocios? ¿Comercializaste con fidelidad? ¿Negociaste con rectitud?”. La Guemará nos da varios motivos de por qué fue destruido el Bet Hamikdash. Uno de ellos es: porque se acabó la gente que trabaja con fidelidad y rectitud.63 Explica el Meharshá que esto significa que la gente comenzó a trabajar de manera incorrecta: cobrando intereses, mintiendo, robando, etc. Tal fue uno de los motivos de la destrucción del Bet Hamikdash. ¡Gran importancia da la Torá al hecho de comercializar con fidelidad y rectitud! Y eso es lo que pedimos en esta parte de la Tefilá del Shlá.

62 63

Shabat 31a. Shabat 119b.

Tener descendencia sabia y conocedores de los secretos de la Torá. ,‫ מָאריֵ תַלְמוד‬,‫ מָאריֵ מִשְנָה‬,‫ מָאריֵ מִקְרָא‬,‫וְיִהְיו בַעֲליֵ תורָה‬ ‫מָאריֵ רָזָא‬ Que todos mis descendientes sean estudiosos de la Torá, sabios en las Escrituras, sabios en la Mishná, sabios en el Talmud, conocedores de los secretos cabalísticos En esta parte de la Tefilá pedimos a Hashem tener hijos estudiosos de la Torá y expertos en todos los ámbitos de nuestra Sagrada Ley. Para llegar a ser un Talmid Jajam es necesario dedicar mucho tiempo y esfuerzo en el estudio de la Torá. Para ello tenemos como ejemplo a Jajam Obadia Yosef, zz”l. Contó Jajam Ben Tizón Aba Shaúl que, cuando era joven, estudiaba con Jajam Obadia Yosef cada viernes a mediodía. Ellos dejaban de estudiar hasta la tarde de ese día, un poco antes de Minjá, para ir a sus casas y alistarse para Shabat Kódesh. Sucedió en una ocasión que Jajam Obadia Yosef se concentró tanto en el estudio que se quedó en el

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Bet Midrash y no se dio cuenta de que ya era muy tarde. El encargado del Bet Midrash pensó que ya no había nadie y cerró la puerta con llave. Jajam Obadia Yosef, después de varias horas, descubrió que ya era Shabat y él estaba encerrado en la Casa de Estudio, sin escapatoria. Desesperado, golpeó tanto y con tanta fuerza la puerta que los vecinos lo escucharon y fueron a abrirle. Inmediatamente fue Jajam Obadia Yosef a su casa a hacer Kidush y la seudá de Shabat y, por supuesto, luego siguió estudiando Torá.64 Cuenta la Guemará65 que Hilel Hazakén tenía 80 alumnos. Treinta de ellos tenían el potencial para que se posara sobre ellos la Presencia Divina, igual que sobre Moshé Rabenu. Otros 30 eran meritorios de que les ocurrieran milagros, como Yehoshúa (que detuvo el Sol durante varias horas, por una necesidad de guerra). Y los otros 20 eran medianamente aptos. El más grande en sabiduría66 era Rab Yonatán Ben Uziel, y el más pequeño en esa área de todos era Rab Yojanán Ben Zakai. Sobre Rab Yojanán Ben Zakai está escrito que no dejó de estudiar y aprenderse todas las Mishnayot y Guemarot, así 64

Hiljot Musar 258. Sucá 28a. 66 Hay quien opina que el más grande de los ochenta, y hay quien opina que de los veinte. 65

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como Halajot, Hagadot, detalles de la Torá, maneras de estudiar Torá, astrología, guematriot, lenguaje de los ángeles, de los duendes y de las palmeras, lo que ocurre en el Trono Celestial, etcétera. Analicemos: si Rab Yojanán Ben Zakai, que era el más pequeño de todos, sabía eso, con mayor razón podemos admirar el nivel de Rab Yonatán Ben Uziel, sobre quien está escrito que, mientras estudiaba Torá, quemaba a toda ave que pasaba sobre su cabeza (debido a la mucha santidad que reflejaba hacia el Cielo). Dice el Pirké Abot que sólo analizando a profundidad la Torá, podemos llegar a conocer todas las ciencias del mundo. Está escrito: Ben Bag Bag, omer: Afoj ba, veafoj ba, dekola ba, “Ben Bag Bag dice: Profundiza en la Torá y sigue profundizando en ella, ya que todo está escrito ahí”67. Esto quiere decirnos que únicamente profundizando en las palabras de la Torá y penetrando en sus enseñanzas podemos ser conocedores de todas las ciencias del mundo. Podemos ver que nuestros grandes Jajamim eran expertos no solamente en temas de la Torá, sino conocedores de muchos otros temas en general. Eran especialistas en astrología, medicina, ciencia, etcétera. 67

Pirké Abot 5:22.

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El mejor ejemplo es el Rambam, también conocido como Maimónides. Fue uno de los médicos más sobresalientes de su época y sus tratados sobre medicina se consideran la cumbre de la ciencia médica de entonces. Entre sus más importantes obras sobre medicina se encuentran tratados sobre hemorroides, asma, drogas mortíferas, ataques histéricos y otros. Sus libros han sido traducidos al latín, alemán, francés, hebreo y otros idiomas. En una ocasión, el Rambam salvó de la muerte a uno de los hombres más ricos de Fez, una de las grandes capitales del mundo antiguo, lo cual el doctor más importante de la ciudad no pudo lograr. Se trataba de una operación muy complicada. Un gusano se había penetrado en el cerebro del hombre rico y, cuando el doctor abrió su cabeza, se sintió impotente, ya que extraer al parásito tendría como consecuencia la muerte del paciente. El Rambam recordó una Guemará en la cual se menciona que, para retirar a un gusano en el cerebro, debe utilizarse una planta fresca del campo, a fin de que el gusano perciba el olor y se retire voluntariamente. Dicho y hecho, el Rambam usó esa planta y el gusano se retiró por sí solo. El paciente continuó su vida debido a la sabiduría del Rambam. Se cuenta mucho sobre que el Jazón Ish (Rab Yeshayahu Karelitz) era un experto en el área de la

Tefilat Hashlá Hakadosh

medicina. En una ocasión, el doctor Najman Prei, uno de los médicos más famosos en Israel, habló durante más de dos horas con el Jazón Ish de un tema delicado sobre la columna vertebral. El doctor especuló que el Jazón Ish era un hombre experto en medicina. Pero el famoso doctor no estaba enterado de que el sabio había aprendido todo de la Torá.68 Un hombre tenía la necesidad de someterse a una operación muy delicada en el cerebro y su doctor pidió consejo al Jazón Ish. El Jajam analizó la situación, sacó un papel y una pluma, y comenzó a dibujar el cerebro perfectamente, tal como es. Luego, el Jazón Ish comenzó a explicar al doctor cómo debía comenzar la operación, desde qué lugar, y la manera en que debía operar. El doctor se quedó impresionado con la sabiduría del Jazón Ish. Por supuesto, la operación fue un éxito… al seguir las instrucciones del Rab. Está escrito en el Talmud69: Leika midi, delá ramiza beoraita, “No hay nada que no esté insinuado en la Torá”. Es decir, todo está en la Torá. Por ejemplo, el famoso número Pi, la relación entre la longitud de una circunferencia y su diámetro, 3.1416, el Talmud, hace dos mil años, ya lo conocía a la perfección.70 68

Mishel Abot, Jélek 4, página 235. Taanit 9a. 70 Ver Sucá 8a y 8b. y Tosafot. 69

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Lo que hemos dicho en cuanto a que todo está escrito en la Torá y todas las ciencias se aprenden de ella, no se refiere sólo a temas complicados. También contiene conocimientos sobre la vida diaria, cómo hacer negocios, la educación de los hijos, las paz conyugal, etcétera. El Talmud nos habla, por ejemplo, de cómo invertir nuestro dinero71: “Dijo Rab Itzjak: Que la persona divida su dinero en tres partes: que invierta un tercio en campos, otro tercio en mercancía y el otro tercio que lo tenga en efectivo”.

71

Babá Metzía 42a.

Que cumplan mitzvot ‫מָאריֵ מִצְוָה‬ Que cumplan los preceptos Le pedimos a Hashem que nuestros hijos cumplan mitzvot (preceptos). En muchas de las mitzvot que cumplimos debemos recitar la berajá de Asher Kideshanu…, “Que nos santificaste”. Debemos saber qué significa la expresión: “Que nos santificaste”. La explicación no es que somos santos, sino “apartados”, tal como cuando nos casamos decimos a la mujer: Aré, at mekudéshet li, “Eres santificada para mí”. No significa que la mujer es santa para el marido, sino que está “separada” para todos los demás varones y está “apartada” para su esposo. Asimismo ocurre cuando cumplimos mitzvot. Cada vez que realizamos alguna mitzvá nos separamos de este mundo material y nos hacemos más espirituales. Así, cada vez que realizamos una mitzvá, nuestra alma se eleva más y más. De acuerdo con esto, debemos saber que incluso si hace varios años no éramos capaces de cumplir alguna mitzvá (porque

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nos parecía muy elevada), con el paso del tiempo, dado que vamos elevándonos mediante el cumplimiento de las mitzvot, tal vez ya nos es posible cumplir esa mitzvá. El problema es que nos acostumbramos y “pensamos” que ya no es posible realizarla nunca. Esto se compara a lo que viven los elefantes. Si observamos bien, podemos darnos cuenta de que los elefantes están amarrados a una cuerda muy floja que, seguramente, ellos tienen la fuerza de romper con gran facilidad. Pero, ¿por qué no la rompen? Porque desde pequeños los amarraron a una cuerda que en realidad no podían romper y, después de haberlo intentado varias veces, no pudieron. Entonces se quedaron con “la idea” de que nunca lograrían romperla. Cada vez que realizamos mitzvot, vamos “elevándonos” espiritualmente. La categoría del hombre no cambia si tiene más dinero o más edificios, o si tiene más inversiones en el banco. El hombre permanece igual. Pero mientras más mitzvot hace el hombre, su nivel y categoría son mayores. Podemos demostrar esto con lo que dicen los Jajamim. Cuando una persona tiene algún problema y siente que tiene sobre ella un decreto negativo, la solución es hacer teshubá y cumplir muchas mitzvot. Por medio de esto la persona se eleva y, automáticamente, “se convierte en una nueva

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persona”. Entonces el decreto que iba caer sobre ella se anula, ya que es una persona nueva y el decreto iba caer sobre aquella que era antes.

Generosos y hacedores del bien y altruistas ‫ מָאריֵ מִדות תְרומִיות‬,‫מָאריֵ גומְליֵ חֲסָדִים‬ Generosos y hacedores de bien, y altruistas Pedimos a Hashem que nuestros hijos sean generosos, hacedores del bien y altruistas. Y para ello nos habla la Torá del “hombre del jésed”, Abraham Abinu. Hacía tres días que Abraham se había circuncidado. Al tercer día, la debilidad debida a esta operación generalmente llega a su apogeo y los dolores son más fuertes.72 Pero la mente de Abraham no estaba ocupada en su dolor físico, sino en su ansiedad mental. “¿Cómo es que nadie me visita desde hace dos días?”, pensó. “¿Acaso los invitados se abstienen de venir ahora que estoy circuncidado?”.73 Profundamente preocupado por no tener visitantes, Abraham envió a su sirviente Eliézer a buscar peregrinos. Eliézer volvió solo74. Entonces Abraham mismo se sentó frente a su tienda, para ver si encontraba a un viajero. 72

Midrash Hagadol 18:1. Bereshit Rabá 48:9. 74 Babá Metzía 86b. 73

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El calor del día era casi insoportable. Hashem había traído un poco del calor sofocante del guehinom a este mundo por consideración hacia Abraham75 diciendo: “El aire caliente calmará la molestia de su herida y al mismo tiempo evitará que espere invitados, pues cuando el clima es cálido nadie transita por los caminos”. Pero al ver la angustia de Abraham por no poder cumplir con su habitual hospitalidad, Hashem se dirigió a los ángeles y les dijo: “Nosotros mismos visitaremos a Abraham”76. El propósito de esto era doble: visitar a un hombre enfermo y al mismo tiempo dar una oportunidad a Abraham para que desplegara su hospitalidad. Cuando Abraham presintió la Shejiná, la Presencia Divina, sobre él, quiso levantarse, pero Hashem le dijo: “Quédate sentado. Tu posición sentada es un presagio del futuro. Así como estás sentado ahora mientras la Shejiná está sobre ti, así tus hijos, los Bené Israel, ingresarán a los Baté Kenesiot y en los Baté Midrashot, y leerán el Kriat Shemá sentados, mientras yo reposaré sobre ellos”77. Abraham alzó la vista y vio a tres hombres parados a la distancia. Para Abraham, parecían hombres comunes. 75

Bereshit Rabá 48:8. Midrash Hagadol 18:1. 77 Bereshit Rabá 48:6. 76

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Ellos, que en realidad eran ángeles con aspecto humano, estaban inquietos. Se quedaron a cierta distancia y no se acercaron. Cuando vieron cómo Abraham se movía y volvía a colocarse las vendas, obviamente con dolor por el Brit Milá, se dieron vuelta para irse.78 —Por favor, mi Amo —rogó Abraham a la Shejiná—. Espera que haya cumplido con la mitzvá de hospitalidad. Abraham corrió entonces hacia los hombres usando la puerta de la tienda más cercana a ellos, y los saludó. —Por favor —se dirigió hacia el hombre de en medio de los tres, que era el ángel Mijael—. Por favor, no te apartes de tu sirviente. Debes estar fatigado del viaje. No es el momento adecuado para continuar. Tenemos agua y una sombra. Déjame pedir a alguien que traiga agua para lavar tus pies. Abraham pensó: “Estos árabes adoran el polvo de sus pies. No quiero que ningún objeto de idolatría ingrese a mi hogar”79. —Déjenme traerles sólo un pedazo de pan —rogó a sus invitados—. Podrán seguir su viaje después de refrescarse. Los tzadikim prometen poco y dan mucho, mientras los malvados prometen mucho y no cumplen ni con lo mínimo. Todo lo que Abraham 78 79

Babá Metzía 86b. Babá Metzía 88b.

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prometió a los ángeles fue un pedazo de pan, pero después les sirvió una comida apropiada para un rey, para la cual sacrificó tres bueyes y utilizó una cantidad muy grande de harina. También les sirvió manteca y leche. Como Abraham era un hombre importante, a los ángeles no les pareció apropiado rechazar su invitación. Así que le contestaron: — ¡Haz como dices! Abraham preparó un banquete real para sus invitados. Corrió hacia la tienda de su esposa, Sará, y le dio instrucciones. —Apúrate y consigue harina para hornear Matzot. — ¿Qué tipo de harina? —preguntó Sará. —Toma de la mejor. Utiliza harina fina para la mesa —le contestó Abraham. Abraham estaba tan ansioso de cumplir con la mitzvá de hospitalidad que no paró de correr desde el momento en que recibió a los invitados hasta que estuvieron totalmente atendidos. Después de salir a su encuentro y haber corrido a la tienda de Sará, volvió otra vez para tomar tres terneritos y así poder servirles tres lenguas con mostaza. Uno de los terneritos que Abraham quería matar escapó y él lo siguió. El ternero lo llevó hasta Jebrón y desapareció en una cueva.80 Abraham entró en ella y quedó impresionado por el dulce aroma del 80

Babá Metzía 86b.

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Gan Eden que llenaba el aire. Vio una luz que brillaba y tuvo la visión de que Adam y Javá estaban enterrados ahí. Después de este incidente, Abraham tomó posesión de esta cueva, la famosa Mearat Hamajpelá, para enterrar a sus muertos.81 ¿Dónde estaba Abraham mismo durante las comidas? Permanecía de pie y atendía a sus visitantes. Si bien los ángeles no necesitan comer, ellos comieron en esta ocasión en honor a Abraham. Muchos de nosotros podemos pensar que somos altruistas o que somos generosos. Pero después de conocer esta historia con el “hombre del ejemplo del jésed”, nos damos cuenta de lo que verdaderamente significa ser generoso. Atender a tres hombres extraños, en el día de mayor dolor, para darles de comer los mejores manjares y sin esperar nada a cambio, ¡no cualquiera lo hace! Esta virtud tan especial era muy clara en Jajam Obadia Yosef, zz”l. Hace varios años ocurrió un accidente automovilístico en Yerushalaim. El hombre de la casa murió dejando a su esposa con diez hijos. El más pequeño tenía menos de un año de edad. Se convocó a varias personas para hablar de cómo mantener económicamente a esta mujer con sus diez 81

Zóhar Jadash Rut.

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hijos. Jajam Obadia Yosef tomó la responsabilidad total de mantener a esta señora y preocuparse por ellos. Así, durante muchos años mantuvo a la familia completa, e incluso los apoyó para casar a varios de esos niños cuando llegaron a la edad adecuada.82

82

Hiljot Musar 319.

Servir a Hashem con amor y temor ‫ וְלא יִרְאה חִיצונִית‬,‫וְיַעַבְדוךָבְאהֲבָה ובְיִרְאה פנְִימִית‬ Que te sirvan con amor y temor sincero y profundo, y no con temor superficial. Entendamos cómo unir estos dos conceptos: amor y temor, ya que aparentemente se contradicen. Primero se expondrá el concepto de servir a Hashem con amor, posterior a esto, el significado de servir a Hashem con temor, y al final entenderemos cómo unir esos dos conceptos. Servir a Hashem con amor Decimos en Shajarit, en las berajot de Kriat Shemá: Ulkayem et kol dibré Talmud Torateja beahabá, “Que podamos cumplir con todas las palabras de tú Torá con amor”. Sobre esto nos dice la Guemará83: “No debemos trabajar para Hashem por temor ni por recibir ningún pago”, como está escrito: “Que la persona no estudie Torá para que lo llamen Jajam o Rabino, sino que estudie y trabaje para Hashem por amor”. 83

Nedarim 62a.

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Y así escribe el Rambam: “Debemos cumplir la Torá y las mitzvot por amor y no por recibir algún pago”84. Mientras más alegría sintamos al realizar una mitzvá, más grande e importante será ésta a los ojos de Hashem. Quien analice a conciencia el tema y estudie sobre la importancia de cumplir las mitzvot con alegría, se dará cuenta de la categoría tan grande que puede alcanzar. El Rambam, Rabenu Bejayé y otros grandes Jajamim afirman que si sentimos alegría al cumplir una mitzvá estamos cumpliendo una mitzvá de la Torá. Es decir, cuando cumplimos una mitzvá con alegría se considera que estamos cumpliendo dos mitzvot (la mitzvá en sí y la alegría de la mitzvá). Una de las perashiot más difíciles y duras de la Torá es Ki Tabó, en la que están mencionadas 98 maldiciones sumamente desfavorables. La Torá destaca por qué llegan esas maldiciones: Tajat asher lo abadta et Hashem Elokeja besimjá, “Por cuanto que no trabajaste para Hashem con alegría”85. Es decir, porque la persona cumplió la Torá y mitzvot sin alegría. Realmente es algo difícil de entender. No estamos diciendo que las maldiciones caen sobre la persona 84 85

Rambam, Hiljot Teshubá. Debarim 28:47.

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que no cumple Torá y mitzvot, sino que caen sobre quien sí las cumple, pero sin alegría. Dice el Rambam: “La alegría que la persona tiene al cumplir una mitzvá y el amor que se tiene a Hashem por haber recibido la orden de hacer la mitzvá es una labor muy grande a los ojos de Hashem. Y la persona que se abstiene de esa alegría es propicia para pagar ese error”86. Los Jajamim dan tanta importancia a la alegría en el cumplimiento de las mitzvot que consideran la alegría en la mitzvá más importante que ella misma.87 Contó Rab Yehudá Tzadka, quien fue Rosh Yeshibat Porat Yosef, que el Jajam Yaacob Obadia bailaba y se alegraba mucho en Simjá Torá. Y por ese mérito tuvo un hijo muy especial: Jajam Obadia Yosef, zz”l.88 Servir a Hashem con temor Hay dos tipos de temor a Hashem: 1. Irá jitzoná: Es el temor que se tiene a Hashem por los castigos y sanciones que podamos recibir, ya sea en este mundo o en el venidero. 86

Rambam, Halajot Lulab 8, 15. Tzavaré Shalal sobre Perashat Behaalotejá. 88 Jag Hasucot, Behalaja Ubeagadá. 87

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Por eso es imprescindible tener en mente el pago y el castigo que se puede tener al realizar cualquier acto. Y no debemos pensar que Hashem deja pasar las cosas. Hashem sabe todo lo que pasa y no cede fácilmente. Como mencionan los Jajamim: “A la persona la juzgan del Cielo con mucha más precisión de la que la persona puede pensar, y Hashem juzga por todo y por cada detalle que uno hace”.89 2. Irá haromemut Dice el Seforno sobre el pasuk: “Y ahora, Israel, ¿qué Hashem te pide? Solamente que temas a Él”90. Esto significa que sólo por ver la grandeza de Hashem debemos temer a su honor. Este es el segundo tipo de temor: “Temerle por su grandeza y su honor… no por miedo al castigo”. Ver la grandeza de Hashem, todas Sus creaciones, Su inteligencia y todos los mundos que creó, es suficiente para sentirnos nada y temerle. Mas no por lo que pueda hacernos (mandarnos algún castigo, por ejemplo), sino por lo grande que Él es y el honor que merece. Este tipo de temor es mucho más elevado que el anterior y es mucho más difícil de conseguir. Unas de las 613 mitzvot de la Torá es: “Temerás a Hashem”. Cada momento que la persona recuerda 89 90

Reshit Jojmá. Debarim 10:12.

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que teme a Hashem cumple con una mitzvá de la Torá, y ésta es una de las pocas de las que la persona no puede decir: “No pude cumplir con esta mitzvá, ya que estuve ocupado o no tenía las herramientas suficientes”, porque esta mitzvá se cumple únicamente con el pensamiento y puede cumplirse ya sea en el camino, en el trabajo, acostado, en cualquier lugar. Quien siente este tipo de irat Shamaim de irat Haromemut, siempre debe temer que, si alguna vez hace algo contra la Voluntad de Hashem, Él va a sufrir, porque un hijo suyo no está cumpliendo con su Voluntad. Y en esos momentos Hashem llora. Asimismo, si alguien ve que otro yehudí no está comportándose conforme a la Voluntad de Hashem, ¡tanto más debemos llorar y sentirnos mal por el hecho de que Hashem sufre!91 El Ramá (Rab Moshe Isserlish), al principio del Shulján Aruj, escribe: Shiviti Hashem lenegdí tamid, “Siempre es encuentra Hashem enfrente de mí”. De ahí que sea una muy buena costumbre repetir en todo momento la frase: Shiviti Hashem lenegdí tamid, “Siempre es encuentra Hashem enfrente de mí”92, ya que el Arí, z”l, escribe: “Mencionar e

91 92

Yesod Veshoresh Haabodá. Ramá, Simán 1:1.

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imaginarse esta frase es segulá para tener irat Shamaim”93. Dice el versículo sobre Yosef Hatzadik: Vaihi, ish matzliaj, “Y fue un hombre exitoso”94. Dicen los Jajamim: “La palabra ish (hombre) se conforma de tres letras: Alef, Yud y Shin. Esto significa: • Alef, de Adam, la persona. • Yud, de yeré, que teme. • Shin, de Shamaim, a Hashem. Cuando la persona teme a Hashem, siempre tiene éxito. Jajam Obadia Yosef, zz”l, siempre se ocupó de que sus hijos usaran Kipá desde muy pequeños, ya que es segulá para tener irat Shamaim. Hay varias frases de los Jajamim acerca del temor a Hashem: • “Todo el que tiene irat Shamaim, sus palabras serán escuchadas.”95 • “La persona que tiene Torá y no tiene irat Shamaim se parece a alguien que tiene las llaves de la caja fuerte, pero no tiene las llaves de la puerta exterior para entrar a la caja fuerte.”96

93

Pele Yoetz. Bereshit 39:2. 95 Berajot 10b. 96 Shabat 31. 94

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• “Es tan grande el temor a Hashem que el cielo y la tierra no fueron creados sino por el mérito del irat Shamaim.”97 • “El irat Shamaim es como un tesoro. Así como un tesoro puede salvar a la persona en su futuro, el irat Shamaim nos salva.”98 Servir a Hashem con amor y temor al mismo tiempo Si pensamos que por vivir con temor a Hashem nuestra existencia será amarga o viviremos con un sentimiento de miedo, estamos completamente equivocados. La misma Torá enfatiza que debemos vivir felices, principalmente cuando servimos a Hashem. Pero, ¿cómo es posible fusionar el amor con el temor? En todo caso, la pregunta es: ¿cómo podemos vivir con temor, si debemos estar siempre alegres? Antes de contestar, debemos saber que es muy diferente la alegría que se experimenta al cumplir mitzvot de la alegría material o la de la vida diaria. Para la alegría de la vida diaria hay una regla: “Si hay temor, no hay alegría; y si hay alegría, no hay temor”.

97 98

Kohélet Rabá 3. Radak, Yeshayahu 33:10.

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Sobre la alegría en las mitzvot, David Hamélej escribió en Tehilim: “Alégrense con temor”,99 es decir, incluso cuando hay temor existe alegría. Y es lo que pregunta la Guemará100: “¿Cómo es posible alegrarse con temor?”. Aparentemente son dos conceptos que se contradicen. La Guemará contesta que, cuando se cumple una mitzvá, debe estar mezclada con temor. Así pasó con Abayé, quien una vez estaba sentado junto a Rabá. Vio que Rabá estaba muy feliz y le preguntó el motivo de su grandiosa felicidad. La respuesta fue: “Debido a que tengo puestos los tefilín”101. Aunque Rabá estaba muy feliz, por supuesto que sentía temor y mucho respeto por los tefilín que llevaba puestos. La alegría en la mitzvá no está contaminada con la alegría vana o superficial. La alegría en la mitzvá no se mezcla con la banalidad, sino que es alegría verdadera. La alegría en las mitzvot viene desde esa parte espiritual que se une al temor. Dijo David Hamélej: “Yo tengo temor por medio de la alegría, y me alegro por medio del temor”102. El complemento del temor real es la alegría; y el complemento de la real alegría es el temor real. Alegría sin temor se considera banalidad; y temor sin alegría se considera temor amargo. 99

Tehilim 2:11. Berajot 30b. 101 Ibíd. 102 Taná d’bé Eliyahu Rabá 3. 100

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Preguntaron al Rambam: — ¿Cuál es el trabajo real y correcto que debemos realizar para Hashem? El Rambam contestó: —Todo trabajo que tenga alegría y placer, junto con temor.”103

103

Toledot Yaacob Yosef, Mishpatim, en nombre del Baal Shem Tob.

Otorga a nuestros hijos manutención con honor ‫וְתןֵ לְכל גוְִיָה וגוְִיָה מֵהֶם דיֵ מַחְסורָה בְכָבוד‬ Otorga a cada uno de ellos lo suficiente para su manutención con honor En esta parte de la Tefilá solicitamos a Hashem que mande a nuestros hijos una manutención con honor. Esto es algo que le pedimos cada vez que recitamos el Birkat Hamazón (la bendición por los alimentos). Al finalizar el Birkat Hamazón (las cuatro bendiciones), comenzamos con peticiones a Hashem.104 Una de ellas es: Harajamán, Hu yefarnesenu bejabod velo bebizui, “D-os (El Misericordioso), Él nos sustentará honorablemente, mas no con vergüenza”. Dicen los Jajamim, que una de las maneras para atraer riqueza, es comerciar con fidelidad.105 Una de las maneras de ganarse la vida que se consideran sustento honorable, es obtener el dinero 104

Por cuanto que al recitar el Birkat Hamazón se está cumpliendo una mitzvá muy grande, en ese momento se abren los portones del Cielo y podemos hacer pedidos a Hashem. 105 Reshit Jojmá página 269.

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de forma fiel y recta. Si ganamos dinero de manera incorrecta, estamos perdiendo la oportunidad de recibirlo de manera recta. Explicaré esto con una historia real. Hace algunos años, dijeron al Jafetz Jaim que habían entrado dos personas al banco y robaron dos millones de monedas. Uno de ellos logró escapar con el dinero y el otro hombre fue aprehendido por la policía y encerrado en la cárcel. Seguramente todos pensamos que quien logró escapar tuvo mucha suerte, ya que logró quedarse con el dinero. Pero el Jafetz Jaim dijo exactamente lo contrario: —Qué lástima siento por el hombre que logró escapar, ya que si logró quedarse con ese dinero, él tenía destinado tenerlo, pero de una manera permitida. Debemos saber que el dinero que tenemos ya está destinado del Cielo. Entonces no debemos hacer negocios incorrectos, ya que el dinero igual nos llegará por medio de Hashem de una manera permitida.

Concédeles salud y energía ַ‫וְתןֵ לָהֶם בְרִיאות וְכָבוד וְכח‬ Concédeles salud y energía Debemos saber que incluso si “todo lo manda Hashem”, como está escrito: Hakol min Shamaim, “Todo viene de Hashem”106, nuestra salud depende de cada uno de nosotros. Hay una regla en la Torá: “Debemos cuidar la salud”. Para el Rambam, esto es parte del culto a Hashem: “La salud del cuerpo es parte de los caminos de Hashem. Por tanto, la persona debe alejarse de todo lo que produce daño a su cuerpo”107. Y también está escrito: “Es una mitzvá el cuidado de la salud, para que la persona sea sana y fuerte y, de esa forma, pueda rendir culto a Hashem”108. En la Guemará está escrito que Rab Huná preguntó a Rabá, su hijo: — ¿Por qué ya no vas a las clases de Torá de Rab Jisdá, que son muy interesantes? Rabá contestó a su padre: 106

Berajot 33b. Rambam Halajot Deot 4:1. 108 Tur, Oraj Jaim 155, lo menciona el Mishná Berurá 155:11. 107

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— ¿Para qué continúo yendo? ¡Cada vez que voy, él habla sobre cosas vanas, como la manera de mantenernos sanos! Rab Huná le contestó: —Él se encarga de cuidar tu salud, ¿y a eso llamas “cosas vanas”? ¡Por esa misma razón deberías ir a sus clases!109 Por supuesto que también su hijo sabía que la salud es importante, pero pensaba que ese tema no es parte de la Torá. Sin embargo, su padre le hizo saber que eso mismo es parte de la Torá.110 Podría suceder que, cuando seamos enjuiciados delante de Hashem, nos reclamen por los muchos años, incluso decenas, que no nos pusimos tefilín, o que no cuidamos Shabat, o por qué no observamos las Festividades. Ante eso, vamos a sorprendernos y exigiremos que nos hagan justicia, ya que “nunca” fallamos en la mitzvá de tefilín o de Shabat. Pero nos contestarán que si hubiéramos cuidado más nuestra salud habríamos vivido más y hubiésemos podido realizar más mitzvot. ¡Hasta ese grado tenemos la responsabilidad de vigilar y mantener nuestra salud!111

109

Shabat 82a. Comentario Haboné en En Yaacob. 111 Jaim Briim Kehalajá, hoja 13. 110

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La opinión de los Jajamim acerca de la salud Para entender la importancia de la salud conforme a la Torá, he aquí algunas ideas de nuestros Jajamim: “El alma de la persona no es propia de ella, sino de Hashem. Por eso debemos cuidarla y no tenemos derecho de acortarla.”112 “No hay mayor bendición que la salud.”113 “Ser cuidadoso y detallista en el cuidado de la salud es una labor muy amada por Hashem.”114 “Una de las acciones que debemos cumplir para que Hashem esté contento con nosotros es esforzarnos para estar limpios y sanos, ya que la limpieza y la salud son herramientas para la adquisición de la Torá.”115 Escribió el Rambam: “Todo el que se comporta conforme a los caminos que escribo, me hago fiador y puedo asegurar116 que en toda su vida nunca enfermará, hasta que envejezca y muera, y

112

Radbaz sobre las explicaciones al Rambam; Halajot Sanhedrín, Pérek 18, halajá 6. 113 Mibjar Hapeninim. 114 Jazón Ish en Kobetz Igrot Jazón, Jélek 1, simán 137. 115 Rab Volve en el libro Alé Shur, Jélek 1, hoja 60. 116 Es el único lugar donde el Rambam escribe que puede asegurarnos algo así.

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no necesitará doctores, y su cuerpo estará completo e íntegro toda su vida”117. Tal vez podamos considerarnos personas con mucha emuná y pensar que todas las enfermedades y problemas de salud vienen de Hashem y no hay nada que podamos hacer al respecto. Pero realmente no es así. La salud y las enfermedades dependen de cómo nos cuidemos.118 Los Jajamim nos dan algunos consejos para cuidar nuestra salud:119 No hablar mientras se come. Dicen nuestros Jajamim120: “No se debe hablar mientras se come, pues la tráquea121 puede adelantarse a la faringe”. Los Jajamim explican: “… puesto que al hablar se abre el conducto de la tráquea, la comida puede ingresar por ahí”122. Esta ley se aplica aun en nuestros días. Es un error pensar que era válida sólo en tiempos antiguos, ya que los Jajamim contemporáneos123 (y la ciencia) 117

Rambam, Halajot Deot, Pérek 4, halajá 20. Jaim Briim Kehalajá, de la página 44 a la 47. 119 Para más detalles, véase el libro “La dieta del Rambam”. 120 Taanit 5b. 121 La tráquea es un órgano del aparato respiratorio que va desde la laringe hasta los bronquios. Su función es brindar una vía abierta al aire que se inhala y se exhala desde los pulmones. 122 Rashí a Taanit 5b. 123 Shulján Aruj, simán 170, saif 1; Mishná Berurá, saif katán 1; Ben Ish Jay, Perashat Behar, año 1, saif 5. 118

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todavía lo enseñan124. Lo que sí podemos hacer es hablar entre bocado y bocado.125 Beber mientras se come. Al momento que llega el alimento al estómago, la saliva sigue haciendo su trabajo para digerirlo durante dos horas después de haber sido ingerido. Si llega agua al estómago junto con la comida, la digestión no se realiza debidamente, pues el agua no tiene las características de la saliva para digerir y descomponer la comida dentro del estómago. Debido a esto, no debemos tomar agua mientras comemos, sino esperar hasta dos horas después de comer. Los líquidos que no son agua pura (por ejemplo, leche, vino o sopa) se consideran comida, por lo que puede tomarse un poco de éstos mientras se come. Hacer ejercicio para digerir la comida. Con el objetivo de quemar ciertas grasas, es necesario calentar el cuerpo y hacer ejercicio. Por ejemplo, caminar ayuda a quemar las grasas corporales. Un consejo del Rambam constituye la base de esto: hay que ejercitar el cuerpo antes de ingerir alimentos. Esto provoca que, desde antes de comer, la digestión mejore, por lo que los alimentos nunca 124

Tampoco está permitido decir “salud” al escuchar un estornudo mientras se está comiendo (Shulján Aruj, simán 170, saif 1). 125 Mishná Berurá, simán 170, saif katán 1.

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se convertirán en grasa sino en energía, y no entrarán en los depósitos de grasas. Así, poco a poco, los depósitos de grasa se vaciarán. Masticar bien la comida. Escribió el Rambam: “La mayor parte de la salud y del buen cuidado del cuerpo dependen de la digestión de la comida. Es la base principal de la salud” El momento en que la comida entra a la boca es el más importante para realizar una buena digestión. Mientras más se mastique la comida, la digestión dentro del estómago será más fácil, porque el alimento estará deshecho y se revolverá con la saliva. Comer de más. Escribió el Rambam: “Comer de más es tan grave para el cuerpo como el veneno, y es la base principal de todas las enfermedades. La mayoría de los padecimientos son provocados por ingerir alimentos malos, o por llenarse de más (incluso con alimentos sanos)”126. Y agrega: “No se debe comer hasta llenarse, sino hasta tres cuartos de su capacidad”127. La persona que acostumbra llenarse a su máxima capacidad puede pensar que no logrará cumplir con esta ordenanza, pero cuando comprenda lo grave que es se le hará más fácil llevarla a cabo al pie de la letra. 126 127

Rambam, Halajot Deot, Pérek 4, halajá 15. Rambam, Halajot Deot, Pérek 4, halajá 2.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Dormir después de comer. Otra causa de una mala digestión es dormir después de haber comido. Durante la digestión, varios órganos trabajan para digerir bien la comida; mientras se duerme, algunos de ellos dejan de trabajar y eso provoca que el alimento no se digiera bien. Respecto a los alimentos con grasas (normalmente, la mayoría de los guisados preparados contienen grasas, a excepción de ciertas frutas y verduras), es necesario que la vesícula128 funcione de manera correcta para digerir ese tipo de comida; pero ésta no trabaja mientras dormimos. Por ello las grasas no se digieren bien y se convierten en veneno para el cuerpo. Tomar mucha agua durante el día. La cantidad ideal de agua depende del peso de la persona. Por cada kilo es necesario tomar entre 35 y 40 mililitros de agua. Así, una persona que pesa 60 kilos debe tomar entre 2.1 y 2.4 litros diarios de agua.

128

La vesícula biliar es un órgano que se encuentra por debajo del hígado y tiene la función de almacenar y concentrar la bilis que se produce en el hígado. Al tomar alimentos con grasas, la vesícula se exprime y libera la bilis a la primera parte del intestino delgado a través de los conductos llamados cístico y colédoco, teniendo la función de digerir las grasas en moléculas muy pequeñas para que puedan ser absorbidas por la sangre y posteriormente utilizadas como fuente de energía.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Nuestros Sabios expresan: “Las personas pierden su salud para ganar dinero, y después pierden su dinero para recobrar su salud”.

Hijos de buena presencia y hermosura, gracia y encanto ‫וְתןֵ לָהֶם קומָה וְיפיִ וְחןֵ וְחֶסֶד‬ Buena presencia y hermosura, gracia y encanto Por supuesto que todos queremos que nuestros hijos sean de buena presencia, bellos y guapos. Pero debemos saber que esa belleza debe únicamente usarse para bien y no caer en pecados o perderse en los malos caminos. Yosef Hatzadik, el hombre más bello de Egipto, siempre se comportó con enorme temor a Hashem. Aun cuando debió enfrentar muchas pruebas con la mujer más bella del palacio del Faraón, se contuvo y logró cumplir con la Voluntad de Hashem. Cuenta la Guemará:129 “Llegarán al juicio celestial un pobre, un rico y un malvado. Al pobre le preguntarán: ‘¿Por qué no te ocupaste de la Torá?’, y él contestará que estuvo ocupado manteniendo a su familia y no pudo estudiar. A esta persona le dirán: ‘¿Acaso fuiste más pobre que Hilel?’. (Hilel ganaba media moneda al día. Con la mitad de esa moneda alimentaba a su familia y con la otra mitad pagaba para poder estudiar Torá en el Bet Midrash). 129

Yomá 35b.

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Al rico le preguntarán: ‘¿Por qué no te ocupaste en la Torá?’. Y éste responderá que estaba ocupado en sus negocios y por eso no pudo estudiar. A esta persona le dirán: ¿Acaso fuiste más rico que Rabí Eleazar ben Jarsom? (Rabí Eleazar ben Jarsom heredó de su padre mil islas y mil barcos, e incluso así dedicó toda su vida a estudiar Torá en cada ciudad que pisaba). Al malvado le preguntarán: ¿Por qué no te ocupaste en la Torá?. Y él replicará: ‘Era yo tan guapo que estuve ocupado en mi belleza, y mi instinto maligno gobernaba sobre mí’. A esta persona le dirán: ¿Acaso fuiste más guapo y tenías más instinto maligno que Yosef Hatzadik?’ (Yosef Hatzadik fue un hombre hermoso y enfrentó muchas pruebas, pero siempre las superó. La esposa del Faraón se vestía con las mejores ropas y quería estar con él, pero Yosef se contenía y gobernaba a su instinto. Aunque la esposa del Faraón lo amenazaba, Yosef soportó eso y no cayó en el pecado). Vemos de esta Guemará que, por ser Yosef tan guapo, tuvo muchas pruebas que no cualquiera hubiera podido pasar. Con la siguiente historia real entenderemos lo que puede provocar la belleza física. Cuentan sobre Rab Mordejay Yafe, quien vivió hace aproximadamente 250 años y fue autor del

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libro Lebush (“vestimenta”), la historia de por qué tituló de ese modo a su obra. En su juventud, Rab Mordejay Yafe era muy guapo. Una mujer no judía deseaba mucho estar con él. Un día, ella lo invitó a su casa con el pretexto de que quería hacer algún tipo de negocio con él. Cuando el joven entró al cuarto de la mujer, ella cerró la puerta encerrándolo sin escapatoria. Él le pidió que lo dejara ir, pero ella se negó. Deseaba estar con él a como diera lugar. Rab Mordejay encontró que la única salida era arrojarse por la ventana que daba al caño público. Con mucha suerte, las diez vestimentas que llevaba puestas, que por supuesto se mancharon y se destrozaron, amortiguaron el golpe contra el suelo. Rab Mordejay Yafe alzó su vista al Cielo y dijo así a Hashem: —Por cuanto que la prueba de mi belleza fue muy grande, te pido que mis próximas diez generaciones posteriores a mí sean feas, para no tener que llegar a estas pruebas tan difíciles. También prometo que escribiré diez libros de Torá llamándolos Lebush (“vestimentas”), ya que esas diez ropas salvaron mi vida amortiguando el golpe.130

130

Leído en el folleto “Sod Siaj”, 23 Tamuz 5769, Perashiyot Matot y Masé.

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Durante la Primera Guerra Mundial ocurrió un suceso con un joven llamado Itzjak Levy, quien estudiaba en una yeshibá. A sus 16 años ya era el mejor de su grupo. Nadie podía competir contra él. Era alto y muy apuesto. Muchos decían que hasta le brillaba la cara. Un día, todos los padres de los estudiantes visitaron la yeshibá. Y surgió una duda muy grande en toda la gente que asistía a la institución al ver que Itzjak Levy saludaba a su padre: era éste un hombre bajo de estatura, gordo, con un tono de piel muy moreno… y muy feo. Nadie pensó al principio que podría ser su padre, hasta que el mismo Itzjak Levy les contó que uno de sus ancestros fue Rab Mordejay Yafe. Les platicó la historia y la Tefilá que él hizo para sus diez generaciones posteriores y finalizó diciéndoles que él era ya la generación número once y su padre era la número diez. Por eso él era tan bien parecido (como su abuelo, “el Lebush”) y su padre… todo lo contrario.131 Otro ejemplo es la hija del Jatam Sofer. Se llamaba Guitel y era muy bella. En una ocasión, iba caminando por la calle y se dio cuenta de que un hombre la seguía. La miraba de forma muy incitante y con deseos malsanos hacia ella. 131

Tubjá yabiu, Perashat Vayésheb.

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Guitel sintió mucho dolor por esto e inmediatamente se fue corriendo a su casa. Al llegar, tomó su libro de Tehilim y empezó a rezar con lágrimas y mucha concentración. Cuando llegó su padre, el Jatam Sofer, la vio rezando en una esquina muy concentrada y con el rostro bañado en lágrimas, por lo que le preguntó: — ¿Por qué lloras hija? ¿Qué te pasa? Guitel le contestó: —Tengo el mérito de ser una mujer muy bella y sé que es un regalo de Hashem. Pero este regalo se convirtió en un tropiezo para la gente, hasta el grado de que hoy he provocado que un yehudí peque por mi belleza. Estoy pidiendo a Hashem que quite esta belleza de mí, para no provocar más pecados entre los yehudim. El Jatam Sofer se impresionó al escuchar esto. Un sentimiento muy profundo invadió su ser. Luego bendijo a su hija de la siguiente manera: — ¡Bendita seas, hija mía, hija fiel de Hashem! Por cuanto que toda tu intención en este mundo es cumplir la Voluntad de Hashem, yo te bendigo a fin de que se cumpla tu petición y, con la ayuda de Hashem, tengas un hijo. Y por lo que pediste a Hashem, que se vaya tu belleza, ese hijo iluminará al Pueblo de Israel con su Torá. Y así pasó. En esos momentos la belleza de Guitel se fue de su rostro. Tiempo después también la

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berajá de su padre se cumplió: el hijo que tuvo fue uno de los Jajamim más grandes de esa generación: Rabí Akibá Kornitzer.132

132

Kedushat Hajayim.

Que haya en ellos amor, hermandad y paz ‫וְיִהְיֶה אהֲבָה וְאחֲוָה וְשָלום בֵינֵיהֶם‬ Y que entre ellos haya amor, hermandad y paz Cualquier padre anhela tener hijos en quienes repose el amor, la hermandad y la paz. Veamos cuánta importancia tiene educar a nuestros hijos en estas buenas virtudes. Shalom Es algo por lo que debemos hacer Tefilá todos los días de nuestras vidas: que reine la paz en nuestro hogar y en nuestros propios hijos. Para que Hashem se considere nuestro Padre, debemos amar a nuestros hermanos, así como dijo Rab Matitiahu Solomon: “Hashem dice: si de esa persona que no quieres ayudar dices que no es tu hermano, entonces yo no soy tu Padre”. Vamos a escribir algunas menciones de los Jajamim a cerca del Shalom, la paz

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Dice la Mishná en Pirké Abot: “Sobre 3 cosas el mundo se sustenta: sobre la justicia, sobre la verdad y sobre el Shalom”.133 • Hashem quiso entregar la Torá cuando el pueblo de Israel salió de Egipto, pero no lo hizo pues en esos momentos estaban distanciados uno del otro, pero cuando llegaron al Monte Sinaí, se unieron y Hashem les entregó la Torá.134 • Ninguna berajá recae sino únicamente cuando hay Shalom, así como vemos en la Amidá, que al final concluye con la berajá de Sim Shalom.135 • No encontró Hashem un utensilio mejor para recibir la berajá que el Shalom.136 Explican los Jajamim que para que las berajot recaigan sobre la gente es necesario que haya Shalom.137 • Cuando el pueblo de Israel vive en Shalom, amistad y hermandad, incluso que no hagan la voluntad de Hashem y hagan idolatría, pueden recibir las berajot, pues grande es la fuerza del Shalom.138 • Es tan grande el Shalom que uno de los nombres de Hashem es “Shalom”.139 •

133

Pirké Abot 1. Yalkut Shimoní, Itró. 135 Midrash Rabá 11:16. 136 Mishná al final de Ukatzin. 137 Tosfot Yom Tob. 138 Tiféret Israel sobre esa Mishná. 139 Vayikrá Rabá 9:9. 134

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Si los ángeles, que no tienen envidia ni odio ni peleas ni discusiones ni mal de ojo necesitan Shalom, con mayor razón nosotros necesitamos del Shalom, pues vivimos en este mundo en el que hay todas esas malas virtudes.140 • Hashem creó este mundo únicamente para que haya Shalom entre sus creaciones.141 • Aharón Hacohén fue alabado por hacer Shalom.142 • Todo el que establezca Shalom en su casa, se considera como que estableció Shalom sobre todo el pueblo de Israel, y sobre cada uno y uno de los yehudim.143 La persona debe tratar de hacer Shalom entre la gente, así como lo hacía Aharón Hacohén. Si había dos personas que habían peleado por algún motivo, Aharón iba con cada uno de ellos y le decía que el otro estaba arrepentido de lo que había hecho y que le daba mucha pena pedirle perdón. Este hombre se sensibilizaba y estaba dispuesto a perdonar a su compañero. Aharón Hacohén iba con el otro hombre y le decía lo mismo que le había dicho al primero: que su compañero estaba apenado y quería hacer las paces. •

140

Ibíd. Midrash Rabá 12. 142 Pirké Shalom, al final de Maséjet Dérej Éretz Zutá. 143 Abot d’Rabí Natán 28. 141

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Al final, los dos hombres, en sus corazones perdonaban a su compañero, y cuando se veían, se abrazaban y sentían que el problema estaba resuelto.144 Si no hay paz, puede haber odio Si no hay paz, muchas veces puede existir el odio. Muchas veces tratamos de ser el mejor y más sobresaliente en hacer jésed con todo el mundo… pero olvidamos hacer jésed con nuestros propios hermanos. En una ocasión, en una lluviosa noche, llegó un Jajam a casa de un hombre rico para pedirle tzedaká. El hombre estaba dispuesto a darle todo lo que le pidiera, al grado que le dijo al Jajam que escribiera la cantidad que quisiera en un cheque en blanco que le daría. El Jajam escribió una cantidad grande. Sólo faltaba el nombre del portador. El hombre pensó que el dinero era para algún pobre de la ciudad, o incluso para el mismo Jajam. Pero cuando éste le dijo que pusiera el nombre de su propio hermano, éste se puso pálido y le costó trabajo escribir el nombre. Muchas veces apoyamos a nuestro país o a otros países, a viudas, a huérfanos, etcétera, pero se nos 144

Abot d’Rabí Natán 12:3.

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olvida ver a nuestros propios hermanos de sangre, o se nos olvida ayudar a nuestra pareja en casa o con los niños. ¿Hasta dónde puede llegar el odio? Contó Rab Eliyahu Lopián una historia sorprendente: “Había dos hermanas que por algún motivo tuvieron una discusión muy fuerte y debido a eso se odiaban mutuamente. Llegó el día que una hermana se encontró al borde de la muerte y quiso arreglar todos sus pendientes, y recordó que tenía una hermana que odiaba y que ella también era odiada. En el hospital pidió que llamaran a su hermana para despedirse de ella en sus últimos momentos de vida. La hermana, cuando se le pidió que fuera, pensó que su hermana moribunda seguramente quería hacer las paces y arreglar sus desacuerdos antes de irse de este mundo, y no llegar con deudas al Mundo Venidero. Inmediatamente fue al hospital, y cuando llegó al cuarto, su hermana le pidió que se acercara a ella. Cuando se acercó, su hermana la abrazó muy fuerte. En ese momento, su hermana juntó todas las fuerzas que le quedaban, abrió la boca y le mordió el oído, causando que sangrara profusamente, y dijo con mucha alegría: “Toda mi vida he estado esperando este momento, y ahora que logré lo que quería, puedo morir en paz, ya que he logrado

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vengarme de mi hermana por lo que me hizo hace muchos años”.145 Hermandad Debemos enseñar a nuestros hijos la importancia de la hermandad entre ellos. Si hay hermandad, habrá paz toda la vida. “Dependiendo de cómo tú te preocupes por los demás, así Hashem va a preocuparse por ti.” Leemos en la Torá que, cuando los yehudim sufrían tanto en Egipto, Hashem vio algo. De hecho, dice la Torá: Vayar Elokim et Bené Israel, vayeda Elokim, “Y vio Hashem al Pueblo de Israel y supo Hashem”146. Preguntan los Jajamim: “¿Qué vio Hashem?”. Y contesta el Midrash algo hermoso: Hashem vio que, cuando los yehudim estaban trabajando haciendo los ladrillos que el Faraón les había ordenado, al terminar un yehudí su porción iba con otro compañero para ayudarle a terminar la cuota que debía cumplir. Al ver esto, Hashem tuvo misericordia con los yehudim. Ahí comenzó la salvación del Pueblo de Israel, ya que después de este pasuk, cuenta la Torá que Hashem se presentó con Moshé y le dijo que sacara al Pueblo de Israel 145

Al final de Lel Eliyahu, Bereshit, sobre el versículo “Ketzet Hashemesh Bigburató”. 146 Shemot 2:25.

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de Egipto147. Como dicen los Jajamim: “Todo aquel que se apiada de las personas, Hashem se apiada de él”. Cuando la hija de Paró (Bityá o Batia) llegó al río para salvar la vida de Moshé Rabenu, quien se encontraba en una canasta, dice el pasuk: Vatiftaj vatirehu et hayéled vehine hanaar bojé tatajmol alav vatomer: miyaldé haibrim ze, “Y abrió (la canasta) y vio al niño, y el joven estaba llorando, y se apiadó de él, y dijo: Es uno de los niños judíos”148. Cabe hacer una pregunta: ¿por qué al principio dice “vio al niño” y enseguida el pasuk dice: “y el joven estaba llorando”? Lo lógico es que el mismo niño, que era Moshé, fuera el que estaba llorando. Y otra pregunta: ¿de dónde supo la hija de Paró que era uno de los niños judíos? ¡No había ninguna señal de que lo era! Dice el Baal Haturim algo hermoso: “Efectivamente, el niño que estaba llorando en la canasta era Moshé, pero el joven que estaba llorando era Aharón, su hermano”. Y ciertamente estaba llorando por su hermano, pues Aharón sintió el sufrimiento de su hermano Moshé y sufrió de la misma manera que él en la canasta. Por eso mismo dice el pasuk: “…y dijo: es uno de los niños judíos”, pues la hija de Paró vio que Aharón estaba llorando 147 148

Midrash Hagadá sobre Shemot 2:25. Shemot 2:6.

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por su hermano. Es decir, se dio cuenta de la cualidad que tenemos los yehudim de pensar en nuestro compañero y sentir su dolor. Hace algunos años, la hija de Rab Pésaj Krohn ya era mayor y no se casaba. Esta muchacha tenía grandes talentos; venía de una buena familia, era inteligente, etc., pero no hacía “buena conexión” con cualquier joven que salía. Esta muchacha no encontraba a su pareja desde mucho tiempo atrás. Rab Pésaj Krohn sintió que Hashem estaba pidiéndole algo. Redactó una lista de todos los jóvenes y muchachas de la ciudad y comenzó a hablar con las casamenteras que hacían parejas en la ciudad. Rab Pésaj Krohn se preocupó no sólo por su hija, sino por toda la ciudad. Hashem lo recompensó: después de cinco semanas de hacer esta lista, su hija se comprometió y se casó con un excelente hombre. Rab Pésaj Krohn pensó: “¿Por qué sólo me preocupo por mi familia y no por otras?”. Así debemos ser nosotros. Cuentan que Rab Binyamín Zeeb tenía 10 rublos y pidió a una persona que los guardara en un lugar seguro, para que nadie pudiera encontrarlos y robarlos. ¿Qué hizo esta persona? Fue al Bet Midrash, tomó un Jumash en las Aséret Hadibrot y puso ahí el dinero, junto al pasuk Li tignob, “No robarás”. Vino otra persona, abrió el libro y tomó cinco rublos

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de ahí, pero dejó los otros cinco en el pasuk que dice: Veahabtá lereajá kamoja. Cuando el Rab quiso buscar su dinero, se dio cuenta de lo que había sucedido y se dijo a sí mismo: “¡Qué mal me siento ahora! Cuando tenía el dinero conmigo, lo único que hice fue pensar en mí y no en alguna persona que realmente necesitara el dinero más que yo”. Aprender a ceder Uno de los mejores consejos para que haya paz y hermandad en nuestra vida es saber ceder. Nuestros Jajamim dicen: “El que cede, nunca pierde”. Tal es la base del amor, la paz y la hermandad, y es el ejemplo que debemos transmitir a nuestros hijos. Dicen nuestros Sabios: “Si ves que alguien se sienta en tu lugar en el Bet Hakneset, no te enojes ni lo quites de ahí. Siéntate en otro lugar y piensa que por ese cambio se te perdonarán muchos pecados”. Un yehudí llamado Rabí Moshé era hijo único de un matrimonio sobreviviente del Holocausto. Con todo su ser, los esposos ansiaban contemplar la continuidad de su descendencia.

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Sin embargo, los años pasaban inexorables, uno tras otro. Diecisiete años transcurrieron sin que Rab Moshé pudiera tener hijos. En una ocasión, comentaron a Rab Moshé que hay una segulá especial para engendrar, que es comprar la aliyá de Maftir del primer día de Rosh Hashaná, la cual trata de la concepción de Janá. El siguiente Rosh Hashaná se apresuró Rab Moshé a comprar la aliyá de Maftir para subir a decir las berajot para leer el Séfer Torá. Antes de la cuarta aliyá se le acercaron dos hermanos que asistían al tempo y le expusieron un problema: los dos habían comprado aliyot, pero dos hermanos no pueden subir uno detrás del otro. Por ese motivo, le pedían que aceptara cambiar con alguno de ellos su aliyá por el Maftir y, de esa manera, uno de los hermanos subiría a la Torá en la cuarta aliyá, Rab Moshé en la quinta y el segundo hermano en Maftir. Sin decir una sola palabra, aceptó Rab Moshé el cambio. Los hermanos se alegraron mucho. Solamente después de haber concluido con la lectura de la Torá se dieron cuenta de lo que habían hecho. ¡Diecisiete años había esperado este hombre para poder tener hijos, y cuando por fin pudo comprar la aliyá de Maftir, ellos le piden, por intereses personales, que renuncie a ella y se las cambie!

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Con el corazón roto, se acercaron a él rogándole que los disculpara, pero Rab Moshé les contestó con tranquilidad: —He probado muchas segulot en mi vida, pero nunca la de ceder, hasta hoy que tuve la oportunidad. Después de un año, cuando llegó Rab Moshé a ese mismo Bet Hakenéset a la Tefilá de Rosh Hashaná, los hermanos quisieron comprarle la aliyá de Maftir, pero él les dijo que ya no era necesario. Y así fue como, en Pésaj de ese año, tuvo gemelos, dos hijos sanos y completos, como recompensa por ceder ante los demás. En la Guemará149 está registrada esta famosa historia: a la muerte de Rab en Babel, los sabios mandaron preguntar a Éretz Israel quién era el más adecuado para ser Rabán de Israel en Babel. Por un lado, unos decían que tenía prioridad Rab Yosef Adif, a quien llamaban Sinaí, pues sabía toda la Torá de principio a fin, pero era ciego. Otros votaban por Rabá Bar Najmani Adif, quien era conocido como Oker Harim por su gran inteligencia. Los sabios de Éretz Israel contestaron: “Sinaí Adif”. Pero Rab Yosef, que era muy humilde, no aceptó ese privilegio y lo cedió a Rabá Bar Najmani. Pasaron 22 años y Oker Harim, quien había realizado una majestuosa labor como Rabán shel 149

Horayot 14a y Berajot 64a.

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Israel, falleció. Fueron los sabios y dijeron a Rab Yosef: —Ahora no hay otro. La responsabilidad de dirigir el destino del Pueblo de Israel en Babel recae sobre tus hombros. Rab Yosef fue la cabeza del pueblo durante dos años y medio. En su levayá, los sabios dijeron que Rab Yosef sólo debería haber vivido dos años y medio, pero por anular su honor y ceder el puesto y la grandeza a Rabá Bar Najmani, le agregaron 22 años más de vida. Rab Eliézer Rot relató lo que sucedió en una de las comunidades observantes del centro de Israel. En el piso inferior de uno de los edificios había lugar para que funcionaran negocios, y se abrió allí un gran local con productos y muebles para bebés. El dueño del establecimiento, con la idea de atraer a los compradores hacia el interior, puso sobre la vereda muchos productos, a fin de que estuvieran más a la vista. Esto molestaba a uno de los vecinos del edificio, quien pidió al dueño del negocio que dejara de hacerlo. Pero como éste no quiso escuchar sus peticiones, tuvo que llamarlo a un Din Torá (tribunal rabínico). Los jueces escucharon la posición de cada parte, pero no bastó con eso. También mandaron a una persona para que investigara el lugar y pudiera informar, de manera imparcial, a los jueces.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Llegaron así a la conclusión de que el vecino no tenía razón, pues la parte de la vereda que el dueño del negocio utilizaba no era necesaria para la gente que caminaba por ella, no molestaba su andar y, por tanto, no había otros motivos para prohibirle poner en ella su mercancía. El vecino escuchó la decisión del Bet Din, ¡y la aceptó! Un hombre temeroso de Hashem como él y con una gran fe en nuestros Sabios no podía hacer otra cosa. Aceptó sin preguntar, sin objetar ni una palabra de lo que salió de la boca de los jueces. Pero el juez principal, al ver la forma en que el hombre aceptaba ese veredicto en su contra le susurró al oído después de terminar la lectura de la decisión: — ¿Quién puede saberlo? Tal vez algún día necesites algo del dueño del negocio o de sus mercancías… Este hombre vivía con su familia, en el cuarto piso del edificio. Semana y media después del juicio, su pequeño hijo, de dos años de edad, salió al balcón. Los padres estaban en la cocina y no se dieron cuenta de que el pequeño había salido. El niño se colgó del barandal y saltó al vacío. En sólo un segundo cundió la desesperación. ¡El pequeño había saltado del cuarto piso! Los padres escucharon los gritos. Corrieron al balcón y, con mucho miedo, entendieron lo que había pasado. Con miedo mortal y el corazón

Tefilat Hashlá Hakadosh

acelerado al máximo, bajaron hasta la calle. Allí vieron al dueño del negocio que los recibía con el rostro lleno de llanto y a vez sentimiento, y entregaba en sus brazos al bebé de dos años, ¡sano y salvo! ¿Qué ocurrió? El niño saltó del cuarto piso y fue a caer directamente dentro de una de las cunas de bebés que estaban en la vereda, y el grueso colchón recibió la caída del pequeño como si fuera una esponja amortiguando el golpe, hasta el punto que no sufrió ningún daño. Posteriormente examinaron al pequeño en un hospital y verificaron que no le había sucedido absolutamente nada.150 Cuentan que en una ocasión dos hermanos pequeños estaban discutiendo acerca de quién era un billete de 100 pesos que habían encontrado. Cada uno manifestaba que era suyo. El padre, que estaba en el cuarto de al lado, oyó a uno de los hermanos decir: —Aunque yo tengo razón y ese billete es mío, voy a cedértelo, para no hacer sufrir a mi papá y no causarle molestias. Cuando el padre escuchó esto, se llenó de alegría hacia el hijo que quiso ceder, especialmente para no hacerlo sufrir a él y estaba dispuesto a darle mucho más de lo que había cedido. 150

Barejí Nafshí.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Si cedemos algo a nuestros compañeros, aunque tengamos la razón para no hacerlo, Hashem nos mandará mucho más de lo que cedimos.

Presenta a nuestros hijos su pareja idónea ‫ מִזֶרַע‬,‫וְתַזְמִין לָהֶם זִווגִים הֲגונִים מִזֶרַע תַלְמִידיֵ חֲכָמִים‬ ,‫ וְגַם זִווגָם יִהְיו כְמותָם כְכל אֲשֶר הִתְפַלַלְתיִ עֲלֵיהֶם‬,‫צַדִיקִים‬ ‫כיִ זִכְרון אֶחָד עולֶה לְכָאן ולְכָאן‬ Y a cada uno de ellos preséntale a su pareja idónea, progenie de eruditos en la Torá y hombres justos, y que sus parejas sean iguales a ellos en todo lo que he rezado por ellos, ya que una misma remembranza vale para todos Dice la Guemará151: “Dijo Reish Lakish: Del Cielo presentan al hombre a una mujer, dependiendo la categoría del hombre. Es decir, una mujer buena y recta es destinada para un hombre tzadik; y una mujer malvada es destinada para un hombre malvado”. Dice la Guemará sobre esto: “Pero está escrito: Cuarenta días antes de que se forme el feto, se notifica en el Cielo: ¡La hija de fulano se casará con fulano!”. Vemos aquí dos opiniones que se contradicen: la primera afirma que dependiendo de los actos del hombre es la mujer que le presentan; y por otro lado, vemos que la mujer ya está destinada para el hombre 151

Sotá 2a.

Tefilat Hashlá Hakadosh

desde que se encuentra dentro del vientre de la madre (sin saber cómo se comportará. Y no podemos decir que del Cielo se destina eso, ya que ser bueno o malo depende totalmente de la persona, como está escrito: “Todo depende de Hashem, menos el irat Shamaim”). Contesta la Guemará: “No hay pregunta: la opinión que afirma que notifican al hombre quién será su mujer desde el vientre de la madre, se refiere al primer matrimonio; y la opinión que dice que presentan al hombre a su mujer dependiendo de los actos de éste se refiere al segundo matrimonio (en su caso)”. Vemos de esta Guemará que mientras no hayan llegado los 40 días de la creación del feto, podemos cambiar el mazal (la suerte) de nuestros hijos en lo referente al matrimonio. Por supuesto, mediante la Tefilá y ruegos a Hashem. Asimismo, dentro de estos 40 días Hashem decreta cómo será esa persona, si débil o fuerte, alto o bajo, inteligente o tonto, guapo o feo, etcétera. La Guemará dice que el matrimonio es comparado con el milagro de la partición del Mar Rojo152. Una de las explicaciones es que, ciertamente, es un milagro que el matrimonio funcione bien, que fluya y camine sin problemas.

152

Sanhedrín 22a.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Tal vez partir el mar es posible, pero “mantenerlo partido” es muy complicado. Así pasa en el matrimonio: que se mantenga sin problemas es un milagro. Cuenta el Midrash153: “Preguntó una princesa a Rabí Yosef Ben Jalaftá: ‘¿A qué se dedica Hashem todo el día?’. Le contestó: ‘Hashem se sienta y forma parejas. La hija de fulano para fulano, fulano con fulana…”. Esta mujer quiso verse más inteligente que D-os y ella formó parejas a su entender. Hizo una fila de mil hombres y otra fila con mil mujeres, y ella iba decidiendo las parejas. Al otro día, llegó un hombre con el ojo morado, una mujer con el brazo roto, otro hombre con un moretón en la cara, etc. Se dio cuenta así la mujer de que en verdad es difícil formar parejas. Sobre esto pedimos a Hashem que nuestros hijos se casen con mujeres buenas y rectas; y que nuestras hijas se casen con hombres buenos y rectos. En una ocasión Jajam Obadia Yosef, z”l, usó su gran inteligencia para salvar un matrimonio. Cuando Jajam Obadia Yosef era Ab Bet Din (Rabino principal del tribunal) en Egipto, se presentó ante él un hombre furioso. Con una mano sujetaba a su mujer de los cabellos y en la otra

153

Bereshit Rabá 68:4.

Tefilat Hashlá Hakadosh

llevaba un cuchillo. Llegó gritando a los jueces del tribunal: — ¡Si ahora mismo me escriben el divorcio, se salva mi mujer! ¡De lo contrario, asesino a mi mujer con este cuchillo! Jajam Obadia Yosef, con su gran inteligencia, escribió inmediatamente el texto del divorcio y sin testigos (caso en que el divorcio no es válido), lo entregó a aquel hombre. Su furia se apagó y el hombre marchó tranquilo a su casa. Esa misma noche, Jajam Obadia Yosef fue a casa del hombre y platicó con él acerca de la paz conyugal, de la importancia del Shalom en la casa, etc., y al final el hombre quiso reunirse de nuevo con su mujer. Jajam Obadia Yosef les aconsejó irse a vivir a Israel y, al poco tiempo, tuvieron un hijo y vivieron felices toda su vida.154

154

Hiljot Musar página 1003.

Tú, Hashem, conoces todos los misterios y nuestros secretos del corazón ִ‫ ולְפנֶָיךָנִגְלו מַצְפוניֵ לִבי‬,‫אתָה יְהוָה יודֵעַכל תַעֲלומות‬ Tú eres el Eterno, que conoce todos los misterios y delante de Ti están revelados los secretos de mi corazón Dice la Torá: Hanistarot laHashem Elokenu, veaniglot lanu ulbabenu ad olam…, “Las (cosas) ocultas (son) para Hashem, (los pensamientos Él los conoce), nuestro D-os y las (cosas) descubiertas (son) para nosotros y para nuestros hijos hasta siempre…”.155 Es decir, todo lo que pasa en el mundo, Hashem lo conoce, ya sean los actos del hombre, sus pensamientos, sus meditaciones, etcétera. Dice la Guemará: “Dijo Rab Najman Bar Itzjak: Los pensamientos de cada uno de nosotros están ocultos para los demás, y los actos están descubiertos para los demás. Pero para Hashem, todo está claro y descubierto, los pensamientos y actos”. Por eso, la gente que finge o aparenta ser tzadik y realmente no lo es, será castigada, ya que está 155

Debarim 29:28.

Tefilat Hashlá Hakadosh

burlándose de Hashem al querer aparentar algo que Hashem sabe que no es verdad.156 Incluso está escrito que está permitido servir a Hashem no por Leshem Shamaim (sin intenciones totalmente rectas para servirlo), ya que la persona comienza sirviendo así a Hashem y luego lo hará con buenas intenciones. Pero fingir o aparentar ser tzadik no está permitido y quien lo haga tendrá que pagar por ello. Pues todo está claro para Hashem y Él conoce los pensamientos ocultos en cada uno de nosotros. Decimos en Shajarit todos los lunes y jueves: Ma nomar Lefaneja… Halo kol hanistarot veaniglot Atá yodea, Atá yodea razé olam, vetaalumot sitré kol jay…, “¿Qué diremos delante de ti…? ¿Acaso no los enigmas y las revelaciones Tú conoces? Tú conoces los secretos del mundo y lo encubierto a todo ser vivo”. Cuenta la Guemará que cuando Rabí Yojanán Ben Zakai iba a morir, sus alumnos le pidieron una berajá y el Rab los bendijo de la siguiente manera: —Que sea la Voluntad de Hashem que tengan tanto temor a D-os como el que sienten hacia otra persona.157 Inmediatamente los alumnos le preguntaron: 156 157

Sotá 22b. Berajot 28b.

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— ¡Rab! ¿Nada más? ¿Sólo esta berajá? Rabí Yojanán respondió: — ¡Ojalá! Sepan que cuando una persona comete una falta siempre dice: “Ojalá que no me vea ninguna persona”. Por eso, deseo que sientan el mismo temor pensando que Hashem está delante y sepan que cuando uno va a cometer una falta o un pecado, teme que lo vea la gente y no teme que lo vea Hashem. Cierta vez el Jafetz Jaim viajaba en un carruaje. En el trayecto, el conductor vio una montaña de paja al costado del camino y, al constatar que no había nadie en los alrededores, detuvo el carro para robar la montaña de paja y dársela de comer después a sus caballos. Cuando se agachó a recoger la paja, el Jafetz Jaim gritó: — ¡Te están viendo! El hombre, asustado, volvió corriendo al lado del carro. Se tranquilizó y volvió a asegurarse de que no había nadie cerca, y de nuevo a tratar de recoger la paja. Otra vez, el Jafetz Jaim gritó: — ¡Te están observando! Y nuevamente el hombre regresó a su coche sin tiempo de recoger la paja. En el camino, el cochero preguntó al Jafetz Jaim cómo sabía que lo estaban viendo, porque él no

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había visto a nadie. El Jafetz Jaim le explicó que su intención era advertirle que del Cielo lo estaban mirando a cada momento.

Nuestra intención es en aras de enaltecer Tu Nombre ָ‫ ולְמַעןַ תורָתְך‬, ‫כיִ כוַָנָתיִ בְכל אֵלֶה לְמַעןַ שִמְךָהַגָדול וְהַקָדוש‬ ‫הַקְדושָה‬ Tú sabes que en todo esto mi intención es en aras de Tu Nombre grandioso y santo, así como en aras de Tu Sagrada Torá… Está escrito en el Pirké Abot: “No sean como esos esclavos que sirven al amo con la condición de recibir pago. Sean como esos esclavos que sirven a su amo sin la condición de recibir pago”158. Aprendemos de estas palabras que debemos servir a Hashem sin la intención de recibir alguna recompensa. Esto se traduce en trabajar para Hashem leShem Shamaim. Y es lo que dice esta parte de la Tefilá: “Que nuestras intenciones sean engrandecer el Nombre de Hashem y el Nombre de la Torá”. Escribió Rab Jaim de Volojin: “Cuando la persona rece, que no lo haga únicamente para pedir por su persona, sino que debe pedir también por Hashem”. 158

Pirké Abot 1:3.

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Expliquemos esto: decimos al final de la Tefilá de la Amidá: Asé lemaán Shemaj…, “Hazlo por tu Nombre”. Esto quiere decir que todo lo que hemos pedido en la Tefilá debe enaltecer el Nombre de Hashem. El sustento que pedimos, la salud, los pedidos de cada uno, etc., deben tener la finalidad de enaltecer el Nombre de Hashem. Y es por eso que dice el Shulján Aruj159 que quien dice: Asé lemaán Shemaj, Asé lemaán yeminaj…, “Hazlo por tu Nombre, hazlo por Tu Diestra…”, tendrá el mérito de recibir la Shejiná (Presencia Divina), pues todo lo que pide es para enaltecer el Nombre de Hashem. Uno de los mejores consejos para llegar a la categoría de enaltecer el Nombre de Hashem es servirlo sintiendo que somos sus hijos y no sus esclavos. Dice el Midrash: “En el momento que el Pueblo de Israel está cumpliendo la Voluntad de Hashem, son llamados hijos; y en el momento que el Pueblo de Israel no está cumpliendo la Voluntad de Hashem, son llamados esclavos”. Dice Rab Shalom Shbadron: “No se entiende este Midrash, ya que un esclavo debe cumplir con la voluntad de su patrón; de lo contrario, no se llamaría esclavo”. 159

Shulján Aruj, Simán 122, 3.

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La respuesta es, dice Rab Shalom Shbadron: “Hay aquí dos conceptos diferentes: 1. Cumplir la Voluntad de Hashem, 2. Cumplir la orden de Hashem”. Analicemos un ejemplo: Cuando un hombre dice: “Quiero una taza de café”, cumplir la orden sería que la sirvienta le servirá esa taza de café y nada más, ya que sólo eso pidió. Cumplir la voluntad sería que, cuando este hombre pide la misma taza de café a su propio hijo, éste se la traerá, pero en un plato y con un pastelito y una servilleta. Así, la diferencia entre cumplir la voluntad de Hashem o Su orden es muy grande. Hay muchas cosas que no están escritas y son la Voluntad de Hashem; y hay muchas cosas que no están escritas y sí constituyen la Voluntad de Hashem.

Respóndeme gracias al mérito de Abraham, Itzjak y Yaacob ‫ בַעֲבור הָאבות הַקְדושִים אבְרָהָם יִצְחָק‬,ִ‫עַל כןֵ ענָנֵיִ יְהוָה ענָנֵי‬ ‫ ובִגְלָלָם תושִיעַבנִָים לִהְיות הָעֲנָפִים דומִים לְשָרְשָם‬, ‫וְיַעֲקב‬ Por tanto, respóndeme, oh Eterno, respóndeme, gracias al mérito de nuestros ancestros Abraham, Itzjak y Yaacob, y salva a sus descendientes por ellos, para que las ramas sean iguales a las raíces… En esta parte de la Tefilá pedimos a Hashem que, por mérito de nuestros Patriarcas Abraham, Itzjak y Yaacob, nos otorgue todo lo que hemos pedido. Esto también lo vemos todos los días en la Tefilá, en la Amidá. Al comienzo de la Amidá, pedimos a Hashem que por el mérito del D-os de Abraham, Itzjak y Yaacob nos responda toda la Tefilá. Debemos entender cuál es la grandeza de nuestros Patriarcas, por cuyo mérito pedimos a Hashem que nos responda todo lo que le pedimos. En la Amidá decimos: Elohé Abraham, Elohé Itzjak, Elohé Yaacob, “El D-os de Abraham, el D-os de Itzjak y el D-os de Yaacob”. La pregunta es: ¿por qué no se menciona una sola vez el Nombre de D-

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os? ¿Para qué se dice el Nombre de D-os, cada vez que se menciona el nombre de un patriarca? Dicen nuestros Jajamim que esto nos enseña que cada patriarca trabajó para Hashem de manera diferente. Por supuesto que ellos cumplieron con toda la Torá, pero cada uno tenía virtudes especiales que explotaron para servir a Hashem.160 ¿Cuál fue la principal virtud de cada uno de nuestros patriarcas? • Abraham: la cualidad más sobresaliente de Abraham Abinu fue la del jésed, ayudar al prójimo. • Itzjak: se caracterizó por su cualidad del irat Shamaim (temor a Hashem). • Yaacob: sobre él se dice que la cualidad que supo explotar al máximo fue la de la verdad y la Torá. Vemos de esto que hay diferentes cualidades o virtudes por medio de las cuales podemos persuadir a Hashem para que nos conceda lo que le pidamos. Y principalmente son estas características: Jésed, irat Shamaim, verdad y Torá.

160

Mijtab Meeliahu 3, página 82.

Contéstanos por el mérito de David Hamélej ָ‫ הַמְשורֵר בְרוחַקָדְשֶך‬,‫ובַעֲבור דָוִד עַבְדְךָרֶגֶל רְבִיעיִ בַמֶרְכָבָה‬ Y también por Tu siervo David, que es el cuarto pilar del carruaje celestial, y el poeta de inspiración profética En esta parte de la Tefilá pedimos a Hashem que por el mérito de David Hamélej nos conteste todo lo que le pedimos. Al escuchar la historia de David Hamélej pensaríamos que no iba a tener ningún futuro e iba a ser un hombre fracasado. Después de todas las vergüenzas que sufrió (la persecución de Shaúl, el problema con su hijo Abshalom, etc.), David Hamélej salió adelante y fue uno de los personajes más grandes en términos espirituales en toda la historia del Pueblo Judío. David Hamélej supo vivir y superar todas las difíciles pruebas que Hashem puso en su camino. Seguramente los Jajamim vieron un ejemplo en David Hamélej para pedir por su mérito, para que se reciban nuestras Tefilot.

Explicación del Salmo 128 ָ‫ יְגִיעַכַפֶיך‬:‫שִיר הַמַעֲלות אשְריֵ כָל־יְרֵא יְהוָה הַהלֵךְבִדְרָכָיו‬ ָ‫ךְ אֶשְתְךָ| כְגֶפןֶ פֹרִיָה בְיַרְכְתיֵ בֵיתֶך‬ : ָ‫כיִ תֹאכֵל אשְרֶיךָוְטוב ל‬ ‫ הִנֵה כִי־כןֵ יְבֹרַךְגָבֶר יְרֵא‬:ָ‫בנֶָיךָכִשְתִליֵ זֵיתִים סָבִיב לְשֻלְחָנֶך‬ :ָ‫ יְבָרֶכְךָיְהוָה מִצִיון ורְאֵה בְטוב יְרֽושָלָם כֹל יְמיֵ חיֶַיך‬:‫יְהוָה‬ ‫ורְאה בנִָים לְבנֶָיךָשָלום עַל־יִשְרָאֵל‬ Capítulo 128: Canto de ascensiones. Dichoso es todo aquel que teme al Eterno, aquel que anda en Sus caminos. Cuando comas del esfuerzo de tus manos, venturoso eres y te irá bien. Tu mujer será como una vid fructífera en los aposentos de tu casa. Tus hijos serán como vástagos de olivos alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el varón que teme al Eterno. El Eterno te bendecirá desde Tzión, y verás lo bueno de Yerushaláim todos los días de tu vida. Y verás a los hijos de tus hijos; paz para Israel… El capítulo 128 de Tehilim comienza con uno de los consejos sobre cómo podemos ser queridos por Hashem. El consejo de David Hamélej es “seguir los caminos de Hashem”. Y no sólo eso, sino que al hacerlo también estaremos cumpliendo una mitzvá, la de seguir los caminos de Hashem, como está escrito: Vehalajtá Bidrajav, “Y andarás en Sus

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caminos”161. Explica la Guemará que este versículo se refiere a que debemos apegarnos a los caminos de Hashem. Así como Hashem es piadoso, nosotros debemos ser piadosos; así como Hashem es misericordioso, debemos ser misericordiosos; así como Hashem es caritativo, debemos ser caritativos…162 Cuando nos comportamos con estas virtudes ante toda la gente, aseguramos que seremos queridos y amados por todos. El Metzudat David explica este capítulo de Tehilim de la siguiente manera: Dichoso es todo aquel que teme al Eterno. Dichosa la persona que cumple las mitzvot Lo Taasé, que son las mitzvot que Hashem nos ordena no hacer. Por ejemplo, no comer pan en Pésaj, no matar, no tener otros dioses, etcétera. “El que anda en Sus caminos” se refiere a las Mitzvot Asé. Es decir, las mitzvot positivas, las que sí debemos hacer. Por ejemplo, ponernos tefilín, comer Matzá en Pésaj, tomar las cuatro especies en Sucot, creer en un solo D-os, etcétera. “Cuando comas del esfuerzo de tus manos, venturoso eres y te irá bien” se refiere a que la persona debe comer con el esfuerzo que haya realizado y no por la caridad de los demás. “Tu mujer será como una vid fructífera en los 161 162

Debarim 28:9. Sotá 14.

Tefilat Hashlá Hakadosh

aposentos de tu casa. Tus hijos serán como vástagos de olivos alrededor de tu mesa”: cuando la mujer de la casa se comporta con rectitud y recato, incluso dentro de su casa, tendrá el mérito de que sus hijos sigan el camino correcto y siempre sean queridos y bellos como los olivos. “He aquí que así será bendecido el varón que teme al Eterno”: sobre la persona que es temerosa de Hashem recaerán todas estas bendiciones. “El Eterno te bendecirá desde Tzión y verás lo bueno de Yerushaláim todos los días de tu vida”: Hashem nos bendecirá desde Yerushaláim, donde se encuentra la fuente de las bendiciones. Es decir, tendremos el mérito de ver la reconstrucción de Yerushaláim. “Y verás a los hijos de tus hijos; paz para Israel”: tendremos el mérito de ver a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos, rodeados de paz con toda la gente.

Fin de la Tefilá del Shlá Hakadosh ִ‫ "וַאנֲיִ זאת בְרִיתי‬,‫ יְקֻיַם בָנו הַפָסוק‬,‫אנָא יְהוָה שומֵעַתְפִלָה‬ ָ‫יך‬ , ִ‫ רוחיִ אֲשֶר עָלֶיךָודְבָריַ אֲשֶר שַמְתיִ בְפ‬,‫ אמַר יְהוָה‬,‫אותָם‬ ‫ מֵעַתָה‬,‫ךָ אמַר יְהוָה‬ , ֲ‫לא יָמושו מִפִיךָומִפיִ זַרְעֲךָומִפיִ זֶרַע זַרְע‬ ‫ יִהְיו לְרָצון | אִמְרֵי־פיִ וְהֶגְיון לִביִ לְפנֶָיךָיְהוָה‬."‫וְעַד עולַם‬ ‫צוריִ וְגֹאֲל י‬ “Por favor, oh Eterno, que escuchas la oración, que en nosotros se cumpla el versículo que dice: ‘Y en cuanto a Mí, he aquí Mi pacto con ellos, dijo el Eterno: Mi espíritu que está sobre ti y Mi palabra que he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca ni de la boca de tu descendencia, ni de la boca de la progenie de tu descendencia’, afirmó el Eterno, desde ahora y para siempre” (Yeshayahu 59:21). “Que la expresión de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables delante de Ti, D-os, mi fuerza y mi salvación”. La Tefilá del Shlá Hakadosh finaliza así: Ana Hashem, shomea Tefilá, “Por favor, Hashem, que escuchas la oración”. Debemos saber que siempre Hashem escucha nuestras Tefilot, como dijo David Hamélej: Hashem oshía, Hamélej yaanenu beyom korenu, “Hashem que salva, el rey que contesta el día que lo

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llamamos”163. Explican los comentaristas que en el mismo día que llamamos a Hashem, Él nos contesta.164 Después continuamos con las palabras de Yeshayahu: “Que nuestras palabras de Torá nunca se aparten de nuestras bocas ni de nuestra descendencia por toda la vida”. La berajá más grande que podemos pedir es que nuestra descendencia siga por el camino de la Torá toda su vida. Pedimos así a Hashem que se cumpla en nosotros y en toda nuestra descendencia la Tefilá completa del Shlá Hakadosh y todas las berajot de la Torá, Amén.

163 164

Tehilim 21:10. Metzudat David sobre Tehilim 21:10.

Biografía del Shlá Hakadosh, Rab Yeshayahu Horovitz Conocido como el Shlá (que son las iníciales del título de su famoso libro, “Shené Lujot Habrit”), escritor y cabalista, Rab Yeshayahu Horovitz nació en Praga en el año 1558 y murió en Tzefat, Israel, en el año 1628 (algunas opiniones afirman que murió en 1630). Era descendiente de una familia de eruditos. La inscripción en la lápida de su abuelo, Rab Shabtai Sheftl, decía: “No dejó nada sin aprender. La Torá íntegra estaba en sus labios”. El padre de Rab Yeshayahu, Rab Abraham (discípulo del famoso Ramá) fue también un estudioso destacado y autor de las obras “Émek Berajá”, “Jésed l’Abraham”, “Berit Abraham” y “Yesh Nojalin”. Rab Yeshayahu y su hermano estudiaron con su padre durante su juventud, y también con algunos de los grandes rabinos de Polonia. Rab Yeshayahu viajó a Cracovia, donde se convirtió en alumno de Rab Shelomó Leibush, de Lublin. La personalidad de este gran erudito causó una impresión muy profunda en el joven Yeshayahu, que lo consideraba su instructor principal.

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También estudió con el Maharam de Lublin y Rab Yehoshúa Falk Katz. Su talento fue reconocido a edad temprana y su firma aparece desde 1590 en una ley del Vaad Arbá Aratzot. Fue entonces cuando comenzó su carrera rabínica. Sus puestos de trabajo lo llevaron a los más importantes centros de Torá por toda Polonia y Rusia, pero su reputación se extendía mucho más allá. En 1606 fue llamado a servir en la floreciente comunidad de Frankfurt. Rab Yeshayahu permaneció allí hasta 1614, cuando la calma de la comunidad fue perturbada por el levantamiento antisemita de Fettmilch. El 27 de Elul de 1614 fue atacado el gueto judío de Frankfurt. A pesar de que los judíos se resistieron a la agresión fueron sometidos. Si bien se les permitió salir del gueto, sus bienes fueron saqueados y quemados. No volvieron a sus hogares hasta Adar del año siguiente. Al regresar a Praga, Rab Yeshayahu ofició como rabino. Contaba ya con gran renombre como cabalista y halajista famoso, y como líder espiritual. Sin embargo, su alma anhelaba el aire sagrado de Éretz Israel. Cuando su esposa (Jaya) falleció en 1620, comenzó a pensar seriamente en partir hacia la Tierra Santa, y concretó su proyecto en 1621 dejando a sus amigos y familia, y renunciando a su cargo como rabino de Praga.

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Solamente reveló el momento de la partida a dos de sus amigos más íntimos, pero no lo comunicó a la comunidad ni a sus hijos, por temor a que ellos intentaran disuadirlo de marcharse. Cuando su hijo Rab Sheftl accidentalmente se enteró de la partida le imploró que no se fuera, pero Rab Yeshayahu le dijo que ya estaba tomada la decisión. Como consuelo para sus hijos y numerosos discípulos, Rab Yeshayahu escribió un legado ético en el que esbozó la forma ideal de vivir. También proyectó las costumbres y leyes para todo el año, los principios del judaísmo, una instrucción básica en Cabalá, un comentario a la Torá y muchos asuntos más. Esta obra monumental, una de las joyas de la literatura ética judía, fue llamada “Shené Lujot Habrit”, o, brevemente, Shlá, y por ello su autor se conoce con reverencia como el Shlá Hakadosh (“el Shlá santo”). Rab Yeshayahu emprendió entonces el viaje a través de Alemania e Italia, y desde allí a Siria, donde fue recibido en la antigua comunidad de Alepo con el mayor honor y respeto. En Damasco se le ofreció convertirse en su líder espiritual y, también, una delegación de Tzefat lo invitó a hacerse cargo del rabinato de la ciudad. Pero Rab Yeshayahu, que tenía su corazón puesto en vivir en Yerushaláim, aceptó el ofrecimiento de ser allí rabino y Rosh Yeshibá de los ashkenazim sin recibir salario.

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Pero en 1625, la vida en Yerushaláim se hizo intolerable para los judíos a causa del gobierno tiránico de Ibn Farukh. Un día de Elul, durante la Tefilá de la mañana de Shabat, arrestaron a muchos rabinos y líderes tanto sefaradim como ashkenazim, encabezados por Rab Yeshayahu, sin motivo. Durante quince días sufrieron un terror constante y algunos de los cautivos no fueron liberados sino para Rosh Hashaná. La comunidad se vio obligada a pagar un rescate exorbitante para liberar a sus líderes. Temiendo por su vida, Rab Yeshayahu decidió partir de Yerushaláim. Se detuvo primero en Tzefat y continuó a Tiberíades, donde se estableció y pasó sus últimos días. Otro destacado libro de Rab Yeshayahu es “Shaar Hashamaim”, un comentario cabalístico sobre el Sidur. Su motivación para componer este comentario fue porque consideró que de esta manera podía tener parte en las oraciones de todos los judíos que habrían de usar el Sidur. El Baj, un sabio contemporáneo suyo, escribe: “No hay duda de que quien reza con el Sidur del Shlá, su oración no quedará sin ser respondida”. Al morir, fue enterrado cerca de la tumba del Rambam.

La grandeza de la Tefilá Una de las formas mediante las cuales la persona puede adquirir la integridad de un yehudí es convertir la Tefilá en parte suya, como dijo David Hamélej en Tehilim: Vaaní Tefilá, “Yo soy Tefilá”165. Explican los Jajamim166 que David Hamélej quiso decir: “Yo soy un hombre de Tefilá”, que todo lo que hago, todo lo que vivo, todo lo que siento es Tefilá. Así lo explica Rashí: Vaaní mitpalel Eleja tamid, “Y yo rezó a Ti, siempre”. Rabenu Yoná escribe que las mujeres están obligadas a rezar167, incluso si el rezo es una mitzvá que tiene tiempo fijo168. Pero por cuanto que está escrito en la Guemará: “Dijeron los Jajamim: Ojalá que podamos rezar todo el día”, se considera como una mitzvá que no tiene tiempo fijo. De aquí que las mujeres estén obligadas.169 165

Tehilim 109:4. Metzudot. 167 En Berajot 20b. 168 Toda mitzvá que necesita realizarse en un tiempo fijo, la mujer está exenta de realizarla; por ejemplo: los Tefilín, ya que sólo se ponen de día; los tzitzit, que también sólo se ponen de día; la sucá, que sólo se cumple en Sucot. 169 Netibot Emuná. 166

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Recordemos en todo momento que la Tefilá es una plática directa con Hashem y que Él está dispuesto y desea escucharnos en todo momento. Está escrito: Karob Hashem lekol koreav, “Cercano está Hashem para todo el que le llama”.170 Sólo debemos llamarlo. Hashem está al pendiente de cuando le llamemos. Dijo Rab Nisim Yaguén, z”l, algo hermoso relacionado con la Tefilá: Hashem siempre desea nuestras Tefilot en cualquier momento del día. Los Jajamim dicen que la Tefilá no es únicamente un rezo, sino una charla con nuestro Padre, Hashem. ¡Qué importante es entonces hacernos un tiempo diario para platicar con Hashem, ya sea para desahogarnos, pedirle, llorarle, agradecerle, etc., y Hashem siempre esperará nuestras palabras con apetito! Esto puede compararse a un hombre y una mujer que tenían un único hijo de tres años de edad y éste aún no podía hablar. Los padres ya estaban preocupados y nerviosos de que su hijo todavía no hable. Un día escucharon que su hijo gritó: “¡Mammm!”, “¡Mammm!”, y ellos se sintieron felices y radiantes de que su hijo emitiera una palabra por su boca.

170

Tehilim 145:18.

Tefilat Hashlá Hakadosh

¡Pero en realidad no había dicho nada! ¡Lo que dijo no significaba nada; no dijo ni siquiera: “Mamá”! El motivo de que los padres estuvieran felices fue que su hijo estaba empezando a hablar, y creyeron que si su hijo ya hablaba. Así ocurre con Hashem. Debemos empezar a platicar con Él, pues espera que lo llamemos. Él está dispuesto siempre a escucharnos y ayudarnos, ya que es nuestro Padre.171 Rab Abraham ben haRambam escribió la definición de la Tefilá: “La Tefilá es peguishat ben hamitpalel laAdonav”, “la Tefilá es una reunión entre el que reza y Hashem”.172 Todo lo que Hashem hace que falte a la persona es para que ésta se acerque a Hashem por medio de la Tefilá, para que sienta un faltante en ella y lo pida, en la Tefilá, a la fuente de todas las bendiciones, y al Único que puede hacer que le vaya bien, que es Hashem.173 Sobre esto dijo Rab Nisim Yaguén, z”l: “Mucha gente piensa que la Tefilá fue creada para salvarse de los sufrimientos. Realmente no es así, sino que los sufrimientos fueron creados para que recemos a Hashem”. 171

Netibé Or, hoja 644, Rab Nisim Yaguén. Sobre la Torá, en Perashat Vayetzé. 173 Rab Yehezkel Levinshtein. 172

Tefilat Hashlá Hakadosh

De acuerdo con esto, si adelantamos la Tefilá al sufrimiento, éste ya no llegará, pues habremos cumplido con la finalidad que quería para Hashem sobre nosotros: rezarle.174 El mismo Rab Yehezkel Levinshtein explica que la raíz de la palabra Tefilá es: Haflaá – Perishut, es decir, alejarse de este mundo y apegarse a Hashem, dado que en el momento que la persona dice Tefilá, Hashem se apega a esa persona como si no existiera nada más en el mundo.

174

Netibé Or, hoja 644, Rab Nisim Yaguén.

La fuerza de la Tefilá Cuando Yaacob dio la berajá a su hijo Yosef, le dijo así: “Te he dado Shejem, una porción más sobre tus hermanos, la que tomé de manos del emorí, con mi espada y con mi arco”.175 Preguntan los Jajamim: “¿Dónde encontramos que Yaacob luchó con espada y arco?”. El Tárgum Unkelus traduce las palabras “espada y arco” de una manera muy diferente. Él explica que significan: Bitzlotí ubbautí, “Tefilá y ruegos”. ¿Cuáles son las propiedades de la espada y del arco? Los dos tienen la fuerza de incluso matar a alguien o, en su caso, de defender a alguien. En cuanto a la espada, tiene la particularidad de matar a alguien; es decir, donde se clave la espada, tiene el poder de matar. Y en lo referente al arco, donde se lance la flecha, ahí lastima. Eso mismo es la Tefilá: donde se clave, tiene la fuerza de lograr mucho; y a donde se lance, Hashem siempre la escucha.176 Pero debemos saber algo muy importante: hay que dar valor a la Tefilá. 175 176

Bereshit 48:22. Rab Shaul Credi.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Una persona comentó a Rab Nisim Yaguén, z”l, que ya había rezado muchas veces por algo específico y Hashem no había contestado a su pedido. Le contestó Rab Nisim Yaguén: —Por una simple razón: tú tampoco escuchas lo que pides a Hashem. Sólo sacas las palabras de tu boca, pero sin concentración, y ni siquiera sabes lo que estás pidiendo. Haces exactamente lo mismo que un casete, al que sólo se le aprieta play. Todo nace desde la Tefilá “Estos son los hijos de Yaacob que le nacieron en Padán Aram…”.177 ¡Todos nacieron en Padán, menos Binyamín, que nació en Éretz Israel! Entonces, ¿cómo afirma el versículo que todos nacieron en Padán? Efectivamente, Binyamín nació en Éretz Israel. Sin embargo, el rezo que precedió el embarazo de Rajel se pronunció en Padán, como está escrito: ¡Yosef li Hashem ben ajer!, “¡Hashem, concédeme otro hijo!”. Ya que su Tefilá fue aceptada en Padán, se considera que allí nació Binyamín.178 Yaacob temía el encuentro con Esav, por lo que se preparó con tres cosas: Tefilá, regalos y guerra. La primera precaución no era organizar un ejército, 177 178

Bereshit 35:26. Jezkuni.

Tefilat Hashlá Hakadosh

¡sino Tefilá! (Aunque Rashí menciona el regalo primero, el Rambán tenía otra versión de Rashí, donde la Tefilá era primero.) La hatzlajá depende de la Tefilá. Si el rezo de Shajarit es exitoso, el día lo será igualmente… Dijo Rab Yonatán Aishbitz: “Receta probada y comprobada: si la persona reza bien, con buena concentración, ese día tendrá éxito material y espiritual. Si reza bien y al final del día ve que no le fue bien en el negocio, seguramente algún día se dará cuenta de que ese día sí fue para su bien”. Y termina diciendo: “Y yo soy garante de esto que les digo”.179 La fuerza de la Tefilá Cuenta la Guemará que el día que murió Rabí Yehudá Hajasid, mejor conocido como Rebi, los Jajamim de la ciudad decretaron un ayuno. Asimismo, pidieron misericordia a Hashem y anunciaron: “Todo el que anuncie o publique que Rebi murió, será castigado severamente”180. Explican nuestros Sabios algo muy grande: “Los Jajamim que pidieron que no se anunciara la muerte de Rebi, fue porque en el momento que la gente se enterara de que Rebi murió la gente iba a dejar de rezar por él, ya que no es lógico rezar por alguien que ya falleció y que pueda recobrar la vida”. 179 180

Yearot Debash, Derush 4, 7 Ab, pág. 119, Jélek 1. Ketubot 104a.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Pero en el momento que la gente todavía no se enteraba de que Rebi había muerto, podían seguir haciendo Tefilá pensando que todavía se encontraba vivo, y esta Tefilá es propicia y tiene la fuerza para revivir a Rebi. Por eso los Jajamim prohibieron anunciar que Rebi había muerto, para que la gente siguiera rezando y pudiera revivir.181 La siguiente historia nos enseña la fuerza de la Tefilá y de las lágrimas: Hace algunos años, había un mohel que vivía en Tel Aviv. Su nombre era Abuhab. Llevaba más de 30 años sirviendo como mohel. Una señora tuvo un hijo y buscó el nombre de un mohel en el directorio. Como el nombre Abuhab estaba al principio del directorio, le llamó a él. Cuando llamó la señora al mohel, le contó que había tenido un hijo y quería que le hiciera el Brit Milá al otro día, ya que cuando le llamó era el séptimo día de haber dado a luz. El mohel aceptó y le preguntó la hora en que iba a realizarse el Brit Milá. El mohel pensó que sería en la tarde, pero mucho se sorprendió fue cuando la mujer le dijo que quería que fuera a las 7:30 de la mañana. Ante esto, el mohel pensó que se trataba de una mujer religiosa, que quería apresurarse con el Brit Milá para cumplir rápido la mitzvá. 181

Shitá Mekubétzet sobre Ketubot 104a.

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La señora le explicó por qué deseaba realizar la ceremonia tan temprano: su marido debía trabajar desde las seis de la mañana y ella salía de su casa al trabajo a las 7:30. El mohel aceptó el horario. Al otro día, a la hora acordada, llegó el mohel a la calle donde se realizaría el Brit Milá, pero encontró todo desolado, sin coches, sin visitas a la casa de la señora, la gente en pijama, etc. Se le hizo muy raro todo, pero continuó su camino hacia la casa. Tocó a la puerta de la casa y le abrió una mujer preguntándole qué quería. El mohel se apenó y le pidió disculpas, sin entender de qué, pues había quedado muy formalmente de presentarse allí. La señora le dijo que no se había equivocado y que ahí iba a realizarse el Brit Milá, sólo que la señora tenía que ir a trabajar, el padre del niño no estaba en casa e iba a dejar a su hijo para que le hiciera Brit Milá. La señora explicó al mohel que no eran una familia ortodoxa, pero como ese niño en un futuro ingresaría al gobierno de Israel, no querían que lo vieran mal ahí y, por eso, le iba a hacer el Brit Milá. — ¿Cuánto cuesta que le haga el Brit Milá? — preguntó la señora, a lo que el mohel le dijo: —Seiscientos Shekel. La señora contestó al mohel que en hora y media iba a llegar la sirvienta de la casa y le iba a pagar con un cheque. Acto seguido, la mujer se fue de la casa.

Tefilat Hashlá Hakadosh

El mohel se quedó solo en la casa, con el bebé llorando. Pero no le quedaba otra alternativa: ¡debí hacer el Brit Milá! Imaginemos la situación: los padres del bebé no están en casa, el mohel debe hacer el Brit Milá, él mismo será el sandak, el mohel y casi hasta el padre del niño. Tomó entonces al bebé y le hizo el Brit Milá perfectamente. Después de unos minutos, el bebé empezó a llorar más fuerte, pero la madre no le había dejado ni una botella de leche. Trató de darle otras comidas y bebida, pero nada funcionaba. El niño seguía llorando mucho. El mohel estaba sufriendo con la situación; ¿unos padres yehudim, que dejan a su bebé recién nacido y no lo acompañan al Brit Milá? No entendía nada. Tomó en sus brazos el mohel al bebé y empezaron a llorar juntos. El bebé lloraba del dolor físico y el mohel lloraba por el dolor de ver que sus padres no podían acompañar a su hijo al Pacto de Hashem. Durante hora y media lloraron juntos, hasta que llegó la sirvienta de la casa. La muchacha preguntó por el bebé, le dio un cheque al mohel y éste salió de la casa. El mohel se quedó muy impresionado y conmovido por lo que acababa de ver. Estaba seguro de que nunca iba a olvidar este Brit Milá.

Tefilat Hashlá Hakadosh

Pasaron 13 años y el mohel volvió a recibir otra llamada de la misma señora. El mohel pensó que quería otro Brit Milá así de raro. Pero no era para eso la llamada, sino para ver si podía darle un consejo. El padre y la madre fueron a casa del mohel y le preguntaron si se acordaba de ellos, a lo que él les contestó que sí, ya que nadie podría olvidar ese Brit Milá tan raro. Incluso, nunca cobró el cheque, para siempre recordarlo. Le dijeron al mohel que tenían un problema terrible con el niño, que ya tenía 13 años de edad. Desde hacía seis meses “se había vuelto loco” y quería ir a una yeshibá. Ya habían consultado a sicólogos, siquiatras, etc., y nadie lo convencía de cambiar de opinión. Esto era algo impresionante, ya que ellos vivían en una zona muy alejada del área religiosa de Tel Aviv. La escuela no era nada religiosa; ningún amigo cuidaba la Torá, etc., ¿y a los 13 años se le ocurría ir a una yeshibá, casi sin saber qué era? Después de tratar de convencer al muchacho, los padres se rindieron y decidieron mandar a su hijo a una yeshibá. Pedían al mohel que les ayudara a inscribirlo en una buena yeshibá. El mohel fue a comprar para el joven un sombrero, un bonito traje, etc., y lo llevaron a una yeshibá de Bené Berak. Preguntó Rab Nisim Yaguén, z”l: “¿Qué merito tiene este niño en ir a una yeshibá y estudiar Torá,

Tefilat Hashlá Hakadosh

después de haber vivido en un ambiente lleno de impureza, de amigos antirreligiosos, en una zona sin Torá, etc.?”. Y contestó así: “En el momento del Brit Milá (trece años antes), cuando el bebé y el mohel lloraron juntos, también lloró un tercero: Eliyahu Hanabí”. Eliyahu Hanabí llegó al Brit Milá, como siempre lo hace, y cuando vio al bebé y al mohel llorando también lloró con ellos, y bendijo al niño para que fuera un estudioso de la Torá. Por la fuerza de la Tefilá y de las lágrimas, este niño tuvo el mérito de estudiar Torá en una yeshibá.182

182

Netibé Or, hoja 644, Rab Nisim Yaguén.

Todo el que bendice, será bendecido Está escrito en Mishlé: Tob ain, hu yeboraj, “El que tiene buen ojo, será bendecido”.183 Explicaron nuestros Sabios que no está escrito que la persona con buen ojo bendice a los demás (yebarej), sino que quien tiene buen ojo será bendecido por D-os (yeboraj).184 Siempre es bueno bendecir a toda persona, ya que tal vez cuando se le bendice es un momento de voluntad en el Cielo, y esas bendiciones serán recibidas. Cuando alguien recibe una berajá, debe decir: Vején lemor, “Igual para ti”. Cuenta el Talmud que Rab bendijo a Rab Huná y se cumplió esa bendición; y que Rab se enfadó, pues Rab Huná no le contestó: “Igual para ti”.185 De cualquier persona debemos recibir berajot, como dice el Talmud: Al tehí birkat ediot beenejá, “No desprecies alguna berajá de cualquier hombre”.186 183

Mishlé 22:9. Nedarim 38. 185 Meguilá 27b. 186 Meguilá 15. 184

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Muchas veces bendecimos al prójimo, pero no nos damos cuenta. Cuando decimos Shabat Shalom, “Que pases un Shabat en paz”, debemos pensar que lo estamos bendiciendo para que, debido al mérito de Shabat, tenga paz. Mucho debemos tratar y esforzarnos por recibir bendiciones de nuestros padres. Incluso si estén en lugares muy alejados, debemos ir con ellos antes de Shabat o las Festividades, para recibir su berajá.187 Dice el Midrash que todo lo bueno y el reinado que Esav y su descendencia recibieron, fueron por el mérito de haber sido bendecido por su padre, Itzjak. Para entender lo que vale una berajá hay una historia real que sucedió hace aproximadamente 300 años. En Vilna no había lavaderos o llaves de agua, sino que se lavaba con agua de tambos o cubetas. Afuera del Bet Hakenéset había un barril especial para llenarlo con agua y permitir que cada persona que entrara al Bet Hakenéset se lavara antes las manos. En una ocasión llegó el Gaón de Vilna para lavarse las manos y encontró el barril vacío. Se había acabado el agua del barril. Cerca de ahí había un niño, quien notó que el Gaón de Vilna no tenía cómo lavarse las manos. Por tanto, tomó la decisión

187

Pele Yoetz, Berajot.

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de llevar una cubeta llena de agua para dársela al Gaón de Vilna a fin de que se lavara. Al ver al niño cargando la cubeta de agua que le había conseguido, el Gaón de Vilna le dio una berajá diciéndole así: — ¡Niño, que vivas cien años! Cuando este niño ya tenía 99 años, su familia, muy preocupada por él, quería llevarle doctores. Pero a todos él los rechazó. Dijo: —Si el Gaón de Vilna me dijo que viviré cien años, así será. Y eso ocurrió: este hombre vivió hasta los cien años de edad, exactamente lo que le habían prometido.188 Todos debemos aprender esto y nunca privarnos de bendecir a cualquier persona, ya que una berajá con amor siempre es recibida por Hashem. Pidamos a Hashem que siempre tengamos el mérito de bendecir y, debido a que este mundo se comporta Midá kenégued midá, “Medida por medida”, que el Creador también nos bendiga con todo lo bueno, siempre. Amén.

188

Dérej Sijá.

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