Tatarkiewicz Wladyslaw - Historia de La Estetica I - La Estetica Antigua
March 14, 2017 | Author: La Tranca | Category: N/A
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Wladyslaw Tatarkiewicz
HISTORIA DE LA ESTETICA I. LA ESTETICA ANTIGUA Traducción del polaco
Danuta Kurzyca Traducción del latín y griego
Rosa M.J Mariño Sánchez-EIvirá Fernando García Romero
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Preámbulo
En el siglo pasado, cuando se conocían relativamente pocas fuentes de estética antigua, se elaboraba atrevidamente la totalidad de su historia. Fue entonces cuando se escribieron la mayoría de los libros sobre estética y cuando nacieron las mejores obras concernientes a esta disciplina (Zimmermann, Vischer, Schasler, Bosanquet, Müller, Walter). En cambio en este siglo, cuando las fuentes fueron considerable mente ampliadas y surgió gran cantidad de elaboraciones monográficas, son muy es casos o casi han desaparecido los trabajos que abarquen la totalidad de la historia de la estítica o, por lo menos, de algunas de sus etapas. En el siglo XX la historia de la estética europea fue elaborada una sola vez (por K. Gilbert y H. Kuhn) y ade más en un libro destinado más a la lectura que al estudio. Otro trabajo — de Baeumler— quedó sin terminar. La amplia obra de De Bruyne no fue pensada como una historia completa de la estética (llega hasta el Renacimiento) y además es un libro poco accesible ya que está escrito en lengua flamenca. En lo que respecta a la historia de la estética antigua, para la cual se han reunido abundantes fuentes y se ha realizado multitud de trabajos preparatorios, no se hizo en nuestro siglo ninguna elaboración completa, salvo el tratado de K. Svoboda, un tratado muy bueno, pero, desgraciadamente, muy general. La última y la más deta llada obra sobre estética, la de Walter, es del siglo pasado. Mejor elaborada está en cambio la estética de los siglos medievales y eso gracias al esfuerzo de un solo hom bre, De Bruyne. El presente libro intenta emprender esa tarea tan olvidada por los investigado res: eláDOrar la totalidad de la historia de la estética europea. Aspira a ser una sis temática presentación de los conceptos estéticos existentes en todas las etapas de su evolución, su esencia, desarrollo y sus mutuas relaciones. Se procura cumplir esta tarea a pesar de ser conscientes de las dificultades que encierra, abarcándose en los dos primeros tomos la estética de la antigüedad y ael medievo, que constituyen la mitad del trabajo desarrollado y atañen a lo que podríamos llamar la «vieja estéti ca». La «nueva» estética se estudia en el tomo tercero de la obra. El presente trabajo cumple sus fines de manera algo distinta por lo menos en dos aspectos — de como to solían hacer las obras anteriores que trataban sobre la historia de la estética. Primero, el tema a tratar ha sido ampliado. N o se limita a la estética general de los filósofos sino que incluye también la más detallada es'tética de los teóricos del arte: la teoría de la poesía, de la música y de las artes plásticas. Asimismo, se toma en consideración la estética de los artistas, no sólo la expresada
en sus palabras sino también la que puede ser deducida de sus obras, por lo menos en las creadas en los momentos más culminantes de la Historia. En segundo lugar, este trabajo trata de coordinar la presentación de la historia de la estética con una colección de fuentes sobre lás cuales se basa. Los compendios publicados hasta ahora, salvo pequeñas excepciones, no solían incluir textos origi nales. Se presentaban sólo textos referentes a la historia de arte antiguo (Overbeck), pero eran textos completamente distintos, no hay entre ellos ni uno que sea de im portancia para la historia de ta estética. Solamente serían de interés algunos de los textos compuestos por los medievalistas (Mortet-Deschamps, Gilmore Holt) con cernientes a la historia det arte medieval. La Grande Antología Filosófica italiana con tiene textos de la historia de la estética, tanto de la antigua como de la medieval, mas es tan solo una selección y se publica solamente en su traducción at italiano. La úni ca amplia colección de textos que tratan de la historia de la estética antigua se en cuentra en la literatura soviética, editada por W. F. Asmus que publica, en traduc ción al ruso, la totalidad o casi la totalidad de tas obras de los principales estetas an tiguos: Platón, Aristóteles, Horacio, un vasto fragmento de las Enéad&s de Plotino, numerosos poemas de Homero y Aristófanes así como 33 fragmentos de obras de otros autores. Está por aparecer una antología de textos estéticos de ta antigüedad en lengua alemana. Al juzgar por la información proporcionada por el editor, el dr. J- Krüger, su trascendencia será tan grande como la ae la antología soviética. El ma yor experto en estética medieval, E. De Bruyne, tenía prevista una colección de tex tos originales, pero —como escribe en la introducción a su obra— abandonó su proyecto. La colección de textos originales incluidos en este trabajo presenta dichos textos en su versión original y en traducción. Se presentan también textos de autores me nos conocidos que, sin embargo, ocupan un puesto relevante en la historia del pen samiento estético. Esta ampliación trae como consecuencia que el número de textos reunidos en la Historia de la estética sea de varios centenares. En esta colección no se publican la totalidad de los tratados pertenecientes a la historia de la estética, sino las frases o fragmentos que de manera más breve y más clara formulan las ideas estéticas. , La aspiración del autor ha sido presentar una colección lo más completa posible, pero que no contuviera textos innecesarios. En la antigüedad y más aún en los si glos medievales, algunas de las ideas estéticas, en especial las consideradas como las más importantes, fueron repetidas varias veces y por varios autores. Por esta razón, citar toaos esos textos, incluso ios de contenido más significativo, resultaría monó tono e inútil. En vista de ello, el autor no sólo trató de encontrar antiguos textos de la historia de la estética, sino que también realizó una selección de ellos, una se lección de las ideas mismas (las realmente importantes), así como de los escritores (los que fueron los primeros en expresar una ¡dea y aquellos que lo hicieron de ma nera más acertada). N o fue tarea fácil y el autor se dará por satisfecho con haber preparado el terreno para una futura y mejor elaboración de ta historia de la estética. Al escribir el libro, el autor pensaba menos en proporcionar una lectura a los que se interesan por la estética que en ofrecerles una información lo más amplia po sible, en la que puedan encontrar problemas de interés y soluciones útiles. Dado [ue la información es muy abundante, el autor procuró darla de tal forma que sea ácil servirse de ella y encontrar lo preciso. El libro está subdividido en pequeños fragmentos provistos de subtítulos. Asimismo están titulados los textos originales, incluyéndose en cada tomo un índice onomástico. El autor no habría podido realizar su tarea si no hubiera sido por la ayuda de su esposa y de sus colegas, mostrándose particularmente agradecido por la valiosa
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colaboración del profesor Wladyslaw Madyda. Sin su ayuda no hubiese sido posible la elaboración de los textos antiguos y su fijación filológica. En cuanto a otros pro blemas específicos, el autor se sirvió de los consejos de numerosos colegas, filólogos clásicos y medievalistas, así como de la ayuda de las Cátedras de Filología Clásica de la Universidad jagueilona de Cracovia y de ta Universidad de Varsovia. También agradecemos la inapreciable cooperación ae la Cátedra de Historia de Arquitectura y de Arte de la Politécnica de Varsovia y de los profesores encargados de la elabo ración del Diccionario del Latín Medieval de la Academia de Ciencias Polaca de Cra covia. Los índices han sido compuestos por los profesores de la Cátedra de Estética de la Universidad de Varsovia. En la segunda edición (que difiere en algunos detalles de ta primera y en ta que se añaden cierta cantidad de textos originales), el autor ha aprovechado las valiosas observaciones del profesor H. Elzenberg.
Introducción
i 1. Estudios sobre la belleza y estudios sobre el arte. Al principio la estética avan zaba por diversos caminos, dedicándose tanto a la teoría de la belleza como a la teoría del arte, tanto a la teoría de los objetos estéticos como a las experiencias estéti cas, valiéndose unas veces de explicaciones y otras de preceptos. Se suele definir la estética como el estudio de la belleza. Sin embargo, algunos estetas, afirmando que el concepto de belleza es indefinido y ambiguo y que por lo tanto, no sirve para la ciencia, se orientan hacia el arte y definen la estética como un estudio del arte. Otros, que quieren tratar tanto de lo bello como del arte, sepa ran estos campos ocupándose de ambos. Los dos conceptos, el de lo bello y el del arte, tienen indudablemente diferentes alcances. La belleza no sólo se halla en el arte y el arte no sólo aspira a la belleza. Ambos conceptos abarcan distintos problemas: la belleza tiene los suyos y el arte tam bién. En algunos períodos de la historia no se percibía en absoluto ningún vínculo entre la belleza y el arte. Los antiguos se ocupaban tanto de la teoría de la belleza como de la ciencia del arte, pero las estudiaban por separado, pues no veían ningún fundamento para unirlas. N o obstante, con el tiempo, de las discusiones sobre el arte surgieron tantos pen samientos sobre la belleza, y cantos pensamientos sobre el arte nacieron de las re flexiones sobre lo bello, que resulta imposible separarlos. Si la antigüedad desunió lo bello y ei arte, los tiempos posteriores los acercaron interesándose, sobre todo, por la belleza artística y el aspecto estético del arte. El acercamiento de las dos dis ciplinas es un rasgo característico de la historia de la estética. El esteta puede esco ger los problemas y ocuparse de la belleza o del arte, pero la estética como totalidad abarca tanto los estudios de lo bello como los del arte, y por consiguiente podemos hablar de un dualismo. 2. Estudio de la belleza y de las experiencias estéticas, Suele entenderse la esté tica como un estudio del arte y de sus objetos, un estudio que comprende también reflexiones sobre experiencias estéticas. Incluso a aquellos que estaban convencidos de qué el tema exclusivo de la estética era investigar la belleza objetiva, sus investi gaciones les llevaron a cuestiones subjetivas. N o hay ninguna cosa que un día al guien no haya considerado bella, ni hay tampoco cosa alguna a la que alguien no naya negado en alguna ocasión su belleza. Para cada uno es bello todo o no lo es nada, según la actitud que se tome, sea ésta o no una aptitud estética. Por lo tanto, muchos estetas llegaron finalmente a Ea convicción de que el concepto fundamental
de su ciencia no es la belleza, sino la actitud estética y la experiencia de lo bello, siendo la investigación que realizan una tarea correspondiente a la estética. Hay quie nes se limitan a afirmar que la estética es un estudio exclusivo de la experiencia es tética y que puede ser una ciencia siempre y cuando tenga carácter psicológico. Aun que tal actitud es bastante problemática, en todo caso, es justo que en Ta estética, junto a cuestiones objetivas, haya sitio para tratar las experiencias subjetivas. Y si es así, la estética tendrá un segundo dualismo, igual de inevitable que el primero, por que también en esta ocasión ambos grupos de problemas se unen, condicionan y complementan. Éste dualismo de la estética puede expresarse también a través del contraste en tre lo bello natural y lo bello artificial. La participación del hombre en la belleza es diversa: en unos casos crea lo bello y el arte, en otros los valora. En unas ocasiones se trata de la participación del artista, en otras del receptor y crítico. La participa ción del hombre en la belleza y en el arte es también, en unos casos, la participación del individuo, y en otros la de un grupo social; en parte constituye ün tema de la psicología de la belleza y del arte, y en parte también, su sociología. 3. Descripciones y normas de estética. Muchas obras que tratan de la estética son de carácter empírico, no hacen más que establecer y generalizar los hechos: des criben las propiedades de las cosas que consideramos bellas y las observaciones TTpÓd&tV, tlxaOTlXTfjV J © E A I. H E.
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30. EXTRANJERO: Me parece ver do» formas del arte de imitar... L a primera que veo en ella es el arte de la reproducción. Ésta se da principalmente cuando alguien realiza la imitación según las proporciones del mo delo en longitud, anchura y profundidad, dando además los colores apropiados a cada parte. TEETETO: ¿Pues qué?, ¿no intentan hacerlo así todos los que imitan algo? EXTRANJERO: No quienes modelan o dibujan alguna obra de grandes dimensiones. Pues si le dieran las verdaderas proporciones de las cosas bellas, sabes que la parte de arri ba parecería más pequeña de lo conveniente, y la de abajo mayor, al ser vistas por noso tros aquélla de lejos y ésta de cerca. Así pues, ¿no es cierto que, mandando a paseo la ver dad, los artesanos boy dan a sus imágenes no las proporciones que existen en realidad, sino las que van a parecer bellas? TEETETO: Sin duda. EXTRANJERO: Entonces ¿no es justo llamar a la primera, por ser reproducida, reproducción? TEETETO: Sí. EXTRANJERO: ¿Y debe llamarse a la parte del arte de imitar que trata de eso, tal como antes dijimos, reproductiva? TEETETO: Sí, as í se la debe llamar. EXTRANJERO: ¿Pues qué? ¿Qué llama remos a lo que parece asemejarse al objeto bello por la sucesión, pero que no reproduce lo que dice reproducir, si alguien pudiera ver adecuadamente obras tan grandes? ¿No lo llamaremos, puesto que se parece, pero no re produce, apariencia? TEETETO: ¿Qué otra cosa si no? EXTRANJERO: ¿Y no es muy grande esta parte en la pintura y en todo el arte de imitar? TEETETO: ¿Cómo no? EXTRANJERO: Entonces, ¿no llamaría141
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