Tarea Semana 3

November 19, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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TAREA SEMANA 4

ANÁLISIS DOCUMENTAL “PADRES DIFÍCILES NIÑOS CON PROBLEMAS” IIª parte PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO I Prof. Dra. Sílvia Cavalcante y Dra. Marisol Basilio Alumna: Gloria Durán Arroyo 26 de septiembre de 2022

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Pregunta 1. ¿Cuáles serían los estilos parentales del padre y de la madre de Peter? ¿Qué impacto tendrían estos estilos y la interacción de Peter con sus padres, en el desarrollo de su autoconcepto y autoestima? Argumenta tu respuesta.

Según la Asociación Americana de Psicología, el estilo parental autoritario se caracteriza por padres que se muestran inflexibles, exigentes y severos que se exceden en el control férreo sobre el comportamiento de sus hijos. Imponen gran cantidad de reglas, algunas de ellas incluso sin sentido más enfocadas a oprimir cualquier iniciativa libre de los niños y no tanto en la educación o la normal supervisión que unos padres deben ejercer sobre sus hijos. La obediencia y el respeto a la autoridad son exigidas, a menudo incluso usando el castigo físico y/o verbal. Emplean comúnmente el castigo como método de corrección y el resultado que consiguen finalmente son niños muy reactivos con un carácter altamente irascible, muy irritables, temerosos, con gran temperamento, infelices, normalmente de mal humor y sin ambiciones por la gran desmotivación que sus padres les han impreso haciéndoles pensar que todo lo hacen mal o que no van a conseguir hacerlo bien. A la vista de esta descripción, opino que el modelo parental ejercido sobre Peter es plenamente autoritario con ciertos sesgos de negligente por parte de su madre, la cual, hace dejación de funciones, no tanto en las cuestiones físicas como la alimentación o la higiene del niño, pero si sobre su desarrollo emocional, en tanto que parece apática completamente a las muestras de afecto que el niño demanda constantemente o los estados de ánimo que muestra sin que la madre empatice lo más mínimo con él en contraposición del padrastro, que sin tener un vínculo biológico con el niño y sin poder reprimir sus propios impulsos causados por traumas en su infancia, demuestra mayor empatía y cierta frustración por cómo está ejerciendo su paternidad y la falta de control que tiene de la situación. Un niño de escasamente 5 años, en pleno proceso de desarrollo, en su etapa preoperacional, según Piaget, está integrando en su autoconcepto los mensajes negativos y denigrantes que su propia madre le imprime constantemente con locuciones extremadamente agresivas y abusivas. El hecho de que el niño constamente esté sometido a estos abusos emocionales sin tener ningún refuerzo positivo respecto de las cosas que sí hace bien o la buena intención que su escasa edad le permite a la hora de tratar de conectar con sus padres, están conformando en el niño un daño estructural de su autoestima. Por otro lado, el estado constante de estrés al que le someten en casa y que después él reproduce en el ambiente escolar, generando a su vez más estrés que retroalimenta el que ya vive en su hogar, están configurando una personalidad estridente, que es incapaz de aprender a relacionarse de manera sana con sus pares y con las figuras de autoridad. Como en este estilo parental no se promueven ni la iniciativa ni la creatividad en los niños, los pequeños, más en esta edad de la fase preoperacional, en la que están aprendiendo a comunicarse con su entorno a través del lenguaje (el estilo verbal de sus padres es altamente agresivo), alimentan su imaginación (represión por parte de sus padres de cualquier iniciativa) y también desarrollan el pensamiento egocéntrico (autoconcepto), por tanto, sus padres están siendo extremadamente destructivos con los pilares de lo que posteriormente será su personalidad y su autoestima en la edad adulta. Como sus padres no le dejan espacio para tomar decisiones, no le permiten el ensayo-error y no fomentan su creatividad, el niño vive en una continua sensación de miedo a sus padres (agresión verbal o física), miedo al fracaso y un alto nivel de inseguridad puesto que ninguna de sus conductas bien hechas están siendo reconocidas o premiadas. La familia es el primer “ecosistema” en el que el niño construye sus relaciones interpersonales y la falta de lazos afectivos con los padres, provocan que los niños sean tímidos, desconfiados e inseguros (Spizt, 1979). En la edad adulta, seguramente Peter pensará de sí mismo que no merece que le pasen cosas buenas, no intentará ningún reto porque su prejuicio a no conseguirlo será mayor a su seguridad de poder hacerlo, y tendrá serios problemas para relacionarse con otros pares e incluso problemas a la hora 2

de abordar su vida afectiva en pareja, a menos que se pueda realizar con él algún tipo de terapia que neutralice toda esta labor contraproducente que sus padres están ejerciendo en una edad clave como la suya para conformar su identidad, el autoconcepto y la autoestima (Lila y Marchetti, 1995). La literatura pone de manifiesto que los estilos parentales van más allá de imprimir el autoconcepto o la autoestima sino que conforman el sentido del individuo en su autoeficacia (capacidad de ser resolutivo), habilidades sociales y el sentido de pertenencia al grupo. Pregunta 2. Diseña una sesión de observación en que el juego de Peter con sus pares nos sirva para explorar su desarrollo moral. ¿Qué actividad propondrías? ¿Qué indicadores observacionales buscarías? Según Schmelkes, el desarrollo moral en la educación es tan importante o más que los desarrollos cognitivos, social y afectivo. Que un niño se eduque en valores le permitirá tener una base sólida para que se desarrollen el resto de los aspectos de su personalidad así como la futura convivencia en su entorno. El niño debe aprender el respecto hacia las normas, hacia los demás individuos, hacia la libertad individual de cada uno y hacia la pluralidad y la diversidad. Las actividades orientadas al desarrollo moral del niño deben fomentar también la cooperación, la tolerancia y la solidaridad, así como el sentido de pertenencia al grupo, … A través del juego, el adulto puede recrear situaciones que simulen eventos de la vida cotidiana que el niño debe aprender a gestionar. El propio adulto a través de estas interacciones transmite sus propios valores y sus principios morales. Según Palomo, la moral se desarrolla a lo largo de toda la vida por eso es tan importante una educación en valores tanto en el entorno escolar como en el entorno familiar. También este autor defiende que es importante que se estimulen los roles sociales con este tipo de juegos. Es importante que los padres, con o sin ayuda de profesionales, planifiquen ls actividades que van a llevar a cabo, que establezcan los objetivos que quieren conseguir y las”reglas” del juego así como el nivel de tolerancia a los pequeños descontroles que pueden ocurrir cuando el niño se sienta eufórico o frustrado y tenga reacciones en consonancia con estos estados de ánimo. Se trata de jugar, pero sobre todo, se trata de educarle en cómo gestionar los eventos, las reglas, las interacciones y los resultados de los mismos ya sean positivos o negativos. El ambiente en el que se van a realizar estos juegos también es muy importante porque tanto el niño como los adultos deben sentirse cómodos y libres para moverse, actuar y expresarse sin tener que preocuparse por factores secundarios como la rotura de objetos, el desorden que se puede producir o algo que se pueda ensuciar, porque todo ello formará también parte del proceso educativo que se quiere promover. Según Kohlberg, cuando estos procesos educativos orientados al desarrollo moral se dan de esta manera, los efectos que se consiguen son beneficiosos y permanentes. Para la edad de Peter, según este autor, el desarrollo moral está en su primera Nivel Preconvencional donde lo importante es fijar las 2 primeras etapas de: 1º Obediencia y Castigo (autoridad superior y sistema de normas- objetivo principal del sujeto es evitar el castigo), y 2º Individualismo e Intercambio (dilema moral, individualismo egocéntrico e intercambio de favores) , el tipo de juego más indicado sería el juego cooperativo ya que disminuye el nivel de agresividad y estimula la sensibilidad, la comunicación, y la solidaridad. En esta última etapa el niño se mueve por la premisa “Yo te respeto si tú me respetas”, esto justificaria el comportamiento que vemos en los vídeos de cómo responde Peter a las constantes transgresiones de sus padres. Los elementos que debemos considerar para diseñar las actividades de juego son:

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1. Los niños juegan con otros niños no contra los otros. 2. Tienen que superar retos y desafíos conjuntamente. 3. Fomentan la participación de todos, nadie queda excluido. 4. Se premian los resultados colectivos y no las metas individuales. 5. Se suprimen aquellas actividades que puedan incurrir en agresiones físicas. 6. Acciones enfocadas a potenciar los objetivos antes mencionados. Algunos ejemplos de juegos que se pueden plantear y que sean sencillos en su ejecución pueden ser: - Ponerle la cola al burro: con cartulinas se recortan animales, se vendan los ojos los jugadores y tratan de ponerle la cola a los animales que pueden ser cualquiera. Se aprovecha para hablar de los niños de la importancia del respeto a los animales, quitar importancia al error si no se coloca bien el punto. Unos pueden encargarse de pinchar la cola, otros las patas y así no existe competencia entre los jugadores sino un sentido cooperativo para armar al animal final. El resultado puede ser divertido. - El espejo: delante de un espejo se ponen los jugadores. Uno tiene que imitar los gestos y las mímicas que hace otro y decir qué es lo que percibe. Después se intercambian los roles. De esta manera, percibimos la imagen que damos a los demás y perdemos el miedo a expresarnos corporalmente. - Los globos de los valores: se llenan globos con notas en las que se escriben diferentes valores, se inflan los globos y se mezclan. Suena la música y cada jugador coge un globo, cuando la música para, tiene que reventar su globo y leer la nota con el mensaje del valor que había dentro. Después, los adultos explicarán al niño la importancia de esos valores, les pondrán ejemplos y entablarán un dialogo con el niño respecto de cómo reaccionarían para ponerlo en práctica. - ¿Cómo lo harías?¿Quién lo hace?: se hacen tarjetas donde se dibujan situaciones reales y cotidianas limpiar, recoger, jugar, etc.… se mezclan y cada jugador va cogiendo a ciegas una tarjeta entonces los demás le preguntan sobre cómo haría esa tarea, quién la debe hacer (si es que se quieren eliminar sesgos sexistas , etc.) - El testimonio: podemos hacerlo con fotos recortadas de revistas o con vídeos cortos donde aparece el día a día de niños de otros países haciendo cosas cotidianas. Los adultos revisan con los niños cómo es ese día a día, qué diferencias hay en cómo lo hace el niño y qué haría él para poder ayudar a esos otros niños que no tienen tantos recursos o tantas oportunidades como él y se puede incluso fantasear a futuro de cómo podría ayudarles cuando sea mayor. Con este juego pretendemos fomentar la solidaridad, el respeto a la diversidad y la conciencia social. En conclusión, es innegable el valor del juego como terapia, como método de diagnóstico en la conducta de los niños y también como vehículo educacional en valores morales. Pregunta 3. Imagina que eres parte del grupo de psicólogos que apoya con psicoeducación a la familia de Peter. Sus padres te comentan sobre los comportamientos sexuales de Peter que consideran preocupantes y que ocurren en el contexto escolar. ¿Qué información les darías a sus padres? ¿Qué recomendaciones les darías para abordar esto con la escuela?

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A la vista de lo revisado en los vídeos, el primer comentario que me inspiraría decirles a los padres sería “Son padres negligentes y maltratadores y deberían ponerse ustedes y no su hijo en terapia”, pero como creo que sería poco profesional actuar de manera tan impulsiva, probablemente, el primer paso que daría sería analizar objetivamente la situación con la distancia suficiente como para no incurrir en prejuicios y señalamientos innecesarios y probablemente muy injustos con un niño e poco más de 5 años. A esta edad, la sexualidad de los niños se limita al autodescubrimiento de su cuerpo y sus órganos genitales y a la curiosidad que le despierta la observación de los cuerpos de otros del mismo sexo o de sexo contrario, sin asociarlo aún al placer sexual que se experimenta de adulto. Levantar la falda a las niñas o bajar los pantalones a los niños, ya da una idea de que el niño no está condicionado por un sesgo de género y que lo hace indiferentemente con niños de ambos sexos. Por otro lado, teniendo en cuenta los problemas de comportamiento que ya hemos comentado que padece como resultado de un modelo parental autoritario con evidentes ausencias de elementos educadores y sí de muchos elementos represores y agresivos, el niño ha normalizado que las interacciones con su círculo cercano en la familia y después ampliándolo al ámbito escolar, están basadas en la dominancia, el abuso, la reactividad y la falta de atención. El niño literalmente no ha podido aprender a relacionarse sanamente con sus pares y con sus figuras de autoridad y en estas interacciones proyecta estos mismos valores que aprende en casa, es decir, para llamar la atención necesita transgredir normas y a esto mismo responde el hecho de levantar faldas y bajar pantalones, el niño no busca la exploración sexual de sus compañeros, ni siquiera le mueve la curiosidad por sus genitales, lo hace meramente para conseguir una reacción en sus compañeros y que centren su atención en él, seguramente con el deseo de iniciar un juego aunque torpemente consigue el efecto totalmente contrario porque difícilmente querrán jugar con él si la interacción se inicia con un acto molesto, agresivo o denigrante. Por tanto, el niño bajo mi punto de vista no está manifestando conductas sexuales aberrantes, sino problemas de conducta social aberrante provocados por el modelo de interacción que le han enseñado en su seno familiar. Si observamos cachorros de perros en sus actividades de juego veremos acciones similares tales como morder ligeramente una pata, ladrarle al otro cachorro o incluso intentar dominar con el cuerpo a fin de que el otro cachorro se active e inicie la actividad de juego. En los niños, siendo un poco más sofisticado este estímulo al juego tiene un fundamento similar: llamo tu atención, te provoco y me sigues en el juego. Esto se ve muy claramente en el juego del pilla pilla. En este caso y valorando el contexto sociofamiliar del niño yo propondría una intervención orientada a : - Hacer conscientes a los padres de que sus conductas tienen una repercusión negativa sobre el niño y en tanto no corrijan ellos sus propias dinámicas familiares será imposible que el niño desarrollo un mejor control de sus impulsos. Hay que intentar revertir los comportamientos abusivos de sus padres hacia el niño. - Promover las dinámicas de grupo tanto entre los componentes de la familia como de los compañeros de clase en las cuales se fomenten el respeto por los demás, la autoregulación y el relacionamiento en positivo. Acción-reacción con estímulos positivos neutralizando así esa inercia tóxica que el niño ha ido normalizando donde los estímulos son negativos y retroalimentan una escalada de agresividad que necesita liberar con actos como la transgresión hacia sus compañeros. En casa él recibe el maltrato, en clase él adquiere el rol del maltratador e intenta dominar la situación tal como hacen con él en casa donde no respetan ni sus emociones, ni sus espacios ni sus tiempos, así tampoco su propia integridad física cuando usan la fuerza y la superioridad física para anularle o neutralizarle. Mi primera recomendación sería similar a la que le dieron en el Hospital que aparece en el estudio, que deben ponerse TODOS en terapia y que intentasen cambiar su óptica respecto de los problemas 5

de su hijo, como origen de los problemas familiares, centrando más la responsabilidad en la capacidad de los adultos para gestionar las crisis. En el centro escolar, las recomendaciones serían las ya mencionadas pero sobre todo de seguimiento y supervisión del niño pero también en sesiones con los padres para evaluar si son respondedores a las terapias o si simplemente, como vemos en el vídeo, desisten y continuan de nuevo con sus dinámicas de maltrato y abuso en casa. En segundo lugar, intentaría indagar en cuáles son esas conductas aberrantes del niño, porque del vídeo sólo se desprende que en ciertas ocasiones ha levantado la falda a las niñas o bajado los pantalones a los niños, ante lo cual, el primero consejo que les daría sería que aliviasen su preocupación y no dieran más relevancia a estos acontecimientos de lo que realmente tiene. Por último, si los padres no muestran compromiso con las terapias y los planteamientos que les recomiendan desde el centro, la recomendación sería la intervención de los Servicios Sociales de manera más activa incluso retirando la custodia temporal o permanentemente por el bien del menor y su desarrollo futuro.

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