Tarea 4
February 10, 2023 | Author: Anonymous | Category: N/A
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ALIAT UNIVERSIDADES MAESTRÍAS EN LINEA PROGRAMAS VIRTUALES (ALIAV)
Nombre: José de Jesús López López
ASESORA: ROSA MARÍA ESTRADA SALGADO
Materia: Profesionalización docente
Sesión 4. El docente como profesional de la enseñanza
06 de Junio de 2017
INTRODUCCIÓN
El presente ensayo trata acerca de la profesionalización docente, la toma de decisiones, la planificación, la actuación de los docentes y por último el docente como investigador. Se distinguen cinco formas de profesión docente, existen algunos profesores que no cuentan con una especialización en una materia, en el caso de los docentes de primaria ellos tiene siempre una materia fuerte o dominante. A si pues, deberán procurar generar los ambientes de trabajo para que se logren los objetivos de aprendizaje, aun teniendo limitantes a través de la investigación que es por la cual es una ayudante para indagar a fondo aquellos problemas que persisten y han persistido durante tiempo y no se pueden sanar. Se verá la planificación de la docencia como se orienta al desarrollo de Proyectos formativos, para organizar y realizar acciones que generen resultados, por lo que se necesita tener un plan bien definido y articulado con los contenidos de las materias que se imparten, así a la vez tratar varios temas a la vez de varias materias que se encuentren relacionadas. Como último punto se abordará al docente como investigador ¿Por qué debemos investigar? Y aún más en la parte educativa ya que la sociedad tiene mucha influencia sobre el desarrollo de los alumnos sin descartar la escuela formadora de futuros alumnos y alumnas que miraran por el bien de todos tras el paso de los años.
DESARROLLO
Los términos profesión, profesionalismo, profesionalización forman parte cuando hablamos de enseñanza por lo que depende sobre que perspectiva y con qué finalidad se utilice, tratar de definir cada uno es algo un poco complejo, porque visualiza una realidad muy diferente además de que su significado varía según los pases o las épocas historias por las cuales se ha pasado. Primeramente tenemos que una profesión es un trabajo, la profesión se ha venido acarreando desde las organizaciones de la Edad Media, en cierto modo la profesión es un sinónimo de imparcialidad de responsabilidad frente al educando, esta deberá de ser ejercida con responsabilidad brindando una calidad en el servicio. En estos tiempos no formaba parte la especialización, sino, que a partir de siglo XVII surgió un concepto moderado de profesión, vinculándolo a la ciencia y tecnología, dándoles un lugar a la especialización, gracias a esto se dio impulso a la ingeniería y a la medicina. Para estimular y apoyar el trabajo de los profesores en su afán de manejar la complejidad de su trabajo, se debe construir una cultura de profesionalización en las escuelas. Lo que parece evidente es que la complejidad de la labor docente es un elemento clave para la profesionalización, y además constituye la clave para prolongar el período de preparación profesional. Queda por determinar si el incremento de tareas complejas (tareas de gestión de clase, resolución de problemas, trabajo cooperativo, etc.) va en detrimento de otras áreas del trabajo docente más morales y comprometidas con valores (como el contenido y propósito del currículo y su relevancia para la vida de los alumnos) y que parecen escapar del control de los profesores. La profesionalización es un concepto dinámico que expresa el tránsito de ciertas ocupaciones a una creciente profesionalización, por imitación de ciertas características de las profesiones ya establecidas. Es la secuencia temporal que siguen las distintas ocupaciones para tratar de adecuarse al tipo ideal de profesión liberal que toman como modelo de referencia las profesiones más recientes, las que podríamos considerar semi profesiones, o simplemente, las distintas ocupaciones que aspiran a serlo. En ese tránsito se van consolidando unas etapas: la dedicación plena a una actividad, la posesión de unos conocimientos de rango superior, la constitución de una asociación profesional y otros que, como veremos, caracterizan el modelo clásico de profesión liberal.
Así, por mucho que dicho profesor se esfuerce los primeros días de clase en establecer determinados principios acerca de la organización y gestión del aula, aportando razones que avalen esas formas de hacer y de relacionarse que está proponiendo, es improbable que sean comprendidas y racionalmente asumidas por ese grupo de niños y niñas sin que haya vivenciado su necesidad, o sin que haya tenido la oportunidad de ponerlas a prueba desde posiciones de mayor responsabilidad y autonomía que las que, generalmente, su profesor está dispuesto a concederles. Por lo tanto, podemos considerar como inadecuados los procesos de razonamiento y negociación de normas o pautas de organización del contexto, por ser unidireccionales y estar basados en categorías preestablecidas que el profesor presenta al alumnado para su aprobación. No son procesos surgidos de intereses o necesidades del propio grupo para regular de forma razonada las interacciones que tienen lugar en ese espacio ecológico. Tampoco la posibilidad de modificar esas normas compromete el concurso de los alumnos y alumnas, pues quedan al arbitrio del profesor, según él considere que se van asumiendo y madurando. Este proceso es inadecuado porque conduce a esos niños y niñas a una aceptación acrítica de normas impuestas que, aun siendo razonables, no han sido generadas por el propio grupo social afectado por ellas y, por lo tanto, difícilmente podrá sentirse comprometido en su cumplimiento. A la postre, lo que dichas personas interiorizan, en estos casos, no son las razones con las que el profesor ilustró la necesidad de las normas, sino el argumento de autoridad; debemos hacer esto o lo otro, actuar de tal o cual modo porque lo ha dicho el profesor.
Un propósito que habrá de plantearse entonces, será el de procurar unas condiciones que permitan a los alumnos y alumnas desarrollar su propia comprensión de cuanto acontece en clase. La comprensión, como valor con el que merece la pena comprometerse, es algo que las personas desarrollamos desde dentro, activando el razonamiento. Para activar el razonamiento, esos niños y niñas deberán abrirse a los argumentos expuestos por los demás, pues el raciocinio no se desarrolla cerrándose a las razones de otros. Así, se puede conseguir que la educación sea una actividad de influencia racional incorporando a los alumnos a la discusión o al discurso que tenga lugar acerca de la tarea de aprendizaje propuesta, como personas activas y creativas que tienen la capacidad de pensar y de atribuir significados a los hechos, acontecimientos o situaciones de
clase, dándoles la oportunidad de que se expresen e intervengan en la definición del rumbo que se habrá de seguir. Los profesores deben de ser conscientes de nuestras limitaciones, de lo arraigadas que permanecen en nosotros determinadas creencias y pautas de comportamiento o actuación en las que hemos sido formados y socializados. Al menos en nuestro caso se ponía de manifiesto esa tendencia a ejercer constantemente el control de la actividad individual y colectiva en clase, avalada por determinados planteamientos educativos y tendencias sociales. La autoridad y el poder del profesor son una realidad, y por ello parece un sinsentido sugerir que pueda participar como un miembro más del grupo. Con esa afirmación queremos hacer constar que su autoridad y su poder no son una realidad incuestionable sino que, al contrario, debería someterse a crítica permanente si deseamos posibilitar el crecimiento ético, moral, social, afectivo, intelectual de las personas que conforman el grupo del aula y se encuentran en desventaja, los alumnos y las alumnas. De aquí que se considere imprescindible acortar la distancia que separa a los contendientes para que todos puedan avanzar en el sentido que estamos apuntando. La planificación de la docencia está orientada al desarrollo de Proyectos formativos, a organizar nuestra actuación no como un conjunto de acciones imprevisibles y desconectadas entre sí, sino como la puesta en práctica de un plan bien pensado y articulado. Es, justamente, por eso que planificar es uno de los compromisos más importantes que se deben asumir en el ámbito universitario: por parte del Ministerio de Educación y las Comunidades Autónomas, en lo que afecta a las bases y directrices generales de la formación en las diversas titulaciones; por parte de las Universidades y Facultades, en lo que afecta a los Planes de Estudio; por parte de los Departamentos y profesores, en lo que afecta a los programas de las materias concretas, de las prácticas o de los intercambios. En lo que nos afecta como profesores universitarios, la planificación se convierte así en una de las competencias básicas de nuestro ejercicio profesional. Con frecuencia, la planificación se ha reducido a un mero listado de los temas a tratar y/o de las prácticas a realizar con algunas anotaciones sobre la evaluación. Como veremos en esta guía de guías, planificar es más que eso. El primer paso de toda planificación docente (dejando al margen las líneas matrices recogidas en la correspondiente normativa general) tiene que ver con el Proyecto Institucional.
Cada Facultad o Escuela debería desarrollar un documento base en el que se prefiguraran las líneas matrices del proyecto de formación que se pretende llevar a cabo. Estos proyectos deben especificar, para cada titulación, el perfil profesional y sus finalidades y objetivos, los bloques de conocimientos que se consideran relevantes para la formación de los alumnos y algunas ideas generales sobre metodología (por ejemplo, la relación entre teoría y prácticas, la presencia de actividades de campo o laboratorio, los intercambios, etc.), las orientaciones y criterios sobre evaluación, los recursos disponibles, etc. Todo ello dejando el suficiente espacio para que cada profesor pueda introducir su propio estilo de trabajo y orientación científica. De esta manera los proyectos formativos institucionales serán el marco de referencia para la elaboración de los programas de las diversas asignaturas. Esta perspectiva de la planificación de nuestras materias, como una propuesta de formación contextual izada, es la que pretende propiciar esta guía de guías. Iremos señalando, paso a paso, las diversas decisiones que como docentes deberemos ir adoptando tanto en lo que se refiere a la planificación macro ( la configuración del Plan de Estudios) como a la planificación micro (los programas docentes de las materias). Es necesario no solo reflexionar sobre el modelo del estudiante, sino también en el modelo del profesor, que es el encargado de trasmitir, orientar, coordinar y facilitar el aprendizaje individual y grupal que nos puede ser interesante reflexionar sobre algunas actitudes que debe poseer el profesor en relación con los alumnos. Entre estas informaciones que se hace referencia, las que tienen su origen en el análisis psicológico que refieren a los procesos de aprendizaje y desarrollo de la personalidad de los alumnos, es de importancia crucial que se influya con un estilo pedagógico para la formación de un pensamiento más reflexivo y un profesional más integral en la formación del profesorado, porque es pertinente asegurar el nivel educativo cualquiera que sea y el área de aprendizaje profesional y ocupacional que se aborde; ya que parten de determinación de necesidades de formación en el campo profesional. Otro dato son las informaciones que proporciona el análisis psicológico son útiles para seleccionar objetivos y contenidos, para establecer secuencias de
aprendizaje, procesos de autoformación, estructuraciones modulares y auto aprendizaje que se presente de forma asequible y atractiva, sobre todo negociada profesor – cursante y una evaluación que parta de la autoevaluación del alumno que facilite el crecimiento personal de los mismos. En conclusión, tener en cuenta lo psicológico en el diseño curricular nos conduce a una propuesta concreta en correspondencia con el grupo humano a lo que está sometido determinado modelo de desarrollo (objeto de cambio). De forma general, analizando reflexivamente el proceso de enseñanza aprendizaje del currículum de la Disciplina Formación Pedagógica General, podemos afirmar que en él se da una interacción entre la estructura psicológica del que aprende y la estructura didáctica que dispone el que enseña, todo ello mediatizado por la estructura sociocultural del medio en el que se desenvuelve dicho proceso. Es necesario pues disponer de un modelo de enseñanza que medie entre la teoría y nuestra experiencia, un esquema interpretativo que contemple estos elementos en el ámbito del currículum y favorezca la dirección cognoscitiva de los alumnos a través del trabajo independiente y grupal. Es importante generar un ambiente de control activo del proceso de enseñanza-aprendizaje, lo cual favorece la planificación de actividades de trabajo independiente y ayuda a los estudiantes a convertirse en sujetos activos de dicho proceso, será un aspecto de gran relevancia y reconocimiento tanto para los estudiantes como para sus profesores. El proceso de desarrollo de cada unidad didáctica ocurre bajo el signo de influencias diversas, cuya evolución podemos fundamentarla valorando las contradicciones existentes entre las actividades de trabajo independiente que durante el proceso de enseñanza se plantean a los alumnos y el nivel de conocimientos de los mismos, todo ello condicionado por la planificación y orientación del profesor. El concepto del docente investigador surge por la necesidad de que el docente asuma una actitud investigadora sobre su propia práctica y define esta actitud como una disposición para examinar con sentido crítico y sistemáticamente la propia actividad práctica. Desde una postura, la investigación crítica en la acción puede afianzar, desarrollar o modificar el conocimiento profesional, para adaptarlo a las múltiples circunstancias concretas, que se dan en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Las experiencias prácticas se convierten en un tipo de conocimiento reflexivo y crítico, enfrentado la coerción que las instituciones políticas y sociales ejercen sobre la práctica educativa.
La investigación acción debe surgir del interés del docente para generar procesos de análisis, para poder identificar, comprender y explicar la acción educativa, en donde el docente actúa como teórico crítico, como creador de sus propias teorías, comprobando su validez y aplicación en la práctica. La era del conocimiento requiere el manejo de herramientas específicas que permitan la acción en las instituciones educativas. En este sentido la actividad de conocer, no es sólo un proceso intelectual, va más allá, es un proceso interactivo. Todo docente es un investigador por excelencia, por ello siempre es parte de una acción, es parte de una realidad, es parte de una vivencia, en conclusión marca los pasos del desarrollo social de todos los seres humanos que acuden a las aulas, para que les impartan aprendizaje y con los cuales vive nuevas experiencias y trasmite las propias. Lo ideal es que el docente establezca condiciones necesarias para que los conflictos en el aula no lleguen a darse, facilitando un clima grupal, participación, relaciones interpersonales, considerar los problemas individuales. En esta época de cambios vertiginosos impulsados por la revolución digital, es frecuente encontrar por igual a fascinados y a perplejos. Los encantados y los desconcertados comparten la misma situación de parálisis: han dejado de pensar, el contexto les ha sobrepasado y no saben cómo resituarse en el presente. El fascinado sólo ve inmensas posibilidades para el futuro, mientras que el perplejo vive anclado en la confortable seguridad del pasado.
CONCLUSIONES.
Como se mencionó en el principio los términos profesión, profesionalismo, profesionalización forman parte cuando hablamos de enseñanza por lo que depende sobre que perspectiva y con qué finalidad se utilice, existe una gran relación entre ellos ya que van de la mano uno después del otro. Entendido profesión como un trabajo, dentro de la profesión nos encontramos con profesionalismo que en ella existe a lo muy general en la enseñanza, conocimiento científico, habilidades, resolución de problemas, por mencionar algunas, Siendo la profesionalización el proceso social por el cual se mejoran las habilidades de una persona para hacerla competitiva en términos de su profesión u oficio. Del mismo modo como en la profesión, profesionalismo, profesionalización van seguida una de la otra igualmente lo es así la toma de decisiones, la planificación, la actuación de los docentes, es necesario tomar decisiones para de ahí partir hacia la planificación repercutiendo en la actuación docente, generando entornos distintos de enseñanza. Y por último últ imo el docente doc ente como investigador, sabemos que las l as personas aprenden a un ritmo diferente y tienen diferentes necesidades de aprendizaje. Sin embargo, el sistema actual de enseñanza y formación implica enseñar al mismo tiempo unos contenidos idénticos a un grupo numeroso de alumnos queriendo que el progreso sea parejo y continuo, proceso que para que se dé es necesario de una investigación. Al finalizar con este ensaño se conoci conoció ó el proceso que acarrea una acción de otra al igual como afecta el hecho que no se realice de buena forma una de la otra.
REFERENCIAS
Zabalza Beraza, miguel. Guía para la Planificación Didáctica. Universidad de Santiago de Compostela. https://www.uclm.es/profesorado/ricardo/Convergencia/guiaplan_aZABALZA.pdf (consultada el 06 de Junio de 2017). Estefanía. El Rol del Docente Investigador. El Docente Investigador. http://eldocenteinvestigador.blogspot.mx/ (consultada el 06 de Junio de 2017). García Vallinas, Elogio. 1997. La toma de Decisiones en el Aula de Educación Primaria y sus Implicaciones para el Profesor y los Alumnos. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado. Enero.
Raúl Eirin Nemiña, García Ruso Herminia y Montero Mesa Lourdes. 2009. Desarrollo Profesional y Profesionalización Docente. Revista de Curriculum y Formación del Profesorado. Abril. Pedro Jurado de los Santos, Navío Gámez Antonio y Turón García Joaquín. 1996. La Actuación Docente de los Formadores de Formación Profesional y Ocupacional. España: Universidad Autónoma de Barcelona.
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