Tarea 1 Twitter y Situacion Retorica
August 16, 2022 | Author: Anonymous | Category: N/A
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Departamento Académico de Lenguas
Twitter y situación retórica 1 1. Lee los dos textos de abajo sobre una controversia actual 2. Escribe nueve tuits, como si fueras:
a. el presidente de Zimbabue, El gobier gobierno no de Zimb Zimbabue abue lamen lamenta ta la muerte muerte ddel el león #Ceci #Cecil,l, por esto tomaremos tomaremos medidas medidas de control más estri estrictas ctas en mat materia eria de prác prácticas ticas de asociad asociadas as a la caza de es especies pecies en peligro peligro,, así como sanciones más severas en caso de algún incumplimiento a la reglamentación de estas. b. el presidente de PETA, PETA toda acti actividad que aatente tente contra las er especies especi protegi protegidas, das, por estoa exigimos exigi mos qque uepor el responsa responsable blecondena de la muerte del vidad león #Cecil, @Walt @WalterPalm erPalmer sea es extraditado extrad itado acreedor una sanción sus actos tan despreciables. c. el director General de Africa Lion Hunters, La caz cazaa regu regulad ladaa de espe especie ciess es una act activi ividad dad no solo solo leg legiti itima ma sino sino bene benefic ficios iosaa para las comunidades, pues representa una fuente de ingreso considerable para los nativos. En el caso del Dentista @WalterPalmer, @AfricaLionHunters está seguro de que se siguieron todas las normas de caza deportiva y por lo tanto no tiene por qué ser juzgado. d. el dentista que mató a Cecil, de #Cecil Ante llaafue polém polémica ica situación en llaa que encuentro, quierodelaclarar que mi práctica de caza deportiva realiza bajo el marco de lamelegalidad vigente @ParqueNacionaldeZimbabue, por lo tanto, no se debe entender que lo que hice fue un atentado a la naturaleza, si actividad completamente licita y no tengo por qué ser condenado por la sociedad. e. otro cazador, La gente que condena a @WalterPalmer porque cazó un lleón eón cae en la hipocresía, pues la caza de esta especie está permitida, en todo caso los genocidas de la naturaleza son aquellas personas que consumen indiscriminadamente bienes que provienen de la naturaleza y que sobre explotan los recursos y habitas naturales, propiciando la muerte de miles de especímenes.
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f. el director del Parque Nacional, El cas casoo de W Walter alter P Palmer almer y Cecil es controversi controversial, al, aun así, la la caza de de leones leones está permitida permitida si se siguen las normas, aunque pueda parecer atroz la muerte de un león, en @ParqueNacionaldeZimbabue esta práctica es permitida. g. un habitante de Zimbabue, Aunque para algunas compatriotas los animales tienen un significado casi místico, el gobierno de Zimbabue permite la práctica regulada de la caza furtiva, si bien esta práctica no es loable para la mayoría de las personas, es un sector económico y representa una fuente de ingresos que beneficia a muchas personas. h. un estudiante que condena el asunto y @Wal @WalterPal terPalmer mer ere eress una persona que m merece erece sser er repr reprendido endido por la lass aut autoridad oridades, es, lo que hiciste hiciste es atroz, una falta grabe en contra de la naturaleza, más allá de las leyes humanas, cazar por diversión a los animales es un atentado no solo para el animal sino al planeta entero. i. un estudiante que critica la reacción masiva de condena ante un asunto quizás no trascendental. Creo que ha llegado demasiado lejos el caso de #Cecil #Cecil,, no porque no sea relevante, sino que solo es mediático, cada día muchas más especias, quizá no tan “llamativas” como el león, se acercan cada vez más al borde de la extinción y no somos ni conscientes de ello solo porque no apresen un tweet, parece que solo ven las aves digitales y azules de twitter. De ser necesario, puedes consultar otras fuentes para conocer más sobre el tema. TEXTO 1
«En mi pueblo de Zimbabue ningún león ha sido amado nunca ni ha tenido un nombre cariñoso. Son objetos objet os de terror. Cuando tení teníaa 9 años un león mató a varias gallinas y cabras. A partir de entonces se acabó jugar al exterior y mis padres y hermanos mayores iban a buscar leña juntos y armados con machetes y hachas. [...] Hace poco, un chico de 14 años tuvo menos suerte. Dormía con su familia al aire libre, como se hace para proteger las cosechas de rinocerontes, búfalos y elefantes, y un león lo mató. La muerte de Cecil tampoco ha cosechado muchas simpatías en el Zimbabue urbano. Pocos han visto un león o se preocupan por la caza de los ricos, r icos, cuando ellos cobran 150 dólares al a l mes. No me malinterpretéis: para la gente de Zimbabue los animales salvajes tienen un significado casi místico. Pertenecemos a clanes, y cada uno tiene un animal sagrado que nunca comerá y cazará. El mío, por ejemplo, es el clan Nzou. No tocamos la carne del elefante, sería como comerse a un pariente. Pero ese respeto no nos hace evitar que alguien los cace. Estoy familiarizado con los animales salvajes. Yo perdí mi pierna derecha por el ataque de una serpiente.
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La tendencia de hacer de los animales algo romántico y darles nombres nos parece a la gente de Zimbabue un circo absurdo. 800 leones se han matado de forma legal en Zimbabue en la última década. PETA pide que se ahorque al cazador. Y muchos americanos que no sabrían poner Zimbabue en un mapa aplauden que se quiera extraditar al dentista, mientras ignoran que en el banquete del aniversario de nuestro presidente se mató a una cría de elefante. [...] Y, por favor, no me deis las condolencias sobre Cecil a menos que también vayáis a dármelas por los aldeanos muertos por culpa de los parientes de Cecil, o por la violencia política [Zimbabue es una dictadura muy violenta] o por el hambre.» http://www.upsocl.com/comunidad/en-zimbabue-no-lloramos-por-los-leones-la-carta-que-estaconmocionando-al-mundo/ TEXTO 2
Darle su lugar al león
Por Daniel Krauze | Agosto 11, 2015 El debate en torno a la caza y el manejo de especies icónicas como el león es particularmente complicado. ¿Hay algo de frivolidad occidental en lamentar la muerte de un solo animal? La caza regulada, ¿afecta al futuro de esta especie? ¿Es justo afirmar que Walter Palmer es un criminal del calibre de los cazadores furtivos que matan a un elefante cada catorce minutos? ¿Se debe prohibir la importación de trofeos? ¿Vale la pena redirigir nuestra indignación a los 5 gobiernos africanos en vez de al cazador en turno? El asesinato de Cecil fue el catalizador global de estas preguntas, y es inútil quejarse de que haya sido este y no otro caso el que propiciara la discusión. En pleno siglo XXI, cuando las noticias se reciclan a una velocidad inquietante, el hecho de que la muerte de un animal siga propiciando textos y artículos de opinión me parece un pequeño milagro. No obstante, después del linchamiento y la indignación colectiva debe venir una reflexión más honda. Ni Cecil ni el cazador son como los pintan. Partamos de la base de que la muerte de Cecil no es, ni por asomo, el crimen ambiental más atroz cometido en el continente africano. Ni siquiera tenemos que fijar la atención en especies más maltratadas, como el elefante o el rinoceronte: en Hunting with the Moon: The Lions of Savuti, Dereck Joubert relata cómo, en diez años de observar leones, todos menos uno de los machos que estudió en Botsuana acabaron presas de cazadores, “90% de ellos disparando desde vehículos”. Dado que los leones tienden a matar a las crías de otros machos al apoderarse de una camada, Joubert calcula que, al enfocarse únicamente en machos, los cazadores en realidad acabaron con alrededor de 3,000 leones. En el libro libro apare aparece cenn ep epis isod odio ioss que ha harí rían an qu quee Wa Walt lter er Pa Palm lmer er pa parez rezca ca Hércu Hércule les: s: un ca caza zador dor disparándole a un león mientras se aparea, así como safaris aprovechándose de que varias manadas están acostumbradas a la presencia de humanos en el parque para dispararles cuando se acercan a sus vehículos.
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Por indignante indignante que nos parez parezca ca su pasatiempo, pasatiempo, Palme Palmerr no es la excepción sino la reg regla. la. Pensar lo contrario es simplemente ingenuo. Según cifras citadas por Deirdre Jackson en su ensayo Lion, la caza regulada –el pago directo del cazador para matar y exportar el cadáver de un animal en específico– cada vez tiene más adeptos. “Las estadísticas muestran que alrededor de 18,500 cazadores extranjeros visitan África subsahariana hoy, comparados con 8,000 en 1990… generando un total de 201 millones de dólares al año.” Para muchos, esos ingresos son un argumento argumento a favor de la caza. Como menciona Jackson, “paradójicamente, moratorias a la caza en Kenia, Tanzania y Zambia han resultado en un declive acelerado de fauna debido a la pérdida de incentivos para la conservación”.[1] También es cierto que los leones son animales salvajes y peligrosos. Solo entre enero de 1990 y septiembre de 2004, causaron la muerte de “563 personas en Tanzania”. El panorama pinta enredado. Debemos cuidar no caer en la trampa de únicamente procurar al león porque nos parece carismático: otras, muchísimas especies se encuentran en mayor riesgo y no merecen atención por carecer de la belleza de los leones. Un ejemplo es el perro salvaje africano, un animal no particularmente agraciado pero en peligro de extinción. Debemos aprender a darle un lugar al león en nuestra agenda y, en lo posible, entenderlo sin tintes románticos ni irresponsables, como hizo este vergonzoso artículo publicado publicado por el New York Times, cuyo autor básicamente básicamente pide acabar con ellos porque de vez en cuando atacan personas. Desde ese argumento, ¿con cuántas especies no arrasaríamos? También vale la pena moderar nuestra molestia con los cazadores que compran un permiso para matar a un animal. Cazadores furtivos, armados como personajes de Call of Duty, financian guerrillas y grupos terroristas matando alrededor de 96 elefantes al día, sin importar su edad o género. La creciente clase media de China y buena parte del sureste asiático financian el lucrativo mercado del comercio ilegal de especies sin que Occidente haga mucho más que firmar peticiones en change.org. Eso por no hablar de hechos aberrantes como el de 6 los osos a los que les cortan las patas mientras están vivos para servirlos s ervirlos en sopas trad tradicionales icionales chinas. Ninguna de estas instancias levantó la misma ámpula que Cecil. No vale la pena enfurecerse porque nuestra indignación no esté dirigida a los problemas más graves, pero quizás es tiempo de utilizar esta coyuntura para recordar que hay especies y casos tan o más urgentes que el león. ¿Qué hacer al respect respecto? o? Parece una obvieda obviedad, d, pero no basta compartir noticias noticias y datos en Facebook o firmar peticiones en línea para efectuar un cambio. La caza furtiva de rinocerontes ha llegado a un grado tan alarmante que el Rhino Rescue Project de Sudáfrica ha llegado a sedar a estos animales para taladrar talad rar sus cuernos y llenarlos con sustancias que, de ser ingeridas por consumidor consumidores es (en su mayoría chinos y asiáticos), causarían migraña, náusea o hasta daño neuronal permanente. Para proteger a la misma especie ya no es suficiente el uso de patrullas. Como muestra este video, en Kruger National Park se han empezado a utilizar drones para proteger al rinoceronte. Alzar la voz, e incluso donar algo de dinero, es poner un granito de arena, loable pero insuficiente. Los peligros a los que se enfrenta la fauna mundial son mucho más graves, sistemáticos y crueles que Walter Palmer. La indignación colectiva es un buen primer paso, pero ella, por sí sola, no salvará a ninguna especie. http://www.letraslibres.com/blogs/observatorio/darle-su-lugar-al-leon http://www.letraslibres.com/blogs/observatorio/darle-su-lugar-al-leon
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